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Carlos Luis Plaza Dañin - Norma Plaza

Date post: 19-Oct-2015
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Alcalde de Guayaquil, Ecuador(1963)
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MI PADRE, un liberal de estirpe CARLOS LUIS PLAZA DAÑÍN N O R M A P L A Z A D E G A R C Í A B I O G R A F Í A
Transcript
  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 1

    MI PADRE,un liberal de estirpe

    CARLOS LUIS PLAZA DAN

    N O R M A P L A Z A D E G A R C A

    B I O G R A F A

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    P R I M E R A C O N T R A P O R T A D A

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    Este libro no podr ser reproducido ni parcial ni totalmente sin el consentimiento previo de su autora. En

    medios esccritos o electrnicos. Todos los derechos reservados.

    Norma Plaza de Garca primera edicin enero del 2011

    e-mail: [email protected] - Ecuador

    Impreso por Artes Grficas SenefelderKm. 4 va Durn Tambo

    Telf. 04 2440077pg. web.wwwsen.comTirada: 400 ejemplares

    ISBN978-9942-03-366-6

    Cmara del Libro

    Diseo: Henry Bazurto Olea Editor: Henry Bazurto Olea

    e-mail: [email protected] - Ecuador

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    Este libro constituye una amalgama de recuerdos que, durante el tiempo en que lo estaba escribiendo y mientras estuvo en manos del editor, afloraron desde el inconsciente a mi mente cada da. Soy la hija mayor, y los hermanos que me siguen inmediatamente, Carlos y Fabin han fallecido; adems de scar, el quinto hermano, con quienes compartamos recuerdos, as que con excepcin de mi madre, Maruja Aray Marn, soy la persona viva que conoci mejor a mi padre, el Dr. Carlos Luis Plaza Dan.

    Sin embargo, debo confesar que muchsimos pasajes de nuestras vidas se haban, no borrado, pero s guardado en el fondo de la memoria. Han ido apareciendo, como he dicho, y se han pulido para presentarlos a quienes lean este libro.

    Asimismo, consta esta obra de ancdotas recreadas a travs de entrevistas a personas que conocieron a mi padre, acerca del pensamiento y ejecutorias de ste.

    Consider pertinente agregar una entrevista a mi persona para aclarar muchas de las ideas que aqu se expresan. No pretendo sugerir que ese fue el mensaje que mi padre quiso dejar, pero s inferir que su proceder, tal vez, llevaba ese fin.

    No poda contar su historia aislando a mi padre de su espacio y de su tiempo. Por esa razn, he debido recrear el medio en que vivi en las diferentes etapas de su vida que, arbitrariamente he dividido en dcadas, para facilitar la lectura.

    Someramente menciono no solo los acontecimientos pblicos que Carlos Luis Plaza vivi de cerca, sino los principales hechos que ocurrieron en la historia local, nacional e internacional

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    de la poca en que transcurri su existencia.

    As tambin en la redaccin del texto se ha querido precisar acontecimientos que fueron publicados en los diarios del pas acerca de la vida poltica de mi padre desde el ao 1938 aproximadamente, y que mi madre con mucho tesn y amor recort y guard en su momento, pero era una hemeroteca sin fuentes ni fechas, as que he debido realizar las concresiones en las bibliotecas pblicas y de diarios del pas, para obtener informacin del acontecer nacional y de la actuacin de mi padre como concejal de la ciudad de Guayaquil, como dirigente del Partido Liberal, Conjuez de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, diputado al Congreso Nacional y como Alcalde de Guayaquil.

    Deb revisar cerca de quinientos recortes de peridicos como El Universo, La Nacin, El Telgrafo, El Comercio, y las revistas Vistazo, Sucesos, Patria, Siete Das y La Verdad.

    Mi anhelo es que no ocurra con la existencia de mi padre, lo que es un hecho casi universal, que con la muerte se borra casi todo vestigio, todo rastro, toda memoria de vidas que alguna vez fueron

    Si mi muerte hubiese ocurrido, como pudo haber sucedido despus de dos infartos al miocardio en junio de 2008, antes de terminar el trabajo en que me he empeado, que es el de contar la vida de Carlos Luis Plaza Dan, mi padre, no habra dejado sin memoria la vida de l, ya que, como afirm el poeta romano Horacio, el hijo de un esclavo liberto, los hombres ilustres no mueren del todo, siempre queda algo de ellos. Son un recuerdo memorable y un destello luminoso, que a modo de cuerpos celestes bogan en la bveda infinita, a semejanza de aquellos astros que se extinguieron hace siglos y todava proyectan su luz sobre nosotros, como escribi sobre Carlos Luis Plaza Dan, el Dr. Jos Antonio Falcon Villagmez, su querido amigo.

    Todo ser humano es producto de su entorno y de su tiempo. Es moldeado por sus vivencias y por sus experiencias. Pero publquese o no su biografa, mi padre se haba ganado un sitial en la historia de nuestra Patria, porque nunca se pierde lo que se vive y se adquiere en los primeros aos de existencia, y Carlos Luis Plaza Dan fue el producto de su familia, de su ciudad, de su pas, y de su poca; y, fue un caballero a carta cabal, con absoluto autodominio

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    propio, equilibrado, pero al mismo tiempo divertido y muy humano. Tena autoridad innata, que no la impona jams.

    Hay muchas formas de honrar a los muertos. La gente visita los cementerios. Personas humildes les llevan msica y comida para celebrar sus cumpleaos o en el da de los fieles Difuntos; otros los honran de manera espiritual.

    Siempre he pensado que nuestro culto exagerado a los muertos est basado en creencias ancestrales. Y lo est. Son ritos cristianos y, algunos, paganos. As, hay pueblos, como el mexicano, que conservan sus rituales. Ellos han logrado, adems, la asimilacin de la creencia en otra vida con la doctrina cristiana de la eternidad del alma, de la infinidad de Dios.

    En este pas se van perdiendo tradiciones a medida que se asciende en escala social. Es necesario conciliar el progreso con nuestras races. Hay quienes comentan con irnica sonrisa las costumbres de los campesinos litoralenses, a pesar que constituye parte importante del acervo cultural de nuestra nacin.

    Ya mayor, me enter que en ciertas comunas los nios presiden, sentados, vestidos de blanco, sus propios velorios; que entre los pobres se brindan banquetes en los entierros; que despus del duelo durante 9 das celebran novenas y que el ltimo da vuelan el sarcfago, despidiendo a la efigie del muerto desde la ventana, lo que ocurre en la provincia de Esmeraldas; que para difuntos ponen la mesa dejando el sitio para el que ha muerto, y lo atienden con sus manjares favoritos como si viviera. Que creen que existen viudas muertas, vestidas de negro, que viajan en canoas alumbrndose, en las noches sin luna, con candiles; que el Demonio, al que llaman el Tun Tn, embaraza a las mujeres.

    Quienes hayan perdido a su padre, a un buen padre, comprendern lo que siento al escribir sobre l. Su prdida y la pena por su partida siguen estando vivas en mi corazn, a pesar de haber transcurrido ms de 40 aos de su muerte. Pensando en l, en mis hermanos, mis abuelos, tos, primos y amigos, escrib:

    Ya no lloro a mis muertos en los cementeriosEn las iglesias rezo por ellos

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    Siento que no han muertoViven en mi mente y en mi coraznPalpitan en mis recuerdos, En mis aoranzas de felices tiemposMoran en mis sueos.Duro es aceptar que en esta tierra no estn,Que han partido al cielo,Que me han precedido en la ruta eterna

    Cuando los aos pasan,Ganas experiencia, alegras, amigos,Pero tambin penas,Acabas teniendo tantos amores vivosComo muertos.

    Puedo ir a sepelios. Cumplo con los vivos y rezo por los muertos. Ya no voy a visitar cementerios. Es un trauma que no puedo superar.

    Los judos creen, basados en el Levtico, que quien prolonga su duelo no ha aceptado la voluntad de Dios. Tienen toda la razn. No uso ropa de luto; detesto el color negro. A pesar de ello, pienso que no he superado mi dolor por los muertos; pero los vivos tenemos que seguir viviendo, y uno de nuestros deberes es honrar a los muertos cuyas vidas lo han merecido.

    No soy de los que creen a pie juntillas el aforismo romano De mortuis nil nisi bene o que de ellos slo se debe comentar lo bueno, porque ha habido muchos malos que hoy estn muertos. Acaso se podra escribir algo bueno de Hitler, por ejemplo?

    Mi padre fue una buena persona y se ha ganado un alto sitial en la memoria de sus conciudadanos.

    Escribir este libro es una forma de honrar su persona.

    Para hacerlo, he tenido que vencer el bloqueo mental que me producan mis sentimientos y

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    que han causado la demora en afrontar el hecho que mi padre ya no est con nosotros, que vive con Dios en el cielo, y que era necesario recoger testimonios de su vida y de sus obras. Deb haberlo hecho cuando quienes lo conocan y lo queran tenan frescos sus recuerdos.

    No ha sido tarea fcil seguirle los pasos a su vida. Comenc escribiendo en tercera persona, tratando de ubicarme como si fuera l, hasta que me di cuenta que estaba trabajando mi cerebro, pero que tena inhibido el corazn, as que rehice gran parte de lo escrito, y decid ser yo quien contase su historia.

    Esta no es la historia acabada de Carlos Luis Plaza Dan. Son retazos de recuerdos de su vida expresados por quienes lo conocieron y an viven o vivieron hasta hace poco. Mi padre era un hombre muy divertido, lleno de ancdotas y estaba socialmente siempre de buen humor. Me golpeo el pecho con un mea culpa por no haber escrito este libro treinta aos atrs.

    He dividido el trabajo por perodos. Como en la historia, las dcadas en la existencia de mi padre, son muy diferentes unas de las otras.

    Al intentar entrevistar a personas que lo conocieron pude darme cuenta que quedaban muy pocos familiares y amigos de su tiempo. Hubo entrevistas que no se llegaron a realizar, porque a quienes pretenda consultar fallecieron antes que se concretasen las reuniones, como fue el caso de mi to poltico Jacinto Alvear Carrera, de la misma edad que mi padre; el Dr. Roberto Lev Castillo, quien falleci en Quito a fines de octubre del 2006, y que haba dado cita para que lo entrevistasen.

    Todava, 44 aos despus de su muerte, sueo con l, me impresiona lo vvida de su imagen. Lo veo carioso. Siempre sonriente.

    He consultado sobre hechos y personajes al historiador Ezio Garay Arellano y fue l quien proporcion los datos genealgicos del captulo 2 y los cuadros familiares, que resum por razn de espacio. Si hay errores, son mos, no de l.

    Lo escrito es slo una parte de la vida de mi padre. Concuerdo con Antonio Gala, en su Manuscrito Carmes, cuando dice: toda historia estar siempre mal contada, porque cada

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    narrador elige siempre lo que quiere narrar... En eso consiste la libertad que tenemos los autores, aunque los resultados no sean los mejores. Muchas veces lo ptimo es enemigo de lo bueno, porque en busca de la excelencia se anula la accin.

