«Él nos ama y nos envía a ser misioneros de su Evangelio» · PDF...

San Juan de los Lagos, Jal. Febrero de 2010 Nº 331

Revista Diocesana Mensual

«Él nos ama y nos envía a sermisioneros de su Evangelio»

Evangelización Cuaresma 2010 - «Año de la Misión y del Sacerdocio»

Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 34. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

Correo-E: [email protected]: [email protected]

47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:

Comisión Diocesanade Pastoral Profética

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIOPresentación .........................................................................................................1

Mensaje del Sr. Obispo Felipe Salazar ............................................................. 2

Retiro para Agentes de Pastoral en la Misión con los cercanos ...................4

Celebración del Miércoles de Ceniza ...............................................................8

TEMAS:

1: Somos discípulos misioneros llamadosa anunciar la Vida del Resucitado ............................................................ 11

2: Somos discípulos misioneros en camino con Jesúspara leer los signos de los tiempos ........................................................... 17

3: Somos discípulos misioneros, llamados a anunciarla buena nueva de la misericordia ........................................................... 22

4: Somos discípulos llamados a ser testigos de Jesús,camino, verdad y vida ................................................................................ 27

5: Con María, en el Espíritu, somos misioneros del Reino. ......................... 32

SUBSIDIO LITÚRGICO PARA EL TIEMPO DE CUARESMA Y SEMANA SANTA

Miércoles de ceniza ......................................................................................... 37

Domingo I de Cuaresma ................................................................................... 38

Domingo II de Cuaresma.................................................................................. 40

Domingo III de Cuaresma ................................................................................ 42

Domingo IV de Cuaresma ................................................................................ 43

Domingo V de Cuaresma ................................................................................. 44

Domingo de Ramos ........................................................................................... 46

Jueves Santo ....................................................................................................... 49

Viernes Santo ..................................................................................................... 51

Vigilia Pascual ................................................................................................... 53

Domingo de Pascua: Solemnidad de la Resurrección del Señor ............... 57

Vía Crucis por los sacerdotes y consagrados ................................................ 60

Vía Crucis de la Inseguridad y de la Violencia ............................................ 70

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CUARESMA 2010

Presentación

Evangelización Cuaresma 2010, «Año de la Misión y del Sacerdocio»¡La Cuaresma tiempo fuerte de evangelización, tiempo de gracia y conversión!No debemos desaprovechar esta oportunidad, y optimar nuestras posibilidades de

evangelización, en este Año de la Misión, dirigido sobre todo a sensibilizar y reevangelizara los cercanos.

Esperamos que estos subsidios de evangelización seanun apoyo válido para que podamos comunicar efectiva-mente a los demás, la alegría del encuentro con Jesucristo,así como el gozo de ser discípulos suyos, enviados con eltesoro del Evangelio (cf. DA 28).

Ordenamos los materiales que ofrecemos en este Boletín dePastoral de acuerdo al orden cronológico en el cual se usen.

Antes de la Cuaresma o en su primera semana, conviene tenerel Retiro espiritual kerigmático para los agentes de pastoral«Viajando por la Cuaresma». Por eso es el primer material queofrecemos.

A partir del miércoles de ceniza, arranca todo este movimientode conversión personal y comunitaria, que culminará con laPascua. Por eso, después del Retiro, colocamos el subsidio paraimponer la Ceniza a quienes desean emprender un camino deconversión. Le sigue un tríptico que puede copiarse y entregarsea las personas.

La liturgia, como cumbre y fuente de la vida cristiana, y comola acción evangelizadora de mayor convocación, no podría serdesatendida. Por lo cual, enseguida proponemos moniciones yplegaria universal para los domingos de cuaresma y para las

celebraciones de la Semana Santa, incluyendo el Triduo Pascual.El platillo fuerte de estos materiales son los temas para la evangelización de la

Cuaresma-Pascua, que se suelen usar como Ejercicios Espirituales, con las debidasadaptaciones. Son cinco encuentros que pretenden ser un espacio que favorezca nuestroencuentro con Jesucristo vivo. Le sigue la propuesta para niños, con su folleto de trabajo.

A continuación viene un Vía crucis sobre el sacerdocio, y otro sobre la inseguridady violencia, que pueden rezarse en los viernes de cuaresma, o adaptarse para el viernessanto.

Esperamos que sean útiles estos materiales que con mucho esfuerzo y amor, contandocon la participación de muchas personas, hemos elaborado para ustedes.

Evangelizar es nuestra misión, nuestra identidad más profunda (cf. EN 14)Atentamente:

Comisión Diocesana de Pastoral Profética y

Vocalía de Elaboración de Materiales

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Mensaje del Sr. Obispo Felipe SalazarPARA EL TIEMPO DE LA CUARESMA Y PASCUA

San Juan de los Lagos, Jal. 7 de Enero de 2010

Con la firme confianza en Dios Padre quenos ama y en Jesucristo su hijo que nos salva yen el Espíritu Santo que conduce nuestra IglesiaDiocesana, los saludo con afecto, invitándolosa vivir intensamente la Pascua del Señor Jesúsy nuestra pascua en Él, preparados por eltiempo de gracia y salvación que es laCuaresma.

La fe de nuestra Diócesis y el vigor denuestro proceso pastoral se han visto siemprefortalecidos, alimentados y animados por lo quellamamos «los tiempos fuertes deevangelización». La cuaresma-pascua es untiempo fuerte y privilegiado de evangelización.

La cuaresma con todo lo que en sí encierra–los ejercicios cuaresmales, el ayuno, laabstinencia, las promesas, los actos piadososcomo el viacrucis, etc…- tiene gran impacto enla fe y en las costumbres de nuestro pueblo.Pero he de decir que seguimos siendo todavíamás cuaresmales que pascuales.

Quiero insistir en que la evangelización dela cuaresma nos lleve a vivir plenamente laPascua. Para ello es necesario en la cuaresma

iniciar como pecadores que somos, un procesode conversión invitados por la Palabra de Dios:«Ahora es el tiempo favorable, ahora es el díade la salvación» (2 Co 6, 2); «Oh Dios, crea enmí un corazón puro, renuévame por dentro conespíritu firme» (Sal 50, 12); «Conviértanse a míde todo corazón» (Jl 2, 12)

Esto es lo que Dios espera. Dios quierecrear en nosotros un corazón puro y renovarnospor dentro con espíritu firme. Y nosotros, alinicio de esta Cuaresma, queremos abrirnuestro espíritu a la gracia de Dios, para vivirintensamente el itinerario de conversión haciala Pascua.

Una auténtica conversión implica realizartodas las obras propias del tiempo deCuaresma: la limosna, la oración y el ayuno. Sinembargo, no se deben vivir sólo comoobservancia exterior, sino también comoexpresión del encuentro íntimo con Jesucristovivo -de ahí la importancia de hacer de losejercicios espirituales un espacio de verdaderoencuentro profundo con Jesucristo-. Laconversión conlleva a un nuevo descubrimientode Dios y del hermano que sufre en estostiempos de crisis. La Cuaresma es tiempo deoración intensa y alabanza prolongada, sí; estiempo de penitencia y ayuno, sí; pero, ademásde la oración y el ayuno, la liturgia nos invita acolmar nuestra jornada de obras de caridad.Éste es el culto que agrada a Dios.

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Al iniciar la cuaresma la Iglesia nos dirigela exhortación: «Conviértete y cree en elEvangelio» (Mc 1, 15). ¿Qué significa «creer elEvangelio» sino aceptar la verdad de laresurrección, con todo lo que implica? Desdeel primer día de la Cuaresma, entramos en estaperspectiva de resurrección salvífica,exclamando con el salmista: «Oh Dios, crea enmí un corazón puro, renuévame por dentro conespíritu firme. (...) Señor, me abrirás los labiosy mi boca proclamará tu alabanza» (Sal 50, 12.17).

En el «Año del Sacerdocio» invito demanera especial a mis hermanos sacerdotes avivir intensa y santamente, primero nosotroslos pastores -nadie da lo que no tiene-, estetiempo de gracia y de misericordia de Dios. Losinvito a poner especial atención a recibir y aofrecer el sacramento de la penitencia. En larecepción frecuente de este sacramento, elcristiano experimenta la misericordia divina y,a su vez, se hace capaz de perdonar y amar.Ojalá que nosotros los sacerdotes estemosdispuestos a desempeñar con esmero, dignidady dedicación este ministerio sacramental tanindispensable.

En el «Año de la Misión con los cercanos»los sigo invitando a despertar al «Gigantedormido del laicado», sigamos llamando,animando y formando a nuestros laicos paratrabajar en la tarea tan apremiante de laevangelización de nuestras comunidades. Quela evangelización de este tiempo fuerte seallevada por todos de una manera eclesial, nosacerdotes solos, no laicos solos, todos en

equipo como ha sido la mística del trabajopastoral en nuestra diócesis.

Por último, quiero invitarlos a evangelizarcon verdadero sentido de comunión yparticipación, acordes al Curso de Acción delIV Plan Diocesano de Pastoral, estamos en el«Año de la Misión» precedidos y en continuailuminación por los «Años del Discipulado y laComunión». El lema propuesto por la Comisiónde Pastoral Profética para la evangelización delos Ejercicios Espirituales de este año es: «Élnos ama y nos envía a ser misioneros de suEvangelio»

Que la Cuaresma 2010 sea para todos loscristianos de nuestra Diócesis una experienciarenovada del amor de Dios que se nos ha dadoen Cristo, amor que también nosotros cada díadebemos «volver a dar» al prójimo,especialmente al que sufre y al necesitado. Sóloasí podremos participar plenamente en laalegría de la Pascua.

Que María, nuestra Señora de San Juande los Lagos, nos guíe en este itinerariocuaresmal, camino de auténtica conversión alamor de Cristo. A ustedes, queridos hermanosy hermanas, les deseo un provechoso caminocuaresmal y con afecto les envío a todos mibendición.

+ Felipe Salazar Villagrana

Obispo de San Juan de los Lagos

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INDICACIONES:

«TENTACIONES» (encuentro consigo mismoy con Dios), se prepara como material: dos vasoscon agua, aceite comestible y colorante.

«LA TRANSFIGURACION» (conversión) seprepara como material una cadena rota, que indicala liberación del pecado.

LA ADHESION DEL CREYENTE CON CRIS-TO: se prepara como material un imán y un metalsin forma, para simbolizar la adhesión del creyentecon Cristo.

LA HIGUERA SIN FRUTOS» (frutos comoexpresión del compromiso cristiano) misión.

Una imagen de Jesús que permanecerá al frente,en un lugar visible al centro del grupo, donde seencuentre también la Sagrada Escritura, en un lugardigno.

Cuatro letreros que indiquen el proceso de laacción misionera: ENCUENTRO, CONVERSION,ADHESION, TESTIMONIO Y MISION.

En el momento que se crea oportuno se reco-mienda propiciar la oración en los espacios decambio de etapa a etapa, para que se conserve elambiente de retiro, recordando el ayuno, la oracióny el reconocimiento de la comunión entre nosotros.

Que haya momentos de comunicación entre losmiembros, para expresar el compromiso de sertestigos de Cristo.

Favorecer mas el momento de oración personal,que el de exposición, si el tiempo es corto, solamen-te se de una idea del tema y se deje momento parala reflexión personal.

INTRODUCCIÓNEn la cuaresma, cuarenta días de preparación

para la Pascua, nos invitamos a salir de viaje haciael País de la Vida.

La Cuaresma nos conduce a encontrarnos conCristo, hacia un cambio radical de nuestra vida y laexperiencia de su Vida en cada uno de nosotros.

• ¿Cómo inicio la cuaresma?

• ¿Me alegro, porque la cuaresma llegue, meilusiona entrar en este tiempo de salvación, demisericordia, en el que actualizo mi caminarhacia la vida plena?

• Soy de los que dicen el dicho «tan larga comola cuaresma» ¿de qué manera me preparo paravivir la Pascua?

• ¿Preparo el viaje a última hora?

Retiro para Agentes de Pastoralen la Misión con los Cercanos

Viajando por la Cuaresma 2010

«Un camino de conversión y acercamientoa Jesucristo en la misión con los cercanos»

basado en la Palabra de Dios de los Domingos de Cuaresma ciclo C,para la vivencia del Kerigma

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• ¿Qué meta me propongo a lograr en estetiempo de Cuaresma?

• ¿La meta de la Cuaresma no me atrae? Es decirla Pascua, el País de la Vida, la misma vidaque es DIOS.

Meta de la cuaresma:

LA PASCUA DE JESUCRISTO Y NUES-TRA PASCUA, es decir el paso de la muerte a lavida.- Si la Muerte y Resurrección de Cristo me atrae y

«me dice» mucho, prepararé y realizaré el «VIA-JE» con mucha ilusión.

- Si no me atrae y «no me dice nada Jesús», si nollega a ser un acontecimiento trascendente, lacuaresma va a ser un «VIAJE» sin meta, sinilusión, sin entusiasmo, aburrido.

VEAMOS

Miércoles de Ceniza: «Soltando ama-rras»¿Qué amarras me atan y me impiden

lanzarme a un cambio radical…?

Vamos a nuestra realidad, a nuestrobarro, reconocemos lo que somos y de quéestamos hechos y nos lanzamos al arrepen-timiento, a soltar las amarras de nuestrobarco y lanzarnos mar adentro, en el cami-no de la conversión, comenzando por no-sotros mismos.

Dos actitudes del agente de pastoral:- Unos no escuchan y se van por otros

caminos. El mal camino.

- Otros si escuchan y siguen el Camino.El buen camino.

Escuchamos: Jer 7, 23-27Oración:Señor Jesús: queremos iniciar contigo el

camino de la Cuaresmapara realizar nuestro viaje al «País de la

Vida».Por eso te pedimos que nos ayudes.Como somos débiles,a veces no cumplimos nuestros propósitos

y nos apartamos de tu camino.Ayúdanos a caminar unidos hacia el País de la Vidaque nos tienes preparado.Ayúdanos a viajar en esta Cuaresma con ilusión,dejándonos llevar por Ti,que cumplamos todos los buenos deseos y propó-

sitos de la Cuaresma.Y que seas Tú mismo nuestro mejor amigo en el

camino.Amén.

EL ENCUENTRO CON UNO MISMO Y ELRECONOCIMIENTO DE NUESTROS PUNTOSDÉBILES: EL DESIERTO Y LAS TENTACIONES.

Objetivo: Vamos juntos a descubrir las tentacio-nes que nos arrastran lejos del «País dela Vida».

La tentación de no comprometerse,de no entregar la vida.

(Lc 4, 1-13)En el bautismo de Jesús fue la gran

manifestación de que Él es, el Hijo deDios. Se realizó en forma sensible elencuentro Trinitario. Jesús inicia sumisión evangelizadora, un camino difí-cil que le traería consecuencias hastaentregar su vida a favor de aquellos quelo rechazaron, aunque pasó haciendo elbien.

Después de la manifestación en elbautismo, se retira y realiza un encuen-tro consigo mismo y con Dios su Padreen el desierto y allí es tentado y vence latentación. Se encontrará luego con unacomunidad, que esperaba a un mesíasdiferente, por lo tanto, no fue aceptado.· ¿Qué tempestades y vientos en con-tra, tuvo que vencer Jesús?

Enumerar las tentaciones de Jesús.Jesús, después de tantos días de ayu-

no, sintió la necesidad de comer. Eldiablo le ofrece el placer, poder y gloriacomo tentación. Jesús supo ser fuerte,supo discernir con sabiduría, tenia cla-ra su misión.

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Cristo viene a nuestro encuentro desde nuestrobautismo en el que nos encontramos con Dios comohijos y, el Espíritu Santo desde entonces, nos acom-paña en nuestro caminar hacia la vida plena.

Necesitamos renovar el encuentro con Cristoconstantemente, ya que en él aceptamos vivir comohijos de Dios animados por el Espíritu Santo. Nospide un cambio, o conversión radical en el queexpresamos nuestra fe no solo con palabras, sinosiguiendo el camino que Jesús nos ha señalado consu propio caminar, el testimonio de vida.

La Iglesia debe estar presente a través de sushijos, los cuales están obligados a manifestar elEspíritu Santo que les anima. Para poder dar testi-monio eficaz de Cristo deben unirse a los demás,con una mutua caridad. A ejemplo de Cristo vivanlos cristianos animados por la caridad (Cf. AG 11,12).

Hoy la Iglesia nos señala la necesidad de retirar-nos para encontramos con Dios, con nosotros mis-mos, en tal forma que al confrontarnos con nuestroPadre que es Santo, descubramos nuestra condiciónpecadora y nos conduzca al rechazo de todo aquelloque no está de acuerdo con nuestra vocación en elmundo y en la Iglesia, como Isaías que al encontrar-se con Dios, descubre su condición humana ypecadora: De pié, junto a Dios, había unos seres quegritaban el uno al otro Santo, Santo, Santo es elSeñor todo poderoso. Toda la tierra está llena de sugloria. Yo dije ¡Ay de mí!, estoy perdido. Soy unhombre de labios impuros que habita en un pueblode labios impuros (cf Is. 6. 2-1 5).Al encontrarnos con Dios hoy, ¿Cómo nos descubri-

mos?

¿Como descubrimos nuestra sociedad en relación conDios?

¿Cuáles son las tentaciones del agente de pastoral?Enumerar las tentaciones de los agentes de pas-

toral.Hay tempestades y tentaciones que nos invitan a

quedarnos en casa, sin viajar al País de la Vida…Nosotros, al viajar por la vida, unas veces tene-

mos ganas de algo por necesidad. Otras vecestenemos ganas de algo por capricho o por seguir lomás cómodo sin discernir si es lo mejor, si es lavoluntad de Dios.

CONTEMPLAR LA GRANDEZA DE DIOSEN SU HUMANIDAD Y EN SU DIVINIDAD.

Objetivo:

Tomar conciencia como agentes de pastoralque Jesucristo es Dios y el Hijo amado deDios a quien debemos escuchar y seguir.

(Lc 9, 28-36)Jesús, al encontrarse con su Padre, se transfigu-

ra, se manifiesta que siendo hombre, es Hijo deDios y al cual nosotros debemos escuchar.

Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos trestiendas: una para ti, otra para Moisés y otra paraElías.

Pedro y sus amigos querían hacer tres tiendasporque se encontraban muy contentos junto a Jesúsy Jesús les daba fuerza e ilusión para vivir.

Nosotros, como agentes de pastoral, al encon-trarnos con Cristo, se nos exige un cambio radicalde vida para ser sus testigos, san Pablo nos invita atener los mismos sentimientos que tuvo Cristo; soloasí los demás desearán permanecer cerca de Jesús,cuando vean el cambio de nuestras actitudes, laalegría con la que vivimos nuestra fe y la entregagenerosa y fiel a Dios y a los demás. La Iglesia nosinvita a la conversión en el documento de Ad Gentesno. 13.

EL AMOR DE DIOS NOS LLEVA A DAR FRUTO

Objetivo: Caer en la cuenta de las conse-cuencias que hay para el cristiano que se haencontrado con Cristo y no da fruto.

Lc 13,6-9

• ¿Qué pasa, si encontramos un árbol quedebería dar fruto y no lo da?

• ¿Qué pensaríamos, de una barca siempreanclada teniendo al frente un gran horizonte?Permanece con el movimiento monótono quele da el viendo pero sin salir… sin avanzar.

Es lo que pasa con un cristiano que no da fruto,que un día fue injertado en el tronco por el bautismo,ha recibido la savia que fortalece y transmite vida,pero no se encuentran los frutos esperados.

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El cristiano, que no se compromete a lanzarsemar adentro, solo se mueve por inercia cuando losdemás lo empujan pero no hay iniciativa para sertestigo de Cristo, para hacerlo presente por lasactitudes cristianas y por el anuncio a los demásdando razón de su esperanza.

Leamos y reflexionemos: «Todos los fieles es-tán obligados a cooperar en la obra misionera envirtud de su incorporación a Cristo. El deber másimportante en orden a la evangelización es el testi-monio personal de una vida profundamente cristia-na» (AG 36).

· ¿Cuáles son los frutos de fe que los demásdescubren en nosotros?

· ¿Soy un barco que se mueve en el mismo lugar sinavanzar?

· ¿Qué vamos a hacer nosotros, los agentes, parahacer presente a Jesús en nuestras comunida-des?

· ¿Cuál va a ser nuestro compromiso concreto comoagentes de pastoral?

ORACIÓN

Por equipos los agentes preparan unos signos delos que se han mencionado en el tema: dos vasostransparentes con agua, un poco de aceite comesti-ble, un sobre de saborizante de color rojo, cadenarota, frutos, barca, imán y un metal sin forma.

Se colocan los objetos al centro en un lugarvisible.

En silencio reflexionamos sobre el viaje quehemos realizado durante la cuaresma, tratamos devivir el caminar de la acción misionera en la Iglesia:iniciando con el testimonio cristiano que conduce ala conversión y a la adhesión a Cristo para concluircon la actividad misionera.

Cada equipo reflexionara sobre una cita bíblica:

Lc 4, 1-13

Lc 9, 28-36

Lc 13,6-9

Jn 15, 1-11

Jn 24,1-7

o Comunicación de la experiencia de fe en losequipos.

o Presentación de los signos que se coloquen alos pies de la imagen de Jesús.

o Recordando el ayuno de Jesús se recomiendano tomar nada en el receso.

o Un momento de encuentro consigo mismo, anteel Santísimo si es posible.

o Repartir las estrofas de los siguientes salmospara la oración final.

ORACIÓN:Cuando el Señor cambio la suerte de Sión,nos parecía un sueño,la boca se nos llenaba de risas,la lengua de canciones:El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros,y estamos alegres.Los que sembraban con lágrimascosechan entre canciones (Sal 126).

Dichosos los que con vida intachablesiguen la ley del señor.Dichosos los que cumplen sus preceptosy lo buscan sinceramenteDichosos los que sin cometer ningún malsiguen sus caminos.

Dame Señor tu amor y tu salvación,conforme a tu promesa.Déjame hablar con sinceridad,pues confío en tus mandamientos.Hablaré de tus preceptosy no me avergonzaré.

He elegido el camino verdadero,enséñame Señor el camino de tus normas.Guíame por el camino de tus mandatos (Sal 119).

Despierta cítara y arpa, despertaré a la aurora.Tu amor llega hasta el cielo, hasta las nubes tu

fidelidad,muestra, oh Dios tu grandeza en los cielosy tu gloria sobre la tierra (Sal 108).

Terminan cantando: «Vaso Nuevo»

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1. BIENVENIDA

Monición: ¿Qué es la Cuaresma?

MONICIÓN:En todas las actividades de la vida dia-

ria, hay épocas en las cuales intensificamoslo que hacernos de ordinario para salir de larutina, por eso en el comercio hacen «lasbaratas», en las guerras hay «ofensivas»,en nuestra vida cristiana existe la «cuares-ma».

La Cuaresma (cuarenta días de prepara-ción para la Pascua) es el tiempo en querecordarnos los cuarenta días que pasó Je-sús en el desierto como preparación para suvida apostólica. En este tiempo, la Iglesianos pide que intensifiquemos nuestra vidacristiana.

La Cuaresma es el tiempo de vivir con mayorintensidad: la oración, la reconciliación, las obras demisericordia. Para ayudarnos, se nos recomienda quepractiquemos los ejercicios cuaresmales.

INICIOGUÍA: En el nombre del Padre y del Hijo y del

Espíritu Santo.GUÍA: Los seres humanos manifestamos con ges-

tos externos nuestros sentimientos y deseos. Por esomanifestamos con un signo externo que queremosaprovechar la cuaresma para preparar la celebracióndel Misterio Pascual (Pasión, Muerte y Resurrecciónde Cristo), este signo es acercarnos a recibir la cenizay con este acto aceptar que nos «arrepentimos ycreemos en el Evangelio», y esto con hechos de viday no sólo con palabras.

Hoy iniciamos el período de preparación para lagran fiesta de la Pascua, la fiesta en que proclamamos

que Jesús muerto ha resucitado. La muerte essímbolo y castigo del pecado, la resurrección esel símbolo de nuestra nueva vida en Cristo. Estoscuarenta días de preparación para la Pascua, la

Iglesia quiere que nos acer-quemos más a Dios pormedio de la oración, del arre-pentimiento de nuestros pe-cados y de buenas obras.

PETICIONES DEPERDÓN

Para tornar conciencia detodo esto, vamos a vivir estacelebración, reconociendoque hemos pecado.

A cada petición de perdón decimos:

¡MISERICORDIA, SE-ÑOR, HEMOS PECADO!

1: Por las veces que te hemos negado el tiempo noparticipando en la Misa los domingos...

TODOS: ¡MISERICORDIA, SEÑOR, HEMOSPECADO!

2: Por haber pasado días enteros sin haber tenidoalgún recuerdo de Ti...


3: Por no haber aprovechado el perdón que meofreces en el Sacramento de la Reconciliación


4: Por no haberte recibido en la Eucaristía pu-diendo hacerlo...


CelebraciónMiércoles de Ceniza

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5: Por haber dejado la oportunidad de servirtehaciendo algún bien a mi prójimo...


6: Por no haber aprovechado bien las oportunidadesque me has dado de ser mejor...

TODOS: ¡MISERICORDIA, SEÑOR, HEMOSPECADO!GUIA: Señor, Dios, que te apiadas de quienes se

arrepienten y concedes tu paz a los que se acercana Ti, escucha con bondad nuestras súplicas y derra-ma la gracia de tu bendición sobre estos siervostuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles alas prácticas cuaresmales puedan llegar, con almapurificada, a celebrar la Pascua de tu Hijo, que vivey reina contigo y con el Espíritu Santo, por los siglosde los siglos.

TODOS: AMÉN.

Lectura del evangelioLECTOR: Escuchemos, hermanos, las palabras

del santo Evangelio según san Mateo (6, 1-6.16-18)«En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Tengan cuidado de no practicar sus obras depiedad delante de los hombres para que lo vean. Delo contrario, no tendrán recompensa con su Padrecelestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anunciescon trompeta, como hacen los hipócritas en lassinagogas y por las calles, para que los alaben loshombres. Yo les aseguro que ya recibieron surecompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna,que no sepa tu mano izquierda lo que hace laderecha, para que tu limosna quede en secreto; y tuPadre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como loshipócritas, a quienes les gusta orar de pie en lassinagogas y en las esquinas de las plazas, para quelos vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron surecompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar,entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tuPadre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que velo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste,como esos hipócritas que descuidan la aparienciade su rostro, para que la gente note que están

ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron surecompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfú-mate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa lagente que estás ayunando, sino tu Padre, que está enlo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recom-pensará». Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:

Momento de silencio

GUÍA: Al ofender a Dios, hemos seguido nues-tros caprichos en vez de lo que Dios quiere denosotros. Por eso, en este tiempo, la Iglesia nosinvita al sacrificio; así tendremos fuerza para ven-cer las tentaciones.

Pensemos un poco, ¿qué esfuerzos vamos arealizar durante esta Cuaresma, para ser más lo quenuestro Dios Padre quiere de nosotros? (Momentode reflexión, silencio para hacer un propósito...)

GUÍA: Dios quiere que lo sirvamos haciendobien a nuestros prójimos, ¿qué obras y sacrificiosvamos a hacer a favor de los demás? Ver menostelevisión, dar dinero para una buena obra,involucrarme en las misiones, apoyo a la catequesisen mi comunidad, ayuda especial en casa...

Momento de silencio y reflexión para hacer un propósito...

PETICIONES:GUÍA: Haciendo nuestros los deseos e inquietu-

des que viviremos estas semanas cuaresmales ele-vemos nuestros ojos a Dios para pedirle ayuda.Vamos a responder a nuestras peticiones diciendo:

R. Convierte, Señor, nuestros corazones.· Para que el Señor, que venció las tentaciones del

desierto, nos ayude a vivir este tiempo en paz conÉl. Roguemos al Señor. R.

· Para que el Señor nos transfigure y seamos así,durante esta cuaresma, testigos de su luz. Rogue-mos al Señor. R.

· Para que amemos profundamente a la Iglesia y nopermitamos que nadie y ni nada le haga daño conla palabra o con las obras. Roguemos al Señor. R.

· Igual que el Evangelio nos habla de luz y tinieblas,le pedimos al Señor que a todos los creyentes,cuidemos nuestros corazones para que solo brilleJesús. Roguemos al Señor. R.

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· Que las cenizas que vamos a recibir hoy nosayuden a crecer como semillas que mueren y danfrutos, y aprendamos a vivir nuestra fe en mediode la cultura. Roguemos al Señor. R.

IMPOSICIÓN DE LA CENIZA

GUÍA: Cuando quemamos algo ¿qué queda?CENIZA. Las cenizas son nuestros egoísmos yenfermedades: peleas, mentiras, pereza en el estu-dio, falta de cariño y respeto a nuestros padres... Laceniza significa que todo lo anterior lo hemosquemado y que queremos que nazca en nosotrosalgo nuevo: la paz, la amistad, la solidaridad, elamor, la dulzura, la comprensión...

Ahora, como signo externo de que queremosemplear estos cuarenta días de preparación para laPascua, por medio del arrepentimiento de nuestrospecados y las buenas obras, vamos a recibir laceniza sobre nuestra frente con la señal de la cruz.

Pasan en fila a recibir la ceniza, mientras se canta:

Canto:«YO NO SOY NADA»

PADRE NUESTRO

ORACIÓN FINAL

GUÍA: Acepta, Señor, este sacrificio con el queiniciamos solemnemente la Cuaresma y concéde-nos que, por medio de las obras de caridad ypenitencia, venzamos nuestros vicios, y libres depecado, podamos unirnos mejor a la pasión de tuHijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.Amén.

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal,y nos lleve a la vida eterna. Amén.

El siguiente TRIPTICO, así como otros materialesse ofrecen en la página de la diócesis:

http://dsanjuan.org/descargas/index.php

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CUARESMA 2010

«SOMOS DISCÍPULOS MISIONEROS LLAMADOS AANUNCIAR LA VIDA DEL RESUCITADO»

«Serán ustedes mis testigos en Jerusalén y en toda Judea,en Samaria y hasta los extremos de la Tierra» Hch 1, 8

«Propiciar un encuentro con Jesús muertoy resucitado, para que siendo testigos de Él,anunciemos y proclamemos la buena noticia

a nuestros hermanos»

1

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OBJETIVO

Propiciar un encuentro con Jesús muerto yresucitado, para que siendo testigos de Él,anunciemos y proclamemos la buena noti-cia a nuestros hermanos.

Indicaciones generales del tema Preparar el cirio pascual para la oración inicial. Es importante desarrollar una pedagogía de acogi-da gratuita y desinteresada que pide crear un am-biente de relaciones amigable, donde prevalezca laconfianza, la espontaneidad, el deseo de compartiry la aceptación incondicional. Preparar un letrero con el título del tema. Elegir un lector para la oración inicial. Tener listo el canto (el cd o la letra). Proclamar de manera solemne el Evangelio de SanMateo. Dar a cada participante las «Razones para Resuci-tar» para que se lleven el compromiso de resucitaren familia.

UBICACIÓN Y BIENVENIDA¡Bienvenidos! Reunidos durante esta semana,

escucharemos y profundizaremos la gran noticiaque llenará nuestra vida de alegría y gozo, porqueésta, surge del gran amor que Dios nos tiene alenviarnos a su Hijo Jesucristo. Esta Buena Nuevano es una teoría o una enseñanza, es un aconteci-miento, una Persona que está viva: ¡JESÚS! Que hadado la vida para que tengamos vida y vida enabundancia.

