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Deterioro Cognitivo Tras Consumo de CANNABIS

Date post: 16-Oct-2015
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  • Deterioro Cognitivo tras consumo de Cannabis Dr Luis Alfonso Nez Domnguez, Clnica San Francisco Javier, Pamplona, Espaa Fuente: www.programacambio.org RESUMEN Es conocido que el consumo de cannabis pro-voca un deterioro de las funciones cognitivas, aunque ciertos aspectos de este hecho perma-necen sin aclarar. Con los estudios de Campbell y cols en 1971 (encontraron una disminucin del volumen cerebral entre consumidores, que justificaba la existencia del deterioro cognitivo), comenz la polmica: otros autores no encontraron los mismos hallazgos y afirmaron que el deterioro era reversible con la abstinencia. La identificacin de receptores cannabinoicos en el Sistema Nervioso Central permiti ex-plicar el mecanismo por el que se produca tal deterioro. Muchos estudios mostraban que el deterioro, observable en diversas reas (me-moria, concentracin, orientacin), era rever-sible tras la abstinencia, pero en otros se ob-serva un sutil pero mantenido deterioro . En el presente trabajo vamos a llevar a cabo una amplia revisin de los diversos aspectos de esta polmica, a travs de una revisin bi-bliogrfica y considerando aspectos histri-cos, fisiopatologa y estudios recientes. Palabras clave: Cannabis. Uso crnico. Dete-rioro cognitivo ABSTRACT Cannabis use produce a clear alteration in some cognitive aspects in humans. After the sudy of Campbell et al. (1971), that show cerebral atrophy in long-term cannabis smok-ers, some researchs didnt found the shame results.

    The identification of cannabis receptors lead to explain how cannabis could produce this effect. The differents studies about cognitive effects in cannabis users shows contradicto-ries results: the mean question was if this im-pairrment was irreversible after abstinence. The author made a wide review of the litera-ture about this aspect of cannabis use. Key word: Cannabis. Long-term use. Cogniti-ve impairment INTRODUCCION Una de las consecuencias agudas del consumo de cannabis es la aparicin de trastornos en la esfera cognitiva, en forma de alteraciones en la memoria reciente, trastornos en la concen-tracin y en la percepcin, etc. Dichas altera-ciones suelen remitir de manera espontnea tras el abandono del consumo. La cuestin que an no est del todo aclarada es la que se refiere a si dichas alteraciones son reversibles en el caso del consumo continuado y a dosis moderada-altas. Se trata de una polmica que se remonta a muchos aos atrs y en la que, con oscilaciones en su inters, han ido intervi-niendo diversos autores, cuyos estudios mues-tran resultados contradictorios. Tras el descubrimiento de los receptores can-nabinoicos y la identificacin de los ligandos endgenos para los mismos, hemos asistido a una nueva etapa en la que la aplicacin de nuevas tcnicas de estudio ms sofisticadas ha ido aportando nuevos datos que van clarifi-cando diversos aspectos de esta polmica, con una tendencia a considerar que las alteracio-nes cognitivas presentes entre los consumido-res crnicos no son del todo reversibles tras un prolongado periodo de abstinencia, lo que equivale a afirmar que dichas alteraciones no son debidas a un efecto mantenido por la pre-sencia de la sustancia, sino que son una mues-tra de una alteracin ms profunda en el nor-mal funcionamiento de las estructuras que so-portan las capacidades cognitivas.

  • Una vez realizada la revisin se observa que uno de los principales problemas para investi-gar este asunto radica en determinar cul es el criterio de tiempo utilizado para determinar si el consumo es agudo o crnico. Numerosos estudios llevados a cabo tanto en animales (con mrgenes de 21 das) como en humanos (muchos de ellos estudian poblaciones con tres o cinco aos de consumo) concluyen que no existen datos que apoyen la hiptesis de deterioro cognitivo, pero aqullos que inclu-yen sujetos con 20 30 aos de consumo dia-rio s obtienen indicios de deterioro. Otro pro-blema aadido es la fiabilidad de las respues-tas dadas por los consumidores acerca de la duracin y/o frecuencia del consumo. El uso de medidas para verificar el consumo emplea-das hoy en da slo nos permiten determinar un consumo reciente.

    CONSECUENCIAS AGUDAS DEL CON-SUMO DE CANNABIS

    Existe un amplio consenso entre los diversos autores que han estudiado el cannabis de que el consumo de esta sustancia provoca en la mayora de los usuarios alteraciones diversas tanto en el aspecto fsico (boca seca, altera-ciones en la pupila y en el ritmo cardaco, etc. ) como en el psquico. En este ltimo destacan la sensacin de euforia, aumento de la relaja-cin, logorrea vaca de contenido, distorsin en la percepcin del tiempo y del espacio, as como alteraciones en la memoria y en la con-centracin, entre otras. En ocasiones y, entre sujetos predispuestos, y por diversos motivos (dosis consumida, efecto del ambiente, expec-tativas ante el consumo), pueden aparecer cri-sis de angustia, fenmenos de despersonaliza-cin, ideas de referencia no delirantes y sn-tomas depresivos (Thomas,1993). En general, la duracin de dichos efectos es breve (suelen remitir en un plazo inferior a 24 horas) y sue-len reaparecer si se reanuda el consumo. Tras usos repetidos suele aparecer con bastante ra-pidez el fenmeno de la tolerancia para mu-chos de los citados efectos, lo que provoca un

    mayor consumo con el fin de conseguir los efectos deseados, lo que puede provocar la aparicin de efectos indeseados. En ocasiones, y en sujetos con determinados rasgos de personalidad o con antecedentes familiares de psicosis, el cannabis puede pro-vocar la aparicin de episodios psicticos, con sintomatologa similar a la de la esquizofre-nia, de breve duracin y con remisin comple-ta tras la abstinencia (Nez Domnguez, 1997), en los que la anandamida est implica-da como mediador (Emrich y cols., 1997), aunque algunos autores (Andreasson y cols., 1987) han planteado la posibilidad de que el cannabis pueda provocar la aparicin de es-quizofrenias. Centrndonos en los aspectos cognitivos, el efecto conductual provocado por el cannabis en humanos citado con ms consistencia es la alteracin en el funcionamiento de la memo-ria (Miller, 1984). Entre ellos se encuentran la alteracin en la memoria reciente, en la memoria de reconocimiento (en forma de una alta frecuencia de errores por intrusin), en el clculo aritmtico y en funciones relacionadas con lbulo frontal (estrategias de planificacin y organizacin). La explicacin ms slida para este deterioro sera el dficit de atencin, provocado por el aumento en la competicin de intrusiones de asociaciones irrelevantes. Dichas alteraciones son reversibles, incluso tras consumos moderados en cantidad y tiem-po (Musty y cols., 1998). El debate se centra en si realmente son reversibles y en qu aspectos podemos esperar una total recupera-cin.

