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CONTABILIDAD E HISTORIA La historia de la contabilidad: una disciplina en auge E steban H ernández E steve (España) Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid Chairman of the Board of Trustees of The Academy of Accounting Historians Resumen En este artículo se describe la evolución del interés por la historia de la contabilidad, que ha pasado del estudio del desarrollo de las técnicas contables a la visión global de la contabilidad como elemento íntimamente interrelacionado con todos los acontecimientos económicos, sociales y cultu- rales que ocurren en la sociedad. De hecho, la escritura fue inventada por los mesopotamios —hace más de 5.000 años— precisamente para satisfacer la necesidad de registrar y dejar constancia de sus cuentas. Palabras clave: Historia de la contabilidad; Ingeniería de la historia eco- nómica; Revolución comercial del siglo XIII; Interdisci- plinariedad.
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CONTABILIDAD E HISTORIA

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Esteban Hernández Esteve(España)

Profesor Honorario de la UniversidadAutónoma de Madrid

Chairman of the Board of Trustees of The Academyof Accounting Historians

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En este artículo se describe la evolución del interés por lahistoria de la contabilidad, que ha pasado del estudio deldesarrollo de las técnicas contables a la visión global de lacontabilidad como elemento íntimamente interrelacionadocon todos los acontecimientos económicos, sociales y cultu-rales que ocurren en la sociedad. De hecho, la escritura fueinventada por los mesopotamios —hace más de 5.000 años—precisamente para satisfacer la necesidad de registrar y dejarconstancia de sus cuentas.

Palabras clave:

Historia de la contabilidad; Ingeniería de la historia eco-nómica; Revolución comercial del siglo XIII; Interdisci-plinariedad.

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R E V I S T A I N T E R N A C I O N A L L E G I S D E C O N T A B I L I D A D & A U D I T O R Í A

Introducción

1. Objeto y alcance de la contabi-lidad y de su historia

2. Primeros tiempos de la historiade la contabilidad. Las técnicascontables para uso de los con-tables (1852-1936)

3. Apertura de horizontes de lahistoria de la contabilidad(1937-1969)

4. Consolidación, auge y revolu-ción epistemológica y metodo-lógica (a partir de 1970)

Conclusión

Bibliografía

Introducción

Durante los días 19 a 21 del mes dejulio del año 2000 se celebró enMadrid el 8th World Congress ofAccounting Historians. Esta fue laprimera vez que se organizó en Es-paña un congreso de esta serie, queinició en Bruselas en el año de 1970,prosiguiendo en Atlanta en 1976,Londres en 1980, Pisa en 1984,Sydney en 1988, Kyoto en 1992, yKingston, Canadá en 1996. Poste-riormente, en el año 2002, se cele-bró el Congreso de Melbourne, parallegar, finalmente, al de St. Louis,

Oxford, en los Estados Unidos enel 2004.

Al Congreso de Madrid asistieron,sin contar los acompañantes, unos200 especialistas pertenecientes apaíses de los cinco continentes,como corresponde a una clase decongresos que se autotitulan de ta-lla mundial. Este es el número departicipantes que, más o menos,viene asistiendo a estos congresos,aunque el de Madrid ostenta hastaahora, por un pequeño margen, elrécord de la serie.

El éxito de estos eventos refleja elauge que durante los últimos quin-ce o veinte años viene experimen-tando el interés por la historia de lacontabilidad, el cual se puede evi-denciar también en otras manifes-taciones como: la creación de va-rias revistas especializadasdedicadas exclusivamente a la pu-blicación de investigaciones sobrela materia; el establecimiento en di-versos países (Australia, España,Francia, Italia, Japón, Portugal), deasociaciones de historia de la con-tabilidad siguiendo el ejemplo pio-nero de The Academy of AccountingHistorians norteamericana, quienesse encargan de reunir y coordinar alos interesados en la disciplina paraestimular sus investigaciones a tra-vés de la convocatoria de premiosy congresos nacionales; la instru-mentación de sesiones dedicadas ala historia de la contabilidad en loscongresos nacionales e internacio-

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nales de contabilidad, y, por supues-to, la consiguiente multiplicaciónde trabajos relativos a esta disci-plina, entre otros. Puede decirseentonces, que en las dos últimas dé-cadas y dentro de sus límites, cier-tamente modestos en comparacióncon los de otras disciplinas de ma-yor fulgor y reconocimiento, se haproducido una verdadera eclosiónde interés por el estudio de la his-toria de la contabilidad. Y ello, enuna época en que la historia en ge-neral y la historia económica en par-ticular parece que están perdiendopeso relativo en el mundo acadé-mico e intelectual. ¿A qué obede-ce, pues, este repentino interés poruna disciplina aparentemente tanconcreta, tan específica y tan limi-tada como es la historia de conta-bilidad?, ¿cómo se explica?, ¿aquién puede interesar la historia dela contabilidad?, ¿en qué consiste?,¿cuál es su campo de investiga-ción?, ¿ha experimentado algunaevolución?, ¿cuáles son sus pers-pectivas?... Dedicaremos las si-guientes páginas a contestar estasy otras preguntas que surjan por elcamino.

1. Objeto y alcancede la contabilidady de su historia

La contabilidad, es decir, el arte detener cuenta y razón, o sea, “lo quese requiere en toda cosa”, como ladefinían nuestros antiguos auto-

res castellanos (Covarrubias 1987:352), es una actividad tan antiguacomo la propia humanidad. Enefecto, desde que el hombre eshombre, y aun mucho antes de co-nocer la escritura, ha necesitado lle-var cuentas, guardar memoria ydejar constancia de datos relativosa su vida económica y a su patri-monio: bienes que recolectaba, ca-zaba, elaboraba, consumía y poseía;bienes que almacenaba, que pres-taba o enajenaba; bienes que dabaen administración, etc. Recientesinvestigaciones como las de laarqueóloga Denise Schmandt-Besserat, comentadas y profundi-zadas en los aspectos contables porRichard Mattessich, han mostradocómo los antiguos mesopotamios,ya hace 8.000 años, mucho antes,por consiguiente, de la invención dela escritura, llevaban las cuentas desus bienes por medio de bolas dearcilla en las que introducían pie-drecillas a las que se asignaba unvalor simbólico. Por otra parte, esbien conocido el uso de tarjas, opalos de caña o de madera, de lasque hasta hace bien poco se servíantodavía algunos lugareños para lle-var y justificar determinadas cuen-tas, así como también, el empleo desistemas a base de cuerdas con nu-dos utilizados para llevar cuentassin necesidad de usar la escritura.

