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II Domingo de Pascua-homilía- Domingo del Buen Pastor

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILA

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    GLORIA IESU IN MARA!

    Estimados lectores del Rincn Litrgico:

    Ofrecemos a continuacin una seleccin de textos para ayudar a prepararla liturgia del domingo segn la forma extraordinaria del Rito Romano.

    La liturgia de este domingo II de Pascua nos presenta el Evangelio aNuestro Seor Jesucristo como el Buen Pastor que con su encarnacin havenido a buscar a la oveja perdida, con su pasin y muerte nos haliberado del peligro del pecado y de la muerte, y con su resurreccin nosha devuelto al redil de los hijos de Dios al que no tenamos acceso por elpecado de nuestro primeros padres.

    La Epstola (1 Pe 2, 21-25). El apstol recuerda que las heridas deCristo nos han curado. ramos ovejas descarriadas, y hemos vuelto

    al pastor y gua de nuestras almas.El Evangelio (Jn10, 11-16). En el discurso del Evangelio, Jess seidentifica con la figura del Pastor, no un simple asalariado. Cadauna de sus vejas le importa y da la vida por ella.

    Esperamos que el material ofrecido os sirva para la preparacin de lahomila; y tambin para vuestra meditacin y enriquecimiento espiritual.

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    TEXTOS DE LA SANTA MISAIntroito. Salm. 32.5-6,1 .- Toda la tierra estllena de la misericordia del Seor, aleluya; lapalabra del Seor ha hecho los cielos,aleluya, aleluya. Salmo.-Regocijaos, justos,

    en el Seor; a los rectos de corazn convienealabarle, V/. Gloria.

    Colecta.- El abatimiento del hijo levanta almundo. Al entregarse Jess para la salvacinde los que le ha confiado su Padre, se revelacomo el verdadero pastor prometido por Diosa su pueblo. Oh Dios!, que con la humillacinde tu Hijo has elevado al mundo abatido:concede a tus fieles perpetua alegra, para

    que hagas gozar de una felicidad sin fin a losque libraste de caer en la muerte eterna. Porel mismo Seor nuestro.

    Epstola. 1 Pdr.2.21-25.- San Pedro aplica aJess, cuyas heridas no han curado, laprofeca del profeta Isaas sobre el Mesaspaciente. Carsimos: Cristo tambin padecipor nosotros, dndoos ejemplo para quesigis sus huellas. l no cometi pecadoalguno, ni se hall engao en su lengua; l,cuando le maldecan, no maldeca; cuando leatormentaban, no amenazaba, antes se ponaen manos del que le sentenciabainjustamente; l llev la pena de nuestrospecados en su cuerpo sobre el madero, a finde que muertos a los pecados, vivisemospara la justicia; por sus llagas fuisteissanados. Andabais como ovejasdescarriadas, mas ahora os habis convertidoal Pastor y custodio de vuestras almas.

    Aleluya.- Aleluya, aleluya, V/. Conocieron los

    discpulos al Seor al partir el pan.Aleluya, V/. Yo soy el buen Pastor, conozcomis ovejas, y las mas me conocen a m,aleluya.

    Evangelio. Juan 10.11-16.- Yo conozco misovejas; es decir, las amo -aclara sanGregorio-. Y mis ovejas me conocen. Meaman y me siguen. Ahora bien, hermanos:mirad a ver si realmente sois vosotros de susovejas, si le amis, si le segus. Homila de

    maitines. En aquel tiempo: Dijo Jess a los

    fariseos: Yo soy el buen Pastor. El buenPastor da su vida por sus ovejas. Pero elmercenario, el que no es pastor propio, comono son suyas las ovejas, en viendo venir al

    lobo, desampara las ovejas y huye, y el lobolas arrebata y dispersa el rebao; elmercenario huye, porque es asalariado y notiene inters en las ovejas. Yo soy el buenPastor, y conozco mis ovejas, y las mas meconocen a m, as como me conoce a m miPadre y yo conozco a mi Padre. Yo doy mivida por mis ovejas. Tengo tambin otrasovejas que no son de este aprisco, las cualesdebo recoger; y oirn mi voz, y se har unsolo rebao y un solo pastor. Credo.

    Ofertorio. Salm. 62.2,5 Seor, Dios mo tebusco desde la aurora; yo levanto mis manosinvocando tu nombre, aleluya.

    Secreta.- Confiranos siempre, oh Seor!,esta oblacin santa una bendicin saludable afin de que produzca realmente el efecto delmisterio que representa. Por nuestro Seor.

    Prefacio de Pascua.- En verdad es digno yjusto, equitativo y saludable, que en todotiempo, Seor, te alabemos; pero con msgloria que nunca en este tiempo en que se hainmolado Cristo, nuestra Pascua. El cual es elverdadero Cordero que quit los pecados delmundo y que, muriendo, destruy nuestramuerte, y, resucitando, repar nuestra vida.Por eso, con los ngeles y los Arcngeles,con los Tronos y las Dominaciones, y contoda la milicia del ejrcito celestial, cantamosun himno a tu gloria, diciendo sin cesar:Santo.

    Comunin. Juan 10.14.- Yo soy el buenPastor, aleluya; y conozco mis ovejas y lasmas me conocen a m, aleluya, aleluya.

    Poscomunin. Te pedimos, oh Diostodopoderoso! Nos concedas que, habiendorecibido la gracia de tu vivificacin, podamossiempre gloriarnos de conservar este dondivino. Por nuestro Seor Jesucristo.

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    TEXTO ICATENAE AURAE

    (almudi.org)

    San Agustn, in Joanem tract 46 et 47.- El Seor nos descubre dos cosas, que noshaba propuesto en cierto modo encubiertas. Nosotros sabemos desde un principioque El mismo es la puerta; ahora nos ensea que es pastor, por estas palabras: "Yosoy el buen pastor". Ms arriba nos haba dicho que el pastor entraba por la puerta.Si, pues, El mismo es la puerta, cmo entra por s mismo? As como El por smismo conoce al Padre y nosotros le conocemos por El, de la misma manera Elentra en el redil por s mismo y nosotros entramos all por El. Nosotros, porquepredicamos a Cristo entramos por la puerta. Pero Cristo se predica a s mismo;porque su predicacin le muestra a El mismo, muestra la luz y otras muchas cosas.Si aquellos que presiden la Iglesia, que son sus hijos, son pastores, cmo es que

    no hay ms que un solo pastor sino porque todos aquellos son miembros de unsolo pastor? Y en verdad el ser pastor lo concedi a sus miembros; pues Pedro espastor, y los dems Apstoles son pastores, y todos los buenos obispos sonpastores. Pero la prerrogativa de ser puerta no la concedi a ninguno de nosotros;la reserv para s solo. No habra aadido a la palabra pastor la cualidad de bueno,si no hubiera pastores malos; ellos son ladrones y salteadores, o por lo menosmercenarios.

    San Gregorio, in Evang hom 14.- El aade la manera de ser del pastor bueno, paraque nosotros le imitemos. "El buen pastor da su vida por sus ovejas". Hizo lo que

    aconsej, manifest lo que mand, dio su vida por sus ovejas, para hacer de sucuerpo y de su sangre un sacramento para nosotros y para poder saciar con elalimento de su carne a las ovejas que haba rescatado. Se nos puso delante elcamino del desprecio de la muerte, que debemos seguir, y la forma divina a la quedebemos adaptarnos. Lo primero que debemos hacer es repartir generosamentenuestros bienes entre sus ovejas, y lo ltimo dar, si fuera necesario, hasta nuestramisma vida por estas ovejas. Pero el que no da sus bienes por las ovejas, cmo hade dar por ellas su propia vida?

    San Agustn, in Joanem tract 47.- Mas esto no lo hizo slo Cristo; y sin embargo, siaquellos que lo hicieron son miembros de su redil, El fue el nico que hizo estas

    cosas, porque El lo pudo hacer sin ellos, pero ellos no pudieron hacerlo sin El.

    San Agustn, De verb dom. Serm 50.- Sin embargo, todos los pastores fueronbuenos, no solamente porque derramaron su sangre, sino porque la derramaronpor las ovejas; pues no la derramaron por orgullo, sino por caridad. Los mismosherejes que por sus iniquidades y sus errores sufrieron algunos trabajos, se jactancon el nombre del martirio, cubrindose con esta capa para robar ms fcilmente,porque son lobos. No de todos aquellos que entregaron sus cuerpos al martiriodebe decirse que derramaron su sangre por las ovejas, sino ms bien contra lasovejas, pues dice el Apstol: "Si entregare mi cuerpo para ser quemado y no tuviere

    caridad, nada me aprovecha" ( 1Cor 13,3). Cmo ha de tener siquiera sea unacentella de caridad, aquel que formando parte de la comunin cristiana no ama la

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    unidad? Recomendando elSeor esta unidad, no quisonombrar muchos pastores,sino uno solo, diciendo: "Yosoy el buen Pastor".

    Crisstomo, in Joanem hom59. -Hablaba adems el Seorde su pasin, enseando quehaba venido al mundo por lasalvacin del hombre y nocontra su voluntad. Despusvuelve a indicar las sealesque distinguen al pastor delmercenario: "Mas el asalariado

    y que no es el pastor, del queno son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye".

    San Gregorio, ut supra.- Hay muchos que con razn no merecen el nombre depastor, porque prefieren la recompensa terrestre a las ovejas. No puede llamarsepastor, sino mercenario, aquel que apacienta las ovejas del Seor por unarecompensa pasajera y no por un amor ntimo; es mercenario el que ocupa el lugardel pastor, pero no busca el bien de las almas, desea con ansia las comodidades dela tierra, y se alegra con los honores de la prelaca.

    San Agustn, De verb Dom. Serm 49.- Busca otra cosa en la Iglesia, no busca a

    Dios; pues si buscase a Dios sera casto, porque el esposo legtimo del alma esDios. El que busca en Dios otra cosa fuera de Dios, no busca a Dios castamente.

    San Gregorio, ut supra.- Si es pastor o mercenario, no puede conocerse con verdadsi falta ocasin; porque en tiempo de tranquilidad, lo mismo el verdadero pastorque el mercenario estn solcitos vigilando su rebao; pero cuando viene el lobodemuestra cada uno con qu espritu velaba sobre el rebao.

    San Agustn, ut supra.- El lobo es el diablo y los que le siguen; porque dicho est( Mt 7,15) que vestidos de piel de ovejas, son por dentro lobos rapaces.

