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Bbltk-m.a.o. E-005 Vol Ix Fas 101 - Lo Inexplicado - Cementerio de Ovnis - Vicufo2

Date post: 15-Dec-2015
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ENCICLOPEDIA
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Editor:Editorial Manager:

Peter BrookesmithClare Byatt

Asesor para la edición española: Julio Peradejordi

Realización gráfica:Luis F. Balaguer, con la ayuda de F. Planas

llustración: Orbis. Atlas y agenciasRedacción y administración:

Paseo de Gracia, 88, 5.', Barcelona-8Tels.; (93) 21510 32-21510 50 - Télex:97848 EDLTE

LO INEXPLICADO. EL MUNDO DE LO EXTRAÑO. INSÓLITO YMISTERIOSO se publica en forma de 120 fascículos de apari-ción semanal, encuadernables en diez volúmenes. Cada fascÍcu-lo consta de 20 páginas interiores y sus correspondientes cubier-tas. Con el fasciculo que completa cada uno de los diez volúme-nes de que se compone la obra, se pondrán a la venta las tapáspara su encuadernación. Además, coleccionando la tercera ycuarta páginas de cubierta, se obtendrá un interesante dossiersobre los MAESTROS DE LO INSOLITO.

PI|\IIXPUCADOEL MUNDO DE LO EXTRAÑO.INSOLITO Y MISTER,IOSO

Publicado por Editorial Delta, S,A.-Barcelonay comercializado en exclusiva PorDistribuidora Olimpia, S.A, - Barcelona

Vol. lX-Fasc. 101

Director: José lr/as GodaYolDirector editorial: Gerardo RomeroJefe de Redacción: Pablo ParraCoordinacióneditorial: GloriaGutiérrez

Redactores y colaboradores :

Prof. A. J. Ellison. Dr. J. Allen Hynek, Brian lnglis, Colin Wilson,Beatriz Podestá. José Lorman.

Para la edición inglesa:Editorial Director: Brian lnnes

El editor se reserva el derecho de modificar el precio de venta delfascículo en el transcurso de la obra, si las circunstancias delmercado así lo exigieran.

Los fascÍculos atrasados podrán ser adquiridos en todos losquioscos y librerías, sin incremento alguno sobre el precio deventa en vigor en el momento de la petición.

@ 1980 Orbis Publishing Ltd. London@ 1981 Editorial Delta, S.A. BarcelonaISBN : 84-858 22-1 5-3 (obra complela), 84-85822-66-8 (tomo 9),84-85822-1 6-1 (fascículo)Depósito legal: B. 126311982

Fotocomposición:Tecfa, S.A. Pedro lV, 160 - Barcelona-S

lmpresión:Cayfosa, Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona) 178308

lmpreso en España - Printed in Spain agosto 1983

Distribuye para España: Marco lbérica, Distribución de §dicio-nes, S.A., Carretera de lrún, km 13,350. Va-riante de Fuencarral, Madrid-34.

Distribuye para Argentina: Viscontea Distribuidora, S.C.A LaRioja 1134i56, Buenos Aires.

Distribuye para Colombia: Distribuidora Meridiano, S.A. Carrera21, n.o 35-53, Bogotá.

Distribuye para México: Distribuidora lntermex, S.A. Calzada Va-llejo n.o 1020, México 16. D.F.

Distribuye para Venezuela: Distribuidora Continental. S.A. Fe-rrenquín a Cruz de Candelaria, 178. Caracas ytodas sus sucursales en el interior del paÍs.

ALEISTER GROWLEYLa escalofriante historia del hombre que

se autodenominaba "la Bestia delApocalipsis": una de las personalidadesmás inquietantes del primer tercio delsiglo xx.

PSrcoL0cín ovutUna clasificación de los "alienígenas,, descritos por los

testigos de experiencias OVNI perm¡te comprender la

naturaleza de algunas de estas especulaciones.

HERBARIOS Y BESTIARIOSGrifos, unicornios, basiliscos y otros

animales fabulosos, ¿eran realmente frutode la imaginación, o hemos de tomar al

pie de la letra algunos relatos de laAntigüedad?

ANASTASIAA principios de los años veinte, una mujer afirmó ser la gran

duquesa Anastasia de Rusia: la identidad de AnnaAnderson

-actualmente ciudadana norteamericana-, un

enigma sin resolver.

FOTOGRAFíA ESPIRITISTAUna muestra de fotografías en que aparecen

animales domésticos espectrales.

proxrmofascículo

,ao útieú: Mary Evans Picture Library

Uno de los gigantes del oclltismo del siglo xlx fueindudablemeñte madame Blavatsky, la mística rusacuyas proezas «paranormales» resultaron a menudobastante sospechosas.

En una ocasión -explicó

Rawson-, mada-me Blavatsky visitó junto con una.amiga a

Paulos Metamon, un mago copto (cristianoegipcio), y le pidié enseñanzas: «Somos estu-diantes -le dijo- que hemos oído hablar de

sus grandes talentos y facultacies en_el campode 1á magia, y deseamos aprender de usted.»A 1o que Paulos Metamon replicó: "Perciboque sois dos feringhees (europeas) disfrazadas,y no cabe duda que andáis buscando conocj-mientos. Pero 1o que yo busco es dinero., Ycon esta sincera observación 1a entrevista aca-

bó bruscamente.No es posible saber si esa historia se la in-

ventó Rawson o no. Es muy posible que, a sus

veinte años, madame Blavatsky estuviera estu-diando magia en El Cairo, pero de lo que nocabe la menor duda es de que era una mujercuyo carácter daba pie a contar las historiasmás improbables acerca de ella.

nN 1850, EL pINToR norteamericano A. L. Raw-son. en el curso de sus viajes de placer a travésde los países más pintorescos del Mediterrá-neo. llegó a El Cairo.

Rawson, quien quedó fascinado por la ciu-dad 1,'por sus habitantes permanentes, cualifi-có de más interesante todavía la población flo-tante de cosmopolitas bohemios que habíanhecho de El Cairo su hogar temporal. Entreéstos le intrigó en particular una tal madameBlavatskl', que aseguraba ser una princesa ru-sa -v que. normalmente ataviada a Ia usanzaárabe. solía fumar hachís y se interesaba acti-vamente por el ocultismo.

Madame Helena PetrovnaBlavatsky ("H.P.8.") cuando era

una mujer de mediana edad. A

diferencia de tantas mujeres que

ya han dejado atrás su juventud,

H.P.B. añadía a menudo un buenpuñado de años a su verdaderaedad, con la intención de

aparentar una sabiduríaextraordinaria. En una ocasiónafirmó a un médico que tenía más

de 1OO años. pero finalmente

confesó tener 53 (foto MarY

Evans P.L.).

1969

Madame Blavatsky

. .ée;é+=+=- +:+É:=i:-:.

Arriba: madame Blavatsky y elcoronel Henry S. Olcott. Ambosfundaron en 1875 ein Nueva yorkla Socíedad Teosófica, para lapropagación de Ios estudiosmísticos y ocultistas. Olcott era unabogado y escritor respetado,cuyo interés por el espiritismo Iehabía llevado a la granja quetenían en Vermont los hermanosEddy. Allíconoció a H.P.B.A partir de aquel momento, susvidas se vincularon, aunque alparecer no en el aspectosentimental ni sexual. Unabogado que conoció bien aOlcott man¡festó: "Estaba locopor... el blavatskismo, peroresultaba humillante contemplarel trato despreciativo que ella ledispensaba, (foto Mary EvansPicture Library).

A Ia derecha: supuesta

"fotografÍa gspiritista" en la queaparecen H.P.B. y Lt¡ «s¡l¡¿" (unrostro muy borroso, arriba a laizquierda);fue tomada en NuevaYork en la década de 1 870. Escasi seguro que madameBlavatsky poseía dotesmediúmnicas genuinas, pero estafoto no constituyenecesariamente una prueba deellas (foto Orbis).

É.J $""-n ' :i¡fl_4

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Ella misma se lamentaba de estas leyendasen una carta fechada en marzo de 1875:

No pasa un día sin que aparezca en los pe-riódicos una nueva historia sobre mí. LaBlavatsky estaba en África y subió con Li-vingstone en un globo. La Blavatsky seencontraba en las islas Sandwich v cenócon el rey de los caníbales. La Blavatskyconvirtió al Papa de Roma al espiritismo.predijo al emperador Napoleón II sumuerte inminente, curó las verrugas de lacara de la reina de España por medio delespiritismo. y así. sucesivamente.

Resulta sintomático que más de uno creyeraque ella misma era quien propagaba estas pa-trañas. Sin embargo, forzoso es admitir que loshechos en la vida de madame Blavatsky fuerontan extraordinarios como cualquier leyenda in-ventada.

Nació en Ucrania en 1831. su nombre eraHelena Petrovna von Hahn, y era hija de unoficial del ejército ruso de origen alemán. En1849 se casó con el general Blavatsky, vicego-bernador de Ereván, pero no tardó en abanáo-narle para seguir una vida errante. primero,según contaba su primo el conde Witte, fueamazona en un circo. Posteriormente contrajoun matrimonio bígamo con el cantante de ópe-ra Metrovich, y hay razones para creer que tu-vo un hijo con é1.

