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Intento de definición de la Educación Popular - CIDE

Date post: 06-Nov-2015
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INTENTO DE DEFINICIÓN DE LA EDUCACIÓN POPULAR (*) J.Edo.García-Huidobro Sergio Martinic (*)Extraído de documento "Educación Popular en Chile: Algunas proposiciones básicas", ponencia presentada por J.E.GARCIA-HUIDOBRO y S.MARTINIC al Se- minario Investigación-acción y educación popular en Chile. Agosto 1980. CIDE, Santiago 1983.
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  • INTENTO DE DEFINICIN DE LA EDUCACIN POPULAR (*)

    J.Edo.Garca-HuidobroSergio Martinic

    (*)Extrado de documento "Educacin Popular en Chile: Algunas proposicionesbsicas", ponencia presentada por J.E.GARCIA-HUIDOBRO y S.MARTINIC al Se-minario Investigacin-accin y educacin popular en Chile. Agosto 1980.

    CIDE, Santiago 1983.

  • INTENTO DE DEFINICIN DE LA EDUCACIN POPULAR (*)

    Entendemos la educacin popular como una prctica educativa que se ins-

    cribe al interior de un proceso ms amplio, que busca que los sectores

    populares se constituyan en un sujeto poltico conciente y organizado.En esta perspectiva, la educacin popular tiene una especificidad educa_

    tiva, pero comparte las finalidades generales de la lucha del pueblo por

    transformar la sociedad y se plantea como una ayuda para la realizacin

    de esa tarea.

    De lo anterior se desprende que una definicin de la educacin popular

    debe esclarecer un conjunto de problemas:- Cul es la meta que se busca?

    - Cul es la actual situacin de los sectores populares?

    - Cules seran los pasos que los sectores populares deben recorrer pa-

    ra constituirse en sujetos del proceso que los llevar de su situacinactual a la meta buscada?

    Es importante despejar de entrada una posible ambigedad. Como se visua-liza, a partir del anterior listado mnimo de preguntas, estamos frente

    a un problema serio y complejo. De ninguna manera tenemos la pretensinde agotar el tema, ni de dar una respuesta completa. En lo que sigue, so

    (*) Extrado de documento "Educacin Popular en Chile: Algunas proposiciones bsicas", ponencia presentada por J.E. GARCIA-HUIDOBRO y S. MAR-TINIC al Seminario Investigacin-accin y educacin popular en Chile.Agosto 1980

  • -2-

    Lo intentaremos plantear un conjunto mnimo de proposiciones que permi-tan iniciar un debate y contribuir a una elaboracin.

    j f-TjfVj *~>5r)tj/^ fi F BOPrimera Proposicin: LA EDUCACIN POPULAR BUSCA LA CREACIN DE

    UNA NUEVA HEGEM3NIA

    Expresar la meta ltima de la educacin popular, contribucin a la cons-

    truccin de una sociedad ms justa y solidaria en trminos de creacinde una nueva hegemona conlleva un conjunto de implcitos que es precisoesclarecer. En sntesis, tras esta formulacin existe una forma particu-

    lar de entender la dominacin econmica, social y poltica que pesa sobre

    los sectores populares y, tambin, una posicin que valora el trabajotural en conexin a la lucha poltica por transformar la sociedad en la

    que estos sectores estn empeados.

    La dominacin es una realidad primero y fundamentalmente econmica. Ha-

    blar de sectores populares es referirse a una mayora social que se ve

    excluida de los medios necesarios para asegurar la satisfaccin de sus ne_

    cesidades vitales y que se ve obligada a vender a bajo precio su fuerzade trabajo o an que se ve excluida de la posibilidad misma de trabajar,pero as, desnudo en su simplicidad, muestra la injusticia que vive elpueblo y atraviesa a la sociedad. Frente a esta realidad es imposible no

    preguntarse cmo subsiste esta situacin?. Clsicamente, se ha recurri-

    do a la existencia del Estado para explicar el hecho. As, el estado apa_

    rece como un aparato de fuerza, coercin y control social para asegurar

    la mantencin de la dominacin..-,-.*,'. ,. -._,;;.;.-..I iPn-Ar.^^; ,n.O -to.j f>LcU.^-^tq i-., n,'t-.mo'.i , "aeoi^sd s-w

