Date post: | 01-Nov-2015 |
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Author: | cracklitos |
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Poltica y CulturaISSN: [email protected] Autnoma Metropolitana UnidadXochimilcoMxico
Guilln, DianaMiradas fotogrficas y construccin de huellas documentales El nacimiento de los Caracoles
zapatistasPoltica y Cultura, nm. 41, 2014, pp. 31-63
Universidad Autnoma Metropolitana Unidad XochimilcoDistrito Federal, Mxico
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26730752003
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Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Diana Guilln **
Resumen
El presente artculo tiene como objetivo analizar un tipo de mirada que, en tanto representacin y a la vez huella documental de la realidad que capta, contribuye a construir y/o reproducir imaginarios sobre los procesos societales que nos circundan, y abre ventanas para que a travs de ojos ajenos los observemos. La idea es recuperar algunos de los registros fotogrficos que se realizaron durante la inauguracin de los Caracoles en agosto de 2003 y, en funcin de la iconicidad y textualidad asociada a ellos, identificar fragmentos de las narrativas que se han desarrollado alrededor del zapatismo.
Palabras clave: EZLN, Caracoles, fotografa, iconicidad, textualidad.
Abstract
The following article has the objective of analyzing a look that, in both representation and documental print of the reality it captures, contributes to construct and/or reproduce imaginaries about societal processes that surround us and opens windows which allow us to view them through different eyes. The idea is to recover some of the photographic records from the opening of the Caracoles in august of 2003 and, according to the iconicity and textuality associated to them, identify fragments of the narrative that have been developed around the zapatist movement.
Key words: EZLN, Caracoles, photography, iconicity, textuality.
Artculo recibido el 22-03-13Artculo aceptado el 26-03-14
Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentalesEl nacimiento de los Caracoles zapatistas*
* Agradezco el valioso apoyo de Abraham Assenato Bravo para ubicar y precisar las referencias hemerogrficas que se citan en el presente artculo.
** Profesora investigadora de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora, Mxico [[email protected]].
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as reflexiones que a continuacin se presentan estn guiadas por un doble inters: resaltar la especificidad
de la imagen fotogrfica en tanto representacin de actores y procesos sociales, y ubicar referencias visuales que se convierten en uno ms de los instrumentos de lucha a los que se recurre cuando se desafa el orden establecido. Para avanzar en ambas direcciones, el presente trabajo propone recuperar 37 fotografas testimoniales que documentan el acto festivo al que convoc el nacimiento de las organizaciones sociopolticas con las que el Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional (EZLN) sell el trnsito de movimiento contestatario a proyecto societal alternativo.
Las 37 unidades, divididas en tres series, fueron publicadas en 2003 en la pgina electrnica del Independent Media Center (Indymedia) Argentina, y la revisin que aqu se har de ellas est orientada por cuatro grandes interrogantes: qu tipo de miradas del EZLN reflejaban?, quines eran sus actores principales?, qu escenas recreaban?, cules eran las caractersticas de la narrativa icnica construida alrededor de unos (actores) y otras (escenas)?
En la bsqueda de las respuestas respectivas, se mantendr como teln de fondo el debate sobre los elementos que aporta la imagen fotogrfica para construir sentido y conocer la realidad social, tema que ha sido abordado desde la sociologa y la antropologa visuales1 y que conviene tener presente para analizar expresiones culturales ajenas a las hegemnicas.
a manera de prembulo: el objeto fotogrfico
A pesar de su enorme parecido con la realidad que reproducen, las fotografas no pueden suplir a los referentes fsicos cuyas imgenes capturaron a travs de la lente.2 Mediante tales imgenes es posible transmitir intereses
Lintroduccin
1 Vanse Mario Ortega Olivares, Metodologa de la sociologa visual y su correlato etnolgico, Argumentos. Estudios crticos de la sociedad, vol. 22, nm. 59, Mxico, UAM-Xochimilco, 2009, pp. 165-184. Hugo Jos Surez, La fotografa como fuente de sentidos, San Jos (Costa Rica), Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2008 (Cuadernos de Ciencias Sociales, nm. 150). Marcus Banks y Ruby Jay (eds.), Made to Be Seen: Perspectives on the History of Visual Anthropology, Chicago, Chicago University Press, 2011.
2 Vase Roberto Aparici y Agustn Garca M., Lectura de imgenes, Madrid, Ediciones de La Torre, 1989.
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e intencionalidades3 y el objeto fotogrfico, ms que la captura del mundo exterior tal y como es, constituye una huella luminosa4 o, si se quiere, un trazo qumico5 producto de la combinacin de procesos tcnicos y subjetividades humanas.
Cuando se busca interpelar al campo icnico generado por esas huellas o trazos, se deben considerar el perfil e intencionalidad de quienes intervinieron en su produccin y/o edicin, as como el mensaje que deconstruye-construye quien observa las imgenes resultantes. Las dudas, a propsito de si las imgenes producen signos codificados como cualquier otro lenguaje y de si su sentido est dado por quienes las construyen, por quienes las interpretan o se encuentra en ellas mismas, resultan por lo tanto pertinentes.6
Desde experiencias de trabajo ms cercanas a la sociologa que a la semitica, la propuesta sera sustituir el nexo o por el nexo y, planteando que la simbiosis de los tres elementos es la que se encuentra atrs de los posibles sentidos de una fotografa. Asumo que la construccin de sentido conlleva un proceso de abstraccin que rebasa al objeto fotogrfico y que involucra dimensiones individuales y sociales de los sujetos que lo crean y de quienes lo observan, por lo que el proceso de emisin/recepcin de mensajes va ms all de la iconosfera.7
Los contenidos propios de esta ltima se pueden analizar recurriendo a distintas vertientes de la semitica: a) en funcin del discurso de la mmesis se les entiende como espejo de lo real; b) en funcin del discurso del cdigo
3 Vanse Allan Sekula, On the Invention do Photographic Meaning, en Victor Burgin, Thinking Photography, Londres / Basingstoke, The Macmillan Press, 1982, pp. 84-109. Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histrico, Barcelona, Crtica, 2001.
4 Philippe Dubois, El acto fotogrfico. De la representacin a la recepcin, Madrid, Paids, 1986, pp. 55-56.
5 Vase John Mraz, Particularidad y nostalgia. De la fotografa histrica, Nexos, 91, Mxico, julio de 1985, pp. 9-12.
6 Roland Barthes, Retrica de la imagen, en Lo obvio y lo obtuso, Barcelona, Paids, 1982, pp. 29-47.
7 Entiendo por iconosfera el conjunto de imgenes cargadas de cdigos simblicos que circulan en cualquier sociedad. Su construccin/actualizacin es permanente y estn en la base de una produccin discursiva que remite a los signos como elemento bsico de comunicacin. A pesar de las crticas que pudieran hacrsele al concepto por sus reminiscencias de carcter biolgico (Diego Lizarazo Arias, Iconos, figuraciones, sueos. Hermenutica de las imgenes, Mxico, Siglo XXI Editores, 2004, pp. 236-237), lo retomo porque considero que enfatiza el lugar prioritario que hoy en da se otorga a las imgenes dentro del universo semitico de las culturas contemporneas (vase Pablo Coca, Iconosfera. Un viaje por la imagen, en scar Fernndez y Vctor del Ro (eds.), Estrategias crticas para una prctica educativa en el arte contemporneo, Valladolid, Museo Patio Herreriano, 2007, pp. 87-105).