Su vida con Metrovich estuvo siempre salpi-cada por numerosas peleas y por separacionestemporales. En cierta ocasión 1o dejó para tra-bajar como ayudante de D. D. Home, sin du-da el medium espiritista más notable de sutiempo, y en otra contrajo matrimonio trígamocon un inglés anónimo, al que no tardó endejar plantado. Sin embargo, el matrimoniode madame Blavatsky y Metrovich concluyóen julio de 1871. cuando ambos viajaban en elbuque de vapor Eumonia y éste se hundió acausa de la explosión de una de sus calderas.Metrovich pereció, pero madame Blavatskysobrevivió al siniestro y, recogida por un mei-cante que pasaba por allí, fue desembarcadaen Egipto.

Se convirtió entonces en una medium itine-

1970

rante, siempre en la indigencia y siempre enbusca del apoyo de los opulentos. En 1873 sedirigió a Nueva York, sin un céntimo en el bol-sillo, ataviada con una camisa roja y fumando,uno tras otro, los cigarrillos que con tanta des-freza se liaba a mano. Al principio vivió en lamayor pobreza: dormía en un albergue para«muchachas trabajadoras» y se ganaba preca-riamente el sustento confeccionando floresartificiales.

Un encuentro determinanteEscapó de esta sórdida existencia gracias a suamistad con el coronel Henry Olcott, abogadoy periodista espiritista al que conoció en lagranja que tenían en Vermont los hermanosEddy, los más famosos «mediums de materiali-zación» activos en aquel tiempo. Los extrañoshechos que tenían lugar en la granja eran (sihemos de creer los relatos ofrecidos por mada-me Blavatsky, el coronel Olcott y muchosotros) verdaderamente notables. Así, porejemplo, madame Blavatsky no sólo vio el-es-píritu de su difunto padre materializarse enuna forma tan sólida que incluso pudo tocarlo,sino que tuvo con é1 una conversación en rusoy él le entregó una medalla que, según ella,había sido enterrada con el general. El relatoque publicó acerca de este hecho motivó unaviva controversia, ya que se aseguró que losrusos no tenían la costumbre de enterrar con elcadáver de un militar las medallas que éste ha-bía obtenido en vida.

Olcott quedó muy impresionado por los«milagros espirituales» que había presenciadoen la granja. Observó que aumentaban en in-tensidad e incidencia dramática cuando mada-me Rlavatsky asistía a las sesiones de los Eddy,y atribuyó este fenómeno a los poderes de ella.Por otra parte, la consideraba una persona no-table en todos los demás aspectos: escuchabafascinado el relato de sus extrañas aventurasen Rusia y Mongolia, y se sentía impresionado

A la derecha: la sede de laSociedad Teosófica en Adyar,lndia. H.P.B. y Olcott huyeron aOriente después de la publicación

de lsis unveiled (1877), obra que

suscitó numerosas reaccionesporparte de los especialistas

-entre ellas la acusación deplagio-. "Quiero irme allá dondenadie conozca mi nombre".declaró, dolida, madameBlavatsky, pero, dado su carácterimpetuoso, no tardó en

convertirse en una figurasumamente popular. Producíamisteriosos raps y aportes inclusoen los más respetables círculosque frecuentaban los europeosresidentes en la lndia (foto Orbis).

Arrrba: placa de linterna mágica

-data más o menos de 189G-que satiriza a la SociedadTeosófica. La mayoría de lasalusiones hacen referencia a los

supuestos "milagros" realizadospor madame Blavatsky, o, a

través de ella, por uno de sus

"Maestros", Koot Hoomi (el

"Kute Mooni" del tejado). El

rótulo uPorcelana y vidrio. Sepegan y u¡s¡ " , por ejemplo, hacereferencia a una taza rota queH.P.B. reparó« paranormalmente". Habíarazones para creer, sin embargo,que Ia taza reparada fuemeramente sustituida medianteun truco de prestidigitación (foto

Mary Evans P.L.).

por sus «místicos ojos azules». A su vez, ella se

sentía atraída por la indiscutible amabilidad ygenerosidad del coronel. Este le prestó unaconsiderable ayuda financiera en los primerosaños de su amistad, y las necesidades exactasde madame Blavatsky le eran indicadas por elmundo de los espíritus, el cual materializabacartas con instrucciones sobre su escritorio oincluso en su propio bolsillo. En tales ocasio-nes la rusa siempre estaba presente, pero la fede Olcott en su amiga jamás vacilaba, a pesarde verse sometida a numerosas pruebas.

Tal vez la peor de éstas fue la impuesta porotro matrimonio ilegal de madame Blavatsky,esta vez con un joven armenio llamado Mi-chael Bettanelly. Afortunadamente, la parejano tardó en separarse porque, como declaró ladesdichada esposa, los hábitos sexuales de sumarido eran totalmente insoportables. Ella ha-bía accedido a casarse con é1, aseguró, sólodespués de que Michael le prometiera que en-tre los dos no habría ninguna relación física.Por otra parte, en reelidad ella no se había ca-sado con él; quien lc había hecho fue un mal

Madame Blavatsky

espíritu que la había poseído temporalmente...El 7 de setiembre de 1875, Olcott y madame

Blavatsky -o H.P.B., como la llamaban aho-ra sus amigos- asistieron a una conferenciasobre el significado oculto de las pirámidesegipcias. Olcott quedó fascinado, sobre todocuando el conferenciante aseguró que la pre-sencia física de los espíritus podía ser invocadamediante el empleo de ciertas fórmulas geo-métricas, y escribió una nota a su amiga: "¿Nodebería crearse una sociedad para el estudiode estas cosas?, Tan sólo 13 días más tarde,madame Blavatsky describía ya la sociedad a

uno de sus corresponsales:Olcott está organizando la Sociedad Teo-sófica en Nueva York. [La palabra «teo-sofíar, que significa literalmente «sabidu-ría divina», era un sinónimo del siglo xvupara indicar una religión mística. Su adop-ción por Blavatsky y Olcott para el siste-ma espiritista que ellos enseñaban estabatotalmente injustificada, y ha originadono pocas confusiones.] La compondráneruditos ocultistas. anlicuarios apasiona-dos y egiptólogos en general. Queremosestablecer una comparación experimentalentre el espiritismo y la magia de los anti-guos siguiendo literalmente las instruccio-nes de las antiguas Cábalas... Durantemuchos años he estudiado filosofía her-mética en la teoría y en la práctica, y cadadía llego a la conclusión de que el espiri-tismo en sus manifestaciones físicas no es

sino la luz astral, o estelar, de que hablabaParacelso.

Las «comparaciones experimentales» de lasque hablaba eran un tanto especiales. En unaocasión, estos primeros teósofos aplicaron unamoderada corriente eléctrica a un gato, ha-ciendo que el animal pegara un brinco que lollevó a cierta altura. Decidieron entonces queesto probaba que la levitación era un fenóme-no eléctrico y aumentaron el voltaje, esperan-

l'. -l'H ,:.'i +j:& +ÉÉ-j-,

1977

Madame Blavatsky

do que el felino alcanzara una ingravidez com-pleta; pero el pobre gato expiró.

No es extraño que la incipiente SociedadTeosófica no lograse atraer nuevos socios, nique dos años después de su fundación estuvie-ra a punto de extinguirse. Sin embargo, leinyectó nueva vida la publicación de la obra demadame Blavatsky titulada Isis unveiled (Isisrevelada, 1877), un estudio ocultista que, se-gún aseguraba Olcott, había sido inspirado porvisiones astrales. Este escribió respecto a estassesiones de escritura «inspirada»:

Su pluma volaba... cuando de pronto se

detenía, contemplaba el espacio con lamirada vacía tipica de las personas dota-das de clarividencia... y empezaba a ano-tar en el papel lo que veía.

La Blavatsky desenmascaradaCualquiera que fuese la fuente del texto de Is¿s

unveiled, no cabe duda de que la obra es, aprimera vista, impresionante. Hace pensar quesu autora fue una mujer de inmensa sabiduríay grandes conocimientos, poseedora de secre-tos muy exclusivos. Pero, en realidad, la erudi-ción de madame Blavatsky no era tan profun-da como pueda parecer. El especialista nortea-mericano W. E. Coleman descubrió que nomenos de 2 000 fragmentos de Isis unveiledha-bían sido plagiados de otros libros, y arguyóque los lectores del libro habían sido inducidosa creer que su autora «...poseía una vasta eru-dición, cuando en realidad sus lecturas eranmuy limitadas, y su ignorancia en todas las ra-mas del conocimiento era profundar.

A pesar de la extensión y la verborrea de Is¿s

unveiled -madame

Blavatsky nunca utilizabauna palabra cuando podía emplear seis, y nun-ca escribía una frase cuando podía escribir unpárrafo-,las doctrinas básicas que expuso ensu presunta«obra cumbre» no podían ser mássimples.

