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1989-Jose Vasconcelos-sarabia v Justina

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· ~ M . j t s  i .  S;·: · ::b : ;l V c¡c tD C ONES :: 1  CU L T .,',q,1 - iSP/\ t vlC,1 l~JST  T  JTO D E C OOPE RA CiÓN i B ER O AME RI C ANA .A .v d a. Rey e s ( atólicos. 4. 280 4 0 d r i ~ D i seño de la co le.:: ci6n · portada : A berto Cor azón N1PO: 028-89-0 i 2-7 I S BN 84 - 72l 2-4 7 9-6 Depó11tc legal: M 4 1 26-1 9 88 ,,1p1eso c11 Arte1 G ráficos l r i1 . S. A. Lerid a . 41- : · - 28020 Madrid Colección dirigida por Juan Mae stre Alfonso (CSIC) ·1 r rr-: / / _ :'
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·~M. S;·:·::b :;l V c¡c

tD C ONES ::1 CULT .,',q,1 - iSP/\ tvlC,1

l ~ J S T   J T O DE COOPE RA CiÓN iBER O AME RICANA.A.vda. Rey es ( atólicos. 4. 28040

Diseño de la co le.:: ci6n portada : A berto Corazón

N1PO: 028-89-0 i 2-7

ISBN 84 -72l 2-479-6Depó11tc legal: M4 1 26-1 988

,,1p1eso c11 Arte1 Gráficos lri1 . S. A. Lerida. 41- :·- 28020 Madrid

Colección dirigida porJuan Maestre Alfonso (CSIC)

Con la col2boración A/ET/

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Edición deM . ~ Justina Sarabia ViejCl

José Vasconcelos

Pró loSJo deu

Antonio Lago Carballo

E d i c i o n e ~ rft Cultura Hispáukad r i d 1989

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PRÓLOGO __

INTRODUCCIÓN BIOGRÁFiCAANTOLOGÍA DE TEXTOS

Pensamiento sociológico

l. La Raza Cósmica _11 lndoiogía . . . . . . . . .

Pensamiento político

Programa de Gobierno que se propone desarrollar el licenciado José

Págs.

11

17

Yasconcelos triunfa en las elecciones, 5 de ¡11lic de 1929 . . . . . . SS

Pensamiento hispanoamericanista

l H i ~ p a n o a m e r i c a n s o y panam ericanismo .... _. . . . . . . . .. . .... 71

11 Hispanoamérica frente a los nacionalbrr.os agre>ivos de Europa

btados Unidos . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. . .. . .. . _... . . . . . . . . . . . . . . . .81

Pensamiento h i ~ t o r i c i s t aPrólogo a la obra «Breve Historia de México» _. __ __ . . _. ... . . . 93 /

Pensamiento pedagógico

l Mensaje a i:i juventud mexicana. XIX C o n g ~ e s o Naciona lde Esrndiantes.Monterrey, 195 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

il ~ o t i v o s del escudo de la Uriversidad Nacional. Discurso ante laConfede ración Nacional ce Estucliantes. C.1153 . . . . . . . . . . . _... . .. 107

B I B L I O G ~ F ÍActiva

Libros ....

Antologías . . . . . ...... . .. . . __ . . . .. . _ .... .. _ . _ . . . . . . . . . . .. . .Artículos y conferrncias eJitadas .. . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . .. .. . . ... . .. .

Pasiva

Libros·········-···--····-········r t í c u l o ~ . . . . . . . . . . . . . . .. . .... ... .

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PRÓLOG 0

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  staselección de textos de José V ~ s c o n e / o s constituye un buen homenaje a unhombre verdaderam ente significativo en la vida y en la historia del México de Ja

primera mitad de este siglo XX Contribuirá asimismo a reavivar la memoria y

vigencia entre nosotros de su obra y pensamiento, tan decisivos no sólo para ia

cultura y la educación dtl México contemporáneo, sino también par2 Ja histeria de lasideas y del pensamiento hispanoamericano.

Nos encontramos ante una sugestiva personalidad dotada de muy diversostalentos: escritor de prodigiosa p;osa -su 1:U}js_e_s criollo» justifica con creces la

afirmación-, pensador original, historiador, político, renovador de la UniversidadNacional y fundador, en 1921 de la Secretada de Educación Pública, que desempeñó.1no cómo se maneja un Ministtrio, sino cómo se enc;;beza una cruzada», en feliz frasede Octavio Paz, quien también ha escr:to que <1filósofo y hombre de acción,Vasconcelos poseía esa unidad de acción que imprime coherencia a los proyectosdispersos, y que si a veces olvida los detalles, iambién impide perderse en ellos».

fr. os últimos Jños de la presidencia del ge.'?eral Porfirio Díaz, particip3rÍa conocros jóvenes litf:fatos -Alfonso Reyes, Antonio Caso, ."1artfn i.uis Guzmár., MarianoAzuela, Luis Cabrera, y el gran humanista y crítico dominicano. Pedro 1-/enríquezUreña- en la fu:Jdación del Ateneo de la Juventud, más carde llamado Ateneo deMéxico . Pan todo ellos «el pensamiento era U.l i l forma de acción y ésta no era sino

· una actualización del pensamier>to ». Si11 embargo, hq que precisar, como lo ha hechoel biógrafo rle Vascor.ceics, ~ u <1se h;i exagerado el hecho de que lorebelión intelectual ele los atcneístas coincidió con el estallido de la Revolución

Mexicana . Sería falso implicar que el descub(imier¡to de JJuevas ideas en el Ateneohubiese, de alguna maner;;, aun parcialmente, causado Ja Revoluci6n».

El Ateneo era un cent:o de l'ida intelectual donde se leían y comentaban lostrandes ttxtos en los que el pensamiento de la humanidad, a le lzrgo de los siglo5,

alcanzó las más altas cocas. Se aspinba a conseguir 11n;i renov;icién filosóficasuperadora de positivismo inspirador de la ideología del porfirismo . Y tar.Jbién a u11a :' .•revisión de Ja historia mexicana en búsqueda de Ja identidad de aquel pueblo. · -

Vasconéelos, protagonisca pri11cipal de estos anhelos y espEranzas, tan prantocomo se Jpaciguan las iuchas civilesy l:s pasiones encrespadas de los primeros años

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d la Revolución de 1910, será el inspirador y animador de los progrJmas parJ larenovación y la refo:ma educa tha .-· ·

En la fobor que llevó acabo en la Secretaría de Educación Pública -desdeJ 21

.ª 1924- figuran los grandes objetivos de la educación en México: lucha contra elanalfabetismo, excensión de la escuela rural, difusión de ·bibliotecas pública s,

ediciones populares de los grandes clásicos de todos los tiempos. Y todo elloplan teado desde una concepción misional del papel de los docentes, a quienesexho rtaba: «Haced de 12 eduoción una cruzada y un misticismo; sin fe en Jotrascendental no .se realizaobra alguna que merezca el recuerdo. El r;1agisterio debemirarse como una vocJción religiosa».

Y al mismo tiempo daba un decidido impulso a las bellas artes. Fue Vasconcelosquien encargó a Rivera, a Orozco y a Siqueiros las grandes pinturas murales para

diversos edificios públicos yal músico Carlos Chávez la «Sinfonfa india ». Ya él se debeel fomento de la in ves tigación científica, del intercambio cultural con el extranjero ylá recuperación de monumentos, como el antiguo Colegio de San Pedro y S2n Pablo,que fue rehabilitado para sede de la propia Secretaría de Educaciún.

M as la faceta de Va$COncelos que aquí y ahora debe de ser destacada es la de sucondicién, mejor 2ún, su vo cación de hispanoamericano. Cuando fue rector de la

UnNersidad Nacional eligió como lema para el escudo universitario «Por mi razahablará el espfritu», ir.scrito sobre un mapa de Jberoaméric2. «Se significa en este lema1 -escribió Vasconcelos-  a conviccióo de que la raza nuestra -la "raza cósmica"-

elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual .Y libérrima».

-

E s t ~ vocación hispa11021i1e;icana se manifestó tanto en su aFán por viajar po r

distintos países iberoamericanos, donde se relacionó con intelectuales , políticos yestudiantes, como en la hospitalidád y colaboracién ofrecida a la chilena GabrielaMistral o al peruano Hayade Ja Torre, pero sobre todo en sus libros, especialmenteen «La raza cósm ca ,,, «lndologfa ,, y «Bolivarismo y ;nonroís1110». Su lealtad a España

~ l e a l t a d que nn ie impidié criticar hasta con aspereza los aspectos nevcivos de ia

actuación española en A m é r i c a ~ quedó reflejada desde sus primeros escritos)' nosólo en las reflexiones sosegadas y ccnservadoras de los úlrifT/OS aíivs de Sli vida ,como cor; error creen algunos de sus biógrafo:;. Octavio Paz, en cambio, lo ha viscocon ;nirada esclarecedo ra al referirse al tradicionalismo e Vascofic.0 fo5 untradicionalismo que, como dice Pu, no se apoyaba en el pasado, sino CjUe...2--

¡usiJficab:i en ei fuwo . )'que pJrtÍa de una idea esencial: ia de que .da tradición

universa   de España en América consiste sobre todo en concebir el continente comouna unidad superion;. Por ta.1to, añade el autor de «El laberinto de Ja soledarf»:"Vo lver a la rradicion 11spañola no tiene otm sentido que volver a la unidad def-iispanoamérica ».

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esa diana lanzó Vasconcelos sus saetas dialécricJs y de e ío dan te slirnunio

muc hE.5 de as páginas recogidas en esca antología. Así defensa del bolivarismo-a deal hispano:;mericanu de crear una federac ióf' con todos íos pueblos de culturaespaf.o/a;, - , c·omc réplica y salvaguarda contra t:I i1ionroísmo, es decir. "el /Jea/ar.giosajón de incoíporar las veinte naciones hispán icas al imperio nórdico mediantela p o í t del panamericanismo ».

Ya eJ:J mayo de i 923, en su «Carta a ía juventud de Calombia", dirigida alentonces joven escritor GernÚr¡ Arciniegas, escribíc.· «i.Josotros queremos la unión

Je los pueblgs ibérico s sin excluir a Espaiía y comprendien oo expresamente al Brasil,y tenemos que exciu1r a los Estados Unidos r.o por odio, ·sino porque ellosrepresentan otra expresión de la histaria humana>.

«La generaciónaque yo pertenezco ha visto renacer eí anhelo iberoa mericano»,

afirmaba Vascoitcelos en su libro «lndología », pubiicado en Barcelona en 1926.

Un anhelo efectivamente compartido por los grandes espíritus hispanoamericanosde aquellos años. Es el anhela de la Patria Grande, de la que habló el argentino ManuelUgarte en su libro publicado en 1922; es el sueño de un movimiento continental,como Haya de la Torre pretendía que fu ese su APRA; es la Utopía de América, comoPedro Henr/quez Ureña tituló, en 925, su clarividente ensayo de interoretación deia AmÉrica hispana; es e/ ideal que unió, en un actv celebrado en París en junio delmisma 2ño, a José Vasconcelos ,v a José Ingenieros, ."1iguel Angel Asturias, ManuelUgarte , Carlos Quijano, Víctor RJú Haya de 12 Torre y al gran don Niguel . deUnamuno.

t sincera y honda vocación iberoar.iericana tUe comp;;t ble con su indomablecondición de mexicano esencial, consciellte y orgulloso de /a-complejidad profunda desu puPblo, fruto del mestizaje étnico y culturJI En su «Discurso del maestro», de1923, proclamó: «Que se diga ·2 lvs niños lo que hace c7eñ7iilos-ño sP les enseiíó,porque un p r t i d ~ r i s m o estúpido lo veda tácitamente , y es que en el siglo XVI /, ydesde el final del XVII, hubo en n lestra patria J cHliz1ci6n r.i2s intensa que 1::nt0ncesse conocía en Améric3: que hubo entonces arquitectos y pintores, sabios y literato s,

escuelas y universidades e imprentas. Si todo esto lo ignoramos, ¡dónde podremosencont;-ar la cor.fianza er. la propia r2za, el orgullo que se necesita para levantarobras ¡Cómo podremos creer en nosotros mismos si come.1zJmos negando nuestras 11

raíces y vivimos en e/ servilismo de imJginar que todo ío que es cultura ha de teneretiqueta de irnportzción reciente, como si n2d;; vJ/iese el esfuerzo de los siglas quehan acumulado en este suelo, ..:o dfversas épocas, torrentes de civiliz'a ción que en \seguida desapa recen , justJmente porque no sabemos ligar el ayer con el presente y ni ·, 1siquiera los esfuerzos todos de una sola época'"- \J;

Ese afán unitivo, asumidor de la historia tod.1 de su pueblo, sin o vidos ni

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paréntesis   está rnuy d rarnenre expresada en este pasaje de «La raza cósmica>> « a

civilización no se improvisa ni se crunca, ni puede hacerse parC/r deí papel de unaconstitución política; se deriva siempre de una larga, de una secuíar preparación ydepuración de ele711entús que óe t;ansmiten y se comb imn desde los comienzos deia Historia. Por eso resulta tan to rpe hacer comenzar nuestro patriotismo con el gritode independencia del Padre Hidalgo o con la conspiración de Quito , o con las hazañas

de Bolívar, pues si no lo arraigamos en i ¿ ~ m o c y en At.il/J.Ualpa, no cendrá sostén,¡, al mism o tiempo, es necesario r2montarlo a su fuente hispánica y educarlo en lasenseña nzas que deberíamos derivar de fas derrotas, que son también nuestras. de las

deríOtas de fa ínvencibíe y de Trafalgar».

Fu e su condición de mexicano esencia l inme rso en la azarosa

prest encia de la República. Es2 aven tura fallida le haría alejarse de la política ~ c t i vy cen trarse en su labor creadora de escritor, de pensador « Vasconcelos , despuésde todo, había sido vinua lmen te eí único hombre en América Latina que intentó crearun sistema filosófico completo", según John Skirius-, de historiador, de ardorosopolemista.

To do su quehacer estuvo presidido por un espíritu independiente y crítico, deraíz ética, que no dejó de acarrearle incomprensiones y rechazos. Para interpretar suactitud podría servir de clave este fragmenw del epílogo a su «Breve historia de

México": «Se afirma que al destruir los mitos de más de un siglo y a desnudar ía

inmundicia en que nos debatimos se .deja a la juventud sin esperanza acerca de losdestinos de México. A esto respondo que tampoco hay esperanza para el que vive en/J mentira. Nada hay más miserable que empeñarse en el disimulo de a iniquidad. Niexiste más vil especcáculo que el de :.m pueblo Pmbriagado en su propia in eptjtud,como enfermo desahuciado que se recrea en sus llagas".

Antorio Lago Carballo

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INTRODU ION

BIOGRAFiCA

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E fi ósofo y politico mexicano José_Vasconcelos nació en la ciudad de Oax 0 ca, (apital delemdo del mismo nombre, el.27 de febrero de 1882. Su padre . lgc;acio Vasconcelos, fue hijoiiegítimo de Joaquh Vasconceios y de Períecta Varela, ambos muy vinculados a España y defami ios camerciartes de .Oa ;-:aca_y Puebla . respectiva.mente. Es aún más clara en el futuropolítico la influencia de la familia de su madre, Carmen Calderón. hija del conocido liberaldecimonónico doctor Esteban Caiderón y Canciiani, un oaxaqueño ~ u e huyendo del generalSanta Ana a mediados del siglo XiX, se refugió en Nueva Orleans y allí conoció y se unió aBenito Juárez. De nuevo en México, escondió y curó e11 su rancho ai joven Porfirio D az y sustropas. peleó contra los franceses durante el imperio de Maximiliano, apoyó a Lerdo de Tejaday acabó sus días como senador vitalicio de Oaxaca, por orden del presidente Porfirio Díaz,como agradecimiento a su ayuda y apoyo político.

Por tanto, el origen de Vasccncelos fue socialrnente desigual, ya que cuando CarmenCalderón se enamoró de l ~ n a c i o Vasconcelos, un ho:nbre pobre perteneciente a la clase mediabaja y sin apoyo de su padre tras haberle recor.ocido, el senJdor Calderón se·opuso 1 la boday ésta se real:zó en secreto, naciendo José como primer hijo.

Gncias a varias i n f l u ~ n c i a s Ignacio Vasconcelos consiguió un empleo de a g ~ n t e de-a duanas, y ~ s t o obligó a a u ~ la fami ia midiera primero rn Soconu>co (Chiapas), luegoSonora, en la aduana de El Sás;;bE, frcnteriza con Arizona, para establecffse entre 1887 y 1894en Piedras Negras (Coahuila). Como allí r1 había escuela, Jasé asistió a la Escuela .Primaria deEagle Pass, Texas, teniendo q11e cruzar diariamente el puente internacional para recibir clasesjunto con otros niños mexicanos estadounirlenses, con tensiones e;itre ellos que Vasconcelos

r e f l e j a r í ~ después en su

Aunque le ofreció u;ia beca para estudiar en Austin, ia familia se negó a dejarle aiii yCUJndo tenia trece años viaian nuevaMente, ahora hacia la capital mexicana, en un lareo

trayecto por ferrocarr:I que les llevó hasta el tjfxjc;¡ de la época poríirista, lleno derestaLlrantes. hote:es E: jngieses en la jmp;·esjón del p i ~ o q11e Y• ilia adquiriendo una pas1on porlos hbro> y una práctica n<1cional:sta del catolic;smo en la peqJeña biblioteca que poseí;; sumadre y que ampliará ahora ante ei lujo de I;; práctica religiosa capitalina, o cual le llevará ades<irrollar 12 idea de que la lirnrgia católica era el rito supr2mo, la íusión abso:uta de todas lasartes y ;, Cl lmmación estética de Occider.te. t ~ I como indicará en Estética, aunque él tardarámuchos añcs en adscribirse públicamentt a ;in? fe concreta, slJ case la católica (1940).

Tras unos meses en Ciudad de México y Toiuca, durante los que Vasconcelos asisció al

Instituto de la segunda ciud1d, que le pareció inferior a su primera escuela, llegó para su padreur. nuevo nombramiento de segur.do jefe de aduana Campe(he y tsto supuso el traslado de

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tnd 2 a familia ai Sureste y la inscripción de i 1dolescente en el Inst ituto de Cien ci ascarr,?ecr.ano , coincidiendo con ~ n a época de auge de Yucat:ín y Campeche, y también lasrep':rCU5iones de l a guerra encre [spaña y Estados Unidos e;i el Caribe. Allí conoceríaVas:once los la literacu ra frances a, acabando sus estudiós de Secundaria con un segundopui:sto.

En 898 se sep ara de su familia, al pasar a la capital mexicana para cursar estudioss 1 J p ~ r i o r e < Entra primero en la Escu : 'a Nacional Preparatoria (positivista y con un rigor casimii: tar) y luego en la E s c u c l ~ de ü r i s p r u ~ n c 1 a m 1 e n ~ m sü p;rdre era tmladaco de nue v::i aPiedras Negras, donde murió su madre en 1899. \us biógrafos opinan que su auténtica vocaciónera la Filosofía. pero como ésta a1h no era ad mitida como estudio universitario, por ello sein cii11ó hac ia la Cd<Tera de Derecho . Su emncia en la Escue la Nacional le hizo decididamenteenemigo del porfirismo. más que por ia injusticia social o por la política de apoyo a losextranjeros, . or 1 • · individuos concretos en eneral, y más todavía, a losinu i·1iduos de d o ~ e s especiales. [sta actitud e'. a misma que llevará después a Vasconcelos a

por«JSe también en contra de los reg;menes posrrevolucionarios que no permitan la lib emdde los ind iv iduos civiles .

' En etapa universitaria conoce a futuros correligionarios como Alfonso Reyes, Antonio(¡.so, Isidro Favela y Miguel Alessio Robles. También empieza a trabajar entonces cornoamanu ense en la not arÍ? de Aguilar y Morocho y como ayudante de senador p0rfiriar.o y uezJesús Uriarte, hasta que en 905 co;iclu¡e sus estudios con la tesis Teoría Diná;nica delDerecho, ed itarla do1 años después.

Era uo_},l,(Ogatometafísico 2mipos tivis ta contra la pasividad de una sociedad estancada . Enél se lanzaba h idea de las t'es leyes naturales del Derecho (la del desarrollo d€ la energía, lade la ju sticia y la del equ ilibrio), que reflejaban las reivindicaciones del joven Vasconcelos,deíensor del individual;smo. Pero al ver l0s peligres ~ u e ir;i¡;lioba su t ~ o r i a de un Cer€cho caside origen metafls1co, mclüiaaspecto.1 mora'rizantes, como e x c l u i ~ a los caudil:os («ya ;at>emosque los grandes guerreros .1011 1ariedade1 de tipo criminal », lo cual mantendría más tarderef:riéndose a Villa y 3 Zapata) y a la aristocr2cia econé mio, porque no era de erigen, sino

. adquirida o lo más heredada, e iniplicaba la explotación de ocros, «'Jna variedad de I;: barbarie ».

De esa confrontaciór. ind iv iduo-clan deriva un p:ante<:rniento de raz;:s mecropolitanaj-rdzas co lonialts, inicialrnenie ir1c1nd<lo a las prin1em, pei'c que luego e.1 roto por f r a s ~ s corio«los pueblos Europeos son las b:írb •ros» y <dos pueblos n u ~ v o s son los dvjlizados »,vinculándose a a id ea de la deradencia de O.:cidence. Era el punto de part ida para sus obraspos:Niores , riás c::inocidas.

Tm trabajar unos rneses er Durango corno agente fede;al, regresó a la capital paía ejerceren la sucursal r;iex:cana cel bufete de la firma neoyorkina u W a r n e ~ Johnson and Galston».

-• 1l.unq11e siempre ;e mostró contrarioJ

matrimor,io, al que definÍJ duramente como•<in1titución me:q11ina, apta p•ra meJio.:res» t «la prisión que salvaba de amar demasiado alhombre desvalido >, se casó en i 9()6 en Tlaxcala con Serafina Miranda, originaria también deOaxaca, viviendo el matrimonio en la capita: de f o r ~ a desahogada con las gana1Kias del bufete,situado ~ º . l a calle Isabe l la Católica. P0r esas fechas Vas.:oncelus empieza su actividad política,que tenara hitos importances, como I• fundación del Ater.eo de la J u v e n ~ u d en 1908 -junco

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con los amigos citados. el dominicano Henríquez Ureña y Alfonso C r a v i o ~ o - , y que en 1912

se transformaría en el Ateneo de i1€xico, con ur. s e ~ t i d o de emp resa nacionalista, tratando derehabilitar el raí> hacia el camino liberal - democrático mediante misicnes culturales. come laUnive rsid ad Popular Mexicana, ant icipo de :a Secretaria de Educac ión Pública que impulsaríadespués José Vasconceius.

Otrn hecho qu marG6 su vi da"iue co nocer a Francisco l. f12dero, c o ~ el que entró en

  a c t o en teas haber éste ~ u b l i c a d o La SUEesión presidenciit  (190 8 . Su movimientoo f r ~ c í a muchas posibilirlades a este hombre de 25 años, enemigo del porfiriato y deseo so deun campo de acci6n que lleva'ª a r el ideal de nación liberal. El mismo Vasconcelosexpresó esas inquietudes en su 1ses erial , al escribir« ... yo no tenía motivo prop:o de quejacontra el régimen ... Sin pertenecer n1 emotamente a cualquiera de las facciones gube rnamentales,veía crecer ·mis entradas , poseÍJ Ci>Sa propia y porvenir seguro. Perc ¡ q u é ~ ~ ~ ~ nadie ge _IQs

mot ivos p r o f u r d 9 ~ que van determ inJndo el desting_I La convicción ae que el porfirismo era·u;ia-fosa p-odrida )' abominable había ido arraigando en mi sensibilidad. La ev id encia de losatro ellos diarios cometi · · di ni a, umana ofendida co nvertían en pas jóo lo que prime ro habí;; sido desagracio..y..sor:p.i;e.sa... ".

Con Gustavo l Francis co l. adero, ilomeílo M•ra, Roque E s t r a Emilio y FranciscoV á z ~ u e z Gómez , Fél ix P.alavicini, ede riEo González G rza y Luis Gabrera , entre otros, fundan 1909 el Centro Antirreeleccionista <le México , en el que figuró cerno secreta r.io de este

futurn ¡:iartido, defer.sor de que se prohibiera al ?'esioence Porfirio Díaz sucede,se a sí mismoen el c<irgo , ¡ que descr ibiría así: «Soñál::amos con llegar a constitui r un gobi2rno en el quepudie ran colabo rar sin boc hornos los hoMbres honrados . Empezábamos la campaña sin odio .No éramos fracasados que miran en la revuelta una tabla de salvación. Madero, educado enEuropa. hijo de rico, iiquidaba sus negocios agrícolas cor. una ganancia de doscientos cinc•Jenta

mil pesos, que destinó en su totálidad a la regenerac:ón de la Patria. La mayor parte denosotro; ponía en pel:¡;ro una situación conq uistada con duro esfue rzo .....

En 191 O al persegu irl e :a po licia porfirista pcr haoe r c a d o en «Mixico ~ e v o .. u11

artículo en el 'JU€, ·ent re Ot lJS cosas, escr:biÓ «el porfirismo es Ull c a d á v ~ r SOÍO hJCe faltaen:errarlo ., h ~ y c a Nu ev2 York , trabajando allí cor.ic traduc rór a ~ t e tres meses. Al volvery con0cer el frat;de de las Elecciones ~ ~ x i c a n a s se unió a movim:ento organizJdor de larevolución («Plan de San Lu is ") que debía est1llar el 20 de noviembre, pero al ser denunciad o,

via¡ó de nuevo a Es tados U ~ i d o s , actu1ndo 2n W;ishi ngton como representante deimovimienco m:.derista. sin que consi¿u;e··a su recowc im'e nto, y1 que niediantP presiones de l

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err,:. a¡ador mexicano, ircluso se ord enó arrestar a Made•o. acusándole de violar la neutralidadco mo ex tranjero res idente allí.

. Mientras Carranza-y Pancho Villa iban imponiéncos militarm .,nt< en t".léxico sedistanci::ban entr< sí Lya que el primero m o su deseo .de poE er esta actitud ~ m B e z ó adec epcionar a V;i.sconcelos. La Cúnvención, r . i d a en A_guascalientes en noviembre de 1914,buscó un gobierno de pacificación encabezado por Eublio Gut ié rrez, siendo Vasconcelosmie mbro de la comisión que informó a Vill< dE este acuerdo. Mi ent ras Carranzz se negó

z b e r t a m e ~ t e a aceptar a Guciérrez, los otros dos líderes -Zapata y Villa- lo hicieror.nom•nalmente, accua.1¿0 lu eg0 sin apoyarle. ~ o r estas actitudes :reció 1ami Earranci; mo deVasconceio s, qu e: drndió ocupar, 1 Mn is te rLo d lnstrUGGiónif l . biica e el ebiern aeGuti 8r ez tan efÍmt:o qu e. al mes de s11 entrada en México, villistas y zap at ims ya intentarondes: ituirl e y. al negarse presidente tratar de quitar sus cargos a ambos líderes. tuvo que

n d o ~ a r la capital y e1tabiecers2 en el est ado de Nue vo León, ai ~ l o r t e .

tn :915, c o i ~ c i d en Estados Uri¿os en b ~ s c a de legitimidad par2 sus líderes 101

emi sar ios de Carrar.z;i, Villa G11 tiér rez, éste último repreSEíl\ado prir José J a s c o n r e l o ~ . GUepidió al gobierno <Jei país vecino ia no interferencia er. la política interior mexicana. Mientras:anto Gutiérrez rer.unc i6 a la presid eílc ia, dejando de nuevo el peder a Carranza , y estaine$prrada decis ién provocé la decepción de "asconceios , que se qLredó durance un tiempores idiendo en Nueva York , deciicado al estudi.:i de la Filosofía g ~ i e ~ 2 en las bib:iotecas de esaciu<hd.

En sertien1bre de 1915 se reunió ~ m a Conferencia Paramericana para t r a t a ~ ,obre :an e c ~ s i < J a d ce que México encontrar;: la cst;,bilidad po lítica. el resdtado fue recon ocer aVenustiano C a r r a ~ z a cerno presidente, lo cual hizo o f i c i a l m e n t ~ el pre side nce \'/iison el 19 deoctubre de ese m i s r aiio.

Vasconcel0s vo lvió a vin cula rse al camncismo poco óespués aceptaba el cargo deagente confidenc ia l de (arronza. ar.te ei gooierno inglés par2 evitar la co ncesión de un

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emprts tito u otra ayuda 11 ''/ i..- t<Jíiai'iO Hucrra$ i < { b u c ; 1 ~ ~ ~ o de din2m c:- a les huertistasen el propio r r e ~ o de sus protectores. los trust ing eses de l petróleo », en sus prcpi a;palabras. Así viaja a lnglJterra. F; a;ic:a · España, más :?tendido en e segundo de ~ s t o spaises . donde obtuvo ia prnmesa de r.egar cua qu:er apoyo oficia l francés a Huen:as.

· reg r:es- acepta ta t11recc ión d 1 Escu.ela f'h:cional Preparatnria d 1 ciudad de

llixico pero pl 0fft s s f ítiEas a Gar.rania r.esur.gieron, motiVdñElo su arresto exilio en: a d o   o i c l o s etapa. iniciada en i 916 mientras en México se organiza el Congreso queredmará la Cor.sticució,1 de 191 7. signif;co h publicación del libm P;cágcras. Una teoría delricmo por una revista de La Haban J y un via1c a América dei Sur como ag , ,ite de las Escuelasintern aciona les de Scnene/¡ady en Lima, pronunciando una conferencia en la Ur, iversidad deSan Marco s sobre «El movim ie nto intelec tu al contemporáneo de México", en la que volvió acrit'icar el positivismo. dando al Ateneo un va lor cruzada cu ltilral en la que se h ~ b í a nintegrado ios principaies ime ie:tua :2s mexicanos de ia épo ca.

\...._•

Desd e su nuevo cargo V a s c o n c e l o ~ inicia una gran actividad en pro de ia cultura y de la ¡

promoción jilvenil basada en la campaña nacional contra el analfabetismo, y lar e s ~ n t a c i ó n

del ''Proyecw de Ley para federaiiz ar la enseñanza y crear lo Secretada de Educac iór. Pú9lica. Esta·ú tima fue ap robada en el Senado d 3 de rnarzo de 192 :, o r . s t u y é n d o el 27 de julio yocupando ese cargo pr"pio Vasco ncelos. lr,fluicio por lz reforma que hizo e11Rusia AnatolyLunacharsky , a portir de :917 se preornpó de llevar maestros ham los lugares más lejanos,pero como no tenia suficientes, formó grupos ambulantes de «misioneros c ~ l t u r l e s con unaconcepción amplia: incluía ur. trabajador social, un instructor de educación públi ca y

e s ~ e c i a l i s l a s en música. 1rt2s r;i 2nuales, etc., c · o ~ t a n d o con ayuóas tan destacadas cerno h dPla .éhiler.a Gabr:ela Misi:ral d•Jrante 1111 ti ompo de estancia en 1'1éxico. También decidió el n u ~ v oSecretario impulsar el an:e del p:ís y ~ ; d e 1922 empezaron a i n t a r s ~ los principal es edificios

adscritos a la Secretaría por o; muralistas Orozco,S i q u ~ i r o s ,

i\i•1era, Al-1a de la Canal ¡ otros.Yen(¡ 921,fund6 ~ n ~ editoria para publicar libros clásicos. ia revista «El Maestro .., yestab lecióol nue-;,ci escudo y lema de IJ Univmidad: «Por mi ra za hJblará el esp¡ritü;:.- -.

l/ienoo cé>mo 2van zab1 la orzaniz ac ión pJlítica e;tatal ~ a r a que Plutarcc Elías Calles

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• ·¡ e µoGcr, Vas conc elcs 10l'vtó a c t : n polí tic acomu candldz. to al gobit: rno dei EstJdo

C': Oaxaca, reritiendo duran[e la campaña las consignas maderistas (gobierno civil, legalidad,m c c r a : i ~ . refcímas s o c i ~ S s · ::con6mi cas modeíodas, nacivnalisfi o antinorteameriGrno) y a

< ':a de una re volución c0nmuctiva hecha por hombres preparados. Fu e un fracaso y así vuelve, 1ediprse a escribjc. En 1924 inició sus colaboraciones en e periódico «El Universal .. '/ la

r <: 1ista semanal "La AGtorcha " en su prim era época, entre el 4 de octubre de 1924 el 3 de"'""º de i925, hecha y pagada totalme nte por él y en la que·aparecieron duros ataques a'.Jbregón y Calles. Ei v ª _ c _ i o _ p . Q U 1 ~ º Y amistoso a su ;;lred2dor le hizo aceptar la corresponsalía

·, e e;.;traniero de «E Universa ·-. que implicó un exilio voluntario para él y >U familia hasta.729.

En esos años recorre Europa. llegando hasta Estambul, y reside un tiempo en París, desdec , nde envía artíc ulos a México, a otros países americanos y a España llenos de ivsultos contra( <i cs '.lr c:eer ue había iievadu al aís a un nivel más de 0 rad1do ue el del orfiriato. Dac, n erencias. a veces polémicas. en universi a es e Puerco Kico, Santo Domingo y Nueva'( >Jrk y trabaja como profesor de S0r·,,1 • n •mías universidades de Estados Unidos, alv: mpo que publica La raza cósmica, ndología Metafísica.

La primera obra tratcba de responde;· a varias interrogantes: ¡Qué ugar ocupaba AméricaL:tina en el marco de la cultura mundiall, ¡qué experiencia incorporaba el mestizaje12·.inoamericano a 12 hi storia mundial? (era la época en que surgió el nazismo y sus polémicasr;,ciales). ¡qué posibilidad tenían los nacionalismos amer:canos vista la crisis posterior a :av i m ~ r guerra mundiall ¡qué po sicione' habí1 entonces para una cultura del espíritu quepurificara a 12 hum ar.id;;di Terminaba con la proclaor;aci6n del fin de las razas por medio de un

rnr;1tiza je universal que lle vara a la unidad humana, América era el continente de esa síntesis.Aunque la tE:oría cie la raza có1mica se basaba en la igualdad esencial de los hombres, eso nosignificaba que todos fueran idénticos, al haber v e r s i d a d e ~ de raza, nacionalidad , color, etc.,que no eran in compat ibles con E:sa unidad .

lndología fue una amplia ción de La raza cósmica; dividida er. tE:mas, proponía al finalcomo ideal el ;;scenso hac;a la qLlinta raza tras atravesar las civilizaciones los estados pretoriar,o(barbarie), democrático (Grecia, Europa del XIX). económ ico (impe rialismo), técnir.o (sociedadorgailizac a y dirigida rior hu;Tianistas) y al final el fiiósofo o est .ético. del que emanaba la razacó1mica

\ A fin es de 1 28, cuando residía en Los Angeles, acepté la postulación del PartidoAnt;rreeleccio11ista a las elernones que había convocado Emilio Portes Gil. presidenteprov;sional designado por Calles tras el ases in ato de Alv1ro Obregón. y en las que el candidatodel Partido Nacional Revolucionario fue u a l Ortiz R.ubio. un desconocido en la po lílicamexic2n2 y hasta entor.ces em bajador en &rasi:.

·• La publicidad oficial presentó a Vascond os cuma reaccicnario y ca11didno laburguesía , mientras las clases medias y la prensa e x l r a n ¡ e ~ a veía;i en él un civil id ealista. liberaly filórnfo que trat3ba de combat ir el pasado militar. En realidad seguía siendo el individualistacivil que 110 quiso aceptar el apoyo de os generales obregonistas enemigos de Calles.

1929 fue un año agitado en que Vasconce os reco:rió el país, ent rando primero encontacto con el movimiento cristero rle los Altos de Jaiisco . . .1 lleEar a la capilal definió la lucha

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electora i corno e e n f r e n : a m i ~ n entre QueLzalcóatl y Huichilobos o Huitzilopochtli (Calles yotros grupo s). pronunció conferencias, trató inso lentemenk al embaiador de Estados Un:do sDwight Morrow , e intEo1tó q1e la carl'pcña se pagase mediante la colabor;;ción popular vdonativos part icu lures .•Tras ser confirmado como C<lndidaw oficial de su partido, presentó suprogram a de gooierno, lleno de buenas intenciones ycon una image n apocalíptica del país. Consus lemas preferidos de la evoluc ión cons truc t iva. la susti tuc ión riel pretorianismo por IJdemocrac ia, un sindicalismo sin caudill o¡, economía cJpitalista sin ol igar:¡uía, la ;;mnistía aexpat riados políticos. la mora lización de la burocracia y la lucha cont ra la tutela de EstadosUnidos, sigue sus viajes propJgandisticos en medio de pro Llema; y violencia, si n :ornarprecauciones ante el probabíe fraude electo ral y sin esforza rse en buscar al ianzas po líticas, enmed io de prob lemas y creciente violenc ia.

Antes de las elecc iones vería el fin de los cristeros mediante un arreg lo entre el clero y elgob ierno, con la intervenció n del emba jador Morrow. í EI do mingo 7 de noviembre se

ce lebraro n los cof'l icios y el r ~ s u t a d o fue la victo ria de_Qniz, Rubio; de nunciad:i por losvasconcelistas y la muchedumbre anticallista .1EI prop io Va,concelos se dec laró en Guaymaspres idente electo. rechazan do la proposición del embajador Morrow de ocupar el rectorado dela Universidad Nacional y otros cargos. cos- .que si aceptaron algunos seguid ores de su part idoa cambio de declarar por esc rito que aceptaban el triu nfo de Ort iz Rubio por patriotismo.

Vasconc elos prefirió aba ndo nar el país otra vez co n su familia. pero Jesde Nog ales .Arizo na. hi zo ei «Pla n de Gúayrnas ., íncitJr.do a la rebelión.Tardará núeve "ño¡ casi en e g r e ~ a ra México, pero seguirá desde lejos lcis avata res políticos de la Re pública.

E esrn 1 rgo . re :orre. er. prime lugar, Amenca enm . e Sur en 1 9 ~ 0 paFpasar uego arís donde vuelve d publicar «La Antorcha " da va ri as conferencias sobrepolítica meYican2 y se produce el ep iscid io de l s11icidio en IJ catcd ra1 de N Dame ele suamiga y seguidora .Arrtonicta Rivas Me; ·cado. es:idi á ta:mtMn e:n:fspña de , (primernen Madrid y luego en Somió, ce rc o de Gijón). puolicáncose sus obras frica¡ Pesfn11smo alegre.Dos a- s des j:iué A:rgeoti 11 establ ec.iéndos0 e:r. Buenos-A:res110 lií da igua lmen te

c o n f e ~ e ~ c y publica s.i libro i cultura en Hi spanoamérica. De Rob in son a Odisea,c o : n c i d ~ co n la a p a r i c i ó ~ de o h a ~ i s m o y ;nonrcísmo (Santiago de Ch :lc. 1934) y I?.

preparJción del Uiises criollo. prir11er lomo de sus Memo,-/as

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e <'1-rnna ae San e ~ rempo que abre bufete en la calle de Palma y publica sus librosf 1 .,roconsulado y i m ó ~ Bolívar.

fT940 -añc en que re ingresó en la iglesia católica- fue una feLha vinculada a lair :': ':Ctualidad , ya que, por un lado, es nom brado director de la Biblioteca Nacional y, por otro,

a ~ < · ~ c e n nuevas obras s u y a ~ como Manual de filosofía y Páginas escogidas, y así continú a en

11" . al apa recer su Hernán Corrés, creador de la nacionalidad. En este último año muere suSerafina Miranda.

