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1. Hipnosis clinica.pdf

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    HIPNOSIS CLNICA

    M. ELENA MENDOZA

    Prctica privada, Sta. Cruz de Tenerife

    JUAN LAMAS

    Universidad de la Corua

    ANTONIO CAPAFONSUniversitat de Valncia

    Novena Edicin Abril-Mayo 2010

    ISSN 1989-3906

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    DOCUMENTO BASE............................................................................................3Hipnosis clnica

    FICHA 1............................................................................................................17Tipos de hipnosis

    FICHA 2.................................................................................................................................22Tipos de sugestiones

    Contenido

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    Documento base.

    Hipnosis ClnicaINTRODUCCINDefini ciones de hipnosis

    A lo largo de la historia, el estudio de la hipnosis ha ido dando lugar a distintos paradigmas desde los que se ha origi-nado una gran cantidad de definiciones, cada una de ellas con sus propias particularidades y connotaciones, tanto te-ricas como clnicas. Algunas de las ms destacadas son las que han ofrecido, entre otros, autores como Spiegel ySpiegel (1987, 2004) y Kihlstrom (1998), o asociaciones profesionales como la Sociedad Britnica de Psicologa(2001/2002) y la Divisin 30 (Society o f Psychological H ypnosis) de la American Psychological Association(APA,2004).

    En la mayora de los textos, se asume que la hipnosis es un estado de trance, como indican Spiegel y Spiegel (1987,2004) en su definicin, que concibe la hipnosis como un estado psicofisiolgico de concentracin focalizada, aten-cional y receptivo, con una disminucin correspondiente en la conciencia perifrica. Adems, estos autores conside-ran que la capacidad para este estado vara en funcin de las personas y que es relativamente estable a travs delciclo de la vida adulta. Esta capacidad puede estar genticamente determinada, aunque quiz, segn estos autores,pueda ser aprendida en los inicios de la vida. El estado hipntico puede ser activado e invocado a travs de tres for-mas: espontneamente; como respuesta a una seal de otra persona (hipnosis formal); y como respuesta a una sealauto-inducida (auto-hipnosis).El problema de este tipo de definicin es que confunde el hecho(o fenmeno) que se pretende definir con una hip-

    tesis, en este caso la de que la hipnosis sea un estado de trance (o estado de atencin focalizada). Esta sera una hip-tesis de cmo funciona la hipnosis, que adems actualmente cuenta con evidencia controvertida y contradictoria

    (Capafons, 2001). Es ms, los tericos que aceptan el concepto de trance como demostrado, lo utilizan para describirlos fenmenos hipnticos pero niegan que explique o cause dichos fenmenos (Hilgard, 1969; Kihlstrom, 1985).Otros autores definen la hipnosis desde un punto de vista operativo, considerndola como un contexto social, en el

    que se usa una ceremonia de induccin que rotula o etiqueta la situacin como hipnosis, y en el que se sugieren alindividuo cambios en percepciones, cogniciones, experiencia, etc. En estos casos se mantiene separada la hiptesisque explica el funcionamiento de las sugestiones hipnticas con el fenmeno de la hipnosis. ste sera el caso deKihlstrom (1998) que define la hipnosis como una interaccin social en la que una persona responde a las sugestionesdadas por otra persona, el hipnotizador, generando cambios en la percepcin, la memoria y el control voluntario delas acciones, a travs de experiencias imaginativas.Por otra parte, las concepciones de la hipnosis que no apelan a un estado de trance, en general llamadas socio-cog-

    nitivas o cognitivo-comportamentales, rechazan explicaciones que implican discontinuidad de los comportamientos

    hipnticos respecto de los no hipnticos, basando sus argumentaciones tericas en los aspectos sociales y situaciona-les del contexto hipntico, junto con las actitudes, la imaginacin, las atribuciones, el rol socialmente sancionado, lasexpectativas y las creencias sobre la hipnosis que tiene la persona (Capafons, 2001; Lynn y Kirsch, 2005; Lynn y Rhue,1991).Esta falta de acuerdo entre las concepciones de los distintos autores que reflejan posturas tericas muy distintas, as

    como su complejidad, plante la necesidad de contar con una definicin neutral que no fuera inconsistente con nin-guna de las teoras ms relevantes. De esta manera, la Divisin 30 (Society of Psychological Hypnosis) de la AmericanPsychological Association(APA) propuso una definicin consensuada aceptada por las principales asociaciones dehipnosis. Segn esta definicin de la APA (2004), la hipnosis se define de la siguiente manera: H abitualmente, la hip-nosis con lleva una introduccin al p rocedimiento durante la cual se dice a una persona que se le presentarn sugestio-

    nes de experiencias imaginativas. La induccin h ipntica es una sugestin in icial ampliada para usar la prop ia

    imaginacin, y que puede incluir mayores detalles de la introduccin. Se usa un p rocedimiento hipntico para fomen-

    tar y evaluar respuestas a las sugestiones. Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiado por otra (el hipnot iza-

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    dor ) para que responda a las sugestiones de cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepcin, sensa-

    cin, emocin, pensamiento o conducta. Las personas pueden aprender tamb in auto-hipnosis, que es el acto de ad-

    min istrarse procedim ientos hipnticos a uno mismo.

    Si la persona responde a las sugestiones hipnticas, generalmente se infiere que se ha inducido una hipnosis. M uchos

    creen que las respuestas y experiencias hipnticas son caractersticas de un estado hip ntico. Aunque algunos piensanque no hace falta usar la palabra hipnosis como una parte de la induccin hipntica, otros lo ven esencial.

    Los detalles de los procedim ientos y sugestiones hipnticos diferirn segn los objetivos de quien la practique, y de

    los propsitos de la tarea clnica o de investigacin que se intenta realizar. Tradicionalmente, los procedimientos inclu-

    yen sugestiones para relajarse, aunque la relajacin no es una parte necesaria para la hipnosis, pud indose usar una

    amp lia variedad de sugestiones, inc luidas las de alerta. Tanto en mb itos clnicos como de investigacin se pueden

    usar sugestiones que perm iten evaluar el alcance de la hip nosis comparando las respuestas con escalas estandarizadas.

    Si bien la mayora de los participantes pueden responder, al menos, a algunas sugestiones, las puntuaciones de las es-

    calas suelen abarcar un rango que oscila desde lo elevado a lo insignificante. Tradic ionalmente, las puntuaciones se

    han agrupado en las categoras de bajas, medias y altas. Tal como ocurre con otras medidas de constructos psico lgi-

    cos escaladas positivamente, como la atencin y el apercib imiento, la claridad de la evidencia de haber logrado la hip -

    nosis se incrementa con la puntuacin del ind ividuo.Asimismo, hay que destacar la definicin propuesta por la Sociedad Britnica de Psicologa (2001/2002). Segn serecoge en el informe emitido por esta sociedad, el trmino hipnosis denota una interaccin que se da entre una perso-na, el hipnotizador, y otra u otras, el sujeto o sujetos, en la que el primero intenta influir sobre la percepcin,sentimientos, pensamientos y conductas del segundo, sugirindole, para ello, que se concentre en las ideas e imge-nes que puedan evocar los efectos que se pretenden conseguir. Las sugestiones seran las comunicaciones verbalesempleadas por el hipnotizador para alcanzar dichos efectos. Las sugestiones se diferencian del resto de instruccionesde la vida cotidiana, en que aqullas implican que el sujeto experimenta, con "xito", una respuesta caracterizada poruna cualidad de involuntariedad o por la carencia de esfuerzo. En esta definicin se pone tambin de relieve la exis-tencia de los mtodos de auto-hipnosis, entendidos como el modo en que las personas ponen en prctica los procedi-mientos hipnticos por s mismos.Las definiciones de ambas sociedades destacan la importancia de las sugestiones dirigidas a cambiar las cogniciones,

    conducta, afectos, etc., de la persona hipnotizada, as como el no incluir criterios especficos para determinar cundouna persona est o no hipnotizada. Esto ltimo se infiere de si la persona responde o no a las sugestiones, que ademslas experimenta como acaecimientos, es decir, sin experiencia de esfuerzo, como automticas o cuasi involuntarias(Capafons, Lamas, y Lopes-Pires, 2008).

