+ All Categories
Home > Documents > La Constitución Como Norma

La Constitución Como Norma

Date post: 02-Jun-2018
Category:
Upload: felipe-avila-moncada
View: 217 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
132
8/10/2019 La Constitución Como Norma http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 1/132  ( 1 1 EDUARDO GARCÍA DE ENTERRIA  Cil ' LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA Y EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL A [iLJ ^  J EDITORIAL CIVITAS, S. A. 1 c I fol Jwt ÍO] ni in
Transcript
Page 1: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 1/132

  (

1

1

EDUARDO GARCÍA DE ENTERRIA

  C i l

'

LA CONSTITUCIÓN

COMO NORMA

Y

EL TRIBUNALCONSTITUCIONAL

A

[iLJ ^

  J

EDITOR IAL CIVITA S, S. A. 1

c

I

fol Jwt

  ÍO]

ni in

Page 2: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 2/132

Primera edición, 1981

Segunda edición, 1982

Tercera edición, 1983

Reimpresiones, 1988, 1991

A mi hijo Javier

No está permitida la reproducción total o parcial de este l ibro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya

sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, ni su prés

tamo, alquiler o cualquier otra forma de cesión de uso del ejemplar , sin el per

miso previo y por escr ito de los t i tulares del Copyright.

Copyr igh t © 1985 , by Eduard o García de En ter r ía

Editor ial Civitas, S. A.

Grúcer , 3. 28017 Madrid (España)

ISBN: 84-7398-203-7

Depósito legal: M. 4.805-1991

Com puesto en A. G. Ferná ndez , S. A. Oudrid , 1 1. 28039 M adrid

Pr in ted in Spain . Impreso en España

por Closas-Orcoyen, S. L. Polígono Igarsa

Paracuel los de Jar ama (Madr id )

Page 3: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 3/132

SUMARIO

Page 4: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 4/132

Prólo go a la terc era ed ic ión 15

Not a a la segu nda ed ic ión 17

Prólogo 19

I

LA C O N STITU C IÓ N C O M O N O R M A JU R ÍD IC A

INTRODUCCIÓN 39

I . La s igni f icación de la Con st i tució n 41

I I .

  Lo s fu n d a m e n t o s d e l v a l o r n o rm a t i v o d e l a C o n s t i t u

ción 49

1 . PRIN CIPIO GENERAL 49

2. LA SUPREMACÍA NORMATIVA DE LA CONSTITUCIÓ N COMO

CREACIÓN DEL CONSTITUCIONALISMO AMERICANO 50

3. LA RECEPCIÓN EUROPEA DEL PRIN CIPIO DE SUPREMACÍA

CONSTITUCIONAL Y SU EXPRESIÓN EN EL SISTEMA AUS-

TRÍACO-KELSENIANO DE JUSTIC IA CONSTITUCIONAL 55

4. LA INTRODUCCIÓN EN ESPAÑA DEL SISTEMA DE JUSTI CIA

CONSTITUCIONAL CONCENTRADA Y SU SINGULARIDAD FRENTE

AL SISTEMA KELSENIANO PURO 59

I I I .  E l v a l o r n o rm a t i v o d e l a C o n s t i t u c i ó n e sp a ñ o l a 6 3

1 . EL PRINCIPIO GENERAL 63

2. EL MONOPOLIO JURISDICCIONA L DEL TRIBU NAL CON STITU

CIONAL SÓLO ALCANZA A LA DECLARACIÓN DE INCONSTITUCIO-

NALIDAD DE LAS LEY ES («MONOPOLIO DE RECHAZO»), NO A

CUALQUIER APLICACIÓN DE LA CON STITUCIÓ N 65

3 .  EL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA CONSTITUC IÓN QUE CO

RRESPONDE EN TODO CASO A TODOS LOS TRIBUNALES 66

4. TODAS LAS NORMAS CONSTITUCIONALES VINCULAN A TODOS

LOS TRIBU NALE S Y SUJETOS PÚBLICOS Y PRIVADOS 68

5. E N CIERTAS MATERIAS LA CON STITUCIÓ N ES DE APLICACIÓN

DIRECTA COMO NORMA DE DECISIÓN DE CUALQUIER CLASE DE •

PROCESOS, POR HABER DEROGADO TODAS LAS LEYES QUE SE

OPONGAN A SU REGULACIÓN ' 7 1

A)  La aplicación directa de la regulación constitu

cional de los derechos fundamentales

  72

a)

  El princ ip io gene ra l 72

b)

  La d e ro g a c i ó n d e t o d a s l a s n o rm a s a n t e r i o -

Page 5: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 5/132

10

SUMARIO

res contrarias  a la  regulación constitucio

  /

<-

nal  de los derechos fundamentales  (74

c El  problema  de la  aplicación directa  de la ^ ^

regulación constitucional  de los  derechos

fundamentales cuando  en  éstos incidan  le-  /

yes posteriores  a la  Constitución  (77

B)

  La

 aplicación directa

  de la

 parte organizatoria

y habilitante  de los poderes constitucionales  ...  79

C)  La  Disposición Derogatoria  de la  Constitución

y

 su

 alcance.

  El

 problema

  de la

 legislación

  pre-

constitucional  de contenido  no directamente  po

lítico  83

a La  Disposición derogatoria  3 y su  interpre

tación inmediata  83

b Las  soluciones a leman a  e  italiana  al  pro

blema  85

c

La  solución española según  las  Sentencias

de 2 de febrero  y 8 de abril  de 1981 del Tri

bunal Constitucional y sus problemas  87

IV .

  El

 principio

  de la

  interpretación conforme

  a la

  Cons

titución de todo el ordenamiento

  95

1. EL  PRINCIPIO  95

2 .  LOS ORÍGENES  Y  LOS FUNDAMENTOS DEL PRINCIPIO  95

3. ALCANCE  Y CONSECUENCIAS DEL PRINC IPI O  97

A)

  Los principios constitucionales  y su  valor

  97

B)  La interpretación  de los principios constitucio-

nales:

  algunos problemas  100

C)

  Consecuencias

  del

 principio

  102

NOTA BIBLIOGRÁFICA  105

II

LA POSICIÓN JURÍDICA DEL TRIBUNAL

CONSTITUCIONAL EN EL SISTEMA ESPAÑOL:

POSIBILIDADES  Y PERSPECTIVAS

INTRODUCCIÓN  121

I.  La  invención norteamericana  de la  «judicial review»

y su papel central en el sistema  123

II .

  El rechazo inicial en  Europa de la justicia constitucio

nal , su reconstrucción en el primer tercio del siglo XX

a través de la obra de KELSEN y el retorno al modelo

norteamericano con datos estructurales  del  sistema

austríaco)  en la  última posguerra; Alemania e  Italia.

  129

III .

  El

 Tribunal Constitucional en

 la

 Constitución española

de 1978 y  sus poderes

  135

SUMARIO 11

1. LA RECEPCIÓN DEL MODELO ALEMÁN, PERO CON MATIZACIO-

NES IMPORTANTES.  LA  AMPLITUD  DE  COMPETENCIAS DEL

TRIBUNAL ESPAÑOL

  ES

  HOY

  LA

 MÁS EXTENSA ENTRE

 LAS

EXISTENTES  ... ..'7 135

2.  LA  COMPETENCIA  DEL  CONTROL  DE  CONSTITUCIONALIDAD

DE  LAS LEYES  137

3.

  LA

  COMPETENCIA

  DE

 RECURSO

  DE

 AMPARO

  DE LOS

 DERE

CHOS FUNDAMENTALES.  LA  JUSTIFICACIÓN  DE LA ATRIBU

CIÓN  AL  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL  DE LA  PROTECCIÓN

DE  LOS DERECHOS FUNDAMENTALES  EN LA  CONDICIÓN DE

«VALOR SUPERIOR»  DE ÉSTOS. EX CURSUS SOBRE  LA DOC

TRINA JURISPRUDENCIAL NOSTEAMERICANA SOBRE LA «PRE-

FERRED

  POSITION»  DE  LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. LA

TUTELA

  DEL

 DERECHO

  «DE

 CONFORMIDAD

  CON EL

 CONTE

NIDO   CONSTITUCIONALMENTE DECLARADO» COMO  UNA TU-

TELA DE LA C O N S T I T U C I Ó N ;  EL  PROBLEMA  DE LAS  LEYES

ATENTATORIAS

 A ESE

 CONTENIDO

 EN EL

 RECURSO

  DE

 AM-

  ^-

PARO  ( í í T

4 .  LA COMPETENCIA DE LOS CONFLICTOS CONSTITUCIONALES; 

EN

  PARTICULAR,  EL  CONFLICTO  POR VIA IMPUGNATORIA

DEL  ARTÍCULO

  161,2 DE LA

  CONSTITUCIÓN

  Y SUS

 PRO

BLEMAS

  149

5 .

  EL  CONTROL PREVENTIVO  DE LA  CONSTITUCIONALIDAD DE

TRATADOS INTERNACIONALES  Y  PROYECTOS  DE ESTATUTOS

DE  AUTONOMÍA  Y DE LEYES ORGÁNICAS  153

Las posibilidades y los riesgos de la  justicia constitu

cional

  157

1. LAS OBJECIONES TRADICIONALES  A LA  JUSTICI A CONSTI

TUCIONAL

  157

2.  LA CRÍTICA CONSERVADORA: CARL  SCHMITT Y LA DES

TRUCCIÓN  DEL  SISTEMA  DE  WEIMAR  EN  NOMBRE  DE LA

DEFENSA  DE LA CONSTITUCIÓN  159

3.

  LA

  CRÍTICA RADICAL: JACOBINISMO

  Y

 COMUNISMO

  163

4.  LAS CRÍTICAS  AL  «ACTIVISMO JUDIC IAL»  EN  ESTADOS

UNIDOS  Y EN FRANCIA  167

La respuesta  a las objecione s formuladas contra la^-—>

justicia constitucional

  ( 175

1. LA  JUSTICI A CONSTITUCIONAL PARTE  DE LA  CONSIDERA

CIÓN

  DE LA

  CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA;

  LOS

CONFLICTOS CONSTITUCIONALES  SON CONFLICTOS POLÍTI-,

eos, PERO  SE  DECIDEN JURÍDICAMENTE  175

2.

  LA

  CONSIDERACIÓN

  DE

 LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS

 DE

LAS DECISIONES JURÍDICO-CONSTITUCIONALES.  LA  TESIS

DE

  OTTO

 BACHOF

  179

3 .  LA

 EXPERIENCIA

  DE

 LOS TRIBUNALES CONSTITUCIONALES.

SÓLO

  SON

 ACEPTADOS

  SI SUS

 DECISIONES ESTÁN JURÍDI-

Page 6: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 6/132

12

SUMARIO

CAMENTE JUSTIFICADAS;  LA INSTRUMENTALIZACIÓN PAR

TIDISTA DE LA

C O N S T I T U C I Ó N

  Y EL

A J U S T E

  DE LOS

C O N

F L I C T O S   MEDIANTE  EL  CAMBIO CONSTITUCIONAL COMO

ÚNICA ALTERNATIVA

  A LA

JUSTICIA CONSTITUCIONAL;

  LA

CONQUISTA  DE UN NUEVO CAMPO PARA  EL DERECHO  Y SU

FUNCIÓN PACIFICADORA;

  LA

JUSTICIA CONSTITUCIONAL

  NI

INTENTA ELIMINAR

  NI

  ELIMINA

  A LA

POLÍTICA; LA RÉPLI

CA AL ARGUMENTO «CONTRAMAYORITARIO»; INS UST ITU IBI-

LIDAD

  DEL

 TRIBUN AL PARA TUTELAR

  LOS

 DERECHOS FUN

DAMENTALES, ESPECIALMENTE AQUELLOS QUE TIENTAN   A LA

MAYORÍA A CERRAR

  EL

 SISTEMA EN

  SU

BENEFICIO

  184

4 .

  E L

V A L O R C U A L I F I C A D O

  DE

I N T E G R A C I Ó N P O L Í T I C A

  Y SO

C I A L

  DE

 LA JUST ICIA CONSTITUCIO NAL; LOS CASOS AMERI

CANO

 Y

ALEMÁN

  192

V I .

  La posic ión jurídica del Tribunal Consti tucional com o

c o mi s i o na do

  del

 poder consti tuyen te p ara

  la

  defensa

de  la  Consti tución; ór gano consti tu cional  y no sobe

rano;