    noj il '-i-6.nrnro?. If- r)IMITSin negar este nivel de dominacin -estructura en torno a la fuerza, pare_

    en necesario, mxime desde una perspectiva de educacin popular, avanzar

  • 3

    en la profundizacin del hecho de la dominacin social. Como Gramsci ad-vierte, la supremaca de los sectores dominantes se basa en la funcin

    que ellos ejercen en el seno de la actividad econmica, recurre a formascoactivas y represivas de dominio, pero no se agota all. El concepto de

    hegemona busca indicar que los sectores dominantes no slo son dominan-tes sino que llegan a ser tambin dirigentes. Vale decir, los grupos so-ciales dominantes logran una supremaca tambin en el plano cultural, in_telectual y moral. Hacen prevalecer en el seno de la sociedad su concep-

    cin del mundo y de la sociedad y permean las costumbres con una moralconforme a ellas. En otras palabras "la clase cirigente no slo justifi^ca y mantiene su dominio, sino tambin logra obtener el consenso activode los gobernados" (Gramsci, 1966-79). La accin en este campo ha sidomediante la persuacin y en busca del consentimiento.

    Ms adelante, al tratar de la cultura popular dominada, se volver sobreel punto. Por el momento, baste constatar que esta realidad obliga a in-

    cluir esta perspectiva en cualquier intento de esclarecimiento de una ac

    cin en vista a la transformacin social. Esclarecimiento que, por lo de_ms, permite valorar ampliamente la educacin popular como accin polti

    ca. La bsqueda de una sociedad distinta no puede ya ser pensada como unmero cambio econmico, por importante que sea este cambio, ni 'como un pu

    ro cambio de manos del aparato estatal coersitivo. Las exigencias y nece_

    sidades que surgen en el terreno econmico deben encontrar su expresin

    eficiente en la creacin de una nueva voluntad colectiva, capaz de actuary de pensar la sociedad de modo distinto. El hablar de nueva hegemona po

    ne la exigencia de crear, desde hoy y en el seno de la prctica actual delos sectores populares, una concepcin del mundo y de la sociedad, una

    cultura, que haga sentido en el proyecto econmico y poltico alternativoy que permita ir sumando voluntades al proyecto. Cualquier proyecto histrico debe comenzar por ser hegemnico a nivel del bloque social que lo

    sustenta. Se est frente a una concepcin ms amplia del poder segn la

  • -4-

    cnal el poder se conquista y construye en medio de las masas, con ellas

    y no para ellas (*)

    La educacin popular, en sentido estricto como prctica especfica e in-

    tencionadamente educativa, es una actividad que contribuye a esta cons-

    truccin de una nueva hegemona junto a muchas otras actividades popula-res: la vida y organizacin poltica, la vida sindical, la lucha reivindi_

    cativa, diversas organizaciones, la misma vida cotidiana y familiar. En

    un sentido ms lato es posible afirmar, sin embargo, que todas esas acti_

    vidades poseen una dimensin educativa e incluyen por tanto una componer^

    te de educacin popular.

    Segunda proposicin: LA EDUCACIN POPULAR TIENE SU PUNTO DE PARTIDA ENUNA CULTURA POPULAR QUE, PESE A TENER NCLEOS DI-NMICOS, ES UNA CULTURA DOMINADA

    \

    Postular que la educacin popular debe respetar la cultura popular, sue-

    le ser un punto de encuentro para quienes se dedican a esta tarea. Sin

    embargo, la afirmacin puede ser engaosa y puede llevar a posiciones en

    las que que la intencin de la educacin popular, de colaborar con una

    transformacin de los sectores populares en sujetos activos y eficientesdeL cambio social y poltico, se diluye. Para evitar este riesqo, parece

    fundamental plantearse el problema en su amplitud. La cultura es pisotea

    da hoy, no se reconoce su carcter de "cultura", se concibe al pueblo co_

    mo sin cultura, como incapaz y se intenta manejarlo y manipularlo; fren-te a lo cual es obvio que la educacin popular niega todo intento de do-

    minacin cultural y de manipulacin. Sin embargo, hay que reconocer que

    (*) Esta perspectiva, fundada en Gramsci, ha sido desarrollada en dos tra_bajos de VALDIVIA, T. (1978 y 1979) en la Revista MENSAJE.

