+ All Categories
Home > Documents > El Relato Del Mensajero en Euripides

El Relato Del Mensajero en Euripides

Date post: 07-Mar-2016
Category:
Upload: larizah
View: 6 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
Description:
Crítica de Euripides

of 21

Transcript
  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURIPIDES:CONCEPTO Y ESTRUCTURA*

    This paper attempts to be a study of the messanger-speech conceptand structure in Euripides plays. The messanger's function, conceptand attributes are also studied. The author focusses his attention onthe messanger-speech sections and the differences among them. Themessanger-speech is seen as the highest stage of tragic dramatism.

    1. Entendemos por relato, para expresarlo con llaneza, la narra-cin no cantada y de cierta extensin que un mensajero hace cuandorefiere a personajes que estn en escena acontecimientos importantesdel drama que, por hirientes de la sensibilidad del espectador o por laextensin de su accin en tiempo y espacio o por cualquier otro moti-vo, no se han desarrollado a la vista del pblico. El mensajero de lamisiva es un personajes annimo y en Eurpides toma el nombre deayy.o, (IlyyEkog, segn Triclinio, en el Heracles). Suele ser unsirviente OEQncov, OnctSg, boaog o tener una profesin determina-da, con entidad propia, sin nombre expreso y slo aparece una vez enescena'. Cuando son dos los mensajes 2 el relator es distinto: Ifigena

    * Este estudio se ha Ilevado a cabo gracias a la subvencin de la DGICYT (PB90-0355).

    1 Sirvientes tenemos en Medea, Heraclidas, Hiplito, Andrmaca, Heracles, Jon,Electra, Hlena (los dos), Ifigena en Aulide, Bacantes (2.). En Suplicantes, Fenicias(los dos) e Ifigena entre los tauros (2.) es un soldado; en Bacantes (1.) e Ifigena entrelos tauros (1.) es un boyero; en Orestes, un viejo campesino y en Reso, un pastor.Aunque podemos subrayar que la profesin de mensajero incluye a cualquier tipo desirviente que desempea esa funcin en un momento especial (personaggi condizione,segn L. di Gregorio, Le scene d'annuncio nella tragedia greca, Milano 1967, p. 6). Heaqu lo que dice del mismo el propio Eurpides por boca de Teseo en Suplicantes:txviiv pttv aiel tfiv8"xcov intrigetetg-aket te -oetlto, 8tchrlptov xrig yi.tata (381-2).

    2 El segundo mensaje aparece en obras de EurIpides posteriores al 415 a.C., c,omo

  • 78 JOS M. MARCOS PREZ

    entre los tauros (desde ahora IT), Hlena, Fenicias, Ifigena en Aulide(desde ahora IA), Bacantes un segundo mensajero de profesin dis-tinta: vaquero y sirviente (IT y Bacantes), heraldo o sirviente y solda-do, o quiz el mismo soldado (Fenicias). Del resto de obras de dosmensajeros trataremos ms adelante. Slo Ciclope y Alcestis prescin-den de tal personaje, y podramos aadir Hcuba y Troyanas en lasque Taltibio es un personaje de la obra con misin narrativo-descripti-va, pero no como Ityyekog sino como xfigv1 3 . En esta misma lneaPedagogo de Fenicias, Teucro de Hlena, Heraldo de Heraclidas oSuplicantes, Anciano de Jon, Orestes de IT, Odiseo de Ciclope, etc.podran ser considerados como mensajeros porque cuentan hechosde fuera de escena; pero no est ninguno en la lnea del ayyEkog euri-pideo ya que el parlamento de aqullos carece de los tintes del discur-so directo y de las notas y estructura del mensaje propiamente dicho.

    Treducimos por relato el trmino griego ficrig que es el que seutiliza para expresar la nocin de estos largos discursos o narracio-nes del teatro, trmino que tiene en griego tanta extensin semnticacomo puede tener nuestro relato. El trmino griego, usado ya porHomero, empezar a estar relacionado con el teatro en Temistio4,para indicar toda la parte de la tragedia que no sea el prlogo. Susignificado est constreido a cualquier discurso de cierta extensin,como puede verse en squilo, Tucdides, Platn 5 ; o de carcter recita-tivo 6 . Pero habr que esperar a Focio para que se le d el sentido quems arriba hemos definido7.

    observa acertadamente J. Rassow en Questiones selectae de Euripideorum muntiorum na-rrationibus, Tesis, Gryphiswald 1883, pp. 18-19, citado por di Gregorio, o. c., p. 91, n. 66.

    3 El heraldo es un profesional del mensaje oficial. El mensajero no es profesionaldel mensaje: es un sirviente que de forma accidental act a en esa misin, en ocasionessin que se le ordene que cumpla tal misin. Si bien acta tambin como un .1tyyEkog,su personalidad es ms relevante y refinada que la de un simple mensajero (J. Pall,Los heraldos, Taltibio y Eurpides Helmntica, 24, 1956, 351).

    4 Orationes 26.315 d.5 [tcenolv... ficriv Supl. 273. lvvexet llact 5.85. haug nctuidletg Phed 268c.6 Cf. Aristfanes: Nubes 1371 rlatv nv, Avispas 580 Ificnv xakkicrenv.7 Ya han ahondado en el tema B. Mannsperger en Die Rhessis en Die Baufor-

    men der griechiscen Tragdie, ed. W. Jens, Mnchen 1971, 143-181, A. N. Michelini,Maxov y letvag Hermes 102, 1974, 524-539 y M. Quijada en La composicinde 1a tragedia tardz'a en Eurt'pides, Vitoria 1991, esp. 35-71 y la bibliografa. Adems son

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 79

    Nuestro estudio, pues, se va a centrar en la estructura del relato,procurando algunas consideraciones previas para delimitar ciertascuestiones.

    2. Hemos dicho que es uno el mensajero. Tal es lo corriente enlas obras de Eurpides. No obstante, Eurpides en algunos dramas desu ltima etapa introduce un segundo emisario, personaje distinto delprimero (tngase en cuenta la posibilidad de que los mensajes de Feni-cias puedan estar relatados por el mismo soldado), aunque tenga uncometido similar. Dos mensajeros hay en IT; dos tambin en Hlenay en otros dramas subsiguientes. Casi todas estas obras se caracterizanpor la diversidad dramtico-novelesca de su accin. La fantasa deEurpides no conoce lmites ni ahorra recursos que dar al espectador,imposibles, por otra parte, de escenificar.

    El primer mensajero de Hlena cuenta a Menelao en pocas palabrasy de forma apresurada la desaparicin de la esposa del espartano. Ape-nas lo ha dicho, se da cuenta de la presencia de Hlena, la saluda y creeque la desaparicin de la misma en el puerto y el adis han sido unabroma. La finalidad de esta escena es clara: Poner de manifiesto anteel dubitativo Menelao que la persona que tiene delante es su esposa. Elpredicamento restante de este mensajero, un anciano criado de Mene-lao, es una sarta de consideraciones muy propias de ciertos personajesexperimentados y fieles a sus dueos en la lnea de las Nodrizas o Peda-gogos, y acaba con una crtica dura al arte adivinatoria.

