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Análisis histórico de la cobertura del suelo de la ... · hidrológicos de estos ecosistemas de...

Date post: 20-Sep-2018
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Análisis histórico de la cobertura del suelo de la subcuenca del bajo río Mazar Shanley ompson*, M.Sc., Marzo 2012 * Shanley ompson es una estudiante de doctorado en la University of Victoria, British Columbia, Canada. [email protected]. Francisco Garces realizó la traducción de este documento de ingles a español, [email protected].
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Análisis histórico de la cobertura del suelo de la

subcuenca del bajo río Mazar

Shanley Thompson*, M.Sc., Marzo 2012

* Shanley Thompson es una estudiante de doctorado en la University of Victoria, British Columbia, Canada. [email protected]. Francisco Garces realizó la traducción de este documento de ingles a español, [email protected].

RESUMEN EJECUTIVO

El objetivo de este informe es analizar la cobertura del suelo y el cambio en el uso del suelo en cuatro microcuencas que se encuentran en la parte baja de la cuenca del río Paute en el Ecuador. El área de estudio se encuentra dentro de las 16.577 (ha) de la subcuenca Mazar, en el lado oriental de la cordillera de los Andes del Ecuador, un área que traslapa y colinda con la parte sur del Parque Nacional Sangay. Las microcuencas: Estero Sin Nombre, Lamar, Pilisurcu y Mesapata, varían en tamaño desde 13.5 ha hasta 115 ha. Dichas microcuencas se extienden desde elevaciones de 2.659 m hasta 3.500 m, con pen-dientes cuyos promedios son mayores al 40%, similar a lo encontrado en otras microcuencas andinas. La cobertura del suelo y su uso fueron clasificados dentro de cada microcuenca durante un intervalo de tiempo de 50 años, utilizando fotografías aéreas históricas que datan de 1963, 1977, 1980, 1989 y 2000, y una imagen satelital digital reciente del 2010 (RapidEye). Este trabajo encontró que la cobertura del suelo en las microcuencas de estudio se ha mantenido estable en el tiempo. Los procesos históricos, como la Reforma Agraria (décadas de los años 1960/1970) y la emigración masiva a partir del 2000 no han tenido una influencia perceptible en estos paisajes, en contraste con los resultados de otros estu-dios. Las únicas diferencias en la cobertura del suelo entre las microcuencas se pueden correlacionar con la distancia desde las vías. Los resultados de este estudio serán utilizados para comprender las di-ferencias en la respuesta hidrológica de los sitios monitoreados a través de vertederos y pluviómetros.

INTRODUCCIÓN

Aquellos ecosistemas que se encuentran entre los 2.800 y 3.600 metros de elevación, como los bos-ques montanos andinos y los páramos, proveen im-portantes servicios hidrológicos a múltiples benefi-ciarios. Dichos ecosistemas mantienen los flujos de aguas superficiales todo el año y proporcionan agua reducida de sedimentos a los usuarios del agua río abajo, incluyendo las principales áreas urbanas, ta-les como Cuenca, Quito y Bogotá, así como proyec-tos hidroeléctricos y de riego (Buytaert et al. 2007).

A pesar de la creciente demanda de agua, la hidro-logía de los Andes es poco conocida, debido en gran parte a la falta de iniciativas de monitoreo y a las grandes variaciones de las propiedades biofísi-cas que ocurren en un área relativamente pequeña (Celleri 2011). Los científicos, en general, están de acuerdo en que el páramo posee una alta infiltra-ción y capacidad de almacenamiento de agua, pro-porcionando un flujo regular a las zonas río abajo, lo cual es especialmente importante durante los períodos secos (Buytaert et al. 2007). Sin embargo, no hay información suficiente sobre la producción de agua en los ecosistemas de páramo y los efec-tos sobre la hidrología por la degradación de este

ecosistema. Por otra parte, los bosques montanos de altura son también poco conocidos, y los esti-mados acerca de su papel en la producción de agua varían considerablemente. Por ejemplo, diferentes estudios sugieren que la captación de la humedad por los árboles procedente de la neblina puede ser entre el 4% al 48% del total del agua aportada (Gon-zález 2000; Ataroff y Rada, 2000). La insuficiente e incompleta información acerca de los servicios hidrológicos de estos ecosistemas de elevaciones altas limitan los esfuerzos efectivos de conser-vación y de manejo a largo plazo (Celleri 2011).