    Agradezco a quienes aceptaron ser entrevistados y compartieron sus recuerdos. Sus nombres constan en un listado; a mi familia por su incondicional apoyo, sobre todo a mi marido, Eduardo Garca Riera, que en momentos de indecisin me ha alentado a escribir sobre mi padre, y al editor, Henry Bazurto Olea.

    Agradezco tambin a quienes me han ayudado con fotografas y me guiaron en el arduo camino de mi bsqueda.

    Concluyo esta introduccin con palabras prestadas al poeta Dr. Jos Antonio Falcon Villagmez, cuyo seudnimo era Nicole Fasajo, que pronunci en el sepelio de mi padre: Si es verdad que el espritu sobrevive a la materia, es posible que escuchis el clamor inmenso de la urbe (guayaquilea) y de la Patria toda, a modo de una plegaria cvica dedicada a vos. Si hubiera en nuestra ciudad un Panten, al estilo del de Pars -erigido aquel en la antigua capilla de Santa Genoveva, decorados sus muros por Pierre Puvis de Chavannes, y destinado a guardar los restos de los hombres ms ilustres de Francia- all deberan descansar los restos de Carlos Luis Plaza Dan.

    Pero ms importante que los restos de una persona, es que su memoria viva en nuestros corazones, y sea ejemplo, en el caso de mi padre, de la generacin presente y de las futuras de nuestra Patria.

    La Autora

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    Mujer, me muero...

    SU FINAL

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    Infarto al miocardio. Ese fue el diagnstico inicial que los mdicos emitieron cuando mi padre, Carlos Luis Plaza Dan, fue llevado de urgencia a la Clnica Julin Coronel, en la madrugada del 21 de agosto de 1965.

    Despus de aquella noche, la mayora de los das dormamos en la clnica, en una habitacin que mi madre haba alquilado con la finalidad de que toda la familia Plaza Aray estuviera cerca de l. Estaban prohibidas las visitas. Sin embargo, entrbamos alternadamente. Mi madre nunca se movi de su lado.

    En lo que pude, tambin intent no apartarme de la clnica. Y, sin quererlo, hora tras hora, como quien mira y no ve, como quien piensa y no razona, empec a establecer una especie de relacin revisora de la actividad inagotable que haba cubierto nuestras vidas, y principalmente conjeturaba sobre mi padre: el abogado, el poltico, el padre tierno, el Hombre de nuestro hogar, quien yaca en el lecho de una casa de salud librando lo que pareca su ltima batalla.

    Atisbaba la imagen de mis padres juntos. Pensaba para mis adentros: es valiente, nunca se queja. Qu significa su silencio? Est triste o resignado? Un hombre como l, amante de la vida, no puede querer partir tan pronto. No debe querer dejarnos as. Dura lucha tendr la muerte, porque no ser un rival fcil de vencer.

    De repente, mi padre haba encanecido, esto ocurri talvez a partir del tercer da de su enfermedad, el castao rojizo de su pelo se transform en una blancura cenicienta. Su seera y espigada figura haba desaparecido.

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    Lo vea entubado, perforada su garganta con una traqueotoma, delgado, haba perdido mucho peso, pero todava tena el mismo tono rosado que le haba valido el mote de colorado, uno de los tantos Colorados Plaza, pero para m l era especial.

    Era evidente que sufra, y ms tarde comprend que desde el primer momento estaba enterado de que viva sus ltimos das junto a nosotros, y as fue. Lo intuyeron l y mi madre antes que nadie, inclusive antes que los mdicos. Tan unidas estaban sus almas.

    Qu pasaba en la mente de mi padre a partir de la noche en que sufri el infarto?

    Hubiera querido adivinar lo que pensaba, lo que lo aliviaba; qu lo desmejoraba o entristeca, durante sus das finales.

    Rpidamente, como vemos ahora los flashes informativos de escenarios del mundo, como un flashback, pasaron por mi mente las tomas mentales de sus difanos das de abogado, de sus caricias, sus bromas, sus consejos, sus gestos de generosidad e incontables agasajos a mi madre y a nosotros sus hijos.

    Entraba a su cuarto y no poda dejar de contemplarlo. En toda su plenitud, como un titn que luchaba hasta el ltimo instante. Nunca se lloraba en su presencia. Era signo de debilidad que no se nos permita.

    Los mdicos del New York Hospital fueron recibidos con gran expectativa e ilusin. Calladamente pensamos: Los gringos podrn salvarlo, podrn hacer lo que nuestros magnficos mdicos no pueden. Pero, como quien recibe un portazo en la nariz, los norteamericanos no tardaran en decir que los nuestros haban hecho todo lo posible. Que ellos no lo habran hecho mejor, (entonces, el final es solo cosa de Dios).

    Recetaron algo que normalmente no haba en toda la ciudad, ni en el pas. El Dr. Roberto Gilbert Elizalde, amigo de mi padre desde las aulas del Vicente Rocafuerte, se enter. l tena el remedio. Me mandaron a recogerlo a la Clnica Guayaquil, de su propiedad. Fui con uno de mis hermanos. Nos lo dio con toda generosidad. Le agradecimos y nos comprometimos a encargarlo al exterior para algn prximo enfermo que lo necesitara.

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    Los mdicos del NY Hospital prohibieron que se fumara aun en los pasillos de la clnica, porque el humo poda afectar al enfermo. Nos mostraron las radiografas de los alveolos de los pulmones totalmente negros por los residuos del tabaco. Llevara aos limpiarlos y ya no quedaba tiempo. As me lo dijo el Dr. Jos Manrique Izquieta.

    Mi padre ya no hablaba sino por frases, porque haba que taparle el orificio del cuello para conseguir escucharlo. Aletargado a veces por el efecto que le provocaban las medicinas, pero pasados esos momentos estaba tan lcido como siempre, aunque al borde de la muerte.

    Qu pasaba por su cerebro? Quera propiciar una impronta de su vida o solo senta necesidad de repasarla? Rememoraba sus aos de infancia, pubertad, juventud, y todo el seoro que le cupo vivir despus de que cumpliera 20 aos? Despus de ese 1936, en que muri su padre, y l asumi toda la responsabilidad familiar, a quien sobrevivira nicamente veintinueve aos? Pens en su madre, doa Julia, quien siempre estuvo cerca en la clnica, y a quien deseaba que Dios concediera una larga vida, como era usual en su familia?

    Midi en esos veintin das de forzado silencio su vida vivida? Revis las consecuencias de sus decisiones o de sus actos ms trascendentes? Le hizo un listado a Dios, en quien crea?

    Cmo fui? Cmo quiero ser recordado? No era vanidoso. Solo quiso pensar que aunque se esforz en hacer muchas cosas en bien de su familia, no pudo cumplir con todas las expectativas que pusieron en l sus seres ms queridos, su mujer, sus hijos, su madre, y sus hermanos?

    En la semipenumbra de su habitacin, no poda ceder ms a las tentaciones de descifrar su futuro, un futuro incierto y en el ms all.

    Deba acostumbrarse a la idea, estaba muriendo. Si en algn momento lo lleg a dudar, ahora tena la certeza.

    Desde aquel ltimo viaje a Nueva York, que fue solo, o mejor dicho acompaado de su amigo Vicente Dger, y que era viaje de negocios, cuando regres lleno de regalos, de bromas y ancdotas, nos pareci un viaje feliz, como todos los que haca.

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    Sin embargo, algo nos haba ocultado, por lo que el viaje no debe haberle resultado del todo placentero.

    Los doctores en el New York Hospital le haban pronosticado una latente enfermedad. Pero, cuando lleg a Guayaquil, lo nico que nos dijo es que tena el corazn un poco grande y que no deba beber ms licor que whisky y siempre del ms fino. Pareci no haberle dado importancia, porque su vida sigui igual, con la excepcin de que dej de beber cerveza en el almuerzo y vinos o espumantes en las cenas.

    Nunca dijo de la advertencia: Dr. Plaza, de ahora en adelante tiene que cuidarse, olvide los viajes a Quito para regresar el mismo da, pues junto con el cigarrillo estn afectando su corazn.

    Dejara a los suyos en breve. Ya no quedaba mucho tiempo. Para nada.

    No quera alarmar a su mujer, a Maruja, Dios no poda haberle dado una compaera mejor. Haban transcurrido casi 25 aos desde que se casaron. No llegaran a cumplir sus bodas de plata matrimoniales, ni el soado viaje a Europa que le haba ofrecido como regalo.

    Sus hijos!, quedan bien, junto a lo mejor que tuvieron en la vida: su madre.

    De seguro pensaba: Se cumple demasiado pronto para m lo que siempre comentaba entre amigos y parientes: _,Cuando los humanos pasamos los 50 aos vivimos de prestado, la vida ya no es nuestra .

    Pero, pareca meditar en tranquilidad: Ser que esta temporalidad era mezquina con quienes como yo hemos vivido tremenda vida en solo 52 aos y que desde mi nacimiento no quiso concederme ms all de 10 lustros y 2 picos?

    Dnde estara su prxima parada? Cerca del Dios tan invocado por los creyentes religiosos? Cerca de algn lugar no deseado por ningn mortal? O, en verdad, ese Dios Universal le habr preparado un lugar maravilloso, donde lo celestial y sublime lo deleitaran por la eternidad. Y desde all podra velar por los suyos? Su mujer y sus siete angelitos?

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    Ser que un arcngel estuvo sentado ante l y le propici estos pensamientos? Ya no podrs estar entre los que te conocieron, entre los que te quieren. No. Eso acab para ti. No podrs seguir con tus luchas. Lo terrenal se acab para ti. Una nueva empresa empieza ahora. Seguir empinada la cerviz, hasta dar con el lugar de descanso eterno.

    Le venan a la nariz los olores de su infancia, las plantaciones de cacao, los pechiches maduros, los mangos cados, los guineos pudrindose, de cuando montaba a caballo por las guardarrayas y vea los platanales creciendo y madurando, los potreros de las haciendas familiares; el aire yodado durante sus vacaciones en Playas; las colonias Roger Gallet y 4711 de sus primeras fiestas?

    La familia estuvo siempre junto a l. Todos los das y las noches de crisis. Apareci gente que no habamos visto nunca. Desde que se supo de su dolencia en la ciudad, las personas que lo conocan y estimaban acudieron a la clnica. Hubo tantas que ocuparon todo el piso y se sentaron en las escaleras, en espera de noticias alentadoras. Y muchos volvan en los siguientes das.

    Un da lleg a la clnica un campesino muy alto, de tez blanca, mayor que mi padre, y parecido a l. En ese momento no poda acceder a la habitacin por prohibicin mdica y lo recib yo, junto con mi entonces novio, pues ya estaba comprometida para casarme. El seor nos dijo que era hermano mayor de mi padre, que haba nacido antes del matrimonio de don Antonio Plaza Iglesias con doa Julia Dan, y que vena en agradecimiento a las bondades que su medio hermano, el Dr. Plaza Dan, siempre tuvo con l. Un gesto muy noble que mi padre conoci y agradeci. Lament no haberlo visto.

