+ All Categories
Home > Documents > Don+Evaristo,+el+cartero

Don+Evaristo,+el+cartero

Date post: 01-Jun-2018
Category:
Upload: georgina-urquiola-p
View: 215 times
Download: 0 times
Share this document with a friend

of 118

Transcript
  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    1/118

    1

    JOS LUIS CARRASCO BALMACEDA

    DON EVARISTO EL CARTERO

    ILUSTRACIONES DE ANDRS JULLIAN

    EDITORIAL ANDRS BELLO

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    2/118

    2

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    3/118

    3

    DON EVARISTO EL CARTERO

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    4/118

    4

    DON EVARISTO Y LA CARTA

    En las cercanas de Rancn, en unacasa sombreada por grandes rboles, viva Evaristoel Cartero. Era hombre jovial, de regular estatura,ancho de hombros y poseedor de armnicasfacciones. Tena una esposa, llamada Isidora, y treshijos: Ramiro, de quince aos; Beatriz, de catorce, yFederico, de trece.

    Evaristo se senta feliz con su profesin, pues leencantaba caminar, admirar el paisaje y departir conlos lugareos.

    Cierto da a Isidora le informaron que unahermana que viva en un pueblo cercano se hallabamuy enferma, y que incluso corra el riesgo de morir.

    Preocupada, dej a Evaristo a cargo de los nios,meti algo de ropa en un bolso y emprendi el viaje.Ese mismo da, Evaristo realiz sus actividades

    como de costumbre. Sali de casa muy temprano,

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    5/118

    5

    llevando su maletn con cartas, y ya no volvi hastapasado el medioda. Lo hizo arrastrando los pies ycon el ceo fruncido. Los nios, que por ser verano

    estaban de vacaciones y se aprontaban paraalmorzar, no dejaron de notar el gesto depreocupacin que ensombreca el rostro de su padre.Qu pasa, pap?Me qued una carta sin entregar les contest

    Evaristo.

    Los nios se inquietaron. Saban que paraEvaristo no entregar una carta era la peor de lasdesgracias. Beatriz, una hermosa nia de cabellocastao y largo, ojos verdes y cuerpo esbelto, que eramuy juiciosa y atinada en sus observaciones, con-fundida, pregunt:

    Cmo es eso, pap?El hombre hizo un gesto ambiguo con las manos.Es una extraa carta dijo. Una carta

    dirigida a un tal Jerzy Korzeniowsky.Jerzy Korzeniowsky? se sorprendi

    Beatriz. Qu nombre tan raro! Y dnde vive?En un costado del cerro Los Litres.En el cerro Los Litres? Tan lejos? intervino

    Ramiro, un muchacho algo obeso y de cara redonda.Sasever Evaristo.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    6/118

    6

    Evaristo dej su maletn sobre una silla y lo abri,sacando la nica carta que haba dentro. Los tresnios se acercaron y miraron la carta. El sobre era de

    un papel amarillo, que pareca pergamino, muy anti-guo, y el nombre y la direccin estaban escritos continta negra y letra cursiva.

    JERZY KORZENIOWSKY Costado cerroLos Litres Rauco

    El nombre es extranjero dijo Evaristo. Y loms curioso del caso es que el sobre no traeremitente ni franqueo y tampoco existe ningntimbre del correo de origen, ni seas, ni datos quepermitan conocer con mayor exactitud la direccindel destinatario.

    Devulvala a la oficina del correo y olvdesedel asuntopropuso Ramiro, de mal humor, viendoque la conversacin retrasaba el almuerzo.Que yo sepa, nadie vive cerca del cerro Los

    Litresseal Beatriz, sin hacer caso del despectivocomentario de su hermano.

    El cartero se rasc la cabeza, como sola hacerlo

    cuando algo le preocupaba, y despus, arrastrandolas palabras, dijo:Tienes razn. Est en un sitio inhspito, en

    medio de un bosque, y hay que atravesar un terreno

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    7/118

    7

    muy disparejo para llegar a su base. Me demorar enir, caminando, ms de una hora. Eso, sin contar elregreso...

    Entonces, lo ms conveniente es que devuelvala carta a la oficina del correo

    intervino Federico, que era el ms tmido de lostres hermanos y que por tal razn hablaba poco.Quizs acept Evaristo. Pero antes, tengo

    que agotar todas las posibilidades.

    Y

    sonriendo, recuper la carta, la devolvi almaletn y dio por terminada la conversacin.

    Una hora ms tarde, luego de almorzar, Evaristose despidi de sus tres hijos y encamin sus pasosrumbo al cerro Los Litres. En el momento de ladespedida, Beatriz tuvo un negro presentimiento,

    aunque nada dijo.Durante la tarde, los nios realizaron diferentesactividades. Ramiro durmi la siesta, Federico jug ala pelota con unos amigos, y Beatriz se dedic aarreglar un huerto.

    Y transcurrieron las horas. Atardeci y luegoanocheci. Los nios comenzaron a inquietarse.Estoy preocupada dijo Beatriz. Pap sali

    hace horas y an no ha regresado.

    S. Es extrao aadi Ramiro. Tal vezsufri un accidenteopin Federico.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    8/118

    8

    Vaya! se ofusc Ramiro. T y tus oscurospresentimientos, Federico. Yo creo que ya debe estarpor llegar. Quizs se encontr con algunos amigos

    que lo invitaron a comer y eso lo ha retrasado.Pero es que l nunca ha vuelto a casa de noche

    dijo Beatriz. Es posible que Federico tenga razny pap sufri un accidente.Ya, ya, yadijo Ramiro. Tambin t te ests

    poniendo fnebre, Beatriz. Pap conoce mejor que

    nadie estos lugares y si se ha retrasado, sus motivostendr.Tal vez dijo la nia. Pero hay rboles,

    piedras y quebradas. Pudo haberse golpeado conalguna rama, o torcido un tobillo al pisar una piedra,o cado por alguna pendiente.

    Bah! No creo

    porfi Ramiro

    . l es muycauteloso.

    Pero un accidente puede ocurrirle a cualquierareplic Beatriz.

    Siguieron aguardando hasta bien entrada lanoche. Luego, intranquilos, se acostaron. Pero nopudieron dormir. A cada instante crean or abrirse lapuerta y que su padre regresaba. Al da siguiente,apenas amaneci, Beatriz, desconsolada, ech allorar.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    9/118

    9

    Algo le pas a pap dijo la nia. De otromodo hubiera regresado.Por esta nica vez tienes razn acept

    Ramiro malhumorado. Ya tendra que habervuelto. Mejor ser que avisemos a los vecinos y a losdel correo.Espera dijo la nia. No avisemos todava.

    Alguien podra comunicrselo a mam y ella sedesesperara. Yo soy de la idea de ir a buscarlo al

    cerro Los Litres.S. Vamosla apoy Federico.Yo prefiero avisar se opuso Ramiro. Me

    cargan las caminatas.Pues tendrs que acompaarnos se hizo la

    dura Beatriz. Tiempo atrs hicimos un juramento.

    Dijimos, con la mano en el corazn, que en caso depeligro o dificultades mayores actuaramos enconjunto. Ahora estamos en dificultades mayores.S dijo Federico. Tendrs que ir con

    nosotros.Est bien, est bienrefunfu Ramiro. Ir.Entoncesdijo Beatriz, ya que nos pusimos

    de acuerdo, preparmonos para la marcha.Esperen dijo Federico, atragantndose.

    Me permiten? Puedo opinar?

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    10/118

    10

    Ramiro, enfadado como estaba, mir a suhermano con dureza, como preguntndola y a tiquin te ha dado permiso para opinar?, pero despus

    lo pens mejor y continu callado.Est biendijo Beatriz. Habla, Federico.Pues... empez Federico. Tal vez lo que

    voy a decir sea una tontera, y si es as no me hagancaso...

    Adelantelo anim Beatriz.

    Y si le preguntamos por nuestro padre a doaUberlinda?

    Ramiro dio un respingo y Beatriz se pusosbitamente seria. Doa Uberlinda era una ancianasolitaria que viva recluida en una cabaa no muylejos de all. Tena fama de bruja y posea un acabado

    conocimiento de las distintas hierbas, buenas ymalas, existentes en la zona. Los lugareos decanque tambin era infalible para sacar la suerte y que

    jams fallaba con sus filtros y pociones mgicas.Oh, no!se asust Ramiro.No s... murmur Beatriz. Y despus arrug

    la frente y qued pensativa.Es una locura! insisti Ramiro. Una

    verdadera locura!Entonces... perdonen!se excus Federico.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    11/118

    11

    Saben dijo Beatriz de pronto. Despus detodo no es tan mala idea. Es ms, me parece unaexcelente idea agreg. Iremos donde doa

    Uberlinda!Ay, no! No cuenten conmigodijo Ramiro.Y es que le tema tanto a la mujer, que ninguna

    fuerza en el mundo lo hubiera hecho acercarse a ella.Acaso crees que te lanzar algn hechizo?

    brome Federico.

    Deja de molestar reclam Ramiro. Actoas porque soy precavido. Adems t tambin letemes.No importaterci Beatriz. Si no quieres ir,

    all t. La vida de pap no tiene precio y si paraencontrarlo hay que recorrer el mundo entero,

    aunque sea peligroso, yo al menos lo har.Y yo te acompaar, hermana dijo

    enfticamente Federico.Pues yo tambin ir habl entre dientes

    Ramiro. Aunque no entrar en la casa de esamujer.Est bienacept Beatriz.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    12/118

    12

    DOA UBERLINDA

    Era una sencilla cabaa, de techo bajo y aspecto

    miserable. Una fina columna de humo se elevabaCuando los nios salieron de la casa era muy temprano yel tiempo se presentaba gris y fro. En corto rato estuvieronfrente a la vivienda de doa desde la derruida chimenea.Beatriz golpe la puerta mientras sus hermanos laesperaban a una prudencial distancia. Ramiro se haba

    ocultado atrs de una higuera y Federico permaneca aga-zapado entre unos maquis. Ambos temblaban de miedo.Beatriz tambin senta algo de temor, el lgico temor quese experimenta ante lo desconocido; pero el deseo deencontrar a su padre era tan pero tan intenso, que no dudni un momento en seguir adelante.

    Pasa... nia

    dijo desde el interior una cascada vozde mujer.Beatriz hizo girar la manilla y empuj la hoja de

    madera. El rechinar de la puerta la sobrecogi. Dio unpaso al frente y se detuvo. Adentro haba un agradableolor a t de hierbas.Ya! Entra, nia repiti la misma voz de antes.

    Vamos! No te quedes all parada.Beatriz dio un nuevo paso y habitu su vista a las

    semipenumbras reinantes. Doa Uberlinda estaba de piejunto a una cocina, poniendo una tetera sobre el fuego-

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    13/118

    13

    Vena... intent explicar Beatriz. Pero no supo qums decir.Mejor cierra la puerta, nia que entra fro. Ya s a

    qu has venido.Lo sabe? se extra Beatriz, cerrando la puerta y

    acercndose a la mujer.

    S. Vienes a preguntar por tu padre perdido. l saliayer a entregar una carta y todava no ha regresado.Oh! Es verdad. Y cmo lo sabe?

    Bah! Es muy sencillo. Y no te asustes por lo que vasa presenciar. Acrcate a la cama y lo entenders.

    Beatriz se acerc a la nica cama existente en la pieza yrepar en una persona que all dorma.Quin es?pregunt.Comprubalo t misma.