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y la reconstruccin se les entiende como transformacin de lo real; y c) en funcin del discurso del index y la referencia se les entiende como huella de un real.8
Pero adems de recuperar la esfera icnica en s misma, debe entenderse que los registros fotogrficos representan y documentan procesos sociales, por lo que las imgenes resultantes son de manera simultnea vestigios de una materialidad acotada espacial y temporalmente y smbolos del tipo de sociedad al que dicha materialidad corresponde.9 Partir de ambas caractersticas, cuando se pretende analizar un corpus fotogrfico es indispensable para contrarrestar la tentacin de empalmar el registro con aquello que se ha representado/documentado, o bien, para evitar caer en el extremo contrario que favorece el exceso de intuicin y de especulacin bajo el supuesto de que una imagen dice ms que mil palabras.10
En el presente trabajo se asume la necesidad de interrogar a las imgenes en funcin de una dimensin social que no slo contextualiza signos y sentidos decodificables en funcin de categoras iconolgicas y semiticas. Esta perspectiva se nutre de la historia del arte y de la lingstica, sobre todo en trminos de estrategias metodolgicas, pero busca ir ms all de ambas.11
Vistos en conjunto, los objetos fotogrficos sobre el nacimiento de los Caracoles que encontramos en el portal argentino de Indymedia dan forma a varias miradas del proceso que recogen fragmentos de la espacialidad, la temporalidad, las interacciones y los protagonistas que dieron vida al acto respectivo. No se trata de un ejercicio de observacin externa que document las prcticas zapatistas desde neutralidades individuales ajenas al proceso registrado, por el contrario, mediante el clik de la cmara se congelaron escenas que proyectan recortes personales a propsito de lo sucedido y posteriormente, a la hora de editar tales escenas, se organiz el material y se le identific con ttulos y pies de pgina que dan forma a narraciones construidas en el marco de un proyecto contrahegemnico.
el nacimiento de los caracoles zapatistas y su registro fotogrfico
Ya que reconstruir el proceso histrico que llev al nacimiento de los Caracoles zapatistas no forma parte de los objetivos del presente trabajo, me limitar
8 Philippe Dubois, El acto fotogrfico, op. cit., pp. 19-51.9 Ana Mara Mauad, Fotografa e historia, interfases, en Fernando Aguayo y Lourdes Roca
(coord.), Imgenes e investigacin social, Mxico, Instituto Mora, 2005, p. 464.10 Peter Burke, Visto y no visto..., op. cit., pp. 50-53.11 Ibid., pp. 43-57.
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a retomar sus elementos centrales para contextualizar un corpus fotogrfico que documenta y representa icnicamente algunos de los rasgos festivos que acompaaron su inauguracin.
El antecedente inmediato de las formas sociopolticas de organizacin conocidas como Caracoles son los cinco centros regionales que se constituyeron el 9 de agosto de 2003 en los municipios de Ocosingo, Larrinzar, Altamirano y Palenque. Territorialmente hablando, dichos centros eran el punto de convergencia de las bases de apoyo del EZLN y bajo el ttulo colectivo de Los Aguascalientes fueron bautizados como La Realidad, Oventik, La Garrucha, Morelia y Roberto Barrios.12
A pesar de los esfuerzos que ha realizado el gobierno chiapaneco para reivindicar sus prerrogativas formales13 y para incrementar su presencia mediante programas sociales de corte asistencialista, todos ellos se extienden sobre una zona bajo control zapatista, control que en 2003 descansaba en responsabilidades hasta ese momento asignadas al mando militar.
La estrategia adoptada a casi una dcada del levantamiento armado, buscaba trasladar tales responsabilidades a las redes civiles y para ello se instal una Casa de la Junta de Buen Gobierno en cada Caracol.14 Mientras el papel de Los Aguascalientes era abrir un espacio de dilogo con la sociedad civil nacional e internacional y simblicamente ese espacio serva tanto para programar reuniones en fechas paradigmticas como para lanzar iniciativas,15 los Caracoles se disearon como puertas para entrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas para vernos dentro y para que veamos fuera; como bocinas para sacar lejos nuestra palabra y para escuchar la del que lejos est.16
La esencia de ambas propuestas era la misma, pero los Caracoles asumieron el reto de institucionalizar formas organizativas que por la va de los hechos regulaban la vida comunitaria. Se trat de un salto cualitativo importante y
12 Vase Diana Guilln, De autonomas e instituciones: una mirada al nacimiento de los Caracoles zapatistas, en Jos Mara Caldern (coord.), Amrica Latina: Estado y sociedad en cuestin, Mxico, PELA-UNAM, 2011, pp. 245-268.
13 Vase Xchitl Leyva Solano y Araceli Burguete Cal y Mayor (coords.), La remunicipalizacin de Chiapas. Lo poltico y la poltica en tiempos de contrainsurgencia, Mxico, Cmara de Diputados-CIESAS-Porra, 2007.
14 EZLN, Chiapas, la treceava estela (sexta parte): un buen gobierno, La Jornada, Mxico, 29 de julio de 2003, pp. 10-11.
15 EZLN, Chiapas, la treceava estela (segunda parte): una muerte, La Jornada, Mxico, 25 de julio de 2003, pp. 6-7.
16 EZLN, Chiapas, la treceava estela (tercera parte): un nombre, La Jornada, Mxico, 26 de julio de 2003, pp. 12-13.
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aun cuando internamente los conflictos y las discrepancias siguen existiendo, se abri una va para privilegiar la dirigencia por encima de la dominacin gramscianas.17
El proyecto de pueblos-gobierno que se articulan entre s18 apuntal la red social que se ha tejido alrededor del zapatismo y convirti a la organizacin civil en referente simblico del movimiento. La distincin entre demandas universalizantes, como son democracia, inclusin o multiculturalismo y prcticas autonmicas relacionadas con el da a da, se refleja en matices en cuanto a los sentidos que la base y la dirigencia han construido alrededor del proceso.
A pesar de las diferencias, por lo dems reconciliables, que se pueden identificar entre unas y otras,19 ambas vertientes del movimiento comparten demandas a propsito de la necesaria redistribucin de riquezas socialmente producidas e individualmente apropiadas y del tambin necesario reconocimiento de una alteridad que los discursos hegemnicos suelen ocultar.
Ms all del debate filosfico sobre la imbricacin entre redistribucin y reconocimiento para transformar a la sociedad,20 suscribo la idea de que los zapatistas constituyen una comunidad de sentido21 y planteo como hiptesis que su praxis se encamina a modificar las dos dimensiones dentro de su entorno inmediato, generando un discurso que trasciende los cambios conseguidos a nivel local.
