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El Leninismo Luk Acsiano de los años de Historia y conciencia de clase (Giovanni Giglioli)

Date post: 28-Oct-2015
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Giovanna Giglioli EL LENINISMO LUKACSIANO DE LOS AÑOS DE "HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE" Summary: This is the second of three articles destined to enlighten the role of leninism in His- tory and closs consciousness. Through the analysis 01 Lenin's positions and of the International and 01 Lukács' papers of 1918-1922, this second e.wy intends to show the presence in the roots 01 History and closs consciousness of a leninist politi- cal attitude, as well as the frankly overpoliticized and leftist character of Lenin 's own attitudes in thoseyears. Resumen: Se trata del segundo de una serie de tres artículos destinados a esclarecer el papel del leninismo en Historio y conciencia de close. Me- diante el análisis de los posturas de Lenin y de La Internacional así como de los escritos lukacsianos de los años 1918-1922, este segundo ensayo pre- tende mostrar la firme presencia en los raíces de Historio y conciencio de ciase de una postura polí- tica leninista, así como el carácter francamente so- brepolitizado e izquierdista de las posiciones del propio Lenin en aquellos años. IntroducciÓn En un artículo anterior (1), dedicado a la discu- sión crítica de las más conocidas versiones y los más notorios silencios acerca del papel del lenínis- mo en HCC(2), proponíamos una nueva línea in- terpretativa. Según ésta, la obra lukacsiana sería el resultado de un proyecto coherente por recons- truir la ortodoxia teórico-revolucionaria de Marx sobrela base de los análisis y las exigenciaspolíti- casdel leninismo de la revolución mundial, mili- tantemente asumido por el joven Lukács entre 1918y 1922. Desde este punto de vista, la convi- venciaen HCC de un leninismo "ortodoxo" y de una original interpretación de la teoría dialéctica sobre bases hegelianas ya no sería el producto de una contradicción política intrínseca a la pers- pectiva lukacsiana, sino, por el contrario, el contra- dictorio resultado de un proyecto surgido de un terreno histórico y político marcado por la conjun- ción de factores objetivos y sujetivos excepciona- les. Entre los segundos, sin duda inseparables de los primeros, hallamos una dimensión peculiar y normalmente ignorada del leninismo de los años 1918-1921. Asumida por Lukács como la concre- ción histórica de la ortodoxia marxista, esta etapa del leninismo, izquierdista y sobrepolitizada, se ha- lla, en nuestra opinión, en la génesis misma de la teoría dialéctica de HCC y de sus constantes recur- sos a categorías de corte hegeliano, particular- mente adecuadas para expresar, en los términos de la identidad, la necesidad de la concreción inme- diata de la teoría en práctica revolucionaria. Como lo señalábamos al concluir nuestro prece- dente artículo, el contraste que fmalmente mues- tra HCC entre "marxismo" y "leninismo" no deri- varía, entonces, de puntos de vistas contradictorios en lo teórico y lo político, sino más bien del inten- to lukacsiano por eternizar en la teoría un momen- to histórico determinado del leninismo y de las aspiraciones que lo acompañan. Antes de intentar mostrar en los textos la viabilidad de esta línea interpretativa, ubicando el leninismo lukacsiano en la génesis de las categorías dialécticas de HCC,nos corresponde, sin embargo, fundamentar históri- camente la viabilidad de nuestra hipótesis, anali- zando las posturas leninistas y lukacsianas de los años 1918-1922, en búsqueda de su intrínseca compatibilidad con una dialéctica revolucionaria de corte hegelianizante y con el contexto propio de la época de la primera posguerra y de la supues- ta inminencia de la revolución mundial. A pesar del compromiso de la Segunda Interna- Rev. Fil. Univ. Costa Rica XXIV (60),217-228,1986
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Page 1: El Leninismo Luk Acsiano de los años de Historia y conciencia de clase (Giovanni Giglioli)

Giovanna Giglioli

EL LENINISMO LUKACSIANO DE LOS AÑOS DE"HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE"

Summary: This is the second of three articlesdestined to enlighten the role of leninism in His-tory and closs consciousness. Through the analysis01 Lenin's positions and of the International and01 Lukács' papers of 1918-1922, this seconde.wy intends to show the presence in the roots 01History and closs consciousness of a leninist politi-cal attitude, as well as the frankly overpoliticizedand leftist character of Lenin 's own attitudes inthoseyears.

Resumen: Se trata del segundo de una serie detres artículos destinados a esclarecer el papel delleninismo en Historio y conciencia de close. Me-diante el análisis de los posturas de Lenin y de LaInternacional así como de los escritos lukacsianosde los años 1918-1922, este segundo ensayo pre-tende mostrar la firme presencia en los raíces deHistorio y conciencio de ciase de una postura polí-tica leninista, así como el carácter francamente so-brepolitizado e izquierdista de las posiciones delpropio Lenin en aquellos años.

IntroducciÓn

En un artículo anterior (1), dedicado a la discu-sión crítica de las más conocidas versiones y losmásnotorios silencios acerca del papel del lenínis-mo en HCC(2), proponíamos una nueva línea in-terpretativa. Según ésta, la obra lukacsiana sería elresultado de un proyecto coherente por recons-truir la ortodoxia teórico-revolucionaria de Marxsobrela base de los análisis y las exigenciaspolíti-casdel leninismo de la revolución mundial, mili-tantemente asumido por el joven Lukács entre1918y 1922. Desde este punto de vista, la convi-venciaen HCC de un leninismo "ortodoxo" y deuna original interpretación de la teoría dialéctica

sobre bases hegelianas ya no sería el producto deuna contradicción política intrínseca a la pers-pectiva lukacsiana, sino, por el contrario, el contra-dictorio resultado de un proyecto surgido de unterreno histórico y político marcado por la conjun-ción de factores objetivos y sujetivos excepciona-les. Entre los segundos, sin duda inseparables delos primeros, hallamos una dimensión peculiar ynormalmente ignorada del leninismo de los años1918-1921. Asumida por Lukács como la concre-ción histórica de la ortodoxia marxista, esta etapadel leninismo, izquierdista y sobrepolitizada, se ha-lla, en nuestra opinión, en la génesis misma de lateoría dialéctica de HCCy de sus constantes recur-sos a categorías de corte hegeliano, particular-mente adecuadas para expresar, en los términos dela identidad, la necesidad de la concreción inme-diata de la teoría en práctica revolucionaria.

Como lo señalábamos al concluir nuestro prece-dente artículo, el contraste que fmalmente mues-tra HCC entre "marxismo" y "leninismo" no deri-varía, entonces, de puntos de vistas contradictoriosen lo teórico y lo político, sino más bien del inten-to lukacsiano por eternizar en la teoría un momen-to histórico determinado del leninismo y de lasaspiraciones que lo acompañan. Antes de intentarmostrar en los textos la viabilidad de esta líneainterpretativa, ubicando el leninismo lukacsiano enla génesis de las categorías dialécticas de HCC,noscorresponde, sin embargo, fundamentar históri-camente la viabilidad de nuestra hipótesis, anali-zando las posturas leninistas y lukacsianas de losaños 1918-1922, en búsqueda de su intrínsecacompatibilidad con una dialéctica revolucionariade corte hegelianizante y con el contexto propiode la época de la primera posguerra y de la supues-ta inminencia de la revolución mundial.