  • -5-

    el pueblo ha sufrido una larga historia de dominacin, tambin cultural

    y que, por tanto, ha introyectado esta situacin, lo que ha llevado aFreir a hablar de una "conciencia hospedadora de la opresin" (1969:67).

    A travs de la presente tesis se busca mantener una doble afirmacin que-de una parte- reconoce al sector popular como sujeto de cultura, comocreador de cultura, pero que -de otra parte- subraya la necesidad de si-

    tuar histricamente las condiciones de produccin de esta cultura.

    La cultura se da en la sociedad en conexin con las clases sociales y esuna relacin simultnea de expresin y conformacin de la posicin social

    de estos grupos. Siendo la sociedad una realidad conflictiva y dividida,

    el campo cultural no ser unitario, sino atravesado de antagonismo. Es posible distinguir as una multiplicidad de culturas correspondientes a los

    diversos estratos sociales. Para sintetizar es posible centrar el proble

    ma en la existencia de una cultura oficial, unificada y coherente con el

    proyecto dominante y de una cultura popular dispersa y empobrecida.

    La cultura popular vista desde una perspectiva global suele ser caracte-

    rizada de modo negativo, ya como "cultura del silencio", ya como cultura

    espontnea y tradicional {Freir, 1969; Gramsci, 1972). Puede decirse que-en general- popular representa una concepcin del mundo que es absorvidaen forma a-crtica, esto es espontneamente y refleja las condiciones devida, la posicin social y cultural del pueblo. Debido a este carcter dereflejo de la situacin de las clases subalternas, la cultura popular noes "una" concepcin sino una multitud de concepciones, correspondientes alas diversas situaciones y modos de insercin econmica y social de losdistintos grupos populares (Martinic, 1979). Estas concepciones se caracterizan por ser concepciones no elaboradas, ni ordenadas, en las que tie-

    nen presencia un roniunto de aspectos que corresponden a la sedimentacinen ja conciencia popular de las religiones y filosofas del pasado. Baste

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    esta rpida caracterizacin para destacar el peso de la dominacin enla cultura popular, peso que permite postular que solo es posible estu

    diar la cultura del pueblo en unidad con la historia de su dominacin.

    Ahora bien, si no es posible asumir las manifestaciones culturales del

    pueblo como una expresin unitaria, coherente, crtica, original e in-dependiente de su experiencia de clase, tampoco es posible negar sin

    mas trmite toda manifestacin cultural del pueblo y verla como mero re_fiejo de los dominantes. Es precisa una actitud crtica que descarte u-na posible ingenuidad, pero que -al mismo tiempo- busque reconocer en

    el seno mismo de la cultura popular lo que hay de captacin conscientede la propia situacin social. Esta capacitacin existe, en forma no u_

    nitaria, no coherente, pero real. Gramsci se refiere a un buen sentido,

    a un ncleo sano del sentido comn que "merece ser desarrollado y hechounitario y coherente" (1972:7), a travs del cual los sectores popularesdan un primer paso de "alejamiento" e "independencia" que los llevar ala progresiva adquisicin de la propia personalidad histrica. Para des_cubrir este buen sentido es importante dar prioridad al obrar de los sec_

    tores populares sobre su decir; en efecto esta concepcin propia del pue_blo se manifiesta sobre todo en su accin, cuando un grupo se mueve comoconjunto orgnico.

    Frente a esta realidad, una tarea fundamental de la educacin popular

    consistir en ser una ayuda para que el pueblo pueda pasar de esa cultu-ra recibida en forma espontnea a una cultura unificada, crtica y cons-cientemente asumida. Esta labor se conecta fuertemente tanto a la posibi_

    lidad de que los sectores populares se conciban colectivamente, esto es,

    como formando parte de un grupo social que comparte una identidad y una

    situacin y que puede compartir un proyecto alternativo, como a la posi-

  • -7-

    bilidad de que puedan actuar en forma independiente y autnoma (*).

