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J d e u ô ífa íític a A y ¡T e d a g ó y ic a ó d e S im á ...

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J d e u ô í f a í í t i c a A y ¡ T e d a g ó y i c a ó

d e S i m á n 5 l a d % í g u & z

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d e S i m ó n S l o d m

Ó M & ai d e í a ó 3

Sim ó» Rodrigues:,

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JUuCa: Jdeaó [Politicai u ifedaqó^icaò de Simon. Oiadxiaiiec

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D e d ic a t o r ia

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P R E S E N T A C I Ó N

Los orígenes de esta obra amplia y extensa sobre el grande hombre Simón Rodríguez, se remontan a 19 8 1. Su autor Roberto Rodríguez Castillo, además de abordar el pensamiento y obra del maestro desde el rigor teórico y metodológico, escudriña con sorprendente pasión y como sólo una mente acuciosa y penetrante podría hacerlo, los incontables e infinitos tejidos que dieron sentido a la existencia del hombre controversial, irreverente, magnífi­co, que fue Simón Rodríguez o Samuel Robinson, siem pre volcado, indomablemente, a la lucha por una realidad signada por lo auténticamente ético y humano, e inspirada en las utopías siempre posibles de la liberación y justicia social.

No son pocos los trabajos publicados e inéditos que sobre Simón Rodrí­guez se han escrito. Unos con mayor justicia que otros, o con mayor rigor que.otros, nos acercan al maestro como el precursor de las ideas libertarias de su insigne discípulo Simón Bolívar, o como filósofo, sabio, visionario, via­jero impenitente o el creador de una concepción e ideario del sistem a edu­cativo. Al cúmulo de obras existentes -s in emitir sobre ellas juicio valorativo a lguno- Roberto Rodríguez C. agrega esta nueva y exhaustiva investiga­ción con el carácter distintivo de pretender presentarnos a un “ Simón Ro­dríguez tal como fue’". El hombre esencialmente y por encima de todo revo­lucionario, ése quien nos dijo que el fin último de la sociedad es la satisfac­ción de necesidades, o lo que el maestro denom inaba “sociabilidad”, y que los hombres deben prepararse al goce de la ciudadanía con cuatro especies de conocimientos los cuales deben sustentarse en cuatro especies de ins­trucción, !a social, la corporal, la técnica y la científica. La necesidad d e ja educación, sus conceptos de sistema, economía social y educación popular se conjugan y se imponen así como herramientas fundamentales para el desarrollo de individuos libres y soberanos. Su gran capacidad crítica, cuestionadora del orden sociopolítico existente le dio una extraordinaria fuerza revolucionaria a toda su obra.

Simón Rodríguez se concibe así corno el precursor de un pensamiento educativo americano, y desde la perspectiva del pensador W alter Mignolo,

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no dudaría en afirmar que Simón Rodríguez fue el gran autor de un “pensa­miento de frontera” (border gnosis) para usar una metáfora del espacio, que se define a partir de un contenido ético-político con un proyecto de univer­salidad que podría concretarse en cualquier espacio territorial. En Simón Rodríguez el “pensamiento de frontera” se nos devela en la reflexión crítica al intentar revertir el imaginario hegemónico de la colonia, esto es, descolonizar la educación y la sociedad y ganar así un espacio de transformación social.

Es importante destacar que el Simón Rodríguez que encontraremos en este libro, no es el héroe exaltado desde el positivismo como individuo solita­rio ausente de los procesos históricos, sino como, nos dice su autor, el hom­bre inscrito en la lucha de clases y el sistema productivo en una sociedad, la sociedad colonial.

La obra se concibió en siete capítulos. Cada capítulo progresiva y articu­ladamente contextualiza sociopol¡ticamente el pensamiento de Simón Rodrí­guez, iniciándose esta travesía intelectual y sensible con el contexto históri­co de la educación colonial en Venezuela, en su prim er capítulo, para prose­guir con un análisis de las instituciones coloniales y luego la educación colo­nial en el segundo y tercer capítulos. En el cuarto y quinto capítulos alcanza­mos los contenidos medulares del libro que nos ocupa y de la filosofía del maestro americano, el sistema republicano de Simón Rodríguez y el pensa­miento pedagógico de Simón Rodríguez y la instrucción en escuela y maestranzas, para culminar el sexto y último capítulo con El sociólogo Si­món Rodríguez. Finalmente, el autor nos presenta sus conclusiones.

Este libro es para todos, jóvenes y adultos, maestros y estudiantes, bien pensado y sencillo de leer, nos descubre el pensamiento universalista que sus­tenta una sociedad auténticamente democrática, digna y soberana, que se construye desde lo ético-político, y por encima de todo, este libro es para quienes, como el autor, construyen país desde la esperanza activa y militante.

Caracas, noviembre de 2001

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INTRODUCCION

Una de las primeras teorías propuestas en América en el siglo XIX so­bre educación e instrucción es la de Simón Rodríguez (1771 - 1854), quien establece una relación entre la renovación social y la educación.

Esta investigación separa el testim onio crítico de la R evolución independentista en el pensam iento de Simón Rodríguez, de su praxis socioeducativa. Y es precisamente esto último, lo que se indaga, el autor sistematiza, indicando las dificultades que tuvo Rodríguez en el desarrollo de su proyecto. Se presenta un cuerpo coherente de lo analizado a través del estudio de sus obras.

El objetivo que persigue este trabajo, más que la promoción de un perso­naje, es el examen, lo más riguroso posible, de una línea de pensamiento que no ha alcanzado la difusión e importancia que merece en el campo de la política la educación.

• No es tan fácil desentrañar las “ Ideas Pedagógicas” de Simón Rodrí­guez, la concepción educativa, sin alejarse de la biografía del autor. Y si­guiendo las pautas de sociólogos, marxistas, estructuralistas, que no se con­forman con ver la obra como una totalidad que se satisface a sí misma, ni como una entidad que dispone de su propia estructura y proceso, la relacio­nan, metodológicamente con técnicas cada vez más refinadas, con el medio social en que se produjo. Fijando particularmente la atención en la estructu­ra económica del período histórico y la sociedad de que se trate.

Tal parece que hay tres métodos generales:

- El biográfico, incluyendo la vida en la obra y viceversa.

- La obra como totalidad en sí misma.

- La obra en relación con la estructura económica y la superestructura

de una época.

Estos tres métodos han tenido muchas derivaciones; sólo son maneras de interpretar. En este caso, se intenta relacionar el hecho histórico con la obra en la praxis social transitada por Simón Rodríguez.

Es la “Pedagogía filosófico-histórica” , la cual considera las condiciones m ateriales de la historia dentro de la sociedad como un proceso necesario y

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una circunstancia denominada “concienciación” de las masas, y a través de la educación logra una reflexión sobre el tiempo y el espacio social, no como simples espectadores, sino como actores y autores, es decir, no promueve un modelo de adaptación a la sociedad, más bien un medio de ruptura, de cambio y transformación.

El parafrasear a Freire no es para justificar esta investigación, sino por haber encontrado evidencias demostrables de las semejanzas de Rodríguez con el planteamiento de Paulo Freire. Es a través de sus obras, como Rodrí­guez pone de manifiesto una concepción de la sociedad que se esfuerza en ayudar a construir, unas veces solo y otras con Bolívar. Todo se dirige a impulsar su proyecto de instrucción y educación popular en las nacientes Repúblicas.

Es a través del análisis de sus planteamientos, como se pudo obtener una concepción educativa la cual abarca un sistema concreto de concepciones filosóficas, es la pedagogía para la construcción de las sociedades am erica­nas. El esfuerzo está dirigido a desentrañar las propuestas de Rodríguez, a tom ar lo básico de cada uno de sus escritos e interrelacionarlos para descu­brir una concepción de su «sistema», tanto Republicano como pedagógico.Y presentar una visión nueva del maestro de América: la de Sociólogo.

El análisis de los planteamientos de Simón Rodríguez hoy cobra una tras­cendental importancia para la continuidada de una línea de pensamiento que en el siglo XIX, después de la independencia, busco con la construcción de las nuevas repúblicas, impulsar la justicia s o c ia lja educación con la inter­vención del Estado e imponer la Educación Popular con la economía social.

Ese esfuerzo frustrado de Rodríguez y Bolívar, hoy tiene enormes posi­bilidades de verse recompensado con la revolución bolivarianaque da inicio aun proceso que puede alcanzar los objetivos que estuvieron planteados por ambos Simones en su época y que nadie supo valorar.

Con estos planteamientos metodológicos, políticos y pedagógicos la re­volución venezolana puede acercarse a una acción concreta de cambios profundos en la discusión de los problemas educativos contemporáneos: la sociedad venezolana y de América tiene el deber de reivindicarse frente a él adoptar como filosofía y acción su pensamiento e ideas aun vigentes si queremos alcanzar la pregonada independencia, la libertad y la dignidad que como pueblo tenemos derecho.

El autor

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C a pít u l o I

“y& aaéia que e£ eaprniu defáa

awueagxix ía m uerte p a ta nace*

a una uida óupevim ...,

£a acción na exa aína un ueópa

de £a in ietígencia... de etxat a

de faacaéa, eva un óaotifícia

de £a in leiigencia”.

( (Lutocfutica, ¿dgwt M m m )

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I

E l H o m b r e R o d r íg u e z

Hay la aventura de la mente y la aventura de la acción. En ambos casos, lo esencial está por descubrirse, la espera de lo inesperado, la interrogante frente al porvenir. Simón Rodríguez vivenció esta doble aventura cuando timonea el barco de su existencia. Teniendo ante sus ojos una sola significa­ción: descubrir o reencontrar el sentido del humanismo.

Singular frase se justifica, porque siendo Simón Rodríguez un estu­dioso, lector apasionado, educador y político, ofrece a sus intérpretes pers­pectivas diversas, de variados sentidos, pero igualmente válidas y com ple­mentarias. Quien desee individualizar el centro común hacia donde conver­gen los aspectos individuales de la obra de Rodríguez, deberá observar la aguda nota ateo-política diferenciándola profundamente de la dominante orientación de su tiempo.

"Don Simón tan luego lo vio (a! cura Don Santiago Sánchez) se incorporó en la cama; hizo que el cura se acomadse en la única silla que había ... y comenzó a hablarle algo así como una disertación materia lista. El cura quedó estupefacto, y apenas tenía animo para pronunciar algunas palabras tratando de interrum­pirle... "Sólo recuerdo que manifestaba al cura que no tenía más religión que la que había jurado en el Monte Sacro con su discípulo”.1'1

Toda aventura adquiere un sentido personal. Situada en espacio, va­lores concretos como el lenguaje, historia, todo dentro de un ambiente, en otras palabras, su aventura personal no puede desligarse de los valores, esos valores que condicionan su atmósfera ideológica y material.

En el pensamiento de Simón Rodríguez se reconoce claramente la fuer­za de los “ Enciclopedistas” . Diderot con su antirreligiosidad y D’ Alembert con su acentuado materialismo.

( I ) Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez: Biografía de Simón Rodríguez. Caracas. 1975. p. X1)

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12/ Roberto Rodriguez C.