A pesar del compromiso de la Segunda Interna-

Rev. Fil. Univ. Costa Rica XXIV (60),217-228,1986

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nacional, impulsado por Lenin, de utilizar la guerrapara acelerar la destrucción de la dominación bur-guesa, los partidos socialistas de toda Europa seunen a los partidos burgueses en un común senti-miento nacionalista. Lenin forja para ellos la carac-terización de "social-chauvinistas" y sostiene enZirnmerwald la urgencia de fundar una Tercera In-ternacional y la necesidad de que una revoluciónsocialista ponga fin a la guerra. Sus tesis permane-cen por el momento en franca minoría, pero ya enenero de 1916 varios socialdemócratas alemanes,entre ellos Rosa Luxemburgo, se reunen alrededorde Karl Liebknecht, a quien Lenin señala como elrepresentante de la revolución alemana. Denunciala guerra imperialista con la consigna "guerra a laguerra", aún sin recoger todavía la tesisleninista dela transformación en guerra revolucionaria. A pesarde la radicalización creciente que lo acerca emotí-vamente a estas posturas revolucionarias, Lukácspermanece todavía apegado a un rigorismo éticoajeno a toda reflexión política realista. Dedicado ala lectura de Marx dialéctico, trabaja al mismotiempo en una fllosofía de la historia que defínírámás tarde como de corte básicamente hegeliano y,a la vez, influída por el sindicalismo revolucionariode Szabó y los escritos de Sorel. Se trata de unmomento ambiguo y fecundo, caracterizado por"una nota de abstrato sujetivismo eticizante" (3) ypor cierta visión revolucionaria del mundo todavíaenraizada en un anticapitalismo romántico y anar-quizante. Pese a sus limitaciones políticas, ésta per-mitirá a Lukács evolucionar al margen de la social-democracia reformista y de la burocracia de parti-do, hacia el internacionalismo revolucionario delos años 1918-1920.

En diciembre de 1917, dos meses después de losacontecimientos de octubre, Rusia empieza las ne-gociaciones de paz con las potencias centrales. Des-pués de dificultades y divergencias internas, la fir-ma del tratado de Brest abre camino, en medio dela división capitalista, a la consolidación del gobier-no revolucionario. Mas durante algunos años, laseguridad nacional y la promoción de la revoluciónmundial constituirán una línea política única, ple-namente asumida por el Lukács revolucionario ycuyo análisis se muestra imprescindible para la ubi-cación y comprensión de HCC. Entre 1918 y 1921el movimiento revolucionario europeo y la direc-ción soviética, reunidos a partir de 1919 en la In-ternacional Comunista, se hallarán estrechamenteunidos en la convicción, sustentada en la agudacrisis capitalista y en el ascenso constante del mo-

vimiento de masas, de que el triunfo bolcheviquees a la vez detonante y modelo de la revolucióneuropea ya en curso.

En octubre de 1918, con La revolución proleta-ria y el renegado Kaitsky, se abre una época de laproducción de Lenin que refleja aquella postura ensu evolución desde una apasionada y polímica pro-fesión de fe internacionalista hacia un esfuerzocada vez más analítico y estructurado por "trans-formar la revolución mundial de mito en programapolítico" (4). Todavía más propagandístico queanalítico, el escrito contra Kautsky sienta ya, sinembargo, los principios y las tácticas de la revolu-ción mundial, ligándolos en forma voluntariosa ytajante a las tácticas de la revolución de octubre yal destino de la humanidad. "Mi deber como repre-sentante del proletariado revolucionario -escribeLenin- es preparar la revolución proletaria mun-dial como la única salvaciónde los horrores de unamatanza mundial. Debo razonar no desde el puntode vista de mi país (pues ésa es la manera de razo-nar de un tonto y despreciable pequeño burguésnacionalista), sino desde el punto de vista de miparticipación en la preparación, propaganda y ace-leración de la revolución proletaria mundial. Eso esinternacionalismo... del auténtico socialista" (5).Paralelamente empieza a afirmar con decisión lavalidez universal de las formas revolucionarias so-viéticas: " ... la masa de proletarios de todo el mun-do comprende cada día con mayor claridad que elbolchevismo ha señalado el camino justo para sal-varse de los horrores de la guerra y del imperialis-mo, que el bolchevismo es válido como modelo detáctica para todos (6). El fermento revoluciona-rio e internacionalista de aquel año 1918 culminacon la instauración en Alemania, tras la abdica-ción del Kaiser, de un gobierno provisional en elmes de noviembre, al mismo tiempo que en Hun-gría, de una escisión de la socialdemocracia, se for-ma el partido comunista bajo la dirección de BelaKun. Rusia se halla convencida de que Alemaniaya ha entrado a su período Kerenski, pero, a lospocos días de constituirse el partido comunista ale-mán, sus mejores líderes, Karl Líebknecht y RosaLuxemburgo, caen asesinados en Berlín. En estemismo mes de diciembre Georg Lukács ingresa alPartido Comunista de Hungría. El 10 de noviem-bre, poco antes del fracaso alemán, Lenin añadíael siguiente postscriptum al folleto contraKautsky: "Las líneas precedentes fueron escritas el9 de noviembre de 1918. Esa misma noche llega-ron noticias de Alemania que anunciaban el co-

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mienzo de la revolución victoriosa, primero en Kíely otras ciudades y puertos del norte, donde el po-der ha pasado a manos del soviet de diputadosobreros y soldados, y luego en Berlín, donde tam-bién ha pasado el poder a manos de un soviet. Laconclusión del folleto sobre Kautsky y la revolu-ción proletaria que me quedaba por escribir ... esahora superflua" (7).

Los acontecimientos inmediatos refutan la pala-bra de Lenín. Pero el espíritu que les subyace per-durará durante algunos años, envolviendo a todo elmovimiento internacional en un clima mesiánico yemotivo que no puede ser comprendido ni valora-do al margen de la excepcional coyuntura mundial,efectivamente rica en promesas y posibilidades derevolución. Pese a la derrota alemana, la guerracivil, el aislamiento soviético y las intervencionesimperialistas, el año 1919 marca el climax de aque-lla extraordinaria coyuntura mundial, polarizadapor la guerra imperialista y el éxito de la primerarevolución hacia el socialismo. A la luz de la crisiscapitalista que el derrumbe de las economías euro-peas y la voluntad revolucionaria de las masas ale-manas convierten en crisis revolucionaria, la exten-si6n del proceso soviético a Europa y al mundoentero se presenta como inminente. A comienzosde 1919, parece cumplirse a nivel continental esa"ley fundamental", tantas veces expuesta porLenin, según la cual "sólo cuando los de abajo noquieren vivir como antes, y los de arriba no puedencontinuar como antes, puede triunfar la revolu-ción" (8). En los primeros días de marzo, el PrimerCongreso de la Internacional Comunista apruebaun programa que señala la toma del poder comotarea inmediata del proletariado mundial. Lenin in-siste en la necesidad de la agitación, y la propagan-da comunista alrededor de la dictadura proletariay la organización soviética, en la lucha implacablecontra el reformismo y el revisionismo obreros,ahora enemigos principales del proletariado euro-peo y de su conciencia de clase.