    San Agustn, in Joanem tract 46.- He aqu que el lobo coge a la oveja por lagarganta; el diablo induce al adulterio al alma fiel; debe rechazrsele, perorechazado, ser enemigo, pondr asechanzas, har tanto mal cuanto pudiere. Tecallas, no le increpas; has visto venir al lobo y has huido; permaneciste con elcuerpo, huiste con el nimo, porque el alma se mueve por los sentimientos,ensanchndose con la alegra, constrindose por la tristeza, marchando por eldeseo y huyendo por el temor.

    San Gregorio, ut supra.- El lobo se arroja tambin sobre las ovejas cuando unhombre injusto y ladrn oprime a los fieles y humildes; pero el que pareca pastor

    y no lo era, abandona las ovejas y huye, no atrevindose a resistir a la injusticia enel momento en que ve el peligro, y huye, no mudando de lugar, sino dejando de

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    acudir con el socorro. El mercenario no presta su auxilio en ninguno de estospeligros, y mientras busca sus comodidades exteriores, deja que por abandono elrebao sufra prdidas interiores. "Pero el mercenario huye", etc. Una sola raznhay para que el asalariado huya: porque es asalariado; como si dijera: no puedemantenerse firme cuando estn en peligro las ovejas el que gobierna las ovejas, no

    por amor a ellas, sino por una ganancia terrenal, y por tanto, tiembla si se exponeal peligro de perder lo nico que ama.

    San Agustn, ut suprA.- Si los Apstoles fueron pastores y no mercenarios, cmoes que huan cuando se vean perseguidos? Siguiendo el consejo del Seor( Mt 10,23): "Si os persiguieren, huid". Llamemos, que no faltar quien abra.

    San Agustn, Ad Honoratum epist 180.- Huyan, pues, de ciudad en ciudad, todoslos siervos de Cristo, los ministros de su palabra y de su sacramento, cuandoalguno de ellos en particular es buscado por sus perseguidores, a fin de que la

    Iglesia no sea abandonada por los que no son perseguidos del mismo modo. Perocuando el peligro es comn a todos, a obispos, a clrigos y seglares, los que estnnecesitados del auxilio de otros no sean abandonados por aquellos cuyos auxiliosnecesitan, o que todos pasen a sitios seguros, o que aquellos que tienen el deber depermanecer no sean abandonados por los que tienen el sagrado ministerio de laIglesia. Entonces es cuando los ministros de Cristo, a la vista de la persecucin,deben huir de los lugares en donde no han dejado un pueblo que tenga necesidadde un ministerio, o cuando ese mismo ministerio, tan necesario, puede serdesempeado por otros que no tienen el mismo motivo para huir. Pero cuando elpueblo permanece y los ministros huyen, no es sta una huida inexcusable depastores mercenarios que no tienen cuidado alguno de las ovejas?

    San Agustn, in Joanem tract 46.- Los pastores buenos se llaman puerta, portero,pastor y ovejas; y los malos, ladrones y salteadores, asalariados, lobo.

    San Agustn, De verb Dom. serm. 49.- Debemos amar al pastor, precavernos delladrn y tolerar al mercenario. El mercenario es til en tanto no vea al lobo, alladrn o al salteador, pues apenas le ve, huye.

    San Agustn, in Joanem tract 46.- Ni se llamara mercenario si no recibiese la pagade aquel a quien sirve. Los hijos esperan con paciencia la herencia del padre; el

    mercenario desea con ansia y con presteza la retribucin temporal de su trabajo. Ysin embargo, por sus palabras unos y otros difaman la divina gloria de Cristo; supalabra es daosa haciendo el mal, no predicando el bien. Coged el racimo, huid delas espinas; porque a veces el racimo que nace de la vid est pendiente de lasespinas. As, muchos buscando en la Iglesia bienes temporales, predican a Cristo ypor ellos es oda la voz de Cristo, y la siguen las ovejas, pero no al mercenario, sinoa la voz del pastor por medio del mercenario.

    Crisstomo, in Joanem hom 59.- Ms arriba el Seor dio a conocer dos clases deamos malos: uno que roba, mata y saquea; otro que no impide el mal, dando aconocer en el uno a los sediciosos, y confundiendo con el otro a los maestros de

    los judos, que no tenan celo alguno por las ovejas que les estaban encomendadas.Pero Cristo se distingue de unos y de otros; de los que haban venido para hacer

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    dao, se distingue por estas palabras ( Jn 10,10): "Yo he venido para que tenganvida", y de los que desprecian las rapias de los lobos se diferencia diciendo, "queda su vida por sus ovejas". Y como conclusin de todo, aade ( Jn 10,11): "Yo soy el

    buen Pastor", pero como que ya haba dicho que las ovejas oyen la voz del pastor yle siguen, para que nadie pueda preguntarle: Qu dices, pues, de los que no creen

    en ti? El aade: "Y conozco a mis ovejas", etc. Que es lo mismo que San Pablo dijopor estas palabras ( Rom 11,2): "El Seor no rechaz a su pueblo, que habapredestinado".

    San Gregorio, in Evang. Hom 14.- Como si dijera claramente: Yo amo a mis ovejas,y ellas, obedecindome, me aman, porque el que no ama la verdad, todava noconoce.

    Tefilacto.- De aqu puedes deducir y conocer la diferencia entre el asalariado y elpastor; pues el asalariado no conoce a las ovejas porque las visita raras veces; mas

    el pastor conoce sus propias ovejas por la solicitud y cuidado que tiene por ellas.Crisstomo, ut supra.- Por otra parte, para que no creasque es igual el conocimiento de Cristo y el de las ovejas,aade en seguida: "Como el Padre me conoce, asconozco yo al Padre", como si dijera: le conozco tanntimamente como El me conoce a m. Aqu hay paridadde conocimiento; all no. Y aade: "Y pongo mi vida pormis ovejas".

    San Gregorio, ut supra.- Como si dijera claramente: Esta

    es prueba de que conozco al Padre y de que soyconocido por el Padre; que pongo mi vida por misovejas, esto es, esa misma caridad con que muero pormis ovejas es un testimonio del amor con que amo alPadre.

    Crisstomo, ut supra.- Dice esto tambin paraensearnos que no es un impostor, porque tambin el Apstol cuando quisoprobar contra los falsos apstoles que l era el verdadero maestro, sacargumentos de los mismos peligros y de las muertes que le haban amenazado.

    Tefilacto.- Los seductores, en efecto, no expusieron su vida por las ovejas, sinoque, como mercenarios, abandonaron a aquellas que les seguan. Mas el Seor, paraque no fueran presos, dijo ( Jn 18,8): "Dejad ir a stos".

    San Gregorio, ut supra.- Como que El haba venido no solamente para rescatar aJudea, sino tambin a la gentilidad, aade: "Tengo tambin otras ovejas que no sonde este aprisco".

    San Agustn, De verb Dom. serm. 50.- Se diriga al primer rebao, que era, por lasangre, de la raza de Israel, pero haba otros rebaos que pertenecan por la fe a

    ese mismo Israel. Estaban fuera, diseminados en medio de las naciones; estabanpredestinados, pero an no estaban congregados. No son, pues, de este rebao,

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    porque no son por la sangre de la raza de Israel. Pero ms tarde pertenecern aeste redil: "Es necesario que yo las traiga", etc.

    Crisstomo, ut supra.- El muestra dispersos a los unos y a los otros y sin tenerpastor: "Y oirn mi voz". Por qu os admiris cuando digo que stos han de

    seguirme y han de or mi voz cuando veis que otros me siguen y la oyen? Despuspredice la unin futura de unos y otros, diciendo: "Y ser hecho un solo aprisco",etc.

    San Gregorio, ut suprA. -El ha hecho de dos rebaos un solo redil, reuniendo en sufe al pueblo judo y al gentil.

    Tefilacto.- Porque todos tienen una misma seal, el bautismo; un solo pastor, elVerbo de Dios. Spanlo los maniqueos: que el Nuevo y el Antiguo Testamento notienen ms que un solo pastor y un solo redil.

    TEXTO IICRISTO PASTOR Y LOS PASTORES DE SU IGLESIACATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA

    816 "La nica Iglesia de Cristo, [...] Nuestro Salvador, despus de su resurreccin, la entreg aPedro para que la pastoreara. Le encarg a l y a los dems apstoles que la extendieran y lagobernaran [...]. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsisteen ["subsistit in"] la Iglesia catlica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos encomunin con l" (LG8).El decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II explicita:

    Solamente por medio de la Iglesia catlica de Cristo, que es "auxilio general de salvacin",puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvacin. Creemos que el Seor confi todoslos bienes de la Nueva Alianza a un nico Colegio apostlico presidido por Pedro, para constituirun solo cuerpo de Cristo en la tierra, al cual deben incorporarse plenamente los que de algnmodo pertenecen ya al Pueblo de Dios (UR3).

    Razn del ministerio eclesial

    874 El mismo Cristo es la fuente del ministerio en la Iglesia. l lo ha instituido, le ha dadoautoridad y misin, orientacin y finalidad: Cristo el Seor, para dirigir al Pueblo de Dios y

    hacerle progresar siempre, instituy en su Iglesia diversos ministerios que estn ordenados albien de todo el Cuerpo. En efecto, los ministros que posean la sagrada potestad estn al serviciode sus hermanos para que todos los que son miembros del Pueblo de Dios [...] lleguen a lasalvacin (LG 18).875 "Cmo creern en aqul a quien no han odo? cmo oirn sin que se les predique? y cmo

    predicarn si no son enviados?" (Rm 10, 14-15). Nadie, ningn individuo ni ninguna comunidad,puede anunciarse a s mismo el Evangelio. "La fe viene de la predicacin" (Rm 10, 17). Nadie sepuede dar a s mismo el mandato ni la misin de anunciar el Evangelio. El enviado del Seorhabla y obra no con autoridad propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembrode la comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo. Nadie puede conferirse a s mismo lagracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone ministros de la gracia, autorizados y habilitados

    por parte de Cristo. De l los obispos y los presbteros reciben la misin y la facultad (el "podersagrado") de actuar in persona Christi Capitis, los diconos las fuerzas para servir al pueblo de

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19641121_unitatis-redintegratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19641121_unitatis-redintegratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19641121_unitatis-redintegratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19641121_unitatis-redintegratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
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    Dios en la "diacona" de la liturgia, de la palabra y de la caridad, en comunin con el obispo y supresbiterio. Este ministerio, en el cual los enviados de Cristo hacen y dan, por don de Dios, loque ellos, por s mismos, no pueden hacer ni dar, la tradicin de la Iglesia lo llama "sacramento".El ministerio de la Iglesia se confiere por medio de un sacramento especfico.876 El carcter de servicio del ministerio eclesial est intrnsecamente ligado a la naturaleza

    sacramental. En efecto, enteramente dependiente de Cristo que da misin y autoridad, losministros son verdaderamente "siervos de Cristo" (Rm 1, 1), a imagen de Cristo que, librementeha tomado por nosotros "la forma de siervo" (Flp 2, 7). Como la palabra y la gracia de la cual sonministros no son de ellos, sino de Cristo que se las ha confiado para los otros, ellos se harnlibremente esclavos de todos (cf. 1 Co 9, 19).

