+ All Categories
Home > Documents > APRENDA A SER LÍDER - GAINES S. DOBBINS

APRENDA A SER LÍDER - GAINES S. DOBBINS

Date post: 27-Nov-2015
Category:
Upload: daguise
View: 558 times
Download: 80 times
Share this document with a friend
Description:
Libro Completo
Popular Tags:
103
BIBLIOTECA ELECTRÓNICA PARA EL MAESTRO EL MAESTRO COMO SU PERSONA APRENDA A SER LÍDER por Gaines S. Dobbins EDITORIAL MUNDO HISPANO © 2007
Transcript

BIBLIOTECA ELECTRÓNICA PARA EL MAESTRO

EL MAESTRO COMO SU PERSONA

APRENDA A SER LÍDER por Gaines S. Dobbins

EDITORIAL MUNDO HISPANO © 2007

APRENDA A SER

LÍDER

AUTOR

GAINES S. DOBBINS

VERSIÓN CASTELLANA

SARA P. DE MOLINA

La versión inglesa intitulada, Learning to Lead por Gaines S. Dobbins fuepublicada por The Sunday School Board of the Southern Baptist Conventiony la versión castellana es publicada con su permiso. Copyright ©1968

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES

A mis estudiantes alrededor del mundoque son ejemplo tanto en la dirección como

en el servicio

IndicePrefacio

1. SE PUEDE APRENDER A DIRIGIR

2. EL DISTINTIVO CRISTIANO

3. LAS CONDICIONES ESENCIALES

4. EL PROGRESO POR MEDIO DE LA PREPARACIÓN PLANEADA

5. LA TAREA, LOS OBJETIVOS, LOS METODOS

6. LOGROS OBTENIDOS POR MEDIO DE LA COLABORACIÓN

7. NUEVOS METODOS PARA LA ACTUALIDAD

8. EL COSTO Y SUS RECOMPENSAS

ESCALA PARA CLASIFICARSE

PrefacioMuchas veces he dirigido estudios de investigación en distintas iglesias con elfin de mejorar sus procedimientos de trabajo y obtener mejores resultados. Alpastor, a los miembros de los cuerpos directivos, a los diáconos, a los oficialesde la iglesia, a los jefes de los diversos comités y a los obreros representativos,a todos les hice la pregunta: ¿Cuál es, en su opinión, la necesidad más grandede la iglesia? Las respuestas fueron muy variadas — desde una mayorconsagración hasta un edificio mejor con su equipo necesario, peroinvariablemente esas respuestas estaban concentradas alrededor de unadirección consagrada, competente, concienzuda.

En distintas ocasiones me he encontrado con grupos de ciudadanos interesadosen estos asuntos y les he hecho la misma pregunta refiriéndome a lasnecesidades de la comunidad. Una vez más, las respuestas eran muy variadas— desde un mayor patriotismo hasta un nuevo edificio escolar. Entonces seformuló esta pregunta: ¿Qué necesidad está latente debajo de todas estasnecesidades, y es la primera a la cual debe prestársele atención, después que sehayan cubierto las demás? Casi invariablemente la respuesta era: Unadirección, voluntaria, responsable digna de confianza. Los dirigentescapacitados atraen a los seguidores leales y colaborando los unos con los otrospueden llevar a cabo todo lo que sea necesario hacer.

Este libro está dirigido, en primer lugar, a las iglesias que sienten la necesidadde mayor número de dirigentes mejor preparados, y también a lascomunidades, instituciones y empresas. Es un libro que trata más bien de losprincipios que de los métodos, aunque se indican maneras eficientes de dirigir.Se parte de la suposición básica que en casi todas las iglesias, así como enotras organizaciones, existe un número suficiente de dirigentes en perspectivaque podrían ser garantía de éxito. Pero es necesario descubrir a esos dirigentes,alistarlos, motivarlos, desarrollarlos y orientarlos.

Las condiciones previas para una adecuada dirección son: la comprensión de lanecesidad crítica y del significado y naturaleza de la dirección cristiana, que seaclaren bien las condiciones esenciales, la provisión de un plan adecuado deadiestramiento, acuerdo entre los fines que se persigan y los métodos nuevosde aprender a dirigir, una plena conciencia del costo y una igualmente plenaseguridad en los resultados.

Cómo llenar, en cierta medida, estas condiciones es el objetivo de estosestudios.

El autor reconoce con agradecimiento su deuda contraída con infinidad deestudiantes que, con él, estudiaron el curso sobre la dirección en las clases delseminario; igualmente se reconoce deudor a un gran grupo de líderesdenominacionales, en cuya compañía hizo un servicio muy agradable ytambién a la multitud de obreros de las iglesias a los cuales tuvo el privilegiode guiar en las conferencias sobre la dirección tanto en el territorio nacional,como en el extranjero. También se reconoce deudor a los editores por elpermiso concedido para citar material amparado por los derechos de propiedadliteraria y a Thomas Nelson e Hijos por el uso de La Versión RevisadaStandard de la Biblia para las referencias de la Escritura. Los trozos de poesíahan sido tomados de Obras Maestras de Poesía Religiosa, editado por JamesDalton Morrison, Harper and Brothers, Publicistas, todo lo cual se ha usadocon el permiso debido.

1. — Se Puede Aprender A DirigirEste libro trata de usted, de su capacidad para dirigir, de su responsabilidad, dela urgente necesidad de sus servicios, de su preparación y de las condicionesque reúne para dirigir. De su concepto del significado de la dirección cristiana,sus motivos y sus métodos, los recursos de equipo de que dispone y sumejoramiento. Su relación con los compañeros de trabajo, sus horizontes enconstante estado de ampliación, los costos y recompensas de una dirección fiel.

Algunas Afirmaciones Básicas

Se da por sentado que usted es un cristiano y miembro de una iglesia. Que subautismo simbolizó su ingreso en una nueva vida en Cristo; que usted se hacomprometido a creer lo que él enseñó y a obedecer lo que él mandó, y queusted sinceramente desea que su vida sea valiosa en la comunión de servicioscon otros cristianos que participan de sus ideales.

Más aun, se supone que usted puede continuar aprendiendo hasta el fin de susdías. La edad y las circunstancias pueden limitar su aprendizaje académicopero no su educación. ¡Usted puede seguir aprendiendo! La evidencia de estoes demasiado abundante para que este aserto necesite discusión. Es cierto quehay personas que no pueden aprender, pero usted no es una de esas personas,de lo contrario, no estaría usted leyendo estas líneas.

También se da por sentado que usted desea saber más acerca del qué, el porqué y el cómo de la dirección — las tareas de la dirección en la iglesia y fuerade ella; cómo se deben realizar estas tareas y por qué usted debe responder alllamamiento para prepararse o para aceptar ahora una posición deresponsabilidad como dirigente.

Se supone que no es suficiente el estudiar la manera de cómo dirigir si ello nova acompañado de la experiencia bajo la dirección adecuada. Las líneasgenerales que se proponen en este estudio llevan el propósito de que seapliquen en situaciones reales. Por lo tanto, se sugieren pruebas paradeterminar las actitudes, las actividades y los resultados obtenidos mientrasusted y sus colaboradores buscan construir, bajo la dirección de Cristo, unaiglesia que esté a la altura de las demandas que de ella hace un mundo tandifícil como lo es el mundo actual.

Se acepta como un hecho que los dirigentes nacen y se hacen. Hay cualidadesheredadas genética y socialmente que inclinan a algunas personas más que aotras hacia la dirección de otros y usted hará muy bien si examina y evalúa estaherencia. Después, también hay cualidades que se pueden adquirir por medio

de los procesos del aprendizaje y de la experiencia, y estos son los procesosque usted necesita entender y practicar. La preparación para dirigir y laefectividad que se pueda alcanzar, demandan condiciones de las cuales ustednecesita darse cuenta y sopesarlas detenidamente. Estos son requisitos con loscuales hay que enfrentarse. Y así como no existe “un camino real para adquirirconocimientos” tampoco no hay un camino fácil para ejercer la direccióncristiana. Es preciso pagar el precio, si se quiere alcanzar los resultados.

Usted Puede Aprender a Dirigir — y a Dirigir con Mejor Exito

Es muy cierto que usted ha sido creado “de una manera maravillosa eimpresionante”. De todos los billones de personas que han existido y que vivenen la actualidad y todas las que seguirán existiendo, no hay ni habrá una solaque sea exactamente igual a usted. Su herencia biológica va hacia atrás enlínea ininterrupida hasta llegar al primer hombre y a la primera mujer quefueron creados a imagen y semejanza divina. Sus características son unamezcla en razón decreciente desde sus antecesores más inmediatos hasta losmás remotos. Como ser humano, usted representa la corona de la creación deDios.

Además de su herencia biológica, usted posee una vasta herencia social. Ustedvio la luz en una cierta comunidad y, como es natural, ha recibido lasinfluencias directas de la manera de vivir de ese ambiente. Usted procede decierto grupo racial y necesariamente adoptó su manera de hablar, sustradiciones, costumbres y puntos de vista. Más tarde llegó a ser ciudadano deuna nación y consecuentemente, asumió determinadas responsabilidades yaceptó ciertos privilegios.

Usted recibió una educación en las escuelas que usted escogió y sus maestros,consciente o inconscientemente ejercieron su influencia sobre usted. Con eltiempo llegó a la madurez en un ambiente político, cultural y económico quecontribuyó a modelarlo a usted más de lo que usted se modeló a sí mismo. Lascreencias y prácticas religiosas que usted haya adquirido, provienen en granparte de sus padres, sus maestros, pastores, compañeros y los libros que ustedhaya leído. “Yo soy parte de todo lo que ha estado en contacto conmigo”, no esuna ficción poética, sino una verdad literal.

Usted fue dotado con la facultad más importante que Dios haya concedido asus criaturas — la de la selección moral. Es verdad que usted ha sido moldeadopor las circunstancias de su nacimiento y de su ambiente, pero desde la edad enque se manifiesta el raciocinio, usted ha sido responsable por todas lasdecisiones que se ha visto obligado a tomar. Suya fue la decisión de si ustedhabría de ser un orgullo o un descrédito para su familia y para la sociedad en

que vivía; usted fue el que decidió si habría de aprovechar o tirar por la bordasus oportunidades educacionales, así como también decidió si habría de ser unciudadano digno o indigno; igualmente usted fue el que decidió si habría deabandonar el pecado y seguir a Jesús o si habría de seguir la vida de pecado yrechazar al Salvador.

Puesto que las decisiones que usted ha tomado a través de su vida han sido ensu mayoría siguiendo una línea recta, usted tiene que decidir ahora qué clasede cristiano y qué clase de miembro de iglesia va a ser en lo sucesivo: activo, oinactivo, uno que carga pesos o uno que se apoya en los demás, un dirigente oun seguidor en el campamento. Parándose en posición de “firmes” ustedpregunta: “Señor, ¿qué quieres que yo haga? Con tu ayuda puedo ejecutar loque me ordenes.”

La palabrita “puedo” significa tener la capacidad física, mental, social, legal yespiritual. Significa poseer las cualidades y condiciones necesarias para laconsecución de determinados fines o propósitos. Eso quiere decir que laspotencialidades heredadas pueden traducirse en realidades. Esto quiere decirque usted puede ser lo que quiere ser y puede alcanzar lo que usted quieretener si usted responde a las condiciones necesarias.

Cuando usted dice: “Yo puedo”, está movilizando fuerzas de las cuales tal vezni usted mismo se dé cuenta. Se dice que la persona corriente no desarrolla yutiliza más que una décima parte de su capacidad latente. ¿Por qué razón ustedno podría, eventualmente, llegar a ser notable como pintor, músico, escultor,arquitecto, científico, doctor, escritor, industrial, ingeniero. abogado oprofesional en cualquiera de las múltiples carreras a escoger? Hay que tenerpresente que el tiempo no alcanza y los límites del promedio de vida no sonsuficientes para destacarse en un solo campo. Pero, tal vez, usted podríahacerlo si tuviese el tiempo y la determinación necesarios.

Cuando usted dice: “Yo puedo llegar a ser y seré el mejor dirigente que sepueda encontrar en la obra de Cristo”, usted no solamente está liberandofuerzas que le ayudarán a alcanzar los mejores resultados en otras direcciones,sino que usted está abriendo las compuertas de los recursos divinos que puedenhacer surgir lo mejor que haya en su personalidad.

Cuando usted afirma “yo puedo” usted acepta el entrar en sociedad con Cristoy con sus hermanos cristianos.

Usted puede aprender.

Usted empezó a aprender en el momento de nacer y ha seguido aprendiendodesde entonces. Las palabras “poder” y “conocer” están íntimamente

relacionadas en su etimología. Saber y hacer son correlativas la una de la otra(en inglés) dependiendo la una de la otra. Los animales tienen una capacidadinstintiva limitada para aprender, pero los conocimientos del hombre soninfinitamente más vastos tanto en cantidad, como en calidad. Se afirma que elcerebro mecánico puede aprender, pero también se afirma que para igualar alcerebro humano, ese cerebro mecánico tendría que ser más voluminoso que elEmpire State Building y adquirir una complejidad que supera a todo loimaginable.

La manera como aprendemos es el tópico de mucha investigación moderna. Elaprendizaje comprende tres factores importantes: Un sistema maravilloso pararecibir y transmitir las situaciones del estímulo y la asociación y direcciónhumanas. Dada la existencia de las condiciones más ventajosas, el potencialpara el aprendizaje humano no reconoce límites. Mientras los astronautas seocupan de explorar el espacio exterior, los psicólogos exploran el mundointerior de la conciencia. Ambos grupos nos traen la misma respuesta: Ustedpuede aprender; a la cual añaden lo siguiente: Usted debe seguir aprendiendosi ha de sobrevivir. La calidad y cualidad de su aprendizaje — y el de otraspersonas como usted — determinará el futuro de la raza humana.

La facultad de dirigir es una de las más preciosas y más necesarias de lascapacidades humanas: es un arte que es necesario aprender.

Ordway Tead en su obra El Arte de Dirigir describe al director como

“un artista — un artista que trabaja en un medio que es a la vez complejo yuniversal. Su material está compuesto de individuos. Y exactamente de lamisma manera como la tarea del artista es la organización de ideas omateriales, si se propone alcanzar la ejecución de alguna obra de arte, elacoplar los deseos humanos y la energía en relaciones organizadas seconvierte en una labor de arte depurado.” (p. 33).

Puede ser que los artistas se hallen dotados por la naturaleza de ciertascualidades que les sirvan de ayuda, pero eso no puede tomar el lugar o suplir alentusiasmo, la práctica, la dedicación, el trabajo. Para dirigir se requiere unconocimiento del proceso, estar familiarizado con el campo en el cual se opera,comprensión y amor para las personas, habilidad en el modo de operar y unmotivo poderoso. Si se ha de rendir una labor exitosa al dirigir, es necesarioreunir estos requisitos. Estas son las condiciones que usted puede reunir. Por lotanto, ¡usted puede aprender a dirigir!

Usted Necesita un Claro Concepto del Arte de Dirigir

El arte de dirigir necesita una definición más cuidadosa. Existen muchosconceptos equivocados que gozan de cierta popularidad. Se puede pensar en undirigente como el hombre que posee el automóvil más grande y más potente yque va a la cabeza de la lenta procesión. O tal vez se piense en el directorcomo “el jefezón” que se sienta ante su escritorio de caoba rodeado desecretarios y ayudantes. O puede ser que cuando pensamos en uno que dirigenos representemos al hombre que está al frente de un ejército o de unacorporación, o institución, y que puede decirle a uno “Vé, y va; y al otro: Ven,y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace” (Mat. 8: 9). O también la imagendel dirigente puede ser la de un campeón musculoso y popular que va al frentede una causa que atrae a seguidores que lo secundan. O puede ser quepensemos en un genio que por su destacada capacidad es reconocido como elprimero en su campo. Algunas veces el que dirige es un individuo que esaceptado y seguido porque promete conseguir para sus fieles las ventajas queestos desean para sí mismos. La idea común en todos estos conceptos del jefe oguía es la de dominio, superioridad y mando sobre los demás. Esta no es laclase de jefatura que su iglesia necesita. Se necesita de usted para servir, y nopara ser servido.

Se le Necesita a Usted como Director

Supongamos que se reúne el concilio de la iglesia — el pastor, el cuerpoadministrativo, los oficiales de la iglesia, los representantes de las diversasorganizaciones de la iglesia y que la pregunta motivo de discusión fuese:¿Cuál es nuestra mayor necesidad? Indudablemente, las respuestas habrían deser muy variadas; una mayor consagración, un esfuerzo mayor por llegar hastalos que no han sido tocados por el mensaje; el uso de mejores métodos; másedificios y mejores facilidades; un aumento en el sostenimiento financiero, unamayor efectividad evangelista y misionera; mayor interés en las necesidades dela familia, en los individuos y en la comunidad.

Supongamos que la pregunta se enfocase entonces de esta manera: ¿Cuálesson las necesidades más amplias además de las de la iglesia misma?(incluyendo las de la comunidad, el estado, la nación, el mundo y ladenominación). Una vez más las respuestas habrían de ser muy variadas:mejores hogares y escuelas, normas morales más elevadas, el mejoramiento delas relaciones raciales, mejores condiciones económicas, mejor gobierno,mejor uso de la moderna tecnología, paz y buena voluntad entre las naciones,unidad denominacional y progreso misionero.

¿No se siente una pregunta latente que necesita ser contestada antes de queninguna de estas necesidades pueda ser cubierta con efectividad? ¿Cuál es lanecesidad que si no es atendida hace improbable la solución de cualquiera delos demás problemas? La respuesta surgirá casi unánime: Una direccióncapacitada, responsable, digna de confianza. Esa clase de jefatura,debidamente orientada, sin motivos egoístas para alcanzar los fines másconvenientes, ha de atraer a seguidores leales e inteligentes que puedeneventualmente, llegar a hacer todo lo que sea necesario hacer. Sin jefes yseguidores de esa calidad, cualquier empresa está condenada al fracaso mástarde o más temprano.

Con esa clase de jefes y seguidores, el éxito final está asegurado.

Lo triste del caso es que en el mundo de hoy, esa clase de condiciones paraejercer una jefatura, está muy escasa. Y ésta es la realidad, tanto en la iglesia,como en el estado, en el mundo de los negocios, en la industria, en lasprofesiones y en la sociedad organizada en general. Esa escasez es más delamentar por la complejidad creciente de la vida y el aumento sin precedentesde la población, la congestión y la desintegración de las ciudades. Laincidencia progresiva de la inmoralidad y del crimen, y los antagonismos queamenazan la paz de las comunidades, de las naciones, y del mundo.

¿De dónde va a salir la provisión de esas facultades de dirección que con tantaurgencia se necesitan? ¿Podemos confiadamente apelar al medio instrumentalde las masas, las escuelas, los partidos políticos, las organizaciones sociales eindustriales, las profesiones educacionales, las sociedades filantrópicas? Cadauna de las anteriormente mencionadas puede desempeñar su papel, pero laúnica institución adecuada para esa tarea es la iglesia de Jesucristo,funcionando de acuerdo con los principios y patrones del Nuevo Testamento.¿Se contempla usted a sí mismo dentro de este marco? Se le necesita a ustedcomo director.

Se necesita que usted dirija en el campo de acción cristiana.

Jesucristo se encuentra donde hay acción. El nunca se propuso que suadoración y servicio quedaran encerrados entre las paredes de un edificio.Durante su ministerio, él predicó y enseñó e hizo sus obras más a menudo enlas calles, en el mercado, en la ladera de una montaña o a la orilla del mar másque en el templo o en la sinagoga. Y es de notar que siempre repudió elinstitucionalismo estrecho de los líderes religiosos.

Pablo personificó el espíritu del Maestro al hacer oír su testimonio en el calorde la intensa oposición de la controversia.

La iglesia no es una institución sociopolítica ni una empresa mercantil. Pero,sí, tiene la responsabilidad de empapar las relaciones sociales y económicascon los principios cristianos. Puede ser que la iglesia no consiga sus mejoresresultados por medio de la acción directa, pero sí puede, por medio de susmiembros, dirigir la acción con efectividad. Tal dirección puede hacerse en elespíritu de amor, aún para los enemigos. Sin embargo, el amor puede, a veces,ser tan franco y severo como lo fue Jesús en sus acusaciones contra losfariseos.

Existe un “muro de separación” entre la iglesia y el estado, pero esto nosignifica que estén absolutamente separados el uno del otro. Debe haber unapuerta en el muro por la cual la religión y la política puedan ir y venir encomunicación libre y colaboradora.

Los políticos son mejores servidores del pueblo si son cristianos y loscristianos pueden ser mejores siervos de Cristo y de su iglesia si se ocupanhonorable y sabiamente de la política. Esto es una verdad en los negocios, enlas profesiones, e igualmente en todos los esfuerzos humanos.

El adiestramiento que los miembros de la iglesia reciben para ejercer unadirección cristiana debe ser útil cuando se lleva a la práctica en otras áreas deservicio. Es necesario que usted dé su cooperación en las situaciones en queusted sea llamado a dirigir por amor de Cristo y en su nombre.

Se necesita de usted para ayudar a reemplazar la maladirección por una buena.

Hay que reconocerlo — siempre habrá quien esté a la cabeza y dirija, sea parabien o para mal. Siempre ha habido, como hay en la actualidad, demasiadosdirectores malos. Jefes que han guiado en una mala dirección se encuentran entodas las esferas de la vida, en la religión, en la política, la industria, laeducación, las profesiones, los medios de comunicación, las diversiones, losdeportes, en fin, en donde quiera que uno fije la vista.

Muchos cristianos se lamentan de esta desafortunada situación pero, sinembargo, se niegan a buscar o a aceptar las responsabilidades del líder. Seexcusan a sí mismos, aduciendo que se encuentran demasiado ocupados, o queno quieren comprometerse, o que carecen de las aptitudes o inclinacionesnecesarias, o que cualquier otro lo puede hacer mejor que ellos. Son como loshombres de la parábola que fueron invitados a la fiesta, e inventaron excusasinsustanciales para no hacer lo que realmente no tenían deseos de hacer. Selibraron de tener que asistir a la fiesta, pero ellos mismos se cerraron la puertade la oportunidad para siempre.

Las consecuencias de una mala jefatura son de largo alcance e ineludibles. Elargumento “eso no es incumbencia mía”, es falaz. El motín dirigido porextremistas raciales puede destruir tu propiedad lo mismo que la del vecino. Elpolítico demagogo que consigue la influencia del poder puede hacer que tunegocio vaya a la bancarrota. El agitador en la iglesia puede sembrar la semillade la discordia en la iglesia y alejar a tus hijos de Cristo. Aun en el nivel de losintereses personales, no se puede evadir la responsabilidad de dejarle el campoabierto a una mala dirección.

Ya en un nivel más elevado de lealtad a Cristo y al bienestar de los demás, ladirección mala tiene que ser sustituida por una buena. La iglesia, la escuela, lacomunidad, la nación, y el mundo en general, sufren cuando los malos son losque mandan. Cuando Faraón obstinadamente se negó a dejar salir al puebloescogido, las plagas cayeron sobre todo Egipto. Cuando los reyes de Israelhicieron lo malo ante los ojos de Jehová, toda la nación tuvo que sufrir porello. Las guerras, antiguas y modernas, han devastado la tierra a causa de laambición desmedida de parte de los malos gobernantes.

La historia actual lleva el recuento de la explotación de los débiles por parte delos más fuertes, y por mucho que nos escondamos no podemos sustraernos alhecho de que somos los guardianes de nuestros hermanos. La única manera depoder deshacernos de los jefes perniciosos es sustituyéndolos por jefes quereúnan las condiciones dignas. Y se necesita urgentemente de su ayuda parahacer esa sustitución.

Edmund Burke, un estadista inglés, lo expresó hace dos siglos:

“Todo lo que se necesita para el triunfo del mal en el mundo, es que loshombres buenos no hagan nada.”

Se necesita que usted dirija en su iglesia.

Cuando una iglesia es lo que debe ser, es una democracia espiritual. Lademocracia debe ser algo más que el derecho de elegir a sus oficiales. Unademocracia sostiene que el derecho a participar comprende el deber departicipar. En una democracia los gobernantes son los gobernados. Una iglesiaque siga la inspiración del Nuevo Testamento no puede delegar su autoridad aun “circulo íntimo” y de esta manera absolver a los demás miembros de laresponsabilidad de la dirección.

La dirección en una democracia es esencialmente una cuestión de iniciativa —ver y hacer lo que es necesario que se haga. El que se elija a una persona paraun cargo no la hace automáticamente un líder. Y el que dejen de elegir a uno,no lo absuelve de sus responsabilidades de dirigir. En la iglesia de Jersusalén,

los apóstoles tomaron la dirección por razón del nombramiento que Jesús leshabía dado. Pero “la multitud de los que habían creído era de un corazón y unalma” (Hech. 4:32). Todos ellos daban testimonio individual y colectivamente.

Su iglesia necesita de su cooperación como líder porque así es como ustedpuede alcanzar la madurez cristiana. Los padres prudentes saben que laresponsabilidad debe pasar de ellos a sus hijos si esos lujos han de estarpreparados para asumir los deberes de la vida madura. El hijo demasiadoprotegido llega a ser el hombre o la mujer “difícil”. Usted corre el peligro deconvertirse en un miembro “difícil” de la iglesia si usted acepta pasivamente ladirección de otros y nunca aprende a actuar bajo sus propias iniciativas. Elerror más grave consiste en no tomar parte activa en la vida y en el trabajo desu iglesia, aun en el caso de que obrando así cometa algunas veces un error.

Su iglesia necesita de que usted dirija porque así es como se robustece uncompañerismo vital. Un sinónimo de compañerismo es una sociedad. Un socioes uno que participa en las actividades con otro. Tal vez sea un socio “sin vozni voto” en cuyo caso está comprendido en las ventajas que pueda obtener y noen lo que por sí mismo pueda contribuir. Una iglesia compuesta principalmentede “socios pasivos” puede que tenga un presupuesto, pero no tendrá unahermandad. De la misma ma- nera como no hay salvación por poder, tampocopuede haber participación por poder.

El compañerismo de la iglesia no es automático — tiene que ser desarrolladoen una comunidad de fe y trabajo compartido. La iglesia se sentirá más débilen la medida en que usted y otros no sientan la responsabilidad de dirigir. Senecesita de su cooperación para que su iglesia sea una verdadera koinonia, unacomunidad cristiana.

Usted Necesita Responsabilizarse

La palabra “perdidos” adquiere mayor y más terrible significado a medida quela población aumenta y la amenaza de la destrucción del mundo se hace másominosa. Considérense los millones de vidas y los billones de dólares perdidosen las dos recientes guerras mundiales, las más destructivas en la historia.Considérese lo que se está perdiendo en la actualidad en factor humano y enimpuestos para pagar los gastos de las guerras presentes y pasadas. Vamos apensar en lo que se pierde por causa del crimen, la ignorancia, la ociosidad, lainmoralidad, la explotación, la pobreza y la negligencia. Reflexionemos sobrela felicidad perdida por los hogares destruidos y las vidas destrozadas.Pensemos en la pavorosa perspectiva que presenta el aumento de tanta pérdidaen todas éstas y en otras áreas en los años que nos quedan por ver. Si el cursode las cosas sigue así, puede que la civilización misma esté perdida.

