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Jethro Masís. Ochenta años de Ser y tiempo de Martin Heidegger

Date post: 06-Jan-2017
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Jethro MasÍs Ochenta años de Ser y Tiempo de Martin Heidegger "¿Nos hallamos hoy al menos perplejos por el hecho de que no comprendemos la expresión 'ser'?" MARTIN HEIDEGGER, Sein und Zeit, Prólogo Abstraen This paper is a commemorative contribution on the occasion of the eight deca- des that have already elapsed since the publica- tion of Sein und Zeit (1927), the work by Martin Heidegger which perhaps has become in the meantime - considerating the enormous scope of its contemporary influence - the most impor- tant philosophical treatise of the zo» century. One must draw attention to the fact that it is not purported an elaboration of the work's recep- tion, which can be almost imposible to embrace in its entirety for it can well be structured in several phases. There is rather an introductory approach to the manuscript's history before its publication; purpose that can be seen as a more concrete and less ambitious goal in comparison to the main one, which is nothing but to outline the work's central topics and the pretentions that it has pursued and carried out. Key words: German Philosophy. Phenome- nology. Martin Heidegger. Resumen: Este artículo es una contribución conmemorativa en ocasión de las ocho décadas que se han cumplido desde la publicación de Sein und Zeit (1927), obra de Martin Heidegger que entretanto se ha convertido quizá - a juzgar por el enorme espectro de su impronta contempo- ránea - en el tratado filosófico más importante del siglo XX. Se advierte que no se persigue una elaboración de la recepción de la obra que, por lo demás, resulta casi inabarcable con entereza y que incluso podría estructurarse en varias eta- pas. Más bien se desarrolla, a guisa de introduc- ción, una historia del texto manuscrito antes de su publicación en forma de libro, propósito más concreto y mucho menos ambicioso de acometer en comparación con el propósito principal, que no será sino el delinear la temática de la obra y los fines que ha perseguido y realizado. Palabras clave: Filosofía alemana. Feno- menología. Martin Heidegger. El rumor del rey escondido: El camino hacia Ser y Tiempo En 1927 apareció, bajo el sello editorial Max Niemeyer, el tratado filosófico Sein und Zeit en el octavo tomo del Jahrbuch für Phi- losophie und phdnomenologische Forschung; revista, dirigida a la sazón por Edmund Husserl, que representaba la publicación científica oficial del movimiento filosófico por él mismo fundado y que, entretanto, había transformado el pano- rama del pensamiento alemán de principios del siglo XX: la fenomenología. Como es sabido, los Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLVII (120-121), 127-137, Enero-Agosto 2009 / ISSN: 0034-8252
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Jethro MasÍs

Ochenta años de Ser y Tiempode Martin Heidegger

"¿Nos hallamos hoy al menos perplejospor el hecho de que no comprendemos

la expresión 'ser'?"

MARTIN HEIDEGGER, Sein und Zeit, Prólogo

Abstraen This paper is a commemorativecontribution on the occasion of the eight deca-des that have already elapsed since the publica-tion of Sein und Zeit (1927), the work by MartinHeidegger which perhaps has become in themeantime - considerating the enormous scopeof its contemporary influence - the most impor-tant philosophical treatise of the zo» century.One must draw attention to the fact that it is notpurported an elaboration of the work's recep-tion, which can be almost imposible to embracein its entirety for it can well be structured inseveral phases. There is rather an introductoryapproach to the manuscript's history before itspublication; purpose that can be seen as a moreconcrete and less ambitious goal in comparisonto the main one, which is nothing but to outlinethe work's central topics and the pretentions thatit has pursued and carried out.

Key words: German Philosophy. Phenome-nology. Martin Heidegger.

Resumen: Este artículo es una contribuciónconmemorativa en ocasión de las ocho décadasque se han cumplido desde la publicación de

Sein und Zeit (1927), obra de Martin Heideggerque entretanto se ha convertido quizá - a juzgarpor el enorme espectro de su impronta contempo-ránea - en el tratado filosófico más importantedel siglo XX. Se advierte que no se persigue unaelaboración de la recepción de la obra que, porlo demás, resulta casi inabarcable con enterezay que incluso podría estructurarse en varias eta-pas. Más bien se desarrolla, a guisa de introduc-ción, una historia del texto manuscrito antes desu publicación en forma de libro, propósito másconcreto y mucho menos ambicioso de acometeren comparación con el propósito principal, queno será sino el delinear la temática de la obra ylos fines que ha perseguido y realizado.

Palabras clave: Filosofía alemana. Feno-menología. Martin Heidegger.

El rumor del rey escondido:El camino hacia Ser y Tiempo

En 1927 apareció, bajo el sello editorialMax Niemeyer, el tratado filosófico Sein undZeit en el octavo tomo del Jahrbuch für Phi-losophie und phdnomenologische Forschung;revista, dirigida a la sazón por Edmund Husserl,que representaba la publicación científica oficialdel movimiento filosófico por él mismo fundadoy que, entretanto, había transformado el pano-rama del pensamiento alemán de principios delsiglo XX: la fenomenología. Como es sabido, los

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que promediaba entonces los treinta y siete añosde edad.