    Pap!

    exclam.Y sin esperar ms, abraz a su padre, quien no efectuningn movimiento.Pero qu tiene? pregunt angustiada. Acaso

    est...?agreg, sin querer terminar la frase.No respondi doa Uberlinda. Aunque

    permanece inconsciente. Anoche sent ruidos afuera y alabrir la puerta lo encontr en el suelo tirado. Tuve querealizar un gran esfuerzo para arrastrarlo y luego meterloen la cama. Desde entonces nunca ha recuperado el conoci-miento.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    14/118

    14

    En tal caso ir de inmediato a Ran-cn en busca deun mdico! se desesper Beatriz. Tambin les avisara mis hermanos.

    No. Espera dijo la mujer. No sacas nada contraer un mdico. Lo que tiene tu padre no es unaenfermedad humana sino algo mucho peor.Mucho peor? No entiendo!Tu padre apenas respira, no tiene pulso y su piel est

    amoratada.

    Y qu significa eso?Si es lo que yo supongo, entonces est a punto de

    morir y ningn mdico o remedio puede salvarlo. Quizsyo pueda ayudarlo, pero primero he de saber qu lesucedi. Debers contarme todo lo que l hizo ayer desdetemprano.

    La mujer apart la tetera del fuego y verti agua en dostazas. Puso las tazas en una mesa y luego invit a la nia asentarse.

    Mientras me cuentas, tomaremos una taza de t. Esote ayudar a tranquilizarte.

    Beatriz estaba tan confundida que no se atrevi arechazar el ofrecimiento; aunque, de haber dependido deella, hubiera corrido en busca de un mdico. Pero doaUberlinda pareca muy segura de lo que deca. Beatriz alzla taza de t y sorbi lentamente su contenido. Le encontrun gusto dulzn que le apacigu el nimo y en pocas

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    15/118

    15

    palabras le cont a la anciana todo lo que saba. Alterminar, sta, extraada, le pregunt:Y a quin estaba dirigida esa carta?

    A un tal Jerzy Korzeniowsky, que vive en un costadodel cerro Los Litres.

    El rostro de doa Uberlinda adquiri una palidezcadavrica. Se tom la cabeza con ambas manos y despusse levant y fue hasta un viejo estante desde donde cogiun voluminoso libro.

    Uy!dijo, despus de hojear el libro. El asunto esms escabroso de lo que yo supona. Jerzy Korzeniowskyes el verdadero nombre del Mago de los Espejos, unduende que posee grandes poderes.Qu? No entiendo. Est segura de lo que dice? se

    asombr Beatriz.

    La historia es larga, muy larga. Pero te la contar.Entonces, la mujer le explic a la nia que existan dosmundos paralelos que estaban incomunicados entre s.Uno era el de los seres humanos y el otro era el de los seresfantsticos, llamado Wexterfalia, habitado principalmentepor duendes, brujas y hadas.Pero usted la interrumpi Beatriz, y perdone

    que se lo diga, seora, es una bruja y est aqu.Te equivocas, nia. Yo no soy ninguna bruja. Las

    brujas no son humanas y por lo tanto no tienen corazn. Am me dicen bruja porque he llegado a dominar los

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    16/118

    16

    secretos de la naturaleza. Gracias a eso he podido ayudar atu padre y lo he mantenido momentneamente con vida.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    17/118

    17

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    18/118

    18

    Morir?

    pregunt Beatriz, sintiendo que se lecortaba la respiracin.No lo s todava. Termina de tomar tu t, nia, y

    entre tanto yo estudiar este libro.La mujer se acerc a una ventana para que le diera de

    lleno la luz diurna y se dedic a hojear el libro.Qu busca, seora?pregunt la nia, intrigada.

    Es muy raro y viejo ese libro.Tiene razn, no es un libro comn, nia. Son los

    apuntes histricos de una de mis ancestros, que vivi hacealgo as como quinientos aos en una remota regin delcentro de Europa. Los apuntes estn en otro idioma, peropuedo traducirlos.

    Ah!Hum! exclam la mujer, rato despus, cerrando

    con lentitud el libro. No creo que tu padre logresobrevivir.Ay, no! Tan grave es? se asust Beatriz,

    contenindose para no ponerse a llorar.

    Es lo peor que pudo haberle pasado. Le han quitadoel brillo de su alma inmortal. Ni con todos misconocimientos puedo ayudarlo. El brillo de su alma estahora en Wexterfalia...

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    19/118

    19

    Pero... Y cmo sucedi eso, seora? se desesperBeatriz, si usted antes dijo que ambos mundos, aunqueparalelos, estaban incomunicados.

    La mujer demor la respuesta.As es, por lo general. Pero cada quinientos aos,

    exactos, ambos mundos se comunican durante cuarenta yocho horas. Justo ayer se cumplieron quinientos aosdesde la anterior abertura.Entonces las personas pueden ir all y los otros

    seres pasar a este mundo?Beatriz estaba cada vez ms confundida.S, en cierto modorespondi la anciana. Aunque

    el asunto no es tan simple. Hacia all pueden ir solamentelos nios y algunos adultos que reciban una invitacinespecial para hacerlo. Tu padre recibi esa invitacin. La

    carta de Jerzy Korzeniowsky fue el salvoconducto que lepermiti entrar. Un cartero mensajero en otrostiempos es para los seres fantsticos una especie detalismn que les otorga poderes ilimitados. El Mago de losEspejos debi haber estado esperndolo y le arrebat el

    brillo del alma. Luego, con sus ltimas energas, tu padreus su ingenio para regresar, alcanzando de noche mi

    puerta.Beatriz comenz a sollozar muy suavemente. La

    anciana le acarici la cabeza y le dijo:

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    20/118

    20

    Y en cuanto a los seres fantsticos, ninguno de ellospuede venir ac. Tienen una ley muy estricta que loprohibe.

    Pasaron varios minutos antes de que Beatriz serecuperara. Entonces, como animada por una nuevamotivacin, pregunt:Usted antes seal que los nios podan pasar a ese

    otro mundo?S. Aunque es difcil y peligroso, porque, en caso de

    cerrarse las puertas, stas ya no se abrirn hasta dentro dequinientos aos.Pero se puede ir all y recuperar el brillo?

    Tal vez. Pero en la prctica es casi imposible. Losriesgos que se deben superar son tantos y tan grandes, quelas posibilidades de xito son mnimas. Adems, si el

    Mago de los Espejos ya absorbi el brillo, entonces todohabr sido en vano. Tambin, de intentarlo, ser unacarrera contra el tiempo.Y de cuntas horas dispongo?pregunt Beatriz

    . Es decir, cuntas horas de vida le quedan a pap?No creo que l pase de esta noche respondi la

    anciana. He logrado mantenerlo con vida gracias ainfusiones de hierbas y a pcimas muy eficaces que noocupaba desde haca mucho tiempo. Pero su efecto no esmuy prolongado.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    21/118

    21

    Entonces seal Beatriz, decidida, ir all yrecobrar el brillo. Partir de inmediato. El nico problemaes que no s por dnde ir.

    Si ests dispuesta y eres valiente, yo te indicar elcamino. Pero debers moverte rpido, no demostrar miedoy tener una fe ilimitada en tus medios. All, por ser nia,nada malo te podr pasar, y si logras entrar, para salirdebers utilizar la misma puerta por la que entraste ocualquier otra que encuentres abierta.

    Uf! Es complicado dijo Beatriz. Ademstampoco s cmo enfrentar a ese tal Jerzy Korzeniowsky.Tu fuerza de voluntad es mejor que cualquier arma,

    nia. Pero quizs pueda ayudarte...La mujer busc algo bajo la cama y sac una caja. La

    abri y dej a la vista varios pequeos frascos de vidrios.

    Escogi uno en cuyo interior haba un polvo azul, y se lopas a la nia. Le dijo:Ten. Toma. Quien huela estos polvos dormir

    profundamente durante varias horas.La nia guard el frasco en un bolsillo de su delantal y

    la mujer continu hurgando en la caja. Tom otro frasco,ahora con un polvo amarillo, y se lo entreg tambin a la

    nia.Este polvo dijo la mujer, al ser respirado,

    produce un efecto tan violento que impide pensar ymoverse. Llvalo, porque tambin podra serte til.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    22/118

    22

    Gracias dijo Beatriz guardando el frasco junto alanterior. Y ahora, deseara pedirle un ltimo favor,seora.

    Lo que digas, nia.Quiero que de todas maneras consiga un mdico

    para pap. Quizs todava tenga alguna remota esperanza.Pensaba hacerlo, nia. No te preocupes. En un rato

    ms ir a Rancn y lo traer.Muy sabroso su t, seora dijo Beatriz,

    disponindose a partir. Y ahora, dgame, cmo pasaral mundo de los seres fantsticos?Siguiendo por el nico sendero que va hasta el ceno

    Los Litres, nia. Despus de alcanzar una extraa roca conforma de embudo, al continuar, en cualquier momento en-contrars una puerta que te permitir pasar a Wexterfalia.

    Tienes todo el da, hasta el anochecer, para cumplir tucometido y regresar.Gracias por su ayuda, doa Uberlin-da dijo la

    nia, despidindose. Es usted una dama muy amable, lamejor, aparte de mi madre, que he conocido. Seguir sussabios consejos.

    Beatriz se acerc a su padre, le acarici la cara y

    despus le bes la frente. El color verdoso de la piel eraahora mucho ms intenso. Acongojada, le bes una vezms la frente y luego dio media vuelta y abandon la casa.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    23/118

    23

    Adis, nia la anim la mujer desde la puerta.Espero que encuentres lo que vas a buscar. De verdad aslo espero.

    IllRUMBO AL CERRO LOS LITRES

    Cuando Beatriz sali de la casa de doaUberlinda, sus hermanos se abalanzaron

    hacia ella y le hicieron mltiples preguntas. La nia

    contest algunas y evit responder otras: no queraalarmarlos. Y aunque estaba acongojada trat de parecerserena. Al final, para no dilatar ms el asunto, respirhondo y les dijo:Ir de inmediato al cerro Los Litres a buscar a pap.l... est all?pregunt Ramiro extraado. Eso

    dijo doa Uberlinda?S. En cierto modo seal Beatriz. Y si ustedes

    no se oponen, creo que es mejor que vaya yo sola.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    24/118

    24

    Sola! Por qu?pregunt Federico sin entender loque su hermana pretenda.S. Por qu? pregunt tambin Ramiro, aunque

    no le disgustaba la idea de no participar en la caminata.Porque hay que avanzar rpido, buscar en diferentes

    sitios y enfrentar grandes peligros.Te refieres a encontrar animales salvajes, serpientes

    u otro tipo de alimaas?dijo Ramiro.Quizs...

    Pues yo de todos modos te acompaar sealFederico. No te dejar ir sola.Habr peligros, te repito. Lo dijo doa Uberlinda.No importa, los enfrentaremos juntos.Vaya con el par de hermanos que tengo! exclam

    Ramiro malhumorado. Tendr que acompaarlos

    tambin. No crean que partirn sin m.Beatriz, dentro de su afliccin, sonri. Al hacerlo pensen el largo viaje que los aguardaba. Decidi, en esemomento, que al llegar a la roca con forma de embudodejara a sus hermanos esperando y completara ella sola elrecorrido. Claro que no saba cunto demorara la misin ysi sta sera exitosa, pues, incluso, poda suceder que no

    volviera.Los tres hermanos avanzaron con rapidez rumbo al

    cerro Los Litres. Beatriz iba en silencio, con la vista baja yabsorta en sus propios pensamientos. No quera preocupar

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    25/118

    25

    a sus hermanos, pero, segn lo que expresara doaUberlinda, las posibilidades de salvar a su padre eranmnimas. Y no haba mentido al decir que iba en su

    bsqueda, porque el brillo del alma de un ser humano esparte esencial de su existencia. Aunque tambin podasuceder que doa Uberlinda estuviera equivocada y quecon la asistencia de un buen mdico todo se resolviera enforma favorable. Pero la mujer haba hablado con talconviccin y conocimiento de causa que, pese a lo

    truculento de su historia, costaba no creerle. Adems tenaun buen prestigio ganado en aos y para apoyar suversin contaba con el antiguo libro que pareca que estabaa punto de desintegrarse.