A los pocos días, el 21 de marzo, se proclama laRepública Soviética de Hungría, saludada con con-moción por Lenin. Lukács es nombrado ComisarioPopular de Instrucción Pública. En pocos meses,una politización radical, surgida de la práctica his-tórica y personal, ha convertido al "revolucionariohúngaro sin revolución" (9), al intelectual de impe-cable formación ftlosófica clásica en militante yteórico de la revolución mundial, plenamente iden-tificado con la pasión, las esperanzas y los objeti-vos del movrniento internacional dirigido por Le-

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nin.La primera producción política lukacsiana re-

siente, sin duda, aquella brusca transición. La cabalentrega internacionalista no logra desligarse to-davía de un universo fílosóflco y ético premarxistani del radicalismo anarquizante de los círculos re-volucionarios húngaros de anteguerra. En los tex-tos de la primera mitad de 1919, Lukács identificaabirtamente los objetivos estratégicos y los crite-rios tácticos de la revolución con las metas de lahistoria, planteadas a la vez en el ámbito de latranscendencia y de un exasperado voluntarismomoral. Se trata de la confusión propia de todoizquierdismo, de aquella pretensión, que ya co-mentábamos con Lenin, de manejar la "políticapráctica" "desde el punto de vista de la historiauniversal". Se trata también de la actitud de unintelectual que, deslumbrado por la perfección dela teoría, soslaya la necesidad de hallar los mediosprácticos que la vinculen con una realidad históricamás bien que con un postulado ético. De ahí laseparación tajante entre hechos y valores, medios yfin, práctica y ética que pradójicamente redundaen la imposibilidad de discernir entre unos y otros,de plantear en términos realistas la dinámica espe-cífica capaz de ligar en una unidad la política prác-tica y la teoría universal de la historia. "Llegamosasí a la determinación del criterio decisivo de latáctica socialista: la ftlosofía de la historia. El he-cho constituido por la lucha de clases -leemos enTáctica y ética, -no es sino una descripción socio-lógica ... pero el sentido de la lucha de clase prole-taria trasciende este hecho ...", "la lucha de clasedel proletariado no es mera lucha de clase (si asífuera, estaría regulada únicamente por ventajasprácticas), sino un medio para liberar a la humani-dad, para dar inicio realmente a la historia huma-na". "Es el sentido histórico mundial lo que cons-tituye el criterio táctico; frente a la historia, haasumido la responsabilidad de todas sus accionesaquél que no se deja desviar por consideraciones deorden práctico del angosto y arduo camino del co-rrecto obrar, el único que lleva a la meta prescritapor la ftlosofía de la historia" (10). La herencia delantícapítalismo romántico y de: las posturas socio-lógicas e históricas de Weber y Dílthey revela así,más allá de la ambigua problemática de las "in-fluencias", 13 inmadurez y la heterodoxia teóricade la visión revolucionaria de Lukács. Producto delas circunstancias históricas y personales que vie-nen a precipitar y determinar intrínsecamente sucamino intelectual hacia Marx, la visión escatológí-

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ca de la política de Tactica y ética muestra a la vezel entusiasmo de la adhesión lukacsiana al leni-nismo internacionalista de aquellos anos como suobjetiva lejanía del realismo político bolchevique.Por ello, tiene razón MIchael Lowy cuando definela visión política de estos escritos de la primeramitad de 1919 como un "izquierdismo ético", to-davía cargado de dogmatismo metafísico y de éticarigidez. En efecto, es como si Lukács extrapolarael rigor moral que, ahora más que nunca, Leninexige del militante revolucionario a ámbitos quedeberían tratarse más bien con rigor científico yrealismo político. Pero se equivoca Lowy, en nuestraopiníón, cuando analiza esta inmadurez únicamen-te como producto de un persistente apego deLukács a su pasado intelectual y político, comoprimera etapa de un desarrollo meramente perso-nal enfocado al margen de las circunstancias histó-ricas y políticas del momento. Lo peculiar de estaetapa es, creemos, su doble arraigo: por un lado enel universo fílosófíco y político lukacsiano de an-tes de la revolución rusa, por otro, en el acentuadosujetivismo que caracteriza en este momento losanálisis y las estrategias leninistas. La combinaciónde ambos elementos explica, a su vez, el hecho deque la cabal adhesión de Lukács a los objetivosinternacionlistas señalados por Lenin s se combinecon una honda inadecuación a la perspectiva tácti-co -organízatíva leninista. Desde nuestro punto devista, en efecto, las posturas lukacsianas no sóloexpresan una objetiva distancia de las concepcio-nes clásicas bolcheviques, sino que también mues-tran la influencia de las propias posturas leninistasdel momento sobre la inmadurez política deLukács. Cuando éste concluye las reflexiones deOrden legal y violencia, de febrero de 1919, conlas siguientes palabras: "No se puede echar la ver-dad del mundo. Es inútil calumniar a quien lo pre-dica, es inútil eliminar lo, la verdad permanece en elmundo y triunfará sobre todo autoengaño, calum-nia y violencia" (11), no podemos dejar de recor-dar las palabras de Lenin al clausurar el PrimerCongreso de la Internacional. "La burguesía delmundo entero puede seguir empleando la violen-cia, puede continuar su política de expulsar y me-ter a la cárcel e incluso de asesinar a los esparta-quistas y a los bolchevique s, nada de eso la salva-rá ... la victoria de la revolución proletaria está ase-gurada. Ya se divisa la formación de la RepúblicaSoviética Internacional" (12), concluye Lenin. Elparalelismo entre ambos textos, entre ciertos pasa-jes de Táctica y ética y algunos trozos del escrito