En ese contexto, los registros fotogrficos del encuentro al que convoc el EZLN para formalizar el nacimiento de los Caracoles, dan vida a mltiples narrativas visuales en las que los referentes simblicos del proyecto zapatista tendern a aparecer. Para los fines del presente trabajo interesan 37 imgenes que se difunden a travs de una plataforma virtual en la que no existen fronteras poltico-territoriales, aun si el nodo argentino de Indymedia fue el que se encarg de incorporarlas a dicha plataforma.
Independent Media Center es una red global diseada para que periodistas que monitorean cuestiones polticas y sociales cuenten con canales de difusin
17 Antonio Gramsci, Cuadernos de la crcel. Edicin crtica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana, tomo 5, Mxico, Era, 1981, p. 387.
18 Pablo Gonzlez Casanova, Los Caracoles zapatistas: redes de resistencia y autonoma, Revista OSAL, nm. 11, Anlisis de casos, Buenos Aires, mayo-agosto, 2003, p. 18.
19 Vase Rodrigo Megchn Rivera, Haciendo caminos: lecturas de integrantes del EZLN, MOCRI y SOCAMA en torno a la construccin de carreteras regionales en la Lacandona, tesis presentada para optar al grado de maestro en Estudios Regionales, Instituto de Investigaciones Dr. Jos Ma. Luis Mora, Mxico, 2009.
20 Vase Nancy Fraser y Honneth Axel, Redistribution o Recognition? A Political and Philosophical Exchange, Londres/Nueva York, Verso, 2003.
21 Vase Rodrigo Megchn Rivera, Haciendo caminos: lecturas de integrantes..., op. cit.
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abiertos. Su origen se remonta a 1999 cuando tuvieron lugar en Seattle (Estados Unidos) importantes manifestaciones contra la Organizacin Mundial del Comercio (OMC); desde entonces ha mantenido vnculos con los movimientos globalifbicos y ha transmitido informacin visual y escrita que normalmente no difunden agencias, cadenas televisivas o grandes diarios reservados para los profesionales de los medios.
El empoderamiento de quienes congelan en una imagen a determinados actores y escenas de la realidad social, cristaliza as en propuestas de informacin alternativa. Las fotografas que reproducen los diversos nodos de Indymedia reflejan encuadres definidos por el tipo de lentes y cmaras utilizados, pero ms que los elementos mecnicos y fsicos, en la construccin de este tipo de miradas predominan decisiones subjetivas que determinan aquello que se elige resaltar y aquello que queda fuera del registro.
Parecera que la facilidad de llevar cmaras digitales, de video o celulares con capacidad para filmar y tomar fotografas ha ampliado los alcances del testimonio icnico, al tiempo que ha incrementado el nmero de reporteros improvisados que postean los resultados de su acercamiento a la realidad social.
Frente a tal panorama, identificar a quienes tomaron las fotografas que aqu nos ocupan sera el primer paso, pero las dificultades para realizar la tarea son tambin el primer reto al que hay que enfrentarse cuando se trabaja con documentos que no ofrecen pistas al respecto. En las tres plataformas de Indymedia Argentina que publican las imgenes sobre el nacimiento de los Caracoles se consigna como fuente a Indymedia Chiapas, pero en ninguna aparece el crdito por la autora del material. El nodo chiapaneco de la red supuestamente se encuentra en proceso de revisin y por ello la pgina respectiva22 slo ofrece links que conectan con otros medios libres de Chiapas, pero dado el tiempo transcurrido desde que se anunci que se renovara el sitio (se hablaba de meses y han pasado aos), no parece probable que vuelva a habilitarse.
La imposibilidad de acceder al posteo original limita las alternativas para conocer datos que contribuyen a contextualizar la narrativa visual derivada del mismo: quines realizaron los registros?, fueron una o ms personas?, cul es su perfil?, en qu calidad asistieron a la fiesta?, qu tipos de cmaras utilizaron?, cmo quedaron ordenadas las imgenes la primera vez que se publicaron?
No tengo elementos para responder con certeza a tales preguntas, as que, a manera de hiptesis, asumir que se trata de una autora colectiva, pues el tipo de fotos parecera corresponder a encuadres realizados por ms de
22 Centro de Medios Independientes Chiapas [http://chiapas.indymedia.org/index.html], fecha de consulta: 21 de marzo de 2014.
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una persona y con cmaras distintas, adems de que las maneras en las que se grabaron digitalmente presentan algunas variantes. Tambin asumir que los autores eran simpatizantes del zapatismo y que los registros dan cuenta de una actividad ldico-festiva que, aprovechando las ventajas tecnolgicas propias del siglo XXI, represent/document a aquellos actores y escenas del proceso que desde su punto de vista, en el sentido literal del trmino, reflejan los elementos positivos del zapatismo en general y de la fundacin de los Caracoles en particular.
Quienes acudieron a la cita fueron a la vez actores y testigos de la ceremonia. Si se revisan algunas crnicas periodsticas se encontrar que las reseas de su traslado y llegada a Oventik enfatizan el entusiasmo con el que emprendieron el trayecto23 y que la procedencia de los asistentes se sita ms all de Chiapas24 e incluso de Mxico.25
Sin dejar huella, en silencio total, batallones de hombres con mochila a la espalda han invadido las carreteras de las principales caadas: atraviesan destacamentos donde se encuentran acuartelados miles de soldados, se ren al no encontrar los tradicionales retenes castrenses y, luego, agarran camino hacia la comunidad zapatista de Oventik, llamada por ellos la cuna del nuevo amanecer zapatista.26
Los registros individuales que se produjeron en ese contexto sirvieron de base para discursos icnicos que apoyaban el proyecto encabezado por el EZLN y que se difundieron a travs de internet. Sea por cuestiones tcnicas, de recursos o porque la demanda de informacin alternativa se concentra en la inmediatez, la mayora de los corpus fotogrficos que se podan consultar en 2003 y 2004 ya no estn disponibles actualmente.
Un ejemplo de ello es Sodepaz,27 organizacin que en su momento public imgenes de asistentes, de mujeres, de la llegada a Oventik y de una fachada
23 Juan Balboa, Batallones de simpatizantes zapatistas marchan en silencio hacia Oventic, La Jornada, Mxico, 8 de agosto de 2003, p.13.
24 Rosa Rojas, Grupos mixtecos enviarn delegacin para participar en festejos zapatistas, La Jornada, Mxico, 7 de agosto de 2003, p. 14.
25 Hermann Bellinghausen, Los cabildos oficiales, fantasmas ante el nuevo vigor de la autonoma india, La Jornada, Mxico, 8 de agosto de 2003, p. 12.
26 Juan Balboa, Batallones de simpatizantes zapatistas..., op. cit., p. 13.27 Solidaridad para el Desarrollo y la Paz (Sodepaz) es una ONG que se define a s misma
como organizacin laica e independiente, fundada en 1987, que pretende ser un punto de apoyo solidario para la emancipacin de los pueblos del Sur y dinamizar en nuestro entorno una conciencia crtica al modelo de desarrollo/subdesarrollo vigente. A pesar de ser un objetivo
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simblica de las Juntas de Buen Gobierno. Tambin se deshabilitaron pginas vinculadas con agencias noticiosas argentinas que siguen existiendo como Accin Digital, que haba colocado algunas fotos provenientes de la agencia EFE o el peridico La Nacin.