    Mitos sobre la hipnosis

    A pesar de haber una gran cantidad de investigacin cientfica sobre la hipnosis todava hay muchos profesionales dela salud que desconocen la relevancia y uso de la hipnosis como ayuda para fomentar la eficacia de las intervencio-nes mdicas y psicolgicas (Capafons, 1998). Tanto los denominados hipnoterapeutas legos, como el cine, la litera-tura y los medios de comunicacin transmiten la mayora de los mitos y falsas creencias que existen sobre la hipnosis.Y son estos mitos los responsables de la iatrogenia que puede observarse en la utilizacin inadecuada de la hipnosis

    clnica (Capafons, 2001).De acuerdo con la investigacin, las creencias errneas sobre la hipnosis son compartidas tanto por profesionalescomo por la poblacin no especializada. Capafons (1998; en prensa) recoge las principales falsas creencias en sietemitos y sus correspondientes contra argumentos, que, no slo es conveniente que los conozcan los profesionales de lasalud, sino que, antes de plantear una intervencin que incluya la hipnosis, deben ser aclarados al usuario (Capafons,2001).El mito nmero 1 dice lo siguiente:La hip nosis no pertenece al campo de la Psicologa cientfica. Quienes la practican suelen ser charlatanes, curande-

    ros u hombres del espectculo. Las personas que mejoran con ella, son crdulos, ignorantes y " dependientes".En realidad, la hipnosis ha sido el objeto de investigacin experimental de estudios de autores de innegable

    seriedad en la Psicologa Cientfica, tales como Alfred Binet, William James, Wilhem Wundt, Clark Hull, H.J.Eysenck, Albert Ellis e Ivan Pavlov, entre otros. Desde sus comienzos, la hipnosis ha recibido atencin tanto

    desde su vertiente emprica como teraputica en psicologa y medicina (Sarbin y Coe, 1972). Asimismo, colec-

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    tivos profesionales de reconocido prestigio cuentan con secciones dedicadas a la hipnosis, como es el caso dela divisin 30 de hipnosis de la American Psychological Associati on, y las universidades de los principales pa-ses de Occidente incluyen la hipnosis en sus temarios, tanto en facultades de Psicologa como de Medicina yOdontologa.

    Sin embargo, todo esto no evita que charlatanes, personas del espectculo y pseudo profesionales que se auto-deno-minan hipnlogos o hipnoterapeutas, todos ellos caracterizados por no tener una cualificacin profesional con titula-cin universitaria, ni conocer la hipnosis cientfica/experimental, practiquen la hipnosis desde una perspectiva mslucrativa que sanadora. Debido a la dificultad del usuario promedio para distinguir entre los profesionales de la hipno-sis y los pseudo-profesionales, las asociaciones y colegios cientfico-profesionales estn desarrollando una importantelabor informativa (por ejemplo, vase este enlace: http://www.grupohipnosiscopcv.es/prof.htm).Adems, como se explicar en detalle en el siguiente apartado, la hipnosis es una herramienta psicolgica, que est

    mostrando ser eficaz y de gran utilidad en la prctica cientfico-profesional de la Psicologa y la Medicina, por lo queno se la puede considerar una herramienta de charlatanes ni curanderos.Por lo que se refiere a la segunda afirmacin del mito, las personas que son hipnotizables no son ignorantes, crdu-

    las o dependientes. La investigacin respecto a las caractersticas de las personas hipnotizables indica que existen co-

    rrelaciones significativas con algunos tipos de trastornos, como fobias, trastorno de estrs post-traumtico, etc., sinembargo, este hallazgo slo informa de que, segn la escala que se use y el tipo de poblacin, podemos encontrar al-gunas relaciones que no son capaces de caracterizar o dar un perfil de la persona hipnotizable (Council, 2005).Adems, la nica variable consistentemente relacionada con la sugestionabilidad hipntica es la sugestionabilidaddespierta (Kirsch y Council, 1992), lo cual tampoco aporta informacin sobre dicho perfil (Capafons, 1998). Por otraparte, mostrarse crdulo, ignorante, etc., depender ms del modelo de hipnosis que se acepte, que de la respuesta alas sugestiones hipnticas (Capafons, 2001).El mito 2 es el siguiente:La hipnosis puede dejar a la persona " enganchada" en un trance, de forma que, al no poder " salir del estado hip-

    ntico , quedara mermada en su volic in o devendra en un demente.Segn la evidencia clnica y los resultados experimentales, las personas no se quedan "enganchadas" en un estado al-

    terado de conciencia. El concepto de trance o estado alterado de conciencia ha sido descartado hace tiempo, o ha

    evolucionado tanto que lo que se entiende ahora por trance poco tiene que ver con lo que se entenda en el siglo XIXdebido a la evidencia experimental contraria a sus supuestas caractersticas (Hilgard, 1991; Kirsch, 1993; Sarbin yCoe, 1972; Spanos y Barber, 1976). Adems, cabe destacar que los estudios psicofisiolgicos recientes ni lo confirmanni lo refutan (Capafons et al., 2008). Se ha observado que algunas personas con una elevada sugestionabilidad hipn-tica y del tipo de los llamados disociadores (Barber, 1999) presentan ms dificultades para deshipnotizarse que otrascon el mismo nivel de sugestionabilidad (por ejemplo, pronos a la fan tasa, (Barber, 1999)), pero en cualquier momen-to pueden abandonar la hipnosis. Adems, esta dificultad en mostrar el comportamiento habitual no es superior a laque estas personas muestran al acabar otras tcnicas de relajacin, imaginacin o concentracin (Lynn, Martin y Frau-man, 1996). Por tanto, se puede afirmar que es difcil quedarse mermado en las propias capacidades de decisin o en-gancharse en un trance, si no existe, o, de existir, no presenta esas cualidades de anulacin del control (Capafons, enprensa).

    El Mito 3 es el siguiente:La hipnosis puede explici tar o agravar psicopatologas " latentes" de la persona. Incluso puede desarrollar alteracio-nes psqu icas en los ind ividuos sanos. Los individ uos con problemas psicop atolgico s, puede empeorar con la

    hipnosis.No se ha encontrado evidencia alguna de que la hipnosis pueda generar algn tipo de psicopata o alteracin psico-

    lgica, existiendo, adems, investigacin que indica que esa afirmacin es un mito y que no se dan iatrogenias espe-ciales con la hipnosis (Lynn, Myer y Mackillop, 2000), que se pueden prevenir con una presentacin adecuada de lamisma (Page y Green, 2002), y que los posibles efectos secundarios que pueda ocasionar estn ms relacionados conlas creencias hacia la hipnosis que con un presunto estado mental/neurofisiolgico de vulnerabilidad. Asimismo, la in-vestigacin tambin apunta a que la hipnosis es til en aquellos trastornos donde se pensaba que podra daar ms,como son los trastornos de identidades mltiples (Capafons, 2001), y que es una estrategia eficaz y eficiente en el tra-tamiento de diversos problemas psicolgicos. No se han constatado datos de caso alguno en el que se haya podido

    probar que las personas sanas puedan desarrollar patologas mediante la hipnosis (Wagstaff, 2000). Sin embargo, s es

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    conveniente que el psiclogo conozca los problemas que pueden generar las falsas creencias sobre la capacidad de lahipnosis para incrementar la memoria de las personas o para fomentar una regresin de edad o incluso a vidas pasa-das. Estas creencias llevan a la gnesis de falsos recuerdos tales como recordar haber sido torturado, abducido por ex-traterrestres o sufrido abusos sexuales, que suelen surgir cuando se utilizan las regresiones y sugestiones hipnticas

    para fomentar la precisin del recuerdo as como cuando se dan preguntas tendenciosas (Capafons y Mazzoni, 2005).Las graves implicaciones que suelen tener para los pacientes estos falsos recuerdos los hacen muy iatrognicos, perono dependen de la hipnosis en s, sino de las creencias errneas de que la hipnosis puede aumentar la cantidad y laprecisin de lo que se recuerda, de que la persona en regresin de edad se comporta igual que como lo haca en laedad a la que se le sugiere que regrese, y de que bajo hipnosis no se puede mentir (Capafons, en prensa).Por tanto, se puede concluir que la creencia en la hipermnesia y la fidelidad de la memoria inconsciente es uno de

    los mitos ms iatrognicos que se encuentran en el campo de la hipnosis, pues puede consolidar delirios o crear gra-ves problemas familiares para aquellas personas que tras una regresin dicen recordar que algn pariente ha abusadosexualmente de ellas. As, la hipnosis no es peligrosa en s misma sino que su posible iatrogenia proviene de la desin-formacin de quien la recibe y de la ignorancia de quien la aplica (Capafons, 2001).El mito 4 dice lo siguiente:

    La hipnosis provoca un " estado" sim ilar al del sueo, en el que la persona muestra unas caractersticas especiales. Sino se alcanzan tales caractersticas, la persona no est hip notizada. Slo se puede estar en esa situacin especial, si se

    ha recibido un mtodo de induccin h ipntica.