    Para no seguir pensando en lo mismo, Beatriz semordi los labios y apur el tranco.

    Con el correr de los minutos el clima empez a mejorary en el cielo comenzaron a aparecer amplios espaciosazules.

    Los tres hermanos iban a campo traviesa, con la brisadespeinndoles los cabellos y sin encontrar a nadie.Ramiro, que marchaba junto a Federico, empez a retrasar-se. Caminaba lentamente y cojeaba como si se hubiera

    torcido un pie o llevara un objeto extrao dentro delzapato. Para no dejarlo atrs, Beatriz tuvo que detenerse.Qu pasa?pregunt.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    26/118

    26

    Es que se meti una piedra en uno de mis zapatosse justific Ramiro. Me cuesta caminar y adems estoycansado y tengo hambre y sed.

    Est bien, descansaremosdijo Beatriz.Ramiro se sac el zapato y lo sacudi dejando caer una

    pequea piedra. Luego se tendi de cara al cielo y cerr losojos. Beatriz y Federico lo imitaron.

    Diez minutos despus, algo ms repuestos, reanudaronla marcha.

    En la siguiente media hora superaron unos pastizales,vadearon un riachuelo y rodearon una quebrada.

    Se detuvieron frente a un frondoso bosque de pinos. Alo lejos, sobre las copas de los rboles, destacaba la verdecima del cerro Los Litres.No creo que sea conveniente seguir dijo Ramiro,

    ya bastante arrepentido de haber llegado hasta all

    . Estebosque es muy espeso y de entrar en l corremos el riesgode perdernos.Seguiremosreplic Beatriz.Y adems de perdernos podramos morir de hambre

    insisti Ramiro.Podramos, tambin, encontrar a pap intervino

    Federico.Ya es tarde para arrepentimientos dijo Beatriz sin

    nimo de discutir. Lo primordial es atravesar estebosque. Existe un solo sendero y es muy estrecho. Yo ir al

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    27/118

    27

    frente, Federico me seguir, y Ramiro, que es el mayor,cerrar la marcha.

    Ramiro se mordi los labios y se dispuso a replicar,

    pero sabiendo que sera en vano, recapacit y slo dijo:De acuerdo. Pero estoy acalambrado, me duelen los

    pies y quizs pap ya regres a casa.Imposible dijo Federico. El sendero por el cual

    venamos es el nico que existe y por ah no ha regresadonadie.

    Ya. Est bien. Vamosacept Ramiro.Se internaron por la angosta senda que serpenteabaentre los rboles y luego de veinte minutos de marchaforzada llegaron a un espacio abierto en cuyo centro desta-caba una inmensa roca con forma de embudo. All sedetuvieron.

    Uf Ya no daba ms

    dijo Ramiro dejndose caerpesadamente junto a la roca. No me mover de aqu enmucho rato.

    Federico se recost junto a su hermano y suspirruidosamente. Beatriz apoy su espalda en la roca y espera tranquilizarse. Pese a lo duro de la caminata no expe-rimentaba gran cansancio y hubiera podido soportarperfectamente otra media hora de marcha. Pensabatambin en su padre y en lo mucho que lo quera.Impaciente, luego de varios minutos de detencin, mir asus hermanos y les dijo:

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    28/118

    28

    Falta poco para llegar al cerro Los Litres y creo saberdnde buscar. Ustedes, como estn cansados, esprenmeaqu mientras yo voy a explorar y vuelvo.

    Haz lo que quierasdijo Ramiro.No te demores demasiadoseal Federico.Y si empieza a oscurecer y no he vuelto, emprendan

    el regreso sin m agreg Beatriz. Sabr encontrar elcamino.

    Por qu dices eso? pregunt Federico. Apenas

    es pasado el medioda.Beatriz no contest: observaba el sendero, que despus

    de la roca se divida en tres.Por cul ir?se pregunt en voz alta.Y yo qu s? replic Ramiro con voz agria. Y es

    que ahora pensaba en el largo viaje de regreso.

    Bueno, al fin y al cabo cualquier sendero da lomismo razon Beatriz. La base del cerro ha de estarcerca y si no la veo es por causa del follaje.Vuelve pronto, hermanase despidi Federico.Pero ya Beatriz no lo escuchaba, porque se haba

    internado por el sendero de la derecha.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    29/118

    29

    LOS HERMANOS SE SEPARAN

    Despus de la partida de su hermana,

    Ramiro y Federico pasaron largos minutosacostados en el pasto, descansando. Al rato, trasdesperezarse, Federico se levant y dijo: Beatriz nodebi haber ido sola. Se ha estado comportando muy ex-traa ltimamente.Y eso qu tiene de raro?seal Ramiro. Lo que

    pasa es que ella es una nia tonta.No hables as de nuestra hermana la defendi

    Federico. Beatriz es mucho ms inteligente que t y yojuntos.Ja! Y que lo digas! Ambos sabemos que a Beatriz le

    encanta alardear de importante. No le costaba nada

    esperar a que descansramos y luego continuar la bs-queda los tres juntos.Tienes razn en eso dijo Federico. Ella ni

    siquiera saba por dnde ir. Quizs tom el senderoequivocado. Deberamos seguirla.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    30/118

    30

    No pienso moverme dijo Ramiro. Cuando melevante de aqu, ser slo para regresar.No seas mal hermano. Si queremos ayudar a Beatriz,

    debemos ir por los otros dos senderos.Te repito que no pienso moverme.Bueno. All treplic Federico. Yo tomar hacia

    la izquierda. Ser prudente y no me alejar demasiado.Y sin agregar palabra, ech a caminar y se intern por

    el sendero de la izquierda, perdindose a los pocos

    segundos entre la floresta.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    31/118

    31

    RAMIRO Y LAS MARIPOSAS

    Una hora despus de la partida de sushermanos, Ramiro comenz a inquietarse. El

    silencio era tan pero tan opresivo, que ni siquiera elzumbido de las chicharras o el canto de las aves silvestreslograba escuchar. En vano intent or otros sonidospropios de la naturaleza. Se par y mir cuanto lo rodeaba.

    La forma de embudo de la roca le produjo unadesagradable sensacin de pequenez. Dio unos pasosvacilantes hacia el sendero del centro y despus se detuvo.No se decida. Tentado estuvo de devolverse y olvidardefinitivamente la bsqueda. Notaba hinchados los pies,engarrotadas las piernas y cansado el cuerpo. Lo nico quelo impulsaba a continuar era el gran cario que sentahacia su padre. Pens que, quizs, ste poda necesitar suayuda, y l, a pesar de sus limitaciones, estaba dispuesto a

    brindrsela.Avanz a paso de tortuga.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    32/118

    32

    Recordando que llevaba un pan con jamn en unbolsillo, lo sac y a medida que caminaba fue comiendo.Rogaba para que alguno de sus hermanos gritara avisando

    que haba encontrado a su padre y as acabara lo que lconsideraba un cruel suplicio. Mas, para su desgracia,ningn ruido rompa el silencio y pareca que l era lanica criatura viviente en el bosque.

    Hasta que, de pronto, al eludir una piedra en elsendero, un objeto entre los matorrales atrajo su atencin.

    Intrigado, se agach y lo levant.Era el gorro de su padre, el que siempre usaba cuandosala a repartir cartas!

    Lo sacudi y se lo puso. Le qued tan holgado que lecubri los ojos. Muchas disparatadas ideas cruzaron por sumente.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    33/118

    33

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    34/118

    34

    Se lo sac y lo guard en el pantaln, bajo la pretina.Entonces, al levantar la vista, descubri la ms maravillosamariposa que haba visto jams. Era entera azul, grande, y

    volaba con tal suavidad que pareca una dcil cometa.Vaya!exclam.Y al fijarse mejor, vio que junto a la mariposa volaban

    otras, tambin grandes y de diferentes tonalidades. Lashaba rojas, amarillas, granates, verdes, negras, blancas y,en fin, de una gama de colores y combinaciones difcil de

    describir. Todas eran grandes, hermosas y parecanprovenir de un costado de la arboleda. Ramiro olvid sucansancio y el mal genio que siempre lo embargaba y sesinti motivado por una enorme curiosidad. Pens que talvez su padre tambin haba sido atrado por el vuelo deaquellas mariposas.

    Se apart del sendero y fue a investigar.El follaje de los rboles era muy tupido y tuvo queavanzar agachado y se rasp las manos y la cara cuandopas por entre las ramas ms bajas. Algunas mariposas lecircundaron la cabeza con sus revoloteos. Eran, segncalcul, del tamao de un pauelo.

    Pens en lo maravilloso que resultara atrapar algunas

    de ellas para mostrarlas luego a sus hermanos. Perodespus recapacit y decidi que era mejor seguir adelantepara averiguar de dnde provenan.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    35/118

    35

    Al esquivar un espinoso arbusto, de pronto trastabilly cay. Se afirm de algunas ramas, pero eran dbiles y notardaron en ceder, y como estaba en la orilla de una

    pequea quebrada, un segundo despus, sin que pudieraevitarlo, se desliz muy profundo, entre hojas, races ytierra suelta. Rod dando tumbos y ya no se detuvo hastacuando estuvo en el fondo.

    Dolorido, se par.Oh! Perd el gorro de pap!se lament.

    Ahora se hallaba en la parte baja de la quebrada, sinposibilidad alguna de subir, porque el terreno era de arenay arcilla blanda que se desgranaba con slo tocarla.

    Dejaron de interesarle las mariposas y sinti muchomiedo. Cerr los ojos y grit con todas sus fuerzas.Socorro!... Hermanos...! Aydenme!... Beatriz!...

    Federico!...Qued ronco de tanto gritar. Saba que susposibilidades de ser escuchado eran mnimas, por laconfiguracin de la quebrada, unido a la espesa vegetacincircundante arriba. Mir al cielo y lo vio infinitamente azuly con escasas nubes. Tambin vio una larga fila demariposas, volando en correcta formacin, como avesmigratorias, rumbo a la boca de una estrecha cavernasituada en la parte baja de la quebrada.

    Esperanzado, olvid sus magulladuras y fue hacia all.La caverna era muy profunda y las mariposas, en su

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    36/118

    36

    perfecto vuelo, formaban dos filas, una de entrada y otrade salida.

    Ramiro agit las manos y las mariposas rompieron la

    formacin internndose todas en la caverna.Qu... asombroso!balbuce.

    Quizs pap tambin lleg hasta aqu y entr en lacaverna.

    E, incentivado por una sed de aventura no habitual enl, se adentr en la caverna.

    Aunque la oscuridad en el interior no era completa, lecost ambientar la vista. Adems tuvo que avanzaragachado para no golpearse la cabeza contra las aristasrocosas. Crey que pronto encontrara una salida, peroluego de una larga caminata, atravesando diferentestneles, tuvo que reconocer, temblando de miedo, que

    estaba definitivamente perdido.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    37/118

    37

    LA BRUJA, LA SLFIDE Y LA GORGONA

    Beatriz sigui por el sendero de la derechasin detenerse. Pensaba en su padre y en lo

    mucho que lo quera. Tambin pensaba en lo que le dijerala anciana Uberlinda respecto a la existencia de un mundoasombroso, paralelo, en el cual existan fantsticos seres.

