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Gregorio Weinberg, De la Ilustracion a la Reforma Universitaria

Date post: 19-Jun-2015
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ADEMIA NACIONAL DE EDUCACIÓN DE IA "ILUSTRACION A LA REFORMA UNIVERSITAR ldeas y protagonistas GREG0RIO WflNBERG
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Page 1: Gregorio Weinberg, De la Ilustracion a la Reforma Universitaria

A D E M I A N A C I O N A L D E E D U C A C I Ó N

DE IA "ILUSTRACION"A LA REFORMA UNIVERSITARIA

ldeas y protagonistas

GREG0RIO WflNBERG

Page 2: Gregorio Weinberg, De la Ilustracion a la Reforma Universitaria

seie A.tuleñi. ^;rcirul d¿ E lue¡tl

De L Í[email protected]ón" a la R€frm th¡irw'bia

C¡nkiañ ¿p Pr¿Nirtui.,Á ¿z L2 Atalan 2 )irhrwn ¿z&úttul

?ñf. A¡Mio F srldi¡ c.trd¡sdor

D. .lor¡{ liLi.¡l.lo ltffii

ó 2m1 Aúdem,; Nacion¡l d€ lr¡E ión

FlcheÚ dr r.{elo 2G{ (11f) Blffi rü6 R.?út d ñserxifE

O 2ml !¡i.i@6 $ntill2ü 5.A.

Be,ley $@ (].i-t) Bum AiÉ ieg't¡i€ AAetim

IredD el dep;ro que lrr¡E h l€! 11-¡

Ir¡pH en la ¡Isedim Prikl in ^rslraim

ftiIrH¿ edici¿E dulrt ¿c uor

Tod6 k¡ datdü lffi¡}5.

Iú P1rbüadóa m plide s €pl¡¡uci(h ni en !¡lo

¡iÚp¿íeniEgifudaÚob¿lrgili¡]apó¡ m situ de ñF.¿ción.l€ i¡[email protected]

6 ¡idstm f(]fu ¡i Fn ¡i4¡jr únir, s tu:i¡il¡

fdoqúódió, clcútnió, rEgtu:do, elimjÉio.po¡ ¡ftopi:¡ o dDlquij tu, sin d p€ín¡o

peio Fr €bo de h €ditúri¡l

r.ü I'rm s tu.lc únrrimi' ñ €l 'É dr.úilk.h ro

en \bdap s-4-- c¿¡End"ft spM 65{ 8ll€'6 ¡iE, nEpúblid ^rssrim

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lM rRoDUccróN. . . . . . . . .

1 E¡- vÉrooo r¡Nc-esre¡re¡¡o: su otucEN y pRopAG cróN ...

2 Bouv¡¡ v L¡¡c¡srur

3 At"*^a a*ma a, suvoN RoDRfcuEz . .

LA REFORMA UNTYERSITTTIIA .267

243

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261

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Este texto reproduct el aparecido en Ítrspeatvos. nev¡sto Irínestml de Eduúc¡ón [UNESm), vol. XIX N" 1.1989. N. 69, pp. 125-33- {De la m¡sma reüsta haY veFs¡on6 simultáneas €n fiance5 inqlesyár¿be.)Esta ve6ión, rerl¡borada y re6tructurada, st publicóor¡ginafmente en fducvci'4 n Supeior Boleün del CentroRegionol pom lo tducación SuW ior en Anéti.a I oüno ye, Coribe {CRE5AUUNE5m. Caracas), año l. N' 4, di-ciembre de 1980, pp. 10-A b m¡sma vefsión s€ rcpro-dvjo en E Revisto del l$t¡tuto de Investigoc¡ones Uucotr'úos (Buenos Aires), año 13, N' 59, agosto de 1987,pp. 3-22 También lo reprodujo lcún modificaciones deleditor) ¡Vuesto Amér¡¡o [Cenbo Coordinador y Difuso.de Efidios LatinoamedcanoluMM, Mexico], año ¿ N'5. mayo-aqosto de 1982, pp,33-55.Cen articulos sobre otros tantos educador€s cuyos'perfrles' aparecieron en Itrspect¡ws.., fuemn rcunidosen una obra de cuaúo tomos cuyá edición e5pañola pu-blicó la ofic¡na Regional de Educac¡ón de la UNESCopara América Letina y el Caribe {OREALC), Santiaqo deChile. 1993. Véese nuestro texto sobre Bello en el tomoI, pp. /3-8/. ta obra áparet¡ó bmbién en inqles, francrl

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Consdruye la de Andrés Bello una figura paradignática en la his-toria de la culrua de Anérica larina: tue uno de los educadore mrlsimponanres del siglo >o< y a comidendo su mayor humanista. Supersonalidad sólida, su vida auste¡a de esrudioso, lo conüencn en unve¡dadero Maest¡o, designación esta que posee, en esrella¡o, nume,rosa acepciones, enue las cuales destamos desde la de "penona queimpane la primera erxeñanzí, hasra el supenativo de "relsmtes méri-tod'r eicrita con maÉcula signiÁca, además, un reconocimiento derespetabilidad y ejernplaridad sob¡esalienre¡. Pues bien, en Andrés Be,llo se dan, conjugadas, todas esus acpciones, pucs su rasa y perdura-ble ¡ctividad ¡weló tmro sus inquierudes por la acuela primaria comotambién, más en panicular, por la miversirria, adem:ís de ser gramári-co, jur;sta, filósofo y polirico. Nacido en Venezuela, los aaa de le vi,da de nuesuos paiser durante las primeras décadas de la pasada centu-ria lo reruvieron en I-ond¡es du¡ante c¡si veinre años, desde donde setradadó a Chile. Su obm dilaada y su influencia perdunble le ¿isonesarura continental y el méiro i¡Éecuenre de ser hoy reivindicadopor todos los hispanoparlanres. Es de ral magnitud su mágisrerio qu€hasa acuerdos internacionales de ca¡áaer educativo y cultural lleva¡

r Por forruna, disponemosde una magnífic.diclóñ de ¡as Ob¡ds óDpletos de And6 Bel o,publicada a partlr de 1952 pore Minireriodr Educación de Ve¡.zu.la son 24 tomos, agunosdee os eñ dos vo úmene5 como dure mñ e XVll f¡eD¿5 rdu@c¡o,o/61. Los texto5 es¡jn debidaúenteanot¡do5 po*en indics copioes y sbre todo apafNn preÉdidós po¡estudiotpÉliminar.s va losos y órieñtado16.

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1I

198 De la "ILmió¡" ¡ h R¡6m Unimiuia

|l abund¡nE biblioq.¿fia b.llisr¡ {fttd¡cioE d. s libd nás importa¡Ls a¡tologias e¡ey.s ebr€ q obÉ total o p.¡.i¿|, rtcl r w gtrit¡€ndtE úftuñd¿ a pañr d. 1981, conmotiw d€l bidttnário d. e É.imicnto É¡ 6t s¡ido. d6iaqu.mc !ólo tEbajos r.un¡d6.nBe4oy Co'i¡@ll wt} ¡f;üo y bnd6 (2 rcllt 8./¡o yo,i¡é {2 hle) y BeIo yh tuna¡@ btíio llvou 5o¡ En6 cier¡tG dr 6ntribucio6 qu. úsrtuyen €stE aporte d. mát de 3mO pi¡gin4

bubli@do por la Fundá.ió¡¡ Cd de Bcllo; cn CaE6l, donk * a.t'¡¿l6r l¿s i.Eti9¡cioñ6ebrc a pr.duñtói úita € ¡ftdbción ontimnr¡L

Est [-¿b3jo nuBtrc 6 una reclaboGoó¡ crcptial y dfijó de dE6 .stud6 que dedi-@n6 al trma a p¡rti de l:r49-

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EN VENTZUHA

Andrés Bello nació en Ca¡acas el29 de noviembre de 17s1. Sr ni-ña y adolescencia transcurrieron en un medio relarivamente acomo-dado y cuho, donde desde rempmo conoció los deleires dc Ia lecura;la ampliación de sus estudios lo llevó pronro a Íiecuentr el Íiancés, cicomo mrís erde, el ingles. Desde el punto de visra formal, sabemosque el 9 de mayo de 1800 recibe el gndo de bachiller en Ans; perohay de aquella época otla referencia que quizís importe más: pocosmeses antes conoció a un extranjero cuya presencia en la ciudad tuvoenorme repercuión ydejó en el rcüvia joven y timido arudianre quese te acercó una huela i¡deleble: ese hombre era Alejs¡dro von Hun,boldt, dueño ya del prestigio que imponíar su cultura extraordina¡iapara el medio, pero sobre todo su v¡sta cu¡iosidad e inquietudes.

P¡ra acrecentar sus menguados ingresos, Bello comenzó a enseña¡en su propia casa a ur grupo de adolescentes, ent¡e los cu¿les esebaSimón Bolívar, llamado a an aLos desrinos. Décad¿s después se repe-tirá la escena en Smriago de Chile al prodigd su sabidu¡ía, desde suescrito¡io aba¡¡otado de libros de mdas las disciplinx imagi¡abls, aotros jóvenes, trn inquieros cono los prineros y dc enuc los cuales sal-dría rm punado de hombres que pronto se incorpora¡ia¡ a la histo¡ia.Por los testimonios de sus nismos discipulos de todos los dempos co-nocemos sus extraordinarias dotes pedagógicas y humaras.

Poco despues, estabiliza su siruación económica al incorporarse co-mo funciona¡io ¡ la adrninisrración colonial de la Gobernación. don

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200 D. L "Itlfuión" .l¡ tufortu UnireBiwia

de su laboriosidad, su espíritu de iniciariva y su dominio de idioma¡tueron conviniendo al joven André¡ en un individuo indispensablepa¡a úeducir las noticier, rnquietantes por momenros, que llegabmdesde Europa. l-os aconrecimicnros del Vejo Mundo comenabm agolpcar tucne la.s puertas dcl Nucvo, y las informaciona más impor-rantes no sicmpre llepban en espanol, única lengua que, por lo vis-ro, dominaban las autoridades, Sirnult¡í¡eamenre, van manifestándo-se sus intereses inlelecru¿les: comienza a colaborar ci l¿ Gtuarkt deCaracas, primer periódico de su ciudad natal. De manera quc rÉba-jos dc cicno aliento vincular ya tcmpranamenre el nomb¡e de Bellocon la¡ iniciales aventu¡as de la lerra imprsr es autor del prospecroáel Cabnlaio nanal 1 guía uniraul lt forastaos m Vcnez'!¿la parael año dt 1810y tanllién del R¿stnm dc histori¿ d¿ V¿a¿zueh, d,o¡deMariano Picón Salas cree advertir las huellas de la¡ idcas de Hum-bold¡.

Conrempolíneas son también las primeras eñrsioncs lí¡ic:¡ de Be-llo; Emir Rod.riguez Monegal reconce 'en la poesía del período cm-queño, la maestría del joven po€ta para movers€ con ámilia¡idad en ladicción neoclisica, la aplicación e n la visión humarística dcl siglo mI¡l mundo americoo: üsióo que pardcipa ya de un arisbo d€ lo coDri-nental; el indicio, en algunos versos cabalmente reconoc¡ble, de u¡anaruraleza contemplada directame.te y dprs¿a, con dicción neoclá-sica, pcro con genuino senrimicnro americano". Tenemos aquí, si bienen germen, al litento que ranto habú de conribuia a lo largo de suexisrencia, a Ia emancipación inrelec¡¡i de truesro con.¡nenre, r€macapiral quc impona subralar adecuadamen¡e.

