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Copyright © 2016 The New York Times DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016 Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY VENTANA La cultura digital olvida la contemplación Voto británico sacude el orden europeo Este artículo fue escrito por Jim Yardley, Alison Smale, Jane Perlez y Ben Hubbard. LONDRES — La histórica votación de Gran Bretaña para abandonar la Unión Europea ya amenaza con deshacer un bloque democrático de naciones que ha existido durante décadas. Pero también genera incertidumbre acerca de un problema aun mayor: ¿Acaso también se está desmoro- nando el orden post-1945 impues- to al mundo por Estados Unidos y sus aliados? La retirada británica hacia lo que algunos críticos del referén- dum sugieren es un estatus de “Pequeña Inglaterra” es sólo uno de los acontecimientos que sugie- ren un reordenamiento de poder, relaciones económicas, fronteras e ideologías en todo el mundo. El lento crecimiento económi- co ha minado la confianza en la tradicional economía liberal, es- pecialmente con los trastornos causados por el comercio y la in- migración. El populismo ha bro- tado en Occidente. Las fronteras en Medio Oriente están siendo borradas en medio de un aumento en el sectarismo. China se vuelve más asertiva y Rusia, más intré- pida. Los refugiados cruzan mar y tierra en cantidades récord. Estas fuerzas se combinan co- mo nunca antes para desafiar a las instituciones y alianzas occi- dentales que fueron establecidas después de la Segunda Guerra Mundial, y que han dominado al mundo desde entonces. Gran Bretaña ha sido un pilar en ese orden, así como un benefi- ciario. Tiene un lugar importante en la ONU, y en la OTAN, el Fon- do Monetario Internacional y el Banco Mundial; las institucio- nes de posguerra formadas pa- ra promover la paz, la seguridad y la prosperidad económica del mundo. Ahora, Gran Bretaña simboliza las grietas en esos cimientos. Su salida de la Unión Europea debi- lita a un bloque que es el mercado más grande del mundo, así como el anclaje de la democracia glo- bal. También socava el consenso de posguerra de que las alianzas entre las naciones son esenciales para mantener la estabilidad y para diluir el nacionalismo que alguna vez hundió a Europa en conflictos sangrientos. Mientras los líderes europeos debatían tras el voto, el presiden- te chino Xi Jinping recibía al pre- sidente ruso Vladimir V. Putin en Beijing en una visita de Estado. Más que China, Rusia está fuera del sistema internacional enca- Los robots no sólo quieren nuestros empleos, también quieren nuestras mentes. Durante siglos, esta idea ha sido desestimada por los economistas como desvaríos de locos. Pero ahora más gente nota que las máqui- nas salen mejor para- das que nosotros. Internet y dispo- sitivos móviles son tan rápidos para res- ponder que podrían estar haciendo que la gente pierda “la men- te contemplativa”. “Hemos adoptado el ideal mental de Google, que es tener una pregunta que se puede contestar rápidamente: pre- guntas cerradas y bien definidas”, dijo el escritor Nicholas Carr a The New York Times. “Lo que se pierde en esa noción es que también existe esta forma abierta de pensar cuando no siempre se intenta responder una pregunta. Se intenta ir a donde te lleve ese pensamiento. Como sociedad, estamos diciendo que esa for- ma de pensar ya no es tan importante. Es vista como ineficiente”. También durante la Revolución In- dustrial la mayoría de las máquinas buscaban mejorar la eficiencia. La mejo- raron tanto que los trabajadores textiles se sublevaron, destruyendo los nuevos telares mecánicos que amenazaban sus salarios. Eso no detuvo el progreso de las máquinas. Una de las mentes económicas más apreciadas de Estados Unidos, Lawren- ce Summers, ex Secretario del Tesoro quien también fue presidente de la Universidad de Harvard, ha ignorado advertencias similares durante la revo- lución digital. Summers se ha referido a la gente que desconfía de la tecnología nueva como “gente estúpida”. Ahora, no está tan seguro. “Tal vez la gente estúpida no era tan estúpida como yo pensaba que era”, dijo Summers sobre la pérdida de empleos y aumento en la desigualdad de ingresos: “Esto era como mínimo una preocupa- ción seria en la que se tuvo que haber pensado”. Pero pensar en ello podría ser más difícil ahora que las máquinas han soca- vado nuestras mentes contemplativas. Un gran maestro del ajedrez piensa en muchos movimientos con antelación, y nosotros perdimos nuestra corona de ajedrez frente a las máquinas hace mu- cho tiempo. No parece haber un empleo, o mente, que esté a salvo. Ni siquiera un monje, cuya tarea es la contemplación. En China, hay un robot de menos de un metro de altura que usa una bata bu- dista anaranjada y comparte gratis su sabiduría. El nombre del robot se tradu- ce como Dignísimo Estúpido Monje Ro- bot y, como advirtió Summers, cuidado con subestimar lo estúpido. El monje robot ofrece su consejo en “persona” o vía internet, donde sólo se quieren respuestas y se detesta la reflexión. El monje robot tiene una respuesta instantánea y cerrada para incluso la duda más abierta. También responde a preguntas que no son pre- guntas, como esta: P: “No quiero trabajar”. R: “Si no quieres morir de hambre y tienes un empleo que está bien, trabaja duro”. El deseo tan humano de no esforzarse ha hecho que la gente pierda empleo desde la era del arado. Pero estas má- quinas no se construyen solas (al menos todavía no). Los monjes fueron los que idearon a su reemplazo robótico “para usar formas más modernas de difusión”. Basaron al robot en un personaje de cómic budis- tas, cuyo título da cabida a la contem- plación: “Los problemas on creados por uno mismo”. ROBB TODD Comentarios son bienvenidos en [email protected]. Continúa en la página 2 INTELIGENCIA Viejos gruñones azuzan a Europa. PÁG. 2 EL MUNDO Se acaban los árboles en África. PÁG. 3 DINERO Y NEGOCIOS Telenovelas hacen a un lado a JJ. OO. PÁG. 5 CIENCIA Y TECNOLOGÍA Desove de corales es un gran espectáculo. PÁG. 6 MARIO TAMA/GETTY IMAGES A un mes de la ceremonia de apertura, muchos de los proyectos para los JJ.OO. de Río están retrasados. Una indigente en una calle donde se construye una línea de tren. ADAM FERGUSON PARA THE NEW YORK TIMES Gran Bretaña ha sido un pilar de la alianza occidental e importante beneficiario de ella. Pensionados salen de votar. Río aún lidia con los preparativos a un mes de que comiencen las Olimpíadas Los Juegos pierden con la crisis Por JOE NOCERA En 2009, cuando Río de Janeiro ganó el de- recho de ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016 —sobre Madrid, Tokio y Chicago— Bra- sil volaba alto. Aunque no se había escapado de la crisis financiera de 2008, había sufrido menos daño econó- mico y se había recuperado con mayor rapidez que otros países. Con la economía en auge, Luiz Inácio Lula da Silva, su popular presidente, había instituido una serie de costosos programas sociales que ayudaron a millones de brasileños pobres a acceder a una mejor vida. La revista The Economist predijo que Brasil pronto sería la quinta economía más grande del mundo, so- brepasando a Gran Bretaña y Francia. “Nunca me sentí más orgulloso de Brasil”, dijo Lula (como lo llaman todos en Brasil), después de que se anunció la victoria de Río como sede olímpica. “Ahora, vamos a mostrar al mundo que podemos ser un gran país”. La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos será el 5 de agosto y nadie está ya de fiesta. Las condiciones económicas —y sociales, y políticas— que enfrentan Brasil y Río han cambiado drásticamente. Un colo- sal escándalo de corrupción que comenzó en Petrobras, la gigante paraestatal del del país, resultó en revelaciones e investigaciones en torno a docenas, si no es que cientos, de po- líticos de alto rango y miembros de la élite empresarial. Dilma Rousseff, la sucesora de- signada por Lula, está siendo sometida a un juicio político por cubrir huecos en el presu- puesto gubernamental de maneras que pre- suntamente eran ilegales. El mismo Lula está bajo investigación. El producto nacional bruto del país cayó en un 3.8 por ciento tan sólo el año pasado. Tanto el Estado como la ciudad de Río de Ja- neiro están en la quiebra y el gobierno federal también está en apuros. Se han retrasado los pagos a maestros y policías. Los tan alabados programas sociales han sido reducidos, la in- flación está subiendo, al igual que el crimen, y el presupuesto de seguridad del Estado ha sido recortado. Además, está el asunto del vi- rus del zika, que ha golpeado duro. Según el Fondo Monetario Internacional, la economía de Brasil ahora es la novena del mundo, detrás no sólo de Gran Bretaña y Francia, sino también de India e Italia. Las Olimpíadas no son responsables de esos problemas, pero han servido para des- tacarlos. Mientras que el obtener la sede de Continúa en la página 2
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Copyright © 2016 The New York Times

DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY

VENTANA

La cultura digital olvida la contemplación

Voto británico sacude el orden europeoEste artículo fue escrito por

Jim Yardley, Alison Smale, Jane Perlez y Ben Hubbard.

LONDRES — La histórica votación de Gran Bretaña para abandonar la Unión Europea ya amenaza con deshacer un bloque democrático de naciones que ha existido durante décadas. Pero también genera incertidumbre acerca de un problema aun mayor: ¿Acaso también se está desmoro-nando el orden post-1945 impues-to al mundo por Estados Unidos y sus aliados?

La retirada británica hacia lo que algunos críticos del referén-dum sugieren es un estatus de

“Pequeña Inglaterra” es sólo uno de los acontecimientos que sugie-ren un reordenamiento de poder, relaciones económicas, fronteras e ideologías en todo el mundo.

El lento crecimiento económi-co ha minado la confianza en la tradicional economía liberal, es-pecialmente con los trastornos causados por el comercio y la in-migración. El populismo ha bro-tado en Occidente. Las fronteras en Medio Oriente están siendo borradas en medio de un aumento en el sectarismo. China se vuelve más asertiva y Rusia, más intré-pida. Los refugiados cruzan mar y tierra en cantidades récord.

Estas fuerzas se combinan co-

mo nunca antes para desafiar a las instituciones y alianzas occi-dentales que fueron establecidas después de la Segunda Guerra Mundial, y que han dominado al mundo desde entonces.

Gran Bretaña ha sido un pilar en ese orden, así como un benefi-ciario. Tiene un lugar importante en la ONU, y en la OTAN, el Fon-do Monetario Internacional y el Banco Mundial; las institucio-nes de posguerra formadas pa-ra promover la paz, la seguridad y la prosperidad económica del mundo.

Ahora, Gran Bretaña simboliza las grietas en esos cimientos. Su salida de la Unión Europea debi-

lita a un bloque que es el mercado más grande del mundo, así como el anclaje de la democracia glo-bal. También socava el consenso de posguerra de que las alianzas entre las naciones son esenciales para mantener la estabilidad y para diluir el nacionalismo que alguna vez hundió a Europa en conflictos sangrientos.

Mientras los líderes europeos debatían tras el voto, el presiden-te chino Xi Jinping recibía al pre-sidente ruso Vladimir V. Putin en Beijing en una visita de Estado. Más que China, Rusia está fuera del sistema internacional enca-

Los robots no sólo quieren nuestros empleos, también quieren nuestras mentes. Durante siglos, esta idea ha sido desestimada por los economistas como desvaríos de locos. Pero ahora más gente

nota que las máqui-nas salen mejor para-das que nosotros.

Internet y dispo-sitivos móviles son tan rápidos para res-ponder que podrían estar haciendo que la gente pierda “la men-te contemplativa”.

“Hemos adoptado el ideal mental de Google, que es tener una pregunta que se puede contestar rápidamente: pre-guntas cerradas y bien definidas”, dijo el

escritor Nicholas Carr a The New York Times. “Lo que se pierde en esa noción es que también existe esta forma abierta de pensar cuando no siempre se intenta responder una pregunta. Se intenta ir a donde te lleve ese pensamiento. Como sociedad, estamos diciendo que esa for-ma de pensar ya no es tan importante. Es vista como ineficiente”.

También durante la Revolución In-dustrial la mayoría de las máquinas buscaban mejorar la eficiencia. La mejo-raron tanto que los trabajadores textiles se sublevaron, destruyendo los nuevos telares mecánicos que amenazaban sus salarios. Eso no detuvo el progreso de las máquinas.

Una de las mentes económicas más

apreciadas de Estados Unidos, Lawren-ce Summers, ex Secretario del Tesoro quien también fue presidente de la Universidad de Harvard, ha ignorado advertencias similares durante la revo-lución digital. Summers se ha referido a la gente que desconfía de la tecnología nueva como “gente estúpida”.

Ahora, no está tan seguro.“Tal vez la gente estúpida no era tan

estúpida como yo pensaba que era”, dijo Summers sobre la pérdida de empleos y aumento en la desigualdad de ingresos: “Esto era como mínimo una preocupa-ción seria en la que se tuvo que haber pensado”.