En la misma iglesia, entre sus propios miembros, la palabra “perdido” tiene unsignificado oscuro y trágico. Haga un recorrido por las listas de la iglesia paradescubrir cuántos miembros se han perdido, sus direcciones desconocidas, surelación con la iglesia desaparecida. Si su iglesia es como la mayoría, elnúmero de los desaparecidos es aproximadamente un tercio de la membresíatotal. Continúe su investigación para determinar cuántos miembros residentespermanecen casi completamente inactivos, asisten muy rara vez a los cultos, siacaso asisten, no contribuyen con nada, no prestan servicio alguno, ni dantestimonio. Vamos a aceptar que son salvas sus almas si alguna vez creyeronen Cristo, pero evidentemente, en lo que respecta al momento presente, se haperdido su utilidad para la causa de Cristo y su iglesia. Y ésta es una pérdidaque debe causar dolor en el corazón de Dios. Tal vez esta vuelta hacia atrás noes completamente culpa suya. Tal vez la iglesia por su falta de direccióninteresada en esa clase de miembros es en parte culpable. Y usted es necesariopara conservarlos para Cristo.

El estar perdido en el sentido bíblico significa estar para siempre alejado deDios y de todo lo bueno. Y ésta es una condición infinitamente más terribleque todo lo que se pueda concebir en el plano humano. La palabra que Jesúsusó para infierno se traduce de gehenna, que era el nombre de un lugar cercade Jerusalén donde se quemaban todos los desperdicios.

El ser “arrojado al infierno” es verse para siempre arrojado del cielo para vivireternamente con el remordimiento del pecado no perdonado. Se cuenta que enuna clase de teología que explicaba el doctor W. T. Conner del SouthwesternBaptist Theological Seminary, un estudiante usó la palabra “infierno” de unamanera burlona. El profesor permaneció en silencio, se levantó y se paró antela ventana abierta mirando hacia afuera con una expresión adolorida en surostro. Entonces se volvió a la clase que estaba en sobrecogido silencio y dijo:“Nunca usen esa palabra a la ligera. Hay muchos que están en camino a eselugar.”

La verdad es que hay muchos que ya están allí, aun antes de morir, que vivenalimentándose de los desperdicios de la vida, cuando podrían estar disfrutandodel banquete del maná celestial. ¿Será de ellos mismos la culpa? Tal vez no latengan toda — tal vez nunca ha habido una persona que los buscase paraconducirlos a Cristo. El profeta describe esto muy gráficamente:

“Si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta … y viniendo laespada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, perodemandaré su sangre de mano del atalaya” (Eze. 33: 6).

Lector, se le necesita y se le da la comisión de guiar a los perdidos al Salvador,

“para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y dela potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdónde pecados y herencia entre los santificados” (Hech. 26:18).

Cuando los cristianos tienen verdadero interés suceden muchas cosas. No esmuy probable que nos pongamos a orar con verdadero fervor a menos quesintamos un peso en nuestros corazones, y la carga de la dirección tambiéntiene que ser experimentada en primer lugar.

¿Se siente usted intranquilo porque no desempeña una parte significativa en eltrabajo de su iglesia? ¿Le remuerde, a veces, la conciencia porque teniendouna responsabilidad para con su iglesia, la toma un poco a la ligera? ¿Se dausted plena cuenta de que la causa de Cristo sufre y su iglesia se debilita, siusted pasa por alto estas preguntas y no hace nada por remediar estasnecesidades?

El peso de la responsabilidad como director puede que no sea tan grave comouna falta personal, como una indiferencia ante la escasez de personasdispuestas a dirigir. Aunque usted se halle cumpliendo su parterazonablemente bien, puede que se encuentre como el soldado en la línea defuego que se ve acosado y en peligro si no llegan los refuerzos a tiempo.

Su iglesia se halla comprometida en la más crucial de todas las batallas — lalucha por las mentes y las almas de los hombres. Si se pierde esta batalla,significa que, eventualmente, se perderán todas las demás. La guerra delcristianismo es una guerra en la cual

“no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contrapotestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contrahuestes espirituales de maldad en las regiones celestes”,

escribe Pablo como si estuviese describiendo la situación actual, y entonceshace el enérgico llamamiento:

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el díamalo, y habiendo acabado todo, estad firmes … tomad el escudo de la fe, …el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios(Ef. 6:12-17).

Cada uno de los soldados en esta tremenda guerra espiritual es al mismotiempo un jefe y un subalterno — un guía en la pelea y un seguidor deJesucristo, y usted no es digno de estar alistado, a menos que, como él, sientagran interés por el resultado. Ethelwyn Weatherald lo ha expresado en lassiguientes líneas:

Se me ordena marchar a la peleaY si caigo herido o muerto en la batalla

O si salgo triunfador ¿qué es lo que importa?Si mi Dios será por siempre el triunfador.

No hay nada que más anhele el siervoSi no es hacer su parte con valor,

No se me ordenó vencer o ser vencidoFui enviado solamente a pelear.

Algo Sobre Que Pensar y por lo Cual Orar

¿Ha crecido usted con el concepto de que el jefe es una persona excepcionalpor razón de su cuna, su puesto, sus éxitos en la vida, o su genio? Si es así, ¿seha convencido ya de que estaba equivocado?

¿Qué indicaciones da su carácter acerca de su idoneidad real o potencial parallegar a ser un buen director?

¿Qué consecuencias se pueden sacar en su caso personal acerca de susposibilidades para poder desempeñar el papel de director, de acuerdo con lapremisa “usted puede aprender a dirigir”?

¿Qué condiciones dentro y fuera de la iglesia señalan la urgente demanda quehay de más y mejores guías y jefes?

¿Por qué la necesidad de personas que dirijan es la más imperiosa de todas lasdemás necesidades?

¿Qué otros campos hay, además de la iglesia, donde se necesiten urgentementedirectores cristianos?

¿Qué sucede si los cristianos se excusan de asumir la responsabilidad de ladirección y las fuerzas del mal son las que ocupan esos lugares?

¿Cuáles son los propósitos para los cuales su iglesia necesita inmediata yurgentemente su colaboración responsable?

¿Por qué debe usted responsabilizarse con esta necesitad?

2. — El Distintivo CristianoLa nota distintiva del líder, en el concepto tradicional popular, puede asumirdistintas formas. La imagen puede variar de acuerdo con el tiempo, lascircunstancias y la historia y la cultura del pueblo.

Imágenes Populares del Líder

Históricamente, la imagen del líder en la cual se piensa con más facilidad es ladel hombre excepcional, dotado con la facultad de mando. Lo primero que nosviene a la mente son los reyes, emperadores, papas, generales, obispos,presidentes, gobernadores, capitalistas, líderes laborales y otros por el estilo.Su cargo los inviste de autoridad y su jefatura es la que les concede su posiciónoficial.

Otra imagen del líder es la del activista. El se gana por derecho propio elpuesto de líder porque él es el que resuelve las cosas. El es el que ve unanecesidad y procede a organizar los recursos de que se dispone para resolverla.Puede tratarse de una necesidad material ya sea el mejoramiento de relacionesentre las personas, con libertad y justicia para todos. O la necesidad puede sermoral: hacer depuración de las condiciones que provocan la delincuencia, lainmoralidad o el crimen También la necesidad puede ser educacional; másescuelas y mejores y una mayor igualdad de oportunidades educacionales. Opudiera ser que se trate de necesidades espirituales: de destruir las barreras delpecado y aumentar el amor a Dios y al prójimo. Las personas que necesitanque haya acción a su al rededor vuelven los ojos a un activista de esta clasepara reconocerlo como su jefe y se convierten en sus seguidores y le brindansu apoyo.

Otra imagen que nos hacemos del líder es la del hombre de superiorinteligencia y originalidad. En el campo de las ideas se le acepta como guía.En este campo de dirección, cuando pensamos en mentes directoras,recordamos a los filósofos, teólogos, novelistas, dramaturgos, científicos einventores, los iniciadores de nuevas maneras de pensar y de creer. Sus ideasno siempre son aceptadas al principio y frecuentemente se ven perseguidos.Sin embargo, en último término, si no al principio, atraen un número deseguidores y llegan a ocupar un lugar en el salón de la fama como guías delpensamiento. Algunas veces el hereje de ayer se convierte en el pensadorortodoxo del mañana y el innovador de hoy puede ser más tarde rechazado porsus más afortunados sucesores.

La imagen del líder puede ser la del idealista. La función del idealista es la deconseguir el mejoramiento de la realidad. El ve lo que los demás ven pero ve

más allá. Más allá de la fealdad, él alcanza a percibir la belleza, por encima delmal, él ve el bien, más allá de la falsedad, él ve la verdad. El puede comunicarsu percepción interior por medio de la literatura, la música, la arquitectura, lapintura, o la oratoria — por cualquier medio artístico, en fin, en que le seaposible buscar y encontrar expresión. El puede combinar su percepción interiorcon su habilidad, de manera que su maestría se hace evidente al oyente y alque le contempla. Con el tiempo, lo que él produce llega a ser reconocidocomo “clásico”, es decir: de primera clase. Hasta puede ser que llegue a ser elfundador de una “escuela” de seguidores que aceptan sus ideales y seesfuerzan por imitarlos y perpetuarlos.

La imagen del líder puede ser la del hombre que se destaca en el campoespiritual. Su mayor interés se concentra en las cosas del espíritu, los valoresinvisibles de la vida, las relaciones entre lo humano y lo divino. En estacategoría pueden colgarse a los grandes fundadores de las religiones étnicas:Buda Confucio, Lao-Tse, Mahoma.

Cuando pensamos en los líderes espirituales, incluimos a los patriarcas delAntiguo Testamento: Moisés, Samuel, David, los videntes y los profetas deIsrael. Concedemos el puesto supremo de la lista de los idealistas a Jesucristo ydespués de él colocamos en la lista a los apóstoles, especialmente a Pablo. Lalista entonces se convierte en una larga narración de los guías del espíritu en lahistoria cristiana, desde el primer siglo hasta el día de hoy. Se les recuerdaporque ellos se esforzaron para que los hombres oyesen y siguiesen elllamamiento del Señor.

¿Qué nos revelan estas imágenes tradicionales y populares del líder? Engeneral, cinco cosas: Que él (o ella),

(1) es una persona excepcional;(2) que posee cualidades de autoridad;(3) que posee una capacidad y maestría poco comunes;(4) que exhibe rasgos de personalidad que llaman la atención; y(5) que ejerce influencia sobre los demás, que los convierte en sus seguidoresvoluntaria o involuntariamente.

Con mucha frecuencia, si no siempre, se combinan varias de estascaracterísticas en la misma persona, aunque una cualidad sea generalmente lapredominante. Por regla general, el líder es aceptado porque ayuda a susseguidores a conseguir lo que quieren o a ser lo que ellos desean. La medida desu grandeza se calibra en términos del éxito de sus logros o de sus perfeccionespersonales o por ambas cosas. Un guía de esa clase se destaca por encima delos hombres y mujeres ordinarios como un individuo extraordinario, al cual se

debe seguir porque en su posición o en su campo, él va a la cabeza de lamultitud.

El Concepto Revolucionario del Cristianismo

Se admite de una manera realista que hay y siempre ha habido personasexcepcionales que han asumido la dirección, unas veces para bendición de susseguidores y otras para maldición de los mismos. Pero el concepto de que losúnicos líderes son personas excepcionales, personas que son prominentes o quetienen poderes excepcionales, es un concepto que el cristianismo poneenérgicamente en tela de juicio.

Jesucristo reveló el verdadero distintivo de la dirección cristiana. El reunió asu alrededor un grupo de hombres ordinarios de los niveles corrientes de lavida. Ellos no desempeñaban cargos; no eran notables como hombres deacción; no se, destacaban por sus ideas o ideales. Tampoco eran hombres depeso o de influencia en materia de religión. Evidentemente, ellos eran hombresde buen sentido y de carácter intachable, con sus mentes abiertas y dispuestosa aprender; hombres que estaban convencidos de que las pretensiones de Cristoestaban bien fundadas y así se hicieron sus discípulos. Después de una nochede oración, la cual Jesús pasó indudablemente en conversación con el Padreacerca de las cualidades y potencialidades de estos hombres seleccionados, élnombró doce

“para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesenautoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” (Mar. 3:14-15).

Al mismo tiempo que lo acompañaban, se empaparon de su espíritu,aprendieron su mensaje, comprendieron su misión redentora y observaron eimitaron su método. Habían abandonado su trabajo, y consagraron todo sutiempo a su discipulado.

Muy pronto observamos que algo les sucede a estos hombres, que hasta aquelentonces no habían sido más que individuos ordinarios. Ellos mismosdescubrieron que tenían poderes de los cuales no se habían dado cuenta antes.Captaron una visión de la restauración del reino de Israel, ocupando ellos lospuestos más importantes. Evidentemente se convirtieron en personasambiciosas de ser dirigentes a la manera del mundo.

Jacobo y Juan, alentados por su madre, se acercaron reservadamente a Jesús,para solicitar de él los dos puestos más importantes en su reino, que veían yacercano, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Reprendiéndolos, Jesúsrecalcó que él no podía demostrar favoritismo; además, el derecho de decidir

no era suyo, sino del Padre. De alguna manera, los otros diez se enteraron de latreta y se enojaron y en consecuencia, hubo entre ellos una disputa sobre quiénhabía de ser el más importante.

Este rompimiento de la confraternidad de los doce, por la ambición de lajefatura, le proporcionó a Jesús la ocasión para establecer el distintivo radicalde la dirección cristiana. El les señaló la estructura piramidal del gobierno bajoel cual vivían — el emperador en el punto cimero y los demás gobernantes enorden descendente. “Mas entre vosotros no será así”, dijo él. “Sino que el quequiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera serel primero entre vosotros será vuestro siervo.” Entonces él se dio a sí mismocomo ejemplo:

“Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y paradar su vida en rescate por muchos” (Mat. 20:26-28).

Aquí está, pues, el distintivo cristiano: el guiar o dirigir no es ponerse porencima de los demás en prestigio o en poder. Es servir, ponerse bajo la cargade las necesidades humanas y llevarla de una manera sacrificial y redentora.De acuerdo con esta norma, la medida de la grandeza no es la preeminenciasino la humildad, no es la excelencia sino la fidelidad, no es la autoridad, sinola obediencia, no es el ser servido sino el rendir servicio. Con el tiempo, estoshombres y sus sucesores llegaron a aprender que el dirigir es prestar servicio.

Este concepto radical de la jefatura lleva consigo implicaciones con largasraíces, especialmente para la solución de los problemas de la dirección en laiglesia.

Implicaciones que Atañen a la Iglesia

En todas las comunidades se pueden encontrar personas excepcionales. Estaspersonas pueden estar desempeñando cargos públicos o tal vez se destacan endiversos campos de actividad, de pensamientos, de ideales, de religión. Si estaspersonas no son cristianas, debe buscárselas con afán para ganarlas: paraCristo; si son nominalmente cristianas, pero inactivas en su iglesia, se las debealistar en su servicio. Esas personas clave pueden abrir muchas puertas para laiglesia, que de otra manera permanecerían cerradas. Moisés en el AntiguoTestamento Pablo en el Nuevo son ejemplos del uso que Dios hacepoderosamente de los hombres estratégicos.

En las listas de miembros de casi todas las iglesias hay directores potencialesa los cuales no se les está prestando atención. Tal vez ellos mismos nunca hanpensado que podrían ocupar puestos de responsabilidad y la iglesiaprobablemente ha dado por sentado que esas personas no pueden o no están

dispuestas a servir. Sin embargo, si con previa oración alguien se pone encomunicación con ellos y solicita su cooperación, puede suceder que rindan suvida, sus talentos y sus servicios a Cristo y a su iglesia.

La condición básica para ejercer una dirección cristiana es la plenaaceptación del concepto de Jesucristo de que el director ha de estar dispuestoa servir. Este es el distintivo cristiano. Si se pierde de vista, habrá dificultades.Muchos, si no la mayoría de los fracasos de la iglesia tienen como origendirecto o indirecto, la falta de reconocer y practicar este distintivo.

Violaciones Históricas de este Distintivo

Al principio de la historia cristiana empezó la lucha por la preeminencia. Amedida que el cristianismo creció y se propagó, se constituyeron grandesiglesias en las principales ciudades de Europa y de Asia Menor. Los pastoresmetropolitanos se convirtieron en “obispos” y asumieron autoridad sobre susdiócesis. A causa de su posición, obtuvieron autoridad sobre los pastores demenor categoría. Al finalizar el Siglo V, había cinco centros metropolitanos o“patriarcados” que estaban reconocidos: Roma, Antioquia, Alejandría,Constantinopla y Jerusalén. En la lucha por la supremacía, Roma saliótriunfante; y el obispo de Roma se hizo “papa” de la cristiandad. La ambiciónde poder, inherente al género humano, encontró expresión en lasdescompasadas reclamaciones de mayor poder incrementadas constantementepor los obispos o papas de Roma. Después de la caída de Roma (A.D. 410) elcaos se extendió por una gran parte del Imperio. Las que un día fueronpoderosas legiones romanas eran impotentes para contener a los bárbarosinvasores. Sobrecogidos éstos ante las pretensiones y los ritos de lossacerdotes, muchos de los jefes bárbaros se sometieron al bautismo y a su vezobligaron a sus súbditos a bautizarse.

De esta manera, la iglesia llegó a ejercer una gran parte del poder queanteriormente había pertenecido al emperador y a la curia romana o senado. Elpapa asumió el título de Pontifey maximus (Custodio de Puente) título por elcual el emperador había sido conocido. El papa pretendió ser el sucesor dePedro, el vicario de Jesucristo, el Santo Padre, el supremo gobernante de laiglesia sobre la tierra. Le seguían los cardenales; después venían los arzobisposy obispos; después, en orden descendente, distintas clases de sacerdotes. En elplano más inferior estaba el pueblo, sosteniendo y obedeciendo a la jerarquía.La pirámide de Jesús había sido invertida — el hombre grande era uno a quienservir y el pequeño y humilde el que tenía que servir.

Hubo reformadores antes de la Reforma, pero el siglo dieciséis presenció unarevuelta más o menos triunfante contra el sistema autoritario de la Iglesia

Romana. Las iglesias reformadas corrigieron muchos abusos en asuntos dedoctrina y práctica, pero no consiguieron liberarse sino de una manera parcialdel concepto secular de la jefatura. “Las Ordenes del Ministerio” se retuvieronen muchos casos. Las iglesias territorial fueron puestas bajo la jurisdicción delos obispos y éstos mantuvieron un cierto dominio sobre las congregaciones ylos pastores; y los pastores a su vez, a menudo ejercían autoridad sobre los queestaban a su cargo y sobre los oficiales locales. Nunca ha sido fácil eldesarraigar este concepto profundamente de mentado de que la jefaturaconfiere el derecho de mandar.

Esfuerzos para Reestablecer el Distintivo

El movimiento democrático que sopló por toda Europa por los siglos diecisietey dieciocho viró hacia el oeste llegando hasta el Nuevo Mundo. Su proposiciónbásica fue la de que los hombres tienen el derecho a ser libres y de gobernarsea sí mismos. La revolución encontró oposición por parte de las iglesias de tipojerárquico y episcopal, pero fue aprobada y promovida por las de tipocongregacional. En distintos grados y con diferentes proporciones de éxito,estos cuerpos eclesiásticos procuraron delegar autoridad y responsabilidad enmanos de la congregación. En principio, cada iglesia debería poseer el derechode administrar sus propios asuntos y seleccionar sus propios dirigentes.Idealmente, ese derecho se extendía a cada miembro activo de la congregación.

La separación entre los “clérigos” y los “laicos” fue teóricamente rechazada.Las palabras de Jesús se tomaron en serio:

“Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El quees el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece seráhumillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mat. 23:10-12).

De acuerdo con esto, estas iglesias ordenaron o dieron su aprobación a quienesdespués de examinados, juzgaban que eran llamados por Dios para elministerio o para el diaconado. Cada iglesia tenía la facultad de llamar o dedeclarar terminados los servicios del pastor y de los miembros del cuerpoejecutivo. Bajo la dirección de un comité, la congregación elegía a los quehabían de desempeñar los distintos cargos en la dirección de la iglesia y en susorganizaciones. Cuando se solicitaba ingreso en la membresía del cuerpoeclesiástico, la congregación votaba su aprobación o denegación. Una iglesiade esa clase tenía justificado orgullo en designarse a si misma como unademocracia espiritual. En principio, una iglesia así, estaba procurandorestablecer el distintivo cristiano de la dirección como un servicio.

Pocas y pequeñas en número, al principio, estas iglesias han ido hasta hacersenumerosas y a menudo grandes y prósperas. Sus problemas de escasez se han

convertido en problemas de abundancia. La sencillez de su organización hacedido el puesto en muchas ocasiones a la complejidad. La necesidad dedelegar las atribuciones de la dirección tiende a hacer el dominiocongregacional nominal antes que real. Surge, pues, la cuestión de si elprincipio cristiano de dirección puede sobrevivir.

El Distintivo Cristiano en Peligro

El distintivo cristiano de considerar la jefatura como un servicio ha sido puestoen peligro por el deseo absorbente y muy extendido de abarcar muchas cosas.Muchos, si no la mayoría de los miembros de las iglesias, ceden hasta ciertopunto al deseo de “cosas mejores para vivir mejor” — una residencia modernacon comodidades automáticas, un automóvil (tal vez dos o más), radio ytelevisión, gas o calefacción eléctrica para el invierno y aire acondicionadopara el verano. En los negocios y en la industria, las operaciones que un día sehicieron a mano, hoy se ejecutan a máquina. Ciertamente, no queremos decirque esto sea malo sino que tiende a descontar la idea del servicio personal.

“Con el sudor de tu rostro comerás pan” suena hoy de una manera muy pocorealista en los oídos del Adán moderno. Si en todas las demás áreas delesfuerzo humano se busca la línea del menor esfuerzo, ¿por qué no hacer lomismo en la iglesia? La jefatura demanda dedicación de tiempo y esfuerzo, locual ya muchos se han acostumbrado a evitar.

El distintivo de la dirección cristiana se ve en peligro por la precipitación de lavida moderna. Por todas partes, la gente anda de prisa. No hay más que fijarseen la velocidad del transporte en las carreteras y en el aire. A pesar de la ayudade los aparatos para ahorrar tiempo y trabajo, la vida de las personas estáatropellada como nunca antes. Cuando se las presiona para que tomen unaposición de responsabilidad en la iglesia, la respuesta acuñada es: “No tenemostiempo.” A menudo, el que dirige se pone en pie ante su grupo con la tenueexcusa:

“Siento que no estoy preparado, no he tenido tiempo.” Si el papel que sedesempeña es verdaderamente el de siervo de Jesucristo, su servicio debe serlo primero. De lo contrario, el distintivo cristiano se ha frustrado.

El distintivo de la dirección cristiana se ve obstaculizado por el interéspersonal. “¿Qué es lo que voy a sacar de eso?” se convierte en la preguntausual en esta sociedad que no se piensa más que en adquirir para sí. Y elcristiano que vive en esa atmósfera, se inclina inconscientemente a adoptaresta actitud. El trabajo de la iglesia no es un trabajo carente de su ricarecompensa, pero si el motivo impulsor es el interés personal, el resultado seráel fracaso. Cuando se trata del servicio de Cristo y de su iglesia, el interés

personal debe quedar sumergido. No desconocemos que algunos miembros dela iglesia se conducen en desacuerdo con esta filosofía y cuando así sucede,queda vulnerado el principio cristiano de dirección.

Podríamos sugerir otros peligros que se oponen a este principio:

“Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas” (Gal. 5:19-21).

La lista de Pablo es larga y desagradable, pero se debe recordar que él escribíapara poner en guardia a los cristianos que podrían ser tentados a seguir las“obras de la carne”. Es muy cierto que esa clase de miembros indignos, quecaen en pecados de esta clase, no pueden reunir las condiciones para sersiervos de Jesucristo y de sus hermanos.

El Ejemplo del Distintivo Cristiano

Hemos de considerar el lado brillante de este cuadro. Desde los tiempos de losapóstoles hasta ahora, siempre ha habido cristianos servidores que se handestacado por las cosas notables que han hecho como líderes. No podemosmenos que recordar la lista de “los héroes de la fe” en Hebreos 11, de eruditoscomo Justino Mártir, quien sufrió la muerte por la defensa del evangelio; y losheroicos hombres y mujeres que dieron sus vidas por amor a Cristo durante elperíodo de la persecución romana.

La Reforma tuvo sus siervos sufrientes, tales como Wycliff, Huss, Félix Manz,Latimer, Crammer, Hubmaier, Lutero, Melancton, Juan Knox, y otros demenos renombre pero no menos nobles en su servicio sin tenerse en cuenta a símismos para nada, hombres “que no contaron el precio de su vida como algocostoso”.

Los bautistas han tenido su cuota completa de hombres de esa clase: WilliamCarey, Andrew Fuller, Robert Hall, Charles Spurgeon; en América RogerWilliams, John Clark, Obadiah Holmes, John Peck, Adoniram Hudson, LutherRice, Richard Furman, Jesse Mercer, Jeremiah Jeter … la lista se hace máslarga a medida que la causa bautista se hace más vigorosa. (Y no hemos deolvidar a Penzotti en la Argentina, al doctor Moisés M. N. McCall en Cuba, aVicente Mendoza y a la familia Barocio en México.)

Solamente “el Libro de la Vida del Cordero” será suficiente para nombrarlostodos hasta este día, todos los que por medio de su ejemplo han hecho vivo elprincipio de la dirección como servicio.

Miremos a nuestro alrededor y veremos este principios demostrado en lapráctica en nuestra comunidad y en nuestra iglesia. Pensad en los pastores ymiembros del comité ejecutivo que han servido aun sacrificándose. En losdiáconos, en los oficiales de la iglesia, los maestros y oficiales de la escueladominical, los líderes de la Unión de Preparación, la Unión FemenilMisionera, la Asociación Bautista de Hombres, los Ministros de la Música yotros en diversas actividades de la iglesia, personas que, sin regatear, han dadosu tiempo y su energía, sin pensar en recibir remuneración alguna. Recuerden alos hombres y mujeres cuya ambición en el servicio público ha sido la de usarsus energías y ser usados por amor a los demás.

Tal vez los más notables en la demostración de este principio son losmisioneros en el territorio nacional y en el extranjero que han perdido su vidapara volverlas a encontrar en su puesto de dirección en la misión cristiana.Ellos, mejor que los políticos, o los militaristas, son los capaces de dirigir almundo para sacarlo de la oscuridad y conflicto, y guiarlo a la luz y a la paz.

El Llamamiento a Dirigir es un Llamamiento para Servir

El servicio no implica la idea de un nivel muerto de mediocridad. No significala conformidad con la inferioridad, la rendición del deseo de superarse o larenunciación a la esperanza de alcanzar altas metas. Por el contrario, elservicio cristiano es el medio más seguro de alcanzar la legítima superioridad.Vivir una vida plena de significación y la realización de las más altasesperanzas y los más nobles sueños. El servicio cristiano es la garantía mássegura contra el vacío de la vida que experimentan inevitablemente laspersonas que han vivido para sí y para las satisfacciones que giraban alrededorde sí mismos.

Cuando Jesús se estaba preparando para dejar a sus discípulos, dijo a aquelpequeño grupo de hombres sencillos, congregados a su alrededor:

“De cierto, de cierto os digo: el que en mí cree, las obras que yo hago, él lashará también, y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (Juan. 14:12).

El los consoló prometiéndoles que iría a preparar un lugar para ellos, para quedonde él estuviese, ellos estuvieran también. Les ofreció el incalculableprivilegio de la oración, de acuerdo con el cual habrían de obtener todo lo quepidiesen en su nombre. Así mismo les aseguró la presencia y el poder delEspíritu Santo, que permanecería con ellos para siempre.