Jesús nos ha elegido para estar con Él, ser de Ély formar parte de los suyos, para enviarnos a predi-car y participar de su misión.

En este primer encuentro, Jesús nos invita aacoger y experimentar en nuestra vida esta Buena

Noticia para anunciarla y proclamarla, porque to-dos tienen derecho a conocerla. En estos días dejé-monos encontrar por Jesucristo, para poder descu-brir lo que nos pide en los signos de los tiempos,anunciando y haciendo presente con valentía yfuerza su Reino.

Ahora preguntémonos:¿Por qué motivo estoy aquí?¿Qué espero de estos ejercicios espirituales?¿Qué actitudes deseo tener para aprovechar esta

experiencia?

OraciónSeñor Jesús, Resucitado y presente «en medio de

nosotros»:Hoy, en el primer día de encuentro te reconocemos

vivo aquí.

(Se enciende el cirio pascual)

Nos has dado tu paz,el perdón sin reproche ni desprecio.Nos has enseñado tus manos y el costado llagados,Nos has entregado tu Espíritu para«Evangelizar a los pobres,liberar a los oprimidos,abrir los ojos a los ciegos,anunciar el amor gratuito de Dios.Cristo llagado y resucitado:que tu Espíritu nos acerque a los llagados,toquemos sus heridasy te reconozcamos «Señor mío y Dios mío».Al igual que los discípulos se sintieron confortados

por Ti y salieron de sus miedos, así nosotros alencontrarnos contigo nos llenemos de tu Espíri-tu y valientes vayamos a ser tus testigos, anun-ciando tu Buena Noticia, tu Evangelio. Amén.

Canto:Vive Jesús el Señor

TEMA 1: SOMOS DISCÍPULTEMA 1: SOMOS DISCÍPULTEMA 1: SOMOS DISCÍPULTEMA 1: SOMOS DISCÍPULTEMA 1: SOMOS DISCÍPULOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIONERNERNERNERNEROS LLOS LLOS LLOS LLOS LLAMADOSAMADOSAMADOSAMADOSAMADOSA AA AA AA AA ANUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LA VIDA VIDA VIDA VIDA VIDA DEL RESUCITA DEL RESUCITA DEL RESUCITA DEL RESUCITA DEL RESUCITADOADOADOADOADO

«Serán ustedes mis testigos en Jerusalén y en toda Judea,en Samaria y hasta los extremos de la Tierra».

Hch 1, 8

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VEAMOS

1.- ¿Qué situaciones que vivimosnos conducen a la muerte?

2.- ¿Qué situaciones nos condu-cen a la vida?

3.- ¿Qué obstáculos tenemos parallevar una vida plena?

4.- Comparte con tu compañerode al lado una buena noticia que hayas recibidoen tu vida ¿Qué sentimientos experimentaste alrecibirla?

PENSEMOS

Entronización de la Palabra de Dios, mien-tras se canta: Tu Palabra me da vida.

Se proclama solemnemente la Palabra deDios desde un lugar visible para todos ydirectamente de la Sagrada Escritura.

(Mt 28, 1-10)

«Pasado el sábado, al alba del primerdía de la semana, María Magdalena y laotra María fueron a visitar el sepulcro.De pronto hubo un gran temblor, el ángeldel Señor bajó del cielo, se acercó, rodóla piedra del sepulcro y se sentó en ella.Su aspecto era como el relámpago y suvestido blanco como la nieve. Al verlo,los guardias se pusieron a temblar y sequedaron como muertos. Pero el ángel sedirigió a las mujeres y les dijo:

Ustedes no teman, se que buscan aJesús el crucificado. No está aquí, haresucitado como lo había dicho. Vengana ver el sitio donde estaba puesto. Vayanenseguida a decir a sus discípulos: haresucitado de entre los muertos y va ca-mino de Galilea; allí lo verán. Ellas sa-lieron rápidamente del sepulcro y contemor pero con mucha alegría, corrierona llevar la buena noticia a los discípulos.

Jesús salió a su encuentro y las saludóy les dijo: No teman, digan a mis herma-nos que vayan a Galilea y allí me verán».

Rescatamos las siguientes frases que nos ayuda-rán a profundizar en la misión que tenemos alencontrarnos con el Resucitado.

¡Ha resucitado!

¡El crucificado ha resucitado! Esta revelación divina del hecho de la resurrec-

ción es el argumento principal de nuestra fe.Las mujeres madrugan

El primer día de la semana, al despuntar el alba,María Magdalena y la otra María, madre de Santia-go, son las primeras en descubrir el sepulcro vacío.¿A qué van las mujeres? Ellas van a impregnarcon perfume el cuerpo de Jesús. Pero al llegar sólohan encontrado el sepulcro vacío.

De repente un fuerte temblor de tierra indicó quealgo pasaba. Las dos Marías abren los ojos y ven aun ángel bajado del cielo que se acerca a la sepul-tura, hace correr la piedra y se sienta encima. Losguardias que vigilaban la entrada quedaron anona-dados y se echaron a temblar muertos de miedo. Elmiedo es un modo de expresar lo inexpresable, unamanera de decir con imágenes la realidad trascen-dente de la realidad de Jesús.

Palabras del ángel

El mensajero celestial es quien explica lo suce-dido, no hay motivos para el temor, sino para unainmensa alegría, porque Jesús el crucificado, al queustedes buscan, no está aquí.

«Vayan…» La Resurrección envía de nuevo aCristo al mundo y manda a sus amigos a encontrarsecon Él en medio del mundo. Para encontrarse con elResucitado es necesario ponerse en camino e ir acomunicar la buena noticia a otros discípulos.

El lugar del Resucitado no está en la tumba, estáen nuestras labores, en nuestras familias, en nuestroentorno, allí donde se encuentran los abatidos y lospobres.

«Digan…» El mensajero las invita a anunciaresta buena noticia que es alegría, vida y esperanzapara sus hermanos.

«Los veré en Galilea…» Encuentro de gentesde otros pueblos y frontera del mundo desconocido.Galilea son todos esos lugares personales y socialesen los que Jesús está presente y quiere ser amado,seguido y servido.

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El encargo a las mujeres

Las dos mujeres son los testigos de la Resurrec-ción, el mensajero les encarga que comuniquen alos discípulos lo que han visto y oído. Ellas vancorriendo y llenas de alegría llevan esta buenanoticia. Y en el camino sale a su encuentro Jesús, leshace una llamada a la alegría y les repite el encargodado por el ángel.

Vivir como resucitados

Alégrense… no tengan miedo. La paz y la ale-gría serán los signos de la resurrección de Cristo yde que en ellas hemos sido incluidos.

La manera en que Jesús realizó nuestra salva-ción:a) Por su encarnación: La prueba de que Dios nos

ama es que siendo nosotros pecadores, nos envióa su propio Hijo, que al hacerse hombre unió en símismo, en una sola persona, tanto la vida delhombre como la vida de Dios.

b) Jesús comienza su vida pública haciendo suyaslas palabras de Isaías: El Espíritu del Señor estásobre mí… me envió a traer la Buena Nueva a lospobres… a devolver la luz a los ciegos, a despedirlibres a los oprimidos. (Lc. 5, 16-22)Lo que parecía un sueño imposible empieza a ser

realidad con Jesucristo. Les dice:+ Éste que esperan, soy yo. Vengo a anunciar y

realizar el reinado de Dios.Jesús no sólo anuncia el Reino de Dios, sino que

empieza a realizarlo: cura enfermos, expulsa de-monios, acoge a pecadores, les da su perdón, etc.c) Por su muerte en la cruz: Jesús se endosa sobre si

mimo, nuestro pecado y nuestra sentencia, paramorir en nuestro lugar.Él, libremente se entregó a la muerte por amor a

nosotros los pecadores, para cargar con nuestropecado.

Dios es mucho más que la muerte; su amor hapodido con ella. El amor de Dios hizo vivir a Jesúsdespués de la muerte.d) Por su resurrección: La obra salvífica de Jesús no

terminó en la cruz. Al tercer día de su muerte ysepultura, el poder de Dios lo resucitó de entre losmuertos, quedando así muerto nuestro pecado,mientras que Jesús, resucitaba con una Nueva

Vida para ofrecerla a todos nosotros.Al resucitar, Jesús abrió las posibilidades para la

humanidad.Si a través de la encarnación de su Hijo, Dios

vino a ser morada en nuestro campamento, por laresurrección de Jesús el hombre está ya con Dios.Se ha restablecido ya integralmente el puente decomunicación entre Dios con los hombres y loshombres con Dios, gracias a la resurrección deJesús. En Jesús se restaura la unidad perdida en elparaíso: Dios está en el hombre y el hombre está conDios.

Dios nos ama más allá de la muerte y en el amornos hará vivir, como hizo vivir después de muertoa Jesús de Nazaret.

Creer en la resurrección es creer hasta el final enel amor que Dios nos tiene:

«Acepta el don gratuito de la salvación en CristoJesús, que con su muerte y resurrección es el únicoy suficiente salvador».

El documento de Aparecida dice:

Jesucristo es el único Liberador y Salvador que,con su muerte y resurrección, rompió las cadenasopresivas del pecado y la muerte, que revela el amormisericordioso del Padre y la vocación, dignidad ydestino de la persona humana. (DA 6)

Nuestra alegría pues se basa en el amor delPadre, en la participación del Misterio Pascual deJesucristo quien, por el Espíritu Santo, nos hacepasar de la muerte a la vida, de la tristeza al gozo, delo absurdo al hondo sentido de la existencia, deldesaliento a la esperanza que no defrauda. Estaalegría no es un sentimiento artificialmente provo-cado ni un estado de ánimo pasajero. El amor delPadre nos ha sido revelado en Cristo que nos hainvitado a entrar en su Reino. (DA 17)

Otros autores dicen:

La resurrección de Jesús nos anuncia la vida.Una vida nueva y para siempre. Una vida actual,porque celebramos al que vive para siempre

La resurrección de Jesús, significa escuchar labuena noticia de que el Crucificado vive, encontrar-se con el Resucitado en la vida de cada día ycomunicar a otros esta experiencia que llena de viday alegría.

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Esta vida que nos ofrece Jesús es nueva parasiempre, pero se encarna en nuestra vida humana ypor eso lleva consigo apostar por todo lo que es vidaen nuestro mundo: toda vida humana; vida digna:dignidad de toda persona humana; vida natural:cuidado del entorno humano. La resurrección deJesús es la fiesta del compromiso cristiano con lavida.

Las mujeres son testigos primeros de la resurrec-ción, mensajeros del deseo del Resucitado. Contoda razón podrían ser consideradas como apósto-les de la fe; fe en la resurrección que se fundamentaen testigos.

Los discípulos están presentes en este relato, eldeseo del Resucitado es una cita con ellos en Galilea,cita de la que surgirá el camino nuevo de la fecristiana y de esta manera los discípulos quedanasociados a la obra del Resucitado: desde ahora sonhermanos de Jesús triunfante.

Los discípulos de Jesús son aquellos que creenen su Resurrección y aquellos que proclaman queDios es un Dios con nosotros, un Dios con loshombres y que el hombre es lo que Jesús habíadicho que sería: un pueblo de amigos de Dios.

Vivimos en un mundo con tantas facilidades deinformación, las noticias llegan al instante de unlugar a otro del planeta. ¿Pero qué hay detrás de unmundo globalizado? «…recibirán la fuerza del Es-píritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mistestigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, yhasta los confines de la tierra» (Hechos 1, 8). Conestas palabras define el Señor Jesús el encargofundamental que encomienda a los discípulos, «sersus testigos en el mundo». Ahora, al pedirles ser sustestigos hasta los confines de la tierra, Él no estádistinguiendo ni situaciones ni tiempos, pues sumensaje debe trascender todo contexto histórico,ideológico y territorial. De hecho, como conse-cuencia de este encargo, encontramos que la Iglesiaya desde el siglo II es llamada católica, es deciruniversal, indicando así que el mensaje de la BuenaNueva, del cual ella es portadora, está dirigido atodas las gentes

De ahí que si hoy vivimos en un mundoglobalizado, bien en este mundo sigue vigente lamisión del discípulo, ser testigo de la resurrecciónde Jesús.

ACTUEMOS

En nuestros días vivimos de mane-ra muy palpable la muerte y sin embar-go, creemos que es un mundo llamadoa resucitar, en el que está germinandoya la resurrección.Hoy, ¿hay algún signo de resurrección?

· ¿Dónde está la semilla de resurrec-ción en la que creemos al profesar que Jesús elNazareno ha muerto pero ha resucitado?

· Mirando la realidad en la que vives ¿qué significavida plena?

· ¿Qué obstáculos o problemas encuentras en tucomunidad para que se haga realidad la propuestade Jesús sobre la vida plena?

CELEBREMOS

Celebremos con alegría y gozoel encuentro con Jesús resucitado.Después de cada estrofa responde-mos: «Déjanos verte y sentirte ennuestra vida»«El va por delante de nosotros aGalilea, allí lo veremos»Como las mujeres del evangelio

me asomo al sepulcro:Este viejo mundo me parece resquebrajarse;sus mentiras no tienen consistencia,sus columnas -el miedo, el dinero, el poder…-han empezado a ceder;me parece absurdo buscar la felicidad por mi cuen-

ta,sin contar contigo, Jesús resucitado.«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida»En este primer día de encuentro contigo, quiero,

Señor resucitado, entonar un himno agradecido:Gracias por tu vida sembrada en mi vida,Gracias por todo el amor de mis hermanos,Gracias por tu presencia en el pan y el vino;Gracias por la esperanza que siento ahora;Gracias por la certeza de la fe que me invade;Gracias por todo, que es regalo y me habla de Ti«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida»

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En este encuentro, quiero también, Jesús míoofrecerte mi pobre servicio:

¿Te sirven mis manos para tu reino?Aquí están; ábrelas para la caricia y el servicio«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida»¿Te sirve mi boca para tu reino?Yo hablaré; ciérrala para el insulto y la venganza«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida».¿Te sirve mi corazón para tu reino?Cuenta con él; ensánchalo;

que acoja a toda persona«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida».¿Te sirven mis pies para anunciar tu reino?Me pondré en camino; cárgalos de paz, de consue-

lo, de pan,de dignidad, de compañía,de salud, de alianza sincera.«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida»¿Te sirve mi inteligencia y mi querer para tu reino?No quiero ya pensar ni desear otra cosa.«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida».

¿Te sirven mis instintos para tu reino?Están al servicio de tu amor.«Déjanos verte y sentirte en nuestra vida»Ya sé, Señor, que no soy todo lo testigo que podría

ser.Jesús resucitado, trabajando mi débil espíritu:quiero ser testigo tuyo,quiero compartir con todos la vida,la alegría,el amor,la esperanza,que cada momento recibo de Ti.

Amén

EVALUEMOS

1. ¿El Tema despertó en ti la necesidad de llevarla Buena Nueva a otros?

2. Resume en una frase tu experiencia vivida en estedía y compártela con tu compañero de al lado.

3. ¿Qué compromiso en concreto te llevas?

RAZONES PARA RESUCITAR

Sólo Dios puede crear, pero nosotros podemos revalorizar lo creado. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede dar la vida, pero nosotros podemos trasmitirla y defenderla. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede dar la fe, pero nosotros podemos dar testimonio de ella. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede infundirnos esperanza, pero nosotros podemos devolverle confianza. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede dar el amor, pero nosotros podemos demostrárselo a nuestros hermanos. ¡Aleluya!

Sólo Dios es plenamente alegre, pero nosotros podemos sonreír. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede otorgarnos la paz, pero nosotros podemos vivir unidos. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede dar fortaleza, pero nosotros podemos ser el apoyo y consuelo de muchos. ¡Aleluya!

Sólo Dios es el camino, pero nosotros podemos enseñárselo a otros. ¡Aleluya!

Sólo Dios es la luz, pero nosotros podemos ser su lámpara. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede hacer milagros, pero nosotros podemos llevar cinco panes y dos peces. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede hacer lo imposible pero nosotros podemos hacer todo lo posible. ¡Aleluya!

Sólo Dios puede bastarse a si mismo, pero ha preferido necesitarnos a nosotros. ¡Aleluya!

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«SOMOS DISCÍPULOS MISIONEROS EN CAMINOCONJESÚS PARA LEER LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS»

«Si fueron capaces de escudriñar el Universo¿Cómo no encontraron primero al que es su Señor?

Sab 13,9

«Impulsar a la comunidad cristiana a saberinterpretar los signos de los tiempos descubriendoen ellos lo que nos acerca a Dios y lo que nos separade Él, para construir el Reino de Dios entre nosotrossegún Su voluntad»

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OBJETIVO

«Impulsar a la comunidad cristiana a saberinterpretar los signos de los tiempos descu-briendo en ellos lo que nos acerca a Dios ylo que nos separa de Él, para construir elReino de Dios entre nosotros según Su vo-luntad»

Indicaciones generales del tema

Que la Biblia esté enun lugar digno Buena preparación deltema por medio de lavivencia del mismo enla oración. Preparar un recipien-te con tierra con unosretoñitos plantados. Vela que ilumine elsigno de la tierra. Grabadora con músi-ca de relajación.

UBICACIÓN Y BIENVENIDABienvenidos sean todos, los saludamos con afecto

en Jesucristo nuestro Salvador a quien queremosconocer e imitar en estos días de reflexión cuaresmal.

El día de ayer nos alegramos con la buena noticiade la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, yhoy como buenos discípulos de Jesús, queremosestar atentos a la realidad que nos rodea y saberdistinguir desde la óptica de Dios los signos debondad venidos de Él y los signos que contradicensu amor entre nosotros y de nosotros.

Hagamos de este día con nuestra buena disposi-ción y participación, un encuentro con Jesucristomuy provechoso para nuestras vidas y para nuestracomunidad.

OraciónNos disponemos a participar en nuestra reflexión

del día de hoy con la siguiente oración, todosvamos a contestar a cada afirmación:

R. Creemos en la presenciade Dios

entre nosotros.Lector: Creemos que ser cristianos essituarse en una línea de fe en Dios y enJesucristo, que con su sabiduría pode-mos discernir los signos de los tiem-pos. R.Creemos que como discípulos misio-neros debemos ser luz y esperanzapara que la fe se viva con alegría per-manente. R.Creemos que el proyecto de vida alque nos impulsa Cristo nos lleva a una

realización personal y comunitaria. R.Creemos que Jesucristo está con nosotros alen-

tándonos en nuestros esfuerzos por encontrar laverdad. R.

Creemos que la fuerza de Dios vendrá a nosotrosen la medida que la busquemos y la propague-mos en nuestro tiempo. R.

Creemos que Cristo es para nosotros una necesi-dad y un ideal que da sentido a nuestra vida, quese mantiene por la oración que es fuerza delhombre. R.

A ti Señor que eres la razón de nuestra fe, tepedimos nos concedas ser dóciles a tu palabrapara que vivamos conforme a tu ejemplo. Amén.

TEMA 2: SOMOS DISCÍPULTEMA 2: SOMOS DISCÍPULTEMA 2: SOMOS DISCÍPULTEMA 2: SOMOS DISCÍPULTEMA 2: SOMOS DISCÍPULOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIONERNERNERNERNEROSOSOSOSOSEN CAMINO CEN CAMINO CEN CAMINO CEN CAMINO CEN CAMINO COOOOON JESÚSN JESÚSN JESÚSN JESÚSN JESÚS

PPPPPARA LEER ARA LEER ARA LEER ARA LEER ARA LEER LLLLLOS SIGNOS DE LOS SIGNOS DE LOS SIGNOS DE LOS SIGNOS DE LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOSOS TIEMPOSOS TIEMPOSOS TIEMPOSOS TIEMPOS

«Si fueron capaces de escudriñar el Universo¿Cómo no encontraron primero al que es su Señor?

Sab 13,9

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VEAMOS

Estamos conscientes de queexisten situaciones de angustiaen todo pueblo, cualquiera quesea su condición social, su sole-dad, sus problemas familiares yen muchos la carencia de sentidode vida que traen consecuenciasque presentan un reto para la evan-gelización.

¿Cuáles son los signos más fuertes de nuestrotiempo?

Los signos de los tiempos son acontecimientospropios de cada época y que a través del tiempoafectan la realidad y van tomando un nuevo entornoya sea de forma positiva o negativa (dar tiempopara que responda el grupo, los siguientes signosson un apoyo para el expositor para que al final selos comente)· Tecnología· Economía· Autenticidad de vida (exigencia y búsqueda)· Pérdida de identidad· Soledad, depresión· Desintegración familiar· Medios de comunicación

Encontremos las luces y las sombras de estossignos.

¿Qué signos de luz encuentras en tu pueblo, en tucomunidad y en tu familia?

Compartimos con nuestro pueblo las angustiasque brotan de la falta de respeto a su dignidad comoser humano, encontramos en nuestra situación ros-tros concretos en los que reconocemos los rasgossufrientes de Cristo que nos cuestionan e interpe-lan.

Rostros golpeados por la pobreza: Niños marginados, abandonados y muchas ve-ces explotados. Rostros de jóvenes desorientados por no encon-trar su lugar en la sociedad; frustrados por falta deoportunidades, de capacitación y de ocupación.

Rostros de campesinos que como grupo socialviven relegados sometidos a sistemas decomercialización que los explotan. Rostros de obreros frecuentemente mal retribui-dos y con dificultades para organizare y defendersus derechos. Rostros de ancianos cada día más numerosos,frecuentemente marginados de la sociedad delprogreso que prescinde de las personas que noproducen (cf. DP 32 ss). Esta realidad exige conversión personal, pasto-

ral y social; cambios profundos de las estructurasque respondan a las aspiraciones de la comunidadhacia una verdadera justicia social.

PENSEMOS


Se proclama solemnemente la Palabra deDios desde un lugar visible para todos ydirectamente de la Sagrada Escritura. (Sepuede elegir cualquiera de estas dos ci-tas)

Sab 13 1-9

Totalmente estúpidos son todos loshombres que no conocen a Dios, y losque por los bienes visibles no han des-cubierto al que existe, ni por la consi-deración de sus obras han reconocidoal que las hizo. En cambio, tomaroncomo dioses que gobiernan al mundo,al fuego, al viento, y al aire sutil; alfirmamento lleno de estrellas, al aguaimpetuosa y a los astros luminosos.Pues si seducidos por su hermosuralos tuvieron por dioses, comprendancuánto más hermoso es el Señor detodo eso, pues fue el mismo autor de labelleza el que lo creó y si tal poder yenergía los llenó de admiración en-tiendan cuánto más poderoso es quienlos formó; pues en la grandeza y her-mosura de las criaturas se deja ver poranalogía su creador. Estos, con todo

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no merecen un reproche grave porquequizá se extravían a buscar a Diosqueriendo encontrarlo. Se mueven en-tre sus obras y las investigan y quedanseducidos al contemplarlas, ¡tan her-mosas son las cosas que contempla-mos! Pero de todas formas, ni siquieraestos tienen excusa, porque, si fueroncapaces de escudriñar el universo,¿cómo no encontraron primero al quees su Señor?

Hch 16, 22 -25

Pablo de pie en medio del Areópago,dijo:

-Atenienses, he observado que sonmuy religiosos en efecto, al recorrer suciudad y contemplar sus monumentossagrados, he encontrado un altar en elque está escrito: «Al dios desconoci-do». Pues bien, eso que veneran sinconocerlo es lo que yo les anuncio. ElDios que hizo el mundo y todo lo quehay en él, y que es el Señor de cielo ytierra no habita en templos construi-dos por manos de hombres; tampocotiene necesidad de que los hombres losirvan, pues Él da a todos la vida, larespiración y todo lo demás.

¿Qué enseñanza nos da esta Palabra de Dios? ¿Cómo vamos a descubrir a Dios en los signos delos tiempos? ¿Cómo podemos conducir a los demás a laconversión mediante la evangelización?Muchas de las realidades en las que palpamos el

progreso (medios de comunicación, economía, etc.)nos dejan sólo en el gozo de adquirir mejorescondiciones de vida, y eso es bueno, pero seamoscapaces de descubrir en los avances la acción deDios que quiere que el hombre progrese, perotambién que rectifique lo que no dignifica, lo que lodestruye, lo que no lo hace feliz.

La Sagrada Escritura nos conduce más allá de loque vemos y admiramos, nos invita a no quedarnosen las cosas sino a trascender, llegar a Aquél que esorigen de todo.

El encuentro con Cristo por la oración y la unióncon Él, por los sacramentos, nos darán la sabiduríapara ver y ayudar a descubrir la voz de Dios ante loque vivimos.

Posturas de Jesús ante la realidad

Al ver la realidad de la sociedad de su tiempo,Jesús se decide a anunciar y a denunciar con sutestimonio y con su palabra, la verdad, el amor y lajusticia. Para ello proclama el comienzo de la buenanoticia hacia los pobres, los cautivos y los oprimi-dos, el Reino de Dios (Lc 4, 16-20) en el que Élactúa a favor de los marginados, los libera y lostransforma (Mt 20, 16).

En esta nueva sociedad ha de haber un nuevosistema de valores: el compartir, la igualdad entretodos, el servicio; basado todo esto en el manda-miento del AMOR.

Jesús clarifica con su forma de actuar y de hablarcómo tenemos que ser los discípulos en nuestravida y nuestra misión.

Los que somos discípulos debemos aprender apensar como Jesús, a ver como Jesús y a actuarcomo Jesús para transformar las situaciones so-ciales de pecado en situaciones de gracia; lahistoria humana en historia de salvación (cf.DGC 116).

ACTUEMOS

Después de haber reflexionado lossignos de nuestro mundo y las postu-ras de Jesús,

¿Cuál es nuestra actitud ante estassituaciones?

¿Cuáles son los signos que exigen uncambio radical en nuestra vida?

¿Cuáles son los signos que debemosimpulsar?

COMPROMISOMuchos católicos se encuentran desorientados

frente al cambio cultural, nos compete como iglesiadenunciar estos modelos antropológicos incompa-tibles con la naturaleza y dignidad del hombre (cf.DA 480)

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CELEBREMOS

Se coloca la Biblia y el signo alcentro del grupo (tierra con flores yretoños) con una luz que ilumine elsigno y música de fondo.

Después de ver nuestra realidadcon la luz de la Palabra de Dios yhabiendo hecho un compromiso,celebremos con nuestra oración fi-nal.

ORACIÓN FINAL

SEMILLAS DE FELICIDAD

Cuentan que un joven paseaba una vez por unaciudad cuando, de pronto se encontró con un co-mercio sobre cuya marquesina se leía este rótulo:LA FELICIDAD.

Al entrar descubrió que quienes despachabaneran ÁNGELES y, medio asustado, se acercó a unode ellos y le preguntó:

- Por favor, ¿qué venden aquí?- Aquí -le respondió el ángel- vendemos de todo.- ¡Ay! -dijo el joven- Sírvame entonces el fin de las

guerras, muchas toneladas de amor entre los hom-bres, unos kilos de sentido de la vida, un barril decomprensión entre las familias, más tiempo de lospadres para convivir con sus hijos…Y así prosiguió hasta que el ángel muy respetuo-

so le dijo:- Perdone, Señor. Aquí no vendemos frutos, sino

SEMILLAS.

Canto:SOIS LA SEMILLA

(Se les entregan semillas mientras se entona SOIS LA SEMILLAy se les pide sembrarla en un lugar donde recuerden su misión)

EVALUEMOS

¿Qué les pareció este segundo tema?

Aspectos a mejorar

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«SOMOS DISCÍPULOS MISIONEROS LLAMADOS AANUNCIAR LA BUENA NUEVA DE LA MISERICORDIA»

«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecadorque se convierta que por noventa y nueve justos

que no necesitan convertirse» (Lc 15,3-7)

Reconocernos pecadores, infinitamenteamados por la misericordia de Dios para ser

misioneros comprensivos, del amory perdón del Padre.

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OBJETIVO

Reconocernos pecadores, infinitamenteamados por la misericordia de Dios para sermisioneros comprensivos, del amor y per-dón del Padre.

Indicaciones generales del temaü Preparar un cartel visible con el título del tema.ü Sagrada Escritura, atril, dos velas y un florero.ü Prever un buen lector para pro-

clamar la cita bíblica central deltema.

ü Preparar, el atril en un lugarcentral, y el florero.

ü Invitar a tres personas, para laentrada procesional de la Pala-bra de Dios, y las dos veladoras.

ü El agente de pastoral que dirigeel tema, prepararse con el estu-dio y oración del tema, para quelo pueda ofrecer de una formaconvincente y testimonial.

UBICACIÓN Y BIENVENIDANos alegra mucho que estemos

respondiendo al llamado de Diosen esta cuaresma, bienvenidos a este tercer día deejercicios espirituales.

Hemos recibido la buena noticia de Cristo resu-citado, y en camino con Él somos discípulos misio-neros para leer los signos de los tiempos, hoy nosdescubriremos llamados a anunciar la buena nuevade la misericordia.

Oración

Recitar pausadamente el salmo 50CONFESION DEL PECADOR ARREPENTIDOMisericordia, Dios mío, por tu bondad;por tu inmensa compasión borra mi culpa;lava del todo mi delito,limpia mi pecado.Pues yo reconozco mi culpa

tengo siempre presente mi pe-cado:contra ti, contra ti solo pequé,cometí la maldad que aborre-ces.En la sentencia tendrás ra-zón,en el juicio brillará tu rectitudmira, que en la culpa nací,pecador me concibió mi ma-dre.Te gusta un corazón sincero,y en mi interior me inculcassabiduría.rocíame con el hisopo: queda-ré limpio;lávame: quedaré más blancoque la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,que se alegren los huesos quebrantadosaparta de mi pecado tu vista,borra en mi toda culpa.¡Oh Dios! crea en mí un corazón purorenuévame por dentro con espíritu firme;

TEMA 3: SOMOS DISCIPULTEMA 3: SOMOS DISCIPULTEMA 3: SOMOS DISCIPULTEMA 3: SOMOS DISCIPULTEMA 3: SOMOS DISCIPULOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIOOS MISIONERNERNERNERNEROS,OS,OS,OS,OS,LLLLLLLLLLAMADOS A AAMADOS A AAMADOS A AAMADOS A AAMADOS A ANUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LNUNCIAR LA BA BA BA BA BUENUENUENUENUENA NUEVA NUEVA NUEVA NUEVA NUEVAAAAA

DE LDE LDE LDE LDE LA MISERIA MISERIA MISERIA MISERIA MISERICCCCCORDIAORDIAORDIAORDIAORDIA

«Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se conviertaque por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse»

(Lc 15,3-7)

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no me arrojes lejos de tu rostrono me quites tu santo espíritu.Devuélveme la alegría de tu salvación,afiánzame con espíritu generoso:enseñaré a los malvados tu caminolos pecadores volverán a ti.Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,Dios, salvador mío!,y cantará mi lengua tu justicia.Señor, me abrirás los labiosy mi boca proclamará tu alabanza.Los sacrificios no te satisfacen;si te ofreciera un holocausto, no lo querríasmi sacrificio es un espíritu quebrantado,un corazón quebrantado y humilladoTú no lo desprecias.Señor, por tu bondad favorece a Sión,reconstruye las murallas de Jerusalén;entonces aceptarás los sacrificios rituales,ofrendas y holocaustos,sobre tu altar se inmolarán novillos.

VEAMOS

¿Qué entiendo por misericor-dia?

