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Colón, Aníbal- Filosofía de la técnica

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ANÍBAL COLÓN ROSADO FILOSOFÍA DE LA TÉCNICA i EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO 1992
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Page 1: Colón, Aníbal- Filosofía de la técnica

ANÍBAL COLÓN ROSADO

FILOSOFÍADE LA TÉCNICA

iEDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD

DE PUERTO RICO1992

Page 2: Colón, Aníbal- Filosofía de la técnica

Primera edición, 1992

© 1992 Universidad de Puerro RicoArúbal Colón Rosado

Universidad de Puerto RicoSistema da BibliotecasSección de Adquisiciones - Prog. centeBox 23302 UPA StationRío Piedras, Puerto Rico 00931·3302

Catalogación de la Biblioteca del CongresoLibrary of Congress Cataloging in Publications Data

cultura LibreColón Rosado, Aníbal

La filosofía de la técnica / Aníbal Colón Rosado.p. cm.

ISBN 0-8477-2832-31. Teclmology-Philosophy. l. Tittle.

T14.C574 1990601-dc20 90-13966

CIP

Tipografía y diseño: José Luis DíazPortada: Nívea Ortiz

Impresoen PuertoRícoPrinted in Puerto Rico

CONTENIDO

Presentación IX

1 Técnica y fenomenología 1

II. Técnica y racionalidad 40

III. La máquina: perspectivas filosóficas 70

IV. La técnica: consideraciones éticas 93

V. Hacia una cosmovisión artificial 133EDITORlAL DELA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICOApartado 23322

Estación de la Universidad Glosario 161RíoPiedras, Puerto Rico00931-3322

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PRESENTACIÓN

Damos a laluz pública estos ensayos como una primiciadefuturas vendimiasfilosóficas. Hemosquerido recogeren un solo volumen algunos escritos relacionados contemas filosóficos. El libro contiene cinco piezasdedicadas a la filosofía de la técnica. Estas son fruto deun esfuerzo reciente y forman parte de un proyecto deinvestigación aún inconcluso. Nuestro propósitoconsiste en iniciar una crítica - en el sentido filosófico­de la razón eficiente, es decir, de ese paradigma que seabre paso en las entrañas de la cultura contemporánea.

Podríamos decir que la técnica se ha convertido enuna especie de cripto-metafísica que domina losesquemas mentales de la época actual. Tal vez existaalguna relación entre esta hegemonía tecnocéntrica yelproceso denunciado por Heideggery que consiste enlareducción de la metafísica a una mera técnica. En otraspalabras, la técnicacomometafísica reflejaríaunvínculoíntimo y profundo con la metafísica como técnica.Percibimos aquí un juego muy sugestivo entre lametafísica de la técnica y la técnica de la metafísica.

Angel J. Cáceres, siguiendo las líneas fundamentalesdel pensamiento heideggeriano, concluye que, desdePlatón y Aristóteles, filosofía, metafísica y lógica, comopautas y elementos de la tekhne, han sellado el destinode Occidente. "En el marco de esta tekhne, entendida

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como dominación, de la cual es instrumento el Iogos, einstalada en el dominio del ente, surge la concepción'metafísica' del hombre".

No es necesario comulgar con las especulacionesheideggerianas para percatarse de la seriedad delfenómeno técnico. El tema incide, de algunamanera, enlas preocupaciones clásicas de lafilosofía. Sabemos queexisten excelentes tratados que recogen siste­máticamente los tópicos fundamentales del pen­samiento técnico. Sirvan nuestras meditaciones comoun modesto aporte en este diálogo fecundo delconocimiento.

Algunos de estos ensayos han sido publicados enrevistas filosóficas de Puerto Rico. Agradecemossinceramente la gentileza de la direccióndeesas revistas.Parte del escrito "Técnica yracionalidad" sirvióde basepara la ponencia del autor en el Primer Congreso de laSociedad Puertorriqueña de Filosofía, y el escrito "Latécnica: consideraciones éticas" recibió el primer premiode la Fundación Cultural Hispanoamericana. Tambiéndeseamos expresar nuestra gratitud a las siguientespersonas que han colaborado con nosotros para llevara feliz término esta obra: Roberto Torretti, Amneris B.de la Mata, Carola Llompart, Idalia Cordero, FélixSanta y la Editorial de la Universidad de Puerto Rico.

I

TÉCNICA Y FENOMENOLOGÍA

1Don Idhe publicó una serie de ensayos bajo el título

Technics and Praxis. Algunas piezas de la antologíadiscordaban con la unidad temática, pero el lectorpodía aislar un bloque de escritos que refle~aban unesquemafenomenológico uniforme. El autor slgue~uyde cerca el modelo de Edmund Husserl (Ego - cogita ­cogitatum) y el concepto In-der-Welt-sein de Martin

Heidegger.Idhe simplifica loscomplejos laberintos de la filosofía

europea con el propósito de adaptarla al p~bliconorteamericano. De esta manera, expresa la pnmeraintencionalidad con unaflecha que parte del ser humanoy apunta hacia el mundo (Human-+Warld). El esquemaquedaría incompleto si excluimos una. segu~da l~ea,

endirección contraria, que representa [amrencionalidadrefleja (Human ~World). La segunda flecha recoge elmovimiento "from that which is experienced towardsthe position from which the experience is had". 1

A la verdad que Idhe no exagera al decir que hasimplificado las intrincadas ideas husserlianas yheideggerianas al reducirlas a una relaciónbidirecci~nalentre dos polos. La primera línea supone un sujetovirginal-quam tabularasa-muy lejos de lo que nos revela

'Don Idhe.Techllics alld Prnx;s. Dordrecht: D. Reidel. 1979, p.16.

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la psicogénesis. Lasegundaflecha tampoco es adecuadapara reflejar la rica experiencia del Umwelt. Ahora bien,el investigador es consciente de lo anterior, y nospresenta varios ejemplos de una nueva fenomenologíaque complica el esquema fundamental, e integra loselementos de la tecnología en el análisis delconocimiento.

El primer ejemplo coloca la máquina entre el sujeto yel objeto de experiencia: Human - machine --+ World. Eneste sentido la máquina es un "medio" de experienciaen el foco primario. Nuestra experiencia se realiza através de las máquinas. Aquí cabe la pregunta: ¿Es lamáquina parte del mundo? El guión que separa"serhumano" de "maquina" señala una relación detransparencia parcial entre el yo y la alteridad delinstrumento, v.g.la tiza, el lente, etc. Volveremos sobreestepuntocuandolleguemos alas páginas deHeidegger.Conste desde ahora el contraste entre la acción a ojodesnudo y la mediación instrumental. Por un lado, lainstancia intermediaria confiere extensión yamplificación a la experiencia; por el otro lado, traereducción y transformación. Piénsese, por ejemplo, enel uso del teléfono. El uso del instrumento no es neutralen lo que concierne a la experiencia: hay correlaciónentre el objeto de experiencia (noema) y el modo deexperimentarlo (noesis).

El segundo paradigma fenomenológico responde alsiguiente patrón: (Human -machinerwvoríd. N ótesequeahora el sujeto y la máquina se enfrentan como unaunidad al mundo. El aparato o instrumento no seencuentra tematizada en semejante coyuntura, y sepodría considerar como una parte simbiótica del actonoético o de laexperienciadelcorrelacionado noemáticoen el mundo. Si la experiencia del primer ejemplo eramediatizada a través de la máquina, esta vez la relaciónes In-corporada, encarnada. En el caso del piloto,

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verbigracia, la máquina muestra cierta transparenciaparcial en el sentido de que ella misma no es objetivadao tematizada, sino que es asumida en su experiencia dela alteridad en el mundo.

El tercer ejemplo se refiere a la relación llamadahermenéutica: ííuman-« (machine- World). El termínus adquem experimental primario recae en la máquina. Enesta categoría entran los ingenieros, pues se trata deunaexperiencia de o sobre la máquina. Esta deviene "lootro", y tiene diversas posibilidades. "The closer to afocal thematized 'other' the machine becomes the morethe significance of world must take on machine -Iíkeappearance characteristics".'

Finalmente, el cuarto modelo indica la constitucióntecnológica de nuestro siglo:

Human --+ (MnChine )World

Hoy nos rodea una especie de tecnosfera; estamos entremáquinas, que sirven de trasfondo a la existencia total.Proponemos otrosmodelos adicionales quena aparecenenla obra de DonIdhe. Podríaconcebirse una situaciónenlaque no sólo vivamos dentro y entremáquínas, sinotambiénalbergasaparatosartificiales dentro de nosotrosfísica y psicológicamente. Tal hipótesis ya es unarealidad a nivel físico, si pensamos en los diversosartefactos que emplea la medicina moderna parasustituir o regular órganos internos. En la perspectivapsicológica, la mentalidad mecanicista y automatista,sea condicionada explícitamente sea aspirada porósmosis, nos permite parodiar el deus ex machina con lamachina ex persona. Sí, porque tanto ha penetrado el

'Véaso:- Abraharn Moles y André Noiray. HEI pensamiento tecnicoN

, l.DfilusofiR. Bilbao: Ediciones Mensajero, 1974,. p.504.

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maquinismo en la psique actual, que va formando unasegunda naturaleza que brota ad extra en solidariacomunión con el sujeto. Ilustremos gráficamente estanueva realidad con un modelo semejante al cuartoejemplo de Idhe, pero alterando los términos. Lamáquina se funde con el sujeto frente al mundo comocampo de intencionalidad:

( HUman)Machine - World

La ciencia del futuro o el futuro de la ciencia nos dirácuáles han de ser las interesantes implicacionesfenomenológicas de dichos cambios en el planoantropológico. ¿Cómo se afectarán los sentidos y losórganos vitales al intervenir factores artificiales en suconstitución íntima? ¿Qué transformaciones sufrirán lapercepción y el resto de las actividades psicológicas?

Dejemos estas preguntas al cuidado de losinvestigadores que ya han dado ala luz las primicias deuna nueva fenomenología de la percepción. Mientrastanto, examinemos brevemente los últimos modelosque hemos prometido. Aunque parezca descabellado,quizás podamos intuir un esquema en el que todos loselementos queden trenzados en una unidad orgánica,representada así:

(HUman)

MachineWorld

Claro está, surgirá la objeción de que aquí falta elmínimo margen de distancia entre el Egoy el cogítatumrequerido por la intencionalidad. Aun así, dada laextrema complejidad de las máquinas y la interrelaciónevolutiva de loselementos, se impone por lomenos una

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relacióncircularque incluya la dinámica delfeedback. Nose interprete este esquema como un ensayo depanmaquinismo o una simple fusión mística. El hechoes que el mito de Leviatán desaparece paulatinamente,y el sentimiento de amenaza cede su lugar a unaintegración del objeto y del hombre gracias a la idea defuncionalidad dentro de un sistema coherente. Se llegaa pensar queel medio artificial seráel verdaderohabitat,a medida que la "naturaleza" se transforma en vestigiohistórico. Todo depende del alcance de la definicióndenatura y si se descarta el artificio como una etapa o lapunta de lanza de la evolución natural. En caso de quese conserve la realidad del llamado mundo natural, seestablecerían unos vínculos dialécticos entre éste y elhombre marcado por las creaciones artificiales.

2Si bien es cierto que el mito de Leviatán pertenece al

pasado, no es menos cierto que la tecnología deja suhuella en la mitología contemporánea. Habiendo sidosuperada la imagen ingenua de la naturaleza, urge unainterpretación fenomenológica de la física que tomemuy en cuenta el factor instrumental. Esta exigencianos remite, en parte, a la fenomenología de lainstrumentalidad segúnla filosofía heideggeriana. Nosremite igualmente al tema del status de la técnica comocorresponsable de los instrumentos de observación einvestigación y como elemento digno de la reflexiónfilosófica. Tal vez exista el temor de que el pensamientotécnico degrade la sublime misión de la filosofía y de laciencia. Por consiguiente, predomina la tendencia adejarlo en manos de historiadores y sociólogos.

Robert Coheny Mark W. Wartofsky sonde laopiniónde que la filosofía de la técnica, "as an analysis andcritique of the concepts, methodologies, implicitepistemologies and ontologies of technological praxis

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and thought has remained underdeveloped". 1

Es difícil medir el grado de subdesarrollo de la"tecnofílosoña". Por lo menos en Francia y Alemaniahay evidencia de un esfuerzo serio y sistemático en eseámbito de la actividad intelectuaL El estancamientoestriba, como bien apuntan Cohen y Wartofsky, en quese aplican los modos clásicos de interpretación yreconstrucción filosófica. Este es el caso, por ejemplo,de la praxiología de Kotarbinski, quien ha estudiado lalógica del pensar y del hacer técnicos. ¿Por qué noconsiderar la técnica como un fenómeno sui generis?

Cuando se analizan las relaciones entre la ciencia y latécnica, esta última suele mostrar un carácter vicario,peor aún, una carencia ante los cánones del modelonomológico del saber científico. Sin embargo, tenemosfilósofos, como Martin Heidegger, que han ido más alláde las simples apariencias vulgares de la técnica y handefendido una tesis un tanto radical y peregrina: laprimacía de la praxis o tekhne respecto de la ciencia y lafilosofía.

En cierto sentido, la idea de que una teoría de laacción preceda o fundamente una teoría delconocimiento, no es tan extraña. Ultimamente se abrecamino como un signo de los tiempos. Desde elmaterialismo marxista hasta la psicología genética dePiaget, se reconoce cada vez más la primacía de laacción. Ylas palabras de Goethe inilla tempere resuenanfrescas en los oídos modernos: "Im Anfang war dieTai",' En el presenteésta sigue vigente, pero encarnada

'Don Idhe, Technics and Praxis, p.XL Ihde agrega, más adelante, que latradición filosófica supone que la tecnología se reduce, en el mejor de loscasos, a una ciencia aplicada. Esta suposición alberga un juicio ontológicolatente: la preferencia filosófica pare! "platonismo" (Ibid" p.XVIIl).

• Esta frase resume la línea simple de Fausto. Si la primera parte exponeel goce de la vida en la pesadez de la pasión, la segunda parte propugna elg.oceconsciente de la belleza que conduce al goce en la acción. La escena queserve de marco al texto nos presenta a Fausto en el gabinete de estudio,

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en innumerables instrumentos y orientada escru­pulosamente hacia la eficiencia. La técnica se haconvertido en el prototipo de la acción eficiente.

A tono con la tesis heideggeriana, DonIdhe proponeuna fenomenología de las relaciones hombre-máquina"as the basis for subsequent understanding of thefundamental possibilitieswhich pose themselveswithintechnological culture".5 Como veremos más adelante,Heideggerplanteólacuestióntecnológicaensucontextode razonamiento calculador y al nivel más básico delanálisis de los utensilios. Ambas perspectivas quedanenglobadas en una preocupación más profunda quealcanza el significado ontológico del tema.

3El autor de Sein und Zeirinvestiga, efectivamente, los

fundamentos ontológicos de la técnica. Los rudimentos

traduciendo el original del Nuevo Testamento a su amada lengua alemana.Esta tarea, de corte luterano. lo lleva a proponer varias interpretaciones allogos bíblico: palabra, sentido, fuerza, acci~n. He aquí. el text~íntegro:Gescrieben steht: "1m Anfang war das Worl / Hle: s~k lCh.,schon.Werhilft mi. weiter for?/ reh kann das Wort so hoch unmoghch schatzen.jIch muss es anders übersetzen./ Wenn Ich ven Geist recht erleuchtet bin/Geschrieben steht: Im Anfang war der Sinn/ Bede~ewohl die erst~ZeileJOass deine Feder sich nicht übereilel/ Ist es der Smn der alles wirkt undschafft? / Es sollte stehen: Im Anfang war die Kraft! Doch a~.lC~ inde~ ichdieses niederechreíbe/ Sehon wamhnich was, dass lch dabel rucht bleibe.yMir hilft der Geist! auf einmal seh'ich RatjUnd schreibe getrost: Im anfangwar die Tal. (Escritoestá:"Ene! principio era la paiabra..." Aquí me detengoya perplejo. ¿Quién me ayuda a proseguir? No puedo en manera alguna darun valor tan elevado a la palabra; debo traducir esto de otro modo si estoybien iluminado por el Espíritu. Escrito está: "En el p~ipio era el senti~o ..."Medita bien la primera línea; que.tu plumano~preC1p~te..¿~el pensamlent~lo que todo lo obra y crea? ... Debiera estarasí: En ~I pnncipio er~ la fuerza ...Pero también esta vez, en tanto 'lue esto consigno por esento, algo meadvierte ya que no me atenga ~ ello. E.I Esp,~ritu ac~de.e~ mi auxili?!?,eímprovésoveo la solución, y escnboconfmdo: En el prUlciPlOe~a la a~Cl~n .J.K. Marx recoge, en una tesis lapidaria, .el p~grama d.e su filosofm: DIePhilosophen haben die Welt nur verschieden mterpretiert, es ko~t aberdaraufan,siezu verandern" ("Thesim ü!Jer Feuerbach,MEGA, Lv). Los filósofossimplemente han interpretado el mundo de diversas maneras; ha llegado elmomento de transfonnarlo.)

>[lon Idhe, Technics and Praxis. p.3.

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de dicha investigación se encuentran en el "análisis delos utensilios", primicia de unafenomenologíade rasgosantihusserlianos. La consideración de los instrumentosparecería un modesto apéndice de una elucubraciónharto abstracta. Sin embargo, es una pieza muyimportante en el rompecabezas del pensamientoheideggeriano. Notemos que el tema es parte de laetapa"DieAnalyse der Unweltlichkeitund Welt1ich1<eitüberhaupt". La mundanidad del mundo es algo másque la res extensa y la res cogitans de Descartes. Elfenómenoconocidocomomundosenosrevelanotantoen el estudio de la constitución de las cosas segúnprocedende lanaturaleza (das VorJumdene),cuantoenelanálisis de los utensilios cotidianos (Zeug, dasZuhandene). Por ende, el mencionado proceso acaececomoel medio por el cual se hace fenomenológicamenteaparente la mundanidad del mundo.

De esta manera la praxis óntica es condición sineqUflnon hacia la relación ontológica con el mundo:"Bewandtnis selbst als das Sein des Zuhandenen ist jenur entdeckt auf dem Grunde der Vorentdecktheíteíner Bewandtnisganzheit... Diese vorentdeckteBewandtnisganzheit birgt einen ontologischen Bezugzur Welt in sich". ó

Los utensilios, que en el sentido lato abarcan todoslos productos del hombre en estado de civilización, noshablan del carácter instrumental (Zeug) de las cosas yde un arco intencional distinto al de la fenomenologíatradicional. La realidad del ln-der-vvelt-eein exige uncompromiso concreto y práctico con las cosas. Ya

"Martin Heidegger, Sein und Zeit, Tlibingen: Neomarius Verlag, 1949,p.85. La conformidad núsma en cuanto ser de lo Ha la mano" s610 es en cadacasodescubierta sobre la base del previo "estado de descubierto" de unatotalidad de conformidad... Esta predescubierta totalidad de conformidadalberga en sí una relación ontológica COn el mundo. Consultamos, con ciertasreservas, la traducción realizada por Iosé Gaos, Elseryel tiempo. México: Fondode Cultura Econ6mica, 1951.

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podemos vislumbrar las implicaciones existenciales deestaposturay los preámbulos deunsistema queconcedeprioridad a la técnica en su relación con la ciencia.

Esnecesario observar el ambiente de lacotidianeidadpara percatarse de que la primacía no recae sobre elpuro conocimiento perceptivo, sino sobre el interés demanipulary utilizar las cosas. Tales entidades no son deese modoobjetosparaconocer teóricamenteel "mundo",son simplemente lo que es usado, 10que es producido.'Se esboza aquí una ontología deja acción, en la que lopresente (Vorhnndenheit) descansa sobre lo que está amano (Zuhandenheit).

Como era de esperarse, Heidegger se remonta a losumbrales griegos con el fin de palpar la raíz de lasobservaciones ontológicas que culminaron con eldestierro de la primacía de la praxis y con laidentificación del ente con la res. Señala que los griegostenían un término apropiado para"cosas": pragmata, esdecir, lo que uno tiene que hacer con sus propiosasuntos (praxis). Pero ontológicamente los griegosdejaron en la oscuridad el carácter específica­mentevpragmético" de los pragmata."

"Ibid., p. 67. "Die niichste Art des Umganges ist, wie gezeighl. wurde,aber nicht das nur noch vemehmende Erkennen, sondem das hantierende,gebrauchende Besorgen,das seineeige~e'Erke.:mtnis' hat. (...) Im Bezirk~erjetzigen Analyse ist als das v,:,rthe~atische.Se1e~de das .a~gesetzl, das unumweltlkhenBesorgensich ;<elght.DiesesSeiende 1St dabel níchrCegenstendeines theo""tischen 'Welt' Erkennens, e5 ist das Gebrauchte, hergestellre u.dgl.H (pero la forma inmediata ~el H ~dar" uno eS, co~,o se most.ró, elconocimiento no más que p<;rceJ'tlVO, ~m.o el u curarse de que ~anlpula,que usa y que tiene su peculiar conOCll1uento . (...) Dentro del cHculo delanálisis actual, se sientan como lo previo al tema aquellos entes que. semuestran en el "curarse deHcircunmundano. Estos entes no son el ?bjetlvode ningúnconocimienlo teorético del u mundoN<son lo usado, lo producido, etc.)

oM...Und beslimmtensie'zunachst' als 'blosse Dinge'. ~irnen.nendas i~Besorgen8egegnendeSeienedasZeug.H (Yloedefinieron inmediatamentecomo "meras C05aSu ' Nosotros llamamos al ente que hace frente en elM cu ra rse ae-. Mútir.) Ibid., p. 68. La critica a la ~etafísj,ca cosista estávinculada con la critica a la ontologia de la substancia. Recordemos que,lasubstancia fue por mucho tiempo la palabra fundamental de la ontolog¡a.Tanto es así que aún se habla de dos. ontologías c?ntrapuestas:Funklionenontologie vs. Substanzenontolog¡e. Pero lo más ¡nte""sante del

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Contrariamente a la cosa desnuda, pura-blosses Ding-,no existe, estrictamente, un instrumento. Lafenomeno­logía heideggeriana encuadra los entes en un contextodeterminado, en un trasfondo de totalidad. Al ser decualquier instrumento pertenece una totalidad deequipo (ein Zeugganzes), dentro de la cual aquél puedeser precisamente lo que es. El instrumento es esencial­mente "algo-apto-para": "Die verschiedenen Weisendes "Um-zu" wie Dienlichkeit, Beitraglichkeit,Verwendbarkeit, Handlichkeit konstituieren eineZeugganzheit"."

Enresumidas cuentas, la dialéctica entre la totalidady el individuo trae como resultado el descubrimiento

caso es que la nueva tendencia no ha logrado establecer sus propiosconceptos, por lo cual se ve obligada a emplear la terminclogja y las~c~s mental~ de la onto!o~ de.la s~bs~cia;-r», ne~ Ontologiebildest sich ohne esgene Begriffhchkeit; sre bIeibt (zurn Teil bis heute)überdeckt du rch Terminologien und Gedankenformen derSubstanzenontologie." (Heínrich Rombach, Substlmz, System, Struktur: DieOntotogie des Funktionalísmus und der philosophische Hinlergrond der modernenWissensdlllft. Freiburg im Breisgau: K. Alber Verlag. 1965, p. 11; d. AnibalColón ~~do, "Filosofía de la substancia", DiáIogfJS 41 (1983) pp. 95--116)

Hemnch Rombach haacentuado -tal vez exageradamente-la influenciade las categorías metafísicas tradicionales en el desarrollo del pensamientocientífico moderno, según se desprende de las siguientes palabras.

"F.LU: uns folgt heraus ~uch. die Einsicht, dass die Entseehung derneuzeltlichen WlssenschaitruchtemProzess aus Erfahmngs<latenistsondemvor allem und in¡ Grunde ein met8physischen Ereignis und dass man aufkeinen anderen Wege zur Natucwissenschaft der Neuzeit konunen kann alsdurch einen l!mbau .der M7taphysik. d.h. durch eine philosophischeGedankenarbeit (...) Die Verruchtung der metaphysischen Kategorien vonKausa.Iitiit und Substanz liisst eine mechanistische Welt zUTÚck,die wir elsdie Welt der klassíechen Me<:hanik und Physik erkennen." [lbid., p. 112.(para nosotros se deduce de ello además el conocimiento de que el origen de~ ciencia moderna noconsisteenun proceso extrajdodedatos deexperiencía,sino ~ntesque na~ y fu~da~talmente una experiencia metafísica, y queno existe otro carmno hacía Ias CIencias naturales modernas a no ser a travésde una reconstrucción de la metafísica,es decir, a través de una lucubraciónfilosófica. (...) La aniquilación de las categorías metafísicas de causalidad ysubstanaa abandona un mundo mecanicista al que conocemos como elmundo de la mecá mca y de la 6ska clásica).~Heid~er, St:irJ u.nd Lit. p. 67. ~La totalidad del equipo está

constitu;ida por vanas modahdades del 'aplo-p.llra', tales como utilidad,aportación. aplicabilidad, manejabilidad." En ef "Um-zu" como estructuraradica~ referertcia de algo haciaalgo. En otras palabras. cualquier piezadel conJUIlto adquiere su significado propio en el canfe>;to del equipo yaparece en su 115pecto especifico respecto a dicho ceneextc.

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implícito del mundo a través del uso de una pieza delcomplejo instrumental. El contexto de la instru­mentalidad es la condición para la manifestación del"utensilio" como Zuhandenheit. El martilleo mismo,verbigracia, descubre la manejabilídad específica delmartillo. Heidegger llama Zuhandenheil al tipo de serqueposeeel instrumento, ser-en el que semanifiesta porsu propia cuenta. Sólo porque el instrumento tiene eseAn-sich-sein,yno acaece meramente, es manejable en elsentido más amplio y está a nuestra disposición. 10

Ahora bien, la simple mirada teórica sobre las cosascarece delentendimientodel Zuhandenheit. Porotro lado,la actividad centrada en el uso y la manipulación no esciega; posee su propio tipo de visión, por el cual se guíanuestra manipulación y del cual obtiene su coseidadespecífica ("seine spezifische Dinghaftigkeit").

El análisis instrumental de Heidegger ha insistido,hasta el momento, en la descripción noemática. Es horade fijar la atención en el aspecto noético del procesofenomenológico. La visión sui generis que surge de lapraxis es también un horizonte propio del quehacerhumano: la circunspección (die Umsicht). Yase dijo quela aceión tiene su propio tipo de visión. Esto no significaque la conducta práctica sea ateórica en el sentido ~ecarencia de vista. Su diferencia de la conducta teóricava más allá; no es sólo"dass hier betrachtet und dortgehandelt wird, und dass Handeln, um nicht blind zubleíben. theoretisches Erkennen anwendet", sino que"das Betrachten ist so ursprünglich ein Besorgen wiedas Handeln seineSicht hat". 11

'"Idheapunta,atinadamente, que"itisfrom thisstruc~re,.tha~I-f.eideggercontends one can detect a kind 01 prlUiCtll knowkdge which IS dls~ (mmwhat we ordinariIy think of theoreticaI knowledge" (DonIdhe, Ted!",~sandPraxis, pp. 119-120). En efecto, un simp!l; conodmientoNde cOSllS.?escntas abase de propiedades deja de lado semejante slralum: Das schiirfste Nur­noch_hinsehen auf das so und so beschaffene "Aussehen' ven Dingenvermag Zuhandenes nkht zu entdecken" (M. Heidegger. Se;1I und le;!. p. 69).

11 Ibid., p. 69.

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Curiosamente, M. Heidegger rastrea el alcanceetimológico delas palabras theórein y thecríaensu ensayo"Wissenschaft und Besinnung". Observa que losromanos tradujeron theóreín por contemplar, theória porcontemplatio. Las raíces griegas thea y horaii guardan unsignificado profundo. Thea es el aspecto, la aparienciaexterna en la que se presenta algo. Platón señala esteaspecto enel cual lo que se hace presente muestra lo quees: eídoe. Haber visto este aspecto-eideinai-equivale aconocer (wissen). A propósito, el verbo wissen procedeen última instancia de la misma raíz indoeuropea queeidenai. Horaii significamirar algo atentamente. Theóreínes, pues, mirar atentamente la apariencia externa en lacual lo que se hace presente deviene visible y, a travésde esavisión, permanecerconéste. 12 Encontrasteconelbios theorétikce. el bias praktikos es un modo de vidadedicado a la acción y a la productividad. Debemostener en cuenta que, para los griegos, la vida teorética odel mirar es, especialmente en su forma pura comopensamiento, la acción más sublime. La teoría es purarelación conaquellas apariencias que en su resplandor,interesanalhombre en cuanto hacen brillar lapresenciade los dioses.

Si leemos las raíces de manera diferente-thea y óra-,entonces thea es diosa y ora significa respeto y honor.(Véase alétheia en la acepción de diosa, según la mentedeParménides.) Eneste contexto, theória es el reverenteprestar atención a la develación de lo que se hacepresente (An-wesen). 13

12 -o.:n Anblick,. worin das Anwesende erscheint, ansehen und durch~I~he 5lcht be¡ ihm. $l"hen,? verweílen". Una tradición inglesa deW~haftund Besmnung aparece en Martin Heidegger. The Question

Conarmng Tromologytmd OtJwr EssRys, trad. de Williarn Lovilt. New York;GaT1and Pub., 1977, pp. 155-182-

. uResll~laaventurado verteral c~tellanolasllgestiva riqueza delconceptoheideggenanoAn_Wesen. En Washeisst DC/km? Heideggerescribe: N Anwesenund Anwesenheit heiss!; Gegenwart. Diese meint das Entgegenweilen'"

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Teoría, en su sentido primigenio aún vigente, es elmirar que custodiaopastorealaverdad (n ...das hütendeSchauen der Wahrheit").

Tododaa entender que la traducciónromanaarruinóel significado esencial y original de las palabras.Contemplar consiste en dividir algo en una parcelaseparada y cercada. Templum procede de temenoe.iemneín, o sea cortar, dividir. El templum designóoriginalmente el sector labrado en los cielos y en latierra, el punto cardinal, la región de los cielos marcadapor el paso del sol. Ernout-Meillet, en su Dictíonnaireétymologique de la langue latine, definió el templo como"loco qui ab omni parte aspici, vel ex qua omnís parsvideri potest, quem antiqui templum nominabant".

En la interpretación latina salta a la palestra unimpulso, ya preparado en el pensamiento griego, de unmirar que separa y compartimentaliza. Pero sigue enpie la distinción entre lavitacontemplativa ylavitaactiva.El lenguaje de la piedad cristiana medieval compara lavida monástica meditativa con la existencia mundanaactiva.

latraducciónalemanade contemplatio-Betrachtung­acentúa la observación de lo real. Algunos usos de lapalabra Betrachtung se acercanal significado de la the6riagriega. No sucede lomismoconla "teoría" de lacienciamoderna. Para demostrar esto, Heidegger sigueexprimiendo el alcance de Betrachtung. Por este caminova aconfrontar el supuestocarácter teórico de lacienciaactual. Trachten (esforzarse) viene de traetare, es decir,manipular, elaborar (bearbeiten).

(Tübingen: Max Niemeyer Verlag, 1974, p. 141). Presenciar y prese~cia

signilkan: presencia-de-tiempo-presente. Tengamos enmentequeel térmmoGegenwart indica a la vez "presencia" y "el presente". Véanse explicacio~adicionales en las notas de las páginas 9, 158, 159, 160 de The QuestionConceming Technology and Other Essays.

A.J. Casares analiza magistralmente las implicaciones filosóficas de lasetimologías de pr(ll!-{;etltia y ab-sentia. "Sobre la interpretación de Aristóteles",Diálogos 38 (1981) pp. 17, 23.

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Nach etwas trachten heisst: eich auf etwae ze-erbeíten, esverfolgen.ihm nachstellen, umes sicher zu stellen. Demnachware die Theoríe a1s Betrachtung das nach-stellende undsicherstellende Bearbeiten des Wirklichen. DieseKennzeichnung der wíssenschart dürfte aber offenkundingiluem Wesen zuwiderlaufen. Denn die Wissenschaft ist alsTheorie doch gerade "theoreñsch". Van einer Bearbeitungdes Wirklichen sieht sie doch aboSie setzt alles daran, dasWirk.liche reín zu erfassen. 5ie greift nicht in das Wirk1icheein, umes zu verándern. Die reine Wissenschaft, verkündetman, ist "zweckfrei". 14 (Esforzarsepor algo significa: abrirsecamino hacía algo, perseguirlo, atraparlo para asegurarlo.De esta manera, la teoría como observación sería unaelaboración entrampadora y aseguradora de lo real. Peroesta presentación de la ciencia tendría que oponerseobviamente a la esencia de la ciencia. Porque, en todo caso,la ciencia como teoría es ciertamente "teorétíca". Rechazacualquier elaboración de 10 real. Arriesga todo paracomprender puramente 10 real. No invade 10 real paracambiarlo. La ciencia pura, pura, pregonamos, es"desínteresada"]

¿No late en estas líneas un juicio ontológico de corteplatónico? Paradójicamente, los caminos queconducena una reivindicación profunda de la técnica parecencoincidir con las aseveraciones de los que prefierenreducirla a una anciIla scientiae. Pero procedamos concalma. Heidegger agrega, a renglón seguido, que laciencia moderna, como teoría en el sentido de unobservar que se esfuerza es una elaboración de 10 real

,. Martín Heidegger. Vortrsige ulId Aufsiitu. Pfullingen: Neske, 1954, pp.55s. En T1u! Queslivn COlIcemillg Tedmology, p.167,el traductor inglés observa,Can acertada agudeza, que el filósofo alemán comienza a usar aquí formasdel verbollrbeiten,sin abandonar el usodedas Wirkliche(loreal). Su propósitoconsiste en exponer el modo en que la ciencia moderna, "in correspondingto the manner in which the real now presents itself as object in a causalsequence, performs the doing that brings the real forth into it presencing inthe modem age" . (Ibid.) Laestrategia heideggeriana de emplearlosderivedosde Ilrbeiten en esta coyuntUTa nos remite a una afirmación previa: "DasErwirkte ¡m Sinne des Erfolgten zeight sich a1sSache, die sich in einen Tun,.d.h. jetxt Leisten und Arbeiten herausgestellt hat". (Aquello que se haproducido, es decir, ha acontecido, se muestra a sí mismo como unacircunstancia que ha sido expuesta en un obrar, esto es, ahora, en un hacery ejecutar).

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que lo penetra extrañamente. Precisamente a través deesta elaboración corresponde a una característicafundamental de lo real mismo. Lo real es "das sichherausstellende Anwessende", el pre-senciarse" comoauto-manifestación.

Pero el ;;pre-senciarse" se manifiesta en la épocamoderna de tal manera que lleva su "pre-senciarse" auna posición en objetividad.

Diesem gegensti:in~igenWal~en.des ~wesensentsprichtdie Wissenschaft, insofern sre ihrerseíts als Theone dasWirkliche eigens auf se i ne Gegenst¡¡nd.ig~eit hi.nherausfordert. Die Wissenscllaft stellt das wlrkllche. Slestellt es darauf hin, dass sich das Wirldiche jeweils alsGewirk, d.h. in den übersehbaren Folgen van angesetztenUrsachen darstellt. 15 (La ciencia tiene proporción con estedominar de la presenciaci6n en clase de objetos, tanto encuanto aquella, por su parte, como teo~a,.desafía I? re:uespecíficamente al ponerla mira en su objetidad. La CIenCIase impone sobre lo real. Lo encaja en el lugar de tal.~eraque en cualquier momento lo real se mue~tre a sl.mISmocomo una red de acción redproca, Le.ensenes medíbles decausas conexas.)

Percibimos aquí una correspondencia entre laelaboración de lo real forjado por la ciencia como unejecutar y el "trabajo" de lo real en cuanto a sí mismo.

1> Vortnige und Aufsiitu, p. 56. En este texto H,:,id,:,gger concluye q.ue elesquema nopresentativode laciencia moderna no comcldecon el.pensam.lenlogriego: "DasssíchdasAnwesende, z.B. dIe Natur, der ~en.sch,die Ceschichte.dieSprache a1s das Wirkliche in seiner Gege~llln?igke~therausstellt,. dassin einem damit die Wissenschaft zur Theorie wJrd, d,e dem Wlrkhchennach- und es im Gegenstandigen sicherstellt, wáre fi.ir den mitlelalle~lichen

Menschen ebensobefremdlich, wie es fUrdas griechische Denken besturzendsein müsste." (Ibid., p. 57.). Para una mejor inteligencia de la semá~ticaheideggeriana, ch. las notas del tradudor,.particular~entelo que conciernea las palabras Stel/en y Gewirk, The Quest",n COlIcernmg Technology, pp. 15,167-168. (El hecho de que ~Io presenciante" - e.g.1a naturaleza, ~ h.omb.re,la historia, el lenguaje _se ponga en marcha como lo real en su objehdad, ~Ihecho de que, corno complemento a esta ciencia, es tr~for.mado en la teonaque entrampa lo real y lo asegura en objetividad, hubiera Sido tan extr~oalhombre medieval como hubiera sido de espantoso para el pensanuentogriego.)

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Lo real deviene, por consiguiente, rastreable, en suobjetidad. Comoresultadodelo anterior tenemosesferaso arcos de objetos -Gebiete von Gegenstdnden-. que laobservación científica puede atrapar a tono con suestilo. La característica fundamental del representarpor medio del cual la ciencia moderna corresponde a loreal sedesglosaen tres aspectos, asaber: la representacióncaptadora, que asegura todo en aquella objetidad que asu vez puede ser rastreada.

5Fue la diferencia entre la mirada préxica y la

observación teórica la que nos obligó a remontarnos alos contrastes entre la vida contemplativa y la vidapragmática y, por este camino, a preguntarnos sobre laesencia de la ciencia moderna. Heidegger, con su estilotan peculiar, nos transporta a un mundo de ideasinteresantes y agudas. Pero el ropaje de tanta metáfora,de tantos juegos etimológicos tiende a enredarplatónicamente la realidad. No nos extrañe, pues, queen su afán de des-cubrir y des-velar el ser, terminemospor arroparlo con su rebuscada terminología. Lo peordel caso es que la ontología del Anweseny la teoría de laprioridad de la praxis necesitan el complemento deestudios palpables al estilo de [ean Piaget y susasociados.

Después de esta primera impresión hemos dereconocer, no obstante, que el análisis heideggerianotrasciende los planteamientos triviales y los lugarescomunes que ahogan al pensamiento técnico en laactualidad. Cuando habla de la técnica, el autor quierepartir de las mismas raíces ontológicas que vinculan laobra del hombre con la revelación del ser. Y es aquídondeencontramosel quiddel asunto, ya que las veredasdel ser (Holzwege) pasanpor las preocupaciones ónticas,yta1es preocupacionesno seencarnanenacercamientos

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teóricos o abstractos a las cosas; tampoco en unaclasificación estática de propiedades in vacuo.

Volvamos al análisis de los utensilios para verificarel contraste de los enfoques. La fenomenología de SeinundZeitdistingueentreunaobservaci6nte6ricace~tradaen la herramienta como objeto adornado de CIertaspropiedades, por una parte, y la mira.da práxica queacentúa la manifestación peculiar delmstrumento enuso. De hecho, el instrumento goza de cierto grado detransparencia mientras se utiliza. Esta retirad~o cuasi­disipación trae una connotacíon distinta al objeto, .queya no aparece simplemente como algo -para-ser-visto.Nuestra vida cotidiana se las arregla no tanto con las

1 be¡ "herramientas per se, cuanto con e tra aJo.