"...por haber tenido razón pese aI papa Zacarías, que se pretende que varios teólogos de Ia iglesia romana no han hecho esfuerzos reiterados por erigir en dogmas opiniones absurdas y perniciosas (tales como la déla infalibilidad del papa y la de su poder sobre el temporal de los reyes); que se me reproche, en fin, hasta los elogios que he hecho de algunos grandes hombres de nuestro siglo, la mayor parte de Ios cuales no tienen conmigo relación alguna, y que la intriga, la ignorancia a la imbecilidad se esfuerzan en desacreditar u oscurecer

Rodríguez está aún en su lecho de muerte en oposición al secularismo racionalista y cenobita del siglo XVIII. Es un escéptico, asoma una noción que reconcilia y parece unificar: la idea que toda actividad humana está gobernada por leyes de crecimiento orgánico pudiendo advertirse en el esfuerzo de trans­formar las estructuras sociales y en la configuración de su obra educativa.

“Sólo pido a mis contemporáneos una declaración, que me recomiende a la posteridad conx> el primero que propuso, en su tiempo, medios seguros de reformar las costumbres, para e vitar re volLiciones, empezando por la economía social, con una educación popular”:,'1

Hay en esta reflexión un elemento clave: es la madurez. Y no se llega a ella sino através de un proceso de asimilación, autodescubrimiento, apren­dizaje, o de experiencia.

Todo esto reunido vendría a determinar la naturaleza de la madurez de Rodríguez. Y parafraseando a Hegel:

"sólo en la tnadurez de la realidad aparece lo ideal ti ente a lo real, y aquélla abarca el mundo de la sustancia, y lo construye en forma de reino intelectual":141

Es Rodríguez un emotivo de gran elaboración racional abarcando el pen­sador y el educador. Este hace necesariamente de Simón Rodríguez un político.

Rodríguez está próximo a Rousseau en cuanto le busca para fundirse en “entrañable armonía” cuando critica el origen de las desigualdades entre los hombres y también está próximo al legislador de “ El contrato social” .

Es aquí donde lo real y lo ideal de la percepción sensorial de ios hechos pasa al mundo de los conceptos que asimila Simón Rodríguez. Es un error señalarlo como Rousseauniano. Si se hace así, es consolidar ese marco teórico etnocéntrico de ese proceso colonizador de nuestra cultura.

(2) D'Alembert y Diderot: Discurso preliminar de la Enciclopedia, p. 23(3) Universidad Simón Rodríguez Op cil. Op. 299(4) Fenomenología del Espíritu. México. F.C.E.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /!3

La originalidad propuesta por Rodríguez se basa principalmente en la explicación de una dualidad insalvable. Basta sólo constatar el inicio del conocim iento en América y la oportunidad de construir un mundo nuevo. Este se hará construyendo nuevas repúblicas.

"...La América no debe imitar servilmente, sino ser original... ¿ Dónde iremos a buscar modelos ? La América española es origina!: originales han de ser sus instituciones y su gobierno, originales los medios de fundar uno y otro. O inven­tamos o erramos"/'1

Simón Rodríguez es el constante persuasor de la sociedad porque posee la reflexión más madura. Lo demuestra en sus escritos y en su acción.

En una sociedad basada en la razón, el elemento persuasivo llega a ser definitivo. En Simón Rodríguez la reflexión es muy madura, es él, el Sócrates de los diálogos platónicos más famosos.

Se mueve en búsqueda de la verdad. Desafortunadamente en la socie­dad el elemento persuasor no es contentivo siempre de la verdad, aun fun­damentándose la sociedad en la razón. Sócrates definía su actitud como un arte de persuadir a los otros de la verdad.

“¿ No te importa si tengo acaso que interrumpir, si... mientras tú me respondes te contradigo, para darte la ocasión de instruirme lo mejor posible? Porque yo tengo mucha práctica en presentar objeciones

Así, nos presenta Platón a Sócrates. A través del “diálogo” de objeción en objeción, dialécticamente trata de llevar al interlocutor a dar una defini­ción de aquello de lo cual se trata.

Simón Rodríguez nos señala su actitud ante la persuasión:

"Las cosas no se dejan persuadir como se dejan persuadir los hombres".(Socrática).'7'

‘ 7 Admira la facíIida d con que... un hombre (o un corro) dispone de un país entero! con sus cerros, sus ríos, sus árboles v sus habitantes y se queda tan sereno coim si hubiera dispuesto de un cortijo!; A este estado de estolidez reduce el hábito de i reer cuanto no dice el que dice que sa be más que nosotros

(5) Simón Rodríguez Inventamos o Erramos Simón Rodrívue?. Caracas, Monte Avila Editores. 1982 p. 15 I

(6) Francesco Adorno: l.os hombres de la liisióríca-Sócrates. Centro Editor de América Latina. 1969. p. 16

(7) Universidad Nacional Experimenta) S. R.: Op. cit. p. 357.(8) Ibidem p. 361.

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14/ Roberto Rodríguez C.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez / /5

Esta narración extraordinaria del filósofo cosmopolita es un testimonio Socrático de la cultura de Simón Rodríguez.

La conciencia de Rodríguez se siente en sus escritos y presenta una radical unidad. Años y años de cultivo en el conocimiento lo convierten en un gran filósofo. Su intelecto se desarrolló al contacto con la faena educativa trascen­diendo a la escuela y va más allá: al realizar la tarea educativa, la forjadora de las nuevas repúblicas, trató de frenar el caos dejado por la guerra.

Acaso, el Sócrates de Caracas se sentía tan deslumbrado por ese inven­to griego tan extraordinario como lo es la razón. Bolívar, al llamar a Rodrí­guez “ El Sócrates de Caracas y filósofo cosm opolita” debe haber encontra­do tanto de Sócrates en Rodríguez proyectándolo en el tiempo y tal parece, que Bolívar estaba muy lejos de equivocarse.

Simón Rodríguez escogió un tema vital para el encuentro de la verdad posible. Y como dice García Bacca: “ Inventar un tema vital, un tema para la vida por el que se llegue a morir de buena gana, es el invento supremo a que puede aspirar un hombre” .<‘))

Simón Rodríguez está unido a un tema que afronta la explicación de la moti­vación tanto de Rodríguez como de Bolívar. Ese tema es la condición humana. Está Rodríguez concatenado a la herencia de Sócrates, Voltaire, los filósofos griegos y los enciclopedistas. Es ésta la génesis y el tema de “el hombre más extraordinario del mundo” como lo llamara Bolívar “El Libertador”."01

"Rodríguezera un hombre de carácter excéntrico, no solamente instruido sino sabio; tenía el conocimiento perfecto del mundo, que sólo se adquiere con el constante trato de los hombres

O'Leary ve a Rodríguez como excéntrico, un extravagante, raro, visiona­rio o quizás extraño, es decir, se diferencia notablemente de otros hombres.

“Don Simón, con dotes muy altas de intelectualidad, sufría las consecuencias de un canicier altivo, duro e independiente, con idras y costumbres verdaderamen­te singulares".1'-*1

(9) Rumazo González, Alfonso. Ideas de Simón Rodríguez. Caracas. Ediciones Centauro, 1980p. 51.

(10) Universidad Nacional Experimental S.R. Op. cit. p. 69.(11) O'Leary: Narración. Op cit. T. II. pp. 74 y 75. Op. cit. T.l.(12) Ramón de la Plaza. Ensayo Sobre el Arte en Venezuela T.l. pp. 23 y 24

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Se está al frente de aquel hombre que se evita y rehuye.

“ Y sólo con este hombre me ha ocurrido algo que nunca hubiera pensado nadie que pudiera ocurrir me, el tener que enrojecer. Sólo ante él me a vergiienzo ”,

Sí, porque tengo conciencia de no saber oponerme a él. porque sé que me conviene hacer aquello a lo cual él me exhorta ”, "M

Esta narración puede semejarnos hipotéticamente a Simón Rodríguez. Quizás produjo tales desplantes con su actitud y juicios; lo cual hizo merecer de Bolívar el nombre de Sócrates ¿O fue su sabiduría?, lo que hizo meritorio el de filósofo cosmopolita. Simón Rodríguez, quizás como filósofo nos pudo dejar mucho. Poco se conoce de él; un incendio en Guayaquil destruyó a lo m ejor lo más grande de su obra.

( l3)Francescc> Adorno: Op. cil. P. 26

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C a p í t u lo II

“¡Duda* ea empezó* a negó*, aaapecAo*ea empezó* a oteen

</ conjetuta* sa duda* o aoapecña* can p'andamento. £n tm iud

de uno duda, de una aoópeeAo a de una conjetura, ae

tomón ptecaueionea.: en eato conaiate £a prudencia/ peta

ío decencia pide que ae puavden £aa conaide*aeioneó de

conveniencia”.

Simón Stodxíguez

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nE l M a e st r o d e E sc u ela

DE BLANCOS CRIOLLOS

El tiempo social venezolano ha sido duro, porque las generaciones que crecieron en tiempo de barbaries políticas en guerra, convulsiones sociales, crearon condiciones adversas a la reflexión, con la carencia de un tiempo social útil para el desarrollo de una cultura con sus herencias.

En el siglo XVIII, Europa asiste a una lenta decadencia de las m onar­quías absolutas, y paralelamente, a una difusión cada vez más de las doctri­nas racionales e iluministas que habrán de alcanzar su apogeo en la segunda mitad de esta centuria. Estos fenómenos no son visibles fácilmente.

La proliferación de reinos con déspotas ilustrados que los gobiernan, pueden hacer concebir ilusiones.

La característica del siglo XVIII es, desde luego, “la progresiva desintegración Je las normativas clásicas a tra ves de una momentánea vuelta a los idearios neoclásicos, de un provisional regreso a los cánones que ya no resisten el contacto con la realidad".'141

La aparición de una atmósfera espiritual, mezcla de las exigencias ideo­lógicas de la ilustración y los rasgos de una sensibilidad nueva, es igualmen­te característica de ese siglo.

En el siglo XVIII la educación va a experim entar las influencias de este proceso. En Venezuela aparecerá dentro de este contexto histórico como una caricatura en relación con las instituciones Europeas.

A pesar de esto se logra afirmar la consolidación de un estado de con­ciencia donde la acción y la teoría fundamentadas para aquel entonces (so­ciales, religiosas, políticas, morales, etc.), tuvieron reminiscencias del clási­co pasado europeo e influirán en forma tan determinante en la vida social

(14) Centro Editor de América Latina: Rousseau v eí nrerromanticismn Buenos Aires. 1979. p. 457.

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20/ Roberto Rodriguez C.

del venezolano, porque ello marcará un nuevo modo de vivir en Venezuela.

Esta influencia europeizante va formar a Simón Rodríguez, produciendo un desacomodo de sus aptitudes con el destino del país. Es Rodríguez el primer alineado en la primera acción política, con un profundo contenido social: De aquí surgen sus críticas e inquietudes sobre la escuela de Cara­cas y su participación en el primer intento independentista del país con Ma­nuel Gual y José María España.

El 5 de mayo de 1791 recibe Simón Rodríguez el título de maestro y como educador, el va a llevar la tarea más ejemplificante en la edificación de una nación. Su esfuerzo por estabilizar la institución republicana median­te apropiados instrumentos educativo-jurídicos que interpreten las nuevas necesidades colectivas, se ve claram ente cuando afirm a “ ...no im itar servilmente, sino ser originales...”

A partir del momento que fue nombrado Simón Rodríguez m aestro de las Primeras Letras, el cual recibía como sueldo cien pesos, asignados por la junta superior, se produjo en Venezuela el primer paso para construir una educación netamente nacional. De esta manera se dejó a un lado una edu­cación que no se amoldaba con la realidad venezolana.

