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Francisco Barbosa

Date post: 27-Sep-2015
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r e v ista de la u n i v e r sidad e x te rn ado de colo m bia revista de la universidad externado de colombia facu l tad de f in a nz a facultad de finanza s , s, go bi erno y re l ac i ones i nternac i ona le gobierno y relaciones internacionale s s cultura 136 FRANCISCO R. BARBOSA DELGADO Profesor e investigador Departamento de Derecho Constitucional Universidad Externado de Colombia [email protected] E n la novela histórica El sueño del celta, del laureado escritor perua- no-español Mario Vargas Llosa, se materializa por medio de un relato apasionante la vida del diplomático Roger Casement, quien participó activamente en el registro de hechos ocurridos en el Congo belga y en el Putumayo peruano. Esta existencia colmada de desafíos permite al lector recorrer la vida de Casement a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hasta su ejecución en Londres, producto de la miopía idealista que lo llevó a venderse a los prusianos durante la primera guerra mundial a cambio de que Irlanda —colonia británica— fuera liberada y, con ello, lograra el estatus de Estado independiente. Con el presente artículo se pretende resolver dos aspectos. El prime- ro, clarificar la relación entre literatura e historia a través de la novela El sueño del celta, como saberes que pueden analizarse en forma armónica y que permiten abordar problemas de investigación utilizando las herramien- tas adecuadas para aclarar o dar cuenta de un problema de investigación. El segundo, resolver la relación entre literatura y derecho, teniendo presentes dos instituciones jurídicas que se desprenden en la novela. Estos aspectos ju- rídicos serán simplemente enunciados, sin entrar en un estudio riguroso que excedería las meras pretensiones de esta contribución académica. Sobre la relación entre la literatura y la historia en El sueño del celta La relación entre historia y literatura ha sido interesante desde la perspectiva de las dos disciplinas. Su vínculo, a pesar de buscar un objeto totalmente disí- El derecho, la literatura y la historia en El sueño del celta El sueño del celta es una novela, no un libro de historia, porque respeto los hechos históricos básicos, y si hay alguna discriminación entre lo real y lo literario, este último gana con mucha ventaja. —Mario Vargas Llosa
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  • r e v i s t a d e l a u n i v e r s i d a d e x t e r n a d o d e c o l o m b i ar e v i s t a d e l a u n i v e r s i d a d e x t e r n a d o d e c o l o m b i a f a c u l t a d d e f i n a n z af a c u l t a d d e f i n a n z a s ,s , g o b i e r n o y r e l a c i o n e s i n t e r n a c i o n a l e g o b i e r n o y r e l a c i o n e s i n t e r n a c i o n a l e ss

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    FRANCISCO R. BARBOSA DELGADOProfesor e investigadorDepartamento de Derecho ConstitucionalUniversidad Externado de [email protected]

    En la novela histrica El sueo del celta, del laureado escritor perua-no-espaol Mario Vargas Llosa, se materializa por medio de un relato apasionante la vida del diplomtico Roger Casement, quien particip activamente en el registro de hechos ocurridos en el Congo belga y en el Putumayo peruano. Esta existencia colmada de desafos permite al lector recorrer la vida de Casement a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, hasta su ejecucin en Londres, producto de la miopa idealista que lo llev a venderse a los prusianos durante la primera guerra mundial a cambio de que Irlanda colonia britnica fuera liberada y, con ello, lograra el estatus de Estado independiente.

    Con el presente artculo se pretende resolver dos aspectos. El prime-ro, clarificar la relacin entre literatura e historia a travs de la novela El sueo del celta, como saberes que pueden analizarse en forma armnica y que permiten abordar problemas de investigacin utilizando las herramien-tas adecuadas para aclarar o dar cuenta de un problema de investigacin. El segundo, resolver la relacin entre literatura y derecho, teniendo presentes dos instituciones jurdicas que se desprenden en la novela. Estos aspectos ju-rdicos sern simplemente enunciados, sin entrar en un estudio riguroso que excedera las meras pretensiones de esta contribucin acadmica.

