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La Comunicabilidad Del Juicio Estético

Date post: 09-Jan-2016
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Ideas estéticas

of 19

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  • Enrahonar 19, 1992 / 21-39

    La comunicabilidad del juicio esttico en la Crtica del juicio. Arte y sociedad Ral Gabs

    ABSTRACT

    This article places the problem of the interpretation of Kant's Critique of Jud- gement systematically and histoncally. The enlightment worked towards an au- tonomous aesthetic, trying to establish the figure of the genius and to characte- rize the judgement of taste. Kant culminated these attempts justifying the objectivity of taste: aesthetical universality and necessity lay on the harmony of the subject's faculties, which, besides opening doors to aesthetical pleasure and concrete expressions of any judgement of taste, refers to a representation of knowledge in general.

    1. Introduccin

    No s en qu lugar del corazn humano ha nacido la polaridad entre naturaleza e historia. Lo cierto es que, mirando a los siglos precedentes, durante doscientos aos, por lo menos, la balanza de la mente se ha decantado hacia la historia, mientras que en la actualidad parece como si el peso iniciara un retorno hacia la naturaleza.

    Los grandes sistemas del idealismo alemn, en el fondo, se debatieron por el equilibrio entre la cuna del ser naciente y el trono de una historia aposentada en su meta. Real-ideal en Schelling, el espritu que, segn Hegel, desarrolla su pro- pia naturaleza a travs de la historia, la asinttica posicin absoluta del yo en Fichte, la teleologa de la naturaleza versus la sociedad reconciliada en Marx, que no por mero lapsus de mi pluma ha de incluirse entre los epgonos del idealismo alemn, son todas ellas configuraciones de una historia que se curva sobre la na- turaleza ideal del universo.

    El tema que desarrollaremos nos llevar a la cuestin de si Kant, maestro de todos los autores citados, les transmiti ya la doctrina de la idealidad que atrae como fin porque acta eficientemente en lo que ya es. Como todo problema im- portante, tambin el de la relacin entre naturaleza e historia en Kant, entre Cr- tica de la razn pura y Critica de la razn prctica, con la Crtica del juicio como mediadora, ha de verse a la luz del juego de ostensin y ocultacin que el nmeno mantiene a travs del fenmeno. Nada tiene de extrao que autores tan cercanos

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    a Kant como Schopenhauer y Heidegger hayan centrado la exgesis del mundo en la ocultante desocultacin.

    La mirada ms inmediata a la naturaleza y a la historia nos muestra una cons- tante actividad desfiguradora. No hay correlacin tan permanente como aquella por la que lo hediondo de la naturaleza se hace flor y el impulso de los deseos ms ocultos e inconfesados se convierte en bello resplandor del estrato que propulsa la normatividad social. Es todo esto un juego tan astuto como absurdo al como si, o est en obra a travs de ello una identidad no identificada?

    He optado por el aspecto de la comunicacin, no slo en razn de prefe- rencias personales, sino tambin por la persuasin de que el juicio esttico en- cuentra su explicacin ltima por la referencia a la comunicacin ideal, expre- sin que, en esencia, antes que a Habermas podra atribuirse a Kant. Por ello, a manera de estrella polar, lo suprasensible que hay en el fondo de nuestra natura- leza orienta toda actividad histrica que merezca llamarse humana. Sirva lo dicho de pauta para abrimos paso a travs de los textos kantianos, selva virgen en cier- tos pasajes y gramtica recargada en otros.

    2. Libre juego de facultades como fundamento de la comunicabilidad En la definicin de lo bello nos conduce Kant a travs de la analoga con las for- mas del juicio: cualidad, cantidad, relacin y modalidad. En su intento de aden- trarse por las sendas de lo bello, la primera base que l asienta con firmeza es el hecho de que el juicio esttico no se refiere a la objetividad de los objetos, sino a la subjetividad del sujeto, no es un juicio de conocimiento, sino de agrado sub- jetivo.

    Para distiguir si algo es bello o no, no referimos la representacin al objeto a tra- vs del entendimiento en orden a un conocimiento, sino que, a travs de la ima- ginacin (quiz unidas con el entendimiento), referimos la representacin al su- jeto y a su sentimiemto de gusto y disgusto. Por tanto, el juicio de gusto no es un juicio cognoscitivo, o sea, no es lgico, sino que es esttico. Advierto que en- tiendo por juicio esttico aquel cuyo fundamento determinante no puede ser sino subjetivo. (As comienza el pargrafo primero)

    En esta primera piedra angular queda esculpida la frase lapidaria: Cualitati- vamente lo bello es una satisfaccin sin ningn tipo de inters.

    Lo cual significa que:

    El juicio de gusto es meramente contemplativo, o sea, es un juicio indiferente a la existencia de un objeto, y se limita a unir la ndole del mismo con el senti- miento de gusto o disgusto. (Kritik der Urteilskraft, Hamburgo, Meiner, 1974, p. 46; en adelante abreviar esta esta obra como UK)

    Queda as establecido que lo bello hace una epoj, sit venia verbi, de la exis- tencia del objeto y est referido a un sentimiento del sujeto. Si queremos captar la intencin latente que gua a Kant, no puede pasarnos desapercibida su adverten-

  • La comunicabilidad del juicio esttico en la Crtica deljiricio. Arte y sociedad Emahonar 19, 1992 / 23

    cia de que solamente el gusto de lo bello, a diferencia del deleite sensible y del bien moral, constituye una satisfaccin desinteresada y libre. Sin duda la pala- bra libre ha de entenderse en el sentido de que lo bello no conduce hacia fuera de nosotros (ni a la sensacin estimulante, ni a una ley exterior).

    Puesto que de un juego se trata en la belleza, Kant tiene que buscarle un se- gundo jugador para desarollar el drama de la obra. El primero es la subjetividad del juicio de belleza, que aprisionara lo bello en el mero individuo.

    A travs del momento de la cantidad nos conduce Kant hacia la paradoja de una subjetividad que es simultneamente individual y universal.