    En tanto, Carlos Luis Plaza, recordara sus luchas profesionales por obtener justicia para sus patrocinados? Sus esfuerzos, sus triunfos y derrotas?

    No saba, pero an le quedaban 16 das. Recordaba la ocasin en que fum el primer cigarrillo? Aunque no fue amigo de los insultos ni de las maldiciones, debe haber pensado por un instante: maldita nicotina. Amiga de desgracias. Da a da socavaste mi garganta.

    Qu lo hizo fumar desde muy joven o fumar mucho? Tres cajetillas: 60 cigarrillos. Kilmetros

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    de humo. Nicotina pura. Almacenada en la, de por s, dbil garganta, que pasaba la cuenta a los pulmones.

    Todas las maanas, casi a medio da, llamaba la seora Amrica Herrera, secretaria del Dr. Carlos Alberto Arroyo del Ro, para preguntar por su salud. Agradeca con un gesto cuando yo, que era quien usualmente contestaba el telfono, se lo comunicaba.

    Es duro tener que despedirse de la familia, y tal vez no estar en el prximo Parlamento, despus de la dictadura. O quizs llegar a la Presidencia de la Repblica. Era justo partir cuando an haba mucho por hacer para que su familia sea lo que l siempre haba anhelado? Era injusto partir cuando por el Ecuador la lucha solo haba empezado?

    Hubiera querido que todos mis hijos estn bien formados, profesionales, padres de familia, seres de bien. Conocer a mis nietos. Habr un colorado como Yo? Uno de ellos heredar mi cepa completa? Cul de ellos generar pasiones y arrebatos en la poltica, por defender a la patria?

    Nunca dese lo ajeno, ni lo que no me corresponda. Ahora menos. Estoy resignado con los designios del Hacedor, pero habra deseado un poco ms de ese tiempo prestado, para, en plenitud de vida, hacer mucho de lo que faltaba.

    Remontarse 25 aos atrs. La primera vez que fui diputado. Las veces que siguieron. Qu hice bien?, qu hice mal? Denuncias, interpelaciones, barras bravas gritando y rasgando el viento con vocinglera descomunal. Insultos al por mayor. Su frase, tambin a grito pelado: Djenlos noms que griten Son barras de a veinte sucres, de algo tienen que vivir, retumbaba en su memoria y sin duda le causaba pena e hilaridad. Porque esas personas solo cumplan un trabajo, y su paga la asuman funcionarios que crean que con insultos acallaran a quien nada ni nadie arredraba. Ni siquiera la muerte.

    ...Sus amigos y colegas diputados secundndolo, sus rivales denostndolo, all el vivo recuerdo de su debilidad: garganta sin fuerza, voz ronca y sin eco, le valieron el apodo de Gallo Ronco. Pero su arrojo, su inteligencia y lucidez mental lo hicieron uno de los polticos ecuatorianos preferidos.

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    Su pueblo, ahora lo vera igual? Cada carcelazo le vala ms seguidores? Cuando sala de la prisin lo reciban como hroe. Agradecimiento sin lmites. Ahora que mora, cuando saliera en un fretro, cmo lo veran? Cmo sera su entierro? (aunque sea en espritu) Eloy Alfaro, el Viejo Luchador, lo tendra que acompaar a la izquierda, junto con sus mejores coidearios liberales. Tambin estaran sus amigos de todo el Ecuador, no poda ser menos, sembr amistad, nunca odios; y sera acompaado por muchos de quienes lo conocieron y fueron sus amigos de verdad. Su familia, los suyos, a su derecha o presidiendo la caravana.

    Cuando tenemos 20 aos de vida nos sentimos inmortales, pensamos que la eternidad nos cobija, pero cuando rebasamos los 50 comprendemos que la vida es un punto comparada con los siglos universales. Ahora s, somos vulnerables. La existencia del individuo, en realidad, es un destello efmero. Es nada ante la eternidad y preez consuetudinaria del tiempo.

    La memoria!, perd la memoria?, No, qu va! Slo estoy turbado. Siento algo que nunca haba sentido; no es ansiedad, no son nervios, sin embargo es como si estuviera en el aire, suspendido.

    Es que quiero controlar el tiempo. O ser que para m ya se detuvo? Los engranajes de mi reloj vital se perdieron? El ncora perdi su tirante cuando cumpl los 52? Mi tiempo camina solo por la inercia?

    Cunto falta? Solo Dios lo sabe. Once das: 264 horas. Espero terminar sin sentir frustraciones. Sin llorar, nunca aprend a llorar.

    Me complace recordar lo bello. Todas las cosas hermosas que viv. Vali la pena. No me arrepiento de nada. Sola embromar diciendo a lo hecho, pecho como un poltico de mi tiempo que respondi as a una interpelacin por supuestas malversaciones. Me parece que viv eternamente feliz. Viv como si todo fuera eterno.

    Mis costumbres, mis bromas, mis locuras. No s qu pasa. No s qu pasar.

    Llegu a la clnica con un infarto al miocardio, indudablemente, paciente de alto riesgo. Me trajo mi amigo el Dr. Eduardo Ortega Moreira, pero inmediatamente lleg su primo el

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    Dr. Amadeo Moreira Solrzano. Tambin vino otro amigo, el Dr. Jos Manrique Izquieta, cardilogo, poeta, escultor, un hombre que debi haber vivido en el Renacimiento.

    Me ha tocado como interno el joven Francisco Huerta Montalvo, hijo de mi amigo Pancho Huerta Rendn, el historiador y arquelogo. Buen chico. Ser un buen mdico.

    Transcurre el decimosexto da. Solo quedan 120 horas. El Dr. Moreira no falta a mi habitacin ni un solo da. Viene dos veces al da. Ausculta, prescribe, solicita exmenes, y receta lo que ms conviene. Yo, el paciente, s que hace lo que mejor puede. Lo obligado en las circunstancias. No siento mejora. Estoy empeorando paulatinamente.

    Despus de Amadeo Moreira entran enfermeros, practicantes, intensivistas, laboratoristas y clnicos, en una romera interminable. Agregan lquidos a los sueros, pienso que me fastidian, y tambin hacen las limpiezas y aseos necesarios. Tal vez, para hacer ameno mi final sin ser esa su intencin. Yo lo describo como lo siento. Empiezo a perder el juego.

    Qu da fue? Vino una monjita Sierva de Mara, espaola, para cuidarme con esmero. Y dedicacin. No acept ninguna colacin. nicamente que le tuvieran una botella de la gaseosa Tropical, la de color rosado. Haba que recogerla al atardecer y llevarla a su convento cuando amaneca. Fue un consuelo para mi mujer. A veces, de noche, rezaban juntas.

    Nuestra gente cree que las mariposas negras son augurio de muerte. Carlos Luis Plaza Dan nunca crey en las supersticiones que le contaban en el campo, en las haciendas de su padre. Desde tiempos inmemoriales, inclusive decan que ocurri antes del asesinato de Atahualpa.

    Las empleadas de su casa dijeron que cuando enferm y mientras estaba en la clnica, montones de mariposas negras revoloteaban en el jardn y las perseguan cuando salan al patio.

    Veinticuatro horas antes de mi muerte me siento magnfico, y optimista. Esperanzas de recuperarme, pero solo es un lento recorsi para un pronto morir.

    Por eso, todos mis hijos, por indicacin de su madre, toman la decisin de asistir a clases a la maana siguiente, intuyo que una parte de su ser sinti regocijo. Norma y Carlos a la

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    universidad. scar se regres a la Academia Militar Gmez Rendn, en Playas. Leonardo y Mara Leonor a la Escuela Moderna. Slo Fabin y Ral no lo hicieron porque estudian en Louisiana State University, en Baton Rouge. Ya volvern.

    Como a las nueve y media de la maana del da siguiente, media jornada de la ltima clase de la Universidad Catlica, a pocas cuadras de la clnica Julin Coronel. De repente, se abrieron las puertas de nuestra clase. El Dr. Constantino Endara lava imparta Ciencia de Hacienda, y al escuchar que venan a buscarme porque mi padre haba entrado en crisis suspendi la clase y todos los alumnos junto con l me acompaaron a la clnica. Alguien me llev en su auto. El resto fue caminando.

    Cuando llegamos, haba fallecido. Carlos Luis Plaza Dan, como todo lo vivo, vera llegar su propio final, como vio llegar su destino cuando apenas tena uso de razn y cuando era el amo y seor en el campo, en su barrio, en su ciudad, en la Universidad y en el Congreso. Sus ltimas palabras fueron: Mujer, me muero. E inmediatamente se apag su vida. No hubo agona.

    Era el 9 de septiembre. Da de San Pedro Claver, el apstol jesuita de los esclavos africanos en Amrica.

    Desaparecieron las mariposas negras de la casa. A partir de entonces, y debe ser coincidencia, cuando ha habido una muerte de alguien cercano, siempre ha estado precedida del vuelo de mariposas negras.

    Su muerte constituy un viraje en nuestras vidas. Su muerte marc un antes y un despus, fue un golpe del que an no nos hemos recuperado. Con frecuencia sueo con l, lo veo, joven, alegre, lleno de vida, exultando esperanza y bondad. Y me ocurre muchas veces cuando de da he tenido dificultades o desengaos. Creo en el ms all, y en que Dios permite a los buenos velar por los suyos, respetando el libre albedro de cada cual.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 31

    C a p t u l o 1

    SUS PRIMEROS AOS

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  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 33

    Vista de Guayaquil en 1920, Bulevar Nueve de Octubre, desde el malecn del ro Guayas; al fondo se aprecia la Columna de los Prceres en el parque del Centenario. Esta es la ciudad que acogi a Carlos Luis Plaza Danen los primeros aos de su vida.

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E34

    Las Grficas de las pg. 30, 31, 32, 33, 34 y 35, fueron tomadas del libro Remem-branzas de Guayaquil, cuya autora pertenece al fotgrafo Carlos Gomzlez L.

    En 1920. El American Park fue el primer parque de diversiones de

    Guayaquil, Carlos Luis Plaza Dan asista eventualmente

    junto con sus amigos. Y, como era amante de la natacin, disfrutaba

    de la rampa y el tobogn.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 35

    1916. Grfica tomada en la glorieta del parque Seminario. Durante la eleccin de la primera reina de Guayaquil, en la que fue triunfadora Susana Arosemena Coronel.

    Una fiesta de fin de ao en el antiguo Club de la Unin de Guayaquil. Fotografa del lbum de Julia Evelina Plaza Dan.

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    Hacienda cacaotera y ganadera.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 37

    La principal actividad agrcola y comercial del Ecuador era la cacaotera. Los hacendados de la Costa ecuatoriana llevaban el cacao desde sus haciendas hasta Guayaquil, donde lo ponan a secar en tendales ubicados en los patios o las aceras, despus lo ensacaban para exportar a los Estados Unidos o a Europa. Esta imagen perdur hasta finales de los aos cincuenta del siglo pasado. Era el primer producto de exportacin del Ecuador, por lo tanto fuente de divisas para el erario. La familia del Dr. Plaza poseahaciendas que se dedicaban a esta actividad.