    Sobre la relacin entre la literatura y la historia en El sueo del celta La relacin entre historia y literatura ha sido interesante desde la perspectiva de las dos disciplinas. Su vnculo, a pesar de buscar un objeto totalmente dis-

    El derecho, la literatura y la historia en El sueo del celta

    El sueo del celta es una novela, no un libro de historia, porque respeto los hechos histricos bsicos, y si hay alguna discriminacin entre lo real y lo literario, este ltimo gana con mucha ventaja.

    Mario vargas Llosa

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    mil, ha coincidido en algunos aspectos. Desde la historia, el profesor Lawren-ce Stone plante en su famoso artculo El renacimiento de la narracin1, escrito en el ao 1979, la necesidad de entender el oficio del historiador2 como un esfuerzo de narracin, circunstancia que aproxim la literatura a su entorno3. Esta forma de concebir la historia llev en algunos casos, a pe-sar de las crticas4, a imaginar al decir de Peter Burke que los historiadores han visto que muchas de sus fuentes se convierten en historias relatadas por personajes concretos en vez de ser reflexiones objetivas del pasado5. La narracin se vio como un producto del eclipse de la historia6, que llev a un abandono del inters de este saber. Tal planteamiento hace que el vnculo de la historia con la literatura sea fuerte por cuanto se utiliza la narracin para

  • r e v i s t a d e l a u n i v e r s i d a d e x t e r n a d o d e c o l o m b i ar e v i s t a d e l a u n i v e r s i d a d e x t e r n a d o d e c o l o m b i a f a c u l t a d d e f i n a n z af a c u l t a d d e f i n a n z a s ,s , g o b i e r n o y r e l a c i o n e s i n t e r n a c i o n a l e g o b i e r n o y r e l a c i o n e s i n t e r n a c i o n a l e ss

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    En sntesis, el acto del creador es un acto de

    interpretacin directa, lo que pone en una misma matriz de

    anlisis el derecho y la literatura.

    construir el saber histrico. La diferencia que mantienen los dos saberes se estructura sobre la base del rigor cientfico de la historia en lo atinente a los hechos y a las fuentes utilizadas, las cuales deben interrogarse para resolver el problema histrico planteado. Esta aclaracin cientfica hace que la histo-ria se alimente de la literatura en cuanto a su contexto narrativo.

    Este planteamiento de Stone, lo apoy el profesor Hayden White en su libro Metahistory, en el cual consider que la historia se sostena mediante formas literarias y poticas que se constituan en una suerte de giro lin-gstico, apoyado por la metfora, la metonimia, la sincdoque y la irona. La comprobacin de este argumento la sustenta White por medio del an-lisis narrativo e histrico de historiadores del siglo XIX como Jules Michelet, Leopold von Ranke, Alexis de Tocqueville y Jacob Burckhardt. En igual senti-do, analiz el trabajo de algunos filsofos de la historia, como G.W.F. Hegel, Karl Marx, Friedrich Nietzsche y Benedetto Croce.

    Para White, el trabajo del historiador se encuentra marcado por tres pasos: la informacin o los datos sobre los cuales se trabaja y se problema-tiza su hiptesis, los conceptos y explicaciones que utiliza para analizar esa informacin y la manera como prefigura esa informacin que se materiali-za a travs de las cuatro figuras del discurso enunciadas supra7. En sntesis, tanto la postura de Stone como la de White conducen a ver la historia de un modo potico y literario que se construye mediante la narrativa y el giro lingstico.

    Windschuttle8 plantea que la historia ha cedido frente a la literatura en lo relacionado con ciertos espacios de creacin que algunos historiadores han utilizado para completar una historia o para abordar un problema histrico. Para explicar esta circunstancia el autor cita el caso del historiador Schama en el libro Dead certainties, en el cual se reconstruye la muerte del general Wolfe en la batalla de Quebec en el ao de 1759, a travs de un proceso judicial. El problema existi cuando Schama reconoci que haba inventado gran parte de los hechos fcticos para darle un sentido a su historia. Dicha circunstancia llev al autor a decir que, en casos como este, era necesario crear tal tipo de hechos para dar cuenta de un problema histrico. Para l, sus ensayos son descritos como trabajos de imaginacin, no acadmicos, con algunos pasajes de pura invencin9. Su defensa no fue otra que indicar que su estilo narrativo y su forma de contar las historias responden a los mis-

    mos criterios que en el siglo XIX tuvieron historiadores como Jules Michelet y T.B. Macaulay.