leninista contra Kautsky -unidos por un mismotono mesiánico y emotivo, por una misma cons-tante referencia al destino de la humanidad y lamisión salvadora del proletariado mundial se orien-ta desde ahora a mostrar el papel complejo y pecu-liar del impacto del leninismo de aquellos años so-bre el primer marxismo lukacsiano. Es la propiavisión apasionada y sobrepolitizada de Lenin y delmovimiento revolucionario internacional la queLukács asume en este momento como base e ins-piración para sus reflexiones políticas sobre el pro-ceso revolucionario mundial. La visión retrospecti-va de Lenin sobre este año 1919 nos aclara porcierto algo más acerca de la génesis del "izquierdis-mo ético". En el Informe sobre la situación inter-nacional y las tareas fundamentales de la Interna-cional Comunista, de julio de 1920, afirmará: " ...en el Primer Congreso fuimos meramente propa-gandistas, sólo estábamos difundiendo las ideasfundamentales entre el proletariado mundial, sólolanzábamos el llamado a la lucha, sólo preguntába-mos: ¿dónde está la gente capaz de tomar estecamino? "(13). Lukács responde al llamado en lamisma forma en que éste es formulado: ética, emo-tiva, revolucionaria. El reconocimiento de Leninacerca del carácter meramente agitativo y propa-gandístico de las primeras actuaciones de la Inter-nacional es sumamente significativo. Previo a ese"análisis científico del mundo como se presentabaluego de la guerra imperialista" (14) que, segúnRagíoníerí, empezará pocos meses después y que,en nuestra opinión, no llegará nunca a prevaleceren los años de la revolución mundial, hallamos asícierto "izquierdismo ético" también del lado deLenin. Meramente coyuntural y en todo momentoradicalmente ligado al terreno de los hechos histó-ricos y a las certeras necesidades agitativas plantea-das por un periodo de crisis revolucionaria, el "iz-quierdismo ético" leninista es ciertamente más po-lítico y más realista que él de Lukács. En ningúnmomento pone en cuestión ciertas tesis fundamen-tales y permanentes como la concepción del parti-do y la intrínseca unión entre las cuestiones tácti-cas y las organizativas. Pero, es cierto que Lenín noinsiste ahora sobre ellas, que lo que predomina esel enfásis sobre el carácter decisivo de la toma deconciencia proletaria y de la lucha ideológica ypolítica contra el oportunismo obrero. Lukács noparece distinguir, por ahora. la distancia que mediaentre los contenidos propagandísticos y los elemen-tos de un programa político, aunque es innegableque éste no existe todavía. En aquelclinade marcado

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sujetivismo político y purismo revolucionario, con-funde todavía la táctica y la ética, los objetivosestratégicos y las metas de la historia.

A esta actitud teoricista y voluntarista corres-ponde en el plano organizativo un acentuado es-pontaneismo revolucionario. La ingenua exaltaciónde la conciencia de las masas, combinada con la feen el papel revolucionario de los intelectuales,muestra hasta qué punto Lukács proyecta todavíasu propia fe teórica sobre las masas proletarias,cuya compleja estructura social y cuyo desigualnivel de conciencia no se han convertido aún paraél en un problema político. A diferencia de Gold-mann y Magri, nosotros no hallamos en esa actituduna opción alternativa, sino, más bien, una nuevaexpresión de la inmadurez del leninismo lukacsía-no ligada, en este punto también, 3.J. clima peculiaren que se gestan ahora las posturas del propio Le-nin. Hay un tema leninista característico de losaños 1918-1920, a menudo ignorado por la críticay, en nuestra opinión, estrechamente relacionadocon el enfoque organizativo lukacsiano. Nos referi-mos a la contraposición entre la espontaneidad re-volucionaria de las masas y la degeneración refor-mista de los partidos obreros, tema que ya encon-trábamos en el escrito contra kautsky y que Lenintocará cada vez con mayor enfásis, conforme seevidencia la demora de la internacionalización re-volucionaria. Así, en La Tercera Internacional y sulugar en la historia leemos: "las masas obrerashan percibido instintivamente, en el mundo ente-ro, la significación de los soviets como instrumentode la lucha proletaria y como forma del Estadoproletario. Pero los "líderes", corrompidos por eloportunismo, aún siguen prosternándose ante lademocracia burguesa ..." (15). Y si bien es ciertoque esta contraposición es constantemente acorn-pañada, en la producción leninista de la época, porla tesis del necesario liderazgo soviético, ambos te-mas aparecen a menudo yuxtapuestos, sin que elmodelo organizativo bolchevique se presente ex-presamente como imprescindible elemento media-dor para la realización histórica de aquella "capaci-dad instintiva" de revolución. Y es que el papel delpartido no se reitera ahora explícitamente, sinomás bien, por las exigencias de la lucha ideológicacontra el oportunismo, a través de la insistenciaacerca de las consecuencias catastróficas de la au-sencia o de la corrupción política y doctrinaria delas organizaciones obreras. Captar, desde este enfá-sis negativo, la necesidad del modelo organizativoclásico y de su adecuada inserción política en la

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lucha contra el oportunismo constituirá paraLukács un largo y difícil proceso que sólo cul-minará en 1922. En las circunstancias objetivas ysujetivas del momento, le es más fácil inclinarsehacia un espontaneismo generalizado, malínterpre-tando el sentido político del análisis leninista. Aesta interpretación de la tesis leninista se suma na-turalmente la poderosa influencia de Rosa Luxem-burgo que, por otra parte, nunca abandonará laproducción lukacsiana de los años de HCC. Toda-vía presente en 1920 y 1922, en los ensayos RosaLuxemburgo como marxista y Observaciones criti-cas, Rosa Luxemburgo nunca caerá, según Lukács,fuera de la "ortodoxia". Incluso cuando llega areconocer plenamente los "errores" antileninistasde Luxemburgo, HCC la sigue reivindicando comorepresentante del método revolucionario. Pero ellono varía el hecho de que, como lo afirma el Prólo-go de 1922, Lenin es la fuerza vital que lleva aldescubrimiento de aquel método. La ulterior evo-lución política lukacsiana avanza, en efecto, deci-didamente hacia la plena asimilación del leninismoy en ninguna otra dirección.

El "izquierdismo ético" lukacsiano se cerrarádefmitivamente con el fracaso de la República So-viética de Hungría en agosto de 1919. La llamadade atención de este acontecimiento que llena demuerte y dolor al pueblo húngaro es, sin duda, elfactor determinante del acercamiento de Lukács ala concepción leninista del partido. En efecto, laincapacidad de los socialdemócratas reformistas deHungría aparece a los revolucionarios de la épocacomo la causa fundamental de aquella derrota. Nosólo Lukács, tocado personalmente por los aconte-cimientos y obligado al exilio, sino Lenin y la ente-ra dirección de la Internacional viven esa experíen-cia como una enseñanza política fundamental. Lascircunstancias de la derrota húngara vienen a refor-zar la tesis de la responsabilidad prioritaria del re-formismo en la contrarrevolución europea y de lanecesidad de una rigurosa separación organizativaentre oportunismo y comunismo. Así al exponerlas estrictas condiciones de admisión a la Interna-cional, en el Segundo Congreso, Lenin dirá: "Nin-gún comunista debe olvidar las lecciones de la Re-pública Soviética de Hungría. El proletariado hún-garo pagó caro que los comunistas húngaros seunieran con los reformistas" (16). Lukács no loolvidará. Como veremos, la lucha contra el refor-mismo es un elemento determinante en el enfoquegeneral del marxismo de HCC. En términos estric-tamente políticos, la problemática se resuelve paraLukács en el reconocimiento del modelo organiza-

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tivo bolchevique y en una lucha sin cuartel contratoda táctica legalista. Esa es la tónica de la nuevaetapa lukacsiana que Lowy define como ''izquier-dismo político" y que se modificará radicalmentedespués de mayo de 1920 gracias al estudio y lareflexión sobre El izquierdismo de Lenin. Por aho-ra, el impacto del fracaso húngaro actúa en formabivalente. Mientras lleva a Lukács al reconocirníen-to del partido revolucionario, parece, sin embargo,impedirle ligar táctica y organización desde unaperspectiva auténticamente leninista. Por un lado,enfrenta la organización bolchevique al reformis-mo contrarrevolucionario, pero, por otro, identifi-ca a éste último con la legalidad, cayendo en posi-ciones cercanas a las del izquierdismo alemán yholandés, contra las que se dedicará justamente Elizquierdismo leninista. Pero, Lukács reduce sí laorganización revolucionaria a un modelo casi for-mal, vaciado de contenido político. Por ello, en-contramos que, si bien el "izquierdismo político"representa un acercamiento a Lenin, no necesaria-mente se perfíla como una etapa de mayor cerca-nía respecto del "izquierdismo ético". Si no nosfijamos únicamente en la evolución de las concep-ciones organizativas de Lukács, sino en la relaciónglobal entre sus posturas y las de Lenin, el "iz-quierdismo político" puede ser visto, más bien,como el momento de mayor distancia política en-tre ambos.