Pero el tratado filosófico no fue concebidooriginalmente como la obra sistemática que hoyse conoce. En lo referente a las intrincadas cir-cunstancias implicadas en la historia del texto,Kisiel ha hablado de tres borradores que cons-tituyeron las elaboraciones previas de la obra(cf. 1995, 309-314): (a) el borrador Dilthey, quecorresponde a la alocución pronunciada antela Sociedad Teológica de Marburgo en 1924,intitulado Der Begriff der Zeit (conferencia quese acredita, por cierto, como antecedente por elmismo Heidegger en tanto elaboración en formade tesis de "[l]as consideraciones que antecedeny las que siguen" - esto es, a la altura de la mitadde Sein und Zeit - en una nota correspondiente alsegundo capítulo de la segunda sección, cf. SZ: §54, 265), en que por primera vez se lleva a cabola plasmación de la estructura neurálgica de latemática del libro; (13) el borrador onto-erotético,correspondiente a la lección Geschichte derZeitsbegriffs, pronunciada en la Universidad deMarburgo el semestre de verano de 1925; y final-mente (y) el borrador final, en que Heidegger hacaído por fin en la cuenta del tratado filosóficoque quiere acometer y que, a fin de cuentas, es elentregado a la prensa editorial. 3

Con todo, el primer esbozo de la temáticaexpuesta en la gran obra de Heidegger tuvo lugaren el Informe Natorp (1922). Heidegger plani-ficaba "la publicación, en ese mismo año 1922,de un trabajo sobre Aristóteles en el volumenVII del Jahrbuch für Philosophie und phdno-menologische Forschung dirigido por Husserl"(Adrián Escudero, 2001, 184) Yel Informe Natorpconstituye la introducción a dicho trabajo. Heide-gger había hecho expresas, en una comunicaciónepistolar dirigida a Gadamer que data de 1923, lasintenciones que guardaba de convertir sus inves-tigaciones fenomenológicas sobre Aristóteles enuna obra más extensa y abarcadora," pero "[n]ose llegó a realizar, porque al ocupar la cátedra enMarburgo se vio confrontado con tareas del todonuevas. Aún así Aristóteles siguió siendo uno delos temas centrales de su actividad docente enMarburgo" (Gadamer, GW 3, 311-312/155). Porrazones comprensibles que atañen a la investi-gación histórica, el propio Gadamer sostuvo en

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sucesos de la caída del Neokantismo y el reaco-modo del Historicismo que habían domeñado elpensamiento decimonónico alemán a partir de lasegunda mitad del siglo son, por lo demás, incom-prensibles sin el aporte conspicuo del movimientofenomenológico. La obra es firmada por MartinHeidegger, quien había sido nombrado catedráti-co extraordinario en la Universidad de Marburgoen 1923, y quien había sido el asistente científicode Husserl en la Universidad de Friburgo a partirde 1919. En 1928, precisamente a raíz de la publi-cación de su gran obra, alcanzó laboris causa laprimera cátedra de filosofía de la Universidadde Friburgo ante la salida de Husserl de la vidauniversitaria como pensionado.

Heidegger se vio empujado, a causa de lasrigurosas demandas exigidas por la academiapara obtener un puesto docente universitario,al acometimiento de plasmar en un tratado lasinvestigaciones que venía llevando a cabo ensus lecciones en Friburgo (1919-1923) y en Mar-burgo (1923-1928), y que le habían convertidoen un profesor famoso en toda Alemania sinque siquiera tuviera una cátedra. Mediante unapublicación sólida debía probar, precisamente,esa fama de flamante asistente del fundador dela fenomenología que, por entonces, le rodeaba.En efecto, según un muy citado decir de HannahArendt, el nombre de Heidegger viajaba "a travésde toda Alemania como el rumor del rey escon-dido" (1988, 232) a causa de las trancripcionesde sus lecciones tempranas realizadas por losestudiantes que asistían a sus cursos.' Pero lalabor docente incansable en que el novel fenorne-nólogo impartió al menos diecisiete lecciones.éha de ser vista de consuno con la ausencia de unapublicación importante en el decurso que abarcadesde la aparición de su tesis de habilitacióndocente dirigida por el neokantiano de la Escuelade Baden Heinrich Rickert, Die Kategorien- undBedeutungslehre des Duns Scotus (1915), hastaSein und Zeit (1927): el llamado período de "doceaños de silencio" que le son espetados a Heide-gger en "Aus einem Gesprach von der Sprache"por parte de un interlocutor japonés (cf. GA 12).Sein und Zeit surge, así, de la necesidad de optarpor una cátedra universitaria y es el primer libropropiamente dicho de un profesor de filosofía

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1989 que la aparición del perdido manuscrito delInforme Natorp debía tenerse como "un verdade-ro suceso" (ein wahres Ereignis), tan importantecomo el que supuso el que se hallasen nuevamen-te los manuscritos de los escritos teológicos dejuventud de Hegel publicados por Hermann Nohlen 1907 (cf. 2003: 76) que realmente aclaranlas bases cimentales de la filosofía hegeliana.'Gadamer relata que el manuscrito que le habíasido cedido por Natorp en Marburgo le causó unaprofunda impresión; la misma que terminó porprimar en su propósito de cambiarse de universi-dad para poder seguir las lecciones del joven "reyescondido de la filosofía alemana".

El manuscrito extraviado por Gadamerdurante la segunda guerra mundial, nunca sepudo recuperar; pero el ejemplar de Georg Mischfue nuevamente hallado en el legado de su dis-cípulo Josef Konig y publicado finalmente porHans-Ulrich Lessing en 1989 en el Dilthey-Jahrbuch für Philosophie und Geschichte derGeisteswissenschaften, Vol. 6, 237-239. Harto sesabe que el texto fue redactado con premura porHeidegger para optar por una plaza de profesorde filosofía en la Universidad de Gotinga que noprosperó, a pesar de las intervenciones del cuñadode Dilthey, Georg Misch - catedrático a la sazónen Gotinga - y de la asidua promoción de Husserlde su joven discípulo, pero que sí le dio la opor-tunidad de convertirse en profesor extraordinariode filosofía en Marburgo en 1923. Natorp y Hart-mann hallaron en este escrito "una originalidadinusitada, profundidad y rigurosidad" (citado porGünther Neumann, 2003: 91).6 Se podría hablaraquí con todo derecho del efecto de estupefeccióncausado por este breve escrito en que, incluso, sehabla muy poco de Aristóteles; lo cual no es másque el método de apropiación, de lectura herme-néutica, que Heidegger llamaba por aquellos añosindicación formal (formale Anzeige): ningunalectura boba de los textos de la transmisión filo-sófica pues, en principio, la filosofía carece dedoctrina. Más bien, de lo que se trata es de unaumento de la interrogabilidad (Steigerung derFraglichkeit) que coadyuve a una comprensióny apropiación históricas que, en cualquier caso,trascienden el ámbito de lo meramente interpre-tativo textual: "comprender radicalmente lo queen cada momento una determinada investigación

filosófica del pasado colocó en su situación y dela inquietud de fondo que mostró esa situación;comprender no significa aceptar sin más el cono-cimiento establecido, sino repetir [wiederholen):repetir originariamente lo que es comprendidoen términos de la situación más propia y desdeel prisma de esa situación" (PIA: 11/33. Itálicasdel texto).