    Historiadores como Braudel, Chartier o Certeau, en el siglo XX, re-accionaron contra esta postura narrativa indicando que ms all de cualquier narracin la historia responde a unos criterios cientficos, a unas estructuras dadas, a una manera rigurosa de constatacin y a una problematizacin histrica. Chartier, refirindose a Hayden White, sostiene la historia no tiene tcnicas propias del lenguaje histrico. Este autor ve la historia solamente a travs de figuras re-

    tricas, sin otorgar ninguna preponderancia a la constitucin de las fuentes, a las tcnicas de investigacin y a las reglas que controlan

    estas operaciones10. Esta postura poco pacfica entre una y otra nos lleva a pensar que, desde la literatura, la relacin con la historia sea libre y abierta

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    en la medida en que el dato histrico o el estudio de la fuente respectiva per-mitan la construccin de una historia en la cual se desenvuelven una trama y un desenlace que no permitan respuestas cientficas. Evento existente en el caso de El sueo del celta en el que se aborda un personaje que existi y que permiti un estudio histrico. Esta forma de narrativa ya la haba abor-dado Vargas Llosa al tratar personajes histricos, como el caso del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo en el libro La fiesta del Chivo11, o el de la peruana Flora Tristn y su nieto Paul Gauguin en el libro El paraso en la otra esquina12.

    La libertad del novelista en el tratamiento de temas histricos no pue-de confundirse con el rigor cientfico que se tiene frente al trabajo de un historiador. Empero, la novela puede contener algunos datos que se deben comprobar mediante un sistema metodolgico que el historiador ha de usar obligatoriamente para justificar la hiptesis formulada.

    En ese orden de ideas, la relacin entre la historia y la literatura es es-trecha por cuanto la primera puede hacer uso de la forma narrativa para transmitir un saber cientfico y, la segunda se puede constituir en un dato necesario para la constatacin de hechos que permitirn resolver un proble-ma histrico. Esta ltima situacin se percibe en el caso de El sueo del celta, del laureado escritor Mario Vargas Llosa.

    Sobre la relacin entre la literatura y el derechoContrario a lo establecido entre la historia y la literatura, que ha gozado de mayores reflexiones, la relacin del derecho y la literatura no se ha tratado de manera extensa. Uno de los anlisis hechos entre uno y otro estuvo a cargo del filsofo del derecho Ronald Dworkin, que lo abord desde la pos-tura interpretativa. Fue as como se estableci la relacin de la una con la otra a partir de la nocin de cadena legislativa, en la cual el jurista crea al interpretar un texto dado y luego le busca el sentido. Sobre este punto, el ejercicio es similar frente al contenido de una ley o de una accin de un operador judicial frente a una providencia judicial. En el caso de la literatura, el novelista debe construir una historia en la que su papel de creador se desa-rrolla en paralelo a su rol de intrprete. Para Dworkin, el crtico, por su parte, crea el tiempo que interpreta. Adems, aunque est obligado o restringido de alguna manera por la naturaleza de su trabajo, en s ya predefinido por las partes ms acadmicas y formales de su particular teora esttica, el aspecto prctico de su sentido artstico est comprometido con la responsabilidad que tiene de decidir qu perspectiva o qu lectura har posible mostrar la obra que tiene enfrente como una obra de arte13.