    877 De igual modo es propio de la naturaleza sacramental del ministerio eclesial tener uncarcter colegial . En efecto, desde el comienzo de su ministerio, el Seor Jess instituy a losDoce, "semilla del Nuevo Israel, a la vez que el origen de la jerarqua sagrada" (AG 5). Elegidos

    juntos, tambin fueron enviados juntos, y su unidad fraterna estar al servicio de la comuninfraterna de todos los fieles; ser como un reflejo y un testimonio de la comunin de las Personasdivinas (cf. Jn 17, 21-23). Por eso, todo obispo ejerce su ministerio en el seno del colegioepiscopal, en comunin con el obispo de Roma, sucesor de san Pedro y cabeza del colegio; los

    presbteros ejercen su ministerio en el seno del presbiterio de la dicesis, bajo la direccin de suobispo.878 Por ltimo, es propio tambin de la naturaleza sacramental del ministerio eclesial tenercarcter personal. Cuando los ministros de Cristo actan en comunin, actan siempre tambinde manera personal. Cada uno ha sido llamado personalmente ("T sgueme", Jn 21, 22; cf. Mt4,19. 21; Jn 1,43) para ser, en la misin comn, testigo personal, que es personalmente portadorde la responsabilidad ante Aquel que da la misin, que acta "in persona Christi" y en favor de

    personas : "Yo te bautizo en el nombre del Padre ..."; "Yo te perdono...".

    879 El ministerio sacramental en la Iglesia es, pues, un servicio colegial y personal a la vez,ejercido en nombre de Cristo. Esto se verifica en los vnculos entre el colegio episcopal y sucabeza, el sucesor de san Pedro, y en la relacin entre la responsabilidad pastoral del obispo en suIglesia particular y la comn solicitud del colegio episcopal hacia la Iglesia universal.

    La misin de gobernar894 "Los obispos, como vicarios y legados de Cristo, gobiernan las Iglesias particulares que seles han confiado, no slo con sus proyectos, con sus consejos y con ejemplos, sino tambin consu autoridad y potestad sagrada "(LG27), que deben, no obstante, ejercer para edificar conespritu de servicio que es el de su Maestro (cf. Lc 22, 26-27).

    895 "Esta potestad, que desempean personalmente en nombre de Cristo, es propia, ordinaria einmediata. Su ejercicio, sin embargo, est regulado en ltimo trmino por la suprema autoridadde la Iglesia "(LG27). Pero no se debe considerar a los obispos como vicarios del RomanoPontfice, cuya autoridad ordinaria e inmediata sobre toda la Iglesia no anula la de ellos, sinoque, al contrario, la confirma y tutela. Esta autoridad debe ejercerse en comunin con toda laIglesia bajo la gua del Romano Pontfice.896 El Buen Pastor ser el modelo y la "forma" de la misin pastoral del obispo. Consciente desus propias debilidades, el obispo "puede disculpar a los ignorantes y extraviados. No debenegarse nunca a escuchar a sus sbditos, a a los que cuida como verdaderos hijos [...] Los fieles,

    por su parte, deben estar unidos a su obispo como la Iglesia a Cristo y como Jesucristo al Padre"(LG27): Obedeced todos al obispo como Jesucristo a su Padre, y al presbiterio como a losApstoles; en cuanto a los diconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    margen del obispo nada en lo que atae a la Iglesia (San Ignacio de Antioqua,Epistula adSmyrnaeos 8,1)

    In persona Christi Capitis...1548 En el servicio eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien est presente a su

    Iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebao, Sumo Sacerdote del sacrificio redentor,Maestro de la Verdad. Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote, en virtud delsacramento del Orden, acta in persona Christi Capitis (cfLG10; 28;SC33;CD11;PO2,6):Es al mismo Cristo Jess, Sacerdote, a cuya sagrada persona representa el ministro. Este,ciertamente, gracias a la consagracin sacerdotal recibida se asimila al Sumo Sacerdote y goza dela facultad de actuar por el poder de Cristo mismo (a quien representa) (Po XII, enc. MediatorDei)Christus est fons totius sacerdotii: nam sacerdos legalis erat figura Ipsius, sacerdos autem novaelegis in persona Ipsius operatur (Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el sacerdote de laantigua ley era figura de l, y el sacerdote de la nueva ley acta en representacin suya) (SantoToms de Aquino, Summa theologiae 3, q. 22, a. 4).

    1549 Por el ministerio ordenado, especialmente por el de los obispos y los presbteros, lapresencia de Cristo como cabeza de la Iglesia se hace visible en medio de la comunidad de loscreyentes (LG21). Segn la bella expresin de San Ignacio de Antioqua, el obispo es typos touPatrs, es imagen viva de Dios Padre (Epistula ad Trallianos 3,1; Id. Epistula ad Magnesios 6,1).1550 Esta presencia de Cristo en el ministro no debe ser entendida como si ste estuviese exentode todas las flaquezas humanas, del afn de poder, de errores, es decir, del pecado. No todos losactos del ministro son garantizados de la misma manera por la fuerza del Espritu Santo. Mientrasque en los sacramentos esta garanta es dada de modo que ni siquiera el pecado del ministro

    puede impedir el fruto de la gracia, existen muchos otros actos en que la condicin humana delministro deja huellas que no son siempre el signo de la fidelidad al evangelio y que pueden daa,

    por consiguiente, a la fecundidad apostlica de la Iglesia.1551 Este sacerdocio es ministerial. "Esta Funcin [...], que el Seor confi a los pastores de supueblo, es un verdadero servicio" (LG24). Est enteramente referido a Cristo y a los hombres.Depende totalmente de Cristo y de su sacerdocio nico, y fue instituido en favor de los hombresy de la comunidad de la Iglesia. Elsacramento del Orden comunica "un podersagrado", que no es otro que el de Cristo. Elejercicio de esta autoridad debe, por tanto,medirse segn el modelo de Cristo, que poramor se hizo el ltimo y el servidor de todos(cf. Mc 10,43-45; 1 P 5,3). "El Seor dijo

    claramente que la atencin prestada a surebao era prueba de amor a l" (San JuanCrisstomo, De sacerdotio 2,4; cf. Jn 21,15-17).1575 Fue Cristo quien eligi a los Apstolesy les hizo partcipes de su misin y suautoridad. Elevado a la derecha del Padre, noabandona a su rebao, sino que lo guarda por medio de los Apstoles bajo su constante

    proteccin y lo dirige tambin mediante estos mismos pastores que continan hoy su obra(Prefacio de Apstoles I: Misal Romano). Por tanto, es Cristo "quien da" a unos el ser apstoles,a otros pastores (cf. Ef 4,11). Sigue actuando por medio de los obispos (cf LG 21).

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651028_christus-dominus_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651028_christus-dominus_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651028_christus-dominus_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651028_christus-dominus_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    TEXTO III

    YO SOY EL BUEN PASTOR

    J/BUEN-PASTOR: Con el v. 11: Yo soy el buen pastor, empieza propiamente lo que llamamosel discurso acerca del pastor. La metfora pastor enlaza con una tradicin milenaria, familiaren el Oriente prximo. Al incorporarse el Jess jonico a esa tradicin y referirla a s mismo,manifiesta que personalmente es el cumplidor de esa tradicin y como tal ha de entenderse, ascomo su culminacin escatolgica como el verdadero pastor mesinico.La imagen del pastor es una metfora firmemente establecida en el lenguaje figurado delantiguo Oriente para designar a los gobernantes, as como el apacentar equivalefrecuentemente a gobernar. El oficio pastoril del rey abraza toda la actividad gubernativa, Iasolicitud por el bienestar econmico y poltico del pas.En el Antiguo Testamento se designa al propio Yahveh como el pastor de Israel, o se aplicandiversas imgenes del mundo de los pastores al pastoreo de Yahveh. As, se dice en Sal 80,9-4:

    Escucha, pastor de Israel,el que como rebao conduces a Jos;manifistate, t que tienes tu trono sobre los querubines.Delante de Efram, Benjamn y Manassaviva tu pujanza y ven para librarnos.

    Resturanos, oh Dios de los ejrcitos:haz esplender tu rostroy seremos liberados.

    Segn W. Eichrodt la imagen pastoril designa la bondad de Yahveh como cumplimiento de laalianza que estableci una vez con Israel. En correspondencia Israel es el rebao de Yahveh:

    Pues nosotros somos tu pueblo, el rebao de tus pastos (Sal 79, 13; cf. Sal 95,6s; 100,3).Tambin el hombre individual puede confiar en la solicitud de Yahveh como su pastor, imagenexpuesta con singular belleza en el Sal 23. Segn Is 40,10 (Deuteroisaas), cuando Yahvehaparece como el libertador de su pueblo de la cautividad de Babilonia acta como el buenpastor

    Mirad al Seor Yahveh,que viene con poder y su brazo gobierna.Mirad, su recompensa con l vieney su ganancia ante l.Como un pastor apacienta su rebao,l, con su brazo, recoge los corderos

    y, en su regazo, los llevay conduce las madres.

