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DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO A LA FORMACIÓN … · “Orabat devotus ut Deus aeternus et verus...

Date post: 17-May-2018
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1 DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO A LA FORMACIÓN DE LA ORDEN DE LOS FRAILES MENORES DE LA REGLA DE LOS FRAILES MENORES A LAS CONSTITUCIONES GENERALES Escrito por fray Antonel-Aurel Ilieş El desarrollo de la Orden de los Frailes Menores, en general, y de los Frailes Menores Conventuales, en particular, ha conocido un fuerte dinamismo durante los siglos. Tal dinamismo tiene origen justo en el fundador de la Orden, el Seráfico Padre San Francisco. En efecto, para entender mejor el desarrollo de la Orden, hace falta iniciar justo de la vida de Francisco, particularmente de las varias etapas de su conversión, etapas que se reflejan, sucesivamente, en la formación y en el desarrollo de la Orden. En este estudio nos proponemos de seguir estas etapas de crecimiento, del ideal de vida, que ha llevado, durante los siglos, nuevas y renovadas orientaciones de vida en la Iglesia de Cristo. LA DINÁMICA DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO Las fuentes biográficas del Santo nos hablan ampliamente y en diferentes formas de la conversión de Francisco. El mismo, en su Testamento, nos ofrece la narración, que completa de algún modo las informaciones de sus biógrafos y, al mismo tiempo, constituye la versión "auténtica" sobre su conversión. FRANCISCO y su conversión Francisco, en su Testamento, a cerca de su conversiòn, recuerda: “Dominus ita dedit mihi fratri Francisco incipere faciendi poenitentiam: qui cum essem in peccatis (corsivo mio) nimis mihi videbatur amarum videre leprosos. Et ipse Dominus conduxit me inter illos et feci misericordiam (corsivo mio) cum illis. Et recedente me ab ipsis, id quod videbatur mihi amarum, conversum fuit mihi in dulcedinem animi et corporis; et postea parum stetit et exivi de saeculo (corsivo mio)” (vv. 1-3). "El Señor me dijo a mi, fraile Francisco, de empezar a hacer así penitencia: cuando era en los pecados, (cursivo es mío), me pareció cosa amarga ver a los leprosos, y el Señor mismo me condujo entre ellos y usé con ellos misericordia, (cursivo es mío). Y alejándome de ellos, lo que me pareció amargo me fue cambiado en dulzura de ánimo y cuerpo. Y sucesivamente, estuve poco y salí del siglo, (cursivo es mío)", (Test 1-3). Esta narración, por cuánto breve, es rica de informaciòn. Francisco reconoce su estado de pecador, del cual, por gracia divina, inicia a hacer penitencia, y en este camino ocurren profundos cambios en su vida, es decir de las transformaciones interiores y externas de su existencia. "El momento de la conversión, pues, fue sintetizado por Francisco como un vuelco de valores: en buscar lo que primero fue huido, en el elegir para si un estado de marginación, porque sólo así vino a realizar de modo prodigo la secuela de Cristo." 1 1 F. ACCROCCA, Francesco e le sue immagini (Centro Studi Antoniani, 27), Padova 1997, p. 17. Más allá del derrocamiento de los criterios de valor y juicio es que también subrayar la "pareja antitética amargo/dulce: el principio de la conversión se manifiesta con el hecho, lo que primero apareció amargo se convierte en dulzura de alma y cuerpo. Tal cambiamiento total encuentra sus presupuestos, y materialización, en el "facere
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DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO A LA FORMACIÓN DE LA ORDEN

DE LOS FRAILES MENORES

DE LA REGLA DE LOS FRAILES MENORES A LAS CONSTITUCIONES GENERALES

Escrito por fray Antonel-Aurel Ilieş

El desarrollo de la Orden de los Frailes Menores, en general, y de los Frailes Menores Conventuales, en particular, ha conocido un fuerte dinamismo durante los siglos. Tal dinamismo tiene origen justo en el fundador de la Orden, el Seráfico Padre San Francisco. En efecto, para entender mejor el desarrollo de la Orden, hace falta iniciar justo de la vida de Francisco, particularmente de las varias etapas de su conversión, etapas que se reflejan, sucesivamente, en la formación y en el desarrollo de la Orden. En este estudio nos proponemos de seguir estas etapas de crecimiento, del ideal de vida, que ha llevado, durante los siglos, nuevas y renovadas orientaciones de vida en la Iglesia de Cristo.

LA DINÁMICA DE LA CONVERSIÓN DE FRANCISCO

Las fuentes biográficas del Santo nos hablan ampliamente y en diferentes formas de la conversión de Francisco. El mismo, en su Testamento, nos ofrece la narración, que completa de algún modo las informaciones de sus biógrafos y, al mismo tiempo, constituye la versión "auténtica" sobre su conversión.

FRANCISCO y su conversión

Francisco, en su Testamento, a cerca de su conversiòn, recuerda:

“Dominus ita dedit mihi fratri Francisco incipere faciendi poenitentiam: qui cum essem in peccatis (corsivo mio) nimis mihi videbatur amarum videre leprosos. Et ipse Dominus conduxit me inter illos et feci misericordiam (corsivo mio) cum illis. Et recedente me ab ipsis, id quod videbatur mihi amarum, conversum fuit mihi in dulcedinem animi et corporis; et postea parum stetit et exivi de saeculo (corsivo mio)” (vv. 1-3). "El Señor me dijo a mi, fraile Francisco, de empezar a hacer así penitencia: cuando era en los pecados, (cursivo es mío), me pareció cosa amarga ver a los leprosos, y el Señor mismo me condujo entre ellos y usé con ellos misericordia, (cursivo es mío). Y alejándome de ellos, lo que me pareció amargo me fue cambiado en dulzura de ánimo y cuerpo. Y sucesivamente, estuve poco y salí del siglo, (cursivo es mío)", (Test 1-3).

Esta narración, por cuánto breve, es rica de informaciòn. Francisco reconoce su estado de pecador, del cual, por gracia divina, inicia a hacer penitencia, y en este camino ocurren profundos cambios en su vida, es decir de las transformaciones interiores y externas de su existencia. "El momento de la conversión, pues, fue sintetizado por Francisco como un vuelco de valores: en buscar lo que primero fue huido, en el elegir para si un estado de marginación, porque sólo así vino a realizar de modo prodigo la secuela de Cristo."1

1 F. ACCROCCA, Francesco e le sue immagini (Centro Studi Antoniani, 27), Padova 1997, p. 17.

Más allá del derrocamiento de los criterios de valor y juicio es que también subrayar la "pareja antitética amargo/dulce: el principio de la conversión se manifiesta con el hecho, lo que primero apareció amargo se convierte en dulzura de alma y cuerpo. Tal cambiamiento total encuentra sus presupuestos, y materialización, en el "facere

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misericordiam" con los leprosos: encuentro misericordioso con lo que constituyó, en aquel contexto de cultura y sociedad, la presencia más extraña, irrecuperable y repugnante, no constituye la ocasión concreta y tangible solamente para determinar tal derrocamiento, pero también evidencia, la radicalidad de ello, el total cambio de óptica - y de las consecuentes sensaciones y comportamientos - qué se conecta a la conversión. Se trata de una experiencia esencial, compleja… La salida del siglo que deriva "et postea parum steti et exivi de saeculo" - sanciona y resume la conquista de esta nueva perspectiva… La salida del siglo de Francisco está en primer lugar el sello visual y material del radical abandono de los valores y criterios de la lógica que son propios del siglo."2

La dinámica de la conversión es: Francisco pecador, por iniciativa divina hace penitencia, va hacia el leproso, cambia la óptica de vida, sale del mundo.

Por cuánto concierne a la expresión "et exivi de saeculo", "sin minimizar las relaciones que la expresión "salió del mundo" puede tener con el tema de la "fuga del mundo", más bien con aquel del "desprecio" del mundo, no hace falta olvidar que en la Edad Media, "exire de saeculo" es una expresión técnica que significa dejar el estado de vida en que se encontró anteriormente y abrazar a una de las formas de vida religiosa, sea el eremitorio o el monaquismo."3

TOMAS DE CELANO y la conversión de Francisco

En todo caso, al respecto, tenemos que notar la novedad llevada por Francisco, es decir él salir del mundo no significa huir del mundo para entrar en un monasterio, significa convertirse en "secuela Christi."

Vida primera de San Francisco de Asís4

La Vida primera de San Francisco de Asís, según la información del autor, TOMAS DE CELANO, fue escrito por petición del Papa Gregorio IX.

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Celano, en el primero capítulo de esta obra, en lo que se refiere a la vida de Francisco antes de su conversión, nos presenta una imagen que causa bastante rechazo, poniendo en evidencia a la familia de Francisco, que le da al hijo, según la vanidad del mundo, un mal ejemplo y Francisco "ipsorum miseram vitam diu imitatus et mores, vanior ipse atque insolentior est de effectus", es decir, "imitando su pobre vida, él mismo se volvió más frívolo y vanidoso", (1Cel 1). Francisco se convierte en un "incentor malorum et aemulator stultitiae", "promotor y émulo de males y de necedad", (1Cel 2) aunque, incluso siendo "muy rico, no fue avaro, más bien pródigo; no ávido de dinero pero derrochador" (1Cel 2).

En esta biografía, Tomás presenta una conversión de Francisco que ocurre en el tiempo y tiene varias etapas, una conversión que maduro lentamente.

Tomás concluye el primer capítulo haciendo una señal de la intervención de la mano del Señor, que hace de Francisco un ejemplo de conversión (1Cel 2), y el autor retoma el segundo

2 G. MICCOLI, Francesco d’Assisi. Realtà e memoria di un’esperienza cristiana (Einaudi Paperbacks,

217), Torino 1991, p. 52. 3 T. DESBONNETS, Dalla intuizione alla istituzione. I Francescani (Presenza di Francesco, 33), Milano

1986, p. 22. 4 Il testo usato in questo studio si trova in 1FF, pp. 271-424, ed in 2FF, pp. 247-349, nn. 315-571. 5 Cf. TOMAE DE CELANO, Vita prima S. Francisci – Prologo, 1.