Pero pensar en ello podría ser más difícil ahora que las máquinas han soca-

vado nuestras mentes contemplativas. Un gran maestro del ajedrez piensa en muchos movimientos con antelación, y nosotros perdimos nuestra corona de ajedrez frente a las máquinas hace mu-cho tiempo.

No parece haber un empleo, o mente, que esté a salvo. Ni siquiera un monje, cuya tarea es la contemplación.

En China, hay un robot de menos de un metro de altura que usa una bata bu-dista anaranjada y comparte gratis su sabiduría. El nombre del robot se tradu-ce como Dignísimo Estúpido Monje Ro-bot y, como advirtió Summers, cuidado con subestimar lo estúpido.

El monje robot ofrece su consejo en “persona” o vía internet, donde sólo

se quieren respuestas y se detesta la reflexión. El monje robot tiene una respuesta instantánea y cerrada para incluso la duda más abierta. También responde a preguntas que no son pre-guntas, como esta:

P: “No quiero trabajar”.R: “Si no quieres morir de hambre y

tienes un empleo que está bien, trabaja duro”.

El deseo tan humano de no esforzarse ha hecho que la gente pierda empleo desde la era del arado. Pero estas má-quinas no se construyen solas (al menos todavía no).

Los monjes fueron los que idearon a su reemplazo robótico “para usar formas más modernas de difusión”. Basaron al robot en un personaje de cómic budis-tas, cuyo título da cabida a la contem-plación: “Los problemas on creados por uno mismo”. ROBB TODD

Comentarios son bienvenidos en [email protected].

Con tinúa en la página 2

INTELIGENCIA

Viejos gruñones azuzan a Europa. PÁG. 2

EL MUNDO

Se acaban los árboles en África. PÁG. 3

DINERO Y NEGOCIOS

Telenovelas hacen a unlado a JJ. OO. PÁG. 5

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Desove de corales es un gran espectáculo. PÁG. 6

MARIO TAMA/GETTY IMAGES

A un mes de la ceremonia de apertura, muchos de los proyectos para los JJ.OO. de Río están retrasados. Una indigente en una calle donde se construye una línea de tren.

ADAM FERGUSON PARA THE NEW YORK TIMES

Gran Bretaña ha sido un pilar de la alianza occidental e importante beneficiario de ella. Pensionados salen de votar.

Río aún lidia con los preparativos a un mes de que comiencen las Olimpíadas

Los Juegos pierden con la crisisPor JOE NOCERA

En 2009, cuando Río de Janeiro ganó el de-recho de ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016 —sobre Madrid, Tokio y Chicago— Bra-

sil volaba alto. Aunque no se había escapado de la crisis financiera de 2008, había sufrido menos daño econó-mico y se había recuperado con mayor rapidez que otros países. Con la economía en auge, Luiz Inácio Lula da

Silva, su popular presidente, había instituido una serie de costosos programas sociales que ayudaron a millones de brasileños pobres a

acceder a una mejor vida. La revista The Economist predijo que Brasil pronto sería la quinta economía más grande del mundo, so-brepasando a Gran Bretaña y Francia.

“Nunca me sentí más orgulloso de Brasil”, dijo Lula (como lo llaman todos en Brasil), después de que se anunció la victoria de Río como sede olímpica. “Ahora, vamos a mostrar al mundo que podemos ser un gran país”.

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos será el 5 de agosto y nadie está ya de fiesta. Las condiciones económicas —y sociales, y políticas— que enfrentan Brasil y Río han cambiado drásticamente. Un colo-sal escándalo de corrupción que comenzó en

Petrobras, la gigante paraestatal del del país, resultó en revelaciones e investigaciones en torno a docenas, si no es que cientos, de po-líticos de alto rango y miembros de la élite empresarial. Dilma Rousseff, la sucesora de-signada por Lula, está siendo sometida a un juicio político por cubrir huecos en el presu-puesto gubernamental de maneras que pre-suntamente eran ilegales. El mismo Lula está bajo investigación.

El producto nacional bruto del país cayó en un 3.8 por ciento tan sólo el año pasado. Tanto el Estado como la ciudad de Río de Ja-neiro están en la quiebra y el gobierno federal también está en apuros. Se han retrasado los

pagos a maestros y policías. Los tan alabados programas sociales han sido reducidos, la in-flación está subiendo, al igual que el crimen, y el presupuesto de seguridad del Estado ha sido recortado. Además, está el asunto del vi-rus del zika, que ha golpeado duro.

Según el Fondo Monetario Internacional, la economía de Brasil ahora es la novena del mundo, detrás no sólo de Gran Bretaña y Francia, sino también de India e Italia.

Las Olimpíadas no son responsables de esos problemas, pero han servido para des-tacarlos. Mientras que el obtener la sede de

Continúa en la página 2

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E L M U N D O

2 DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

INTERNATIONAL WEEKLY

NANCY LEE Editora ejecutivaTOM BRADY Editor en jefeALAN MATTINGLY Editor

The New York Times International Weekly620 Eighth Avenue, New York, NY 10018

CONSULTAS EDITORIALES: [email protected]

CONSULTAS DE VENTAS Y PUBLICIDAD:[email protected]

THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY E INTERNATIONAL REPORT APARECEN EN LAS SIGUIENTES PUBLICACIONES: SÜDDEUTSCHE ZEITUNG, ALEMANIA CLARÍN, ARGENTINA DER STANDARD, AUSTRIA LA RAZÓN, BOLIVIA FOLHA Y GAZETA DO POVO, BRASIL THE HAMILTON SPECTATOR, TORONTO STAR Y WATERLOO REGION RECORD, CANADÁ LA SEGUNDA, CHILE EL ESPECTADOR, COLOMBIA MANILA BULLETIN, FILIPINAS PRENSA LIBRE, GUATEMALA

ASAHI SHIMBUN, JAPÓN EL NORTE, EXPRESO Y REFORMA, MÉXICO ZASGIIN GAZRYN MEDEE, MONGOLIA EL NUEVO DIARIO, NICARAGUA CORREO, PERÚ LISTIN DIARIO, REPÚBLICA DOMINICANA NEDELJNIK, SERBIA

Los Juegos Olímpicos de Río tropiezan con crisis nacional

El orden de posguerra se desmorona

Un fallo provoca temor en hijos de inmigrantesPor FERNANDA SANTOS

y JENNIFER MEDINA

PHOENIX, Arizona — Karina Ruiz y otros manifestantes bloquearon una calle muy transitada en Phoenix horas después de que la Suprema Corte de Estados Unidos negó el amparo de la deportación a millones de padres de fa-milia indocumentados, entre los que se contaba el padre de ella.

“¡Sin papeles, sin temor!”, gritó Ruiz agitando los puños en el aire.

No obstante, con un pequeño ejército de policías reunido cerca de allí, listo para hacer arrestos, había gran temor en la bravata.

Durante mucho tiempo, la decisión de alzar la voz o permanecer oculto ha sido un dilema para los millones de in-migrantes indocumentados en Estados Unidos. El fallo de la Suprema Corte en junio amplifica esa ansiedad mientras los inmigrantes se preguntan qué tan agresivamente pueden presionar por un cambio, o simplemente llevar vidas normales, cuando una acción equivoca-

da puede significar un viaje sin retorno al país del que se marcharon.

El caso involucraba una medida del presidente Barack Obama con la inten-ción de proteger a por lo menos 4 millo-nes de inmigrantes indocumentados de la deportación si eran padres de ciuda-danos o de residentes legales.

Para los inmigrantes más jóvenes, que fueron criados mientras Estados como Arizona promulgaban políticas estrictas contra la inmigración ilegal, la visibilidad sigue siendo la mejor estra-tegia. Señalan que mostrarse y hablar públicamente es una manera de huma-nizar su calvario y contrarrestar los argumentos de que son peligrosos o un lastre para EE.UU.

Fue la estrategia que los activistas utilizaron hace cuatro años para per-suadir a la administración Obama de permitir que jóvenes sin papeles vivie-ran y trabajaran legalmente en el país si cumplían con ciertas condiciones de edad y si tenían al menos cinco años seguidos viviendo en EE.UU. cuando entrara en vigor el programa.

“No puedo quedarme en silencio”, declaró Ruiz, de 31 años, presidenta de la Arizona Dream Act Coalition, grupo que promueve los derechos y la educa-ción de los inmigrantes, y madre de tres hijos nacidos en Estados Unidos.

Sin embargo, aunque Obama dejó cla-ro tras el fallo de la Suprema Corte que deportar a estos padres de familia no sería una prioridad, persiste el miedo.

Melissa Montano, de 29 años, ha es-tado trabajando en pro de los derechos de los inmigrantes desde que cursaba la secundaria en Los Ángeles. Pidió ser

identificada por su segundo nombre por temor a generar atención, y dijo que las autoridades migratorias habían inicia-do procesos de deportación contra algu-nos activistas.

Montano y su madre han reconocido abiertamente que carecen de estatus legal desde 2010, el año en que Arizona aprobó una ley que otorga a la Policía fa-cultades para detener a cualquier per-sona sospechosa de estar ilegalmente en el país. Esa ley cambió el curso del debate migratorio cuando muchos Es-tados siguieron ese ejemplo.

Montano dijo que no se sentían total-mente seguros. “Ésta es una lucha coti-diana para nosotros”, expresó.

Héctor Romero, de 25 años, comentó que había logrado reprimir su ansie-dad aunque su madre fue deportada a México, pero que sus hermanas se po-nían nerviosas cada vez que su padre conducía más de unas cuantas horas de su hogar en Los Ángeles. Su padre, trabajador en un lavadero de autos que no tiene documentos migratorios, man-tiene la cabeza agachada para evitar ser atrapado, dijo Romero.

“Ser indocumentado significa siem-pre vivir con miedo y caminar una línea muy delgada”, afirmó.

Isabel Medina, de 49 años, que trabaja con la Coalición para Derechos Huma-nos de Inmigrantes, dijo que probable-mente dejará de viajar entre Estados y a partes del país que no reciben con mu-cho agrado a los inmigrantes.

“Me siento destrozada”, comentó so-bre el fallo de la Suprema Corte, “pero no estoy derrotada”.

Ruiz dirigía a un grupo de alumnos de

secundaria que se habían ofrecido como voluntarios para ir de puerta en puerta en enclaves latinos de Phoenix para em-padronar a electores. Los comicios de noviembre son particularmente signifi-cativos, afirmó.

Después de todo, Donald J. Trump, el virtual candidato presidencial republi-cano, ha prometido construir un muro en la frontera con México y deportar a 11 millones de inmigrantes no autorizados.

También en la boleta en Arizona apa-rece Joe Arpaio, el Sheriff del Condado de Maricopa, conocido por sus duros co-mentarios contra la inmigración ilegal, así como revisiones laborales y redadas para capturar a inmigrantes ilegales. “Para muchos latinos, estas elecciones son personales”, manifestó Ruiz.

Continúa de la página 1

INTELIGENCIA/JOCHEN BITTNER

Los viejos gruñones de EuropaHAMBURGO, Alemania

Nací en 1973, año en que Gran Bre-taña se incorporó a la Comunidad Eco-nómica Europea. Y al igual que Gran Bretaña, siempre he sido escéptico de la ideología cuasirreligiosa de unidad al máximo que se apoderó de tantos partidarios de la Unión Europea, es-pecialmente los viejos nerviosos de la generación de mis padres, que juraban que la única alternativa a la unificación era una recaída en el nacionalismo.

Y ahora esto. Justo cuando los euro-peos de mi generación estaban siendo librados de esos viejos nerviosos, subió al escenario otro tipo de ellos: los viejos gruñones.

Estos políticos —hombres y mujeres, sin lugar a dudas— son lo suficiente-mente jóvenes para no haber vivido la Segunda Guerra Mundial, pero tienen la edad suficiente para idealizar la era previa a 1989 y un mundo más simple antes de la globalización. Al mismo tiempo, son obviamente demasiado in-flexibles para imaginar cómo las insti-tuciones democráticas se pueden adap-tar a las nuevas realidades. Con su pos-tura agresiva, estos Nigeles Farages, Marines Le Pens, Geertes Wilderses y

Donalds Trumps están conduciendo el debate —y posiblemente están llevan-do a Occidente a un precipicio.

“Es una victoria para la gente ordi-naria y decente que ha hecho frente al establishment”, declaró Farage, líder del Partido de la Independencia de Rei-no Unido. Tonterías. Fue una victoria para personas que no tienen el valor ni la imaginación para enfrentar las des-ventajas de la globalización.

Sí, la globalización y la europeización han cobrado su precio, tanto en las for-mas tradicionales de democracia y en la seguridad laboral tradicional. Pero en lugar de abordar estos problemas, los Farages del mundo han iniciado la siguiente guerra ideológica.

Aunque los europeos de mi edad sí creen en Europa, la teatralidad moji-gata de los integracionistas era difícil de soportar. Pero ahora, nuestro futuro está en peligro de ser arrebatado por los maniáticos de la desintegración.