Se aseguraba primero que los fenómenos fí-sicos y mentales de las sesiones espiritistas.desde las mesas giratorias hasta los raps y lamaterialización de espíritus, habían sido cono-cidos ya por los grandes filósofos y maestros dereligión del mundo antiguo. Muchos de éstos,seguía diciendo, habían sido a su vez podero-sos mediums en contacto con unos «espíritusmucho más avanzados» que los que invocabanlos espiritistas modernos. Mediante el estudiode las vidas y de las enseñanzas de estos anti-guos videntes, los mediums del siglo xrx po-drían recibir unas «comunicaciones espiritua-les" de índole más elevada.

En segundo lugar, aseveraba que los anti-guos tratados de magia y alquimia, que a loslectores modernos les parecían un galimatías,revelaban bajo un velo de simbolismo muchasverdades científicas y espirituales {e tremendosignificado. Quienes poseían las «llaves" delconocimiento iniciático -y las páginas de 1s¿i

unveiled indicaban con suficiente claridad quemadame Blavatsky era uno de estos poseedo-res- podían abrir las puertas que conducían a

un verdadero tesoro de sabiduría, belleza yverdad.

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Arriba: el Mahatma (Maestro)Koot Hoomi, uno de los«superhombres inmortales" que,

según aseguraba madameBlavatsky, actuaban comomentores para las personas que,

como ella, habían llegado a un

avanzado estado espiritual. Otroera el Mahatma Morya (a la

izquierda). Los seguidores deH.P.B. enviaban gran número decartas a eslos Maestros -vÍamadame Blavatsky- y recibÍan

respuestas que, curiosamenie,recordaban el estilo y la caligrafíade H.P.B. Pero, aun así, las cartasde los Mahatmas persuadieron amuchos para que abrazaran la

teosofía, entre ellos al periodista

A. P. Sinnett (aba¡o), cuyos librosse convirtieron rápidamente en

textos teosóficos clásicos (fotosMary Evans P.L.).

En tercer lugar, sugería con insistencia, aun-que sin manifestarlo abiertamente. que una or-ganización secreta de superhombres e spiritua-les había confiado a madame Blavatsky la ta-rea de revivir las antiguas verdades espiritualesen el mundo industrial del siglo xrx.

Isis unveiled consiguió un éxito discreto, 1o

que hizo que se reavivara el interés público pormadame Blavatsky y su Sociedad Teosófica.

El año siguiente, D. D. Home publicó unlibro en el que narró varias historias hostiles ydesagradables sobre madame Blavatsky, y estodisgustó tanto a ésta y a Olcott que decidieronmarcharse a la India. ,.Quiero irme

-escribióella, dolida- allá donde nadie conozca minombre.>,

En la India. la Sociedad Teosófica obtuvoun éxito considerable y atrajo a numerososconversos, tanto entre los expatriados inglesescomo entre los nativos. El más importante delos primeros fue A. P. Sinnett, conocido perio-dista que se convirtió a la teosofía gracias a va-rios fenómenos supuestamente milagrosos

-pero con toda probabilidad fraudulentos-

producidos por madarne Blavatsky. Entreellos se contó el aporte u'e una taza y su corres-

A la izquierda: el MahatmaGandhi, quien en su juventud,

cuando ejercía como abogado en

Áf rica suroriental, exper¡mentóuna fuerte influencia de la teosofía(foto BBC Hulton P.L.).

A la derecha: Annie Besant, que

asumió la presidencia de laSociedad Teosófica después dela muerte del coronel Olcott en

1907. Aparece en la fotografíacon Jiddu Krishnamurti, al que

ella consideraba como el Mesíashindú. La señora Besant hizo dela lndia su hogar, y dedicó su vidaa un concepto de la teosofía muydiferente del que impartÍamadame Blavatsky. En 1927

acompañó a Krishnamurti en un

viaje por el extranjero, y a su

regreso éste anunció: "He visto al

Buda... yo soy el Buda." Sin

embargo, en 1929 Krishnamurtiabandonó la sociedad y negó supropia identidad "mes¡án¡ca,,pese a lo cual se le ha seguidoreverenciando, especialmente enOccidente (foto BBC HultonPicture Library).

Madame Blavatsky

pulos. En Londres se pusieron en contacto conla Society for Psychical Research (srn) y, juntocon teósofos indios, explicaron las maravillasocultas que habían presenciado. La spn decidióen-viar un investigador a la India y preparar uninforme,sobre estos presuntos mitágrós.

Cuando se publicó el informe, éite fue de-vastador. En él se afirmaba que los «milagros»eran fraudulentos, producto de hábiles tiucosde prestidigitación a cargo de madame Bla-vatsky y algunos de sus asociados de mavorconfianza: las cartas del Mahatma .ra, ún,falsificación obra de madame Blavatsky, y sumisteriosa "precipitación" consistÍa en de járlascaer a través de unas rendijas que había'entrelas vigas del techo; y en cuanto a la propia ma-dame Blavatsky

pondiente platillo en una merienda campestre;al parecer, había sido «precipitada» por losMahatmas (o Maestros), superhombres inmor-tales que vivían entre las cumbres del Hima-laya, y cuya alumna y servidora madame Bla-vatsky aseguraba ser.

Como es lógico, algunos de los nuevos teó-sofos deseaban ponerse en contacto con losMahatmas y ser aceptados como alumnossuyos, por 1o que Sinnett decidió escribirlesuna carta y después pidió a madame Blavatskyque se la hiciera llegar. Aproximadamente unasemana más tarde recibió una respuesta, queapareció misteriosamente en su mesa escrito-rio, procedente de alguien que decía ser .elMahatma Koot Hoomi». Se produjo a conti-nuación un prolongado intercambio de cartas,ya que Sinnett escribía sus preguntas sobre unaamplia variedad de temas de ocultismo -lanaturaleza oculta de la Luna. la evolución es-piritual, la identidad de los propios Maestros,el continente perdido de la Atlántida, etc.-,las enviaba (siempre vía H.P.B.) a los Mahat-mas, y a su debido tiempo recibía contestacio-nes detalladas.

Basándose en la información facilitada enestas <<cartas al Mahatma». Sinnett escribióEsoteric Buddhism (Budismo esotérico), ungrueso tomo en que se perfilaba un complejosistema ocultista que abarcaba la evolución es-piritual a través de la reencarnación, una jerar-quía de Maestros, «el gobierno secreto delmundor, y una sabiduría secreta accesible sóloa unos pocos.

Esoteric Buddhism y The occult world (Elmundo de lo oculto), otro libro de Sinnett, estavez centrado principalmente en fenómenos«milagrosos, similares al de la faza de té y suplato, se vendieron bieri, y se fundaron ramasde la Sociedad Teosófica en Inglaterra, Fran-cia y otros países europeos.

En 1884, Blavatsky, acompañada de Olcott,viajó a Europa para visitar a sus nuevos discí-

no la consideramos como portavoz deocultos profetas, ni tampoco como mera yvulgar aventurera; creemos que ha hechoméritos para que se la recuerde perma-nentemente como una de las más cumpli-das, ingeniosas e interesantes impostorasde la historia.

Madame Blavatsky pasó los pocos años que lerestaban de vida en Inglaterra: pronunciabaconferencias ante sus seguidores, todavía nu-merosos, y escribía abundantes artículos, en-sayos y explicaciones sobre ocultismo, y, sobretodo, su enorme obra La doctrina secreta, vas-to tratado sobre la elaboración del sistema yaperfilado en Esoteric Buddhism de Sinnett.

Madame Blavatsky falleció el 8 de mayo de1891 y sus restos fueron incinerados.

La sociedad por ella fundada ha sobrevivido

-aunque ha sufrido diversos cismas-, y toda-

vía es activa. Han existido, y existen, muchosmiles de personas que han rechazado el infor-me adverso de la spn -o lo han consideradoirrelevante- y que tratan de conseguir unamejor comprensión de los misterios de la exis-tencia a través del estudio de los últimos escri-tos de madame Blavatsky.

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La sahidtxráa deI herbmr"§mFlores con poderes mágicos; plantas dotadas de pensamientos y Arriba:una ilustración delDe

sentimientos humanos; grifos, centauros y unicornios saltarines; la materia medica de Dioscórides

naturaleza, según creían-nuesiros antepaéados, era un hervidero de (1228)'obraconsasradaalas

seres ¡nveiosíñrites y fascinantes. ¿Y si, de pronto, las viejas leyendas 3i:fr:S::iifffl:ffi1?"f 3:proctamaran su autenticidad frente a nuestro escepticismo? Dastiorti/rGDA).

LA LrsrA DE LAS ILANTAS que, por alguna ra-zón,han formado parte en el transcurso de lossiglos del herbario mágico, sería interminable.Exagerando sólo un poco, podría decirse quetodos ios vegetales figurarían en ella, porquecada uno de ellos participa en parte, por mo-desto que sea, en la concepción cosmogónicade brujos, magos y alquimistas. Y eso todoslos vegetales existentes... y además algunosotros que deben su existencia a la leyenda o almito.

Éste es el caso de la problemátíca «hierbaque rompe las cuerdasrr, cuyo nombre describeexactamente su funcionamiento. Cuando un

1974

brujo quería conseguirla (para vengarse de unenemigo o para cualquier otro uso), rodeabacon una red el nido de una urraca. A su regre-so, el ave, al darse cuenta de que no podía ac-ceder a su nido, se dirigía ni corta ni perezosa aproveerse de la maravillosa hierba; entonces,el brujo no tenía más que robársela a la urraca.