    SISTEMA ENDOCANNABINOICO Y ASPECTOS COGNITIVOS

    Se han descrito por el momento dos tipos de receptores para los cannabinoides en el orga-nismo humano: los denominados CB1, que se encuentran repartidos de manera desigual por el Sistema Nervioso Central y ausentes en el resto del organismo, con una mayor concen-

  • tracin en zonas como el cerebelo o cortex prefrontal; y los denominados CB2 presentes en el resto del organismo (por ejemplo, test-culos). Asimismo se han identificado dos sustancias que actuaran como ligandos endgenos para dichos receptores: la anandamida, con efectos y mecanismo de accin similar al tetrahidro-cannabinol, el cannabinoide que se haya en mayor cantidad en la planta y el ms utilizado en los estudios clnicos de laboratorio, y el 2-Araquidonoglicerol Estas sustancias junto al sistema de receptores forman el sistema endocannabinoico. Dicho sistema interacciona con otros sistemas cere-brales y sus neurotransmisores (dopamina, serotonina, noradrenalina, acetilcolina, GA-BA, pptidos opioides)(Pertwee, 1992). Los cannabinoides pueden provocar alteraciones en dichos sistemas alterando las concentracio-nes sinpticas a travs de efectos en su snte-sis, recaptacin o metabolismo. Algunos de los resultados de dichas interacciones son co-nocidos (por ejemplo, aumento de dopamina y de opioides endgenos tras consumo de uso de marihuana, que justificaran la euforia y/o la relajacin), aunque an nos encontramos en una fase inicial. Se han atribuido los trastor-nos de memoria al aumento de acetilcolina presente en cerebelo tras consumo de THC (Terranova y cols., 1996) La existencia de trastornos cognitivos podra estar asociada a las mltiples interarrelaciones entre los diversos sistemas, pero para que di-chos trastornos sean permanentes, los canna-binoides deberan provocar una disregulacin en el normal funcionamiento de algunos sis-temas, o bien lesiones en algunos circuitos o zonas del cerebro. Estudios en animales (aunque no son del todo extrapolables a los humanos) han mostrado signos de neurotoxicidad en ratas (Fried y Charlebois, 1979; Rosenkranztz, 1983: Na-kamura, 1991), que mostraban signos de alte-

    raciones cognitivas. Fried y cols. (1998) han demostrado que el consumo de cannabis en madres embarazadas provoca dficits cogniti-vos en los fetos, en forma de trastornos en la atencin y concentracin, que se mantienen al menos hasta la adolescencia. Fernandez-Ruiz y cols. (1994) han encontrado alteraciones irreversibles en el sistema dopaminrgico de fetos de ratas embarazadas expuestas a canna-binoides. Estos estudios no son ms que algunos ejem-plos de la interconexin entre los cannabinoi-des y las funciones cerebrales. pero, a excep-cin del estudio de Fried y cols, no son con-cluyentes a la hora de aclarar si el deterioro es definitivo (muchos estudios llevados a cabo en animales pecan de un periodo de exposi-cin breve, lo cual los invalida como muestras de consecuencias tras consumo prolongado). ESTUDIOS CLNICOS EN HUMANOS

    El estudio de las consecuencias en consumi-dores de larga duracin ha ido evolucionando en cuanto a la utilizacin de bateras de test neuropsicolgicos ms amplias y orientadas al estudio de ciertas zonas cerebrales (por ejem-plo, el uso de test de deteccin de alteraciones frontales), la aplicacin de las nuevas tcnicas de neuroimagen ( PET) y otras tcnicas de evaluacin (por ejemplo, potenciales evoca-dos), as como en una mejor planificacin en el desarrollo de los estudios. Todo ello ha conducido a la aparicin de nuevos datos, ms slidos y concluyentes, en torno a este debate. De los estudios clnicos que describen las consecuencias del cannabis, destacamos los de Kolansky y Moore (1972), que observan un cuadro caracterizado por apata, pobre ajuste psicosocial, dficits de memoria y atencin e indiferencia entre los consumidores de larga duracin. Dichos autores relacionan la inten-sidad del cuadro con la duracin e intensidad del consumo: a mayor consumo, mayor dficit y mayor tiempo de asbtinencia para la rever-sin completa del trastorno. Resultados pare-

  • cidos son descritos por Tennant y Groesbeck (1972). Pero ambos estudios carecen de gru-pos control para comparar sus datos. Los es-tudios llevados a cabo en ms recientemente estn ms focalizados hacia reas especficas de disfunciones cognitivas, como estudio de habilidades verbales y lgico-analticas, capa-cidad de abstraccin, psicomotricidad y me-moria (Tunving y cols., 1988; Lundqvist , 1995). Dado que en ciertas zonas del orbe existen poblaciones entre las que el consumo de ma-rihuana es un hbito muy extendido, lo lgico era llevar a cabo estudios de campo con po-blaciones de dichos estados. En los aos 70 se realizaron varios, entre ellos el de Soueif (1975), con poblacin reclusa masculina. El autor concluye que el consumo continuado de marihuana conduce a dficits en la velocidad de rendimiento psicomotor, estimacin de dis-tancia y tiempo y coordinacin memorstica, sobre todo en jvenes urbanos. Dichos resul-tados han sido criticados dada la escasa vali-dez de los tets utilizados. Bowman y Pihl (1973) condujeron dos estu-dios en Jamaica, con muestras pequeas y grupos control, sin hallar diferencias entre ambos. Tambin Rubin y Comitas (1975) rea-lizaron un estudio en Jamaica con muestras mayores y una ms amplia batera de test, con resultados similares al anterior, aunque pre-senta dficits en la metodologa y seleccin de pacientes. En Grecia, el estudio Nida (Stefanis y cols., 1977) encontr diferencias en algunas secciones del Wais (Similaridades, compren-sin) En Costa Rica, Page y cols (1988), con una metodologa ms adecuada, encuentran dfi-cits en atencin y memoria reciente, aunque los diferencias son sutiles. Los estudios lleva-dos a cabo en la India (Argawal y cols, 1975; Wig y Varma, 1977; Mendhiratta y cols, 1978; Ray y cols, 1978; Varma y cols, 1988) muestran resultados similares en muestras pe-queas, poniendo especial nfasis en que el

    deterioro es ms aparente en el apartado per-ceptomotor que en la memoria. En las dcadas de los 80 y los 90 podremos encontrar diversos estudios con humanos en los que las alteraciones cognitivas son rever-sibles tras abstinencia, si bienes estos trabajos la duracin del consumo no es demasiado lar-ga (entre 6 meses y tres aos)(Schwarts y cols., 1989; Millsaps y cols, 1994).

    ESTUDIOS CON TCNICAS RADIOLGICAS Tambin en la dcada de los aos 70 se lleva-ron a cabo estudios que empleaban tcnicas de radioimagen, en concreto, encefalografa con aire. Campbell y cols. (1971) encontraron se-ales de atrofia cerebral (alargamiento de los ventrculos) junto a diversas alteraciones neu-rolgicas. Aunque su muestra no era homog-nea, sus resultados no fueron replicados, hasta que diversos estudios con TAC (Co y cols., 1977, Kuehnle y cols., 1988) no encontraron alteraciones en la morfologa cerebral. Los estudios que han utilizado el EEG como marcador de alteracin cerebral tras consumo de cannabis muestran resultados contradicto-rios: en un primer momento, en los citados estudios de Jamaica, Costa Rica o Grecia no se observaron anormalidades en los potencia-les, s observados en estudios con animales. Pero en estudios bien controlados en humanos con ms de 15 aos de consumo (Struve y cols., 1992, 1993, 1994, 1995, 1998) se ha ob-servado una aumentado de la actividad theta frontal junto a una hiperfrontalidad alfa, posi-bles indicadores de cambio orgnico, y no achacable a un mero efecto causado por el efecto acumulativo de la sustancia tras un lar-go periodo de tiempo. El flujo sanguneo cerebral es un buen indica-dor de la actividad cerebral y, aunque son es-casos los estudios llevados a cabo con esta tcnica entre consumidores, los resultados (Tunving y cols., 1986; Mathew y Wilson,

  • 1992) muestran niveles basales de flujo cere-bral menores en consumidores en compara-cin con grupos control. Tambin se ha utilizado el PET (Tomografa de Emisin de Positrones) en poca reciente: los estudios de Volkow y cols.,(1991, 1996) han mostrado una actividad cerebelosa basal menor entre los consumidores crnicos (inter-pretada por los autores como alteracin de los receptores cannabinoicos por el uso prolonga-do), con un mayor aumento de la misma tras THC en diversas reas cerebrales que en un grupo control. La alteracin de los receptores ha sido observada en estudios en animales (Rodrguez Fonseca y cols., 1994), congruen-tes con alteraciones en la memoria reciente (Heyser y cols., 1993). Por ltimo, los estudios llevados a cabo con potenciales evocados, sobre todo los llevados a acabo por Solowji y cols,. (1995 a, 1995 b,1997,1999) muestran una sutil pero clara-mente medible alteracin en los consumidores crnicos, sin que la abstinencia consiga una completa normalizacin de las pruebas. COMENTARIO

