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ENSÉÑANOS A ORAR
Una serie de cinco lecciones sobre la oración
El fin de la serie de lecciones es enseñar a los niños el privilegio y la importancia de la oración. Por supuesto no queremos que sea meramente un conocimiento intelectual; sobre todo queremos que a prendan a hablar con Dios. Aquí hay algunas maneras por las cuales tú, el maestro, puedes ayudar a tus alumnos a aprender la práctica de la oración: 1. Explica los principios de la oración, basados en ejemplos escogidos de la Bib1ia. 2. Da ejemplos de tu propia vida, a los niños les encanta escuchar cómo Dios ha contestado las
oraciones de su maestro. No hemos incluido ejemplos. Cada maestro podrá sacar de sus propias experiencias, ejemplos de cómo Dios le enseñó a orar y cómo contestó sus oraciones.
3. Da ilustraciones de niños que oraron a Dios. Estos ejemplos actuales les ayudarán a aplicar a su
propia vida los principios y los modelos bíblicos de la oración. 4. Ayuda a los niños a participar en la oración en la clase, bajo tu dirección y estímulo. Anima a los
niños convertidos a orar en la clase, a medida que tú vayas enseñando los principios de la oración. Antes de comenzar cada clase, podrías pensar en niños idóneos que podrían participar, y si fuera necesario, podrías llamarles por teléfono antes para avisarles que vas a invitarles a tomar parte en el tiempo de la oración, aunque sea brevemente. O podrías invitarles a escribir en un trocito de papel su oración, si piensas que de esta manera se sentirían menos nerviosos en el momento de orar en la clase.
5. Anima a los niños a hablar a solas con Dios, en su casa o en cualquier lugar donde se encuentren.
No han aprendido a orar hasta que no oren ellos solos. O expresando esta verdad de otra manera: El resultado de dar esta serie de lecciones debe ser que los niños practiquen la oración. Si no lo hacen, la enseñanza de su maestro ha sido ineficaz o incompleta. Contactos personales hechos por ti el maestro por medio de llamadas telefónicas ó visitas pueden ser de mucha ayuda en este aspecto. Por medio de estas conversaciones se puede preguntar a los niños si han orado ese día, elogiándoles si lo han hecho, animándoles si no y dándoles sugerencias prácticas.
6. En la última lección hemos puesto un poco de enseñanza sobre la importancia de la oración
colectiva. Si enseñas a niños de padres cristianos, puedes animarlos a participar en la oración en la escuela dominical o aún en el culto de oración de su iglesia, además de tomar parte en el culto familiar en casa, y en la clase semanal que enseñas. También sería muy provechoso formar un núcleo de oración para los niños creyentes de tu clase, podrían reunirse unos 15- 20 minutos antes de la clase normal, o en cualquier otro momento. Podrías ayudarles, sugiriendo motivos de oración, mostrándoles como Dios contesta sus oraciones, etc.
Recuerda sobre todo que tu meta no es sólo hablar acerca de la oración, sino ¡conseguir que los niños oren! Pide al Señor que tu enseñanza sea tan emocionante y de tanta bendición que las vidas de los niños sean cambiadas. ¡Dios puede hacerlo! Esta serie de “ENSÉÑANOS A ORAR” podría utilizarse a la vez que "BUSCANDO TESOROS EN LA BIBLIA" (publicados por APEEN). Son notas diarias para los niños y les ayudan a mantener cada día un tiempo devocional con e l Señor. Como seguimiento a esta serie de lecciones sobre la oración, se podría utilizar las lecciones "MI CULTO PERSONAL CON EL SEÑOR" durante 6 ó 7 semanas (5 ó 10 minutos cada clase durante el tiempo que se dedica a la oración).
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TEN EN CUENTA TAMBIEN A LOS NIÑOS INCONVERSOS
Esta serie de lecciones no es evangelística en primer lugar, aunque se ha incluido el evangelio en varios lugares. Tal vez en otras partes del programa puedes enfatizar la necesidad de la salvación, por ejemplo por medio de las canciones, o por medio de una breve lección ilustrada por un objeto, o durante un capítulo de una lección misionera, etc. Es importante que los niños inconversos sepan que tú estás disponible para ayudarles si tienen problemas espirituales, y especialmente si desean recibir a Cristo como su Salvador. En cualquier momento durante el programa de la hora, o durante la misma lección, tal como el Espíritu Santo te guíe, podrías decir algo como lo que sigue: "Si no has pedido todavía a Jesucristo que sea tu Salvador, y estás preocupado por tu pecado, necesitas aceptar al Señor en tu vida. Hoy mismo podrías recibir de Él el regalo maravilloso de la vida eterna. Podrías pedirle que te salvara ahora donde estás sentado, o cuando vayas a casa podrías arrodillarte junto a tu cama. Si quisieras hablar conmigo, yo estaría muy contento de poder ayudarte y mostrarte como podrías llegar ser hijo de Dios hoy mismo. Después de que los demás hayan salido, ven aquí a la primera fila. Yo me sentaré junto a ti y te explicaré cómo tú puedes llegar a ser un verdadero creyente". En cuanto a la oración, la enseñanza general para el niño inconverso es: “Dios promete contestar las oraciones de sus hijos, pero también se deleita en contestar la oración de un niño o una niña que se dirige a Él buscando la salvación por medio del arrepentimiento y la fe". En el Salmo 150:6 leemos: "Todo lo que respire alabe a Jehová" y en el Salmo 117:1: "Alabad a Jehová, naciones todas, pueblos todos alabadle". El salmista, bajo la inspiración del Espíritu Santo exhorta a toda la creación a alabar a Dios. Todos los hombres, todas las mujeres, todos los niños deben dar a Dios su alabanza y deben expresarle su gratitud a Él que es el Creador y el Dador de toda bendición. Por lo tanto, parece correcto enseñar a todos los niños (sin distinguir entre los salvos y los inconversos, los preescolares y los más grandes) a que den gracias a Dios como el Creador por su bondad y sus bendiciones, su amor, su cuidado. Sin embargo el gozo de tener comunión con Dios nuestro Padre celestial se limita a los que han nacido en su familia por medio de la fe en el Señor Jesucristo (Juan 1:12-13). Por esa razón sería más prudente que el maestro no pidiera voluntarios para participar en el tiempo de oración. Sería mejor que él escogiera a algunos niños que son creyentes para que guíen a todos en oración. Si algún niño inconverso se ofreciera para orar de una forma espontánea, podríamos permitir que lo hiciera, dándole motivos como acción de gracias por los padres que nos quieren, por el hogar, por comida, ropa, salud y amigos. Pero no sería apropiado que un niño inconverso diera gracias por ejemplo: por la muerte de Cristo en el calvario, o que orase por la conversión de otros niños. La enseñanza principal de cada lección En cada lección se presenta una "enseñanza principal". Tú, como maestro, debes tener esto en cuenta al dar la lección. No es suficiente contar historias bíblicas. En el bosquejo de cada lección encontrarás la "enseñanza principal" presentada. (Aunque el Espíritu Santo puede guiarte a sacar alguna otra enseñanza importante de los pasajes bíblicos). Bajo el título “Progresión de acontecimientos" o "desarrollo de la lección" se utilizan las siguientes abreviaciones: EPS Esto significa, Enseñanza Principal aplicada a niños Salvos. EPI Significa, Enseñanza Principal aplicada a niños Inconversos.
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ÍNDICE
Lección l. ¡Que maravilloso poder hablar con Dios! (El privilegio y la alegría de la oración). Lección 2. La oración: el oxígeno espiritual del creyente (la necesidad de orar). Lección 3. A Dios le encanta escuchar mis oraciones. (El gozo que Dios siente al escuchar las oraciones de sus hijos; énfasis especialmente sobre la adoración y acción de gracias). Lección 4. Otros necesitan mis oraciones. (El deber y el privilegio de la intercesión). Lección 5. Dios quiere que sus hijos oren cada vez mejor. (Algunas reglas para ayudarnos a orar con más eficacia).
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LECCIÓN 1: ¡QUÉ MARAVILLOSO PODER HABLAR CON DIOS!
Lecturas para la preparación del Maestro: Salmo 57, 1ª Samuel 22:1-5, 23: 14-29, 1ª Samuel 24:1-22. Es una lectura bastante larga, pero es un relato fascinante del cuidado de Dios para con David. Será de bendición para ti al preparar la lección y para los niños al explicársela. Versículo para memorizar en clase: Salmo 57:1: "Oh Dios... en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé". La preparación del Maestro para la participación de los niños. En un momento en la lección hemos sugerido que un niño de tu Club (la hemos llamado Gloria en los apuntes) dé un breve testimonio de una ocasión en que Dios contestó su oración. Elige una niña salva mayorcita, o una ayudante en tu clase. Habla con ella (o con él) un día o dos antes del Club y ayúdala a preparar este breve testimonio. También se sugieren momentos cuando los niños puedan leer algún versículo. Escoge algunos niños idóneos y avísales antes para que traigan su Biblia al Club y se preparen para leer. Enseñanza principal: Es un gozo y privilegio poder hablar con Dios. Aplicación para los niños salvos (EPS): !Habla con Dios acerca de cualquier cosa! Aplicación para los niños inconversos (EPI): Realmente no puedes gozar de este privilegio hasta que conozcas a Cristo como tu Salvador. Al contar los acontecimientos de la vida de David no dejes que los detalles te absorban demasiado, o las lecciones se alargarán mucho. Ten en mente siempre la enseñanza principal. I. Introducción: La historia de Joaquín hablando con sus padres. II. El desarrollo de la lección
A. David como jovencito compone sus cánticos de oración a Dios. EPS.
B. Ilustración de Gloria orando a Dios en momentos de alegría. EPI.
C. David vence al gigante.
D. David huye de Saúl.
E. Testimonio de un niño salvo o ayudante (o el mismo maestro si no hay otra persona que
podría hacerlo) de orar a Dios en momentos de dificultad.