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capítulo con la imagen de Francisco que "iuvenili calore en peccatis fervesceret ", es decir "vivió en el pecado con pasión juvenil" (1Cel 3). En cambio, en este según capítulo, el Celano ya presenta la primera etapa de la conversión de Francisco: "Sicque diu infirmitate attritus, […]coepit intra se alia solito cogitare" (1 Cel 3), e inicia a considerar "preaedictorum amatores stoltissimos" (1Cel 3). Pero esta no fue todavía la verdadera conversión, ya que "Francisco todavía trata de sustraerse a la mano divina; […] ignorante del deseo de Dios, se propone todavía de cumplir grandes empresas por la vana gloria del mundo" (1Cel 4) Francisco entra en las filas de un caballero de Asís, que quiere llegar hasta Pulla, y mientras "ardía del deseo de partir, [la noche anterior] El que lo golpeó con la vara de la justicia lo visitó en sueño con la dulzura de la gracia; y ya que estuvo ávido de gloria, lo conquistó y exaltó con el mismo espejismo de gloria. Le pareció de ver la casa llena de armas: sillas, escudos, lanzas y otros mecanismos bélicos, y todo contento de ello, se preguntó asombrado entre si qué fuera todo eso. […] Y mientras fue algo sorprendido delante del acontecimiento inesperado, se siente decir que todas estas armas eran para él y sus soldados […]”(1Cel 5) Tomás concluye el segundo capítulo subrayando el hecho que Francisco no entendió bien todavía el verdadero sentido del sueño tenido, y así se abre una pista para un nuevo capítulo, en el que el cambio, inicia: "Immutatus quoque, sed mente no corpore, ire in Apuliam iam recusat, et voluntatem suam studet dirigirere a divinum", es decir: "Ya cambiado espiritualmente, pero sin dejar nada traslucir al exterior, Francisco renuncia a ir a la Pulla y se empeña a conformar su voluntad con aquella divina" (1Cel 6).

Enseguida Francisco viene presentado como aquél que:

“Orabat devotus ut Deus aeternus et verus dirigeret viam suam et suam illum doceret facere voluntatem. […] Quodam vero die, cum Domini misericordiam plenissime invocasset, ostentum est ei a Domino, quid ipsum agere oporteret. […] Sed licet prae magnitudinem inspirati amoris silere non posset, […]. Dicebat se in Apuliam nolle ire, sed in patria propria promittebat nobilia et ingentia se facturum. Putabant homines quod uxorem ducere vellet, ipsumque interrogantes dicebat: «Uxorem ducere vis, Francisce?». Qui respondens eis aiebat: «Nobiliorem et pulchriorem sposam quam umquam videritis ducam, quae ceteris formam praemineat et sapientia cunctas excellat»” (1Cel 6-7).

"Devotamente suplicó a Dios eterno y verdadero de manifestarle su camino y de enseñarle a realizar su deseo. […]Un día por fin, después de haber suplicado de todo corazón la misericordia divina, le fue revelado por Dios como tenia que comportarse […] Pero por el gran amor infundido no le pudo ya callar […] Dijo de renunciar partir a Pulla, aunque al objetivo de cumplir magnánimas empresas en su patria. Los amigos pensaron que decidió casarse y le preguntaron: "¿Quieres prender quizás una mujer, Francisco?." Él contestó: "Prenderé a la novia más noble y bonita que hayáis visto nunca, superior a todas las otras en belleza y sabiduría" (1Cel 6 -7).

A esta descripción sigue el episodio, contado en el cuarto capítulo, de la venta de la mercancía y del caballo y la tentativa de ofrecer todo el dinero al pobre sacerdote de la iglesia de San Damián, dónde él encuentra refugio. En este capítulo es donde Tomás usa la expresión: "Mirum en modum mox totus in Dei opere conversus […]" es decir "Maravillado por el imprevisto cambio" (1Cel9) expresión referida a Francisco que se ha convertido de modo maravilloso y rápido; ciertamente Celano se refiere con esta expresión a la conversión de Francisco, vista por el sacerdote, donde Francisco encuentra refugio, de sus compañeros y conciudadanos, pero no al proceso de la conversión que Francisco vivió.

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Después del hecho de la venta de la mercancía y el refugio en San Damián, sigue la persecución de parte de su padre, que incluso lo tiene prisionero, pero su madre lo libera en ausencia del padre. Y por fin tiene el momento decisivo: Francisco, llevado delante del obispo, se desviste y los vestidos los repone a su padre, poniéndose así libre (cf. 1Cel 10 -15).

Ciertamente Tomás de Celano escribe esta biografía de Francisco apresuradamente, a la solicitud del Papa, sin tener tiempo de consultar a los primeros compañeros de Francisco y con los que han conocido mejor el Santo; y así él omite o no da mucha importancia a algunos hechos decisivos en la vida de Francisco; así se explica el hecho que él no vea la conversión perfecta de Francisco en el encuentro con el leproso, acontecimiento decisivo de su conversión, como Francisco también recuerda en el Testamento6

Además, Tomás escribe la Vida primera como biografía del Santo apenas canonizado, dejándose también influenciar en cierto modo del estilo biográfico de su tiempo, queriendo evidenciar el tamaño de la gracia divina, el tamaño de la conversión del Pobrecillo de Asís. En este sentido Raúl Manselli nos advierte: "Debemos sustraernos al atractivo y magisterio literario de Tomás de Celano, que en la Vida I, desarrollando un acento, sin duda presente en el Testamento del Santo, se trata del bien conocido "dum essem in peccatis", tiende a presentarnos el conversatio de Francesco en términos de riguroso derrocamiento de valores, pero, si así nos es permitido decir, como aquello de Agustín en las Confesiones, pasando de la juventud gravemente disipada y culpable a la santidad igualmente profunda y viva, mientras que la realidad debe ser buscada en términos y en dimensiones bien diferentes."

. Estas faltas, reconocidas sin embargo por Celano en el Prólogo de la Segunda Vida (2Cel2) ha estado uno de los motivos principales del nacimiento de otras biografías y también de la Segunda Vida del mismo Tomás de Celano.

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Vida segunda de San Francesco de Asís

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Tomás de Celano escribe esta Segunda Vida por orden del Ministro general y el Capítulo general

9. En esta Vida segunda, Celano nos presenta una imagen más positiva de Francisco antes de su conversión; también cambia la imagen de la madre de Francisco, que es presentada como una mujer honesta y virtuosa, comparándola a Elizabeth, "sea por el nombre impuesto al hijo10

6 Test 1-3.

, sea también por el espíritu profético" (2Cel 3). Incluso en esta obra el autor presenta una conversión de Francisco que va madurando con el tiempo. Primero presenta Francisco caído prisionero en la batalla entre Perusa y Asís; luego "liberatus a vinculis, elapso tempore modico, fit erga indigentes pietate benignior" - "liberado de la prisión, poco tiempo después, se volvió más compasivo con los pobres" (2Cel 5).

7 R. MANSELLI, Francesco e i suoi compagni (Bibliotheca Seraphico – Cappuccina, 46), Roma 1995, p. 184.

8 Il testo della Vita seconda si trova in 1FF, pp. 443-649 ed in 2FF, pp. 361-510, nn. 578-820. 9 Si tratta del Capitolo generale tenutosi a Genova, il 2 ottobre 1244, e del Ministro generale, frate

Crescenzio da Jesi (1244-1247). 10 Tommaso infatti riporta che Francesco riceve per primo da sua madre, in assenza del padre, il nome di

Giovanni; però il padre, al suo ritorno, lo chiama Francesco (Cf. 2Cel 3; Leg3soc 2).

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Tomás cuenta luego dos sueños de Francisco11: en el primero le aparece "en visión un espléndido edificio, en el cual podía distinguir armas de cada especie y una bellísima esposa, (pulcherrimam sponsam)12

Y Francisco: "¿Qué quieres que yo haga, oh Señor?." "Vuelve - el Señor le contesta- a tu tierra nativa, porque por mi obra se realizará espiritualmente tu visión" (2Cel 6). A este punto Francisco regresa a Asís, y Celano continua en el tercer capítulo: "Incipit transformari en virum perfectum, et alter ex altero fieri" "Empezó a transformarse en hombre perfecto, completamente diferente de aquel de antes" (2Cel 7). Y sigue en el cuarto capítulo una nueva narración, en comparación a aquella de la Vida primera, es decir la peregrinación de Francisco a Roma, dónde él intercambia sus vestidos con los de un pobre, y entrando entre los pobres se sienta con ellos "delante de la Iglesia de San Pedro y, creyéndose uno de ellos, comió ávidamente" con ellos (2Cel 8). En este sentido Feliz Accrocca, siguiendo también Raúl Manselli, afirma que "Francisco no eligió mucho de venir en socorro de los últimos: ya eran muchos a hacerlo, aunque en sus tiempos; sencillamente eligió de hacerse uno de ellos, abrazando el dolor humano y la marginación como camino predilecto para seguir las huellas de Cristo crucificado."

. En el sueño, Francisco se siente llamar por nombre e impresionar con la promesa de todos aquellos bienes" (2Cel 6) y Tomás continúa, recordando, como en la Vida primera, la tentativa de Francisco de alistarse para ir a la Pulla; contando el segundo sueño con la pregunta: "¿Quién crees pueda ser más útil, el siervo o el dueño?"; a lo que Francisco contesta: "El dueño", "Y entonces - regresa la voz- ¿por qué buscas al siervo en lugar del dueño?."

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Y sigue el momento decisivo, no contado en la Vida primera, es decir:

"Entre todos los horrores de la miseria humana, Francisco experimentaba repugnancia instintiva por los leprosos. Pero, un día se encontró con uno de ellos, mientras iba a caballo por los pueblos cercanos de Asís. Probó grande fastidio y repugnancia por ello; pero para no venir menos a la promesa hecha, como infringiendo una orden recibida, brincó del caballo y corrió a besarlo. […]Enseguida remontó a caballo, miró aquí y allá - el campo era abierto y libre de obstáculos todo alrededor - Lleno de alegría y de admiración, poco tiempo después quiso repetir aquel gesto: fue a la leprosería y, después de haber dado a cada enfermo dinero, besó la mano y la boca" (2Cel 9).

Pues, también en esta Vida segunda, encontramos una maduración de la conversión de Francisco, siendo el momento decisivo aquel del encuentro con el leproso, y esta narración es concorde con la información que Francisco nos ofrece en su Testamento, como incluso con las otras biografías. Además, tenemos que notar que Celano, en la Vida primera, no ve la conversión definitiva de Francisco en el encuentro con el leproso; en cambio, en 1Cel, encontramos, acerca de los leprosos, expresiones muy vivas, cosa que nos hace pensar que Celano conociera bien la actitud de Francisco hacia los leprosos, y que inicialmente no les diera mucha importancia, como después

11 Nella Vita prima aveva raccontato un solo sogno; essenzialmente si tratta dello stesso fatto raccontato

in modi diversi, o meglio in due episodi. 12 Ricordiamo che nella Vita prima Tommaso ricorda una nobiliorem et pulchriorem sponsam (1Cel 7),

però parla di questa sposa dopo il sogno di Francesco. 13F. ACCROCCA, Francesco e la sua fraternitas. Caratteri del primo movimento francescano, in F.

ACCROCCA – A. CICERI, Francesco e i suoi frati, Milano 1998, p. 21; si veda a proposito anche R. MANSELLI, San Francesco (Biblioteca di cultura, 182), Roma 1980, pp. 44-45.

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del conocimiento de la Legenda de los tres Compañeros y también de las otras biografías recogidas por orden del Ministro general, en el 1244.

