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    Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana Axel Borsdorf 

     

     Axel Borsdorf  *  

    Cómo modelar el desarrollo y la dinámica

    de la ciudad latinoamericana**

    Abstract 

    When in 1976 the first models of the Latin American city were published, thesubcontinent was still under the economical influence of the strategy of industrializationfor imports substitution. Economic and planning processes, even in the urban space,were strongly directed by the State. Since this time, all Latin American countries -with the exception of Cuba- changed to a new economic paradigm, based onneoliberalism, and a strong influence of globalization is to be noticed. The retreat ofthe State, privatization and de-regulation allow investors, planners and citizen muchmore liberties. All this can be noticed in the structure of the cities. Therefore it is time

    to adapt the models, which should be generalizations of reality, to the now existingstructure of the cities. In order to demonstrate the dynamics of urban structuring, theurban development is modelled in four eras which are identified as the period of thecolonial town, the sectoral town, the polarised town and, at least, the fragmentedtown. The attempt was to keep as much elements of former models in the new oneand to differ the newest period of urban development very clearly from the formerepochs. 

    Keywords: Latin American cities, urban models, German urban geography. 

    Resumen 

    Cuando en 1976 los primeros modelos de la ciudad latinoamericana fueron publica-dos, la región estaba todavía bajo la influencia económica de la estrategia de indus-trialización para la sustitución de importaciones. Los procesos económicos y de

    planificación, aun en el espacio urbano, estaban fuertemente dirigidos por el Esta-do. Desde entonces, todos los países latinoamericanos -con excepción de Cuba-cambiaron a un nuevo paradigma económico, basado en el neoliberalismo, y sepercibe la fuerte influencia de la globalización. La retirada del Estado, la privatizacióny la desrregulación permitieron a los inversores, planificadores y ciudadanos mayo-res libertades. Todo esto puede ser observado en la estructura de las ciudades.Por tanto, es tiempo de adaptar los modelos, los cuales deben ser generalizacionesde la realidad, a la estructura actual de las ciudades. En orden a demostrar lasdinámicas de la estructuración urbana, el desarrollo urbano es modelado en cuatromomentos, los cuales son identificados como el período de la ciudad colonial, laciudad sectorial, la ciudad polarizada y finalmente, la ciudad fragmentada. Se inten-ta mantener elementos de modelos anteriores en uno nuevo, así como diferenciarcon claridad el periodo mas reciente del desarrollo urbano de épocas anteriores.

    Palabras clave: ciudades latinoamericanas, modelos urbanos, geografía urba-na alemana.

    Revista eure (Vol. XXIX, Nº 86), pp. 37-49, Santiago de Chile, mayo 2003

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    1. Introducción 

    Los modelos como abstracciones de larealidad cuentan con una larga tradi-ción en las ciencias regionales, tantoen Europa como en Estados Unidos. En estesentido, los primeros esfuerzos de los estu-

    diosos de estas ciencias fueron dirigidos a lacomprensión de la estructura urbana, gene-ralizada por la famosa Escuela de EcologíaSocial de Chicago en modelos desarrolladosya en los años ‘20.

    Con diferentes métodos y dispares resul-tados, los autores de la Escuela de Chicagotrataron de representar los principios de laestructuración urbana en las ciudades esta-dounidenses. Este esfuerzo se prolongó has-ta algunas décadas después de terminada laSegunda Guerra Mundial, momento en el cualalgunos autores alemanes recogieron el

    tema, desarrollando modelos urbanos paradiferentes regiones culturales. Tomando par-te en esta discusión, en 1976 dos geógrafosalemanes contribuyeron con modelos de laciudad latinoamericana, los cuales -si biendiferían en detalles- apuntaban a una mismaidea principal.

    Poco tiempo después, otros autores seintegraban al debate, presentando modifica-ciones -como Mertins y Gormsen (Mertins,1980)- o introduciendo ideas nuevas, comoel modelo perfil de Gormsen (1981). En 1982,Borsdorf publicó una primera síntesis de ladiscusión alemana con un modelo que incluíatanto la discusión antigua como algunas ideasde la primera contribución estadounidense,representada por el modelo de Griffin y Ford(1980). Posteriormente, otros autores esta-dounidenses como Deler (1989), Crowley(1995 y 1998) y el mismo Ford (1996) toma-rían parte en la discusión en curso.