¿Qué pensarías de alguien quecree que los demás son los peca-dores y que solamente él es bue-no?

¿Alguna vez te has reconocidopecador y has experimentado el

perdón y la misericordia de Dios?

PENSEMOS


Se proclama solemnemente la Palabra deDios desde un lugar visible para todos ydirectamente de la Sagrada Escritura.

Parábola del Perdón

(Mt 18,21-35)

«Entonces se acercó Pedro y le pre-guntó:

_Señor ¿cuántas veces tengo que per-donar a mi hermano cuando me ofenda?¿Siete veces?

Jesús le respondió:_No digo siete veces sino setenta veces

siete. Porque en el Reino de los cielossucede como con el rey que quiso ajustarcuentas con sus siervos. Al comenzar aajustarlas, le fue presentado uno que ledebía diez mil talentos. Como no podíapagar, el señor mandó que lo vendieran aél, a su mujer y a sus hijos, y todo cuantotenía, para pagar la deuda. El siervo seecho a sus pies suplicado: «!Ten pacien-cia conmigo, que te lo pagaré todo!» elseñor tuvo compasión de aquel siervo, lodejó libre y le perdonó la deuda, Nadamás al salir, aquel siervo encontró a uncompañero suyo que le debía ciendenarios; lo agarró y le apretaba el cue-llo, diciendo: «!Paga lo que me debes!».El compañero se echó a sus pies supli-cándole: «!Ten paciencia conmigo y te lopagaré!». Pero él no quiso, sino que fuey lo metió en la cárcel hasta que pagarala deuda, Al verlo sus compañeros sedisgustaron mucho y fueron a contar a suseñor todo lo ocurrido. Entonces el señorlo llamó y le dijo: «Siervo miserable yo teperdoné toda aquella deuda, porque melo suplicaste. ¿No debías haberte compa-decido de tu compañero como yo mecompadecí de tí?». Entonces el Señormuy enojado, lo entregó para que locastigaran hasta que pagara toda la deu-da. Lo mismo hará con ustedes mi Padrecelestial si no perdonan de corazón a sushermanos»

Breve momento de silencio y luego se abre el diálogo:

¿Cuál es la enseñanza que Jesús nos quiere dar anosotros sus discípulos en este evangelio que aca-bamos de escuchar? …

Nos invita a reconocernos pecadores, todos ne-cesitados de la infinita misericordia de Dios nuestroPadre, que una y otra vez que le pedimos perdone

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nuestras deudas, lo hace y totalmente. Invitándonosasí a hacer uso del mismo perdón y misericordia quede Él recibimos.

Experiencia del pecado y sus consecuenciasDesde el primer pecado del hombre, el mal se

extiende cada vez más, genera múltiples y gravesconsecuencias en todos los campos: individual,conyugal, familiar, social y en la naturaleza, perosobre todo nos dificulta el poder descubrir la pre-sencia de Dios vivo en todaslas cosas, personas y de estamanera, entrar en una rela-ción personal con Él.

También, por otro lado,«nos entristece constatar elambiente, relativista que nosvuelve poco sensibles al pe-cado, nos incita a la búsque-da del placer por el placer, elconsumismo y la permisivi-dad» (IV PDP Vol. I 345)

A nivel personal: encon-tramos el pecado en todapersona. En la mente y en suconducta, toda clase de des-ajustes y desequilibrios.Desorden y falta de armoníaconsigo mismo, con los de-más y con toda la creación.Adicciones y ataduras queprovocan angustia, temores, vergüenza, agitación,ira, tensiones, tristeza, depresiones etc.

Experiencia del amor misericordioso de Dios

Hay una excelente noticia: ¡Dios nos ama!, nopor lo que nosotros hacemos de bueno, sino porqueÉl es nuestro Padre compasivo y clemente, lleno deamor y de ternura para con todos sus hijos.

Tal vez tú tienes un concepto de Dios comocastigador, como un Dios malo, un Dios que produ-ce miedo, vengativo, egoísta, que está lejano; eseDios no existe, ese Dios no es el Dios de Jesucristo.

Jesús nos presentó el verdadero rostro de Dios:que ama siempre incondicionalmente a todos, amaa los ingratos y malos (Lc 6,35); lleno de misericor-dia se revela a los pequeños. Espera siempre y conlos brazos abiertos a todos los que desean volver a

Él, (Lc 15) busca a la oveja que se le ha perdido,acoge las muestras de fe y de amor de forasteros yextraños a la fe judía, invitando a todos a la salva-ción (Lc 19, Jn 12, 20).

Solamente quien ve a Jesús, ve el verdaderorostro del Padre, el rostro de la misericordia y de lacompasión. El rostro de un Dios que no quiereoblaciones ni sacrificios, sino equidad y justicia (Jn14, 5-10; Is 58, 6-12).

Como todo el que ama,Dios quiere lo mejor paracada uno de nosotros. Diosnos ama a cada uno pornuestro nombre, nos cono-ce personalmente, nos amacomo si no hubiera nadiemás en el mundo y sin con-diciones. Nos ama de ma-nera personal, es decir, a ti ya mi, personalmente, de for-ma individual, insustituible,no intercambiable por na-die.

Por tanto en sentido cris-tiano, experiencia de Diossignifica, fundamentalmen-te, Dios que se inclina sobreel hombre, el Creador queva al encuentro de su criatu-ra, por eso es puro don deDios. El hombre puede, so-

lamente, prepararse para recibir este don con grati-tud, con plena conciencia de sus límites, con alegríapor la misericordia recibida.

Si Dios es para mí un Padre, todo lo que tengo lohe recibido de Él, mi valor reside en ser su criatura,objeto de su amor.

Desgraciadamente el hombre contemporáneo seha erguido con la arrogancia de un nuevo Prometeodispuesto a robarles el fuego a todos los dioses quela humanidad ha soñado. Pero el resultado es ladepresión, la angustia, la ansiedad. Vivimos unaépoca en que el hombre, cuando se despierta delbullicio artificial en que vive inmerso, mira a dies-tra y siniestra, arriba y abajo, y solo ve oscuridad ysin razón. Para él no hay esperanza. Así se explicaen nuestros días que el suicidio sea tan frecuente. Lavida ha dejado de tener sentido. Incluso se presenta

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la eutanasia como una salida honorable de lasinrazón de la existencia. Esta sería una forma,más sutil y sofisticada, de que los hombresfuertes, se deshicieran de los débiles, de losancianos, de los minusválidos, queriendo conello demostrar que están haciendo un favor a unahumanidad desvalida.

El tema que hoy estamos reflexionando, es lafiesta del amor; y no de un amor cualquiera, sinode aquel amor que Jesús, el Hombre–Dios, de-mostró asumiendo el absurdo de esta vida hu-mana hasta llegar a una muerte cruel y deshon-rosa, he aquí la explicación más convincente dela presencia de Dios en el mundo; un Hombre-Dios que nos amó hasta la muerte y muerte decruz.

Jesús fue aquel que supo amar de verdad,aquel cuyo corazón fue un corazón misericor-dioso con los hombres heridos. No fue unacuestión coyuntural, simplemente, porque elamor con que Jesús supo amar, fue el mismoamor con el que Dios Padre ama a los hombres.

San Pablo nos recuerda esto, diciendo: «Fí-jense, además, en que tiempo murió Cristo pornosotros: cuando todavía éramos pecadores ydebilitados por el pecado.

Son pocos los que aceptarían morir por unapersona buena; aunque tratándose de una perso-na buena, tal vez alguien daría hasta la vida. PeroDios dejó constancia del amor que nos tiene y,siendo aún pecadores, Cristo murió por noso-tros. Ahora que por su sangre, fuimos santifica-dos, con mucha mayor razón, por Él, nos salva-remos de la condenación» (Rm 5,6-9).

Cuando Jesús nos habla de la ternura delpastor, que busca a la oveja que se pierde,porque las otras noventa y nueve están a buenresguardo, nos está hablando de la ternura deDios Padre que siente y se duele de las ovejas desu pueblo, que han sido maltratadas y abandona-das por sus pastores, ese Dios que reivindicapara si el título de pastor auténtico, lleno decariño y que se realiza históricamente en Jesús,buen pastor de su pueblo, del pueblo y de loshombres. Este Jesús es el que nos invita a ser susdiscípulos y misioneros de la misericordia:

«El sacramento de la reconciliación es el lugardonde el pecador experimenta de manera singular elencuentro con Jesucristo, quien se compadece de noso-tros y nos da el don de su perdón misericordioso, noshace sentir que el amor es más fuerte que el pecadocometido, nos libera de cuanto nos impide permaneceren su amor, y nos devuelve la alegría y el entusiasmode anunciarlo a los demás con corazón abierto y gene-roso» DA 254

ACTUEMOS

¿Con qué actitudes y acciones concre-tas podemos manifestar a los demás quesomos discípulos – misioneros de la mise-ricordia de Dios?

El Documento de Aparecida nos su-giere algunas formas de poner en prácticael amor misericordioso de Dios Padre:· Socorrer las necesidades más urgentes

de nuestros hermanos.· Arriesgarse a colaborar con organismos o institucio-

nes para organizar estructuras más justas,· Superar sistemas injustos,· Buscar elevar el nivel de vida de los ciudadanos

promoviéndolos como sujetos de su propio desarro-llo» (cf. DA 384 -385)

CELEBREMOS

Invitar a hacer, acciones de graciaso peticiones en voz alta y después decada una o varias intervenciones, se-gún se vea oportuno, cantar o recitar lasiguiente antífona del salmo 89.

«CANTARÉ ETERNAMENTELAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR

ANUNCIARÉ SU FIDELIDADPOR TODAS LAS EDADES»

EVALUEMOS

¿Qué nos llevamos de la experiencia de este día?

¿Qué fue lo que más nos gustó y que podríamos mejorar?

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«Mas Pedro y Juan les contestaron…no podemos nosotros dejar de hablar

de lo que hemos visto y oído» Hch 4, 19-20

«SOMOS DISCÍPULOS MISIONEROS LLAMADOS ASER TESTIGOS DE JESÚS, CAMINO, VERDAD Y VIDA»

«Reconocer que al ser llamados discípulosde Jesús, tenemos la responsabilidad

de proclamar que Él es el camino, la verdady la vida para que desde nuestro seguimiento,

seamos signos visibles de su presencia»

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OBJETIVO

«Reconocer que al ser llamados discípulosde Jesús, tenemos la responsabilidad deproclamar que Él es el camino, la verdad y lavida para que desde nuestro seguimiento,seamos signos visibles de su presencia»

Indicaciones generales del tema Llevar la Sagrada Escritura, Un cirio Grabadora con música sua-ve Imagen de Cristo Una pancarta con el letrero:Camino, Verdad y Vida Periódico Celular Planta y agua

BIENVENIDA YUBICACIÓN

Sean bienvenidos a nuestro cuarto día de ejerci-cios espirituales, nuevamente hoy los invitamos aponer todo lo que esté de su parte para que la graciade Dios en esté día, por medio de su Santo Espíritu,de mucho fruto en nosotros. En el tema de ayerreflexionamos sobre la misericordia del Señor quese manifiesta en su constante perdón, para quenosotros experimentemos su amor incondicional.En la reflexión de hoy, descubriremos que estamosllamados a ser testigos de Jesús Camino, Verdad yVida.

Oración Inicial

¡Oh Cristo, para poder servirte mejordame un noble corazón!Un corazón fuerte, para aspirarpor los altos ideales y no por opciones mediocres.Un corazón generoso en el trabajo,viendo en él, no una imposición

sino una misión que me confías.Un corazón grandeen el sufrimiento,siendo valiente soldadoante mi propia cruz ,y sensible cirineopara la cruz de los demás .Un corazón grandepara con el mundo,siendo comprensivocon sus fragilidades,pero inmune a sus seducciones.Un corazón grandecon los hombres,

leal y atento para con todospero especialmente servicial y dedicadocon los pequeños y humildes.Un corazón nunca centrado sobre mí,siempre apoyado en Ti,feliz de servirte y servir a mis hermanos,¡Oh mi Señor!ayúdame a ser discípulo tuyo, testigo fiel todos los días de mi vida.

Amén.

TEMA 4: SOMOS DISCÍPULTEMA 4: SOMOS DISCÍPULTEMA 4: SOMOS DISCÍPULTEMA 4: SOMOS DISCÍPULTEMA 4: SOMOS DISCÍPULOSOSOSOSOSLLLLLLLLLLAMADOS A SER TESTIGOS DE JESÚS,AMADOS A SER TESTIGOS DE JESÚS,AMADOS A SER TESTIGOS DE JESÚS,AMADOS A SER TESTIGOS DE JESÚS,AMADOS A SER TESTIGOS DE JESÚS,

CAMINOCAMINOCAMINOCAMINOCAMINO, VERD, VERD, VERD, VERD, VERDAD Y VIDAD Y VIDAD Y VIDAD Y VIDAD Y VIDAAAAA

«Mas Pedro y Juan les contestaron… no podemos nosotrosdejar de hablar de lo que hemos visto y oído»

Hch 4, 19-20

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VERYO SÉ QUIEN ES

(Historia verdadera)

Había una pareja de ateos quetenían una niña. Los padres ja-más le hablaron de Dios. Unanoche, cuando la niña tenía 5años, sus padres pelearon y elpapá le disparó a la mamá. Lue-

go, el papá se suicidó. Todo esto delante de la niña.

Ella fue enviada a un hogar adoptivo, donderecibió el cariño de sus nuevos padres que le hicie-ron sentir parte de la familia; conforme pasaban losdías fue asimilando lo que había sucedido, compar-tía muchos momentos con ellos, sobre todo con sunueva mamá quien desde su ternura le fue acompa-ñando a superar lo vivido. Una tarde la señora lallevo al catecismo y le explicó a su maestra que laniña jamás había escuchado hablar de Jesús y quepor favor le tuviera paciencia.

Después de varias sesiones de catequesis en lasque participó, la catequista tomó la figura de Jesúsy preguntó a los niños en el salón: ¿Alguno deustedes sabe quién es esta persona? a lo que lapequeña respondió: «¡Yo sé, quien es ese hom-bre!, ¡Él estuvo tomando mi mano la noche en quemis padres murieron!»

La catequista sorprendida, se quedó en silencio.

¿Qué te hace pensar esta historia?

¿De qué fue testigo la niña?

¿Cuál fue la experiencia en su nuevo hogar?

PENSEMOS

Entronización de la Palabra deDios, mientras se canta: Tu Pala-bra me da vida.

Se proclama solemnemente laPalabra de Dios desde un lugarvisible para todos y directamen-te de la Sagrada Escritura.

«Mientras Pedro y Juan hablaban a la gente, sepresentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia deltemplo y los saduceos. Estaban molestos porque

enseñaban al pueblo y anunciaban que la resurrec-ción de los muertos se había realizado en Jesús. Losarrestaron y los metieron a la cárcel hasta el díasiguiente, pues ya era tarde. Pero muchos de los quehabía oído el discurso creyeron, y el número de losque creyeron llegó a cinco mil.

Al día siguiente se reunieron en Jerusalén losjefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestrosde la ley: Anás, sumo sacerdote, y Caifás, Juan,Alejandro y todos los que pertenecían a la familiasacerdotal. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan yles preguntaron:

-¿Con qué poder o en nombre de quien ustedeshan hecho esto?

Entonces Pedro lleno del Espíritu Santo les dijo:

-Jefes del pueblo y ancianos de Israel, hoy haquedado sano un hombre enfermo, y nos preguntanen nombre de quien se ha realizado esta curación;pues sepan todos ustedes y todo el pueblo de Israelque este hombre aparece sano ante ustedes en virtuddel nombre de Jesucristo Nazareno, a quien ustedescrucificaron, y a quien Dios ha resucitado de entrelos muertos. Él es la piedra rechazada por ustedes,los constructores, que se ha convertido en piedrafundamental. Nadie más que él puede salvarnos,pues solo a través de él nos concede Dios a loshombres la salvación sobre la tierra.

Al ver la valentía con que se expresaba Pedro yJuan no salían de su asombro, sabían que eranhombres del pueblo y sin cultura. Los reconocíancomo aquellos que habían acompañado a Jesúspero, como veían con ellos de pie al hombre quehabía sido sanado, nada podían responder. Enton-ces les ordenaron salir del Consejo de Ancianos ycomenzaron a discutir entre ellos:

-¿Qué haremos con estos hombres? El milagroque han hecho es notorio y lo saben todos loshabitantes de Jerusalén; no podemos negarlo. Noobstante, para que no se divulgue mas entre elpueblo, los amenazaremos, para que no vuelvan ahablar a nadie en nombre de ése.

Así que los llamaron y les prohibieron terminan-temente hablar y enseñar en el nombre de Jesús.Pedro y Juan le respondieron:

-¿Les parece justo delante de Dios que les obe-dezcamos a ustedes antes que a él? Por nuestra parte

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no podemos dejar de proclamar lo que hemos vistoy oído.

Ellos amenazándolos de nuevo, los dejaron enlibertad. No encontraron el modo de castigarlos portemor al pueblo, pues todos daban gloria a Dios porlo sucedido. El hombre milagrosamente sanadotenía más de cuarenta años. Hch 4, 1-22

Testigos de Jesús camino verdad y vidaLos hechos de los apóstoles nos dicen que Pedro

y Juan con la valentía que da el Espíritu dan razónde la experiencia vivida junto al Maestro. «MasPedro y Juan les contestaron…no podemos nosotros dejar dehablar de lo que hemos visto yoído» Hch 4,19-20, porque elEspíritu es quien les da esafuerza para anunciar a Jesús.

El evangelio de Marcos nosnarra que Jesús «instituyó yllamó a los doce para que estu-vieran con Él y para enviarlosa predicar» (Mc 3,14) y Lucasescribe «y entonces abrió susinteligencias para que com-prendieran las Escrituras, y les dijo: así está escri-to, que el Cristo padeciera y resucitara de entre losmuertos al tercer día y se predicara en su nombrela conversión para el perdón de los pecados atodas las naciones, empezando desde Jerusalén.Ustedes son testigos de estas cosas» (Lc 24 45)

Los discípulos misioneros llamados a ser testi-gos de Jesús tenemos conciencia de que nadie nosobliga a ser cristianos, nadie nos obliga a estar aquí;nadie nos obliga a intentar configurar nuestra vidasegún la voluntad de Dios. Ni siquiera Jesús; ésteinvita a ir con Él. No hace nada más; hoy más quenunca, ser cristiano es una opción que se asumelibremente, es repuesta a esa llamada de Jesús.Porque desde el encuentro con Cristo se expresa laalegría de ser discípulos del Señor y de haber sidoenviados con el tesoro del Evangelio. Ser discípulosno es una carga sino un don: Dios Padre nos habendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mun-do (DA 28).

Hoy en día el hombre cree más a los testigos quea los maestros; cree más en la experiencia que en ladoctrina, en la vida y los hechos que en las teorías.

El testimonio de vida cristiana es la primera einsustituible forma de la misión: Cristo, de cuyamisión somos continuadores, es el «Testigo» porexcelencia (Ap 1, 5; 3, 14). El Espíritu Santoacompaña el camino de la Iglesia y la asocia altestimonio que él da de Cristo (cf. Jn 15, 26-27) (LG50).

El cristiano está llamado a seguir a Cristo que esel verdadero camino, que hasta entonces no se habíamanifestado, pero este camino no es una ley, sinouna persona, Jesús (Jn 14, 6). Él es el medio pordonde hemos de llegar al Padre. No hay otro media-

dor entre Dios y los hombres, sinoúnicamente Jesús (1 Tim 2, 5). Elcamino es seguridad, quien cono-ce el camino no tiene miedo deperderse; está seguro de llegar a lameta. Como hijos de esta tierratambién los cristianos estamos so-metidos a dudas y vacilaciones; ynos preguntamos a veces con an-gustia sobre nuestro final en la otravida, la respuesta de Jesús no pue-de ser más consoladora. Despuésde haber afirmado que Él es el

camino, añade: ‘’Si me han conocido, conocerántambién a mi Padre’’ (Jn 14, 7). Los cristianos detodos los tiempos hemos encontrado en el conoci-miento de Jesucristo una fuente de seguridad.

La verdad es la revelación del amor de Dios, yJesús invita a los cristianos a practicar el amorfraterno, ellos serán cooperadores de la verdad, ensu vida se expresará la verdad de Cristo (Jn 3, 6).Cristo Camino, Verdad y Vida. Es el primermisionero del Padre, que nos muestra el camino dela salvación, nos llama y nos envía a compartir conÉl esta misma misión que ha recibido del Padre.

La vida nueva en Cristo es el gran principio delser y del quehacer de todo discípulo. Los obisposlatinoamericanos en el documento de Aparecidahan planteado la vida nueva en Cristo para losdiscípulos en cuatro dimensiones: la alegría deldiscípulo para anunciar el evangelio que es vida, lavocación a la santidad que es participación de lavida de Dios; la comunión en la Iglesia que esgeneradora de vida y compromiso misionero; y porúltimo el proceso de formación del discípulo que esun beber permanentemente de las fuentes de la vida.

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Y con el testimonio e imitación de la caridad yhumildad de Cristo, habrá siempre discípulos dis-puestos a darlo, se alegra la Madre Iglesia deencontrar en su seno a muchos, hombres y mujeres,ellos se someten al hombre por Dios en materia deperfección, más allá de lo que están obligados porel precepto, para asemejarse más a Cristo obediente(cf. LG 42).

Otros autores dicenPodemos considerar que Jesús es el eterno pre-

sente; no se ha ido, ha cambiado su forma de estarcon la gente, y lo hace a través de la confianza quedeposita en nosotros para que seamos continuado-res de este proyecto de salvación.

Esta presencia permanente del Señor entre noso-tros nos compromete a ser sus testigos. Con muchafacilidad podemos desviar nuestro testimonio, pro-clamar la cruz sin resurrección o la resurrección sincruz, provocando actitudes fatalistas que para elcaso, son igual de dañinas.Tenemos la responsabilidad de proclamar con nues-

tro testimonio de discípulos, a un Jesucristo ínte-gro que murió y resucitó, a un Jesucristo que sigueproclamando que Él es el verdadero camino, enun mundo donde pareciera que gana territorio lamentira, la cultura de la muerte donde es más fácilacabar con la vida propia o la de los demás.Hoy en día nos cuesta trabajo hacer un alto en

nuestra vida para pensar en los demás, porque lasconstantes experiencias de nuestra sociedad quecada vez es más bombardeada de anti valores seconvierte en un obstáculo para acoger el llamado aun seguimiento generoso a Jesús. Estos problemasnos hacen incapaces de descubrir en las personasque están a nuestro alrededor a Cristo vivo.

ACTUAR

Ø ¿Qué acciones demuestran que hassido verdadero discípulo de Jesús en tuvida?Ø ¿De qué manera puedes ser testigode Jesús que es camino, verdad y vidaen tu familia, y en tu comunidad?Ø ¿Cómo se puede ser testigo de Jesu-cristo en la sociedad?

CELEBRAR

En ambiente de silencio, se invi-ta a algunas personas a que llevenlos signos a la mesa que previamen-te se colocará en un lugar visible.Mientras se escucha una músicasuave que ayude a la meditación.

GUÍA: Agradezcamos al Señorsu presencia eterna entre nosotros.

Pidámosle que sepamos ser testigos que dan razónde que Él es el camino, la verdad y la vida. Ro-guémosle que perdone las ocasiones en que quizápor ignorancia no hemos sabido dar testimonio.

Celular: Con este signo queremos recordar Se-ñor, que tú nos llamas personalmente y esperas queen libertad te respondamos.

Periódico: Este signo nos recuerda que tenemosque ser testigos veraces y mensajeros de tu Evange-lio. Líbranos Señor de guardarnos la Buena Nueva.

Letrero (Camino, Verdad y Vida) Queremossimbolizar con esta pancarta lo que eres Señor paranosotros. Gracias por mostrarnos el camino parallegar al Padre.

Agua y planta: Estos signos Señor expresan quesi tenemos vida se debe a tu amor incondicional, aldarnos la vida, nos das tu gracia que hace posiblenuestro crecimiento y conocimiento de Ti paraanunciarte a los demás.

Cristo: Padre bueno, esta imagen nos recuerdael compromiso que tenemos con tu Hijo Jesús,quien con su ejemplo nos enseñó que nuestra vidatiene sentido cuando trabajamos por la extensión desu Reino.

Guía: En estos tiempos concede a tus discípulosla paciencia y la constancia para ejercer la misiónque nos encomiendas. Danos la luz y la gracia devivir de modo perseverante y discreto; en la fe y lafidelidad a fin de que seamos humildes seguidoresde tu Hijo.

EVALUEMOS:

¿Qué enseñanzas te dejó la reflexión de hoy?

¿En qué podemos mejorar?

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«CON MARÍA, EN EL ESPÍRITU, SOMOSMISIONEROS DEL REINO»

«Todos quedaron llenos del Espíritu Santo ycomenzaron a hablar en lenguas extrañas, según elEspíritu Santo los movía a expresarse» (Hch 2, 4)

«Profundizar en el conocimiento de Maríacomo modelo de discípula-misionera de

Jesucristo, para acercarnos a ella y encontrarel camino y la ayuda que nos lleve a Jesús y

así dar sentido a nuestra vida»

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OBJETIVO

Profundizar en el conocimiento de Maríacomo modelo de discípula-misionera de Je-sucristo, para acercarnos a ella y encontrarel camino y la ayuda que nos lleve a Jesús yasí dar sentido a nuestra vida.

Indicaciones generales del tema

Una imagen de Cristo crucificado.Una imagen de la Virgen María, quizá, la más

significativa para la comunidad o el grupo.Floreros que acompañen la entronización de la

imagen de la Virgen María.Copias para todos de las oraciones finales a la

Virgen María.Papeletas para todos, que se utilizarán al final del

encuentro, para escribir el compromiso.Lápiz, o plumas, para todos.

BIENVENIDA y UBICACIÓNSean bienvenidos hermanos a este último día de

nuestros encuentros cuaresmales, en los que noshemos dado cuenta de nuestro ser misionero, llama-dos a ser testigos de la vida que nos ha traído elSeñor resucitado. Somos conscientes de que hayque ponernos en camino junto con Jesús para leerlos signos de los tiempos y anunciar la buena nuevade la misericordia del Padre, mostrando a todosnuestros hermanos que Jesús es Camino, Verdad yVida.

Ahora, junto con María, como los primerosdiscípulos en Pentecostés, con la fuerza del EspírituSanto, nosotros también somos misioneros del Rei-no, y estamos llamados a construirlo hoy en mediode los distintos ambientes, espacios y modos devivir que el mundo nos presenta.

Pongámonos en la presencia de Dios para invo-car su gracia…Oración preparatoria.

Mientras se hace el canto, se entroniza unaimagen de la Virgen María, que se coloca al frente,en un lugar central, junto a una imagen de Cristocrucificado.

Canto:MADRE DE LOS POBRES.

Monición: María es testigo del abandono en lasmanos de Dios cuando no se tienen razones, cuandono hay palabras para explicarse o explicar a losdemás la obra que Dios hace.

María es testigo de la confianza sin límites,desde el silencio profundo, en la escucha de laPalabra, a la posesión del Espíritu, desde la fe sinmiedos a la realidad de Dios.

María es testigo de que el seguimiento de Jesúspasa por la persecución, por la incomprensión y lamarginación. Es testigo de que la cruz está en la raízdel llamamiento a la misión, en el entretejido de lasacciones y en la coronación del proceso evangeliza-dor.

María es testigo de que es en la cruz donde seprueba la verdad del seguimiento de Jesús. Por esonos volvemos hacia ella, y en ella vemos el modeloa seguir para anunciar con la firmeza de la fe y elimpulso del Espíritu, el Reino de Dios.

Dejemos un momento de silencio, y, al contem-plar la imagen de María que tenemos al frente,pensemos en sus características como discípula ymisionera, pidiendo que nosotros seamos imitadoressuyos en esa disponibilidad y apertura a la accióndel Espíritu en nuestra vida cristiana.

TEMA 5: COTEMA 5: COTEMA 5: COTEMA 5: COTEMA 5: CON MARÍA, EN EL ESPÍRITU,N MARÍA, EN EL ESPÍRITU,N MARÍA, EN EL ESPÍRITU,N MARÍA, EN EL ESPÍRITU,N MARÍA, EN EL ESPÍRITU,SOMOS MISIOSOMOS MISIOSOMOS MISIOSOMOS MISIOSOMOS MISIONERNERNERNERNEROS DEL REINOOS DEL REINOOS DEL REINOOS DEL REINOOS DEL REINO.....

«Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas,según el Espíritu Santo los movía a expresarse»

(Hch 2, 4).

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Terminado el momento de silencio, todos juntosrezan la Salve y al final se entona el siguiente canto.

Canto:Madre de los creyentes.

VEAMOS1. ¿Qué imágenes de la VirgenMaría tienes en tu casa?

2. ¿Cuál de ellas te inspira másdevoción? ¿A cuál de ellas lerezas con más confianza?

Nuestro IV Plan Diocesano dePastoral nos muestra de formabreve y a grandes rasgos la devo-ción a Nuestra Señora de San

Juan de los Lagos, que se ha venido cultivando ennuestra Diócesis.

«Fieles hijos y devotos de la Virgen de San Juan.Desde el inicio de la evangelización, Nuestra Seño-ra de San Juan de los Lagos fue nuestra estrella y laaurora de Jesucristo, el verdadero sol de justicia ysalvación para estas tierras.

Aunque estuvo con nosotros desde 1541, no fuereconocida e invocada por los cristianos de todo elpaís, sino a partir del primer milagro (1623), alreanimar a una niña cirquera española. Desde en-tonces su imagen, pequeñita en su tamaño pero degran poder ante su Hijo, no ha dejado de ser visitaday de prodigar sus gracias y favores a todos. Estapresencia ha hecho todavía más marianos a nues-tros pueblos, desde siempre también guadalupanos».(IV PDP, Vol. 1, Nos 19-20.)3. ¿Qué conoces de la Virgen María?

4. ¿Qué actitudes y virtudes imitas de ella?

PENSEMOS

María ha aceptado la misiónque el Padre le ha confiado desdela Anunciación, y la va realizandoa lo largo de su vida, hasta al pie dela cruz de su Hijo; y la va a conti-nuar en su solicitud con la primiti-va Iglesia, animando a los apósto-

les en su labor evangelizadora, hasta prolongarla en

la misma vida de la Iglesia hoy y entre nosotros.Veamos ahora qué nos dice Dios en su Palabra y loque nos enseña la Iglesia en su Magisterio.

Entronización de la Palabra de Dios, mientras secanta: Tu Palabra me da vida.

Se proclama solemnemente la Palabra de Diosdesde un lugar visible para todos y directamente dela Sagrada Escritura.

Lucas 1, 26-38Al sexto mes, envió Dios al ángel

Gabriel a una ciudad de Galilea llamadaNazaret, a una joven desposada con unhombre llamado José, de la descenden-cia de David; el nombre de la joven eraMaría. El ángel entró donde estaba Ma-ría y le dijo: Dios te salve, llena de gra-cia, el Señor está contigo.

Al oír estas palabras, ella quedó descon-certada y se preguntaba qué significaba talsaludo. El ángel le dijo: No temas, María,pues Dios te ha concedido su favor. Conce-birás y darás a luz un hijo al que pondráspor nombre Jesús. Él será grande, serállamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios ledará el trono de David, su padre, reinarásobre la descendencia de Jacob por siem-pre y su reino no tendrá fin.