La conversión de Francisco en la Leyenda de los tres Compañeros14

La Leyenda de los tres Compañeros es, al menos por lo que nos interesa en este estudio, el manantial principal de que se ha servido Celano para escribir la Vida segunda. En efecto, los episodios de la conversión son esencialmente los mismos en la Leyenda de los tres Compañeros y en la Vida segunda. Se cuenta la reclusión de Francisco a Perusa (cf. Leg3soc4) de la tentativa de Francisco en alistarse en las tropas para ir a la Pulla, de los dos sueños y los diálogos tenidos, palabra por palabra, como en la Vida segunda y la vuelta a Asís (cf. Leg3soc 5 -7). También es presentad la peregrinación y el cambio de los vestidos con un pobre a Roma (cf. Leg3soc10); y por fin hay el encuentro con el leproso y la visita al hospicio de los leprosos para ofrecer la limosna (cf. Leg3soc11).

La unión existente entre las dos biografías del Santo se debe buscar en la peticion del Capítulo general del 1244 y del Ministro general, es decir que los frailes manden noticias sobre Francisco al Ministro general. De esta solicitud nos habla de modo expreso la Crónica XXIV Generalium Ordinis Minorum, que, refiriéndose a Crescencio, cuenta:

“Sextus Generalis fuit frater Crescentius de Aesio, venerabilis senex, homo iustus et disciplinae zelo probatus, electus in generali capitulo circa annum Domini MCCXLV celebrato. In quo capitolo idem Generalis praecepit universis fratribus, quod sibi in scriptis dirigeret, quidquid de vita, signis et prodigiis beati Francisci scire veraciter posset. Quo inducit fratres Leo, Angelus et Rufinus, quondam socii sancti Patris, […], per modum Legendae in scripsit redegerunt et eidem Generali fideliter trasmiserunt. […]. Et post frater Thomas de Celano de mandatu eiusdem Minister et generalis capituli primum tractatum Legendae beati Francisci, de vita scilicet et verbis et intentione eius circa ea quae pertinent ad regulam, compilavit; que dicitur Legenda antiqua”15

La misma información también la encontramos en los Annales Minorum (AnMin): “In eo Capitulo mandavit tam Generalis, quam omnes Patres, datis per Ordinem universum litteris, ut quidquid de vita, sanctitate, et miraculis sancti Francisci occurreret, scriptis traditum ad ipsum Generalem transmitteretur”

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Como nos dice la Chron24gen, y según también el Prólogo de 2Cel, una vez agrupadas estas informaciones, Tomás de Celano recibe del General la tarea de escribir una nueva Vida de Francisco. Celano, al menos por cuánto concierne la conversión de Francisco, ha retomado lo que han mandado a los tres Compañeros, que, según la Carta de Greccio, soy: "fraile León, fraile Rufino y fraile Ángel." Como hemos visto, estos nombres los encontramos en la Crónica; observando pero la estructura de la Leyenda de los tres compañeros y la descripción de las informaciones alegadas a la carta de parte de los frailes de aquello que recordaban, nos parece que se trata de dos cartas diferentes.

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14 Anche il testo della Leggenda dei tre compagni si trova in 1FF, pp. 1373-1445.

En todo caso, acerca de la relación que hay entre las dos

15 Chronica XXIV Generalium Ordinis Minorum, in AF III, 1897, pp. 261-267. 16 AnnMin, t. III, a. 1244, XI, p. 117. 17 Per uno studio più approfondito, si guardino le due edizioni critiche curate da T. DESBONNETS, La

«Legenda trium sociorum», Édition critique, in AFH LXVII, 1974; e da L. DI FONZO, L’Anonimo perugino

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biografías, estamos de acuerdo con Domenico Sparacio, refiriéndose a la Vida segunda, precisa: "Aquí Celano no hizo otro que revestir de su estilo las palabras de los Tres Socios, o al menos las ideas"18

BUENAVENTURA DE BAGNOREGIO sobre la conversión de Francisco en la Leyenda Mayor

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Es conocido el hecho de que esta leyenda fue escrita por Buenaventura por petición del Capítulo general tenida a Narbona en el 1260

20. Esta leyenda, presentada y aprobada al Capítulo general del 1263, tenido a Pisa, tuvo un gran éxito, pero en el Capítulo general de París, del 1266, fue reconocida como la única biografía "omnes Legendae de Beato Francisco olim factae deleantur"21

Por cuánto concierne a la vida de Francisco antes de su conversión, Buenaventura, queriendo corregir la imagen presentada por Tomás en la Vida primera, la presenta de un modo muy refinado, afirmando:

, es decir todas las otras biografías tuvieron que ser destruidas.

"En la edad juvenil creció entre las vanidades de los vanos hijos de los hombres. Después de una instrucción elemental, fue destinado a las lucrosas actividades del comercio. Pero asistido y protegido del Alto, aunque viviera entre jóvenes lascivos y fuera propenso a los placeres, no siguió los instintos desenfrenados de los sentidos y, aunque viviera entre avaros mercantes y estuviera absorto a las rentas, no repuso su esperanza en el dinero y en los tesoros" (LegMag I,1).

También en la Leyenda Mayor se puede observar una cierta maduración de la conversión de Francisco. En efecto, Buenaventura inicia la Leyenda haciendo una pequeña señal a la vanidad de Francisco (cf. LegMag I,1) después de presentar la imagen de un Francisco generoso y benévolo hacia los pobres (cf. LegMag, I,1) luego la enfermedad de Francisco: "La mano de Dios […] golpeó su cuerpo con una larga enfermedad" (LegMag I,2). Un poco diferente es la sucesión de los sueños y el enrolarse de Francisco para ir en la Pulla. Buenaventura presenta primero la visión del sueño de "un palacio grande y bonito, lleno de armas marcadas con la cruz de Cristo" (LegMag I,3); luego Francisco que no entiende bien la intención divina, se alista para ir a la Pulla, y luego por el camino ocurre el segundo sueño con los diálogos retomados de la Vida segunda y de la Leyenda de los tres compañeros, con algún pequeño cambio; después se describe el regreso a Asís (cf. LegMag I,3). Incluso se narra el encuentro con el leproso (cf. LegMag I,5); también esta narración es retomada de la Vida segunda (2Cel 9) casi palabra por palabra. Al final, presenta la conversión perfecta en la narración del refugio de Francisco a San Damián, la persecución del padre y cuando Francisco repone los vestidos a su padre delante del obispo (cf. LegMag II, 1 - 4), narración que también se encuentra en las otras biografías, como hemos visto.

tra le fonti francescane del sec. XIII, Roma 1972; e anche S. DA CAMPAGNOLA, nell’Introduzione alla seconda sezione delle Fonti Francescane in italiano.

18 D. SPARACIO, Storia di San Francesco d’Assisi, Assisi 1928, p. 4. 19 La LegMag in 1FF si trova pp. 777-911, ed in 2FF, pp. 599-746, nn. 1020-1329. 20 Cf. AnnMin, t. IV, a. 1260, XVIII, p. 154. 21AFH, t. VII, n. 8, 1914, p. 678.

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De estas biografías principales de Francisco, podemos resumir una conversión del Santo que ocurre en un par de años, cuyo principio será en los años 1202-1203, en la cárcel perusina, y también en la larga enfermedad, del 1204; luego ocurre el sueño del caballero en el 1205, y generalmente, pero no sin controversias, es aceptado el 1206 como el año de la conversión perfecta22

LA DINAMICA DE LA FORMACION DE LA ORDEN HASTA EL CAPITULO DE LAS ESTERAS

. Todavía por cuánto concierne la conversión perfecta, es de notar cierta divergencia entre lo que nos dice el mismo Francisco, 2Cel y el Leg3soc y lo que se narra en 1Cel y LegMag. Es decir: en los inicios la conversión de Francisco se perfecciona con el encuentro del leproso; mientras, que en para las otras, es el episodio de la renuncia a todo lo que ha recibido de su padre, frente al obispo de Asís. Esto nos lleva a considerar que la verdadera conversión de Francisco ocurrió en el momento del encuentro con el leproso, pero la conversión fue hecha pública en el episodio de la plaza, frente al obispo Guido de Asís.

La dinámica de la conversión de Francisco continua durante la formación de la primera fraternidad alrededor del Santo, cuyo crecimiento hace nacer una nueva y numerosa orden religiosa en el seno de la Iglesia. En efecto, la nueva vida de Francisco inicialmente crea cierta desaprobación de parte de sus contemporáneos, a los que parece extraño lo que Francisco cumple: por su estilo de vida, parece fuera de sí. Estas ideas inician, a cambiar lentamente y, después de dos años de su "conversión" (Leg3soc27), Francisco tiene los primeros seguidores23

Sin pormenorizar en lo que concierne a los primeros frailes, notamos que, cuando llegan hacer doce, Francisco se da cuenta que no puede continuar su estilo de vida sin la aprobación de la Iglesia. Por lo cual, en 1209/1210, junto a los frailes, Francesco va a Roma y, después de muchas pruebas, recibe la aprobación oral, del Papa Inocencio III, para vivir su forma de vida junto a sus seguidores.

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Regresando de Roma, Francisco y los primeros frailes viven por cierto período a Rivotorto y luego a Porciúncula. Mientras que al primer núcleo franciscano, Feliz Accrocca hace una importante observación, es decir que este primer grupo de frailes fue formado por personas que continuaron a ejercer las profesiones que aprendieron antes de unirse a Francisco; existió en todo caso una cláusula: la profesión no tuvo que estar contra la salvación del alma y tuvo que ser ejercida con honestidad, tal como será previsto en la Rnb VII, 4-1024. Por lo que concierne al "trabajo honesto" es de notar que, en la doctrina de la Iglesia y en la opinión pública del siglo XIII, algunos trabajos fueron considerados indecorosos, inmorales ("inhonesti") por lo tanto prohibidos, a los laicos, y todavía más, a los hombres de la Iglesia, entre los que debieron estaban incluidos, por respeto, i viri poenitentiales, los hombres de la penitencia de la ciudad de Asís25

En todo caso, una de las preocupaciones principales de Francisco y de los frailes es la predicación. La misma aprobación verbal de parte de Inocencio III, da libertad a Francisco y a sus

.

22 Cf. L. DI Fonzo, Per la cronologia …, op. cit., pp. 56-72. 23 Cf. A.-A. ILIEŞ, Istoria franciscanismului de la origini până la scindarea prin Ite vos (1181/1182-

1517), (Biblioteca franciscană, 4), Roman 2008, p. 52. 24 Cf. F. ACCROCCA, Francesco e la sua fraternitas. Caratteri del primo movimento francescano, in

F. ACCROCCA – A. CICERI, Francesco e i suoi frati, Milano 1998, p. 32. 25 Cf. R. MANSELLI, San Francesco, (Biblioteca di cultura 182), Roma 1980, p. 101.

