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CC 2015Virtual Bread Editorial Libre
Mau Miau
Historia y arte de Laughtman
Ilustración de porta-da:
Diseño de portada:
Corrección de estilo:
Editor:Diseño editorial:
LaughtmanFulanito de talTournerTourner
TournerFulanito de talVirtual Bread
Agradecimientos especiales:Anémona
Jonathan YannFulanito de tal
Y a nuestros queridos lectores de prueba
Hecho en México.
Licencia:
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional
Virtual BreadPresenta:
Historia y arte:
Laughtman
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Índice
Ilustración 1
Capítulo 6
Ilustración 2
Promo
Agradecimiento
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34
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CAPÍTULO 6:GATORISÓN
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-Atzin, ¿Has visto mi camiseta de
puntos grises? Pregunta
Mina
- El gato se la comió – Responde Atzin, mientras
juega videojuegos con Bastardo.
- ¡Mierda! – Dice Mina al tiempo que mira al gato
echado de barriga arriba, quien parece dormido. -
¿Y la de rayitas azules?
- La traigo puesta – Contesta Atzin sin pensarlo dos
veces.- Hmmm… ¿Y la naranja?- Segundo cajón, a la izquierda
- ¿No es ese el cajón que te di para tu ropa?
- Robé tu ropa, pero sólo por un rato – Aztin sigue
sin sentirse apenada mientras que Bastardo parece
estresado y con cara de que pierde el juego.
- … - Mina guarda silencio momentáneo.
Atzin presiona los botones tranquilamente, como si
nada le afectase en el mundo, serena y constante,
Erick se ve cada vez más estresado hasta que…
- ¡¿Cómo mierda puedo perder en Puyo contra ti?!
– Erick Vocifera.
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- Es cuestión de cerebro, paga esclavo.
Erick entrega un billete a Atzin.
Mina parece más calmada, sin lugar a dudas se ha
acostumbrado a este ritmo de vida tranquilo, Atzin
haciendo tonterías de un lado a otro, Erick desem-
pleado, el gato sólo come y duerme, y la granja de
Pugs del armario prospera. ¿Qué más podía pedir?
- Saben, estuve pensando ¿Qué sería de mí sin el
Crium? Y en ocasiones pienso que todo esto que
aconteció ha sido por buenas razones, no sé si es
el destino, pero tal vez ese trabajo, mi novio, este
departamento. Tal vez todo eso no era lo ideal para
mí. Tal vez el mundo tenga algo mejor para mi futuro.
- ¡Espera! – Interrumpe Atzin – Si vas a llorar te es-
pero afuera hasta que se te pase, neta no te soporto
cuando te enrollas en tu existencialismo.
Erick se puso de pie y caminó lentamente a la puerta
de entrada, sin embargo no logró esquivar el ataque.
- ¡Largo de aquí par de holgazanes! – Si creen que
pueden estar aquí a mis expensas pueden olvidar-
se de todo ¡Bastardo, ve a buscar un trabajo y de
paso te consigues una vida! ¡Y tú mocosa vete a la
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escuela, ñoña sin amigos!
- Pero – Dice Atzin
- ¡Largo!
- Adiós – Dice Erick
- ¡Largoooo!
Ambos salieron huyendo. Mina, balbuceando, se
tranquiliza poco a poco hasta que levanta su cabeza
a ver por la ventana, el maravilloso día que hay afue-
ra. Sonrie y se incorpora.
- Bien, de seguro Erick regresará cuando tenga ham-
bre y Atzin, después de la escuela estará hambrienta
y pidiendo limosna, mejor voy a comprar algo para
la comida y de paso me entretengo un poco, me
hace falta aire.
Acto seguido, Mina se alista para salir, se viste con
una falda azul de mezclilla, una playera sin mangas,
medias y zapatos de tacón completo, el calor ame-
ritaba el atuendo. Pronto se preparó a salir no sin
antes recibir una mordida amistosa de Crium que la
dejó despeinada, por lo que le deja un Pug para que
se entretenga mientras ella sale corriendo.
Ella sale del edificio con un aire radiante, las bolsas
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de compra las lleva en una mano, con la otra lleva un
ritmo cadencioso que encaja perfecto en su andar,
muy segura de sí, Metztli (Mina) luce perfecta. Y es
así como el joven de la banqueta que está enfrente
del amplio jardín de la unidad habitacional, contem-
pla a Mina. El joven es Riche, quien parece estar es-
perando a Atzin (Ai).