    Lo bello es lo que, sin concepto, es representado como objeto de una satisfaccin universal. (Ttulo del pargrafo 6)

    Qu lgica nos permite pasar de lo privado a lo pblico? Kant ha practicado antes una epoj de la existencia del objeto. Ahora prescinde de la existencia del sujeto, en tanto la existencia implica una relacin con el mundo fsico.

    Puesto que quien juzga se siente enteramente libre de cara a la complacencia que dedica al objeto, no puede hallar razones privadas como fundamento de la com- placencia ..., y por eso ha de considerarla fundada en lo que puede presuponerse en todos los dems. (UK, 48, parg. 6)

    Ms adelante, 6 parg. 40, UK, 145) dir: Para ello abstraemos de las limitaciones casuales que se adhieren a nuestro jui- cio. Esto implica prescindir de lo material, de la sensacin y atender a las pecu- liaridades formales.

    Qu tiene que ver la subjetividad ms radical con la universalidad? Kant de- sarrolla esta cuestin mediante la idea de un libre juego de facultades y su rela- cin con un conocimiento en general. A su vez, esta idea implica dos aspectos: el sentimiento de agrado producido por la concordancia entre entendimiento e imaginacin, y el juego concordante de las representaciones de la imaginacin (in- tuiciones) con las del entendimiento. Lo comunicado directamente en el juicio es- ttico es el sentimiento. Pero, a su vez, este sentimiento es fruto de la coherencia entre las representaciones.

    Citemos algunos de los textos ms importantes:

    Nada puede ser universalmente comunicado ms que el conocimiento y la repre- sentacin, en cuanto pertenece al conocimineto ... Slo mediante el conocimiento tiene la representacin un punto de relacin universal con el cual la facultad de re- presentacin de todos est obligada a concordar. Pero si el fundamento determi- nante del juicio sobre esta comunicabilidad universal de la representacin ha de pensarse de manera meramente subjetiva, a saber, sin un concepto del objeto, en- tonces este fundamento no puede ser otro que el estado de nimo que se da en la relacin recproca de las facultades representativas, en tanto ellas refieren una re- presentacin al conocimiento en general. (UK, 55, parg. 9)

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    Hay en la Crtica del juicio muchsimos textos que expresan esto mismo. Uno de los ms matizados es el del pargrafo 21, donde leemos:

    Si pueden comunicarse los conocimientos, tambin ha de poderse comunicar de manera general el estado de nimo, es decir, la concordancia (Stimmung) de las facultades cognoscitivas para un conocimiento en general, y, por cierto, aquella proporcin que es necesaria para una representacin (por la que nos es dado un objeto), para hacer de all conocimiento, porque sin sta, como condicin subje- tiva del conocimiento, no podra brotar el conocimiento como efecto.

    Y esto sucede siempre cuando un objeto dado por medio de los sentidos pone en actividad la imaginacin para la conjuncin de lo mltiple. y sta pone en actividad al entendimiento para la unidad de lo multiple en conceptos.

    Esta concordancia de las facultades cognoscitivas tiene una proporcin di- ferente segn la diversidad de los objetos que son dados. Y tiene que haber una proporcin en la que esta relacin sea la mejor para ambas facultades cognosci- tivas de cara a un conocimiento en general (de objetos dados). Y esta concor- dancia slo puede determinarse por el sentimiento, no por los conceptos. (UK, 80)

    As pues, slo ser compatible con la libre legalidad del entendimiento (que se llama tambin finalidad sin fin) y con la peculiaridad de un juicio de gusto, una legalidad sin ley y una concordancia subjetiva de la imaginacin con el en- tendimiento, sin una concordancia objetiva, pues entonces la representacin es referida a un determinado concepto de un objeto. (UK, 83, nota al pargrafo 22)

    Deja Kant en estos textos muchas preguntas abiertas. El sentimiento esttico es expresin de la proporcin ptima de las facultades para el conocimiento? LES el gusto esttico condicin subjetiva del conocimiento? Qu significa conoci- miento en general? Qu da la relacin con el conocimiento, el aspecto del senti- miento de agrado, o la concordancia de las representaciones como tales en cuanto creadoras de posible objetividad?

    Felipe Marzoa, en Releer a Kant, Barcelona, Anthropos, 1989, p. 119 SS, obligado por su interpretacin de la raz comn, tiende unilateralmente a cen- trar lo esttico en la representacin como tal. All dice, por ejemplo:

    Hay una conformidad a concepto en general, una conformidad a regla en gene- ral, un finalismo en general, pero no hay regla, concepto o fin. (p.120)

    Y un poco ms abajo leemos: Decir que la figura es bella es reconocer que, ciertamente, hay figura, por lo tanto, unidad, orden y concierto, y, a la vez, que no es posible encontrar el con- cepto, la regla, el universal que expresa este orden y concierto.

    Si se considera as lo bello, entra en concurrencia con el conocimiento, se queda en una especie de conocimiento mutilado. Si esto fuera as, la explicacin de la universalidad de lo bello por la relacin con el conocimiento, sera inconci- liable con aquellos pasajes donde Kant explica esta universalidad por su referen- cia a un concepto indeterminado, el cual hace que la dimensin moral penetre en

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    el juicio esttico. El concepto o la regla que est de por medio en el juicio esttico no se refiere tanto a la construccin de la representacin, cuanto al principio de unificacin de las facultades.

    Cul es, pues, la relacin de lo bello con el conocimiento? Kant dice:

    La universal comunicabilidad subjetiva de la manera de representacin en un jui- cio de gusto, puesto que debe producirse sin presuponer un concepto determi- nado, no puede ser otra cosa que el estado de nimo en el libre juego de la ima- ginacin y del entendimiento (en tanto concuerdan entre s. tal como se requiere para un conocimiento en general). Y esto es as en el sentido de que somos conscientes de que esta adecuada relacin subjetiva, que se requiere para un co- nocimiento en general, debe tener validez para todos y, en consecuencia, ha de ser universalmente comunicable, pues todo conocimiento determinado descansa siempre en tal relacin como condicin subjetiva. (UK, 56, parg. 9)

    Nos ayuda a precisar la cuestin otro texto contenido en la

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    ~nunicabilidad. Habla de esto con decisin y cautela a la vez. Qu es y qu valor tiene esa apelacin a un gusto comn? Kant dice: Es una idea, se propone ha- cer que otros lleguen a concordar, constituye una invitacin ms que una exi- gencia (UK, 54, final del parg. 8).