 la

  libertad

  del

 poder c onsti tuyen te p ara rev isar

las interpretaciones consti tucionales del Tribunal

  y el

asentimiento del pueblo como úl t ima fuente

  de

 legiti-

  ~~~

mi da d

  de

 é s te

  197

V I I .

  La

  signi ficación

  del

  Tribunal Consti tucional

  en las

circunstancias españolas

  207

VIII. La cuestión de los cr i ter ios de fondo que fun damen tan

las decis iones  del Tribunal C onsti tucional  209

1 UN TEMA CENTRAL EN LA TEORÍA  DE LA JUSTICIA CONS

TITUCIONAL  209

2.

  LA

TESIS

  DE ELY 210

3. LA

  TESIS

  DE HAEBERLE

  221

4.

  LA

SITUACIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL ES LA MIS

MA DE CUALQUIER JURISDICCIÓN, INTERPRETAR LA NORMA.

CONCEPTOS INDETERMINADOS

  Y

CLÁUSULAS «VAGAS»

  EN

LA CONSTITUCIÓN. «CONCEPTO»

  Y

«CONCEPCIÓN», SEGÚN

DWORKIN. Los  VALORES CONSTITUCIONALES PREVALEN-

T E S EL

  ERROR DE

 LA

T E S I S

  DE SCHMITT Y LA

NORMA

LIDAD

  DE UN

CONTENIDO DUDOSO

  DE LA

NORMA

  EN

TODO

EL PROCESO APLICATIVO

  DEL

 DERECHO.

  LA

TRASCENDEN

CIA

  DE LA

DECISIÓN JURÍDICO-CONSTITUCIONAL

  Y LA

E XI

GENCIA RIGUROSA  DE UNA MOTIVACIÓN,  DE UNA JU S T I F I

CACIÓN

  DE

  ARTESANÍA JURÍDICA

  Y DE LA

CRÍTICA

  EN LA

JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL  222

SUMARIO

III

A p é n d i c e :  UNA APLICACIÓN

LA INCIDENCIA  DE LA CONSTITUCIÓN

SOBRE LA POTESTAD SANCIONATORIA DE LA

ADMINISTRACIÓN: DOS IMPORTANTES

SENTENCIAS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

I. Introducción: La s i tuación preconsti tucional

  de

 nuestro

Derecho Administrativo sancionatorio y la incidencia de

la Consti tución

  ...

I I .

  La

 Sentencia

  de 30 de

 e ne r o

  de

 1981

 y la

  consagración

del principio «non bis  in idem» y de la interdicc ión de

la doble sanción, administrativa y penal , por los mis mos

hechos. La reserva de

 la

 sentencia sobre

 la

 potesta d dis

ciplinaria como «obiter dicta»  y, por  tanto , cuestión

no resuel ta

I I I .

  La

 Sentencia

  de 8 de

 juni o

  de

 1981

 y la

 c o nde na

  de la

imposic ión  de  sanciones administrativas  «de plano»  o

s i n pr o c e d i mi e nto .

  El

  principio

  de

  aplicabilidad

  a las

sanciones administrativas  de los  cri ter ios propios del

orden penal .

  La

 apl icación

  del

 artículo

  24 de la

 Cons

ti tución  a la  actuación adm inistrativa sancionatoria  y

su trascendencia .  La  justi f icación substancia l  de esa

apl icación en

 la

 perspectiva de

 la

 l ibertad del c iudadano

(l ibertad f í s ica  o de actuación l íc i ta , presunción de  ino

c e nc i a ) ;

  el

  «contenido esencia l»

  del

 artícu lo 24.

 La su-

perioridad  de los  derechos fun damen tales sobre los

priv i leg ios administrativos y  sus posibles consecuencias .

IV. Conclusión

í ndi c e  de no mbr e s c i ta do s

Page 7: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 7/132

PROLOGO A LA TERCERA EDICIÓN

Esta nueva edición, un tanto sorprendente para mí, tra

tándose de una monografía, no difiere apenas de la anterior.

Sólo he corregido dos datos equivocados (agradezco a los

críticos que así me lo hicieron notar: Víctor

  FAIRÉN,

  Pedro

CRUZ VILLALÓN  y José Manuel  ROMERO MORENO),  referentes,

uno a la caracterización del Tribunal de Garantías constitu

cionales de la República y el otro al efecto normativo di

recto de algunas de nuestras Constituciones del XIX. Ade

más, he recogido la inminente primera reforma de la Ley

Orgánica del Tribunal Constitucional sobre el recurso pre

vio contra leyes orgánica s.

Este libro ha seguido un curso peculiar, que no deja de

asombrarme. La polémica que engendró la primera edición,

y de la que doy cuenta en el Prólogo a la segunda, ha sido

señalada nada menos que como el «gozne entre dos etapas

del Derecho político español»

  (ALZAGA,

  en el Prefacio al

«Comentario colectivo a la Constitución», de Edersa, 1983,

pág. XV), lo que me parece un tanto excesivo. Pero más

curioso es que esa misma polémica haya tenido un cierto

eco en las doctrinas italiana y francesa, en esta última, por

cierto, por la misma razón de intentar liberar al D erecho

Constitucion al del excesivo, y propiam ente letal, abrazo de

la Ciencia Política, y quizás, tam bién, pienso yo, por el pe

queño picante que puede proporcionar la «profanación» de

un viejo y hegemónico, a la vez que excelente, maestro.

Alguno de los politólogos que en España juzgaron, en

  crí

tica poco amena a este libro («Revista de Estudios Políti

cos», n.e., núm . 25), que «desd e un punto de vista jurídico,

todo lo que se nos dice acerca de la Constitución es irrele

vante», «absolutamente irrelevante para la construcción cien

tífica del Derech o constitucional», ha expresad o luego, tras

una espectacular reconversión al juridicismo, que es de

aplaudir, su sorpresa p or la «indudable eficacia práctica» de

Page 8: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 8/132

16

PROLOGO

  A LA

TERCERA EDICIÓN

mi estudio para llevar

  a

  nuestra práctica judicial h acia

  el

valor normativo directo  y  preferente  del  texto supremo,  hoy

ya  no  discutible. Para cualquier jurista,  sin  embargo,  es

más  que  obvio  que son  esos efectos,  y no un  debate abstrac

to sobre  las  esencias sociales  y  políticas,  lo que la  ciencia

jurídica pretende, precisamente.

No tiene mayor interés, como bien  se  comprende,  que

yo entre  en un  «cuerpo  a  cuerpo» dialéctico  con  todos esos

comentarios,  que  estimo como  una  fortuna para este libro

y  que por de  pronto agradezco  muy  sinceramente.

Mi posición,  de  nuevo,  es  coincidente, resulta claro,  con

la

  que

  acaba

  de

  expresar inteligentemente

  el Prof.  ARAGÓN

(en

  la

  obra colectiva «España:

  un

  presente para

  el

  futuro»,

II, 1984, pág. 92): la

  consolidación

  de

  nuestro Estado cons

titucional depende,  en no  pequeña medida,  del  desarrollo

de  la  «cultura jurídica»  a  partir  del  dato primario  de que

la Constitución

  es

  Derecho;

  la

  «constitucionalización

  de

  nues

tro Derecho significa  una  verdadera revolución cultural,  en

cuanto  que  altera, casi radicalmente,  los  presupuestos  gno-

seológicos  de los  juristas españ oles...  Sin  profesionales téc

nicamente preparados para cumplir  con las  exigencias  ju

rídicas  que la  vigencia  de la  Constitución impone,  es muy

difícil  que la  Constitución

  K

valga', es  decir,  que sea una  nor

ma aceptada, respetada  y  apreciada  por los  ciudadanos...

Es probable

  que el

  Derecho

  sea

  sólo

  un

  conocimiento ins

trumental, pero

  no

  debe olvidarse

  que en él la

  técnica tiene

efectos notables sobre

  la

  legitimidad».

Madrid,

  d i c i e mb re

  de 1984

NOTA A LASEGUNDA EDICIÓN

Al agotarse,  en  menos  de un año, la  primera edición  de

esta obra  doy a la imprenta  la  segunda,  sin  introducir ningún

cambio

  en el

  texto.

Ciertamente, muchos eran posibles, sobre todo  por la rela

tiva abundancia  de  doctrina  del  Tribunal Constitucional  con

que vamos contando,  que  hace  ya  imposible hacer Derecho

Constitucional  en  nuestro país  sin el  estudio atento  de sus

Sentencias.

  Por

 cierto,

  que la

 calidad

  y el

  interés

  de

  éstas

  no

ha defraudado

  la

  esperanza

  que

  este libro

  se

  esfuerza

  por

justificar  en  institución  tan  decisiva.

Se

  ha

  añadido

  al

  final

  un

  índice

  de

  autores

  con el

  propó

sito

  de

  facilitar

  la

 consulta

  de las

  fuentes utilizadas.

Agradezco  la acogida  que, en general,  se ha prestado  a  este

libro. También agradezco  la  crítica estricta  a que ha  sido

sometido.  Al  lector interesado  en  esta última remito especial

mente  el  artículo  del Prof.  Pablo

  LUCAS VERDÚ

  en el núm. 13

de  la  «Revista  de  Derecho Político», UNED, marzo  de 1982,

co n  el  título  «El Derecho Constitucional como Derecho Admi

nistrativo.  La  "ideología" constitucional  del Prof.  García  de

Enterría»;  y  también  a mi  réplica,  «El Derecho Constitucional

como Derecho»,  en el  número  15 de la  misma «Revista», sep

tiembre

  de

  1982. Celebro este deb ate,

  que

  versa,

  por

  encima

de alusiones personales menores, sobre cuestiones  de  primer

orden para  la  doctrina jurídica  y aun  para nuestro futuro

político (recuérdese  lo que  digo,  con la  cita  de  KAEGI ,  en pá

gina  163), y del que, por  tanto, acaso quepa esperar alguna

luz.

Madrid , ju l io

  de 1982

Page 9: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 9/132

PROLOGO

La promulgación de la Constitución de 1978 nos ha sumer

gido súbitamente en una temática jurídica completamente

nueva y, a la vez, trascendental, puesto que incide de manera

decisiva, actual o virtualmente, sobre todas y cada una de las

ramas del ordenamiento, aun de aquéllas más aparentemente

alejadas de los temas políticos de base.

Es esa novedad, y ese reto, lo que me ha impulsado a una

reflexión sobre algunas cuestiones fundamentales del Derecho

Constitucional, que es la que ofrezco en este libro.

I

Quizás deba una explicación de porqué, sin ser un cons-

titucionalista profesiona l, me he creído justificado para en

trar en esta materia.

La explicación más simple es la de decir que he sido im

pulsado a ello por estricta necesidad técnica en el manejo del

Derecho Administrativo. No es posible en el plano técnico,

simplemente, manejar el ordenamiento, aun para resolver un

problema menor, sin considerar a dicho ordenamiento como

una unidad y, por tanto, sin la referencia constante a la Cons

titución, cabeza y clave del mismo. No tendría sentido posible

pretender que los administrativistas debiéramos detener nues

tro análisis normativo en el plano de las leyes (o quizás en el

de los Reglamentos), sin poder ascender al plano superior nor

mativo, y ello porque el ordenamiento es un todo y el

  deus

ex m ach ina

  de ese todo unitario es, justamen te, la C onstitu

ción.

Luego veremos que la Constitución es el contexto necesario

de todas las leyes y de todas las normas y que, por consiguien

te ,

  sin considerarla expresamente no puede siquiera interpre-

Page 10: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 10/132

20

PROLOGO

tarse el precepto más simple, según el artículo 3.° del Código

Civil («las normas se interpretarán según el sentido propio de

sus palabras,  en re lac ión con e l contexto») ,  pero ello es espe

cialmente cierto en el campo del Derecho Administrativo, don^

de han de articularse siempre poderes públicos y derechos

privados, articulación que es el tema primario de la Constitu

ción. Por ello ha podido decirse

  (WERNER)

  que el Derecho Ad

ministrativo es Derecho Constitucional concretizado, llevado a

su aplicación última.

Acaso el trabajo qu e he incorporado como Apéndice, y que

presento en el sistema del libro como una simple aplicación

de los conceptos mayores que se manejan en el cuerpo de

éste, pueda ilustrar, sin necesidad de mayores desarrollos, con

el ejemplo de un caso concreto, ese inmediato valor de la

Constitución para configurar los núcleos institucionales bási

cos del Derecho Administrativo.

He de añadir, aunque resulte un tanto obvio, que al teo

rizar temas de Derecho Constitucional tampoco entiendo que

estoy incurriendo en intrusismo sobre campos ajenos.

Explicar esto un poco puede parecer algo ridículo, pero

hemos llegado a un punto en que quizás resulte preciso ha

cerlo.

Las especializaciones lo son siempre

  s ecundum qu id ,

  y más

aún las especializaciones basadas en denominaciones acadé

micas más o menos convencionales, cuyos límites rara vez lo

so n

  in re

  y, menos aún, alcanzan a delimitar en sus cultiva

dores circunvoluciones cerebrales con precisión anatómica.

Ello es especialmente claro en el caso del Derecho Adminis

trativo y del Derecho Co nstitucional, por lo demás.

Es un hecho, por de pronto, que en todo el mundo occi

dental ambas ramas jurídicas se conciben en unidad indisolu

ble, la unidad del Derecho del Estado, correlato de la realidad

unitaria de éste mismo, y, consecuentemente, se cultivan y

desarrollan incluso por las mismas personas. Así, en Francia

HAURIOU, DUGUIT, JEZE, VEDEL, RIVERO;

  o en Alemania, donde

una disciplina puente, el

  S t aa t s r ech t ,

  facilita el intercambio

continuo (recordemos, por ejemplo, sin necesidad de citar

otros nombres históricos, que el autor del  Saa t s r ech t  hoy más

relevante en la literatura alemana, Klaus

  STERN,

  hizo su

  Habi-

PROLOGO

21

l i ta t ionsschr i f t

  sobre Derecho Administrativo de la electrici

dad, o que Theodor  MAUNZ,  autor del manual más difundido

en la misma materia y cabeza del más autorizado de los Co

mentarios constitucionales, es también un administrativista de

origen y que nunca ha dejado de serlo); o en Inglaterra, donde

es cada vez más común que las obras generales respondan al

epígrafe unitario de

  Const i tu t ional and Adminis t ra t ive Law

(por ejemplo,

  DE SMITH, WADE, PHILL IPS)

  y donde, por cierto,

esa unión inescindible ha llevado a la sustantivación por vez

primera en toda su historia de un genérico

  Publ ic Law,

  título

de la revista más autorizada en la doble materia, y última

mente título también de cátedras universitarias; o en Estados

Unidos, con ejemplos tan definitivos como el de Bernard

SCHWARTZ,

  hoy sin disputa el primer a dministrativista ameri

cano y, a la vez, el último gran comentarista de su Constitu

ción; o, en fin, en Italia, donde también está sustantivada la

disciplina académica del Derecho Público como tronco común.

Quizás convenga resaltar que en ninguno de esos países la

especialización y titulación profesional en Derecho se lleva al

grado final de concreción que es sólito entre nosotros, sino

que se queda en la escala común anterior (Derecho Público),

donde está el núcleo central o perativo de un conjunto de ra

mas que se especializan a continuación por mera división ma

terial del trabajo, pero sin pretender en ningún caso «auto

nomía» científica; y que en aquellos casos, como el italiano,

en que ello no ocurre así y en que los profesores lo son de

disciplinas más especializadas (más aún que entre nosotros),

la permeabilidad entre unas y otras de esas disciplinas que

son especies de un centro institucional básico es total a la

hora de concursos y provisión de plazas. El ejemplo puede

transportarse a todos los países. Pues está perfectamente cla

ro que la superespecialización, entendida como acantonamien

to definitivo, no enriquece ni a la ciencia ni a sus cultiva

dores.

Pero a todo ello se añade en el caso español una circuns

tancia que hace de ese cultivo conjunto algo especialmente

necesario, por que es un hecho que el Derecho Constitucional,

tras haber marchado junto con el Derecho Administrativo has

ta entrado este siglo (por ello sus cultivadores son los mismos

hasta entonces:  COLMEIRO, SANTAMARÍA DE PAREDES , POSADA),  no

Page 11: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 11/132

22

PROLOGO

parece haber extraído luego de su «independencia» posterior

una ganancia de desarrollo y fortaleza. Sin duda, ello se ha

agravado a partir de 1936, hasta el punto de que puede hablar

se de una virtual desaparición del Derecho Constitucional

como ciencia (desaparición que ilustra la tan expresiva reten

ción del tratado de

  PÉREZ SERRANO,

  escrito en la guerra civil y

que permanece inédito ha sta 1976), por razones sobre las que

quizás convenga reflexionar.

La desaparición en España del Derecho Constitucional (de

«eclipse» habla

  RUBIO LLÓRENTE

  en la Nota Preliminar a la

traducción española del  Derecho pol í t ico  de E.  S T E I N ,  1973,

nota sumamente aguda y que puede señalarse ella misma, por

cierto,  como el comienzo del fin de dicho eclipse) tiene razo

nes bastante conocidas, pero que acaso convenga explicitar.

Por una parte, es claro que el régimen político instaurado a

raíz de la guerra civil no permitía fácilmente una explicación

técnico-jurídica, al concretarse en una

  G r u n d n o r m

  elemental,

la asunción de «todos los poderes del Estado» por una sola

persona, norma fundamental que permaneció incólume hasta

el final, aunque se complicase progresivamente con otros me

canismos. Estos mecanismos, convencionales, instrumentaliza-

dos,

  frágiles cuanto se quiera, demostraron, sin embargo, de

manera espectacular su posibilidad de ser objetivados al ser

ellos precisamente los que permitieron organizar la operación

de cambio político como operación amparada en determinadas

técnicas juríd icas. Es un hecho, no obstante, que el silencio

casi general de los juristas para explicar el sistema, silencio

que fue suplido por una literatura panegírica de tipo político

(y que se canalizó hacia la enseñanza de «Formación política»,

un adoctrinamiento y no una ciencia, aunque se dispensó

como asignatura independiente incluso en las mismas Facul

tades de Derecho), fue, en definitiva, una opinión, y una opi

nión que, no obstante manifestarse de forma tácita, fue suma

mente expresiva, la de que dicho sistema difícilmente admitía

en cuanto a sus principios una explicación desde el Derecho,

aunque hacia el Derecho concluyese po r transmitir inevitables

consecuencias (las más obvias, por ejemplo, las referentes a

la teoría de las fuentes del Derecho, que hasta que los admi-

nistrativistas sistematizaron y ordenaron había quedado tam

bién relegada al terreno de facto; así, varias Sentencias del

PROLOGO

23

Tribunal Supremo, aun hasta 1959, daban a las Ordenes minis

teriales el mismo valor que a las Leyes desde la perspectiva

del neto predominio del Ejecutivo). Por lo demás, no puede

dejar de advertirse que en las circunstancias concretas, que

impedían la posibilidad de expresar juicios plenamente libres,

ese silencio tuvo un valor ético que es justo reconocer ahora.

Pero,

  en segundo término, con esa singular situación

  polí

tica, decisiva pa ra los iuspublicistas españo les, vino a coinci

dir cronológicamente una circunstancia científica que, aunque

menos visible que el anterior factor, ha tenido en la práctica

no menor importancia para provocar ese famoso eclipse del

Derecho Constitucional, la circunstancia de una recepción aeri

fica del juicio global condenatorio sobre los mecanismos  jurí

dicos del parlamentarismo liberal y, a la vez, sobre la signifi

cación y el método de sus grandes juristas representativos.

Sobre esta curiosa historia acaso no sea ocioso detenerse un

momento.

La crisis socia l y política de los años treinta dio lugar a

una puesta en cuestión bastante generalizada de la justifica

ción y la eficacia de la democracia burguesa liberal, corriente

de opinión que fue una de las que alimentaron directamente

el fascismo (y, paralelamente, también entre las que determi

naron la fascinación comunista de un sector importante de la

intelectualidad de occidente). Son innecesarias las precisiones

sobre esto, por bien conocidas. En el plano del Derecho Pú

blico un nombre personificó esa posición de manera relevante,

el de Cari

  SCHMITT,

  que hizo de la crítica al sistema de Wei-mar y a la Escuela clásica de Derecho Público cuyos represen

tantes vivieron o precedieron a dicho sistema uno de los temas

centrales d e su doctrina.

La recepción de  SCHMITT  vino a coincidir cronológicamente

en España con la instauración del régimen surgido de la gue

rra civil (la traducció n de su

  Teor ía de la Const i tución,

  por

Francisco

  AYALA,

  se hizo precozmente respecto a los demás

países europeos, en 1934; iniciada la guerra civil, será Javier

CONDE  quien enfatice la importancia de este autor e intente

partir de su doctrina para recomponer científicamente el De

recho Político que la solución de la guerra hizo naufragar;

sobre lo cual volveremos más adelante).

Page 12: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 12/132

24 PROLOGO

La calidad de Cari

  SCHMITT

  en inteligencia y en brillantez,

incluso su calidad misma de excepcional jurista, están fuera

de toda duda, pero es el caso que de él procede una desvalori

zación en bloque y radical de todo el sistema estructural de

lo que él llamó el «Estado burgués de Derecho», burgués como

nota deprecatoria no desde la perspectiva del pueblo o del

proletariado y en el sentido marxista, sino desde la perspec

tiva de un poder exento y abstracto («lo mejor del mundo es

una orden»:

  Das Beste der Welt ist ein Befehl)

  titularizado en

aristócratas del mando, según el dogma de «la Revolución

Conservadora» estudiada por Armin

  MOHLER,

  y, luego, cuando

H I T L E R

  aparece en el horizonte, en supuestos héroes, órganos

mágicos del pueblo entero.

  SCHMITT

  odia

  —

la palabra no es

excesiva

  en particular el parlamentarismo, que sustituye

estérilmente la decisión por la discusión, la orden por el

debate sin fin, tras de cuya supuesta racionalidad se ocultarían

poderes indirectos efectivos y malignos.  SCHMITT  aplicó aquí

coherentemente su propia doctrina sobre el concepto de lo

político como un a pugna existencial contra el enemigo, al que

se intenta aniquilar, enemigo que para él, hombre declarada

mente de lucha política, es en primer término el sistema de

Weimar como tal (en el título mismo de uno de sus libros

relevantes lo confiesa:

  Posi t ionen und Begr i f fe im Kampf mi t

Weimar-Genf-Versailles, 1923-1929,  Hamburg, 1940: posiciones

y conceptos en lucha con Weimar, Ginebra

  —

Sociedad de Na

ciones

  y  \tratado  de] Versalles), el esquema estructural del

constitucionalismo liberal en bloque, que él ayuda decisiva

mente a desmontar con doctrinas apasionadas y falaces, de

las que en el texto se hará luego alguna mención. La crítica

schmittiniana a la democracia liberal ha sido un ejemplo pa

tente de «demonización» del adversario, d esde la parcialidad y

la pasión.

Es sorprendente que pasase aquí inadvertido el espec

tacular

  r ev i r em en t

  de

  SCHMITT

  inmediatamente antes del fin

de la segunda guerra mundial, expresado sobre todo en un li-

brito magistral,

  Die Lage der europ áische n Rechtsw issens-

chaft ,

  publicado por vez primera en 1950, Internationalen Uni-

versitdts-Verlag, Tübingen, pero expuesto ya en lengua espa

ñola en Madrid y Barcelona en 1944

  —

lo que mereció un

«Glosario» de Eugenio  d'ORS—,  según nos cuenta el propio

PROLOGO

25

SCHMITT  en la reedición incluida en los

  Verfassungsrecht l iche

Aufsátze aus den Jahren 1924-1954,

  Berlín, 1958, pág. 426 . El

trabajo es una rehabilitación en toda regla del método

  jurí

dico,  significado especialmente en  SAVIGNY,  de quien intenta

recuperarse nada menos que la idea, realmente excesiva hasta

para los juristas más entusiastas, de que la última fuente del

Derecho es la ciencia jurídica

  —

la ciencia que él intentó des

truir antes en el Derecho Pú blico para oponerla el mando

desnudo.

El influjo del primer  SCHMITT,  declarado o latente, dejó en

nuestros profesores de Derecho Político casi hasta el mom en

to mismo del cambio de régimen, en que se hizo patente que

había que pensar en hacer una nueva Constitución, la idea

larvada de que el Derecho Constitucional tradicional había

hecho crisis definitiva y de que sus juristas represen tativos,

aquellos con los que

  SCHMITT

  ejercitó su crítica acerba, mues

tra de lo que se identifica, sin grandes precisiones, con el

«formalismo» y el «positivismo», carecían de toda entidad para

ser siquiera estudiados con alguna atención. Podríamos fácil

mente llenar de citas en esa línea este Prólogo, pero la simple

aportación de las mismas podría tener hoy un cierto tono iró

nico e irrespetuoso, que no está en absoluto en nuestro ánimo.

Sobre esa premisa, explícita o implícita, se fundamenta el

distinto cuadro de opciones de nuestros autores. Unos se van

hacia la filosofía política y social o la antropología, otros hacia

la historia (de las ideas o de las formas o estructuras  polí

ticas),  otros hacia la sociología, otros hacia la ciencia política

en el sentido behaviorista o positivista (el término es aquí mu

cho más oportuno que en su aplicación anterior), otros hacia

un vago culturalismo más o menos general. Esas opciones y

cualquiera de ellas, como m era opción personal, es plenamen

te respetable, por supuesto; esto es: es perfectamente expli

cable que a hombres inteligentes no les guste el Derecho y de

cidan orientar su dedicación hacia otros campos que ellos esti

man más estimulantes. Es un hecho que la cultura española

ha ganado con ello excelentes historiadores, magníficos soció

logos, agudos filósofos sociales, politólogos concienzudos, to

dos con pleno dominio de sus técnicas respectivas. Ahora

bien, dicha opción en cuanto opción epistemológica, o en

otros términos, como alternativa a la crisis, real o supuesta,

Page 13: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 13/132

26 PROLOGO

de un cierto sistema jurídico y de una cierta doctrina jurídica,

es algo que carece de todo sentido. Sería lo mismo que un

mercantilista que estimando inadaptada a la situación econó

mica actual la regulación de las quiebras o de la sociedad

anónima (una hipótesis bastante real, por cierto) propusiera

sustituir el estudio de esa regulación por el estudio de la teo

ría económica; o un penalista que intentase sustituir la preci

sión técnica de un capítulo insuficiente (como hay tantos) d el

Código Penal por una investigación positiva d e criminología.

Esas disciplinas «materiales» y no «normativas» tendrán el

interés que tengan, que es mucho, sin ninguna duda; su cono

cimiento tendrá interés instrumental para el jurista, también

sin duda; pero en ningún caso pueden pretender sustituir con

sus conceptos, más o menos afinados, certeros y gratificantes,

a los conceptos propios del Derecho ni, sobre todo, al inevita

ble funcionalismo social que a éste, y a él solo, toca cumplir.

El Derecho como realidad y como técnica no es en modo

alguno disoluble por esas otras ciencias, una por una o todas

juntas

  —

con tra lo que tantos pensaron y algunos llegaron a

intentar justificar.

Otra orientación, con la que cabía intentar justificar el

mantenimiento del término de la disciplina, ha sido lo que se

ha llamado el Derecho Constitucional Comparado. En reali

dad, como notó agudamente el agudo Nicolás

  RAMIRO RICO  (El

animal ladino y ot ros es tudios pol í t icos ,

  1981, pág. 115) y co

rrobora también otro espíritu fino,  R.  FERNÁNDEZ CARVAJAL  (El

lugar de la Ciencia polít ica,

  1981, pág. 381), más que an te un

refinamiento de los métodos del Derecho Comparado se ha

tratado de lo que los anglosajones llaman

  Comparat ive Pol i -

t ics,

  que es un análisis estructural y descriptivo de sistemas

políticos reales, pero no, salvo en alguna excepción notable,

un estudio jurídico de dichos sistemas y de su funcionamiento

técnico y de la comparación de ese funcionamiento con los

mecanismos jurídicos del sistema propio a los efectos de su

mejor comprensión y afinamiento.

Sobre la influencia originaria de la crítica schmittiniana, ya

aludida, vino a incidir más tarde, para concluir prestando

buena co nciencia a toda la operación, el influjo de

  DUVERGER,

en quien se encuentra casi literalmente formulada la misma

falaz alternativa entre ciencias jurídicas y ciencias políticas y

PROLOGO

27

sociales, desde fondos marxistas larvados y un tanto elemen