María dijo al ángel: ¿Cómo será esto,pues no tengo relaciones con ningún hom-bre? El ángel le contestó: El Espíritu Santovendrá sobre ti y el poder del Altísimo tecubrirá con su sombra; por eso, el que va anacer será Santo y se llamará Hijo de Dios.Mira, tu parienta Isabel también ha conce-bido un hijo en su vejez, y ya está de seismeses la que todos tenían por estéril; por-que para Dios nada hay imposible.

María dijo: Aquí está la esclava delSeñor, que me suceda como tú dices. Y elángel la dejó.

Palabra del Señor.«ESPIRITUALIDAD MISIONERA».

REDEMPTORIS MISSIO 87,

La actividad misionera exige una espiritualidadespecífica, que concierne particularmente a quie-nes Dios ha llamado a ser misioneros.

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Dejarse guiar por el Espíritu. Esta espiritua-lidad se expresa, ante todo, viviendo con plenadocilidad al Espíritu; ella compromete a dejarseplasmar interiormente por él, para hacerse cadavez más semejantes a Cristo. No se puede dartestimonio de Cristo sin reflejar su imagen, la cualse hace viva en nosotros por lagracia y por obra del Espíritu. Ladocilidad al Espíritu comprome-te además a acoger los dones defortaleza y discernimiento, queson rasgos esenciales de la espiri-tualidad misionera.

Es emblemático el caso de losApóstoles, quienes durante la vidapública del Maestro, no obstantesu amor por él y la generosidad dela respuesta a su llamada, se mos-traron incapaces de comprendersus palabras y fueron reacios aseguirle en el camino del sufri-miento y de la humillación. ElEspíritu los transformará en testigos valientes deCristo y preclaros anunciadores de su palabra: seráel Espíritu quien los conducirá por los caminosarduos y nuevos de la misión, siguiendo sus deci-siones.

También hoy la misión sigue siendo difícil ycompleja como en el pasado y exige igualmente lavalentía y la luz del Espíritu. Vivimos frecuente-mente el drama de la primera comunidad cristiana,que veía cómo fuerzas incrédulas y hostiles sealiaban «contra el Señor y contra su Ungido» (Hch4, 26). Como entonces, hoy conviene orar para queDios nos conceda la libertad de proclamar el Evan-gelio; conviene descubrir y conocer las vías miste-riosas del Espíritu y dejarse guiar por Él hasta laverdad completa (cf. Jn 16, 13).

María es reconocida como modelo extraordina-rio de la Iglesia en el orden de la fe (Cfr. Mc. 3, 31-34). Ella es la creyente en quien resplandece la fecomo don, apertura, respuesta y fidelidad. Es laperfecta discípula que se abre a la Palabra y se dejapenetrar por su dinamismo: cuando no la compren-de y queda sorprendida, no la rechaza o relega; lamedita y la guarda (Cfr. Lc 2, 51). Y cuando suenaduro a sus oídos, persiste confiadamente en eldiálogo de fe con el Dios que le habla; así en la

escena del hallazgo de Jesús en el templo y en Caná,cuando su Hijo rechaza inicialmente su súplica y aasociarse a la cruz, como al único árbol de la vida.Por su fe es la Virgen fiel, en quien se cumple labienaventuranza mayor: «feliz la que ha creído»(Lc. 1,45) (Juan Pablo II, Homilía Guadalupe. AAS

LXXI, p. 164). DP 296.María es la gran misionera, conti-

nuadora de la misión de su Hijo yformadora de misioneros. Ella, asícomo dio a luz al Salvador del mun-do, trajo el Evangelio a nuestra Amé-rica. En el acontecimientoguadalupano, presidió junto al hu-milde Juan Diego el Pentecostés quenos abrió a los dones del Espíritu.Desde entonces son incontables lascomunidades que han encontrado enella la inspiración más cercana paraaprender cómo ser discípulos y mi-sioneros de Jesús (cfr. DA 269).

Hoy, cuando en nuestro continente latinoame-ricano y caribeño se quiere enfatizar el discipuladoy la misión, es ella quien brilla ante nuestros ojoscomo imagen acabada y fidelísima del seguimien-to de Cristo. Ésta es la hora de la seguidora másradical de Cristo, de su magisterio discipular ymisionero al que nos envía el Papa BenedictoXVI: «María Santísima, la Virgen pura y sinmancha es para nosotros escuela de fe destinada aconducirnos y a fortalecernos en el camino quelleva al encuentro con el Creador del cielo y de latierra. El Papa vino a Aparecida con viva alegríapara decirnos en primer lugar: Permanezcan en laescuela de María. Inspírense en sus enseñanzas.Procuren acoger y guardar dentro del corazón lasluces que ella, por mandato divino, les envía desdelo alto» (DA 270).

ACTUEMOS

¿Qué exigencias conlleva nuestrafe y devoción mariana?

Desde nuestro bautismo, por launción del Espíritu Santo, hemossido llamados a ser discípulos-mi-sioneros, testigos del Señor resuci-tado. María, la Madre de Jesús nos

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sostiene y acompaña en nuestro caminar comodiscípulos.

Por eso, hoy, al darnos cuenta de su preocupa-ción por los discípulos de su Hijo, al sentir máscercana su ayuda, no tengamos miedo de ser verda-deramente discípulos de Jesucristo. No estamossolos, caminamos de la mano de María, Madre deDios y madre nuestra. Ella nos impulsa constante eincansablemente a «hacer lo que Él nos diga».

Son muchas las personas que viven agobiadas yfatigadas, incluso desesperadas: sin trabajo, vícti-mas de la enfermedad, atrapadas por la droga,ancianas, abandonadas, hundidas… Pensemos paranosotros mismos, ¿no ocurre con frecuencia queeste mismo cansancio y desánimo también nosenvuelve a nosotros?

Necesitamos a María para caminar en la espe-ranza, con la seguridad de saber que ella nos acom-paña para ser mensajeros de esa misma esperanzaentre tantos hermanos nuestros que andan cansadosy desesperados por los caminos del mundo.

Que todos nos acerquemos a ella para encontrarel camino y la ayuda que nos acerca a Jesús,llenando así de sentido a nuestras vidas.

Invoquémosla diaria y continuamente, medianteel rezo del rosario, la proclamación de las jaculato-rias, visitando sus santuarios y participando conella en la Eucaristía.

Cada quien escribe en una papeleta, a qué secompromete hoy para este fin de semana y hasta elfinal de la Cuaresma, para seguir viviendo de lamano de María.

CELEBREMOS

Mientras todos entonan algunasestrofas del canto, se lleva la ima-gen de la Virgen María al centro delgrupo y en torno a ella, se hace lasiguiente oración final.

Canto:«SANTA MARÍA DEL CAMINO».

OraciónMaría, Madre de la Iglesia,primera discípula de Jesucristo,

tú que lo llevaste en tu seno virginaly nos lo diste a conocer,ayúdanos a ser verdaderos discípulos y misionerosde tu Hijo Jesucristo,para que con palabras y sobre todo con las obras,demos vida a nuestros pueblos.

En un momento de silencio, con música defondo, o un canto mariano cantado en voz baja, vanpasando voluntariamente a dejar junto de la imagende la Virgen María, en una bandeja, su papeleta consu compromiso.

Al terminar, todos, hacen la siguiente oración.

María de Nazaret, cantadora del magníficat, servi-dora de Isabel:

¡quédate también con nosotros, que está por llegarel Reino!,

quédate con nosotros, María, con la humildad de tufe,

capaz de acoger la gracia; quédate con nosotroscon el Espíritu que te fecundaba la carne y el

corazón;quédate con nosotros, con el Verbo que iba cre-

ciendo en ti,humano y salvador, judío y Mesías,Hijo de Dios e hijo tuyo, nuestro hermano Jesús.

(Pedro Casaldáliga).

Para concluir, todos vuelven a cantar «Santa María del Camino».

Evaluamos nuestro encuentro.

1. ¿Qué nos ayudó para asimilar mejor el tema?

2.- ¿Qué nos dificultó asimilarlo y aprovecharlo?

3.- ¿Qué sugerimos para el año siguiente?

Al coordinador le invitamos a llevar un recuento de los asistentes:Hombres, mujeres, jóvenes y niños.

ACUERDOS.Es conveniente organizar lo necesario para

la celebración de clausura. Tomar acuerdos conquienes participarán en algunos servicios comolos acólitos, las lecturas, el ofertorio, el coro.Pedirles que lleven una ofrenda para compartircon los más pobres.

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Subsidio Litúrgicopara el Tiempo de Cuaresma

y Semana Santa

MIÉRCOLES DE CENIZA

Primera lectura: Joel 2,12-18 «Rasguen los cora-zones, no las vestiduras; conviértanse al SeñorDios nuestro»

Sal 50, 3-6. 12-14.17 «Misericordia, Señor, hemospecado»

Segunda lectura: 2 Cor 5,20-6-2 «Por Cristo lespido, dejémonos reconciliar por Dios»

Evangelio: Mt 6,1-6,16-18 «Cuando hagas limos-na… cuando ayunes…»

Monición de entradaHoy, miércoles de ceniza, inicia

la cuaresma. La cuaresma nos llevade la mano por el camino de laverdadera alegría, viniendo a bus-carnos en los callejones sin salidadonde nos metemos y donde nopodemos avanzar. La cuaresma nosinvita a la penitencia y al arrepenti-miento, que no son sinónimos decansancio, tristeza o frustración;por el contrario, constituyen unamodalidad de apertura a la luz que puede disipar lasoscuridades interiores, hacernos conscientes de no-sotros mismos en la verdad y hacernos gustar laexperiencia de la misericordia de Dios. Participe-mos en esta celebración con una actitud de conver-sión.

Monición a las lecturasEl profeta Joel lee los signos de los tiempos; por

eso anuncia la proximidad del «día del Señor»invitando a todo el pueblo al ayuno, a la oración, ala penitencia. Pablo como un embajador en nombre

de Cristo es portador de un mensaje de exhortaciónde parte de Dios. Lo esencial del anuncio se centraen una palabra: reconciliación. Escuchemos conatención.

Monición al EvangelioEn el Evangelio escucharemos que Jesús pide a

sus discípulos una justicia superior a la de losescribas y fariseos aún cuando las practicas exterio-res sean las mismas; reclama la vigilancia sobre las

intenciones que nos mueven a actuar.

En torno a la homilíaHoy entramos a la cuaresma, cua-

renta días de camino, con la miradapuesta en la meta. El comienzo de lacuaresma adquiere sentido a la luz dela Pascua de Resurrección.

La ceniza, como polvo y signo delo caduco, nos trae un mensaje defragilidad. A veces reconocemos queno somos nada o «estamos hechos depolvo». Dejarse poner ceniza sobre lacabeza es reconocer ante Dios y ante

la comunidad nuestra condición frágil y pecadora einvocar la misericordia de Dios sobre nuestraspersonas, nuestra historia y nuestro mundo para quenos rehabilite y transforme. La ceniza manifiesta lanecesidad de misericordia.

Al acercarnos a recibir la ceniza llevamos connosotros los egoísmos personales, lasirresponsabilidades, la falta de conciencia y valoreséticos… Estamos sucios y cubiertos de ceniza.

Pero llevamos también con nosotros la violenciaque mata y aviva guerras y conflictos; el sufrimien-to de muchas personas inocentes y pacíficas; lleva-

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mos con nosotros los egoísmos que impiden unorden social más justo y una política mundial máshumana.

La cuaresma es tiempo de arrepentimiento, noequivale a autocompasión o remordimiento, sino aconversión, a volver a centrar nuestra vida en laTrinidad. No significa mirar atrás disgustado, sinohacia adelante esperanzado. Ni es mirar hacia abajoa nuestros fallos, sino a lo alto, al amor de Dios.Significa mirar no aquello que no hemos logradoser, sino a lo que con la gracia divina podemosllegar a ser.

El arrepentimiento o cambio de mentalidad,lleva a la vigilancia, que significa, entre otrascosas, estar presentes donde estamos, en este pun-to específico del espacio, en este particular mo-mento de tiempo. Creciendo en vigilancia y enconocimiento de uno mismo, el hombre comienzaa adquirir capacidad de juicio y discernimiento:aprende a ver la diferencia entre el bien y mal,entre lo superfluo y lo esencial de la guarda delcorazón, cerrando la puerta a las tentaciones oprovocaciones del enemigo.

Como signo de nuestro deseo de cambio y denuestra actitud de conversión el evangelio nos invi-ta al ayuno, a la limosna y a la oración. ¿Puedentener sentido para nosotros hoy poner estas prácti-cas? ¿O son algo ya pasado?

Necesitamos el ayuno que viene a vencer latentación de la búsqueda avariciosa de lo materialy a controlar el deseo de tener y tener cada vez máscosas. La tentación de satisfacer por encima detodo nuestros apetitos más primarios, nuestras«hambres de pan» cuando hay tantas personas quecarecen de lo más elemental para vivir. Ayuno ysobriedad que nos ayuda a buscar el valor denuestra vida en otras realidades que tal vez tene-mos olvidadas.

Necesitamos practicar la limosna, que nos llevaa servir y no a dominar. Una limosna nueva nobochornosa y humillante, que nos acerque losunos a los otros, compartiendo la vida y los bienes,como hermanos, sin que haya dominadores y do-minados, explotadores y explotados; que nos hagacomprender que hay mas felicidad en dar que enrecibir, en compartir que en retener, en servir queen dominar.

Necesitamos oración, que nos ayuda a estable-cer la verdadera relación con Dios: nosotros, comosus creaturas, sus hijos; Él, como nuestro Dios,nuestro Padre. Nosotros a cumplir su voluntad, atrabajar por su Reino; no que Él tenga que servirnuestros deseos.

Oración de fielesOremos para que en esta Cuaresma que comenza-

mos Dios nos renueve con su gracia, a nosotrosy a todos los hombres. Le pedimos:

Padre misericordioso, escúchanos1. Para que todos los cristianos vivamos con inten-

sidad la Cuaresma, esforzándonos por seguirmejor a Jesucristo. Oremos.

2. Para que la justicia y la solidaridad guíe lasrelaciones entre los hombres y los pueblos. Ore-mos.

3. Para que a nadie le falte lo necesario para vivir,y estemos dispuestos a compartir nuestros bie-nes con los necesitados. Oremos.

4. Para que encontremos luz y fuerza para conver-tirnos de nuestros egoísmos y estemos más aten-tos a Dios y al prójimo. Oremos.

5. Para que nuestra comunidad, alentada con laesperanza pascual, viva con fidelidad el com-promiso diario de la fe. Oremos.

6. Señor concede a tus sacerdotes vivir la alegría laentrega, anteponiendo sus gustos personales alas necesidades de la comunidad a la que sirven:Oremos

Acoge Padre, nuestras peticiones, y renuévanospor dentro con espíritu firme, a los que iniciamosel itinerario cuaresmal con el sincero deseo deconversión. Por Jesucristo nuestro Señor.

DOMINGO I DE CUARESMA

Primera lectura: Dt 26, 4-10 Profesión de fe delpueblo escogido: «Mi padre fue un arameoerrante que bajó a Egipto...»

Sal 90 «Acompáñame, Señor, en la tribulación».Segunda lectura: Rom 10,8-13 «Profesión de fe

del que cree en Jesucristo».Evangelio: Lc 4,1-13 «Durante cuarenta días el

Espíritu lo fue llevando por el desierto, mien-tras era tentado por el demonio».

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Monición de entradaHermanos muchos cristianos vivimos en una

situación de gran indiferencia ante lo religioso, queva unida a una divinización del hombre y al culto delos falsos dioses: el placer, el poder, y la fama oprestigio personal. Ante esta situación, la Cuares-ma nos invita a un planteamiento serio sobre cuál esnuestra condición de creyentes y cuáles son lasexigencias de nuestra fe en relación con la vida quevivimos. Dejemos que la participación de esta Eu-caristía nos ayude a retomar el camino.

Monición a las lecturasEn la primera lectura escucharemos cómo Israel

experimenta que es liberado por Dios de la opresióny de la esclavitud. Cómo el Señor se acredita comovaledor de los necesitados, defensor de los oprimi-dos.

La segunda lectura nos dice que el Señor nopuede permitir que existan señores absolutos denuestras vidas ni distinciones entre los hombres,pues uno mismo y único es el Señor Jesucristo

Monición al EvangelioEn San Lucas las tentaciones van precedidas por

la genealogía de Jesús que asciende hasta Adán,presentando a Jesús como el nuevo comienzo de lahumanidad. Como el primer hombre y como todohombre , está sometido a la tentación. Pero Jesúsvence la tentación permaneciendo fiel a su misiónde siervo paciente.

En torno a la homilíaLas personas inteligentes cuando tienen que

tomar decisiones importantes en su vida sabentomar distancia de lo inmediato. El primer domingode cuaresma la Iglesia nos invita a acompañar aJesús en su experiencia de desierto. Es el desierto ellugar propicio para el encuentro consigo mismo enla presencia de Dios y, por tanto, con el encuentrocon Dios.

A Jesús se le abren muchos caminos, al empe-zar su servicio público. El Espíritu lo va orientan-do. Pero hay otros espíritus que revestidos de luzy santidad quieren engañarle. Al principio no seatreverán a dar la cara abiertamente, esos falsosespíritus, incluso, manipularán la Escritura para

engañarle, presentándole un mesianismo fácil yhalagador.

Llevado por el Espíritu, Cristo en este momentotiene que elegir no la confirmación de su misiónsino el cómo de la misma. Y tiene que hacerloeligiendo entre tres alternativas:

1. Panes o piedras: La tentación mesiánica enbeneficio propio. Manipular la misión por medio detareas milagreras. Aprovecharse de Dios como unmago, como el pueblo en el desierto. La tentaciónde una religiosidad interesada y mercantilista. Latentación de una fe cómoda y pasiva.

La primera tentación, presupone un momentograve de necesidad física por parte de Jesús, quesiente hambre después de cuarenta días de ayuno.El diablo lo prueba para que convierta las piedras enpan.

2. Poder o debilidad: La tentación del mesianis-mo político. Vencer a los enemigos y a la oposiciónpor la fuerza. Es la tentación del que utiliza lareligión para conseguir poder o riqueza, la tenta-ción de una iglesia poderosa y rica. (¿Cuántas vecesse ha medido la fuerza de la iglesia en función delpoder de su número de bautizados o de asistentes adeterminados actos?) Cristo opta por la debilidadcomo arma: se arrodillará, como lo pide el diablo,pero no a los pies del poder, sino a los pies de Pedro,Judas, Juan… Dios poderoso en su vulnerabilidad.

La segunda de las tentaciones alude al poderpolítico de toda la capacidad de dominio que contie-ne. Jesús reacciona como un judío fiel: caer en latentación del poder político es como una idolatríaporque Dios es el único Señor de la vida.

3. Arriba o abajo: La tentación de la gloria, elmilagro entusiasta. Es la tentación que pone aprueba a Dios, la tentación de imponerse desdearriba en lugar de acompañar desde abajo. Paradescubrir la necesidad del hombre no hay quesubirse a lo alto sino ponerse a la altura de los ojos.No hay que mirar por encima del hombro sinoencarnarse, igualarse y tropezar sobre el camino sinque ángel alguno despeje ese camino.

La tercera de las tentaciones, alude al poderreligioso. A este poder Jesús opone su fidelidad decreatura: él no quiere usurpar a Dios su papel sino,justo lo contrario, serle fiel. Si algo podrá aducirJesús al final de su trayectoria histórica es haber

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caminado en fidelidad a Dios, porque sabe muybien que fuera de ella su mesianismo se desnatura-liza.

Cristo elige desde la coherencia y desde lalucidez, no desde las ventajas personales ni desdelos inmediatismos compulsivos. Entonces, es váli-do que nosotros nos preguntemos desde dóndeelegimos y por quién optamos. Y que nos pregun-temos si en esas opciones llegamos a escuchar elgrito de la opresión, de la angustia y los trabajos denuestra gente.

Oración de los fieles

Acompañando al Señor en su camino hacia laPascua, pidámosle la luz para no ser deslumbra-dos por luces y publicidades engañosas sino porla lucidez del que se deja guiar por el EspírituSanto, como Jesús. A cada petición responde-mos:

R. Danos luz para elegir tu camino.1. Por toda la Iglesia. Para que rechace la tentación

de un mesianismo apoyado en el poder de traba-jar para sí misma, y la renovación cuaresmal, lavuelva más fiel a Jesucristo. Oremos.

2. Por nuestro Señor Obispo Felipe Salazar y todoslos sacerdotes, para que en este año sacerdotal yde la misión sean guiados por la luz de tu EspírituSanto, para anunciar y predicar las verdades queconducen a la salvación. Oremos.

3. Por los hombres y mujeres del mundo entero.Para que el afán de bienes materiales y delconsumismo fácil no los lleve a olvidarse deDios y del prójimo. Oremos.

4. Por los enfermos, por los inmigrantes, por los queno tienen hogar. Que reciban el cariño, la com-pañía y la acogida que necesitan para no caer enla desesperanza y la fatalidad. Oremos.

5. Por nuestra comunidad. Para que en el caminocuaresmal nos abramos a la Palabra de Dios,seamos dóciles al Espíritu y solidarios paraacercarnos a los pobres. Oremos.

6. Que seamos solidarios y comprensivos con quiensucumbe a la tentación. Oremos.

7. Que en el servicio a los hermanos mostremosante el mundo una vida entregada a tu voluntad.Oremos.

Al haber asumido nuestra carne sabes de nues-tras debilidades. Ayúdanos, Señor, en todasnuestras necesidades. Que veamos nuestrastentaciones pero no nos dejes caer en ellas ylíbranos de todo mal. Por Jesucristo nuestroSeñor. Amén

DOMINGO II DE CUARESMA

Primera lectura: Gn 15,5-12.17-18 «Aquel día elSeñor hizo una alianza con Abrahán»

Sal 26 «El Señor es mi luz y mi salvación»Segunda lectura: Flp 3,17-4,1 «Cristo nos trans-

formará según el modelo de su cuerpo glorio-so»

Evangelio: Lc 9, 28b-36 «Mientras oraba el as-pecto de su rostro cambio…»

Monición de entradaEste segundo domingo de cuaresma nos invita a

tener fija la mirada en la meta de nuestra peregrina-ción humana: nuestra verdadera patria está en elcielo; hacia allí debemos orientar el corazón ydirigir resueltamente los pasos de nuestro caminoempedrado con las opciones cotidianas. Cristo vie-ne a abrirnos el camino y hoy nos deja entrever loque será el cumplimiento en su faz transfiguradapor la oración.

Monición a las lecturas

Primera lectura: La espera del cumplimientode los tiempos de Dios se prolonga poniendo aprueba a Abrahán. Pero el Señor lo reconfortaprometiéndole que su recompensa será muy grandepues su descendencia será numerosa y poseerá latierra donde ahora vive como extranjero.

Segunda lectura: Pablo nos repite la invitacióna desconfiar de los que intentan introducir las prác-ticas judaizantes, los que se vanaglorian y confíanen la observancia de cosas que son puramentehumanas.

Evangelio: La transfiguración de Cristo, pro-yecta una luz fascinante sobre nuestra vida cotidia-na y nos impulsa a dirigir nuestro espíritu hacia eldestino inmortal que aquel acontecimiento encie-rra. Escuchemos con atención.

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En torno a la homilíaLlamados a subir con Él

En este segundo domingo de cuaresma se nosinvita a ascender con el Señor al monte; lugar deencuentro con Dios. Como Abrahán nos saca fuerapara encontrarse con nosotros y renovar su alianza,por la que se compromete y nos garantiza un futuroen plenitud y vida.

Como en el primer domingo no pueden exten-derse las experiencias del desierto sin el contextoinmediato del bautismo, tampoco éste puede com-prenderse sin lo sucedido inmediatamente antes. Elmismo evangelista se encarga de fijarlo con clari-dad: la narración se sitúa «seis días después» de quePedro haya confesado que Jesús es el hijo de Dios,y de que Él anuncie su pasión y aclare las condicio-nes para seguirle.

En este momento vital de Jesús y de sus apósto-les, el Padre va a decir su palabra y revelar quién esrealmente Jesús. Tanto Jesús como los apóstolesnecesitan la luz que es el mismo Dios y de que Élproviene; luz que proclamamos hoy en el salmoresponsorial: «El Señor es mi luz y mi salvación».

Se trata pues de subir al monte llamados porDios, como lo fue Moisés en el Sinaí, como lo fueElías en el Horeb. Hoy vamos guiados por aquel aquien seguimos, y que conoce bien el camino y lameta. Como a Pedro, Santiago y Juan nos invita aacompañarle, a subir y orar con Él. Tiene necesi-dad, como nosotros lo tenemos, de tiempos y espa-cios en los que podamos entrar en lo profundo yencontrarnos con nosotros mismos, conocer el sen-tido de lo que vivimos y lo que somos, conocer laverdad honda de los demás y dejarnos encontrar porDios.Transformados por la oración

El encuentro con Dios transfigura a Jesús y lemuestra su más honda verdad: ser Hijo amado delPadre. Ser consciente de ello le hace vivir con talintensidad que hasta cambia su rostro. Esto nos daa entender que el don del encuentro con Diosdesborda a la misma persona y se manifiesta deforma luminosa a los demás. «Sus vestidos brilla-ban de blancos».

La presencia de Moisés y Elías, que conversancon Jesús sobre su muerte, revela a los apóstoles

que todas las promesas y anuncios del Antiguotestamento encontrarán su pleno cumplimiento enla Pascua. Para nosotros también es una promesade plenitud de sentido a nuestras vidas, que descu-briremos y viviremos, en la medida en que acom-pañemos a Jesús, tanto en su total apertura a Dioscomo en el seguimiento hasta el final de su caminopascual.

Subir al monte de la oración es dar espacio reala Dios en nuestra vida, es poner nuestra colabora-ción para que él pueda realizar la transformación de«nuestra condición humilde según el modelo de sucondición gloriosa» a la que estamos destinados,según su plan de salvación para con nosotros.

Contemplar hoy a Jesús en el monte orando consus apóstoles, es una llamada para que revisemos enesta cuaresma nuestra vida de oración, la importan-cia real que ocupa en el conjunto de nuestro plan devida, la calidad de nuestra oración… Una tareaimportante para esta segunda etapa del caminocuaresmal.

Oración de los fielesInvitados por el Señor a subir con Él al monte del

encuentro con el Padre, le presentamos confia-damente nuestra oración.

R. Muéstranos tu rostro Señor1. Para que la Iglesia proclame y dé testimonio ante

el mundo de la necesidad de la oración en la vida.Oremos.

2. Para que nuestros sacerdotes lleven una vida deoración profunda. Oremos.

3. Para que vivamos con alegría la alianza y elcompromiso que Dios tiene con nosotros. Ore-mos.

4. Para que en la oración hallen eco los problemasy la vida entera de nuestros hermanos, y nos llevea un verdadero compromiso con la realidad.Oremos

5. Para que aprendamos a escuchar la Palabra queDios pronuncia sobre nosotros, y su luz iluminenuestras decisiones y guíe nuestros pasos. Ore-mos.

Que tu luz habite, Señor, en nosotros, nos fortalez-ca y nos guíe en todos nuestros caminos. Tú quevives y reinas por los siglos. Amén.

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DOMINGO III DE CUARESMA

Primera lectura: Ex 3, 1-8a. 13-15 ̈ «Yo soy¨ meenvía a ustedes»

Sal. 102 «El Señor es compasivo y misericordioso»Segunda lectura: 1 Cor 10,1-6.10-12 La vida del

pueblo con Moisés en el desierto.Evangelio: Lc 13,1-9 «Si no se convierten todos

perecerán¨.

Monición de entradaEstamos viviendo ya el tercer domingo de cua-

resma, tiempo en el que todos necesitamos conver-sión. El Dios del perdón, el Dios trabajador, elviñador, pide que se amplíe el plazo y se den nuevasoportunidades para el creyente. El Dios de Miseri-cordia se dirige al corazón del creyente. Toca suintimidad y moviliza todos sus recursos que estabandormidos por las durezas de la vida.

Monición a las lecturasPrimera lectura: Dios se presenta como libera-

dor y compromete a Moisés para defender a supueblo. El nombre con el que Dios se da a conoceres «Yo soy». Dios sorprende a Moisés en su vidaordinaria, en la zarza lo espera, le llama por sunombre le manifiesta estar presente en la historia desu pueblo y dispuesto a intervenir a través de él.

Segunda lectura: Pablo propone una reflexiónacerca de los acontecimientos del Éxodo. De estoshechos se desprende la gracia que ofrece a todos.Escuchemos con atención.

Evangelio: San Lucas nos relata cómo el fatalencuentro entre galileos y Pilatos, da pie a Jesúspara insistir en la necesidad de la conversión. Jesúsquiere que nos realicemos en la penitencia y en lagenerosidad.

En torno a la homilíaEntre el Dios del perdón que predica Jesús y la

imagen de Dios que defienden aquéllos que vienendesconcertados a hablar con el maestro hay unabismo muy grande. Éstos se sienten escandaliza-dos porque parece que Dios reparteindiscriminadamente catástrofes, horrores y casti-gos sin tener en cuenta los méritos adquiridos. Ni la

espera del Mesías, ni el esperanzado optimismo delos profetas han logrado erradicar en muchos laimagen de un Dios del castigo, la culpa que sehereda y el círculo siniestro de tragedias e injusti-cias. Jesús sale al paso de algunas creencias queachacaban las desgracias personales al comporta-miento moral de quienes las sufrían. Jesús dice queesto no es así y pide conversión.

Las dos violencias, la ejercida por el poder delhombre y la de los desastres naturales que nospresenta el evangelio, le sirven a Jesús para puntua-lizar la manera que tiene Dios de comunicarse:

El Dios solícito se revela en el fuego de la zarza,en el Éxodo. Se ofrece al hombre con calor, afecti-vidad y ternura. Se expresa en cercanía y preocupa-ción por los que sufren y al mismo tiempo alientaesfuerzos por la liberación de toda atadura perso-nal, relacional o social. Dios es el que ve, oye se fija,se conmueve y baja.

El Dios pacificador se revela en la historia de lahiguera. Es un Dios paciente. Ante el requerimien-to de rentabilidad y la urgencia por parte del propie-tario de la parábola, el trabajador pide más tiempoy nuevas oportunidades. En realidad se desconocela utilidad de esta higuera: no da fruto, consume yquita agua; ¡Si al menos fuera capaz de dar algo desombra a las cepas ya debilitadas!; ni por esas. Nomerece la pena conservarla.

El Dios del perdón, el Dios trabajador, elviñador, pide que se amplíe el plazo y den nuevasoportunidades para el creyente. Seguirá siendo underroche, pero con un poco más de atención perso-nal y mayores cuidados dará algún fruto.

En todo este caso Dios misericordioso se dirigeal corazón del creyente, que con frecuencia estáherido, rasgado y lleno de arrugas. Lo regenera ycose sus costuras para que no siga desperdiciandosu vida.

Muchas facetas y cualidades de las de éste nues-tro Dios de la zarza, la higuera, la roca y el corazón.Con razón se dedicó Jesús con sus acciones, su vidae incluso con su muerte y resurrección a revelar lasobreabundante red de reconciliaciones de nuestroDios.