    * Axel Borsdorf , Director del Institut für Stadt- undRegionalforschung de la Academia Austriaca deCiencias. E-mail:[email protected]

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    En los últimos años, ésta se vio dinamiza-da por nuevos esbozos que intentaron incor-porar las nuevas tendencias en la estructuraurbana latinoamericana, la cual puede ser ob-servada desde hace unos treinta años en ciu-dades de la región. Meyer y Bähr (2001) mo-delaron estos nuevos elementos para el caso de

    Santiago de Chile;Janoschka (2002c) hizootro tanto en su modelo de la ciudad de Bue-nos Aires y Borsdorf (2002a) remodeló su es-quema basado en observaciones y estudiosen Santiago, Lima, Quito y Ciudad de Méxi-co, dando como resultado un nuevo ensayo.Estudiando los diferentes diseños, Bähr, Bor-sdorf y Janoschka llegaron a un modelo co-mún, el cual fue presentado en diciembre de2002 y que constituye la base del presenteartículo.

    Los diferentes modelos se distinguen se-gún sus dimensiones temporales y espacia-les. Éstos revelan el estado actual o el desa-

    rrollo continuo, así como también las dimen-siones de latitud y longitud (plano) o la terce-ra dimensión (perfil). El cuadro 1 muestra ele-mentos de una tipología de los modelos de laciudad latinoamericana.

    Este artículo intenta presentar un nuevoensayo de un modelo adaptado a las tenden-cias urbanísticas de las últimas décadas, asícomo los factores de la transformación eco-nómica y la globalización que han modifica-do en gran parte la estructura urbana.

    2. Advertencias preliminares 

    La figura 1 muestra esquemas estructu-rales generalizados de la ciudad en AméricaLatina, situados siempre al final de importan-tes fases de la urbanización, como son laépoca colonial (1820), la primera fase de ur-banización influida fuertemente por la inmi-gración europea (1920), la segunda fase deurbanización marcada por el éxodo rural y lamigración interna (1970) y la ciudadcontemporánea (2000). En estas etapas, la ciudadcambió desde un cuerpo muy compacto a un

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    perímetro sectorial, desde un organismo po-larizado a una ciudad fragmentada.

    Las signaturas significan elementos socio-espaciales (distribución de las clases socia-les) y económicos (industria, infraestructura

    de comercio y servicios, aeropuerto, tránsi-to), así como también elementos del desa-rrollo urbano (consolidación, vivienda social).

    Como la intensificación de la segregaciónsocio-espacial bajo la forma de los barrioscerrados es muy significativa para la ciudadcontemporánea, estos desarrollos urbanosson clasificados en tres tipos.

    El texto siguiente interpreta los esquemas decada época. Un diagrama sinóptico resu-me los factores de influencia a la respectiva

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    estructura de la etapa del desarrollo urbanoespecífico.

    3. La época colonial: la ciudad

    compacta 

    Hacia 1573, la localización, fundación yplanificación de ciudades en las colonias his-panoamericanas estaba claramente regla-mentada por las "Ordenanzas de Descubri-miento y Población" (Wilhelmy & Borsdorf,1984;Bähr & Mertins, 1995). Las capitalesfueron ubicadas en el centro de sus regionesadministrativas y en valles o cuencas concondiciones de clima sano. La plaza mayor ,denominada originalmente plaza de armas,constituía tanto el centro de cada ciudad comola estructura clave para la red de calles urba-nas. Además, la plaza actuaba como el nú-cleo de la vida social. La posición social decada uno de los ciudadanos estaba determi-

    nada por la distancia de su casa respecto dela plaza principal.