A finales del 2009, como respuesta al reducido nú-mero de estudios sobre hidrología de los ecosis-temas andinos, la Fundación Cordillera Tropical (FCT) inició un programa de monitoreo hidro-lógico en el río Mazar en la cuenca baja del río Paute para investigar cómo el uso del suelo afecta a la carga de sedimentos y al caudal. En colabo-ración con el Fondo del Agua para la Conserva-ción de la Cuenca del Río Paute (FONAPA), The Nature Conservancy, y el Grupo de Ciencias de la Tierra y del Ambiente (GTCA) de la Universidad de Cuenca, FCT instaló equipos hidrológicos y

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meteorológicos para el monitoreo del agua en cua-tro microcuencas de la subcuenca del río Mazar.

Los estudios realizados en otras áreas sugieren que la conversión de bosques y páramos al uso del sue-lo agrícola puede tener un impacto en la hidrolo-gía natural de la zona, a través del cambio de las cantidades y clases de entradas y salidas de agua. El cambio en el uso del suelo puede contribuir a la erosión del mismo y a la sedimentación de cuer-pos de agua, afectando la calidad del agua, espe-cialmente en zonas con pendientes pronunciadas que carecen de un manejo suficiente y que reciben

históricos de uso del suelo (en nuestro caso, el pas-toreo) pueden afectar los procesos actuales del mo-vimiento de agua superficial dejando como resulta-do: una disminuación de la capacidad de retención y filtración del agua. En este trabajo, las áreas que fueron deforestadas y a las que luego se les permi-tió que se regeneraran se las conoce como “paisajes heredados.” Los cambios en la cobertura del suelo y en el uso del mismo de esta región han sido eva-luados anteriormente durante los períodos de 1963 a 1980 (Davis 1986) y 1987 a 1998 (Jokisch y Lair 2002), pero se requiere un estudio de los cambios durante un largo período de tiempo, incluyendo

gran cantidad de pre-cipitación, condicio-nes que son típicas de los Andes (Mulligan et al. 2010). Por lo tanto, la comprensión de los impactos del cambio del uso del suelo en la calidad y cantidad de agua es esencial, debido a que el crecimiento demo-gráfico y el desarrollo económico continúan y en consecuen-cia la demanda por agua y alimentos de las zo-nas rurales aumenta (Mulligan et al. 2010).

El objetivo principal de este estudio es el de pro-porcionar información sobre los cambios a los patrones de la cobertura del suelo y del cambio del uso del suelo desde 1963 hasta 2010, propor-cionando una línea base para poner a prueba la hipótesis de que no sólo en el presente, sino también en el pasado los usos del suelo afectan la cantidad y la calidad de producción de agua en las áreas actuales de estudio. En concreto, el objeti-vo es identificar la cantidad de cobertura nativa del suelo (bosques, páramo arbustivo, páramo) dentro de cada cuenca monitoreada y exami-nar la forma en que ha cambiado con el tiempo. El examen de cambios en el tiempo, en lugar de sólo patrones actuales, es importante porque no-sotros planteamos la hipótesis de que los patrones

Existe poco conocimiento sobre la hidrología de los Andes.

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la última década para com-prender mejor las tenden-cias de la cobertura del suelo y de los cambios en su uso, así como la relación de paisajes heredados y actuales con el movimien-to del agua superficial.

METODOLOGÍA

Área de Estudio

Este estudio se centra en la subcuenca del Mazar

(16.577 ha) que se encuentra dentro y adyacente a la parte sur del Parque Nacional Sangay, Ecuador (Mapa 1). La subcuenca Mazar forma parte de la cuenca del río Paute (518.600 ha), que es de vital im-portancia local y nacional, dada la presencia aguas abajo del complejo hidroeléctrico Paute-Integral que genera el 35% de la energía total del país.