Oración de fielesAl Dios rico en misericordia, atento y preocupado

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por sus hijos, dirigimos nuestra plegaria. A cadaoración contestamos:

R. Señor, muéstranos tu misericordia.1. Revélate, Señor, a tu Iglesia como el Dios que

escucha los clamores de su pueblo y el Diosliberador de esclavitudes. Oremos.

2. Revélate, Señor, como el Dios amoroso para quejunto con el Papa Benedicto XVI y nuestroObispo Felipe Salazar, vivamos nuestra misiónde sacerdotes por el bautismo. Oremos.

3. Revélate Señor, como el Dios ocupado en lascosas de sus hijos y saliendo al encuentro de loshombres. Oremos

4. Revélate, Señor, como el Dios necesitado decooperación e impulsor de solidaridades. Ore-mos.

5. Revélate, Señor, una vez más como el Diospaciente y rico en misericordia. Oremos.

6. Revélate, señor, para que nos abramos al amordesbordante de Dios y lo comuniquemos a losdemás. Oremos.

7. Revélate, Señor, para que ejerzamos con losdemás la misma paciencia que Dios tiene connosotros. Oremos.

Acoge, Padre, las oraciones que te presentamosen este domingo de cuaresma. Te lo pedimospor Jesucristo nuestro Señor.

DOMINGO IV DE CUARESMA

Primera lectura: Jos 5,9a.10-12 «El pueblo deDios celebra la pascua al entrar en la tierraprometida»

Sal 33 «Gustad y ved qué bueno es el Señor»Segunda lectura: 2Cor 5,17-21 «Dios nos ha re-

conciliado consigo en Cristo»Evangelio: Lc 15,1-3.11-32 «Este hermano tuyo

estaba muerto y ha revivido»

Monición de entradaSean bienvenidos a la Eucaristía. En este domin-

go se nos pone delante de cada uno nuestra propiarealidad. Se nos pide que delante del Señor reco-nozcamos que no siempre hemos ido por el caminode la libertad. Se nos hace caer en la cuenta de tantasesclavitudes que nos ofrece el mundo de hoy y se

nos invita a emprender el camino de retorno a lacasa del Padre, por medio de la reconciliación conDios, con nosotros mismos y con los demás.

Monición a las lecturasPrimera lectura: El libro de Josué nos narra

cómo el pueblo elegido celebrará la Pascua al entraren la tierra prometida. Ya no tuvieron maná ycomieron de los frutos de la tierra. Se iniciaba laetapa histórica de la consolidación del pueblo deDios.

Segunda lectura: San Pablo expresamagisterialmente la doctrina de la reconciliacióncon Dios. Y es el Padre amoroso quien por medio deCristo se reconcilia con su pueblo sin tener encuenta traiciones y pecados antiguos.

Evangelio: San Lucas narra la parábola del hijopródigo, una de las narraciones más maravillosasde los textos evangélicos. Expresa la bondad delPadre y la alegría enorme de Dios, ante la conver-sión de un hijo alejado que vuelve.

En torno a la homilíaLa parábola del hijo pródigo es la parábola del

Padre infinitamente misericordioso. El Padre, y suactitud y corazón, es el núcleo principal. Leyendoesta parábola es difícil comprender cómo hemospodido llegar a la idea y anuncio de Dios justicieroy castigador, el Dios vigilante y perseguidor delhombre. Es todo lo contrario, es la imagen del padremisericordioso, con el corazón tenso en la esperan-za de la vuelta del hijo sin recriminaciones.

Observando al Padre se logran distinguir trescaminos que llevan a una auténtica paternidadmisericordiosa: el dolor, el perdón y la generosidad.Puede parecer extraño que el dolor conduzca a lamisericordia. Pero así es. El dolor nos lleva a dejarque los pecados del mundo incluidos los nuestrosdesgarren nuestro corazón y nos hagan derramarlágrimas, muchas lágrimas por ellos. Si no sonlágrimas que brotan de los ojos, por lo menos sonlágrimas del corazón. Este dolor es oración.

El segundo camino que conduce a llegar amarcomo el Padre es el perdón. Por el perdón constantees cómo vamos llegando a ser como el Padre. Elperdón es el camino para superar el muro y acogera los demás en el corazón sin esperar nada a cambio.

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El tercer camino para llegar a ser como el Padrees la generosidad. En la Parábola, el Padre miseri-cordioso, no sólo le da todo lo que le pide, sino quele colma de regalos cuando vuelve. Y al hijo mayorle dice: «Todo lo mío es tuyo». El Padre no sereserva nada. Lo mismo que el Padre se vacía de símismo para sus propios hijos, así debemos darnosa nuestros hermanos y hermanas. Jesús deja enten-der a las claras que en esta oblación está el signo delverdadero discípulo: «Nadie tiene amor más grandeque el que da la vida por sus amigos». Darse suponeuna auténtica disciplina, porque no es algo quebrota automáticamente. Cada vez doy un paso endirección a la generosidad, me muevo del temor alamor.

Debemos creer que todo lo que el corazón huma-no desea se puede encontrar en casa. Debemostener el valor de asumir la responsabilidad de unapersona adulta y creer que el gozo verdadero y lasatisfacción plena sólo pueden venir acogiendo encasa a los que han sido ofendidos y heridos en elviaje de su vida y amándolos con un amor que nopide ni espera nada a cambio

Oración de fieles

Al Dios que abre sus brazos a todos y se alegra dever unidos a sus hijos le decimos

R. Muéstranos tu misericordia1. Para que la Iglesia revele tu amor misericordioso

saliendo al encuentro de los alejados y acogien-do con alegría a los pecadores. Oremos.

2. Para que los que están lejos de sus hogares y desu patria sean atendidos como personas y trata-das dignamente. Oremos.

3. Para que los que viven alienados y desorientadosencuentren el camino que conduce hasta ti. Ore-mos.

4. Para que nos acerquemos a celebrar tu amor entorno a la mesa común con el gozo de la recon-ciliación. Oremos.

5. Para que nos concedas sacerdotes que reflejen tuamor misericordioso en el confesionario. Ore-mos

Infunde tu amor en todos nosotros y danos uncorazón grande para amar. Por Jesucristo nues-tro Señor. Amén.

DOMINGO V DE CUARESMA

Primera lectura: Is 43, 16-21 «Miren que realizoalgo nuevo».

Sal 125 «El Señor ha estado grande con nosotros yestamos alegres».

Segunda lectura: Flp 3, 8-14 «Todo lo estimo conpérdida comparado con Cristo».

Evangelio: Jn 8,1-11 «El que esté sin pecado quetire la primera piedra».

Monición de entradaEn este último domingo de cuaresma, reafirma-

mos que Dios libera de las esclavitudes y nos da unfuturo liberador. Al igual Jesús su Hijo, no condenasino que salva, así también nosotros los creyentesdebemos ofrecer la salvación a los demás connuestros hechos y gestos, siguiendo al Maestro queperdona y libera por encima de convencionalismosy moralismos. Participemos de esta Eucaristía conuna actitud de gozo por el perdón recibido.

Monición a las lecturasLa primera lectura nos habla del perdón de Dios

al pueblo de Israel. Dios se presenta ahora como el«redentor» de Israel al igual que en la liberación deEgipto. Se anuncia la nueva liberación como reali-dad nueva más maravillosa que las anteriores. En lasegunda lectura, Pablo nos habla del conocimientode Cristo, en su sentido profundo, en el sentido deentrega personal de amor. Pablo quiere llegar aidentificarse plenamente con Cristo, no por susfuerzas sino por la gracia y el amor de Dios. Escu-chemos.

Monición al EvangelioEn el Evangelio, San Juan nos relata un diálogo

de disputa entre Jesús, los letrados y fariseos; Jesússale triunfante al ponerse al lado, de modo incondi-cional, de una mujer pecadora, sorprendida enfragrante adulterio. Jesús infunde en la mujer áni-mo y confianza para levantarse y caminar haciaadelante y dice a los acusadores: El que esté sinpecado que arroje la primera piedra.

En torno a la homilía

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Nos cuesta aceptar y somos escépticos cuandolos verdaderos profetas nos señalan algo nuevo yapresente o nos anuncian el futuro, porque el realis-mo de nuestras experiencias nos gritan que no haynada nuevo bajo el sol, que el futuro es repeticióndel pasado: de nuestros errores, de nuestros éxitos,de nuestras renuncias, de nuestras desgracias…Crédulos y escépticos a la vez.

Un segundo dato de la realidad es la búsquedadel culpable y la sentencia, rápida y sin presuncio-nes de inocencia, ante los males que percibimos.Alguien tiene la culpa. La culpa, que normalmentecargamos sobre otros, es el inicio y el final de unacadena sin solución, difícil de romper.

La ley de Moisés manda apedrear a las adúlteras,tú, ¿qué dices? le preguntan esto con mala idea, paracomprometerlo y tener de qué acusarlo. En aquellasociedad el varón llevaba las de ganar. Y si las leyeseran discriminatorias la práctica de cada día lo eraaún más.

¿Qué escribiría Jesús en el suelo mientras aque-llos letrados varones y fariseos trataban de hacerleconfesar la culpa y la gravedad de la situación de laadúltera? ¿Tal vez garabateaba algún texto de la leyque los juristas, guardianes de la legalidad y mora-lidad, que entendieron como argumento en su con-tra? ¿Escribía por una vez, los pecados de losacusadores?

Es aquél un encuentro con Jesús. Unos acudenabiertos a sus palabras; otros para tender acechan-zas y acusarlo; la mujer en medio. Un encuentroprovocado precisamente para certificar eldesencuentro. Al contemplarla nos asaltan nuestrashistorias de desencuentros: acusaciones, prejui-cios, fariseísmos…

De lo que si estamos seguros es de los sentimien-tos en los que estaba atrapada la mujer: vergüenza,dolor, dignidad perdida, soledad. Incertidumbre, fra-gilidad, pobreza, miedo a una muerte ignominiosa.

Cuando Jesús se acercó a aquella mujer le hablócon palabras como el profeta Isaías, que se estánabriendo caminos en el desierto, ríos en el yermo,que algo nuevo está surgiendo. Jesús le levanta lamirada, habla con ella, la quiere, la libera, le sonríe,la regenera.

La estrategia a desarrollar con la multitud escompleja. Han venido dispuestos acusar a Jesús en

una situación sin salida, y tienen todo de su parte: ley,costumbres, ataduras machistas. Su demagogia espoderosa e implacable. Su pureza les capacita parajuzgar, les hace jueces y definidores de valores.

Pero Jesús les frena de raíz. Con una jugadamaestra (tal vez es la estrategia de ajedrez quedibujaba en el suelo) desmonta todas sus segurida-des. Si alguno de los presentes está libre de fragili-dades, debilidades o fallos, puede empezar a consu-mar la pena de muerte. Este movimiento maestro deJesús desmonta todo su aparato demagógico y jus-ticiero. Nadie habla, no hay respuesta, sino silencio,vergüenza, huida.

Conocer a la personas nos libera de lo inhumano.Jesús mira a la cara a la adúltera, mira de frente a losacusadores profesionales, dispuestos a la ejecucióny los libera a cada cual de sus ataduras: de la buenaconciencia a los letrados y gente de bien para que noejerzan la venganza; de la condena a la desgraciadamujer para que transforme su vida: «en adelante novuelvas a pecar». Este encuentro ha acercado aacusadores y acusada.

Conocer a Cristo nos lleva a experimentar lamisericordia, el Señor nos lleva a «existir con él»,a comulgar con sus padecimientos y morir su mis-ma muerte (matar en nosotros el pecado y la muer-te), a experimentar la fuerza de la resurrección yalcanzar un día la nueva vida. «Ríos en el desierto»,sendas en el mar.

Oración de fielesNos dirigimos una vez más a Dios Padre, Dios de la

vida, rico en comprensión y misericordia y lepedimos:

R. Muéstranos tu misericordia.1. Por la Iglesia, comunidad de seguidores, para que

venciendo toda tentación de juicios, sea sacra-mento de perdón y agente de reconciliación.Oremos

2. Por el papa Benedicto XVI y por nuestro obispoFelipe Salazar, para que en este año delsacerdocio, Dios les llene con las gracias nece-sarias para guiar a su rebaño por un mundo librede ataduras y sin miedo de amenazas. Oremos.

3. Por los gobiernos para que se atrevan a revisar lasleyes discriminatorias e injustas y no permitan latortura ni la pena de muerte. Oremos.

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4. Para que las víctimas de la debilidad y el pecadono se vean socialmente rechazadas y encuentrenvías de rehabilitación. Oremos.

5. Para que nos acerquemos a los marginados conrespeto y comprensión. Oremos.

6. Para que seamos conscientes de nuestras fragili-dades y pecados.

7. Para que estemos dispuestos a recibir el perdón ya perdonar.

Padre, muéstranos tu misericordia y da a tus hijosun corazón compasivo semejante al de Jesu-cristo tu Hijo, que vive y reina por los siglos de lossiglos. Amén.

SEMANA SANTA 2010Ciclo C

INTRODUCCIÓN A LA SEMANA SANTA

La Semana Santa nos interroga a todos. Nosobliga a unir más la liturgia y la vida. Nos enseña areconocer que la pasión de Jesús prosigue hoy en lamayoría de pueblos de la tierra y que Jesús siguecrucificado y descendiendo a los infiernos.

La Semana Santa nos cuestiona: ¿qué hemoshecho por los crucificados del mundo, qué hace-mos, qué debemos hacer?

A diez años de haber iniciado el tercer milenio,la Semana Santa nos invita a una memoria peniten-cial del pasado y a preguntarnos si no debemosreparar tanta injusticia del pasado y del presente.

Pero, por encima de todo, la Semana Santa es unllamamiento a la esperanza. Frente a un mundo deconsumo, violencia, hedonismo, permisividad,secularismo, pragmatismo individualista, Apareci-da nos invita a construir un mundo nuevo, diferente,alternativo: fraterno, pascual, evangélico, sencillo,donde todos tengan lo suficiente para vivir, la mujery la tierra sean respetadas, los pequeños sean losprimeros, se viva la fiesta de la misericordia y no sepierda nunca la esperanza en la victoria de la vidasobre la muerte.

Pero esta esperanza pasa necesariamente por lacruz y la conversión. No por los éxodos de autos porlos cruceros y embotellamientos carreteros ni apro-vechando las vacaciones de Semana Santa para irde paseo.

DOMINGO DE RAMOS

Introducción.

El sexto domingo de Cuaresma, en que comienzala Semana Santa, es llamado Domingo de Ramos enla Pasión del Señor. Lo más característico de estedomingo es la conmemoración de la entrada del Señoren Jerusalén y la solemne proclamación de la Pasión.

En la procesión de entrada se subraya que hallegado ya «la hora» de que Jesús, como Mesías ySiervo, entre en Jerusalén y realice su entradapascual para salvar a la humanidad. La comunidadcristiana, con los cantos al Mesías y agitando pal-mas, profesa su fe en que la cruz y la muerte deCristo son en definitiva una victoria. El color rojode las vestiduras de este día apunta a la muerte delMártir y su Victoria. Se une, por tanto, la entrada deJesús con su muerte y resurrección.

Textos para la celebraciónLc 19, 28-40 (Procesión) «Bendito el que viene en

el nombre del Señor».Is 50, 4-7 Tercer cántico del Siervo del Señor.Sal 21 «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has

abandonado?Flp 2, 6-11 «Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo

levantó».Lc 22, 14-23, 56 Pasión del Señor.

Monición de entrada.Comenzamos la celebración de la Semana Ma-

yor. La entrada de Jesús en Jerusalén. No fue unacto triunfal sino un gesto profético, gesto de anun-cio de los valores del Reino y denuncia del triunfa-lismo y la opresión. Jesús viene como el Mesías noviolento. Salgamos a su encuentro y acompañémosloen su Pascua.

ANTES DE LA BENDICIÓN DE RAMOS.

Al iniciar la Semana Santa celebramos la entra-da de Jesús en la Ciudad de David, Jerusalén. Conramos benditos confesamos nuestra fe en Él comoMesías y Rey de paz. Hoy, nosotros, vamos arecordar y actualizar la entrada de Jesús a Jerusalén.Con Él queremos vivir el paso de la muerte a la vida,

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para entrar en la Jerusalén celestial. Con nuestrosramos en la mano y cantos de alegría lo acompaña-mos en la Jerusalén terrena que es la Iglesia.

Al Evangelio de los ramos

(Lc 19, 28-40).

Jesús entra en Jerusalén, meta de su ministeriocomo Profeta del Reino, montado en un borrico,como signo de la naturaleza humilde y sencilla desu Reino. La multitud gozosa extendía ante Jesússus mantos, símbolo de riqueza, para indicar sureconocimiento como el Mesías anunciado por losprofetas.

A LA PROCESIÓN DE RAMOS

Hermanos, como fieles discípulos misioneros,salgamos al encuentro de nuestro Maestro que seapresura hacia su venerable y dichosa pasión. Acom-pañémoslo como aquella comitiva, que se le ibasumando en el camino, ya que era costumbre quelas gentes salieran al encuentro de los más impor-tantes grupos de peregrinos para entrar en la ciudadentre cantos y manifestaciones de alegría. Vivamoscon fe el recuerdo de este acontecimiento.

Monición a las lecturas.Escucharemos en la primera lectura, uno de los

Cánticos del Siervo de Yahvé, que se caracterizapor la fidelidad a la Palabra de Dios y la aceptacióndel sufrimiento como un elemento propio de lamisión que se le ha encomendado. Después, en lasegunda lectura, San Pablo nos narra la humildaddel Señor que se despojó de su grandeza parasemejarse a nosotros; quien ha querido llegar hastael final de la condición humana, sellada por lamuerte, arrastrándonos a vivirla con él como ofren-da perfecta, agradable al Padre.

Monición antes de la lectura de la pasión.Escuchemos ahora el relato de la Pasión de Jesús.

Una narración centrada en los sufrimientos de Jesús,nuestro camino, nuestra vida y esperanza. La misiónpública de Jesús es presentada como un largo y difícilcamino que va a culminar en Jerusalén y allí, en lacruz. El Hijo de Dios humillado pacífico y pacifica-dor «ofrece la espalda y no oculta el rostro», Laproximidad de Dios-con-nosotros será levantada en

la cruz, arrancada de la vida pero puesta en lo altosobre todo: Nombre sobre todo nombre, para que losabatidos levanten la vista, tengan a quien mirar ypuedan exclamar: «Bendito».

En torno a la homilía.Comenzamos la celebración de la Semana Ma-

yor. La Pasión ocupa proporcionalmente gran ex-tensión, donde no solo se nos cuenta cómo murióJesús, sino los acontecimientos anteriores y losefectos o consecuencias posteriores.

La entrada de Jesús en Jerusalén. No fue un actotriunfal sino un gesto profético, gesto de anuncio ydenuncia; anuncia que el sentido y los valores delReino se revelan a partir de los más pobres; denun-cia del triunfalismo y el poder con que siempre,históricamente se presentan los salvadores de lospueblos.

El enfrentamiento con el Templo, causa de laPasión del Señor. El pueblo de Israel vivía una granopresión religiosa y el núcleo de esa opresión veníadel Templo. Por eso Jesús sabía muy bien a qué ibaa Jerusalén. No buscaba la aclamación popular, niel poder político, sino que iba a desenmascarar laverdad sobre el Templo. Y allá se fue directamente.La gente seguía gritando, tal vez ansiando la espe-rada manifestación mesiánica. Él miraba con aten-ción todo alrededor: aquel mercado en que se habíaconvertido el atrio de los gentiles, aquel subir ybajar de los hombres con animales para los sacrifi-cios, las mesas de los que cambiaban dinero, lossacerdotes que paseaban sus vistosos mantos. Todoigual que en otras ocasiones. Y sintió que le hervíala sangre por el celo de Dios al ver cómo se habíapervertido aquella casa de oración, que debía estarabierta a todos, pero se había convertido en lugarprivilegiado que excluían al pueblo de la bendicióny la promesa. El Templo era causa de desunión.

Jesús viene como el Mesías no violento. Nadieen la historia de Israel había cumplido esa profecía.¿Imaginan que si Jesús hubiera querido organizaruna guerra contra el imperio más poderoso de sutiempo, vendría montado en un burro? Y entra en unburro que todavía nadie había montado. Era lamanera más clara de decirles: No esperen de mí unMesías guerrero, al estilo de David; yo soy otracosa.

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El pueblo quizá no supo poner palabras a lo quesentía y veía: que Jesús estaba realizando el Proyec-to del Padre a favor de sus hijos. Pero lo que sí esverdad es que la esperanza de liberación se hizoclamor popular, agitar de almas, luz en los ojos,esperanza en el corazón.

Historicidad de la Pasión. No podemos que-darnos en una lectura de hace veinte siglos de laPasión de Jesús. Hoy millones de ojos miran a laluz, millones de bocas claman justicia, libera-ción de opresiones económicas, políticas y reli-giosas.

Identificarse con la pasión de Jesús es identifi-carse con los crucificados de este mundo y ayudar-les a salir de esos campos de concentración delsufrimiento, llenos de cruces y que entren en la vidaal menos con un mínimo de sus necesidades básicasrealizadas. Miramos al Tercer Mundo, pero en elCuarto Mundo de nuestras grandes pequeñas ciuda-des se dan también estas pasiones y corremos elpeligro de no enterarnos.

Triunfo anunciado. «Bendito el que viene comorey»: defensor de los sin defensa, poder benéfico.«Bendito el que viene en nombre del Señor»: enobediencia leal al Padre, en amor a su pueblo. Lagente sencilla, humillada y necesitada de una pala-bra de aliento, proclama el triunfo del Hijo delHombre que está a la escucha obediente del Padrey ante la dificultad, el dolor y la muerte no se echapara atrás.

Esta proclamación de los pequeños, humildes ynecesitados, nos adelanta la noche bendita de laPascua, en la que todo poder queda sometido a lapaz. La gloria del Hijo le viene sólo del Padre, no sela ha procurado él; por eso puede ser confesada porlos hombres sus hermanos.

En soledad solidaria. Jesús, tan disponible yamigo de la gente, cuyo gesto fundamental fue lamesa como ámbito de encuentro, se enfrenta a lasoledad, a la traición del compañero (el que mojael pan en la misma fuente), a la negación ymentira interesada de Pedro. Y lo hace en soledadplena.

La entrega total de la vida en soledad solidaria,da a luz un numeroso pueblo nuevo. ¿Por qué Diosnos lleva por caminos contrarios a nuestros crite-rios: hacer fértil a la estéril, sacar vida de un grano

enterrado, formar un pueblo santo de un ajusticiadoen soledad? ¿Por qué la donación total es la fuentede la vida? Si no encontramos respuesta lógica anuestra pregunta, hoy es necesario callar y contem-plar, como las mujeres al pie de la cruz, como elPadre amorosamente asombrado ante la brutalidadhumana. ¡Tal vez sea mejor!

Oración de fieles.Unidos a la oración de la Iglesia y acogidos en la

oración de Cristo que intercede por quienes lecondenan, suplicamos a Dios Padre, diciendo...

R. Señor ten piedad.

1. Por la Iglesia que, movida por el celo de tu gloria,a veces condena y dificulta la vida de los justos.Oremos.

2. Por nuestro Obispo Felipe Salazar y por todos lossacerdotes para que en este año jubilar, experi-menten la alegría de ser elegidos y de trabajarincansablemente en las comunidades que se leshan confiado. Oremos.

3. Por los pueblos del tercer y cuarto mundo conde-nados a la miseria y al olvido por razones delEstado y defensa del desorden social estableci-do. Oremos.

4. Por todos los cristianos de nuestra diócesis, paraque seamos capaces de asumir los sufrimientosque conlleva la fidelidad del evangelio de lagracia. Oremos.

5. Por nuestra comunidad, para que en estos díassantos tenga un encuentro con Cristo que muerey resucita; y que esta vivencia nos haga ser mássensibles a las necesidades de nuestros herma-nos. Oremos.

6. Por todos nosotros, para que la celebración de laSemana Santa sea sincera y comprometida conla Pasión de Cristo que continúa hoy en medio denosotros especialmente en los enfermos y des-amparados. Oremos.

7. Para que seamos cristianos comprometidos en laextensión de tu Reino, llevando la Buena Noticiaa los que nos rodean. Oremos.

Haz, Señor, que al iniciar esta Semana Santa, porlos méritos de la Pasión y Muerte de tu Hijo,seamos llevados a la gloria de la Resurrección.Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

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JUEVES SANTO

Introducción.El Jueves Santo es el último día de la Cuaresma

y a la vez, a partir de la Misa vespertina, la inaugu-ración del Triduo Pascual. Es un día entrañable parael pueblo cristiano, ciertamente el jueves más im-portante del año, sobre todo desde que el día de laAscensión y en algunos lugares el del Corpus hanpasado ha celebrarse en domingo. Es el día en queCristo, en su cena de despedida antes de la muerte,instituyó la Eucaristía, nos dio la gran lección dehumilde servicio lavando los pies a sus apóstoles, yles constituyó a ellos sacerdotes mediadores de suPalabra, de sus sacramentos y de su salvación.

Textos para la celebraciónÉx 12, 1-8. 11-14 Prescripciones sobre la cena

pascual.Sal 115 «El cáliz que bendecimos es la comunión

de la sangre de Cristo».1 Cor 11, 23-26 «Cada vez que comen del pan y

beben del cáliz, proclaman la muerte del Se-ñor».

Jn 13, 1-15 «Los amó hasta el extremo».

Monición de entrada.

Somos un pueblo sacerdotal convocado por elSeñor. Nos hemos reunido para recordar y revivirlos gestos de Jesús. Esta tarde es una tarde quellamamos «santa». No sólo decimos que es jue-ves, hoy es Jueves Santo. Comenzamos la cele-bración de las cosas santas, lo más importante dela vida de la Iglesia, «nación consagrada», «pue-blo de su propiedad». Celebramos el Misterio deJesús en su entrega, muerte y resurrección. Jesússe sienta a la mesa con sus discípulos, les lavarálos pies y como testamento suyo les mandará, quese amen y hagan también ellos lo que él, el Señorles ha hecho.

Mandamiento del amor fraterno, institución dela Eucaristía, inicio de la participación sacramentalen el único sacerdocio de Cristo. Esto es lo hoycelebramos. Con grande fe participemos de nuestracelebración.

Monición al canto del gloria.Cantemos ahora, el himno de alabanza y acción

de gracias al Padre celestial porque nos ha dado a suHijo que ha quedado con nosotros en el don de laEucaristía y nos ha regalado el don del sacerdocio.En señal de este gozo se tocarán las campanas ycallarán al final hasta desbordarse de alegría en lanoche de pascua.

Monición a las lecturas

Esta noche, memorial de la Pascua del Señor,escucharemos, en primer lugar, el relato de laPascua del pueblo judío, anuncio de la única ydefinitiva Pascua: la de Cristo. Y en la segundalectura, san Pablo, iluminado por el Espíritu Santo,nos presentará el sentido de la entrega del Señor ysu presencia viva y unificante entre nosotros, cadavez que celebramos la Eucaristía. Escuchemos laPalabra de Dios con fe y disposición a seguir susenseñanzas.

Monición al Evangelio.

San Juan empieza su libro de la pasión-gloria deJesús con el relato de la Última Cena, en él presentaa Jesús lavando los pies a sus discípulos, en lugar dela institución de la Eucaristía como los evangeliossinópticos. A partir de ahora, Juan nos narra losmomentos de intimidad que Jesús, sabiendo «que lehabía llegado la hora», reserva en exclusiva para lossuyos. El lavatorio de los pies muestra la actitud dehumilde servicio que exige el cumplimiento delnuevo mandamiento del amor, que Jesús da a susapóstoles.

En torno a la homilía.

En este Jueves Santo nuestra atención quierecentrarse en la pregunta que Jesús dirige a susdiscípulos después del lavatorio de los pies: ¿Com-prenden lo que he hecho con ustedes? Esta preguntase refiere, desde luego, a la acción que Jesús acaba-ba de ejecutar al ceñirse la toalla y ponerse derodillas ante sus apóstoles para lavarles los pies.

Sin embargo, esta pregunta va más allá y atravie-sa toda la economía de la salvación: ¿Comprendenlo que he hecho con ustedes y por ustedes? Es decir,¿comprenden que Dios amó a los hombres y envió

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a su Hijo en propiciación por sus pecados? ¿Com-prenden que el Padre me ha envidado para queustedes tengan vida?

Nos encontramos a punto de iniciar «la hora deJesús», el momento de su testimonio definitivo deamor por el Padre y los hombres. ¡De qué maneratan profunda cobran significado los ritos de la cenade pascua que nos narra el libro del Éxodo en laprimera lectura: la familia judía se reunía paracelebrar la alianza del Señor, para recordar degeneración en generación que el amor de Dios eseterno!

Pablo en la carta a los corintios recoge el relatomás antiguo de la Eucaristía: ¡con qué veneraciónlo considera y lo transmite: ¡aquello que yo herecibido, que procede del Señor, se lo transmito!Hoy, por tanto, todo nos invita a una reflexiónprofunda sobre el amor eterno que Dios nos hatenido en su Hijo Jesucristo.

Abuelita, ¿puedo lavarte los pies?

Se acercó a mí un señor joven, traía de la manoa su hija más pequeña, de unos 5 ó 6 años y me decía:esta Semana Santa he estado pensando en mispapás. Si todavía vivieran, celebrarían su cumplea-ños noventa y dos, nacieron en marzo de 1918. Unade las memorias favoritas de mi mamá fue cuandomi sobrina Joanna, que tenía 8 años, le pidió:«Abuelita, ¿puedo lavarte los pies?» Sorprendida,mi mamá dijo, si, y Joanna trajo un tazón de aguacaliente y una toalla. Fue lindo ver la expresión enla cara de mi mamá. Como si todas sus preocupa-ciones y angustias se fueran. Mientras Joanna seca-ba sus pies, ella parecía totalmente relajada.

En el evangelio de este día, Jesús lava los pies asus amigos. Trajo alivio físico, pero algo más. Jesúsles dice a sus discípulos: «El que se ha bañado nonecesita lavarse más que los pies». El baño comple-to refiere al bautismo. Lavarse los pies refiere a unalimpieza postbautismal que trae alivio y liberación.Para nosotros los católicos, el Sacramento de Re-conciliación es una limpieza postbautismal. Peroesa limpieza puede sucederse en otras formas, porejemplo en la Vigilia Pascual cuando renovamosnuestras promesas bautismales.

Después de lavar los pies a sus discípulos, diceque ha dado ejemplo para nosotros. Este día quisie-ra hacer una sugerencia. Tal vez hoy puedes decir a

tu esposa, a tu esposo, «Querida, querido, ¿puedolavarte los pies?» Y después de lavar cada pie,¡bésalo!, como haremos con los que representan alos doce. Si lavas los pies a tu señora, a tu esposo,experimentarán una intimidad bella. Y ¿no seríaalgo maravilloso que un joven, una muchacha,pueda lavar los pies a sus papás o abuelitos ohermanos?

Es muy significativo que Jesús lava los pies a susdiscípulos antes de celebrar la Eucaristía con ellos.Los preparó para participar en aquella primeramisa. Nos da un ejemplo de cómo debemos prepa-rarnos para participar en estos misterios. Necesita-mos la limpieza bautismal de una buena confesióno al menos un buen acto de contrición, como tene-mos en el rito penitencial. Y podemos lavarnos lospies unos a los otros para liberar al otro de suscargos y angustias. Como Jesús nos dice: «Les hedado un ejemplo, para que lo que yo he hecho conustedes, también ustedes lo hagan».