"Martin Heidegger, Seinund Zeit, p. 69. "Das Eigentümlichedesz~hstZuhandenen isl es, in seiner Zuhandenheit sich gleichsam z.u~ckzuZlehen,um gerade eigentlich zuhanden zu sejn. Das, wobei der anfaghche Umgangsich zunachst aufhált, sind auch nicht die Werkzeuge ;elbst, sondern dasWerk. .." (Lo peculiar de lo inmediatamente "a la Inan? es el r~traerse, ~rdecirlo así en su" ser a la mano"' para Ser justa y pfl?plamente a la rr.tano .Tampoco 'aquello cabe lo cual se detiene inmediatamente el cotidiano"andar" son los útiles mismos para obras, sino que es la obra [lo que ha~ ,!~eproducir en cada caso...]) Vid. a este respecto los sugeslivos anahslsfenomenológicos de D. Idhe en tomo a los si~uientes.objetos, apa.ratos .ymáquinas: tiza, tinta, teléfo,:,o, telescop.ío, microscopio, automóvil, trajeespacial, ordenadores (Techmcs and Pra.us, pp. 9-19, 23, 30, 58). . _

Ya Maurice Merlau-Ponty habla estudiado el papel de los utensil,lOs enel desarrollo del esquema corporal, amén del bastón como prolonga.Clón dela mano. La dinámica perceptiva de lo~ cue~~ h~~anos los convle~te enlugares de elaboración y como de una cierta VISIón de~ mundo. La Vida denuestra comunicación _ vie ouverle - "s'annexe des obj~ts na.turels en lesdétournant de leursens inmédiat,elle se construit des outils, desmstruments,elle se projelle dans le milieu en objets culturels... le ~he~a corporel ~sur_elacorrespondance ímmédicre de ce qu'i1 O'enf~nt) vott fall;et d,:cequ 11 fal!et que par la l'utensile se precise come un ttUlmpuUlndum deterrnméet autrUlcornme un centre d'acfion humaine" (Se apropia de objetos na~uralescuando los desvía de su sentido inmediato, const-.:uye herram.entas,. trumentos, se proyecta en el medio ambiente en objetos culturales..: el~uemacorporal asegura la correspondencia inmediata entre lo que el niñoquiere hacer y lo que hace, y que por eso el utensilio se pie~ como unm¡mipulllndum detecminado.y ade~c~o una c,:ntro de acción humana).(Phénomeno1ogie de 111 pen:ephon,Paris. Ed.tions Galll~ard,1945, pp:-~6-407.)En otra obra, Merlau-Ponty afirma que la perspecti,:,a del. Re~CImlent? esun hecho cultural, que la percepción c?mo tal es p?limórfica. S.I es::~~se toma euclidiana, es porque penl'llte que el sistema la onen. .direo:ión. (1ñe Visible and the Invisible, gvanstorc Nor!hwestem Umver5lty

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El ejemplo clásico es el martillo. Aunque éste sirveparaexplicar la transparencia parcial del das Zuhandene,creemos que responde a un modelo un tanto artesanaly equivale al esquema fenomenológico" ser humano­máquina --+ mundo". La revolución de los instru­mentos ópticos, telecomunicadores, ordenadores, elautomatismo y la cibernética en general traen unaruptura no s6lo epistemológica, a la manera de G.Bachelard, sino tambiénfenoménica. Los instrumentosy las máquinasnosonneutraleso indiferentes. Tampocodebemos inferir que a esta altura el modus vivenditecnológico constituya unmodo absoluto deexistencia.Peroesinnegablequelosaparatosmodemosmodificanprofundamente la experiencia humana, bien en lo queconcierne a las categorías espacio-temporales, bien enlo que mira a la frontera entre fantasía y realidad.Paulatinamente, el ser-en-el-mundo toma el aspecto deuna inmersión tecnológica, que pretende avanzar haciauna configuración en clave de totalidad.

Semejante pretensión tecnocrática o pantécnica nologrará tragarse la individualidad del sujeto ni suintencionalidad. Por esa razón, mutatis mutandis, elanálisis heideggeriano de la intencionalidad conservasu vigencia. Elsujeto activo seremite, vía el instrumento,al mundo donde aparece el resultado de su esfuerzo.Dado que para el hombre las cosas no estánmeramentepresentes, sino también a mano (zu-Jumden) el entornoaparece como un "mundo" la naturaleza queda aldescubierto y accesible. Al llegar a este punto, lasintrincadas meditaciones del filosofador tomanungiromás sencillo. Observa que en el ambiente ciertos entesdevienenaccesibles,entesquesiempreestána-la-mano,pero que en sí mismos, no necesitan ser producidos.

Press, 1968, p. 212). Siendo así las cosas, colegimos que el sistema técnicopuede elaborar una percepción de corte tecnológico.

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Vgr. el martillo, las tenazas, la aguja, aluden de por sí alacero, hierro, metal, mineral, madera.encuantoaquellosconsisten en estos. 17

Por otro lado, la naturaleza a-la-mano contrasta conla naturaleza meramente presente. El autor ilustra estecontraste con una hermosa imagen: Las plantas delbotánico no son las flores del prado; la"fuente" que fijael geógrafo para un río no es el manantial en la cañada.(Die Pflanzen des Botanikers sind nicht Blumen am Rain,das geographischfixierte "Entspringen"eines Flusses istnichtdie "Quelle in Grund".) Sí, botánicos, geográfos,ingenieros y demás grupos sociales desnudan lanaturaleza en la praxis del Zuhandenheit. Porque estatarea no es patrimonio exclusivo del taller doméstico.Es además una obra del mundo público ("¡n deréffentlichen Welt"). En las obras públicas - carreteras,puentes, edificios, etc. - nuestra ocupación descubre lanaturaleza como revestida de una dirección definida.Un andén techado previene las condiciones del tiempo;el alumbrado eléctrico apunta hacia la amenaza deoscuridad. El reloj toma en cuenta una determinadaconstelación del cosmosistema. Cuando usamos el

17Martin Heidegger, Sein und Zeít, p. 70. Elcorolarioque brota de dichasobservaciones reza as!: En el instrumento empleado, se descubre laM naturaleza" junto a aquél. gracias a ese uso,la u naturaleza" queencontramosen los productos naturales. (Im gebrauchten Zeug íst durch den Gebrauchdie "Natur" mitentdeckt, die "NaturN im Lichte der Naturproducte). D.Idhe cree captar aqul una anticipaci6n de la idea de Ge-steJl en una ~articular

intefJ?retaci6n de la naturaleza que está vincula~a a Zu1w.nden'!fit. Ge-~tellsígníñca maceo, aparato, esqueleto. La importancia de este término consisteen que define la esencia de la tecnologia en el pensamiento heideggeriano:NWic nennen ;etzt jenen herausfordemden Anspruch, der den Menschendahin ven;.ammelt, das Sichentbergende als Bestand zu bestellen - das Ce­steJl". (Vortrigeund Aufs4lu, p. V. (Ahoranombramosesereclamodesafianteque reúne al hombre a ese fin para ordenar lo autorrelevante como re!ll'rY8

permanente: Ge-skI/.) Como bien señala el traductor y se deduce del texto,el Ge-sIl!U, (" en_racionalizadónw para algunos) tiene un sentido activo, comoreclamo desafiante que reúne y ordena. Se trata de un reclamo que coloca enconfiguración todo 10que emplaza a través de un ordenar enCilminado aluso que aqu~1 reestructura permanentemente.

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instrumento-reloj, que es en primer lugar e incons­picuamente a-la-mano, la naturaleza circundante estáa-la-mano junto con éste. 18

Sería conveniente auscultar las implicaciones delcarácterpúblico e intersubjetiva del descubrimiento dela naturaleza. En el proceso también conocemos a lossujetos tomados individual ycolectivamente. Enel casodel reloj vemos otros signos que revelan la configuracióndel sociosistema. Aunque se dice que el reloj mecánicoapareció en el siglo XIV, los chinos lograron construiruno en el siglo XL ¿Por qué el reloj chino murió en elsilencio en lugar de marcar la hora de una nuevacronología técnica? Hay explicaciones culturales. Losastrónomos de la corte no difundieron la noticia, puesde otramanera hubieranconmovido lascimientos de laautoridad imperial. A ésta le correspondía laprerrogativa de promulgar el calendario. En otraspalabras, el reloj del imperio era el garante misteriosodel imperio del reloj. La autoridad política se adueñabaasí del tiempo y del espacio.

El movimiento de la relojería mecánica condensa lamanifestación de las tendencias latentes enlacultura deOccidente y un gran impulso a la llamada civilizacióndelcapitalismo.Encontramosundatocuriosoquereflejauna disparidad de actitudes. Por un lado, sabemos quela Europa occidental aceptó positivamente la exactituddel reloj mecánico. Por otro lado la cultura cristianabizantina resistió ese tipo de medición cronológicacomo sifuera una herejía contra su noción de eternidad.Las torres de las iglesias ortodoxas le han negadoposada a ese extraño pájaro de ruedas, resortes ymanecillas que es el Jwrologium.

La tradición católica, en cambio, miró con buenos

. ISNIrnGebrauch <;les zunachst und unauffiilligzuhandenen Uhrzeugs istdll.' Urnweltnatur Mitzuhanden". (Martin Heidegger, &in und Zeit, p. 71)

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ojos la innovación y respaldó con sus campanadascronométricas un nuevo estilo de concebir y organizarla vida. Tal vez el camino fue allanado por la presenciadel orden en las instituciones eclesiásticas,particularmente enlas reglas monásticas. A. Whiteheadsubrayó la importancia de la creencia escolástica en ununiverso ordenado por Dios, como uno de losfundamentos de la física moderna. Y L. Munfordapuntaba que los monasterios "helped to gíve humanenterprise the regular collective beat and rhythm of themachine: for the dock is not merely a means of keepingtrack ofhour. but of synchronizing the actions of men" .19

En suma, que para algunos el reloj mecánico es lamáquinaclave de lacivilizaciónmoderna. Ciertamente,es una máquina omnipresente, con un alto grado deperfección. El reloj es una especie de fiscal de la técnicay un elemento imprescindible en el desarrollo de laautomatización y normalización.

Así constatamos cómo se adquiere una sinopsis oimagen holística asomándonos por una pequeñaventana de la praxis humana. Un modo de revelaciónconduce a la totalidad, aunque sea implícitamente o inobliquo.

6El descubrimiento del mundo a través del

instrumento no es explícito. Sin embargo, esta función

"Lewis Murnford. Teclmicsand Civilization. New York: Harcourl, Braceand Co., 1934, p. 14. Murnford defiende otra tesis un tanto atrevida, sinponderarotrasexplicaciones. Dicequela aplicación de ~étodoscu~titati~osde pensamiento al estudio de la naturaleza tuvo su pnm~a marufes.taClónen la medición regular del tiempo; y que la.nuev,,: concepcIón mecánl~a deltiempo surgió en parte de la rutina monástica. {Ibíd.. p'.12) ¿Cuál ha sld~ lafunción primigenia de la medición de la tierra,:s decir, .de la !?eo-metna?Bueno, a la verdad que tiempo yespacio son térrnmos relativos '.S,? tener queelevamos a las alturas de la teorta einsteiniana el quehacer cotidiano delatala relación entre el ~tiempoN y el ~espado". Si. el. r.ío Nilo se hinchaespacialmente, el hombre práctico establece la periodicidad del fenómenocolocándolo en la escala del tiempo.

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heurística fundamental - heurística en el sentido másontológico de la palabra - exige que los entes en-el­mundo producidos por el trabajo permanezcandescubribles en diversos grados de explicitación y conuna penetracióncircunspectivavariable..Naturalmente,existeunacondiciónsubjetiva,. puestoque dichafunción(die Entdeckungsfunktion) depende de la manera en laque nos encontremos absortos.

Decíamos anteriormente que el componente noéticoacusa un ámbito de compromiso humano quedenominamos circunspección. Gracias a lacircunspecciónestamosencondiciones de identificar laotra cara fenomenológica del a-la-mano o su contrario:Unzuhandenheit. Expliquemos estos pensamientosaparentemente bizantinos. Resultaq ue la Zuhandenheitdescansa sobre una paradoja fenoménica: los entes outensilios se manifiestan precisamente en la medida enque se esfuman enla acción. El instrumento en uso pasacasi desapercibido, como oculto en su parcialtransparencia, ante la observación directa.

Heidegger intenta demostrar que el contextoinstrumental se hace evidente negativamente cuandoel utensilio deja defuncionar.Descubrimos la inutilidadde un equipo por medio de la circunspección de lasrelaciones en lasquelo usábamos. lO Y, por obray graciade esa inutilidad, aparece indirectamente la respectivatransparencia parcial. En el mismo párrafo queacabamos dedtar,Heidegger describeCómolos defectoso la ausencia de un instrumento iluminan su funciónauténtica. Cuando un utensilio se hace inservible,

iI "was aber die Unverwendbarkeít enldeckt, Ist nicht das hinsehendeFeslslel1en von Eigenschaften. sondem die Umsicht des gebrauchendenUmgangs". M. ~idegger, S.ein und Zeit, p. 73 (Subrayado nuestro). (pero loque ~~bre la mempleabilidad no es el constatar "dirigiendo la vista"pecuhandades, s~~el"ver en torno" del Nandar" usando.) Elaulor logra undoble. electo: .dellrllr la característica estructural del modo Zuiumdenheit yexcluir del nusmo un acercamiento tecnco-metañsíco.

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entonces adquiere conspicuidad. Es aquí donde resaltael no-a-la mano. "Das AuffaIlen gibt das zuhandeneZeug in einer gewissen Unzuhandenheit". (Énfasissuplido).

Tomemos un ejemplo sencillo y realmente "a lamano" para nosotros. Supongamos que en este precisomomento, mientras escribimos estas líneas, se estropeael bolígrafo o la pluma fuente. Mientras escribíamos,apenas notábamos la presencia de la pluma. Ahora elmedio instrumental resalta ante nuestros ojos y nosdistrae del propósito primario, es decir, de la reflexiónfilosófica. Quizás la concentración es muy profunda ycontamos con más plumas a la mano. Entonces ladistracción será efímera y la transparencia del mediosufrirá una leve explicitación.

Algo semejante sucede en el caso de los espejuelos.Pero la realidad de los ante-ojos (guión adrede) es máscomplejay sugestiva. Echamos de menos los espejueloscuando se rompen o se extravían. En situacionesregulares nos acostumbramos a ellos de tal manera queni siquiera sentimos su peso físico. Lo más curioso oridículo de la experiencia es que buscamos deses­peradamente los quevedos perdidos con los mismosquevedos puestos literalmente enlas narices. Son partedela personay de la personalidad: no llamanla atenciónexplícitamente ni a usuarios ni a observadores. A eseextremo llega la transparencia delobjeto intermediario,una transparencia que trasciende la limpieza de loslentes. A veces el lente ni siquiera está limpio. Hoy lascosas van más lejos. Los lentes de contacto, en tantosean permanentes, ya no son tanto anteojos cuantointraojos. El sujeto cobra conciencia de ellos en rarasocasiones bien sea por alguna molestia, bien sea poralgún cambio.

Cuando aludimos al cambio, debemos aprovechar lacoyuntura para hacer hincapié en tres momentos de la

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teoría de los objetos. Estos momentos revisten ciertaimportancia para el análisis de los utensilios. El primermomento se refiere a la adquisicióno primerencuentrocon el instrumento. Hay una especie de luna de miel, decuriosidad infantil, a la hora de estrenar los objetos. Porconsiguiente, el grado de conciencia y de explicitaciónes mayor que en las etapas posteriores, inclusive si elsujeto "prueba" activamente el instrumento.Análogamente sucede en el segundo momento cuandocambiamos o desechamos el utensilio. Este se haceconspicuo, aunque todavía sea útil. El dueño le obligaa entrar enotraetapa deexistencia, por di versas razones.Finalmente, un instrumento puede desembocar en untercer momento que llamaremos "<museológico". Elmomento museológico reclama un elevado nivel deconspicuidad,puesya el objeto sirve paraotropropósito­estético, comercial, etc., que no coincide con su funciónoriginal. Elinstrumento deviene prenda decoleccionistay generalmente está-a-la-vista. No obstante, su funciónoriginal puede seguir en pie, al igual que su potencialtransparencia.

Creemos que estas simples apostillas complementanlas agudas observaciones heideggerianas. Losmomentos extraordinarios que hemos descritobrevemente confirmaron los resultados del análisis delcontexto instrumental y de la circunspección. Talesmomentos anuncian indirectamente la cuasi­transparencia del instrumento. Si en el momento"museológico" el utensilio se convertía en una cosafrente a nosotros, en una cosa dotada de ciertos valoresculturales, el aparato defectuoso también deviene una"cosa" abandonada, simplemente presente después deperder su transparencia funcional.

Siguiendo esta pista fenomenológica vamos a darnuevamente en la primacía de das Zuhandene frente adas Vorhandene. Lo meramente presente surge de un

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proceso montado sobre la base de la praxis. El equipodefectuoso se revela como algo meramente presente ynada más, algo que no puede suponerse sin la cosaausente. La impotencia que nos sobrecoge frente a él esunmodo deficiente de preocupaciónycomotaldescubreel ser-sólo-presente-y-nada-más de algo a-la-mano. 21

Aparentemente divagamos por laberintos extraños.Mas la finalidad del discurso no es permanecer atadosa lo manipulable, sino alcanzar el mundo que seencuentra más allá de la negatividad del instrumento,la morada del Besorgen. Cuando un reclamo o una tareaencuentra algún estorbo, cuando algo es inútil paraalgún propósito, entonces la tarea se hace explícita. Laexplicación no toca todavía la estructura ontológica,sino el aspecto óntico relativo a la circunspección quechoca con el defecto de la herramienta. La encomienda"hacia algo" ya bajo la mirilla de la circunspección, nospermite captar el terminusadquem de la tarea y, con él,todo el taller como la morada permanente del cuidado,Besorgen ("..die ganze "~erkstatt' und zw~ ,~s das,worin sich das Besorgen rmmer schon aufhalt ).

El taller incluye todo lo que está vinculado con eltrabajo. De ahí se sigue que el foco de la revelacióninstrumental es el mundo como un todo. El contextoinstrumental se íhrmína, no como algo nunca vistoanteriormente sino como una totalidad vistaconstantemente con anterioridad en circunspección."Mit diesem Ganzen aber meldet sich die Welt". 22

II NEs enthüllt sich als nur noch Vorhandenes, das ohne das Fehlendenicht vor der Stelle gebracht werden kann. Das radose Davorsteh,,:nentdecktaladefizienter Modus emesBesorgensdasNuc_noch.vorhande~~eines Zuhanderen". (Se desemboza como algo N no más que ante los Ojos. 'que sin lo que falta no puede moverse de su lugar. El permanecer de1ant';, 13msaber qué hacer es un modo deficien~deN~ de" ~ue descubre.el serno más que ante los oj05 de algo a la mano.) Ibld. En la pág¡~ 74,Heidegger concluye que los modos .de co~pi~ui~ad: obslrUCC1Ó~ yobstinación (Auffiílligkeit, Aufdringlid1h:it, AufssiissWheit) tienen la fuIlClónde hacer despuntar la característica del Vurlumdenheiten loq.ue es a_la.-mano.

"'Ibid, p. 75: "'ner Zeugzusammenhang leuchtet aud nicht als em noch

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("Con esta totalidad, empero, se presenta el mundo.")Elmundo es, consecuentemente, algo"en donde" ya elDasein se encontraba como ente. He aquí en suma, elalcance del Ser-en-el-tiempo: " ...das untematische,umsichtige Aufgehen in den für die Zuhandenheit desZeugganzen konstitutiven Verweisungen.">

7Las décadas que siguierona la publicaciónde Seinand

Zeit vieron cambios fundamentales en la ciencia y latecnología. Las transformaciones tocaron elrecinto másíntimo de conceptos tales como objeto, substancia¡ lasrelaciones entre la ciencia y la técnica ya no son tansimples y maniqueas como antes. Y Heidegger supoacomodar su on tología etérea a las nuevascircunstancias, es decir, continuó vislumbrando el Seínen los avatares del Zeit.

Examinemos decerca, por ejemplo, el caso delobjeto.En Sein und Zeít, éste es lo que aparece o es constituidopor la ciencia metafísicamente fundada. "That whichjust stands there and which can be made the theme forpresence-at-hand is the object. The object, which ischaracterized by predicates, is the noema of science..."24

nie gesehenesscndern in der Umsichtstandíg im vcrhinein schon gesichtetesGanzes".

ZI Ibid. p. 76. En cuanto al Dasein, Heidegger ha rechazado la traduo:iónli~raJ corriente: "Ser-ahi. En una carta dirigida a ]. Glenn Gray (10-X-19n)~ce lo sigu!e~.te: "" ?hne d.ie,in .SeinundZeit ~ichanbahnende Wendung vonBewusstseín indas Da-5eln wlrdalles,waslChversuchte,miS5verstanden".

Se acentúa, pues, la aperlura-al-Ser y se desaprueba la traducción del ~como "ahí'·. (William Lovitt, Introducción a Heidegger, The Questio"CO."'7rning TechrwlogyIltidOther E55IlYs, p. >:>:xv). El hombre puede dejar deexlStin:omo Da-seln, tragado porel Ge-stel1, y reducirnea un serautoconscienteque se conoce a sí mismo sólo como un instrumenlo a-la-mano. Seríadespojar al hombre de Su verdadero. esencia y convertirlo en alguien que semanufactura a sí mismo (cfr. M. Heidegger, "The Question ConcemingTechnology", Ibid. p. 26 ss).

• 2< Don Idhe, Technícs and Prexie, p. 125. En la página anterior Idhe habíadicho que la praJ(is en Seín und Zeít actúa como un estrado existencial básicoa través del cual se revela el mundo, y como un ámbito de acción desde elcual puede surgir la ciencia ("as prooesses of theoretically developingpresence-at-hand).

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Pero hoy se afirma que el objeto ha desaparecido delhorizonte de la ciencia. Heidegger ha tomado nota detales cambios, según lo verificamos en sus ensayos"Wissenschaft und Besinnung" y "Die Frage nach derTechnik" .

En el primerescrito comparala representaciónde losobjetos elementales y sus coherencias enla física clásicay en la física contemporánea, para concluir que laobjetividad de la naturaleza material muestracaracterísticasfundamentalescompletamentediferentesen la moderna física atómica. Esta aseveración tal vezrepique como una perogrullada, si nos hacemos cargode los grandes y sutiles avances de la investigacióncientífica. Sin embargo, Heidegger se mantiene firmeen su convicción de que la física actual sigue siendofísica, i.e., ciencia, teoría, que atrapa a los objetos quepertenecena 10real, ensu objetividad, paraasegurarlosenlaunidad delaobjetidad. A lafísicamodernatambiénle interesaafianzar esosobjetoselementalesque integrana todos los demásobjetos. AquíHeideggercitaaWemerHeisenberg con el propósito de subrayar el hecho deque el tipo de representación de la física. moderna ~stá

resuelto a lograr escribir una sencilla ecuaciónfundamental de la cual se seguirían todas laspropiedades de las partículas elementalesy el procederde toda la materia. 25

" Werner Heísenberg "Die gegenwartigen Gr~ndprobleme derAtomphysik", Wadl~ngen in den G_rul1d1agen dt;.r Natunmssenschaft (1948), p.98, citado por M. Heidegger, Vortrageund Aufr"'-tze, p'.61. CO.I1S~ltan~ootroslibros de W. Heisenberg hemos topado con una cunosa cOlnC1de~1aentrela primacía de la pea>:is en Heidegger y la negación ~eisenberg~de lateoría como fuente de la actividad en el mundo OcCidental. Heisenberg,empero, encuentrael origen de la acción en la fe; y citaelapote~ade Freyer:"Credo ut agam; ago ut intelligam". Este apolegm~es una vecs.,ón a~tual delfamoso principio de San Anselmo: "neque erum quae,:, mtelhgere utcredam, sedcredo ut intelligam". Claro está,.en Freyer y Heisenberg el Credose aplica al itinerario secular de los desc.u~rimientos, en la fe "an unsereAufgabe in díeser Welt" (en nuestra misión en el mundo) ..EI ~>:to. deHeísenberg reza as!: "Die ganze Activitit des Abendlandes rührt la rucht

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La microfísica obliga a repensar algunosplanteamientos de la ontología y epistemologíatradicionales. Lasubatomizaci6n de los objetos tambiénrepercute en los sujetos. por 10 menos en su vertientematerial. El proceso de demolición alcanza las esferasclásicamente constitutivas del hombre, pues algunasantropologías estructuralistas y de otro géneropretenden desmantelar la unidad del sujeto. Estosintentos de reducir la realidad a sus últimos elementosconstitutivos y conseguir una fórmula fundamentalexplicativa evocan la preocupación original de lafilosofía griega: el arkheTales de Mileto y sus sucesorespreguntabansobre la posibilidad de reducir lo múltiplealouno,deencontrarunprindpiocomúnalaphüsis.Estacuestión tiene sus implicaciones en lo que respecta a laeonfiabilidad de las fuentes del conocimiento.

Haciendo los debidos ajustes, podríamos decir queel gran problema de los primeros filósofos griegostodavíaselevantacomounairunensacruxphilosaphorum.La cruz también arropa a algunos científicos. Sí, a loscientíficos que afinan modernas linternas de Diógenescon la intención de alumbrar más allá de laElementarteilchen o partícula elemental. Si el átomo yano es atómico, tampoco se detiene la indagacióncientífica en las partículas elementales que constituyena los seres naturales (electrones, neutrones, protonesneutrinos...). Surgen teorías que quieren penetrar en la

von einer theoretischen Einsíchther, aufGrund deren unsere Vorfahren sichberechtigt gefühlt hiillen zu handeln, sondeen es war ganz andera. AmAn.f~g stand w:'d steht in sol~hen Fallen immer der Glaube". (Toda laactiVidad de OcCIdente no proViene, en efecto, de un conocimiento teórico,sobrecuya ~asenuestros ~tepasadostendríanque haberse sentido capaces~e obrar, sino que sucedl6 lo contrario. En el principio está y. permaneceSJempre la fe en tales Irances.) (Das Nlllurbild der heutiger Plrysik, Hamburg:RowohJ~Ta~enbuchVerlag GmbH, 1955, p. 45). Heisenberg trata el temade la UnIversalIdad de las f6nnulas matemáticas y la fundamentaci6n de los"actos de fe" en Phisirisl's Conception ofNature (New York: Harrourt, Braceand Ca. 1958), p. 28.

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constitución misma de la Elementarteilchen. Por ahívemos físicos como Weisskopf tras las huellas de losquarks, supuestos componentes de las partículaselementales y que hasta la fecha permanecen sobre lamesa de las hipótesis matemáticas.

W. Heisenberg había señalado que en la modemateoría cuántica, no hay duda de que las partículaselementales serán en último término también formasmatemáticas, pero de unaíndole muchomáscompleja.:u;

La alusión comparativa se refiere a las filosofíasplatónicas y pitagóricas. En términos generales, elpensamiento antiguo concebía formas estáticas queremitían a los sólidos regulares. A raíz de los cambiosde la ciencia moderna - siglos XVIy XVII - se desplazala atención hacia la ley dinámica. Hay una constantecon ribetes de eternidad: la ecuación del movimiento.Así pues, las formas matemáticas que representan laspartículas elementales serán las soluciones de cierta leyeterna de movimiento para la materia.

Por este camino regresamos a la intención deHeidegger cuando cita el pensamiento de Heisenberg.El primero desea dejar claramente establecido que elpaso de la física clásica a la nuclear no supone uncambio en el hecho de que"die Natur zum voraus sichden nachsteIlenden Sicherstellen zu stellen hat, das dieWissenschaft als Theorie vollzieht.?" ("la naturaleza

'" Werner Heisenberg. Physics and PhiJowphy, New York. Harper andBrothers, 1952, p. 71. El autor apunta, más adelante, que las EigrnsoJutionsrepresentarán finalmente a las partí~ulas elementales. Aq~ellas~on fonnasmatemáticas que sustituirán a los sólidos regulares de los pitagóricos (p. 72).Afinna, además, que la ciencia contemporánea es mucho más abstracta quela filosofía griega. La ciencia pregunta, por ejemplo, por qué no puedendividirse las partículas elementales (p. 73). Heidegger señala en "Die Zeitdes weltbíldes" que lafísica actual procede matemáticamente porque, en unsentido profundo, es yaen sí matemática (TheQuestion Conceming Technology,

p.118). ._..'71 Martin Heidegger, Vortrage und Aufsiitze, p. 61. El filósofo alude al

desvanecímíento del objeto en física at6mica, y al modo enel que la relaciónsujeto-objeto como pura relación adquiere precedencia sobreel objeto y elsujeto, para devenir asegurada como "en-racionalizaci6n" (Ge-stelJ). Pero

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debecolocarseellamisma Por adelantado enlugar parael entrampar asegurado que la ciencia, como teoría,lleva a cabo"). y, efectivamente, por lo menos lasreflexiones de Heisenherg apuntan en esa dirección.

Recordemos que en la mente de Heidegger, lanaturaleza, tomada ensu objetidadpara la cienciafísicaactual, es sólo un modo en el que la phüsisse revela a símisma y se coloca en posición para la elaboracióncaracterística de la ciencia. Pero existen otros modos dealétheuein. Y uno de ellos, muy fundamental, es latekhne. En esta encrucijada ontológica dondeencontramos el nodus quaestionis de la filosofía de latécnica. Más que una gestión instrumental yantropológica-óntica-, la técnica es un modo de laverdad. El análisis de la técnica nos llevará de la manoa entender los rasgos distintivos de nuestra época de laverdad y, por ende, del ser.

La técnica revela todo lo que no salta a la luz por símismo ni yace todavía ante nosotros. Lo esencial de latekhnenoradicanienlamanipulaciónnienlafabricación;ni en el uso de ciertos medios. Su verdadera naturalezamira hacia la invariable estructura de la verdad queconsiste en "ocultación-revelación". Ya hemos vistoque la figura de la verdad tecnológica se denomina Ge­stell. Esteconcepto recoge las notas fundamentales de latécnica contemporánea y le concede a ésta la primacíacomo modo de la verdad en la era actual. En laterminología heideggeriana 'revelar' equivale a "pre­sencíarse" dentro de un marco.

Heidegger no considera este tópicocon más precisión en el presente ensayo.En la conferencia "Die Frage nach de. Tecknik" el autor advierte que "wasin~innedes Bestands steht.steht uns njcht mehralsGeJenstand gegenüber"(Ibid. p.24). (Lo que se mantiene listo. en el sentido de reserva permanente"ya no queda aplazado contra nosotros como objeto). Ahora los objetos y elequipo son absorbidos en la nueva totalidad: la máquina es completamenteinautónoma, pues su posición brota del ordenar lo ordenable.

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8A veces da la impresión de que el filósofo alemán

juega mucho con las palabras y los conceptos. En uncampo tan práctico como la técnica necesitamos unafilosofía profunda. Sin embargo, la teoría de la verdaden Heidegger se nos antoja, envarios pasajes, como una"en-racionalización" metafísica, como una "teologíacristiana sin trascendencia". A la verdad que Heideggerno rechaza en principio la metafísica. Al contrario, en"Die Zeit des Weltbildes" identifica la esencia de latécnicamodemaconlaesenciadelametafísicamoderna..Logra superar la construcción aérea de un platonismo;util? Nos choca ese contraste entre la primacía de lapraxis y las tortuosas especulado.nes, ent:~ elpensamiento riguroso y el lenguaJ~ m:ta[¡slco.Entendido, hay que ir más allá de las apanencías. En unsentido transfenoménico.Ia esencia de la técnica no es,de ninguna manera, nada técnico. Pero en el plano realsí podemos identificar rasgos técnicos que entran en sudefinición. Dejar de lado este hechosería abrirel caminoa entelequias del topos hyperouranios o a inspiracionespoéticas.

Y es precisamente a la poiesis a la que se remo~t~ elpensadordelosHolzwegepara~xplicarelalcanceo,ngina1de la tekhne. La técnica gnega denota no solo lasactividades y destrezas del artesano, sino también lasdestrezas de la mente y las bellas artes. La tekhnepertenece a la creación, a la poíéeis; es algo poético.~ Lapoiesis produce y revela al mismo tiempo. Ahora bI.en,la técnica responde a un tipo de revelaciónmuy peculiar,marcada por la relación intencional específica delhombre con una determinada imagen del mundo. ¿En

2llMartinHeidegger, Vo,t,ilgeundAujsalze, p.21;d. p.19. Poiisissignificaa la vez hacer y traer a la luz. De ahí que la técnica ~nga 9ue ver, por. ufllado,con la verdad praxica y, porelorro,.con la ~velacl~n. véase la relaCIón entretekhne y epistrore en Aristóteles, E/lea a NiCOltUlCO, hbro VI, capítulos 3 y 4.

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qué consiste esta configuración técnica del mundo?Para Heidegger se trata de un conjunto de condicionesque proyectan almundocomo Bestand. Conesta palabraquiere acentuar no tanto la permanencia, cuanto elcarácter ordenable y sustituible de los objetos. El objeto(Gegenstaná) pierde su carácter como tal cuando esatrapado en el Bestand. "Das in der modernen Technikwaltende Entbergen ist ein Herausfordern, das an dieNatur das Ansinnen stellt, Energie zu liefern, die alssolcheherausgef6rdertundgespeichertwerdenkann":l9(El modo de revelación que señorea en la técnicamoderna es un reclamo que impone a la naturaleza laexigencia irrazonable dequeproveaenergía que puedaser extraída y acumulada como tal.)

Bajoestaperspectiva, la naturaleza se presentacomouna reserva potencial para el uso humano. Todo 10cualresulta gráficamente claro en la industria de la mineríaEn esta óptica, la mirada a la tierra no es virginal nisagrada. En la base de las tecnologías contemporáneasyaceunainteligenciaparticulardelmundoqueestablecela posibilidad de las primeras. El río se convierte enfuente fluvial de electricidad, es decir, en una reservaordenada de energía. Pero al mismo tiempo el río seencuentra bajo nuestro dominio, gracias a la técnica.Estaabrecarninos literalmente, yconstituye la condiciónde la posibilidad de la configuración del mundo en elsentido actual.

Las actividades del hombre, consecuentemente con

l>lbid., p. 22. En cuanto a las consideraciones etimológicas de Bestlmd yHerausfordern consúltese The Questi"" Concerning Technology, pp. 17, xxix y14,. respectivamente. Algunos usan la palabra "ectancia" para traducirBestllnd. Aunque a un nivel más superficial, los tecnócratas norteamericanospropusieron una teoría del desarrollo de la civilización y de los cambiossociales tomando como punto de referencia los cambios en el uso de laenergía. Howard Seoll y sus epigonce opinaban que la teoría del campounificado de Einstein era más simple que las matemáticas de la teoríatecnocrálica. (Henry Elsner, The TedmocTllfs. Syracuse: Syracuse UniversilyPreee, 1967, pp. 4,.31, 33, 138).

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estavisión del mundo como"reserva permanente" vanpor la línea de la penetración, transformación, elalmacenamiento, la distribución... El hombre esprotagonista en el proceso de la ordenación, promotordela técnica; nuncaes transformadoenmero Bestand. Porotro lado, la técnica no permitirá ser dominada, seapositiva o negativamente, por el hacerhumanofundadomeramente en él mismo. A este respecto, Heideggercorona un intrincado argumento en "Die Kehre" con lasiguiente conclusión: "Die Technik, daren Wesen dasSein selbst ist. Iasst sich durch den Menschen niemalsüberwinden. Das hiesse doch, der Mensch sei der Herrdes Seins."" ("La técnica, cuya esencia es el ser mismo,nunca se permitirá ella misma el ser dominada por loshombres. Eso significaría, después de todo, que elhombre era el señor del Ser.") Esto no quita que lacooperación de la manifestación del hombre seaimprescindible paraque el alumbramiento de la técnica

lO Martin Heidegger. uDie Kehre", en Die Technik und die Kehre, Pfulligen:Neske, 1962, p. 38. Dos párrafos más abajo, el filósofo nos remite a los rasgosfundamentales de la ontología de Sein und Zeit. "Damit aber dasMenschenwesen achtsam werde "uf das wesen der Technik, damit zwischenTechnik und Mensch hinsichtlich ihres Wesens sich ein WesensverhiiltIlisstifte, muss der neuzeitliche Mensch zuvor a11ererst in die Weite seinesWesensraumes zuriickfinden." (Si se desea lograr que el hombre en suesencia contemple la esencia de la t~cnica, y que se establez.:a una relaciónesencial entre la técnica y el hombre respecto a sus esencias, el hombremoderno debe, primero y sobre lodo, recobrar la plena holgura del espaciopropio de su esencia.] Ciertamente, el camino hacia la esencia de la técnicay la fundamentación de una relación esencial entre la técnica. Yel homb~exígenqueésterecobre la plenaholgura desu WesenSrllUm,es decir, delespacioapropiado a su esencia.

Este espacio esencial recibe la dimensión que lo une a algo más allá de~I sólo desde fuera de la relación vinculante [Ver-halttnis] quees el modo enel que la custodia del ser mismo concierne a la esencia del homb.re comoaquel que es útil y necesario para el Ser. Al extremo contrano de laautenticidad cuelga la amenaza de que el hombre sea tomado como una"reserva permanenteu. A la ilusión de ser el señor de la tierra sigue ladesilusión de encontrarse sólo consigo mismo. Heidegger secunda a W.Heisenberg en esta percepción y agrega que hoy el hombre no encuentra suesencia en ningún lugar. Para captar la relaci6n entre la esencia. de la técnica,el destino y la libertad, véase 1M Qu5tio11 Qman!ing Tedrnology tmd 0tMrF.ss8ys, pp. 25-26.

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sea dirigido hacia el cambio de su destino (telos).Semejante realidad descansa en el hecho de que el Ser,como esencia de la técnica, se ha adaptado a la "en­racionalización" (Ge-stell), y enque la manifestación delhombre pertenece a la manifestación del Ser. Noolvidemos que en la metafísica heideggeriana la"parusta" del ser - perdónese la redundancia - necesitala manifestación del hombre si quiere pernumecer segurocomoSerconservando supropiamanifestaciónenmediode todo 10 que es, y así en cuanto Ser perdurar comopresente.

Todo da a entender que la esencia de la técnica es deíndole existencial sin perder de vista la relación quemedia entre los factores ónticas y los ontológicos. Deestas hondas consideraciones surge una aparenteparadoja. Aunque la tecnología moderna escronológicamente posterior a la ciencia moderna, laprimera precede históricamente desdeel punto devistade la esenciaque gobierna sufuturo interno. Laprioridadontológica de la técnica sirve de fundamento paradefinir el modus essendi de la época contemporánea.

Si es cierto que la técnica actual supera a la antiguaporque descansasobre laexactitud de la física moderna,no es menos cierto que la física, por ser experimental,depende del progreso enlaconstrucción de los aparatostécnicos. Este razonamiento podría colocarnos en uncallejón sin salida o en un camino ad infinitum. Losinstrumentos también nacen para responder anecesidades teóricas. Regresamos al punto de partida ynos preguntamos si en el principio era la acción, lapraxis.

Indudablemente, la ciencia contemporánea seencuentra inmersa o encarnada en el contextoinstrumental que provee la técnica. Más todavía: elespíritu de la técnica inspira y hace posible el caráctercalculador de la ciencia hodierna.