Adems de la de Indymedia Argentina, de las pocas galeras cibernticas sobre el nacimiento de los Caracoles que se ha mantenido es la que construy La Jornada con 13 registros realizados los das 8, 9 y 10 de agosto de 2003 por Jos Carlo Gonzlez. En ella encontramos fotografas que buscan dar cuenta de la cotidianeidad de un encuentro multitudinario: camiones abarrotados transportando a los zapatistas y a sus bases de apoyo, msicos tocando sus instrumentos, mujeres como grupo que resalta, zapatistas haciendo un saludo militar, banderas que ondean entre los asistentes o que enmarcan la lectura de discursos por parte de los mandos del EZLN e incluso el corte de pelo que realiza un zapatista con pasamontaas a un asistente con el rostro descubierto.28
A diferencia del trabajo realizado por La Jornada para cubrir el evento desde una ptica periodstica, Indymedia Argentina conjunt material que en principio estaba destinado para registrar vivencias del momento. En ambos casos se document el proceso y hay cruces temticos que apoyan la hiptesis sobre narrativas visuales contrahegemnicas, pero el perfil de quienes tomaron las fotografas era distinto.
Las 37 unidades que aqu nos interesan siguen otro orden del que originalmente tuvieron, o por lo menos eso se pensara por la aclaracin con la que inicia la primera de las tres series en las que quedaron divididas: Rejunte desordenado de las fotos publicadas en Indymedia Chiapas.29
En la segunda serie se habla de una Segunda tanda...30 y posteriormente se alude a una Tercera y ltima tanda (por ahora),31 comentarios que confirman
ambicioso, la asociacin considera que es posible poner en prctica acciones concretas que contribuyan a replantear el actual e injusto orden mundial. Sodepaz, Solidaridad para el Desarrollo y la Paz [http://ong.consumer.es/sodepaz-solidaridad-para-el-desarrollo-y-la-paz.50], fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
28 Nacimiento de los Caracoles y Juntas de Buen Gobierno zapatistas [http://www.nodo50.org/pchiapas/fotos/caracol/fotos.htm], fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
29 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125293.php], fecha de consulta: 1 de abril de 2013.
30 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125307_comment.php#156708],fecha de consulta: 1 de abril de 2013.
31 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125319.php], fecha de consulta: 1 de abril de 2013.
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el aparente criterio azaroso con el que se colocaron las fotografas, as como la intencin de incorporar nuevo material ms adelante.
Aun suponiendo que el orden que sigue la sucesin de imgenes sea distinto del que originalmente tuvieron cada una de ellas en Indymedia Chiapas o, yndonos ms atrs, que no corresponda con el orden seguido para realizar los registros, el teln de fondo del acomodo que les dio Indymedia Argentina es una mirada que se construye a partir de los cruces temticos ya mencionados.
Por lo que se refiere a la inclusin de nuevas fotografas, la fecha y la hora asociadas con la publicacin de las fotos por Indymedia Chiapas (lunes 11 de agosto de 2003 a las 3:03 AM), son las nicas referencias temporales que tenemos para inferir que a partir de ese momento y hasta el 31 de agosto (en las direcciones de los tres portales se incluye /2003/8), Indymedia Argentina cre las pginas respectivas y que desde entonces han mantenido los mismos registros.
miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
En la elaboracin de una narrativa visual como la que public Indymedia Argentina a propsito del nacimiento de los Caracoles zapatistas, encontramos la participacin de al menos tres tipos de personajes: a) los que protagonizaron los registros; b) los que los produjeron; y c) los que los difundieron. Mientras los primeros se colocaron frente a la cmara, los segundos y los terceros estaban atrs de ella, situacin que se tradujo en relaciones de poder asimtricas.
Mi hiptesis es que las miradas resultantes conjugan posturas e intereses que en principio son convergentes entre los personajes involucrados, pero aun as conviene subrayar que las fotografas representan aquellos aspectos de la realidad elegidos por quienes las produjeron y editaron, independientemente de los deseos e intencionalidades de quienes all aparecen.
Los registros fotogrficos dan cuenta de existencias y ausencias fsicas dentro del entorno representado32 y en la medida en la que captan momentos y espacios particulares del mismo, son incapaces de aprehender el escenario ms amplio que les da sentido. A decir de Lewis Hine, Aunque las fotos no mienten, los mentirosos pueden hacer fotos.33
Si las contrastamos con otras reseas y testimonios de lo sucedido el 8, 9 y 10 de agosto de 2003 en Oventik, Chiapas, las 37 imgenes que encontramos
32 Philippe Dubois, El acto fotogrfico..., op. cit., pp. 67-70.33 Peter Burke, Visto y no visto..., op. cit., p. 25.
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en Indymedia Argentina dan cuenta del estado de nimo que, de acuerdo con los simpatizantes del EZLN, priv en el encuentro y priorizan a los actores que son paradigmticos dentro del discurso zapatista.
Atendiendo a las notas metodolgicas que propuse a manera de prembulo, parto de la distincin entre la representacin del proceso y el proceso mismo y agrego que la subjetividad que separa a uno del otro no descalifica el resultado obtenido. En trminos de los actores hacia los que se enfocaron las cmaras, se opt por acentuar el carcter tnico de la fiesta y por recuperar sectores generalmente discriminados dentro de la sociedad mexicana, como son las mujeres y los viejos. Asimismo, se abri un espacio a actividades simblicas para las comunidades, como la msica, el trabajo artesanal y los referentes identitarios catalogados como tradicionales.
Para avanzar en la identificacin del tipo de imgenes que el material proyecta y de los actores y escenas que recrea, empezar por mencionar que las tres series se engloban bajo un ttulo principal: Fiesta zapatista. Las fotografas que componen cada serie quedaron grabadas en archivos jpg bajo nombres probablemente asignados desde el inicio. Esos nombres hacen referencia al tema de cada foto y en la mayora de los casos fueron utilizados para incorporar subttulos en el portal.
Adems de reforzar el mensaje icnico, los ttulos y los pies de pgina son un referente de la estructura argumentativa que sigue la narracin visual. Las tres series aprovechan el recurso que utilizan las historietas para vincular textos e imagen y al final es la combinacin de las dos cosas la que reconstruye las miradas del proceso que el proyecto zapatista est interesado en difundir.
Por razones de espacio sera difcil hacer el seguimiento de esta mancuerna entre iconicidad y textualidad en cada una de las 37 imgenes, as que me limitar a exponer algunos ejemplos que podrn complementarse con la consulta directa de los portales de Indymedia Argentina y con la revisin de los anexos 1, 2 y 3 que aparecen al final del presente artculo.