    Especialmente instructivo es el gran discurso contra los pastores de Israel en el captulo 34 deEzequiel. El discurso empieza reprendiendo a los pastores de Israel en un pasaje que no serefiere solo a los reyes y sus funcionarios en general, sino que apunta a todo el sector dirigentede la sociedad, incluidos desde luego los sacerdotes (/Ez/34/01-10). Todos ellos son pastoresque se apacientan a s mismos y que no cumplen con sus deberes hacia las ovejas. Nofortalecis a las dbiles, no curis a las enfermas, no vendis a las que estn heridas, no trais alas descarriadas, no buscis a las perdidas, sino que las dominis con dureza y crueldad (Ez34,4). La consecuencia era que las ovejas, al no tener ningn pastor, se dispersaban. Y el

    profeta traza aqu el modelo del pastor. Primero empieza por presentar al propio Yahveh como

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    el buen pastor de Israel (Ez 34,11-16). De lo que se trata es de la reunificacin salvfica de lasovejas de todos los lugares por donde andan dispersas...En Ez 34,23s se dice: Pondr al frente de ellas un solo pastor que las apaciente: mi siervoDavid. l las apacentar y l ser su pastor. Yo, Yahveh, ser su Dios, y mi siervo David serprncipe en medio de ellas. Yo, Yahveh, lo he dicho. Si esta sentencia como opina W. Zimmerli,

    se debe al mismo profeta Ezequiel, tendramos aqu -al lado de Jer 23,5s y 30,9- uno de lostestimonios ms antiguos sobre el origen de la esperanza mesinica en forma delrestablecimiento del reino davdico. En la figura de David que retorna promete el profetaEzequiel la fidelidad de Dios a su historia primitiva. Con su palabra no satisface la curiosidaddel demandante que querra saber cmo se comporta lo nuevo con lo antiguo, el David nuevocon el primero. Le basta con proclamar que en el futuro un pastor, que devolver su rebao a launidad primitiva y que como legtimo pastor de Dios convertir el derecho divino sobre supueblo en un honor, estar en medio de l. Despus, en Ez 34,25-31, llega la descripcin delfuturo tiempo de salud. El v. 31 describe el estado escatolgico remitindose a la antiguafrmula de alianza, y dice: Vosotras, ovejas mas, sois las ovejas de mi rebao, y yo soy vuestroDios;-orculo del Seor Yahveh-.Las relaciones ms importantes con el discurso jonico del pastor son: la promesa de un nicopastor de la casa de David, lo que incluye asimismo la idea de un solo rebao; la reunificacindel rebao que estaba disperso; la vida de Israel, salvado de la dispersin, consiste sobre todoen que sabrn que yo, Yahveh, su Dios, estoy con ellos (Ez 34,30s); finalmente, el carcter de

    promesa de toda la parte segunda del discurso.Tambin en los cap. 89-90 de Henoc etipico tiene unpapel decisivo la figura del pastor en su lucha entrelobos y ovejas. Se dice, en efecto:Despus vi cmo los lobos seguan oprimiendo a lasovejas con toda violencia. Entonces lleg a las ovejas

    su Seor y empez a dar golpes a aquellos lobos.Empezaron entonces los lobos a lamentarse, mientraslas ovejas se tranquilizaban y cesaban en suslamentos... Y el Seor de las ovejas sali con ellas comosu gua, y sus ovejas le seguan; pero su rostro eraresplandeciente y soberano, con un aspecto que dabaespanto.Tambin en el libro le Zacaras se encuentranalegoras y sentencias sobre el pastor (Zac 11,417;13,7-9), aunque ciertamente que no son fciles deinterpretar. Zac 13,7-9 profetiza tambin de unpastor de Dios, que es muerto y cuya muerte provocaun cambio de situacin... Es evidentemente idntico al

    misterioso "traspasado", por el que el pueblo hace duelo (12,10).La imagen neotestamentaria del pastor est en buena parte marcada por la tradici6n delAntiguo Testamento. Mc 6,34 (cf. Mt 9,36) afirma de Jess: Al desembarcar y ver Jess a tantagente, sinti compasin por ellos, pues andaban como ovejas sin pastor, y se puso a instruirloslargamente (cf. Nm 27.17). Ah aparece ya Jess como el buen pastor. Est adems laparbola del pastor, que tan afanosamente busca a la oveja perdida hasta que la encuentra (Lc15,4-7, Mt 18,12-14). Enlazando con Is 53,6 el texto de 1Pe 2,25 designa asimismo a Jess comopastor: Estabais extraviados como ovejas, pero ahora os habis vuelto al pastor y obispo de

    vuestras almas. De modo similar aparece la comunidad cristiana como rebao de Dios (lPe5,2)

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    Estos ejemplos bastan para demostrar que la imagen jonica del pastor descansa sobre unvasto fundamento veterotestamentario y judo. Asimismo est suficientemente asegurada lainterpretacin mesinica de la imagen del pastor, sin que sea necesario remitirse a modelosgnsticos. Por el contrario hay que considerar con mayor atencin la posibilidad de que Is 53,el Siervo sufriente de Dios o el traspasado de Zacaras 12,10 representen el fundamento

    directo del buen pastor jonico, ya que la idea de la expiacin vicaria en su concepcinjonica no se puede separar de dicha imagen. No se puede poner en duda que aqu expresaJuan sus propias ideas.Jess es personalmente el buen pastor; as lo indica ante todo la afirmacin: Yo soy. Elatributo bueno (griego kalos = literalm. bello, recto, adecuado); afirma que Jess es entodos los aspectos el pastor recto, el nico verdadero; y ello no slo en el sentido de unapretensin absoluta de pastor frente a las pretensiones de otros pastores de su entorno, sinosobre todo en el sentido de la nica conducta adecuada. No slo su carcter absoluto, suresolucin, es lo que se designa mediante el adjetivo kalos, sino tambin su ser para.... Asocurre en virtud de la afirmacin del v. 11b que dice explcitamente en qu consiste el serbueno de ese pastor nico: el buen pastor da la vida por sus ovejas. La expresin dar la vida oponer la vida (griego: tithenai ten psykhen) no slo afirma el compromiso ms radical en elsentido de un ser para los otros..., sino que enlazando con la preposicin para o por (lasovejas, los amigos, etc.) constituye la frmula soteriolgica ms importante del Evangeliosegn Juan. Con tal frmula expresa Juan la idea de la entrega vicaria de la vida. Posiblementelate bajo la misma el texto de Is 53,12: para que su vida sea entregada a la muerte (as LXX).Por lo contrario, la frmula jonica -en perfecta sintona con la historia jonica de la pasin-acenta principalmente el elemento de la entrega de s mismo, de la iniciativa generosa delpropio Jess. Es l mismo quien se entrega a la muerte por sus ovejas. Este es, como dice Jn15,13, el amor mayor que puede darse. La frmula dar la vida por... enlaza la muerte de Jesscon el motivo bsico, ltimo y definitivo de la accin salvadora de Dios, es decir con el amor.

    Desde ese fundamento recibe todo su peso y alcance la afirmacin Yo soy el buen pastor.En los v. 12s se contrasta la conducta del buen pastor con la del tipo negativo que es elasalariado, que no es personalmente el pastor ni le incumbe la propiedad de las ovejas; deah que su inters por las ovejas sea mucho menor que el del pastor. Cuando llega el lobo -elenemigo por antonomasia de las ovejas- el asalariado deja al rebao en la estacada y se pone aseguro sin pensar en ms. No realiza ciertamente el dar su vida y se es sin duda el puntoesencial en que se diferencia del buen pastor. Las consecuencias son inevitables: el loboarrebata y dispersa las ovejas. Son los giros tpicos que aparecen una y otra vez en losdiferentes textos del Antiguo Testamento acerca del pastor. Tambin en Is 53,6 se dice: Todosnosotros, como ovejas, errbamos, cada uno a su camino nos volvamos; pero Yahveh hizo quele alcanzara la iniquidad de todos nosotros. El efecto tpico del abandono del rebao por partede su pastor es el dispersarse, el descarriarse de las ovejas.El v. 13 subraya, una vez ms, que semejante conducta de abandono suele ser propia del statusde asalariado, que trabaja por un jornal y que, por tanto, no tiene excesivo inters por elrebao.Con los v. 14-16 empieza un nuevo razonamiento. De primeras se repite de nuevo laafirmacin: Yo soy el buen pastor, enlazndola con la idea del mutuo conocimiento yreconocimiento. El motivo ya resonaba en el v. 4, al decir que las ovejas conocen la voz delpastor y que por ello le siguen. Aqu se habla ahora de un conocimiento mutuo: Yo conozco alas mas, y las mas me conocen a m. Esa idea de reciprocidad entre Jess y el creyente larecuerda el Evangelio de Juan repetidas veces. Este conocimiento mutuo no es, desde luego, un

    saber terico, sino un saber acerca del otro, sostenido por el amor mutuo y en un sentidoamplio y abierto. No se trata de unos contenidos determinados, sino del intercambio pleno y

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    mutuo de la vida. Es algo que vuelve a subrayar el v. 15, poniendo en paralelismo el mutuoconocimiento de Jess y el creyente como el conocimiento recproco del Padre y del Hijo. Demodo parecido al momento de la despedida era Jess: Que todos sean uno; como t, Padre, enm y yo en ti, que tambin ellos estn en nosotros, y as el mundo sepa que t me enviaste. Obien: Yo en ellos, y t en m, para que lleguen a ser consumados en uno, y as el mundo

    conozca que tu me enviaste y que los has amado como t me has amado a m (17,21.23).Queda as claro que ese conocimiento recproco, por el que los creyentes estn unidos a Jesscomo ste lo est con el Padre, comporta la idea de la comunin divina perfecta comocompendio de la salvacin. Ahora bien, esa salvacin se funda en la entrega que Jess hace desu vida por las ovejas, y por tanto en la cruz como acontecimiento salvador.El v. 16 introduce una nueva idea. Hay otras ovejas que no son de este redil. Objetivamente estosealara la distincin entre Israel y los pueblos del mundo. Tambin en Juan cuenta ladiferencia entre judos y gentiles; diferencia que desde luego ha quedado superada con lamuerte del buen pastor por las suyas (v. 11). En esa categora de (ovejas) suyas entran enprimer trmino los creyentes, sean judos o paganos. Con las otras ovejas pueden indicarseen este pasaje slo los no israelitas, que en el futuro habrn de pertenecer tambin al rebaodel buen pastor. Una peculiaridad de la misin salvfica de Jess (tengo que) es que no slofavorece a Israel sino a la humanidad entera. El crculo jonico no defiende ningn concepto dela salvacin particularista, sino universal y que abraza a la humanidad entera. Tambin lasotras ovejas tienen que ser conducidas: escucharn la voz de Cristo y llegarn a la fe. Elresultado ser un solo rebao y un solo pastor, expresando as la idea de la unidad escatolgicade todo el rebao de Cristo, del pueblo definitivo de Dios.En el Evangelio de Juan se encuentra tres veces la idea de reunificacin: 4,36; 10,16; 11,52. Elprimero de los textos (4,36) refiere la reunificacin a la cosecha del Mesas, que seentiende como un acontecimiento escatolgico. En los otros dos pasajes es la muerte de Jessel hecho que produce la reunificacin de los dispersos. Con lo cual queda tambin claro que

    la idea gnstica de reunificacin apenas si tiene ah correspondencia. Con su venida, muerte yresurreccin Jess introduce de modo definitivo la reunificacin de los dispersos; pero no enel sentido de la escatologa nacionalista juda de reunificacin de los hijos dispersos deIsrael, sino en un sentido universal como reunificacin de todos los hijos de Dios dispersospor el mundo, que han de congregarse para formar el rebao mesinico.