F. Un breve examen de la oración de David a Dios en momentos de dificultad.
G. David en la cueva perseguido por Saúl.
H. Examen de los últimos versículos del Salmo 57 (los niños leen).
I. Ilustración de la fiesta de cumpleaños de José-Pablo y serie de preguntas. EPS.
III. Conclusión: Dos o tres niños participan en oración.
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Introducción. Lámina I-1 Joaquín bajó de su bicicleta, la dejó en el garaje del coche, cogió la mochila y entró corriendo en su casa. ¡Tenía tantas ganas de contar a sus papás lo que había pasado en la carrera de 200 metros en el colegio! Casi no sabía cómo empezar, porque se sentía un poquito confuso por dentro, por una parte estaba tan contento, pero por otra un poco decepcionado, porque no había llegado a ganar la carrera. Quería contarlo todo a sus padres. Sabía que comprenderían perfectamente cómo se sentía. Entró corriendo en el comedor y gritó: "A ver si adivináis como me ha ido". "Bueno, dínoslo tú”, contestaron papa y mamá sonriendo. Joaquín sacó rápidamente de su bolsillo la medalla de bronce y dijo: "llegué en tercer lugar". Y les explicó como había corrido lo mejor que pudo, pero Jaime y Pedro habían llegado a la meta unos centímetros delante de él. Fue estupendo poder contarles cada detalle y cuando le abrazaron y le dijeron que estaban muy orgullosos de él, se sintió muy contento. Sabéis chicos, es maravilloso tener alguien como papá o mamá o un buen amigo con quien puedes hablar, que te escuchará y comprenderá como te sientes. Pero es igual de bueno o incluso muchísimo mejor poder hablar con Dios acerca de cualquier cosa. Un creyente verdadero puede hablar con Dios siempre y sentirse contento sabiendo que Dios siempre tiene tiempo para escucharle y también le comprende y le ama. Hay muchas cosas que nos traen la felicidad, pero podríamos decir que poder hablar con Dios a través de la oración es una de las cosas que nos traen una felicidad muy especial. Lámina I-2 Hace muchos años, de hecho más de mil años antes de que naciera el Señor Jesucristo, vivía un joven llamado David que hablaba mucho con Dios por medio de la oración. Es una historia que encontramos en la Biblia y por lo tanto es verdad. David disfrutaba mucho tocando el arpa. Había aprendido a tocarla cuando era todavía niño, cuidando a las ovejas de su padre en los campos. En la Biblia tenemos muchas canciones o Salmos que compuso para cantar, acompañándose con el arpa. En realidad, son básicamente oraciones a Dios, porque David amaba a Dios y disfrutaba mucho hablando con El y contándole todo lo que tenía en su corazón y en su mente. A veces se sentía muy contento y su corazón rebosaba de alegría y gratitud a Dios. En otras ocasiones tenía grandes problemas, por ejemplo tenía enemigos que se burlaban de él y procuraban hacerle daño. Contaba a Dios también todos sus problemas y se sentía mucho mejor al contárselos. ¡Incluso cantaba a Dios acerca de estos problemas! ¿Hay momentos en que tú te sientes muy contento de tener al Señor como tu Salvador y amigo? ¿Verdad que es maravilloso poder hablar con Él acerca de cualquier cosa, como David lo hacia en los tiempos de la Biblia? Lámina I-3 O quizás te sientes como Susana, una niña de 9 años que asistía al Club de Buenas Nuevas. Ese viernes le había gustado mucho el club. ¡Cuánto había disfrutado escuchando la historia bíblica y cantando esas canciones tan bonitas! Susana había confiado en el Señor Jesucristo como su Salvador el año anterior y se sentía tan feliz de ser una hija de Dios. Después del club se fue saltando a su casa y entró en su habitación. Su papá y mamá no asistían a la iglesia, no conocían ni amaban al Señor, así que Susana no podía hablar mucho con ellos acerca de las cosas hermosas que estaba aprendiendo en la Biblia. Así que, junto a su cama, se arrodilló y derramó delante de Dios toda la alegría de su corazón. ¡Qué contenta se sentía al poder contarlo todo a Dios en oración! Si tú tienes a Jesucristo como tu Salvador, tú también puedes hacer lo mismo, puedes contar a Dios todo lo que está en tu coraz6n. Pero tal vez en esta clase hay algunos niños que no han recibido a Cristo como su Salvador. Entonces tus pecados no han sido borrados y Dios no es tu Padre celestial. Tú sabes que debes apartarte de tus pecados, el egoísmo y la pereza, el mal genio y las otras cosas feas que te separan de Dios. Necesitas pedir a Cristo que sea tu Salvador, y que entre en tu vida, como Susana lo había hecho. ¿Quieres hacer esto hoy? Acepta a Jesús como tu Salvador hoy mismo y comienza a vivir para agradarle.
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Lámina I-4 Pero volvamos a la historia de David. Cuando todavía era muy joven, de una manera extraordinaria, Dios le escogió para que fuera rey de Israel después del rey malvado Saúl que reinaba entonces. Más tarde David llegó a ser un guerrero valiente también. Estoy seguro que conocéis la historia de cómo Dios le ayudó a matar al gigante Goliat. Todavía era joven y su única arma fue una honda con una piedra. Pero había aprendido a confiar en Dios, y Él le dio la victoria. Todo el mundo comenzó a elogiarle como un guerrero fabuloso y dijeron que era aún mejor que Saúl el rey malo. Ese comentario irritó mucho a Saúl y desde ese momento decidió matar a David. Este tuvo que escaparse. Pero lo interesante del caso es que desde entonces David escribió más canciones o Salmos a Dios. Tenía muchos problemas y a veces se sentía muy triste y solo. Así que, habló muchas veces a Dios y, casi cada vez, al terminar la oración, se sentía mucho más feliz, recordando que Dios sabía perfectamente lo que le pasaba y que Dios estaba en control de todo. Lámina I-5 Como Saúl estaba tan empeñado en matar a David, este joven tuvo que esconderse en lugares desiertos y en las montañas lejos del palacio del rey. No porque David fuera cobarde, pero Dios no quería que él luchara para ser rey. Dios había prometido que un día sería rey y Dios cumpliría s u promesa en el momento oportuno. (Deja a un lado las láminas). Hace miles de año, el joven David tuvo grandes dificultades acerca de las cuales hablaba a Dios. Pero hoy en día también las persona se enfrentan con problemas acerca da los cuales necesitan orar a Dios. He pedido a Gloria (maestro, pon el nombre apropiado) que os cuente de una ocasión en que habló con Dios por medio de la oración acerca de alguna cosa que ocurrió en su vida y cómo Dios contestó. (Maestro, podrías tal vez ayudar a Gloria a dar su testimonio en cuanto a la oración, por medio de una breve entrevista, contestando unas preguntas como las siguientes: “Gloria, ¿fue una ocasión triste o feliz la que nos vas a contar hoy?”. “Bien, ¿quieres contarnos algo por favor?”. “¿Cómo te sentías antes de orar?”. ¿Te sentías igual después de haber orado?”). ¿Verdad que es maravilloso poder hablar con Dios acerca de estas cosas? Volver a lámina I-5 Miremos de nuevo la historia emocionante que estamos escuchando en la Palabra de Dios. ¿Cómo se sentía David durante esos años al tenerse que esconder para no ser cazado como un conejo? ¿Verdad que sería muy interesante ver lo que pasaba en su mente en ese tiempo? Lo maravilloso es que sí sabemos lo que estaba pensando porque escribió algunas de sus oraciones que más tarde cantó a Dios. También enseñó a su familia y a sus amigos las palabras de esas canciones y ellos aprendieron a cantarlas también. Mucha gente sigue cantando estos hermosos salmos u oraciones a Dios cuando va a la iglesia los domingos. Escuchemos las palabras del principio de una de esas oraciones. (Maestro, antes de la clase, pide a dos o tres niños más mayores que leen bien, o a un ayudante que se preparen a leer los dos primeros versículos del Salmo 57). Juan, ¿quieres tú leer el primer versículo y María lee el segundo?, y todos vamos a estar pensando lo que David dice a Dios al empezar su oración. (Se leen los dos versículos). "Ten misericordia de mi, oh Dios, ten misericordia de mí porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece”. ¿Verdad que son versículos muy hermosos? ¿Qué está diciendo David a Dios? (maestro deja a los niños contestar). Sí, está pidiendo a Dios que tenga misericordia de él y que le ayude, igual como una gallina podría proteger a un polluelo bajo sus alas cuando hay peligro. Dios es tan poderoso y tan amante que puede y quiere cuidar de nosotros. ¿Sabéis cuando fue escrita esta oración? Si miráis la nota de explicación al principio del salmo veréis unas palabras muy interesantes (maestro, quizás un niño o un ayudante podría leer estas palabras también. Cuanto más participen los niños, tanto más aprenderán): "... David, cuando huye de delante de Saúl a la cueva".
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Lámina I-6 Quiero explicaros un poco más lo que había pasado. Varias veces David tuvo que esconderse en una cueva para salvarse de Saúl. En una ocasión, él y su banda de hombres estaban refugiándose en una cueva grande cuando Saúl estaba cerca buscándole con el ejército. Saúl llegó a entrar en la misma cueva para descansar. David y sus hombres se adentraron a la parte más oscura de la cueva y se pegaron a las paredes de la cueva. Por supuesto qua Saúl no sabía que David estaba allí, y éste con sus soldados hubiera podido matarle sin dificultad. Los soldados de David la dijeron: "Aprovecha la ocasión. Seguramente Dios a traído a tu enemigo aquí para que tú le destruyas". Pero David contestó que nunca podría tomar la vida del rey. Seria pecar contra Dios. David dejó a Saúl escaparse y no le hizo ningún daño. Estoy seguro que en su corazón estaba dando gracias a Dios porque él mismo no había sido capturado ni matado. Miremos pues la oración que David escribió un día en una de esas cuevas. Ya hemos visto que al principio de la oración pedía a Dios que le protegiera, y Dios contestó su oración muchas veces. ¿Qué es lo que David dice a Dios al acercarse al final de su oración? (Maestro, deja a dos niños leer los versículos 7 y 9): "Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto, cantaré, y trovaré (compondré) salmos. Te alabaré entre los pueblos, ¡oh Señor! cantaré de ti entre las naciones". ¿Cómo se sentía David al terminar su oración? (Deja contestar a los niños). Sí, el hablar con Dios le ayudó, ¿verdad? Lámina I-7 Todos pasamos por momentos difíciles, aun los creyentes qua aman al Señor Jesús. Vamos a pensar en un ejemplo que tal vez podría ocurrirte a ti. Vamos a suponer que es el cumpleaños de José-Pablo, uno de tus mejores amigos en el colegio, pero por alguna razón que tú no comprendes, no te invita a su fiesta. Es horrible ver a los otros chicos entrar en la casa de José- Pablo que está en la misma calle que la tuya. Te sientes muy solo y olvidado por los demás. ¿Qué harías? (Deja que los niños piensen y contesten). Sí, lo mejor que puedes hacer es cerrar los ojos y hablar con Dios a través de la oración. Ahora niños, a ver si me podéis ayudar a pensar en las palabras que podrías decir a Dios en una situación como ésa. (Maestro, pide a los niños que levanten la mano, y que sugieran lo que se podría decir en oración. Por ejemplo el niño creyente podría hablar a Dios de su tristeza; dar gracias a Dios porque le ama y comprende como se siente; podría pedir a Dios que le ayude a seguir siendo un buen amigo a José-Pablo. Tú, el maestro tal vez tendrás que ayudarles un poco a pensar en esa situación. Luego haz dos ó tres preguntas más como éstas): l. ¿Cómo te sentirás después de orar? (Seguramente mucho más contento, sabiendo que Dios comprende tu tristeza). 2. ¿Crees que José-Pablo te invitará ahora a su fiesta? (No es muy probable. Dios no cambia siempre las circunstancias. Más bien cambia nuestra reacción ante las circunstancias). 3. En tu opinión ¿cómo actuarás en relación con José- Pablo el día siguiente? (Podrás pedir a Dios que te ayudara a ser amable y perdonador). Lámina 1-8 ¡Qué alegría nos da poder hablar con Dios acerca de las cosas agradables y también de las cosas tristes! Es un privilegio especial reservado para los hijos de Dios. Si tú todavía no perteneces a la familia de Dios, porque no te has arrepentido de tus pecados, y no has confiado en Jesucristo como tu Salvador, entonces este privilegio no es para ti. Pero si estás preocupado en cuanto a tus pecados, esta misma tarde podrás venir a Cristo y pedirle que sea tu Salvador. El te ama, murió por ti, quiere perdonarte y darte una vida nueva. ¡Ven hoy a Él! Vamos a terminar nuestra lección hoy, dejando que dos o tres de vosotros habléis con Dios en oración. Sería un poco triste tener una lección entera sobre la oración y luego no pasar un momentito en oración ¿verdad? (Maestro, ayuda a los niños a sugerir cosas acerca de las cuales les gustaría hablar con Dios, y anímales (sin presionarles) a tomar parte en voz alta. Asegúrate de que
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cada niño que quiere participar, sabe cuando le toca, y que recuerda lo que va a decir a Dios. Estableciendo este orden, dará más seguridad a los niños cuando oren). Lección 1. Preguntas de repaso y aplicación. l. ¿Por qué se sentía Joaquín tan contento pero un poco decepcionado a la vez? 2. Os conté la conversación entre Joaquín y sus padres. ¿De qué manera es esa conversación una ilustración de la oración entre un creyente y Dios? (Puede explicarle todo lo que está en su corazón. Dios comprende completamente. Puede consolarnos cuando hemos fallado, etc.). 3. ¿Qué quería decir Susana a Dios en su oración después del Club de Buenas Nuevas? 4. Hoy hemos leído parte de un Salmo en el cual David oraba a Dios. ¿Cuál es? 5. ¿Qué pidió al principio del Salmo? 6. ¿Qué dijo al final del Salmo? 7. ¿Cuando expresó David esa oración a Dios? 8. En nuestra lección hemos imaginado que tú no fuiste invitado a una fiesta de cumpleaños y que orabas a Dios en cuanto a esa situación. ¿Por qué motivos podrías dar gracias a Dios aunque te sentías triste y solo? (Por ejemplo que Dios te ama y comprende como te sientes). 9. ¿Qué podrías pedir a Dios en esa situación tan difícil? (Por ejemplo que te ayudara a seguir siendo un buen amigo a José- Pablo, que Dios te consolara). 10. Piensa en otros dos momentos difíciles en que un niño o una niña creyente, puede orar a Dios.