Parto de la premisa de que la lectura del conjunto de ttulos y descriptores utilizados para cada fotografa nos da el panorama general del relato que quienes elaboraron los textos deseaban difundir y propongo como hiptesis que entre las miradas del suceso que dicha narracin buscaba transmitir destacan la presencia de gente de todo el mundo, el apoyo de movimientos sociales como el de Atenco, la posibilidad de que se transmitieran mensajes a travs de una radio independiente, la hermandad que exista entre los participantes, la convivencia mediante actividades artsticas y deportivas, la enorme asistencia a pesar de las condiciones climticas adversas, la capacidad organizativa del EZLN, el respeto existente hacia los mandos del mismo, el nimo festivo de los congregados, la importancia de las mujeres y de los viejos.
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El ejercicio de contrastar las descripciones que fueron escritas a partir de las imgenes con el contenido de estas ltimas, demuestra sin embargo que varias de las afirmaciones que se hacen pueden ser ciertas, pero no se desprenden de las escenas registradas en las fotografas.
Revisemos algunos ejemplos. La segunda imagen de la primera serie (Imagen-S1-R2)34 lleva por ttulo Ancianos en Oventik, pero lo que vemos en un primer plano es a cinco indgenas sentados frente a instrumentos musicales y quien est en el extremo derecho (visto de frente) sostiene una guitarra en sus manos. Como tienen la cara cubierta y usan sombreros que tambin impiden verles el rostro, es difcil verificar si son viejos o valorar si su actitud corresponde con la caracterstica solemnidad de una ceremonia tradicional que es lo que consigna la nota a pie.
34 En adelante, para identificar cada registro, con la letra S recuperar el nmero de serie a la que pertenece y, con la letra R, el nmero de registro del que se trata, tomando en ambos casos como referencia el listado que se incluye en el Anexo 2.
Ancianos en Oventik
imagen S1-R2
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Si adems comparamos esta fotografa con el sexto registro de la tercera serie, las dudas aumentan, pues a un grupo de msicos que parecen estar tocando sus instrumentos, tambin se les caracteriza como viejos sin que se pueda constatar su edad y se agrega que en su memoria vive la historia rebelde, situacin imposible de captar con una cmara.
Los vnculos entre la experiencia de rebelda asociada con la vejez y la asociacin entre esta ltima y el ejercicio de una actividad artstica como es la msica dentro de formas de sociabilidad tradicionales, formaran en ese sentido parte de un discurso que se sobrepone a la imagen, independientemente de los elementos y composicin de la misma.
Aunque las imgenes S3-R4 y S3-R5 tambin estn dedicadas a los msicos, en ninguno de los dos casos se retoma su conexin con la edad. Se insiste en cambio en el elemento tradicional del mundo indgena a partir de actores que portan pantalones de mezclilla y calzado occidentalizado (Imagen-S3-
Msicos
imagen S3-R6
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R4) y se traslada la nocin de rebelda a jvenes que por sus vestimentas no ayudan a representar la tradicin, independientemente de si en la cotidianeidad reproducen la vida comunitaria (Imagen-S3-R5).
imagen S3-R4
Msicos zapatistas en el nacimiento de los Caracoles
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La intencin de mostrar estos desfases entre iconicidad y textualidad no es cuestionar la veracidad de la narrativa; esta ltima es una construccin en la que convergen parmetros interpretativos e independientemente de si los msicos eran jvenes o viejos, de si protagonizaban una ceremonia o asistan a la misma, de si la solemnidad era ms bien timidez frente a la cmara o de tantas otras variantes que pudieron tener las escenas y actores retratados, con los objetos fotogrficos resultantes se pueden representar sentidos y significados que rebasan la realidad captada por la cmara.
Otro ejemplo seran las imgenes S1-R3 y S1-R4. La primera enfoca a uno de los dirigentes de San Salvador Atenco y es claro que los machetes, que simbolizan la lucha atenquense, son parte central de la escena, mientras que la segunda capta de perfil/espalda al mismo dirigente y tambin aparecen los machetes y la guitarra que en la anterior tocaba un atenquense. Sin embargo, el ttulo editado omite la referencia a Atenco que se encuentra en el nombre del archivo (atenco_pblico.jpg) y en la nota al pie lo que se resalta es una hermandad que una a todo el pblico asistente y que la imagen por s misma difcilmente podra mostrar.
Msicos rebeldes
imagen S3-R5
imagen S1-R3
Apoyo de Atenco
El pblico
imagen S1-R4
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Finalmente, la fotografa titulada Ya se mira el horizonte (Imagen-S3-R14) da cuenta de cmo las cargas interpretativas se hacen presentes en las distintas fases del proceso de construccin de representaciones. En este caso, Indymedia Argentina us el mismo nombre con el que se haba guardado digitalmente el registro, haciendo alusin al proyecto de transformacin social que ha impulsado el EZLN, ms que el punto fsico hacia el que diriga la vista el zapatista fotografiado.
Ya se mira el horizonte
imagen S3-R14
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Las caractersticas del objeto fotogrfico en tanto huella luminosa que ms que mostrar a la realidad tal y como es la modifica al momento de representarla, resulta a mi juicio evidente en este registro. Queda en l representado el potencial de un tipo de mirada que es capaz de cruzar fronteras a travs del ciberespacio y de construir y depositar sentidos en imgenes cargadas de referencias simblicas, referencias que, lejos de ser inherentes a los actores y procesos retratados, responden a intencionalidades y posicionamientos particulares.
Cuando observamos a un hombre con pasamontaas que ve hacia el frente, difcilmente podemos saber las razones por las cuales asumi esa postura fsica o conocer los pensamientos que cruzaron por su cabeza. Sin embargo, en el marco de una narrativa que vincula a los hombres y mujeres, a los viejos y a los jvenes, a los indgenas y a los extranjeros, a los mandos militares y a las bases de apoyo, a los que se divierten jugando basquetbol y a los que leen discursos, a los que hacen msica y a los que pintan murales, el mensaje que llega a distintos puntos del planeta es que desde el proyecto zapatista Ya se mira el horizonte...
a manera de conclusin
Cuando el 1 de enero de 1994 el EZLN declar la guerra al gobierno mexicano en nombre del pueblo desposedo,35 evidenci una de las tantas aristas que esconda el pas pretendidamente moderno y de primer mundo que a partir de esa fecha se aliaba comercialmente con Amrica del Norte. A diferencia de otras movilizaciones que se haban gestado en Chiapas alrededor de
35 En su posicionamiento inicial, el EZLN utiliz como referente al pueblo desposedo ms que a los indgenas que nutran sus filas (vase EZLN, Declaracin de la Selva Lacandona. Hoy decimos Basta!, Los torrentes de la sierra. Rebelin zapatista en Chiapas, Mxico, ALDUS, 1994), pero conforme su proyecto y estrategia de lucha fueron tomando forma, estos ltimos pasaron a ocupar un primer plano. En la Tercera Declaracin de la Selva (enero de 1995) ya se hablaba de los intentos gubernamentales para diluir la problemtica nacional en el marco local indgena y se aluda la negacin para los pueblos indios del derecho de gobernar y gobernarse segn su razn y voluntad. Asimismo, se vinculaba la exigencia de reconocimiento de las particularidades de los grupos indgenas, de su derecho a la autonoma incluyente y de su ciudadana con la necesidad de transformar radicalmente el pacto nacional (EZLN, Tercera Declaracin de la Selva Lacandona, Declaraciones de la esperanza, Mxico, Ediciones del Frente Zapatista de Liberacin Nacional, 1997, p. 23).