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frailes de predicar en todo lugar la penitencia (cf. 1Cel 33,7). Este es el principio de una larga misión apostólica de la predicación itinerante, popular y de penitencia26

La predicación de la primera fraternidad franciscana, y particularmente el nuevo estilo de vida, ha hecho crecer el número de los seguidores de Francisco, y este hecho también ha llevado consigo el crecimiento de los diversos ministerios y ocupaciones de los nuevos frailes. En este sentido, en la Regla no bulada, el capítulo XVII, observa una cierta distinción de los frailes en tres grupos, es decir: «predicadores», «oradores» y «trabajadores». En esta distinción también se refleja la imagen medieval de la sociedad, que dividida en tres categorías: «oradores», «defensores» y «trabajadores». Pues, hay una evolución de la primera fraternidad, en este sentido los predicadores ya no son los simples predicadores del principio, pero forman un grupo específico; lo mismo vale para los trabajadores, también ellos forman un grupo específico; mientras en los frailes "oradores" se pueden reconocer a los frailes que han elegido vivir en las ermitas y por lo cual Francisco ya ha escrito una regla de vida dentro de los años 1216-1217 y 1221.

27

En breve, la pequeña fraternidad reunida alrededor de Francisco crece mucho y va más allá de los confines de la provincia Umbría, llegando a toda Italia y no sólo. Al respeto Buenaventura escribe:

"Muchos, no sólo empujados por devoción, pero inflamados por el deseo de la perfección de Cristo, abandonaron cada vanidad mundana y se metieron a la secuela de Francesco. Ellos, creciendo y multiplicándose de día en día, se difundieron en breve hasta las extremidades de la tierra" (LegMag IV, 7).

En efecto, en el capítulo general del 1217 se decide que los frailes vayan en misión por el mundo entero. El mismo Francisco quiere partir para Francia; pero el cardenal Hugolino lo convence a quedarse en Italia. En todo caso, si en la primera década de su vida el primer núcleo franciscano logra difundirse en casi todas las regiones de Italia, a partir del 1217 la Orden de los Menores se difunde en las principales naciones de Europa y también en las zonas de misión: Francia y España (1217), Dalmacia y Hungría, (1219 -1221), Alemania (1221), Inglaterra (1224), Palestina, Siria y Constantinopla (1217 -1220) y Marruecos, (1219 -1225)28

En el 1220 Francisco, apenas de regreso, a causa de los muchos problemas dentro del orden, de la misión en Siria, renuncia a la guía del Orden y nombra fraile Pietro Cattani, ministro general de la Orden, y en el mismo tiempo el cardenal Hugolino es nombrado protector de la Orden. Pietro Cattani muere sólo un año después del nombramiento, es decir el 10 de marzo de 1221, y a la guía de la Orden le sucede fray Elías, que, por respeto hacia Francisco, se nombra Vicario general del Orden.

.

En todo caso, mientras la Orden crece, al Capítulo general del 1221, en el que fue aprobada la Regla no bolada, el cronista Jordano de Jano, habla de 3.000 frailes (cf. Gian16). Dos años más

26 Cf. L. DI FONZO, San Francesco di Assisi (1182-1226). Tratti biografici, spirito e personalità, in L.

DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali. Storia e vita 1209-1976, Roma 1978, p. 11. 27 Cf. F. ACCROCCA, Francesco e la sua fraternitas …, op. cit., pp. 113-115. 28 Cf. L. DI FONZO, Francescani. Conventuali, Osservanti e riforme minori nel periodo medievale 1209-

1517, in L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali..., op. cit., pp. 57-58.

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tarde, al Capítulo de las Esteras, fechado en el 122329

LA DINÁMICA DE LA FORMACIÓN DE LA REGLA DE LOS FRAILES MENORES

, estuvieron presentes 5.000 frailes (cf. CompAss18). Aunque estos números pueden ser exagerados, en todo caso, ellos hablan del rápido crecimiento y difusión de la Orden de los Frailes menores.

La dinámica que ha conocido la conversión de Francisco y la rápida evolución del Orden también se refleja en la formación de la Regla de los Frailes Menores, casi como una continuación de la obra divina iniciada en el Santo de Asís y desarrollada en su Orden de sus frailes que han llevado y llevan adelante, en "secuela Christi", el mensaje evangélico.

La formación de la Regla de los Frailes Menores

En la vuelta de poco tiempo, alrededor de Francisco se forma una verdadera fraternidad, por el que el Santo tiene que proveer indicaciones claras de vida. Inicialmente, por la pequeña comunidad recogida alrededor de Francisco, bastan los pocas piezas evangélicas inspiradas a él de la voluntad divina; pero cuando la fraternidad inicia a crecer, Francisco se da cuenta que necesita la aprobación de la Iglesia, por cuyo hace falta presentar un estilo de vida. Así nace la primera forma de vida propuesta por Francisco.

La proto – regla

Esta Regla, como es bien conocido, desaforadamente allí no ha llegado; pero gracias a muchas indicaciones de las fuentes, podemos identificar algunos textos que hicieron parte de esta primera forma de vida franciscana. La primera información sobre el tal contenido la encontramos en la primera biografía escrita por Celano:

"Viendo que de día en día aumentaba el número de sus seguidores, el beato Francisco escribió por sí y para sus frailes presentes y futuros, con sencillez y brevedad, una norma de vida o Regla, compuesta sobre todo de expresiones del Evangelio, a cuya perfección continuamente aspiraba. Pero añadió otras cosas indispensables para una santa vida en común" (1Cel32).

Esta información, que es también transmitida por Buenaventura (LegMag III,8) allí habla del contenido y de la forma de la proto Regla; su contenido no es otro que alguna cita de pasos evangélicos, que fueron decisivos para Francisco y para sus primeros compañeros30

Algunos estudiosos hacen notar una posible identificación de esta Regla con el prólogo y también con el primer capítulo de la Regla no bulada. En este sentido, Antonio Ciceri, cita a David Flood, el que dice: "Con mucha probabilidad el prólogo del Regla fue redactado durante el

; probablemente se trata de las piezas evangélicas que cuentan la llamada de los Apóstoles (Mt 16, 24; Lc 14, 26); y también Mt 19, 29; Mc 10, 29; Lc 18,28) y el mandato de los Apóstoles en misión (cf. Mt 10, 7-10; Mc 6, 8-9; Lc 9, 1 -6) con alguna explicación. Esta Regla fue escrita, según cuánto dice el mismo Francisco (cf. Test 15) y fue aprobada oralmente por el papa Inocencio III, (cf. Test 15).

29 Cf. L. DI FONZO, Il famoso capitolo delle stuoie O. Min. nel 1223, in MiscFranc 98 (1998), pp. 367-

390. 30 Cf. A. GHINATO, Una Regola in cammino, Roma – Vicenza 19733, p. 27.

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pontificado de Inocencio III (1198 -1216) si no se trata hasta de una parte del propositum presentada al Papa en el 1209/1210. Lo mismo se puede decir del primer capítulo31

Regla no bulada (Rnb)

." En el prólogo en efecto leemos: "Ésta es la primera Regla que el beato Francisco compuso, y el Sr. papa Inocencio la confirmó sin bula".(Rnb, Prologo, 1), mientras sabemos que la redacción final del Rnb fue hecha al Capítulo general del 1221, cuando era Papa Honorio III (Inocencio III murió en el1216). De estas consideraciones se puede deducir claramente que el prólogo recordado no puede pertenecer ni a la Rnb, ni a la Rb que fue aprobada por Honorio III; pero puede ser, más plausiblemente, atribuido a la Proto Regla recordada por los biógrafos.

32

En lo que concierne a la datación de la Rnb, en sentido general, se puede con cierta fuerza sustentar cuánto ya desde hace tiempo ha hecho notar David Flood, es decir que la Rnb se presenta modificada a través del tiempo, por lo que serían sintomáticos las inserciones negativas introducidas con caveat, pertenecen a un tiempo posterior, en relación a la parte del texto con formulaciones en tono positivo

33. Tenemos que referirnos en este sentido a Kajetan Esser, que afirma que, después de los convincentes estudios de David Flood, está claro que esta Regla no fue escrita "a la primera", sino que fue reelaborada, completada y corregida34. En todo caso, con certeza sabemos que el texto en su conjunto, como lo tenemos hoy, fue aprobada definitivamente en el Capítulo general del Pentecostés del 122135

En la formación y desarrollo de esta Regla indudablemente ha influido el crecimiento de la nueva fraternidad alrededor de Francisco. Si inicialmente al pequeño grupo reunido alrededor del "Pobrecillo de Asís" bastan como algunas citaciones evangélicas para su vida y esto porque Francisco está entre ellos y puede tener una relación directa con cada uno de ellos; cuando esta hermandad inicia a crecer y a también expandirse diferentes partes de Italia y luego fuera de Italia, para el Fundador ya no es posible conocer todo, como no todos pueden conocer directamente a Francisco. A este punto también crecen las exigencias, a nivel ya de una Orden, y las varias dificultades exigen una ampliación de la primitiva forma de vida. En este sentido, la Rnb desarrolla el papel de organización y legislación, aunque al término "legislación" no hace falta conceder un valor legislativo pero instituyente, es decir que señala el desarrollarse de la comunidad - movimiento hacia la forma de la Orden, permitiendo así la presencia de fórmulas exhortatorias antes que impositivas

.

36

Gracias al frecuente uso del subjuntivo, se puede clasificar nuestro texto como estilo exhortatorio -sapiencial con finalidad pedagógica y salvadora, típico de las Admoniciones y aquel estilo jurídico - legislativo, que recuerda y refuerza la idea que la Rnb es un texto que marca y está

.

31 Cf. D. FLOOD, Die Regula non bullata der Minderbrüder (Franziskanische Forschungen, 19), Werl in

West. 1967, p. 125-133; in A. CICERI, La Regula non bullata, in F. ACCROCCA – A. CICERI, Op. cit., p. 136. 32 Riguardo a questa Regola ci sono diversi studi; ultimamente è uscito il contributo di A. CICERI, Op.

cit., pp. 127-264, che è il risultato di uno studio preparato per la Settimana Francescana di Studio, programmata dallo Studio Teologico S. Bernardino di Verona, che aveva come tema la Regola non bollata.

33 D. FLOOD, Die Regula non bullata, op.cit., pp. 105-121; in A. CICERI, Op. cit., 134-135.

34 K. ESSER, Gli scritti di S. Francesco d’Assisi, Padova 1982, p. 531 35 Ibidem. 36 A. CICERI, Op. cit., p. 137.

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marcado por la vitalidad histórica de la primitiva fraternidad y no por el constituirse de normas y reglas37

Regla bulada (Rb)

. En efecto, el desarrollo de la Rnb, ya que se realiza para satisfacer las exigencias y las dificultades de la Orden, es una señal del dinamismo de la Orden.

Sea Francisco que la Orden formada en torno a él tuvieron un rápido desarrollo; la conversión de Francisco se perfeccionará con el encuentro del leproso, mientras que su fraternidad se desarrollará hasta convertirse en una verdadera Orden; también se sintió la necesidad de una nueva Regla, escrita y aprobada por papa Honorio III con la bula "Solet annuere", el 29 de noviembre de 1223; y eso significó la entrada de la Regla franciscana en el número de las grandes reglas, es decir de san Basilio, de san Agustín y de san Benito38

Las biografías oficiales y aquellas no oficiales hacen más referencias a esta Regla; Buenaventura, refiriéndose a la Regla de Francisco, confirmada por Papa Honorio, en el octavo año de su pontificado, nos informa que Francisco:

.