    A esta altura es posible volver a la afirmacin inicial: la educacin pp_

    pular respeta la cultura popular y tiene su punto de partida en ella.

    Este respeto debe ser entendido al menos de dos maneras:

    - Para quebrar la cultura del silencio es preciso que los sectores popu-

    lares recobren su palabra, aunque en un primer momento esta palabra no

    sea plenamente suya, sino en buena medida la expresin de su dominacin.

    Esta altura popular, realidad dual que contiene, de una parte, la pre-

    sencia de la cultura oficial en la conciencia del pueblo y, de otra,

    la sabidura o buen sentido que procede de la experiencia popular es el

    punto de partida de la educacin popular.

    - Respeto tambin, en el sentido de que se cree en la capacidad del pue-

    blo, de crear cultura y de analizar crticamente su propia conciencia

    espontnea.

    (*) Esta necesidad de unificacin cultural del pueblo tiene dos dimensio-nes que es preciso distinguir:

    a) la existencia de una multiplicidad de concepciones del mundo y dela sociedad debe ser superado en cuanto es expresin de una faltade unificacin poltica del pueblo y conlleva una dispersin y pul_verizacin de voluntades que impiden organizarse unitariamente envoluntad colectiva;

    b) ahora bien, lo anterior no significa que no exista una legtima di-versidad de expresiones culturales que es muestra de una riqueza,fruto de experiencias distintas y respetables. Se insiste eso sde que al interior de cada una de estas subculturas debe darse tambien un proceso de unificacin, que suprima las incoherencias queson fruto de la situacin de dominacin.

  • -8-

    TERCERA PROPOSICIN: LA EDUCACIN POPULAR BUSCA LA CONSTITUCIN DEL PUEBLOEN SUJETO POLTICO, LO QUE SUPONE SU TRANSITO DE CLASEECONMICA A CLASE POLTICA.

    La formacin de la conciencia de clase es un proceso cuyos trminos han

    sido sealados. Se trata de caminar desde una situacin de dispersin y

    silenciamiento del sector popular que impide su autopercepcin consciente

    como sujeto colectivo y frena su capacidad de accin autnoma, a una situa_cin en que se constituya en sujeto poltico organizado, en voluntad colec_ti va.

    En lo que sigue se intentar presentar esquemticamente algunos momentos

    o fases de este proceso de toma de conciencia y organizacin a travs del

    cual los sectores subalternos pueden adquirir una capacidad de direccin

    en la sociedad. Qu implica superar una conciencia estrecha y disgregadapor una conciencia crtica que les revele su personalidad y la de la socie^

    dad en la que estn inmersos?. Qu significa la capacidad de asumir unpresente no querido en un futuro proyectado?. Se trata de un proceso largo

    y lento que toma base en lo que se Ilam6 el buen sentido de las masas (*).No se trata, por tanto, de un paso de la no-conciencia a la conciencia, de

    la pasividad a la actividad, sino del trnsito de una conciencia y activi-

    dad mltiples, a la unificacin de esa actividad en una voluntad suficien-

    temente homognea como para determinar una accin coordinada. Esta observa_

    cin permite sealar, a. nivel de mtodo que es importante: el punto de par_

    tida est en las manifestaciones de accin y de iniciativa de los subalter_

    nos, por limitadas y primitivas que stas sean.

    (*) Tomamos pie para exponer este proceso de una nota de Gramsci titulada"Anlisis de las situaciones. Relaciones de Fuerza" (Gramsci, 1966:40-50).

  • -9-

    Clase econmica; Para comprender el desarrollo de las clases subalternasdesde su situacin de dominacin a la creacin de una

    nueva fuerza hegemnica, hay que considerar -en primer lugar- el plano es_tructural o econmico en el cual se constituyen las relaciones socialesfundamentales que dan lugar a los distintos grupos sociales. En cierto sen_

    tido, las condiciones para que se pueda o no se pueda suscitar y desarro-

    llar una voluntad colectiva estn dadas o negadas por la estructura social.