Por otra parte, las modernas in-vestigaciones de arqueólogos ehistoriadores de la antigüedad es-pecializados en la historia de Meso-potamia, tales como Hans Nissen,

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Peter Damerow y Robert Englund(1990), permiten afirmar que losprimeros documentos escritos quese conocen, constituidos por milla-res de tablillas de arcilla con ins-cripciones en caracteres protocu-neiformes, elaboradas a finales delcuarto milenio antes de Jesucristo,es decir, hace más de 5.000 años,contienen tan solo números y cuen-tas, sin textos ni palabras. Este he-cho hace concluir a los indicadosinvestigadores que la escritura de-bió de surgir, hacia el año 3.300 a.J. C., como consecuencia preci-samente de la necesidad que sen-tían los antiguos habitantes deMesopotamia de registrar y dejarconstancia de sus cuentas. A esteobjeto, instrumentaron unos siste-mas numéricos ad hoc que Nisseny sus colaboradores han consegui-do descifrar y explicar. No fue,pues, el deseo de legar a la poste-rioridad el recuerdo de hazañas gue-rreras, relatos de héroes o dioses, ode plasmar normas jurídicas para supermanente constancia y cumpli-miento lo que motivó el nacimien-to de la escritura, como se creíahasta ahora, sino simple y llana-mente la necesidad de recoger yconservar las cuentas originadascomo consecuencia de procesosproductivos y administrativos. A lacontabilidad se le debe, según es-tos investigadores, la invención dela escritura.

Sean ciertas o no estas conjeturas,en cualquier caso sirven de toque

de atención en relación con losamplios horizontes que se abren ala historia de la contabilidad, unaactividad tan importante y necesa-ria como para que, supuestamente,por su causa tuviera que inventarsela escritura. Tal circunstancia, porsí sola, debería bastar para que sin-tiéramos interés por el papel que taldisciplina ha jugado y sigue jugan-do en el devenir de la humanidad,compeliéndonos a superar —la másbien pobre concepción— que co-rrientemente se tiene de la contabi-lidad en el mundo intelectual y adesechar el viejo y menguado este-reotipo del tenedor de libros con suvisera y sus manguitos, si es que,de verdad, queremos penetrar en lasposibilidades cognoscitivas, cultu-rales e interpretativas que nos ofre-ce la historia de la contabilidad.

Realmente, por pequeño que sea elacercamiento que hagamos de ello,nos percataremos de que la necesi-dad de llevar cuentas se extiende atodas las actividades humanas quetengan una vertiente económica ymanejen magnitudes mensurablesque deban ser recordadas y toma-das en consideración. De acuerdocon esta necesidad generalizada, losmotivos y las razones por los cua-les se llevan cuentas han sido des-de siempre muy variados y dispa-res, pero los historiadores haciendoun esfuerzo de sistematización hanprocurado reducirlos a dos funda-mentales y primarios: en primerlugar, la necesidad por parte deagentes, factores y administradores

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de rendir cuenta de su gestión a susprincipales y, en segundo, la nece-sidad sentida por comerciantes yempresarios en general de conocerel importe de sus créditos y obliga-ciones en relación con sus deudo-res y acreedores, respectivamente;un conocimiento que más tarde qui-so extenderse a la marcha de su ne-gocio y de los elementos patrimo-niales en su totalidad. En principiopuede parecer que ambas motiva-ciones son similares e indiferentes,pero lo cierto es que, según la mo-tivación primaria que se quisierasatisfacer, el desarrollo de las ano-taciones contables adoptó unas ca-racterísticas específicas, que se fue-ron plasmando en dos sistemasdistintos de contabilidad, los cua-les convivieron en paralelo, conser-vando sus enfoques peculiares, has-ta que la invención, allá hacia elsiglo XIII de la contabilidad porpartida doble, global, omnicom-prensiva y perfectamente interrela-cionada, vino a asumirlos a ambosy a satisfacer a la vez las dos moti-vaciones primarias.

No se crea que el estudio de lascuentas del pasado tiene que limi-tarse al conocimiento de la formaen que el dueño de las cuentas re-gistraba sus actividades o, en elmejor de los casos, al estudio deestas mismas actividades, como po-siblemente piensen los que no si-gan de cerca las investigacionesmodernas en historia de la contabi-lidad ni se hayan detenido a consi-derar las posibilidades que esta dis-

ciplina encierra. Nada de eso. Comomodernamente se acepta con gene-ralidad, el estudio de las cuentasabre los caminos de un vasto cam-po de conocimientos que abarcantambién el de los planteamientoseconómicos y, en su caso, empre-sariales del interesado; de su formade entender los negocios, de diri-girlos, controlarlos y organizarlos;de seguirlos y estar al tanto de lamarcha de los mismos; de las posi-bilidades y alternativas de colocarel patrimonio que su tiempo y en-torno le ofrecían; de su modo derelacionarse con el mundo exterior,mercados, autoridades mercantilesy políticas, dependientes y corres-ponsales, clientes y proveedores,agentes, corredores e intermedia-rios en general; del contexto insti-tucional, social, económico, jurídi-co, político y religioso en que sedesenvolvía; de las ideas imperan-tes que condicionaban ese entorno;de su actitud y grado de adaptacióna las mismas; de la forma en que seprocuraba su autole-gitimizaciónsocial, etc.

Por otro lado, siendo tan universalcomo se ha señalado la necesidadde llevar cuentas, es claro que elestudio de la historia de la contabi-lidad presenta, además, un atracti-vo singular: el de constituir una pla-taforma intelectual que permiteacceder, con un perfecto grado decoherencia y justificación, sin sa-lirse de su propia demarcación, a lainvestigación de los más disparescampos de la actividad humana. De

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esta manera, aunque cada parcelatiene, como es lógico, sus caracte-rísticas y particularidades meto-dológicas, el historiador de la con-tabilidad lo mismo puede abordardel estudio de las actividades dela hacienda pública en general o dealgún sector de la misma, que lasde un ejército, una armada, un bar-co, un hospital, una fábrica, uncomerciante, un banco, una explo-tación agrícola, una sociedad anóni-ma, una casa nobiliaria, un mo-nasterio, un hospicio, una univer-sidad, una hermandad religiosa, uncentro de investigación científica,una diócesis... Pues todas estaspersonas y entidades, a pesar de lagran diversidad de sus ocupaciones,tenían necesidad de llevar cuentas.Su estudio constituye, por consi-guiente, un estupendo nexo deunión de actividades completamen-te distintas; una magnífica vía deacceso al tratamiento y conocimien-to de áreas tan dispares y alejadasentre sí que apenas podrían mos-trar otro vínculo de unión entreellas.

Únase a estos factores el hecho deque existe en los archivos una in-mensa riqueza de documentacióncontable, compuesta por libros decuentas de todo tipo, balances,inventarios, extractos, comproban-tes, etc., absolutamente inexplo-rada, que descansa en sus estante-rías bajo el polvo de los siglos,esperando la llegada de un investi-gador, y se comprenderá la inven-cible atracción que los iniciados

sienten por la investigación histó-rico-contable.