Inmediatamente Mina lo reconoce, y como si el
Grinch fuese a robarse la navidad, Mina sonríe pen-
sando en la valiosa información que él le facilitará
para burlarse de su hermana.
- ¡HOLA! – Grita desde el otro lado de la carretera
Mina.
- ¿Eh? ¡Hola! (¿?) – Richie está confundido, se pone
cada vez más nervioso, entre tanto meditar, ella se
encuentra ya a su lado.
- Hola Richie ¿Buscas a Atzin?
- Eh, ah… este… si, Ai ¿Está en casa?
- Ella se fue a la escuela, salió muy feliz
- ¿En serio? Pero si hoy no hay clases
- Oh ya veo, entonces ya regresará cuando tenga
hambre ¿Me acompañas por unas compras ahora
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que estas desocupado?
- Eh, ¿No será mucha molestia?
- Para nada, tú cargarás todo, me serás de gran
utilidad.
Hago un pequeño paréntesis para aclarar que Mina
y Ai son muy parecidas en eso de abusar de los de-
más, sin embargo ellas no creen que abusen de los
demás. A pesar de eso Mina sigue siendo mucho
más hospitalaria que su hermana.
- Después de hacer las compras comeremos y po-
drás hablar con tu novia, digo Atzin, más tarde.
- Eh, bueno – El sudor en la frente de Richie era muy
notorio, su expresión era de una ardilla queriendo
comer un coco.
Se dirigieron al mercado local, ella compró algunas
cosas y, sin tardar más de hora y media, regresaron,
en el camino hablaron más tranquilamente.
- Entonces mi hermana prácticamente te obligó a
hacer lo que le pedías, es típico de ella, siempre
envolviendo a otros en asuntos. – No es necesario
hacer un comentario al respecto de lo que Mina está
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haciendo en este momento ¿Cierto?
- No es eso en realidad, la verdad muchas veces las
cosas que hace, por muy raras que sean, no dejan
de ser divertidas, eso no quita que lo que hace da
miedo o asco de vez en vez.
- Mehehehehehe – Mina hizo una risa extraña y
sospechosa. – Creo que seremos buenos amigos.
Se apresuran hacia el mercado y poco después de
una hora de compras regresaron hacia el departamen-
to.
- Vamos Richie, sube al departamento, estoy segura
de que llegarán pronto el bastardo y Atzin.
- Eh, no es necesario, la verdad yo…
- Anda, pasa – Mina extiende su mano mientras sube
las escaleras – Prometo que mantendré a raya a ese
estúpido gato.
Embelesado por el aroma de su perfume, el brillo
que el sol deja sobre su cabello y el clima tan lige-
ro y calmado, Richie acepta sin poner condiciones
y pronto se encontró encadenado de la mano de
Mina, subiendo las escaleras. El sueño vuelto reali-
dad, Richie no daba crédito a lo que estaba presen-
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ciando, no podía creer que fuese tan perfecto todo,
hasta que el gato gigante salió a recibirlos con cara
de hambre.
- ¡No lo veas a los ojos! – Grita Mina
- ¡¿Por qué?! – Richie se agacha y se hace bolita.
- Él… él… se alimenta de tu miedo – Mina alimenta
el miedo de Richie
- Yo creí que se alimentaba de perros pequeños y
electrodomésticos – Richie está despavorido
- Si, sólo quería ver cómo reaccionabas, Atzin me
dijo que no nos haría daño mientras ella no esté
ausente por más de 8 horas.
Richie se levanta, sonrojado, se dirige hacia la puer-
ta del departamento lentamente, rodeando al gato.
- Tranquilo, te dije que nada te pasaría – Mina le da
una palmada en la oreja gigante de Crium mientras
lo reprende –, vamos estúpido gato, te dije que no
salieras.
- Crium entra sin quejarse, mientras que Richie
guarda cierta distancia.
Mina pone las cosas que compraron sobre la mesa
e invita a sentarse a Richie quien cada cierto tiempo
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voltea a ver al gato como vagabundo cuidando sus
pertenencias.
- ¿Gustas un café o algo de tomar Rich?
- Eh, ah no gracias, estoy bien.
- Anda, no te apenes, te daré a probar una bebida
hecha por la famosa Atzin
- De seguro sabe asquerosa.
- No seas grosero, anda prueba este Pozol frío.
Mina sirve un vaso grande de Pozol y lo pone fren-
te de Richie quien se muestra incrédulo, finalmente
decide probarlo.