    TEXTO IVCOMENTARIOS AL EVANGELIO Jn 10, 11-18

    1.El captulo 10 de Jn contiene la alegora del pastor modelo, constituyendo unaverdadera sntesis del misterio de la salvacin. En el v. 11 tenemos una definicindescriptiva de Jess como pastor. Este tema abre una serie de relaciones entre Jess y lossuyos haciendo ver que el conocimiento mutuo no es un conocimiento de tipo psicolgico,ni un conocimiento entre maestro y discpulo, sino que es un conocimiento de amor,

    basado en las relaciones del Padre con Jess. Por eso mismo, toda relacin entre los quecreen debe tener como base un amor real.

    Traduzcamos hoy amor por respeto, comprensin, justicia, igualdad, cario. En el grupode los que creen la "autoridad" es Jess, autoridad de uno que no tiene mayor inters queel de servir como sea.

    Jess hace un acto de radical generosidad con el hombre al que considera hermano de

    verdad: el dueo de la vida ("entregar-recuperar", frmula de totalidad, v. 18) da su vida enfavor de los que quiere. No hay aqu ningn rasgo de altiva beneficencia, sino la sencillez

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    del que ofrece lo que ms quiere por el amor que tiene a otro. De tal modo es radical laentrega que esta muerte adquiere una dimensin salvadora, un valor absoluto.

    SubyAce aqu un tema proftico: la universal y unidad del rebao. Ya la antigua profeca(Is 60-61) haba intuido que el mensaje de la Palabra, el don de Dios, no poda quedarreducido a las estrecheces histricas de un pueblo. Jess, por medio del pensamiento del

    autor, muestra con claridad que su don al hombre ha llevado dicha universalidad a lasltimas consecuencias.Comienza a nacer la nueva comunidad mesinica. El grupo de los que creen es lo menos

    parecido a un coto cerrado. Igual para todos y todos iguales. Un ideal que hay queconstruir.

    EUCARISTA 1991/20

    2. La figura del pastor fue todo un smbolo en Israel y en el contexto histrico-culturalen el que vivi.En la literatura oriental antigua en general y, concretamente en la Biblia, se da el nombrede pastores a los reyes y jefes de los pueblos. Las relaciones de Yavh con su pueblo Israel

    se ilustran con imgenes tomadas de la vida de los pastores. Ante la corrupcin de los"pastores" de Israel, sean reyes o sacerdotes, se alza la voz de los profetas, quienesanuncian que, al fin, Dios mismo se har cargo del rebao o que suscitar de la estirpe deDavid un buen pastor que rija con justicia a su pueblo (Jr 23, 1-6; Ez 34, 23; 37, 24).Cuando Jess dice que es el buen pastor, se refiere a estas profecas y se presenta como elMesas prometido; pero en el evangelio de Juan el smbolo del pastor, aplicado a Jess, haperdido todo el significado de dominio sobre las ovejas.No se trata aqu solamente de decir lo que hace el buen pastor, sino de la definicin del

    buen pastor. Jess es el buen pastor porque da la vida por sus ovejas.El asalariado es todo lo contrario del buen pastor. En vez de dar la vida por las ovejas, vivede ellas. Por eso las abandona a su suerte cuando llega el peligro. No hay que pensar queel texto hace alusin a los fariseos del tiempo de Jess o a los que se presentaron comoMesas y llevaron al pueblo al matadero.Asalariados, falsos pastores, demagogos de toda clase los hubo entonces y los hay ahora.En cambio, no ha habido ni puede haber otro que sea el buen pastor. Ntese el contextopascual en el que debe entenderse la expresin "Yo soy". Jess, el Seor resucitado, es el"buen pastor". Nadie puede ocupar su lugar, nadie puede representarlo en el sentido dedesplazarlo o sustituirlo. El "buen pastor" no tiene sucesores, pues vive y es hoy el "buenpastor". Los que se llaman pastores en la Iglesia slo pueden hacer presente o visible elservicio de Cristo dando la vida por las ovejas de Cristo.Las ovejas no son de Pedro ni de los sucesores de Pedro, ni de los obispos; son siempre lasovejas de Cristo. Y Cristo mantiene con ellas relaciones personales de conocimiento y deamor, las mismas que se dan entre l y el Padre.

    EUCARISTA 1988/21

    3.Retomamos el cuarto evangelio hacia la mitad. En un momento especialmente tensodebido al intercambio de graves acusaciones entre las partes en litigio. Jn. 10, 1-18 puedeconsiderarse como un autntico alegato en el que el autor razona el pastoreo de Jessfrente a las pretensiones de pastoreo de los guas religiosos. (A propsito del lenguaje delos dilogos en el cuarto evangelio puede consultarse el comentario del cuarto domingo decuaresma a Jn. 3, 14-21. Al comentar un dilogo de Juan es ms exacto hablar designificado de Jess que de palabras de Jess).El razonamiento del pastoreo de Jess arranca de un smil tomado de la vida nometafrica de los pastores: la llegada del lobo. En una situacin as, contina el smil, lacapacidad de desprendimiento en beneficio de las ovejas da la medida exacta del pastor,

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    probando al que realmente es del que slo aparentaba serlo. A este ltimo, en realidad, nole importaban las ovejas.Hasta aqu el smil (v. 13). Lo central en l es la capacidad de desprendimiento en beneficiode las ovejas. Este es precisamente el caso de Jess, a diferencia de los guas religiosos

    judos, interesados en ultimo anlisis y no obstante su apariencia humanstica en el

    cumplimiento de la ley (cfr. episodios de la adltera y del ciego en Jn 8, 1-11 y 9, 13-34)."Este pueblo, que no conoce la ley, est maldito". En claro contraste con este modo dehablar que Juan atribuye a los fariseos en Jn. 7, 49 est el modo de hablar que atribuye aJess en el texto de hoy: "Conozco a mis ovejas y las mas me conocen". A conocer la leyJuan opone conocer a las ovejas. Ambos conocimientos los presenta a su vez dotados deuna dinmica contrapuesta. La dinmica del conocimiento de la ley es la separacin, laexpulsin, la excomunin de las personas (cfr. Jn. 9, 22.34); la del conocimiento de lasovejas es la entrega de la propia vida en beneficio de ellas. De todas las ovejas, no slo delas judas.Juan introduce aqu un nuevo contraste: al exclusivismo opone la universalidad. Las "otrasovejas que no son de este redil" son todos aqullos que no son judos de nacimiento o poradopcin y que en el cuarto evangelio quedan englobados bajo la denominacin de

    "griegos". El autor est preparando la gran fiesta pascual de Jn. 12, 20-36, donde se nosdice que unos griegos quieren ver a Jess (vase el comentario a este texto en el quintodomingo de cuaresma). Ser entonces cuando resuene solemne lo siguiente: "Ha llegado lahora de que sea glorificado el Hijo del Hombre". Ser, en efecto, entonces cuando se habrhecho "un solo rebao con un solo pastor". Espontneamente vienen a la mente estaspalabras de Pablo: "Y aqu no hay ms griego ni judo, circunciso ni incircunciso...: no, lo estodo y para todos Cristo". (Col 3, 11). Pero Cristo crucificado. Porque "si el grano de trigocae en tierra y muere, da mucho fruto". Es el voluntario desprendimiento de la propia vidadel que se nos habla en la ltima parte del texto de hoy. La muerte del pastor no esexplicable solamente como un fatal desenlace o como un juego de fuerzas y de intereses."Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego libremente". La muerte del pastor es

    consecuencia de su opcin por las ovejas, por todas las ovejas. Por eso es el buen pastor aquien el Padre ama. Termino con estas otras palabras de Pablo: "Hermanos mos, en elcuerpo del Mesas os hicieron morir a la ley; as pudisteis ser de otro, del que resucit dela muerte, y empezar a ser fecundos para Dios" (Rm 7, 4). Estamos realmente en el tiempopascual.

    ALBERTO BENITO, DABAR 1985/25

    4. El evangelio de hoy es de los que se prestan afciles extrapolaciones. Vamos, pues, a situarlo dentrodel marco literario en que Juan lo ha colocado. Estemarco literario es de naturaleza judicial. La autoridad

    religiosa juda ha abierto una investigacin paraexaminar el caso del exciego de nacimiento (Jn. 9). Elveredicto condena a este hombre a no ser discpulo deMoiss (Jn. 9, 34). En realidad el condenado es Jess. Poreso aparece Jess de repente en la sala literaria delproceso. Pero ahora los papeles se cambian. En realidadel condenado es la autoridad juda (Jn. 9, 39-41). En elcap. 10 Jess fundamenta y razona el veredictopronunciado en el versculo del cap. 9. La parbola del

    buen pastor no es pues una imagen idlica, sino lafundamentacin judicial de un veredicto contra la

    autoridad juda.

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    Jess basa su veredicto en el archiconocido cap. 34 de Ezequiel (archiconocido, porsupuesto, para los judos). El profeta comienza denunciando a los jefes de Israel como afalsos pastores del rebao de Dios. Con su proceder injusto han destrozado el rebao. Poreso Dios los destituye de su cargo y El en persona toma la gua, rene las ovejas dispersasy restablece con ellas una relacin de mutua confianza. Todos estos elementos los ha

    recogido Juan en 10, 11-18 introduciendo la equiparacin Yahv-Jess. En estaequiparacin radica precisamente el escndalo de los judos (cfr. Jn. 6, 42; 7, 26-27). Jesstoma la gua, rene las ovejas, crea un clima abierto de mutua confianza.Hay, sin embargo, algunas que no quieren aceptarle (alusin a la autoridad religiosa juda)porque piensan que es absurdo que una persona de carne y hueso como Jess pueda ser ala vez Dios. El eterno escndalo ante la materia: problema filosfico y existencial. Este y nootro es el problema que se les plante a los judos con Jess (cfr. de nuevo Jn. 6, 42; 7, 26-27). Este y no otro es nuestro problema con Jess; por eso "espiritualizamos" su persona.Pero Jess es tambin pastor de los que sienten escndalo ante su persona. Nota humanaen un contexto judicial! Aqu radica la gran diferencia entre el veredicto de la autoridad

    juda (Jn. 9, 34) y el veredicto de Jess (Jn. 9, 41). Aqul es dictatorial; el de Jess no,porque en realidad es autocondena del propio condenado (cfr. Jn. 3, 17-19). Junto a estos

    elementos comunes con Ez. 34 hay en el buen pastor de Juan otros que van ms all delcrculo de ideas de Ezequiel.En concreto dos: 1. La relacin de conocimiento y amor entre el Padre y el Hijo; 2. El amorde Jess a sus ovejas es la nica razn de ser de Jess. Es un amor total y absoluto, cuyaexpresin es la aceptacin soberanamente libre del veredicto dictatorial que lo condena amuerte (cfr. Jn. 15, 13). En lo que va de evangelio es la primera vez que Juan menciona coninsistencia este aspecto sacrificial voluntario de la vida de Jess.