', - años igu ie tes mues tca gcan ª"ividad· 1'Jo:dación dEtl Colegio de Ense1'ianza5,, >:rior ¡ 942): presidente del comité organizador del Congreso Nacional de Educación, yrr. ': .. bro fun dado r de i Coleg io ~ a c i o n a en 1 '.3. En esa misma fecha contrae nuevom< ··'monio con la pi an ista Esperanza Cruz, de la cual nacerá su hijo Héctor en i945, año enqi; '' ?Ub li ca El vienro de Bagdad. Emb ajado r extraordinario y pienipotenciJrio de México en lawr· <de po,esión del presidente colombiano Mariano Ospina (1946) ycondecorado en España

cor :a Orden de Isabel la Católica (1950),donde se edita Discurso.;, 1920-1950.o n f e r e n c i ~ t e

en 'Unive rs idad N. M. de San Marcos, de Lima, en 195i, al tiempo que aparecen su Filosofíaescú1ca y Todología.

El martes 30 de junio ¿e 1959 , tras va rios infa1tos, ml1rió en su re,idencia de la Avenidade 1:is Aguilas, en Tlacopac, y fu e sepultado en el Panteón Jardín el 2 de julio. Fn ese añoapar ,cen Carras políticas, La t)ama y Letznía; del atarrleéer.

1 I morir , V;;sconcelos poseía los doctorados «Honoris Causa ,, de ia; universi dades deChi1 1

,, Unive rsidad Na cion.al Autónoma de México, G ~ a d a l a j a r a Ualisc0), Puerto Rico,Salv:idor y Gu atema la. Era miembro de número de la Academia Mexicana y correspondier1te dela f(r: al Academia Esp2ñola.

En 1984, ~ . I cump li rse ve inéicinco años de su fallecimiento, la «Asoci:ic:ón Civil )oseh ;c ·)nc21•JS., o r g ~ n i z ó cna cAremonia c:rnmcmoraciva ante el monumento que se hobíalern1tad0 al escritor y político en 11 calle Sar. lldefonso de capital. El 5 de·diciemore de esemi smo a1io sus restos fueron traslad ados a las criptas de la catedral metropolitana , pasando el7 ce marzo de l J85 la u;n a a ia c;;pilla de I;; Pur is ima ConcepciÓíl , en lo i s m c;;tedrai, alconsiderársele mexicano ilustre .

l

-   ~ J

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  NTOLOGÍ E TEXTóS

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Pensamiento sociológico

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¡

L

I. La Raza Cósmica (*)

l. l.

Desde los primeros tiempos , desde el ,descubrimiento y la conquista fueron castellanos ybritánicos, o latinos y sajones. para incluir. por una parte. a los portugueses y. por otra, alholandés. los que consumaron la tarea de iniciar un nuevo período de la historia. conquistandoy poblando el hemisferio nuevo. Aunque ellos mismos solamente se hayan sentidocolonizadores, trasplantadores de cultura, en realidad establecían las basE:s de un2 eapadegeneral ydefinitiva transformación. Los llamados latinos , poseedores de genio y de arroje. seapoderaron de las mejores regiones, de las que creyeron más ricas. y los ingleses entonces

tuvieron que conformarse con lo que les dejaban gentes más aptas que e los. Ni España niPortugal permitía que a sus dominios se acercase el saión. ya no digo para guerrear, ni siquierapara tomar parte en el comercio El predominio latino fue indiscutible nos comienzos Nadiehubiera sospechado,en lostiempos del laudo papalqu iviJió el uevoMundo entrePortugaly España,que, unos siglos más tarde, ya no sería ei Nuevo Mundo portugués ni español. sinomás bien inglés. Nadie huberamagir.ado que los humildes colonos del Hudson y el Delawere,pacíficós y hacendosos. se irían apoderando paso a pase de las mejores y mayores extensiones

• ( ) s taobra se publicó por primera vez simultánea-

mente en Barcelona ¡ París en 1925 y está considerada

como la más representativa de José Vasconceosen :;u

visión unitariay rascendente del continente americano 

origen español   portugués El texto aqutranscrito

Pr ocede de: Vasconcelos Prólogo y selección cle Genaro

Fernández Mac Gregor. Ediciones de la Secretaría de

Educación Pública México l942Elsubítuoe laobra es:

Origen y objeto del continente Latinos y saiones.

Probable misión de ambas razas. La quinta raza o raza

cósmica. Abarca las pp 91 a : 13.

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dea tierrahastaormar la República quehoyconstituyeunoe los mayoresimperios de la

Historia.

Pugna de latinidad contrasajonismo ha llegado a se r, sigue siendo nu estra época; pugna deinstitucionesde propósitos y de ideales. Crisis de una lucha secular que se ini cia conel desastrede a Armada Invencible y se ag rava con la derrota de T afalgar Sólo que desde entonc es el

sit;o del conflicto comienza a desplazarseyse :ras ada al continente nuevo, dond e tuvo todavíapisodiosfatales Las derrotas de Santiagode Cubay de Cavite y Manila son ecos disrantes,pero légicos, de lascatástrofesde a Invencible  de Trafa gar. Yel conflicto está planteadototalmente en ei uevoMundo. En ia Historia lossiglos sue le n ser como días; nada tiene deextrañoque no aca bemos todavía de s21i r de la impresión de laderrota . ravesamospocasde desaliento, seguimos perdiendo, no sólo en soberanía geográfica, sino tambi én en pod eríomo ral. Lejos de sent irnos unidos frente al desastre, la vo luntad se nos dispersa en pequeños yvarivs derrota nos tr;.:do la coniusión de los valores v los conceptos; la diplomaciade los vencedores nos enga ña d e s p ~ é s de vencernos; el co1ne;cio nos c o n ~ u i con sus

pequeñas venta jas. Despo jados cie la an tigua grandeza, nos ufanamos de un patriotismoex clusivamente nacion al, y ni siquiera advertimos los peligros que amenazan a nuestra raza enc o ~ j u n Nos negamos los unos a los otros. La derrota nos ha envilecido a tal punto que, sindarnos cuenta, servimos los fines de la política enemiga. de batirnos en detalle, de ofrecerve ntajas particulares á cad a uno de nuestros hermanos, mientras· al otro se le sacrifica eninte reses vitales. No só lo nos der rotaron en el combate, id eológicamente también nos siguenve nciendo. Se perdió la mayor de las bat allas el día en que cada una de las repúblicas ib¿ricas;e ~ n z ó a hacer vida propia, vida desligada de sus hermanos, concer:ando tratados recibiendo

b e n ~ f i c i o s faisos, sin atender a los intereses com1Jnes ck la raza. Los ac reedores de nuestro

na(ionalismo fueron, sin saberle , los mejores aliados ciel sajón, nuestro rival en ia pusesión delcontinente. Sin embargo, nos ufaílamos cada uno de r.uestro humilde trapo. que dice ilusiónvana, y ni siquiera nos ;uboriza el hecho de nuest ra discordia, delante. de a fuerte uniónnurteamerkana. No adve1timos el c o n t r a ~ t e de a unidad ~ a j o n a frente a la anarquía soledadde los escudos iberoameri cános. Nos manc er,emos celosamente mdependientes respecto de .nosotros mismos, pero de uná o de otra mar.era nos s0mctemo:; o nos aliamo¡ la Ur.iónSajona. Ni si qu ie ra se ha pedido lograr la unidad nacional de los cinco pueblos c e n t r o m e r i c a n o ~ .porque ne ha ~ e r i d o darncs su venia un ex traño y poniue nos fait a el patr iotismo ver<laderoque sac rifiqu e el pres e"te al po rve nir. Una c a r e ~ c i a de pensamiento creadoi' un exceso de

afán lrítico, que , por cierto, tomarnos prestado de otras nos ll eva ad i s c u ; i o r

esté riles, en 13s que tan pronto ;e ni ega como e afirma la comunidad de nuesrras aspiraciones,pero 110 advertir.i0s que a la hcra de obras, y pese a todas las dudas de los sabios inglese:;, elin glés b1sca la alianza de sus hermanos de América de A ~ s t r a l i a ent::>nces elyanqu ise sientetan inelés como el inglés de In glaterra . Nosotros no seremos grandes m;er.tras el español de laAmérica no se sienta ran español c::>mo les hijo; de España. Lo cual no impide que se.:mosdistintos cada vez que sea necesa rio, pero sin apartarnos de la más alta misión comúr1. Así es

t e r que procedamos si hemos de lograr que la cultura ibérica ac2be de < l a ~ tocios s1Jsfrutos , si b. emos de impedir qu e la r n ~ r i G triu nfe sin oposición la cultura saj::>n2. inútil esimagin ar otras soiu:iones. La civiliza:ión no impro visa ni se tru'ica, ni puede hacerse partirdel pape l de _una cor.stiéución polític2; se deriva siempre de una arga, cie una ;ecularpreparación t depura:ión d.: elefl"entos que se transmiten se combinan desde los comienzosde la Histori a. Por eso resul ta taíl torpe hacEr comenzar nuestro p a t r i o t i ~ m o con el grito deindepe nden c;a del Padre Hid algo o ccn la conspiración de Quito, o con :as h a z de Bolívar,

p ~ e ; si no le arraigarnos en (u;.uhtémoc yee. Atahu ál pa r. o rendrá sost én, y, al rn ismo tiempo ,

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es necesario remontarlo a su fuente hispánica y educarlo en las enseñanz;:s que deberíamosderivu de las dem;tas, que son también nuestras, de las derootas de la Invencible y deTdalgar. Si nuestro patrioti>mo no sP identifica con as diversas etapas del viejo conflicto dt:latinos y sajcnes, jamás l c g r a ; e m o ~ que sobrepase los caracteres de un regionalismo sin alientouniversa y lo veremos fatalmente d e g ~ n e r a r en estrechez y miopía de campanario yen inerciaimpotente de molusco que se apega a su roca.

Para no tener que renegar alguna vez de la patria ciisma es menester qut vivamos conformtal alt0 interés de I;. raza, aun cuando éste no sea todavía el rr.ás alt0 interés de la Humanidad.Es claro q•Je el coraz6n ,ólo se conforma con un interr.acionalismo cabal, pero en las actualescircunstancias del mundo, el hternacionalismo sólo serviría para acabar de consumar el triunfode las naciones más fuertes; serriría exclusivamente a los fines d ~ I inglés. Los mismos rusos, consus doscientos millones de poblacién, han tenido que aplazar su internacionalismo teórico paradedicarse a apoyar nacionaiidades oprimidas, como la India¡ Egipto. A a vez han reforzado supropio nacionalismo para defenderse de una desintegración que sólo podría fa·1orecer a los

grandesE s t ~ d o s

imperialistas. Resultaría, pues, infantil que pueblos cébii2s como ios nuestrosse pusieran a renegar de tcdo lo que les es propio en nombre de pro?Ósitos que no podríancristalizar en realidad. El estado actual de la civilización nos impone todavía el patriotismocomo una necesidad de defensa d2 i n t e r e s ~ s m a t ~ r i a e s y morales, pero es indispensable queese patriotismo persiga finalidades vastas y trascendentales. Su ;nisión se truncó en ciertosentido con la independencia, y ahora es menester devolverl0 al cauce de su destino históriCCIuniversal.

En Europa se <lec;dió la primera etapa del profundo conflicto nos ~ o c ó perder . DespuÉs,así que todas las ventajas estaban de nuestra parte en el Nuevo Mundo, ya que Espah había

dominado a la América, la estupidez napoleónica f11e causa de que la Luisiana se entrega1·a a losingleses del otro lacio del mar, a los yanquis, con lo GUe se decidió en favor del sajón la suertece1Nuevo Mundo. El "genio de la guerra" r.o mirab2 más a l i ~ cie las miserables dispu;as defror.teras entre los Estaditos de Europa y no se dio c u ~ n t a de que la causa de la latinidad GUeél prete11d;a representar fr<:casó el mismo día de la prodamación del Imperio por e: solo hechode que los destinos comunes quedaron confiados a un incapaz. Por otra parte, prejuiciceuropeo impidió ver q•Je en Amé;ica ~ s c a Í J a ya p l a n ~ e a d o , con caracteres de universalidad, elconflicto que Napole6n no pudo ni concebir en tod2 su tr;;scendenda. La tontería napoleónica110 pude rnsoechar ~ u e era en el Nuevo Munco donde iba a decidirse el destir.o de las razas

de ELlropa, y, ai destruir de la m;i11era rr.á1 i11cor.scierte e: po_dedo francés cie la Aciérica.dcuilitó también 2 los EspañolEs, nos traicio11ó, ncs puso a niéced dei enemigo común. SinNapoleón r.o existirían los Estado.1 Unidos como 1m;ierio mundial, y la ~ u i s i a n a to<lavíafrancesa, tendría que ser p a ~ e de la Confederación Latinoamericana. T afalgar cntoncts:1ubiese quedado cudarlo. Nade. de esto SE pensó siquiera porque el destino de la ra;a estabaen ir.anos dP un ~ e c i o ; porq11e el cesarismo es el azote de l;1 raza latina.

LJ traición de Napoleón a los destir1os mundiales de F r ~ n c i a ~ i r i ó también de mue1te al

imperio español de :a América en los instantes de su ma¡'or debilid2d. Las g e n t ~ s de hab ;1inglesa se apoderan rle la Luisiana sin c o m ~ a t i r y ;eservar.do sus pertrechos par;; la y fáci

conquista de T x2s y Califorria. Sin la base del Mi;s1ssippi los ingleses, que se laman asimism0yanquis por una s i m p l ~ riqueza de ~ x µ r e s i ó n . no hubieran logradc a d u e ~ a r s e del Pacífico, nosería11l1oy101 amos del continente, se h;ibrí;1n quedarlo en una especie de Hoianda trasplantaóa la .l1méricJ y el Nuevo u ~ d o sería tspañol y francés. Bonaparte :o hizo sajón.

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Claro q1e no sólo las causas exterr.as, tratados, la gue rra y ia política re;u elven e des¡ino de los pueblos. l_os napoleones no son más que membretes de vanidades ycorriJpciones. La d<:cadencia de las costumbre;, la pérdida de l:is libertades públicas ; la

1gnoranci3 general causan el efecto de paralizar la energía de toda una raza er. dete rmin adasé p o ~ a s .

Los españoles fueron al Nuevo Mundo con el brío que les sobraba después del éxito dela Reconquista. Lo; hombm libres, que se llamaron Cortés, Pizarro , .\ varado y Córdob a, noeran césares ni lacayos, sir.o gra11des capitanes que al ímpetu des truct ivo aunaban el geniocreador. Enseguida de .J victoria trazaban el plano de las nuevas ciudad es y redactaban losestatutos de su fund ación. Má; tarde , a la hora de las agrias disputas con la Met rópoli, sabíandevolver injuria por injur ia, como lo hizo uno ce los Pizarro en un célebre juicio. Tod os ellosse sent ían iguales ante el rey, como se sintió el Cid, como se sentían los grand es escritores delSiglo de Oro, como se siQnten en las grande; épocas todos los h0mbres libres.

Pero a medida que la conquis¡a s<: cor.sumaba, toda la nue va organización iba quedandoen manos de cortesanos y validos del monarca. Hombres incapaces ya no digo de conqui stas ,ni siquiera de defende r lo que otros conquistaron con talento y arrojo. Palaciegos degener&doscapaces de oprimir y humillar al nativo , pero sumis os al poder.rea l. ellos y sus amos no hicieronotra cos1 que ec har a perder la o ira delgenio espaiiol en América. La obra portentosa in iciadapor los fér reos conquistado res y consumada por los sabios y abnegados misioneros fuequ edardo anulad3. Un1 serie de monarCJs extranje ros, necios de remate, como Carlos V, elCésar de oropel; perversr>s y degene;a dos, corr.o Felipe 11 ; imbéciles, como ios C:irlos de los

: : m o ~ números, tan justicierar.ie nte pintados por Ve lázquez en compañí;; de enanos, bufon es y

cortesanos, consumaron eldesastre de la administración co onial. La manía de imitar al ImperioRom ano, qu e tanto daño ha causado lo mismo en España que en Italia y en Francia; elmilitarismo y el absolutismo trajeron la decadencia en I;; misma época en que nuest ros rival es ,fortaleddos por la virtu d, crecía n y se r c ~ a b a r en libertad.

Junto con la for tal2za material se le s desarrol ló el ingenio prác¡ico, la intuición del éxito.Los antiguos co lonos de Nu evá lnglateri-a y de Virginia se s e p a r a r e ~ de Inglaterra, pero sólopara crecer mejor y hacerse más fuertes . La separación polític :: nunca ha sido entre el:os

obstácu lo para que en el~ n t o

dela comú11

misión étr.ica se rn;;ntengan unidos yacordes. L"emonc  ?ación . en vez de deoiliéar a l gran raza, la bifurcó, la mJ tiplicó, la desbordó pvdercsasobre el r.iur.dJ, desde el n ú c l ~ o 1m?onente de los dos :nás gra ndes imperios qu€ hanwnocidoi0s tie:n pos. Y, ya desde er.tunces , lo que no conqtiista el inglés c e las Islas , se lo toma y loguarda el inglés nuevo continente.

En c ~ m b i o nosot ros los españoles, por :a sa ngre o por la cultura, a la hora ce nuestr aemancipadór. comenzarros por renegar de nuestra' tradi ciones; rompim os c0n el paSJdo y nofal to q u i e ~ renega ra la sangre diciendo q•Je h u i : > i ~ r a sido me1or que la conquista de nuestras

r ~ g i o n e sla hubiei'an consumado lns ingleses. Palal:im de traicién que se

e x c u ~por el asc::iq"e enee;idra la t:ran;a '/ po r la ceguedad ~ u e trae la d2rrota. Pero perd er de esta suerte e:

sentido histórico d ~ Lln2 raca esuiva le a absurdo , e> lo mismo que negar a los pad res fu ertesy 'aoi0s cnricio oomos nosotr0s mismos, _o ellos, los c ~ l p a b l e s de la decadencia

. .. 8e toós mane1 s las orédicas Jesespañolizantes y el irighar11ie;ito cor re lati vo,rab11men ¡e d i f u ~ d por los m:sn1os ingleses, perv;rtié nuestro s ¡u icios desde e origen: nvs

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hizo oi vid ar_qut en os a ~ t T de T afoigar t a r n b i tenemos parte. La ingerencia de oficialesing escs en los Estados Mayores de ios guerreros de ia Indep endencia, nubiera acabado pordeshonrarnos si no fuese porque la viej a sangr c---.i itiva revivía 1nte i2 in1uria y g a b a iospiratas de Aibión cada vez que se acercaban con el propósito de consumar un despojo. Larebeldía ancestral supo responder a cañon:izos, lo mismo en Buenos Aires, que en Veracruz, enLa Habana o eiTCampeche y Panamá, cada vez que el corsario inglés, disfrazado de pirata para

eludir las responsabilidade; de un fracaso, atacaba, confiado en lograr, si venda, un puesto C:ehonor en la nob Lra británica.

Apesar de Íirme cohesión ante un enemigo invasor, nuestra gue rra de_ ndependenciase vio menguada por ei provinc ia lismo y por la ausencia de pianes ~ r a s c e n d e a l e s La raza quehabía soñado con el imperio del mundo, os s1Jpuestos descend ientes de la gloria romana,cayeron en la pueri l satisfacción de crear nacioncit"s y soberanías de principado, alentadas poraimas que en r.acia cord11iera vtfan un muro y no una cúspide. Glodas balkánkas soñar'Jnnuestros emancipadore,, con ia i r1stre excepción de Bolívar, S11cre y Pelión e.I negro, y media

doc ena, a lo sumo . Pero los otros . obsesionad0s por el concepto locai y enredados en unaconfusa fraseología pseudorevolucionaria, sólo se ocuparon de empegueñecer un conflicto quepudo haber sido el principio dei desptrtar de un continente . Dividir, despedazar el sueño üe ungrar. poderío latino, tal parecía ser el prupósito de ciertos prácticos ignorantes quecolaboraron en la Independencia, ydentro de ese movimiento merecen puesto de honor, perono supieron, no quisieron ni escuchar las advertencias geniales de Bolívar.

Claro qoe en todo proceso soci<:I hay que tenu en cuenta las (ausas profundas,inevitables, que de te rmin an un momento dado. Nuestra g e o g ~ a f o , por ejempio, 2ra, y sigue

siendo , un obstáculo de la unión, pero si hemos de dominarlo, será menester que antespongamos en orden el espírirn, depurando las ideas y señalando orientaciones precisas.Mientras no logremos corregir los conceptos, .no será posible que obremos sobre el mediofísicG en tal form2 qJe 10 hagamos ser•ir a nuestrc propósil:o.

En M ~ x i c o , por eje:nplo, fuera de Mi01, casi nadie pensó en los interese; C:el continente;peor aún, el patriotismo vernáculo estuvi:: e11sefiando durante un siglo que tri11nfamos deEspaña gracias al valor indcir;iabie de nues tros soldados , y casi :ii se mencionan l•s Cortes deCádiz, ni ei levantam ier. to contra Napolcó:i . que electrizó a la raza; ni ias victcrias y-martiriosde los pueblo> her:ndnos del continente'. tste pecado, común a cada ur.a de nr1estras patrias,e: resdtado ce époos en que la 'iistoria se esc ribe pra i l0s d ~ p o t J s . Em0r:c':s lapatriotería no se conforma co;i p ~ e e n t a r 2 sus h2roes como unidades de un movimientocontinental, y los preseílta autónomos, sin darse cuenta que al obrar de esta suerte losempequeñece en vez de agrandarlos.

explican también estas aben·;ciones porGue el elemento i:idígena no se habíafusionado, no se ha fusionado aún en su totalidad, con la sangre española , pero esta discordiaes má; aparente que real. Háblese al rr.ás exaltado indianista de la convcnienda de adaptamosa la i a t i n i ~ a d y no opond1 á el menor reparo ; digasele que e s t r a culrnrJ es cspañ:Jla yenseguida f o r m u l a ~ á o ~ j e c i o n e s . Subsiste la huella de la sangre vertida: huell<: maldita que noborran l o ~ siglos. pero ciue el peligro común debe anular. Yno ha¡ otro recurso. Les mismosindios puro; está n españolizados , están latinizados, como está latinizado El ambier.te. Dígaselo que se qcier;;, los rojo s, los r ~ s atla ntes de quienes viene el inCio, ie durmieron h;;cemillares de años pa ra no de;pertJr. En l i Historia r.o nay retornc;s, porque toda ella es

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s f c r r r ~ J n ¡ noveda d. ,JngiJn a n za vu elve; caC2 una p antea su misión, a cumple yse va.

E  Lii ,erd ad rige lo mis mo en los tiempos bíbiicos que en los nue;trcs, todos los h i s t o r i ~ d o r ea i l t h ha n for rnu iad 0._ Los días os b anc0s pvros, los 'tencedores de hoy, estan t;rn

contad0s co rno io estuviero n los de sus antecesores. Al cump:ir su destino de mecanizar el

mundo , ell os mismos han puesto, sin sabe rlo, as bases de un período nuevo, el período de la

fusión y la rnezcla de todos los pueblos. El indio no tiene otra puerta hacia el porvenir que laP ~ r t a de la cultura mo de rna, ni otro camino que el camino ya desbrozado de 12 civilizacióniat i11a . ambién ei blanco tendr:í que deponer su orgullo, y buscará progreso y redención?Oster'or en el alma de su; herm anos de las otras castas. y se confundirá y se perfeccionará encada una d ~ las va ;·ieódes superiores de la esp ec ie, en cada una de las modalidades que tornanmúlti ples la revel;; ción y más poderosc el genio.

En el proceso de nuestra mi sión étnica la guerra de emancipación de España significa unacri:'s p ~ .. quiero dec ir :on esto que la guerra no debió hacerse ni que debió triJnfar.

En determin adas ép ocas el fin trascerdente tiene que quedar aplazado; la raza espera, en tantoque la patria urge , y la patria es el presente inmediato e indispensable. Era imposible seguirdepe ndiendo de un centr o que de tropiezo en tropiezo y de descalabro en bochorno había idobc. jando has ta cae r en la s manos sin honra de un Fernando VII . Se pudo haber tratado con lasCortes de Cádiz para organizar una libre Federación Castellana; no se pod ía responder a lamona rquía sino batiéndole sus enviados. En este punto la visión de Mina fue cabal: implantarla libert ad en el Nuevo Mundo y derrocar ·después la monarquía en España. Ya que lai;nb edlid ad de la époc 2 impidió que se cumpliera este genial designio, procuremos al menosten er lo pres ente. Reconozcamos que iue una de1graci<: no haber procedido con la cohesión

qu e demostr'aron los del NorLe; la r2za prodigiosa, a a ~ 1 ; e sole llos llenar de imprcperios sóloporque nos ha ganado cada partida de la lucha secular. Ella triuílfa porque aduna suscapac id ade ' prácticas con la visión clara de un gran deótino. Conserva presente la intuición deuna mis: ón histórica definida, en tanto que nosotros nos pP.rdemos en el laberinto de quimerasverb :: les. P que Dios mismo conduc € los pasos del sajonismc, en tanto que nosotros nosmat<mos por e: dogm a o ncs procl amamos ate os. iCÓm'.l debP.n reir de nuestros desplantes y -van id ades latin as es :o' fu erte s constructores de :mperios Ellos no tienen en a mente el lastreci ce roni ano de lo fras eol ogía, ni en la sangre l0s instintos contradictorios de la mezcla de razasdis;miles , pero com etieron el pecado de destruir esas razas, en tanto que nosotros lasa1 imilamos , y est o no\ da derechos nuevos y e1peranza ce una misión sin precedentes en laHi sto ,-ia.

De allí qu e los tropi ezos ac verso1 no nos inclin en a claudicar; vagamente sentimos que hande servirnos para descubrir r1u estra ruta . Frecisamente en las diferencias encontramos ele<. mino; 1i no más imit1mcs, perd emos; i descubrimos, si cre:imos, triunfaremos. La ventaja Cl e

nu estra tradición es que posee mapr facii dad dé simpatia con los extraños . s t o implica q11e

nu estra civil ización, con todos sus d e f e c ~ o s p ~ e d ser la elegida para asimilar y convertir a unnuev'.l tipo a tedas los hombres . En ella se pre?ara de esta suerte la trama, mGltiple y ricoplas ma c e la Human 1dad ÍIJtura . Comienza a adverti rse este mandato de ia Hi;toria en esa

u ~ d a n C: e amor que permitió a 1os espáñoles crear raza n ~ e v a con el indio y COíl el negro,prodigando la estirpe cianea a través de1sold <i do que engendraba familia indígena, y a cult11rade Ccc'de nte pcr m€dio de la dnctrina y el ejemplo de ios m i ~ i o n e r o s que pusieron al inrJicen condic ion es C: e penetrar en la nueva etapa, la etapa del mundo Uno. i_a colonización

c:.eó me.sr izaje. e.sto señ al a su c;;rácter, fija su responsabilidad y define su porvenir. El

1ngb 11¡: u10 c1 u: ando ' e solo con el blanco, yexterminó al indígena; lo sigue exterminando P.n

·~ -       .....

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la sorda lucha económiCl, más eficaz que la conquista armada. Esto prueba su limitación y esel indicio de su decadencia. EquivalP en grar.de a los matrimonios i n c ~ s t u o s o s de los faraones,que 1ninaron la virtud de aquella raza, y contradice el fin ulterior de la Historia, que es logr2:la fusión de los p u ~ b l o s y las culturas. Hacer un mundo inglés; exterminar a los rojos para queen toda la Amtérica se renueve el norte de Europa, hecho de blancos puros, no es más querepetir el proceso victorioso de una raza vencedora. Ya esto lo hicieron los rojos ; lo han hech0

o lo han intentado todas las razas fuertes y homogéneas , pero eso no re;uelve el problemahumano; para un objetivo tan menguado no se quedó en reserva cinco mil años la A.mérica. El

objeto del continente nuevo y antigL•o es mucho más importame. Su predestinación obedeceal designio de constituir la cuna .Je una ;aza quinta en la que se fundirán todos los pueblos parareemplaza; a los cuatro que. aisladamente han venido forjando la Historia. En el suelo deAmérica hallará término la <lispersión, allí se consumará la unidad por el triunfo del amorfecundo, y la superación de todas las estirpes. ·

Y e engendrará de tal suerte el tipo de síntesis que ha de juntar los tesoros de la Historia

para dar expresión al anhelo total del mundo.

Los pueblos llamados latinos, por haber sido más fieles a a misión divina de América, sonlos llamados a consumarla. Y al fidelidad al ocuito designio es la garantía de nuestro triunfo .

En el mismo período caótico de la Independencia, que tantas censuras merece, seadvierten, sin embargo, vidumbres de ese afán de universalidad que ya anuncia el deseo defundir lo humano en on tipo universal y sintético. Desde luego Bolívar, en parte porGue se diecuenta del peligro en que caíamos, repartidos en nacionalidades aisladas, y también por su donde profecía, formulé aquel plan de federaC:ón iberoamericana que ciertos necios todavía hoy

discuten.

Y si los demás caudillos de la iridependencia latinoamericana gcnenl no tuvie;on unconcepto claro de futuro, sí es vErdad gue, llevados del provinci2lismo, q ~ c hoy llamamospatrictis:no , o de la limitación, qoe íloy se titula soberanía nacional, (ada uno ¡ireocupó nomá; que de la suerte inmed:ata de su propio pueblo , también es sorp;endentc observar quecasi todos se sintieron animados de un sentimiento humano universal que coincide con el

d ~ s t n o que hoy asignarnos al continente iberoamericano. Hidalgo, Mcrelos, Boií·1a:, Petión elHaitiano, los argentinos en Tucumár., Sucre, todos se preocuparon de libe:-tar a los esclavos,de cecluar la ;g•Jildad de t:idos 'ls h u ~ ~ r e s p0r derechu oátun:; la igualJad ;ociJI )" rívio Jt:los blancos, negros e indios. En un instante crisis históric;; formularon la misinntrascendental asignada a aquella zon;: del globo: misión de u n d í ~ étni:a y espi•irua mente a las

~ n t s

De tai suerte se hizo en el ~ a n d o latino lo que mdie ni pensó hacer el ce>ntinente sajón.Al í s i g ~ i ó imperando la tesis contraria, el propósito confesado o tácito de limpiar a Tierra deindios, mongoles y negros pa;a mavor gloria y ventura del blanco. En •ealidad, desde aquellaépoca queJaron bieil déinidos los sistemas qoe, perdurando hasta la fPcha, colocan en campossodológiccs opuestos a i1s dos c i v i l i a c i o n e ~ 11 c;ue quiere d pre<lomin;o cdusivc del blanco

y la que está formando 1Jroa nueva raza, rara de síntesis que aspira a englobar y > r p r e ~ a r todolo humano en maneras de constante superación. Si fuese menester aducir pruebas, bastaríao ~ s e r v a ; la rnezclá c r e c i ~ n t e y s p o n t á n e a que en :odo el c o n t i ~ e n t e lati110 se opera entretodo; los p ~ e b l o s y por otra parte, la lineü fiexible que sep;:r2 al n e g ~ o d¿I blanco en l o ~

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E;.-,; ".los Unidos, y las leyes, cada vez más rigurosas, para la exclusión de los japoneses ychinos¿" '::a  ifornia.

Los llamados latinos, tal vez porque desde un principio no son propiamente tales latinos,

si·-·, un conglomerado de tipos y razas, persisten en no tomar muy en cuentael

factor étnicop« <1us 1 laciones sexuales. Sean cuales fueren las opiniones que a este respecto se em itan, yla repugnancia que el p r ~ j u i c i o nos causa, lo cierto es que se ha producido y se sigue

cv : Jmando ia mezclo de sangres. Yes en Psta fusión de estirpes donde debemos buscar elr< : :i fund amental de l;i idiosincrasia iberoamericana. Ocurrirá 21gunas vece1, y ha ocurrido ya,e· : t o , que la competencia económica nos obligue a cerrar nJestras puertas, tal como loh:: el sajón, a una desmedida irrupción de orientales. Pero al proceder de esta suerte,w,·,·Jt,os no obedecemos más que a razones de orden económico; reconocemos que no es

·'; que pueblos como el chino , que bajo el santo consejo dP a moral confuciana sern , rti plican CO'llO ratones, vengan a degradar la condición humana, justamente en los instantese· comenzamos a comprender que la inteligencia , irve pan refren2í y regular bajosirr·.1' 1tos zoológicos, contrarios J un concepto verdader2mente religioso de la vida. Si losre<.nazamos es porque l hombre, a medid: que progresa, se multiplica menos y siente elh0rror del número, por lo mismo que ha llegado a estimar la calidad. En los Estados Uridosre<.ha zan a los :siáticos por e mismo temor del desbordamiPr.to físico propio de as especies

¡ , ~ r i o r e s , pero también lo hacen porque no les simpatiza el asiático, porque lo desdeñan ys<r ía n incapaces de cruzarsP con él. Las señoritas de San Francisco se han negado a bailar con

a l e s de la marina japonesa, que son hombrPS tan aseados, i n ~ e l i g c n t e s y, a su manera, tanb':::os como los de cualquier otra m<1rina del mundo. Sin embargo, ellas jamás comprenderánTJ': u ~ japonés pued a ser bello. Tampoco es fácil convencer al sajón de que si el amari\ o y eln':?,ro tienen su tufo, también el blanco lo tiene oara el extraño, aunque nosotros no r.os demosC'J':nta de ello. En la Améric a Latina existe, pero ir.finitamente más atenuada, la repulsión de~ r r ~ sangrEo ~ u e se encuentra con otra sangre extrañ;;. Allí hay mil puentes par2 la fusión sincera¡ cu rdi2I de todas las ;a ;:as El a m u r : i l : a m i r . ~ 0 émico ce los del Non:e frente a la simpatíarrr r;: ho más fácil de los del Sur, tal es .ol dato más i:n¡.>ortarrte y a b vez más favorable para

rro·,otros si se r e f l e x i o ~ 2 . aunque s ~ a s u p e r t i c i a l m ~ n t e , en el porvenir. Pues 1e verá en seg1Jidaq u somos noso:ros dE m1ñana, en tanto que ellos van siendo de ayer. Acabarán de form2í I01yan'luis el último gran imper:o de u n soia raza: el imperio fin2I del poderío blanco. Entre tanto,no-. orros seguiremo' p:ideciendo ~ n 2 vasto .:aus de una estirpe en formación, contagiados dela levadura de tocos los tipos, puo seguros del 2v . tar d2 una estirpe mejor. En la Américae;pañolJ yd no :epeti:á id i ~ a t u r ? i e z 2 uno de 1us ensayos p;;rciales, ya nu será h r·aza de un sclocolor, <Je rasgos particu  ares, :a que en e ~ t a vez salga de la olvidada A ~ l á n t i d a ; no ,e;·á la futurani u112 guinta ni una sexta r;;za, destin2da a pr<valecer sobre sus antecesoras: lo que de allí va

a -.ali1 es la raza def initiva, la raza; i n t e ~

o razai n t ~ g r ? \ , h e ~ h a

con gcrjo y con la sangre d2tados lo_ pueblos y. por o mismo, más capaz de wdadera fralemidad y de v i ~ i ó n realmenteuPiv ersal.

Para ac2rCrtmos a esre pro?Ómo sl'blime es preciso creando, como si dijéramo,, eltejido celJl ar que h2 de servir de carne y o s t é ~ a la nueva aparición biológica. Y, a fin de creart1e tejid o proteico, ma leable, profJndo, etúev y esencial, será menester que la r;;zaiucroamericana se penetre de ;u misión y la aurace comJ u ~ ;nisticismo.

Qud no haya rada inGtil en los procesos de la Historia; nuesrro mismo aislamientomat erial y el ¿rror de crea.- raciones rios ha servido, junto con le. m€zcla 0r:ginal de la sangre,

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p;¡ro. no ~ a : : r en a limitación sajo '. a de ccnstitt ir c13t::s de ra: a pura_ La Hi storia demuestra que

es tas se leccio nes pro 0::gadas y riguro sas dan tipos de refinamiento físico. curlosos, pero sinvigo r; helios ccn una e x t ; a ~ a be ieza , como a de ia os ta brahmánica miier.aria, pero aj;, poscredecadente;. jamás se ha visw que Jvrnn jen a ios otros hom bres ni en ~ e n t o , ni en bondad,ni en vigor . El camino que hemos iniciado nosotros es muclto más acrevido, rompe lospreju icios ;; nr guos, / ' i - ~ se exp ic aíÍa s; no se fundase en 11r.a suerce de cl amo r que iiega

- un a :ejanía remota , que no es -ia del pasado, sio;o la misteriosa lejaní a de donde vienen icspn:3ag ios d t ~ por•e r: :;-.

5; a A . m ~ r i c a Lalina fu ese no más otra en el mismo grado que los Estados Un ido sso r. otra :n¡; aterra. entonces la vieja luch a de las dos estirpes no haría otra cosa que repetir susepisodios en la tierra más vas ta y uno dé los dos ri vales acabaría por impcnerse y l: .:garía apre va iecer. Pero no es és ta ia iey nacurai de los choque s, ni en la mecánica ni en la vida . Laopos  ci6 r. y a 11cha. particu larmente cu_and(J ellas se trasladan al e.am po de l s ¡ í r sirven paradefinir mejor ios contrarios, para ll evar a cada uno a la cúspide de su desti;10, y. a la postre , parasumarlos en una común y 'IÍl toriosa superaci ón.

La misión del sajón se ha cumplido más pronto que la nuestra, porque era más inmedia tayya co nocida en la Historia; para cumplirla no había más que seguir el ejemplo de otros pueblosvictoriosos. Meros continuadores de Europa, en la región del continente que ellos ocuparon,los va lores del blanco llegaron al cénit. He allí por qué la historia de Norceamérica es come un

n ~ e r r u m p i d o y vigoroso allegro que marcha triunfal.

Cuán distintos los sones de la formación ibe roamericana 1Se. mejan el profundo scherzo deuna sir.fonía infinita y honda; vece; que traen acentc.s de ia Atlántida; aoisr,1os contenidos en

ia pupila del nombre rojo que supo tanto, hace tlntos mi: es ele años, y Jhcra parece que se haolvidado de todo . Se parece su alma al viejo cenote maya de aguas verdes, profundas, inmóvilesen el c ~ n t r o del bosque desde hJCe tantos siglos que ya ni su leyenda perdura . Yse remueveesta ir.quietud dE infinito, con la go ta que en nuestra sangre pone -el negro , :ívido de dicha

s ~ n s u a l , ebrio de danzas y desenfrenadas l:ijurias. Asoma tam bién el mor.gol con el misteri o desu ojo oblicuo, tod a cosa 12 mira conforme a un ángulo extraño, yue descubre no sé quépliegues ydimensiones nuevas. Interv iene,asimismo, ia m ~ n t e clar2 del blanco, parecida a su tezya su ensueño. Se revelan es tría ; judaicas que se escondieror. en la Br.gre casteilan2 desd1: losdías 'ª cruel expulsión; meiancolbs d ~ I árabe, que son l íl deje cie la e n f e r m i z ~ sensualidadmusulmana; ¡quien no tier.e algo de todo esto o no des ea tEnerb todo? He agui al hindú q:ie

tomoiér. llega rá, que l egado ya p o ~ el espíri:u , y, aunque es el último en ven:r , parece el 'Tláspró ximo plrier1te . Tantos que han venido y otros más que ven¿rán , y a ~ í se nos ha de irhaciendo un co •azó n sensible y que codo lo abarc2 y contiene, y c0nrnueve, perohenchido de vigor, imoone leyes nue vas al mur.do. Y p•e;cntimos como otra C ? b ~ z a quedispondrá de todo; los árigulos p1ra cumplir el prodigio de supe•ar a 12 esfera.