    Aunque se puede observar una gran discre-pancia entre los estudios llevados a cabo en la dcada de los aos 70 en comparacin con los ms recientes, podramos considerar que el consumo prolongado de cannabis (consumos de ms de 15 aos de duracin) provocara una sutil alteracin en las funciones cognitivas entre los consumidores, principalmente en la capacidad de fijacin de conceptos (proba-blemente por una menor capacidad de filtrar informacin tangencial). Dicha alteracin es el resultado de una altera-cin en el normal funcionamiento de los re-ceptores del sistema cannabinoico endgeno, sin que se pueda hablar del mecanismo por el cual dicha alteracin se refleja en los test neu-ropsicolgicos, dadas las mltiples interaccio-

    nes entre los distintos neurotransmisores cere-brales. En muchos de los estudios realizados sobre este campo hemos observado importantes de-fectos metodolgicos (inadecuada seleccin de muestras, uso de test poco contrastados, etc) que limitan la validez de los resultados. Pero dichos defectos han permitido que las investigaciones ms recientes, aunque critica-bles a veces, muestren mejores condiciones para considerar sus datos como vlidos en esta polmica.

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  • La Urgencia Psiquitrica en el Paciente Drogodependiente.

    Alejandra Magalis Martnez Hurtado

    Servicio de Psiquiatra Hospital Dr. Joaqun Albarrn. Ciudad de la Habana Cuba

    PALABRAS CLAVE: Urgencia psiquitrica, Intoxicacin aguda, Delirium, Estados de p-nico, Flashback y craving.

    Resumen Los cuadros de emergencia psiquitrica ms frecuentes en los pacientes con adiccin a drogas son los estados de intoxicacin aguda, el delirium, los trastornos del estado de ni-mo, los cuadros de pnico, las psicosis, los flashback y la abstinencia. La autora describe los cuadros de las drogas mas frecuentemente usadas en nuestro medio, entre ellas las anfe-taminas, la marihuana, a cocana y algunos alucingenos y aborda el manejo teraputico para el proceso de desintoxicacin ante la in-tensidad del craving, la hospitalizacin y el uso de mltiples abordajes psicoteraputicos, identificados como elementos fundamentales para lograr la abstinencia. Traza pautas para elaborar programas de rehabilitacin em-pleando madalidades de terapia conductual, terapias cognitivas-conductual, terapias de familia, grupos de apoya etc, necesarias para su reintegracin en la comunidad.

    Introduccin El consumo de drogas es una enfermedad cr-nica, que se manifiesta por su bsqueda y uso compulsivo, caracterizada por frecuentes recu-rrencias, que est relacionada con una predis-posicin biolgica y por los efectos prolonga-dos de su accin sobre el cerebro.

    Esta afectacin sobre las funciones cerebrales est causando importantes estragos en la so-ciedad contempornea, la peligrosidad de cada droga no depende solamente de sus efectos

    fisiolgicos sino tambin de su repercusin sobre los factores econmicos, polticos e ideolgicos, de la expansin masiva sobre el uso que haya tenido y de las crisis sociales y familiares ocurridas alrededor de ellas, por lo que hacer un clculo sobre sus acciones nega-tivas son difciles debido a que algunos de sus efectos tardan dcadas en manifestarse(1), en-tre ellas se incluyen los efectos sobre el desa-rrollo fsico, psicolgico e intelectual de per-sonas cuyos padres fueron consumidores de estas sustancias y los efectos sobre la estructu-ra misma de la sociedad, medidas a travs de las tasas de empleo, educacin y pobreza.

    Aunque el consumo de drogas comienza a ser un problema mdico reciente, existen antece-dentes histricos que las describen desde hace muchos siglos atrs, en la Biblia aparecen descripciones sobre el efecto del alcohol, en el Cdigo de Hammurabi aparecen legislaciones para el control de conductas inadecuadas por el consumo de sustancias embriagantes, a la vez que los egipcios consuman opio, en la India se beba el soma y en Grecia el nepente, para todos el alcohol ha sido la droga histrica de Occidente, mientras que en el Oriente son los derivados del Cannabis y la Adormidera (derivada del opio).

    El consumo adictivo de las drogas conducen a importantes afectaciones de la salud general como la malnutricin y otras enfermedades consecutivas a las dietas inapropiadas y la fal-ta de higiene personal, su uso intranasal puede provocar erosin del tabique nasal, las sustan-cias estimulantes pueden ocasionar alteracio-nes cardiovasculares como arritmias e infar-tos, las jeringuillas contaminadas pueden pre-cipitar cuadros de hepatitis, ttanos, endocar-ditis bacterianas, sepsis generalizadas, SIDA y otras complicaciones(2).

    Otra de las consecuencias que se derivan, es que estas sustancias pueden producir sntomas neuropsiquitricos, ocasionando trastornos de conductas plenamente observables, as como estados mentales percibidos internamente, in-

  • distinguibles de los que se observan en los trastornos psiquitricos funcionales de causas no conocidas como la esquizofrenia y los tras-tornos afectivos bipolares. Existiendo varias posibilidades que relacionan el uso de las dro-gas con el debut de estas enfermedades psi-quitricas, una de ellas plantea que las mani-festaciones psiquitricas pueden ser atribuidas al consumo de las droga (concebida como trastorno psiquitrico inducido por drogas), en otra hace referencia a que el consumo de la droga puede develar un trastorno psiquitrico para el cual el paciente est predispuesto, en otro caso el uso de la droga puede exacerbar un trastorno psiquitrico pre-existente y en ltimo lugar la conexin puede ser solamente coincidencial.

    La comorbilidad entre el uso de drogas y en-fermedades psiquitricas como la esquizofre-nia se acompaa generalmente de serias com-plicaciones, como es el debut temprano del primer episodio psictico, el incremento de la violencia y el suicidio, el abandono del trata-miento e incremento de la sintomatologa psi-ctica, la refractariedad a los frmacos antip-sicticos y mayores tasas de recadas y de hospitalizacin. Segn el Epidemiological Catchment Area Study las tasas de abuso de drogas a lo largo de la vida entre los pacientes con trastornos psiquitricos puede alcanzar hasta un 87% pa-ra los que presentan un trastorno de personali-dad antisocial, 56% para los que presentan trastornos bipolares, 47% para la esquizofre-nia y 32% para los trastornos depresivos (3). La Organizacin Mundial de la Salud ha pro-puesto la utilizacin del trmino dependencia de sustancias para designar esta entidad, la cual se presenta como dependencia conductual o como dependencia fsica. La dependencia conductual hace nfasis en las actividades de bsqueda de la sustancia asociada de patrones de consumo patolgicos, mientras que la de-pendencia fsica subraya los efectos fisiolgi-cos para cada episodio en el que se consume

    la sustancia(4), teniendo en cuenta la presen-cia de tolerancia o abstinencia.

    Las drogas actan a nivel del sistema nervioso central ocasionando diferentes acciones, el alcohol, los ansiolticos y los hipnticos tie-nen un efecto depresor, mientras que la coca-na, las anfetaminas y los alucingenos tienen accin estimulante. La urgencia mdica psi-quitrica va a estar dada por cuadros de in-toxicacin por sobredosis, manifestaciones de abstinencia por supresin brusca de su uso, sntomas afectivos depresivos o maniformes, recurrencias alucinatorias (flashback) y psico-sis.