    Esta postura de Dworkin responde al trabajo de asimilacin hermenu-tica entre la hiptesis esttica en literatura y la hiptesis poltica. Frente a la primera, debe indicarse que la interpretacin de un texto literario busca mostrar una lectura capaz de revelarnos el texto como una verdadera obra de arte14. La segunda, por su parte, plantea que los intrpretes jurdicos develen la intencionalidad del autor que, en esencia, tengan en cuenta el hecho de que la interpretacin en derecho es simplemente una cuestin de ir descu-briendo lo que varios actores del proceso jurdico tenan en mente15. Podra complementarse esta idea con la que plantea la profesora Emilia Ferreiro,

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    quien fue discpula de Jean Piaget en Suiza, en la medida en que seal que incluso el momento de creacin se permite el uso de caracte-

    res ortogrficos, con lo cual se evita la pluralidad hermenutica del lector. En el medioevo, la puntuacin estuvo a cargo del lector16, evento que al decir de Parkes planteaba la necesidad de una preferencia por un texto neutro, que permita mltiples interpretaciones17. En sntesis, el acto del creador es un acto de interpretacin directa, lo que pone en una misma matriz de anlisis el derecho y la literatura.

    Esta forma de permitir la relacin del derecho y la litera-tura no es la nica. A nuestro juicio, del mismo modo es posible

    establecer una relacin entre estas dos ciencias a partir del dato arrojado por la literatura, que es recogido por la historia y desen-

    mascarado por el derecho para descubrir el rol jurdico que cumpli en su tiempo y la secuencia de elaboracin institucional. En el caso de

    El sueo del celta se pueden destacar dos aspectos en los cuales esa relacin entre la literatura y derecho es estrecha: la proteccin de los pueblos indge-nas y la existencia de los contratos de concesin y explotacin de territorios en Per y en Colombia a finales del siglo XIX y principios del XX. Estos dos as-pectos podran dar lugar a un desarrollo posterior a travs del cual se lograra develar, en parte, la inescindible relacin entre el derecho, la literatura y la historia y, con ello, conjugar las dos variables de anlisis en esta contribucin acadmica.

    Notas1. L. Stone, El renacimiento de la narracin, revista Past and Present, No 86, febrero de 1980, pp. 2-8. 2. Sobre el oficio del historiador, ver M. Bloch, Apologie pour lhistoire ou mtier dhistorien, Pars, Armand Collin,

    1993. 3. Sobre este ensayo, el historiador Eric Hobsbawm escribi un artculo titulado Sobre el renacer de la narrati-

    va en Sobre la historia, Barcelona, Crtica, 1998, pp. 190-195. 4. Esta crtica ha estado encabezada por el historiador francs Fernand Braudel, quien indic que la historia

    deba concebirse como una historia de las estructuras, eliminando de plano la historia ficcional que no co-rresponde con la forma como se concibe el estudio de la historia profesional.

    5. P. Burke, Formas de hacer historia, Madrid, Alianza Editorial, 2003, p. 327. 6. Sobre este punto, ver lo planteado por P. Ricoeur, p. 326. 7. K. Windschuttle, The killing of history, Australia, Encounter Books, 2000, p. 263. 8. Ibd., p. 251. 9. Ibd., p. 252. 10. R. Chartier, Cultura escrita, literatura e historia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2000, pp. 241-242. 11. M. Vargas Llosa, La fiesta del Chivo, Bogot, Editorial Alfaguara, 2000. 12. M. Vargas Llosa, El paraso en la otra esquina, Bogot, Editorial Alfaguara, 2003. 13. R. Dworkin, Cmo el derecho se parece a la literatura, en La decisin judicial. El debate Hart- Dworkin,

    Bogot, Siglo del Hombre Editores, 1997, p.165. 14. Ibd., p. 149. 15. Ibd., p. 173. 16. E. Ferreiro, Cultura escrita y educacin, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1999, p. 74. 17. M. Parkes, Pause and effect. An introduction to the history of punctuation in the west, UK, Acholar Press, 1992,

    citado por E. Ferreiro, Cultura escrita y educacin, ob. cit., 1999, p. 75.

    Este

    planteamiento de Stone lo apoy el profesor Hayden White

    en su libro Metahistory, en el cual consider que la historia se sostena mediante formas literarias y poticas

    que se constituan en una suerte de giro lingstico, apoyado por la metfora,

    la metonimia, la sincdoque y la irona.


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