Es Sein un Zeit, por tanto - ¡y muy sorpren-dentemente! -, una obra que fue concebida pri-meramente en cuanto proyecto como un tratadoque se dedicaría a la destrucción de las categoríasontológicas aristotélicas en aras de que, mediantedicho procedimiento anatréptico, salieran a lasluz las estructuras de lo que Heidegger llama poraquel entonces las categorías de la experiencia fác-tica de la vida (faktische Lebenserfahrungy; cate-

. gorías que quizá han cobrado en la obra de 1927el estatuto de 'existenciales' (Existenzialien): asaber, todo aquello que puede ser predicado de unente como el Dasein, que precisamente no tiene elcarácter de ser de los entes intramundanos, siem-pre que, tal como ha sido lo sólito, se concibana partir de la ontología de la cosidad (Ontologieder Dinglichkeit). El Dasein no es substancia nisujeto alguno, ni exterioridad ni interioridad (es- por decido con una fórmula oximorónica - unainmanencia trascendente), lo cual complica lapredicabilidad basada en una estructura gramati-cal que no hace más que adscribir accidentes a unente que aparece como substante en la presencia,y la empresa perseguida por Heidegger se mues-tra, por ende, bastante ingente y problemática.En cualquier caso, se trata de pensar un entenunca pensado, pero como se trata del Da-sein,es decir, del 'Ahí' del ser (das 'Da' des Seins), lonunca pensado no es más que la vida humana. Lafilosofía, no ya la doctrina establecida por cua-lesquiera filósofos, sino la época que constituyea Occidente desde sus mismas raíces, es erráticaporque ha consistido en la reiteración nefanda dela no interrogabilidad del ser de la vida huma-na; esto pues - en una inversión cartesiana quepuede resultar ejemplificativa - se ha ocupadodel cogito ergo sum, pero no primero sin dejar entinieblas la naturaleza del sumo Lo constantemen-te soslayado por la tradición es la subjetividad delsujeto, el ser del sum, y toda falta de diafanidaden estos respectos ponen en entredicho el que se

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pueda saber qué sea el tiempo, qué sea el mundoy, junto con estos interrogantes, qué sea, no sólola historia, sino la vida humana misma.

Empero, Sein und Zeit, no ofrece - a contra-pelo de lo que suele creerse y decirse con ciertaligereza - una ontología, ni es una resurreción delas dilucidaciones ontológicas que habrían queda-do sepultadas ante el apogeo de la epistemologíaen la Modernidad; no estamos, pues, ante unaobra con intenciones premodernas ni restaurativasde presuntos paraísos arcaicos. Incluso en cuantoproyecto, está transido de incompletud y de frag-mentariedad, si bien su carácter sistemático y suconcatenación lógica serán manifiestos para cual-quier lector de la obra; carácter pretendidamentedefectuoso - el de haber quedado la temáticaproyectada truncada y en forma de fragmento -que, por nuestra parte, preferimos interpretar enrelación con la convicción de Ley te según la cual"'inacabado' puede expresar la naturaleza mismade un trabajo filosófico cuando no puede aparecercomo 'doctrina" (2005, 65-66). En este respecto,Heidegger no solía hablar de su pensamiento asecas, como si tuviese contenido doctrinal, sinode su 'camino del pensar' (Denkweg). Y un cami-no, harto se sabe, ha de ser recorrido; ha de hacer-se el camino, por decirlo con Machado. Camino,por ello, como en el epígrafe de Holzwege (GA5, que contiene escritos del período 1935-1946)en que se sostiene que - en tanto caminos medi-tantes, pensantes - se trata siempre de caminosde bosque: "En el bosque hay caminos [Wege),por lo general medio ocultos por la maleza, quecesan bruscamente en lo no hollado. Es a estoscaminos a los que se llama Holzwege [caminosde bosque, caminos que se pierden en el bosque).Cada uno de ellos sigue un trazado diferente, perosiempre dentro del mismo bosque. Muchas vecesparece como si fueran iguales, pero es una meraapariencia" (CB, 6).

En lo sucesivo, de lo que se trata es de darsentido al camino propiamente transitado en Seinund Zeit, que - suponemos - se pierde tambiénen el bosque? y que, por ello mismo, se abre enaporía y bajo la estela de la perplejidad ante elpropósito de dejar que reluzca un fenómeno quese oculta, pero esto no a causa de una lejanía eso-térica, sino, muy contrariamente, por su extremaproximidad ("quid autem propinquius me ipso

mihi?", podría preguntarse aquí con Agustín,Conf. X, xvi, 25, 411). Por ello, es perfectamentepensable que la empresa de Heidegger en su granprimer obra podría bien hacerse eco de las pala-bras de Kierkegaard en su disertación universi-taria, Sobre el Concepto de Ironía en ConstanteReferencia a Sócrates (1840): "El pensamientono advirtió en modo alguno que aquello quebuscaba estaba en su búsqueda misma, y puestoque no quería buscarlo allí, no lo encontraría nipor toda la eternidad. A la filosofía le sucediólo que a un hombre que busca sus anteojos pesea tenerlos puestos: busca, en efecto, aquello quetiene frente a sus narices, pero no lo busca delan-te de sus narices, y por eso nunca lo encuentra"(2000: 309). Es decir, no lo busca delante desus narices porque el fenómeno que persigueno está delante de sus narices, y por ello "nolo encontraría ni por toda la eternidad". Aquelloque no advirtió el pensamiento es que buscabala misma búsqueda, buscaba su ser, que no esoponible en la distancia de ninguna objetivación.¿Qué clase de visión (d80") puede penetrar enla más extrema proximidad? Y correlativamente,¿qué decir (A.óyo")es posible respecto de aquelloque no admite objetivación alguna? Sein und Zeitse dedicará a la búsqueda de una visión y de undecir y, con ello, desmontará destructivamente laspretensiones tan vetustas del pensamiento occi-dental por un el&><; y por un Aóyo<;.