Al llegar a este punto Judas (no el Iscariote) interrumpió, como asombrado deque Jesús les hablase en esa forma a ellos — que no eran más que una pequeñabanda de hombres humildes. “¿Cómo es” preguntó él, “que te manifestarás a

nosotros, y no al mundo?” (Juan. 14:22). Ellos se preguntaban por qué noestaba él haciendo estas promesas y revelaciones a los grandes y poderososantes que a ellos que no eran más que unos hombres desconocidos einsignificantes.

A esta pregunta Jesús respondió:

“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él,y haremos morada con él.” (Juan. 14:23).

¡Esto quiere decir que no hay persona que crea en Jesucristo y se convierta ensu siervo que pueda ser ordinaria, insignificante y sin importancia! La historiademuestra la verdad de las palabras de Cristo, porque estos hombres sencillosllegaron a ser los directores del movimiento que cambió la faz del mundo. Susnombres aún son recordados cuando los llamados grandes de su tiempo estánenterrados en el polvo del olvido.

La promesa es para usted y para cualquier otro cristiano que esté dispuesto acumplir con la condición: “El que quiera hacerse grande entre vosotros serávuestro servidor” (Mat. 20:26).

Esta es la oración de M. Woolsy Stryker;

Que nuestros corazones sean gobernadosY nuestros espíritus enseñados

A buscar solamente cuál es tu voluntad.Y cuando hayan descubierto tu propósito bendito

Instruye nuestros labios al hablar.

Algo para Pensar y por lo Cual Orar

¿He crecido con el concepto de que un gran hombre es un dirigenteexcepcional, lleno de actividad, de pensamientos, de ideales y de espíritu? ¿Porqué?

¿Qué tienen en común estos distintos conceptos del líder?

¿Qué concepto revolucionario acerca del que dirige introdujo Jesús? ¿Hastadónde estoy preparado para aceptarlo?

Si el concepto de Jesús acerca del que dirige fuera plenamente aceptado ¿quésignificaría

(1) para mí personalmente,(2) para la iglesia y la comunidad?

¿Cómo fue que surgieron en el cristianismo primitivo los conceptos erróneosacerca de la categoría de los líderes? ¿Cuáles fueron las consecuencias?

¿En qué fracasó la Reforma al no recobrar el distintivo del que ha de dirigir?¿Hasta qué punto se ha perpetuado este fracaso hasta llegar a las iglesias dehoy?

¿De qué maneras se está viendo en peligro el distintivo de la direccióncristiana en su iglesia y en su denominación? ¿O en su propia vida?

¿Cuál es el lado brillante del cuadro? ¿Qué ejemplos puede usted traer a lamente de líderes que han demostrado estar impulsados por este distintivo?¿Está usted decidido a seguir en sus pasos?

3. — Las Condiciones Esenciales¿Dónde podremos encontrar los directores que necesitamos? Esta preguntasurge de muchas partes. No hay duda alguna de que la demanda es grande perosurge la pregunta, ¿cómo suplir esa demanda? ¿Acaso son los dirigentes unaraza especial, dotados al nacer de ciertas capacidades que los diferencian de losdemás; o son personas corrientes que han cultivado y desarrolladodeterminadas características y capacidades? La pregunta queda en pie. ¿Loslíderes nacen o se hacen?

Condiciones para Poder Dirigir

Los que tienen la misión de encontrar y seleccionar los líderes, generalmenteparten del concepto de que tienen que encontrar personas que posean ya lascualidades que se necesitan.

Las listas de las cualidades que debe reunir un director generalmentecomprenden: salud mental y física, atractivo personal, inteligencia por encimade lo mediano, una base de educación superior y experiencia, idealesclaramente definidos, entusiasmo contagioso, perseverancia frente a losobstáculos, capacidad para aprender y disposición para compartir. Buenareputación e integridad de carácter, devoción a la tarea y lealtad a la causa.

Vamos a estudiar cada una de estas condiciones y evaluar su necesidad para elque ha de ser un dirigente, especialmente un dirigente cristiano en la iglesia.

Salud física.

La plena salud física y mental es naturalmente, muy deseable en cualquierpersona que tenga que desempeñar un puesto de responsabilidad. El NuevoTestamento afirma el ideal griego: “Mente sana en cuerpo sano.” La mayoríade los milagros realizados por Jesús fueron hechos para restaurar a una mentesaludable a los que sufrían de una mente enferma y a los que tenían parálisisdel cuerpo devolviéndoles las funciones físicas saludables.

Existe una doctrina clara cristiana acerca de la salud, Pablo afirma que elcuerpo es un miembro de Cristo y el templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:15,19). Es, por lo tanto, un deber cristiano el mantener la salud en su nivel másalto posible.

El líder cristiano le debe esto especialmente a Cristo, a la iglesia a la cualsirve, y a sí mismo para evitar cualquier cosa que disminuya su vitalidad yobservar fielmente las reglas de la perfecta higiene.

Supongamos, sin embargo, que desgraciadamente, el cristiano sufre de algúnimpedimento que no ha podido evitar. ¿Le impedirá eso llenar su función delíder si tiene mala salud, visión defectuosa, el ser corto de oído, cojo o si tienealgún otro padecimiento? ¡La respuesta enfática es NO!

Pablo tenía su “espina en la carne”. Algunos de los líderes más útiles, tanto enla iglesia, como en la sociedad, han sufrido de diversos padecimientos. Y, amenudo, el impedimento es un espolazo para alcanzar mayores logros. Aveces, precisamente a causa de esa limitación y a pesar de ella, el cristianolisiado puede llegar a ser uno de los miembros más útiles en la iglesia y en lacomunidad. Al igual que a Pablo, Dios le dice: “Bástate mi gracia.”

Atractivo personal.

El atractivo personal es una cualidad difícil de definir y alcanzar peroaltamente importante. Los políticos, los encargados de divertir al público enradio y televisión, los vendedores y otros que buscan atraerse el favor delpúblico, comprenden bien lo esencial que es esa cosa indefinible que se llama“simpatía”. Esta puede ser asociada con el atractivo físico, el encanto de lasformas sociales, ciertos manerismos llamativos, capacidad excepcional, aptitudde mando, o una combinación de éstas y otras cualidades que hacen destacar auna persona como diferente o atrayente.

¿Puede suceder que a un cristiano le falten estos elementos de atractivopersonal y que al mismo tiempo resulte ser un líder magnético? Felizmente,una vez más la respuesta es afirmativa. Se pueden poseer todas esas magníficascualidades, pero si no hay amor se es “como metal que resuena, o címbalo queretiñe”. El cristiano que esté lleno del amor de Cristo que se expresa en elamor hacia los demás, aunque carezca de adornos puede, sin embargo, llegar aser el más atrayente de los líderes. El amor nunca fracasa.

Inteligencia superior al promedio.

La inteligencia es un prerequisito para alcanzar el éxito en cualquier empresahumana. Pero la inteligencia, al igual que la personalidad, no es de fácildefinición. En general, podríamos decir que ser inteligente significa estardotado con la facultad de percibir, conocer, comprender. Para decirlo mástécnicamente, la inteligencia se refiere a la capacidad para desenvolverse antelas diversas situaciones de la vida, resolver los problemas a medida que se vanpresentando y utilizar acertadamente los conocimientos que se tengan. Esevidente que existen diversos niveles de inteligencia, empezando por los dementalidad defectuosa y terminando por los genios.

Siempre se piensa en el líder como en una persona que posee una inteligenciasuperior al término medio. Es natural y lógico que el que dirige tenga, por lomenos, una inteligencia normal, pero ¿es necesaria una inteligencia superiorpara dirigir en la obra de Cristo? La observación revela y confirma que elcristiano que tiene solamente una capacidad mental mediana pero que consagratodo lo que tiene al servicio de Cristo, será más útil que la persona brillante aquien le falta esa motivación. La inteligencia madura con el uso.

Un cristiano que tal vez al principio parezca de poca promesa puede llegar aconvertirse en uno de los miembros más útiles del grupo. Con plena confianza,el cristiano humilde, llamado a desempeñar un puesto de responsabilidad,puede decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13).

La Base educacional superior y la experiencia.

Generalmente se considera de esencial importancia para asumir la dirección endeterminados campos, el poseer una base favorable de experiencia. Lapregunta que se hace cuando se trata de una persona que está buscando o a laque están buscando para desempeñar un puesto de responsabilidad es: “¿Quées lo que sabe acerca del puesto?” El estar familiarizado con alguna situación,ya sea por la observación personal o por la práctica, es naturalmente, muyvalioso. Sin embargo, la experiencia tiene que tener un punto de partida y antesde ese punto, como es lógico, el principiante está falto de experiencia. En lamayor parte de los oficios, el obrero tiene que pasar por un tiempo deaprendizaje antes de que se le pueda reconocer como un maestro obrerocompetente.

Pablo establece este principio, refiriéndose a los diáconos: “… sean sometidosa prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles”(1 Tim. 3:10). Es evidente que este período de prueba ha de tener un puntoinicial, desde el cual el futuro líder ha de desenvolverse desde unaresponsabilidad menor hasta una mayor.

Es de lamentar si el principiante se ve obligado a enfrentarse con una situaciónsuperior a su capacidad. Pero no se le debe negar el privilegio de servir,alegando su falta de experiencia previa con las menos difíciles.

Metas claramente definidas.

El líder necesita saber a dónde va. Una dirección sin rumbo tiene quedesembocar necesariamente en una dirección muy deficiente. Pero ¿cómo sellega a formular metas claramente definidas? Pablo nos da la fórmula:

“Procura con diligencia, presentarte a Dios aprobado, como obrero que notiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15).

Aquí se expone el ideal supremo “usan bien la palabra de verdad”. Pero lameta no se alcanza separadamente del esfuerzo, motivación y el resultado.

Los objetivos se van haciendo más definidos a medida que el líder avanza conla aprobación de Dios y teniendo la Biblia por guía.

No se puede esperar una definición clara de las metas al inicio del serviciocristiano de una persona. La clarificación es un proceso, no es una iluminacióninstantánea. El líder novel puede recibir luz por medio de fuentes muy variadas— por la observación de otros que estén realizando la misma clase de labor; lalectura de libros y artículos; los consejos de otras personas másexperimentadas; la discusión con un grupo de colegas; la observación delgrupo que está bajo su dirección y sus reacciones y desarrollo; y sobre todo,por la oración.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría pídala a Dios, el cual da atodos abundantemente y sin reproche”, aconseja el apóstol práctico, (Stg. 1: 5).Nadie puede ver al principio plenamente cómo será el final; las metas iráncambiando a medida que cambian las circunstancias y las personas vandesarrollando. Por lo tanto, no es práctico exigirle al líder, ya sea novel oexperimentado, una declaración clara y precisa de las metas.

Entusiasmo contagioso.

El entusiasmo es un ingrediente de máxima importancia en la persona que va adirigir. La palabra griega indica “una chispa divina”, la cual se manifiesta en elinterés vivo y la ardiente actividad, que ejerce su influencia sobre los demás yles contagia con un interés y celo similar. Las biografías de los grandes líderescasi siempre revelan esta cualidad de entusiasmo contagioso.

¿Surge esta cualidad de alguna peculiaridad misteriosa, innata? La capacidadpara el entusiasmo es probablemente innata, pero su desarrollo y expresión hande ser cultivados. Para el cristiano ella debe surgir de su experiencia del“nuevo nacimiento”, la realización de que Cristo está en él y él en Cristo, la“esperanza de gloria”. El fuego ha de ser mantenido ardiendo por la afirmaciónde que él tiene un gran Salvador y de que ha sido salvo para testificar y paraservir. El fuego se ha encendido y debe y necesita ser alimentadoconstantemente con el combustible de la actividad y la fidelidad.

El entusiasmo del cristiano va en aumento a medida que éste adora y aprende yese entusiasmo se sostiene si él pone su fe en práctica. Con sus palabras y con

sus hechos él puede lanzar un reto a los demás: “Sed imitadores de mí, asícomo yo de Cristo” (1 Cor. 11: 1).

Perseverancia ante los obstáculos.

El líder digno de admiración es aquel que se niega a darse por vencido, aunante los fracasos más evidentes. Tan seguro se siente del triunfo final de sucausa que se niega a rendirse, sin importarle cuan grande sea su desaliento o sudescorazonamiento.

Pablo hacía memoria de las pruebas por las cuales había pasado y predecía lapersecución y la muerte que le esperaban. Sin embargo, podía decir:“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que estádelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios enCristo Jesús” (Fil. 3:13, 14).

El líder cristiano no le concede gran importancia a que se le conozca como un“éxito”. Aunque a menudo se sienta desalentado y aunque piense de sí comoun fracasado, no por eso desmaya. Pero ese espíritu de perseverancia no es unaconquista de un día.

Los desengaños pueden producir desaliento y la tentación de echarlo todo porla borda. “¿De qué sirve hacer el esfuerzo?” es la pregunta del tentador. “Tedas cuenta de que estás fracasando, de que no se aprecian tus esfuerzos, ¿no esmejor renunciar?” Tal vez haya algunos espíritus privilegiados que nunca hanpasado por semejante experiencia, pero la mayoría sin duda confesaránfrancamente su simpatía por Elías, el cual al verse perseguido por Jezabel orópidiendo su propia muerte: “Oh, Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejorque mis padres” (1 Rey. 19: 4).

Así como Elías fue enseñado por la “voz apacible y delicada” a disipar sudepresión por medio de la obediencia, así también debe el líder, cuando sesiente tentado a abandonarlo todo, aprender de su paciente iglesia, la virtud dela perseverancia.

Capacidad para aprender y disposición para combatir.

La capacidad limitada para aprender puede surgir de dos condiciones: una faltade capacidad natural o una falta de oportunidad. Todas las personas no tienenla misma capacidad para aprender y el alcance de esa capacidad es muyvariada. A menudo, en las escuelas, los estudiantes se clasifican como lentospara aprender, término medio, o rápidos para aprender. Además, hay losretardados mentales que escasamente pueden aprender algo.

Se han inventado muchas pruebas de capacidad mental para determinar conmayor o menor exactitud la capacidad mental natural. Claro que es muy delamentar para todos aquellos a quienes esto concierne, cuando algunaspersonas mentalmente deficientes son puestas en posiciones directivas. Comoen los círculos de la iglesia es impracticable el hacer pruebas y medicinascientíficas, es arriesgado formar juicios sin la reflexión necesaria acerca de lamentalidad de los miembros. No es cosa rara que ciertas personas consideradascomo mentalmente retrasadas lo son por falta de oportunidad para desarrollarsu capacidad. Esta clase de personas son como las joyas que se encuentran “enlas profundas cuevas sin fondo del océano”, o como la flor “nacida pararuborizarse sin que nadie la vea y desperdiciar su aroma en el aire deldesierto.” Es preciso hacer alguna clase de discriminación entre los dos tipos— aquellos a quienes la naturaleza les ha privado de los privilegioseducacionales. Estos últimos, si reciben la debida dirección y estímulo, puedenllegar a ser obreros muy útiles en la iglesia.

Por necesidad, el líder tiene que ser en muchos aspectos, un maestro. Enseñarlo que uno tiene — sus conocimientos y habilidades, sus creencias e ideales, lapropia experiencia religiosa. No podemos compartir lo que no tenemos y loque poseemos debe ser compartido de buena voluntad.

La calificación negativa de algunos miembros de la iglesia para que puedandirigir, es su pobreza de vida cristiana. Tal vez cuando ingresaron en la iglesiano había un claro concepto de lo que esto significa y su experiencia cristianatal vez nunca ha tenido calor ni vitalidad. Tal vez esos miembros han vivido enla circunferencia de la vida cristiana y no en su centro. Y si esto es así, ellostienen bien poco que compartir para ser líderes efectivos.

¿Son por completo inútiles? Tal vez sea así, si la iglesia los sentencia a serinútiles. De la misma manera que el niño menos privilegiado es el que necesitamás alimento, el miembro menos privilegiado de la iglesia necesita máscomprensión y aliento para tomar alguna parte, aunque sea pequeña, alprincipio. El compartir enriquece y el enriquecimiento hace más posible elcompartir. Una iglesia será culpable si descuida el proporcionar lasoportunidades para expresarse y para hacer algún servicio, a aquellosmiembros menos privilegiados, así como también a aquellos que handisfrutado de mejores ventajas.

Buena reputación e integridad de carácter.

La buena reputación y la integridad de carácter son requisitos esenciales en unlíder cristiano. La reputación es lo que los demás creen que él es; el carácter eslo que él realmente es. Para tener buen nombre hay que ganarlo; la integridad

personal se alcanza por medio de las decisiones rectas y la conducta en la vidadiaria.

Si se exigiera la perfección en la reputación y en el carácter, ¿quiénes podríanpasar la prueba? Los hombres y las mujeres más nobles de la Biblia tuvieronsus faltas. Pablo confesó que él era el primero entre los pecadores y tenía queborrar su reputación de asesino y perfeccionar su fidelidad por medio de unalarga y continua batalla con la carne. Su victoria sobre el pecado no fuealcanzada por sí mismo sino que el poder le vino de Cristo el Señor(Rom. 7:13-25).

La buena reputación puede ser merecida o no. A veces sucede que unindividuo con una gran reputación de honradez resulta ser un canalla. Y deigual manera sucede que alguien con una reputación dudosa prueba ser unapersona digna de toda confianza. Un error cualquiera lo comete y puede serborrado. Si los líderes de una iglesia fueran solamente aquellos que siemprehan estado exentos de ser criticados, entonces tendrían que ser tales modelosde virtud como si fueran “del otro mundo” o tal vez serían personas que nuncahubiesen hecho nada que valiese la pena. La prueba definitiva no es lareputación sino el carácter.

“El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”(1 Sam. 16: 7).

Es evidente la suprema importancia de que los líderes cristianos sean personasde buena reputación y de buen carácter. Pero no se debe juzgar a las personasdemasiado a la ligera ni demasiado definitivamente. La reputación y el carácterse van formando a medida que se crece. Después de todo, hay que considerarque la iglesia está formada por “pecadores salvados por gracia”. La Escrituraes en esto muy clara:

“Si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a tí mismo, no seaque tú también seas tentado” (Gal. 6: 1).

Generalmente, no es lo más acertado poner a un miembro débil en un puestode responsabilidad en la iglesia con el fin de fortalecerlo. Pero no seríacristiano excluirlo de toda consideración por alguna debilidad supuesta oreconocida. Tal vez un lugar de servicio menos notado pudiera ser el primerpaso para un nivel superior de responsabilidad. La perfección moral es el idealal que aspira llegar todo líder cristiano, pero él no debe negarse a prestar sucolaboración hasta que la haya alcanzado.

La jefatura cristiana para ser efectiva tiene que ser un discipulado dedicado yconsagrado. Antes de que un líder pueda atraer y mantener cohesionado un

grupo de seguidores, debe aprender él como seguir a otros. Tiene queexperimentar una especie de llamamiento, al cual ha de dar una respuestaafirmativa. En el sentido bíblico, la consagración o devoción de una persona auna causa o tarea principalmente la parte de Dios; la dedicación de sí mismo esla parte del hombre. El llamamiento de Dios ha de ser contestado por larespuesta del hombre si la dirección ha de ser efectiva.

El darse cuenta del llamamiento de Dios puede ser inmediato o gradual. Aligual que Samuel, puede ser que el cristiano no perciba inmediatamente queDios lo está llamando, pero puede ser influenciado por el transcurso del tiempoy las circunstancias a comprender que Dios quiere consagrarle para una causaespecial. De igual manera, la respuesta puede ser instantánea o por etapas. Amenudo se hace un uso divino de la instrumentalidad humana al evocar larespuesta “Heme aquí” a la pregunta: “¿A quién enviaré, y quién irá pornosotros?” (Isa. 6: 8). Dios no exige esa respuesta obligada de una persona queno esté dispuesta a oír ni a atender. El crecimiento de la comprensión de lapresencia de Dios y su propósito y la disposición voluntaria para responder yobedecer son los ingredientes esenciales de la consagración.

Una iglesia nunca debe perder la confianza en una experiencia transformadorade conversión ni en una rededicación a Cristo que produzca un cambio de vida.El caso más difícil de Cristo fue el de Saulo, el fariseo que llegó a ser Pablo, elapóstol. Un líder de Satanás que se gane, puede llegar a ser uno de los líderesmás efectivos por Cristo y su iglesia.

Devoción a la tarea y lealtad a la causa.

Como condición fundamental de todas las demás cualidades, el líder debe tenerfe en Cristo, confianza en los propósitos de su redención y en su poder ylealtad a su iglesia y a la comunión de sus miembros.

Una fe fingida o vacilante en la causa que se representa es fatal en el jefe decualquier empresa. Esta nota falsa sale a relucir, más tarde o más temprano y elque podría dirigir, por su insinceridad se ve rechazado. El pecado que Jesúscondenó más severamente fue la hipocresía (Mat. 23:13-31).

La hipocresía abierta no es, generalmente, la falta que produce el fracaso dellíder de la iglesia, sino más bien una forma de deslealtad que produce unacreciente parálisis, causada por el interés por lo secular y una frialdad en elcorazón, producto de la identificación íntima con el mundo.

Jesús nos advierte con estas palabras: “Ninguno puede servir a dos señores; …No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mat. 6:24). Cuando el amor al

mundo y a las cosas del mundo se sobrepone al amor de Jesucristo y a sucausa, el líder está en un callejón sin salida.

Pablo escribió con tristeza acerca de la pérdida de Demás. el desertor que “Meha desamparado, amando este mundo” (2 Tim. 4:10).

Tenemos que reconocer que en el ambiente cultural del día de hoy no es fácilposeer y mantener una lealtad única a Cristo y a la comunión de sus fielesdiscípulos. La atracción del mundo es fuerte para la mayoría de nosotros y lalealtad puede que a veces sea débil y en ciertas ocasiones vacile.

Las iglesias primitivas se enfrentaron con el problema de qué es lo que debíanhacer con los que se volvían atrás, es decir: los que bajo la presión de lapersecución negaban a Cristo. No se disculpaba la deslealtad, pero se buscabala restauración a base de arrepentimiento y perdón. Pablo estatuyó esteprincipio: “Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.¿Por qué juzgas a tu hermano?” (Rom. 14: 1, 10).

El caso está previsto en esta exhortación: “Que alentéis a los de poco ánimo,que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos” (1 Tes. 5:14).La iglesia que haga esto a menudo tal vez descubra y desarrolle líderes delmaterial que prometía poco.

Algunas Investigaciones y Conclusiones

Ya hemos estudiado una lista de las cualidades que son de desear y debieranser cultivadas por el que quiere ser líder, especialmente por el líder de laiglesia. Si nos hiciéramos un examen personal, podríamos dirigirnos lassiguientes preguntas a nosotros mismos:

(1) ¿En qué medida poseo yo estas cualidades para empezar?(2) ¿De cuál de estas cualidades carezco más?(3) ¿Cómo he llegado a tener esas cualidades que creo que son mías?(4) ¿Cómo puedo adquirir las que me faltan y deseo tener?(5) ¿Cómo puedo mejorar los puntos en que creo que estoy más fuerte?(6) ¿Qué es lo que puedo hacer para eliminar mis puntos débiles?(7) ¿Cómo puedo participar con otros en este proceso de mejora y progreso?

Cambiando el enfoque de uno mismo a otras personas que ocupan posicionesdirectivas en la iglesia, de acuerdo con los diez requisitos de méritos queacabamos de apuntar, ¿cuáles parecen ser los puntos fuertes y cuáles los puntosdébiles que se notan más a menudo? ¿Cuáles son sus conclusiones y las de sugrupo en lo concerniente al nivel de los méritos de los dirigentes en su iglesia?

Tal vez un análisis de esta clase produzca desaliento en algunos casos. Pero,sin embargo, enseguida surgirá el aliento si se pone más énfasis en lasposibilidades que en las realidades. En casi todos los casos, incluyéndose ustedmismo, se notará que con la guía del Espíritu Santo, los esfuerzos individualesy los del grupo y con un programa de mejoramiento consistente facilitado porla iglesia, los puntos fuertes serán más eficientes y los débiles se convertiránen fuertes. Así la base de dirección se amplía y puede incluir a aquellos que deotra manera, tal vez se verían excluidos.

Podemos entonces llegar a la conclusión de que los requisitos mínimos que hade reunir un líder cristiano son;

(1) Una genuina experiencia de conversión — arrepentimiento de pecado y fesalvadora en el Señor Jesucristo;(2) preocupación e interés por las personas;(3) capacidad y disposición para aprender;(4) ser miembro de una iglesia que evidencia su fe, amor, esperanza y que sepreocupa por facilitar el alimento que una buena madre busca para sus hijos.

¿Significa esto que se reduzcan las condiciones para el liderato de manera quecasi un miembro cualquiera de la iglesia pueda desempeñar la dirección?Volvemos al ejemplo de Jesús en busca de la respuesta. Él tenía ante sí laelección para seleccionar los directores entre loa rabinos de los fariseos bieneducados y concienzudamente adiestrados o entre los relativamente ignorantesy pobremente preparados. Y Jesús pasando por alto los primeros, escogió susapóstoles de entre el segundo grupo. ¿Por qué?

Los rabinos no eran de fácil acceso ni se prestaban a que se les enseñase. Susmentes estaban cerradas y ellos no tenían deseo de cambiar. Los hombres aquienes Jesús escogió eran abiertos a los demás y materia dúctil para aprender.Ellos estaban dispuestos a escuchar a Jesús y se unieron a su compañía comodiscípulos (dispuestos a aprender). Podemos apreciar que estaban fuertes enalgunos de los puntos que hemos catalogado, pero en los otros eranevidentemente débiles. Jesús vio en ellos las posibilidades de lo que podríanllegar a ser. Los tomó tal como eran y los convirtió en lo que llegaron a ser.

Más tarde, de la misma manera que Jesús había convertido a los pescadores enlíderes, hizo un líder de Saulo, uno de los más brillantes entre los rabinos, perono pudo hacer esto hasta que él no preguntó humildemente: “¿Qué haré,Señor?” (Hech. 22:10). Todos éstos estuvieron dispuestos a escuchar, aprendery obedecer. Jesús puede hoy hacer directores (siervos) de su iglesia a aquellosque estén dispuestos a someterse a esas sencillas condiciones.

Hacia la solución del Problema de la Dirección

Se indica ahora un procedimiento para mejorar los líderes actuales de la iglesiay descubrir y alistar a otros. La iglesia debe inclinar a sus miembros a oír elllamamiento de Cristo, a estar dispuestos a aprender y listos para servir, dondequiera que se les necesite, y también deben estar deseosos de mejorarse. Si seles puede retar con éxito para confrontarse con estos requisitos básicos, estarábien asegurado su futuro como líderes dignos. De esta manera podrá resolverseel problema de la dirección en la iglesia.

Este procedimiento tenderá a excluir a algunos que no están dispuestos acumplir con esas condiciones, o que no tienen la capacidad para aprender, oque no tienen interés en mejorarse. Dentro del círculo de los que no estén asíexcluidos hay muchos en los cuales nadie se ha fijado o que nunca hanpensado de sí mismos como posibles miembros del grupo de directores(siervos) de la iglesia. Cristo llama a éstos, como lo hizo con los pescadores deaquellos remotos tiempos, diciéndoles: “Venid en pos de mí, y haré …”(Mar. 1:17).