La región de estudio se encuentra en la cordille-ra oriental de los Andes. Se caracteriza por tener una topografía montañosa y escarpada cubier-ta por bosques montanos siempreverdes y pá-ramos. Estos ecosistemas de gran biodiversidadcontienen muchas especies endémicas en peli-gro de extinción y son reconocidos como uno de los “epicentros de biodiversidad” dentro del hotspot de los Andes Tropicales (Birdlife y Con-servation International 2005, Mittermeier etal. 2004, The Nature Conservancy et al. 2005,

la Mast et al. 2000). La extensión y condición de estos ecosistemas nativos en general son buenas, pero están amenazadas por proyectos de infraes-tructura (carreteras, presas, líneas de transmisión), así como también por el avance de la frontera agrícola. La región presenta una fuerte estacionalidad con pronunciadas estaciones lluviosas y secas. La co-bertura de nubes es común durante todo el año. La hipótesis de que la captación de las nubes y el goteo de los tallos influyen en la produc-ción local de agua, constituye un componente poco conocido del ciclo hidrológico de la región.

Cuatro microcuencas dentro de la subcuenca Mazar fueron elegidas para el estudio: Estero Sin Nombre, Lamar, Pilisurcu y Mesapata (Mapa 1). Las cuatro microcuencas fueron seleccionadas por representar diferentes tipos de intervención huma-na desde paisajes intervenidos (pastizales) hasta áreas no intervenidas (bosque o páramo). Además, varían en extensión geográfica, orden dentro de la red de drenaje, y en el tipo de propietarios de la tie-rra, pero se supone que estos factores potenciales de confusión no influirían mayormente en el aná-lisis comparativo. Un propietario ha sido el dueño del Estero Sin Nombre y Pilisurcu desde principios de 1980, y Lamar desde el año 2009. Mesapata ha sido propiedad de otro dueño desde finales de 1980.

Los límites de las subcuencas fueron delineados y digitalizados usando líneas de cumbre que rodean al río monitoreado que se encuentra aguas arriba del vertedero. Los puntos altos fueron identifica-dos mediante un mapa topográfico (IGM 1969, 1:50.000) y un Modelo Digital de Elevación (MDE) a 5 m de resolución espacial (creado a partir del mapa topográfico de resolución más gruesa con un TIN por sus siglas en ingles(Red Irregular Trian-gular) en ArcGIS de ESRI 9.3 (ver Anderson 2010). Las coordenadas en tierra fueron obtenidas a tra-vés de un GPS (Geographic Positioning System) para verificar el trazado de la microcuenca más pequeña, Pilisurcu, porque la escala de los ma-pas fue relativamente gruesa para poder delinear aquella pequeña cuenca en la pantalla. Se usó ¨The

Zonal Statistical tool in ArcGIS 9.3¨ con el MDE para resumir la elevación (m) y la pendiente (%) dentro de cada una de las cuatro microcuencas.

Mapas de la cobertura del suelo y análisis de los cambios

Se obtuvieron fotografías aéreas históricas del Insti-tuto Geográfico Militar del Ecuador (IGM) que da-tan de 1963, 1977, 1980, 1989 y 2000. Las fotografías fueron escaneadas, georeferenciadas y orthorecti-ficadas como se describe en Anderson (2010). Las fotografías fueron tomadas a una escala de 1:60.000 y una vez que fueron digitalizadas tenían una re-solución de aproximadamente 2.75 m. Las fotogra-fías son pancromáticas, es decir, en blanco y negro.

Los tipos de cobertura del suelo y uso del suelo fueron delineados manualmente en cada una de las fotografías históricas digitales, en la pantalla, a una escala de aproximadamente 1:7.000, mediante el análisis de características de las fotografías ta-les como la tonalidad, contraste, textura, patrón y contexto. Como guía inicial, el rango de elevación conocida de bosques frente al de páramo (el pá-ramo en general no existe debajo de 3.000 m en esta región), fue una guía útil en la delimitación de los tipos de cobertura del suelo. También se usaron como guías, dibujos del Dr. Stuart White, residente de la zona por más de 25 años, donde se mostra-ban algunas áreas de bosques secundarios, áreas quemadas, plantaciones de pino, derrumbes, y la expansión de los pastizales. Además de las foto-grafías aéreas históricas se obtuvieron imágenes sa-telitales recientes (2010). Las imágenes fueron ob-tenidas por el sensor multiespectral RapidEye con una resolución espacial de 5 m. Los tipos de cober-tura del suelo y de su uso fueron clasificados por el Consejo de Gestión de la cuenca del río Paute (CG Paute), utilizando una combinación de clasifica-ción supervisada y la digitalización en la pantalla. Los siguientes tipos de cobertura del suelo y de su uso fueron identificados en las fotos y en la imá-genes satelitales: bosque, páramo arbustivo (nótese que este tipo no se podía distinguir en las imágenes satelitales del 2010), páramo y pastizales. La clase