Es solamente en este sentido que cobrainteligibilidad el propósito de Sein und Zeit deser una repetición (Wiederholung), que no merorecurso a lo iterativo; repetición, en efecto, her-menéutica y destructivo-desmanteladora, puestoque no se trata de nada novedoso, sino de algo, dealguna forma, ya siempre sabido, pero, con todo,continuamente soslayado y olvidado. Sólo de estaforma cabe también con justicia el aserto de quese trata de una obra originaria sin las pretensio-nes de ser original.

Dilucidación temática de un tratadoñíoséñco que no quiere serio

La obra se abre, como bien lo ha afirmadoSafranski, con una suerte de recurso al efectismo

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que sólo puede ser llamado prólogo en el cielo.Al respecto, Hermann Marchen había recorda-do "cómo Heidegger, a principios del año 1927,en una amena reunión con los estudiantes de laasociación, 'sin palabras y con gran espectativa,como un niño que muestra su secreto juguetepreferido, puso a la vista un pliego de un recienteejemplar de pruebas, una hoja con el título Sery Tiempo'. La obra, llena de efectos dramatúr-gicos, se abre con una especie de prólogo en elcielo. Aparece Platón. Es citada una sentenciadel diálogo El Sofista: 'Pues, sin duda, ya estáisfamiliarizados desde tiempos con lo que propia-mente opináis cuando utilizáis la expresión ente;nosotros, en cambio, otrora ciertamente creíamosentenderlo, pero ahora somos presas de la perple-jidad'" (citado por Safrankski, 1997, 183).

La obertura de la obra principia, por ende,mediante la constatación de lo que podría lla-marse con Sloterdijk una "errancia histórica" (cf.2000). La filosofía no ha dado con el ser - que,por antonomasia, es el tema del filosofar - perosólo porque, en un sentido que se funda en lamisma fenomenalidad del ser, no puede dar conél como sí da con el ente. La filosofía da con elente, pero el mismo sentido del ente queda borra-do en la retirada del ser. Creíamos comprenderotrora el sentido de lo que es, de lo ente, peroahora nos hallamos en aporía, es decir, como sise nos interpusiese un obstáculo infranqueable,por parafrasear el pasaje citado de El Sofistaplatónico. Hay que desencadenar, por tanto, unaylyavTo~ax(a 1TEpl Ti']S ouu(as (cf. SZ, §1,2, en alusión a Soph., 246a, 4-5). Una Phiino-menologie des Geistes, en sentido heideggeriano,sería como el caminar errático de la metafísica entanto tematización de la presencia; pero el yerrono consiste en la falta de tino de los filósofos, sinoen la misma retirada del ser. Esto suscita la cues-tión: ¿Qué metodo es el que hay que seguir paradar con aquello que se retira por esencia? Supo-nemos mal si creemos que el ser es lo de más alláque habría que traer a cercanía, toda vez que elproblema más básico desde el que parte Sein undZeit es que, precisamente, ya comprendemos dealguna forma el ser (es la metafísica la que colocaal ser en el más allá o, en el acabamiento de suslindes, en el más acá).8 Pero esa comprensión noes temática ni de forma alguna explícita: se trata,

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más bien, de una precomprensión. Es a causa deesa extrema proximidad que el ser no se acusa,porque la fenomenalidad del ser consiste en nohacerse relevante; en, por así decirlo, cederle laluminosidad de lo que aparece al ente.

La problematicidad de lo que se interrogaexige entonces una inusual labor fenomenológi-ca. Sein und Zeit está signado, en efecto, bajo elsello de la fenomenología y, en cuanto empresafenomenológica, no puede suponer nada que nosea de suyo evidente. Pero en este caso, se trataciertamente de una evidencia irrenunciable, quesin embargo no es constatable ni mensurable deforma objetivante, pues - por decirlo con Kier-kegaard - lo buscado no se halla delante de losojos. El carácter de ausencia de presupuestos(Voraussetzungslosigkeit) con que la fenomeno-logía pretende rigorizar su cometido de volvera las cosas mismas (según el conocido lema: Zuden Sachen selbst! que aparece por primera vezen Husserl, cf. LU 11/1, 6/218) no implica de suyo,a la vez, la presuposición de ninguna tabula rasa,como si pudiera ejercerse una torpe renunciaa toda postura tética, sino que la tentación quehay que vencer es la de la imposición previa delas proferencias teoréticas. El carácter de serdel Dasein se revela como sumamente especialporque "es para sí mismo ónticamente 'cercanísi-mo', ontológicamente lejanísimo y, sin embargo,preontológicamente no extraño" (SZ: § 5, 16).Pero esto preontológico es el presupuesto del queno nos podemos desasir, pues se trata del presu-puesto a partir del cual el Dasein está ya desdesiempre puesto de antemano. Es un pre-supuesto,mas solamente porque el Dasein está de previoinstalado en él, es decir, no es un presupuestohecho por ningún sujeto, ni ninguna invención.En el mismo sentido de la objeción de un circulusvitiosus, no se trata de salir del círculo, a causade cualesquiera exigencias lógicas, sino de entrarcorrectamente en él (cf. SZ, § 32, 153). En esto, laYoraussetzungslosigkeit implica la estricta renun-cia a las presuposiciones teoréticas, pero tiene elfin ulterior de partir del presupuesto genuino queno puede ser inventado. Ese pre-supuesto es loque Heidegger denomina lo preontológico (dasVorontologische) y sólo esto es lo que puede serdenominado originario con todo derecho.