Sus tunciones, su experiencia, sus anrecedenres ¡ como llsemosdicho, su conocimienro de lengua lo recomiendan para integrar la mi-sión que la Junta Consenadon envía a negociar a lpd¡q, cuym de-legdos cran Simón Botivar y Lu¡s ltrjps Méndez. A su discipulo lovincularía una prolongada amistad, no sienpre fluida por cieno. Peroabundan los restimonios sobre el muruo afecro; a¡I, en cana fechadaen Quito, el 27 de abril de 1829, Bolírar escribe aJosé Fcmánda Ma-drid, a la sazón en I-ondres, manifesrando su seria DreocuDación

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"[...] pot h hiloabl4ituü, ?t""iráa ¿. e Lskióa au ¿bU-

sr dl aniso r ¿itb B.Ir a elr¡ ¿. ¿k a futu ¿. hqabn t ..1. Pa-

na& utcl a Ezlh qu l¿ M mb qu nat h Arü¡ía a Cd

loñbia,, qu n g.id ñ 6pl2¿¿r d.tt tdt, qu h ¿iy t c I¿

daú b@ .Lintu. Sn p.Ei¿ ¿& q pr|itidz a axk; J ¿t 6 AgM

d. Mear ut puta ñq iñpotun¡¿ .t .At. vb rotutu L tupdioi-

¿r'¿ d. .r. .¿/¿qw .o¡kn?ot¿Eo nto: fk ñi tuttu tu'¿o t¿-

ni¿ho! h ftitu ./'4 J y 12 ¿mk toa r1ur. Sr qrin au ha

t rí¿o !.P¿ñ¿ú .r .i.ro tuo¿a I pü I' "¡iño,

¿eo mÉilidtu;

a tutit gau,h parz Gb-bü'.

Pero ta¡de se habla dcspachado cl mcnsajc Bello habla abandona-do 1a Londres con datino a Chle.

Corxide¡amos de inte¡és interelar aqul Ls siguientes refe¡cncias alas ¡elaciones de Bcllo con nuestro paG y qrrc oosotros abo¡damos €n"Ties enfoqua", anlcllo publicado ca d Suplemento üten¡io del dia-io I¿ Na¿;ón del29 de noiembre de 1981, co opommidzd dcl bi-ccnt€¡rrio del ilu$rc polkrafo. Decíemos allí, al analizar un puñadodc docu,entos esc¿samente conocidos:

ul

''Ll iniil,lind¿o pot Bnu ¡"' Rür¿ati¿ ¿ It ¿z tu@ ú

t 8 t 2, ¿rr¿¿ 6k loli.¡¿ ¡¡'finrciot ¿ta¡ d¿ h rn!"a¿" d¿ G-

tu ¡ dt pao, nh h aind ?.|ínu ¿. lr útu ñSb D¿ i ¿.

¿güto ¿r tEIspm'rtu rmudon y *um un dz Eclfodr

isi¿¿ dl S¡ptu Gbitu ¿¿ No ár k Pka. a tz rud ap[ra n

¿ifdl itúti¿,: @"¿da/o 7 tit,t att intuño¿i¿z¿6 t pntd.io'

i.t, d'nñ@¿r ¿. nfú ñ rhohrta inligaáa v a la ntetilad

¿¿ hr.¿ ft,!¿ a ñn tupññ!', ¡on .t ptu¿u¡ó ¿t ni! uftü. rñp¿

ptdrb, t ú Ls @tt¿16 tifltuzsi8 @intu, I lr€o ¿¿ tuot-

dú ¿ ¿i¿¡o q'. b hi" n"Aú A D¡?!ú¿o ¿. e Ptu,iÉrt Dnn

Ma,t.l d¿ kdta (e 4a ¿ b t 50 l¡btu 6td¡Á q". L ¿tfr

gó d lM o?.ñúi¿a4 an¿n & 'ú Pñ,"e e Epa;. ú'ulñ-ú¿

b' dríü. indñpli¿¿ pol .! ¿6rñlb & Iot @nt cíniaú), @i-

u pu wpüar'qu a aui¿tuión d It dptátu, t ,Sz la b."¿u{

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202 Dc la "lllfrcióñ" a la Reforu Univ€Eirei.

ú dtpom r na p-promr k' n.or6 nreiot ?dñ ,n¡ ñbar

qk ! ttulnció" a .'. ?di'- A 6'¿ .¿tu tspon¿ió ¿ gohiono d/gñ-

tia¿.1 tr ¿¿ aoui.ntba i'ú'nt¿D¿rl¿ qv i ¿,¿bañ la iññu ¿al

trra qa. Sztutu l¿ ptupotkm ¿ u ¿ibot ¿kili6 pttd 'u ttdú

?or. ¿ d6 ?ri'6 ¿",¿. t,alhú r: Ir bü?ibli¿¿¿ ¿kM ¿. Lr ¿tr

,ng"t¿ú ta'id6 qr. ,¡ ptJtu¿a d h tuí ltBL' d¿ Ls tuN¿t ! ltrc

hd.ñ rcoreLlzbld lq pdd..inüntu ¿. u6tn' ¿¿grfti¿¿t hd-

tunó.& adrü,L. (bn qúl í¿h' ..tu.r,¿|IL tbt.Ltna( ?dr¿¿uilAtu ¿¿¿z U 'n@íh lan."tobL ¿ qB¿ ha qk.¿n¿o dL.i¿r

pa,la o.u?r¿ón tul ?dt ¿. 'u ptot.¿ñei. Pd. a h bk,ú vol,n'

rad 7 al dpmo *ntnndu.1 a ta r¿t¿lidn¿ ¿r lz t'p6¡¡ ¿.,6

tu gobino, otu fc .l d¿rito d. 8¿Io'.

Entrc otros rasgos e influencias de la época, sólo hemos querido su-brayar aqul su vinculación con Humboldt y Boliras por la sigdñc¿ri-ra influencia que mbos ejercerlan en su üda

Pe¡a redondear su scmbla¡za, p€¡míraienos anricipar cienos clc-mentos 1ue en seguida veremos con más der¿llc- que aluden a dosrasgos no siempre bier enrendidos de la personalidad de Bello. El pr!mero rcfc¡ido a su humanismo, que, conrariarnenre a lo que se supo-ne, ned¿ tiene que v€r con el de los "secos sabioi' dcl siglo xvII, €o-biados dc latines e incomodados por m griego quc ya no manejabancon soltura. El orro se reficrc a su co¡serr:durismo, oue Émbién se leha reprochado.

Pua aclara¡ el sentido dcl primer aspecro, brisrenos mer a colaciónuna escucra y nou-ble aacterización de Angel Roscnblat:

,1h¿Á B.Ur 6 út ¿rdr ¿ fi,nr brtur¡t'¿ ¿. ti.n¿ Añ¿iu,

ru d?ú¿ d. Coati. h^Pub¿n.n.t4 a 0a apo.¿ m qt. .t ht

,¡d,i',,o dr todru, prdft ¿. h riar.;¿, | ¿ brDt!¡i!¡a úd 4 ld,a

fA k, biturir¿¿¡ y p¿aa. )r'i!al I st¡nbno, ! t¡atab¿ d. ¿batut

a h r¿ tz ti¿z ^?t4tút ! to, nt,kn6 ¿¿ t¿ n.úutdhz'.

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Agregucmos: un humanhra en la histo¡ia, no tuera de ella.

U c,piriru { onscn rdor modernrz.:nre de BeUo -que en modo aJgu .

no puede ser legirimmente ainilado a una concepción inmovilista omdicionalista- mucho debe, sin lugu a duda, a la impresión quc so-bre él debió ejercer la experiencia inglesa con{iontad¿ con los sucesosconrincntales. Duranre su prolongda estadía en la isla, presenció ungiganterco estuezo de reacomodamienro institucional para respondera las profundx trarsfomaciones de la economía y de la sociedad de-rivadas de la Revolución Ag¡icola e Indúuial, subrayó la imponmcia de lacienciayde la rócnica en la const¡ucción delporvenir; además, debió preocuparlo el papel ejercido por Gran Brera-ña en el nuevo e i¡esrable equilibrio de las relaciones inrernac;onales,ya que esa sicuación no era ajena al desarolo de los aconÉcimienrosen el Nuevo Mundo.

Preocupado siempre por el desdno de nuesua América, desga¡raday empobrecida por la prolongadas guerrai cn'iles que llepba¡ a áme-nzar su misma supervivencia, debió enrreve¡ en aquet singular esrilouna fórmula posible para que 1os nuevos Esrados pudiesen encauza.lardesbordadas encrgías poniéndolas al servicio de sus propios inrereses.Por eso juzgaría Bello que rn:]s que subvenir el o¡den co¡movido, és-te debia ser cumro mrs ¡srablecido, ¡ecu¡riendo a la educación, a lalcgislación, al comercio, como insrumentos idóneos paa ei logro deml6n. Por supuaro que su.s ideas no sicmpre tueron companidrs pormuchos de sus contempor:ineos, quienes lo combaderon con vehe-mencia y respero; estaban en juego diferentes filosofi* de la historia yde ia vida. Pero es de suyo widente que para el rumbo que tomaronlos acontecimiertos, su aponación puede repurme como cxcepcional-menrc valiosa. Mas de todos modos creemos que no tueron éstos losfacrores decisivoi en el aseguramienro de su gloria; ella es hija legirimade su genio, deriva de su r.asa y perdurable obra escriray de su magis-tcrio personal; además, la recomienda su influe¡oa.

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.é,-JEN INGIATERRA

Cuando desemba¡có en Po¡tsmouth cl I I de iulio dc I8r0, An&esBello, que venía tal como acabamos de indicarlo, como agregdo a lamisión encabezada por Simón Bollvar y Luis lípez Méndez, j:más

pudo imagim, así fuen por un insranrc, quc las circr.rnstancias lo for-z¿rían a p€rma¡eccr cási dos d&adas en Gr¿n BÉtaóa, preñad¿s desinsabores y penwias económi6, pero qmbién herchides dc cstímu-los para la maduración de su mlento. Viccnre Llorens C¿s¡illo, en Zj-berabs 1 ronánticos: Una .mign¡ión ¿tp¿ñoh m Inght rla rccolrsúryemuy documentadamenre el dim de los emigndos übenles de la Pe-nínsula Ibérica de aqud momenro, <ondenados por largos anos a una"vida de miseria y oscurida4 de espennzrs y decepciones", que tuetambién por cieno la dc numerosos latinoame¡icanos quc, como Be-llo, soportaban idéntica situación, corad-as por la faralidad sus a¡narracon su propia rierra, sin recursos y sumergidos o u¡ i¡cier¡o powenirque hará am rnás amenazedora l¿ reconstitución de los movimienros¡est¡u¡adores. De rodos modos, desde d purto de vista intelecrual, eldima -*i dejmos de lado les slspicacias quc socaran la convivcncia entrc todos los "r¡¡sterr¡dos" podla llegar a scr incitarte y fecundo pa-ra quiens estuviesen dispuesms modestia mediante, a realizar un difi-cil aprendiz-aje, polltico y culo¡al, ente ouo ambiente y otn lengua.El núme¡o de homb¡cs telentosos c imponantes que pasaban por allísc to¡naba considerable, y con muchos Bello estableceria vínculospcrdurables; así lo coroboran ¡umerosos tesrimonios directos o irdi-

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)06 De l¡ "Ilsúa.'ón" d h Ref¡ma univúsi¡&ia

rectos que has€ rosorros hm ilegado. Conoció a Frmc;sco dc Mnar-da, José de Sar Martín, José Ma¡ía Bla¡co \ülitc, BanoloméJosé Ga'llardo, Antonio José de Irisari, Fray Serva¡do Gresa de Miea JoséJoaquín dc Olmcdo, Mccnre Rocatucnc, y ranros otros cuya solam r n ( i ó n r i e n r i n r e n , a . a p a . i i l J J J e c o n v o . : t o . i r .