En el mismo orden de cosas, una planta deexistencia dudosa llamada «abecedario» po-seía acreditadas propiedades contra la dislexia.Se consideraba que eta capa.z de desatar laslenguas más trabadas, y de convertir al mucha-cho más taciturno en una persona locuaz, in-cluso parlanchina.

lHerbaries y bestiarios

Otros vegetales, aunque sean perfectamentereales, poseen propiedades igualmente sor-prendentes, al menos si hay que creer lo quede ellos se decía hasta el siglo xvut -o inclusodespués, por lo menos en medios populaies-.Algunos robles, por ejemplo, cuando se clavaen ellos un cuchillo, producen un vino muy es-timable (el mismo que el diablo hacía correr araudales durante los banquetes sabáticos). Se-gún Giambattista Della Porta, físico italianodel siglo xvr, la encina vuelve temerosos a losleones que pisan sus hojas. Los primeros colo-nos de América afirmaban que el cacto-osez-no, a pesar de su aspecto inofensivo, se arrojasobre todo aquel que se le acerca demasiado.Más allá de su reputación (en Bretaña) de ha-cer crecer unaraiz en la boca de cada muerto.el tejo destaca por la nocividad de su sombra.En esto, por otra parte, no es el único, ya quetambién es muy peligroso refugiarse a la som-bra del aguapa. Por poco que uno se adormez-ca desnudo bajo este árbol de las Indias orien-tales, se hincha tanto que acaba por explotar.¿Y qué cabe decir del agave, que, desde quefue plantado en Europa, no florece más queuna vez cada cien años, provocando una fuerteexplosión?

De hecho, en el universo mágico y animistaen el que vivía el hombre de las civilizacionestradicionales, toda Ia flora estaba dotada depropiedades maravillosas. Lo vegetal podía te-ner un origen divino o diabólico, pero nadaimpedía tampoco que hubiera nacido de un ac-cidente telúrico. cuando Visnú, por ejemplo,era tortuga, la montaña que había caído sobresu espalda le arrancó numerosos pelos que,transportados luego por la marea hasta la ori-lla, echaron raíces y se convirtieron en la plan-ta llamada «darbha».

Cuando los tres reinos (mineral, vegetal yanimal) no estaban aún totalmente separados,y las barreras entre las diferentes especies noeran del todo conocidas, todo era posible toda-vía: incluso la generación espontánea y la me-tamorfosis. Un testimonio de ello es lo que du-rante mucho tiempo se creyó acerca del baro-metz (Polypodium barometz): <<Crecen enChina

-escribió John de Mandeville en el si-

glo xvr- una especie de frutos parecidos a lascalabazas. Cuando están maduros, los indíge-nas los parten en dos y encuentran en ellos unanimalito vivo, de carne y hueso, como un cor-dero sin lana. Los hombres se comen el fruto yla bestia. Yo he probado este fruto, y es unamaravilla extraordinaria. »

Este autor no hacía más que avalar la fábuladel cordero vegetal, propagada ya mucho an-tes por el franciscano Oderico de Pordenone,que visitó Ceilán y China. Sin embargo, estono impidió que la creencia se mantuviese hastael siglo xrx, porque como sugerían su savia delcolor de la sangre, sus cuatro «miembros» (oramas) y su cabeza rojiza, el barometz apare-cía unas veces como una réplica del jidra (elcuadrúpedo fabuloso del que habla el Tal-mud), o como un árbol majestuoso cuyos fru-tos albergaban corderitos vivos. Si nos basa-mos en la iconografía, sin embargo, el baro-

Arriba: Osiris, y ante él la plantadel loto, símbolo egipcio de lainmortalidad (pintura de la tumbade Sennedjem, en el Valle de losNobles) [foto G. Dagli Oñi/IGDA].

A la derecha: una mujer rindehomenaje al árbol sagrado(píntura mural hallada enPompeya). El árbol sagrado es un

símbolo que aparece en

numerosas civilizaciones (fotoG. DagliOrt/IGDA).

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1975

Herbarios y bestiarios

metz no sería más que un vulgar algodonero.Y Willy Ley, en Animales fabulosos, criaturasimaginarias, hace notar con humor: «Nunca se

ha podido esclarecer la suerte de estos anima-les. ¿Permanecen en el árbol o se marchan porsu propio pie? Este punto queda aún poraclarar. . . »

Si el barometz fue considerado durante mu-cho tiempo como un árbol maravilloso y bené-fico, en cambio la globularia, o corona de rey,fue acusada de las peores desgracias. Los pas-tores provenzales preferían incendiar los pas-tos donde crecía este arbusto -sin embargo,tan inofensivo- antes que conducir allí a sus

rebaños. Se decía que sus globos conteníangnomos que se lanzaban sobre el ganado, se

alojaban en las vísceras y conducían rápida-mente a las cabras y las vacas a un estado deconsunción que desembocaba en la muerte. Acontinuación, estos malignos duendes penetra-ban en las granjas y se encarnizaban con loscerdos, las aves de corral y los demás animalesdomésticos.

También solía suceder que los vegetales fue-ran capaces por sí mismos, sin ningún tipo deintermediarios, de adoptar un comportamien-to antropomórfico. En ese caso, ningún senti-miento humano les era ajeno, ni siquiera la pa-sión. «E,l deseo venéreo es tan vivo en el casode la palmera hembra

-afirma G. Della Porta

en su Magia naturalis-, que ésta no concederádescanso a su deseo amoroso hasta que el ma-cho la haya consolado.» Era importante, pues,que su «matrimonio» fuera facilitado. La cues-tión era sencilla, ya que se consideraba que laspalmeras eran capaces de comprender el len-guaje humano. La prueba estaba en que si unapalmera no daba frutos, se debaja convencer sise la amenazaba con un hacha. Al año siguien-te, sus ramas se doblaban baio el peso de losdátiles.

En el caso de la drosera o cazamoscas, lla-mada también «oreja del diablo» o «rocío delsol» (ya veremos el porqué en su momento), laflora linda completamente con el ocultismo.No es que los botánicos nieguen la existenciade la Drosera rotundifolia o de otras especiesde la familia de las droseráceas, pero esta plan-ta, que en ciertas zonas de Francia era conoci-da con el nombre de «matagot», inspirabasiempre terror. ¿Quizá porque es una plantacarnívora? (La drosera, en efecto, captura in-sectos por medio de sus espátulas prensiles.)Esta particularidad, de todas maneras, no fueexcesivamente destacada hasta el siglo xvru,sobre todo por Diderot, y no parece que ellotuviese en la población el impacto emocionalque puede ejercer sobre nosotros.

En cambio, los alquimistas y los magos vie-ron en Ia facultad de la drosera de permanecerhúmeda, incluso bajo los ardientes rayos delsol, el signo de algún fabuloso poder. Por estarazón, recogían su rocío, el «agua de fuego»,que servía para sus trabajos ocultos. Como lashierbas llamadas «de San Juan», el «matagot»se recolectaba en el solsticio de verano, en elmomento en que, como los días eran los máslargos del año, las plantas se habían hartado de

r976

Arriba: una sesión de exorcismo abase de plantas sagradas(grabado del Libro del Mogol, que

data del siglo xvrr) [foto G. DagliOrt¡/lGDAl.

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sol y se consideraba que habían potenciado suquintaesencia. La recolección se efectuaba a

medianoche, y quienes la realizaban se diri-gían al lugar caminando de espaldas, por mie-do a ser seguidos por el diablo: no era cosa decorrer riesgos inútiles.

¿Era capaz una sola mata de drosera de ex-pander por toda una granja una fiebre perni-ciosa? ¿No se decía que por la noche era fosfo-rescente? Cualquiera que se frotase los piescon su jugo podía caminar durante varios díassin cansarse. Este prodigio se volvía contrael infortunado que, por desgracia, pisaba unadrosera, pues quedaba condenado a vagareternamente por montes y valles, sin volver a

encontrar jamás su camino.Demos un rápido repaso a tantas otras hier-

bas que, como la drosera, formaron parte de lapanoplia de los brujos y otros prospectores de

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Arriba: Kelley resuc¡ta a losmuertos en el cementerio de la

iglesia de Walton-le-Dale, en

Lancashire. Kelley era un hombre

de pésima reputación, con un

pasado muy oscuro, pero se ganó

la confianza de Dee gracias a susgenuinas capacidades Psíquicas(foto Orbis).

En la parte superior derecha: un

manuscrito de puño y letra de Dee

que reg¡stra una de sus

conversaciones en «enoquiano»

con los ángeles (foto Orbis).

John Dee

clusión de que su estructura y su gramática sonnotablemente parecidas a las del inglés. A pe-sar de su escepticismo sobre ese lenguaje, eldoctor Laycock está dispuesto a admitir quepuede haber algo de cierto en la magia eno-quiana. Observa:

Conozco bien a personas que han estudia-do el lenguaje enoquiano desde el puntode vista del ocultismo práctico, y que afir-man que, sea cual sea el origen del siste-ma, surte efecto en la práctica de lamagia.