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demandas focalizadas,36 la bandera zapatista se iz con consignas en pro de la transformacin integral de la sociedad y bajo la perspectiva de construir un mundo mejor. El proyecto respectivo responda a altas dosis de desesperacin e impotencia y se sustentaba en la utopa de terminar con la inequidad ancestral, ms que en clculos racionales sobre la posibilidad de que la fuerza militar rebelde, a todas luces inferior, derrotara al ejrcito mexicano.
En su momento, la decisin de enfrentar al Estado con las armas en la mano record al pasaje bblico protagonizado por David y Goliath, pero pronto se hizo evidente que las principales batallas no se libraran con piedras u otras opciones ms modernas propias de los combates fsicos, y desde la resistencia se emprendieron estrategias y formas de accin contrahegemnicas para transformar el status quo vigente. De 1994 a la fecha tales estrategias y formas de accin han variado, y tanto su viabilidad como pertinencia han sido objeto de debates mediados por empatas y antipatas poltico-acadmicas con respecto al movimiento.
Inscribirse en dicho debate no forma parte de los objetivos del presente trabajo, por lo que, ms que abonar al mismo, asum como teln de fondo dos repercusiones que tuvo para el sistema poltico mexicano la aparicin en escena del EZLN, procesos ambos que son documentables independientemente de filias y fobias personales: a) el aparato estatal ha sido incapaz de procesar las demandas planteadas por el zapatismo y b) tampoco ha logrado controlar dinmicas societales internas traducidas en esferas de gestin paralelas a las reguladas por los gobiernos federal, estadual y municipal.
La autonoma de facto que antes de la aparicin del EZLN se viva en zonas a las que las instancias gubernamentales no llegaban, favoreci el nacimiento de las formas organizacin bautizadas como Caracoles y Juntas de Buen Gobierno. Se trata de experiencias de institucionalizacin de la vida
36 Vanse Neil Harvey, La rebelin de Chiapas. La lucha por la tierra y la democracia, Mxico, Era, 2000 (Coleccin Problemas de Mxico); Neil Harvey, La lucha por la tierra en Chiapas: estrategias del movimiento campesino, en Zermeo Sergio y Aurelio Cuevas (eds.), Movimientos sociales en Mxico, Mxico, Centro de Investigaciones Sociales en Humanidades/UNAM, 1990, pp. 187-202; Neil Harvey, La Unin de Uniones de Chiapas y los retos polticos del desarrollo de base, en Julio Moguel et al., Autonoma y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, Mxico, Siglo XXI Editores-CEHAM, 1992, pp. 219-232; Juan Gonzlez Esponda, Caracterizacin del movimiento campesino en Chiapas, Cuadernos Agrarios, nm. 3, 1991, pp. 96 -107; Mara del Carmen Legorreta Daz, Religin, poltica y guerrilla en Las Caadas de la Selva Lacandona, Mxico, Cal y Arena, 1998, y Marie Odile Marion Singer, El movimiento campesino en Chiapas, 1983, Mxico, CEHAM, 1984.
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pblica37 no sancionadas por los canales legalmente establecidos y respaldadas por sectores importantes de la clase poltica,38 esto ltimo a pesar de que conllevan un reto explcito a los arreglos polticos imperantes:
No necesitamos permiso de nadie. Mucho menos de unos polticos que slo estn para engaar a la gente y robar dinero. Por eso, hermanos y hermanas indgenas del pueblo de Mxico, les hacemos un llamado a todos para que apliquen la Ley de los Acuerdos de San Andrs. Tenemos el derecho a gobernar y gobernarnos segn nuestro pensamiento, en cada municipio y en cada estado de la Repblica Mexicana. Nadie nos puede impedir ni mucho menos pueden encarcelarnos por ejercer nuestros derechos que merecemos. Ya es momento de aplicar y actuar en todo el pas de Mxico la autonoma de los pueblos indgenas. Nadie lo pueden (sic) pedir permiso para formar sus municipios autnomos, como nosotros lo estamos haciendo y practicando, no pedimos permiso. Aunque el mal gobierno no lo reconoci, para nosotros es nuestra ley y nos defendemos con ella. Tambin los invitamos a todos hermanos y hermanas indgenas que lo (sic) hagan suya y construyan la autonoma y las autoridades, para que el
37 Vase Diana Guilln, De autonomas..., op. cit. 38 Santiago Creel, secretario de Gobernacin, declar que el gobierno federal estudiara con
detenimiento la propuesta zapatista y que las Juntas de Buen Gobierno no necesariamente eran incompatibles con la Constitucin (Andrea Becerril y Juan Manuel Venegas, Las Juntas de Buen Gobierno pueden ser compatibles con la Constitucin: Creel, La Jornada, Mxico, 9 de agosto de 2003, p. 5). Posteriormente, a preguntas expresas, respondi que se trataba de formas de organizacin interna que, adems, estn reconocidas en la propia Constitucin como parte de la autonoma de los pueblos indgenas y que las posibilidades de dilogo se amplan, toda vez que estamos hablando ya de un movimiento cvico, civil y no militar, dado que estas juntas de buen gobierno constituyen formas de organizacin civil y no militar (Alonso Urrutia, Las juntas zapatistas de gobierno pueden encuadrarse en el esquema constitucional, La Jornada, Mxico, 12 de agosto de 2003, p. 3). Xchitl Glvez, titular de la Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas, expres, por su parte, la confianza del sector oficial en que todava hay opciones polticas en Chiapas, y enfatiz que las Juntas podan abrir un canal de interlocucin y la posibilidad de retomar el dilogo (Andrea Becerril y Juan Manuel Venegas, Las Juntas..., op. cit., p. 5). Tambin es de destacar que la Secretara de Gobernacin y la Coordinacin para el Dilogo y la Negociacin en Chiapas emitieran un comunicado en el que se destacaba como positivo que el EZLN promoviera entre sus simpatizantes una nueva forma de organizacin poltica, desmilitarizando su estructura (Alonso Urrutia, Volver al dilogo, plantea el gobierno al EZLN, La Jornada, Mxico, 11 de agosto de 2003, p. 4).
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gobierno del pueblo mexicano mande obedeciendo y para defender y aplicar los Acuerdos de San Andrs.39
Parte de la esencia subversiva que enmarc los desafos y arengas lanzados en los festejos con los que se inauguraron los Caracoles qued representada en las fotografas que aqu se han recuperado. A partir de los ejemplos analizados y del relato que en conjunto producen los 37 objetos editados por Indymedia Argentina, es posible ubicar personajes y recrear interacciones que aun cuando no se hayan presenciado directamente, generan imaginarios en funcin de una narrativa visual acotada por ttulos y pies de pgina elaborados de manera transversal a los registros.