    La investigacin reciente confirma incluso con tcnicas de neuroimagen que no existen referentes de un estado desueo o alterado durante la hipnosis, es ms, se ha demostrado que las sugestiones hipnticas se cumplen sin ser me-ras ficciones de las personas hipnotizadas (Capafons, en prensa). Tambin hay que destacar que la apariencia de lapersona hipnotizada (ojos cerrados, aletargamiento, etc.) es slo una forma ms de utilizar la hipnosis, pues se han de-sarrollado otros mtodos de induccin y manejo de las sugestiones en que las reacciones sugeridas son ms bien deactividad mental y fsica y de expansin de la atencin (hipnosis alerta, activo-alerta y despierta) (Capafons, 2001).As, la apariencia de una persona hipnotizada depender de las sugestiones y del marco conceptual que el profesionalque va a hipnotizar presente al usuario (Capafons, en prensa).Por otra parte, en la segunda parte del mito que plantea como condicin para estar hipnotizado el alcanzar algunas

    caractersticas especiales, hay que recordar que bajo hipnosis no se provoca nada que no se sugiera y/o que la perso-na no crea y espere que vaya a ocurrir. Asimismo, no se puede esperar nada especial de la hipnosis, ni tampoco asu-mir que tiene poderes para lograr reacciones espectaculares en las personas hipnotizadas (Capafons, 1998).El siguiente mito, el 5, dice as:La hipnosis elimina y anula el contro l voluntario de la persona. sta deviene en un autmata en manos del hipnoti-

    zador, por lo que puede cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o que le llevan al ridculo social.Este mito ha perjudicado mucho el uso y la aplicacin de la hipnosis en la prctica clnica, pues en los medios de

    comunicacin, el cine y la literatura se presenta al hipnotizador como una persona con poderes para controlar la vo-luntad de la persona hipnotizada. De esta manera, la imagen que se transmite es que las personas hipnotizadas, porejemplo por hipnotizadores de espectculo en programas de televisin, muestran comportamientos ridculos o muyespectaculares que luego estas personas dicen haberlos experimentado como involuntarios e incontrolables. Sin em-

    bargo, hay que tener en cuenta que en estas situaciones de espectculos no se pide a la persona que haga nada quepueda ser antisocial, delictivo o inmoral, sino ms bien reacciones que ya esperan que se les puedan pedir y que con-sideran como divertidas y entretenidas (Capafons, 1998). Adems, no existe ningn dato comprobado de que alguienhaya actuado en la realidad contra su voluntad por haber sido hipnotizado, y la hipnosis no ha probado ser un medioeficaz para anular la voluntad de las personas (Capafons, 2001). S es posible que debido al control social que tienenlos profesionales de la salud y otras personas (confesores, maestros espirituales, etc.), en algn caso alguien acte con-trariamente a sus intereses, pero cuando se habla de hipnosis las personas estn mucho ms atentas a cualquier suges-tin que pueda salirse de lo aceptado y, por tanto, ser menos probable que esto ocurra. As, el estar hipnotizada nolleva a una persona a perder el control, y, si lo hace, sera porque tambin fuera de ella lo pierde (Capafons, 2001).Por lo que se refiere a la percepcin de las respuestas hipnticas como involuntarias, hay que sealar que ms bien se

    estn equiparando las reacciones automticas con las involuntarias. En hipnosis se perciben las respuestas como autom-ticas, como si ocurriesen sin demasiado esfuerzo por parte de la persona, sin embargo son voluntarias, pues en cualquier

    momento si la persona hipnotizada no quiere seguir una sugestin por las razones que sea, la puede interferir (fenmeno

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    llamado contra-sugestin), controlando la situacin hipntica mediante su actividad cognitiva (Capafons, 1998).El mito 6 es el siguiente:La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mgicas en las personas.

    Tal como ya se ha sealado, en hipnosis slo se consiguen respuestas que tambin se pueden dar fuera de hipnosis.

    Las evidencias experimentales indican que las sugestiones hipnticas no provocan reacciones ni competencias que lapersona no tenga previamente en su repertorio, es ms, las reacciones hipnticas se pueden replicar sin inducir la hip-nosis. S es cierto que la hipnosis es til para que la persona descubra sus potencialidades y ayuda a fomentar un ma-yor control sobre las propias reacciones que se aprenden a activar o inhibir con eficiencia y a voluntad cuando lapersona as lo necesite. Por lo tanto, se puede decir que la hipnosis es una forma de auto-control, pero no crea un es-tado especial en el que las personas consigan reacciones o se comporten de forma que no podran lograr fuera de hip-nosis (Capafons, 2001).Por ltimo, el mito 7 dice lo siguiente:La hipnosis es una terapia (hipnoterapia) , sumamente til , rpida y eficaz, que no exige ningn esfuerzo por parte del

    cliente para cambiar de comportamiento. Slo las personas muy susceptib les, sin embargo, pueden beneficiarse de ella.

    Tal como ya se ha indicado, la hipnosis no es una terapia psicolgica sino un coadyuvante a otras formas de psicote-

    rapia (Kirsch, Montgomery y Sapirstein, 1995) que facilita los resultados teraputicos y, al igual que otras formas desugestin, acelera la terapia y disminuye el esfuerzo necesario para ella, sin eliminarlo del todo, pues el paciente debeimplicarse y esforzarse activamente en el tratamiento para obtener los beneficios del mismo.Se pueden encontrar en la literatura dos intentos recientes de demostrar que la hipnosis es eficaz como nica in-

    tervencin. En uno de estos estudios se realiz un meta-anlisis (Flammer y Bongartz, 2003) y los autores slo pu-dieron concluir que la hipnosis es moderadamente eficaz en trastornos psicolgicos, y poco til en los mdicos.Otro estudio llev a cabo un meta-anlisis para determinar la eficacia de la hipnosis como nica intervencin entrastornos psicosomticos (Flammer y Alladin, 2007) y se concluy que sta es eficaz (p ero solo en el post-trata-miento, ya que no consideraron el seguimiento)cuando se utiliza la denominada nueva hipnosis (ericksoniana),en segundo lugar la mixta y luego la hipnosis tradicional. Estos resultados hay que tomarlos con cautela, pues esteestudio presenta serios problemas metodolgicos que no permiten aceptar estas conclusiones sin ms investiga-cin adicional.

    Por lo que se refiere a la segunda parte del mito, se ha comprobado que, en general, influye ms en la mejora conlos tratamientos que incorporan la hipnosis la actitud positiva y expectativas adecuadas hacia la hipnosis que una altasugestionabilidad hipntica (Schoenberger, 2000). De ah la importancia de desarrollar procedimientos que ayuden afomentar las actitudes positivas en los pacientes (Capafons, en prensa).En resumen, teniendo en cuenta la iatrogenia de estos mitos y que la hipnosis es una herramienta muy til y eficaz

    dentro del conjunto de procedimientos clnicos mdicos y psicolgicos, es necesario difundir la hipnosis cientfica en-tre profesionales y usuarios, tanto para contrarrestar los efectos de las creencias errneas o incluso iatrognicas, comopara animar a los profesionales cualificados a utilizarla convenientemente, lo cual resultar en mayores beneficios pa-ra los pacientes.

    reas de eficaci a de la hipnosis

    La hipnosis ha sido utilizada en el tratamiento de una amplia variedad de problemas mdicos y psicolgicos y se harealizado una gran cantidad de investigacin respecto a su eficacia. Sin embargo, parte de estos estudios son informesanecdticos, estudios de caso o estudios que no cumplen con criterios metodolgicos estrictos. Se han publicado va-rias revisiones de la investigacin sobre la eficacia de la hipnosis recogiendo la evidencia emprica disponible en la li-teratura. En un nmero especial de la International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis (IJCEH, 2000, Vol.48, 2), se revisaron aquellos estudios que cumplan los criterios metodolgicos planteados por Chambless y Hollon(1998), que estn entre los ms rigurosos de los existentes.Asimismo, Wark (2008) public una breve revisin en la que resume los resultados de los 18 principales meta-anli-

    sis realizados sobre la eficacia de la hipnosis clnica y los evala mediante los criterios de Chambless y Hollon (1998).En los resultados se identificaron 32 trastornos para los que la hipnosis es un tratamiento posiblemente eficaz, 5 paralos que es eficaz y 2 para los que se considera un tratamiento especfico. Tambin se destac que hay muy pocos tra-tamientos con hipnosis estandarizados que puedan guiar a los clnicos y que slo se publican las pautas generales del

    uso de esta tcnica.

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    Ms recientemente se public una revisin actualizada, y ms amplia que la de Wark, de los estudios de diversa n-dole relevantes al establecimiento de la eficacia de la hipnosis clnica (Mendoza y Capafons, 2009). En esta revisinse tuvieron en cuenta los resultados de la investigacin ms rigurosa al respecto, as como los de otros estudios que, apesar de no cumplir unos criterios metodolgicos rigurosos, muestran relevancia clnica. A continuacin se resumen

    las principales reas de eficacia y los estudios que han aportado evidencia emprica de la misma.

    ANALGESIA HIPNTICAMENTE INDUCIDAEl manejo del dolor, ya sea crnico o agudo, es una de las reas de aplicacin de la hipnosis que muestra una mayorevidencia emprica de su eficacia, y se considera como un tratamiento eficaz, bien establecido y empricamente vali-dado (Lynn, Kirsch, Barabasz, Cardea y Patterson, 2000; Montgomery, DuHammel y Redd, 2000). En la revisin deMontgomery et al. (2000) de estudios bien controlados se encontr que la hipnosis puede aliviar a un 75% de la po-blacin en distintos tipos de dolor y que adems las tcnicas de analgesia hipntica son superiores a la medicacin, elplacebo psicolgico y otro tratamiento. Asimismo, dentro de los procedimientos para reducir el dolor, la hipnosis fun-ciona especialmente bien en el desbridamiento de heridas por quemaduras que es muy doloroso, en las aspiracionesde mdula y en el parto (Montgomery, Du Hamel y Reed, 2000).

