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StaffModeradora♥Yvonne 

nElshIA

TraducciónNelly Vanessa

CrysKyda

Kath

melusanti

Bluedelacour

Maria_clio88

Pequeñadamphir

nelshia

Molly Bloom Axcia

adejho

madgys83

Niki26

 Agus901

Kuami

CorrecciónKydaMaria_clio88

Mimi

caronin84

Cecilia

Crys

Recopilación & DiseñoCecilia 

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ÍndiceSinopsis

Prólogo

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Epílogo

Biografía del Autor  

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Sinopsisriado como un prototipo de las drogas de obediencia de la Bratva Georgiana, 221falla al pensar, actuar o vivir por sí mismo; la marioneta de muerte perfectamentecreada de su amo. Con una altura de un metro noventa y ocho centímetros, con un

peso de ciento trece kilos y sin rival en el combate a muerte, 221 asegura el éxito denegocios para el jefe de la Mafia Georgiana de Nueva York, en el oscuro mundo de laclandestinidad criminal. Hasta que sus enemigos lo capturan.

 Talia Tolstaia sueña con romper las fuertes garras de la vida Bratva. Sueña con otra vida,lejos de la correa asfixiante de su padre el jefe de la Bratva Rusa y de la brutalidad de su

trabajo en The Dungeon, la empresa clandestina de combate a muerte de su familiacriminal. Pero cuando se topa con el cautivo de su familia que es más monstruo quehombre, comienza a ver al hombre debajo. Un poderoso, hermoso, hombre dañado, cuyocorazón llama al suyo.

Pero los sacrificios deben ser hechos, sangre por sangre... vida por la vida... Almas por lasalmas llenas de cicatrices...

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Prólogo221

eneno.

Dolor.

Quemando.

 Jodidamente quemando de forma insoportable.

Rápidos de lava corriendo por mis venas.

Mi piel... mi piel estaba demasiado caliente... demasiado apretada alrededor de micarne...

 Jadeé de ira... tanta puta ira para mantener en el interior... apuñalando mi cerebro, volviéndome loco...

Rompe a alguien en pedazos, gruñí en mi cabeza, rompe huesos, desgarra carne... siente la sangrehúmeda en mis manos.

Caminé, mis cadenas pesadas como hierro envueltas alrededor de mis muñecas ytobillos. Necesitaba matar. Necesitaba salir de debajo de estas cadenas.

Debo matar para detener el veneno.

Debo matar para frenar el dolor dentro. — ¿Estás de vuelta en Nueva York?  — Una voz de repente habló desde el otro lado

de la habitación — . ¿Los georgianos finalmente han hecho su gran retorno?

 —  Así es. Y desde hace tiempo que tenía que suceder. Tenemos negocios queresolver. Negocios de hace mucho tiempo — habló el amo, y mi corazón empezó a latir confuerza. Escucha al amo. Escucha las órdenes del amo. 

Pasos hicieron clic en el suelo frío y duro. El hombre se acercaba al amo. Caminémás rápido.

 — ¿Con los Volkov? — preguntó la otra voz — . Porque si lo es, han pasado muchascosas en cuarenta años. Son intocables. Demasiado fuertes.

El amo se rió.

 — Nos hemos vuelto más fuertes.

 — ¿Saben que está aquí?

El amo hizo una pausa, y luego respondió:

 —  Van a averiguarlo muy pronto. No nos esconderemos de la escoria roja.

El amo se volvió hacia mí, trayendo con él a un hombre. Mis músculos se tensaron ygruño mientras se acercan... demasiado cerca.

 — Pero qué...

 — Le hemos administrado un nuevo medicamento. Probado para garantizar al cienpor ciento obediencia en cualquier tema. Ningún otro puede ofrecerte esto, Nasar. Los

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italianos no habrán visto nada igual. Tu negocio superará el suyo cuando tus chicas puedanatender cada capricho del comprador.

La voz del amo apuñaló mis oídos. Siempre he oído al amo, mi cuerpo se tensamientras esperaba su orden. Mantuve mis ojos en el suelo mojado oscuro como el amoordenó, sin hacer contacto visual. Me dijo que era un perro, un asesino. Me dijo que era su

esclavo.Calor abrasador envolvió mi carne; el dolor al rojo vivo en mi cabeza se apoderó de

mi cuerpo. Temblando, me tensé antes de gritar de dolor. La furia se apoderó.

Cada músculo de mi cuerpo se retorció, picando, ardiendo, sediento de entregar lamuerte. Mis cadenas se sacudieron más fuerte mientras mis manos se apretaron en puños,imaginando la masacre de un adversario, poniendo a prueba la fortaleza de los pesadospuños alrededor de mis muñecas.

Los pies del amo se acercaron más. Caminé más rápido. Mi corazón bombeó másfuerte. Le susurré en alto con dientes apretados.

Klavs, Klavs, Klavs   — matar, matar, matar —  necesitaba matar.Inhalé un largo suspiro mientras el extraño hombre se acercaba. Gruñí y mostré losdientes, advirtiéndole que se mantuviera jodidamente lejos de mí.

Dio un paso atrás. Podía oler el miedo en el hijo de puta.

Miedo.

El miedo apestaba. El miedo apestaba. Lo odiaba. Malditamente lo odiaba.

Klavs, Klavs, Klavs...

El veneno en mi sangre hierve más caliente todavía, mis venas gritan por el dolor del veneno quemando. Halé las cadenas alrededor de mis manos, en busca de la liberación del

tormento que traía el veneno. Mis músculos tensándose, mi cuello endureciéndose, y miespalda estirándose, rugí un grito ensordecedor y aumentó mi velocidad de caminar.

De ida y vuelta... de ida y vuelta... de ida y vuelta...

Los pies del hombre se adelantan y comienzan a rodearme, su sudor cae a la tierraagrietada de la bodega.

 — ¿Has logrado controlar a este? Parece salvaje.

El amo dio un paso adelante; se acercó, mi cuerpo se tensó. Dio una palmada en mibrazo.

 — 221 es mi posesión más preciada, mi prototipo, mi dzaghii , mi perro. Obedece todo

lo que le pido. Cualquier cosa . Ha tenido una ración concentrada de la droga de tipo A estamañana. La droga Tipo A crea asesinos en demanda, la Tipo B, esclavos perfectamenteobedientes; esclavos que harán todo lo que quieras.  — La voz del amo está llena deemoción — . 221, aquí, mata con una eficiencia perfecta. Para una aniquilación completa.

Los pies del hombre se detienen, de pie junto a mí, y pude oír su latido acelerarse.

 — Pruébalo — dijo en voz baja.

El amo se rió.

 — ¿Trajiste a los hombres?

 — Están aquí — respondió el otro hombre — . ¡Tráiganlos! — gritó como una orden aalguien en la entrada del sótano.

Él se movió para estar al lado de amo.

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 — Necesito hombres de confianza a mi lado. Nuestra guerra con los italianos se estácalentando. Necesito hombres que no cuestionen lo que se les pide. Hombres que nopuedan ser vencidos en una pelea. También quiero que mi gente sea obediente. Quiero quese abran a todo lo que un comprador quiera. Si esta droga que has creado y tu sujetoresultan ser verdad, tenemos un trato.

El amo se alejó. Un guardia se acercó a mí y empezó a aflojar las cadenas. Mis pies semecieron de un lado a otro, mientras las cadenas caían al suelo. En cuanto a mis manos,poco a poco las apreté en puños, el chasquido de mis nudillos se hizo eco alrededor de lahabitación.

Una respiración pesada vino desde detrás de mí. Mi labio se curvó... debilidad... 

 — 221, t'avis mkhriv   — amo me ordenó dar media vuelta y mi cuerpo se desvió, con lacabeza hacia abajo, con las piernas moviéndose en su dirección.

 — 221, mzad   — amo me exigió prepararme. Mi barbilla se levantó. Seis hombres sepresentan delante de mí. Seis hombres sonriendo, sosteniendo dagas.

Mientras otra sacudida de lava se extiende a través de mí, un gruñido retumbó en mipecho.

Klavs, klavs, klavs.

 — 221, t'avis mkhriv   — dijo amo de nuevo. El guardia empujó un par de sais negros enmis manos. Nunca quité mis ojos de los hombres que estaban delante de mí, no eran másque una presa. Rodé mi cuello de lado a lado, con las piernas abiertas, listo para atacar a mipresa. Mi sangre corrió más y más rápido, mis manos picaban por cortar a estos malditos.

El hombre con el amo habló.

 — Estos son algunos de los mejores hombres que tengo. Si tu perro puedederrotarlos, tenemos un acuerdo.

 — ¿Cuántos quieres muertos? — preguntó la voz del amo.

El hombre escupió.

 — ¿Cuántos? ¿Me estás diciendo que matará a todos , si se le ordena?

 —  Va a matar hasta que le ordene que se detenga.

El hombre se movió para pararse frente a mí, sus pequeños ojos oscuros mirando losmíos. Le mostré mis dientes y gruñí. De inmediato dio un paso atrás.

Una sonrisa finalmente tiró de sus labios finos mientras el fuego se encendía en susojos.

 — Quiero verlo matar hasta el último. — 221  — comandó el amo. Mi cuerpo se tensó, mis dedos agarraron el sais — .

Sasaklao.

Mata.

Mis pies se tambalearon hacia delante, mientras los seis hombres corrían hacia mí a la vez. Una niebla roja nubló mis ojos mientras daba el primer golpe, la sangre salpicando mipecho.

Corté.

Rebané.

Masacré.Putamente los maté a todos.

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UnoLuka

The Dungeon.

 Apertura de la temporada.

Brooklyn, Nueva York.

arpadeé... Parpadeé de nuevo. Jodidamente no funcionó. No retiró lasimágenes de mi mente.

Estirando la mano, arañé el nudo de la corbata de seda que me habíanobligado a llevar y lo aflojé. No podía respirar una mierda.

Cada músculo de mi cuerpo estaba tenso mientras estaba sentado en este sofocantepalco privado, mirando hacia abajo la jaula del calabozo, la ventana amplia me daba la puta

 vista perfecta de los dos luchadores rasgándose mutuamente en pedazos.

El ruido de la multitud era ensordecedor; gritando y clamando por la sangrederramada, mientras el primer combate de la temporada comenzaba.

No importaba lo duro que tratara de mirar hacia otro lado, mis ojos estaban fijosfirmemente sobre los dos hombres en la jaula. Mi corazón se aceleró, mis manos se

cerraron en puños y mi mandíbula dolió mientras apretaba los dientes demasiado duro.Con cada golpe que daban los combatientes, mis piernas temblaban. Con cada

chorro de sangre en el piso de cemento, cada cuerpo estrellado contra el alambre querodeaba la jaula, un dolor de envidia rodaba por mi estómago.

Quería entrar, quería rasgar a esos cabrones en pedazos. Quería sentir el frío acero demis manoplas otra vez en mis dedos, sentir mis hojas de púas atravesar lentamente la carnede mi oponente y quería ver como la vida escapaba de sus ojos. Quería traer la muerte;Quería arrancar otra maldita alma.