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Ihre Art des Vorstellens stellt der Natur als einemberechenbarenKraftezusammenhangnach. Die neuzeitlichePhysik ist nicht deshalb Experimentalphysik, weil síeApparaturen zur Befragung der Natur ansetzt, sondernumgekehrt: weil die Physikund zwar schonals reineTheonedie Natur daraufhin stellt, sich als einenvorausberechenbaren Zusammenhang von Kriiftendarzustellen, deshalb wird das Experimentbestellt,namllchzur Befragung, ob sich die so gestellte Naturund wie sie sichmeldet. JI (El modo de representar de la ciencia modernapersigue y entrampa a la naturaleza como una coherenciacalculable de fuerzas. La física moderna no es una cienciaexperimental porque aplicainslrumentos a la investigaciónde la naturaleza. Más bien debemos decir lo contrario.Puesto que lafísica, realmente ya como teoríapuraconstituyela naturaleza para mostrarse así mismacomo red de fuerzascalculable previamente, organiza, por consiguiente susexperimentos previamente para preguntar si y corno lanaturaleza se presenta cuando es colocada de esta manera.)

Los presupuestos teóricos ya establecen un marco deaplicación, anticipación y explicación. Detrás de lospresupuestos teóricos late la técnica en su aspectoontológico que responde a un mundo concebido bajo elsigno del Bestand. Creemos que en esta parte de lareflexión heideggeriana se verifica un salto o hiatoinjustificado. Tal vez proceda de una ambigüedad en ladelimitación de los niveles gnoseológicos: técnico,científico, filosófico. ¿Cuándo comenzamos a usar lanaturaleza como una reserva explotable? ¿Cuándo sepasó del uso al acto reflexivo explícito? ¿Estánlimitadaslas teorías científicas a una cosmovisión basada en elBestand? ¿Contribuyeron las ciencias, por su parte, aelaborar esa cosmovisión? ¿Cuál ha sido la función dela filosofía eneste proceso? ¿Habrá otro modus technicus

"MarnnHeidegger, VortrQ'ge undAufsiltu, p. 29.DospáginasmásadelanteHeidegger afirma que la física jamas podrá prescindir de este hecho: lanatureleza se del..ta de una m¡mera u otr" que es identificable por medio delcálculo y que permanece ordenable como un sistema. de información.

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más importantequeel Bestand? ¿Es el fenómeno técnicoel rasgo distintivo de nuestro mundo actual?

Heidegger señala que conocemos la primacía de latécnica gradualmente. Corresponde a la cienciamoderna, históricamente, anunciar la técnica, prepararlos caminos de su esencia; la física actual es el heraldode la en-racionalización, heraldo cuyo origen aún sedesconoce. ¿Se desconoce realmente? Si la respuesta esafirmativa, podría quedar enentredicho laprioridad dela técnica. Nuevamente entra en acción la dialécticaocultación- revelación, porque todo 10quese manifiestase mantiene dondequiera oculto hasta el final. Aun así,la técnica como Ge-stell es la condición de la posibilidadde la ciencia moderna. La ilusión de que la técnicaequivale a la ciencia física aplicadahunde sus raíces enel hecho deque laesencia de la técnicamodema consisteen la "en-racionalización" y debe emplear la cienciafísica exacta. Pero es necesario neutralizar las ilusiones.

9A pesar de que la esencia de la técnica es ambigua y

misteriosa, no es indiferente. Cuando nos abrimosexpresamente a aquélla, nos encontramos ines­peradamente embarcados en un reclamo liberador.Para Heidegger el misterio libera, y la libertad es lo queoculta de una manera que abre a la luz. Si olvidamosque la revelación propiciada por la técnica es a la vezuna ocultación, entoncesnaufragamos enuna peligrosaconfusión: el totalitarismo del modus revelationistecnológico. No toda revelación se identifica con elordenar ni todo se desvelará sólo en el modo típico dela técnica. De ser así, las repercusiones serían óntica yontológicamente desastrosas.

Las al ternativas para superar el peligro radical de latécnica apuntanhacia un cuestionarniento critico tantoen el ámbito de lo que es afín a su esencia cuanto en lo

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que es fundamentalmente diferente a ella. En "DieKehre" Heidegger cita unos versos de Holderlin en elsentido de que, donde está el peligro, también allí crecela fuerza salvadora. J2 En "Die Zeit des Weltbildes" traeotros versos del mismo poeta con el propósito de hacerhincapié en la importancia del cuestionar creador y dela reflexión genuina para conocer lo incalculable. Lareflexión transporta al hombre del futuro a una zonaintermedia en la que pertenece al Ser y todavíapermanece extraño entre aquello que es:"Wenn dieSeele dir auch über die eigene Zeit/ sich die sehnendeschwingt, trauemd verweilest du/Dann am kaltenGestade/Bei den Deinen und kennst sie níe. ("Aunqueel alma, ansiosa, se te agite por encima del propiotiempo, permaneces apesadumbrado en la fría ribera,junto a los tuyos y no les conoces.") En "Die Kehre"habíaseñalado que sólo cuando el hombre, como pastordel Ser, cuida sobre la verdad del Ser, puede esperar lallegada del destino del Ser en lugar de descender alnivel del mero deseo de conocer. La crítica reflexiva o lareflexión crítica es una nota constante en ese itinerarioque trasciende el almacenamiento cognoscitivo paraculminar en una misión cuasi-mística en los predios de

J:I Martín Heidegger, Die Tech"ik u"d die Kehre, p. 41. El filósofo comentaal respecto: "Die Gefahrist das Reltende, insofern s.ieaus ihre~ verborgenkehrigen wesen das Retiende bringt. [ "." . 1 Die ~fahr íst abee dasNachstellen als welches das Sein selber m der weíse des Gestells derWahrnis d~Seins mit der Vergessenheit nachsetzt." (El f:":ligroes la ~erzasalvadora, en la medida en que aquél pone de manlflest,o la pUjanzasoteriológico de la esencia oculta del peligro. [ ... ¡.Más el ~llgro radlc.a enla acechanza, es decir, en la manera en que el propio ser, baJOla modalidadde GesÚ'/1 procura con negligencia el cuidado:> que. corresponde.al5er.) Sonlas dos caras de una realidad: la pujanza soteríológíca de la~C1a oculta delpeligro y la acechanza de esa modalid.a.d que a?an~onael cUld.ado d~15er.Al final de este erulayo Heidegger crmca la hlsto,,:,ograf~a universalista ycatastrófica calcada sobre el modelo de la mentalidad técnica. ¿Será unacritica solapada a O. Spengler y semejantes? En "Die Zeit des Weitbildes"(Holzwege, Prankfurt: Klosternmann, 1950, p. 103), advierte sobn: launiformidad organizada coma el más seguro instrumento del total-técnico­dominio sobre la tierra.

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laontología. Cuando hablamos de almacenamiento delconocimiento abrimos una brecha sugestiva sobre elcarácter técnico del aprendizaje, de la literatura, lainvestigación, las bibliotecas, elsicdeceteris. Heideggerha insinuado algunas pistasalrespecto, específicamenteel nuevo estilo de vida del investigador ("Die Zeit deWeltbildes").

Las amenazas congénitas del modus technicus nodesaparecerán por virtud de un fiat del ser humano. Esposible que en la misma raíz primigenia de la técnicademos con la salida de la aporía. La clave no consiste enhuir hacia el pasado. Pensamos, más bien, en elparentesco entrepoiesis y tekhne,entre elartey la técnica.El arte remite a la praxis y a la poesía; es técnico, pero sumodus revelandi abre nuevos caminos hacia el Ser. Elsiglo XX ha sido testigo de una síntesis orgánica entrelos adelantos técnicos y la creación artística. Gropius,creador de la escuela Bauhaus, pensaba que el artistatenía el poder de insuflar vida al producto muerto de lamáquina; su sensibilidad debía combinarse con elconocimiento del técnico para crear nuevas formas enla arquitectura y el diseño. 33 Curiosamente, un diseñode Gropius, levantado en acero y cristal, resalta latransparencia de la estructura. Los edificios siguen elesquema inconspicuo de los instrumentos. En laexperiencia de Gropius la fenomenología de laarquitectura registró una etapa de conspicuidad ya quesus modelos eran muy innovadores. Pero, sobre todo,su obra representa una simbiosis de la forma y elmaterial, de lo estético y lo útil. La escuela Bauhauspuede ser unparadigma de una fusión positiva del arteydelatécnica,conunefectosoteriológicoenlacoyunturaactual.

"'Gillian Neylcr, The Buu!ulus, tondon: Studio Vista,. 1968, p. 34.

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Heidegger enumera cinco fenómenos esenciales dela modernidad: la ciencia, la técnica de la máquina, eldesplazamiento del arte hacia la esfera de la estética, laconcepción y consumación de la actividad humanacomo cultura, la pérdida de los dioses (Entgdtterung) . .><

Encuanto el desplazamiento delarte a la esferaestética,el autor lamenta el que la obra de arte se convierta enobjeto de Iameraexperiencia subjetiva. Si comparamosesta tesis con la conclusión de "Die Frage nach derTechnik" no sólo percibimos una relación entre loscinco fenómenos y una añoranza de un arte a-estético ya-cultural, sino también la nostalgia de la presencia delos dioses.

Es necesario morar poéticamente sobre la tierra yque la verdad brille en el esplendor del toekphanestaton,lo ultra-resplandeciente. Mas la reflexión en torno alarte ha demantener los ojos abiertosante laconstelaciónde la verdad.

"M, Heidegger, "Die Zeit des Weltbildes", Holzwege, pp. 695. En estepasaje la máquina adquiere un valor hermenéutico extraordinario. Latécnica maquinista aparece como una transformación autónoma de lapraxis, un tipo de transformación donde la praJ(is exige primero el emple<;>de la ciencia física matemática. Por otra parte, según su propio testimonio,la técnica de la máquinasiguesiendo,hastae¡ presente,la consecuencia másvisible de la esencia de la técnica moderna. Heidegger no explica este puntoconamplitud y profundidad ni siquieraenel ensayodedicadoexclusi:,,~ntea la técnica. Una incursión seria por esta vereda hubiera contribuido aprecisar ellogos de la re/chne y a evitar la carga retórica o romántica.

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II

TÉCNICA Y RACIONALIDAD

Nihil est sineratione.Leibniz

1A pesar de que la técnica provocó una ruptura en la

imagen ordenada -cósmica- de la naturaleza, solemoshablar de una racionalidad tecnológica. Estaracionalidad sería la nota distintiva de la civilizacióncontemporánea. Y no se refiere sólo a la coordinaciónefectiva entre medios y fines, sino también a lajustificación lógica de su modus essendi y a lareagrupación de los conocimientos en tomo a suspeculiaridades como quehacer humano.

El fundamento logocéntrico de la técnicano procededel vacío. Es fruto de tantos conatos racionales que hangerminado en el pensamiento occidental. Tal vez laconcepción vulgar de la razón la reduce a un aparatomentalquecapacitaalhombreparacaminarrectamentea lo largo de unas ca-ordenadas predeterminadas. Lasrespuestas no son tan sencillas cuando preguntamos:¿En qué consiste concretamente la razón? ¿Cuál es supsicogénesis y su fundamento real? ¿Qué diferenciahay entre razón, racionalidad y racionalismo?

Las investigaciones científicas han dado al trastecon el determinismo universal burdo. Laplace fueplácidamente desplazado. Aunque vive, de algunamanera, su sueño de dar con una fórmula que abarquelos movimientos de los más grandes cuerpos deluniverso y los del átomo más ligero. W. Heisenberg

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también anhelaba encontrar una simple ecuacionfundamental que explicara la propiedad de todas laspartículas elementalesy los procesos de toda la materia.Laplace concibe a principios del siglo XIX unainteligencia que en un instante determinado conociesetodas las fuerzas de la naturalezay la situaciónrespectivade los seres existentes y fuera capaz de analizar talesdatos. Esta inteligencia alcanzaría la fórmulamencionada anteriormente, y nada sería incierto paraella.

Aquí late un presupuesto teórico, la suposición dela seguridad, de la regularidad rítmica e infalible.Precisamente,laratioinc1uyeensuabolengoetimo16gicosignificados que remiten a notas de exactitud: cálculo,cuenta, medida, regulación, constancia, peso, norma,proporción. Más que nada, el racionalismo laplacianodesnuda una cosmología bien establecida. Se partía deun universo definido, imperfectamente captado pornuestros sentidos. En palabras que E. Cassirer atribuyea Montaigne, diríamos "Was wir Natur nennen das istin Wahrheit die Regel der universellen 'Vernunft'".("Lo que denominamos naturaleza es, en realidad, laregla de la 'razón' universal'") Correspondía alacienciapenetrar enlos diversos niveles de la realidad, de formaque el conocimiento humano alcanzara una completaadecuación al orden de la naturaleza.

En la ciencia decimonónica todavía sobrevivíanalgunos resabios de la cosmología aristotélica. Yesto, apesar de que se había superado el mito del mundosublunar y de la inmutabilidad de los cielos. Eldescubrimiento de lasupernova-enrealidad una estrellasupervétera inestable que estalla, v.g. la estrella deTycho-contribuyó a desmantelar el dogma aristotélico.

Los avances de la astrofísica y de la microfísicaadelantaron la causa de los conceptos de probabilidady aproximación. Quedó atrás la imagende una realidad

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estable y poseedora de estructuras fijas. Porconsiguiente, "el mundo no es sino la representaciónque nos hacemos de él, representación siempreprovisional; todos estos ajustamientos o reajustes hanpuesto fin al mito de una razón conquistadora queenardecía antes la imaginación de los científicos y losfilósofos" .'

¿En qué consistía esa razón conquistadora? Tantoracionalistas como empiristas enaltecen la razón comofacultad cognoscitiva y suponenque lo real es racionalDecía Parménides que sólo es predicable lo puramenteracional: el ser infinito e inmóvil- indivisible y único."Pues 10 mismo es el pensar y el Ser (...) Sólo undiscurso como vía queda: Es. En éste hay signosmúltiples de que lo Ente es ingénito e imperecedero,pues es completo, imperturbabley sin fin. No ha sido niserá en cierto momento, pues es ahora todo a la vez,uno, continuo."> Con el moderno racionalismo quedaexplícita la reducción de lo real a lo ideal, la identidadde lo existente con lo inmanente.

El siglo XVIII ve el apogeo de la razón agresiva, una

'Abraham Moles y André Noiray, "El pensamiento técnico" en La Filu­sofia (Bilbao: Ediciones El Mensajero, 1974), p_ 506. La relatividad delllamado polo objetivo 'llaca también la clásica integridad del sujeto, Ianto ensu constitución íísica cuanto en su configuración psíquica. Hasta la cuestióndel arjé se ha complicado malamente, pues ya eS insuficiente identificar losúltimos elementos y su principio de interacción.

2J:emando Montero Moliner, Parménides, fragmentos transcritos porPedro E. Badillo, Antología de la filosofia griega (Rio Piedras: Editorial

Universitaria 1974) p. 35. Aunque esta versión del fragmento ha sidocriticada porGuidoCalogero (Studi su//' Eleatismo, p. 1411, Cl'€(} que la exégesisdel es/in no afecta la intención de nuestro pensamiento, particularmente sinos fijamos en el contexto de la relación entre lo real y lo racional sindespreciar por eso los matices hennenéuticos. Según Ferrater Mora, elracionalismo que atraviesa la filosofía antigua y penetra en la medieval debedistinguirse del racionalismo moderno. El moderno racionalismo esprincipalmente H un claro intento de progresiva racionalización de toda larealidad" (Dicóonariode filosofia [México, D.F.: Editorial Atlante, S.A., 1944],p. 576). La confianza en la razón da lugar a una cosmovisión que pasa através de una reducción de lo real a lo ideal. En cuanto a los desdoblamientosdel racionalismo a partir del siglo XVII-cfr. Ibid. p. 577.

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razónque pretende modificar la naturalezay lahistoria,irradiar luz desde su santuario profano. Ese siglo esprecisamente el escenario de un filósofo que quisodepurar y conciliar los ingredientes del conocimiento ydel quehacerhumanos. ParaKant la razónes lafacultadque proporcionalos principios del conocimientoapriori;contrasta, por tanto, con la mera experiencia.

Immanuel Kantconsideró laespeculaciónfilosóficacomo un arma enderezada a conjurar las preguntasfundamentales del saber,hacer,esperary de ladefinicióndel hombre. La Critica de la razón pura (Kritik der reinenVernunft) pretende investigar la naturaleza, lasposibilidades yfronteras del conocimientohumano. EnlaCriticade larazón práctica (Kritik derpraktischen Vemunft)Kant plantea el asunto de laconducta humana, es decir,la acción corno problema ético.

Los títulos de los tratados kantianos suelenconfundir al lector.Enefecto la Crítica delarazón prácticaenuncia en una primera formulación el imperativocategórico: "Obra de tal modo que la máxima de tuconducta pueda valer en todo tiempo como principiode legislación universal", y le llama ley fundamental dela razón pura práctica. Aquí aparecen los dos adjetivosjuntosmodificandoal sustantivorazón. Para desenredareste pequeño imbroglio debemos referirnos a los tresmodos de saber que integran el esquema gnoseológicokantiano: lasensibilidad (Sinnlichkeit),el entendimientodiscursivo (Verstand) y la razón (Vernunft). Esta últimaes la que adama los títulos originales de los librosmencionados en el párrafo anterior. Al añadirle eladjetivo pura-reine- se indica la calidad apriorística dela razón, en cuanto actúa independientemente de laexperiencia. Por lo tanto, la pureza se identifica con losprincipios apriori. Más aún, la razón pura equivale a lascondiciones racionales de un ser racional en general, esdecir,másalládeunindividuoenparticular.Sedistingue

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del entendimiento, pues le concierne investigar lacondición de todo lo condicionado.

La acepciónfilosófica de la crítica no es sinónimo decensura, sino de una indagación sobre las posibilidadescognoscitivas del horno sapiens. Es una crítica de lafacultad de larazónen general. ¿Puedela razónhumanaconocer la realidad? Aquí tiene vigencia la raízetimológica de la crítica, pues se trata de someter ajuicio la capacidad cognoscitiva de la razón. Admiradode la ciencia y despierto del sueño dogmático, Kant selanza a justificar la validez, universalidad y necesidaddel conocimiento científico, amenazadas por elempirismo inglés.

Enla Crítica delarazónpura,el filósofo deKonígsbergno sólo acentuará la iniciativa principal del sujetocognoscente frente a la cosa conocida, sino que ademásconcluye que realmente lasmaternáticas y la física estánconstituidas por juicios sintéticos a priori. Porconsiguiente, las matemáticas y la física son verdaderasciencias, superan los juicios tautológicos, incrementanel saber, un saber universal y necesario. Por otro lado,el idealismo trascendental postula que es imposibleconocer cómo son las cosas externas (cosas en sí onóumenos); conocemos las cosas tal como se nospresentan pormedio de las formas apriori (fenómenos).Kant critica las teorías metafísicas, pues no es posibleformularjuiciossintéticos apriori sobreel universo, Diosy el alma.

Si la razón pura definía el lado teorético de la mentehumana, la razón práctica mira a la manifestación deesta racionalidad en la acción, es decir, como voluntad.Porque además de conocer, existen el querer yel obrar.Lograda la síntesis del racionalismo y el empirismo enla teoría y metodologías trascendentales, los juiciosmetafísicos quedan enmarcados en el ámbito de lospostulados de la razón práctica. La Crítica de la razón

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práctica examina esos supuestos teóricos que permitenentender los hechos morales. Se establece que lospostulados están allende el mundo fenoménico yconstituyen cuestiones de fe: inmortalidad del alma,libertad y Dios.

A pesar dequeaKantse le señaló comoel demoledorde la metafísica, su objetivo consistió encontrarrestar elescepticismo introducido por los empiristas ingleses.Kant se enfrentó a la metafísica racionalista e intentóformular una ciencia de estricto valor universal ynecesario. Lafundamentación crítica del conocerexplorala posibilidad de reedificar la metafísica y se pregunta,en más de una ocasión, ¿cómo se puede edificar lametafísica como ciencia?'

En efecto, la Crítica de Kant es una propedéutica ala metafísica, entendida como conocimiento filosófico apriori. Ahora bien, desterrar las ideas llamadasmetafísicas del marco de la razón pura especulativaabre la brecha hacia un dualismo en el corazón de laantropología, cuyas repercusiones tocan las riberas delmundo contemporáneo.

Quede claro, pues, que la razón práctica no se oponealapura. Ambas son puras. La razón práctica contrastamás bien con 10 especulativo o teórico. "La expresióncompleta sería, pues.razón puraespeculativa (o teórica)y razón pura práctica... La razón especulativa se refierea una teoría, a un puro saber de las cosas; la razónpráctica en cambio se refiere a la acción, a un hacer, enun sentido próximo a la praxis griega y es el centro dela moral kantiana".' Aunque la praxis kantiana está

'Und nun ist auch von dierser die Frege: Wie est Metaphysik als naturan­lage moglich? ( ... ) Diese lezte Frege. die aus der obigen allgerneinenaufgabe Iliesst, wtirde mit Recht diese s~i.n: wie .isl Metapbyaik a~sWjssenschaft mógllch? Immanuel Kant, Knhk der rernen Vernunt, Kant sgesamme lte Schriften, Band nI, Berlin: Druck und Verlag von GeorgReímer, 1911.

'Julián Marias, Historia de la filosofía (Madrid: Revista de Occidente, 1973), p.Z78.

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vinculada a unhacer de carácter ético, el cono-cimientosólido pertenece al reino de las matemáticas y la física.habría que discernir, consecuentemente, la magnitudde la deuda que ha contraído el ethos de la razóneficiente con el idealismo trascendental. Por otro lado,tal especulación se torna más sugestiva si tenemos enmente la herencia de la Ilustración en el espíritu deKant. Su rechazo del racionalismo deWolffno le impidereconocer en la razón el centro generador del progreso.El progreso surge de la iniciativa humana y se orientahacia la sociedad perfecta, regida por la racionalidad.

2Pero la síntesis kantiana no logró acallar la tensión

entre razón y fe. Algunos pensadores terminaronnegando el polo de la razón. Otros, como [ean-PaulSartre, optan por justificar el mesianismo marxistamediante la razón. Sartre quiere encontrar métodospara comprender el ser a partir de una comprensióndialéctica. El motor de la historia ya no es la simplerazón, sino launidad práctico-inerte, integrada por dostérminos irreductibles, la praxis y la materia.

Iean-Paul Sartre intenta, en su Critique de la raisondiatectioue, conciliar las ideas del existencialismo con elpensamiento marxista. De acuerdo con Sartre unaantropología estructural e histórica" trouve sa place á l'indépassable philosophie de notre temps et paree queje tiens l'idéologie de l'existence et sa méthode'comprehensive' pour une enclave dans le marxismeIui-meme qui l' engendre et la refuse tout á la fois".'

'Jean-Paul Sartre, CriJiquede la raison dialectique, I (paris: Editions Galli­mard, 1960), p. 29. Existe versión castellana, por Manuel Lamana, CríJiCJJ deIII razán dirúéclicll 1 (Buenos Aires: Ed. Losada, 1963), p. 34. Judith Botti haescrito un interesante ensayo sobre la conceptualización cristiana de Sartre.("Verdad y enmascaramiento en la doctrina filosófica de Jean·Paul Sartre",en AcllISIICongm;oNacirmal deFilowfill [BuenosAires: Editorial Suramericana,1973J, pp. 283-3(1).

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Argüir que el marxismo es la filosofía irrebasablede nuestros tiempos porque se han superado todavía"les circonstances qui l' ont engendré" parece unrazonamiento endeble.

En esta obra el filósofo francés concibe la filosofíacomo una manera en que la clase dominante tomaconciencia de si. Consecuentemente con el esquemamarxista, el pensamiento filosófico es un epifenómenode la realidad social, determinada en última instanciapor las relaciones de producción. La verdad de lafilosofía -más bien filosofías- radica, entonces, en unainstancia exógena, es decir, en la praxis que la haengendrado.

El autor de L'Étre el le Néant había invertido lostérminos tradicionales, concediendo prioridad a laexistencia sobre la esencia. En su ensayo de ontologíafenomenológica había expresado que la relación con elotro se manifestaba como una lucha alternante, entre élyyo, paraconvertirnos mutuamenteenobjetosy afirmarnuestra respectiva condición de ser -para-eí. Ahora esnecesario salir de lo concreto, justificar la existencia dela realidad social, una síntesis que salve la coexistenciaentre los hombres. Superada la aporía existencialista,observa Sartre, el beneficio alcanzará también almarxismo, el cual degenerará en una antropologíainhumana si no reintegra a sí al hombre comofundamento suyo.

La constatación de este defecto fundamental de laideología marxista no significa que Sartre hayarenunciado a las categorías básicas del materialismodialéctico, si bien subraya la prestancia del sujeto:" ...el fundamento de la antropología es el hombre mismo,no comoobjeto del saber práctico, sinocomo organismopráctico que produce el saber como momento de supraxis"." Tomemos nota de esta dimensión pragmáticade un saber que se produce como momento de una

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praxis. Ciertamente, la coyuntura sartreana nos colocaa un nivel mucho más profundo que la praxeologíatécnica, pero ya vislumbramos las tendencias máselegantes de una ratiodominadapor la vertientepráctica.Kant ySartre, con sus respectivascríticas y respondiendoa circunstancias diversas, postulan las exigencias deuna razón ilustrada. El anciano de Konigsberg sepropuso limpiar el expediente epistemológico de lafísica y de lasmatemáticas. Asimismo.concede primacíaa la praxis sobre el saber y aboga por una sociedadperfectayprogresista, regida por laracionalidadSartre,porsu parte,concibealhombrecomoorganismoprácticoque produce el saber como momento de su praxis. Laverdad de las filosofías está supeditada a la acción delos sujetos.

Kant pensó que su edificio teórico sería la base decualquier metafísica futura que mereciera el nombre deciencia. Ironías de la vida: ni siquiera logró colocar losfundamentos de lafísica. Lafísicamodemademolió losjuicios sintéticos a priori. La teoría de la relatividadcuestiona radicalmente las clásicas concepciones deltiempo y del espacio. El nóumeno es, para la físicaatómica, una estructura matemática, que se deduceindirectamente de la experiencia. La teoría cuánticahace revisar nuevamente la noción de causalidad.Finalmente, con el correr del tiempo, la razón prácticano se detiene tanto en las consideraciones éticas, cuanto

6Jean-Paul Sartn:>, Criticade III rllzóndialéctica, p. 154. Véase Cario AugustoViano, "La razón, la abundancia y la creencia" en Crisis de /Ilrazón (México:Siglo Veintiuno Editores, 1983), pp. 306-307.

'Weiner Heisenberg eltamina la idea kantiana de ratio. La investigacióncientífica rresume que, al percibir un evento, existe un hecho previo queproduce e primero siguiendo alguna regla. ¿Es legítimo aplicarestecriterioa la física atómica? El conocimiento contiene la incertidumbre que surge dela interacción entre el núcleo y el resto del mundo. Los conceptos kantianosson condiciones de la ciencia, con un limitado campo de aplicabilidad.Nunca será posible que la razón pura alcance alguna verdad absoluta. Laciencia moderna realiza el paso del realismo metafísico al realismo práctico(Physicsllnd Philosophy ["New York: Harper and Brothers, 1962], pp. 80-92).

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en la efectividad técnica, en la línea de la razónpragmática actual.

Tal vez hoy sea más evidente la mentalidaddominadapor lapreocupaciónprácticacomorespuestaa necesidades concretas. No cabe duda de que lascondiciones sociales o materiales han conducido alhombre a fijar su mirada en la autonomía de lasrealidades terrestres y en la solución de problemas muyespecíficos e inmediatos. Ahorano vamos aexaminar elasunto relativo al grado de determinación que ejercenlas llamadas infraestructuras materiales sobre loscuadros ideológicos. Perosí sabemosque, por lomenos,a partir del Renacimiento se da un viraje continuo, encasi todos los saberes, hacia lo particulary dinámico. Enla cultura occidental se fragua un modo de pensar muya tono con la nueva racionalidad tecnológica.

Algunos preferirán insistir en el hiatus o saltocualitativo que media entre el saber de corte clásico y loque en este ensayo bautizamos con el nombre de"tecnociencia". Sin embargo, y aun reconociendo lanobleza de ciertos saberes, creemos que el proceso delsupuesto conocimiento racional no es unívoco ni lineal.En la síntesis del dinamismo racional se registra,ciertamente, la observación de la regularidad de losacontecimientos y la relación efectiva entre las cosas.Luego sigue un proceso dialéctico y cíclico, en el que seintegran elementos teóricos y prácticos. De esta formaes posible concebir un continuum que vincula 10técnicoa la ciencia y a la filosofía.

Esta perspectiva supone un cambio radical en losplanteamientos epistemológicos. Cuando elmovimiento se estudia como un proceso y no como unhecho.entonces las preguntaskantianas tambiénentranen crisis. Las epistemologías tradicionales aceptaban laimperfección de las ciencias, pero miraban elconocimiento adquirido como algo estático, es decir, se

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situaban de golpe sub specieaetemitatis. Semejante actitudnoes exclusiva de las grandes doctrinas filosóficas. IeanPiaget esgrime el argumento de que los científicoscayeron en la misma desgracia:

... durante mucho tiempo el pensamiento científicocreyó haber conquistado un conjunto de verdadesdefinitivas, aunque incompletas, lo cual permitíapreguntarse de una vez parasiempreenqué consisteel conocimiento (... ); incluso ciencias tan recientescomo la sociología o la psicología, si bien no hanpodido presumir de un saber muy firme, tampocohan vacilado, hasta estos últimos años, a la hora deatribuir a los seres humanos, y por tanto a los sujetospensantes, objeto de su estudio una "lógica natural"inmutable como quería Cornte (quien a pesar de suley de los tres estados insistía en que losprocedimientos de razonar eran constantes ycomunes paratodoeellos),o invariables instrumentosde conocimiento."

Según el agudo análisis de Miguel A. Quintanilla, lacienciaes uno de los grandes mitos denuestros tiempos.Esta veneración se traduce en la ascendencia social delcientífico, el prestigio de las asignaturas vinculadas alas ciencias naturales y, sobre todo, en el tabú de unámbito casi sagrado de la actividad humana. Sinembargo, hablar sobre la mitificación de la ciencia noequivale a menospreciar las virtudes de un método queha beneficiado a la humanidad.

"lean Piaget, PsiwlogÚl y epistemoJOgÚl (Barcelona: Editorial ArieJ, 1979),p. 8. En una interesante controversia COn Lakatos, Kunh YPopper, Piagetdefiende la hipótesis de una cierta continuidad entre el sujeto "natural"precientíñco y el sujeto científico. Suponemos que esta hipótesis debe de serun anatema contra la "ruptura epistemológica" de Gastan Bacbelard. DicePiaget que a partir de la continuidad funcional, "se puede afinnar unageneralidad mucho mayor de los dos caracteres que hemos reconocido entodo conocimiento científico: una inconsciencia relativa de su propiomecanismo y un devenir continuo en su construcción". (Psicogbtesis e his!OrÚlth 14cienci".(México: Siglo Veintiuno Editores, 1984), p. 244).

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La concepción positiva de la ciencia supone undogmatismo donde el saber se identifica con elconocimiento absoluto, definitivo. El concepto deciencia, afirma Quintanilla, no es algo dado de una vezportodas,sinoprecisamentealgoquehayquecoIlStruir.Para lograr ese propósito, es necesario superar ciertasconcepciones ideológicas, imágenes que atribuyen a laciencia notas fantásticas, a saber, infalibilidad,objetividad y progresividad absolutas, neutralidad yautonomía.

El mito de la infalibilidad de la ciencia incluye lassiguientes ideas: la verdad científica es absoluta ydefinitiva; el conocimiento científico es total y seguro;por consiguiente, las predicciones científicas soninfalibles. Pero el tiempo, maestro inefable, se encargade desengañaralosconstructores de supuestossistemasdefinitivos del mundo. La mecánica newtonianasucumbió ante la fuerza gravitante de la evidencia.

La geometría euclídea ya no goza de carta deexclusividad. Las ciencias sociales también sufrieronlas consecuencias de la corriente mitificadora.Recuérdese, por ejemplo, la pretendida demostraciónde la necesidad del socialismo (Engels)."Paradójicamente, hoy el mito de la infalibilidad estámuy desprestigiado en las ciencias naturales, dondenació. Sin embargo, en las ciencias sociales se siguemanteniendo a veces de forma dogmática" ."

La historia de la ciencia nos indica que en laevolución científica hay múltiples errores, retrocesos,modificaciones... Por otro lado, la certeza es más unaactitud de carácter subjetivo que una nota intrínseca dela ciencia, pues ésta carece de un medio paraproporcionar un conocimiento cuya certeza esté

"Miguel A. Quintanilla, "El mito de la tiendaN, en Dicciun"rio th filoso­fía contempor67U'tl (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1976), p. 67.

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garantizada. El criterio de la falibilidad o falsabilidadde K. Popper contribuye a desmontar el mito de lairúalibilidad. No obstante, él también cae en un nuevomito: el de la objetividad y el progreso absoluto delconocimiento científico.

Enningúnmomento pretendemos negar la relaciónentre los conocimientos científicos y la realidad, y elprogreso de esa relación. Pero sí cuestionamos el sentidoabsoluto de una sola objetividad posible y una solalínea de progreso. ¿Existen otros parámetros deobjetividad y otros criterios de progreso diferentes?Dado que la ciencia es una representación del mundo,habría que justificar la objetividad de esta creencia. Unmismo fenómeno puede recibir interpretacionesdiferentes, avaladasporcorrespondientesverificacionesjurídicas. Tampoco es plausible elcriterio del consensuso acuerdo de los científicos: se trata de un argumentosociológico, relativo. En cuanto al progreso, faltan lasgarantías a priori de que un derrotero determinado seael más adecuado.

El mito de la neutralidad corre igual suerte alapoyarse sobre algunos prejuicios que desfiguran elverdadero rostro de la ciencia. La postura radical deesta concepción mítica postula la dedicación exclusivade la ciencia a los hechos independientes de las teorías.Asimismo, entre el dato fáctico y los valores se levantauna gruesa pared de cal y canto. Ahora bien, la filosofíade la ciencia ha acorralado últimamente la tesis delneutralismo ingenuo al adelantar la causa de estos dosprincipios casi axiomáticos: no hay hechos sin teorías,ni ciencia sin valores.

M. Bunge ha insistido en la naturaleza de la propiacienciacomo un valor o unsistema devalares. w Conste

'"Mario Bunge, Materialismo y ciencia (Barcelona: Editorial Ariel. 1981)pp. 141-154; E/iea y cienCÚl, 3a ed. (Buenos Aires: Edílorial Siglo Veinte.

1976). En otra oportunidad analizaremos la tesis de Bunge sobre la relación

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igualmente la dimensión axiológica de la metodologíacientífica considerada como un sistema normativodonde deben prevalecer la verdad, la sinceridad. En loque mira ala ontología o cuestiones últimas, el lenguajecientífico apunta hacia la existencia de determinadasentidades, de un mundo real.

Finalmente, ¿hasta qué punto hemos de aceptar laautonomía de la ciencia y su poder determinante oprimacía con respecto a otras esferas de la vida social?El mito de la autonomía y de la primacía estáemparentado con una visión idealista de la sociedad: laidea como un motor del sistema social. La respuesta ala pregunta depende de la ubicación del esfuerzocientífico en la superestructura o en la infraestructurade las comunidades humanas. El estudio del carácterinstitucional e histórico de la ciencia arroja undiagnóstico realista de su lugar relativo en la complejared de las fuerzas sociales.

3La matemática, la lógica y la física debieron revisar

sus posturas absolutistas. Aunque Piaget protege suespaldacondeclaraciones deneokantianos, deP. Natorpy de T.5. Kuhn para sostener que el conocimiento no esun estado y queel método lo es todo, debemos tomar enconsideración que el proceso se cristaliza, y existe un[undamentum in re. Ahora bien, la cristalización resultaprovisional, al margen de la validez de los paradigmasde Kuhn, y la constitución de la res parece cada vez másindeterminada. Por otra parte, Piaget ha puesto demanifiesto, a través de investigaciones empíricas, lacontinuidad entre las formas correspondientes depensamiento analítico y sintético.

teoríaclentlñca-tecnoiogta, verdad-eficacia (cfr. FiloSI.J~ delafisica (Barcelona:Editorial Ariel, 1982]. pp. 20, 26; Lainvestigación científica[Barcelona: EditorialAríel, 1969J, parte m.)

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El hecho de que la fuente de todo conocimientoremita al nivel mínimo de las acciones, la continuidadde las formas de pensamiento y la importancia de laestructuración que procede por medio de equilibrios yauto-regulaciones progresivasnos persuaden de que elaspecto funcional es un factor imprescindible a la horade ponderar la nueva racionalidad técnica, o mejor, lanueva dimensión de la racionalidad enclave técnica. Latécnica pretende someter a razón, en un cálculoasegurado, todo 10que está a disposición. Los modelostradicionales de conocimiento se sienten impotentesante las complejas estructuras de un mundo cada vezmás complicado. Es necesario poner orden en estecomplejo sistemaintegrado porcomponentesnaturalesy artificiales. (¿Hastacuando seráválida tal distinción?)Elmétodocibemético, porejemplo, proponeunaespecíede"trialéctica" para sustituir la antigua dialéctica de loreal y lo racional, del ser y el pensamiento. Los trestérminos serían: lo real, lo racional y lo funcional. Elúltimo fungiría de mediador entre los otros dos.Actualmente la construcción del modelo eficaz aparececomo algo intermedio, como puente entre dos orillashasta entonces tan distantes que era preciso quedarseen una (la del sujeto: el idealismo) o en otra (la delobjeto: realismo). n

¿Será una exageración decir que la filosofía de latécnica ha trastornado la técnica de la filosofía? En todocaso, percibimos serias implicaciones epistemológicas,pues se modifica la tensión sujeto-objeto, conocer-ser.Quizásse agranda la grietaentre la física y lametafísica,mientras se organizan las piezas de una metafísicamontada sobre otros postulados. Si el cientificismo seempeñó en explicar y fundamentar toda la realidad ytodo el hombre, el tecnismo no se instalará en una

"Abraham Moles y Andrés Noiray, NEl pensamiento técnicoN' p. 519.

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verdad absoluta, a no ser ésta: funcionar, y funcionarcon la máxima eficacia. Más que emular la actitud dePrometeo, la ratio tecnológica parece desembocar en elnonplusultradeSísifo. El primero ridiculizó alos diosesy hurtó el fuego del cielo. Fue encadenado a una rocasobre elmonte Cáucaso, donde unbuitre se alimentabadiariamente de su hígado, El segundo, al terminar suvida desordenada, fue castigado a llevar una pesadapiedra a la cima de una colina; la piedra rodaba cuestaabajo inmediatamente que él alcanzaba la cúspide. Apesar de todo, Homero llama a Sísifo "el más astuto delos hombres". Irónicamente, la astucia y el artificioproceden de la misma raíz etimológica. La preguntaque late en nuestra mente es la siguiente: Si la razóneficientese convierte enla razóndominante, ¿agonizaráel hombre en la noria del eterno retorno, en unafuncionalidad sin trascendencia? Poniendo entreparéntesis la escatología religiosa y la teleologíaespeculativa, ¿cuál sería el plus ultra de la racionalidadtécnica? El hombre creó la técnica a imageny semejanzade suinteligencia. Los profetas demal agüerocomienzana temer que el proceso tome un giro a la inversa, esdecir, que la técnica re-cree al hombre, que del modusaperandi pasemos al modus cognoscendi y luego al modusessendi artificiales.