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de cobertura de suelo de bosque comprende todas las edades de los bosques montanos altos siempre verdes (véase Baquero et al. 2004) así como algu-nas plantaciones exóticas de pino dispersas (<1% del área de estudio). La clase de páramo arbusti-vo es una zona de transición entre los bosques y páramos que se caracteriza por plantas herbáceas (Calamagrostis spp., Stipa spp.) con manchas de arbustos o pequeños árboles de los géneros Esca-llonia, y Gynoxis (Baquero et al. 2004). El páramo está dominado por plantas herbáceas. A las tres clases de cobertura del suelo de bosque, páramo arbustivo y páramo se las denomina en forma

RESULTADOS

Características del terreno de las microcuencas Las cuatro microcuencas varían en tamaño desde aproximadamente 13.5 ha a 115 ha. Se extienden por elevaciones de 2.659 m a 3.500 m, con pendien-tes cuyos promedios son superiores al 40% (Tabla 1). Las microcuencas Estero Sin Nombre, Lamar, y Pilisurcu contienen cauces de primer orden, y la de Mesapata contiene un cauce de segundo orden.

Cobertura del suelo: Pasado y Presentecolectiva en este contexto como cobertura ¨nativa¨ del suelo (aunque los árboles exóticos están incluidos en la categoría de bosques, és-tos son relativamente raros en el área de estudio, y desde el punto de vista hidrológi-co, es improbable que sean considerados diferentes de las especies de árboles na-tivos). La clase de uso del suelo con pastizales está en una categoría de cobertu-ra no nativa, y son predo-minantemente pastos para ganadería, pero también incluye pequeñas zonas de cultivo (por ejemplo, maíz, papas y frijoles), y pequeñas áreas arbusti-vas degradadas en los bordes de las tierras de cul-tivo y pastos. Se sumaron las cantidades de cada tipo de cobertura del suelo para cada microcuenca por año y entonces se calcularon los porcentajes.

Existe variación intra-e inter-microcuencas en la cobertura nativa del suelo a lo largo del tiem-po (Tabla 2; Figura 1). Desde 1963, el Estero Sin Nombre se ha definido por una cobertura esta-ble de cobertura nativa del suelo. La microcuen-ca Lamar ha tenido la segunda proporción más alta de cubierta nativa del suelo a través del tiempo, con aproximadamente el 89% en 2010, seguida

por la microcuenca Mesapata (66% en 2010). La microcuenca Pilisurcu es la que ha presentado la menor cantidad de cobertura del suelo nativa, con menos del 40% en el 2010.

Páramo arbustivo contiene elementos leñosos y herbáceos.

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Microcuenca Área (ha)

Rango de Ele-vación (m)

Elevación Media

Rango de la pendiente (%)

Pendiente Media (%)

Estero Sin Nombre

67.4 2920 to 3500 3176 0 to 132 56

Lamar 115.02 2867 to 3500 3190 0 to 165 67Pilisurcu 13.5 2860 to 3080 2971 0 to 106 41Mesapata 83.3 2659 to 3220 2942 0 to 170 59

Tabla 1. Características del terreno de las cuatro microcuencas monitoreadas.

Microcuenca Año1963 1977 1980 1989 2000 2010

Estero Sin Nombre 100 100 100 100 100 100Lamar 92 92 92 87 88 89Mesapata 78 70 74 66 67 66Pilisurcu 7 18 15 19 30 38

Tabla 2. Porcentaje (%) de suelo de la microcuenca con cobertura nativa (bosques, páramo o páramo arbustivo) a través del tiempo.

Figura 1. Porcentaje de suelo de cada microcuenca con cobertura nativa (bosques, páramo ar-bustivo, páramo) a través del tiempo.