El monstruo en mi interior quería salir y estaba perdiendo la batalla para mantenerloa raya. Seis meses... seis meses de estar lejos de esa jaula, sin embargo, cada instinto me

decía que volviera. Que ahí era donde pertenecía, que merecía seguir peleando. Mispesadillas eran cada vez peores... más recuerdos de mis asesinatos cada vez más claros... laculpa y la dura batalla cuesta arriba para tratar de adaptarme a este mundo olvidado deDios. Un mundo en el que se hacía cada vez más difícil estar.

¡Mierda! ¡No podía respirar mierda!

Me senté hacia delante, pasando las manos por mi cabello; luchando contra mispensamientos, contra los impulsos en mi cabeza. Quería abrazar a los demonios dentro,pero al mismo tiempo, quería dejar rápidamente este maldito agujero de ring de lucha y nosentir la muerte obstruyendo el aire. Quería huir de la jaula. Fue en una jaula donde habíasacrificado a más de seiscientos hombres. Fue en una jaula donde había matado a mi único

amigo.

P

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Hice una mueca mientras el rostro de 362 cruzaba por mi mente: su sonrisa mientrasme encontraba en el gulag como un niño, enseñándome cómo sobrevivir, su rostromientras tomaba su vida, robándole la oportunidad de vengarse de los que le habíancondenado a la vida de un maldito monstruo.

No vi nada excepto rojo mientras subía a horcajadas sobre su cintura y ensartaba un

puño en su cuello. Sintiendo nada más que rabia mientras mi segundo puño ensartaba susien. No sentí nada excepto la determinación de una sola mente al matar a Durov mientraslevantaba los puños y, señalando hacia abajo, los sumergí en el pecho de 362, el jadeo de suúltimo aliento agrediendo mis oídos, desgarrando mi ira.

Lo había matado. Vi sus ojos oscuros congelarse con la frialdad de la muerte. Había visto como el color de la pelea desaparecía de su rostro y escuché ese último latido de sucorazón hasta que no quedó nada más que el grito ensordecedor del silencio.

   Venganza...   había pronunciado 362, ahogándose en la sangre que bajaba por sugarganta.

 Jodidamente le había prometido vengarme de la gente que lo condenó a las celdasdel gulag, la gente que todavía no había encontrado, la gente que todavía no había matado asangre fría.

Le estaba fallando a 362, mi único amigo. Y no podía vivir con ello.

Sacudiéndome en mi silla mientras el estallido de recuerdos asaltaba mi mente, micorazón tamborileaba demasiado rápido y el correr de mi sangre tronaba en mis oídos. Enese segundo movimiento de pánico, mis ojos se dirigieron al centro de la jaula mientras unluchador agarraba su arma preferida, un cuchillo dentado de caza, y lo enterrabadirectamente a través de los ojos de su oponente, el ruido de la multitud se elevó a todo

 volumen.

Mi padre y el Pakhan se pusieron de pie y aplaudieron, demostrándole susuperioridad a la multitud sedienta de sangre. La multitud sedienta de sangre que ya estabaintercambiando dinero y haciendo sus apuestas sobre la próxima pelea. Todos los hijos deputa desesperados y sádicos agradeciendo a los reyes rusos por este maldito calabozo demuerte.

Mi padre me miró y agresivamente movió su barbilla. Me estaba ordenando que melevantara, que aplaudiera, que me elevara como un maldito Dios real en la ventana, paramostrarles a los hijos de puta en el calabozo que era el Bratva knayz, el príncipe ruso de lamafia. El único heredero y el destinado a hacerse cargo. Constantemente teníamos quemostrar nuestra fuerza.

Pero no podía moverme. Este traje que me obligaba a usar estaba jodidamente

sofocándome. Esta corbata de seda, aunque floja, todavía se sentía como una malditacorrea atándome a este rol Bratva al que no podía soportar realizar.

 Traté de moverme, pero no podía obligarme a levantarme de esta silla. Los malditosrecuerdos de 362 estaban apuñalando más duro mi cerebro, robándome el maldito aliento.

Cerré los ojos, el sudor corría por mis mejillas. Estaba perdiendo, estabamalditamente volviéndome loco. Seis meses de esta maldita tortura. Seis putos meses de

 volverme loco poco a poco, demasiados recuerdos dolorosos y flashbacks azotaban micerebro.

Me tambaleé bruscamente levantándome y el Pakhan lanzó su mirada hacia mí.

  ¿Luka?

La habitación empezó a girar, las paredes como acercándose a mí.

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Mi padre dio un paso adelante.

  ¿Hijo? ¿Qué sucede?

Pero no podía responderles. Tenía que salir, tenía que escapar rápidamente de estapequeña caja de mierda.

 Tambaleándome hacia la puerta de acero que nos mantenía dentro, usé toda mifuerza para aplastarla y abrirla, chasqueando la bisagra superior fuera del marcolimpiamente.

  ¡Luka! ¡Vuelve!  Oí gritar a mi padre mientras desaparecía en el oscuro pasillo.

No le hice caso cuando me di vuelta para correr por la empinada escalera queconducía a la multitud reunida.

  ¿Sr. Tolstoi?  gritó uno de los Byki mientras corría por su lado.

Las cabezas se volvieron mientras me abría paso entre la masa de cabrones quetrataban de llegar al lado de la jaula de mierda para ver la carnicería dentro. Pero todos los

hijos de puta se movieron fuera de mi camino, sintiendo que los rompería en dos si poníanen mi maldito camino.

Me dirigí hacia el pasillo, al familiar pasillo del que me bajé cuando era Raze, elluchador de la muerte que había sido condicionado a ser ya desde niño. Los pasillos dondehabía vivido como un luchador de Dungeon, permaneciendo cada noche, solo con unacosa en mi mente: vengarme de Alik Durov, mi amigo de la infancia que, junto con supadre, me habían condenado a una vida de crimen.

Haciendo caso omiso de los entrenadores y de los luchadores llenando el estrechoespacio, me tambaleé al vestuario que solía ocupar. Golpeando mi hombro en la puerta, seabrió de golpe y se cerró de golpe, bloqueando a todo el mundo.

 Todo estaba callado en esta habitación, no había maldito ruido en mi cabeza. Este vestuario me hacía sentir seguro.

 Al llegar al centro de la habitación, me quité los zapatos de cuero de los pies,sintiendo el frío del piso de cemento. Inclinando la cabeza hacia atrás, me quedé de pie enla franja de luz de luna deslizándose a través de una grieta en la pared y me quité la corbata.Con las manos temblando, grité cuando no pude abrir los botones de mi camisa.

 Agarrando la costosa tela, tiré fuerte, rompiendo la camisa en dos, tirando los jirones en elsuelo.

Desnudo en la parte superior, mi pecho se movía con la gravedad de mi respiración. Traté de calmarme... de pensar en mi vida ahora, lejos de toda la mierda gulag, pero no

 valió para nada.Caminando hacia la pared, puse las palmas contra la piedra fría y dura y cerré losojos, tratando de respirar. Pero esta habitación me hacía sentir como el viejo yo. Me sentíacomo él, como Raze. Me sentía como el luchador muerto 818. Me sentía como el portadorde muerte del gulag georgiano. Luka el maldito Tolstoi era un extraño para mí. El knyaz dela Bratva de Rusia de Nueva York era un total extraño de mierda.

Los mismos sentimientos de cómo matar, de cómo posicionar mis manoplas apenasjusto para causar el mayor dolor, rodearon mi mente... y como la mierda los abracé. Erafamiliar... se sentía como... yo.

De repente, una mano agarró mi hombro. Sintiendo la familiaridad de un ataque del

guardia gulag, de años de ser una “cosa de mierda” y un saco de boxeo para esos pinchazosabusivos llevándome de nuevo a ese niño perdido que solía ser, me volví y agarré el cuello

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del hijo de puta bajo mi mano, golpeando su espalda contra la pared. Una niebla rojaempañó mis ojos, apreté los dientes y levanté al imbécil del suelo.

Nadie podría hacerme daño otra vez... nunca. Ahora era más fuerte, más duro. Eraun maldito asesino a sangre fría construido y condicionado.

Uñas rasgaron mi piel, respiración sibilante llenó mis oídos. Pero mis manosapretaron con más fuerza, la sensación familiar de drenar una vida bombeando una puta

 vez más.

El cobarde agitándose en mis manos empezó a volverse débil y apretó mis manos,casi rompiendo su cuello. Este hijo de puta iba a morir. No llegaría a violarme más. Nollegaría a empujarme en esa jaula y a matar a otro niño inocente. Yo también era un niñoinocente. Este hijo de puta iba a morir. Este hijo de puta iba a morir lenta, dolorosamente,bajo mis manos. No me tocarían más. No me empujarían más al maldito ring de mierda...

  ¡Luka!

Demasiado centrado en la matanza, en la prisa que venía con la sensación de un

pulso lento hasta detenerse brincando en un cuello, no oí la puerta abrirse detrás de mí. Mimente estaba en una presentación de malditas diapositivas de imágenes, de jodidasimágenes de mis enemigos. Niños que rogaban por sus vidas, los guardias apuntando susarmas a mi rostro si no terminaba con esos niños. El dolor, la tortura, la violación, lasangre, tanta maldita sangre...

  ¡Luka, para!  Una voz familiar pero lejana se abrió paso en mi tormentosa mente.

Negué.

  Luka, bájalo.   La voz era suave.

Conocía esa voz. Esa voz hacía que mi corazón se alentara. Me tranquilizaba...¿Quién... qué...?

  Luka, lyubov moya. Regresa a mí. Estoy aquí. Vuelve. Lucha contra los recuerdos.Lucha contra ellos, simplemente, vuelve.

¿Ki... Kisa... mi Kisa...?

Mis ojos se cerraron ante la voz suave y nuevos recuerdos pasaron por mi mente...Un niño y una niña en una playa... besándose... haciendo el amor... ojos azules... ojosmarrones... un alma... amor perdido... amor encontrado... una boda... el amor... tantoamor… 

Kisa.

 Jadeando, mis ojos se abrieron de golpe, la mano libre a mi lado temblaba y mi pielestaba empapada de sudor. Mi otro brazo se elevó y cuando seguí la longitud del brazo,estaba agarrando un tornillo de hierro de un banco... el cuello de un hombre, un hombreque mi cabeza decía que conocía.

Confundido por lo que había sucedido, di un paso atrás, mi mano liberando sucontrol sobre el hombre que cayó al suelo, respirando entrecortado, jadeando, luchandopor respirar.

Me tambaleé hacia atrás más lejos, hasta que mi espalda se estrelló contra la paredopuesta. Pies se movieron a mi lado, pero no podía mirar hacia arriba. Estaba congelado enel suelo, mis rodillas metidas en mi estómago y mi cabeza caída en mis manos.

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  ¿Viktor? ¿Viktor? ¿Estás bien?   La voz femenina de antes me hizo mirar haciaarriba y allí estaba ella, mi Kisa, mi solnyshko, inclinada hacia abajo, pasando sus manossobre las del hombre...

Se me cayó el alma a los pies.