En el vofumen Cana: a Belk n londres (1810-1829), eütado porScrgio Fern:í¡dc Irraín, se recogen resrimonios mreresanres y a ve,ces conmovedores de aquel momenro. Por or¡o lado, también tenemosconociniento de l¡s relaciones de Beüo con Jmes Mill, quien en al-guna oporruniüd pudo favo¡ece¡ económicamenre al venezolano, dencornendrle m¿ raea: el descil¡mienro de los arduos manuscrltosde Benúram. De rodos modos,la superivencia del nosúlgico Bello no1a aseguraban los magros sueldos que, en forna h¿¡ro disconrinua, re-cibia como sccretario de algunas misiones diplomáticas latinoame¡ica-nas o a tí¡do de subsidio de algmos paises (así, el gobierno argentino

acabamos de reco¡darlo- le hizo llegar en ciena opoftmidad 150 l;brc esrerlin¿s). Compleran su.s anémicos ingresos lecciones panicula-res o uabajos editoriales (revisó algúa vez una verión española de laBiblia), recursos rodos que apenas le pernitian conserv¡¡se en los Iími-

Dc rodos modos riüó, in¡ensamenre, un momento muy especialde la t¡a¡sformació¡ del Viejo Mundo ¡ sobre rodo, dc Inglaterra; sucaracrcrizació¡ requeriría ma1'or apacio del disponible, por lo tmrocreemos legirimo ooc¡r, siquiera daordenadmenre, una serie de fac,tores, proragonisras y elemenros de muy desigual imporrarcia y citarlossin concicno alguno, coincidcnres rodos con la experieflcia londinenscde Bello: noricias de los flujos ¡' reflujos de la sesra emancipadora lad-noame¡icana, reauraciones, Ayacucho, Congreso de Pa¡má, ¡cconocirniento de algunos países por pane de los Estados Unidos. En Euro,pa: (iongreo de Mena. rommricismo; y más particul¡¡menre en CrmBretaña, cuya pobhción alcarza por entonces los 20 nillones de habi-rmtes, produce 8 millones de roneladas de carbón v cuya l1om nerca¡¡e de unas 2,5 millones de tonelada ya induye buques de vapor.La iodusda metaiúrgie y la rexril d.n.n un .irmo de expansión hc,

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t¿ entonces nunca visro; y el proceso de indu:trialización, como no po-dí¡ ser de otra manera, alcarzarí a la prensa. Al cabo de pocos anos sernultiplican los diarios y revisras, aumcnan sus tiradas y disminuyensus preci.os; eI Manchatcr Gurdiaa el Sundq Tines, el A)ehing Stan-l¿¿y l^Vettminst¿r Reriru son de aqucl momento. l¡ndrcs se con-vierre en la primera ciudad que alcarza el millón de hrbiranres ¡ paradeslumbramiento de narivos y exrranjcros, a panir de l8l2 sus c¡llasc hacen más úánsiebles y seguras por la iluminación de gas, maravi-lla dc las ma¡avillac. Se discuten aurores, ides, übros; son noriciaHumboldr, aquel gcnio juvenil que conoció Carac.as, Goethe, B¡ron,Shcllc¡ Mahnus, Ricardo; se delibera sobre auto¡id¿4 democracia, li-beralismo; las noticias del continenre parcccn indicár que el pr¡nc¡piode nacionalidad predomina sobre el dc lcgitimidad.

A pesar de las escecheces, y sin desarende¡ los aco¡recimienros im-portanres y menudos quc a su alrededor sc dcsa¡rollaban, solo o auilia-do por alguos colabondora, e¡c¡r¿ Bello levanradas empr€sas cultu-rales culas huellx pcndunn- Así, con Juan Garcíe del Rjo,le Bibliot¿caAnaícana (t8231, que constiruyó, como lo dic€ R¡fael C:ldc¡a en eI'bÉccimiento" que encabrua Ia reimpresión facsimilar que utili?-amos,"la primera y más ambiciosa obn cultur¿l eminenremenre ameriona"emprendida hasra enronces dade Europa. Condocida por un grupo dehombres formados en el Nuco Mmdo, fue dirigida a todos los puebloshermaros de Américá. con el fin de conribun a h lifixión de los bie-ncs vcrdaderos y srílidos que resulen de l¡ ilusmción y de una libenadtacional". Basta recorer úpiümenre sus pagnas para comprobr elamplio especuo de las preocupaciones de sus animosos editorcs: litera-rura, anes, cienci¿s, técnicas, documenros h¡sróricos, etc., y las palabrasanres ciadas por r¡osorros pr€gonar¡ suficientemente el apfritu queanimaba a la poco menos que bez:ñosa empresa, Enebcza la primeraenvega,la Aloución a lapoeía del mismo Bello, que hoy rccogen tedas las antologías. Ls iniciarir€r prosiguicron: ffí El Rep¿roio Ancri-calto ¿e 1826-1827, Adñirable es comprobar que, edemái del arduocstucrzo por sobrevivir, ruvo siempre el ánimo dispuesto para dedicarbuene pane de su tiempo a emprsas vinculadas, directa o inürecta-ncnre, conla cmancípaeión int¿bca¿l d¿l Nua¡o Mrzá. Pero en aquel

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t08 D€ l¡ 'tllls@ciód ¡ la Rcfom¡ Un'v€ritui¡

ambienre, y e$o qüá constitule uno de sus Esgos sobrcsrlicnrc, vi-ve con inren¡idad elclima de ebullición, donde germinan ideas, inicia-rivár, se propagan inquictudcs y dacubrimienros. Alll, en tanto, vafolando su personalidad, acumula ua lrrro impresionan.c de cono-ciúienms, p€rfecciona sus mérodos, aguza su sensibilidad, descubre,compa¡¿, sueña: poseedor de una proÁrnda vida intcrior, sienre quedenuo de su ser se ra dcc¡nando una sabiduría, recia v rcfinada a unriempo, que quizís alg'h dla podrt poner al servicio de su deÍa-

EnEe re¡ro, recarcmos siquien algunos de los muchos clemenrosconsdrurivos de su sólida cultura; nos refe¡imos a las venienres cmpi-rtta, utiJierista y rambién del llamado "radicelismo" inglés que cono-ció durmre su larga permanencia a orillas del Támesis, no sólo por suasidua corcu¡relcia, como lccror alena, al Museo Bricínico y por lalecrura de revistas, si¡o también, y sobre rodo en su versión m& direc-ra, gracias a sus relaciones con pensadorer como el cimdo James Mill;es¡¡ corienres estab¡n cscasamcnre ditundidx a la sazón cntre los la-rinoamericaros, cuyos interes€s filosófi@s se habian desplazado, casiimperaptibloente, de Ia llus¡nción a la ldeología, conservándosesiemp¡e, como un telón dc fondo, el pensamiento tradiciond. Beacercamienro expüa qüú, por Io menos en pare, su pcrmarcnrc in-tcrc-s por las ciencias fisico-naturalesi d6dr Iuego que €sas cu€srionesescban en el ambienre, csrimuladas por la enérgica Rwolución Agricola c Industrial que se propagabe y gercnba B.andes cambios eo lascondiciones de üda y hábiros dclhombre de campo y del dc la ciudad.Probablemente hayan sido estos esrimulos los que m;ís m¡de lo llcva-ría¡ a redacrar su Cosnogafia o los nunerosos a¡rículos -{omo aque-Ilos que aprecen rrogidos en el romo )C( de s¡¡s Obras onplcta-, al-gunos bien ternpranos, quc eidcnciar p el interés de Bcllo por laobra de A von Humboldr v que tueron publiedos en El RqcrtarioAm¿¡ícano, dev¡r¡'ó¡ que conserva¡á du¡¿¡te toda la üda. Muchosorros earibi¡i nis adel¿¡ re en El Arauano (véane los del 16 v 30 deagosrc de l83l y el del 2l de e¡ero de 1832), en uno de los cualesobserva, por ejemplo, quc "es indispensable un curso de fisice paÉcomplerr Ia educación pr€paratorie, porque sin ideas de lo que cs lanaruraleza, los conocimicnros anrcriores rienen muy poco ensanche".

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209

Y a¡res de proseguir, desraquemos que sus inquie.udes ciendficasconstituyen un ingrediente algo desatendido, pero a nuesrro juicio delmeyor inre¡é pa¡e el @¡ocimioto de su formeción y el s€nddo de suactividad ped€ógica. Y, dcsdc luego, cstas influencias filosríñcas seña-ladas, con orrx como la ercuela ecléc.icá y la 6cocese, estin p¡escnrcen su, Filosofta l¿l nt¿ndiniana, sobre cuyo enlis¡s no podemosabundar aqui; basre remrdar el autoriado juicio de José Gaos: 'es sinduda la obra más imporenrc que en su género poscc la literarur¿ ame-ric¿na".

l-a incenidumbre aparecc hasta enronccs como una nota pcldura-ble que lo acompaña cono su propia sombra, y de ella no puede áp¿r-ta¡se. Reiteradás son sul gestion€s para retornar ¿l Nuevo Mundo, asllas inrenrad¿s a¡re auo¡idades y arnigos del Río de le Plara o la Nue-la Gra¡ada; les e:pone su situaciór y sus apremios, mas, por muchosaños, todo será en vano. Pcro el destino, que va tejiendo su rrama,¡punra hacia rumbos inesperedos. Süs rel¡cioDes con Mariano de Ega-ña. diÍicilnenre consolidad¡s a ¡aíz dc cicnos descntendimientos ini-ciales, se conücncn al cabo del dcmpo en sincere amistad Y convencido éste del beneficio que podría Éner par¿ Chjle un hombre de lacapacidad y experiencia del modero secrer{io de legación, propone alMinisterio de Rclaciones Everiores de su país que lo contrate.

Concretado cl traslado dc Bello a la Améric¿ del Sur, se dispone és-te a pa¡ri¡ hecia su nuevo c¡rgo en un país prra él fisi@enre desco-nocido. I-a ambivalencia dc sus senrimicnros qucda admirablcmenreexpresada en cl ftagmento de una ca¡ta redacada en vispera de la partida, y que cira Rodfguez Monegal: "agu¡rdo con impaciencia queamanczca pan dciar esra ciudad, por rantos tíorlos odiosa para mi, ypor otros ra¡tos digna de mi amor".