Como se ha indicado expresamen-te y, además, se infiere con clari-dad de todo lo expuesto, el ámbitodonde se desenvuelve la contabili-dad es el económico. Por ello, re-sulta claro que el contexto científi-co donde debe enmarcarse lahistoria de la contabilidad es el dela historia económica. El estudio delas cuentas requiere, obviamente,unos conocimientos inexcusablesde la técnica contable, cuya evolu-ción a lo largo del tiempo se erigeen sí misma en objeto de estudiohistórico. Pero, como ya se ha co-mentado, el objeto final de las in-vestigaciones histórico-contablesno se limita a los aspectos técnicos,sino que se extiende por derechopropio a problemáticas de neto ca-rácter histórico-económico, sin ex-cluir las ricas vertientes inter-disciplinares que se hacen presentesen la mayor parte de los casos. Ladificultad que para los no iniciadossuponen los conocimientos técnicosrequeridos para su práctica ha dadolugar a que algunos hayan califica-do a la historia de la contabilidadde ingeniería de la historia econó-mica, por considerarla su parte másdifícil, intrincada y recóndita. Estadificultad ha motivado, asimismo,que muchos historiadores económi-cos hayan soslayado y sigan sosla-yando en sus investigaciones losaspectos histórico-contables parano introducirse en un terreno res-baladizo que no conocen bien.

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Afortunadamente, el desarrollo delas facultades de Ciencias Econó-micas y Empresariales, con la in-clusión de la contabilidad comoasignatura obligatoria en sus pro-gramas, está haciendo perder estosrecelos a los historiadores econó-micos de nuevo cuño, pues los an-tiguos, no lo olvidemos, provenían,hasta hace pocos años, de las facul-tades de Filosofía y Letras. Sinembargo, lo cierto es que, pese aello, todavía no se ha llegado a ungrado suficiente de implicación delos historiadores económicos entemas propiamente histórico-conta-bles. Las perspectivas en este aspec-to son, empero, esperanzadoras. Aello contribuye el hecho de que enestos momentos las dos tendenciasmás acusadas y florecientes de lahistoria económica moderna, lasque han abierto nuevos horizontesy utilizado fuentes hasta ahorainexploradas, son, por un lado, lade la integración del cambio tecno-lógico como componente endógenode la evolución económica, y, porel otro, la del estudio de la historiade la empresa. Ambas direccionesson confluyentes y marcan el ini-cio de una nueva concepción de lahistoria económica, cuyas coorde-nadas principales estarán formadaspor la combinación de la historiade la empresa, la historia del cam-bio tecnológico y la teoría econó-mica. Inevitablemente, el estudio dela historia de la empresa, que llevaimplícita la inclusión del estudio dela evolución tecnológica, junto conla consideración de las teorías eco-

nómicas que explican el devenir delos hechos, llevará en un futuropróximo a la plena incorporaciónde la historia de la contabilidad enel conjunto, si se quiere llegar a ela-borar una historia completa y fielde la empresa. Mientras ello no sehaga, la historia de la empresa es-tará siempre manca, por la falta dela toma en consideración de uno desus aspectos más importantes yesclarecedores, pues verdadera-mente los libros de cuentas son lasfuentes que ofrecen una visión másreal, objetiva, conjuntada, e interre-lacionada, vista desde sus mismasentrañas, de la situación, marcha yfuncionamiento de una empresa oinstitución.

Sin embargo, por el momento,como se decía, los historiadoreseconómicos, incluidos los que sededican específicamente a la inves-tigación de la historia de la empre-sa, están todavía poco integrados enel estudio de la historia de la conta-bilidad. Por un lado, las dificulta-des técnicas, pero, por el otro, elpoco lustre reconocido al quehacercontable en los medios intelectua-les, constituyen factores que, comose ha señalado, dificultan posible-mente la plena integración. Ello noquiere decir, obviamente, que nohaya y no haya habido desde el co-mienzo figuras ilustres de la histo-ria económica que no se hayan sen-tido atraídas por la historia de lacontabilidad y no la hayan cultiva-do en su sentido más propio y rigu-roso. Recordemos, por ejemplo, los

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estudios de Heinrich Sieveking, definales del siglo XIX y comienzosdel XX, o más recientemente los deRaymond de Roover y FederigoMelis. Pero estas son figuras aisla-das, pioneras, que comprendierontempranamente que las posibilida-des de la investigación histórico-contable iban mucho más allá de losenfoques técnicos que comúnmen-te se le atribuían en un principio. Aestas figuras se debe también elimpulso decisivo en la evolucióndel concepto y el alcance de estadisciplina que en este sentido seviene produciendo desde sus ini-cios, muy lentamente al principioy con mejores perspectivas en losúltimos tiempos, según hemos co-mentado.

Pero hoy por hoy, pese a la existen-cia de los casos indicados y de otrosmás o menos singulares que se vandando cada vez con mayor frecuen-cia, debe reconocerse que dichaevolución no ha alcanzado el esta-dio deseable, pues el grueso de losinvestigadores interesados en la his-toria de la contabilidad está com-puesto todavía por profesores o es-tudiosos de la contabilidad que,trascendiendo las lindes puramen-te técnicas e instrumentales de sudisciplina, sienten curiosidad porconocer los orígenes de la misma ysus implicaciones en el desenvol-vimiento empresarial, económico einstitucional. Ello presenta ventajase inconvenientes para el desarrollode la historia de la contabilidad.Ventajas, porque la procedencia de

los historiadores garantiza su com-petencia técnica y, por consiguien-te, una correcta comprensión de larelevante problemática contable. In-convenientes, porque esta mismaprocedencia encubre en casi todoslos casos una carencia de específi-ca formación historiográfica y con-diciona frecuentemente una preocu-pación demasiado acentuada por lascuestiones técnicas, excepto en elcaso de los adeptos a la “nueva his-toria de la contabilidad” que se sien-ten más atraídos por la implicaciónde la contabilidad en problemas so-ciales, políticos e institucionales,como más adelante veremos. Encualquier caso, mientras no se lo-gre un grado de integración mayorde la historia de la contabilidad enla temática habitualmente estudia-da por los historiadores económi-cos, la historia económica desa-provechará una de las vías deaproximación más ricas de las quedispone y la historia de la contabi-lidad no podrá desarrollar ade-cuadamente todas las posibilida-des que encierra.

