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Férvedes Vilalba (Lugo) Número 8 Año 2015 Pp. 35 - 44 ISSN 1134-6787

ASENTAMIENTOS MILITARES ROMANOS EN EL NORTE PENINSULAR:APORTES DE LA FOTOGRAFÍA AÉREA HISTÓRICA, LA FOTOGRAFÍA

SATELITAL Y EL LIDAR AÉREO.

ROMAN MILITARY SITES IN THE NORTH OF THE IBERIAN PENINSULA:THE CONTRIBUTION OF HISTORICAL AERIAL PHOTOGRAPHY,

SATELLITE PHOTOGRAPHY AND AERIALLIDAR FOR THEIR STUDY.

José Manuel COSTA-GARCÍA Dpto. Historia I, Univ. de Santiago

[email protected]

RESUMEN

En los últimos años se han desarrollado metodologías específicas low cost mediante el empleo de lafotografía aérea histórica, la fotografía satelital, el LiDAR aéreo y los sistemas de información geográfica(SIG). Estas herramientas no sólo ofrecen una aproximación cualitativamente diferencial a la realidad arqueo-lógica sino que además permiten el estudio de los yacimientos en una dimensión diacrónica. Nuestro objetivoes analizar el potencial y limitaciones de todas estas técnicas en el estudio concreto de varios recintos militaresromanos de época altoimperial, un tipo de asentamientos habitualmente marcados por el carácter perecederode sus estructuras y la escasez de materiales a ellas asociados.

ABSTRACT

In recent years, we have witnessed the development of new low-cost archaeological methodologies by using historical aerial photography, satellite photography, aerial LiDAR and geographical information sys-tems (GIS).These tools not only provide a new and qualitatively differential approach to archaeology but alsoallow the study of the sites from a diachronic perspective. Our goal in this paper is to analyze the potential and

limitations of these tools in the specific study of the Roman military enclosures from early Roman times, atype of archeological settlement characterized by the perishable nature of its structures and the shortage of ma-terial findings associated to them.

Palabras Clave: Campamentos romanos, LiDAR, fotografía aérea.Keywords: Roman camps, LiDAR, aerial photography.

1.- INTRODUCCIÓN.

En este breve estudio se contempla el análisisde 17 recintos campamentales romanos de época al-toimperial localizados en siete provincias de cuatrocomunidades autónomas distintas (Asturias, Canta- bria, Castilla y León, Euskadi) (Fig.: 1). Se trata deun muestreo aleatorio cuyo objetivo es la aplica-ción de una metodología específica, por lo que hansido escogidos yacimientos arqueológicos situadosen muy diferentes entornos así como caracterizados por contar con un desigual estado de conservacióny/o alteración antrópica. Todos ellos han sido asi-mismo estudiados con anterioridad por otros inves-tigadores y su catalogación como asentamientosmilitares romanos ha sido defendida en diversas publicaciones científicas. Con todo, sólo excepcio-

nalmente la intervención arqueológica sobre losmismos ha ido más allá de las habituales técnicasde prospección aérea y superficial.

2.- METODOLOGÍA DE ESTUDIO.

Aunque el empleo de la fotografía aérea en elámbito de la arqueología militar romana peninsularno resulta novedoso (Loewinsohn, E., 1965;Sánchez-Palencia, F. J., 1986; Del Olmo, J., 1995;García-Merino, C., 1996), en los últimos años sehan desarrollado nuevas metodologías low-cost es- pecíficas gracias a la difusión de recursos como lafotografía por satélite o herramientas como los sis-temas de información geográfica (SIG) (Menéndez,A., et al., 2013). A ello debe añadirse la recienteirrupción de la tecnología LiDAR aérea, especial-mente efectiva en la detección de estructuras enáreas boscosas o de densa vegetación (Bödecker,S., 2012; Bernardini, F., et al., 2013; Opreanu, C.H., et al., 2014). Sin embargo, su aplicación a nivel

peninsular es todavía muy incipiente en el caso delas fortificaciones de época romana (Gago, M.,Fernández, A., 2015).