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Pero la renuncia a lo teorético que ya desdeaquí se desvela - puesto que lo preontológicono admite contemplación alguna y resiste, así,toda objetivación - no constituye ningún irracio-nalismo (decir que Heidegger es irracionalistaes equiparable con afirmar que Sein und Zeitelabora, con todo, una doctrina: en este caso, irra-cionalista); sino que en la misma estructura de laproposición 'A es A', debería hacerse manifiestade suyo una obviedad que, no obstante, mantienela condición de la errancia histórica (Sloterdijkdixit). Y esta obviedad es la siguiente: el 'es' nose hace relevante. En este caso, viene Niezschea la mente? cuando se cae en la cuenta de quela metafísica puede ser dilucidada a partir de lacreencia en la estructura lógica de la proposición'A es A'. En efecto, lo siempre acusado en eseátomo de sentido que es la proposición son losextremos de lo ligado por el 'es': 'A' o 'N. Pero'N aparece como teniendo sentido precisamenteporque el 'es' se esfuma y oculta su mostración.Pero es de suyo esencial que el 'es' no se muestre,puesto que el 'es' es mostrativo, si bien no de símismo. El 'es' es sincategoremático, acompañade cerca todo categorema, mas en ausencia desu acompañamiento nos quedamos en la incom-prensibilidad del sentido de lo categorial. Si lafilosofía ha consistido en detenerse en lo queaparece, Sein und Zeit se aboca a la empresade pensar; y pensar tendrá para Heidegger en losucesivo la tarea de dar cuenta de lo no pensado,de pensar lo irrelevante en ausencia de lo cual lorelevante ni siquiera tendría sentido. Se trata, nimás ni menos, que de pensar el 'es'. Pero eviden-temente, un pensar tal será titular de una suerte deforzamiento de la creencia en la estructura de lagramática (en buen espíritu nietzscheano), porqueel 'es' no es un sustantivo.l"

En conexión con lo antedicho deberá sercomprensible algo que a veces se pasa por altopero que es central para la comprensión generalde la obra: en Sein und Zeit no se plantea la pre-gunta por el ser como si - precisamente aún nodesasidos del error - pudiésemos plantear unacuestión óntica sobre lo ontológico, puesto que,por principio, el 'es' no admite ningún examenerotético a partir de un 'qué' (la errancia his-tórica, constituida y forjada en el decurso de lametafísica, podría bien denominarse ontificación

de lo ontológico y total soslayo de lo preonto-lógico). La pregunta planteada es la del sentidodel ser, que no del ser a secas, y esto no paradirigimos a su decisiva contestación (algo quepuede resultar extraño cuando es cabalmenteignota la esencia de la interrogabilidad filosófica).A riesgo de la simplificación podría sostenerseque todo el acometimiento de Sein und Zeit es laelaboración por esa pregunta. Lo que se pretendees elaborar, es decir, regodearse en los contornosde la pregunta. Y nada más. Por eso es que nohay en la obra una ontología elaborada, cuyospredicamentos lo fueran ahora de la existencia(Existenz) en vez, por ejemplo, de la cosidad(Dinglichkeit), sino únicamente la elaboración deuna pregunta. En este respecto, se muestra ya laconcepción heideggeriana de la fenomenologíacomo interrogabilidad.

En el Natorp-Bericht, se sentenciaba concontundencia que la filosofía debía servir a un'aumento de la interrogabilidad' (Steigerung derFraglichkeit, cf. PIA, 11), que no a la definitivacontestación de las preguntas planteadas siglos hapor cualesquiera filósofos o por nosotros mismosen la actualidad. El que la filosofía sea por anto-nomasia interrogabilidad no significa que su laborconsista en el mero planteo de cuestionamientos,sino que, precisamente por ser esencialmenteinterrogabilidad y por tener como tarea el aco-metimiento estricto el levantamiento erotético,la filosofía ha de elaborar sobre todo la preguntapor lo preguntable. La cuestión ¿qué es pregunta-ble? es aquí cabalmente comparable con aquellaque pregunta por la dignidad de lo preguntable:¿Qué es, en efecto, lo que debe ser pensado?¿Qué hay, pues, que pensar? Y estas cuestiones,a su vez, encuentran la siguiente contestación:lo preguntable es lo desde siempre preguntado(el pensamiento es, en este sentido, neurálgica yradicalmente histórico) pero que, sin embargo,ha sido erróneamente respondido; y esto quizáporque desde siempre lo preguntable no admitíacontestación alguna. Lo pensable es la errancia,pero también el olvido mismo del yerro fundante.La expresión casi poética con que Heidegger serefiere a esta errancia histórica, el olvido del ser(Seinsvergessenheit), implica, no que en Sein undZeit se pretenda una suerte de dvd~vT]alS (como.de hecho, insisten quienes, confundidos quizá por

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su uso del lenguaje, tachan al pensador alemán deestulto romántico}, sino que lo que ha de ser obje-to del mentado aumento de la interrogabilidad noes más que este olvido. Sein und Zeit se regodeaen el olvido y procede, por ello, destructivamentea manera de desmontaje. La elaboración de lapregunta por el sentido del ser es entonces la pro-vocación del aumento de la interrogabilidad porlo ya preguntado: Tl TO O'v.

Ahora bien, ¿cómo se dice el ser? O bien,¿cómo ha de ser tematizado el ser? ¿Qué clasede A&yOS es pasible de ser impuesto sobre elTO av? Con el fin de evitar caer en la tentaciónde la metafísica, hay que dejar en primer lugarlibre al ser, de manera que no se lo fuerce y, sobretodo, de que no se invente la temática ontológica.Una traducción heideggeriana de la demandafenomenológica de la remisión estricta y exclu-siva a las cosas mismas puede ser la siguiente:nada puede ser inventado, a saber, toda aserciónteorética de la ciencia y de toda proferencia delsentido común han de ser soslayadas, suspendidasen ElTOxi}Pero la mentada ETToxf¡ no es ningúncallar místico, ni ninguna derrota del saber. Hayque atenerse al 'estado de la cosa' tSachverhaliy'y, como bien dice Gadamer, "[y]a la propia pala-bra Sachverhalt [compuesta por Sache = 'cosa'y Verhalten = 'comportamiento'] tiene algo muypeculiar. Hay en ella algo desinteresado desde elmomento en que le concedemos a la cosa (Sache)un comportamiento (Verhalten) propio y en nues-tro comportamiento nos plegamos al suyo" (GW1O,326).