Monición al lavatorio.

(Después de la homilía, mientras se dispone el celebrante)

Jesús, el día antes de su pasión, mientras cenabacon sus discípulos, se levantó de la mesa y les lavólos pies. Aquél era un signo de todo lo que su vidahabía significado: su vida al servicio de los demás.Ahora, el sacerdote que preside nuestra celebra-ción, repetirá el gesto de Jesús. Porque cada uno denosotros, y la Iglesia entera, tenemos la mismamisión de Jesús: amar y servir sin condición.

Oración de fieles.En esta tarde (noche) santa en la que Cristo lavo los

pies de sus discípulos para darles ejemplo decaridad fraterna; oremos, hermanos, a Dios nues-tro Padre, por nuestro bien y por la salvación detodos los hombres, diciendo...

R. Te rogamos, óyenos1. Por la santa Iglesia de Dios, dividida a causa de

nuestros pecados, para que Cristo en su miseri-cordia la congregue en la unidad. Roguemos alSeñor.

2. Para que todos los obispos y los presbíterosconserven vivo el espíritu del sacerdocio, ladoctrina, el celo y la piedad. Roguemos al Señor.

3. Para que todas las Iglesias cristianas alcancen la

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unidad y puedan compartir la misma mesa de laEucaristía. Roguemos al Señor.

4. Por los que estamos aquí reunidos, para que elSeñor que lavó los pies de sus discípulos, nosconceda imitar su ejemplo de servicio y amor alos hermanos. Roguemos al Señor.

5. Para que, a ejemplo del Señor, aprendamos aservirnos unos a otros con amor fraterno y hu-mildad. Roguemos al Señor.

6. Para que todos nosotros vivamos la Eucaristíacomo una real comunión con aquel amor que elSeñor nos encomendó. Roguemos al Señor.

Infunde, Padre, el Espíritu de Jesús en nuestroscorazones, para que celebrando con amor suPascua, así sepamos amar como él nos amó,hasta el final. Te lo pedimos por él, que contigovive y reina por los siglos de los siglos.

Monición a la procesión.

(Después de la oración después de la Comunión)

Ahora vamos a proceder a la reserva solemne delCuerpo de Cristo para la comunión de mañana.Durante algunas horas de la noche adoraremos elgran don de la Eucaristía, agradezcamos su presen-cia amorosa entre nosotros. Mañana por la tarde,nos volveremos a reunir para celebrar la Pasión yMuerte de nuestro Redentor, en espera de la grancelebración pascual.

VIERNES SANTO

Introducción.La liturgia del Viernes Santo es muy peculiar: es

el único día del año en que la Iglesia no celebra laEucaristía, y sólo en la parte final de la celebraciónse distribuye la comunión. Podemos decir que sihabitualmente la parte central de la Eucaristía es laconsagración, hoy lo va a ser la presentación y laadoración de la cruz.

El Viernes Santo, es el día en que la Iglesia secongrega para meditar en la Pasión de su Señor y ensu Cruz; al mismo tiempo, descubre su propionacimiento del costado de Cristo atravesado por lalanza del soldado. Sabe bien la Iglesia que Cristo,dormido en la Cruz, intercede por la salvación detodos los hombres.

Jesús abraza la cruz por amor a los crucificadosy a los crucificadores. Jesús ruega y confía en elamor misericordioso y perdonador de su Padreamado. El perdón es una de las expresiones másgrandes del amor, pues deja libre a la persona y lainvita a restablecer la relación rota. La prueba deamor más grande es dar la vida por el amigo y¡cuánto más, darla por el enemigo!

Textos para la celebración.

Is 52, 13-53, 12 Cuarto cántico del Siervo delSeñor. «Él fue traspasado por nuestras rebelio-nes».

Sal 30 «Padre, en tus manos encomiendo mi espí-ritu».

Hb 4, 14-16; 5, 7-9 «Experimentó la obediencia yse convirtió en causa de salvación eterna paratodos los que le obedecen»

Jn 18, 1-19. 42 Pasión del Señor.

Monición antes de la entradadel Celebrante.

Nos hemos reunido en esta tarde en torno a Jesús,que camina hacia la cruz. El vivió la vida enteracomo un gran acto de amor a nuestro Padre celestialy nos invita a vivir la ternura inagotable del Padre.Y ahora lo han detenido, lo han torturado, lo hancondenado a morir en el suplicio de los malhecho-res, allá en las afueras de Jerusalén.

Hay mucho mal en nuestro mundo y en cada unode nosotros y por eso muere Jesús. Hoy al contem-plar la entrega de Jesús, queremos renovar nuestrafe en Él, a pesar de nuestras infidelidades, nosotroscreemos en Jesús. La celebración de esta tarde nosdispondrá para celebrar el memorial de Jesucristomuerto y resucitado, en la solemne Vigilia Pascual.

Iniciemos ahora nuestra celebración, en silen-cio, con el corazón orante ante el Señor.

(El sacerdote se postrará como signo de dolor por la muerte deCristo y nosotros reverentemente nos arrodillaremos y orare-mos en silencio).

Monición a las lecturas.Las grandes lecturas de la liturgia de hoy giran

en torno al misterio central de la cruz, un misterio

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que ningún concepto humano puede expresar ade-cuadamente. Pero las tres aproximaciones bíblicastienen algo en común: que el milagro inagotable einefable de la cruz se ha realizado «por nosotros».El siervo de Dios de la primera lectura ha sidoultrajado por nosotros, por su pueblo; el sumosacerdote de la segunda lectura, a gritos y conlágrimas, se ha ofrecido a sí mismo como víctima aDios para convertirse, por nosotros, en el autor dela salvación; y el rey de los judíos, tal y como lodescribe la pasión según san Juan, ha «cumplido»por nosotros todo lo que exigía la Escritura, parafinalmente, con la sangre y el agua que brotó de sucostado traspasado, fundar su Iglesia para la salva-ción del mundo.

Monición antes de la aclamaciónpara la lectura de la pasión

Como momento central de nuestra celebraciónvamos a escuchar ahora con profunda fe, reveren-cia y devoción, el relato de la Pasión y Muerte deJesús. En El, en su cruz, reconocemos la presenciasalvadora y victoriosa del amor inagotable de Dios.Nos disponemos cantando la aclamación.

En torno a la homilía.

Jesús acepta libremente el amor redentordel Padre. En el cuarto cántico del siervo deYahveh leemos: «Maltratado, voluntariamente sehumillaba y no abría la boca». Queda patente puesla libre decisión del siervo de ofrecerse en rescatepor sus hermanos. Jesús, prefigurado en el cánti-co, acepta de modo libre y voluntario la misión quele ha correspondido en la salvación de los hom-bres. Podemos decir que hay un perfecto «acuer-do» entre el amor del Padre y su designio redentor,y el amor de Cristo y su plena disponibilidad alsacrificio.

El cristiano está invitado a aceptar libremente lavoluntad de Dios sobre él como un camino deredención y salvación. Es necesario mirar a Cristoy ver su hoja de ruta, su ejecutoria, para darse cuentaque la voluntad de Dios no es fácil de comprender,ni de vivir con fidelidad; sin embargo, no cabe dudaque es una voluntad salvífica. «Dios quiere quetodos los hombres se salven». Cuando nos resisti-mos a aceptar la voluntad de Dios, sobre todocuando ésta supone sacrificio, dolor y muerte, nosresistimos también a aceptar su amor.

Jesús es entregado según el preciso designiode Dios. Es un misterio el designio preciso de Diospor el que Jesús es entregado al sufrimiento y a lamuerte. «La muerte violenta de Jesús no fue frutodel azar, en una desgraciada constelación de cir-cunstancias. Pertenece al misterio del designio deDios, como lo explica san Pedro a los judíos deJerusalén ya en su primer discurso de Pentecostés:«fue entregado según el determinado designio yprevio conocimiento de Dios» (Hch 2, 23). Estelenguaje bíblico no significa que los que han «entre-gado a Jesús» (Hch 3, 13) fuesen solamenteejecutores pasivos de un drama escrito de antemanopor Dios».

Es preciso que cada cristiano descubra en supropia vida el «designio preciso de Dios», que lomedite en su corazón, que se adentre en la voluntadsalvífica del Padre y que, como Cristo, preste supleno consentimiento a la misión que se le enco-mienda. Cada uno tiene su tarea en la vida, tiene sumisión que debe cumplir. Misión ardua, pero que sise realiza mirando a Cristo e imitándolo, se con-vierte en misión fecunda y plena de satisfacciones.No temamos la cruz que el Señor nos regala, pueses una cruz de amor. No temamos los golpes deDios, pues son golpes de amor.

Hemos iniciado la Pascua. Hoy, viernes, ya esPascua. Hemos celebrado ya el «primer acto» de laPascua, con la mirada puesta, eso sí, en el segundo,que será su resurrección. Ese Jesús muerto en laCruz resucitará. Igual que hoy hemos escuchado elrelato de su Pasión, mañana por la noche nosreuniremos otra vez para la Vigilia Pascual y escu-charemos el evangelio más importante de todo elaño: el de la Resurrección.

Así completaremos la celebración de la Pascua,que es un doble movimiento: a través de la muerte,Jesús ha pasado -y nos quiere hacer pasar a noso-tros- a la vida nueva de Resucitado.

Y al resucitar, Jesús dará sentido para siempreal sufrimiento humano. Pascua es muerte y victo-ria a la vez. Con su muerte ha destruido nuestramuerte: no porque no vayamos a morir, sino por-que ha dado sentido al dolor y a la muerte, unsentido de salvación y de amor. También paranosotros el dolor y la muerte son un misterio, noentendemos del todo su sentido, pero la Pascua deJesús nos indica que en los planes de Dios todo

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tiene un destino de victoria. La última palabra noes la muerte. Sino la vida.

Miremos, hermanos, a esta Cruz de Cristo. Me-ditemos en su sentido. Después de unos momentosde silencio, nos acercaremos a esta Cruz para besar-la y adorar a Cristo Jesús, agradeciéndole su sacri-ficio y su entrega. Y participaremos también, en lacomunión, de su Cuerpo entregado, para que luego,en nuestra vida, vivamos en su misma actitud deamor y de entrega.

Monición antes de la Oración universal.En el momento en que Cristo muere, y ya está

como Intercesor ante el Padre, la Iglesia presentasúplicas y plegarias por las necesidades de la Igle-sia, del mundo, de todos los hombres y mujeres.Porque existe esta plegaria universal el ViernesSanto, existe la que llamamos «Oración de fieles»en cada una de nuestras Eucaristías. Con esta so-lemne oración, toda la familia de Dios y toda lahumanidad son llevadas al pie de la cruz sobre lacual Cristo muere por todos.

Monición antes de la entrada de la cruzpara su adoración.

La cruz de Jesucristo es hoy el centro de nuestraasamblea. Por eso ahora la recibiremos solemne-mente, y manifestaremos nuestra fe y nuestro agra-decimiento a nuestro Salvador, porque Él ha muer-to por nosotros. Nos ponemos de pie.

Antes de la adoración de la cruz.

(Después del descubrimiento)

Ahora pasaremos a adorar a Cristo crucificado,cantaremos su victoria y confesaremos su divini-dad. «Tu Cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrec-ción alabamos y glorificamos, pues del árbol de laCruz ha venido la alegría al mundo entero».

(Indicar el modo de la adoración)

MIENTRAS SE TRAE EL SANTíSIMO DEL LUGAR DE LARESERVA.

Hoy no celebramos la Eucaristía. Hoy contem-plamos a Jesús muerto en la cruz, mientras espera-mos celebrar la Eucaristía de la Noche de Pascua.Se nos invita ahora, en esta tercera parte de nuestra

celebración, a acercarnos a la Mesa Celestial ycompartir el Pan de Vida eterna.

Pongámonos de pie para recibir al Señor que se nos dará comoalimento para asociarnos a su muerte y resurrección.

Despedida.Hemos celebrado la entrega total de Cristo hasta

la muerte. Correspondamos a ese amor prolongan-do en nuestros hogares un ambiente de recogimien-to, como lo piden estos días santos. Todo quedainiciado pero no concluido. El misterio completosólo será posible cuando mañana aclamemos alResucitado. Que nuestra vida sea una entrega totalcomo lo hizo Cristo.

VIGILIA PASCUAL

Introducción.«Según una antiquísima tradición, ésta es una

noche en honor del Señor, y la Vigilia que tienelugar en la misma, conmemorando la noche santaen la que el Señor resucitó, ha de considerarse comola madre de todas las santas Vigilias» (San Agustín,sermón 219).

Durante la Vigilia, la Iglesia espera la resurrec-ción del Señor y la celebra con los sacramentos dela Iniciación Cristiana. San Agustín nos dice: «Estan grande la Vigilia de esta noche, que ella solapodría reclamar para sí como propio el nombre quees común a las demás... Pasamos en vela la noche enque el Señor resucitó y en la que inauguró paranosotros en carne aquella vida en que no habrán nimuerte ni sueño».

Esta noche es de vigilia en la cual esperamos elregreso del Señor, porque sabemos que prontovendrá, de noche, para hacernos entrar en el ban-quete de sus eternas bondades. Esperémoslo velan-do, cobrando ánimo al vivir los signos expresivospor una columna de fuego, huye de Egipto hacia latierra promisión, cruzando a pie el mar Rojo, figuradel bautismo, donde perece el ejército del faraónque les perseguía.

Textos para la celebraciónGn 1, 1-31; 2, 1-2 «Dios vio todo lo que había

hecho; y era muy bueno»

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Gn 22, 1-8 Sacrificio de Abrahán, nuestro padre enla fe.

Éx 14, 15-15, 1 «Los israelitas entraron en mediodel mar».

Is 54, 5-14 «Con misericordia eterna te quiere elSeñor»

Is 55, 1-11 «Vengan a mí y vivirán»Bar 3, 9-15. 32-4,4 Camina a la claridad del

resplandor del Señor.Ez 36, 16-28 «Les daré un corazón nuevo y les

infundiré un espíritu…» *****

Rm 6, 3-11 «Cristo, una vez resucitado, ya nomuere más».

Sal 117 «Den gracias al Señor porque es bueno».Lc 24, 1-12 «¿Por qué buscan entre los muertos al

que vive?»

Monición de entrada.

(Mientras se está esperando a los ministros y la asamblea estácongregada en torno a la fogata)

En esta noche nos hemos reunido para esperar elnuevo día con la Resurrección del Señor. El tránsitode las tinieblas a la luz nos hace recordar las hazañasque Dios realiza al pasar entre nosotros: es laPascua, es el paso del Señor.

En una noche el pueblo de Israel fue liberado delas tinieblas de la esclavitud, mientras cenaban laprimera cena pascual: la sangre del cordero, quemarcaba los dinteles de las puertas, prefigurando lasangre de Cristo, fueron salvados de la muerte.

Guiados hermanos serán liberados del pecado,bañados en las aguas del bautismo, y nosotrosmismos, compartiendo la cena del Cordero, vivire-mos el gozo de la resurrección de Cristo.

Cristo, de igual modo, atraviesa victorioso lasaguas amargas de la muerte, pasa a la luzesplendorosa de su Resurrección, abriendo caminopara que se salvara todo el que creyera en Él. Estaacción salvadora, Dios Padre la realiza hoy paranosotros que creemos en Cristo, su Hijo predilecto.

Monición al ornato del Cirio PascualEl Cirio representa a Cristo resucitado. El sacer-

dote graba en el Cirio una cruz. Pone la letra Alfa yOmega que son la primera y ultima letra del abece-dario griego, porque Jesús es el Principio y el Fin detoda la creación.

Después graba las cifras de este año, porqueCristo salva a los hombres de todos los tiempos.Cristo es de ayer, de hoy y de siempre.

Luego pone 5 granos de incienso que represen-tan las llagas de la Pasión, sacrificio de olor agrada-ble que Cristo hace subir hasta el cielo.

Y finalmente se encenderá el Cirio con el fuegonuevo, para significar a Cristo resucitado que noscomunica su luz y su vida.

Procesión con el Cirio

(Mientras se prepara la procesión)

Ahora el Cirio será llevado cerca del ambón ensolemne procesión. Jesús ha dicho: «Yo soy la luzdel mundo». El sacerdote (o el diácono, si lo hay)dirá tres veces: LUZ DE CRISTO… Y nosotrosresponderemos: DEMOS GRACIAS A DIOS.

Para encender nuestras velas del Cirio espera-mos hasta después de la segunda aclamación. To-mamos la luz de la flama del Cirio para indicar quela luz única de Cristo se difunde entre nosotros.

Monición antes del Pregón Pascual.

(Mientras se prepara para el canto del Pregón)

El corazón de la Iglesia al verse iluminada por elresplandor de tanta luz, estalla en un himno dealegría y de acción de gracias, pregonando lasmaravillas que Dios realizó y va a realizar estanoche. Unámonos en un profundo silencio de ora-ción y alabanza al escuchar el Pregón de la Pascua.

Monición a las lecturas.

(Primera opción)

Es el momento de recordar y proclamar lasmaravillas hechas por Dios a los largo de la historia.Es el momento de comprobar que Dios no sóloactúa esta noche, sino que actuó desde siempre ydesde siempre estuvo aliado del hombre, creado asu imagen. Escuchamos la proclamación de lospasajes más bellos de la Biblia, aquellos en los queDios es Dios y llama al pueblo ha ser su pueblo. En

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una escucha impregnada de oración, como recono-cimiento de la obra de Dios en favor nuestro.

Monición a cada lectura.

(Segunda Opción)

Lecturas del Antiguo Testamento

1a. Lectura.

Comenzamos las lecturas de esta noche con unamirada amorosa hacia todo lo que existe y hacianosotros mismos. Es la mirada amorosa de Dios,que crea el mundo y lo pone en nuestras manoscomo un gran don de su bondad.2a. Lectura.

Escucharemos ahora una historia dramática.Abraham está dispuesto a sacrificar a Dios supropio hijo. Dios, que quiere la vida y no la muerte,no aceptará aquel sacrificio. Pero Abraham serápara siempre, para todos, el modelo de la fe y lafidelidad.

3a. Lectura.

Nuestro Dios es el Dios que está a favor de losdébiles, el Dios que se manifiesta acompañando loscaminos de liberación. En el relato que vamos aescuchar, Israel, el pueblo esclavo, es arrancado porDios del poder del faraón.

4a. Lectura.

Esta noche, en nuestra celebración, van a reso-nar ahora las palabras de los profetas. Isaías hablaen nombre de Dios y anuncia a su pueblo, a todosnosotros, la ternura del Padre del amor.

5a. Lectura.

Las palabras de los profetas son siempre unanuncio del amor de Dios, pero son también unallamada a no olvidar al Señor.

6a. Lectura.

El profeta Baruc nos muestra claramente dóndeestá la fuente de la sabiduría para los que siguen loscaminos de Dios.

7a. Lectura

Sólo en Dios encontraremos vida. Y ahora, en laultima lectura del Antiguo Testamento que escu-charemos, el propio Dios nos anuncia que vendrápara borrar el mal que hay en nosotros, para trans-formarnos, para darnos nueva vida.

Monición al canto del Gloria.Hemos escuchado las lecturas del Antiguo Tes-

tamento, la larga historia que nos ha preparado parala vida nueva en Cristo Jesús. Ahora, antes deescuchar el anuncio de la vida nueva, cantemos yalabemos a nuestro Dios, y a Jesucristo, el únicocamino, la única verdad, el único Señor. Las cam-panas romperán su silencio para cantar la alegríadel triunfo del Señor.

Monición a La epístola.San Pablo nos indica el significado del misterio

pascual: muerte y resurrección de Cristo y resurrec-ción de los bautizados que se unen a Cristo.

Monición antes del canto del AleluyaHa llegado el momento de proclamar el gran

anuncio que renueva toda la historia. Es el anunciode la vida para todos. Por eso ahora, antes deescucharlo, proclamaremos con el canto de alaban-za gozosa el Aleluya. Nos ponemos de pie.

En torno a la homilía.«Esta misma noche será una noche de

guardia en honor del Señor... por todaslas generaciones»

(Ex 12,42).

En esta noche santa celebramos la Vigilia Pascual,la primera, más aún, la «madre» de todas la vigiliasdel año litúrgico. En ella, como canta varias vecesel Pregón, se recorre el camino de la humanidad,desde la creación hasta el acontecimiento culmi-nante de la salvación, que es la muerte y resurrec-ción de Cristo.

La luz de Aquél que «resucitó de entre losmuertos: el primero de todos » (1 Co 15, 20) vuelve«clara como el día» (cf. Sal 138, 12) esta nochememorable, considerada justamente el «corazón»del año litúrgico. En esta noche la Iglesia enteravela y medita las etapas importantes del la interven-ción salvífica de Dios en el universo.

«¿Por qué buscáis entre los muertos al quevive? No está aquí: HA RESUCITADO». Todolo que la Iglesia celebra desde ayer viernes, esdecir, la Pasión y Muerte de Jesús –por mucho quese mire con los ojos del Jueves Santo, es decir, con

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los ojos del amor y de la entrega por los amigos(«Yo soy el buen pastor que da la vida por lasovejas», nos decía Jesús)– todo eso de nada sirvesi no se hubiera proclamado el anuncio de laResurrección de Cristo.

En la escena que acabamos de escuchar, sanLucas trata de recrear la primera vez que se oyó laproclamación de este anuncio, la primera vez queestas palabras rompieron el silencio de la noche ydejaron oír su eco en todos los rincones del mundo:¡Cristo ha resucitado! Los oídos de aquellas muje-res se abrieron ante tan impresionante anuncio, loscaminos se llenaron de la luz de estas palabras, lassombras de las casas de Jerusalén se llenaron de lafuerza de este anuncio, los corazones de los apósto-les quedaron impactados por la novedad de estaspalabras pronunciadas por los ángeles y quedaron,por primera vez, llenos de fe. El primer anuncio, yla primera fe. La primera vez que los hombres seabrieron a la fe cristiana.

«No está aquí. Ha resucitado». Esta descon-certante noticia, destinada a cambiar el rumbo de lahistoria, resuena desde entonces de generación engeneración. Esta buena noticia, esta noticia antiguay siempre nueva, resuena hoy una vez más en estaVigilia pascual, la madre de todas las vigilias, aquíy por toda la tierra. ¡¡Cristo vive!! Este es el centrode nuestra fe, este es el centro de la fe de la Iglesia,que hoy anunciamos con renovada alegría. Dios haresucitado al Señor de entre los muertos y le haconstituido Señor de cielos y tierra.

En esta Noche Santa ha nacido el nuevo pueblode Dios, la Iglesia, con el cual Dios ha sellado unaalianza eterna con la sangre del Verbo encarnado,crucificado y resucitado. Toda la tierra exulta yglorifica al Señor. Ante los ojos de una humanidadalejada de Dios brilla la luz de Cristo Resucitado.La muerte ha sido vencida, el pecado ha sidoborrado, la humanidad ha quedado reconciliada.Por la Resurrección de Jesucristo todo está revesti-do de una nueva vida.

Dentro de unos instantes renovaremos las pro-mesas de nuestro Bautismo, volveremos a renun-ciar a Satanás y a todas sus obras para seguirfirmemente a Dios y sus planes de salvación. «Porel bautismo -nos recuerda el apóstol Pablo- fuimossepultados con Él en la muerte, para que, así comoCristo fue despertado de entre los muertos por la

gloria del Padre, así también nosotros andemos enuna vida nueva».

Confesemos de verdad nuestra fe en el PadreDios, en su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo y ennuestra madre la Iglesia. Rechacemos una vez másy sin temor toda clase de mal en nuestras vidas. Queeste compromiso no quede en nosotros mismos, enla esfera de nuestra vida privada. Que de palabra y,sobre todo, con nuestro testimonio de vida ayude-mos a que cuantos están cerca de nosotros se sientanestimulados al encuentro con el Resucitado.

Que María, Madre de la Iglesia, nos enseñe asalir al encuentro del Hijo Resucitado por quientodos los hombres y mujeres están invitados a lanueva vida en Dios. ¡Cristo ha resucitado, resucite-mos nosotros con El! ¡Aleluya!

Liturgia bautismal.

(Si hay bautismos).

Esta noche de la Resurrección del Señor, es lanoche en la que los cristianos nacemos también a lavida nueva de Cristo resucitado: es la noche en laque celebramos y renovamos el Bautismo, que noshace hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y fuertescon la fuerza del Espíritu Santo. Dispongámonos acelebrar el Don del agua que nos transforma ennuevas creaturas.

(Si no hay bautismos).

En esta noche santa de la Resurrección de NuestroSeñor, renovaremos nuestras promesas bautismales.El Bautismo nos ha incorporado a Cristo y hemosmuerto al pecado para vivir la vida nueva de los hijosde Dios en comunión con Él por la gracia santificantey los dones del Espíritu Santo. Ahora, se bendecirá elagua y seremos rociados con ella, en recuerdo delagua de nuestro Bautismo. Procuremos respondercon viva voz a la renuncia al pecado y a la profesiónde fe. (Encendemos nuestros Cirios).

Monición a las ofrendas.Llegamos al momento central de nuestra cele-

bración, de nuestra fiesta de esta noche. Jesúsresucitado se hará presente entre nosotros con aque-llos signos que Él nos dejó: el pan y el vino. Conalegría, con agradecimiento, dispongámonos a ce-lebrar la Eucaristía de la Pascua.

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DOMINGO DE PASCUA:SOLEMNIDAD DE LA

RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Introducción.El Tiempo Pascual comprende cincuenta días,

vividos y celebrados como un solo día: «Los cin-cuenta días que median entre el domingo de Resu-rrección hasta el domingo de Pentecostés se han decelebrar con alegría y júbilo, como si se tratara deun solo y único día festivo,como un gran domingo»(NUALC 22).

Es un espacio, el más «fuer-te» de todo el año, que seinaugura en la Vigilia Pascualy se celebra durante siete se-manas, hasta Pentecostés. Esla Pascua de Cristo, el Señor,que ha pasado a su existenciadefinitiva y gloriosa. Es laPascua también de la Iglesia,su Cuerpo, que es introducidaen la Vida Nueva de su Señorpor medio del Espíritu queCristo le dio el día del primerPentecostés.

Las celebracioneslitúrgicas de esta Cincuentenaexpresan y nos ayudan a vivir el misterio pascualcomunicado a los seguidores de Cristo.

Textos para la celebraciónHch 10, 14a. 37-43 «Nosotros hemos comido y

bebido con él después de su resurrección»Sal 117 «Este es el día en que actuó el Señor».1 Co 3, 1-4 «Busquen los bienes de allá arriba,

donde está Cristo»Opcional 1 Co 5, 6-8SecuenciaJn 20, 1-9 «Él había de resucitar de entre los

muertos».Opcional Lc 24, 1-12Por la tarde Lc 24, 13-35

Monición de entrada.Al iniciar la celebración del tiempo de Pascua,

finalizamos la práctica de sacrificios, paraconcienciarnos de que nuestro Señor ha rotoverdaderamente las cadenas de la muerte. Lahistoria de Jesús no tuvo un fin trágico segúnvimos el Viernes Santo, así pues, él ya no estámuerto, lo cuál nos indica, queridos hermanos,que, ahora, más que nunca, hemos de esforzarnospor estar en su presencia, para celebrar la Pascua,la Ascensión de nuestro Señor, y la recepción del

Espíritu Santo, en la celebra-ción de Pentecostés.

Monición al canto delGloria.

En este Domingo de Pascua,entonemos (o recitemos) el«Gloria», porque sabemos quenuestro Padre común nos perdo-nará nuestras transgresiones enel cumplimiento de su Ley, yque Él escuchará las peticionesque, individual y colectivamen-te, elevaremos al cielo.

Monición a las lecturas.

(Primera opción)

El mensaje central de estafiesta de Pascua se centra en Jesús resucitado. Ellibro de los Hechos de los Apóstoles, por medio dela voz de San Pedro nos hace un resumen de lamisión de Jesús. San Pablo en la segunda lecturanos habla de las consecuencias que se derivan de laResurrección de Jesús. Y san Juan en su Evangelio,nos presenta las diferentes evidencias y reaccionesde todos los que pretenden encontrar al Maestroresucitado.

Monición antes del Aleluya.En verdad ha resucitado el Señor, Aleluya. Lle-

nos de inmensa alegría por el triunfo de Cristo,sobre el pecado y la muerte, cantemos el Aleluya dela Pascua, porque «este es el día que ha hecho elSeñor».

(Segunda opción)

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Monición a cada lectura.Primera lectura.

Al escuchar el testimonio de la vida, obra, Pa-sión, muerte y Resurrección de Jesús que San Pedropronunció ante el centurión Cornelio y sus familia-res, amigos y esclavos, reflexionemos sobre sinuestro Señor influye en nuestra vida, así pues, ¿nosha servido la vivencia de la celebración de losprincipales misterios de nuestra fe para que inten-temos ser mejores personas cristianas? ¿Desapro-vecharemos lo que hemos aprendido en estos díaspara sumirnos en nuestra pesada rutina?Salmo responsorial.

No moriremos en nuestros pecados, así pues,comprometámonos en esforzarnos en convertirnosa nuestro señor, y, tal como vimos el II domingo deCuaresma al meditar la Transfiguración de Jesús,pidámosle al hijo de María que nos transfigure yconfigure a su imagen y semejanza espiritual.Segunda lectura.

Vivamos con los pies firmes en la tierra y miran-do al cielo, nuestro futuro hogar. Actuemos como side ello dependiera nuestra futura salvación.

Al evangelio.

Quizá estamos demasiado acostumbrados a te-ner a Jesús Resucitado entre nosotros, que somosincapaces de valorar la forma en que Él nos redi-mió. La Trinidad Beatísima no es un producto denuestra fantasía, así pues, Dios existe, y, nuestroPadre común, ha resucitado a nuestro HermanoJesús, el cual, al final de los tiempos, cuandohayamos sido debidamente purificados, nos harácopartícipes de su Reino. Cristo es el Cordero deDios que quita el pecado y el dolor del mundo, asípues, inspirémonos en su vida, su obra, su mensajey su vivencia de su Pasión y Resurrección, paraempezar a sentir que Dios nos ama, y por ello nossalva a través de nuestras experiencias buenas yadversas.

En torno a la homilía.Al celebrar la Resurrección de nuestro Señor,

concluimos la Semana Santa, y empezamos a vivircon gran alegría el tiempo de Pascua. Es imprescin-dible que creamos que nuestro Señor ha resucitadode entre los muertos, pues, durante las próximas

semanas, no sólo meditaremos sobre este hechotrascendental, sino que también aumentaremosnuestra fe con respecto a la Parusía -o la segundavenida- de Cristo a nuestro encuentro, para concluirla instauración del Reino de Dios en el mundo. Esimportante que estemos tan pendientes de las cele-braciones pascuales como lo hemos estado de lascelebraciones cuaresmales que concluimos en esteprimer día en que celebramos la Resurrección delMesías.

Cristo resucitado, objeto de transformación.Hay una relación estrechísima entre resurrecciónde Jesucristo y transformación del hombre. Cristo,hombre perfecto, es el primer transformado al serresucitado por Dios, llegando a ser un hombretotalmente penetrado por el Espíritu. San Pablo noshabla de la transformación ética, que comporta laexperiencia de Cristo resucitado, una transforma-ción que toca las raíces mismas del hombre: lasinceridad y la verdad. A su vez, el hombre transfor-mado por Cristo resucitado, es capaz de transfor-mar a otros, como la levadura es capaz de hacerfermentar toda la masa. Esta transformación ética ymisionera se fundamenta en la transformación inte-rior, operada por el Espíritu de Cristo, que hace detodo el que ha experimentado a Cristo resucitado unhombre enteramente espiritual, impregnado delEspíritu.