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E38

    La calle Nueve de Octubre en el ao 1913. Ciudadanos esperan el paso de milicias y unidades escolares que desfilaran en homenaje a un aniversario de independencia de Guayaquil. A la derecha, la Plaza de San Francisco.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 39

    En 1917, los constructores europeos procedieron a ensamblar la columna de los prceres (grfica sup.). En 1930, este era el aspecto de la Plaza del Centenario. (grfica central).

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E40

    El Jockey Club de

    Guayaquil, tena su

    hipdromo hasta 1950.

    La calle Luque, refleja el despertar casi buclico de Guayaquil, en 1925, aproximadamente.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 41

    La ta abuela Eduviges Milln de la Cuadra de Benites, hermana del Venerable presbtero Amadeo Milln de la Cuadra, con sus sobrinos nietos Rosita, Antonio y Carlos Luis Plaza Dan; Francisco, Bernardo, Helena y Angelita

    Roca Dan y Esmeralda, Efrn y Holger Icaza Dan. Arriba a la der., primer plano de doa Eduviges.

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    Estos automviles circularon entre 1910 y 1915 en los Estados Unidos, y en el Ecuador tambin, pero ac solo hubo unos

    cuantos, pues quienes los podan adquirir eran pocos. El modelo es un Ford fabricado en 1910, con todo el lujo de la

    poca. Grfica tomada de internet.

    Carlos Luis Plaza Dan tena 2 aos cuando le fue tomada esta fotografa, empujaba una carretilla de juguete en la que llevaba su mascota, un perro de madera.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 43

    Primera Comunin de Carlos Luis Plaza Dan, ao 1921. Antonio Chombo Plaza Dan, en el da de su Primera Comunin. Ao 1919.

    Su madre, Julia, en su juventud, con un peinado a la garonne, a la usanza de Pars, de moda despus de la Primera Guerra Mundial.

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E44

    Conoci a algunos de los testigos presenciales del Milagro de la Virgen Dolorosa, del Colegio San Gabriel, en 1906. Cuando estudi en Quito, aos despus del milagro.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 45

    Cuando estudi en Quito, en el Colegio San Gabriel. 1922 a 1923, form parte del equipo de ftbol, ya adulto, esta aficin la declin por la poltica. Carlos Luis Plaza es el quinto de la izquierda.

    Estudiantes del Colegio San Gabriel, uniforme de la poca. El primero de la izq. Antonio Plaza Dan, y tres compaeros de grado.

    La formacin del equipo, antes de un partido de ftbol.

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E46

    Los hermanos Ortega Moreira, entre los que consta Heriberto,

    segundo de la izquierda, compaero de estudios de

    Carlos Luis Plaza en los colegios La Salle y Vicente Rocafuerte.

    Bomberos, patrullan la ciudad a caballo. Su papel era muy importante, pues Guayaquil siempre fue castigada por los incendios.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 47

    Bomberos voluntarios de Guayaquil pertenecientes a la Compaa Salvadores No. 14, se aprestan a realizar ejercicios de entrenamiento para combatir el fuego que era frecuente depredador de la ciudad. Abajo vemos una bomba contra incendios, de las primeras que hubo en este puerto.

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    Una fiesta en la playa, cuando sus mayores se divertan.

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 49

    Enrique Sotomayor y Luna fue padrino y to lejano de Carlos Luis (en la grfica, de pie, segundo de la derecha) fue uno de los fundadores de la Cruz Roja en 1910, ante el inminente peligro de invasin peruana. Tambin constan de pie: Teodoro Maldonado Carbo, Antonio Ampuero Felipe Barbot y Gabriel Burbano. Sentados: Genaro Gmez, Juan Bautista Arzube, Miguel H. Alcvar y Leopoldo Izquieta Prez.

    El Colegio Vicente Rocafuerte, su antigua edificacin, estaba ubicado en las calles Aguirre, Balln, Chile y Pedro Carbo, donde estudi y se gradu de bachiller Carlos Luis Plaza Dan.

  • U N L I B E R A L D E E S T I R P E50

    La Rotonda, tal como se vea en 1920, y era visitada por muchos guayaquileos en fines de semana y feriados. A la derecha, en 1950, su aspecto haba cambiado y se conserva hasta nuestros das como un hemiciclo.

    La Universidad de Guayaquil, la antigua Casona, donde estudiaron

    y se graduaron las generaciones porteas, por alrededor de un siglo.

    Foto: Enciclopedia Collieris, 1964

  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 51

    Esta es la fachada de la Biblioteca Municipal en 1920, en la que a pesar de los andamios se observan las caritides desnudas, de cuyas figuras se quejaron las damas de la poca pues decan que por ser un centro de cultura no poda exhibir mujeres desnudas.

    Para 1930 las caritides haban sido retiradas de la fachada de la Biblioteca Municipal, y, en su lugar, a la estructura se agregaron columnas.

    Fotos: Cortesa del Arq. Melvin Hoyos

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  • N O R M A P L A Z A D E G A R C A 53

    El 21 de marzo de 1913, en la ciudad de Guayaquil, Repblica del Ecuador, naci Carlos Luis Plaza Dan. Fue un Viernes Santo. Tal vez por ese motivo su madre predijo que sera obispo, pero se equivoc. Su vida ira por otros muy distintos rumbos.

    En aquella poca, eran las parteras quienes atendan a las seoras y no los mdicos, como ocurre ahora en tiempos modernos(1).

    Estas mujeres, que se decan importantes, y que en realidad lo eran porque en la mayor parte de los casos suplan con eficacia la falta de mdicos. Una vez nacida la criatura, emitan sus parabienes sobre el futuro del recin nacido; y, como autntica pitonisa, la que lo ayud a nacer le augur una larga e incansable vida.

    Carlos Luis era un hermoso nio de tez muy blanca, ojos oscuros y no muy grandes, nariz respingona, con rizos pelirrojos heredados de su abuelo materno, barbilla partida y manos y pies largos y delgados. Dejaba entrever que sera sumamente inquieto y vivaz.

    Bien entrado el siglo XX, era comn en el Ecuador poner a los nios como nombre de pila el del santo o santos del da que naci, el santo que trujo, decan los montubios o gente del campo, nombres que solan ser estrambticos y marcaban a esas criaturas para siempre. A veces el padrino agregaba un nombre. Y se daban casos de criaturas que tenan hasta diez nombres propios, lo que daba lugar a confusiones.

    En el caso de Carlos Luis Plaza Dan, sus padres eligieron para l dos nombres nicamente y fuera del santoral pertinente(2).

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    La naturaleza, que es tan prdiga, le concedi inteligencia, voluntad, generosidad y valenta, adems de mucha alegra, sentido del humor, coherencia y carisma. Habra hecho gozar a un experto en feng shui(3).

    Antonio Plaza Iglesias, su padre, era uno de los ms importantes caballeros de la urbe. Su familia, los Plaza Iglesias, posea grandes haciendas arroceras, cacaoteras y de ganado vacuno, situadas a orillas del ro Daule y a orillas del ro Los Tintos, todas en la provincia del Guayas.

    Mi padre no conoci a ninguno de sus abuelos. Haban muerto antes de su nacimiento. Lo ms cercano a un abuelo fue su ta abuela Eduviges Milln de la Cuadra, casada con Ramn Benites y Franco, viudo y quien estuvo casado antes con Mara de la Cuadra y de la Plaza, ta carnal de Eduvigis y ta bisabuela de mi padre. Ramn Benites fue un hombre muy rico y por algn tiempo vivieron en Pars, gozando del producto de sus haciendas.

    Eduviges tuvo como nica hija a Clemencia Benites Milln, que permaneci soltera, y a quien conocimos los hijos y sobrinos mayores de Carlos Luis Plaza Dan, inclusive todos recordamos la gran fiesta que mi abuela Julia Dan de Plaza dio en su casa, en los aos cincuenta, cuando ella cumpli 90 aos. Muri pocos aos despus.

    La casa donde naci Carlos Luis Plaza estaba ubicada en la ciudad de Guayaquil, en la calle Boyac, entre Jos Vlez y el entonces llamado boulevard 9 de Octubre y hoy avenida del mismo nombre, que ya era la calle principal.

    Guayaquil era un paraso comparado con otras ciudades de Amrica. Hubo canalizacin a comienzos de siglo realizada por la firma norteamericana White, lo que permiti que la ciudad recibiera la calificacin internacional de ciudad limpia clase A. Adems, sus calles eran rectas y bien delineadas.

    Al puerto llegaban barcos de diversas banderas, italianos, franceses, como los de la Compagnie Gnral Transatlantique, que mantuvo oficinas en Guayaquil hasta la segunda mitad del siglo XX, y que en algn momento tuvo como presidente de la empresa en Francia a Henri Chardon, casado con una prima hermana de mi padre, Mercedes Plaza Espinosa.

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    Se conoca que entre los principales puertos de Inglaterra (Southampton, Liverpool) y Nueva York, las lneas martimas importantes eran la inglesa Cunard Line, y la, tambin de bandera inglesa, White Star Line, de capital norteamericano, perteneciente al multimillonario J. Pierpoint Morgan, que fue duea del transatlntico Titanic, que naufrag en su primer viaje en 1912, un ao antes del nacimiento de Carlos Luis Plaza.

    En el Ecuador de entonces, y hasta mediados del siglo XX, solamente los extranjeros podan no ser catlicos. Todos los ecuatorianos lo eran, aunque no practicasen y se declararan librepensadores, pues se confesaban y comulgaban antes de morir.

    Era natural que el nio fuera bautizado. Lo hizo el padre Dr. Jos R. Trujillo, lo que ocurri en la parroquia de El Sagrario, anexa a la catedral de Guayaquil, diez das despus de su nacimiento, esto es, el 31 de marzo de 1913. Fue su madrina su ta materna Elena Dan de Roca, y su padrino, don Carlos Enrique Sotomayor Luna y Swayne(4), ntimo amigo y pariente de Antonio Plaza. Los datos constan en el tomo 66, pgina 80, de la referida iglesia.

    Los Plaza Dan fueron cinco, y con excepcin de Julia Evelina Pachocha, que naci en Playas y se bautiz en El Morro, todos nacieron y se bautizaron en Guayaquil.

    Los hermanos de Carlos Luis Plaza Dan fueron Rosa Clemencia, la mayor, Antonio Chombo(5), Julia Evelina Pachocha(6), y Mara Elena Magucha(7), la menor y que naci en agosto de 1916. Era del mismo mes y ao que mi madre, pero como era soltera se senta y deca que era mucho menor. Fue bautizada como Mara Elena de las Mercedes, en la parroquia de El Sagrario junto a la catedral, el 4 de agosto de 1916, y escogieron como sus padrinos a su primo Luis A. Plaza Sotomayor y a su ta Clemencia Benites Milln.

    Mi padre, Carlos Luis, fue el cuarto hijo y el segundo varn. La hermana mayor, Rosita, era una nia delgada, alta para su edad, perspicaz, y desconfiada de los extraos. Antonio Chombo era un nio activo, dominante y muy seguro de s mismo.