Luego de la larga navesía llega a Sa¡riago acompañado de su fami-lia y de su¡ libros. Bello, casi cincumtón, comenzába una nueva üda-

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Cuando Andrés Bello a¡.iba a V,lpdeiso el 2i de junio de 1829,procedente de Euopa, Chne stá aoavesmdo r¡¡ rnomento excepcion:lde sr historia: se estaban ¡egirrá¡do protundos cambios en su estructu-ra socioeconómica y político institucionel, mén de modGcaciones sus-,ú, i \a en 'u 5sonomia cuJrual y educarira. Se * isre. por eoronces. ala gran exparxión de la actividad minee que d;namiza la economiaylacasi inesperada riqueza en cierro senrido pern;te resrablecer un clina demayor estabilidad hasta a1c¡¡a pronto ú nuno equilibrio entre losdiversos grupos de inrereses, se¡¡ és¡os rur:les o comerciales. L¿ barallade Lney ciera m cido: vencidos los liberat* (o ¡r7;a1oi) por los con-senad.otes (o pdxcone),lleg al poder el general Joaquin Pri.ro, a cuvorado a.rúa Dieg" Pon¿ls,omo mini"uo. ron un prograrna que.un' i*da firnd¡¡nenr¡lrnenre en resrablecer el orden y la auroridad. La Cons-dtución de 1833, centralista y coo su&agio rctingido, expresa unamodificación sensible con rapeao a la mtes vigente, de un cone de-mocrático más promnciado. El nuevo modclo aavorecerá aho.a a lossecrores conservadora r¡adicionala, pero en rigor beneficiará ¡ambién,corno se ha dicho, a todos los secrores producdvos, ya que la irutaua'da repúbiica autoritaia, de turnes rasgos presidencialistas, consoliü elorden, organiza la hacienda pública y disciplina al eiército, por enton-ces facror dc inestabilidad.

la victoriosa guerra contra la Co¡federación Peru¡¡o-Bolivia¡a(concebida por Porrales, asesinado en víspera.s del inicio de ls hosrilida'

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2t2 D.la "lúGción" ¡ li R€fo.ma UniE6ndh

des) fue un nuqo facmr que conrribuyó al fonalecimienro de las insri-tuciona chilenas. A la pacificación seguiií u¡a eupa de prosperidadciena ¡ paulatinamote, un¡ relarna liberalización posibiliraÉ moder-niz¡r Ia¡ insrituciones, adem¡ís de brind¡ m clima nrás propicio paraatraer inrelecnulc y cicnríficos (André Bello, José Joaqufn de Mora,Guillermo A Blat, kopoldo Sazie, erc.); la stabilidad y les gara¡rdajejercen a.racción sobre numerosos exiliados poüticos de divcrsa procc-dencia, pero sobre todo de los paíscs limítrofes (Juan Carcía dcl tuo

Juan Carlos Gómru, Domingo F. Sarrniento, Vcenre E López, Juan B.Alberdi, erc-), quienes desempeñarán un papel ren fecundo como sob¡esrlicnre en la enseñanza y cn la prcnsa- Para comprender los hechos posreriores deben toma¡se en cuenta va¡ias líneas de influencia ideológica yremon€rse. en el rcreno de la educación, a la exisrcncia del lnstiruroNacional, donde se inparrla ense6anza superior de c¿iácrer profesionaljla vicja Univenidad de San lllipc, en proceso de exúnción, ¡ en orronivel, el Liceo, impregnado del apiritu liberal de su director J. J. deMon, y el Colegio de Smr;€o, mái cons€nador, onenrado por AndréBcllo. Todo esro en medio dc un esrimula¡re clima generado cn rornoa los exiliados, lr publicaciones v las polémicr multiplicadas, los es-fuenos de ¡cru¡[iz¡, idn inrelccrurl expreudor en nmcros¡s inici¡úvrs.

Sin abundar en mayorcs deralles, digamos qüe, paulednameote ypor propia graütación, el vene¿ola¡o A¡d¡é Bello tue ocupando cadavcz un mayor espacio eD l¡ socicdad chilena. Su formidable versación€n difer€nt€s disciplinar, pero sobre todo una muy sólida formación,le pemirieron desempe6ar un prpel sobresaliente en la vida politica einsritucional, como se¡ador y oficial primem de la Ca¡cillería; en elperiodismo, como colaborador consranre en la combatira prcnsa de la¿poca, en panicular en E/ Araucana y, por 1o qre nás nos impona destaor aquí, cn la educación v la culrun, como reaor de la Univcrsid¡dy auror de obras de valor pcrdurable y proyeccióo conrinenml, como laGnn ltica dz lz bagua catellana ¿srín¿¿¿ ¿l uo dr lo! ancricanos,losPrincipios de derecho intenaciovl d holtto dcl Código Ciúly su Filo-sofa dzl entealinintt, para citar unas pocas otgá¡ic.as y de divcrsas dis-ciplinas, y esro sin mencionar siquien su sobresalienre labor lirera¡iaco-mo crítico y c-rador, dond€ mmbién hib apo¡taciones capitala.

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l-A U--TVERSIDAD

De acuerdo con lo establecido en los eniculos 1.53 y 154 dc laConsriruc;ón de 1833, por le_v sancionada el 19 de noviembre de1842, sc c¡a l¡ Universidad de Chile, siguiendo una concepción cen-ralita y el modelo generalmente llarnado napoleónico, es d€cir, comoórgano rector de todas las acdvidades cducadv en sus divcrsos nive-lcs, una suene de Minisreno de Insr¡u€ción Pública o de Educación,según nomenclarun más modema. Quedaron aí se¡tad¡s las bases delEstado docente.

Por lo r¡¡ro, l ¡ ¡1r¡ c¡, dc orudiu' ¡rru¡b¿ in ' in imo.- comú ó,-gano superior que esrablecír las poliricas v orgmizaba los csmblccimientos; la chilena rcnía la panicularidad dc no ejercd una funcióndocentc directa, ya que se limiaba a la superúsión v delignación de

La vieja Universidad de Sm Feüpe se tuc exringuiendo al cabo deun proceso quc estaria tuera de lugar historiar aquí por lo menudo, yfuc susrituida por orra quc scría haugurada con una brillante ceremo-nia el 17 de sepricmbrc de 1843. M¿l conrruimenre a lo que sueleafirmalse, juzgamos que poo continuidad ha¡r enrre mbas a pesar dealgunas aparicncix extcrnas (incorporación de los docrores dc Ia pre-térita a sús respecrivas frcultades en la nuea; prsencia del antiguorector de San Fclipc. Juan Fra¡cisco lvfcneses, en el clausrro. crc.). I:ruptura es &anca y la crcacióD, origin¡I, cono puede hferirse muy fá-cilmen¡c del málisis de las funciona, organización )' objcrivos de la re-cién creada v, sobre rodo, si se aüscuka su cspíriru. André Bello, cuya

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2r4 De la "llljú.ión" a 1¡ Refoma U¡ivüsirdia

participación tue decisim en la gestión, tue dsigoado rector al mismotiempo que miernbro de las facultades de l"eyes y Ciencias Pollticx yde F;losofía y Humaridada.

Una pieza de sobresalienre imporrancia será el discurso que Belloo¡onuncie en ooorrunidad de la instalación de la nueva Universidadde Chile; allí enconrra¡emos *puesta pane significariva de sus ideassobre educación, m:is en panicular la superior, de mplitud y urcloftórico como corresponde a r¡n hum¿¡isra de su envergadu¡a, pero almismo riempo, rweladon de su ahi¡cada ¡ef'lexión sobre los alca¡cessociala y los problems specGcos de la instirución, tal €ual la conce-bía en aquel rnornenro y en aquel medio, es decir, bien mclada en la¡ealidad. Por eso, cienos pasaja adquieren todo su sentido sólo si losreferimos a su circunstancia concreta, como respuesta implicita a in-quieruds e i¡teroga¡t€s intuidos. Así, dice Bello:

''l^ t"¡L-,ti¿z¿s, La tu,po.¿.jb"¿r ln¿tu,t1i, tan n nrtnln.nto

d tnfi\no pú la ?n?asl.ió, d¿ Lt' lu6a ,rb rt,,x .o"úba,7,.

pkh lñterr & pregurn d a ¿¿¿/ I'r ¿t !o/ dplo,i¿ l¿ ¿d¿¿

¿¿ h Eo.i¿.ión 1 b L.ptrür¡.ión: .n an¿.¿¿d., jrc ttLtlr"parnn,u prt;: k: :oae,/zh le astn,ltutu, ¿. .aü!ria. ¿¿ ,dLant.

¿¿ b¿ltl;ú,rii; ¿t l¿ ¿¿r¿ ¿¿ lat gobiútoi t ?/¿td¿úo\. Ia Ern'

!¿..t bt L!¿¿a: L,j¿¿t ¿¿ A,,úr¿, wó¡o,t.d¿o bdjo r,tu z'

ptb\. z*út¿¿Li ,1 ¿l¿".

Replicaba de ese modo a quienes, como lo recuerda Miguel LuisAmunáregui, por entonca aún sosteniar el peregrino criterio de "quela insuucción deprava en vez de mejorr el atrna, y alienta ls prctensiones quimérica.s y pern;c;osas, en vez de estimula¡ hacia las trecrra¡quilas y honradas". Prosigue Be[o:

''s; Iz plo?¿gdti¿" ¿zla¿,r t tnd ¿¿ a¡, nükion\ ntu iñpat¿n

u, ¡uttu :h ¿lz lú Id,! n0 trrnr" rr^ qt¿ o1;¿.ü r,ot po.ot

|'.4a lL' i4o.a,? "dto

¿¿ tlñ,b r'.,.111. LL,a?0,.t,1¿'., ¿,t.,,

r dtbe prficípahnnn lt rup;dcz d¿ l:r .o¡"Mna.io,ú lit¿tun br'

en bot$t;u taatu: t la lunr¿ó, | ¿ b ln,Lrri¿'d. No Ljn

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2t5

btuta ." el totdñi.nto ¿. rn ia¿iiúb tm wdzl nw¿, rual¿ r

dpadtu ¿¿ .lfa b¿d h Epdblid d.la l¿'ú. Lü ebiú ¿. ALtu ü,

¿! la Ftu"ó¿, ¿.lo' Bü¿aJ Uni¿ú, ¿pí.ia, 'r 'dlra t* úe@-

.i!t, tu npl¡.eiorv'. E" 6u pto?dgúi¿n &l ¡abo, Ia aad¿nia, Lx

@n6i¿r.da, fotun otu en6 ¿.póti@, d ¿on¿. .id,¿a dü-

¡¿n¡mE a dñ nB. ¡úlú Lr r¿qrura"6.íatíf.a; t d. tu

edtu' 6 ¿o,'t¿ k ¿.tu"ú" tuit ftdtn¿t pú h ¿ifftü6.hs!

d¿ k tu.t¿¿rl- Ia Íirtr'6id4¿ ¿. ChiL ,¿ 'i¿r el,l4i¿i M .'t

obi'o 6p..idL EAa, 'i @ñpon& a b n;ru dz b 4 qk L ha ¿r-

¿o tu üc,n fo,r¿, 'i .offito"¿. a l^ ¿.k6 ¿r "utro sobnñ4 s.

ii tú ea?o d"i,rr¡a¿.nt apa'Bím t ptupasa¿¿¡".

Pero su preocupación por l¿ effeñanzá superior o universie¡ia enrnodo alguno sigi6ca, a sü iuicio, desatención de la de primcr nivel:

"Yo .i.lbnav ¡ot d. l't qrc ñitur h iÚttu i¿r ñ gM¿L la

drca.ün d.l ?ublo, añó lño d.16 obj.t$ tut' iñtótu"tu, pi-

"ík\w! d q/. pe¿¿ ¿¡ig;/ tu e&ión ¿l gohtu; úno rM r.-

alidd¿ ?nñút ! a'A¿rk: @no I¿ bú¿ d¿ todo tóIida ptu{úo; rouo

¿ .n¿i."to iú¿ilpebL ¿ b iütítu.iow fttrbü.¿M 1...1. No

digo )o qu cl nUú ¿. l^ Ltu, d¿ Ia citui6 ttuiga a pú d. ¡í,

.ono nn dtu.tu.ir¡r púita l¿ ¿ifció" d¿ h d.r¿M .L4¿r-

¡aL atf,qu d it.o"btubb qtr Lx .an.i6 t l,a Lttu ¡ir@ uM

td¿tui¿ tutu¡al a ¿ifiü¿iñ¿, tua¿o M a'tifkirld tu I's .¿,-

ttu '1r 1..1. t'.tu b 4 A phü.ú d. nt@ h Lrirqid¿¿ "o

ba

q@i¿a f¿& ehtut ¿. ú E,¿d¡a turuúl d¿ h ilr.ttuü, z

dilr¡'¿is ta qk h inpñtz ¿. ., Mtu ¿i6 uM frdz t rú

dooili¿a¿ "o.¿r¿.iúú

h¡a: ¿lh b¿ rnik h'ntuññt l^ drt 6-

t¿id ¿r ^.ñnn4\ ¿lln li¿ ¿4¿a d ru ¿. Is 't io,¿' ¿.1rupo

nndibno .l .d.¿Zo 6p.ial ¿. klat abt Ia iútu tió" piw-

ia, d. obt@r tu tur.ba d. fe;Ebt tt púprstuió,, tu ú"nibú |

a lu tnssóf.