Un sondeo de YouGov aplicado en los días previos al referendo británico arrojó que la votación a favor del Brexit enfrentaba en gran medida a viejos con-tra jóvenes. Entre más edad tuviera el elector, más se inclinaba por la separa-ción. Alrededor de un 64 por ciento en el grupo de edades de 18 a 24 años contestó que votaría a favor de la permanencia; sólo un 35 por ciento de las personas en-tre 50 y 64 años deseaba quedarse.

Nosotros, los millones de jóvenes op-timistas por toda Europa, no podemos perder a Occidente a manos de Farage y su calaña, a manos de demagogos que, de hecho, tienen mucho más en co-mún con la cultura de chivo expiatorio del mundo árabe que tanto detestan que con la tradición iluminada y racio-nal de Europa.

Aún podemos reparar el daño hecho a la democracia en nuestra precipita-ción por ir más allá de las fronteras nacionales si admitimos los problemas. Si, por ejemplo, los migrantes internos de Europa realmente han llevado a la baja los salarios en Gran Bretaña, éste es un problema serio. Pero puede ser abordado, por ejemplo, mediante un control más estricto del mercado labo-ral; no abandonando por completo el marco para la cooperación europea.

En vez de ello, los migrantes y los re-fugiados se han vuelto el vehículo para la acusación de que los poderosos han desatado una forma de globalización descontrolada cuyos efectos golpearán más fuerte a los de abajo.

De manera predecible, la política de bienvenida a los refugiados de la Canciller alemana Angela Merkel, y su insistencia de que Europa siga su ejemplo, será culpada de gran parte del ímpetu detrás del voto a favor de la salida. Y eso es justo. Por más fun-damentalmente correcto que fuera su

mensaje, Merkel hizo poco por corregir la impresión de que Europa de repente estaba dando la bienvenida a todos, y que las élites como ella no entendían las consecuencias de sus acciones.

Sin embargo, es peligrosamente in-genuo creer que Europa puede de algu-na forma cerrar sus puertas e ignorar el peso apremiante del mundo en desa-rrollo sobre sus fronteras, o que los paí-ses europeos están mejor posicionados para responder individualmente, en lugar de como un todo unido.

La votación británica da la impresión de ser trascendental, pero probable-mente la recordemos como sólo la pri-mera en una serie de luchas por el alma de Europa.

El derroche de furia y agresión an-ti-establishment apenas ha comenza-do. Los siguientes países donde los bu-lldozers políticos ven una oportunidad de desahogar su deseo durante mucho tiempo contenido de demolición son Holanda y Francia.

Ya no podemos pensar en una reconciliación entre los puntos de vista opuestos de destrucción y pro-greso. Los viejos gruñones no serán aplacados, su xenofobia no puede ser controlada o canalizada hacia una coo-peración constructiva. Nosotros, los jóvenes, el futuro de Europa, debemos resistirnos. Ya se ha perdido demasia-do tiempo.

Jochen Bittner es editor de política para el semanario Die Zeit. Envíe sus comentarios a [email protected].

los Juegos Olímpicos en 2009 parecía simbolizar el nuevo lugar de Brasil en el escenario mundial, desde entonces las Olimpíadas han llegado a representar otra cosa: “La arrogancia que existió durante los años de bonanza con Lula”, dijo Alex Cuadros, autor de “Brazillio-naires”, un libro sobre Brasil que saldrá a la venta el 12 de julio.

Los problemas de Río y los problemas de las Olimpíadas ahora parecen entre-lazados. En abril, Leonardo Espíndola, un alto funcionario gubernamental, reconoció públicamente que los pro-blemas de Brasil podrían afectar a las Olimpíadas y dañar la imagen del país. “Estamos cerca de un colapso social”, dijo.

Las ciudades sede de las Olimpíadas raramente, si es que alguna lo hace, salen sin perder. Brasil originalmente presupuestó más de 14.000 millones de dólares para celebrar las Olimpíadas, dinero que se gastaría en infraestructu-ra —estadios, mejoras en el transporte, la Villa Olímpica y demás—, en seguri-dad y logística. Esa cifra hoy se estima en alrededor de 20.000 millones. Pero, como mucho, Río ingresará unos 4.500 millones, dijo Andrew Zimbalist, econo-mista del deporte en el Smith College en Massachusetts.

En lugar de ello, lo que las ciudades promueven cuando compiten para ser sede de los JJ.OO. son dos cosas. La primera es turismo: los Juegos, trans-mitidos por televisión a todo el mundo, ofrecen a una ciudad una publicidad prácticamente inigualable. Segunda, las ciudades sostienen que las mejoras realizadas para dar cabida a las Olim-píadas mejorarán las vidas de los resi-

dentes hasta mucho después de que los atletas hayan partido. Los funcionarios brasileños prometieron limpiar la famo-samente contaminada Bahía de Guana-bara, donde se realizará la competencia de vela. Construirían estadios, sí, pero también infraestructura que aliviaría el tráfico congestionado de Río.

Quizás resulte que las Olimpíadas de Río sí incrementen el turismo, pero la mala publicidad en torno a los prepa-rativos de Río para los Juegos hace que eso sea bastante dudoso. La bahía sigue contaminada y el gobierno, en esencia, se ha dado por vencido con sus planes de limpiarla; simplemente no hay los fon-dos para hacerlo. Miles de personas que

viven en favelas han sido desplazadas de sus casas para hacer lugar para las necesidades de las Olimpíadas. Sin em-bargo, toda la construcción olímpica no ha sido suficiente para detener la caída de la economía de Río.

En este momento, prácticamente to-dos los problemas que aquejan al país parecen verse reflejados en los prepa-rativos olímpicos de Río. ¿Corrupción? Los fiscales están investigando a las compañías constructoras de las insta-laciones olímpicas. ¿El zika? El virus ha provocado que algunos funcionarios de salud pública hagan un llamado a que se cancelen los Juegos Olímpicos, y un algunos atletas se han rehusado a

participar. ¿Falta de dinero? Los orga-nizadores brasileños han tenido que re-cortar unos 500 millones de dólares del presupuesto olímpico; incluso de las ce-remonias de apertura y de clausura y de las habitaciones de los atletas en la Villa Olímpica, que no tendrán televisores.

Por supuesto, los Juegos Olímpicos se celebrarán y para aquellos que los sigan por televisión serán un espectá-culo espléndido. La mayor parte de las Olimpíadas se realizará en una especie de burbuja, divorciada de los problemas de la ciudad. Después de que finalicen, el 21 de agosto, el mundo dirigirá la mirada a otra parte. Y en la gente de Río recaerá el recoger los pedazos.

bezado por EE.UU., y Putin ha trabajado para desestabilizar a Europa.

Putin tiene sus propios problemas, in-cluyendo una economía afectada por los bajos precios del petróleo, que podrían limitar su habilidad para aprovechar el momento.

Rusia ha fomentado la discordia dentro de la UE al apoyar a partidos políticos pe-queños y extremistas que fomentan la ira nacionalista en diferentes países.

Tras la crisis económica global de 2007 y 2008, abundaron las predicciones de un declive estadounidense, junto a otras del amanecer de un nuevo siglo chino.

Sin embargo, la economía estadouni-dense se recuperó firmemente, mientras que China ha inquietado a muchos de sus vecinos asiáticos con una nueva y agre-siva política exterior. La extralimitación de China abrió un camino para el renova-do compromiso de EE.UU. en Asia, la re-gión de más rápido crecimiento del mun-do, cuando el presidente Barack Obama pidió “girar” hacia Asia.

Parte de la lógica de la Administración Obama era liberar a EE.UU. de décadas de costosa intervención en Medio Orien-te en un momento en que esa región era presa de la zozobra.

Ahí, la descomposición del orden po-lítico de posguerra ha sido más violento que en Europa. Los levantamientos de la Primavera Árabe surgieron debido a políticas estancadas y autocráticas y el letargo económico. Pero estas rebelio-nes no produjeron gobiernos estables, y la fronteras trazadas por los europeos hace un siglo en Siria, Líbano e Irak se han vuelto en gran medida irrelevantes.

En el mundo árabe, las poblaciones se han retraído hacia una mayor dependen-cia de sectas, grupos étnicos y milicias más que en el nacionalismo. Grupos jiha-distas como Al Qaeda y el Estado Islámi-co han ofrecido una alternativa religiosa a la nación-estado.

Bassel Salloukh, profesor de ciencias políticas en la Universidad Norteame-ricana Libanesa, en Beirut, dijo que los problemas tanto en Medio Oriente como Europa fueron causados por cambios tectónicos en la economía global. Pero mientras que la frustración en Occidente

se ha volcado en las elecciones, los países árabes carecían de la flexibilidad para responder.

“Aquí, tenemos Estados hiper centra-lizados, homogéneos y autoritarios que, cuando enfrentaron estas transforma-ciones, simplemente estallaron”, dijo Salloukh.

Y esas explosiones no fueron conteni-das dentro de Medio Oriente. Han salido refugiados en masa de Siria e Irak. Tur-quía, Jordania y Líbano han absorbido a varios millones de ellos. Sin embargo, es el flujo de personas hacia la Unión Euro-pea el que ha tenido el mayor impacto, y ayudó a precipitar la votación británica.

Antes de la crisis de refugiados, la Unión Europea ya era una entidad difícil de manejar. Sus contradicciones e imper-fecciones fueron exacerbadas por la cri-sis económica. Sin embargo, fue el paso de los refugiados por Grecia y los Balca-nes hacia Alemania lo que finalmente re-sultó ser el evento más desestabilizador en Europa.

Los países europeos levantaron vallas fronterizas a pesar del sistema de fronte-ras internas abiertas del bloque. Los par-tidos populistas se enfurecieron. Aunque Gran Bretaña estaba relativamente aislada, los políticos británicos en cam-paña para abandonar al Unión Europea retrataron una isla bajo sitio. Esta visión antiinmigrante se combinó con las ansie-dades económicas de muchos británicos que se sienten excluidos de la economía global, y promovió el apoyo para que el país siga su propio camino.

Europa ahora enfrenta los desafíos pa-ralelos de mantenerse unida y mantener su influencia global.

Y ahora, por primera vez en la historia moderna, Asia tiene más riqueza privada que Europa, señaló la consultoría Boston Consulting Group, el año pasado. China representará el 70 por ciento del creci-miento de Asia entre ahora y 2019, indicó el grupo.

Muchos líderes asiáticos tendían a ver la unidad europea como una propuesta que no podría durar. Lee Kuan Yew, ex Primer Ministro de Singapur, llamó a la Unión Europea una multitud disímil tratando de marchar al ritmo de un sólo tambor. Predijo que fracasaría.

Continúa de la página 1

Liz Robbins y Samantha Schmidt contribuyeron con reportes a este artículo.

CAITLIN O’HARA PARA THE NEW YORK TIMES

Karina Ruiz protesta por el fallo de la Suprema Corte sobre deportaciones de indocumentados.

¿Resistirán alianzas e influencias de Occidente la frustración actual?

MARIO TAMA/GETTY IMAGES SOUTH AMERICA

Manifestación a favor de la presidenta Dilma Rousseff el mes pasado, en Río de Janeiro.

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E L M U N D O

DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016 3THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por EDWARD WONG

China evalúa una represa en el últimorío salvaje

DIARIO DE LIGHTNING RIDGE

Voluntarios sepultan a sus paisanos en Australia

La muerte acecha a los laicos en Bangladesh

El auge del carbón devasta el medio ambiente de África

Sun Fei, Mia Li y Emily Feng contribuyeron investigación.

Por NORIMITSU ONISHI

Por GEETA ANAND y JULFIKAR ALI MANIK

Por MICHELLE INNIS

outback

JOAO SILVA/THE NEW YORK TIMES

La demanda de carbón en lugares como Tongobory ha causado deforestación en Madagascar en la última década.

GILLES SABRIE PARA THE NEW YORK TIMES

Aguas termales en el Río Nu, la única vía navegable importante de China todavía sin presas.

CONOR ASHLEIGH PARA THE NEW YORK TIMES

Timbo Molyneux (a la izq.), su padre Ormie (der.) e Ian Woodcock, son los sepultureros de su pueblo.

EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY

Oficiales de policía revisan el cuerpo de la esposa de un superintendente de la policía. Fue asesinada el 5 de junio.

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E L M U N D O

4 DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Los tradicionales kebabs de Faluya se sirven en Bagdad

Canadienses se enfurecen por brutalidad de la Policía

La lucha anticorrupción falla en Kiev

Trabajadores entran a Israel de contrabando

Por JAMES GLANZ y RAMI NAZZAL

Por ANDREW E. KRAMER

Por TIM ARANGO

Por DAN LEVIN

Falih Hassan y Omar Al-Jawoshy brindaron reportes.

Myra Noveck contribuyó reportes.

Dueño de restaurante se reubica en Bagdad, muy a su pesar.

La vieja guardia aún tiene “vigilantes” para controlar la economía.

IAN WILLMS PARA THE NEW YORK TIMES

BRYAN DENTON PARA THE NEW YORK TIMES

FOTOGRAFÍAS POR DANIEL BEREHULAK PARA THE NEW YORK TIMES

El restaurante

Haji Hussein tuvo que

dejar Faluya cuando tomó control ISIS.