    En la revisin de Elkins, Jensen y Patterson (2007) de estudios controlados sobre el uso de la hipnosis en el tratamien-to del dolor crnico se encontr que las intervenciones con hipnosis fueron significativamente ms eficaces que el no-tratamiento en la reduccin del dolor en una amplia variedad de tipos de dolor crnico, que adems se mantuvierondurante varios meses.Asimismo, hay que destacar que, segn Jensen et al. (2006), el tratamiento hipntico es til para los pacientes con

    dolor crnico, no slo para conseguir efectos analgsicos, sino tambin en el manejo de la ansiedad, la mejora delsueo y la mejora de su calidad de vida.Por ltimo, en la revisin de Hammond (2007) sobre la eficacia de la hipnosis clnica para el tratamiento de los do-

    lores de cabeza y las migraas, se concluye que la hipnosis cumple los criterios de investigacin en psicologa clnicapara considerarse un tratamiento eficaz y bien establecido. Adems, presenta la ventaja de que no tiene efectos secun-darios, ni riesgos de reacciones adversas, disminuyendo el gasto en medicacin asociado a los tratamientos mdicosconvencionales (Hammond, 2007).

    HIPNOSIS EN MEDICINALa hipnosis se ha incluido en las intervenciones psicolgicas para aliviar la ansiedad de los pacientes relacionada conlas intervenciones quirrgicas, como tcnica coadyuvante a la analgesia farmacolgica, y para ensear a los pacien-tes estrategias de afrontamiento ante la ciruga. Asimismo, se ha utilizado con xito para reducir la cantidad de medi-cacin pre y post ciruga para el dolor, el sangrado y el tiempo de hospitalizacin, as como para facilitar elpost-operatorio y la recuperacin (Pinnel y Covino, 2000).En el meta-anlisis que llevaron a cabo Montgomery, David, Winkel, Silverstein y Bovbjerg (2002) de estudios con-

    trolados publicados que haban utilizado la hipnosis como coadyuvante de tratamientos cognitivo-comportamentalescon pacientes de ciruga, se encontr que aproximadamente un 89% de los pacientes de ciruga se beneficiaban delas intervenciones con hipnosis comparados a los pacientes en las condiciones control (grupos slo cognitivo-compor-

    tamentales). Asimismo, los autores encontraron que los efectos beneficiosos de la hipnosis se dieron significativamen-te ms en cada una de las seis categoras de resultados clnicos seleccionadas para el estudio, a saber, afecto negativo(ansiedad y depresin), dolor, necesidad de analgsicos, indicadores fisiolgicos, recuperacin y duracin del proce-dimiento y de la hospitalizacin. Adems estos beneficios se encontraron, tanto en los auto-informes, como en las me-didas objetivas en la ltima evaluacin. A partir de este estudio los autores concluyen que la hipnosis es uncoadyuvante eficaz para ayudar a los pacientes a reducir las consecuencias adversas de un rango amplio de pacientesde ciruga (Montgomery et al., 2002).Por otra parte, en el estudio de Montgomery et al. (2007) se observ que las pacientes sometidas a ciruga de mama que

    recibieron una intervencin de 15 minutos con hipnosis para reducir efectos colaterales, mostraron, respecto al grupo decontrol de atencin: menos consumo de propofol y lidocana, menor intensidad y menos molestias dolorosas, menos nu-seas, fatiga y alteracin emocional, similar consumo de fentanyl, midazolam y analgsico de sala, y menor gasto econmi-co de cada paciente (772.71 dlares americanos menos por persona que las pacientes del grupo control). Por tanto, los

    autores concluyen que estos datos apoyan el uso de la hipnosis en pacientes con cncer de mama que necesitan ciruga.

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    En el rea de la gastroenterologa, la hipnosis se ha utilizado como coadyuvante a la terapia cognitivo-comporta-mental del sndrome de colon irritable. En la actualidad, los tratamientos mdicos convencionales para este sndromeno son satisfactorios para ms de la mitad de los pacientes que continan con sntomas crnicos, as que se est valo-rando el impacto teraputico de otros tratamientos como es la hipnosis. Segn los estudios realizados, el tratamiento

    con hipnosis como coadyuvante a la terapia cognitivo-comportamental tiene un impacto importante que dura aos enla mayora de los pacientes con el sndrome de colon irritable, mejorando los sntomas intestinales, el bienestar psico-lgico y la calidad de vida, incluso de aquellos pacientes que no responden a los tratamientos mdicos estndar(Gonsalkorale, Houghton, y Whorwell, 2002; Gonsalkorale y Whorwell, 2005; Whitehead, 2006; Whorwell, 2006).Existen en la actualidad dos tratamientos estructurados que incluyen hipnosis para el tratamiento de este sndrome.

    Uno es el del equipo de la Universidad de Manchester en el Reino Unido (Gonsalkorale, 2006; Whorwell, 2006), y elotro es el Protocolo de Carolina del Norte (Palsson, 2006), ste ltimo es el nico que cuenta con un manual detalla-do de la intervencin. Ambos han mostrado que la mayora de los pacientes mejoran significativamente en cuanto asus sntomas gastrointestinales y su calidad de vida (Gonsalkorale, 2006; Palsson, 2006).En lo que se refiere a los trastornos respiratorios, Brown (2007) concluye que la hipnosis es posiblemente eficaz pa-

    ra el tratamiento de sntomas y conductas relacionadas con el asma y es eficaz para el manejo de estados emocionales

    que exacerban la obstruccin de las vas respiratorias. Tambin es posiblemente eficaz en la disminucin de la obs-truccin de las vas respiratorias y en la estabilizacin de la hiper-respuesta respiratoria en algunas personas. Sin em-bargo, no hay evidencia suficiente de que la hipnosis afecte a los procesos inflamatorios del asma, por lo que esnecesario replicar estos resultados con muestras mayores y mejores diseos experimentales, prestando especial aten-cin a los tipos de sugestiones hipnticas utilizadas.La hipnosis tambin se ha usado en la obstetriciapara facilitar el parto y reducir el uso de medicacin y analgsicos

    durante el parto (Cyna, McAuliffe, y Andrew, 2004; Jenkins y Pritchard, 1993). De acuerdo a la revisin de Brown yHammond (2007), la hipnosis ayuda a reducir significativamente los dolores de parto y la necesidad de medicacindurante y despus del parto. Asimismo, disminuye la probabilidad de partos prematuros y reduce significativamente laduracin de los dos primeros estadios del parto (pre nacimiento y nacimiento del beb). As mismo hay resultadosprometedores sobre el uso de la hipnosis para fomentar la eficacia de las intervenciones de fertilizacin artificial enmujeres (Levitas et al, 2006).

    Existen diversos estudios anecdticos sobre intervenciones hipnticas que han tratado con xito diversas condicionesdermatolgicas, como eczema, ictiosis, verrugas y psoriasis (Ewin, 1992; Zachariae, ster, Bjerring y Kragballe,1996). Asimismo, tambin se ha encontrado que la imaginacin y la hipnosis son mtodos de buena relacin costo-eficacia para reducir o eliminar verrugas (Lynn y Kirsch, 2006).Por otro lado, la hipnosis se ha utilizado tambin en oncologapara ayudar a los pacientes a manejar el dolor, redu-

    cir la ansiedad relacionada con los procedimientos mdicos, y reducir la emesis e hipermesis posterior a la quimiote-rapia (Pinnel y Covino, 2000; Nron y Stephenson, 2007).La investigacin de la eficacia de la hipnosis en la infancia todava est en pleno desarrollo, por lo que se pueden

    encontrar en la literatura diversos estudios no controlados y estudios de caso (Milling y Constantino, 2000). Hastaahora, hay un estudio que cumple los criterios de Chambless y Hollon (1998) y establece que la aplicacin de la hip-nosis para tratar la enuresis nocturna infantil es un tratamiento posiblemente eficaz (Edwards y Van Der Spuy,

    1985).Por otra parte, la hipnosis se ha aplicado para tratar una amplia variedad de problemas en nios y se muestra prome-tedora en la reduccin de los vmitos y las nuseas provocadas por la quimioterapia, el dolor de la aspiracin de m-dula, punciones lumbares, y otros procedimientos mdicos dolorosos y estresantes, y el dolor en general (Milling yConstantino, 2000; Mendoza y Capafons, 2009).

    HIPNOSIS COMO COADYUVANTE A LOS TRATAMIENTOS COGNITIVO-COMPORTAMENTALESEn el tratamiento para dejar de fumar, la hipnosis se puede considerar como un tratamiento posiblemente eficaz.Las intervenciones que incluyen hipnosis son ms eficaces que los grupos de lista de espera y de no tratamiento, aun-que no han mostrado ser ms eficaces que otros tratamientos, y la evidencia de si la hipnosis aporta resultados mejo-res que los placebos es controvertida (Green y Lynn, 2000). Sin embargo, la hipnosis se considera un procedimientoigual de eficaz que los existentes actualmente, con la ventaja de su eficiencia, ya que es breve y econmica, con me-

    nos costos, que otras intervenciones por lo que se recomienda para eliminar el hbito de fumar.