“En este Cabildo, a consecuencia de lo representado por Don Guillermo Pelgrón. Maestro Principal de Primeras Letras, latinidad y elocuencia en esta capital, proponiendo para servir la escuela de niños de Primeras Letras a don Simón Rodríguez...'’" '1

En relación con la cita anterior podemos observar que aparece el título de “don” en Simón Rodríguez y en Guillermo Pelgrón. Este título en la épo­ca colonial era muy bien visto y a los blancos criollos o mantuanos, la com ­pra de títulos honoríficos se asignaba por la jerarquía social.

Es importante destacar que en Ia época de la colonia el uso de "Don " asignaba el título de dignidad, de funciones elevadas, cargo o título eminente. La “Real Cédula de Gracias al Sacar " de / 773 por la concesión del distintivo y uso de “Don ” asignaba un arancel o tarifa de 1.000pesos duro.”"61

De esta prim era apreciación se puede observar que Simón Rodríguez pertenecía a una clase social elevada. A pesar de ser un “Expósito” .0

(15) Santos Rodulfo Cortés. Antología Documental de Venezuela(16) Santos Rodulfo Cortés. Op. cit. P. 139.(*) Expósito: eran los niños recién nacidos que dejaban abandonados en algún que otro paraje

(conventos, casas de familias, etc.) por sus padres.

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Ideas y Acciones Polit,cas y Pedagógicas de Simón Rodriguez /2I

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22! Roberto Rodriguez C.

En la renuncia de Simón:

"En este cabildo don Simón Rodríguez, maestro de Primeras Letras de esta capital”... “haciendo presente que don Guillermo Pelgrón. maestro de lengua latina en la misma casa, se ofrece desempeñarlo. .."r'7,

He aquí el punto en el cual el sentido se encuentra más preciso y definido Guillerm o Pelgrón es maestro de lengua latina en la misma casa o escuela. Podrá interpretarse que la escuela o casa como la llamaban jun tas al Preceptorado de Gram ática y era el lugar en el cual se enseñaba latín, filo­sofía, física, historia natural, álgebra, griego y retórica.

Hay en este cuadro un acierto notable de dos documentos que dem ues­tran algo muy interesante: veamos, lo que dice el General Florencio 0 ‘ Leary, edecán del Libertador.

“Bajo la dirección de Simón Rodríguez.. aprendió Bolívar los rudimentos de las lenguas españolas y latina, aritmética e historia... ’. "S)

En base a este testimonio de 0 ‘Leary, se puede deducir que Simón Ro­dríguez tenía dominio de tales materias. ¿Cómo pudo adquirir Rodríguez tales conocimientos?

En esa época existía en Caracas una gran cantidad de escuelas. Mucho más que cuando Rodríguez estudió. Existían “...tres escuelas de Primeras Letras: la del Convento de San Francisco, la adscrita a la universidad, dirigida por capuchi­nos, y la pública

La institución educativa colonial presentaba en la estructuración de sus estudios el esquema siguien te:,20)

NIVEL MODALIDADES PENSUM

Elemental Escuelas de blancos, educación en pueblos de misión y de doctrina.

Lectura, escritura y religión.

Intermedio Cátedras aisladas colegios de ense­ñanza elemental más algunas cáte­dras.

Cátedra de Gramática, Literatura, Aritm ética, Geografía e Historia, Historia Sagrada.

Superior En convento, en seminarios y uni­versidades.

Cátedra de Gramática, Latinidad y Retórica. Artes. Filosofía, Latín. Fí­sica, Historia. Algebra.

(17) Santos Rodulfo Cortés. Op. cit. p. 146-147.(18) Universidad Experimental S. R. Op. cit. T.l. p. 30.(19) Antonio Pérez Esclarín: Simón Rodríguez un apasionado de la educación. Caracas, 1977, p. 16.(20) Manuel Bravo: Algunas expresiones ideológicas del período de las oligarquías 1830-1858,

Caracas. 1979 S. R. p.58.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /23

De estos ejemplos se desprende que Simón Rodríguez adquirió los cono­cimientos en una escuela de blancos criollos. Y el conocimiento del latín, aritm ética e historia debió recibirlo de estudios superiores, probablemente en algún convento, seminario o universidad.

"Su educación inicial quizás la recibió en algunas instituciones de la época. Algunos historiadores consideran como posible, que ésta pudiera haber estado en manos del Maestro Guillermo Pelgrón. el Presbítero Alejandro Carreño. de su padre Cayetano Carreño. o de su tío sacerdote Rodríguez".'2“

En este mismo texto se lee "La condición de abandono y no mantuano no son limitaciones para que reciba una buena formación ...”<22>

Existían expresas disposiciones que obstaculizaban el libre ingreso de la educación a la población parda.

"...la riqueza se hallaba concentrada en escasas familias dueñas de la tierra... El trabajo era visto como deshonroso; únicamente la carrera militar, religiosa, jurí­dica y burocrática eran ejercicio digno para los bien nacidos o "superiores ”...

...Para los pardos era el tratamiento del desprecio y la correlativa explotación...El vasallaje indígena y la explotación irrestricta ejercida sobre ellos, los equipa­raba en la minusvalía..."1211

Se puede entender que los pardos no tenían derecho a la educación. Si es así, Simón Rodríguez no pudo haberse educado, pero en 1791, a los vein­te años es recomendado por el “ ... Maestro Principa! de Primeras Letras”. Es Guillermo Pelgrón, quien lo hace en el muy ilustre Ayuntamiento.

En 1791 Simón Rodríguez al recibir el título de maestro acoge:

"Bajo su atención están nada menos que ciento catorce niños: setenta y cuatro que pagan y cuarenta que no pagan o pobres”.124'

En el título de maestro de Simón Rodríguez aparece que se le pagarán 100 pesos anuales.

"... que se le pagarán de las Rentas de Propios por el mayordomo de ellos, a quien ocurrirá con las diligencias para que tome rasonyle asista con la cuota asignada, tomando recibo de sus pagos que presentara con sus cuentas.

(21) Universidad Nacional Experimental S.R. Ideas Educativas de Simón Rodríeuez. Caracas, 1975, p. 4.

(22) Loe. cit.(23) Antonio Pérez Esclarín. Op. cit. P. 15.(24) Antonio Pérez Esclarín: Op. cit. P. 17.

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24/ Roberto Rodríguez C.

Quedando advenido el dicho don Simón que debe uzar de Ia mayor moderación en cuanto a la gratitícación o contribución de los niños que tengan posibilidad para ello, y no tirar cosa alguna de Ios que Hieran notoriamente pobres" .(2,)

De lo dicho hasta ahora no se puede afirm ar que Simón Rodríguez fue pardo, pero cuando se dice “no mantuano” se está afirmando que era blan­co de orilla. Pues él no era indio, ni esclavo que son los otros grupos en la pirámide social colonial.

N o compartiendo tal aseveración Idelfonso Leal puntualiza:

“Sin embargo, algunos expósitos blancos Rieron educa dos por familias pudien­tes, logrando así proseguir sus estudios en la universidad..." “La universidad de Caracas nunca vió con buenos ojos las mercedes reales (a la vor de los expósi­tos), pues consideraba que las cinco partes de Ios expósitos procedían de ¡a “gentes de casta” y que las madres abandonaban sus hijos en los parajes públicos, “para verlos colocados en los olidos y empleos de Jos blancos”/261

Ahora bien, el desarrollo de la sociedad colonial y su condición de expó­sito principalmente le permitió a Rodríguez aprender en una escuela de blan­cos criollos, y porañaduría él estaba ubicado socialmente con blancos crio­llos o mantuanos. Esta conclusión hipotética coloca en el camino la interpre­tación siguiente.

Simón Rodríguez recibió su educación elemental y superior dentro de los privilegios ofrecidos por su condición de hijo de Cayetano Carreño. Y estu­vo aprendiendo el oficio de maestro con Don Guillermo Pelgrón hasta reci­bir el título de maestro, porque había necesidad de uno.

Suposición privilegiada aunque no era gran cosa lo lúe cuando "... los conce­jales Isidoro López y Francisco García Quintana, hacen a Simón Rodríguez para que informe sobre los méritos y posibilidades de adaptación de unos silabarios y manuales de enseñanza que ellos le entregan, éste elabora un docu­mento que denomina Reflexiones sobre los...",27>

Rodríguez recibe unos silabarios y manuales, pero él hace la crítica y propone una reforma. Lleva tres años en el cargo de m aestro con una ma­yoría que paga y otra no lo hace. ¿Sería que habían expósitos, hijos de blancos criollos recibiendo educación en esa escuela de prim eras letras? Se puede deducir que Simón Rodríguez no estaba en una escuela pública dan­

(25) San Rodulfo Cortés: Op. cit. P. 123(26) Alfonso Rumazo González: Ideario de Simón Rodríguez. Caracas, 1980, p. 77.(27) Ideas Educativas de Simón Rodríguez. Op. cit. p.4.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez 125

do clases y él se desempeñaba en una escuela privada en la cual asistían blancos criollos que no tenían buena posición económica.

Es interesante destacar los grupos sociales que existían en la colonia:

a) Los blancos peninsulares.

b) Los blancos criollos o “mantuanos” .

c) Los blancos de estado llano o de orilla.

d) Los pardos.

e) Los indios.

0 Los negros.

En la casa de Don Feliciano Palacios y Sojo es donde Rodríguez va a desempeñarse como Amanuense. Una vez más se dem uestra que Rodrí­guez com o blanco de estado llano estaba ligado al mantuanismo. Y es con­siderado con mucho valor cuando el abuelo de Simón Bolívar le confía bajo contrato los servicios de Simón Rodríguez para la enseñanza de las prim e­ras letras a su nieto, Simón.

Tenía Simón Bolívar nueve años cuando Rodríguez lo recibe “como alum­no no interno” (28) donde dura poco menos de un año porque renuncia Rodrí­guez al no serle aceptadas las reformas propuestas en 1794.

Un m aestro debió ser muy popular en la época de la colonia y que podía mezclarse con peninsulares, blancos criollos, pardos, indios y negros.

Más aún si tenía conocimientos en las artes manuales y si era Amanuense.

Se puede pensar en dos elementos que inducen a Rodríguez a elaborar la Crítica a la escuela de Caracas.

Una, la cantidad de expósitos venezolanos adquirió tales propor­ciones, que dio origen a importantes Cédulas Reales de protec­ción infantil. “En una de e lla s - la de 1 7 9 4 -decía el Rey:

“Me hallo bien intormado.de la miserable situación en que están los niños expósitos de casi todo mis dominios, muriendo anualmente de necesidad no pocos millares... En consecuencia de todo, ordeno y mando que todos los expó­sitos de ambos sexos, existentes y futuros, sean tenidos por legitimados por Real autoridad y por legítimos para todos los efectos civiles ”.m

(28) Santos Rodulfo Cortés: Op. cit. P.(29) Santos Rodulfo Cortés: Op. cit P.

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26/ Roberto Rodríguez C.

S ocialistas

F ranceses

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /21

Otras de las razones posibles pudo ser los criterios de igualdad que Simón Rodríguez venía asimilando de la Revolución Francesa. Y lo más importan­te, la discriminación educativa que ya se hallaba en contradicción con sus ideas y los nuevos cambios que se estaban sucediendo en Europa y en los Estados Unidos.