    En todo caso, el punto de partida de la conciencia poltica de un grupo,su

    conciencia actual, debe ser entendida en relacin a su posicin estructu-ral^ sus condiciones de vida y de trabajo y a las contradicciones que seviven a este enivel. Es importante afirmar, tambin, que -contrariamente a

    los que postulan posiciones economicistas- la formacin objetiva de un gru_po social desde el punto de vista econmico, no basta; es necesario que lagnesis econmica del grupo social se complete por un desarrollo de la con_

    ciencia y la voluntad poltica.

    Otra observacin que conviene hacer y que se desprende de esta situacinestructural, es que el proceso que se busca recibir sus caractersticasconcretas del terreno en que se desarrolla; en esta perspectiva hay que des_

    tacar que se trata de un proceso que se desarrolla en un terreno ajeno yque durante todo su caminar hacia la autonoma las clases subalternas es-

    tn sometidas al influjo poderoso y eficaz de los grupos dominantes.

    Conciencia poltica: La realidad econmica, el plano estructural, ofreceuna base o contenido que deber ser asumido, aclra-

    la'do y superado por la conciencia poltica colectiva. La realidad y la con-

    tradiccin econmica se hacen polticamente eficientes por la mediacin

    necesaria de la conciencia y la organizacin.

    Ahora bien, el surgimiento de la conciencia poltica es un proceso que

    puede ser visualizado en grados o fases:

  • -10-

    * Primer momento; la conciencia econmico-corporativa. Un primer nivel deunificacin se produce cuando un grupo o estrato se organiza en funcinde la solucin o respuesta a problemas que surgen de sus condicionesconcretas de vida o de trabajo, de ac el apelativo de "corporativo".No puede hablarse todava de conciencia de clase, ya que no es la clase

    econmica la que accede a la autoconciencia de su existencia.

    Resaltan fcilmente los lmtes de este estadio de la conciencia colect^

    va, sin embargo, es claro tambin que, desde la perspectiva de la educa_cin popular, este estadio encierra potencialidades. Es importante par-tir de esta realidad comn y compartida para problematizarla, analizarsus implicancias y ayudar el proceso de toma de conciencia.

    * Segundo momento: conciencia de clase econmica. Esta fase ha sido llamada fase econmico-poltica para indicar los dos aspectos que la definen.

    Se est todava en el terreno econmico, pero se ha llegado a un primernivel de conciencia de clase ya "que se logra la conciencia de solidari-

    dad de intereses entre todos los miembros del grupo social" (Gramsci,1966:45). Es tambin el carcter econmico el que muestra la limitacinde esta conciencia, ya que la ligazn a lo econmico particulariza, res_tringe a la propia clase, no permite todava la universalidad propia

    del campo poltico. Esto se nota por el tipo de relaciones que se esta-

    blecen en relacin al Estado; en este momento ya "se plantea la cuestindel Estado, pero slo en el terreno de lograr una igualdad poltico-jur_dica con los grupos dominantes" (Ibidem). Se est frente al reformismopoltico el cual, considerado como accin de los sectores populares, pue_

    de definirse como una poltica reivindicativa a travs de la cual no estocada la estructura social: se buscan cambios, pero dentro del marco es

    tablecido por los sectores dominantes. Con todo es interesante resaltar

    la perspectiva que se abre al considerar el reformismo como un momento o

    fase en el desarrollo de la conciencia, del cual hay que tomai pie para

    1 acceso a una conciencia y accin ms autnoma.

  • -11-

    En esta etapa se vive una suerte de antinomia: se ha logrado un primer

    nivel de conciencia de la propia personalidad histrica, sin embargo,no es todava posible escindirse realmente del grupo dominante. Se per_

    manece en el marco creado por l, se es definido por l. Desde otro n_guio, se puede afirmar que se trata de una conciencia de la dependen-

    cia que todava no ha cumplido su ciclo: se tiene conciencia de ser

    distintos (negacin), sin lograr todava perfilar positivamente la pro_pa imagen.

    * Tercer momento; conciencia poltica. Se trata de la conciencia de clase

    en un sentido propio. Es el momento en el cual se superan los lmites

    de clase econmica, llegndose a la constitucin de una clase poltica

    cuya principal caracterstica es su capacidad en forma universal. Al ha_

    cerlo se sale y supera el marco constituido por la clase hoy dominante

    y la nueva clase poltica se plantea como portadora de un proyecto al-

    ternativo de sociedad. En otras palabras, se est en la perspectiva deconstruccin de una nueva hegemona, que se basa en una concepcin al-ternativa del mundo y de la sociedad.