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    En el manejo de la ansiedad, la hipnosis utilizada como coadyuvante a la terapia cognitivo-comportamental slo hamostrado ser superior respecto al no tratamiento en un estudio de Schoenberger, Kirsch, Gearan, Montgomery yParstynak (1997) para la ansiedad de hablar en pblico.En la revisin de Schoenberger (2000) tambin se considera que, segn los resultados del estudio de Bolocofsky et al.

    (1985), la hipnosis junto con la terapia cognitivo-comportamental para el tratamiento de la obesidad se considera co-mo posiblemente eficaz.Tambin se ha utilizado la hipnosis para el tratamiento de la hipertensin (Lynn et al., 2000) y se considera que esprobablemente eficaz para incrementar la eficacia de los tratamientos cognitivo-comportamentales a los que acom-paa.En el tratamiento de la depresin, en el estudio de Alladin y Alibhai (2007) se encontr que la hipnosis como coad-

    yuvante de la Terapia Cognitiva de la Depresin de Beck dio como resultado cambios significativamente mayores endepresin, ansiedad y desesperanza que el grupo que no incluy la hipnosis. Este estudio cumple los criterios deChambless y Hollon (1998) para considerar el tratamiento de hipnoterapia cognitiva como probablemente eficazpara la depresin.Tambin cabe destacar un meta-anlisis reciente (Shih, Yang, y Koo, 2009) sobre la eficacia de la hipnosis en el tra-

    tamiento de los sntomas depresivos(no revisan estudios sobre depresin como tal). Aunque los resultados se basan enun nmero bajo de estudios, los autores concluyen que la hipnosis puede ser una intervencin no farmacolgica via-ble para los sntomas depresivos, que adems, bien utilizada no tiene efectos secundarios (Shih, Yang, y Koo, 2009).Segn Cardea (2000), en el caso del tratamiento del estrs post-traumtico, aunque existen muchos casos anecdti-

    cos y autores que defienden el uso de la hipnosis en el tratamiento de este transtorno, slo un estudio (Brom, Kleber, yDefare, 1989) se acerca a cumplir que los criterios de Chambles y Hollon (1998). Tambin se public un estudio pos-teriormente que cumple dichos criterios y cuyos resultados indican que la hipnosis incrementa la eficacia de un trata-miento cognitivo-comportamental para el estrs agudo (Bryant et al., 2005). Por ltimo, hay que mencionar que se hadesarrollado un modelo de intervencin en el que se incluye la hipnosis como coadyuvante (Cardea, Maldonado,Van der Hart, y Spiegel, 2008).

    HIPNOSIS COMO NICA INTERVENCIN

    En diversos estudios se ha utilizado la hipnosis sola, sin acompaar a un tratamiento mdico o psicolgico, o ambos.Sin embargo, segn la investigacin meta-analtica de Flammer y Bongartz (2003), la hipnosis slo es moderadamenteeficaz en el tratamiento de trastornos psicolgicos, y bajo en el apoyo de tratamientos mdicos. Por tanto, la evidenciaemprica ms prometedora de la eficacia de la hipnosis se ha encontrado cuando se utiliza como un coadyuvante alas intervenciones mdicas y psicolgicas.En resumen, la evidencia disponible indica que los procedimientos hipnticos son eficaces en el manejo del dolor, y

    elementos emocionales del asma; probablemente eficaces en el tratamiento coadyuvante de la depresin, de ciertostrastornos del sueo, en la reduccin del peso, el tratamiento del tabaquismo, el asma, la enuresis en nios y la prepa-racin a la ciruga. En otras reas, como colon irritable y odontologa no hay estudios que cumplan los criterios deChambless y Hollon (1998) para afirmar con rotundidad que es un procedimiento posiblemente eficaz. Por todo ello,es necesario que se realice ms investigacin con muestras ms grandes y diseos experimentales mejorados para el

    establecimiento de la eficacia de la hipnosis en aquellas reas donde los indicios son prometedores.

    La fi sio loga y la investigacin bsica en h ipnosis

    Dos grandes grupos de cuestiones han movilizado, a lo largo de su historia, la investigacin sobre los mecanismos b-sicos de la hipnosis. El primero gira en torno a la cuestin de si la hipnosis constituye un estado especial de concien-cia. En caso de que lo sea, cules son sus ndices objetivos, ya sean conductuales o fisiolgicos? El segundo es el delas cuestiones relativas a los mecanismos de funcionamiento de las sugestiones: es una ceguera sugerida hipntica-mente similar a una ceguera real? Cmo cambia el procesamiento cerebral de un estmulo doloroso cuando se redu-ce su percepcin en la analgesia hipntica?

    LA HIPNOSIS COMO UN ESTADO ESPECIALMuchos investigadores creen que, como consecuencia de la induccin hipntica, se produce un estado especial, o

    trance, en la actividad mental de los sujetos susceptibles, que es diferente a, o algo ms que, la respuesta a las suges-

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    tiones (ver Wagstaff, 1999). Esta idea tiene, al menos, dos versiones, que difieren en el valor explicativo que confierenal trmino. Para los partidarios de la versin fuerte, ese estado especial es la causa de que los sujetos respondan a lassugestiones y las experimenten subjetivamente de la forma en que lo hacen. En la versin dbil, el trmino slo des-cribe de alguna forma las peculiares experiencias subjetivas que suelen acompaar a las respuestas a las sugestiones.

    Se han dedicado muchos estudios a la bsqueda de algn ndice objetivo inequvoco del estado hipntico, bien seaconductual o fisiolgico. Debe reconocerse de entrada la existencia de algunas dificultades importantes a las que seenfrenta una investigacin as. En primer lugar, no disponemos por el momento de una serie de criterios comnmenteaceptada que nos permita determinar si un determinado patrn de cambios en la conducta o en la activacin cerebralconstituye o no un ndice objetivo de un estado especial (ver Kallio y Revonsuo (2003) para una discusin extensa deltema). En segundo lugar, la mayor parte de la investigacin en hipnosis se basa en el uso de sugestiones especficas,por lo que resulta difcil determinar si los efectos observados son atribuibles al estado hipntico o simplemente refle-jan los mecanismos de funcionamiento de las sugestiones. Por esta razn, los investigadores ms interesados en labsqueda de ndices del estado hipntico recurren con frecuencia a la denominada hipnosis neutra que, en trmi-nos operativos, sera el estado que sigue a un procedimiento de induccin hipntica, previo a la administracin decualquier otra sugestin especfica (ver, por ejemplo, Oakley y Halligan, 2009; McGeown et al., en prensa). A pesar

    de su popularidad, esta estrategia presenta, al menos, dos problemas. El primero es que un procedimiento de induc-cin tpico no es ms que una secuencia de sugestiones (tpicamente de relajacin, sueo, bienestar y concentracinen el hipnotizador), cada una de las cuales es susceptible de provocar efectos que tambin podran confundirse conlos del supuesto estado hipntico. Por otra parte, an si passemos por alto esta dificultad, sera necesario establecercul es la condicin de control con la que queremos comparar la hipnosis neutra. En ocasiones se ha utilizado un pe-rodo de descanso previo a la induccin (por ejemplo, Rainville et al., 1999); en otras se ha comparado el perodo dehipnosis neutra con otro posterior a una versin de la induccin de la que se ha eliminado cualquier referencia a lahipnosis (por ejemplo, Maquet et al., 1999).Teniendo en cuenta los problemas mencionados, no debe resultar extrao que no se hayan encontrado ndices con-ductuales ni fisiolgicos inequvocos del estado hipntico (para una visin ms optimista, ver Gruzelier, 2005). No obs-tante, el empeo se ha reavivado en los ltimos aos, especialmente con la disponibilidad de las tcnicas deneuroimagen, como la Tomografa por Emisin de Positrones (PET) y la Resonancia Magntica funcional (fMRI) (ver Oa-

    kley, 2008; Oakley y Halligan, 2009, para una revisin). Estas tcnicas nos han permitido, por primera vez y con unaprecisin de unos pocos milmetros, localizar cambios en la actividad cerebral de sujetos despiertos mientras realizanlas ms diversas tareas. En el campo de la hipnosis, la mayora de los estudios han examinado los cambios en activa-cin cerebral durante la respuesta a sugestiones especficas, pero en unos pocos casos se han incluido condiciones dehipnosis neutra. Como ya se ha indicado, Rainville et al. (1999) y Maquet et al. (1999), utilizaron procedimientos de in-duccin y condiciones de control diferentes y los patrones de activacin de activacin resultantes tambin lo fueron,pero con algunos rasgos comunes entre los que cabe destacar (1) un aumento de la actividad del giro cingulado ante-rior, un rea extensa que se ha vinculado a diversas funciones de ndole emocional y cognitiva, y cuya porcin ms an-terior suele considerarse como una parte del sistema atencional supervisor, en estrecha conexin con la cortezaprefrontal; (2) un aumento en la actividad de la corteza occipital en la condicin de hipnosis, que podra reflejar un ma-yor uso de la imaginacin visual; y (3) un descenso en la activacin del precuneus, una regin de la cara medial del l-