Esrablecidos s¡os supu6tos, y explieda la aniculación dcls¡s¡emeconcebido por la lcy, av:nz-a en la fi¡ndamenmción dc su 6losoña:

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2t6 D. L "n@ión' ¿ l¡ kfoú Uñimidiá

"Ir Uniñi¿¿¿ 6n¿i.,¿ bñbia ks apztíalidala & h wicded

rtihtu b¿jo.t pbrb ¿. ,itu enóñid, qr. no pffita ?nbl¿\,tuM @tot, ti ¿¿ mt zri.tga¿a HI'kióL b U,iw6itu

únitut¿ b¡ útha¿o' ú ld 6u¿i¡,iz .hiL"a @'ñbt;,¿ ¿jót-

mrtz y Lan a * gum h a?6ió, & ¿rdtu itu6 tu-

taiala. ?ory@ ú ák, tu., 11, otu ñtu, .l ptustutu ¿. 14

Unil.sih¿ 4 d't¿tzwk.hiL"o: 'i tatu pB¡a¿B d Ia E!tupn

Iai tu¿B.iond & la .ituia 6 prtu dpli@da a üiL. r¡rds hr '."-

b n qrc t pnpou liifu lz: i,Btístuiotu .b tu nn 'btu, ¿

abdio & tu dltntut ñ,ú,Ed z ur tu: Ir P¿nia'-

Y prosigue Bello:

'Ir tu¿i.itu i,Bisú¿. '¡tridno ¿ Diw ph", b N¿ifd.io-

B p..rti¿ú qu ¿2, ¿t toñh thil¿n * rünz. re annbru, ru

dü"t.ntot: ¿i.tanl Lx alú ¿¿ la hig;d¿ |;,ada I plblt¿z; s ¿!nc-

bú ?ot añ,.ú a l¿r qituñia cl can dt n gmimcí'h y dz n

&n,i¿z¿ ¿Ntz¿a¡q t h¿ú a mo a pcíblz, qk r ¿'lva¿z a

la' ú'tpot .l .oneíni¿"tu ú h' rud;a willot * axaa, 1 r¡a-

w h nlu¿ ¿EarMé dl'od la rnli¿z¿d poiitils d¿ Ls ¿.fti6

tuEnáti8 r fti.6, * apü.¿cióÉ ¿ 'tu ir¿ar¡¿ ,@íak, qu

rpe utu a dñitiúM púa ¿rc "nph.

gn ¿d 'n ptu ¿

¿.ñ bt" dki¿i¿ú. !i, ñ¿CriM, 'i" algr"ot atia tu Ln n¿! ¡o-

ñn6 rkrtili¿': tu dpl¡d.ioE' t ua tin nad¿ at adu L¡

turi¿ú ¿c É'@' n¿t¿tto', a ,n tu.h ffit ¿. riq@ '¿s¿bld, ¿.

tu¿tia alin "ri.ia:

r u tuL obe cl q* h cíaia ha rhak

z?tu rtut oi¿¿r."

Pero rodas las apücaciones prácticas no dcben ser co¡f,¡¡didas co""las manipulaciones de ur €rnpir¡mo cr€go", pue$o que sólo "los c+nocimientos gcncrdes bacen m.ís cbros y prccisos los conocimientospánicula¡€s".

Como humaniste, desaca pronco el rzlor de las disciplinas forma-tivas, y entre ellas

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217

"LJ ¿ ú¿k ¿. rúd Lnsú ñ¿ patt ¿. M ¿ttu tñ?ott¿r-

tiz- Yo "o

abosat¿ jrñ¿' p6 .l prrino eg¡r¿. qz. dn¿.ü 'o¿o

l¿ nkú a Mbia d¿ i¿¡oM: d.o, p., lo .o,turio, 9',. h ¡ithr

aú d¿ il¿a ttat. au ¡apn ¿i¿ianak ¿¿ .oMío litñ,io d

h cirurlbión gñd¿¿ dis. to.6 nl¿uu qr. la qrmta t...1. S.

pr¿¿r tu"¿ul ¿ hnsdj., r pk¿¿ o'nqk..tb, * ?ud. üonu

d¿rb ¿ to¿B LL 6ig.r.'6 ¿. h e.i¿¿z¿. J ¿ua n t^ d. Iz ña¿a, qa

4.8. b¡ n ?aio útoúdtubb 'obr h lnaatua '¡r ¿¿úa¿¡l4 !¡r

, tridr .u< .oaFu¡pno ¡¡ tuñ u¿hnnd ¿ 'u gñio".

Y ya antes babla indicedo ranbién la responsabüdad pollrica de laUnive¡sid¡d en l¡ consolid¡ción de las insriruciooe y, como paso pre-üo, cl momento oegativo dd proccso: tcncmos que purgarla de lmmanchas que conaajo bajo cl influjo maléñco del despotismo".

los cse.sos fragmentos tnnscripros del histórico discurso de Bellono requier€n com€ntarios. Pem convcngamos que de dlos surge unaimagen bascante dininta de la onvencional e inconec¡a: Ia de un Be-llo más arnigo de las lerrrs que de la ciencirs, m;ás inrercsado por luideas y las teoríx quc por sus aplicacioncs pÉcties, más prcocupadopo¡ la educación superior que por la popular y, sobre todo, de la opi-nión conicnre de un scvcro "conservador" de la lensua.

Si dcsarendemos cl momenro histórico cn que s€ o(prcsan cieñasideas, quiá no se advierra su signficado, sobre údo cuando ells setueron incorporando al arscnal teórico dc los filósofos dc la cducacióny h:sta por momentos pucdan pareccr "naturalei-. En cstc scntido, eldiscrrso pronunciado por Di€go Beiros A¡ena con Eodvo d€l $rin-cuaeesimo aniver$rio dc la Universid¿d dc Chile, es ilusrmtivo:

.U,o' mí¿, Ea, ?tuh,ú,¿o k líbda¿ ¿.¿núi¿,.Id Uñ¡tn-

tidzd ¡b¿ ¿ pott." p¿i{, I¿ "btitt.t.i¿.lt

Iú i¿zú tultitioñala

qw * nwilaaban clfu,ulauato d.l onLn 'anl Otu, !6k aa

qu la r@r ¡úttu.ió'L tñ?r,¡a.l' 'B ¿üniú. íb¿ r .adat .l

tuto at patvni¿",o ! d nntmi*. "t¿t

o na6 ÍaMDa'., ." .t

'¡¿n d./ tddo ¿Siññ int¿Lcn 1i qu h ñvlrdó" ?oli¡na I 'o-

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zta IL l¡'Ilug*ür" ¡ L R¡fom. U¡i6iEr¡

.A ¿. I81o M lyut ¿IdEr¿r . -r¿if@. Do" Ar¿16 8¿lo eñp.aiad.tutuquatt¿ @ xtd¿tuí6¿itu trbla La tú!-tr .Mpo ¿. Mi¿, pa,ú h Un¡Mrlz¿ ¿ iñpt;nió al ñtuiñínto

arimitu¡. ¿ úrí.o Mb 4t. n wil¡abl¿ anrc m ¿l ata-

¿r iúi|i.t't¿ ¿. Na¡tu &h'.rd irElarul 54 obdfu ¿. ¡ni¿¡a.iór:

Fn ¿llz l¿ü¿ ¿b¡tr ¿l airu d m p.wñ ",Á; fñ. t 'úEai¿ó'.

I

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Tr¿bajo prE€ntedo al Vl Congrcso d€ la-'¡,soc¡aciónAm¡gos de la üteretur¡ l¡t¡noamericana', en Mer delPlatá,3 al 5 dc noviambrc dc l99d y publicado an Cc-lahis: Revisto del Cento da Lattos Hisponooner¡conos{ljnive6idad Nacionalde Mar dd Plata. año I N" 5/7/8,l99q pp- 29-42. Reproducido támbién en CuodernosAñcrirl.tn06 NrEvo ENca, año X vol- 3. N" 51. t NAM,México. mayo-iun¡o d. 1995. pp. 37-,+7-

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Una serie de acon¡ccimientos 1ue no cnumeraremos- parccc ha-ber ido c¡eando ¿bismos o muros (dc dcsconocimienro las más dc lasveces, pero también dc prejuiciosa incompreísión) €nte la inteligen-cia crírica contemporánea y la del pasado inmediato o mediaro; ha¡cn este senrido, demasiados obsráculos o inrcrfere¡cia. Bicnvcnidassean, pues, rod:s aquellas iniciativas y actividades que favorrzcan quecse tmdición se vaya rcanudmdo l enriqueciendo con nueva pers-pectivas y apones. t¡¡ inforrnaciones recogidas parecen confirmarque el centenario del nacimienro del perurno José Carlos Mariáregui-uno de los grandes y más origin¿les pensadores latinomericanos- seinscribe en esa línca. Que son muchos los problemas que nos vincu-lan por encima de las fronteru poüricas lo corrobon ulra vez má5 prc-cisamente el ide¿rio dc este hombre muerto en plena juvenrud, conuna producción escrim ca¡ vasta y perdurable que la hisro¡i¡ -nues-

rra historia lo acoge como testigo de exccpción y creador dc uno desus capítulos m:ís fccundos y esrimulantcs. Y repárese en quc hcmosmanifarado que José Carlos Mriátegui, tan raig¿lmerie perueno, seha tr¿¡sformado en un latinoameric¿noj csto confirma, €ntlc orrascosasi ilue constiruimos una comunided ranro por los origenes (comosubrayan algunos) como por los desrinos (tal como msrienen otros),porque el poruenir ambién lo forjan quicncs condbuyen a dkiparprejuicios o planrcar intcrroganres. Saber inquirir ayuda a explica yrevelr. Pm nosotros es u inrelecul deexccpción, cuyas nota, cscn-ci¡les, más ¿llá dc su inteligencia critica y su capecidad expresiva, sonle, autmtitidad y la hctzmd*ia

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228 D¿ l¡ 'llusmciótr' ¿ l¡ Rcfo¡h¡ Univeriúu

Abund¡n los e¡tudios sobrc la obra conjunta del Amauta, sobre susignific.ado político, social e ideológico; sobre la filiec¡ón de sus id6;srx polémicas y sus fenores; pero juzgamos exiguos los referidos a susideas educarivas, aunque m€nos escasos son los ünculados a la cl¡I -

ra, aspecro esre quc p{ece habcr goz:do de mayor prcdilección porparte de quienes analiaon y prosiguen analizando su producción es-crita. Br¿ ;nsuficie¡cia nos cstimula a rcflcx¡ona¡sobre elpunto c hil-vanar :lgunx idcas al respecto.

ra bibliografia básie a la que nos remirimos está consrnuida por elcuano cnsayo ('El proceso de la insrrucción públ;ca') que integn sufibro, hoy celebérrino y úaducido a numerosr lengter, Siac nsaysle íntapreucíón le h nalidad pmuna (ye úlntmos scgrl¡ un ejem-pla de su primera edición, quc tcncmos en nuesma bibliotcca peno-nal); ademrís hemos recurrido a la excelenre edición de la BibliocecaAlacucho, cuyer notas son de urilidad ciena. Asirnismo, desde luego,los rabajos rcunidos en el vofumc¡ Tana¡ L ¿hcaciiz (volumen 14de la colección co¡ocida corno Obtut .ompl¿tzt,.f en su Ércen cdición, Lima, 1975). Ambos libros ofrecen, indudablemenre, lo esenci¡lsobre el rcma, y sus implicancirs más direcras, que escribió José CarlosMariátegui.

