Date post: | 13-May-2015 |
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Health & Medicine |
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HARVARD UNIVERSITY
Center on theDevelopingChild
NOTAS BREVES
Funciones Ejecutivas: Habilidades para la Viday el Aprendizaje
Investigaciones sobre el desarrollo cerebral nos muestran que las experiencias de la
infancia temprana conforman los cimientos de una futura mano de obra calificada, una
sociedad responsable y una economía próspera. Nuevas pruebas han identificado un
conjunto de habilidades que son esenciales para el rendimiento escolar, para la preparación y la
capacidad de adaptación de nuestra fuerza laboral futura, y para evitar una amplia gama de
problemas de salud de la población.
En el cerebro, la capacidad de retener y
trabajar con la información, la concentración,
la filtración de distractores y la capacidad de
cambio es como un aeropuerto que tiene un
sistema de control del tráfico aéreo
altamente eficaz capaz de gestionar las
llegadas y salidas de docenas de aviones en
múltiples pistas. Los científicos se refieren a
estas capacidades como de función
ejecutiva y de autorregulación – un conjunto
de habilidades que se basan en tres tipos de
funciones cerebrales: la memoria de trabajo,
la flexibilidad mental y el autocontrol-. Los
niños no nacen con estas habilidades, tan
solo nacen con el potencial de
desarrollarlos. La gama completa de
capacidades sigue creciendo y madurando
1
Una serie de resúmenes
breves de los principales
hallazgos de las
publicaciones científicas
recientes y las
presentaciones
realizadas por el Centro
de Desarrollo Infantil de
la Universidad de
Harvard.
2
a través de los años de la adolescencia y la
edad adulta temprana. Para asegurar que los niños
desarrollen estas capacidades, es útil entender cómo la
calidad de las interacciones y experiencias que nuestras
comunidades ofrecen para ellos fortalecen o debilitan
estas habilidades emergentes.
Cuando los niños han tenido la oportunidad de
desarrollar las habilidades de función ejecutiva
y de autorregulación con éxito, tanto los individuos
como la sociedad experimentan sus beneficios a lo
largo de la vida.
•Rendimiento Escolar – Las habilidades de función
ejecutiva ayudan al niño a recordar y seguir
instrucciones complejas, evitar distracciones, controlar
respuestas precipitadas, adaptarse cuando las reglas
cambian, persistir en la resolución de problemas y
manejar tareas de largo plazo. Para la sociedad, el
resultado es una población mejor educada capaz de
responder a los desafíos del siglo 21.
•Conductas Positivas – Las funciones ejecutivas
ayudan a los niños a desarrollar habilidades de trabajo
en equipo, liderazgo, toma de decisiones, trabajo
orientado a metas, pensamiento crítico, adaptabilidad,
además de la capacidad de conciencia de sus propias
emociones así como las emociones de otros. Para la
sociedad, el resultado es una comunidad más estable,
reducción del crimen y mayor cohesión social.
3Las habilidades de función ejecutiva se forman hasta la adultez temprana
Edad
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Fuente: Weintraubet al. (Enviado para publicación)
Las pruebas que miden las diferentes habilidades de función ejecutiva indican que comienzan a
desarrollarse poco después del nacimiento, con una ventana de los 3 a 5 años de crecimiento
dramático. El desarrollocontinúa a lo largo de la adolescenciay laedadadulta temprana.
•Buena Salud –Las habilidades de función ejecutiva
ayudan a la gente a tomar decisiones más ventajosas en
cuando a su nutrición y actividad física; a resistir la presión
de tomar riesgos, probar drogas o tener relaciones
sexuales sin protección; y a ser más consientes de la
seguridad propia así como la de los hijos. Tener una
buena función ejecutiva prepara nuestros sistemas
biológicos y habilidades de afrontamiento para responder
al estrés. Para la sociedad, el resultado es una población
más sana, una fuerza de trabajo más productiva y costos
de atención de salud reducidos.
• Trabajo exitoso –Las habilidades de función ejecutiva
incrementan nuestro potencial para el éxito económico
porque estamos mejor organizados, capaces de resolver
problemas que requieren planificación así como para
adaptarse a circunstancias cambiantes. Para la sociedad,
el resultado es una mayor prosperidad gracias a una
fuerza de trabajo innovadora, competente y flexible.