Manuel Fermín describe lo que era la discriminación educativa:

‘- Por ejemplo, es tu vo expresa mente esta tu ¡do que en el plantel anexo al semina - rio de Mérida se recibiera a los niños para proporcionarles enseñanza elemen­tal "excepción hecha de los mulatos y demás castas de gente inferior". Y el ayuntamiento de Caracas declaró en 1768 que la gente de color no debía ins­truirse. y al efecto en / 796 protestó ante el Rey por haber éste aprobado la Cédula de Gracias, la cual concedía el benefìcio de la instrucción a los pardos.Los ediles encolerizados pidieron al Monarca que denegase la enseñanza a la gente de color porque eso permitía alimentarles la ambición de entrar en el seminario tridentino ”.'m

La Cédula de Gracias otorgó el derecho al pardo, pero no logró ejecutar­se por lo explicado anteriormente y no va ser hasta el año de 1805, cuando los pardos introducen una petición al Ayuntamiento de Caracas.

Cuando se dan estos sucesos, Rodríguez ya había renunciado a la escuela en 1795. Vendría un capítulo en la vida de Rodríguez, para alcanzar la igual­dad social, su participación como miembro en lajunta de conspiradores.

Es un movimiento más importante que el de 1810 porque intervinieron nobleza criolla, blancos de estado llano, pardos y esclavos.

(30) La Educación en los orígenes v creación de la nacionalidad CERPE (Centro de Reflexión y Planificación Educativa).pp. 20 y 21.

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C a p í t u lo III

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atorm entan”.

Simón Sloxbúgu&i

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III

S im ó n R o d r íg u e z R e v o l u c io n a r io

El pensamiento histórico ha tenido diversas interpretaciones. Cada pue­blo conoce su historia, como le es contada por los que ejercen su dominio. A algunos historiadores les dio por dividirla en etapas, fechas y destacados personajes. Otros pretenden atribuir al positivismo una saludable función por haber influido en despejar la Glorificación romántica que sedujo a escri­tores como Baralt y Juan Vicente González. Así también hay quien admite la Historia Constitucional de Gil Fortoul como el mejor exponente de nuestra literatura histórica. Pero ninguna de estas posiciones podrá com paginarse con la concepción manifestada cuando se afirma por ejemplo, sólo hay una teoría científica: la de la herencia colectiva o social.

Será difícil abordar a Simón Rodríguez sin el riesgo de que alguien apa­rezca vociferando o asumiendo ésta o cual posición. Señalando que la ver­dad es lo importante, y este autor tiene razón, no el otro.

Lo cierto es, el trasfondo de toda historia es múltiple y tiene una tendencia vital de avance, retrocesos, evolución y progreso. Los pueblos tienen retroce­sos en sus marchas pero siempre afirman un amplio sentido de un cambio favorable a sus intereses. Es éste el conocimiento dialéctico de la historia, es el sentido que hay que desempañar. El proceso de independencia y de nación que encarnó Rodríguez como revolucionario es el tema clave y vital.

Simón Rodríguez, conmovido por la suerte de sus com patriotas, sean éstos, esclavos, pardos o mantuanos, lo lleva a pensar en una nación y patria independiente.

El nos lo explica así:

"La suerte de mis compatriotas me llevó a patriotismo...".,VI

(31) Simón Rodríguez: Inventamos o erramos. Op. cit. p. 123.

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32/ Ruberto Rodriguez C.

La ignorancia y la miseria en que vivían las masas eran factores para un posible estallido revolucionario. Una persona como Rodríguez influenciado por la Francia Revolucionaria y la lectura, no dudaría en participar en un movimiento que llevara adelante los derechos del hombre. Es éste, sin lugar a dudas el más coherente movimiento ideológico y de mayores alcances sociales de los conocidos en nuestra historia.

La lucha de clases estaba presente; aunque no se diga existía subyacen­te. En el documento de “Varios Notables de Caracas ofrecen directam ente al gobierno español, sus personas y sus bienes para defenderlos de la revo­lución”, aparece:

"El vuestro capitán general apreció, aceptó inmediatamente esta oferta... que destinó por trozos, a que montacen guardia en la sala capitular, para desde allí como contigua a la Real Cárcel, no solo custodiacen a todos los reos complica­dos o sospechosos de la conspiración, sino que también velacen sobre los demás cuerpos de guardia de la misma cárcel...”. m

Los grupos oligárquicos terratenientes, al ver afectados sus intereses re­accionaron a favor del Rey. Esto era de suponerse, pues la mayoría de los participantes con Rodríguez, España y Manuel Gual no eran blancos criollos.

Entre los notables como partícipes, a favor del Rey están:

El Conde Tovar, El Marqués del Toro, Manuel Felipe Tovar, Carlos Pala­cio y Blanco y otros.

Pero si tal era la actitud verdadera de los blancos criollos. ¿Cóm o se explica que rápidamente pasaran a participar del movimiento independentista? Estos mismos, que envían esta carta de “Varios notables de Caracas” al rey firmarán y darán su apoyo al movimiento de 1810.

Lo que ocurría era que no sostenían la idea de patria, y ésta, concebida com o una comunidad de intereses, la adquieren posteriormente.

Rodríguez, en una de sus máximas nos expresa el problema de la si­guiente manera:

"Si los americanos quieren que la revolución política, que el peso de las cosas ha hecho y que las circunstancias han protegido, les traiga bienes, hagan una revolución económica, y empiécenla por los campos: de ellos pasará a los talleres y diariamente notarán mejoras que nunca conseguirán empezando por las ciudades".

(32) Santos Rodulfo Copés: Op. cit p. 154.(33) Rumazo González: Op. cit. p. 59

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34/ Roberto Rodríguez C.

Los que quieren seguir con ios privilegios están enfermando a la república y más adelante dice “La enfermedad de! siglo es una sed insaciable de riqueza tMI

El rechazo de su proposición a la Real Audiencia ¿form aba parte de un plan concebido por Rodríguez? ¿Sabía antes, la respuesta Simón Rodríguez? o ¿Fue una acción ingenua pretender producir un cambio?

Es muy difícil pensar que Simón Rodríguez llevase esa proposición cono­ciendo la actitud del Cabildo o Ayuntamiento y de la Real Audiencia. Estas instituciones estaban formadas en su gran mayoría por Blancos Criollos y Peninsulares.

No existía posibilidad de una aceptación de las reformas que Rodríguez proponía. Pero, sin embargo, conquistar un mínimo pudo, al aum entar un plantel para los niños criollos.

En el año de 1796 llegó a La Guaira un barco llamado la Golondrina. En él venía Juan Bautista Picornel, al llegar, "La Guaira era un puerto donde habían expresiones muy apasionadas a favor de los principios proclamados por la Revolución Francesa. La Guaira del 96 parecía más bien un puerto francés que español, porque si bien es cierto en éste se hablaba el castellano, no lo era menos pues se pensaba en francés. La afrancesada, La Guaira estaba, pues, muy a tono con el ilustre huésped de uno de sus calabozos: el revolucionario Picornell”. f35>

Pisaba tierra uno de los hombres impulsor del movimiento más importan­te conocido y poco enaltecido.

Juan Bautista Picornell es pedagogo, José María España es Justicia Mayor en Macuto. “Además de una holgada situación económica y de una privilegiada posición social".,MI

España había hecho estudios humanísticos en Bayona, poseía una sólida prepa­ración intelectual "...como lo revela el hecho de que su biblioteca era una délas más calificadas de La Guaira ". ''7I

(34) Rumazo González: Op. cit. p. 59(35) Julián Fuente Figueroa: Historia de Venezuela. Caracas, 1967. p .218 y 219.(36) Loe. cit.(37) Loe. cit

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t " ' Í í ,¿<‘«*,; - .■-.-> Carmañola Americana, facsímil de la transcripción hecha a España, por Rafael Diego Mérida. en 1799. de las canciones revolucionarias derivadas de la Conspi­ración de Gual y España. (Hoja inicial y final, de la copia existente en el Archivo de Indias de Sevilla)

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36/ Roberto Rodríguez C.

Manuel Guai poseía “una amplia cultura, dominaba el francés e inglés. Había sido capitán del Batallón de Veteranos de Caracas y justic ia mayor de Valencia.

En la sentencia de muerte de José María España se lee: “...del pueblo de Macu­to, en donde ocultó otros... en la vigía de Chacón... tubo oculto los citados reos de estado... llamado quita-calzón: río arriba de La Guaira,en donde recibió el juramento de rebelión contra el Rey..."<m

Se evidencia claramente la juram entación de España. ¿De quién? ¿Sería por los que componían la junta de conspiradores? o ¿Por su presidente?Si José María España hubiera sido el jefe o el Presidente de la conspiración, en la sentencia de muerte se hubiese leído o explicado. Estos hombres son los reconocidos por la historia, o mejor dicho, por los historiadores.Se puede hacer una hipótesis partiendo de esta aseveración:

“ Y) era presidente de una junta secreta de conspiradores, denunciado por un traidor y hecho blanco de las iras del Capitán General, logré sustraerme a las persecuciones y a la muerte, porque ya embarcado en el puerto de La Guaira en un buque norteamericano, y antes de irnos a la vela supe que muchos de mis compañeros habían sido pasados por las armas sin juicio previo y sin capilla”. ,w>

Esta afirmación deja claramente que Don Simón Rodríguez, era el Pre­sidente de la conspiración. Esto llama la atención, esta aproximación, no cae en el campo de la especulación.

Simón Rodríguez nos dice “que ellos habían sido denunciados por un traidor. Y Manuel Gual, en una carta dirigida a Francisco de Miranda, señala “a la imprudencia de un necio”. 1401

Por otra parte, Julián Fuente Figueroa nos dice "elpardo Pedro Barqui­lla entró a su casa a consultarle la terminación de una pieza para una desnxmtadora de algodón que le había fabricado, el vanidoso cuanto imprudente de Don Manuel Monteeinos ¡o impuso del contenido de las “ordenanzas"revolucionarias que había recibido de Gual y de su hermano Don José. “ Ysepa usted, amigo Barquilla -le dijo Don Manuel- que ya todos sonw iguales ,4"

(38) Santos Rodulfo Cortés: Op. cit. p. 156.(39) Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez: N° 1, Caracas, 1975. p. 6(40) Julián Fuente Figueroa: Op. cit. p. 222-223(41) Loe. cit.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /37

No así, aparece en el Cojo Ilustrado del 15 de Enero de 1911 de Herrera Irigo Irigoyen N °458. En el cual explica en “ Página de la historia colonial”

"...Primer esfuerzo de independencia fracasó el 13 de Julio de 1797 con el descubrimiento de la conspiración, siendo causa principa! de ello ¡a ruindad de un mulato de apellido Chirinos. cuyo ofício de barbero le llevó al servicio del conjurado Don Manuel Montesinos y Rico a quien habiéndole oido decir aquel desventurado la simple frase: ya soims todos iguales, fue bastante para que corriese a acusar a Montesinos cuya prisión quedó al punto resuelta, activándo­se, por otra parte, las pesquizas con celo justamente plausible en toda autoridad fiel a sus deberes...".'421

El hermano Nectario M aría hace el relato siguiente:

“...Por indiscreción de tres mozos pardos de La Guaira, llamados Juan José Chirinos. Francisco Ja vier León y Juan José Ponte. Estos jóvenes, añliados al plan revolucionario, resolvieron consultarse con el Capitán Domingo Lander para seguir su dictamen: en el curso de la conversación descubrieron todo el plan y revelaron el nombre de Don Manuel Montesinos y Rico, uno de los comprometidos. Lander comunicó el secreto a Don Juan ícente Echeverría, cura párroco de la catedral y entre ambos dieron a viso de lo que sabían a las autoridades civiles ".'4'1

Las cosas se complican en cómo cada escritor hace su relato salvo pe­queñas diferencias encontramos en Manuel Vicente M agallanes que dice:

"Mas el 12 de junio las autoridades descubrieron el complot. Sucedió que Fran­cisco Ja vier de León y José Chirinos. barberos, junto con Juan Antonio Ponce, propusieron al capitán Domingo Antonio Lander que entrase en la conspira­ción, hablando en nombre del comerciante Manuel Montesinos. Este file apresa­do el siguiente día, pues Lander, en compañía del cura Juan Ucente Echeverría, llevó la noticia de fa conspiración al Capitán General, al arzobispado ya la Real Audiencia ”.,44>

Todos estos argumentos hacen coincidir, todos sin excepción, con lo di­cho por nuestro Simón Rodríguez, se dice que Manuel Guai, José M aría España o Picornel fueron los dirigentes de la conspiración; ni siquiera en la misma sentencia de muerte de España. Esto hace suponer que Simón Ro-

(42) El Cojo Ilustrado: Caracas, 1911. N° 458. p. 42.(43) H. Nectario María: Historia de Venezuela. 1927. Caracas, p 100.(44) Manuel Vicente Magallanes: Historia Política de Venezuela. Monte Avila Editores, C.A.