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LECCIÓN 2: LA ORACIÓN: EL OXÍGENO ESPIRITUAL DEL CREYENTE.
Pasaje para la lectura y estudio del maestro: 2º Reyes 18 y 19. (Maestro no tendrás que explicar todos los acontecimientos de estos dos capítulos, pero debes de estar familiarizado con la historia y el contexto histórico). Preparación para la participación de los niños. Al final de la lección se sugiere que los niños utilicen una página para dibujar (o explicar en palabras) tres situaciones en que sería necesario orar a Dios. Tendrías que conseguir estas páginas antes de ir a tu clase. Los niños pueden hacer este trabajo en casa o en la misma clase si hay tiempo y espacio. Si se hace en la clase, tendrás que proveer colores, lápices, etc. Versículo para memorizar: Repetir Salmo 57:1 "Oh Dios... en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé". Enseñanza principal: Para el creyente es necesario orar. Aplicación para niños salvos (EPS): Necesitáis orar a menudo a Dios para poder vivir como Dios quiere. I. Introducción: El buzo en las profundidades del mar. II. El desarrollo de la lección.
A. Los asirios conquistan los países cercanos. B. Aun Samaria cae. Aplicación para niños inconversos a que hagan caso de la Palabra de Dios. C. Los asirios avanzan contra Jerusalén. D. El Rey Ezequías siente la gran necesidad de orar a Dios y de confiar en Él, frente a esta emergencia. E. Cuatro situaciones modernas en las que los niños creyentes tendrían que orar.
i. Tentación a robar dinero. EPS. ii. Amenazado por un "matón" en la calle. EPS iii. Frente a una asignatura difícil en el colegio. EPS. iv. Confesando el pecado a Dios. EPS.
F. Ezequías recibe una carta con muchas amenazas de Senaquerib. G. Ora a Dios para que le libere. H. Dios contesta (por medio de Isaías) que va a salvar a su pueblo.
III. Clímax. Dios manda a su ángel y destruye 185.000 asirios. IV. Conclusión.
A. Ezequías y Jerusalén son salvos. B. Los niños dibujan tres ilustraciones de la oración a Dios en momentos de dificultad. EPS.
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Introducción. Lámina II-l ¿Alguna vez habéis visto una película de un buzo que baja a las profundidades del mar para buscar algún barco que se hundió, o posiblemente para buscar tesoros? Es un mundo emocionante allí en el fondo del océano, ¿verdad? y también es un lugar muy peligroso. Es muy difícil vivir en ese mundo frío, oscuro, verdiazul que es tan diferente al mundo que nosotros conocemos, donde brilla el sol, donde hay aire para respirar y hay calor. Sólo hay una cosa que mantiene vivo al buzo para que pueda seguir con su trabajo. ¿Sabéis lo que es? Sí, es el oxigeno que lleva consigo en un envase, o que le llega por medio de un tubo muy largo que conecta el barco y el buzo. Coge el oxígeno para mantenerse vivo. Pero si no llenara los pulmones con ese oxígeno, muy pronto moriría allí en el fondo del mar. ¿Sabéis chicos, que la oración, para nosotros los creyentes, es como el oxígeno para el buzo? Vivimos en un mundo donde es difícil hacer lo que es bueno y lo que agrada al Señor. Estamos rodeados de cosas pecaminosos que pueden ahogar muy rápidamente nuestra vida espiritual. Por eso es tan importante que oremos a Dios constantemente y confiemos en Él. La oración es como un oxígeno espiritual que respiramos. La semana pasada os enseñé que es algo muy maravilloso poder hablar con Dios por medio de la oración. Pero no quiero que penséis que es sólo una actividad agradable que hacemos de vez en cuando. Es más importante que eso. Es tan importante que si no oras, te será totalmente imposible vivir como Dios desea que lo hagas, que crezcas para llegar ser un creyente fuerte y que trabajes para el Señor. Lámina II-2 Hoy vamos a pensar en un hombre cuya historia encontramos en la Biblia, la Santa Palabra de Dios, que se dio cuenta de que la única manera de salir de una situación de mucho peligro, era por medio de la oración a Dios. Se llamaba Ezequías y fue el rey de Judá. Vivió unos 700 años antes de que el Señor Jesucristo viniera a la tierra. Fue un buen rey que amaba a Dios y procuraba guiar a su pueblo para que siguieran las leyes de Dios. (2º Reyes 18:6). Lamina II-3 Pero el pueblo de Judá tenía un enemigo potente y muy cruel: el ejército de los asirios. Este gran ejército peleó contra las otras naciones y una tras otra las venció. Por fin llegaron a la ciudad de Samaria, que era la capital del país vecino al pueblo de Judá. Los habitantes de Samaria habían escuchado la Palabra de Dios muchas veces por boca de los profetas y mensajeros de Dios. Pero no habían hecho caso a los avisos que Dios les había dado de que se apartaran de sus caminos pecaminosos y que confiaran en Él. Y ahora Dios permitió que los asirios conquistaran la ciudad y llevaran cautivo a un país extranjero a este pueblo rebelde. Niños, hemos de prestar mucha atención y escuchar bien lo que Dios nos dice por medio de su Palabra. Aquí en esta clase, os he dicho muchas veces que Dios quiere que cada uno se aparte de su pecado. Él mandó a su querido hijo, el Señor Jesucristo para que fuera castigado por vuestro pecado. Pero temo que algunos de vosotros no hayáis escuchado la Palabra de Dios que os advierte de apartaros de vuestro pecado y de confiar en Jesús como Salvador. Si tú no te apartas de tus pecados y confías en Jesucristo, Dios tendrá que castigarte a ti por tu desobediencia a su voz. Vuélvete a Él esta misma tarde y recibe el maravilloso regalo de la salvación que Él te ofrece. Lámina II-3 Tal vez Ezequías pensaba que el ejército de los asirios nunca conquistaría la ciudad de Samaria. Pero Dios les permitió hacerlo. "Ahora ¿a quién van, a atacar los asirios?", se preguntó Ezequías. ¿Pues, sabes lo que pasó? Este ejército tan temible giró hacia el Sur para atacar el país de Judá, donde Ezequías era al rey. Estoy .seguro que el pueblo de Judá estaba muy, muy asustado. El rey
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Ezequías mandó mucho oro y mucha plata a Senaquerib, el rey de los asirios, procurando que no les atacara. Pero el poderoso ejército siguió avanzado y avanzando. Vamos a imaginar que tú pudieras acercarte al rey Ezequías para darle un consejo al oído, ¿qué le dirías? Voy a hacer unas sugerencias y tú dime cual consideras la más importante: l. Organiza muy bien tu ejército y entrena los soldados. 2. Da a todas las tropas buenas lanzas y escudos. 3. Fortifica las murallas y las torres alrededor de las ciudades. 4. Explica a Dios toda esta situación terrible y confía en Él para que te guíe y te proteja. Sí, ese consejo de orar a Dios y de confiar en Él, sería el mejor para Ezequías. Hizo las demás cosas también, pero hablar con Dios y confiar en Él fue la más importante. ¿Crees que el rey se dio cuenta de que había escogido bien? Lámina II-4 Esa es la lección que tú y yo hemos de aprender también en muchos momentos difíciles de nuestra vida. Por ejemplo, ¿qué harías si un día Satanás pusiera en tu mente un pensamiento malo como éste?: "Mira, ¿verdad que te apetece mucho ir a jugar con las máquinas del salón recreativo? Bueno, pues saca un billete de 10 euros del monedero de tu madre. Ella no se dará cuenta y tú te lo pasarás muy bien". Si, tendrás que orar muy rápidamente: "Oh, ¡Señor, ayúdame! No puedo vencer esta tentación sin tu ayuda". Y decide que con la ayuda de Dios, no vas a coger ese dinero. ¡Él te ayudará! O tal vez en le calle hay un chico grande y fuerte, un "matón" que te da mucho miedo. Podrías orar así: "Oh Señor, gracias porque tú estás conmigo y sé que puedo confiar en ti". O podrías orar como David se expresó en el versículo que aprendimos. A ver si lo repetimos de nuevo: "Oh Dios… en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé". Dios puede quitarte el temor y darte paz en tu corazón, además de protegerte. Lámina II-5 O tal vez en el colegio hay alguna asignatura que encuentras difícil. Seria necesario que orases por eso también ¿verdad? O vamos a suponer que un día te enfadaste y dijiste palabrotas. Deberías orar a Dios y pedirle que te perdonara y que te ayudara a no apartarte más de su lado y hacer otras cosas peores. Como hijos de Dios necesitamos orar mucho cada día, ¿verdad? De esa manera caminamos cerca del Señor y vivimos como Él quiere que lo hagamos. (Maestro, si crees que es oportuno, seria un buen momento para dejar a algunos de loa niños contar experiencias de cuando han orado a Dios en momentos difíciles. O podrías ayudarles a pensar en situaciones en las cuales podrían orar pidiendo a Dios su ayuda). Y vais a notar una cosa maravillosa niños. Al llevar al Señor en oración estos problemas y situaciones difíciles, notaréis que Él pondrá paz en vuestros corazones y quitará la tormenta de temor y preocupación. Pero hemos olvidado un poquito al rey Ezequías. El terrible ejército de los asirios seguía avanzando hasta llegar a las mismas murallas de Jerusalén, la capital. El rey Senaquerib, su líder cruel, envió mensajeros pidiendo que se entregara el pueblo de Judá. Estos mensajeros se situaron cerca de la ciudad y gritaron insultos y amenazas para que no sólo los oyeran los mensajeros del rey Ezequías, sino todo el pueblo de Jerusalén que estaba escuchando en su lugar en las murallas fuertes que protegían a la ciudad.