    Poco tiene que ver lo dicho sobre este personaje-mensajero con elque sale en el xodo de la misma obra, un servidor de Teoclmenoque cuenta con pelos y seriales la fuga de Hlena y Menelao.

    En Fenicias aparecen tambin dos mensajeros. Pero los relatos deuno y otro estn en la lnea genrica del relato euripideo, por lo quepasan a formar parte del grupo de relato que denominamos norma18.

    importantes W. Ludwig, Sapheneia. Ein Beitrag zur Formkunst in Spdtwerk des Euripi-des, Ttibingen 1954; G. Erdmann, Der Botenbericht bei Euripides, Tesis, Kiel, 1964.

    8 Los relatos que entendemos como normales constan de entre 90 y 130 versos, yhasta pueden llegar a 145. Veamos cifras: Medea 110, Heraclidas 83 (la ms corta siexc,eptuamos Reso 53), Hiplito 101, Andrmaca 96, Suplicantes 97, Heracles 106, Jon123, Electra 98, IT 104 y 136, Hlena 107, Fenicias 133 y 145, Orestes 105, IA 81 yBacantes 115 y 129. Hay, pues, una tendencia en Eurpides a prolongar los relatos con

  • 80 JOSE M. MARCOS PREZ

    Y Si hay que decir lo mismo de los mensajeros de Bacantes (ya laextensin misma de los relatos nos pone en la pista de su funcin,tanto boyero como el servidor de Penteo narran unos mensajes muylargos) y de los de IT, no as de los de IA, en la que el servidor deAgamenn ms que un mensajero en el sentido que estamos conside-rando es un anunciante de visitas familiares, un mayordomo. Adems,aparece en un momento de la obra demasiado tempranero (ya tratare-mos de ello ms adelante) como para que su actuacin pueda tener lamisma importancia de otros mensajeros. Se dedica, como he dicho, ainformar a Agamenn de la llegada de Ifigena con Clitemestra yOrestes, ms como propio de un protocolo (la noticia se ha extendidopor el campamento y no est bien que el ms interesado se entere elltimo), que de una intervencin importante. Esa misma funcin ladesarrolla el Corifeo en otras ocasiones 9 , cosa que no sucede nuncacuando se trata de la labor y funcin propias de un relato. El segundomensajero entra en la serie del relator normal.

    En Reso l encontramos tambin dos mensajes: el del pastor quecuenta a Hctor la llegada de un jefe forastero como aliado y el delauriga que canta en una parte del mismo las desgracias acaecidas a suserior. El primer relato es corto, 53 versos, pero puede ser considera-do como relato normal. El canto, en cambio, del Frigio no debe serconsiderado como relato, porque en buena parte (vv. 728-755) es un

    el tiempo: En Fenicias ambos relatos suman 270 versos y en Bacantes suponen casi unaquinta parte de la obra.

    9 Aparte de la admonicin, condolencia, reconciliacin, comentarios intranscen-dentes, juicios sentenciosos, sinarquismo e impersonalidad que le caracteriza, casi siem-pre ejerce de mayordomo protocolario (Akestis 137 ss., 611 ss.; Hiplito 899 s., 1151 s.;Andrmaca 545, 879 ss.; Hcuba 216 s., 665 s; Suplicantes 980 ss.; Heracles 444 s.;Electra 339 s., 750, 1173 s., 1233 s.; IT 236 s., 1156; Fenicias 444 s., 1308 s.; Orestes 456ss., 1013 ss.; Bacantes 1165 s.; Reso 856. No es lo mismo, bien es verdad, porque estemensajero se alarga en su protocolo; el Corifeo, en cambio, suele anunciar las entradasde personajes con uno, o pocos ms versos.

    La polmica de la autenticidad euripidea de esta obra est ms que justificada,ya que, entre otras razones, la estructura del mensaje se aparta bastante incluso de lasprimeras obras conservadas, por ms que Murray, Ritchie y otros la consideren unaobra de juventud. La misma diferencia de enfoque del relato, al compararlo con el deMedea o Heraclidas, no slo est en la diferencia de versos, sino en el carcter mismodel relato, manera de contar, modo de finalizar.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 81

    canto, el ritmo mtrico no se aviene a los trtmetros de los relatos, yaque se canta en anapestos principalmente, lo que se dice se sale delcarcter narrativo, la lengua empleada (rxa), las estructuras sintcti-cas y lxicas hacen pensar en una monodia epirremtica en su alter-nancia con el Corifeo. Bien es verdad que tiene un parlamento largoa continuacin (vv. 756-803) en trmetros, pero nos encontramos anteun personaje del mismo o semejante calibre del de Taltibio de Hcubao Troyanas; y, aunque narra el acontecimiento de la muerte de Reso,lo hace de forma distinta a otro narrador euripideo: la introduccin esde ndole general, la narracin no reviste la minuciosidad de la quehacen gala los otros relatos, no tiene ni la grandeza pica ni el tonopotico; se mueve en una sencillez prosaica muy digna, y el final esdemasiado personal; lo contrario de lo que suele suceder en los demsrelatos. Adems el personaje tiene con Hctor un parlamento y dilo-go posteriores (vv. 833-881) en la misma tonalidad agria y dura que lopoda hacer un personaje secundario de cualquier drama euripideo,cuando inculpa a Hctor de la fechora contra su seor. Estas circuns-tancias y caractersticas no se encuentran ni por asomo en ninguno delos mensajeros de Eurpides. i,Ser porque la obra no es euripidea?Por eso consideramos que el Auriga Frigio es un personaje con nom-bre, y no annimo, como suele ser el sirviente, campesino, boyero,esclavo, soldado, que ms estn en la innominacin de la masa que enla denominacin del heraldo o del Auriga.

    Slo hemos intentado exponer con brevedad aquellas notas salien-tes que hay en los parlamentos de mensajeros que no hay que conside-rar relatos, porque se apartan en sus caractersticas de las que conside-ramos fundamentales y que esbozaremos ms adelante. Estos parla-mentos tienen en comn que suelen ser de poca entidad en el desarro-llo de la accin dramtica, incluso no llegan a provocar ms que unpequeo relajamiento (sirviente de Agamenn en IA) o sirven paraque la accin avance en otro sentido (sirviente de Menelao en Hle-na), etc. Por lo tanto podemos considerar como afines, con sus dife-rencias caractersticas, esos parlamentos de mensajero que no inclui-mos en el epgrafe de relatos".

    " Nuestra idea del mensajero y mensaje difiere claramente de la sostenida por diGregorio: es ms estricta y caracterstica del 'yyeXog la nuestra, ms amplia la delprofesor italiano. Cf. o. c. passim.