    Fue mi padre el hermano preferido de Julia Evelina, la tercera hija, pues para ella no era competencia alguna, sino un compaero. Por razones del destino, los hijos varones del matrimonio Plaza Dan, eran muy guapos, y sus hermanas, no. Un rasgo familiar fue el

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    tener boca fina, casi sin labios que mi padre y su hermano Chombo disimulaban de grandes con sus bigotes pelirrojos.

    Cuando naci Carlos Luis Plaza Dan, en Guayaquil ya haba tranvas elctricos, y los carros halados por mulas, estaban quedando en desuso, o se utilizaban solo para carga.

    La iluminacin de las casas de campo y de la playa se haca con los quinqus, algunos muy elegantes de porcelana o cristal, y otros muy sencillos, segn la condicin econmica de las familias. En Guayaquil se haba pasado del gas a la electricidad. En 1926 la ciudad de Guayaquil contaba con todos los servicios bsicos como agua potable, luz elctrica, alcantarillado, telfonos, etc. El servicio que prestaba la Empresa Elctrica del Ecuador era excelente y un mrito del estadounidense George Capwell, quien tambin fund el Club Sport Emelec, entre muchos otros servicios a la ciudad. (8)

    Los automviles llegaron durante la infancia de mi padre, y eran contadas las personas que posean un vehculo propio. Mis abuelos nunca tuvieron uno, pues para trasladarse a las haciendas lo hacan por motoveleros que surcaban el ro Guayas y sus afluentes el Babahoyo y el Daule, y para trasladarse a la Sierra, lo hacan por el tren. Fueron sus hijos quienes adquirieron vehculos, aos despus. (9)

    Desde pequeo dio muestras de la entereza moral y la valenta que demostrara toda su vida.

    En su hogar jams hubo culto al dinero y menos a los adinerados. La plata era un medio, jams un fin. Sus padres inculcaron a sus hijos que tenan obligaciones para los dems. En el seno de su hogar aprendi el valor de la familia.

    Sus padres les inculcaron la pasin por la lectura. En unos hijos cuaj ms que en otros. En Carlos Luis, la semilla germin.

    Un ao antes de nacer mi padre, el 28 de enero de 1912, el populacho quiteo, incitado por los polticos ambiciosos, realiz un hecho bochornoso para el pas, el asesinato del presidente Eloy Alfaro Delgado, junto con su hermano Medardo Alfaro, su sobrino Flavio

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    Alfaro Santana, y sus coidearios Ulpiano Pez, Luciano Coral y Manuel Serrano, y el arrastre por las calles de Quito y su incineracin en el Ejido, al norte de la ciudad hecho descrito en La hoguera brbara, cuyo autor fue Alfredo Pareza Diezcanseco, y obras como las del colombiano Jos Mara Vargas Vilas (La muerte del cndor).

    Mi padre creci escuchando entre su familia el horror de este hecho que manch la historia de la Patria.

    El liberalismo tuvo su impulso en 1880 y alcanz su culmen en 1895, tras el triunfo de la revolucin armada encabezada por el General Eloy Alfaro Delgado.

    Carlos Luis Plaza Dan naci durante la estabilidad de los gobiernos liberales, en que era evidente el desarrollo agroexportador de la Costa ecuatoriana, gracias a la bonanza que generaba su principal producto, el cacao, tambin conocido como la pepa de oro.

    Los Plaza Iglesias, por su empuje, tenacidad, orgullo y su capacidad de bien, convergieron entre las familias ms importantes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Haban apoyado a Alfaro, y lucharon junto con las huestes montoneras que buscaban la libertad poltica y econmica en el Ecuador. Cuando naci Carlos Luis, gobernaba el general Leonidas Plaza Gutirrez, de la misma familia que la de mi padre, pero de otra rama muy distante.(10)

    Eran tiempos en que las familias se desplazaban a Europa a vacacionar, con una asombrosa facilidad, pero tambin hacan participar de sus riquezas a sus allegados menos favorecidos. Con una gran conciencia social haban fundado la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

    Durante la colonia se consideraba al comercio una actividad de un nivel social inferior, hasta que los caballeros comerciantes se enriquecieron y tuvieron poder poltico.

    Importantes personas de Guayaquil eran banqueros como Francisco Urbina Jado, Eduardo Arosemena Merino, Eduardo Game Valarezzo y profesionales de la abogaca, como el Dr. Aparicio Plaza Sotomayor; otros optaron por la medicina y el comercio.

    Carlos Pino Plaza, sobrino de mi padre y casi su contemporneo, recuerda: A Carlos Luis

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    le encantaba la naturaleza, amaba el campo porque su padre, Antonio, fue hacendado propietario de una gran extensin de tierras en la zona entre Daule y Pascuales. Su hacienda era productora de arroz entre otras cosas. Mi familia en cambio, -mi madre- tena La Victoria y era ganadera.

    Carlos Luis vivi la niez de un campesino, igual que yo, durante todo el invierno, o sea, en las vacaciones que sucedan a los das del colegio, pas en el campo, montando a caballo, cruzando ros y en lugares donde, a veces, la barriga del animal estaba cubierta de lodo.

    Este tipo de vida le daba la oportunidad de tratar con montubios y gente del campo. Era condescendiente con la gente comn pues haba recibido la formacin que le permita apreciar a estas personas y estoy seguro que as fue como aprendi a valorarlos, quererlos, respetarlos y considerarlos sus iguales. Adems, viaj mucho por el pas y esto le permiti adquirir una perspectiva positiva de su entorno.

    Para la construccin del ferrocarril entre Guayaquil y Quito llegaron de Panam, entre otros, obreros chinos, que trajeron con ellos sus costumbres: las buenas, como sus habilidades en el cultivo del arroz y su milenaria cultura, como las malas, la utilizacin y el consumo del opio. Instalaron sus fumaderos en la calle Pedro Carbo.

    Los padres de Carlos Luis haban vivido en el barrio Las Peas, en casas construidas con el frente al ro Guayas, verdaderos palafitos con base de madera de mangle, porque la parte baja de sus estructuras se cubra de agua cuando suba la marea, y entonces se poda pescar desde las ventanas y balcones. Cuando la marea estaba baja se poda corretear por la lodosa playa.

    Hubo un tiempo en que la zona albergaba lagartos y culebras, especies muy raras despus del Incendio Grande, cuando ardieron las casas, y muchos amigos de la exageracin decan que la orilla del ro herva.

    Esta leyenda, contada en boca de la ta de mi madre, Eva Marn Nates, encantaba a nios y adultos pero tambin sonaba a exageracin, que Carlos Luis Plaza atribua a los ancestros colombianos de doa Eva (11).

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    Las casas construidas antes y despus del Incendio Grande tenan sus entradas por la calle que hoy se llama Numa Pompilio Llona. El frente al ro corresponda a la parte posterior. Ver amanecer y atardecer desde las ventanas de las salas o dormitorios, y ver pasar las embarcaciones que venan de los afluentes Daule y Babahoyo que se unan poco antes para formar el ro Guayas, era el entretenimiento de quienes visitaban esas casas. Los habitantes usuales miraban ya sin ver.

    Guayaquil tiene en los meses de invierno un ocaso maravilloso, de coloridos que si se plasmaran en lienzo pareceran propios de la imaginacin del pintor. Los celajes tienen tonos naranjas, amarillos, celestes y rosados. La ciudad tena una envidiable administracin(12).

    Carlos Luis Plaza amaba al Ecuador y la naturaleza que haba en su patria.

    A raz de la inauguracin del tren a Quito, las familias guayaquileas iban de vacaciones a la Sierra, principalmente a Ambato y a Riobamba. Mi padre disfrut de la serrana el perodo que estudi en Quito, y durante sus espordicas vacaciones familiares.

    El viaje era una aventura, porque haba que cruzar la ra en lancha al amanecer y tomar el tren en la estacin de Durn, para iniciar el lento trayecto que pasaba por las poblaciones costeas como Yaguachi, Naranjito, Milagro, Bucay al comienzo de la cordillera occidental de los Andes, y en la Sierra, Huigra, Guamote, Cajabamba, Riobamba, donde se pernoctaba, y de all se parta a Ambato, estacin final para muchos guayaquileos; Latacunga, lugar del queso de hoja y las ayullas, y Quito, destino final para el resto.

    En los Andes ecuatorianos la naturaleza era y es diferente a la de la Costa. En las estribaciones de la cordillera, debido a la incesante lluvia, todo era verde, con inmensos helechos y orqudeas, que colgaban de los cerros. Al ascender por la cordillera, se iba perdiendo verdor, aparecan otras especies, y se vean en el paisaje alfombras de tonalidades verdosas y amarillas con los cultivos de maz, centeno, trigo y otros cereales, papas y cebollas, que eran, y an son, la base de la alimentacin de la poblacin interandina.

    En los valles se cultivaban flores, como amapolas, rosas, geranios, claveles, violetas, pensamientos, anturios, calas o cartuchos, azucenas, las amarillas retamas, y adornaban el

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    panorama rboles de pino y eucalipto; cedros y cipreses; frutales como los naranjillos, manzanos, ciruelos, perales y duraznos; los capules como cerezos pero con frutos ms pequeos y cidos; los ctricos menos jugosos, como las limas. En los pramos haba cactus de varias clases, incluidos los que dan las tunas; las cabuyas, los cardos y los agaves.

    En la Sierra la alimentacin era diferente a la de la Costa, y habindola conocido de nio, le gustaba y aceptaba de adulto.

    La naturaleza de su hbitat era prdiga, sobre todo en el agro litoralense. Conoca y tocaba con el debido cuidado, los lagartos que adormitaban a la orilla del ro Daule. Jugaba entre mangos, guabas, guayabas, anonas, caimitos y naranjos; entre inmensos samanes y acacias, ceibos, ficus, palo santos (palisandros en otros pases), robles, palo prietos, guachapeles, fernn snchez, matapalos, cedros, caobas, cauchos, los rboles de coquitos chilenos, que hoy conocemos como macadamias, los maraones y guayacanes.

    Haba pjaros como los loros, pericos, negros finos, garzas en los arrozales y mariposas de todos los colores. Y todava los monos vivan en el campo.

    Los inviernos o pocas lluviosas eran muy rigurosos. Llova a cntaros, haba bichos como grillos, chapuletes, cucarachas de agua en los jardines, y mosquitos, por lo que era imprescindible dormir bajo mosquiteros o toldos. Antes como ahora, los das de invierno eran ms cortos; amaneca y anocheca media hora ms tarde que en los veranos, cuando los das y las noches tienen exactamente 12 horas de duracin. La bveda celeste es mucho ms alta en el invierno que en el verano, quizs por los cielos despejados despus de las lluvias.

    Durante el invierno los caminos en el campo eran verdaderos lodazales. Haba que trasladarse a caballo. Carlos Luis montaba muy bien, inclusive al pelo, (sin montura); y arriaba y enlazaba el ganado cuando los peones se lo permitan.

    Los principales cultivos eran el cacao, el arroz, las ciruelas propias de nuestro campo. Se criaba ganado vacuno. En los potreros crecan los floripondios, que adormecan a las vacas parturientas. Antonio Plaza Iglesias deca que no era bueno tener toda su fortuna en cuatro patas y que era necesario diversificar, es decir alternar en la tierra el ganado con otros cultivos.