Mas he aquíque la razón tienemuchascaras. Un díasucumbe en profunda crisis; otro día se levanta de lascenizas, más resplandecienteque antes. Ayer fueamicuscuríaede la civilización artificial, mañana será abogadadel diablo. Afirmar que la razón ha acompañado losavances tecnológicosnosignificaque lasdiversas formasde racionalismo aboguen por el conocimiento técnico­científico. Hayopinionesquesostienen todo lo contrario,es decir, que los racionalismos del siglo XX se hanconfigurado como formas de crítica a ese tipo deconocimiento. Carlo Augusto Viano señala que "el

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tema de fondo de esta critica podrá ser indicado en eltipo de especialización y de clausura propio delconocimiento científico ( ... ) El recurso a la razón seconfigura. por eso, como intento de hallar horizontesmás amplios en los cuales insertar el propio sabercientífico". 12 En este sentido la razón se ubica en uncontexto de creencia y finalidad. De nuevo brota unacuestión básica: el fundamento de la razón y la razóndel fundamento. Precisamente, Heidegger escribió unlibro intitulado VomWesen des Grundes. A pesar de queGrund significa fundamento o principio, el título de laversión inglesa rezaasí: The EssenceofReasons. Este datoes sugestivoyaque vincularazóny fundamento, si bienHeidegger trata aquí mayormente del concepto de"mundo". El mundo heideggeriano no equivale a latotalidad de las cosas, sino a aquello que les da medida,propósito y validez en nuestros esquemas. Por eso seremonta críticamente al arjé aristotélico, según loexpresado en la Meta.física. En el análisis aristotélico dela palabra arjé se enumeran las diversas clases de lo quellamamos comúnmente fundamento (Grund): losprincipios relativos a que un ser es, a qué es y a suverdad. A la clasificación anterior Aristóteles añade ladivisión de las causas: material, formal, eficiente yfinal." Es interesante notar que, en tiempos de

"Cario Augusto víenc, "La razón, laabundancia y la creencia", en Crisisde /Q rezón. p. 322. Según víano, el racionalismo de base histérica ha visto enla ciencia moderna el froto de una época particular y de una estructurasccíoeccncecca. el racionalismo de base naturalista la reduce al extravío dela idea de naturaleza como proceso; las teorías del horizonte teórico generalencuentran en ella un ClllIO particular de fonnas de saber más generales.

"Aristóteles, }ktufisia¡, trad. Patricio deAzcarate (Madrid: Espasa-ealpe,S.A., 1972), pp. 99-100. Hemos seguido más de cerca la traducción deHeidegger. Irn la versión castellana los principios son el origen de donde sederivan o la existencia, o el nacimiento, o el conocimiento. Heidegger vierteestos tres términos de una manera más a tono con los matices originales:..... des Grund des Was-seins, des Dass-seins und des wahr-seíns." (VOl!Wesm des Grundes [Evenston: Northwestem University Press, 1969", p. 4).Patricio de Azcárate cita a Asdepio paca indicar que la palabra principiotiene una acepción más general que la palabra causa. En general,. Aristóteles

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Aristóteles, se llamaban también principio las artes y,entre ellas, las artes arquitectónicas. La palabraarquitectónica debe entenderse en toda su extensiónetimológica que alude al arjé y a la tektosine e incluye ala misma ciencia política. La arquitectura sería elprincipio del hacer. Igualmente inspirador es el datorelativo a la familia filosófica de teknóo. La teknogoníaabarca todo lo concerniente al parto, al alumbramiento,a la procreación. Idéntico significado encontramos entekno-poiéo. Pero advirtamos que aquí se emplea otrapalabra que no habíamos examinado en otro ensayo,cuando intentábamos vincular la técnica con la poiesisgriega. Si unimos estos verbos con los verbos afines a laarquitectura-tektaínomai: carpintear, construir, hacer­tenemos entonces la tónica de la producción como ladescribe Aristóteles en la Metafísica (Lib. VII, Vll). Bienseaporobra de la naturalezao delarte, siempre topamoscon un hacer concreto que implica una causa eficiente.Aristóteles denomina creaciones (poieseis) a lasproduccionesque no son de la naturaleza. Sinembargo,a la producción del hombre se le da el nombre de pro­creación, cosa que sereflejaenellenguajecomún griego(v.g. teknopoiéo).14

emplea indiferentemente estas palabras. Tam¡;lOcc;' ~t6tele~ estabasatisfecho con la distinción de las cuatro causas ( Anstoteles hat sích auchnichtbei den 'víerUrsachen' alsnucaufgerafften beruhigt. ..", M. Heidegger,Ibid., p. 6).

"José M. Pab6n, DicciotUlrio Griega-EsprJñoI (Barcelona: Biblograf. S.A.,1978), p. 578. Se nos antoja interesante el hecho de que la palabra"artesano"sea punto de convergencia o terreno común de kkhney fdnóo.

i5 Immanuel Kant, Kritik der mnm VmllJ.njf. A 322 "Al5o ist dertrarezendentale Vemunftbegriff keín anderer als der von der r:ottllitaf~lkdingungm zu einem gegebenen Bedingten. Da nun das Unbdingfe allemdie Totalitiit der Bedingungen mOglich macht, und umgekehrt die Totalitiitder Be~ingunen jederzeit selbst unbedingt ist, so kann ein reinerVemu . überhaupt durch den Begriff des Unbedingten.. 80Íem ereinen Gmn der Synthesis des Bedingten enthiilt, erklirt werden." Gtadopor M. Heidegger, Von We:;en des GnuuIn, p. 66. Heidegger cree que latRscendencia,. entendida a su modo, es el ámbito dentro del cual podremosconfrontar el problema del fundaml'nto: "Die Tnaswrdmz ist derrIrach del"

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Este breve excursus no debe distraernos de lacuestión sobre el fundamento de la razón. De ningunamanera, ya que desde los albores del pensamientooccidenta11a técnica mira, por un lado, a los principios,Y, por el otro, a la praxis. Ciertamente, la búsqueda delpríncipium ratíonie nos eleva a alturas lógicas ymetafísicas. No obstante, también nos obliga a penetraren el humus de las realidades cotidianas, pedestres.Leibniz hace descansar el principio de la razón sobre lanatura veritatis. ¿En qué consiste la naturaleza de laverdad? De no encontrar un criterio definitivo y firmeentraremos en un círculo vicioso o en una fuga adinfinitum. ¿Cuál debe ser la suprema instancia crítica?Más alláde la conjunciónentre unsujeto y un predicadoestán las condiciones reales del sujeto y del predicado.Kant previó este escollo en la Crítica de la razón pura alproponer el concepto transcendental de la razón, esdecir, el concepto de la totalidad de las condiciones deun condicionado dado. Puesto que el incondicionadosólo hace posible la totalidad de las condiciones y, a lainversa, puesto que la totalidad de las condiciones es ensí incondicionada, un concepto puro de la razón puedeser explicado generalmente a través del concepto delincondicionado encuanto este contiene un fundamentode la síntesis del condicionado."Kant quiso salvar, pormedio de la idea, la unidad sistemática delconocimientoy la pureza de la razón, dejando la referencia del datumalasuerte delentendimiento. Lahistoriasehaencargadode revisar radicalmente el idealismo trascendental deKant.

Bezirk, innerhalb dessen das Problem des Grundes sich muss antreffenlM5enR (Ibid., p. 32). Aunque sea difícil creerlo, Hegel, a quien muchosidentifican con el dimax de la especulaCión idealista, tachó de puramenteintelectual el conocimiento ineficaz de Kant y levantó sus armas filosóficasa favor de la razón consciente y eficaz (Enciclopedia de las ciencias filosójials(Mb:ico:JuanPablosEditor, 1974],pp 296-297;DiePluienomenologiedesGeistes,V<J7'rnk, en Siiml/idre Werk.., Jubilaumsausgabe von H. Glockner, vol. II, pp.50-51; Fmommologill delEspirifu [Mbico: Fondode Cultura Económica,.1966], p.36).

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Mientras tanto, seguimos tras las huellas de lasuprema instancia crítica, aunque ya no se hable de lavirginidad de la razón. Corremos tras la utopía de unsaber absoluto, no en virtud de especulacionesfilosóficas, sino penetrando eficazmente en los micro ymacroelementos del universo; y, sobretodo.observandoel paso concreto del hombre a 10 largo de la historia.Dicha observación describe una razón que se configuragradualmente en procesos semejantes a la bio­retroacción. Muchos inventos nacieron de la imitaciónde la naturaleza: v.g. la fotografía, la congelación, latransportación aérea... Distingamos, por consiguiente,la razón fundante de la razón eficiente. La primera sesitúa en el espacio de la creencia, en el sentido profano.La segunda recoge los esfuerzos del hombreencaminados a lograr unos resultados específicosempleando unos medios efectivos.

La dimensión de la racionalidad que se ubica en lacreencia apunta hacia un saber que contiene nece­sariamenteensísu propiajustificación. Laracionalidadtecnológica, alacorta o a la larga, tambiénse apoyaráenun pensamiento que le confiera legitimidad. Sinembargo, ese pensamiento se nutre de su propiodesarrollo siempre abierto a nuevas posibilidades. Laspotencialidades están orientadas de alguna manera enla dirección de la evolución más que en una teleologíapropiamentedicha. Consecuentemente, le repugnaunametafísica petrificada, ya que lo que pueda llamarse serqueda expuesto a una continua transformación. Lamisma evolución pemanece supeditada a la dialécticade la producción técnica. Los factores de la técnicaestarán, probablemente, muy atentos a los factorespragmáticos y a las presiones inmediatas, sin "cum­putare" fundamentaciones metafísicas. Las críticas yreflexionesexógenasabriránuncampo de racionalidadmás amplio a la mera efectividad del homo technicus.

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5Esta profecía arranca del paradigma de las ciencias

positivas. Estas no podían satisfacer las exigencias deun saber que es a la vez saber verdadero, certeza,creencia. Si la verdad es el correlatodelcompletocarácterracional de la protodoxa, de la certeza de la ciencia,como señala E. Husserl, entonces el camino hacia elsaber absoluto cruza por predios ajenos a las cienciaspositivas. La ciencia, encambio, alenriquecersu propiametódica, contribuye a ensanchar el trabajo de la esferadel pensamiento simbólico.

las ciencias devienen lo que son, fábricas deproposiciones preciosas y prácticamente útiles, enlas que se puede trabajar como obreros y comotécnicos descubridores, a las que, encalidad práctica,se puede llegar aun sin una íntima comprensión,entendiendo de ella, en el mejor de los casos,simplemente la racionalidad técnica. 16

Tememos que Husserl haya sido demasiado optimistaen suapreciaciónde las"fábricas de proposiciones". Laracionalidad de la técnica se ha complicadoenormemente, y el abismo entre ciencia y técnica seesfuma incesantemente en aras de la tecnociencia. Elpensamiento teórico suele juzgar la constitución de laactividad tecnológica. Ahora la conciencia irrumpe enlos lugares más recónditos para desvelar los secretosdel pensamiento teórico. En otras palabras, la técnica

I6Edmun~J:lusserl,l~ relativas" Unll jenumenologúl pum Y" Unll filoso­Júz fmollU:1lolog¡aJ.ill (Me:xICO: Fondo de Cultura Económica, 1962), par. 18.Cario AugustoVI~ asevera que, con la crisis del positivismo, se disuelveel círculo entre I~~ gIoball'5 de la hisloria y su marcha por un lado, y eldesarrollo ~e la cienCia (en Comte) o de la cosmología científica (en Spencer)por el otro. Se abren entonces d05 alternativas: 1) la ciencia es considerada~~rmade~Iidadtécnica y utilitaria,. disponible para muchos fines~Ies;2) laC1~ es la forma de racionalidad que corresponde al puntoantl!rior, pero preasamente por ello depende de una forma particular de laSIJI:il'dad.IacapililIistaoindustrial.", rLafilZÓflolaabundanciay lacreenciort, p.324).

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pretende descifrar los mismos resortes íntimos de laracionalidad. El cerebro ya no es una esfera misteriosa,separada de los filósofos por una gruesa pared dehuesos y especulaciones, sino una intrincada"centraleléctrica" cuyos proceso afectan las funciones delaprendizaje, la personalidad y las emociones. "La únicafunción que s610el cerebro puede realizar es aprender.La deducción parecía inevitable: probablemente existealguna relación entre el aprender y la actividad físicaque únicamente se encuentra en el cerebro: sus ritmoseléctricos" ."

Laracionalidad tecnológica pretendeserunasíntesisenglobante, más que una racionalidad vicaria o unatercera alternativa entre el hombre y la naturaleza. Elmodus technicus amplía los horizontes, modifica lasrelacionesentre el hombrey el mundo, y de los hombresentre sí; influye igualmente en los modelos deaprendizaje y en las condiciones del conocimiento.Evidentemente, esta racionalidad no procede por víamachina ex coeío. ni en una perspectiva lineal. Más bienresponde a un patrón semejante al "cierre categorial"de G. Bueno. La técnica, como la ciencia, surge encontinuidad con operaciones anteriores, a partir de lascuales se ha logrado construir un cierre.

Gilbert Simondon superó el análisis tradicional delas etapas de la técnica al proponer un esquema másorgánico.v Simondon distingue tres edades: la de loselementos (siglo XVII!), la de los individuos técnicos omáquinas (siglo XIX) y la de los conjuntos (siglo XX).Por el momento, nos ocuparemos de la tercera edad,que es cuando se verifica la independencia de lasmáquinas, el control y la regulación de su funcio-

"W. Grey Walter, nla actividad eléctrica del cerebro", "n FísiC41 y quimiC41de 1" vi¡J,¡ (Madrid: Alianza Editorial, 1969), p. 282.

lIGilbert Simondon,. Du moded'e;ristena des alljects techniques(Faris: Au­bier-Montaigne, 1958).

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namiento. El sistema funciona eficazmente gracias auna relación orgánica entre las partes y el todo. Laautomación es un paso adelante respecto de laautomatización, donde la función es única e invariable.La clave hermenéutica del proceso consiste en alcanzarun control que garantice la economía y la eficacia. Perotambién se dan unas consecuencias laterales muyinteresantes. "A medida que aumentan la complejidady la integración de los conjuntos, se ve disminuirprogresivamente la distancia que separaba, a juicio delos filósofos de los siglos pasados, la materia de la vida,y la vida de la conciencia; la máquina, del organismobiológico, y a éste del organismo social, por un lado, y,por otro, de los comportamientos 'inteligentes' o delpensamiento'" '"

Vivimos en una época de confluenciasimpresionantes, mientras, paradójicamente, larealidadsepulverizaenconcepcionesgranularesysubatómicas.En un tiempo de totalismos orgánicos y, frente a laultraespecialización, se impone una"ciencia sintética".Hay varios criterios de clasificación, o mejor! deorganización que quieren explicar el denominadorcomún de los diversos ensamblajes. La cibernéticarepresenta una revolución frente a la clásicaconfiguración de las ciencias. Al igual que otrastendencias actuales-signos de los tiempos-aquellapersigue una constante racional en las relacionesconstitutivasde las organizaciones. Este conatoholísticono respeta las fronteras de las clasificacionestradicionalesde reinos, saberesomaterias. Su aplicaciónarropa todo tipo de organismo: mecánicos, biológicos,sociales.

Para los propósitos de este ensayo, 10 mássignificativo de la teoría cibernética es que utiliza la

19Abraham Moles y Andrés Noíray, "El pensamiento técnico", p. 509.

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analogía como método de investigación y comoprincipio de razonamiento. A. Moles y A. Noiray hanexplicado claramente este método de una ciencia quetomapor objetoloqueescomúnatodos losorganismos,»Consideramos que la teoría cibernética guarda en suseno una de las vertientes más ricas y vulnerables de laratio tecnológica. Ricas, porque su construcción demodelos de objetos abre nuevas alternativas a laintención de introducir orden en un sistema complejo.Vulnerables, porque puede serpeligroso desentendersede la naturaleza de los órganos o partes de un todo.Siempre cuelga, cual nube amenazante, la tentación dereducir los fenómenos biológicos y sociales a un sutilpanmaquinismo, hipotecar el sentido del universo a laefectividad de simulacros.«

La analogía estructural o funcional como nuevaclave gnoseológica se vale de un modelo que a su vezestablece un diálogo entre la explicación racional y elobjeto. La noción de simulacro no es una novedad en laciencia. La novedad radica en que el pensamientofenomenotécnico acentúa el elemento funcional y trazaun círculo de exclusión en torno al mundo en sí mismo.La verdad de las construcciones analógicas y el sentidodel mundo dependende la eficaciadelmodelo. Eficaciay perfección, dos palabras de una misma raíz, son losvalores de un saber resueltamente pragmático.

La preocupación de la ciencia de las máquinas no seconforma con rehacer idealmente lo real, ni conintegrarse en él en vez de descomponerlo, sino que seesfuerza por hacer realmente lo ideal. La construcciónde dispositivos caracterizados por una gran capacidadde adaptacióny plena autonomía es un testimonio de laruta ascendente de ese nuevo reino de la complejidad.

"'Ibid., pp. 51()..520. El estructuralismo contemporáneo muestra ciertosvínculos con el pensamiento técnico cibernético.

uIbid., p. 517.

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La noción de complejidad, medida universal deluniverso tecnológico, revela una dimensión esencialdel lagos, no ya como fuerza racional que suscitaobediencia (Fedro 253 d-e; Eíica aNicómaco, 1, 13, 1102 a27-1103 ai), sino como justificación de la distinciónentre la totalidad y las partes en el mundo de losorganismos. Todavía está en pie la búsqueda de laproporción, del criterio de semejanza yconstancia paraneutralizar la complicación en la etapa actual de laevolución.

Lamachinaspeculatrix, la machina philosophíeay tantosotros artificios que rayan en la ciencia ficción sonacercamientos a una ordenación o computación dondeestructura y función se funden en objetivos específicos.Hubo una época cuando las bibliotecas podíanalmacenar, de un modo más o menos organizado, lasconquistas del ingenio humano. Ese mismo ingenio hadebido crear ordenadores supereficientes paracomputar y poner a disposición de la sociedad lainmensa reserva de los conocimientos humanos, en unlenguaje apto para expresar la renovación del universoartificial. Si la complejidad era la medida del universotecnológico, la información es la medida de lacomplejidad. G. Simondon compara la teoría de lainformación con el energetismo termodinámico,correspondiente a la primera revolución industrial, Lainformación, que es el pensamiento tecnológico de laera de losconjuntos, tiene uncontenido eminentementereguladoryestabilizador. Lamáquinadebesuexistenciaa la organización y a la información; como la vida y conella rechaza el desorden y la nivelación que anula elcambio. La máquina es instrumento al servicio de lavida, de la energía y de la estabilización del mundo.Una visión optimista como la de Simondon supone, anuestro juicio, un locusrationismásamplio que la miopíadel simple maquinismo. Ha deserasí porquelavocación

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de totalidad de la razón no se limita a ponderar laefectividad de lascreacionesadMe. Al contrario, se lanzaa examinar las consecuencias más amplias de lacomplejidad, sabiendo que los sutiles artefactos de lamacro y microtécnica trascienden o traicionan los finesoriginales. Asimismo, parece "razonable" calcular losimponderables psicológicosy sociales de la tecnocienciay disminuir el margen de irracionalidad de los sistemas.Si se desea poner orden en el nuevo cosmos, noconvienedesordenar al ordenador principal.

6Ahora que nos asomamos al campo de la

preocupación moral, vemos que el nuevo pensamientotécnico se presenta como una versión ontológica ygnoseológica de la ética utilitarista. Por supuesto, nodeja de plantear cuestiones de carácter ético, Sucedeque los conceptos de bien y de mal son sustituidos porlos binomios eficacia-ineficacia, éxito-fracaso,consecuenciafavorable-eonsecuenciadesfavorable,etc.La teleologíadecuñoclásico tambiénsufreuna profundarevisión. La acción apunta hacia ciertos objetivos, perose descartan los fines existentes ensí como algoabsoluto.Los objetivos hacen referencia a otras etapas en unajerarquía de niveles, identificándose con la función. Loimportante, en última instancia, es la organizacióncientífica de los medios y los fines.

En ningún momento estamos insinuando unexpediente de neutralidad en lo que concierne a laciencia o a la técnica. Ni siquiera es necesario recurrir ala realidad institucional de la llamada tecnocracia paradetectar las implicaciones axíológicas. En la mismacontrastación de teorías se produce un desplazamientosutil del es al debe. Antes de pasar a la lógica decontrastación, permítasenos aludir a la ratio de latecnocracia, SegúnjeanMeynaud,latecnocracia"trouve

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son fondement initial dans le culte de I'efficacité quitraduitle souci d' obtenir le maximundes résultatspourle minimum d' efforts. Cette attitude (... ) implique unegrande confiance dans le valeur du raisonnementexpérimental POU! la solution des problems sociaux". 22

La tecnocracia, en el mejor de los casos, estaría en lasantípodas de la burocracia. El gobierno fundado en latécnica pretende organizar racionalmente todos loselementos del organismo social para conseguir lamáximaeficacia. Elideal de laeficaciano es impugnableperse. El aspecto contestable sería la falta de controlessuperiores, los parámetros o la definición de la propiaeficacia y la tentación de crear un superorden o unasuperrazón sin referencias ulteriores. Es redundanteinsistir enlacargadevalores que inyectan las sociedadesa la actividad tecnocientífica.

Anteriormente cuestionamos la neutralidad de lasciencias. Algunos conceden que haya una relaciónexterna y unilateral entre la ciencia y los valores. Larelación iría de los valores a la ciencia, pero no a lainversa. Como la ciencia en sí misma no crea valores,nunca trascendería a la región deontológica. Aquí esdonde acudimos a la lógica de la contrastación. J.Muguerza, M. Bunge y M. Quintanilla han tratado derelativizar la antinomia entre el es y el debe, es decir, laexención deontológica de la ciencia.

J. Muguerza revisa el esquema de la lógica de lacontrastación partiendo de la lógica de la explicacióncientífica, la lógica de la predicción científica y la

"Jean Meynaud, La tech"'x:ra/ie: mythe o.. Tea/ile? (paris: Payot, 19(4), p.8. Nos extraña que J. Meynaud considere el razonamiento técnicocomorfecteur d'objectívité et d'fmpartielité". El atribuye a la ideologí¡¡ laselección de los objetivos. Debemos matizar este juicio y preguntar hastaqué punto se dan la objetividad y la imparcialidad en la totalidad delfenómeno. ¿No depende la objetividad de la ontología, y ésta, de lafil000fia?Tampoconooconvence fa marcada distinci6nque Meynaudestableceen~ ciencia y lécniD. (Ibid.• p.l9).

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aplicación tecnológica de la ciencia. Nos interesaparticularmente el tercer miembro de la tríada. Laaplicación tecnológica de la ciencia se suele presentarcomo una variante del esquema de la explicacióncientífica. ElterminusaquoesunacontecimientoA,comoobjetivo que se desea conquistar, y la teoría T queproporciona un conocimiento basilar con respecto a laproducción de A La tecnología crea las condiciones Cque, obedeciendo alos presupuestosteóricos, permitiránalcanzar el objetivo específico. Porejemplo, si queremoscalentar un gas y conocemos la teoría cinética de losgases,construiremosunaparato quecree lascondicionesapropiadas. En este caso de aplicación existe unenunciado normativo:

T=C--+AA es deseable (como objetivo de la acciónde alguien)Constrúyase C

La conclusión práctica - Constrúyase C - "es desdeluego un mandato, no una declaración, pero sufundamento no residesóloenT (puramentedeclarativo),sino en la conjunción de T y 'A es deseable' siendo aquíya este último un enunciado valorativo." '"La lógica dela tecnología parece excluir, por consiguiente, el pasoaxiológico. Ahora bien. el esquema de la contrastaciónnos remite a un valor meta-eientífico fundado en lamisma necesidad de la contrastación. Aunque,lógicamente, la teoría es independiente de lanecesidadde contrastarla, "desde el punto de vista de la realidadmaterial de la investigación científica T y 'es precisocontrastar T son inseparables, de lo contrario T no sería

"'Migue1A.Quintanilla,NElmitodelaci~ia",en~jcri~rWdela~rontemporúne¡¡, p. 75. Téngaseenmenteque el SIStema industriabubvíertedeforma radical la lógica de la investigación científica y de su apliolci6n (cfr.Ibid., pp. 79-81).

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una teoría científica, sino, por ejemplo, una expresiónpoética, mística, etc"." Esto significa que T es en lapráctica inseparablede "Constrúyase e": paracontrastarT es preciso que C. La ciencia crea normas; y los valorescientíficos son internos a la ciencia y consecuencias deella.

Nos percatamos, entonces, de lafunciónascendenteque ejercen la acción y los procedimientos operativosen la misma esencia de la ciencia, por no decir en todala cultura Occidental. Precisamente, aquí resulta patenteuno de los signos más importantes de la. crisis de larazón clásica. La contrastación, el empeño de verificarlos problemas mediante la acción, abona el terreno deuna nueva forma de racionalidad que pasa cada vezmás por la mediación de la técnica. "La disolución delas formas jerárquicas y del orden absoluto de lasverdades, propias de la racionalidad clásica, pasa porese acercamiento del saber desde un plano elevado ysublime al de las actividades intelectuales de loshombresque son especificadas por los procedimientos efectivosde lascircunstancias a través de lascuales las formas delsaber son practicadas, construidas y vividas." z;

El interés se ha desplazado desde las categoríasteoréticas y abstractas hacia la disponibilidadpragmática de los objetos. De ahí la importancia de lasreferencias extraintelectuales, las pruebas de realidad,las representaciones simuladas y las pruebas decontrastación.Ensuma,larazóneficienteseabrecamino

"¡bid. Se colige que la técnica puede servir de instrumento decontrastacíón a la ciencia y es un elemento indispensable de ésta. En laprá~tica es posible que la técnica sea el puntode partida de la investigación.QuIenes reducen la ciencia a la técnica ven en la primera un ~"istema deracionalización dominado por el desarrollo técnico que a su vez dependerá de las"",:""idadcs de la industria y por lo tanto la ciencia habrá perdido su primacía"(lb,d., p. 79). Como sabemos, ésta no es la Unica manera de proclamar la primadade la praxis.

"'Aldo Gargani,. Hlntroduceiónw, en Crisis <k la nzuin, p. 32. En cuanto a la crisis

de la imagen clásica de la racionalidad _ imaginación dirigida a disciplinar laInvestigacióndentmdefOl'lJ1aliideaJesaJn5Umadaseirrevoaol>b,.prec:ortitituidascmno estructuras naturak...- véase lbi<L p. 34..

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hacia el sancta sanctorum de la ciencia y de la filosofía.¿Será unsimple paradigmaal estilo de Kuhn o uncierrecategorial? ¿Se trata del último paso de una razóndecadente o la antesala de grandes horizontes delibertad? El hombre anhelará imponerse a lo diferentey extraño, en una captación totalizante y sistemática.Los idealismos filosóficos son sacrificados paula­tinamente en aras de una racionalidad tecnológica.

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IIILA MÁQUINA: PERSPECTIVAS

FILOSÓFICAS

Aberauchdannmaren die Apparate eherTeile unseres menschlichen Drganismusals Teile deruns ungebenden.

Natur. W. Heisenberg.(Aun los aparatos técnicos seríanprimero parte de nuestro organismohumano como parte del mundo quenos rodea.)

1La licencia lingüística se acerca a los límites de 10

tolerable. Hoy se habla de las "máquinas filosóficas"para denominar a aquellos aparatos que se ocup~ deuna parte de pensamiento heurístico. Sinofuera porquela filosofía es una etiqueta anchay ambigua, tildaríamosde exageradoe irrespetuososemejante adjetivo. Más deun filósofo se habrá escandalizado al saber que unhomeostato ha sido elevado a la categoría de machinaphilosophica. Un caso menos escandaloso es el de lamachina speculatrix, un robot cuyo propósito consistíaen estudiar los efectos de la detección y la posibilidadde una porción de tejidos cazaobjetivos en el cerebro.Suena por doquier el tópico de la llamada inteligenciaartificial.

Así que, en cuanto nos descuidemos, ya estarán lasmáquinas en los umbrales de las actividadesintelectualesmássublimes. Y,ala inversa, ya los filósofos

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handedicadolargas páginas a desentrañar los elementosesenciales del maquinismo. Algunos, como Heidegger,consideranque la consecuenciamás visible de la esenciade la tecnología moderna -idéntica a la esencia de lametafísica moderna- es la técnica de la máquina. Sonafirmaciones graves, pues los artificios creados por elhombre entran de alguna manera en la configuraciónyconstitución de las cosmovisiones.

Lamáquina -mekhane-se define comúnmentecomoun artificio para aprovechar, dirigir o regular la acciónde unafuerza. Esta definición parecesimple e incompletacuando contemplamos las ramificaciones de la técnicacontemporánea y la finalidad ulterior de los aparatosmáseomplejos. A veces es difícil trazar Ialíneafronterizaentre máquinas, herramientas e instrumentos.Conocemos libros de texto que clasifican a todas lasherramientas bajo lacategoria de las máquinas simples:palancas, planos inclinados, cuñas, tornillos, ruedas,ejes, poleas, engranajes. Asimismo, hay instrumentosque responden a las características del maquinismo.Tampoco debemos olvidar las máquinas operadas porla fuerza muscular. La herramienta se identifica,etimológicamente, con los instrumentos de hierro. Elsentido latoy original de máquina abarca las siguientesconnotaciones: ingenio, invención, medio, camino,recurso, remedio, fabricar con arte... Tal vez podamosrecoger en una nota esencial y restringida los rasgoscomunes a todo tipo de máquina, desde las más simplesa las más complejas: un arte-facto útil para ampliar laobra del hombre.

Examinamos esta sencilla definición en sus partes.Decimos"arte-facto" para indicar su carácter artificial.La máquina es un artificio creado por el hombre, esdecir, manu-facturado directa o indirectamente. Lapalabra "útil" se refiere al alcance pragmático delaparato, para distinguirlo de las obras de arte

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propiamente dichas. Esto no implica que las máquinascarezcan de cualidades artísticas o que no entren en laelaboracióndel arte. Algunas puedeninspirarexquisitasexperiencias estéticas o convertirse en piezas deexhibición en un museo. Pero esa no es su funciónprimariaoriginal. Finalmente, empleamos Iafrase u paraampliar laobradelhombre" conla intenciónde acentuarel aspecto complementario de los artefactos. Lossentidos, las extremidades y las facultades mentales dela persona humana sólo llegan hasta cierto puntotornando en cuenta las limitacionescongénitasyespacio­temporales. Por 10tanto, necesita instrumentos capacesde ampliar su actividad en todas las manifestaciones.La ampliación de la obra humana incluye superfeccionamiento y su posible transformaciónretroactiva.

Las herramientas y las máquinas contribuyen amodificar el ambiente en beneficio -¿o perjuicio?- delser humano. En ciertos casos se pasa de la modificacióna la transformación radical y a la creación de un medioartificial. Es insuficiente hacer funcionar las fuerzasmecánicas de la naturaleza gracias a la organización deciertas piezas relativamente resistentes. Es necesarioademás crear aparatos de investigación, dealmacenamiento de conocimientos, de mutación yperfecionamiento de la realidad.

En lo que respecta al desarrollo histórico de lamáquina, debernos adelantar varias observaciones. Enprimer lugar, corno bien ha demostrado LewisMUITÚord, la máquina no nació ex nihilo a raíz de larevolución industrial. Por lo menos, la sociedad europeaoccidental vio los albores del maquinismo desde elcomienzo del segundo milenio de nuestra era. Ensegundo lugar, son muchas las condiciones sociales yreorientaciones ideológicas que preceden y siguen alalumbramiento tecnológico. Los nuevos inventos

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suponen y, a la misma vez, favorecen un cambio dementalidad realmente amplio.

Leprogrestechni.que,eneffet,nemodifiepasseulmentles conditions du travaíl, il transforme aussi sesrésultats, et par conséquent, les faits économíques,ceux-cibouleversent á leur tour la vie de l'home.(...)lemachinisme modífíe les condi tions traditionnellesde vie,directement, paret dans lavie professíonnelle,índírectement, par et dans la vie economíque.' (Enefecto, el progreso técnico no sólo modifica lascondiciones de trabajo,sino ademássus resultados y,consiguientemente, los hechos económicos; estosúltimos, a su vez, trastornan la vida del hombre (...)elmaquinismomodificalas condiciones tradicionalesde vida, directamente, por y enla vida profesional, eindirectamente, por y en la vida económica.)

El maquinismoes, pues, responsable de tantos cambiosen los ámbitos económicos, profesionales yexistenciales.Trae además una revolución en la cosmovisión y en ellugar que ocupa el sujeto humano. El método técnicomás refinado tiende a disipar los factores subjetivos,particularmentelos caprichos oprejuicios del yo. Quizásno exageramos al afirmar que la simbiosis entre elhombre y la máquina va configurando un medio nuevo.Si queremos entender el papel protagónico de lamáquina en la civilización actual, conviene discernir lapropedéutica cultural que precedió a su advenimiento.

De acuerdo con L. Mumford, la ciencia física delsiglo xvn desnudó al mundo de los objetos naturales yorgánicos. La abstracción y el aislamiento equivalían ala muerte de los organismos reales o por lo menos a la

'Jean Fourastié, M11chinisme el birn-itre (Paris: Les Editions de Minuit,19(2), pp. 11-12. También cambia, por supuesto, la imagen del mundo.Durante los primeros siete siglos de la existencia de la máquina se trastornanlas categorías del tiempo y del espacio (cfr. Lewis Murnfocd,. Technia; IlndCiviliulUm [New York: Haccourt, Brace and Co.,19341 pp. 12-14).

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cesacióndel funcionamiento efectivo. Los herederos deeste desiertocreado por la ciencia moderna se vieron enla necesidad de poblar elmundoconnuevos organismosideados para representar las nuevas realidades de laciencia física. Así se abre un espacio holgado para lasmáquinas, las únicas que "completely met therequirements of the new scientific method and point ofview: They fulfilled the definition of 'reality' far moreperfeetly than living organism". >

Esta postura da por sentado que la cosmovisiónmecanicista fue una condición previa que permitió lahegemonía del imperio de las máquinas. La tesis deMurnford es aceptable siempre y cuando mantenga losresortes ideológicos del mecanicismo arraigados enunas circunstancias materiales muy reales. En todocaso, la máquina discriminó contra las cualidadessecundarias y se convirtió en paradigma de lascualidades exclusivamente primarias, calcando unafalsificación de la naturaleza. ¿Regresamos hoy tras lashuellas de las cualidades secundarias por los caminosartificiales? La conquista de la naturaleza no es unsometimiento simple e ingenuo, sino una re­construcción o re-síntesis a partir de las descom­posiciones realizadas por el pensamiento.

2Elasunto es más serio aún. Se trata de la reconquista

del mismo medio forjado antiguamente por el hombre.Analicemos un ejemplo literalmente"doméstico". Las

'Lew;s Murnford, Technics and Civilizali01l, p. 51. En la página 59 aparecenalgu~ose~mentos~el contexto social e i.deológico d-:l maquinismo: -creee­makmg: I~e-keep~ng: space exp~ora.h?':l: monas~c regularity: burgeoísorder: technical devtces: prolestant Inhibjtícns: maglCal explorations: finallyIhe magistra~ order, accuracy, and .c!arity of the physical sciencestherns-:Jves'". Aquiel au~r mezcla actividades y movimientos sin ningúnorden Jerárquxo. En la págma 70 Mumford hae una sugestiva comparaciónentre la ciencia Yel mundo conceptual de los físicos del siglo XVII.

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moradas antiguas eran concebidas mayormente comoabrigos, es decir, techosqueservíanderefugioyamparoa los que vagaban a la intemperie. Todavía las casasconservanestafunción. pero apenas nos damoscuenta.El hecho se hace conspicuo cuando luchamos en mediode una tempestad o quedamos a merced de loselementos.Aparentemente el domicilio moderno relega a un

segundo lugar la finalidad de refugio.Tomaprecedenciael conjunto de aparatos y objetos que co-habitanconlosusuarios de lacasa. La incorporación deestos artefactoshacen del hogar un centro de actividad, es decir, unagran máquina.

Hace poco tiempo que un sector de la humanidadlogró escapar del ritmo de vida impuesto por lasestaciones. Gracias a las condiciones creadasartificialmente por el hombre - luz, calefacción,refrigeración y otras - la casa es un microcosmos quegoza de cierta autonomía. Los gruesos muros de lascasas antiguas eran una defensa contra el frío y losintrusos, pero entorpecían las posibilidades de la vidaintelectual. A este propósito J. Fourastié sostiene que"la premiere conquéte du machinisme est celle duVerre á vitre. (... ) Seule la technique der verre avitre apu résoudre le dilemme et ouvrir nos demeuresnordiques a la lumiere, sans laquelle il n' est point decivilisation écrite"» (la primera conquista delmaquinismo es aquella relativa al vidrio o cristal. (...)Sólo la técnica del cristal ha podido resolver el dilemay abrir nuestras moradas nórdicas a la luz, sin la cual nose da la civilización de la escritura). Ciertamente, losclimas de tipo mediterráneo favorecieron, en el pasado,la civilización intelectual, pero sería una enormeexageración atribuir mayormente a las ventanas de

'lean Pcureetíé, .MWúnisme et /1im-itn, pp. 199-200.

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cristal la ilustración de los países fríos. Las culturasmeridionales también están endeudadas con las rutasdel comercio y otras hipotecas del progreso material.Por otro lado, la presencia indiscreta del sol puedeatrofiar la vida intelectual

Indudablemente, el maquinismo ha provisto unabase sólida para asegurar el avance de la civilización,para neutralizar la fragilidad humana. (R. Descartes,pensador robusto y aventurero, sucumbió ante elinvierno de Estocolmo). Sin embargo, esta apreciaciónno es más que unprimer acercamiento. El pensamientotécnico detectaun reino absoluto, totalizante queabarcatanto al hombre como a la naturaleza, sustituyéndolosy colocándolos en relaciones hermenéuticas. El medioantropotécnico elaborauna síntesis enlaque se integranel yoy el mundo. Ene!capítulo "Técnicayracionalidad"habíamos distinguido tres etapas enla evolución técnica:elementos, máquinas y conjuntos. En la edad de loselementos sobresalen las herramientas y losinstrumentos del taller. El hombre es el centro delprogreso que se verifica paulatinamente en loselementos. Lamáquina cancela el antropocentrismo, alconquistar cierta autonomía como individuo técnico.Finalmente, la edad de los conjuntos establece lainterdependencia de las máquinas¡ se acentúael controly la regulación de su funcionamiento. Paradójicamente,los artificios que negaron originalmente las realidadesorgánicas, dan lugar a un tejido muy semejante a unorganismo. Este fenómeno escapa a las clasificacionesvulgares del desarrollo de la técnica. No basta condescubrir las características externas de los autómatasen comparación con las herramientas y las máquinasmás heterónomas. Un análisis realista penetra hasta lasconfiguraciones sistemáticas deunoscomponentes queentran en juego de variables fundadas en estructuras yfunciones. Las partes puedenvariarsu funcionamiento

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según el estado del conjunto y la finalidad propia. Elpaso de la automatización a la automación puso enescena la obra de los conjuntos integrados, allanándoseel camino entre la materia, la vida y el pensamiento. Lacomplejidad y la integración son claves hermenéuticasen la llamada civilización tecnológica. "El concepto decomplejidad es, pues, esencial en la civilizacióntecnológica, ya que el horno faber ha desplazadolentamente su papel desde la fabricación de objetosunitarios, hechos a mano, a la idea de ordenación ocombinación de partes simples, de elementos cuyaspropiedades trascienden de sí mismos: el todo es másque la suma de las partes".'