Después de la invasión de Horthy, Lukács huyea Viena con los principales dirigentes del partido.En ese extraordinario centro intelectual, convergenteóricos marxistas de toda Europa, representantesde diferentes corrientes políticas que se reunen al-rededor de la revista Kommunismus, órgano de laInternacional para los países del sudeste de Euro-pa. Entre las numerosas colaboraciones de Lukácsa esta publicación considerada ejemplar de la ten-tativa de mediación entre la ideología de la izquier-da europea y el leninismo soviético, destacan lasque se dedican a la Organisationsfrage. La misiónmoral del partido comunista y Acerca de la cues-tión del parlamentarismo muestran el mencionadoviraje en las concepciones organizativas lukacsia-nas. Con explicable e incomovible dogmatismo,Lukács escribe: "Expresión organizada de la volun-tad revolucionaria del proletariado, él no está en-tonces determinado de ninguna manera para com-prender en sí, de buenas a primeras, a la totalidaddel proletariado ....Tarea y misión del partido co-rnunista es dar dirección y fin al proceso revolucio-nario que, por lo menos en gran parte, surge inde-

pendientemente de él. Tarea y misión del partidoes conducir las explosiones elementales ... al únicocamino recorríble para alcanzar la salvación, al ca-mino de la dictadura del proletariado" (17). Comose ve, ya no hay aquí el menor rasgo de esponta-neismo. Ya es el partido, más bien que la clase elencargado de enfrentarse a "la burocracia, la intri-ga y el arribismo", de "derrotar y aniquilar a lossinvergüenzas y a los oportunistas" (18). Lo queencontramos aquí es el mismo tono de las agresivaspolémicas leninistas. Pero, la identificación políti-ca en sentido estricto se limita al reconocimientode la estructura vanguardista del partido y de sumisión educadora frente al reformismo. Por lodemás, Lukács desliga este reconocimiento de todaimplicación táctica, hasta llegar ahora a un abiertoenfrentamiento con Lenin. Acerca de la cuestióndel parlamentarismo ve la luz en marzo de 1920.El 8 de mayo, también en Kommunismus Leninsale a ridiculizar el ensayo de Lukács que, segúndice, es "muy izquierdista y muy malo" (19). Aeso le sigue de inmediato una crítica mucho máscabal, aunque indirecta: la de El izquierdismo, en-fermedad infantil del comunismo. La distancia po-lítica, enfatizada por una notable coincidencia te-mática, entre el ensayo lukacsiano y el escrito deLenin es, como decíamos, gigantesca. La visióntáctica leninista -flexible, realista, dialéctica-, pro-pia de aquella gran síntesis política del períodointernacionalista, contrasta agudamente con elpunto de vista lukacsiano, rígido y abstractamentedoctrinario, con aquellas divisiones entre tácticasdefensivas y ofensivas, oportunamente definidaspor Lenin como "mecánicas e imaginarias" (20).

Asistamos por un momento a este peculiar diá-logo sobre parlamentarismo: " ... la actividad parla-mentaria -afirma Lukács- no puede ser más queuna preparación para la lucha verdadera y propia;y nunca la auténtica lucha del proletariado" (21)."Desde el punto de vista teórico y táctico, enton-ces, la posición del consejo obrero y la del parla-mento resultarán así defínídas: donde es posibleconstituir un consejo obrero (aún en el ámbito másmodesto) el parlamentarismo es superfluo" (22)." ..la participación en las elecciones parlamentariasy en la lucha en la tribuna parlamentaria -respon-de Lenin- es obligatoria para el partido del prole-tariado revolucionario, precisamente para educar alos sectores atrasados de su clase y para despertar yesclarecer a las masas rurales no desarrolladas, opri-midas e ignorantes" (23). Y, por fin, " ...ha que-dado demostrado que, lejos de perjudicar al prole-

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tariado revolucionario, la participación en un par-lamento democrático burgués, incluso pocas sema-nas antes del triunfo de una República soviética,incluso después de ese triunfo, en realidad ayuda aese proletariado a demostrar a las masas atrasadaspor qué semejantes Parlamentos merecen ser elimi-nados; facüita el éxito de su disolución y ayuda alograr que el parlamentarismo burgués política-mente caduque" (24). En el fondo es el problemapolítico en su conjunto lo que está mal planteadoen el escrito de Lukács. Separando táctica y orga-nización, el "doctrínarismo de izquierda -observaLenin- se obstina en el rechazo incondicional dedeterminadas formas antiguas, sin alcanzar a verque el nuevo contenido se abre paso a través detodas y cada una de las formas, que nuestro deberde comunistas consiste en dominar todas las for-mas, en aprender a complementar una forma conotra, a reemplazar una por otra con la máximarapidez, y en adaptar nuestra táctica a cada uno deesos cambios ..." (25). No queremos, sin embargo,sólo enfatizar la distancia que todavía separa aLukács de Lenin, sino también señalar la presenciaen la producción de este último de elementos ytesis clásicas, casi totalmente ausentes en los escri-tos de 1918 y 1919, que impulsarán en Lukács larevisión a fondo de sus tesis táctico-organizativasy la puesta al día de los análisis de coyuntura. PeroLenin profundiza y reafirma también los linea-miento s estratégicos anteriores que impulsan, en-tonces y cada vez con mayor fuerza, la construc-ción de la teoría de HCC. El propio Izquierdismo,pese a sus objetivos, actúa con fuerza en este sen-tido. Así la tesis del carácter estratégico de la luchacontra el reformismo y de la organización revolu-cionaria de la clase no sólo no se debilita a causade los reproches dirigidos a los izquierdistas, sinoque sale más bien reforzada por la explícita com-paración de Lenin entre los dos errores contrapues-tos. De hecho, hay que recordar con E.H. Carr queen este momento las desviaciones ultraizquierdistassiguen teniendo mucho menor alcance que la refor-mistas y que el libre debate ideológico conservatodavía un importante sentido político (26).

En el contexto, todavía preñado de fe y espe-ranza del año 1920, el Segundo Congreso viene arepresentar así la máxima culminación de la Co-mintern como potencia revolucionaria internacio-nal. Las tropas rusas, al defenderse de un ataquepolaco contra Ucrania, penetran hasta Varsovia,confiando en una revuelta del proletariado polaco.El fín del bloqueo coincide con el fin de la guerra

LUKACS 223

civil. A pesar de las derrotas alemana y húngara yde la crisis interna de la mayoría de los partidossocialdemócratas y comunistas, el Segundo Con-greso viene a presentarse como una respuesta, másurgente y decisiva que nunca, al peligro de infiltra-ción de tendencias reformistas y socialpacifistas,mientras Lenín procede a respaldar el programapolítico de la revolución mundial con un análisisde la situación internacional.

