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I DOMINGO DE ADVIENTO

Date post: 10-Mar-2016
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Author: carlos-cano
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En nuestro itinerario del año de la fe hemos de revisar sobre nuestra adhesión personal a Dios y como aprovechamos este tiempo de gracia para renovar las razones por las que estamos unidos al Dios que se hizo hombre. En el credo niceno-constantinopolitano rezamos y decimos que creemos en que el maestro: está sentado a la derecha del padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. En este primer Dominica del tiempo de espera al niño de Belén se nos pide estar preparados y atentos a los signos de los tiempos que interpretados correctamente nos abren los ojos para reconocer la llegada del Mesías, su regreso entre las nubes del cielo por eso “Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”. (cfr. Lc 21,28) ¿Cómo nuestra fe nos ayuda en la esperanza de la llegada de Jesús? ¿Cómo en este adviento renovar nuestra fe por medio de la venida liberadora de cristo salvador y juez?
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  • I DOMINGO DE ADVIENTOI DOMINGO DE ADVIENTOI DOMINGO DE ADVIENTOI DOMINGO DE ADVIENTO

    La fe nos responde la pregunta: Por qu debemos estar alertas La fe nos responde la pregunta: Por qu debemos estar alertas La fe nos responde la pregunta: Por qu debemos estar alertas La fe nos responde la pregunta: Por qu debemos estar alertas vigilando?vigilando?vigilando?vigilando?

    En nuestro itinerario del ao de la fe hemos de revisar sobre nuestra adhesin

    personal a Dios y como aprovechamos este tiempo de gracia para renovar las razones

    por las que estamos unidos al Dios que se hizo hombre. En el credo niceno-

    constantinopolitano rezamos y decimos que creemos en que el maestro: est sentado a

    la derecha del padre; y de nuevo vendr con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su

    reino no tendr fin. En este primer Dominica del tiempo de espera al nio de Beln se

    nos pide estar preparados y atentos a los signos de los tiempos que interpretados

    correctamente nos abren los ojos para reconocer la llegada del Mesas, su regreso

    entre las nubes del cielo por eso Cuando comience a suceder esto, tengan nimo y

    levanten la cabeza, porque est por llegarles la liberacin. (cfr. Lc 21,28) Cmo

    nuestra fe nos ayuda en la esperanza de la llegada de Jess? Cmo en este adviento

    renovar nuestra fe por medio de la venida liberadora de cristo salvador y juez?

    Dentro del antiguo testamento dentro de la historia del pueblo de Israel, de su relacin

    con Dios por medio de las alianzas hechas por el bajo la gua de la tora; siguiendo sus

    mandatos donde el padre eterno esta siempre invitando al pueblo para obtener su

    favor (cfr. Ex 13,10; Lv 8,35; Dt 4, 1.6;28,13) donde comprendemos que l est cerca

    de los que lo invocan, de todos los que lo invocan con sinceridad (cfr. Sal 145,18) esta

    es la premisa que tienen los que vigilan, esperan solo en l, su persona y su mensaje,

    el pueblo de Israel durante su travesa por el desierto esperando la llegada a la tierra

    prometida, recompensa a su observancia de la ley del seor Yo voy a enviar un ngel

    delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he

    preparado (cfr. Ex 23,20) el pueblo que espera en el seor nunca est abandonado,

    este con fe en la gloria del brazo del seor lo espera unido a la fe basada en el paso del

    seor por su historia, donde se muestra la necesidad de tener una atencin especial

    en la manifestacin de Dios.

  • El nuevo testamento nos ilustra acerca del vigilar en una perspectiva ms encaminada

    a la parusa del maestro, y de vigilar acerca de los elementos que puedan alejarnos del

    camino correcto en la vigilancia de la llegada del seor a la que no conocemos ni el da

    ni la hora ante la necesidad de vigilar y esperar con esperanza es imperante (cfr. Mt

    24,42; 25,13) Dios nos da la fe como sostn para mantener esta guardia en la que el

    maestro mismo nos ha asegurado: dentro de poco ya no me veris pero dentro de otro

    poco me volvern a ver (cf. Jn16,16) el hombre que no espera a Dios, que no busca

    alimentado por la fe un encuentro que le ayude a transformar el mundo hundido en la

    desesperanza pasa la vida como un devenir sin una verdadera razn de existir, en esta

    lnea nos dice el papa Benedicto: el hombre separado de Dios se reduce a una sola

    dimensin, la dimensin horizontal, y precisamente este reduccionismo es una de las

    causas fundamentales de los totalitarismos que en el siglo pasado han tenido

    consecuencias trgicas, as como de la crisis de valores que vemos en la realidad

    actual.