En el siglo XX convergen las condiciones idóneaspara edificar una especie de"sistema modular". Es laépoca de la ultra-precisióny de los moldes quepermitengarantizar la unidad en la diversidad. Semejantenovedad de los objetos técnicos resulta patente desdelos juguetes infantiles -rtransformers"- hasta los máscomplejos juegos combinatorios. Junto a esta nota de latecnología moderna percibimos la tendencia cada vezmás compulsiva de invertir la relación entre tamaño yeficacia. Aunque el factor cuantitativo sigue ejerciendocierta fascinación en la psicología del hombre común ycorriente-¿hombrecomúnycorriente?-, pierdevigenciael dicho popular "Barco grande, ande o no ande". A laverdad que los medios de transportaciónmasivaexigencierto volumen, pero el núcleo de la maquinaria sereduce vertiginosamente. Tantoenlas máquinasbélicascomo en los aparatos electrónicos la funcionalidad semide en proporción inversa al volumen del objeto. Nosólo se reduce el tamaño de las piezas o circuitos, sinoque también se simplifican los procesos complicados,gracias a nuevos métodos y materiales. Si la naturaleza

'A. Moles, Trorí~ de los objetos (Barcelona: Ed. Gustavo Gil, S.A., 1975),p. 36

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humana tiene horror ante el vacío, la razón eficientesiente náuseas ante el despilfarro en la consecución delos fines.

Posiblemente fueronantimonias corno éstas las queinspiraron las reflexiones de Pedro Salinas en torno alos procesos técnicos. Decía Salinas, irónicamente, quetales procesos, "complicadosy abstrusos siempre, hijosdetantoytanprofundocavilar,serematanenresultadosde tal sencillez que recuerdan a juegos de infantes".' Sibienla técnicaes un esfuerzo para ahorrar esfuerzos, nopor eso debemos concluir que los resultados sonnecesariamente sencillos. Por lo menos, éste no es elcaso de las supermáquinas contemporáneas.Curiosamente, los mismos juegos infantiles se hantecnificado y ya no son tan siropIes como antes. La obradeSalinascontiene abundantes pistasfenomenológicas,aunque revestidas de poesía y bajo una gran armazónética. Nadie le restará valor a los planteamientos éticosy sociales de la técnica, en línea optimista o pesimista,pero creemos que se ha dedicado poca tinta a analizarel fenómeno en sí. Las actitudes ante el instrumentalmecánico, sean románticas u optimistas, revelan unacripto-inteligencia de la realidad técnica, es decir, unaconcepciónimplícita de la civilización de las máquinas.

De lo anterior se desprende la urgencia de unafenomenología de las máquinas, particularmente de lasrelaciones entre éstas y el hombre. No obstante, hemosde aclarar desde un principio que, dada la complejidaddel maquinismo actual, esas relaciones no se limitan aun esquema lineal hombre _ máquina -e naturaleza,corno si sólo existieran dos reinos y un intermediario.Yadijimos que el reino de las máquinas tiende a revisar

lPedro Salinas, La bambaincreíble(Río Piedras: Editorial Edil, 1970), p. fó.A juicio nuestro, esta obra condensa las consecuencias de la irrupd6n de losobrenatural en la supuesta panacea racional de la tecnocracia, y encuentrael sufrimiento en la misma raiz del ser humano.

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los términos de la dialécticayaadelantarnuevas síntesisenglobantes. Igualmente, en el capítulo "Técnica yfenomenología" presentamos distintos modelos de lainserción de la máquina en el mundo del hombre o dela inserción del hombre en el mundo de la máquina.Considerando la rica variedad de máquinas y lasdiversas modalidades de la relación mecano­antropológica, es prudente rechazar un paradigmaabsoluto o primario.

3Apesardequeeldesarrollotecnológicoestáflechado

hacia la total autonomía de la máquina, relevando alsujeto humano de ser un anej~ del univ~rsomecánic?,sería ingenuo pensar que exíste una independenciaentre el maquinismo y las concepciones ,perso~es_Cadamáquina, o mejor dicho, cadacategona mecánica,dicta las pautas de una percepción fenomenológicaparticular. La relación entre el ~uj~to y la ~~quinavaría, dependiendo de la constitución específica decada artificio. Varía también el tipo de inserción en elmediocreadopor la máquinaparticular, yla proyecciónhacia el mundo corno tal. Claro está, el mundo corno talse confunde cada vez más con la tecnosfera.

Las máquinas estánrecortadas segúnel patrón ~e laprecisión y del cálculo, pero los vínculos entre ~I sujetoy los instrumentos mecánicos no son necesarI<l1~ente

diáfanos, sino existenciales y ambiguos. Las rrusmasrelaciones humanas, mediatizadas a través de tantosaparatos, sufren alteraciones por lo. menos a. niv~1fenoménico. Es preciso aludir también a las impli­caciones axiológicas y SOCiológicas. El ejemplo delteléfono no deja de ser un tópico obligado. A fuerza deuso, el invento de la comunicacióna distancia perdiósucarácter novedoso. Sin embargo, no son muchas laspersonas que conocen perfectamente los mecanismos

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que permiten llevar la vozhumanadeunconfínal otro.En otras palabras, el invento en sí sigue siendo unamaravilla que se perfecciona incesantemente.

En un segundo acercamiento, notamos que lacomunicación telefónica produce diversas reaccionespsicológicasy hasta físicas. Algunos deploran lafrialdadde este contacto a distancia, la presencia de un intrusomecánico. Otros sienten más confianza detrás de lamediación telefónica y se adaptan profundamente almedio a través de una especie de bio-retroacción. Conlos cómodos aparatos sin hilos y ajustados a la cabezase esfuma parcialmente la tematización. Más aún, latendencia apunta hacia la eliminacióndel instrumento,convirtiéndose el entorno en un espacio decomunicacióntotalque incluyecierto gradode presenciavisual del interlocutor. Se quiere dar la impresión deque la distancia es una ilusión, al igual que lasimperfecciones de la tele-eomunicación.

Así entramos al plano fenomenológico. La cercaníade la voz o de la imagen implica un cambio en nuestraexperiencia del espacio. Es evidente que la experienciarealizada a través de la meditación instrumentalcontrastará de alguna manera con la experiencia delsentido desnudo. En los casos semejantes al teléfonoque suponen el uso de un aparato intermediario severifica en una doble vertiente. Por un lado, tenemos laextensiónyla amplificación de la experiencia, gracias alalcance extraordinario del instrumento. Por otro lado,el proceso es más pobre, pues influyen factores dereducción y transformación ajenos a la experienciaordinaria. Reiteramos la observación de que eldesiderátum de la técnica consiste en minimizar losefectos de reducción y perfeccionar inclusive el datumde la experiencia ordinaria.

Si pasamos delcampoauditivoal visual, se repite laconstante de la transformación del espacio como

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distancia. La historia del telescopio y del microscopioes muy reveladora al respecto. El telescopio sirve paraacercar a nuestra vista los cuerpos celestes que seencuentran a una distancia considerable. En ciertosentido, es un macroscopio, ya que su objeto suele serenorme. Visto a ojo desnudo el objeto puede sermicroscópico o invisible. El microscopio, en cambio,endereza su objetivo hacia entes diminutos que seencuentran a distancia muy corta del observador. Enambos casos se registra un cambio tanto en el terminusa quo como en el terminus ad quemo Por medio delinstrumento surge una mutación en la aparentesuperficie del objeto y en la aparente posición delobservador."

Refutamos la opinión de que aumenta la necesidadde instrumentos más grandes y poderosos, y la secuelade limitaciones reduetivas que este fenómeno acarrea.Sí, se multiplicó el poder de las máquinas, pero la

deles" 1"calidadtiendeaconcentrarseenmo e os compac os ,a pesar de lo que sostiene algún autor. Hay campos deinvestigación, como la astronomía, que por su rrusmanaturaleza requierenaparatos gigantescos. Sinembargo,elmismoprogresodelacienciahodiemasehaencargadode confeccionaruntelescopioabasede pequeños espejossincronizados. Siempre se impondránlas exigencias deun tamaño de proporciones razonables, pero la potenciadependerá fundamentalmente de la combinación másinteligente entre materiales y métodos a la luz de

"Don Idhe ha insistido en el hecho de que a cada cambio noe~ticocorresponde uncambio noético. Esto leconducea afirmarqueIasconfuslOnesde la filosofía contemporánea u concemingsw:h issuesasartificia1~tellige.nce,fantasies over'brain transplants' and the lile make, fro~ my pomt of vjew,a serious calegocy mistake which fails lo take ¡nto accou.nt. th"ephenomenological evídence al the reductive side of instrwnent mediebon .(Technjc~ Imd Praxis [Dordrechl-Boslon: D. ~eide~ Publishi~g C"omJ':'lnY'1979}, p. 23).ldhetambién critica la tendencia CIentífICaa reducir la rea~dadñsica" a la realidad medlatjzada porel instrumento y estructurada en micro­macro categorías (Ibid, p. 22).

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refinadas fórmulas científicas. Los primitivosordenadores ocupaban todo un salón. Hoy sonmáquinas más discretas sobre mesas o en lugaresinconspicuos. Tampoco simpatizamos con el parecerde que prevalecen las reducciones unidimensionalesenlos procesosfenoménicos delmaquinismo moderno.Sin menoscabar la dinámica amplificación-reducción,se dan conatos de representar la realidad ensu máximaexpresión sensorial y hasta de corregir las imper­fecciones de la llamada naturaleza, es decir conatosmultidimensionales y ultracósmicos.

Paulatinamente se sustituyen las fragilidades delsujetohumano pormáquinas perseverantes, efectivas yexactas. Ahí está la fotografía con su ojo artificial. Unavez logrado el enfoque, que también puede serpredeterminado, obtenemos un resultado palpable yduradero: una representación de los objetos. Mientrasel ojo natural almacena sus imágenes intangibles en la"ideoteca" delcerebro, la máquina fotográfica prescribeuna nueva iniciativa para el sujeto y produce ciertavisión de la realidad. El fotógrafo enmarca la realidadde unamanera diferente, conla intenciónde captarla enunmomento dadoy fijarla parasiempre. Eneste procesohay margen para la obra artística cuando imperanfactores formales afines a la estética.

4Nuestroanálisisestaría trasnochadosi permaneciera

en la fotografía bidimensional y estática. Ultimamentela representación plana ha sido superada por elholograma: Una imagen tridimensional creada con laluzláser.Seguramente,laobradeDennisGabor,EmmetLeith y [uris Upatnieks será perfeccionada. Nos dejan,empero, un invento paradigmáticoen el quese integranvarios frentes de la física. La holografía está más cercadel sonary del radar que de la fotografía. Gracias a la

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pureza de la luz del láser surge una onda luminaria deun solo color. No es nuestra tarea describir los detallestécnicos de la holografía. Sólo deseamos hacer constarsus interesantes implicaciones en el arte y en la ciencia.En el proceso de la fotografía tridimensional resulta undato muy curioso: la homogeneidad de la informaciónsobre toda la película. En otras palabras, podemoscaptar la totalidad de la imagen a través de un pedazoque se desprenda de la placa de la película.

Esta visión sinóptica a partir de una parte del todonos recuerda, en cierto sentido, la fenomenología de lacircunspección. Enel análisis de los utensiliosHeideggerinsiste en que el mundo no es la suma o clasificación delos entes. La totalidad precede a cualquier individuo osección como la condición de posibilidad de dichaparte, y esta última es el medio próximo para descub:irla totalidad. En el registro de la escena holográficadesdeuna pequeñaventana,se impone una perspectivadeterminada que no excluye a ningún componente deluniverso observado. ¿Procede la memoria del cerebro ala manera de la captación holográfica? Esta preguntaocupa la atención de algunos científicos en las últ~asdécadas,al igual que el uso de las memoriasholográficasen los ordenadores. Finalmente, el arte cuenta connuevos métodos para superar el escorzo tradicional, yla cinematografía se enriquece notablemente con loshologramas integrales y parlantes.

A riesgo de caer en trivialidades, la filosofía debemirar con ojo avizor las conquistas más sutiles de latecnociencia. La circunspecciÓn, en el sentido literal,arroja un inventario novedoso en cuanto a los rasgos ycambios de los objetos. Imaginemos por un momentolas consecuencias fenomenológicas de una exposiciónmúltiple y prolongada de las cosas ante la pacienteprecisión de máquinas hipersensibles. Ya la astrono­mía y demás ciencias se han beneficiado grandemente

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de los instrumentos bidimensionales. Los modernoshallazgos relativos a la combinación foto-objetosprometen ricas perspectivasy prospectivasneo-ópticas.Digamos entre paréntesis que tales resultados sonmodestos en comparación con la intima penetración delamicrofísicay la bioquímica. A raíz deestapenetraciónsecuestionarealmente elcarácterabsoluto de conceptostales como objeto, cosa, substancia, estado!A lo sumose pensaría en conjuntos organizados, cuyoscomponentes son dinámicos y cuyas "partículaselementales" ni siquieraconservanla permanencianilaidentidad.

Si la cultura informa la percepción, entonces latécnica contemporánea configura gradualmente laperspectiva ideológica de nuestro siglo. Fue Merlau­Ponty quien creyó ver una relación entre la percepcióny la "metafísica".s Cosa curiosa, nuestracultura giraentomo a la luz, la imagen y la vista. Recordemos laprioridad gnoseológica de la visión en Aristóteles, losdiversos iluminismos e ilustraciones, el auge de laóptica y la teología de la luz. Según Santo Tomás," ...nam "theos', quod secumdum Graecos Deumsignificant, dicitur a 'theaste', quod est'considerare' vel

'En un pasado no muy lejano surgió una controversia sobre la naturaleza"real" del electron: ¿Es una partícula o una onda? Algunos científicospropusieron el principio de complementartded para conjurar dichacontradicción. Este principio essemejanhe a la doctrina medieval de la dobleverdad, según la cual hay verdades reveladas que contradicen verdadesfilosóficas, pero es necesario aceptarcomo válidas unas y otras. ¿ Se trata deuna doble verdad o de diversas perspectivas o dimensiones de la verdad?¿Hasta qué punto descansa la mencionada contradicción en la falta deprecisión del conocimiento actual? J. Roberl Oppenheimer aplica elprincipio decomplementaridad a laconducta humana: UTo betouched withawe or humor, lo be moved by beauty, to make a cornmitment Or adehermination, to understand sorne truth - These arecomplementary modesof the human spirit. Al! of them are part of man's spirituallife. None canreplace others, and where one is called for the others are in abeyance".("'PhysiCllin theConhemporaryWorld", en Greal essays in 5cíence [New York:The pocket Library, 1957], p. 187).

"Cfr. Maurice Merlau-Ponty, '1"IJe Visible and /he Invisible (Evanston:Norwesh."m University Press, 1968), p. 212

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'videre"?' (ttheos', que según los griegos significa Dios,procede de 'theaste' ,que es 'considerar' o 'ver'). Todaslas gentes, incluyendo a los paganos que admitían unsinnúmero de dioses menores, inconscientes o ciegos,reconocían la existencia de uno principal entre todos,que veía todo lo que sucedíaenel mundo. Las escriturascristianas son explícitas al respecto: "Non est ullacreatura invisibilis in conspectu eius: omnia nuda etaperta sunt oculis eius" (Heb. 4, 13), (No hay criaturainvisible a su vista, todas están desnudas y patentes asus ojos). Nótese la relación semántica entre invisibilis,conspectu y oculis. La iconografía religiosa, por su parte,reafirma la primacía de lo visual al representar a Diospor medio de la figura de un ojo. Dígase lo mismo de laescatología tomista cuando ésta corona la culminaciónde la vida en la visión beatífica. Santo Tomás consideraque los griegos expresaron el nombre de Dios con untérmino derivado de conocer. Precisamente, existe unarelación directa entre ver y conocer. Sin embargo,aprendemos a ver en medio de la acción y dentro deunas estructuras determinadas.

Sabemos que las nuevas generaciones vivenirunersasenlacuIturaaudiovisualyquefrecuentementese entrecruzan las experiencias personales y la "visióncinematográfica" .Aquílas relacioneshombre-máquinano son simples. El ojo humano y el aparato proyectaseencuentran en la pantalla. La fenomenología de lavisión detecta una modificación en el contenido y en elproceso de la experiencia: " ... in the cinemathe world of'magic' has againreemergedasa 'normal' phenomenonof visiono The preferred static entities of the "carteeian'are replaced there witha new preference for dissolvingand changing images of this magical world (... ) The

'Santo Tomás de Aquino, Summa contra Gentiles, Lib. 1,cap. 44 (Madrid:Biblioteca de Autores Cristianos, 1952), vol. 1, p. 203.

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technology oí vision transforrns, while 'extendlng' thevision oí hirn who sees. The 'objective" attributes oíspace and time take second place to this near-distancewhich is made possible through the tubes" .» Lainmediatez delaimagenno elimina ipsojncto la distanciaque nos separa del otro en esta situación artificial. Peroya el mundo no conserva la clásica solidez oinmutabilidad anta el espectador.

Hasta este momento hemos reflexionadomayormente sobre la presencia de la máquina en laexperiencia humana por las vías auditivas y visuales.Pero debemos ir más lejos, pues el maquinismo arropatodos los sentidos y toda la persona humana. Lasmáquinas son simultáneamente un telón de fondo, unentomoyunaparte literalmente integrada de la realidadantropológica. Podemos rastrear cierta continuidaddesde el mazo primitivo hasta las naves espaciales,desde el martillo hasta las máquinas que laten dentrodel cuerpo, desde la palanca hasta la robótica másatrevida. Un invento resulta ser conspicuo al comienzode su aparición, pero luego toma el aspecto de un alterego en la existencia común ycorriente. La vivencia y laexpresión del sujeto no se dan desnudas, sino

IODon Idhe, "Visión and Objedification~,en Technics and Praxis. pp. 89-90. M. Merlau-Ponty ha dicho en la Phinominologie de la percepfion. que lamirada objetifica cuando toma el lugar de la posible comunicación. Idheanaliza situaciones novedosas en las que el equipo instrumental akanza¡;;ranautonomíay es un factor positivo-distinto y separndo---en la investigacióno.s. las pruebas espaciales en Marte). También examina los cases en que hayvariantes inducidas por medio del instrumento. En estos casos la mediacióninstrumental parece producir una ~intencionalidad"diferente de la visiónnatural (v.g. la fotografia con rayos infrarrojos). Finalmente, la fotografíaespectográfic:a de una estrella remota transforma la representación misma.Aquí se verifica la posibilidad vertical del instrumento con sus consecuenciashennenéuticas y metafísicas. "The djvisjon of sense (perception) and reason(hypothetical deduction) positsan ultimate. unsensed unexperienced'world"as ultimate;and its existence is nol merely that of in prnctice unperreivability,but of in principie unperceivability. Yet in contemporary technologícallyembodied science, it is precísely what is thought to be unperceivable that ismade present" ("'The instrument as mediator", Ibid., p. 38, cfr. pp. 32~37).

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mediatizadas y conformadas por la inmersióncada vezmás profunda en la cultura tecnológica. Sea en elautomóvil, en la luna, en la casa, bajo el mar, en laoficina, el hombre se viste y se reviste, de algunamanera, de ese ropaje creado por el modus vivenditecnológico. Evidentemente, no basta con afirmarapodícticamente lo anterior; urge comprobarloa travésde estudios confiables.

Señalarlahuelladelamáquinaennuestroambiente,en nuestro modo de vivir y de pensar no representaninguna novedad. Wemer Heisenberg narra unaleyenda china que nació hace unos 2,500 años. Tzu­Gung viajaba por las regiones septentrionales del ríoHan cuando vio a un anciano que trabajaba en suhuerto. El anciano había cavado una acequia. El pobreagricultor cargaba agua desde el pozo hasta la acequia,pero los resultados no eran muy halagüeños. Porconsiguiente, Tsu Gung quiso orientarle sobre unmétodo más efectivo y fácil para la irrigación: "MannimmteinenholzemenHebelann, der hintenbeschwert,und vome leicht ist. Auf dieses Weise kann man dasWasser schopfen, dass es nur so sprudelt. Man nenntdas einen Ziehbrurmen?» (Se coge una caña de maderaque gravite por detrás, y que sea liviana por delante. Deesta suerte se puede sacar agua, que solamente brotaasí).

Al anciano no le gustó para nada la idea de estanoria rudimentaria. Había escuchado a su maestrodecir que quien emplea máquinas trabaja como una

"Wemer Heisenberg, Dm;Naturbiiddo heutigen Physík(Hamburg: RowohllTaschenboch Verlag Gmbh, 1955), p.16. En elcuentc del labrodory la~quina,el artiñcioseria una plagaespíritual y, porlo tanto, suefectoes parad6jJCaIl\entecontrario al resultado de la peste en la novela de A. Camus. fuMa unacoincidencia, en algún sentido, en lo que respecta a la neo-cosmovisión. "'ycomo lodos ellos, extendéis ahora una mirada nueva sobre los seres y las rosasdesde el dia.en que esta ciudad ha.cerrado sus murallas en tomo a vosotros ya la plaga. En fin ahora sabéis que hay que llegara lo esenciar (Albert Camus,LApeste [Buenos Aires: Editorial Sur, s.e., 1974J, p. 80).

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máquina¡ quien imita a la máquina, cultiva un corazóna imagen y semejanza de la máquina y termina porperder su sencillez. Prostituir la sencillez equivale asembrar incertidumbre en las luchas del espíritu: "Beiwem die reine Einfalt hin ist, der wird ungewiss in denRegungen seines Ceistes". Y esta incertidumbre nocuadra con el juicio verdadero. El anciano conocía losadelantos del ingenio humano, pero se avergonzaba silos usaba (" ... ich schame rnich sie anzuwenden").

Heisenberg concluye que la narración contiene unalto grado de verdad porque la incertidumbre en lasluchas del espíritu es quizás una de las descripcionesmás adecuadas de la condición del hombre en la crisisactual. Sin embargo, todavía no se ha perdidocompletamente la sencillez de corazón y el ser humanosigue creando sublimes obras de arte. Después de todo,la raza humana debe su ascenso al desarrollo de lasherramientas. Si hemos dejado de lado tantos valores,el pecado no recae sólo sobre la técnica, aunque sídebemos culpar la rapidez de la explosión tecnológicadel presente siglo: éstano ha permitido unaasirnilaciónrazonable (" ... nicht die Zeit gelassen hat, sich auf dieneuen Lebensbe-dingungen umzustellen").

5Los cuentos chinos -sinconnotaciones peyorativas­

son un manantial de sabiduría. Pero hoy los puebloseconómicamente fecundos riegan sus acequias con losartificios de la técnica, aunque éstaamenaceconeliminarlas acequias y a sus beneficiarios. Por lo demás, si parael gusto se hicieron los colores, para la perplejidad seescriben las narraciones. A la leyenda china que reviveHeisenberg, hay quecontraponer la historia de la esfinge,historia recogida en cierta ocasión por Francis Bacon.Sumariamente, la leyenda nos habla de una esfinge,animal fabuloso que moraba cerca de Tebas. Este

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monstruo atacaba a los viajeros, a quienes les endilgabamisteriosos acertijos. Si las víctimas no respondíanrápidamentealosmismos,lasdespedazabacruelmente.Con el propósito de conjurar este mal, los tebanosofrecieron la soberanía de su ciudad como recompensaal primero que descifrara los acertijos de la esfinge.Bdípo, hombre sabio y cojo al mismo tiempo, aceptó elreto. La esfinge la preguntó qué clase de animal nacíacuadrúpedo, luego devenía bípedo; más tarde, trípedo;y, finalmente, cuadrúpedo. El sabio respondió que eseanimal era el hombre, y explicó las razones. Edipo matóla esfinge y recibió la corona de Tebas. La esfinge fueexhibida sobre el lomo de un asno. Francis Bacontambién opina que la fábula contiene abundantesabiduría y que alude, aparentemente, a la ciencia,particularmente en su aplicación a la vida práctica. Ladescripción de la esfinge y las circunstancias que larodeancoincidecon las notas de la ciencia: versatilidad,belleza, rapidez, agudeza, altura, eminencia,omnipresencia. Dado que la esfinge obtenía susmisteriosas preguntas de las Musas, hay un lugar parala meditación y la investigación como meroconocimiento; caben la laxitud de la incertidumbre y lapluralidad de opiniones. Ahora bien, cuando se pasa delas Musas a la esfinge -i.e. de la contemplación a lapráctica-, entonces se requiereel proceso doloroso de laacción inmediata, la elección, la decisión. Los enigmaspropuestoscausan laceracióny distracción de la mente,si permanecen irresolubles; pero si los desentrañamos,conquistamos un reino. Hay dos clases de cuestionesrecónditas: una relativa a la naturaleza del hombre;otra, a la naturaleza de las cosas; y dos reinos respectivos.Eldominiosobrelascosasnaturales-euerpos,medicina,fuerzas mecánicas, etc. -es el fin último y propio de laverdadera filosofía natural. La moraleja de la narraciónesconde una critica a la escolástica: " ... content with

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what it finds, and swellings with talk, may neglect orspurn the search after realities and works" ,12

La pasividad y la verborreaohínchazón de palabrasdesdeñaríanel caminohacia la realidady laacción. Conesta tesis a favor de la razón eficiente, el evento de laesfingesecolocaenIas antípodas delcuento del labradorchino. Son como las dos caras de las monedahermenéutica en elcampo de la filosofía de la máquina.Representan, de una manera simple y gráfica, el pasosutil de la fenomenología a la ética, de 10cosmológico alo deontológico. Los instrumentos no son necesa­riamente neutrales, por lo menos en lo que concierne aciertas inclinaciones teleológicasque favorecenunestilodeterminado o una dirección particular. Este discursose ubica almargen de la doctrina de las causas finales odel determinismo e incluso de la trillada controversiafilctecnia-misotecnia. En todocaso, siempre toparemoscon las consideraciones éticas, aunque sea paracuestionar la legitimidad, fundamentaciónymotivacióndel planteamiento como tal. Sea suficiente, por elmomento,señalarquelamismaopiniónsobrelarelaciónfenomenológicahombre-máquinayaabrelasrutashaciaposturas utópicas o catastróficas.

Supongamos, por ejemplo que en una coyunturadeterminada se impongan los instrumentos ópticos.Tendríamos un mundo "visual", en detrimento de las

I2francis Bacon, "The Splúm:"", en Great EssayB in Scinlce, ed. MartinGacdner (New York: The }>ocket LibraIY, 1957), p. XIX. Al final de lainterpretaci6n de la fábula, Bacon arremete nuevamenteen contra de la puraespeculación. La esfinge fue sometida por un cojo. Esto significa que loshombres quieren. descifrar rápidamente los enigmas de la esfinge: "" whenceit follows that Ihe Splúm: has the better of them, and instead of obtaining thesovereignty by !WTb and effécls. they only distraet and worcy their mindswíth disputlltWm;N (!bid., p:50::. Subrayado nuestro). El pobre Bacon fue unprotomártir, no de las qwrestiones disputllÚ1e, sino de la investigaci6n de unffiIl;todo de congelación de alimentos. Murió de pulmonía después derellenar de nieve a un pollo bajo el azote del crudo invierno. No todos losEdipos conquistan reinos; algunos perecen en el proceso de desenredar losenigmas prácticos.

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otras dimensiones sensoriales." Igualmente, siacentuamos la superioridad del "mundo" constituidopor la mediación instrumental, desembocamos en unrealismo instrumental, menoscabando el cosmosmundano que se reduciría a una especie de reliquiaimprecisa o al santuario de los filósofos. El llamadomundo real no trascendería los límites mono­dimensionales más apropiados para inspirar lasespeculaciones metafísicas. Lasmáquinasnos presentanun mundo más complejo y minucioso; pretendensuperar el factor reductivo a través de unas variacionesque les permiten imitar el espectro de los sentidoshumanos en las investigaciones. Por otro lado, como enel caso de los ordenadores, marcan una inclinaciónprogresiva hacia un tipo de pensamiento o deexperiencia, a lavez que reorganizan la distribución depoderes y responsabilidades." En cierto sentido, latécnica transtoma las bases sociales de la tradiciónmetafísica y da paso a nuevas actitudes existenciales.

Lapreocupación ética trasciende, pues, las disputasmás comunes y evidentes-v.g. el papel de la técnica enla guerray enlacontaminación-, paraadentrarse enloscontenidos y en los métodos más íntimos del

"Cfr. Don Ihde, "Technics and Telos", en Technics and Praxis, p. 46. Lamediación instrumental no sólo transforma la figura y la distancia delmundo, sinoqueademásel telos latente de las supertécnicas modernas puedeproveer, en parte, el fundamento de investigaciones tan dedicadas como lasrelativas a los micro-fenómenos y micro-procesos. Aquí habrla algo más queuna simple aplicación de la leona a la práctica (Ibid., p. 48). En cuanto a lasimplicaciones de amplificación-reducción de los ordenadores, vid. ¡bid. p.57-63.

''Cfr. Albert Einstein, Mi visión del mundo (Barcelona: Tusquets Editores,1960), p. 254. En la teoría tradicional del conocimiento se suponeque el s.ujetorecibe las determinaciones y los cambios en el procesa cognosCIhvo.Contrariamente, en la acción seria el objeto el que recibirla la detenninacióndel sujeto. Sin embargo, ¿queda el sujeto completamente libre del sello de laacción o de la retroacción? Si la admiraci6n movió en un principio a loshombres a filosofar y dicho asombro les sugirió que la realidad na se agotasimplemente en su dimensión utilitaria. non sequitur que el sujeto estéimpermeable ante las detenninaciones deJa praxis.

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maquinismo. Es allí donde comienza a perfilarse unareorientación de la vida y del pensamiento. En todocaso, todavía la "causa eficiente" de la máquina es elhombre;aunquesiempresuenanalarmasquenosalertansobre laposibilidad de que la máquina haga al hombre.La máquina causa eficiencia en todos los órdenes, perono es una eficiencia absoluta. Los seres humanos y losartificios secorrigenmutuarnente. Lamaquina preparasu propia materia a través de procesos sintéticos. Sinembargo,necesitaunpunto dearranquey una"materiaprima". El hombre le confiere finalidad para suspropósitos vitales.

Por eso debemos tomar cum mica salis los anunciosprofanossobre eladvenimiento de máquinas filosóficas.A menos que se hable metafóricamente, creemos quelos promotores de la "inteligencia artificial" cometenabusossemánticos. Todavíanohemossalvadoelabismode las reducciones mecánicas, y no es lo mismo batirseen la computación de un juego de ajedrez que penetrarcon todas las facultades por las tortuosas veredas de lafilosofía. En ambos casos hay computación, pero losfactores y los fautores son distintos. Es posible que la"máquina filosófica" adquiera carta de ciudadanía através de alguna versión de esa escolástica profana quese denomina filosofía analítica.

NLA TÉCNICA: CONSIDERACIONES

ÉTICASPourouoi d'aiúeure tant de dédain pour le robotquant on definit sí complaisamment l'intelligencehumainecommelafacultéde[airedes outils? ...Unrobot moderne fait míeux une action humaine. Ilechafne plus réguiierement les actionshumainee, ilest eniiérementfideleasafinalíté.

G. Bachelard.(¿Por qué, por otra parte, tanto desdén hacia elrobot,cuandodefinimoscondescenmentementela inteligencia humana como la facultad dehacerinstrumentos? ..Unrobotmodernorealizamejor una acción humana. El concatena másregularmente las acciones humanas, y escompletamente fiel a su finalidad.)

1¿Es la técnica la expreslon más sublime de los

postulados éticos? Son las innovaciones tecnológicasantítesis de la ética? ¿Gozan los aparatos artificiales deun expediente de neutralidad? Tal vez cuestionemos lalegitimidad de estas preguntas. No obstante, soninterrogaciones que insinúan las posturas extremas ysimples de una controversia harto intrincada. Porqueno basta con enfrentar las opiniones de los románticosa las de los tecnócratas. El tema presenta variasimplicaciones que requieren un examen cuidadoso.

Tanto la ética como la técnica miran a la praxis. Laprimera, en cuanto considera aquella dimensión de la

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realidad atingente a las costumbres y a los hábitoshumanos¡ la segunda, en cuanto procura la máximaefectividad de la accióna través de los artefactos. Reducirla ética a su significado etimológico nos ataría a lasconcepciones empiristas. Lo ético, por lo menos en lamente aristotélica, supera el ámbito de la vida prácticae incluye las virtudes dianoéticas o de naturalezaintelectual. Las virtudes éticas o de hábito ayudan en laconsecución de los fines políticos, mientras que lasvirtudes dianoéticas o de la razón son fundamentales,a saber, sabiduría y prudencia.

Los fundamentos de la ética están estrechamentevinculados conla razón, la inteligencia. Nonos extrañe,pues, que la ética griega identifique lo bueno con loverdaderoylo existente. El tomismo tambiénenlaza losconceptos de verdad, belleza y bondad. Esta relacióntroncal entre el ethos y la aletheia nos hace evocar losrasgos ontológicos de la tekhne. Heidegger decía que 10esencial de la técnica no radica ni en la manipulación nien la fabricación, ni en el uso de ciertos medios: suauténticanaturaleza arranca de la invariableestructurade la verdad que consiste en ocultación-revelación. Secomprende fácilmente que la tekhne se defineesencialmente en el horizonte de la verdad y del ser.

Aun tomando la técnica en su acepción más vulgarde acción eficaz, sería lícito, desde luego, señalar suparentescoconla verdad. CuandoMarioBungerechazauno de los dogmas de la filosofía convencional de lafísica sostiene, entre otras cosas, que normalmente amayor verdad mayor eficacia. En este pasaje Bungeintenta refutar la idea de que las teorías de la física noson más o menos verdaderas o adecuadas, sino modosmás o menos simples y efectivos de sistematizar yenriquecer nuestra experiencia antes que componentesde una imagen del mundo. Si bien es cierto, afirmaBunge, que las verdades alcanzables en la física son

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relativas y parciales, no es menos cierto que los físicosusan el concepto de verdad y ésta no es ilusión. En loqueconcieme alarelaciónentre teoría, verdady eficacia,observa 10 siguiente:

y la eficacia práctica sólo puede ser obtenida al pasara lacienciaaplicadao tecnología.Seasimpleocompleja,una teoría físicano eseficazo ineficaz sino más o menosverdadera. Una teoría groserasi seaplica con habilidadafines prácticos puede ser tan efectivacomo una teoríarefinada, aun cuando nonnalmente a mayor verdadmayor eficacia. En cualquier caso la eficacia no esinherente a las teorías: es una propiedad de los paresmedios-fines; las teorías figuran entre los mediosempleadosenla tecnología, peroes sóloenrelacíónconlas metas como puede juzgarse su eficacia.'

Sin embargo, para muchos el rendimiento tecnológicoes el criterio para evaluar la verdad que proclama unateoría, como reconoce el mismo Bunge más adelante. Laverdad precede a la eficacia, pero esta última no deja deser un signo elocuente en el campo de la tecnociencia.De modo análogo, la ética precede, supuestamente, a latécnica en cuanto dicta las pautas de la acciónplenamente humana; mas el pensamiento técnicocondiciona los juicios de valor al descubrir nuevasrealidades y modificar las actitudes.

A nivel teórico, semejantes postulados metafísicosparecen coherentes y sugestivos. Ahora bien, en elmundo de carne y hueso la praxis tecnológica no sólorecalca la prioridad de una ratioefficiens,sinoque tambiénpone en entredicho los conceptos tradicionales denaturaleza y razón El cambio de conceptos respondesupuestamente a una transformación de la realidad.

'Mario Bunge, Filosafia de lafisica (Barcelona: Editorial Ariel. 1982), p. 20.

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Kant había desplazado a Dios, la libertad y lainmortalidad como fundamentos de la razón práctica.Ensu formalismo éticoquiso establecerel valorabsolutoaprioride los imperativos. Hoy también se pone en telade juicio el apriorismo moral en aras de una efectividadconcreta y dinámica. Digamos entre paréntesis que laética decorte racional no constituyela única alternativaa la hora de explicar o justificar la conducta humana. Lacontroversia va más allá de los clásicosbinomios razón­voluntad, autonomía-heteronorrría, forrnalismo­materialismo. Las posibles salidas a la aporía incluyenconatos de índole místico-mitológica y radicalescuestionarnientos de la legitimidad de la mismapregunta ética.'

Ene! contextodelas premisasanterioresdeberíamosreflexionar sobre la posibilidad de una ética técnicay suenmercación dentro del utilitarismosubrayala primaciao exclusividad del valor de utilidad. El utilitarismo nose agota en su versión práctica, sino que puede abarcaruna teoría axiológica y una metafísica ajustada a suopción ética. [eremy Bentham traza una línea divisoriaentre la éticautilitariayel utilitarismovulgar. La primeraestá ordenada a la reforma de los usos humanos. Elprincipio de utilidad sería como una conditio sine-quanonpara alcanzar los confines de la esencia humana. Sinembargo, el utilitarismo filosófico de Bentham, basadoen el principio de felicidad, no logró purificarse dellastre cuantitativoadscritoa la medida de las afecciones.Gracias a la iniciativa de [ohn Stuart Mill se supera lacomputación meramente cuantitativa del binomioplacer-dolor y sus secuelas hedonistas. La insistencia

'Ludwig Schajowicz opone el pensamiento trágico mítico y la filosofíamoral, y presenta las ventajas de una ética fundada en el sentido prístino yprofundo del mythos. Menciona, de pasada, Hla des-almada civilizacióntécnico industrial, hostila las imágenes" . (MitoyexistenCÚl [SanJuan: Edicionesde La Torre, 1962], pp. 11-18, 26, 147-219).

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en el elemento cualitativo y en la superioridad de losplaceres intelectuales y afectivos salva el concepto defelicidad y la subordinación del medio al fin.

El ethos de la técnica, por su parte, no renuncia a lapreocupación eudemonista, pero la entiende en clavefundamentalmente pragmática. La bondad radicaenelfuncionamiento eficaz de objetos, conjuntos, personase instituciones. Evidentemente, se espera que todo elmundo salga beneficiado, a corto o largo plazo. Pero aveces el prurito de eficacia resulta contraproducente, ysurgen casos en los que las innovaciones tecnológicascomplicanla existenciay obstruyen la buenamarcha delas cosas. Eluso de ordenadores enalgunas institucionesha traído más desorden que eficacia. Por eso formula­mos la pregunta de rigor: ¿Seencuentra el defecto en elaparato mismo o en su aplicación?Puede haber error enambas partes. Tal vez el artefacto no refleja el grado deperfección que se requiere para su propós~to.Quizás suuso no se ajusta exactamente al lugar destmado o no hasido regulado adecuadamente.