2. Primeros tiemposde la historia de lacontabilidad. Lastécnicas contables parauso de los contables(1852-1936)

De acuerdo con lo comentado, ypese al gran auge experimentado en

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los últimos años, la composiciónactual del colectivo de interesadosen el estudio de la historia de la con-tabilidad no difiere sustancialmentede la existente en los primeros bal-buceos de esta disciplina, pues fue-ron también profesionales o estu-diosos de la contabilidad los quemostraron el primer interés por co-nocer los orígenes de su materia. Loque sí ha variado considerablemen-te ha sido el número de integrantesdel colectivo. Ya en los siglos XVI,XVII y XVIII se encuentran obrasque al tratar de la contabilidad y lateneduría de libros, contienen algu-na referencia a aspectos concretosde la historia de las técnicas conta-bles o la mención de algún autorconcreto. De ellas, puede que lamás completa y conocida sea lapublicada en París por Matthieu dela Porte en el año 1685, con el títu-lo: Le guide des négocians etteneurs de livres. En España tam-poco faltan ejemplos de este tem-prano interés por la historia de lacontabilidad, como el supuesto porel libro de Sebastián de Jócano yMadaria Disertación crítica yapologética del arte de llevar cuen-ta y razón, publicado en 1793. Sinembargo, estas primeras referen-cias histórico-contables solo cons-tituyen citas aisladas que hablan depasada, con carácter más bien anec-dótico, de episodios señalados yconcretos relativos a antiguos au-tores contables.

El estudio sistemático de la histo-ria de la contabilidad, propiamente

dicho, comienza más tarde, a me-diados del siglo XIX. El primer li-bro dedicado real y específicamenteal estudio de los orígenes y desa-rrollo de la contabilidad, aunquecon referencia específica a los tex-tos sobre la materia escritos en len-gua inglesa, es el redactado porBenjamin Franklin Foster y publi-cado en Londres en 1852, Theorigin and progress of bookkeeping.No obstante, en la Europa continen-tal se viene considerando tradi-cionalmente, en cambio, que fuela conferencia pronunciada por Er-nesto Luchini en 1869 en los actosinaugurales de la Accademia deiRagionieri de Milán la que, en laEdad Contemporánea, despertó demanera súbita el interés por la obrade Luca Pacioli, autor del primertexto explicando el sistema de con-tabilidad por partida doble, impre-so en Venecia en el año 1494, y, porende, por la historia de la contabi-lidad en general.

En una primera etapa, dentro de esteperíodo inicial, etapa que podríaextenderse hasta finales de siglo, lahistoria de la contabilidad es unacuestión que interesa priorita-riamente a estudiosos italianos y alos de habla alemana, todos ellosprofesores o profesionales de lacontabilidad. Los primeros se inte-resan por el tema, posiblemente, porser de autoría italiana los primerostextos sobre la materia, y los segun-dos como una manifestación másdel interés historicista alemán enesa época. Los autores italianos son

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los más numerosos, seguidos porlos alemanes. Para completar laplantilla de los principales inicia-dores de la investigación histórico-contable, habría que añadir tres ocuatro autores ingleses, además deun par de autores franceses y dos otres holandeses.

Prácticamente todos los trabajosrealizados en esta etapa concibenfundamentalmente la historia de lacontabilidad como el estudio de losautores y los tratados contables delpasado, aunque no faltan algunosestudios aislados sobre libros decuentas, realizados, sobre todo, porlos autores alemanes. Dentro delsector de estudio predominante, lasinvestigaciones se interesan primor-dialmente por los orígenes de lacontabilidad en general y del siste-ma de la partida doble en particu-lar. De esta manera, se escribendiversos trabajos sobre la conta-bilidad en la antigua Roma y lospueblos de la antigüedad en gene-ral, se presta particular atención alos caracteres distintivos de la par-tida doble y se destaca el avanceque supone este método sobre losprecedentes. Se halla también en es-te período algún trabajo dedi-cado al estudio de la profesión con-table.

La segunda etapa de este período,constituida por el primer tercio delsiglo XX, se caracteriza por unaintensificación de los estudios enlengua alemana y una incorpora-ción a cercano nivel de autores de

lengua inglesa. Por su parte, los ita-lianos ven severamente reducida suparticipación, tan importante en eltramo anterior. En el primer terciode este siglo se registran tan solodos aportaciones significativas enlengua italiana, y ello a comienzosdel período, como si se tratase deuna prolongación del entusiasmoinicial. Son dignos de mención tam-bién los trabajos de algunos holan-deses, así como, sobre todo, los deun belga, Raymond de Roover, quemerece trato especial, porque muypoco después se convertirá en elverdadero impulsor y configuradorde la historia de la contabilidadmoderna, antes de acreditarse comoextraordinario experto en historiade la banca, de los cambios, de losdocumentos de crédito y del pen-samiento económico, todo ello gra-cias posiblemente a los conoci-mientos prácticos de contabilidady del tráfico mercantil adquiridosen su etapa de empleado contableen una compañía naviera y en unbanco. Por su parte, Francia sigueparticipando también en la investi-gación histórico-contable de la épo-ca, aunque en un menor grado.

En esta etapa hay que destacar tam-bién los trabajos de dos españoles,Fernando López y López y JoséMaría Cañizares Zurdo, que se su-man al concierto de los historiado-res de la contabilidad europeos. Elprimero, relacionado sobre todocon la escuela de habla alemana ymuy en particular con Karl PeterKheil, del que tradujo una obra en

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1902; y el segundo familiarizadoespecialmente con la escuela fran-cesa.

Al igual que ocurría en la etapa an-terior, también la mayoría de lostrabajos realizados en esta segundaetapa concibe fundamentalmente lahistoria de la contabilidad como elestudio de autores y tratados con-tables del pasado. Esta es una ca-racterística general de este primerperíodo, que abarca desde el traba-jo de Foster hasta los inicios del se-gundo tercio del siglo XX. Dentrode ella, se siguen escribiendo tra-bajos sobre la contabilidad en laantigua Roma y, asimismo, se con-tinúa prestando singular atención alos primeros tiempos de la partidadoble y a las ventajas que presentasobre los métodos anteriores. En-contramos también algún trabajoaislado dedicado al estudio de laprofesión de auditor de cuentas. Deotra parte, se incrementan los estu-dios sobre libros de cuentas, reali-zados, sobre todo, por autores ale-manes, que de alguna maneratrascienden en la mayor parte de loscasos la pura problemática conta-ble, para penetrar en el campo dela historia económica. Pero, en ge-neral, debe decirse que en esta eta-pa de la historia de la contabilidadel tema prioritario sigue siendo elde la evolución de las técnicas con-tables y la identificación y señala-miento de las novedades que se pro-ducen dentro de ellas. Son trabajosclaramente realizados por estudio-sos de la contabilidad, interesados

casi exclusivamente por la evolu-ción y progreso de su disciplina. Sinembargo, tal como se apuntaba,destacan algunas excepciones que,con más ambición y sin descuidarlos aspectos técnicos, presienten yala importancia de la historia de lacontabilidad como método deaproximación a la problemática his-tórico-económica.