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Aunque el empleo de distintos instrumentos permite una aproximación cualitativamente diferen-te a la realidad arqueológica, debe considerarsetambién que cada herramienta cuenta con unas par-ticulares limitaciones técnicas (Denise, R., 1987;Picarreta, F., 1994; Mlekuž, D., 2013; Ceraudo, G.,2013; Opitz, R., Cowley, D., 2012) que obligan asu articulación dentro de un marco metodológico preciso. De este modo puede profundizarse en elconocimiento de la morfología y entidad estructuralde estos recintos así como en el estudio de sus par-ticulares patrones de asentamiento. Además, el usoconjunto de documentación histórica y tecnologíamoderna nos permite analizar los yacimientos des-de una perspectiva diacrónica, hecho de singular

importancia en la investigación científica y en elestudio patrimonial.Para el presente trabajo se ha recurrido al em-

pleo de tres fuentes documentales básicas. Prime-ramente se han revisado los vuelos fotogramétricoshistóricos actualmente disponibles tanto en la Foto-teca Digital del CNIG-IGN1 como en los reposito-rios de las correspondientes comunidades autóno-mas2: las series A (1945-46) y B (1956-57) delVuelo Americano, el Vuelo Interministerial (1977-1983) y el Vuelo Nacional (1980-1986)3, de cober-tura estatal, más los vuelos específicos de Álava de1968 y de Euskadi de 199144. Puesto que frecuen-

temente se trata de fotografías no rectificadas y quecarecen de validez cartográfica, se ha procedido a

su georreferenciación mediante la adición de varios puntos de control en aquellos casos en que lo he-mos estimado oportuno5. A este conjunto habríaque sumar las diversas fotografías aéreas puntual-mente publicadas por los investigadores de cadauno de los yacimientos.

En segundo término se ha examinado la orto-fotografía más reciente del PNOA (2004-2014) y lafotografía por satélite perteneciente a Google Inc.(2005-2010)6. Por último, en el Centro de Descar-gas del CNIG-IGN pueden obtenerse las nubes de puntos LiDAR con una densidad media de 0,5 pun-tos por m2 para casi todo el territorio estatal. Poste-riormente este material ha debido procesarse in-formáticamente con el fin de obtener un modelo di-

gital del terreno (MDT) de un metro de resoluciónsobre el que se han aplicado diversos modelos devisualización7.

3.- RECINTOS MILITARES ANALIZADOS.

La Chana (Castrocalbón, León).Este conjunto arqueológico fue descubierto

por E. Loewinsohn (1965) a partir de los fotogra-mas del vuelo americano de 1956-7. El yacimientoha sido más tarde revisado por diversos investiga-dores (Jones, R.F.J., 1976: 58-59; Le Roux, P.,

1982: 107-108) e incluso ha sido objeto de prospecciones aéreas (Carretero, S., 1993: 56-57; Del

Fig.: 1. Recintos estudiados en este trabajo.



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Olmo, J., 1995: 110-113). Resultado de estos traba- jos ha sido la detección de cuatro recintos campa-mentales romanos, de una estructura tumular circu-lar -posible torre de vigilancia- y de una vía. La re-visión de la fotografía aérea y por satélite más re-ciente, así como del MDT-LiDAR permitiría sumaral menos un nuevo campamento al conjunto y defi-nir con mayor precisión la morfología de los restan-tes (Fig. 2).

Valdemeda (Manzaneda, Truchas, León).Este campamento fue hallado también de for-

ma casual durante la revisión del vuelo de 1956-7 (Sánchez-Palencia, F. J., 1986). El yacimiento hasufrido los efectos de una intensiva repoblación fo-restal que anula casi totalmente el aporte de la fo-tografía aérea y satelital más reciente. Sólo el empleo del LiDAR aéreo nos permite obtener una es-

tampa moderna del recinto. Villalazán (Villalazán - Madridanos, Za-

mora).El recinto fue detectado mediante prospección

aérea a finales del siglo pasado (Del Olmo, J.,Rodríguez, J., 1993; Del Olmo, J., 1995: 115-118),siendo sobrevolado de nuevo durante los primerosaños del presente (Del Olmo, J., 2006: 333-335;Ariño, E., et al., 2007; Didierjean, F., 2008: 108).La posición de su lienzo meridional sigue siendoaún hoy motivo de debate -incluso se ha considera-do que nunca fuese construido (Didierjean, F.,

Morillo, Á., Oetit-Aupert, C., 2014: 164)-. La au-sencia de cobertura LiDAR dificulta su estudio, si bien el aporte de los vuelos históricos -Americano

de la Serie B e IRDYA- ayuda a completar su pe-rímetro.