Soldados, insurgentes y residentes comían allí.

Su nueva ubicación

en Bagdad.

Trabajadores palestinos trepan muros y burlan alambrada mientras aún es de noche para trabajar en Israel, donde los salarios son mucho más altos.

Miembros de Black Lives Matter Toronto manifiestan en abril exigiendo que termine el acoso policíaco.

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D I N E R O Y N E G O C I O S

DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016 5THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Las telenovelas rivalizan con las OlimpíadasPor DAVID SEGAL

Cuando comiencen los Juegos Olím-picos de Río durante la primera semana de agosto, los ojos del mundo estarán pendientes de Brasil. Los ojos de Brasil, mientras tanto, estarán pendientes de

Camila Pitanga.Veterana de las te-

lenovelas brasileñas, Pitanga típicamente interpreta a la damisela delicada que toma de-cisiones terribles en lo que respecta a los hom-

bres. Actualmente, se está enamorando del enemigo declarado de su padre en “Velho Chico”, que se transmite a las 21:15 horas en Rede Globo, definitiva-mente el canal más grande de televisión abierta del país.

En las noches entre semana, Globo transmite cinco telenovelas de una hora, un maratón de avaricia, pasión y mira-das significativas, interrumpidas sólo por dos noticieros y un programa de co-media de situación. El horario más codi-ciado es el de las 21:15, cuando hasta 50 millones de personas sintonizan la tele-visión, más o menos una cuarta parte de la población del país. La mayoría de las telenovelas se transmite de lunes a sába-do y duran unos 200 episodios.

Los programas y Globo son el sonido de fondo en salas y restaurantes, así co-mo en taxis con TV. Para Grupo Globo, un goliat multimedia descrito como “la compañía más poderosa de Brasil” por la revista The Economist, Rede Globo es un generador de ganancias sin igual.

Pero para los organizadores de los Juegos Olímpicos, las telenovelas son un problema. El año pasado, antes de que el virus del zika fuera noticia internacional, y antes de que empezara a girar la rue-da del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, representantes del país en el Comité Olímpico Internacional rá-pidamente manifestaron una preocupa-ción: que más brasileños verían teleno-velas que las Olimpíadas. Esta contienda olímpica será pareja, y las telenovelas podrían ganar.

Mientras que Rede Globo es solo una de las cadenas brasileñas de TV con los derechos para transmitir las Olim-píadas, las rivales tienen una pequeña fracción del público. Se dice que las ca-denas Globo, Record y Bandeirantes gastaron un total de 190 millones de dó-lares en 2009 para comprar los derechos de transmisión tanto para los Juegos de Sochi como los de Río. Y aunque Globo transmitirá eventos durante todo el día y parte de la noche, durante el horario estelar esencialmente estará libre de deportes.

Sí, la ceremonia de inauguración será transmitida en vivo. ¿Pero desplazar

a las telenovelas entre las 18:30 y las 22:30? De ninguna manera, dijo Monica Albuquerque, directora de desarrollo ar-tístico de Globo. Habrá cortes para mo-mentos destacados y resultados, pero la programación no cambiará.

“El país se detendría”, señaló, si las novelas fueran interrumpidas. “Es cul-tural. Es parte de la vida. No puedo ima-ginar a Brasil sin novelas”.

¿Y si la selección de futbol jugara por la medalla de oro? Hizo una pequeña pau-sa, reflexionando en ello. “Si es un capítu-lo, quizá. Esta bien. Un capítulo”.

A menos que el tema sea el fútbol o el voleibol playero, los brasileños no sien-

ten una pasión especial por los deportes olímpicos.

“Lo que Brasil hizo con este formato es muy especial y muy particular, diferente de lo que uno ve en el resto de Latinoa-mérica”, dijo Maria Immacolata Vassa-llo de Lopes, del Centro para el Estudio de Telenovelas en la Universidad de Sao Paulo. “Introdujo realismo. Integró las vidas cotidianas de las personas de una manera casi periodística”.

Entre aquellos que toman este empleo con seriedad se encuentra Pitanga, la actriz. No hace mucho tiempo, estaba sentada en una especie de sala de lectura en Globo Studios, donde cinco o seis tele-

novelas son grabadas cada día. Ésta es la respuesta de Brasil a Hollywood.

Pitanga se preparaba para una prueba de vestuario. Al preguntarle si esperaba con ansias los Juegos Olímpicos, frunció un poco el ceño. No tendrá tiempo. “Gra-bamos unas 35 escenas diarias, a veces seis días a la semana”, dijo. “Simplemen-te rezo para que descansemos los sába-dos”.

Las telenovelas de Brasil van desde las orientadas a la familia hasta las épicas y sexuales. Globo produce unas 2.500 ho-ras de entretenimiento al año. Los pro-gramas figuran entre las exportaciones más exitosas del país, vistos en más de 100 naciones.

Brasil se encuentra ahora en recesión y el optimismo que definió a la Nación cuando hace siete años consiguió las Olimpíadas de 2016 se ha desvanecido.

En pocas palabras, el país tiene mu-chas preocupaciones, pero las teleno-velas no son realmente una manera de olvidarlas. De hecho, las telenovelas operan como una especie de analogía de los eventos actuales.

Es algo difícil de imaginar: Una oferta pública inicial (OPI) que va-luaría a una compañía en billones de dólares. Billones.

Arabia Saudita está considerando vender acciones de su paraestatal petrole-ra. Con 261.000 millo-nes de barriles de pe-tróleo en reservas y una producción anual de más de tres mil mi-llones de barriles de

crudo, la compañía Saudi Aramco es un gigante bajo cualquier criterio.

La valuación de la compañía se estima en entre un billón y dos billo-nes de dólares; algunos colocan esa cifra en hasta 10 billones de dólares.

La venta de una participación del cinco por ciento sería la OPI más grande jamás realizada, lo recauda-do muy probablemente se acercaría a los 100.000 millones de dólares.

El detalle realmente revelador podría no ser la cantidad de dinero involucrada, sino dónde decidirá el gobierno saudita cotizar las accio-nes.

Si decide cotizar sólo en el mer-cado de valores del país de origen, será una decisión conservadora con impacto mínimo. Pero si busca cotizar en Nueva York, Londres o Hong Kong, podría ser revoluciona-rio. Esto realmente puede ser visto como una oferta pública inicial de todo el país.

La compañía petrolera le generó al Estado ganancias de unos 180.000 millones de dólares al año, que re-presentaron más de un 40 por ciento de su economía, al menos antes de la caída reciente de los precios del crudo.

Si Aramco cotiza sólo en el merca-do accionario saudita, la OPI inun-dará la capitalización bursátil actual del mercado, que es de entre 300.000 millones y 400.000 millones de dóla-res, y dominará las operaciones. En este entorno, Aramco puede estable-cer sus propias reglas sobre divul-gación y demás normas, ofreciendo poca comodidad a los accionistas extranjeros.

No obstante, hay indicios de que habrá una cotización mundial en Nueva York, Hong Kong y Londres.

Si Aramco va a Nueva York, que-daría sujeta a las leyes de valores de Estados Unidos aplicables a compa-ñías extranjeras. Esto sometería a la compañía al escrutinio del mercado público. Y cotizar en Nueva York se-ría una manera de meter de lleno a la compañía —y por ende, al país— en el ámbito financiero.

Ésta podría ser la razón por la que los sauditas están considerando una medida así. El reino sabe que es poco probable que se utilicen sus reservas petroleras —que alcanzan para un siglo— a medida que el mun-do cambia a una energía más verde libre de carbono. Así que está ven-

diendo ahora para cosechar algo de dinero mientras aún se pueda. Y da-do el estado del presupuesto saudita y su déficit presupuestario actual —98.000 millones de dólares el año pasado— una OPI exitosa ayudaría a aliviar los problemas económicos locales.

Tan solo el que Nueva York sea considerado destaca la fuerza conti-nua de los mercados de capital esta-dounidenses en los años tras la crisis económica.

Actualmente, cuando los emisores optan por cotizar en el extranjero, en su mayoría van a Nueva York. El único otro competidor real es Lon-dres.

Si, de hecho, Aramco decidiera cotizar en Estados Unidos, se nece-sitarán preparar estados financie-ros auditados, una labor que podría tomar años. Aramco tendría que de-cidir qué activos conservar y cuáles permanecerían privados.

Aramco, por lo general considera-da como bien operada para ser una paraestatal, tendría que adoptar un consejo que podría tener miembros externos y prepararse para las críti-cas del mercado. También se tendría que volver más esbelta. En años recientes, la compañía ha invertido en cosas tan distintas como activos químicos y solares.

Debido a ello, soy escéptico res-pecto a que sucederá pronto una OPI. Pero también soy optimista de que si sucede, y cotiza en Nueva York, Londres o Hong Kong, esto po-dría marcar un antes y un después para un país que busca diversificar-se.

Y al igual que todas las ofertas de mercados emergentes, ésta es arriesgada —quizás aún más dado el estado de Medio Oriente y del pe-tróleo mundial— por lo que los com-pradores deberían tener cuidado.

STEVEN DAVIDOFF SOLOMON

ENSAYO

Sauditas apuestan a una OPI

Por DAVID GELLES

Cuando Scott y Missy Tannen le po-nían los toques finales a la renovación de su casa en Nueva Jersey hace algunos años, se embarcaron en una labor apa-rentemente ordinaria: elegir sábanas para su nueva cama king size.

Missy Tannen se dispuso a buscar sá-banas de calidad, pero que cumplieran con otros criterios. ¿Dónde estaban he-chas? ¿Eran bien compensados los agri-cultores de algodón? ¿Eran bien tratados los obreros de la fábrica?

En vista de que a los consumidores les preocupan cada vez más dichas cuestio-nes, Tannen esperaba que los agentes de ventas fueran capaces de responder sus preguntas. En lugar de eso, dijo, “cuan-do comenzamos a buscar información a nivel de ventas al menudeo, nos dimos cuenta de que nadie tenía idea de lo que hablaba”.

Casi cinco años después, la búsqueda de respuestas de los Tannen los ha con-vertido en emprendedores raros en la industria de la ropa de cama de lujo. Son socios en una compañía de tres años de antigüedad, Boll & Branch, que dicen que se encamina a vender 40 millones de dó-

lares en sábanas y toallas este año y es rentable.

Al crear Boll & Branch, los Tannen han buscado crear una cadena de suministro que mejore el sustento de agricultores y obreros en India.

Scott Tannen, de 38 años, fundó an-tes una compañía de juegos de video y trabajó en los departamentos de merca-dotecnia de Wrigley y Kraft. Su esposa, de 39 años, era una maestra de tercero de primaria que se había convertido en madre de tiempo completo. Pero una vez que comenzaron a pensar de dónde ve-nían sus sábanas, el problema los mor-tificó, lo que provocó cambios radicales de profesión.

En 2013, decidieron correr el riesgo y usar las ganancias que había recibido Tannen por la venta de su compañía de videojuegos para fundar Boll & Branch. Su objetivo era fabricar sábanas de lujo usando buenas prácticas agrícolas y la-borales.

El primer paso fue encontrar un pro-veedor confiable de algodón orgánico. Tras algunas búsquedas, los Tannen encontraron Chetna Organic, una orga-nización sin fines de lucro que trabaja

con agricultores de algodón en el centro y sur de India. Los miembros de Chetna siembran sus propios cultivos sin semi-llas genéticamente modificadas ni pes-ticidas, y usan mucho menos agua que los productores convencionales. Chetna está certificado por Fair Trade USA, la Norma Textil Orgánica Mundial y Fair-trade International.

Conscientes del desastre de Rana Pla-za en Bangladesh, en el que murieron más de 1.100 personas, los Tannen escu-driñaron cuidadosamente también sus fábricas. Optaron por Rajlakshmi Cotton Mills, una fábrica textil orgánica certifi-cada por Fair Trade, en Kolkata, India.

Tannen calcula que utilizar algodón

orgánico y mano de obra certificada por Fair Trade duplica sus costos. Pero Boll & Branch ven-dió sus primeras sábanas en enero de 2014 y ha crecido rápidamente. Las ventas alcanzaron 1.7 millones de dóla-

res ese año y aumentaron a 13.5 millones el año pasado, dijeron los Tannen.

Boll & Branch ha encontrado formas de elevar sus márgenes. En lugar de vender a los minoristas a precios de mayoreo, Boll & Branch vende directamente a tra-vés de su propio sitio en internet.

Scott Tannen sostiene que es sólo cues-tión de tiempo antes de que muchos más consumidores comiencen a preferir que el algodón de sus sábanas, toallas e in-cluso ropa sea orgánico y provenga de fuentes éticas.

“Hay un cambio de consciencia entre algunos segmentos de consumidores”, dijo Tannen. “Piensan en la gente del otro lado del producto”.

Sábanas de lujo se producen con ética laboral y agrícola

Por NATHANIEL POPPER

Mientras que más y más Estados en los Estados Unidos van legalizando la marihuana, las grandes corporaciones han mantenido su distancia. Después de todo, para el gobierno federal, la mari-huana aún es ilegal.