    La argumentacin que conduce hacia el fundamento comunicativo de la be- lleza va acompaada de una reiterativa insistencia en la libertad. As, por ejemplo, cuando estudia el juicio de gusto segn la relacin y lo define como finalidad sin fin. All la belleza se distancia del concepto, de lo objetivo, del fin, de las formas fijas (primaca de la belleza libre frente a la adherente). para afirmarse en la fina- lidad formal subjetiva, en el sentido de que no tiene una meta fijada y de que el li- bre juego de la subjetividad no topa con el lmite del concepto objetivo. Preci- samente esta libertad de lo bello tiene valor comunicativo.

    As, pues, nada ms que la finalidad subjetiva en la representacin de un objeto, sin fin alguno (ni objetivo ni subjetivo), y por consiguiente, la mera forma de la finalidad en la representacin, mediante la cual un objeto nos es dado, puede constituir la satisfaccin que juzgamos, sin concepto, como universalmente co- municable, y , por tanto, el fundamento de determinacin del juicio de gusto.

    A veces Kant dice grandes cosas en pequeos incisos, cuando el tema tratado es otro. Por ejemplo, en el pargrafo 16, hablando de la unin del agrado esttico con el intelectual, escribe:

    Por lo cual lo bello se hace utilizable para lo bueno ... Y aquel estado de nimo que se conserva a s mismo y tiene validez universal subjetiva, es sometido a aquella manera de pensar que slo puede conservarse por un fatigoso propsito, si bien tiene validez universal objetiva. (UK, 71)

    Este texto, que constituye un nuevo testimonio de que Kant deshoja lo bello por el camino de la libertad, expresa un anhelo de romper los lazos de lo objetivo en el juego de lo bello.

    3. El sentido comn

    Kant, en el pargrafo 17 (titulado Sobre el ideal de la belleza))) lanza un conjunto temtico cuyo esclarecimiento se har esperar hasta que el autor de la obra aborde la dialctica del juicio esttico (pargrafos 55-60).

    El consenso implicado en lo bello puede referirse a los hombres que viven en la actualidad, por ejemplo, a los estilos de final de siglo, o bien a ciertas obras (na- turales o artsticas) consideradas bellas a travs de todos los tiempos (Discbolo, Dorfero, Pieta ...).

    Hay un sentir comn y un canon universal de belleza? A este respecto Kant escribe:

    La concordia, en la medida de lo posible, de todos los tiempos y pueblos en lo to- cante a este sentimiento en la representacin de ciertos objetos, es el criterio em-

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    prico, aunque dbil y apenas suficiente para la sospecha, de la procedencia de un gusto as acreditado con ejemplos del fundamento profundamente escondido, co- mn a todos los hombres, de la concordia en el juicio de las formas bajo las cua- les se le dan objetos. (UK, 72, parg. 17)

    Qu es ese fundamento profundamente escondido de la concordia en el jui- cio de las formas bajo las cuales se dan los objetos? Y qu objetos son stos?

    En el encauzamiento provisional del tema, Kant advierte que, en el caso del ideal de belleza, no estamos ante una belleza vaga y pura, sino ante una belleza en parte intelectualizada, es decir, fijada por el concepto de la finalidad objetiva.

    El modelo o prototipo del gusto es una mera idea que cada uno debe produ- cir por s mismo. En este contexto hace Kant la aclaracin:

    Idea significa propiamente un concepto de la razn, e ideal significa la repre- sentacin de un ser individual como adecuado a una idea. (UK, 73, parg. 17)

    Y luego escribe:

    Slo el hombre, que tiene en s mismo el fin de su existencia, que puede deter- minar sus fines por la razn, es capaz de un ideal de la belleza, lo mismo que en su persona como inteligencia la humanidad es la nica capaz del ideal de per- feccin entre todos los objetos en el mundo. (UK, 74)

    Kant distingue dos aspectos en el ideal: la forma de la especie encarnada en un individuo; y, segundo:

    Las ideas de la razn, que convierte los fines de la humanidad, en tanto no pue- den representarse sensiblemente, en principio de enjuiciamiento de su forma (entiendo: forma de la humanidad; otra lectura: de una forma), forma a travs de la cual se revelan las ideas, a manera de un efecto en el fenmeno. (UK, 74)

    Al final del pargrafo (17) el autor pone ejemplos de la expresin de la mo- ral en lo esttico: bondad de alma, quietud, fortaleza en los rasgos de la figura.

    Queda preparado as el terreno para pasar al cuarto momento, el de la moda- lidad de la belleza, donde Kant se esfuerza por encontrar algn tipo de necesidad para lo bello.

    Contina aqu el tema del segundo momento, el de la universalidad del agrado, que all quedaba resuelto por el libre juego de facultades.

    Ahora se trata de mostrar que, si bien la adhesin al juego libre es tambin li- bre, sin embargo, implica una cierta necesidad. En este contexto trata Kant del sentido comn como condicin de la necesidad de un juicio de gusto.

    El sentido comn esttico (Gemeinsinn) se distingue de la sana razn humana (gemeiner Verstand), ya que el primero se basa en un sentimiento, mientras que la segunda se basa en conceptos. El sentido comn esttico es el efecto del libre juego de nuestra facultades cognoscitivas.