Vegahoz - Los Llanos (El Burgo de Osma,Soria).

Durante la década de 1990 fueron detectadosmediante prospección aérea en las proximidades dela antigua ciudad de Vxama Argaela -Vegahoz- dosrecintos de pequeño tamaño que contarían con fos-

sa duplex (García-Merino, C., 1996: 269, n. 2;Gillani, G., 2007). El gran campamento de LosLlanos fue dado a conocer por Didierjean (2008:110, 112-114; Didierjean, F., Morillo, Á., Oetit-Aupert, C., 2014: 165) tras haber sido sobrevoladoel lugar a inicios de esta centuria. En la actualidadlos ejemplares de menores dimensiones se encuen-tran prácticamente arrasados, mientras que el ma-yor se percibe en todos los recursos con notable ni-

tidez.

Huerga de Frailes (Villazala, León).Descubierto muy recientemente gracias a la

revisión del vuelo PNOA de 2006 (Menéndez, A., et al., 2011) es también posible distinguir su perí-metro en los vuelos americano de la serie B e In-terministerial. Como veremos, la lectura del MDT-LiDAR presenta en este caso ciertas particularida-des.

Castromuza (Cervatos de la Cueza, Palen-cia).

Este pequeño ejemplar fue detectado mediante prospección aérea durante la década de 2000

Fig.: 2. Complejo de La Chana. Recintos 1 y 2 (MDT-LiDAR) (Izq.). Recintos 4 y 5 (Vuelo PNOA 2008) (Der.).




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(Didierjean, F., 2008: 97-101). Al igual que otroscampamentos asentados en llanuras intensamenteroturadas, sus defensas han sido prácticamentearrasadas. Sólo la acumulación diferencial de hu-medad permite apreciar sus trazas en la fotografíaaérea reciente.

El Mouro-Valbona (Grau-Balmonte, Astu-rias).Hace muy pocos años que ambos recintos fue-

ron localizados casi simultáneamente mediante la prospección aérea (Didierjean, F., Morillo, Á.,Oetit-Aupert, C., 2014: 159-162) y la revisión delas fotografías PNOA (González, D., et al., 2011).Más adelante, el yacimiento ha sido objeto de una prospección superficial más intensiva (Martín, E.,e. p.). Como aporte diferencial debe señalarse quela revisión del MDT-LiDAR no sólo permite reco-nocer con detalle el perímetro de ambos campa-

mentos, sino incluso distinguir sus accesos.

Picu el Outeiro (Taramunde-Vilanovad’Ozcos), A Pedra Dereta (Castropol-Bual)y Chao de Carrubeiro (Bual) (Asturias).Estos recintos han sido dados a conocer de

forma conjunta en una reciente publicación(Menéndez, A. et al., 2012). El empleo de fotogra-fía aérea histórica y MDT-LiDAR ha permitido de-finir su perímetro con mayor precisión e incluso ladetección de elementos defensivos novedosos, co-mo un castellum en Picu El Outeiro (Fig. 3). La fo-

tografía histórica permite ratificar además la anti-güedad de algunas de estas estructuras.

Las Matas del Castillo (Anievas, Canta-bria)El yacimiento fue descubierto, como muchos

otros, con motivo de las prospecciones superficia-les y aéreas dirigidas por E. Peralta a comienzos del presente siglo (Peralta, E., 2004: 38; 2011: 31-32;Póo, M., Serna, M. L., Martínez, A., 2010). Laaplicación de la tecnología LiDAR permite no sóloreconocer las defensas del recinto en su integridadsino también detectar otros dos cercados en las

proximidades -Torco de la Alisa y Campo de laBreña- que podrían relacionarse con la presenciaromana en la región.