    La pendiente social y funcional desde elcentro a la periferia se reflejaba en la estruc-tura social circular de los barrios. Cerca de laplaza estaba instalada la aristocracia, forma-da por las familias de los conquistadores, losfuncionarios de la corona y los encomenderoso grandes hacendados. El círculo siguienteera ocupado por la clase media, formada porcomerciantes y artesanos. En este barrio seubicaba por lo general el mercado municipal.En el último círculo, el más periférico, vivíanlos "blancos pobres", los indios y mestizos.

    De esta manera, una fuerte centralización,un gradiente social centro-periferia y el prin-cipio de una estructuración socio-espacial encírculos son las características de la ciudadcolonial en Hispanoamérica.

    Durante el período temprano del desarro-llo urbano en Brasil hubo también otras con-diciones básicas. Inicialmente, las ciudadeslusoamericanas no solamente fueron utiliza-das para el tránsito marítimo portugués hacia

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    las colonias asiáticas. El hinterland  no fue deinterés para los portugueses. Para asegurarlas bases en la costa brasileña era necesariofortificarlas contra las fuerzas europeas com-petidoras. Es por eso que el plano rectangu-lar de las calles no apareció tan esquemáticocomo en las ciudades abiertas españolas.

    Otra diferencia fue la orientación creciente delas ciudades lusoamericanas hacia el comer-cio. Al otro lado, las ciudades en los dos sub-regiones culturales del Nuevo Mundo se pa-recieron en la gradiente social centro-perife-ria, que -debido a la ubicación de muchasciudades brasileñas frente al mar-, resultó enuna estructura más como medialuna en com-paración con los centros urbanos en Hispa-noamérica, donde nacieron estructuras com-pletamente circulares en las cuencas intra-montanas. En el modelo solamente está re-presentada la estructura de ciudades no por-teñas.

    Condiciones básicas de la formación de laciudad colonial fueron su orientación hacia unsolo centro (plaza), un desarrollo lento, causa-do por el crecimiento natural, una orientacióneconómica de la colonia basada en la explota-ción de recursos naturales y una sociedad es-table pre-industrial colonial (Figura 2)1.

    4. La primera fase de rápida

    urbanización (1820-1920): laciudad sectorial 

    En las primeras décadas del siglo XIX, lamayoría de las colonias españolas en el Nue-

    vo Mundo obtuvo su independencia. El cam-bio político-económico causó -con un ciertoretraso- la reestructuración del organismo ur-bano, ante todo en lo relativo a la estructurasocial y económica. A muchos de los nuevosEstados llegaron inmigrantes europeos: és-tos eran comerciantes, industriales, artesanosy agricultores. De Europa provenían ademáslas modas urbanísticas, como el boulevard

    1 El símbolo ® significa "sucedido por". 

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    francés de la época de Haussmann, denomi-nada alameda, paseo  o prado, y la villa  eu-ropea.

    El principio de estructuración espacial mástípico de esta época es la diferenciación sec-Çtorial orientada a estructuras lineales. En el

    modelo, este principio se evidencia claramen-te en el crecimiento de los sectores de la cla-se alta, que se orientó al boulevard  principal,y en el desarrollo de las primeras zonas in-dustriales, establecidas cerca de las líneasferroviarias que conectaban la ciudad con elresto de cada país. Hasta 1920 la industriali-zación no estaba muy desarrollada, dado quelas economías nacionales permanecían an-cladas todavía en la exportación de produc-tos agrícolas y recursos minerales. No obs-tante, los primeros barrios obreros se desa-rrollaron en las casas abandonadas por la cla-se alta, bajo la forma de conventillos, tugurioso vecindades.

    El desarrollo sectorial rompe la estructuracircular de la ciudad colonial. En este proce-so confluyen la expansión lineal del centro,que pasa de ser un centro administrativo (enla época colonial) a un centro comercial, elcrecimiento lineal de los barrios altos con vi-llas modernas orientadas a amplios paseos,prados o alamedas, y el sector ferroviario.