La sesión del 17 de abril de 1587 fue el princi-pio del fin de la sociedad Dee-Kelley. Ese día,un ángel que dijo llamarse Madimi dio instruc-ciones a ambos hombres de que se acostarancada uno con la mujer del otro. Dee se sintiómuy inquieto ante esto y, se preguntó si habíademonios que fingían ser ángeles, pero los es-

píritus insistieron: «...aI vacilar estás pecan-do... Todas estas cosas... te están permitidas.»Dee seguía dudando, pero el 22 de mayo se

rindió y se realizó el cambio de parejas.Ese acontecimiento creó una gtarr firarrtez

en la relación de Dee y Kelley; Dee volvió aInglaterra y abandonó la magia. Murió en lapobreza en 1,608. Kelley lo precedió; fue asesi-nado en Europa, en circunstancias desconoci-das, en 1595.

¿Qué se puede decir acerca del valor de lamagia enoquiana, el lenguaje enoquiano y lasdemás enseñanzas ocultistas transmitidas a

Dee y Kelley por los presuntos ángeles? Nadieestá seguro de ello. Pero parece acertado elpunto de vista que expresó el doctor Laycock:«Si la verdaderavoz de Dios llegó a través dela piedra mágica, ciertamente fue como a tra-vés de un cristal oscuro.»

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1981

Poca gente sabe que la búsquedade agua es sólo uno de losmuchos aspectos del arte delzahori,la técnica de rastrearobjetos o minerales con la aYudade una varilla, un palo en formade «y» o un péndulo.

LA RABDoMANcta -el arte del zahotí- es unode los pocos campos de 1o paranormal en que -

pueden medirse los resultados de valor prácti-co. Tradicionalmente, elzahorí busca minera-les o detecta agua; hoy en día al profesionalzahorí se le puede encontrar buscando fugasen oleoductos o prediciendo fallos en los ca-

bles eléctricos. Se trata de asuntos vulgares re-sueltos de forma rutinaria, y sin embargo, des-pués de siglos de inv'estigación, parece que es-

tamos más lejos que nunca de comprender có-mo funciona este arte.

Los orígenes de la rabdomancia son oscuros.Al parecer, lo que está claro es que no tienenada que ver con la adivinación o con las técni-cas de buscar agua del mundo antiguo. De he-'cho,

la primera vez que se menciona el uso de

una varilla es en 1430, en un manuscrito ale-mán de un técnico en minas.

Parece que en aquella época este tipo de

adivinación se utilizaba únicamente en mineríapara hallar carbén y otros yacimientos minera-

Larabdornancia

1982

A la izquierda: Andrew Beasley,

un zahorí irlandés, lleva a cabo

una búsqueda con un mapa Y un

péndulo. Es requerido a menudopara que busque cabezas deganado bovino y ovino perdidas

en la zona rural donde vive (foto

Picturepoint).

A la derecha: el arte del zahorí

como método de prospección deminerales, en el siglo xvt. En estegrabado del libro De re metallica,

del minerólogo sajón Agricola(Georg Bauer), publicado en

1546, una rama en forma de "y,es arrancada de un árbol y

utilizada como instrumento de

zahorí por las dos figurasmarcadas con la letra A (foto Mary

Evans P.L.).

En la página anterior, abajo: dos

estilos del arte del zahorí. En una

ilustración de un kabajo publicado

en 1 733, el zahorí sostienefirmemente una rama en "y" (a la

izquierda). Tom Graves, el más

famoso de los áctuales zahoríes

británicos, localiza una línea "ley"utilizando su péndulo (a la

derecha). Este campo pasa a

través de Glastonbury Tor, visible

al fondo (foto Paul Devereux).

Aba¡o: distintas maneras de

sostener la varilla adivinatoria,

según un tratado sobre ciencias

ocultas del abbé de Villemont. Las

mismas variantes pueden

encontrarse entre los modernos

zahoríes (foto Mary Evans P.L.).

les. El clásico tratado de minería del minerólo-go sajón Agricola, De re metalllca, publicadoen 1546, incluye una detallada exposición deeste tema y unos grabados que muestran lasdiversas fases de adivinación para obtener car-bón. A finales de este siglo, se encuentran másreferencias que indican que el arte de la adivi-nación era de uso normal desde hacía años.

Pero parece ser que no se utilizaba para ha-llar agua. Sin embargo, ya a mediados del si-guiente siglo una aristócrata francesa, la baro-nesa de Beausoleil, adoptó el uso de la ramaen forma de ,.y, griega para hallar pozos deagua: ésta es la primera mención de la rabdo-mancia en el sentido por el que ahora más se leconoce. A la baronesa siguieron, también enFrancia, una serie de «estrellas» zahoríes talescomo Jacques Aymar en el.siglo xvu y Barthé-lemy Bleton en el xvIu, que atrajeron grande-mente el interés de los científicos. Pero lasnuevas ciencias en auge no tenían espacio paralo que era inexplicable según sus conceptos, ydurante los dos siglos siguientes la rabdoman-cia fue considerada como ignorancia, supersti-ción u obra del diablo. Uno de los trabajoscondenatorios resulta interesante, sin embar-go, porque detalla la gran cantidad de instru-mentos que usaban los zahoríes a principiosdel siglo xvIII: no sólo ramas en «y>> griega, si-no prácticamente cualquier cosa que tuviera elmismo aspecto, desde un par de tijeras o unaasa de cubo... ¡hasta una salchicha dobladal

Muchos de los zahoríes de esta época erangente «normal>>, con el tal vez infortunado donde estremecerse un poco cuando pasaban so-bre agua. Cuando su pequeño movimiento re-flejo era amplificado por la varilla que soste-nían, el resultado era una inclinación de estavarilla. La cosa funcionaba, aunque no siem-pre a la perfección: a veces se daban equivoca-ciones, fallos o incluso engaños intencionados;pero era lo suficientemente eficaz como paraformar parte de la vida rural normal. Muchosde estos zahoríes trabajaban como exÓavado-

Zahoríes

res de pozos; algunos, como John Mullins, de

fines del siglo xrx, seguían incluso la norma.<sin agua, no hay paga», y hay que tener en

cuenta que la excavación de un pozo es cara.Un buen ejemplo de las tareas que llevaban

a cabo Mullins y sus coetáneos nos lo da Wil-liam Barret en su libro The divining rod (Lavara adivinadora).

En la estación de Shepton Mallet, en lalínea de Somerset a Dorset, se había deci-dido excavar un pozo junto a la vía parasuministrar agua a las locomotoras. Ha-bíamos llegado hasta una profundidad de

75 m siempre entre rocas liásicas azula-das, enormemente densas y duras. y tansecas como un hueso, de modo que empe-zábamos a perder las esperanzas. Despuésde muchas dudas y temores de que no fue-ra más que un engaño

-éramos muY in-

crédulos- decidimos pedir consejo al se-

ñor Mullins, quien acudió en seguida y rá-pidamente halló muy cerca de allí 1o quehabíamos estado buscando durante tantotiempo. Resultó que el lugar más propicioestaba a unos 15 m de nuestro pozo. Ob-servando las indicaciones de su varilla,Mullins nos aconsejó abrir en nuestro po-zo una galería lateral, por debajo del niveldel sue1o. Así se hizo, y cuando nuestrosmineros llegaron al lugar que había indi-cado la varilla tuvieron que echar a correrpara salvar la vida, dejando abandonadassus herramientas y ropas. El pozo se llenórápidamente, y cuando 1o abandonamos

1.983

Zahoríes

A la izquierda:John Mullins, unode los más famosos zahoríes definales del siglo xrx. Era albañil deprofesión, y descubrió susfacultades en 1859. Pero hasta1 BB2 no fundó su propia

compañÍa, dedicada a la

búsqueda de agua por medio dela varilla y a la perforación depozos. Sólo se Ie conocenalgunos pocos fallos, frente a

centenares de éxitos (foto Orbis).

Abajo: Barthélemy BIeton, nativode la región francesa delDauphiné (famosa por suszahoríes), realiza una prueba. ABleton se le pidió que indicara el

curso del acueducto subterráneode Arcueil, en el jardín del palacio

de Luxemburgo de París. Lo

realizó con gran precisión, y Iorepitió luego muchas veces -conlos ojos vendados- ante multitudde espectadores (foto MaryEvans P.L.).

a

en 1879 el agua llegaba a 3,5 m de la su-perficie.

En aquella época, el arte del zahorí se utilizabasólo para buscar agua; otros usos eran raros, siexceptuamos el juego de salón que consistía enencontrar monedas de oro escondidas. Pero aprincipios del siglo xx los otros aspectos de estearte experimentaron un resurgimiento, especial-mente bajo los auspicios de clérigos francesescomo el abbé Mermet. Se ampliaron 1as técni-cas, los campos de aplicación y demás facetas deeste arte, que pasó a ser más estudiado, y tam-bién más extravagante.