    Avanz tan distrada, que no disfrut contemplando elpaisaje. De haberlo hecho se hubiera maravillado con lasuave trepidacin de las ramas mecidas por el viento, con

    la gran variedad de colores de las flores silvestres, y conlos delicados aromas que escapaban de las hierbas ras-treras.

    Cuando menos lo esperaba fue a parar a unaexplanada, en cuyo centro, imponente, descollaba unagigantesca araucaria. El colosal rbol tena el tronco recto,grandes ramas horizontales en forma de pirmide y unaaltura de entre treinta y cuarenta metros. Beatriz seextra de encontrar all tan impresionante especiearbrea. Y ms se extra luego, cuando comprob que

    justo en la base del tronco exista una puerta, de regular

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    38/118

    38

    tamao, que permaneca cerrada. En el centro de la puertadestacaba una manilla. Sin dudar, se acerc a la puerta ytir la manilla.

    Rechinando, la puerta se abri.Beatriz mir hacia el interior peguntndose quin

    poda vivir all. Por los alrededores no haba huertos,rboles frutales ni construcciones que permitieran suponerla existencia de alguien.

    Se introdujo en el enorme tronco y descubri una

    rstica escala que se internaba en la tierra. Baj conlentitud. En el ambiente flotaba un agradable olor a floresy

    le pareci or, a lo lejos, una suave meloda. Pens que,quizs, aqul era el refugio de un guardabosques, o de undefensor de la naturaleza, o de un ermitao que no quera

    ser molestado. Tambin pens que tal vez aqulla era unade las formas de pasar a Wexterfalia.Baj ms y ms hasta quedar sumida por completo en

    las tinieblas. Iba temerosa y con las manos al frente paraevitar que algn invisible obstculo le golpeara el rostro.Los escalones terminaron abruptamente y, sin detenerse,sigui con lentitud avanzando por un angosto corredorhasta alcanzar lo que le pareci que era una puerta.

    Tentada estuvo de devolverse y subir y salir ycontinuar la bsqueda por otros sitios menos tenebrosos;pero, atendiendo a la posibilidad de que su padre hubiera

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    39/118

    39

    seguido aquel mismo camino, busc la perilla de la puertay la abri.

    Oh! Qued maravillada. Pens que llegara a una

    caverna, tan oscura como la anterior, o tal vez a una minaabandonada. Tambin pens que entrara en un refugiosubterrneo, con lmparas en las paredes y grandes cofresrepletos de riquezas.

    Pero he ah que haba salido. Estaba otra vez afuera,como si nunca hubiera bajado.

    Las voces de dos personas que cantaban y reanatrajeron su atencin. En un rbol cercano, suspendidoentre dos cuerdas, descubri un columpio. Y sobre el co-lumpio, mecindose, haba dos mujeres, una muy fea yotra muy bonita. La primera luca un traje negro, muyamplio y con una falda que le llegaba hasta los tobillos, y

    la segunda, otro igual, aunque completamente blanco.Mientras se mecan, ambas cantaban y rean. Al ver a lania dejaron de hacerlo.Hola! dijo Beatriz haciendo gala de sus buenos

    modales. Qu hermoso columpio!Las mujeres se miraron entre ellas extraadas. Luego,

    la ms fea, con voz ronca, dijo:

    Pero si es una nia!Claro que soy una nia ri Beatriz. Acaso no se

    nota? Mi nombre es Beatriz.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    40/118

    40

    Y de dnde vienes, Beatriz? pregunt la mujerbonita.De lejos respondi Beatriz. Llegu aqu bajando

    por el interior del tronco hueco de la araucaria que estall.

    Beatriz mir hacia atrs y qued atnita al comprobarque all no haba ninguna araucaria, sino solamentesimples rocas, todas muy juntas.Cre... dijo. Y despus qued en silencio y con la

    boca abierta.Pero, realmente, de dnde vienes? insisti la

    mujer bonita. Habas cado en manos de algn cclope?De un cclope? Oh, no! Slo vine a buscar a mi

    padre, que est perdido. Posiblemente l pas ayer poraqu. Ustedes, lo vieron?

    Bah!

    intervino la mujer fea

    . Ahora resulta queaqu tenemos a una nia humana que dice venir de muylejos y andar en busca de su padre perdido. Habrse visto!Pero si es verdad!exclam Beatriz.Si t lo dices dijo la mujer de negro. Pero...

    mejor ven y colmpiate, nia. Te agradar.Las dos mujeres abandonaron el columpio y Beatriz

    avanz hasta el tabln y se sent en l, aunque sinintenciones de columpiarse. Pero, aun cuando no estaba ensu nimo hacerlo, el tabln se movi por s solo, y alcanz,en corto rato, una gran altura.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    41/118

    41

    Vaya! Qu columpio ms fantstico! dijo la niasin demostrar miedo, pues recordaba las palabras de doaUberlinda al respecto.

    La fea mujer de negro esper, impaciente, que la niase asustara y le pidiera por favor que la bajara.

    Pero Beatriz, lejos de asustarse, pareca disfrutar cadavez ms con los bruscos movimientos, y se permitiincluso dejar escapar de tanto en tanto estridentes carca-

    jadas.

    Defraudada, la fea mujer de negro movi una vara quetena entre las manos y en pocos segundos el columpio sedetuvo.

    Al bajarse, Beatriz se alis el vestido.Qu divertido!dijo. Pero no puedo seguir, pues

    he de encontrar a pap. Ustedes lo vieron?

    Ja, ja, ja!

    ri la mujer de negro

    . De habermetopado con un extrao lo habra llevado a mi casa,dejndolo all para siempre. Pero la verdad es que yo y laslfide no hemos visto pasar a nadie.Entonces, seoritas, siento tener que dejarlas, pero he

    de continuar mi bsqueda.Ea! No tan aprisa, nia dijo la fea mujer. No

    tuviste miedo del columpio y se ve por tus actos que eresvaliente; pero no te dejar ir as, tan fcilmente, porque,como buena bruja que soy, te necesito para unosexperimentos.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    42/118

    42

    Oh!Beatriz supo que su situacin se tornaba crtica. Para

    salir del embrollo decidi ganar algo de tiempo. Respir

    profundo y pregunt:Y usted, hermosa dama de blanco, por qu anda en

    compaa de una seora tan fea?Cualquier pregunta hzmela directamente a m,

    pequeadijo la bruja.Beatriz se sinti defraudada. Esperaba que la slfide la

    hubiera ayudado.Justo en aquel instante, en la distancia, se oy un gritoagudsimo. La bruja, aterrada, dio un salto.La Gorgona! exclam. Y guard su vara mientras

    le cambiaba el color del rostro.Despus ech a correr con tal rapidez que result

    asombroso para sus aos.Quin es la Gorgona? pregunt Beatriz a la

    slfide.No sabes quin es la Gorgona? balbuce la slfide

    temblando de miedo. Bueno, es lgico que no lo sepas,pues nunca has estado aqu antes. Y tienes suerte deignorarlo; pero si algn da te topas con ella ya no podrs

    olvidarla... jams! Eso, si es que vives para contarlo. Eshorrible! No existe nada ms repulsivo y perverso en estemundo.T... la has visto?pregunt Beatriz.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    43/118

    43

    No! Y tampoco quisiera verla, nia. Pero me la handescrito otras silfides, que quedaron ciegas y envejecidascon slo mirarla. Es la ltima de su especie y su estridente

    grito es inconfundible. Va por ah, sin rumbo fijo, y atacapor igual a enanos, gigantes, duendes y hadas. Hasta la

    bruja, con el fabuloso poder de su vara, le teme.Cmo... es?Un monstruo con figura de mujer y cabeza cubierta

    de serpientes. Es muy astuta y se mueve en silencio. Slo

    la delata su chirriante grito. Pero cuando ataca... Ay!Cuando ataca no deja rastros de sus vctimas. Hacealgunos siglos existan varias, pero ahora nicamentequeda la Gorgona Mayor, la peor de todas, que tiene comoprincipal facultad la de petrificar a quienes se atreven amirarla.Tan terrible es?

    Muy terrible. Pero no te asustes, nia, pues alparecer est lejos y si nos quedamos quietas y en silenciono nos descubrir. En caso de sentirla cerca, ocltate y nola mires por ningn motivo.

    Justo entonces, cuando la slfide termin de hablar, seoy cercano el aullido de una fiera. El sonido fue tanretumbante y pavoroso, que Beatriz se estremeci de pies a

    cabeza. Se arrim a un rbol y cerr los ojos. Sinti, a cortadistancia, el ruido de un gran cuerpo aproximndose,rompiendo arbustos y desgajando ramas.Atrs, Gorgona!grit de pronto la slfide.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    44/118

    44

    Beatriz, recordando lo que le dijera doa Uberlindareferente a que en aquel mundo no poda sufrir ningndao, abri los ojos. Lo que vio le produjo escalofros.

    Una horrible mujer, con manos de bronce y cabellos deensortijadas y silbantes viboras, se acercaba a la slfide. Eravieja, vesta andrajos y posea un solo diente y un nicoojo. La slfide, paralizada por el terror, permaneca con laespalda apoyada contra un rbol y con una manocubrindose la vista y la otra al frente para defenderse.

    Tomando una rpida decisin, Beatriz se interpusoentre la Gorgona y la slfide.Atrs! dijo la nia en forma resuelta. No te

    acerques!Y busc en el bolsillo de su delantal uno de los

    frascos que doa Uberlinda le entregara. Sac el que

    contena el polvo amarillo.La Gorgona mir a la nia con ojos fulgurantes y, sindetenerse, gruendo, sigui adelante.No te acerques! repiti Beatriz. Si continas

    avanzando te pesar!Y como la Gorgona no se detuviera, destap con

    rapidez el frasco y lanz su contenido hacia adelante.

    Vol una nube de polvo amarillo, que envolvi alextrao ser, cambindole de inmediato la tonalidad.

    Se escuch un chillido escalofriante y despus una tosde asfixia, muy ronca, seguida de varias convulsiones.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    45/118

    45

    Lo que sucedi a continuacin fue muy confuso ydifcil de comprender para Beatriz. Algo helado le roz lanariz y luego vio un enredo de serpientes y de inmediato

    una boca con un afilado diente abrirse y cerrarse justofrente a sus ojos.

    A continuacin sobrevino un fragor que la hizo caer yperder el sentido.

    Cuando volvi en s estaba tendida en el suelo y laslfide hallbase acuclillada junto a ella.

    Todo se encontraba en calma.Qu pas?pregunt Beatriz.Se march dijo la slfide. La Gor-gona huy. Es

    increble. Fuiste muy valiente al enfrentarla, nia. De noser por ti ahora yo estara ciega, o, lo que es peor,convertida en piedra.

    Bah! No fue nada

    dijo Beatriz

    . Saba que ella nopoda daarme y por eso actu as.

    Pero igual fuiste valiente, nia, y ahora estoy endeuda contigo. Te ayudar en lo que pueda.Entonces pidi Beatriz aydame a encontrar al

    Mago de los Espejos. l fue quien rob el brillo del alma demi padre.

    Y le cont a la slfide su historia y cmo era que ellahaba llegado hasta all.

    La slfide la escuch en silencio, y luego, moviendo conpesimismo la cabeza, dijo:

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    46/118

    46

    Tu padre no pas por aqu, nia. Lo hubiera sabido.Y en cuanto al Mago de los Espejos, he odo hablar de l,aunque jams lo he visto. S que tiene su castillo cerca de

    una colina dorada, pero desconozco su exacto paradero.Oh!dijo Beatriz desconsolada.Pero s s quines te pueden indicar dnde

    encontrarloagreg la slfide.Beatriz dio un salto.S? Quines?pregunt.