Sin embargo, Microsoft rompió ese tabú cuando anunció recientemente un convenio para ofrecer software que hace un seguimiento a la marihuana “de semi-lla hasta la venta”, como indica la indus-tria de la marihuana.

El software —un producto nuevo en el negocio de la computación en la nube de Microsoft— tiene la intención de ayudar a que los Estados que han legalizado el uso médico o recreativo de la marihuana lleven un control de las ventas y el comer-cio, asegurando que se mantengan den-tro de la ley.

Hasta ahora, sólo un puñado de bancos pequeños están dispuestos a dar cuentas a compañías que cultivan o venden ma-rihuana, y Microsoft no estará tocando esa parte del negocio. Pero la entrada de la compañía al aspecto de cumplimiento

con las normas gubernamentales del ne-gocio sugiere el principio de una infraes-tructura legítima para una industria que ha estado creciendo rápidamente.

“Sí, creemos que habrá un crecimiento significativo”, dijo Kimberly Nelson, eje-cutiva de Microsoft. “A medida que se re-gule la industria habrá más transaccio-nes y creemos que habrá requerimientos y herramientas más sofisticadas en el futuro”.

Microsoft dijo que está trabajando con Kind, una empresa de tecnología de Los Ángeles, que desarrolló el software que el gigante de la tecnología comercializa-rá. Kind ofrece variedad de productos, como expendedores automatizados que facilitan las ventas de marihuana, para

trabajar con bancos que están cómodos con clientes así.

Microsoft trabajará con la división “soluciones gubernamentales” de Kind, ofreciendo software sólo a gobiernos es-tatales y locales que intentan armar sis-temas de cumplimiento de normativas.

La sociedad con Kind es otro paso para Microsoft mientras busca reemplazar los ingresos de su negocio de software para computadoras de escritorio, que está en su ocaso.

Microsoft ha puesto mucho énfasis en Azure, su negocio en la nube. El software de Kind será uno de ocho productos de software exclusivo que ofrecerá Micro-soft a los usuarios de Azure Government —y el único ligado con la marihuana—.

Los gobiernos han estado recurriendo a empresas más pequeñas para ayudar a desarrollar la tecnología que pueda lle-var un seguimiento de las plantas y las ventas. BioTrackTHC, una empresa de software en Florida, está ayudando a los Estados de Washington, Nuevo México e Illinois monitorear el comercio de la marihuana.

Veinticinco estados hasta la fecha han legalizado la marihuana en alguna forma u otra. Sin embargo, la mayor oportuni-dad de negocio vendrá en los estados que permiten el uso recreativo del estupefa-ciente, como ya sucede en Colorado, Ore-gon y Washington.

Microsoft entra en el negocio de la marihuana

FOTOGRAFÍAS POR LALO DE ALMEIDA PARA THE NEW YORK TIMES

Muchos brasileños ven telenovelas por sus temas realistas. Las actrices Nathalia Dill (izq.) y Juliana Carneiro da Cunha en el set de “Liberdade, Liberdade” (arriba).

ELIZABETH LIPPMAN PARA THE NEW YORK TIMES

David Dinenberg de Kind, que ofrece servicios que facilitan las ventas de marihuana.

BOLL & BRANCH

Una fábrica en India produce sábanas y toallas de algodón orgánico para Boll & Branch.

Prepara un software que sigue la droga legalizada “de la semilla a la venta”.

La pregunta del billón de dólares: ¿En qué mercado cotizará?

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C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A

6 DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Investigadores de Microsoft buscan cómo detectar cáncer

La letra manuscrita ayuda a estudiantes más que el teclado

Científico rastrea los colmillos de elefantes

La Luna dispara la reproducción del coral

Por PERRI KLASS

Hay una tendencia a pensar a la le-tra manuscrita como una habilidad no esencial, aunque los investigadores han advertido que aprender a escribir pue-de ser la clave para, bueno, aprender a escribir.

En la revista The Journal of Learning Disabilities, varios investigadores pu-blicaron este año un artículo sobre cómo el lenguaje oral y escrito estaba relacio-nado con la atención y lo que se conoce como habilidades de “función ejecutiva” (como la planeación) en niños de cuarto año de primaria a tercero de secunda-ria.

“Este mito de que la letra manuscri-ta es una simple habilidad motriz estå básicamente equivocado”, dijo Virginia Berninger, autora principal del estu-dio. “Utilizamos las partes motrices de nuestro cerebro, la planeación motriz, el control motriz, pero lo que es muy críti-

co es una región de nuestro cerebro don-de se une lo visual y el lenguaje, el giro fusiforme, donde los estímulos visuales se convierten en letras y palabras escri-tas”.

Uno tiene que ver las letras en “el ojo de la mente” para producirlas en papel, dijo. Las resonancias cerebrales mues-tran que la activación de esta región es diferente en los niños que tienen proble-mas con la escritura.

El año pasado, en The Journal of Ear-ly Childhood Literacy, Laura Dinehart, profesora asociada en la Universidad Internacional de Florida, asoció la bue-na letra con el logro académico: los ni-ños con buena letra pueden obtener me-jores calificaciones porque su trabajo es más fácil de leer para los maestros y los niños que batallan con la escritura po-drían encontrar que mucha de su aten-ción es consumida en producir las letras y el contenido sufre.

Los expertos en escritura han lidiado con la cuestión de si la letra cursiva con-fiere habilidades especiales y beneficios más allá de los que pudieran brindar la letra de molde. Berninger citó un estu-dio de 2015 que sugirió que a partir de cuarto año de primaria, las habilidades de letra cursiva confirieron ventajas tanto en ortografía como en composi-ción, quizás porque los trazos conecti-vos ayudaban a que los niños conecta-ran las letras en palabras.

En el caso de los niños pequeños con

desarrollo típico, teclear las letras no parece generar la misma acti-vación cerebral. Y los estudios relacionados con la toma de apuntes sugieren que los estu-diantes universitarios que escriben en un tecla-

do tienen menos probabilidades de re-cordar y tener buenos resultados con el contenido que si lo escribieran en letra manuscrita.

“Mi investigación se enfoca en cómo aprender e interactuar con el mundo con nuestras manos tiene un efecto realmente significativo en nuestra cog-nición y en cómo escribir con letra ma-nuscrita cambia la función cerebral y puede cambiar el desarrollo cerebral”, dijo Karin James, profesora en la Uni-versidad de Indiana.

Por WILLIAM J. BROAD

En la noche, inmediatamente después de la luna llena, los científicos se sumer-gen bajo las olas para estudiar uno de los ritos de reproducción más prolíficos y misteriosos del planeta.

Las cálidas aguas oceánicas repen-tinamente hierven con billones de hue-vos y esperma que se dispersan con las corrientes y se produce la fecundación para formar nueva vida.

A nivel global, cientos de especies de coral realizan los ritos de liberación de gametos sincronizados con las aguas más tibias y el ciclo lunar.

Los corales son colonias gigantes de criaturas diminutas. Cada pequeño ani-mal tiene una boca central y tentáculos de alimentación, y secreta una sustan-cia pétrea alrededor de su base que une a la colonia. El arrecife nutre a especies marinas y las poblaciones de peces que alimentan a millones de personas.

Los estudios del baile de procreación son considerados vitales para ayudar a salvar a los arrecifes corales alrededor del mundo, incluyendo a la Gran Barre-ra de Coral frente a la costa de Austra-lia. Ha sufrido repetidos episodios de blanqueamiento masivo, principalmen-te atribuidos a menor calidad y mayor temperatura del agua debido al cambio climático.

La esperanza es que una mejor com-prensión de la reproducción del coral ayudará a su recuperación.

“Una gran preocupación es la habi-lidad para recuperarse de graves epi-sodios de blanqueamiento”, dijo Emily Howells, investigadora de coral en la unidad en Abu Dhabi de la Universidad de Nueva York.

Un buzo en la espera del suceso anual podría ver una cabeza de coral cargada de células sexuales individuales, llama-das gametos, que lucen visiblemente hinchados y listos para ser liberados.

“Entonces, repentinamente, uno es li-berado y, puf, todos se liberan”, dijo Em-ma L. Hickerson, buzo veterana y coor-dinadora de investigación en Flower Garden Banks, un arrecife de coral a unos 160 kilómetros frente a la costa de Texas en el Golfo de México.

En los últimos años, videógrafos, in-cluyendo a Hickerson, han documenta-do la maravilla natural durante inmer-siones nocturnas.

Como sucede tan frecuentemente en el romance, el momento adecuado lo es todo. Si los corales liberan sus gametos con un desfase de tan sólo unos minutos con sus vecinos, las probabilidades de éxito reproductivo se ven marcadamen-te reducidas.

Los óvulos y esperma liberados son boyantes. Flotan hacia arriba por las tibias aguas marinas para fusionarse en la superficie y, en ocasiones, forman manchas gigantes color rosa que contie-nen millones de embriones de coral. Es-tudios recientes han mostrado que los embriones a la deriva pueden seguir las corrientes de la superficie durante cien-

tos de kilómetros y entonces descender para fundar nuevas colonias y arrecifes.

¿Cómo monitorean criaturas sin ojos las fases de la luna y determinan cuándo es el momento oportuno para empezar a liberar sus gametos?

El momento clave sucedió después de que Oren Levy, un joven científico israe-lí, viajó a Australia para estudiar en la Universidad de Queensland. Levy que-dó fascinado por una clase de fotorre-ceptores conocidos como criptocromos. Originalmente hallados en las plantas, también habían sido identificados en in-sectos y mamíferos.

En 2007, él y otros seis científicos de Australia, Israel y Estados Unidos pu-blicaron en la revista Science que los corales sí tienen fotorreceptores primi-tivos, si bien no poseen auténticos ojos.

En experimentos, encontraron que los químicos fotosensibles respondían a la luz de la luna.

Los científicos están determinando cómo los cambios ambientales pueden trastocar el baile procreativo. En estu-dios publicados en diciembre y febrero, un equipo de científicos suizos y esta-dounidenses reportó que partículas de sedimento resultado del dragado y otras perturbaciones oceánicas pue-den adherirse a los óvulos y el esperma, bloqueando su trayecto a la superficie y reduciendo las probabilidades de ferti-

lización. “El potencial de los sedimen-tos para hundir los gametos de coral demuestra la necesidad de manejar cuidadosamente el momento de las ac-tividades humanas generadoras de tur-bulencia cerca de los arrecifes durante los periodos de desove”, escribieron los científicos.

Con notables excepciones, la tempo-rada cumbre para el desove masivo de los corales abarca de enero a marzo en las latitudes bajas, de marzo a mayo en las latitudes intermedias y de junio a oc-tubre en las latitudes altas.

En Hawai recientemente, más de 2.000 científicos de arrecifes, elabora-dores de políticas y otros se reunieron en una conferencia internacional para conversar sobre mejores formas de pro-teger los vitales ecosistemas.

Por JOHN MARKOFF

Científicos de Microsoft han demos-trado que al analizar grandes muestras de consultas realizadas en motores de búsqueda podrían, en algunos casos, ser capaces de identificar a usuarios de internet que padecen cáncer de pán-creas, incluso antes de que reciban un diagnóstico.

Los científicos dijeron que tienen la esperanza de que su labor pueda llevar a una detección temprana del cáncer. Su estudio, escrito por Eric Horvitz y Ryen White, investigadores de Microsoft, y John Paparrizos, un estudiante de pos-grado en la Universidad de Columbia en Nueva York, fue publicado hace poco en The Journal of Oncology Practice.

“Nos preguntamos: ¿Si escuchára-mos los susurros de la gente en línea, brindaría evidencia sólida o una pista de que sucede algo?”, dijo Horvitz.

Los investigadores se centraron en búsquedas realizadas en Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, que indica-ban que alguien había recibido un diag-nóstico de cáncer pancreático. A partir

de ahí, trabajaron en el sentido contra-rio, buscando las consultas anteriores que pudieran mostrar que el usuario de Bing había experimentado síntomas antes del diagnóstico. Esas primeras búsquedas, creen, pueden ser señales de advertencia.

Aunque las tasas de supervivencia de cinco años para el cáncer de páncreas son sumamente bajas, una detección temprana de la enfermedad puede pro-longar la vida en un porcentaje muy pe-queño de casos. El estudio sugiere que un chequeo a tiempo puede aumentar la tasa de supervivencia de cinco años de pacientes pancreáticos, de apenas el 3 por ciento a entre un 5 y 7 por ciento.

Los investigadores reportaron que

podían identificar entre 5 y 15 por ciento de casos de cáncer de páncreas con ta-sas de falsos positivos de apenas uno en-tre 100.000. Los investigadores notaron que los falsos positivos podían resultar en costos médicos más altos o generar ansiedad innecesaria.

Los datos usados por los investiga-dores fueron hechos anónimos, lo que significa que no llevaban indicadores de identificación como el nombre de un usuario, así que los individuos que rea-lizaron las búsquedas no pudieron ser contactados.