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1963 1977 1980 1989 2000 2010

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AñoESTERO SIN NOMBRE LAMARMESAPATA PILISURCU

Estero Sin Nombre

La cantidad total de cobertura nativa del suelo en la microcuenca del Estero Sin Nombre ha sido del 100% desde 1963 (tasa de cambio anual del 0%) (Figura 2). Sin embargo, las cantidades relativas de bosques, páramo arbustivo y páramo han cam-biado. Los incrementos en bosque y páramos ar-bustivos, y una disminución correspondiente en páramo entre 1963 y 2000, son evidentes en la parte sur de la microcuenca del Estero Sin Nom-bre, al igual que lo observado en la microcuenca de Lamar (Figura 3). Estos cambios podrían de-berse a la disminución de las quemas antropogé-nicas en el páramo y un correspondiente incre-mento de elementos leñosos en toda esa zona. Nótese que una pequeña parte (<2%) de la mi-crocuenca Estero Sin Nombre no fue cubierta por la foto de 1977. Para este análisis, se asumió que esta zona estaba cubierta de bosques, so-bre la base de fotografías anteriores y posteriores (1963 y 1980) que muestran bosques en esta área.

Figura 3. La cobertura boscosa aumentó entre 1963 y 2010 en la microcuenca Estero Sin Nombre en el ecotono del bosque y páramo (localización de las flechas).

Figura 2. Clases de cobertura del suelo de la microcuen-ca Estero Sin Nombre a través del tiempo.

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1963 1977 1980 1989 2000 2010

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Año

Estero Sin Nombre

Bosque PáramoPáramo arbustivo Cobertura no nativa

Lamar

La cantidad de pastizales en la microcuenca Lamar fue ligeramente superior en 2010 que en 1963 (Figu-ra 4). La conversión de bosques a pastizales es evi-dente en el centro y en el extremo norte de la micro-cuenca a partir de 1980 (Figura 5) a una tasa anual de cambio de aproximadamente 0,1% entre 1980 y 2010. Antes de 1980, la tasa de cambio fue del 0%.

Una disminución del páramo entre 1963 y 2000 debida a la expansión de bosques y pára-mo arbustivo es evidente en el extremo sur de la microcuenca Lamar, similar a lo observa-do en la microcuenca del Estero Sin Nombre.

Se debe tener en cuenta que parte de esta mi-crocuenca está oscurecida por distintivos del IGM en la foto de 1977. Para este análisis, las zonas que fueron pastizales en las fotos an-teriores y posteriores (1963 y 1980) se asu-men también como pastizales en el año 1977.

Figura 5. Los cambios en la cobertura del suelo y uso del suelo entre 1963 y 2010 en la microcuenca Lamar incluyen la expansión de los pastizales, así como una disminución del páramo debido a que el bosque y el páramo arbustivo se han extendido en forma ascendente.

Figura 4. Clases de cobertura del suelo de la micro-cuenca Lamar a través del tiempo.

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1963 1977 1980 1989 2000 2010

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Año

Lamar

Bosque Páramo

Páramo arbustivo Cobertura no nativa

Pilisurcu

La cantidad de cobertura boscosa se ha incre-mentado desde 1963 en Pilisurcu (Figura 6). Los cambios se han producido en los bordes de la microcuenca (Figura 7). Según el Dr. White, gran parte de esta área fue deforestada a media-dos de la década 1950. A partir de entonces, las especies leñosas se invadieron y han expandido hasta los bordes de los pastizales. Se conoce que el uso del suelo de esta microcuenca es princi-palmente pastos para alpaca, los mismos que no se encuentran en las microcuencas vecinas.

Figura 7. La cobertura boscosa aumentó en los bordes de la microcuenca Pilisurcu entre 1963 y 2010.

Figura 6. Clases de cobertura del suelo de la microcuen-ca Pilisurcu a través del tiempo.

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1963 1977 1980 1989 2000 2010Porc

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Año

Pilisurcu

Bosque Páramo

Páramo arbustivo Cobertura no nativa

Mesapata

La cobertura boscosa en 2010 fue de casi 10% me-nos que en 1963 (Figura 8). Los cambios se pro-dujeron en gran parte entre 1963 y 1989 a una tasa anual de variación de 0,7%, con la cantidad de cobertura de especies no nativas relativamente constante durante los últimos 20 años (disminu-yendo la tasa de cambio anual a 0,4% durante el período de tiempo completo). Las imágenes dejan ver que la pérdida de cobertura boscosa se relacio-na con el avance ascendente del pastizal (Figura 9).