  • 82 JOS M. MARCOS PREZ

    3. Quisiramos trazar brevemente la funcin y personalidad delmensajero. La funcin viene dada por el mensaje y l, el emisario, noes ms que un mandado, por alguna persona en concreto o por sudeber, para poner en conocimiento de la persona o personas interesa-das aquellas noticias que necesitan saber a fin de que puedan actuaren consecuencia. hace de mensajero? A lo largo de las obrasconservadas de Eurpides son dos los grupos de emisarios que puedencatalogarse: el grupo que podra definirse como sirviente, del queformaran parte el 0Eenwv12, nam113, o,).o 4 , y el grupo consti-tuido por individuos relativamente independientes: campesino, boye-ro, soldado, pastor 15 . Esta distincin no puede ser sino formal, ya quela manera de exponer las noticias es muy semejante y no aparece conms temor el esclavo de Cresa en Jon, cuando tiene que contar elfracaso del plan de su seora (v. 1223) para asesinar al protagonistaque el sirviente de Orestes en Electra (8Ecuttig 8tg v. 808) cuandotrae a Electra la buena nueva de la muerte de Egisto o que el esclaVode Penteo cuando narra al coro el descuartizamiento espeluznante desu serior o que el servidor de Teoclmeno cuando describe a ste lafuga de Hlena. Todos ellos constituyen un personaje que acta enfuncin de su misin y, segn ella y las circunstancias, su modo deenfocar la noticia ser distinta, pero la noticia tendr que darla a quiencorresponda.

    Podemos encontrar mensajeros que relatan los hechos a secas,como el mensajero del Orestes. El campesino, viejo campesino, conunas caractersticas muy peculiares, en las que no vamos a entrar,pero s insinuar, motu proprio y en agradecimiento a los favores recibi-dos de los antepasados de Electra expone a sta cmo se ha desarrolla-do la asamblea-juicio contra los dos hermanos. Se siente indignado deque personas que deben tanto a Agamenn se ensaen con Orestes de

    " Medea, Heraclidas, Andrmaca, Heracles, Electra, Hlena. Para el sentido deste y de los trminos siguientes vanse P. Chantraine, Dictionaire tymologique de lalangue grecque, Paris 1968-1980.

    13 Hiplito." Jon, Bacantes 2.. A veces no est muy bien definida la situacin social del

    mensajero. En Adrmaca el OEQICTCWV llama a Neoptdemo becrnrung (v. 1146).Orestes, Bacantes 1., IT 1.; Suplicantes, Fenicias 1. 0 y 2.; Reso, respectivamente.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 83

    la manera que lo hacen: Taltibio, siempre bajo la sombra del podero-so (v. 889), o el intruso innombrable que provoc la condena. Ynuestro relator toma partido, actitud que no se encuentra en otrosmensajeros, con su alabanza a los hombres sensatos y su crtica a losque actan en funcin de las nuevas circunstancias y, por ende, enprovecho propio.

    En una lnea semejante se halla el compariero (naMg) de Hipli-to, quien en el dilogo previo al mensaje echa en cara a Teseo laactitud que ste tiene con la que ha provocado la muerte de su serior.Es un personaje sosegado, como el viejo campesino, dueo de susactos, que no tiene inconveniente en culpar al culpable: Lo ha mata-do su propio carro y las maldiciones de tu boca i6 . l se consideraesclavo, tal lo dice a final de su relato: Yo soy un esclavo de tupalacio, serior 17 , pero tiene la entereza suficiente para acusar a Teseode la casi muerte de Hiplito".

    No falta el sirviente arrogante que de manera insolente increpa aMedea y la insta a huir 19 ; o el pusilnime que no sabe cmo dar lanoticia por lo lamentable de ella misma", hasta el punto de que provo-ca en Creonte y Corifeo lamentos de dolor; o el nervioso que busca ala persona a la que debe comunicar la misiva que trae y llama a vocesy golpea la aldaba con fuerza 21 ; o el que triste lanza ayes lastimeros enmedio de la informacin del hecho que cuenta y pone nerviosos a lospresentes"; o el que alegre est presto a decir las buenas noticias alprimero con el que se topa", o a su seora las maravillas aconteci-das"; o el que de forma desabrida se dirige a su seor como echndole

    (E1 subrayado es nuestro). dtect TE T01.3 croi) crrltarog (1167).boaog pttv av lywye otbv Soi.traw, 'a'val (1249). Es difcil diferenciarlo de

    boaog. En sentido estricto y aisladamente lrabg se define como compaero, cama-rada, seguidor (cf. su relacin con broltat), en un cortejo, en un grupo que sigue a unjefe. Aqu tiene afinidad semntica con botikog. Tambin Oegmov tiene, en ocasiones,un sentido similar.

    " Su vida pende de un hilo agtxpg )(1arrig, 1163).Medea 1121-1122.

    2o Fenicias 1335 ss.21 Jon 1105 ss., IT 1284 ss., Fenicias 1067- 1071, Electra 761 ss., etc.22 Andrmaca 1070 s., Heracles 910, Bacantes 1024 ss.23 Suplicantes 634 ss., Electra 761 ss.24 IA 1532 ss.

  • 84 JOS M. MARCOS PREZ

    en cara la culpabilidad de la desgracia con expresiones distintas a lasdel mensajero de Hiplito25.

    He aqu un bosquejo de los mensajeros que intervienen en la obrade Eurpides. El mensaje est en consonancia con su actitud, peroslo en lo que puede ser el prlogo del mensaje, dilogo con persona-jes o Corifeo en escena, o, en todo caso, en el epflogo del mismo. Lanarracin propiamente dicha suele ser objetiva, impersonal, sin dejarentrever los sentimientos del actuante, fra, casi de memoria; como situvieran que reproducir una cinta, con los cambios naturales en lasinflexiones de los dilogos o monlogos que acaecen en lo descrito.Hemos hecho mencin especial del campesino del Orestes. En lo de-ms, si aflora esa primera persona de vidente privilegiado o act a enmayor o menor medida en la accin es algo que no va ms all de lasimple ancdota. Quiz merezca una mencin particular el emisariode Suplicantes. Se trata de un soldado que de manera desenfadadacomienza su elocucin con un egocentrismo poco habitual, pero tpico,del miles gloriosus: Traigo buenas noticias despus de librarme de lacaptura que sufr: como comienzo parafraseado. Aparece como msdecidido: Te voy a evitar un largo interrogatorio 26 . Luego, la narra-cin se hace como todas las dems, pero dejando patente su posicinde espectador perfecto: Estaba yo mirando... 27 . Vea yo...28 ; adic-to a los mandos: Habra que elogiar a nuestro estratego 29 . Y en estesentido podramos aadir este emisario al de Orestes ya citado.

    Su funcin est en sintetizar con su palabra la accin fornea. Encierto modo, aunque parezca paradjico, sus relatos van encaminadosa proporcionar dramatismo mayor a la accin, porque suponen en elespectador un no saber cmo se va a contar esa leyenda, que le esbien conocida, pero que ignora qu novedades tendr en la trama, enla exposicin. Y con Eurpides esta clase de sorpresa poda darse encualquier obra, incluida la parte encomendada al mensajero. iTanacostumbrados estaban los atenienses a ver y or cmo el de Salamina

    Hlena 1115 ss.26 kyou S ae - ilanof) nonaaw, 638-639.