3. Aperturade horizontesde la historiade la contabilidad(1937-1969)

La aparición en 1937 del artículode Raymond de Roover: Aux origi-nes d’une technique intellectuelle:La formation et l’expansion de lacomptabilité à partie double, abreun segundo período en la investi-gación histórico-contable. Este ar-tículo fue publicado, y ello ya es depor sí un hecho significativo en losAnnales d’Histoire Economique etSociale. Su publicación constituyóun hecho relevante para el futurodesarrollo de la historia de la con-tabilidad, marcando un punto deinflexión en la evolución de susplanteamientos, de su ambición,altura y rigor científicos, así comode su encuadramiento dentro de lasdisciplinas histórico-económicas.

En el transcurso de este período, seva despertando paulatinamente uninterés cada vez más amplio y gene-

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ralizado por la historia de la conta-bilidad, alcanzando esta un conte-nido más pleno. Este interés ya nose centra solo en la evolución y de-sarrollo de las técnicas contablesestudiadas fundamentalmente apartir de los tratados antiguos, sinoque dedica mayor atención al des-cubrimiento y estudio de fuentesprimarias, es decir, de los libros decuentas de las respectivas épocas,multiplicándose las investigacionessobre los mismos. Tal circunstan-cia propicia la ampliación del cam-po de estudio de la historia de lacontabilidad que, en contacto direc-to con los libros de cuentas, no solose interesa ya por las prácticas ytécnicas contables pretéritas, sinotambién por su participación en lastécnicas empresariales de dirección,administración y control, de las quese la considera expresión genuina,y finalmente por el estudio de lasoperaciones registradas en los li-bros, junto con el del contexto enel cual las mismas tienen lugar. Lahistoria de la contabilidad comien-za así a contextualizarse. Extra-polados dichos planteamientos a ni-vel macroeconómico, no solo seconsideran ya las innovaciones con-tables como un producto y una con-secuencia de las necesidades cam-biantes planteadas por el progresodel entorno mercantil como hastaentonces se había hecho, sino quese empieza a estudiar también elpapel de la contabilidad en la pro-pia configuración del entorno. Enespecial, se presta atención al pa-pel de la partida doble, junto a otras

innovaciones propias de la épocarenacentista italiana, como factorinteractivo en las profundas trans-formaciones en el ámbito de la or-ganización comercial producidas enla Baja Edad Media. Dichas trans-formaciones constituyeron, por suimportancia, lo que se ha dado enllamar la Revolución Comercial delsiglo XIII, que fue estudiada deta-lladamente por Raymond deRoover (1942, 1965). Esta revolu-ción supuso una profunda renova-ción en los modos, usos, técnicas yactitudes en la forma de entender ypracticar los negocios, marcando unverdadero hito en la historia eco-nómica, no solo por el extraordina-rio auge que experimentaron lastransacciones mercantiles, sinosustancialmente y, sobre todo, porlos profundos y revolucionarioscambios experimentados, que lle-varon consigo la transformación delpequeño capitalismo doméstico enel incipiente capitalismo comercialde los grandes hombres de negociossedentarios, demasiado ocupados,sabios e importantes para viajar deferia en feria ofreciendo sus mer-cancías.

Este proceso que, en gran parte, fuecausa desencadenante de la deca-dencia de las ferias de la Champaña,auténtico eje de la vida comercialde la época, trastocó el equilibriode poderes mercantiles en Europa,relegando a un segundo plano a loscomerciantes flamencos, para co-locar en lugar preeminente a loshombres de negocios italianos, ver-

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daderos protagonistas de la revolu-ción comercial, que armados de lasnuevas técnicas de organización,gestión y control de los negocios,que desarrollaron y dominaron an-tes que nadie, e imbuidos por lanueva mentalidad, perfectamenteconscientes de las inmensas posi-bilidades que su capacidad y las na-cientes circunstancias les abrían, nodudaron en romper con el antiguosistema, dejando de acudir a las fe-rias y estableciendo, en su lugar,filiales permanentes en Flandes,Francia, España, Inglaterra, etc.,con lo que se convirtieron en mo-nopolizadores directos del comer-cio exterior de media Europa. Has-ta ese momento el comercio de laEuropa central y meridional con lospaíses orientales había pasado prin-cipalmente por las ferias de laChampaña. Allí llevaban a venderlos mercaderes italianos los produc-tos adquiridos en Oriente, que erancomprados por los comerciantesflamencos para su distribución enla Europa central y occidental. A suvez, los flamencos vendían allí losproductos adquiridos en los paísesde esa zona, que en gran parte erancomprados por los mercaderes ita-lianos para su reventa en Oriente.

Al establecer los italianos filialespropias en las principales plazaseuropeas occidentales para venderdirectamente sus productos, deja-ron de acudir a las ferias, con lo quelos mercaderes flamencos se vieronapeados de su privilegiado papel deintermediación al no encontrar

clientela en su principal mercado,las ferias de la Champaña, frecuen-tadas hasta entonces por comercian-tes de todos los países para el co-mún intercambio de sus productos,vendiendo los que traían de sus lu-gares de origen para comprar otroscon los que aprovechar el viaje deretorno. De esta manera, los mer-caderes flamencos fueron las pri-meras víctimas de la agresividadcomercial y del espíritu innovadorde los comerciantes italianos, puesal convertirse estos en sedentariosy establecer casas en Brujas, prime-ro, y luego en París, Londres, etc.,hicieron fallar uno de los eslabonesmás importantes en las ferias de laChampaña, instrumentando un nue-vo circuito comercial directo, almargen de las mismas, circunstan-cia que influyó decisivamente en ladecadencia y languidecimiento deestas, así como en la quiebra dela posición de los mercaderes fla-mencos.