En todo caso, la intención no parte del objeto, sinode los sujetos que crean, usan y destruyen los artefactos.Esto se alega generalmente cuando hablamos sobre losefectos de la guerra y la amenaza de la contaminaciónambiental. Aquí el ejemplo clásicoy sencillo suele ser lafabricación del cuchillo. Quien hace un cuchillo puederesponder a varias motivaciones. Aunque haycuchillosque son armas-sus dispositivos y formas los dela­tan-, el fabricante, por lo general, se conforma convenderlos sin importarle su uso hic et nunc. Estosinstrumentos sirven para todos los fines desde los másplausibles hasta los más siniestros. Existen, empero,potentes armamentos construidos explícitamen~eparalas contingencias bélicas. Los científicos, los fabncantesy los políticos saben que tales máquinas sonmortíferas,pero privan diversos intereses y la esperanza de que

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9S

servirán a un fin defensivo y evitarán males mayores.¿Prevalece, pues, la neutralidad de los instrumentos?Tarde o temprano el dedo acusador señalará a algúnsujeto responsable en la compleja cadena de las causaso culpas (aitía). No obstante, las máquinas se vandespojando de su neutralidad fenomenológica, y sehan creado unas condiciones peligrosas en las quefuturas generaciones absorbidas por la tecnosferaintentarándecir impunemente: [Fuenteovejunalohízo!Afirmamos lo anterior con la venia de Clément Rossetamigo de la philosophie tragique y adversario de losidólatras, i.e. los pensadores que tienden a enjuiciar alos hombres, atribuyéndoles méritos y faltas.

2Allende las fronteras de la ingenuidad, la mente

crítica ha de aventurarse a escrudíñar el proyectotecnológico en todas sus dimensiones. La técnica tocalas fibras más íntimas de la esencia humana.Paulatinamente se da a la tarea de analizar la naturalezadel ser humano para "hacer funcionar" el principio dela eficiencia. Y,como advocatus diaboli, el filósofo lanzauna pregunta ineludible: ¿Es la eficiencia el criteriodefinitivo del ideal ético? Más todavía: ¿QUé criterioinapelable nos permite responder apodfcticamente a lapregunta anterior? Para el creyente, la moral religiosaencuentra su punto de apoyo en la ley divina y en la leynatural. Ambas proceden de la misma fuente. Sinembargo, no todos los creyentes de una misma religiónestán de acuerdo sobre los imperativos morales de sucredo. ¿Cómo podremos exigir, entonces, unanimidadde pensamiento en el pandemónium de la filosofía?Muchasveceses lamisma acción,auxiliada porlanecesidad,laque impone los criterios axiológicos. Enotrosfrentes másradicalesseentonanhimnosalainmoralidad,propugnandosu ideario al di la del bien y del mal

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De algún lado debe proceder lamedida que marqueel calibre ético delhonro iedmicus,a menosquese prefierael riesgo de un juicio imnanente al propio mundotecnológico. El anhelo de una regla fiscalizadora delatalos resortes de un racionalismo ético empeñado en darcon un valor supremo como pará-metro fundamentalde todas las valoraciones particulares. Al mismo F.Nietzsche, demoledor de las moralidades tradicionalesy promotor de la Heiligsprechung des Lebens ocanonización de la vida, se le ha acusado de semejanteactitud. L. Schajowicz arremete contra los moralistasfilosofantes que nosuelen tomar encuenta los conflictosintramorales y se consideran a sí mismos"invulnerables":

Algunos deellos creenestaren posesíondeunainfalible"tabla de valores" - que manejan con la mismadesenvoltura con que el matemático usa su tabla delogarítmos - para enjuiciarcada situaciónydeterminarlaactitud humanaque lecorresponde. ¡Quéfácilresultaconstruir una grandiosa pirámide conceptual con unsupremo valor en la cúspide, al que todos los demásvalores se remontan, dependiendo su rango, porconsiguiente, de su proximidad al!o su lejanía delsummum bonum! Se pretende, entonces, resolver cadaalternativa por medio de una simple operaciónaritmética ...'

Esta diatriba en contra de la jerarquía axiológica noexime al autor de proponer la irreductibilidad de losagrado, a tono con su teoría de las iniciativas espiri­tuales. En última instancia siempre habrá una medida,aunque lo sea en sí misma y no pueda a su vez ser"mensurable".

Francisco Ayala acepta el hecho de que la técnica

'Ludwig Schajowics, Mito y eristrncUl, p. 200.

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moderna acarrea males nuevos. Para probar lo anterioralude a los vínculos entre aquella y las realidadesnegativas de la guerra y el control político-social Talvez sea impropio hablar de males nuevos perse. Seríap~eferibleco~tatarla proporción inusitada de riesgoybienestar atribuida a los magníficos artefactos de lageneración actual. Como bienobserva el autor, la nuevatécnica agiganta las consecuencias prácticas de lasdecisiones humanas, sean éstas buenas o malas.' Porotro lado, notamos que el maquinismo, en sus orígenes,empeoró las condiciones de vida de muchas personas,pero luego benefició a grandes multitudes. Ahora bien,¿ha progresado la buena conducta de los individuos enlos últimos siglos gracias al desarrollarle la técnica? Noes fácil encontrar una respuesta satisfactoria a estapr~gunta. El bienestar material no implica nece­sanamente un auge en la solvencia moral. A veces traecon:o ~ecuela condiciones ambivalentes que suelenperjudicar ~ la sociedad: v.g. monstruosas megépolis,competencia desmedida, superficialidad... Si losrec~rs~s técnicos caen en manos de grupos nocivos oantisociales. aumenta el grado de peligrosidad. Existen

'Francisco Ayala, Tecnología y libertad (Madrid: Editorial TaufUs, 1959),pp. _84-85. F. A~ala establece una dlCotorrúa exagerada entre el conocimientode mdole funclo.nal que procede de la técnica y el conocimiento e~ncialfruto .de 1'1 clenC1~. Su concepto de la lécnic<l como un Sélber práctico quepen~'llteun manel0 adecuado de las fuenas naturales h<l sido superado enlos ult~o~ tiempos. Más adelante dice que el progreso técnico obedece aleyes objetivas, y <lpenas podría operar la voluntad hum<lna saliéndose de~lla~;'y q.ue aquél contiene en sí mismo, en su probada eficacia, su propiajustificacíón ~bid:,pp. 86: 95~4Cuáles son esas leyes objetivas? ¿Es suficientela probada. eficacia pa~ justificar el progreso técnico? F. Ayala contrasta elalc~nce de la.tecnologl1l y las estructuras políticas inadecuadas, pero ve enID eJ><X:a dáslC<l de las nacionalidades y el siglo XIX una de las etapas más<lrmómcas y fructuosas de toda la historia nbid p -) Qu _< •'. . \' ., . = . I"",S qwereacen.tuar la .mcongruenCla entre los esquemas políticos y 1'1 revolucióntécmca del SIglo XX. Los tecnócratas norteamericanos perciben el nudo delproblema en el hecho de que Nthe entire se! of economic concepts and lhec~ntrols that embody them are simply inadequate to handle a mecharuzedhlg.h--en~rgy societyN (Henry Elsner, The Technocral5 [Syracusec SyracuseUniverstty Press,I967} p. 33).

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muchas maneras de amenazar la seguridad colectiva yla libertad individual. Ciertamente, tales amenazas sonlaexpresiónacabadadeunprocesocuajadodeintereses,ideales y voluntades específicas. Mas he ahí los mediostécnicos al servicio del control de los sujetos y adisposición de nuevos tipos de provocaciones yconflictos. Eneste sentidola tecnocraciaautocráticay laprogramación belicista estarían sincronizadas en unsolo objetivo. A juicio de F. Ayala el desajuste no esentre la moderna tecnología y el estado de culturamoral, sino entre el desarrollo alcanzado por la técnicamaterial y la organización política de Occidente quesigue atadaaloscánones del sigloXVI.Los totalitarismosse nutren, en parte, de la alteración de las relaciones delhombre con el medio geográfico. El planeta se tornaliteralmente micro-cósmico en proporción a losabundantes y excelentes recursos de la civilización.Mientras el mundo "se nos hace pequeño", crecen lasposibilidades de crear potentes camisas de fuerzadestinadas a someter los componentes sociales.

3Los pasos de la técnica se dejan sentir, pues, en el

mapa de la geopolítica y en la nomenclatura de lascomunidades particulares. Dado que el esfuerzohumano tiene efectos a largo plazo y a larga distancia,la prudencia aconseja identificar un punto de equilibrioentre la eficacia y la ética. La planificación concienzudacontribuye grandemente a adelantar la causa de estareconciliación y a minimizar el riesgo de lascontingencias. Por consiguiente, la previsión de loselementos"irracionales" constituye un factor elementalala hora de fijar racionalmente las etapas de un procesoo de un proyecto que incluye el consenso de reaccioneshumanas. Ymás ahoracuandolos conjuntos mecánicoscuentan con la potencialidad de trascender sus pro-

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pósitos originales. De otra manera, el esfuerzo técnicono sólo claudicaría ante las exigencias de laresponsabilidad, sino que además faltaría a los requisitosmínimos de una inteligencia auténtica.

Una especie de cripto-maniqueísmo insiste en lasnefastas consecuencias del desarrollo tecnológico. Alotroextremo de esta postura topamosconunoptimismoingenuo. Esevidente que las máquinas permitenobtenerun alto rendimiento de los recursos en beneficio de lahumanidad. Esto es un bien, siempre y cuando norecaiga, sobreusuarios y herederos, unapesadahipotecade perjuicios. En efecto, siempre habrá un margen deriesgo en las empresas humanas. Pero la perfecciónascendente de los medios, y la armonía entre estos, lossujetos y los fines, deben tender acancelar esabrecha deincertidumbre. La eficacia ha de medirse en términoscuantitativos y cualitativos, porque lo contrarioequivaldría a una eficacia a medias. El cálculo delrendimiento toma en consideración la cantidad y lacalidad del producto, sin despreciar la magnitud de lainversión tanto en medios materiales como en factoresecológicos, sociológicos y psicológicos. La noción deeficacia parece imperar cada vez más con poderavasallador, como si fuera el valor supremo. Entoncesbrotan unas preguntas de sabor teleológico: ¿Haciadónde se orienta la eficacia? ¿Cuál es su norte, susignificado ulterior? La eficacia puede legitimar surazón suficiente en los fueros internos de lafuncionalidad. No obstante, su alcance integral nose daen el vacío, sino en una compleja trama de medios yfines.

Laspalabras de JeanMeynaudsobrelas desviacionestécnicas son muy oportunas: "La volonté... d "imposeraux hommes un mode de comportement au seul nomde l'anaIyse scientifique-enignorant ou en escamotantpour quelque motif que ce soit les implications

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axíologlques du probleme-me semble un exampletypique de déviation technícíenne"." (La voluntad deimponer sobre los hombres un modo de com­portamiento por el simple título del análisis científico­ignorando o escamoteando, por cualquier motivo quesea, las implicaciones axiológicas del problema- meparece un ejemplo típico de desviación técnica.)

El hecho de que algún estudio de la sofocraciaplatónica revele la presencia de abundantes vestigiosde tecnicidad no canoniza a los ideales de la escuelatecnocrática, ideales encaminados a conjurar losproblemas sociales por medio de los procedimientos delas ciencias físicas. ¿No es unamutilación de la realidadpretender abordar los asuntos desde un punto de vistaexclusivamente racional, o peor aún, desde la razónpragmática? Cuando la eficacia se convierte en el Leit­motivdel universo técnico sucede que los hechos tomanprecedencia, y otras manifestaciones de la experienciapasan a un lugar secundario. Asimismo, cuando latécnica se constituye en cultura y en fin autosuficiente,nos asalta la preocupación de la hegemonía de unnuevo ethos sumamente peligroso. ¿Son estasinclinaciones congénitas al modus technicus o simplespreferencias de los espíritus libres? .

Cualquiera que seala respuesta a esta cuestión, hayopiniones que perciben una tendencia de la técnica asoslayar el control del saber. A este respecto P.Fougeyrollas establece una distinción entre eficacia yeficiencia. La primera consiste en la aptitud del mediopara alcanzar el objetivo para el que ha sido creado. Lasegundacorresponde ala totalidad de las consecuenciasengendradas, según el procedimiento clásico de lareacción en cadena por un agente determinado."

'Jean Meynaud, Úl tec1mocrulie: mylhe ou milite? (paris: PayoI, 1964), p. 192..P. Pougeyrollas, Études,gevue du socjajtsme pluraJisle, 4(1962) Pp- 26-42.

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Consecuentemente, la eficacia adquiere su valorcompleto enla perspectiva de la eficiencia. Es necesariorecobrar el control de los inventos y neutralizar losefectos de la sinrazón en el seno de las sociedades.

La influencia de la civilización técnica ha sido tanprofunda en el plano político que ya la política deberíallamarse"ciencia de la eficacia" en lugar de"ciencia delo posible". La mutación en la conciencia política de losciudadanos senotaparticularmente enla extraordinariaimportancia que adquieren los asuntos concretos frentea los temas ideológicos. Según E. Paure, "la gestion desaffaíres publiques s'appréciera désormais d'apres leo-itere de 1'efficacité et de la competence, non d'apresla tendance, l' étiquette ou la couleur".' (La gestión delos asuntos públicos se aprecia y se apreciará en lossucesivo según el criterio de la eficacia y de lacompetencia y no según la tendencia, la etiqueta o elcolor.)

La política se confunde cada vez más con un medioadecuado para resolver problemas técnicos. Aquí nisiquiera ponderamos la huella de los artefactos mo­dernos en los comicios electorales, y la ilegalidad - oinmoralidad - de depositar el poder efectivo de lasdemocracias enmanos de tecnócratas. Sólo nos interesaescudriñar el significado de ese criterio de eficacia y susinterpretaciones radicales.

4En honor a la verdad, es ilógico preconizar la

apoteosis de la tecnocracia como el paradigma de laculminación moral de la técnica. Conviene, empero,examinar de cerca los postulados éticos de una versiónextrema de la tecnocracia, pues así captamos lossíntomas patológicos de una cosmovisión dominada

"Citado por J- Meynaud, Lo tedmocrulie: mytlu! o.. -,u¡Jité? p. 217.

lOS

por el prurito de la eficacia. Henry Elsner re~urne losprincipios éticos de los tecnócratas norteamencanos ensulibro TheTedmocratss Siguiendolas teoríasdeVeblen,estos tecnólatras sosteníanque la disciplinadel procesomecánico es impersonal y desapasionado; suf~dadconsiste simplemente en colmar las necesidadeshumanas, sin miedo, favor ni respeto de personas,prerrogativas o políticas. Los criterios axiol6gicos sonirrelevantes cuando se maneja el equipo mecánico,porque10que determina las alte~a~vas de la acciónesel pliego de condiciones del diseño. A tono con sumaterialismo vulgar, esta ideología apuesta a favor dela unidad, del equilibrio, del crecimie:-to y delfuncionamiento dinámico en aras de la segurIdad de losprocesos vitales. Pero tales procesos ~ta.les ~escans~sobre una visión monista, ya que, en última ínstancra,todas las dimensiones de la realidad responden a unasola medida a un solo praxema: "The stoking of abunsenburner, the stoking of a boiler, the stoking of thepeople of a nation, are all one problem". ~sí reza el"Study Course". libreto sagrado de los epígonos de

Howard Scott.El ideario de los "hombres grises" - epíteto que les

endilgamos por su manera de pensar, su amor a lacivilización del acero y su uniforme grisáceo -subrayael carácter natural del sujeto y la legitimidad de trat~aeste último de manera tan objetiva corno cualquiertema de las ciencias físicas. El ser humano es comocualquier otro mecanismo, y su lenguaje no es:nás q~eun reflejo refinado. Por consiguiente, el cambl? SOCialno es fruto de exhortaciones morales, SIfiO detransformaciones enel ambiente exterior. Los controlessociales deben asemejarse lo más posible a los cánonesdel quehacer tecnológico. Semejante postura apunta

"Véanse particualrmente 1a5páginas 20, 95, 116, 124, 125, 128, 134_

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hacia un determinismo tecnocéntrico: el medio físico yel sistemaindustrial determinan la condueta individual.

Estamos ante un burdo materialismo de cortemayormente mecánico, en el que la observación y lamedida de cantidadesfísicas constituyen elfundamentode todo el razonamiento. "Sociological and culturalfactsarenon-existent exceptashandled byamechanisticform of psychological reductionism or as resistance toor interference with technological operations".9 Elhombrey la máquinase identificanbajo el lenteanalíticode esta"filosofía acerada". Predomina aquí un ideal deeficiencia física. H. Elsner comenta, en una glosamarginal donde se refiere a D. Bell y P. Goodman, queel énfasis dado a la eficiencia corresponde más a unaopciónaxiológlca r value choice") que a una necesidadlógicade la estructura teórica: resulta precisamente quecuando la técnica lograunaetapa avanzada, lasociedadpuede darse el lujo de ser deliberadamente ineficienteen algunas áreas.

Evidentemente, la selección de la máxima eficienciacomo un valor plantea serias dificultades. ¿De quéeficiencia se trata? ¿Cuál es su alcance? Parecería que eltipo de eficiencia preferido hunde sus raíces en unametafísica latente. ¿Habrá otros modelos de sociedadesbien establecidas que no imiten necesariamente losanhelos de los tecnócratas? Estos últimos predican unanoción muy superficial de la eficiencia. Su cripto­axiología bien pudiera amparar valores de igualdad,abundanciauniversal y funcionalidad; ycebar, almismotiempo, la fobia al desconcierto que brota de lasactividades políticas.comerciales,culturalesy mil itares.Cosa curiosa, a pesar de la devoción a la objetividad yal cálculo glacial, H. Seott declaró a la Iglesia Católicaenemiga de la revolución de los ingenieros, quienes

'Ibid., p. 134.

107

supuestamente amenazabanlas ambiciones materialesde Roma. Lamentablemente, los tecnócratas tambiénpromovían el "nativist - populist appeal". En otraspalabras, no quedan claras y distintas las fronterasentre lo racional y lo pseudoracional.

Concediendo que los tecnólatras den culto a larazón, ¿se agota en ese culto de esencia humana? Elhnmo¡aber inclina su ser hacia una ética determinada,una ética que suele discordar con las apreciaciones delhorno íudens. philosophicus o religiosus. Donde está tutesoro, allí está tu corazón. Si hay dis-cordia, si losespíritus no con-cuerdan ni están de a-c?erd~si~icaque el tesoron-elcentrode la preocupación existencial­se encuentra desplazado en muchos frentes. En unamisma persona pueden lidiar tendencias opuestas enun momento dado. Es posible, además, que hoyprevalezcan en ella los intereses utilitaristas,.y mástarde dominen otras vocaciones del ser. Pero siempreserá oportuno re-cordar, es decir, volverse hacia elcorazón, morada de la memoria- Mnemosyne, madrede las Musas-, para subir al monte de la espiritualidad.Por algo será que la ética alude a las costumbres, a latraditio, al pasado. Paraalgunos partidarios de la técnicaeste regressus adpraeterita es una traición al futuro. Masla tradición es una herencia que se entrega, que se confíaalas nuevas generaciones. Realmente, no faltan hábitosy atavismos contrarios al pro-greso por los can;inos dela autenticidad. Dejemos, pues, paso libre aldiscernimiento, pero recibamos cordialmente laexperiencia labrada por las manos de la prudencia y lasabiduría. Porque el pasado es algo más que uncúmulode usos y abusos trasnochados, aunque se admita unarelación dialéctica entre sabiduría y experiencia.

Al margen de estas meditaciones cuasi-místicas, elfactor ético parece tener un lugar asegurado en elensayo de racionalización que marca el vinculo de los

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medios y los fines Una d ..conocimiento integrOal d 1eClSallón prudente exige un

. e as temahvas a la roanuna concrencía clara de las consecuenr-í o ydi . uenoas en todas sus

nnenslOTIes y potencialidad Acondiciones Son de por' es. unque estas dos

51 onerosas, todavía debe

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el responsable final es solucionesconcebibles

realizarunaelecciónr::i~~~~~~:~condicion~s d~llamarla, "razonable".) , gunosprefleren

Verdaderamente, en lama orelección será más bien u razo~blp,~te d~ los casos laimponderables y al hecho de ue e , debido a tantosrazón no entiende S' b q hay razones que la. . m em argo aun en 1mstintivos se vislumbra la vi ', os procesossine ratione" P d ' al rgencra de aquel "nihil est

. o na egarse contra esta .. ,las experiencias lúdicas y los f' opnuón, quecarecen de finalidad d en.omenos semejantes. . pre etermínada y t

Significado en el propio fu' ago an sud ero mterno A 10 cual

:~m ~osquetodaexposiciónsubjetiv~pareceestararca a en una estructura axioló .

para negar otro conjunm d al gica, aunque seae v ores que le sirve de

'''leanMeynaud, Latech1WCrtlh'e' m"'he Ii .,concluyenJ~~·' ' :l' ourelllte"p,220'Exag~ .'"...~ ISe una proporrión so d e nqu1enes

~?"- de un aparato y el grado derr:::;:nte'da~dtreej. grado de!SlOnes? na al ruveJ de las

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contrapartida. En el mundo de la técnica se persiguenunos propósitos, directa o indirectamente, no empece aque el punto de partida se nos antoje mezquino, y elesquema metafísico, demasiado rudimentario. Al fin Yal cabo, ¿cuáles son las intenciones de los propulsoresde la técnica, más allá del amor al arte o del arte delamor? Evoquemos, de pasada, el parentesco entre latécnica y elarte. Esuna tareaultravires y temeraria juzgarlas intenciones de los sujetos. Pero esto no nos exime decuestionar el alcance ulterior de cualquier empresahumana en el horizonte de las realidades ónticas yontológicas.

5Ciertamente, resulta lícito preguntar una vez más

cómose establecenlas escalas valorativas. Seríaingenuopensar, en cambio, que semejante proceso de la génesisdelos contenidos éticos siga el patróndelas operacionestécnicas. Cuando se quiere justificar una iniciativa, pormás profanaque sea, recurrimos a una última instanciade fundamentación. Las decisiones particularesresponden, alacorta oa la larga, a unaopciónbásica. Enuna sociedad panmaquinista podrían reinar nocionesafines alaeficienciacomo criteriodefinitivo de selección;mas el mundo es ancho y complejo, particularmentecuando permanece en escena ese animal poli-facético eindescifrable que es el hombre.

La elección de un tipo determinado de sociedad y lamisma selección de los medios para realizar una acciónno son empresas meramente técnicas. Actualmente sepregona en la industria de los instrumentos decomunicación social: "El medio es el mensaje". Estafrase encierra elementos de verdad ya que empleamosel instrumento adecuado a la magnitud del efectodeseado, yaquél adquiere cierta naturalezapredicativaper se, como una hipóstasis con significado propio.

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Aparentemente, se esfuma la transparencia ideológicay rnoral de los medios, por lomenos enlo que concierneal proceso de selección A lo anterior debemos agregarque la racionalidad no se agota en la adecuación de laacción al objetivo. Aquella incluye, además, otrasponderaciones psicológicas y sociales que trasciendenlos simples cálculos materiales. Precisamente, lacibernética pretende reflejar la totalidad de los factoresque integran la vida real. ¿Qué sucederá cuando sediluya completamente la línea divisoria entre laespecialidad de la inteligencia técnica y el resto de lasiniciativas humanas? A nivel ético ya afloran signos denuevas configuraciones en la praxis social: se desplazanlos centros de poder y responsabilidad; y disminuye elcampo de decisiones en un frente, mientras crecen lasposibilidades de creacióny selecciónenotroshorizontes.Cuando las máquinas y las instituciones caminan casiautomática y autónomamente, se cierra un espacionotable al uso de la discreción. Las coyunturas dediscernimiento se concentran en las elites que están a lavanguardia de los descubrimientos y de lasconveniencias políticas y económicas de las máquinas.Según sean las circunstancias particulares, ante elciudadano común también se abrirán inusitadasavenidas de libertad, gracias a los nuevos artefactosque agrandan los confines del tiempo y del espacio: lasdecisiones multiplican los recursos.

Entiéndase bien lo que venimos diciendo en lasúltimas oraciones. Aludimos a una situación utópica,en cierta medida. ¿Qué tipo de libertad crece en latecnópolis?Sabemos que lasociedad tecnológicaacarreanuevas formas de agresividad y control. Por un lado, elsujeto se libera de la carga de un trabajo socialmentenecesario para la subsistencia básica. De esta manerapuede "invertir" sus mejores fuerzas espirituales enotros dominios del horno humanue, Por otro lado, y a

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pesar del grado aparentemente elevado deindependencia, existen enla sociedad métodos visiblese invisibles que atentan contra la autonomía y la li­bertad individual. Parece que la antigua definiciónfilosófica de libertad (=reconocimiento de la necesidad)ha tomado cuerpo en la socielas technica. La gente "eslibre de elegir los bienes, servicios y líderesquenecesitapara hacer su vida y defender y resguardar el sistemasocial existente no sólo en sentido material sino en elcultural y político"." Más que de unreconocimiento dela necesidad, se trata de una introyección de la misma.De acuerdocon H. Marcuse, pues, las nuevas libertadesque engendra la sociedad tecnológica menoscaban laauténtica liberación del hombre. El autor no aducepruebas para confirmar esta tesis pesimista. Entre. lahipótesis y la prueba mediarían innumerables estudiossociológicos y las clásicas orientaciones filosóficas.Escepticismoaparte, algunos diagnósticos de la realidadrevelan síntomas de una patología enla calidad de lasopciones trascendentales. Contrariamente a 10 quesostiene H. Marcuse, la enajenación no concierne sólo ala sociedad capitalista. La subordinación al mundo d.e

"Herbert Mercuse, PUbertad y agresi6n en la sociedad tecn.oI6gicau,

enLa sociedad industrial W1Itemporánea (México: Siglo Veintiuno Editores, 19~4).p. 53. Marcuse relaciona el estado de bienestar total con las tendenciasagresivas o bélicas [lbid., p. 58). Hemos condensado en esta f6rmula.lapostura de Marcuse sobre la contradicción básiGl de la sociedad tecnol6gtcacapitalista: [RS + DN <--> UR (RD) --> A (SI) J, donde!G. r- riquezasocial), DN (~ dominio de la naturaleza), <--> (- contradicción], UR (­uso represivo), RD (- riqueza. y .d,;,minio), ~----:> (- produce), A (-agresividad), SI (_ nivel social e individual). Cfr. Ibíd., pp. 67-68. .

Varias décadas atrás, Jacques ElIui había compara.do el desplazamíenrcde las decisiones en la máquina automática con el rtusmc fenómeno en lasorganizaciones: uDe meme que la machine automatique élimine l'hommequi n'a plus qu'¡'¡ la contróler et a veiller 1u'e~e ~e se déregle, .d~ muemeuneorganisation au point fonctionne avec e :mn~~ de déclSlon . (De lamisma manera que una máquina automática ehmIna al hombre que s610debe controlarla y velar por su buen funcio~,:"iento,.de esa m~oera unaorganización bien afinada funciona con el mmI.mo de íntervencjones.) (Últechniqueau I'enjeu du siede (parís: Armand Cohn, 1954).

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losobjetosnoesunEenómenoexclusivodedeterminadossistemas sociales, aunque sí puede ser favorecida porciertas ideologías y praxis. También habrá que matizarla apodíctica afirmación marcusiana en el sentido deque el progreso técnico significa un continuo aumentode enajenación. Aunque Marcuse veenestaenajenaciónun factor positivo y una condición del reino de lanecesidad, el ámbito del trabajo socialmente necesariopodría disminuir a la vez que se crean espacios para eldesarrollo de las facultades humanas. ¿Habrá algunamanera de espiritualizar la tarea técnica como sucedeen las artes, para que reine allí la libertad?

Enlaperspectiva marxistaeste tipo de desiderátumno se cumple a la manera del deus ex machina del teatroantiguo. Laformaciónsocial responde a un determinadodesarrollo de las fuerzas de producción y alcorrespondiente surgimiento de nuevas relaciones deproducción: "Eine GeseIlschaftsformation geht nieunter, bevor alle Produktivkrafte entwickelt sind, fürdie sie weit genug ist, und neue hohereProduktionsverhaltnisse treten nie an die Stelle, bevordie materiellen Existenzbedingungen derselben imSchoss der altenGesel1schaft selbstausgebriitet wordensind" y (Una formación social no desaparece nuncaantes de que todas las fuerzas productivas para lascuales es suficiente se hayan desarrollado, y las nuevasrelaciones de producción, más elevadas, no vienennunca a ocupar el lugar de esa formación, antes de quelas condiciones materiales de éstas hayan sidoengendradas en el seno de la antigua sociedad misma.).Aunque Marx no previó todas las consecuencias de la

"Karl Marx, Zur Kritik derpol.itischen Oekonomie, en Karl Marx, FriedríchEngels, Werke ~nd 13 (8erlí~; Dietz Ve~lag, 1969), p. 9. En los párrafos quepreceden a ja Cita, Marx analiza la relación entre la estructura ecOnómica ylas formas ideológicas.

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sociedad industrial avanzada, sí logró señalar algunaspistas para interpretar la conducta del ser ~~ano enlas novedosas condiciones del mundo tecnificado. Ensu obra Grundrisse derKritik der politischen Oekonomie elpensador alemán había dicho que cuando el capitalcrea la apropiación universal de la naturaleza, ésta seconvierte en pura cosa de utilidad. Entonces l~naturaleza deja de ser reconocida como poder por SImisma, "y el movimiento teórico de sus ley~s

independientes se presenta simplemente con:o asiucía,para someterla a las necesidades h~manas,bien .co~~medio de consumo, biencomo medio de produccíón .Hemos subrayado adrede la palabra a:n.:cia porqueésta recoge uno de los significados orIginales de la

técnica.La actividad del trabajador y de la máquina juega

un papel de primer orden en la apropiac~ón';lniversalde la naturaleza. La génesis de la maqumarra ~ ~an

escala está endeudada principalmente con la dIVISIóndel trabajo, responsable a su vez de transform~r lasoperaciones de los trabajadores en operaclO~es

mecánicas. Asílamanorítmica delobrero abre el carrunoala hegemonía del mecanismo. Dala impre~iónde queK. Marx vislumbró el efecto del proceso técruco sobre laaccióndel trabajador y el cambio social. El desarrollodela industria hace que la riqueza dependamás de agentes(Agentien) mecánicos que del tiempo y ~e.lacantidad detrabajo utilizado. La poderosa efectividad ,de ;~lesagentes remite más bienal estado de progresoclen~lfrco­tecnológico. Aquí conviene tener en mente la teSIS que

"Karl Marx Línea;; fundamentales de la economía política, en Obras, 1"Mitad VoL 21 (Barcelona: Grijalbo, 1978), p. 366. Es interesante ~cer :~acómo Marx corona las diferentes metamorfosis del instrumento e Ira JOcon el "sistema automático de máquinas". Pero todavía nos e,:,contramosante autómatas rudimentarios en los que el trabajador es determinado comomiembro consciente de los mismos. (Ibíd. 2"Mitad, Vol. 22, p. 81.)

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aparece en Zur Krítik der politischen Gekonomie: eldesarrollo de las ciencias está en relación con eldesarrollo de la producción material

Coneladvenimientodelneo-maquinismo elhombredeviene vigilante y regulador dentro del proceso deproducción. Si bien en la actualidad las máquinas sea~torr~gulan, alterando así la presencia del sujeto en eldinamísmr, de la producción superindustrial, creemosoportuno citar un texto de K Marx muy sugestivo a lahora de ponderar las repercusiones sociales delfundamento creado por la gran industria:

El.trabajador ya no es el individuo, que interpone elobjeto natural modificado como miembro intermedioentre elobjetoy símismo; sino que interponeel procesonatural, que él transforma en un proceso irtdustrial,como medio entr~ símismo yla naturaleza inorgánica,a la cu~ él domina El se coloca junto al proceso deproducción,en lugarde ser su agente principal. En estatransformación, no esni el trabajo inmediato realizadopor el h~m~re mismo, ni el tiempo que él trabaja, sinola aprop~aclón de su propia fuerza productiva general[Pro~u~tlVkraft], s.u comprensión de la naturaleza y sudomínío de la nusma a través de su existencia comocuerpo social; en una palabra, el desarrollo del~dividuo social, el que se presenta como la granple~aangularde la producciónyde la riqueza. Elrobode tiempo de trabajo ajeno, sobre el que descansa la riquezaactual, se presenta Como una base miserable frente a~ta bas~ recién descubierta, creada por la misma gran~ndus~a. Tan. pronto como el trabajo en forma~e<hataha dejado de ser lagranfuente de la riqueza,el ti~mpo de trabajo deja y tiene que dejar de ser sumedida y, en consecuencia, el valor de cambio tieneque dejar deser.1amedidadel valor de uso. Elplustrabajodelamasaha dejado de ser condiciónpara eldesarrollode la riqueza general, así como también el no-trahajo delospocos ha dejado de ser condición para el desarrollode las fuerzas generales del cerebro humano. Con ello

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se derrumba la producción basada sobre el valor decambio, y el proceso de producción inmediato pierdela fonna de la miseria y del antagonísmo.w

Hemos copiado de verbo adverbum este extraordinariofragmento de los escritos marxianos no sólo por lasevidentes connotaciones éticas, sino porque en él serevela el dramático impacto revolucionario de losavances técnicos. Las consecuencias anejas al cambiotecnológicovandesde lamodificaciónde las condicionespara el desarrollo de las facultades intelectuales hasta lasupuestacaída de unsistemaeconómico por vías ajenasal antagonismo clasista. La máquina, o mejor aún, lamáquina como sistema automático no es objeto deanálisis simplemente abstracto o en sus vínculoscientíficos, sino en el juego de unas estructuras socio­económicas. De ese enfoque material y concreto brotaun filón inagotable de consideraciones éticas. Elinstrumento de trabajo es transformado desde el puntode vista de su valor de uso en una existencia quearmonice con el capital fijo y el capital en general. Lamáquina, emancipada del virtuosismo del Arbeiter,posee unalma propia enlas leyes mecánicas que actúanen ella, consume medios de subsistencia y regula laactividad del obrero. Si el sujeto desconoce la cienciaque vibraencada pieza del artefacto, crece el margendeextrañeza o enajenación; y el trabajo vivo es subsumidobajo el "trabajo objetivado". "La asunción del procesode trabajo como simple momento del proceso de

"Karl Marx, Líneasfundtunentalesde lacríticade la economía política,z-Mread,Vol. 21, pp. 90-91. Anteriormente, el autor había concluido que el capitaltrabaja en su propia disolución. en cuanto fOTIrul dominante de producción.(lbid., p. 85). Más adelante Marx explica un pensamiento de Hegel cuandoafirma que la máquina es producto de la industria humana; órgano delcerebro humano creado por la manO humana; fuerza científica objetivada(Hegel,Georg Wi!hem Friednch, VorIesungenüberdiePhi.¡osopl,iederGesd1i.chte.Siimtliche Werkc. [ubiléumseusgabe in 20 Biinden [Stuttgart: HermannGlockner, 1927~1929JBand XI, p. 316).

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valorización del capital está puesta también desde elpunto de vista material mediante la transformación delmedio de trabajo en maquinaria y del trabajo vivo enmeroaccesoriovivientedeestamaquinaria,comomediode su acción"."

Eltrueque del instrumento de trabajo enmaquinariarealiza la tendencia del capital relativa al aumento deproductividad del trabajo y la negación máxima del~a~a~onecesario. Es obvio que la capacidad de trabajoindivídiral resulta sumamente insignificante ante elvalorobjetivado en lamaquinaria.Amodo de conclusiónde su extenso razonamiento, Marx asevera que lamáquina se presenta Como la forma más adecuada delcapital fijo. Dado que el capital fijo produce valor tantoen cuanto es producto del trabajo y aumenta lapropo~ióndelplus-trabajo respectoal trabajo necesario,Marx tilda de frase burguesa absurda el decir que el:rabajador?)mulgaen~teresesconelcapitalistaporqueeste le facilita el trabajo o lo acorta. En su criterio, elcap~ta1 fijo es producto de trabajo ajeno apropiado por elcapital: y, en lugar de Crear el trabajo, "más bien le robamediante la máquina toda autonomía y todo carácteratractivo". El uso capitalista de la máquina estaríaordenado a obt~ner el mayor provecho del trabajadoren aras del capital. Marx acepta el lado positivo de lareducción de la cantidad de trabajo necesario para laproducción de uncierto objeto, ya que es unacondiciónde la emancipación del trabajo. Finalmente, critica laopinión de los economistas que ven en la máquina una~yuda .para el trabajador individual. La máquinamterVlene donde existe, históricamente, una

. "Karl Marx, Lineas fumkrnentaJes de la crítica de la economÚl política, 2"Ml~d,.VoL 21, p. 82. En lo que respecta a la relación entre automación,caP.ltalismo y desempleo, véase Herbert Marcuse, "Libermd y agresión en laSOCiedad tecnológica", p. 84.

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superabundancia de brazos: aparece para reducir lafuerzadetrabajoexistenteenmasaalamedidanecesaria.Mientras el medio de trabajo convierte al trabajador enente independiente, "Iamaquinaria -comocapital fijo­lo pone como ente dependiente,comoente apropiado"."

6Por lo que nos consta, todavía no se ha verificado el

hundimiento o la desintegración del sistema capitalistade producción. bien sea a través de la lucha de clases,bien sea por medio de la explosión de su base técnica.Por otra parte, somos testigos de modificaciones,reformas y contradicciones en el seno de las sociedadesliberales. Entre las modificaciones, podemos mencionarel supermaquinismo con sus implicaciones sociales yantropológicas. Habría que revisar cuidadosamente elanálisis marxista y determinar hasta qué punto tienevigencia actualmente su reflexión en tomo a la trilogíacapital-máquina-trabajador. Piénsese.por lo menos, enla ubicación del trabajador en los nuevos sistemassuperautomáticos, en las grandes masas que viven deprovidencias sociales y en las ambiguas posibilidadesde la sociedad ociosa. La civilización artificial no sóloseríacapaz de engendrar tareassuperfluas, sino tambiénde colmar los tiempos "libres" de diversionesesclavizantes o de tedios abismales. Mutatis mutandis,en el campo ético sucede algo análogo al dinamismoampliación-reducción del esquema fenomenológico.Efectivamente, hay amenazas que cuelgancomo nubesenigmáticas sobre la humanidad, pero no podemosaceptar el juicio sumario de H. Marcuse en contra de lasociedad tecnológica. Los aspectos esenciales de estaúltima serían, según sus palabras, la destrucción de la

'"Ibid., p. 87.

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paz, de la quietud y la belleza de la naturaleza, laabolición de la intimidad. Si ese tipo de sociedad essinónimo de todas las aberraciones, concedimus. Si lasociedad tecnológica es susceptible de albergar variosmodelos dialécticos deciencia-concíencia-convivencía,distinguimus. ¿Se encuentra esta entidad socialirremediablemente condenada-ab origine ad finem- asufrir la perversión de la racionalidad opulenta? Elmismo Marcuse especula que algunos pueblosatrasados, independientes, tal vez aprendan la leccióny construyan su tecnología a la mesure de l'Jwmme. Encualquier latitud en que el hombre aspire a crecerautánomamente,hadeplantearsealternativasquetocansu inteligencia técnico-política y su sensibilidad ética:¿Cómo satisfacer las necesidades humanas vitales?¿Cómo determinar la escala de prioridades de las otrasnecesidades de una comunidad específica?