    Este nuevo momento posee una serie de caractersticas precisas, que si

    bien no es posible ahondar ac, es preciso al menos anuciar. Se. trata, deuna parte, de una clase capaz de expresarse a travs de una accin colec-tiva y coordinada. Esta unificacin en el plano de la accin dice referencia a la organizacin (tema del partido) y supone una finalidad comparti-da que se exprese en un proyecto o programa (tema del contenido de la he-gemona) . Ademas, est el problema del ncleo en torno al cual se puederealizar esa unificacin. Para Gramsci, por ejemplo, solo pueden llegar aeste nivel de clase poltica los grupos que l llama fundamentales en re-

    lacin a su modo de insercin en el sistema productivo. Hay ac un privi-legio de los sectores obreros como posibles portadores de esta hegemona,

    la que llegar a ser real, en la medida en que ellos logren, simultnea-mente autonoma respecto a los sectores dominantes y la adhesin del con-

  • -12-

    iunto de los grupos o sectores sociales que buscan la transformacin de

    ia sociedad (Gramsci, 1972:3-192). En todo caso, es claro que la con -ciencia de clase as entendida, permite caracterizar a la nueva clase cc^

    mo expansiva y progresiva, ya que trata de empujar a la sociedad enterahacia adelante siendo portadora de un programa capaz de resolver en for-

    ma alternativa y mejor los problemas de la gran mayora de la sociedad.

    Desde otro ngulo, el planteo pone de relieve la seriedad y complejidadde la meta de la educacin popular concebida como creacin de una nueva

    hegemona. La plena conciencia de clase supone un conocimiento bastante

    integral de la realidad social, tanto desde el punto de vista del conjunto de mecanismos a travs de los cuales los sectores dominantes asegu-

    ran y ejercen su dominio (lo econmico, lo poltico, lo ideolgico y cul^tural), como desde el punto de vista de un programa alternativo que re-defina integralmente el todo social. No se trata ya solo de tomar concien_

    ca de la dominacin, sino de elaborar la liberacin. Es posible volver a

    lo dicho sobre la cultura popular para plantear que este desafo conlleva

    la necesidad de que la cultura del pueblo se dinamice y llegue a ser ca-

    paz de apropiarse y redefinir socialmente todo el legado cultural de la hu

    manidad: la ciencia, el arte, la tcnica... Se trata de una meta lejana,pero que como toda alternativa comienza hoy. La prctica de educacin po-

    pular est enfrentada a ella. La educacin popular junto con lograr losniveles de auto-estima, de autoreconocimiento, que constituyen un primer

    paso necesario de la pasividad a la actividad, de la inmersin a la con-

    ciencia, del camino a travs del cual se debe insistir en la disciplina

    y profundidad de tratamiento de los problemas. La meta es una sntesis cu

    tural, a travs de la cual el pueblo, a partir de sus valores y perspecti^

    vas, recree el conocimiento socialmente acumulado que es patrimonio de la

    humanidad.

  • -13-

    Cuarta Proposicin: LA EDUCACIN POPULAR ESTABLECE UN TIPO DE RELACIN

    PEDAGGICA ENTRE EDUCADORES Y EDUCANDOS QUE, EVITANDO LA MANIPULACIN,

    PROMUEVA LA DIRECCIN CONSCIENTE Y LA VOLUNTAD COLECTIVA.

    A travs de las proposiciones anteriores se ha buscado entregar algunos

    elementos de discusin para definir la meta o tarea de la educacin popu-

    lar y su punto de partida. Ahora se buscar precisar mnimamente el cami-

    no. Se entiende as que una definicin de la educacin popular debe dar

    cuenta, de una parte, de la finalidad en la cual esta prctica se inscri-

    be, pero que debe precisar tambin su especificidad como prctica. Esto

    implica tomar posicin acerca del conocimiento y ms concretamente acerca

    de la educacin, en cuanto relacin social a travs de la cual ese conoci_

    miento se facilita.