La Revolución Comercial del sigloXIII, con el paso de los mercaderesitinerantes y el régimen de ferias alos grandes mercaderes banquerossedentarios con filiales y agentes enlas principales plazas de contrata-ción, fue posible gracias a una mul-titud de innovaciones desarrolladasdurante los tiempos inmediatamen-te anteriores por los mercaderes ita-lianos en materia de técnicas co-merciales, de contabilidad, derechomercantil, seguros, prácticas ban-carias, instrumentos de crédito, or-ganización y dirección de empre-

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sas, etc. Su dominio proporcionó alos mercaderes italianos una situa-ción verdaderamente privilegiada,con un adelanto de más de cientocincuenta años en relación con suscompetidores europeos, en lo quepodría denominarse con justicia unaespecie de Renacimiento económi-co italiano, anterior al artístico y ar-quitectónico. Entre estas innovacio-nes que, según decimos, hicieronfactible el paso del comercio itine-rante al comercio sedentario se en-cuentran el desarrollo de formas deasociación más permanentes y con-solidadas, el desarrollo de instru-mentos de crédito más sofis-ticadosque posibilitaban la situación ytransferencia de fondos de una pla-za a otra sin desplazamiento físicodel dinero, el desarrollo de los se-guros marítimos posibilitando a loscomerciantes el desplazamiento delriesgo a los aseguradores, el desa-rrollo de los medios de comunica-ción y de transporte, y sobre todode la seguridad de sus rutas, el de-sarrollo de los negocios bancarioscon la transformación de los anti-guos cambistas o negociantes dedinero en auténticos banqueros conredes de corresponsales y agentesen toda Europa, etc. Entre todosestos factores que coadyuvaron aladvenimiento de la revolución co-mercial se encontraba también eldesarrollo de los métodos y técni-cas contables, que hasta entonceshabían consistido mayormente enla anotación de transacciones y ope-raciones de préstamo o pago apla-zado, a efectos de recordatorio o de

rendición de cuentas, sin ánimo niplanteamientos de globalidad einterrelación. La introducción y ge-neralización de la contabilidad porpartida doble proporcionó un mar-co sistemático para sintetizar y ga-nar una visión general, completa yrápida de la situación y marcha delos negocios. Ello permitió un con-trol y seguimiento más perfectos delas operaciones encomendadas afiliales y agencias, facilitando elestablecimiento de las mismas.

Sea como fuere, el conocimientodel papel jugado por la contabili-dad en las transformaciones expe-rimentadas por las macroestruc-turas organizativas del comerciointernacional en el transcurso de labaja Edad Media, constituyó una re-velación e inició el interés por es-tudiar el rol desempeñado por lacontabilidad en la configuración dela sociedad moderna, interés que enla actualidad aparece como si fueraun hallazgo que reclaman en exclu-siva los militantes en las filas de la“nueva historia de la contabilidad”.Por otra parte, este mismo conoci-miento permitió corregir algunasexageraciones, expuestas apresura-damente y sin demasiado conoci-miento de causa, sobre el papel ju-gado por la partida doble en elsurgimiento del capitalismo moder-no, papel supuestamente decisivo ysine qua non para algún historiadoreconómico como Werner Sombart(1919), en contra de lo que afirmala realidad histórica, como demos-tró cumplidamente Basil Yamey,

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otro de los grandes impulsores dela historia de la contabilidad(Yamey: 1949, 1962).

En este mismo período, se publica-ron las grandes historias generalesde la contabilidad que, deben em-plearse todavía hoy, aun a sabiendasde que las mismas requieren unaprofunda revisión. Me refiero a laStoria della Ragioneria de FederigoMelis (1950) y a la Histoire etdoctrines de la comptabilité deJoseph-H. Vlaemminck (1956).

La inmensa mayoría de los investi-gadores histórico-contables de esteperíodo sigue procediendo del cam-po de la contabilidad, aunque algu-nos de ellos como Raymond deRoover, Federigo Melis y otros, sinabandonar su interés inicial por lahistoria de la contabilidad, se incor-porarán luego plenamente al cam-po de la historia económica, en elque llegarán a alcanzar gran auto-ridad y prestigio, posiblemente,como ya se indicaba más arriba,debido a sus grandes conocimien-tos prácticos del mundo de losnegocios. Por otra parte, debe des-tacarse el hecho de que la partici-pación de investigadores italianos,tan nutrida durante la primera eta-pa del período anterior y que yahabía experimentado una notabledisminución en la segunda, sufreinexplicablemente un eclipse casitotal en este período. El liderazgoen la investigación pasa a manos deestudiosos de lengua francesa e in-glesa.

De estos tiempos es también la obraclásica de Paul Garner sobre la evo-lución de la contabilidad de costos,así como la colección de estudiossobre historia de la contabilidad pu-blicada por Littleton y Yamey y lautilísima galería de los grandes au-tores contables de Stevelinck yHaulotte comenzada en 1956.

4. Consolidación,auge y revoluciónepistemológicay metodológica(a partir de 1970)

El año 1970 marcó un hito impor-tante en el desarrollo moderno de lahistoria de la contabilidad, abrien-do un nuevo período, el actual, porhaber tenido lugar el Primer Sim-posio de Historiadores de la Con-tabilidad, celebrado en Bruselasgracias a los desvelos y a la inicia-tiva de Ernest Stevelinck, uno másentre los grandes impulsores denuestro tiempo. Como guía de laexposición realizada con motivo delsimposio se editó un catálogo de losautores de tratados contables anti-guos que conserva todavía toda suutilidad a pesar del tiempo transcu-rrido (Stevelinck: 1970). Por otraparte, el simposio dio pie para quelos historiadores de la contabilidad,hasta entonces dispersos, pensaranen agruparse, en editar un órganode difusión y en convocar nuevasreuniones. Tal fue el origen delComité International des Histo-

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riens de la Comptabilité, promovi-do por el propio Stevelinck y quenunca llegó a ser totalmente opera-tivo, del Committee on AccountingHistory de la American AccountingAssociation, pronto fracasado, y dela subsiguiente Academy ofAccounting Historians norteameri-cana, de la que ya se ha hablado.Este fue también, como se ha di-cho, el origen de los actuales con-gresos mundiales de historiadoresde la contabilidad y asimismo fueel origen remoto de The AccountingHistorian, primera revista de his-toria de la contabilidad, que surgiócomo primitivo órgano de comuni-cación de la Academia, publicadodesde enero de 1974 hasta finalesde 1976, ya que en 1977 apareciócon otra textura y ambición su con-tinuador, el actual The AccountingHistorians Journal. Todas estas no-vedades, que, a su vez, dieron lu-gar a nuevas asociaciones, nuevasrevistas y nuevos contactos, con elconsiguiente efecto estimulador yla gratificante secuela de nuevas yabundantes investigaciones, abar-cando más temas y épocas, conmayor integración en un contextohistórico-económico, fueron de al-guna manera fruto de la estela de-jada por el simposio de Bruselas,organizado por Stevelinck.

Por esta época también, se publicó,bajo el nombre de HistoricAccounting Literature, la primeraserie de la monumental colecciónde reimpresiones de tratados anti-guos de contabilidad, que puso a

disposición de los estudiosos lasobras más relevantes en este cam-po (Bywater: 1978). Unos años mástarde esta magnífica iniciativa se-ría completada con la publicaciónde una segunda serie, igualmenteimportante (Yamey: 1989). Todosestos hechos justifican que estosaños reciban el nombre de períodode consolidación del estudio de lahistoria de la contabilidad.