tales. El excepcional influjo de

  DUVERGER

  en la formación de

los planes de estudios de las Facultades de Derecho francesas

prestó a esta corriente, hoy en total descenso en su país de

origen, por razones que inmediatamente veremos, un último

resplandor de justificación a la «nebulosa enciclopédica»  (FER

NÁNDEZ CARVAJAL)

  o «hidra de muchas cabezas y universal co

modín»  (RAMIRO RICO )  que ha llegado a ser entre nosotros el

Derecho Político. Sin embargo, la formación común de la

«Agregación de Derecho Público y Ciencia Política» ha impe

dido eficazmente en los enseñantes franceses un abandono de

las técnicas jurídicas más rigurosas.

II

Todo eso, repito, tendrá su propia justificación científica,

no lo dudamos en absoluto; pero lo que hay que decir rotun

damente es que esas ciencias diversas, una a una y todas ellas,

carecen de toda relevancia para lo que ha de ser hoy el me

nester primario e ineludible del Derecho Constitucional es

pañol del momento, interpretar la Constitución, orientar su

proceso aplicativo, comprender y dirigir la eficacia normativa

de la misma, que hoy, felizmente, tiene a su servicio una ju

risdicción especializada para ello. La Ciencia jurídica no es

una ciencia política o social más, ni puede intentar manejarse

desde las categorías ordinarias del conocimiento o teoría so

cial o política. Conviene que nuestros eminentes politólogos

y sociólogos no olviden algo tan elemental. Así como antes

notábamos la normal dedicación conjunta de los juristas en

todas las partes a las distintas ramas del Derecho Público, así

debe notarse que no hay hoy ejemplo de científico-políticos o

de sociólogos, o de filósofos, o de historiadores que se dedi

quen, a la vez que a su ciencia respectiva, al menester, teórico

o práctico, de los juristas estrictos. Si en tiempos pasados

pudo haber ejemplos de pensadores que unían en su trabajo

la reflexión sobre los sustratos fundamentales de la sociedad

y del Estado y la artesanía jurídica más precisa, ho y la separa

ción de uno y otro aspecto es definitiva e irreversible, y lo es

porque los métodos respectivos no son sustituibles, rotunda

mente.

Page 14: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 14/132

28 PROLOGO

No lo son ya entre la sociología (o la filosofía) general y

política y el mundo institucional propio del Derecho y del Es

tado.  Sería fácil desarrollar esta tesis, pero no es éste nuestro

tema; baste la remisión a una obra poco sospechosa, por no

propiamente jurídica y por anglosajona, la de M. J. C.

  VILE,

Const i tu t ional i sm and the separa t ion of powers ,  1967, pág. 296

y siguientes. El Derecho será o no para los sociólogos un con

junto de «reglas prescriptivas que influencian la legítima dis

tribución, los tipos y los métodos del control entre los agen

tes públicos» (no son conceptos de cualquiera, sino de Ro-

bert A.

  DAHL,

  extraídos de su importante libro

  A Preface to

D em ocra t i c Theory ,

  Chicago, 1956), pero es evidente que ese

o cualquier otro concepto análogo lo son «desde fuera» del

Derecho mismo y no proporcionan el más mínimo criterio, y

ni siquiera ayuda, para poder manejar técnicamente el aparato

del Derecho, que es precisamente el menester de los juristas.

Pero donde la cesura de métodos es completa y definitiva

es entre la ciencia política o la sociología, como ciencias de

la realidad, y la ciencia jurídica. N o parece que debamos apor

tar demasiada prueba para justificar este aserto, que es ele

mental para cualquier jurista y creo que para los politólogos

de todo el mundo, aunque no parece ser el caso de todos los

españoles (sí, obviamente, de los sociólogos, la madurez de

cuya ciencia les ha liberado ya definitivamente de viejos e

infantiles imperia lismos). Sencillam ente, la ciencia jurídica no

pretende el conocimiento de la realidad social y política (lo

cual es claro, aunque podríamos citar más de un texto español

donde se le reprocha esto como una insuficiencia de los juris

tas);  pretende hacer operativo el mundo de las normas  jurí

dicas, simplemente y hacerlo sirviendo a sus fines propios, y

esto,  que parece tan simple, requiere, sin embargo, un sistema

de razonar completamente diverso del que es propio de las

ciencias de la realidad. La conciencia de esto es ya definitiva,

con los estudios sobre la tópica como forma mental del razo

nar jurídico (vid. Theodor

  V I E H W E G ,  Tóp i ca y Ju r i sp rudenc i a ,

traducción española de

  L.  DÍEZ PICAZO,

  Prólogo de

  E .  GARCÍA

DE ENTERRÍA,  Madrid,

  Taurus, 1964), o de la argumentación

como forma específica de la lógica jurídica (especialmente

PERELMAN,  Logique jur id ique. Nouvel le rhétor ique,

  París, 1976,

y su   Trai te de l ' a rgumenta t ion. La nouvel le rhétor ique,  en co-

PROLOGO

29

laboración con L.

  OLBRECHTS-TYTECA,

  2.

a

  ed., Bruxelles, 1970,

con amplia bibliografía p osterior), o de la hermenéutica como

un método propio edificado sobre la crítica historicista y

fenomenológica (especialmente Hans-Georg  GADAMER,

  W ahr -

he i t und M e thode ,

  4.

a

  ed., Tübingen, 1975, y  trad.  esp. en Sala

manca, 1 977), o, en fin, por no continuar con una enumera

ción que sería fácil, de los análisis últimos desde la Filosofía

del lenguaje y el positivismo lógico (desde el importante libro

de

  DWORKIN,

  Taking r ights ser ious ly ,  Oxford,

  2.

a

  ed., 1978,

hasta las más recientes aportaciones de la notable escuela

escandinava, referencia a las cuales puede verse ampliamen

te en el reciente tomo dirigido por

  A.  AARNIO

  y otros,

  Methó-

do log i e und Erkenn tn i s t heo r i e de r j u r i s t i s chen A rgum en ta

ron . Be i t r áge des In t e rna t i ona l en Sym pos ions «A rgum en ta -

tion in Legal Science» von 10 bis 12 Dez. , 1979, in Helsinki,

editado como «Beiheft 2» por la revista

  Rech t s t heo r i e ,

  Berlín.

1981).

  Para tomar una de las formulaciones de esta última

dirección, recordemos, simplemente, cómo para Aulis  AARNIO

la verdad en el sentido de  POPPER,  como «correspondencia

con los hechos», no es propiamente aplicable a las proposi

ciones científico-jurídicas, las cuales han de contentarse con

el valor final de la «aceptabilidad», valor que, por diferencia

del carácter objetivo que la verdad tiene para el realismo

científico, no ofrece más que un criterio subjetivo; «en la

dogmática jurídica no hay lugar para el concepto de verdad

y en su lugar debemos contentarnos con conceptos

  softer,

más blandos, com o validez y aceptabilidad» (cito por su traba

jo

  Tru th and accep t ab i l i t y o f i n t e rp r e t a t i ve p ropos i t i ons ,

  en

el citado tomo  «M ethodo log i e und Erkenn t sn i s t heo r i e ,  pág. 33

y sigs., que resumen sus importantes libros

  On legal reason-

ing,

  Turku, 1977,

  Legal point of view. Six essays on Legal

Phi losophie ,   Helsinki, 1978, y  Denkweisen der Rechtswissens-

chaft, 1979).

 Estas formulaciones no intentan sino describir el

modo de hacer de los juristas, que vienen actuando así, sin

demasiada conciencia de su hacer, desde que los romanos

pusieron en marcha la ciencia jurídica o ccidental, y que dia

logan y se reconocen entre sí a través de los tiempos, del

espacio y de los sistemas jurídicos

  —

y, por supuesto, y esto

es mucho más fácil, de las distintas disciplinas y especialida

des, como indicamos al comienzo.

Page 15: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 15/132

30

PROLOGO

La solución a la actual deficiencia en España de los Estu

dios de Derecho Constitucional no es, pues, incitar a los poli-

tólogos a ocuparse de esta materia, pues no podrán hacerlo

si no dejan de ser politólogos, precisamente, y adoptan los

modos de pensar de los juristas. Es posible, y fácilmente ima

ginable, que para las alturas olímpicas de la Filosofía política

y social, o para la profundidad de los análisis hoy posibles de

las estructuras sociales, la ciencia jurídica se aparezca con

una modestia irremediable, con sus ajustes argumentativos di

versos y generalmente intuitivos para la captación del

  Ver-

s t ehen ,

  con la tópica como criterio, esto es, con la recondu-

ción de los problemas a «lugares comunes», con la invocación

de autoridades y de tradiciones tanto como de raciocinios,

con todo el cortejo artesanal apenas evolucionado y progre

sado desde hace siglos, aunque, no obstante, eficaz a sus fines

propios. Pero la elección ha de ser neta: o al vado o a la puen

te.

  No es posible abordar p roblemas de técnica jurídica, como

los que hoy exige inexorablemente la puesta en aplicación de

nuestra Constitución, desde la ciencia o la Filosofía políticas;

para determinar el significado efectivo d el artículo 149,3 de

la Constitución, por ejemplo, o el alcance y los límites preci

sos de los derechos fundam entales enunciados en el artícu

lo 20, otro simple ejemplo, son completamente inadecuadas

las técnicas de la sociología electoral (esto incluso para inter

pretar y aplicar el Derecho electoral), o el análisis de los

G rundr i s se

  de

  MARX,

  o la sociología de los partidos políticos o

la Filosofía más profunda y exquisita sobre la autonomía de

la persona. Que todas esas perspectivas influyen e incluso de

terminan la formulación del Derecho positivo, resulta obvio

decirlo; en cuanto función de una sociedad dad a, el Derecho

recibe y sanciona valores materiales que la sociedad le ofrece,

pero lo importante es notar que tales valores, una vez incor

porados a un Derecho positivo determinado, han de jugar en

su aplicación como valores jurídicos estrictamente tales, so

metidos ya a la dinámica propia de las reglas de Derecho, cuya

autonomía (que nada tiene que ver con el famoso «formalis

mo») nadie mínimamente informado puede poner en duda.

La Constitución ha dejado de ser en nuestro sistema, por

ventura, un puro concepto ideal, y es hoy un documento  jurí

dico con un contenido preciso y con unos efectos determina-,

PROLOGO

31

dos sobre los ciudadanos y sobre los jueces. Podrá seguir d is

cutiéndose, naturalmente, cuál es el significado de la Cons

titución, cuál su concepto abstracto, cuáles son las fuerzas

sociales que la sostienen o que la amenazan, de dónde proce

den los valores que proclama, etc. Pero todo eso, que es sin

duda importante y nada desdeñable, no pone a los teóricos

respectivos en la situación del jurista, que ha de esforzarse

en la interpretación de los preceptos constitucionales y en los

medios de hacerlos efectivos como preceptos jurídicos efica

ces.

  Esto exige una especial formación, un hábito en el manejo

del Derecho y de sus instrumentos, cuya substantividad nadie

puede razonablemente poner en duda.

Añadamos que ha sido justamente el desarrollo en Fran

cia, a partir de la reforma constitucional de 1974, de la justi

cia constitucion al, que

  —

co mo intentaremos justificar en este

libro—

  es lo que recupera para la Constitución su efectivo

carácter de norma jurídica, lo que está conduciendo a la re

cuperación misma del Derecho Constitucional como necesaria

mente independiente de la ciencia política, poniendo en crisis

definitiva el «duvergerismo», tan influyente aún entre nos

otros. Citaremos únicamente el reciente trabajo de Louis

FAVOREU,  L 'appor t du Consei l const i tu t ionnel au Droi t publ ic ,

que publica el núm. 13 de la revista

  «Pouvoirs»

  de junio de

1980. Según este autor, en los últimos diez años el Derecho

público francés ha emprendido una mutación tan importante

que de ella deberá hablarse enseguida como de «revolución»

y ello ha sido la obra de la jurisprudencia del Consejo Cons

titucional. Concretamente, ello ha supuesto «una especie de

reunificación del Derecho pú blico». Eso implica que el Dere

cho constitucional se «rejuridiza»; ya no estamos más ante

«un catálogo de recetas políticas de carácter vagamente obli

gatorio en el cual la ciencia política tenía más importancia

que el Derecho. Estamos ante el "Derecho d e la Constitución",

una Constitución cuyos artículos reciben interpretación y apli

cación por parte del juez constitucional». «El objeto del Dere

cho Constitucional se extiende y se retorna así a las fuentes:

ya no es sólo un Derecho "institucional"; es también un Dere

cho "relacional" que, como en los orígenes, incluye las liber

tades y derechos fundamentales, como es el caso de otros

países, tales como Estados Unidos y Alemania Federal.» Lógi-

Page 16: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 16/132

32

PROLOGO

comente, en fin, el Derecho Constitucional vuelve a ser la base

de los otros Derechos, con los que va a mantener de más en

más una relación jerárquica, poco evidente antes, y que va a

llevar a la reunificación del Derecho Público. De lo cuál de

duce que «será necesario reformar la enseñanza del Derecho

Constitucional, sin perjuicio de reforzar la  enseñanza dis t in ta

de la Ciencia política». Tras criticar a la situación existente,

concluye: «todo pasa como si se estuviese en la época de la

III o IV Repúblicas, cuando la Constitución era letra muerta

y el control de constitucionálidad no existía. Ahora bien, es

tiempo de tomar conciencia de que el Derecho Público ante

rior a 1970 va a pasar a ser enseguida el antiguo Derecho Pú

blico y que el estudio de las reglas constitucionales actual

mente en vigor es quizás

  —

si se permite decirlo

  el objeto

esencial del Derecho Co nstitucional». El ataque contra la

orientación duvergeriana {catálogo de recetas políticas, «insti

tuciones políticas» como sucedáneo del Derecho constitucio

nal, etc.) es transpar ente.

Me cubriré yo mismo en esa propuesta explícita de separar

en los planes de estudio franceses el Derecho Constitucional y

la Ciencia política p ara osar repetir lo mismo respecto a los

planes de estudio de las Facultades españolas. Nada justifica,

en efecto, mantener esa «hidra de mil cabezas», y por supuesto

no razones científicas, dada la irreductibilidad de los respec

tivos métodos, sociológico y jurídico. En la práctica esa unión

lo que determina es que no se estudie el Derecho Constitucio

nal, como regla más general, lo cual resulta especialmente

grave en una Facultad de Derecho, en la que viene así a faltar

lo que constituye justamente la base o la clave de bóveda del

sistema jurídico entero. Existen precedentes casi exactos para

efectuar esa necesaria acción divisoria, y es la efectuada hace

años con las asignaturas de Economía y Derecho Financiero,

división que es, por cierto, el origen de la formación y el des

arrollo de esta última disciplina jurídica, hasta entonces des

deñada desde las técnicas materiales de los economistas como

un simple formalismo sin consistencia.

La reciente separación de una «Revista de Derecho Cons

titucional» de la «nebulosa enciclopédica» que venía siendo

la, por lo demás meritoria, «Revista de Estudios Políticos»,parece ser el primer paso de esa imprescindible clarificación.

PR O LO G O

33

/ / /

Me excuso de la exposición precedente, bastante obvia en

general y sólo justificada en las peculiares circunstancias en

que el Derecho Constitucional se encuentra entre nosotros.

Unas palabras más para explicar la génesis de este libro.

El primero de los trabajos que lo componen se elaboró

como m i aportación al estudio colectivo sobre

  La Const i tu

ción española de 1978,

  que dirigimos Alberto  PREDIERI  y yo

mismo con un grupo de estudiosos españoles e italianos (edi

ción española en Editorial Civitas, 1.

a

  edición, 1980;

 2.

a

,

  1981;

edición italiana de Editorial A. Giuffré, 1981). Se trataba de

facilitar con urgencia la puesta en aplicación de una Constitu

ción nacida con explícita vocación normativa y amenazada,

no obstante, con nuestra tradición, no exceptuada nunca des

de los orígenes de la época constitucional misma, que hacía

de los preceptos constitucionales meras normas «programá

ticas», dirigidas como simples recom endaciones no vinculan

tes al legislador y sin efecto propio para los ciudadanos y para

los jueces. Me permito creer que algún efecto para rectificar

esa impresionante tradición ha podido tener mi estudio. En

él he añadido una reflexión crítica sobre la solución que con

posterioridad a su primera publicación ha dado la jurispru

dencia constitucional al tema básico del efecto de la Consti

tución sobre el Derecho vigente en el momento de su publica

ción y sobre la función de los diversos órdenes jurisdicciona

les en la aplicación del efecto derogatorio.

El segundo trabajo ha sido elaborado a lo largo de un cier

to tiempo, lo que ha dado lugar a que en distintas fases d e

su elaboración ha ya sido presentado en diversas conferencias

públicas en 1980 y 1981 (Universidades de Barcelona, Santiago

de Compostela, Oviedo y Bilbao, Ateneo de

  Madrid,

  Jornadas

organizadas por la Dirección General de lo Contencioso del

Estado sobre el Tribunal Constitucional). Su texto, algo reto

cado ahora, ha aparecido en el tomo I de estas Jornadas (Ins

tituto de Estudios Fiscales,

  Madrid,

  1981), y en el número 1 de

«Revista Española de Derecho Constitucional». En él he pues

to a contribución de manera especial las últimas convicciones

que ha decantado en mi ánimo mi ya larga carrera de jurista,

Page 17: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 17/132

34 PROLOGO

buscando la comprensión de una institución absolutamente

revolucionaria para nuestra tradición, a la vez que capital

para nuestro -futuro.

Finalmente, he unido como Apéndice un comentario a dos

Sentencias del Tribunal Constitucional que han conmocionado

las bases de una de las instituciones claves de nuestro Dere

cho Administrativo, la de la potestad sancionatoria de la Ad

ministración. Se publicó inicialmente en el número 29 de

«Revista Española de Derecho Administrativo». Parece claro

que este texto no está en el plano de principios en que se

mueven los otros dos, pero, ello no obstante, me ha parecido

útil su incorporación a este texto común, porque la doctrina

de esas Sentencias y las reflexiones enhebradas a su filo re

sultan ser una aplicación, quizás especialmente ilustrativa,

por singular, de las doctrinas generales de los dos primeros

trabajos. Aparece, en efecto, claro el efecto normativo directo

de la Constitución y también las posibilidades creadoras de

la actuación del Tribunal Constitucional en el afinamiento de

las técnicas de la libertad y en la interpretación de conceptos

constitucionales abiertos. Así el esfuerzo que en el cuerpo del

libro se hace para intentar orientar las aplicaciones jurídicas

de la Constitución hacia el camino de sus mejores posibilida

des, se presenta aquí ilustrado con el pragmatismo de las de

cisiones judiciales ya formalizadas.

En la Constitución de 1978 tiene el vivir de los españoles

una firme esperanza. A todos nos corresponde aportar lo que

podamos para que esa esperanza no se frustre

  —

frustración

que nos arrastraría de nuevo a la tragedia y a la mutilación— .

Como jurista que soy, he creído que este libro podría contri

buir en algo, aun con la modestia que me reconozco, a esa

gran tarea colectiva.

Madrid,  octubre de 1981

I

LA CONSTITUCIÓN

C OMO N OR MA JU R Í D I C A

p

Page 18: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 18/132

SU M A R IO :

INTRODUCCIÓN.

I. LA SIGNIFICACIÓN DE LA CONSTIT UCIÓN.

I I .  LOS FUNDAMENTOS DEL VALOR NORMATIVO DE LA CONS

TITUCIÓN.

  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDA

MENTAL:  1. Principio general. 2. La supremacía

normativa de la Constitución como creación del

constitucionalismo americano.

  3.

  La recepción

europea del principio de supremacía constitucio

nal y su expresión en el sistema austríaco-kelse-

niano de justicia constitucional.

  4.

  La introduc

ción en España del sistema de justicia constitu

cional concentrada y su singularidad frente al

sistema kelseniano puro.

II I. E L VALOR NORMATIVO DE LA CONSTITU CIÓN ESPAÑO

LA:  1.  El principio general. 2. El monopo

lio jurisdiccional del Tribunal Constitucional

sólo alcanza a la declaración de inconstituciona-

lidad de las Leyes («m onopolio de rechazo»), no

a cualquier aplicación de la Constitución.  3.  El

ámbito de aplicación de la Constitución que

corresponde en todo caso a todos los Tribunales.

4.  Todas las normas constitucionales vinculan a

todos los Tribunales y sujetos públicos y priva

dos.

  5.

  En ciertas materias la Constitución esde aplicación directa como norm a de decisión de

cualquier clase de proceso, por haber derogado

todas las Leyes que se opongan a su regulación:

A) La ap l icación d i rec ta de la regulación const i

t u c i o n a l d e l o s d e re c h o s fu n d a me n t a l e s ,  a)  E l

p r i n c i p i o g e n e ra l ,  b)  La derogación de todas las

n o r ma s a n t e r i o re s c o n t ra r i a s a l a - r e g u l a c i ó n

c o n s t i t u c i o n a l d e l o s d e re c h o s fu n d a me n t a l e s .

c)   E l p ro b l e ma d e l a a p l i c a c i ó n d i re c t a d e l a

re g u l a c i ó n c o n s t i t u c i o n a l d e l o s d e re c h o s fu n d a

me n t a l e s c u a n d o e n é s t o s i n c i d a n l e y e s p o s t e

r iore s a la Con st i tución . B) La ap l icac ión di

re c t a d e l a p a r t e o rg a n i z a t o r i a y h a b i l i t a n t e d e

l o s p o d e re s c o n s t i t u c i o n a l e s . C ) La D i sp o s ic i ó n

D e ro g a t o r i a d e l a C o n s t i t u c i ó n y su a l c a n c e . E l

Page 19: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 19/132

SUMARIO

problema de la legislación preconstitucional de

contenido no directamente político,

  a)

  La dispo

sición derogatoria 3 y su interpretac ión inme

diata,

  b)

  Las soluciones alemana e italiana al

problema,

  c)

 La solución española según las Sen

tencias de 2 de febrero y 8 de abril de 1981 del

Tribunal Constitucional y sus problemas.

IV. EL PRINC IPIO DE LA INTERPRETACIÓN CONFORME A

LA CONSTITUCIÓN DE TODO EL ORDENAMIENTO: 1.  El

principio. 2. Los orígenes y los fundamentos del

principio.

  3.

  Alcance y consecuencias del prin

cipio:

  A) Los principios constitucio nales y su

valor. B) La interpretación de los principios

constitucionales: algunos problemas. C) Con

secuencias del principio.

NOTA BIBLIOGRÁFICA.

I n t r o duc c i ó n

La ent rada en vigor de la nueva Const i tución (que se

produjo, según su disposic ión adic ional , e l mismo día de

su publ icación, 29 de dic iembre de 1978) plantea inmedia ta

men te e l prob lema de su valor norm at ivo p ropio .

La t radic ión de nues t ro Derecho Const i tucional , por ra

zones que luego in tentaremos comprender , of rece muy es

casos sopor tes para in tentar solventar esa cues t ión. O , me

jor d icho, of rece un modelo que inmedia tamente se aperc ibe

como inaprovechable a la s i tuación actual , e l modelo que,

por unas u ot ras v ías , conduce a negar a la Const i tución va

lor normat ivo especí f ico fuera del ámbi to de la organización

y las re lac iones de los poderes super iores ; todo lo demás, y

en concre to toda la par te mater ia l de la Const i tución, con

tendr ía sólo pr incipios «programát icos», indicaciones que

sólo en cuanto e l legis lador recogiera l legar ían a encarnarse

en normas jur íd icas verdaderas , las leyes de desarrol lo de

ta les pr incipios , únicas normas apl icables por los Tr ibunales

y vinculantes para los poderes públ icos y para los c iudadanos .

Resul ta c laro qu e la Const i tución d e 1978 in ten ta resuel

tamente hui r de es te modelo y as í , por una par te , declara de

manera expresa que «los c iudadanos y los poderes públ icos

están sujetos a la Constitución» (art . 9.1); por otra parte,

declara «derogadas cuantas disposic iones se opongan a lo

es tablecido en es ta Const i tución» (disposic ión derogator ia 3) ;

además, en su propio texto des taca a lguno de sus contenidos

mater ia les como di rec tamente vinculantes a todos los pode

res públ icos , con tu te la judic ia l inmedia ta , e inc luso refor

zada a t ravés del amparo const i tuc ional (ar t s . 53, apar ta

dos 1 y 2, y 161, ap art ad o 1, b) ; f inalm ente, las leyes tan h an

dejado de ser e l único camino de posi t iv ización facul ta t iva

Page 20: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 20/132

4 0 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

del supuesto «programa» const i tuc ional que e l las mismas se

rán nulas s i cont radicen los preceptos de la Const i tución (ar

tículos 161, ap art ad os 1, a, y 164).

La expl icación de todo es te nuevo valor normat ivo de la

Const i tución nos exigi rá remontarnos a a lgunas cues t ionesde pr incipio . , lo que haremos en la medida indispensable para

hacer pos ible esa expl icación y permi t i rnos operar técnica

mente con esa especie nueva de norma con que se encuentra

ahora nues t ro Derecho (ningún precedente his tór ico puede

se rv i rnos d i r ec t am en te ) , no rm a que e s , adem ás , l a p r im era

ent re todas y la más re levante .

I . La s igni f ic ación de la Co nst i tu ción

Inic ia lmente la Const i tución, cuando surge como un t ipo

de norma en Occidente a finales del siglo

  XVIII

  (sus dos gran

des manifes tac iones son las nor teamer icanas has ta l legar a

la federal d e 1787, aún v igente , y las qu e se suce den t ra s la

Revolución F rance sa) , no es la norma que d ef in s ten u n. ins

t rumento único o codi f icado la es t ructura pol í t ica super ior

de-un. Esta do, s ino, precisam ente , la qu e lo ha£e_jdesde-unos

d e t e r m i n a d o s ^ u p u e s t o s y  con... u i L ^ Í 3 e 5 m i n a d o c o n t e n i d o .

Esos supuestOíTradican en su or igen popular n «imuri i tar io ,

en lo que c laramente se expresa la doct r ina del pacto socia l

y S IL pos tu l ado bás i co j l e l a ^ au too rgan i zac ión com o fuen te

4e legi t imidad deL poder ._y j¿el Derecho ; su contenid o lo in

dica con toda precisión el famoso art . 16 de la Declaración

de der ech os del ho mb re y d el ciudadanQ_d£_ 1289.: «Toda so

c iedad en la cual no es té asegurada la garant ía de los dere-

chos j iL i i e t e rm inada l a s epa rac ión de pode re s no t i ene Cons

t i tuc ión».

Este concepto tan preciso de Const i tución va a sufr i r , no

obsta nte , en Europa^ cont in enta l un fuer te em bate , po r la

derecha y por la izquierda . PórTá"derecha, es la obra de las

M onarqu í a s r e s t au radas q i i e . - s i i pp r ípn^ 4a - -4^ tu r a im pues t a

en todo e l Cont inente por los Ejérc i tos de  NAPOLEÓN^  Es t a s

Mon arquías van a recoger de la id ea c onst i tuc ion al única

mente lo que cont iene de codi f icación- formal del s i s tema

pol í t ico super ior , as í como, s i acaso, a lguna_de_sus conteni -

dosjnenos pel igrosos , de los que pasa a hacer s imple re tór i

ca . Es as í como los Monarcas «otorgan» Car tas Const i tucio-

nales , que t ienen ya poco que ver con la pr imigenia idea de

Const i tución. Es la expres ión del «pr incipio monárquico» que,

en mater ia const i tuc ional , consagra para toda Alemania e l

famoso ar t . 47 ^LA cla_f in aL-á ^ . JCQ ngres o. de_ Viena y_que

Page 21: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 21/132

42 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

dom inó t am bién en t oda l a Europa r e s t au rada . En una s e -

gunda fase querrán las Monarquías res tablecer e l concepto

rnecligyal de pacto entre la Corona yjíl pueBlo, idea que entre

nosot ros tendrá aún su úl t imo representante en Cánovas , y

que ,