Las máquinas contribuyen cada vez más a tomarestas decisiones. Sin embargo, es el hombre el llamadoa imprimir carácter-ethikos, estilo, marca-a la obraindividual y colectiva para que ésta sea realmentehumana. En última instancia siempre habrá un sujeto ouna minoría de cerebros que conferiránfinalidad, "unepensée de derriere la pensée", (un pensamiento detrásdel pensamiento), como diría A David. En otraspalabras, alguien será responsable de dictar lasuperconsigna a esos seres artificiales que conquistanautonomía en virtud del ser originalmente autónomo.Dicha autonomía mecánica es relativa, si bien tiende aascender en efectividad. Ahora bien, cabe poner enjuicio, estrictamente hablando y con todo el rigorsemántico, la capacidad de entender, querer y decidirde las máquinas más avanzadas:" il n'y a pas demachinea décision, pas de machine a gouverner", (no existenmáquinas que tornen decisiones ni máquinas quegobiernen), (Prancoís Meyer). Los artificios creados por

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el ingenio humano podrán desenredar infinidad deembrollos y enderezar entuertos, pero difícilmentelogren plantear problemas ajenos a las consignasrecibidas oalacombinaciónde datos predeterminados.

Mal que le pese a la tecnociencia y a la cibernética,las decisiones responden a un cúmulo de factores queescapan a las reducciones del cálculo cuantitativo. Porotro lado, sería obstinado cerrar los ojos ante losproyectos de intelectrónica y empresas similares.

Hace varios años los cibernéticos prometieron quela máquina cibernética abordaría el pensamiento"heurístico" (propio de la facultad de invención einspiración) después de conquistar el pensamiento"algorítmico" (aquel que obtiene los mismos resultadosa partir de los mismos datos)." Pues bien, ya hoy sehabla de las "máquinas filosóficas" para denominar alos artefactos heurísticos, tales como el jugador deajedrez y el homeostato de Ashby. Eso no significa quese haya superado el hiato profundo y abismal quemedia entre el espíritu humano y los artefactos de latekhne. En todo caso, la máquina, con su inmensamemoria y su rutinaria objetividad, será de gran ayudaen el momento crucial de tomar decisiones que exigenrapidez, eficaciay exactitud. Aunasí, aquella permanecesupeditada a las opciones previas, simultáneas yposteriores del horno sapiens volen.s. Este evalúa lasacciones, la adecuación de medios y fines, y efectúa lascorreccionescorrespondientes. Noes preciso declararsedeterminista para aceptar los datos objetivos queinfluyen en el cálculo de la decisión. A menos que seprefiera un estilo de acción dominado por laarbitrariedad y la anarquía, el ser inteligente integrarálos conocimientosmás exactos yconfiables a su procesodeliberativo.

''Jean Meynaud; Úlledmocratie; rny tlle ou rea/jte?, p. 238.

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Semejante criterio tiene aplicación tanto a nivelindividual como en el ámbito de la comunidad política.Lasuperioridadmoralque adquiereel cientifico-técnicofrente al político no obsta para entablar un diálogofecundo entre sabios y dirigentes: al contrario, ambasperspectivas deben entrar en comunión en pro de unagenuina "sofocracia". En su extenso y enjundiosoestudio, J. Meynaud concluyeque la tesis de laabsorci6ninevitable"de la politique dans la technique n'est pasréellement soutenable (...) I'exístence meme d'uneinfluence technocratique (...) ne se trouve pasunanimement reconnue par tous les secteurs deI'opinion".." (de la política dentro de la técnica no esrealmente defendible ( ) la misma existencia de unainfluencia tecnocrática ( ) no es algo que goce delreconocimiento unánime de todos los sectores de laopinión). Posiblemente, una investigación másabarcadora en el tiempo y en el espacio produzca otrasconclusionesy desoculte la tecnopolíticacomounsignode los tiempos. Se ha dicho hasta la saciedad que lafunción técnica carece ensf de significado social o ético.Sin embargo, los instrumentos técnicos creancondiciones y disposiciones a favor de un culto a laeficacia y al bienestar material, dando lugar a nuevosesquemas políticos, económicos y culturales.

Sin pretender absolutizar el poder de la revolucióntécnica o extender su sello hasta la esencia de lanaturaleza humana conviene auscultar el cambio demarcha en tantas situaciones vitales, incluyendo lasnuevas perspectivas éticas del hombre como ser mortal.Las condiciones del siglo actual traenmodos culturalesque permiten distinguir entre una forma de morirantigua y otra moderna. "La deshumanización de lamuerte hasido, engranparte, consecuenciadel progreso

'"lbid., p. 281.

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técnico. La renuncia a estos últimos intentos médicos,para evitar una muerte deshumanizada, es también underecho del hombre que se harácada vezmás necesarioen la nueva tenatología. La aspiración a una muertedignase hacepresenteconfuerza ennuestrasociedad"."El bisturí de la técnica penetra hasta las intimidades dela hora agónica, amén de suscitar serias inquietudeséticas a través de la ingeniería genética, la simbiosis realde máquinas e individuos y los transplantes cada vezmás atrevidos.

Como se ha repetido en varias obras de difusiónpopular, la aceleración y la transitoriedad de nuestrotiempo afectan de alguna manera innumerablesexperiencias humanas que tocan directamente el tópicode la ética: v.g. las relaciones entre las personas, laactitud ante las cosas, el universo de los valores. Latecnología, en todas sus versiones, es agente de cambioa unritmo geométrico. Las nuevas realidades provocanmaneras diferentes de ver la vida, novedosasdificultades y soluciones. Éticamente, surge unmodeloque no es humano ni divino: la máquina. Asombran suexactitud, su eficacia, su fecundidad, aunque seanartificiales. Unos valores adquierenpreeminencia sobreotras; se trastornan los paradigmas axiológicos.

7Cuando leemos libros sobre futurología, obras que

rayan en la ciencia ficción, o investigaciones objetivassobre las fronteras de la ciencia,nos invadela convicciónde que el hombre logrará hacer todo lo que sea factiblesi se lo propone. Este no es el lugar de enumerar o

"F. López Azpitarle. NProblemasen tomoa la muerte: el de.recho a m.orircon dignidad". Proyección 32 (enero-marzo 1985) p. 56. Este artículo con~eneinteresantes reflexiones en tomo a la valoración ética de la eutanaSlil. ladistanasia y la adístanasíe, además de ricas notas bibliográficas sobre el

tema.

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analizar todos los proyectos reales y fantásticos de laintelligentsia contemporánea. Algunos celebran conalegría indiscriminada tales programas científicos,pasando tranquilamente del plano fenomenológico aldeontológico. Otros, encambio, muestranciertacautela,y el grado de cautela coincide con las respectivasperspectivas éticas. Mientras se perfeccionanindefinidamente los instrumentos de trabajo, lostecnocientíficos están en condiciones de manejar lapotencialidad de las personas yde las cosas eninfinidadde combinaciones. Por el momento hay limitacionesfísicas... y psicológicas... Y, sobre todo, éticas. ¿Quiéntraza los límites de la iniciativahumana?¿Lacomunidadpolítica? ¿El fracaso o la casualidad? ¿Las fuerzas de laevolución? ¿Nada ni nadie? ¿La moral religiosa? Sonpreguntas eternas, pero el maquinismo las estruja conmás ahínco en la escena del horno technicus.Y no es paramenos. Curiosamente, a raíz del Siglo XVII la máquinaha servido como un sucedáneo de la religión. Losinventos mecánicos fueron el antídoto contra ladecadencia de la fe y del impulso vital. La máquinaencajaba perfectamente en una concepción de la vidafundada en la acción yen el trabajo.

Faith had at last found a new object, not the movíng ofmountaíns, but the moving ofenergies and machines.Power: the application of power to motíon, and theapplication of mction to production, andofproductiontomoney-making,andonthefurtherincreaseofpower- this was the worthiest object that a mechanícal habitof mind and a mechanical mode of actíon put befaremen.»

"'Lewis Mumfocd. Teclmics end Civiliza/ion, p. 53. Mumford añade queuna religión vital no necesita la justificación de la mera utilidad. UThereligión of the machine needed such supporl as liule as the tracendent<llf<liths it supplanled(.. _) The necessity of invention WaSa dogma, and theritual of a mechanical routine was the binding element in the faith". A laspalabras citadas siguen ingeniosas enalogías entre la estructura religiosa yel mundo de las máquinas [Ibid., p. 54).

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El vértigo de unaculturamodular, sucedáneay efímerano parece fulminar la creencia en la eternidad de lanaturaleza humana y en la garantía de su estabilidadobedeciendo a procesos semejantes a la homeostasis.En un sentido, la sociedad sería como un gigantescohomeostato que se mantiene enequilibrio a pesar de lasvariaciones del medio externo y del medio interno.Puesto que la funcionalidad no es el único criterio decrecimiento, y puesto que pervive la fobia a las formashíbridas, siemprerenacencorrientes purificadoras, quea manera de leucocitos, contrarrestan las experienciasnocivas fabricadas por la industria tecnológica. ¿Esesteelemento de autocontrol inmanente una especulaciónutópica difícil de verificar? Los sociólogos y losclarividentes tienen la palabra. (Léase lo anterior sinironías ni arrogancias, porque así fue escrito)

En la práctica, ¿quién sabe adónde nos conduce latecnociencia, es decir, la comunidad responsable deldesarrollo técnico? De faltar una política positiva de laciencia, estamos estacionados en la médula de unaparadoja: los individuos y los grupos cultivan unaactividad supuestamente racional en medio de unsistema irracional. Elasunto se torna más espinoso aúnsi preguntamos: ¿Quién debe establecer los criterios deesa políticay bajo qué principios ha de ampararse? Soncuestiones que pasan de la técnica a la metatécnica, a lametafísica. Aquí notamos que es insuficiente mudar elsaber en poder. La capacidad de explicar, evaluar yresponder también es parte del poder, de un podersuperior. Porque es preciso saber si hemos de concebirtodo nuestrofuturo bajo el signo de la evolución técnica.W. Heisenberg, al hablar de la verdad científica y laverdad religiosa, percibía un conflicto entre la formaespiritual- estática por esencia - de una sociedad y lasexperienciasy modosde pensarcientíficosque renuevanconstantemente el horizonte. Parece como si la

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indeterminaciónenel planode lamicrofísicase infiltraraen la total e insoportable inseguridad de todas lasnormas. Añádase a esto el desfase entre la carreravertiginosa del progreso técnico, por un lado, y la lentarespuesta del cerebro y de la conciencia moral, por elotro lado.

Decir que el hombre es neutral en este procesoequivale a degradarlo más en su dignidad, puessupondríamos que es inconsciente ague carece de todofundamento axiológico. Otra cosa es aceptar laambivalenciaexistencial de las iniciativas humanas. Esel hamo ambiguus quien trastoca y enreda la relaciónentrernediosyfines,quien.metafóricamente,contaminala gracia original de los objetos. El dinero, por ejemplo,aunque corra en abundancia, puede ser un medio depobreza, enla medidaen que se invierta para conseguirel biencomún Encambio,seconvierteenmedio tempo­ral rico si creamos conél mecanismos para obtener másdinero. Desgraciadamente, el mundo actual nos hacecreerque los medios temporales ricos sonlos principales.

Ce qui fait du monde modeme un terrible tentateur,c'est qu'il propose. il vulgarise tellement les moyenstemporels ríches, lourds, écrasants, illes emploie aveeune telle ostentation et une telle puissance qu'il faitcroíre que ce sont la les moyens príncípaux. lis sontpríncípaux pour la matíere, ils ne sont pas príncípauxpour l'esprit,» (Lo que convierte al mundo en unterrible tentadores el hecho de que propone, vulgarizade talmanera los medios temporales opulentos, torpes,

"[aoques Maritain, Rel;g;on el culture (Faris: Desclée De Brouwer et Ge.,1930), p.78. En la página 20 Marita;n acentúa el aspecto moral-religioso deldesarrollo humano. "Paree que ce développement humain n' est passeulernent matériel, mais aussi et principalement moral, il va de so; que parconséquent l'élément religieux y joue un role principal". (porque estedesarrollo humano no es sólo material, sino también y principalmentemoral, se deduce que por consiguiente el elemento religioso desempeñaaquí una función de primer orden.)

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aplastantes, los emplea con una suerte de ostentacióny de poder que hace creer que aquellos son los mediosprincipales. Son principales para la materia, pero noson principales para el espíritu.)

Esta denuncia atañe también a una comunidadtecnocientífica atada por tantos hilos a los negocios dela empresa estatal y privada. ¿Cuán abundante es lapresencia de los "inventores filosóficos" en loslaboratorios de la fábrica moderna? ¿Cuán inútil essemejante pregunta? Indudablemente, las fuerzaseconómicas han estado a labase del desarrollo técnico­científico, si bien intervienen otras variables a lo largode la historia. La ciencia se encuentra, en gran medida,hipotecada a los monopolios. ¿Cómo se afectan lasolvenciamoral y lacreaciónintelectual?PedroSalinas,ensu obraLabombaincreible, nosentregóuna radiografíade esa liturgia estéril que se arrodilla ante los dioses dela eficacia. Si la tecnociencia es el valor supremo o lafuentedevalores,sinosomosdignosdeella,esnecesariosacrificar las vidas sobre su altar. Ya que el misterio noproduce ventaja alguna palpable- más bien molestia-,arrojemos la bomba increíble lejos, muy lejos en el mar.¿Será éste el resultado de un conocimiento apátrida eilimitado? El saber de las medidas y del cálculo tiendea convertirse en ciencia inmensurable e incalculable.Sin embargo, una actividad intelectual fundada en lalibre elección exige un margende sacrificio. ¿Hasta quépunto es posible superar el sacrificio original de laselección primigenia? Sí, muchas preguntas funda­mentales fueron excomulgadas por la primerapreguntacientífica.

Algunas de ellas siguen refugiadas en la teología.La concepción profana del mundo, la crecientedesacralización sugieren un contraste abierto entre laevolución técnica y las cosmovisiones religiosas. Para

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sorpresa dealgunos, larespuesta teológicaal fenómenotécnico no es de carácter monolítico. A.Z. Serrand harealizado un inventario de las diversas teologías y susrespectivas reacciones ante la evolución técnica.» Lateología de derecho positivo sostiene que las estructurastradicionalesconservan,.asumanera, unamayoreficaciaque "les grandes DU petites machines calculées pour unmonde dénaturé" (las grandes o pequeñas máquinascalculadas paraunmundodesnaturalizado). La teologíadelderecho divinonaturalacentúa, desde luego, la primacíadel orden moral natural De esta visión parte unainsoslayable exigencia a la técnica: la urgencia de

"A.Z. SeITand. Evolunan techniiJue et théorogies (pans: Les Editions duCerf 1%5), Pp- 25-94. Serrand lanza una serie de preguntas cual lanzascandentes, que agudizan eJ disremimiento en la hora critica del compitumíechnicum: "L'aurhenticíté prométbéene manque de enteres definissables apriori. Qui ouquoi peutdecíders' il fautdonnerplllS depoidsau prométhéismeactuel OU au prcspecní, fa celui qui est en plein élan, ou acelui qui, un jourpeut.....tre dominé ou las, íncapable de creer de nouveaux besoins, sentirá safinitude? Qui compte davantagedans la civilisation technlque, les productionsoules consommations, OU leursenchainements? Ceux qui vant dans lessensde Prometh~ OU ceux qui, gardant quelque sensibilité, se ¡ugent cancériséset lui résisent? Ceux qui se content de le regarder, ou ceux qui pI'étendent lediriger? CeuJ( qui lui oppossent ]'objection de conscience on ceUJ( qui sont ása devotion? Et panni ces demíers, les esclaves qu'il opprime ou ceax dontil suscitara la libre service? A qui appartient _ il de trancher de ce qu'esr etveut Prométhée, parmi tant d'hommes qu'il faitmalignement se bettre poursa possession, s'assurant ainsi leur maftrise? A qui ou á quoi, sinon a lasoc!ologie religieuse dt; favenir, appartiendra-t-il de decemer le priJ( de lameilleure comprébensjon de Prométhée, panni les theclogíes actuelles?"(Ibid., p. 236) (La autenticidad prometeica carece de criterios definibles apriori. ¿Quién ° qué puede decidir si es necesario conceder importancia alprometeísmo actual o prospectivo; al que se encuentra en pleno impulso, oa aquél que, un día tal vez dominado o fatigado, incapaz de crear nuevasnecesidades, sentirá Su finitud? ¿Qué cuenta más en la civilización técnica,la producción o el consumo o Sus concatenaciones? ¿Aquellos que marchanentre los significados de Prometeo o los que, reteniendoalguna sensibilidad,se consideran cancerizados y lo resisten? ¿Aquellos que se confonnaron conmirarlo o los que pretenden dirigirlo? ¿Aquellos que le oponen la objeciónde conciencia o los que lo miran con devoción? Y entre estos últimos, ¿losese.lavos que él oprim~ o aq.uellos en los que suscitará el libre servicio? ¿AqU~n corresponde discermr lo que es y quiere Prometeo, entre tantoshombres que éJ lleva malignamente a batirse por su posesión, asegurándoseasI su señorío? ¿A quiér,t o a qué, si no es a la sociología religiosa del futuro,corresponde el discernir el precio de la mejor comprensión de Prometeo,entre las teologías actuales?)

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respetar el orden total, a la vez que aporta su justacontribución: "ni ses produits ni leur production n'ydoivent porter atteinte" (ni sus productos ni suproducción debenlacerarlo). La teología delaencarnaciónmuestra más simpatía hacia el proyecto técnico.Encuentra en la protología el mandato de dominar lanaturaleza. Cuandomiraal otroextremo-laescatología­topa con un dinamismo afronte como réplica de aqueldinamismo a tergo. La escatología permite conferir alimpulso técnicounsentimiento de la posible aportacióndel prometeísmo "au décor de la Parousie et duRoyaume de l'au-delá" (a la exaltación de la Parusía ydel Reino del más allá). En el más allá se reconciliaránlos tres modos de hacer característicos del hombre:trabajo, juego, contemplación.

En cuarto lugar, la teología de la asunción coloca elprometeísmo en la mediación que permite al hombretender y llegar a su fin en el seno de la historia. Nosreferimos al finque le adjudican las visiones del mundoen las que domina el "scheme assomptionnel". Estascosmovisiones vinculan la tarea de la técnica, suideología, su moral, a aquello que ellas desean que laIglesia asuma: "la tension vers une fin privilégiée del'histoire" (la tensión hacia un fin privilegiado de lahistoria). La teología deinspiración escatológica distingueentre los que han recibido la gracia de una vocaciónexcepcional de santidad y el resto de los creyentes. Losprimeros, libres de preocupaciones mundanas,familiares o profesionales, sólo utilizarán la técnica enla medida en que ésta sea necesaria. Los otros deberánser orientados "a la fuite du monde dans le monde" (ala huida del mundo dentro del mundo).

La teología del dualismo, en su acepción rigurosa,transfiere el antagonismo metafísico, que algunosdetectan entre el espíritu y la materia, al contraste entreEvangelio y técnica. Trátase de un dualismo moral que

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se traduce en la simple afirmación de que mientras másse abstenga el cristiano de la técnica, mejor sedesempeñará en su ética. El uso de instrumentos omáquinas ha de restringirse a los procesos artesanalesmás cercanos a la naturaleza. La tendencia dualista espoco agresiva en sus manifestaciones, pero resultadecididamente hostil, en su inspiración, en contra delespíritu prometeico. Anotemos tangencialmente quealgunos textos de Santo Tomás de Aquino apenasconceden virtud beatífica a la inteligencia práctica y alos bienes externos.

La teología deladialéctica acepta, de una parte, que eldiálogo entre cristianismo y prometeísmo somete ajuicio ciertos datos que las demás teologías tomancomoprincipio de sus respuestas; y, de la otra parte, que estediálogo hace precaria y provisional toda síntesis oprevisión de síntesis. Considera que la tensión de lacoyuntura actual provee más equilibrio al espíritucristiano que la vana complacencia en "des fixations,bientót mínées" (fijaciones más bien carcomidas). Ladialéctica de la tekhne nos recuerda los atributos de dospersonajes de la mitología clásica: Proteo y Anteo. Elprimero había recibido el don de la profecía y el pod erde asumir diversas apariencias. (Por eso llamamos"proteo" al hombre que cambia frecuentemente deopiniones y de afectos). El segundo era un gigante,luchador invencible mientras tocaba la tierra, es decir,a su madre Cea. La técnica combina, pues, lascaracterísticas de Proteo, insaciable en su agilidad yversatilidad, y las de Anteo, fuerte tanto en cuantomantuviera los pies en contacto con el suelo.Curiosamente, la religío technici descansa sobre unequilibrio inestable, pero dinámico, semejante a loscomportamientos religiosos más profundos. Lasrelaciones de incertidumbre en la microffsica escondenparadojas que evocan la tensión prometeico-cristiana.

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Finalmente, la teología delparalelismo postula que sibien lo prometeico y lo cristiano coexisten en el mismohombre cada cual va por su camino: cada uno tiene supropio sistema de reflejos y decisiones. Lo verdadero yeficaz del mundocientífico-técnicoescapan, como tales,a la moral y a la institución eclesial. Los requerimientosdel cristianismo no pueden intervenir en elprometeísmo, a no ser en aquello que este últimoabandona al sentimiento"de son exécutant apres queses autorités onfixé l'oeuvre afaire, et ses íngénieurs. lamaniere de la faíre" (de su ejecutante una vez que susautoridades han fijado la obra a realizarse, y susingenieros, la manera de realizarla).

El inventario de las opiniones teológicas refleja lagama de pareceres que pugnan en el frente secular. Enlas últimas décadas se nota la apertura de algunosgrupos religiosos hacia las conquistas terrestres delhombre yel reconocimiento de la relativaautonomía delasrealidadesprofanas.Estaapreciaciónvaacompañadade una crítica insobornable a las amenazas delmaterialismo técnico, amenazas que atentan contra elsentido de la espontaneidad, gratuidad y leticia. Si elhombre escarba en su quehacer técnico, logrará dar, ala corta o a la larga, con un signo de su dimensiónespiritual. Juan XXIII expresa esta visión optimista, atono con lacosmologíacatólica, ensu encíclica Pacem interris: "El progreso científico y los adelantos técnicosenseñan claramente que en los seres vivos y en lasfuerzas de la naturaleza impera un orden maravillosoy que al mismo tiempo el hombre posee una intrínsecadignidad, por virtud de la cual puede descubrir eseorden y forjar los instrumentos ordenados paraadueñarse de esas mismas fuerzas y ponerlas a suservicio".

El reconocimiento de la relativa autonomía delsaber humano y la purificación de las imágenes

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sobrenaturales arroja un saldo positivo para laexperiencia religiosa. Pero no todo ha sido miel sobrehojuelas para el comportamiento religioso a raíz de larevolución tecnológica. A juicio deKarl Rahner, Dios seha hecho más lejano desde que el hombre manipula lanaturaleza y parece degradarla reduciéndola a meromaterial de su iniciativa.

La naturaleza ha caído bajo el poderdel hombre desde elmomento en que éste, habiendo superado eldete~rrúnis~oque la regía, la somete a Su control y a susmanipulaciones. Pero, por eso mismo, parece un muroespeso que se erige entre el hombre y Dios. Lo que elhombre descubre en la naturaleza y ensu acción con ellano son, parece, más que realidades de aquí abajo: lasleyes de la materia y su propia imagen.e

Algunos piensan que la técnica es un sucedáneo de lareligión, pues confiere apariencia de orden al caos yactúa, para la gran mayoría, como las artes mágicas.Otros consideran que el estilo de la técnica insistedemasiado en lo visible, en lo superficial, en laexplotación de los sentidos, cosas que socavan losfundamentos de la fe y de la ética. Cuando la máquinadomine la vida en su totalidad, podría decirse,paradójicamente, que ha llegado la hora del caosuniversal. La vida no es sólo orden y verdad, sinotambién bellezaybondad; es decir, unaverdadcompletay orgánica. Por esa razón debemos examinar con ojos

"Karl R.ahner, Bse-ílpossible aujourd'hci de croire (Fans: Mame, 1966) p.76. Cfr. Mlchel Lelong. Pour un dialogue avec les athées (Fans: Les Edition duCe~f,. 1965), fP: 42-43: Romano Guardini, Fe en nuestro tiempo (Madrid:EdlClo.nes Cristiandad, 1965), p. 37; jean Danielou, Escándalo de la verdiul(Madn~: Ed. G~~o;tarrama, 1962), pp.17D-171; Klemens Brockmdller, Culturamdustnal y rel:8':?" (Ba,:"lona:. Editorial ~steJa, 1967), pp. 42-56, 13855.;Pe~ro Ferrer PI, Creencia técnICa y cambio socia!''' en Canfigurad6n de lasoctl'tÚldfutura, ed. A. Dou (Bilbao: Editori,¡¡1 Mensajero, 19'77),pp. 211-237.

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inquisidores el epígrafe o exergo que adamael presenteensayo. G. Bachelard, autor del mencionado epígrafe,afirma que, en el trabajo científico, todo valor dado esun valor transformado. La inteligencia científica es unafacultad de hacer robots. Puesto que un autómata nopuede crear automatismo diferente de su función; ypuesto que el hombre crea robots, luego, jamás será élun robot. Ahora bien, ¿es la inteligencia humana lafacultad de fabricar autómatas? ¿Realizamejorunrobotuna"action humaine" por el mero hecho de encadenarmás regularmente estas acciones y ser enteramente fiela su finalidad? En la reflexión ética solemos distinguirentre "acciones humanas" y "actos del hombre". Losprimeros presuponen conciencia, voluntad y otrosingredientes de la conducta propiamente humana. Lossegundos proceden del hombre, pero son mecánicos oinconscientes. Tal vezestadistinciónsirvapara matizarla tesis de Bachelard.

Exoneremos al filósofo francés de las supuestasimprecisiones - peecata minuta - y adjudiquémoslegrandes méritos por haber dedicado su esfuerzointelectual a la filosofía de las ciencias. Dícese que lafilosofía llegó tarde al convite de las ciencias modernas,aunque se alega que éstas son sus hijas rebeldes. ¿Hallegado tarde e impropiamente vestida al banquete dela técnica? Los estudios desarticulados y esporádicosde la teología yde laética respecto al vertiginosoavancede la tecnociencia son insuficientes si queremos estar aldía y a la altura de los compromisos del hombre total.El aggiornamento de la philosophia perennis es, en estesentido, un asunto ético. Porque debe despuntar elverdadero orden en el nuevo caos organizado, para quese cumpla la sentencia de Santo Tomás: sapientis estordinare.

Así ponemos punto final - o mejor, puntossuspensivos- a nuestras consideraciones éticas. Con la

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esperanza de regresar a la parcela del hombreprometeico, y descubrir en ella las huellas de Poros,dios de la opulencia, y de Penía, diosa de la indigencia,quienes engendran a Eros, inventor perpetuo deartificios y vagabundo en eterna situación precaria.

v

HACIA UNA COSMOVISIÓN ARTIFICIAL

Un monde nouveau eort de l'obscuTe chrysalidedethietoire. avec desformes temporeIles nouvelles. . .

Jacques Maritain(Un mundo nuevo brota de la oscura crisálidade la historia conformas temporales nuevas...)

1Decía F. Nietzsche que sólo podemos comprender

el universo formado por nosotros mismos. Esto podríainterpretarse en nuestros días a partir de esatransformación del habitat del hombre que ha creadoun novísimo espacio artificial cuyo rasgo más peculiarreside en la proliferaciónde los objetos manufacturados.1

Debemos ir más lejos en dicha apreciación, pues no sólose trata de un mero espacio artificial, sino también deuna metanoia enlos recintos más íntimos de la concienciahumana.

La aseveración de F. Nietzsche trasciende la clásicacontroversia sobre los atributos apriorístícos del sujetocognoscente. Ahora no nos conformamos con formarconceptos tomando como referencia los esquemasmentales o los mensajes objetivos. La coyuntura actualmirahacialacreacióndeunnuevouniverso,ununiversomanu-facturado. De esta manera se superan lasmetáforas gnoseológicas y la idea de una filosofíaimplícita en las revoluciones tecnológicas.

lRománGubern, prólogo a la obra de Abraham Moles, Teonade losobjelos(Barcelona: Editorial Guslavo Gil S.A., 1975), p. 7.

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Desde el fuego y la rueda hasta las conquistascósmicas, el horno artifex se ha empeñado en someter 10que solemos denominar naturaleza. La ciencia y latécnica hancausado cambios rápidosy dramáticos en elmundocontemporáneoy hanmodeladoengranmedidala psicología de sus fautores. Resulta, pues, importantecomprender la revolución tecnológica para entendernuestra propia vida, marcada por el sello técnico encasitodas sus manifestaciones.

En las vísperas del siglo XXI, la humanidad haquemado la etapa de querer dominar la naturaleza.Ahora pretende ir más lejos y estáencamino de fabricarun mundo artificial. En este sentido, la íekhnerespondea una de sus notas originales: arte bella, habilidad,astucia. Ya no es la simple dimensión pragmática delconocimiento de un objeto. El ser humano no sólorecoge 10 que encuentra en su camino, sino que ahoraarranca las potencialidades escondidasenlos elementos,supera las limitaciones de sus sentidos y plasma unaespecie de segunda naturaleza. La perspectiva denuestra reflexión toma en cuenta las repercusioneséticasysociales del fenómeno. Sin embargo, no convieneestancarse en el trillado debate que enfrenta la industriaala ecología, la técnica alashumanidades. Ciertamente,la sociedad tecnológica a veces paga el precio de unpacto mefistofélico, a la manera del aprendiz de brujo,y pierde el control de sus propios engendros. Produceasí un profundo desequilibrio físico que incluye laruina del medio ambiente y la enajenación ante lanaturaleza y el cuerpo humano. Al margen de losplanteamientos en torno a la legitimidad de conceptostales como naturaleza, orden cósmico, etc. tememosdesembocar en una situación acósmica, es decir,desordenada.

Podríamos decir que la transformación es muchomás radical de lo que parece a primera vista. Se impone

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una nueva visión de las personas y de las cosas: unacosmovisión diferente. En efecto, nuestra relación conla vida ha tomado otros rumbos. La ciencia ensanchalos horizontes de los individuos, modifica su estilo devida y afecta la configuración espiritual de los sujetos.hasta las enfermedades dominantes responden a unesquema novedoso de condiciones inusitadas,condiciones que suelenconducir de la manufactura a lamanipulación, en fin a la despersonalización. Todo daa entenderqueel medioartificialseráelhabitat "natural"del ciudadano futuro. La era postindustrial osu perindustrial más las perspectivas siderales romperánmuchos moldes de la miopía terrícola.

Aloanterior,y enestrechovínculoconla tecnología,hay que añadirle el gran avance del urbanismo. Lacivilización del urbanismo con sus tristes notas deinhospitalidad, se abre paso abrazada a la uniformidadde la industrialización. Aquíse esconden dos paradojas.Una se refiere a la falta de comunión en las estructurasurbanizadasa pesarde la cercaníafísica de los habitantes.Parecieracomo si tantas ciudades fueran edificadas conmoldes de egoísmo. La segunda paradoja parte de laanterior y consiste en la seria dificultad de planificarlibre y racionalmente la vida urbana. El lugar delprogreso y de la aplicación práctica de la inteligenciasirve para especular cruelmente con el suelo ycomercializarlo como un producto más. [Ay, la ciudad!Un inmenso hormiguero inmerso en la soledad, masuna encrucijada privilegiada de posibles encuentros.

Los pecados capitales de esta humanidadparcialmente civilizada y secularizada penetran hastala raíz misma de nuestras actitudes ante la vida, elsufrimiento y la muerte. La vida se convierte en unobjeto de la técnica, al margen del misterio y cada vezmás cerca de lo cuantitativo e indiferente. Pero lasexpresiones vitales nose cancelan por decreto. De ahí la

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abundancia de protestas contra la tecnocracia y latentación de embarcarse en movimientos exóticos dedudoso calibre.

En efecto, la tecnología trae consigo un girocopernicano en la realización y percepción de los sereshumanos. Los signos señalan hacia una nueva relaciónconla naturaleza, con la sociedad, connosotros mismoseinc1usiveconDios.Aunasí,debemossuperarcualquieractitud maniquea. Ahí está la tecnología. Declararle lasentencia de muerte no es suficiente para erradicar eldesarraigo, el audiovisualismo, la superficialidad, elescapismo, la manipulación, la despersonalización, laprofanación...

Conviene domesticar la técnica, neutralizar susvicios y evitar que se entregue a los brazos de poderesopresivos y de especulaciones egoístas. Las recetas delos tecnólogos y de los románticos rousseaunianosdifícilmente nos conduzcan hacia una tecnologíaresponsable. Los signos de los tiempos nos hablan deun desarrollo técnico de grandes repercusionescualitativas, con una proyección geométrica. Hoy másque nunca hemos de computar-Le. etimológicamente"con-pensar"-lamagnitud de tales efectos enlareligión,la filosofía, el arte y, más que nada, en nuestrapersonalidad.

La tecnología no nos eximirá ipsoJacto de preguntarlas preguntas de fondo. Aparentemente las sepultaráentre los engranajes y los circuitos de un monstruoartificial, pero resucitaráncualquier mañana más frescasy agudas que antes.

2Aun así, es necesario reconocer que la revolución

tecnológica constituye una verdadera mutación de laevolución humana, una ruptura con el pasado. Almandato genesíaco y a la profecía cartesiana se suma el

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hecho de que los hijos de este siglo consideran que sondueños de su propia naturaleza biológica y síquica, yproceden consecuentemente. Además, la razón y laavaricia han establecido una alianza con el fin de lograrun control racional de la pujanza industrial y científica.Ha nacido esa versión tal vez inédita y enigmática dellagos: la razón eficiente.

Cuando realizamos la crítica de la razón eficienteparecería que fuéramos a esgrimir un rechazo frontalcontra el horno technicus. Los anatemas se impondránpor su propio peso. Lo que interesa en este momento esbuscar la fundamentación teórica de esta manera deconcebir el mundo; darconuna explicaciónsatisfactoriadel fenómeno. Porconsiguiente, se requiereunexarnen,unenjuiciamiento-crítíca- de esa razónque se consideraeficiente.

La cuna de la palabrarazón -ratio-apunta hacia unaalcurnia de rico abolengo. Además de razonamiento,incluye otros significados muy sugestivos, a saber:cálculo, cuenta, medida, causa, regulado, decidido,constante, pensar, ciencia ... Del verbo pensar deriva asu vez lavoz pesar. ¿A quevienen todos estos laberintosetimológicos? Queremos hacer resaltar el hecho de quela actividad racional nosólomiraalos ámbitos altamenteabstractos o teóricos, sino también a las modalidadesmás concretas y prácticas. Claro está, en todos susestratos hay cierto grado de abstracción. El pensar y elmedir son acciones específicas, pero entran factores decomparación y escalas de generalización.

Por esta vía nos asomamos a los umbrales de laciencia moderna. Galileo Galilei gustaba de decir queera necesario medir todo, como si le hubiese atacadouna nuevacondición que llamaremos tecnometría. Hoyvivimos inmersos en un escenario de ordenadores ocomputadoras (cum-putare), técnicas telemétricas y milartefactos que se encargan de ordenar y regular casi

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todos los pasos del nuevo animal racional ... y suscircunstancias.

Evidentemente, no se trata de medir por el merohecho de medir. El expediente del cálculo parte de laacción y corre tras un efecto determinado. Por esohablamos de una razón eficiente. Eficiente (efficiens) esel participo activo de eJficere, producir un efecto, y nosremite a lacere, hacer. Tenemos ante nuestraconsideración una ratio cuyo objetivo esencial consisteen producir un effectus concreto.

En todo caso, indiscutiblemente somos testigos deuna profunda transforrnacióndel pensamiento. Elnuevoespíritu técnico supone algo más que una modasuperficial de aparatos prácticos; apuntahacia rupturasepistemológicas degranalcancefilosófico yexistencial.Nos preguntamos, como Abraham A. Moles: ¿Cuálesson sus afirmaciones de principio subyacentes, queconstituyen de hecho una actitud filosófica y quedifunden incluso entre el gran público unaWeltanschauung más o menos consciente? ¿QUé rasgosgenerales lo caracterizan? ¿Qué conceptos rectores haelaborado al servicio del pensamiento y de la acción?'

No se trata, por supuesto, de sugerir panmaqui­nismo. Pero ya es lugar común señalar el aporte de laactividad científica a la filosofía. Hablamos, claro está,de aquel sector que todavía admite unámbito específicoal quehacer filosófico, pues se ha llegado al extremo deexpropiar la hacienda de los amantes de la sabiduría ode leerles la oración fúnebre.

A pesar de los pesares, los filósofos tienen muchatela que cortar en la sastrería de la tecnópolis. Mientrasexistaelhomosapiens toparemosconaxiomas, principiosy postulados que laten bajo las apariencias de la

'Abraham Molesy AndréNoíray. HEI pensamiento técnico" en Úlfilorofia,ed. André Noiray (Bilbao: Ediciones Mensajero, 1974), p. 498.

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evolución tecnológica. De acuerdo con A. Moles y A.Noiray, el marco teórico subyacente al fenómenotecnológico incluye la transformación del concepto delibertad, la renovación de la idea de progreso y unanueva relación entre acción y conocimiento.'

¿Será un privilegio exclusivo de los marxistas elaceptar la intervención de las condiciones externas enlas realidades mentales?

Veamos, enprimer lugar, el cambio en la dimensiónde nuestra libertad. El ethos de la actualidad va adesplazar las especulaciones metafísicas del librealbedrío para insistir en los aspectos pragmáticos,mensurables de la acciónhumana. Lalibertad se orientahaciael dominio del mundo. Es comosi una radiografíamaterial desnudara los resortes de lalibertad romántica.Evidentemente, también queda en entredicho la visiónvirginal de la naturaleza. Todo puede cambiar, para losfines que se proponga el hombre. La natura essimplemente el Umwelt, el mundo exterior donde el yorealiza sus deseos. El sentido dinámico e inconcluso delo que llamamos sujeto y objeto motiva elcuestionamiento del hombrecomoesencia permanentey de la naturaleza como realidad intangible.'

'lba, pp. 499-502.'Afirma K. Marx en sus Oe!wnomi,ch - philosoph;,che Manu,kripte que la

esencia humana de la naturaleza no existe más que para el hombre social,pues s610 así existe para él como vínculo con el hombre, como exi,tcnciasuya para el otro y existencia del otro Faro él. .. "Das menschlicheWesen derNatur ist erst da für den gessellschattlichen Menschen; denn erst es sie furihn da als Band mit dem Menschen, als Dasein für die Anderen und dieAnderen fiirihn; "rsthieristsiedaals die Grundlageeinesmensc1Jlic1Jen Dasein,.Erst roer ist ihm sein nallirliches Dasein, sein mensdúichen Dasein und dieNaturfürinh zum Menschengeworden. Als dieCesellschaftistdie vollendeteWesenseinheit der Menschen mit der Netur, die Wahre Resurrektion derNatur, der durchgeführte Naturalismus des Menschen und derdurchgeführteHurnanismusderNatur". (Laesenciahumana de la naturalezano existe más que para el hombre :;ocU./, pues s610 así existe para él cornovínculo con el hombre, como existencia suya para el otro y existencia del otropaTa él; s6loasíexistecomo fundamento de su propia exjste~;ahu:"ana.Sóloentonces se convierte para él su existencia natural en su existencia humana.

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La libertad se hace tangible en la progresivarealización de los mitos de la humanidad. La utopíamoderna se nutre de anticipaciones técnicas y anuncialo que está en vías de tomarcuerpo. Ernst Bloch analizóesta función anticipadora en DasPrinzipHoffnung. Allímismo apunta que la tesis de Bacon "Natura parendovincitur" conserva su vigencia, pero que debió pasar através del interés de una"explotación" de la naturaleza"... doch er wurde durch das Interesse einer'Ausbeutung' der Natur durchkreuzt. .. JI Más adelantealude al carácter abstracto y artificial de la técnicaburguesa, "dasssie wohl auch, inmanchenihrer IístígenErfindungen, als noch 'unnaturlich' fundiert wirkenkann und nicht nur als noch urunenschlich verwaltet"(que probablemente en algunos de sus diestrosdescubrimientos puede dar la impresiónde que todavíatiene un fundamento "desnatural", y no sólo unaadministración inhumana). Compárese estepensamiento con lo expresado anteriormente en losManuscritos económicos y filosóficos de K. Marx.