La Garita (Cieza-Los Corrales de Buelna,Cantabria).Este recinto fue registrado durante un vuelo

en ultraligero y posteriormente documentado ensuperficie durante el último cambio de siglo(Fernández, V., Martínez, A., 2010b; Peralta, E.,2011: 34-35). No se ha realizado intervención ar-queológica alguna en el mismo pese a haberse vistoafectado por la construcción de un gasoducto. Eluso combinado de fotografía aérea moderna yMDT-LiDAR ha permitido definir con mayor pre-

cisión el trazado de sus defensas.

Sierracastro (Pesquera-Santiurde deReinosa, Cantabria).Este yacimiento, identificado como recinto

campamental romano de acuerdo con criterios deíndole morfológica (Fernández, M. y Martínez, A.,2010a; Peralta, E., 2011: 35), se ha visto muy afec-tado tanto por la actividad agraria como por la re- población forestal. Pese a ello, tanto la fotografíaaérea histórica como el MDT-LiDAR permiten re-conocer su disposición en planta con cierta preci-sión.

Castrillo (Valdegovía, Álava).Este pequeño castellum fue documentado du-

rante la prospección sistemática del área en que sehalla, siendo más tarde objeto de un estudio parti-cular (Martínez, A., 2010). El empleo de las técni-cas contempladas en este estudio refrenda su identi-

ficación como recinto militar romano.

4.- CONCLUSIONES PRELIMINARES DELESTUDIO.

Potencial y limitaciones de la metodologíaaplicada.El LiDAR aéreo es una herramienta con un

enorme potencial en arqueología: la obtención deun preciso modelado del terreno facilita asimismola detección y visualización de las estructuras anti-

guas incluso si estas conservan una escasa enver-gadura. Así, el agger del campamento de Los Lla-nos, que sólo se podía intuir en la fotografía aérea

Fig.: 3. Recinto de Chao Carrubeiro (MDT-LiDAR).




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se distingue ahora con notable claridad. Por su par-te, recintos como Chao Carrubeiro o el número 2 deCastrocalbón muestran con claridad las clauiculae que guarnecen sus accesos (Fig.: 2-3). Su empleoha permitido, además, la detección de dos posiblesrecintos en las proximidades de Las Matas del Cas-

tillo allí donde otras técnicas prospectivas no ha- bían ofrecido resultados positivos. El problema re-side en que a menudo la intensa roturación de loscampos ha eliminado hasta las más mínimas trazasde los parapetos -Huerga de Frailes, Vegahoz oCastromuza y Villalazán-.

En otras localizaciones los restos arqueológi-cos han sentido los efectos de una intensa refores-tación. La discriminación de los puntos que corres- ponderían a la cubierta boscosa permitiría identifi-car las antiguas estructuras que yacen bajo la mis-ma. Con todo, la herramienta tiene sus limitacionesy en zonas de matorrales y/o árboles jóvenes es fre-

cuente que la imagen resultante no sea nítida. Laremoción del terreno con maquinaria como paso previo a la plantación complica notablemente la si-tuación, siendo los recintos de Valdemeda o Sierra-castro un buen ejemplo de ello. En Picu El Outeirola fotografía histórica nos permite apreciar que eldeterioro de las defensas campamentales sería ante-rior a la repoblación forestal, si bien su estado severía agravado por las recientes acciones antrópi-cas.

La detección de fosos o trincheras mediante elempleo del LiDAR resulta prácticamente imposiblesi estos se hallan colmatados y la tierra ha sido ara-da con medios mecánicos. En áreas destinadas a pastizales o a la producción del cereal cabría noobstante la posibilidad de servirse del crecimientodiferencial de la vegetación para su localización.Para ello sería preciso obtener un modelo digital desuperficie (MDS) que refleje la cubierta vegetal enlugar de un MDT. Esta técnica ha dado resultadohasta cierto punto en Huerga de Frailes pero suaplicación no puede considerarse efectiva en todoslos casos.