    Desarrollo Entre las drogas y frmacos ms frecuente-mente utilizados con fines adictivos tenemos: 1. Anfetaminas

    En la actualidad las anfetaminas estn indica-das nicamente para tratar los trastornos por dficit atentivo, la narcolepsia y algunos tras-tornos depresivos, pero son utilizadas sin prescripcin mdica para mejorar el rendi-miento e inducir sensaciones de euforia, dis-minuir la fatiga y aumentar el umbral para el dolor. Las principales anfetaminas disponibles son la dextroanfetamina, la metanfetamina y el me-tilfenidato, las que se conocen en el argot po-pular como: crack, crystal, crystal meth y speed. Una de las anfetaminas de mayor poder adictivo es el ice, es una forma pura de metan-fetamina, que puede inhalarse, fumarse o in-yectarse endovenosa, es una sustancia sintti-ca, frecuentemente fabricada en laboratorios clandestinos. Las anfetaminas estimulan todos los niveles centrales cuyos neurotransmisores son la do-pamina y la noradrenalina favoreciendo la li-beracin de estos(5). Consumidas en pequeas dosis pueden producir excitacin e hiperten-sin, alucinaciones visuales y auditivas, se-

  • guido de estado depresivo e hipotensin. A dosis elevadas o frecuentes producen psicosis txicas, excitacin mantenida, seguida de postracin, puede inducir sntomas similares a los que se observan en el trastorno obsesivo compulsivo, en el trastorno por angustia y en los trastornos fbicos. Las urgencias estn da-das por cuadros de intoxicacin, abstinencia, delirium y psicosis txicas.

    Intoxicacin: Se produce debido a la ingestin reciente de la droga que alcanza niveles sri-cos elevados, pudiendo ocasionar gran peligro para la vida del paciente, se desarrolla en el curso de minutos u horas, posterior al consu-mo masivo de la droga o de su uso repetido. Est caracterizada por cambios psicolgicos y de la conducta, trastornos de orientacin, con-ciencia y pensamiento, trastornos perceptivos y del lenguaje, euforia o embotamiento afecti-vo, ansiedad, clera, movimientos estereoti-pados, deterioro de la capacidad de juicio y de la actividad social y laboral.

    Abstinencia: Es el estado que aparece tras la suspensin o disminucin brusca de la droga provocando una serie de trastornos fsicos y psicolgicos, que pueden ser leves o severos en dependencia a su consumo, incluye snto-mas como ansiedad, temblor, disforia, alcan-zando su pico mximo en el intervalo de 2 - 4 das. Al retirar la droga tras su consumo pro-longado, tiende a producir cuadros de depre-sin reactiva, de mxima gravedad en las pri-meras 48 -72 horas, el cual puede durar varias semanas y su gravedad est dada por la ten-dencia a inducir al suicidio a algunas perso-nas. Delirium: Este cuadro suele ser el resultado del consumo de dosis altas de esta sustancia o de su uso continuado y aparece en particular en personas con una afectacin cerebral pre- existente. Psicosis Anfetamnica: Se puede producir en personas completamente normales, se caracte-rizan por presentar inquietud, irritabilidad cre-ciente e hipersensibilidad perceptiva, con alu-

    cinaciones auditivas y sobre todo visuales, hi-peractividad, disgregacin del pensamiento y desorganizacin de la conducta, con caracte-rsticas similares a los sntomas positivos de la esquizofrenia6. La resolucin de estos snto-mas en pocos das y los resultados positivos del anlisis de orina orientan hacia el diagns-tico correcto.

    2. Barbitricos

    Los barbitricos son sustancias derivadas del cido barbitrico, el cual fue descubierto en 1864 y sintetizado como compuesto de uso hipntico en 1903, son utilizados por sus ac-ciones como inductor del sueo y ansioltico, as como para incrementar los efectos de otros depresores del sistema nervioso central como el alcohol o los opiceos o para controlar la excitacin y los efectos ansiognicos de esti-mulantes como la cocana y las anfetaminas. Los barbitricos alteran de forma especial las neuronas del sistema nervioso central afectan-do principalmente la transmisin sinptica in-terfiriendo la liberacin del neurotransmisor, esta accin es profunda y afecta a todas las estructuras cerebrales, tanto de la corteza, co-mo del sistema lmbico y de ncleos de la ba-se. La duracin de su actividad depende de la ve-locidad con que cada derivado barbitrico se destruye en el hgado, as cuando el metabo-lismo es rpido la accin es ultracorta, por ejemplo el tiopental, si es lento la accin ser larga, como ocurre con el fenobarbital, mien-tras que otros, como el pentobarbital poseen accin de duracin intermedia. En el cuadro 1 se resume la capacidad adictgena de los bar-bitricos, as como de otras sustancias, en una escala de 0 - 4.

    3. Benzodiazepinas

    La actividad principal de las benzodiazepinas es ansioltica y relajante, secundariamente hipntico, producen adiccin cuando se utili-zan repetidamente para calmar la ansiedad y conciliar el sueo.

  • Actan sobre el sistema nervioso central en zonas por debajo de la corteza, especialmente en el sistema lmbico y en el sistema reticular, donde bloquean los estmulos emocionales, mejorando los estados de ansiedad y secunda-riamente el sueo y la relajacin muscular. Su escasa incidencia sobre los centros neurovege-tativos reduce el riesgo de sobredosificacin.

    4. Cannabis

    (Tambin conocido como camo trexil, ma-rihuana y hachs).

    La forma ms potente de esta sustancia pro-viene de las flores y de la resina exudada por las hojas, llamada hachis. Por su mecanismo de accin es euforizante, relajante y a grandes dosis es alucingeno.

    El individuo que la consume por primera vez suele experimentar muy pocos efectos, o nin-guno y en todo caso efectos depresores o se-dantes. Cuando el organismo lo recibe repeti-das veces, aprende a metabolizarlo para obte-ner el hidroxiderivado del delta 9 - tetrahidro cannabinol, que es el producto estimulante y euforizante.

    Los cannabinoles inhiben la sntesis de ADN, ARN y protenas y producen alteraciones en el metabolismo de la glucosa, lo que explica

    los trastornos de consolidacin de la memoria y en parte la relajacin y la apata. Su uso pro-longado se asocia a atrofia cortical, mayor susceptibilidad a las crisis comiciales, daos cromosmicos y alteraciones de la reactividad inmunolgica(7). Los cuadros de urgencia que se pueden presentar son la intoxicacin, el de-lirium, el estado amotivacional, los flashback y las psicosis.

    Intoxicacin: Se caracteriza por euforia e in-cluso hipomana, despersonalizacin, afecta-cin de las habilidades motoras y aumento de la sensibilidad a los estmulos externos. Delirium: Se producen alteraciones cogniti-vas, perceptuales y de la atencin, as como afectacin de la conciencia, presentando un estado confusional y comportamiento violen-to. Sndrome Amotivacional: Este sndrome se ha asociado al consumo prolongado de dosis al-tas y se caracteriza por desganas para hacer cualquier cosa, apata, falta de afectos y pro-yectos de vida, enlentecimiento mental, falta de inters y de ilusiones, vaco afectivo, con-fusin, letargia, dificultades de relacin social y empobrecimiento del lenguaje y de la sensi-bilidad. Como consecuencia directa aparece falta total de voluntad propia (estado ablico) y como consecuencia indirecta hay disminu-cin en el rendimiento escolar o laboral y de-terioro de las habilidades comunicativas en la lectura, conversaciones etc...

    Recurrencias espontneas (flashback): Son episodios que duran breves segundos, son vi-vencias desagradables, con distorsin visual, despersonalizacin, sntomas fsicos y ansie-dad intensa. En algunos sujetos, se pueden re-producir bajo los efectos del tetrahidrocanna-binol de forma similar a las alucinaciones ex-perimentadas con el consumo de alucinge-nos. Psicsis Cannbicas: Es un estado agudo oca-sionado por la presencia de sustancias txicas en el sistema nervioso central, capaz de inter-

  • ferir las funciones psicolgicas normales, cuando el txico desaparece la psicosis tiende a desaparecer tambin. Los sntomas que lo caracterizan son obnubilacin, inquietud, con-fusin, aturdimiento, desorientacin, pensa-miento onrico, aprensin, miedo, alucinacio-nes e importantes trastornos del pensamiento. El cannabis puede precipitar trastornos psic-ticos prolongados y crnicos en sujetos pre-dispuestos.