“Volens igitur confirmandam Regulam ex verborum Evangelii aggregatione profusius traditam ad compendiosiorem formam, iuxta quod dicebat visio monstrata, redigere, in montem quendam cum duobus sociis, Spiritu sancto ducente, conscendit, ubi pane tantum contentus et aqua, ieiunans, conscribi eam fecit, secundum quod orandi sibi divinus Spiritus suggerebat” (LegMag IV, 11).

"Quiso, antes de hacer aprobar la Regla, reducirla de forma sintética, que había alargado con abundantes citas del Evangelio. Por tanto, conducido por el Espíritu Santo, subió sobre un monte con dos compañeros y allá, ayunando a pan y agua, dictó la Regla, según cuánto le sugirió el Espíritu divino durante la oración" (LegMag IV,11).

Es seguro que, que el 29 de noviembre de 122339 el texto de la Regla fue completado; pero se tendrá que suponer que Francisco haya discutido el texto "cum consilio fratrum" al capítulo de Pentecostés del 1223, llegando a la redacción definitiva en el trascurso del año, sobre todo con la ayuda del cardenal Hugolino40. Del mismo parecer también es Lorenzo De Fonzo, por lo que este capítulo se puede identificar con el Capítulo de las esteras41

Esta Regla definitiva, que contiene doce capítulos con un prólogo y un epílogo, del Papa Honorio III, fue, según el mismo Lorenzo De Fonzo, emblemática representación no solamente de la Orden minoritica, pero incluso de la nueva forma y norma canónica de vida de las Órdenes mendicantes del siglo XIII y siguientes. Quedaba intacta la Regla en su riguroso "ideal evangélico" de "secuela Christi", como interpretada por S. Francisco, gracias a su concienzuda resistencia a cada otra propuesta complementaria o alternativa, incluidas las de los «frati Sapienti» del 1223, incluso apoyadas por el gran protector Hugolino

.

42

Pues, la Regla bulada de los Frailes Menores señala el cumplimiento de un camino de la formación de una nueva forma de vida dentro de la Iglesia, un camino recorrido en muchos años

.

37 Cf. Ibidem, p.140. 38 Cf. G. RACCA, La Regola dei Frati Minori, Assisi 1995, p. 17. 39 Cf. Chronica fratris Jordani, n. 31, in K. ESSER, Gli scritti …, op. cit., p. 476. 40 K. Esser, Gli scritti…, op. cit., p. 476. 41 L. Di Fonzo, Il famoso capitolo …, op. cit., pp. 382-389. 42 Cf. Ibidem, p. 389.

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satisfaciendo muchas exigencias. Al mismo tiempo la nueva Regla abre un nuevo camino, que seguirá actualizándose con las exigencias de la Iglesia y la sociedad de nuestros días.

DE LA REGLA A. LAS CONSTITUCIONES GENERALES

El desarrollo continuo del orden, como incluso los muchas situaciones de la Iglesia, han llevado consigo muchas exigencias, que tienen casi impuesto a su vez, en muchas reanudaciones, de las puestas al día de la forma de vida franciscana, dando origen a las intervenciones pontificias y en consecuencia de las constituciones o bien estatutos generales del Orden.

Intervenciones pontificias sobre la Regla hasta las primeras Constituciones Generales

Las intervenciones pontificias en la Regla franciscana y sobre el Orden de los Frailes Menores tienen que ser leídas en sintonía con la adhesión de Francisco a la Iglesia romana y particularmente con base en el primer capítulo de la Regla bulada: "Fraile Francisco promete obediencia y reverencia al Sr. Papa Honorio y a sus sucesores canónicamente electos y la Iglesia romana" (Rb I). Justo gracias a esta sumisión y, al mismo tiempo, confianza de Francisco y sus frailes en la autoridad eclesiástica romana, los sumos pontífices a lo largo del tiempo y de diferentes modos han hecho intervenciones acerca la vida y actividad de los Frailes Menores.

Una primera intervención que concierne a la Regla y vida de los Frailes Menores fue en vida de Francisco, el Papa Honorio III, el 17 de marzo de 1226, con la bula Ex parte vestra, el Papa les permitió a los Frailes Menores predicadores y misioneros en Marruecos de usar el dinero para adquirir comida y vestidos:

“Cumque in Terra illa (Regno Marochiano) gratis non possitis victualia invenire, pro eo quod non panis, sed pecunia consuevit ibidem pauperibus in subsidium erogari, urgens necessitas vos compellit caritative recidere, sed parce denarios, et expendere tantummodo propter cibum, et vestes; unde cum haec sint contra Ordinis vestri Instituta; licet videatur vobis ab his excusare inevitabilis necessitas, ac grandis, et evidens utilitas aliorum …”43

Esta bula es un ejemplo primordial de cómo el espíritu franciscano sea abierto a las nuevas exigencias de la vida y de la misión apostólica. La Regla siempre tiene sus valores, pero cuando las exigencias de la vida y la misión solicitan excepciones a las prescripciones precisas, entonces la vida de los frailes y el desarrollo de las misiones tienen la precedencia. Y justo en este espíritu nacen las adaptaciones de la Regla a las nuevas exigencias de la vida, adaptaciones que serán agrupadas e incluidas en las Constituciones generales y en los Estatutos generales de la Orden.

.

En lo que se refiere a la Regla y vida de los Frailes Menores entre la Regla bulada y las primeras Constituciones generales del 1239, la intervención pontificia más importante y consistente es aquella de Gregorio IX, a través de la Quo elongati, del 28 de septiembre de 123044

43 BullFranc I, Romae 1759, p. 26.

, que contiene la primera declaración oficial de la Iglesia acerca de la Regla y al Testamento de san Francisco. Gregorio IX, recordando su "larga familiaridad" que tuvo con san Francisco cuyas intenciones conoció bien, inicia su documento/comentario declarando que los frailes tiene que observar no el Testamento, sino la Regla: “… Ad observantiam Testamenti […] dicimus non teneri …”. En este el Papa hace referencia particularmente a las prescripciones del Testamento en lo que por concierne a

44 Cf. BullFranc I, pp. 68-70.

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la Regla, que sea observada sin notas explicativas ("sine glossa") y sin interpretaciones (cf. Prueba 35, 38 -39).

Este documento papal llega en un momento particular del desarrollo de la Orden. Somos al principio de los años, 1230 -1260, desde aquí la Orden va transformándose sobre todo en una Orden clerical y esta por las exigencias del ministerio en la creciente solicitud y empeño de los frailes de parte de la Iglesia, como incluso por el influjo de la organización escolástica y empeño de la Orden "gemela" de los Dominicos45

Por tanto, las declaraciones de Gregorio IX, en la Quo elongati, es una respuesta a estas reacciones de los "celotas." Al mismo tiempo, las declaraciones pontificia ofrecen a la Orden la posibilidad de una nueva apertura y un relanzamiento en la Iglesia, en muchos ámbitos: pastoral, misionero, social, intelectual-escolar.

. Este hecho, que lleva consigo también aceptaciones de las intervenciones pontificias a favor de las actividades pastorales, misioneras y académicas de los frailes, incluso algunas excepciones acerca de la pobreza absoluta, han hecho surgir dentro de la fraternidad franciscana muchas dificultades. En Particularmente, un cierto grupo de frailes, generalmente definidos "celotas", reprochan estas iniciativas de la Orden volviendo a llamar al Testamento de Francisco, a su valor y observancia de la pobreza absoluta.

En efecto, además de las declaraciones acerca del Testamento, la Regla y la pobreza absoluta, Gregorio IX, en la Quo elongati, instituye a los "nuncios apostólicos", que reemplazan a los amigos espirituales previstos por la Regla y tienen el objetivo de sustentar la vivencia de la pobreza en cuanto vienen al encuentro de las dificultades de los frailes en la administración de los bienes. El Papa también ofrece otras explicaciones, como por ejemplo sobre el modo de examinar a los frailes antes de la predicación, sobre las visitas en los monasterios de las monjas… Todas estas intervenciones pontificias amplían la visión y las actividades de los frailes y son los pasos iniciales que llevan, sucesivamente, a las constituciones generales, que contemplan justo a la realización de la Regla en los nuevos contextos de vida y actividad.

La formación de las primeras Constituciones y su dinámica en el primer siglo franciscano (sec. XIII)

En cuánto concierne a las primeras constituciones de la Orden franciscana, últimamente, gracias a los publicaciones de los frailes de Quaracchi, tenemos una edición crítica de las constituciones generales del primer siglo franciscano (sec. XIII) publicada a cura de Cesare Harapos y Giorgio Mailleux, en Analecta Franciscana XIII, en el 2007.

Las primeras constituciones generales, conocidas como "Antique"46 o bien "Prenarbonenses"47, fueron aprobadas al Capítulo general del 1239; allí su texto no fue preparado, pero fue incluido en las siguientes constituciones, aquellas de Narbona,48

45 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali …, op. cit., p. 39; A.-A.

ILIEŞ, Istoria franciscanismului …, op. cit., p. 72.

del1260.

46 L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali …, op. cit., p. 267. 47 Cf. ANALECTA Franciscana XIII, Nova Series, Documenta et studia 1, Constitutiones generales

Ordinis fratrum minorum, I (Seculum XIII), Cura et Studio fratrum Caesaris CENCI et Romani Georgii MAILLEUX O.F.M., Grottaferrata 2007, p. 4.

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Como hace notar Lázaro Iriarte, las primeras constituciones regularon la vida de los frailes, acerca del gobierno y esto de manera particular para evitar la experiencia del régimen absolutista49. En efecto, fueron limitados los poderes del ministro general, quitándole la autoridad de nombrar a los provinciales, los custodios y los guardianes; en futuro los ministros tendrían que ser elegidos por el capítulo y los custodios y los guardianes por el provincial. Fue reforzada la autoridad de los ministros provinciales. Además, fue reconocida la supremacía de los capítulos sobre los ministros e impuesto al ministro general la obligación de convocar cada tres años el capítulo y de visitar personalmente las provincias o por comisarios nombrados por el capítulo general50

Por el hecho que no fueron escritas las constituciones generales sino hasta el 1239, Salimbene de Parma, cronista franciscano, cree responsable fray Elías: "El cuarto defecto de fray Elías fue que, en todo el tiempo de su gobierno, no se hicieron constituciones generales en la Orden […] Las cuales fueron hechas en el tiempo siguiente, (1239), cuando Elías fue absuelto de su ministerio fueron escritas las constituciones […]

.

51El mismo Salimbene hace una breve presentación de las primeras constituciones: "Y en aquel Capítulo (1239) se crearon las constituciones generales, pero no fueron ordenadas; éstas se crearon en el tiempo de cuando fray Buenaventura era ministro general […]”52

El hecho que las constituciones sean una realización de la Regla es una convicción presente ya desde los principios de la Orden; todavía Salimbene nota: "Mientras ésta a través de ellas, las constituciones generales, se mantiene en la observación de la Regla, se gobierna la Orden, se vive con uniformidad y se cumplen muchas cosas […]"

.