Experimentar a Cristo resucitado. La expe-riencia se hace o no se hace, se tiene o no se tiene.No puedes mandar un representante para que hagala experiencia por ti. El cristianismo es una fe, peropenetrada por una experiencia vital, a fin de que lafe no decaiga. La experiencia viva de Cristo resuci-tado la puede hacer cualquier cristiano. Puesto quees un don que Dios concede, lo primero que habráque hacer es pedirla. ¡Qué mejor día que el domingode Pascua para pedir al Señor la gracia de estaexperiencia! El cristiano puede disponerse a recibirel don de esta experiencia, mediante el desarrollo deuna sensibilidad espiritual creciente. Al contactocon Dios, el hombre va gustando a Dios y las cosasde Dios, va adquiriendo una mayor capacidad deescucha y de docilidad al Espíritu, va sintonizandomás con la fe de la Iglesia.

La vida como «paso»: morir-para-resurgir.La vida esta marcada por el movimiento, es uncontinuo «pasar». Desde el estado embrionario

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pasamos al de feto: morimos como embrión yresurgimos como feto. Si no sucediera esto, esta-ríamos ante la muerte verdadera. Del mismomodo, llegamos a niños sólo cuando dejamos elseno materno muriendo a la condición de feto. Ylo mismo cumple decir de todos los sucesivos«pasos».

Todo -el hombre, la naturaleza, la historia, elprogreso... - esta marcado por el signo del «pa-sar» desde una situación de partida a la siguien-te. Es precisoabandonar una po-sición («morir» aella) si queremosconquistar otra(«resurgir», asu-mir la nueva posi-ción): es una con-dición de vida, unaley a la que nadase sustrae. Lo quese define como«hi lemorf i smopascual», preten-diendo dar a en-tender que la pas-cua, concebidacomo «paso»,como un «morir-para-resurgir»,esta inscrito entodo, y nada sesustrae a su influjo.

Cada hombre, sea creyente o no, vive marca-do por la pascua. Con todo, existe un problema:¿no será acaso este continuo paso el indicio de uncarácter incompleto por parte del ser humano?¿Hasta cuándo continuará? ¿Tendrá un término?¿Nos conduce el último paso a la muerte defini-tiva (el fracaso) o a la vida que no termina, esdecir, a la plenitud?

El misterio de la Pascua de Cristo brinda unarespuesta a las preguntas del hombre. El SeñorJesús, con su resurrección, nos dice que el conti-nuo «pasar» no tiene como término final la muer-te, sino la vida. Y en la fiesta nos anticipa y noshace vivir, como primicia, el paso definitivo a lavida eterna.

Oración de fieles.Llenos de gozo por la Resurrección del Señor, purifi-

cados nuestros sentimientos y renovado nuestroespíritu, supliquemos con insistencia al Señor,diciendo:

R/. Rey vencedor, escúchanos.1. A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha

vencido la muerte y ha destruido el pecado: pidá-mosle que todos los cristianos sean siempre fielesa las promesas del bautismo que renovaron en la

noche santa de Pascua, roguemos al Se-ñor.2. A Cristo que, con su santa resurrecciónha hecho renacer a los nuevos hijos de laIglesia, engendrándolos por el agua y elEspíritu Santo: pidámosle que afirme enellos los dones que les ha concedido enesta pascua, roguemos al Señor.3. A Cristo que, con su gloriosa resurrec-ción ha abierto las puertas de su Reino alos que gemían en el abismo y ha otorga-do la vida al humano mortal: pidámoslepor todos los que sufren, roguemos alSeñor.4. A Cristo que, con su gloriosa resurrec-ción anunció la alegría a las mujeres, ypor medio de las mujeres a los apóstoles,y por medio de los apóstoles al mundoentero: pidámosle por los que nos hemosreunido para celebrar su triunfo, rogue-mos al Señor.

5. Añadir algunas intenciones particulares.Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por

los ángeles y los santos, y en la tierra eres enalte-cido y adorado por tu Iglesia; dígnate compadecer-te de este pueblo que tiene puesta toda su espe-ranza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas,inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

Monición de despedida.Volvamos a realizar nuestras actividades ordina-

rias comprometiéndonos a contagiar a nuestros fami-liares, amigos y compañeros de trabajo nuestra alegríapascual.

Este es el día del triunfo del Señor. ¡El Señor haResucitado! Debe ser también el día de los cristianos,porque nuestra vida debe ser ¡la Pascua!

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INTRODUCCIÓN:

Hermanos: El Vía Crucis es una oracióncontemplativa tanto personal como comunitaria, sufinalidad es configurar a los fieles con el espíritu deCristo el Hijo de Dios, muerto por nosotros, vivifica-dor y Señor de la historia.

En esta ocasión meditaremos el «VíaCrucis por los Sacerdotes» partiendode las palabras del Profeta Jeremías:«Les daré Pastores según mi corazón».Dios promete a su pueblo no dejarlonunca privado de Pastores que lo con-greguen y lo guíen. Lo dijo Juan PabloII en su Exhortación Apostólica a losSacerdotes.

La Iglesia Pueblo de Dios experimentasiempre el cumplimiento de este anuncioprofético y con alegría da continuamentegracias al Señor. Sabe que Jesucristo mis-mo es el cumplimiento vivo, supremo ydefinitivo de la promesa de Dios.

Yo soy el «Buen Pastor». Él, «el BuenPastor de las ovejas» encomienda a los Apóstoles y asus sucesores el ministerio de apacentar el rebaño deDios. La confianza total en la incondicional fidelidadde Dios a su promesa va unida en la Iglesia a la graveresponsabilidad de cooperar con la acción de Dios,rogando por los sacerdotes para sostener el ministerioy la vida espiritual de los mismos.

En el «Año del Sacerdocio» los invitamos a orarpor nuestros pastores con el «Vía Crucis por losSacerdotes».

Preparemos nuestro corazón para acompañar aJesús hacia la Cruz, junto a María, por los elegidos,esperanza del mundo: los sacerdotes. Pongámonos enla presencia del Señor:

En el nombre del Padre, del Hijo y del EspírituSanto

1ª ESTACIÓN:JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo

En la escena central Jesúses el Rey del Pueblo de Dios,pero su Reino no es de estemundo y reinará entre noso-tros desde el trono de la Cruz.

La Iglesia como germen yprincipio de su Reino, se co-munica en Cristo a los hom-bres, por medio de la identi-dad sacerdotal.

La tierna inclinación deJesús por sus Sacerdotes y suSacerdocio, lo mostró desdelos albores de su existencia,desde el instante en el cualformó en María los primerosrasgos de su humanidad.

En las últimas horas de su vida, Jesús tambiénrespeta a los sacerdotes que se han transformadoen sus jueces. Sus palabras graves y medidas y elcontenido humilde y modesto son suficiente tes-timonio de que Él ve en quienes lo condenan, unaautoridad superior. Se deja castigar, se inclina,perdona.

He aquí por qué el Sacerdote como su DivinoMaestro expuesto a las burlas, injurias y odios delmundo actual, tiene que apoyar su corazón en elAmor del Padre, en el amor de Jesús Sacerdote,eternamente vivo, Sacerdote del Altísimo, sin elcual no puede existir sacerdocio alguno.

Jesús para elevarles el ánimo a los Apóstoles,les da seguridad del amor de su Padre Celestial:«Mi Padre los ama». «Estas cosas les he dicho

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para que encuentren paz en mi. En el mundo ten-drán que sufrir, pero tengan confianza, yo he ven-cido al mundo».

Jesús es el compañero de ruta del Sacerdote en labúsqueda de hombres y mujeres para que, por suintermedio, ejerza su Sacerdocio en el tiempo y locontinúe eternamente en la gloria. (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Te damos gra-cias, Señor».- Por el don del Sacerdocio. Ore-mos...- Por nuestra comunidad que hoy sereúne para acompañar a Cristo por sus Elegi-dos, esperanza del mundo. Oremos...- Por lossacerdotes que sirven en nuestra parroquia yDiócesis. Oremos.

ORACIÓN: Mi Jesús sentenciado a muerte,fortalece a tus sacerdotes para que afronten todainjusticia por amor a Ti y a todos los hombres.(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

GUÍA: Corazón Sacerdotal de Jesús.TODOS: Santifica en tu amor a tus ungidos.GUÍA: Dulcísimo Corazón de María.TODOS: Te los confiamos con amor y fe viva.

Avanzamos cantando...

2ª ESTACIÓN:JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoLos soldados condujeron al Salvador a la plaza,

en donde unos esclavos echaron la Cruz a sus pies.Jesús se arrodilló, la besó y la cargó en sus hombros.Entonces comenzó la marcha triunfal del Rey dereyes.

Así el Sumo Pontífice revestido con la púrpurade la propia sangre, ceñida la frente con la coronaque los soldados del Pretorio han formado para Él,se adelanta con la majestad de su real Sacerdocio,seguido por un cortejo del pueblo, que lo acompañalentamente.

Conforma tu vida con el misterio de la Cruz delSeñor. Esta es la invitación que la Iglesia hace alPresbítero en el rito de la ordenación cuando se leentregan las ofrendas del Pueblo Santo para elSacrificio Eucarístico.

Juan Pablo II en una oportunidad les dijo a lossacerdotes: «Ustedes llevan el peso de la CruzMinisterial del Sacerdocio para mantener el con-tacto diario con los fieles.

Los exhortó a perseverar en este camino conánimo alegre y decidido. No cedan al desaliento.Nuestra obra no es nuestra sino de Dios.

¡Sacerdotes! Confíen en Cristo que los ha llama-do y les ha confiado sus propias ovejas». (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Escucha Señor nues-tra oración».- Para que los jóvenes de nuestrapatria, cuando estén solos, cuando la vida lesresulte difícil, no tengan miedo de cargar la Cruzpara buscar la fuerza y el camino de la verdad.Oremos...- Para cargar las cruces que nos oca-sionan nuestros hermanos. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús cargado con la Cruz, que

tus Sacerdotes amen tu Cruz y su cruz con locuradivina (Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

GUÍA: Corazón Sacerdotal de Jesús.TODOS: Santifica en tu amor a tus ungidos.GUÍA: Dulcísimo Corazón de María.TODOS: Te los confiamos con amor y fe viva. Avanzamos cantando...

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3ª ESTACIÓN:JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoJesús cae al suelo bajo la cruz; acepta toda clase

de humillaciones para la redención del mundo.Cuando tropezamos con nuestros pecados y

debemos levantarnos arrepentidos para continuarel camino, el Redentor del mundo se dirige anosotros sin palabras, pero con la mediación delSacerdote. Somos pecadores tanto en las faculta-des intelectuales como también en los sentidos, sehace sentir sin cesar una especie de desaliento y noobstante la gracia que nos eleva y el amor infinitoque nos atrae hacia lo alto, no cesamos de pecar.Siempre manchados nuevamente necesitamos serpurificados.

Y he aquí la obra del Sacerdote: abrir el corazóna la confianza y el amor del Salvador, hacer pene-trar en las almas el conocimiento de la misericordiade Jesús. Depositario de la Sangre, aplica estedivino remedio a las llagas del pecador, se enrique-ce con los méritos del Salvador y da formas yauxilios nuevos al alma purificada.

Qué afortunado el Sacerdote, ser maestro de lamisericordia. Su corazón se funde en el pecho porlos ardores de un amor indescriptible al sentirse conpoder para decir al pecador en nombre de Jesús,estas divinas palabras: «¡Yo te absuelvo!». (SILEN-

CIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Ten misericordiade nosotros y del mundo entero».- Por ser tanciegos ante tu presencia. Oremos...- Por nocomunicar a los demás la Esperanza. Ore-mos...ORACIÓN: Jesús mío, por tu primera caída no

dejes que ninguno de tus sacerdotes desfallezcan,no los dejes caer en la tentación y líbranos de todomal (Padre Nuestro, Ave María y Gloria).



4ª ESTACIÓN:JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoUna espada atravesará tu corazón. Estas pala-

bras le fueron dichas a María cuando Jesús teníacuarenta días y ahora se cumplen. Ella siente eldolor de su Hijo y siente que no puede hacer nada.Pero respeta su decisión, sabe que no debe aferrarsea Él, como si fuese su propiedad exclusiva. Sabeque Jesús es de todos aquellos que como Ella,escuchan la palabra de Dios y la practican.

María es madre de Jesucristo. El Sacerdote es lacontinuación de Cristo. Lo que María era para suJesús, lo es también para el Sacerdote. Es Madreamorosa, diligente, dedicada a él por entero. Lorodeo de cuidados, lo mira con amor, lo defiende ylo bendice y cuando el Sacerdote habla, actúa,piensa, la imagen idealmente pura de la Virgendivina, proyecta sobre él su sombra protectora.

En efecto María es ejemplo sublime de perfectaconsagración, por su pertenencia plena y entregatotal a Dios. Elegida por el Señor que quiso realizaren Ella el misterio de la Encarnación, recuerda a lossacerdotes la primicia de la iniciativa de Dios.

La vida sacerdotal la contempla como modelosublime de consagración al Padre, de unión con elHijo y de docilidad al Espíritu sabiendo bien queidentificarse con el tipo de vida en pobreza y virgi-nidad de Cristo significa asumir también el tipo devida de María.

La persona consagrada encuentra en la Virgen,una Madre, muy especial. En efecto, si en la nuevamaternidad dada a María en el Calvario, es un donpara todos los cristianos, adquiere un valor especí-fico para quien ha consagrado plenamente la vida aCristo. (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Con tu amor mater-nal, ayúdanos María».- Para que respetemos lasdecisiones de nuestros hijos, cuando decidenseguir los caminos de Dios. Oremos...- Por lasparroquias, colegios, movimientos e institucio-nes para que abiertos a la luz de la Palabra deJesús favorezcan en ellos la vocación sacerdotalo religiosa. Oremos...

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ORACIÓN: Mi Jesús, por los dolores ylos consuelos de tu encuentro con María en lavía dolorosa, que sea Ella para tus Sacerdotesy Consagrados: amor, consuelo, luz, aliento,refugio y esperanza (Padre Nuestro, Ave Maríay Gloria)

GUÍA: Corazón Sacerdotal de Jesús.TODOS: Santifica en tu amor a tus ungidos.GUÍA: Dulcísimo Corazón de María.TODOS: Te los confiamos con amor y fe

viva.


5ª ESTACIÓN: EL CIRINEOAYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoSimón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la Cruz,

juntos marchan. Simón cargaba la Cruz liviana deJesús. Jesús llevaba los pecados - admirable intercam-bio.

El Cirineo recibe un Don, llevando la Cruz fueintroducido en el conocimiento del Evangelio, el vivirla fraternidad desde la paciencia, tal como es invitadoun sacerdote a vivirlo.

Al mismo tiempo nos llama a la siguiente reflexión:La fraternidad es un estilo de vida de la comunidad quese funda en la misma paternidad de Dios y se muestraa través de la caridad y de las obras de justicia. Lapaciencia y la constancia son imprescindibles paraconstruir una comunidad fraterna.

Miremos que paso dar: Pasar de la intolerancia, ladesesperación y la impaciencia a vivir, la esperanza, lapaciencia y la madurez propia de la vida cristiana.

El Sacerdote digno continuador de la obra de Jesúsno se desvía cuando encuentra un dolor en su camino.Su corazón es demasiado semejante al del Maestro parapermanecer indiferente ante las angustias de sus her-manos, cuando la enfermedad deprime su cuerpo, elcorazón se desgarra con desilusiones y duelo, y setortura su ánimo con el temor, el remordimiento o laduda ¡y el Sacerdote consuela! (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Enséñanos, Señor».- Avivir la fraternidad desde la paciencia. Oremos...- Aser portadores de esperanza y aliento en las situacio-nes difíciles que vive nuestra Patria. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús, que tus Sacerdotes te amen

tanto que su único alivio sea aliviarte mejor que elCirineo del peso de tu Cruz, en comunión de amor yobediencia al Papa y todos los Pastores de la SantaIglesia de Dios (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



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6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICAENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoMirar el rostro de Jesús sufriente mueve a

compasión. Verónica se sintió conmovida y quisoayudarle como el Cirineo, pero a su modo; refres-có y limpió el rostro. Esta acción unida a laspalabras de Jesús: Cada vez que hicieron esto auno de mis hermanos más pequeños, a mí me lohacen, nos enseña que Cristo imprime su imagenen todo acto de caridad, como en el lienzo de laVerónica.

A la Obra de Salvación, todos participan delágape divino. Los sacerdotes lo hacen visible ensu consagración y total entrega.

La vida religiosa es una entre muchas vocacio-nes en la Iglesia y lo es públicamente por lanaturaleza misma de los votos y la constitucióncomunitaria de la vida de sus miembros según unaregla aceptable y legitimada por la Iglesia.

La vida religiosa surgió como vida diferente ynueva marcada a su modo por las dimensionescarismáticas y proféticas. En este sentido fue en elpasado, ha sido y debe ser en el presente, unafuerza apostólica viva. (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Escúchanos Se-ñor».- Para que todas las comunidades de Re-ligiosos y Religiosas, fieles a su Carismafundacional descubran en tu Rostro Santo, elvalor inmenso de cada ser humano. Oremos...-Por el aumento y perseverancia de las vocacio-nes en las Congregaciones de Religiosos yReligiosas. Oremos...

ORACIÓN: Mi Jesús, imprímete en el alma detus Sacerdotes y Consagrados, como en el lienzode la Verónica, para que sean en verdad otrosCristos. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



7ª ESTACIÓN:JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoLas palabras del profeta Isaías encuentran su

plena realización en las callejuelas de Jerusalén.Jesús lo quiere, Él desea que se cumpla la profecía.Casi extenuado por el esfuerzo, aplastado por el pesode nuestras rebeldías. Pero lo hace por amor.

Él sabe que así podrá salvarnos y hacernos hijosde Dios. Nos hace hermanos suyos por el sufrimientoy el dolor. ¡Nos has comprado Señor, por tu Sangre!

Jesús Divino Sacerdote sigue en la gloria las obrasde su Sacerdocio eterno. Pero quiere que, a través delos siglos, otros Cristos en el mundo continúen suobra redentora. Los Sacerdotes: los ungidos del Se-ñor signados por un carácter sublime e imborrablepasan en medio de los hombres descendiendomisericordiosamente hasta las miserias más humi-llantes. Pasan como Jesús entre la multitud de lasalmas derramando el perdón ante el arrepentido.

El Amor Misericordioso de Jesús se hace presenteen el corazón del Sacerdote, vaso en el cual Diosdestila su celestial amor cuando sus manos se levan-tan sobre la cabeza del arrepentido para perdonarloen el Sacramento de la Reconciliación.

¡Qué grandeza del Ministerio Sacerdotal que cum-ple el Sacerdote y la dignidad que supone el perdonara los hombres sus pecados! (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Te rogamos, óye-nos».- Para que todos nosotros, comunidad cris-tiana, tomemos conciencia de orar insistentemen-te por la perseverancia y santidad de los sacerdo-tes. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús, los méritos de tu segunda

caída, protejan a tus Sacerdotes de las imperfeccio-nes voluntarias y de contaminarse y consentir con elespíritu del mundo (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



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8ª ESTACIÓN: JESÚS HABLAA LAS MUJERES DE JERUSALÉN

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoEn un ángulo del camino había una multitud de

mujeres que lloraban y se lamentaban. El Salvadorse volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén,no lloren por mi, lloren por ustedes mismas y porsus hijos.

En su dolorosa Pasión, Jesús inundado de amar-guras, lejos de replegarse se olvida de sí mismo paraconsolar a los suyos y cuando vuelto a la gloria nopuede ya bajo apariencia humana continuar sumisión, no dejará a los suyos en el abandono. Él sepondrá de manifiesto por medio de la Iglesia y elSacerdote.

Si la Santa Iglesia es la esposa de Jesús, lo estambién del Sacerdote, es la compañera elegida.

En el momento en que debe entregar su corazóny determinar su vida, el Elegido de Jesús considerael lugar hacia el cual dirigirá su destino y movidopor el impulso suave de la gracia divina medianteun acto libre, elige a la Iglesia como esposa única.El diaconado es el día del compromiso, elSacerdocio, el día de la unción total. Desde enton-ces caminan juntos en la vida. ¡No pueden separarsemás! (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Jesús, que nuestrasfamilias sean como la tuya de Nazareth».- Paraque la familia ámbito cotidiano que permite eldesarrollo de las personas, continúe siendo unvalor apreciado por nuestro pueblo. Oremos...-Que a nuestros hijos amparados con la protec-ción divina, nada ni nadie les haga daño. Ore-mos...ORACIÓN: Mi Jesús transforma a tus Sacerdo-

tes en tu divina caridad y a sus corazones hazlosmisericordiosos como el tuyo. (Padre Nuestro, AveMaría y Gloria)



9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCE-RA VEZ BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoJesús jamás dice ¡no puedo más! Se las ingenia

para sacar nuevos modos de padecer por nosotros,para cubrir toda iniquidad. Cayendo a tierra portercera vez, Jesús toma fuerzas para levantarse denuevo y así poder cumplir su misión salvífica.

Jesús para salvarnos se humilló a sí mismo. Notuvo en cuenta que era Dios, sino que todo le pareciópoco con tal de librarnos del pecado.

Nuevamente pro-clama a gritos: «Yosoy el camino, la ver-dad y la vida. El queme siga, no camina-rá en la oscuridad».

Sacrificarse y vol-ver a sacrificarse, talfue la vida de Jesu-cristo, tal es la vidadel Sacerdote. ComoJesús pasan bebien-do del Cáliz, lo si-

guen al Calvario y unidos por el mismo Sacerdocioson dispensadores de su caridad infinita y de sumisericordioso amor. (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Concédele a tu Igle-sia muchos y santos Sacerdotes».- Para quetengamos la gracia misericordiosa de un Sacer-dote al lado nuestro en el momento de nuestramuerte. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús, por los méritos de tu

grandeza abatida hasta el suelo en la tercera caída,preserva a tus queridos Sacerdotes de caer en latibieza y enciéndelos en las llamas del amor ardien-te y el fervoroso anhelo de la más alta perfección(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



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10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADODE SUS VESTIDURAS

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoLos soldados quitaron a Nuestro Señor su ropa

con violencia, no sin antes decir entre ellos: «No larompamos, echemos a suerte a ver a quién le toca»,para que se cumpliera la Escritura: «Se han repar-tido mis vestiduras, han echado a suerte mi túnica».

Y el Sacerdote parahacer de las almas unafamilia celestial y con-sagrarse a ella por en-tero debe romper esoslazos humanos queobstaculizan su amorextremo para la gloriade Dios; abandono desí mismo, ambiciones,satisfacciones pura-mente humanas, todoaquello que es propiodel hombre mundano,

todo lo que sale a tierra, todo lo que empequeñece,disminuya. Debe abrir de par en par su corazón,llevarlo a los sentimientos de su Divino Maestro,Entregarse, sacrificarse para ser el pan de las almascon Jesús sacramentado. (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Ayúdanos Señor».-Mediante tus escogidos alcánzanos la gracia desocorrer a los más necesitados. Oremos...- Da-nos el valor y el firme propósito de imitarte a finde que podamos despojarnos de nuestras pasio-nes y vestirnos nuevamente con tu verdad. Ore-mos...ORACIÓN: Mi Jesús, por tu divino dolor y la

confusión al ser despojado de tus vestiduras, arran-ca de las almas Sacerdotales cuanto no fuera dignode los ungidos de tu amor, por mínimo que fuera.(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



11ª ESTACIÓN:JESÚS ES CRUCIFICADO

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoLa tortura del camino con sus tres caídas, el

despojo de las vestiduras en público, fue el duropreludio del momento en que los clavos atraviesanel cuerpo de Jesús. No hay odio en su corazón sinopalabras de misericordia. El sacrificio de la vidaque se consume en el Calvario.

Jesús agonizante ¿qué le queda ya a tu vida queno hayas puesto sobre el ara del sacrificio? Tequeda el alma, El Alma en manos del Padre es elmás exquisito aroma de aquella inmolación deCarne y Sangre Divina.

Esta Estación se nos presenta propicia para re-cordar la vocación sacerdotal. Para decir: «Todo miSacerdocio gira en torno del Sacrificio de la Cruz.Todo viene del Calvario, vuelve y lleva a Él».

Sin una fe así como donación personal a Cristoy al mismo tiempo heroica,hubiera es imposible llevara cabo toda la obra. De ahí lacaridad y la muerte en Cruz.

«En la Cruz está nuestrasalud y nuestra vida, la for-taleza del corazón, el gozodel espíritu, la esperanza delcielo». (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos to-dos: «Concédenos tu gra-cia, Señor».- Para que a tra-

vés de la humilde Santidad de sacerdotes márti-res en estas tierras, veamos al Señor manifestadoen medio de la Iglesia. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús enclavado en Cruz,

enclávense a sí mismos tus Sacerdotes, buscandoen todo y siempre lo más perfecto, abrazados en tuamor. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



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12ª ESTACIÓN:JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoLa hora del Señor había llegado. Entonces Jesús

dijo: «¡Todo está cumplido!».Después alzó la cabeza y gritó en voz alta:

«¡Padre mío en tus manos encomiendo mi espíri-tu!». Enseguida inclinó la cabeza.

¡Sí! ¡Todo se cumplió! Jesús Sacerdote inmolóa Jesús Víctima. Ahora el cielo se acercó a la tierra.Con este sacrificio cruento Jesucristo alabó magní-ficamente la bondad infinita, ofreciéndole el mayorhomenaje de adoración que pueda recibir. Obtuvotodos los favores, socorros y perdones que nuestramiseria humana necesitó. ¡Todo está consumado!

Jesucristo, la Víctima Divina ha expirado, elmundo está rescatado y se ha formado la paz entreel cielo y la tierra. La Justicia y la Misericordia sehan abrazado sobre el ara de la Cruz y el SeñorInfinito volcándose sobre la humanidad entera porla redención, vuelve a dar la vida sobrenatural queel pecado le había arrebatado.

La muerte de Jesús no es el fin de todo.Volvamos con el pensamiento a aquella noche

en la que Jesús y los Apóstoles reunidos en elCenáculo celebraban la antigua Pascua, al momen-to en que Jesús ofrece a su Padre el propio Cuerpoy Sangre bajo las apariencias de pan y vino y lopresenta a sus discípulos: «Hagan esto en memoriamía», dice a sus Apóstoles.

De esta forma en el Cenáculo, el Amor Infinitoha realizado en un instante dos maravillosas crea-ciones: la Eucaristía y el Sacerdocio. También enestos momentos nos dejemos guiar por el Título delMensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma,«Mirarán al que traspasaron». Miremos con con-fianza el costado traspasado de Jesús, del que salió«Sangre y Agua». Los Padres de la Iglesia conside-raron estos elementos como símbolos del Bautismoy la Eucaristía. En el camino cuaresmal, haciendomemoria de nuestro Bautismo, se nos exhorta asalir de nosotros mismos para abrirnos con unconfiado abandono al abrazo misericordioso delPadre.

La Sangre, símbolo del amor del Buen Pastor,llega a nosotros especialmente en el misterioeucarístico. La Eucaristía nos adentra en el actooblativo de Jesús, nos implicamos en la dinámica desu entrega. (SILENCIO...)

GUÍA: Repitamos todos:- Alma de Cristosantifícame, Cuerpo de Cristo sálvame, Sangrede Cristo embriágame, Agua del costado deCristo lávame, Pasión de Cristo confórtame.¡Oh!, mi Buen Jesús óyeme, del maligno enemi-go defiéndeme y mándame ir a Ti para que contus Ángeles te alabe por los siglos de los siglos.Amén.ORACIÓN: Mi Jesús crucificado divina víctima

de amor. Hostia perdurable de nuestras Misas, quetus Sacerdotes vivan tu Misa. ¡Oh! víctima de amor,que muriendo solo de Ti, reciban la verdadera vida(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)



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13ª ESTACIÓN:JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoJosé y Nicodemo pusieron las escaleras delante de la

Cruz y descendieron despacio el Santo Cuerpo. Lo coloca-ron en los brazos de su Madre, llena de dolor y de amor. Lohabían dispuesto todo para facilitar a esta Madre, los tristeshonores que iba a dar al cuerpo de su Hijo. La Virgen Maríatenía por última vez en sus brazos a Jesús.

De este modo María, la Madre Eucarística nos enseña eldifícil amor que no huye ante el sufrimiento, sino que seabandona confiadamente a la ternura de Dios, como ejemplosublime de perfecta consagración.

Jesús quiso que entre Él y su Madre purísima todo fueracomún aún en momentos tan dolorosos. La asoció a susgrandezas, la unió a sus plegarias, la hizo partícipe de susdolores. La hizo víctima con Él. Sacerdote con Él y en ciertomodo, redentora con el Divino Redentor.

El Papa Benedicto XVI dice: «No sorprende que, dondese ora con fervor, florezcan las vocaciones. La santidad dela Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y dela apertura al misterio de la gracia que obra en el corazón delos creyentes. Por eso quisiera invitar a todos los fieles acultivar una íntima relación con Cristo Maestro y Pastor desu pueblo, imitando a María, que guardaba en el corazón losmisterios divinos y los meditaba asiduamente». (SILENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Auxílianos en tu fe».- SeñorDios nuestro, en María encontraste a lamujer perfecta, seguidora de Jesús y fiela sí misma, concédenos como ella ponertodas nuestras cualidades al servicio de laexpansión de tu Reino. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús, sin vida en los

brazos de María, te pedimos por tus queridossacerdotes, para que cuando la Cruz en lavida los tenga muertos de dolor, se refugienen tu corazón y en el de tu Madre Santísima(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)GUÍA: Corazón Sacerdotal de Jesús.TODOS: Santifica en tu amor a tus ungidos.GUÍA: Dulcísimo Corazón de María.TODOS: Te los confiamos con amor y fe

viva. Avanzamos cantando...

14ª ESTACIÓN:JESÚS ES COLOCADO

EN EL SEPULCRO

Te adoramos Cristo y te bendecimos Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundoUna paz suave, cubre la loza sepulcral.

Es la paz de la obra consumada. Para losangustiados discípulos de Jesús, no brillaaún la luz de una cercana esperanza. ConJesús han encerrado para siempre en elsepulcro, las ilusiones del Reino que espe-raban.

¡No teman, Sacerdotes de Jesús! ¡No seinquieten! ¿No recuerdan las promesas deCristo?: «Resurgiré al tercer día del sepul-cro».

Cuando la vida haya entrado, triunfanteen la humanidad del Salvador, el Creadorhará palpitar nuevamente ese Sagrado Co-razón. Y el amor que surgirá, será para elSacerdote la fuerza de su ministerio.

«Les daré Pastores según mi corazón».Esta promesa de Dios está todavía hoy vivay operante en la Iglesia, la cual se siente entodo tiempo destinataria afortunada de es-tas palabras proféticas.

La promesa del Señor, suscita en elcorazón de la Iglesia laoración, la petición con-fiada y ardiente en elamor del Padre que delmismo modo que habíaenviado a Jesús el BuenPastor a los apóstoles, asus sucesores y a unamultitud de Presbíteros,sigue así manifestando alos hombres de hoy, sufidelidad y su bondad.