1.2.

Después de examinar las pot er.ci ;i lidades •emot1s y próximas de la raza mi xta que h a b i ~ ael o n t i n e n t ~ o J m e r i c a n o y el destino que la l eva a convertirse en la primera •aza ~ í n t e s

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-:: g obc· se hace necesaíio i n v e s t i si Pi medio físico €n qu? se desarroiia ciich.a estirpe

· :,rrespon<le 2 os f nes e m2:--ca su bi6tica . La exte nsión cie que ya dispone es enorme; nod<:sde luego, probiema de superficie. La circunstancia de que sus costas no tienen mucho>

:;;.,t:rtos de prirr.er?. i::l2Se casi r.0   r ' e i m p c ~ a : ¡ c i a , dados les ade or.to ::; r. rec ie11 tes de la~ c n i e r í a En cambio , lo que es fund a::;enta i abunda en cantidad superior, sin duda, a cualquierat ra región de a Tierra: recursos naturales, superficie cultivable y fértil, agua yclima. Sobre este

:   factor se ade lamará, desde luego. una objección: el clima, se dirá, es adverso a la nueva-:;.i.a , porque la rrayor parte de las tierras disponibles está situada en la región más cálida del.obo . ..Si n emb?rgo, tai es, premamente, ia ventaja y el secreto de su futuro. Las grandes

:'<i lizaciones se iniciaron entre trópicos y la ci·1i izacibn fif-iai volverá al irópico. La nueva raza-_-:.cnenzará a cumpli ' ~ u dest;no :i medida que se inventen lo"; nuevos medios de combatir el

o er. o que tiene de hostil para el hombre, pero dejándole todo su poderío benéfico para< producción de la vida . El t_iucfo del blanco se .inició con la conquista de la nieve ydel frío.

_ < base de la civilización blanca es el combustible. Sirvió primeramente de protección en los' ~ o s i ~ v l e r n o : , d s p u ~ s se ad·..-iit ió que tei.ia una fuerza capaz de ser • J t i l i ~ a d a no sólo en el

< rigo , sino tambiér en el trab aj o; entonces nac:ó el motor, y. d ~ esta suerte, del fogón y de' estufa, procede todo el maauinismo aue e1tá transformando el mundo. Una invención

·,':rnejante hubiera sido imposible' en el cálido Egipto y. en efecto, no ocurrió allá, a pesar de quequella raza superaba infinitamente en capacidad intelectual a la raza inglesa. Para comprobar

~ : t a o.íltima afirmación basta comparar la metafísica 1ub ime del «Libro de los muertos» de los:<cerdotes egipcios, con las chabacanerías del darwinismo spenceriano. El abismo que separa<Spencer de Hermes T imegisto no lo franquea el dolicocéfalo rubio ni .en otros mil años de

< ~ e s t r a m i e n t o y selección.

En carnbio. el barco inglés, esa máquina n1aravillosa que pr:'JCed2 de los tiriteos del Norte,r.? la soiiaron siquiera los egipcios. La lucha ruda contra el medio obligó al blanco a dedicar su>a;iti tudes a la conquista de la naturaleza temporal, yesto precisamente constituye el aporte delb1anco 2 la civilización de futuro. El blanco enseñó el dominio de lo m3terial. La ciencia de losblancos invertirá alguna vez los métodos que em?le0 pm alca11z<:r el dominio del fuego y;,provechará nieves condensadas o corrientes de electroquimia, o gas2s cas de m;,gia sutil parad<;S truir mo sos y alimañas, para d;sipar el bochorno y la fiebre. entonces la Humanidad entera

derramará sobre el trópico, y, ~ n 2 inmensidad solemne de sus paisajes, las almas

cr¡nqu:starfo la plenitud .Los bl ancos intentarár, al principio, aprovP.char sus inventos en beneficio pro¡)io, pero

~ o r . 1 0 I;; cie11cia ya no es esotérica, r.o será facil ~ u e io logren; los absorberá la a v a a n c h ~ ele•odos los demás pueblos y, finalmente, deponiendo su orgullo, entrarán con los demás acomponer la nueva raza ;Ínte1is, la quinta raza lutura.

La conqu1m del trópico transformará todos lo; aspectos d ~ la vida; la arquitecturaaoa ndonar5 la ojiva, la bóveda y. en general, la techumbre que responde a la necesid ad de

buscar ab rigo; se desarrolla rá otra vtz la pirámide; se levantarfo columnata1 en inútilts alardesde belle::a, y quiú construccicnes en c<.raco , ~ o r q u e l nueva estüica tratará de amoldarse ah curva sin fin d2 la espiral aue representa el anheío libre; el r.riunfo del ser en :a conquista delinf:nito. ti paisaj2 pl2no rle colores y ritmos comunicará su riqueza a la emoción; la realidad serácomo :a fantasía . La estéLica de los nublados yde los gnses se verá como un am enfermizo delpasado. Una civilización refinada e intensa r ~ s p o n d e r á a los esplendores de una Naturalezahenchida de potenci;,s, generosa de hálito, lu ciente dt a r i d a d ~ s El panorama del Río Janeiro

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actual o de Santo>. con iJ ciudad y su bahía, nos pueden dar u:ia id ea de lo que será eseemporio futuro de la raza caba l, que está por venir.

Supuesta, pues, la conquista del tíÓpico po; medio de los recursos científicos, result" quevendrá un período en el cual la Human idad entera se estab lecerá er las regiones cálidas delplaneta. La tierra de promisión estará entonces en la zona que hoy comprende el Brasil entero,más Colombia, Venezuela, Ecuador, parte de Perú. pan:e de Boliv ia y la región superior de la

Argentina.

Existe el peligro de que la ciencia se ade lante al proceso étn ico. de suerte gue la in >asióndel trópico ocurra ant2s que la quinta-raza acabe de formarse. Si así sucede, por la posesióndel Amnonas se iibrarán batallas que ·decidirá n el destino del mundo y la suerte de ·1a razadefinitiva. Si al Amazonas lo dominan los ingleses de las islas o del cont i11ente, que son ambos

c a m p e o ~ e s del bltinco puro, la aparición de ia quinta raza quedará vencida. Pero tal desenlaceresultada absurdo ; la Historia no tuerce sus caminos; los mismos ing1eses en el nuevo cli,na ;etornarían maleables, se volverían me5tizos, pero con ellos el proce;o de integración y de

superación sería más lento. Conviene, pues, que el Amarnnas sea brasilero. sea ibérico. juntocon el Orinoco y el Ma·gdalena. Con los recucsos de semejante zona. la más rica del globo entesoros de todo género, la raza síntesis podrá cor.solidar su cultura. El mundo futuro será dequien conquiste la región amazón ica. Cerca del gra11 rio s¿ levantará Universópolis y de allísaldrán las predicaciones, las escuadras y los aviones de propaganda de buenas nuevas. Si elAmazonas se hici ese iílglés, la metrópoli del mundo ya no se llam<irí1 \.Jniversópolis, sino/l.nglo town, y las armas guerreras saldriln de allí para imponer en los ot1·os continentes la leysevera del predomin:o del blanco de cabellos rubios el extPrminio de sus rivales oscuros. Encam :>ic, si la quinta raza se adueña del eje del mur.do futuro, entoncPs aviones y ejérc ilos i;ánpor todo e  planeta, educando a las gentes para 5U ingreso a la sabiduría. La vida fundada en el

amor llE:gará ;: expresarse eíl formas de belleza.

Naturalmente, ia quinta raza no pretenderá excluir a los blancos, como no se proponeexduir a ninguno de ios demás pue :>lus; precisamente. la no rma de su formación es elaprovechamie nto de todas ias capacidades pa ra mayor integración de poder. f\lo es la guerracontra el blan(o nuestra mi ra, pero sí una gue rra contra toda clase de predominio violento, iomismo el del blanco que en su caso el del amarillo si el japón llegare a convertirse en amenazaco11tinentai. Por lo qce ~ a c e al blanco ya s•J cultura, la quir1ta raza cuenta ya (Oíl e:los y tod avíaespera beneficios de genio. La América \_atina debe lo que es ai europeo blanco y no va arenegar de él; al mismo norteamerinno le decP ~ r ; . n parte de ses f e r ~ o c a r r i t s , p u e r . t e ~ yempresas, y de igual suerte neces ita de to das las otras razas. Sin embargo. aceptamos losideales superiores del blonco, pero no su arroganc ia; queremos brindarle, lo mismo que a todaslas gentes, una patria libre, en la que encuenm hoga' refugio, pero no una p r o l o n g a c i ó ~ de

C':lnqu istas. Los misn1os bian,os, descontentos de: mat2rialismo ¿e la i n J U ~ t i c i a ~ a c i a l enquE: ha caído su raza, la cuarta raza, vendrá:i a nosotros para ayudar a conguis'.ar la lib ertad.

QJi;:á entre todos los caracteres de la quin'.ti raza predominen ios caracteres del b l a ~ c opero ~ a l supremacia debe ser fruto de elección ibre de lgu;to y no resultadc de la vio:encia ode la presión económica. Los e<1racteres superiores de la cultura yde la a t u r a l e z ~ ten-i rán que

triunfar. pero ese triunfo sói0 será fir'lle s; se funda en la aceptación voluntaria de IJ concienciaen la elección libre de la hntasía. Hasta :a fecha, la vida ha recibido su carácter de laspotencias superiores. La q u i n ~ a raza r.o e x c l u y ~ . ;,capara vida; por ~ s o la exclusiór. del yanqu; ,

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: :; -:i o la exclus ión de cua lquie r otro humano, equivaldría ;:: una mutilación anticipada. más'_ -·E'ta aún que un corte posterior. Si no queremos excluir ni a las razas que pudieran ser

d e r a d a s co1no infe riores, m u c ~ o menos cuerdo ;ería ap;;rtar de nuestra·empresa a una·2;.2 lltna de emFuje y de íirrncs virtuces soc i,les.

Expuesta ya la teoría de la formación de la raza futura iberoamerica na y la manera comoz r aprovechar el medio en que vive, resta súlo considerar el tercer factor de la

:-;, nsformación que se verifica en el nuevo continente: el factor espiritual que ha de .dirigir y: : 11umar la extraordinaria empresa. Se pensará tal vez que la fusión de las distintas razas: ¡ m p o r á n e a s en u;,a nueva que complete y supere a todas va a ser un proceso repugnante

~ aná rquico hibridismo, delante ·del cual la práctica ingle1a de celebrar matrimonios sólou o de la propia estirpe se verá como un ideal de refinam iento y de pureza. Los arios

  m i t ; v o s del lndostán ensayaron precisamente este sistema inglés para defenderse de la-- <:zc la con las razas de color, pero como esas razas oscuras poseían una 1 a ~ i d u r í a necesaria

; r a completar la de los invasores rubios, la verdaden cultura indostánica no se produjo sinoC':Sf' Ués de que los siglos consumaron la mezcla, a pesar de todas las ?rohibicicnes escritas. Y

'" me zc la fatal fue útil, no sólo por razones de cultura, sino porque el mismo individuo físico ·ro:cesita renovarse en sus seme jantes. Los nortea1T1ericanos se sostienen muy firmes en sur':sol1JCión de mantener pura su estirpe, pero eso depende de que tienen delante al negro, que':'.• como otro po lo, como el o ~ t r a r i o de los elementos que pueden mezclarse. En el mondo

t . ~ r o a m e r i c a n o el problema no se presenta con caracteres tan crudos, tenernos poquísir.iosn':gros y la mayor parte de ellos se han ido transformando ya en poblaciones mulatas. El indio' tuen pue,1te de mestizaje. Además, el ciima cálido es prapicio al trato y ;eunión de toda;

I;, ; ge ntes. Por otra ? ª ~ t e , y esto es íundamental, el cr11ce de las distintas ratas no va a oSedecer" ·azones de simple proximidad, como sucedía al principio, cuando el colono blanco tomaba

mu jer indígen a o negra porque no había otra a mano. En lo sucesivo, a medida que lascar.diciones sociales mejoren, el cruce de s:ingre será cada vez más espontáneo, a tal punto queno estará ya sujeto a la necesidad. sino al gu1to; en últirr,o caso, a la curiosidad. El motivo

t s ~ i r i t ~ : I se irá sobreporienda de esta suerte a la1 c 0 1 1 t i n g e n ~ i a s de lo fis:co. Par motivo,,,pi1 itual ha d2 encenderse, rr.ás bien que la ;·eflexi611 , el gusto que dirije ei misterio de la,, '.occión de und persona ent re una multitlld.

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 -: ·

IL lndología *)

Ll:-:iJ remos d e ~ d ~ :Jego e ;iombre-. pcoce.diendo j u s t 3nseguida. 'LÍamaremoslndología a to<lo el conjunto de reflexiones que me prop0ngo prese ntar a prop6sito de la vida'éontem porá nea , los oríge nes y el porvenir de esta gran rama de la especie racional que s.;conoce con el nombre de rna e r o a m e   ~

Todos los asuntos de pen samiento relaciona dos con tal agregado étnico los comprendobajo el nombre de lndología, porque quiero restituir nuestro id eal a la visión profética deldescubridor de l Nuevo Mundo ya su ilusión de que al pi sar el territorio de la India consum abala circunnlación del planeta. Mas no porque la rea lidad haya dado un relat ivo mentís a iasinspiradas afirma.:iones del nav2gante dejan el las de contener, tooavía hoy, un s o r o desugestiones fecund as ... Se diría que al baufüar Col6n con el nombre de Indias a: territorio ou ehoy es nuemo, un soplo del mismo genio que lo había llevado a descubrir nuevas rutas en elmar lo levantaba hasta el concepto de una nueva Era de civilización, ur. a Era er. la que la vidacolectiva hab ía de cr is talizar en fcrmas d ~ f i n i t i v a s y un ive rsales. Colón. er. efecto, al hablar üel2s ndias, no sólo pe r. s2ba en las tierras maravillosas q•Je están a ~ a j e > del Hi:nalaya, en laanchura cabal la peninsula más ilustre del glovo, no sóio ex presaba la satisfacción de haberllegado a la tierra iegendaria Je los relatos de Apolonie> rle Tian" y Marco Polo, sino quswnside raba de.mosm.do el principio de que el Un iverso se gobierna po r la esfera. Ya la esferat ene desde luego sobre. el plano la ventaja de agregar p o s i b i \ i d a d ~ s multipHc2das a la materia.Desde entor.ces ya no sólo :a fantasía. sir.o ta mbién la realidad, podía girar y ens ancharseJent ro de los ritmos vastrJs, profuncio s y re .:urrer.tes de la a d i o s ~ s f e r i c i d a d Nat ural era queGe aaue l descubrimiento y de aquel· consorci9 surgiese también¡la idea de una raza y de una ,,,\ -culw;·a en q•Je le univers al se convierte en norma, e.1 inspiración y en 1ealida0Y si (Jlón seequivocó en el detal  e, si no fueroíl las Indias, s i ~ o América lo que le salió al paso, en c2mbiolos ~ e c h o s más pródigos a veces que la :nisma fantasía, sólo confirmaron la rea lidad de la

(') Esta obra conti1úa tenia de La Ran Cósmica.acur.ando d término de lndolcgía para profJnd izar en el

a n á l i ~ i s de la qm Vasconcdos denomtnó raza ibuoameri-cana. Su primera ed ición fue en 1926. en Baicelu na.

Vasconrelo>. Pólcgo yselecc ión de Genaro FernándezmlC Grtgor. Ed icion<s de la Secretaría de Educacióní úolica. México, 942 . Smdo del capitulo 1 tit ulado El

.1Sunto. PI'· 1 9 -188.

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: · : : Je ro :--. ¿  a ; d ~ o f r ~ 2 un cont  11Pr1te in menso en medio

de los c"Z: - .ares. un com 1nenre más vmo que la India mil enaria y mejor adaptado que ellapara ~ - e la civ:: iz:ic: ór. unive: :;a ~ han y anh el ado todas 3s épocas .

:Ur ' "·:alidad, ei sue ñe de los monarcas de l mundo y de los monarcas de la mente, elsueñ¿ ~ - : . , y e  sueñ o ro mano , el sueño persa, el sueño hi nd ú. el sueño del el

sueño Gé :zas las almas esforzadas. suspe nd ido como una grar estrell a sobre las so1 edades dees ta A m .. xten sa y fama<t ica; grane e casi como ios de más con tinen te.s, ylimpia de pasado,limp ia é • ?mbr<s. co .110 si se hl1n ie se quedado en reserva ·pa ra la nora de arreglosdeiin :ti10:: -:: ::: ia a c i Ó 1 1 ~

Por tZ? ¡; que tuvo de insp irada y sinté tica la palabra de Coión cuando afirmaba haberdescu bier: -:. as Ind ias. por todo lo oue se contenía de simbo lismo trascend ental en ta i nombrey tamb iÜ1 - : . r la r e n ~ i a que de i ~ h o vocablo rec ayó en los indígenas, tomo esta design aciónde in do rr,( " en ei ser1 t ic:'o ¿., era fin ai y un ivers ai de la cultura del planeta.

~ o ;.-':cendo , por lo mismo, amparar bajo ta  n0m bre ningun a intenci ón de predominiofavorab ie ';. tradición autócton a de América o a la raza ind ígena del continente, pues el factorparticul ar ¡ muy estimabl e q ~ e dicha raza representa lo juzgo únicamente en ia proporciónhum ana y :raternal a e tiene derecho j ~ n t o con las dem ás razas que han de concurrir a lanueva Era de l mun do.\ La tesis misma de la existenci a de la raza futura descansa en una norma

•J . de un;vers:: lidad que no excluye, que engloba y asimila caracteres y a n g r ~ s . No hay, por lomismc, ni que hal.i lar d ~ estirpes conder.adas , ni tampoco de estirpes privilegiadas. Donde elsigno es b universal o cabe más que unz ternura, la mism1 y frate,nal para todos los coloresde la ¡ tedas los caprichos del temperament'.'.J

Ptro, dada la tarea que nos hemos impuesto , de caracterizar nuestra propia cultura,resul ta mu / comprometido comenzar por asignarle como rasgo fundamental el de iauni ve rs aiidad indeterminada. En efectc, una universaJidad verdadera y cvmpleta no es niaseau ible á la co nc ienc ia hum ana, de por sí limitada yconcreta. La civilización m;sma descar.saen m y la ·1id a toda es una concreción dP as maneras y las manifestaciones parciales

la poten cia abso lutalí'.fusguemos, pues. la universalid ad c<:ba l de la síntesis que no destruye,sino qu e 2fir:na los caso; particulares de la reali dad . Estud iemos s ~ r o propio anhelo de

u n i d ~ Qu e no es arbitraria esta afirmación del car:cter universal de nuestrotcmp ;:; ramrntn o prueb2n muchos hechoc que iremos señalaíldo 0 p o r t u r . a m e n ~ e y b a ~ u rcomo ya se ha visto, el signo mismo de nuestro rito bautismal. Desde el comienzo , y en todaslas fase s sucesivas de nu P. stro desarrollo, se ha ido marcando tal rasgo de la concienciarnle ctiva, que es una misma , a pes<tr de cicrcas variantes; una misma desde el Bravo hasta elPlata , y sin exduir al Bras il. Recordemos , pues, que para designar esta n1Jeva corriente vital dela historia hem os de m p l el n o m ~ r de l n d o l o g í s e n t i d o de ciencia de l n d i a s , c i ~ n c i ; ;

Universo, n_o de las indias antiguas ni de la s Indias m0deonas, Íri de Indias geográficas,sinoele las lndiasfen el sentido del e r r s u e ~ o colombino redondez de la Tiem, de uridad de laes?e cie y oe concierto de las cultu,-as. :

L ~ ; h dias, el Nuevo M u r d o J y i l i a huniana_.µnida )' triu11fante. E s t o s ~ sonóque fue se :no s, r.aó de esto somos aún; pero, a fin de p;ocurar que lo se<mos,/dediquémonosª formul u una ciencia . un cre do , unas bases con;titut va s, una norm a de voluntad, un con¡unto

repulsos superio.-es que ros permitan ascender " la re;;lización riel ideal con tenido en~ s t r o s;g10. i..a fi: ;)s ofa r.ecesaria para h ~ z 2 r tal finalid ad, la serie de conc ep tos, de

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vislJmbres ¡· de emociones que han de acercarnos a su consumación, todo esto es lo queprocuraremos esbozar dentro del nombre de lndología que ;ervirá de acápite :i nuestraselucubracio"::J

Ypor más que sea muy aburdaílte ei asunto , parece que apenas lo designamos con untítulo particular, enseguida como que se desvanece y se dispersa, se confunde con otras:na terias y el vocablo se queda como vacío. solo y hueco, mera palabra sin fondo. Y nos

decimos entonces: «¡qué es lo que vamos a presentar co:no genuinamente nuestro, comopeculiar y propio, si nada impomnte hemos descubierto, ;i todo lo que sabemos es poco y lohemus aprendido de otros, s1 apenas comenzamos a s:iberl ... Si :odavía la incult ura e' e1füenosotros la regla, ¡cómo podremos presumir de merecer la honra de que una palabra -toda

la fuerza potencial de una palabra exclusiva- reserve para nosotros y se dedique anosotrosl ,,

Aun para llenar el contenido de la más humilde palabra e; indispensable aportar sustancia,la sustancia de una idea , la esencia de una ·1ida. Urge. pues, que encarnemos en nuestra palabra.Ju 1Hemos dentro de ella todos los haces dispersos. Recordemos quE para comenzar a ser esmenester concretarse y lim itarse ... In iciemos la definición de nuestros caracteres mediante la

especificación de nuestros medios y mediante la defir.icién de nuestras f;nalidades . Diversas sonlas circunstancias que nos dan derecho a luga r aparte y a nombre propio; diversas y m2s bienacusadas de lo que pudiera juzgar un observador superficial. Apare11temente somos unas veintenaciones desligadas, de vida atenuada, de civilización rndav ía inferior a la de la antiguaMetrópoli. Con excepción de la ArgP.ntina y el Brasil, no hemos progresado, no hemos

r n e j o r ~ d o sino empeorado; hemos perdido recursos i vigor durante el s i ~ b largo de nuestravida nacional independiente. Sin embargo, el más iigero examen demuestra que esta situaci6n,innegable en la realidarJ de estGs momentos, revela una crisis, pero no alcanza a destruir el vi¡;ortodavía inexhaJsto, las capacidades latentes en la tierra y en los habitantes de las regione1castizas ~ e l Nuevu Mundo. Unos cuantos fracasos graves no mmpen ni el.hruLDü__emau.:iidad rii el ím_petu d_e n u e ~ J r o p o r v e n i r

La conciencia de nuestra ciudad debe ser el prime r factor de nuestra acción; somos unagente aparte. El NGrté y el Sur son, e11 nues tro continente, no diré yo que d0s mundoscontmios, dos East and West que nimca legarán a e11tenderse, según reza la frase conocida deKipling . Nosotros, al contrario, procedemos del tronco común de la civilización cr;stiana, cuyabase es 1 igualdaG y la hermandad de todas las estirpes, y tenemos ademas ur. a infin:dad de

c o n v e n i e n ~ i a s y de simpatías recíprons que fataimente r.os o ~ l i g a n d emr ;untes en la obracomérn de: VOe'eSO h J m 2 ~ C . ~ d : a pues, est2 >:>lve .Jaj i ~ d i s p e 1 1 s J r l e m.tarer;irJS de

definirnosn o s o ~ r o s

mismos, y rnarquemos. sin ningún á.1imrJ de discordia, la1 diferencias.

Pobre procedimiento 2s comenzar a definir una r n s ~ pN lo que ílO es, pero, al fin y alcabo, no pueJe dejar de emplearse cua.1do se trata de Jsuntos ~ o d a v í a i n f o ~ m e s cambiantes,inmensos; en tales casos ningún eiemento de d ~ t e r m i r . a c i é n es inútil; la misina negación sueleabrir pasu. Anotaremos, pues . desde luego, la > difereflcias, y comenZJrernos diciehdo quefisica:nente la más grande extensión del continente ibér ico es completamente C:istinta ce lasuperficie t e r ~ i t o r i a l ocupada por los a ~ g l o s a j r J n e s . Con la excepción de Uíla pa1te de laArgentina, cuyas pampas g u a r d a ~ semej<nza cor 10s grandes ll;rnos triguer0s y gan;;deros delMi>sissipoi yde Kansa,, todo rE:sto de la América españGla se dis:ingue de la Arnfrica sajona

en que posee un territorio montar1oso situado en /J zona tórrida o en la zona tropical. En laAmérica del Norte hay mon:añas, pero fuera de la wna trop ical y en el Sur predomina a tierra

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tropical, más con gr:indes regiones de altiplano, donde el clima templado. a pesa r de lalaticud cercana al Ecuador. Los Estados Unidcs han contado (Oíl un territo rio fác il para 12

penetración huma na. Lo, grandes ríos que fecundan extensas planicies de chia ten1p ado hansido siempre cuna de civilizaciones fl orec ientes y duraderas. ~ n las m o n t a ñ ~ s el trabajo lz,

civilización se torna más lento; e: río es cam in o. en tanto que la serranía es muralla ... El

aislamiento físico. geográfico nos ha obligado a noso tros a fraccio ,1arnos en nacionalidades. nosha impuesto una disgregación contraria a nuestra unidad étnica y a nuestro incerés político, una

verdadera dispersión que sería fatal si ioo fuese porque caó día auri1enta el pod er del hom bresobre la naturaleza. Contamos con grandes río s. prodigiosos ríos, como el Amazo nas y elOrinoco y el Magdalena. come el Usumacinta y el Pl áta, pero la mayo r parte de tSos dos estánsituados en zonas ex'.rem adamente dlidas en donde la civilización tod avía no ha logradoimponerse. Hablo de la civilización adelantada; la civilización misma de los blan cos puros quetodavía entre nosotros fracasa cada vez que intenta imponerse. pues el hombre todavía nofranquea la barre ra de l "épico. Se ha hecho, por ejemplo. un lugar común in(ulpar a España del.

atraso nacio r. al de muchas de las regiones áe nuestro mundo iberoamericano. Pero yopreg unto : ¡qué es io qu e han hecho en el trópico, qué han hecho en las G u a y ~ n a los ingleses.los hola ndeses. los franceses, tres razas de primeral Menos que los españoles; menos sin dudJque lo que hizo Espara en Vene zuela y en Colombia y en regiones semejantes de la costa deMé xico; mucho menos también que lo que han hecho los portUgueses en Manaes enPernamb uco y en Bahía. Basta comparar la obra de las tres naciones ya nombradas en eltrópico ame ricano . con lo que hicieron porcugueses y españoles en regiones adyacentes. paraque se vea de manifiesto la gran capacidad cJel temperamento ibérico y la injusticia de la críticaque tan a menudo se formula contra España porqu e no hizo de s•Js colonias otros [stad osUnid os.

La diferencia de condiciones física s es tan apreciable que ella bastaría por sí so la paraexplica r las con,ig uientes diferen.:ias de desarrol o. de temperamento y de culturó que separana los pue blos de los co:it :nentes americanos. el del NortP y el del Sur.

Pero todavía a las d:ferencias físi cas hay que ;:grcgar 2s profundas pPculiarid2des dP.

histori e y de raza q•Je ca racterizan a cada uno de los gra nde' grupos étr.icos de la AmériLacontemporánea, pue s, como todo El mundo sabe, r.osotro, voceílemos de una culturaliispár,ica lat in a y los del Norte son continuadores de la tradición germánica sajona. De lasdiferencias étni(as se derivan. cerne es na tura:. n y vari ed ades üe espíritu que no esposible ni siquiei"a enumerar caba lm ente. Agotar c u a i q u i e ~ a de estos asuntos e, tarea querequeriría libres ¡ G: paciJades r e r : J c ~ e s e pcr lo m:sr.io, que nada rr.ásapu ntemos aque llos rasgos c¡ue son obvios y Jqu elbs tesis que ya pueden ser formuladas conrelativa certei.a '/ cunmión.

En el in stan te en que saltarnos a la esfera del ter.1peramento las diferencias se hacen másr:iarca das. n e n t e a causa de que elespíritu es más rico, más flexible, más intenso múltipleque a mei"a reJ lidad físi ca. El yanqui , se ha dicho, es laborioso y tenaz , en tanto que nosotros

sorces in constantes y haraga11es. cambio nadie gana en vivacid;id a :osn ~ e s t r o s ,

y esteEmpieo rápido del instrumento más Jito que la vi da conoce, este luj e ypro11titud de la fanmía.es promesa de conquista de un orden s11blimc. El yanqui, por otr2 parte, comienza J parece1no scerno una víctima de s•J propia cual:dad. El 1parato de su obra parece empeñado en devorara sus construc tores. El maquinismo, admirable para domeñar los elementos, se vue:ve despuéscontr;: la e'encia mi sma de la vida y la e s t r a ~ g u : a con limitaciones. manda tos y con:apisas.

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Núsolros cons2rvarn os mi-.: libre el e5p;;·¡tu. pero no o usamos o lo env lecemos en el ocio

esteril o en la anarquía de la acción sin ideal.

Para el nortea mer icano, se cichc también. la vida es tarea: para el iberoamericano, lavida es fe stín ... Cuando el 3merica;io dei Norte no puede t r a b a j a ~ no halla qué hacer y seaburre: cuando nosotros encOñt ramos trabajo mald ecimos la existencia y procuramos evadirlo.Se-na hablado mucho de una Marta hacendosa que prospera en el Norte de una Maríadespreocupada que sueña en el .SJ r, pero d e s g r a c i a d a m ~ n t e el símbolo es i n e x ~ c t o ~ o r y u < : los

d o s Unidos no son sólo una útil Mam, sine· amuién una soñadora, una creadora _María ynosotros no hemos .podido hacer que nuestros sueños sean fecundos, no hemos logradoé';ganizarlos, no hemos conseguido infundirles el impulso creador del espíritu. Lo .cierto es 'iueni unos ni otros, ni los dos juntos, hemos agrade tcdavta ::ump ir nuestra misión, que es

inaugurar en este Nuevo Mundo una manera de vidti que se i:npo_¡;a a la natilraleza y ladomerie, ?ero con la mira de la superación de 10 temporal.

No acabaría pronto si siguiese anotando diferencias y semejan;:as; no es mi propósitodesarrollar el paralelo, sino únicamente aprovecharlo para demostrar algo que suele ser negadoy que por lo misr.io es necesario reai1rmar, a saber: la persistenciti de dos grupos étnicos,perfectamente definidos y disímiles, la existencia de uros Estados Unidos de Norte de culturasajona y cuyo temperamento sajón nadie pone duda, a pesar de que dentro de aquel crisolse encuentran trazas de italiar.os, irlandeses, españoles, portugueses, f r a n c ~ s e s y aún negros, y,por otro ado, la e¡(islencia definida de una América Latina , no éomo v2ga denominacióngeográfica, sino también como un grupo étnico perfectamente homogéneo, m ~ ~ homogéneo sise quiere que el del Norte, a pesar de diferencias internas . sociales y políticas, diferencias quemás bien aumentan el contenido de la raza sin llegar a desintegrarle su unidad.

Constituimos un agregado racial homogéneo, t<1n homogéi1eo como cualquier razahomogénea de la tierra, y esta raza una, I• raz;, iberoamericana, habita zona extensa ycontinua del Nuevo Mundo. Para lograr que este hecho, tan evidente y simple. entre en larealidad de las fórmulas ¿e use diario, no basta, según parece, la verdad i n c u e ~ t i o n a b de suexistencia. Se hace necesario proclamarlo y volver a afir;nar o. Digo esto porque todavía esrecuente escuchar :a opinión obstinada de que la A r g e ~ t i ~ a y México, Brasil o Colombia,

aunque situados por el m:smo rombo del planeta, ca;i nada tienen de comLln entre sí más bie11

dependen carJa uno por separado, no cie sí prcpio, sino de alguna cultura europea, por ejemplo,la francesa . Y ; se :rata de Centrcamér;cd, s< ;;fi,-r,1a que esa regi6n 11ada tieíle yue ·1er ni conColor.ibia ni con Méxicc, y así pretende que lo qui: fue ur.a sola colonia bajo Esp1ña sea hoy

un deshecho rosario de zonas de iníluencia de distintas naciones y de diversas culturas Aunentre ncsoucs mismos, mu.:hus n i e g a ~ la posibilidad de Uíla acción de conjunto : i u ~ larealidad de una raza homogénea, capaz de organizme para deiender sus intereses )' ~ < i c e rpe1ar su voluntad en la balanza de lus destinos humanos

Se olvida a menudo, y casi siempre con intenciones bastard,s, que nosotros somoscontinu<ic ión yretoño de la pode;osa cultura española ql'e en una época se i m p ~ s o en Europa.Y< nadie niega el enorme progreso del Brasil; per'J se procura ocultar el hecho de aue <illí

reflorece el alma portuguesa ~ u e en otra época dominé los mares y abarcó el mundo. Sereconoce el progreso argentino, rero sólo para atraerlo a ciertos focos que tenderían ;:

separarl0 del tronco común iberoamericano. En esta tácita conspiración contra el r e c o n o c i m i ~ n t oele ~ u ~ s t r a cnided ~ t n i c a cultur<il er.tran ios escr:tore1, los capitalist1s y 01 soldado; oei

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tendencias que hoy, modificadas por el tiempo, sio, embarg o. lo fundamenta l perduran.

Una vez consumada la exploración se inicia la colon izac1óc1y se establecen los Gobierílos,y los Gobi2rnos representaron un e l e m e ~ t o de cohesio n :3 n vigoroso GUe rápidamenteco nsumaron la obra ce unificación preparada por el med io. La ho mogeneidad étnica y laseme janza de condiciones climatéricas fueron complementa d2s por un sistema administrativo

centralista que no sólo se valía en todas Partes de los mismo; mé todos, sino también de lasmismas personas, pues frecuente fue el caso de Adelantadas )' de Virreyes que eobernaban alPerú después de haber mandaJc en N•Jeva Españ•.

Por otra parte, e' evidente que aun antes de la co nqui sta era una misma, étnicJ yesp iritualmente, la gente que hab i:aba nuestro continente, desde los aztecas hasta los quichésy mayas y hasta los incas y los aimaraes. Toda vía hoy cualq uiera puede obserm los profundosparentescos que ligan al indio del Chaco argentino con el ind i0 del M<\xirn distante. Ya desdeantes de la conquista, por lo mismo ,la comunidad del tipo étnico constituía un law y laconquista españo la, aunque todo l0gró tr:nsfo;marlo, no h;zo. sin embargo, sino acentuar la

unidad dentro del nue vo tipo del mestizaje.

Se estab leció de.sde el principio, todos lo sabemos , como Gobierno independiente, lacolonia portuguesa del Brasil. Pero entonces, más que ahora. el a r e ~ t e s c o étnico y la similitudlingüística era tan profundos entre portugueses y españoles que puede asegurarse que sólo lasintrigas los yerros de la corona españo la, esa constar.te destructora de la obra del genioespa íiol, produjeron las divisio11es enconaós gue hoy nos empenamos en acabar rledesvanecer. Pero étnica y ct lturalmente os b1ndeiraíltes rlel B:-asrl eran hermanos legítimos delos guerreros que empuñaban ei pend6n de Castilla. Hubo, pu es, durante los trescientos añosde la dominación espa ñola-portuguesa de l Nuevo Mundo una unidad racial ' cultural

ir.discotible y. políticamente, sólo dos soberanías incontesladas: la española y a portuguesa.

Cuando se produjo la emandp;.cién, vino el fraccion:mienta. Dos cau;as ;iefams lop r o d ~ j e ; o n la doctrina de la nacionalidad y e: aisl;im iento físico. en c;ue nos mantier.e, aun hoy,una naturaieza que s11per2 los medio> de estas pobres civilizaciones de presente; unanaturaleza de la que sólo seremos dignos ei día en que nuestra me cánica y nuestra técr.ica sehJyan hecho capaces de utilizarla. Pero en aquellos rlías de la independencia, anteriores a lainvención del ferrocarril, la cordillera ia distancia ; : i a r ~ c í a n obstáculos inir•nqueabl2s. Nuestroatraso, en relación con la nc.turalezz. que nos rodea, hizn que nos dejásemos l l e ~ a r de una ideJinconsecuente con rue;tra trad;ción e imprc.pia de ra:as iiamaJ;i.s a cor.sumar grandes

desti nos. La idea de nacionalidad nos fue importada de Europa, donde es explicable quizáfatal, a causa de qut la población e u r o p e ~ está subdividida en razas lerguas diversas. Enombio, m r e n ~ r a s en Europa encontramos Jnü docena 0 más de 1clicm ;,s, de c o s t u m b r ~ ~ y devariedades raciale, , enti"e nosotros r.o más que idiolT'a, un territorio continuo u;ia raz;.completamente homogénea. O, para ser ~ á s exactos, ya q:.ie venir.ios er.globando al Brasil entodas nuestras tesi¡, no encontramos más oue dos idiomas dm tradiciones p a ~ a l e l a s : bespañola y la portueuesa. Se Pxpl:caría que de;d c el princip:o hub:esen surgido dos Estadosautónomos: el Brasil y la Amérie<1 Española; pei"o la creación de veintP m c i o n a l i c i a d e ~ de rabiacastel ana constituye un disparate íomentaci0 por los e 1 1 ~ r 1 i g o s nJturü ies Je nuest:oengrandecimiento, estimJlado por la misma Inglaterra t u ~ a que combatía el pod2río español

y no se conformaba con que nosotros heredáser.ios el mperio de la Madre ?atria. La influencia,pues, de ideas ext rañas lo com¡ilicado de r.uestrJ geografia explican que en l0s primeros

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n s : 2 :le nuestr2 vida pública nos encontrásemos desorientados. Yno teniendo otoa cosaque < . c ~ nos pusimos a inver.tar patriotismos locales y nos resolvimos_2 decidir de tocios

n u e s t n r o s ~ o n f o r m a intereses de f;·onteras, que desgarran la entrana m1•ma de la raza.

Sr, ~ m b a r g o . Ja exigencia vital de estar juntos ha sido tan manifiesta. que los mismos. ~ r r e   de Ja Jndeprndencia, como Bolívar y Sucre, creadores de nac1cnes, fueron los

prim er:.: en ccmprender que toda aquella obra de organización de autonomías políticasquedab< ncompleta y expuesta a los mayores riesgos si ílO se co11solidaba dentro de un s1stem1

p:i líticc, :?ntine:nal.