Sea 10que fuere de la índole artificial de la técnica ysus consecuencias antropológicas, surge el mitodinámico de una ciencia que somete la naturaleza a lasleyes y sueños humanos.

Pasemos ahora al segundo postulado subyacente ala evolución tecnológica: la renovación de la idea deprogreso. Elmaquinismorepresentaunmodo de acciónenmarcado en un progreso detectable y ascendente. La

la naturaleza en hombre. La sociedad. es pues. la plena unidad esencial delhombre COn la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, elnaturalismo realizado del hombre yel realizado humanismo de lanaturaleza.)(Marx-Engels Gesamtausgabe, Sec. r, vol. 3, Berlín, 1932).

'Emst Bloch, D¡¡s PrinzipHoffnung(Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag,1959), Band 5. p. 7f57. En Geistder Utopie E.Blochreflexiona sobre la finalidadde la técnica desde una perspectiva capitalista y humanista (Ibíd., Band. 3,pp. 2HZ).

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obrahumana puede ser perfeccionadaindefinidamente.Aquí entra de lleno la filosofía de la efectividad entodos los niveles postulando la relativa adecuación delos medios a los fines. Por consiguiente, se descarta unaconcepción del progreso enclave imprecisa y vaga. Deahíla importanciade la métrica" particularmenteCl1andose dejan de lado algunos valores y el precio ele laomnipotencia. A veces no se pondera la hipoteca de unprogreso que es exacto y efectivo en línea uni­dimensional.

El tercer postulado se refiere a la relación entre laacción y el conocimiento. Resulta que las relacionesclásicas de teoría y práctica se hallan invertidas en laactualidad. "Mientras que el pensamiento humanistadel Siglo XVI al xvrn se consolaba de su poder muylimitado sobre el mundo a través de un conocimientode la naturaleza humana y de la naturaleza exterior alhombre que pretendíacomo absoluto, ahora es laacciónlaqueprovocaelconocimiento."' Laacciónabrecaminosen los confines de lo cognoscible.

La mente inquisidora penetra, con el pensamientofenomenotécnico, en los laberintos más íntimos delmicrocosmos y del macrocosmos, de la microfísicay dela astrofísica. A la verdad que el mundo granular,frontera actual de la física, integra el tejido del anchouniverso. Pero ese universo macroscópico estáorganizado, a su vez, en intrincados sistem~s queinteractúan constantemente. Los fabulosos mstru­mentas científicos dan acceso a una parcela de estemundo supralunar y subliminar para trastornar losespejismos de una cosmovisión ingenua.

La mención de los instrumentos de investigación

6Abraham Moles y André Noiray, HElpensamiento técnic.o':' I;;S02. (Enfeliz sentencia de P. Valery, "comienza el tiempo del mundo finito . Regardssur leMonde aC!ue/ [paris: Gallimard, 1945].

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nos da pie para traer, currente calamo, el tópicopensamiento técnico VE. pensamiento científico. Entreestas dos esferas hay tránsito enambas direcciones. Talvez en el pasado predominaba una relación vertical yabundab~ l?s casos de sabios movidos mayormentepor la curiosidad y el desinterés. Todo depende de ladefinición que seleccionemos para los respectivoscampos en sentido estricto o lato. Quizás algunospre~ier~n limitar la técnica, cuantitativa ycuahtat~varnente, al ámbito de la acción pragmática,remontandose al modelo de los homínidos. Ennuestrosdías, sin embargo, la tekhne abarca ciertos factoresracionales.

Hay infinidad de definiciones, desde las mássimples, hasta las más engorrosas. Cada definiciónresponde a un determinado tipo de filosofía y a ungrado específico en la escala de la profundidad delpensamiento. Según Oswald Spengler, la técnica es latáctica de lavida. que adquieresu sentidopor la finalidadde la vida misma, por 10 que la vida humana espropia~ente. "Sólo partiendo del alma puededescubrirse el significado de la técnica ... No debecomprenderse partiendo de la herramienta. Nose tratade la fabricación de cosas, sino del manejo de ellas... '"

'Oswald Spengler, El hombre y !u técnica (Buenos Aires: Espesa Calpe,1947p.15. A ~rdequeen la págma33hadichoquelaherramientasehaform".~o por figura de la mano, siete páginas más abajo afirma que losutensillo~ no ,se transforman, sino el hombre. En la página 35 defiende la tesisde que mngun acto produce tanto la impresión de creación como prenderfuego. Uno de los fenómenos más desazonadores, misteriosos y poderososd:la naturaleza_ el rayo, el incendie del monte, el vokán - es evocado a laVida por .el hombre mismo contra la naturaleza. En la palestra de lasespeculaciones aparece el mito del gigante Enceladus frente al famosoPrometeo. Fra~ ~. Feldhaus describe un grabado inglés de 1773 querepresenta la hlstona de Enceladus: "Jupiter, der GOttervater, betaübt denG'ganten Enceladus durch einen gewaltigen Blitz. Um den Giganten dauemdzu bannen, setzt Zeus den Berg Aetna auf ihn. Die vulka nischen Flammendt;s :"etna si,:,d der feurige Atem des machtlos gewordenen Gfgenten"(J.uplter, el ?IOS Padre, atolondró al gigante Enceladus por medio de unVIolento relampago, para que el conjuro del Gigante continuara, colocó el

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Spengler intenta neutralizar la interpretación cosista ala vez que subraya la dimensión teológica de estaactividad humana.

Enotraparte de su obra Elhombrey la técnica,Spenglersostiene que todo manejo técnico del hombre es un arte."Artificial, antinatural es toda labor humana, desde laproducción del fuego hasta las creaciones que en lasculturas superiores consideramos como propiamenteartísticas. Elhombre arrebataalanaturalezael privilegiode la creación... El hombre creador se ha desprendidode los vínculos de lanaturaleza, yacadanueva creaciónaléjase más y es cada vez más hostil a la naturaleza.v-

Elautor de Elocaso deOccidente nos regala hermosasintuiciones, pero adolece de una retórica indomablemuy a tono con el irracionalismo y el materialismo queprofesó. Cuéntese a su favor la opiniónde que la técnicano es la finalidad de la existencia y que su penetraciónalcanza a cada una de las acciones humanas. Noobstante, echamos de menos una definición formal queno diluya los elementos específicos del fenómeno enelucubraciones filosóficas.

José Ortega y Gasset, por su parte, alcanza un pocomás de precisiónal dividir la técnica en tres estadios. Latécnica del azar corresponde al hombre primitivo ycoincide mayormente con sus actos materiales. Latécnica del artesano marca ya una manera de hacerdiferente de las demás comunidades. La técnica deltécnico, finalmente, supone la intervención de lamáquinay una identidad propia del protagonistafrenteal artesano y al obrero.'

Monte Etna sobre él. Las llamas vclcanicas del Etna son el aliento encendidodel Gigante reducido a la ímpotencia.) Aquí resalta la primitiva lucha delhombre con la natumleza y el poder destructor de la última. (Franz M.Feldhaus, DieTech"ik derA"tike lI"d desMiUellllters [Leipzig: Druck Van CG.Roder, 1931J, p.1.)

"Ibid., p. 37.'Jo,,",Ortega y Gasset, Obrascompletas S' ed. (Madrid: Revista deOccidente,

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Miguel Quintanilla sigue de cerca la distinción quetraza Carlos París. La técnica, en sentido amplio, es unsistema de acciones mediante el cual el viviente animalactúa sobre el medio, respondiendo a sus necesidades.El sentido restringido del término señala los límites dela técnica humana y la tecnología. La tecnología será latécnica más estrechamente ligada a la producciónindustrial, por una parte, y al desarrollo y aplicación dela ciencia, por otra. 10 Sin embargo, otros ven en latecnología una reflexión filosófica sobre losprocedimientos técnicos, sus relaciones conlas cienciasfundamentales y sus consecuencias sociales. Estaperspectiva vincula a la tecnologíaconla epistemologíay la sociología, aunque la traduce literalmente comociencia de los oficios o profesiones y la compromete conla producción industrial.

Otras fuentes de menos envergadura filosóficaacentúan el aspecto instrumental o funcional de latécnica (procedimientosy recursos) .Advierten, además,tres etapas en el progreso de la tecnología: la de laherramienta, la de la máquina y la del autómata.Igualmente, se enumeran siete períodos secundarios:tecnología de la madera y del agua; del hierro y del

19(1), Tomo V, Pp- 319-374. La parte que trata las etapas de la té<;nica seencuentra mayormente en las pAginas 359 - 366. Ortega no sólo enumera lasetapas del quehacer técnico, sino que además penetra en el sustratoantropológico de dicha actividad y en las condiciones y coyunturas quepermiten su progreso.

Vid. Unainterpretación de lahistoria universal(Madrid: Revista de Occidente,19(6) pp. 311ss.

"Miguel A. Quintanilla, ed. Diccionario de fiíoeofta contemporánea(Salamanca: Ediciones Sígueme, 1976). p. 468. La enciclopedia Lo. filowfill(Bilbao: Ediciones El mensajero 1974) p. 497, define la técnica como todaactividad por la que se adaptan los medios a los fines con rruras a un objetivopráctico y relacionado por ello con cierta utilidad. Para Maree! Maus, latécnica abarca un gropo de movimientos y actos que concurren al logro deun fin conocido como fisico, químico o biológico. ("Les techniques el latechnologie·', Jo"","l de PsychologieNúm. 1, enero _marzo1948). Sin embargo,también se habla de técnicas intelectuales, morales y religiosas.

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carbón; del aceroy del petróleo; de laquírnicaindustrial;de la biología; del foto-electro-magnetismo; tecnologíanuclear y cibernética.

¿Qué queda en claro después de navegar en estemaremágnumdepareceres?Lasopinionesqueprecedenarrojan luz sobre el terna, pero nos dejan .perpl~josenuna encrucijada de contradicciones. y el investigadorse ve en la necesidad de enfilar su nave inquisidorahacia otros horizontes, tal vez más lejanos, en el océanodel tiempo. No nos mueve la manía heideggeriana delregressus a las prístinasfuentes griegas.Másaún.creemosfirmemente en aquel aforismo que reza así: "AmicusPlato, amicus Aristóteles: sed magis amica veritas"(Amigoes Platón, amigoes Aristóteles; pero más amigaes la verdad).

Como amigos de Aristóteles nos remontaremos asus escritos conel propósito decaptar las ideas maestrasque inspiraron sus meditaciones en torno a la tekhne.Aunque noestamos de acuerdocon vari~puntos de sufilosofía, sí reconocemos la profundidad de susespeculaciones si tenemos en m:nte las ~irc~~tan~ia:'concretas de su siglo. El pensamiento aristotélico dictóla pauta filosófica por muchos siglos ypue,d~ servir demarco para delimitar las fronteras ideológicas de larealidad técnica. Aristótelescoloca la técnica por encimade la experiencia y por debajo del razonamiento. Latécnica hace posible el saber al descargar al hombre delas necesidades que lo invaden. De este modo, aquéllafungiría de aneilla ecientiae. entendiendo por scientia. elsaber. Pero las cosas no son tan simples...

Las primeras páginas del libro conocido como laMetafísica de Aristóteles analizan la diferencia e~~e laciencia y la experiencia. Después de clasificarescuetamente la facultad cognoscitiva de algunosanimales, Aristóteles concluye que mientras que losdemás animales apenas se elevan a la experiencia, el

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génerohumano tiene, para conducirse, el arte (teklme) yel razonamiento (logismós).

Aunque el Estagirita distingue entre la meraexperiencia (empeiría) y el arte o la técnica, señala que,al parecer, aquélla se asimila casi a la ciencia y al arte, alos que hace progresar. Acepta la tesis de Polus en elsentido de que la experiencia ha creado el arte. "El artecomienza, cuando de un gran número de nocionessuministradas por la experiencia, se forma una solaconcepción general que se aplica a todos los casossemejantes.":' Si bien es cierto que en la práctica laexperiencia parece diferir del arte o técnica, la empeiríase limita al conocimiento de las cosas particulares.

El hecho de que los teóricos cometan errores se debea que todos los actos se dan enlo particular. Ahora bien,el conocimientoyIaintelígenciasonmás bienpatrimoniodel arte que de la experiencia, ya que el primero suponeconocimiento de la causa. Los hombres de la técnica, enla acepción aristotélica, saben el porqué y la causa de loque existe o se hace, más allá del mecanismo natural ode los hábitos. A la posesión de la teoría y alconocimientoetiológico es necesarioañadir la posibilidad de transmitirla ciencia a través de la enseñanza. Por consiguiente, enla opinión común, el arte, más que la experiencia, esciencia: los hombres de experienciano pueden enseñar.Finalmente, las acciones sensibles son el fundamentodel conocimiento de las cosas particulares, pero noconstituyen el verdadero saber, la explicación de lacausa allende la evidencia fáctica.

Así pues, el artista, en sentido técnico, es objeto deadmiración. Trasciende las nociones vulgares de lossentidos y produce descubrimientos útiles. Las técnicasde multiplicarán, aplicándose tanto a las necesidadescomo a los placeres de la vida. No obstante, siempre

"Aristóteles, MetafisíCll (Madrid: Espasa-eaJpe, S.A., 1972), p. 12.

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prevaleció un núcleo que superó el utilitarismo .de lasartes: "los inventores de que se trata fueron miradoscomo superiores a los de todas las demás, porque suciencia no tenía la utilidad por fin."" Estas cienciasnacieron primero en los lugares donde los hombresgozaban de reposo. La casta sacerdotal de Egipto, porejemplo, dedicó su gran solaz a la invención de lasmatemáticas.

Permítasenos aquí una breve digresión paraponderar la importancia del tiempolibre enel desarrollode la cultura. Tal vez las palabras "reposo", "solaz","ocio" no expresen cabal y felizmente la dedicación delas facultades humanas a la obra de autoafirmaciónfuera de las formas de trabajo enajenado y de diversióninsubstancial. Según Herbert Marcuse hay una enormediferencia entre tiempo de ocio y tiempo libre. Elsegundo es algo más que el descanso, la recreación o ladiversión; es el tiempo de la autonomía individualy delcrecimiento personal. Marcuse critica los elementosrománticos y artesanales del concepto marxista de ladesenajenación. En la sociedad industrial avanzada,donde se caminahaciaun tiempolibrecompleto, resulta,ineludible revisar el desiderátum de los "pasatiemposclásicos": " ... en una sociedad libre el nuevo desarrollocualitativo debe descansar, no tanto en el reino de lalibertad fuera y más allá del proceso tecnológico, sinoen el mismo proceso social del trabajo como procesotecnológico, por ejemplo.enla reestructuración total delas ciudades, en la restauración de los medios rurales,envencer la violencia de la industrialización, etcétera"."

La sugerencia de Marcuse podría eliminar algunos

"Ibíd., p_ 13. ""Herbert Marcuse. "Libertad y agresión en la sociedad tecnológica ~ en

ÚI so~d industrUd contemporánea, trad. Margarita Suzan Prieto y [ulietaCampos (México: Siglo Veintiuno Editores, 1'174), p. 89. E~ las págmas 61 y62 había apuntado que el progreso técnico significa un continuoaumentodeenajenación. Sugiere que éste es un factor positivo ya que así el hombre

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inconvenientes de la ideología marxista y del ociomasivo, pero disentimos en cuanto a su afirmación deque la libertad debería estar localizada en el mismomundo del trabajo técnico. Ciertamente, el mundo deltrabajo no equivale al reino de la necesidad, mas hemosde cuidarnos de las nuevas enajenaciones que se cuelanpor las averías de la tecnópolis. Es insuficienteencaminarel trabajo mecanizado hacia metas verdaderamentehumanas; hay que conquistar un locus libertatis másamplio, más allá del tecnismo. Urge cultivar un ociolaborioso y meditativo, pero que no se reduzca, porotros derroteros, a un negocio (nec-otium) de lacivilización tecnológica.

De esta manera regresamos al negocio de lafilosofía,al que Aristóteles le adjudica el estudiarle las primerascausas y de los principios. De acuerdo con la Metafísica,la especulación es superior a la práctica. El filósofo sedefine como el conocedor del conjunto de las cosas, encuanto es posible, aunque carece de la ciencia de cadauna de ellas en particular. El filósofo por antonomasiaes el que cuenta con las nociones más rigurosas de lacausa. La ciencia que se busca por sí misma, sólo por elansia de saber, es más filosófica que la que se estudiapor sus resultados. El filósofo no debe recibir leyes, y sídarlas.

Da la impresión-prima Jacie-de que el pensadorperipatético habíavislumbradoproféticamente algunostópicos esenciales de la tecnologíacontemporánea. Cabe,encierta medida, justificar tal opinión. siemprey cuandoenmarquemos las especulaciones aristotélicas en su

emplea menos sus facultades individuales en un proceso de trabajo quepuede ser mecanizado. El mismo Marx aceptó que hay una fonna deenajenación idéntica al proceso de producción e inmune a la sociedadsocialista. Marcuseconcluyequela enajenación upuede serabolidasolamenteen el reino de la libertad Y más aIlá del campo del trabajo socialmentenecesario"

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justo contexto histórico y filosófico. En el libro VI de laMetafísica Aristóteles establece una clasificación de lasciencias teóricas: la Física, la ciencia matemática y lateología. Dado que toda la concepción intelectual tieneen vista la práctica, la creación o la teoría, sólo resta fijarelnúmero de las cienciascreadoras opoéticas (dialéctica,retórica, poética) y las ciencias prácticas (política,economía, moral). Como podemos notar fácilmente, enestesencilloesquemaque intenta delimitar los conceptosde la intelectualidad humana, las fronteras sonconfusasy lacíencíase identificaconun saber-scire-que va desdela teología hasta la economía. La teología habita en elmismo compartimiento que la física, a tono con lospresupuestos de la gnoseología aristotélica. Laclasificaciónde marras prescindedela peculiaridad delsaber científico.

Ya dijimos que Aristóteles distinguía entre laexperiencia y la técnica. Notamos que esta última gozade unas prerrogativas que la elevan al recinto delrazonamiento. La univocidad del sentido se veamenazada en otros niveles más relevantes. La falta deundiscernimientorigurosoenelámbitoepistemológicotiene como consecuencia, entre otras cosas, que lafilosofía, lacienciay la teoría formen" enel pensamientoplatónico-aristotélico un conjunto en el que a 10sumo,la diferencia se halla solamente fundada en la mayor omenor amplitud del objeto y, en todo caso, en el mododesu producción"."Fuenecesario esperar la progresivaautonomía de las ciencias para recortar los rasgos másespecíficos del saber filosófico y del científico. Aunque,

"José Ferrater Mora, Diceiorwrio de Filosofia (México: Editorial Atlante,S.A., 1944), p. 112. En la página 113 describe el itinerario de los ensayos declasificación de las ciencias que desembocó en la agrupación de los saberesen cuatro grandes regiones: el saber vulgar, el saber c;"ntífi~o en. s:ent~doestricto, el saberfilosófico yelsabersoteriológico, Véase subroce Clasificaciónde las ciencias", pp. 114 -115.

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pensándolo bien, la técnica actual ha trazado puentesde comunicación por lo menos entre las ciencias,subrayando la unidad orgánica del conocimientocientífico y la relación entre la práctica y la teoría. Aunasí, la noción de Aristóteles según 10 cual la cienciaconsiste en un saber de 10 universal o en unainvestigación de las causas, quedó descartada. "Perosólo porque hay ciencia en general, a diferencia delsaber vulgar, de la filosofía y del saber de salvación,puede haber ciencias particulares y jerarquía de lasmismas en la esfera total del conocimiento"."

5Si la ciencia como saber de 10 universal ha sido

rechazada, igual suerte ha sufrido la noción de técnicacomo estado intermedioy ambiguo entre la experienciay el razonamiento. Por lo menos desde fines del sigloXIX, la técnica se identifica con la ciencia aplicada.Asímismo, "los descubrimientos a nivel deinvestigaciónfundamental condicionan su progreso; es la suma de laciencia ya hecha, interpretada en función de ciertonúmero de valores"." Todo lo cual indica que resultacada vez más difícil distinguir de iure y deJacto entreciencia y técnica. Y más en las coordenadas actuales,cuando la fenomenotécnica provee un punto deconvergencia de la teoría y la práctica. Así parecedemostrarlo Gastan Bachelard cuando concluye que lafísica contemporánea prepara, gracias a los instrumentoscientíficos, la mayoría de los fenómenos que somete aestudio. La fenomenotécnica es una síntesis bienfundada: "L'histoire effective est la pour prouverque la

"lbid., p. 113."Abraham Moles y Andr'" Noiray, "El pensamiento técnico", p. 503. En

un próximo ensayo estudiaremos la curiosa tesis de Martín Heidegger-sobreel manoseado asunto que nos ocupa. Heidegger quiere demostrar que latécnica precede filosóficamente a la ciencia.

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technique est une technique rationnelle, une techniqu.einspirée par des lois rationnelles, par des [015

algébriques"."Percibimos una relación circular de mutua ayuda,

ya que laciencia puraoteóricasiembralos fundamentospara la creación de precisos y potentes aparatos deinvestigación. Estos instrumentos respondengenerosamente para que los hombres de cienciaescudriñan las entrañas del universo. Sabemos, porejemplo, del progreso de la biología celular graci~s.almicroscopio electrónico; y de los avances dela astrofísicaen virtud de los supertelescopios y otros mediosextraordinarios.

Aunque algunos científicos se sientan afectados ensu dignidad profesional si los compereu :~n losingenieros, muchos laboratorios muestran similitudescon los centros de ingeniería. Si la etimología notraiciona, el ingenio del ingeniero debe traducir ciertacapacidad para discurrir a inventar~ El ~o Jaber. ~eencuentramáscercadelamáquina-mekhane-omvenclOningeniosa, es decir, de los artificios creado~ paraaprovechar la acción de una cosa. El hamo saplens sedesempeña principalmente en la dimensión de las

"Gaston Baehelard, Lerauonaíismeappliqué (París: Presses Universit~resde Preoce, 1949), p. lOO. Para estudiar la distinción entre fenomenolo~1<:'yfenomenotknica, véase p.l68. Enla página2elautorobserva que en l~ físicay química el instrumento "est I'intermédi~irenecessaire pour ~ludle,r unphénomene vraiment instru~enté d~sl!?né comrne un objecr .d unephénoménote<:hnique". (es el mtermedlaI"';? n~esano para estud~r W1fenómeno verdaderamente "instrumentado designado como un a~Jeto~euna fenomenotécnica). El instrumento adqui.ere~ pues.' una destinaciónteórica. En MateriaJisme ratwnnel, Bachelard ad[udICa ~ meesan.te creaClónde muchos objetos materiales a la fenomenotécmca (P~ns: p-essesUruversitairee de France, 1953; versión castellana El MatenallsfJlo ra~lOnal,

Buenos Aires: Editorial Paidos, 1976, pp. 31, 56). . .Don lhde examina cuidadosamente las implicaciones fenomenologlcas

de los nuevos instrumentos científicos, en Technlcs and Prans (Dortrecht,Boston: D. Reidel Publishing Company, 1979). Cfr. G?ston ~chelard: LaIICtiVidiuJ. racionalista de lafisiC11- ronltfJlporáneu (Buenos A,res: Ed,CIones SIglo

Veinte, 1975), p. 12.

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formas, de las ideas, de los signos. A veces no es fácil darcon la línea divisoria o frontera entre ambasabstracciones,puescomulganenlos propósitos.medios,actitudes y contenidos. Paradógicamente, semejantecomunión brota en gran medida, por intercesión delpensamiento técnico. A éste se le atribuía el peligro dela superespecialidad y la automatización delconocimiento. Aparentemente, la tendencia actualconsiste en crear y fortalecer lazos de comunicaciónentre las especializaciones del saber, gracias a los retosde la aplicación. Abraham Moles y André Noirayproponen un esquema que recoge gráficamente laclasificación moderna de las ciencias en núcleos deconocimiento, más allá de la célebre clasificación deAugusto Comte.»

Tres detalles nos llaman la atención al examinar elmencionado esquema. En primer lugar, larepresentación de los lazos rechaza la estructuraciónlineal y jerárquica del conocimiento. En segundo lugar,la clasificaciónde los núcleos gnoseológicos soslaya las

18Abraham Moles y André Noiray, "El pensamiento técnico", p. 505. Acontinuación copiarnosel esquema de la "Clasificación moderna en núcleos".

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ramas del saber que escapan a las categorías de lasciencias naturales o exactas, o sea, las que se conocencomúnmente como ciencias humanas. Aparece allí lapsicología, pero seguramente se trata de la psicologíaexperimental. Ni siquiera se incluye la medicina, puesésta se considera más un arte que una ciencia o a losumo, una ciencia compuesta. En tercer lugar, lacibernética ocupa el centro del modelo mul tí­

dimensional.En cuanto a este último punto, la cibernética ­

ciencia del control mediante las máquinas deinformación - se presta adecuadamente para cumpliresa misión simbiótica en el corazón de las ciencias. Alcomprender los estudios relativos alas comunicacionesy la regulación en elser vivoy la máquina, tales teoríasidentificany edifican puentes o vasos confluentes entrelos componentes deunsistema.» Más todavía, organizanlos ámbitos del saberbajo la hegemoníade la cibernética,incluyendola sociología, la antropologíay laeconomía,vistas también como ciencias de la comunicación. Laciencia del piloto -kybemetes- es la glorificación de larazóneficientey algunos la reducenal arte de conferirleeficacia a la acción. Consecuentemente, habría quemoderar las manifestaciones de triunfalismo cuandocelebramos la moderna unidad de los conocimientos.

Recordemos que fueron las necesidades de ladefensa antiaérea las que impulsaron el rápidodesarrollo de la Cibernética. Si nació bajo ese signo ymiraparticularmente haciael expediente de la eficienciatrivial, entonces conviene examinar el elementoaglutinante de las ciencias modernas y no confundir elplano fenomenológico con el deontológico.

"Ncrbert Wiener, Cybemetic5 or Control anJ Communicaticm in l1Ul1l and theMIldIine (Parie: Hennann, 1958.).

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6Por otro lado, hemos de enjurcrar la postura

orteguiana en 10 que respecta al "barbarismo de laespecialización". En su libro La rebelión de las masas,Ortega y Gassetarguyeque lacivilización decimonónicaengendró automáticamente el hombre masa.vl.Jno delos factores más relevantes de ese siglo fue la técnica,fruto del capitalismo y de la ciencia experimental Sólola técnica europea moderna cuenta con fundamentoscientíficos, lo cual le permite la posibilidad de unprogreso ilimitado.

Citando estadísticas demográficas, Ortegay Gassetconcluye que la técnica y la democracia liberal sonresponsables del hombremasaenel sentido cuantitativodel término. Señala que las técnicas constituyen laaristocracia del presente. Aunque el científico es elprototipo de este grupo, el filósofo español juega con lamanga ancha del concepto, pues coloca la enseñanza, lamedicina y las finanzas bajo el mismo manto de latécnica. En lo que concierne a la relación causal entre laevolución tecnológica y la vulgarización, hay autoresque hancuestionado la objetividad de dicha afirmación.Aunque AlvinToffler no alcanza la altura intelectual delos filósofos ni es amigo de las bibliotecas filosóficas,recoge un arsenal de nombres y argumentos a favor deun optimismo tecnológico. Ortega, por su parte, respiraaires aristocráticos y tal vez olvide otros ingredientessociológicos que fraguaron la imagen del hombreamorfo. Lascivilizaciones pretéritas también produjerongeneraciones incoloras, si bien la población era menory la rebelión más solapada.

Lamentablemente, la ciencia convierte al científico

. "'José Ortega y Gasset. "lhe Barbarlsm of specialization" en Great EssaysIn SC1=ce, ed',~artin Gardner (New York: Pocket Book, Inc., 1957), Pp- 119-125; La rebe/wn de la¡; masas. 13" ed. Madrid: Espasa--ealpe, Ed.1972).

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en un primitivo, un bárbaro moderno. Al momento dedetectar la coyunturahistórica de la especialización delcientífico, DonJosé Ortega y Gasset dice de pasada quela ciencia experimental comenzó hacia las postrimeríasdel siglo XVI. Las investigaciones recientes evitanaserciones tan apodfcticas. [ean Piaget demuestra queel método científico tenía una larga tradición y habíalogrado un notable grado de desarrollo antes del sigloXVII. El asunto es más espinoso y complejo, ya que tocaun viraje en la cosmovisión y en el marco epistémico."El método científico permanece subordinado a laconcepcióndel mundoy la naturaleza de los problemasformulados. Es en la concepción del mundo, y no en lametodología, donde se sitúa la diferencia fundamentalentre Oresme y Galileo.?» Existe, empero, un acuerdoen la proposición orteguista de que la ciencia empíricaqueda ayuna de verdad si la divorciamos de lasmatemáticas, la lógica y la filosofía.

El pensador vitalista nota que los físicos y losbiólogos hannaufragado progresivamente en la aporíade la especialización, perdiendo así contacto con otroscampos del saber y, por ende, con la ciencia, con lacivilización. Curiosamente la miopía del especialistacoincideconel período enciclopédico, hastaque culminacon la coronación moral del provincialismognoseológico. No obstante, la ciencia experimental haprogresado, en gran parte, por obra de sujetossoberanamente mediocres. La razón que explica estehecho radica en la mecanización. El trabajo mecánico yla exactitud de los métodos permitenla desarticulacióndel conocimiento; peor aún, provocan la desper­sonalización de un investigador anónimo como unaabeja en su panal. El especialista"conoce" muy bien su

"Jean Piaget y RolandoGan:ía, Psicogmesis e historia de la ciencia (M"éxico:Siglo XXI Editores, 1964), p.l73.

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parcelita del universo; pero es un ignorante respectodel resto de la realidad. He aquí la tragedia de la doctaignorancia, la novedosa arrogancia del siglo XX. ¿Serácierto que ahora hay más científicos y menos genteculta que en 1750? Sí, hay más científicos. Tal vez hayamenos gente culta proporcionalmente. Ahora bien,habría que verificar minuciosamente este dato queadomalaretóricadeunsabiomeditabundopreocupadopor la desmoralización de Europa. El fundador de laRevista de Occidente aboga por un progreso real de laciencia, lo cual exige un esfuerzo de reconstitución yunificación. Einstein, verbigracia, debió beber en lasaguas de Kant y Mach para poder elaborar su genialsíntesis. Cae por su peso, pues, la importancia de lafilosofía y de la mente enciclopédica para salvar laciencia... y a los científicos.

7Es posible que las circunstancias cambiaran

dramáticamente después de la década de 1920 enEuropa. Locierto es que lacrítica demoledora deOrtegay Gasset no encontró eco en la opinión de famososfilósofos de la ciencia. Gaston Bachelard repetirá hastala saciedad sus apologías de las profundas bondades dela especialización. "Teniendo en cuenta que laespecialización del pensamiento científico, estánecesariamente precedida de una cultura científicasólida, que precisamente determina la especialización,es sorprendente que la especializacióncientífica sea tanfácilmente, tan constantemente denunciada corno unamutilación del pensamíento.t-La anti-especialización

"'Gaston Bachelard, La actividad racionelista de /<1 fisiCll contemporáne<l,(BuenosAires: EdicionesSiglo Veinte, 1m), p.18. En Elcompromiso r<lcicm<lli¡;/<Irepite esta jeremiada; NUn método particular, un método que encara unestudio muy especializado, si es verdaderamente fecundo, determina talesampliacionesdelaculturaqueunopuedeasombrarsemuchodelashabituaies

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es una vieja historia. Coethe se había adelantado a lasfilípicas y catilinarias orteguianas. Dígase 10mismo de[érome Paturot y Louis Raybaud. Este último escribió,en una fecha tan temprana como el 1843, lo siguiente:"A fuerza de impulsar la ciencia en el sentido de lasespecialidades, de refinar los detalles, si podemos asíexpresarnos, se llega a una especie de quintaesenciadonde todo se descompone. Tengo mucho miedo quehayamos llegado a esto en química y también enmaremática".»

¿Pecará de ingenuo G. Bachelard cuando tacha deingenuo en el juicio de los valores científicos a quien secree filosóficamente espiritual? Posiblemente sea unjuicio festinado y apasionado. Una vez más topamoscon antinomias de apreciación subjetiva, en las que seindican caminos brumosos entre la ausencia de datosestadísticosy la abundanciadeestimaciones axiológicas.

Luego de arremeter contra los partidarios de lacultura general JI esos filósofos que creen poder hacersejueces en terrenos que no frecuentan y que son,contrariamente ala frase célebre, esferas enlas cuales lacircunferencia está en todas partes y el centro enninguna" - el fautor del superracionalismo pasa aponderar el lado positivo y actual de la especialización.Parte de unaconstatación: la profunda recurrencia de laespecializacióncientíficahacia el pasado del saber, quereencuentra toda la eficacia de los pensamientosgenerales y estimula las especializaciones paralelas.Comosegundaaproximaciónepistemológica,conservael beneficiode la primera. Deigual manera, laperfecciónde un instrumentorectifica la utensilidad y aporta unamejor comprensión de la acción.

homilías contra la especialización" (Mé)(ico: Siglo XXI Editores, 1980, p. 40).:Z>Louis Raybaud, férome P<lturot <1/<1 recherche d'unepositionrociale, ed. 1858,

p. 264,citado porC. Bachelard, Úladivídild racionalistade íafíeíca contemporánea,pp. 18 -19.

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Bachelard pretende desnudar el tipo de mentalidadque se esconde detrás de las culturas generales. Mientraslas culturas especializadas están abiertas a lassustituciones y a la rectificación, las ideas generales sondemasiado nebulosas para que se encuentre el mediode verificarlas. Siendo estas ideas razones deinmovilidad, pasan por fundamentales.

El filósofo francés cree que una culturacientífica sinespecialización sería un cuchillo con el filo gastado. Alampliar losconocimientos científicos, laespecial izaciónes prenda de una cultura profunda. Hasta el momentoBachelard obtiene sus paradigmas de las fuentesinmanentes de las ciencias naturales. Los humanistasempero esquivan sus argumentos, desnudando lasuperficialidad de los científicos en la cultura humanay social. ¿Es posible conquistar una cultura profunda,integral enel ejercicio dialéctico de unaparcelacientífica?Otra pregunta aguijonea nuestra mente: ¿Debe ser laeficacia el criterio supremo del pensamiento? Nuestroautor asegura que el pensamiento no alcanzará eficaciasi no realiza el doble anclaje en el mundo del sujeto y enel mundo del objeto.

Si bien Bachelard sostiene que un verdadero sabiono se instala jamás en su especialidad, sólo aduce comoprueba la mera voluntad de reforma constante en sucampo específico. Indudablemente, las especializacionescientíficas son tipos particulares de progreso y brotan dela sociedad de sabios. Pueden dinamizar el espíritu yliberarlo de esclavitudes primitivas y de las basesfilosóficas generales. Por esta razón G. Bachelard evoca,enotra obra, la culturageneralcientífica que incluye alasciencias humanas. "Con esta extensión el espíritucientífico debe presentarse como la armazón misma deuna cultura general moderna (...) Lo que es demasiadoespecializado para un filósofo es, a veces, un elemento dela cultura general delsabio".« La especialización es, pues,

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una feliz necesidad, la condición de tonus racionalista. Elsabio -léase, el científico- sirve a su especializaciónabriendo la mente hacia todas partes, revelando la realfecundidad de la cultura. Con aguda ironía Bachelardexclama que los cíentíñcos abandonarían la luna a losensueños de los poetas, quienes volverán a encontrarsecon una de sus especialidades.

En suma, que el campeón del rationalisme appliqué, aligual que Ortega y Gasset y nosotros, flirtea m.ucho conla retórica y las intuiciones. ~sto no es un elogio par~,laepistemologíabachelardiana. T~p~loes la ~cus.acl0nque pesa sobre el discurso de la 610sof13 de la ciencia quepredomina en Francia, inspirado ~yorm:nte e~ elpensamiento bachelardiano. Es un d1scurs? lI?preclso,de corte marcadamente humanista. La polenuca con lallamada filosofía de las filosofías se desinfló en una zarzade metáforas y en un enredo de dialécticas.

•••

Comenzamos conlaconfiguración artificial del mundotécnico, y terminamos con las ambigüedades de unsuperracionalismo preñado de imágenes literarias. Enotra ocasión continuaremos desentrañando los filonesenigmáticos de la filosofía de la técnica.

"'Gaston Bachelard, Elcompromiso racionalista. (México: Siglo XXIEditores.1980) p. 40. Vid. pp. 53·55,89 -90. Desafortunadarnente, Bachelard n,: lograexaminar el tema a fondo. Sólo encontramos aluslOne~ ~spo.rádlCas ydesarticuladas. En otra obra, el filósofo reitera qu,,: la espeCla.hzaClónes ~naraíz de la cultura,y requiere unaconciend~profuI.1dizacia.unap,,?~d~Cl?nde la conciencia (G. Bacbelard, ElmaterialIsmo raclonal [BuenosAires. Ed:tonalPaidos, 1976] pp. 322 _323). Tangencialmente, creemos qu~ la traducción dela palabra ~sava.nt"por sabio nOes feliz. Se presta a confusH:,n en el presentecontexto, dadas las connotaciones más amplias de sabio en. la .l~nguacastellana. Preferimos la palabra ~científico" que es uno de los slgn¡flc,,;dosde "savant". Casi todas las traducdones de las obras de Bachelard claudicanen este detalle.

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GLOSARIO

Ab origine ad finem - desde el principio hasta elfinal

Aletheia - verdad, la manifestación o desvelacióndel Ser

Ancilla scíentiae - sierva de la cienciaAn-sich-sein - ser en síArbeiter - trabajadorCogítatum - lo pensadoConcedimus, distinguimus - concedemos,

distinguimos (términos de la dialécticaescolástica).

Das Vorhansene - término heideggeriano paradesignar lo que está ante los ojos

Das Zuhandene - lo que es a la manoEgo - yo o el sujeto pensanteElementarteilchen - partículas elementalesFeedback - reacción, realimentación, reaprovecha-

miento de informaciónHorno ludens - el hombre en cuanto ser lúdrtco o

jugadorIn-der-welt-sein - Ser-en-el-mundoMachina philosophica -máquina filosóficaMachina speculatrix -máquina especulativaMetanoia - conversión, cambioNatura parendo vincitur -El que obedece a la

naturaleza, la dominaNihil est sineratione- no hay nada exento de razón,

es decir, todo tiene causa o explicaciónQuam tabula rasa - como una superficie inma­

culada, sin huellas de conocimientoRegressusadpraeterita - retomo a las cosas pasadas

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Res extensa - literalmente, la "cosa extensa": losobjetos fuera del sujeto pensante

Res cogitans - literalmente, la "cosa pensante": elsujeto humano en cuanto ser pensante

Scheme assomptionnel - esquema asuncionistaTekhne - técnicaTerminus a qua - punto de partidaTerminus ad quem - punto de llegadaTenue - tono, carácter o modo particular de la

expresión y del estilo de una obraUltra vires - más allá de las fuerzas o derechosUmwelt ~ ambiente, mundo exteriorZeug - herramienta, instrumentoZuhandenheit - ser a la mano


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