    DABAR 1985/25

    5. J/BUEN-PASTOR: Como la parbola precedente, sta constituye la respuesta de Cristoa los fariseos, cuya autoridad ha puesto en duda (Jn 9, 40). Jess desarrolla los trescriterios que establecen a sus ojos la verdadera autoridad: el buen pastor da su vida por surebao, vive en comunin y conocimiento mutuo con l (cosa que puede hacer porque viveen comunin con el Padre), se preocupa de su unidad y de la recoleccin de las ovejasperdidas.

    * * *a) Ofreciendo su vida por el rebao, el buen pastor realiza varias profecas mesinicas: Ez34, Zac 11, 16 y Jer 23, 1 oponan ya, en efecto, al pastor que arriesga su vida por susovejas y a los profesionales que viven de la carne de su rebao y son negligentes al darlelos cuidados ms elementales. Cristo no se contenta con procurar al rebao cuidadosexteriores: El da su vida. Aludiendo quiz la expresin "dar su vida" a Is 53, 10 (El ofrecesu vida en expiacin), el tema del buen pastor se encontrara as aclarado por el del Siervo

    paciente.b) El tema del conocimiento mutuo se encuentra ya en el Antiguo Testamento, donde dacuenta de la preocupacin de Dios por apacentar El mismo a sus ovejas (Ez 34, 15). Este"conocimiento" no es solamente ni sobre todo una actitud intelectual, sino la expresin deuna comunidad de vida basada antes en el amor que en la inteligencia. Se trata, pues, deun conocimiento existencial de Dios que permite alcanzarle, no como una abstraccin,deducida a partir de silogismos, sino como un ser vivo y personal encontrado en lacomunin con la persona de Jess. El judo conoca a Dios en la medida en que constatabasus maravillas y su intervencin en el mundo; el cristiano le conoce en esta intervencinpor excelencia que es Cristo.As, pues, Cristo es pastor porque conoce bien a sus ovejas, es decir, que vive en perfecta

    convivencia con ellas. Pero no es buen pastor ms que en el momento en que esteconocimiento mutuo, establecido entre El y su rebao, le permite desvelar el conocimientoque le une al Padre. Si hoy el sacerdote tiende a conocer mejor a los hombres y con este

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    propsito se despoja de intiles privilegios de casta, queda que este conocimiento de lasgentes y de sus problemas no tenga significado ms que en la revelacin del conocimientoltimo del Padre y de su presencia en el misterio de las cosas y de los seres.c) El tercer criterio del buen pastor es su preocupacin por la unidad y la reunin de todos(v. 16). Juan piensa aqu, sin duda, en el cumplimiento de la profeca de Jer 23, 3

    anunciando que las ovejas "de todos los pases" seran "reunidas". Pero entrega an a lasolicitud del pastor la realizacin de la reunin de todos los hombres y el encuentro detodas las situaciones humanas.d) Pero todos estos diferentes temas presentan a Dios y a Cristo como buen pastor. La ideade un pastor que parte a la bsqueda de sus ovejas es corriente en el Antiguo Testamento(cf. Ez 34), donde caracteriza de una manera especial las relaciones entre Dios y su pueblo:no es nunca la oveja la que parte a la busca del pastor, sino a la inversa. En otros trminos,incluso aunque la religin de la fe parece una bsqueda de Dios, no es en realidad ms queuna iniciativa divina, una revelacin. Es menos un camino que conduce al hombre a Dios,que un camino que lleva a Dios hacia el hombre. Jess es el buen pastor porque ha sidoenviado por Dios a la bsqueda de los hombres. La imagen del pastor puede pareceranticuada en una cultura tcnica e industrial, pero su mensaje no puede perderse: Dios ha

    terminado por encontrar al hombre porque ha venido all donde el hombre le buscaba.

    MAERTENS-FRISQUE, NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA IVMAROVA MADRID 1969.Pg. 119 s.

    TEXTO VYO SOY EL BUEN PASTOR

    HOMILA DEL PAPA JUAN PABLO IIDomingo 11 de mayo de 2003

    1. "Yo soy el buen Pastor" (Jn 10, 11). En la pgina evanglica que nos propone la liturgia dehoy Jess se define a s mismo como el buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

    El mercenario, que no siente como suyas las ovejas, ante las dificultades y los peligros lasabandona y huye. El pastor, en cambio, que conoce a cada una de sus ovejas, entabla con ellas unarelacin de familiaridad tan profunda, que est dispuesto a dar su vida por ellas.

    Jess, ejemplo sublime de entrega amorosa, invita a sus discpulos, en particular a los sacerdotes,a seguir sus mismas huellas. Llama a cada presbtero a ser buen pastor de la grey que la Providenciale confa.

    2. Amadsimos ordenandos presbteros, hoy tambin vosotros sois configurados con el buen

    Pastor, convirtindoos en colaboradores de los sucesores de los Apstoles.3. Amadsimos ordenandos, este da ser inolvidable para cada uno de vosotros. Hoy sois

    "promovidos para servir a Cristo maestro, sacerdote y rey, participando en su ministerio, queconstruye sin cesar la Iglesia aqu en la tierra como pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y templo delEspritu Santo" (Presbyterorum ordinis, 1).

    Quisiera simplemente atraer vuestra atencin hacia algunos rasgos que ponen de relieve quin es,en el proyecto salvfico de Dios, el sacerdote, y qu esperan de l la Iglesia y el mundo. El sacerdote esel hombre de la Palabra, a quien corresponde la tarea de llevar el anuncio evanglico a los hombres ya las mujeres de su tiempo. Debe hacerlo con gran sentido de responsabilidad, comprometindose aestar siempre en plena sintona con el magisterio de la Iglesia. Es tambin el hombre de la Eucarista,

    mediante la cual penetra en el corazn del misterio pascual. Especialmente en la santa misa siente la

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    exigencia de una configuracin cada vez ms ntima con Jess, buen Pastor, sumo y eternoSacerdote.

    Por eso, alimentaos de la palabra de Dios; conversad todos los das con Cristo realmente presenteen el Sacramento del altar. Dejaos conquistar por el amor infinito de su Corazn y prolongad laadoracin eucarstica en los momentos importantes de vuestra vida, en los de las decisiones

    personales y pastorales difciles, al inicio y al final de vuestras jornadas. Puedo aseguraros que "yo hehecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo" (Ecclesia de Eucharistia,25).

    4. Configurados con Cristo, buen Pastor, queridos ordenandos, seris los ministros de lamisericordia divina. Administraris el sacramento de la reconciliacin, cumpliendo as el mandatoque el Seor transmiti a los Apstoles despus de su resurreccin: "Recibid el Espritu Santo. Aquienes perdonis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengis, les quedanretenidos" (Jn 20, 22-23). De cuntos milagros y prodigios realizados por la misericordia de Dios enel confesonario seris testigos!

    Pero, para poder cumplir dignamente la misin que hoy se os confa, deberis manteneros

    constantemente unidos a Dios en la oracin, y experimentar vosotros mismos su amor misericordiosomediante una prctica regular de la confesin, dejndoos tambin guiar por expertos consejerosespirituales, sobre todo en los momentos ms difciles de la existencia.

    5. Amadsimos hermanos y hermanas de la dicesis de Roma y vosotros que acompais a estosordenandos: El sacerdote, llamado de modo especial a tender a la santidad, es para todo el pueblocristiano el testigo del amor y de la alegra de Cristo. Imitando el ejemplo del buen Pastor, ayuda alos creyentes a seguir a Cristo, correspondiendo a su amor. Estad cerca de vuestros sacerdotes;acompaadlos con constante oracin y pedid al Seor con insistencia que no falten obreros en sumies.

    Y t, Mara, "Mujer eucarstica", Madre y modelo de todo sacerdote, permanece junto a estos

    hijos tuyos hoy y a lo largo de los aos de su ministerio pastoral. Como el apstol san Juan, hoy teacogen "en su casa". Haz que conformen su vida al divino Maestro, que los ha elegido comoministros suyos. Que el "presente!", que acaba de pronunciar cada uno con entusiasmo juvenil, seexprese cada da en la generosa adhesin a las tareas del ministerio y florezca en la alegra del"magnficat" por las "maravillas" que la misericordia de Dios quiera realizar a travs de sus manos.

    Amn.

    TEXTO VILa misma vida de Cristo, Cordero y Pastor, se comunica a

    toda la grey mediante los ministros consagradosBENEDICTO XVI 3 de mayo de 2009

    Segn una hermosa tradicin, el domingo "del Buen Pastor" el Obispo de Roma se rene consu presbiterio para la ordenacin de nuevos sacerdotes de la dicesis. Cada vez es un gran donde Dios; es su gracia. Por tanto, despertemos en nosotros un profundo sentimiento de fe yagradecimiento al vivir esta celebracin. En este clima me complace saludar al cardenal vicarioAgostino Vallini, a los obispos auxiliares, a los dems hermanos en el episcopado y en elsacerdocio y, con especial afecto, a vosotros, queridos diconos candidatos al presbiterado,juntamente con vuestros familiares y amigos

    La Palabra de Dios que hemos escuchado nos ofrece abundantes sugerencias para la

    meditacin: considerar algunas, para que pueda proyectar una luz indeleble sobre el camino devuestra vida y sobre vuestro ministerio.

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    "Jess es la piedra; (...) no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos" (Hch 4, 11-12).En el pasaje de los Hechos de los Apstoles la primera lectura, impresiona y hacereflexionar esta singular "homonimia" entre Pedro y Jess: Pedro, que recibi su nuevo nombrede Jess mismo, afirma que l, Jess, es "la piedra". En efecto, la nica roca verdadera es Jess.El nico nombre que salva es el suyo. El apstol, y por tanto el sacerdote, recibe su propio

    "nombre", es decir, su propia identidad, de Cristo. Todo lo que hace, lo hace en su nombre. Su"yo" es totalmente relativo al "yo" de Jess. En nombre de Cristo, y desde luego no en su propionombre, el apstol puede realizar gestos de curacin de los hermanos, puede ayudar a los"enfermos" a levantarse y volver a caminar (cf. Hch 4, 10).

    En el caso de Pedro, el milagro que acaba de realizar manifiesta esto de modo evidente. Ytambin la referencia a lo que dice el Salmo es esencial: "La piedra que desecharon losarquitectos es ahora la piedra angular" (Sal 117, 22). Jess fue "desechado", pero el Padre loprefiri y lo puso como cimiento del templo de la Nueva Alianza. As, el apstol, como elsacerdote, experimenta a su vez la cruz, y slo a travs de ella llega a ser verdaderamente tilpara la construccin de la Iglesia. Dios quiere construir su Iglesia con personas que, siguiendo aJess, ponen toda su confianza en Dios, como dice el mismo Salmo: "Mejor es refugiarse en el

    Seor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Seor que fiarse de los jefes" (Sal 117,8-9).