    Los sntomas de abstinencia se limitan a leves incrementos de la irritabilidad, inquietud, in-somnio y anorexia, slo aparecen cuando se suspende bruscamente el consumo de altas dosis del mismo.

    5. Cocana

    Es una de las sustancias adictivas de las que ms se abusa y una de las ms peligrosas, aso-ciada no slo a trastornos de conducta muy importantes, sino tambin a problemas mdi-cos graves. La forma ms habitual de su con-sumo es inhalar el polvo de cocana (esnifar), fumar o en inyecciones subcutneas o endo-venosas. La cocana tiene propiedades adictivas muy poderosas. La dependencia psicolgica puede aparecer a partir de una dosis nica, debido a su potencia como reforzador positivo de la conducta(8). El crack es una forma de base libre de cocana, extremadamente potente y adictiva, de tal manera que una o dos expe-riencias son capaces de ocasionar un intenso craving (deseo de consumo).Con el consu-mo repetido aparecen tanto la tolerancia como la sensibilidad a diferentes efectos de la sus-tancia, aunque el desarrollo de estos fenme-nos parecen deberse a mltiples factores y es de difcil prediccin.

    La cocana bloquea la reabsorcin de noradre-nalina y de serotonina en la sinapsis, por lo que posee una accin adrenrgica, actuando sobre los centros hipotalmicos que excitan el sistema nervioso simptico. Esta accin sim-paticomimtica se manifiesta en la vasocons-triccin, hipertensin, estimulacin cardaca,

    excitacin simptica seguida de depresin y crisis epileptoides.

    Los efectos fisiolgicos de la cocana sobre los sistemas de los neurotransmisores se po-nen de manifiesto en sntomas psicolgicos y de conducta, ocasionando aumento de la ener-ga y del estado de alerta dando lugar a la irri-tabilidad, agresividad, juicio social alterado y un consumo cada vez ms patolgico de la droga. Los cuadros de urgencia ms frecuen-tes que ocurren son la intoxicacin, el deli-rium, los sntomas de abstinencia, la psicosis y los trastornos del estado de nimo.

    Intoxicacin: Caracterizada por irritabilidad, agitacin, conducta sexual impulsiva y poten-cialmente peligrosa, agresividad y aumento de la actividad psicomotora de tipo maniforme.

    Delirium: Este trastorno es ms comn cuan-do se consumen dosis altas o cuando se con-sumen en un perodo corto de tiempo, lo que produce rpidamente un aumento de la con-centracin en sangre, tambin puede aparecer cuando se mezcla con otras sustancias psi-coactivas como las anfetaminas, el alcohol, los opioides etc...).

    Sndrome de abstinencia: Este sndrome fue descrito por Gawin y Kleber en 1986, se ca-racteriza porque consta de tres fases y toma como punto de partida un perodo de 3 meses despus de un consumo excesivo(9). Fase 1- Abstinencia aguda, Fase 2 - Abstinencia re-tardada, Fase 3 - Extincin indefinida. Fase 1 Llamada crash, se inicia a partir de las primeras 9 horas de abstinencia con una dura-cin de 4 das, es una etapa de abstinencia aguda, de hundimiento psquico y fsico, con reduccin progresiva del deseo de la droga. Durante la fase mas temprana hay agitacin, depresin, anorexia e intenso craving, en la fase media y tarda apa-rece fatiga, depresin, insomnio y el craving tiende a desaparecer.

    Fase 2 - Abstinencia retardada, tiene una du-racin entre 1 y 10 semanas, pudiendo reapa-recer el deseo a la droga. En la fase mas tem-

  • prana el sueo es normal, el nimo es eutmi-co y el craving es bajo. En las fases media y tarda hay anhedonia, anergia, ansiedad e in-tenso craving, que puede precipitar la recada. Fase 3 Llamada de extincin indefinida ca-racterizada por crisis espordicas del deseo de la droga, exististiendo situaciones condiciona-das con peligro de recadas. Respuesta hed-nica normal, eutimia y craving condicionado. Psicosis Cocanica: Las ideas delirantes para-noides y las alucinaciones pueden aparecer en el 50 % de los consumidores. La aparicin de este sntoma depende de la dosis, de la dura-cin del consumo y de la sensibilidad indivi-dual a la sustancia. Es ms comn entre las personas que consumen crack o la cocana en-dovenosa, se manifiesta por inquietud, irrita-bilidad creciente e hipersensibilidad percepti-va, con alucinaciones auditivas y visuales, di-fcil de diferenciar de la esquizofrenia para-noide. Este cuadro puede ir asociado adems a conductas sexuales inapropiadas y a conduc-tas homicidas y/o violentas, relacionadas con el contenido de las alucinaciones e ideas deli-rantes.

    Microzoopsias (sndrome de Mangan): Se tra-ta de un cuadro alucinatorio tctil, casi espec-fico de la psicosis cocanica, el cual se ha re-lacionado con el efecto de la cocana en el sis-tema nerviosos perifrico y se caracteriza por-que el paciente siente pequeos animales co-mo lombrices, hormigas, piojos etc... en la piel de las manos y sobre todo el cuerpo. Las alucinaciones son sentidas y tambin percibi-das visualmente, con un aparente nivel de rea-lidad, que el paciente se provoca laceraciones de la piel para tratar de extraer de la misma los cuerpos extraos.

    Trastornos del estado de nimo: Puede iniciar-se durante la intoxicacin o durante la absti-nencia. Los sntomas asociados a la intoxica-cin son de naturaleza maniforme, los asocia-dos a la abstinencia son de tipo depresivo. Aparece al retirar la droga tras consumo pro-longado, con gravedad mxima en las prime-

    ras 48 - 72 horas. Los cuadros depresivos pueden durar hasta varias semanas e incre-menta su gravedad porque puede inducir al suicidio en alguna s personas.

    6. Alucingenos

    Tambin llamadas sustancias psicodislpticas, porque adems de inducir alucinaciones, cau-san una prdida de contacto con la realidad y una sensacin de expansin de la mente lo que hace que las mismas tengan un enorme potencial de abuso(10).

    Los alucingenos naturales clsicos son la Psilocibina (se extrae de hongos ) la Mescali-na (del cactus del Peyote), La Fenciclidina, la Harmina etc...De los alucingenos sintticos el ms tpico es la Dietil-amida del acido li-srgico (LSD). La mayora de los alucinge-nos se absorben por va oral, algunos se in-halan, se fuman o se usan por va endovenosa. La tolerancia se desarrolla muy rpidamente y desaparece muy rpido tambin, no producen dependencia fsica ni sntomas de abstinencia, aunque pueden desarrollar una dependencia psicolgica a las vivencias internas que se ex-perimentan. Los sntomas comunes que pre-senta estn dados por : vrtigos, debilidad, nuseas, parestesias, risa o llanto, ilusiones visuales, cambios del humor, hipervigilancia o retraimiento. Las urgencias estn dadas por cuadros de intoxicacin, flashback, estados de ansiedad o pnico, trastornos psicticos y tras-tornos del estado de nimo.

    Intoxicacin: Se caracteriza por cambios de-sadaptivos en la percepcin y en la conducta, el diagnstico diferencial debe realizarse con la intoxicacin por anfetaminas o por anticoli-nrgicos y la abstinencia alcoholica. La in-toxicacin aguda por LSD produce: vrtigos, desorientacin, ataxia, hipertermia, midriasis, palpitaciones, dolores torcicos, fatigas y temblores, nuseas y vmitos, hipotensin, piloereccin, hiperglicemia, taquicardia, alu-cinaciones, euforia, mana y psicosis txica. La Psilocibina produce una excitacin caracte-rizada por taquicardia, midriasis y salivacin.