En consecuencia, el mejor método para la de-tección de estructuras negativas sigue siendo la ob-

servación de variaciones cromáticas en la fotografíaaérea. El campamento de Los Llanos es un casomuy ilustrativo en este sentido: tanto las imágenesaéreas -históricas y modernas- como las satelitalesmuestran claramente la existencia de una fossa du-

plex pero el MDT-LiDAR arroja una única depre-sión cuya anchura abarca ambos trazados. Podría pensarse, si empleásemos solamente esta última he-rramienta, que estamos ante una sola trinchera. Sinembargo, lo más probable es que los dos fosos ori-ginales fuesen colmatados y allanados conforman-do el mencionado hundimiento.

Las ortofotografías modernas tienen a su fa-

vor una alta frecuencia de actualización que nos permite apreciar la evolución del paisaje en el

transcurso de breves intervalos de tiempo. No obs-tante, más allá del grado de precisión y definiciónque alcancen -que tampoco es siempre el mismo-,se trata de productos que no han sido generadosconsiderando las particulares necesidades de la dis-ciplina arqueológica, además de que representan el

espacio de forma bidimensional.A medida que retrocedemos en el tiempo ynos adentramos en el ámbito de la fotografía aéreahistórica naturalmente estas problemáticas se agra-van. Los antiguos fotogramas permiten, no obstan-te, reforzar la perspectiva diacrónica en el estudiode los recintos y en ellos es posible distinguir de-terminados indicios que el transcurrir de los años yla actividad antrópica han difuminado sino borrado-recintos 3 de Castrocalbón, Sierracastro, Valde-meda…-. La estereoscopía logra resaltar algunas delas antiguas estructuras e incluso una serie con bajaresolución como el vuelo americano de 1946 nos

permite ahondar en el conocimiento de ejemplarescomo el recinto 2 de Castrocalbón o incluso con-firmar la antigüedad de la pequeña fortificación quecoronaría Picu El Outeiro.

A mayores, algunos de los recintos estudiados-Castrocalbón, Villalazán, Vegahoz, La Garita, Sie-rracastro, La Garita, El Mouro-Valbona, Castromu-za…-, han sido objeto de vuelos fotográficos espe-cíficos. Ello paliaría en buena medida las limitacio-nes de los conjuntos documentales anteriormenteseñalados, pues tales prospecciones se ajustan a unmétodo arqueológico y tienen en cuenta la proble-mática concreta de cada yacimiento. Aunque suaportación se ha manifestado determinante a la ho-ra de detectar algunos recintos -Castromuza-, estosvuelos no han logrado resolver todas las dudasexistentes alrededor de los mismos. Debemos teneren cuenta, además, que estas series fotográficasfueron realizadas en diferentes momentos históri-cos y con muy distintos medios.

El desarrollo de la fotogrametría permite hoyen día obtener productos ortorrectificados de altacalidad sin un gran derroche de medios, bien a par-tir de los fotogramas de vuelos antiguos bien denuevas series fotográficas (Verhoeven, G., 2011;

Verhoeven, G., et al., 2012; 2013). Sin duda, estasherramientas resultarán sumamente provechosas para el estudio de los recintos militares romanos pero exigen, como las restantes técnicas, su inser-ción dentro de un marco metodológico estricto quedesarrolle sus potencialidades de cara a la obten-ción de información arqueológica e histórica signi-ficativa. Por último, en ningún caso puede olvidar-se el fundamental aporte de la prospección superfi-cial supone para la investigación.

Morfología de los recintos.La metodología empleada permite la obten-

ción de excelentes resultados en el estudio morfo-lógico de las defensas campamentales. A una gran




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potencialidad en el ámbito de la visualización debemos sumar el hecho de que el uso de productosortorrectificados garantice una gran precisión en lasmediciones y, en consecuencia, una ajustada repre-sentación de las estructuras observadas. Sin embar-go, dado que los recintos han sido seleccionados de

forma artificial, los resultados ofrecidos en este breve estudio no tienen sino una finalidad ilustrati-va. Asimismo, en ningún caso pretenden respondera la problemática histórica particular de cada yaci-miento.