El siguiente paso lógico sería descu-brir qué hacer con esa información de búsquedas. Una posibilidad sería algún tipo de servicio de salud en el que los usuarios puedan permitir que se reco-pilen sus búsquedas, lo que dejaría que los científicos monitoreen en busca de dudas que indiquen síntomas de adver-tencia.

Los investigadores reconocieron que los datos relacionados con salud genera-dos por historial de búsqueda en la Red aún eran territorio desconocido.

Horvitz dijo que exploró este ámbito en parte debido a una conversación te-lefónica con un amigo cercano que ha-bía descrito varios síntomas que tenía. Horvitz le aconsejó que se pusiera en contacto con su doctor. Recibió un diag-nóstico de cáncer de páncreas y murió varios meses después.

En 2009, Google publicó una investi-gación que exploraba el potencial de la detección temprana de epidemias de gripe basándose en análisis estadísti-cos de registros de búsqueda en la Red, aunque los resultados de ese esfuerzo se quedaron cortos ante las expectativas generadas.

De forma más reciente, investiga-dores de Microsoft han tenido éxito significativo para encontrar evidencia temprana de reacciones adversas a fár-macos a partir de patrones observados en registros en la Red. En 2013, detecta-ron efectos secundarios no reportados de medicamentos de receta antes de que fueran ubicados por el sistema de adver-tencias de la Dirección de Alimentos y Medicamentos.

Por CLAUDIA DREIFUS

Samuel K. Wasser, de 62 años, zoólogo en la Universidad de Washington, es un Sherlock Holmes del comercio de vida silvestre. Con modernas herramientas bioquímicas, rastrea a los comerciantes detrás del mercado para productos de animales cazados furtivamente. La siguiente es una versión editada de una entrevista con él.

P.¿Cuál es su profesión?R.Soy biólogo de conservación, profesor y científico investigador. Entre otras cosas, mi laboratorio hace un análisis forense que utiliza ADN para determi-nar los orígenes del marfil de elefante que fue decomisado por agencias inter-nacionales de aplicación de la ley.

P.¿Cómo se convirtió en detective de la vida silvestre? R. A finales de los 70 y durante los 80, es-tuve en el Parque Nacional Mikumi, en Tanzania, estudiando la rivalidad entre hembras de babuinos. Como parte de eso, desarrollé tecnología para extraer hormonas de las heces de babuinos. Al mismo tiempo que hacía esto, la caza furtiva de marfil estaba en su apogeo en toda África. Esos fueron los años cuando más de 700.000 elefantes fueron masacrados. Empecé a pensar, “Dios, si sólo pudiera aplicar las pruebas de los babuinos a la conservación del elefante, eso sería maravilloso”.

En 1997, mi laboratorio y otros publi-caron artículos que mostraban cómo extraer ADN de heces. Como el excre-mento de elefantes es grande y fácil de encontrar, esto me permitió trazar el mapa genético de los elefantes por todo el continente. Un año después, logramos obtener ADN del marfil. Ahora podría comparar el ADN de los colmillos con-fiscados con el mapa genético. Final-mente fue posible usar la ciencia para mostrar dónde se había originado el contrabando.

P.¿Qué tan precisa es su prueba?R.Puedo tomar un colmillo de cualquier parte de África y rastrear sus orígenes hasta un radio de 300 kilómetros de don-de el elefante fue asesinado.

Esto nos ha brindado un nuevo enten-dimiento de cómo funciona el comercio de marfil. Por lo que hemos aprendido, bandas organizadas de cazadores furti-vos parecen matar una y otra vez en los mismos sitios. Operan en lugares con mucha población de elefantes, en donde se pueden desplazar fácilmente sin ser atrapados y donde tienen una manera de sacar los colmillos del país, lo que a menudo implica algún tipo de corrup-ción de alto nivel.

Si uno sabe que el marfil de contra-bando proviene de un sitio preciso, eso revela dónde será la siguiente caza furtiva. En ocasiones puedes detenerla enviando guardabosques armados.

Sin embargo, los cazadores furtivos con frecuencia están mejor armados. Tienen fusiles AK-47, lentes de visión nocturna, a veces hasta helicópteros.Esto es crimen organizado de altos vue-los. La Interpol informa que el comercio de vida silvestre ocupa el cuarto sitio en importancia los crímenes de tipo tras-nacional, después del tráfico de armas, narcóticos y humanos.

P.¿Dónde están los principales puntos de caza furtiva que mencionó?R.La caza furtiva se da en toda África. Durante la última década, todos los grandes decomisos de marfil que he analizado mostraron que 22 por ciento de éste provenía de elefantes del bosque de Gabón y el Congo, y el 78 por ciento restante de un área del centro de Tan-zania.

P.¿Han ayudado sus investigaciones a procesar a cazadores furtivos y trafi-cantes?R.Hemos tenido una importante conde-na. Se trató de presuntamente el más grande traficante de marfil en África Occidental. Fue atrapado en Togo.

Demostré que los colmillos provenían de muchos países y un colega mostró que el marfil era de animales recién ase-sinados. Recibió la sentencia más rígida en Togo: dos años de cárcel y una multa. Ya salió.

EN LÍNEA: A LA LUZ DE LA LUNARitual de apareamiento ocurre una vez al año: nytimes.comBusque ‘coral spawning’

Con datos de lo que se busca en la Red pueden saber si un mal es grave.

FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE EMMA L. HICKERSON/ADMINISTRACIÓN NACIONAL OCEÁNICA Y ATMOSFÉRICA

PETER STEVENSON PARA THE NEW YORK TIMES

RUTH FREMSON/THE NEW YORK TIMES

Samuel Wasser ideó una técnica para extraer ADN de colmillos confiscados e identificar su origen.

Una ofiura (sup.) se da un banquete con gametos de coral. Un gusano árbol de Navidad (izq.) también libera óvulos durante el desove del coral. Un coral (der.) libera gametos. Los sedimentos pueden hundir los gametos.

En niños pequeños, teclear letras no genera la misma actividad cerebral que escribir a mano y con letra cursiva.

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R E T R AT O D E E S TA D O S U N I D O S

DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016 7THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

HAWAIHonolulú

COLORADOMosca

FLORIDAOrlando

Por JULIE TURKEWITZ

MOSCA, Colorado — Wes Arneson plantó sus pies descalzos en el lodo y se preparó para la pelea de su vida: un forcejeo con un caimán de 180 kilos lla-mado Big Bertha que vive en un pantano

geotérmico bajo un sauce en la parte alta del desierto en Colorado.

Bertha abrió su mandíbula cual león y emitió un siseo como de ser-

piente. “Móntalo cual vaquero”, gritó al-guien. Arneson se subió al caimán.

El Valle de San Luis, en el sur de Colo-rado, es una de las zonas más extrañas del oeste de Estados Unidos. Escasa-mente poblada y en gran parte sin conta-minación lumínica, el valle tiene más de

una docena de centros espirituales, una torre de observación de ovnis y el Parque de Caimanes y Reptiles de Colorado.

Ahí, la actividad principal es el curso de 100 dólares de lucha con caimanes. Durante tres horas, novatos luchan con reptiles carnívoros con nombres como Pitbull, Darth Gator y Sir Chomps-a-Lot.

Los críticos ven al parque como un ar-did peligroso, incluso cruel. Pero para la gente del Valle de San Luis, las atraccio-nes turísticas caseras son una forma de vida.

El parque no está asegurado, y un anuncio amenaza en la entrada: “¡Ad-vertencia! Los invasores serán delicio-sos”.

“Es una aventura”, dijo el dueño del parque, Jay Young, de 42 años, cuya fa-milia se mudó a Mosca en 1974; fundaron una granja de tilapia usando las aguas

termales que circulan bajo el valle sin salida al mar, introdujeron caimanes pa-ra ayudar en la limpieza y con el tiempo convirtieron la operación en una colec-ción de reptiles.

“No sería divertido”, dijo, “si fuera se-guro”.

El parque de caimanes atrae a gente como paracaidistas y motociclistas en busca de su siguiente emoción fuerte; pero también a gente que usa la lucha con caimanes como terapia.

Arneson, de 52 años, de Minnesota, trabaja medio tiempo para el distrito escolar de una tribu. Sufre dolor crónico por un accidente automovilístico y dijo que buscaba unos cuantos minutos que lo distrajeran mentalmente del dolor.

Usó unos shorts caqui y una camiseta para su lección, y llevó a su novia, Lo-rie Steinke, quien observó desde cierta

distancia.Dos empleados enseñaron a Arneson

y a otro estudiante a sacar del agua a cai-manes de medio metro de largo, tomán-dolos de la nuca.

Los miembros del personal dijeron que el propósito real de la clase es sacar a los reptiles de los estanques para verificar si tienen heridas y aplicar antibióticos en caso de ser necesario. Los turistas sim-plemente ayudan.

“Amamos a los caimanes”, dijo un ins-tructor, Drew Nelson, de 36 años. “Bus-camos sus heridas, no el glamour”.

Pero Heather Rally, veterinaria con Personas por el Trato Ético de los Ani-males (PETA, por su sigla en inglés) condenó la práctica, diciendo que en su mayoría, a los caimanes les gusta que los dejen en paz. “Alentamos a que se man-tengan alejados de este lugar”, dijo.

Phoenix revitaliza su centrocon toques de modernidad

Los turistas pueden practicar lucha con caimanes en el desierto

Paraíso turístico reprime a los indigentes

Un tiroteo sacudió a una ciudad modelo de diversidadPor DAMIEN CAVE

ORLANDO, Florida — Cuando Joseph Ibrahim se enteró de que el ataque en el centro nocturno Pulse, el 12 de junio, podría haber estado relacionado con el terrorismo, empezó a temer algún vín-

culo con sus propias raíces musulmanas de Medio Oriente.

Por favor, pensó, que el apellido Ibra-him no aparezca en el nombre del ata-cante.

Ibrahim —quien encabeza la unidad de traumatología en el Centro Médico Regional de Orlando— ya había pasado horas reparando heridas de arma de fue-go en los cuerpos de latinos, muchos de ellos también hijos de inmigrantes.

Ibrahim fue despertado abruptamen-te por una llamada a las 2:15. Se dirigió a hacer lo que estaba entrenado para ha-cer. Sus viejos amigos de su ciudad natal en Tennessee lo respaldaban. Pero era difícil ignorar cómo se hilvanaron las co-sas: el hijo de un inmigrante musulmán de Medio Oriente tratando de salvar las vidas de latinos, en su mayoría gays, que habían tratado de ser asesinados por el hijo de otros inmigrantes musulmanes,

todo en un área de la verde Florida cons-truida sobre la alegría de Disney. El ata-cante, Omar Mateen, asesinó a 49 perso-nas e hirió a 53.

“Quizás somos un blanco debido a nuestra diversidad y tolerancia”, decla-ró Ibrahim tres días después, tras una mañana de cirugías. “Aquí ves constan-temente a personas de todo el mundo, y es maravilloso”.

Éste es el Orlando que fue sacudido por el tiroteo, un lugar que se ve a sí mismo como un modelo de diversidad.

Algunos latinos se han preguntado por qué el tiroteo se ha convertido en una pie-dra de toque de los derechos gays y no de los latinos.

Sin embargo, todas estas cuestiones —las identidades que se intersectan y las luchas por reconocimiento— sólo hacen más obvio lo rápido que ha cambiado este lugar estadounidense por excelencia.

Walt Disney tuvo la visión de desarro-llar un centro turístico sobre un pantano en el centro de Florida. Ahora, Orlando apunta a dónde se dirige Estados Unidos cuando se trata de estadísticas demográ-ficas.

Cómo luce Orlando hoy es cómo proba-blemente lucirá Estados Unidos dentro de 30 años. La población blanca no his-

pana se está reduciendo (ahora repre-senta un 43 por ciento del Condado de Orange) y la diversidad cultural y étnica se extiende y evoluciona mientras los ex-tranjeros se asientan en la zona urbana de Orlando.

Sin embargo, el tiroteo hizo añicos la imagen del área como un lugar acogedor. Es por ello que muchos residentes dije-ron que el ataque había sido particular-mente difícil de aceptar.

Y sin embargo, los inmigrantes y los hijos de inmigrantes, del Caribe y más allá, tuvieron parte en cada etapa de la tragedia.

El atacante, Mateen, era un estadounidense de primera generación. Sus padres se integraron rápidamente tras emi-grar de Afganistán, en los 80.

Mucha de la gente que asesinó Mateen era de

otros países. El Departamento de Policía de Orlando es, más o menos, 18 por ciento hispano.

Ibrahim, de 39 años, contó que, mien-tras atendía a una víctima tras otra luego del tiroteo, estaba rodeado (como siem-pre) de colegas con vínculos a otras partes del mundo —enfermeras de ascendencia asiática e hispana, técnicos médicos de Jamaica— y miembros de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero.

En los días posteriores, dijo, escuchó muchos argumentos a favor de “recupe-rar el país”. Casi siempre era en progra-mas de entrevistas en la radio, mientras

conducía al trabajo. Y aunque los locuto-res se enfocaban en el padre de Mateen, Ibrahim contempló a su propio padre, un inmigrante de Egipto, quien se casó con una estadounidense y ejerció medicina en Tennessee.