Según el Informe sobre la situación internacio-nal y las tareas fundamentales de la InternacionalComunista, el mundo ha quedado dividido en tresáreas económico-políticas: los países coloniales,los vencidos y los vencedores. En los primeros, el70% de la población mundial vive en un estado deináudita miseria. En los segundos, gracias al Trata-do de Versailles "tenemos en la historia mundial elprimer caso de ratificación legal del despojo, elavasallarniento, la dependencia, la miseria y elhambre de mil doscientos cincuenta millones depersonas". "Por otra parte -añade Lenin- en cadauno de los países que se convirtieron en acreedo-res, los obreros fueron colocados en una situacióninsoportable. La guerra trajo una agudización inau-dita de todas las contradicciones capitalistas, y ésees el origen de esa profundísima efervescencia re-volucionaria que sigue creciendo". Todas estascontradicciones, en las que hay que incluir la luchaimperialista que enfrenta entre sí "la ínfima mayo-ría de los todopoderosos países vencedores", defi-nen la "crisis mundial" como "crisis revoluciona-ria" (27). Aquí radica, en nuestra opinión, la im-portancia de este documento leninista. No tantoen el hecho de que culmina, como sostiene Ragio-nieri, los análisis sobre el imperialismo y la guerra,gestados en los años 1908-1913, sino en la defini-ción política de la crisis mundial como crisis revo-lucionaria, enfocada al margen de todo economi-cismo determinista. No cabe duda de que Leninnunca se alineó con la "teoría del colapso capitalis-ta" propia de los teóricos de la Segunda Interna-cional, del revisionismo y, en gran medida, de RosaLuxemburgo. Como escribe Lucio Colletti, "Enconjunto, la posición bolchevique fue aquella dequienes, aún subrayando con fuerza la naturalezaintrínsecamente contradictoria del modo de pro-ducción capitalista y el nudo de los antagonismoseconómicos que brotan de su desarrollo, se abs-tiene cuidadosamente de señalar una de esas con-tradicciones como la causa capaz de determinar,por sí sola, el colapso automático del siste-ma" (28). Pero también es cierto que esta posi-

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ción, tiende, después de 1917, a considerar el pro-blema bajo una nueva perspectiva. Ahora, en elmarco hístóríco de los años de la revolución mun-dial, el terreno de maduración de la crisiscapitalis-ta es sobre todo y más que nunca el terreno políti-co. Así, al concluir su breve análisisde la situacióneconómico-social, l..enin advierte: "camaradas,llegamosahora al problema de la crisis revoluciona-ria. Y ante todo, debemos señalar dos errores muydifundidos. Por una parte, los economistas burgue-ses pintan esta crisis como un simple malestar, se-gún la elegante expresión de los ingleses. Por otraparte, algunas veces los revolucionarios procurandemostrar que esta crisis es absolutamente insolu-ble. Es un error. No es una situación absolutamen-te desesperada... 'Intentar demostrar' anticipada-mente que no hay salida en absoluto, sería unavana pedantería, o un simple juego con palabras yconceptos. Sólo la práctica puede ofrecer una ver-dadera 'demostración' en este problema y otros si-milares. En todo el mundo el sistema burgués estáviviendo una tremenda crisis revolucionaria. Lospartidos revolucionarios deben 'demostrar' ahoraen la práctica que tienen suficiente conciencia,organización, vínculos con las masas explotadas,decisión y habilidad para utilizar esta crisis parauna revolución exitosa y victoriosa" (29). Lenindeja así sentada su posición y la de la Internacio-nal. De la plena maduración de los factores objeti-vos no se deduce la inevitabilidad del colapso capi-talista, sino la de la organización revolucionaria dela clase, si es que se quiere que el socialismo triun-fe. La exposición de las relaciones imperialistas hallegado así tan sólo a suministrar a posterior; unrespaldo "científico" a las líneas estratégicas yaconocidas, exaltando, gracias-al análisis económi-co, la madurez histórica objetiva de la revolucióny, con ella, la importancia determinante de los fac-tores subjetivos para su realización. El significadode autonomía política atribuida por l..enin a la"aristocracia obrera", se exaspera en el Informe,llevando a una exaltación unilateral tanto del papelcontrarrevolucionario del oportunismo como de latarea de "depurar los partidos obreros, los partidosrevolucionarios de todo el mundo de la influenciaburguesa y de los oportunistas en su propio me-dio" (30).

En el oportunismo obrero, según Lenín, las Bur-guesías de los países desarrollados delegan y con-centran toda su capacidad de resistencia, con el finde detener la revolución europea y el desenlacemundial. Las bases analíticas de este enfoque -que

perdurará, precisándose y profundizándose, hasta1921- no son nuevas. Se remontan a los escritosleninistas de 1912, en los que hace su aparición lacategoría de "aristocracia obrera", destinada a ex-plicar desde una perspectiva socio-económica lapresencia del reformismo y el revisionismoobrerosen las sociedades capitalistas desarrolladas. SegúnRagionieri, los análisis leninistas acerca del surgi-miento de las "arístocracías obreras" oscilan en losprimeros af'iosentre la explicación de corte econó-mico y la de corte político, para desembocar, apartir de 1915-1916, en una mayor complejidad,tendiente a integrar los distintos aspectos del fenó-meno. En nuestra opinión, sin embargo, el enfoqueleninista revela, desde sus inicios, un acentuadoeconomicismo. No sólo por la insistencia sobre losorígenes de la "aristocracia obrera" en los privile-gios económicos concedidos por las burguesíasimperialistas a sectores proletarios, sino y sobretodo por la invariable vinculación causal estableci-da por l..enin entre esos privilegiosy el fenómenopolítico oportunista, es decir, en la reducción es-trecha y lineal de una realidad política a un factoreconómico. Es cierto, que en el artículo En Améri-ca de diciembre de 1912, l..eninmenciona respectode la "aristocracia obrera" también la importanciade la libertad política tradicional de las sociedadesanglo-sajonas como factor explicativo. Tambiénes cierto que más adelante, por ejemplo, en el fun-damental escrito de 1916 La Bancarrota de la Se-gunda Internacional, l..enin busca en ellegalismo ypacifismo de la época del desarrollo del capitalis-mo europeo uno de los elementos que "aburguesóa una capa de obreros privilegiados" (31). En gene-ral, los análisis de l..enin se hacen más complejos yenglobantes, conforme crece la complejidad de lasituación política y la importancia contrarrevolu-cionaría del fenómeno oportunista. Pero con esacomplejidad e importancia política, se desarrollantambién, en nuestra opinión, las debilidades yambigtledades intrínsecas al enfoque leninista. Esteen ningún momento se muestra dispuesto a aban-donar el orden más mecánico que dialéctico, quedesde la consideración de los privilegioseconómi-cos permitidos por los beneficios imperialistas llegaa la defínícíón de una capa que, por su ambiguaposición social y su sincretismo ideológico, se vefacultada para servir los intereses políticos de laburguesía dentro del movimiento obrero. Pese aalgunas consideraciones aisladas, y tomando encuenta el conjunto de los escritos leninistas sobreel tema, la vinculaciónentre el oportunismo y aque-