    Los elfos respondi la slfide. Son unosdiminutos duendecillos, con alas transparentes y muytraviesos, que viven en un apartado bosque de canelos, aun da de marcha.Un da? Imposible!dijo Beatriz. Hoy mismo, es

    decir esta misma tarde, he de encontrar al Mago de los

    Espejos.Entonces tendrs que averiguarlo de la manera

    difcil seal la slfide. Habrs de preguntarle a ungenio que vive al pie de un gigantesco boldo no lejos deaqu. Este genio conoce muy bien al Mago de los Espejos,porque han cometido varias tropelas juntos. Pero ten cui-dado. Aqu, mientras seas nia, eres intocable, pero el

    genio igual puede aprisionarte.No importa dijo Beatriz. Yo me las arreglar.

    Dime cmo llegar al boldo.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    47/118

    47

    Para ir hasta el boldo tienes que avanzar guindotepor esa colina plateada que se ve all a lo lejos. Perocorrers un gran peligro, te repito.

    Ser precavida dijo la nia. Y ahora he de partir.Adis y gracias por tus consejos, hermosa slfide.

    Beatriz estrech la mano de la slfide y sta se sac uncollar con una llave que luca en el cuello y se lo entreg ala nia dicindole:Adis, bondadosa nia! Si alguna vez, en algn

    lugar, alguien te encarcela, usa esta llave y podrs salir. Esmgica y puede abrir cualquier cerradura, aunque no sirvepara entrar en los castillos de los magos.Gracias!balbuce Beatriz.Y se colg el collar con la llave alrededor del cuello.

    Despus se despidi de la slfide y abandon el paraje. La

    colina plateada destellada a lo lejos y hacia all dirigi suspasos.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    48/118

    48

    EL PRIMER GENIO Y LOS TRES ANILLOS

    Beatriz camin por ms de media hora ycuando el cansancio estaba por vencerla descubri, en la

    entrada de un bosque, un corpulento boldo. Como supusoque aqul era el boldo bajo el cual viva el genio, se sententre las races para esperarlo. Aunque no lograbaentender cmo un genio tan enorme, tal cual se lo descri-

    biera la slfide, poda vivir all.Mientras reflexionaba, de pronto escuch un estrpito

    formidable bajo sus pies y casi de inmediato se abri elsuelo y sali una gruesa columna de humo.Beatriz, aterrada, se levant de un salto y no encontr

    nada mejor que hacer para protegerse, que subir a la copadel boldo y esperar all, oculta, la marcha de los acon-tecimientos.

    El humo, denso como alquitrn, poco a poco dej pasoa un gigantesco genio, negro y horroroso, que traa tresgrandes cajas consigo. Tena el porte de una casa, llevabapuesto un pantaln bombacho granate y era gordo y conun impresionante sable colgndole sin funda desde el

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    49/118

    49

    cinturn. Mantena entre las manos una oxidada cadenaunida a las tres grandes cajas.

    Beatriz permaneci inmvil observando lo que ocurra

    entre las races del rbol. No se atreva ni siquiera apestaear por temor a que el genio levantara la vista y ladescubriera. Pero el genio pareca muy absortodesenredando la cadena. Despus desempolv las cajas,quit los cerrojos y a continuacin las abri.

    De la primera caja sali un anciano barbudo de aspecto

    venerable, de la segunda surgi una mujer deincomparable belleza, y de la tercera, la ms pequea,

    sali un gato, un simple gato, negro, no muy grande,que al instante empez a maullar a la vez que agitaba conmovimientos bruscos la cola.

    La curiosidad de Beatriz pudo ms que su miedo y

    alarg el cuello para observar mejor lo que aconteca abajo.El anciano cay de rodillas delante del genio e inclinla cabeza esperando lo que l supuso era el fin de sus das.La mujer, en cambio, comenz a rer a carcajadas, sinmostrar temor, y el gato, con el lomo engrifado, siguimaullando y moviendo sin cesar la cola.

    El genio cogi a la mujer de la cintura y la mirdirectamente a los ojos. Con voz de trueno, le dijo:Hermosa ninfa del Pas de los Espejismos Perpetuos.

    Preciosa criatura a la que rob cuando aprobaste conhonores las peores pruebas de hechicera. Deidad de la que

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    50/118

    50

    he estado desde siempre enamorado. Aqu est lo que mepediste. ste es el mago Euclades, rey de la remota reginde Prioxes y peligroso guerrero a quien derrot luego de

    una batalla gloriosa. A su lado est Aleaxonora, soberanade las Islas Perdidas de Occidente, mxima bruja del da, aquien quit todos sus poderes hasta dejarla convertida engato. Ests satisfecha?

    La joven, lejos de impresionarse con las palabras delgenio, le hizo una mueca despectiva, y despus,

    ponindose las manos en la cintura, le dijo:Ahora ni Euclades ni Aleaxonora me interesan,

    tonto genio. Hasta ayer s, porque dominndolos podrahaber dominado a todos los seres vivientes del territorio.Pero hoy han dejado de ser importantes. Tuve una visin.Ayer un cartero humano pas los lmites de Wexterfalia y

    el brillo de su alma le fue extrado por el Mago de losEspejos.Aagghh!...El genio, asombrado, haba dejado escapar un potente

    alarido.T dices quererme sigui la mujer, sin inmutarse

    con el grito del genio. Pues bien, si tanto me quieres,

    dame una prueba de tu cario. Treme el brillo del almadel cartero humano.Es que... no puedo hacerlo se excus el genio,

    desesperado, mirando a la mujer con temor. Pdeme lo

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    51/118

    51

    que quieras, aun las cosas ms imposibles, pero no eso.Puedo darte riquezas, esclavos, joyas, mover montaas yvencer a los seres ms poderosos. Pero el brillo de un alma

    humana nicamente puede ser usado por quien lo extrajo.Entonces apaga el brillo y acaba con el Mago de los

    Espejos lo fustig la mujer. Con eso yo ser la mspoderosa.Me pides algo imposible dijo el genio. l tiene

    ahora el mximo poder. Est protegido por el fulgor del

    alma.Eres un cobarde y no mereces que te quiera lo

    reprendi la mujer. En vista de las circunstancias, ahoralo nico que deseo es que te deshagas cuanto antes deEuclades y de Aleaxonora. Elvate con ellos tan alto comopuedas y despus dejalos caer para que sus huesos queden

    enterrados muy profundamente.Qu vengativa y malvada eres! se estremeci el

    genio. No s si hago bien querindote como te quiero.La joven se agach, cogi una piedra y se la lanz al

    genio, aunque con psima puntera. El genio, lleno de ira,tom a la mujer de la cintura y la encerr en la caja. Hizolo mismo con el anciano y con el gato y despus sell las

    tres cajas. Luego se tendi en el suelo y apoy su horriblecabeza en el tronco del boldo. Entonces, sollozando, dijo:Ay! Pobre de m! Esta mujer tan ruin ser mi

    perdicin. De qu me sirvi quitarles las sortijas al mago

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    52/118

    52

    y a la hechicera y dejarlos inermes? Ahora tendr quematarlos y mi esfuerzo habr sido en vano. Pobre de m!repiti.

    Y cansado como estaba, no tard en quedarse dormido.Beatriz, en el rbol, no supo qu hacer. Pero viendo al

    genio dormido y por lo tanto completamente indefenso,baj y se detuvo junto a l. Era monstruoso! El sablebrillaba con intensidad devolviendo el reflejo del sol y sepregunt a cuntos enemigos habra liquidado con tan

    formidable arma. Cerca del sable, colgando de la hebilladel cinturn, descubri una sarta con tres anillos y unallave.

    Con mucho cuidado, descolg la sarta y sac los tresanillos y tambin la llave. Los tres anillos eran de oro ytenan incrustadas magnficas piedras preciosas. La llave,

    en cambio, era slo de bronce.Despus, extremando las precauciones, descorri elcerrojo de la primera caja, en la cual estaba el anciano, y laabri. El hombre la mir extraado y ella le hizo una seaindicndole que saliera. Luego repiti la operacin con elcerrojo de la segunda caja, donde se hallaba el gato,aunque no se atrevi a abrirla por temor a que los

    maullidos despertaran al genio.Entonces, mostr los tres anillos al anciano y ste

    escogi uno y se lo puso.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    53/118

    53

    Despus, el anciano, con pasos sigilosos, fue donde elgenio. Lo ltimo que vio Beatriz antes de cerrar los ojos ydar vuelta la cabeza, fue al anciano levantando el arma del

    genio y apuntando directo al rugoso cuello.Cuando abri los ojos, el gigante ya no estaba. En su

    lugar solamente quedaba algo de humo y en el suelo unagran mancha negra.

    El anciano ejecut a continuacin una serie de extraosmovimientos. Primero golpe la tierra con un pie y la caja

    donde se encontraba la bella mujer se hundi como sihubiera cado en un profundo foso. Despus sac al gatode la otra caja y le puso una de las sortijas. Por ltimo,cogi al gato de la cola y le dio una vuelta completa en elaire. Al colocar otra vez al gato en tierra, ste poco a pocoempez a transformarse en una hermosa joven, de cabello

    cobrizo largo y grandes ojos almendrados, que se mostrmuy disgustada con lo sucedido.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    54/118

    54

    Una vez que la metamorfosis lleg a su trmino, elanciano, hacindole una reverencia a la nia, le dijo:

    Querida nia, salvaste mi vida y la de Aleaxonora ypor eso te estaremos eternamente agradecidos. Mi nombrees Eucla-des y soy mago y rey en un remoto territorio.Dime en qu puedo ayudarte.

    Beatriz le narr su historia y lo sucedido con su padre,poniendo especial nfasis en el largo viaje emprendido por

    ella para recuperar el brillo del alma. Por ltimo, lepregunt por el paradero del Mago de los Espejos.

    El rostro del anciano se ensombreci antes decontestar.Es casi imposible llegar hasta l dijo. Vive en un

    palacio de acero protegido por tres gruesas puertas, detrs

    de las cuales hay arpas, cancerberos y cclopes. Pero lopeor del caso es que cada puerta puede abrirse slo conuna nica llave y las tres llaves se las entreg el Mago delos Espejos a los tres peores genios de la regin. Una de lasllaves es la que tomaste cuando el genio dorma. Faltanotras dos.He de encontrarlasdijo Beatriz decidida.Y yo te ayudar dijo el anciano. Pero no ser

    fcil. Te indicar dnde hallar a los otros dos genios. Unovive en una fuente situada al pie de un sauce, no lejos deaqu, y se esconde bajo la apariencia de un pez rojo. El otro

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    55/118

    55

    est ms distante. Hay que alcanzar una alta tapia, saltarlay entrar en un desierto. Cuando menos lo esperes vers algenio.

    Y qu debo hacer para conseguir las dos llaves quefaltan?pregunt Beatriz confundida.Al llegar cerca de la fuente, el primer genio tratar

    de hacerte su prisionera. Lo aceptars con la nicacondicin de que te d algo a cambio. l tambin aceptary sellar el trato. T, entonces, le exigirs que te entregue

    el pez blanco que est en la fuente. Tendrs que insistir enque eso es lo nico que deseas. El pez blanco es su esposay l no puede vivir sin ella. Cuando lo veas dudar y teimplore por la vida de su esposa, le pedirs, encompensacin, tu libertad y la llave. Una vez con la llaveen tu poder seguirs directamente hasta el desierto. All,

    en cualquier momento, el otro genio se acercar a titransformado en insecto. Debers atraparlo de inmediato oestars irremediablemente perdida. Para liberarlo, cuandote lo suplique, solictale la llave y al mismo tiempo exgeleque te lleve al castillo del Mago de los Espejos.Y qu hago con este anillo que sobr?pregunt la

    nia una vez que terminaron las explicaciones del mago.