Los factores divinos y los humanos obran conjuntamente. El llamamiento paradirigir es un llamamiento para prepararse. En la economía divina Dios usa alos instrumentos humanos para conseguir sus propósitos. Los medios humanospueden a veces ser débiles y aun tal vez indignos, pero hablandohumanamente. Dios tiene que empezar con el hombre tomándole tal cual es. Esmuy alentador leer que “lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar alos sabios” (1 Cor. 1:27), y aprender que los héroes de la fe en Dios “sacaronfuerzas debilidad” (Heb. 11:34). Uno que sienta intensamente su deficienciapero que tenga la seguridad de que Dios lo ha llamado a determinada tarea,puede decir con Pablo:

“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque metuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Tim. 1:12).

El llamamiento de Dios lleva consigo la promesa segura de que capacitará atodo aquel que reúna las condiciones del llamamiento. No importa gran cosa siuno recibe alabanzas por la labor hecha si el que llamó da su aprobación.Christopher Morley escribió esto:

Saliendo de paseo a media luzDescubrí en la calle 84,

Una fuente de poder y de energíaQue vibraba en cierta casa de esa calle.Y aunque estaba bien cerca mi morada

Nunca había sabido que allí estaba.Hay personas para todo.

Algo para Pensar y por lo Cual Orar

En una escala de cero a diez ¿qué puntuación se daría usted con respecto acada uno de los diez mandamientos deseables que hemos enumerado? ¿Quépromedio saca usted en la lista total?

¿Cuáles le parece a usted que son sus puntos más fuertes? ¿Cuáles son suspuntos más débiles que lo incapacitan para dirigir? ¿Qué puede usted hacerpara remediar esto?

Seleccione un grupo de directivos representativos de su iglesia y califique suspuntos débiles y fuertes de acuerdo con la escala anterior. En conjunto,¿encuentra usted que están por debajo del término medio, por encima, opromedian, más o menos? ¿Cuál es su conclusión?

Si Dios es el que llama, ¿no será también el que capacite? ¿Cuáles son loselementos divinos y cuáles son los elementos humanos en el llamamiento paradirigir?

¿A quién está usted tratando de complacer?

4. — El Progreso Por MedioDe La Preparación Planeada

Un elemento esencial en toda dirección y en la educación de los dirigentes esla formulación de los planes para conseguir el progreso.

No hay adelanto si no se hacen los debidos planes. El viajero avisado hace susplanos y mapas antes de empezar el viaje. El constructor capacitado demandaun dibujo de ejecución antes de empezar a construir. El refrán: “No pretendascruzar el puente antes de llegar a él”, no es un refrán muy prudente. Es muchomejor asegurarse de que hay un puente si se ve que hay que cruzar unacorriente de agua. El hacer planes exige que se mire hacia adelante, que seprevean las dificultades y las oportunidades, determinando con anticipaciónqué es lo que se necesitará para alcanzar el deseado objetivo.

El progreso es una correlación de planes. Para que haya progreso, es precisoque haya un punto de partida, un final previsto y los puntos intermediossucesivos en el trayecto. Durante los últimos cien años se ha adelantado másen determinadas direcciones que en todos los siglos pasados de la historia. El“método científico”, al que se debe principalmente este progreso, es en elfondo un proceso de planes inductivos que van de lo particular a lo general, deacuerdo con las pruebas planeadas y con las mediciones hechas en la búsquedade los resultados deseados. Detrás de todos estos planes y toda estainvestigación está el Dios infinitamente sabio, que creó el universo, incluyendoal hombre, de acuerdo con un plan divino.

Cualquier persona que lleve sobre sí la responsabilidad de alguna clase dedirección o que se proponga dirigir algo, debe saber formular los planesnecesarios. En igualdad de condiciones, el líder que tendrá mejor éxito será elque hace un plan y sabe atenerse a él.

La Preparación Planeada Produce Ricos Resultados

La preparación planeada para dirigir con éxito, no solamente es necesaria sinoque trae consigo las mejores recompensas.

La preparación planeada da serenidad. El precio de una actuación no preparadaes la nerviosidad, la inquietud y a menudo el bochorno o el “terror alescenario”. El desgaste que estas sensaciones producen es más agotador que laactividad misma. Un líder que se siente bien preparado porque lleva bienpensado lo que ha de decir y hacer, con la práctica adquiere el aplomo que esesencial para alcanzar la efectividad.

La preparación planeada también inspira confianza. El líder bien preparado, enprimer lugar, se inspira confianza a sí mismo, pues tiene la seguridad de sabera dónde va. Se ha trazado un mapa en el cual puede confiar. El líder que tieneesa confianza, se la imparte a aquellos que le siguen. Tal vez ellos no esténsiempre de acuerdo con él y él haya de cambiar de orientación al hacerintercambio de puntos de vista con sus colaboradores, pero seguiráaproximándose a la meta deseada porque, por medio del previo estudio de lasituación, él sabe que está bien orientado. La confianza en sí mismo y laconfianza que en él tengan los demás nace de la preparación puesta a prueba.

La preparación planeada también provee los recursos necesarios. El líder ha deestar preparado para hacerle frente a las emergencias imprevistas, pues eldirigir sería muy fácil si todo saliese de acuerdo con los planes previos.

¿Qué se debe hacer cuando surgen las dificultades imprevistas? Ante unmomento crítico, el líder debe estar capacitado para sacar recursos de su caudalde experiencia y estudio. Probablemente recordará algo que ha leído o que haoído de algún profesor, que arroje alguna luz sobre su problema. Sin ese caudalde preparación previa, puede ser que el líder procure pasar por alto elobstáculo o ciegamente chocar contra él, o darse por vencido indebidamente.Cuando se tienen los recursos adecuados de los cuales se puede echar mano, élpodrá remover el obstáculo, o darle una vuelta, o hacer un desvío.

La preparación planeada comprende un estudio constante. La vida no esestática, las condiciones cambian y aparecen nuevas dificultades yoportunidades. Lo que en un tiempo produjo excelentes resultados, puede queya no sea suficiente. Los métodos que fueron muy adecuados hace unageneración, puede que ahora ya sean insuficientes por completo y la manera dehacer las cosas hoy tal vez no esté a la altura de las demandas del mañana. Loslibros de texto que un día se estudiaron tienen que ser ampliados o sustituidospor otros más nuevos.

Se cuenta esta historia de un profesor de una universidad que fue llamado aconferenciar con el decano. Este se hallaba disgustado porque los estudiantesse negaban a matricularse en los cursos electivos de aquel profesor y tomabanlos que eran obligatorios con él pero con mucha protesta. El profesor tuvo quereconocer, a pesar suyo, que todo aquello era verdad. “Es una cosa que nopuedo comprender”, dijo el profesor. “Cuando llegué hace veinte años misclases estaban atestadas de alumnos ansiosos de escuchar mis conferencias. Nolo comprendo” repetía. “Son las mismas conferencias.” Ese señor habíaterminado su preparación hacía mucho tiempo y ahora él ya estaba liquidado.

No existe tal cosa como una educación completa. El profesor se verá puesto aun lado por sus alumnos cuando ellos se den cuenta de que él no se está

manteniendo a la altura del desarrollo del moderno pensar. La “gradación”significa una progresión constante y la “graduación” indica la preparación paraempezar.

El líder nunca puede dejar de aprender y para cada nueva actuación necesitanueva preparación. Sin importarle las veces que un músico haya podido tocaruna pieza, necesita practicar constantemente. El actor nunca deja de enseyar.El pastor sabe muy bien que su sermón pierde algo si lo vuelve a predicar sinhacer un nuevo estudio. El orador llega a aburrir si se presenta ante suauditorio con material que no haya revisado y previamente renovado. Ladisciplina para una preparación de esa clase tal vez tenga que ser severa, perolos resultados son altamente agradables, tanto para el que dirige como para losque trabajan con él.

Busque la Guía Espiritual

No hemos de llegar a la conclusión de que el leer, estudiar, y planeardisminuyen la necesidad de la orientación espiritual. Se nos promete lapresencia del Espíritu Santo en aquellas emergencias en que la humanasabiduría no es suficiente, pero su guía también está a nuestro alcance en elestudio, en los momentos de recogimiento, de lectura y reflexión, en losprocesos de la preparación. La investidura del poder del Espíritu Santo vino alos discípulos en el aposento alto, solamente después de que ellos estuvieronpreparados para recibirlo. Sería un dolor para el Espíritu Santo si se leexcluyese de la preparación de líder para el desempeño de sus deberes.

Compare y haga el contraste entre la preparación festinada, carente de atenciónque a veces hacen los líderes de la iglesia, con la que hacen los dirigentes enotros campos de acción. Se dice que para un programa corriente de televisión,se requiere, por lo menos, una hora de ensayo por cada minuto que larepresentación esté pasando por la pantalla. En la preparación y la producciónde una película se emplean meses y a veces hasta años. Los atletas pasan largashoras de práctica agotadora, hasta para un solo juego. Los músicos empleanmuchísimo más tiempo practicando privadamente del que emplean en unapresentación en público.

Me diréis que éstos son profesionales y que su éxito depende de esapreparación continua y ardua mientras no se puede esperar que un lídervoluntario en el trabajo de la iglesia dedique el mismo tiempo y esfuerzo. Peroeso no quiere decir que se ha de tomar a la ligera la seria tarea del lídercristiano.

Un estudiante en la clase del doctor John A. Broadus, gran predicador ymaestro de predicadores de la pasada generación, se negaba a hacer el estudio

del libro de texto. Preparación y Predicación de los Sermones. El estudiantecitaba las promesas de Jesús: “No os preocupéis por cómo o qué hablaréis;porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar (Mat. 10:19). “Yocreo”, afirmaba el joven, “que si yo abro la boca. Dios me la llenará.”

Haciendo ver que Jesús hablaba de la emergencia de los arrestos ypersecuciones, el profesor le indicó a la clase que abriesen la boca e hiciesenuna inspiración profunda. “Ya véis”, les dijo, “el Señor ha llenado vuestrasbocas de aire”. No existe conflicto alguno entre la guía divina y el esfuerzohumano. En igualdad de circunstancias, el mejor director será siempre el quehaya hecho la preparación más cuidadosa con oración.

Haga Uso de Materiales Impresos

El líder de la iglesia tiene hoy a su disposición abundancia de recursos demateriales y oportunidades para estudiar. En casi todas las comunidades, lasescuelas públicas y otras organizaciones brindan cursos educacionales para losadultos. Las universidades y los seminarios brindan cursos de extensión enclases por correspondencia. Las denominaciones proveen al que los necesite deuna rica variedad de libros de texto, sobre todos los aspectos de la vida de laiglesia y su trabajo. En las reuniones de las distintas organizaciones de laiglesia, de acuerdo con los programas regulares, se facilitan los estudiosprácticos para capacitar mejor al líder y ampliar su preparación. La falta derecursos o la ignorancia de su existencia, ya ha dejado de ser una excusaválida. La deficiencia del líder puede consistir en su falta al no adoptar niseguir un curso de estudio debidamente planeado.

Concéntrese en los Libros del Curso de Estudio de la Iglesia

Este curso, ofrecido por la Junta Bautista de la Escuela Dominical, de laConvención Bautista del Sur, ha crecido desde su primer librito dividido entres partes, publicado en 1902, hasta llegar a constituir una verdaderabiblioteca de textos baratos y uniformes.

Las categorías del estudio comprenden nueve cursos de perspectiva generalque tratan de lo fundamental de la vida cristiana: la membresía de la iglesia, ladoctrina, evangelismo, historia, cómo dirigir, misiones, estudios especiales,mayordomía, el cristiano en el orden social, la denominación, la comprensióndel individuo, la administración de la iglesia, la escuela dominical, la Unión dePreparación; el Ministerio de la Música; la Unión Femenil Misionera y laSociedad de Hombres Bautistas.

¡Si alguna vez nos hemos sentido avergonzados ante la escasez de materialesde esa clase, ahora casi nos sentimos confusos ante tanta riqueza! ¿Cómoempezar, qué se ha de escoger, cómo continuar progresivamente hacia metasdeterminadas?, llegan a ser los problemas del líder que tiene su mente puestaen la preparación necesaria.

Un programa de preparación bien planeado requiere algo más que una lecturasuperficial de los libros recomendados, o la asistencia ocasional a la clase deestudio de un grupo. Se necesita un programa de progreso que presente uncurso de estudio bien redondeado, que conduzca por etapas sucesivas a lasmayores recompensas imaginables.

Una vez más podemos seguir el ejemplo del plan propuesto por la JuntaBautista de la Escuela Dominical del Sur. Al desarrollar el Curso de Estudio dela iglesia, de acuerdo con una lista selecta de libros. El líder o el que se estápreparando para serlo, puede enfocar sus esfuerzos para conseguir el Diplomade la Preparación Cristiana y el Diploma del Obrero Aprobado. Para cada unode éstos hay cuatro niveles de adelanto progresivo.

Para recibir el Diploma de la Preparación Cristiana, uno debe completarsatisfactoriamente el estudio de cualquiera de cinco libros; para obtener elSello Rojo, los distintivos de cinco libros adicionales; para alcanzar el SelloAzul hacen falta otros cinco distintivos de libros. Para obtener el Sello de Oro,se pueden ganar otros cinco distintivos de libros, siempre que los diez librosque se requieren de perspectiva general hayan sido tomados de la categoría 1 ycinco libros de las categorías 16-18 y o la 19.

Para el Diploma del Obrero Aprobado, el diploma básico y completo se otorgaal terminar satisfactoriamente cinco libros de una de estas categorías: 16, 17,18 o 19.

Los requisitos para el Sello Rojo son los distintivos de cinco libros adicionalescualesquiera; y para el Sello de Oro los distintivos de cualesquiera cinco librosadicionales, siempre que, uno al menos, haya sido tomado de cada una de lascategorías siguientes: 2, 5, 8, 9, 13 y 15. (Escriba a su convención bautistaestatal para obtener información más amplia y más reciente con respecto a loscursos de estudio que se recomiendan.)

Considere Atentamente el Curso de Estudios de la Vida y el Trabajo

Paralelamente con el estudio de los libros se ofrece un programa planeado parael progreso de la dirección, por medio de la participación, semana tras semanaen los servicios de preparación que siguen al “Curso de Estudios de la Vida yel Trabajo”. Estos materiales no vienen a sustituir a los libros de texto para la

preparación de los líderes sino que son suplementarios. Estos tienen la ventajade la continuidad semanal, combinada con el estudio, la discusión y la práctica.Como el material no tiene fecha fija, esto hace posible que los estudioscomiencen cuando se desee y continúen todo el tiempo que sea conveniente.

Se le está dando mucha atención al desarrollo de ciertas habilidadesespecíficas, tales como: la manera de dirigir una discusión; cómo estudiar einterpretar la Biblia; cómo utilizar los medios auxiliares para el estudio de laBiblia; cómo orar; cómo sacar enseñanzas de la vida de Jesús; cómo dependerdel Espíritu Santo y seguir su orientación; cómo ser un buen testigo y ganaralmas para Cristo; cómo aconsejar a los que se encuentran en tribulación;cómo ser un buen mayordomo de todo en la vida; cómo llegar a ser unmiembro mejor en la iglesia; cómo adquirir discernimiento y tomar buenasdecisiones; cómo enseñar y hacer discípulos; cómo contestar a las dudas de losque vacilan y de los que no creen; cómo participar en el ministerio de lamúsica; cómo mantenerse activo en el trabajo y sostener el movimientomundial misionero; cómo ser un cristiano efectivo dentro de la familia y cómodesenvolverse como un buen ciudadano. La lista se haría interminable amedida que fuesen apareciendo nuevas necesidades.

En este curso de estudios se le ha dado atención, no solamente al “cómo” delos métodos, sino también al “qué”, o sea al contenido y al “por qué”, o sea alpropósito de los mismos. El propósito del uso continuado y metodizado deestos materiales es el de que “el hombre (o la mujer) de Dios sea perfecto,enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:17).

Estudie Sistemáticamente

¿Por qué estudia usted y cuándo lo hace? La pregunta no se le dirige alestudiante que está en la escuela, sino más bien al que tiene la responsabilidadde una dirección para la cual debe prepararse. Aquí damos algunas sugerenciasque han sido bien probadas:

Hágase su horario y busque un lugar tranquilo donde pueda hacer su estudio.Es muy importante el tener una hora fija para estudiar. También ayuda muchoal estudio el tener un lugar apropiado donde hacerlo. Al llegar el momentoseñalado para el estudio, no se debe permitir que ninguna cosa, que no sea unaemergencia, venga a alterarlo. El lugar de estudio debe estar apartado del ruidodel radio o la televisión, las conversaciones ruidosas o cualquier interrupcióninnecesaria. No siempre se puede cumplir con estas condiciones, pero en lamedida que sea posible debe hacerlo y obtendrá mejores resultados.

Tenga a mano los materiales de estudio: la Biblia, los medios auxiliares deestudio, los nombres de las personas con las cuales tiene que tratar y la

información básica con respecto a ellas; los materiales de oficina: pluma,papel, máquina de escribir. grapas, carpetas, archivo o gavetas profundas en suescritorio. Los instrumentos de trabajo no hacen al obrero, pero lo ayudan a sermejor obrero.

Siéntese durante un rato en meditación tranquila y oración. Se dice de MartínLutero, el jefe de la Reforma que dijo en cierta ocasión que tenía tantas cosas aque atender que necesitaba pasar lo menos, medio día en oración. En esosperíodos de meditación y oración, a menudo surgen discernimientos profundosque son mucho más valiosos que las conclusiones a las que se llega por mediode la lógica. Y esto es muy cierto, especialmente en los casos en que elrazonamiento va acompañado de la ansiedad. “En quietud y en confianza serávuestra fortaleza” (Isa. 30:15).

Asuma una actitud adecuada para resolver un problema. La reflexión previa esun proceso para la solución del problema. Hágase la pregunta: ¿En quéconsiste la verdadera dificultad? A menudo lo básico de la dificultad no salta ala vista a causa de las complicaciones que lo rodean; conflictos depersonalidad, amor propio herido, los prejuicios, los malos entendidos, laspequeñas rivalidades, las lealtades tradicionales y otras más. Saque a la luz elproblema esencial, defínalo y aclárelo.

Explore las soluciones posibles. Si se toma determinada dirección, ¿cuál seráel probable resultado? ¿Qué resultará si se toma el camino opuesto? ¿Cuálesson las otras alternativas que se presentan y qué sucederá si se escoge una decada vez alternadamente?

Escoja la solución más favorable y entonces sígala hasta el final. “Examinadlotodo; retened lo bueno” (1 Tes. 5:21). Solicite el consejo de las personas deexperiencia. Los libros son la sabiduría almacenada. En la Biblia se encuentrala mayor sabiduría. Casi siempre están al alcance de unas personas que hantenido experiencia en similares condiciones y la consulta con una persona derecursos casi siempre aporta la luz que se necesita.

Utilice el método experimental. El científico prueba un proceso bajocondiciones dominadas (en un laboratorio) y va llevando el registro de losresultados. El varía las condiciones y anota las diferencias causadas por lavariante Pone a un lado los errores y fracasos y concentra su atención sobreaquello que funciona mejor. El método de la experimentación es el que haproducido una gran parte del maravilloso progreso y ha desarrollado losnuevos procesos durante el siglo pasado. El líder de la iglesia puede aplicarmuchos de estos principios esenciales a la solución de los problemas quepuedan surgir.

Ponga las conclusiones en práctica. Puede ser que el “investigador puro” no sepreocupe por aplicar sus descubrimientos, pero el hombre que es prácticopreguntará: “¿Y para qué sirve esto?” Se necesitan las dos clases deinvestigadores porque si no se le encuentra una aplicación práctica a lo que sedescubre, ese descubrimiento se arrinconará en un estante como algo sinimportancia. Lo mismo sucede en el ambiente de necesidad humana en el cualexiste la iglesia. Si no se hace algo para remediar esas necesidades, las“pláticas curativas” serán de poco efecto.

Dése a conocer de una manera efectiva el resultado del estudio creador. Lapreparación es incompleta, sin que importe mucho lo sólido que pueda ser elrazonamiento, hasta que los descubrimientos se han reducido a algo escrito ohablado, de manera que se pueda compartir con otros. La pregunta crucial dellíder es: “¿Cómo puedo transmitir a otros lo que yo he aprendido por medio demi estudio?” Entonces el líder se convierte en maestro, predicador, promotor,el que persuade con un sentido de la misión de comunicar a los demás lo que elestudio le ha revelado a él.

Correlacione las Organizaciones de la Iglesia

Cuando se hicieron los planes para correlacionar distintas organizaciones devarias iglesias en lo que se refiere a la preparación de directores, esto fuerecibido con expresiones de bienvenida por adelantado. Históricamente, estasorganizaciones habían ido creciendo independientemente unas de otras. Amedida que se desarrollaba cada organización y se multiplicaban susfunciones, surgían copias de las mismas y a veces hasta rivalidades que noeran convenientes. Después de muchos años de consultas cooperativas, losrepresentantes de las organizaciones que tenían a su cargo los programas de lasiglesias, llegaron a un acuerdo acerca de cómo se debían dirigir los materialesde sus programas hacia determinados fines comunes.

Es natural que los materiales varíen de acuerdo con la fisonomía o lacaracterística propia de las respectivas organizaciones, pero en la actualidadestán correlacionadas de manera que se refuercen los unos a los otros y juntoscontribuyan a promover los propósitos fundamentales de la iglesia. Losprogramas para las lecciones de la escuela dominical, el material para la Uniónde Preparación, los materiales para la Unión Femenil Misionera y para laSociedad de Hombres Bautistas, así como los énfasis del Ministerio de laMúsica de la iglesia, se concentran todos sobre los mismos temas, al mismotiempo.

La iglesia, en conjunto, en algún trimestre dado, enfatizará y reafirmará sulealtad a Dios: la escuela dominical estudiará la historia de la redención; la

Unión Femenil Misionera. nuestra respuesta a Dios; la Sociedad de HombresBautistas estudiará el interés de Dios por su pueblo y el Ministerio de laMúsica presentará una cantata titulada El Amanecer de la Gracia Redentor; almismo tiempo de la Unión de Preparación concentrará su interés en cómoestudiar la Biblia.

Así se evitan la monotonía y la repetición, pero hay unidad en la diversidad yhay un trabajo unido para hacer que la iglesia sea más efectiva. En todo esto,los líderes adquieren práctica en el contribuir con los demás y tienen laoportunidad de aprender haciendo las distintas cosas.

Intensifique su Poder Espiritual

El líder de la iglesia dirige más por lo que él es personalmente que por lo quesabe o por lo que puede hacer. Ese don de dirigir requiere el poder espiritualque nace del continuo alimento de la vida espiritual. Una onza del espíritu deCristo es más valiosa que una libra de la lógica fría. Los dones del espíritu hande ser más cultivados que cualquiera otra capacidad. Aunque el que dirijahable elocuentemente y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios ytoda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, yno tiene amor, nada es (1 Cor. 13: 1-2).

La vida espiritual necesita de nutrición, de lo contrario se vuelve anémica ycarece de poder. Los medios de alcanzar esta nutrición son evidentes: elestudio diario de la Biblia y la oración; el asistir regularmente a los cultos deadoración y participar en ellos; la práctica habitual de la mayordomía cristianay el olvidarse de sí mismo para servir a los demás.

Jesús explicó estas condiciones en términos bien claros que no pueden pasarsepor alto:

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer … Sipermanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo quequeréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéismucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan. 15: 5, 6, 8).

Si la rama no puede llevar fruto separada de la vid, de la misma manera elcristiano no puede llevar fruto a menos que tenga unión ininterrumpida conCristo.

El don de la dirección no es un don tan especial del que sólo pocas personas sehallen dotadas. Es un derecho que es preciso ganar, una habilidad que seaprende y un privilegio que se alcanza. Es necesario cumplir con determinadosrequisitos; someterse a determinadas disciplinas; emplear horas en el estudio;

hacer sacrificios necesarios; dedicar tiempo a la oración intensa; rendir lavoluntad propia a la voluntad divina; sustituir el amor y el cuidado de unomismo por el amor a él y el servicio a los demás por amor a Cristo, de maneraque la meta de los intereses personales sea sustituida por la orientación queprovenga del Espíritu Santo.

Jesús nunca prometió que el camino sería fácil, al contrario, él declaró que sucamino era el camino de la cruz, el camino del sufrimiento hasta la muerte.Muy claramente lo dijo:

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niegúese a sí mismo, y tome su cruz, ysígame” (Mat. 16:24).

La vida que no obedece a un plan, llegará a su final con grandes desengaños.Dios tiene un plan para cada vida, pero a cada uno le da el derecho de aceptarese plan, rechazarlo, o tomarlo a la ligera. Cada etapa de la vida debe ser lapreparación para la próxima, hasta que descienda el telón y el tiempo seconvierta en la eternidad. Cada actividad en la preparación para la direccióncristiana es también una preparación para vivir la vida abundante que Jesúsdijo que había venido a darnos.

En la vida se hacen inversiones de muchas clases, algunas de las cualesparecen ser muy prometedoras pero que sólo nos traen pérdida al final. Perohay una inversión que nunca falla y que siempre continuará produciendodividendos y es la inversión en la vida de otros por amor a Cristo.

El líder que descubre esto y se ajusta al divino plan para su vida, trazándose elcurso adecuado, no necesita adoptar una actitud fatalista que elimine todoesfuerzo de su parte. La elección de Dios para nuestra salvación y para elservicio a los demás lleva consigo la responsabilidad de la determinaciónpropia y del esfuerzo.

Los hombres no son robots, dirigidos por medio de instrucciones picadas enlas cintas; son agentes libres que pueden decir a Dios sí, o no. Pueden usar sustalentos para ganar más talentos, o pueden desatender los dones que se les hanconfiado y perder lo que tienen. Pablo señala la trágica posibilidad de frustraro anular la gracia de Dios (Gál. 2:21). Dios es el que provee el plan, pero ellíder cristiano es el que lo debe llevar hacia adelante por medio del progresobien planeado. John Oxenham hace la atinada pregunta:

¿Es pequeño el lugar que te dio?¡Atiéndelo con cuidado!Él fue quien te puso allí.

¿Es amplio el lugar que te dio?¡Defiéndelo con cuidado!Él fue quien te puso allí.

Donde quiera que te hallesNo es tuyo el lugar, es de él.

Él fue quien te puso allí.

Algo para Pensar y Algo por lo Cual Orar

¿Cuál es la relación entre el progreso y el planear?

¿Por qué es necesaria la preparación bien planeada para una buena dirección?¿Cuáles son las consecuencias si se fracasa en la preparación y en elplaneamiento?

¿Es adecuada la redacción de planes que hacen usted y sus colaboradores enlas obligaciones de la dirección? ¿Cómo se comparan los planes que ustedeshacen con los de los especialistas en otras esferas de servicio público?

¿Hasta dónde llega su conocimiento de los recursos que están a su alcance parala preparación y la mejora de sus actividades como líder? ¿Favorece su iglesiaun programa planeado de cursos de estudio?

¿Hasta dónde es efectiva la correlación entre las distintas organizaciones de laiglesia? ¿Cooperan efectivamente en los planes de preparación para ladirección?

¿Cree usted que la preparación planeada tiende a disminuir la espiritualidad?¿Por qué?

¿Cuál es la influencia que ejercen los planes cuidadosamente elaborados yfielmente seguidos en el desempeño de las obligaciones de los líderes de laiglesia, sobre el desarrollo de una vida más amplia y más rica?

5. — La Tarea, Los Objetivos, Los MétodosTal vez usted se halla desempeñando o preparándose para desempeñar unpuesto de responsabilidad que comprende la dirección de algo. Surgen, comoes natural, las preguntas consiguientes: ¿De qué clase de puesto se trata, de unamanera general o de una manera específica? ¿Cuáles son los objetivos que sepersiguen en el desempeño de sus deberes? Y ¿cuáles son los métodos que seemplean?