En términos generales, las fortificaciones pre-sentan la más básica disposición castrametacional:la excavación de uno o más fosos -agger/uallum ac

fossa(e)- y el levantamiento de un sencillo parapetoterrero tras ellos (Gilliver, 2001: 74-81). Solamentelos campamentos de Valdemeda, Chao Carrubeiro,Castrillo, La Garita y La Chana 2 se diferencian delos demás al mostrar clauiculae en sus accesos. En

el recinto de El Mouro puede distinguirse tambiénla posición de alguno de sus accesos.

Pese a la existencia de no pocos aspectos encomún, un análisis de conjunto revela señaladas va-riaciones en cuanto a la extensión, modulación yorientación de los recintos. La primera variable serelaciona directamente con la envergadura delcuerpo destinado a guarnecer el campamento, par-tiendo de la premisa de que la tropa debía encontrarholgado acomodo en el campamento sin que se es-tableciese un perímetro tan extenso que su defensase tornase inviable. Los cálculos de ocupación pue-den variar notablemente dependiendo del estudioque tomemos como referente. En este caso, a modode muestreo, hemos optado por las hipótesis soste-nidas por A. Richardson (2004) para los recintos demarcha de época altoimperial -que, en buena medi-da, sirven de valor medio respecto a otras estima-ciones como las de M. Reddé (2008), G.S. Max-well (2004) o J.L. Davies y R.H. Jones (2006)-. Deacuerdo con esta clasificación, los recintos analiza-dos pueden ordenarse en seis rangos fundamentales(Tab. 1): bien castella de prácticas y/o marcha, bien praesidia de guarnición y vigilancia destinados aalbergar un contingente mínimo de tropas -

Castrillo, Picu El Outeiro 2-; castella de modestasdimensiones que servirían a un puñado de cohorteso a unidades auxiliares completas -Castrocalbón,Vegahoz, Castromuza, La Garita, Sierracastro-;campamentos que podrían haber guarnecido a unauexillatio de modestas dimensiones -Valdemeda,Valbona, Las Matas, Chao Carrubeiro-; otros queholgadamente cubrirían las exigencias de una únicalegión -Huerga de Frailes, El Mouro, A Pedra De-reta, Picu El Outeiro 1-; un recinto en el que podríaacampar una legión completa con sus cuerpos auxi-liares asociados -Los Llanos-; y finalmente unejemplar que serviría quizá a un cuerpo de ejército

compuesto por al menos dos legiones -Villalazán-.Por lo que respecta a la modulación, la adop-

ción de diferentes soluciones en planta puede de- berse tanto a los particulares usos y gustos de losmetatores a la hora de ordenar el espacio internodel campamento como haberse visto supeditada porla configuración del terreno en que se sitúan los re-cintos (Welfare, H., Swan, V.G., 1995: 6-17;Davies, J.L., Jones, R.H., 2006: 14-16). En campamentos asentados en llano lo más frecuente esque nos encontremos con plantas en forma de naipe(Fig.: 4-5). Incluso en terrenos más escabrosos es posible hallar ejemplares que intentan respetar elmódulo teórico más característico de la castrameta-ción romana: Valdemeda, El Mouro, Picu El Outei-ro o Chao Carrubeiro son buenos ejemplos de ello.Otros recintos, como Las Matas del Castillo, A Pe-dra Dereta, La Garita o Sierracastro, también en la

alta montaña, manifiestan una tendencia al empleode lienzos rectilíneos y esquinales redondeados.Castrillo y Castromuza, por su parte, muestran un particular ajuste del modelo planimétrico al medio,aprovechándose ciertos elementos naturales -cortado, río- para reforzar su posición defensiva.Por último, tan sólo Valbona ofrece un perímetromarcadamente irregular, si bien podría considerarseque su planteamiento de partida sea fuese muy dife-rente a los ejemplares anteriores, aproximándose alos castra rotunda descritos por Vegecio ( Mil . 1.23y 3.8.4).

En una línea similar, la orientación de los

campamentos podría verse condicionada tanto porel entorno físico inmediato como relacionarse con

RECINTO

Área (ha) Ocupación

Neta Efectivos Cohortes

La Chana

1 3,33 1875 3,91

2 1,41 800 1,66

3a 2,54 1400 2,98

3b 2,42 1350 2,84

3c - - -

3d - - -4 - - -

5 - - -

Valdemeda 4,44 2500 5,21

Villalazán 22,45 max. 12660 26,37

Vegahoz1 - ca. 1250 2,54-2,71

2 2,05 min. 1150 min. 2,41 min.