Por ejemplo, se añadió un nuevo instrumen-lo al equipo del zahorí: el péndulo. que gene-ralmente consistía en la típica plomada de al-bañil o en una piedra afada a un trozo de cor-del. Ello trajo consigo un conjunto de nuevastécnicas y, lo que es más importante, un nuevoconcepto del arte del zahorí. A partir de en-tonces la rabdomancia se utilizó como «instru-mento de búsqueda» en términos generales, enlugar de restringir su uso al agua, minerales osimilares. Y lo más im¡iortante de todo es quela mayoría de estos nuevos zahoríes habíanaprendido este arte por sí mismos, sin tenerningún don especial. Estos zahoríes dieron unnuevo nombre al arte que practicaban: radies-tesia, es decir, <<percepción de radiaciones».Pero bien pronto demostraron que aquello con1o que trabajaban no podían ser radiaciones enel sentido usual de la palabra, ya que conse-guían resultados positivos trabajando sobre unmapa, en lugar de hacerlo in situ.

En los años treinta de este siglo, el abbéMermet adquirió gran reputación utilizandoestas técnicas para localizar el cuerpo de gentedesaparecida, simplemente manteniendo unpéndulo suspendido sobre un mapa. Su libroPrincipios y práctica de la radiestesia, publica-do en 1935. relafa20 casos. incluido el de unavaca perdida que se había despeñado. Tam-bién describe la inmensa variedad de camposque abarcaba su trabajo, desde la mineralogíay la medicina, hasta áreas lindantes con la ma-gia tradicional.

Uno de los campos que estos zahoríes de en-treguerras desarrollaron más extensivamentefue el de la utilización de la varilla como ins-trumento de diagnóstico médico, hasta el ex-tremo de que el término radiestesia pasó a uti-lizarse exclusivamente desde el punto de vistamédico. No era raro ver a un consejero médicomoviendo un péndulo sobre un paciente; elpéndulo <<contestaba» una serie de preguntasgirando en un sentido o en otro. Uno de estosconsejeros era el doctor H. Tomlinsonl que en1958 publicó Ia primera explicación razonadadel mecanismo de envenenamiento por alumi-nio, utilizando la «radiestesia médica» comoinstrumento de diagnóstico.

Puede que la clase médica expresara su de-saprobación por estas prácticas, pero no hizonada para reprimirlas, sobre todo porque losresultados eran satisfactorios cuando los quelas practicaban eran médicos capacitadosque sabían lo que se traían entre manos. Sinembargo, cuando los zahoríes invadieron la te.

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1984

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rapéutiea con la «caja electrónica» del ingenie-ro británico George de la Warr, los profesio-nales médicos se indignaron.

El tratamiento con este sofisticado instru-mento era, como mínimo, complicado. En untubo situado entre dos imanes se colocaba una«muestra» del paciente (casi siempre un pocode sangre u orina); se ajustaban los imanes y se

ponía en marcha una secuencia de números envarios diales. Se decía que éstas eran las fre-cuencias de las radiaciones de la enfermedadque afectaba al paciente. Se establecía enton-ces la frecuencia inversa, y por medio de la«muestra» se transmitía al paciente para con-trarrestar su enfermedad. Todo sonaba muycientífico.

Pero los médicos tenían un punto que discu-tir: detrás del impresionante conjunto de boto-nes, diales, interruptores e imanes de la cajaelectrónica no había nada que tuviera sentidoen términos físicos. Ahora bien, no había dudaque en muchos casos eso daba resultado. Pero,a pesar del laberinto de teorías sobre las «ra-diaciones etéreas» y cosas parecidas, queda sinexplicar por qué todo esto funcionaba.

Otro campo de actividad del zahorí fue laarqueología. Un buen ejemplo de este tipo detrabajos fue el descubrimiento de unas cons-trucciones en la parte oeste de Londres. Fue-ron descubiertas de modo completamente ca-sual en 1938, por un zahorí que estaba intenta-do establecer el recorrido de una alcantarillade ladrillo de la época Tudor. El zahorí, L. L.Latham, encontró que la alcantarilla describíauna curva extraña, como si rodease alguna co-sa hecha de cemento. Latham dibujó esta cur-va y sostuvo que debajo de dos de las construc-ciones del siglo xvur había una estructura recti-línea. Efectivamente, 5 m más abajo se encon-traban los cimientos de una fortificación roma-na. Para hacer posteriores investigaciones ha-brá que esperar la demolición, programada pa-ra largo plazo, de los edificios que quedan.

Guy Underwood es uno de los que más hanescrito acerca del papel del zahorí en la ar-queología. Al igual que otros zahoríes antesque é1 -y muchos más después-, halló unacuriosa coincidencia: las corrientes de agua (olo que sea que los zahoríes perciban comoagua subterránea) coincidían con lugares sa-grados, corno iglesias o menhires prehistóri-cos. Detrás de cada punto clave había un «nu-do" de corrientes, una especie de fuente ocul-ta. Underwood estaba convencido de que esoslugares habían sido escogidos para señalar laconvergencia de estas corrientes.

Para Underwood y muchos de sus seguido-res, estos emplazamientos del pasado son laexpresión del trabajo de un tipo de sacerdotesque conocían estas propiedades de la naturale-zay las utilizaban para solucionar disputas so-bre demarcaciones, decidir el trazado de sen-deros y caminos, y muchos otros asuntos. To-do 1o que nos rodea estuvo determinado porestos esquemas del pasado.

Cómo aprender las técnicas de la rabdomanciay sus aplicaciones: véase página2026.

Arriba: una selección de péndulos

utilizados en radiestesia médica.Con la «presencia, del paciente

-unas gotas de sangre, orina o

incluso simplemente su f¡rma-se suspende el péndulo sobre la

carta de remedios. El zahorí los

va señalando uno a uno, y cuandoel péndulo comienza a oscilar ogirar, ése es el remedio adecuado(foto Topham).

A la derecha: el ingenierobritánico George de la Warrcomenzó a interesarse por laradiónica durante la SegundaGuerra Mundial, y con su esposaMarjorie ideó una serie deinstrumentos electrónicos para el

diagnóstico y tratamiento médico(foto Psychic News).

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Zahoríes

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1985

A la mayoría de la gente, la ideade que el gobierno de los EstadosUnidos posee datos secretossobre OVNIS estrellados lessuena a pura paranoia. Sinembargo, existen pruebasapabullantes de que oficialmentese está encubriendo algo.

«EN ,cr-cúN LUGAR DE ros Estados Unidos hayun depósito cerrado bajo llave, vigilado comonunca lo ha sido lugar alguno, y accesible sóloa hombres de total confianza del gobierno ydel Pentágono. Porque en este depósito-forta-leza se halla la prueba irrefutable de que losOVNIS existen.»

Con estas palabras, el ufólogo americanoOtto Binder, autor de uno de los libros másobjetivos sobre este tema

-What we really

know about flying saucers (Lo que realmentesabemos de los platillos volantes, 1971)-, ex-presaba su creencia de que el gobierno de losEstados Unidos había capturado y retenía una

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nave espacial de más allá de nuestro planeta.Para muchos. esta creencia es un artículo defe, pero para otros no es más que un mito deli-ciosamente excitante; es indudable que nocontamos con datos suficientes para justificartotalmente a los primeros, pero sí existen bas-tantes pruebas como para inducir incluso a losmás escépticos a reflexionar: detrás de tantohumo, ¿,no habrá un poco de fuego?

En un campo de investigación cuyas pruebasson tan escasas, tan contradictorias y tan faltasde base (y que además proceden a menudo detestigos anónimos o de simples rumores), re-sulta tentador desechar enteramente el mitodel OVNI capturado, considerándolo o bienuna invención del periodismo sensacionalista obien la proyección de paranoias individuales.Durante muchos años, oscilando entre estasdos hipótesis, la ufología más autorizada consi-guió evitar un enfrentamiento frontal.

Pero el panorama cambió cuando, entreotras cosas, el asunto Watergate y las revela-ciones sobre la guerra en el sureste asiático de-mostraron cuántas cosas podía oculfar el go-bierno estadounidense. cuán tortuosamenteeta capaz de actuar y hasta qué punto estabapreparado para mentir al pueblo norteameri-cano. Durante años se había dicho que la crano tenía ei más mínimo interés por los OVNIS;pero la Ley de Libertad de lnformación, pues-ta en vigor en 1976, permitió a los investigado-res obtener pruebas documentales de que, porel contrario, hacía bastante tiempo que la ctaestaba interesada en ello (véase página 985).Esta información se obtuvo a partir de la ínfi-ma parte de los documentos oficiales que elgobierno estadounidense se vio obligado a ha-

19tt6

Arriba: la ciudad de Washingtonde noche. En el centro de la fotopuede verse el hotel Watergate,nombre que actualmente es en

todo el mundo sinónimo deintrigas a alto nivel. A los ufólogosles preocupa que pueda haber un

"Watergate cósmico", un

encubrimiento en torno a losOVNIS (foto Photri).

cer públicos: queda todavía una enorme canti-dad de documentos que el gobierno tiene dere-cho a negar al público por motivos de seguri-dad nacional.