    En esta época, los sectores claves de laeconomía nacional pasaron a manos de em-presas extranjeras. Debido a la influencia delas empresas extranjeras, cuando comenza-

    ron a gobernar partidos liberales a partir de ladécada de 1850 la economía fue transforma-da en una economía de exportación de re-cursos naturales, abierta a los mercados enEuropa y Estados Unidos. La influencia eco-nómica más poderosa pasó de Francia a In-glaterra y posteriormente a Estados Unidos,pero el principio de un "desarrollo hacia afue-ra" nunca fue modificado. No obstante, sí lohicieron las ideas políticas. El panamericanis-mo de Simón Bolívar fue sucedido por la ideadel Estado nacional, importado desde Euro-

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    pa; sin embargo, y con la creciente influenciaestadounidense, la doctrina Monroe (1823)ganó importancia y fundó un sentimientopanamericano nuevo, en que se ocultaba yael imperialismo político y económico de Esta-dos Unidos.

    5. La segunda fase de rápidaurbanización (1920-1970): la

    ciudad polarizada 

    Entre 1920 y 1930, el objetivo del "desa-rrollo hacia fuera" en América Latina comen-zó a ser desplazado por el paradigma del "de-sarrollo hacia adentro"; bajo este nombre seconoció una política económica que apunta-ba a la sustitución de importaciones median-te industrias bajo el control del Estado. Porotra parte, ciertas tendencias espaciales delos periodos anteriores se intensificaron. Laindustrialización rápida alrededor de las líneas

    ferroviarias y las autopistas reforzó el creci-miento de algunos sectores. En las primerasdécadas de esa época, los barrios de la cla-se baja y de grupos marginales se expandie-ron en el centro a través de estructuras enforma de pasaje, llamadas "cité" o "casita" enChile y "vecindad" en México. Éstas eranconstrucciones que imitaban el modelo delconventillo, construidas de una manera pa-recida.

    Simultáneamente -o poco tiempo des-pués-, nacieron los barrios marginalesperiféricos (callampas,  barriadas, villas mi-serias), localizados tanto en nichos no edifi-cados dentro del perímetro urbano como enlotes aislados fuera de la ciudad. Al mismotiempo, también fueron construidos barrios devivienda social en la periferia urbana.

     Al otro lado de la ciudad, los ricos se ale- jaban cada vez más del centro de la ciudad.Barrios exclusivos con casas y bungalows,calles amplias y extensas áreas verdes proli-feraron en el "barrio alto" de cada ciudad.Hacia el final de esta época nacen los prime-

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    ros centros comerciales, como réplicas de losshopping centersestadounidenses, y rápida-mente devinieron en focos del crecimiento denuevos barrios de lujo. Aparecieron tambiénlos primeros clubes de campo (country clubs),implementando la idea de un estilo de vidacampestre dentro de la ciudad. Esta idea fue

    importada desde Estados Unidos, país en quela oposición contra la ciudad existía desde lafundación del Estado, a diferencia de Améri-ca Latina, el continente más urbanizado delmundo. Es importante mencionar también quehacia el fin de esta época fueron construidastorres de departamentos bien protegidas porservicios de seguridad, y se comenzaron acerrar las primeras calles mediante barrerasy cercos.

    En este tiempo, el contraste entre una ciu-dad rica y una ciudad pobre se fue intensifi-cando cada vez más. La polarización resultódel principio de estructuración espacial más

    importante seguido por otro principio subor-dinado: el del crecimiento celular fuera delperímetro urbano.

    Motores del desarrollo urbano y la estruc-turación en las formas descritas fueron la in-dustrialización, el poder estatal en la econo-mía y la planificación y el éxodo rural que pro-dujo un rápido crecimiento de la poblaciónurbana a través de flujos migratorios internos.Las ideas políticas propias de esta época fue-ron el populismo o el socialismo, basadosambos en modelos de una economía nacio-nal cerrada y protegida, y un papel rector del

    Estado.

    Esta fase de urbanización estaba represe-ntada en los modelos de la ciudad latinoa-mericana de los años ‘70 y ‘80. Muy caracte-rística de esta época fue la movilidad hori-zontal y vertical, simbolizada en algunos mo-delos (Bähr, 1976; Mertins, 1980; Borsdorf1982) mediante flechas. Importantes flujosmigratorios se dirigieron a los conventilloscentrales, y desde ahí hacia los barrios mar-ginales periféricos. Estos flujos son conside-rados como ejemplos de la movilidad vertical

    hacia la vivienda social; sin embargo, y al otrolado, también eran observados flujos contra-rios.