    Es tuyo por derecho propio dijo el anciano.Perteneca a la hechicera de la cual estaba enamorado elgenio. Al usarlo te permitir volar.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    56/118

    56

    Oh! Qu bien! dijo Beatriz. Y guard el anillo enel bolsillo de su delantal junto a la llave.

    Y para ayudarte en tu misinagreg el anciano,

    te har un obsequio en agradecimiento a lo que hiciste porm.

    El anciano se sac un anillo que llevaba en el dedomeique y se lo entreg a la nia, explicndole que alponerse aquel anillo se volvera por una sola vez y porcorto tiempo invisible.

    Beatriz guard tambin el anillo en el bolsillo de sudelantal y se dispuso a partir.

    Aleaxonora la detuvo.Espera dijo. Yo tambin tengo algo que

    entregarte.Y le pas a la nia un anillo, parecido al anterior, que

    ella coloc sin demora junto a los otros en el bolsillo.La indicacin de la mujer fue que al ponerse aquelanillo adquirira tal velocidad corriendo que, en caso deser perseguida, nadie podra alcanzarla. Aadi que suefecto tambin era de corta duracin y por una sola vez.

    Agradeci la nia este nuevo obsequio y a

    continuacin se despidi y emprendi la marcha.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    57/118

    57

    VIII

    LOS OTROS DOS GENIOS

    Beatriz sigui en detalle las indicaciones del magoEuclades y no se detuvo hasta alcanzar el sauce. A los piesdel rbol haba una fuente muy cristalina donde nadabanmulticolores peces. Beatriz se hallaba muy entretenida,observando el suave nado de los peces, cuando,sbitamente, una explosin cercana le hizo levantar la

    vista y descubri, junto a ella, una horrible cabeza. Era elgenio! Y aunque estaba preparada para enfrentarlo, nopudo evitar que un escalofro de pavor le recorriera laespalda, las piernas y tambin los brazos.

    El genio, que tena la cara entera roja y toscas faccionesde pez, bostez ruidosamente y dijo:

    Por qu, nia, interrumpes mi sueo?Beatriz no supo qu contestar. Las palabras del genioparecan amables, pero ella saba, por lo que le dijeraEuclades, que los genios eran seres perversos.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    58/118

    58

    Te convertir en mi prisionera si no respondes deinmediato!vocifer el genio, cambiando bruscamente suactitud.

    Est bien, genio respondi la nia, sin demostrartemor. Lo acepto. Ser tu prisionera, pero tendrs quedarme algo a cambio. Es justo, verdad?Vaya! As que aqu tenemos a una nia inteligente

    ri el genio. De acuerdo. Pide lo que quieras, aunquede nada te va a servir donde te voy a enviar.

    Y si no cumples?Cumplir dijo el genio. Has de saber que un

    genio siempre cumple lo que promete. Salvo que sea algoimposible de cumplir. Pedirs algo imposible?

    Oh, no! Pedir algo fcil.Entonces no hay problema, nia. Acepto tu trato.

    Quiero el pez blanco que est en la fuente!Quee...?El genio palideci y le castaetearon los dientes.

    Dirigi a la nia una mirada cargada de odio y despus semordi los labios.

    Por un momento, Beatriz temi que el genio lagolpeara y cerr los ojos y se cubri el rostro con ambasmanos. Pero un instante despus el genio se apacigu e,incluso, intent mostrarse amable.Pero, niadijo, para qu pides algo tan simple?

    Puedo darte cosas mejores, como por ejemplo la ms

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    59/118

    59

    grande de las joyas, o deliciosos manjares, o, si lo prefieres,otros peces de colores de los muchos que hay en la fuente.Quiero el blanco!insisti Beatriz. Es todo lo que

    pido.El genio todava intent disuadirla por otros medios,

    ofrecindole filtros encantados, frutas que producanalucinaciones y otra gran variedad de objetos mgicos,mas fue en vano.De qu me sirve todo eso estando prisionera? dijo

    la nia.Y para qu quieres el pez blanco? pregunt a su

    vez el genio.Pues... para comrmelo!La respuesta de Beatriz fue tan dura y precisa que el

    genio vacil.

    Por favor, nia

    implor el genio

    . No puedodarte ese pez. Mejor deshagamos el trato y no sers miprisionera.Entonces, si no me das el pez, tendrs que

    recompensarmedijo la nia.De acuerdo, nia se someti el genio. Dime qu

    deseas.

    Lo siguiente...Beatriz pidi al genio la segunda llave del castillo,

    algunas frutas y le hizo prometer que no la seguira. Elgenio, irritado, a regaadientes tuvo que aceptar.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    60/118

    60

    Una vez con la llave en su poder, la nia continu sucamino siguiendo al pie de la letra el resto de lasinstrucciones que le diera el mago Euclades.

    Avanz por un retorcido sendero, que se internabaentre los rboles, y luego de mucho andar, cuandopensaba que se haba perdido, alcanz por fin la tapia. Eramuy alta y tuvo que afanarse para superarla. Al otro ladohaba un desierto.

    Se estremeci, atemorizada, al pensar que tendra que

    ir por aquel arenal interminable. Pero de todos modos dejla tapia y avanz. El sol pegaba con fuerza y el calor eraagobiante. Hacia los cuatro puntos cardinales, hasta dondealcanzaba con la vista, divis nicamente llanura, soledady un arenal esplndido. Pronto el cansancio, la sed y la altatemperatura terminaron por doblegarla. Abatida, se dej

    caer sobre la candente arena.Mientras permaneca recostada y con los ojosentornados, sinti de pronto un agudo zumbido cerca desus odos. Sorprendida, abri los ojos y vio girar alrededorde su cabeza un extrao insecto. Ms rpida que un rayopeg un manotazo al aire y lo atrap.

    El zumbido dentro de su mano se hizo ensordecedor.

    Entonces, escuch una voz muy potente, provenientede su mano, que dijo:Sultame! Por favor, nia, sultame!Eres... el genio?pregunt Beatriz.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    61/118

    61

    S. Y si no me sueltas al instante lo lamentars.No creo que ests en condiciones de amenazarme,

    genio. Dime, qu pasara, por ejemplo, si apretara mis

    dedos?Ay! No! No lo hagas! Por favor, sultame, nia.Te soltar. Pero con una condicin.Est bien, pide lo que quieras, pero que sea rpido

    porque me estoy ahogando.Sabiendo que los genios jams mentan, Beatriz dijo:

    Quiero la tercera llave del castillo del Mago de losEspejos!Oh! No!dijo el genio. Eso me enemistara para

    siempre con l.

    Pero un genio nunca deja de cumplir lo que prometeinsisti Beatriz. Tambin quiero que me jures que no

    me hars ningn dao y que adems me conducirsdirecto hasta el castillo.Mientras hablaba, Beatriz apret ms la mano.Ya! Est bien, nia! Cumplir! Cof, cof, cof! Pero

    sultame ya!Beatriz abri la mano y el insecto vol hasta la arena.Entonces ocurri algo prodigioso. El insecto comenz a

    crecer y en pocos segundos se transform en un feo genio,de cuyos hombros salan dos alas redondas ytransparentes. El genio vesta coloridas prendas, usaba

    bigote y turbante, y calzaba puntiagudas pantuflas.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    62/118

    62

    Satisfar tus tres deseos, nia tron el genio,aunque has de saber que jams en mis cientos de aos deexistencia haba ayudado a nadie.

    Siempre hay una primera vez para todo, genio. Yahora dame la llave.

    Est bien, te la dar.El genio sac una gargantilla de oro que llevaba

    alrededor del cuello y la cort, apartando una llavetambin de oro.

    Aqu est la llavedijo. Aunque sin las otras dos,una de bronce y otra de plata, no te servir de nada.No importadijo Beatriz.Y puso la llave de oro en el bolsillo de su delantal,

    junto con las llaves de plata y bronce y los tres anillos.Bien, genio dijo entonces. Ahora llvame hasta

    el castillo.Ves esa colina dorada all a lo lejos? dijo el

    genio. La rodean varios bosques y en la base est elcastillo.Entonces... Vamos!El genio cogi con suavidad a la nia y antes de que

    sta tuviera tiempo de darse cuenta de lo que estabasucediendo, se vio volando hasta quedar de pie ante unaformidable fortaleza.

    Beatriz busc al genio y no pudo hallarlo. Frente a ella,en el castillo, destacaba una inmensa puerta de madera

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    63/118

    63

    reforzada con gruesas lminas de acero, hermticamentecerrada. Mir en todas direcciones, por si vea algnpeligro, y despus se acerc a la puerta.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    64/118

    64

    EN EL CASTILLO DEL MAGO

    Beatriz sac la llave de bronce del bolsillo de sudelantal y la introdujo en la cerradura. No tuvonecesidad de girarla, porque, muy suavemente, lapuerta se abri. Entr y observ. Se hallaba en un in-menso saln, con grandes estatuas adornando losrincones y extraas flores azules resplandeciendo enlas murallas. Avanz lentamente, temerosa de toparsecon los monstruos descritos por el mago Euclades. La

    puerta, tras ella, se cerr sin producir un solo ruido.Mir hacia el frente y vio, en el otro extremo, entre dospilares, una nueva puerta. Hacia all se dirigi.

    Mientras avanzaba contempl las estatuas. Con pavorcomprob que eran enormes perros con tres cabezas yaspecto repelente. Por la descripcin dada por el mago

    Euclades supo que aqullos eran los cancerberos.Horrorizada, vio cmo uno de los perros mova la cola,

    otro las patas, y el tercero las orejas. Estaban vivos!Sigui caminando algo ms aprisa, sin dejar de mirar a

    los perros, quienes, desperezndose, la miraron a su vez,cada uno con sus tres pares de ojos y empezaron a gruir y

    a mostrar los dientes.Beatriz se desesper al comprender que, por muyrpido que corriera, jams alcanzara la puerta. Entonces,

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    65/118

    65

    acometida por una salvadora idea, meti la mano en subolsillo, sac uno de los anillos y se lo puso.

    Al principio no sucedi nada, pero luego, como si

    alguien la estuviera borrando con una gigantesca goma, sumano desapareci y despus desapareci el brazo y a

    continuacin el resto del cuerpo. Ahora era lo mismoque el aire: a simple vista completamente invisible.

    Los cancerberos, que ya iban a lanzarse al ataque, sedetuvieron confundidos. Entonces, uno de ellos husme el

    suelo y de inmediato empez a seguir las huellas. Mas yaBeatriz haba alcanzado la segunda puerta colocando lallave en la cerradura.

    Cuando la puerta se abri, los cancerberos iniciaronuna rauda carrera para pasar a la otra habitacin, pero lapuerta volvi a cerrarse justo antes de que lo consiguieran.

    La nia estaba ahora en un recinto algo ms amplioque el anterior, con gruesas alfombras cubriendo el piso ylujosos tapices colgando de las paredes.

    Se alegr de no encontrar all ninguna horrorosacriatura cortndole el paso.

    Avanz hacia la siguiente puerta sin perderse detallede cuanto la rodeaba.