Empiece con la descripción de sus obligaciones. Supongamos que el puesto deque se trata es el de pastor, o el de miembro del cuerpo administrativo o dediácono o de oficial de la iglesia, maestro u oficial de la escuela dominical,oficial o líder de la Unión de Preparación, o tal vez dirigente de alguna de lasorganizaciones de mujeres o de hombres, alguna responsabilidad en elMinisterio de la Música o la presidencia de algún comité. De una maneraabstracta, ¿cuál es la principal función directiva del puesto de que se trata? Yconcretamente ¿cuáles son los detalles del mismo?

El pastor, como dirigente, se describe en el Nuevo Testamento con el términoepiscopios. Este vocablo se traduce en la versión autorizada como “obispo” yse define en el léxico griego como “supervisor” uno que tiene a su cargo eldeber de vigilar para que las cosas que otros tienen que hacer, se hagan bien.Los empleados de la oficina tienen responsabilidades más específicas que elpastor. Los diáconos son “siervos de la iglesia” responsables ante el pastor y elconsejo de la iglesia de promover y conservar el buen gobierno de la iglesia. Eltesorero de la iglesia, no solamente recibe las ofrendas y lleva la contabilidadde las finanzas sino que también dirige el crecimiento de la iglesia en lamayordomía cristiana. El secretario de la iglesia lleva con exactitud las actas,pero también tiene que mantener a la iglesia informada acerca de lo que ellamisma hace y de las cosas que constituyen datos para la historia.

Los presidentes de las diversas organizaciones de la iglesia y sus asociados, nosolamente han de desempeñar sus deberes administrativos eficientemente, sinoque deben mantener el más alto nivel posible en el perfeccionamiento de suorganización y en los frutos de su espiritualidad. Los maestros y aquellos quelaboran con diversos grupos y clases, no solamente desempeñarán la labor deenseñar e instruir y dirigir reuniones, sino que también guiarán a sus miembrospara que pongan en práctica aquello que aprenden.

La dirección en las esferas de la iglesia se debe proyectar más allá de ella, enotras áreas — , la comunidad, la escuela, el mundo, el mundo de los negocios,la sociedad, el estado, la nación, el mundo — las oportunidades se presentaránen todas partes.

Objetivos Determinados

Después de haber contestado general y específicamente a la pregunta: “¿Quéclase de puesto es el mío?” surge la siguiente pregunta: “¿Cuáles son misobjetivos?” Los escritores más autorizados sobre este asunto ponen a la cabezade la lista de las responsabilidades de la dirección, la enunciación clara de lasmetas a que se aspira a llegar. Una dirección sin metas está propensa a ser algosin consistencia y sin atractivo. El fracaso de muchos dirigentes se debe amenudo, más probablemente, a la falta de dirección que a la falta de capacidad.

John Dewey en su obra Democracia y Educación, llega a la conclusión de que

“un hombre es estúpido o ciego, o falto de inteligencia … exactamente en lamisma proporción en la que, hallándose en cualquier actividad, ignora de quétrata ésta, es decir, no comprende la probable consecuencia de sus actos”.

¿Por qué es tan necesario que los objetivos se hallen claramente definidos?

Un objetivo determina la dirección en la cual el líder se propone ir. La decisiónconcerniente a esta dirección no deberá ser tomada arbitrariamente por el lídersino que habrá de ser tomada en consulta con otros. Si falta esa dirección, tantoel líder como sus seguidores, encontrarán que llegan por casualidad a sudestino, si es que llegan.

Los objetivos son necesarios porque ahorran tiempo y energía. Si no se percibela meta claramente desde el principio, se perderá mucha energía tomando poratajos y desvíos que retrasarán la marcha y pondrán en peligro la empresa. Sonmuchas las causas buenas que se han abandonado porque los seguidores de unlíder sin rumbo se cansaron de las actividades que no parecían conducir aninguna parte.

Los objetivos son necesarios porque determinan los medios que se requierenpara alcanzarlos. “¡Contad el costo!” fue la admonición de Jesús. El costopuede ser en términos de dinero, materiales, trabajo, o tiempo; cualquiera quesea el costo, se debe prever en relación con el fin propuesto. Tal vez se llegue adescubrir, demasiado tarde, que los medios necesarios no son asequibles, o quelos seguidores del líder no están dispuestos a pagar el precio que se necesita.

Los objetivos son necesarios con el fin de mantener la moral. Cuando no hayuna meta prevista, los colaboradores se desaniman y se sienten tentados aabandonar la empresa. Tanto el director como sus colaboradores pierdenimpulso si no comprenden el propósito de lo que están haciendo.

Los objetivos son necesarios con el fin de medir el adelanto alcanzado.“¿Cómo van las cosas?” es una pregunta que se contesta mejor si se puedehacer referencia al progreso alcanzado con respecto a la meta. Es difícil que se

pueda alcanzar algún objetivo sin pasar por las etapas intermedias. A veces elprogreso puede que nos parezca dolorosamente lento. Pero si se comprendeclaramente que cada etapa nos acerca más a la culminación de la empresa, esomantiene la voluntad de seguir haciendo el esfuerzo.

Los objetivos son necesarios con el fin de motivar la oración inteligente y labúsqueda de la dirección espiritual. Santiago lo explica claramente al decir:

“No tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedísmal” (Stg. 4: 2-3).

La oración que no tiene un propósito definido y que no busca la dirección delEspíritu Santo hacia una meta digna, no será agradable ante Dios, ni traerá labendición necesaria. El Dios de suprema inteligencia y voluntad desea queaquellos que le sirven lo hagan con inteligencia y con determinación. El nosguiará para determinar cuáles han de ser los objetivos y también ayudará aaquellos que cooperen con él de una manera sensata para alcanzar los finesprevistos.

Evaluación de los Propósitos

¿Cuáles son los distintivos de los buenos propósitos? Un buen propósito tienela particularidad de ser apropiado; es decir: está relacionado con una situaciónreal en que hay una necesidad y una oportunidad. Lo que en una circunstanciadeterminada puede haber constituido un objetivo digno, puede dejar de serlo alvariar las circunstancias. Un objetivo adecuado para determinada iglesia encierta clase de comunidad puede resultar inaceptable en otra. Al determinar unobjetivo, es bueno hacer la siguiente pregunta: “¿Hasta qué punto se calculaque se podrán obtener los resultados que deseamos?”

Un buen objetivo estará sujeto a cambiar a medida que cambien lascircunstancias. La dificultad que presenta el seguir determinado patrón depropósitos es que tal vez ese patrón no permita suficiente libertad niflexibilidad. El “patrón” se usa para que sea un instrumento de medida ocomparación y no para que sea una exposición inflexible de reglas rígidas. Porejemplo, ¡es más importante que una escuela dominical alcance al público queno que alcance el nivel de las normas requeridas! Esto no quiere decir que losdos objetivos se excluyan mutuamente, pero la norma impresa no debe ser unafinalidad absoluta.

El marco de un objetivo razonable es que no se trate de una meta fija sino quese mueva hacia adelante a medida que se va alcanzando. Si se alcanzadeterminado objetivo y no hay nada más allá, se produce el estancamiento.Cuando el líder y su grupo de colaboradores pueden decir con satisfacción

personal: “¡Ya lo alcanzamos!” tal vez empiece para ellos un movimientodescendente, o tal vez se queden en el mismo lugar, pero la situación,cualquiera que sea, sigue adelante.

Un buen objetivo es un reto constante al espíritu creador, a nuevas soluciones,a resolver nuevos problemas a medida que se presentan.

Siempre existe el peligro de que al esforzarse por alcanzar determinadoobjetivo, se restringirá la libertad necesaria. El objetivo debe siempre enfocarmás que la finalidad que se busca, es decir, que debe tener en cuenta eldesarrollo de la iniciativa individual y el pensamiento creador del grupo. Elresultado que se alcance pagaría un precio demasiado alto si ese precio es lapérdida de la libertad o de la originalidad.

Un buen objetivo es aquel que tiene más en cuenta lo que le sucede a laspersonas, que lo que se consigue materialmente. Edwin Markham nos recuerdaque “no hay cosa que valga la pena de que se haga, si ella no hace al hombre”.Y si esto es esencialmente verdadero en cualquiera empresa, lo es de unamanera especial en una empresa cristiana. Algunos de los errores más gravesque se han cometido en los puestos directivos de la iglesia han sido hechos eneste particular: la deficiencia al tener en consideración la ecuación personal.

En todo lo que Jesucristo dijo e hizo vemos siempre esta verdad lanzando susdestellos: su medida del valor de las cosas relacionándolo con las personas. Leoímos exclamar indignado, cuando lo criticaron por sanar a un hombre ensábado:

“¿Cuánto más vale un hombre que una oveja?” (Mat. 12:12). La obediencia ala regla con el fin de alcanzar el objetivo, debe estar siempre subordinada albienestar humano.

La pregunta a la cual nos han estado conduciendo los principios anteriormenteexpresados se formula así: ¿Cuáles son los objetivos distintivos del lideratocristiano? Es evidente que la definición de tales objetivos, en la naturaleza decada caso, no puede ser la tarea de un solo hombre. El que dirige es un siervode siervos, un obrero juntamente con Dios y con los demás. Ordway Teaddeclara que dirigir “es la actividad de influenciar a otras personas paracooperar hacia la consecución de algún fin que ellos han llegado a considerardeseable”. De acuerdo con esto, el director no es el que dice: “Esto es lo queyo creo que debe hacerse — ¡vamos a hacerlo!”, sino más bien el que dice:“Esto es lo que todos estamos de acuerdo que debe hacerse: ¡permítanme queles ayude a hacerlo!” Una función muy esencial consiste en dirigir al grupopara que se ponga de acuerdo sobre lo que debe ser el objetivo.

El objetivo más importante es de que se haga la tarea que hay que hacer. Lacaracterística del espíritu americano está expresada en el poema “el Trabajo”de Abbie Farwell Brown:

El trabajo hace fluir la sangre sana.El trabajo hace brillar la mente ágil

El arado y el martillo, el azadón y la pala,El hacha y la barra, sierra y clavos,

¡Demos gracias a Dios por el trabajo!

Y también hay en nuestras iglesias un himno muy conocido “Trabajad,trabajad …” Naturalmente en toda actividad digna se encuentra una granvirtud, pero el objetivo necesita tener más amplitud que la de hacersimplemente que se termine la tarea.

Las circunstancias antecedentes deben ser tomadas en consideración antes deque se pueda alcanzar un objetivo final. ¿Cuáles son las dificultades que hayque vencer? En una batalla, el general sabe que es preciso tomar el objetivo Aantes de que se pueda alcanzar el objetivo B y después de éste, el objetivo finalC. Muy pocas veces se puede alcanzar algo de valor sin antes remover losobstáculos que se encuentran en el camino. El director ha de fijarse bien en lasdificultades y hacer su objetivo previo la remoción de ellas. Aunque se tengafe en el éxito final bajo la dirección divina, eso no evita la necesidad de prevery hacer uso de los medios humanos para conseguir los medios que venzan losimpedimentos que obstaculizan el progreso.

Un objetivo secundario importante es conseguir los medios necesarios para laempresa de que se trate. Si fuéramos a servirnos de un término militar,usaríamos el de logística, que es el estudio científico de los abastecimientosgenerales y su distribución — las provisiones, armas, municiones, para lasfuerzas armadas, si éstas han de librar con éxito la guerra. En un proyecto de laiglesia, el objetivo puede ser todo lo espiritual que se quiera, pero es casiseguro que se necesitará dinero, determinadas facilidades, recursos decomunicación, instrumentalidades diversas con el fin de llevar el proyecto a sudebida conclusión. El pretender que Dios solo será el que ha de proveer a estasnecesidades materiales, no es fe, es presunción. El le ha dado a los hombres lamente con la cual puede pensar y hacer planes y él espera de ellos que cadauno haga su parte. Un objetivo esencial de una buena dirección, no essolamente prever la finalidad sino también obtener los medios que seannecesarios para alcanzarla.

El distintivo del objetivo cristiano es que siempre cuenta con la persona. LaBiblia es un libro hecho para las personas. Su revelación nos llega a través delas distintas personas y trata de ellas. El trino Dios es supremamente personal:

Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los escritores bíblicos concentraron su atenciónen las personas, acerca de las cuales escribieron y para los cuales escribieron.El interés en los distintos grupos de personas caracteriza cada uno de losdistintos libros de la Biblia. Y podemos añadir que de todos los fundadores delas grandes religiones del mundo, Jesucristo es supremamente el que más seocupó de los individuos.

Cualquiera que sea la actividad que ocupe la atención del director, su preguntadeterminante debe ser: ¿Qué ventaja le proporcionará esto a las distintaspersonas? Los objetivos de organización y de administración, el levantarfondos, hacer edificios y conseguir equipos, las campañas de crecimiento, lamayor efectividad en la predicación y en el evangelismo, la ampliación deltrabajo por medio de la visitación y de las misiones, los planes de acción social— ninguno de estos es un verdadero objetivo cristiano, si se considera apartede las personas a las que atañe. El líder debería estar más interesado en que losresultados obtenidos sean el ganar personas para Cristo y en que se desarrolleel carácter cristiano, que en los éxitos tangibles de una empresa determinada.

Por encima de todos los objetivos, y más allá de ellos, está la voluntad de Dios.La pregunta que debe ser el lema del director no debe ser tanto qué es lo quenosotros queremos alcanzar sino qué es lo que Dios quiere. Casi nunca resultafácil averiguar cuál es la voluntad de Dios y obedecerla. Para ello, hay queprescindir de la voluntad propia, se deben estudiar y comprender los propósitosde Cristo y aceptar las indicaciones del Espíritu Santo como guía.

Ha de haber docilidad para seguir la dirección divina. Nunca se puedeconsiderar tiempo perdido el que se emplee en determinar este objetivo peroserá mucho más valioso que el que se emplee en hacer planes sin contar conDios.

Jesús dijo: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá …”(Juan. 7:17). Y en otra ocasión dijo: “Yo soy la luz … el que me sigue, noandará en tinieblas” (Juan. 8:12). El objetivo máximo del líder cristiano esencontrar cuál sea la voluntad de Dios y seguir la dirección de Jesucristo.

Después de analizar la tarea y sus objetivos, el líder concentrará su atención enlos métodos para dirigir. El método que se vaya a usar depende de unavariedad de circunstancias; la personalidad del líder, las características delgrupo que va a dirigir, la naturaleza y los propósitos de la empresa, losrecursos de que se disponga y las limitaciones que se presenten. El líder harámuy bien si examina con sentido crítico las diversas posibilidades que se lepresentarán al entrar en funciones de director.

Maneras Equivocadas de Dirigir

Mando.

Tal vez el líder piense de sí mismo como el oficial de mando al frente de unacompañía de soldados. Tennyson comprendió la indiscutible obediencia a laautoridad militar en su “Carga de la Brigada Ligera”. A pesar de que alguienhabía cometido un error al dar la orden, él escribe lo siguiente:

Sin pretender replicarNi pararse a razonar,Para luchar y morir

Hacia el valle de la muerteGaloparon los seiscientos:

Esa obediencia ciega a un jefe autoritario es completamente contraria alconcepto cristiano del que ha de ser director. La historia nos conserva elrecuerdo de la subida y el poder de líderes como éste, pero también nos relatacómo fue su caída. Cuando el director del tipo de dictador surge, ya sea en laiglesia o en el estado, es oportuno recordar el axioma de Lord Acton, elfilósofo político del siglo diecinueve: “El poder tiende a corromper, pero elpoder absoluto corrompe de una manera absoluta.”

Mano izquierda.

El líder que usa este procedimiento para dirigir es el que, como se dicevulgarmente “tira la piedra y esconde la mano”, y tira de cordones invisibles,procurando conseguir lo que desea valiéndose indirectamente de los demás.Una persona así, está desempeñando un papel y el Nuevo Testamento lodescribe con el epíteto de “hipócrita”. En la política es el tipo bien conocidodel que se hace pasar como amigo de servir a todo el mundo mientras estáarrimando la brasa a su sardina. El tipo de esta clase procura conseguir pormedio de la adulación lo que sabe no ha de conseguir por medio de las órdenesdirectas. Este individuo se interesa en obtener los resultados apetecidos, perosiempre con un ojo alerta a sus intereses personales.

Tal vez durante algún tiempo parezca que el líder de “mano izquierda” estáalcanzando éxito. Pero a la larga, su verdadera personalidad sale a relucir y seve rechazado por los que le rodean. Esto sucede más frecuentemente en loscírculos de la iglesia que en los seculares porque el cristiano rechaza la doblezde conducta.

La Sugestión.

La sugerencia es a menudo más efectiva que el mando o la “mano izquierda”.Los anunciantes se dan buena cuenta del poder de la sugestión y procuranllevar a los clientes a que les compren sus productos por medio de músicaatractiva, cuadros interesantes de salud y felicidad, seguridad y prosperidad.Los padres saben muy bien que a menudo es más fácil conseguir que los niñosobedezcan por medio de la sugerencia antes que obligándolos por la fuerza.

Los sicólogos insisten mucho en la sugestión para obtener las respuestas que sedesean. Este es un método aceptable para el líder que lo practique consinceridad y con dignidad. Se pueden sugerir otras alternativas que abran elcamino a la discusión, la cual puede muy bien conducir a conclusiones que elgrupo llegue a aprobar como suyas propias. Sin embargo, el que hace lassugerencias debe siempre evitar la trampa mortal de usar el método con finesulteriores.

Los Mejores Métodos para Dirigir

La Instrucción.

Probablemente, el líder que da instrucciones ocupa su posición como directorporque está más empapado con su tarea que los demás. O por lo menos, sabedónde se puede hallar la información que se necesite. Por lo tanto, él puede darinstrucciones al grupo en cuanto al procedimiento, tanto positivo comonegativo, con el fin de alcanzar los resultados apetecidos. El es el que puedefamiliarizarlos con las instrucciones impresas hasta que las tengan fijas en lamemoria. El también puede repetir las prácticas acostumbradas hasta que éstasse transforman en hábitos arraigados. Y también puede hacer preguntas ycorregir errores y respuestas equivocadas hasta que se alcance la uniformidad.

El método de repetición y recitación será muy valioso, siempre que el directorno exija arbitrariamente respuestas al pie de la letra. Las instruccionesestereotípicas pueden empantanar el estado de cosas, impidiendo así que seprogrese. En este mundo tan cambiante, las instrucciones básicas tomarán encuenta las nuevas condiciones que puedan surgir y las nuevas modalidades.Habrá que tener conocimiento de los problemas y procesos que se vandesarrollando; o de otra manera, surgirá el estancamiento.

La Persuasión.

Persuadir es convencer. Por medio de los argumentos o de las exhortaciones secambian las opiniones y la dirección de su actividad. La persuasión puede serpor medio de un ruego directo o indirecto. El líder persuasivo puede procurar

cambiar las opiniones o el proceder de los demás por medio de la presentaciónde los hechos, el razonamiento lógico, o apelando a las emociones. Y enrealidad, todos estos elementos pueden formar parte de la persuasión.

La persuasión también puede ser menos directa — por medio de ejemplos, pormedio de asociación de palabras, valiéndose de ilustraciones, a través de losprejuicios y haciendo un llamamiento a los intereses personales, usando de laatracción hacia los nobles ideales, usando de la excitación del temor o laincitación al valor, y también por medio del terror al castigo y la esperanza dela recompensa.

Cuando la predicación es realmente buena, constituye un ejemplo notable yefectivo de la persuasión directa. La biografía, la poesía, la ficción, la historiay los dramas son medios menos directos, pero a menudo muy poderosos depersuasión. Pablo escribe refiriéndose a sí mismo y a sus compañeroscristianos: “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres…” (2 Cor. 5:11).

Los que dirigen hacen el mejor uso de sus prerrogativas cuando por medio dela persuasión tratan de convencer a los hombres para que crean lo que Cristopromulgó y para seguirle en el camino de la vida. Sin embargo, se hará un maluso de la persuasión si se la emplea con fines egoístas, o para alimentarprejuicios o para hacer surgir emociones indignas o para alejar a los hombresde Dios y lanzarlos a unos contra los otros.

La persuasión es un medio poderoso tanto para bien como para mal. Para quela persuasión sea cristiana debe usarse en obediencia a Cristo y bajo ladirección del Espíritu Santo.

Compartiendo con otros.

Esta es la manera más satisfactoria de dirigir.

Pueden presentarse ocasiones cuando el mandato imperativo y la obedienciasin vacilaciones sean necesarias, como en alguna emergencia cuando la vida oalgún principio sagrado estén en peligro. Cuando se pierde el dominio de lostemperamentos y de los prejuicios, las circunstancias pueden justificar que eldirector eche mano de la diplomacia indirecta y de la sugestión. La persuasiónes a menudo el recurso indicado cuando se necesita el llamamiento a la razón yal sentimiento para hacer surgir las actitudes y las acciones correctas o paracambiar la dirección equivocada de lo que se piensa y de lo que se cree. Casisiempre el que es buen director es también maestro que va instruyendo a losque le siguen como encargado de ser su guía.

El principio que impide la frustración de cualquiera de estos métodos es el decompartir cristianamente, es decir: el amor en acción. Jesús puso esto enprimer lugar: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yoos he amado” (Juan. 15:12).

Pablo reafirma el principio:

“El que ama al prójimo, ha cumplido la ley .., cualquier otro mandamiento, enesta sentencia se resume: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo …’ así que elcumplimiento de la ley es el amor” (Rom. 13: 8-10).

Inspirado por este principio, el líder cristiano, no importa cuan alta oimportante sea la posición que desempeñe, pensará de sí mismo como “elprimero entre sus iguales”. Y por lo tanto, habrá de contribuir con su persona,su conocimiento, su capacidad, su devoción a Cristo y a la iglesia. Su conceptodel llamamiento y su entusiasmo para la tarea que tiene entre manos, sucompasión para los perdidos y su respeto para los salvos, su disposición paraservir y para sacrificarse. El compartirá con los demás en la medida de sucapacidad para desempeñar el ministerio de la dirección. He aquí lo queescribió Lowell sobre el particular:

La vida es una hoja de blanco papelDonde todos habremos de escribir

Una palabra o dos, y después la oscuridad.¡Sublime comenzar! Si sólo alcanzas

Una línea a grabar, que sea maravillosa.No es un crimen el fracaso, sino el aspirar muy bajo.

Algo para Pensar y Algo Sobre qué Orar

Explique de una manera amplia y con detalles específicos, ¿cuál es mi tareacomo director

(1) en la iglesia,(2) en otra parte?

¿Hasta dónde estoy cumpliendo bien con mis responsabilidades como director?

¿Por qué es necesario que los objetivos estén claramente definidos?¿Reconozco plenamente esta necesidad?

¿Cuáles son los distintivos de una buena meta? ¿Puedo pasar esta pruebasatisfactoriamente?

¿Cuál es el distintivo cristiano de los objetivos del líder?

¿Cómo puedo distinguir entre los objetivos inmediatos, intermedios y finales?¿En cuál de estos pongo el mayor énfasis?

Prescindiendo de las consideraciones humanas ¿cuál es el supremodeterminante de los objetivos del líder cristiano? ¿Qué calificación sacaría yode esta prueba?

¿Cuáles son algunas de las maneras correctas y las equivocadas de dirigir?¿Cómo puedo establecer la diferencia?

¿Cuándo es más acertada la dirección?

6. — Logros Obtenidos Por MedioDe La Colaboración

Cuando en la década de 1920, el equipo de fútbol formado por “Los Coronelesque Oran”, del pequeño Center College, derrotó al poderoso Harvard se lepreguntó al capitán “Bo” MacMillan cómo habían podido realizar tal hazaña.Su contestación fue: “En cada juego en el que jugó Center había oncehombres.”

Esta es una descripción clásica del trabajo en colaboración. Kipling en una desus BALADAS DE CUARTELES, pone en boca de un soldado veterano losiguiente:

“No es el individuo el que cuenta, ni tampoco el ejército en conjunto, sino eleterno trabajo en colaboración de cada bendito hijo de vecino.”

En los círculos militares se reconoce que el esfuerzo en colaboración esfundamentalmente esencial para alcanzar la victoria. Un ejemplo muy vividoes el Día-D de la invasión aliada que fue el punto culminante de la SegundaGuerra Mundial. Todas las fuerzas armadas — las de reconocimiento, las deaire, tierra y mar, se movieron como una sola unidad, con precisiónmatemática que convirtió en un éxito esta audaz maniobra militar. Si todos losdemás factores son iguales, la iglesia alcanzará sus más altos propósitoscuando sus líderes cooperen en esta forma hacia los fines comunes.

En el Antiguo Testamento encontramos un ejemplo del trabajo en colaboracióncon la reconstrucción de las murallas destruidas alrededor de Jerusalén, bajo ladirección de Nehemías. “La mitad de mis siervos”, relata Nehemías,

“trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; ydetrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá, los que edificaban enel muro” (Neh. 4:16, 17).

El muro era largo y los obreros estaban necesariamente separados unos deotros. Para el caso en que se viesen atacados, Nehemías les dio las siguientesinstrucciones:

“En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reunios allí con nosotros;nuestro Dios peleará por nosotros” (v. 20).

“Y así construimos el muro” fue el feliz final de Nehemías.

Un Principio del Nuevo Testamento

Jesucristo escogió una pequeña compañía de hombres y mujeres,aparentemente insignificantes. Los unió con lazos irrompibles y los mandó aconquistar el mundo.

En el momento supremo de su ministerio redentor, él intercedió por ellos anteel Padre orando así:

“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotrossomos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, paraque el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos, comotambién a mí me has amado” (Juan. 17:22, 23).

Pablo, suplicando que haya unidad en la agitada iglesia de los Corintios,declara: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios” (1 Cor. 3: 9). Yentonces abarca todo el principio con estas palabras: “Porque ninguno denosotros vive para sí, y ninguno muere para sí” (Rom. 14: 7).

Cuando Jesús dijo: “Yo edificaré mi iglesia”, evidentemente estaba pensandoen el compañerismo de los discípulos creyentes. El no dio direccionesexplícitas con respecto a la reglamentación de la iglesia, ni en la práctica, ni enla organización. En el único pasaje adicional en que Jesús usa el vocablo“iglesia” nos da las direcciones de cómo se ha de restaurar el compañerismoroto. (Mat. 18:15-20.) Explica de una manera bien clara que la enemistad y elespíritu que no perdona son un pecado cardinal entre sus discípulos (Mat. 6:14,15).

La palabra del Nuevo Testamento griego que se traduce como“compañerismo” es koinonia, que significa literalmente un interés compartidoo una participación conjunta, como cuando los creyentes en Jerusalén “estabanjuntos, y tenían en común todas las cosas” (Hech. 2:44). Una iglesia sinespíritu de comunidad ha violado su carta fundamental. Los líderes de laiglesia tienen la divina obligación de mostrar y mantener el espíritu decooperación.

El “unirse a la iglesia” es convertirse en miembro del cuerpo de Cristo. De lamisma manera que su cuerpo es para usted el instrumento de su mente y de suvoluntad, lo mismo es una verdadera iglesia para Jesucristo. El no tiene en latierra manos con las cuales realizar el trabajo, si no son las manos de susdiscípulos, tampoco tiene pies para caminar, excepto los pies de los quecaminan por él, ni tiene labios para hablar, si no son los de aquellos que dantestimonio de él. Por lo tanto, cada uno de los cristianos está comisionado paratrabajar, caminar y hablar por él.