Permrtaenos ahora algrln rodeo para situr el momento anterior alquc cscribe el Amauta o, meior dicho, Ias circunsmncias en que se de-batieron aquellas ideas educativas que luego él rctomaria críucamcnrepua, en seguida, exponer sus p¡opios punms de vista.

En toda América larina la orientación de las polities educativx<ai s¡cmpre implicira más que explícirar era tund¡menralmente ur-bana, y esto cuardo la población era en su grm mayoria rural. Y rodaslc propuesras, tarto ls de signo conserrador como l¿s de rendencialiberal, poxea u¡a nora común que malimos con cieno dereni-mienro cn nuesrro libro M¿12á¡ ¿duativo¡ en h bistoia /¿ Ane¡ira I¿-¡zc sin reitera¡ rodo lo allí expuesto, digmos que:

':1t r.ú,'¿. h ?oblrió't l¿t¡ r¿,o,a;r¿"z ün pr¿ü,i tutLrrdt.

ú1.11 i'igob ¿. ¿ñ gnt ¡ hi-.1¿,ú;¿¿o pd l¿ altdt¡i, .¡ ¿

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Mdiátetti y lá edudciótr

.¿ñp0, b .tul ptzft b^ ,¡c Ljg'.o 'i e 'o"u "a¿rta

¿ uúda

ud.it¿n¿,k,k rtbt,¿ d¿ l¿\ tib¿ la lor n Lulo. ! |o/ otu 1,1

mnF?a¿ ftt ¿ d, inú¿ ¿, tr\ toaotdon; por elaar lo: úubs

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Ank' ¿. ]'/atry'ú tuít¿n"toi tlgo fo odoi .ora.i¿o: ¡lte la! !.rot'

in¿ig¿rÁ p,1¿zri¿r" J p,1¿.rd 11tu ¿¿bh tu'g'dt¡dJr¿ | fttlr

rióL tar n¡rk ! lar rdioi:

En su recordado ensayo "EI proccso de la imtrucción púbüca", Jo-sé Cerlos M¿Jiátegui comienza por se6atar en ere campo ües líneas deinlluencia: la espaíola, la ft:nccsa y la norteamericam. la primera sereficre, sin duda alguna, a la derivada del proceo de colodzación y ala,s consecuencias que ella tuvo al perdurar un regimen de rierras que,consolidado durante el Virrein¡ro, se conseró en cieno modo inac-ror las inJluencias extrahisp;ínicas senin ya, por supuesro, posreriores alp.oceso emancipador

Anora bien, sabido es que la coriente historiográfica de filiaciónhispanista excluyó sicmprc del foco de ¡nre¡és ¿l indio; la histonogra-fla criolla a su vez, y con las excepciones del caso, para afirmarse tan-to negó la hispanista como ocuhó o dewirruó la indigen¿ ra üsión deMariátegui trató de supcra¡ ¡a¡to rne como la otn, y sobre todo deracatar el papel del indio, su proragonismo, y formular una verdade-ra poütica de educación nacional y popular que no mluyee a ningu'no de sus actorer al proponérselo puso de relieve las conrradicciones,postergaciones y restricciones que imponía la realidad cuando se la ad-miLia r omo ma laulldad. como algo narural ¡ por coroiguicnrc, in:movible.

El cerrero espíritu crítico del Amauu t¡ueda puesto de relieve, porejemplo. .uodo a-naliz: dererminad¡s decla¡rjons mÁ o mcnos re-

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:-10 De la llüsúa.ión a la Refoma Univdsirdi¿

róric de ap{en¡e igü¿liúismo. AlÍ, escribe: "Esre igualira¡ismo ver'b¡l no tenía en mira realmencc sino ¿t criollo. Ignoraba al indio".Tampoco r dejaba embauct por cierros enunciados legales acerca dela graruidad de la enseiranza, conro los proclmados en 1831. "Lo quepreocupaba a ese gobierno obsena Mriátegui no er¿ Ia necesid¿dde poner esre grado dc;¡srucción ¿t aicmce del pueblo. Era, segúnsus propias palabras, la urgencia de resolver un problema de las farni'lias que habian sulrido desmedro de su fbrruna." Esta afil¡ación denues¡ro ¡u¡o¡ no es rnaliciosa; se basa en los tundamentos expuesrospor e1 ministro Marias León cuando, con fecha 19 de ¿br;l dc i831,habla de "la no¡oria decadencia de las forrun.rs paniculrres que h.rbia¡educido ¿ innu¡nerables padres de lamilia a la amarga situación deno serles posible dar a sus hijos educación ilustrada, malográndosernuchos jóvenes de ralenro". Era, c¡-identemente, una reparació! para un sector, en modo alguno una propues¡a que pudiese beneficir a

Si¡ rctroccder demciado en el riempo y sin derenernos ffnpoco cnla influencia esprnola que Mariáregui cancrerizaba por su "espíritu co-lonial y colonizadoi', veamos las orras dos vcnienres señaladas con Lasc(ales deb¡tió !'igorosamenre, v r4slrs mbs a t¡avés de sus ideólogosnás caracrcrizados. aunque poco conoc;dos tuera del I'}eni, pero que élmenciona expresmenre. tle todos modos, ¡os vcmos l'orzados ¿ dcjarde lado onos nombres quc juzsmc múecerián ¡mbién memorárse,como los de Joaquin Cqelo \El ptobbn utíon¿| de l¿ edacación,1902) y Javier Prado (E/ problem de la n:enanza, 1915), de innesablesignificación cn un panorama nrís pornenoriado v e¡haustivo.

Si prra esre rrabajo nos siruamos en cl plmo de la¡ idca¡, no se suponga. ni mucho menos, que Meiátegüi no las refirió a su contextc'r.rntes bien, es allí quizá donde residc une de lx virtudes m¿r-orcs dc sum,{nis. "El problena de la enseñ¡nza -scribe no puede ser biencomprendido al no ser considcrado como un problema económico ycomo un problena social." Esta consideración le permidó supeúr, ri-rosamente, la nebulosa pedagógico filosófio que en¡u¡biab¿ la comprensión de los procesos educatnos. Hecha esta acla¡ación, reto¡ne'

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Mdúr.Eui y la .dueción 231

mos al mujldo de las ideas, por Io menos rel como elbs s€ presentabaneftotrces €n cl Pcni.

L denominad¿ renie¡te noneamcricana -que alguaos llamaronenronccs positivisra, pngm,árica o púctice, sin adven que c¿de unade esras accpciones implica a vec6 cos:B disrinss queda erpuesra enforma sobresalienre por Mmuel \4cenre Villarán (1873-1958), quicnpostula una educación profaional y cientlfica ftente a la libruca y vcr-balista impennrc, c inspiró las reform¡s dc 1920. José C-arlos Mariátc-gui t¡arxcribc un ocenso Fagmcnto dc Villaníu recordémoslo, puesnos serviní para caractcriz:r mejor las ideas dc éste

"ü ?.tú d.bnía 'n po, 'r¡l d,M ko"ónnú | 'o.i¿t !, .ño hzr

¡ilo Ia tiuda Unidu. nma & hbúdo,6, ¿. .olo"o', ¿c di@o'

,l¿ ,¿wrci¿n¡a, d¿ honba dt nbajo: ¡oo Ls fztal;dadz' * k hn.

t¿;¿.t l¿ tol¡atut ¿. to' ho"b¡a haa e¡u¿ho o¡¿ a'¿, tontrua-

¿o al t'dí' .ú un Mtu ütd¿io, p@ia d. int.l¿.1uk t '@iu.tu d¿

brniú¿tú. PM h rntu ¿n onn a la wtlal I fynr Lt zta-

.ió" ú turlqrio fanilk: '¡¿ úú1 gt¿i fñ.ú 'i ladñú t4 t

ñn !6 üinbtuJ ¿lg¡, ¿gn.ahot, .ón.ftiañk, ¡,'¿unid o ruí

,¿: pú¿ d b¿d¿hb qu h¿br; ú ¿l¿ , g'1" cbrsa¿o D rudiró. úi-

hú ¿ o"!h¿do. ü¿{iúr¿¿ ¿ palhiú. prclaú o lnüú4 p?no¿i'ú

ópar . toúD. ün tub loqa ta . \ th¿ , a l¿"u \¿¿¿iw, tou ,

ú.jú r ¿..a¿.d6, la .nJ¿n ¿¿z¿ ¿. t)rütü r /. ¿r;bn ] "o

¿¿

obÍdr d. ngnü palzl,rÁ ! ,o úiú, ¿oláú' hDÉidbh qr¿ .oBL

tuy lr 'i.ro d. hxítu¿ y ¿.I¿4xa. ü!í todo: ninnb' .¿" ltu'

tur I4 ptulilio"d .di&ú qrc aíso' lolunt¿ a¿ry'c¡ t 6píitu ¿.

Ikha. ¡on¡u tu q@ztnr tonb¿ri¡ fi. rñi6xú r ¿bnnü 'Bo

tat,olobbt ñitñ6l'friÁ ¿ bndtul ! k iñd.p.nd.tuír. ¡qt¿ !o.úe drida, a !otñÁ. ¿' ld tunu'i,t, ¿ titi¡ ú Iú |rú, ¿ E.¿fr

¿tdh6 ,¡atu, ¿ 6pt at n@! .d',p6, d apna¿ú. lLt terot d¿

"u@ú 'kiw! II¿r¿ lla MtulAdütu t ¿ remñia @n 'B n.W

! ptudtta.ion1, nor ¿.droría", _t a .añtio @,h"?laM .nstu

'tt ¿íto tot ¿iio Ir '"tlúr¿ ¿. Lx qu anklat n udo precio h mn-

qtili¿l¿, h rytridn¿ el ínnrcpao dc la apleo: ptblin: 1 fu pn-

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232 De l¡ " N@ción" a la Refom Uniyenireiá

|¿i;ótui túa¿ñú. E" .Io tu,tú ¿'natt¿¿a', a'r4i¿6 ?o/ l,t '0.i.

¿zd útdn. 1ódÁ h\ !t¿fda]ñ,ü d! las p¿¿ra ¿c J;ñ¡lú ln plú |rt

zbosr¿¿'. b ¿ad¿B, I¿t oÍi.r'irs. [o' Indtu! I 16 "]¿.rr'a'.

Atí ú

qa¿ ¿ 'dbn e tuAn ria,fntu, lz pzl¿bñ t la plr,tor 6ttn a tu '

.¿z¿ ¿¿ üú. t ii .! "tnl

,o ^ .orArh lru"to, ¿l Pú1 ú ¿ '.r ü,"o

h t:hina. Ia ic-a dt lr fi",t"nzi6 I ¿¿ lot kbddoi .

U¡a relec¡¡¡a c¡ridadosa de este pÍrafo nos indica la filiación ideo-lógica de su auror, pertenecienre a la burguesía criolla, que si niega lacolonia y sus hábiros, y prerende generalia su ccmoüsió¡, olüda enmbio por entero al indio; así habla de "cualquie¡ familia", al atudira las profesiones libenles...