    Ucrrriv Oeatfig..., 652.2s Xeaawv..., 684.29 Tv crrpectiyav alvcrat naefiv. 707.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 85

    cambiaba el mito!". Es lo que K. Reinhardt califica como sentimientodel absurdo".

    4.1. El relato suele aparecer en una parte avanzada de la obra.Se encuentran en el xodo los mensajes de Andrmaca, IT 2., Hlena2., Fenicias 2., IA. En el ltimo episodio los de Medea, Heraclidas,Hiplito, Heracles, Jon, Fenicias 1. 032 , Orestes, Bacantes 2.. De losmensajes que restan el de Suplicantes est colocado en el tercer episo-dio de los cinco de que consta la obra. No obstante, en mi opinin,ese tercer episodio supone el punto culminante del drama, ya que elcuarto episodio (vv. 794 u 838-917) est compuesto por un xolut,canto de duelo, entre el Coro y Adrasto (lo que podra corresponder,tras los anapestos intermedios 794-797, a un segundo par de estrofasque se cierran con un epodo) y por la oracin fnebre de Adrasto enhonor de los cados ante Tebas. El quinto, por su parte, que es corto(vv. 980-1113), se compone de una monodia lrica de Evadne y unmonlogo de Ifis que llora a la que se ha quitado la vida tirndose enla pira por amor a su esposo muerto en ella. Todo lo cual no deja deser sino epflogos de la accin propiamente dicha. Las suplicantes atravs de Adrastro y con la ayuda inestimable de Etra han conseguidola adhesin de Teseo a su causa y la obtencin de los muertos paradarles sepultura.. Y ese es el propsito del drama.

    Tenemos que mencionar tambin el mensaje de Electra que se de-sarrolla en el tercer episodio (vv. 761-858) de los cuatro de que consta.Si tenemos en cuenta que el cuarto episodio est dominado por laoracin fnebre de Electra ante el cadver de Egisto (una caricaturade oracin fnebre, era de esperar, repleta de improperios contra elasesino de Agamenn), podramos pensar que estamos ante una situa-cin shnilar a la de Suplicantes. Sin embargo, tenemos que consignar

    30 Medea asesina a sus hijos; el rejuvenecimiento de Jolao en Heraclidas; el asesina-to de Mgara en Heracles; el mensaje completo de Jon; algunos detalles del asesinatode Egisto en Electra; el enfoque novedoso de Orestes, etc.

    31 Die Sinneskrise bei Euripides, recogido en Die Krise des Helden, Mnchen1962. Cf. tambin K. Reinhardt, Tradition und Get. Gesammelte Essays zur Dichtung,Gtingen, 1960.

    32 Nltese la proximidad de los dos relatos de esta obra (vv. 1067-1199 y 1335-1479),la amplitud de la nsma (1776 versos) y la extensin del xodo (450 versos).

  • 86 JOS M.' MARCOS PREZ

    una escena importante de la obra, tal como est concebida por Eurpi-des, en la que se recoge el agn" entre Clitemestra y Electra, la unajustificando la muerte de Agamenn, contestando la otra con un ataqueferoz a la asesina, casquivana y lasciva, y, al final, el anuncio de la muertede Clitemestra a poco de abandonar sta la escena. Esperaramos queeste hecho fuera contado por un mensajero en el xodo. No es as: Sernunas palabras y gritos de Clitemestra, fuera de escena, en medio delestsimo coral, los que nos anuncien la muerte de la esposa de Agame-nn a manos de Orestes y Electra, quienes completan los restantes tresgrupos estrficos saliendo a escena con las manos ensangrentadas.

    Por fin, debemos mencionar el primer mensaje de Ifigena entre lostauros que se encuentra en el primer episodio (vv. 238-391) de los cua-tro que tiene la obra" Es un boyero (Pauxkog) el que cuenta a Ifige-na la llegada de los extranjeros griegos". Es un mensaje que adelantala accin y alerta a Ifigena, que anhela para sus adentros que uno deellos pueda ser su hermano Orestes. Pero dice: Creo que Orestes yano vive, lo deduzco de los suerios que me han llenado de amargura36.Y tambin el primero de Bacantes que sucede en el tercer episodio delos cinco de que se compone la obra. Es otro boyero (13ovxMog, v.714) el que narra a Penteo las maravillas que han contemplado l y suscomparieros 37 realizadas por las mnades (vv. 660-774).

    Es curioso que el final de los dos ltimos mensajes comentados,enunciados ms bien, es bastante parecido: aconsejan a sus interlocuto-res, Ifigena y Penteo respectivamente, que lleven a cabo las accionescorrespondientes: la una, el sacrificio ritual de los griegos para que laHlade pague la inmolacin de la hija de Agamenn en ulide 38 ; elotro, la aceptacin del dios nuevo en la ciudad de Cadmo.39.

    33 Advirtase aqu, como en tantos otros textos euripideos, la costumbre coetneade los tribunales, en la que acusador y acusado hablan durante el mismo tiempo, deter-minado por la clepsidra. El nmero de versos en boca de Clitemestra (1011-1050) esigual al de los dichos por Electra (1060-1099).

    34 El segundo mensaje, recordemos, se narra en el xodo.35 rvog "EUrprEg. (q,De dode son?.... Griegos. Slo eso s, nada ms

    (vv. 246-247).36 virl, 6'11 031/EleCOV orcrivt)yetcmeea-croxo0cr"Oebcrtriv inpt0 fiktov /31.17tav, 348-9.37 thg betv beCootv, 667.38 solw oiv 'EUCt5 norelcret Ovov- loxag rvaucra -rfig lv MiXbt acpayfig, 338-9.39 Tell, baCuov' oZv tvb' crrig Ucre, (7.) 8onora- bxou 716kEt trib' 769-70.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 87

    Como puede colegirse, hay un predominio de mensajes que soncolofn de la accin dramtica. El drama llega en l al punto culmi-nante para despus caer de forma vertiginosa. Ello nos conduce aafirmar que el mensajero, ese personaje desconocido, annimo, sinrelieve aparente en la obra (sale una sola vez para contar hechos pre-senciados o vividos), es un personaje relevante, cuando no imprescin-dible, en la concepcin trgica de Eurpides. Bien es verdad que niCiclope ni Alcestis tienen mensajero. i,Tendr que ver en ello quesean drama satrico la una y cuarta obra de tetraloga la otra? Conside-ramos que no existe mensajero en Hcuba y Troyanczs, aunque enellas el mensaje es asumido, en buena medida, por el heraldo Taltibio.Pero de un autor cuya idea esencial es la renovacin y que mantieneel personaje del mensajero en casi todas sus obras hay que pensar queconsidera esta figura como esencial en su estructura dramtica.