    6. La fase más reciente deldesarrollo urbano en AméricaLatina (1970 hasta hoy): la

    ciudad fragmentada 

    Hoy en día solamente dos principios es-tructurales del pasado todavía continúan vi-gentes: la tendencia sectorial-lineal y el cre-cimiento celular, pero en una forma marca-damente diferente a las fases anteriores dedesarrollo. El ferrocarril, motor del crecimien-to lineal en el siglo XIX, y las pocas autopis-tas centrífugas perdieron importancia. Sola-mente la construcción de nuevas autopistasintraurbanas modernizadas y ampliadas concapital privado facilitó la aceleración del trán-sito, y las zonas periféricas y periurbanas vol-

    vieron a ser atractivas para las clases me-dias y altas (Meyer & Bähr, 2001). Por unaparte, la extensión de las autopistas acentuólas estructuras lineales, y por otra, constituyóun antecedente para la formación de estruc-turas de nodos fragmentados que hoy son lasmás notables en el perímetro urbano.

    También el segundo principio de la anti-gua estructuración espacial está sujeto a lascondiciones del desarrollo urbano (post) mo-derno. Elementos celulares en la periferia,como barrios marginales y viviendas socia-les, pueden ser observados solamente en al-

    gunas ciudades, especialmente aquellas ca-racterizadas por un alto porcentaje de extre-ma pobreza. En otras ciudades, elementosurbanísticos de dimensiones imposibles dealcanzar en el pasado se encuentran en pro-ceso de realización. Así, en Buenos Aires sesitúan los megaemprendimientos, pro-yectos urbanísticos de 1.600 y más hectáreas, conmiles de casas para los ricos. El más grandede estos proyectos, el Nordelta, está planifi-cado como ciudad-pueblo para aproximada-mente 140.000 habitantes (Janoschka,2002a). Mientras, en São Paulo, es proyec-

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    tada Alphaville. Se trata de un área gigante,amurallada y asegurada por sofisticadas ins-talaciones de seguridad, que ofrece a sushabitantes centros de comercio, espacios deentretenimiento y puestos de trabajo en lossectores de comercio, servicios y también enel sector secundario (Coy & Pöhler, 2002).

    En Chile, fuera del perímetro urbano seurbanizaron terrenos; en estas zonas rurales,y debido a la jurisdicción vigente, cada lote oparcela de agrado debe tener más de 5.000metros cuadrados (Rovira, 2002). En las zo-nas rurales, una división de terrenos inferiora este tamaño está prohibida. La justificaciónde esta ley era la protección de la propiedadcampesina; sin embargo, hoy en día ésta noconstituye una barrera para los compradorespudientes. Las urbanizaciones en la zona ru-ral rápidamente alcanzaron superficies de 30a 50 hectáreas. Los compradores de lotes de5.000 metros especulan que bajo la presión

    del desarrollo de la urbanización, el terrenosería declarado terreno urbanizado en el fu-turo. Entonces, los lotes podrían ser dividi-dos y vendidos con alta ganancia especulati-va.

    Las modificaciones de los elementos línea-les y celulares aquí descritos pueden ser in-terpretadas como formas especiales del prin-cipio de estructuración espacial que caracte-riza la dinámica urbana actual, y que trans-forma la estructura de las ciudades latinoa-mericanas de una forma muy significativa. Sepuede denominar a este principio como frag-

    mentación, una nueva forma de separaciónde funciones y elementos socio-espaciales,ya no -como antes- en una dimensión grande(ciudad rica-ciudad pobre, zona habitacional-zona industrial), sino en una dimensión pe-queña. Elementos económicos y barrios ha-bitacionales se dispersan y mezclan en es-pacios pequeños: urbanizaciones de lujo selocalizan en barrios muy pobres; centros decomercio se emplazan en todas partes de laciudad; barrios marginales entran en los sec-tores de la clase alta. Este desarrollo se haceposible solamente a través de muros y cer-

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    cos, barreras con que se separan y asegurancontra la pobreza las islas de riqueza y exclu-sividad. Pero hay que mencionar también queel fenómeno de los muros no es privativo delos barrios de la clase alta: los barrios de cla-se media y baja también se amurallan, y seobserva este fenómeno de igual manera en

    los barrios marginales.