Los Llanos 14,5 7500 15,63

Huerga 11,7 6600 13,75

Castromuza 1,55 875 1,82El Mouro 9,63 min. 5450 11,31Valbona 4,14 min. 2350 4,86

Picu El Outeiro1 10,1 min. 5700 11,87

2 0,19 110 0,22 A Pedra Dereta 9,86 5560 11,58

Chao Carrubeiro 4,425 2500 5,2Las Matas 5,35 3000 6,29Torco de la Alisa 2,3 1300 2,7Campo de la Breña 0,89 500 1,05La Garita 1,8 1020 2,11Sierracastro 3,55 2000 4,17Castrillo 0,23 130 0,27

Tab.: 1. Extensión y ocupación de los recintos estudiados.




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el paisaje humano circundante (Gilliver, C.M.,2001: 69-74; Davies, J.L., Jones, R.H., 2006: 11-14). De la lectura de los manuales militares anti-guos se infiere que la porta praetoria o frontal de- bía encarar al enemigo (Pd.-Hyg. Met . 56; Veg. Mil . 1.23), de suerte que el eje mayor generalmentees un indicativo del sentido de la marcha. En aque-

llos campamentos donde es posible fijar la posiciónde todos sus accesos -Castrocalbón 2, Chao Carru- beiro y Valdemeda-, las puertas laterales suelen si-tuarse más próximas a la entrada principal con elfin de que las uiae principalis y praetoria formenuna T (Welfare, H., Swan, V.G., 1995: 11-14).

Apuntes sobre el estado de conservación delos yacimientos.Históricamente, las labores agrícolas han sido

uno de los principales factores de deterioro de losyacimientos arqueológicos, especialmente desde laintroducción de la maquinaria pesada. Debe consi-

derarse, asimismo, que factores como el tipo de propiedad, el grado de parcelación de la tierra o elnivel de exigencia productiva pueden haber variadoa lo largo del tiempo. Las llanuras que albergan al-gunos de los recintos analizados, por ejemplo, ha- brían sufrido desde mediados del siglo XX un pau-latino proceso de concentración parcelaria cuyo objetivo sería un aprovechamiento más racional delterreno. En principio estas transformaciones ha- brían supuesto un mayor desgaste de las estructu-ras, pero carecemos de datos específicos que nos permitan establecer su nivel de conservación en los

momentos más antiguos, representados por sendosvuelos americanos. Por otra parte debemos consi-derar que, debido a las particularidades de la do-

cumentación manejada, no siempre existe una rela-ción directa entre la visibilidad de los restos y sugrado de conservación. Cabría plantearse entoncessi en algunos casos la concentración parcelaria nohabrá contribuido precisamente al mejor conoci-miento de los recintos debido a que la agrupaciónde terrenos ofrece un lienzo uniforme sobre el que

las estructuras, especialmente las negativas, desta-can con mayor facilidad. No parece que, en el momento de tomarse las

fotografías de 1946 y 1956-7, los campamentos deVegahoz, Huerga de Frailes, Castromuza, Villala-zán, 3 y 4 de Castrocalbón conservasen ya sus te-rraplenes o, cuanto menos, éstos se hallarían muyarrasados. En algunos sectores las trazas de los an-tiguos fosos se han ido difuminando gradualmentehasta el punto de que recintos como los de Vegahozson prácticamente indetectables hoy en día. En Vi-llalazán, la detección del sector meridional delcampamento resulta problemática y a ello debemos

sumar el hecho de que su esquinal noroeste hayadesaparecido casi completamente debido a la insta-lación en los años 2008-9 de un huerto solar en dosde las parcelas aquí situadas.