    Kant muestra que ha de poderse suponer un sentido comn porque, si nuestro conocimiento es comunicable, tambin ha de poderse comunicar el estado de

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    nimo producido por la buena proporcin entre las facultades. Pero en el pargrafo siguiente (22) Kant hace la sorprendente aclaracin de que el sentido comn ha de justificar para hacer juicios en los que decimos, no que los dems asentirn, sino que han de asentir (sollerz). Y a continuacin escribe:

    El sentido comn es una mera norma ideal. bajo cuyo presupuesto un juicio que coincidiera con ella, y la complacencia en un objeto expresada en dicho juicio, podna con razn convertirse en regla para todos. Pues, si bien el principio es slo subjetivo, sin embargo, se supone como subjetivo universal (como una idea ne- cesaria para todos), y en lo que se refiere a la unanimidad de todos los que juz- gan, podna exigir una coincidencia objetiva, general, por as decirlo, con tal de que estuviramos seguros de haber subsumido rectamente bajo l. (UK, 81, pa- rg. 22)

    Kant no se pronuncia ms concretamente sobre el status de dicha norma ideal)) y deja en suspenso la cuestin de si de hecho se da tal sentido comn como principio constitutivo de la posibilidad de la experiencia, o bien un principio su- perior de la razn nos lo convierte solamente en principio regulativo de cara a producir en nosotros un sentido comn para fines superiores)). O sea, deja abierta la cuestin de si el gusto es originario y natural, o solamente la idea de una fa- cultad artificial (kastlich) que todava debe conseguirse, de modo que un juicio de gusto, con su exigencia de asentimiento general, de hecho sera solamente una exigencia de la razn de producir semejante concordia en la manera de sentir (UK, 82, parg. 22).

    Kant est preocupado por la unidad total de las facultades cognoscitivas. Cuando habla de lo bello considera fundamentalmente la relacin entre entendi- miento e imaginacin, con alguna alusin transitoria a la razn.

    En cambio, cuando aborda lo sublime, estas alusiones a la razn se convier- ten en pauta directiva. Ya al principio de la Analtica de lo sublime, dando Kant por sentado que tanto lo bello como lo sublime agradan por s mismos, es- cribe:

    El agrado no est ligado a una sensacin, como en el deleite, ni a un determinado concepto, como en el caso de la complacencia en el bien; y, sin embargo, est re- ferido a conceptos, aunque sin determinacin de cules son stos. En conse- cuencia, el agrado est vinculado a la mera exposicin (representacin) o a la fa- cultad de la misma, a una representacin en la que la facultad de exposicin o imaginacin en una intuicin dada es considerada en concordancia con la facul- tad de los conceptos del entendimiento o de la razn, como promotora de stos. (UK, 87, parg. 23)

    Y un poco ms abajo leemos: De modo que lo bello parece tomarse para la exposicin de un concepto inde- terminado del entendimiento, y lo sublime parece tomarse para la exposicin de un concepto indeterminado de la razn. (Ibid.)

    Sobre lo sublime dice Kant tajantemente que, hablando con propiedad,

  • La con~unicabilidad del juicio esttico en la Crtica dei~ri ic io. Arte y sociedad Enrahonar 19. 1992 / 29

    se refiere tan slo a ideas de la razn; y all el nimo se ve obligado a dejar la sen- sibilidad y ocuparse con ideas que encierran una finalidad ms elexlada. (UK, 89).

    Si lo bello natural guarda una relacin con la finalidad de la naturaleza, lo su- blime, en cambio, se desmarca de tal finalidad y

    hace sensible en nosotros una finalidad totalmente independiente de la natura- leza. (Ibid.)

    Como admirado de su propio proceso de reflexin, Kant comenta:

    Aqu es sorprendente que, aun cuando no tenemos ningn inters por el objeto, es decir, nos resulta indiferente la existencia del mismo, sin embargo, la mera magnitud del objeto, incluso cuando es considerado como informe, pueda llevar consigo un agrado universalmente comunicable, y , por tanto, contiene la con- ciencia de una finalidad subjetiva en el uso de nuestras facultades de conocer. Pero el agrado no se debe al objeto, pues ste puede ser carente de forma, a di- ferencia de lo que sucede en lo bello. donde el juicio reflexionante se siente te- leolgicamente concordante en relacin con el conocimiento en general, sino que se debe a la ampliacin de la imaginacin en s misma.(UK. 93, parg. 25)

    Lo sublime es el despertar de lo suprasensible en nosotros, y

    slo porque se puede pensar, demuestra una facultad del nimo que supera toda medida de los sentidos (UK, 94, final del parg. 25)

    Una misma imaginacin lleva dos tipos de juego libre, uno con el entendi- miento, otro con la razn:

    El juicio esttico, en lo bello, refiere la imaginacin en su libre juego al enten- dimiento para concordar con los conceptos de ste en general (sin determinacin de los mismos); en el aprecio de una cosa como sublime refiere la imaginacin a la razn para concordar con las ideas de sta (sin determinar cules). (UK, 100, parg. 26)

    Dirase que slo en lo bello se da la concordancia de facultades, ya que en lo sublime la imaginacin encuentra dificultades para la exposicin de la idea de la razn, del todo. Pero ese mismo juicio de inadecuacin concuerda con nuestra na- turaleza, en cuanto es una ley para nosotros el esfuerzo hacia las ideas de la razn. Hay, pues, en lo sublime una finalidad subjetiva en medio de la oposicin.

    Si lo bello es una armona sentida de la facultades representativas, lo su- blime es el sentimiento del nimo que se capta a s mismo ms all de lo repre- sentable.

    As, pues, la sublimidad no est encerrada en cosa alguna de la naturaleza, sino en nuestro propio nimo, en cuanto podemos adquirir la conciencia de que somos superiores a la naturaleza dentro de nosotros, y por ello tambin a la naturaleza fuera de nosotros (en cuanto penetra en nosotros). (UK, 110, parg. 28, final)

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    Esto que para Kant es ttulo de gloria, la elevacin de la subjetividad domi- nadora sobre la naturaleza, para Horkheimer y Adorno constituye solamente un polo de la dialctica que desemboca en la humillacin del sujeto.