    Los barrios cerrados son urbanizacionescon dos o más departamentos o casas quecuentan con una infraestructura común y seencuentran cercados por muros o verjas, se-parados del espacio público mediante unabarrera o puerta y vigilados por guardias ocámaras de video. A nivel de infraestructura,sus instalaciones pueden incluir áreas verdes,equipamientos deportivos (canchas de teniso de golf, etc.), áreas infantiles, piscina, sau-na y club house. Un edificio alto de departa-mentos constituye un barrio cerrado si cuen-ta con un guardia o cámara de video y con

    instalaciones comunes para todos sus habi-tantes (Borsdorf, 2002a). En Chile, estos ba-rrios cerrados se llaman condominios (Borsdorf, 2000); en Argentina, barrios pri-vados  (Janoschka, 2002c); en Ecuador, con- juntos o urbanizaciones cerradas  (Kohler,2002) y en México, fraccionamientos cerra-dos (Cabrales & Zamora, 2002; Ickx, 2002) ocondominios (Kanitscheider, 2002).

    Las condiciones básicas del desarrollo deestos barrios cerrados ya no son investiga-das en profundidad. Algunas interpretacionesfueron desarrolladas -entre otros- por Borsdorf

    (2000 y 2002a), Meyer y Bähr (2001), Pöhler(1999) y Rovira (2002). La figura 3 es un in-tento de visualizar los diferentes flujos de in-fluencia en este fenómeno.

    Un segundo elemento de la fragmentación delas ciudades latinoamericanas lo constitu-yen las tendencias de localización de elemen-tos funcionales en el espacio urbano. En estesentido, el comercio minorista resulta un buenejemplo. En algunas ciudades, el centro ur-bano era capaz de ganar importancia a tra-vés de medidas deupgrading  (galerías o pa-

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    sajes comerciales, remodelación de estacio-nes de metro, etc.). Pero también en estas

    ciudades la estructura del consumo en el cen-tro urbano perdió su importancia predominante.Mucho más importantes son los malls yshopping centers, y aun los primeros urbanentertainment centers. Originalmente orien-tados a los barrios de los estratos altos, hoyen día estas infraestructuras se dispersan alo largo de todo el perímetro urbano.

    En este proceso, para el sector industrialtambién perdió importancia la orientación delfactor de localización dominante, las líneasdel tránsito interurbano. Nuevos parques in-dustriales, así como también como los busi-

    ness parks, se pueden ubicar en lugares muydiferentes.

    En el modelo, la fase de fragmentaciónestá simbolizada por la libre distribución de

    zonas industriales, por la localización de cen-tros comerciales en toda la ciudad, orienta-

    dos a las autopistas intraurbanas y aeropuer-tos y por la presencia de barrios cerrados entodo el perímetro urbano y en la periferia extramuros. A este respecto, y en tanto fenó-meno de gran visibilidad, los barrios cerradospueden ser clasificados en tres tipos: urba-nos, suburbanos y gigantes (para unatipología de barrios cerrados más detalladavéase Borsdorf, 2000). Los barrios cerradosurbanos son urbanizaciones densas, que fre-cuentemente adoptan la forma de casasestandarizadas. Comúnmente, sus habitan-tes pertenecen a la clase media y baja. Tam-bién hay complejos de edificios altos o man-zanas que fueron cercados posteriormente.Comparados con éstos, los barrios cerradossuburbanos constituyen generalmente edifi-cios más amplios, equipados con extensasáreas verdes e infraestructura de lujo, y son

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    habitados por familias de clase media alta yalta. Aunque solamente en muy pocas ciuda-des existen barrios cerrados periféricos gigan-tes (como Nordelta  en Buenos Aires oAlphaville  en São Paulo), éstos ya fueronincorporados al modelo.