    4.2. La estructura del relato en la obra de Eurpides no puedeser ms sencilla y se fundamenta en las tres partes bsicas de tododiscurso: prlogo, cuerpo, al que llamaremos narracin, y epilogo. YaHomero a lo largo y ancho de sus poemas presenta muchos discursos,masculinos y femeninos, que tienen esta estructura. Son clebres losde Nstor, el de la palabra meliflua 413 , los de Odiseo 41 . Pero no des-dicen de ellos los que pronuncian Fnix", Pramo 43 , Diomedes",Aquiles 45 , G1auco 46 , Eneas", Agamenn 48 , etc., sin descontar los delos dioses y diosas o los de Andrmaca" y Penlope", y dems hroesy heroinas de la epopeya. Dicha tradicin se prolonga con la historia

    Oue.m)g... kLyin koentfig, - T0i3 thca yls.thocmg Itatzog ykuxCcov IEV crbfi (11.1.248-9). Cf. 11 1.254-84, 2.337-67; Od. 3.103-200, 254-328.

    41 Pueden citarse entre otros 11. 9.225-306, 2.284-332, 19.155-183 y muchos de laOdisea, v.g. 7.231-297.

    42 11. 9.434-605.43 11. 24.486-506.44 11. 5.252-273, 6.123-143.45 Cf. 11. 9.308-429; 24.518-551, 18.98-126.46 11. 6.145-211.47 11. 20.200-258.48 - 11. 19.78-144.49 11. 6.407-439.so Od. 19.135-165.

  • 88 JOS M. MARCOS PREZ

    y desemboca en la oratoria. Pero est muy metida en la espritu ate-niense, especialmente con la influencia de la Sofstica, y Eurpides noest ajeno a esta situacin tan prolfica en dialctica en el s. V. a.C.Es un gnero nuevo y todo lo novedoso entra a formar parte del reper-torio euripideo, el hombre de la inquietud espiritual". Y hasta talpunto llega lo retrico a calar en el teatro de Eurpides que ha sidoconsiderado por muchos estudiosos como el rtor de la escena por sugusto por los debates y discursos". Vanse como muestra los agonesque aparecen en sus dramas. Los mensajes no son discursos, aunquetengan una estructura semejante: son narraciones que se acercan msa la pica que a la oratoria. Pero, como hemos visto, en la picaabundan los elementos propios de la elocuencia.

    Veamos un anlisis somero de la estructura. Consta todo relato deun prlogo, dilogo que el mensajero sostiene con algn personaje enescena o el Corifeo", en el que deja clara la noticia que viene a dar. Msarriba hemos dicho que por el prlogo del mensaje nos percatamos de lacondicin y carcter del mensajero; por el prlogo conocemos la noticiaescueta, desnuda (en perfecto muchas veces", otras en presente"), queser explicada en la narracin. En unos casos, el mensajero inicia el

    51 A. Lesky, Historia de la literatura griega, Madrid, 1968, p. 389." He aqu lo que dice M. Croiset: A ces dispositions naturelles s'est ajoute chez

    Euripide l'influence trs forte des habitudes d'esprit contemporaines: le gote des pen-ses brillantes, des antithses et des distinctions, des analyses ingnieuses, des discus-sions subtiles, des argumentations paradoxales... et aussi des tours de force oratoiresdans la dfense des mauves causes... (Histoire de la Littrature Grecque, Paris 1935,3p. 331) Cf. W. Jaeges, Paideia, Mxico 1962 2 , el poeta de la ilustracin, p. 303 (frasedebida a W. Nestle en Euripides. Der Dichter des Griechischen Aufkkirung, Stuttgart1901), el filsofo de la escena p. 311, y esp. pp. 315-316. Cf. Albini-Bornmann-Naldi-ni, Manuale storico della Letteratura Greca, Firenze 1980, p. 173.

    Ifigena (1.) y Toante (2.) en IT; Teoclmeno en Hlena; Jocasta en Fenicias(1.); Clitemestra en IA; Alcmena en Heraclidas; Medea en Medea. Con Corifeo y otropersonaje en Electra, Orestes, Reso, Andrmaca, Fenicias (2.). Slo con Corifeo en Supli-cantes, Jon, Hiplito. Slo con Coro en Heracles. Con Dioniso y Penteo en Bacantes (1.).

    Heracles 913 TCOV eiGt; Bacantes 1030 OX(okev; Medea 1125 keul.Ev; IT 1289 pE-001.; Hlena 1515 pl3ixe; Fenicias 1079 crthot... dvfignacruaL, 1349 telvim. Nteseque ya el escoliasta en Fenicias 1339 dice: cruvflOwg ntXtv Ept7t181 neoeutcbv vcrtfxo,) tfig crumixTEtg t xectlketov xatacrtattxthteeov iicrtceov Striyettat t netv.

    " Heraclidas 786 vixoTn.tev; Hiplito 1162 cnixt' Ucrtiv; Andrmaca 1973 ax Icrtt;Electra 762 VLXCVI"OQcrtnv... ty-yal.w. Slo queda un aoristo formular en Orestes857-8 gboIe tfib' 1v Oaveiv.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 89

    episodio 56 ; en otros el emisario entra cuando el episodio est comenza-do 57 . La extensin del dilogo es variable, pero bastante corta. No podaser de otra manera, ya que lo que se busca en este prlogo no es sino darla noticia monda, buena o mala, y los interlocutores estn vidos de co-nocer los detalles del hecho notificado. As lo hacen saber.

    Entonces el mensajero se introduce en el cuerpo de la noticia o narra-cin. Es una descripcin pormenorizada de una accin que ha tenidolugar fuera de escena y que suele ser, en nuestra opinin, el punto culmi-nante del drama (ya lo hemos dicho). De ah la importancia que le hadado Eurpides cuidando y tratando con mimo esta parte de su tragedia.Se .ha dicho que Eurpides es un narrador consumado". Y no les faltarazn a los que tal aseguran, hasta el punto de considerarlo un discpulode Homero. Diremos ms: Ha logrado captar tan fuertemente la esenciade la pica, comunicar tal dramatismo a su relato que, que si de Homerose ha dicho que ha logrado la tragedia ms grandiosa de la literaturagriega, de Eurpides podemos afirmar que ha realizado una de las obraspicas ms logradas. Y no estoy refirindome a un mensaje concreto: Estal la conexin que logra entre qu dice y cmo lo dice que consigue unpatetismo tan profundo como si la escena pasara ante los ojos de losespectadores. Lanse si no las narraciones de Medea, Hiplito, Heracleso segunda de Bacantes: todas ellas ponen los pelos de punta. 0 las deHeraclidas, Suplicantes, Jon, la primera de Fenicias, IA, o la primera deBacantes, nada espeluznantes, sosegadas, picas. Son una maestra genialde Eurpidess:

    56 Suplicantes, Jon, IT, Hlena, Fenicias (1.), IA, Bacantes (2.1.57 Heracles (tras un dilogo Irico entre Anfitrin y Coro), Fenicias (2.) (despus

    de un dilogo entre Creonte y Corifeo), Orestes (tras dilogo de Corifeo y Electra)Bacantes (1.) (tras dilogo de Penteo con Dioniso).