En otro lugr *pone Villa,ín algunas ideas <¡ue, en cieno modo,adode José C:-tlos Marütegui, por lo menos en aquello que se refierea su crítica de la coloniz¡ción española-

''I'1 .4níri¿ ,o ü¿ úlrnk ¿z nab¿j¿ | Pobl¡hi¿,¡¿ 'ko & rPlo'

t¿tión. Loi .¿l¿,¿! dp¿iah! ntí,,t ¿ b6at f¿ r¡!'a Jt¿jL w fol

ntd.r, tu'trl'bü. qut r obti.t !;n Ll d.bk Pú,' tul "abaj¿ I

¿l

rLora. ¿ri t¡1,.r q,¿ ¿r 1¡ ataaiú tü¿ ¿un'üro tot cl nobL,

pü ¿ eLtuda ?ü ¿! trbt no. v ¡Jt fr, ¿?atu qAi tub¿j¡r r n¿ ú¿

nr¿aúa: ;lb ¿Lrbdn ¿Aí b' ,'diot, tNo .p, "rnd'soÚL,Eo\

¿ijs¿n^, ebt;ot, r.aid'br'¿.t ¿ h iñ¿ j tl .lrn¿? Al)a¡r biot.

¿ indio :nnn p¿ujo ¿t mo o¿ioio ! d¡t¿pn{a¿ú P¿n lo pú d¿ nr

,tr fu¿ qu n'lft¿k ¿.ada.ión d¿ ,l¿a¡ ¡¿ *¡¿bbció ¿n¡¿ cl ¡ub¿

jo .t t,t :dti¿tuhbft. toryu¿ d. hfth¿ ,o t'rbía r¿baj¿¿ü qt¿ no fr¿-

ú tim.. L'n i^¡itt , rh1 l¿prgtún¿¿ ,zr¡nl "d,rbtj

h¿t labor

p¿c¡f.a r ¡ lhe¡ ¡ rartr qrc i.ltdjo.,r nt,llo t ¿c'ho"/6¿ ti'¿

nú¡ii¡o ¿^ hr !¡¿o l.gr¿o pot "t.'¡ñ

ab"¿" a,¡a km.ia oryi

tnr. Iinmo:. ptú. pd ñm ! unniento, I dadat al nbajo, el

¿ñ¿r a k ¿¿túúó, d¿ ¿¡nae út ¿"Í6e ?tutio, la ,$titu a la

Ek:i.ln¿ ¿grn¿1bl¿, ¿ sr¿'ú n Lx l;¿r^ | k k,d¿i.;z tl ¿¿no.h .

Queremos suponer que cuando habla de la "ociosidad agradable" ode la "tendencia al denoche" no se refiere al indio.

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Mdár€gui I1¡ eduo.ión rl.l

E¡ "Misión de la uiw¡sided larinoamericana", dis€urso pronucia-do en 1912, habla Mllanín de sus tr€s tuncione: profesional, científicay educarivr. Éenre r b libreca y acaddmic r h s.zin ,mperan'e. y prc.fiere lar dos primerx. Algunos de sus puntos de üsta conser%n cienoi¡re¡es, ¡sl los dpuesros cn ese m¡smo discurso donde hahla de lasrnencio¡adx ns fircioncs de €sa institución de enscña¡a El ses¡rn-do xpeno. cienLi6r o. pde,c p¡rricul¡rmcnrc rignific:rivo y mr;cipa.dor y en ral sentido recuerda, como antcccdcnrc, que la educación su-perior geffDlni@ "cs más cienrífica que profesional y la ftarccsa es másprofesional <¡ue científio'. Comprucba las nuevas ¡endenci¡s aacrerizdx "cada vez más [po{ la buena enseñanza profesional esrrecha ypropender al fomento del sabcr dcsinreresado del investigador en obsequio de la ciencia y po¡ la cicncie misme'.

Me¡ae desraca¡se de ese rrabajo una elogiosa refe¡encia a las uni-versidade de Mcio y de I: Plata que, bajo la dirección de Juro Sierra y Joaquín V Gonzílez, alca¡zaron muy pronro un ampüo presti-gio conrincnrai.

Adviene con sagcidad, los peligros de la profesionalización -ren-

dencia dism¡sionmre dc la v¡da de c¡s; tod¡s l¡s univeridades dc Iaépoca , pues *donde sc aspir¡ únicarncnrc a form.rr abogados, médi-cos, iryenieros, ctc., Ia cnseñanza tiende a hacerse dogmárica, ríg;da,forzosa, común, invariable para todos; como consccucncia de rodo es-to, se elene¡sliz¡, deee y dcgcnera". Su propósrro, cn estos caos, es"una instrucción i¡fornadva quc comunica la cicncia, pero no adiew*a para hacerla; que cultiva las hcultades rcccprivas, y no las creado-ras". Recuerda adcm:ís que "las r¡niversidades latinoame¡ica¡as tienenuna misión nacional dentro del o¡den cicnrífico". Me¡ecen rescatrseides enronccs poco d;tundidas y cuya fecundidad es hoy ddenre:'t...J para que la universidad larinoamcricana sca no sólo un cuerpodocente sino u instituto productor de ciencia, un cenrro de fomcnropara los esrudios originales y desinteresados". De rodos modos, estapropuata mivcriraria dcbe encuadr¡rse dentro de una concepción deuna sociedad excluyente, quc margina a la gra¡ mavoría dc la pobla-ción pema y cigna a su sistcma cduca¡¡to un prniculal cenm dc

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234 Dc l¡ 'l¡úthció¡i ¿ h P<foma Univccira,i¿

Una de las figuras mayores de la historia de la filosofia cn el peni,Alejmdro Deusrua ( I 849- 1945), cur obra c¡tmim con una suerre de'arisrorratismo" -a iuJcJo de Au$rto Selazar Bondy_, en un capfruIode su libro El pnbhña ??dagógico ¡za¿¿¿1, de I 907, denominado "fs_te problema no lo resuelvc la escuela primaria", compáne los concep_tos de una serie de aurorcs que aleg:n en favor dc la resis acerca de "lascausas qoe dercminan la deadencia de ta raz latina y la superioridadde la sajona". EI antiposiriv;mo de Der¡stua por lo visro nole impideadmitir ida procedentes del darwi¡ismo social (u¡a co;cnte deri,a-da de un biologismo groscro y elemental), como puede i¡Grirse de suspalabns:

'tnva ,"i ¿tft,¿¿,it t t .. .nibir , .o"¡a. ta S.ogúf,, y h t¡,

¡oria I td"rB otu .otú t , g,¿,ó roD pñow to¿ali¿, t j gu n¿tlbn !¡ú .bñ0 pato¿,ú, tot ln¿ ,, hdn tt.Sa¿o a ¿!tubf¿ñ ,n¿ ¿i

l¿n'a, rofr.,¿,l u lo! ,nhút¿. ñi ..r¿ u, r,,itui¿h t!. ¿igk¿rd hntd,¿. t,i"r¡?¡a d. tot¿ tn,nla

En otro capírulo, "f¿ solución está en la cultura superior", dc Iamisma obra, complera su pensamienro; Dcumra se quej; aÍí de la si_tuación impera¡rc y reclama franqueza y valor para rediza y admitirun di¿gnósdco:

'r-1trl|¿ ¿¿ ¿¿t6¿.aj" ,t¿tjb. ¿ rbú!!ó,o úd.i.,¡¿ ¿. :u es¡,1

áx i,ú.EE ¿ "zn¿r¡,tn,o &t ó¡¿;a doniturk., b Lo,)bú.

l¿ ¡"t,uitu ca¿¿ ¿i¿ u¡4ü ¿. t¿j.t ü ?6,útuútatu utSd&, ¿6,

t¡dii¡ú d¿ l,ú l',ilt'"¡6 at.s ¿z /, ndis¿ri\ LB fi,tt¡¿t¿.t r!. d!..Na ¿.klt , L, tudiood,t¿ ?a¡ toJ .o!¿ia ) tu xnn¿ii¿,L.t t , ¿l¿rínxlo ¿¿ a.hplo oft¿¿ó por

"a¿r pthi¿, .n u.u, m -,h1

,auo.l;.to¡ ¿pr..iab/. t¿ nbdtutl¿ ¿r rtJ ú¿uktu;.

,Po o m* adef¿nre rccuerda. siempre a su iujc,o, por supus,o: -Ln

rodas p¡rres y srcmprr tos gobiernos han hccho dc la form¡ción de un¡élirc el objetivo principal de sus mejores estueruos". parece oMdar odesconocer la obra y la prédice de un Simón Rod¡íguez, de un Beniroluár€z o de r¡n Dom¡ngo Feutino Sarmiento, y sro nos parcce lmper_

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Múiálegui / h eduú.ión

donable cuando Deustua emrvo en Ia Argcnrina y conoció su sisremaeducarivo; rnis au, mdo üv¡ó en Buenos Ai¡es e infonó a su go-bierno mbre el apíriru y estruc-tu¡a d€ csc s¡t.m¿.

Más adelanre agrega, enue signos de admiración: '¡Los malfabeoslEsos infelices no deben p¡eocuparnos mn(o. No es la ignorancia de lasmultirudes sino la falsa sabidu¡ia de los di¡ecrores lo que constituye laprincipal amenaza conrra el prograo nacion¿1", y remara ensegüida:"Porque los pueblos son lo que quieren que sea¡ sus daa dirigenres".

¡Buena democncia podria xentarsc sobrc los mencionados supues-tos! Y ésta constituye una de las verrientes del idea¡io educativo quedcbía criticar José Cados Mariátegui para desbrozer el pensmi€nroque lc pcrmitiae n precisando sus propias ideas.

V€rónica V:izquez Múrecón, organizádora del volrnen PoL"nicacduotiva n d Penl, siglo -tx, qu€ en Mo(ico publicó la Sec¡et¡¡ia deEducació¡ Pública en 1985, resume adecuadamenre el pensamienopcdagógico de Deutu oendo obsena: 'El c¡tedrárico mive¡s;rarioargumenra sobre la irutilidad de educar a las cla*s populres, aduciendo que €s más úúl la insrrucc;ón dc las capas dirigenres".

Y pcns* que algunos estudiosos llcgaron a considerar es¡s idecomo erpresién de lc coÚienres ¡humanisrasl, idealism. mripragmá-ticas y anriutiliraristas.

Por su p¡rte, Mdiáregui concluyc: "De esre modo, alos vicios originales dc la herencia espanola sc anadieron los cfccros de la influen'cia francesa que, en vrz dc venir a arenuar o co¡regir el conccpro li-rcrario y retórico de la enseñ¡n¡a rransmirido a Ia República por elVirreinaú, vho m:ís bicn a acenruarlo y complicaio"- Pero, entiénda¡e bien, cririca la influencia francesa del apirinulismo de moda,pero simulÍí¡e]meffe reiünd;ca los anrcccdenres de Ia RevoluciónFranccsa: "Con un vigor y una dccisión dccspíriru rcmarcables, Con-dorcer redamaba pm rodos los ciud¡d¡nos ¡odas las posibüdades dcinsrrucción, la graruidad de todos los grados, la triple cultua de las

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Dc t¡'Iüsrñcnin" r la R.fo¡Dá Univesita¡ia

faculedes físic¿s, incclec¡¡¡les y morales". Ésa era la propuesta de1792 dcsvinuada lucgo.

Mcrece menoonarse que los ejemplos aducidos por De¡:stua eranel de los nonea¡nericanos y el dc los argenrinos, y por cso mismo ob-servr 'El idel consisre en ua¡sforma¡ al Pcni en una nación como laArgenrina, con una capital llena dc palacios y de hombres de todas lasnacionalidades, con una producción asombrosa y con un ejérciro yuna armada capaces de imponer a los adversarios". Aparcnremente, laAgenrina mrnca habrla renido pmblemas para asimila¡ las oleadas dcinmigrantcs y su cstrucrua u¡bana csuba constituida sólo por pala-cios, sin inquilinaros ni "vill¡s miseria". Adcmás, no parcce haber ad-venido quc Ia argamasa <¡ue iba pcrmitiendo que el tejido social se tue-e consolid¡ndo, mJs que a las tuerzas armadas deblase a Ia pollticaeduc¿cional de r¿íz sarm;enri¡a.