 Viktor. Viktor, mi entrenador, el hombre que me ayudó a derrotar a Alik Durov.Sintiendo el tatuaje gulag en mi pecho, el negro y gran 818, estaba en llamas, vi los

ojos de Viktor estrecharse y llamar a Kisa al byki por ayuda.

Dos de los hombres del Pakhan corrieron dentro, los observé como si se estuvieranmoviendo en cámara lenta. Kisa dio un paso atrás, mientras ayudaba a Viktor a ponerse enpie. El Byki lo arrastró en cuestión de segundos y sentí un dolor tan agudo como la heridade una daga a través de mi estómago.

Mis puños se apretaron al darme cuenta de lo que había hecho.

Casi había matado a Viktor.

La puerta se cerró suavemente y oí las cerraduras girar, dos pernos de hierro que sedeslizaron en su lugar para mantenerme dentro.

Pasos tranquilos vinieron hacia mí y el aroma calmante de flores dulces se apoderó demi cuerpo y llenó mi nariz.

Solnyshko.

Dedos suaves de repente pasaron por encima de mi mano. Me estremecí y losarrastré lejos mientras defendía mi instinto de matar, herir, mutilar, sacrificar.

  Luka, mírame  ordenó Kisa, pero mantuve mi cabeza baja.

  Luka  repitió Kisa en voz más dura  , mira hacia arriba.

 Apretando los dientes, miré hacia arriba y mi mirada se encontró con un par de ojosazules perfectos.

Kisa. Mi esposa.

Con la cabeza inclinada hacia un lado, los ojos de Kisa se llenaron de lágrimas yalargó la mano para tocar mi rostro.

  Luka...

  ¡No!   gruñí. Me hundí más atrás contra la pared, dando manotazos en sumano  . ¡No me toques! No quiero hacerte daño.

Kisa se echó hacia atrás. Sabía que me estaba mirando. Podía sentir su mirada

ardiente a través de mi piel. Nos sentamos en silencio durante lo que pareció una eternidad,mis puños todavía tensos, mi sangre todavía hirviendo de rabia. Entonces, de repente, Kisase levantó, mis músculos se tensaron porque se iría, mi corazón latió rápido de nuevo alpensar en ella y en que me dejaría solo.

Pero no se alejó. No se dirigió hacia la puerta. No se fue. Se quedó parada ensilencio, solamente un rumor de tela se oyó.

No miré hacia arriba. En cambio me centré en tratar de calmar la furia haciendoerupción desde mi interior. Pero entonces una mano tomó la mía y mi palma se reunió concarne caliente. Levantando mi cabeza, encontré a Kisa arrodillada a mi lado, la partesuperior de su largo vestido negro sin mangas estaba bajado hasta su cintura, mostrando

sus perfectos pechos. Su mano sostenía la mía sobre su pecho desnudo y aparté la mirada

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de sus ojos, la vista estaba jodiendo conmigo, me destruía mirarla a los ojos. Estaban llenosde una mezcla de determinación y amor de acero, de mierda llena de nada más que amor.

 Arrasó todos los obstáculos que tenía.

 Tomando el control, Kisa me apretó la mano más fuerte alrededor de su pecho, mipolla se endureció con la sensación de mi mujer bajo mi palma. Moviendo sus piernas, Kisasoltó su dominio sobre mi mano, sus ojos diciéndome que no la moviera de su pecho, ylevantó la parte inferior de su vestido.

Mi respiración se aceleró mientras sus bragas de encaje aparecieron a la vista ydespués, malditamente perdí toda ira cuando desató los lazos de encaje a los lados, lasbragas cayendo al suelo.

Me llamó la atención el silencio mientras mi esposa, mi hermosa esposa, se subía ahorcajadas sobre mis muslos, con la vagina desnuda arrastrada hacia abajo sobre miestómago.

Mi mano en su cálido pecho se apretó, mientras mi dura polla se empujaba contra

mis pantalones. La respiración de Kisa se atascó mientras su clítoris recorría mi torso y suboca bajaba a mi oído.

   Te amo nene. Te tengo. Estás bien. Estoy aquí...

Mis párpados se cerraron con el alivio que sus palabras trajeron y simplemente así,me calmé.

  Kisa...  susurré en respuesta, mis palabras obstruyeron mi garganta.

Kisa apretó un dedo sobre mis labios.

  Shh, lyubov moya, solo... solo... ámame   dijo casi en silencio  . Déjame amartecon todo lo que tengo. Permíteme hacerte sentir seguro, conmigo. Sé mi Luka, el chico

cuya alma partió la mía. Y lo hizo. Hice el amor con ella en el suelo del vestuario y me trajo de nuevo a mí

mismo. Ahuyentó los demonios y el dolor.

 A medida que ambos luchábamos por respirar como consecuencia, estiré la mano,sin apartar la mirada de la suya y le dije:

   Yo... lo siento.

El rostro de Kisa se suavizó.

  Nunca te arrepientas. Eres mi marido, mi corazón, mi alma.

Comencé a darme cuenta de la realidad de lo que había pasado y cerré los ojos por vergüenza. Kisa debe haberme sentido tensarme, tensándose también.

Inhalando un suspiro tembloroso, susurró:

   Te amo tanto, Luka. ¿Sabes eso?

El dolor y la tristeza en su voz eran más agudos que cualquier arma que hubiesetomado en la jaula.

  ¿Luka?  Kisa sondeó mi silencio y lentamente apartó la cabeza para mirarme. Susojos se llenaron de lágrimas  . Te amo.

Kisa puso un dedo bajo mi barbilla y obligó a mi cabeza a subir.

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  Háblame. Déjame entrar.   Sus párpados revolotearon, persiguiendo las lágrimas.Sorbió sus gritos y se secó los ojos  . ¿Qué pasó esta noche? ¿Qué pasó con Viktor? ¿Porqué corriste de Papá e Iván? Descuidaste tu deber para con la Bratva.

Sintiéndome drenado, exhalé un suspiro tembloroso. A medida que más segundospasaban, oí a Kisa suspirar de frustración y sus manos tomaron mis mejillas.

  Mírame, Luka.

De mala gana, me obligué a hacerlo y fijé mi atención en su rostro, era tanjodidamente hermosa.

 Tomando su mano, se agachó a mi anillo de bodas y lo llevó a mi rostro.

  ¿Ves esto? Estamos casados. Juramos ante Dios y delante de nuestras familias seruno para el otro, para bien o para mal.   Después, tomó mi mano y, sosteniendo mi dedo

 índice, lo pasó por encima de mi ojo izquierdo  . Fuimos hechos el uno para el otro. Esosignifica compartir tu dolor, dime cuándo y por qué no estás satisfecho.

La tristeza en el rostro de Kisa era demasiado. Quitando nuestras manos unidas, lasllevé a mis labios y la besé en el dorso de la mano.

  Estoy feliz contigo. Yo...    Tomé una respiración profunda y añadí  : Nuncasupe que podía ser feliz antes.

Las lágrimas de Kisa salpicaron su pecho desnudo.

  Solnyshko, no llores   pedí con voz áspera.

  Pero no eres feliz. Te sostengo cuando duermes. Veo cuando estás en paz,pensamientos oscuros plagan tu mente.   Kisa besó mi mejilla y miró mis ojos  . Te estásponiendo peor, lyubov moya. Algo hay en tu mente.   Un sollozo silencioso escapó de su

garganta e instintivamente tiré de ella a mi pecho.  No llores  rogué en voz agrietada  . No puedo verte llorar.

  Entonces dime lo que ves en tu mente. Dime lo que te está inquietando para noser feliz en nuestra nueva vida.

  362  solté  . Le prometí vengarme de aquellos que lo traicionaron. De los que lopusieron en el gulag.

Mis puños se apretaron a espaldas de Kisa. Mis manos comenzaron a temblar. Lafrustración, la cólera iba a volver mientras imaginaba el rostro ensangrentada de 362muerto.

Kisa se puso rígida en mis brazos.  Nuestros padres están buscando a los responsables.

  Ha pasado demasiado tiempo  contesté, más duro de lo que me proponía.

  Lo sé  afirmó Kisa en voz baja.

   Tengo que hacer esto. Tengo que hacer lo correcto.   Me tensé, sabiendo lo que va a decir  . Tengo que matarlos. Tengo que, seguir adelante.

Kisa se congeló en mis brazos. Sabía que odiaba la idea de que matara de nuevo, peronunca entendería lo que 362 había hecho por mí.

  Ni siquiera sé su nombre. Murió como un número. Un puto esclavo. Su tumba no

tiene nombre.   Inhalé por mi nariz pensando en la lápida sin nombre  . El hombre que

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me mantuvo vivo cuando era un niño gulag, el hombre que me enseñó a sobrevivir y meliberó como un hombre. Era mi hermano y no tiene nombre en la muerte.   Mis puñostiemblan con la ignición del fuego en mi estómago  . No tiene honra. La perdió cuandomurió bajo las cuchillas de mis manoplas. Soy al que le pidió que lo restableciera. Yo. Nadiemás.

Kisa se retiró sin decir una palabra, pero pude ver el entendimiento en sus ojos. Sumirada se remontó a mi pecho y fue otra vez a mi brazo derecho. Sus dedos se levantaron ycorrieron por mi piel.

   Tu brazo necesita limpieza.

Miré hacia abajo y vi mi piel arrancada por las uñas de Viktor, sangre seca cubría lamayor parte de mi piel con cicatrices.

Sorprendido, pregunté:

  ¿Estaba mal herido?

El dedo viajando de Kisa se detuvo.

   Va a estar bien.

Mi cabeza bajó y Kisa envolvió sus brazos alrededor de mi cuello, su cuerpo seruborizó contra el mío. Cerrando los puños y exhalando un largo suspiro, envolví misbrazos alrededor de su espalda desnuda, besando a lo largo de su delgado cuello.

  Sabremos quienes son los captores de 362, Luka. Te lo prometo. Vamos aencontrar una manera para que vivas, aquí en el exterior. Cómo convertirte en el mejorknayz que puedas ser.

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DosTalia

ormalmente evitaba este lugar como a una plaga. Olía a muerte. Esa era laúnica forma que podía explicarlo. El olor a sangre, sudor y animal muertoestaba impregnado en cada centímetro de este infierno subterráneo

haciendo casi imposible respirar en el espeso y estancado aire.

Enderezando mis hombros, caminé por la sala de entrenamiento del Calabozo,obligándome a asentir educadamente hacia los nuevos entrenadores de luchadores ypatrocinadores llenando cada centímetro de espacio.

Bueno, he dicho “luchadores”. La mayoría de ellos eran violadores, criminales, ygeneralmente solo jodidos enfermos mentales utilizados por varios mafiosos y delincuentesprofesionales para hacer dinero rápido. Nadie los iba a extrañar si murieran en elcuadrilátero. De hecho, sería una bendición para la sociedad, en mi opinión.