El Refuerzo de la Individualidad

Existen “diversidad de dones … diversidad de ministerios … diversidad deoperaciones” (1 Cor. 12: 4-6). La igualdad de todos los creyentes no significaun nivel absoluto de capacidad y responsabilidad. Haciendo uso de la analogíacon el cuerpo humano. Pablo señala que en la iglesia hay aquellos que son másfuertes y otros que son más débiles, unos investidos de más honra y otros demenos. De igual manera que en el cuerpo humano cada parte es esencial parael funcionamiento saludable del conjunto, así en la iglesia todos los miembrosson necesarios.

“Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembrorecibe honra, todos los miembros con él se gozan” (1 Cor. 12:26).

El que dirige en una iglesia no vale más, como persona, que el miembro máshumilde; sin embargo, tal vez él pueda rendir más servicio a causa del puestoal cual ha sido llamado. Sus servicios adquieren más valor en la proporción alcelo que demuestre

“para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos sepreocupen los unos por los otros” (1 Cor. 12:25).

Usted es un alma con un cuerpo. Mientras dura la vida sobre la tierra, ambosson inseparables. La personalidad es más que el ser físico y distinta de éste; sinembargo, la personalidad se expresa por medio del ser físico. El cuerpohumano es el instrumento superiormente organizado para expresar lapersonalidad.

De manera parecida, la iglesia es espiritual en su ser esencial; sin embargo,necesita de la unión con el fin de funcionar en un mundo material. Jesúsreconoció esta necesidad de cooperación cuando reunió a su alrededor ungrupo de creyentes bautizados y los formó en un cuerpo de discípulos a loscuales enseñó, adiestró y envió de dos en dos, con instrucciones detalladassobre cómo habían de llevar su mensaje y hacer su trabajo. Después de sumuerte y resurrección, juntó a 120 creyentes convencidos y dignos de todaconfianza, los cuales constituyeron su iglesia y empezaron a actuar en círculoscada vez mayores hasta cumplir con su comisión de hacer discípulos,bautizándolos y enseñándoles (Mat. 28:19, 20).

La historia de lo que “Jesús comenzó a hacer y a enseñar” se continúa en ellibro de los Hechos y a través de las Epístolas. Aquí bajo la dirección delEspíritu Santo, el progreso se expande. El patrón de organización cambia parahacer frente a las condiciones cambiantes, pero los principios y los propósitospermanecen los mismos.

Juntos en la Adoración y en la Proclamación

El permanecer juntos es una necesidad vital para llevar a cabo los propósitosde la iglesia. Cualesquiera que sean las cosas que la iglesia haga o deje dehacer, sus miembros tienen que reunirse para la adoración y para laproclamación del mensaje de redención. La efectividad demanda trabajarjuntos para proveer un lugar apropiado, líderes, horarios, distintos alcances ysostén financiero. Si faltan estos elementos, la adoración y la proclamacióncarecerán de materia y de poder.

Por su misma naturaleza, una iglesia cristiana tiene que ser una iglesia queenseñe. Una institución que enseña requiere organización — oficiales,maestros, programas, procedimientos ordenados, matrícula de estudiantes,actividades de expresión, metas, resultados y sostén financiero. Unaorganización de esta clase exige la unidad de sus componentes, sin la cual todoseria muy pronto una confusión y no tardaría en dejar de existir.

No basta con adorar, proclamar y enseñar. Una iglesia debe también adiestrar.Y esto requiere experiencia bajo la supervisión de alguien que guíe. Lacapacidad se adquiere poniendo en práctica los conocimientos que se tienen.Un programa de adiestramiento en la iglesia y para los fines de la iglesiaabarca a todos los miembros, requiere organización: líderes, ayudantes,contribuyentes, materiales, grupos de acuerdo con la edad respectiva,actividades programadas, promociones continuadas, materiales de orientación,dirección y respaldo de la iglesia.

Si no hay colaboración organizada, el adiestramiento de los miembros paraactuar como dirigentes, tendrá pocas probabilidades de éxito.

Tal vez con la única excepción de los Departamentos de Música, la actual ycompleja organización de cualquier iglesia típica de los bautistas del sur seoriginó aparte de las iglesias. Cada una de las organizaciones se fueronadoptando por las iglesias y cada una se desarrolló independientemente de lasdemás y a veces, hasta en competencia las unas con las otras.

La escuela dominical tuvo sus comienzos con la “escuela de los vagabundos”de Roberto Raikes, un impresor y editor en Gloucester, Inglaterra en 1781.Afligido al contemplar la condición de abandono en que vivían los niños de lasfábricas, Raikes alquiló un salón y contrató a cuatro mujeres para queenseñasen a esos niños menos privilegiados todos los domingos. Elmovimiento se extendió y se arraigó dentro de las iglesias cuando los edificiosde las iglesias y los miembros de las mismas sustituyeron a los edificiosalquilados y a las mujeres pagadas por Raikes.

El movimiento llegó hasta América y se propagó rápidamente, aunque no sinoposición por parte de los clérigos. Los bautistas de América con suscaracterísticas laicas y su devoción a la Biblia encontraron que la escueladominical se ajustaba peculiarmente a sus propósitos. A menudo se veía unaescuela dominical antes de que hubiese una iglesia y muchas iglesias surgieronde las escuelas dominicales. Gradualmente se incorporó la escuela dominical ala vida de las iglesias, aunque durante mucho tiempo continuó siendo unaorganización independiente, eligiendo sus propios oficiales y maestros ypagándose sus propios gastos.

Hasta la última parte del siglo diecinueve, las mujeres tomaron poca parte enlos asuntos de la iglesia. Las sociedades auxiliares femeniles les brindaronalgunas oportunidades para prestar servicios y contribuir económicamente pormedio de “tómbolas”, “ventas” y trabajo personal. Los pastores y los lídereslaicos tomaron muy en serio y con mucha exclusividad la prohibición de Pablode que las mujeres “estuviesen en silencio” en la iglesia. Las mujeresrespondieron con más entusiasmo al llamamiento de las misiones que suspastores y los hombres “antimisioneros” y no misioneros; de manera que lassociedades auxiliares femeniles llegaron a ser fundamentalmente misioneras ensu carácter, y así han quedado las organizaciones que han sido sus sucesoras.

En 1888, la Unión Femenil Misionera fue organizada, aunque con disgusto demuchos de los hermanos. Se la designó “Auxiliar de la Convención Bautistadel Sur”, principalmente porque las mujeres no desempeñaban ningún papel enla Convención, ni siquiera como mensajeras. En el transcurso de los años,hubo de cambiar esta actitud, de manera que el manual oficial se titula ElPrograma de una Iglesia de la Unión Femenil Misionera. Ya se lleva muchocamino adelantado hacia la plena integración de esta organización comomiembro compañero de la iglesia y de la denominación.

La Unión de Preparación ha tenido una historia similar desde sus principiosfuera de la iglesia. Tradicionalmente, se consideraba a los jóvenes comoadultos jóvenes y no se les tomaba en cuenta en ninguna manera especial en eltrabajo de las iglesias. El reconocimiento de su lugar especial y de susnecesidades llevó a la organización, en 1881, de la Sociedad de Jóvenes para elEsfuerzo Cristiano, una organización interdenominacional que pronto alcanzópopularidad nacional. Insatisfechos con la debilidad doctrinal del movimiento,los bautistas se retiraron y organizaron la Unión de la Juventud Bautista en1891.

Las iglesias bautistas del sur encontraron que este movimiento era de suagrado y eventualmente fue adoptado por la Convención. Al principio, éste erapara los jóvenes solamente, pero en 1934 se cambió el nombre por el de Unión

Bautista de Preparación y se adoptó la graduación por edades que ya estabarigiendo en la escuela dominical. Durante este proceso de cambios, la Uniónde Preparación ha pasado de la completa independencia de la iglesia y de ladenominación al pleno reconocimiento de la unión como miembro de la iglesiay del grupo denominacional.

Los hombres de las iglesias tardaron relativamente más tiempo y se mostraronun poco más renuentes a formar organizaciones separadas. En 1906aparecieron grupos esporádicos de hombres que formaron organizaciones degrupos de hombres de distintas denominaciones que se unieron en elmovimiento misionero de los laicos; teniendo como propósito principal elpromover y sostener las misiones extranjeras.

Bajo la dirección de líderes capacitados, los laicos de los Estados Unidos yCanadá visitaron los campos misioneros, asistieron a reuniones misioneras, yrespondieron al reto de los jóvenes misioneros voluntarios de “poner susdólares a la altura de sus vidas”. Muchos hombres bautistas influyentes seunieron al movimiento. Reconociendo su significado, la Convención del Surles dio su respaldo y nombró un comité para que le diese su carácter y sudirección denominacional. En 1916 se nombró un secretario con oficinasgenerales en Knoxville, Tennessee. Dieciséis años más tarde se le cambió elnombre a la organización por el de Sociedad de Hombres Bautistas del Sur,con su oficina general en Memphis. Más tarde se organizaron tres grupos dedistintas edades: los hombres bautistas (adultos), los jóvenes bautistas, y losmuchachos (Embajadores del Rey). Una vez más tuvo lugar el mismo proceso:la adopción y la denominacionalización de una organización que había tenidosu origen fuera de la iglesia.

La adición más reciente a la acumulación de organizaciones de la iglesia, quehemos descrito anteriormente, es el Ministerio de la Música para la iglesia. Lamúsica siempre ha sido una parte inseparable de las actividades de la iglesia.La religión del Antiguo Testamento era una religión de canto y en el NuevoTestamento tienen mucha importancia el canto y la música.

Durante los primeros años de la existencia de la iglesia bautista, la música eramás bien informal y espontánea. Cuando llegó a desarrollarse el “coro de laiglesia”, empezó a sentirse la necesidad de que hubiese alguna clase deorganización. A medida que se fue reconociendo la importancia de la “músicapara todos”, la junta de Escuelas Dominicales nombró a B. B. McKinneyeditor de sus publicaciones musicales. En 1937 la Convención Bautista del Surnombró un comité para que estudiase las necesidades de un programa musicalpara las iglesias. Y así empezaron a surgir programas de música para cadaestado. En 1941, la Junta de las Escuelas Dominicales añadió a su cuerpo

directivo un director de las actividades y publicaciones musicales, el cual seconvirtió oficialmente en el Departamento de Música de la iglesia.

Problemas de las Distintas Relaciones

Era inevitable que surgiesen problemas con respecto a estos “retoñosadoptados” de las iglesias. Surgió la cuestión ¿deberán ser las nuevasorganizaciones independientes de las iglesias, o interdependientes dentro de laiglesia, deberían estar bajo el dominio de la iglesia? ¿Cuál debería ser larelación de unas organizaciones con las otras? ¿Debería haber separaciónabsoluta, competencia, tolerancia, separación, correlación? Puesto que unaiglesia, de acuerdo con el Nuevo Testamento es un cuerpo unificado y nopuede prosperar si se halla dividido, la relación evidente entre cada una de suspartes no es otra más que la de correlación. Y, ¿cómo será posible alcanzar estefin?

La respuesta descansa sobre las actitudes y las intenciones de los líderesdenominacionales y de la iglesia. En el nivel de la iglesia local, las solucionesse encuentran en el concilio de la iglesia, compuesto por los representantes delas distintas organizaciones de la iglesia y por la iglesia en conjunto.Reuniéndose en un “concilio cooperativo para tomar consejo”, estos gruposbuscan la manera de obedecer el mandamiento divino:

“Nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimandocada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno porlo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil. 2: 3, 4).

En el nivel denominacional, las soluciones se deben encontrar igualmente en elcorrespondiente Concilio de InterDepartamentos, reuniendo a los líderesresponsables de las juntas de la Convención y a los diversos departamentospara tener conferencias y llegar a acuerdos.

La conclusión a que hemos de llegar es clara: la dirección, si no se trabaja encooperación, trae la frustración en la compleja organización de la iglesia y dela denominación. Esta verdad necesita ser reconocida y enfatizada por cadamiembro de la iglesia que tenga a su cargo alguna responsabilidad. Y con esteespíritu cualquier iglesia marchará hacia adelante, venciendo todas lasdificultades.

La Pregunta Acerca de las Actitudes Personales

¿Cuál será la actitud que usted, como líder habrá de asumir con respecto a lasdiversas organizaciones?

Usted puede dar por seguro que su organización es la más importante en laiglesia; y que por lo tanto debe recibir prioridad. Puede que esta opinión suyasea completamente sincera, pero sin embargo, dará por resultado casiinevitable el surgimiento de la fricción. Tal vez usted considera a las demásorganizaciones como competidoras, o rivales, cada una buscando opacar a laotra. Aunque es verdad que la competencia es la “vida del comercio” tambiénpuede llegar a ser la muerte del compañerismo. Las divisiones de la iglesia quese convierten en dañinas surgen a menudo de las innecesarias rivalidades entrelas diversas organizaciones.

Usted puede ignorar a las demás organizaciones en su exceso de celo por lasuya propia. Si éste es el espíritu que prevalece, cada organización cogerá surumbo, con la inevitable debilidad que es el producto de la desunión. Puede serque usted se dé perfecta cuenta de la interdependencia de las distintasorganizaciones, pero no tiene manera de incrementar esta interdependencia. Eneste caso tal vez mejore el espíritu de la iglesia, pero faltará la verdaderacooperación.

El remedio para cualquiera de estos tipos de fragmentación de la iglesia, es elcultivo consciente del espíritu de cooperación con los medios prácticos deponerlo en acción. Bajo la dirección del pastor, de los miembros del concilio,los diáconos y los oficiales de la iglesia, los líderes de las distintasorganizaciones se verán a sí mismos como miembros de un equipo, comopartes de un conjunto, que es la iglesia misma.

Así, la iglesia se contempla como un todo funcionando por medio de susorganizaciones mientras adora y proclama su mensaje, enseña y adiestra, alistay utiliza a toda su membresía, extendiendo su alcance desde Jerusalén “hasta loúltimo de la tierra”.

Prerequisitos y Valores Determinados

El desarrollo del espíritu de colaboración no debe ser dejado al azar. Haycondiciones previas que son necesarias para su inicio y para su crecimiento.

El espíritu de colaboración se basa en la confianza tanto por parte de loslíderes en sí mismos como en los seguidores hacia sus líderes y cada uno en sucompañero de equipo. Cuando se ha perdido la confianza, todo se ha perdido.

Puede suceder que los líderes cometan equivocaciones y que los seguidorescometan disparates. Pero si en todo ello reina un fondo de sinceridad, sepodrán perdonar sus debilidades y se podrá empezar de nuevo. La confianza esla primera base esencial que se debe procurar y lo último que se debe arriesgar.Cuando los que dirigen y los que los siguen genuinamente confían los unos en

los otros, su unidad podrá sufrir algún descalabro ocasional, pero nunca llegaráa romperse.

El espíritu de equipo, si ha de ser duradero, tiene que girar alrededor delinterés de alguna causa digna. Un adiestrador muy conocido en el fútbol dijo,refiriéndose al fracaso de su equipo que no logró ganar un juego:

“Nosotros no podemos tener un equipo ganador mientras que cada uno de losjugadores parece pensar que es poca la diferencia entre ganar o perder.”

La causa más importante en el mundo es la causa de las misiones cristianas.Cualquiera que sea la empresa de que se trate en la iglesia, ella debería estarvitalmente relacionada con el éxito de esta misión. Cualquier tarea particularpuede ser considerada en sí misma como pequeña o de poca importancia, perosi se contempla en la perspectiva de ganar a los perdidos, construir una iglesiafuerte para que se enfrente con un mundo duro y llevar a cabo la comisión deCristo, esto llega a ser lo suficiente para motivar la forma más alta del espíritude equipo.

El espíritu de equipo reclama y pide lo mejor de la capacidad humana. Es muydifícil que se despierte el entusiasmo por algo mediocre, entusiasmarse poralgo que no sea lo mejor que puedan dar de sí los líderes y los que los siguen.En la mayor parte de los hombres y de las mujeres hay facultades latentes quenunca han sido puestas en actividad, pero que están dispuestas a respondercuando las circunstancias así lo exijan. El espíritu de equipo alcanza nivelessuperiores cuando tanto el líder como el grupo descubren potencialidadesescondidas que salen al exterior al realizar un esfuerzo unido.

El espíritu de equipo surge del espíritu creador y lo promueve. El gruporesponde ante el reto de su líder y éste ante el reto de su grupo. Nuevas ideas ynuevas soluciones para los distintos problemas nacen del espíritu de equipo, almismo tiempo que éste se va desarrollando. Pocas cosas son más excitantespara el espíritu humano que el ocuparse en una actividad creadora.

El espíritu de equipo se mantiene al contemplar como se llega al final de losplanes porque existe una cierta tendencia a perder interés en una empresa queparece que no se acaba nunca. Tal vez no se alcance el “éxito” tal como elmundo lo mide, pero si la tarea se mueve hacia adelante, de acuerdo con laoración: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad”, la dedicación permanente semantiene aún en frente de los desalientos y el fracaso aparente.

“No temáis, manada pequeña”, dijo Jesús a sus discípulos, “porque a vuestroPadre le ha placido daros el reino” (Luc. 12:32). Más tarde, bajo terriblespersecuciones, ellos fueron sustentados por la promesa:

“Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y élreinará por los siglos dé los siglos” (Apoc. 11:15).

Una iglesia nunca podrá estar derrotada mientras tenga el espíritu decolaboración y esté sostenida por la certeza de la consumación del reino finalde Cristo.

Pérdida y Recuperación

De la misma manera que el espíritu de equipo se puede alimentar y mejorar ensus puntos más fuertes por medio de la práctica, también se puede perder sihay actitudes y comportamientos equivocados.

El espíritu de colaboración se inhibe si hay reconcentración por parte dealguno del grupo. El “jugador estrella” tal vez llegue ocasionalmente a ganarun juego, pero él no puede producir un equipo ganador. El obrero de la iglesiaque esté concentrado en sí mismo es un contrapeso; ya se trate del pastor o delsecretario de la clase. El equipo logra alcanzar mucho más que lo que puedelograr el esfuerzo individual, por muy brillante que sea el que lo haga: Pablonos advierte:

“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña”(Gal. 6: 3); y se puede añadir que no engaña a nadie más que a sí mismo.

La falta de consideración puede ahogar el espíritu del equipo. La falta deconsideración para los sentimientos de los demás puede ser fatal para ladirección del grupo. El amor propio herido a menudo busca la revancha yentonces queda destruida la unidad del grupo.

El espíritu del equipo puede verse minado por las injusticias. Y esto sucedecuando el líder, con el fin de hacer pesar su opinión o conseguir sus propósitos,echa mano de astucias que se parecen a las tretas de los políticos. Tal vezalcance el éxito, pero éste significará el fracaso del equipo. Las injusticias sesiguen recordando mucho después de haberse alcanzado la finalidad buscada.Cuando los seguidores pueden llegar a decir del líder: “No fue justo alaprovecharse de nosotros”, ya la única unidad que perdura es la de los rebeldesque lo rechazaron. El proverbio lo declara bien descarnadamente:

“Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdadson su contentamiento” (Prov. 12:22).

Pablo establece la garantía del líder contra la destrucción del compañerismo:

“Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sinotambién delante de los hombres” (2 Cor. 8:21).

El espíritu de equipo se debilita cuando hay falta de preparación. El que dirigey los que son dirigidos por él necesitan contribuir al éxito de la tarea con suspensamientos y con su oración, con los cuales se garantiza el buen empleo deltiempo y la dirección de las energías. La pregunta se responde a sí misma: “Sila trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”(1 Cor. 14: 8).

El espíritu del equipo se destruye si hay demasiada crítica. Los jefes que sabenalabar los esfuerzos hechos obtienen mejores resultados que los que no hacenmás que reprender. La apreciación despierta mucho más entusiasmo que ladesaprobación. Un sencillo “muchas gracias” puede ser una mejor recompensaque un premio en dinero. El espíritu de equipo no puede florecer en unaatmósfera de crítica capciosa.

Pablo casi agota los recursos del lenguaje en su llamamiento a los cristianosfilipenses para que tengan unidad y espíritu de colaboración.

“Si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si algunacomunión del Espíritu, si algún efecto entrañable, si alguna misericordia,completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes.sintiendo una misma cosa. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubotambién en Cristo Jesús, el cual… se despojó a sí mismo … se humilló a símismo, haciéndose obediente hasta la muerte…” (Fil. 2: 1, 2; 5-8).

Aquí tenemos la manera de obtener y mantener esa unidad en la iglesia, por lacual Jesús oró al Padre: “Para que sean uno. Así como nosotros somos uno . .para que el mundo conozca” (Juan. 17:22, 23). Hagamos nuestra la oración deJohn B. Robbins:

Concédenos que sintamos tu presenciaQue estemos todos conscientes de ti,

Sea tu santo amor el que nos unaEl que hace que los hombres libres sean.

Libres para entenderse mutuamente,Libres para aceptarse como hermanos.

Libres para edificar unos con otros,Libres, oh Dios, pero unidos siempre a ti.

Algo Sobre qué Pensar y Algo Sobre qué Orar

Midiendo su iglesia por el rasero de este ideal de vital unidad ¿cómo lacalificaría usted? Por debajo del término medio, como término medio o porencima de esa medida.

Examinándose usted a sí mismo ¿qué calificación se daría?

¿Se inclina usted a hacer las cosas solo, o se considera usted como un buenmiembro de equipo?

Examínese con imparcialidad. ¿Constituye usted una ayuda o un estorbo parael espíritu de equipo?

¿Considera usted que el trabajar junto con otros es más efectivo y rindemejores resultados que trabajar solo por su cuenta?

¿Acostumbra usted orar por la unidad de fe y acción que edifique el cuerpo deCristo (su iglesia) en su nación y en el extranjero?

7. — Nuevos Métodos Para La ActualidadLa educación, que en un tiempo se consideró como encerrada entre las cuatroparedes de una escuela, hoy se manifiesta en una variedad de aspectos ysituaciones. Tal vez el desarrollo moderno más significativo en el campoeducacional es el cambio de opinión sobre cómo, cuándo, y dónde y para quiénse deben proveer los medios educativos.

La iglesia debe recuperar su derecho a que se le considere una institucióneducacional y el punto vital será la selección y la preparación de sus líderes.La iglesia tiene un campo bien definido de oportunidades en la educacióncontinuada de los jóvenes y de los adultos. Su misión no es la de invadir elcampo de la educación general, pero hará muy bien con atenerse a suespecialidad, la religión. Aquí ella tiene casi su monopolio. Pero si ha de estara la altura de su responsabilidad, la iglesia ha de concentrar sus esfuerzos en lapreparación de sus líderes y proveer para ellos una variedad de métodos paraaprender a dirigir.

Las iglesias del día de hoy son más afortunadas que sus predecesoras en lasprovisiones de material para la preparación de sus dirigentes, que se halla a sualcance. En el mundo de hoy, con sus cambios rápidos y radicales, laeducación que va más allá de los acostumbrados años escolares, se ha hecho yauna necesidad. Si la iglesia se queda estacionada, mientras el resto del mundosigue hacia adelante es ir a un fracaso seguro. El encontrar maneras nuevas ymejores de descubrir y desarrollar a sus dirigentes, no es asunto meramenteopcional, sino que más bien es una necesidad imperativa.

El Cambio de los Tiempos Requiere el Cambio en los Métodos

No hace mucho tiempo, las “escuelas de preparación”, tanto las centrales comolas regionales, atraían grandes multitudes de los miembros de las iglesias queacudían para estudiar una variedad de libros de texto y escuchar los discursosde inspiración. A medida que esas ocasiones fueron perdiendo popularidad,vino a surgir “la conferencia”. Esta fue el resultado del esfuerzo de identificarmás íntimamente los libros de texto y las conferencias con las necesidadesreales de las diversas situaciones que se presentaban en las iglesias.Reconociendo la creciente dificultad de mantener la asistencia a los estudios delos líderes de las distintas iglesias, muchas de éstas han concentrado susesfuerzos en la organización local de las clases. Y aún así, la invitación paraunirse a un grupo para el estudio de determinado libro, a menudo no encuentrala acogida entusiasta con que en tiempos pasados se recibía una invitación deesa clase.

¿Cuál es la causa de ese cambio? La vida se ha hecho más complicada y suritmo más acelerado. Han surgido otras cosas atractivas que vienen a competirpor el tiempo que tenemos libre — como el radio, la televisión, los periódicos,las revistas, las actividades de la comunidad, los clubes, las organizacionescívicas, los deportes, las diversiones y los viajes. Las escuelas superiores, lasuniversidades y otras instituciones educacionales ofrecen cursos de estudiovocacionales y no vocacionales. Un número cada día mayor de estudiantesadultos se está matriculando en estos cursos. Las escuelas públicas, a su vez,aumentan cada día más sus exigencias en sus tareas dejándoles poco tiempolibre a los niños y a los jóvenes para poder dedicarlo a otros intereses.

Estudio Individual y Estudio en Grupos.

El estudio de los libros en el hogar presenta una alternativa al estudio engrupo. Se puede promover un curso planeado para un estudio de esa clase,ofreciendo varias recompensas al finalizarlo. Puesto que la lectura debe serdirigida, si ha de tener algún valor práctico educacional, los cursos porcorrespondencia se han encontrado que son útiles.

A la par con el uso del texto o de los textos, se hacen diversas sugerencias paralas lecturas que ayuden a la solución de determinados problemas, aplicando loque se lee a las situaciones locales. Se pueden distribuir cuestionarios queindiquen las reacciones y el adelanto del alumno. El estudiante serio yconsciente puede sacar mucho provecho de esta clase de ejercicios deaprendizaje.

No obstante, el estudio individual y por correspondencia carece del elementoimportante de la participación del conjunto, Un libro de texto puede informar yestimular al lector; el director del curso por correspondencia puede hacerpreguntas y dirigir la investigación para hallar las respuestas, pero ni uno niotro pueden proporcionar el interés que surge del intercambio en una situaciónen que sea un grupo el que trabaje. En el diálogo, la mente reacciona ante otramente, unas ideas hacen surgir otras, unas experiencias evocan otras y losdistintos recursos se combinan para encontrar las soluciones a los diversosproblemas.

En El Milagro del Diálogo Reuel Howe escribe lo siguiente:

“Este (el diálogo) puede hacer surgir determinadas relaciones y puede dar unnuevo impulso a una relación que ya estaba muerta.”

El señala que en el diálogo creador de Cristo una persona (Jesucristo) mantienesu promesa de estar presente y entonces el milagro de la dirección por mediode él y del Espíritu Santo tiene lugar. En vez de que el grupo sea la suma total

de todos los presentes, se convierte en una unidad vital con alcances queninguno de sus miembros podría poseer por sí solo.

La “clínica” para resolver los problemas.

Originalmente, ese vocablo sugería las instrucciones que el médico da al pie dela cama de su paciente. Entonces se reúne a un grupo de especialistas médicospara estudiar los síntomas del enfermo y después de la consulta en conjunto,recetan.

Usando este término en una situación de una iglesia, la clínica se refiere a lareunión de los especialistas en los diversos aspectos de la vida de la iglesia yde su trabajo, los cuales se ocupan no tanto del libro de texto mismo, sino desu aplicación en los distintos casos. Es evidente el valor superior de la clínica.Es verdad que no se prescinde del uso de los libros de texto, pero ellos“adquieren vida” mientras sirven de guía en la reunión que trata de lasnecesidades reales en las situaciones que la vida trae.

El taller obtiene resultados positivos.