Si bien en el presente artculo se enfatiz la dimensin ldica que acompa el encuentro en el que convocados y convocantes inauguraron formalmente y a la vez legitimaron un recorte poltico-administrativo alterno al oficial, tambin se identificaron pistas luminosas en principio asociadas con el sentimiento festivo, pero que voluntaria o involuntariamente van ms all del mismo y dan cuenta de otros elementos presentes en el discurso y prctica zapatistas.
Ubicadas en el lindero entre huella y representacin de la realidad, las fotografas constituyen un objeto intelectual que en cierta medida se mimetiza con la sociologa y oscila entre la descripcin de las prcticas sociales y la construccin de visiones del mundo. Ello no implica que posean virtudes heursticas irremplazables y de hecho slo podrn aproximarnos a la realidad en la medida en la que veamos a travs de ellas discursos y prcticas no necesariamente coincidentes, ni validables en automtico por el hecho de haber sido registrados a travs de una cmara.40
Con base en el ejercicio de reflexin al que esta postura metodolgica e interpretativa invita, me gustara concluir la revisin del corpus visual y textual que ha mantenido en lnea Indymedia Argentina durante ms de una dcada, destacando algunas de las hiptesis que se desprenden de los ejemplos resaltados en el artculo y de la sistematizacin condensada en los anexos 1, 2 y 3 de los registros que componen las Fotos de la fiesta zapatista.
Propongo en primer lugar que ms de una vez el dilogo entre imagen y texto cedi su lugar a la superposicin de monlogos con un trasfondo
39 Palabras de la comandanta Esther a los pueblos indios de Mxico, en Oventik, 9 de agosto de 2003, La Jornada, Mxico, 11 de agosto de 2003 [http://www.jornada.unam.mx/2003/08/11/007n2pol.php?origen=politica.php&fly=2], fecha de consulta: 21 de marzo de 2014.
40 Nadja Monet y Enrique Santamara, Imgenes, ciencias sociales y alteridad. Entrevista a Sylvaine Maresca,QuAderns-e. Institut Catal de Antropologia, nm. 16 (1-2), 2011, pp. 32-33.
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discursivo compartido, pero con aportes diferenciados a este ltimo y con pistas tambin diferenciadas sobre su capacidad para documentar/representar las prcticas icnica y textualmente descritas.
Un siguiente apunte sera que la conjuncin entre la fuerza que en s mismas poseen imgenes como las que retratan los machetes de Atenco o la presencia de las mujeres y los viejos y el realce que la textualidad imprime a los tres temas, pueden generar la impresin de que su peso dentro del corpus es mayor del que en realidad les corresponde, pues en el primer caso slo dos de las 37 fotografas recuperan el punto (S3R1; S3R15), mientras que en el segundo (S1R3; S1R4; S2R7) y tercero (S1R2; S1R12; S3R6) son tres las que lo hacen.
En el sentido opuesto al argumento anterior, la visin de conjunto ratifica la importancia que guardan tanto para el discurso como para la prctica zapatistas el apoyo de sectores diversos de la sociedad civil que dentro y fuera de Mxico han contribuido a blindar el movimiento y a legitimar el proyecto que encabeza el EZLN (S1R1; S1R5; S1R6; S1R7; S1R8; S2R1; S2R3; S2R4; S2R5; S2R9; S3R2; S3R3; S3R9). Tambin, en un sentido comprobatorio, sealo la inclusin de actividades ldico-polticas (S1R1; S1R2; S1R3; S1R5; S2R8; S2R10; S3R3; S3R4; S3R5; S3R11; S3R12; S3R13) cuya apuesta a futuro es generar un intercambio societal normado por criterios y valores distintos de los que en la actualidad son hegemnicos.
En sntesis, el acto que tuvo lugar en agosto de 2003 en Oventik, Chiapas, sirvi de pretexto para explorar a travs de ojos ajenos cmo se desarroll un proceso que concentr tempo-espacialmente expresiones importantes del zapatismo. Las miradas resultantes conllevan cargas subjetivamente construidas en las dos grandes fases por las que pasaron los registros antes de convertirse en las huellas indiciarias41 que actualmente podemos consultar: a) la que tiene que ver con su hechura y b) la que se desprende de su edicin. Quienes participaron en ellas dejaron testimonio de cmo vean y cmo queran que se vieran los escenarios que cobijaron el nacimiento de los Caracoles, ya nos tocar a quienes acusamos recibo del mensaje que proyectan extraer de tales miradas interpretaciones propias, en el entendido de que las similitudes entre el trabajo del socilogo y del fotgrafo incluyen retos cuya solucin va ms all del rigor y la pulcritud analtica.
41 Recupero aqu la propuesta epistemolgica para redimir indicios aparentemente irrelevantes que va dejando el interactuar social, con la idea de rastrear en ellos pistas que, como parte de referentes culturales ms amplios, permiten inferir las modalidades de esa interaccin (vase Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios. Morfologa e historia, Barcelona, Gedisa, 1999).
53Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
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Los problemas compartidos por ambos tipos de acercamiento a la realidad social, se evidencian al definir los alcances y las limitaciones para reconstruir de manera fidedigna procesos que con la misma facilidad escapan a los recortes derivados del accionar de una cmara, que a los procesos cognitivos para sistematizarlos, o bien, que en el da a da refutan la decisin de inferir conclusiones generales a partir de muestreos particulares.42
Consciente de todo ello, finalizo el recorrido a travs de luces y sombras construidas colectivamente y sin esconder su intencionalidad ldico-poltica, con la certeza de que los elementos que aqu se han resaltado son apenas una de las tantas aristas que desde el anlisis sociolgico podran explotarse y que la riqueza documental inherente a los 37 registros analizados invita a seguir desafiando las inercias que superponen esferas a la vez tan distintas y tan similares como son las fotografas y los procesos y objetos que representan.
42 Howard Saul Becker, Photography and Sociology, Studies in the Anthropology of Visual Communication, nm. 1, 1974, pp. 14-18.
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60
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
anexo 2Textualidad de las series analizadas*
Serie 1: Fotos de la fiesta zapatista (Parte I)
S1R1. Sin ttulo. Las mantas, murales y trabajos artsticos de la gente de todo el mundo, adornaron el nacimiento de los Caracoles.
S1R2. Ancianos en Oventik. Los Ancianos, con su caracterstica solemnidad, se hicieron presentes en el nacimiento de los Caracoles realizando una ceremonia tradicional.
S1R3. Apoyo de Atenco. Grupo de compas de San Salvador Atenco amenizando la espera de las trasmisiones de RADIO INSURGENTE con cantos y porras de apoyo.
S1R4. El pblico. Todos, unidos. Todos Hermanos.S1R5. Partido de baloncesto en Oventik. Como parte de las celebraciones del nacimiento
de los Caracoles, se llevaron a cabo torneos de baloncesto donde hombres y mujeres de bases de apoyo y sociedad civil hicieron gala de sus cualidades deportivas.
S1R6. Los que esperan. Se contaban por cientos las unidades mviles que transportaron a los afluentes al nacimiento de los Caracoles. Se estipula que las filas de carros alcanzaron los tres kilmetros.