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    Por eso aparte de criar ganado sembr productos de fcil comercio como el arroz y el cacao.

    Cuando era pequeo, a mi padre le gustaba escaparse al monte o sector no cultivado de las haciendas. Para esas excursiones o cuando se baaban en el ro haba siempre un pen que cuidaba a los nios, (los de casa y los que hubiesen sido invitados a la hacienda), por si acaso apareciese una culebra o un lagarto.

    En el campo, los seores se vestan con cotonas, prenda de vestir autctona costea, y como dice el Diccionario de la Lengua Espaola americanismo, camisa fuerte de algodn u otra materia segn los pases, parecidas a las guayaberas panameas, frescas para el calor y la humedad de nuestro campo litoralense.

    Las familias con medios econmicos solventes se trasladaban enteramente a sus haciendas o alternaban sus vacaciones con viajes a las playas de Posorja, Playas, o Salinas ms adelante. Junto al mar raleaba la vegetacin por la proximidad de la corriente fra de Humboldt.

    All crecan las palmeras, las altas y espigadas (13) las higuerillas, los tamarindos, los algarrobos, los guasangos, las pencas de cabuyas y amancayes, las afiladas casuarinas, los laureles, en suma, plantas que requeran y requieren de poca agua. Pero haba suficiente hierba para que pudiera crecer ganado y se aprovechaba su leche y su carne.

    Le gustaba pescar desde la orilla con otros nios; conoca algunas de las especies marinas tan prdigas entonces, y disfrutaba ver volar a los piqueros, a los pelcanos y a los alcatraces siguiendo las barcazas de pescadores. Se baaban los nios y mayores cuando haba luna llena. Durante las noches sin luna, se reunan los nios con las empleadas y miraban desde la galera el mar oscuro, con los reflejos fluorescentes del plncton, imaginando que poda ser la canoa de la Viuda del Tamarindo, para intimidar a los ms miedosos. Mi padre disfrutaba asustando a sus hermanas y primas.

    En Playas, donde mi padre pasaba largas temporadas, florecan las veraneras de mil colores todo el ao, porque all llova menos y el sol brillaba los 12 meses.

    Volvan los hacendados a Guayaquil con sus familias a finales del mes de abril para la apertura

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    de clases escolares o universitarias, que tena lugar el 2 de mayo, inicio de los veranos o estacin seca y fresca que duraba y dura seis meses.

    La naturaleza no slo era prdiga con el campo, sino tambin con la ciudad de Guayaquil. Haba rboles de guayabas y palmeras en todo Guayaquil, tambin de maran, lo que ahora se ve poco; rboles de mangle, epifitas, como helechos, tilandsias, bromelias, orqudeas, musgos o lquenes,(14) dijo Guido Garay. La variedad de pjaros era mayor a la de hoy, y algunos deben haber desaparecido como los que menciona el Dr. Francisco Boloa Rodrguez, que haba en la hacienda de su familia, llamada Cantagallo, en la isla Santay frente a Guayaquil, los carraos, cajampes, guaques, o guaraguaos.

    Antes de finalizar el ao escolar, era el tiempo de mangos y ciruelas. Nuestras ciruelas no son como las que se conocen en el resto del mundo con ese nombre pues, las conocidas universalmente, en el Ecuador se llaman reina claudias, por razones que desconozco. En Costa Rica a esas ciruelas del cementerio las llaman jocote, y en nuestra Sierra les dicen ovos.

    Nuestras ciruelas son unos frutos agridulces, de forma cnica alargada, como si fuesen minsculos mangos, que se conocen como ciruelas del cementerio, sin que nadie haya determinado de qu cementerio se trata, y que se dan a fines de ao, coincidiendo con la cosecha de mangos, pero en cantidades reducidas, por su rareza.

    A casa de los Plaza Iglesias y Plaza Dan llegaban, de sus haciendas, las ciruelas en tanques, y para las reuniones familiares se brindaba jugo de ciruelas, algo que era un lujo entonces y ms an para las generaciones posteriores, por la escasez de esa fruta.(15)

    Mi padre deca que en la orilla opuesta del ro Daule, frente a las haciendas de su familia, estaban las ms ricas tierras arroceras del mundo. Fueron las haciendas de las familias Gmez y de los Santistevan, que ahora estn enterradas bajo cemento en las ciudadelas camino a Samborondn. Cmo habra sufrido mi padre de ver esta nueva realidad y desperdicio!

    Los Plaza Dan vivan bien. Mi padre tuvo una infancia cmoda y en su hogar no haba necesidades insatisfechas. Su familia era respetada, y fue un nio querido por los suyos.

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    Por ser la mayor de los hijos de Carlos Luis Plaza Dan, conoc la casa familiar en la que mi padre naci. Era una antigua edificacin de maderas duras, posiblemente de guayacn y caoba, de dos plantas. Alquilaban la mitad de la planta baja, que era un departamento, y vivan en el piso alto al que se acceda por una ancha y elegante escalera. Haba un patio atrs con rboles frutales, en una esquina un gallinero, tambin estaban all los cordeles para secar la ropa, junto a los cuartos de la servidumbre, como feamente se deca.

    Los muebles de la sala y comedor eran de despus del Incendio Grande de 1896, y haban sido importados de Francia. No quedaban en la casa mayores recuerdos del perodo colonial, con excepcin de las joyas, algo de platera, piezas, algunas de ellas que constaban en los testamentos familiares sobre todo de la ta Rosario Plaza Iglesias, como la intil escupidera y la bacinilla de plata, que siguieron en el piso de la casa de mi abuela en el Barrio del Centenario como adornos, hasta que un electricista se las llev, y dos cuadros religiosos, el uno de la Virgen del Carmen, y el otro de las Mercedes, que alguna sirvienta haba salvado del Incendio Grande, que destruy la ciudad.

    Por las condiciones del clima y el uso de las ventanas de madera que se abran hacia fuera, era poco comn el uso de pesados cortinajes, propios de otros climas. Las alfombras llegadas de Oriente tenan corta vida por la humedad, y no en todas las casas las haba.

    Guayaquil todava era una ciudad construida en madera, algunas de cuyas edificaciones fueron muy lujosas aunque el material haya sido fungible o deteriorable. Subsistieron hasta pocas ms recientes la del General Robles en la avenida 9 de Octubre; la de los Plaza Sotomayor, en la misma calle; la que despus fue del seor Luis Castagneto en la calle Luque; la de los Moeller Martnez, que fue despus del Dr. Carlos Alberto Arroyo del Ro; la de la familia Rubira Icaza, que estaba ubicada en el mismo sitio donde hoy queda el Registro Mercantil, en la esquina de Vlez y Pedro Carbo(16).

    Las visitas familiares eran un ritual. La casa de los Plaza Dain, como la de todas las familias guayaquileas de su clase, estaba abierta para familiares y amigos; estos no tenan que anunciarse, como ocurre hoy. Y si alguien llegaba a la hora de las comidas era invitado a quedarse, estando en libertad de aceptar o no. Los nexos de familia eran muy fuertes, y ms que el ncleo familiar reducido, era el Ecuador entero un pas tribal, metafricamente hablando.

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    Las seoras se abanicaban y las muy mayores se cubran con mantones, reminiscencia de los de Manila que haban llegado a Amrica en el galen de esa ciudad de la isla de Luzn en el archipilago de las Filipinas, tambin llamado la Nao de Acapulco que traa a Amrica mercaderas de China.

    Haba una legin de empleados domsticos en los hogares. Las casas de hacienda y las de la playa tenan en el primer piso amplias galeras con balaustres de madera, donde se colocaban las hamacas. En las haciendas los peones y sus mujeres cumplan las funciones domsticas.

    Los baos no eran individuales para cada dormitorio, sino comunes a varios de ellos; tenan amplias dimensiones, incluan tinas, algunas veces de mrmol, tocadores grandes, con los polvos de arroz, jabones de glicerina o almendras, cremas de marcas desaparecidas y frascos de perfumes de Worth o Guerlain.

    Los nios deban ser vistos, pero no odos, a menos que se les preguntara primero. Cada nio tena su niera. Cuando los mayores hablaban de sus asuntos, los menores deban retirarse del saln donde estuvieren. Sus juegos eran los propios de la poca, soldaditos de plomo, juguetes de madera, canciones y rondas infantiles cuando eran muy pequeos, tteres, saltar a la soga, el escondite, la pega, tres en raya, rayuelas, montar en patineta o bicicleta en la ciudad, a caballo en las haciendas, nadar, y dentro de casa se jugaba a las damas, el domin o naipes.

    La mesa se serva formalmente al almuerzo y a la merienda. Julia Dan de Plaza haca poner la mesa a las 5 de la tarde para el t, costumbre que debe haber trado su madre de los aos que vivi en Chile, y que sigui hacindolo hasta cuando era anciana, hora en la que agasajaba a sus nietos y a quien fuese de visita.

    La alimentacin bsica era la misma desde la colonia. Se coman los frutos de la tierra y los animales domsticos y de la caza y la pesca locales. A mi padre le gustaba la lisa frita, con muchas espinas pero de sabor muy agradable; no se serva en su casa el bagre. Mi abuela deca que era un pez antihiginico. Haba en los almuerzos muchos mariscos, como el ostin (una ostra pequea), conchas prietas, que es un molusco oscuro y de excelente sabor, mejillones, camarones, langostinos y langostas. Con ellos se hacan ceviches, a la costea, porque el cebiche como est en el diccionario y lo escriben los periodistas ahora no es el nuestro.

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    El arroz era un agregado infaltable en la mesa, como los pltanos, verdes o maduros, legumbres frescas, especialmente las berenjenas, remolachas, alcachofas, zanahorias, granos especialmente choclos cultivados en la costa, de grano pequeo, o los serranos, ms grandes y dulzones, y su variedad, el mote con el que hacan tortas y souffls. Las menestras se hacan de frjoles, garbanzos o lentejas.

    Se coma guanta, que es un animal salvaje parecido a un cerdo y difcil de preparar. Se coma cerdo en casa de mi abuela, pero no en la de mis padres. Mi padre deca, en broma, que su religin se lo impeda. l no tena idea de que en sus venas corra sangre juda. En casa de la abuela Julia Dan servan pipin, que es un guiso preparado de cerdo, maz y man.

    Las familias guayaquileas que haban vivido en Pars trajeron sus recetas, que se difundieron rpidamente. Gelatinas de mariscos, souffls y crepes, quiche lorraines y para fin de ao era infaltable la galantina de pavo en casa de mi abuela Julia Dan de Plaza.

    Mi abuela Julia era una excelente cocinera, y le gustaba la repostera. A veces entraba a la cocina para transmitir sus conocimientos. Siempre tuvo buenas cocineras. Los postres de diario en su casa y otras casas guayaquileas eran sencillos como espuma de leche o islas flotantes, las cremas muy semejantes a las natillas o crema quemada. El custard ingls se haca en su casa(17).