    59 Cf. Schmid-Sthlin, Geschichte der griechischen Literatur, I, 3, Mnchen 1940.L. Bergson, Episches in den hoeig yythxaC Rh.M. 102, 1959, 9-39. G. Erdmann,o. c. S. Barlow, The Imagery of Euripides. A Study in the Dramatic Use of PictoricalLanguage, London 1971. El pictrico lenguaje usado aqu (se refiere al relato delmensajero) es de los elementos euripideos ms pulidos y acabados (J. A. Lpez Frez,o. c., p. 390). I resoconti dei nunzi, veri gioielli d'arte narrativa, che, sebbene portatia perfezione da Euripide durante iI fiorire della retorica... (L. di Gregorio, o. c. p. 4).

    59 Schmid-Sthlin, o. c. pp. 777-8, n. 4. En relacin al lenguaje de estos relatos ysus entronques con la pica pueden consultarse, entre otros, L'pithte ornamentaledans Eschyle, Sophocle et Euripide, Upsala 1956, de L. Bergson, as como los artculosdel mismo autor The omitted augment in Greek Tragedy, Eranos 51, 1953, 121-8 y el

  • 90 JOS M. MARCOS PREZ

    La narraCin es seguida y lineal. Est contada en primera o tercerapersona. Ya dijimos ms arriba que el mensajero es un testigo presen-cial de los hechos que refiere. Y slo el estilo directo presente entodos los mensajes pondr ms realismo en la situacin. Sabe conjugaren una simbiosis casi perfecta lo abrupto de algunas acciones con lasencillez y llaneza de la expresin, de tal manera que un hecho horr-sono puede suavizarlo con un lenguaje no tan terrible como se espera-ri. Otras veces hay una concordancia entre acontecimiento y bagajeexpresivo. En todos ellos la vibracin y emocin est presente.

    Y todo en un in crescendo continuo, con una prolijidad que a vecesse nos antoja excesiva, pero que cuadra perfectamente con los gustosliterarios de la poca y los fines propios del drama, del melodrama,que no son otros que relatar lo no escinificable 60 . Ya algunos relatossuponen una amplitud poco com n, pero estn en la lnea del nuevomelodrama, de la fantasa del autor y del registro de lo pico, comoprueba el hecho de haberse conservado tantas obras de Eurpides.

    Para que sirva de ejemplo a todo lo que llevamos expuesto recoge-mos unos cuantos relatos. En Medea, tras el prlogo en el que aparecela arrogancia del sirviente de Jasn (no en vano su sefior es el rey yMedea una desterrada), el mismo se vuelve distinto, se convierte enmensajero objetivo y pierde de vista esa situacin inicial. Esta perso-nalidad sirve a Eurpides para contar sin pasin los acontecimientos.Por eso puede empezar la narracin hablando de la alegra de loshijos - de Jasn y Medea ante los regalos 61 , la reconciliacin 62 y su am-bientacin: beso a los nirios, entrada a lugar prohibido a los varones63;la complacencia en la narracin con los celos de Glauce para con losnios 64 y la mirada apasionada de Jasn 65 . Despus, una tcnica que

    citado'en la n. 58; R. Liihrer, Beitrdge zur Kenntnis der Beziehungen von Mienenspielund Maske in der griechischen Tragddie, Paderborn 1927, p. 29, hacindose eco de laopinin de Howald de que las narraciones euripideas son films hablados, que repro-ducen objetivamente la realidad. (Citado por di Gregorio, o. c. p. 19).

    60 Escenas como las contadas en Bacantes 2., Electra, Heracles, etc. por espeluz-nantes y sangrientas; las de IT 2., Hlena, Bacantes 1., Orestes por largas y fatigosas.

    61 floOrilev 1138.62 veUxog lanercrOat. 1140.

    crryct5 yuvotpubv 1143.thecrupeck rtantba 1147, gijoax0eioa 1149.

    63 ItQOvuov bcp0a2s.uv 1146.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 91

    aparece en todos los relatos: el mensajero introduce dilogos, palabrastextuales de los actuantes en el acontecimiento que cuenta, y en estecaso con las palabras de Jasn 66

    con las que, iirona de la tragedia!,ayuda a la ahora su enemiga, antao su amante: No seas no-acogedora;cesa en tu actitud, acepta... A continuacin prosigue la narracin comorecrendose: El regalo, y lo femenino que aflora, que lo domina todo:La curiosidad 67 , el aderezo 68 , la coquetera ante el espejo 69 con el paseotipo pasarela 70 , la sensacin de alegra rebosante", de espectculo prodi-gioso", y el palacio como caja de resonancia. Ms tarde, la color demu-dada", el temblor 74 , la espuma de la boca 75 , el torbellino de los 0j0s76,la piel sin una gota de sangre 77 , secuelas todo ello del veneno mgico.La criada piensa que es un furor pnico". Todo es movimiento, locura,y los trminos empleados as lo confirman 79 . Y todo, sazonado con unjuego proporcionado de figuras retricas: el despertar 8, el smil del ejr-cito atacando 81 , de las bestias salvajes devorando 82 , y una adjetivacinrica y sonora 83 . Todo desemboca en un epifonema admirativo m , comopunto culminante de lo que sucede a la princesa. Seguidamente se cam-bia de sujeto y se describe la congoja del abuelo Creonte con una fuerzasimilar: Todo es horror, pero un bello horror descriptivo que finaliza enla erotesis del tg anafrico85 en medio del estilo directo. Lo que

    66 1151-1155.6678 015X dtvoxvro 1156.

    kaPoiioa fulncrxEro 1159.69 kaiwzoti? xatrcroy 1161 oxonouptvi 1165.

    Idoxgratfla1vouoa 1164.712 llnepxaigovcra 1165.7

    SetviNv CASEU,v 1167." mootav... dlilacra 1168.74 T@uoucra 1169." (394:1o6v 1174.76 xgg crrochoucrav 1175.

    ati.ta o, Ivbv xoot 1175.78 Ilavoln deyg 1172." iloggou 1180, ralcg 1181.

    utioavrog ptuatog 1183.81 Irzecrrocurzvro 1185.

    16currov 1189.83 Oauuctcrrv, nauchvou, XETCTOG keuxnv y los innumerables participios.24 betvoln, Oaua 1202.as Vv. 1208-1209.

  • 92 JOS M. MARCOS PREZ

    acabo de expresar no es ms que un testimonio, plido reflejo de lamaestra descriptiva y del clmax de la narrcin. Adems, se refrendacon una sintaxis ms retrica y artificiosa al principio para ir caminan-do poco a poco hasta la expresin verbal escueta. Si a ello ariadimosencabalgamientos, metforas, metonimias, paronomasias, ltotes, n-fasis, etc., nos daremos cuenta de la expresividad desarrollada porEurpides en este relato.