Es en este punto, por cierto, donde vienea cuento lo hermenéutico del derrotero que sepersigue porque, precisamente, el ser no es nadaentitativo sino sólo la retirada de la patencia delente. Por ello, "el ser hay que leerlo en lo ente"('am Seienden soll ablesen werden', GA 20, § 32,383),es decir, no se puede proceder puramente deforma ontológica. No se puede decir, como si seentretuvieran las pretensiones ingenuas de elabo-rar una doctrina ontológica, que "el ser es esto ylo de más allá (o lo de más acá}"12 o que "el seres el fundamento de todo lo entitativo", ya que,según Heidegger, "[e]l sentido del ser no puedeser jamás contrapuesto al ente o al ser en cuanto'fundamento' [Grund] sustentador del ente, pues-to que el 'fundamento' [Grund] sólo es accesible

como sentido, aunque sólo fuere como el abismo[Abgrund] del sinsentido" (SZ, § 32, 152). Lapregunta ¿qué es el ser? ya está viciada, no sólopor la flagrante ontificación del ser que subyace acualquier respuesta que pueda darse, sino porqueen ella se halla un 'es' supuesto e inexplicado.Hay que dar, pues, un rodeo entitativo, y el enteseñalado desde el que puede leerse el sentido delser no es el hombre, ni el sujeto, ni la sociedad,sino solamente el Dasein.P Pero es señalado,no a causa de su magnificencia entitativa o loque fuere, sino sólo porque el Dasein existe, esdecir, porque mantiene una relación con el serque se manifiesta, sobre todo, allí donde se caeen la cuenta de que el Dasein es el lugar en queacontece la interrogabilidad. Se ha dicho que "[lJa 'esencia' del Dasein consiste en su existencia"(SZ, §9, 42. Itálicas del texto), pero el entrecomi-lIado de 'esencia' debe precavernos de una malatraducción, cuya ejemplificación más expedita esla sentencia en que se funda el existencialismo deSartre: "la existencia precede a la esencia" (1997:39). Esto puesto que el aserto heideggeriano sig-nifica que el Dasein no tiene esencia, es decir, quees pura existencia, y esto es como decir que esnada.l" En Sein und Zeit, por ende, no se enume-ran los caracteres constitutivos del ente Dasein,como si se procediese predicamentalmente, casia guisa aristotélica, pero ahora bajo una serie decategoremas existenciales. El problema radica enque no hay predicamentos para el Dasein porqueno es una cosa, ni siquiera el hombre ni el sujeto.Por ello, hay que prestar mucha atención en losrespectos que atañen a cómo decir lo nunca dichoy, en lo ya referido líneas atrás, al forzamientode la creencia en la estructura gramatical dellenguaje.

En este punto, en efecto, se revela el pro-blema de la escritura de Sein und Zeit, que,según la denominación impuesta a este segundoapartado de la presente reflexión, es un tratadofilosófico pero que, de alguna forma que debeser clarificada en lo sucesivo, no se quiere a símismo como tal. Y este es el caso porque ante lapregunta por cómo decir el ser, es decir, por unposible A&yOSdel TO O'v, no se puede procederdoctrinalmente. Si así se procediera, entonceshabría cabida para la tesis sartreana de que laexistencia precede a la esencia, pero sobre todo

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habría lugar para la imposición tética, es decir,para un AÓ'yOS' en cuanto tesis. Empero, ¿no escierto que bastaría una mirada superficial al textode Sein und Zeit para comprobar de jacto que estáplagado de tesis positivas y de afirmaciones? Dehecho, ese es el caso y la respuesta a la preguntaanterior no puede ser más que afirmativa. Perohabría que añadir que lo dicho solamente es unseñalamiento o, como Heidegger gusta decir apartir de las lecciones juveniles que preceden a laplasmación final de su gran obra, una indicaciónformal (jormale Anzeige). Para quien escribeen la conciencia del apotegma nietzscheano delcarácter nefando (básicamente teologal) de lametafísica como equiparable a la creencia enla gramática, cabrían al menos dos opciones: (a) el forzamiento de la gramática, o bien «3) elforzamiento de la creencia. Pero es claro que elforzamiento de la gramática, a saber, el trastoca-miento de la estructura sujeto-predicado, podríacoadyuvar peligrosamente a una demonizacióndel lenguaje (Nietzsche, verbigracia, no dice enninguna parte que el lenguaje no sirva para naday, como harto se sabe, él mismo no hizo más quecultivar la vocación de escritor) y, lo que es talvez peor, ulteriormente se estaría provocando ellevantamiento del sin sentido o del irracionalismo.Pero nadie está aquí en busca de ninguna 'feno-menología nocturna' o de evocaciones sentimen-tales oscurantistas e irracionalistas. Es el mismoHeidegger, a contrapelo de lo antedicho, quienha esgrimido rotundamente - en el parágrafo deSein und Zeit que introduce la disposición afee-tiva (Bejindlichkeit) - que "[e]l irracionalismo- como contrapartido del racionalismo - sólohabla como bizco de aquello de lo que éste hablacomo ciego" (SZ, § 29, 136). No hay siquiera deiure la posibilidad de presuponer la racionalidadhumana como incontestable bajo la tradicionaldefinición del hombre en tanto (cpov AÓyOVE'Xov, puesto que lo que subyace a ella no es másque "esa distinción antigua pero nunca explicadaentre lo racional y lo irracional, distinción que, asu vez, se sugiere desde la instancia de un pensarracional a su vez inexplicado" (H, 71).