    El agua se herva para beber, o se filtraba en grandes tinajas de piedra(18). Los remedios eran caseros, y unos pocos importados, como el que hace mucho tiempo promocionaba la empresa Farmacutica Bayer, la Cafiaspirina, que era compuesta por cafena y aspirina, pero luego se comprob que la cafena era daina y el producto se comercializ solo con aspirina.

    Se tomaba jugos de frutas, mistelas y vinos importados de Francia, cuando llegaban visitas, o para los das de fiesta. La aficin al whisky escocs, a las bebidas fuertes como el cognac o brandy, lleg despus. Un caballero saba beber. La ebriedad era de mal gusto e imperdonable en un hombre y peor en una mujer.

    Las gaseosas llegaron al pas en los aos 20, y se expendan las colas Frutal y Fioravanti, que recin se popularizaron en los aos 30 y 40. Inicialmente, la gente que las probaba las

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    encontraba detestables. Se expenda la Coca Cola, Fox y Cristal.

    La ropa de las damas, los accesorios de vestir, los cosmticos, se importaban de Francia. Los tejidos, de Inglaterra, especialmente de Liverpool. Se contaba que antes de estallar la I Guerra Mundial, don Luis S. Garca Plaza recibi de Liverpool una cantidad exorbitante de tejidos que l no haba solicitado a la fbrica, donde tena crdito y se le tena un gran aprecio. Durante la guerra no fue posible la importacin de artculo alguno de Europa, y el seor Garca hizo una gran fortuna gracias al monopolio que tena de los hilados ingleses. Al finalizar la guerra pag a los proveedores hasta el ltimo centavo. Posiblemente los ingleses pensaron que en manos de este caballero ecuatoriano su dinero estara mejor guardado que en su pas en vsperas de una guerra.

    El to Chombo (Antonio), Carlos Luis, mi padre, sus primos y amigos, pasaban de la azotea de su casa a los techos del vecindario y un da lleg Carlos Luis con un palo largo, al final del cual haba un pao sanguinolento, de aquellos que entonces se usaban para la higiene femenina ntima, gritando: Mam, en la casa de atrs han cometido un crimen!. Llama a la polica. No s cmo sorte el problema la abuela. La juventud era muy cuidada e inocente. Para ellos, los bebs llegaban de Pars y los traa una cigea a pesar que, excepto quienes haban viajado a Europa, nunca haban visto una.

    Sin embargo de su vida citadina, mi abuelo Antonio Plaza Iglesias crea que para que un nio crezca sano tena que ensuciarse jugando, as que cuando iban a la hacienda los pequeos acompaaban a los vaqueros a arriar el ganado, se mezclaban con quienes sembraban el arroz en el terreno anegado, o estaban presentes en la recoleccin de las pepas de cacao. Siempre cuidados por algn pen, los nios Plaza Dan crecieron libres y sanos.

    Carlos Luis era un nio travieso, pero no dscolo. Sin embargo, desde pequeo aprendi a defenderse de burlas o afrentas. Intuitivamente saba que nadie poda hacerlo sentir mal sin su consentimiento, y l no se senta ni superior ni inferior a nadie.

    Su compaero de aulas, Ernesto Jouvn Cisneros, dijo: Mi padre, Jacinto Jouvn Arce viva con su familia en Chile entre Luque y Aguirre, frente a la casa de don Alejandro Ponce Elizalde, casado con Isabel Mara Luque Rohde: padres de los Ponce Luque.

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    El mayor era Alejandro Teodoro. El contemporneo nuestro era Jos Gabriel. Otro compaero era Heriberto Ortega Moreira, quien viva en una casa esquinera cercana a la catedral en Clemente Balln y Escobedo.

    La casa de los Jouvn (familia de origen francs, pero cuyo apellido se lo pronuncia como se lee en espaol), estaba en la misma cuadra que la del Dr. Luis Cornejo Gmez, casado con Leonor Hidalgo cuyo hijo Luis fue compaero nuestro. Vivan en Pedro Carbo entre Aguirre y Luque. Donde hoy queda el Hotel Palace, esquina de las calles Luque y Chile, propiedad de la familia Miraglia, viva don Miguel Garca Rumbea casado con Laura Amador Carbo, y sus hijas Aurora, Judith, Rosa Laura, Carmen, Mara Graciela y Francisca (Pancha), que se cas con el hijo de Chacha Plaza, Pituto o Carlos Pino Plaza.

    Carlos Camacho Illescas era muy amigo de mi padre. Viva aquel en la esquina de Pedro Carbo y Aguirre, y luego en Aguirre entre Pedro Carbo y Chile.

    En nuestra infancia y parte de la juventud, la gente se trasladaba a pie por la ciudad, o en coches tirados a caballos, elegantes con sus pastoras y bastones con mango de plata. El de Antonio Plaza Iglesias era de oro, y los arneses de su caballo, de plata.

    Todos se conocan, levantarse el sombrero de la cabeza era un saludo. La gente era educada, cordial, amable. Se hablaba en voz moderadamente baja. Gritar era de mal gusto, quienes tenan poca educacin lo hacan. Hombres y mujeres que se ponan los brazos en jarra, se arrimaban a los dinteles de las puertas y paredes y desafiaban a sus parejas eran considerados incultos y de escasa educacin.

    Haba pocos automviles en los primeros tiempos, estos eran los del Dr. Modesto Carbo Noboa, Flix Gonzlez Rubio, Luis S. Garca. La primera mujer que condujo un automvil fue Carmita Noboa Cooke y en los aos 30-40, Piedad (Tit) Lev Castillo.

    Siempre se manej por la derecha. Los primeros autos que hubo en el pas vinieron de los Estados Unidos. Aos despus, la empresa Ford estuvo ubicada en la calle Luque entre Pichincha y Pedro Carbo. La representacin de la Chevrolet la tena Enrique Maulme Barrat, que la hizo y Ca., para asociar a sus hijos Enrique y Ana Mara Maulme Gmez.

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    En fin muchos de quienes vivieron tambin en aos cercanos a lo que se podra decir fue el devenir existencial de Carlos Luis Plaza Dan, coinciden en que este tuvo una vida sana, tranquila, y acorde a la clase social de su familia.

    Paseaban los nios en bicicleta en pleno centro de Guayaquil. Cuando ramos muy pequeos alcanzamos a ver carros de mulas que transitaban por el Malecn y por la calle Chile. Aos despus, por las calles Chile y Pedro Carbo transitaba el carro elctrico (tranva). El colegio La Salle quedaba donde hoy est el Grand Hotel Guayaquil, en la calle Boyac, atrs de la Catedral y el Vicente Rocafuerte estaba donde queda el Correo, en la manzana de las calles Pedro Carbo entre Clemente Balln y Aguirre, as que la mayora de alumnos caminaba al colegio. Otros iban en el tranva.

    Nadbamos en las lmpidas aguas del Estero Salado, brazo de mar al oeste de Guayaquil, donde iban las familias, y nias y nios aprendan a nadar acompaados y dirigidos por sus mayores. Luego se construy muy cerca el Guayaquil Tennis Club, que fue donde la siguiente generacin, de los amigos de Carlos Luis Plaza, y sus hijos, aprendieron a nadar, segn Ernesto Jouvn Cisneros.

    Sobre los deportes dijo Ernesto Jouvn que los que practicaban Carlos Luis Plaza y l eran el tenis, la natacin y el ftbol, y que l (Ernesto Jouvn Cisneros) fue campen junior de tenis, tras ganarle a Ernesto Amador Icaza, Tito, a los 16 aos.

    Ecuador naci a la vida republicana como muchas de las naciones sudamericanas, con un cmulo de problemas. El tesn de los muchos patriotas no fue suficiente para posicionarlo en el mbito de las naciones ordenadas y con polticas de mejoramiento y desarrollo. El analfabetismo era el principal enemigo de su pueblo, aunque tambin lo eran la fiebre amarilla y la tuberculosis.

    Poderosos eran: los terratenientes y el clero, y compartan con los militares y los nuevos ricos de despus de la independencia.

    Muchos se aferraban a sus intereses. Antes, Simn Bolvar impuso sus ideas y fuerza de las armas y demand dinero, lealtad y sumisin de Guayaquil y lo que sera el Ecuador, para favorecer

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    la causa independentista del Per. Por eso, terminada la independencia, asumimos una deuda exorbitante con Inglaterra que no se pag sino hasta la dcada de los 70 en el siglo XX.

    Por la deuda terminamos el siglo XIX con una pobreza insostenible y con una sociedad lacerada, que, adems, gobiernos totalitarios y crueles condujeron al pas a la casi desintegracin coronada con el asesinato del general Eloy Alfaro, nacido en la provincia de Manab, que se hizo del poder tras una cruenta revolucin, el 5 de junio de 1895.

    La Revolucin Liberal cosech odios y sed de venganza, debido a su intolerancia principalmente con el clero de esos das, al que acusaba de prcticas no muy claras en el manejo de la religin y la conduccin del pueblo feligrs.

    Alfaro gobern con mano dura. Sus mtodos y los de sus seguidores fueron condenados por cierta parte del pueblo, los conservadores, que representaban la clase pudiente de la Sierra, y por la Iglesia que haba sufrido abusos y vio perdidos parte de sus privilegios.

    Inmolado el Viejo Luchador, su muerte caus veneracin hacia su persona, ya que durante sus mandatos ejecut obras que dieron enorme adelanto al Ecuador. Contrat la construccin del ferrocarril que uni la Costa y la Sierra y permiti mejorar el transporte de productos entre una y otra regin. Dio impulso a la educacin para tratar de eliminar el analfabetismo. Dot de electricidad a las principales ciudades.

    Defendi con altura y valenta la integridad de nuestras fronteras que Per y Colombia deseaban recortar, aunque cometi el craso error de expulsar a los jesuitas que hacan frontera viva en los territorios ms alejados.

    Tras la masacre de Alfaro y sus seguidores en 1912 devino un marcado declive del Partido Liberal Radical, que haba sustentado los gobiernos desde el 5 de junio de 1895.

    La inestabilidad del Ecuador lo prueban el nmero excesivo de constituciones polticas en su corta vida republicana. Cuando Carlos Luis Plaza Dan naci rega la segunda Constitucin liberal, la de 1906 y dcimo segunda del Ecuador, pues la de 1895 fue la primera liberal y dcimo primera del Ecuador.

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    El 9 de julio de 1928, el Presidente Isidro Ayora convoc a una Asamblea Nacional Constituyente, y el 26 de marzo de 1929 fue expedida la decimotercera Constitucin, que consagr el voto femenino.

    La geopoltica en su infancia

    A Carlos Luis Plaza Dan le correspondi nacer en las postrimeras de lo que en Francia se llam la Belle poque, y como los guayaquileos de su entorno tenan sus miradas puestas entre Francia y el Ecuador, llegaba a Guayaquil un coletazo de la vida despreocupada que se llevaba en algunos lugares de Europa.

    En Amrica del Sur, las tendencias coincidan. Gracias al liberalismo radical, y desde el siglo XIX, en algunos pases, unificados el liberalismo y el radicalismo, como en el Ecuador, y en otros, como en Chile, se iba formando una nueva clase intermedia que en otros puntos de la geografa mundial eran el soporte de sus respectivas naciones.