  como se comprende, coloca a l Monarca en una s i tuación

prop ia pre- y suprac onst i tuc ional , pues to qu e lo consagra

como r .o-poHer CQn^t i t i iygr¡te

EL-ataque por la izquierda a l concepto or iginar io de Cons

ti tución procede. . .de la izquierda hegeliana y, finalmente, del

marxismo en que és ta desemboca. Con resolución se in tenta

hacer la «reducción» de la norm a const i tuc ional formal a IR

esj ru£tur^_dg. . poder- re a l que la subyace y sop or ta y de la

que_

 aqué l l a no s e r í a m ás qu e un en m asca ram ien to conven

cional . La vía se micia precozmente con e l famoso discurso

ber l inés de 1862 de Perdmantr

  TJASALLE,  Ueber Verfassungs-

wesen;

  la Con&titi

\

cjón^escrita sería una._<<mera hoja de papel»

y lo que c uen ta es la «C nn jtih inó n rpal y,-efectiva»-  (wirklichen

Verfassung),

  expr esión -de las -relaciones—íácticas de pod er,

normalmente s i lenciadas (para proteger las de la pugna pol í

t ica) en el texto legal.  MARX  mismo, ya desde una concep

ción má s gen era l del D erecho como sup eres t ruc tura , j£_ los

marxis tas pos ter iores , ins is t i rán en posic iones análogas , has

ta hoy mismo (d esvalor iza ndo; po r e jem plo; las « l iber tades

formales» y pre tendiendo a tender a las «reales», que una

larga exper iencia muest ra no ser nada s in aquél las , como los

i lus t rados habían supuesto con acier to) .

Esos-dos embaíe&-^Qn^dejc is iyxts^h^sía^^ur i to_de que en

Europa -con t i nen t a l va - a -pe rde r se , , con a lguna excepc ión , e l

sej2tj g_gejnuinQ deXjon¿tiluxúó_n .du ran te casi to do el sig lo x ix

(y en Alemania y Centroeuropa nasTa~19T9~"y' prácticamente

has t a e s t a s egunda pos tgue r r a , com o t am bién en t r e noso t ros ,

t ras e l const i tuc ional ismo or iginar io presente en Cádiz , prác

t icamente has ta la nueva Const i tución) . La teor ía jur íd ica

reflejará ese hecho¿La_ Cxmslilución__deja de ser un a n or ma

cor^ un .or igen y un_contenido deter mina dos . E n consecuen cia

directa, deja también d_e__s^r iiñaT5QCTftA--4Twrwrnhhv-ante los

Tr ibunales , y va a pasar a teor izarse , s implemente , corno

una mera exigencia lógica de la unidad del ordenamiento . El

iuspub l ic ismo a lemán^ e labora do bajo e l s i s tema del pr inci

pio monárquico, que culminará en KBfcSBN^por un lado;

I . LA SIGNIFICACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN 43

San t i  ROMLAHO  por o t ro , operando dent ro de un s is tema

pol í t ico análogo, aunque con supuestos teór icos dis t in tos , y

con él el i i isrj i íbJicisji iQ-italiano por él dominado hasta hoy

mis mo , tecu:izan_.uiia £p iist i tuc ión «en -sentido ma teria l», dis

t inguible de 1»ÁLey const i tuc ional»7en sent ido formal , como

un coj idensado de las reglas sup er i ore s _ de la organización

del que ésta vendría a__d^ejivar___y__£ue, a la vez, expresa la.

unidad del ordenamiento jur íd ico, b ien se ent ienda és te

cómo s ís te j j ia mternorrnat ivo, a l modo kelseniano, b ien como

organización, según la concepción de  R O M A N O .  Aun sin par

t i r n i de la norma ni del ordenamiento , Car i

  S C H M I T T

  viene

a coincidi r , en rea l idad, y no obstante la re tór ica con que

presentó su dis idencia , en una concepción no muy le jana , la

d e

J

Qonst i tución_como decis ión exis tencia l que const i tuye en

un único momento la forma y moda de la ent idad pol í t ica ,

concepto-ante e l cual - tamhién-se . re la t iv iza e l de^«Ley cons

t i tuc ional» ,

  '

Para unos y para ot ros , pues , como resul tado de teor izar

una análoga y determinada s i tuación def ic iente , la^£or is l i t iL-

c ión vendr ían concre tarse en una s implf p ie .7 .a lógim-s is te-

cv^lqjyLÍex_signa-y- xxro tenid %-4 e mo do q ue -la Co nstitu ción

pasa._a._ser,  p u e s ,  un  c oncep to - fo rm a l -y - ab s t r ac to ha s t a e l

ext rem o, posi t iv is ta cons ecue ntem ente , pues to que_p-s "" a pu ra

r£aIklad_£Str i i r tnra l d í i Jhj - f i l

0

, sean cuales sean los valores

mater ia les que exprese . Es ta concepción encuentra quizá su

mejor expres ión en e l concepto de Car i  S C H M I T T :  e J E s t a d o

n o

  tiene

  Cons t i t uc iones Cons t i t uc ión ; t odo y cua lqu i e r Es^ "

t a¿o , obv i am en te .

Hoy esa concepción nos resul ta def ini t ivamente inadmi

sible.

  Hacer e l cent ro de toda const rucción jur ídico pol í t ica

un concep to de Es t ado t an sum am en te abs t r ac to , que com o

H E L L E R  observó cer teramente , const i tuye un verdadenxí_«fan

ta sm a de l pe ns am ien to » implica_jy_olati 1 izar_ los, tem as cap ita

les de la organización pol í t ica , y por de pronto los de la

legi t imidad del poder , su t i tu lar idad, su e jerc ic io y sus l ími

t e s .  E l m i sm o  H E L L E R  notó en 1927 que resul taba «verdade

r am en te no t ab l e que nues t ro s cons t i t uc iona l i s t a s nada s epan

deci r de la proposic ión: e l poder del Estado proviene del

pueblo». Pero es aquí , jus tamente , donde debe radicarse toda

la teor ía de la Const i tución.

Page 22: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 22/132

44 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

LaJdea_deJaX ous t i t uc ión debe s e r r e f e r i da , pa r a no vo l a

t i l izar la en abs t racciones descarnadas e inopera t ivas , a una

cor rien te qu e viene de los siglos^ med ievale s, que se c onc reta

a fines del siglo x yn i y__e_nIeLxix. en. el mo vi mi en to jul^tarñeTF

teJTlaf f iadórconst i tuc ional y que, t ras la segunda guerrá 'mun-

diar~y~^Trá^ ic~ó~Trácáso de los to ta l i tar i smos que en e l la

perecieron, ha vuel to a reanudar su mismo sent ido especí f i

co ,  tanto para los países que entonces recuperaron sus Cons

t i tuc iones , como para aquél los , como es nues t ro caso, que

se han re integrado después a la misma corr iente y para los

demás que aún aspi ran, legí t imamente , a a lcanzar és ta en e l

futuro .

Esa corr iente se^expresa in ic ia lmente en pactos ent re e l

Rey^y e l Reino en orden, precisamente , a l e jerc ic io y a los

l ími te jTcfé l poder (sent ido que t ienen todos los ins t rumentos

const i tuc ionales ingleses has ta e l

  Bill of rights

  de 1688, así

como los de los demás países europeos , ent re los cuales

una buena par te de los que invocó   MARTÍNEZ MARINA  pa r a

jus t i f icar la ra íz nacional de la Const i tución de Cádiz , y

—señaladamente— el proyecto comunero de «Ley Perpetua»,

e s tud i ado m ás r ec i en t em en te po r  MARAVALL),  pero que va

a adquir i r un sesgo completamente nuevo por vi r tud de las

dgcjtnnas_deLpacto social, del iusnaJüJj^iiAniP Jjimtano y de

las^doct r inas i lus t radas a f inales del s ig lo xvm, con los dos

focos ya indicados , nor teamer icano—y"francés .

Tras ese movimiento , lo que se ent iende por ConsütuciólL

(concepto que no han perdido nunca ni los const i tuc ional is -

tas nor teamer icanos ni los suizos y que recuperaron t ras e l

I I Imper io —aunque con la l imi tac ión der ivada del dogma de

la soberanía par lamentar ia— los const i tuc ional is tas f ranceses

y después de es ta ú l t ima guerra los a lemanes) es muy c laro:

eI_rjueblo decide por sí mismo (éste es el famoso comienzo

de l a Cons t i t uc ión^ am er i cana : «¥e ,  the people of the United

States... do ordain and establish this Constitution» :

  noso t ros ,

e l pueblo de los Estados Unidos , ordenamos y es tablecemos

esta Constitución): 1.° Establecer_jjn or«jen polít ico deter-

ni inado, def inido en su es t ructura bás ica y en su función;

2.° Pero, a la vez, en esa estrur. t i ira l ia de participar de ma

ner a , pred om inan te , s i no exclus iva , eL_propio pue blo , de

modo que los e jerc ientes del poder serán agentes y servido-

I. LA SIGNIFIC ACIÓN DE LA CONS TITUCIÓN 45

res del pueblo y no sus propie tar ios , y , por su par te , esas

funciones han de .definirs£_£omq Umitadas, especialmente por

l a conc rec ión de zg j i a^ ^ xe jU a^ ^ ^ ode r j r e^e rvadas^ a l a au to

nomía pr ivad a. , ( l iber tades y derec hos fu ndam enta les) . Él po

der ha de aparecer , pues , como una const rucción de la so-

c i^da¿ . -Q_deLpueblo, const rucción en la cual és te

  RP

  reserva

zqnas^ de l i be r t ad e i n s t r um en to s de pa r t i c i pac ión y con t ro l

efect iyos , de modo que e l poder no pueda pre tender nunca

ser sup^ÍQX--a-4a--SCU¿ejdad

a

__siro sólo su instrumento

No es , por tan to , una-Co nst i tue ión u n Acta, o torgada _por

un soberano personal , n i la eventual imposic ión o has la la

ap robac ión po r l a com un idad de

  ui\Hmperium

  ext rañ o (más

senci l lamente : s in e jerc ic io de lo que

  SIEYES

  l lamó, tecnifi-

cando e l

  contrat social

  rousseauniano, e l «poder const i tuyen

te»,

  s i tuado en e l pueblo , no hay Const i tución) , n i tampoco,

en f i n, un i n s t rum e n to de e s t ruc tu r a po l í ti c a^ bás ica que i n

c luya la def inic ión de unos poderes vi r tuaim^nféJ^soTüIos

o indeterminados , tanto ñor su extens iár i^^^dur^ icJón_cpmo

por no reconocer l ími tes efect ivos ni ámbi tos de l ibre deter

minación y exención en favor de los c iudadanos . No será

tamp oco Const i tución eM n s t ram en to_ie« al que_£?r j iene la

vida socia l como una conces ión del Estado o que pre tenda

que en és te se resuma necesar iamente la v ida personal o co

:

l§c t iva , como el n ivel é t ico super ior , según la concepción

hegel iana hoy vivida por los regímenes del Este . Con razón,

pues , según vemos, y con expl icable pudor , las l lamadas «Le

yes Fundamenta les» f ranquis tas excusaron e l nombre de

Const i tución.

En la Const i tución como ins t rumento jur íd ico ha de ex

presarse , precisamente , e l pr incipio de la autodeterminación^

pol í t ica comuni tar ia , que es presupuesto del carácter or ig i

nar io y no der ivado de la Const i tución, as í como el pr incipio

de la l imi tac ión del poder . N inguno de los dos , y por su

puesto no el últ imo, son accesorios, sinp__esenciales. Sigue

s iendo, pues , vá l ido e l concepto del antes t ranscr i to ar t . 16

de la Declaración de Derechos de 1789, en e l que únicamente

cabr ía m at izar hoy la re la t iv idad del pr incipio de divis ión

de los poderes como técnica opera t iva , s in per juic io de su

val idez genera l en cuanto a sus pr incipios y en cuanto a su

f inal idad, la l imi tac ión del poder de los imperantes , la ga

rant ía de la l iber tad.

r

Page 23: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 23/132

46 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

ELpnncipJo l imi ta t ivo del poder y de def inic ión de zonas

exen t a s  . o  de l ibeftadT individuar es, en efecto, un principio

esencia j_dgl const i tuc ional ismo. Por una par te , porque la l i -

bertad^ es consustanciai_a_ia. .. .. idea m ism ajd el po de r com o re

lac ión ent re hombres ; e l concepto de un poder absoluto o

i l imi tado es in t r ínsecamente cont radic tor io , pues to que nat__

die puede es tar somet ido ín tegramente a o t ro semejante s in

negar su propia esencia humana, s in «cosi f icarse». Todo po

der socia l es , y no puede dejar de ser , s i ha de respetarse a

los hombres sobre los que se e jerce , esencia lmente l imi tado.

Resul ta , por e l lo , imprescindible que en e l momento de fundar

o const i tu i rse .un  p0der-se . -def ina . su   campo propio y , conse

cuentemente , sus l ími tes . Pero, por o t ra par te , esa exigencia

sé robus t ece cuando l a jCpns t i t uc ión s e p r e sen t a com o una

decis ión del pueblo entero , como un «contra to socia l» .

  R O U S

SEAU  observó, como es bien sabido, que se t ra ta de «una

forma de asociación que   defiende y protege con toda la fuerza

común la persona y los bienes de cada asociado  y por la cual

cada uno , unién dose a todos , no obed ece , s in embarg o, .má s

que a s í mismo». Por encima de» expl icaciones dogm át icas ,

es tá e l hecho e lementa l de que laGnmensa mayor ía de quie

nes forman la comunidad decisora serán por fuerza de las

cosas más sens ibles a su s i tuación como ciudadanos , y por

tanto a sus derechos y l iber tades , que la que será propia

de los órganos de gobierno y de las minor ías l lamadas a su

eventual t i tu lar idad. De es te modo, es ta . t££mca--aparcntemen-

le_jormal de la deeis jóajcoie jdiva l ia resul tado indisoluble

m en te v incu l ada a l pensam ien to i u sna tu r a l i s t a m a t e r i a l de

uno s de rechos innato s ó "^ fe"ésta ta les en e l ho mb re , que no

sólo a l Es ta do cu mple "res pet ar s ino tam bién garan t izar y

hace r efect ivos como pr im era de sus fun ciones .

El const i tuc ional ismo nació como vehículo de_esa concep

ción y hay que deci r que cont inúa s iéndolo. Sigue en é l pre-

senté"TáTfadíc íór i individual is ta europea" de Basé re l ig iosa qu e^ ^

desconf í a de l Es t ado com o pos ib l e f uen t e de t r ansg re s ión""

dVTo¥~deTécfios^ deThombre, y que por ello intenta l imitarlo,

f rente a o t ras concepciones his tór icas , hoy reactual izadas en

expl icaciones to ta l i tar ias , para las cuales sólo e l Es tado es

e l d ispensador de la l iber tad y de la fe l ic idad. Sin embargo,

la concepción de unos derechos fundamenta les que aseguran

el l ibre desenvolvimiento de los c iudadanos como personas

1. LA SIGNIF ICACIÓ N DE LA CON STITU CIÓN 47

s ingulares y sol idar ias y que a la vez permi ten la decis iva

par t lclpa^clofrde- los ímsi i iusfe^gt^UJic iQnamiento y e l cont ro l

del s i s tema pol í t ico se ha conver t ido hoy en un dogma uni

versa l , por más que no s iempre , n i s iquiera predominante

mente , vaya seguido de consecuencias efect ivas . Documen-

tQs_sol£.rnnPs internacionales (Declaración Universal de Dere

chos del Hombre , aprobada por la Asamblea General de las

Nacio nes U nidas en 10 de dicie mb re de 1948 y todos los

Pactos y Convenios apl ica t ivos y de desarrol lo ul ter iores ;

Convenio Europeo para la protección de los Derechos huma

nos y Liber tades fundamenta les , de 1950; Declaración VII

del Acta final de Helsinki, de 1975, etc.) , religiosas (Encícli

cas de la Iglesia Católica como la

  Pacem in terris

  de 1963, o

la

  Redemptor Hominis

  de 1979, dec lara ción

  Gaudium et Sp es

del Conci l io Vat icano I I , y , en genera l , de ot ras Igles ias y mo

vimiento s) , cul tura les , e tc . , proclam an es ta idea como Ja yer-

dadera . -é t ica xmiversa l de nues t ro t iempo, quizá e l ú l t imo

res iduo é t ico i r reduct ib le de una c ivi l ización más bien desmi-

t i f icadora , s i no nihi l i s ta . La_Const i tución es e l jpr imero de los

ins t ru me ntos técnicos especí f ico s-a l servic io de esos valores

ét icos sus tant ivos .

Pero, por o t ra par te , sobre la l imi tac ión del poder , que

supon e e l es tablec imie ntoJ de u n~ i is te ína . ,qe _ rompele ja ic lax:

d^ l í rñl íadas y de ñorrnas~de e jerc ic io xor j^ la iñzas^L-SjahreJa

l iber tad de los r . indadar ios , que permi te a és tos fundamentar

verdaderos derechos f rente a la organizaj^ i i , „m--a_j£sIabl£-

cefse todo é l D erecho Pú bl ico con tem por áne o^ que se pre

senta as í como un hi jo inmedia to y di rec to del const i tuc io

na l i sm o .

Fuera de ese contenido, las Const i tuciones podrán l lamar

se ta les , pero lo serán sólo en un sent ido nominal is ta o se

mántico  (LOEWENSTEIN).

La Constitución española de 1978 responde a este signifi

cado genera l de la Const i tución, enlazando, por encima ' de

un largo per íodo en que ese s igni f icado ha es tado apenas

la tente , con la pr imera de nues t ras Const i tuciones , la de

Cádiz de 1812. El auto r de la Cons titució n es aho ra «La Na

ción española . . . en uso de su soberanía», según proclama su

preámbulo y as í lo acredi ta su proceso de formación y apro-

Page 24: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 24/132

48 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

bación. Su obje t ivo, d ice la misma declaración, es «garant i

zar la convivencia democrát ica», «consol idar un Estado de

Derecho», «proteger a todos los españoles y pueblos de Es

paña en e l e jerc ic io de los derechos humanos». Declara como

«valores super iores de su ordenamiento jur íd ico», e in tenta

luego una ar t iculación ins t i tuc ional efect iva de los mismos,

«la l ibertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo polít ico»

(artículo 1), de modo que «la dignidad de la persona, los de

rechos inviolables que le son inherentes , e l l ibre desarrol lo

de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de

los demás son fundamento del orden pol í t ico y de la paz

social» (art . 10,1). «Corresponde a los poderes públicos pro

mover las condic iones para que la l iber tad y la igualdad del

individuo y de los grupos en que se in tegran sean rea les y

efectivas» (art . 9,2). «Los derechos y l ibertades vinculan a

todos los poderes públicos» (art . 53,1). «Las Cortes Generales

representan a l pueblo español» y «ejercen la potes tad legis

lativa» (art . 66,1 y 2). «La Adm inistra ción Púb lica. . . actú a. . .

con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho» (art . 103,1).

«La jus t ic ia emana del Pueblo y se adminis t ra por Jueces y

Magis t rados independientes , inamovibles , responsables y so

metidos únicamente al imperio de la Ley» (art . 117,1).

I I . Lo s f unda me n t o s de l v al o r no r m at i v o de l a Co ns ti

t uc i ó n . La Co ns t i t uc i ó n c o mo no r ma f undame nt a l

1.

  Principio general

La Const i tución, por una par te , conf igura y ordena los

poderes del Estado por e l la const ruidos; por o t ra , es tablece

los l ími tes del e jerc ic io del poder y e l ámbi to de l iber tades

y derechos fundamenta les , as í como los obje t ivos posi t ivos y

las pres tac iones que e l poder debe de cumpl i r en benef ic io

de la comunidad. En todos esos contenidos la Const i tución

se presenta como un s is tema precept ivo que emana del pue

blo como t i tu lar de la soberanía , en su función const i tuyente ,

preceptos di r ig idos tanto a los d iversos órganos del poder

por la propia Const i tución es tablecidos como a los c iudada

n o s .

  Como ha dicho  KAEGI,  «lo fundamenta lmente nuevo del

Estado const i tuc ionaf f rente a todo e l mundo del autor i tar i s

m o ,

  es la "fuerza vinc ulan te _bilateral de la nor m a" (IHE-

R I N G ) ,  esto es, la_vinculacioii a la vez de las autoridades y

de los c iudadanos , de todas las autor idades y de todos los

c iudadanos , en cont raposic ión a toda forma de Estado de

pr ivi legios de vie jo y nuevo cuñ o. La Co nst i tuc ión jur í dic a

t rans iorma--el --pod€f-~de,sniido en legí t imo p o d er j l l l d ig p -^ l

gr3n_iema-d£_ja_lucha por e l_Estado const i tuc ional_ha_sidp

la exigencia de que .ei_¿arbitrario).

 gox&rwneuL by^merulsibe

disolverse en un ( jur íd ica)  governmeni byAaws».

Pero la Const i tución no sólo es una norma, s ino precisa

m en te i a - ^ r im era - j de - l a s no rm as -de l -o rdenam ien to en t e ro r4a

norma fundaroei r ta l ,  lex superior.  Por var ias razones . Pr im ero,

porque la Const i tución def ine e l s i s tema de fuentes formales

del Derecho, de modo que sólo por d ic tarse conforme a lo

dispuesto p or la Const i tución (órgano le^s la lT vo~p br e l la

díseñadoT^ü composic ión, competencia y procedimiento) una,

Ley_serávál ida o un Reglamento vinculante ; en es te sent ido,

Page 25: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 25/132

50 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

es la pr imera de las «normas de producción», la

  norma nor-

mafurn^^

fuente de las fuentes . Seg und o, por que en la

  mé -

dida en que la Const i tución es la-expres ión de una-4ntención

fundacional , conf iguradpra de un s is tema entera que en e l la

se ba sa , t i ene una . -p r e t ens ión l i e - pe rm an en c i a ^ (una «Ley

Perpetua» era la aspi rac ión de nues t ros comuneros) a_dura—

ción  (dauernde Grundordnung:  o rdenam ien to fundam en ta l

es table , «e l momento reposado y perseverante de la v ida del

Es t ado» :   F L E I N E R ) ,  lo^ -que• parece--aseg*«^a--amj^ j>upjgio-

r idad sobre las normas ordinar ias carentes de una in tención

tota l tan re levante y l imi tada a obje t ivos mucho más con

cre tos , todos s ingulares dent ro del marco global izador y es

t ructura l que la Const i tución ha es tablecido. Esta idea de

terminó, pr imero, la d is t inción _ent re_un poder_const i tüyente .

q u ¿ e s ^ g n q n i é ñ

_

^ u r g £ j L a . X o n s

  y_

 l o* po deres - coñsti_-

tu idos por és te , de los que emanan todas las normas ordina

rias. De aquí se dedujo inicialmente la lTamalIá~frigidez» de

la^ norm a c onst i tuc iona l , que la asegura un a l lam ada «supér^

legai iHad formal»,^ j j^ im^Qlñel fQrrnas reforzadas de cambio

o modif icación const i tuc ionaL-í rente a los procedimientos

legis la t ivos ordinar ios (cf r . Tí tu lo X de nues t ra Const i tución) .

Pero lá idea l leva rá tam bién a l recono cimiento de una «su-

per legal ídad ^mater ia l» , que asegu ra a la Const i tución una

p reem inenc i a j e j - ánqm c j^ j ; o_b j^ t ^ no rm a s de l

o rdenam ien to , p roduc to de l o s pode re s cons t i t u idos po r i a

Const i tución misma, obra del super ior poder const i tuyente .

pca t H prriác n o r m ^

  ^Q Q

  serán vál idas ,

 JSÍ

  no con t r ad i cen ,

na_ya sólo e l s i s tema^form al de prod ucción .de las m ismas

que la Const i tución-es tablece , s ino

r

  y sobre tod o, e l cuad ro

d e v a l o r e s y He J i p i i t a r i o n e s d e l p o H e r q n e e n . J a r ¿ w s * i t i i r i ó p

se expresa . En un plano formal puede deci rse que la s j i^

per le gal ia adjn ater ia l garant iza^ en úl t imo ext rem o, la super-

l ega li dad fo rm a l o ri g idez de l a jC a n s t2 u ^ á i t ^ im po ne r qué"

toda decis ión normat iva que impl ique sa l i rse del marco cons

t i tuc ional tenga q ue i r p reced ida , ba jo pe na, de-nulidad^^ de-

una reforma const i tuc ional acordada por sus . cauces-propios ,

2.

  La supremacía norm ativa de la Constitución como creación

del constitucionalismo americano

La técnica de a t r ibui r a la Const i tución e l va lor norma

t ivo super ior , inmune a las Leyes ordinar ias y más bien de-

II .  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 51

te rminante de la val idez de és tas , va lor super ior judic ia lmente

tute lado, es la más impor tante creación, con e l s i s tema fede

ral,  d^ l_const i tuc ion al ismo no r tea me r ica no .^ su gran Jrmo-^

vación f rente a la t radic ión inglesa de que: surgió . Aunque

én ésta no faltaba la idea de üñ

  Jundan¿¿laLJÍaw,

  com o

ha e s tud i ado

  GOUGH,

  especia lmente en a lguna decis ión pro

cedente del gran juez  COKE  (así el famoso

  Bonham's case

de 1610) y en la doctrina de

  LOCKE,

  lo cierto es que el principio .

de l a sup rem ac í a o sobe ran í a pa r l am en ta r i a ( p robab l em en te

basado en la in ic ia l consideración del Par lamento como Tr i

bunal , según la concluyente demost rac ión de Me   I L W A I N ,  y

además formulado a l h i lo de la lucha bás ica del Par lamento

con tra e l Rey) , y « m ese pr incipio e l corre la t ivo de la inmu

nidad jud ic ia l de las Leyes , te rm inó , prevalecien do en e l

siglo  XVI I I ,  c o m o  BLACKSTONE  expuso con t oda au to r i dad m uy

poco Tiempo an tes de la Revolución am er icana , doct r ina que

ha du rado en Ing l a t e r r a ha s t a hoy .

La jdea i_de un D erecho fundam en tado m ás a l t o   (higher

law)

  era^ c lara me nte , t r ibu tar ia de la . concepción del Derec ho

naturaTlcomo super ior a l Derecho posi t ivo e inderogable

poL-éste y va a sex. . reafir^a£fó

_

p^r". . . los colonos americanos

en su lucha cont ra la Corona inglesa , a la que reprochan

desconocer sus derechos personales y colect ivos . Ese «dere

cho más alto» es en el que se funda la rebelión y su afirma-

c ión va a e s t a r én t r e l a s p r im era s p roc l am ac iones de l nuevo

orden. Ya en los famosos argumentos de James

  QTIS

  en el

V¿nts~-of~AssislQMX--case7

  de 1761 (que para  ADAMS  signifi

can «el nacimiento del n iño independencia») se a tacan las

medidas f i sca les que azotan a los colonos como contrar ias

a

  the fundalne liTaT'pftñ'c^ptéTóf Xáw,

 de lo que ded uce que

an Act against Constitution is void

  (una Ley cont ra la Cons

t i tuc ión es nula) y que los Tr ibunales deben inapl icadas

(the coürts must pass such Acts into disuse).

  Igua lm en te

SHARP,

  en su bás ico l ibro

  A declaration of the people's na

tural right to a share in the legislature, Y71A,

 una de las

fuentes del movimiento , juzga, con base en la

  Magna Carta,

que e l ju ic io por los pares y no por jueces ext raños es «el

pr imero y más esencia l derecho de la Const i tución», es t i

mando que juzgar i r landeses (o amer icanos) en Ingla ter ra

e r a con t r a r i o a l

  fundamental law

  y que la Ley que lo auto

r izaba era , por tanto , una  uncon stitutional Act of Parlia-

Page 26: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 26/132

52

LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

ment,

  una LeyHhaeonstktJc ional del Par l ame nto; es quizás

la vez pr imera en que aparece es te concepto capi ta l . EJLj«iekr

por Jurados y e l consent imiento del impuesto son las dos

g randes p ro t e s t a s que nu t r en l a Revo luc ión am er i cana y am

bos pr incipios son valorados como inmutables por las Leyes

pa r l am en ta r i a s , ba sados en  the fundamental laws of this

constitution

  [ la ingles a] ,

  a constitution grounded on the

eternal and inmutable law of nature.

  Lord  CAMDEN,  que hace

valer es tos argumentos en e l Par lamento inglés en 1765,

d e c l ar a t a m b ié n : « i m p u e st o y j e p j ^ e n t a c i ó n f p a r la m e n t a -

r ia2 es tán inseparablemente unidos; D ios los ha unido y nin

gún Pa r l am en to b r i t án i co puede s epa ra r l o s» .

La^e ^aració n_j ieJ Lnd epei id encia ^ de 4 .de ju l io d

e

  1776

z

obt iene de esas mismas ideas la consecuencia de la ruptura

del - lazo de dependencia con e l Rey inglés y del derecho a la

soberanía y a l autogobierno.

Lord  ACTON  ha_ pres enta do a la Revolución amer ic ana,

agudamenTéT como un confI ic to~entre dos ideas deh-po der

legis la t ivo, cr i ter io que ha desarrol lado br i l lantemente COR;

wiN.7en.su  o b r a

  The «higher lawv^bMckgrgund&famerican

constitutional law,

  1928-1929. Los colonos encuentran en

  COKE

y en

  LOCKE SUS

  m en to re s j u r í d i cos d i r ec tos . A m bos son he r e

deros de la gran t radic ión iusnatüra l fs ta europea, en la que

expre sam en te apoyan su concepc ión de un pa r ám e t ro no r

mat ivo super ior a las leyes posi t ivas : e l Derecj io naturaJL

que es a la vez la expresión de una

  lex eterna  y^lex  legum/

Ley para todas las leyes . El

  Bonham's casé

  dé 1610 recuerda'

exp re sam en te e sos dos ca r ac t e r e s :  even an Act of Parlia-

ment made against Natural Equity is void in itself;  for «iura

naturae sunt immutabilia» and they are «leges legum».  LQCKE,

que ha efectuado la capi ta l convers ión técnica del abs t rac to

Derecho natura l en los derechos del hombre (derechos que

proceden del es tado de natura leza del hombre , que és te no

t ransmite en e l pacto socia l , antes b ien e l pacto socia l se