No me molestaba mi trabajo. Era buena en ello. Era la reclutadora patrocinador delCalabozo. Mi deber era asegurar a los patrocinadores, organizar las colectas de las deudasde apuestas y encontrar solo los mejores luchadores para nuestra empresa. Y nunca fallabaen traer a los mejores luchadores, temporada tras temporada. Esto no significaba que elaspecto de estos hombres no hacía que mi piel se pusiera de gallina. Generalmentetrabajaba desde casa, gracias a Dios. Estar en este sitio de muerte día tras día me volvería

loca. No tenía ni idea de cómo lo había hecho Kisa. Suspiré con alivio porque finalmentetendría un descanso. Iba a dejar Brooklyn por los siguientes pares de meses. Estabautilizando mis muchos días atrasados de vacaciones para simplemente dejar de lado esta

 vida por un corto descanso.

Después de todo lo que pasó a lo largo del año pasado necesitaba un respiro.Necesitaba solamente no ser Talia Tolstaia por un rato, la maravillosa hija de Ivan Tolstoi.Necesitaba ser alguien nuevo. Solo tenía la esperanza que mi padre no fuera a enloquecercuando le dijera que me iría.

Dirigiéndome hacia el despacho de Kisa, entré, cerrando la puerta detrás de mí. Kisaestaba sentada detrás de su escritorio tecleando en su ordenador.

 — Hola, Kisa — dije y me moví para sentarme en la silla frente a ella.Kisa levanto su cabeza de su trabajo y frunció el ceño.

 — ¿Estás bien? Luces algo verde  — comenté, viendo a Kisa pasar su mano por susudada cabeza.

Movió la mano delante de su cara.

 — Estoy bien, Tal. Solo siento me estoy enfermando de algo.

 — ¿Estás segura? Parece que has estado así un rato — cuestioné.

Kisa me dirigió su habitual sonrisa brillante.

 — Sí, sinceramente.

N

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Levantándome de mi silla, tomé el registro de nuevos luchadores y suspatrocinadores para el cuadrilátero del Calabozo y los dejé en su escritorio.

 —  Aquí tienes toda la información que necesitas mientras esté fuera. Si necesitas algomás, solo estaré a una llamada o un correo electrónico.

Kisa tomo la carpeta y la colocó en un archivador antes de dejarse caer en su silla.

 — Gracias, Tal.  — Sus ojos cayeron en la mesa, luego me miró otra vez — . Desearíaque no te fueras. Sé que solo vas a estar un par de semanas, y Dios sabe que te mereces eldescanso pero odio pensar en no verte todos los días. Será raro.

Moviéndome alrededor en la habitación para sentar mi culo en el margen de suescritorio, le guiñé un ojo en broma.

 — Es mi personalidad triunfadora, Kisa. Eres adicta a mí.

Kisa se rió y golpeó mi rodilla.

 — Lo soy. No ha habido vacaciones en nuestras vidas en las cuales no hayamos idojuntas.

Mi sonrisa se desvaneció y apreté su mano en mi rodilla.

 — Lo sé, dorogaya moya . Pero después de este año pasado, con Luka volviendo a casa,mis padres aceptando el hecho que su hijo se había vuelto en un completo asesino y ahorala reciente noticia que el Jakhua de los georgianos está de vuelta en Brooklyn paraprobablemente empezar la guerra con nosotros, simplemente necesito un jodido descansode todo ello, ¿sabes?

Kisa exhaló un largo respiro y asintió.

 — Sé lo que quieres decir. Ha sido intenso. — Kisa apartó la mirada y atrapé sus ojosazules brillando.

Inclinándome hacia delante, coloqué mi mano en su hombro. — Oye, ¿qué está mal?

Kisa no se movió unos segundos, pero después me miró otra vez.

 — Luka ha estado teniendo pesadillas otra vez. No está bien últimamente, Tal. No séqué hacer.

Mi estómago se tensó.

 — ¿Por qué? ¿Qué le pasa?

Kisa se puso de pie delante de mí, enviándome una sonrisa desdeñosa.

 — Nada para que te preocupes.  — Intento discutir esto, pero Kisa me haló paraponerme de pie y me envolvió en sus brazos — . Ve a tus vacaciones, Tal, relájate, encuentratu felicidad de nuevo y vuelve refrescada. Nunca se sabe, para el tiempo que vuelvas todopodría haber vuelto a lo normal, el Jakhua quizás esté muerto y enterrado, Luka tal veztenga una completa recuperación, todo yendo bien.

 Abracé a Kisa en respuesta y después de unos pocos segundos, se apartó. Sus labiosforman una sonrisa irónica.

 — ¿Una puede soñar? Una cosa es segura, ¡no hay un instante aburrido en elmaravilloso mundo Volkov!

 — Sí — respondí, forzando una sonrisa. Después dudé sabiendo que había algo más

que no quería decirme. Estaba actuando raro.Kisa me puso los ojos en blanco y la miré fijo.

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 —  Tal, ve. Tengo todo controlado aquí.

Me dirijo hacia la puerta, pero pare a decir:

 — ¿Crees que Luka va estar bien?

Kisa envolvió sus brazos alrededor de su cintura.

 — Estoy segura que sí. Lo dejé en cama hoy. Ha tenido una noche dura. Voy areunirme con nuestros padres esta tarde para ver si pueden ayudarle.

Frunzo el ceño.

 — ¿Qué necesitas que se haga? Eres muy imprecisa, Kisa.

Kisa me da una sonrisa cansada.

 — Solo algo de sus días en el gulag, un trozo de información que ha estado jugandoen la mente de Luka. Tengo la esperanza de que nuestros padres puedan echar una luz enello. Es lo que Luka necesita para finalmente aceptar su preparación como el futuropakhan. Creo que mi padre está poniéndose nervioso sobre cuán distraído está Luka. Creo

que está dudando si tiene lo que necesita para dirigir la organización un día.Caminando de vuelta a Kisa una última vez, mi estómago rodando por otro

problema que mi hermano tiene que superar ahora, le doy un fuerte abrazo y beso susmejillas.

 — Siempre que me necesitas, llámame. Y si necesitas un descanso ven a verme. Nodeberías haber tomado todo esto tampoco. Empieza a ponerte enferma — Kisa se tensó enmis manos — . Prométeme Kisa — insisto.

 Asiente contra mi hombro.

 — Lo prometo, Tal. Y… gracias — susurra.

Con las dos manos en mis hombros, la empujo hacia atrás para mirarla directamentea los ojos.

 — Eres mi hermana, Kisa. Eso era real incluso antes de que te casaras con mihermano. Hemos estado juntas desde siempre. Hermanas hasta el final.

Kisa limpió una lágrima perdida que se había caído y movió sus manos hacia mí enun movimiento como si me estuviera echando.

 —  Ve. Ponte en la carretera para evitar el tráfico. Descansa. Come mucho chocolatey, sobre todo, diviértete. No tenemos suficiente diversión por aquí.

Dejé escapar una sola carcajada.

 — Primero tengo que decirle a mi padre que estoy fuera. Mi mamá sabe el resultado,lo hemos planeado juntas, pero nos dimos cuenta que sorprender repentinamente a mipadre con que me estoy tomando un descanso lo tomaría mejor que darle tiempo parahablar de ello. Sabes que va a intentar y me hará sentir culpable para que me quede.

Kisa se rió y dijo:

 — Siempre te he envidiado, Tal. Haces lo que quieres, cuando quieres. Nunca pudehacer eso. Estuve demasiado ocupada intentando ser la perfecta hija rusa.  — Resopló parasí misma — . Vaya que hizo algo malditamente bueno por mí.

Me puse seria por el cumplido de Kisa, y algo en mi interior me hizo confesar:

 — No me envidiaría mucho, Kisa. Puede que haya vivido en mis propios términos

más que menos en esta vida, pero tienes la única cosa que daría lo que sea por tener.Sacrificaría todo por tenerlo.

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 — ¿Qué es eso? — preguntó Kisa, su rostro confundido ahora. Luché con un nudo enla garganta — . Amor. Tienes a alguien que te adora, probablemente más que tú a él. Estoypor mi cuenta, siempre he estado por mi cuenta. Daría cualquier cosa por tener ese tipo deamor que rompe almas. Pero, cómo va a pasar en esta vida está más allá de mí. ¿Quiéndemonios va a salir con la hija de un jefe Bratva?

Los ojos de Kisa se llenaron de simpatía. —Tal… 

Levanté mi mano.

 — Mierda. Estoy hablando tonterías. — Hice una pausa, y luego forcé una sonrisa — .Será mejor que me vaya, Kisa. Nos vemos pronto, ¿de acuerdo?

Salí de la oficina antes que Kisa pudiera decir algo más, todo el tiempo restregando eldolor sordo de soledad en mi pecho que había provocado mi pequeña confesión.

Necesitaba estas vacaciones.

Me había ganado este descanso.

Quería ser normal.

Quería ser la antigua Talia normal de Brooklyn, aunque sea solo por un rato.

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TresLuka

e dolía el cuerpo por falta de sueño, pero me obligué a salir de la cama.Kirill, el Pakhan, me había dicho que tenía que estar en su oficina estatarde. Él se reuniría con las cinco familias de la Cosa Nostra, la mafia

italiana, aquí en Nueva York. Kirill quería que conociera a todos los jefes en un lugarneutral; quería presentarme como futuro líder de la Bratva. Dijo que ellos querían verme enpersona. Él había sonreído cuando me informó de ello. Dijo que no podía esperar a ver elmiedo en sus rostros cuando vieran el futuro de los Volkovs entrar en la habitación.

Caminando hacia mi lado del armario en el dormitorio que compartía con Kisa,saqué uno de los malditos trajes de diseñador que tenía que usar cada vez que estaba en elnegocio Bratva. Minutos más tarde, me miré en el espejo del baño mientras enderecé micorbata y mis manos cayeron a mis lados. Me sentí como que estaba jodidamenteenloqueciendo. Cada pesadilla era de yo matando a 362, sus ojos marrones nublándose conla muerte. La mayoría de mis días los pasaba tratando de averiguar quién era, de dóndehabía venido, y hasta ahora no había encontrado nada.

 Alejándome del espejo, me dirigí escaleras abajo para encontrar a Mikhail, mi guardiapersonal, y el jefe de la Byki, esperando en mi auto con chófer.

Sin hablar, me condujo directamente a la casa de Kirill Volkov. Salí y entré en el granpasillo, en dirección a su oficina. Cuando estaba a las afueras de la puerta, escuché las vocesde mi padre y Kisa provenientes de adentro. Pero justo cuando estaba a punto de entrar, suconversación en voz baja me llevó a detenerme abruptamente.

 — ¿Has descubierto algo sobre 362? ¿Tus informantes han traído nuevainformación? — preguntó Kisa.

Hubo silencio como respuesta, y mi corazón empezó a latir. Mi mano se apretó en elpomo de la puerta cuando mi padre se aclaró la garganta.

 — Hemos sabido durante varios meses sobre la identidad de 362, Kisa.

 — ¿Qué?  — susurró Kisa en estado de shock  — . ¿Meses? Sin embargo, ¿no le has

dicho a Luka? — Es una situación delicada, Kisa  — Mi padre hablaba — , una que ha llegado

recientemente a nuestra puerta. Y no podemos hacer que una situación ya mala empeore — Oí un crujido de una silla — , especialmente no para él. No para 362  — Mi padre habló de“él” y “362” como si fueran veneno en su boca. 