Tomo I, Caracas. 1% I.

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38/ Roberto Rodríguez C.

dríguez fue el único que enfrentó a la Real Audiencia de Caracas en defen­sa de la educación igualitaria, exigiendo la educación para los pardos, tomó el camino de derrocar al gobierno español e imponer la República.

Es el m aestro, respetado dentro de la com unidad caraqueña, quien po­see los conocim ientos necesarios y enfrentó el reto de renunciar a la es­cuela. Dentro de este reto está su obra R evolucionaria y Republicana. Rodríguez responde a una realidad absoluta que lo abarca todo, en una esperanza de progreso de sentido humano y que valoriza lo elem ental de la vida. Para term inar el viaje hipotético de ciertas proposiciones el m aestro se expresó:

“ \érgiienza da e/ decir que en el siglo diecinueve los hombres que se creen más distantes de los errores antiguos, sean los que están más imbuidos en ellos. El derecho de conquista de los tiempos bárbaros, es el que hace valer las naciones cultas. ¿ Cuándo se gobernarán las familias por las leyes de la razón, y no por las de fanatismo ? ¿ Cuándo dejarán los hombres sensatos de alegar derechos que existieron intermuertos para autorizar injusticias inter vivos?

En Venezuela todavía estamos por obtener algunas buenas cosas, la obra de Simón Rodríguez comenzó a ser desempolvada y sobrevive a los cam ­bios sociales porque no es producto adscrito a ninguna ideología. Ella posee la capacidad propia de haberse vinculado a su época.

N o fue por vano capricho, sino por considerar una interpretación de algo evidentemente posible. Se buscó modestamente una aproximación a la rea- lidad de los hechos que Simón Rodríguez vivió, se hizo un esfuerzo de no descuidar nada. Todo sea por “el hombre más extraordinario del m undo” .

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C apítu lo IV

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Simón Jlodníguea

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IV

C o n t e x t o H ist ó r ic o

de l a s I n s t it u c io n e s d f la C o l o n ia

El Estado español es el centro para la comprensión de la Institución Educativa en Venezuela. Por eso la implantación de esta institución, permite asim ilar sus deficiencias, en lo docente y de los varios problemas a los cua­les se enfrentó Simón Rodríguez, después de la independencia.

El Estado español en el siglo XVI se fusionó con la iglesia, dividiéndose las responsabilidades, coordinando las acciones. En su nueva posición, la iglesia impone sus gustos con criterio práctico, y así hubo una total identifi­cación en cuanto a fines, el estado había logrado su unidad y disfrutaba de su momento más precioso en la hora histórica europea.

"...El Protestantismo surgía en disidencia de efectos incalculables. España ce­rró las puertas a la heregía luterana; cuidó la integridad de la ortodoxia católi­ca; proscribió el “era mismo ", mientras la iglesia entregaba los herejes al brazo secular. Todo se hacía evitando los brotes de pensamiento individual disonante; todo miraba a la unidad, a la uniformidad político-teológica. Yen eso gastó la nación, las energías que en siglos de ingentes pugnas había acendrado. América no iba a desenvolverse ajena a tan vasto designio m

El estado es concebido y desarrollado con un fin religioso, hecho que coincide con la sociedad española.

Este estado dogmático y preciso en sus contenidos:

“...no deja fuera de sínada que represente desacuerdo con el dogma, que es la razón de ser de él, en un estado tal, no hay lugar para minorías, para la hetorodoxia, para las posiciones discrepantes, porque es un Estado-Iglesia. Tal es el Esta do español del siglo XVI’’ 1461

La implantación de lo español en América coincidió con un gran momen­to en que Europa cambiaba fundamentalmente y España decidió su posición frente a Europa.

(45) Medardo Vitier: Im Formación Ideológica de la América Española Caracas, Revista Nacional de Cultura N" 3. 1939 p. 21.

(46) Ib ídem

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42/ Roberto Rodríguez C.

“Europa cambiaba superando viejos conceptos sobre el cosmo, (revolución de las ideas astronómicas) sobre autoridad intelectual de la Edad Media: sobre el ente humano, que se rehabilitaba en su integridad, cancelando lo unilateral ascético”. ,47>

Se pasaba, en Europa, del pluralismo feudal a los estados nacionales; del imperialismo aristotélico al criterio individual; y a los métodos de observa­ción y experimentación; de la filosofía Escolástica a aquella sin nexo teoló­gico. Es la restauración de las literaturas clásicas, con el consiguiente auge de las disciplinas filológicas, en los días de Erasmo, Gaza, etc.

España acogió sólo una fase, un solo contenido del renacimiento, lo eru­dito y lo filológico. Ese Estado-Iglesia impidió toda corriente innovadora. Por eso, su cultura maestra no sólo una ortodoxia oficial vigilada por el Santo Oficio sino, un atraso en las ciencias que alcanza a las Universidades en el siglo XVIII. Prolongándose sus contenidos esenciales m edievales en la mentalidad española, la cual se heredó sin esfuerzo en la cultura venezo­lana e hispano-americana, principalmente en las Universidades.

(47) Ibidem

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IV. I

I n s t i t u c i o n e s C o l o n i a l e s

La institución colonial en América Latina y, principalmente en Venezue­la, con todas las limitaciones del caso, sobre todo en las concepciones renacentistas, permitieron a España implantar en América lo que poseía: Cabildos, Audiencias, Universidades, Obispados. Como es natural, estas instituciones sufren el efecto de la realidad y comenzaron a m anifestar dife­rencias considerables en relación con las de la península.

Fueron los factores sociales y económicos predominantes en el nuevo mundo los que pronto hicieron sentir sus efectos.

El municipio colonial decaía “actuaban para poner a raya las demasías de la aristocracia surgida a virtud del particularismo...”. ,4SI

En el proceso de adaptación del municipio hubo altibajos en su vitalidad y algunos cayeron en manos de oligarquías familiares corrompiéndose su fun­ción y sus orígenes.

Sin embargo, resurgen, en Argentina en el connotado papel del cabildo de Buenos Aires y en Caracas con su alta participación en los destinos de nuestro país, en la célebre reunión de 1810, cuando convocan a Emparan.

Las Reales Audiencias no se limitaron a funciones judiciales como las de Valladolid y de Granada.

"Poseyeron, otras, políticas y de gobierno, en grado y virtualidad como una hubieron de ejercitarlas las Audiencias en territorio peninsular”. 1491

El trasplante se efectúa en un cuadro de instituciones y a la vez, la rea­lidad del medio y de las circunstancias generales determinaron alteraciones, lo am ericano se hizo sentir y también en las instituciones como la docente.

Y es explicable, porque Audiencias, Virreinatos, Cabildos, se movían en plano de intereses cotidianos. Manejaban la realidad inmediata; en tanto que

(48) Ibidem P. 22(49) Ibidem P. 22.

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44/ Roberto Rodríguez C.

las Universidades instaladas en América desde el siglo XVI trabajaban en otra realidad, menos urgente, desvinculada de la vida real.

El sistema universitario se estancó, conservando la misma pauta españo­la; porque su función no fue expresión intelectual de una sociedad a tono con su tiempo. Fueron elementos secundarios, pero justificados, como guar­dianes del estado-iglesia.

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Esteban Palacio Blanco, hijo de Don Feliciano Palacio Sojo y Gil Arratia y Doña Francisca Blanco y Herrera. Nació en Caracas en 1767 y murió en 1890. Com­pró y envió una cantidad de libros para que Simón Rodríguez leyera por encargo de su padre Don Feliciano Palacio.Tomado del Archivo del Libertador (Indice de Angel Cirisanti)

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C apítulo

iv. nL a E d u c a c ió n C o l o n ia l

En las universidades, colegios establecidos por los religiosos, no varió el rit­mo vital ante las exigencias del medio ambiente. Las instituciones educativas coloniales se encuentran afectadas por dos realidades: Programas vacíos de contenido vital, anacrónicos, en las Universidades y Colegios, y un descuido en la educación popular cuyas consecuencias sociales todavía se sufre hoy.

La educación se encontraba en esta situación por la mentalidad de la clase dirigente con respecto a las colonias.

Y si el análisis nos lo permite, distinguiremos perceptibles elementos como éstos: Horizonte de milicia y de iglesia, tendencia a las profesiones literarias, ausencia de discusión científica moderna, noción persistente de privilegios de clase, perjuicio de raza, intolerancia.

Hay un hecho importante de destacar, la promulgación de los Reyes Católicos de la ley de 1502, donde se restringe la impresión y venta de libros. Pero la de 1558, bajo Felipe II, es más restrictiva, porque se teme a la ruptura de la unidad política eclesiástica y la lista de libros aumenta.

Y finalmente la ley de Indias de 1560 señalaba:

"Prohibía tanto a los americanos coiw a los españoles a vecinados en América, que estudiasen, observasen y escribiesen sobre materias relativas a las colo­nias: precisamente sobre aquellos que más les debía interesar por referirse a la tierra en que habían nacido, en la cual vivían, ya los que estaban vinculados por el cariño y los intereses, puesto que la licencia que debía impetarse del Consejo de Indias equivalía a una prohibición absoluta m

A finales del siglo XVIII, los libros de toda índole iban introduciéndose. Existían en bibliotecas, conventos y las fomentaban no pocos particulares. La clase criolla leía los grandes libros en boga.

(5(1) Santos Rodulfo Cortés. Op. cit p.42

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48/ Roberto Rodríguez C.

En 1794, la Declaración de los Derechos del Hom bre y del Ciudadano cayó en m anos de Antonio Nariño, un rico terrateniente bogotano, adm ira­dor de Voltaire, Rousseau y Montesquieu: tradujo al español la Declaración y la hizo circular por todo el Virreinato de Nueva Granada.

De este modo se com ienza a leer en A m érica y así Rodríguez em pieza su m onum ental esfuerzo teórico, cuando era secretario de Don Feliciano Palacios y Sojo y maestro de Bolívar:

"...rogó a su patrono que le encargara unos libros a España. Don Feliciano hizo el pedido a su hijo, Don Esteban Palacios y Blanco, padrino del educando. En carta techada el 26 de diciembre de 1 792, en Madrid, don Esteban le contesta a su padre, “recibí¡a que nie encarga Sumd, los libros para el escribiente los que irán luego pero no todos los que se piden la nómina porque asciende a mucho valor’’. En posterior correspondencia, 24 de enero de 1793, avisa don Esteban: “Quedan ya comprados los libros de Carreño y saldrán en esta semana para Cádiz”;’11

C om o se ve, esta demostración final nos indica que Simón Rodríguez desde m uy joven había com enzado a leer, pese a las prohibiciones.