    Al discpulo le toca la misma suerte del Maestro, que, en ltima instancia, es la suerteinscrita en la voluntad misma de Dios Padre. Jess lo confes al final de su vida, en la granoracin llamada "sacerdotal": "Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te heconocido" (Jn 17, 25). Tambin lo haba afirmado antes: "Nadie conoce al Padre sino el Hijo"(Mt 11, 27). Jess experiment sobre s el rechazo de Dios por parte del mundo, laincomprensin, la indiferencia, la desfiguracin del rostro de Dios. Y Jess pas el "testigo" alos discpulos: "Yo dice tambin en su oracin al Padre les he dado a conocer tu nombre yse lo seguir dando a conocer, para que el amor con que t me has amado est en ellos y yo enellos" (Jn 17, 26).

    Por eso el discpulo, y especialmente el apstol, experimenta la misma alegra de Jess alconocer el nombre y el rostro del Padre; y comparte tambin su mismo dolor al ver que Dios noes conocido, que su amor no es correspondido. Por una parte exclamamos con alegra, comosan Juan en su primera carta: "Mirad qu amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos deDios, pues lo somos!"; y, por otra, constatamos con amargura: "El mundo no nos conoceporque no lo conoci a l" (1 Jn 3, 1). Es verdad, y nosotros, los sacerdotes, lo experimentamos:el "mundo" en la acepcin que tiene este trmino en san Juanno comprende al cristiano,no comprende a los ministros del Evangelio. En parte porque de hecho no conoce a Dios, y enparte porque no quiere conocerlo. El mundo no quiere conocer a Dios, para que no lo perturbesu voluntad, y por eso no quiere escuchar a sus ministros; eso podra ponerlo en crisis.

    Aqu es necesario prestar atencin a una realidad de hecho: este "mundo", interpretado ensentido evanglico, asecha tambin a la Iglesia, contagiando a sus miembros e incluso a losministros ordenados. Bajo la palabra "mundo" san Juan indica y quiere aclarar una mentalidad,una manera de pensar y de vivir que puede contaminar incluso a la Iglesia, y de hecho lacontamina; por eso requiere vigilancia y purificacin constantes. Hasta que Dios no semanifieste plenamente, sus hijos no sern plenamente "semejantes a l" (1 Jn 3, 2). Estamos"en" el mundo y corremos el riesgo de ser tambin "del" mundo, mundo en el sentido de estamentalidad. Y, de hecho, a veces lo somos.

    Por eso Jess, al final, no rog por el mundo tambin aqu en ese sentido, sino por susdiscpulos, para que el Padre los protegiera del maligno y fueran libres y diferentes del mundo,aun viviendo en el mundo (cf. Jn 17, 9.15). En aquel momento, al final de la ltima Cena, Jess

    elev al Padre la oracin de consagracin por los Apstoles y por todos los sacerdotes de todos

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    los tiempos, cuando dijo: "Consgralos en la verdad" (Jn 17, 17). Y aadi: "Por ellos meconsagro yo, para que ellos tambin sean consagrados en la verdad" (Jn 17, 19).

    Ya coment estas palabras de Jess en la homila de la Misa Crismal, el pasado Jueves santo.Hoy me remito a esa reflexin, haciendo referencia al evangelio del buen pastor, donde Jessdeclara: "Yo doy mi vida por las ovejas" (Jn 10, 15.17.18).

    Ser sacerdote en la Iglesia significa entrar en esta entrega de Cristo, mediante el sacramentodel Orden, y entrar con todo su ser. Jess dio la vida por todos, pero de modo particular seconsagr por aquellos que el Padre le haba dado, para que fueran consagrados en la verdad, esdecir, en l, y pudieran hablar y actuar en su nombre, representarlo, prolongar sus gestossalvficos: partir el Pan de la vida y perdonar los pecados. As, el buen Pastor dio su vida portodas las ovejas, pero la dio y la da de modo especial a aquellas que l mismo, "con afecto depredileccin", ha llamado y llama a seguirlo por el camino del servicio pastoral.

    Adems, Jess rog de manera singular por Simn Pedro, y se sacrific por l, porque unda, a orillas del lago Tiberades, deba decirle: "Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 16-17). De modoanlogo, todo sacerdote es destinatario de una oracin personal de Cristo, y de su mismosacrificio, y slo en cuanto tal est habilitado para colaborar con l en el apacentamiento de la

    grey, que compete de modo total y exclusivo al Seor.Aqu quiero tocar un punto que me interesa de manera particular: la oracin y su relacin

    con el servicio. Hemos visto que ser ordenado sacerdote significa entrar de modo sacramental yexistencial en la oracin de Cristo por los "suyos". De ah deriva para nosotros, los presbteros,una vocacin particular a la oracin, en sentido fuertemente cristocntrico: estamos llamados a"permanecer" en Cristo como suele repetir el evangelista san Juan (cf. Jn 1, 35-39; 15, 4-10), y este permanecer en Cristo se realiza de modo especial en la oracin. Nuestro ministerio esttotalmente vinculado a este "permanecer" que equivale a orar, y de l deriva su eficacia.

    Desde esta perspectiva debemos pensar en las diversas formas de oracin de un sacerdote,ante todo en la santa misa diaria. La celebracin eucarstica es el acto de oracin ms grande yms elevado, y constituye el centro y la fuente de la que reciben su "savia" tambin las otrasformas: la liturgia de las Horas, la adoracin eucarstica, la lectio divina, el santo rosario y lameditacin. Todas estas formas de oracin, que tienen su centro en la Eucarista, hacen que enla jornada del sacerdote, y en toda su vida, se realicen las palabras de Jess: "Yo soy el buenpastor; y conozco mis ovejas y las mas me conocen a m, como me conoce el Padre y yoconozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas" (Jn 10, 14-15).

    En efecto, este "conocer" y "ser conocido" en Cristo, y mediante l en la santsima Trinidad,es la realidad ms verdadera y ms profunda de la oracin. El sacerdote que ora mucho, y queora bien, se va desprendiendo progresivamente de s mismo y se une cada vez ms a Jess, buenPastor y Servidor de los hermanos. Al igual que l, tambin el sacerdote "da su vida" por lasovejas que le han sido encomendadas. Nadie se la quita: l mismo la da, en unin con Cristo

    Seor, que tiene el poder de dar su vida y el poder de recuperarla no slo para s, sino tambinpara sus amigos, unidos a l por el sacramento del Orden. As, la misma vida de Cristo,Cordero y Pastor, se comunica a toda la grey mediante los ministros consagrados.

    Queridos diconos, que el Espritu Santo grabe esta divina Palabra, que he comentadobrevemente, en vuestro corazn, para que d frutos abundantes y duraderos. Lo pedimos porintercesin de los apstoles san Pedro y san Pablo, as como de san Juan Mara Vianney, el curade Ars, bajo cuyo patrocinio he puesto el prximo Ao sacerdotal. Os lo obtenga la Madre delbuen Pastor, Mara santsima. En todas las circunstancias de vuestra vida contempladla a ella,estrella de vuestro sacerdocio. Como a los sirvientes en las bodas de Can, tambin a vosotrosMara os repite: "Haced lo que l os diga" (Jn 2, 5). Siguiendo el ejemplo de la Virgen, sedsiempre hombres de oracin y de servicio, para llegar a ser, en el ejercicio fiel de vuestro

    ministerio, sacerdotes santos segn el corazn de Dios.

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    TEXTO VII

    LA IMAGEN DEL PASTORBENEDICTO XVI , 7 de mayo de 2006

    En esta hora en la que vosotros, queridos amigos, mediante el sacramento de la ordenacin

    sacerdotal sois introducidos como pastores al servicio del gran Pastor, Jesucristo, el Seor

    mismo nos habla en el evangelio del servicio en favor de la grey de Dios.La imagen del pastor viene de lejos. En el antiguo Oriente los reyes solan designarse a s

    mismos como pastores de sus pueblos. En el Antiguo Testamento Moiss y David, antes de ser

    llamados a convertirse en jefes y pastores del pueblo de Dios, haban sido efectivamente

    pastores de rebaos. En las pruebas del tiempo del exilio, ante el fracaso de los pastores de

    Israel, es decir, de los lderes polticos y religiosos, Ezequiel haba trazado la imagen de Dios

    mismo como Pastor de su pueblo. Dios dice a travs del profeta: "Como un pastor vela por su

    rebao (...), as velar yo por mis ovejas. Las reunir de todos los lugares donde se haban

    dispersado en da de nubes y brumas" (Ez 34, 12).

    Ahora Jess anuncia que ese momento ha llegado: l mismo es el buen Pastor en quien Dios

    mismo vela por su criatura, el hombre, reuniendo a los seres humanos y conducindolos al

    verdadero pasto. San Pedro, a quien el Seor resucitado haba confiado la misin de apacentara sus ovejas, de convertirse en pastor con l y por l, llama a Jess el "archipoimen", el

    Mayoral, el Pastor supremo (cf. 1 P 5, 4), y con esto quiere decir que slo se puede ser pastor del

    rebao de Jesucristo por medio de l y en la ms ntima comunin con l. Precisamente esto es

    lo que se expresa en el sacramento de la Ordenacin: el sacerdote, mediante el sacramento, es

    insertado totalmente en Cristo para que, partiendo de l y actuando con vistas a l, realice en

    comunin con l el servicio del nico Pastor, Jess, en el que Dios como hombre quiere ser

    nuestro Pastor.

    El evangelio que hemos escuchado en este domingo es solamente una parte del gran discurso

    de Jess sobre los pastores. En este pasaje, el Seor nos dice tres cosas sobre el verdadero

    pastor: da su vida por las ovejas; las conoce y ellas lo conocen a l; y est al servicio de la

    unidad. Antes de reflexionar sobre estas tres caractersticas esenciales del pastor, quiz sea til

    recordar brevemente la parte precedente del discurso sobre los pastores, en la que Jess, antes

    de designarse como Pastor, nos sorprende diciendo: "Yo soy la puerta" (Jn 10, 7). En el servicio

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    de pastor hay que entrar a travs de l. Jess pone de relieve con gran claridad esta condicin

    de fondo, afirmando: "El que sube por otro lado, ese es un ladrn y un salteador" (Jn 10, 1).