Los factores críticos en el desarrollo de una base
sólida para estas habilidades esenciales son las
interrelaciones infantiles, las actividades en las que
tienen oportunidad de participar y los lugares donde
viven, aprenden y juegan.
Relaciones–Los niños se desarrollan en un entorno de
relaciones. Esto comienza en el hogar y se extiende a los
cuidadores, maestros, profesionales de salud y de servicios,
padres adoptivos y compañeros. Los niños probablemente
IMPLICANCIAS POLÍTICAS
• Los esfuerzos para apoyar el desarrollo de estas habilidades se merecen mucha más atención en el diseño de
programas de cuidado y educación infantil. Las políticas que hacen hincapié en la alfabetización por sí sola podrían
aumentar su eficacia mediante la inclusión de la atención debida al desarrollo de habilidades de función ejecutiva.
• Los profesores de niños pequeños estarían mejor preparados para comprender y abordar problemas de
comportamiento y aprendizaje en las aulas si tuvieran la formación profesional suficiente en el desarrollo de las
habilidades de función ejecutiva. Los profesores son a menudo los primeros en reconocer problemas serios en la
capacidad del niño para controlar sus impulsos, orientar la atención, organizarse y seguir instrucciones. Las
consecuencias de etiquetar incorrectamente estos problemas como “mal comportamiento” pueden dar lugar a un salón
de clases altamente perturbado, expulsiones evitables o el uso inadecuado de medicamentos psicotrópicos.
•Para los niños pequeños que enfrentan adversidades serias, las políticas que combinan la atención a la función ejecutiva
y la reducción de las fuentes de estrés perjudicial mejorarían las posibilidades de éxito en la escuela y más tarde en la
vida. Las condiciones adversas tales como el abuso, el abandono, la violencia social y la pobreza persistente pueden
alterar la arquitectura del cerebro y colocar a los niños en situación de desventaja con respecto al desarrollo de sus
habilidades de función ejecutiva. Las lecciones aprendidas de las intervenciones que han fomentado exitosamente estas
habilidades tienen una promesa considerable para su incorporación en las visitas a domicilio, educación de los padres y
programas de apoyo familiar.
• Los cuidadores adultos necesitan tener estas habilidades con el fin de apoyar el desarrollo en los niños. Programas tales
como la capacitación laboral que construyen deliberadamente la función ejecutiva y las capacidades de autorregulación
en los cuidadores adultos no sólo ayudan a su seguridad económica, sino que también mejoran su capacidad de
modelar y apoyar estas habilidades en los niños.
Para obtener más información, consulte “Building the Brain’s ‘Air Traffic Control’ System: How Early Experiences Shape the Development
of Executive Function” y la serie de Documentos de Trabajo del Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard.
www.developingchild.harvard.edu/resources/
desarrollen habilidades de función ejecutiva eficaces si los
adultos importantes en sus vidas son capaces de:
• Apoyar sus esfuerzos y Modelar sus habilidades;
• Participar en actividades que ponen en práctica estas
habilidades;
• Proveer una presencia consistente y confiable en quién
los niños puedan confiar;
•Guiarlos desde la completa dependencia en los adultos
hacia una gradual independencia; y
• Protegerlos del caos, la violencia y la adversidad
crónica, ya que el estrés tóxico causado por estos
entornos altera los circuitos cerebrales necesarios para
la función ejecutiva y desencadena impulsividad como el
comportamiento “actúa-ahora, piensa-después”.
Actividades–Construir estas habilidades en niños
pequeños requiere de una comunidad y cuidadores que
provean y apoyen experiencias que promuevan un
desarrollo emocional, social, cognitivo y físico amplios,
incluyendo un rango de estrategias que:
•Reduzcan el estrés en la vida de los niños, tanto para
abordar su causa así como para ayudarles a lidiar con él
en compañía de adultos competentes y serenos;
• Fomenten las relaciones sociales y el juego creativo,
con el apoyo de los adultos;
• Incorporen el ejercicio físico vigoroso en las actividades
diarias, el cual ha demostrado tener efectos positivos en
los niveles de estrés, las habilidades sociales y el
desarrollo cerebral;
• Incrementen la complejidad de las habilidades paso a
paso buscando la “zona” de desafío en cada niño sin el
riesgo de frustrarlo; e
• Incluyan la práctica repetida de habilidades a través del
tiempo mediante la creación de oportunidades para que
los niños aprendan en presencia de mentores de apoyo
y compañeros.