  • Las alucinaciones son generalmente visuales y de naturaleza cintica con imgenes en movi-miento, mientras duran estas sensaciones el individuo se siente eufrico, pero al desapare-cer el estado es de ansiedad y angustia. El pe-ligro de su uso puede consistir en la ejecucin de actos como saltar por una ventana por creer que su cuerpo no pesa o herirse por conside-rarse invulnerable11.

    Flashback ( trastornos perceptivos por aluci-naciones): Es experimentado por el 15 al 20 % de los consumidores, puede aparecer a partir de un estrs emocional, por deprivacin sen-sorial, como es la conduccin montona o por el uso de otras sustancias psicoactivas.

    El flashback se presenta de forma espontnea y recurrente, como episodios de distorsin vi-sual, alucinaciones geomtricas, alucinaciones de sonidos o voces, falsas percepciones de movimientos en los campos perifricos, flas-hes de color, rastros de imgenes tras el mo-vimiento de objetos, post imgenes o halos, macropsias, micropsias, lentificacin del tiempo, sntomas fsicos o emociones muy in-tensas, estos sntomas pueden durar desde unos segundos hasta algunos minutos.

    Reacciones de Ansiedad / Pnico: Consiste en una reaccin de ansiedad aguda que con fre-cuencia puede parecer un episodio esquizofr-nico, aunque con una duracin de 4 a 12 horas, pero puede conducir a una reaccin prolongada de varios das e incluso de meses de duracin, debido a que la mayor parte de los alucingenos son liposolubles y se alma-cenan en los depsitos de grasa del organis-mo, durante mucho tiempo despus de su in-gestin.

    Trastorno Psictico (reacciones psicticas agudas): Los efectos adversos ms comunes son los malos viajes que se asemejan a las reacciones agudas de pnico del Canna-bis(12). El mal viaje puede producir verda-deras manifestaciones psicticas, a veces dif-cil de distinguir del cuadro psictico funcio-nal. Slo ocasionalmente el cuadro puede pro-longarse, aparece ms comunmente en perso-

    nas con un trastorno esquizoide de la persona-lidad, en personalidades pre - psicticas, en sujetos con un yo inestable o en individuos con grandes niveles de ansiedad.

    Trastorno del estado de nimo: Los sntomas de trastornos del estado de nimo son muy variables, pueden ser de tipo maniformes con ideas megalomanacas, pueden aparecer sen-timientos de tipo depresivo o ambos a la vez, los que desaparecen una vez que la sustancia ha sido eliminada del organismo.

    7. Inhalables

    El trmino inhalable comprende tanto gases como lquidos muy voltiles, de olor agrada-ble e inflamables, entre ellos los mas frecuen-temente utilizados son los productos de lim-pieza, aerosoles, sprays, ambientadores de pintura, desodorante, pulimentos, insecticidas, barnices, esmaltes, diluyentes de pintura, ter, etc... En dosis iniciales pequeas, pueden tener un efecto desinhibidor y esto produce sentimien-tos de euforia, excitacin y sensaciones agra-dables de estar como volando Otros snto-mas a dosis altas incluyen temores, ilusiones, alucinaciones auditivas, visuales y distorsio-nes de la imagen corporal. Sus efectos a corto plazo producen : prdida de la coordinacin, lenguaje ininteligible, visin doble, nuseas, vmitos etc...

    La presencia de trastornos de conducta o tras-tornos antisociales de la personalidad asocia-dos, incitan al clnico a tratar la situacin con profundidad, debido a la alta probabilidad de que el adolescente se involucre con el uso de otras sustancias, ya que normalmente el con-sumo de inhalantes ocupa slo un perodo cor-to de tiempo en la vida de las personas, ya que dejan de tomarla o pasan a consumir otras sus-tancias diferentes.

    Las complicaciones determinantes de la ur-gencia mdica son los cuadros de intoxicacin y las demencias, las primeras en que prima la intoxicacin est dada por apata, empeora-

  • miento del funcionamiento social y conductas impulsivas y agresivas. Las demencias apare-cen debido a los efectos neurotxicos de estas sustancias (13), as como a los largos y fre-cuentes perodos de hipo.

    8. - Opiceos y derivados morfnicos

    El opio ha sido utilizado desde la antigedad, reportndose descripciones sobre su obtencin desde el ao 380 antes de Cristo. En 1830 F. Serturner logr aislar la morfina, dndole ese nombre en honor a Morfeo, dios del sueo. Como es conocido el opio es uno de los estu-pefacientes ms fuertes que existen, el cual estimula las glndulas suprarrenales para in-crementar la secrecin de adrenalina, acta sobre el sistema nervioso central, la piel , la musculatura lisa de las vsceras abdominales y deprime el centro respiratorio a nivel del tallo cerebral. En 1874 fue descubierta la herona por Dreser en Alemania, la cual fue promovida inicial-mente para el tratamiento de los morfinma-nos y los tuberculosos, inundando los merca-dos europeos y norteamericanos, convirtin-dose en una de las sustancias adictivas ms utilizadas en muchas partes del mundo. Se diferencia en tres grupos, los opiceos que son definidos como sustancias naturales deri-vadas del opio, los opioides que son identifi-cados como sustancias sintticas que actan como un opiceo sin ser derivadas del opio y los antagonistas de los opioides, los que son utilizados para tratar las sobredosis y la de-pendencia (14), entre ellas se encuentran la naloxona, la naltrexona y la apomorfina.

    Entre los opiceos de origen natural se en-cuentra la morfina, entre los semi-sintticos que se obtienen a partir de las sustancias natu-rales est la herona y se han elaborado un gran nmero de narcticos sintticos como la miperidna, la metadona, el propoxifeno, la codena, la papaverina y la hidromorfona Los ms usados son la morfina y la herona,

    siendo esta ltima la ms potente. Pueden consumirse oralmente, inhalados por la nariz o en inyeccin subcutnea o endovenosa. El uso agudo o crnico de los opiceos se asocia a una prdida de secreciones que ocasionan sequedad de la boca, disminucin de la activi-dad gastrointestinal y constipacin, daos vi-suales por los cambios frecuentes de la fun-cin pupilar as como dificultades sexuales. Sus complicaciones ms frecuentes son las manifestaciones de abstinencia, el delirium por intoxicacin, los trastornos del estado de nimo y los sntomas psicticos. Sndrome de Abstinencia: Aparece en las pri-meras horas tras el ltimo consumo, presen-tando un intenso craving, ansiedad y bsqueda de la droga. A las primeras 8 a 15 horas apa-rece lagrimeo y sudoracin, ya en las siguien-tes 16 a 24 horas se hace evidente la midriasis, calambres musculares, algias difusas, irritabi-lidad marcada y por ltimo aparece insomnio, febrcula, enlentecimiento motor, nauseas, vmitos, hipertensin arterial etc.

    Delirium por intoxicacin: Este cuadro suele aparecer cuando los opioides y los opiceos se consumen en dosis altas, tambin cuando se mezclan con otros compuestos psicoactivos y cuando son consumidos por una persona con lesiones cerebrales pre - existentes o con al-gn trastorno del sistema nervioso central(15). Trastornos del estado de nimo: Los sntomas pueden ser de naturaleza manaca, depresiva o mixta, asociadas a irritabilidad, expansividad y depresin, durante la depresin pueden pre-sentar tendencia al suicidio, estimndose 3 veces superior a la poblacin normal. Snto-mas psicticos: Por las caractersticas del cua-dro es necesario descartar si se trata de un epi-sodio esquizofrnico, un trastorno delirante orgnico o un trastorno psictico inducido por drogas psicoestimulantes, es necesario tener en cuenta que en ocasiones estas sustancias se consumen asociados a otras drogas, en otros momentos la droga puede ser adulterada y provocar tardamente cuadros de flashback.