- Vaya, sabe muy bien, no creí que Atzin fuera tan
buena en la cocina.
- La verdad lo hice yo pero si sabía mal o te enve-
nenabas echaría la culpa a Atzin – Mina parece no
tener remordimiento de lo que acaba de decir.
- Eh… ¿Envenenar?
- ¡Pero estás vivo! Alégrate y termina tu pozol, es lo
ideal para este infernal calor.
Mina desempaca las compras y decide comenzar
a preparar la comida. Mientras tanto, Richie mira a
los ojos al gato quien se remite a lamerse los bigotes
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y lanzar zarpazos al aire.
- No te asustes, últimamente ha estado actuando
raro, es decir, su existencia en si es extraña, pero
por lo general tiene cierto comportamiento y justo
ahora no actúa como siempre, a veces caza pugs e
humanos imaginarios, pero no le hace daño a nadie
– Riche se tranquiliza un poco – A menos de que te
caiga encima, si te cae encima es probable que te
rompa varios huesos – Richie pierde la calma – pero
eso nunca ha pasado, te lo digo como precaución –
Richie sigue incrédulo pero más tranquilo -. Aunque
también existe la posibilidad de que esté cazando
a un ente imaginario y termine comiendo a alguien
más… pero eso sólo ha pasado… una vez, sí, creo
que una vez.
El corazón de Richie comienza a latir fuertemen-
te, desea como nunca antes que Ai regrese a casa,
el gato e revuelca en el piso cual si fuera cachorro,
mientras que su apariencia tierna sólo logra alarmar-
le cada vez más.
Se escuchan ecos del cuchillo mientras Mina pica
poco a poco el pimiento, el reloj mueve las maneci-
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llas y una gota de sudor cae por la frente de Richie,
una ligera caricia roza su tobillo y rápidamente se
pone de pie, era sólo su agujeta desatada, pero eso
lo hace percatarse de que está siendo demasiado
paranoico. Decide acercarse más a la cocina, junto
a Mina.
- Y dime Richie, - Mina gira lentamente la cabeza
en torno a la mirada del incauto – Qué pretensiones
tienes con mi hermana.
- ¿Qué? – bastante confundido, sólo puede vociferar.
- Si, anda dilo, sé muy bien que a su edad las cosas
parecen fáciles, como tener cientos de novias por
doquier pero, necesitas tener una postura seria al
respecto, así que, dime Rich, qué piensas al respecto
de mi hermana.
- Eh pues, eh… Un momento ¿Tú crees que Ai y yo
somos novios?
- No – Mina contesta sin pensar.
- ¿Entonces?
- Free, Tal vez.
- Eh… no.
- Entonces, ustedes son…
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- Amigos, compañeros de clase.
- ¿Eso existe?
- Mmm., supongo.
- ¿No te gusta mi hermana?
- Sí, es decir, no, no de esa forma en que crees.
- Hmmm, sabes, despiertas mi curiosidad, entonces
¿Qué tipo de chicas te gustan?
- Eh… Pues, no sé, más grandes que yo, tal vez de
cabello claro, muy sencillas.
- Rich…
- ¿Si?
- ¿Estas describiéndome?
- Eh… No sé
La mente de Richie estaba siendo fuertemente
presionada, ¿Cómo lidiar con un gato gigante ham-
briento y la hermana de tu amiga haciendo pregun-
tas incómodas? En lo personal preferiría que me co-
miese el gato.
- Es decir, no, de ninguna manera, es sólo que estoy
un poco nervioso por el gato que parece acecharme
y afila las garras con la alfombra
- No es alfombra
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- ¿Qué es?
- Es el pelo que tiró hace unas horas
- …
Había un aire incómodo en el lugar, las palabras
de Richie lograron calmar un poco la tensión pero el
percatarse que aquel tapete extraño era de un gato,
por alguna razón, les hizo recordar que, en teoría Ri-
chie había confesado, de forma osca, que en reali-
dad Mina le atrae. Se miraron el uno al otro y, mien-
tras Richie se sonrojaba y se sentía atraído, Mina se
sonrojaba apenada y ansiosa por salir huyendo.
- Eh Rich, creo que iré al baño.
Richie se hizo a un lado para que Mina se dirigie-
ra al sanitario, sin embargo él no dejaba de mirarla
y ella no dejaba de sentirse incómoda. Él se dio la
vuelta y se tropezó, ella trató de sostenerlo, mientras
que Crium saltó encima de ambos dejando a Mina
en el piso, Richie encima de ella, sosteniendo al gato
y el gato cae inconsciente pues se golpeó contra el
muro.