El ;.-el igro lo comprendieron los patriotas; pero tª desde que se (Ons"mó .1.aJ n d e p e ~ e n c i a al díJ siguiente del triunfo, ya no eran los patriotas los que mandaban. Aparec10,como herencia del siste.11a mil itar espJñol, el tipo del caudillo ignorante que se apodera de lacosa p ú : . sin más razón que la de disponer de una :-nontonera, de ur.a p;:rtida armada quelo obe¿e(e ciegamente. Eíltonces la política :e resurr.e en ia práctica de fusilar a todo el que

se o p o n ~ a J;is órdenes del jefe y todos los crímenes se justifican con el pretexto de la patriao con el pretexto de principios que es·el c2udillo el primero en no entender, pero que sirvena su propósito de consolidar una dominJción egoísta y personal. Cayó nuestra América enpoder de :os caudillos: gentes que en una época normal pasarían la vida en presidio se hanhecho de l Poder, y alrededor de ellos se agrupa una patriotería temerosa de la c e n s u ~ a tempeñada en ahondar las divisiones y el aislamierto .. Una pandilla que explota 12 ignoranciapopular en nombre de la Repúbíica o er. nombre de los credos •ocialistas m o d ~ r n o s : he ahí laaccién '.odavía ro ~ x c i n t a de nuestros ca"dillajes. Así ha p e r d ~ r : i d o en América el partido ·del mano f u ~ r t e y de la tiranía, el partido de la dictadura. De tales gentes procede ese celo de

autonomía lncal, que no es más que el afán de poner a salvo el derechc de explotación y dea n i ~ u i l a m i e n : o de feudos y poblacione> más o menos importantes.

Caso típ:co cie esta clase de naciomlisrr.o nos io ofrece López <le S o l ~ n o en ei P:iraguay.Este supremo modelo, todavía imitado er.tre no1otros , después <le dejar despob:ada su patriapor la tir2n ía, pcr el exter.ninio de todos los que se oponían a su bárbaro gol iuno . tuvo querecurrir al expediente de provocar una guerra suicida contra el Brasil, Argentina y el Urugu,.ysólo para aplazar su caída o para darle tintes de gloriosa, la gloria de un patriotismo que habíadestrozado l:i patria. En México tuvi'11os otro Solano López, un c;;si homónimo: Ló¡.iez de

Santa-Anna, brib6n, jugador, chanchullero, asesino; pero cada vez guc su poder peligraba, ia1 o c a c i ó n la torpez;i para manejar las r e l a c i o n ~ s con los Estados Unidos del N0rtP,

acarreaba cor.flictos ~ u e de pronto le salvaban, pero que terminaron con la pérdida de la mitadde n•Jestro territorio. Y, por desgrac:a, el san:anismo no está enttrrado, no está liquidado nientre nosotros ni en otras naciones de la AmP.rica HisFana.

Por f o r t u ~ a . precisamente la tendencia localista de los déspotas hace narer la corriente~ a d o r a En el mismo instarte en que Sclano Lópe: fue venc:do en el UrugLlay, los argentinC's,

secuílJados g ~ n e r o ; a m e n t e p0r sus dos aliados, a s e í l t a r o ~ 1quel ~ r i r . c i p i o que. a mí me parece

fund1mer,to de un nuevo derecho pi'Jl,Jico g ~ n ~ i n a m e n t e hispanoamericano, e: principio nosufic;entem ente alabado 1ue formuló S a r m i e n ~ o cuando dijo: «:..a victoria no da derechos», ylos tratado> de FªZ se firmaron sobre la base de que el Paraguay no perdería Llna pulgadac•;adrada de te1-ritorio. Se srntó, además, otro principio que algún día ~ e r á regla de la políticainte rh isp,anoarnericana. el principio de ~ u e guerra se hacía por los ues aliados para ;alvar ª

u ~ a nac1o n he rmana de los hcrrores de 12 tir;in:a irterior, pero sin tocar a las susceptibi:idades

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de la sobErarria loca i. Caua vez se expon e er. erras de moide este principio, ei patriotismolocal de Jos t i r ~ m 1 e l o s grita t íl tono alarmado: « T aició;i, trakién a la patria. ;> Porque para los

opresores y >us secuaces la patri? es e cau dillo.

En los paises del caudillaje. el genera vencedor de la .última batalla es la encarnación de lapfü ra, la encarnación de os derechos populares; pero en realidad sólo la barbarieenvalentoñada con el aislamiento y con la impunidad . Haciendo uso de les viejos términos,

digamos que la tendencia del caudiJ::¿;no ha sido p0ner a la América en u n ~ especir. defeudalismo, del que ya Europa habi& alido antes de la conquim de América. Por otra parte,la tendencia civilista e ilustrada de n u e s t ~ o continente ha sido ciesde el comienzo superar einac ion21;smo europeo. Pues superarlo es proclamar con Sarmiento que las fronteras .de lasnaciones -hispánicas no están sujetas a os azares de a u c h ~ armada. Superar el nacionalismoes ponerle encima principios de moral, de libertad y de justicia que 1evan a los modernoscruzados a luchar ailr donde hay tirJnías que combacir e· njusticias que reparar. Quijot is mo, vaisa decir; y bien : ¿  nombre es dem asiado horroso para rech2zarlo, pero quijotismo práctico,puesto que busca el enderezamiento de agravios ciertos y reales, fáciles de corregir y urgentesde remediar.

Teorías sin conexión con los hechos, delirios de utopims, habréis oído decir que se Jamaa todo propósito ce reforma; pero son hechos y no teorías lo que cito, hechos que creanteorías y que revelan ~ n a necesid ad colectiva. Nuestro naciona:ismo desde un principio ha sidotan distinto del nacionalismo europeo, del mismo nacionalismo norteamericano ~ u e a nadieasombrar, entre nosotros casos corno é>te que voy a r¿latar, q u ~ sería incom¡:.rensibie dentrode la ac tual situación europea de los dos últimos siglos. A raíz de la independencia ;nexic:ina,o casi al mismo tiempo que México. proclamó su independencia la antigua Gobernación ·deGuJtemala. Pero quedaba entre Guatemala y México un territorio intermedio, el territorio deSoconusco, le que hoy es el Estado mexicano de Chiapas. Toda esta región perteneció en un

~ r i r c i p i o a Mé xico . Sin embargo , un buen día sus habitantes resoivi€ror; sepo.rarse de Méxicopa;a ligar su suerte con Guatemala. La anexión quedó consumada sir1 una protesta de México,trn país diez veces más íuerte Gu:item;:Ja. Y esto es una época e11 que no había c0rtapisassobre nuestra sober2r.ía. Pocos años después los chi2panecos resolvieron retirarse <le lanaci0nalidad guatemalteca para volver a i n c u ~ p o r a r s e a l<i mexicana. Lo hicieror. sin queGuaw112la demostra ro. oposición y México vo vió a recibirlos como hermanos, sin que a nadiese le haya ocurrido formular un solo rep,-och e. Se ve. pues, que errtre nosotr0s el naciona lismo,

el 'Tlejor de los carns, no e: otr<i cosa Ue ccnsect•e:icia de bs ~ o ~ c : i l l e r a s q ~ e n'.Js s ~ p a r a 1 1 ;comodidad para la administración. pero no sentirr1iento íntimo, frlndamencal, como que n0habría tradiciór. en qué fundarlo ni diferencias de sangre o de cultura que lo avisasen. Hablo,por sup uesto, del nacionalismo rel;;ción con las demás naciones ~ a s t e l l a n a ó d(J cor.tinente.

Esto mismo exp lica que no ha habido un solo espíriiU superior del co11tinente que no vivay que r,o pien>e como si fuese rirra soia frontera desde el Río Bravo hasta el Plata. Los pocosqu2sue len levar.tar- la voz discordante son personajes que no se ha(e11 oír fuera de su parroqu:ay lo hacer. más bien por esccpt ic is rno. pcr desesperación de sentirse aislados, en medio de lavastedad del conti11ente, d2swnsolados porque la situación todJvía embrionaria de nu€strodesa1-ro lo nos impide ~ n a a c c i ó ~ de conjunto. Se descorazonan a:gunos poryue Argentinat0dav ía no tiene escuadras que mandar en aux ilio de Centroamérica; muchos aiios pasaránantes de que b uqid;;d política sea capaz de prorlucir una acción mate;ial de conjunto: qrrizáµara entonces ya ni estarán en use las EscuJdras; pero 0 que no necesit a del concurso del

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t i ~ ; ¡ ~ : 1: 0 s6lo del -:cncursc· di;; b c C > n c i ~ n c i es la un dad mora ¡ qu e y por sí sola es una

fuerz e ir. ,eficibic y ta bast: de todos los demás poderíos.

Y , no Judo. por ejemplo, de qué, e ~ un caso de pe igro in mediato y grave, la Américaes paño l< sabría encontrar maneras de acción colectiva, ejercitaría boicotajes y represalias;e;, ,p iear;. , n   todos los med ios negativos que sue len poseer tanta eficac ia como la agresió n

directa.  ;os íaita ia dis:ip ina que es necesaria para la acción colectiva, nos fa ltan los elementoscie sis:e mocización del propósiLO; pero, en cambio, poseemos e instinto, ese instinto .que haceque ajr, hoy. después dP cien años de caudilla¡e. de discordia y m i e n t o cada vez que en

~ é x i c v píesenta un grupo artistJ.s a1g12ntinos, siquitia media dc-;:e na de gauchos en un

ci rco. él púbiicc fes aplaude frenéticamente. En la Argentina son frecuer.t es las mi smasocurren cias. To da este va le muy poco ?ara los que viven del p r e s ~ n t e La med iocridad seentrega al preseéte, pero la juventud pertenece al mañana y a ~ l l a le toca desarrollar estosimp:..: r;c: atentes , apr0vechar . estas e "lergfas tjue ~ o n fecundas, porque son energías de

so li dar idad y de amor. La g e n e r a c i ó ~ a que yo pertenezco ha visto reílacer el anhe lo

iberoamericano. Tanto ha crecido en nuestros días que ya es de esos soplos que contagian aúr1a los mirn:os que apenas les comprenden y que en ellos tendrían que perecer. Me refiero. porejemplo, al caso de determ inados tiranos de nuestra época que han hecho o hacen la

prripaganda iberoamericana porque está en el ambiente y porque ven en ella una manera deensanchar la propia notoriedad: una manera de a f i a ~ z a r con remotos soportes de falsorenombre una confianza que se va perdiendo en el interior. En otros casos, muévelos la vanidadque lleva a pensar en grande. Sea c1al fuere el móvil, lo cien:o es que eso distingue precisamentea los erandes movimientos del alma colectiv;;: el hecho de que engrosar. su corrientefecundante con toda clase de elementos; los elemen:os turbios formarán el 2siento barro

que faci lite el deslizamie nto de las aguas. Les esfuerzos cl;iros darán esplendor a la corriente.

En resumen, lo que se puede Jfirmar, sin ningún género de duda. es que el aislamiento escá~ o t o y c;ue¡fa. raz2 ibe;oamericana recobra la conciencia de su unidad y camin¡¡ haciJ la fusiónes?iritual y haciá I< cor.ÍPderación p o l í t i ~ -

Y esto no es más que un antecedente de sucesos tod avía m ~ s mpcrtantes. No sólo se e,táformando. se está reintegrando un cuerpo político racial'/ continer.ta l. por encima de eso. y.como co"secuencia d ~ las características especiales· de la épeca. podemos afirmu,

proruraremris demostrar, que eñ la América Latina see ~ t á

in iciando un nuevo per íodoh i s t ó r i c c ~ I Los fundamentos de est:i afirmación ne podría acabarlos de desarrollar un solopensador ni e;1 un solo libro; pero hay hechos incon:estab:es ¡que no puede prHentar igualesr. ingu na otra rama de la familia huiTiana . Seña lem:is, para ciejar claramente deíin ido en sus raícesel ciclo que se inicia, los tres factores q u ~ están er, obra. a saber: una t;·ad:ción cultural española1ndí¡;er1a, europea y americana; conline11te deshabitado y prodigio>am2ntE: rice, '/ 1Jna razamixta, producto la mezcla , no de europeo con europeo, sino de europeo con indio, co11

n ~ g r o con chi no, con tedás las ra:as cono.:idJs. la raza mi •ta total, el primer éaso de raz;iposi tivamente universal.

Un a cmp 1 sa que r ~ q u i e r e la colaboración de todos los pueblos de la tierra: he ahí lo quesignifica lberoamérica; l1e ahí lo que servirá de asunto a las reflexio nes 1 ~ e i r ~ m c srJesarrollando en estos ensayos sobre el asunto m2s fascinante de la realidad contemporánea .El crim ienzo de uri ciclo nuevo en la hiscoria del mundo.

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Pensamiento político

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  . _ ..~ r o g r a n : - a ae uoo1erno que se proponedesarrol- ar el licenciado losé Vasconcelos,SI• L • • •• _¡ :_ _ ... .... l,,.,.,.; ..,.ºr /* \

l :r lUfl ld t:l l a:> c n : ; - - • V • n ; . ~ \ ¡

S de juiio de 1929

La lv' Convención del Partido Nacional Antirreeleccionista designé anoche po; aclamacióncandidato a la Presidencia de la República al señor licenciado dar. José Vasconcelos, quienpronunció el siguiente discurso:

Por primera vez desde 191 O logra reunirse, en nuestro país, un2 Convención en ia queestán r e p r e s e n t a d o los anhelos del pueblo mexicano. Desde hace dieciocho años y en mediode la ola de corrupción que nos ahoga, la pzlabra misma. el nombre mismo de Convención ha

sido corrompido más de cien veces para aplicarlo a conciliábulos de incondicionales o agruposo facci<:>ni:s que defienden intereses de imposici0nes o de continuismo, o bien pequeños ograndes intent0s de perpewación del despotismo y del caudill2je. Ahora, por íin, se reúne-unaConvención como la .de Madero, a la cual no han asistido dele¡;ados de todos los rumbos depaís porque el pueblo ;igue en la miseria y no tiene dinero para pagar los gastos de lademocracia; no dispone el pueblo de fondos, porque en todas las barbaries los elementosoficiales viven de lujo, der:ochan tesoros, en tanto q11e el pueblo czrecE hasta de lo mási:IEmental. Heroísmo es el de muchos delegados aquí presentes lUE han he,ho el viJje en mediode pri·1aciones y. a veces, de peligros; perc; así cvrr,o no faltó eíl 191Oun uupo de hombres

resueltos a llegar al extremo de los socrificios :on tal dE es(rioir una página Je luz en :a H:sro:i;;Nacional, así también ahora el pueblo mexi.:ano, respoíldiendo a las necesidades ele i n s ~ a n t e ·realizo el esfuerzo <ie congre3ar esta asamblea. Aunque e ~ t á representada aquí la inmensamayoría .de ia opinión, carecen, sin e 1 n ~ a r g o de rEpresentaciór, directa 2lgunas regiones delpaís, y esto ocurre no porque la opin:ór1 púb ica en es:is zo11as no esté t0taimtnte a n u ~ s t r o

•• Skirius, )oho: José Vaiconcelos y / 1 cruzada de 1929.

Siglo Vcintiono Editores. S. A. México. IS78. Apéndice.pp 207-220.

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L ~ o 0 T 'izá nif1gu::a par Le C., rn O :; n esa.s g l o n ~ s a. zor;¡das, el corazónde osriudad 2f os está

ent ero con n0Sóu 05; penJ ¡córno podrían manifestarse aspiraciones democráticas en

regímen es canib aies , como, por Pjernrio . el C: e Ga r:rjdo en T b >sco1 ¡Cóm o podrí> ejerce rderechos civ;cos un pueolo dúmin;,do por ei cac ;quismo político a io Yucatán, donde se pi erdee  sa12rio, donde se pierde el lugar en sociedad. con sóio desconocer algunas de las consignasde u ~ o de los e -: o tres caciques, que a su vez están sóio atentos a las órdenes del central¡C ómo pod ría r1ot..rar como ciudada íl os las víctimas del caciquismo local. sometidas a tal puntoque , m;cntra s ús e s i H ú estáH t: fl la rni se í ia , los líderes pol¡ticos de a región pagan trenes

e c i a l ~ s cerno sucedió en 0 2xaca, para lOndufr al candidato de b explotadores , paraC'.)n duc  r o 3. tr3vés de n ~ a m e n t a C suc csiJn de bailes sin bailadores y triunfantes, por

de':: ajo de os que pas2ñ 3penas a g ~ n o s c e ~ t e n a r e s de siervos que no alcanzan r. : el tostónpro me t;do, porque éste se queda en el bolsillo de intermediarios que ·ya con esto se sueñandiputados/ Por foi1una ne todo México se encuentra en este estado desesperado; por fortun a ·

qt. e preva ecer en lo$ de$tinoc: de nuestro pais as -poblaciones libres, civilizadas, losnúc leos que se imponen a la consigna, los grupos de hombres dignos que por todas las partes,aun en las mismas zor.as oprimidas, se levantan contra la adversidad y se disponen a luchar en

cvntra de la opresión contemporár.ea, op resión que sóio en lo hipócrita difiere de las antiguas,a pesar de los leales esfuerzos de algunos altos funcionarios .

Esta Convención modesta, porque sus miembros carecen de fortuna personal, modestaporque nq se rodea del aparato de las comparsas o f i c i ~ l e s ; modesta porque no dispone, porahora, de alianzas. arsena les, ni tesoros; modesta porque carece de todas estas apariencias, es,sin embargo, poderosa, y tanto que viene a dictar la ley de la Nación en las próximas d é c a d a ~ .En realidad venimos a eso, a irnpor,er la norm;i necesaria para ~ u e México se libre de la actualsitu;ición hum:llada, la norma de: sereno comportamiento que México necesita para rescatarse

de las penosas c o ~ d i c i o n e s a que nos han ido arrastrando políticos sin capacidad. Venimos asentar las bases de la reconstrucción nacional. y ~ n q u e , en estncia, sostenemos los mismosrr incipios de 191 O, n o ~ ser.timos ahora más cargad0s de responsa,ilidad y, ;: la vez, másca? ;iritados por la experien ci a y el dolor para lievar adelante un plan cabal y constructivo . Nosanima aho ra una fe consci ente de la; posibilidades y les destinos de ~ n a raz;i cuya misióninteresa a la humanidad. Venimos a construí,. y a levantar aúr. en medio de la gritería y laacechanza de los rufianes; venimos corrfiados en que ha pasado a era de los arrasadores y delo< destructore.s . Seguros de nuestra capacidad para hacer obra fecunda, nos sentimosán imados de esa suerte de instinto delconmuctor, instinto simbolizado en a manera como se

evantarnn las r.atcdrales de la época gótica; los c r i s t i n o ~ de aquel riempo. a u ~ los bárbarossern;bá rbaro" goco> y fran cos, no se pus ieron a derribar los ternplos d,·uidas para ponersobre los escombros construcción nuen; no profanaron los adoratorios ni casi remo•1ieron laspiedras y a menudo, respetaron aún las imágenes del culto rival, lir.iitándose a poner sobre ela tar p::gano o 9árbaro, la capilla crislior1a, ymás tarde, cuando creció el podedo coiectivo, nose arrasó la capilla para construí,· la catedral, sino gue por encima c e la capilia se edificaron¡;eneralmente las naves de imponentes esp<icios. Tampoco se derribó la torre románica parareernpl;,zarla con la torre gót;c?., sino que al \¡do de ia románica o por encir.ia de ella, ytomindola de <siento, se elevó por los aires \¡ aguja gótica, m2xim0 esfuerzo de la elevzción

arqu itectónica. Ypor eso son grardes y son v¡;stas y poseen corno var;as estructuras imagende diferentes períodos de civ fizacióo, todas esas grandes catecir?.les, obra cie siglos y síntesisde creer1cias, é¡:>ocas y r·azas. Así, sólo así, se puede c o n s t r ~ i r yasí es cómo debemos procedernosotros delante de cada problem a, cuid ando de aprovechar todo In hecho por nuestrosanteL esores. así nayan sido nuestros enemigos personales. Aprovechemo s, puts, ensaicemos ·

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t0do :o poco que en nuestro caótico medio mexicano haya representado intención sincera deacción benéfica; éxito parcial esfuerzo que ensaya a crear.

tn el seno de la asamblea se han deba tido ya tocias las principales cuestiones naciona lesy se ha formulado un programa que se ajusta a la realidad en su mayor parte, y contiene todoen tero las más altas asp iracion es de ia vida nacional. Recogiendo yo , hasta donde alcanza mi

capacidad, los anh elos exp,esados en ese programa por ei cual me comprometo a trabajar conempeño y acatando los mandatos en él contenidos . los interpreto para ofrecerlos a la Nacióne11 los términos siguientes:

El problema político

El problema político, menospreciado en nuestros días por teorizantes sin rrédula y portrafica ntes sin escrúpuios, es hoy, como ayer y como siempre , de previa resolución.

El prob :ema político, letra muerta para los esclavos, es esencia l para los b.o mbres libres ypara las épocas fecu ndas; sin garantías políticas definidas e intocables no pos ible alcanzarningún verdade ro progreso colectivo y en ninguna parte ha sido . y es, más necesaria la libertadque en este país nuestro, cas tigado por las in iquidades de mil suertes de tiranías. Para salir delckculo vicioso de la tiranía local que engrana en la dictadura del centro, J la vez qu e una yotra se apopn y ju stifican ; para salir de esta ignominia naciona es indispcns1ble recurr ir a lamedida e m y rodav ía no ensayada de una rnanera rigurosa; la creación de u:i PoderEjecutivo, severamente controlado por l;is leyes, las in st ituciones y la opinión. Se condena, enestos días, la com;pcién de las bajas autoridades , la crim inalid1d de los pequeñ os tiranosregionales. ¡Pero cómo es posible espera r co nducta legítima, ni siquiera humana de parte de lasauto rid1des iníeriores, si á menudo ;e ha vi>to que el ejemplo de las mayores abom inac ioneslo da , precisamente aqu el qu e cebiera ser espejo de acc ién desinte resada , i:itcligente y leal  Senecesita er.toncE s tomenzar por arriba . ya que ten emos más de un siglo fracasar. p o r ~ u ehemos estado censurando los abusos de los inferiores, pero sin atrevernos a ser.alar a losverdade ros gra ndes culpabl es de nuestro des2stre nacion a . Com enzarem os ex igiendo delPresider.te de 12 Repú bl ica lo qu e no han podido ni pued en dar los infer iores i ~ n t r a s no 10

vean hecho regla en ei de arriba; e:djamos del Presid2 nte no s61o el respeto de ¡, ley. cun letra1nism1 tantas vect:s se ha falseado, $ino también el res pet o Je todas ayuellas n0rm;; s sin la s

cuales no es posible la vid a civilizada.

Ampliaremos la ley responsabilidades, de tal sue '1:e qu Pun Presidrnte ~ u e se t r e v i ~ ra firmar una orden de ejecución sería encau> ado al dia siguiénte y ex pues to a perder ei n1andomediante I" aplica:iór. del referénd um , in perjuicio del cast:go de su delito. Se ne:esitatam bi én para limpiar toda a ierio mirna ce los Glcimos tiempo' escabiece r el er¡uivalentE delj11icio de resid encia, la cblig:1ción impuest:i :il Presidente de dar cuentas Jel import e de s11 sbiene1 antes y desp11és dPI ¿e,empeño ce cargo, con pena de lOnfiscación en caso déoc ul tac iones, tal y como 10 habfo aprob:ido en la Asamblea. Se necesita ~ r o b i é n i m i ~ a osuprimir todos los pod er2s po:íticos de Presidente, pern sin quitarle sus facultades de

administración; 11 cont r;;rio, es menester que el Municipio rea parezca donde ha si do suprimidoy ohte nga en cada cas0 todas aqu ella s a c u l que son necesarias para el desempeño sumisión, todas aguellas medidas que, cerno revoCJcién, gar;,ntizan su responsabi lid ad. t

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sisterna de elección proporcional que reromienda el programa de esta Con vención podr: .

desde luego, api1carse a las cuestiones municipales para @e desde allí se vaya desarroll ando elsistema hasta iiegar a la situación propia de las scciedades civilizadas, que ya no atropellan losintereses ni las opiniones de las minorías. Hasta ;ihora ha fracasado el Municipio sólo porqueen realidad :io lo ha habido: la regla ha sido deponer a los electos para sustituirlos con los

incondic ionales.

No sólo el Municipio, también la constitución de l;:s Cámaras legislativas padeció bajo laúltima ;·acha de despotismo. Así, pues, será necesario que la; C á ~ a r a s re:obren no sólo elnúm ero de miembros que la ley constitucional les ser.alaba; también los poderes pl enos que lesotorgaba la benemérita Constitución de 1857, revocada por les servidores de la tiranía;revocada con el ob¡eto de consolidar todas estas oscum dictaduras cuyos rastro s todavíapes an sob re la patria con peso de malnición.

Los atropellos cometidos rnntra el Poder Judicial, siervo prirnerc de la política de facción,

desarrol lada en las Cámaras, y siervo ahora de nombramientos presidenciale1, deberán serreparados. El Poder Judicial, que en ciertos breves momentos de nuestra historia ha podidollegzr a la más alta majesta_d: deberá ser iiberado; deberá ser creado como el triunfo de laReforma mediante la elewon popular de ;ueces y magistrados. De esta manera la Cortequedará_ integrada y no por pers.on<ijes más o menos estimables, pero blandos delante de lasimpo 5ic1ones gubernamentales, sino con algunos de aquellos varones que nunca han faltado enla provincic o el centro; voluntades rectas QUE prefieren la oscuridad al brillo falso de lalibrea de los cortesanos. Jue(es escogidos por la opinión pública siempre serán mejores que losmejores jueces elegidos por c u a l q ~ i e r a de los tres poderes, ya sea el Le)'.islativo, ya sea el

Ejecutivo. En este particular aconsejo por lo mismo un r2torno a la limpia teoría constitucionalde Ja independencia de los poderes.

La nacionalización de nuestros recursos

Sentadas, conic ya lo habéis hecho, :as normas ?ar2 la organizacién de la libertad ennuestro ambiente , es indispensable que ~ a r : i b i é n dediquemos arención ilumada a la mane;a dereso lver los trcmencios problemas económicos que a m E ~ a z a n a la acci6n No es exageradoh blar de amenaza cuando se c o n s c i ~ r a que en los momentos actuales tenem0s en el

e x t r a n j a una quinta parte de nuestros h ~ r r n a n o ; y hemos sido impotentes P'ra repatriar os;no es exagendo hablar Je desastre cu2ndo somo3 el pueblo T'ás pobre de la América, el quemenos consume, el que e,1 p r o p o r ~ ó n produce menos y el que en proporciór. se educo menos;el pueblo menos feliz del Continenre, por no decir ei más desventurado. Nu es exageracioh:iblar d.: des:istre cua:ido se ve que los más ambiciosos y más j ó v e ~ e s 2 menudo tienen queir a ~ e p t o r emp leos de gob ierno, y esto porque el Gociern0 poco a poco ha ido destruyenciola industria, el cornercio y ha ido matando cc.n sus sistemcs t o r ~ e s tocia ii1iciativa, toc a¡iroducci6r,. De esta suerte ios elemenws vigo1 osos pero ir.ipa:ientes se rebgian w el

presuouesto a medida que :as fuentes cie producción se agotan o se h t e r r 1 1 m p ~ 1 1 No esexagerado hablar de aesastre cuando poco a poco, yprincipalmente por Nrc.res trascendentalesde nuestra polít ica, las riquezas todas del país y las grandes empresas, ayer l1s mir.as, hoy lascaídas de agua y cada vez as finca' rú,ticJs, t o ~ o pasa a m3nos de extranjeros; no es exageradohablar de de,ame cuan:Jc ya no c ispon<>mos de l r.ianejo de nuestra produccién n: del control

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rle nuestía econom:a: ne: es ex   gerado que as eyes ylas   den dl Ejec:.:tivo tedade fa cilidades para que admin ist re ios comunes. p<ira que impuise ia exp ivlJ ci ón de iasriqu ezas nacioílaies , par;¡ que fadite y perfecci one os servicio; púb licos, para que eduque y

t r ~ y a y para que infunda (l liei1to s de prog¡esv a tod a esta raz a nuest1 ü7 decaid a, per oanh elante. Se necesita exigir que las presidentes sean ¡;;andes administradores , creadores y

a r q u i t   ?N eso debe e; cogérsel es a ~ de capacidad y de honestidad. El arquitecto deldesarrollo nacicn'1 tal deb iera ser ei tít•J io sup remo del mandatario. Existiendo por lo mismo

la necesidad rie marga r ' Presidente amp  ;os podere' administrativos. pero con responsabil idadesprecisas y severas, te nemos que reconocer, eñ consecuencia. la importancia fundarnentai delimi nr e  pl azo de mand o sin excepcié" de personas. Par ese hem os siJo, som os y seremosantirreeleccionistas ,y seguirenios lu chando por rb tituir este sagrado principio de :iuestra cartafundamental. Oira de las reparaciones que debemos a ia Revolución es el restablecim iento dela autonomía naCional, bárbaramente mutilada en el ú timo ::-:tente de tiranía vitalicia. No sóloes importante ío rtalPc er :a institución muílicipal. base eterna de las libertades públicas yasientode todas las verdaderas democracias . s i n ~ que la situación de nuestra patria exige quegradualmente desaparezcan todas e>as ficciones de soberaní: loca : estados inde.pendientes

que sóio origi nan estorbos para la unidad nacional, gabelas para las comun ic acione s, gasto sinútiles y anarquía política. En sustitución de esto abogo por la República libre y soherana consoberar.ía de cada región y de cada individuo; la República de Municipios independientes yconfeJerados; el Municipio, célula de una sobEranía política, dentro del vasto organismo de lapatria continental hispano-americana. De todas m a n e r a ~ ya sea para preparar esteadvenimiento o simplemente para garantía de los i n t e r ~ s e s púbiicos, será menester afirmarnos estamos colocando er. una condición de dependencia financiera peor aún que la de unazom conquistada. Siquiera en las colonias está reglamentada la explotación y son menores losgastos de representación; se suprime por i n ~ t i l el aparato de la soberanía. Nuestro desastre esmás dispendioso y nos arrastra a una dependencia disimulada y sin respünsabilidade.s. La

s ~ m i s i ó n sin restricciones . Al menos la colonia tiene el derecho de hacerse oír er. losparlamentos del lmpe.rio, pero nosotros sometidos gradualmente, sometidos en complicidad:on tan tos de :os nues:ros que nos han impuesto paccos t concesiones; ya nues'.ra c l a u d c a c i ó nparece irremediable . Víctimas ce una depenJenda pedida , reconocida, pagada; sum isión singloria, no tiene nombre, lo que se ha estado haciend0 y b q ~ e s61o pod1á contcner>e si ensuprerno y últimc; esfuerzo el pueblo mexicano rec::ibra su soberanía interior, dándonusgobierno propio, gobierno verdadero, conforme al sufragio, a fin de que, apoyado en el sufragi0y en la opin 6 n, no :en¡;a que ir a consuitar n u e ~ t r c s asuntos en los b1Jfe:es del exw.ño. Porde ¡ironto. y con d mira de 2nde;ezar la ruta de una raza que ha estado entregando sus

rernrsos, derrochando sus tesoros, e;preóc

abordarel

probiema económico,ya no s61o

como esiuerzo de reivindicación y de justicia, sino también y r i r c i p a l m e n ~ e de reo;ganizacióny de eficacia . La aptitud q ~ e hemos neg1d::i y perseguido, a tal punto que h1bo 1Jna época debochorno en ::¡ue se arrojaron de l s oficinas pí1blicas " los peritos mexicanos sólo porq1Jehabí an perten ecido a una administnción anterior para s u ~ t i t u i r l o s ccn pe;itos ext>anjeros, laaptit1Jd negada ayer debe entrar aho;a al poder, aptiturl quP, por s u p u e s ~ o presupon ehor,estidod, pues ·1erdaderam er.te no se ~ e d E saLer sin ser probo. La apt itud entonces. la máselem ental de las cap1cidades, nos hace ver que. la e s i 0 n y el empleo de ios medios depmducción. el apro vechamienw de las riq11ezas naturales y la reorgar.ización de la eco11omí <:

nacional no deben quedar coílfiados al azar o al capricho o al medro personales. si no que han

de ajustarse a un programa claro de nacionalización. Una ce las orientaciones fundamentales deese programa ha de consistir en prn curar que el Escado explote y controle o admini stre ydirijabasta dond e sea p0sible todas l ~ s fu entes de produ cción. Los medios de pro ducci ón y las

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riquez as naturales ;¡o dei:;::>n ser monopoiio de imeres<s privados: deben pasar ·grJdualmentc ala adm in 1tra.;: ión y a p r o v e d a ¡ i i e dei E$tadc. 'le es j J5to ri es ?J.triétic0 t') erJr que osmed ios de transp.Órtt y de comunicac ión . como ferroczrr iles y telégraios. vuelvan a :a

explo tac i0n pr ivada; [a:npoco j .. sto qu':, p0r   nuestr2s rese rvas pttrc ífens seanobjeto de conces iones owrg2das a in termediar ios y a ·.'oritos; alcontrario, la administración deesas reservas deberá hacerse, como ,e ha hecho en la Argentina. mediante l creación deempresas o i n s t i c u n e s autónomas en su administnción, pero sujetas al Estado en susprogramas de acción y en I;; aplicación de sus beneficios. Se deberán reservar también la si-iquezas hidroeiéctric.o.s para aprovechamiento nacio nal, cuidando de no ororgar másconcesioces a parti(ulares /' de ccnstrvar para el Est;;do los sistemas de ·mte rconexión de las

c a s de las diveísas p l a r t a s .

La minería

La minería, que gracias a la in2ptitud dt: nu estra técnica financiera y ú l t i m a m e ~ t e a laacción de regímenes y de leyes torpes -que ni siquiera e trabljo de g2mbusinos dejan a los

mexicanos- est,; ahora en manos de intereses sin arr2igo en el país y que no rinden otrautilidad que la de impuestos y salarios, Cüando debe ser a minería, y siempre lo fue, uno de losmás importantes recursos nativos .

Los ferrocarriles

Los Ferrocarriles, llamados Nacionales,.aunque la Nación deba por ellos. aparee lo queya ha pagado, más de lo que costaría hacerlo,, deberán ser obieto de un arreglo justo de ladeuda y de una revisión cuid<idosa de tarifas y una administración técnica, libre de burocracia

y de taras políticas. L;;s tarifas deberán ser refnrmacias para que los F e r r o c a ~ r i l e s lleguen a serdesde el punco de vistl económico, c0mo :o son y2 er cuanto_a su personal de oper·aLiÓn,verdaJer<tmentE nac1onalE:s por no estar sujetos a la :imenaza de las hipotecas y por sHvir·eficazmente a l;i dist ri buciór. de nuestros oroduc tos, en ·1t i de servir sólo de r.iecio depenetración para productos extranjeros de ~ o m p e t e n c : a .

El crédito

La organización del crédito y de régifl1tn financiero tenderá a rompe;· ia tradición agio

y de compadrai.go de las in stituc iones bancarias, exigiendo (Urnpl idamente la inversión de todareserva dentro del ~ a í 1 y en f i n e ~ reproductivos, fomentando la creación de un mercado devaio res mexicanos, integrando arr.1ónicamente el sistema nacional y orivado.de institucior.es decrédito orientado al trab ajo de estás instituciones pa ra que si,·va, como es debido. al fomento

. <le n ~ e s t r a ~ c o n o m í a y no al meciro de unos culntos. De esta suerte nuestras instituciones dEcrédito dej1rán de ser ó r g a ~ o s de extracción de capitai mexica110, logr aran mantener unrégimen monetario estable y elástico contrario a la e ~ p e c u l a c i ó n y el coyotaje, con lasiluctuaciones de la moneda nacronal.

_;::o¡¡¡¡ asean: .

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El problema agrar:o

La posesión y el aprovechamiento de la tierra merec en capítulo e.special, porque elpr0blemi dei camp es uno de los más Eraves pcob cmJs morales y econc'imicos de México. Elcampo m e x i c a ~ o no produ"ce siquiera para sat ;sfacer las necesidades alimenticias r.1ínima 1 delpaís. Y a población rural vive en la miseria yen ia ignorancia más crueles. Toda nuestra simpatíase inclin a er. favor del c.¡ue necesita ti erra para crearse un patrimonio, pero es ev id ente que

tod os los propietarios grandes o peq ueños deben pagar al Estado el precio por el u;o de latie rra.

También es menester que la tierra sea distri buida just;c iera )' económicamenL·e. Paralograrlo será preciso contir1uar la dotación ejidal donde sea necesario hacerlo o aplicar unsistema de fraccionam iemo y parcelación donde el ejido no satisfaga las necesidades existen teso donde las tradiciones, los usos, las pos ibil idades económ icas de la regiór, hagan el ejido inút il ,incosteable o estorboso para el mejor aprovecha miento de la tierra y para su más justadistribución . Y no debeme>s tolera.r c¡ue de esta tarea se haga capital pclítico y, me;ios aún, quese ~ a g a fu ente de especulación para líderes, comités o funcionarios. La mer<: distr ibución de la

tierra no es una solución del pro bl2ma del campo. Hay que orgar.izar además a los agricultoresa fin de que su esfuerzo -que aisl ado se perdería oara ~ l l o s mismos ypara la Nación- no seainútn , a fin de que puedan realizar todas las empresas que individua lme1 1e no podríanacometer, como mejoras colectivas a la tierra , compra empleo de maquinaria agrícol a,construcción de g r a ~ e r o s , tallere' y plantas de empaque o industrialización de los produ(to s,apertUI a y fácil acceso a los mercados de constimo. En gE:nera l, organización que les permitaobtener todas ias ventajas que proporcionan los sistemas modernos de trabajo en grandeescala.

Ala organizac ión hay que oñad ir el créd ito, porque la t1eri-a y el trabajo sin aperos, sin avío,sin refacciones no bastarían a resolver el problema agrario. Crédito fácil y barato pJra la

agricultura es un punto 2sencial de la palítica agraria. Pero el dinero de la comunidad, el r ~ d i t ooto,.gado poi· los bancos e institucicnes ~ u e e: Gobierno tenga r.c debe ser patrimonio de unoscuantos ni es lícito que sirva a qu iEnes , por 1u mejo,. posición e(onómica, p u e d e ~ con ;eg uirpréstamos er. otras instituciones. Por esta razón el c r é d i ~ o agríco la que otorguen los bancosresrettivos Gobierno deberá ser repartido entre ei may:ir número posib le, iimitándose elimporte e.Je los prést>.nro;, rnicnuas no haya scbr2 ntes, 2 las c a n t i d ? d ~ s nec2sarias par: lesgas\os de cultivo y de ~ o s e c h a y para la vida dei agriccltor, en tanto ;e venJe,1 los frute s. El

crédito a lds co n,uni'.laces org1n:zada' y a las ~ c c : e ó d c c C:e ~ r l i t J c o n 1 p r e ~ ¿ e r : i . las sumasque ~ l necesiten para dar el ;wio a la refacción a sus Miembros en ia proporción dicha, )' lascantidades indispens:ib es para la com pra de ape ros y maquin;:ria de uso común, para la

construcción de n t a ; - t a l l ~ r e ; imta:ac:oncs ,graneros o para ouos propós itos semejantes deb e ~ e f i c i o coléctivo. En n i 1 1 g ú ~ caso 1e e:nplearán los fondos de es:os bantos, en cc nceduuéd1tos a políticos o ? altcs funcior.1rios.