(51) Arturo Guevara. Esneio de Justicia Pp 70-71

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Capítulo V

“£as fíam faes na e¿tdn en saciedadpava deciw e

que tienen necesidades —n i pava acam e ja té e que

¿lasquen cama rem edia>das- n ipaxa e<t/UrUavse a teñe* paciencia;

¿¿na panai co/iáu£tawe saéke (as m edies de satisface*

sus desead, parque na satisfacev£o¿ es p£acm ”

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V

El S i s t e m a R e p u b l i c a n o d e S i m ó n R o d r í g u e z

El estudio de un filósofo político como Simón Rodríguez requiere el plan- team iento de interrogantes. La primera es: ¿Cuál es el problema que trata de resolver este filósofo? De sus obras se puede extraer lo más importante de sus planteamientos o como denominaremos su “ Sistema” . Porque su pensamiento se fundamenta en la Educación Republicana, y genera lo de­nominado su “ Sistema de Sociedad y Educación” .

En Simón Rodríguez se manifiesta la más extensa inconformidad en cómo se desarrolló el Sistema Republicano.

El nos manifiesta en sus escritos un conjunto de evidencias prácticas, que lo llevan a criticar lo observado y se esfuerza por hacerse com prender tratando de producir una reflexión sobre la m anera de construir las nuevas Repúblicas:

Esto explica su estilo peculiar, esa manera de expresar, hacer, y escribir, hacen de él un luchador social, profeta y tal vez un visionario. A través de él es posible descubrir las dificultades externas del Sistema Republicano e internas en los hombres, y se presentan en aquella época com o íntimas contradicciones.

La m ayor de estas dificultades está en el fin de la sociedad la cual Simón Rodríguez plantea.

FIN DE LA SOCIEDAD

"Los hombres no están en sociedad para decirse que tienen necesidades -ni para aconsejarse que busquen cómo remediarlas- ni para exhortarse a tener paciencia. sino para consultarse sobre los medios de satisfacer sus deseos, porque nó satisfacerlos es placer".1'-’1

(52) Simón Rodríguez: Obras Escocidas de Simón Rodríguez Tomo I p. 324.

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52/ Roberto Rodrigue: <

Se advierte de inmediato un tipo de sociedad para la satisfacción de necesidades: este fin está dado como un axioma.

Es de ese fin principal, la satisfacción de necesidades, de donde se deri­van los problemas. ¿Cóm o determinar una organización política que permita la satisfacción de esas necesidades? En primer término, es preciso descu­brir cuáles son las causas para la satisfacción de las necesidades y sus obstáculos.

A los ojos de Simón Rodríguez, la fuente principal de la satisfacción de las necesidades es el hombre en sociedad, él nos lo expresa así:

"...Cinco necesidades... funda mentó del derecho natural

...persiguen al hombre, en todos los instantes de su vida, i porsatisfacerlas expone su vida misma...

¿Cómo no le harán faltar a los tres respetos que debe a sus se­mejantes?

Respeto a la vida

Respetan tu pro piedad

Respeto u la reputación, i de la reputación pende e! crédito

Todos necesitan ,

vestirse

alojarse

curarse i

distraerse.

V /. en lugar contar con las facilidades que promete

la sociedad...I" 1

Fíjese el lector, cóm o el pensamiento de Simón Rodríguez en lo concer­niente a las necesidades, se acerca ostensiblemente a la abstracción de lo que el denomina “ Sociabilidad".

(54) Ibidem. P 130. Tomo 11

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /53

Piénsese en Ias cualidades que constituyen la Sociabilidad, y se verá, que los hombres deben prepararse al goce de la ciudadanía, con 4 especies de conocimientos: por consiguiente, que- han de recibir 4 especies de instruccción en su ¡"y 2“ Edad.

In stru cc ió n S o c ia l J para h a c e r u n a n a c ió n

l P ru d en te

______________ co rp o ra l I para h a cer la

I fu erte

t é c n ic a I para h a cer la i e x p e r ta

c ie n t íf ic a I para h a cer lai p e n s a d o r a 1541

Se concibe, como puede verse, tras el estilo esquemático de Rodríguez, la elaboración de una definición de la “Sociabilidad” en su contenido especí­fico, com o el resultado del esfuerzo de la instrucción, es decir, com o una forma concreta de cualidades constituyentes de la sociabilidad.

Zanjada la cuestión de que existe en Simón Rodríguez un concepto de “Sociabilidad” . Sigamos la pista al maestro en “ Luces y Virtudes Sociales” y por analogía recurramos a un trozo de ese texto.

(53) Ibidem. P. 130. Tomo i!

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54/ Roberto Rodríguez C.

SUJETO _ _ — f de las luces

de las virtudes

V = el hombre en sociedad

OBJETO_ _ _ de la instrucción = la Sociabilidad*

FIN — — — de la Sociabilidad = hacer menos penosa la vida

f >de las luces

COMUNICACIÓN < > = métodos y modos de instruir

de Las virtudes

PROPAGACIÓN_ _ _ de la Instrucción = Escuelas su número

su organización

La analogía*, implícita en el párrafo anterior, nos hace tom ar en cuenta la instrucción, la cual se halla íntimamente ligada a la ¡dea de sociabilidad. Su función es fundamental, pues es el medio de “ producción” para cubrir las necesidades y permite “hacer menos penosa la vida” .

Del exam en de estas dos relaciones analógicas, se desprende una exten­sa elaboración posterior, y se fundamenta en señalar la ignorancia y necesi­dad de la educación, llega a proponer la instrucción general; hecho por el cual hace m enos penosa la vida en la nueva República.

De la relación analógica establecida, nuestro autor, presenta sim ultánea­mente, m edios, fines de la sociabilidad, y podría representar una dificultad interna de su “ Sistem a” . Lo valioso de su aporte, es el concepto de sociabi­lidad, definido por nuestro autor. Así se valoriza la instrucción com o medio

(55) Ibídem. P. 299. Tomo I.*Simón Rodríguez acostumbraba hacer analogías y el la hace entre Sociabilidad e Instrucción.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /55

de subsistencia. El no se conform a con esto y com pleta sus fundam entos Republicanos dos años después en 1842. C uando en “ Sociedades A m erica­nas” (lo que nexapareció en “ Luces y Virtudes Sociales de 1840) le incorpo­ra: “ La Econom ía Social y la Educación Popular” .

Es evidente que la fuerza revolucionaria de su teoría reside fundam en­talmente, en su capacidad crítica, denunciadora del orden existente. Es este aspecto com o anteriormente se dijo uno de los rasgos de su pensamiento. Basta con exam inar cualquiera aspecto de sus escritos. Apareciendo con toda nitidez su concepción de su “Sistema”, veamos la fuente derivada de la satisfacción de las necesidades a la cual está unida la econom ía social, con educación popular.

por la ECO N O M ÍA SOCIAL, con una ED U CA CIÓ N POPULAR.

YO NO AMENAZO:

sólo pido, a mis contemporáneos, una declaración,

que me recomiende a la posteridad, com o el primero

que propuso, en su tiempo, medios seguros

de reformar las costumbres, para evitar revoluciones

empezando

la DISCIPLINA

reduciendo

a

2 principios

1 FU N D A D A a la

?destinación a ejercicios

UTILES, i aspiración

propia de la economía

propiedad

Ibidem, p. 299. Tomo I.

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56/ Roberto Rodrigue: C

BASES DEL SISTEMA REPUBLICANO

DE SIMÓN RODRÍGUEZ

S O C I E D A D

E C O N O M I A S O C I A L

ROBERTO RODRIGUEZ

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Ueas y Acciones Políticas )’ Pedagógicas de Simón Rodríguez /57

Conviene que se haga ahora algunas consideraciones sobre las conse­cuencias teórico-prácticas, es decir, ideológicas de la teoría de Rodríguez sobre las “ Sociedades Am ericanas” que él plantea. Com o se dijo al princi­pio este “ Sistem a”, obedece a una “teoría crítica sobre la construcción de las Sociedades Republicanas” ; tiene com o fuente al hombre centro de todo el sistema, pero el es el hombre útil, ocupado, instruido e implícitamente él. es el hombre en el trabajo. Por lo tanto, su “ sistema se fundam enta en el hombre: el en sociedad adquiere cualidades para convivir en ella. Esto lo denom ina Simón Rodríguez “Sociabilidad” . Para la existencia de un tipo de sociedad así debe tener dos fundamentos esenciales: Economía Social y Educación Popular fuente de la sociedad Republicana.

A su “ Sociedad Republicana’" opone tres tipos de sociedad: Sociedad Monárquica, Aristocrática, Oligárquica y nos lo indica así:

"...Suspendamos. Esta es la sociedad Monárquica. Aristocrática. Oligárquica... i ... según se quiere... REPUBLICANA pero ninguna de estas es la que con viene restablecer en nuestro siglo".,sn

De esta manera, su “teoría crítica sobre la construcción de la Sociedad Americana o su “Sistema” está compuesto por un conjunto de m edidas prácticas para la transformación de la sociedad, no solo se apoya Rodrí­guez, en la comprensión de lo que existe, sino que parte de allí, para refutar la naturaleza misma del capitalismo. Por lo tanto “su sistema político” debe­rá dejar ancho campo a la instrucción, educación, y a la econom ía social. Por consiguiente, puede decirse de uno de los preceptos esenciales del sis­tema político de Simón Rodríguez, es el papel desem peñado en la educa­ción. Es necesario indicar de la educación en la sociedad Republicana de Simón Rodríguez tiene una función social, y está volcada a la producción económica. Conviene recordar, en tal sentido, como razonaba él este pro­blema:

"Si los americanos unieren que la revolución política que el peso ele las cosas ha hecho i que las circunstancias han protegido, tes trai­ga verdaderos bienes, hagan una revolución económica y empiécenla por los campos; de ello pasará a los talleres y diariamente notarán mejoras que nunca conseguirán empezando por las ciudades ”.

(57) lliidem p. .">80. Tomo I

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5N/ Ruberto Rodríguez ( '

Venzan

la repugnancia a asociarse para em prender

y el tem or de aconsejarse para proceder.

Formen sociedades económicas que establezcan escuelas de agricultura y maestranzas en las capitales de provincia, y las extienden, cuando convenga, a los lugares más poblados de cada una que designen el número de aprendices y hagan reglamentos,

para que los maestros

no hagan discípulos sirvientes domésticos:

que no conciernan que el comercio asalariado por su cuenta a los obreros, para reducirlos a la condición de escla vos:

que enseñen a despreciar la manía de querer exportar lo que no existe,

o lo que se pide, o lo que no se necesita en el país:

que fomenten el comercio interior con lo que produce fácilmente cada lugar...".1™'

La revolución económ ica se halla íntimamente ligada a las Sociedades económicas que Sime' n Rodríguez propone. Su función es fundamental por­que es el medio que permite la producción; adem ás posee toda una serie de virtudes intrínsecas. Tengam os en cuenta que éstas van a permitir estable­cer escuelas de agricultura, y maestranzas.

Las sociedades económicas aparecen como los únicos medios para sa­tisfacer. Este es un principio ligado a una dificultad a quien Simón Rodríguez llama sistema antieconómico.