    El modelo también refleja el proceso deconsolidación en barrios marginales antiguos.Originalmente percibidos como "barrios de lamiseria", muchos de ellos fueron significati-vamente consolidados: cabañas y "media-guas" se transformaron en casas de materia-les concretos, que cuentan con infraestructu-ra urbana como electricidad y alcantarillado;escuelas, mercados y tiendas abrieron suspuertas, y aun áreas verdes y plazas fueronincorporadas. También los barrios de gruposmarginales emplazados en el centro(conventillos, tugurios, vecindades) estánen proceso de disminución, en virtud de programasde renovación urbana o debido a pre-

    siones del mercado de suelo.

    Y por fin, el modelo también se refiere alcrecimiento del espacio urbano, que ya no esmás causado por la presión migratoria. Lademanda y consumo de espacio constituyenuna última característica del desarrollopostmoderno de la ciudad latinoamericana.

    7. ¿Son todavía útiles losmodelos sobre la estructura oel desarrollo urbano? 

    La elaboración de modelos sobre la es-tructura o el desarrollo urbano para distintostipos culturales de ciudades del mundo cons-tituye una particularidad de la geografía ur-bana alemana. Cabe preguntarse si la elabo-ración de modelos -una meta del conocimien-to científico de la modernidad- resulta toda-vía adecuada en una época postmoderna.Mientras ciertas estructuras se disuelven, laimportancia de los estratos sociales disminu-ye y se incrementa la relevancia de gruposde "estilo de vida". Al tiempo que la movilidadvertical entre clases sociales es un proceso

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    lento, el cambio entre diferentes estilos de vidapuede tener lugar en forma muy rápida. EnEuropa y Estados Unidos se hace evidenteque las diferencias entre campo y ciudad dis-minuyen cada vez más, y emerge una nuevacategoría espacial, la "post-suburbia". Aunqueestas tendencias todavía se concentran en

    los países industrializados, en esta época deglobalización es solamente cuestión de tiem-po para que estos fenómenos puedan serobservados también en América Latina.

    ¿Son los modelos urbanos según especi-ficaciones culturales todavía adecuados en laépoca de la globalización? ¿No tienden a laaproximación a nivel global de las estructu-ras urbanas, así como los hábitos de consu-mo y los estilos de vida? La cuestión respec-to de la convergencia o divergencia de es-tructuras y procesos urbanos cuenta con unacierta tradición (Hofmeister, 1996; Bähr &Mertins, 1995), y la respuesta que plantea que

    todavía existen factores y elementos depen-dientes de la cultura regional (Lichtenberger,1996) tiene valor hasta hoy en día. En estesentido, el ensayo aquí presentado se entien-de como antítesis a una tesis generalizadaacerca de la globalización. El proceso de glo-balización, que sufrimos y disfrutamos al mis-mo tiempo en los ámbitos de la economía, lapolítica, la cultura, la información y el conoci-miento, ha reforzado las redes globales influ-yendo fuertemente en las estructuras urba-nas, pero no sólo en la dirección de unahomogeneización, sino también en la acen-tuación de particularidades locales o regio-nales. En este sentido, más que hablar de"globalización", creemos que "glocalización"es una posible interpretación de los procesosque observamos como testigos de esta épo-ca.

    En el sistema de división del trabajo glo-bal, continentes, Estados, regiones y ciuda-des se ubican en diferentes posiciones. Espor eso que los "espacios internacionales",que forman parte de la sociedad global y quereflejan un cierto estilo de vida, tienen en di-ferentes regiones un peso muy distinto. Los

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    modelos pueden hacer transparentes estosprocesos, y el uso de los mismos puede tam-bién sensibilizar ante el patrimonio culturalespecífico. Por eso, al final de este ensayoconfesamos una clara adhesión a la elabora-ción de modelos urbanos, y su ocupacióncontinua ante las especificidades de las ciu-

    dades latinoamericanas.

    8. Referencias bibliográficas 

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    nung und Bedrohung für den Menschen. Eichstätter Beiträge 18: 143-177.Bähr, J. & G. Mertins (1981). "Idealschema

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