S1R7. Casitas. Ms y ms gente llegaba a acampar en el primer da de la fiestaS1R8. Campamentos 3. Toda la gente se acomod en los espacios libres y armaron
sus carpas como pudieron para resguardarse de la lluvia y la neblina.S1R9. Manta II. Aqu estamos y estaremos: Sin pie de foto.S1R10. Caracol zapatista. Un compa nos ensea los panecitos que hornearon para
estos das.S1R11. Zapatos en fila. Momento de la organizacin zapatistaS1R12. El Don. Asistente atento a la trasmisin de RADIO INSURGENTE.
Serie 2: Fotos de la fiesta zapatista (Parte II)2
S2R1. Sin ttulo. Sin pie de foto.S2R2. El vigilante. Puesto de vigilancia del primer da de los Caracoles.S2R3. Entrada. Gente de todo el mundo llegaba con sus mochilas, carpas, comida y
nimo para festejar.
* Cada unidad incluye las descripciones que sobre ellas elaboraron los editores: en negritas van los ttulos y con caracteres no resaltados los pies de foto.
1 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125293.php], fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
2 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125307_comment.php#156708], fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
61Miradas fotogrficas y construccin de huellas documentales
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
S2R4. Todos atentos. Todos atentos en los momentos de la trasmisin de RADIO INSURGENTE.
S2R5. La espera. Momentos de espera antes de la trasmisin de RADIO INSURGENTE.S2R6. Carretera a Oventik. Desde un kilmetro antes de llegar a Oventik, ya se vean
las filas de autos, camiones y transporte publico que dejaba a la sociedad civil a la entrada del viejo Aguascalientes y el hoy nuevo Caracol.
S2R7. Machetes de Atenco. Detalle. Machetes de Atenco.S2R8. Mirando los discursos. Durante el da hubo juegos de bsket, grupos msicales
y finalmente los discursos de los comandantes que inauguraban los Caracoles.S2R9. Paisaje de Oventik. Gran nmero de zapatistas y bases de apoyo se encontraron
en el marco de las tan mencionadas montaas del sureste mexicano durante el nacimiento de los Caracoles.
S2R10. Muerte y nacimiento. A las vsperas de la media noche despus de cantar el himno nacional mexicano y el himno zapatista, los comandantes Rafael, Javier, y Moiss dieron por clausurados los Aguascalientes.
Las vsperas de la media noche despus de cantar el himno nacional mexicano y el himno zapatista, los comandantes Rafael, Javier, y Moises dieron por clausurados los Aguascalientes... Los discursos fueron ledos en tzeltal, tzotzil, tojolabal y chol frente a un pblico de miles de gentes de las comunidades autnomas chiapanecas y de todos los rincones del mundo. Al punto de la media noche, una vez enterrados los Aguascalientes, se volvi a cantar el himno nacional y el zapatista, y se dio el nacimiento de las Juntas del Buen Gobierno y a la voz y dirigencia de la comandante Elisabeth, las sociedades civiles y los zapatistas gritaron:
Viva el Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional!Viva el compaero subcomandante insurgente Marcos!Viva el nacimiento de los Caracoles!Viva los Municipios Autnomos!Que vivan las mujeres indgenas zapatistas!Viva el Comit Clandestino Revolucionario Indgena!Viva el Frente Zapatista de Liberacin Nacional!Que viva la Sociedad Civil Nacional e Internacional!Que vivan los pueblos en lucha!
ZAPATA VIVE! La lucha sigue...
ZAPATA VIVE y VIVE! La lucha sigue y sigue...
62
Poltica y Cultura, primavera 2014, nm. 41, pp. 31-63
Diana Guilln
Serie 3: Fotos de la fiesta zapatista (Parte III)3
S3R1. Sin ttulo. La presencia de las mujeres zapatistas fue muy fuerte durante el nacimiento de los Caracoles, mostrando as su unin y firmeza en la demanda del reconocimiento y cumplimiento de sus derechos.
S3R2. Gran asistencia al nacimiento de los Caracoles. El 9 de agosto, en el ya Caracol de la Resistencia y Rebelda por la Humanidad, se dieron cita alrededor de 10 mil personas, entre zapatistas, bases de apoyo, organizaciones y sociedad civil, para escuchar los discursos de los comandantes.
S3R3. Mural en Oventik. Miembros de la Sociedad Civil pintaron un colorido mural en alusin al nacimiento de los Caracoles.
S3R4. Msicos zapatistas en el nacimiento de los Caracoles. Una fila de msicos zapatistas, luciendo sus trajes tradicionales, desfilaron entre la multitud presente en Oventik.
S3R5. Msicos rebeldes. Como prometido, los grupos musicales rebeldes estuvieron tocando durante todo el da sus canciones de resistencia, lucha y dignidad.
S3R6. Msicos. La historia rebelde vive en la memoria de sus ms viejos...S3R7. Paz para el mundo. Detalle de mural en el templete de Oventik durante la
inauguracin de los Caracoles, el 8, 9 y 10 de agosto del 2003.S3R8. Presentacin de Radio Insurgente. El comandante Tacho, explicando que el Sub
Marcos estaba enfermo de la panza, ley una carta de ste disculpando su ausencia y explicando que la Radio Insurgente no pudo ser transmitida en vivo por la interferencia del gobierno. Sin embargo, se reprodujo una grabacin ante los asistentes de lo que se pretenda transmitir en vivo.
S3R9. Primer da en Oventik. Comenz a llegar la multitud entusiasta por estar presente en el Nacimiento de los Caracoles.
S3R10. Somos un chingo... somos un desmadre. Manta de los italianos rebeldes Ya Basta! en la inauguracin de los Caracoles en Oventik, el 8, 9 y 10 de agosto del 2003.
S3R11. Tacho. Momento del discurso del Comandante Tacho.S3R12. El templete.S3R13. Paso a la Comandancia. En el centro de la cancha de baloncesto y hacia el
templete se formo una valla de zapatistas para dar paso a la Comandancia que posteriormente emitira sus comunicados.
S3R14. Ya se mira el horizonte. Compa a la llegada a Oventik.S3R15. Zapatista. Zapatista, base de apoyo.
3 Indymedia Argentina [http://argentina.indymedia.org/news/2003/08/125319.php], fecha de consulta: 19 de abril de 2013.
anexo 3Intersecciones temticas identificadas *
Temas
Respuesta de la sociedad civil a la convocatoria
Consignas
Rebelda
Esperanza
Hermandad/Unidad
Paz
Referentes simblicos
Banderas
Caracoles
Machetes (Atenco)
Montaas (del Sureste)
Pasamontaas/paliacates en el rostro
Vestimenta tradicional
Relevancia de las mujeres
Relevancia de los jvenes
Relevancia de los viejos
Actividades ldico-polticas
Artsticas, culturales y deportivas
Transmisin de Radio Insurgente
Logstica
Entrada
Lugares para acampar
Otros detalles organizativos
Registros
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S1R7; S1R8
S3R8; S3R11; S3R13
* Se tomaron como base tanto las imgenes como la textualidad asociada a ellas.