53

Los editores de Quaracchi han localizado entre varias fuentes, particularmente en las constituciones de Narbona, 49 fragmentos pertenecientes a las primeras constituciones de la Orden; ellas son una realización de la Regla, que a menudo se hace referencia, por las varias situaciones de los frailes y la Orden.

.

Entre las primeras constituciones (1239) y aquellas de Narbona (1260), los frailes de Quaracchi han localizado prescripciones constitucionales, que han agrupado y definido como Constitutionum paraenarbonensium particulae (1239 -1254): 87 fragmentos, publicados ya en parte por Cesare Cenci54; y Vestigia constitutionum praenarbonensium (1239 -1257): 124 fragmentos con un apéndice de 66 fragmentos, también ellos ya publicados por Cesare Cenci55

. Se trata de una larga serie de prescripciones que generalmente se encuentran, aunque en una forma algo diferente, en las Constituciones narbonensi.

48 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali …, op. cit., p. 267. 49 Cf. L. IRIARTE, Storia del Francescanesimo, Roma 19942, p. 59. 50 Cf. Ibidem. 51 SALIMBENE DA PARMA, Cronica I, ed. G. SCALIA (CC, Continuatio Medievalis CXXV), Turnholti

1998, pp. 149, 151, 245; in AF XIII, p. 3. 52 Ibidem. 53 SALIMBENE DA PARMA, Cronica, in 2FF, p. 1643, n. 2612. 54 C. CENCI, De Fratrum Minorum Constitutionibus Praenarbonensibus, in AFH 83 (1990), pp. 50-66;

cf. anche IDEM, L’ordine francescano e il diritto. Testi legislativi dei secoli XIII-XV (Bibliotheca Eruditorum 15), Keip Verlag Golgbach 1998, pp. 313-329.

55 C. CENCI, Vestigia constitutionum praenarbonensium, in AFH 97 (2004), pp. 61-98.

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Todavía entre las dos primeras constituciones generales, teniendo presente las tensiones que continuaron dentro de la Orden, podemos señalar otra intervención pontificia, es decir la segunda declaración pontificia sobre la Regla. Se trata de la bula Ordinem vestrum, del 14 de noviembre de 1245, de Papa Inocencio IV56. Una importante observación en esta intervención de Inocencio IV es la lógica con que se explican algunas concesiones y declaraciones acerca de la Regla, particularmente con respecto de la pobreza. Es decir: el Papa indica algunas prescripciones de la Regla, por lo que la misma Regla prevé excepciones, por ejemplo el hecho que, incluso diciendo que los frailes no pueden tener nada, incluso los clérigos pueden tener el breviario; o bien, prohibiéndoles a los frailes de recibir dinero, en todo caso se acepta recibir la ayuda, por los amigos espirituales y familiares, para las necesidades urgentes de los frailes según las varias exigencias. Pues, con la misma lógica se pueden aceptar las intervenciones pontificias a favor de la Orden, sin venir a menos el respeto por la Regla. La bula les permite a los frailes de recurrir a los amigos espirituales, no sólo por las necesidades urgentes, como se precisa en la Regla, pero también por las cosas útiles y prácticas de los frailes. Además, para venir al encuentro de las dificultades de los frailes en lo que se refiere a la posesión de bienes, en Ordinem vestrum, se declara que todos los bienes de la Orden, muebles e inmuebles, que los bienhechores no tuvieran reservado a si, pertenecen a la Sede apostólica; se instituye por consiguiente la figura del procurador o bien representante del papa. En la bula también se hacen otras declaraciones, especialmente para dar mayor eficacia a la acción apostólica y a los estudios. En fin, decreta la exención absoluta de los conventos y las iglesias.57

Más tarde las declaraciones del Ordinem vestrum fue completado por el breve Quanto studiosius, del 19 de agosto de 1247, del mismo Inocencio IV

58

Una claro cambio de las constituciones se tiene en el Capítulo general tenido a Narbona, en 1260, cuando fueron aprobadas las Constituciones generales, obra de san Buenaventura, entonces ministro general de la Orden. Allí estas constituciones llegaron en un único código, guardado en el archivo Vaticano, que contiene una copia tardía, después del 1517, de estas constituciones

. Este documento facultó a los ministros provinciales de nombrar o reemplazar personalmente a los procuradores o bien los "hombres de confianza" que ayudaron a la Orden en la administración de los bienes; prácticamente toda la administración pasó a las manos de los frailes. Ciertamente estas decisiones han traído de las reacciones de los frailes que temieron que de este modo se infringiera la Regla. Además, la Orden recibió responsabilidades, que debieron sucesivamente también ser reguladas jurídicamente, por lo cual siempre habría necesidad de nuevas y actualizadas constituciones generales, que pudieran responder a las nuevas exigencias y situaciones de los frailes y sus circunscripciones.

59

56 BullFranc I, pp. 400-402.

. Se trata de un texto bien ordenado, contiene un prólogo (4 párrafos) y 12 capítulos o rubricas: 1° Sobre la entrada en la religión (Orden) (11 párrafos); 2° Sobre la calidad del vestido (12 párrafos); 3° Sobre la observancia de la pobreza (24 párrafos); 4° Sobre la forma de mantenerse interiormente (23 párrafos); 5° Sobre el modo exterior de actuar (19 párrafos); 6° Sobre el trabajo de los frailes (29 párrafos); 7° Sobre la corrección de los delincuentes (26 párrafos); 8° Sobre la visita de los provinciales (25 párrafos); 9° Sobre la elección de los ministros (23 párrafos); 10° Sobre el capítulo

57 Cf. BullFranc I, pp. 400-402; cf. anche L. IRIARTE, Op. cit., pp. 61-62. 58 BullFranc I, pp. 487-488. 59 AF XIII, p. 67.

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provincial (27 párrafos); 11° Sobre el capítulo general (28 capítulos); 12° Sobre el sufragio de los difuntos (8 párrafos).

Las nuevas situaciones dentro de la Orden y de la Iglesia, en la última parte del siglo XIII, reconducen en discusión las constituciones generales; así al Capítulo general del 1279, celebrado a Asís, se emanan las Constituciones generales, que son, prácticamente, una nueva edición de las Constituciones de Narbona. Otras ediciones parecidas, con pocas modificaciones o añadiduras, fueron aprobadas en los Capítulos generales de Estrasburgo (1282, Milán (1285) París (1292) y Asís (1295).

En la segunda parte del siglo XIII, y no solamente, las Constituciones generales de Narbona son fundamentales. Sus varias aprobaciones en los capítulos generales y sus reediciones también son una respuesta a las varias reacciones de los movimientos dentro de la Orden como aquellos de los "celotas" los "espirituales" o "frailecillos."

La dinámica de las Constituciones generales en el siglo XIV

Al final del Doscientos y principios del Trescientos son marcados por discusiones y tensiones dentro de la Orden, particularmente a causa de las tensiones existentes entre los frailes de la comunidad conventual y los "espirituales." Estas tensiones llevan a la emanación de muchas intervenciones pontificias y discusiones. En este contexto tenemos una nueva revisión y compilación de las Constituciones generales, aprobadas al Capítulo general de Asís, en el 1316, siendo ministro general fray. Michele Fuschi60

1° De religionis ingressu (8 párrafos); 2° De qualitate habitus (5 párrafos); 3° De observantia paupertatis (15 párrafos); 4° De forma interius conservandi (15 párrafos); 5° De modo exterius exeundi (17 párrafos); 6° De occupationibus fratrum (35 párrafos); 7° De correctione delinquentium (42 párrafos); 8° De visitatione provinciarum (29 párrafos); 9° De electionibus ministrorum et aliorum institutionibus prelatorum (32 párrafos); 10° De capitulo provinciali (23 párrafos); 11° De capitulo generali (24 párrafos); 12° De suffragiis vivorum et defunctorum (8 párrafos).

. Estas constituciones contienen un prólogo y 12 capítulos:

Estas constituciones, incluso conociendo algunas revisiones y compilaciones al Capítulo de León, del 1325, bajo la denominación Lundunenses I, quedan en vigor hasta el año1331.

Bajo el generalato de fray Geraldo Oddone, en el Capítulo general tenido a Perpignano, en el 1331, son aprobadas las nuevas Constituciones generales61

60 Cf. AFH 4 (1911), pp. 269-302; 508-526.

. Estas constituciones contienen 20 capítulos en un nuevo orden y con textos nuevos: 1° De vita et regula nostra (8 párrafos); 2° De reverentia exhibenda domino Papae et Ecclesiae Romanae (4 párrafos); 3° De volentibus vitam istam accipere (11 párrafos); 4° De forma nostri habitus (10 párrafos); 5° De divino officio (11 párrafos); 6° De Ieiunio (6 párrafos); 7° De modo eundi per mundum (14 párrafos); 8° De non recipienda pecunia (4 párrafos); 9° De modo laborandi (15 párrafos); 10° Quod Fratres nihi sibi approprient (6 paragrafi); 11° De eleemosina petenda (3 paragrafi); 12° De servitio infirmorum (3

61 Cf. AFH 2 (1909), pp. 276-292; 412-430; 575-598.

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párrafos); 13° De penitentia Fratribus peccantibus imponenda (9 párrafos); 14° De electione Generalis Ministri et Capitulo Pentecostes (10 párrafos); 15° De Provincialibus Capitulis et Ministris, aliisque praelatis et eorum vicariis (21 párrafos); 16° De modo predicandi (3 párrafos); 17° De admonitione et correctione Fratrum (42 párrafos); 18° Quod Fratres non ingrediantur monasteria nec habeant suspecta consortia mulierum (7 párrafos); 19° De euntibus inter Saracenos et alios infedeles (2 párrafos); 20° De protectore ordinis et fidei stabilitate (7 párrafos).

Estamos no solamente en un período en que dentro de la Orden franciscana son presentes tensiones, generalmente las órdenes religiosas atraviesan momentos de crisis y renovación. En efecto, en este período el Papa Benedetto XII impone a algunas Órdenes religiosas nuevos estatutos para reorganizar la vida religiosa. También para la Orden franciscana los especiales Statuta Benedictina62 se crean, en el 1336, contienen 30 capítulos con varias prescripciones de estilo monástico, incluso en el fondo franciscanas, eficaces y a largo influyentes63

Apenas un año después de la edición de los Statuta Benedictina, al Capítulo general de Chors, en el 1337, bajo el Ministro general Geraldo Oddone, los nuevos Statuta Caturcenses

.

64 fueron publicados, en 12 capítulos, que es una integración de los anteriores estatutos65

Las ediciones de las constituciones y los estatutos generales continuaron fuertemente en la primera mitad del Trescientos. En efecto, ya en el 1340, al Capítulo general tenido a Asís, se hiso una nueva compilación definido Constitutiones Assisienses III

.