El Gobierno. como pme de su respon sabilidad, tiene el Jeber de proporcion ar los;er•1cios co lect ivos y de divulgar los métodas cier.tíf:cos y moder ,1os de trabajo que laagriwltura r e q 1 1 para su d Q s a r ~ o l i c .

Para pod er rdizar con propós ito consti uctivo y no meram en te político la c;irra deredi str ibui r .1dccuada justamente la ricrra. as í com'.l para logi';ir les c;ipitales ~ e c e s ; i r i e > s a:

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desarroilo del plan de organización y de crédito agrícola ames expu€Stos , será preciso fund arsobre bases mercantiles y técnicas la emisión de bonos de ur.a deuda especial que no sólo sirvapa ra cubrir un expediente, para favorecer con indemnizac iones a unos cuantos o a r a fomentarur.a especulació;i anLimexicana, q u ~ vende a doce centavos los bonos que México deb erá pagara un peso, sino creando un verdadero valor estable y firme en los mercados, garantizando conia paz en los campos y con el desarrollo de la producción agricola. Bonos emitidos por el

conjunto de las mismas organizaciones agrícolas y garantizados eficazmente por lasinstituciones nacionales de créd ito agricola por el conjunto de las propiedades rústicas quetiene el Estado y por el Gobierno mismo . Bonos cuyo importe sP aplique rigurosa ymetód icamente a red im ir el valor justo de las tierras expropiadas o fraccionadas, a cubrir Jsnecesidades de avío y de refacción de los agricultores mexicanos Y a realizar, cuando seaposible hacerlo, las obras generales necesarias para el mejoramiento de la tierra y de laproducción. Bonos cuyo respaldo más eficaz será la buena y honesta inversión de su monto enfines reproductivo s.

El trabajo

Lo mismo que el p r o ~ l e m a de l campo. el problema del trabajo, por su calidad humana ,demanda una urgente resolución. Además de mantener y h2cer eficaces las ventajas materi3iesya logradas y las demás que consagra el artículo i23 constitucional, es preciso adoptar. desdeluego, medios tales como la federación de la ley del trabajo. tanto para hacer generales losbeneficios obtenidos por los trabajadores como para evitar los graves d a ñ o ~ ; que se originan delegislaciones aisladas y parciales que forr,er,tan 11 cor.ipetencia d ~ s l e a l y cestruyen la uniciadeconómica del pais. A: dicta;· la L2y Federal de Traba jo deberán tenerse en cuenta, por

supuesto, las diferencias locales, pero no para mantenerlas estacionarias, sino para superarlas.

llrge tamb ié n dictar 11 1.ey de A ~ o c i a c i ó n Prcfesional que defir.itivamcnte incorpore11uestrJ estructura s·ocial y jur;dica el traüajo organiz<:do, b ~ a n d o a los sindicatos y;, las de T'ásorganizaciones de las corruptel1s y aou10s del lidErismo político y de los p ~ l i g r o s de unaorganización contingente e irresponsable, y dándole la estabi ida¿ afirme y garanticefuerza.

Precisa ~ s i m i s m o librar de esas co ;-runtelas v abusos a las untas de Conciliación y

;\rbitr:ije, naciendo ~ u e er. su int2gracién y n funcionamier.tc, no intervengan factorespolí;.ico: y garar.tizar1do la f u ~ r z a e1ecuwria su: dcrnione:.

También urge crear B".>lsás de Trabajo que organicen co11 criteri0 social la dimibucionesfue 'zo obrero. previendo y evitando crisis y conflictos .

f-inalmentc, corno capítu o especial, po r su grln trasc2ndencia, hay que dedicar empeñopreíere nte 2 o g a n i z a ~ la preven:ién y :a pre vi,ió n socia les, :i fin de Jar a tcdos ÍO$ h o : n b rque trabajan s e g ~ r i d a d económica para el os y los s u y o ~ cr¿ando una instituciór, nacional de

scgu:·o que cubra en lo posible todos l0s riesgos iísiccs o ecorómicos q ~ e agotan a capacidadadquisitiva del t;·abajad0;· o la vuelver. irsuficiente para cubr ir sus necesidades vitales.

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-. ·

Los gravámenes 'iscaies -im¡;uestos, recargo s. multas- pesan enormemente 'obre laeconomb nacional. Son desproporrionados, se repiten y multiplican ,obre ias m i ~ m a s íuent es,reca en especialmente sobre los grupos menos capacitados, dan lugar, por su complicación ypor su diversidad, a se rompa la unidad : : c o n ó n i i c a   la Nación y a que exista una maffiaburocrática que roba al Erar :-v y a los contribuyences, constituyendo a veces u1a carga máspesada que el impuesto mismo.

Es ur¿:nte reformar esta situac ión adcpta:-:dc as siguientes bases g e n e r a e'

a) Hay que fijar a competencia fiscal de la Federación. de los Estados y de losMunicipios, reservando a los Jos últimos la tributación sobre todas ias iuentes iocaies, comoel impuesto fundamental 5obre la. tierra; enccr;¡cnC::lndc a b F e d e r i c i Ó D a rributac 6n sobre íasfuentes generales, como los impuestos sobre producción. sobre circulación y sobre la renta,•segurando a los Municipios y a los Estados la participación conveniente y debida en los

productos de rentas fiscales.

b) En la creación o conservación de impuestos deberá tenerse en cuen\a, aparte del fineconómico, la función social del impuesto, a fin de usar de él como de un meciio eficacísimopara lograr reformas sin acudir a intervenciones violentas y ruinosas.

c) La carga del impuesto debe ser distribuida con equidad para l i b r a ~ de ella a los másdébiles económicamente. A este fin, aparte de exc€ptuar del impuesto directo a quienescarezcan de verdadero capital e de una renta mayor de 2.00 dólares, hay que te11der en lo

p o s i b l e ~ la supresión de les impuestos indirectos de consumo, suprimiendo, desde luego, todo

impuesto del cimbre sobre compravr.nta.

d) Los recargos y multas que 2hora exi1ten so;i despr0porcionados y confiscatorios;sólo sirven para alentar el coyotaje y el fraude y constituye¡, una cor.stante amenaza para elcontribuyente. Es preci•o reducirlos a proporciones equitativas y eliminar de su imposición laposibilidad yel interés de componend;is que corrompen a los funcionarios ygravan ia econom ía$in beneficio cclectivo alguno.

e) La íormaciór. <le un sistema fiscal armonizado y uniforme en la República, la

concepción técnica de las ieFs f:scales y la simplificación y buena organización dé hrecaudación y del empleo de los impuestos permitirán qu2, sin aumento de contribuciones yantes wn la s"presión de m"chas gabehs, los ing.·esos de los Municip:os. de los Estados y dela Feder2c:én crezcan considerablemente, liliranJo a la vez nuestra econcmía de una ¿e lasmayores trabas que ahora se o p o n ~ n a su desarrollo.

La deuda exterior

México necesita restablecer su crédito internacional p a r ~ organizar la vida económ ica en

el :ntenor del país. Al efecto se d ~ b e hacer ur. reajuste ~ e n e r a l de la Deuda Pública, de acuérdocon los acreedores. pero sobre la bast de aceptar sino aquello que con la m ~ s e ~ t r i c t a ·prudencia pueda ofrecerse con s e g u ~ i d a d e s a los acreedo res, sin ccrrer el rie;go -tan

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perjud icial para México- ~ v o i v e r a íai¡•r a ios ar reglos que se nagan, sin sacriiicar ningunode los gas tos públicos neces1 rios p1ra b vida y el adcla;;to de i país . y consagrando sólo alsi: rvicio d¿ la Deud2 e importe de ias partidas qu e un Go biern u ve rd ade ram eri te s t a b i e porse;r popular, pueda e iminar de su presupue sto por injustiíic adas o innece'sarias, y e importe delos increm ent o> que una p o l i t i ~ ~ de paz y ~ organizac ión aporta rá s e ~ u r a m e n t e al Presupu esto

e d ~ r a l de Ingresos. La De ud" Agraria será ajustada en los tér minos del inciso correspondientede este capítulo.

Ninguna deuda nueva det-e crearse a cargo del Erar io mientras no esté hecho el ajuste dela Deuda Pública existente, mien trz;:; no se tenga la certeza de que·el Erario tendrá sobrantes¡i;1ra hacer frente a ias deudas nuevas que se contraigan sin imponer nuevos gravámenes al pcísy sln menoscabar as partldas afectas a a De:Jda y<.. ex istente y mientras, sobre todo. no setenga la plena seguridad de que el producto de cualquier emprésti:o podrá ser dedicado a fines

reproductivos y manejado con honestidad aosofuta. -

En tocio lo posib le , deberá procurarse la formación dtntro de la R e p ~ b l i c a de lascap italizaciones necesarias para el desarrollo de todos los proyectos de acción económica quese tengan, y a este fin será menester crear y fomen¡ar el uso de los medios que la economíaproporciona para movilizar las riquezas fijas y para conc entra r y aprovechar os capitalesdispersos inútiles.

Ei p r o b l ~ m mi:itar

Rel ac ionado, por una parte, con el problema de nuestra economía, y. por otra, con elproblema educativo de la Nación, está el caso del Ejército. F.s indudable que tan pronto comoalcance una situación normal será menester reducir sus gastos y ce todas mar.eras convienedepurar yennoblecer su person al. Por de pronto , y a fin de no causar perjYicios a las personasque hoy ,e e n c u e n ~ r a n en servicio activ0, será menester oper3r una transformación de la tareadel soldado haciéndoio pasar del estado d ~ g u e r ~ a al estado de paz o, lo que es lo mismo,

p r e p a r ~ n d o l o para la defens a, a la vez que :;us energías se aprovec han en la tarea de reconstruira  país. La tendencia fundamental de la democracia es r.acer del soldado el equivalente delciudadano; por io mismo no soy par.:idario de que se le lim :te11 os derechos po íticos, ni de q ~ ese le restrinja el vo to e ~ l<:s eleccionPs. Al cor.uario, con:idero indispernole que se rompa eseespíritu de casta mediánte ia mcorporaciór. e ~ el F.jércico de recios q ~ e l b s el<.mentoi ~ u cdeseen p r e p a r a r s ~ de una marer"a accidental pero patriótica e ~ el conocimiento de té,nicade las arrnas. El Ejército actual, compuesto en su gran Tlayoría de revolucbn•rios queabando11aron la vida privada par? i r ~ combatir por el sufrazio, 11 no r"eclección, el respeto 3 hvid:i humana y el mejoramiento de los hum;jdes, el Ejército, que e;i gran rarte cor.serv3 toóviaeste esp íritu revolucionar io, tiene que ser nuestro mejo r auxiliar en la empresa de salvar tantolas escasas c o n q ~ i s t a s materiales de a Revolución c::imo la deología entera üe h misma.

Ur, Ejército de está nacuraleza no podrá c o n v ~ r t i r s e en instrumento de imposición ni decompadrngo:; políticos y sí estará de l lado del pueblo, oi el pueblo sabe manifostar r voluntad1in vacilaciones. C o n s ~ i t u y e el Ejército un gra;i peligro en los cas0s Je desorientacrór. política,pero se vuelve el mejor auxiliar de las aspiraciones popu lares cuando estas cri:;talizan en un?rograma y en una persona gencralmeme rewnocida y acP ptadd. Lejos de serotir entonces el

menor recelo por lo ~ u e hacz al Ejérc ito r a c i o n a l ronfomos en qu e seeuirá desempeñando la

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tarea patriótica de garantizar el voto y confiamos tamb ién en q u e - m a ñ a n ~ . del seno mismo delEjército, habr5n rle salir los hombres de e;iergía y patriolismo que se aprestarán a ayudar alnuevo gobierno de la República para hacer esa transformación <le la guerra a la paz, Je lademucción a la creación. de que hablaba hace unus instantes. La mejor so lución que se pue¿e .'.Jar al problema del soldado en los tiempos de paz es asignarle una tarea equivalente enheroísmo , a los sacrificios que demanda la guerra. y en este sentido nadie mejor que ios jefes

capaces, los oficiales arrojados y la uopa vale rosa, ninguno mejor que el os para emprenderesta lucha contra el medio, que es uno de nuestros mayores obstáculos. Con brigada1 desoldados y de ingen ieros emprenderemos la tarea de abrir brech2 en las selvas del trópico; coningenieros y soldados construiremos los puentes rn las quebradas del altiplano; c0n soldad0s.se podÍán desarrollar cuitivos, tal como .ya se ha hecho en algur.as zonas por medio de loscolegios mi itare1; con soldados podríamos acometer tantas otr3s empresas como estánpendientes desde hace tiempo en nuestro suelo. De esta suerte un Ejército ocupado será lamejor garantía de la estal:ilidaci de los gobiernos y adquirirá también las mejores dotes depreparación para la guerra, ya que ésta se vuelve más y más preparación técnica y dominio de

las fuerzas de la naturaleza. Un Ejército así transformado sería al mismo tiempo el mejorauxiliar de la tarea educacional en nuestra patria. El intercambio de conocimientos entre El

c.ficial que adiestra el cuerpo en ejercicios marciales y el profesor que adiestra la mente paraque sepa conducir el cuerpo. ha sido siempre gran escuela de acción. La conmucción decuarteles-escuetas permitiría el gradual emblecimiento del servicio militar obligatorio, a la vezque prolongaría la acción educativa del Estado hasta la generación adulta . La mezcla de clasesy de profesiones y oficios un Ejército de esta naturaleza, contribuiría pcde,·osamente a launidad social y una sola genera::ién de esta clase cie soldados bastaría para abrir u n ~ era nuevaen nuewa historia fa:igada de vicle ncia , deshonrada po r la ai'bitrariedad.

El prcblema educativo

Con relación al probiEma de la educació;i del pueblo mexicano, creo que habeis estadoacertados en la defiílició11 del programa; ade llás, por encima Je as teorías, es¡á ::lamando lanecesidad de e n c o ~ t r a r hombres de burn a fe que acomenn la empresa educativa y recursos ,grandes recursos µara que r.o quede estérH o ineficaz la acción de los maestros. Sólo una

d m i n i ~ t r c i ó honesta. sólo el arreglo prudente del p r o b ~ r n a ecor,órnico, del problemapolítico, podrán darnos ta tranquilidad y las riquezas que son r1ecesarias ~ a r a llevar ade lante unalabor educat iva verdaderamente felunda. Por ahon el ¿esastre e> ei :nás Frofu11rio q1Je

im agina1sc pudiera y r10 hay -=xageración al decir q1Je somos el pueb o más 2trasado del NuevoMundo en materia de atención educativa Tanto se ha des truido, que la r e o r ~ a n i z a c i ó n tendráque 1er lenta y e p e n d E : r ~ tamb ié n de las p o s i b i l i d ~ d e s pecur.iari<is JEI nuevo gobierno; pero afin de que se vea hasta q11é p"nto es urgente (()nstituir el gobierne r e n o v ~ d o desde las raíces,bastar:í con reflexio nar q11e el 80 por 100 de la población en los Estados Unidos, el país conel c"al for osamente ter.ernos 1ue competir de una n 1 a ~ e r a cultural. e eo por 00 de lapoblación amer•cana obtiene ílO sóio educación prirr.aria. sino tambié11 secun<laria y técnica,tanto GUC r101otros apenas si lograrnos dar eduLación ;irimaria ú n i c e n ~ e al 'i.O por 00 oquizá al 30 por 100 de nuestra población. Ante esta JtHrorizadora dcsigua ld::ci no q•Jcda sinoconvencerse de la urgencia e11 que estarnos de cambiar radicalmente de gobi erno en cuanto asistema y en cuanrn a gentes; lo contrario, la e;claviud e.n que fa talm ente éaen las razasignorantes srrá la úr,ic:i herencia ~ u e podrfo ~ c o g e n ~ e r n os l'ijos.

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r-inai

La creación de un va lor humano comúnm ente aceptado, la creación de un valor id ea l queuna las voluntades ¡sintetice las aspiraciones nac:onales, es probablem ente la más urgente delas necesidadeó de nuestra raza. Y así debe;emos ver la política en es tos ins tante s, no sólocomo vo luntad que disputa los puestos de Gobierno a una facción desprestig iada, sino comoacció n integra l, que trata de organizar el destino entero de un pueblo amenazado muerte.Para una tarea de esta magnit ud es claro que no bastan, con todo 1u heroísmo, los miembro sde un part ido, y eso a pesar de que aquí nos hemos esforzado en crear un ;iartido grande ygeneroso, un pa;tido nuevo y total; tan grande es la tarea que no bastan los esfuerzos de lamayoría, es nec esa rio tamb ién estaclecer. por lo men os , una especie de tácito entendimientocon las minorías y aun co11 los rivales honrados. La base de este crec:miento es la convicciónque queremos llevar a tod as las conciencias de q u ~ si no se cambian la s prácticas de nuestravida pública ~ s t a m o s condenados a la pérdida total de la sobe1 anÍd. Si er. esta elección unos yotros no sabemos perdonar, si en esta elecc ión triunfan la violencia o el fraude, sacrificanse lasesperanzas del pueblo me xic ano; ya pa ra la próxima probablemente no tendrá fu erzas ni la

oposición ni el Gobierno para crea r un candidato. La próx:ma elecció n, si ahcra pierde elpueblo, no será una mera fórmula para que tome la ap <1 riencia del mando la persona másbienquista con el Gobierno norteameric ano, est ilo Nica ragua. Al lado de cualquiera de estosChamorros se agruparían los rufianes y nadie volverá a osar enfrentarse a los poderes reinantes.En :amb io, el triunfo del pueblo mexicano en esta oc as ión dejará confirmado el hecho de queMéxico sabe darse por cuenta propia sus gobern antes. Está de por medio el destino de laNación y esta enorme responsabilidad es precisamen te la yue me obliga a considerar de ummanera espedal n ~ e s ¡ r situación y a pedir el concurso de todos los patriotas para resol·1erla.

Agradezco profund amente , en primer lugar, a ·todcs y cada uno de ustedes, valientes

de leg;;dos, y ag radezco a las multitudes que bs respaldan el singular honor que me hancodiadc des ig nándo:ne Si I po;taenandarte. Pero acepto f:sla ;;ltisima honra sin ufanía yco nvencido de que ne ten emos el derecho de exc l11i r a nadie de nuestra tare<. por lo mis1110que no se tra ta de una tare a de oart ido, si110 del esfu erzc ~ u e todJ una nz2 emprende pa;asalvarse. Ante esta siti.la: ión. siento la nece sidad de la concord:a entre los mexicanos y piensoque debemos colocarnos a tal altura que aun en nuestros más encor.ados opmitores veamoselementos aprovechable s, eiementos indispensables parJ el des arroilo nacional. Siento que lar;;za entera es corta en núm ero y pobre en retUr1os, d2d2 la tarea defer.siva que nos e>táobiigar.do el destino, ¡ por lo mismo, porc;ue s i e m ~ r ~ a :a vis ta esta nuf:s'n :icción dPLon1unto, r10 ccncioo que el mexicano pueda eduir, condenar o per1 eguir al m e x i c a ~ c

Sin duda contribu¡e a esce ~ s t a d o de ánir.io circur.s'.a ncia de que propiamente ro tengoene111igos pe1 ·sonalcs, dado qi.le a la mayor parte de mis c o n t r i n c a n políticos no los conozconi siq1Jiera de vista; pero como sé que no tienen razón par;i opone rse a nuestro movimiento,a veces me imagino que 1 1 1 e r acercarse a nosotros. r.o porque podamos causarles ni11glinda ño, sine porqu e reonen ser ccnvenci<lcs. '.;in perjuicio de que, llevcio el ca;o y si a ello nos

f o r z r ~ n las circ11nstanci;;s, procuraren1os lleza,· sin alarde a todos los extremos, hagamostambién l:i declaración de que no c o n c e b i m o ~ un;i carea creadora , sin que eíl ella col;ibo rensegún puesto que les toque, 2 m i g o ~ y rivales, nacionales y extranje ros, tocios los que esténen co nd iéioncs de apo rtar trab ajo o de aportar ideal. Hagamos que gradualmente se aplaquenlos odios y se @ifiq L1e el crite ri o delant e de la wabnci1a de la opinión. Confiemos en que laopinión, al mJnifes tarse, ll egará a c;ear fu erza de c i m i e n t o que ya no será nece s.1rio

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que nadie piense en sol tar de nuevo ias f'Jerzas de Í2..._yiole rK v.. Cs .::¡erto que en ia actuaiiciad

la mayoría de los dipu¡ados reC':>rre los dimitos en indebida propaganda clew:;rai parafavorecer una candidatura i i c t u o ~ y manchada de sangre desde ei instante de su ap a: lción,pero no es posible conceb ir que más de un centenar de hombre s va a permanecer sordo alclamor nacional ni va a obstinarse en contrariar la voiunta<l popular. Al contrario, es muyprobable que la mayor1a de los diputados, después de iaber idó a sus distritos i convencer alos votantes , regresen a la capital conv encidos de que su deber es otorgar legalidad a lavolun tad de sus com itentes. El secreto de a paz está en L••J elección libre, está en el hecho deque nos res olvemos todos a cbrar conforme a nuestra conciencia. P:ir lo prontu, y ratificandomi proteSc<l de cumplir todos y cada uno de los c o m p r o m i s o que me habéis impuesto en escahistor ica asamblea y Conv :nción de Partidos independientes, me comprometo de la maneramás s_olemne a poner al se 7"vicio de la causa de redención nacional ene:-gias toda:;; me

comprometo a provocar el destino. si es necesario, para que produzca el advenimiento deEra mejor; para ia creación de un México rico de personalidad, generoso' en la acción y en elid eal espléndido.

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Pensamiento hispanoamericanista

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l. · Hispanoamericani§mo y'panamer1camsmo r'J

Llamaremos bolivarismo ai id eai hispanoameriono de crear una federación con todos lospueblos de cultura española. Llamaremos monroísmo al ideal anglosajón de incorporar lasveinte naciones hispánic:is al imperio nórdico mediante la política del panamericanisrno .

Bolívar tomó la iniciativa de crP.ación 1e un organismo i n t e r h i s p ~ o m e r i c n o ¡ para esoconvocó el Congreso de Panamá. Sin embargo, no estaban sus ideas muy claras desde que seaceptó la presencia en el Congreso de delevJos de Nort ea mérica, y aún se habló de una vagaunión «entre todos los países de régimen republicano del mundo», contrapeso de la SantaAlianza,. refugio de todos los monárquicos. La idea de raza no pesaba en una época en que lair1tromisi6n del inglés había reemplazado la ir.fluencia cel p ~ n t e español La cnm•Jnidad deidioma no despertaba entusiasmo, ~ s o porGue no se vi:Ía 13 amenan no era toda vía el inglésidioma mundial de conquista. Y, por úk imo, el probiema reiigioso aún no surgía, porc;ue tod asla; constituciones de los países nuevos hobían garantizado sus privilegios " la católica. Nad ie

previó a a;echanza de los misior.eros del protestantismo, sembradores de la discordia entrecristianos, desde que invaden nuestros paíse>, habiendo e ~ Asia y en Afri:a tanto pueblo que•esultaria benefid;ido con cuJlquierJ de los ?.spectos del r i s ~ i c n i s r n o .

Ningun hombre de la época pudo ver ciare en los problemas que creaba una e m n c i ~ c i ó nque en reaiidad no era obra nuestra exdusiva, sino re>uitado de una crisis europea;consecuencia de la derrota de fapañJ, en la península, no sólo en A1r.érk:i, v o lra asociada de

(') Parte de lo/ivammo y Mcnroísmo. obr. deVaswncelos 1ue se •ubl icó poc primera vez en Santia&o deChile en 1934. En ella '°refleja su opo sic: ón a: impecialismo,er. s u ~ diversas orm<i.s, u ~ q u e ceritrad0 en el movimiento

p a n a ~ e . k a n i s c a . T >.tos satados de :a : · d:ciÓil, en

E ~ i c i u n e s treílla, S>ntiago de Chile, 1937, capítulo l.

op1mdo¡ l. ti Vy VI, p;i. 0.17 y 32-39.

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lo ejércitos patriotas y de las naves g l e s y c ~ t ú J O : : Mayores de mismo linpe¡ io que. ia

11bpera, fu era nuestro enernigc encon ad o. Dei bdo G spár  .:o, a co0fus 611 no pudo ser mayor.

En ca mbio , de l lado inglés y norte'ame;·icano, el pian era ciaro y perfecto. Primero, Canninghab'a e1.c luido a España del Nuevo Mundo , lo teniendo ~ t r o s marina me rcante,todo el tomercio pasab;; , ipso facto, a mar ;na e s a Enseguida .A.dams, arrebatándole elbotín a Cannig, formuló el tema: «América para os ame ricanos », pero bi en entendido queést s-: 1uedaba n divididos grupos hermanos menores a carga exclusivo de un herm ano

mayor,   r í a de regente.

No sé qué opiniones tendria Bolíva r sobre la cocLrina de Canning. En lo que conozco nohe hal ado cond enZición, ¡¡¡ siquieía visión, Gel riesgú d dejarla sin recusación expresa. eso ·que nadie_ omo él tu vo vis ión para intu ir <f destino pa ;cia l de todos estos pueblos . Lo que meparece prob ado, pero poco sabido es que el primer intento de asestar un golpe a la doctrinadel mo nroísmo se debe a Lucas Alamán, el mexica no ... ¡Qué es eso?, va a exclamar un Q por

00 dEmis ec:o res, y tien e í 2 Z ~ n Yo m;smo, rr . : x i · la cla5.; letrada, vine a saber quiénera en ve rdad Alamán só lo en la madurez de mi •eílexión independiente. Anteriorm enteAlamá" era para mí, como para la mayo ría de mis compatriotas , un reaccionario casi traidor yenemigo del pueblo: No en bald e la escuela juarist a, escuela panamericana, ha envenenado lasconciencias de la multitud durante todo este l2rgo periodo, de oscuridad y traición maniíiestao tác ita.

Pero no adelantemos, no califiquemos, historiemos os hechos en desnuda, brutal ,vergo nzosa desn udez.

•Lu cas .\lamán se llam aba ei Mini•cro de Relaciones rjel pri ller g ~ b i n e t e de un señor que

se puso a sí rnis1no el nombre estrambótico de "Gu ada lupe Victoria ,,, Guadalupe en homena jea la patro na de Mé xico , la Vi1·gen del mismo nombre, y Victoria por lo victoria de blndeper.den ci a. En Méxirn la independencia había sido de;rotada; los rebeldes fusibdos, perovino a consuma rse por un extraño golpe de Estado que, de no hab er creado una patria, todosllam aríamos traic i6n pura y de :a, feas. En efecto, sucedió que ur. buen día el último Virrey,O'donojú, obedeciendo instrucciones rle no sé (Uál loeia, :lar.ió a lturb:de . Mar.dab éscefuerz as rea iistas y se había distinguido por su od io contr¡, los insurgentes . Entre amb0sproclamaron la independencia de Mé xico, le crearon una bandera y para dar al complotapariencia nacional incorpor2ron a sus huestes ei viejo guerrillero don Vicen'.e ~ r e r o F.r.

seguida se r e t i ~ Ó O'donojú , pror.lamár.dos e lturbidc emper2dor. Poco despu és el cuartel que10 había creado lo echó abajo ycomenzó la serie de los caudillos y caudillejos. Sir1 embargo, porel año trein ta y tres, en ei bagaje uno de estos jefos d e s p i s t ~ d o s apareció un hom ire deconciencia rlara. Se llamaba Alamán. Lo prime ro que hizo, para ubicar a Mé xico frente aleYtuior, fue rea nudar el es fu erzo roto Panamá. Al efecto convocó el «Congreso deTacuba¡a ». No mencionan est e C o n g r ~ s o a> historias elementales de las esc11elas de

Hi spanoam érica. Y eso que se celebró con asistencia de representantes de cada n2ciúniberoamericana y llegó a con clu sion es ya no simplemente ;ománticas, como los postulados dePanamá, sirio altam en te novedo>as ' trasce ndenta le s. Esto, sin duda, lo perdió, pues ya rJesde

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entonces el monroísmo se complacía con nuestra orator ia , pero desbarataba sin piedadnues[ ra; acciones.

Lo m ~ s importante para e porvenir iberoamericano quedó definido en l Congreso deTacubaya, pero también allí misrr.o quedó condenado. Lo más importante q"e jamás hayahecho un estadista del continente fue la concertación de una Liga Aduanera Iberoamericana,que Alamán hizo aprobar por el congreso tacubayens e. La firmaron unánimemente losdelegados, pese a la oposición del Ministro rorteamericano y del Depar.:amento de EstadoNortea mericano . Estaba al frente de éste el célebre A d a m ~ . rival digno de la talla de Alamán.Re prese ntaba a Adams el célebre Poinsett. Ar.teriormen 1e P o i n ~ e t t había ¡·ecorrid o elcominente informándose de nuestras miserias y localismos ; sabía que los caudillos favorecíanla disgregación para mejor dominar sus feudos. Pese a todo, Alamán lograba usar para bien lainfluencia que entonces ejercía México en su calidad de país, e  más poderoso y culto de lafamilia hispánic a. Era necesario destruir a Alamán . El delegado de Adams preparó el golpeoponiéndose a las resoluciones del Cor.gri so.

No era justo, alegaba, dejar a los Estados Unidos fuera de ese conso"io económicocreado por la Liga Aduanera hisp anoamericana. Los Estados Un idos también eran «república ».

Este argumento bolivariano ya no pe>Ó en el ánimo de Alamán . El monroísmo, insistia Adam s,excluye a los europeos de las ventajas de América, pero había ayudado a los países de América;por lo mismo ios Estados Unidos debían incorporarse a la Liga. Pero Alamán no tenía ningúncompromiso con el monroísmo. No era ya de la generación que se alió con Inglaterra para batira España . Aiamán creía en la r2Za, creía en el idioma, cre í;i en la comunidad religiosa. En suma,Alan1án daba al bo ivarisrno P.I contQnido que le estaba f a l t ~ d o Ysin sobre;altcs liquidaba elmonroismo .

Con Alamán nac P. el hispanoamericanismo en clara y definid a posición frente al hibridismopanamericanista.

Alanián convenci:'i a los deleg1dos de la América e s p ~ ñ o l a ~ u e sir, excepció11 votaronplan . Aiamán veneró en el Congreso a la luz de 2discusión es cl arP.cida. Pero Adarr.s, derratado,no se conformó. Ai servic io de Adams estaba P o i n ~ e t t ¡ Poinsett comenzó a organizar en

i c o las logiJs del rito anglosajón. ¡Logias contr.:rias quizá de ias logias que habían lrecho iaindependencial

Le cierto es que logias de Puinsetl d e ~ r o c a r o n al gobierno que servía Aiamán . Triunfóla prirnera revo lución <diueral»yAlamán quec ó exc "ido ne solo del gobierr.o Je la opinión deip;;ís, del corazór. de sus conciudadanos. Lo persiguió el nuevo gobierno, lo C11umnió laoropaganda monroizante.

Yel panamericanismo se a p 1 m ~ ó su primera vinoria mexic ana.

:I ~ i s p ; ; n o a r n e r i c a n i s m o JYÓ con Abmán, para no levantarse más en todo el siglo; no

obstante, uno que otro ir1tentó más o meno s fal;ificulo. Por eso es que ni mis lecto res, y ha;tahace poco; años ni yo, quE ahcra hablo de ¿1 _ a b í a ~ o s ~ u i é n era Alamán.

Sabido es que tada idea l vict.:irioso fabri ca su santoral. en tanto que se crEa unmartirologio al id eal v ~ n c i d o . El hispaíloameric Jni smo se ha estado crea.ido bautims y

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mártires en las gen eraciones del presente. Y se empieza a dar oído a Manuel Ugarte y a Rodóy hay mártires ya populares como Sand in9 , peru sólo unos cuantos recu erdan el nomb re de lasvictimas de la primera época del hispanoamericanismo. Nadie sabe en el sur quién iue Alam:ín,esí como nadie s1be en Mé xico qJié n fue Monteagudo. Y si en México Alamán, por supersor.alidad ex traordinaria, ha sido objeto de una sistemática campaña de oprobio, aMonteagudo en su propia patria se le tiene en olvido. Su doctrina carece de contactos con la

exportación triguera, el fomento de las in versiones ~ g l e s a s o la expansión de los frigoríficosyanquis .

En cambio, a diario en p ~ b l i c a c i o n e s discursos y libros se nos pregunta. la fama de loshéroes bilingües o, por lo mer.os. anfibios en el patriotismo, los héroes del panamericani smo.No necesitamos mencionar sus nombre;; no hay alto parlante mercenario ni per iodismo degran tiraje que no repita sus nombres por todo el cont'nente.

Nos detendremos. sin embargo, en un personaje que, acaso sin saberlo, fue encarnacióndel pan1mericanismo auri antes de que éste precisara sus objetivos en Congresus t:

Insti tuc iones. Es él para muchos la más alta figura de la histori a me::icana y, además,Benemérito de no pocas «Américas Latinas .. del continente . Su busto ocu¡ia sitio de honor enel temp lo Panamericano de Washington y sus estatuas fuero n mLlltipliCJdas. en su tierra natal,por ley que manda colocar una en cada plaza pública. Hablo de llenito Juárez. Ningún mexicanoalcanzó jamás notoriedad más e x t e ~ d i d a t ~ i n g u n o hizo más daño a México ni mayor confusióncreó er. América. En sus manos c a p ~ r e c e el hach < azteca consumando el sacrific ic inútil deMaximili:rno. Sir. embargo, un coro de <ilabanzas pcrsi'.te en proclam<irlo gra •1dc.

A juárez lo encont ramos en el centro de una epo¡icya angustiosa e11 I;; que el alma deMéxico naufraga, pese al oropel de victoria con que se ha logrado reveHi rla. La hisrnriJ oficiainos dice que Fra11c ia la imperi alim y Austria la de l rancio abolengo, con el Papa detrás de laescena, coludidos con mexicanos i d o r e s pret1::ndieron arrebatar ai pueblo C:e México suslibcrtade> y sus bienes. Entonc es Berito j • J á ~ e z í ~ e n a numilde, pero férreo en el tesón,enCJbez:¡ su pueblo y lo con<: ur.e a uno apoteosis de la ¡usticia y e derecho. Tal es todaví:: laversión p a n a m e ~ i c a n a Y en este credo único nos hemos criado cuatro o cinco eeneraciones demexican0s. Y sir. el desame de la actual situación mexi cana quizi nLlnca se habría lier.ho la luz

en la conciencia de Llnos cuantos mex•ca no1. Levantemos en ~ l t o esa luz, tan p e ~ o s a i n e n t eencendid<1.

Ded:quemos u ~ a s palabras al mito de Juárez.

l'\ada importa que ¡¡caso no ;ear r.iocho; lo; dispuestos a o:r la verdad hasta su térm ino,s i ~ que los ci egue la ira, si n que l'Js venza ei p r e j ~ i c i o .

Corr,o iiber3Jes herr.os sido criados y comoe n l e ~

escribir.1os , pero sin compromisou n o de secta o de opinión, sin más compromiso que el de la verdad v el ;nterés de nues trcpueblo, en peligro, de uno a otro confín ele la A ~ é r i c ? . hispana . '

Ahondemos en el doble leirmociv de la vida del 1'1uevo Mundo. Desde qu e nosema ncip ;;mos de Esp aña, el conflicto rlisimulado con p2lal:iras de traición, o de e11gaño, o deingenu id ad, p ~ o l ó ~ g a s e brutal en sus efecto1 . Hisp3 noa¡r,e1 icanismo y panamericar,ismo:

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bolivarisn1 0 ymon :-oísmo. En to_no a rudo confücto se agotan y se desgarran las naciones deNuevo Mundo.

Ya antes de Juárez ypeco después de la caída del M ~ x i c o que encarna Ai a:nán, h bí mos

tenido que padecer uno de esos auxiliares que las tuerzas del mal deparan a as c a u ~ a s turbiaspredestinadas al triunfo . Me refierQ_ :il truhán apodado Santa Ar.a ,__ ue, con su tiraníadesaforada, su megalomanía sanguinaria y sus_vicios de galiero felón , exasperó a os pueblos de

una nación todavía sin consolidar. ¡A punto de que provinci:\s entem, como Texas , bendijeronal nu evo conqu;stador que las li Jraba de una administración de torajidos ""'i{ecuerdese el casode Zabala, el primer pan ?. )'leriqno a ~ o c i a d o a Houston para la Independencia de exas, en:ontubernio bilingüe con el monroísmo de la conquista de T xas. Su resulta '1 o: la exrirpaciónde 1a cultura méxico-española en Texas y fa pro etarización de ios habitantes no sajones. Sinpanamericanizarse, Nue':o M ~ x i c o se vio ·absorbido, pero su población, m:ís unida y máspatriota, pactó con el invasor y le impuso c o n d i c i o ~ e s : el respeto de la lengua, el respeto dela religiór. católica; nada de misiones metodistas entre los neomexica11os incorporádos-a iafuerza. Nada de .panamericanismo; hispe nismo fundamental, aún en la derrota. El resultado ha

sido qu.e los mexicanos de Nuevo México no sólo :onservan algunas propiedades, sino~ u e

eligen r e p r e s t e s y funcionarios de su misma raza y obtienen que las leyes y decretos sepubliquen para ellos en español, para los demás habitantes en inglés.

Salgamos de estos islotes de la marea continental y vo vamos los ojos al caso México, quees molde y anticipación de la tarea monroizadora del continente. En México, Santa Ana había

~ 1 1 e b r a r t a d o b racionalidad. Representá él entre nosctros lo que o ~ a ~ en b Argentina, lo gueFrancia en el Paraguay. Un seudor.acionalismo de mera arrogancia sin contenido e s p i r i t ~ a l guelo vivifigue. A nosotros Santa Ana nos cuesta la mitad del territorio y, lo que es peor, laReforma. A la Argentina, Rosas le cuesta no sólo una pausa larga en su progreso, sino que

también la corriente extranjerizante, panamericar.izante, r.ionroísta que desarrollan, sinadvmir sus riesgos . hori1bres de capacidad tan eminente como el mismo Sarmiento. La leyendanegra justificativa d¿ la desespaño izació;. encuer.m, en <:fecto, en Sarmiento un abanderadoque ell2 no se merece. La leyenda negra prepara el mar.goneo del mor.rt•Ísmo, gue en el casode la Argentina es todavía doctrina Cannir.g. O sea, la intromisión de lnglalerra en la 'lidaargentina por vía de las ir.versiones capitaiistas y El amiespañolismo , ya que no p ~ d o hacerlopor las armas, vencidas por los patriotas que encabezaba Liniers.

Sin la p e ~ m a c i ó r mora   de los ir.glem, ho¡ figuraría Liniers a: lado de San Martín. Ur.patriotism0 " lo Liniers, en vez de p a ~ r i o t i s m o fraccionaric e i11consc;ente de los c;:udill0s,

habría evitado que el U r u ~ u a y se separara de la A,·gentina y el río de la Piata sería un.río l t i r...sí como e'tá no se sabe bien si es o n::i es ir.glés. Por 1o menos, sir. e Uruguay no habrÍJ cuñapeligro;a entre Bnsil y la Argentina; no hlbría ten:do sede el p a ~ • m e r i c a n i s m o _ en e: sur. Serlep e i g ~ º ' ª que, por e1emplo, d u ~ a n t e la g ~ a n guerra comprometió la posición autónoma de aArger.tina, abri¿ndo los p u e r t o ~ uruguayos, al panamericanisrr.o.