    La familia de mi padre se haba rebelado contra la inmovilidad propia del sistema colonial y el poder poltico del clero, que representaba en la repblica el partido Conservador. Ecuador sufri desde la independencia el militarismo alternado, lo que se acentu en los aos treinta del siglo XX.

    En 1913 se estaba terminando la construccin del Canal de Panam, que unira los ocanos Atlntico y Pacfico, en la mitad de Amrica. Barcos y viajeros no tendran necesidad de avanzar al cabo de Hornos y al estrecho de Magallanes. Fueron 8 aos de trabajo ms los de preparacin y manejos polticos tan intensos como para desmembrar un nuevo pas con vieja raigambre histrica y distinguidos ciudadanos.

    Se inaugur el Canal de Panam en agosto de 1914, cuando mi padre tena un ao y meses, pero pas desapercibida tan grande obra por la I Guerra Mundial. El gobierno de los EE.UU. efectu la inauguracin oficial 6 aos despus de terminados los trabajos, en julio de 1920.

    EE.UU. viva antes de la I Guerra Mundial una explosin de desarrollo, de avance y conquista hacia el oeste, y la euforia por la bsqueda del oro y los nuevos asentamientos del este hasta

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    la costa de California(19).

    Nueva York se perfilaba como la nueva capital del planeta. El ao en que naci mi padre se inaugur la ms grande estacin de trenes del mundo, la Grand Central Station, con frente a la calle 42, y que an corta la elegante Park Avenue.

    Carlos Luis Plaza Dan tena un ao cuando se declar la Primera Guerra Mundial entre Alemania, Turqua y Bulgaria, contra el imperio austraco, que inclua a Hungra, Inglaterra, Francia, Blgica, Rusia, Serbia y Japn.

    Coincidi su cuarto cumpleaos con la revolucin que transformara su siglo, el siglo XX, que empez cuando los bolcheviques se tomaron el poder en Rusia a raz de la insurreccin de la Marina y el Ejrcito, que oblig a la abdicacin del zar, y luego a la cada del gobierno provisional de Kerenski.

    Nicols II no permiti ciertas libertades propias del siglo y err al dirigir personalmente sus ejrcitos, conducindolos a la derrota por la traicin y boicot de los infiltrados comunistas. Se equivoc al haber dejado al mando del gobierno a su mujer, la zarina, que estaba influenciada por el monje siberiano Rasputn, a quien asesinaron dos primos del zar, uno de ellos Yusupov, en 1916.

    Ilich Vladimir Lenn (1870 1924), desterrado, pact en secreto con el kaiser Guillermo II, que lo introdujo subrepticiamente a Rusia, y a cambio y como pago, una vez en el poder, renunci a Polonia y a un enorme territorio europeo, como fue Ucrania y las posesiones blticas, en el Tratado de Brest-Litovsk (1918), mediante el cual los comunistas rusos firmaron la paz con Alemania. Rusia, con el comunismo, haba pasado a ser una autocracia peor y ms sangrienta que la monarqua anterior.

    Ese mismo ao que se pact la paz con Alemania, en una oscura noche, segn testimonios posteriores, en julio de 1918 en la ciudad de Ekaterimburgo, en Siberia, fueron asesinados a tiros el que haba sido Zar de todas las Rusias, Nicols II, su cnyuge, la Zarina Alejandra, y sus hijos, las Grandes Duquesas Olga, Mara, Tatiana y Anastasia y el Zarevich Alejandro, su mdico y personal de servicio (20), (21).

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    No mucho despus, en noviembre de 1918, abdic el kaiser Guillermo II, y se firm el armisticio en Compiegne, Francia, entre los representantes de los pases beligerantes durante la I Guerra Mundial, un armisticio firmado en 1918 en un vagn de ferrocarril que precedi a la firma del tratado de Versalles en 1919.

    En Espaa se gestaba la repblica. Conspiraban contra el rey los movimientos de izquierda, y los de ultraderecha(22).

    Benito Mussolini fund despus de la I Guerra Mundial los fascios de combate que dieron lugar al partido Fascista en 1919, y se hizo con el gobierno italiano por la debilidad del rey Vctor Manuel III en 1922, despus de forzarlo con una marcha que hizo sobre Roma.

    Al general Leonidas Plaza Gutirrez le sucedi como presidente del Ecuador el guayaquileo Dr. Alfredo Baquerizo Moreno hasta 1920, y a l, el Dr. Jos Luis Tamayo, que lo fue entre 1920 y 1924, a quien le sigui el Dr. Gonzalo S. Crdova Rivera, hasta 1925, ao en que ocurrieron acontecimientos que terminaron con el perodo democrtico y constitucional: los de la revolucin juliana, con el asalto y robo a las reservas de oro de los bancos guayaquileos. El Dr. Isidro Ayora fue llamado para integrar la II Junta de Gobierno Plural, junto con Humberto Albornoz, Julio E. Moreno y Jos Antonio Gmez Gault, Junta de corta duracin.

    Cuando este rgano se disolvi, el Dr. Isidro Ayora fue nombrado presidente provisional con plenos poderes. En 1925 contrat a la Misin Kemmerer para que lo asesore en la nueva Ley del Banco Central, la de monedas, y la nueva moneda de un sucre que se emiti fue bautizada por el pueblo como ayora, adems de las leyes de aduana y hacienda. Edwin Kemmerer lleg al Ecuador en 1926 y en 1927 se inaugur el Banco Central del Ecuador, cuyo primer gerente fue Neptal Bonifaz. Con esas leyes y polticas bancarias y monetarias se estableci el centralismo econmico en el Ecuador.

    Mi padre tena 5 aos al finalizar la guerra, y 6 cuando se suscribi el Tratado de Versalles el 18 de junio de 1919, que impulsaron el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson y Georges Clemenceau, el presidente de Francia, a quien se lo conoca como el Tigre.

    Saba perfectamente mi padre, y as nos ense, que gracias al tratado de Versalles, Francia

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    recuper sus provincias de Alsacia y Lorena, y Polonia, la devolucin del callejn de Danzig, que los polacos llaman Gdansk, motivo de ambiciones rusas y alemanas.

    Mi padre naci y vivi sus primeros aos, hasta 1921, durante la era del presidente Woodrow Wilson en los Estados Unidos, quien apoy la causa de la libertad durante la I Guerra Mundial y en cierta forma muri (a consecuencia de un derrame) por promover la suscripcin por parte del Senado, y el apoyo del pueblo, al tratado de Versalles y la Liga de las Naciones, a la que nunca ingresaron los EE.UU., eventos y circunstancias a los que mi padre gustaba referirse en las conversaciones de sobremesa con sus hijos.

    Durante los ltimos aos del imperio Otomano, llegaron al Ecuador numerosos ciudadanos procedentes de Siria y Lbano, cristianos maronitas u ortodoxos, que en particular enriquecieron la variedad de la ciudad. Salieron de su suelo porque eran perseguidos por los bajes o funcionarios que consideraban a los de otro origen, que no sea el turco, sbditos de menor derecho. Se les deca errneamente turcos, porque llegaron al pas con documentos de Turqua. Hablaban el rabe y el arameo(23).

    Fueron las lecturas de mi padre, aventuras como las obras de Joseph Conrad, y las de Salgari que lo familiarizaron desde nio con el extremo Oriente y el sudeste de Asia.

    De su boca escuch las maravillas de tierras lejanas, como las islas de la Sonda, Java, Sumatra, Malasia, los estrechos de Malaca, y las Islas de las Doncellas, en la pennsula malaya; ciudades de nombres extraos como Kota Baru, Rangn o Mandalay(24), Cochin en India, y otros sitios exticos como el Golfo de Andamn, el de Omn, el estrecho de Ormuz, el de Macasar, el mar de Celebes. Ley a Sir Walter Scott, a Somerset Maugham y sus historias del imperio ingls, y algn tiempo despus, a William Faulkner, adems de la obligada literatura castellana.

    Su aprendizaje y formacin

    Los primeros aos de mi padre fueron tiempos felices. Las reuniones familiares eran constantes y frecuentes. Su madre siempre se preocup que sus hijos leyeran teniendo la luz a sus espaldas o a un costado, y que de preferencia lo hicieran de da, pues esa costumbre haca que las personas no tuvieran que usar anteojos hasta edad muy avanzada.

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    En las reuniones alguien tocaba algn instrumento; se escuchaba msica clsica o de operetas y zarzuelas, y con frecuencia se bailaba en las reuniones familiares. Sus padres haban bailado valses, polcas, cuadrillas, los chotis, y luego one steps y two steps, y se estrenaban nuevos pasos y melodas, como el charleston.

    Mi abuelo Antonio era socio del Club de la Unin, que haba sido fundado en 1869, pero renunci a l porque se opuso al ingreso como socio de una persona a la que consideraba de poca alcurnia, lo que hoy pensamos fue error y tontera.

    El retrato de mi abuela, con su peinado a la garonne, muestra la moda despus de la guerra, cuando las mujeres se acortaron las faldas y quitaron los corss, segn lo que se usaba en Pars, y que se importaba directamente a Guayaquil.

    La gente era cuidadosa con su vestuario y los caballeros siempre se sentaban a la mesa con saco y corbata, y para salir a la calle lo hacan con su sombrero de Jipijapa o su tostada; cuidadosos con sus modales y su vocabulario. A mi padre jams le escuch una mala palabra.

    La etiqueta se sujetaba a las normas del Manual de Carreo, del venezolano Manuel Antonio Carreo que lo haba escrito a mediados del siglo XIX como gua de buenos modales y costumbres para esta Amrica recientemente independizada. Se cuidaban de la maledicencia, conscientes que no se poda recoger las palabras dichas, ni los juicios realizados superficialmente, y les estaba vedado justificarse o explicar acciones cuando lo haban hecho con buena fe y decencia, aunque la interpretacin fuese equivocada.

    La familia Dan era muy bromista, y a veces se les pasaba la mano, lo que ocasionaba que su padre, mi abuelo, se disgustase, aunque no por mucho tiempo. Tuvo que acostumbrarse a las bromas, y comprendi que eran parte de su naturaleza. Mi padre hered la costumbre de gastar bromas a sus amigos y familiares, pero trat siempre de no ofender a nadie.

    Aprendi a leer en casa, coincidiendo su aprendizaje con la finalizacin de la I Guerra Mundial. Sus primeros estudios los hizo en el Colegio San Jos de los hermanos de Lasalle. Tena una memoria admirable, captaba cuanto se le enseaba, era bromista y juguetn y no aprenda por repeticin. Desde pequeo sus padres le inculcaron el valor de la palabra empeada.

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    Carlos Luis Plaza fue un nio querido. Por lo tanto para l fue natural amar a los dems. El amor paternal y maternal actu para l, como para nosotros, sus hijos, como una coraza protectora. Como consecuencia, Carlos Luis, mi padre, no fue un nio que tuviese miedo a nada, ni a nadie; no fue tmido, y menos


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