 — No entiendo. Yo no... ¿qué? — murmuró — . ¿Quién es 362?

Mi padre entonces respondió con frialdad:

 — Era un Kostava.

Kisa debe haber reaccionado a ese nombre, ya que mi padre luego agregó:

 — Es cierto, Kisa. De todas las personas, de todas las familias en el mundo, elhombre que encuentra a mi hijo en el infierno y se hace amigo de él, es un puto Kostava.

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La conversación se detuvo, pero todo en lo que podía centrarme era en lo que ellossabían. Sabían todo este tiempo quien era 362. Y malditamente me lo habían ocultado.

Sintiendo una oleada de ira rasgar a través de mí, golpeé mi hombro contra la puertay entré en la habitación. Kirill estaba al lado de su escritorio, mi padre y Kisa sentadosfrente a él.

Los tres se volvieron hacia mí mientras estaba en la entrada de la oficina, mis fosasnasales dilatadas con la intensidad de mi respiración irregular y rápida.

 — Luka  — susurró Kisa, su cara blanca. Pero la ignoré, mi mirada totalmentecentrada en mi padre.

 — ¿Tú has sabido todo este tiempo?  — le grité. Caminé furioso hacia adelante hastaque me alzaba sobre él. Casi me calmé cuando vi un destello de miedo correr a través desus ojos marrones, pero luego me recordé a mí mismo que él había ocultado informaciónde mí. Información que quería desesperadamente.

Kisa me tocó el brazo, pero me libré de su agarre ligero.

 — ¡No! ¡No lo hagas! — le espeté a mi esposa, y volví a mirar a mi padre y a Kirill — .¡Quiero escuchar esto de sus malditas bocas! Quiero saber por qué ocultaron esto de mí.¡Por qué no me dijeron la única maldita cosa que jamás les he pedido!

Mi padre le tendió la mano.

 — Luka.

Pero estaba demasiado ido. Un rugido dolido destrozó mi garganta. Moviéndome a lamesa, la agarré del borde con ambas manos, y la volqué sobre un costado.

 — Luka — gritó Kisa, pero ya había comenzado a caminar, sentimientos de traiciónhaciéndome perder mi jodida mente.

Mis pies golpeaban el suelo mientras me pasé las manos por el cabello. — ¡Durante meses me dijiste que no sabías, joder!

Mi padre se puso de pie y me volví a mirarlo a la cara.

 — ¡Lo maté! ¡Putamente lo maté! — Extendí mis manos a mi padre — . Con estas dosmalditas manos. Yo lo maté. Lo asesiné...

 — Para salvarme  — interrumpió Kisa. Mis ojos se fijaron inmediatamente en los deella. Di un paso hacia adelante y Kirill se levantó de su silla. Se acercó a Kisa, como si nome quisiera cerca a su hija. Eso sólo me molestó más. Kisa asintió a su padre y éljodidamente retrocedió.

Kisa extendió sus manos para ahuecar mi rostro. Mi cuerpo rígido se relajó mientrasla palma de mi mujer conectaba con mi piel caliente.

 — Calma, bebé. Escucha a tu papá.

Kisa pasó los dedos por su cabello. Mis ojos se cerraron fuertemente mientrasrespiraba lenta y constantemente a través de mis labios.

Cuando mis ojos se abrieron de nuevo, Kisa miró a la cara tensa de mi padre, y luegode nuevo a mí.

 — Luka. 362. Él era un Kostava .

Una espesa niebla nublaba mi mente mientras decía esas palabras. ¿Un Kostava? Notenía idea de lo que eso significaba, que era eso. El nombre no significa nada para mí.

La frente de Kisa bajó a la mía.

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 — Luka...

 — No entiendo... — le susurré, mi cabeza comenzando a doler por tratar de recordaralgo, cualquier cosa, sobre ese puto nombre.

 — ¿No lo entiendes? — cuestionó Kisa, sus ojos azules brillando con preocupación.

 — No entiendo por qué el hecho de que él sea un Kos... Kos... — Kostava — ofreció ella.

 Asentí.

 — Un Kostava es tan malo.  — Miré hacia abajo, devanándome mi cerebro.  — Norecuerdo por qué es malo  — Mi estómago se tensó de furia. Sabía que debería saber esto,pero el recuerdo no estaba allí para encontrarlo.

 — Debería saber esto, ¿verdad, solnyshko? — le pregunté a Kisa.

 — Sus recuerdos están todavía en pedazos.  — Kisa me acarició el cabello — . No tepreocupes. Podemos explicarte. Podemos contarte la historia de la familia que has perdido.

 Asentí, sintiendo como si un millón de agujas estuviera corriendo por mi pielcaliente. Miré a mi padre y lo vi maldecir. Cuando me enfrenté a Kisa de nuevo, sus ojosazules estaban clavados en los míos. Mi mano se levantó para pasar por su rostro.

 — Dime — le rogué — , háblame de él, por favor...

Sujetando mi mano, entrelazó sus dedos con los míos. Con un apretón de su mano,me llevó a tomar asiento. Cuando trató de sentarse a mi lado, tiré de ella hacia abajo en miregazo en su lugar. Tan pronto como estuvo en mis brazos me relajé.

Mientras los ojos de Kisa se quedaron pegados a los míos, me dio un beso suave enla mejilla. Kisa enfrentó a Ivan.

 — Ivan, creo que es mejor si le explicas esto.Escuché cada palabra de la boca de mi padre. Cada parte de la historia en detalle. Aprendí de los Kostavas. Piezas fracturadas de la historia de mi familia fueronrepentinamente puestas en su lugar. Pero todo lo que podía oír, todo lo que podíacentrarme era en que 362 finalmente tuvo una vida para mí. Sabía de dónde venía, quiénera, quiénes eran su familia. Pero lo más importante...

 — Él tiene un nombre  — susurré en la habitación mientras mi padre terminó deexplicar por qué me habían ocultado la identidad de 362. La mano de Kisa aterrizó en mimejilla y levanté la vista, repitiendo — : 362 tiene un nombre.  — Respiré profundamente ydije — : Anri. Su nombre era Anri Kostava.  — Mis ojos se cerraron de solo escuchar sunombre ser dicho en voz alta. Entonces se abrieron de golpe cuando algo más que mipadre dijo dio en el blanco.

 — Él era un gemelo. Anri tenía un hermano gemelo.

En un instante, me puse de pie, colocando a Kisa de nuevo en el asiento, y comencéa caminar. Mi mente estaba enfocada al instante, mi voluntad, impulsada.

 — ¿Cómo se llamaba su hermano? ¿Cómo se llamaba el hermano gemelo de Anri?

Mi padre me observaba con atención. No dijo el nombre, hasta que mi mirada seestrechó, desafiándolo a ocultar ese pedazo de información de mí.

 — Zaal. Zaal Kostava — dijo mi padre de mala gana. Asentí, cometiendo ese nombrea la memoria.

 — ¿Y dónde está ahora? ¿En un gulag? ¿Está vivo y luchando hasta la muerte en unamaldita prisión también? — El silencio rugía en mis oídos a medida que mi padre se negó a

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divulgar la situación de Zaal. Con mis huesos quemando, me volví hacia la pared máscercana, y golpeé mi puño derecho en un espejo grande, rompiendo el vidrio al suelo. Medesvié y miré al Pakhan y a mi padre. Señalando un dedo ensangrentado en sus rostros,gruñí:

 — ¡Me dirás dónde está! Necesito saber esto.

Mi padre se levantó y se acercó a mí.

 — Luka. ¡Alto!  —  vociferó y me congeló. Mi mandíbula apretada mientras luchabapara controlar mi rabia.

 — ¡Dime! — gruñí con voz gutural.

Mi padre se mantuvo fuerte, con una expresión helada.

 — Esta familia nunca va a ayudar a un Kostava  — respondió sombríamente — ,ningún hijo mío ayudará alguna vez a uno de ellos.

 — ¿Entonces Zaal está vivo?  — dijo Kisa desde el otro lado de la habitación. Loshombros de mi padre se tensaron.

Eso era un puto sí . Esperanza surgió en mi pecho.

 — ¿Dónde está? — exigí.

 — Luka...

 — ¿Dónde está él? — Me di la vuelta y caminé de nuevo — . No me importa un carajoquién es para nosotros. Zaal es el hermano del hombre que me salvó la vida. ¡El hombreque tenía que matar porque el maldito de mierda Alik Durov lo tiró en la jaula paramatarme! ¡Cuando él debería haber estado libre!

Me detuve justo ante mi padre, e insistí:

 —  Ahora dime dónde está. Ahora .Los hombros de mi padre se desplomaron y miró de nuevo a Kirill. El Pakhanlevantó su ceja y se inclinó hacia delante, atrapando mi atención.

 — No tenemos ninguna prueba sólida, Luka. Pero nuestras fuentes tienen informesde un hombre Jakhua que tiene en su clan.  — El Pakhan rió una risa sin sentido delhumor — . Yo digo que un hombre. Es más un perro de pelea salvaje, de verdad, por lo quetengo entendido. Un hombre condicionado a todos los comandos de Levan Jakhua.Drogado para matar. Una montaña de un hombre en el cual Jakhua ha experimentadodurante tantos años que ha perdido toda la humanidad. Es una locura, insalvable. Unprototipo, una demostración de alguna droga para la obediencia que comenzó a vender enel mercado negro.  — La cara de Kirill se endureció — . Comenzó a vender a otrasorganizaciones del crimen en mi puta ciudad. Sólo una de las muchas razones de que sumafia lamentable necesita ser aplastada.

Mis músculos se llenaron de ira. Zaal había experimentado hasta que se había vueltoloco. Un asesino forzado. Al igual que Anri y yo habíamos sido. Pero él estaba vivo. Éltodavía estaba vivo, joder.

En un instante, se tomó una decisión.

De repente, dando un paso hacia adelante a mi padre, le dije:

 —  Voy a entrar a la fortaleza de Georgia por él. Sacaré al hermano de Anri de esepedazo de mierda Jakhua.

Las fosas nasales de mi padre se dilataron y su cara cayó, llenando conenrojecimiento.

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 — Nunca. ¡Ningún Tolstoi ayudará jamás a un Kostava!

Di un paso aún más cerca de mi padre, mi pecho rozando contra el suyo, él mirandohacia abajo.

 —  Anri no era un Kostava para mí  — informé puntualmente — . Su apellido significamierda para mí. Tienes que entender eso, en este momento.  — Señalé a Kisa sin apartar lamirada — . Él me liberó de ese gulag para que yo pudiera reunirme con mi familia y casarmecon mi esposa.  — Inhalé lentamente, y añadí — : Le prometí a 362 retribución mientrasmoría. Y lo honraré  salvando a su hermano y matando a los que lo capturaron.

La mejilla de mi padre contrajo.

 — Entras, y comenzarás una guerra con los georgianos.

Me acerqué a Kisa y ladeé mi cabeza hacia la puerta. Kisa me siguió hasta la salida sinpreguntar. Luego me volví hacia mi padre y Kirill.