"En el sistema antieconòmico (llámese SISTEMA sise quiere) de concurrenciao de oposición, el productor es víctima del consumidor, yambos ¡o vienen a ser del capitalista especulador" ,m

Señala la producción superflua com o la desgracia del hombre, lo em po­brece y en esa miseria que vive lo vende al capitalista. Rodríguez pretende resolver el abuso de los capitalistas y propone:

(58) Simón Rodríguez. Inventamos o Erramos p. 196(59) Loe cil.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /59

POR MÁXIMA REGULADORA DE LA ECONOMÍA

*

los productores se han de consultar

„para no producir más de lo necesario

dígase antes de em prender

"En la producción superflua está la desgracia del hombre: por ella pierde y se empobrece: la pobreza lo somete a condiciones duras y. al fin la miseria lo vende al capitalista". 1001

Aquí nos encontramos con una visión novedosa en Simón Rodríguez consti­tuye la base total del sistema, la razón de su análisis como de su teoría socialista.

Es precisamente en lo antes expuesto, por Don Simón R odríguez es don­de deriva el segundo aspecto del problema: ¿Cuáles son los obstáculos so­ciales que frenan la educación?

Se destaca inmediatamente en la forma más clara, la carencia de una ¡dea sobre el tipo de República deseada, él insiste:

“ En el sistema R EPU BLICA N O

las costumbres que forman

una ED U CA CIO N Social

una autoridad pública

producen j no

una autoridad personal1

Más adelante, sigue señalando sobre la sociedad que aspira:

"No habrá jam ás verdadera Sociedad, sin educación ni autoridad Razo­nable, sin costumbres liberales”

Los defensores del Republicanismo Bastardo, no advierten que su so­ciedad representa un Cono en posición inversa =

(60) Loe. cit.

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60/ Roberto Rodríguez (

LAS C O S T U M B R E S

sobre

la autoridad

en la verdadera República sobre

las costumbres"’11

LA A U T O R ID A D

Está consciente Simón Rodríguez de la necesidad de la autoridad para m odificar las costumbres, él ha tenido dos experiencias puesto que así se lo demuestran: En Bogotá y en Bolivia.

Desde Bogotá. Miguel Peña, en una carta a Bolívar, el 21 de marzo de 1824 le dice:

"Ahora se mueve áhacerlo, otro asunto de importancia, yes la casa de industria pública que se ha propuesto levantar en esta ciudad el señor Simón Rodríguez ó

Nada digo a' Vd. sobre su persona, carácter, constancia y conocimiento para el caso, porque Vd. lo conoce bajo todos aspectos mejor que yo. De loque Vd. tal vez está informado es de que una cusa con ese fin, donde se da educación á los

jóvenes y se les hace aprender un oficio mecánico. Hiera de los primeros indis­pensables conocimientos fiara vivir, como escribir, contar, la gramática de su lengua, etc., es lodo el objeto de sus más ardientes deseos. Mucho ha trabajado desde que llegó aquí por establecerla, y sólo á su infatigable constancia se debe el que le hayan concedido el edificio público llamado hospicio, donde hace algunos reparos y tiene algunos muchachos..."

"No encontró en Bogotá el apoyo indispensable y así lo dijo: Santander y Umaña me comprometieron con la gente de mostrador y de ruana, y porque lo evité, dijeron que yo lo había echado todo a rodar"."’"

Luego en Bolivia. o Alto Perú com o se le conocía en la época; después de los decretos de Bolívar a favor de los pobres y contra la iglesia. Se desatan los rencores contra el maestro, al abandonarlo Bolívar, y por más esfuerzo realizado en Arequipa por salvar el proyecto, todo se le vino abajo.

Según el balance com parativo de la codicia clerical, hecho por Ulloa:

"... Desde luego se podrá suponer, que después de haber los curas toda utilidad que les ha sido posible de los nidios, hacen lo mismo con las indias y cholas.

(61) IblJein p 383 Tomo 1(62) Arturo Guevara Oh. cit p. 166(63) Ibídem. p. 169

Car reño.

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Ideas y Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez 161

para lo cual úproporción que él se ingenia por su parte (que casi se llama entre los curas el tiranizar!. '"J‘,

Más adelante sigue:

"...Al tenor de la conducta con que los tratan mientras viven, es la impiedad que usan con ellos después de muertos, porque primero consienten que los cada' ve­res queden expuestos por los caminos á ser destrozados por los perros y devo­rados por los buytres. que darles sepultura, ni moverse a compasión, cuando no se ha juntado de limosna el importe por derecho a entierro... I"‘íl

El proyecto sin la presencia del Libertador era natural llegara a su fin. No sólo era un problema religioso, sino también de la aristocracia terrate­niente que afectada reaccionaba con virulencia contra B olívary Simón Ro­dríguez.

(64) Ihídem p. 427(65) Ihídem. p 42K

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Capítulo VI

“M an de prfexna* ?¿M Arej& JC> S&C70£ £ S en ted a /

£ a £¿cue£a ¿P’umwua d a id

ft¿$£as 2>¿ ecwmera ..m jenemL£ a J íaeótw n za ?CW fDM ¿ £JV ̂ M e jje a ..

£aé que £ei e£ Colegia fiaéxá dada en £a que

ArdfDJ¿/ fiaata aquí, que eó, en fiace* vex...

que en J(9S)a » » l í / y « £J£íPffi£SCl... fie de tejía £a Jdea de Se>eJOJ¡J£JfD(líD

Simón ÍJiedfugu&z

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Simón Rodríguez. Retrato hecho por un discípulo suyo: A. Guerrero en Lacatunga. hacia 1X50. (Copia de Nicolás Delgado)

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E l P ensam iento P edagógic o de S imón R odríguez

y la Instrucc ión en E scuelas y M aestranzas

VI

La idea de educación, es la clave del sistema, la noción de sociabilidad, lejos de valorizar al individuo, valorizan la sociedad en su conjunto.

La totalidad concreta de la sociedad, ejemplificada por Rodríguez no es un modelo teórico, sino un conocimiento concreto objetivo, reproduce intelectual­mente las características y procesos fundamentales de la realidad estudiada.

La educación es un valor que él le asigna; porque es útil al conjunto de la sociedad, ella como totalidad, com o organism o la cual constituye el fin a seguir de los productores. Así el debilitamiento del Estado se encuentra equilibrado con el robustecimiento del cuerpo social. En ese sentido, Simón Rodríguez es el extrem o opuesto de un liberal, y así se convierte en un socialista en tanto y en cuanto para él la idea primera es la sociedad.

Para Simón Rodríguez, es evidente que la fuerza de sus ideas educativas reside en la instrucción. En este aspecto él siempre ha insistido. Y consigue en la escuela el eje de la instrucción, justificando su acción dentro de la concepción del sistema. Y lo com plem enta con la Educación Social.

Esta idea se ha presentado com o una constante en la teorización de Rodríguez. En “ Los consejos de amigo dados al colegio de Latacunga” , su trabajo más sistemático sobre este tema, afirma en el primer consejo:

Propone que se abran cátedras de:

Una cátedra de Castellano

Una cátedra de Quichua.

Una de Física.

Una de Química

Una de Historia Natural

en lugar de Latín.

en lugar de

Teología

Derecho

Medicina

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66/ Roberto Rodrigue: C.

B a s e s d e l S is t e m a E d u c a t iv o d e S im ó n R o d r íg u e z

R oberto Rodríguez

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Ideas v Acciones Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez /<57

Propone establecer dos fábricas:

- Una de losa

- Una de vidrio.

Propone crear una maestranza de:

- Albañilería

-C a rp in te r ía

- Herrería

Mediante el empleo de las maestranzas, y con el conocimiento adquirido en las cátedras propuestas; las dos fábricas entrarían en producción.

Y es ese conocimiento concreto de su pensamiento materialista de la realidad, lo lleva a esa proposición, y así va a actuar en beneficio del interés general.

Y así, con sus atrevidas reformas y proposiciones revolucionarias, crea en el "Estado actual de la escuela y nuevo establecimiento de ella"1" 1; un cuerpo de normas, recomendaciones, dotaciones, etc. Le per­miten en primera etapa de su vida, allá por el año 1794, afianzar sus prim e­ros pasos en la educación de instrucción para su proyecto mayor, su “Siste­ma Republicano de Educación y Economía Social” .

Con el más amplio realismo, Rodríguez nos recomienda la importancia de la “ Historia Natural”, la Física, Química, logrando así sistematizar la ex ­periencia. estableciendo el papel de la observación y la experimentación com o base del conocimiento científico. El nos lo expresa así:

"Si en el colegio se enseñaran Ciencias exactas i de observación, los jóvenes aprenderían a apreciar lo que PISAN, y se abrirán MUCHAS CARRERAS"/67'

Y precisamente lo antes expuesto nos dem uestra cóm o la necesidad es la que abre el com pás para nuevas carreras. Y es el conocim iento un medio para explicar el m undo material.

Se siente en sus líneas siempre, una pauta de coincidencia con la visión materialista.

C onviene aclarar esta afirmación, señalando que la línea materialista tiene su soporte en Descartes, y tuvo una influencia muy importante en las ciencias naturales.

(66) Arturo Guevara: Oh. cit. p. 91.(67) Bloque Dearmas: Oh cit. p 44. Tomo II.

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68/ Roberto Rodríguez C.

Por otra parte el materialismo Inglés, por intermedio de los Enciclopedistas Franceses, desemboca directamente en el Socialismo Utópico (Saint Simón, Enfantin, Olindo Rodríguez). Personajes con los cuales se relacionó Simón Rodríguez y compartió experiencias.

"Fourier parte directamente de la doctrina de los materialistas franceses. Los babou vistas eran materialistas toscos y sin civilizar, pero también el comunismo francés desarrollado data directamente del materialismo francés. Este retorna, en efecto, a su tierra natal, a Inglaterra, bajo la forma que fe había dado Hel vétius. Bentha n erige sobre la mora / de Helvétius su sistema del interés bien entendido, del mismo modo que Owen. partiendo de Bentham. sienta las bases del comunismo inglés. Desterrado en Inglaterra, el francés Caber es estimulado por las ideas comunistas a llí imperantes y. de vuelta en Francia, se convierte en el representante más popular aun cuando el más superficial, del comunismo.Los comunistas franceses más científicos. Dézamy, Gay y otros, desarrollan, al igual que Owen, la doctrina del humanismo real y la base del comunismo". "■*'

El materialismo, en consecuencia, no fue otra cosa sino un gran esfuerzo de sistematización del método científico; adoptando formas muy diversas en la historia, y en todo m om ento se caracterizó por el enfrentamiento al m éto­do especulativo de la filosofía metafísica y defendió el privilegio de la expe­riencia sistemática, la observación y el método inductivo.

Simón Rodríguez, refiriéndose a las ventajas del Castellano y Quechua, critica el uso del Latín. Y así también asum e la defensa del aprendizaje de las ciencias naturales y del uso del plomo, hierro, estaño, cobre, zinc, platino, m anganeso y otros.

Todos los consejos están dirigidos a mostrar los privilegios que se pueden obtener procediendo de la m anera como el maestro indica. Por lo tanto, estas ventajas podrán sustentar los criterios señalados en la creación de las m aestranzas o talleres.