o rdena j u s t am en te a su s a lvagua rda y ga r an t í a ) , conc luye

es tableciendo e l

  supreme power

  de l a com un idad pa r a p r e

se rva r l a s l i be r t ades y p rop i edades de - Ios c iudadanos"

 o f

anybody, even their legislators,

  f rente a cualqu iera , aun f rente

al legis lador , con lo que los derechos natura les pasan a ser

e l ú l t imo

  test

  de validez de las leyes positivas. Pero esta dóc

i l .  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 53

t r ina of rece a lgo más que u na m era f ilosofía , of rece , un a

técnica_jur ídica__concreta , la de que, en los términos del

Bonham's case, the~common law will control acts of Par-

liament and sometimes adjudge them to be utterly void

(que el

  common law

  —en su aspecto de

  ius naturae

— con

t role las Leyes del Par lamento y en ocas iones las declare

tota lm ente nulas ) ; eJ^uez_4me^le

x

_jDUje^jx>r^^

m en tó .

Esto—es - junt ame nte lo que excluye d i rec ta men te l a .do c-

t r in^ jng1esa_j je_la_«soberanía del Par lamento». En la expre

sión de  BLACJKSTQNE,  que descr ibe e l resul tado de una evolu

c ión const i tuc ional cumpl ida en lo sus tancia l durante e l

propio s ig lo

  XVI I I ,  the power of Parliament is absolute and

without control,

  eí.--PQ,der del^ Pa rla me nt o es ab so lut o X -

S

i

n

con t ro l ; « t i ene au to r i dad 7I^ b e ran a . - e - i ncon t ro l ab l e pa r a

hacer , conf i rmar , ampl iar , res t r ingi r , abrogar , revocar

t

  res

tablecer , in terpre tar cualquier Ley. . . En verdad, lo que hace

e l Pa r l am en to n inguna au to r i dad sob re l a t i e r r a puede des

hacer lo»; es , por tanto , e l verdadero soberano, es to es , « la

autor idad suprema, i r res is t ib le , absoluta , incontrolada».

La -g ran apo r t ac ión am er i cana s e r á p l a sm ar en una Cons -

t i tuc ión gscr i ta__ese parámetro normat ivo super ior que de

c ide l a va l idez de í a sTéy es~ d e f ^ r i a m en to . «U na vez que

la fuerza vinculante del

  higher law

  se ha t ras ladado a es tas

nuevas bases , la_nocjón de soheranía_j ie l_ órgano_legis la t ivo-

o r d i n a r i a / l p s a p a r p r ^ i u t o ^ ^ p u e st o q u e n o p u e d e

ser soberano un cuerpo creador de Derecho que es tá subor

dinado a ot ro cuerp o crea dor de Derecho; pero , en__segundo

lugar, aun bajo la forma escrita constrtu€4onal_difícJhTÍerite

se hab r í a m an t en ido e l  higher law  com o una p ro t ecc ió rTpa ra

los ind ividu os si no se hubiesen - ~apoyado-~sobre~ia

  jwdtewi

review

  [ la facul tad judic ia l de declarar inconst i tuc ionales

las leyes] . De e s te m odo, inves t ido con form a legal e Tr is t ru-

m en tado po r l a

  judicial review,

  el

  higher law,

  con j uven tud

renovada, ent ra en uno de los grandes per íodos de su his

tor ia , y jur íd icamente e l más f ruct í fero desde los d ías de

JUSTINIANO»  —son las palabras f inales del c i tado es tudio de

CORWIN.

La4dea~J3ásica_jde la  judicial review resurge,  definitiva

mente diseñada deJaXonTst i tución de 1787.

Page 27: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 27/132

54  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

En

  The Federalist

  AlexanderHAMii.T^^ny]»on^r^^a^irec-

tamHfEFeTTrátamiénto de laXonstí tución  com jjmdameñtal

íow^qüeTmpone a los jueces una «vinculación ^másjfüerte-»-'

que la ~debíSsTala Teyes (superior obligation and validity),

con Ta "consecuencia de Tener que reconocer a los Tribunales

la_jacú tad (X jerrde5erT"tle;iiiaplicai

,

~ias

_

teyes del"Cóngreso

en contradicción con ella.

La_£ropj.a__Constitución federal de 1787 incluirá en su ar

tículo VI, Sección 2, la cláusula básica que pTociama-a-«esta

Constitución» como  the supreme law of the

  land,

  el Derecho

supremo de la tierra, declarando la vinculación directa de

los jueces a ella «no obstante cualquier disposición contraria

de las Constituciones o de las Leyes» de los Estados miem

b r o s .  Eg_ia_dnrtrina  de  la supremacía constitucional, que se

expresa en una «vinculación más fuerte»: la Constitución

vincula_al juez más fuertemente que las Leyes, las cuales

sólo pueden ser aplicadas si son conformes a la Constitución.

Ej_primer Congreso reunido tras la Constitución apro

bará ya en-_178

Q

Jajj pr jnjeras'Tfo'frn^ a ésta

(por cierto, por entender que una Constitución sin tabla

de derechos, como era aún la de EE. UU., no era propia

mente una Constitución), que incluyen un  Bill of Rights que

en_aquélla faltaba, y j a primera de "esas enmiendas se emm-

cia y^_jcomo-uii-Jíi ii^ al poder legislativo:  «&r

CQjigr£m_ML QdxÁJwcer^ninguncTLeyque tenga_por_pbjeto_

establecer _ una religión. pjp rohibif "sufíBre ejercicio, limitar

la libertad de palabra o de prensa o el derecho de reunir se

pacíf icameri te y dg_j3iesentar peticiones' al "Gobierno».

En 1795_^JTnbjmaJ_Sjij3r i^^

expxesaja^diferencíaMentre el sistema inglés_y_gL americano

sobre la base de que en aquél «la autor idad ael Parlamento

es trascendente y no tiene límites», no tiene Constitución

escrita ni

  fundamental law

  que limite el ejercicio del poder

legislativo. En contraste, «en América la situación es radi

calmente diferente; la Constitución es cierta y fija; contiene

la voluntad permanente del pueblo y es el Derecho supremo

de la tierra; es superior al poder del legislativo».

Asi. se forja la _doctrina_dela_^ujDremacía_jDormatiya_5le

la Cons tiición_y laUn^rumentación en su favor del prin-

I I .  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 55

cipioL  de J a  jydidal.review,  que reconocerá el poder de los

Tribunales de declarar^nulas, a efectos de su inaplicación,

las Leyes que contradigan a la Constitución. Esta doctr ina

no_es__ enunciada por el Tribunal Supremo 4ia&ta la capital

-.Sentencia de 1803 en el asunto

  Marburyy. Madison,

  obra del

gran juez  MARSHALL  que concreta definitivamente, en los tér

minos de la Sentencia, que  the Constitution is superior to

any ordinary act of the legislature.  Pero, contra una cierta

versión corriente, no se trata de una invención personal de

ese formidable jurista, sino de un perfeccionamiento final

y ya definitivo del sistema expreso en la propia Constitu

ción. Como ha notado  SCHWARTZ,  entre la Revolución y el

momento de esa Sentencia, los Tribunales de los Estados

habían ejercido el poder de declaración de inconstituciona-

lidad al menos veinte veces (bien es verdad que sólo de

normas de los Estados y no de la Federación), porque la

solución venía postulada por las concepciones básicas pre

sentes en la Constitución, como hemos tratado de resumir

aquí.

3.

  La recepción europea del principio de supremacía constitu

cional y su expresión en el sistema austríaco-kelseniano de

justicia constitucional

Resulta sorprendente que el_ constitucionalismo_europeo

quedase totalmente al margen de esta formidable construc

ción del l^ólTstífuc^ lo cual solamente

puede explicarse por la degradación de la idea constitucional

q u e

  SUPUSO la p****re>Jpnria rlal « pr inr ip ir > monár qui co» . COmO

fuente formal —exclusiva o participante— de la Constitu

ción,  que  implica reducir a ésta a un .sjjoipJe Código formal

de articjilación de-los^poderes del -Estaco, sin otra frasíeTí-

dencia general. En concreto, el pjapjLO_4iQder- nertárqmco,

titular personal de la burocracia y.del Ejército, es un poder

preconstitucional respecto del cual .la ^onstituciói i" ' será a

lo sjimp un_ cuadro..... de .  limitaciones «a__r^sl rTori»^_pero

nunca_una fuente originaria^ de competencias y de Derecho.

Sobre esta base material hubo de elaborarse lajiebría del

DerexJio_£ÚbJLico en casi todo el mundo europeo.

El orden r t á i eo aplicable matorialmcntc por loo Tri-

  i in j i l fg_nn_ Í£ ] Í a

 

f

r o

  ^nla^p r n

n

  ]a ^O nS tí Ui r^ n qil f í gl de

Page 28: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 28/132

56 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

proceder^ de . Ja s fue ntes -de Derec ho < jue és ta , jdefmía , p ero

esa procedencia se reducía a los aspectos formales organi -

za tor ios , s in expresarse en e l sent ido de una re lac ión in ter -

normat iva jerárquica . A su vez , la par te dogmát ica de la

Const i tución, o no exis t ía ( lo que era f recuente ; por e jem

plo , en la mayor ía de las Const i tuciones f rancesas y en nues

t ro E sta t uto Real de 1834, como en la a lem ana de Bism arck

de 1871), o de exis t i r se exp resab a ape nas , en pr inc ipios muy

generales , cuya posi t iv ización técnica requer ía e l in termedio

de Leyes ordinar ias , s in las cuáles carecían de toda opera-

t iv idad. Debe nota rse todavía qu e e l la rgo ref le jo his tór ico

de la lucha de los Par lam ento s con los mo narc as había

sensibi l izado e l s i s tema hacia e l dogma de la soberanía par

lamentar ia , que impl icaba la super ior idad absoluta de las

Leyes y su corre la t iva inmunidad judic ia l , lo que aún se

reforzaba por e l temor hacia la formación conservadora de

los jueces y a su carácter profes ional y no e lec t ivo, a los

cuales , por tanto , no resul taba fác i l conf iar un cont rol de

la voluntad popular expresada en la Ley por los represen

t an t e s pa r l am en ta r i o s .

La r ecepc ión en Eur op ad eL s i s t em a de ju s t i c i a cons t i tu

c ional üo^v aTá^ tener lugar h as ta la pos t -gu erra de 1919, po r

dos vías pr incipales , y a la vez con una sus tancia l t ransfor

mación del mode lo . Una vía , que^ viene de las fórm ulas com

ple jas de ar t iculación de los dos convolutos que fueron e l

Imper io Alemán y la Monarquía Aust ro-húngara , concluye

en la Const i tución a lemana del Weimar y monta un Tr ibunal

a l que se conf ían los conf l ic tos ent re los poderes const i tu

c ionales y especia lmente ent re los d is t in tos entes ter r i to

r ia les propios de la organización federa l . El segundo s is tema,

que es_el más impor tante y e l que va a consagrarse def ini

t ivamente" aunque con mat izaciones s igni f ica t ivas , en es ta

segunda post -guerra , es e l s i s tema aust r íaco, obra personal

y s in duda a lguna genia l (una de las má s grand es creaciones

his tór icas debidas a un solo jur is ta) de   K E L S E N ,  s i s tema ex

presado por vez pr imera en la Const i tución aus t r íaca de 1920

y perfeccionado en su reforma de 1929.

El s i s tema aust r íaco-kelseniano di f iere del de la

  judicial

review

  amer icana en puntos decis ivos , Por de pronto , f rente

aUlamado «control d i fuso»•amer icano, que impl ica que todos

II .  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 57

los jueces es tán habi l i tados para inapl icar las Leyes cuando

lasT Juzgan co nt rar ias a- la Co nst i tución (mul t ip l ic idad de con

t rol en e l que , s in embargo, pone orden e l pr incipio

  stare

decisi$,

  que vincula los Tr ibunales infer iores a la jur i spruden

cia de la

  Supreme Court),

  e ,Lsis tema k^ lsenia na conf igura u n

«control concent rado», conf iado a un solo Tr ibunal , e l .Tr i

bunal Const i tucional , único habi l i tado para declarar la in-

const i tuc ional idad de una Ley y a l cual habrán de di r ig i rse

los Tr ibunales que es tén en t rance de apl icar d icha Ley,

los cuales , de- es te mod o, carecen del poder de inapl icar

l a s l eyes i ncons t i t uc iona l e s -po r s í m i sm os . Pe ro e s t á vanan t e

organizator ia esconde una profunda s igni f icación por en

c ima de su s imple apar iencia práct ica . El s i s tema de cont rol

de la const i tu c ional id ad de„las-Ley^s--S£j£onñgura .-c»mo-una

función const i tuc ional que no ser ía propiamente judic ia l ,

s ino, en los expl íc i tos términos de   K E L S E N ,  de «legislación

negat iva». En concre to , e l Tr i bun al Const i l i ic ional no enjuic ia

n ingún supues to de hecho s i ngu l a r — es to queda r e se rvado

a l T r ibuna l

  a quo

  que ha susci tado e l inc idente de const i tu

c iona li dad— , s i no só lo e l p rob l em a p u ra m e n te a bs t r a c to -de

compat ibi l idad lógica

  (Vereinbarkeit)

  ent r e e l pronun cia

miento , también abs t rac to , de una Ley y la norma (abs

t rac ta) de la Const i tución. Por eso sos t iene   KELSEN  que no

  \

hay en ese ju ic io pu ram en te lógico un a verd ader a apl icación /

de la Ley a un caso conc re to y , po r tanto , no se es tar ía en }

presen cia de una ac t iv idad Jud ic ia l , que supone un a decis ión

singular . El r igor lógico con que es te pr incipio es mantenido

lleva a  K E L S E N  a sos t ene r que has t a t an to e l T r ibuna l Cons

t i tuc ional no ha declarado la Ley inconst i tuc ional (declara

c ión que t iene efectos  erga omnes,  lo que es propio de un

acto legis la t ivo —«fuerza de ley»—, aunque aquí sea de abro

gación) dicha Ley es válida, que es lo que justifica que los

jueces y Tr ibuna l e s o rd ina r i o s no puedan i nap l i cad a ; no

se-da , pues , como en la re lac ión Ley-Reglamento (y como el

s i s t em a am er i cano de

  judicial review

  apl ica en la re lac ión

Const i tución-Ley) , un vic io de nul idad de la Ley inconst i tu

c ional , s ino de mera anulabi l idad. De donde se inf iere la

natura leza const i tu t iva de las Sentencias del Tr ibunal Cons

t i tuc ional y su valor

  ex nunc

  y no re t roact ivo, sólo

  pro

futuro

  —to das , d i ferencias sus tanc ia les con e l s i s tema amer i

cano genuino.

Page 29: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 29/132

58 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

C ü m o J i a j ™ t ^ o _ £ £ i l e K u ^ q u e r i d o

e v i t a L ¿ J ^ n s a g r ^ i ó n j i e - ^

mi^s is temajan su t i lmente cons tru ido . El j r ie sgo , que a veces

ha s ido reprochado a l s is tema americano , hubie ra s ido en

Europa probablemente bas tan te más grave , por e l p redominio

que en el momento erTque~KlLSEN"construye su s is tema tie

nen en todá~Eüropa , y espec ia lmente en e l mundo germánico ,

las pos ic iones románt icas^ v i ta l is ta s de «Escue la l ib re de l

Derecho» , « l ib re ju r isprudenc ia» , «comunidad de l pueb lo»

(Volksgemeinschaft),  etc . , que alim enta ban una revue lta de los

jueces_contra la Ley y  que tan fác i lmente , además , podría apo

yarse eñ ía ro rmulac iónaBs trac ta y genera l de c ie r tos p r inc i-

p josx nn s t i tuc iona les . Pro h ib i endo a Xós jueces que inap l iquen

las Leyes, e l s is tema pretende reforzar los mecanisrüos de

sumis ión d e j a jurisxiic .ción_ .a .Ja_JegisÍación y -d e . prim acía

parla inen ta r ía en un momento en que los jueces t ienden a

va lora r nega t ivamente e l acceso a la s Cámaras de nuevas

fuerzas sociales y políticas capaces de trastocar los valores

tradic ionale s; otor gand o jil Tribu nal jConstitucional la facul

tad de declarar^  ex nunc y_erga omnes,  incons t i tuc iona l una

Ley, asegüFa^ a la

  ye ^

  Ja pjhn acia_d e_la- Constitucióri sobre

e l Par lamento^ pero a l vedar cu idadosamente a ese Tribuna l

e l en ju ic iamien to de supues tos de hecho y casos concre tos

y l imitando su ac tuac ión a la desc r i ta func ión abs trac ta de

defin ir la compat ib i l idad lóg ica en tre dos normas igua lmente

abs trac tas , ev i ta que e l Tribuna l en tre en aprec iac iones de

hechos e intereses y en la valoración y la pasión que son

inseparables de la decis ión de casos concretos, y que en esas

apreciaciones y valores pueda enjuiciar las Leyes sobre el

te rreno de la oportun idad , sus t i tuyendo con su ju ic io e l

ju ic io po l í t ico que só lo a l P a r lam ento p e r tenece . De es te

modo, eL Tribuna l Cons t i tuc iona l , en lugar de comp et idor

de l Par lamento , te rmina s iendo su complemento lóg ico ; no

puede indagar la relación de adecuación o no de la norma

legislativa con el supuesto de hecho que intenta regular (no

examina, pues, la eventual  injusticia  de la Ley), sino que ,

como depos i ta r io de la s ca tegorías lóg icas de l o rdenamien to ,

en ju ic ia rá  sólo la validez  de la Ley, por vía de s imple lógica

racional, desvinculada de la necesidad de decidir las con

troversias de pleitos reales , actuando, pues, concluye esta

doctrina, como un «legislador negativo», aunque sea un legis

lador que no ac túe espontáneamente , s ino a pe t ic ión de pa r te .

i

II.

  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 59

Para_KELSEN el podex-lrflislativo -se_lia dividido en dos órga:

nos:

  uno , el Par lam ento , titu lar de la iniciativa política, que

es el «legisIaiÍQr-positivoj>^_JItror^l Tribunal xofls titucíojaal,

que e l imina„para_ jnan tener la coherenc ia de l s is tema las . .

Leyes que no respe tan e l marco cons t i tuc iona l .

EX Jiraca s^ d^l "<=tpma ^pirn -ari^n o de justicia ^ con stitu

cional (especialmente vis ible en el famoso juicio de 1932,

sobre el llamado «golpe de Estado» del   Reich  con tra Prus ia

de   VON PAPEN,  leg i t imado en las Ordenanzas p res idenc ia les

autorizadas por el famoso art. 48 de la Constitución), llevó

a-la República Federal Alemana surgida de_esta segunda post

guerra , sens ib i l izada por la «pervers ión de l o rdenamien to

jur íd ico» cumplida en e l naz ismo, a adopta r , aunque con

vari antes sum am ent e im por tan tes , e l .s is tema kp.lse.niano. La

Constitución italiana de 1948 hace la misma opción, a la que

CALAMANDREI

  p res ta su au tor idad técn ica .

4.

  La introducción en España del sistema de justicia constitu

cional concentrada y su singularidad frente al sistema kel-

seniano puro

EjnJEspaña e l s is tema aus tr íaco acusa_su in f lu jo ,en la

Cons t i tuc fe i q^~J93Í7-a tn iqué~con o tros , menos re levan tes ,

p rocede ntes de l s is tema w eimar iano . _£L-l lamado per- e s ta

Constitución j«Tnbunal jle__Ga^

de 14 *de jun io de 1933) fue, sin d ud a, un a de las pieza s

menos g lor iosas de su h is to r ia . La ac tua l Cons t i tuc ión , a r

tículos 159 y ss . con su «Tribunal Constitucional», es más

fiel a l s is tema austríaco, aunque vis to ya a través de sus

importantes adaptaciones ita liana de 1947 y alemana de 1949;

por de p ron to , y apar te o tras p rec is iones , la a t r ibuc ión en tre

sus competenc ias de l recurso de amparo , de confl ic tos de

competenc ia en tre e l Es tado y la s Comunidades Autónomas

y de és tas en tre s í , a s í como de la impugnac ión por pa r te de l

Es tado de d ispos ic iones y reso luc iones de la s Comunidades

(art. 161 de la Constitución), s itúa a este Tribunal al margen

de la pureza institucional kelseniana (aunque sea fiel a ésta

no in tegrando a l Tribuna l den tro de l Poder Jud ic ia l ) .

No es ocasión de estudiar los rasgos constitutivos del

Tribuna l Cons t i tuc iona l y de l s is tema de con tro l de cons t i tu -

Page 30: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 30/132

60 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

cionalidad, ni interesa tampoco a los fines del estudio que

es tamos desa rro l lando .

Diremos so lamente que , s igu iendo en es to p redominante

mente los s is temas i ta l iano y a lemán ac tua les , e spec ia lmente

e l ú l t imo, nues tra Cons t i tuc ión se apar ta de l mode lo ke lse -

manQ_eiLjm-PJiniQ_-esen€Íal, En este modelo, con su cuidado

en separa r de manera r igurosa a los jueces y Tribuna les

ordinarios de la Constitución, puede y debe decirse que sólo

e l Tribuna l Cons t i tuc iona l queda v incu lado ju r íd icamente

por és ta . E l Ju ic io , que es te Trib una l se rese rva , de e l im inar

(ex nunc)  las Leyes inconstitucionales no llega a expresar

una verdadera re lac ión de je ra rqu ía normat iva de la Cons

t i tuc ión sobre la Ley , jus tamente porque la Cons t i tuc ión no

es ap l icada como verdadera norma superio r ; e sa e l iminac ión

de la Ley inconstit ucion al e s , má s bien, expresi ón de un a

relación entre Constitución y legis lador y no entre Consti

tución y Ley, o dicho en la jerga propia de la doctrina, de

una relación especializada entre la Constitución y el órgano

facultado para la eliminación de las Leyes que no son com

patibles con ella , e l «legis lador negativo». Lo esencial aquí

es que la invalidez de la Ley no es el efecto de la Consti

tución, s ino de la decis ión del «legis lador negativo». Los

Tribunales ordinarios están sólo vinculados a las Leyes y a

las decis iones del legis lador negativo, no a la Constitución.

El criterio es llevado has ta el extr em o de que tamb ién al

Tribunal Constitucional se atribuye en su jurisdicción exclu

siva el control de la ilegalidad de los Reglamentos, con lo

que intenta evitarse el riesgo tanto de la inaplicación^ de

norm as mferrores con trad ic to r ias con la s superio res , que

puede a ten ta r con tra la seguridad ju r íd ica , como, qu izá es

pec ia lmente , de que en ese mane jo de l p r inc ip io de je ra r

qu ía normat iva tengan que pene tra r también , necesa r iamente ,

los p r inc ip ios cons t i tuc iona les superio res . La Cons t i tuc ión

no es , pues , una norma verdaderamente jus t ic iab le , ten iendo

en cuenta que, según el s is tema, el Tribunal Constitucional,

al concentrar en s í toda relación posible de la Constitución

con las normas , y hacer lo a l margen de l p roceso ap l ica t ivo

de és tas , p ie rde su na tura leza jud ic ia l , quedando los ve rda

deros ó rganos jud ic ia les separados , con un v igor fo rmal

mantenido s in debilidades, de la Constitución y de su fuerza

I I .  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL 61

normativa y vinculados sólo por las Leyes y Reglamentos

que e l « leg is lador nega t ivo» va pau la t inamente depurando .

Er^m^a^s je_cr i te r io - e s t r ic to - y^r iguroso ,_ i iuesJxa„£ans t i -

tución es explícita en reconocer a la Constitución.oon/valor

normativo y v incu lan te d irec to que , s in mengua de l mono

polio de la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes

atribuido al Tribunal Constitucional (art. 161,l,a , y 163),

afecta a todos los poderes públicos y a todos los ciudadanos

(art. 9,1) y, que por tanto, necesariamenteres-arplicable, en

ma y o r o me n o r me d id a

r

  pe ro e fec t ivamente , por todos los

jueces y Tribu na les . 4 .a C ons t i tuc ión no es , pues , un s imple

parámetro de un qu in taesenc iado proceso nomofi lác t ico con

centrado en un órgano único y exquisito, a quien se enco

mienda en exc lus iva e l iminar la s normas incons t i tuc iona les

como complemento de la ac t iv idad prop iamente leg is la t iva ,

actividad que sólo a través de la eliminación y sustitución

de las normas llegará, finalmente, a los ciudadanos y a los

juece s. «Es una norm a ju rídi ca efectiva, por ta nto aplicable

por s í misma , y vamos a es tud ia r segu idamente con qué

a lcance concre to /A la vez , hace invá l idas la s normas in fe

riores que se le opongan desde su origen. En este sentido,

habrá que dec ir que en nues tro s is tema cons t i tuc iona l e s tán

también presen tes e lementos sus tanc ia les p rocedentes de l

pr inc ip io americano de supremac ía cons t i tuc iona l , por de

bajo de la apariencia form al de un s is tem a de jurisdic ción

cons t i tuc iona l concen trada .

Page 31: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 31/132

I I I .  £ 1 v a lo r n o rm a t iv o d e la C o n st i tu c ió n esp a ñ o la

1.

  El principio general

Como ya adver t imos a l f ina l del anter ior apar tado, hay

que hace r a l gunos co r r ec t i vos im por t an t e s r e spec to a c i e r t a s

conclus iones impl íc i tas que podr ían in tentar der ivarse de

la exposic ión in ic ia l . Concretamente , de la adaptación del

s is tema de «jur isdicc ión concent rada» que s igni f ica nues t ro

Tr ibunal Const i tucional no se s igue, en modo a lguno, que

es te Tr ibunal tenga la exclus iva en la apl icación e in terpre

tac ión de la Const i tución como norma, n i tampoco que ta les

apl icación e in terpre tac ión tengan que veni r necesar iamente

por la v ía de una declaración de inconst i tuc ional idad de a l

guna Ley, de modo que e l orden de las Leyes ordinar ias sea

el único inmedia ta y necesar iamente apl icable por los jueces

y por los órgano s públ icos d e cualqu ier especie . Ya hem os

formulado la adver tencia que no es e l s i s tema kelseniano

puro de jus t ic ia const i tuc ional e l presente en nues t ra Cons

t i t uc ión y vam os a com proba r sob re su t ex to e s t a im por t an t e

reserva .

Lo pr imero que hay que es tablecer con absoluta expl ic i -

tud es que toda la Const i tución t iene valor normat ivo inme

dia to y di rec to , como im pone ded uci r ' e T ar t ículo 9 , í : «Los

ciuda dano s y los poderes pú bl icos es tán suje tos a la Cons

t i tuc ión y a l res to del ordenamiento jur íd ico.» Esta suje

c ión o vinculación es una consecuencia de su carácter nor

mat ivo, por una par te ; por o t ra , la Const i tución, precisa

e s t e t ex to , e s pa r t e de l o rdenam ien to j u r í d i co , y j u s t am en te

— hem os de añad i r noso t ros— su pa r t e p r im ord i a l y f un

damentante , la que expresa los «valores super iores del orde

nam iento jur íd ico » enuncia dos en e l ar t ículo 1 de la prop ia

Const i tución y desarrol lados en su ar t iculado. Finalmente ,

la v inculación normat iva de la Const i tución afecta a todos

Page 32: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 32/132

64 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

los c iudadanos y a todos los poderes públ icos , s in excep

ción, y no sólo a l Poder legis la t ivo como mandatos o ins

t rucciones que a és te sólo cumpl iese desarrol lar —tes is t ra

dic ional del carácter «programát ico» de la Const i tución—;

y ent re los poderes públ icos , a todos los Jueces y Tr ibunales

—y no sólo a l Tr ibunal Const i tucional .

Pero hay má s: del texto del ar t ículo 9 , 1 no se ded uce

sólo e l carácter v inculante genera l de la Const i tución, s ino

algo más , e l carácter de es ta v inculación como «vinculación

más fuer te», en la t radic ional expres ión del const i tuc iona

l i sm o no r t eam er i cano  (higher, superior obligation)  hoy re to

m ada po r l o s a l em anes

  (starkere Bindung, gesteigerte Verp-

flictungskraft des Grundgesetzes).

  En efecto , a l decla rar el

precepto la v inculación di rec ta de los c iudadanos y de los

pod eres públ ico s «a la Const i tución y al res to del o rdena

miento jur íd ico», da__una_pr imacía manif ies ta a la v incula

c i ó n c o n s t i t u c i o n a l , e x p r e s i ó n ^ ^ á ^ ^ a s ü ^ é m a c l a " d é T á C o n s

t i t uc ión en e l o rdenam ien to . És t a i n t e rp r e t ac ión e s t á co r ro

borada, como en una verdadera prueba l ími te , en e l caso

más notor io de un somet imiento más es t r ic to a la organiza

c ión y a las órdenes jerárquicas , e l de las personas in te

gradas en la organización mi l i tar ; las Reales Ordenanzas

para las Fuerzas Armadas aprobadas por Ley de 28 de di

c iembre de 1978 disponen de manera expresa en su ar t ícu

lo 34 que la obl igación de cumpl imiento de las órdenes del

super ior por todos los componentes de los Ejérc i tos (obl i

gación que es la regla bás ica de la organización mi l i tar : a r

t ículo s 11, 27, 28, 32 y 33) t iene este l í mite : «cu and o las

órdenes ent rañen la e jecución de ac tos que manif ies tamente

sean cont rar ios a las leyes y usos de la guerra , o const i tuyan

del i to ,

  en particular contra la Constitución»-,

  po r ello, el ar

t ículo 26 impone a «todo mi l i tar . . . conocer y cumpl i r exac