 —  Jakhua regresó a Brooklyn para derribarnos a todos, sabemos que esto es la verdad. Está puta guerra ya inició. Que entre por Zaal simplemente acelerará el comienzo

del conflicto.Cuando giré el pomo de la puerta, mi padre dijo:

 — Reuniré a nuestros mejores hombres para ayudarte. No te veré muerto por esto.Pero si consigues sacar a esa escoria Kostava de allí con vida, jodidamente aléjalo de mí yde Brooklyn. O yo lo mataré. No quiero volver a poner mis ojos en esa familia nunca más.

 Asentí una vez.

 — Entendido.

Con eso, Kisa y yo salimos de la habitación. Kisa, viendo claramente la mirada dedeterminación en mis ojos, se agachó y tomó mi mano.

Envolví mis dedos con los de ella, y luego me paré completamente. Ella tomó mimejilla.

 — ¿Qué pasa, lyubov moya ?

Inclinándome hacia adelante, presioné mi frente a la suya.

 — Lo mataré, Kisa. Si tengo la oportunidad, voy a masacrar a Jakhua en honor a Anri.

Pude ver la tristeza en el rostro de Kisa. Ella nunca quiso que matara de nuevo. Peroera lo que yo era. No estaba seguro de si alguna vez iba a estar bien con este lado de mí.

 — Sé que lo harás — dijo en voz baja.

Cerré los ojos y exhalé con alivio. Al abrir de nuevo, susurré:

 —  Te amo, solnyshko.

 —  Te tengo, Luka. Lo que sea que necesites, te tengo a ti... siempre  — dijo Kisa enrespuesta, entonces me besó en los labios.

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Cuatro221

e sacudí en la esquina, arañando mi piel. El dolor no se había ido. El veneno jamás se enfrió. Cada minuto, lo pasé luchando con el dolor, larabia.

No podía dormir. El veneno en mis venas me mantuvo despierto. No podía recordarnada de mi vida. Nada más que el rostro y la voz de mi amo.

 Alzando la cabeza, escuché al amo riéndose al otro lado del cuarto. Estaba sentado

junto a un extraño hombre. Parecía familiar. ¿Lo había visto antes?

No podía recordar. El veneno se llevó todos mis recuerdos.

Levantando las manos, mis músculos dolieron cuando los moví bajo las pesadascadenas envueltas alrededor mis muñecas y tobillos. Mis ojos picaban, mi cabeza repicandomientras el dolor inundaba mi mente.

Presioné las palmas de mis manos en los ojos, traté de respirar, justo cuando una vozhizo que mi cabeza se levantara de golpe.

Mis ojos se toparon con los del amo y comencé a jadear. Quería que matara. Tendría

que matar... detener el fuego en mis venas.  221, davdget    ordenó que me levantara y presioné mis pies sobre el suelo. Obligué

a mi cuerpo a enderezarse y agaché la cabeza.

La risa resonó por toda la habitación.

  221, párate frente a mi  exigió el amo.

Girándome obedientemente en dirección donde se sentó, caminé hacia adelante,ignorando los pinchos internos de las esposas de mis tobillos y muñecas rasgando mi pie.

El amo estaba sentando en el cuarto, rodeado por muchos hombres. Había uncuadrilátero en el centro. Estaba de pie en el centro del círculo, cuando el amo caminó a mi

lado. Apreté los dientes cuando puso un brazo alrededor de mi hombro.

   Todos ustedes han sido reunidos aquí esta noche para presenciar el efecto de ladroga que están interesados en comprar.

Una mano se pegó a mi pecho y gruñí cuando el dolor cortó bajando por miestómago. Mis manos se apretaron cuando contuve el grito rasgando mi garganta. Mi pielestaba demasiado dolorida para ser tocada. ¡Demasiado ardiente para ser tocada!

  Este es 221, mi prototipo para la droga Tipo A. Responde ante cada orden mía. Ladroga ofrece un cien por ciento de obediencia de los sujetos a sus amos. Tambiénproporciona componentes para el crecimiento muscular, además de una sustancia químicaque borra los recuerdos de lo que alguna vez fueron. Altos niveles de testosterona y otrashormonas crean una respuesta condicionada a matar, una necesidad muy fuerte en lo

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sujetos, puede enloquecerlos si sus impulsos no se cumplen.   El amo rió  . Armasperfectas contra cualquier rival.

El amo se alejó y sentí un guardia moviéndose hacia mí. Alcanzándome, abrió losgrilletes alrededor de mis muñecas y mis tobillos. Cuando las cadenas cayeron al suelo, lanecesidad de asesinar comenzó a tomar poder. Cuando el amo me quitaba las cadenas,

siempre era momento de matar.Metal negro golpeó mis palmas abiertas e inmediatamente agarré lo que sea que

estuviera en mis manos. Bajé la mirada. El guardia me dio dos sai1. Giré el metal en miagarre. Se sentía familiar. Incliné la cabeza a un lado mientras estudiaba las afiladas dagas.Sabía cómo usar esta arma. El guardia salió del cuadrilátero.

Respiré, el cuarto en silencio mientras esperaba que el amo hablase. Podía oler elsudor y escuchar los suaves murmullos de las voces. Mis músculos se tensaron cuando unaoleada de calor se extendió por mi cuerpo.

  ¡Una demostración!   gritó el amo y las voces alrededor del cuarto aumentaron.

  221, mzad  

  ordenó el amo para que me preparara. Mis piernas se separaron, mispies pesados en el suelo de hormigón. Mi cabeza subió de golpe.

Una puerta se abrió a mis espaldas. Con mi visión periférica, vi a los hombres en elcuarto inclinarse hacia adelante, visiblemente emocionados.

Mis ojos miraban al frente, cuando el amo ordenó.

  221, t’avis mkhriv .

Me giré, obedeciendo la orden, un hombre se paró frente a mí sosteniendo una largacadena con navajas en sus eslabones. La ira creció en mi pecho. Klavs, klavs, klavs (matar,matar, matar) pensé para mí mismo. Agarré mis sai con más fuerza cuando el hombre me

sonrió.  ¡Klavs! ¡KLAVS!  grité dentro de mi cabeza.

El hombre comenzó a girar su cadena a un costado, los pesados eslabonesestrellándose con fuerza en el duro suelo. El hombre frente a mí era grande. Pero no másgrande que yo. No podía vencerme. Ganaría. Siempre ganaba.

  221, sikvidili .

El amo ordenó que me preparara para traer muerte. Así que me preparé para traernada más que muerte y dolor.

   Ahora, caballeros. Como la mayoría son de aquí, o asociados con los gulags

 Arziani, y como organicé este cuadrilátero como ejemplo de cómo funcionan las drogas,221 no se detendrá hasta que se lo ordene, abriéndose paso ante cualquiera en su camino.

Mi piel se estremeció con anticipación cuando la voz del amo subió de volumen. Lacadena perteneciente al hombre, futuro cadáver, ante mi siguió girando y girando, ganandomás y más velocidad.

  Comencemos este espectáculo, ¿les parece?   anunció el amo. El cuarto quedó ensilencio  . 221   habló el amo. Y cada parte de mí se preparó para el ataque. Segundospasaron, entonces el amo encendió mi sangre cuando me ordenó matar  . ¡Klavs!  

Dejando que mi rabia tomara el control, corrí hacia adelante, los sai preparadosmientras cacé al acecho la carne muerta. Levantando su mano, mi presa balanceó la cadena,

1 Es un arma asiática, consiste en una daga puntiaguda con otras dos en sus extremos.

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metal pesado apuntando a mi cabeza. Moviéndome a un lado, esquivé la cadena y enterré lalarga daga de mi sai derecho en su costado. Girando, el hombre había caído sobre susrodillas, su cadena cayendo al suelo. Me aproximé a su espalda, miré su cuello y la cabezacalva. Preparándome a su espalda, levante ambos sai y, con un fuerte rugido, los pasé porambos lados de su cráneo.

Sangre caliente roció mi pecho, el fuego en mi cuerpo bombeando más y más rápido.El cuerpo del hombre cayó al suelo con un golpe, la sangre filtrándose de sus heridas.

 Tomando mis sai, los arranqué de su cabeza. Necesitando ver más sangre corriendopor mis pies, giré los sai en mi mano y entonces lo enterré en su nuca y el frente de sugarganta.

Dando un paso atrás, las llamas en el interior empujando mi mente, comencé arodear el cuadrilátero.

 Necesitaba más. Necesitaba más sangre.

Los hombres en el cuarto estaban hablando fuerte, el sonido apuñalando mi mente.

Di vueltas y más vueltas esperando por más.Necesitaba más, cuando...

  221, ¡shech’erda!  

La fuerte voz del amo cortó por mis orejas, ordenándome detenerme. Mis pies separaron y mi cabeza se agachó.

Murmullos de excitación rompieron en la multitud.

   Ya ven, caballeros. Un cien por ciento de obediencia y  efectividad.

Respiré con fuerza a través de mis fosas nasales. Mis pies querían moverse, pero lasórdenes del amo me dejaron en jaque.

   Aquellos que vienen de los gulags, estoy seguro de que estarán felices con lo han visto. Y aquellos que han venido de otras empresas, por favor, permítanme demostrarles ladroga Tipo B.

El sonido de las puertas abriéndose atrapó mi atención. Unos calmados pasosentraron al cuadrilátero. Los hombres entonces comenzaron a murmurar, moviéndose ensus asientos.

  547 es el prototipo para nuestra droga Tipo B. También ofrece obediencia. Unaplena disposición por el esclavo para hacer cualquier cosa y quiero decir, cualquier  cosa. Estáimpregnada de las hormonas que incrementan la libido de las mujeres y pone su vaginahúmeda por horas, prometiéndoles a sus clientes una diversión sin fin. Además, cuenta conun poderoso anticonceptivo, así que no se producirá ningún embarazo no deseado.

  221  mandó el amo. Mi cabeza se levantó  . Al centro del cuadrilátero.

Girándome, caminé al centro del cuadrilátero. Mis manos agarradas a los sai y misdientes apretados con la necesidad de más sangre. Pero mientras me paraba en elcuadrilátero, sentía que alguien estaba conmigo. Alguien a quien no quería matar.

  221, suelta los sai y quítate la ropa.

 Abriendo mis manos, las armas cayeron al piso y me bajé el pantalón.

  547  habló el amo  . Chupa su polla.

Manteniendo mi cabeza gacha, una mujer con cabello oscuro se deja caer de rodillasy toma mi polla en sus pequeñas manos. Apreté mis dientes ante la sensación de su cálida

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mano acariciando mi pene y contuve un gruñido. Sin levantar la vista, su mano comenzó asacudir mi polla, más y más rápido. Mi polla se endureció y un rugido rasgó mi pechocuando abrió su boca y me tragó entero.

Gruñidos y quejidos salieron de mi garganta cuando su boca succionó más y másfuerte. El veneno en mi sangre estalló. Quemó más y más caliente, mientras su boca

succionaba con más fuerza.  547, shech’erda .

El amo le ordenó detenerse, la mujer soltó mi polla y dejó caer sus manos.

Dolió... necesitaba venirme. Necesitaba venirme en su garganta.