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Lámina II-6 Los hombres de Senaquerib gritaron: "No confiéis en Ezequías, vuestro rey no puede salvaros (2º Reyes 18:29). Y es inútil confiar en vuestro Dios. Él tampoco puede salvaros. Los dioses de otros pueblos que hemos conquistado, ¿les salvaron a ellos? ¡Por supuesto que no!” (2º Reyes 18:33). Senaquerib se atrevió a comparar al verdadero Dios de los cielos con esos dioses falsos de la gente pagana. El pueblo de Jerusalén tembló al escuchar esas amenazas y los terribles insultos lanzados contra ellos y aun contra Dios mismo. Senaquerib también escribió todos estos mensajes temibles en una carta que mandó al rey Ezequías. Y ¿sabéis lo que hizo Ezequías al recibirla? Vamos a buscar la respuesta en la Biblia. Laura (o mi ayudante) va a leer unos versículos y quiero que todos escuchéis muy atentamente y busquéis cuatro cosas que hizo el rey Ezequías al recibir esta carta. También quiero que penséis cuál de las cuatro cosas que hizo fue la más importante. (Laura lee 2º Reyes 19:14, y las primeras palabras del versículo 15). Ahora pensemos en esas cuatro Cosas. (Maestro ayuda a los niños a buscar las cuatro acciones del rey. Tal vez sea necesario leer otra vez los versículos). Sí, leyó la carta… subió a la casa de Jehová… la extendió delante de Jehová… y oró. Lámina II-7 Y ¿cuál de estas acciones era la más importante? Sí, su oración a Dios. Quiero leeros un poco de esa oración tan hermosa. (Maestro lee de esta magnífica oración (2º Reyes 19:15-19) los versículos que consideres que tus alumnos entenderán. Si no han de escuchar toda la oración, lee sólo una parte. Pero confía en que el Señor ayudará a los niños a captar algo del poder inmenso de Dios por una parte, y por otra la confianza que Ezequías ponía en Él). ¿Creéis que Dios escuchó la oración de su hijo Ezequías? ¡Por supuesto que sí! Igual que escuchará la tuya, no importa en que lugar estés o en qué problema te encuentres. Estoy seguro que Ezequías sintió en seguida una paz maravillosa en su corazón. El también se había amparado bajo las alas poderosas de Dios. Dios no sólo escuchó la oración, sino que también la contestó. En primer lugar habló a Ezequías por medio del profeta Isaías y le dijo que los asirios no conquistarían la ciudad de Jerusalén (2º Reyes 19, 20, 32-34), no lanzaría contra ella saeta (flecha) ni levantarían contra ella baluarte. ¿Pero cómo podría Dios salvar a su pueblo de la mano de este ejército tan fuerte y cruel? Lámina II-8 Pues, esa misma noche, Dios envió a su ángel el campamento de los asirios para destruirlos y, durante las horas de la noche 185.000 hombres murieron. Cuando los que quedaban se levantaron por la mañana, tenían miles de cadáveres a su alrededor. Desde luego ese ejército desecho ya no podría atacar a Jerusalén, así que, se volvieron a su propio país y Ezequías, su pueblo y su ciudad fueron salvados. Hubiera sido imposible para ellos vencer al ejército de Senaquerib, pero Dios lo hizo, cuando oraron a Él y confiaron en su poder. Ezequías y sus soldados ni siquiera tuvieron que ponerse su armadura. Hay muchos momentos cada día cuando tú como niño o niña creyente tienes que orar a Dios pidiéndole que te ayude con cualquier problema que se pone delante de ti. Podría ser la oposición de alguien que no ama al Señor, o podría ser el peligro de caer en un pecado. O tal vez necesitas orar y pedir a Dios su perdón por alguna cosa que tú has hecho mal. Proyecto Voy a dar a cada uno de vosotros un lápiz, unos colores y una hoja de papel dividida en tres partes. Quiero que los niños más pequeños hagan tres dibujos representando momentos en los que seria necesario orar a Dios. Tal vez en el colegio cuando estás luchando con un problema difícil, tal vez en tu propia casa cuando el diablo te tienta a mentir, tal vez cuando estás jugando en la calle quieres pedir a Dios que te proteja de algún peligro, podría ser en el Club de Buenas Nuevas que necesitas pedir a Dios que te ayude a escuchar atentamente su Palabra. Piensa en lugares en que pedirías
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ayuda a Dios, igual que hizo el Rey Ezequías. Los más grandes pueden dibujar las tres escenas también o si lo prefieren, que escriban dos o tres párrafos explicando esas situaciones. Pon al titulo "Para el creyente es necesario orar" y abajo pon: en casa.... en el colegio… en la calle… en el Club de Buenas Nuevas, o el lugar que tú escojas. Recuerda si todavía tú no eres creyente, hijo de Dios, que el Señor promete contestar solamente las oraciones de sus hijos. Pero por supuesto puedes hacer los dibujos. Y nosotros estamos orando para que muy pronto tú llegues a ser un verdadero hijo de Dios.
Para el creyente es necesario orar.
Lección 2. Preguntas de repaso y aplicación. l. Un buzo tiene un trabajo muy difícil debajo del agua. ¿Qué es lo que le mantiene vivo? 2. ¿De qué manera se parece un creyente viviendo en este mundo pecaminoso a un buzo? 3. ¿Cómo se llamaba el rey cuya vida estudiamos hoy? 4. ¿De dónde venia el ejército poderoso que quería conquistar a Ezequías y a su pueblo? 5. ¿Por qué permitió Dios a los asirios conquistar la ciudad de Samaria? 6. ¿Cuándo el ejército llegó cerca de Jerusalén qué hicieron sus líderes para asustar al pueblo de la ciudad? 7. ¿Cuáles eran las cuatro cosas que el Rey Ezequías hizo con esa carta llena de amenazas que le mandó el Rey Senaquerib? 8. ¿Cómo salvó Dios a Ezequías y la ciudad de Jerusalén? 9. Piensa en una situación en el colegio en que necesitarías orar: "Oh Señor, ayúdame, por favor”. 10. Piensa en una situación en la calle en que necesitarías orar: "Oh Señor, ayúdame por favor".
En casa
En el colegio
En la calle
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LECCIÓN 3: A DIOS LE ENCANTA ESCUCHAR MIS ORACIONES.
Pasajes para la lectura y el estudio del maestro: Mateo 21:10-17, Lucas 17:11-18, Salmo 40:5, Apocalipsis 5:11-14. Preparación adicional de parte del maestro: Si tienes una buena grabación del corito "Digno eres" podrías ponerla en el momento que se indica en el texto, (o podrías enseñar el corito a los niños). Pero si es posible que los niños escuchen esas palabras preciosas cantadas por un buen grupo musical, la experiencia podría ser de mucha bendición para ellos. Esta lección es complementaria a la primera, en la cual enseñaste que la oración trae gozo y paz al creyente. En esta, enseñas que nuestra oración trae gozo a Dios, especialmente al adorarle y darle gracias. Al final del texto encontrarás unas preguntas para repaso y aplicación que puedes utilizar esta semana o la siguiente. Versículo para memorizar: Salmo 51:15: "Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza". Enseñanza principal: A Dios le encanta escuchar mis oraciones. Aplicación para niños creyentes (EPS): Alaba y da gracias a Dios y así le darás mucha alegría. Aplicación para niños inconversos (EPI): Hay poca en la lección. En otras partes del programa (por ejemplo por medio da caritas apropiadas) puedes enseñar algunas verdades del Evangelio. I. Introducción: La oveja madre y su cordero (EPS). II. Desarrollo de la lección:
A. Cristo purifica el templo.
B. Los niños le aclaman como el "Hijo de David".
C. Cristo acepta con gozo su alabanza (EPS).
D. Explicación de la alabanza. *
E. Cristo sana a los diez leprosos.
F. Sólo uno vuelve para darle gracias.
G. Los sentimientos de Cristo: alegría mezclada con tristeza. *
H. Diálogo sobre cosas que podemos ver por las cuales debemos dar gracias (EPS). *
I. Diálogo sobre cosas que no podemos ver por las cuales dar gracias (EPS). *
J. Explicación de la diferencia entre "alabanza" y "acción de gracias" (EPS). *
K. La importancia de hablar con el Señor cada mañana y cada tarde.
L. La descripción de la adoración celestial (Apocalipsis 5).
M. Escuchar la grabación del corito "Digno eres” (EPS).
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N. Ofrece llevar contigo a tu iglesia niños que normalmente no van. Preparación para la participación de los niños: En varios puntos de la lección, marcados con un asterisco en el bosquejo dado arriba, se sugieren preguntas para estimular el pensamiento de los niños y para que participen con sus respuestas. Sería bueno incluir estas preguntas u otras parecidas para involucrar a los niños en el proceso de aprendizaje. Introducción. Un día estaba paseándome cuando vi una manada muy grande de ovejas en un campo, pero un corderito había salido por un agujero en la valla y se encontró en la carretera separado de las otras ovejas. De repente se sintió muy solo y comenzó a clamar: “bee, bee”, en su pequeña y tenue voz, buscando a su madre. La oveja madre se había dado cuenta rápidamente de que su corderito se había apartado y comenzó a llamarle y a buscarle. Al cabo de un momento oyó su voz y pronto corrió rápidamente hacia la brecha en la valla, para ayudar al cordero a volver a su lado. Parecía tan contenta de oír el balido de su hijo. Lámina I-8 Esta historia me hace pensar en nosotros al acercarnos a Dios en oración. En la primera lección estábamos pensando qué maravilloso es poder hablar con Dios… ¡Qué contento me siento yo al hablar con Él! Luego, la semana pasada, estábamos aprendiendo lo importante y necesario que es orar. Y hoy quiero que aprendamos una lección aun más hermosa: es que Dios también se alegra mucho cuando hablamos con Él. Igual que la oveja madre que se alegró tanto al escuchar la vocecita del corderito, de una manera mucho más maravillosa, ¡Dios se goza al escuchar la voz de sus hijos! En el Salmo 40:5 David escribió: "Tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos". Eso significa que Dios está pensando constantemente en nosotros y esperando que nosotros pensemos en Él y le hablemos. ¿Sabes que el Señor no duerme nunca? No necesita descansar como nosotros. Está constantemente despierto y sus pensamientos están dirigidos hacia ti y hacia mí, esperando oír tu voz hablando con Él, cuando te despiertas. Al despertarte por la mañana, recuerda que Dios ya está pensando en ti. Al principio de cada día puedes pasar unos momentos dándole gracias por pensar tanto en ti y amarte tanto. Lámina III-1 Un día cuando estaba viviendo aquí en la tierra, el Señor Jesucristo entró en el templo. Tal vez quería orar o quería escuchar la Palabra de Dios. Pero al entrar ¿sabéis lo que encontró? En el patio del templo se había instalado un mercado. Había mucha gente vendiendo animales y palomas que se usaban para sacrificar en el altar. También había otros que cambiaban el dinero de los viajeros que venían de otros países. Todo el mundo estaba charlando y gritando al atender a sus negocios. Nadie recordaba que estaban en un edificio que se había construido para orar a Dios, para cantar alabanzas a su nombre y escuchar su Palabra. No habían pensado en Dios. El Señor Jesucristo se entristeció y ofendió. La Biblia dice que expulsó del templo a todos los que vendían y cambiaban el dinero. Les dijo: "Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Mateo 21:13). Lámina III-2 Cuando los escandalosos vendedores se habían marchado, otras personas necesitadas se acercaron para hablar con Jesús. ¿Quiénes eran? Eran cojos y ciegos. Jesucristo con amor y con ternura los sanó. También había unos niños allí observando y al ver las cosas maravillosas que hacía el Señor, comenzaron a gritar con alegría: "¡Hosanna al Hijo de David!". El nombre "Hijo de David" significa el Mesías o el Salvador que había venido para salvar a su pueblo.