Rccapitulemos con palabras del mismo Ma-riátegui;

'h Lr ¿apn ¿. ú"kü pr¿di.ú r tc¡r.6 aóño'. q', ,.drjo 1.,

'¿,t¿úc d k "útottkió"

¿. iit¡tu J t¿dnú iot¡a,,.itzm', .l

¿dor Dadu '"tFiar¿ L' End¿n ¿.1 iqo .'tíri¡' ¿ntblr¿nca,

ñi! o nt6 otum1,uk ¿. "tr¿lie"o

ma¿m'o. El ¿odü rilhni,

fon ¿ba ¿' a1 l¿,sr¿t. ?únirr¡¿ ¿ pfrt z,,t d¿ ci,n,u t,u'tr¿'

t. tor¿"¿a ¿a\olih.-l;¿t¿o.¡ot D¿úhü."rrnab,. b¿Jo tn ¡ñ¿r-

¿.no atiut'rürc t fiból;a ¿ J;.trhl "tu'¿dna I¿ n.núl¡¿zd

. t . t , . h | . " t . \ . , .1 , . . , . .¿ .1 - r ¿ . ,a . : ia¿ r . l .

Juzgamos que no scria osado suponer que Mariátegui, mientras lelatodas csas ambiciosas consideraciones sociopedagógicas, recordaríasicmpre las palabras de su prccunor lvfaruel C.o¡ác¿ l'nda, comoaquellas que se lcen en drerrrar i¡dios de 1904:

:)lg'tnú t ¿iro?,;, t:i¡¿tulo.ai l'r knd¿'lafti d, tr'r&¿\) r

;nbg,¡.", 4a ,¿i:.,ri' -' i)¿-hr k .¿iu¿"b ¿zl,.b"ibnr' t k

k"qn¿nDa "E¿h

¿¿ 8!ir: ,,1 rtd,n¿D ii 'n¡,r|¿¿ cn,'rtu, fdnl'r!ohü b¿iJ Lr' ,kri¿k. t¿.trL\. S; loJ t" l¡tjnttu Dl,¡zh'm¿

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Mdiátegui y la eduoción 237

"o la' aM.f¿ltcto' ,,Íi¿,rl¿\ d,ú,¿dñüt r,r1n"¿ na iólb úb¡."¿o

kú!.n¡ü¡ 'iru.o, ¿ifL,t¿t nr¿Án¿ioL ¿t bl ¿¿ltitdió

"o t!!,i'¿ ttkd¿¿o trdto: al lnl4¿r¡¿d¿ /¿ h' ig",r¿,tz' ;ú.¿¿'

ri.l ¿ ¿1 tot l,¿¿ritkr: ] áa.bE;

Hornb¡e de formación mplia e inquietudes políticai, Mariáregüino poüa dejar de tomr en comide¡ación los alcance de la recienteconsrirución de Weim¿r <¡ue, a su juicio,

'':c i¡úpíró n I¿ ,krtut¡¿ut ! ¿n k i¿loksía ¿¿ lo' ¿lóñMdoÁ un'

.o pitu! .L l¡ úwl¿ ¿L,ú,¿. EuLbaó h obltgda,id't4 y Iz gr*

h.idz¿ ¿. L ¿¿rc¿dór po?"h. ,ed ln .dd¿ ¿¿ )a ñas. ?ntunn ¿t

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De sus ¡nálisis de la realidad dcl sistema escolar, pe¡o sobie todo desus ¡eflexiones socioeconómicas integrales, ral cual apdecen expuestasen orros capíüJos de los S,.,a¿ msays lz intrrpraación dz la realidzd pe'zrra de sN obsery¡ciones críricas sobre Is ids educativas, comoalgum de la-s expuesras, de Ios mtecedenres europeos contcmporá-neos, erc., infie¡e Mariátegui la necesidad de ma polítia educacionalnacional, aba¡cadora, es dcci¡, que induya a toda la población, sob¡e to'do ai indio que, como él mjsmo lo recuc¡d¿ no co¡stituía una mi¡oríasino que cra la mayoría dc la población; y para esto exige una acuelarinica. r-as desigualdada que Má¡iftegüi considera injusas signifi-can un tuerre argumento a favor de ral escuela- 'l¡ idea de l¡ escuelaú¡iq apareda consurancial y solidaria con la idea de una democruciasocial", y reman.así su m¡mienro: "lns nifros deben. pues, ins-rruise junros en la escuela comunal; no debe haber escuelas de ricos yescuclar dc pobra". Si pedagógicamente es vilido preocuprse por t¿lz¡ las facultades humanas, no s menos legítimo sociológicmentedesvelarse por rodos los perumos, parece decnnos. Este ideario, seginFrankli¡ Pease, ieclama u¡a cduoción más relacio¡¿da co¡ el rraba'jo, así como con el valor educarivo de ésrc, considera asimismo quc cl

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cambio social colocará aI rnaesúo en el papel de constnctor de unanusa socicdad, rcv¿lumdo, Gnelnenrc, la cducación por el arte y replanteando la siruación social de la mujel.

Lo que lievanos dicho acerca de los prineros niveles educaiivos,cuya verdaden universalización considera irnposrergable para unaelecriva democnrización de la sociedad, se a¡ticul¡ debidarnente conlos superiores, pues, como obsena Mariátegui, "no existe un problemade la universidad independienre de un problema de la escuela prima,rir y secundaria. Exisre un problema de la educación pública que abatra todos sus compmimenros y comptende todos sus grados". Quedaasí a¡¡iculado el sistema y, por lo que aqui nos impona, insralada lacuesrión de la reforma universimria, cuyos postrJados esenciales ca¡acteriza en estos términos: "?nnero,la inter.vención de los ¿lumnos enel gobierno de lx uiversidada, y segando, cl Fncionamiento de cárc,dras libres, al lado de las ofrcials, con idénticos derechos, a cargo decnscñantcs de acreditada capacidad en la mareria"; es decir que sinre-riza en u párrafo lc coocluiones del Consrcso Inrernacional de Es,rud;nre. re¡ l i¿¡doen Mé\ico en le2l . que. ir¿ pu{o ú,cs.

Reroma cl cspíriru de la Relbrma Univeniraria de Córdoba (Argen,tina)¡ ciú repedda yece Alfredo I.. Palacios yotrosi utilize es. cuerpo docrrinario para analizar, siempre con eÍvidia-ble penetración cririca, en qué condiciones se desennelve la universi-dad penma de su época, quc él juga bu¡ocr¿riz:da, ernpobrecidacientíficr y espirirualmenre, enrorpecida cn su tuncionanienro porolig:rrquias conservador.rs (a¡í l¡s llam¡) resistentes a údo cstuero deacü¡liación o mbio, des'inculada de las necesidades, intereses y c-piraciones del Perú (por lo nenos tal como él los inrerprcra) ¡ parapeor, agob;ada por tucrrcs rcsabios coloniales.

Recuerda N{uiáregui algunos mrcccdences de trus¡radas modifi-cacio¡cs; así el discurso académico de Javier Prado (1894) sobrc "Elestado sodal del Peni duranrc la dominación española", que repuraprudenre y equilibrado: luego otro discurso rmbién acad¿¡r;co deM:rruel Vicenre Vi dár sobr. ls profcsioncs liberales, esta vez del

De l¡'I]únción" ¿ lá Refomr Univc$it¡¡i¡

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Mariát%ui y la dtu€ción 13t

año 1900, que juzge ponderado, y otros que califrca con érminos másduos. Dc todos modos, cu¡ndo stalló la c¡isis d€ 1919 se marrrcúlaun 'Visible desequilibrio ent¡e el nivel de l¡ cáted¡a y el avance generalde nuesrra cutru¡a'. l¡s años siguienrs ¡o tucron favorables para la re-forma v la crisis se hacia presente en tod¡¡ lc faculedes. Contra iasorienraciones elirisras opone "el ejemplo de Mexico, país que, comodice Pedro Hemíquez Urena, no entiende hoy la cultura a la mmeradel siglo xx". Y cita esros conceptos del gran humanista dominicmotomados de un hoy célebre ensayo, "l: uropía de Amérie". Vale la pe-na transcribirlo en extenso, cs decir, todo el fngmento que reproduceMriáreeui:

''¡b e lifl:d .r k a¡ra¿ trta'"¿ ¿" 1.1 ¿p.ú ¿¿l .qn¿l ¿iútú

da d¿ libü,.tt,t., ,alh¡r.l ,1¿ ¿ileanre! 6.1$n,ir.6. hrútr .¿|do

¿ú¿t v ¿túan fúcr a.¡t.ñ!¿t. nn" ¿¿ ,L'/ft ¿on¿. r sQrd¿ha 11 .i.".il )n"¿t¿ ¿k loj tsto' s. pi¿,,, a Ir c'l'uú ro.ial, al;t

.¡¿¿ .t ¿tdr ,.¿h,."t ¿ ¿!t! | fuüLui¿ ., ¿ ral,4a: ¿?tc,¿?r d N

ila ¿pa,¿a. ¿ nú,ft 'i|o iouah"ún¿ .1t".tu a lr¿¿r a, ¿t¿[,¿

L¿tt, ¿h¿ dlr'rn, püttu¿ !1i itL,t | ¿l¡¡"-,,1. tld¿,.,,¡¿ dlút

H$ra aqui los co¡cepros de don Pedro Heríque Urcña que Ma-riátcgui remata con este inrerogarre "¿Neccsiro decir que susoibo ro-talmente est€ concepto en abierto co¡flicro con el pensamienro detdoctor Deu¡tua?"

Nos hemos visro forzados a desequilibrar esre rexto presrándolemucho más ¡tención a lc ide* educarivas del A¡nauta vinculadascon la ens€ñanza primaria; desatendemos la univefsiraiia por dosmorivos: ha sido muchlsimo más estudiada y juzgo que aquí la ofiginalidad es mcnor. De rodos modos, un ensar.o abrcador requeri-¡ía analizar sus ideas sob¡e la eduqción v la mujer, la formación delos maesros y la agrcmiación docenre, l¿¡ unircrs;dades populares, lasbibliotecas y la acrn'idad edirorial, erc. Pero hay además un capítulosobres¡lienre: sú opiniores sobre la relación enrre educación y rabajo, que co¡sideramos llminosu y muy.dignas de ser repensadas ho¡

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en visperas de una nuevi y revolucion¡ria divjsión dcl rrabajo entre lospaísa y dotro de los paísa.

Protundas m¡sformaciona políticas, sociales, económic, ¡ecno-lógicrs y cultuala ha regisuado cl plancta duranre las rltimas sietelarg:s décadas que nos separu de la fecha dc la muerre de José C:ulosMariátegui. En ese lapso los sistem eduq¡vos, su esrrucrura, sustunciones, sus objeños, han sufrido --cieno * profindff modifica-cio¡es. Pcse a cllo su pensamiento conserva su lomia y nos planreadesaffos concepmalc, por eienplo, acerca de qué debe entenderse pordemocratización de la enseñanza. Su ügencia en muchos senridos sor-prende, y esto explica que sig constituyendo un jalón en la hisrodadel pensmienro cridco y creador preocupado por el dsti¡o de nues-tra Amério y lo sinia en un lugar privilcgiado entre la memoria y elftrtu¡o.


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