Y la Iglesia que estádispuesta a responder aesta gracia, siente que elDon de Dios exige unarespuesta comunitaria ygenerosa. Todo el Pue-

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blo de Dios debe orar intensamente y trabajar porlas vocaciones sacerdotales.

La fuerza para suscitar y formar vocaciones estaante todo en la oración. Las vocaciones necesitanuna amplia red de intercesores ante el dueño de lacosecha.

Los sacerdotes conscientes de que la Iglesia y elmundo tienen absoluta necesidad de ellos, debenenamorarse de Cristo Buen Pastor y estar dispues-tos a salir por los caminos del mundo como imagensuya, para proclamar a todos que Jesús Sumo yEterno Sacerdote es: Camino, Verdad y Vida. (SI-

LENCIO...)

GUÍA: Respondemos todos: «Confírmanos en lafe y en la entrega». ¡Oh! Gloriosos Apóstoles, aquienes Jesús con confianza les dirigió estaspalabras: «Rueguen al dueño de la mies queenvíe obreros a sus campos». Les suplicamosque rueguen al Señor para que conceda abundan-tes gracias, bendiciones y vocacionessacerdotales a nuestra diócesis y al mundo ente-ro. Oremos...ORACIÓN: Mi Jesús sepultado, que tus Sacer-

dotes, muertos a todo lo terreno, tengan contigo suvida escondida en Dios. Que ellos se sepulten en Ti,y que Tú te sepultes en ellos, encontrando en suscorazones una tumba de pureza, en que reposescuando te reciban cada día (Padre Nuestro, Ave Maríay Gloria)


ADORACIÓNDE LAS CINCO LLAGAS

ADORO la llaga Santísima de tu mano dere-cha pidiéndote que sean inmaculadas las ma-nos del sacerdote que te elevan en la consagra-ción, distribuyen en la Eucaristía y dispensan lagracia bendiciendo y absolviendo.

ADORO la llaga Santísima de tu mano iz-quierda pidiéndote que sean inmaculados loslabios del sacerdote que se entreabren parahacerte bajar del cielo, que besan el ara del altaren que te inmolas, que reciben el contacto de tusangre preciosísima, y que cuantas palabraspronuncien sean divinas y divinicen.

ADORO la llaga Santísima de tu pie derechopidiéndote que los pies de tus sacerdotes seanincansables buscando tus almas y tu gloria consacrificio de amor hasta su total inmolación.

ADORO la llaga Santísima de tu pie izquier-do, pidiéndote que sean inmaculados los ojos detus sacerdotes que tan de cerca contemplan ensu Misa tu infinita blancura, Jesús-Hostia. Que lamodestia y recogimiento de su mirada prediquea las almas en silencio, pureza, amor divino,santidad.

ADORO la llaga Santísima de tu CorazónSagrado, pidiéndote que el corazón sacerdotal,viva abismado en el tuyo con todo su amor. Queel Corazón sacerdotal encuentre todo en tucorazón Divino y que tu amantísimo Corazón yel Corazón del Papa Benedicto XVI tengan elconsuelo de reposar en la fidelidad, en la santi-dad, en el amor y obediencia de sus queridossacerdotes.

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La situación de inseguridad que el país vive, nosmueve a reflexionar en este viacrucis en esta reali-dad. Uno de los pecados de la religiosidad populares que carece de relación con la vidade la gente. Esta es una de las conse-cuencias que nos dejo la coloniza-ción, que obligó al pueblo a separarfe y la vida.

Intentaremos explotar el mensa-je kerigmático que contiene cadauna de las imágenes de las 14 esta-ciones del vía crucis. El Kerigma esel hilo conductor de toda evangeli-zación, como lo señala el Documen-to de Aparecida. El vía crucis esportador de un anuncio que se cons-tituye en una buena noticia para nues-tra comunidad. El kerigma tiene queser la base primera y fundamental dela iniciación en la fe cristiana:

«En nuestra iglesia debemos ofrecer a todosnuestros fieles un encuentro personal con Jesucris-to, una experiencia religiosa profunda e intensa, unanuncio kerigmático y el testimonio personal de losevangelizadores que lleven a una conversión perso-nal y un cambio de vida integral» (A 226a).

«Sentimos la urgencia de desarrollar en nuestrascomunidades un proceso de iniciación en la vidacristiana que comience por el kerigma y, guiado porla palabra de Dios, permita un encuentro mayor,con Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre,experimentado como plenitud de la humanidad, yque lleve a la conversión, al seguimiento en unacomunidad eclesial y a una maduración de fe en lapráctica de los sacramentos, el servicio y la mi-sión.» (A 289).

Es así como queremos anunciar el evangelio enun lenguaje que sea comprendido por todos aque-llos que quieren tener una experiencia de Dios y que

sea una buena noticia para la vida. En este añoescogimos una realidad bien concreta que es lainseguridad.

INICIOCoordinador: En el nombre del

Padre, y del Hijo y del EspírituSanto. Amén.

Coordinador: Yo confieso anteDios todopoderoso…

OFRECIMIENTO.Coordinador: Señor mío Jesu-

cristo que nos invitas a tomar laCruz y seguirte, caminando tú de-lante para darnos ejemplo; danostu luz y tu gracia al meditar en esteVía Crucis tus pasos para saber yquerer seguirte. Madre Dolorosa:inspíranos los sentimientos de amor

con que acompañaste en este camino de amarguraa tu Divino Hijo. Amén.

1ª ESTACIÓN:JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Coordinador: Teadoramos, Oh Cristo, yte bendecimos.

Todos: Porque por tusanta Cruz redimiste almundo y a mí pecador.

Coordinador: Pri-mera estación «Jesús escondenado a muerte»

Coordinador: Com-paremos las dos imáge-nes

Se dan dos minutos para que la gente vea y compare lasimágenes.

Vía Crucisde la Inseguridad

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Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· Nuestras calles ¿a qué están condenadas?

Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra deDios en la Carta a los Romanos [13,12].

Lector: La noche va muy avanzada y está cercael día: dejemos, pues, las obras propias de laoscuridad y revistámonos de una coraza de luz.Palabra de Dios.

Coordinador: Si hoy estamos siendo condena-dos a vivir inseguros ¿Qué podemos hacer?

El coordinador motiva a los participantes aexpresar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador lasrepita todas juntas y las ofrezca en la siguienteoración. Si hay la posibilidad conviene escribirlaspara tenerlas presente o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor, hoy se nosestá condenando a la inseguridad, te suplicamosque nos guardes de los asaltos, robos, secuestros,asesinatos y de todo el sufrimiento que la inseguri-dad nos puede provocar. Por Cristo nuestro Se-ñor…

Todos: Amén.Coordinador: Pequé Señor y me pesa, ten mise-

ricordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten miseri-

cordia de nosotros pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Glo-

ria al Padre. Canto.

2ª ESTACIÓN:JESÚS CARGA CON LA CRUZ


Todos: Porque por tusanta Cruz redimiste almundo y a mi pecador.

Coordinador: Se-gunda estación «Jesúscarga con la cruz»


Se dan dos minutos para que la gente vea ycompare las imáge-nes.

Coordinador:· ¿Qué está pasando

en la primera ima-gen?

· ¿Qué está pasandoen la segunda ima-gen?

· ¿En qué se parecen?· ¿Cómo se llama una

de las cruces de nuestras calles?· En nuestra comunidad ¿cómo se vive esto? ¿Qué

hechos concretos nos hacen sentir que estamoscargando con esa cruz?Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra de

Dios, del Evangelio de San Mateo [23,4].Lector: Hacen pesadas cargas, muy difíciles de

llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente,pero ellos ni siquiera levantan un dedo para mo-verlas. Palabra del Señor.

Coordinador: Ante la cruz de inseguridad quese nos ha cargado ¿qué podemos empezar a hacer?

El coordinador motiva a los participantes aexpresar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador lasrepita todas juntas y las ofrezca en la siguienteoración. Si hay la posibilidad conviene escribirlas

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para tenerlas presente o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor, tú que sufristeel peso de la cruz, danos la fortaleza y el valor parano permitir que el peso de la inseguridad sea cadadía mayor. Por Cristo Nuestro Señor…

Todos: Amén.Coordinador: Pequé, Señor, y me pesa, ten

misericordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten miseri-

cordia de nosotros, pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Glo-


3ª ESTACIÓN:JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Coordinador: Te adoramos, Oh Cristo, y tebendecimos.

Todos: Porque portu santa Cruz redimisteal mundo y a mi peca-dor.

Coordinador: Ter-cera estación «Jesús caepor primera vez»


Se dan dos mi-nutos para que lagente vea y com-pare las imágenes.

Coordinador:· ¿Qué está pasan-

do en la prime-ra imagen? ¿Qué está pasando en la segundaimagen?

· ¿En qué se parecen?· En la segunda imagen ¿cómo se llama esa cruz que

nos pesa tanto?· En nuestra comunidad ¿cómo se vive esto? ¿alguien

entre nosotros ha caído bajo el peso de esta cruz?

Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra deDios del Libro del Éxodo [3,7].

Lector: Dios conoce nuestra situación… Yahvédijo: «He visto la humillación de mi pueblo enEgipto, y he escuchado sus gritos cuando lo mal-trataban sus mayordomos. Yo conozco sussufrimientos». Palabra de Dios.

Coordinador: Ante la cruz de los asaltos quecada día son más constantes ¿qué podemos hacer?


Coordinador: Oración… Señor, que al cono-cer la desgracia de algún vecino por la inseguri-dad, no cerremos los ojos, tengamos el valor deestar con él y hagamos algo por levantarlo de estacaída. Por Cristo Nuestro Señor…





4ª ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRAA SU SANTÍSIMA MADRE


Todos: Porque portu santa Cruz redimisteal mundo y a mí peca-dor.

C o o r d i n a d o r :Cuarta estación «Jesúsencuentra a su Santísi-ma Madre»

C o o r d i n a d o r :Comparemos las dosimágenes

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Se dan dos minu-tos para que la gentevea las imágenes. Elcoordinador, des-pués de haber dadoel tiempo necesariopara comparar lasimágenes, realiza lassiguientes preguntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando

en la primera ima-gen?

· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· En la segunda imagen ¿qué le estará provocando

tristeza y preocupación a esa madre?· En nuestra comunidad ¿cómo se vive esto? ¿Cómo

la inseguridad provoca dolor a nuestras madres?Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra de

Dios del Evangelio de San Lucas [7,11-13].Lector: Jesús se dirigió poco después a un

pueblo llamado Naím (…) Cuando llegó a lapuerta del pueblo, sacaban a enterrar a un muer-to: era el hijo único de su madre (…) Al verla, elSeñor se compadeció de ella y le dijo: «No llores».Palabra del Señor.

Coordinador: Ante el sufrimiento y dolor demuchas madres causados por la inseguridad ¿quépodemos hacer?


Coordinador: Oración… Señor, que ante elsufrimiento que la inseguridad provoca a muchasmadres, seamos sensibles y salgamos siempre enayuda del que sufre. Por Jesucristo Nuestro Se-ñor…


misericordia de mí…

Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten misericor-dia de nosotros, pues por nosotros padeciste.

Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Gloriaal Padre. Canto.

5ª ESTACIÓN: EL CIRINEOAYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ



Coordinador: Quin-ta estación «El Cirineoayuda a Jesús a llevar lacruz»


Se dan dos minutospara que la gente vea ycompare las imágenes.

Coordinador:

· ¿Qué está pasando en la primera imagen?

· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?

· ¿En qué se parecen?

· ¿Cómo la sociedad puede ser Cirineo?

· ¿Conocen alguien que sea Cirineo en nuestracomunidad?

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Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra deDios del Evangelio de San Juan [13,34-35].

Lector: Les doy un mandamiento nuevo: que seamen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unosa otros como yo los he amado. En esto reconocerántodos que son mis discípulos: en que se aman unos aotros. Palabra del Señor.

Coordinador: Como comunidad ¿qué podemoshacer para hacer más ligero el peso de la cruz?

El coordinador motiva a los participantes a expre-sar su opinión. Después de haber escuchado variasopiniones es bueno que el coordinador las repitatodas juntas y las ofrezca en la siguiente oración. Sihay la posibilidad conviene escribirlas para tenerlaspresente o reflexionarlas en otras reuniones.

Coordinador: Oración… Señor, que nos ayude-mos unos a otros para quitarnos las cargas quellevamos por la inseguridad que nos acecha. PorCristo Nuestro Señor…

Todos: Amén.Coordinador: Pequé, Señor, y me pesa, ten mise-

ricordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia

de nosotros pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Gloria al

Padre. Canto.

6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICALIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Coordinador: Te adoramos, oh Cristo, y te bende-cimos.

Todos: Porque por tu santa Cruz redimiste almundo y a mi pecador.

Coordinador: Sex-ta estación «la Verónicalimpia el rostro de Je-sús».

C o o r d i n a d o r :Comparemos los doscuadros

Se dan dos minutospara que la gente vea ycompare las imágenes.

Coordinador:

· ¿Qué está pasan-do en la prime-ra imagen?

· ¿Qué está pasan-do en la segun-da imagen?

· ¿En qué se pare-cen?

· ¿Qué mediosestán a nues-tro alcancepara ser«Verónicas»?Coordinador: Ahora leeremos la Palabra de

Dios en el Evangelio de san Mateo (24,1).Lector: «El primer día de la semana, al

amanecer, las mujeres fueron al sepulcro conlos perfumes que habían preparado». Palabradel Señor.

Coordinador: ¿Qué podemos hacer nosotrospara defendernos de la inseguridad?

El coordinador motiva a los participantes aexpresar su opinión. Después de haber escucha-do varias opiniones es bueno que el coordinadorlas repita todas juntas y las ofrezca en la si-guiente oración. Si hay la posibilidad convieneescribirlas para tenerlas presente o reflexionar-las en otras reuniones.

Coordinador: Oración… Señor ayúdanos aorganizarnos para defendernos de tanta insegu-ridad que se vive en nuestro pueblo. Por CristoNuestro Señor…

Todos: AménCoordinador: Pequé, Señor, y me pesa, ten

misericordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten mise-

ricordia de nosotros pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Glo-


7ª ESTACIÓN:JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ.


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Todos: Porque por tu santa Cruz redimiste almundo y a mi pecador.

C o o r d i n a d o r :Séptima estación «Je-sús cae por segundavez»


Se dan dos minu-tos para que la gentevea y compare lasimágenes. El coordi-nador, después dehaber dado el tiemponecesario para com-parar las imágenes,

realiza las siguientes preguntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Cómo el secuestro nos está afectando?· ¿Cómo nos sentimos ante esta situación?

Coordinador: Vamos a leer la Palabra de Dios enel Evangelio de san Lucas (10, 33-34).

Lector: «Pero un samaritano que iba de caminollegó junto a él, y al verlo, tuvo compasión. Seacercó, vendó sus heridas y echó en ellas aceite yvino, lo montó luego sobre su propia cabalgadu-ra…». Palabra del Señor.

Coordinador: ¿Ante esta situación qué pode-mos hacer?

El coordinador motiva a los participantes aexpresar su opinión. Después de haber escucha-do varias opiniones es bueno que el coordinadorlas repita todas juntas y las ofrezca en la siguien-te oración. Si hay la posibilidad conviene escri-birlas para tenerlas presente o reflexionarlas enotras reuniones.

Coordinador: Oración… Señor concédenosla capacidad de no sucumbir ante la inseguridady que el derramamiento de sangre no termine connuestras fuerzas de creer en ti. Por Cristo Nues-tro Señor…

Todos: AménCoordinador: Pequé Señor y me pesa, ten




8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELAA LAS HIJAS DE JERUSALÉN

Coordinador: Te adoramos, oh Cristo, y tebendecimos.

Todos: Porquepor tu santa Cruz re-dimiste al mundo y ami pecador.

C o o r d i n a d o r :Octava estación «Je-sús consuela a las ho-jas de Jerusalén»


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Se dan dos minutos para que la gente vealas imágenes. El coordinador, después dehaber dado el tiempo necesario para com-parar las imágenes, realiza las siguientespreguntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Conocen algunos grupos u organizaciones

que apoyan en estos casos?· ¿A quién acudimos cuando nos pasa algo de

esto?Coordinador: Vamos a leer la Palabra

de Dios en el Evangelio de san Mateo (11,28).

Lector: Jesús nos dice… «Vengan a mítodos los que están fatigados y agobiadospor la carga, y yo los aliviaré». Palabra delSeñor.

Coordinador: ¿Qué tenemos que hacerpara ayudar a los que sufren por la inseguri-dad?

El coordinador motiva a los participan-tes a expresar su opinión. Después de haberescuchado varias opiniones es bueno que elcoordinador las repita todas juntas y lasofrezca en la siguiente oración. Si hay laposibilidad conviene escribirlas para te-nerlas presente o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor haztepresente en todas las mujeres que son se-cuestradas y que han perdido la paz porhaberles quitado la presencia de un hijo ohija. Por Cristo Nuestro Señor…

Todos: AménCoordinador: Pequé, Señor y me pesa,

ten misericordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten

misericordia de nosotros pues por nosotrospadeciste.

Coordinador: Padre nuestro, Ave Ma-ría, Gloria al Padre. Canto

9ª ESTACIÓN:JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Coordinador: Te ado-ramos, Oh Cristo, y te ben-decimos.


Coordinador: Novenaestación «Jesús cae por ter-cera vez».

Coordinador: Compa-remos los dos cuadros

Se dan dos minutos para que la gente vea lasimágenes. El coordinador, después de haber dado eltiempo necesario para comparar las imágenes, reali-za las siguientes preguntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Quiénes son los que están caídos hoy en día entre

nosotros?· ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esta ésta situación?

Coordinador: Vamos a leer la Palabra de Dios enel Libro de los Números (21,8).

Lector: Dios le dijo a Moisés… «Fabrica unaserpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Ytodo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará

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curado». Palabra de Dios.Coordinador: ¿Qué tenemos que hacer para salir

adelante ante todo esto?El coordinador motiva a los participantes a expre-

sar su opinión. Después de haber escuchado variasopiniones es bueno que el coordinador las repita todasjuntas y las ofrezca en la siguiente oración. Si hay laposibilidad conviene escribirlas para tenerlas presen-te o reflexionarlas en otras reuniones.

Coordinador: Oración… Señor, que las fuerzas nose agoten y que nuestra esperanza en ti siga siendocada vez mayor para enfrentar nuestra situación; siDios está de nuestra parte a quien temeremos. PorCristo Nuestro Señor…

Todos: AménCoordinador: Pequé, Señor, y me pesa, ten miseri-

cordia de mí…Todos: pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia

de nosotros pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Gloria al

Padre. Canto.

10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADODE SUS VESTIDURAS.

Coordinador: Te ado-ramos, Oh Cristo, y te ben-decimos…

Todos: Que por tu san-ta Cruz redimiste al mun-do y a mí, pecador.

Coordinador: Décimaestación «Jesús es despo-jado de sus vestiduras».

Coordinador: Com-paremos los dos cuadros

Se dan dos minutospara que la gente vea y

compare las imágenes.Coordinador:

· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿De qué valores nos está despojando la inseguridad?

Coordinador: Vamos a leer la Palabra deDios en el profeta Jeremías (1, 8).

Lector: Jesús dice… «No tengas miedo, quecontigo estoy para salvarte». Palabra de Dios.

Coordinador: ¿Qué podemos empezar ahacer?

El coordinador motiva a los participantes aexpresar su opinión. Después de haber escu-chado varias opiniones es bueno que el coordi-nador las repita todas juntas y las ofrezca en lasiguiente oración. Si hay la posibilidad convie-ne escribirlas para tenerlas presente o reflexio-narlas en otras reuniones.

Coordinador: Oración… Señor, que empe-cemos a unirnos para trasformar esta situaciónde inseguridad que nos desviste. Por JesucristoNuestro Señor.

Todos: Amén.Coordinador: Pequé Señor y me pesa, ten

misericordia de mí…Todos: Ten misericordia de nosotros pues

por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María,

Gloria al Padre. Canto.

11ª. ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVA-DO EN LA CRUZ.


Todos: Porque por tu santa Cruz redimiste almundo y a mí pecador.

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Coordinador: Dé-cima primera estación«Jesús es clavado enla cruz

C o o r d i n a d o r :Comparemos las dosimágenes

Se dan dos minu-tos para que la gentevea las imágenes. Elcoordinador, despuésde haber dado el tiem-po necesario para

comparar las imágenes, realiza las siguientes pre-guntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Qué clavos nos están doliendo más?

Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra deDios en el libro del Éxodo (3,7)

Lector: Dios nos sigue diciendo… «He visto laaflicción de mi pueblo (…), he escuchado el clamorante sus opresores y conozco sus sufrimientos. Hebajado para libarlo». Palabra de Dios.

Coordinador: Ante estos clavos de la inseguri-dad que penetran a nuestras familias y sociedad¿qué podemos hacer?

El coordinador motiva a los participantes a ex-presar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador las

repita todas juntas y las ofrezca en la siguienteoración. Si hay la posibilidad conviene escribirlaspara tenerlas presentes o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor, que organi-zándonos y denunciando los clavos de la inseguri-dad puedan ser sacados de nuestros débiles cuer-pos. Por Cristo Nuestro Señor…





12ª. ESTACIÓN:JESÚS MUERE EN LA CRUZ.


Todos: Porque por tusanta Cruz redimiste almundo y a mí pecador.

Coordinador: Déci-ma segunda estación«Jesús muere en laCruz».

Coordinador: Com-paremos las dos imágenes.

Se dan dos minutos para que la gente vea lasimágenes. Elcoordinador,después dehaber dado eltiempo nece-sario paracomparar lasi m á g e n e s ,realiza las si-guientes pre-guntas.

C o o r d i -nador:

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· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Cuáles la mayor cruz que nos ha provocado la

inseguridad?· ¿Necesitaremos más muertes para reaccionar ante

la inseguridad? (se guarda un momento de silen-cio)Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra de

Dios en el Evangelio de san Mateo (27, 46).Lector: Jesús dijo en la cruz… «¡Dios mío, Dios

mío! ¿Por qué me has abandonado?».Coordinador: Ante estas muertes por la insegu-

ridad ¿qué podemos hacer?El coordinador motiva a los participantes a ex-

presar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador lasrepita todas juntas y las ofrezca en la siguienteoración. Si hay la posibilidad conviene escribirlaspara tenerlas presentes o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor, que no nosquedemos callados inútilmente, sino que con va-lentía busquemos formas para denunciar y hablarpor los que han muerto injustamente. Por CristoNuestro Señor…





13ª ESTACIÓN: JESÚSES BAJADO DE LA CRUZ


Todos: Porque por tu santa Cruz redimiste almundo y a mí, pecador.

Coordinador: Decimotercera estación «Jesúses bajado de la Cruz».

Coordinador: Comparemos las dos imágenes.

Se dan dos minu-tos para que la gentevea las imágenes. Elcoordinador, des-pués de haber dadoel tiempo necesariopara comparar lasimágenes, realizalas siguientes pre-guntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasandoen la primera ima-gen?

· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Cómo podemos darle un poco de más luz a

nuestras calles ante la inseguridad?

Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra deDios en la primera carta de san Pablo a los corintios(15,55):

Lector: ¿Donde está, oh muerte, tu victoria?¿dónde está, oh muerte tu destrucción? Palabra deDios.

Coordinador: Ante estas situaciones pensemos¿Qué hechos nos han traído algo de alivio a nuestrasfamilias y sociedad?

El coordinador motiva a los participantes a ex-presar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador lasrepita todas juntas y las ofrezca en la siguiente

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oración. Si hay la posibilidad conviene escribirlaspara tenerlas presentes o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración…. Señor, te agradece-mos porque hay gente honrada, que denuncia, quese organiza, que defiende; gracias porque todavíahay policías honestos. Por Cristo Nuestro Señor…



cordia de nosotros pues por nosotros padeciste.Coordinador: Padre nuestro, Ave María, Gloria

al Padre. Canto.

14ª ESTACIÓN: JESÚSES PUESTO EN EL SEPULCRO


Todos: Porquepor tu santa Cruz re-dimiste al mundo y amí pecador.

Coordinador :Decimocuarta esta-ción «Jesús es bajadode la Cruz».

Coordinador:Comparemos las dosimágenes

Se dan dos minu-tos para que la gentevea y compare las

imágenes. El coordinador hace las siguientes pre-guntas.

Coordinador:· ¿Qué está pasando en la primera imagen?· ¿Qué está pasando en la segunda imagen?· ¿En qué se parecen?· ¿Creen que podemos vencer la inseguridad que

padecemos? ¿cómo podemos empezar ennuestra(s) calle(s)?Coordinador: Ahora escuchemos la Palabra de

Dios en el Evangelio de san Mateo (10,16):Lector: Jesús dijo…. Yo los mando como ove-

jas en medio de lobos. Palabra del Señor.Coordinador: Ante estas esperanzas y acciones

en contra de la inseguridad ¿qué podemos hacer?El coordinador motiva a los participantes a

expresar su opinión. Después de haber escuchadovarias opiniones es bueno que el coordinador lasrepita todas juntas y las ofrezca en la siguienteoración. Si hay la posibilidad conviene escribirlaspara tenerlas presentes o reflexionarlas en otrasreuniones.

Coordinador: Oración… Señor, gracias por-que no todo está perdido, gracias por darnos laoportunidad de mejorar; ayúdanos a comprome-ternos para que la inseguridad se acabe. PorCristo Nuestro Señor…


misericordia de mí…Todos: Pecamos, Señor, y nos pesa, ten miseri-



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ORACIÓN COMUNITARIA

Coordinador: A cada intención, responde-mos… Te rogamos, Señor.

Lector: Por todos nosotros, para que nos com-prometamos a denunciar y a cambiar la situaciónde inseguridad que estamos viviendo…

Todos: Te rogamos, señor.

Lector: Para que comprendamos a quieneshan sufrido un secuestro o han perdido un serquerido por la inseguridad en la que vivimos…


Lector: Por nuestras autoridades para que seanfieles a la confianza que les ha tenido la ciudada-nía…


Lector: Por todos los que sufren el secuestro,para que las autoridades, en comunión con lasfamilias de los secuestrados, encuentren las for-mas más adecuadas de liberarlos de esta cruz quese les ha cargado…


Lector: Para que nuestra comunidad tenga lavalentía y solidaridad de denunciar los atropellosen contra de ella.


Lector: Que la Iglesia sea valiente, que suspastores sean atrevidos y que no tengan miedo dedenunciar lo que le duele a su pueblo.


ORACIÓN CONCLUSIVA.

Coordinador: Oración… Padre Santo, gra-cias por este viacrucis que hemos recorrido; en élhemos caminado los momentos más difíciles de laentrega de tu Hijo; con Él sentimos la necesidadde unir las fuerzas que cada uno tiene para salirdelante de las cruces que hoy se nos cargan.Danos valor, entrega y generosidad paraliberarnos y liberar a nuestros hermanos quecargan con el peso de la cruz de la inseguridad.Por Jesucristo Nuestro Señor…

Todos: Amén

¡ARREPIÉNTETE Y CREE EN EL EVANGELIO!Llegas, Cuaresma, a punto y siempre tarde:Puntual porque, no te atrasas más de lo necesario

y siempre tardíamente, porque veo que podría haber cambiado en algo.Me miro y siento que soy el mismo de siempre

que busco excusas para seguir siendo simple fachada y con pocos cimientosQue me gusta más el ruido que la calma que necesita mi alma agitada

¿Por qué me cuesta tanto cambiar?

Llegas, Cuaresma, a punto y siempre a destiempo:Puntual porque, sé que necesito un momento de gracia

y tarde porque, a veces, pienso que para mí pasó la oportunidad.¿Por qué se me hace tan cuesta arriba convertirme?

¿Por qué viendo la luz prefiero perderme en la oscuridad?¿Por qué teniendo el poder de la oración me escondo en el sin sentido?

¿Por qué poseyendo una mano para la caridadla cierro y la dejo olvidada en el bolsillo?

Llegas, Cuaresma, a punto y siempre tarde:

Puntual porque, sé que ésta, es mi horael instante en el cual, el Señor, me llama para acompañarle

Para iniciarme en el horizonte de la cruzPara levantarme cuando en los caminos tropiece

Para contemplar el valor supremo de un DiosSi en Belén se hizo amor, en el Calvario, ese amor, se hará locura.

Llegas, Santa Cuaresma, como quien va en busca de lo perdido

¡Aquí tienes a uno!¡Cámbiame sin pretender por mi parte que los demás lo hagan!

¡Cámbiame en mis actitudes y así se creará un entorno más justo!¡Cámbiame en mi relación con Dios, y mi corazón estará más descansado!

¡Cámbiame en mi relación con los demás,y mis rutas estarán llenas de amigos!

¡Cámbiame en mi forma de ver las cosas,y sentiré que Cristo es la razón suprema de todo!

¡Cámbiame en mi egocentrismo,e intuiré la presencia de un Alguien que camina junto a mí, codo con codo!

¡Cámbiame en mis expresiones de fepara que, los que me rodean, me reconozcan como a un seguidor de Jesús!

¡Cámbiame en mi cobardía y, así,pueda acercarme al gran día de la Pascua!. Amén.

Javier Leoz

¡ARREPIÉNTETE Y CREE EN EL EVANGELIO!Llegas, Cuaresma, a punto y siempre tarde:Puntual porque, no te atrasas más de lo necesario

y siempre tardíamente, porque veo que podría haber cambiado en algo.Me miro y siento que soy el mismo de siempre

que busco excusas para seguir siendo simple fachada y con pocos cimientosQue me gusta más el ruido que la calma que necesita mi alma agitada

¿Por qué me cuesta tanto cambiar?

Llegas, Cuaresma, a punto y siempre a destiempo:Puntual porque, sé que necesito un momento de gracia

y tarde porque, a veces, pienso que para mí pasó la oportunidad.¿Por qué se me hace tan cuesta arriba convertirme?

¿Por qué viendo la luz prefiero perderme en la oscuridad?¿Por qué teniendo el poder de la oración me escondo en el sin sentido?

¿Por qué poseyendo una mano para la caridadla cierro y la dejo olvidada en el bolsillo?

Llegas, Cuaresma, a punto y siempre tarde:

Puntual porque, sé que ésta, es mi horael instante en el cual, el Señor, me llama para acompañarle

Para iniciarme en el horizonte de la cruzPara levantarme cuando en los caminos tropiece

Para contemplar el valor supremo de un DiosSi en Belén se hizo amor, en el Calvario, ese amor, se hará locura.

Llegas, Santa Cuaresma, como quien va en busca de lo perdido

¡Aquí tienes a uno!¡Cámbiame sin pretender por mi parte que los demás lo hagan!

¡Cámbiame en mis actitudes y así se creará un entorno más justo!¡Cámbiame en mi relación con Dios, y mi corazón estará más descansado!

¡Cámbiame en mi relación con los demás,y mis rutas estarán llenas de amigos!

¡Cámbiame en mi forma de ver las cosas,y sentiré que Cristo es la razón suprema de todo!

¡Cámbiame en mi egocentrismo,e intuiré la presencia de un Alguien que camina junto a mí, codo con codo!

¡Cámbiame en mis expresiones de fepara que, los que me rodean, me reconozcan como a un seguidor de Jesús!

¡Cámbiame en mi cobardía y, así,pueda acercarme al gran día de la Pascua!. Amén.

Javier Leoz

Date post:	05-Feb-2018
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