Por otra parte, en la segunda mitadde este período se produce uno delos acontecimientos más importan-tes en lo tocante a la expansión delinterés por la historia de la conta-bilidad y a la apertura de horizon-tes en su campo de investigación.Me refiero a la aparición de la “nue-va historia de la contabilidad”, quesurge con fuerza y como un movi-miento confrontado con la historiade la contabilidad tradicional, o“convencional”, como prefierendenominarla los adeptos de aque-lla, abriendo un agrio debateepistemológico y metodológico sinprecedentes en el seno de la histo-ria de la contabilidad.

La “nueva historia de la contabili-dad” es un fruto más, tardío, de losmovimientos postmodernos derelativismo y contestación a los cá-nones y planteamientos culturalesheredados, que durante las últimasdécadas han invadido todos losámbitos intelectuales y artísticos.Dentro de su medio específico, la“nueva historia de la contabilidad”ha nacido del ayuntamiento y ma-

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ridaje de las nuevas ideas episte-mológicas y metodológicas sobre lahistoria en general con el nuevo pa-radigma crítico radical de investi-gación de la contabilidad. Como losdemás hijos del postmodernismo,—en lugar de venir con un pan bajoel brazo—, la nueva criatura ha ve-nido al mundo, o al menos esta pa-rece ser la voluntad de algunos desus fundadores, con el decidido pro-pósito de descalificar y arrumbar ala “historia tradicional de la conta-bilidad”.

Como circunstancia curiosa, debeseñalarse que estos fundadores tie-nen a gala proclamar que su grupono está compuesto de historiadores,sino de sociólogos, politólogos,etnólogos, ideólogos, etc., querien-do, posiblemente, hacer hincapiécon ello en el carácter multidisci-plinario de sus investigaciones. Re-cuerdan con esta afirmación, sal-vando las distancias, las palabras denuestro admirado poeta León Feli-pe cuando decía que “cualquierasirve, cualquiera, para enterrar a losmuertos; cualquiera, menos un se-pulturero”. Con todo, y a pesar desu pretensión, lo cierto es que to-dos o casi todos los componentesdel grupo de nuevos historiadoresde la contabilidad son profesores oprofesionales de la contabilidad.

La “nueva historia de la contabili-dad” no constituye, en realidad, unaescuela o un cuerpo unitario de doc-trina, sino un conjunto variado deenfoques y formas de entender la

disciplina que, a menudo, muestranimportantes diferencias entre sí. Porello, los comentarios que se haganal respecto, útiles porque intentanexplicar el trasfondo de la cuestión,no deben elevarse a nivel general.En cualquier caso, sí es cierto quelos partidarios de la “nueva histo-ria de la contabilidad” compartenunas ideas y tendencias comunesque hacen que este conjunto de en-foques y planteamientos se distin-ga, según sus seguidores, de las for-mas tradicionales en que la historiade la contabilidad se ha venido en-tendiendo y practicando.

Los dos grandes rasgos distintivosde la “nueva historia de la contabi-lidad” en relación con la “tradicio-nal” son, a juicio de sus prosélitos,los siguientes: En primer lugar, laproclamada pérdida de la fe en laposibilidad de alcanzar la objetivi-dad en el estudio y descripción delos hechos históricos. En segundolugar, el abandono de esa especiede darwinismo histórico-contable,consistente en pensar que la conta-bilidad, lo mismo que las demásactividades humanas, está sujeta aun proceso más o menos lineal deprogreso continuado bajo el estímu-lo de las necesidades de adaptacióna los requerimientos del entorno.Los adeptos de la “nueva historiade la contabilidad” niegan la exis-tencia de este proceso evolutivohacia el progreso y postulan, por elcontrario, que lo significativo, loque debe estudiarse con mayor én-fasis, no son los cambios evoluti-

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vos, sino las situaciones de ruptu-ra, de interrupción, de retroceso.Por otra parte, no creen tan impor-tante la adaptación de la contabili-dad a los requerimientos del mun-do exterior, como la forma en quela contabilidad ha contribuido y si-gue contribuyendo a influenciar suentorno y, por ende, la configura-ción y evolución de la sociedad.

Obviamente, esta última concep-ción responde a la idea de que lacontabilidad no debe ser estudiadacomo una técnica, sino como unelemento de configuración del con-texto social y organizativo de lahumanidad, concepción en la quepodría estar de acuerdo la mayorparte de los historiadores tradicio-nales de la contabilidad si se la des-prende del carácter excluyente ydogmático con que los nuevos his-toriadores revisten todas sus afirma-ciones.

En la adopción de estos plantea-mientos antievolutivos han tenidoespecial importancia las ideas deMichel Foucault, que, de una ma-nera u otra, han influido en casi to-dos los adeptos a la “nueva historiade la contabilidad”, ejerciendo enalgunos de ellos un influjo tan fuer-te que los ha configurado como ungrupo específico dentro del conjun-to. En el contexto que nos ocupa,las ideas de Foucault que más hanafectado a los nuevos historiadoresde la contabilidad en general hansido las relativas a las relacionessaber-poder y al papel de la disci-

plina en la sociedad de nuestrosdías. En efecto, desde que la huma-nidad hiciera estallar a finales delsiglo XVIII el corsé de los gobier-nos autoritarios para hacer valer losideales de libertad, las capas diri-gentes de la sociedad han tenidoque ir arbitrando nuevas formasindirectas de disciplinar y gober-nar a sus miembros. La contabili-dad forma parte de este proceso,que Foucault ilustra a partir delPanopticon de Jeremy Bentham, esdecir, de esa prisión circular en laque los guardianes pueden ver yvigilar a los presos sin ser vistos,de forma que estos se sientan cons-tantemente vigilados. La contabili-dad directiva o de gestión ofrece alos foucaultianos un ejemplo paten-te de este proceso dentro del con-texto contable, pues dicho sistemapermite observar el funcionamien-to de toda la organización y asegu-rar la vigilancia y el control delcomportamiento y rendimiento desus trabajadores. Naturalmente,para los foucaultianos, la contabi-lidad de gestión no ha sido desa-rrollada por motivos de racionali-dad puramente económica, sinomás bien como consecuencia de esabúsqueda, nunca explicitada por lascapas dirigentes, de medios dedisciplina, control y vigilancia so-ciales.

De acuerdo con su teoría de que losprocesos sociales se desarrollaninexorablemente bajo el signo de labúsqueda de situaciones de podery prevalencia, otro de los temas que

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más llaman la atención a buena par-te de los seguidores de la “nuevahistoria de la contabilidad”, pues lespermite desarrollar sus ideas pre-feridas, es el de la formación de laprofesión contable y el consiguientemovimiento agrupacionista, con elestablecimiento de asociaciones endefensa de los intereses generalesdel gremio. Debe decirse que, conindependencia del planteamientoapriorista que se adopte, parece queesta es, efectivamente, una de lascuestiones más interesantes a lasque puede dedicar su atención lamoderna investigación histórico-contable.