  221   mencionó el amo a continuación  , folla a 547 desde atrás… duro   se rio,entonces ordenó  , hazla malditamente sangrar.

Gruñendo ante la orden del amo, me dejé caer de rodillas en el suelo. La mujer segiró, empujando su coño húmedo en mi cara. Estirándome, tomé sus caderas, mis dedosenterrándose en su carne. Tomando mi polla, la apunté a su agujero y con un duroempujón, la metí dentro.

Mi cabeza cayó hacia atrás cuando su coño se envolvió a mi alrededor. La sensaciónde esto tomó el control, el veneno en mi sangre empujándome a tomarla con más y másfuerza, más y más rápido. Cargué dentro de ella una y otra vez, sintiendo la presiónconstruirse en mis muslos y viajando hacia arriba, llenando mis testículos. Los dientesapretados y la mandíbula doliendo, no pude contener el rugido que resonó fuera de migarganta cuando un calor llenó mi cuerpo y me vine, disparando dentro de su coño.

  Como verán, caballeros, ambos sujetos no se detendrán hasta que se les ordene.

Empujé más fuerte dentro del agujero de la mujer, el fuego quemando de nuevo mis

muslos.De repente, el sonido de una puerta abriéndose de golpe llenó el cuarto. La multitudsaltó de sus asientos cuando hombres con armas entraron en el cuarto y abrieron fuego.

Empujé más rápido dentro de la mujer, cuando el amo gritó:

  547, ak’movida , ven aquí; 221, toma tus sai y… ¡sasaklao!  

 Masácralos. El amo me ordenó matarlos a todos.

Me retiré de 547. La mujer corrió hacia el amo y yo tomé mis sai. La multitud estabacorriendo hacia la puerta, los guardias abrieron fuego contra los invasores.

   ¡Klavs!    ordenó de nuevo el amo.

 Agarrando los sai en mis manos, corrí hacia los hombres disparando. Todo lo que vifue una niebla roja cuando derribé a los dos primeros, me monté sobre sus muslos,hundiendo mis sai en sus pechos. Gorgotearon mientras la sangre salía de sus gargantas,ahogándolos.

Levantándome, enfoqué mi mirada en el siguiente objetivo. Pero los disparos a mialrededor comenzaron a calmarse. Mirando a los lados, los guardias del amo estaban en elsuelo.

Rugiendo de rabia, me enfoqué en los hombres con armas. Estaban corriendo haciaun estrecho pasillo, huyendo de mis sai. Tuve que seguirlos afuera. No podía dejarlos con

 vida.

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 Alzando mis sai, levanté mis pies para correr tras ellos. El aire frío comenzó a fluirpor el pasillo. Pero aumenté la velocidad, siguiendo hacia los hombres, luego afuera, unapuerta abierta.

La furia fluía a través de mí, el fuerte latido de mi corazón golpeando en mis orejas.

Klavs, klavs, klavs , dijo mi mente, mi sangre hirviendo espesándose en mis venas.

Los mataría a todos. Los mataría a todos por el amo.

Corriendo por la puerta abierta, apenas sentí el frío envuelto alrededor de mi pieldesnuda. Los invasores se giraron hacia mí y soltaron sus armas al suelo. Me congelé. Miréa sus manos vacías. Abriendo mis puños apretados, dejé caer mis sai al suelo.

Corrieron hacia mí de dos en dos, pero los derribé uno por uno. Mis puñosaplastando narices, rompiendo brazos y partiendo costillas. Mis nudillos sangraron, peroseguían viniendo y seguí cargando contra ellos.

Un hombre vino corriendo hacia mí. Me quedé quieto en el suelo hasta que estuvo aunos pasos... entonces mientras él se acercó para golpearme, evité su puño y apreté su

garganta. Usando el veneno alimentando mi carne, rugí y lo levanté del suelo. Apretandocon fuerza, miré sus ojos ampliarse. Apreté mi mano más fuerte, escuchando su respiracióncortarse. La sangre se drenó de su cara y justo antes de que tomara su último aliento, girémi mano y rompí el cuello del invasor.

Solté su cuerpo en el suelo, levanté mi cabeza ante el sonido de la puerta de unacamioneta abriéndose. Me preparé cuando un hombre avanzó. Estaba vestido como el amose vestía. Los invasores estaban a su alrededor, pero sus ojos se enfocaron en mí.

  Knayz , no puede ser controlado. Necesitamos matarlo. Está demasiado perdido.

El hombre se detuvo y gruñó:

  

No, lo llevaremos.  No puede ser detenido y nos estamos quedando sin tiempo.

  ¡No!  contestó el hombre, pero sus ojos jamás dejaron los míos. Tomó su camisay comenzó a desabotonar el frente  . Yo lo llevaré.

Un hombre a su lado se detuvo.

  Pero usted es el knayz . El Pakhan le ordenó no pelear.

Pero el hombre siguió acercándose, tirando su camisa al suelo, ahora solo llevaba unchaleco blanco que mostraba sus músculos cortados. Se acercó a mí, con los puñosapretados, su mandíbula tensa como la mía.

Corrí hacia adelante y levanté mis puños para golpear, pero el hombre lo esquivó yenterró su puño en mi estómago. El dolor cortó a través de mí.

Era fuerte.

 Jadeando, me giré y me balanceé, aterrizando un golpe en su labio. La sangreinmediatamente bajó por su mejilla. Pero vino hacia mí de nuevo. Agarrando mi cabello,luché por liberarme. La fuerza del hombre igualaba la mía. Levantó su pierna y envió surodilla directamente a mi mandíbula.

La rabia corrió a través de mí. Necesitaba matarlo... ¡Klavs!

Corriendo como un tornado hacia él, envolví mi brazo alrededor de su cintura y lo

lancé al suelo. Sus puños golpearon mis costillas, pero apreté mi antebrazo contra sugarganta y presioné hacia abajo. Con el rostro llenó de ira, se estiró, las manos agarrando

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cada lado de mi cabeza. Empujé con más fuerza hacia abajo, cortando su respiración. Susdedos agarraron mi cráneo y con una fuerza que nunca había encontrado antes, comenzó abajar a mi cabeza. Luché en contra, presionando con más fuerza su garganta. Su rostro sepuso rojo por la falta de aire.

 Moriría. Él moriría.

Sus manos agarraron con más fuerza y justo como el maldito estaba quedándose sinaire, levantó su cabeza y la estrelló contra la mía. Mi brazo se soltó de su garganta y me girósobre mi espalda, envolviendo mis manos detrás de mi espalda.

Peleé por liberarme. Mi piel ardiendo por el veneno en mis venas. No podía soportarla sensación de su calor.

  ¡Ahora!  gritó el hombre  . ¡En su cuello, ahora!

Empujé contra su agarre, pero no pude librarme de este.

Klavs... Klavs... mi mente ordenó, las palabras del amo flotando en mi cabeza. No sedetendrían, las palabras siguieron apuñalando mi cerebro. El veneno, el dolor, el agarre. ¡No

 podía jodidamente liberarme!Escuché pasos a mi lado, entonces un dolor apuñaló mi cuello. Rugí y golpeé mi

codo contra las costillas de mi captor. Me revolví para liberarme. Rodando hacia un lado,salté de pie, pero no podía ver bien. Mi piel estaba demasiado caliente y goteaba de sudor.

 Traté de caminar, pero mis pies no se movían.

El hombre con el que me había enfrentado se levantó. Parpadeé el borrón en mi visión. Mi mirada fue hacia el hombre. Su rostro estaba pálido mientras me miraba. Estabamurmurando palabras, dando órdenes a sus hombres, pero solo el sonido de mi propiarespiración llenó mis oídos.

 Traté de alcanzar al hombre, mi mente diciéndome que peleara, que matara, que

hiciera una carnicería. Pero mientras avanzaba, mis rodillas cedieron y golpeé el suelo confuerza. Brazos me agarraron y comenzaron a arrastrar mi cuerpo inerte sobre el duro suelo.

 Traté de alejarme, pero mis músculos no se movían.

Levanté los ojos, el hombre aún estaba mirándome. Mi piel se tensó, mis músculos setensaron y quise matar. Cortar su garganta, cortarlo con mi sai.

Escuché puertas de camionetas abrirse y fui arrastrado del suelo. Mis ojoscomenzaron a cerrarse, de repente todo se puso negro... La última imagen que vi fue elhombre mirando al cielo y tomando aire profundamente. Recordaría su rostro, lorecordaría así si despertaba, su corazón sería el primero que me aseguraría de detener.

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CincoTalia

Tolstoi Country Estate

West Hampton, New York

entada en la ventana de la sala de estar, contemplé el nublado cielo oscuro. Laluz del faro giraba perezosamente en la distancia señalando, donde estaba casa alos marineros. Giro, giro, giro, su ritmo hipnótico me relajó mientras bebía mi

café.Ilya y Savin, mis byki personales, entraron en el recinto, mi mirada captó el destello

de sus movimientos en la luz de la luna. Ambos estaban vestidos de negro y eran tansilenciosos como la noche.

Me sentía segura.

Solo había estado aquí un par de días y ya me sentía en paz. La playa, el aire saladodel mar, esta casa estilo colonial y lo más importante, lejos de mi jaula Bratva en Brooklyn.

 Tomando un sorbo de mi café, mi mano libre, subconscientemente, se alzó parapasar sobre el collar que siempre uso alrededor de mi cuello. El collar de mi babushka2, mi

abuela, el collar que me había dado justo antes de morir hace unos años. Este delicadocollar de oro había sido de mi dedushka3, mi abuelo. Era el escudo Tolstoi que le dieroncuando era un niño. Todos los Vor V Zakone los recibieron de sus padres, todos losLadrones en Ley 4, me había dicho ella. Era una declaración de honor. Uno que le pasó aella para mantenerlo cerca de su corazón cuando se iba por negocios.

Pasé la yema del pulgar sobre el colgante y recordé a la mujer que había consideradomi mejor amiga, quien solo “me tuvo”. Babushka era la mayor romántica del mundo. Yhabía amado a mi dedushka con todo su corazón, solo para perderlo a una edad muy joven.Nunca lo superó y encendió una vela todos los días en la iglesia en su honor.

Lo único que le quedó de él era este collar. Un collar que me dio como símbolo deque, algún día, también iba a encontrar a mi verdadero amor. Había deseado eso para mí,amar a otro tan plenamente como ella lo había amado a él.

 Yo también quería eso desesperadamente.

Oí que la puerta de atrás de abría, Ilya y Savin entraron en la habitación, colocándosecada uno en ventanas opuestas.

Puse los ojos en blanco.

2  Abuela en ruso. 

3  Abuelo en ruso. 

4

 Ladrones en Ley: Thieves in Law. (Vor V Zakone) Es una expresión vinculada con personas involucradasen el crimen organizado que son de origen ruso/soviético. El estado de una persona como un vor v zakoneno depende solo de ser un criminal, sino de cumplir los requisitos de un código del hampa ruso.

S

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  Seguramente nadie amenazante va a estar aquí en los Hamptons... en invierno. Esla razón por la que vinimos aquí. Prácticamente no hay nadie alrededor.