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¡Estos niños estaban tan emocionados y contentos, porque el Salvador había llegado! Pero había otro grupo también en el templo observando, eran los principales sacerdotes y los escribas, o sea la gente religiosa cuyo trabajo era explicar a la gente los pensamientos y la Palabra de Dios. Pero en vez de estar muy contentos al escuchar las alabanzas de los niños, estaban muy enfadados y molestos. Fueron al Señor y le dijeron: "¿Oyes lo que éstos dicen? ¿Te das cuenta de que te están llamando el Mesías y el Salvador?" ¿Sabéis lo que Cristo contestó? Dijo: "Sí que les oigo, Dios ha ayudado a estos niños a alabarme". Estaba muy contento de recibir su alabanza. Esos niños le habían llamado el Hijo de David. Tú puedes llamarle por otros nombres maravillosos. Puedes llamarle "Mi Dios" y "Mi Salvador". Puedes alabarle porque es tan grande que tiene todo el mundo en sus manos. Puedes alabarle porque es tan poderoso y tan amante, que está en todos los lugares y a la vez está junto a ti. Lámina III-3 Quizás alguna vez tú has pensado que sólo los adultos pueden orar y alabar a Dios. ¡Pues no es así! Allí en el templo los adultos no tenían ninguna alabanza para ofrecer al Señor, ¡pero los niños sí! Y Jesucristo no sólo les permitió alabarle, sino que se alegró mucho al escuchar sus palabras cariñosas. No sé si algunos de vosotros asistís a una reunión de oración en vuestra Iglesia. Si asistís, por supuesto siempre puedes orar y alabar al Señor en el silencio de tu corazón, pero no tengas temor de abrir tu boca y orar en voz alta. Es posible que algunas personas mayores lo encuentren un poco diferente al escuchar a un niño orar, pero el Señor Jesucristo te escuchará y se alegrará mucho al oír la voz de uno de sus hijos. ¿Entendéis ahora lo que significa "alabar al Señor Jesús"? ¿A ver quien puede explicármelo? (Maestro, deja contestar a los niños. Ayúdales a expresar lo que significa: decir al Señor que Él es maravilloso para nosotros, que es grande y poderoso, sabio y amante, etc. Le alabamos por quién es). Pero también quiero contaros de otra ocasión cuando el Señor se alegró por las palabras que un hombre le dijo. Lámina III-4 Un día cuando el Señor Jesucristo andaba con sus discípulos por los caminos polvorientos de Palestina, llegó cerca de un pueblo. Allí vio a un grupo de hombres que de lejos le gritaban algo sin intentar acercarse donde Él estaba. ¿Por qué no se acercaban un poco? Jesús escuchó lo que estaban gritando. Estos hombres sufrían una enfermedad terrible llamada lepra y no se les permitía acercarse a otras personas para que no les contagiaran con su enfermedad. En aquella época no había ninguna cura para la lepra, pero parece que alguien había contado a esos hombres que Cristo podría sanarlos y que Él iba a pasar por su pueblo. Por eso, al verle, llamaban con tanta insistencia: "¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!". Jesús, lleno de amor y de poder, quería ayudarles, por supuesto. Les dijo:"Id, mostraos a los sacerdotes" (Lucas 17:14). Los sacerdotes eran los hombres que decidían si la enfermedad que tenía una persona era o no era la lepra. En otras palabras, Cristo les estaba diciendo a estos pobres leprosos:"Id a los sacerdotes y mostradles que yo os he sanado". Casi no podían creer lo que les estaba diciendo, pero cojeando dirigieron sus pies lastimados hacia el pueblo para ver a los sacerdotes. Y mientras que caminaban, descubrieron de repente que habían sido sanados. ¡La lepra había desaparecido! La piel deformada y llena de heridas ya estaba sana y limpia. ¡Qué alegría sintieron al proseguir en su camino riéndose y gritando! Lámina III-5 Pero uno de ellos se paró allí mismo y volvió atrás. ¿A dónde iba? Volvía al sitio donde Cristo les había encontrado. Cuando encontró al Señor, se postró cara en tierra, dándole gracias porque le había sanado. ¿Cómo se sentiría Jesús? ¿Que opináis? Por una parte se sentía muy, muy contento, pero por otra se sentía muy triste. A ver si alguno de vosotros me podría explicar por qué se sentía
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triste y contento a la vez. (Maestro, deja que los niños hagan sus sugerencias). Si, se sentía feliz porque ese hombre había vuelto para darle gracias después de haber sido sanado; pero a la vez se sentía triste porque los otros nueve no se habían molestado en darle las gracias. Quiero preguntar a los niños creyentes aquí: "¿Hacéis que el Señor Jesucristo se sienta triste o contento? ¿Recuerdas darle gracias por toda su bondad para contigo? Sí, el Señor se siente contento cuando lo haces. Pero alguna vez ¿has pensado tú que se siente triste si no lo haces? Lámina III-6 Vamos a pensar en algunas cosas por las cuales podemos dar gracias al Señor. Podemos darle gracias por las cosas que vemos como la comida y la ropa, y también podemos darle gracias por las bendiciones espirituales que no podemos ver, por ejemplo el perdón de nuestros pecados. A ver niños, si podéis pensar en otras tres bendiciones espirituales. (Maestro, deja que los niños sugieran cosas. Puedes ayudarles a pensar en algunas como "morir en la cruz por nosotros, darnos la vida eterna, estar siempre con nosotros, preparar un hogar celestial para nosotros, etc.). ¿Y tres cosas más que sí podemos ver, por las cuales podemos dar gracias? (Maestro, de nuevo deja que los niños participen. Tal vez podría ayudarles a sugerir bendiciones como los padres, el Club de Buenas Nuevas, los amigos, la Biblia, etc.). Ahora voy a haceros una pregunta bastante difícil. ¿Cuál es la diferencia entre "alabar a Señor" y "dar gracias al Señor”? (Haz una pausa para que los niños tengan tiempo para pensar y sugerir una respuesta o dos). Sí, cuando alabamos al Señor, le alabamos por quién es: Él es poderoso, es amante es sabio. Darle gracias significa darle gracias por lo que ha hecho por nosotros: morir en la cruz por nuestros pecados, perdonarnos, cuidarnos, darnos nuestra comida diariamente, etc. ¿Es importante alabar al Señor y darle gracias? Sí que lo es. Cuando ofrecemos al Señor nuestra alabanza y gratitud, Él se siente complacido y le encanta escuchar nuestra voz. Si el Señor te ha salvado y tú le perteneces como su hijo, procura cada día darle gozo. Cada mañana antes de salir al colegio, arrodíllate junto a tu cama por unos momentos; lee unos versículos de la Biblia, reflexiona sobre lo que has leído y entonces ora al Señor pidiendo su ayuda y su bendición sobre el día que empieza, pero recordando también alabarle y darle gracias. Muchas veces al leer los versículos de la Biblia, encontrarás alguna verdad acerca de Dios o del Señor Jesucristo, y al pensar en ella, puedes alabarle por ella. Y al acostarte por la noche, antes de dormirte, recuerda darle gracias por todo su amor y cuidado. Esa oración traerá alegría al corazón del Señor y al tuyo también. Lámina III-7 Vamos a mirar una vez más la Palabra de Dios, antes de terminar la clase. Quiero que escuchéis algo muy hermoso en Apocalipsis, el último libro de la Biblia. Juan, el autor fue guiado por Dios a explicarnos algo de cómo es el cielo. Dios le mostró ese lugar precioso y en medio del cielo entero, Juan vio un trono sobre el cual estaba sentado Dios el Padre. Y un poco más tarde vio al Señor Jesucristo en el trono. Juan le llama el Cordero. ¿Comprendéis por qué le da ese nombre? Voy a explicároslo un poco. Antes de que Cristo viniera a vivir a la tierra, cuando alguien quería acercarse a la presencia de Dios, tenia que traer un animal, a menudo era un cordero, y era sacrificado y ofrecido a Dios en un altar. La persona estaba diciendo de esa manera: “He pecado contra Ti, oh Dios, merezco morir por desobedecer tus mandamientos; pero este cordero muere en mi lugar". En realidad estos animales no podían tomar el lugar de las personas que habían pecado. Pero eran una ilustración del Señor Jesús que vino muchos años más tarde. Fue llamado el Cordero de Dios y Él sí que murió por nuestros pecados en la cruz, tomando nuestro lugar. Pero después de morir, resucitó, salió de la tumba y volvió al cielo donde ahora está esperando a todos los que le amamos para que un día nos juntemos con Él. En este club hay niños que todavía no han pedido al Señor Jesucristo que los salve. Recuerda que Él, el Cordero de Dios, te amó tanto que murió en la cruz por tus pecados, hoy quiere que tú vengas a Él, le pidas perdón por todo el mal que has hecho, y confíes en Él, como tu Salvador. ¿Lo harás hoy?
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En el libro de Apocalipsis, Juan describe esa maravillosa escena en el cielo. El trono de Dios está rodeado de miles y miles de personas que han sido salvos de sus pecados y todos están orando a
Dios y al Señor Jesucristo, el Cordero de Dios. ¿Qué es lo que están diciendo y cantando? Vamos a escuchar sus palabras como las encontramos en Apocalipsis 5:12: "Decían a gran voz: el Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza". Lámina III-8 ¿Verdad que es una canción de alabanza preciosa? Si tú has pedido al Señor Jesucristo que sea tu Salvador, y si tú le amas, un día tú también estarás en el cielo cantando esas palabras maravillosas. Pero no tienes que esperar el día que vayas al cielo para alabar al Señor. En el cielo podremos alabar perfectamente al Señor, mucho mejor de lo que podemos hacerlo ahora, pero Dios quiere que le alabes todos los días. Puedes hacerlo cada mañana al hablarle por la oración. Y los domingos también, Él se alegrará si tú asistes regularmente a los cultos de la iglesia y a la escuela dominical. En la iglesia nos reunimos con otros que aman al Señor para orar a Él, para alabarle y para escuchar su Palabra. Los himnos que cantan los creyentes son a menudo canciones de alabanza a Dios. Y si tú eres un creyente verdadero, también puedes cantarlas de todo corazón al Señor, sabiendo que Él está escuchando y está contento de oír tu alabanza. Si no asistes a la iglesia, me gustaría poder llevarte conmigo. (Maestro, habla con los niños a ver si puedes llevar algunos contigo el domingo cuando vayas a la iglesia). Lección 3. Preguntas de repaso y aplicación. l. ¿Qué nos dijo David el salmista en cuanto a los pensamientos de Dios? (En el Salmo 40:5 nos dice que los pensamientos de Dios están dirigidos constantemente hacia sus hijos). 2. ¿Cómo llamaron a Jesús los niños en el templo? (Hijo de David). 3. ¿Qué nombres maravillosos le podemos dar nosotros? (Por ejemplo: Mi Dios, mi Salvador, mi Redentor, mi Pastor, mi Señor etc.). 4. ¿Puedes explicar lo que significa la palabra "alabar"? 5. ¿Le gustaría al Señor oír la alabanza de un niño creyente en la reunión de oración? (Si) ¿Cómo lo sabes? (Porque Él se complació con la alabanza de los niños en el templo). 6. Cuando uno de los leprosos que había sido sanado volvió a dar gracias a Cristo, Él sintió pena y alegría a la vez. Explica por qué. 7. Sugiere cinco cosas que podemos ver por las cuales podemos dar gracias a Dios. 8. Sugiere tres cosas invisibles por las cuales podemos dar gracias a Dios. (Por ejemplo: el perdón de los pecados, la vida eterna, un lugar en el cielo, el hecho de que somos hijos de Dios, la paz en nuestro corazón etc.) 9. Piensa en dos momentos muy buenos de cada día para alabar al Señor y darle gracias. (Por ejemplo al despertarnos por la mañana, y al acostarnos por la noche). 10. Cuando Juan describió un poco de cómo es el cielo, ¿a quién adoraba toda la gente? (Al que estaba sentado en el trono y al Cordero). 11. ¿Por qué se le da Jesucristo el nombre del "Cordero"?
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12. Piensa en dos maneras por las cuales podemos adorar al Señor en la iglesia. (Por ejemplo: cuando cantamos los himnos y cuando oramos).
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LECCIÓN 4: OTROS NECESITAN MIS ORACIONES
Pasaje para la lectura y el estudio del maestro: Génesis 18:16-33. Preparación para la participación de los niños: Al final de la lección sugerimos que se dé a cada niño una hoja de papel y un lápiz, para hacer una lista de cinco grupos de personas por quienes desea orar. Debes buscar las cosas necesarias, antes de comenzar la clase, y también pensar cómo trabajarán los niños, ¿pueden apoyarse sobre sus asientos, o bancos? ¿O tendrías que buscar unos trozos de cartón fuerte sobre los cuales escribir? Los niños más pequeños podrían dibujar la mano, pero sin poner las palabras. Sería útil también si tú el maestro hicieras el dibujo en una pizarra con tiza, o en cartulinas usando rotuladores. Los niños entenderán mejor las instrucciones al ver tu dibujo. (Ver la explicación del dibujo al final de la lección). Versículo para memorizar: 1ª Samuel 12:23: "Lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros”. Enseñanza principal: Dios quiere que ore por otros. (La meta es enseñar a los niños creyentes que pueden servir a Dios intercediendo por otros. También queremos que se den cuenta de que el abandonar nuestra responsabilidad de rogar por otros es un pecado contra Dios, como indica el versículo). Aplicación para niños salvos: Orar por la familia, maestros, misioneros, gobernantes, los enfermos y débiles y por otros niños. Aplicación para inconversos: Evidentemente esta serie es principalmente para niños creyentes, pero en esta lección hay una breve aplicación para los inconversos (punto E en el bosquejo). Ten en mente las necesidades de los niños inconversos y sigue enseñando y orando por su salvación). Introducción: Misiles intercontinentales. Desarrollo de la lección:
A. Abraham era un hombre de oración, siempre construía altares a Dios. B. Dios visita a Abraham y a Sara (Génesis 18:2). C. Abraham recibe tres visitas. D. Dios promete a Abraham un hijo (Génesis 18:9-15). E. Dios revela la posibilidad de la destrucción de Sodoma (Génesis 18:22). Aplicación para los inconversos: Dios castiga el pecado. F. Abraham se da cuenta de que puede ayudar por medio de la oración (EPS). G. Ofrecimiento de ayuda personal a los niños inconversos.