66: 12 capítulos llevados por las anteriores constituciones generales del 1313, 1331 y 133767. Todavía tres años después, tenemos una nueva compilación, Constitutiones Massilienses68, en el Capítulo general, tenido en 1343 a Marsella, bajo el Ministro general Fortanerio Vasalli. Se trata de una reanudación del texto del1260. Estas constituciones han tenido dos suplementos: el 1° redactado al Capítulo general de Venecia, en 134669; y el 2° redactado al Capítulo general de Verona, en 134870

Al Capítulo general de León, del 1351, bajo el Ministro general Guglielmo Farinier, se editan las nuevas constituciones, Lugdunenses II

.

71, en 14 capítulos, en parte nuevos (particularmente los capítulos 1 – 6) y en parte transcritos de las Constitutiones Caturcenses del 1337 (particularmente los capítulos 7 - 14)72

Por fin, al Capítulo general de Asís, del 1354, las nuevas Constitutiones Farineriae

.

73

62 Cf. BullFranc IV, pp. 25-42; AFH 30 (1937), pp. 332-386.

fueron aprobadas, 12 capítulos, hechos según las Constituciones Narbonensi e inspiradas también en las

63 Cf. L. DI FONZO, Francescani Conventuali, Osservanti e riforme minori nel periodo medievale 1209-1517, in L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 44.

64 Cf. AFH 30 (1937), pp. 128-157. 65 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268. 66 Cf. AFH 6 (1913), pp. 258-266. 67 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268. 68 Cf. AFH 30 (1937), pp. 74 e 118-119. 69 Cf. AFH 5 (1912), pp. 699-708; cf. ibidem 30 (1937), pp. 74-75. 70 Cf. AFH 30 (1937), pp. 74-75, 169; cf. ibidem 35 (1942), pp. 41-43. 71 Cf. AFH 30 (1937), pp. 158-169. 72 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268. 73 Cf. BullFranc IV, pp. 639-655; cf. AFH 35 (1932), pp. 82-112, 177-221.

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Caturcenses y Lugdunenses II. De este fecha hasta el 1430, quedaron en vigor estas constituciones junto a los Statuta Benedictina del 133674

Las numerosas redacciones de constituciones y estatutos generales en la primera parte del siglo XIV son un claro indicio sobre la situación particular en que se encontró la Orden. Los varios movimientos de reforma, las críticas y disputas interiores y externas tienen siempre solicitaron de estas intervenciones de actualización jurídica y espiritual.

.

El período que sigue no es menos privado de las tensiones internas; más bien somos al principio de los movimientos que llevarán a la división de la Orden, en efecto, en la segunda parte del Trescientos siempre se afirma más la observancia, que va separándose lentamente de la familia conventual; pero, probablemente, justo esta distinción ha detenido de algún modo la abundante redacción de constituciones y estatutos que se ha visto en la primera parte del siglo.

La evolución de las Constituciones generales en los siglos XV-XVI

Después del abundante numero de constituciones y estatutos generales publicados en la primera parte del Trescientos, sigue un período bastante árido; en efecto por bien 84 años no conocemos alguna redacción de constituciones o estatutos, y en todo caso también en los siglos siguientes encontramos un número más discreto de tales ediciones.

En un tiempo en el que la Orden esta casi dividida en dos grandes familias, la conventual y la observante, con otras pequeñas reformas, el Papa Martin V aprueba las Constituciones generales definidas como Martiniana75e, elaboradas al Capítulo general de Asís, en el 1430, de S. Juan de Capistrano y del Ministro general Guiglielmo de Caserío, por una fuerte unión entre los Observantes y los Conventuales. Pero estas constituciones son revocadas por el mismo Papa Martin V y por los Conventuales, ya el 27 de julio de 1430, quedan en vigor solo para los Observantes cismontani. Para los Conventuales quedan en vigor los Statuta Benedictina y las Constituciones Farineriae, los dos inculcados en el Capítulo general de Montpellier, del 144676

En el Cuatrocientos aún se conoce los Statuta Sixtina, del 1469

.

77. Se trata de estatutos de reforma y complementarios de los siempre vigentes Statuta Benedictina y Constitutiones Farineriae. Los Statuta Sixtina fueron preparados por el Ministro general Francesco Del Roble y promulgados por su sucesor Zanetto de Udine en el Capítulo general celebrado a Venecia, en el 1469, confirmado sucesivamente por el mismo a Francesco Del Roble, que llega a ser Papa con el nombre de Sixto IV, 1471 -1484). Estos estatutos también fueron retomados en los Capítulos generales de Roma en el 1506 y 151778

El siglo XVI se abre con la redacción de las nuevas constituciones, aquellos Alexandrinae

.

79

74 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268.

, con un amplio texto, 12 capítulos, que se hacen a partir de los Statuta Benedictina del 1336, y a las constituciones siguientes y a los varios estatutos capitulares. Estas constituciones fueron aprobadas en el Capítulo general de Ternos, en 1500, bajo el generalato de Egidio Delfines de Amelia.

75 Cf. BullFranc, ns, I, pp. 3-12; AnMin X, a. 1430, nn. 10-22. 76 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268. 77 Cf. MF 45 (1945), pp. 112-127. 78 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 268. 79 Cf. Constitutiones Alexandrinae Fratrum Minorum, Bononiae 1587.

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Sucesivamente fueron aprobadas por el Papa Alejandro VI, el 7 de abril de 1501 y confirmadas por el Papa Clemente VII, el 12 de septiembre1524. Las Constituciones alejandrinas han sido utilizadas por todo el Quinientos y han tenido tres ediciones: Romae 1501, Barchinoni 1540 y Bononie 158780

Siempre al principio del Quinientos, más precisamente en el 1508, los Statuta Iuliana se redactan, en 12 capítulos; son discutidos en el Capítulo general de Roma, en el 1506, bajo el generalato de Reinaldo Graziani, y sucesivamente, en el 1506-1508, compilados por el colettano Bonifacio de Ceva y otros; por fin son aprobados en el 1508, del Papa Julio II. En todo caso, estos estatutos no fueron acogidos por la Orden y fueron revocados por el Papa en el 1510. El mismo Bonifacio de Ceva los reelaboró y fueron acogidos por los Colettani de Francia.

. De la situación en que fueron redactadas estas constituciones, merece la pena dar una mirada al menos a los títulos de los capítulos: 1° De tribus substantialibus votis regulae fratrum minorum; 2° De ingressu in religionem, et qualiter recipiantur; 3° De divino officio, et ieiunio, et quomodo fratres debeant ire per mundum; 4° Ut fratres non recipiant pecuniam; 5° De modo laborandi; 6° Ut fratres nihil sibi approprient, et de eleemsyna pretenda, et de fratribus infirmis; 7° De penitentia fratribus peccantibus imponenda; 8° De electione generalis ministri, et capitulis; 9° De predicatoribus; 10° De admonitione, et correctione fratrum; 11° Ut fratres non ingrediantur monasteria monacharum; 12° De euntibus inter saracenos, et alios infideles.

81

Estas últimas tentativas de encontrar textos comúnes para la entera Orden son una señal de las dificultades interiores de la Orden en este período; ya estamos cercanos a la separación de las dos grandes familias franciscanas, ocurrida en el1517. Después de este fecha, cada uno de las dos familias franciscanas, y sucesivamente también aquella capuchina y las otras reformas, asumen sus propias constituciones y estatutos.

Al interior de la Orden de los Frailes Menores Conventuales, en el Quinientos todavía conocemos dos constituciones, que tendrán actualizaciones.

Tenemos las Constitutiones Venetae II, en 15 capítulos, redactados en el Capítulo de Venecia, en el 1546, bajo el generalato de Buenaventura Fauni-Pio. El texto de estas constituciones fue aprobado, en el Capítulo del 1544, por las provincias de Venecia, Umbría y Bolonia.82

Es importante también ver la estructura de estas primeras constituciones de los Conventuales después de la división de la Orden: 1° De Divinis; 2° De mensa communi; 3° De ieiunio servando; 4° De clausura; 5° De obedientia; 6° De novitiatibus et novitiis; 7° De infirmaria; 8° De accessu ad moniales, et admissione mulierum in conventum; 9° De vestimentis; 10° De bonorum assignatione; 11° De economis et registris et inventariis bonorum conventus; 12° De acceptatione et remotione fratrum; 13° De predicatoribus et confessoribus; 14° De accessu ad urbem et portiunculam; 15° De studiis.

Encontramos, pues, en estas constituciones, algunas nuevas temáticas con respecto a las constituciones anteriores; y esto es indicativo en lo que concierne a las orientaciones de la Orden, preocupada de reglamentar la vida comunitaria lo mejor posible; por el cual aparecen nuevos títulos, como: el comedor común, la clausura, la economía, registros e inventarios de los bienes y

80 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 269. 81 Cf. Ibidem. 82 Cf. Ibidem.

21

los estudios… Estos nuevos títulos confirman el objetivo de las constituciones: contestar, respetando la Regla, a las nuevas exigencias de la vida de los frailes, la Iglesia y la sociedad.

Sucesivamente, las Constituciones tuvieron una nueva redacción con diferente distribución de los capítulos. Esta nueva edición, en 25 capítulos, conocida como Constitutiones Assisienses IV, fue publicada en el Capítulo general de Asís, en el 154983

Tenemos luego los Constitutiones Piae, en 12 capítulos, redactados al Capítulo general de Florencia, en el 1565, bajo el generalato de Antonio de Sabios, publicadas en el 1566 a Ancona

.

84. Su nombre proviene del Papa Pio IV, que las aprobó el 17 de septiembre de 156585

Las Constituciones generales en los siglos XVII-XIX

.

Después de la división de la Orden franciscana, la familia Conventual, a pesar de las pérdidas, vive cierta estabilidad. Este hecho se puede observar a nivel jurídico; en efecto, en los últimos cuatro siglos, se redactan solo seis constituciones, de las cuales dos por los Conventuales reformados, mientras que otra es una reelaboración.

Las primeras constituciones del Seiscientos son los Constitutiones Conventualium-Reformatorum, elaboradas en el Capítulo general de Orvieto, del 1611, bajo el generalato de Guglielmo Ugoni (Hugens) de Aviñón, por las Congregaciones de los Conventuales reformados (1557 -1668) son publicadas a Roma en el mismo año 161186

Las constituciones más importantes, que conservan su valencia por bien tres siglos, son los Constitutiones Urbanae, del1628. Estas constituciones, que contienen 12 capítulos y 168 títulos, son compilados en los Capítulos generales de Roma del 1617, 1623, 1625, y promulgadas en el Capítulo general de Roma del 1628, y aprobadas por el Papa Urbano VIII, el 15 de mayo de 1628. Se trata de un óptimo texto de legislación del que aparecen varias ediciones, las primeras justamente en el 1628

.