    No hay ser en el mundo que la ciencia no pueda penetrar, pero lo que la ciencia puede penetrar no es el ser. Segn Kant, el juicio filosfico apunta a lo nuevo, y, sin embargo, no conoce nada nuevo, pues repite siempre lo que la razn ha puesto en el objeto. Pero a este pensamiento ... se le pasa la cuenta: el dominio mundial sobre la naturaleza se vuelve contra el sujeto pensante mismo. Nada queda de l fuera de aqul eternamente igual yo pienso)), que ha de poder acompaar a todas mis representaciones. Sujeto y objeto quedan aniquilados por igual. (Dialektik der Aufilarung, Frankfun, Suhrkamp, 1971, p. 27)

    Con el perfecionamiento de una lgica propia, con la independencia del su- jeto y su distanciamiento del mundo como mero material, surge, en contradiccin con aquella razn comprehensiva, igualmente apropiada al objeto que al sujeto, la ratio formal, desvinculada, cierta de s misma: sta se resiste a la mezcla con el ser y lo remite, como mera naturaleza, a una regin propia, a la que ella misma (la razn) no estara sometida. (((Sobre el concepto de la razn, en So- ciologias, Madrid, Taurus, 1966, p. 201)

    Kant, antes de abandonar el tema de lo sublime, a la vez que reivindica su uni- versalidad, traza un puente entre lo sublime y lo bello. Dice:

    Pero la determinabilidad del sujeto por esta idea (la de la libertad), y, por cierto, de un sujeto que puede encontrar en s obstculos en la sensibilidad, y a la vez su- perioridad sobre la misma por su superacin como modificacin del propio es- tado, es decir, el sentimiento moral, est emparentada con el juicio esttico y con sus condiciones formales en cuanto puede servir para representar la legalidad de la accin por deber a la vez como esttica, y eso sin menoscabo de su pureza. (UK, 113 SS. Nota general sobre la explicacin del juicio esttico reflexio- nante).

    Y en la misma nota citada dice tambin Kant:

    Esta aspiracin y el sentimiento de que la idea es inaccesible a travs de la ima- ginacin, constituye a su vez una exposicin de la finalidad subjetiva de nuestro nimo en el uso de la imaginacin para su destinacin suprasensible, y nos fuerza a pensar subjetivamente la naturaleza misma en su totalidad como expo- sicin (Darstellung) de algo suprasensible, sin que podamos llevar a efecto esta exposicin objetivamente.

    Pues pronto nos percataremos de que a la naturaleza en el espacio y en el tiempo le falta enteramente lo incondicional y, con ello, la magnitud absoluta, cosa que exige la razn ms comn. Y eso nos recuerda que nosotros tenemos que habrnoslas solamente con una naturaleza como fenmeno, el cual es una mera exposicin (representacin) de una naturaleza en s (que la razn tiene en la idea). (UK, 1 15)

  • La comunicabilidad del juicio esttico en la Cririca del jiticio. Arte y sociedad Enrahonar 19, 1992 1 3 1

    Despus de tratar de lo sublime, Kant pasa a la deduccin (o justificacin) de los juicios estticos puros.

    Lo sublime, que de suyo tiene forma, queda legitimado o justificado por su re- lacin con la facultad de los fines, que es la voluntad. Lo bello natural, en cambio, tiene una forma en el objeto. Pero, ste, estticamente, no es considerado de ma- nera fenomnica, por su relacin con otros objetos, sino por la relacin de su forma con la facultad de los conceptos y la de su exposicin en el nimo (UK, 128, parg. 30)

    En la deduccin del juicio esttico puro Kant vuelve a precisar que se trata del juicio de un sujeto particular sobre un objeto particular. Y ese juicio particular es el que reclama un asentimiento universal. Kant se reafirma tambin en que el jui- cio de gusto se basa en las condiciones formales subjetivas de un juicio en ge- neral, condiciones que, segn sabemos, se cifran en la concordancia de las fa- cultades cognoscitivas. Sin nimo de ser tan reiterativos como Kant, recordemos lo dicho antes mediante un texto muy detallado.

    Puesto que aqu no est como base ningn concepto del objeto, el juicio slo puede consistir en subsumir la imaginacin misma (en una representacin por la que es dado un objeto) bajo la condicin de que el entendimiento en general lle- gue de la intuicin a los conceptos. Es decir, teniendo en cuenta que, porque la imaginacin esquematiza sin concepto, se mantiene la libertad de la misma, el juicio de gusto tiene que descansar en una mera sensacin (sentimiento) de la imaginacin en su libertad y del entendimiento en su regularidad, que se vivifi- can recprocamente, o sea, tiene que descansar en un sentimiento, el cual permite juzgar el objeto segn la finalidad de la representacin (por la que es dado un ob- jeto) de cara a fomentar las facultades cognoscitivas en su juego libre. (UK, 137, parg. 35)

    La deduccin de los juicios estticos desemboca nuevamente en el tema del sentido comn. Ahora Kant entiende por sentido comn un sentido comuni- tario, o sea,

    una capacidad de juzgar que en su reflexin toma en consideracin la manera de representar de cualquier otro en el pensamiento (a pnon), para que, por as de- cirlo, su juicio se atenga a toda la razn humana, evitando la ilusin que surge de que las condiciones privadas repercutan en el juicio. Sucede esto en cuanto nos atenemos a los posibles (no precisamente reales) juicios de otros y nos ponemos en el lugar de todos los otros. (UK, 144 SS., parg. 40)

    Kant toma de la sana razn humana tres principios para esclarecer de algn modo los principios del juicio:

    Pensar por s mismo Ponerse en el lugar de cualquier otro Ser siempre consecuente consigo mismo

  • 32 1 Enrahonar 19, 1992 Ral Gabs

    Y establece un paralelismo entre estos tres principios y las facultades del hombre:

    Entendimiento ..... Pensar por s mismo Juicio ................... Ponerse en el lugar de los otros Razn ................... Ser consecuente consigo mismo.

    En sentido estricto, el sentido comn corresponde al gusto. Y Kant lo de- nomina seizsus coinrnunis aestheticus, a diferencia de la sana razn humana, que es sensus cornrnurzis logicus. Por sentido comn esttico entiende el efecto de la mera reflexin sobre el nimo. Esto es lo que hace universalmente comunicable nuestro sentimiento ante una representacin dada sin mediacin de un con- cepto.