- Richie – Dice Mina
- ¿Si?
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- No vayas a dejar de sostener al gato, sólo déjame
salir y yo te ayu…
Richie no pudo aguantar el peso muerto del gato y
se desplomó sobre Mina quedando así inconsciente
también. Mina, quien es la única consciente, se en-
cuentra lejos de cualquier aparato para comunicarse
y pedir ayuda, se resigna, siente que morirá a menos
de que alguien llegue, alertado por el ruido del gato
caer. Sin embargo pasan 10 minutos y nadie llega,
la comida ya huele bien y Mina piensa que es el fin,
pronto la cocina se quemará y todos junto con el
departamento eventualmente si el gato no se quita
de encima.
De pronto, Mina escucha una voz molesta, un tono
ligeramente agudo, es Atzin quien llega junto a Bas-
tardo, pronto abren la puerta.
- Benditos sean chicos – Dice Mina – Creí que moriría
- Qué haces ahí debajo del esclavo y Crium Tzintzin?
– Pregunta Atzin
- Es una larga historia, ¡sácame!
- Hmmm, ya veo Mina, con que esos años de solte-
rona dieron resultado ¿Pero con un chico menor de
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edad? – Bastardo metiendo su cuchara
- Todo esto tiene una explicación completamente
lógica y lo sabes, ¡no metas de tu cosecha pervertida!
Los ojos de Atzin se encendieron como dos soles,
de un tirón sacó a ambos de debajo del gato y, sin
pensarlo dos veces, Mina apagó la estufa. Mina se
desmaya y sólo puede ver cómo Atzin se acerca rá-
pidamente.
Horas más tarde Atzin despierta, se da cuenta de
que está atada a una silla de madera.
- Tzintzin, tenemos una larga charla en torno a de
quién es propiedad el esclavo, él es mi asistente
personal sabes, no puedes simplemente ir y seducir
a la gente con tu… Espera ¿qué haces?
Mina se zafa fácilmente de los nudos de Atzin
- Siempre has sido mala haciendo nudos – Mina
comenta indiferente.
- Te dije que hiciéramos Shibari – Se escucha Bas-
tardo al fondo.
- ¡Cállate esclavo! – Grita Atzin
- No le grites al bastardo – Mina le da un puñetazo
en el hombro a Atzin
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- No me pegues – Atzin responde con un puñetazo
al hombro de Mina
- No me respondas – Mina vuelve a golpear el hom-
bro de Atzin
- No me ordenes – Atzin vuelve a golpear
.
.
.
Eventualmente ambas se cansaron y quedaron
adoloridas, entonces Atzin comprendió que era un
malentendido pues Mina había ganado la guerra de
puñetazos en el hombro al llorar un minuto después
que Atzin. Ambas lloran mientras ríen y así hacen
las paces.
- ¿Qué? ¿Ya no van a pelear? Se ponía interesante
– Dice bastardo.
Ambas comenzaron a golpear a Bastardo pero te-
nían tan pocas fuerzas que lo obligaron a limpiar el
cuarto, con el estorboso Crium en medio de todo,
inconsciente.
Riche despertó en el pasillo, tirado al lado de una
planta fuera del departamento, al parecer fue has-
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ta donde Atzin pudo arrastrarlo antes de estallar en
ira. Después de comprender lo que había pasado y
recordar el peligro corrió a casa, chocando con el
señor Almendro quien subía las escaleras.
- ¡Maldito hippie! – Gritó al asustado Richie quien
se alejaba rápidamente.
Al señor Almendro le extrañó que todo estuviese
tan calmado desde hace unos días en el departa-
mento de al lado. Consideró rendirse de su misión
de espiar a Mina. Entró en su departamento.
El señor Almendro notó algo inusual en la tranquili-
dad del departamento contiguo y esto era debido a
que Cada vez Crium tomaba más siestas y era más
tranquilo, lo cual es extraño en la naturaleza de un
gato anaconda del amazonas. Tal vez todo esto era
señal de que algo peor se aproximaba.
GRACIAS A TI, QUE NOS APOYASTE, CUMPLIMOS 2 AÑOS COMO EDITORIAL Y PRONTO CUMPLIREMOS 11 AÑOS COMO EL SELLO CREATIVO VIRTUAL BREAD
¡Espera sorpresas!
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