    Por eso ante la vigilancia que nos exige el adviento como preparacin al

    acontecimiento que en la gruta de Beln Felices los servidores a quienes el seor

    encuentra velando a su llegada! Les aseguro que l mismo recoger su tnica, los har

    sentar a la mesa y se pondr a servirlos. (cf. Lc 12,37) el que espera con confianza

    recibe con gran alegra, con fe para si poder salvarnos y entrar en el gozo de la patria

    celestial donde l nos espera y nos tiene preparada una morada, los discpulos

    esperamos al seor para que instaure su reino definitivamente, pues unidos en la

    peticin del padre nuestro se lo rogamos recurrentemente, en este camino de adviento

    debemos reconocer en el proceso de renovacin de fe seguir la exhortacin del papa:

    Deseamos que este Ao suscite en todo creyente la aspiracin a confesar la fe con

    plenitud y renovada conviccin, con confianza y esperanza. (cfr. PF 9)

    Por qu vigilar su llegada? Cmo reconocer en tantos hechos actuales las seales

    de la inminente llegada del reino de los cielos? Pues l nos dijo: Vendr el tiempo en

    que ustedes desearn ver uno solo de los das del Hijo del hombre y no lo vern. (cfr.

    Lc 17,22) l nos pide vigilar su llegada no bajo nuestras exigencias ni la de anuncios

    de falsos profetas (cf. Lc 21,8) que venden un anuncio sensacionalista que no va con

    la pedagoga divina y solo alimenta intereses bajos y mezquinos pues El Reino de Dios

    no se producir aparatosamente ni se dir: vedlo all o all. Porque el Reino de Dios

    ya est entre vosotros (cfr. Lc 17,20-21) el reino de Dios cristo mismo no vino con

    grandes pompas, no fue estrepitoso su nacimiento; el que vino a atestiguar la verdad

    se presenta de forma silenciosa y humilde resaltando lo que hizo difcilmente a

    comprender a sus discpulos y atestiguo ante Pilato: mi reino no es de este mundo

    (cf. Jn 18,36) por esto muchos de nosotros se nos dificulta ver al seor, no lo hemos

    conocido a fondo, queremos verlo pero no podemos hasta que no despojemos de todo

    inters que no sea el del amor de nuestra vida, por eso unnimes le pedimos

    aumntanos la fe (cf. Lc 17,5) solo con la fe, una adhesin a Dios podremos creer

    sinceramente que l subi al cielo, y est sentado a la derecha del Padre; y de nuevo

    vendr con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendr fin. (Credo de

  • Nicea-Constantinopla) y esperarlo sobre cualquier cosa, interpretando a la luz de la fe

    todo cuanto pasa como camino de discernimiento para el nacimiento verdadero de

    cristo en mi corazn, pues nos dice el papa Benedicto XVI: Sera de gran utilidad, a

    tal fin, promover una especie de pedagoga del deseo, tanto para el camino de quien an

    no cree como para quien ya ha recibido el don de la fe. Una pedagoga que comprende al

    menos dos aspectos. En primer lugar aprender o re-aprender el gusto de las alegras

    autnticas de la vida. No todas las satisfacciones producen en nosotros el mismo efecto:

    algunas dejan un rastro positivo, son capaces de pacificar el alma, nos hacen ms

    activos y generosos. Otras, en cambio, tras la luz inicial, parecen decepcionar las

    expectativas que haban suscitado y entonces dejan a su paso amargura, insatisfaccin

    o una sensacin de vaco. Reconozcamos pues porque es el deseo y la felicidad en este

    tiempo, porque vigilamos, esperamos con ansia la llegada del nio dbil envuelto en

    paales y acostado en un pesebre.

    Lucas en el evangelio de esta dominica nos resalta un hecho fundamental en la

    vigilancia en esperanza del seor, l nos dice: estad en vela, pues, orando todo el

    tiempo para que tengis fuerza, logris escapar y podis manteneros en pie ante el hijo

    del hombre (cfr. Lc 21,36) en el huerto de los olivos se nos ilustra de una forma ms

    acertada esta unidad entre oracin y gilacia en relacin al advenimiento del seor:

    Entonces les dijo: Mi alma siente una tristeza de muerte. Qudense aqu, velando

    conmigo, Despus volvi junto a sus discpulos y los encontr durmiendo. Jess dijo a

    Pedro: Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una

    hora? Estn prevenidos y oren para no caer en la tentacin, porque el espritu est

    dispuesto, pero la carne es dbil (cfr. Mt 26,38.40-41) el esperar al seor, y verlo nos

  • implica a cada uno de nosotros poner todo nuestro ser en esta empresa, no dejarnos

    distraer por cosas sin importancia trascendente, que el adviento y ms concretamente

    la navidad nos permita profesar de nuevo nuestra fe de un modo ms profundo y

    arraigado totalmente nuevo, sin dormirnos en nuestra fe y dejar que se vuelva dbil y

    fuerte ante las tentaciones y las propuestas que me alejan del puesto de vigilancia que

    tengo como parte del proyecto redentor de Dios en el mundo.

    El mundo de hoy necesita replantearse estas interrogantes pero ms la iglesia

    interrogndose acerca de su futuro, con un ser humano que no necesita que le hablen

    de Jess sino que le dice a la comunidad de discpulos: Queremos ver a Jess (cfr.