tamente las obl igaciones contenidas en la Const i tución». Que

de és ta , pues , d imanan «obl igaciones» de inmedia to cumpl i

miento y que es ta v inculación const i tuc ional pr ime incluso

sobre la v inculación debida a las órdenes de una organiza

c ión es t r ic tamente «obediente» (en la fórmula his tór ico-cons-

t i tuc ional f rancesa) y jerarquizada, como base misma de su

ef icacia , demuest ra que la Const i tución es «res is tente» f rente

a cua lqu i e r no rm a u o rden con t r a r i a a sus m anda tos ( e s t e

concep to ,  diktaturfestige,  res is te nte a la d ic ta dura , fue ut i -

III . VALOR NORMATIVO EN ESPAÑA

65

l izada en e l const i tuc ional ismo de Weimar para refer i rse

a l o s de r echos fundam en ta l e s que hab r í an de m an tene r se

en las s i tuaciones que apoderaban, según e l famoso ar t ícu

lo 48, la d ic tadur a pres ide ncia l , pero e l conc epto resu l ta

genera l izable) , o , en los términos de   B A C H O F ,  t iene una «más

fuer te pre tens ión de val idez»

  (starken Geltungsanspruch)

r e spec to de cua lqu i e r o t r a no rm a o p roduc to j u r í d i co . Es t a

res is tencia o plus de val idez , o inmunidad de la Const i tu

c ión f rente a todas las normas y ac tos que de e l la der ivan,

es la base misma de su supremacía y , por tanto , la p iedra

angular de su ef icacia como pieza técnica en la const rucción

de l Es t ado y de l o rdenam ien to j u r í d i co .

El problema es luego precisar cómo se ar t icula técnica

mente ese valor normat ivo di rec to y genera l de la Const i tu

c ión. Y es aquí donde han de in t roduci rse dis t inciones y

mat izaciones .

A nue st ro ju ic io , esas dis t inciones bás icas son las si

guientes .

2.  El monopolio jurisdiccional del Tribunal Constitucional sólo

alcanza a la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes

(«monopolio de rechazo»), no a cualquier aplicación de la Cons

ti tución

El aser to del epígrafe resul ta evidente t ras un anál i s i s

a tento del texto const i tuc ional . El ar t ículo 163 de la Const i

tución es e l precepto capi ta l que formula e l pr incipio de

interdicción a los jueces ordinar ios de inapl icar «una norma

con rango de ley» cuando «consideren que. . . pueda ser con

t rar ia a la Const i tución» y su corre la t iva obl igación de

«plantear la cues t ión ante e l Tr ibunal Const i tucional» . Pero

obsé rvese que de e se p r ecep to r e su l t an i nm ed ia t am en te dos

consecuenc i a s :

1.

a

  La prohibic ión de declaración de inconst i tuc ional i

dad no se ext iende ni a normas con rango infer ior a la Ley

(Reglamentos , inc luyendo Decretos legis la t ivos , como recoge

expr esam ente e l ar t ículo 82, 6 , dond e e l juez es c omp etente

para apreciar excesos de delegación —no la eventual incons

t i tuc ional idad de preceptos que es tén respaldados por la

Ley delegante) , n i a ac tos jur íd icos , públ icos o pr ivados .

Dicho en sent ido posi t ivo: los jueces ordinar ios son com-

Page 33: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 33/132

66 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

peten tes (y es tán vinculad os a e jercer es ta comp etencia :

ar t ículo 9 , 1) para enjuic iar con e l parámetro const i tuc ional

todas las normas con rango infer ior a la Ley ( incluyendo

el pos ible

  ultra vires

  de Decretos legis la t ivos que pueda ba

sarse en la propia Const i tución; por e jemplo, en e l ar t ícu

lo 81, 3) , y los ac tos jur íd ic os púb l icos y pr ivados ; la sumi

s ión de es tos ac tos a la Const i tución y , por tanto , la condic ión

de val idez que se l iga a su observancia , resul ta expresamente

del ar t ículo 9 , 1 y de ot ros preceptos concre tos (as í , todos

los que consagran derechos fundamenta les de e jerc ic io pr i

vado; para los ac tos de la Adminis t rac ión, e l bás ico ar t ícu

lo 103, 1 : la Adm inis t rac ión a ctúa «con somet im iento pleno

a la Ley y al Derecho»).

2.

a

  El ar t ículo 163 proh ibe a los jueces y Tr ibu nales ordi

nar ios declarar la inconst i tuc ional idad de las leyes , pero no

l e s p roh ibe , an t e s b i en ha de en t ende r se que p r ec i s am en te

les habi l i ta para e l lo y les obl iga a hacer lo , a conclui r un

juic io de const i tuc ional idad posi t iva , es to es , de conformidad

de la Ley que tenga que apl icarse en e l proceso con la

Const i tución. Esto es capi ta l y veremos que ese ju ic io posi

t ivo de const i tuc ional idad, que es obl igado a l juez hacer

para poder apl icar la Ley (porque s i e l resul tado del ju ic io

fuese negat ivo es tá obl igado a remi t i r la cues t ión a l Tr ibunal

Const i tucional : hay, pues , un

  Prüfungsrechts

  judic ia l o po

tes tad de enjuic iamiento previo de las Leyes con ese a lcance) ,

le impone también la obl igación de una in terpre tac ión cons

t i tuc ional de la to ta l idad del ordenamiento . En la terminolo

gía a lemana: e l único monopol io del Tr ibunal Const i tucional

es e l monopol io de «rechazo»  (Verwerfung)  de la Ley inconst i tuc ional , rechazo que aquí revis te la forma de una anulación

formal con efectos

  erga omnes.

3.

  El ámbito de aplicación de la Constitución  qu e  corresponde

en todo caso a todos los Tribunales

Recapi tulando, podemos precisar que , según lo que aca

bam os de notar , e l cará cter norm at ivo de la Const i tución

vincula inmedia tamente a la to ta l idad de los jueces y Tr i

bunales del s i s tema y no sólo a l Tr ibunal Const i tucional , y

que esa vinculación di rec ta incluye las s iguientes necesar ias

apl icaciones de la norma suprema, que ha de entenderse

II I. VALOR NORMATIVO EN ESPAÑA

67

que se incluyen ent re las funciones precept ivas a que les

obl igan los pr incipios de somet imiento «al imper io de la

Ley» (art . 117, 1 de la Constitución) y

  iura novit curia:

— enjuic iam iento previo de la const i tuc ion al idad d e las

leyes antes de su aplicación a los dos efectos que inme

d i a t am en te s e p r ec i s an ;

— juic io de «posibi l idad» de inconst i tuc ional idad de la

Ley apl icable a l proceso como resul tado de dicho enjuic ia

miento previo , supuesto en e l cual e l juez o Tr ibunal de

que se t ra te deberá plantear la cues t ión ante e l Tr ibunal

Const i tucional ;

— juic io posi t ivo de const i tuc ional idad de la Ley apl ica

ble a l proceso, como resul tado del mismo enjuic iamiento

previo , ju ic io posi t ivo que condic iona cualquier apl icación

de cualquier Ley;

— juic io de inconst i tu c ional ida d de Reglam entos , com o

previo a cualquier apl icación de los mismos, con la con

secuencia de la inapl icación pura y s imple de los Reglamentos

que se es t imen inconst i tuc ionales (apar te de i legales) ; no

hay en es te caso, pues , por d i ferencia de lo que ocurre con

las Leyes , obl igación de remi t i r la declaración de inconst i tu

c ional idad de las normas a órgano dis t in to , s ino que ta l decla

rac ión (aunque con la consecuencia de inapl icación y no de

una declaración formal de nul idad con efectos genera les ,

sa lvo en e l supuesto especí f ico de los recursos contencioso-

adminis t ra t ivos cont ra Reglamentos) es competencia de cual

quier Tr ibunal (ar t . 7 de la Ley orgánica del Poder Judic ia l

de 1870, art. 1, 2 CC);

— juic io de inconst i tuc io nal idad de los ac tos ju r íd icos

públ icos (adminis t ra t ivos , judic ia les) y pr ivados y negación

de la val idez de es tos ac tos cuando se concluya en su incons

t i tuc ional idad;

— interp re tac ió n con forme a la Const i tución de la to ta

l idad del ordenamiento , tanto de Leyes como de Reglamentos ,

en los términos que luego veremos.

No es , pues , ba lad í precisa men te , s ino que a lcanza la

mayor responsabi l idad y gravedad, e l ámbi to de vinculación

Page 34: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 34/132

Page 35: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 35/132

70 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

l ien , noquiere deci r , aunque lo parezca , que e l legis lador^

sea absolutamente l ibre para in terpre tar y hacer apl icación

a su arbi t r io de ta les pr incipios ; una declaración tan grave

deb ería h abe r figurad o paira ser efectiva corrió un limité . .al

la declaración de inconst i tuc ional idad de las Leyes de des-_

arrol lo de ta les pr incipios , y esa l imi tac ión no consta en

los artículos 161, 1,  a) ,  163 y 164, antes bien la definición,

de la inconst i tuc ional idad en términos puramente formales ,

que incluye la inf racción de todos y cualquiera de los ar

tículos de la Constitución, sin excepción posible.

Esta observación es impor tante , porque s i e l Tr ibunal

Const i tucional puede, como evidentemente puede y debe,

declarar inconst i tuc ional una Ley por inf racción de esos

principios de los artículos 39 y siguientes (lo cual es obvio:

por e jemplo, de las normas del Derecho de Famil ia que no

respeten la par idad de los h i jos , o que prohiban la inves t i

gación de pater nida d: ar t . 39, 2) , eso quiere deci r que e l

Juez ordinar io mant iene respecto de esos pr incipios la p le

ni tud de competencia que hemos vis to que t iene sobre e l res to

de los preceptos const i tuc ionales y que se ar t icula de ma

nera necesar ia con esa reserva jur isdicc ional l imi tada del

Tr ibunal Const i tucional . Es to es ,  ej _ Juez o rdina r io ha de

hacer también necesar ia apl icación de los «pr incipios rec

tores de la pol í t ica socia l y económica» de la Const i tución

y de cualquier o t ro de los pre cep tos de és ta , po r abs t rac to

e impreciso que pueda parecer , para e l e jerc ic io de toda la

función de apl icación const i tuc ional que hemos vis to que

l a Cons t i t uc ión l e im pone , y que com prende — repe t í r nos

la potes tad de enjuic iamiento previo de la const i tuc ional idad

de las Leyes a aplicar, la obligación de remisión de la cues

t ión a l Tr ibunal Const i tucional cuando se susci te duda razo

nable sobre ta l const i tuc ional idad, e l ju ic io posi t ivo de cons

t i tuc ional idad, la in terpre tac ión const i tuc ional de todo e l

ordenamiento , la censura ín tegra de const i tuc ional idad sobre

Decretos legis la t ivos , Reglamentos y ac tos jur íd icos públ icos

y pr ivados . La conclus ión parece di f íc i lmente cues t ionable .

Si eso resul ta para los «pr incipios rec tores de la pol í t ica

socia l y económica», que cont ienen di rec t ivas genera les y no

siempre bien determinadas , y respecto de los cuales la pro

pia Const i tución se ha preocupado de mat izar , aunque infe-

III .

  VALOR NORMATIVO EN ESPAÑA

71

l izmente , su ef icacia jur íd ica supuestamente l imi tada , e l

mismo régimen es predicable de todos y cada uno de los

preceptos const i tuc ionales , sea cual sea su posible grado de

«concen t r ac ión» . Es t a susc i t a r á p rob l em as i n t e rp r e t a t i vos ,

pero en ningún caso podrá conclui rse en su fa l ta de carácter

normat ivo y en la ef icacia de su vinculación genera l y «más

fuer te», en los términos que hemos precisado.

Quizá convenga recordar aquí los opor tunos términos de

una decis ión del Tr ibunal Supremo nor teamer icano (caso

Trop v. Dulles,

  1958):

  «The provisions of the Constitution are

not time-worn adages or hollow shibboleths. They are vital,

living principies that authorize and limit governmentál po-

wers in our nation. They are rules of government. When the

constituíiona lity of an Act of Cong ress is challenge d in this

Court, we must apply those rules. If we do not, the words

of the Constitution become little more than good advise»

( t raducción: «Las declaraciones de la Const i tución no son

adagios gas tados por e l t iempo ni una cont raseña vacía de

sent ido. Son pr incipios vi ta les , v ivos , que otorgan y l imi tan

los poderes del gobierno de nues t ra nación. Son regulacio

nes de gobierno. Cuando la const i tuc ional idad de una Ley del

Congreso se plantea ante es te Tr ibunal , debemos apl icar d i

chas regulaciones . Si no lo hic iésemos, las palabras de la

Const i tución vendr ían a ser poco más que buenos conse

jos») . Desde una concepción sus tancia l de la Const i tución

será imposible entender o t ra cosa: no exis ten en la Const i

tución declaraciones (sean inopor tunas u opor tunas , fe l ices

o desafor tunadas , precisas o indeterminadas) a las que no

haya que dar valor normat ivo y sólo su contenido concre to

podrá precisar en cada caso e l a lcance especí f ico de dicho

valor en cuanto a sus efectos.

5.  En ciertas materias la Constitución es de aplicación directa

como norma de decisión de cualquier clase de procesos, por

haber derogado todas las Leyes que se opongan a su regu

lación

Las conclus iones anter iores pre tenden expl icar cómo la

ar t iculación ent re la Const i tución y las demás normas y ac tos

de l o rdenam ien to d i s t r i buye necesa r i am en te en t r e e l T r ibuna l

Const i tucional y los Tr ibunales ordinar ios la función apl ica-

r

Page 36: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 36/132

72 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

t iva de la Const i tución. Pero hay inmedia tamente que sa lvar

un caso especia l , aquél en que la Const i tución ha derogado

por s í misma las Leyes anter iores cont rar ias a sus regula

c iones y se ha conver t ido en una regla de apl icación di rec ta

y pr imar ia , no obstante cualquier o t ra Ley cont rar ia , con

vers ión en regla de apl icación inmedia ta que operará tam

bién respecto de las leyes futuras en un c ier to grado, a l

menos . Por tanto , en es te supuesto e l Juez ordinar io no sólo

es tará vinculado por la Const i tución, que eso ya hemos vis to

que comprende todo su campo de ac tuación, s ino que esa

vinculación le obl igará a apl icar d i rec tamente e l precepto

const i tuc ional como norma decisora del l i t ig io , s in neces idad

de que e l Tr ibunal Const i tucional declare previamente in

const i tuc ionales las Leyes en cont radicción con dicho pre

cepto .

Esta s i tuación se produce por lo menos en dos supuestos

claros : re cono cimien to y protecc ión de los derech os funda

menta les y par te organizator ia y habi l i tante de los poderes

cons t i t uc iona l e s . Com o t e r ce r supues to h ipo t é t i co hab rá que

examinar e l problema de las Leyes anter iores a la v igencia

de la Const i tución y e l modo en que han s ido afectadas por

la d isposic ión derogator ia 3 de la misma.

A) LA APLICACIÓN DIRECTA DE LA REGULACIÓN CONSTITUCIONAL

DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

a)

  El principio general

El ar t ículo 53, 1 de la Const i tución declara que «los dere

chos y l iber tades reconocidos en e l Capí tulo I I de l presente

Tí tulo vinculan a todos los poderes públ icos». De manera

más c lara , e l modelo vis ib le de es te precepto , que es e l ar

t ículo 1, 3 de la Ley Fundamental de Bonn, dice: «Los si

guientes derechos fundamenta les v inculan a los poderes le

gis la t ivo, e jecut ivo y judic ia l a t í tu lo de Derecho inmedia ta

mente vál ido» o apl icable .

La declaración del ar t ícu lo 53, 1 quiere deci r , evidente

mente , lo mismo que e l precepto const i tuc ional a lemán en

que se ha inspi rado, aunque lo diga de manera menos expre

s iva . No se t ra ta de una mera repet ic ión del pr incipio del

I I I . VALOR NORMATIVO EN ESPAÑA

73

ar t ículo 9 , 1 que ya hemo s con siderad o, y según e l cual tod os

los poderes públ icos , como los c iudadanos , «es tán suje tos

a la Const i tución»; precisamente la exis tencia de es te pre

cepto genera l obl iga a conclui r que e l de l ar t ículo 53, 1

ha quer ido añadi r un plus para la regulación const i tuc ional

de los derechos fundamenta les , p lus que consis te , jus tamen

te ,

  en que ta l regulación t iene e l carácter de Derecho di rec

tamente apl icable , s in neces idad del in termedio de una Ley.

En e s t e s en t i do p roporc iona un c l a ro a rgum en to

  a contrario

el ar t ículo 53, 3 que aca bam os de exam inar en e l ap ar ta do

anter ior de es te es tudio , y que, aunque con torpeza téc

nica , según hemos vis to , condic iona la apl icabi l idad judic ia l

de los «pr incipios rec tores de la pol í t ica socia l y económica»

a su desarrol lo por la Ley, condic ión no exigible para la apl i

cación de las normas const i tuc ionales referentes a los dere

chos fundamenta les a ludida en e l mismo ar t ículo .

Concluye en e l mismo sent ido de la apl icación di rec ta

de la regulación cons t i tuc ional de los derech os fundame nta

les , e l pár rafo 2 del propio ar t ículo 53, que facul ta a cual

quier c iudadano a «recabar la tu te la» de los derechos fun

damenta les (aunque aquí se res t r in ja es ta facul tad a los que

impl ican l iber tades bás icas , que son los regulados en los ar

tículos 14 a 30 inclusive, por la razón que ya hemos consi

derado más a t rás) «ante los Tr ibunales ordinar ios» y poste

r i o rm en te en am paro cons t i t uc iona l an t e e l T r ibuna l Cons t i

tucio nal [com o reiter a el art . 161, 1,

  b)].

  Si los Tr ibunales

ordinar ios han de tu te lar los derechos fundamenta les en la

forma que los ha del ineado la Const i tución, quiere deci r que

és ta será la norma a apl icar en dicho proceso de tu te la .

A su vez , s i e l Tr ibu nal C onst i tucional , qu e es e l defensor

de la Constitución y está sólo sujeto a ella y a su Ley Orgá

nica (art . 1 de su Ley Orgánic a de 3 de octu bre de 1979),

ha de amparar esos derechos , quiere deci rse que la norma

mater ia l de l amparo a pres tar será la propia Const i tución,

único parámetro mater ia l de sus Sentencias . Así lo precisa ,

por lo demás, de manera inequívoca, e l a r t ículo 55, 1 ,

  b),

de dicha Ley Orgánica , a l indicar que la Sentencia que es t ime

un recurso de amparo reconocerá e l derecho violado «de

confo rm idad con su con t en ido cons t i t uc iona lm en te dec l a r a

do», precisamente .

Page 37: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 37/132

Page 38: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 38/132

76 LA  CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍ DICA

efect iva de todos los derechos e in tereses legí t imos —art . 24

y, corre la t ivam ente , 103, 1 y 106, 1; pr incipio const i tuc ional

que hay que entender que ha terminado también con la

excepción de ac to pol í t ico [ar t . 2 ,

  b) ,

  de la Ley de la Juris

dicc ión] , as í como con las arbi t rar ias res t r icc iones de legi t i

mación para la impugnación di rec ta de Reglamentos (hoy

ya, además, s in sent ido posible t ras la desapar ic ión del s i s

tema s indical corporat ivo de in tegración forzosa de in tere

ses),

  por prevalencia del mismo ar t ículo 24, con su a lus ión

a la tu te la efect iva de «intereses legí t imos», derecho de tu

te la extens ible a « todas las personas»; a entender derogadas

todas las ant iguas facul tades adminis t ra t ivas en cont radic

c ión con los derechos fundamenta les —por e jemplo, secues

t ro de pu bl icaciones , ar t . 20, 5 , autor izacio nes e in terv enciones

en mat er ia de reun ión, y asociación y s indical , a r t s . 21, 22

y 28, a impone r sanciones qu e di rec ta o su bsidia r iame nte

impl iquen pr ivación de l iber tad, ar t . 25, 3 , a juzgar por Tr i

bunales de Honor , ar t . 26, e tc .

— Los jueces laborales , ent re o t ras cosas , deberán tener

cuenta del reconocimiento como fundamenta l del derecho

de huelga —art . 28, 2—, que imp l ica derogacion es norm at iva s

im por t an t e s , e t c .

Hemos de añadi r que es ta tes is es hoy pací f ica y no polé

mica . Los jueces y t r ibunales de todas las jur isdicc iones

que es tán enjuic iando con la c i tada Ley de 26 de dic iembre

de 1978, «de protección jur isdicc ional de los derechos fun

damenta les de la persona», la es tán apl icando con unanimi

dad (por e jemplo, la des tacada Sentencia de la Audiencia

Nacional de 10 de mayo de 1979, sobre re cono cimien to del

derecho de asociación de la Masoner ía española) . No tendr ía

sent ido pre tend er qu e sólo apl icando esa Ley procesa l la

Cons t i t uc ión puede p r e t ende r una ap l i cac ión d i r ec t a , po rque

ningún sent ido t iene sos tener que e l ordenamiento jur íd ico

mater ia l es d is t in to según e l s i s tema procesal que se apl ique.

Por ot ra par te , dos e jemplares Resoluciones de la Dirección

General de los Regis t ros y del Notar iado, las de 26 de di

c iembre de 1978 (BOE de 30 de dic iembre , cont iene una

Instrucción) y de 6 de abril de 1979 (BOE de 18 de mayo),

sos tuvieron precozmente e l mismo cr i ter io de apl icación di

rec ta de es ta par te dogmát ica de la Const i tución, para enten-

I I I .  VALOR NORMATIVO EN   ESPAÑA

77

der derogado el art . 42 del Código Civil en cuanto permite sólo

la util ización del matrimonio civil a los no católicos, por con

tra rio al artícu lo 16, 2 de la Con stitució n, y rectifica la ha sta

ahora un i fo rm e j u r i sp rudenc i a sob re e l no r econoc im ien to

de efectos c ivi les a l d ivorc io declarado por Tr ibunales ext ran

jeros a nacionales españoles por v i r tud de la excepción de

orden p úbl ico, rec t i ficación deter min ada p or e l ar t ículo 32, 2

de la Const i tución.

Por s imple resolución adminis t ra t iva , n i s iquiera publ i

cada, se han entendido anuladas todas las sanciones admi

nis t ra t ivas de pr ivación de l iber tad, como contrar ias a l ar

t ículo 25, 3 de la Const i tución y l iberados todos los afectados ,

que no eran pocos (especia lmente en mater ia de cont rabando,

Ley de 16 de julio de 1964). Una Orden del Ministerio de

Sanidad y Seguridad Social de 22 de junio de 1979 (BOE

del 29) aplicó la regla constitucional del artículo 39, 2 para

rect i f icar e l c r i ter io de reducción de la protección de las

famil ias numerosas seguido has ta ahora extendiendo esa pro

tección a las fami l ias formadas por madres sol teras . Así , pues ,

parece que no hay duda a lguna sobre la apl icabi l idad di rec ta

de la Const i tución en mater ia de derechos fundamenta les * .

c)

  El problema de la aplicación directa de la regulación

constitucional de los derechos fundamentales cuando

en éstos incidan leyes posteriores a la Constitución

Hemos hablado has ta ahora de que la apl icación di rec ta

de la Const i tución en mater ia de derechos fundamenta les

* E s t a t e s i s s e h a g e n e r a l i z a d o c o n p o s t e r i o r i d a d a l a p r i m e r a v e r s i ó n

d e e s t e t r a b a j o y e s h o y p a c í f i c a e n l a j u r i s p r u d e n c i a . E n e l I n f o r m e d e l

Con sejo Gene ral del Pod er Jud ic ia l de ab r i l de 1981 sob re e l Proyec to

d e L e y O r g á n i c a d e l P o d e r J u d i c i a l s e p r o p o n e l a s i g u i e n t e r e d a c c i ó n d e l

a r t í c u l o 7 : « L o s d e r e c h o s f u n d a m e n t a l e s y l a s l i b e r t a d e s p ú b l i c a s , e n

s u i n t e g r i d a d , e s t á n g a r a n t i z a d o s y b a j o l a t u t e l a e f e c t i v a d e J u e c e s y

T r i b u n a l e s . — Lo s preceptos del artículo 14 y de los artículos compren

didos en la Sección Primera del Capítulo II del Título I de la Constitu

ción serán directamente aplicables».  Pue de ver se la r e lac i ón de las .Sen

tencia s que ap l i can en 1979 y 1980 p r ec ep t os con s t i tuc iona les en E .

  LINDE

PANIAGUA

  et alt., Materiales para el estudio y aplicación de la Constitu

ción Española de 1978,  «Documentación Ju r íd ica» , enero -d ic . 1980 , Min is

ter io de Jus t ic ia , pp . 539 y s s . , y L .

  PRIETO SANCHÍS,

  Dos años de juris

prudencia del Tribunal Supremo sobre cuestiones constitucionales

  ( I ) ,

en «R ev is ta Esp año la de Derec ho C ons t i tu ciona l» , 1 , 1981 , pp . 207 y s s .

T a m b i é n e n « B o l e t í n d e J u r i s p r u d e n c i a C o n s t i t u c i o n a l » , C o n g r e s o d e l o s

Di pu tad os, 1, 1981, pp . 51 y ss.

I I I . VALOR NORMATIVO EN ESPAÑA

79

Page 39: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 39/132

78 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

ha impl icado la derogación de las leyes anter iores que regu

laban es ta mater ia de manera dis t in ta , derogación que hace

innecesar io e l p lanteamiento a l Tr ibunal Const i tucional de

la cues t ión de la const i tuc ional idad de todas esas Leyes .

El problema es dis t in to , como se comprende, respecto de

las Leyes (genera lmente Orgánicas , ar t . 81, 1) pos ter iores

a la Const i tución, que a l regula r los derecho s funda menta les

o incidi r sobre los mismos puedan inclui r preceptos incons

t i tuc ionales . ¿Perderá en es tos supuestos e l juez ordinar io

la pos ibi l idad de la apl icación di rec ta de la Const i tución y

deberá plantear ante e l Tr ibunal Const i tucional previamente

la cues t ión de la inconst i tuc ional idad de las leyes? La cues

t ión es compleja . Por una par te , la voluntad expl íc i ta del

artíc ulo 53, 1 es la de la conv ersió n de la regu lación cons

t i tuc ional de los derechos fundamenta les en una norma de

apl icación di rec ta e inmedia ta , según e l modelo germánico.

Por ot ra par te , e l monopol io de la declaración de inconst i

tucional idad de las Leyes por e l Tr ibunal Const i tucional no

ha s ido exceptuado en es te caso. La solución a es te pro

b l em a hab rá de ponde ra r am bos p r i nc ip ios , deb i endo , en con

secuencia , ar t icularse , a nues t ro ju ic io , de l modo s iguiente :

1 . ° La tu te la d i rec ta de los derechos fundamenta les , a

t ravés de la protección reforzada del amparo judic ia l y e l

am par o cons t i tuc ional , que pre scr ib e e l ar t ículo 53, 2 y re i tera

el 161, 1,

  b) ,

  ha de u t i l i z a r necesa r i am en te com o pa rám e t ro

normat ivo de la vulneración de los derechos que se denuncie

el texto const i tuc ional ; e l a r t ículo 55, 1 ,

  b) ,

  de la Ley Orgá

nica del Tr ibunal Const i tucional es expl íc i to : se reconocerá

el derech o violado «de conform idad con su contenido cons-

t i tuc ionalmente declarado». Si con ocas ión de es ta apl ica

c ión de la Const i tución se aprecia que la Ley de desarrol lo

de la misma no cont radice a és ta , se apl icará también es ta

Ley de m ane ra s im u l t ánea , f o rm ando un com ple jo no rm a

t ivo uni tar io con e l precepto const i tuc ional , cuya super ior i

dad de rango habrá de pres idi r la in terpre tac ión del conjun

to ;  en otro caso, esto es, si se estima que la Ley, eventual-

mente Orgánica , no respeta «el contenido esencia l» del dere

cho fundamenta l de que se t ra te , e l Tr ibunal de amparo,

bien ordinar io , b ien const i tuc ional , deberá a tenerse a d icho

contenido esencia l para dispensar e l amparo, s in que e l Tr i

bunal ordinar io tenga que demorar ( lo que i r ía cont ra e l

mandato de «preferencia y sumar iedad» que impone a l am

par o e l ar t . 53, 2) d icho am par o par a su bstan ciar un inci

dente previo de inconst i tuc ional idad de dicha Ley Orgánica ,

inconst i tuc ional idad que, según e l ar t ículo 55, 2 de la Ley

Orgánica del Tr ibunal Const i tucional , podrá ya declarar e l

Tr ibunal Const i tucional a l resolver , en su caso, e l amparo

const i tucional .

2 .° Fue ra de ese supu esto de la tu te la d i re c ta de los de

r echos m ed ian t e am paro , en t endem os que hab rá que ap l i ca r