Con un t r i o t i ~ m o inclinado un poco más al estilo Liniers no se habría sometido 1

Inglaterra ia cuesti6r. de límites de la Tierra del Fuego y se habría evitado ese fallo, típicaexpresión de mala fe. que traza un lindero a b s u ~ d o según la geografía. pero estudiad0 de m'.ldo

'jUe los conflictos vecinales se multip liquen. Oe m0d0 que el Estrecho no qu edase del toco rien poder Je la s o b ~ r a n í a argentina ni de la chilena, sino lihre para los barcos de I? escuadrabricaniG1. acaso com er.ido en prolongación del dominio de las Malvinas. Y a prueba es q ~ e .

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juntu con ei fallo, vino a la Tierra de Fu ego ia in va sión rni;ioncra; ic mismo que e11 Texas ant0sde ia gueíía de c o n q 1 J i ~ c a ) 1  j _ ~ m o qu e en e: ¡v1ex¡co de hcy . puesto en escabeche metodista

para la digestión i ~ n t a del coloso .

No caig a, pues, nadi e en la i n g e ~ u i d a c i de decir que el sur .está libre de asec hanza s. Enmuchos sentidos ha estado y est á el sur más entregado que los mexicano s. Y por lo menos allá

,;¡-·:ucha ha sido ince san tt. ~ J u e s t r a p e r s o n a i d a d más hecha ~ o s obliga a mayor conciencia. Detodas md neras se de una situación cont in ental: díga o si no b penetración de mi sionerosprotestan tes y de capitalistas n o r t e   n o s en el interior de la Argentina y en Boli ·:'a. enCi ile y el Perú , e ~ Ecuado r y Colomb ia. Digamos Ge paso que. a pesar de todo, es qui:íCo lombia el pueblo que mejor se ha d n d d o y reanudemos el hilo de nuestra exposiciónvolviec_,fo ai caso México, que nos enseña el proceso en la integridad de sus element :is.

Para los Geta ll es de la historia panamerica na remitimos al lector a la_ bra magistral del

mexic;rno Caries Pereyra, que, siG que nadiE: se lo-agradezca, ha hecho por la reivinJica ción delo español en América más q•Je to dos los Institutos con sub vención 0ficiaL Y para ~ s p e r t a r laconciencia hispanoamericana, más que tantos estadis:as . Especialmente recomendamos suBre ve Historia de Hispanoamérica. El monroísmo se nos revela er1 ella como una serpiente queconstriñe el cuerpo a l ~ t a r g a d o de Hispanoamérica. Nosotros, sin pretensión alguna deerudición histórica, nos lim itamos a ext raer de los hechos s ~ b i d o s y elementales, conclusionesque nos parecen a ar1T12ntes y que por eso mismo aoso estimulen una acción sa lvadora

•Le pregunté una vez a uno de los agentes monroístas que acompañaron 2 Morrow en el

sojuzgamiento de mi patria: «¡Por qué -le dije- en Filipinas no desencadenaron ustedes lalucha rel ig iosa , que con tanto tesón prolcngan en Méxicol ¡Por qué allí el cleró r10 ha sidoexterminado ni se le E:xpropió sin indemnizoci6n? ¡Por qué los propietarios filipinos no har. sidoconfiscados en provecho del trust;,, El intE: rrogado, con la f r a n q ~ e z a que sue e caracterizar a

quie n ya está seguro del éxito, r.ie contestó: «¡Cómo podíamosa t ~ o p e l l a r

ac i ~ d a d a n o s

deNorteam érica; En cambio, en los pa ises interveniáos de América gobernamo; sin responsab ilidad.Si SE: aneY.a;an sería otra cos <i .» En efecto, pien>o yo, ce¡arían los atrope llos legales, pero el Ku-klu x-klan seguir ía f u n c i o n ~ n d o . Pues ;ólo en sí mismos encuentran los pueblos su salvación . Lo

c i ~ r r o es que estorba J los p;;,namer ;canes el clero cató 1ico porque Sú enseñar.za es básrcaen el pueblo. De allí la ;aña ccn que se nos instiga a demuir al curd, corr.o deporte de (adamotin. l\ecorda¿ vuestra juventud, líderes apristas, pongo por caso. ¡De dónde salió el impulsoqu e os la nzara, en primer lu gar, contra la Iglesia de vuestrcs ~ a d r ~ s ? Ho¡ que la madurez osab re les ojos com:i abrió los rníos, a su tiempo, recapacitad. txpurgacl en vuestro prugrama.

Las masas necesitan de vuestro esfuerzo. Defended a l;:s ma;as de b penetrJción i m p e ~ i a i i s t aer. t0do¡ s ~ s aspectos. Allí está el peligro avasallante y no en el pobre cura de a l d ~ a que a c a ~ opuede con·1ertirse en el mejor de v u e 1 t ~ o s aliados. Defended a indio aue está s i e n ~ o engañado .Porque con prEtexto de la a.·queología se le amplifica un pasado que fue lóbrego, más JÚnantes de la conquista que después , y se le predica un divorcio que sería 1uicida. Ei divorcio de lindio/' el mestizo, el divo;cio de rr.estizcs y criollo;, el div0rcio deo lo español/ lo indígena. Lomex ic ano consiste, alcontrario, en la 2lrann perenne de ind ios, mestizos ycriollos. Lo peruanoes 10 mismo y lo eéuatoriano y lo argentino; p u ~ s la Arger.tina no es no más Bu enos Aires, y

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millo nes de morenos que pasan por europ eos habitan por allá las provinc ias y aún se fun.Jencon las familias porteñas, lo que honra en vez d€ dJr descrédito. Lo hispanoarn eric;,no tiene po resenc ia esta mez(la. Y, en consecuencia, la propaganda i11digenist2, aún disfrazada debolchevismo, no deja cie ser mo11ro ismo y no tendría e11 ningún caso ei efecto de res:itui r alindio en lo suyo . Lo único que haría es privarlo de las ventaj3s alcanzadas con su fusión en lohispánico. Se acabará lo mexicano, lo peruano, lo argentin0, pero no por eso resucitará lo indio.El único escape del indio es el mestiza¡e de ;angre y de cultura que iniciara Corté s, el mayor

constructor del continente y el más grande capitán de la histori a. El monroísmo no trata delib ertar al indio . ¡Dt cuándo acá esas ternurasl Ei monr0ísmo orega Pº' un desquicio co1no elde México . La supresión de los Francisco Maderos para que el popu laého destruya. y en se ¡;uidael constabulario consume la entrega de los biene; y la entrega de las almas. Pues todoconquistador acab :i primero con las cabezas, suprime aristocrac ia s, y en seguida la masa, sinderechos y sin luces, convertida en «felat0», cambia de amo y entra a la nueva conquista sin

esperanza.

De todo lo que vengo diciendo no hay que deducir un conform smo con nuestro presenteni una absolución de l pasado. El pasado cometió crímenes que no ha redimido el presente . Loscometió en todo el Nuevo Mundo y no sólo en la zona hispánica. El tráfico de n€gros iuedeporte de la aristocra-:ia ir.glesa, antes de la invención del tenis. La liberación de los negros ecun mito en ei sur de los Estados Unidos, y las matanzas por odio de raza, los l i n c h a m i e ~ t o s nosestán diciendo que nada tendrían que ganar nuestros indios dt un cambio presidido por elmonroismo.

Pero tampoco lo que nosotros les damos ts bastante para que podamos moverlos a ladefensa común con encusiam 10. En tod2s partes ia injustic;a reina. Europa es g r ~ n d e y e g ~ i r ásiéndolo porque en ella el hombre disfruta de posición individual má'. libre y dtsahugada que

en cualquier otra zona del mundo. Y no hay en Ellropa problema de castas. El caMpo deAmérica e; triste, desde la Pampa hast;, eí río Bravo, porqut ti labrador no es dueño de suparcela. No hay contraste más penoso que el d¿ los cultivos casi perfectos de ia zona quemedia entre Buenos A i r e ~ y Rosa1o y las chozas en que vive €1 culriva<lor. Por lo menos enMéxico el adobe, el ladrillo abundan y el más humil<le ranch0 levanta muros, enraíza al hombreen a tierra. En Cer.troamérica la ~ s a del labrador supera al amasijo de emcas c0n techo delámina que uno ve desde el tren, (ruzancio las fértiles ? l ~ n i c i e s de Sudamérica. Un estad0 demiseria dom ina ei campo de casi todo e continente. Por ese, sin dLld;:, le es tan fác il almonro•smo p ~ n e ~ r a r en nuem os medios , porque su falsa promesa es un ;:flvi0 de dolorcentenario. Y a re;:lidad que vivimos es la me¡or acusaciór1gue p ~ e d e hacerse del liberalismo

que prevalece en nuestros territorios, desde el com ienzo de l:i era indep i:ndier.te. ¡Oué Olracosa ha hecho esta versión del panamericanismo, con sus constituciones ce.piadas del yanqui y

p r ~ d i c a laica, sine propagar el divorcio, sin aliviar por eso la rr.iseria  Con bastante ra:ónafirman los imracientes de 1a hora que, ;in senlido eccn6m;co, ningúr cred0 político vale eipapel er gue escr;ben sus p o s ~ u l a d o s . Se11tid0 económico t ~ v o la Colonia y ílosotros ohem0s reemplazad0 con la v0racidad legalizada de un liberalisr.io que, en r€sunien, ha p u ~ s t oen manos del extrarjero todas las f u i : n ~ e s de riqu2zas <lel c0ntinente. Cada eurori:o C ue ncsvisita se asombra de encontrar triste la vida en el Nuevo Mundo. ¡ cómo no ha serlo si yatodo ¿stá en manos de empresas que abonar, salariosl ¡Si ya casi ningunc. es propietano 1¡l.oscantos de siega del castellano cómo han de resonar en la Pampa argentina si el trigo es de Iris

truts iYqué r ~ s tien en er. I vendimi a poblaciones Gue recolec tan el fruto para ent,egarl0al industrial, como quien e n t r ~ V mer:ancía1 En Europa I<. v: ndimiJ es Llna f i e ~ t a porque en Eran

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pa rte cada cual trabaja para sí y el más humilde fabrica su vino para el consumo casero. El máshumilde tiene hogar. En la América no hay hogares campe5tres. Apenas en los ciudades cas;isde funcionarios gr;;nd es o pequeños y cas;;s de rentistas . Rentistas provisionales, p o r ~ u elentam ente el nativo se va empeñando, se va privando del patrimonio hered ado, en beneficiode la gran empresa extranjera. ¡A 1uién puede sorprender entonces que la uva de Chile, la uvade la Argentina, la uva de México no haya engendrado todavía su Federico Mistral' ¡Si para

cantarla hay que beber el mosto con la alegría del poder que da la victoria del hombre,,-edim ido de la angustia de l esclavo'

•Me calumnia rán por lo mismo quienes supongan que mi denuncia del monroísmo, mi

ac usación del liberal ismo lleva implíc ita un ' tendencia favorable a cualquier intento de

perpetuación de injusticia. Al contrario, creo que no nos libraremos del monroísmo mientrasno co rrijamos las atrocidades de nuestra organización . Yes sólo en cuanw a los medios donciesurgen las discrepancias. El medio no consiste en simular la doctrina i"ival. (orno no se salva elso ld ado que corre a entregarse al enemigo. Simplemente traiciona y recibe trato merecido. Así,entre nosotros, las pobl ac iones que se rinden al monroísmo . El remedio hay que ~ r e a r l o

El r ~ m e d i o está en construirnos un nacionalismo defensivo en el sen0 de los ferocesn a c i o n a l i ~ m o s que no' invaden y nos cerca(1. Todos los trabajos publicados en eí presentevo umer. tienden a defini r algún aspecto del problema iberoam ericano de b hora. Por eso ,

aunque diversos en su tema y producidos en oportunidades distintas, conservan la unidad delleitmotiv fundamental. O más bien , deldoble motivo contradictorio, bolivarismo y monroísmo,las dos te ndencias que pugnan en nuestro ambiente. Confusa al princ ipio la primera; clara desdeque Alamán e dio coíltenido ec0nómico, las 1dJan ,.s, y contenido racial religioso con la cultu;aespañola como base.

Ur. nacionalismo reno ·ndo que liquide el dualismo discorde, liberal-conser•ador, delúltimo siglo. Solución fraternal de los conflictos reiigiosos, para mer.gua del rrionroísmod%tructor, Un nacio nalismo que asegure a e r t a d 5in confundiria ~ o la ir.tolerancia y que

otorgue a la •eL garantías al culto. La división de nue1tros pueJlos en lil> erales y conservadoresfue obn de intenciones enemigas y extrañas y rlebe ser t i t u i d po• iJ paz ,·c igio11/ D:: escasuerte, los partidos podrán dedicarse a I; necesidad de la h0ra, que es el problema de nuestr2rehabilitación económica . T re<i e ~ t a última en la cu ;; I han fracasado liberales y consErvadores.Pues si cierto que en algunas naciones de América e: gamor.a ismo 'e refugia en a Mitra, :i

semejanza de los uim i11.ales que en la an::igliedaci acudían 1 los ce;nplos en busca de asile,también es v ~ r d 2 d que 2 gran capitalismo y, rnbre t:ido, el extranjer:i, u ~ a máscara liberal yprotestantizanle.

Quer¿mos . pues , tm liberalismo criollo, despojado de lizas ostensibles o secretas conpoderes ajenos a la nacionalidad y ur. .catolicismo menos ?reoC11pado del rito y 1ds dedicadoa poner En obra les postulaJos que se van quedandr:> nada más que escri<os, los postulados dela encíclica fi.erum Novarum, única manera de que la Igles ia reconqJiste al pueb o. Ysólo unciego no ve la urgencia de esta decisión de parte del poder eclesiástico yel ;ieligro de una Igles iaq u ~ amenaza, ur1a Igles ia 1ue es moda d ~ 1eñorit0s, E ~ vez de a s i ó ~ y ~ r v o r d¿ m ~ l t i t u d e s

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:._a rebelión <le los de ab ajo sólo se evita co nsum ando desde arri b;, la rev0:u: ión. Todo lodemás es paliacivo y :iplazamiento , y l1ac er más brutal el periorio de :as  

Ahora bien. para nosotros la revolución es ir.separable de la intención cristi ana de amordel prójimo «en Dios» más bien en el mismo prój:mo. Pur e:o nos apartamos de losrevolucionarios, que todo lo esperan del o c e s o económico y por eso no nQs sorprende sufracaso. Desde que organizamos el ma<lerismo por el 91 O, ~ H e s de qu_ huoiera boki1evismoy sin necesidad de rr.ilitar en ílinguna secta de: socialismo, d€cidimos trabaju por el n ~ f i cmateria de los p o b r e s . d : ~ c i n c l Ó í ' l partidaria y ~ m b i é r . en f i c i o de una cultura que sepasubordinarse al espíritu. Después, la ola n t i c r i s t a n a , qüe el marxismo ir.ye-eta en el socialismo,creó el sovietismo, rabiosamente •''antimí_tico, y la revo ución empezó a derrumbarse en elmundo. Se volvió asunto de clase, rico contra pobre y pobre comunist;; contra pobre nocomunista, en e fondo una ~ c r r ¡ e n t c judaicu qu esc;'ltia c g a d ~ a hora de su v c n g ~ c n t r atodo lo que es cristiano. La paz de los espíritus no podrá reconquistarse sino volviendo todosal seno de ur. .cristianismo sin(ero.

En lo que e;tuvo el error mío, y de tantos, fue en no ver que desde el instante enq u ~

unose coloca en posición nada rnás que de «cristiano» queda unQ afiliado de hecho alprotestantismo que acecha las ocasiones de impulsar el monroísmo. Estoy ahora convencidode que un hispano y un latino sólo pueden ser fieles a su casta, quedándose cristianos católicosaun c ~ a n d o no aprueban ésta o aqudla medida política de la Iglesia.

Por otra parte, y aun i n d e p e n d e n t e m e ~ t e del hecho de ser nosotros latir.os, es hora yade reconocer que por muchos errores que en el curso de los siglos haya cometido la Iglesia, porlo menos no se le puede imputar la calamidad del capitaiismo. Yasí q u i e n q u i ~ r a que protestecontra el mal económico de nuestros tiempos tendrá que apuntar su ariete a la lglesiJ puritana ,

que al crear el sentido reverencial del c l i n ~ r o consagró la co¿ic a corno virtud . El «s:rvete a timismo», «ayúdate ;; ti mismo» (así se il2ma un texto de la 11ueva ;eligión que los t o r e spropagan en la comL1nidad indígena de Hispanoamérica). ¡Oh , Smiles t Marcien . el «cuida dE ti »lleva imp ícito e saqueo del prójimo, JSÍ se practique dentro de la ley, porque la ley a c a b a ~ pordarla los trust, y la sociedad 1e convierte en gleba de los barones del ro Jo de que hoy noshablan los ensayistas yanquis. En el catolicismo, cambio, podrá haber habido p€cados decarácter personal, pero la doctrina no hJ cambiado y se manti P. ne pura. Para el católico sólo

amor el amor de Dios. Yel amor cicl d i n ~ r o es amor de fariseo. No es virtud .

lns'st2mos er1 todo caso en reconstituir nuestro liberalismo, expurgándolo del pt:cadco ~ i g i n a l de su contubernio con los e11ernigos de la P.Stirpe No no; mueve odio contra nadie, losprotestante1 ~ s t á ~ muy bien en su t;erra. Yseguirnos siendo liberales en el sentido de qu.; nose d ~ b e forzu la conciencia a creer o no creer. Por 10 mismo no se debe impedir la enseñanzade le que una Iglesia ele doctrina exce:sa o un particular honesto j u ~ g u P verdadero. Lapretensión de un Estaco al monopolio de la enseñanza e1, en cambio , m o n s ~ r u o ~ a . porque e:Estado 110 tiene doctrina, corno no sea I<superficialidad de derecho, ycuando la tiene ob edecea los intereses q:.ie lo crean y no a la verdad. Obedece a los partidos. Y, lo 'lue es peor, ohedecea las inll•Jencias del excerior. Esto último es lo que revela la historia de México, de Poinsett anuestros días. Y los m i s ~ o s gue er, México 2plau¿en la saña empieada contra el católico,

rondan por el~ u r

la conciencia oopular,a c e c h a ~ d o

1ud e s e p e r a c i ó n

para desviar a, señalan docon la ma110 al cun cat ó lico para q ~ e no se advierta el río de cargamentos que el ~ ~ u e v olmoe1io extrae de nuestros terr torios. En consecuencia,, '.l, nombre la paz del f•Jturo deseo

· ar¡¡,.'°Ttle" en1 T'lt i

u. ti. ,. , li .

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que e ~ t o s embozad0s agentes q:Je t.:::to 1112 1 ar-1 :1Pcho i ni p ~ t r i a no cons¡gan arTaigc en bsnaciones de Sur, donde aún están en potenc ia los dcst:r:cs de nuestra esti rp e.

[n cuanto a nosotros mismos , pre dico a unió;, en u;i prepó sito deíini do y nob le. Cadapaís conoce su solución de problema socia inmed iato. Los héroes de l hispanoamericanismonos han ~ l a d o ya bastante d€i ideai cuit c-d, sobrenacio nai por realizar. Urge res tab lece r latolerancia, pero para echar en oividu la, exigencios de reforma. Nuestro sistema agrario nopuede perdurar. Ei trabajadur Je l;: indumia Jit Ctsit;, me¡.xas ygaranti;;s, el pueblo necesi taescuelas.

Pero esas escuelas ya no será n como as ~ p o c a m o ~ r o i s t a escuelas de casa argentina,peruana, me xica_na, pero de doctrina sajona , nórdica, monroísta. Serár. escuelas con doctrina ·iberoamericana. [n ella el concepto de raza ya no será una adaptació n del Ku-klux-klan,corc ario de darwir.ljmc q'Je ha cnge:;drado e  J c i s ~ o J a rP igiór. d ~ f qu e pregonarCt

Kipling y que tanto si mio eaucacional difundió por nuestros territoriPs, predicando a oucrancela superioricad del nórdico. Prevalecerá más bien la vieja tesis ética de la igua ld ad de íos

hombres ante Dios. Tes is cató lic a que hizo un todo de las razas disímiles de México , y que deno haber sido cortada en su camino ya habría realindo la unidad del continente español. Poreso mismo rechazamos como perversa toda esa pro paga nda indigenisJa que . simulando te rnuraa destiempo, crea entre nosotros lo que antes jamás ex istiera: el cartabón del color, para eisalario para la estimación pública y privada.

Escuelas, en fin, que den albergue a codo$ esos héroes que el panar.ierica ni srno haboicoteado y que ya es tiempo de que tengan un sitio, ya qué 11 0 en la plaza ¡:iública. por iomenos en el cor:izón de sus co nciudadanos. Hoy Alarnán el mexicano r.iañana Ugarte el

argen tino , lo impcrtante es integrar el ~ n t o r a i íntimo, ya que todavía tendremos que soportar,durante alg ún tiempo, la ufanía del panamericanismo, que en Brasil ha dedicado un palacio aMonroe y eri la Argcntin<: p r e t e n d ~ erigir u11 Monumento a Canning. ¡Osará levan m ie en la rrismaplaz;i que por t e ~ e r vista al estuario est2 reclamando un p e d c s ~ a l para Lir.iers, que la sarvó delzarpazo er1eMigo, junto con una nación de espacio ?ncho y rnrazón grande'

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11. Hispanoamérica frente a losnacionalismos agresivos de

Europa y Estados Unidos (*)

CuJndo Lloyd George, ei estadista inglés, regresaba del frente en los días de guerra, en sudeclaración aguardada con avi dez por el Imperio en peligro, nunca exclamó: todo está bien,ti"iunfaremos. Al contrario, se diría sue, intencionalmente alarmaba la opin:ón y exageraba elriesgo . Estamos amenazados, a s e g ~ r a b a en vísperas ele i n v a s i o ~ e s ~ u e acabarán c0n nuestroser nacional)' nuestras vidas, si no a•Jmeritamos la i n t e n ~ i d a d del esfuerzo, si no alistamm a los

hombres y a las mujeres y aun a :os inválidos en la tarea del salvamento. Mala políticJ y casipreludio de traición h u b i e ~ a n parecido estas palabras a gentes menos h a b i t u a d a ~ que losingleses a reconocer la fuerza que reside e11 la verdad. Por t•ncima de las mentirasconvencionales: «el v2lor si n igu ülce nuest ros s o ~ d ü d o s «las virtudes heroicas de la raza ,, , unacruel expcsición d2 lo> hechos bastó para conmover la Pr.traña popui;.r. En todos órdenes,la doctrina más varonil es la que denunci;; los vicios de la propia casta. del partido propio, corimás vigor GUe el adversario, a la vez que enseña el medio ekaz de corregirlos. Emprenderemos,pues, el examen de I<: revolución que hemos vivi<lo en la postguerra, cor. el ánimo de expurgarlelo adventicio, cnn la esperana de salvar lo que JÚn le reste de aptitud para mejo ría y progresodel hombre.

Constituye un rasgo singular Je l ~ s revolucion es contemporfoeJs el hecho ce quer ~ s p o n d e n a una ideología que incubJ en la democracia, pero se r l e s c n v ~ e l v e en ella, s:noque va a e n ~ r repercusión en medios debilitados poi regímenes tirfoicos prolongados. La

•(') Otra porte de Bolivarismo y Monroísmo, más

centrada en un ror.o antiimpcrialista con:r<trio a lasgrandes potencias. Procede tambien de la tercer. ediciónde F.dC>. [rcilla. óaotiago de Chile. 1937. caFÍtulo IV. pp.9Q. [05

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Revo lución rusa se funda en la ideología marxista, concebida en alemán y afirmada en os•11e dios fabrile> de lng aterra y Francia, pero fracasada en la acción dentro de ritos pueblosprogenitores. En cambio, el sistema marxista se establece con rapidez e;1 el ambiente moraldebilitado de la vieja tiranía zarista, p e s al precepto que la cond iciona a un desarrollo previodel capitalismo, factor inexistente er. Rusia .

De una manera semejante, la serie de las revoluciones mexicanas contiene un ideario quees copia y adaptación de la inquietud obrerista norteamericanz.. aunque a ella se añada la vie jaaspi ración a la tierra que es común a todos los desheredados . Los corone les de la revoluciónmexicana ing irie ron una mezcia de rncialismo y de a ~ a r q u i s m o . Flores Magón, el iderpremaderista, y muchos de os que actuaron después en el maderis mo y eli el carrancismo,habían sido afiliados de . los famosos «Indust rial W o ~ k e r s of he World ». Lo que agregó elprograma maderista es la aspi ración de imp lantar la democracia en un México que la tiraníaendémica coloca en condiciones de inferioridad frente a su poüeroso rival de: norte . Pero lointeresante por el momento es advertir que el extremismo de a doctr in a de los «industrial

Workers " y los anarquistas yanquis se ahoga dentro de I;, sólida organización del Estadonorteamericano y repercute en forma de revuelta aná rqu ica, en el medio, empob rec idocívicamente, del México de Porfirio Díaz.

Se ve en ambos casos que la democracia resiste los estragos que ella misma engendra yevita que tomen proporciones de catástrofe, ya sea asimilando un ideario nuevo, ya seaexpulsándo lo. En cambio, los pueblos tiranizado;, fácilmente se desequi lib ran y toman al pie dela etra o pervientcn las doctrinas ~ u e engendró y z.caso de,e(hÓ la libertad. Bastante se harepetiJo que ia iey de ocho horas de trabajo. ei reconocimiento del contrato colectivo y la

reducción del iatiiundio sor. conquis tas logr;idas en Estados unido; antes que en México, y sinnecesidad de revoluciones. Lo mi smo puede afirmarse de Ru;ia en relación con e obreroalemán. En tales términos, resulta legítimo concluir que la democracia posee curaciones ymétodos de solución mucho más eficaces que la violencia. ya organizadz., ya anárquica. de lospueblos que d e ~ c o n o c e n la libertad.

La otra conclusiór que de lo dicho se deriv:i. es gue no son los puebios cultur Jlmente;ub?.ltern0s ni mucho menos los puebl01 financiera o políticameme sometidos, los llamado> a:rr:primir desarrollo a la historia económ ica o a las formas de gobierno. En el orden espiritual

pudo Fk>rencia >ure r3r a los grandes reinos de ;u ~ i e m p 0 Inglaterra o ~ r a 1 1 c i a . Y en aact ualidad el IJ;·uguay rivaliza por su cultura con la Argentina ü con MéxiLo, pero en losi110Je:;tcs í l " ' e n ~ s t e 1 es del y :I o:-jen ?úblic.o svn le.; i ~ F e r i o s rie cad:i. épcc1 ¡os_ q u ~ fijJr1

la norma. Si r;iañana se hace cornu11ista M()ntevicleo, el f e n ó m e ~ o qued:ir.í circunscrito, peroprobablemente abarcada M o ~ t E v i d r n si la sede comunista SE est<1blece en Buenos 1'.ires. Y así

> U C e s i ~ a r . i e n t e ; r.iientras no se imponga un siste"1a polítl(() nue 'ºen l n g l a t ~ r n yen los EstadosUnic os, el n1und0 ci' iliza<lo seguirá rigiéndos< por las r.orr.ns que son vieja;. así aC:optenr.0lo rete de las dis t mas propagandas politicas. Cualquier progreso aut¿ntico será más fecundosi arraiga en p ~ e b l o ; de sól:d2. estructura social, bien alirnentados y a salvo de l doble riesgo de

a barbarie: ei atropeilo del ;ivemurero político y la opresión de un ~ s t a d o cuya firmezacontrasta con el desamparo de los ciudada11os. Dado que el marxismo 1w ha sido ensayado enuna nación de prirr:era, por ejernp '.) er. Francia. res11lta que a los cj'.)s del obsuvador r . i p a : c i ~ Iel caso de \usía es un aborto de doctrina y r10 su aplicació n. Tal y come el caso de larevolu(iÓn mexicana no es un progreso ~ u e las demás naciones d ~ Amé rica debar. env idiar. sino

dolorosa c o ~ s e c u e n c i a Jel desgobierno <lo los uno; y el exceso de gobierr.o de los otro0 

Y tanto en esta come otras comp araciones conviene por Elen1e11tal probid ad ac vc rtir gu c

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º J

no admiten paraielo dguícso s  ú n i c a m 1 2 n t ~ sug es tiones comunes J revolución rusa 1arevolución mexica na . Pues falta a esta última poí ccmp etc el grupo-:J¿ jPfes disrut¡b]e s. pero

no ladrones, el programa precisa q ~ e hacen de la r e v o u c rusa un experimento ilustrati vo,a diferencia efe lo nuestrJ, que es desenfreno repugnantt:. De toCas manem pudem0s asentarque, así como los pueblos políticamente atrasados no puede11 de prnoto convertirse ai go rrofrigio de la lib ertad, tampoco son o_: pueblos económ ic2mente am :.ados los q ~ e primeroaprovechan las reformas y novedades de la -c'encia o del régimen socia .

Ilust rando esta úitim;; afirm?ción, imaginemos que m 1 ñ a ~ a se proéTama el Soviet en larepublicanísima ciudad d • Washingwn. Para muchos sería est a la ;ol uc ión de todo ; losproblemas del instante. Pero a poco que ?e reflexione aparece a verdad de que no es el paísmenor e que goza de las ventajas inmediatas de las grandes innovacione >. No porque mañanafuncionase el Soviet en Wall Strcet, los pueblos hispanoamericanos quedaríamos libero.dos. Lep;obable, lo seguro, es que bajo otro m;mbre factorb quedaba subsistente ycasi intacta. Másaún, empeorada. Pues nos mandarían de l Norte , co11 el titulo de Comisarios del t'ueblo dePanamérica Soviética , funcionarios qu ;: se harían cargo de ias minas que ya so11 de prop iedadnorteamericana y de las pocas que nos quedan a nosotros: se pose1ionarían de los fri go rif cos;

acapararían el tngo y el petró eo pondrían tasa al salario, después de racionamos a todos enla catego ría mínima, como obreros no técnicos. Yenvez de trabajar para el pequeño capitalistalocal o para la empresa sobre la cual alguna presión puede ejercer un gobierno propio,trabajaríamos par;; la economía del partido que a mil legu;:s de nosotros y en las mismasmetrópolis, Ch icago, Filadelfia y Nueva York, se pondría a manda rnos con [el] desahogo que110 se atreve a usar el panamericani>mo. F.I derecho de huelga sería sofocado LOn las mismasescuadras que hoy, todavía respetuosas del nacionalismo, asomw a m1estros puertos ybombardean saludos. En suma, el hombre de Bolivia y de Méx•co de 12 Argentin1 hlbríacambiado de amo, per0 no de condición. Er, cambio, dejaríamos poca libertad gue nos queday también la esperanza de un desarrollo autónomo que quiere decir mayor posibilidad, mayor

facilidad para levantme por selección, de lo rud:i ¡ humilde a lo alto y refinado. Em Gltimotipo de adel;:nto, el único tal vez eficoz, se qu.:d2 ;,plast;;do cuando intervienen íuerzasp0derosas y extrañas sot>re el desen-10\virniento natural de una nación. Y no vale agregar lapalabrería igualitaria del ir.ternacionalismo nuevo, porqu e diferencias de c o ~ d i c i ó n y de jornalprevalecrn en Rusi;: entre rusos. Im aginad entonces la 1nonstruosidad de los rebaños de la1ubraza ~ u e para el extranjero sornes. cor,denados a los trab2jos forrnsos en l;i punz. en lan1arism1 la sel«a. La nrga de las tareas desa sead?s y mal pagada1 en las ci udades caeria sobrenos.:>tm; .

Nada tiene que esperar de regímenes que no sean fruto de ur.a evolución a u t ó c t o ~ a ni el

indio de México, ni el cholo peruano. ni el negro de Antillas, rr.ucho menos 1as clases que hanlogrado ya cierto tipo. de acción de espiritu. Ai fin ai cabo la biología social se mueve por·obra de fuerzas q•Je apenas d e s v í a ~ las revo ucior1es y los decretos, y con1tantEm ente lasjerarquías responden a la capacidad s€gún la tabla :le valeres que cada época 1d0pta.

Quiere deci i, asimismo, que ha sido un error de la sensibi idaci rev'.llucionaria pen e1tantaesperanza en lo GUC se hace lejos de nuestro territorio y taíl po:o e;fuerzo en la tarea que sehalla a nuestro akance . Quiere decir que es incon¿ucente gastarse en preparar el ad1enimientode un a espe cie de milenio ~ o c i l quimérico, en vez <ie apHcarnos a perfeccionar, oor eji:mplo,la práctica de nuestra m t i d democracia. Significa ~ a m b i que tra icionan el progresoh•1mano ciertos e¡( trerr:ist as nuestro co ntin ente que, con r e t ~ x t o de es tar ag ua rd a,1do la

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1 v ll1ción total. se prestan . por o pro nto, a co aborar con as di ctaJuras a; que así sede e·xtn:mistas, no hacen sino C·-:Q.t1n uar la trad ición de facur.dismo , en un continente

suele es tar en mora con la civ i ización.

Por malo que sea el amo nacional es peor e pa trón distante , que a menudo jamás hantablado trato humano d i r ~ c t o con sus as1iariado1. Ei proceso de la ocupación norteam ericana

d Puerto-K1co y de Cub a nos está dem ostra i do que no hay nada m á ~ ru in oso para un puebloqu e esta r sometido a una dor.1inación extranjera distante. Bajo los españoles había en Pu ertoRi co probab lemente veinticir.co mil pequeños-propietarios. Esto supone un número cinco ose is veces mayor de familiares y de auxiliares inmediatos qu2 disírutan del beneíicio de la

pe queña soberanía económica. T ansíormados l-'Js métodos económ icos, hoy 10 existe enPuerto Rico m propietario que el trnst y éste fija los salarios desde Nueva York, sin ojos parave r el mal que c·iusan las reducciones y los des pidos. C u ~ : : d o el :lmo es d2 a misma raza.subsiste n posibilidades de que el ejercicio del dominio cambie de manos y se reparta . La hijadel due ño suele casarse con el empleado cuar.do conviven en la·misma patria yclan. En cam bi o,

no hay 0casión de establecer relac 'ones humanas con patrón distante, que habla otra lenguay juzga sólo frente al mapa la suerte de millones de extraños. E trato a fin y 3 cabo suavizalas divergercias de intereses. Y el mismo rencor puede producir efectos de forzada justiciacuando el amo está al alcance de la venganza del siervo ofendido. En cambio, manipulaimp unemente el j2fe del trust, que acas o muere sin visitar los territorios que exp lota .

El advenimiento de las masas a a educac ión ya las ventajas de una economía relat.ivamenteju sticiera se demora cuando sobrevienen conquistas que acaban con la aristocracia del clan. El

adelar1o de los pueblos se opera por ciesa rrc lo desigua l dentro de la tribu, pero siemprelos más capaces de la tribu conserven poder. Los cambios violentos que acaban en primer lugar,

co mo ocurre en las conqu istas, cor. la aristoc racia viril y combatierite, con el talento de unaes tirpe, determinan esas :argas dec:idencias a veces irremediables. Y casos de esa índoleab undar, en la historia de las naciones ind ígenas del contir.ente, después de la s i ó n de loses pañoles.

A los perjuicios de la introm:sión Extranjera r.o esc:ipa ni la revolución . Por ejemplo: elt;cuJo «dict2dura del proletariado ., que corresponsaies yanquis, a lo l\eed, ad judicaron alrég ir.ien de Carranza, no fue sino un membrete nuevo 1obre la penúltim a cabeza de ia hidracaudil:ista y facundista, azote del contir.ente. En realidad, la dictadura car raricista ech<ba por

tierra el programa maderista lo desvirt uaba, y es probable que ;in el disfraz fabmentecom unizarte que lo; ª6eritcs del impcri :i lismo r n e r i c a r . o le dieron , el c a ~ r a n c i s r , 1 0 110hubiera perrlurado y no pasuíamos por el oorobio dEI presente callismo. Oc"rrió entonces lomismü en Rusia que en M ~ x i c o que, al er1tron izarse el despoti$mo, ~ n s e g u i d a consum:i eldes prestigio y el fracaso de la revolución . De a clictadun ~ e l proletariado ruso pracede ia cargade b111ocrada y ejército. La dictadura carrancista engendra la casta de los r.uevo; latifur.distasa lo O b r ~ g ú n y Calle1. l'ara encubrir el fraude y para acallar la protesta desprest;gia, seaniquila la libertad y cor. el la toda posibilidad de exigir respon sabilidad es . La revoJujÓn seanuncia con el soplo libertador de Dostoicwsk i yTolstoi, p l ~ s m 3 en el oportunismo arnora l: stade Lenin y remata en la ·1ictoria del poliz.:inte a le Stalin. Aigo parecido represe11tan eíl Méx1co:Madero, Carranza y Calles . El proceso 1dquie re la fatalid ad de 'Jna reacción qu ímica ; el apóstrJ I,

el verdugo, el policía, los tres momentos fatales ele la tragedia revolucicnaria la ~ i s t o r i aDes de que se sup rime la ii be rtad , la acción se preci::iita al desastre. Yno vale salirse de l teatro,porque a tcdos nos abnn la maldici6n.

- - - - - - - -   - c = - , , . .   : P ; . . , , ; ~ ; , ° ~ ~ ~ _ . . .

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SS

Otro errcr trascendenral dr ia revolución ,;s la campa ñ2 j ra contra la idea religiosaen el mundo. El cortejo irrisorio de Buda, Confucio y jesús creó 2 j olchevismo más enemigosque todas las confiscacione s que llevara a cabo. Vejar pueri líT'er:e ·o que tiene de más grande¡ más alto el espíritu humane es necerlad de consecuenc ;2s - -:pa.-ables, incluso para laeconomía. La médula humana queda reblandecida y la razó n Die - .lj ÍCJ del esfuerzo se socavacuando en saltos atrás de milenios substituimos el mito con el el icono con el martillo yla hoz. Cuando se rer.iega del Ange se acaba reverenciando al Yno hay pr'.lgreso, síretroceso cuando se niega al Dios sobrenatural y se endiosa la -,:iquina para adular al DiosMultitud.

Al símil farmacéutico de la religión como opio habrá siemp re Jui en oponga la experienciacientífica de la religión como al a. Y al obvio, «primero es co mer·. que nadie niega. añadimosque también interesa en primer término, lo que ha de hacerse de comer si no se quiereseguir comiendo hasta bajar al cerdismo.

Menguado concepto de la econom ía polít:ca tienen los que pre:enden sacrificarle latotalidad de sus naturalezas. Mayor confianz? en el poder de la ciencia económica revela quiense limita a pedirle soluciones especie, pero le veda intromisió n en asuntos que la superan .Yconstituyen estos asun tos un noventa por ciento de la cultura. de ntro de la cual no tiene vozni vote el economisca.