    Slo donde la imaginacin en su libertad despierta el entendimiento, y ste, sin conceptos, pone la imaginacin en un juego regular, la representacin, se comu- nica la representacin no como pensamiento, sino como un sentimiento interno de un estado final. El gusto es, pues, la facultad de juzgar a priori la comunica- bilidad de los sentimientos que estn unidos con una representacin dada (sin mediacin de un concepto). (UK, 147, parg. 49, final)

    Hans Vaihinger (Die Philosophie Als ob, Hamburgo, Meiner, 1986, p. 671, nota 1) dice que la idea de un sentimiento comn esttico implica la idea de una conciencia esttica en general, que conduce al estrato suprasensible de la hu- manidad, paralelamente con la conciencia lgica en general y la conciencia moral en general.

    En el paragrfo 41, bajo el ttulo: Sobre el inters emprico en lo bello, Kant hace una referencia a la funcin social de la belleza.

    Dice all:

    Si la sociabilidad es natural al hombre, pertenece a lo humano (Humnnitt) .... tambin el gusto habr de considerarse como una facultad de juzgar todo aque- llo por lo que puede comunicarse (algo), incluso un sentimiento, a cualquier otro, por tanto, como medio de fomentar lo que exige una inclinacin natural. [. . .] Y cada uno espera y exige que se tome en consideracin la comunicacin general de cada uno, como si se tratara de un contrato originario que ha sido dictado por la humanidad misma. (UK, 148, parg. 41)

    Para Kant, en la cumbre de la civilizacin, las sensaciones (las maneras de sentir) tienen valor en tanto pueden comunicarse universalmente.

    Pero l abandona pronto este mbito emprico, para volver al que propiamente le interesa, el apriorstico. Y en este retorno a lo apriorstico escribe la significa- tiva frase:

    Si tambin en este mbito (del a pnori) se descubriera un inters ligado con el gusto, entonces el gusto descubrira una transicin de la facultad de juzgar desde el disfrute sensible a la ley moral. El gusto pasara a ser pronto el medio de la ca-

  • La comunicabilidad del juicio esttico en la Critica del juic~o. Arre y sociedad Enrahonar 19, 1992 133

    dena de las facultades humanas a priori, de las cuales debe depender toda legis- lacin. (UK, 149, parg. 41)

    La frase citada encuentra su desarrollo en el pargrafo siguiente (42), titu- lado:Sobre el inters intelectual en lo bello, donde la cuestin se centra en si hay un paralelismo entre el sentimiento esttico y el moral. Concede Kant que no siempre los artistas son los mejores ejemplares de moralidad. Pero no duda en es- tablecer un parentesco entre el sentimiento moral y la captacin de lo bello en la naturaleza. El escribe:

    Quien en solitario considera la bella forma de una flor, de un pjaro, etc. para ad- mirarla y amarla ... tiene un inters inmediato y, por cierto, intelectual, por la be- lleza de la naturaleza. No slo le agrada el producto segn la forma, sino tambin en su existencia (sin mezcla de estmulo sensible o de fin). (KU, 150 SS. pa- rg. 42)

    Es una consecuencia de esto la decepcin que experimentamos al advertir, en ocasiones, que no se trata de flores naturales, sino artificiales.

    Cuando nos gua el inters intelectual por lo bello, la intuicin y la reflexin han de ir acompaadas por el pensamiento de que es la naturaleza la que ha pro- ducido el objeto bello. A este respecto Kant dice:

    Tenemos una facultad del juicio esttico puro (sin inters) ... Pero tenemos tam- bin la facultad de un juicio intelectual determinar a prion una complacen- cia en meras formas de mximas prcticas ...

    Puesto que la razn est interesada en que las ideas tengan realidad obje- tiva, es decir, en que la naturaleza muestre por lo menos una huella o d una se- al de que contiene en s un fundamento para suponer una concordancia legal de sus productos con nuestra complacencia independiente de todo inters, en consecuencia, la razn debe tomar inters en toda manifestacin en la natura- leza de una concordancia semejante a ella. Por eso el nimo no puede pensar sobre la belleza de la naturaleza, sin encontrarse a la vez interesado en ello. (UK, 1.52, la 169)

    Y ms adelante compara lo bello natural a un lenguaje que conduce la na- turaleza hacia nosotros, pareciendo tener un sentido superior.

    4. El arte

    Llama la atencin la brevedad con que Kant trata el tema del arte en la Crtica del Juicio. Esto se explica fcilmente si tenemos en cuenta que el inters de Kant est centrado en lo trascendental, en la subjetividad constituyente. El principio cons- tituyente del juicio es la finalidad, que en la obra queda expuesta bajo su dimen- sin subjetiva (en el juicio esttico) y bajo su dimensin objetiva (juicio teleol- gico). El paradigma donde se dan ambas vertientes son los productos naturales bellos. En el anlisis de la finalidad se pone de manifiesto la estructura de la sub-

  • 34 1 Enrahonar 19, 1992 Ral Gabs

    jetividad esttica, la cual acta tambin en el arte. Ahora bien, el arte no hace sino exponer la subjetividad, o reproducir la naturaleza.

    Tambin el arte hunde sus races en la comunicabilidad. Dice Kant, por ejemplo:

    Arte bello, en cambio, es un modo de representacin que por s mismo es con- forme a fin, y, aunque sin fin, fomenta la cultura de las facultades del nimo para la comunicacin social. (CK, 158, parg. 44, la ed., 179)

    La bella representacin de un objeto propiamente no es ms que la forma de la exposicin de un concepto mediante la cual ste es universalmente comunicado. (UK, 166, parg. 48, 1" ed., 190)

    Puesto que el arte bello es obra del genio, el inters de Kant se centra en el anlisis del mismo. El genio se requiere para la creacin de los objetos bellos.

    En relacin con el genio entra en juego el concepto de espritu, palabra que algunas traducciones usan como equivalente a Gelniit en Kant. l usa Gerniit (nimo) durante toda la obra. Y por primera vez en el pargrafo 49 aparecen con- trastados el nimo (Gemiit) y el espritu (Geist).