Figura 9. La expansión de la frontera agrícola en la microcuenca Mesapata se ha traducido en una pérdida de la cobertura boscosa entre 1963 y 2010.

Figura 8. Clases de cobertura del suelo de la micro-cuenca Mesapata a través del tiempo.

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1963 1977 1980 1989 2000 2010Porc

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Año

Mesapata

Bosque Páramo

Páramo arbustivo Cobertura no nativa

DISCUSIÓN

Fuentes de error

La calidad de las fotografías aéreas varía de año a año y afectó la precisión de este análisis. Como ejemplo, algunas de las fotos tenían un contraste relativamente pobre. Aunque la calidad de las imá-genes como el contraste fue calibrado con el uso de software de edición de imagen de Adobe y dentro de ArcGIS, los problemas no fueron eliminados to-talmente. El resultado de estas variaciones en la ca-lidad de las fotos es la de que la precisión de la de-limitación de la cobertura boscosa probablemente varía a lo largo de los años. La magnitud de este error es mayor en la microcuenca Pilisurcu, debido a su pequeño tamaño (es decir, los pequeños erro-res son proporcionalmente mayores aquí). A pesar de que la cantidad de bosques en un año dado pue-de haber sido ligeramente menor o sobreestimada, la ventaja de tener múltiples períodos de tiempo para el estudio es que se puede discernir con re-lativa facilidad la tendencia temporal más amplia.

Aunque las fotos fueron georeferenciadas y ortho-rectificadas hasta dentro de un grado aceptable de error (Anderson 2010), algunos ligeros registros erróneos espaciales entre las fotografías se hicieron evidentes en el área de estudio. En otras palabras, se encontró que un lugar determinado en el suelo estaba en localizaciones ligeramente diferentes en las imágenes. Debido a este error de posición, no se usó ningún método explícito de detección de los cambios espaciales (por ejemplo, pixel por pixel).

Cambios en la cobertura del suelo y en el uso del suelo

La importancia de este estudio radica en el hecho de encontrar que los patrones en la cobertura del suelo y el uso del suelo en las microcuencas de es-tudio han cambiado poco a lo largo del tiempo. En su mayor parte, las áreas dominadas por pastizales en 1963 siguen siendo pastizales, y gran parte de las áreas boscosas ha mantenido su cobertura. Uno de los objetivos principales de este estudio histó-rico de uso del suelo/cobertura del suelo fue el de proporcionar datos para probar nuestra hipótesis

de que los llamados “paisajes heredados”, aquellos que fueron talados para pastizales, pero que más tarde fueron abandonados para volver a ser bos-ques, dejarían efectos duraderos en la captación y retención de agua, a través de su efecto en la cali-dad del suelo. Sin embargo, este estudio no identi-ficó una presencia significativa de los paisajes he-redados y en cambio sugiere, un ambiente estable y un consistente uso del suelo a través del tiempo, con tasas relativamente bajas de cambio. Estos re-sultados corresponden con aquellos de Jokisch y Lair (2002), mostrando un manejo de la conserva-ción orientado al largo plazo, bajo estas particula-res características del área de estudio (de hecho, las microcuencas Estero Sin Nombre y Pilisurcu han sido parte de una reserva privada desde mediados de la década de 1980). Sin embargo, estos resulta-dos probablemente no son representativos al resto de la subcuenca del Mazar y de sus alrededores, así como a otras áreas de estudio en los altos Andes donde se han presentado perturbaciones mayo-res surgidas a partir de la Reforma Agraria de los años 1960/1970, así como la emigración más re-ciente después del colapso económico en el 2000.