La situación de los aggeres del campamentode Los Llanos o de los recintos 1, 2 y 5 de La Cha-na tampoco invita al optimismo. Aun pudiéndosedistinguir estos parapetos mediante técnicas infor-máticas de visualización o iluminación, lo cierto esque conservan apenas una altitud de entre 5 y 20cm. Dado que la profundidad de los fosos se esta- blece en valores semejantes, en muchos sectores lasestructuras son prácticamente indistinguibles a ni-vel de superficie. En el caso de Castrocalbón sabe-mos que el deterioro de las estructuras se habría

Fig.: 4. Plantas de los recintos a escala. Castrocalbón (1-5); Vegahoz (6-7); Valdemeda (8); Los Llanos (9); Huerga de Frailes (10);Villalazán (11).




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agudizado en la década de 1970 (Jones, R.F.J.,1976: 58-59) pues apenas unos años antes se con-servaban aceptablemente (Loewinsohn, E., 1965).De todos modos, dado que las tierras de La Chanason menos fértiles que las de las próximas vegasdel río Ería, tal vez aquí el impacto de la explota-ción agraria ha sido menos elevado del que cabríaesperar.

El carácter marginal de las tierras de montaña

habría contribuido, por otro lado, a la mejor con-servación de los parapetos en recintos como los deEl Mouro, Valbona, Picu El Outeiro, Chao Carru- beiro o Castrillo. En muchos casos, sin embargo,los fosos son prácticamente imperceptibles. La es-casa entidad de las trincheras es, de todos modos,un fenómeno relativamente frecuente en los campamentos relacionados con las guerras cántabro-astures (Peralta, E., 2002a; García-Alonso, M.,2003; Cepeda, J.J., 2006).

Ya hemos señalado que los recintos de Val-demeda, Sierracastro y A Pedra Dereta 1 se habríanvisto deteriorados en buena medida por la refores-tación de las parcelas en que se sitúan, bien por laroturación previa a la plantación, bien por el poste-rior proceso de enraizamiento de los árboles. A ellodeben sumarse otras alteraciones antrópicas, comoserían la realización de cortafuegos, la construcciónde pistas forestales, tendidos eléctricos y canaliza-

ciones -La Garita- o la instalación de antenas de ra-dio y televisión -castellum de A Pedra Dereta-.

Estos datos permiten hacernos una idea del se-rio riesgo que estos yacimientos corren en la actua-lidad y de la necesidad de que existan adecuados protocolos para su protección. Dado que las anti-guas estructuras podrían verse completamente arra-sadas en el transcurso de pocas décadas sino años,urge la realización de intervenciones arqueológicassensibles a las particularidades de estos asenta-mientos temporales (Peralta, E., 2002b).

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3. El Vuelo General de España Serie A (1946) cuenta conuna escala aproximada es de 1/40000-1/45000 (Fernán-dez, F., Quirós, F., 1997; Pérez, J. A., et al., 2013); el dela serie B (1956-7) (USAF AST6 54-AM-78), tiene unaescala de entre 1/32000 y 1/33000 (Fajardo, A., 2008; Va-les, J. J., et al., 2010). Ambos pueden considerarse este-reoscópicos. El interministerial, conocido también comovuelo IRYDA (Instituto de Reforma y Desarrollo Agra-rio), tiene una escala es de 1/18000; por su parte, el Na-

cional cuenta con una escala 1/30000 (Pavo, M. F., et al.,2014).

4- La escala del primero sería de 1:20000, y la del segundode 1:18000 (Edeso, J. M., 2006).

5- Para ello se ha empleado la herramienta Georreferen-ciador del software libre QGIS 2.8.1.

6- Bien mediante sus particulares servicios WMS, a travésde la descarga directa de los productos (http:// centrode-descargas. cnig.es/CentroDescargas/) o en los respectivosvisores -Visor Iberpix (http://www2.ign. es/iberpix/visori berpix/visorign.html); software gratuito Google Earth(https://www.google.es/intl /es/earth/).

7. Para ello hemos empleado las herramientas LAStools deRapidlasso GmbH y Relief Visualization Toolbox delZRC-SAZU, así como el software de código abiertoSAGA GIS 2.1.2 y QGIS 2.8.1.

Recibido: 15/06/2015 Aceptado: 01/07/2015

Date post:	08-Mar-2016
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Asentamientos militares romanos en el norte peninsular: aportes de la fotografía aérea histórica,...

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