  • Tratamiento 1. Manejo general

    Generalmente el diagnstico se obtiene a tra-vs del propio paciente, de los familiares o de las personas acompaantes, los que hacen re-ferencia de las sustancias que fueron utiliza-das, cuando esta informacin no es obtenida es necesario guiarse por los sntomas clnicos detectados, los que deben relacionarse con los txicos que ms frecuentemente los producen. Las medidas generales consistirn en el man-tenimiento permeable de la va area y la po-sicin en decbito lateral para prevenir las as-piraciones. Para la eliminacin del txico se utilizar el vaciado gstrico en caso de que hayan transcurrido menos de dos horas de su ingestin, pudindose inducir el vmito con jarabe de Ipecacuana; en caso de haber trans-currido mayor tiempo se utilizar el lavado gstrico, especialmente en adultos, o si apare-cen trastornos neurolgicos que favorezcan la aspiracin o en caso de disminucin del nivel de conciencia.

    Si no son posibles estas medidas, podr dis-minuirse la absorcin del txico con la admi-nistracin de carbn activado en las primeras 2-4 horas, a una dosis de 40 a 50 grs diluidos en 200 cc de agua.

    Si se produce la absorcin se emplearn tc-nicas depurativas que permitan la extraccin del txico una vez absorbido a la circulacin general, para ello se utilizarn tcnicas de de-puracin renal y de depuracin extra-renal (16). Las primeras permiten aumentar el acla-ramiento fisiolgico renal del txico por ele-vacin de la volemia, con aumento del filtrado glomerular o por disminucin de la reabsor-cin tubular y modificacin del ph urinario. La depuracin extra-renal slo est indicada en intoxicaciones muy graves con un marcado deterioro clnico, siendo tiles la hemodilisis y la hemoperfusin.

    El tratamiento de eleccin para los sntomas psiquitricos agudos asociados a la intoxica-cin dependen del grado de agitacin que este presente, la que puede oscilar desde una sim-ple inquietud psicomotora hasta una intensa agitacin, por lo que se utilizarn desde medi-das muy conservadoras, como es mantener la presencia de acompaantes que provoque a travs de la conversacin un efecto estabiliza-dor en el paciente o se emplearn medidas de contencin mecnica si est experimentando sensaciones y vivencias intensamente des-agradables, con manifestaciones de agitacin marcada, por lo que es necesario proporcio-narle proteccin y seguridad.

    Pueden ser necesarios algunos frmacos, para la agitacin leve se emplearn benzodiazepi-nas, como el Diazepam, para la agitacin de mayor intensidad pueden ser utilizados los neurolpticos como el Haloperidol, Clorpro-macina, Levomepromacina y en casos extre-mos puede emplearse el Diazepam endoveno-so. Pasada la urgencia se aplicarn programas ge-nerales de tratamiento, los que podrn variar en funcin de la calidad de las drogas, de su pauta de consumo, de la disponibilidad de sis-temas de apoyo psicosocial que pueda tener el consumidor y de las caractersticas individua-les de cada paciente (16).

    El tratamiento inicial puede llevarse a cabo tanto ambulatoriamente como en rgimen de hospitalizacin, por supuesto el tratamiento ambulatorio es ms natural en el sentido de que no asla al sujeto de la vida cotidiana, aunque existen tentaciones que pueden obs-taculizar la evolucin y propiciar las recadas. El tratamiento hospitalario est indicado en aquellos casos en que existen patologas m-dicas o psiquitricas graves, antecedentes de fracasos con diversos tratamientos ambulato-rios, una desestructuracin de los sistemas de apoyo psicosocial o una historia de abuso par-ticularmente grave. Luego de concluir un pe-rodo inicial de desintoxicacin, el paciente

  • debe pasar a un programa de rehabilitacin. La desintoxicacin debe estar orientada a que el paciente deje de consumir la droga sin pre-sentar manifestaciones de abstinencia aguda ya que estos sntomas aparecen como expre-sin de la dependencia fsica, la cual puede ser superada por medios farmacolgicos o con medidas paliativas de otro tipo, como ejerci-cios fsicos, soporte psicoteraputico, etc... Es necesario tener en cuenta que el fenmeno clave de la drogodependencia no es la depen-dencia fsica, sino la dependencia psicolgica (17), por eso el proceso ms importante y complejo es la deshabituacin.

    La deshabituacin est orientada a que el pa-ciente se enfrente al problema con esperanzas de xito, se trata de un proceso multidimen-sional en el que se ponen en juego medidas farmacolgicas, higinicas, psicoteraputicas, socioteraputicas, etc.. Durante el tratamiento suelen ser de gran utilidad las terapias indivi-duales, familiares y de grupos, donde se in-corporan las personas del entorno ms prxi-mo como son los padres, hermanos, otros fa-miliares e incluso los amigos, pues en general estn muy afectadas, e involucrados psicol-gicamente en todo el comportamiento desarro-llado por el adicto (18). La educacin sobre el abuso de sustancias y el refuerzo de los pe-queos logros son aspectos fundamentales del tratamiento de cualquier otra sustancia: la abs-tinencia y el apoyo. La abstinencia puede se-guirse a travs de actuaciones directas, como la hospitalizacin, junto a un control muy de-tallado mediante anlisis de orina, en los que se puede detectar Cannabis, hasta 3 y 4 sema-nas despus de la ltima toma.

    El apoyo se proporciona en forma de psicote-rapia individual, familiar y grupal. La educa-cin debe ser la piedra de toque de la absti-nencia y de los programas de apoyo ya que el paciente que no entiende las razones por las cuales aparecen problemas de abuso, tienen una baja motivacin para cesar el consumo. Para algunos pacientes puede ser de utilidad el

    uso de ansiolticos durante un perodo de tiempo corto, para aliviar los sntomas de abs-tinencia. En otros sujetos el consumo puede estar relacionado con un trastorno depresivo subyacente que puede responder bien al tra-tamiento con antidepresivos(20).

    Cocana La mayor dificultad a la que debe hacer frente el tratamiento de este trastorno es el intenso craving que produce esta sustancia. Para tratar la abstinencia debe recurrirse a la hospi-talizacin completa o parcial y el programa teraputico ser dependiente de la patologa psquica asociada y de la dosis de consumo habitual, por lo que se recomiendan los ago-nistas sustitutivos como el metilfenidato, los agonistas dopaminrgicos como la bromocrip-tina, el litio y antidepresivos como la imipra-mina y la trazodona.

    En relacin a las patologas psquicas asocia-das, en presencia de alteraciones cognitivo conductuales, con un consumo de cocana menor de 1 gramo se emplear para la desin-toxicacin la bromocriptina, con dosis ascen-dentes progresivas hasta 4 comprimidos (2.5 mgs) por da, para obtener la disminucin del craving(21), luego decrecer hasta sus supre-sin completa, esta teraputica puede exten-derse durante un perodo de 30 a 60 das, para pasar posteriormente a un tratamiento com-plementario con benzodiazepinas y antidepre-sivos. En caso de que el consumo sea superior al gramo se recomienda el empleo del metilfeni-dato, solamente durante 15-20 das por el riesgo de dependencia a dosis de 4-5 compri-midos, si el consumo es superior a los 2 gra-mos la dosis ser de 6-7 comprimidos la que se mantendr durante 3-5 das, con reduccin de 1 comprimido cada 2-3 das hasta su supre-sin completa. En el programa de seguimiento se emplearn los antidepresivos.