Pero se ha sabido 1o suficiente como paraque los ufólogos se ocupen a fondo de algunasde las afirmaciones más radicales. En los añossetenta apareció en escena una nueva genera-ción de ufólogos. hombres y mujeres que ]'a noestaban dispuestos a aceptar las cosas sólo por

A la derecha: el Centro delnvestigación Espacial de la

NASA en Edwards (California).

Tal vez este centro, que en 1947

llevaba el nombre de Muroc, fuera

el lugar secreto al que fueron

trasladados, f uertementecustodiados, los restos de un

OVNI que se había estrellado(foto Orbis).

Ocultación OVNI

[Ina base en casaLa base de misiles de White Sands, enNuevo México, no está demasiado lejosde Roswell. Desde 1945, dicha base halanzado al espacio por lo menos 30 000vehículos espaciales militares de distintostipos, entre ellos el misil Lance (a la dere-cha). ¿Hay algún motivo para pensar queel platillo volante que apareció en Ros-well en 1947 -o algún otro- procedierade White Sands?

El ufólogo William H. Spaulding, deGround Saucer Watch, así lo cree. Las in-vestigaciones de csw demuestran queexiste un número desproporcionadamenteelevado de visiones de OVNI «inexplica-das» en Nuevo México y en los estadoscontiguos. Vale la pena recordar tambiénla gran cantidad de aparatos con los queoperaban en esta base ya en los primerosaños: desde los primitivos misiles Snark

Eq

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hasta los globos radar y los cohetes alema-nes V-2 modificados.

No todos estos aparatos se comporta-ban como cohetes tradicionales, y podíanconfundirse con una nave extraterrestre,sobre todo de noche. Ya en diciembre de1946 se mandó al espacio a una distanciade 185 km un V-2 preparado para .la in-vestigación biológica»: el hecho de queuna de estas naves, que llevaba a bordoanimales, perdiera su ruta, pudo haberconstituido larul.zde todos los mitos sobreextraterrestres. Y si una de estas naves,realizando un experimento ilegal, se hu-biese estrellado más allá de las f¡onterasdel estado, habría razones más que sufi-cientes para silenciar a los testigos civiles.

White Sands admite que alrededor deun7 7o de sus pruebas fracasan, lo que daun promedio de más de un accidente se-manal. No hay que maravillarse, pues, deque en el suroeste de los Estados Unidosproliferen las historias sobre OVNIS.

A la izquierda: el presidenteDwight D. Eisenhower, quien, alparecer, el 20 de febrero de 1 954interrumpió sus vacacionesdedicadas al golf para hacer unavisita a Muroc e inspeccionar los

restos de un platillo que se había

estrellado (y quizá también loscuerpos de sus tripulantes).Siempre hay alguien que tiene lavista puesta sobre el presidente

de los Estados Unidos, perodurante aquel día los informessobre los movimientos deEisenhower parecen estarcuidadosamente manipulados. Su

visita al centro de Muroc, ya seareal o imaginaria, forma hoy parte

de la mitología OVNI (foto Photri).

su apariencia, tanto si se trataba de relatos detestigos como de explicaciones oficiales.

Por esto hay que dar crédito al veterano ufó-logo Leonard Stringfield, quien se ha dedicadoprácticamente solo a reunir pruebas de que elgobierno norteamericano tiene OVNIS y ocu-pantes de OVNIS en su poder. El resultado desus esfuerzos ha sido un dossier de pruebasque, pese a provenir en su mayor parte de per-sonas que desean quedar en el anonimato, re-sulta muy coherente.

Al mismo tiempo, dentro de un campo máslimitado pero con mayor profundización, Wil-liam Moore y Stanton Friedman, junto conCharles Berlifz, descubrieron los intríngulisdel caso de Roswell (véase página 1954), quedernuestra sin lugar a dudas que un objeto no

identificado -no necesariamente de origenextraterrestre- tuvo problemas cuando sobre-volaba Nueüo México en 1947 , y que el gobier-no estadounidense se mostró a\avez interesa-do y desconcertado por este incidente.

Existen pruebas consistentes e inequívocasde que en aquella época los militares traslada-ron a través del país un cargamento extrema-damente voluminoso

-quizás la chatarra de

un objeto que se había estrellado- bajo con-diciones de extrema seguridad: salieron a laluz una serie de relatos que, considerados deuno en uno, no tenían mayor importancia, pe-ro que juntos constituían un cuadro bastanteconvincente. Se decía que el destino de granparte de este material había sido la base Murocde las Fuerzas Aéreas (California). Además,se asegura que el 20 de febrero de 1954 el pre-sidente de los Estados Unidos, el general Ei-senhower, visitó Ia base de Muroc para ver porsí mismo los platillos.

En principio, esto es perfectamente posible.Por aquellas fechas Eisenhower estaba disfru-tando de unas vacaciones dedicadas al golf enel rancho de un amigo en Palm Springs, a sólo150 km de la base de Muroc; sin embargo, ha-cía una semana había regresado de una caceriaen Georgia. Uno se pregunta: ¿se tomaría unpresidente, por más deportista que fuera, dosperíodos de vacaciones tan seguidos?

La prensa suele seguir muy de cerca los mo-vimientos de un presidente; no obstante, el 20de febrero de 1954 la prensa ignoró durantevarias horas su paradero. Se dijo incluso quehabía muerto. Se convocó a toda prisa unaconferencia de prensa para explicar que el pre-sidente había sido sometido a un tratamientodental urgente. Años más tarde se interrogó ala familia del dentista: tenían sólo una vaga no-ción de que podía haber algo de eso, actitudbastante sorprendente para un acontecimientoforzosamente memorable para ellos.

198l

Ocultación OVNI

En mayo de 1954 un tal Gerald Light, acom-pañado de unos cuantos visitantes ilustres, vi-iitó Muroc, y después escribió una carta en laque decía haber visto cinco naves extraterres-ties distintas que eran estudiadas por las Fuer-zas Aéreas; además, confirmaba la visita de

Eisenhower. Por desgracia, no se sabe prácti-camente nada de Light, pero es indudable que

su carta existe. Desmond Leslie, autor británi-co de libros sobre OVNIS, también afirmabahaber hablado con personal de las Fuerzas Aé-reas estadounidenses, quienes le confirmaronla visita de Eisenhower. Por otra parte, la viu-da de Frank Scully -en defensa del libro de su

marido, que tan denostado había sido (véase

página t942)- declaraba que en una ocasióncontrataron a un carpintero que había trabaja-do en la cercana base de Muroc, y que tambiéné1 le habló de la visita del presidente. Puedeque un autor que colaboró con GeorgeAdamski (véase página 207) y un trabajadoranónimo no sean los testigos más convincen-tes, pero sus testimonios son al mismo tiempoindependientes y coherentes.

Enfrentados a pruebas que son ala vez tanespecíficas y tan poco concluyentes, varios teó-ricos han sugerido que todo el fenómeno OV-NI no es más que una cortina de humo puestadeliberadamente por el gobierno para encubriruna verdad más terrible. Esto fue confirmadode forma un tanto irónica cuando, el 20 de se-

tiembre, los habitantes de la ciudad soviéticade Petrozavodsk, poco antes del amanecer,vieron en el cielo un objeto en forma de medu-sa. La reacción inmediata de los testigos fuepensar que se trataba de un OVNI, y el inci-dente despertó gran interés por todo el país e

incluso en el extranjero. El gobierno soviético,al igual que otros gobiernos de todo el mundo,negaba la existencia de los OVNIS; pero aque-lla visión no la podía negar.

Y ciertamente, no podía; pero por motivosmuy distintos de los que la gente suponía, yaque lo que la gente había visto era el la¡za-miento. desde la base secreta de Pletsetsk, delsatélite-espía Kosmos 955. Para no arriesgar la

1988

Algunos ufólogos sugieren que en

la impenetrable espesura de los

bosques canadienses existenorganizaciones secretasterrestres dedicadas a la

fabricación de OVNIS. Pero, si

esto es así, ¿por qué se ven tipos

tan variados de OVNIS en lugares

tan d¡stintos, incluidas áreas tan

densamente pobladas comoNueva York o Londres? (Foto

Photri.)

seguridad, no tenían otra alternativa que per-mitir que el pueblo ruso siguiera creyendo quehabía visto un OVNI; ¡desde el punto de vistapolítico, era mejor eso a que se enteraran de

sus ingenios secretos!«La cte posee pruebas de que los OVNIS

existen» era el título de un artículo publicadoen tlFO Report en 1977; en él un antiguo agen-te del servicio de inteligencia estadounidenseconfesaba que la cra había escamoteado deli-beradamenie pruebas de la existencia de los

OVNIS. Pero ¿no podría también sospecharse

que estas filtraciones fueran parte de la propiapolítica de la cu. para distraer la atención pú-

blica de sus proyectos de investigación?Mucha gente descarta estas hipótesis basán-

dose en que la tecnología desplegada por losOVNIS es tan avanzada, que es muy improba-ble que ningún gobierno de la Tierra hubiesepodido realizar tales avances tecnológicos

_ensecreto. Pero si de verdad el origen de los OV-NIS es terrestre, ¿dónde se encuentra su base?

¿En los bosques del Canadá, como ha sugeridoun investigador? Parecé muy poco probable.