Lugares–El hogar y otros entornos donde los niños
pasan la mayor parte de su tiempo deben:
• Sentirse (y ser) seguros;
• Proporcionar un espacio para la creatividad, la
exploración y el ejercicio;
• Ser económica y socialmente estable con el fin de
reducir la ansiedad y el estrés que viene con la
incertidumbre o el miedo.
Si los niños no obtienen lo que necesitan de sus
relaciones con los adultos y las condiciones de
su entorno, -o (peor) si esas influencias son las
fuentes de su estrés perjudicial-el desarrollo de sus
habilidades puede verse seriamente retrasadas o
incluso detenidas. Dicho esto, la ciencia demuestra que
hay oportunidades a lo largo del desarrollo del individuo
para proporcionar a los niños, a los adolescentes y a los
adultos que cuidan de ellos, de relaciones, entornos y
actividades de desarrollo de habilidades que mejorarán
sus capacidades de función ejecutiva. Pero, resulta más
fácil, menos costoso y más eficaz realizarlo al principio.
3
Center on the DevelopingChildHARVARD UNIVERSITY
www.developingchild.harvard.edu
ALSO IN THIS SERIES:
INBRIEF: The Science of Early Childhood Development
INBRIEF: The Impact of Early Adversity on Brain Development
INBRIEF: Early Childhood Program Effectiveness
INBRIEF: The Foundations of Lifelong Health
INBRIEF: Early Childhood Mental Health
Tra
du
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In the brain, the ability to hold onto and work with information, focus thinking, filter distractions, and switch gears is like an airport having a highly effective air traffic control system to manage the arrivals and departures of dozens of planes on multiple runways. Scientists refer to these capacities as executive function and self-regulation—a set of skills that relies on three types of brain function: working memory, mental flexibility, and self-control.Children aren’t born with these skills—they are born with the potential to develop them. The full range of abilities continues to grow and mature through the teen years and into early adulthood. To ensure that children develop these capacities, it’s helpful to understand how the quality of the interactions and experiences that our communities provide for them either strengthens or undermines these emerging skills.
1 When children have had opportunities to develop executive function and self-regulation
skills successfully, both individuals and society experience lifelong benefits.
l School Achievement—Executive function skills help children remember and follow multi-step instructions, avoid distractions, control rash responses, adjust when rules change, persist at problem solving, and manage long-term assignments. For society, the outcome is a better-educated population capable of meeting the challenges of the 21st century.
l Positive Behaviors—Executive functions help children develop skills of teamwork, leadership, decision-making, working toward goals, critical thinking, adaptability, and being aware of our own emotions as well as those of others. For society, the outcome is more stable communities, reductions in crime, and greater social cohesion.
l Good Health—Executive function skills help people make more positive choices about nutrition and exercise; to resist pressure to take risks, try drugs, or
have unprotected sex; and to be more conscious of safety for ourselves and our children. Having good executive function primes our biological systems and coping skills to respond well to stress. For society, the outcome is a healthier population, a more productive workforce, and reduced health care costs.
l Successful Work—Executive function skills increase our potential for economic success because we are better organized, able to solve problems that require planning, and prepared to adjust to changing circumstances. For society, the outcome is greater prosperity due to an innovative, competent, and flexible workforce.
2 The critical factors in developing a strong foundation for these essential skills are chil-
dren’s relationships, the activities they have oppor-tunities to engage in, and the places in which they live, learn, and play.
Relationships—Children develop in an environment of relationships. This starts in the home and extends to caregivers, teachers, medical and human services professionals, foster parents, and peers. Children are more likely to build effective executive function skills if the important adults in their lives are able to:l Support their efforts;l Model the skills;
I N B R I E F |
Research on the developing brain shows us that early childhood experiences build the foundation for a skilled workforce, a responsible community, and a thriving economy. A new evidence base has identified a set of skills that are essential for school achievement, for the preparation and adaptability of our future workforce, and for avoiding a wide range of population health problems.