    bulo parietal que se ha asociado recientemente con funciones que requieren un alto nivel de integracin, incluyendoaspectos de la conciencia (para una revisin, ver Cavanna y Trimble, 2006). Es una de las reas corticales con un mayornivel de actividad metablica en los perodos de descanso y de forma consistente suele mostrar desactivaciones duranteel sueo o la anestesia, pero tambin cuando los sujetos se enfrascan en prcticamente cualquier conducta dirigida auna meta. Rainville y sus colaboradores interpretaron estos datos como una indicacin de que la induccin de la hipno-sis provoca cambios en la actividad de los sistemas cerebrales que sirven de base a la conciencia (Rainville et al.,1999), pero en un estudio ms reciente, McGeown et al. (en prensa) no han replicado sus resultados.Un enfoque distinto de la cuestin del estado, que podramos denominar neurofenomenolgico, consiste en exami-

    nar las correlaciones entre los autoinformes de los sujetos acerca de las experiencias tpicas del estado hipntico y losniveles de actividad de distintas regiones cerebrales. Rainville y sus colaboradores (1999) encontraron patrones com-plejos y distintos de correlaciones para los autoinformes de relajacin y absorcin. Cabe esperar que en el futuro pr-ximo nuevos estudios permitan comprobar la consistencia de estos resultados. En cualquier caso, si bien cualquier

    estudioso de la hipnosis acepta sin problemas que las sensaciones de relajacin y absorcin son comunes entre los su-

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    jetos hipnotizados, su carcter de rasgos esenciales de la experiencia hipntica ser sin duda ms polmico. No debeolvidarse que ambas se sugieren de forma explcita y repetitiva en la mayora de los procedimientos de induccin hip-ntica.

    Sugestiones hipnticasLa investigacin sobre los efectos de las sugestiones hipnticas ha resultado en general ms fructfera que la del esta-do, pero tampoco est libre de problemas, como la ausencia de replicacin y las diferencias metodolgicas inclusoentre los estudios centrados en un mismo fenmeno. Las sugestiones que ms se han estudiado son las que implicanalteraciones perceptivas, como las alucinaciones visuales, positivas o negativas, o la analgesia hipntica. Utilizandomedidas conductuales indirectas, es fcil comprobar que cuando, como respuesta a una sugestin, un sujeto niegapercibir un estmulo presente, ste sigue afectando a la rapidez de sus respuestas a otro estmulo que s percibe nor-malmente (Lamas y Valle-Incln, 1999; otras medidas indirectas se revisan en Kallio y Revonsuo, 2003). En la mismalnea, Hilgard y sus colaboradores (1974) observaron que, cuando los sujetos afirman no sentir dolor ante distintos ti-pos de estmulos nocivos, siguen mostrando reacciones cardiovasculares a ellos. Evidentemente, la sugestin no elimi-na por completo el procesamiento del estmulo. El siguiente paso es averiguar en qu fase del proceso, que va desde

    la activacin de los receptores sensoriales hasta la percepcin consciente del estmulo, acta la sugestin.La tcnica de los potenciales evocados obtenidos a partir del electroencefalograma (EEG) nos proporciona una medi-da continua de una parte de la actividad elctrica cerebral relacionada especficamente con un estmulo. Un buen n-mero de estudios ha informado de cambios en la amplitud o la latencia de los potenciales evocados bajo condicionesde sugestin hipntica (para una revisin, De Pascalis, 1999). Lamentablemente, las diferencias metodolgicas entreellos impiden demasiadas generalizaciones, pero s puede afirmase que las sugestiones hipnticas pueden afectar a laactividad cerebral relacionada con el procesamiento de estmulos de diferentes modalidades. Otra observacin co-mn es que los cambios afectan invariablemente a componentes relativamente tardos de los potenciales evocados(100 milisegundos o ms). Los componentes ms tempranos, que reflejan principalmente las etapas iniciales, general-mente automticas, del procesamiento del estmulo, no parecen ser sensibles a las manipulaciones hipnticas. Los tar-dos suelen recibir tambin la denominacin de endgenos, pues son sensibles a los cambios en la atencin o lamotivacin, as como a las variaciones en la relevancia del estmulo determinadas por las instrucciones de la tarea.

    Los potenciales evocados nos proporcionan una estimacin al alza del momento en que el cerebro comienza a tratarde forma diferente a los estmulos percibidos normalmente y a los afectados por la sugestin y los resultados apuntana que esto ocurre en etapas bastante avanzadas del procesamiento del estmulo.Una limitacin tcnica de los potenciales evocados es que no nos permiten localizar con certeza en qu lugar del

    cerebro se producen los cambios. Varios estudios han intentado hacerlo utilizando tcnicas de neuroimagen. El fen-meno ms estudiado ha sido la analgesia hipntica. Rainville y sus colaboradores (Rainville et al.,1997; Hofbauer etal., 2001) confirmaron la especializacin de las reas corticales que procesan el dolor administrando a sujetos alta-mente hipnotizables sugestiones de disminuir o aumentar bien el desagrado producido por un estmulo doloroso o laintensidad del dolor. En el primer caso, los cambios en las evaluaciones de desagrado se acompaaron de cambios enla actividad en una regin del cingulado anterior, sin cambios en la corteza somatosensorial. En el segundo, no hubovariaciones en la actividad del cingulado pero s en la de la corteza somatosensorial. En otros estudios se observaron

    descensos simultneos en ambas regiones con sugestiones de analgesia ms indirectas (Faymonville et al., 2000), ytambin que algunas de las reas implicadas en el procesamiento del dolor se activan por igual ante un dolor real yotro sugerido hipnticamente (Raij et al., 2005). En la modalidad visual, se han observado decrementos en el giro fusi-forme, un rea de la corteza implicada en el procesamiento del color, durante una sugestin de ceguera al color(Kosslyn et al., 2000), as como decrementos en la actividad del cingulado anterior en sujetos que redujeron el efectoStroop bajo sugestin hipntica (Raz et al., 2005). Tambin se han observado cambios en la activacin de reas cere-brales especficas con alucinaciones auditivas sugeridas (Szechtman et al., 1997), sugestiones motoras (Blakemore etal., 2003) y amnesia posthipntica (Mendelsohn et al., 2007). Tomados en su conjunto, estos resultados muestran quela experiencia de las sugestiones se acompaa de cambios en los niveles de actividad de reas cerebrales relacionadascon el procesamiento de los estmulos o tareas objeto de la sugestin, incluyendo tambin regiones frontales implica-das en la atencin, y que la sugestin y el patrn de activacin cerebral mantienen una relacin altamente especfica.Los estudios citados, y otros similares, han supuesto un notable impulso en el intento de desentraar los mecanismos

    a travs de los cuales la sugestin induce cambios en la activacin cerebral y es de esperar que este impulso permitir

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    en los prximos aos someter a prueba hiptesis cada vez ms especficas. Adicionalmente, la demostracin de quelas sugestiones actan de forma especfica sobre los sistemas cerebrales relacionados con la tarea afectada resulta undato relevante tambin para los especialistas en el funcionamiento de esos sistemas, lo que permite augurar un uso ca-da vez mayor de la hipnosis como un instrumento para investigar otros procesos (Oakley y Halligan, 2009).

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    Ficha 1.