Desde abcrdamos el prcblema de a conducta, una vez que se ha veñcido la necesid adfüiológica, surgen e x i ~ e n c i a s como, por ejemplo, el arte, que no tie ne riada que ver con la leyde la producción y el consumo. Muchos se declaran en favor del me )' creen que ne se ¿eb e

p ~ s • r di: ali:, pero ¡qué es el arte sino un conjunto ¿e maneras de superación de lo cotidiano,una liberación que supone actividades de espíritu/ El más ligero examen del valor del arte nosdemuestra su total independencia del valor ecMÓmico, y mientr:;s más se ?honda en suconter1ido más evidente parece que un arte no religioso no es un arte O lo que es lo mismo,allí d0nde 12 pree>cupación sobrenatural no está presente no se produce r.ada :>ello ni granee .Y ni todos los p e l o t o n e ~ de fvsilam :ento b2starán para acallar anhelo de grupos y aunmultitudes r e ~ e l d e s a la economía j fieles al se;1tido superior de la vida. Considero entoncesque lo cuerdo es obligar a la ~ o n o m í a a que busque el med io de ponerse en paz con el espírituo bien se retire aiod estam entr de su campo.

En efecto. ya ni el estricto criterio de la ciencia empírio tolera a :a cconorr.ía su>p; etensi0nc1 .:le cicnci2 exacrn. Y s u p e r ~ d o criterio spe11(er ar.o-c'.lmt1a110, por 01descubrimientos er física lo mismo que por el criticismo 1ógico , la preter.si6n de funüamentarel saber en el objeto ha sido archivada. Y el 'l1aterialisn10 ~ i s t ó r i c o despojado ¿e la autoridadde lo r.ientífico aparece hoy wmo brote tardío y proyección en lo sodal de c'.lnccptoderrotado en sus o r i g ~ n e s ep:stemoióg:cos y técnicos.

Condenamo", por lo mismo, por razones científicas y hum;iílas. " todos los q11e b a ~pretendido privar el movimiento de reivir,dicación de l;is masus, de la fuerza que le presta l<i

convicción mora del hombre i través de los sig:os. Reconocemos el espíritu el ?oJerío queha rescatado nuestra especi e de su condición se'Trii:oológica y wnfounos en que ese mismosoplo sobrehumano ha de levantarncs por encima de las realid udes que el econo'llista maneja.

Nos hallamos er. una etapa p c l i g r o ~ a del camino. privilegio alarmado levanta el f a n t a ~ m a

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dé un a reacción que, ;in embargo, no se atreve a restabiecer la economía antigua. El máséxal tado fascismo toma su fuerza de que aborda ei problema económico con mira s a lai' mitación del d e r e c ~ o de los de arriba y encarna en directores ue origen p o p ~ l que así lo

d ~ s e a s e ~ . y no podrían renegar de tod o su credo revolucionario. Al contrario, vemos qu e amenudo nos roban porciones enteras del programa y el nombre mismo de combate, puestoque se llaman a sí mismos revolucionarios. Es evidente que por los dos caminos se va a unnuevo o r d e ~ social en lo económico y es también a mi juicio claro que la nu eva libertad por que

hem os de luchar en el futuro no ha de parecerse al liberalismo falso que hostili za la r t a dr ~ l i g i o s a pero deja íntocado el privil egio ecor.ómico. Una liberiad espir tual auténtica h1bráq·e conquistar, dentro de la cual las opiniones dispongan de las so las armas de la persuasión¡ el ejemplo, y no ha de volve r el falso laicismo jacobinoide, que ha destrozado , por ejempl0 ,a México y asomaba ya su oreja cavernaria en a España dP ayer. Si queremos que no sea unsarcasmo la condenación que del fascismo enunciamos, es menester que en religión la libertadtolerante reemplace al encono. En gran parte son r.uestros excesos revolucionarios los q•;e hanprovocado la actual reacción peligrosa. Sin Lenin no habría Mussolini, pero al mismo tiemporesulta absurdo encerrarnos en el dilema de Roma o Moscú, fascismo o bolchevismo; pu es, notiene dos rutas, sino mil destinos. Y ni siquiera el pasado cabe en la concepción elemental del

partidismo contemporáneo, que sólo entiende de la derecha y la izquierda. El progreso, alcontrario, pone en obra las dos manos y organiza una democracia que no es plutocracia ni

tampoco gobierno de gleba; democracia que es hasta hoy, con sus limitac iones, el ú1,ico sistemaque ha dado épocas cortas de ventura y de glori:i a nuestra pobre humanidad confusa.

Yo no sé si Europ a esté condenada provisionalmente a elezir entre dictaduras de laderecha ydictaduras de la izguierda, pero creo q ~ e vale la p e ~ a de hacer un esfuerzo para salva;a la América de un nuevo mimetismo en la oc<isión desastrosa. Los días de gloria de América110 los preside nirgún amo absoluto y llaman la Presidencia de Sarmiento y de Mitre, en laArgentina; los dos años de Francisco Madero, en México; la gestión de Lincoln, er. los Estados

Unidos; la de Río Branco, en Brasil . Es chro que los problemas comcrr.poráneo1 reqrJierenotros nrétodos, otros programas y un;i deci 5iór, econ0mica que no sospecharon losgoberna nte; ya nombrado s, pero si la n•;eva tarea ha de ser íecur.da, deberemos cimeíltarlamovimientos opiniór. que engendren y apoyen gobiernos fuertes por su justicia, y

respetables porque dejarr al gobernado derecho pleno de c e n s u r ~ y expedita la a c c i ó ~ porresponsabilidad . ~ o s oponemos a las dictaduras no porque nos embarguen el deseo dP que lascosas sigan corr.o están -las cosas ir.ismas se están 'ransformand::> sin ;ite nder a r.uestr::irleseo-, sino porque ei despotismo n0 es no <e dad rn u;1 cor.tinerrte que conocióp;eud::.comunismo incaico y p ~ e u d o f a s c i r n o ai.tecJ, dos jerarquizacior.es inhumaílas queprepararon la o n ~ u i s t a y la justifican. Nuestra repu lsa de la d i c t a d u r ~ no aui;:re decir retorno

21 dejar hacer d;: la esc1Jeia liberal. Creemos que la economía no tiene es píricu y por lo rr.ismor.o tiene derecho a la libertad . En un Es tado bien regulad0 ~ o r . libres los hombre;, pero sons e rvos los intereses. Al revés de lo que ocurre en las d e m o ~ r a c i a s deLadente; cuyo colapsoes t2mos contemplando, en la; que maíldaíl :os intere:;e1 y el hombre e; siervo.

: fin de una e ~ a llaman algunos a toJa em inquielUd contemporánea, c¡ue por cenerca11sas principalmente económicas, no merece la categoría de uno de eses cambios decisivosdel rumbo histórico. Lo que ha caído en descrédito no 2s la democracia, sino su desviaciónhacia el i11dividualismo económico. Pero de un socialismo económico, que está en marcha entodos los órdenes y tiende a volverse absorbente, habrá que rescatar al individuo comopersonalidad consc iente, p ~ e c i o s a y única. En el desarrollri de la údaptación del mundo

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·sistemas 2conómico s mer.os imoeriectos tlCtuarán los viejc:; métodos que rigen e c a ~ ~ i o . Lo:pueblos más adtlantados, m ~ s democráticos consumarán' su reforma econón ;ica por med;oensayos atrevido s y con la · upresión legal de l;;s clases que estorban a jus:icia púb icJ. E

sistema del trust y la banca. responsJb:e del empobrecimirnto de ios a g r i c ~ l t o r deNorteamérica y de cas; todos los trastornos sociales de la época. está ya siendo liqu idado enaquel país de su origen. por virtud del poder el voto puso er. manos de la Administraci6nRooseve lt, la primera en la historia contemporán •_:. que lleva al b a n q u ~ r o , antes amo depu eblos . al banquillo de los acusados. Ei castigo de ma vcrsadcr de os intereses públ icos evtt2la revolución. En cambio, la re·1olución s e g u i r siendo ir.strumento fat<I. pero irreemplazab le.al lí donde la dictarlura defrauda 10 1 reoultados de voto, protege la impunidad dei financim.Re sulta entonces que el ideal cons iste en aplica r la revolución como azote contra el tirano ycomo artificio para dejar p ~ s o a  libre ejercicio de-las fuerzas morales. Pero enseguida que elobstác ulo de la tiranía se ha barrido, ia re vo lución éiebe aplicarse a restabiecer ia ciudadanía ydentro de e la adoptar el método econ6mico m?.s arnmodaJo ;il medio y la época Revolu_ciónque así no procede, fatalmente degenera hacia ei preto rianismo y éste es, en verdad, la rnayci-rca lamidad que pa<lecen os pueblos. Por amor de la revolución y para no tener q ~ e renegar detila nos empeñ;;mos en romper su contubernio con la dictadura, su degradación de la

dcmagoeia y el profesionc. ismo.

El grado de cultura medi,a_que los ho1nbres de todas las_azas han alcanzado en este primerterdo dei siglo _esta ~ ~ d o que la sociedad se transforme. Ni por un instante imaginamosque el equilitfric .-se es tablecerá según fórmulas de antaño. No sólo el pasado histórico está hienmuerto, también las teorías de ayer se nos· presentan gastada; er. la acciór. intensa, urgidas de

a f i n a m i ~ n t o y complemento. La ve locidad es un factor nuevo que no posible desconocercuar.do se juzgan los procesos de nuestra época. No sólo hay que cambiar, sino q ~ e es

n e c ~ s a r i o hacerlo deprisa; esto es lo que hay de c i e ~ o en la tesis trotzkist2 de la revoluciónpermanente Pero el c:mbio se vuelve retroceso y barbarie cuando se limita a imponer, con

violencia. prngrarr.as i n c o m p l ~ t o s y abstractos sobre una realid1d que cor.tiene imperativoselOnÓmicos y sociales, m á s de otros muchos proble1nas qu€ e;capan al cartabón de lasidwlogías particularistas.

Contra lo que a menudo se afit ma, el p.-oblema de la hor;; no es fundamentalmenteeconómico, p u e s ~ o que nunca hab ían sido rnás abundantes los bienes. Acaso la excesivapreocupación económica (OntribuF a o:curece.- )' d ~ m o r a r las soluciones. Repetidas veces seha obserVJdo la identidad cielos fine¡ a que llegan los supe.-capitalistas de Estados Unidos y lossuper;ocialistas ce Rusia. De tanto encumbrar al hornbre económico h a ~ creado ambos el

~ o m b r e máGuina qGe vive p ~ r a trabajar, y al tr2bajar para comer, fatalmente concluye en el

fetichismo de la t a r ~ a y el insrrumento. Ningur,a diferencia esencial s e p ~ r a el practicismo deOewey, quP busca en el ju ego de los hechos el supremo bien, y el neoidealismo bo:che;iq11ecuando pone el útil sobre r.uestras cabe zas como banden. El Dios E s f u ~ r ¡ : o del yani:¡ui h:illa sus mbo io er. el cono Máquina del nuevo rito ruso . Demos, glorificado en abstrano, le vantóprimero en los Estadcs Unidos los monumentos anónimos al .:l'erp0 de Eiomberos, a la Marinao a la Policía. Ellos el artecedence del arte obtuso que la postguerra eleva monumentosal soldado desconocidc en Europa y que en Rusia encumbra um n ~ e v a divinidaa que se llamala Multitud . Nunca I;; canti<fad mostró insolencia semejante frente a la calid2d. Los mercadostambién se l er.an de caílcirlad y se h a c ~ necesario quemar el tr;go yechar ai agua el café porqu ela calidad. GUe es moral hum ;ina inceligente, no logra imponer;e al caos económico. El re:no de

Calibá11 nunc a f•Je más extenrn )' q11izá tampoco la mi seria ha sido nunca m ~ s general ydo:orooa

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  B

11ue en la actualidad. Y todo pc rqu e a revo  u cién rni sr.; a se ha u:int2minado de ca :;i.id:-:des yS 

pierde en cifras y no halla la fe que conduC<:--u la justicia, l impulso que engendra la aleg ría,

El Salvador de l instante sería ur. o Oüe ¡,udiese OlÚPrnos del rostrn ia mueca de odio ydevo lvernos la serenidad de la inocencia,' Po; mi p a r t ~ sigo creyendo en aqu el que pred icó enla Montaña y es manantial de p;iz, aunque no   p r e •ecom:ende a mansedumbre y si lu cha

constan te porc onqu ,star el Reino, Su sopin hoc e falta al 2nhe o de la b ~ r c i ó n de las masas,que tiene n derecho a pan y la ventura,

Sin aguardar el paraíso en :a t:erra, reconoz(o I<; obligaci6n de sobreoasar el egoísmo ydelu cnar por la justicia en el mundo, Justicia hay que, pedir y no dicha, Yla justicia tiene <le

enemigos al ~ c o r . m i s t a que promete hartazgos como fin posterior del anh elo . y alsuperhombre que se: erige en idolo y reemp aza a inteligencia con la hoja de láta del casco

cesáreo,

Desconsolados de la destrucci6n que acompaña la crisis revolucionaria, claman algunos ia

vuelta al orden que encarna en dictaduras que se dicen reconstructivas , No cabe duda que eldesorden de la econom ía requiere Ja intervención de un Estado fuerte. con aquella fuerzavalerosa que reprime los abusos, las exacciones de los de arriba. 110 con ia fácil, desleal queencarcela unos cuantos e s m p a d o ~ En el estado actual de la sociedad todos ;,bogamos porun gobierno que sea capaz de evitar la revolución adelantándose a ella; es decir, procurando elempleo de los desocupados, limitando las ganancias de l capital , gr;;vando la renta y

destruyendc por impuestos progresivos el latifundio. ciando caza al privilegio en todas susguaridas, Pero un Estado í u ~ r t e de es¡e g é n ~ r o capaz de afrontar semejant•'5 objetivos, nopuede nacer del golpe de mano del cuartel ni encuentra apoyo en un pasado que representa ia

perpetuación de la injusticia, Una dictadura que se impone por violencia y se aprovecha de lasorpresa , necesaria men¡e se organiz2 como instrumento Je clase y. ya se incline a la izquierdao a a derecha, en realidad impone jerarquías artificiales que duran io que tarda en prepararse

r e v a n c h ~ En c a m ~ i la democracia posee los medios que ie permiten consum2r 12 reform ¡¡,

a fondo , De la revolució n toma el impu lso de poogreso. pero se libra del ?ersonal turbio queprospera en la revuelta, Sin mengua sus postulado'. básicos. el régimen democrálicoimprnvisa las instituciones más eficacts para el caso guerra o de perturbacióneconómica, Por ejemple, 12 ciict2dura derr.ocrática, qLie se distingue de la pretoriana en que estemporal y se propor1e objétivos concretos y no renuncia las ccn;ecuencias Je J3responsabilidad, que es inheren¡e a todo gobiérno civilizado , Asimismo. en el modo de

originarse ha;, una d:ferencia esenci2I ent'e la dictadura demccr.ítica y la dict?.dura de gol?e c:le

mano, pues mientr;;s ~ s l a última procede por lo común de una sorpresa y no recibe ¡amis elrefrendo rle la opinión, la dictüdura lirnitada de la democracia proced e, ya de una elecciónlealmerte consurnada, ya de un plebiscito que la s11p e en casos de ext rema urgencia públ'ca ,Se entiende que e: p l e ~ i s c i t o para ser válido ha de producirse e.1 favor de pers ona que no ejercedirécta ni indirectam ente el m2ndo, Ha de consistir designaciún aclJmatxia del más justo ymás arito para resoiver en un instante cado la crisis de una situación y de un pueblo, Y ¡asabe que verdadera diccaC:ura suelen ejercer presidentes legalmente electos, cuando enc:rcunstancias e)(traordinarias el poder legislati'lo les otorga fa(ultades que 110 están

o;ig inariamente contenid;;s en su mandato,

Dictadura dem oc rática fue la de Clemenceau durante la guerra , Concluida ésta con lav1ctori<i, el Dictador aba nd ona el poder. aclamacio por victorioso, pero negado en el inst;;nteen que cesaron las circur.stancias excepcionales que excusan el ood er perso11aL Prev<il ec ió en

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cada •Jno el amor de la patria y el Salvador de la ocas ión más peligrosa de Francia volvió a ·confundirse en la pobreza c'.ln la multitud de sus conciudadanos. All í discutido. acaso vejado.elvie jo patriota ilus tra su holecausto escribiendo el libro apologético de Demóstenes. el últimogran ater.iense. sacrificado a la lib e;1ad de su puebio en lucha contra la decadencia q•1e inic iabaAlejandro.

Dictadura derivad;; de una elección es la que ejerce en estos instantes el Pre, identeRooseve lt, que pa ra poner en obra las más osadas reformas. para enjuiciar a los banqu eros queayer r.o más eran tedo el poder, no ha necesitado amordazar la prensa. confiscar a sus riva es.encarce lar a sus críticos. Ni la democracia francesa en plena guerra. ni la dem 0c raci<:norteamericana en crisis de régimen ernnómico. han tenido que fu silar oposicio ni stas parallevar adelante un programa con éxito . De suerte que cuando un régimen , un prog ra ma.requieren para su sostenimiento no sólo el uso. también el abuso del poder y a legalizac ión delcrimen. es obvie conr.lu ir que 110 se trata de adelanto ni de verdadero revo iJc ionar is mo. sinode extorsión. pretorianismo y barbarie. En cambio . dentro de la democraCia y úni came ntesegún sus norma s. resulta posib le hacer adelantar el imperativo d€ la ju sti'.:ia económica con

todos los otros progresos.

Conviene procurar la claridad de las ideas y la eficacia de las instituciones, porqu e todoslos males de la época apresurarán su alivio si sabemos circun sc ribirles la extensión y la causa.Ya otras muchas veces la humanidad ha creído que era inevitable un cambio de fondo en lascostumbres . el pensar y el sentir de la especi e. Yel uso de las paiabras: era pasada y tiemposnuevos ha sido jugu ete de más de una generación . El desconcierto ecor.ómico es capaz deprovocar y debe provocar tramformaciones económicas más o menos profundas . pero de laeconomía r.o pasa y de SJ apl¡cación en el derecho. La economía nun ca det ermina cambi oóUstanc ia l de las ideas. Desde el comienzo de la historia hay el ritmo de ias vacas gordas y las

vacas flacas. Y mañana. tras la liquidación, volverá ia abundancia. pero el capitalismodesenfrenad o y la cencralización se han derrumbado . No volverán a rehac erse los grande1~ c a p a r a d o r de ÍOri,ur.as. r.i la metrópol is cuya industria cJbría las necesidades ce uncontinente. en inrercambio obligado de as r.nterias prim as. La igualdad en la economía es unasolución que emerge ya del c;,os del momento . Tras el ímpeni igualitario. em¡:>uja unaposibi lidad de abundancia que r.inguna época ha conocido. Jamás el ade lanto científico hab íaalcanzado el poder que hoy tie ne de multiplicar la1 cosedm y acrecentar la1 m ; n u f a c t ~ r a s Enel sentido eccnómico el progreso e; notorio y sólo hace fa lt1 que la vida ;ocia acabe deconstruirse les siste.nas necesar;os para q•Je a todos alcancen las VPnta jas c c ~ q u i s t a d a s s11brela naturaieza. Ningu;1ª dcctrin" n ó m i c a c e r r a ~ a capal de ,·eso ve• ¡,or sí scla o;r.

desarrollo que está impulsado por 12 vida yconstruye sus propias m o i i d a d ~ s Pero el p ~ o c e s osocia no lo determina. corno en as especies zoológicas. el cirso inrliferente de 12 ley nat ural .so bre él im pone el hombre su inteligencia. Detrás ei irr.pu :s'.l vo luntario interviene er el sentidonatural dd desa rrollo lo modifica. :\si proced e el culti·1ador. f.sre sencillo h e c ~ otrascer,d 2ntal . producir un grano. revela todo el sentido . el poc er dél espíritu. raíz de todo loque conocernos bajo el rítulo de cultura.

Con amplio criterio de c • J l t u r ~ procuraremos abo rdar. después ciel exar.1er1 de iosobs tác ul os . el problema de la construcción c:ie un aeslir10 co:ectivo en nüestros ;;res d< la

América Hispánica.

Pero antes de s e g ~ i r ade lante. anotemos: la lucha del presente ílO es un ~ m ~ e ñ o t é n l :

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'>OC ial:smo derrotado y bien derrotado como teoría co mpren siva de toda ' las act ividades1oc'a les represen ta, sin e m b a r g Z ~ o _ J o _ . e r n n ó m i c o una conquista definiti va que in tere'aprec isar para mejor d e f e n d e r l a   crédito no deberá ser ya más 11n a función priva da. Losrec ursos natural es y su expi o,tác ión pertenecen al Estado para ben eficio de la g e n e r i d a d lasvias de com un icación y los servicios públicos deb en librarse de la explo tación de lospa rticu lares: el uso de la tierra ya no se extie nde al abucendi remano, si no que debe estarlimitad o y reg ia mentado; la proFiedad es un a función cuyo régimen compete al Estado, pero no

pertenece al Estado la moral , la op inión, la libertad de los ciudadanos. En palabra, el soc ialismoo la so .: ializa ci ón rigen el mundo y n1erecer dominarlo, a condición de que no se entro met ;; nal campo dE a filosofía.

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Pensamiento historicista

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Prólogo a la obra«Breve historia de M é x i c o > ~ (*)

La historia de México empieza como episodio de la gran Odisea del descubrimiento yocupación del Nuevo Mundo. Antes de la llegada de los españoles, México no existía comonación; una multitud de tribus, separadas por ríos y montañas y por el más profundo 2bis1node sus t r e ~ c i ~ n t o s dialectcs, habit<:ba la1 r ~ i o n e s que h y forman el territodo patrio. Los<fll tcas domin?.bJn ~ p e n a s una zona de la meseta, en constante rivalidad con los tlaxcaltecas.y al Occidente los tarascos ejercitaban soberanía independiente, lo mismo que por el Sur loszapotecas . Ninguna idea nacioílal emparentaba las castas; todo lo contrario, la más ferozenemistad alimentaba la guerra perpetua, que sólo la conqui>ta española hiz0 terminar.

Comenzaremos, pues . nuestra expo:;ición en el punto en que México surge a la vista de lahumanidad civi lizada. Empezaremos a verlo tai y con10 lo c o n t e m p l a r o ~ los so d ados de laconquista, según nos lo dicen en ;us ~ m e n a s crór,icas. f'cr fortuna fueron españole; lo5 queprimero llegaron a nuestro suelo, ygracias a t: llo es rica la histo;ia nuestra reg ión d ~ I NueveMundo. como no io es la de la zona ocupada por los pu;·itanos. Toda vía a la fecha cuanto seescribe Je his toria mexicana antigua tiene ~ u e fur.dars2 en los re :atos de los capitanes y los;nonjes de la cor.quista, guerreros y civilizad0res, ~ o m b r e s d" letm. a la par qut: hombres deespadJ, ;egúíl la clara exige11Cia de l in stitució11 de la caba lería. Pues propiameme foe la rleArr.érica una última cruzada en GUe lo; r2ste 2nos. flor de Eurripa. después <I r.¡orc,g2nuon para la c r i s t i a ~ d a d con las naciones de América, el dominio de l planeta, la u p r ~ m a c í a

del furnro. Imagine, quien r.o quiera reconocerlo, qué es lo que seria dP n ~ e s t r o continente dehaberlo descubierto y conquistado íos m u s u l m a n ~ s Las regiones intericres del Africa acwalp ~ e d e n damos u;ia idea de la miseria y a esclavit11d, la degr<idación en ~ u e se hallarían n u e s t r ~ ste rritorios .

•(') La Bieve historia de México fue publicada por

prim e.-a vez eo 1938 y de e la se han hecho múltiplesedici on es . Aunque arranca del México preco11esiano,

Jcdica más atención a a époc1conternr oránea.apartir de

la etapa moderista de 1911. tste prólogo es de b 11edic ión, de r.mzo de 1 69, por la CompañiaEditorial ContinentJI, S. A. en Móxico, pP. 1S-16 .

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Desde que aparecemos en el panorama de la historia universal en él figuramos como una;,ccesión a la cuitura más vieja y más sabia, más lustre de Europa: la cultu;·a latin;;. Este orgullolatino pervive a ia fecha en el <lma de todos los que éie;1en concienci1 y orgullo; latinos seproclaman los negros culto s de las Antillas y latinos son po r el alma, según bien dijo nuestroAltamirano, los indios de Méx ico y del Perú. Latino es el mestizo desde que se formó la razanueva y hab ó por boca d¿I Inca Garcilaso en el Sur, de Alba xtlixóchitl en nuestro México.

lnc0rporados por obra de la conquista civilizad0ra, el indio y el negro a la rama latina de lacultura eu ropea , nuestro patriot;Sf11o a d q u i e r ~ abolengo y entronca con una tradiciónprolongada y prnvechosa. De allí que todo corazón bien puesto, negro o criollo, siente lasglorias de la Españ.a creadora y de Italia y Roma, con predilección sobre los otros pueblos dela tierra. El mismo idiom a halagó nuestros oídos a partir de la infancia. Tan superior es la

tradición nuestra a la de los peregrinos del Mayflower, como grande fue la Nueva España encomparación de humild es Colonia1 del Norte.

Ingresamos a las filas cie la civilización bajo el estanda rt¿ de Castilla, que a su modo

hered aba el romano y lo superab2 por su cristiandad. Y es inútil re.batir siquiera la fábulamaligna de una nacior.a lidad autóctona que hubiera sido la víctima de la conquista primero ymás tarde de nuestra nacionalidad mexicana, es decir, hispano-indígena. Se. llegó en ciertaépoca a tal punto de confusión que no faltó quien pretendiese ver en México un caso parecidoal del Japón, que al servirse de lo euro?eo, robándole la técnica, se ha mantenido autóctono,sin embargo, en el espíritu. ¡En qué espíritu naciona l poddamos recaer nosotros siprescindiésemos riel sentir casteiiono que nos formó la Colonia? ¡Existe acaso en lo i n d í g ~ n a ,en lo precortes ia no alguna unidad Je doctrina o siquiera de srntimiento opaz de c o n ~ t r u i r unalma nacio na ? En dór.de esc5 un código parecido al de los samurais que pudiera servir de ba>ea un resurgimiento aborigen de Méxirn o del Perú? Desde el Popal Vuh de los may<s hasta las

leyendas incaicas no hay en :a América precortesiana ni personalidad homogénea ni doctrinacoherente. El Pop ol Vuh es (Oiección d i - a ~ a c i o n ~ s ineptas, remozadas un tanto por losrecopiladores españoles de la co;iquista que mejoraban la tradición verbal i r , c o h e r e n t ~incomprensible ya para las razas degeneradas que reemrlazaron a as no m ~ y capaces quecrt:aron os monur.1encos. El continente entero, según advier.:e genialrnente K.eyseding, est3badominado por las fuerzas telúricas y no iiaoía r.acido nur.ca para e: espíritu o era ya unadecader.ci;: irremediable :uanco llegaron ios españoles. Los españoles advirtieron la torpezadel pensamiento aocrig en y, si11 err,b¡,rgo, lo tradujeron, lo cataiogaron. lo ¡.ierpetuaron eniib•os y uónkas, y hcy ya sólo a i g ~ o r a n c i a puede repec:r el dislate Je c¡ue los -:onqu scadores

demuyer0n una civili:a:ion. Desde todos lo; puntos Je v st a, y con todos sus deíectos, :o quecreó la Ccloni2 fue mejer que lo que existia bajo el dominio al:,origen.

Nad;; destruyó España , pcrque nada existí;, digne de conservars2 cuand0 ella lleg6 a estostErritorios, a menos de que se s t i m sagrada tod a esa malaycrba del alma que sor. dcarribalisr110 de los caribes, los sacriíicios humanos de los aztecas, el despotismo embrutecedo rde los incas. no fue un 2zar ~ u e España dominase en América, e rr vez de Inglaterra o deFr2ncia. España tenía que dorninar P.n el Nuevo MLndo p o r q ~ e donrinaba en el Viejo en a épocJde la colonización . /\fogún otro pueblo de Europa t ~ n í a en igual grado que el espaf,ol el poderde e'píntu necesario para llevar a d e i a n ~ e una empresa que no tiene paral elo en I;; histor ia

entera de la humanidad: epopeya de geógrafos yde gu.:r:eros, de sabios yde coloniz2dores. dehéroes y de santos que, al ensancha r el dominio del hombre sobre el planeta, ganaban t a r r . b::iara el espíritr1 las almas de los conquistadores. Sólo una vez er. la h•storia humarr;: el espírirnh<sop la do er. afán de conquims que, lejos de subyogar, lóm:in. La ue los /\sokas había

. . . . ._ r.. , J ; · ~ . •·

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visto conquistas in spirados eo. el afán del proselitismo religioso; conquistas que, rebasan ri r. eiesfuerzo de guerrero, se establecían en el alma de poblaciones remotas si n vtra coerción quela de l penDmienco egregio. Superior aún fue la obra de Castilla, y er1 mayor e s c a ~ tamo porlas ex tensiones de los territorios ganados para la cultura como por el valor de ia culrura qu epropagaba. La noblez a de Castilla, poderosa en el esfuerzo, virtuosa ycla ra en la acción. era laprimera nobieza de Europa cuando se produjo la ocupacioñ del Nuevo Mundo. Y fortuna fue

de Mé xico el haber sido creado por la pri mer:i raza del mundo civil izado de ento nces, y porir.strumento del primero de los capitanes de la época, el más grande de les conquistadores ~todos los tiempos, Hernando Corté.s, cuya g ~ nos envid ia el anglosajón, más aún que iosterri torios que su conquista nos ha legado.

Yel más grave daño mo ral que nos han hecho los imperi" istas nuevos es e habernoshabituado a ver en Cortés un ex traño. ¡ pesar de que Cortés es nuestro, en grado mayor delo que puede se rlo Cuauhtémocl La figura del Conquistador cubre la patria del mexicano,desde Soncra hasta Yucatán y más aUá en los terriiorios perdidos por nosotros , gan:idos porCortés. En cambio, Cuauh témoc e¡, a lo sumo, el antepasado de los otomíes de la meseta deAn2huac. sin ningun a relación con el resto del pa;s.

El mito Cuauhtémoc lo in ventan Prescott y los historiadores norteamericanos , lod e f i ~ n d e n los agen tes indi rectos del protestantismo , que quieren borrar teda huella de loespañol en América. Si en México prescindimos de lo español , nos quedaremos como losnegros, ;;tenidos al p a d r i ~ a z g o Judos o de un Lincoln que, sólo por razones políticas, abolió laesclavitud, o, pee r aún. un padrastro como W ;shington, q ~ e mantuvo esclavos negros , pese asus timbre s ce lib ertado r. El sentimentalismo en torr.o de Cuauhtémoc es parecido al que hoymanifi estan los influenciadc s incons cien tes del imperialismo inglés en favor del Negus deAbisini a, que antes de ser expulsado por los italianos del reino que oprim ía ya se había hechocélebre ff1tre sl s salvajes conciudadanos por el asesinato, envenenarniento y prisión de rivalesy parientzs. DesventJrados los pueblos que se empeñ1n e11 construir tradic ión con perso na jessemejar.te¡; c a b ~ n por ser traicionados por elles. t?.I y como el NegL?s abandonó país a lahora del peligro, 2 estilo Ar.tonio L6pez de Santa P.nr.a. llevándose los fondos de todas l1sa d ~ a que atravesó en su fuga.

Cortés, en (a mbiv , el má; humano de los cor.quist1dores, el más abr,egodo, se ligaespiri tu al mente a los c o n q J i ~ t a d o s al convertirlos a la fe, y su acción nos dej• el legado de ~ n ap•ti ia. Sea cual fu ere la raza a q1e pemnozn, todo .¡ue ;e sienta m e x i c ~ n o debe a Cuné;el mapa de su patria y la primera id e:i de corjunco de iJ nac:onali<lad. Quienquitra que haya dE:

construir a l g u ~ a v e ~ eíl grand E: en estos territorios qL?e hoy imaginamos que son nuestros ,tendrá que volver los ojos al plan de Corté s, porque en c u ~ t r o siglos no ha l12bido otro quemirara tan le jos ni conmuyera tan en grande. Más JÚ n: después de Cortk s, d e s p u ~ s de Antoniode Men¿oza . después de Revi llagigedo (que tod av;a intentó la d e f e n de Texas) , después deGálvez (quE: estampó en ella su nombre), no ha habido en nuestra patri a constructores; sólo hahabido desm;ctores, redu ctores del mapa . exceptuar lo; más erandes n0mbres de nuestroCalendari0 e p u b l i ~ o . büsta con apelar a la cart2 de la República para darse cuenta de cióndcestuvo y dóílde acabó el patriotismo en es te suelo castigado de México. El mapa comienza acrecer con don Hernando y se in¡egra ensus manos en for ma grandiosa. El m ~ p a crece aú n másy se consolida bajo ciertos virreyes , como no lo soñaron jamás las pobres mentes confusas,'envilec idos, de toltecas. y azteca<, y ma¡'as. Por primera vez y por últ m;i vez, bajo los vi rreyes.la ciudad de Méx ico es la CJpital de un reino que va de o n d u ~ a s a lo ~ u e hoy es el Canadá .

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En esa época nuestra lengua , nuestra religión y nuest ra cultura eran soberanas en e contir.entcseptentrional.

Sígase la historiJ del 'll;;pa y se verá que coir.ciden ia; redücciones co11 la apa rición cieloscaudiiios, que sólo piensan en el propio beneficio, en la propia dominación , y para lograrla novacilan en ofrecer a quien lo quiera:, ya sea Texas, y la C a i i f o r   ya, más tarde, el istmo deTehuantepec, bajo el Benemérito de b Amér icas, Benito Ju árez.

Qu en de buena fe quier;i enterarse y no sea un obcecado, un enferrn:i Je su propioveneno·, abra los rr o s y compare esta ecua'.: Ón q ~ e ~ e ñ 3 ¡ 0 : /\ mcd¡da que los títulos de

gobernante aumentan -Benemérito de las Américas, A teza Serer;isima, Jefe Máximo de laRevolución-, el mapa se va estrechando. El map1 crecía cuando los jefes de México ;el:amaban simplemente Hernando Cortés o Antonio de Mendoza. Y hoy, que ha cambiado elsistema de la conqu sta , ~ u e ya r.0 es armada, s ~ : o mera }' económica; hoy, que n0 qu€da

mapa que estrechar, porqüe sobre todo ei terriiorio domina el plan de los amos nuevos, unainsulsa palabrería sustituye a la dignidad de patriotismo. Y se disfrazan los testaferros consobrenombres tomados a la revolución ru;a o al izquierdismo masónicc: liberalismo,socialismo, revolucior.ismo, istmos extranjeros yotras tantas máscaras de una dominación quep no necesita ejercitarse cor. escuadras yejércitos, porque le basta con el engaño que fructificaen los clubes, y iuego est<illa en las plazas con hedor de albañal y efectos de muerte, dedesintegración de una estirpe.

No me dirijo únk;;mente a mexicano de a s c e ~ d e ~ c i a europea; tar.1bién al indio puro denuestros territorios. Al indio ilustrado del momento que hoy vivimos :e p;do el esfuerzo deremontarse con la imaginación a •Jna patria como la de Cuauhtémoc, a principios del siglo XVI,y en seguió a una patria como la de Hernando Cortés, veinte años más tarde. Ese mexicano,indio puro, si no tiene en ias venas hiel, en vez de sangre, si logra expulsar de su fisiología el

veneno acumulado por más dP siglo de pro?ag2ndas m11évolas, ese mex car.o indio purotendrá que reconocer que era m ~ s patria la ~ u z Co;tés ccnstruía quP la de valienteCuauhtémoc o ia del cobarde Moctezurr.2. Ten<lrá que reconocer 'lue para su propia ;angre,temporalm ente humillada por la conquista, habia más oportunidades, sin embargo, en lasociedad cristiana que o r g a ~ i z a b a n los españoles que en la sombría her.atombe periódica de lastribus anteriores < la conquista.

• •

. Más aún que los datos nuevos, el historiador ha r.1enester de c r i t ~ r i o recto para juzgar loy3 sabido y probadc. En consecuencia, si¡1 pretersiones de ofrecer hal:azgos pro¡:-ios deeruditos, desarrollaremos nuestrc c o m ~ n t a r i o basándolo eri la exactitud de :os hechos portudos e casi todos aceptados. Nuestra ambición se limita a presentar la historia patria tal comodeoió e n s e ~ a m : desde hace u11 siglo si no lo hubiera impedido nuestra sumisiór. inconscientea las doctrinas del conquistador nuevo. Tiernpo es ya de q•Je abramos los ojos para ver el gesrcde repugnancia con que nos contemplan 110 pocos de los mismos que nos seduce11 oaradominarr.os. Para todo el que quiere mirarnos hemos llzgado a ser una suerte de monoshumanos, ;enega<los de su abolengo, drnnemoriados de ?a:;ado grandioso. ?arias del a:man o ~ que.damos al renegar de lo español q u ~ había en nosctros, y en seguida fue muy fácil que'

nos de¡<>rarnos quit ar las minas y los navíos, l o ~ territorios y las inciustrias.

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Urge por lo mismo reconstruir nuestros juicios, rehacer nuestra personalidad histórica,aun cuardc acaso resulte ya dem asiado tarde. Por lo menos, al hacerlo se iluminará nuestroocaso. Será menes ruin nuestro instante si unas c1Jantas almas recobrar. ia conciencia, en elumbral de la nocl1e definitiva de la estirpe. Los hechos, los simples hechos dtsnudos dead jetivos, serenarán nuestra derrota, esclarecerán la sombra y acaso den a la vo:untad el tóniconecesario al milagro de los resurgimientos.