Mi padre no había estado contento conmigo queriendo dejar Brooklyn por untiempo. Con la nueva amenaza de los Georgianos, me quería cerca para protegerme. Perocon la ayuda de mi madre, finalmente cedió. Nuestro arreglo para mis vacaciones, nuestra

casa de verano en los Hamptons. Estaba bien con el acuerdo. Era lo suficientemente lejosde casa y lo suficientemente tranquilo para mí para, finalmente, relajarme.

Ninguno de mis Byki escuchó mi queja acerca de su patrulla. Mi padre me habíaasegurado que tendría a mis guardias conmigo. Nunca supe mucho sobre los negociosBratva, pero sabía que Savin e Ilya estaban chequeando que no nos hubieran seguido.Entendí que estamos en alerta máxima. Entendí que era un gran objetivo para losgeorgianos. Por lo que pude suponer de los susurros de Savin e Ilya, el jefe del clan Jakhuaestaba loco. Y era de temer. Era una verdadera amenaza para nuestra posición en Brooklyn.Eso significaba que tenía que soportar su constante vigilancia.

Dejando a los chicos con su búsqueda por la casa, miré hacia fuera al agitado mar

estrellarse contra nuestra playa privada, a la marea siempre persiguiendo la orilla, incapaz depermanecer lejos demasiado tiempo.

Me hizo sentir poética. ¿Qué era lo que había en el sonido de las olas y la espuma delmar besando la durmiente arena que era tan calmante?

Notando unos faros delanteros viajando por nuestro camino del campo privado,fruncí el ceño.

  Ilya, Savin, alguien viene   grité.

Mi corazón latía un poco más rápido, los nervios hinchaban mis venas un poco másde lo habitual. Apoyé mi café en la mesa junto a mí. Nadie sabía que estábamos aquí. Papá

no le había dicho a nadie por el bien de mi seguridad. Al menos que...

  ¿Quién podría ser?   pregunté a Ilya y me moví al centro de la habitación.

Ilya me hizo señas de permanecer a su lado y me empujó detrás de su espalda. Miró aSavin.

  ¿Recibiste una llamada telefónica de Mikhail o Knayz? ¿Estamos esperando aalguien?

Savin negó, mirando el monitor de televisión mientras el auto se detenía lentamenteen la puerta de seguridad. Tocaron el timbre y Savin contestó la llamada.

  ¿Sí?

  contestó secamente.

  ¿Savin o es ese Ilya? Soy Kisa, ¿me puedes dejar entrar?

Fruncí el ceño mientras veía a Kisa apoyarse en la cámara, su rostro entrando a la vista. Asentí hacia Savin y abrió la puerta eléctrica.

¿Por qué Kisa estaba conduciendo ella misma? Y más que eso. ¿Por qué había dejadoa Luka en Brooklyn?

Caminé hacía la puerta principal. Envolviendo mí larga chaqueta de punto grisalrededor de mi camiseta sin mangas rosa y mallas negras, abrí la puerta justo cuando Kisase adentró al porche.

Se veía pálida y preocupada, así que me aparté de la puerta.

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  Entra, cariño.

Kisa entró al pasillo y rápidamente me abrazó a modo de saludo. Ilya y Savin secolocaron a la vista. Alejándose de mí, Kisa se quitó la chaqueta y la miré con curiosidad.

  ¿Kisa? ¿Estás bien?   pregunté. No la había visto en algunos días. Entonces tenía

mal aspecto, pero hora era peor.Se giró hacia mí, pero sus ojos estaban vacíos.

  ¿Kisa?  instigué y extendí la mano para tocar su brazo.

Llevaba un fino suéter blanco arrugado, un pantalón vaquero ceñido y unas Chuck 5.Kisa nunca jamás lucía nada menos que perfecta e impecable. Estaba vestida muy casual,se veía demasiado desaliñada y cansada. Algo andaba mal.

   Yo...

Kisa apenas había abierto la boca para contestarme, cuando otro juego de luces brillóen el portón de la calle privada. Savin inmediatamente entró en acción y se movió hasta la

cámara de vigilancia.  Es una camioneta   informó a Ilya  . Una de las nuestras.

Giré para preguntar lo que estaba pasando, entonces Kisa suspiró, aparentementealiviada. Presionó la mano en su frente, exhalando por la boca.

  ¿Kisa? ¿Qué está sucediendo? ¿Quién más está viniendo? ¿Por qué estás aquí?  pregunté rápidamente en un tono cada vez más brusco.

Me miró a los ojos.

  Es Luka   contestó, justo cuando yo escuchaba a Savin pronunciar un “¡Si,señor!” y las puertas electrónicas se abrían una vez más.

  ¿Luka? ¿Por qué?

 Tenía que saber, pero Savin e Ilya ya estaban abriendo la puerta principal y corriendohacia el camino de grava.

Kisa se dirigió hacia mí y, tomando mi mano, me apartó de la puerta. Dejé que mellevará a un lado. Pude ver, por la expresión de Kisa, que estaba preocupada; no, aterrada.Mi estómago se hundió. Algo malo había sucedido esta noche. Algo grande.

Savin entró corriendo por la puerta. Sus ojos rápidamente buscaron los míos.

  Señorita Tolstaia, ¿dónde está la llave del sótano?

  ¿Por qué?

  cuestioné, pero la expresión fría y penetrante de Savin me dijo que nohabía tiempo para explicaciones.

Mis ojos se estrecharon ante la falta de explicación de todos.

Rápidamente, Kisa se movió hacia la cocina.

   Aquí  indicó, convocando urgentemente a Savin.

El sonido fuera de las puertas abriéndose del vehículo, derivó hacia el pasillo. Sealzaron voces y fueron emitidas órdenes rápidamente. Savin volvió corriendo por el pasillo,abriendo la puerta siempre cerrada, que conducía al sótano.

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Nunca había bajado allí, en todos esos años viniendo aquí en el verano, ni siquieraabrí esa puerta. Era el lugar privado de papá, de modo que estaba prohibido. Nunca habíapensado en preguntarle.

 A medida que el sonido de personas acercándose entraba por la puerta, me trasladé allado de una Kisa de aspecto ansioso. Colocando mi mano en su espalda, le pregunté:

  ¿Por qué Luka está aquí? Por favor, dime que está pasando. ¡Estoy empezando aenloquecer!

Me miró, con los ojos brillantes, susurrando:

  Luka entró en la sede Georgiana Jakhua, esta noche. No sé cuánto sabes acerca deque están de regreso en Brooklyn, pero es una situación delicada y...

Mi estómago se agitó y el corazón me latió con fuerza en el pecho.

  ¿Qué? ¿Porque Luka haría algo tan loco como eso?  interrumpí.

  Debido al 362.   Eso fue todo lo que dijo en respuesta, entonces sus ojos se

empañaron.Sacudí la cabeza confundida, levantando mi mano.

  No entiendo, no...

Mi frase fue cortada cuando varios Byki de mi padre se precipitaron por la puerta,arrastrando a un enorme hombre desnudo e inconsciente en sus brazos. Abrí los ojos consorpresa cuando estudié el masivo y debilitado cuerpo.

Dando un paso atrás lejos de la refriega, contuve la respiración mientras los Bykillevaron al hombre abajo. Mis ojos estaban pegados a la entrada del sótano, mi boca seabrió por la sorpresa.

Por encima de la conmoción, de repente oí el jadeo de Kisa. Seguí su mirada hacia lapuerta. Luka la había atravesado. Estaba sin camisa, pero en un chaleco ensangrentado, supantalón de vestir sucio y desgarrado. Su gran cuerpo estaba cubierto de moretonespúrpuras y negros, con el rostro hinchado y ensangrentado. Se veía horrible. Se veía igualque cuando había matado a Alik Durov en la jaula de Dungeon hace seis meses.

  Luka!   gritó Kisa y se precipitó hacia delante hasta que se paró frente a él.Levantó sus manos, pero se detuvo de ahuecar su rostro  . ¿Qué has hecho? ¡No teníasque luchar! Estás herido   susurró y la mirada de él se suavizó al caer sobre ella.

  Solnyshko  comentó y la envolvió en sus brazos.

  

Lo tienes  

indicó Kisa, olvidando rápidamente su frustración porque Luka habíasido herido. Su ligera voz sonaba rodeada de alivio.

  Sí  afirmó Luka y sus brazos se apretaron alrededor de su cintura.

Kisa agarró sus brazos.

  Estaba tan preocupada. Pensé... Me aterraba que te hirieran. Que no volvieras amí.   Dio un paso atrás, contemplando su cuerpo  . Luka, ¿Qué pasó? Sabes que elKnayz no lucha codo a codo con sus hombres. Comanda. Se queda atrás. Necesita estarprotegido.

Fruncí el ceño mientras la mandíbula de Luka se apretaba ante las palabras de Kisa.Se pasó una mano nerviosa por su desordenado cabello rubio.

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  Nadie lo podía dominar. Vino a nosotros como un perro rabioso. Sabía...   Lospuños de Luka se apretaron y luego se aflojaron  . Sabía que era la única persona que lopodía parar, sin tener que dispararle.   Su rostro cayó como perdido en suspensamientos  . Yo... sé cómo se siente. Solo yo sé cómo luchar contra su nivel de fuerzay habilidad.   Fijó la mirada en su esposa  . Algo dentro de mí reaccionó instintivamentea su rabia. Sea cual sea el demonio que está dentro de él, también vive en mí.

Devastación me atravesó. Luka había luchado más de lo que me había dado cuenta.

  Será mejor ahora, Iyubov moya   lo tranquilizó Kisa  . Lo tienes. Tienes alhermano de Anri de nuevo desde Jakhua.

La expresión de tristeza en el rostro cansado de Luka me cortó en lo más hondo. Suaferramiento a Kisa apuñaló mi corazón. Era su gravedad, la única cosa que lo manteníaconectado a tierra, cuerdo.

  Él... él...   balbuceó Luka con voz ronca a través de su estrecha garganta  . Separece a él. Era como ver un fantasma cuando corrió fuera sobre los muelles.   Los ojos

de Luka perdieron el foco  

. Su tamaño, su cabello, las armas con las que luchaba, suscaracterísticas, todas son idénticas. Excepto...

  ¿Excepto qué?   preguntó Kisa mientras se apartaba para mirar el cambiadorostro de su marido.

Luka alzó los dedos a sus ojos.

   Tiene ojos verdes. 362, Anri, tenía los ojos marrones.

El rostro de Luka parecía contraído por algo. ¿Un recuerdo, tal vez?

  Nunca…nunca he visto a un hombre tan ido. Estaba lleno con más rabia que

cualquier luchador con el que me haya enfrentado. Nunca dejó de venir hacia nosotros,matando a cualquiera en su camino.   Los ojos de mi hermano se llenaron de lágrimas.Luka tragó saliva y apretó su frente a la de Kisa  . No sé si puede ser salvado No sé cómosalvarlo. La droga que está en...

Kisa envolvió sus brazos alrededor de Luka de nuevo, pero mi atención se desvió de vuelta al sótano.

No sé si puede ser salvado...

Las palabras de Luka corrieron por mi mente. ¿Conocía al hermano de este ho