87

En el setecientos tenemos solo la Constitutiones Urbano-Clementinae o bien la Constitutiones Fratrum Minorum Sancti Francisci Conventualium, Ad breviorem methodum redactae, et a Clemente XIVconfirmatae et declaratae, publicadas en París en el 1771, bajo el

. Dada su importancia, presentamos en seguida los títulos de los 12 capítulos de estas constituciones: 1° De titulo, stemmate, et sigillo ordinis (9 títulos); 2° De Seminariis (24 títulos); 3° De Divino Officio (24 títulos); 4° De paupertate in communi (7 títulos); 5° De honestis fratrum occupationibus (17 títulos); 6° De cellarum, seu camerarum, et horatorum proprietate eliminanda (9 títulos); 7° De casuum reservatione (3 títulos); 8° De indicendo, et convocando Generali Capitulo (51 títulos); 9° De concionatoribus (2 títulos); 10° De visitatione, quae ministrorum est (12 títulos); 11° De suspectu consortio vitando (3 títulos); 12° De mittendis ad partes infidelium (2 títulos).

83 Cf. Ibidem. 84 Cf. Constitutiones Piae, Pro reformatione Fratrum Sancti Francisci Conventualium aditae in comitiis

Generalibus eiusdem Ordinis Florentiae, Anconae 1566. 85 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I Frati Minori Conventuali…, op. cit., p. 269. 86 Cf. Ibidem. 87 Cf. Ibidem.

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generalato de Luigi Maria Marzoni, por las provincias de Francia después de la unión de los Observantes y los Conventuales88

También en el ochocientos tenemos solamente una cierta abreviación de las Constituciones Urbanas, es decir las así llamadas Pio-urbanas. Se trata de una abreviación y adaptación de las Urbanas, aprobadas por el Papa Pio VII, el 10 de enero de 1823, de las que tenemos dos ediciones: Romae 1823 y Mechiliniae 1880

.

89

Las constituciones generales en el siglo XX

.

Las nuevas reformas y orientaciones de la Iglesia, definidas particularmente en los dos Concilios Vaticanos, y las nuevas normas canónicas, han llevado también a la Orden de los Frailes Menores Conventuales a renovar la misma vida en el ámbito de las constituciones generales, teniendo en este siglo dos importantes constituciones generales.

Las primeras constituciones del Novecientos conocen un largo período de preparación. En efecto las Constitutiones Ordinis Fratrum Minorum Sancti Patris Francisci Conventualium ad Codicem Iuris Canonici conformatae90, del 1932, fueron compiladas en los años 1914-1930, aprobadas al Capítulo general de Asís, en el 1930, y confirmadas por el Papa Pio XI, el 17 de julio de 193291

La nueva reforma de la Iglesia universal, actuada gracias al Concilio Vaticano II, entrega también a la Orden nuevas reflexiones y orientaciones de vida y jurídicos; y así, en el 1975, son redactadas las Constituciones generales del orden de los Frailes Menores Conventuales. Estas constituciones ya son aprobadas al Capítulo general de Roma, en el 1969; luego revisadas en los siguientes Capítulos generales de Asís, en 1972 y 1975; promulgadas a experimentum en Roma en el mismo 1975 y a Padua en 1976; aprobadas definitivamente al Capítulo general de 1984.

. Se trata de un amplio texto, dividido en 12 capítulos, con 119 títulos. Estas constituciones satisfacen las nuevas exigencias de la Orden, organizan la vida de los frailes en un tiempo que ha conocido muchos re-nacimientos, pero también de las grandes dificultades, basta pensar en la segunda guerra mundial y a la supresión de la Orden en algunos países de la dictadura comunista.

Consideraciones conclusivas

Al final de este estudio sinóptico sobre el desarrollo de las constituciones generales de la Orden de los Frailes Menores Conventuales, confirmamos las convicciones expresadas ya desde el principio, es decir: la Orden de los Frailes Menores Conventuales ha conocido un continuo dinamismo, que no ha sido siempre de todos aceptado, pero que sus tiene raíces en el mismo Fundador y logra imponerse justo para hacer actual el estilo de vida propuesto por Francisco.

En este sentido es indicativa, la maduración de la fe de Francisco. Es indicativo el largo camino de la formación de la Regla, particularmente emblemático es la redacción de la Regla no bulada, que es una primera imagen del desarrollo de la Orden. Las muchas prescripciones de la

88 Cf. Ibidem. 89 Cf. Ibidem. 90 Constitutiones Ordinis Fratrum Minorum Sancti Patri Francisci Conventualium ad Codicem Iuris

Canonici conformatae, Romae 1932. 91 Cf. L. DI FONZO, G. ODOARDI, A. POMPEI, I frati minori conventuali…, op. cit., p. 270.

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Regla no bulada, solicitadas por las varias situaciones y exigencias de los frailes y la Iglesia, hacen pensar en la cura con que más tarde la Orden y la Iglesia compilarán y promulgarán las constituciones y estatutos generales.

Las intervenciones pontificias y las declaraciones de los Papas en la primera parte del Trescientos son los primeros pasos hacia las futuras acciones de la actualización del ideal franciscano a las nuevas exigencias de vida y apostolado.

Las varias experiencias, positivas y negativas, de la Orden, en muchos momentos, llevan a las decisiones capitulares, incluidas sucesivamente en las constituciones generales, que tienen el objetivo de regular y conducir la vida de los frailes en sus diferentes realidades. Así nacen las primeras Constituciones generales en el 1239, después del largo generalato de fray Elías, no siempre entendido y acogido por todos los frailes.

En el primer siglo franciscano, sin duda, el generalato de san Buenaventura y las Constituciones generales compiladas por él y aprobadas al Capítulo general del 1260, son un punto de referencia y una señal clara de la orientación y desarrollo de la Orden, también una señal de la apertura a las nuevas exigencias de los frailes y la Iglesia, que han acogido y metido a fuego el potencial que los frailes pueden ofrecer a la evangelización.

En estas actualizaciones e intervenciones, no se puede ver un relajamiento ni menos una transgresión de la Regla; ciertamente no faltan los abusos pero las varias preocupaciones expresadas en las prescripciones de las diversas constituciones y estatutos generales, es una señal del cuidado de la Orden y la Iglesia para mantener el espíritu de la Regla franciscana. En este sentido, bastas pensar en las prescripciones de las constituciones acerca de los temas fundamentales del ideal franciscano, por ejemplo la pobreza, el trabajo de los frailes, la vida fraterna etc.

Recorriendo el texto de las diversas constituciones y estatutos generales, aunque no de modo profundo, podemos observar, generalmente hablando, al menos dos realidades importantes: en primer lugar la situación en que se encuentra la Orden en los diferentes momentos de crisis o crecimiento; y luego la respuesta y la actitud de la Orden frente a los nuevos desafíos y exigencias. En este sentido, podemos observar que, además de las principales preocupaciones, que vuelven generalmente en todas las constituciones, siempre aparecen temáticas nuevas, que corresponden a determinados tiempos y a exigencias; y cada constitución es un paso hacia lo que hoy tenemos y una llamada para transmitir una rica herencia para las nuevas formas y exigencias del mañana.

Esto son algunos de los temas fundamentales, además de aquellos generales, que emergen en las varias constituciones y estatutos. Las primeras constituciones del 1239 reglamentan algunas cuestiones acerca del gobierno de la Orden y la celebración de los capítulos generales y provinciales, orientaciones retomadas y redefinidas sucesivamente en varias constituciones. Las Constituciones narbonenses, del 1260, acentúan, en muchos párrafos, la cuestión del actuar de los frailes, así como su empeño en los diferentes ámbitos de actividad, previniendo luego las visitas de los ministros provinciales y su elección. Las constituciones del 1331 tratan expresamente del Oficio divino, de los jóvenes, del servicio a los enfermos, del modo de predicar, del protector de la Orden y la estabilidad en la fe. Una serie nueva de preocupaciones se observa en las constituciones del 1546; entre las novedades encontramos las prescripciones sobre el comedor común, sobre la clausura, sobre los novicios, y especialmente sobre la economía, registros e inventarios de los bienes

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conventuales, incluso la cuestión de los estudios. También el Seiscientos tiene sus novedades: en las constituciones del 1628 encontramos prescripciones que conciernen el título, los escudos de armas y sello de la Orden, los seminarios, la pobreza en común, la honestidad del trabajo de los frailes, las celdas, las habitaciones y los oratorios de los frailes. Precisas y con varias novedades aparecen las constituciones generales del Novecientos. Además de los temas que se encuentran de alguna manera en las constituciones anteriores, en las constituciones del 1932 encontramos definiciones precisas que conciernen a la Regla, las Constituciones y los Estatutos, las varias obediencias debidas al Sumo Pontífice, a los capítulos, a los Ministros generales y provinciales, a los custodios y guardianes; luego se dan prescripciones precisas para las varias etapas de la formación, para la administración de los bienes, para los estudios, para el Colegio romano de la Orden, para la publicación de los libros, el cuidado de las bibliotecas y archivos; se define la realidad del Sagrado Convento de Asís; se definen los papeles de los gobiernos generales y provinciales, se dan prescripciones para los párrocos y los capítulos conventuales, para las visitas canónicas, incluso para el secretario de las misiones de la Orden. En gran parte, estas temáticas son retomadas, aunque de forma diferente, en las últimas constituciones generales de 1975; pero también en estas últimas encontramos novedades, por ejemplo: la animación vocacional, la formación doctrinal, técnica y pastoral, la vida fraterna, las prácticas de la vida en común, la relación con las otras familias franciscanas, la tutela de la vida en fraternidad.

Vemos en las prescripciones de los diferentes tiempos un espejo del desarrollo de la Orden, una actualización del ideal franciscano. Ciertamente, todas estas actualizaciones a menudo han sido solicitadas por las nuevas orientaciones jurídicas de la Iglesia, a las que la Orden franciscana por regla, es obediente y sumiso. De consecuencia, es casi normal que, después de las grandes reformas dentro de la Iglesia, también lleguen nuevas constituciones generales de la Orden.

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Fra Antonel-Aurel Ilieş

Roma, 1 novembre 2009

ABREVIACIONES 1FF – Fontes Franciscani, a cura di E. MANESTÒ e S. BRUFANI e di G. CREMASCOLI, E. PAOLI,

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2FF – Fonti Francescane. Nuova edizione. Scritti e biografie di san Francesco d’Assisi. Cronache e altre testimonianze del primo secolo francescano. Scritti e biografie di santa Chiara d’Assisi. Testi normativi dell’Ordine Francescano Secolare, a cura di E. CAROLI, Padova 2004.

1Cel – TOMMASO DA CELANO, Vita prima sancti Francisci, in 1FF, pp. 237-242; 2FF, pp. 241-349.

2Cel – TOMMASO DA CELANO, Vita secunda sancti Francisci, in 1FF, pp. 441-639; 2FF, pp. 355-510.

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Institutorum, I-XVI, Quaracchi 1931-1933. AnFranc – Analecta Franciscana. BullFranc – Bullarium franciscanum. Chron24gen – Chronica XXIV Generalium Minorum, in AnFranc III, Quaracchi 1897. CollFranc – Collectanea Francescana. CompAss – Compilatio Assisiensis, in 1FF, pp. 1471-1690; 2FF, pp 873-997. Leg3soc – Legenda trium sociorum, in 1FF, pp. 1373-1445; 2FF, pp. 787-840. LegMag – BONAVENTURA DA BAGNOREGIO, Legenda maior sancti Francisci, in 1FF, pp. 771-

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