En la maestranza, no sólo resuelve el problema docente, sino presenta el análisis del costo anual y dem uestra lo rentable para el colegio: en costo, y en aprendizaje; sería com o nuestro m oderno INCE, con una ventaja; las m aestranzas, son autogestionarias y educativas. Tal vez, la proposición de colegios y maestranzas tenga un cierto parecido con la experiencia práctica de Robert Owen con sus colonias de trabajo.

En fin, leer sus consejos es com prender prácticamente una visión sobre un tipo de sociedad con una base educativa totalmente distinta a la de hoy.

(68) Carlos Marx y Federico Engles: La Saerada Familia, p. 197-108

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Capítulo VII

“£oó úiatitucúweá óacia£ea na ae

¿obtienen par £ao tuwuw i artimañas,

(fue Hasta añora ae están ££a/nunda

patdica; aína por e£ canacimienta

f¿nera£ de sus fíuuiamentoo i de

ou estructura, i par e£

camienimienta... jeneru£ también

de au utiíidad.

Simón Sloduguez,

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VII

E l S o c i ó l o g o S i m ó n R o d r í g u e z

El sistema sociológico de Simón Rodríguez comprende cuatro grupos so­ciales que él distingue y critica: Clase influyente, ínfima, masa de pueblo y el Rey. Este último lo asigna al tipo de Presidente o M onarca constitucional como él lo titula. Esta estratificación social, nos las indica en “Sociedades Americanas” .

C onsidera Rodríguez que las condiciones sociales en A m érica son críti­cas, él había puntualizado y así consta en los docum entos oficiales de la época: el perfil de maestro, (investido con el título de Director e Inspector General de Instrucción Pública y Beneficencia) influyó sobre el Libertador y así lo consigna al General O ’Leary, quien iba en el séquito del Libertador en Arequipa:

“Estableció una junta encargada del tomento de la riqueza, semejante a la de Lima: limdó escuelas públicas para niños de ambos sexos, y atendió principal­mente la organización de estos planteles, bajo la dirección de Don Simón Rodrí­guez. y a pesar de la escasez de las rentas halló modo dotarlas ”. <6'”

C om o se ve, la confianza del L ibertador es única, y Simón Rodríguez, respondió como él sabía:

" ¥> quería rehabilitar la raza indígena y evitar su extinción 1701

Tiene Rodríguez no sólo intención y proposición teórica; sino una com ­prensión de la sociedad naciente y si exam inam os sus planteamientos se hará una clasificación m uy particular:

En el Orden Social:

- Considera a las sociedades formadas en base a necesidades y los hombres se agrupan para solucionar sus problemas.

(69) Arturo Guevara: Oh en. p 406.(70) Arturo Guevara: Oh. cil. p 406

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72/ Roberto Rodríguez C.

- Propone la colonización, mediante un decreto ley de colonización y educación popular, y señala además, entre otras cosas la posesión de la industria por los artesanos, la consideración a los colonos preferiblemente adultos y jóvenes.

En lo Educativo:

- Propone la Educación General.

- La creación de maestranzas.

- Cuerpo de Reglamentos Funcional para la Organización de escuelas y talleres

En lo Económico:

- Propone la creación de talleres com o centros de producción.

- Propone asociarse para crear Sociedades Económicas para el pro­greso social común.

- Propone regular la economía produciendo lo necesario, no lo superfluo.

C om o se ve, Rodríguez tiene a su alcance una m anera de ver la vida en las sociedades americanas, él m arca distancia con el em pirism o, cuando éste en las ciencias naturales afirma la percepción y análisis com o los ins­trumentos fundamentales en la investigación científica. Esto nos lleva a ana­lizar el método sociológico de Rodríguez, muy semejante al de Saint Simón.

Puede resumirse en:

1. O bservación y descripción (presentando todos los puntos de vista).

2. Histórico, tom ando en cuenta el presente en función del pasado.

3. Utilización de la analogía.

Simón Rodríguez es más científico aún; no se limita a los tres puntos anteriores, él intenta transformar el objeto en estudio mediante la interven­ción práctica, o de aprehender sus vínculos causales. Entonces, se puede afirm ar que posee una posición materialista del conocimiento, y lo concibe com o un reflejo real de la realidad.

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VIII

CONCLUSIONES

Una aguda crisis marcó al siglo XVIII en la relación España-A m érica .

Se acentúa la decadencia de la Metrópoli, hecho que produjo transfor­m aciones en las colonias de América.

Esto ocurre cuando, el agotamiento de las m inas de oro y metales pre­ciosos. llegan a producir una recesión económ ica y afectó a las naciones v inculadas a esos polos económicos, com o nunca antes se había visto.

A pesar de los esfuerzos de los Borbones en realizar reformas para América, no pudieron detener el proceso de decadencia, la ruptura de los ciclos de producción, comercialización ligados a la explotación de los meta­les. llevó a una readecuación de las economías hispanoamericanas, a su vez fortaleció a los propietarios criollos, frente a la pérdida del poder de control de los funcionarios de la corona.

Así. los criollos finalizando el siglo XVIII aumentan su poder económico y consolidan m ecanismos de dirección de la sociedad. Por su parte, los funcionarios españoles vieron disminuida su capacidad efectiva de direc­ción económ ica y política.

En Europa se daban dos revoluciones importantes: La industrial y la política. Esta última en Francia conjuntam ente con la independencia de los Estados U nidos serán un poderoso an tecedente para el proceso de inde­pendencia venezolano-latinoamericano.

Así, la primera década del siglo XIX sorprende a España en un m omento de debilidad. Napoleón invade España y en América, repercute y se dan condiciones para la búsqueda de la autonomía de la clase dom inante criolla para desprenderse de España, asiéndose del poder.

Lograda la independencia comienza la etapa de transición para la cons­trucción de nuevas Repúblicas. Esta transición es vista por a lgunos hom ­

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bres e intervienen en ella de muchas maneras. En el caso de Simón Rodrí­guez, él realizó una elaboración intelectual y siempre expresó su interés por los desposeídos, en otras palabras, expresó en sus escritos los intereses de clase de las com unidades sociales en las c ircunstancias vividas por él.

En la búsqueda del tipo de sociedad Republicana la cual el maestro plantea, el lector llega a percibir (si se posee suficiente información sobre la época) lo señalado por él: en primer lugar, se ha hecho la independencia con ideas de renovación social prevaleciendo todavía las viejas costumbres. Se es tá en un m om ento tan importante com o el 1779 de la Revolución France­sa. Y es otra la realidad, es una sociedad naciente a una nueva experiencia social, no tiene m anera de com parársela con ninguna experiencia.ni nación del mundo.

Para Simón Rodríguez, la gran oportunidad de hacer una verdadera Repú­blica se ha presentado, sin esquemas, imitación y servilismo. Por eso va contra la m anera cóm o se acostum bra hacer y la m anera de imitar. Ve en la educación y en la econom ía social el soporte para las nuevas Repúblicas, se necesita la autoridad para imponerse a los abusos de las viejas costum bres del modo de vida colonial.

Por eso, en su lucha term ina enfrentando a la iglesia y a los que denom i­na “ Republicanos bastardos” .

Esas ideas de avanzada de los socialistas confirm ados por él le hacen com prender la realidad y propone reformas y así lo hace:

- La educación general con base en las escuelas donde la población se podrá instruir para hacer la República que el m ism o aspira.

- La regulación social a través de la autoridad centrada en el Esta­do, le permiten rom per las viejas costumbres y construir el m ism o tipo de sociedad que propone el Libertador. Es el comienzo del capi­ta lism o mercantilista en el m undo y este efecto com ienza a sentirse en América.

La ideología de la ilustración y de la segunda Revolución Francesa de 1848 afloran en Rodríguez, un sentido maduro en sus últimos escritos, prin­cipalm ente en “Consejos de am igo dados al colegio Latacunga” en 1850— 51. Allí, se permite una valorización de la sociedad y la conducta hum ana más diferenciada que todos sus escritos anteriores.

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El sistema educativo propuesto por Rodríguez responde a un m om ento histórico, cuando se está consolidando una clase dominante ( te rra ten ien te- latifundista ostentando su poder en la agroexportación y en el poder político) la cual se expresa mediante sus intereses económ icos y políticos.

Dicha clase social transforma sus principios ideológicos, porque sólo pre­tendió rom per el nexo colonial. N o modificó ni la economía, estructura so­cial ni la industria nacional com o postularon Bolívar y Rodríguez. Única­mente cum plió una sola tarea democrática: la independencia política de España.

Así la lucha de Rodríguez, es más dura porque esta dirigida a modificar la realidad; a establecer un hilo conductor de la sociedad para el dominio político-social a través de la Educación e Instrucción Popular con econom ía social.

Com prendió com o la expansión de la industria modifica profundamente las condiciones de existencia del hombre. Finalmente, se puede concluir que Rodríguez perfila un rasgo sociológico de interrelación entre econom ía y educación. Es el primero en América Hispana que propone un modo de reformar las costumbres, la organización de la educación y su vínculo con la realidad económico-social.

Hoy Simón Rodríguez se convierte en una referencia obligada para la contrucción de la nueva República. El inició el camino. El com prom iso esta presente, cum plam os la interrelación de Economía Social con Educación Popular.

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(1771 - 1854)

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C a p í t u l o I I I

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C a p í t u l o V

E l S i s t e m a R e p u b l i c a n o d e S i m ó n R o d r í g u e z ......................................................... 4 9

C a p í t u l o V I

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C a p í t u l o V I I

E l S o c i ó l o g o S i m ó n R o d r í g u e z ........................................................................................... 6 9

VIII C o n c l u s i o n e s ............................................................................................................................ 7 3

C r o n o l o g í a d e l a v i d a d e S i m ó n R o d r í g u e z ............................................................. 7 7

B i b l i o g r a f í a ............................................................................................................................................8 3

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E ste libro se terminó de imprimir el mes de ju lio del añ o 2003

EN LOS TALLERES DEL INSTITUTO MUNICIPAL DE PUBLICACIONES

de la A lca ld ía del M unicip io Bo livariano Libertador,

UBICADOS EN LA Av. SAN MaRTÍN CRUCE CON Av. WASHINGTON,

E dif S u S alud , su bsó ta n o . T elf . 4 6 2 .8 9 4 5 - 4 6 1 .8 0 2 3

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Roberto Rodrigue,

El autor de “Ideas Políticas y Pedagógicas de Simón Rodríguez” nació en Caracas. Hizo estudios de educación primaria y superior en su ciudad natal, incursionó en el teatro, el deporte y la política. Pertenece a la generación de los 70, cuyas influencias de la década anterior determinarán su inquietud por lo histórico- social de Venezuela. Por ser familia de origen llanero y larense se ve influenciado desde niño por reconocer lo valioso de sus tierras. Y desde muy pequeña edad es un consumado lector. En 1968 escribe sus primeros cuentos inéditos. Realiza en una edad más madura análisis de carácter cultural y participa en diversas obras en el mundo dei teatro. Realiza numerosos escritos en secundaria en un periódico estudiantil. Ejerce la docencia, es electo Concejal en 1992-1996 y durante su trabajo en el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional tiene contacto con el mundo amplio de los libros. Participa en la Comisión Nacional de Lectura y se destaca también en el desarrollo de la lectura y luego en el Plan Lector de su institución (1988- 1990). Actualmente Coordina la Red de Bibliotecas Públicas del Estado Vargas. Es un educador participante, preocupado en la formación bajo ejes orientadores que nazcan del proceso del conocimiento colectivo. El autor nos entrega en esta oportunidad una de las obras más citadas y menos analizadas de la educación venezolana: Simón Rodríguez.


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