I. Abraham ora por Sodoma y por Lot (EPS).
Clímax: Dios destruye Sodoma pero salva a Lot, contestando las oraciones de Abraham (EPS). Conclusión: Actividad de los niños, dibujando la "mano" para representar los cinco grupos de personas por quienes podemos rogar.
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Introducción. ¿Sabéis lo que es un misil intercontinental? Es una terrible arma de guerra que se puede lanzar en una parte del mundo; sube al cielo y luego baja en alguna otra parte del mundo y explosiona con tremendo poder, causando mucha destrucción y muerte. Lámina IV-1 Se podría comparar la oración a un misil intercontinental, pero en vez de causar destrucción y muerte, hace todo lo opuesto, hace mucho bien. Tú puedes estar orando en un lugar del mundo, tu oración sube a Dios y luego la respuesta a tu oración se puede sentir con tremendo poder en otra parte del mundo, tal vez a miles de kilómetros de distancia de donde vives. Dios puede bendecir en ese lugar lejano porque tú oraste. Sí, uno de los aspectos más importantes de la oraci6n es el pedir por las necesidades de otras personas. En el Antiguo Testamento tenemos la historia de un hombre a quien le encantaba orar. ¿A ver si podéis adivinar su nombre? Os voy a dar unas pistas: l. Vivió unos 2000 años antes de que Cristo hubiera nacido. 2. Dios le llamó para que saliera de su casa y su ciudad y que hiciera un viaje muy largo. 3. A menudo no sabia adonde iba, Dios le estaba llevando. 4. Viajó constantemente. 5. Vivió la mayoría de su vida en una tienda de campaña. Lámina IV-2 ¿Lo habéis adivinado? Ese hombre se llamaba Abraham. Por dondequiera que viajaba Abraham, edificaba altares de piedras a Dios. Sobre estos altares ofrecía a Dios un cordero u otro animal, y allí hablaba con Dios en oración y se acercaba a Él. Seguramente Abraham dejó en los campos y en los caminos de varios países, muchos altares, porque estuvo caminando constantemente por años. ¿Eres tú un poco como Abraham, que en cualquier lugar que te encuentres, allí hablas con Dios? En tu casa, en el colegio, en la bicicleta (por supuesto tendrías que orar con los ojos abiertos en la bici), en la iglesia, en el campo de deporte… Realmente es maravilloso poder hablar con nuestro amante Padre celestial en cualquier lugar, sabiendo que Él está a nuestro lado dispuesto a escucharnos. Un día, cuando Abraham y su esposa eran muy ancianos, Dios decidió hacerles una visita personal. Dios quería que en esa ocasión le viera, así que, se presentó en forma de hombre, y había dos otras personas con Él, probablemente dos ángeles. Lámina IV-3 Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda en la hora del día que hacía muchísimo calor, cuando vio acercarse a él tres visitas. Abraham era muy amable y aunque muy anciano, corrió para darles la bienvenida. Les acompañó a su tienda de campaña y mandó a un criado que les lavara los pies. Entonces Sara, su mujer, preparó una comida deliciosa para las tres visitas. Les dio ternera, mantequilla, leche y pan recién hecho. Una vez acabada la comida, Dios hizo una promesa maravillosa a Abraham. Le dijo que Sara tendría un hijo. Era muy anciana y nunca había tenido niños, casi no podía creer lo que Dios había prometido. Pero Dios le preguntó a Abraham: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil? (Génesis 18:14). ¡Claro que no! Sara tendría su hijo un día, como Dios había prometido. Lámina IV-4 Pero Dios tenía también noticias tristes para contar a Abraham. Dios había observado la maldad de la gente que vivía en una ciudad cerca de donde estaba Abraham. Se llamaba Sodoma y el sobrino de Abraham, llamado Lot, vivía en ella. Dios consideraba a Abraham como su amigo muy intimo; decidió decirle que la gente de Sodoma era tan mala que Dios tendría que destruirla, juntamente con
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su ciudad. Seguramente Dios se sentía muy, muy triste y Abraham también al escuchar esta terrible noticia. A veces pensamos que Dios ama tanto y es tan bueno que le sería imposible castigar el pecado. Pero la Biblia nos enseña muy claramente que Dios no sólo ama mucho y es bueno, que por supuesto es así, sino que también Dios es completamente santo, justo y perfecto. El pecado es algo muy feo y muy terrible para Él. Dios tuvo que castigar el pecado del pueblo de Sodoma porque no querían apartarse de sus caminos malos. ¿Piensas tú que puedes pecar contra Dios, haciendo cosas malas como mentir, hacer trampas, ser cruel y que Dios no hará caso? Dios no puede hacer como si tu pecado no existiera. Pero Dios no quiere castigarte, más bien, envió a su único Hijo, al Señor Jesucristo para que tomara el castigo que tú merecías, y Él murió en la cruz por ti. Si tú te apartas de tus pecados y pides a Jesús que sea tu Salvador, Dios perdonará tu pecado. Se sentirá muy contento al poder perdonarte, no tiene ningún deseo de castigarte, porque Él te ama mucho. Pero si tú sigues rechazando su amor y continúas en tu pecado, Dios tendrá que castigarte, apartándote para siempre de su presencia. ¿Por qué no decides hoy mismo apartarte de tu pecado? Ven a Jesucristo y confía en Él como tu Salvador personal. Él promete: "Al que a mí viene, no le echo fuera" (Juan 6:37). Promete recibirte. ¡Antes de salir de la clase hoy, podrías saber que tus pecados han sido perdonados! ¿Qué podría hacer Abraham para ayudar a Lot allí en Sodoma, donde estaba en un peligro tan grande? Para Abraham era maravilloso ser el amigo de Dios y tener esas conversaciones tan hermosas con Él. Se alegraba tanto que no tenía que temer el castigo de Dios sobre él. ¿Pero qué de Lot? Entonces Abraham pensó en una cosa que podría hacer para ayudar. ¿Sabéis lo que fue? Podría orar por su sobrino, su esposa y familia. Lámina IV-5 En esta clase hay bastantes niños y niñas que ya se han convertido al Señor, pertenecéis a Dios. Os parecéis un poco a Abraham. Sois amigos de Dios, podéis hablar con Él en oración y gozar de su compañía. Ahora no tenéis que preocuparos de que un día seáis castigados eternamente por vuestros pecados, porque sabéis que Cristo llevó vuestro castigo en la cruz ¿Pero qué de vuestros amigos? ¿Como creyente estás tú preocupado por tus amigos, igual que Abraham estuvo preocupado por Lot? ¿Oras mucho por ellos para que lleguen a conocer a Cristo? Otros necesitan tus oraciones, tus amigos inconversos en el colegio, tal vez aun algunos miembros de tu propia familia. Toma a menudo el tiempo para orar a Dios por su salvación. Me gustaría decir también a vosotros niños que no conocéis todavía al Señor como vuestro Salvador, que oro a menudo por vosotros y hoy mismo he estado orando para que algunos de vosotros lleguéis a ser salvos. Si a ti te gustaría hablar conmigo, en cuanto a cómo dar ese paso de confiar en Cristo, yo estaré muy contento de ayudarte personalmente después de la clase. Siempre puedes quedarte después de cualquier clase pare recibir un poco más de ayuda, y para mí será un placer hablar contigo. Lámina IV-6 Abraham comenzó a orar a Dios por Sodoma. Dijo: "Quizá haya cincuenta justos (50 personas que quieren obedecer y complacerte) dentro de la ciudad, ¿destruirás también y no perdonarás el lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?" (Génesis 18:24). Dios contestó: "Si encuentro 50 justos en la ciudad, perdonaré a todo ese lugar por amor a ellos". Entonces muy humildemente Abraham preguntó: "¿Qué pasaría si sólo hubiera 45 personas que quieren obedecerte?", y Dios contestó: "No destruiré la ciudad si encontrara 45 justos". Pero Abraham siguió insistiendo: "¿Pero si sólo hay 40"? Y Dios le aseguró que por amor a los 40 también perdonaría a todos. Abraham siguió orando con valentía: "Señor no te enojes conmigo, ¿pero si sólo hubiera treinta?" ¿Verdad que era muy persistente? Estaba tan preocupado por Lot y su familia. "No", contestó Dios, "no destruiré la ciudad si encuentro 30 justos en ella". Pero Abraham no había terminado todavía, ¡pidió dos veces más! Dios quiere que seamos como él, que sigamos orando por
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nuestros amigos inconversos que están en mucho peligro también. Imitemos a Abraham que volvió una y otra vez para orar a Dios por la gente de Sodoma. Por fin dijo: "¿Y si sólo hay diez personas que desean hacer lo que es bueno?" Y el amor de Dios fue tan grande, que aseguró a Abraham que no destruiría a Sodoma si encontrara diez personas en la ciudad que le obedecían. Abraham estaba muy contento. Estaba seguro que habría en Sodoma por lo menos diez personas que amaban a Dios y dejó de rogar. Se sintió muy aliviado de que Dios le había dado esas promesas. Y así terminó la larga conversación con el Señor. Lámina IV-7 Pero ¿sabéis que Dios no encontró a diez personas justas en Sodoma? Dios tuvo que destruir aquella ciudad tan llena de maldad. Envió fuego sobre la ciudad, la quemó y la gente que había en ella pereció. Fue como un terremoto y una erupción de volcán a la vez. ¿Pero, qué le pasó a Lot? ¿Murió también? ¿Fue en balde toda su oración? No, Dios recordó las oraciones de Abraham. Vamos a leer lo que pone en Génesis 19:29 (Maestro, que tú u otro buen lector lea el versículo). "Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba". Lámina IV-8 Igual que Abraham fue de bendición para Lot por medio de sus oraciones, aunque estaba a bastantes kilómetros de donde vivía Lot, Dios quiere que tú también ores por otras personas y Él puede bendecirles por medio de tus oraciones. Puedes orar por las persones inconversas y también por los creyentes para que Dios les ayude y les bendiga en su vida y su trabajo. Vamos a hacer una cosa que es muy sencilla pero muy importante a la vez. Mi ayudante va a daros a cada uno una hoja de papel y un lápiz. (Se distribuye papel y lápices). Ahora quiero que pongas tu mano izquierda en el papel y dibujes una línea alrededor de ella, pero teniendo los dedos separados, como este dibujo grande en la pizarra (o cartulina).