    En Heraclidas86 , la temtica cambia substancialmente. Un servidorde palacio cuenta a Alcmena la victoria de Hilo y Jolao sobre Euris-teo. El inicio es la descripcin de una monomaquia. Hilo, pie a tie-rra 87 , dirige palabras a su contrincante, al estilo de los hroes homri-cos. Euristeo se retira por cobarda ss ante el empuje del hijo de Hera-cles. El lenguaje y su construccin son sencillos. Luego, los adivinosse aprestan a ejercer su profesin; los dems, a la defensa. Vienenarengas 89 , el combate al fin 90 : los unos caen 91 , los otros se mantienenfirmes. Los pies se traban92 . Las huestes de Euristeo huyen"; Hilo yJolao lo persiguen en carro 94 . Ms tarde vienen las splicas de Jolao aHebe y Zeus para que le vuelvan joven por un solo da, en estiloindirecto". El prodigio se cumple 96 ; y Jolao, saliendo de la sombratiniebla", se apodera del botn ms preciado: el jefe militar enemi-go 98 . Asemeja todo ello una batalla-monomaquia homrica, con unepifonema tambin homrico: noUot gnurrov (v. 838) que recuerdael 06.YrEg 1n uttov" o el Tot S'yxuativot, gleurrov". La rapidez en la

    86 Vv. 799-863.87 xpag Te0o1nnwv... g.ttcov 7t

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURPIDES 93

    exposicin parece telegrfica en ocasiones: la entrada en escena deJolao, el prodigio. Todo es descrito cabalmente. Pero, ?:,cmo es posi-ble que este testigo-mensajero est presente en un lugar y en otro a lavez? No hay tal, porque, como nos confirma l mismo, la ltima partedel relato la ha odo contar a otros'01.

    Y es que la influencia pica de Homero se nota mucho en las des-cripciones de Eurpides. Para obviar el asunto, srvanos de ejemplosolamente la batalla de carros de Suplicantes', muy en la lnea deIliada 5.261 ss. y 17.501 ss. m . Las palabras de los jefes contendientesenardecen a sus huestes i4 , en la misma lnea que en Homero 1 5 . Elempleo de smiles y comparaciones es relativamente corriente en Eur-pides. No tanto como en Homero, por supuesto, pero es difcil encon-trar un relato en el que no aparezca un smil y algunas comparaciones.He elegido al azar el smil-comparacin del jabal, xneog. Eurpideslo usa en la narracin de Fenicias. El soldado que hace de mensajero,da una descripcin detallada de la monomaquia de los hijos de Edipo,y, tras la splica de ambos a sus respectivas diosas venerandas, Polini-ces a Hera, patrona de Argos i6 , Eteocles a Atena", y del sonido dela trompeta tirrena, los dos se lanzan al combate como jabales queafilan su mandibula salvaje...>>108. En Homero el jabal no suele ser unanimal utilizado en los smiles. Se selecciona para comparaciones del

    tn to i11 xkuw-Xeyoqf tv beiieo S'eting Elothev 847-8.102 Vv. 675 ss.103 Aflrmemos que en Homero no hay descripciones de batallas frontales, como las

    hay, y abundantes, en Eurpides. Si aparecen ejrcitos en marcha y en orden de batalla,pero no un combate frontal entre dos ejrcitos. Suele suplir este dato con smiles ometforas que hablan del suelo horrendo que retumba herido por pies de hombres ycaballos (11. 2.465-6, 12.146, 265 ss., 309 ss.); de la tempestad de polvo que levantanen su avance (11. 3.13-4); de la tierra que fluye sangre (11. 4.446); o al punto sale eljefe a retar al jefe del ejrcito contrario (11. 12.175 ss., 15.379 ss., etc.); o un ave de malagiiero se presenta por la izquierda (11. 12.199 ss.); o los improperios de un jefecillo quese ve desasistido de los dioses (11. 12.164 ss.).

    '" Opoog vigoe 713.v gvog cQuev 11 8.335, o v t oevog dieogv thcrro,) 11. 2.451, 5.139, y tantos

    ejemplos ms.Vv. 1365-1368. La Hera Argiva de Homero de 11, 4.8, 5.908.

    icg Vv. 1373-1376.Vv. 1381 ss.

  • 94 JOS M. MARCOS PREZ

    tipo Ei.xteg... xcneoLotv 19 . Aparece en un smil como elemento se-cundario del mismo m . Encontramos tambin el smil de Diomedes yOdiseo arremetiendo contra los troyanos como dos jabales con sariaen una manada de perros 111.

    En esta misma obra, antiguerrera por excelencia, podemos hallaruna plasticidad y expresividad grandes al tiempo que rapidez en elagolpamiento de las acciones blicas, como las que siguen: Regabanla seca tierra con arroyos de sangre 112. Retumb la tierra (bajo elrayo de Zeus) como para espantar a todos 13 . De lo alto de la escalarod (Capaneo) y abrasado se desploma en tierra ya cadver 114 . Eldesastre era total: moran, caan de sus carros, saltaban las ruedas, seamontonaban ejes sobre ejes y muertos sobre muertosm.

    ,Qu decir de los emblemas de los escudos de los siete capitanesfrente a Tebas? recuerdan, aunque de forma impresionista, lasescenas labradas en el escudo de Aquiles?116.

    No quisiera cerrar este apartado sin referirme a la narracin delHeracles, slo a una parte de la misma. Veamos con qu palabrasdescribe el inicio de la locura del protagonista: Cuando se dispona allevar con su diestra el tizn para sumergirlo en el agua lustral el hijode Alcmena se qued sin habla 117... l ya no era el mismo: alteradomen el movimiento de sus ojos 9 y dejando ver en ellos las races enro-jecidas 120, arrojaba espuma 121 sobre su barba bien poblada. Ya antes

    19 11 5.782-783, 7.256-257." 11. 17.725."' Il. 11.324-327, n 8TE Xitte(0...112 V. 1152 lepv 85Eijov yarav atilatog113 Vv. 1181-2 xrnnaE 8 XeCV, -10CFLE Sciam nvrag, reforzada por el encabalga-

    miento.114 Vv. 1182-6 lx St xkLi.tmov... EigacraEt' . g yfiv S'ptyrupog ninta, vexpg.115 eOvnaxov lnin-cov darrywv teoxoC VnnExuv alovg T'In'alom,-venot

    81 vExpoig lEcrwevovEY 1193-5, y al espaol le falta la expresividad del poliptotodoble y de la aliteracin de la

    118 Cf. Fenicias 1067-1199, 11 18.478-608.1 " garn au.onfi 930.118 cheaelvog 932.119 v crugochaim.v entntrwv 932.

    Iag alltatmag 933.121 dtchobv xa-rcrt4E 934. La traduccian es de Calvo Martnez, Eurpides. Trage-

    dias 11, Madrid, 1978, p. 118.