la regla común sobre e l monopol io de rechazo de las Leyes

inconst i tuc ionales por e l Tr ibunal Const i tucional , s i b ien e l

pr incipio genera l de la in terpre tac ión del ordenamiento con

forme a la Const i tución, sobre e l que hablaremos luego,

deberá ser apl icado aquí de manera especia lmente in tensa

para no plantear la cues t ión de la inconst i tuc ional idad más

que en e l caso ext remo de una inconci l iabi l idad manif ies ta ;

e l cr i ter io de la apl icación di rec ta e inmedia ta de la Cons

t i tuc ión fuerza aquí , como ya antes hemos notado, a una

apl icación s imul tánea y jerarquizada de la Const i tución y de

las Leyes, sin que la aplicación de éstas pueda ocultar o ex

c lui r la apl icación pr imordia l de la regulación const i tuc ional

de los derechos fundamenta les .

B LA APLICACIÓN DIRECTA DE LA PARTE ORGANIZATORIA Y HABI-

LITANTE DE LOS PODERES CONSTITUCIONALES

No cabe duda a lguna de que la par te orgánica de la Cons

t i tuc ión es v inculante para los órganos const i tuc ionales por

e l la d iseñados , tanto para su formación como para sus com

petencias y funcionamiento . El efecto más inmedia to e indis

cut ib le del ac to const i tuc ional es e l de const rui r de manera

inmedia ta y efect iva un s is tema de poderes capaces de fun

c ionar y de ac tuar y que en conjunto diseñan la es t ructura

bás ica del Estado. Este aser to ha s ido e l único en e l que

t radic ionalmente se resumía e l va lor normat ivo di rec to de

la Const i tución, y aunque esa exclus ividad no sea hoy de

recibo, como ya sabemos, no hay razón para negar hoy

la efect iv idad de ese campo de apl icación di rec ta , sa lvo que

se negase a la vez la ef icacia organizator ia inmedia ta de la

Const i tución en su función pr imar ia de pues ta en pie de un

nuevo s is tema de poderes y órganos por los que va a d is -

80 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA I I I .

  VALOR NORMA TIVO EN ESPAÑA

81

Page 40: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 40/132

currir la vida entera del Estado —sin lo cual ya no habría

manera de saber qué cosa es una Constitución.

Los órganos constitucionales son los construidos o defini

dos por la Constitución. Muchos de ellos (por ejemplo, la

Corona , Tí tu lo I I ) no prec isan de desa rro l lo normat ivo u l te

rior sobre la regulación constitucional; otros s í requieren

ese desarrollo para su plena efectividad (por ejemplo, la Ley

electoral para la formación de las Cámaras, arts . 68, 69 y 70)

y para su funcionamiento (por ejemplo, Reglamentos de las

Cámaras, art. 72); a veces, en fin, hay una s imple previsión

genérica de un órgano y de su misión y la remisión íntegra

de su organización y funcionamiento a una Ley Orgánica

(por ejemplo, Consejo de Estado, art. 107; Tribunal de Cuen*

tas ,  art. 136).

In te resa des taca r dos cosas respec to a es ta pa r te o rgán ica

de la Constitución:

1.° Los prec epto s orgánicos constitucio nales son de inme

diata aplicación por todos los poderes públicos y, en con

c re to ,

  por los propios órganos a que la regulación constitu

c iona l se re f ie re . Ex is tan o no normas complementa r ias o

de desarrollo de esta regulación, ésta es plenamente eficaz

por s í misma y, por tanto, rige la formación y el funciona

miento de los órganos afectados, s in que éstos o cualesquiera

otros con los que entren en relación tengan que solicitar del

Tribuna l Cons t i tuc iona l in te rpre tac ión o ap l icac ión n inguna .

Si exis tiesen Leyes anteriores contrarias a la regulación cons

t i tuc iona l habría que en tenderlas de rogadas por v ir tud de la

disposición de roga toria 3, s in que sea precis o para inaplicar-

las p romover una prev ia dec la rac ión de incons t i tuc iona l idad

de las mismas ante el Tribunal Constitucional. La eficacia

inmediata de la Constitución en su función organizatoria de

los nuevos poderes así lo impone.

2.° Una impo rta nte consecu encia de la regla ante rior es

que todas la s normas cons t i tuc iona les que hab i l i ten de te r

minadas actuaciones a los órganos por ellas regulados son

normas de ap l icac ión inmedia ta , no obs tan te even tua les Leyes

an te r io res con tra r ias , que han de en tenderse de rogadas , se

gún lo ind icado . Es te c r i te r io p resen ta bas tan te in te rés p rác

t ico;

  por e jemplo :

— El Rey nom bra y re leva l ib remente a los m iemb ros

civiles y militare s de su casa (art. 65, 2), lo que prevalece

s in p roced imien to espec ia l n inguno sobre toda la normat iva

an te r io r sobre la mate r ia , que no respondía s iempre a ese

c r i te r io .

— Las Cám aras pueden no mb rar Comis iones de Invest i

gación, sobre cualquier asunto de interés público (art. 76, 1),

con las facultades que de este precepto resulten, aunque sus

Reglamentos aún vigentes no lo hayan aún previsto (cfr. , ar

tículo 45 del Reglamento Provisional del Congreso, de 17 de

octubre de 1977; art. 59 del Reglamento Provisional del Se

n a d o ,

  de 18 de octubre de 1977).

— Los Decretos-leyes habr án de dictarse segú n la regu

lación del artículo 86 de la Constitución, s in que sea aplica

ble (ni requiera previa declaración de inconstitucionalidad)

lo dispuesto por el art. 10, 3 de la Ley de Régimen Jurídico

de la Administración del Estado de 1957; del mismo modo

que no será preciso obtener la declaración de inconstitucio

na l idad de cuan tos p recep tos de es ta misma Ley prevén

unos poderes del Jefe del Estado (y la limitación correspon

diente de los del Presidente del Gobierno y del Consejo de

Mi nistro s; por ejem plo: art. 10, núm s. 3, 4, 6 y 7; art. 11,

números 2, 9, e tc .) hoy incompatibles con la Constitución,

lo que s ignifica que los poderes del Gobierno y de su Pre

sidente son hoy ejercitables en los términos que resultan di

rec tamente de la Cons t i tuc ión .

— La Adminis t rac ión puede tom ar in ic ia t ivas empresa

riales en la activid ad econó mica (art. 128, 2), s in neces idad

de seguir los p roced imien tos an te r io res basados sobre e l ca

rácter subsidiario de dicha iniciativa (Ley del Plan de Des

arrollo, texto refundido de 15 de junio de 1972, art. 5).

— A los juzgad os y Trib unal es cor resp ond e «exclusiva

mente» hacer ejecutar lo juzgado (art. 117, 3), lo que supone

una derogación de los tradicionales privilegios de la Admi

n is t rac ión sobre e jecuc ión de Sen tenc ias con tenc ioso-admin is -

trativas (arts . 103 y s iguientes de la Ley de esta Jurisdicción,

de 27 de diciembre de 1956) y aun civiles en materia patri

monial (Ley General Presupuestaria de 4 de enero de 1977,

artículo 44); como a la vez se define la obligación de eje-

8 2  LA C O N S T I T U C I Ó N C O M O N O R M A J U R Í D I C A

I I I .

  V A L O R N O R M A T I V O

  EN

ESPA Ñ A 83

Page 41: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 41/132

c u t a r  las  Sen t enc i a s  y  dem ás resoluc iones f i rmes  de los

j ueces

 y

 Tr ibuna l e s

  (art.

 118),

 hay que

 en t ende r t am bién de ro

gado

  el

  l ími te

  que a las

  condenas pa t r im on ia l e s

  a la

  Admi

n i s t r ac ión supon í a  la  neces idad  de una  do t ac ión p r e supues

t a r i a  de  c o b e r t u r a  y la  incoerc ibi l idad  de las Cor t e s  en  es ta

m a te r i a

  (art. 108 de la Ley de la

  Jur isdicc ió n con tencioso-

adm in i s t r a t i va ) .

Se t r a t a , s im p lem en te ,

 de

 r e c o r d a r

  la

  eficacia organizat iva

inm ed ia t a  de la  Cons t i t uc ión pa r a  el  m on ta j e  y  funciona

m ien to

  de los

  nuevos pod eres , e f icacia

  que no

  neces i ta

  en

es te campo, sa lvo remis ión inmedia ta

  de la

  m i s m a

  y en la

m edida  en que esa  remis ión tenga  que  cub r i r  un  vacío ma

te r ia l completo ,  del  i n t e rm ed io  de la  legis lac ión ordinar ia .

Si

 así no se

  reconociese

  se

  e s t a r í a negando

 la más

  e lementa l

eficacia

  de la

  Cons t i t uc ión , r educ i éndo l a

  a un

  m ero docu

m en to r e tó r i co .

Parece innecesar io precisar

  que

  es te aser to

  hay que ma

t izar lo

  en un

  ca so conc re to ,

 el de las

  Com unidades A u tóno

m as r egu l adas

  en el

  Tí tulo VIII . Como

  es

  conoc ido ,

  la

  auto

nom ía

  de

  es tos entes

  y su

  ám bi to

  no

  es tá const ru ida di rec

t a m e n t e  por la  Const i tución, s ino  que és ta  se  l imi ta a  ofrecer

un cuad ro de pos ib i l idades  que d e b e r á  ser ac tuado m ed ian t e

una opción concre ta  de los  t e r r i t o r i o s i n t e r e sados , a r t i cu l ada

con

 una

 decis ión

  de las

  Cor tes Generales , mediante

  el

  corres

pond i en t e Es t a tu to .

 La

  autonomía efect iva

  y su

  alcance con

cre to surgen, pues ,

  del

  E s t a t u t o

  y no de la

  Const i tución.

Pe ro

  una vez

  d i c t ados

  los

  co r r e spond i en t e s Es t a tu to s ,

  la

Const i tución segui rá s iendo

  una

 n o r m a

  de

  apl icación di rec ta

en cuan to  a su  func ionam ien to  y a sus  l ími tes . Ser ía  un

e r ro r pensa r  que los E s t a t u t o s , una vez conc re t ada  la  opción

y

  el

  g r ado

  de las

  respect ivas au tono mías , suplen def ini t iva

m e n t e

  a la

  Const i tución

  y la

  hacen

  en

  adelante inapl icable .

H oy

  el

 a r t í cu lo

  27, 2,

 a),

 de la Ley

 Orgánica

  del

  Tr ibuna l

Const i tucional   ha  de j ado pe r f ec t am en te c l a r a  la  «pr imacía

de

  la

  Const i tución» sobre

  los

 E s t a t u t o s

  de

 A u tonom ía

  y, por

t an to ,

  la

 neces idad

  de

 i n t e r p r e t a r

  y

  apl icar és tos

  de

  acue rdo

co n  los  p r ecep tos cons t i t uc iona le s — con t r a  lo que en  a lgún

m o m e n t o

  han

  p r e t end ido

  los

  nac iona l i sm os au tonom is t a s

ex t r em os .

C) LA DISPOSICIÓN DEROGATORIA DE LA CONSTITUCIÓN Y SU

A LC A N C E.  EL PR O B LEM A  DE LA L E G I S L A C I Ó N P R E C O N S T I T U C I O -

NA L

  DE

C O N TEN I D O

  NO"

 D I R E C T A M E N T E P O L Í T I C O

a)

  Hem os hecho a lguna a lus ión

  a la

  Disposic ión Dero

ga to r i a  de la  C ons t i t uc ión  y  conv i ene de t ene rnos  de  m a n e r a

d i r ec t a

 en la

  i n t e rp r e t ac ión

  de su

  a lcance , especia lmente

 por

lo

  que

 hace

  al

  p rob l em a cap i t a l

  de su

  incidencia sob re tod a

la legis lac ión anter ior  de  con t en ido  no  d i r ec t am en te po l í t ico .

La Disposic ión Derogator ia t iene t res apar tados:

  en el 1.°

se dec l a r an de rogadas

  la Ley

  p a r a

  la

  Reform a Pol í t ica

  de

4

  de

  ene ro

  de

  1977,

 que fue el

  i n s t r u m e n t o

  de la

  t r ans i c ión

pol í t ica , como

  es

  s ab ido ,

 y, en la

  m ed ida

  en que no

  hub i e sen

s ido de rogadas

  por

  d i cha

  Ley,

  t odo

  el

  con jun to

  de

  Leyes

F u n d a m e n t a l e s

  del

  s i s t em a f r anqu i s t a ,

  que se

  e n u m e r a n

 una

p o r

  una. El

  a p a r t a d o

  2.° se

  ref iere

  al

  Real Decre to

  de 25 de

o c t u b r e

  de

  1839,

 en

  re lac ión

  con el

  régimen fora l

  de las

  Pro

vincias

  de

  Álava, Guipúzcoa

  y

  Vizcaya, cues t ión

  que

  carece

a h o r a  de  i n t e r é s pa r a nu es t ro t em a .  Y,  f i na lm en te ,  el  apar

t ado  3.° de la  Disposic ión Derogator ia d ice  lo  s iguiente :

«Asimismo quedan derogadas cuantas disposiciones

  se

opongan

  a lo

 establecido

 en

  esta Constitución.»

Es t a c l áusu l a p l an t ea p rob l em as i n t e rp r e t a t i vos  de  gran

t r anscendenc i a .

Tiene,  por de  p r o n t o ,  un  a lcance c laro ,  que es el que

hem os t r a t ado

  de

  p o n e r

  de

  manif ies to

  más

  a t r á s :

  la

  dero

gación

  se

  en t i ende p ro duc ida

  ministerio legis

  pa r a t odas

aque l l a s no rm as

  que

 r egu l aban

  de

 m ane ra d i s t i n t a

  a la

  Cons

t i t uc ión aque l l a s m a t e r i a s  en que  és ta  es de  indiscut ib le

apl icación di rec ta , es to

  es,

 de r echos fundam en ta l e s

  y

  organi

zación, competencia

  y

  func ionam ien to

  de los

  poderes . Aquí

e l efec to derogator io impl ica  que  cua lqu i e r ap l i cado r del De

recho, juez , Tr ibunal , órgano públ ico, suje to pr ivado, in tér

p r e t e

  de

  cualquier especie ,

  ha de

  conclui r

  en la

  falta

  de

vigencia

  de las

 no rm as an t e r i o r e s

  y ha de

 p r o c e d e r

  a la

  apli

cación di rec ta  de los p r ecep tos cons t i t uc iona l e s . No hay nin

guna neces idad

  de

  r em i t i r

  la

  cues t ión

  de la

  con t r ad i cc ión

en t r e no rm a an t e r i o r sob re d i chas m a te r i a s

  y

  no rm a cons t i -

8 4 L A C O N S T I T U C I Ó N C O M O N O R M A J U R Í D I C A

I I I .

  V A L O R N O R M A T I V O E N E S P A ÑA 8 5

Page 42: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 42/132

tuc iona l a l Tribuna l Cons t i tuc iona l , porque és te no en t iende

del problema de las derogaciones de normas, s ino, precisa

mente, de la posible contradicción con la Constitución de

nor ma s form alm ente v igentes . El texto del artíc ulo 163, que

es el básico, no admite dudas interpretativas: el juez ha

de plantear la cuestión de inconstitucionalidad ante el Tri

bunal Constitucional sólo «cuando considere en algún pro

ceso que una norma con rango de Ley, aplicable al caso,

de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la

Cons t i tuc ión» . No se t ra ta , pues , de un prob lema formal de

vigencia o de derogación, s ino de validez de fondo; y, sobre

t odo ,

  la cuestión ha de referirse a la Ley «aplicable al caso»,

lo que presupone, precisamente, su vigencia y excluye la

pos ib i l idad de ap l ica r e s ta mecánica respec to de la s normas

derogadas ya de manera fo rmal . E l p rob lema de la de rogac ión

debe ,

  pues, ser resuelto de una manera previa por el juez

' o rd inar io .

Nos parece difícilmente discutible esa conclusión: de la

misma manera que se r ía absurdo tener que l levar a l Tribuna l

Constitucional la decis ión sobre la derogación de aquellas

norm as exp resamen te re fe r idas en e l apar tad o 1 de la Dis

posición Derogatoria , puesto que el efecto derogatorio está

ya decidido de manera formal, y con la máxima eficacia nor

mat iva pos ib le , la que o torga la supernorma cons t i tuc iona l ,

de l mismo modo se rá absurdo tener que consu l ta r a l Tri

buna l s i una de te rminada norma ha s ido o no derogada por

el apartado 3 de la misma Disposición. Es evidente que en

nada puede variar la solución por el hecho de que el apar

tado 3 con tenga una c láusu la de roga tor ia genérica e impre

c isa mien tr as qu e en e l apar tado 1 la de rogac ión es exp l íc i ta

y re fe r ida a normas concre tas ; ta l imprec is ión de l apar ta

do 3 deberá se r ob je to de una in te rpre tac ión que concre te su

a lcance , pe ro no puede nunca convert i r un prob lema de de ro

gac ión en un prob lema de incons t i tuc iona l idad .

La in te rpre tac ión da in ic ia lmente e l re su l tado que hemos

sos ten ido : de rogac ión de todas la s normas regu ladoras de

aque l las mate r ias en que la Cons t i tuc ión t iene una pre ten

sión de aplicación directa e inmediata , esto es , derechos

fundamenta les y pa r te o rgan iza t iva y hab i l i tan te de los po

deres públ icos cons t i tuc iona les .

Pero e l ve rdad ero prob lem a surge ahora : ¿ha de en ten

derse que se detiene ahí el efecto derogatorio de la Consti

tución o, por el contrario, debe extenderse a la totalidad

de la legis lación anterior a la Constitución en cuanto le sea

reprochable una con trad icc ión cua lqu ie ra con a lguna de la s

normas o p r inc ip ios cons t i tuc iona les? Es ta cues t ión presen ta

la mayor importancia: s i hubiese que extender los efectos

de la cláusula derogatoria , apartado 3, a la totalidad de las

Leyes pre-constitucionales , sea cual sea su contenido, la cues

t ión de su con trad icc ión con la Cons t i tuc ión como presu

puesto de su derogación debería ser decidida por los jueces

y Tribuna les o rd inar ios ; en e l o t ro caso no podría hab la rse

de de rogac ión s ino de incons t i tuc iona l idad , aunque sea en

la forma de una inconstitucionalidad sobrevenida, y la cues

t ión , en cuan to se p lan tee , deberá se r remit ida a l Tribuna l

Cons t i tuc iona l , cuyas dec is iones es t imator ias tendrán va lor

erga omnes  y definitivo.

Ac la remos que los dos mode los p re fe ren tes de l cons t i tu

yente español, la Constitución italiana de 1947 y la Ley Fun

dame nta l a lem ana de 1949, han resue l to es te mism o p rob lem a

de manera d ive rsa .

b)   La fórm ula de la Ley Fun dam ent al de Bonn es la

que se contiene en su artículo 123: «El Derecho en vigor

an tes de la reun ión de l Par lamento Federa l [cons t i tuyen te ]

cont inúa r ig iendo s iempre que no es té en con trad icc ión con

la p resen te Ley Fundamenta l .» Es ta fó rmula es muy c la ra

en su expresión, puesto que se refiere a todo el Derecho

pre-constitucional, y precisa s in equívoco que el que esté en

contrad icc ión con la Cons t i tuc ión habrá de en tenderse de ro

gado .

  Por e l lo e l Tribuna l Federa l Cons t i tuc iona l no ha vac i

lado nunca en remit i r la de te rminac ión de esas con trad ic

ciones, en cuanto originan una derogación formal, a los Tri

buna les o rd inar ios , negándose a acep ta r la cues t ión como

un prob lema de con tro l de cons t i tuc iona l idad de la s Leyes .

Sin perjuicio de ello, y entendiendo que en cuanto a sus

efectos la derogación y la inconstitucionalidad coinciden en

la negación final de validez de la norma, el Tribunal Cons

t i tuc iona l Federa l ha admit ido que pueda u t i l iza rse la v ía

de l recurso d irec to de incons t i tuc iona l idad (que en Alemania ,

a d ife renc ia de lo que ocurre en tre noso tros , ca rece de p lazo

86 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

I I I .

  VALOR NORM ATIVO EN ESPAÑA 87

Page 43: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 43/132

y es , por tanto , d isponible en cualquier t iempo) cont ra leyes

anter iores a la Const i tución, por e l argumento de que es una

vía que sólo e l propio Tr ibunal Const i tucional puede dis

pensar , lo que no ocurre en la h ipótes is de un recurso indi

rec to o «cues t ión de inconst i tuc ional idad» (en nues t ra propia

terminología) , que por e l lo no admite , remi t iendo a l ju ic io

conc re to de de rogac ión que co r r e sponda a l T r ibuna l   a quo.

La fórmula i ta l iana es d is t in ta . La Const i tución i ta l iana

carece de c láusula derogator ia expresa , pero eso, como se

comprende, no la d ispensa de derogar todas las normas que

se opongan a e l la , por ser és te un efecto l igado a l carácter

innovat ivo de toda norma y más cuando es ta norma es una

Const i tución y pre tende ser , por tanto , e l fundamento y base

de todo e l ordenamiento . Para jus t i f icar ese efecto deroga

torio se invocaba, en efecto, el artículo 15 de las disposicio

nes pre l im inares del Código Civil , que regula la su ces ión

de las Leyes en e l t iempo. Pues bien, la pr imera de las Sen

tencias d ic tadas por e l Tr ibunal Const i tucional i ta l iano   (Sen

tencia n úm. 1 de 1956)

  se enfrentó , jus tamente , con e l pro

blema de s i é l e ra competente para decidi r sobre la incons

t i tuc ional idad de las Leyes anter iores a la Const i tución, o ,

más bien, por t ra tarse de un tema de derogación formal ,

debía de resolverse la cues t ión por los jueces o Tr ibunales

ordinar ios . El Tr ibunal decidió en favor de la pr imera solu

c ión, por es t imar que no se t ra taba de un problema de abro

gación s ino de i legi t imidad const i tuc ional sobrevenida . La

solución, re i terada luego en todas cuantas ocas iones se ha

planteado, ha s ido aceptada también por la jur i sdicc ión or

dinar ia y por cas i la unanimidad de la doct r ina . Se t ra ta ,

en efecto , de un problema de compat ibi l idad con las bases

const i tuc ionales del ordenamiento jur íd ico susci tada con oca

s ión de la apl icación actual de una norma, aunque la e labo

ración de és ta haya s ido anter ior . Por es ta razón la cues t ión

no es p lanteable cuando se t ra ta de una apl icación ya con

sum ada ba jo e l an t i guo o rdenam ien to cons t i t uc iona l .

En t odo ca so , e s im por t an t e hace r i nm ed ia t am en te una

salvedad: esa inconst i tuc ional idad sobrevenida ha de refe

r i rse precisamente a la cont radicción con los pr incipios mate

r ia les de la Const i tución, no a las reglas formales de e labo

ración de las Leyes que és ta es tablece hoy. El Tr ibunal

Const i tucional y la doct r ina i ta l iana han precisado, en efecto ,

que no puede reprocharse inconst i tuc ional idad a las Leyes

(o Decretos-leyes y Leyes delegadas) anteriores a la Consti

tución por la sola razón de que la aprobación que en su

momento las d io valor normat ivo sea cont rar ia a las reglas

const i tuc ionales ac tuales de aprobación de las Leyes . El

p r i nc ip io  ternpus regit actum  dis t r ibu ye rac ion alme nte en e l

t iemp o esos dos efectos : la aprobación de la Ley se hizo

conforme a l orden const i tuc ional v igente en su momento;

la apl icación de la Ley debe respetar los pr incipios const i tu

c ionales del ordenamiento que r igen en e l momento en que

dicha apl icación t iene lugar .

c) ¿Quid

  en e l Derecho español? En la pr imera vers ión

de es te t rabajo propusimos segui r la solución i ta l iana , espe

c ia lmente por una razón práct ica , por entender que a t r ibui r

a l Tr ibunal Const i tucional e l monopol io del problema prome

t ía una valoración m ás apu rad a de la const i tu c ional ida d de

los textos legales pre-const i tuc ionales que lo que cabr ía espe

rar del enjuic iamiento disperso por todos los órganos de la

jur isdicc ión ordinar ia como una cues t ión de s imple deroga

ción. El criterio de la

  lex superior,

  adm in i s t r ado po r una

jur isdicc ión especia l izada, parece que puede rendi r mejores

f rutos , con segur idad, que e l de la

  lex posterior

  apl icado por

todos los Tr ibunales , dado además e l pr incipio de conserva

c ión de las normas en e l t iempo y su corre la t iva no derogación

de no produci rse con la nueva una incompat ibi l idad manif ies

ta (art . 2, 2 CC). A la vez, las razones de un a con cen trac ión

de la jur isdicc ión f rente a su dispers ión parecían garant izar

mucho más ef icazmente , por razones que ya conocemos, la

segur idad jur ídica , esencia l cuando se t ra ta de la s i tuación

de la to ta l idad de las Leyes anter iores a la Const i tución.

Según es to , la c láusula derogator ia 3 habr ía de in terpre

tarse en e l sent ido de que sólo a lcanzaba a aquel las normas

de contenido pol í t ico que regulasen las mismas mater ias que

las normas de la Const i tución a las que és ta ha quer ido dar

efecto de apl icación inmedia ta y di rec ta (es to es , según lo

ya expuesto: derechos fundamenta les y par te organizator ia

y habi l i tante de los pod eres p úbl icos) y que efectúan esa

r egu l ac ión de m ane ra p r ec i s am en te opues t a o no com pa t i

ble ,  icto oculi,  con la regulación const i tuc ional . Toda ot ra

88 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

I I I .

  VALOR NORM ATIVO EN ESPAÑA

89

Page 44: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 44/132

posible cont radicción de la legis lac ión pre-const i tuc ional , en

bloque, con los pr incipios const i tuc ionales no ser ía causa

de derogación formal propiamente , decíamos (y , por tanto ,

no podr ía ser decidida por los jueces ordinar ios , únicos

competentes para di lucidar los temas de vigencia y deroga

c ión de las normas) , s ino que deber ía dar lugar , s imple

men te , a l p lan team iento de la cues t ión de incon st i tuc ional i -

dad ante e l Tr ibunal Const i tucional , s iempre , na tura lmente ,

que se ref ieran a leyes o normas con rango de Ley, pues ya

sabemos que és te es e l único supuesto en que opera e l mo

nopol io jur isdicc ional del Tr ibunal Const i tucional .

Ahora bien, es ta tes is , que nos s igue pareciendo que era

la más prudente , no es la que ha seguido e l Tr ibunal Cons

t i tuc ional en sus pr imeras Sentencias . El caso se planteó

di rectamente en la pr imera Sentencia dic tada por é l ,

  la de

2 de febrero de 1981,

 que resolvió e l recu rso di re c to formu

lado por un grupo de Senadores socia l i s tas cont ra diversos

preceptos de la Ley de Régimen Local (bases de 1945 y 1953,

Texto Refundido de 24 de junio de 1955; Bases de 1975 y

Texto Art iculado parc ia l de 6 de octubre de 1977) . Es te re

curso de inconst i tuc ional idad, d i r ig ido, como se habrá no

tado, cont ra Leyes anter iores a la Const i tución, se in terpuso

al amparo de la Disposic ión Transi tor ia 2 .

a

, 1, de la Ley

Orgánica del Tr ibunal Const i tucional , que abr ió un plazo

para in terp oner «el recu rso de inconst i tuc ional idad » a par t i r

del momento en que e l Tr ibunal quedase const i tu ido cont ra

«Leyes . . . anter iores a aquel la fecha». El Abogado del Estado

formuló excepción de inadmis ibi l idad del recurso por en

tender que «al t ra tarse de una legis lac ión anter ior a la Cons

t i tuc ión, la cues t ión susci tada es de derogación y no de

inconst i tuc ional idad».

La Sentencia rechazó esa excepción y pasó a l fondo del

recurso. Su argumentación bás ica par te de que «la pecu

l iar idad de las leyes preconst i tuc ionales consis te , por lo que

ahora in teresa , en que la Const i tución es una Ley super ior

— cr i t e r i o j e r á rqu i co— y pos t e r i o r — cr i t e r i o t em pora l— y

la coincidencia de es te doble cr i ter io da lugar —de una

par te— a la inconst i tuc ional idad sobrevenida y consiguiente

inval idez de las que se opongan a la Const i tución, y —de

otra— a su pérdida de vigencia a par t i r de la misma para

regular s i tuaciones futuras , es deci r , a su derogación. . . pér

d ida de v igenc i a [ qu e ] s e encuen t r a exp re sam e n te p r ecep

tuada por la Disposic ión Derogator ia de dicha norma fun

damenta l . . . La lec tura de es ta d isposic ión evidencia que

las leyes anter ior es qu e se opon gan a lo dispu es to en la

Cons t i t uc ión quedan de rogadas» . Pe ro s egu idam en te a f i rm a

que «no puede nega r se que e l T r ibuna l , i n t é rp r e t e sup rem o

de la Const i tución , según e l ar t ícu lo 1 de su Ley Orgánica ,

es competente para enjuic iar la conformidad o disconformi

dad con aquel la de las Leyes preconst i tuc ionales impugna

das , declarando, s i procede, su inconst i tuc ional idad sobre

venida y , en ta l supuesto , la derogación operada por v i r tud

de la Disposic ión Derogator ia». Invoca en favor de es ta com

petencia del Tr ibunal Const i tucional e l e jemplo i ta l iano y

alemán (aunque en es te caso s in expl icar la razón de la l imi

tac ión de la competencia del Tr ibunal a los recursos di rec

tos) .

  De todo e l lo concluye formulando de es ta manera la

solución que declara para e l Derecho español :

«Así como frente a las leyes postconstitucionales el Tri

bunal ostenta un monopolio para enjuiciar su conformidad

con la Constitución, en relación a las preconstitucionales

los jueces y Tribunales deben inaplicadas si entienden que