    Tipos de hipnosisLa hipnosis ha sido clasificada de diversas maneras, por ejemplo, algunos autores distinguen una hipnosis clsica

    que utiliza sugestiones directas, mtodos de induccin y profundizacin de otra hipnosis moderna (desde una pers-pectiva ericksoniana) que utiliza las sugestiones indirectas y las metforas, y no aplica mtodos formales de induccin(Capafons et al., 2008).Por otra parte, tambin se puede clasificar en funcin de sus caractersticas distinguiendo entre hipnosis por relajaciny

    restriccin de la atencin, hipnosis alerta, hipnosis activo-alertaehipnosis despierta(Capafons, 2001) (ver Tabla 1).Lahipnosis por relajaciny restriccin de la atencin utiliza mtodos que intentan generar reacciones de relajacin

    mediante el uso de algn estmulo real que la provoque para luego desvanecerlo e introducir las sugestiones, de talmanera que la persona vaya aceptando que las reacciones que experimenta se deben al efecto de la sugestin hipnti-

    ca. Desde la perspectiva cognitivo-comportamental, esto se le explica a la persona para que confe en el terapeuta ycolabore con todo aquello que la ayude a activar y a consolidar la respuesta a las sugestiones. Los mtodos de induc-cin por relajacin suelen presentar diversas caractersticas comunes: a) se pretende que la persona cierre los ojos, pa-ra ello, habitualmente se presenta algn estmulo o situacin que fomente fatiga ocular y deseo de bajar los prpados;b) se utiliza el conteo hacia atrs o hacia delante junto con la sugestin de que la persona se relajar e hipnotizarms a medida que avancen o retrocedan los nmeros; c) se utiliza el repaso mental de las zonas ms importantes delcuerpo acompaado de sugestiones de relajacin de cada parte a la que se presta atencin; d) se dan sugestiones a lapersona de que est cayendo en una hipnosis profunda y se dan sugestiones que indican descenso, abandono, dejarsellevar, etc., a lo que se suele llamar cada y profundizacin. A partir de estos aspectos, el terapeuta puede disear laintervencin en funcin de sus preferencias y las del paciente (Capafons, 2001; Capafons y Amig, 1993).Se han desarrollado varios mtodos de hipnosis alerta (Barabasz y Barabasz, 1996; Vingoe, 1968; Wark, 1996), en

    los que las personas hipnotizadas cierran los ojos y se relajan, mientras se les dan sugestiones de alerta. Uno de estosmtodos es el elaborado por Gibbons (2001) llamado hiperempiria o experiencia aumentada, en el que la induccinse basa en sugestiones de alerta aumentada, expansin de la mente, sensibilidad y conciencia expandida (Gibbons,2001).Por lo que se refiere a la hipnosis activo-alerta,Bnyai, Zseni y Tri (1993) crearon un mtodo alerta que no incluye

    sugestiones de relajacin sino que sugiere a la persona actividad, en concreto pedaleando en una bicicleta ergonmi-ca o caminando a buen paso en una sala para que su cuerpo se active y se tense. Es el mismo paciente quien estable-ce la resistencia del pedaleo teniendo en cuenta que debe sentir el pedaleo como si subiera una cuesta con labicicleta y a medida que va avanzando la terapia la resistencia aumenta de manera espontnea, demostrndole que suproductividad aumenta. Durante la induccin, lapersona recibe retroalimentacin sobre su aumentoen la actividad de pedaleo en la bicicleta y se le di-

    ce que, por su actividad fsica vigorosa, puede ex-perimentar con ms intensidad sensacionescorporales, lo cual le muestra un mayor control so-bre sus experiencias. Asimismo, es importante quela persona mantenga el control de la velocidad y elritmo para aumentar su participacin activa en elproceso teraputico. Las sugestiones dadas van en-caminadas a generar emociones positivas, senti-mientos de potencia, energa, satisfaccin y placerasociados a la actividad. As, la energa bloqueadapor los sntomas de los pacientes puede liberarse y

    dirigirse de forma productiva y creativa (Bnyai,

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    TABLA 1DIFERENCIAS ENTRE DISTINTOS TIPOSDE HIPNOSIS Y SUGESTIN DESPIERTA

    Mtodo Ritual de Relajacin Sugestiones Activacin OjosInduccin alerta fsica abiertos

    Focalizacin / restriccin S S No No Node la atencin

    Alerta S S S No No*

    Activo-Alerta S No S S No*

    Vigilia/alerta** S No S S S

    Auto-Hipnosis Rpida** S S *** S No S

    Sugestin despierta No No No No S

    Nota:* A veces se sugieren abrir los ojos, pero se mantiene la mirada fija y perdida.** Excepcionalmente, aunque se puede sugerir como parte de la intervencin.** Mtodo de induccin de hipnosis despierta. Es polivalente a la hora de activar-relajar.

    Adaptado de A. Capafons(2001). Hipnosis. Madrid: Sntesis.

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    Zseni y Tri, 1993). Cuando la persona ya est hipnotizada, normalmente con los ojos cerrados, recibe las sugestionesde prueba (Capafons, 2001).ste es el mtodo de este tipo ms investigado y conocido. Sin embargo, plantea una serie de inconvenientes en la

    prctica clnica, como por ejemplo, la necesidad de una bicicleta ergonmica o de una sala grande en la consulta

    donde los pacientes puedan caminar para activarse. Adems, el ejercicio fsico que requiere puede ser problemticopara algunos pacientes como los que padezcan enfermedades cardiovasculares o los que no les guste realizar ejerci-cio fsico. Para mejorar estos inconvenientes se elabor un mtodo activo-alerta que, adems de activar a la persona,la prepara para experimentar la hipnosis despierta (mtodo Vigilia-Alerta, tambin conocido como Mano Alerta), porlo que se le considera un mtodo polivalente (Capafons, 1998; Capafons, 2001). Este mtodo es uno de los dos inclui-dos en el Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta (Capafons, 2001; 2004) que se describe ms adelante.El trmino de hipnosis despierta lo utiliz Wells (1924) para referirse a una forma de hipnosis en la que la persona

    no recibe un mtodo formal de induccin con sugestiones de somnolencia o relajacin sino de activacin. Esta formade utilizar la hipnosis es ms parsimoniosa y la persona no teme perder el control sobre su conducta como puede su-ceder en la hipnosis tradicional por relajacin. Asimismo, la hipnosis despierta, dadas sus caractersticas es muy vers-til presentando una gran cantidad de posibilidades en la prctica y es accesible a ms personas que la hipnosis por

    relajacin (Wells, 1924).Hay que destacar que la hipnosis despierta no se puede considerar slo como sugestin despierta, ya que sta ltimacarece de un ritual de induccin, mientras que la hipnosis despierta cuenta con un conjunto de rituales de induccinhipntica (Capafons y Mendoza, en prensa).El Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta (MVHD), desarrollado dentro del paradigma socio-cognitivo o cogniti-

    vo-conductual, es un modelo teraputico que incluye una variedad de mtodos encaminados al cambio de las actitu-des y al uso de las sugestiones maximizando sus efectos, al tiempo que se fomenta la responsabilidad e implicacindel paciente en el proceso de cambio (Capafons, 2001). Los procedimientos derivan de los mtodos de aumentar lasugestionabilidad hipntica de Sachs y Anderson (1967), y recuperan las ideas bsicas de Wells (1924) sobre hipnosisdespierta, as como el concepto de hiperempiria de Gibbons (2001). Asimismo, la base terica esencial del MVHD seapoya en la Teora de la Expectativa de Respuesta de Kirsch (1990, 1991, 1993), y la Teora Dramatrgica de la hip-nosis (Coe y Sarbin, 1991), descartando el concepto de trance, tal como propone Barber (1969). Desde esta posicin,

    el modelo defiende la continuidad entre la conducta hipntica y la no hipntica, apelando a variables como las ex-pectativas, la motivacin, las actitudes, las creencias, etc. para explicar las respuestas hipnticas (Capafons, 1999;Lynn y Kirsch, 2005; Spanos y Coe, 1992). Finalmente tambin se apoya en los trabajos de modificacin de la suges-tionabilidad hipntica realizados ya hace varias dcadas (Diamond, 1977; Gorassini y Spanos, 1999; Kinney y Sach,1974).Las principales caractersticas del modelo son las siguientes:a) No se dan sugestiones de somnolencia, restriccin de la atencin o relajacin.b) Se les pide a las personas hipnotizadas mantener los ojos abiertos, expandir su atencin, estar mental y fsicamen-

    te activados con una sensacin aumentada de auto-control.c) La persona hipnotizada puede hablar con fluidez, caminar y realizar casi cualquiera de sus actividades cotidianas

    mientras est experimentando las sugestiones hipnticas.

    d) Las sugestiones hipnticas son principalmente directas y permisivas.e) La hipnosis se presenta como una habilidad de afrontamiento, evitando aludir al trance o estados alterados deconciencia.

    Segn Wells (1924), las ventajas especficas de la hipnosis despierta frente a la hipnosis tradicional son las siguientes:(1) tiene una apariencia menos misteriosa; (2) es ms rpida en obtener resultados que con la hipnosis tradicional; (3)requiere menos esfuerzo por parte del terapeuta y es ms fcil de aprender para el nefito; (4) obtiene resultados conms personas desde el principio; (5) cuando es una preferencia del paciente o as lo requiere el caso, se puede utilizarla hipnosis por relajacin adaptando los mtodos con una probabilidad mayor de xito si las sugestiones en hipnosisdespierta ya haban dado sus resultados (Wells, 1924).Por otra parte, con el MVHD se pueden aadir ciertas ventajas especficas, frente a otras intervenciones con hipno-

    sis, son las siguientes: (1) a diferencia de muchas intervenciones hipnticas, los clientes que utilizan la hipnosis des-pierta aprenden a auto-hipnotizarse mientras mantienen los ojos abiertos y estn realizando actividades de su da a

    da, lo cual les permite darse auto-sugestiones teraputicas y, por tanto, obtener el beneficio de las mismas, donde y