    Tratando de las facultades que constituyen el genio habla primeramente del espritu, que, estticamente, es definido como el principio vivificante en el ni- mo. El espritu pone a tono teleolgicamente (finalmente) las fuerzas del nimo, o sea, un juego que se conserva a s mismo. El espritu es, pues, lo unificante y tonificante del nimo.

    Este principio vivificante no es sino la facultad de exposicin de ideas est- ticas. En la trayectoria del hilo que nos conduce, es muy importante el siguiente texto:

    Idea esttica es la representacin de la imaginacin que provoca a pensar mucho, sin que pueda serle adecuado concepto alguno. Esto es lo que corresponde a una idea de la razn, que es un concepto al que ninguna intuicin (representacin de la imaginacin) puede ser adecuada. (UK, 168, parg. 49, l a ed., 193)

    En ese mismo pasaje dice: La imaginacin es muy poderosa en la creacin de una segunda naturaleza. Aqu sentimos la libertad frente a la ley de asociacin; nosotros arreglamos la natura- leza para algo distinto que la supere. Tales representaciones pueden llamarse ideas. Tratan de acercarse a una exposicin de los conceptos de la razn (ideas intelectuales), la cual (la representacin) les d la apariencia de una realidad ob- jetiva.

    Kant aduce como ejemplo de ideas de la razn: cielo, infierno, eternidad, cre- acin, vicios, amor, gloria.

    Kant describe as la funcin creadora de la imaginacin esttica:

  • La comunicabilidad del juicio esttico en la Cririca deiji
  • 36 / Enrahonar 19, 1992 Ral GabQs

    vado). Pero, por otra parte, ha de haber fundamentos del juicio cuya validez no sea meramente privada.

    Kant soluciona la antinomia mostrando que el concepto no es tomado en el mismo sentido en ambas mximas. Para preparar la solucin distingue entre

    ((concepto determinable y concepto indeterminado en s y al mismo tiempo indeterminable.

    Es del primer tipo el concepto del entendimiento, ((determinable* (nota: no dice determinado) por medio de predicados de la intuicin sensible. Y es de la se- gunda clase el concepto trascendental de razn de lo suprasensible, que est en la base de toda aquella intuicin y que no puede ser determinado ulteriormente de manera terica. (UK, 197, parg. 57, la ed., 235; en la primera edicin falta tericamente)

    Establecida esa distincin, vuelve Kant a los dos polos, que antes he llamado jugadores, del juicio esttico. ste, en cuanto privado, habla de una satisfaccin ma (individual). Pero, en tanto reivindica la anuencia de otros, ha de tener como base algn concepto. Ahora bien, dice Kant, se trata de un concepto que no se deja determinar por intuicin, de un concepto mediante el cual no se puede conocer nada, ni obtener ninguna prueba para el juicio del gusto.

    Qu concepto es ste? Kant responde:

    Un concepto as es el mero y puro concepto de razn de lo suprasensible, que est como base del objeto (y tambin del sujeto que juzga) como objeto de los sentidos, o sea, como fenmeno. (UK, 198. parg. 57, la ed., 236)

    Y aade:

    Si no tomramos en consideracin este punto de vista, no podra salvarse la va- lidez universal.

    All mismo escribe:

    El fundamento de determinacin del juicio de gusto quiz est en el concepto de lo que puede considerarse como estrato suprasensible de la humanidad. (Ibid.)

    Si volvemos la mirada a la Crtica de la razn pura, veremos que all lo su- prasensible es aplicado a la cosa en s, pensada a travs del entendimiento puro, la cual constituye un concepto lmite que tiende a limitar la pretensin de la sen- siblidad de ser la nica forma de intuicin.

    Y en la Crtica del juicio (e.c., p. 289, parg. 81; la ed., 374), Kant escribe:

  • La cornunicabilidad del juicio esttico en la Crtica del jilicio. Arte y sociedad Enrahonar 19, 1992 137

    Bajo la teleologa, un producto de la naturaleza es considerado como instrumento de una causa que obra intencionadamente, a cuyos fines la naturaleza est su- bordinada en sus leyes mecnicas. Kuestra razn no comprende la manera de unir ambas causalidades. La idea de la teleologa radica en el sustrato suprasen- sible de la naturaleza, acerca del cual nada podemos determinar afirmativa- mente, slo que es la esencia en s de la que slo conocemos su aparicin (fen- meno).

    En otro pasaje leemos: El mbito de la naturaleza y el concepto de libertad ... estn separados por el abismo que media entre lo suprasensible y los fenmenos. (UK, 33. introducin IX; la ed. LIV)

    En el pargrafo 26 (UK, 100, l." ed., 94) nos dice Kant que la imaginacin no puede resumir el todo absoluto de la naturaleza y que ese todo conduce la natu- raleza a un estrato suprasensible, que est en la base de ella y a la vez en la de nuestra capacidad de pensar.

    Y en la nota 11, despus del pargrafo 57 (UK, 244, l." ed., 244), escribe: La razn exige lo incondicionado, que no puede encontrarse si se considerara que lo sensible pertenece a las cosas en s y si no se subordinara, ms bien, como mera aparicin a algo suprasensible (el sustrato inteligible de la naturaleza fuera de nosotros y en nosotros). (Cf. adems en el mismo sentido Crtica de la razn pura, A 801, B829; A 801, B 829)

    Veamos ahora la solucin de la antinomia del gusto. Segn Kant la tesis de- bena decir: El juicio de gusto no se funda en conceptos determinados; y la ant- tesis: Pero se funda en un concepto, aunque indeterminado (a saber, el del sustrato suprasensible de los fenmenos UK, 199, parg. 57, 1" ed., 237).

    Y este pargrafo termina con las palabras:

    Las antinornias nos fuerzan contra voluntad a ver ms all de lo sensible y bus- car en lo suprasensible el punto de unificacin de todas nuestras facultades a priori; porque no queda ninguna otra salida para hacer concordar la razn en s misma.

    La solucin final del enigma, o , si ustedes prefieren, el desenlace de este drama intelectual se encuentra en la nota 1 que sigue al pargrafo 57 (Solucin de la antinomia del gusto). He de confesar que la traduccin del texto transcrito a continuacin no me ha resultado fcil.