Por otra parte, y en consonanciatambién con las pautas de la histo-ria postmoderna, otros campos deinvestigación que gozan de la pre-dilección de algunos sectores de la“nueva historia de la contabilidad”son los relativos a las dificultadesque algunas minorías marginadas,como las constituidas por mujeres,gentes de color, etc., han hallado enel pasado para integrarse en las fi-las oficialmente reconocidas de laprofesión contable. Producto deestos mismos esquemas es la apa-rición en el campo de la historia dela contabilidad de la llamada “his-toria oral”, es decir, la investigaciónhistórico-contable a partir de evi-dencias o testimonios orales, lo que,a fin de cuentas, responde a la ideade que, así como así, los hechoshistóricos no pueden probarse.

En efecto, el derrumbamiento y re-chazo de la llamada “ilusión de la

objetividad” —“that noble dream”,como la calificaba burlonamentePeter Novick— han hecho restarimportancia a la investigación yexposición de los hechos histórico-contables y han cambiado la acti-tud del nuevo historiador hacia losmismos. No se trata ya de “dejarhablar a los hechos por sí mismos”,como pretendían ingenua o taima-damente los historiadores tradicio-nales, sino de formular interpreta-ciones apriorísticas que puedan serverificadas por los hechos, más quepermitir que sean los hechos los queestablezcan las interpretaciones quese derivan de ellos mismos. La re-flexión teórica debe preceder, así,a la búsqueda y recopilación de loshechos. Hacer lo contrario signifi-caría caer en el archiconocido pe-cado del anticuarismo que los nue-vos historiadores de la contabilidadreprochan, venga o no a cuento, alos tradicionalistas. Es decir, en larecogida y descripción de hechospor vana erudición, sin intentar in-terpretarlos o buscarles una expli-cación. Esta posición es la que haceque los nuevos historiadores de lacontabilidad desprecien la investi-gación en archivos y la búsquedade fuentes primarias.

Se habrá observado que, como seha apuntado ya, los planteamientosbásicos de la “nueva historia de lacontabilidad” no son, en efecto,sino una transposición más o me-nos lineal de las ideas barajadas enla moderna discusión historiográ-fica, combinadas con los plantea-

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mientos radicalizados del nuevoparadigma crítico de la investiga-ción contable. En esta radicali-zación y afán excluyente, así comoen la decidida voluntad de utilizarla historia de la contabilidad comoinstrumento de interpretación ideo-lógica para poner de manifiesto ycombatir la perpetuación de estruc-turas capitalistas explotadoras, enlugar de procurar investigar los he-chos lo más objetiva y neutralmenteque se pueda, con el simple propó-sito de conocer y explicar nuestropasado en toda la medida en queello sea posible, radica posiblemen-te el punto más débil y auténti-camente criticable de los nuevosplanteamientos.

Es difícil prever lo que traerá el fu-turo, pero las modas pasan y laspugnas ceden. Solo lo auténticopermanece. Lo mismo ocurrirá,posiblemente, en relación con estapugna en el campo de la historia dela contabilidad. Cuando todo hayapasado, no habrá en sentido estric-to nueva historia ni historia tradi-cional en sus acepciones actuales.La historia de la contabilidad, sinadjetivos, habrá incorporado a sucorpus los aspectos positivos traí-dos por la nueva historia, nacidossobre todo de la reflexión a que haforzado la crítica emitida por lospartidarios de los nuevos plantea-mientos, crítica casi siempre exa-gerada e injusta, pero útil porqueha obligado a pensar y a despren-derse de adherencias y hábitos nobeneficiosos adquiridos con el tiem-

po. Por otra parte, se habrá benefi-ciado del ensanchamiento de hori-zontes propiciado por la “nueva his-toria de la contabilidad”, así comode la atención e interés suscitadosen favor de la disciplina gracias alenconado debate mantenido en-tre los partidarios de las dos ten-dencias.

Conclusión

En las páginas precedentes se haintentado exponer, a grandes ras-gos, la naturaleza y objeto de la his-toria de la contabilidad, su campode estudio, su encuadramiento cien-tífico, la composición del colectivode investigadores, la evolución detodos estos conceptos y magnitu-des, el debate epistemológico ymetodológico que se está llevandoa cabo actualmente entre los parti-darios de las tendencias posmo-dernistas y tradicionales, etc.

De todo lo expuesto, nos interesafundamentalmente retener la ideade que, surgida de la curiosidad deunos profesores y profesionales in-teresados en conocer los orígenesde la disciplina que les ocupaba, lahistoria de la contabilidad ha idoevolucionando con paso lento perofirme hacia su reconocimientocomo uno de los enfoques más téc-nicos y difíciles, pero también másprometedores de la historia eco-nómica: La ingeniería de la histo-ria económica. Esta evolución havenido marcada por la ampliación

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del interés investigador que, en unprincipio, se centraba en el estudiode las técnicas contables a partir delos tratados de autores antiguos,para pasar luego, con este mismoobjeto, al estudio de los libros decuentas y demás documentacióncontable y, de ahí, al estudio de lasoperaciones registradas y demásaspectos relacionados con el fun-cionamiento, marcha y gestión dela empresa o institución dueña dela documentación, así como con elcontexto en el que esta estaba in-serta. Por último, el interés investi-gador se ha extendido también a lainfluencia ejercida por la contabi-lidad y las instancias contables so-bre la configuración de su entornosocial, en el más amplio sentido dela palabra.

Al mismo tiempo en que se produ-cía esta evolución, el colectivo deinteresados en la historia de la con-tabilidad, compuesto hoy todavía ensu inmensa mayoría por profesio-nales y profesores de contabilidad,se iba enriqueciendo con la incor-

poración de estudiosos pertene-cientes al campo de la historia eco-nómica.

Todos estos hechos han provocadoun auge inusitado del interés por lahistoria de la contabilidad, que seha visto estimulado también por eldebate al que se hacía referencia,con resultado de un aumento ex-traordinario de las investigacionesy la correlativa fundación de aso-ciaciones y revistas, convocatoriade numerosos congresos y encuen-tros de trabajo, etc.

A la vista de todo ello, dada la ri-queza de las fuentes documentalesexistentes, totalmente inexploradasen su inmensa mayoría, y la impor-tancia de los conocimientos quedichas fuentes pueden proporcio-nar, puede pronosticarse para el fu-turo un número cada vez mayor deinteresados en la historia de la con-tabilidad, entendida en el sentidoseñalado de forma de enfoque y víade aproximación a la problemáticahistórico-económica.

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