Todos los hechos conducentes nos van a ser dados por escritores de nuestra lengua,historiadores cronistas de España, comentaristas pensadores de México: Bernal uíaz,Hernán Cortés, Solís, Las Casas y, en la ~ p o c a moderna, Alamán, Pereyra. ¡Y dónde está,

~ r e g u n t a r é i s la vers ión de los indios .que son porción de nuestra carne nat:val Y es fácilresponder con otra pregunta: ¡Cómo podrían dar versión alguna congruente los pobres indiosprecortesianos que no tenían propiamente ni lenguaje, puesto que no escribían ni sabían lo queles pasaba, porque no imaginaban en la integridad de una visión caba: o siquiera de un mapa,ni lo que eran los territorios del México süyo, mucho menos el vasto mundo de donde

procedían los españoles y el Mundo Nuevo que venían agregando a la ge0grafia y a la culturauniversales

Sin embargo, si queréis testimon ios auténticos, testimonios indígenas, os remito a los dosautores ya citados, el inca Garcilaso y el n1exicano Alba lxtlixóchitl, mestizos ambos, en quieneshalla voz por primera vez, lo indígena; no nos llega en ellos puro, desde luego, sino mezcladoa lo español, purificado, enaltecido oo; la cultura europe<. Nada dijeron por cuenta propia losindios, ¡;orque no habían tenido genic para inventar un alfabeto. H ~ n repetido todos la doctrinade algún extranjero. No hizo otra cosa el indio puro Benito Juáre7.. Cuando habló st hizo ecode la lección jacobina que le enseñara Gómez Farias, que la tomó de Poinsett. Y en estostiempos de hoy no suelen habl arnos de otro modo los líderes de un s ~ p u e s t o indigenismo que,sin embargo, repiten el credo comunista aprendido del agitador iudío de Nueva Yurk o dePolonia, secuaces de Rusia. Desechad , pues, todo ese s e ~ t : m e n t a l i s m o a le. Prescolt, a lo l.ewisWal ace ; sobre el dolor del indio que p.erdía su patria . Lus indios no tenían parria y. salvo unoque otro cacique o¡;resor, mejoraron con la cor.quista . Los espaiiolcs oprimieron a los indios

los mexicanos seguimos oprimiéndolos, pero nunca más de lo que los hacían pade.:er suspropios c a c i q ~ e s y jefes. La nueva civilización, al aumertar los productos de la tierra con

. ;1uevos cultivos, al ~ l e v a r al indio, por la religió;1, a la categorí2 del ;;mo, al otorgarle el 1·ecursode GUej<' ante los tribuna:e>, bien i n t e n c i o n ~ d o s er. su mayoría, al ensanchar el espirit1J del indio

con el tesoro de las artes, las festividades religiosas , las espcran¡:as del cielo, fue, verdad, lacre•dora de una palria mexicana. Nunca hubo en la Nueva España más de c u a r ~ n t a mil

e ~ p a ñ o l e s . Si los indios hubieran tenido ccnciencia nacional y hubieraíl sentido que la conquistaera una ignominia ; ¡acaso no se h ~ b i ~ r a n levantado les seis millones de indi0s para degollar alus blancos Al contrario, y como pas;, sier11pre en las scciedades mi itarizaáas. poi" huir de los

a b ~ s o ¡ de los caciques. se refugi an l0s indios con el soldado de a conquista. Hecha a paz , laerlucac;ón de las misior.e• transformó a los indios, de parias, en artesanos y sacerdotes,agridtores y civilizadores.

i-lallaremos, sin duda, iniqt:idades en la historia de a conquista; es r;,sgo caracte rístico dela hombría ~ s p a ñ o l a no negar, ni siquiera disimular sus yerros, sino m ~ s bien adelanr.arse acondenarlos. El h:íb;to de la confesión influye, sin duda , en e;ta franqueza. En las otrasconquistas los horrores se han q:Jedado tapados o se han pretendido t ~ p a r l o s pero sin honra,pues al crimen comumado se ha añadido la insinceridad , la h i p o c r ~ s i a

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El historiador imparcial neces ita ser un extr;;ñ0 que juzgue los hechos fríamente, como seestudia un proceso del orden biológico. Nadie puede escribir en este tono, de su propio país.

menos histori a todavía re(iente. El que escr ib e sobre su propio pueblo con miras aencontrar en la histori2 las fuerzas dispe rsas que acaso puedan contribuir a salvarlo, tie11e q u ~poner en la obra dolor de parte ofendida pasión de justicia, exigencias de rehabilitación delfuturo . Al h:storiador poeta, al extranjero curioso le preocupan únicamente aquellos casosexcelsos en que un héroe, una época se imponen a la admiración del que observa. Ninguno de

estos hombres o sucesos universales tiene nuestra historia, si se exceptúan los episodios de aconquista que no ignora ninguno de los niños de escuela del mundo. Después nuestros propioshombres son de tal a bien modesta. De antemano sabemos que no sería justo exigir lo excelsode una nación que comienz:i, pero modestia no quiere decir acatamiento servil lo qu2 esindigno. Por esto no importa quién caiga, el historiador ha de exigir que sus héroes den siquierala medida del nivel moral de fa civilización; por lo menos el talento medio que sabe distinguirlo que conviene a su pueblo lo que le daña. Con sólo así juzgarlos, nuestros ídolos oficialesse derrumban. Y e no haberlos derrumbado a tiempo es causa de ese desdén con que vemosnuestra historia; la sabemos perversa, mediocre. Yel alma ¿xige mucho se rehúsa a tomar

cosas tan pobres. como el modelo C:e la grandeza humana. De allí que a menudo procuremosdesentendernos de lo propio para admirar la humana excelsitud, cualquiera que sea el territorioen que se encuentre. Pero en cierto instante la edad nos hace humildes, a la vez que nosadvierte que de nada sirven las admiraciones remotas si no reclamamos que en torno nuestrola vida pública tome maneras decorosas, ya no digo ilustres. Dentro del ambiente moral de lacafrería, el mismo genio se agota, como trigo en arenas.

Por eso· es indispens;;b le enderezar dentro del propio medio un;; categoría de valores,formar un grupo de personaliJades, conscie11tes y rectas, esa tar2a no se logra improvisandohéroe al que fue bandido, inventando virtud en el malvado, talento en ei zafio. De nada sirve

mentir, porque nunca se engaña a los pósteres. La base de toda conmucción patiiÓtica es iaverdad que nos descubi·e el oro fine de la acción noble. Oro tal lo hay, por fortuna. aun en lasmás depravadas circunstanci:is cie nuestra pesadilla nacional. De allí que no sea excLls<.decir que

~ u e s t r o medio no da m:ís. No es circunstancia at¿nuante e hecho de ~ u e buer.a parte denL1estros gobernantes hayan sido criminales; no o es p c r q ~ e al la_do de ios descalific•dos hahabido siempre algúr. individuo q112 saiva el honor racial. La acción ininterrumpida de estasmir.crías fracasadas, pero tenaces, es IJ única esperanza en el panorama sombríc de nuestropueblo. 8ochornosa es en gra'l parte nuestra historia, no po;quE se p r ~ t e n d a ¡uzgarla corcriterios de pueblos más avanzados; hay cierto límite de mora lid :id que lo rr.ismo rige ?ara latribu q•Je para la nación . i e ~ s 1 b ~ r r o ~ q u ~ P hero'smo se da en 12 ir.dele h ~ m ~ ~ • séloexcepcionalmente en todos los climas. Por eso mismo. a cada uno de nuestros p e ~ s o n ~ j e s lojuigamos con el criterio elemental del sentido común para el entendimiento y del honor

e í ~ m e n t a l para la acción Sin la norma de ciert?. e a t ~ d a los v2lores fundamer.tales de la ética,to¿o ti'ato humano se vicia toda sociedad se hace un infierno. Cuando se compara la bstoriade México con la de suó hermanas riaciones del continente, se piensa en una rr.aldició11particular qee pesaría sob;e n1Jestro tcrrritorio. Acaso no es porque la gente sea más mala aueen otros sitios, sino po;·que nuestros larg0s períodos de precorianismo h:in hecho de laignominia la regla. No hay nada más antihumano que darle .a la fuern uná función que sólo la

inteligencia debe desempeñar. En los países e s p a ~ o l e s de l sur. por ~ e ~ l 3 ger.eral. l letrado

el u e ha venido mandando )' el soldado reducido a su profesién, se nace efitaz ycasi no pesasobre el país. México no tiene una sola v1ctor'a contra el enemigo común, ni una batalla gan:idacomo la de Costa Rica contra Walker o como b de Buenos Aires contra los i ~ g l e s e s , ni siquiera

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las grandes batallas de la Independencia a estilo Sar. Martín yBolívar. Esta ausenci:: de tradiciónheroica mantiene a nuestro ejército en la mediocridad, cuando no lo lleva a las ferocidad es de - ·la guerra civl:. Er cambio, un ejército argentino que supo tomar prisioneros a siete mil ingiesessi11 fusilar a uno solo aifícilMente >e decide a fusilar a connacionales. Su gloria lo defiende del.descrédito de una carnicería. Toda la tradición viril y civil de Costa Rica puede deíivarse de labata:la de Santa Marta, que es como un San Jacinto en que J c> s latinoamHica ;;os hubierantriunfado. La batalla de Santa Marta libró a Centroamérica de ser e s t a ~ o y a n k e ~ así como 2

batalla de San lacinto nos hizo perder a Texas. Yno se ven por ningúnl a ~ o

en Costa Ricaestatuas de generales, ni se conoce el caso de generales presidentes. Pues la victoria purifica,así como I;, derrot;, ensombrece a los pueblos. Si g_ueréis entender la agonía prolongada denuestra ,mción. observad a trav¿s de su historia los presupuestos destinados al tramo deguerra. El pulpo de un ejército opresor. éostoso e inútil, es bastanée explicación de cómopasamos rápidamente de la categoría de la primera nación del Nuevo Mundo a la ínfimacondición en que hoy vivimos en vergonzante su Jordinación. Cuando todo esto se comprenda .ios mejores entre nue;tros compatriotas se unirán para buscar los remedios. Mien'ras sigamosborrachos de mentiras patrióticas vulgares, no asomará en nuestro cielo la esperanza. Unaverdad resplandeciente es condición previa de todo resurgimiento. Si a e s l r c e r la verdad

contribuye este libro, habrá llenado su objeto. Así se in iten en contra de él los contaminadosde la ignonimia pública.

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Pensamie.nto pedagógico

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l. · Mensaje a la juventud m e ~ i c nXIX Congreso Nacional

de Estudiantes.

Monterrey, 951 (*)

Es aventurado arrogarse el papel de consejero de los jóvenes. No presumo de serlo.Reconozco que cada generación e, dueña de su conciencia y ejewtora de propio destino.Lo que puedo deciros no tiene otro valor que el de una experiencia h u m a ~ ? cuya autoridadno es

otra quela

de ser sincera.Me

presento ante vosotros conuna

condencia que contemplasu momento histórico, pa;ticipa de sus angustias y pone a vuestra disposición una serie dereflexiones que drama tan intenso suscita. Delante de nosotros muchos viejos sistemas sehallan en bancarrota. Doctrinas que parecían perdurables han ;nomado su interna gangrena y

se derrumban impotentes. Ideas que ayer no recibían acatamiento genenl, vense condenad1sal demédito. Seguin1os anhelando la iibertad y la ; usticia, pero han variado tot2l mente loscaminos que emprendemos para buscarlas. Por todas partes d iberal:smo derivado de laRevolución Francesa es enjuiciado y nuevos programas conducen a soluciones más certens delproblema social.

E:I fundamento uistiano de toda reforma fecunda empieza a ser reconocirlc y adopt1docomo base d ~ reconstrucción . Relegamos a un olvido pi ado so el réormismo culpable que hizode la política un instrumento de maffias que se demoran entre sí con el antifaz depmidarismos que a la postre han debilitado y corrompido ei cuerpo de a patria. La ambicióndel mando y la codici?. tiemblan hoy ante la exigencia de honestidad y de sinceridad q ~ econvirnen la polít ca e11 un a p o ~ t o : a d o La r e r o v a c i ó ~ alcanza al pas•do inmediato y re·1isa lahistoria. Las le)'eS de la época ¡ ~ a r i s t a ccnsol:daron la discordia al C:ividir a la n;,ción en dosb a ~ d o ~ irreconciliables: libuales '/ reacc:onarios, que, por otra parte, y con frecuencia, han

coincid;do tan sólo en la codicia cor. GUe 21 amparo de libertades fal;as se enriqueLieror1 dentro

('} Tmcena, Alfonso: je>sé 'lasconce/os.Porrúa . S. A. Mé xico, 198í, 21-24 .

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de la impur,iód de ios ca¡iitaiisrno sin freno . Bajo etiquetas aparentemente di$tint a1 , 'f alamparo de leyes hechas , ; riq ueza nacionai pasó a manos de extranjero, er. tanto que la iglesiav el c a m p e s ~ d o se c i ~ r o ~ no bres. bs leyes de amortización, a: disolver las c o m u r i d a ddejaren la propied ad agraria a' merced de la.tifundio nativo y de ias concesiones imperia listas.

La Unive ,s idad del porfirismo recog:ó la doctrina que se llamó de los científicos, o sea, unevo udon srno que en nor '?bre de filósofo Spencer justificaban, c:orno derecho de los fuertes,el atropello '/ el aouso de la clase gubernamental.

. Vino, por fin , eí estallido revolucionario. Las aspiraciones nacionales que<hror. d e f i n i d apor Francisco l. Madero en el Plan de San Luis Potosí, que contiene ideario de todo lo buenoque más tarde se ha hecho o se ha debido hacer. Desventura para la Patria f u ~ que Madero nohubiese podido llevar a término su obra. Con Madero se habrían resuelto en forma senSltatodos los problemas económícos .' Su política generosa: iluminaJa por su inteligencia superior,

habria puesto las bases d ~ una unidad nacional fundada no en la 1nezcolanza de los valores, sinoen una valiente reforma de los pree<optos antiliberales de la Constitución, al mismo tiempo quese habría logrado la paz política en la única forma en que el a es perdurable, o sea, el respetoal sufragio, que garantiza el funcionamiento de los partidos.

Sacrificado Madero en la forma inicua que todos sabemos, el pueblo mexicano tornó ademostrar su salud y su entereza levantándose en armas para consumar el castigo de losusurpadores. ?ero la Revoluciór. había perdido el r.orazón y la cabeza, ¡ a la hora del triunfotan sólo tuvo br·azos para lanzai" golpes de venganza, que acabaron por volverse contra os

mismos vencedores deshonrados por el faccionalismo. Se pretendió desacreditar al amor y sehizo bandera del odio.Triunfaron ensayos socializantes que engañaron la opiniór., en tanto quelos má$ altos jefes ejercían la dictadura y ávidas de riquezas se burlaban de todas lasintenciones nobles que, según decían, eran la causa del fracaso maderista.

MierrtrJs tanto el mundo se transformaba corno consecurncia de las últimas grandesguerras. En la crisis se vio cluo que el liberalismo se había prostituid<> , falto de algún cor.tenidcde piedad que hubiera puesto límite a las ambiciones de lucro que desató el capitalismo. Porsu parte , el socialismo, ai renegar de sus orígenes cristianos, se fue encaminando por lógica

materialista hacia el odio de la lucha de cl;,ses, para caer, finalmente, en los horrores de iad i c t 1 d u r ~ política de tipo soviético .

Y legamos al o m ~ n t o actual en que los países ex:gen radicalismo, p ~ r o en la verdad vidaibre, pero libre de l ~ s rntervencioncs exageradas del Estado . Fatigados de p1d¿ce.- la hipocresía

y el abuso. cada u ~ c de nasotros v1ieive la vim a los eternos modelos de la conducta éelhombre. "olvemos a reconocer, como antañú, que quien de m ·guía '/ ¡eie de los homb;esha de comenzar e j ~ r c i t á n d o s e en el rie:go y sacrificio ~ n t e s de exponerse a las tentacionesdel poderío . L.os tiempos están madLlros para el cam bio, ne sólo porQue nuevas generacionese d u ~ a d a s en el sufrimiento están ingmando e;i 1<1 vida pública, sino porque habían liegaco a serabstractioíles y palabras vacías de contenido: igualdad ~ e g ú n el capit11ismo; fraternidad 110 enJesús, ~ i r . o en la maffia, y libertad, según las directivas del partidc, ¡ i o r q u ~ ni siquiera las pobresabstracciones postul:adas se pusieron ja'11ás en práctica. Mentes distinguidas de nuestro paíshan insistido en que el peor mal de México se halla en la$ discrepancias que han venidu$Ubsistiendo entre la ley escrita y la• prácticas de nuestra cunvivencia política. El corrtrastedeshonroso ha perdurado, quiá po ;·que las doctrinJs mismas no ~ r a n en realidad ni sinceras 11i

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generosas. Desprovistas de amor al prójimo a la manera cristiana, es decir, fundado no enhumanismos huecos, sino en la divinidad que otorga a cada hombre el ser hijo de Dios, eranawral q ~ e semejantes credos políticos cayeran dpidamente rn la corrupción e descrédito.Ahondando hoy en la verdad, no.s damos c ~ e n t a de que no es la Etiqueta del partido io quedebe separar y distinguir a los hombres, sino la fidelidad que ur1os y otros hayan guardado a losprincipios que están por encima del partidismo, la política y la Patria misma, como son: la

verdad, la justicia y el bien. En todos los órdenes, las vie¡as divisiones pierden s e n ~ i d o porquees la hora de :evantar nuevas banderas y construir regímenes altos y limpios. Una ideología esel umbral de cada período progresista y creador. No es hora de restaurar. sino .de c r e ~ r Quizáa vuestra generación toque la hora de dar la vuelta al timón de los destinos ~ a t r i o s . Paramerecerla habréis de conquistar primero· la propia autonomía rompiendo toda clase decompromisos sospechosos. Cultivad el aseo de todo lo que es turbio, de todo lo que 1e hallecontaminado de oportunismo y de condescendencia culpable.

Nue{OS sistem?s en la economía y en la político. Nuevos principios, también rernrdandoque sólo es nuevo lo que está fuera del tiempo, porque es eterno. Así, la supremacía del espíri:uy a bondad que se funda no en altruismo, que son prolongación del egoísmo, s:no en la caridadde Cristo, que se acompaña siempre de sacrificio. Desprecio de las rebeldías superficiales ydedicación insobornable a la revolución de las almas, que es la úr.ica fuente de donde puedesurgir una transformación de nuestra realidad patética. Revolución que consiste en dar más queen recibir y que encuentra su fuerza en la certeza de que por encima de lo humano, y por sobrela historia ha¡ fina:idades que hor,ran e: destino y nos redimen de la conJiciór, que nos ata aa bestia, nos levanta a las aituras en que >e complacen los bienaventuradcs conform< a:Sermón de la Montaña.

Afortunadamente para nosotros, los pueblo> más adelantados de nuestra época estánresolviendo los. problemas contemporáneos de modo firme )' profundamente justo. Unsocialismo de contenido estrictamente cristiano se desenvueive conforme a prácticas queaprovechan la experiencia dE las últimas d2cadas y tienden h;ic a la relativa igualdad en loeconómico, pero sin perjuici0 de mantener vivas y libres las d e s i g ~ a l d ¡ ¡ d e s del espíritu que;iermiten a cada quien el desempeño cabal de su funciór. dentro de la colectividaci. En laAmérica dei Sur algunos de los principales pabes han resuelto ya la cri;is, liquidando parasiempre l i b e r ~ l i s m o con su bagaje de o p r e s i o ~ e s y rle hipocresías, d fin de adoptar ~ i n reservala democracia social cristia11a, cle acuerdo con las modalidades r ~ c l a m a d a s por ia idiosincrasiahispanoamerion;;. En México "1isric e: ~ a r . i b i ' . l :e anuf cia , ,¡ n0 ~ o d a v í a en organizaciones

positivas, sí por lo menos en el descrédito en que se hallan la, viejas ~ a n d e r í a s .

Por ahora sól0 rodemos decir que pa<lecemos la oscuridad y el tcrmcnto de esto> años ,desho11rados por la ccnfusión y ;: rientira. No sólo nosotros, todo el mundo se ha ·;istoemuelto en el t ~ r r o r cie t;ansform2ciones apocaliptk;;s. Ycada nación v;, saliendo del caos,depurada en su orgullo y me¡or dispoest;i para las creaciones del fllaiiana. Nilestros ancestros

e s p a ~ o l z s ir.iciaron en la historia la era oceánica de que hab a Toymbee. Y os hispanos ce hoyen :a P e n í n ~ u l a y en el Nuevo Mundo tene;no; que contribuir a misi6n de estructur.:r rue\·ascon<licioncs humanas de convivencia y de progreso. l.Jn rnp o de esperanza wnmueve los

ánimos de lo> que·son sinceros y honrados . Los matEriales pan J3 reconstrucción seguramenteq11e no nos faltan. Nos hallamos en el cer.tro de lo que q u i ~ á mañana el historiador califique deuna Edad de Ü;c de las almas . En toüos los órdenes ;e están produciendo en €Stos díasnuestr0s obras del es¡iírit" de una profundid;;d que ya parecí2 imposible lograr. En IJs cienci;,s

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n el pensamiento. el genio se está ~ i f e s t a n d o quizá como nunca en el corto espacio dea ~ o s desde la segunda guerra a la fech a. Libros clave z;iarecen todos los días. St: dirla que elspíritu , en compensación de múltiples calamidades de nuestro tiem?º· se ha puesto a

manar por las fu erzas cristalinas de ün s i n n ú m e ~ o de conciencias nobles despejadas. Bebeden sus aguas. No aceptéis otros maestros geniales. La dorada mediocridad, el pomposo

conformismo son patrimonio de fariseos. Los tiempos creadores encarnan en personalidadesva lientes luminosas . Acabo de mencionar los lil:.ros de nuestro tiempo. Ar.da por allí losuficientemente di vulgado uno que debiera pasar a la memoria de todos les jóvenes del mundohispáni.:o: el Felipe//, de Thomas Walsh, que pone en evidencia toda la intriga fraguada por lesFrancis Bacon y los dos Cecil, y los que, haciendo su prisionera .ª la Reina Isabel. la obligan a

r e n e g a ~ de su prim itiva íe catlilica, para extender por el mundo su dominio que por tantos añoslog ró cobijarse bajo la band era de la Gran Bretaña. Donde este dominio no se impuso por :asarrr.as se infiltró mediante la propaganda. Nos llega a nosqtros con Ca"rlos 111, calificado deprogresista, el instriJmento de penetración ext raña yque en México reemplaza el poder de losmunicipios, que eran s ~ m i l / a democrática , cor. la arrogancia de las Intendencias, que son elorigen de nue>tro s si>temas militaristas. Ni es patriota ni sincero aquel que , confrontado conpruebas de calidad tan evidente, íl':J comp renda la necesidad de una r ~ f o r m a total del criterio.

Que el espíritu de la Patria no ha muerto , lo estáis probando vosotros en esta reun ión, enla cual he contemplado el desfile de ia de vuestros ojos juveniles y a fuerza de pasión contenidaen vuestros corazones.

Que mañan J seáis vos.:>tros la generación que e n c a r n ~ realice los anhelos patrios enarmonía de las grandes corrientes que bu>can hacer riel maíiana un Mundo r ~ d i a n t e tal es elvoto de Este amigo vuestro q ~ e acosado por los años no por los combates, ya no podráacompañaros en la lucha, pero os ofrece lo.; raudales de su fe para engrosar las fuerzas delespíritu que han de traernos , por sobre lo humano, el triunfo definitivo de lo absoluto.

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11. ·Motivos de escudo de laUniversidad Nacionai

Discurso ante la Confederación Nacionalde Estudiantes (*)

c. 1953

Jóvenes amigos: R e s p o n d i e ~ d o a su i ~ d i g ~ a c i ó n reciente, paso a r.u11ifestarles lo que sigue:

El hallazgo de un lema que complementara el nuevo escudo de la Universidad N3cion al de~ é x i c o

me resu tó indispensable para formular el propósito y ia orientación de la Universidadque se lanzaba 3 destino por el impulso de la Revolución . Me tocó rescatar nuestro primerinstituto t ~ a c l i c i o r . a l de enseñanza, de manos de la barba rie carrancista que por decretos JefuerZl se habia apoderauo de a escue a de BarrP.da, cornbalida por nosctros; >n embargo. mu¡superior a lo su e estaba sie11do desh echo . Les asaltantes., en efecto, hdbían convertido nuestraPreparatoria en mala réplica de una secundaria protestante n o r t P . m e r i c a ~ De rectorfuncionaba un 3boeado conocido en el foro por sus astucias curialescas [se refcda al licenciadoJosé N ~ t i d a d Hacías], pero cabalm ente inculto y sin otro título para e mando que su viejacamaradería lOn el Carranza de los tiempos en que dmbos fu ero n incondicionales servidoresde la dictadura. Los profesionales habían i d o reclutados er. las segundas filas del norm ali srno,

que por su íncol¿ popular gané influencia d ~ r t r o de círculos politicos de 12 RP.vol•Jci0n, peroque en genera c1reda de preparación académi(a. Aquel:as subalrnas, p o ~ lo mismo se habíanvuelto materia plástica frente al programa extrarjero de deformación de nuestra índolenaci'.Jn1 . Resultaba urger.te salvar as e,encias ce nuestra pro pia cu tura , librándono>de aquellamediocridad si11 cohesión ¡ sin médula, y para hacer o era men ester ir1tegrar una nuevaideología. Media11te eil a se evitaría, de paso, ei peiigro de recaer las dominas políticas del

p ' . J r f i r i ~ m o que la prcpia R¿volu.:ión había comb atido d e ~ d e la cl <: ridad maderista, s a l : e ~ : laevo ludén >perceriana, el ci entiíisrr.o de Justo Sierra yel materi ali smo de Compte. Era urgeme

•('·) Tara cena. ~ l f 0 n s c : José Vasconcetos. Editorial

Porrua. 5. A. M•xico. l9Q2. ¡ 29-l l

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demcstia¡· Revo 1u .:i6 ¡'¡ posci;; capaci dades pr0 p1a s y empeño en es cdlar las más t ~ scumbres dei espíritu , sin perju icio de '1edicarse a satisfacer ios intereses de os h u m i d ~ s . Tanprecisa fue esta última tendencia. GUE tcqo lo que _ < ·y se dict de orientar la n i v e rias metas de ia ¡usticia socia . no es más que ur «;·efrito » de ias declaraciones revolucionariasque cualquiera puede leer en la colección de mis discursos universitarios de la época. Nos

p u s i m o ~ . pues, a-uabajar en el doble aspecto social y espiritual, pero si.1 demagogia, porqu econtábamos con timbres sufic ientes de distinción y de s ~ c r i f i c i o en la lucha, para no ter.u que

descende,- a la a6 •1aci6n servil de las multitudes. Trabajos para la_  ma>as, pero sinsubordinarlos a sus (riterics (Onfusos, menos aún a ju icio de iderciiios y agitadore s. Alco nt1 ario , procurábarn_os dar a ia masa, ter,1as de 1scension para llevarla, junto con losadversarios, a las cimas esplendorosas de ia sobrehumana sabiduría. . ·

Había que comenzar dando a la escuela el al Lnto superior que le había mutilado ell<t icismo, así íuese para eiio Üur 'ar b iey misma. Esta nos-vedaba toda referencia a le q u ~ . sinemb argo, es la cuna y la meta de t0da cultu1 a: la reflexión acerca de_ hombre ysu destino frentea Dios. Era indispensable introducir en e a ma de a enseñ anza, e conceptc de a religión, quees conocimiento obligado de todo pensamiento cabal y grande. Lo que entonces hice equivalea una estratagema. Usé la vaga palabía ESPIRITU, que en el lema significa la presencia de Dios,cuyo nombre nos prohíbe menc ionar, dentro de mundo oficial, la Reforma protestante quetodavía no ha sido posible desenraizar de las Constituciones del 57 y del 17. Yo sé que no hayotro espíritu válido que el Espíritu Santo; pero la palabra SANTO es otro de los términosvedados por el léxico ofic ial del mexicar.o. En suma, por espíritu quise indicar lo que hay enhombre de sobrenatural, y es o úrico valioso, por encim1 de todo estrechJ humanismo ytambién, por supuesto, más a l i ~ de los problemas económicos que son irrecusables, pero nuncaalcaílzaría a normar un criterio de vida noble y cabal.

Para acabar de entender el lema, sin embargo, es preciso recordar la época en que sei1wer1tó: e: carrancisn10 habí<t coído desacreditarlo frente a_ la .:ultu;-a, en geuera: por sui"arr.plonería, y en particular por el máximo pecado de hober suprimido, en torpe emulación delo norteamericano, el antiguo Ministerio de Instrucción Pública. Fue, pues, 1 n d i s p e n ~ a b l e enconsecuencia y como primer p a ~ o de una restauración civilizadora. volver a cre2r el Ministeriode Educac:ón Públic1, pero ya 110 según el plan raquítico de la era p o r f i ~ i a n a reducido aDistrito Federal y los Territorios, sino de manera ancha ygenerosa, con acción sobre torio elte •riwrio de a patria. Al imp1lsc rle esta exigencia , la Un vers:dad empezó a crecer hasta que,fecundad?. por la Revolucién, hallóse .:onvertida de hecno en S e c r e r ~ r í a y en seguida, p0r su:nflujo, provocú la reforma const'tuc'onal que trajo a ía existenci2 el primer Ministerio de

Educaciéin Pública Feder<.I dz n11estra hist0ria. A a Universidad de entonces , que no se ufanabade autonomías hioócritas, sino 1ue estuvo bien cemralizada ba¡o el 9uño de su 1·ector, debe lapatria su primer Ministerio de Educación Pública Narioml.

Gu.stan de olvidar esto los m e n ~ u a d c s que urditron falsa autonomía para desviar laU11i·1ersidad del m o v i r 1 i e ~ t o vascor,celista, ia página más noble de la historia políticaU1Jiversitaria, y, para terminar, cór:io lo consiguieron, haciendo de la Universidad otro apP.ndicede la misérrima y confusa burocrac ia nacional. .

De todas maneras ía Univers:dad dio a luz, c o ~ la Secretaría, una hija que pronto la superó

en fecund idad Y est atura , y a la cual ya nadie disputa su misión de ilusrrar «I pueblo de laRepública.

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En lo espiritual siguió la Univer;idad contemplando desde arriba el panorama nacionallo encontró pequeño. Yasí es cómo a su propia hija la Secretaría le transmitió el escudo que

r e c i e n t ~ m e n t e había creado.

¡.Qué es el escudo? El escudo es, en primer lugar. una protesta en contra de aquelpequeñito anhelo que arrodillaba a la juventud en lo que se llamó e altar de la patria jacobina.Altar sin Dios sin santos. Altar en que muchas veces el caudillo sanguinario ha suplantado al

héroe al santo. Altar que en todo caso está cerrado wn techos de concreto a la p e ~ e t r a c i ó nde los efluvios que vienen de lo alto. luego, ¡cuál patria?: no la grar.de que cor11partimcs cor.r.ue;tros mayores del imperio universal esp:i.ñol, sino ia muy reducida en el territorio ¡ en laambición, que es el resultado de los e;Torcs del período de formació;1 que nos rnstara lapérdida de Texas y California. Después·de la Revolución, que tantas esperanzas engendró,porquE: no se ligaba con ningún pasado sombrío, porque en sus comienzos no ir.tentabacontinuar la Reforma, sino rectiíicar la Reforma, resultaba indispensable provocar elcrecimiento del alma nacional. Yya que no podíam0s reconquistar territorios geográf;cos, noquedaba otro recurso aue romper horizontes y ensanchar el espacio ideal por donde el amor,

ya que no la iuerza, pudiera conquistar heredades del espíritu, más valiosas a menudo que ladisputad2 soberanía territorial. El paso inmediato, en consecuencia, era obvio: reemprender elesfuerzo, ya secular, pero abandonado y saboteado por las dictaduras nacionalistas, de ligarnuestro destino con los países de nuestra misma estirpe española, en el resto del continente.

La independencia del sur, con Bolívar, con S2n Martín, había engendrado no sólonacioncitas, a lo iiberal britinico; también había inventado el anhelo de constituir cor. lospueblos afinE:s por el lenguaje y ia rdigión, federaciones nacionales poderosas. Nosotrús nopudimos c o n s ~ r v a r ni siquiera la confianza de Centroamérica, a efecto de haber construido ur.avigorosa federación del norte, aliada con el grupo disperse de los pueblos ilustres de Las

Antillas. Todo por culpa de as dictaduras y de la confusiór. doctrinaria de I;; Reforma, que ensu odio a España nos deformó el patriotismo subordinado al recorte t ~ r r i t o r i a l y a la mentirade su soberanía fingid2.

Rot2 desde h;;cí2 tiem¡:io nuestra soiidaridad con los herll'ar.os de la Ar.iP.nca Español•de España, un sentimiento reducido e intoxicado, adem:ís de falsas patrioterías, mantuvo enopresiór. nutstro; pechos hasta que la Revolución despertó e x i g ~ n c i a s nobles, informes.

E n s a n c ~ m l a ~ era el dd>er de la UniversidatJ. Síml.olo gráfico de e;ta eciosión cle l aÍIT'amexicana, fue el diseño ciel escudo, er.tonces nuevo, cuya historia estoy describiendo. Consta

e c:scudo dos e e m ~ r . t o s i ~ s ~ p a r a b l e s : m•po de AmÉrica E s o ~ ñ o l a Q U ~ er.cierra P.n sefondo el lem2 que le da sentido. Por encima del e n c u a d r a m i e ~ t o , un águila un cóndorreemplazar. e: águila bifronte del viejo escudo del lr.iperio Español de nuestros padres. Ahora,en el escudo, e 2guila ~ e p r e ~ e n t ~ a nuestro México legendario y el cóndor recuerd2 epopeyacolettiva de lo$ p ~ e u l c s h?.rmar.os del continente.

Figura de esta ~ u e ; t c la unidad Je n u e ~ t r a raza; sólo fa:taba pedir al Veíbo u n ~ expresiónque r.iarcan a ruta de los destinos comunes. Me vino ésta, de slibito, yfue la vo"L dz un anheloque se rehacía e ~ la Universidad y había de retumbar por todos los confines de la lengua: es el

lema un compromiso quizá <Jemasi1do ambicioso.

Por MI RAZA HABLARA EL ESf'IRITU: es decir, deberemos ser alg0 que sigr.ifique er. elmundo Y, en primer lugar, dije raza porque la tengo, la t e n e m o ~ . Nuestr;; raza, por la s ~ n z r e

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ya se sabe, es doble, pero sólo en México, en el Perú, en el Ecuador es donde hay inc ios. Enel resto de América nuest1 a raza es una mezcla de base latina, españo la e ital iana, que noexcluye una sola de las variedades del hombre; n_i el negro del Brasil ni el ch;no de las costasperuanas. Una rüza compuesta que lo será más aún en el futuro. De allí 1a tesis de lu razacósmica, que implicitamente está contenida en el escudo y que hoy anuncian histori ado rescomo Toymbee, como fatal conglomeración humana en todo el planeta. Pero por lo pronto hay

que comenza r recordando que somos lat in os. Dentro de lo latino nos i.npelen haci a adelante ·los gérmenes de las más preciadas civilizaciones: el alma helénica y el milagro judiocristiano, elderecho de la Roma pagana y la ob ra civ iliz adora y religiosa de la Roma católica.

En nuestro abo lengo hay n o m ~ r e s envidi ados de todas hs nacione s, co mo Dante Alighieri,magno poeta de todos los tiempos. En nuest.-o pensamiento hay torres como Santo Tom ás ySan Buenaventura. Y particularmente en la América nuestra, del Paraguay a California, es elco rdón franciscano la disciplina de obra civilizadora que todavía se prolonga y que no hubieraalcanza do realización sin ei esfue rzo quijotesco que guió la conquista. Raza es, en suma, todolo que somos por el espíri tu: la grandeza de Isabe l la Católica; la Contrarreforma de Fe'ipeque nos salvó de l ca lvi nis mo; la emanci pación americana, que nos evitó la usurpación inglesaintentada en Buenos Aires y en Cartagena y que, con ~ o l í v a r fijó el carácter español y catélicode los pueblos nuevo s. Nuestra raza es as im is mo toda la presente cultura moderna de laArge ntin a, con el brío constructor de los chilenos, la caba llerosidad y galan ura de Colom bia yla rec iedumbre de los ve nezola nos. Nuestra raza se exp resa en la doctrina política de LucasAlamán, en los ve rsos de Rubén Da ío y en el ve rbo iluminado de José Martí. Todo esto es loque el lema co ntiene '/ coordir,a pa.-a encarr.inarlo hacia la g1·andeza imperia l.fNos despierta el

. . emb lema el orgullo fecundo y la ambición noble de los p ~ e b l o s que no se contentan con recibirhecha la histori:, sino que a engendran , la conforman, le imprim en grandeza. Quise, en fin, dara los jóvenes por meta, en vez de la patria chica que nos dejó el liberalismo, la patria grandede nuestros parentescos c o n t i n e n t a l e ~

Todo esto se halla en el lema que ahora está encomendadc a iJ defensa de nuestrosco razo ne; juvi::n iles. Yo ¿scuve er. la Univmiciad co;no de paso. Me dirigí a ella l:i::vando en elpecho un mano jo de leng uas de fuego del incendio revolucionar o. Me cerraban lo puerta anchano sólo los viejos profeso res de la dictadura, también los nuevos de la Revolución falsificüda.Tu ve por lo mismo q ~ e

entr ar

porla ventana, pero ba del brazo de la aurora

.En mi cor.ciencia

alentJba la Revolución, que era entonces una moza lozana ygarrida , con ;.lgo de Minern en latesta y en el brazo poderes como de A1 cár1gel. Se ha pretenciidc que era distinto er.tonces alde ahora. a ~ a mis fals:i. Pára rr,Í la P.evoPici6n no e; a una rn aewa i'Ígid<l ni podía serlo, p u e ~ t oque yo era de lo? encargados de crEarie la doctrina . Precisarnwte ~ a l foa a ser la función de la

U n i v e ~ s i d d : poner claridades en un r . i o ~ i m i e n t o socia naturalmente informe. Desde entoncessabía que un rr.ovimientc social j e ~ o al ~ e n t o religioso de a Hi toria. no podía ~ r e d u c i r másque miseJÍa y tirJnh. Siempre d ~ espaldas al partidarrsr.io político, ~ r o c i ; r é d c f i 1 1 i ~ la Revolucióncomo un sister¡;a de creac iór. y de franqueza. Por eso hablé sin recato de inspirar el movimiento

socia l enn

cioctrinarismo cristiano de tipo qui:: hoy parece mediocre,p ~ r o ~ u e ~ n t o n c e s

sehallaba tn boga: el tolstoiano. No hay, por b mismo, duJlidad entrP mi posición francümentecristian1 de entonces, que consta en declarac1one públicas, ~ u e ya en aqJe lla €po ca rasgabanel convencion;;lis::io particim, )' mi pos:cién dE a h o r ~ . que sostiene la n i : : c e ~ i ó a c Je encauzarel desarroll0 social dEntro de las norm as estrict2s de  evangelio interpretado por las encíclicas.

Son lo> logreros de la Revoluci6n ios que han inventado la patrañ a de mis claudicaciones,

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pua dar algún pretexto a a que etlos consuman con su condu cta. No vo vt: ré : b

Uoiversidad ni a ia acc ión pública oficial.La 1ida   ~ o m b r e es cc n:a y ia ta rea es in men s:; 5;¡,

embargo, realizable para todos aque i os que confían en a Promesa_ No sé lo no volveré, sinoque no v e r í ~ a cambio de ten t: r que constreñir :ni pensarr.iento para au > tar o a   o l d ede una ideología burocrática o partidista.

De la Universidad me__charon. por fin , por la ab ertura de los sótanos , pero no en derrota.

No volveré en persona. pero o idea que está en el lema siempre hallará un claro por dondeentrar. Una y otra vez volverá a introducirse en l ~ s aLias, por el reflejo de ias ventanas, cadavez qu : la Universidad vuelva a estar en r i m a v ~ r a .

Jóvenes am ig0s: Ya·muy pronto tendréis que impro visar capitán. Yo os dejo mi bandera.El día es w 1 u ~ s t r o ; actuaa-co¡¡ vigor y con prudencia; reservad v u e s t r ~ fu erzas porque la rutaes larga y muy ar<lua. E; ley misteriosa del destino que la conquista del bien ha de costar_dolory sangre, pero el éxito es a l t e ~ n o

Mañana , en las horas del triunfo, las manos de las nuevas generaciones izarán e asta de

otras b a ~ d e r a s más gloriosas, bordadas con l2s letras de oro de los principios eternos. Milábaro no estaba hecho para el lucimienco de los desfiles. Es un airón de combate. Nada nosimporta .:¡ue lo borren de las placas que escribe la a d ~ l a c i ó n y de los membretes del papeleoburocrático de los estandartes cqve encabezan las procesiones del servilismo. Mi encargo es .que el actual escuda, con su lema, lo dejéis plantado en la trinchera más expuesta y bajo elfuego tupido de la metra:la .

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BIBLIOGR FÍ

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