    Cito:

    De acuerdo con esto, el genio puede explicarse tambin por la facultad de ideas estticas. Con ello se indica a la vez la razn de que en los productos del genio sea la naturaleza (del sujeto), y no un fin reflexivo, lo que da la regla al arte (a la produccin de lo bello). En efecto, recordemos que lo bello no debe juzgarse por conceptos, sino por la concordancia final de la imaginacin con la facultad de los

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    conceptos en general. Consecuentemente, a aquella finalidad esttica, pero incondicional en el arte bello, que ha de alzar la pretensin legtima de agradar a cualquiera, no puede servirle de patrn subjetivo de medida una regla o un pre- cepto, sino solamente lo que es mera naturaleza en el sujeto, pero no puede comprenderse bajo reglas o conceptos, a saber, el estrato suprasensible de todas sus facultades (que no alcanza ningn concepto del entendimiento), y, por tanto, aquello en relacin con lo cual lo inteligible de nuestra naturaleza nos ha sea- lado como fin ltimo hacer concordantes todas nuestras facultades cognoscitivas. Y slo as es tambin posible que el arte bello, al que no se le puede prescribir ningn principio objetivo, tenga como base a priori un principio~subjet~vo, y, sin embargo, universalmente vlido. (UK, 202 SS., l a ed., 242)

    N o por cansarles, s ino por mayor precisin, quiero aadir otro texto, que e s concordante con e l anterior, pero pone en primer plano la dimensin moral.

    Digo: lo bello es el smbolo de la moralidad, y slo bajo este aspecto (el de una relacin que es natural a cualquiera, y que atribuye a cualquier otro como deber) agrada con la pretensin de asentimiento de todo otro. Y en ello el nimo es a la vez consciente de un cierto ennoblecimiento y elevacin sobre la mera recepti- vidad de un agrado por estmulos de los sentidos y estima tambin el valor de otros segn una mxima semejante de su juicio. Esto es lo inteligible; y, segn mostraba el pargrafo anterior, hacia ello mira el gusto; para esto, en efecto, con- cuerdan incluso nuestras facultades superiqres de conocimiento ... En esto el jui- cio no se ve sometido a una heteronoma. El mismo da la ley de cara a los obje- tos de un agrado tan puro.. . El juicio se ve referido a lo suprasensible, donde la facultad teortica est ligada en unidad con la prctica en una forma comn y desconocida. (UK, 214, parg. 59, l a ed., 259)

    N o debe pasarnos desapercibido que e l texto citado contiene a l principio la palabra smbolo. Kant contrapone los smbolos d e las ideas a los esquemas d e las categoras, po r m s q u e a veces los smbolos sean l lamados esquemas e n un sentido amplio. En el smbolo la reflexin sobre un objeto intuitivo e s aplicado a un concepto totalmente diferente. L o moral s e refleja e n l o esttico slo simbli- camente, pero s e refleja all; y este reflejo e s constitutivo del gusto, a manera d e una anticipacin d e la unin entre las facultades. Y por la conexin estrecha, aun- q u e n o directa, d e l o esttico con lo moral, s e explica que:

    La propedutica de todo arte bello ... no parece radicar en preceptos, sino en el cultivo de las fuerzas del nimo mediante aquellos conocimientos previos que se llaman humaniora, sin duda porque lo humano significa, por una parte, el senti- miento general de simpata (participacin) y, por otra parte, la facultad de po- derse comunicar en lo ms ntimo (innigst) de manera general; estas cualidades juntas constituyen la sociabilidad (Geselligkeit; 2 7 3' ed. Gliickseligkeit) ade- cuada a la humanidad, por lo cual se distingue sta de la limitacin animal. (UK, 216; la ed., 262, parg. 60, Apndice)

    Slo si la sensibilidad es puesta en concordancia con el sentimiento moral, el gusto autntico puede asumir una determinada forma inmutable. (UK. 127,217, final del parg. 60)

  • La comunicabilidad del juicio esttico en la Crrica del jnicio. Arte y sociedad Enrahonar 19, 1992 139

    Esa analoga simblica ejerce una funcin mediadora entre lo sensible y lo moral. Dice Kant:

    El gusto hace posible la transicin sin salto violento del estmulo sensible al in- ters moral habitual, en cuanto representa la imaginacin tambin en su libertad como final (zwecknzassig) para el entendimiento y ensea a encontrar agrado li- bre en los objetos de los sentidos tambin sin estmulo sensible. (Final del par- grafo 59)

    La esttica de Schiller podra considerarse como una exgesis de esta afir- macin kantiana.

    6. Conclusin

    Con qu frmula puedo unificar los textos citados? Antes de responder pre- gunto de nuevo. Dnde est el Kant que se haba granjeado fama de solipsista?

    El juicio de gusto no slo es comunicable, sino que precisamente la estructura comunicativa constituye su esencia. El gusto mira siempre a la distincin entre privado y pblico. Por tanto, el juicio est a la raz del habla. El habla muestra lo preparado en el enlace del juicio. Sin el juicio de comunicabilidad ni nuestra len- gua ni nuestra gramtica conocerian el silencio y el punto. El enlace del juicio est precedido por la reflexin de que los dems son enlazables en l (por lo menos como norma ideal).

    El juicio esttico es como una conversacin oculta entre las facultades. En este dilogo comparece tambin la idea moral, que, como autonoma de todos en la razn, se simboliza en la concordia de las facultades y las invita a esta concor- dia mediante la formacin del gusto. En lo esttico tambin lo moral entra en el reino de las representaciones. Por eso la esttica tiene un pie en lo terico y otro en lo prctico. En su finalidad sin fin o legalidad sin ley anuncia una universali- dad sin coaccin.

    Est latente en la Crtica del juicio la idea de que la comunicacin se realiza en el medio de la libertad, como una libertad que se abre a otra libertad.

    Para ello la sensibilidad dispersante tiene que elevarse a una forma superior de unidad, que en el fondo es una misma libertad incondicionada, comn a todos (en cuanto suprasensible). De esta fuerza del origen brota lo bello. Lo bello es lo sensible tocado por la libertad.


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