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EURIPIDES 95

    Lisa dice: Mira cmo comienza a agitar la cabeza (TLVGOEL Xettel)y gira en silencio sus pupilas brillantes y desencajadas 122,

    como anun-cio de lo que pasar despus. En todo el prrafo vamos a detenernossolamente en la relacin de la locura y la enfermedad de que se trata,basndonos en el lxico que Eurpides utiliza. Si comparamos el textoeuripideo con el comienzo del captulo VII de La Enfermedad sagradavemos las siguientes afinidades: El mdico dice: Itchcovg TE yvvratxat nvyvrat, Eurpides, Icrni criconfi; all se contin a: xat thhein lvtof,' creltatog xat Itt hmitata laaonbovrai, aqu tv CTICIO-chodoiv 61),Rctwv 61:10aotvog... dov xatt4 t@exou yevEuSog.Como puede verse hay coincidencia casi completa, con la ampliacinde Eurpides de las races de los ojos sanguinolentas 123 . A cambio,en el Corpus Hippocraticum aparece un nvyetaL (est atontado)que no recoge Eurpides. Los sntomas de la epilepsia, o enfermedadsagrada, son claros. Es ms, esta descripcin la podemos encontrarparcialmente en otras obras euripideas: Medea'24 , Bacantes 125 . Tampo-co estara de ms citar un momento de Orestes en el que se muestranreliquias de la enfermedad 126 , por ms que no se exprese en los mis-mos trminos. Y aunque Collinge 27

    piensa que se trata de una pinturaconvencional creada por el propio Eurpides 128 , nos tememos que lostrminos empleados tambin por los mdicos vengan a confirmar elconocimiento expreso directo que el propio trgico tiene de la enfer-medad sagrada a travs de los escritos de Cos.

    Creemos que con lo escrito basta para confirmar la fuerza pica dela narracin en Eurpides, con todos los ingredientes estimulantes dela lengua: Figuras estilisticas de pensamiento y de diccin, desplantes

    121 Vv. 867-868.123 Algo casi idntico se ve en otra obra del Corpus, Pronstico 2, en la que se

    aade: i rtt keuxet pv0elt Uovoca si el blanco de los ojos se colora en rojo.124 Vv. 1173-1175, con las caractersticas de la espuma blanca que sale de la boca

    y las pupilas de los ojos que dan vueltas.126 Vv. 1122-1123. A propsito del xtasis bquico de gave se vuelve a incidir en

    los mismos ponnenores: 8405v Itetaa xat Starochovg xoctg aacrouaa.126 thhottilm, 61.4ta av moacretat (v. 220 y 253).in Medical terms in tragedians BICS, 1962, pp. 43 SS.128 Podemos confirmar algunas expresiones en los otros trgicos: Sfocles en Ayante

    447 dice: ktact xat choeveg bttatoolOt; squilo en Prometeo 673: ctlovcg tacrroo4ot.

  • 96 JOS M.' MARCOS PREZ

    teatrales, palabras textuales de los actuantes forneos, diccin en con-sonancia con la avidez del espectador para buscar ese pathos dramti-co tan caracterstico de nuestro trgico y otros elementos que sirvenpara reafirmar ese apartado tan importante del drama euripideo: elpatetismo.

    Por ltimo est el epflogo del relato. La verdad es que suele ser unariadido de tipo gnmico. El mensajero se cree en el deber de aconse-jar a su interlocutor 1" y aprovecha los pocos versos de que constapara hacer reflexionar al receptor de la misiva", o para redondear lasituacin con alguna sentencia: lo efmero de las fortunas 131 , el infortu-nio de los mortales 132 , el ojo por ojo 133 , la desconfianza prudente 134 , elfuturo feliz en manos de los dioses 135 , hay que ser sensatos y piado-sos 136 ; o con una alabanza 137 o con un epifonema 138 o una secuencialgica de la narracin con sentencia incluida 39

    o, en fin, con una spli-ca 14 . Slo en Reso, de nuevo vuelve a ser Reso la excepcin, apareceun epflogo que viene a ser el resumen y comentario no gnmico de lonarrado. Ahora bien, si los epriogos de los relatos son de pocos versos(varan entre los dos de Medea y Fenicias 2. y los diecisis de Jon,siendo la mayora de entre cuatro y nueve versos i", hemos de consig-nar que hay dos que tienen estrambote: el de Suplicantes, obra en laque, acabado el relato, Adrasto quiere conocer ms detalles sobre elsuceso y pregunta al mensajero de manera esticomtica pormenores

    129 Andrmaca 1158-60, IT 1411, Orestes 953, IA 1609.130 Medea 1222-30, Hiplito 1250-4.

    Heraclidas 863-6.'" Heracles 1015.133 Electra 857-8.

    Hlena 1617-8.135 Fenicias 1. 1198.136 Bacantes 2. 1150-1.137 Suplicantes 726-30.

    Jon 1227-8, Fenicias 2. 1423-4.13 Jon 1225-8, Electra 851-8, Heracles 1010-5, Hlena 1613-8.140 Bacantes 1. 770-4.141 Epilogos de cuatro versos tienen Heradidas (863-6), IT 1. (336-9), Fenicias 1.

    (1196-9), Orestes (953-6); de cinco, Suplicantes (726-30) y Bacantes (770-4, 1148-52); deseis, Hiplito (1249-54), Heracles (1010-5) y Hlena (1613-8); de ocho, Andrmaca(1258-65) y Electra (851-8); y de nueve, IT 2. (1411-9) e IA (1604-12).

  • EL RELATO DEL MENSAJERO EN EuRipiDEs 97

    del asunto narrado a los que va contestando el emisario' 42 , y el deFenicias 1. 0

    en el que el mensajero responde verso a verso las exigen-cias de Jocasta 143 y, ante el mandato de sta, contina con una segundanarracin que es continuacin de la que qued interrumpida con eldilogo, si es que se puede decir as, cuando en realidad, es el propioemisario el que no estaba predispuesto a contar ms de lo que en unprincipio haba contado. Y digo esto porque, como ya hemos anotadoms arriba, en Fenicias pueden considerarse interpolaciones algunosprrafos que van insertados en el relato del mensajero, al decir de Ed.Fraenkel l", al que siguen otros muchos crticos. De todos modos, elsoldado-mensajero refiere contra su voluntad la segunda parte, la des-graciada, por las exigencias de Jocasta: Tus hijos estn enzarzados enla pelea, ve y detnlos.

    He aqu, por tanto las tres partes en las que hemos dividido elrelato de mensajero: Un prlogo en el que Eurpides pretende caracte-rizar de alguna manera al mensajero y su situacin y en el que ste dacuenta escueta de la noticia que viene a comunicar; una narracin enla que se exponen con todo detalle los actos inherentes al drama quesuceden fuera de escena para obviar las dificultades fsicas y/o psqui-cas de su puesta en escena y en la que el mensajero, con la personali-dad del mensaje, se vuelve impersonal y objetivo para dar una visindetallada y clara de lo acontecido; y un epriogo, casi siempre exhorta-tivo y gnmico, con el que no se pierde de vista esa tendencia deEurpides a poner en boca de algunos personajes de sus obras senten-cias en gran nmero. Y todo ello refrendado con una narracin picacon tintes homricos evidentes y algunos conocimientos cintficos di-rectos nada desderiables.

    Universidad de Valladolid Jos M. MARCOS PREZ

    142 Vv. 750-771.143 Vv. 1209-1216.i" Ed. Fraenkel, Zu den Phoenissen des Euripides, Miinchen 1963, esp. pp. 53-56

    y 60-65.


Recommended