“Es difícil”, apuntó Ibrahim, aseguran-do que no estaría aquí si ese tipo de polí-ticas hubiera estado en vigor cuando su padre quiso abandonar El Cairo.

Ibrahim recordó que se mudó de Ten-nessee a Orlando en parte para que sus hijos gemelos, de 11 años, se pudieran criar cerca de diferentes tipos de gente. Al igual que su padre, los niños represen-tan una mezcla de culturas: su madre es blanca, nacida y criada en Tennessee.

Sin embargo, a veces los siguen viendo como forasteros. Ibrahim reveló que una vez le negaron a su esposa un préstamo porque confundieron su nombre con el de alguien en una lista europea de sospe-chosos terroristas.

Él y su esposa también debatieron si debían continuar la tradiciónde ponerle a su primogénito el segundo nombre del padre, Abdellatif. Al final, lo hicieron: Abdellatif ahora une a tres generaciones de egipcio-estadounidenses.

“Con suerte, para cuando sea mayor, la gente será aún más tolerante”, expresó.

Por ADAM NAGOURNEY

HONOLULÚ — Anna Sullivan tiene prohibido sentarse en la acera. No puede deambular por allí en busca de comida sin preocuparse de que la policía podría confiscarle su carrito de supermercado. No puede dormir en la pla-ya de Waikiki sin temor de que la saquen bruscamen-te.

Sullivan, de 45 años, ha-ce ocho años que es indi-gente. Sin embargo, ahora trata de mantenerse aleja-da de Waikiki, el distrito turístico cuyas aceras y playas alguna vez usó como su hogar. “Infracciones, infracciones, in-fracciones”, dijo. “La Policía te da una infracción para que te muevas. Y luego tienes que pagar la multa por dormir en el parque. Te fastidian”.

Hace dos años, Honolulú, pese a toda su opulencia y atractivo entre los turis-tas, era un centro de la indigencia: perso-nas recostadas en bancas y aceras, men-digando, vigilando pilas de tiendas de campaña y ropa y durmiendo en puertas de entradas. Los líderes empresariales dijeron que el ambiente era una amenaza para la economía basada en el turismo.

Pero estos días, los desamparados que habían atiborrado grandes partes de es-ta ciudad han desaparecido en un grado considerable.

El cambió llegó después de que Hono-lulú aprobó estrictas leyes criminales encaminadas a dejar aceras, calles y

parques libres de indigentes. Al mismo tiempo, l Municipaliad ha enviado cua-drillas de trabajadores sociales para ayudar a los desamparados a mudarse a albergues. Y la industria turística pagó el transporte aéreo para las personas indi-

gentes de Estados Unidos continental que estuvieron dispuestas a regresar a sus lugares de origen.

Ahora es posible pasar horas deambulando por Waikiki y el Barrio Chino, dos históricos vecindarios

donde cientos de personas sin hogar al-guna vez se asentaron, y encontrarse só-lo con un recordatorio ocasional de que Hawai tiene la más alta población indi-gente per cápita en Estados Unidos.

Una sarta de leyes que eficazmente cri-minalizan la indigencia se extiende por Estados Unidos. Para finales de 2014, 100 ciudades convirtieron el sentarse en la acera en un delito, un incremento de 43 por ciento respecto a 2011, de acuerdo con un sondeo en 187 ciudades importantes de Estados Unidos realizado por el Cen-tro Nacional de Leyes sobre Indigencia y Pobreza. El número de ciudades que pro-hibieron dormir en autos se elevó de 37 a 81 por ciento durante el mismo periodo. Ha habido leyes que prohíben la mendi-cidad y autorizan el retiro de campamen-tos de tiendas de campaña.

Kirk Caldwell, alcalde de Honolulú, acuñó la frase “interrupción compasi-va” para describir lo que la ciudad está

haciendo, porque las medidas son acom-pañadas por programas de ayuda comu-nitaria.

Hasta la fecha, ha habido sólo unos cuantos arrestos; la estrategia es utilizar la amenaza de las multas y la cárcel para inducir a los indigentes a irse a otro lugar.

Algunos trabajadores sociales dicen que la aplicación de la ley hace más fácil persuadir a los desamparados de que pa-sen una noche en un albergue o ingresen a un programa de tratamiento contra las drogas. Otros defensores han demanda-do a la ciudad por algunos de sus méto-dos.

La experiencia de Honolulú parece ser más un bálsamo para las preocupaciones de los líderes cívicos que una solución. En 2015, el Departamento de Vivienda y De-sarrollo Urbano contó 7.620 personas co-mo indigentes en Hawai, cuya población es de 1.4 millones de habitantes. La ma-yoría vive en Honolulú, en la isla de Oahu.

Si bien los desamparados han desapa-recido en gran medida de las áreas que fueron el centro de las medidas enérgi-cas, muchos simplemente se han ido a otras partes, a callejones poco visibles y a rincones alejados de parques públicos.

En entrevistas, hombres y mujeres desamparados exhibieron domino de las complejidades de las leyes estatales y municipales, de cómo algunas aceras están vigiladas y otras no, y de cómo las playas abren a las 5:00, lo que permite unas cuantas horas para dormir antes de que haga demasiado calor.

Por FERNANDA SANTOS

PHOENIX, Arizona — Un investi-gador la ha llamado “la ciudad menos sustentable del mundo”. En un artículo sobre cómo Phoenix es el “peor lugar de todos los tiempos”, la revista Vice

la describió co-mo “una maraña abotargada de ar-quitectura de mal gusto que nunca parece dejar de crecer”. Incluso Daehee Park, co-

fundador de una empresa emergente aquí y admirador de la ciudad, utilizó una frase no muy halagadora al des-cribir a Phoenix como “una mini plaza comercial tras otra tras otra”.

Phoenix, la sexta ciudad más gran-de de Estados Unidos, es como es en gran medida por dónde se ubica: en un extenso desierto. Se convirtió en un lugar de enorme crecimiento, a donde la gente de climas más fríos llegaba a

raudales en busca de vivienda econó-mica para una familia donde el aire acondicionado era de rigor y ninguna cochera tenía que hacer espacio para una barredora de nieve.

Sin embargo, el Phoenix que ha sido menospreciado por tanta gente es-tá pasando por un cambio. Comenzó cuando estalló la burbuja de la vivien-da, y un hogar económico tras otro entraron en proceso de embargo. Los funcionarios municipales, decididos a revitalizar la ciudad, buscaron una fórmula nueva, una que no se enfocara en los bordes del desierto, donde aún hay mucho espacio para extenderse, sino en el centro descuidado durante mucho tiempo.

Hoy casi no hay terrenos baldíos en el corazón de Phoenix, y están en cons-trucción, o a punto de serlo, tantos de-partamentos como todos los construi-dos entre 1996 y 2008. ¿Pero acaso hay suficientes personas para llenarlos?

Ésa es una apuesta de miles de millo-nes de dólares, y Phoenix le ha aposta-do con todo.

La ciudad adquirió cuadras enteras de terrenos para convencer a tres uni-versidades estatales de construir sus campus en el centro, y aumentó la cifra de estudiantes a 12.000 este año, mien-tras que eran 400 hace sólo 10 años. Les ha otorgado a desarrolladores benefi-cios fiscales y otros incentivos para no dejar de construir.

En un Estado cuyo gobernador re-publicano fue electo gracias a una promesa firme de no más impuestos, Greg Stanton, el alcalde progresista de

Phoenix, basó su campaña de reelección, el año pasa-do, en una propuesta de elevar el impuesto al valor agregado para financiar la ampliación de un sistema de tren ligero que une al centro con otras partes de la ciudad y más allá. Los electores lo aprobaron.

Durante mucho tiempo un área desolada por las noches, el centro de Phoe-nix ahora tiene un toque de modernidad, con bares, restaurantes y pequeñas salas de conciertos.

Podría ser difícil para muchos pensar en Phoenix como un entorno urbano vibrante en vez de como una comunidad de retiro

desangelada bajo el sol abrasador. No obstante, cada mes, más o menos, los embajadores de la ciudad promueven el Centro de Phoenix entre jóvenes em-prendedores frustrados por el alto cos-to de operar en Siicon’s Valley.

Algunas compañías tecnológicas ya han sido convencidas: Uber inauguró un centro de soporte el año pasado, en un edificio que llevaba mucho tiempo medio vacío.

Park, de 27 años, y su amigo John Thomas Marino, de 30 años, trabaja-ron en Silicon’s Valley antes de con-vertir una vieja ferretería en el Centro en las oficinas generales de su negocio de venta de colchones en línea, Tuft & Needle.

“Tendríamos que reunir capital tan sólo para pagar nuestra renta en Silicon’s Valley”, apuntó Marino. En Phoenix “podemos tener un hogar, una piscina y 3.300 metros cuadrados de espacio de oficinas”, afirmó.

HILARY SWIFT PARA THE NEW YORK TIMES

Joseph Ibrahim atendió a unos de los 53 heridos del ataque en un antro gay donde murieron 49 personas.

MONICA ALMEIDA/THE NEW YORK TIMES

La indigencia arruina la experiencia turística, dicen líderes empresariales de Hawai. Un hombre cerca de Waikiki.

THEO STROOMER PARA THE NEW YORK TIMES

Wes Arneson y Lorie Steinke pagaron 100 dólares por un curso de lucha con caimanes, en Colorado.

Phoenix busca crear un centro más vibrante para atraer habitantes.

CAITLIN O’HARA PARA THE NEW YORK TIMES

El restaurante giratorio Compass Arizona Grill, en Phoenix, una ciudad ubicada en medio del desierto que busca modernizarse.

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A R T E Y D I S E Ñ O

8 DOMINGO 3 DE JULIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Revelan los medios sociales cada paso de las estrellas.

Christina Grimmie

La cercanía de los fans trae riesgos

Una bienal muestra artefactos históricos hechos en Hollywood

Una cámara Polaroid gigante se despide para siemprePor RANDY KENNEDY

En el curso de los últimos ocho años, mientras que las cámaras se han vuelto cada vez más pequeñas —lo suficiente para sujetarse a un par de lentes o caber dentro de una píldora—, John Reuter ha estado trabajando para evitar la extin-ción de una de las cámaras más grandes jamás producidas, tan grande e irreme-diablemente análoga que se siente “como si le estuvieras sacando pinturas al óleo de atrás”, manifiesta.

La cámara, la Polaroid de 20 por 24 pulgadas (51 por 61 centímetros), nació como una especie de hazaña industrial. Cinco de estos colosos de madera, cada uno con un peso superior a los 90 kilos y colocados sobre una base con cuatro rue-ditas, fueron fabricados a fines de los 70 a petición de Edwin H. Land, el fundador de la compañía, para demostrar la cali-dad de su placa fotográfica de formato grande.

Las cámaras hallaron su verdadero hogar en el mundo del arte, adoptadas por pintores como Chuck Close y Robert Rauschenberg, y por fotógrafos como William Wegman, David Levinthal y Mary Ellen Mark para crear imágenes instantáneas con el tamaño y la presen-

cia de esculturas.En 2008, Polaroid, en bancarrota,

dejó de producir película fotográfica instantánea. Reuter, quien había traba-jado durante décadas en la compañía, compró una de las cámaras originales y cientos de cajas de las placas fotográfi-cas restantes. El sueño era hacer dinero suficiente para poder recrear el proceso de manufactura de la placa fotográfica y sus químicos difíciles de manejar y para producir más de estas cámaras enormes.

Sin embargo, en una entrevista recien-te, Reuter anunció que había decidido aceptar lo inevitable: Nunca habrá de-manda suficiente para estas cámaras y que ya no puede mantener su esfuerzo quijotesco por mantenerlas vivas. La compañía que dirige, 20x24 Studio, en Massachusetts, planea cerrar para fines del año entrante, para cuando él espera

que habrá sido utilizada la mayoría de las placas que quedan en existencia.

“Llevo 40 años haciendo esto, y entien-do la importancia de la historia quizás mejor que nadie”, dijo Reuter, quien tam-bién es fotógrafo y cineasta. “Pero hay un momento en que las cosas deben llegar a su fin. Éstos no son materiales diseña-dos para durar indefinidamente, y la in-versión para seguir fabricándolos sería enorme, de millones de dólares”.

Close, quien empezó a utilizar la cáma-ra a fines de los 70 para crear tanto foto-grafías como la base para retratos pinta-dos y como obras en sí, se sintió triste al enterarse de los planes de Reuter.

Close declaró que la atracción de la cámara es la inmediatez de crear la fo-tografía, que cambia la relación entre el modelo y el artista, quienes juntos son testigos de la imagen que aparece luego de que la fotografía es extraída de la cá-mara. “Ambos trabajan juntos para ob-tener algo que quieren de ella”, apuntó Close, quien tiene parálisis parcial. (En una sesión de 2012 con el presidente Ba-rack Obama en una habitación de hotel, la cámara y la silla de ruedas de Close no dejaron espacio para el Servicio Se-creto).