    Si la patologa asociada es el trastorno afecti-vo bipolar se utilizar el litio, para la depre-

  • sin mayor los antidepresivos y para el tras-torno por dficit atentivo el metilfenidato, la carbamazepina tambin se ha utilizado en estos pacientes (22) y resulta til para reducir el craving

    Opiaceos y Opiodes ( opio, morfina, herona, Meperidina Y Metadona

    Para la eleccin del programa teraputico de-be tenerse en cuenta las patologas asociadas y las dosis de consumo, se propone el uso de la clonidina, la naltrexona, el dextropropoxifeno y la metadona, asociados a los tratamientos sintomticos(23). La dosis inicial de metadona depender de que sea ambulatoria a 1 toma por da u hospitalaria que ser de varias tomas al da.

    Para el consumo de herona menor de 1 gramo se utilizar de 20-50 mgs de Metadona, si el consumo es superior a 1 gramo se emplear de 50-60 mgs, durante 3-7 das, luego decrece hasta ser suprimido totalmente, se emplearn tratamientos complementarios con benzodia-zepinas. La Levo - alfa - acetilmetadol se ad-ministra en dosis de 30 a 80 mgs tres veces por semana. Para la sobredosis se recomien-dan tres dosis de 0.4 mg de Naloxona (IM ) una cada 20 minutos.

    Alucingenos (LSD, Psilocibina y Mescalina ) Es importante hablarle al paciente y mantener el apoyo emocional, en los casos que presen-ten una agitacin leve puede usarse cuatro do-sis de 10 mg de Diazepam va oral, una cada 12 horas y en caso de que la agitacin se in-cremente debe usarse el Diazepam por va in-tramuscular aplicndose 10 mgs cada 2 horas si es necesario. Para la agitacin ms intensa: 1.5 mg de Haloperidol, intramuscular cada 6 horas, puede continuarse con 1 - 2 mg (v.o.) durante 7 das, para prevenir los cuadros de flashback. Las fenotiazinas pueden utilizarse nicamente con el LSD ya que pueden tener efectos fatales, si se mezclan con otros aluci-ngenos(23). Depresores del SNC ( Barbitricos y Benzo-diazepinas)

    El programa ms utilizado para la desintoxi-cacin de los depresores del sistema nervioso central son las dosis decrecientes de diazepam y fenobarbital.

    a) Para las Benzodiacepinas: Se debe sustituir la benzodiazepina causante de la dependencia por la dosis equivalente de diazepam y reducir 5 mgs cada 3 5 das.

    b) Para los Barbitricos: Se debe sustituir ca-da 100 mg del barbitrico que se ha tomado por 30 mg de Fenobarbital lquido, adminis-trarlo en 4 dosis, una cada 6h . Despus redu-cir en un 20 % la dosis, cada uno de los das siguientes. Tambin puede sustituirse por Diazepam 10 mg c/ 2 - 4 h, durante 24 horas, y despus reducir la dosis.

    Programas de rehabilitacin

    Los programas de rehabilitacin emplean to-das las modalidades psicoteraputicas, tales como la Terapia Conductual, la Terapia Cog-nitivo - Conductual, la Terapia de Familia, los Grupos de Apoyo y el Entrenamiento en las Actividades Sociales.

    La intervencin psicolgica puede consistir en terapias individuales, familiares y de grupo. La terapia individual es ms efectiva si se cen-tra en las razones que llevan al consumo, de la percepcin de los efectos positivos del con-sumo y en como estos objetivos pueden obte-nerse por vas diferentes. La terapia de grupo y los Grupos de Apoyo incluyen a menudo charlas con otros consumidores en las que se comparten experiencias pasadas y mtodos efectivos para hacer frente al problema(24). La terapia de familia es un componente esen-cial del tratamiento, las cuestiones que se tra-tan son, entre otras, como la conducta del pa-ciente ha afectado a la dinmica familiar y adems otras familias pueden explicar como hicieron frente a los mismos problemas. No obstante los objetivos deben centrarse en el futuro y en como ciertos cambios en las fami-

  • lias pueden ayudar al consumidor a mantener-se abstinente.

    Recursos para el tratamiento

    a) Recursos asistenciales:

    Las unidades asistenciales para desintoxica-cin pueden ser unidades hospitalarias cuya estructura ha sido creada especficamente para tal fin, o simplemente pueden ser utilizadas camas incluidas en otros servicios como es Psiquiatra, Medicina Interna etc.. donde los pacientes estarn internados a tiempo comple-to. Podrn contar con centros o equipos de aten-cin a drogodependencias los que desempe-an ambulatoriamente tareas de orientacin, evaluacin, desintoxicacin, deshabituacin y cooperan en la reincorporacin social (25). En caso de los adictos que acuden para iniciar un proceso de desintoxicacin y carecen de apoyo socio-familiar o conviven con otras personas tambin con problemas relacionadas con las drogas, se han creado los llamados pi-sos de apoyo a la desintoxicacin, los que permiten que se lleve a cabo el proceso de desintoxicacin, aportando el control externo necesario, se realicen las actividades ocupa-cionales y la puesta en prctica de nuevos hbitos de vida saludable.

    Tambin existen los Centros de da los cuales estn destinados al tratamiento en rgimen intermedio, es decir la persona duerme en su casa, pero pasa varias horas del da en el cen-tro, de esta manera proporciona al usuario una atencin intensiva y frecuente, de media jor-nada o jornada completa y asistencia diaria, sin que se produzcan los inconvenientes de la separacin total del medio socio-familiar26, con una orientacin teraputica adecuada y con estrategias y programas pre-elaborados. Las Comunidades teraputicas son vistas co-mo centros residenciales en los que se lleva a cabo la rehabilitacin teraputica, en rgimen

    de internamiento, separados del medio habi-tual del sujeto. Suelen estar ubicadas en zonas rurales, aunque en ocasiones pueden estar en reas urbanas.

    Prevencin y tratamiento en atencin primaria de salud.

    La atencin primaria de salud consiste en una forma de atencin especial que es accesible a todos los individuos y familias, est inserta dentro de la comunidad y es el nivel asisten-cial con el que contacta la poblacin en prime-ra instancia, por lo que tiene una relacin muy directa con los problemas relacionados con el abuso o dependencia de drogas.

    Estos pacientes acuden con relativa frecuencia a los equipos de atencin primaria, por tanto los mdicos de familia van a ser en la mayora de los casos, los primeros en contactar con ellos, que pueden llegar con propsitos diver-sos, pero frecuentemente son mal comprendi-dos e incluso desorientados y desinformados respecto a las posibilidades de tratamiento de su enfermedad. Puede acudir a consulta en una demanda de urgencia, en solicitud de un tratamiento a su adiccin o por otros proble-mas de salud(27).

    Es importante que el mdico de familia pueda realizar la deteccin precoz de la drogodepen-dencia, bien directamente o a travs de los familiares del paciente. As como escuchar a esta y a su familia, reducir la ansiedad con la que acuden, dar una informacin fiable de los medios y recursos disponibles para su aten-cin, informarles de los riesgos de su patolo-ga y de la importancia de ponerse en trata-miento, valorar su estado somtico, diagnosti-cando las patologas asociadas y sus compli-caciones. Adems derivar al paciente al centro de aten-cin al drogodependiente correspondiente, co-laborar en los programas de rehabilitacin y reinsercin social y realizar una educacin sa-nitaria y de prevencin de las drogodependen-

  • cias, en el mbito de la atencin primaria de salud (28).

    Bibliografa 1 Lorenzo, P. Ladero J. M. Leza, Juan C. Li-zasoain, I. Drogodependencias Editorial M-dica Panamericana S.A. 21 - 46 1999

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  • 21 Higgins S T, Budney A J Bickel W K Hughes J R, Foerg F, Badger G: Achieving cocaine abstinence with a behavioral ap-proach. Am J Psychiatry 150:763, 1993

    22 Strang J, Johns A, Caan W: Cocaine in the UK 1991. Br J Psychiatry 162:1, 1993

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