¿Por qué se les ve bajo formas tan variadas yen lugares tan distintos? ¿Por qué hay tantosrelatos que hablan de sus ocupantes como de

seres muy distintos a los humanos?Pero también existen muchas pruebas en fa-

vor. En un caso ocurrido en diciembre de 1980

en el estado de Texas, tres personas -dosmujeres de mediana edad y un niño- vierondesde su coche un enorme objeto brillante y se

pararon para observarlo. Sufrieron quemadu-ras suficientemente graves como para que unade ellas tuviera que ser internada en un hospi-tal durante una semana: fuera 1o que fuera el

objeto, era capaz de emitir radiaciones peli-grosas desde una distancia considerable. ¡Re-iultaría inconcebible que el gobierno estadou-nidense experimentara con artefactos tan peli-grosos en un lugar público! Pero si no se trata-ba de una operación realizada por o con lacooperación del ejército, ¿por qué entonces leacompañaban -como

aseguraron los tres tes-

tigos- unos 23 helicópteros de un tipo utiliza-dó por las Fuerzas Aéreas estadounidenses?

Este caso -conocido

como <<caso Cash-Lan-drum» (véase página 2069)- está siendo in-vestigado por una asociación ufológica; si esta

investigación llega a una conclusión clara, po-dría resolver de una yez pot todas la cuestióndel origen de los OVNIS, o por lo menos de

algunos. Hasta entonces, es cuestión de ir con-trastando una explicación con otra.

Historias como éstas. aunque parezcan im-'probables, hay muchas, muchas más de las

mencionadas en estos artículos. Cada una de

ellas constituye a lo sumo una anécdota plausi-ble, pero todas juntas forman un conjunto de

pruebas coherente, que sugiere que el gobier-no de los Estados Unidos -y probablementeotros gobiernos- están en posesión de inge-nios, ya sean OVNIS extraterrestres o ingeniosmilitares de alto secreto. No podemos decircon seguridad qué es lo que se está encubrien-do, pero que existe un encubrimiento parecefuera de toda duda.

@osabw \Jnsolfu-'

Las fantasías delburócrata

de que hubiera finalizado la Se-gunda Guerra Mundial, deposi-tó sardónicamente a los pies dela intelligentsia reinante; se titu-laba Le confort intellectuel (Elconfort intelectual).

Pero es evidentemente en sus

novelas y en sus cuentos dondeMarcel Aymé dio toda la medi-da de su talento literario y de sugenialidad, al captar los funda-mentos psicológicos y moralesde la pequeña burguesía france-sa, que le resultaba tan familiar.

En esta perspectiva se desa-rrolla la vena propiamente fan-tástica de Marcel Aymé, de laque las narraciones reunidas enel libro titulado Le passe-murai-/1e constituyen una deslumbran-te apoteosis.

Los personajes de Marcel Ay-mé son generalmente unoshombrecillos imbuidos de supropia respetabilidad, faltos deimaginación y terriblementeconformistas, que a menudolanguidecen en los oscuros la-berintos del funcionariado. Nor-malmente, son buenos espososy buenos padres de familia, yostentan sin el menor rasgo defantasía el uniforme de la Terce-ra República. a saber: america-na negra y cuello duro. Virtuo-sos, ahorradores y amigos delorden establecido, se mueven agusto por su ambiente domésti-co, invadido por el olor típica-mente francés de la sopa de coly del pot au-feu.

Y, sin embargo, estos perso-najes aparentemente tan vulga-res y tan desprovistos de interésesconden en su interior extra-ños fantasmas que ni el propiodoctor Sigmund Freud habría

MARCELAYMEObservador feroz y meticulo-so de las costumbres france-sas contemporáneas, prodigiosocreador de personajes, narradorincomparable y malicioso, Mar-cel Aymé dirigió sobre el ser hu-mano una mirada cuya profun-didad y agudeza recuerdan las

de los grandes moralistas euro-peos del siglo xvrr. pero sin esa

brusquedad glacial y ese cinis-

mo un tanto escalofriante quecaracterizaron la obra de un LaRochefoucauld o de un BaltasarGracián.

En el caso de Marcel Aymé, laferocidad iba siempre asociadaa una secreta ternura: tomaba alos hombres tales como eran, es

decir, ni buenos ni malos, y suspequeñeces le inspiraban unfranco escepticismo, discreta-mente teñido de conmiseración.

Nacido en 1.902 en Joigny,Marcel Aymé pasó la mayorparte de su infancia en el FrancoCondado, en las inmediacionesde un bosque poblado deleyendas y de misterios que leinspiraría, mucho más tarde,una sorprendente novela fan-tástica y forestal, La Vouivre.Como escribió Bernard Clavel:uNos conduce a un fabulosouniverso donde lo real roza laimaginación más desbocada,donde el sueño se adormece enla bruma de los bosques, de laque no sabemos si pertenece a

nuestro mundo de adultos razo-nables o a la parte más maravi-llosa de nuestra lejana infancia.,

De todas maneras, fue en Pa-rÍs, ciudad en que residió hastasu muerte (acaecida en 7967),donde MarcelAymé halló la ins-piración que haría de él un gran

escritor. Desde su observatoriode Montmartre, pasó toda su vi-da contemplando los arcanosde la estupidezy de la imbecili-dad, sin dejar de lado a nadie ydando muestras de una inde-pendencia de espíritu y de len-guaje ejemplar, como atestiguael admirable y diabólico peque-ño panfleto que, poco después

Arriba: La Table aux crevés, unfilm de H. Verneuil, con Fernandely Maria Vauban, basado en unaobra de Marcel Aymé.En la parte superior: autorretratode Marcel Aymé (colección de laviuda del escritor).

A la derecha: Marcel AYmé(retrato de Gen-Paul), un satiristasin piedad y un prodigiosocreador de personaies.

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Uñf,IMJC JEA¡,I BOYER

podido sospechar. Son esosfantasmas los que Marcel Ayméproyecta en sus narraciones fan-tásticas, sin apartarse, sin em-bargo. de la más estricta verosi-militud.

La narración tituiada Las Sa-binas nos ofrece un sabrosoejemplo de ello. Es la historia deuna honesta ama de casa declase media liamada Sabine,cuyo marido trabaja comosubjefe de administración enuna importante empresa. Ha-llándose súbitamente poseedo-ra del don de la ubicuidad, Sa-bine ernpieza poco a poco amultiplicarse y a realizar todoslos deseos que le han inspiradolas revistas de cine:

uPronto, la infortunada ubi-quista fue presa de un frenesílujurioso y tuvo amantes en to-dos los puntos del globo. El nú-mero aumentaba al ritmo deprogresión geométrica cuya ra-zón era2,7. Esta falange disper-sa comprendía todo tipo dehombres: marineros, plantado-res, piratas chinos, oficiales,'cow-boys, un campeón de aje-drez, atletas escandinavos, pes-cadores de perlas, un comisariodel pueblo, estudiantes de ba-chillerato, pastores de bueyes,un torero, un mozo de carnice-rÍa, catorce cineastas, un re-mendador de objetos de porce-lana, sesenta y siete médicos.marqueses. cuatro prÍncipes ru-sos, dos empleados de ferroca-

Arriba: Una escena del film Lepasse-mura¡lle, de Jean Boyer,basado en la obra homónima deMareel Aymé; a la izquierda: elcartel del film.Abajo: un cartel de Hurel para Latraversée de Paris.

rriles, un profesor de geometría,un guarnicionero, once aboga-dos, y asÍ sucesivamente. Seña-lemos también, para terminar,un miembro con toda la barbade la Academia francesa. en gira

de conferencias por los Bal-canes. »

Ningún autor, antes que Ay-mé, había descrito con tantaprecisión las enternecedorasquimeras y las más recónditasalienaciones de una burguesitafrancesa aüborrada de cine y denovelas baratas.

La realidad está repleta de es-tereotipos y de clichés que se-rÍan sólo de una negrura deses-perante si Marcel Aymé no hu-biera sacado de ellos un partidoverdaderamente extraordinario.El conformismo y [a simpleza noforman parte solamente de latrama de sus narraciones fantás-ticas, sino también de la de susnovelas satíricas, a cuya cabezase encuentran Travelingue y Lechemin des écoliers, y, sobre to-do, la sublim e Uranus. crónicade un pueblecito francés en laépoca de la Liberación.

El género fantástico, ¿no fuepara Marcel Aymé sino la formaóptima de acceder a la realidady de expresar una visión delmundo de un pesimismo radi-cal? Esto es olvidar la inspira-ción medieval y legendaria, quehabía adquirido durante su in-fancia en el Franco Condado,inspiración que quedó plasma-da, con tintas a veces terrorÍfi-cas, en La Vouivre. No hay queolvidar, finalmente. la maravillo-sa serie infalltil Contes de chatperché, cuyas encantadoras he-roínas, Delphine y Marinette,conducen al joven lector a unfantástico mundo de hadas don-de todos los animales de la crea-ción se entregan a una irresisti-ble parodia de la condición hu-mana.

Créditos de ilustración: Colección G.Troussie¡', Colección Sra. Aymé/J.-L. Charmet, J.-1. Charmet.

Ia fraversée deParis


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