Se trata, por tanto, de una análisis provisio-nal (vorliiujig) que se bifurca en dos tareas; laprimera de las cuales es la mentada analítica delDasein (Daseinsanalytik) que habría de conducir

a una ontología fundamental (Fundamentalon-tologie). El segundo volumen de Sein und Zeit,nunca acometido como tal, se ocuparía de unadestrucción fenomenológica de la historia de laontología, tomando como ejes de confrontación ladoctrina kantiana del esquematismo y del tiempo,el fundamento ontológico del cogito sum carte-siano y el tratado aristotélico acerca del tiempo(SZ, § 8, 40). Empero, el tan sonado 'fracaso'de la gran obra heideggeriana de haber quedadofragmentada quizá no sea más que una muestrade su fuerza; y esto no sólo porque - por decirlocon la frase tractariana de Wittgenstein - de loque no se puede hablar, hay que callar, sino sobretodo porque la temática ontológica no ha de serforzada, incluso al precio del fiasco, y a causade que no hay derecho para inventar lo que no semuestra de suyo.

Pero, ¿qué es, en efecto, esta mostraciónde suyo automostrante? Si la tarea básica dela fenomenología consiste en algo así como en"dlTO<j>ulvEo6m Td <j>mvó~Evu: hacer verdesde sí mismo aquello que se muestra, y hacerlaver tal como se muestra desde sí mismo" (SZ, §7, 34), ¿cómo es posible semejante empresa sinimposiciones y falsificaciones ajenas a lo que asíse muestra? El apostatar de la creencia en la gra-mática significará, no ejercer la reflexión sobrelo que así se muestra (contra Husserl, para quienla fenomenología ha de moverse enteramente enactos de reflexión sobre las vivencias, cf. Hua 3:§ 77, 144/172, Y podría decirse incluso que con-tra las pretensiones de toda la filosofía modernay de toda teoría), sino retorsión (Verdrehung),es decir, el procedimiento destructivo según elcual "[tjodo ser-aprehendido, todo conocer, vistosegún el fenómeno fundamental de la retorsión,es explicación del Dasein mismo" (GA 17: 285).La pretensión de Sein und Zeit es, entonces, lade aprehender aquello que se muestra antes detodo juicio lógico y de toda aserción teorética:lo preontológico antes mencionado. En la dis-posición fundamental de la angustia, por ejem-plo, aparece una reducción aún más originariaque la reducción fenomenológico-trascendentalpretendida por Husserl, porque no es llevada acabo por ningún sujeto, ni es tarea metódica delfenomenólogo. "[Lja angustia ... abre inicialmen-te el mundo en cuanto mundo" (SZ, § 40, 187.

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Itálicas del texto) pues, precisamente, la angustiase angustia ante el estar-en-el-mundo en cuantotal, y el mundo es reducido por cuanto pierdetoda significación en la angustia. Allí se muestrael Dasein tal como es en el mundo, en una absor-ción mundanal cuidadora y ocupada que pasadespercibida para la teoría, si bien se trata de unmomento fundamental.

¿Qué es, pues, lo que ha acontecido con lapublicación de Sein und Zeit? ¿Cómo ha de aco-gerse semejante obra que culmina aporéticamente(tal como, por cierto, ha principiado)? Al respec-to, y con el fin de dar por terminada la presentereflexión, parece justo el juicio de Derrida:

Hay que pensar de otro modo el aconteci-miento para acoger, en el pensamiento y enla historia, semejante 'obra'. Sein und Zeitno pertenecería ni a la ciencia, ni' a la filo-sofía, ni a la poética. Puede ser que ocurralo mismo con cualquier obra que merezcaese nombre: lo que ahí pone en marcha elpensamiento excede sus propias fronteras oaquello que él mismo se propone presentarde éstas. La obra sale de sí misma, desbordalos límites del concepto que pretende tenerpropiamente de sí misma al presentarse. Perosi el pensamiento de esta obra excede así suspropias fronteras, a saber, aquellas que sudiscurso parece otorgarse a sí mismo - porejemplo, las de una analítica existencial delDasein en el horizonte trascendental deltiempo -, lo haría en ese lugar en donde hacela experiencia de la aporía, y quizá la de suinterrupción prematura, la de su pre-madurezmisma (1998: 60-61. Itálicas del texto).

Notas

1. Leo Strauss, quien tuvo oportunidad de asistir alas lecciones del joven fenomenólogo sobre Aris-tóteles, afirmaba sin dudar que "no sólo WernerJaeger, quien era ciertamente un gran conocedorde Aristóteles, pero también Max Weber, conseguridad el temperamento científico más fuertede las cátedras alemanas de la época, se veíancomo niños cándidos, párvulos [Weisenknaben],ante la potencia de Heidegger" (citado por Gad-amer, 2003, 83).

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2. En este respecto, cf. 'Heideggers Lehrveranstal-tungen 1915-30' (Kisiel, 1995: 461-468). Estaslecciones han quedado abarcadas en la segundasección de la edición completa de las obras deHeidegger (Martin Heidegger Gesamtausgabe,editadas por Wilhelm-Friedrich von Herrmannet al. Frankfurt am Main: Vittorio Klostermann):'Frühe Freiburger Vorlesungen' (1919-1923, GA55/56 - GA 63) Y'Marburger Vorlesungen' (1923-1928, GA 17- GA 26).

3. Der Begriff der Zeit ha sido publicado en cas-tellano en traducción de Jesús Adrián Escudero(cf. CT). La lección Geschichte der Zeitsbegriffsllevaba como subtítulo el lema Prolegomena zureiner Phiinomenologie der Geschichte und derNatur. Fue publicada en el tomo vigésimo de laGesamtausgabe (GA 20) Y vertida al castellanopor Jaime Aspiunza.

4. Asimismo, los editores de la lección dedicada aAristóteles del semestre de invierno de 1921-1922(cf. GA 61), Walter Brocker y Kate Brocker-Olt-manns, arguyen que el estilo del manuscrito de lalección permite suponer que Heidegger "preten-día hacer del manuscrito un libro" ('Nachwort derHerausgeber', GA 61, 201).