El cineasta Errol Morris, quien realiza un documental sobre la fotógrafa Elsa Dorfman, dijo que la cámara se había convertido en un personaje por derecho propio en su cinta. “Cuando Elsa saca la placa de la cámara y la corta y le pela la cubierta y aparece lentamente esta ima-gen, hay algo bastante mágico en ello”, afirmó.

Reuter comentó que mantener la ma-gia lo ha agotado. Sin una operación pu-blicitaria real, los retos económicos de la recesión reciente y los precios que fijó, probablemente demasiado altos, indicó, “la demanda por las cámaras nunca se materializó realmente al nivel que tenía durante los años de apogeo de Polaroid; creo que mucha gente no tenía idea que aún existía el proceso”. (La renta de la cámara cuesta 1.750 dólares diarios y ca-da revelado cuesta 125 dólares).

Aunque Close y algunos otros artistas aún usan la cámara, la muerte de Mark el año pasado significó que se fue un so-porte económico consistente —y una em-bajadora muy respetada de la cámara—.

“Mi meta es que la gente utilice el resto del material que tenemos antes de que realmente caduque”, dijo Reuter. “Sería una pena que terminara sin usarse”.

Por JORI FINKEL

GUADALUPE, California — Daniel R. Small subió las dunas de arena aquí con el mismo cuidado que un guía de turis-tas escalando antiguas ruinas egipcias. “Allá”, dijo, sacándole la vuelta a un trozo de madera y señalando hacia un montón de escombros a la distancia, “fue donde el templo alguna vez se erigió. A la derecha, la mitad de una esfinge sigue enterrada en la arena”.

Pero este tramo de terreno junto a la Costa del Pacífico, conocido como las Dunas Rancho Guadalupe, ofrece un sitio arqueológico novedoso. Es donde Cecil B. DeMille filmó las escenas de su obra maestra del cine mudo “Los 10 Mandamientos” en 1923, en un foro ela-borado que posteriormente enterró para que ningún director competidor pudiera utilizarlo. Y Small no es un estudiante de egiptología, sino un artista cuyo interés en las excavaciones de este sitio ha da-do forma a un proyecto importante en la nueva exhibición bienal del Museo Ham-mer, “Made in L.A. 2016”.

En una visita al sitio en junio, detectó algunos trozos de concreto que podrían

haberse empleado, especuló, para esca-lones o elevadores. “Pero ahora que estas piezas han sido pulidas por el viento du-rante casi 100 años, parecen tabletas de Egipto”, dijo. “Es tan extraño: mientras más tiempo está expuesto el foro a los ele-mentos, más auténtico parece”.

Ocupando una sala completa en el Mu-seo Hammer con artefactos de Guadalu-pe, la obra de Small juega con las nocio-nes actuales del artista como arqueólo-go. También es uno de los proyectos en la bienal que “excavan” en la historia lejana de Hollywood, buscando perspectivas sobre la cultura actual obsesionada con la imagen.

En una galería, Martine Syms hace honor a los primeros años de Hollywood como una frontera salvaje con su remake de la cinta “Laughing Gas” de Edwin S. Porter, de 1907. En otra, Margaret Honda destaca la materia prima y los procesos mecánicos de la producción cinemato-gráfica hollywoodense, creando intensas experiencias perceptuales de celuloide y luz que inesperadamente evocan las obras efímeras de James Turrell y Ro-bert Irwin, pioneros de las instalaciones

en el Sur de California.Los curadores Aram Moshayedi y

Hamza Walker dicen que no buscaron un enfoque hollywoodense para la muestra, la tercera bienal del Hammer dedicada a artistas emergentes o poco reconocidos en Los Ángeles.

Sin embargo, Walker afirma que el tema “tiene sentido, dada la naturaleza porosa de las obras en las que pensába-mos, donde la música, la moda, el cine y la poesía se codean con el arte visual”.

Codearse sugiere un encuentro amis-toso. Los artistas de “Made in L.A.” tra-tan el banco de imágenes de Hollywood

y sus logros tecnológicos como material fuente. Su interés parece sincero, no sa-tírico.

La obra de Small consiste en vitrinas que exhiben fragmentos de yeso de es-finges, unas cuantas monedas romanas y otros artefactos del sitio de Guadalupe. En las paredes cuelgan grandes pinturas con tema egipcio producidas alguna vez para el hotel Luxor en Las Vegas.

El proyecto de Small funciona como un museo dentro de un museo, creando una sala de espejos donde los visitantes pueden ver el viejo Hollywood reflejado en los ojos de los artistas nuevos de hoy.

Por JOE COSCARELLI

Para Tiffany Alvord, una cantante independiente con 2.8 millones de seguidores en YouTube, interactuar con sus fans en persona es el aspecto favorito de dar conciertos. También es una necesidad de negocios que inspira lealtad al profundi-zar los lazos que ha establecido en línea.

“En YouTube, le canto a una cámara y todo lo que veo son ci-fras y nombres”, dijo. “Conocer a los fans y ver rostros lo vuelve real”.

Pero puede conllevar riesgos. Hace poco, dijo Alvord, de 23 años, un fan viajó de Alemania a Los Ángeles para ver su presentación y se le acercó so-bre el escenario con un osito de pelu-che e intentó besarla. Aún después de que ella rechazó sus avances, el fan se sumó a la fila para un encuentro personal con ella después del show.

Esas interacciones se están vol-viendo más tensas a medida que los artistas, en respuesta a las expec-tativas de la industria y de los fans, tienen que hacerse cada vez más accesibles mientras también lidian con una andanada de acoso en línea y la amenaza de violencia en los con-ciertos.

El 10 de junio en Orlando, Florida, un día antes del tiroteo en un club nocturno gay que dejó 49 muertos, un individuo mató a la cantante Christi-na Grimmie, de 22 años, en lo que la policía ha calificado como un ataque premeditado mientras ella vendía mercancía y firmaba autógrafos tras

una presentación.Mientras que la industria de los

conciertos ha respondido incremen-tando sus protocolos de seguridad, los artistas dicen que aún están preo-cupados por manejar la necesidad de interactuar con los fans y sus propias ansiedades de seguridad, particu-larmente en una era en que todos sus movimientos son hechos públicos en Instagram, Twitter y Snapchat.

“Todos los que me siguen en los medios sociales saben cuando estoy viajando”, dijo Alvord.

La historia de la música está sal-picada de historias de acosadores y fanáticos, como los que asesinaron a John Lennon, a la cantante Selena y a Darrell Abbott, guitarrista del grupo Pantera.

Pero a medida que han caído las ventas de discos, lo que eleva la de-pendencia económica de los músicos de las presentaciones en vivo, el tiem-po de convivencia con los fans se ha vuelto más rutinario.

Alvord y Grimmie colaboraron en un trabajo de 2010, por lo que la muer-te de la segunda conmocionó a la pri-mera. “Compartimos muchos de los mismos fans”, dijo Alvord. “Cualquie-ra de las dos podría haber estado en esa situación”.

Alvord dice que quizás tenga que instituir reglas y restricciones adi-cionales para cuando interactúa con sus seguidores.

“De los miles y miles de fans que dicen que los inspiro y los ayudo, pro-bablemente hay sólo un puñado que tiene una perspectiva torcida”, dijo. “Pero sólo toma el que uno de ellos sea una amenaza. Sólo se necesita uno para jalar el gatillo”.

Fotos instantáneas gigantes que logran el impacto de esculturas.

MYRNA SUÁREZ

FOTOGRAFÍAS POR LISA CORSON PARA THE NEW YORK TIMES

El artista Daniel R. Small y la cabeza de esfinge de “Los 10 Mandamientos”, de 1923. El Museo Hammer dedica una exhibición a la arqueología del cine.

Una cámara producida

como un ardid publicitario

para presumir la calidad del rollo Polaroid

halló su verdadero

hogar en el mundo del

arte. Brad Pitt (der.) posa

para el artista hemipléjico

Chuck Close, quien ha apoyado su obra

fuertemente en la cámara

gigante.

Novela antibélica gana el PulitzerPor DAVID STREITFELD

LOS ÁNGELES — Viet Thanh Ngu-yen ha estado luchando con “Apocalipse Now” durante la mayor parte de su vida, cuando era niño, estudiante universita-rio, investigador, escritor de ficción. Ini-cialmente la película fue una fuente de dolor, luego un enigma y finalmente una inspiración para su novela sobre un es-pía vietnamita, “The Sympathizer” (El Simpatizante).

Incluso ahora, después de la entusias-ta recepción de su primera novela, que ganó el Premio Pulitzer 2016 de ficción, los sentimientos de Nguyen respecto a la cinta épica de guerra de Francis Ford Coppola, de 1979, siguen estando hasta cierto punto a carne viva.

“’Apocalipse Now’ es una importante obra de arte”, dijo Nguyen, de 45 años, en una entrevista en su casa aquí. “Pero eso no significa que voy a hacerle ninguna reverencia. Voy a luchar contra ella, por-que que ella luchó contra mí”.

“The Sympathizer” comienza con la toma de poder de Vietnam del Sur por parte de los comunistas en 1975 y luego continúa en el Sur de California entre un grupo de exiliados tradicionalistas

cuyo lema es “Siempre resentir, nunca desistir”. Un megalómano director de Hollywood invita al espía a criticar el guion de su película de guerra y luego lo contrata para que comparta su experien-cia nativa durante el rodaje en Filipinas.

Para los que no capten las muchas insi-nuaciones en esos capítulos, los agrade-cimientos de la novela enumeran más de una docena de obras sobre la realización de “Apocalipse Now”.

A pesar de tales detalles, “The Sympa-thizer”, no se lee como una obra académi-ca. Es mordazmente divertida y está su-mamente pulida, pero hace que clásicos antibélicos como “Catch-22” (Trampa 22) y “Slaughterhouse-Five” (“Matadero Cinco”) parezcan despreocupados.

“Aquí no hay finales felices convencio-nales”, dijo Nguyen. “Los finales felices

convencionales son propiedad de Ho-llywood. Y eso es propaganda —propa-ganda para el sueño americano—. Yo no creo en eso.

“Una guerra no termina simplemente porque decimos que termina”, añadió.

“The Sympathizer” es un atractivo tributo a uno de los máximos directores vivos de Estados Unidos o quizá una bo-fetada, o quizá ambas cosas.

Nguyen vio por primera vez el filme de Coppola cuando tenía unos 10 años. Una escena en particular lo devastó. Soldados estadounidenses en un bote que llevaba río arriba al protagonista, interpretado por Martin Sheen, se detienen para ins-peccionar el pequeño bote de una familia vietnamita. Los soldados terminan ma-sacrando a todos.

“Gente como yo era masacrada”, dijo Nguyen. “Me sentí violado”.

Una década después, siendo estudian-te en la Universidad de California, en Berkeley, habló sobre la escena para una clase de cine. Empezó racionalmente, recordó, y luego se dio cuenta de que su voz estaba llena de ira. “Era una película antibélica sobre la guerra en Vietnam, pero la cinta trataba sobre los estadouni-

denses”, dijo. “Los vietnamitas estaban callados y borrados”.

Dos décadas después, Nguyen imparte la escena en su curso sobre la guerra es-tadounidense en Vietnam en la Universi-dad del Sur de California.

Llámelo obsesión, llámelo dedicación, pero su inmersión en la guerra y el arte que produjo no es típico de los vietnami-tas-estadounidenses. Su hermano mayor, Tung Thanh Nguyen, profesor de medici-na clínica en la Universidad de California, en San Francisco, recuerda la verdadera guerra, pero trata de no pensar en ella.

“Nunca he visto completa una película sobre la Guerra de Vietnam”, comentó. “Me niego a leer un libro sobre la guerra. ¿Acaso eso significa que no importa? No, significa que importa demasiado”.

Para sus padres, propietarios jubilados de una tienda de provisiones en San José, California, su pasado aún no ha quedado atrás, lo que hace que la profesión de su hijo parezca particularmente inverosímil.

“Ser vietnamita-estadounidense y ele-gir escribir ficción, especialmente sobre la guerra, es un acto increíblemente re-belde”, dijo su hermano mayor.

“The Sympathizer” es la primera no-vela que Nguyen intentó escribir, pero tiene 20 años de escribir cuentos. La no-vela fue presentada a 14 editoriales y 13 la rechazaron.

El Pulitzer presenta una oportunidad para llevar el libro a otro nivel.

Y hay recompensas menos tangibles.“Mi papá me llamó después del premio,

con la voz temblando de felicidad; y no es un hombre emotivo”, dijo Nguyen. “Así que finalmente hice feliz a mi papá, y to-do lo que se necesitó fue ganar el Premio Pulitzer con mi primera novela”.

La película “Apocalipse Now” inspira una obra que es su crítica mordaz.

ORIAN KOREN PARA THE NEW YORK TIMES

El libro “The Sympathizer”, de Viet Thanh Nguyen, combate el retrato hollywoodense de la Guerra de Vietnam mediante la ficción.


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