    Esta palabra "sube" (anabainei) evoca la imagen de alguien que trepa al recinto para llegar,

    saltando, a donde legtimamente no podra llegar. "Subir": se puede ver aqu la imagen del

    arribismo, del intento de llegar "muy alto", de conseguir un puesto mediante la Iglesia:servirse, no servir. Es la imagen del hombre que, a travs del sacerdocio, quiere llegar a ser

    importante, convertirse en un personaje; la imagen del que busca su propia exaltacin y no el

    servicio humilde de Jesucristo.

    Pero el nico camino para subir legtimamente hacia el ministerio de pastor es la cruz. Esta

    es la verdadera subida, esta es la verdadera puerta. No desear llegar a ser alguien, sino, por el

    contrario, ser para los dems, para Cristo, y as, mediante l y con l, ser para los hombres que

    l busca, que l quiere conducir por el camino de la vida.

    Se entra en el sacerdocio a travs del sacramento; y esto significa precisamente: a travs de

    la entrega a Cristo, para que l disponga de m; para que yo lo sirva y siga su llamada, aunque

    no coincida con mis deseos de autorrealizacin y estima. Entrar por la puerta, que es Cristo,

    quiere decir conocerlo y amarlo cada vez ms, para que nuestra voluntad se una a la suya y

    nuestro actuar llegue a ser uno con su actuar.

    Queridos amigos, por esta intencin queremos orar siempre de nuevo, queremos esforzarnos

    precisamente por esto, es decir, para que Cristo crezca en nosotros, para que nuestra unin con

    l sea cada vez ms profunda, de modo que tambin a travs de nosotros sea Cristo mismo

    quien apaciente.

    Consideremos ahora ms atentamente las tres afirmaciones fundamentales de Jess sobre el

    buen pastor. La primera, que con gran fuerza impregna todo el discurso sobre los pastores, dice:

    el pastor da su vida por las ovejas. El misterio de la cruz est en el centro del servicio de Jess

    como pastor: es el gran servicio que l nos presta a todos nosotros. Se entrega a s mismo, y no

    slo en un pasado lejano. En la sagrada Eucarista realiza esto cada da, se da a s mismo

    mediante nuestras manos, se da a nosotros. Por eso, con razn, en el centro de la vida

    sacerdotal est la sagrada Eucarista, en la que el sacrificio de Jess en la cruz est siemprerealmente presente entre nosotros.

    A partir de esto aprendemos tambin qu significa celebrar la Eucarista de modo adecuado:

    es encontrarnos con el Seor, que por nosotros se despoja de su gloria divina, se deja humillar

    hasta la muerte en la cruz y as se entrega a cada uno de nosotros. Es muy importante para el

    sacerdote la Eucarista diaria, en la que se expone siempre de nuevo a este misterio; se pone

    siempre de nuevo a s mismo en las manos de Dios, experimentando al mismo tiempo la alegra

    de saber que l est presente, me acoge, me levanta y me lleva siempre de nuevo, me da la

    mano, se da a s mismo.

    La Eucarista debe llegar a ser para nosotros una escuela de vida, en la que aprendamos a

    entregar nuestra vida. La vida no se da slo en el momento de la muerte, y no solamente en el

    modo del martirio. Debemos darla da a da. Debo aprender da a da que yo no poseo mi vidapara m mismo. Da a da debo aprender a desprenderme de m mismo, a estar a disposicin del

    Seor para lo que necesite de m en cada momento, aunque otras cosas me parezcan ms bellas

    y ms importantes. Dar la vida, no tomarla. Precisamente as experimentamos la libertad. La

    libertad de nosotros mismos, la amplitud del ser. Precisamente as, siendo tiles, siendo

    personas necesarias para el mundo, nuestra vida llega a ser importante y bella. Slo quien da

    su vida la encuentra.

    En segundo lugar el Seor nos dice: "Conozco mis ovejas y las mas me conocen a m, igual

    que el Padre me conoce y yo conozco al Padre" (Jn 10, 14-15). En esta frase hay dos relaciones

    en apariencia muy diversas, que aqu estn entrelazadas: la relacin entre Jess y el Padre, y

    la relacin entre Jess y los hombres encomendados a l. Pero ambas relaciones van

    precisamente juntas porque los hombres, en definitiva, pertenecen al Padre y buscan alCreador, a Dios. Cuando se dan cuenta de que uno habla solamente en su propio nombre y

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    FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARA REINA

    tomando slo de s mismo, entonces intuyen que eso es demasiado poco y no puede ser lo que

    buscan.

    Pero donde resuena en una persona otra voz, la voz del Creador, del Padre, se abre la puerta

    de la relacin que el hombre espera. Por tanto, as debe ser en nuestro caso. Ante todo, en

    nuestro interior debemos vivir la relacin con Cristo y, por medio de l, con el Padre; slo

    entonces podemos comprender verdaderamente a los hombres, slo a la luz de Dios secomprende la profundidad del hombre; entonces quien nos escucha se da cuenta de que no

    hablamos de nosotros, de algo, sino del verdadero Pastor.

    Obviamente, las palabras de Jess se refieren tambin a toda la tarea pastoral prctica de

    acompaar a los hombres, de salir a su encuentro, de estar abiertos a sus necesidades y a sus

    interrogantes. Desde luego, es fundamental el conocimiento prctico, concreto, de las personas

    que me han sido encomendadas, y ciertamente es importante entender este "conocer" a los

    dems en el sentido bblico: no existe un verdadero conocimiento sin amor, sin una relacin

    interior, sin una profunda aceptacin del otro.

    El pastor no puede contentarse con saber los nombres y las fechas. Su conocimiento debe ser

    siempre tambin un conocimiento de las ovejas con el corazn. Pero a esto slo podemos llegar

    si el Seor ha abierto nuestro corazn, si nuestro conocimiento no vincula las personas a

    nuestro pequeo yo privado, a nuestro pequeo corazn, sino que, por el contrario, les hace

    sentir el corazn de Jess, el corazn del Seor. Debe ser un conocimiento con el corazn de

    Jess, un conocimiento orientado a l, un conocimiento que no vincula la persona a m, sino que

    la gua hacia Jess, hacindolo as libre y abierto. As tambin nosotros nos hacemos cercanos a

    los hombres.

    Pidamos siempre de nuevo al Seor que nos conceda este modo de conocer con el corazn de

    Jess, de no vincularlos a m sino al corazn de Jess, y de crear as una verdadera comunidad.

    Por ltimo, el Seor nos habla del servicio a la unidad encomendado al pastor: "Tengo,

    adems, otras ovejas que no son de este redil; tambin a esas las tengo que traer, y escucharn

    mi voz y habr un solo rebao, un solo pastor" (Jn 10, 16). Es lo mismo que repite san Juan

    despus de la decisin del sanedrn de matar a Jess, cuando Caifs dijo que era preferible que

    muriera uno solo por el pueblo a que pereciera toda la nacin. San Juan reconoce que se tratade palabras profticas, y aade: "Jess iba a morir por la nacin, y no slo por la nacin, sino

    tambin para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos" (Jn 11, 52).

    Se revela la relacin entre cruz y unidad; la unidad se paga con la cruz. Pero sobre todo

    aparece el horizonte universal del actuar de Jess. Aunque Ezequiel, en su profeca sobre el

    pastor, se refera al restablecimiento de la unidad entre las tribus dispersas de Israel (cf. Ez 34,

    22-24), ahora ya no se trata de la unificacin del Israel disperso, sino de todos los hijos de Dios,

    de la humanidad, de la Iglesia de judos y paganos. La misin de Jess concierne a toda la

    humanidad, y por eso la Iglesia tiene una responsabilidad con respecto a toda la humanidad,

    para que reconozca a Dios, al Dios que por todos nosotros en Jesucristo se encarn, sufri,

    muri y resucit.

    La Iglesia jams debe contentarse con la multitud de aquellos a quienes, en cierto momento,ha llegado, y decir que los dems estn bien as: musulmanes, hindes... La Iglesia no puede

    retirarse cmodamente dentro de los lmites de su propio ambiente. Tiene por cometido la

    solicitud universal, debe preocuparse por todos y de todos. Por lo general debemos "traducir"

    esta gran tarea en nuestras respectivas misiones. Obviamente, un sacerdote, un pastor de

    almas debe preocuparse ante todo por los que creen y viven con la Iglesia, por los que buscan en

    ella el camino de la vida y que, por su parte, como piedras vivas, construyen la Iglesia y as

    edifican y sostienen juntos tambin al sacerdote.

    Sin embargo, como dice el Seor, tambin debemos salir siempre de nuevo "a los caminos y

    cercados" (Lc 14, 23) para llevar la invitacin de Dios a su banquete tambin a los hombres que

    hasta ahora no han odo hablar para nada de l o no han sido tocados interiormente por l. Este

    servicio universal, servicio a la unidad, se realiza de muchas maneras. Siempre forma parte del tambin el compromiso por la unidad interior de la Iglesia, para que ella, por encima de

  • 7/28/2019 II Domingo de Pascua-homila- Domingo del Buen Pastor

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    SUGERENCIAS PARA LA HOMILAS II DOMINGO DE PASCUA

    todas las diferencias y los lmites, sea un signo de la presencia de

    Dios en el mundo, el nico que puede crear dicha unidad.

    La Iglesia antigua encontr en la escultura de su tiempo la figura

    del pastor que lleva una oveja sobre sus hombros. Quiz esas

    imgenes formen parte del sueo idlico de la vida campestre, quehaba fascinado a la sociedad de entonces. Pero para los cristianos

    esta figura se ha transformado con toda naturalidad en la imagen de

    Aquel que ha salido en busca de la oveja perdida, la humanidad; en la

    imagen de Aquel que nos sigue hasta nuestros desiertos y nuestras

    confusiones; en la imagen de Aquel que ha cargado sobre sus hombros

    a la oveja perdida, que es la humanidad, y la lleva a casa. Se ha

    convertido en la imagen del verdadero Pastor, Jesucristo. A l nos

    encomendamos. A l os encomendamos a vosotros, queridos

    hermanos, especialmente en esta hora, para que os conduzca y os

    lleve todos los das; para que os ayude a ser, por l y con l, buenos

    pastores de su rebao. Amn.

    TEXTO VIIICOMENTARIO AL CNTICO DE LA CARTA I DE PEDRO

    [El texto de la carta, dirigindose de manera directa a los esclavos domsticos que erancristianos, les dice: Cristo padeci por vosotros, dejndoos un ejemplo, para que sigis sushuellas... Sus heridas os han curado. Pero en el fondo Pedro se dirige a todos los cristianosesclavizados y maltratados: debemos recordar a Jess, maltratado y crucificado por nuestros

    pecados, inocente y paciente].San Pedro, en el cap. 2 de su primera carta, habla de las obligaciones de los cristianos.Despus de haberlos exhortado a someterse a la autoridad ci


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