    De pronto, cuando iba en mitad del saln, percibialeteos arriba y un hedor insoportable. Levant la vista ydescubri, pendientes del cielo raso, unos sucios animalescon rostro de mujer y cuerpo de ave de rapia.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    66/118

    66

    Supuso que aqullas eran las arpas y se sintiasqueada y a la vez confundida.

    Como las aves no podan verla, puesto que segua

    siendo invisible, pudo continuar sin mayores problemas.Arriba, en el techo, las arpas empezaron a batir las alascomo si estuvieran a punto de emprender el vuelo.

    Con alivio, Beatriz alcanz la tercera puerta. Hizocoincidir la llave con la cerradura y al momento la puertase abri.

    El tercer recinto era mucho ms espacioso que los dosanteriores y por las paredes caminaban rojas cucarachasluminiscentes. All haba gigantescos muebles, maceteroscon rboles y dos descomunales sillas ocupadas por dosenormes cclopes. Al oirlos, uno de ellos, que pareca haberestado durmiendo, abri desmesuradamente su nico ojo

    y se levant de un salto. Como no viera nada extrao que-d muy desconcertado. El otro, entonces, de aspecto muyferoz, abandon con presteza su silla y se acerc a lapuerta recin abierta, blandiendo entre las manos unaformidable porra.

    En la estancia contigua, en tanto, las arpas batan sincesar las alas, formando una descomunal algaraba a la vez

    que emitan chillidos plaideros.Cuando un segundo ms tarde la puerta volvi a

    cerrarse, los cclopes, ya ms calmados, retornaron a susasientos.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    67/118

    67

    Entretanto, Beatriz haba avanzado aprisa. Super unportal y subi por una empinada escala hasta el segundopiso. All se top con una luminosidad cegadora. Eran los

    rayos solares que se filtraban por las altas ventanas y quemultiplicaban su potencia al rebotar en una serie deespejos.

    Not, preocupada, cmo poco a poco perda suinvisibilidad.

    Continu avanzando por un largo corredor

    alfombrado, extremando las precauciones.En un recodo descubri algo que la dej perpleja. Vio

    su propia imagen reflejada en las murallas, en el piso y enel cielo raso. No tuvo que pensar mucho para comprenderque estaba atrapada en un laberinto de espejos. Se asustun poco al pensar que, quizs, jams saldra de all. Pero

    como era obstinada y adems no tena ninguna otraalternativa, continu adelante.Se golpe varias veces las manos y la cara creyendo

    haber encontrado una salida. La encrucijada de espejosestaba dispuesta de tal manera que no haba forma deacertar a dar con el camino correcto.

    Para no confundirse, mientras avanzaba, fue apoyandolas manos en los espejos.

    Muy luego, con tantos recovecos, cruces y vueltas,comenz a marearse y adems se sinti tan cansada que nocrey ser capaz de continuar.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    68/118

    68

    Se detuvo para descansar y aclarar las ideas.

    El laberinto pareca interminable. Observ atentamentelos espejos y le llam mucho la atencin uno que emita

    suaves destellos.Fue y lo toc.Por un instante no sucedi nada, pero luego, para su

    sorpresa, el espejo se desvaneci y frente a ella qued unespacio por el cual pudo pasar.

    Ahora estaba en un recinto lujosamente amoblado, con

    azulejos tornasolados cubriendo el piso y tapices configuras arabescas colgando de las paredes. En el centro,

    justo en el centro de la habitacin, sobre una mesita denice con incrustaciones de marfil, haba un pequeofrasco de vidrio que dejaba escapar una anaranjadafosforescencia.

    Oh!

    exclam Beatriz. Y su instinto le indic queaqul era el brillo del alma de su padre.Emocionada, dio un paso al frente para acercarse al

    frasco, pero una barrera invisible la detuvo.

    Lo intent de nuevo con igual resultado.Algo que se mova atrs de un estante la inquiet. Mir

    temerosa, pero no descubri nada anormal.Con lentitud, dio una vuelta completa alrededor de lamesita. Justo entonces, por segunda vez, crey advertirruidos atrs del estante. Gir la cabeza y alcanz a

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    69/118

    69

    vislumbrar una sombra y un rizo rubio desapareciendo enun costado del mueble.Quin est ah?pregunt.

    No obtuvo respuesta.Sea quien sea, salga! se envalenton Beatriz.

    Nada saca con ocultarse. Lo vi...Ahora oy con claridad ruidos atrs del estante.No tard en aparecer la cabeza y luego la mitad del

    cuerpo de un joven rubio de incomparable belleza.

    El joven tiritaba de miedo.No... me hars nada? pregunt el joven,

    adoptando una actitud defensiva.

    Y qu podra hacerte? pregunt a su vez Beatrizextraada. Eres acaso el Mago de los Espejos?Oh, no! Soy solamente Ciclonio, su esclavo.

    Esclavo?

    se sorprendi Beatriz

    . Eso no esposible. Ahora no es tiempo de esclavos. Todos los sereshumanos son libres. Puedes ser su sirviente, o sumayordomo, o su lacayo, pero en ningn caso su esclavo.Pero esclavo es lo que soyinsisti Ciclonio.Y termin de salir desde atrs del mueble.Al ver al joven de cuerpo entero, Beatriz qued sin

    respiracin.Pero... qu te han hecho?pregunt.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    70/118

    70

    Su pregunta se deba a que el joven tena la mitadsuperior del cuerpo de una persona comn y la mitadinferior igual a una cabra.

    Qu me han hecho quines? pregunt a su vezCiclonio, sorprendido.

    Quin convirti la mitad inferior de tu cuerpo enchivato?

    Ciclonio mir sus piernas de cabra sin entender elsentido de la pregunta.

    Que yo sepa, nadie dijo. Mi padre era as,tambin mi abuelo, y lo mismo mi bisabuelo, y as,sucesivamente, todos mis antepasados. Soy un stiro yprovengo de una honorable familia de stiros.

    Beatriz sinti que se le encenda el rostro de lavergenza.

    Te lo preguntaba

    se justific

    porque es primeravez que veo un stiro. Vine en busca del brillo del alma demi padre y creo haberlo encontrado, pero no puedoacercarme al frasco.Tienes razn dijo el stiro. Efectivamente el

    brillo est encerrado en aquel frasco, pero no podrsllevrtelo debido a que hay una barrera mgica, invisible,que lo protege. Adems, hoy en la noche, el Mago de losEspejos abrir el frasco y absorber el brillo. Eso le dar talpoder que se convertir en nuestro nico y definitivoEmperador.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    71/118

    71

    No lo conseguir! dijo resueltamente Beatriz.Yo se lo impedir! Le quitar el frasco con el brillo y ledevolver la salud a mi querido padre!

    El stiro mir con admiracin a Beatriz, suspirruidosamente y dijo:Me gustara ayudarte, nia. Pero la verdad es que

    nada puedo hacer. Mira! Soy slo un simple prisionero yel Mago de los Espejos es el nico que tiene las llaves demis grilletes.

    El stiro hizo un gesto con la mano y Beatriz vio unafina cadena que sala de entre sus patas. La cadena estabaunida a una argolla empotrada en el piso y terminaba enunos toscos grilletes.

    Sin pensarlo dos veces y sin siquiera razonar, porquede haberlo hecho hubiera sabido que lo que pretenda era

    desde todo punto de vista imposible, Beatriz se sac elcollar con la llave que le entregara la slfide y se acerc alstiro para liberarlo.

    Recin en ese momento se percat de la diferencia detamao entre la llave y las pequeas cerraduras. Aunquede todas formas lo intent.

    Entonces... Oh, prodigio! Vaya! En menos de unsegundo la llave se encogi, adaptndose al tamao de lascerraduras y, sin siquiera girarla, los grilletes cayeron alpiso.

    Tanto Ciclonio como Beatriz quedaron maravillados.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    72/118

    72

    Al verse libre, el stiro efectu vistosas maniobras,pero despus se tranquiliz.No lo puedo creer, nia dijo el stiro. Saba de

    fenmenos semejantes. Pero... Vaya! Ahora de esclavo ycuidador del brillo soy un ciudadano libre gracias a ti.Eres el cuidador del brillo? se intranquiliz

    Beatriz, ponindose de nuevo el collar.Lo era, nia dijo el stiro. Lo era. Porque desde

    este momento soy slo tu amigo y humilde servidor. Te

    indicar cmo recuperar el frasco y t me ayudars a salir.Y a continuacin le cont a la nia una largahistoria, explicndole cmo era que l haba llegado all ylo que pretenda el Mago de los Espejos al convertirse enEmperador. Tambin le explic el modo de alcanzar elfrasco:

    Debes poner un espejo frente a la barrera mgica y seabrir un vano del tamao exacto del espejo.Y como en la pared haba varios espejos,

    descolgaron uno y lo colocaron frente a la invisiblebarrera. As, sin mayores complicaciones, Beatriz pudopasar y acercarse al frasco.

    Ya con el frasco en su poder, Beatriz sinti una gran

    alegra y tuvo ansias de gritar y de rer; pero luego pensen su padre y se calm. Entonces, con mucho cuidado,guard el frasco y regres donde Ciclonio.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    73/118

    73

    Hay algo que no me has dicho todava le dijoBeatriz. Algo que yo tampoco te he preguntado.

    Qu?

    Dnde est el Mago de los Espejos?Quin? El Mago? Ciclonio hizo un gesto

    ambiguo con las manos antes de agregar. El Mago salia repartir invitaciones para su autonombramiento comoEmperador Supremo. Primero envi a los minotauros,luego salieron los bucfalos, y l parti al ltimo para

    asegurar la venida de los personajes ms importantes.Y cuando volver?Cuando complete su labor. Todo depende del reloj

    de arena. Al bajar el ltimo grano l aparecer en esterecinto. Es uno de sus poderes y l siempre lo ha usado.Reloj de arena! Cul reloj de arena?

    El que cuelga arriba.Beatriz levant la vista y descubri, suspendido en elaire, sin hilos ni alambres, un gran reloj de arena. En suinterior las partculas caan con lentitud y estaban a puntode llenar la cavidad inferior.Ay!dijo Beatriz. Si el Mago de los Espejos ha de

    regresar cuando caiga el

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    74/118

    74

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    75/118

    75

    ltimo grano, entonces falta poco para que lo haga.Debemos salir de aqu cuanto antes!Vaya! Pero qu tarde es! dijo el stiro sin mostrar

    mayor preocupacin. Pens que el Mago haba salidohaca poco.

    Beatriz tuvo una oscura sospecha.Me has engaado! dijo. Me has estado

    entreteniendo para que el Mago de los Espejos regrese yme encuentre aqu!

    Oh, no! dijo el stiro. Acaso no te ayud arecuperar el brillo? No hicimos un trato?S. Es cierto...Entonces...?Est bien. Huyamos!Beatriz corri hacia el laberinto de espejos, pero

    Ciclonio no la sigui. La nia, desesperada, regres abuscarlo.Vamos!lo apremi. O estaremos perdidos.Es que... no puedo ir balbuce el stiro,

    compungido. Sucede que llevo ms de un siglo aqu yno puedo abandonar al

    Mago de los Espejos ahora que me va a necesitar msque nunca. Lo extraara y adems no sabra qu hacerafuera.Pero... Eso que dices es ilgico! Acaso no quieres

    ser libre?

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    76/118

    76

    No. Y si te ayud lo hice slo con un fin egosta.Sucede que si el Mago hubiera llegado algn da aconvertirse en Emperador, a m me habra expulsado del

    castillo o confinado en algn oscuro calabozo. Aldesaparecer el brillo todo volver a la normalidad. No,realmente no quiero ser libre...Bueno... Si es as... Si lo has decidido...S. Prefiero seguir siendo esclavo dijo Ciclonio.