5. Heidegger refiere que la obra de Melanchton, Locicommunes rerum theologicarum seu hypothesestheologica: (1521), constituye la obra protestante'escolástica', direccionada decisivamente por laconceptualidad aristotélica, en la que el idealismoalemán halla su suelo neurálgico (Wurzelboden)."Cualquier investigación seria del idealismo ale-mán y, sobre todo, una concepción fundamental dela historia de su génesis [Entstehungsgeschichte]debe abrirse su acceso a partir de la situación teo-lógica de aquel entonces. Fichte, Schelling y Hegelera teólogos, y Kant solamente es ... comprensibleteológicamente" (GA 61, 7. Itálicas del texto).

6. Sobre la historia del texto del Informe Natorp,cf. 'Epílogo: Breve Historia de un Documento',que se adjunta en la versión española de JesúsAdrián Escudero. PIA: 105-109.Del mismo autor,resultan útiles sus aclaraciones terminológicas deltexto, cf. 2003, tanto como su tratamiento generalde la relación Heidegger-Arisóteles, cf. 2001.Para un tratamiento detallado de los motivos delNatorp-Bericht, cf. Segura, 2002.

7. En un escrito de la naturaleza de la presente con-tribución - intencionada como alocución para lasXIII Jornadas de Investigaciones Filosóficas de laUniversidad de Costa Rica - no es posible llevara cabo un estudio sopesado de los contenidos deuna obra de la complejidad de Sein und Zeit. Los

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comentarios a la fecha más sistemáticos de la obraheideggeriana siguen siendo los de Friedrich-Wil-helm von Herrmann (cf. sobre todo 1987 y 2005,pero también 2004). También el volumen colecti-vo editado por Thomas Rentsch (cf. 2001), ofreceuna serie de ensayos que cubren temáticamente elcontenido de la obra de Heidegger.

8. Aquí hay que decir con Nietzsche que la caída delmundo suprasensible no implica de suyo ningunareinvindicación del mundo sensible: "El mundoverdadero ha sido destruido por nosotros: ¿Quémundo queda? ¿El aparente tal vez? ¡En absoluto!Con el mundo verdadero hemos destruido tam-bién el aparente" (1998, 56). Es todo el esquemade la metafísica el que queda hecho trizas.

9. "Temo que no nos libraremos de Dios en tantosigamos creyendo en la gramática ... " (Nietzsche,1998,52).

10. En los prolegómenos de Sein und Zeit, ya está laadventencia respecto del uso forzado del lenguaje:"Con respecto a la pesadez y 'falta de belleza'de la expresión [Ungefüge und Unschone desAusdrucks] en los análisis que habrán de seguir,permítaseme añadir la siguiente observación:una cosa es hablar en forma narrativa sobre elente y otra, captar el ente en su ser. Para esteúltimo cometido, con frecuencia faltan no sólo laspalabras, sino sobre todo la 'gramática'" (SZ: § 7,38-39. Itálicas del texto).

11. Sachverhalt es un vocablo común en lengua ale-mana que se suele traducir por 'estado de cosas' o'circunstancias'.

12. 'Idealismo' y 'materialismo' son, en este caso, losextremos teoréticos en que se manifiestan las lin-des y el mismo acabamiento de la metafísica. Dela misma forma, "[r]ealismo e idealismo descono-cen con igual radicalidad el sentido del conceptogriego de verdad, que es la base indispensablepara comprender la posibilidad de algo así comouna 'doctrina de las ideas' como conocimientofilosófico" (SZ, § 7, 34. Itálicas del texto).

13. No hay así en Heidegger ninguna temática de larelación entre El Ser y el Hombre, como en Olarte(cf. 1974).

14. Sartre había diferenciado entre dos especies deexistencialistas: "Los primeros, que son cristia-nos, y entre los cuales yo pondría a Jaspers y aGabriel Marcel, de confesión católica. Y, por otraparte, están los existencialistas ateos, entre losque hay que poner a Heidegger, y también a losexistencialistas franceses y a mí mismo" (1997,39). En añadidura, "[1]0 que ambos grupos tienenen común es simplemente el hecho de que ambos

consideran que la existencia precede a la esencia,o si lo queréis, que es necesario partir de la sub-jetividad" (1997, 39). En este respecto, mantengomis sospechas de que Heidegger pertenezca al'movimiento existencialista' caracterizado porSartre puesto que la aserción heideggeriana queafirma la existencia del Dasein no es una tesis ala que pueda asentirse incondicionalmente y sinllevar a cabo varias distinciones. La primera delas cuales es, como se dijo, el entrecomillado de'esencia' (Wesen). Como es sabido, Heidegger sedistancia del existencialismo de Satre en Briefüber den Humanismus de 1946 (cf. H, 266 ss)puesto que en Sein und Zeit no se mienta laessentia del Dasein en cuanto essentia (esta deter-minación que se contrapone tradicionalmente aexistentia está pensada ya desde una metafísicade la producción), sino en cuanto que refiereel carácter 'ex-stático' del Dasein. El Daseines ex-tático, es decir, es puro descentramiento,desplazamiento y diferencia. Gadamer sostieneque de un "malentendido idealista del concepto'esencia' surgió el existencialismo de Sartre ..."(GW 3, 324/169). Para una crítica directa deUétre et le néant (1943) de Sartre, cf. el ensayode Gadamer, 'Das Sein und das Nichts (1. P.Sartre)' (1989), GW 10: 110-124/39-55).Por otraparte, puede sostenerse correlativamente que lanota del ejemplar de la cabaña (Hüttenexemplar)de Sein und Zeit que Heidegger agrega en § 83como explicación de la hermenéutica del Daseinen tanto. contrapuesta a una filosofía de la exis-tencia ("Also nicht Existenzphilosophie", SZ: n.a 445/n. a 449) muestra un claro distanciamiento(así, al menos, lo ha constatado von Herrmann,1987: 123) respecto de Psychologie der Weltans-chauungen (1919)de Karl Jaspers; trabajo al queHeidegger dedica la reseña crítica 'Anmerkungenzu Karl Jaspers Psychologie der Weltanschauun-gen' (1919-1921).

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