Este estudio también ha señalado que entre 1963 y 2010 la deforestación relacionada con la expan-sión de los pastizales se ha producido dentro de las microcuencas Lamar y Mesapata, pero no se ha dado dentro de las microcuencas Estero Sin Nombre y Pilisurcu. Esta diferencia es importante resaltar, dada la proximidad geográfica y la simi-litud de la capacidad agrícola que se asume para las cuatro microcuencas. Una posible explicación a estas diferencias constituye la accesibilidad, como por ejemplo en la microcuenca Estero Sin Nom-bre. A diferencia de las otras tres microcuencas, en Estero Sin Nombre no hay una vía de acceso. La cercanía a las vías ha mostrado estar relacionada con las tasas de deforestación en otras zonas, de-bido a que las vías facilitan el movimiento de per-sonas y materiales (Chomitz y Gray, 1996; Geitz y Lambin 2002; Pfaff et al. 2007). Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la cobertura nati-va del suelo ha sido mantenida en la microcuen-

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ca Estero Sin Nombre desde la década de 1990.

No solamente ha habido relativamente poca defo-restación en el área de estudio a través del tiempo, sino algunas áreas han aumentado su cobertura boscosa. Un incremento de la cobertura bosco-sa, como se observa en la microcuenca Pilisurcu, puede ocurrir en la región, en donde los árboles han podido regenerarse en tierras previamente taladas, o en lugares en donde los pinos exóticos han sido plantados para incrementar la capta-ción de carbono o para la producción de madera (Buytaert et al. 2007). También se observa en este estudio el proceso de vegetación leñosa sustitu-yendo a la vegetación herbácea del páramo, dan-do lugar eventualmente a un avance gradual del bosque montano. Esta “reforestación” del páramo en el ecotono, como se observa en las microcuen-cas Estero Sin Nombre y Lamar podría ser el re-sultado directo de que el propietario actual (quien es el dueño de la tierra desde la década de 1980) no quema el páramo en su propiedad. La quema regular del páramo es una práctica muy común en los Andes, debido a que los brotes tiernos que crecen luego de esta práctica, proporcionan una mejor nutrición para los animales de pastoreo. La ausencia de incendios en las microcuencas Es-tero Sin Nombre y Lamar explicaría por qué los cambios observados en el uso del suelo no si-guen la tendencia esperada de un mantenimiento y/o incremento del páramo a lo largo del tiempo.

Trabajos futuros y recomendaciones

Este estudio documenta los patrones actuales del uso del suelo dentro de cuatro microcuencas en la subcuenca del río Mazar, y proporciona da-tos históricos del uso del suelo para fortalecer las conclusiones acerca de los usos actualmente ob-servables. Esta información será relacionada con datos acerca del flujo del agua superficial que es-tán actualmente siendo recolectados y se obten-drán conclusiones sobre los efectos de la conver-sión de la cobertura nativa del suelo a pastizales sobre la hidrología. La capacidad de extraer con-clusiones del efecto hereditario, o de los usos del suelo históricos, sobre el flujo de agua superficial

actual requerirá contar con otras microcuencas donde existan diferencias evidentes en cuanto al cambio en el uso del suelo a través del tiempo.

Por último, una mejor comprensión de las propie-dades biofísicas del suelo, con un enfoque particular en la compactación y la infiltración, fortalecería los resultados presentados en este informe y amplia-rían nuestra comprensión de la hidrología de los ecosistemas de altura bajo diferentes usos de suelo.

AGRADECIMIENTOS

Las opiniones expresadas en este documento son mías y asumo toda la responsabilidad por cual-quier error o mala interpretación. Quisiera agrade-cer a Catherine Schloegel, Will George Anderson y Lucas Achig por sus valiosos comentarios que mejoraron este documento. Este proyecto fue po-sible debido al trabajo de orthorectificación y digi-tación que realizaron Sonya Warner y Will George Anderson. Por último, pero no menos importante, agradezco también a Wilson Reinoso, Sebastián Cedillo y Patricio Padrón por su ayuda en el campo.

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Mapa 1. El área de estudio consta de cuatro microcuencas (Estero Sin Nombre, Lamar, Pilisurcu y Mesapa-ta) dentro de la subcuenca Mazar, adyacente al Parque Nacional Sangay en Ecuador.

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REFERENCIAS

Anderson, W. 2010. Technical Report: Analy-sis of Historical Land Cover of the Nudo del Azuay using Aerial Photos (Stage 1 of 2, Or-thophoto Generation). 21 pgs. Obtenido el 28 marzo 2012 del http://www.cordilleratropical.org/es/noticias/publicaciones/publicaciones.html

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