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    cuando les surge el problema, incluso en situaciones pblicas; (2) la hipnosis despierta puede generalizarse con facili-dad a la vida cotidiana. Asimismo, el MVHD est diseado especficamente para activar y reforzar las expectativas dexito de los pacientes, as como su motivacin hacia la terapia en su conjunto, generando una sensacin general deeficacia y auto-control. Todo ello puede ayudar a incrementar la eficacia de la intervencin, as como el agrado y sa-

    tisfaccin de los pacientes hacia la misma, es decir, su eficiencia (Capafons, 2001; 2004). Por ltimo, hay que desta-car que el MVHD fomenta una participacin activa por parte del cliente, en contraste con el modelo de Wells, msautoritario, que promova ms pasividad en los clientes (John F. Chaves, comunicacin personal al tercer autor, 12-1-2005), y que adems estaba enmarcado en un contexto de trance.El MVHD incluye tres procedimientos para el establecimiento del rapport: la presentacin cognitivo-conductual de

    la hipnosis, la evaluacin clnica de la sugestionabilidad hipntica y una metfora didctica sobre hipnosis. Se utilizandos mtodos de hipnosis despierta junto con estos procedimientos, que son la Auto-Hipnosis Rpida (AHR) y la (hete-ro) Hipnosis Vigilia-Alerta (tambin conocida como Mano-Alerta), donde el primero es la base del modelo (Capafons,2001).A pesar de estar muy estructurado, el mtodo tiene una secuencia flexible. La presentacin cognitivo-conductual de

    la hipnosis ejemplifica su asociacin con las situaciones de la vida cotidiana, a la par que proporciona correcciones a

    los mitos ms populares sobre la hipnosis, por ejemplo que la hipnosis es una tcnica segura para las personas hipno-tizadas o que no est asociada a un estado alterado de conciencia en el que la persona se pueda quedar engancha-da. Adems, esta presentacin conceptualiza la hipnosis como un medio de ganar auto-control, lo que tambinreduce los miedos a perder el control que pueda tener el paciente.Despus de esto, el paciente ya est preparado para pasar a la evaluacin de la sugestionabilidad, que se lleva a ca-

    bo sin ninguna induccin hipntica previa y utilizando ejercicios clsicos de hipnosis pero con un sentido diferente.El propsito de estos ejercicios es evaluar la colaboracin del paciente y su confianza en el terapeuta, as como susactitudes hacia la hipnosis. Los ejercicios son: balanceo postural, cada hacia atrs y apretn de manos.A partir de aqu se le ensea al paciente el mtodo de AHR que, una vez aprendido, puede ponerse en prctica con

    mucha rapidez, manteniendo los ojos abiertos y de manera que pase desapercibida a los dems. Este mtodo de in-duccin, que consta de tres pasos, est muy relacionado con los ejercicios de sugestionabilidad hipntica, pues losdos primeros son cada hacia atrs y apretn de manos, el tercero consiste, generalmente, en una sugestin de reto

    (ejercicio de confirmacin), si bien conviene adaptarse a las reacciones que el usuario experimenta con mas facilidad(como pueda ser la levitacin de la mano) (una descripcin detallada de este mtodo se puede encontrar en Capa-fons, 1998, 2001).Cuando el paciente ya ha experimentado la hipnosis, se utiliza una metfora para transmitir las siguientes ideas: la

    hipnosis no es peligrosa, no implica una carencia de esfuerzo o perseverancia para cambiar conductas, y es un instru-mento importante, aunque slo como un coadyuvante en el tratamiento en que es implementada. Este ejercicio se re-aliza mientras el paciente est en hipnosis tras haberse auto-hipnotizado, y consiste en pedirle que se imagine a smismo/a enfrentndose a una serie de dificultades ficticias (sobrevivir en una jungla) que va resolviendo con xito gra-cias a sus esfuerzos y al correcto uso de un machete que representa a la hipnosis en la historia (para una descripcindetallada de la metfora didctica, vase Capafons, 2001; Capafons, Alarcn y Hemmings (1999)).Uno de los propsitos de la hipnosis, y de la hipnosis despierta en particular, es aumentar las expectativas de auto-

    eficacia y de resultado de los pacientes (Kirsch, 1985; 1986) fomentando su motivacin de involucrarse en la interven-cin. Un siguiente paso dentro del MVHD consiste en que el paciente experimente las sugestiones de prctica yentrenamiento. En la medida en que en el MVHD las sugestiones se dan a los pacientes mientras stos tienen los ojosabiertos, es posible llevar a la prctica varios ejercicios en los que los pacientes empiezan a darse cuenta de que unaserie de estmulos (lpices, relojes o cualquier objeto, incluso alguno imaginario) pueden provocar reacciones que demanera natural nunca provocaran. Los ejercicios empiezan pidiendo al paciente que se auto-hipnotice y se le sugie-ren reacciones de pesadez y ligereza que va asociando a ver y tocar objetos. Entonces, estas sugestiones se inviertende tal manera que si se ha sugerido que ver un bolgrafo generar pesadez, la sugestin inversa sera que el mismo bo-lgrafo luego genera ligereza. Utilizando la terminologa de Hull (1933), el terapeuta le explica al paciente que estosejercicios son tiles para facilitar la homoaccin, esto es, el obtener mejores respuestas mediante la prctica (sobreaprendizaje), as como la heteroaccin (transferencia), que se refiere a mejorar los resultados de sugestiones ms dif-ciles practicando otras ms fciles. De esta manera, los pacientes entienden que responder a las sugestiones es tam-

    bin una cuestin de prctica, lo cual facilita el uso de la auto-hipnosis como una tcnica que promueve habilidades

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    F o r m a c i n C o n t i n u a d a a D i s t a n c i a

    de afrontamiento. Los pacientes tambin aprenden que estn desarrollando su propia capacidad para responder a lassugestiones hipnticas, la cual se basa de alguna manera en una disciplina mental.Por otra parte, estos ejercicios permiten hacer a los pacientes las siguientes preguntas motivacionales:a) Hay alguna razn objetiva para que el ver o el tocar esos objetos genere pesadez o ligereza? Respuesta: No.

    b) Cree que su forma de pensar, de imaginar, y su actitud han favorecido esas reacciones? Respuesta: S.c) Cree que los objetos provocan las reacciones que ha observado por el significado que usted le ha dado? Repues-

    ta: S.d) Cree que parte de su problema depende de su forma de pensar, imaginar y su actitud hacia l, es decir, del signi-

    ficado que ha asociado con el mismo? Respuesta: S.e) Cree que cambiando su forma de pensar, imaginar, y su actitud hacia el problema puede ayudarle a solucionarlo?

    Respuesta: S.f) Cree que la hipnosis le puede ayudar a usar mejor sus pensamientos y su imaginacin y a mantener una actitud

    ms adecuada? Respuesta: S.Normalmente, los pacientes tienden a responder adecuadamente a las preguntas (si bien personas con modelos de-

    monolgicos que creen en que sus males provienen de males de ojo, brujera, etc., pueden responder inadecuada-

    mente a esas preguntas), lo que les lleva a cambiar el significado de sus sntomas. Estos ya no estn fuera de sucontrol, sino que, por el contrario, estn determinados y/o mantenidos por su actitud e interpretacin del problema.De esta manera, la auto-hipnosis se considera un mtodo coadyuvante que ayuda a aumentar el auto-control y la au-to-regulacin.Por ltimo, conviene sealar que los mtodos que conforman el MVHD han sido descritos por los pacientes como

    agradables, fciles de aprender y tiles (Cardea, Alarcn, Capafons y Bayot, 1998; Martnez-Tendero, Capafons, We-ber y Cardea, 2001; Reig, Capafons, Bayot y Bustillo, 2001). Asimismo, estos mtodos, que han sido empricamentevalidados, igualan la eficacia atribuida a otras formas de manejo de la sugestin hipntica e incluso han superado aotros mtodos (Capafons, 2004).

    REFERENCIASBnyai, . I., Zseni, A., & Try, F. (1993). Active-alert hypnosis in psychotherapy. En J. W. Rhue, S. J. Lynn & I. Kirsch

    (Eds.),Handbook of clinical hypnosis(pp. 271-290). Washington, D.C.: American Psychological Association.Barabasz, A. & Barabasz, M. (1996). Neurotherapy and alert hypnosis in the treatment of attention dficit hyperactivity

    disorder. En S.J. Lynn, I. Kirsch y J.W. Rhue (Eds.), Casebook of clin ical hypnosis(pp. 271-291). Washington, D.C.:American Psychological Association.

    Barber, T.X. (1969).Hypnosis: A scientific approach. Princenton, NJ: Van Nostrand Reinhold.Capafons, A. (1998). Hipnosis clnica: una visin cognitivo-comportamental. Papeles del Psiclogo, 69 , 71-88.Capafons, A. (1999). La hipnosis despierta setenta y cuatro aos despus. Anales de Psicologa, 15, 77-88.Capafons, A. (2001).Hipnosis. Madrid: Sntesis.Capafons, A. (2004). Clinical applications of waking hypnosis from a cognitive-behavioural perspective: From effi-

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    ducta(pp. 593-614). Madrid: Pirmide.Capafons, A. & Mendoza, M.E. (en prensa). Wak


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