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llos privilegios económicos se muestra tajante y ex-cluyente. De ahí que la "aristocracia obrera" seconvierta en el único soporte social de un proyectopolítico que tiene la característica de responder alos estrechos intereses inmediatos de una capa so-cial, pero, al mismo tiempo, la de representar losintereses históricos objetivos de la burguesía encontra de las grandes masas proletarias. En nuestraopinión, se halla aquí en gérmen un problema queestallará con fuerza a partir de los escritos prepara-torios sobre el Imperialismo, en la Bancarrota de laSegunda Internacional y, sobre todo, en la direc-ción política leninista de los años de la revoluciónmundial. Los líderes oportunistas se convierten asíen el principal enemigo del proletariado. Sin em-bargo, la "aristocracia obrera" no es una clase so-cial, sino tan sólo una "insignificante minoría deobreros" (32) que no parece reunir, desde el ángu-lo del análisis marxista, las condiciones objetivas nisubjetivas para realizar un proyecto político pro-pio. Creada por la burguesía y el imperialismo, si-gue perteneciendo a la clase obrera, dentro de lacual se desarrolla y actúa impulsando, con una fra-seología y una acción pseudo revolucionarias, ob-jetivos francamente reaccionarios de corte burgués.Mientras el oportunismo representa una fuerza po-lítica relativamente insignificante, cuya desapari-ción es anunciada reiteradamente por Lenin, elproblema que estamos señalando permanece secun-dario. La "aristocracia obrera" y su proyecto re-formista se balancean entre una insostenible auto-nomía socio-política y la incipiente idea de que setrata de un destacamento burgués dentro del movi-miento proletario. La constante referencia leninis-ta a un elemento extra-político, cual es la corrup-ción, ilustra claramente, nos parece, esta ambigüe-dad constitucional de la categoría de la "aristocra-cia obrera". Corrompida por la burguesía, se pro-pone, a su vez, la corrupción del movimiento revo-lucionario, como si el recurso a este elemento mo-ral pudiera llenar el vacío del análisis acerca de másconcretas vinculaciones económicas, sociales y po-líticas entre esta capa privilegiada y las dos clasesfundamentales de las formaciones capitalistas. Porcierto la propia denominación de "oportunismo"revela dentro de este marco purista su aptitud nosólo para la agitación política, sino también para lacondena moral. Lo que, en todo caso, falta en elenfoque leninista del oportunismo es cualquierplanteamiento concreto acerca de una posible vin-culación política entre el proyecto reformista yelproletariado. Lució Colletti nota con acierto que

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Lenin se niega a reconocer las múltiples raíces yrepresentaciones políticas del movimiento obreroy sus intereses, Leñín no se plantea el tema delarraigo y la tradición obreros del reformismo euro-peo como elementos integrantes del problema po-lítico, sino como meras consecuencias suyas, re-sueltas, entonces, en términos de corrupción (33).Estos problemas de análisis afloran y buscan solu-ción, al revelarse en los años de guerra que el opor-tunismo no sólo no ha desaparecido, sino que se"elevó a un nivel superior, aumentó el número y lavariedad de sus matices, multiplicó las filas de suspartidarios, enriqueció sus argumentos ..." (34). Elvalioso y agudo análisis, con que Lenin muestra lafiliación oportunista del socíalchauvínismo, mues-tra también el surgir de la tesis de la conversión deloportunismo en enemigo principal de la revolu-ción. Lenin enfatiza cada vez más el carácter bur-gués del proyecto oportunista y plantea resuelta-mente la necesidad de llevar la lucha ideológica alplano organizativo. Desde ahora "la antigua divi-sión de los socialistas en una tendencia oportunistay otra revolucionaria, corresponde a la nueva divi-sión en chauvinistas e internacionalistas" (35). Loque no varía, sin embargo, con el profundizarse delcarácter burgués del proyecto político oportunista,es el análisis de las fuerzas sociales. Lenín continúahablando de "la alianza de las poco numerosas ca-pas superiores del proletariado y la pequeña bur-guesía ...contra la masa de los proletarios ..." (36).Opina que "lo que ha dado a los oportunistas y alos chauvinistas una fuerza gigantesca es su alianzacon la burguesía, con los gobiernos y los EstadosMayores" (37). No es de extrañar que un enfoque,a la vez tan economicista y tan sobrepolitizado, alperder su dimensión coyuntural y al convertirse eninvariable marco de referencia de la lucha ideológi-ca, de origen en HCC a una visión intrínsecamenteizquierdista de la doctrina ortodoxa de Marx.

Volviendo, entonces, a Lukács, una vez asimila-da ya la lección de El izquierdismo, éste muestraen sus escritos políticos un viraje táctico--organiza-tivo por fin definitivo. El ensayo Legalidad e ilega-lidad con el que se abre la etapa del "bolchevismode izquierda", condena, después de una prolon-gada y dogmática actitud antilegalista, tanto el"cretinismo legalista" como el "romanticismo He-galista". Legalidad e ilegalidad no representa, sinembargo, tan sólo una rectificación o una autocrí-tica. Hay que señalar, aunque sea al margen de losobjetivos del presente' análisis, que se trata de unaporte original al tema de la dependencia de las

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dos desviaciones táctico-organizativas anterioresrespecto de la ideología jurídica y moral de la bur-guesía. La coincidencia última entre una y otradesviación, reiterada tantas veces por l.enin y amenudo tan mecánicamente aceptada, se funda-menta aquí en un profundo análisis de su origenideológico común.

Cronológicamente hablando, tenemos por de-lante los años 1921 y 1922. No vamos, sin embar-go, a tocarlos en este análisis de las posturas políti-cas lukacsianas a través de sus textos, porque éstasya no variarán. Es cierto que Observaciones de mé-todo y Observaciones críticas algo añaden a losplanteamientos anteriores. Junto a la reiteraciónde las tesis de El izquierdismo y de la concepciónleninista del partido -cargada esta última de írnpli-caciones éticas y existenciales que impiden, por lomenos, un flagrante cambio en el estilo filosóficode HCC- los dos ensayos se dedican como ya de-cíamos, a una incondicional defensa del viraje leni-nista y soviético de 1921. Puede sorprender queconsideremos insignificante un cambio de tanenormes implicaciones históricas. Ni para la histo-ria de nuestro siglo ni desde el punto de vista delanálisis del leninismo, lo consideramos, en efecto,como tal. Pero sí como ya señalábamos en el pri-mer capítulo, para el leninismo lukacsiano que esel objeto de nuestro estudio. Ni la clara recupera-ción capitalista, ni la Nueva Política Económica dela URSS, ni la derrota soviética en Polonia, ni elnuevo fracaso alemán -tanto más sintomático encuanto que es el fracaso de una acción aventureradel partido no respaldada por las masas- hacenmella en el apasionado internacionalismo lukaesía-no. Ni aquellas conocidas palabras de Trotsky alinaugurar el Tercer Congreso de julio de 1921." ...En aquella época, en 1919, nos decíamos: escuestión de meses. Ahora decimos: quizá sea cues-tión de años" (38), impiden a Lukács, presente enlas sesiones, sostener que el objetivo del TercerCongreso es la realización de las resoluciones delsegundo y defender la acción alemana de marzo enel Congreso en Moscú y en artículos publicados enla revista Die lnternationale. Y cuando en 1922acepta por fin tanto el viraje de la política internasoviética como el repliegue estratégico internacio-nal surgido del Tercer Congreso, lo que hace esmás bien incorporar disciplinadamente una serie denuevos contenidos a su invariada fe internacionalis-ta. Así lo muestra su enfoque de la figura de Leninen la obra homónirna de 1924, así lo muestra ladespreocupada mezcla en los últimos dos ensayos