    Jn 12,21) ms aun nos encontramos con personas totalmente indiferentes a la

    persona y el mensaje de cristo, de su iglesia presencia de Dios mismo. El papa

    Benedicto nos dice en esta lnea mientras en el pasado era posible reconocer un

    tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y

    a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya as en vastos sectores de la

    sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a michas personas (cfr. PF

    2).

    Por eso se hace necesario que Volvamos a preguntarle: maestro dnde vives? Como

    poder seguirlo a su morada, poder ir a su casa y quedarnos con l, (cf. Jn 1,39)

    reconocer como l nos vuelve a decir a cada uno de los seres humanos que creen en el

    qu buscis? (cfr. Jn 1, 38) que necesitas para que vengas a buscarme? Ante el

    contexto actual reconozcamos que el maestro siempre dispuesto a acogernos, pero

    debemos a la hora de seguirle a su casa saber porque lo estamos siguiendo que

    buscamos. No solo debemos ver a Jess solo como una solucin a nuestros

    problemas sino una fuerza incalculable que nos viene de la cruz como sendero ante

    los problemas e interrogantes de la vida; la fe esa esperanza que pone a Dios como

    centro y culmen de nuestras existencias, como ese puente necesario para la relacin

    con un padre creador que nos ama y nos invita a comprenderlo a profundidad, la

    iglesia fiel custodia del mensaje del maestro no es perfecta porque como cuerpo

    mstico de cristo no es de perfectos porque cristo vino a llamar a pecadores, hacer ver

    la belleza y la alegra de seguir a cristo es un compromiso de la nueva evangelizacin,

    mostrar al ser humano que la propuesta de cristo no quita libertad ni impide mi

    realizacin, es un llamado a la trascendencia, al encuentro con Dios de descubrir el

    sentido de mi existencia, como dice san Agustn: nos creaste para ti y nuestro

    corazn anduviera inquieto, hasta que no descanse en ti el ser creyente, el ser clula

    viva en la iglesia debe ser un convencimiento de ser escogido por Dios antes de nacer:

    Antes de formarte en el vientre materno, yo te conoca; antes de que salieras del seno,

    yo te haba consagrado, te haba constituido profeta para las naciones (Jr 1,5) por eso

    a los apstoles no se quedaron mirando al cielo en la ascensin transmitieron esa

    inquietud y promovieron el vigilar la llegada del seor con el auxilio del espritu santo

    por eso el resucitado: Al decirles esto, sopl sobre ellos y aadi: Reciban el Espritu

    Santo. (Jn 20, 21-22) aqu quiero resaltar un elemento: la accin de Jess de exhalar

    su aliento sobre los apstoles, l les da su fuerza, les inicia en su misin, les confa,

  • nos confa la misin que le fue dada a l por el padre, nos enva, el espritu santo es

    quien nos lanza a la misin, nos hace libres, nos da un nuevo sentido y una nueva

    tarea en el mundo, hoy en el contexto de misin continental iniciada por los obispos

    en aparecida en 2007, y que busca una renovacin de la iglesia debe ver en la accin

    de Jess de exhalar sobre sus discpulos, de darles su aliento la lnea de accin para

    mostrar hoy la belleza de la fe a los alejados, cuando l venga, probar al mundo

    dnde est el pecado, dnde est la justicia y cul es el juicio. El pecado est en no

    haber credo en m. (Jn 16, 8-9) cuando de verdad recibimos el espritu santo

    tenemos una conciencia nueva, una conciencia crtica, una hambre de cambiar el

    mundo, que solo se sacia instaurando el reino de Dios

    Roguemos pues a Mara madre que supo vigilar con fe en su vientre como el autor de

    la vida llego para darnos vida y drnosla en abundancia, ella al aceptar el mensaje

    divino, se convirti en Madre de Jess, y al abrazar de todo corazn y sin

    entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvfica de Dios, se consagr totalmente

    como esclava del Seor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al

    misterio de la redencin con El y bajo El, con la gracia de Dios omnipotente. Con razn,

    pues, piensan los Santos Padres que Mara no fue un instrumento puramente pasivo en

    las manos de Dios, sino que cooper a la salvacin de los hombres con fe y obediencia

    libres. Como dice San Ireneo, obedeciendo, se convirti en causa de salvacin para s

    misma y para todo el gnero humano (cf. LG 56.) ormosle confiadamente que con

    nuestras oraciones hacamos fuerte la vigilancia en la espera de su hijo, que ante el

    pesebre nos preparemos para comprender como el amor de Dios es tan grande.

    + Carlos Arturo cano Ospina.+ Carlos Arturo cano Ospina.+ Carlos Arturo cano Ospina.+ Carlos Arturo cano Ospina.

    AO DE LA FE.AO DE LA FE.AO DE LA FE.AO DE LA FE.


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