Los chicos más grandes, podréis poner unas palabras para cada dedo; los más pequeños no tenéis que hacer eso, pero seguramente podréis recordar las palabras en todo caso. Ahora vamos a pensar en cinco grupos de personas por quienes debemos orar. Si levantas tu mano así (con los dedos hacia arriba) el pulgar está más cerca del cuerpo que los demás, ¿verdad? Bueno, el pulgar nos recuerda orar par las personas que viven más cerca de nosotros, nuestra propia familia: Mamá, papá, los hermanos y otros miembros de la familia. ¿Oras tú pidiendo a Dios que bendiga a tu familia? Es el primer grupo de personas por quienes debemos orar. Escribe la palabra familia junto al pulgar. (Maestro escribe cada palabra en el momento oportuno en la pizarra o cartulina). Ahora el siguiente dedo que llamamos el dedo índice. ¿Quién usa mucho este dedo, moviéndolo y señalando de esta manera? (Maestro extiende el dedo índice y muévelo). Sí, los maestros, los predicadores, pastores y misioneros que enseñan y predican la Palabra de Dios. ¿Verdad que me habéis visto usar el dedo así cuando enseñaba en el Club de Buenas Nuevas? Así que, este dedo nos
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recuerda orar por los maestros, predicadores y los misioneros. ¿Alguna vez oráis por mi, vuestro maestro? Me ayudaríais mucho con vuestras oraciones. Me gustaría mucho que lo hicieseis. ¿Y qué de los misioneros? Sé que oramos por ellos aquí en la clase, pero cuando estás en casa, ¿recuerdas orar por ellos? Podrías lanzar un misil intercontinental de bendición que podría llegar a un país a miles de kilómetros de distancia de nosotros. Junto al dedo índice escribe las palabras "maestros, predicadores y misioneros". Y ahora el dedo más grande. ¿Por quiénes nos recuerda orar? Pues, la gente grande e importante de nuestro país. Me refiero a los que gobiernan el país: los Reyes, el Presidente, el Gobierno, el Alcalde de nuestra ciudad. Dios nos dice en la Biblia qua oremos por estas personas para que tomen decisiones sabias y que gobiernen bien. Escribe las palabras "Reyes y Gobernadores” junto a ese dedo. Tal vez no se te hubiera ocurrido orar por esas personas famosas pero Dios quiere que lo hagas. Ahora llegamos al cuarto dedo, que a veces se llama "del corazón" y lleva el anillo de boda. En un sentido es el dedo más débil. Si tocas el piano sabrás que éste es el dedo que le cuesta más tocar las notas correctas. Puedes levantar casi cualquier dedo solo, pero no éste. ¡Pruébalo! Así que este dedo nos recuerda orar por los débiles: los ancianos, los enfermos, las viudas, los huérfanos y los pobres. Todos ellos necesitan nuestras oraciones. No los olvides. Escribe las palabras "los débiles y los enfermos" junto al cuarto dedo. ¿Conoces a alguien que esté enfermo ahora por quien podrías orar? Y por fin llegamos el quinto dedo, el meñique. ¿A quién nos recuerde este dedo? Nos anima a rogar por los niños más pequeños. Al pensar en este dedo, recordamos orar por todos los niños y niñas que son nuestros amigos. Algunos son creyentes y necesitan también nuestras oraciones. Pero hay muchos que no conocen al Señor. ¿Estás orando tú por tus buenos amigos que no son salvos? Sé un buen amigo para los perdidos como Abraham fue para con Lot. Escribe "mis amigos" junto al dedo meñique. Tal vez podrías poner el nombre de un niño que es creyente y otro que no lo es, ¡Ora fielmente por ellos! Vamos a ver si podéis recordar ahora los cinco grupos de personas por quienes debemos orar. ¡Necesitan vuestras oraciones! Antes he pedido que oréis por mí. Necesito vuestras oraciones. Pero quiero que sepáis que yo ruego a menudo por vosotros también. Por vosotros, niños que sois salvos para que crezcáis más y más en vuestra vida cristiana y que seáis fieles en orar por otros. Es un gran privilegio. También oro por vosotros, los que todavía no sois salvos para que muy pronto confiéis en Jesucristo como Salvador personal. Lección 4. Preguntas para repaso y aplicación. l. ¿De qué manera se puede comparar la oración a un misil intercontinental? ¿Y en qué sentido es completamente distinto? 2. ¿Qué dejó Abraham en cada sitio donde había parado en sus viajes? 3. ¿Por qué edificaba altares? 4. ¿Dónde estaba Abraham cuando Dios vino a visitarle? 5. ¿Cuál fue la promesa que Dios hizo en esta ocasión a Abraham y a Sara? 6. ¿Cuál fue la noticia triste y mala que Dios dio a Abraham? 7. ¿Por qué había decidido Dios destruir a Sodoma? 8. ¿Qué aprendemos acerca de Dios al considerar como destruyó a Sodoma? 9. ¿Qué hizo Abraham para ayudar a sus familiares en Sodoma?
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10. ¿Cuál fue el número más pequeño de personas justas que Abraham podía imaginar viviendo en Sodoma? 11. ¿Contestó Dios la oración de Abraham? ¿De qué manera? 12. Nombra los cinco grupos de personas que os he explicado, por quienes debemos orar. Preguntas para reflexión, pero no para contestar en voz alta. l. ¿Oras tú por mí, el maestro del Club? Si no lo has hecho hasta ahora, ¿Te gustaría comenzar hoy? 2. ¿Estás tú orando por tus amigos inconversos? ¿Lo haces en serio como lo hizo Abraham? 3. ¿Has pensado en hacer una pequeña lista de personas por quienes debes orar? ¡Es una buena idea! ¿Por qué no empiezas ahora? 4. ¿Has pensado que es un pecado contra Dios no orar por otros? (1ª Samuel 12:23).
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LECCION 5: DIOS QUIERE QUE SUS HIJOS OREN CADA VEZ MEJOR.
Pasajes para el estudio del maestro: Daniel 9:1-4,16-19, Jeremías 29:10-14, Marcos 9:14-27. Preparación para la participación de los niños: a. Es bueno incluir bastantes preguntas en la lección. Hay más de 30 incluidas en el texto. No todas requieren una respuesta, pero estimulan a los niños para que piensen y aprendan. Se han subrayado algunas preguntas importantes. Las respuestas a éstas (u otras que tú hagas) te darán una buena indicación de la atención y comprensión de los niños y si están aplicando la verdad a sus conciencias. b. Al final de la lección, hemos incluido una lista de preguntas para repasar la enseñanza dada. Divide a los niños en dos equipos y haz que el repaso sea interesante al usar algún tipo de ayuda visual para el concurso. El repaso también es importante como parte del proceso de aprendizaje. Enseñanza Principal: Dios quiere que sus hijos aprendan a orar cada vez mejor. (Esta enseñanza es casi exclusivamente para niños creyentes. Se podría dar un énfasis evangelístico en la elección de los coritos u otra parte del programa). Aplicación para los niños salvos: seguir las guías en cuanto a la oración que Dios nos da en su Palabra. I. Introducción: Un bebé aprendiendo a hablar. II. Desarrollo de la lección:
A. Primera regla para la oración: No puede haber pecado que no se haya confesado. (EPS). B. Breve momento de confesión. C. Segunda regla: Debemos orar según la voluntad de Dios. (EPS). D. Ejemplo de la oración, no según la voluntad de Dios. E. Ejemplo Bíblico: la oración de Daniel. F. ¿Cómo podemos saber lo qué es la voluntad de Dios? G. Por medio de la lectura bíblica. H. Por medio del Espíritu Santo que nos guía en la oración. I. Tercera regla: Hemos de orar con fe (EPS). J. Ejemplo de no orar con fe. K. Ejemplo Bíblico: Padre orando por su hijo con espíritu inmundo.
III. Conclusión: Pidamos a Dios que nos ayude a aprender estas tres reglas en cuanto a la oración y así orar con más eficacia. IV. Concurso para repasar la lección.
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Introducción. Lámina V-1 ¿Hay alguien en el Club que tenga un hermanito o hermanita que está aprendiendo a hablar? ¿Verdad que tiene mucha gracia escucharle mientras intenta pronunciar sus primeras palabras? Seguramente las primeras palabras que el niño dirá, son "mamá" y “papá”. Y también tiene su propia manera para explicarnos lo que quiere decir. Tal vez haga el sonido "ba-ba " y eso significa “tengo ganas de comer, me gustaría que alguien me trajera un poco de comida pronto". Pero como todavía no puede decir todas esas palabras, sólo dice "ba-ba" y seguramente su mamá le comprende. Pero sería terrible si el bebé nunca aprendiera a hablar correctamente ¿Verdad? Imagina que toda su vida dijera "ba-ba" cada vez que quería comer; o si empezara a llorar como suelen hacer los bebés, cuando quieren decir "estoy muy cansado y necesito dormir". Daría mucha pena ¿verdad? ¿Sabéis que algunos creyentes se parecen un poco a personas que nunca han aprendido a hablar correctamente? Me refiero a sus oraciones, cuando están hablando con Dios. Nunca han aprendido a orar y mejorar su forma de hablar con Dios a medida que crecen en su vida cristiana. Supongo que Dios entiende sus oraciones, pero le complacería mucho más si aprendieran a orar mejor. Yo estoy seguro que los niños creyentes de este Club también queréis aprender a orar bien, ¿verdad? No queréis ser principiantes en la oración, como una persona que acaba de nacer en la familia de Dios. Ahora bien, no quiero decir que tenéis que aprender palabras largas y frases altisonantes. No, hay cosas mucho más importantes que ésas, y Dios nos ha dado unas reglas en la Biblia para que podamos orar con más eficacia y de una manera que le agrade a Él. Lámina V-2 La primera regla que vamos a considerar es ésta: No puede haber pecado en nuestra vida que no hayamos confesado. Voy a explicaros lo que eso significa. Alguna vez al comenzar a orar, recuerdas de repente alguna cosa mala que has hecho. Alguna cosa por la cual no has pedido el perdón de Dios. Y ese pecado te llena la mente de tal manera que casi no puedes pensar en lo que estás intentando decir a Dios en oración. La Biblia nos enseña muy claramente que Dios no te escuchará si hay pecado no confesado en tu vida. Escucha estas palabras tan serias de la Biblia. (Maestro, lee algunos ó todos los cuatro versículos, pero tal vez mejor sin dar las citas). "Vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2). “Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá, antes esconderá de vosotros su rostro… por cuanto hicisteis malvadas obras" (Miqueas 3:4). "No hay respuesta de Dios" (Miqueas 3:7). "Ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová" (Zacarías 7:13). ¿Verdad que son palabras muy solemnes? ¡Qué terrible orar a Dios, pero de tal manera que Dios rehúsa escucharnos! Por esa razón, si sabes que hay algunas cosas que están mal en tu vida, que no has confesado al Señor, has de hacerlo en seguida, o el pecado será como una gran barrera entre ti y Dios, de manera que Él no pueda escuchar tu oración. Al confesar a Dios tu pecado, pide su perdón. El promete perdonarte y limpiarte de todo pecado (1ª Juan 1:9). Entonces podrás hablar a Dios de otras cosas, podrás rogar por ti mismo y por otros. ¿Puedes recordar la primera regla? Sí, que no puede haber pecado en nuestra vida, que no haya sido confesado a Dios. ¿Comprendéis lo que significa eso, ahora? (Deja contestar a los niños). Antes de continuar con nuestra lección, vamos a parar un breve momento y a quedar en silencio. Si tú eres un creyente verdadero pero sabes que hay algún pecado en tu vida, ahora mismo en el silencio puedes contárselo al Señor, y pedirle que te perdone. Quizás es una mentira que dijiste a tus padres, o alguna cosa que cogiste que no es tuya. Pide a Dios su perdón ahora mismo. Y después tal vez tendrás que ir a esa persona contra quién has pecado también y pedir su perdón igualmente. (Maestro, deja uno a momentos para que los niños oren en silencio). Ahora vamos a continuar. Sé que queréis aprender más acerca de la oración. Dios no sólo nos dice que no podemos orar si hay pecado en nuestra vid que no hayamos confesado sino que hemos de orar según la voluntad de Dios.