A series of brief summaries of essential findings from recent scientific publications and presentations by the Center on the Developing Child at Harvard University.
Tests measuring different forms of executive function skills indicate that they begin to develop shortly after birth, with ages 3 to 5 a window of opportunity for dramatic growth in these skills. Development continues throughout adolescence and early adulthood.
E X E C U T I V E F U N C T I O N : S K I L L S F O R L I F E
A N D L E A R N I N G
l Engage in activities in which they practice the skills;l Provide a consistent, reliable presence that young
children can trust; l Guide them from complete dependence on adults
to gradual independence; and l Protect them from chaos, violence, and chronic
adversity, because toxic stress caused by these environments disrupts the brain circuits required for executive functioning and triggers impulsive, “act-now-think-later” behavior.
Activities—Building these abilities in young children requires communities and caregivers to provide and support experiences that promote emotional, social, cognitive, and physical development broadly, includ-ing a range of strategies that:l Reduce stress in children’s lives, both by addressing
its source and helping them learn how to cope with it in the company of competent, calming adults;
l Foster social connection and open-ended creative play, supported by adults;
l Incorporate vigorous physical exercise into daily activities, which has been shown to positively affect stress levels, social skills, and brain development;
l Increase the complexity of skills step-by-step by
finding each child’s “zone” of being challenged but not frustrated; and
l Include repeated practice of skills over time by setting up opportunities for children to learn in the presence of supportive mentors and peers.
Places—The home and other environments where children spend most of their time must: l Feel (and be) safe;l Provide space for creativity, exploration, and exercise; l Be economically and socially stable in order to
reduce the anxiety and stress that come with uncertainty or fear.
3 If children do not get what they need from their relationships with adults and the conditions in
their environments—or (worse) if those influences are sources of toxic stress— their skill development can be seriously delayed or impaired. That said, science shows that there are opportunities throughout develop-ment to provide children, adolescents, and the adults who care for them with the relationships, environments, and skill-building activities that will enhance their ex-ecutive function capacities. It’s just easier, less costly, and more effective to get them right from the start.
The authors gratefully acknowledge the contributions of the National Governors Association Center for Best Practices and the National Conference of State Legislatures.
POLICY IMPLICATIONSl Efforts to support the development of these skills deserve much greater attention in the design of
early care and education programs. Policies that emphasize literacy instruction alone could increase their effectiveness by including attention to the development of executive function skills.
l Teachers of young children would be better equipped to understand and address behavioral and learn-ing challenges in their classrooms if they had professional training in the development of executive function skills. Teachers are often the first to recognize serious problems with a child’s ability to control impulses, focus attention, stay organized, and follow instructions. The consequences of mislabeling these problems as “bad behavior” can lead to a highly disrupted classroom, preventable expulsions, or the inappropriate use of psychotropic medications.
l For young children facing serious adversity, policies that combine attention to executive function and reducing the sources of toxic stress would improve the likelihood of success in school and later in life. Adverse conditions such as abuse, neglect, community violence, and persistent poverty can disrupt brain architecture and place children at a disadvantage with regard to the development of their executive func-tion skills. Lessons learned from interventions that have successfully fostered these skills hold consider-able promise for incorporation into home visiting, parent education, and family support programs.
l Adult caregivers need to have these skills in order to support their development in children. Programs such as job-skills training that intentionally build executive function and self-regulation capacities in adult caregivers not only help them become more economically secure, but they also enhance their ability to model and support these skills in children.
For more information, see “Building the Brain’s ‘Air Traffic Control’ System: How Early Experiences Shape the Development of Executive Function” and the Working Paper series from the Center on the Developing Child at Harvard University.www.developingchild.harvard.edu/resources/
ALSO IN THIS SERIES:INBRIEF: The Science of Early Childhood DevelopmentINBRIEF: The Impact of Early Adversity on Brain DevelopmentINBRIEF: Early Childhood Program EffectivenessINBRIEF: The Foundations of Lifelong HealthINBRIEF: Early Childhood Mental Health
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