Este método no es más que una variante de la clínica. Por regla general, sedestina a los líderes que se encuentran en una situación real. Trabajar significahacer un esfuerzo para alcanzar determinado objetivo; taller es un lugar dondelos obreros trabajan en su ocupación u oficio. En un taller, los trabajadores nosolamente hablan acerca de su trabajo sino que lo realizan. Paul F. Douglasdijo que el propósito del taller era el de

“dar a las personas la oportunidad de unir sus esfuerzos y sus corazonesjuntos, como iguales, para la consecución de algo digno del esfuerzo”.

El procedimiento del taller es relativamente sencillo. Se presenta algo quenecesita consideración y ejecución, ya sea la revisión del calendario de laiglesia o la aprobación del presupuesto de la misma; un programa deampliaciones o de alistamiento; la mejora de los procedimientos para enseñar yadiestrar; cómo aumentar la asistencia a los cultos y cómo mejorar éstos en suaspecto de adoración; los planes para los servicios a la comunidad y lacolaboración en la acción social. En los talleres se vitalizan los programas demisiones y de evangelismo, se busca la solución de los problemas decompañerismo; se afinan los detalles de la coordinación y correlación de lasdiversas actividades; se robustece el espíritu de colaboración en la iglesia y sellega a un programa amplio de reclutamiento de directores y de preparación delos mismos.

Los recursos y las experiencias del grupo, al unirse, sirven de mucho parahacerle frente a las distintas necesidades. Las áreas de responsabilidad sedistribuyen de manera que no se obstaculicen las unas a las otras ni haya malosentendidos.

En caso necesario, se pueden rendir informes a la iglesia en conjunto para queésta los confirme y tome acción. De esta manera, las decisiones que se tomen ylos planes que se hagan, tendrán una mayor probabilidad de ser puestos enpráctica que si el líder es quien toma la determinación y se lo notifica al grupo.

Discusión para el intercambio de ideas.

El método de discusión es muy valioso para el adiestramiento de los que hande dirigir. En puridad de verdad, no es un método sino el principio básico delmétodo. En lo que concierne a casi todas las proposiciones importantes que serelacionan con el trabajo de la iglesia, siempre hay la probabilidad de quesurjan diferencias de opinión.

Se puede pasar por alto el desacuerdo o tal vez el líder lo pongaarbitrariamente a un lado; o por el contrario, tal vez se discuta y decida por elvoto de la mayoría; pero aún así la decisión puede dejar herida en las mentes yen los corazones de los que estén en contra de la decisión y producir escisionesmás tarde. Evidentemente, ninguno de estos procedimientos es satisfactorio.

En una sociedad libre, la resolución permanente en caso de desacuerdo es mássatisfactoria si se llega a ella por medio de la discusión. Si se siguenprocedimientos adecuados, tanto el líder como el grupo, adquiriránexperiencias valiosas y llegarán a conclusiones de provecho, si se usa elmétodo de discusión.

Este método comprende

(1) un líder que dirige la discusión pero que se abstiene de dominar ladiscusión o de tomar partido por un grupo o por el otro;(2) los participantes que observan las reglas del decoro cristiano y buscan luzantes que el calor de la fricción,(3) una proposición claramente presentada con una presentación igualmenteclara de las opiniones contrarias;(4) los objetivos de la discusión claramente definidos;(5) los puntos de vista claramente expresados, respaldados por la experienciay la sana lógica;(6) las alternativas imparcialmente presentadas y repetidas, (a medida que ladiscusión avanza, no por el gusto de discutir sino para servir a los mejoresintereses de la iglesia y de la causa de Cristo;(7) la conclusión a la cual se llegue por acuerdo de la mayoría pero no por la

imposición del líder y con el debido respeto hacia aquellos que no hayan sidodebidamente convencidos, si hay algunos.

La discusión, de acuerdo con estas líneas generales, tendrá un valoreducacional para el líder del grupo. De esta manera, también se evitan pormedio de la decisión y la acción los resultados que antagonicen a algunos. Losque se acostumbren a usar el método de la discusión podrán utilizarlo en lasreuniones de los distintos grupos cuando se les pida que lo hagan.

Desempeñando el papel de alguien para personalizar ladificultad.

El método de desempeñar un papel, o sea, ponerse en el lugar de otra persona,puede ser empleado con mucho provecho y de una manera interesante. Porejemplo, al enfrentarse con una cuestión problemática, se le podría preguntar alos miembros del grupo: “¿Qué haría usted si se encontrara en esta situación, siusted fuera la persona de quien se tratara?” Tal vez el pastor, elsuperintendente de la escuela dominical, el director de la Unión dePreparación, o algún otro oficial de la iglesia o presidente de algún comité oaun un miembro disgustado o tal vez uno de afuera. Cada persona a quien se leasigne una parte así debe representarla de la manera más realista posible.

Por ejemplo, supongamos que se trata de un problema de procedimiento ysurge la pregunta: “¿Cuáles son los pasos que usted tomaría si estaresponsabilidad fuese suya?”

Aquellas personas que nunca antes se han enfrentado seriamente con lasdificultades reales que son inherentes al desempeño de un puesto, las verán conun enfoque muy distinto al procurar desempeñar el papel que se les haasignado. El problema tal vez sea el de las relaciones de unos con otros, dellíder con el grupo, del maestro con la clase, de unos miembros para con losotros, de un grupo con otro.

El director o el maestro es el que preside mientras que los miembrospreviamente seleccionados actúan como si se hallaran ante la dificultad que sediscute y llegan a las conclusiones que ellos creen que tenderán a mejorar lasrelaciones mutuas. La preparación para la visitación y para el testimoniocristiano puede hacerse por medio de la representación de los diversos papeles.El visitador o el que va a dar testimonio se dirigirá a un miembro del grupo,previamente elegido, y los dos mantendrán una conversación lo másaproximada posible a la que tendrían en una situación verdadera. Lasobjeciones habrán de surgir y éstas recibirán sus contestaciones; también sepresentarán distintas dificultades y se oirán las sugerencias de cómo debenresolverse las variadas cuestiones.

¿Qué pasa si fracasa el ensayo? ¿Cuál es el próximo paso si se alcanza eléxito? Repasando las distintas etapas, el líder evaluará los puntos fuertes y losdébiles de la discusión y así robustecerá la confianza y la capacidad necesariascuando llegue el momento de enfrentarse con la experiencia real.

Roger Bellowship en su libro La Dirección Creadora, dice que

“el desempeño de papeles se hace con el fin de presentar experienciasconcretas, sencillas, de la vida diaria, en las cuales tanto el que se estápreparando como el que dirige se hallan interesados. Las otras solucionessustituías para los problemas que surgen de estas experiencias, salen a lasuperficie con el uso de esta técnica. Tanto el director como los miembros delgrupo ejercen influencia los unos sobre los otros con un mismo ideal hacia elmaterial que están representando.”

Aprendizaje para aprender por medio de la asociación.

El método del aprendizaje por medio de la observación, cuando se trata deaprender a dirigir puede ser muy útil. El líder de grupos pequeños cuyaexperiencia haya sido limitada, puede obtener gran provecho al observar cómose desenvuelven otros líderes en situaciones semejantes. Su deseo estaráplenamente justificado si pide que se le exima de su responsabilidad duranteun tiempo para poder visitar otras iglesias y observar cómo otros directores sedesenvuelven en su trabajo. De esta observación él puede sacar lecciones, tantopositivas como negativas: cómo desempeñar mejor sus funciones y los escollosque debe evitar.

El líder que se esté preparando, puede formar una sociedad con alguno queesté ya desempeñando el puesto para el cual él se está adiestrando. A veces élse limitará a observar y otras veces, será él el que dirija mientras el directorefectivo observa y después comparte con él su critica constructiva.

El método del aprendizaje es uno de los más antiguos por los cuales un novicioen un oficio era llevado hasta el nivel de maestro. Jesús usó este mismométodo cuando adiestró primeramente a los doce y después a los setenta.Primero los instruyó, después los observó en acción y entonces los mandó porsu cuenta a adquirir experiencia, Y cuando regresaron, los alabó y los corrigió.Los aprendices que tienen interés y buena voluntad, así enseñados es casiseguro que serán buenos líderes,

Dramatización para darle “vida” a las situaciones.

El método dramático, aunque es un poco excitante, puede ser de provecho paralos líderes. Se ha llamado a la representación “la verdad o la ficción enacción”. Difiere del desempeño de un papel en que una historia, ya sea real o

imaginaria, es la que se pone en escena y hay un reparto de papeles en quecada uno desempeña el suyo.

En la Europa medioeval eran muy populares las representaciones religiosas,tales como la de Poncio Pilato y Judas y los dramas de pasión, reviviendo lossufrimientos, muerte, pasión y resurrección de Cristo. Más tarde, esasrepresentaciones teatrales cayeron en descrédito a causa de los abusos; en laactualidad la televisión y el cine han traído el teatro a los hogares y a lascomunidades, ejerciendo una poderosa influencia, ya sea para bien o para mal.

Si esto se lleva a cabo bajo una dirección capacitada, el uso de películascuidadosamente seleccionadas y la presentación de obras teatrales sanaspueden descubrir y desarrollar la clase de directores que encuentren diversas yvariadas maneras de expresarse.

El proyecto de aprender haciendo lo necesario.

El “método de proyectos” combina muchos elementos de valor para laeducación de los líderes. Se basa en el sencillo principio de “aprenderhaciendo” y es especialmente útil para desarrollar a los que han de dirigir en elservicio de la comunidad. “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamenteoidores”, nos advierte Santiago, el apóstol práctico (Stg. 1:22). Jesús describióal hombre que construyó su casa de tal manera que pudiera resistir los embatesde la tempestad como a “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y lashace” (Mat. 7:24).

Hay muchos servicios de la comunidad en los cuales pueden ser útiles losgrupos de la iglesia: los presos en las instituciones penales; los enfermos en loshospitales, los niños en los orfanatos; los recluidos en los hogares de ancianos,los menos privilegiados en los barrios bajos y los miembros desdeñados de lasrazas minoritarias.

Existen causas en las comunidades que están necesitando que se les impulse,como el mejoramiento de las escuelas, de las bibliotecas, mejores hogares paralos pobres, mejores condiciones sanitarias; y mejores relaciones raciales.

Hay personas en quienes es necesario ejercer influencia que no pueden o noquieren asistir a los cultos de la iglesia: los inválidos que no pueden salir; losque se ven obligados a trabajar los domingos, los que no forman parte deninguna iglesia, con los cuales se puede establecer comunicación por medio deuna misión; los que no conocen nada acerca del evangelio. que pueden seratraídos a un estudio bíblico en clases celebradas en casas particulares; los nosalvos que pueden ser visitados y ganados para Cristo donde quiera que sehallen.

Al llevar a cabo proyectos de esta clase, a menudo surgen líderes en los lugaresen que menos se esperan. Y como consecuencia, esto redunda en beneficiopara ellos mismos y en provecho para la iglesia.

Variación de Métodos

De todos estos distintos métodos ¿cuál puede considerarse como el mejor? Larespuesta dependerá en gran parte de la iglesia en que se desenvuelvan: suestado de desarrollo, su tamaño y los recursos de sus dirigentes, su situación ylas facilidades de transporte; su espíritu de unidad y de progreso; su celoevangelista y misionero; su compromiso con el sacrificio del servicio y eltestimonio en lo nacional y en el extranjero.

La experiencia nos indica que el punto mejor para empezar es el uso bienplanificado de los libros de texto para el estudio de la iglesia, preparadosconsistentemente para los individuos y para los grupos de la iglesia local ysobre una base amplia para la cooperación de otras iglesias. Sin embargo, esevidente que hay necesidad de planes suplementarios, de acuerdo con lassugerencias que hemos hecho anteriormente, con las combinaciones ymodificaciones apropiadas a la situación local.

¡El método más ineficiente sería el uso exclusivo de cualquiera de los métodosque hemos bosquejado! Ya Pablo advirtió: “Examinadlo todo; retened lobueno” (1 Tes. 5:21). Jesús fue el que propuso la prueba final:

“Así, todo buen árbol da buenos frutos pero el árbol malo da frutos malos …Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mat. 7:17-20).

Las personas que ocupan los puestos claves en cualquier iglesia son el pastor,los miembros de la directiva, los presidentes de las diversas organizaciones ysus asociados. Su servicio más fructífero en la extensión y mejoramiento de ladirección es en el área de la supervisión.

La supervisión concienzuda comprende varios aspectos esenciales:

(1) un supervisor que esté bien empapado con la tarea que tiene a su cargo;(2) las relaciones cordiales entre el supervisor y aquellas personas a quienesse propone ayudar;(3) la comprensión de los propósitos de la supervisión — no la crítica sino laconsulta constructiva;(4) la observación del líder supervisado en acción;(5) las notas mentales tomadas por el supervisor acerca de los puntos débiles yfuertes, con mayor énfasis sobre los elementos positivos;(6) y las medidas tomadas cooperativamente para alcanzar las mejorasplaneadas.

¿Qué mejor servicio puede prestar el pastor, como jefe de la directiva y sussubalternos, que esta ayuda constructiva a aquellos que la necesitan paramejorar sus condiciones como directores? La supervisión nunca debeinterpretarse como un alarde de superioridad sino más bien como una amistadcon un propósito definido.

La “explosión demográfica” ha aumentado inmensamente las oportunidades ylas responsabilidades de la mayoría de las iglesias. Las multitudes a quienes nose ha llegado todavía exceden, con mucho, al personal de las iglesias destinadopara esta labor, para buscarlos, proclamarles el evangelio, educarlos, ganarlospara Cristo y alistarlos para el servicio.

Se calcula que por término medio, de cada diez personas con las que se pongaen conexión la iglesia, habrá por lo menos, una con capacidad para algunaposición directiva.

¿De dónde han salido? “Evidentemente no caen del cielo, sino que surjen de lamultitud.” El alcance de la iglesia y su efectividad, dependen por lo tanto, engran parte, de su acierto para descubrir, reclutar y desarrollar los líderespotenciales.

En todas las iglesias hay miembros que podrían prestar servicios en puestosdirectivos si se les invitase de una manera atrayente y se les diera el necesarioadiestramiento. Con la aprobación de la iglesia y bajo una competenteorientación, se podría organizar una clase o unidad especial formada por ungrupo de personas cuidadosamente seleccionadas, con posibilidades paradirigir pero que de momento no estuviesen prestando servicios activos.

Ese grupo muy bien podría ser una unidad especializada de la Unión dePreparación. Podrían reunirse una vez a la semana a una hora conveniente, talvez el domingo por la noche, y continuar esa clase de futuros líderes duranteuno o dos trimestres, siendo su propósito fundamental familiarizar a loscomponentes de la clase con las necesidades que la iglesia tiene de quien dirijay las cualidades requeridas para desempeñar las responsabilidades de losdiversos puestos por cubrir.

Se puede traer a personas de iniciativa de las distintas organizaciones de laiglesia para que presenten las necesidades actuales, las obligaciones y lasoportunidades de prestar ayuda. En algunas ocasiones, los miembros de dichogrupo pueden prestar servicios como sustitutos por algún obrero que se halleausente y así tienen la oportunidad de adquirir experiencia en el campo en queprecisamente, más adelante, habrán de trabajar. De esta manera, el comité denombramientos de la iglesia tendrá a su disposición una lista con los nombresde las personas que están suficientemente familiarizadas con los puestos que

hay que desempeñar y se reducirá al mínimo las negativas para servir y elriesgo del fracaso por falta de preparación. Si se continúa con este plan añotras año, la iglesia podrá contar con un conjunto de personas capacitadas, delas cuales se podrá echar mano cuando hagan falta líderes para ensanchar ymejorar todos sus servicios.

Las Inversiones de la Iglesia a la Manera de Cristo

Una iglesia puede hacer muchas clases de inversiones, pero es dudoso queninguna de ellas pueda rendir tan grandes dividendos como la provisión y lapromoción de las oportunidades amplias y variadas para el reclutamiento yadiestramiento de los líderes. El dedicarle una atención máxima a estainversión ya no es cuestión de preferencia, si en algún tiempo lo fue. Porqueuna iglesia no puede alcanzar un nivel superior al de su dirigencia y sus líderesno pueden llegar mucho más allá de lo que su preparación les permita. Laiglesia que considera asunto de secundaria importancia el preparar sus líderes yaumentar el número de éstos, será deficiente en el desempeño de la comisiónrecibida de su jefe supremo y de sus obligaciones para consigo misma, para sucomunidad y para el mundo.

Jesucristo reconoció esta verdad cuando inauguró su misión redentora.Inmediatamente después de anunciar su propósito empezó a reclutar hombres alos que habría de adiestrar para dirigir. El predicaba, curaba, enseñaba yevangelizaba, Pero todo esto lo hizo en presencia de aquellos a quienes de estamanera estaba adiestrando para que siguiesen su ejemplo.

En su ferviente intercesión, justamente antes de ir hacia la cruz, teniendo a susdiscípulos como el centro de esa oración, Jesús oró: “Como tú me enviaste almundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan. 17:18). El no los envió sinpreparación, puesto que él les había consagrado más de su tiempo tan preciosoque el que había dedicado a ninguna otra cosa.

Algo Acerca de qué Pensar y Algo Sobre qué Orar

¿Por qué el proceso de la educación debe continuar a través de toda la vida?¿Cuál es la significación que tiene para la iglesia el movimiento de laeducación para los adultos?

¿Disponemos de suficientes líderes (siervos de la iglesia) para suplir nuestrasnecesidades y cumplir con nuestras obligaciones?

¿Contamos con un plan adecuado para reclutar y adiestrar a los futuros líderes?

¿Qué oportunidades ofrecemos para el más completo desarrollo de aquellos aquienes la iglesia llama para su servicio?

¿Son estas oportunidades lo suficientemente atrayentes y variadas paraproporcionarles la mayor efectividad a los líderes actuales y futuros?

De los métodos para la preparación de los líderes que han sido descritosanteriormente, ¿cuáles estamos usando? ¿Cuáles estamos poniendo a un lado?

¿Están el pastor y la directiva, los diáconos y los oficiales de la iglesia, losjefes de los distintos departamentos y sus ayudantes preparados y dispuestospara echar a andar un programa más amplio y más variado de reclutamiento yadiestramiento de dirigentes?

Si la iglesia se muestra negligente para proveer de todas maneras mejoresmétodos para el adiestramiento de los líderes, tanto presentes, como futuros¿cuáles habrán de ser las consecuencias?

8. — El Costo Y Sus Recompensas“¿Qué precio tiene?” es la pregunta que el cliente hace al dependiente. Cuandoéste contesta, entonces el presunto comprador se pregunta a sí mismo: “¿Serádemasiado alto el precio? ¿Vale lo que me piden? ¿Puedo pagar ese precio?”

El que vende se pregunta: “¿Cuánto ganaré en esta venta? ¿Cómo puedoinclinar al cliente para que compre?”

Estas son preguntas justificadas en nuestro sistema de libre — cambio. El quecompra quiere sacarle a su dinero lo más que se pueda; el vendedor está con lavista en la mayor ganancia que le sea posible sacar.

En el campo del servicio cristiano, el líder tiene el derecho de preguntar: ¿Cuáles el precio? y ¿cuáles son las ganancias?

Y la iglesia muy bien puede hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué atractivospodemos ofrecer para alistar suficientes obreros para las diversas empresas?

Cualquier persona que tiene alguna responsabilidad en la iglesia o que estépensando en aceptar una, debe comprender que el dirigir comprende riesgos ytentaciones.

Santiago nos advierte “No os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendoque recibiremos mayor condenación” (Stg. 3: 1). La atención se enfoca mássobre el que dirige que sobre los demás. El líder ejerce mayor influencia y estámás sujeto a la crítica que los otros miembros del grupo. Por lo tanto, él tieneque vigilarse a sí mismo con mayor cuidado.

Hay que tener en cuenta el orgullo por el lugar que se ocupa.

La elección para desempeñar un cargo en la iglesia no confiere superioridadpersonal alguna. Jesús advirtió a sus seguidores contra el orgullo por el puestoque se ocupa, diciendo:

“Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro maestro,el Cristo, y todos vosotros sois hermanos” (Mat. 23: 8).

Es fácil para un director caer en el error de darse importancia porque ocupa unpuesto de consideración. El orgullo es un pecado cardinal, del que a menudono nos damos cuenta y, por lo tanto, más peligroso.

El líder puede sentirse tentado a laborar en favor de sus propios intereses. Conmotivo de su posición, tal vez se considere a sí mismo una personaprivilegiada y consciente o inconscientemente, tal vez use su posición en laiglesia para favorecer sus propósitos personales. Judas es un ejemplo extremo:

hizo uso de su lugar entre los doce como el medio de conseguir dinero. Jesúsdijo en cierta ocasión: “de dentro, del corazón de los hombres, salen los malospensamientos” (Mar. 7:21). El dirigente cristiano ha de estar constantementeen guardia para evitar encontrarse con que está haciendo uso de su posición enla iglesia con fines egoístas.

El líder de la iglesia corre el peligro de hacerse autoritario. El “deseo demandar” es inherente a los humanos. Cualquier puesto de responsabilidad llevaen sí una cierta cantidad de autoridad. El peligro estriba en que el sentido deautoridad puede conducir al deseo de dominar. El “manda-más” de la iglesia esun tipo bien conocido, reconocido por los demás, pero rara vez por el “manda-más” mismo.

Jesús condenó este amor por la posición y el poder, enfocando su desdén porlos fariseos, de los cuales decía que “aman los primeros asientos en las cenas,y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que loshombres los llamen: Rabí, Rabí” (Mat. 23: 6, 7). Y terminó el Señor con estaspalabras: “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla seráenaltecido” (v. 12). El dirigente que ama el poder, probablemente lo alcanzará,pero perderá la aprobación de Cristo y también, en último término, el respetode sus compañeros cristianos.

Siempre se corre el peligro de la falta de sinceridad. La imagen que noshacemos de un líder de la iglesia es propiamente la del hombre bueno, sinceroy recto, que vive lo que profesa ser. A pesar de lo que de él se espera, el líderpuede sentirse tentado a actuar de distinta manera en el hogar, en sus negocios,en la política o en las funciones sociales. Esta conducta puede llegar al puntoque merezca el reproche de Jesús:

“¡Ay de vosotros … porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que porfuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos dehuesos de muerto y de toda inmundicia” (Mat. 23:27).

El líder que responde a esta descripción se destruirá a sí mismo.

También el líder puede sentir la tentación de la envidia. Los celos surgencuando el prestigio de una persona se ve amenazado por el de otra. No es fácilver que una persona recibe la alabanza y la honra que uno desea para sí mismo.De ahí surge la tendencia de desacreditar al objeto de esos celos. Y porconsiguiente, entonces se inventan toda clase de excusas para justificar laactitud celosa. Si no se ataja a tiempo este sentimiento, puede echar a perder lafelicidad y la utilidad del servicio de esa persona.

Aunque esté justificada la animosidad contra la persona que nos ofende, larecomendación de Jesús queda vigente:

“Amad a vuestros enemigos,… y orad por los que os ultrajan y os persiguen,para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:44, 45).

La desobediencia a este mandamiento habrá de envenenar la vida.

La responsabilidad del que dirige lleva consigo el riesgo de la ansiedad. El quees buen director procura mirar hacia adelante y hacer planes para el futuro,pero si estas cualidades van acompañadas del temor y la ansiedad seconvierten en debilidad. La carga de la dirección, cualquiera que ella sea, amenudo es superior a lo que una persona puede sobrellevar por sí sola, perosiempre tiene el recurso de recurrir al que permanece a su lado: el EspírituSanto. Si no se cuenta con él es entristecerlo y perder la fortaleza, el valor, lapaz y el aplomo que su comunión infunde.

El peligro de la duda es uno que está siempre presente. Un estudiante le dijo asu profesor cuando se estaba discutiendo la duda: “Yo nunca he tenido unaduda.” Y a esto el profesor le replicó: “Eso quiere decir que probablementenunca has tenido un pensamiento.”

La duda es el lapso entre una pregunta y su respuesta. En cierto sentido, laduda es una parte del proceso de pensar. La persona que tiene siempre todaslas respuestas en la punta de la lengua pocas veces tiene razón.

La duda se resuelve definiendo la dificultad, examinando las solucionesposibles desde el punto de vista de la experiencia, la razón y la revelación,escogiendo la solución que parece mejor y después poniéndola a prueba paraconfirmar si es correcta o no. Las dudas religiosas tienen sus respuestas en lafe en acción. “El que quiera hacer la voluntad de Dios. conocerá” (Juan. 7:17).El dudar y no hacer nada para combatir la duda, el dejar que la duda seconvierta en crónica promueve la parálisis en la dirección.

El Costo Inicial: Consagración Total

Los requisitos de ingreso para capacitarse para una dirección cristianaconsisten en una completa consagración. Si no se paga el precio, la direcciónfuncionará como si estuviera coja. El esfuerzo a medias en cualquiera empresade que se trate, produce el fracaso a la corta o a la larga. Algunos líderesnominales, en algunas organizaciones de la iglesia, dan a su tarea lo que lessobra de su tiempo o de su energía. Puede ser que no estén dispuestos a dar lomejor de sí, pero que tampoco lo estén para dejarle su puesto a otros. Y así, nosolamente hacen raquítico su propio crecimiento sino que obstaculizan aaquellos por los cuales han aceptado determinada responsabilidad. La Biblia seexpresa de una manera muy clara acerca de la condenación de los que tienenuna lealtad dividida.

Jesús no dejó lugar a dudas en cuanto a su llamamiento a una plena dedicación.“Ninguno”, declaró él, “puede servir a dos señores” (Mat. 6:24).

“No todo el que me dice: Señor. Señor entrará en el reino de los cielos, sino elque hace la voluntad de mi Padre” (Mat. 7:21).

Jesús le dijo al joven rico que vino buscándole:

“Anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres … y ven y sígueme”(Mat. 19:21).

Cristo en Getsemaní hizo la entrega plena de sí mismo:

“Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero,sino como tú” (Mat. 26:39).

Cuando Pedro y Juan se vieron amenazados con fuertes castigos si no cesabande testificar por Cristo, ellos respondieron:

“Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios,porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hech. 4:19,20).

Y Esteban, viéndose cara a cara con la muerte, predicó a Cristo.

La relación continúa a través de la historia cristiana: los líderes que hantrabajado para Cristo han estado dispuestos a pagar el precio de una dedicaciónplena por amor a él. El que haga la labor de dirigir por Cristo no podráalcanzar la medida plena si no tiene el espíritu de la rendición de sí mismo.

El Costo Personal: El Sacrificio

Jesús les habló muy claramente a aquellos que no podían ser sus discípulos. Alos que llamó a su servicio les dijo:

“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama hijoo hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue enpos de mi, no es digno de mí” (Mat. 10:37, 38).

En otra ocasión les dijo:

“El que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”(Luc. 14:27).

A los dos hombres que no estaban plenamente decididos y querían demorarseen hacer su consagración, el Señor les dijo:

“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para elreino de Dios” (Luc. 9:62).

Cuando él envió a los setenta en su misión, les dijo: “Os envío como corderosen medio de lobos” (Luc. 10: 3).

Precisamente antes de la crucifixión. Jesús les advirtió a los doce:

“Os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante degobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos”(Mar. 13: 9).

Acerca de Saulo, (Pablo) convertido y comisionado por Cristo, éste yaresucitado, dijo:

“Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hech. 9:16).

Haciendo el recuento del precio que él había pagado por ser un líder cristiano,Pablo escribió una larga lista de aflicciones,

“en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, entumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos” (2 Cor. 6: 4, 5).

En las Epístolas Generales y en el Apocalipsis, el soportar el sufrimiento aunhasta la muerte, se describe como el distintivo del cristiano. Uno no puede leerel Nuevo Testamento y poner en duda que el camino del discipulado y deldirigente cristiano es el camino de la cruz. Y estas dificultades que se hallan enel camino de la cruz, antes que constituir un elemento disuasivo han sido unreto que ha traído al servicio de Cristo y de su iglesia, dirigentes de la más altacalidad.