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Lámina V-3 "Orar según la voluntad de Dios". ¿Qué significa esa frase? Significa que Dios quiere que oremos para que algo suceda y Él también desea que pase esa cosa. Veréis, seria posible procurar orar por algo pero que Dios no estuviera de acuerdo con esa petición. Evidentemente Dios no podría contestar tu oración si no estuviera de acuerdo con ella. ¿Verdad? Voy a daros un ejemplo: Vamos a suponer que un niño de cuatro años se acerca a su madre y le dice: "Mamá quiero que me des 20 euros para comprar una bolsa enorme de caramelos". Estaría pidiendo algo con lo cual su madre no podría estar de acuerdo. ¿Verdad? Todos esos caramelos le sentarían mal estómago, y también harían mucho daño a sus dientes. Así que la madre tendría que contestar: "No, lo siento, no puedo dártelo". A veces los niños creyentes son un poco como el chiquillo de esa anécdota, sus oraciones son bastante egoístas y no según la voluntad de Dios. Por ejemplo un muchacho podría orar que Dios le diera una nueva y reluciente bicicleta. Pero Dios puede ver lo profundo de su corazón y Él sabe que en realidad, ese niño quiere lucirse y jactarse de tener la bicicleta más bonita del vecindario. Si está orando por esa razón, es muy probable que Dios conteste: "No, no puedo darte esa bicicleta. Sólo te haría daño tenerla". Pero si ese niño orara para que Dios le ayudara a ganar un poco de dinero, porque está planeando compartir algo de ese dinero con otros, y poner una parte en la ofrenda misionera, entonces es mucho más probable que esté orando según le voluntad de Dios, ¿no te parece? Lámina V-4 En la Biblia encontramos una historia maravillosa de un hombre que oró según la voluntad de Dios, y Dios contestó sus oraciones. Se llamaba Daniel. ¡Sí, el mismo hombre que fue echado en el foso de los leones! Vivía en el país de Babilonia, muy lejos del pueblo de sus padres, porque los judíos hablan sido llevados como esclavos a Babilonia como consecuencia de su pecado contra Dios. ¿Recordáis lo que os conté en otra lección como los asirios hablan atacado a Jerusalén, pero cuando el rey Ezequías oró, Dios destruyó el ejército enemigo? Años más tarde los judíos seguían desobedeciendo a Dios y haciendo el mal, y por fin Dios permitió que los babilonios capturaran a Jerusalén y la destruyeran. Muchos murieron y otros fueron llevados como cautivos a Babilonia. Daniel estuvo entre los que fueron llevados como cautivos a Babilonia donde vivió muchos años, lejos de su propia tierra. Cuando ya era anciano, un día estaba leyendo la Biblia en el libro del profeta Jeremías y allí encontró algo muy interesante (Jeremías 29:10-14), Dios prometía que después de setenta años, cuando los judíos hubieran vuelto a Dios arrepentidos y quisieran de nuevo obedecerle, Él les sacaría de ese país extranjero y los llevaría a su propio país. ¿A ver si podéis pensar qué haría Daniel al leer esos versículos en la Biblia? (Deja que los niños contesten). Sí, por supuesto, comenzó a orar. Confesó a Dios sus propios pecados y los pecados de su pueblo, y pidió a Dios que de verdad Él permitiera que su pueblo volviera a Jerusalén, para que esa ciudad no se quedara vacía y abandonada (Daniel 9:16-19). ¿Estaba Daniel orando según la voluntad de Dios? Sí que lo estaba haciendo. ¿Cómo lo sabemos? (Deja que los niños contesten), ¡Sí! Porque Dios ya había dicho en su Palabra que era su voluntad que su pueblo volviera a Jerusalén después de setenta años. Y unos años más tarde esas oraciones fueron contestadas y miles y miles de judíos volvieron a su propio país, para reedificar el templo que estaba en ruines, y toda la ciudad de Jerusalén que estaba destruida. Lámina V-5 Tú y yo queremos aprender a orar según la voluntad de Dios. ¿Verdad que sí? Voy a haceros una pregunta bastante difícil: ¿Cómo podemos saber si estamos orando según la voluntad de Dios? (Deja que los niños piensen y contesten). Sí, ya os había dado un poco de ayuda con la respuesta. Una manera de saber la voluntad de Dios es por leer su Palabra, ¡como hizo Daniel! En la Biblia Dios nos dice lo que son sus planes, y lo que le agrada. Cuanto más leas la Palabra de Dios, tanto más entenderás su voluntad. Por eso cada día no sólo es importante orar al Señor, sino leer
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unos versículos de le Palabra de Dios y pensar con cuidado sobre lo que has leído. De esa manera aprenderás a orar más y más según la voluntad de Dios. Ahora, a ver si podemos pensar en algunas cosas que están sin duda dentro de la voluntad de Dios. Cosas que Dios nos ha dicho claramente en su Palabra que son su voluntad. Voy a sugerir cuatro oraciones, y quiero que penséis conmigo, cuáles de estas oraciones están dentro de la voluntad de Dios y cuáles no están. Si crees que la respuesta es "sí", procura pensar en un versículo en la Biblia que lo demuestre. ¿Comprendes? Tal vez las cuatro oraciones están dentro de la voluntad de Dios, o quizá sólo una o dos o ninguna. Vamos a ver. Aquí está la primera: Lámina V-6 1. "Querido Padre celestial, te ruego que mandes más misioneros para predicar el Evangelio". ¿Esta oración es según la voluntad de Dios? Sí, esa oración es según la voluntad de Dios. Y el versículo pera comprobarlo: Marcos 16:15 "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura". 2. "Oh, Señor, por favor salva a niños en nuestro Club de Buenas Nuevas". ¿Esta oración es según la voluntad de Dios? Sí que lo es. ¿Y un versículo para comprobarlo? Mateo 18:14: "No es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños”. 3. "Padre amado, por favor ayúdanos a cada uno de nosotros, los que somos salvos, para que lleguemos a ser creyentes fuertes". ¿Esta oración es según la voluntad de Dios? Otra vez la respuesta es "sí", lo sabemos porque en 2ª Pedro 3:18 Dios nos dice: "Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. 4. "Señor, te pedimos que nos ayudes a controlar nuestras lenguas y a decir sólo lo que es bueno y verdadero". ¿Esta oración es según la voluntad de Dios? Sí, las cuatro oraciones están dentro de la voluntad de Dios, una y otra vez en la Biblia, Dios nos dice que tengamos mucho cuidado de nuestra lengua, como hablamos. Por ejemplo, Efesios 4:29. También sabemos lo que es la voluntad de Dios por medio del Espíritu Santo que vive dentro de cada creyente. Voy a leeros un versículo, y quiero que cada uno esté pensando a ver si puede comprenderlo (Maestro, lee la segunda parte de Romanos 8:26): "Qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos". Eso es lo que pasa a veces, ¿verdad? No sabemos por qué cosas debemos pedir. Pero al principio de este versículo pone: "El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad". Eso significa que el Espíritu Santo que vive en nosotros, nos ayuda en nuestra debilidad y nos dirige para que oremos según la voluntad de Dios. ¿Verdad que es maravilloso? Si tú eres un hijo de Dios, cuando oras puedes dar gracias a Dios de todo corazón porque el Espíritu Santo vive dentro de ti y pídele que te guíe al orar. Él quiere ayudarte a orar según la voluntad de Dios. Lámina V-7 Ahora vamos a considerar la tercera regla. Es que debemos orar con fe. ¿A ver si recordáis las dos primeras reglas? (Maestro, deja contestar a los niños). Muy bien. Y cuando oras sin tener un pecado en tu vida que no hayas confesado al Señor y estás pidiendo a Dios cosas con las cuales Él está totalmente de acuerdo, entonces tú y yo hemos de orar con fe. ¿Qué significa "orar con fe"? Niños ¿qué opináis? (Maestro deja contestar a los niños). Sí, muy bien. Quiere decir que cuando oramos creemos que Dios puede hacer lo que le estamos pidiendo. A ver si alguien me podría dar un ejemplo de una persona que está orando pero no cree que Dios sea capaz de darle lo que está pidiendo. (Deja contestar a los niños). De acuerdo, y yo os daré otro ejemplo. Vamos a imaginar que en el Club de Buenas Nuevas tú has orado para que Dios nos ayude a traer nuevos niños al Club. Pero cuando sales después de la clase, ves a tu amigo Juanjo y piensas, "No vale la pena invitarle, él no vendría nunca". ¿De verdad estabas orando con fe, creyendo que Dios te ayudaría a traer otros muchachos al Club?
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Lámina V-8 Cuando el Señor Jesucristo estuvo aquí en la tierra, un día se acercó a Él un padre, con una preocupación tremenda. Trajo a Jesús su único hijo que estaba poseído por un espíritu malo que le hacía gritar y echar espuma por la boca. El espíritu también había intentado destruirle, echándole en el fuego o en aguas profundas. Podéis imaginar como se sentía este pobre padre, especialmente porque su hijo llevaba padeciendo de ese problema tan horrible muchos años. Muy preocupado pidió a Cristo: "Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos". (Marcos 9:22). Parece que no tenía mucha esperanza ¿verdad? ¿Sabéis lo que Cristo contestó? Él también empezó su frase con las palabras "si puedes". Dijo: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible". Entonces el padre exclamó: "Creo, ayuda mi incredulidad". Fue una buena respuesta ¿verdad? Se dio cuenta de que su fe no era muy fuerte pero sin embargo creía que Jesucristo podría sanar a su hijo. Y el Señor hizo un milagro maravilloso, sanando a su hijo y expulsando el espíritu malo. A veces tú y yo nos sentimos como ese hombre y al orar podríamos decir: "Señor, creo que tú puedes hacer lo que te pido, pero ayuda mi incredulidad. Quiero orar con fe, creyendo que tú puedes y deseas contestar mis oraciones". ¿Os habéis dado cuenta de lo que Cristo prometió en esa conversación? Dijo: “Al que cree todo le es posible". ¿Verdad que es una promesa estupenda para todos nosotros que somos sus hijos? Dios sí que puede hacer todas aquellas cosas tan difíciles que son imposibles para nosotros. A ver si ahora podéis recordar la tercera regla en cuanto a la oración. Sí, Dios quiere que oremos con fe. ¿Y las otras dos? No puede haber pecado que no se haya confesado. Debemos orar según la voluntad de Dios. Estoy seguro que cada niño y niña que de verdad conoce y ama al Señor Jesucristo, desea aprender a orar cada vez mejor. Si tú tienes algún problema o tienes preguntas en cuanto a la oración, no tengas miedo de venir y hablar conmigo después de la clase, y te ayudaré todo lo que pueda. Ahora vamos a inclinar nuestras cabezas por un momento y pedir a Dios que nos ayude a aprender a orar de una manera que le agrade a Él, y que se complazca en contestar nuestras oraciones. (Maestro, dirige en oración). Lección 5. Preguntas para repaso y aplicación. l. ¿Cuál es la primera regla que aprendimos en cuanto a la oración? (Hemos de orar sin tener pecado no confesado en nuestras vidas). 2. Si empiezas a orar y recuerdas algo malo que hiciste, ¿Qué debes hacer? (Primero pide perdón al Señor y en segundo lugar tal vez tendrías que pedir perdón a otra persona contra quien has pecado también). 3. ¿Qué promete hacer el Señor si confesamos a Él nuestros pecados? (Perdonarnos y limpiarnos de todos nuestros pecados. 1ª Juan 1:9). 4. ¿Cuál es la segunda regla que hemos aprendido en cuanto a la oración? (Hemos de orar según la voluntad de Dios). 5. ¿Qué significa eso? (Quiere decir orar por algo con lo cual Dios está completamente de acuerdo.) 6. Dame un ejemplo de un niño pidiendo algo a su padre o madre que no está de acuerdo con la voluntad de sus padres. (En la lección el niño pide 20 euros para comprar una bolsa grande de caramelos). 7. Dame un ejemplo de una oración que no estaría de acuerdo con la voluntad de Dios. (En la lección: "Dame una hermosa bicicleta nueva para que muestre a los demás que la mía es la mejor de todo el barrio").
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8. Hay dos maneras en que podemos conocer la voluntad de Dios. Dime una. (Por leer la Palabra de Dios). 9. ¿Cuál es la otra manera? (Por medio del Espíritu Santo que vive en el corazón del creyente para ayudarle y guiarle en sus oraciones). 10. Dame un ejemplo de la Biblia de alguien que oró según la voluntad de Dios. (Daniel orando por el regreso de los judíos a Jerusalén). 11. ¿Podrías darme un ejemplo de una oración que tú pudieras hacer y que estuviera de acuerdo con la voluntad de Dios? (Por ejemplo: “Ayúdame a obedecer a mis padres". Efesios 6:1). 12. ¿Cuál fue la tercera regla? (Hemos de orar con fe.) 13. ¿Qué significa esa frase? (Hemos de creer que Dios puede y desea contestar nuestras oraciones.) 14. Cuando el padre que tenía el hijo con el espíritu malo vino a Cristo, comenzó su oración con las palabras: "Si puedes" ¿Puedas completar la frase? (“Sí puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos"). 15. Cristo contestó con una frase que comenzaba también con las palabras "si puedes" ¿Puedes completar la frase del Señor? (Si puedes creer, al que cree todo le es posible"). 16. Entonces el padre contestó de una manera muy honesta, mostrando que estaba luchando con sus dudas, pero que sí creía que el Señor podría contestar su oración. ¿Qué dijo? (Creo, ayuda mi incredulidad). APEEN C/ Córcega 568, 1º 2ª 08025 Barcelona [email protected] www.apeen.com www.picayjuega.com