de HCC de las tesis internacionalistas con las delviraje posterior, así lo muestran las pretensionesexpuestas en el Prólogo de 1922. Así en el momen-to preciso en que Lukács ha logrado fínalmentealcanzar a l.enin, éste le vuelve la espalda. Toda suvida militante Lukács ha sido fiel no sólo a la polí-tica soviética, sino que también ha intentado serioa los finearnientos te6rico-doctrinarios que de ellase desprendían. La Tesis de un brusco virajepro-soviético que acaba con "el joven Lukács" ysu pasión revolucionaria olvida que aquella juven-tud refleja la de la revolución bolchevique y aque-lla pasión la de un l.enin ya maduro, ya líder con-sagrado y estadista enfrentado a las más duras difi-cultades internas y externas. Cuanto al desfase en-tre los virajes soviéticos y los de Lukács, tambiénlo han acompañado toda su vida, causándole unsinnúmero de problemas. El que acabamos de seña-lar es tan sólo el primero de una larga serie. Des-pués de la aceptación tan sui generis de 1922,Lukács llegará a una auténtica asimilación políticadel nuevo rumbo de la Internacional tan sólo en1928, cuando ya ésta hab ía emprendido una nuevaetapa, esta vez claramente ultraizquierdista. Unanueva condena se sumará entonces a la perpetradapor el Quinto Congreso contra HCC. Tal vez la ac-tividad intelectual tenga un ritmo propio, incapazde plegarse a otro, sobre todo si tan imprevisiblecomo el político. Esa es la impresión que se tieneante aquel soberbio ensayo de 1922 que es Cosifi-cación y conciencia del proletariado y que expresala más plena madurez de la filosofía del leninismode la revolución mundial justamente un año des-pués de que éste ha desaparecido repentinamentesin dejar rastro alguno.

NOTAS

(1) Cf. Giovanna Giglioli, El papel del leninismo enHistoria y Conciencia de clase, en Revista de Filosofia dela Universidad de Costa Rica, vol. XXIII, No. 58, diciem-bre 1985.

(2) HCC es la abreviación corriente de Histoeia Y con-ciencia de clase.

(3) Georg Lukács, "La mia VÜl al marxismo", en Mar-xismo e politica culturale, Ed. Binaudi, Torino, 1922, Tr.:U. Girnrnelli, p. 13. La traducción del italiano es nuestra.

(4) Ernesto Ragionieri, "Lenin y la Intemacional Co-munista ", Introducción a Los cuatro primeros congresosde la Internacional Comunista, primera parte, Ed. Pasadoy Presente, Buenos Aires 1973, Tr.: M. Teresa Poyrazian,

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p.IXXX.(5) Lenín, La revolución proletaria y el renegado

Kautsky, en Obrascompletas, Ed, cit., tomo 30, p. 138.(6) lbid., p.. 143.(7)lbid., p.. 169.(8) Lenin, El izquierdismo, enfermedad infantl7 del co-

munismo, en Obras Completas, OO. cit., tomo 33, p. 191.(9) Se trata de una expresión utilizada por Lukács al

comparar la situación de los revolucionarios húngaros y lade los rusos. CC. Georg Lukács, Cultura estética, NewtonCompton Editori, Roma 1977, Tr.: E. Garroní, p. 45.

(10) Georg Lukács, "Tattica ed etica" en Cultura erivotuzione, Newton Compton Editori, Roma 1975, Tr.Giovanna Spagnoletti, p. 35, 36, 37. La traducción delitaliano es nuestra.

(11) Georg Lukács, "Ordinamento giuridico e violen-za", en op. cit., p. 29. La traducción es nuestra.

(12) Lenin, "Discurso de clausura de Lenin, 7 de mar-zo de 1919", en Los cuatro primeros Congresos de laIntemacional Comunista, ed, cit., p. 87.

(13) Lenin, Informe sobre la situación intemacional J!las tareas fundamentales de la Internacional Comunista,en ObrasCompletas, ed. cit., tomo 33, p. 357.

(14) Ernesto Rafiomerí, Op. cit., p..IXXX(15) Lenin, La Internacional y su lugar en la historia,

enop. cit., tomo 31, p. 177.(16) Lenin, Tesis para el Segundo Congreso de la Inter-

nacionalComunista; en op. cit., tomo 33, p. 330.(17) Georg Lukács, "La misión moral del partido co-

munista", en Revolución socialista y anttpariamentarismo,Ed. Cuandernos Psado y Presente, C6rdoba 1973, p. 35,36.

(18) Ibid., p.. 39.(19) Lenin, Kommunismus, en op. cit., tomo 33, p.

259.(20)lbid., p..23.(21) Georg Lukács, "Sobre la cuestión del parlamenta-

rismo", enop. cit., p.. 17.(22) tu«, p. U.(23) Lenin, El izquierdismo, enfermedad infantil del

comunismo, en op. cit., to.no 33, p. 164.(24) tu«, p. 165.(25) Ibid., p..211.(26) E.H. Carr , La revolución bolchevique

(1917-1923), Alianza Editorial, Madrid 1974, Tr.: Sole-dad Ortega, tomo 3, cf., cap. 25.

(27) Lenin, Informe sobre la situación internacional ylas tareas fundamentales de la Internacional Comunista,enop. cit., tomo 33, p. 347, 348,349.

(28) Lucio Colletti, Il marxismo e il "crollo" del capi-talismo, Ed. Laterza, Bad 1977, Introducción, p.XLIV.La traducción es nuestra.

(29) Lenin, op. cit., p.. 350, 351.(30) tu«, p. 354.(31) Lenin, La bancarrota de la Segundll Intemactonal,

en op. cit., tomo 22, p. 339.(32) Ibid;(33) Cf. Lucio Colletti, Tra marxismo e no, Ed, Late-

Iza, Bari 1977.(34) Lenin,op. cit., p.. 340.(35) Ibid., p:341.(36) Ibid., p•.341.

LUKACS 227

(37) lbid., p ..343(38) E.H. Carr, op. cit., p., 397, cita del Protocolo del

Tercer Congreso de lo Intemacional Comunista, Hamburg1921.

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