    Estoy bien aqu.

    Ay! se asust Beatriz de repente al mirar haciaarriba. Faltan pocos segundos para que la arena llene laparte inferior del reloj... Debo huir, Ciclonio! Adis!Adis, nia! dijo el stiro comenzando a ponerse

    los grilletes. Fue un encanto conocerte.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    77/118

    77

    BEATRIZ ENFRENTA AL MAGO

    Luego de abandonar al stiro, Beatriz escap por elcorredor de espejos y dio varias vueltas antes deencontrar el espejo que destellaba. Pas por el vano yalcanz el primer pasillo. Entonces, sin detenerse, bajpor la escala que daba al saln de los cclopes. Sedetuvo jadeante.Los cclopes, al ver aparecer a Beatriz, saltaron de sus

    sillas y levantaron las porras con gestos amenazadores.

    Beatriz, sabiendo que el tiempo apremiaba, sac unnuevo anillo y se lo puso. Sinti calor y experiment unligero cosquilleo en los pies. Y justo cuando uno de loscclopes llegaba junto a ella y se dispona a atraparla,emprendi una veloz carrera. Le pareci que los cclopesquedaban paralizados, vctimas de algn poderoso

    hechizo, porque corri tan rpido que le llegaron a dolerlos talones. Haba que ver de lo que era capaz el anillo!Alcanz la primera puerta y pas al saln de las arpas,despus super el recinto de los cancerberos y a continua-cin sali. Tras ella qued una barahnda tremenda.

    Su problema, ahora, era que no saba hacia dnde ir.

    Corri sin rumbo fijo, con la nica intencin de poner unagran distancia entre ella y el castillo.Una vez que se acab el efecto de la sortija, se detuvo

    para descansar. Sac el frasco con el brillo y lo contemplextasiada.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    78/118

    78

    Justo entonces, escuch unos ladridos distantes.Inquieta, guard el frasco y busc dnde esconderse.Cerca haba un cerro. Decidi escalarlo.

    Lleg a la cima sofocada. Ahora los ladridos se oanms claros. Esto fue lo que vio:

    Abajo, el bosque se extenda en todas direcciones, yms lejos, la colina dorada, en cuya base estaba el castillo,resplandeca. Unos puntos en el cielo llamaron suatencin; parecan pjaros acercndose.

    Se fij mejor y descubri, aterrada, que los pjaros eranlas horrorosas arpas. Sinti asco y miedo al mismo tiempoy desvi la vista para no mirar. Entretanto, al pie del cerro,entre los rboles, aparecieron las desproporcionadascabezas de los cancerberos.

    Y junto a los cancerberos vena un extrao personaje:

    era pequeo, gordo, de brazos cortos y usaba un rojobigote, barba y rizadas patillas. Llevaba en la cabeza unturbante con lentejuelas plateadas, y todas sus vestiduras,incluso los zapatos, devolvan el reflejo solar como si setratara de un formidable espejo.Uy! dijo Beatriz en la parte ms alta del cerro.

    Vienen las arpas, los cancerberos, y el mismsimo Magode los Espejos!

    Y se dedic a pensar en la mejor forma de escapar,pero como ya haba sido descubierta, no supo por dnde.Adems le quedaba un solo anillo, el que le permita volar,

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    79/118

    79

    y, de remontarse, las arpas la perseguiran dondequieraque fuera. Por otra parte los cancerberos ya suban,presurosos, seguidos del extrao personaje.

    Cuando los perseguidores iban en mitad del ceno, elMago de los Espejos porque efectivamente era l dioun agudo grito y los cancerberos se detuvieron al instante.Luego, adelantndose, dijo:Devulveme el frasco con el brillo, nia! Si lo haces

    te perdonar la vida. Te lo prometo como que me llamo

    Jerzy Korzeniowsky.Nunca!exclam Beatriz.Y sinti en el aire, sobre su cabeza, el fragoroso

    aleteo de las arpas.Si no me devuelves de inmediato el frasco, los

    cancerberos se encargarn de ti! aadi el Mago de los

    Espejos.Mentira! le rebati Beatriz. Ni los cancerberos,

    ni las arpas, ni nadie me puede daar. Slo puedenatraparmeaadi.Y eso es justo lo que harn! dijo el Mago.

    Adelante esclavos!grit. A ella! Atrpenla!Los cuatro monstruos tricpites se lanzaron al ataque,

    abriendo las fauces, gru-iendo y ladrando.Beatriz meti la mano en el bolsillo de su delantal y

    sac el frasco que contena el polvo azul. Lo destap y

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    80/118

    80

    cuando las bestias estaban por alcanzarla, les lanz elcontenido a las cabezas.

    Una nube de polvo azul rode a los cancerberos,

    paralizndolos, cambindoles el color y hacindolosdesplomarse, luego, profundamente dormidos.

    El Mago, entonces, que vena atrs de los cancerberosy a quien los polvos no haban afectado, avanz haciala nia dando cmicos saltos.No cantes victoria todava, nia! dijo el Mago.

    An quedan las arpas, los cclopes y el infinito poder demi magia... No escapars!Eso es lo que crees!seal Beatriz.Y ech el brazo hacia atrs y despus lo impuls con

    fuerza hacia adelante. El frasco vaco, que mantena entrelos dedos, sali disparado hacia el Mago de los Espejos,

    acertndole justo en el centro del pecho.Se escuch un ruido de vidrios rotos, como si sehubiera quebrado una vajilla completa, y el hombrecillocay de rodillas y ya no volvi a pararse.Aaagghh!...grit el Mago.Del traje sali algo de humo y tambin varias chispas y

    despus se arrug tornndose opaco.

    Qu... me has hecho? dijo el Mago, casi a puntode ponerse a llorar. Mi fabuloso traje! Mi emblema!Ay! He quedado sin mi magia! Arpas, a ella!

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    81/118

    81

    Pero las arpas, ya liberadas del hechizo del Mago, noacataron esta orden y emprendieron el vuelo cada cual endistintas direcciones.

    Envalentonada, Beatriz se acerc al Mago.Tengo algo que darte! le dijo. No te crees

    valiente?El Mago, que era de una estatura inferior a la de

    Beatriz, se dej caer al suelo, sollozando.No, nia! No me hagas nada! dijo. Por favor!

    Estoy indefenso!...Y aunque Beatriz estaba indignada con el hombrecillopor lo que le haba hecho a su padre, al verlo as, tanhumilde y desvalido, se apiad de l y decidi noagredirlo; simplemente, lo dej all, tendido y sin suspoderes. Baj del cerro mientras detrs de ella se

    escuchaban los ms variados lamentos. El mago se quejabade la prdida de sus poderes; del fracaso de suautonombramiento como Emperador; de su posibleenemistad con los invitados a su frustrada fiesta; de quesera el hazmerrer de los habitantes del territorio; de tenerde amigo slo a un miserable stiro, etc.

    Luego de bajar del cerro, Beatriz se intern en un

    pintoresco valle. Mientras caminaba not, preocupada,cmo el sol poco a poco se acercaba al horizonte.Huy! dijo. Cmo pasa el tiempo! Debo darme

    prisa.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    82/118

    82

    Y apur el paso.Cruz el valle y lleg a una explanada donde trat de

    orientarse.

    Mientras estudiaba el lugar, de pronto sinti trepidar latierra bajo sus pies, y al levantar la vista vio, acercndose alargas zancadas, a los dos cclopes.Ay! Los cclopes! dijo aterrada. Los haba

    olvidado!Y como no encontr nada mejor que hacer para

    escapar que usar el anillo y salir volando, se lo puso yesper impacientemente los resultados.Not un ligero mareo, despus se sinti muy liviana y

    comenz a elevarse. Se impuls ligeramente con los pies yeso la ayud a subir ms todava, alejndose de los cclo-pes, quienes lanzaron manotazos al aire aunque sin

    ninguna posibilidad de alcanzarla.Desde arriba vio gran parte del territorio.No tard en descubrir algunos lugares conocidos: el

    desierto donde tuviera el encuentro con el ltimo genio; elsauce con la fuente del pez blanco, y el boldo desde cuyasraces haba surgido el primer genio. Tambin vio variosros, algunos palacios y una gran cantidad de cosa

    extraas.Sigui volando, impulsndose con suaves

    movimientos de brazos y piernas, realizando el trayecto deregreso.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    83/118

    83

    Repentinamente, cuando le faltaba poco para alcanzarel sitio donde se topara con la slfide y la bruja, empez a

    bajar sin que pudiera evitarlo.

    Sabiendo que el efecto del anillo estaba por concluir,escogi un lugar que le pareci seguro para el aterrizaje ytrat de controlar el descenso.

    Cay sobre un csped alto, que creca en un sueloblando y hmedo.

    Parece que desvi la ruta se dijo Beatriz,

    levantndose. Pero no estoy muy lejos del lugar en elcual se encuentra el columpio.

    Comprob que el frasco con el brillo no se habaquebrado y busc algn sendero que le permitiera unavance ms expedito. Los arbustos la rodeaban como siestuviera dentro de un inmenso cerco.

    Vaya!

    dijo

    . Tendr que pasar por sobre estosmatorrales.Y dio un paso adelante.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    84/118

    84

    PRISIONERA DEL HOMBRE-RBOL

    Cuando Beatriz toc los primeros matorrales,

    de pronto stos se movieron cerrndole el paso.Dio un salto atrs, asustada.

    Entonces, al fijarse mejor, descubri que lo que en unprincipio haba confundido con simples arbustos, eran, enrealidad, los verdes cabellos de un ejrcito de enanos.

    Los enanos tenan los ojos grandes, cuerpos rechonchos

    y las piernas tan cortas que, en cualquier otra ocasin,Beatriz se hubiera redo preguntndose cmo hacan paracaminar. Pero tenan una actitud belicosa, le cerraban elpaso y blandan aguzadas ramas, lo que no haca presagiarnada bueno.

    Uno de los enanos, que pareca ser el jefe, se acerc aBeatriz y le tir el delantal.Fulgor!dijo el enano.

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    85/118

    85

    Qu? Quieres el brillo? pregunt Beatrizsorprendida. Es eso?Fulgor! repiti el enano, haciendo un gesto

    afirmativo con la cabeza.Jams! dijo Beatriz. Y empuj al pequen,

    botndolo y emprendiendo luego una vertiginosa carrera.Lo sorpresivo de su accin le permiti superar el cerco

    de enanos, ya que stos tuvieron que apartarse con rapidezpara evitar ser pisados.

    Pero pronto los hombrecillos se reagruparon yemprendieron la persecucin.Y si bien Beatriz, motivada como estaba, corra de

    prisa, haba que ver de lo que eran capaces las cortaspiernas de los velludos enanos. Parecan hlices de avinpor la velocidad con que se movan.

    Ya Beatriz se consideraba perdida, exhausta y con susperseguidores pisndole

    los talones, cuando sinti quejidos detrs de ella ytambin ruido de cuerpos derrumbndose.

    Al mirar hacia atrs qued estupefacta: cortndole elpaso a los enanos se hallaba un vejete alto, flaco y depiernas arqueadas.

    Beatriz qued muy impresionada con la aparicin delvejete, al que pareca que se lo iba a llevar el viento por lodelgado que era. Derribaba a los enanos como si fueranfrgiles palitroques o simples figuras de papel. Les

  • 8/9/2019 Don+Evaristo,+el+cartero

    86/118

    86

    apuntaba con una rama, la mova en crculos, y los enanosal instante caan y ya no volvan a pararse.

    Entre los enanos que se mantenan en pie se produjo

    un desbande total. El


Recommended