CATEQUESIS FUNDAMENTAL.

¿PORQUE CATEQUIZAR HOY?.

La catequesis no tendría razón por sí misma sino es por el efecto vigorizante que debe producir en la vida de las y los catequizandos y su comunidad. La sociedad de la que formamos parte nos está llevando poco a poco por rumbos totalmente alejados de Dios y de los hermanos.

No es extraño que encontremos a cientos de personas que sean creyentes solo de nombre y que su vida no refleje ningún compromiso bautismal.

DEBEMOS CATEQUIZAR HOY POR QUÉ:

Las personas necesitan crecer en la fe. Porque nuestras personas necesitan

personas, hombre y mujeres comprometidos con ellas.

Porque es un imperativo de la fe el producir frutos de vida y este ideal solo se alcanzara con creyentes convencidos, auténticos y maduros.

El mundo está dividido en dos mitades desiguales y hay que tomar partido por una de ellas. Se trata de sociedades escandalosamente cristianas por que confesándose creyentes en Jesús mantienen una estructura social y económica que contradice totalmente lo que Jesús enseño con su doctrina, con sus palabras y con sus acciones.

PARA QUE CATEQUIZAR.

Profundizar nuestra fe en Dios. Ayudar en la auténtica formación de la persona. Asumir el espíritu de las bienaventuranzas. Ayudar en la construcción del reino de Jesús. 

PARA PROFUNDIZAR EN NUESTRA FE N DIOS.

La catequesis nos debe proporcionar los espacios necesarios para crecer en la autentica fe, Para que podamos decir:

Creo en Dios creador de un mundo no terminado que promulga un eterno plan de desarrollo en el que todas y todos podemos participar.

Creo en Dios que no ha dividido a hombres en pobres y ricos, en especialistas e ignorantes, en amos y esclavos, porque hemos sido creados a imagen suya y hemos recibido el poder de amarnos como hermanos.

PARA AYUDAR EN LA FORMACIÓN DE AUTENTICA PERSONA.

Si nos acercamos a la realidad con sentido crítico nos daremos cuenta que se cuestiona nuestra identidad cristiana en la sociedad. Por eso la presencia transformadora de la fe es hoy, más nunca una necesidad.

Las y los cristianos auténticos no deben perder el horizonte marcado por Jesús. De su vida y su evangelio se derivan una serie de exigencias para nuestra vida. Desde una profunda comunicación con Dios, por medio de la escucha de su palabra, la oración y la vivencia de los sacramentos hasta el compromiso permanente y sin límites por la vida.

PARA ASUMIR EL ESPÍRITU DE LAS BIENAVENTURANZAS.LAS BIENAVENTURANZAS: AMOR A DIOS Y AMOR AL PRÓJIMO. Las cuatro primeras bienaventuranzas (pobreza

de espíritu, sufrimiento interior, no violencia y hambre de justicia) expresan el deseo de vivir el evangelio en nuestra vida, estas muestran la radical importancia del ser humano para vivir con radicalidad el evangelio.

Sin embargo Dios nos hace el don de participar en su justicia. Estas cuatro bienaventuranzas constituyen un punto luminoso sobre la necesidad de la gracia, sobre la necesidad de que Dios trabaje a fondo nuestro corazón para poder vivir con gozo el evangelio.

Nos empuja a vivir la misericordia y el compromiso con los pobres a ser rectos de corazón a actuar como agentes de pacificación y a saber soportar persecución por causa de la justicia.

PARA AYUDAR EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA DE JESÚS. La que no se casa, ni se hipoteca con ningún

programa político, social o religioso porque sabe que su misión es fecundar y denunciar el sí o el no de cada programa humano.

La que dice honradamente, sin soberbia somos un pueblo en camino hacia una meta en común y necesitamos ir tomados todos de la mano, beber en la misma fuente y tantear los mismos peligros.

La que es centro de todas las experiencias que puedan hacer que la persona, sea más persona.

La que demuestra al mundo que se puede conciliar el máximo de libertad humana con la obediencia al creador.

Conferencia EpiscopalPrograma de Catequesis

2009