El Costo Intangible: La Dedicación

Afortunadamente, la persecución religiosa ha terminado en todo el mundo,excepto en unas pocas regiones distantes. ¿Quiere decir esto que en laactualidad es más fácil ser un líder por la causa de Cristo? ¿O es el costo deuna clase distinta pero tan real como lo fue anteriormente?

El ser un líder cristiano cuesta esfuerzos mentales. El estudio de la Biblia esmucho más que una lectura casual del texto. La Biblia fue escrita en otrostiempos, en otras lenguas, en moldes de pensamiento distintos a los que se noshan hecho familiares en estos tiempos. La Biblia es una revelación progresiva.Dios se reveló a si mismo y sus propósitos a medida que el pueblo se fuecapacitando para recibir y comprender sus revelaciones.

La Biblia es aplicable a la vida en la actualidad, pero su aplicación requiereinterpretación. Cualquiera que sea la posición del dirigente, él necesitarelacionarla con la revelación bíblica; y para hacer tal cosa se hace necesarioun constante estudio de la Biblia. Además se requiere el estudio concentrado

de los materiales disponibles y los elementos auxiliares relacionados con latarea que se desempeñe. Ningún líder cristiano que tome su trabajo en serioestá exento del estudio constante.

El líder cristiano tiene que pagar el precio de la disciplina personal. Siempreestá latente la tentación de tomar por el camino más fácil. El negarse a simismo en el sentido que se le da en el Nuevo Testamento significa decir queno a si mismo y decir que si a Cristo. El sacrificio no es hacer algo que seapesado y desagradable sino dedicar gozosamente lo mejor que uno tiene aaquello que es superior a uno mismo. No nos equivoquemos: la autodisciplinade esa clase es “el camino estrecho” y no es fácil de transitar.

La dedicación del líder cristiano comprende un cierto dominio sobre sí mismoque Pablo describía con estas palabras:

“Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendoyo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Cor. 9:27).

El ser un líder cristiano comprende la práctica de la oración. La oración tieneun alcance mucho mayor que la repetición de palabras conocidas. La oraciónsurge del llamamiento que clama por la ayuda divina para enfrentarse con lanecesidad. La oración es traerle a Dios los problemas del líder y escuchar lassoluciones que él dé. La oración es la intercesión por las personas que se hallanturbadas y que necesitan más ayuda que la humana. La oración cuesta, perouno que ore de esta manera debe estar dispuesto a ser el instrumento de Diospara contestar la oración.

El Costo Tangible: El Tiempo y el Dinero

Las tareas del líder cristiano cuestan tiempo y energía. “¿Amas la vida?Entonces no malgastes el tiempo, porque ese es el material de que la vida estáhecha”, dice uno de los personajes de Benjamín Franklin. Cada uno denosotros dispone de la misma cantidad de tiempo y ni un minuto más. Aldistribuir su tiempo, el líder cristiano debe separar con firmeza la participaciónregular que exige el desempeño digno de su tarea. El tiempo y la energía estáníntimamente relacionados. Y repetimos otra vez que cada uno tiene su cuotalimitada de tiempo y de energía y si se gastan en una dirección no podrángastarse en la dirección contraria. El servicio cristiano, para ser valioso,requiere que se reserve una proporción digna de energía para desempeñarlo.

El desempeñar la función de líder cristiano cuesta dinero. Y el dinero tambiénse obtiene a cambio del empleo de la vida. En una economía que gira alrededordel dinero, su uso es una prueba de devoción y lealtad. La mayordomíacristiana es reconocer que Dios tiene derecho a una proporción de nuestras

entradas (normalmente una décima parte) la cual pertenece a Dios y debeusarse de acuerdo con la voluntad de su propietario y siguiendo los propósitosde Jesucristo. El líder cristiano tiene la obligación de poner el ejemplo demayordomía en el dinero tanto como en el resto de su vida.

El Precio: El Crecimiento

La tragedia humana es el fracaso en el crecimiento. El nenito que sigue siendoun nene hasta el fin de su vida es la causa de la desesperación de sus padres. Eladulto que sigue comportándose como un niño frustra su propia felicidad y lade otros. La vida vacía que va creciendo y volviéndose más vacía cada vez esque no “pasó de grado” y se ha convertido en un fracaso. La personalidadmalformada, retorcida, rebelde, va derecha al desastre y es una amenaza parala sociedad. El alto precio de la vida consiste en crecer como Jesús creció “ensabiduría, y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Luc. 2:52).

La personalidad alcanza su potencial máximo por medio de los procesos delcrecimiento. La personalidad no crece separada de las tensiones. La tensiónsurge cuando hay una brecha entre el esfuerzo y la meta propuesta. Uno puedeabandonar el esfuerzo, disminuir el ideal, o seguir el ejemplo de Pablo y“prosigo a la meta, al precio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”(Fil. 3:14). Si el esfuerzo se afloja o se abandona el deseo del premio, la vidase hace estática y la personalidad se deteriora. El líder cristiano dirige por loque él es y por la manera en que está cambiando. Tiene, por lo tanto, quecumplir con las condiciones del continuado crecimiento. Sócrates hizo elresumen del imperativo humano en cuatro palabras: “Conócete a ti mismo.”Tennyson escribió lo siguiente:

“Tenerse respeto a si mismo; conocerse a si mismo, controlarse a sí mismo,esto … conduce a la vida del soberano poder.”

Los determinantes básicos de la personalidad propia son la herencia, elambiente, la historia, la determinación personal y la providencia. Nadie puedeeludir de una manera absoluta la influencia de su herencia; el ambiente en elcual uno nace y crece moldea poderosamente la personalidad; los legados quenos hayan dejado nuestros antepasados se convierten en parte de nuestra vida;y las decisiones personales se entrelazan con el haz y el envés de nuestropropio ser.

Shakespeare dijo: “Hay una divinidad que moldea nuestros fines por muchoque nosotros los cepillemos con rudeza.” Para comprenderse uno mismo esnecesario revisar frecuentemente todos estos factores que se cruzan yentrecruzan y cada uno desempeña su papel para determinar nuestrapersonalidad.

La manera de crecer es llegar a comprender a los demás. El líder hará bien alpreguntarse con respecto a cada uno de los que forman su clase o grupo: ¿Quétiene este individuo en común con los demás miembros del grupo? ¿Cuáles sonlas diferencias que lo distinguen? ¿Cuál es la razón por la cual presentadeterminadas reacciones? ¿Cuáles son sus necesidades evidentes? ¿Cómo sepueden resolver las mismas? Si esa persona no es salva ¿cómo se le puedeguiar hacia Cristo? Si ya es cristiana ¿cómo puede desarrollarse y robustecersesu carácter? El líder encontrará que él mismo está creciendo, al mismo tiempoque ayuda a otros a crecer,

El líder se verá llamado a cultivar la compasión. Cuando Jesús contempló a lasmultitudes alrededor de él

“tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas comoovejas que no tienen pastor” (Mat. 9:36).

La compasión es una palabra fuerte y significativa que denota más que piedado simpatía. El tener comisión significa ponerse en el lugar de otros, sufrir conellos y conmoverse ante la necesidad de su condición.

La compasión de Jesús lo llevó a tomar una determinación. Llamó a susdiscípulos a su alrededor, los instruyó y los envió a “Sanad enfermos, limpiadleprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios” (Mat. 10: 8). Esa clase deministerios requería una compasión profunda y los discípulos crecieron en esacompasión a medida que obedecían la comisión recibida y procuraban imitar elejemplo de su compasivo Señor.

El líder cristiano, que sirve de esa manera a las necesidades humanas,desarrolla una ternura de corazón que se convierte en un maravillosoingrediente de felicidad.

El camino del crecimiento es el camino de la renunciación. Jesús establecióeste profundo principio de la vida:

“Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida,por causa de mí, la hallará” (Mat. 16:25).

Esto requiere la selección de los más altos valores antes que los inferiores,

De muchas direcciones nos llegan los llamamientos para hacer las inversionesde la vida. ¿Qué será aquello que nos ha de guiar en esta vida queconstantemente se está expandiendo? ¿Cuáles serán las decisiones que podránempequeñecer y eventualmente destruir la vida? La respuesta es clara: la máselevada selección es perder la vida de uno en el servicio por los demás, en quepor amor a Cristo se olvida uno de sí mismo. Esta es la manera más segura decrecer hacia lo mejor que la vida tiene.

El camino del crecimiento es la eterna búsqueda de la competencia. El líderdebe darse cuenta de que cualquier cosa que haga podría hacerse mejor. Jesúsnos dejó metas muy altas:

“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos esperfecto” (Mat. 5:48).

Al igual que el horizonte, el ideal se aleja a medida que a él nos acercamos.Pablo experimentaba esta urgencia hacia la perfección no alcanzada:

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, porver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”(Fil. 3:12).

Browning dice que “el hombre debe procurar alcanzar más de lo que puedaagarrar, de lo contrario, “¿para qué es el cielo?” Aquí se presenta una paradoja:el descontento con lo que se ha alcanzado nos impulsa a mayores conquistas;el descontento con el crecimiento personal nos lleva a un mayor crecimiento.La vida adquiere más valor para aquel que siempre se está esforzando porescalar mayores alturas.

La Recompensa: El Enriquecimiento de la Vida

Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan enabundancia” (Juan. 10:10). La vida abundante es al mismo tiempo una dádivay una conquista. No se puede alcanzar aparte de Cristo pero él no la concede sino se la merece. La salvación es una dádiva pero para conseguir el galardón enla vida cristiana, es preciso esforzarse. El líder cristiano se verá especialmentebendecido en los privilegios que brinda el enriquecimiento de la vida, tanto lasuya como la de los demás.

La recompensa del que dirige es el enriquecimiento de su conocimiento. Elpredicador aprende más de teología y del evangelio que aquellos a quienes lespredica. El diácono o el oficial de la iglesia aprende más acerca del gobierno ylas normas de la iglesia que aquellos a quienes él sirve. Los oficiales ymaestros de la escuela dominical aprenden más acerca de la Biblia que losmismos miembros de la clase. El que dirige una organización que presta algúnservicio aprende más a servir que los que están sentados contemplando. Eldirector de música de una iglesia adquiere un conocimiento y maestría en lamúsica de la iglesia, superior a la de aquellos a quienes él dirige. Los líderesson llamados a dar más de sí mismos, pero también reciben más.

La recompensa del que dirige es una mayor comprensión de los demás. El líderque lo es de verdad, siente más interés por los demás que por sí mismo. El seda cuenta de que cada persona es única — en el sentido de que en el mundo no

existen dos personas que sean iguales exactamente. El comprende que cadapersona es un universo de posibilidades, sin embargo, estas potencialidades nopueden ser activadas aparte de la conexión con otras personas.

Cualquiera clase o grupo, grande o pequeño, proporciona a su director unlaboratorio ilimitado de investigación.

¿Cuáles son las peculiaridades que presenta cada miembro? ¿Qué es lo quetiene este miembro en común con los demás miembros?

¿Cómo y por qué responde cada uno de una manera característica? ¿Cuáles sonlas capacidades, necesidades y recursos peculiares de cada uno? ¿Cuál será lamejor manera de guiarlos a Cristo o de enfocar el cultivo de una mayordevoción en ellos?

Las respuestas a tales preguntas surgirán de la conversación y delcompañerismo, los cuales harán más rica la vida del líder y de cada uno de losmiembros a quienes se esfuerce en servir.

El líder se enriquece por medio del amor. Por encima de todas lasacumulaciones de riquezas, superior a toda posesión o poder, cualquiersatisfacción de lo que se desee, se halla el poder de amar y la recompensa desentirse amado. El amar y ser amado no son reacciones automáticas. Uno debeaprender el arte de amar y ser digno de ser amado. El amor cristiano es darseen provecho de otro. El amor cristiano es amor a los que son indignos de seramados, así como a los que se lo merecen. El hombre más pobre es aquel queno es amado y el más rico es el que es más amado.

El amor no pide nada en pago sino el privilegio de amar. Hay una llave quepuede abrir la puerta del amor en el corazón más endurecido. El líder cristianotiene que buscar esa llave hasta que la encuentre. En esa búsqueda y en esehallazgo, el líder aprende el arte de amar y se gana como recompensa el amorde otros. ¿Qué mayor premio, al final de la jornada, que el que se diga: “El nosamó y nosotros lo amábamos a él.”

El que dirige se siente más rico por la lealtad constante a un elevado propósito.La vida sin finalidad es una vida vacía. Muchos permiten que los años de suvida vengan y vayan sin otro propósito más elevado que el de comer, dormir,trabajar, distraerse, satisfacer sus necesidades temporales y satisfacer susapetitos sexuales. Para esta clase de persona, cuando llega el ocaso de la vida,ésta no es más que una manzana de piel arrugada y un gusano roedor en elcentro. Vaya a visitar un hogar de ancianos o una comunidad donde hayamuchos ciudadanos retirados y observe a los dos grupos: los que han vividocon un propósito y una meta y han conservado su entusiasmo por la vida, yaquellos que han vivido sin grandes propósitos y no les ha quedado ningún

interés por el cual vivir. aunque tengan bastante de qué vivir. El gozo del líderque es útil a sus semejantes consiste en ser como la manzana sana que se vahaciendo más dulce y más madura a medida que se acerca el momento de caerde la rama.

La riqueza más preciada del que dirige es la sensación de que tiene laaprobación de Dios, la presencia de Cristo y la dirección y consuelo delEspíritu Santo. El siervo de la Palabra llega a aprender que él no puede llevar acabo la tarea solo y que tampoco no tiene que llevarla solo. El sabe que nuncaestá solo y que hasta sus mismos fracasos pueden ser convertidos en éxitos porsus compañeros y auxiliares divinos.

Cuando sintamos que se nos hace objeto de críticas y eso le sucede a menudoal que dirige, podemos hacernos la pregunta de Pablo: “¿Quién acusará a losescogidos de Dios …? ¿Quién nos separará del amor de Cristo?” (Rom. 8:33,35). La respuesta es: “Dios es el que justifica” (v. 33). “En todas estas cosassomos más que vencedores por aquel que nos amó” (v. 37).

La Satisfacción: El Ser Dignos

Esta es la satisfacción de ser útiles. El vacío de la vida generalmente surgecuando tenemos una sensación de inutilidad. La felicidad consiste en servir anuestros semejantes sin abrigar la esperanza de que nos paguen por ello. En laparábola de los talentos, a los dos siervos se les llamó benditos porque hicieronlo mejor que pudieron con los medios que tenían a su alcance; lo malo quehizo el siervo reprobado fue que no hizo nada. La buena fortuna del que dirigeconsiste en que tiene más oportunidades que los demás para ser útil.

La compensación que se recibe por ser fiel a la responsabilidad es recibir másresponsabilidad. Tal vez usted se sienta tentado a exclamar: “¡Cuánto máshago, más esperan que yo haga!” ¡Magnífico! Ya está usted recibiendo surecompensa. En la parábola de las minas, al hombre que duplicó el dinero quese le había entregado no se le retiró con una pensión espléndida, se le hizogobernador de diez ciudades. El éxito no es una finalidad en sí mismo, es másbien un paso de adelanto hacia un mayor éxito. La vida digna de ser vivida noes estática sino que se está expandiendo constantemente. El gozo del que dirigees tener la confianza de que sus amigos esperan de él mayores y mayoresesfuerzos.

La recompensa del líder es una sensación de regocijo y de que significa algo sulabor. Esto no es egoísmo, lo cual es estar poseído de sí mismo. La más altasignificación de la vida de uno es sentir que nuestra vida es de importancia nopara nosotros mismos, sino para nuestros semejantes. Los hombres son capacesde soportar “sangre, sudor y lágrimas” si tienen la firme creencia de que vale la

pena el esfuerzo. La dirección cristiana, aunque se ejerza desde un puestohumilde, trae consigo grande satisfacción.

La satisfacción del que dirige es ver cómo se desarrolla su capacidad creadora.La vida tiene para muchos la propensión de hacerse rutinaria. “La vida es tanaburrida”, es una queja que se oye a menudo. El estar en Cristo es ser “unanueva criatura”, con posibilidades excitantes y un fresco enfoque aun de losdeberes más rutinarios. El compañerismo con otros cristianos animados deparecidos propósitos, y el privilegio de ganar a otros para Cristo y su servicioestimulan hacia nuevas maneras de pensar y actuar, lo cual constituye uno delos más vivos placeres de la vida.

Inconmensurable es la satisfacción de la apreciación y la gratitud. El quealguien se nos acerque para decirnos sinceramente; “Aprecio mucho lo queusted está haciendo” o si nos dicen “usted me ha dado una gran ayuda y leestoy muy agradecido” hace que se considere que cualquier esfuerzo que sehaya hecho vale la pena y aun vale la pena el hacer esfuerzos mayores. Aunquela apreciación y la gratitud no se expresen con palabras, se sienten, y elcorazón del que dirige se ensancha mucho más de lo que pudiera hacerlo antecualquier éxito material.

Pagando el Precio — Recibiendo la Recompensa

Mucho más satisfactoria que la aprobación humana es la aprobación de Cristo:“Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu señor” (Mat. 25:21). Estarecompensa lleva en sí la cualidad de la eternidad, puesto que en el juiciotraerá consigo la bienvenida de Cristo el juez: “Venid, benditos de mi Padre,heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”(v.34).

Jesús nos hace la advertencia: contad el costo, pagad el precio y cosechad larecompensa. Ese es su reto y nos asegura que hasta un vaso de agua fría que sehaya dado en su nombre, habrá de recibir su recompensa. Y también nosgarantiza que la vida perdida por amor de él se salvará. Su afirmación es que eljefe mayor es el siervo de todos. Y nos hace la promesa: “Sé fiel hasta lamuerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apoc. 2:10).

Y concluimos con estas palabras: cualquiera que sea el costo, se verá muysobrepasado por las recompensas. Confiad en él para obtener los resultadosanhelados, seguidlo a donde os dirija y la gracia, la misericordia y la paz delTrino Dios serán con vosotros. Se le atribuye a Elizabeth Barrett Browning lasiguiente conclusión:

Son las vidas más dulces aquellasque se ligan al santo deber

Como estambres de hilo irrompibleelevados por noble querer.

Tal vez nunca oiga el mundo los clarinesni al vuelo las campanas sonarán

Guarda el libro de la vida su recuerdoy por siempre su brillante historialY tú mismo te verás recompensado

Por todos los servicios que hayas dado.

Algo Sobre qué Pensar y Algo por lo Cual Orar

¿Está justificado que el individuo y la iglesia planteen la pregunta sobre loscostos y las recompensas cuando se trata de la dirección cristiana?

Las demandas que Jesús hizo con respecto al discipulado ¿ayudan uobstaculizan al llamamiento de los que han de dirigir en la causa de Cristo?

¿Cuál de los riesgos y las tentaciones que son inherentes al cargo de director lepreocupa más? ¿Con qué recursos cuenta usted para enfrentarse con ellos ycontrarrestarlos?

¿Es su dedicación a la responsabilidad que la iglesia le ha confiado completa ysin reservas? Si no lo es, ¿qué puede usted hacer para remediarlo?

¿Encuentra usted que su crecimiento como cristiano y como colaborador de laiglesia es satisfactorio? ¿Cuáles son las recompensas de crecimientocontinuado que está usted buscando?

¿Qué progreso le están produciendo sus deberes y relaciones en la iglesia?¿Cómo puede progresar más?

¿Cree usted que merece las recompensas que Jesús ha prometido a aquellosque le sirvan a él y a su iglesia fielmente? Hágase esta pregunta, “¿qué me faltaaún?” Y entonces decida cómo puede suplirse esta falta.

Escala Para ClasificarseMarque en las columnas SI, NO, HASTA CIERTO PUNTO la respuesta que leparezca más correcta o más aproximada concerniente a sí mismo.

SI NO HASTACIERTOPUNTO

1. — Me doy cuenta de la necesidad de más líderes y mejorpreparados.2. — Estoy conforme con la afirmación de que yo puedo aprender adirigir.3. — Estoy de acuerdo con que se me necesita para dirigir.4. — Yo creo tener un concepto satisfactorio de lo que significadirigir.5. — Creo que la dirección cristiana se extiende a la acción cristiana6. — Comprendo que mi iglesia me necesita para algún servicioespecial.7. — Mi concepto original del liderato no se extendía para incluirpersonas de término medio.8. — Yo acepto en este momento el concepto revolucionario deJesús en lo que atañe al que dirige.9. — Estoy dispuesto a seguir la orientación de este ideal radical conrespecto a la dirección.10. — Ahora comprendo cómo, históricamente, el ideal de la jefaturaen el Nuevo Testamento, llegó a secularizarse.11. — Reconozco que el concepto secular con respecto al que dirigese ha infiltrado en las iglesias de hoy.12. — Puedo describir los modos en que se está poniendo en peligroel ideal del siervo en lo que a la dirección se refiere.13. — Estoy dispuesto a comprometerme al ideal del siervo en lo queconcierne a la jefatura.14. — Comparando mis calificaciones encuentro que mis puntosfuertes sobrepasan a los débiles.15. — Mis puntos débiles no me impiden automáticamente el aceptarla responsabilidad de la dirección.16. — Mis debilidades están comprometidas con otros y puedensubsanarse.17. — Adoptando el punto de vista del siervo se adelantaría muchoen la solución de los problemas de los líderes en las iglesias.18. — El progreso en cualquiera empresa requiere que se haganplanes.19. — La dirección efectiva demanda la preparación constante.20. — Estoy buscando la guía divina en mi preparación.21. — Yo hago buen uso de los mejores auxiliares impresos.22. — Estoy bien familiarizado con el plan de mi denominación parael adiestramiento de sus líderes.

23. — Espero seguir los pasos progresivos que conduzcan arecompensas crecientes.24. — Apruebo la correlación de las organizaciones de las diversasiglesias para el adiestramiento de los líderes.25. — Reconozco que el estudio concienzudo y la práctica de ladirección cristiana me prepararán para desempeñar otros deberes.26. — Necesito conocer más exactamente el trabajo que yo puedodesempeñar en la iglesia.27. — Creo que puedo definir con exactitud el objetivo de laresponsabilidad de mi iglesia.28. — Estoy de acuerdo con que la clara definición de los objetivoses esencial para el éxito en un puesto directivo.29. — Tengo la convicción de que el bienestar de las personas es unameta básica para un líder cristiano.30. — Estoy dispuesto a rechazar los métodos inapropiados paradirigir y adoptar el principio cristiano de la responsabilidadcompartida.31. — Me considero a mí mismo como un miembro fiel de un equipode cooperación con la iglesia.32. — Estoy dispuesto a ceder mi manera de pensar siempre que setrate de la ventaja de la iglesia en general.33. — De una manera consistente siempre he buscado el acuerdo enmis relaciones en la iglesia.34. — Reconozco que la “unión en el esfuerzo” es esencial en unaiglesia que sigue la intención de Jesús.35. — Comprendo el fondo histórico de la independencia de lasdistintas organizaciones de la iglesia.36. — Deseo ayudar a alcanzar una mayor correlación entre estasorganizaciones.37. — Estoy decidido a mantener la “unidad del Espíritu” en misrelaciones como líder.38. — Aunque soy adicto a los principios inmutables, estoydispuesto a usar nuevos métodos de acuerdo con el cambio de lascircunstancias.39. — Me gustaría que nuestra iglesia pusiera en práctica algunos delos métodos descritos y que en la actualidad no se están usando.40. — Apruebo que se organice una clase o grupo especial para elpre-adiestramiento de los posibles líderes.41. — Estoy convencido de que nuestra iglesia debe ampliar elprograma de educación de líderes si se ha de poner a la altura de lasnecesidades actuales.42. — Reconozco que nuestra iglesia en conjunto debería aceptar laresponsabilidad de seleccionar y adiestrar a sus líderes.43. — Comprendo que la dirección cristiana lleva en sí riesgos ypruebas.44. — Puedo darme cuenta en mí mismo de las tentaciones del líderdescritas en el capítulo 8.45. — He hallado las maneras de enfrentarme con las tentacionesque me asaltan como líder y vencerlas.46. — En lo que de mí dependa, estoy dedicado a Cristo y a la

responsabilidad que como líder he aceptado en mi iglesia.47. — Espero con agradecimiento las recompensas que mepertenecen por mi fiel servicio cristiano.48. — Estoy dispuesto a pagar con gozo el precio del desempeño demis deberes como líder cristiano.49. — Con toda confianza espero que el Cristo vivo sea conmigomientras procuro seguirle a donde me indique.50. — Con plena esperanza busco la guía del Espíritu Santo en todosmis planes y servicios.

Escala Para Calificarse A Si Mismos Los LideresY Los Que Se Preparan Para Serlo.

Cuente el número de veces que ha marcado SI en la primera columna. Esa essu CALIFICACION POSITIVA.

Cuente el número de veces que usted ha marcado NO en la segunda columna.Esa es su CALIFICACION NEGATIVA.

Cuente el número de veces que usted ha marcado HASTA CIERTO PUNTO en latercera columna. Esa es su CALIFICACION DUDOSA.

Estudie los puntos POSITIVOS de sus cualidades como guía. ¿Cuántos de ellosse deben sinceramente a sus propios méritos? ¿Cuántos se deben en gran partea la ayuda y a la influencia de otras personas? ¿Cuántos se deben enteramentea la gracia y a la bondad de Dios? ¿Cuáles son sus conclusiones?

Considere sus puntos NEGATIVOS de sus cualidades como guía. ¿Cuántos deellos se deben a faltas suyas que pueden corregirse? ¿Cuántos se deben ainfluencias ajenas o a tradiciones que usted haya heredado? ¿Cuántos se debena circunstancias fuera de su dominio? ¿Qué es lo que usted piensa hacer conrespecto a esto?

Cuente el número de veces que usted ha marcado en la columna HASTACIERTO PUNTO. ¿Por qué cree usted que está justificado su juicio dudoso sobreese punto? ¿Le gustaría poder cambiar su juicio de DUDOSO a SI o NO? ¿Porqué? ¿Cuál es su conclusión?

Haga que Otra Persona Sea la Que lo Califique

Pídale a otra persona que lo conozca a usted bien y que simpatice con susesfuerzos que lo califique de acuerdo con la escala anterior. ¿Cómo se comparacon la calificación que usted se dio? ¿Hasta qué punto le ayuda a verse comolo ven los demás? ¿Qué es lo que le indica, como su necesidad, para progresarun liderato máximo y efectivo?

Califique Usted a Otra Persona

Escoja a una persona en el grupo de líderes a quien usted conozca bien; deacuerdo con su buen juicio, califíquelo a él o a ella de acuerdo con la escalaanterior. ¿Cómo se compara esta calificación con la que usted mismo se dio yla que le dio otra persona? ¿Qué aliento (o desaliento) le produce esto? ¿Cómopuede usted ayudar a su colaborador a mejorar como líder?

Califique la Dirección de la Iglesia en Conjunto

Evidentemente éste es un cálculo sobre bases educacionales, por lo tanto,examine la lista anterior con referencia a la dirección general de su iglesia (o ala de su organización particular). ¿Encuentra usted que la calificación tiende aser más positiva, negativa o dudosa? ¿Qué es lo que ello le indica con respectoa la necesidad de mayor discusión, evaluación, y determinación de capitalizarsobre los puntos fuertes y robustecer los débiles que han quedado señalados?¿Cuál sería el mejor método adaptado para este procedimiento?


Recommended