    _-

    :'."'

    s ;/i , - -*: ?;_:.f _Para situar adecuadamente esta relacin educativa, conviene adelantar al-

    gunas proposiciones que ubican socialmente el conocimiento. Ya se afirm

    que todos los hombres poseen una cultura, vale decir, un modo de pensar y

    de obrar. Esta cultura es un hecho social e histrico. Cada hombre hace su

    entrada el mundo consciente en y a travs de un grupo social determinado

    y es, a partir de l, con los elementos que ese grupo posee, que cada hom-

    bre otorga sentido al mundo. En otros trminos: todo hombre participa de

    un universo cultural histricamente construido. Frente a esta realidad es

    que se plantea una pregunta central para la educacin popular: "la cues-

    tin de si es preferible 'pensar' sin tener conciencia crtica de ello

    (...) o es preferible elaborar la propia concepcin del mundo conscientey crticamente" (Gramsci, 1973: 3-4).

  • -14-

    La respuesta que la educacin popular ha dado a estas interrogantes ha da_

  • -15-

    En esta perspectiva, la "relacin educativa" puede concebirse como una "re

    lacin dialgica" ^Freir, 1970), como una "relacin activa recproca"(Gramsci, 1972:26), donde "todo maestro es siempre alumno y todo alumno esmaestro" (Ibidem) o para usar una frmula de'.Freir "ya nadie educa a na-die, as como tampoco nadie se educa a s mismo, los hombres se educan en

    J.f.?J**Q -i-'JGi! [L\J ~t 1HJ-E-_7TS ^ i. >J 77

    comunin, mediatizados por el mundo".

    .-3 nB-jonpi '3 obficiJtj - > JEl concebir as la relacin pedaggica pone exigencias en torno al conte-

    nido de la educacin y a las caractersticas del educador popular.

    .MH ov r iv-.cftse ooocyiq Isb beb 11 BI 13 el sb BSI I iEl punto de partida y la referencia fundamental de esta relacin educati-

    va es la vida del pueblo, su prctica, vale decir, la realidad en la que

    se vive y que pide ser comprendida y transformada. Son los problemas e in_

    terrogantes que se plantean en esta actividad y realidad los que estn e-

    laborados en el proceso educativo. Como se sabe, es la conciencia propia

    de las masas, aquella embrionaria e implcita en su accin, la que deber

    ser unificada, elaborada y desarrollada. 3 i c

    Es a partir de esta referencia a la situacin y a la vida y prctica que

    debe ser concebido el rol y la tarea del educador popular. Es posible de-

    cir que el educador popular, antes de educar, es educado por el pueblo.

    El ambiente cultural que l busca dinamizar, activar, elaborar, acta so-

    bre l, le contrie a una permanente actividad autocrtica, opera como

    maestro (Ver Gramsci, 1972:26). El educador asume el proyecto popular al-ternativo, se hace parte de l.

  • -16-

    Nu se trata obviamente de un educador que posee la verdad y la lleva al

    pueblo. La famosa crtica que Freir ha hecho de la "educacin bancaria",

    reflejo de la sociedad opresora, en la que el pueblo se transforma en elobjeto de la accin del educador (1970: ), traza un lmite claro.Se niega la posibilidad de una educacin concebida ya como donacin pater_naiista, ya como manipulacin de un lite iluminada en relacin a un pue_blo atrasado e ignorante.

    Tampoco se trata de un educador pasivo que por un malentendido "respeto"

    al pueblo se desresponsabiliza de la finalidad del proceso educativo y se

    inhibe de hacer su aporte. El educador popular debe asumir como materia

    de su pensamiento los problemas del pueblo, debe ser desafiado y educado

    por la prctica del pueblo, pero tiene una responsabilidad de aportar lomejor de s y de su cultura al proceso de elaboracin conjunta. Tiene fi-nalmente, la responsabilidad de instrumentar el proceso, de modo que se

    haga crecientemente posible una relacin horizontal entre educador-educando que permita una sntesis cultural entre los contenidos y experiencias

    que ambos aportan y que d lugar a la autonoma de los educandos en vistaa su organizacin.

    122-2345678910111213141516


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