han quedado derogadas por la Constitución, al oponerse

a la misma; o pueden, en caso de duda, someter este tema

al Tribunal Constitucional por la vía de la cuestión de

inconstitucionalidad... Sólo excepcionalmente, en cuanto a

las [Leyes] anteriores a la Constitución, corresponde tam

bién a los jueces y Tribunales integrados en el Poder Judi

cial; los cuales, al inaplicar tales leyes, no enjuician real

mente la actuación del legislador —al que no le era exigi-

ble en aquel momento que se ajustara a una Constitución

entonces inexistente—, sino que aplican la Constitución,

que ha derogado las Leyes anteriores que se opongan a lo

establecido en la misma y que —por ello— son inconstitu

cionales. En definitiva, no corresponde al Poder Judicial el

enjuiciar, pues tal enjuiciamiento está atribuido al Tribunal

Constitucional.»

Concluye la Sentencia observando que esa a l ternat iva

ent re inapl icación por los jueces y Tr ibunales ordinar ios

de la Ley preconst i tuc ional que cont radiga la Const i tución

según e l argumento de la derogación, y decis ión del propio

90 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

I I I .  VALOR NORMA TIVO EN ESPAÑA 91

Page 45: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 45/132

Tribuna l Cons t i tuc iona l cuando d ichos jueces y Tribuna les

ord inar ios no aprec ien por s í mismos la de rogac ión y an te

la duda de s i se ha producido o no planteen una cuestión

de incons t i tuc iona l idad , e sa a l te rna t iva de so luc iones p ro

duce una única diferencia: que la Sente ncia del Tribu nal

Constitucional tendrá fuerza  erga omnes,  cumpliendo la « im

portan te func ión . . . de depura r e l o rdenamien to , reso lv iendo

de manera definitiva y con carácter general las dudas que

puedan p lan tea rse» , lo que no es e l caso na tura lmente de

las estimaciones de derogación que puedan hacer los Tribu

na les o rd inar ios .

Esta es la doctrina establecida por esta Sentencia, que

ha confi rmado la pos te r io r  de 8 de abril de 1981,  p roduc ida

en o tro recurso de incons t i tuc iona l idad d ir ig ida con tra o tra

norma preconstitucional, e l Real Decreto-ley de 4 de marzo

de 1977, regulador del derecho de huelga. En esta segunda

Sentenc ia , e l Tribuna l e spec if ica técn icamente un a rgumento

que en la primera estaba más oscuro, el s iguiente:

«Hay que señalar que no existe una auténtica contradic

ción entre el problema vigencia-derogación y el problema

constitucionalidad-inconstitucionalidad. No es enteramente

exacta la opinión de que el tema de la vigencia o deroga

ción es previo al de la constitucionalidad, porque respecto

de normas derogadas no cabe ni siquiera plantearse el tema

de su constitucionalidad. En puridad, ocurre más bien lo

contrario. En la medida en que la derogación se produce

por contradicción con la Constitución, la contradicción con

la Constitución es una premisa de la derogación. Nosotros

entendemos por inconstitucionalidad simplemente el juiciode contraste entre las dos normas, al que subsigue una

consecuencia ju rídica. Mas inconstitucionalidad no es la con

secuencia, sino, simplemente, la premisa de esa consecuen

cia. Por eso puede decirse que la inconstitucionalidad de

las leyes anteriores conduce a unas consecuencias que pue

den ser concurrentemente la derogación y la nulidad.»

Insis te luego en la fórmula de la doble vía de enjuiciar

las leyes prec onst ituci onal es: «la derogac ión del Derecho

positivo anterior por la fuerza normativa de la Constitu

c ión en cuan to norma . . . e s una cues t ión que obviamente

pueden resolver por s í solos los jueces ordinarios . Mas es

c la ro también que pueden somete r la a es te Tribuna l por

la vía de los artículos 35 y s iguientes de la Ley Orgánica del

mismo y s i la cues t ión le es p ropues ta e l Tribuna l deberá

reso lver la , porque no de ja de se r , ba jo uno u o tro p r isma ,

una cuestión de inconstitucionalidad, ya que el artículo 35

parte de la premisa de que la solución del problema se le

presenta al Juez como dudosa.» La diferencia entre una

y otra vía es clara: la Sentencia del Tribunal Constitucional

resue lve de f in i t ivamente e l p rob lema, de modo que « todos

los poderes de l Es tado deben aca tamien to a su dec is ión ,

mien tras que la s reso luc iones de los ó rganos ju r isd icc iona

les surten solamente sus efectos en el caso concreto y entre

las pa r tes implicadas en ta l caso concre to» .

Es ta importan te doc tr ina de l Tribuna l Cons t i tuc iona l sus

citó ya en su mismo seno alguna discrepancia, la del Magis

t rado señor  RUBIO LLÓRENTE,  que formuló un vo to pa r t icu la r

en la primera de las dos Sentencias citadas, la de 2 de febrero

de 1981. El vo to pa r t icu la r p ropu gna la separac ión comple ta

en tre la s ins t i tuc iones de incons t i tuc iona l idad y de rogac ión ,

re ten iendo la p r imera só lo pa ra la s leyes pos te r io res a la

Constitución y reconduciendo a la segunda a las leyes ante

r io res a és ta que con tra r íen sus c r i te r ios ; ambas ins t i tuc io

nes discrepan en su esencia, en sus causas y en sus efectos.

La constatación de la derogación debe ser reservada a los

jueces y Tribuna les o rd inar ios , s in que e l Tribuna l Cons t i

tucional tenga en ello función posible.

¿Qué op inar sobre e l s is tema que esas dos Sen tenc ias

han ins taurado? Lo pr imero que hay que no ta r e s su nove

dad comple ta respec to de los dos mode los de nues tra jus

ticia constitucional, e l a lemán y el ita liano. No es cierto,

aunque la Sentencia de 2 de febrero lo afirme, que el s is

tema sea e l mismo a lemán; en és te e l Tribuna l Cons t i tu

c iona l no acep ta cues t iones de incons t i tuc iona l idad sobre

leg is lac ión precons t i tuc iona l , que son prec isamente la s que

e l Tribuna l e spañol dec la ra es ta r d ispues to a acep ta r y a

resolver; tampoco se da en Alemania una solución faculta

tiva dejada a la s imple decis ión de cualquier Tribunal, s ino

una fórmula que s igue pa r t iendo de un monopol io ju r is

d icc iona l de l Tribuna l Cons t i tuc iona l , la de l recurso d irec to

de inconstitucionalidad y la de su disponibilidad s in cadu-

92 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

I I I .  VALOR NORMA TIVO EN ESPAÑA 93

Page 46: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 46/132

c idad de p lazo , ju r isd icc ión que e l Tribuna l no comparte

con nadie y que, por otra parte , puede corregir los posibles

excesos que los jueces y Tribunales ordinarios incurran al

enjuiciar el problema desde el ángulo de la derogación.

Porque resulta , en efecto, anómalo con las bases mismas

del s is tema que el Tribunal Constitucional, según la solu

c ión de nues tra ju r isprudenc ia , comparta su ju r isd icc ión ,

en principio exclusiva, con la jurisdicción propia de los jue

ces y Tribunales ordinarios y haga alternativa, según la sola

iniciativa de estos últimos, seguir una u otra de esas dos

vías .

  En este sentido, la crítica del voto particular de   RUBIO

LLÓRENTE

  me parece justificada desde una línea de rigor

lógico.

El lo no obs tan te , c reo que la so luc ión ex trema propues ta

por es te vo to pa r t icu la r , a s í como la pa rc ia lmente adopta

da por las dos Sentencias , adolece de una debilidad pragmá

tica vis ible , sobre la cual se ha edificado justamente la pecu

liaridad de la solución italiana. Esa debilidad está en que

se consagra una grave inseguridad jurídica s i se deja a una

multiplicidad de centros de decis ión, la que compone la

to ta l idad de jueces y Tribuna les o rd inar ios , re so lver e l p ro

blema del alcance que la promulgación de la Constitución

supone e fec t ivamente sobre todo e l o rdenamien to preceden

te .

  Es te p rob lema es de p r imera importanc ia , como fác i l

mente se comprende , pa ra p rec isa r e l e fec to normat ivo de

la Constitución misma y su lugar real en el s is tema, pero no

es ,

  s in embargo, un problema de solución fácil, accesible

a cualquiera, como suelen serlo, s in perjuicio de eventuales

comple j idades técn icas , los p rob lemas ord inar ios de la de ro

gación de la Ley antigua por la Ley nueva, y ello por dos

razones espec íf icas a t inen tes ambas a la pecu l ia r idad nor

mat iva de la norma cons t i tuc iona l . Pr imero , porque la norma

cons t i tuc iona l , ex traord inar iamente concen trada en su fo r

mulac ión , y no obs tan te con pre tens ión in format iva de la

to ta l idad de l o rdenam ien to , u t il iza concep tos sum amen te

abiertos y con frecuencia imprecisos en sus contornos téc

nicos (por ejemplo, igualdad, art. 14; autonomía de los entes

locales , art. 137, etc . ; los dos ejemplos han dado ya lugar

a sendas Sentencias del Tribunal Constitucional, las dos

con efecto anulatorio de otras tantas leyes: la de 2 de julio

y la de 2 de febrero de 1981), y, por t ant o, im prec isas

también en su eficacia normativa directa , de modo que esa

e f icac ia no resu l ta fác i lmente con tras tab le con las normas

ord inar i as p rece den tes , ' que son regu lac iones específ icas y

de ta l l is ta s y no una m era enun c iac ión o expres ión de pr in

cipios de análogo carácter. Segundo, porque la conversión

en norma eficaz de los preceptos constitucionales de esa

amplitud hasta el punto de desplazar la vigencia de leyes an

te r io res es una in te rpre tac ión de la Cons t i tuc ión en te ra , in te r

pretación cuyo rigor sólo el Tribunal Constitucional como ór

gano especializado puede asumir; e l riesgo tanto de que no se

compruebe nunca una de rogac ión como de lo con tra r io , de que

pueda verse s iempre un con tras te en tre los p r inc ip ios cons

t i tuc iona les ab ie r tos y una norma espec íf ica cua lqu ie ra , e s

un riesgo notorio s i se deja el problema en las manos de

cualquier Tribunal, y un riesgo que afecta a la vez a la cer

teza del derecho y a la seguridad jurídica, por una parte , y

a la concrec ión normativa de la p rop ia Cons t i tuc ión , por

otra . La derogación o no derogación pasa por un juicio pre

v io de incons t i tuc iona l idad (« incons t i tuc iona l idad sobreve

nida») ,

  como la Sentencia de 8 de abril de 1981 reconoce

con explicitud, y  ese juicio previo tiene exactamente el

mismo contenido tanto si la Ley contrastada es posterior

como si es anterior a la Constitución.

  Es rend ir t r ibu to al

concep tua l ismo más es t r ic to romper la un idad de la opera

ción en dos vías y s is temas judiciales diversos, y romperlo

en el sentido precisamente opuesto a las finalidades que el

«monopol io de rechazo» de l Tribuna l Cons t i tuc iona l in ten ta

asegura r . Ya hemos no tado más a t rás que la fó rmula a le

mana rese rva a l Tribuna l Cons t i tuc iona l una pos ib i l idad co

rrectora de los excesos (en más o en menos) en que puedan

incurr i r los Tribuna les o rd inar ios , a t ravés de la d isponib i

l idad indefin ida e impresc r ip t ib le de l recurso d irec to de

incons t i tuc iona l idad , rese rva de que nues tro Tribuna l Cons

titucional no dispone y que no es sustituible por la posibi

l idad de l recurso de amparo a que a lude e l vo to pa r t icu la r

de   RUBIO LLÓRENTE,  tan to porque e l mismo no cubre más

que una décima parte de los 169 artículos de la Constitu

ción (s in contar las disposiciones adicionales y transitorias),

como por las dificultades de dirigir una protección de am

paro contra una Sentencia judicial, según el artículo 44 de

la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

94 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

Page 47: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 47/132

En cualquier caso, el s is tema parece consagrado, y según

é l los jueces y Tribuna les o rd inar ios podrán aprec ia r por

sí mismos la derogación por la Constitución de las Leyes

precedentes o, s i la conclusión les parece problemática, re

mit i r la cues t ión como «cues t ión de incons t i tuc iona l idad»

a l Tribuna l Cons t i tuc iona l . Se r ía deseab le que es to ú l t imo

ocurr iese s iempre que se con tras t asen pr inc ip ios genera les

y abiertos de la Constitución con preceptos concretos de las

leyes,

  pero la opción está entera en manos de los jueces y

Trib unale s ordinar ios y no hab rá mod o eficaz de forzarles

a que admin is t ren esa pos ib i l idad con prudenc ia y s in g ran

des r ie sgos . Como ya hemos d icho , hubiésemos pre fe r ido

la fórmula del monopolio de la «inconstitucionalidad sobre

venida», pero no ha s ido ésa la solución que se ha impuesto.

IV. El princ ip io de la in terp retac ión conform e a la Cons

t i tu c ió n d e to d o e l O rd en a m ien to

1.

  £1 principio

La_su prem acía de la ConsJ¿tución_.sobre todas las ji or m as

y su carácter central en la construcción y en la validez del

ordenamien to en su con jun to , ob l igan a in te rpre ta r é s te en

cua lqu ie r momento de su ap l icac ión —por operadores pú

b l icos o por operadores p r ivados , por Tribuna les o por ó rga

nos leg is la t ivos o admin is t ra t ivos— en e l sen t ido que resu l ta

de los principios y reglas constitucionales , tanto los gene

rales como los específicos referentes a la materia de que

se trate .

Es te p r inc ip io es una consecuenc ia de r ivada de l ca rác te r

normativo de la Cons t i tuc ión y de su rango supremo y es tá

reconoc ido en los s is temas que hacen de ese ca rác te r un

postulado básico. Así, en Estados Unidos, todas las Leyes y

los ac tos de la Adminis t rac ión han de in te rpre ta rse

  in har-

mony with the Constitution;  en Alemania e l mism o princ ip io

imp o n e  die verfassungskonforme Auslegung von Gesetzen,  la

interpretación de las Leyes conforme a la Constitución. Eix

ambos casos , como prác t icamente en todos los pa íses con

jus t ic ia cons t i tuc iona l , e l p r inc ip io es de fo rmulac ión ju r is

prudenc ia l .

Pa rece c la ro que de nues tro de recho cons t i tuc iona l surge

una exigencia idéntica. ¿Cuál es su fundamento y su alcance?

2.

  Los orígenes  y  los fundamentos del principio

Elj i r ige n . de l p r inc ip io que im pone la in te rpre tac ión con

forme a la Cons t i tuc ión de todo e l o rdenamien to es tá en

el proceso de constitucionalidad de las Leyesi antes de que

96 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

IV .

  INTERPRETACIÓN CONFO RME A LA CONSTITUCIÓN 97

Page 48: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 48/132

una Ley sea declarada inconstitucional, e l juez que efectúa

el examen tiene el deber de buscar en vía interpretativa una

conco rdanc ia de dicha Xey con l a Con stitución. La anulación

de una Ley es un suceso bastante más grave que la anula-

ción de un acto de la Administración, porque crea por s í

sola una gran inseguridad jurídica. El legis lador no tiene

ag i l idad suf ic ien te pa ra cubri r inmedia tamente e l hueco que

deja la norma anulada y ese hueco da lugar a una enorme

confusión jurídica para los ciudadanos y para todos los po

deres públicos. Con frecuencia esa anulación, que no implica

por s í misma el restablecimiento de vigencia de la Ley ante

rior a que sustituyó la anulada (cfr. , art. 2 , 2 CC), y la laguna

que c rea , puede de te rminar de hecho , como ha d icho a lguna

vez el Tribunal Constitucional ita liano, una «situación de ma

yor inconstitucionalidad» en la solución práctica de los pro

blem as que la Ley anu lada regulab a. E& este

  horror vacui

e l que de te rmina e l p r inc ip io fo rmulado as í por e l Tribuna l

Federal Constitucional alemán: «es válido el principio de

que una Ley no debe ser declarada nula cuando puede ser

in te rpre tada en consonanc ia con la Cons t i tuc ión» .

El mismo Tribuna l , como también e l Tribuna l Supremo

americano , no han dudado en conec ta r a e se p r inc ip io una

verdadera «presunción de constitucionalidad de las Leyes»,

que no es la s imple afirmación formal de que cualquier

Ley se tendrá por válida hasta que sea declarada inconsti

tucional, s ino que implica materialmente algo más, lo s iguien

t e :

  primero, una confianza otorgada al legis lativo en la ob

se rvanc ia y en la in te rpre tac ión correc ta de los p r inc ip ios

de la Constitución; en segundo término, que una Ley no

puede se r dec la rada incons t i tuc iona l más que cuando no

exista «duda razonable» sobre su contradicción con la Cons

t i tuc ión ; te rce ro , que cuando una Ley es té redac tada en té r

minos tan amplios que puede permit i r una in te rpre tac ión

incons t i tuc iona l habrá que presu mir que , s iempre que sea

«razonablemente pos ib le» , e l leg is lador ha sobreen tendido

que la interpretación con la que habrá de aplicarse dicha

Ley es p rec isamente la que la pe rmita mantenerse den tro

de los límites constitucionales .

Pero es te p r inc ip io de la in te rpre tac ión de l o rdenamien to

conforme a la Cons t i tuc ión no v incu la ún icamente a l Tribu-

nal Constitucional, en el momento de la decis ión del recurso

de incons t i tuc iona l idad , s ino también a todos los Tribuna les

en las funciones aplicativas de la Constitución que examina

mos en e l apar tado precedente y que v iene a cubri r , en

realidad, según hemos vis to, la totalidad de su actuación.

Queda claro entonces que, s in perjuicio de que la regla haya

nacido «en los inters ticios del procedimiento» de justicia

cons t i tuc iona l (pa ra usa r una conoc ida frase de Sum me r

M A I N E ,  de que —siguiendo a  MAITLAND—  yo mismo me he

servido en otra ocasión), en realidad ha venido a revelar

un verdadero pr inc ip io genera l de l o rdenamien to que , por

t an to ,

  resulta de necesaria aplicación universal, también afec

tante, en consecuencia, además de a los Tribunales , a los

operado res ju r íd icos públ icos y p r ivados de cua lqu ie r ca

rác te r , en cua lqu ie r ap l icac ión de l o rdenamien to o de cua l

qu ie ra de sus e lementos .

Es,  en e fec to , e l p r inc ip io de un idad de l o rdenamien to ,

supues ta su es t ruc tura je rá rqu ica , y la s i tuac ión superio r

que en el seno de esa estructura corresponde a la Constitu

ción, la que da primacía necesaria a ésta en la integración

de l o rdenamien to en te ro y , por tan to , en su in te rpre tac ión ,

como operac ión prev ia a cua lqu ie r ap l icac ión de l mismo. No

se trata ya, pues, de s imples necesidades o conveniencias

técnicas de la Justicia Constitucional y de su papel efectivo,

s ino de a lgo bas tan te más genera l e importan te .

3.

  Alcance y consecuencias del principio

A) Los PRIN CIPIO S CONSTITUCIONALES Y su VALOR

La Cons t i tuc ión asegura una un idad de l o rdenamien to

esencialmente sobre la base de un «orden de valores» ma

teriales expreso en ella y no sobre las s imples reglas for

males de p roducc ión de normas . La un idad de l o rdenamien to

es ,

  sobre todo , una un idad mate r ia l de sen t ido , expresada en

unos pr inc ip ios genera les de Derecho , que o a l in té rpre te

toca inves t iga r y descubrir (sobre todo , na tura lmente , a l

in té rpre te jud ic ia l , a la ju r isprudenc ia ) , o la Cons t i tuc ión

los ha dec la rado de ma nera fo rm al , des tacando en tre todos ,

por la decis ión suprema de la comunidad que la ha hecho,

unos va lores soc ia les de te rminados que se p roc laman en e l

98 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

IV. INTERPRETACIÓN CONFORM E A LA CONSTITUCIÓN 99

Page 49: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 49/132

so lemne momento cons t i tuyen te como primord ia les y bás i

cos de toda la v ida co lec t iva . Ninguna norma subord inada

—y todas lo son para la Constitución— podrá desconocer

ese cuadro de va lores bás icos y todas deberán in te rpre ta rse

en el sentido de hacer posible con su aplicación el servicio,

p rec isamente , a d ichos va lores .

Recuperamos as í un tema con e l que comenzamos es te

estudio: el valor específico de la Constitución no como una

norma cua lqu ie ra , de cua lqu ie r con ten ido , s ino prec isamente

como portadora de unos de te rminados va lores mate r ia les .

Estos valores no son s imple retórica, no son —de nuevo

hemos de impugnar esta falaz doctrina, de tanta fuerza iner-

c ia l en tre noso tros— s imples p r inc ip ios «programáticos» , s in

va lor normat ivo de ap l icac ión pos ib le ; por e l con tra r io , son

jus ta me nte la base en te ra de l o rdenam ien to , la que ha "He

pres ta r a é s te su sen t ido prop io , la que ha de pres id ir , por

t an to ,

  toda su in te rpre tac ión y ap l icac ión .

En nues tra Cons t i tuc ión esos va lores bás icos es tán des

tacados de dos maneras : p r imero , en e l Preámbulo y en e l

Tí tu lo Pre l iminar , cuyo a r t ícu lo 1 p roc lam a como «va lores

superio res de su o rdenamien to ju r íd ico la l ibe r tad , la jus

ticia , la igualdad y el pluralismo político», y en el Título I,

artíc ulo 10, y Capítulo II, Sección 1.

a

  (arts. 14 a 30); el ar

ticulo 10, 1, declara que «la dignidad de la persona, los

derechos inviolables que le son inherentes , e l libre des

arrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los demás

son fundamento del orden político y de la paz social»; y

el Capítulo II, Sección 1.

a

, formula el s is tema formal de liber

tades y de rechos fundamenta les . En segundo té rmino , e l

des tacamien to de ta les pa r tes mate r ia les como bás icas den tro

de la propia economía de la Constitución resulta de su pro

tecc ión re forzada en e l p roced imien to de re forma cons t i tu

cional, equiparando (art. 168) la revis ión de cualquiera de

esos p recep tos (más la fo rma de Es tado monárquica ) a una

revisión total de la Constitución, a un cambio de s is tema.

Se proclaman así estos preceptos «decis iones políticas fun

damenta les» , en la te rminolog ía de   SCHMITT,  decis iones que

fundamentan todo e l s is tema cons t i tuc iona l en su con jun to :

la decis ión por la democracia, la decis ión por el Estado de

Derecho y por el Estado social de Derecho, la decis ión por

la libertad y por la igualdad, la decis ión por las autonomías

territoriales de las nacionalidades y regiones, dentro de la

indisolub le un idad de- la Nación española, la decis ión po r

un s is tema formal de libertades, la decis ión por la Monar

quía parlamentaria , la decis ión por el principio de legali

dad, etc .

El ca rác te r bás ico y fundamentan te de es tas dec is iones

permite inc luso hab la r (como ha hecho   BACHOF  y ha recogido

ya la ju r isprudenc ia de l Tribuna l Federa l Cons t i tuc iona l a le

mán , como an tes ya , aunque con menos énfas is dogmático ,

e l Tribuna l Supremo americano) de pos ib les «normas cons

t i tuc iona les incons t i tuc iona les»  (verfassungswidrige Verfas-

sungsnormén),  concep to con e l qu§ se in ten ta subray ar , sobre

t odo ,

  la p r imac ía in te rpre ta t iva abso lu ta de esos p r inc ip ios

sobre los demás de la Constitución y el límite (constitucio

nal ,

  como hemos vis to: art. 168) que suponen a la reforma

cons t i tuc iona l .

Esos -pr inc ip ios , cuyo a lcance no es pos ib le , na tura lmente ,

in ten ta r de te rminar aqu í , s i se des tacan como primarios en

todo el s is tema y protegidos en la hipótesis de reforma cons

t i tuc iona l , p resen tan , por fue rza , una «enérg ica p re tens ión

de validez», en la frase de  BACHOF  que más a t rás hemos c i

t ado ,  y cons t i tuyen , por e l lo , los p r inc ip ios je rá rqu icamente

superio res pa ra p res id ir la in te rpre tac ión de todo e l o rde

namien to , comenzando por la de la Cons t i tuc ión misma.

En és ta hay luego o tros p r inc ip ios menos re levan tes ,

todos los que pueden induc irse de la to ta l idad de su tex to ,

cuya e f icac ia in te rpre ta t iva de todo e l o rdenamien to sub-

cons t i tuc iona l resu l ta también ind iscu t ib le ; por e jemplo , Sec

ción 2.

a

  del Capítulo II del Título I (derechos y deberes de

los c iudadanos no conceptuados como inmedia tamente tu te -

lables) ,

  Capí tu lo I I I de l mismo Tí tu lo I (p r inc ip ios rec tores

de la política social y económica); artículos 103 a 107, sobre

la posición constitucional de la Administración; Título VI,

ídem de l Poder Jud ic ia l ; T í tu lo VII , Economía y Hac ienda ;

Tí tu lo VIII , o rgan izac ión te rr i to r ia l de l Es tado , e tc .

100 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

IV. INTERPRETACIÓN CONFORME A LA CONSTITUCIÓN 101

Page 50: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 50/132

B ) LA INTERPRETACIÓN DE LOS PRIN CIPIO S CONSTITUCIONALES:

ALGUNOS PROBLEMAS

Está aún presen te en Alemania una po lémica importan te

sobre los c r i te r ios y métodos in te rpre ta t ivos de esa pa r te

mate r ia l de la Cons t i tuc ión , po lémica que no podrá aqu í se r

más que a lud ida . Esa po lémica , muy convenc iona lmente es

quematizada , ha con trapues to los nombres de

  FORSTHOFF

  y

de

  SMEND,

  por una pa r te ; por o tra , ha con tras tado una in te r

pre tac ión iusna tura l is ta de los va lores de la Cons t i tuc ión

con o tra  ohne Naturrecht,  s in Derech o Na tura l, según el título

de un agudo t rab a jo de  HAEBERLE.

SMfiNn, rrm   $y  rnnnr iHIni tpnrfg r te la integración, formu

l a d a o r i g i n a l m e n t e e n 19 2 8, h a e j e r c i d o u n e x t r a o r d i n a r i o

in f lu jo sobre los c r i te r ios in te rpre ta t ivos a emplea r pa ra

la aplicación de la Constitución, influjo declarado en las

decis iones del Tribunal Federal Constitucional. «La Consti

tución, dice  SMEND,  no puede se r comprendida só lo como un

es ta tu to de la o rgan izac ión , que es t ruc tura e l Es tado y que

faculta e impone ciertas actividades al mismo, s ino, a la

vez , como una forma v i ta l de los c iudadanos que pa r t ic ipan

en la vida del Estado.» Los valores comunes expresados y

se rv idos^poFla*"Cons t i tuc ión operan , pues , como va lores de

integración colectiva de los ciudadanos y así deben sobre

todo ser comprendidos y aplicados. Raxa_FoRSTHOFF este mé

todo sería propio de las ciencias del espíritu, extraño a la

sobriedad y a la formalidad^ del método jurídico; su gene

ra l ización . imp lic a r í a 'qu e la Ley"~Cóñst ituciona l quedaría" des

hec ha ^ tran sfor ma da" éñ un "sistema de s im ples vivencias

psicológic^isT To que-A íola4ilizaría_su..positividad. La pol ém ica

pos te r io r no resu l tó favorab le a es ta pos tura , -y_ más b ien

fue clarificadora para concluir de perfilar la s ignificación

inequívocamente ju r íd ica de l «s is tema mate r ia l de va lores»

de_Ja Constitución, s is tema que no es una adición postiza

y re to r icaa üh esquema lega l , s ino además de supues to im

p l íc i to o exp l íc i to de todo ordenamien to , a lgo comple tamente

inev i tab le pa ra la norma cons t i tuc iona l por resu l ta r de la

toma pr imaria de pos ic ión sobre e l o rden po l í t ico , sobre su

función y sus límites , que, como pudimos ver al comienzo

de es te es tud io sobre la Cons t i tuc ión , é s ta necesa r iamente

supone .

Últ imamente un br i l lan te a r t ícu lo de  HAEBERLE,  ampliado

en un libro posterior, postula una «teoría de la Constitución

s in Derecho Natura l» , " fren te a l iusna tu ra l ism o imp eran te

en Alemania (y expreso en la Ley Fundamental, como por

c ie r to también en nues tra Cons t i tuc ión , donde los de rechos

fundamenta les son reconoc idos y p ro teg idos y no c reados

por la Ley, antes bien, «inviolables» también para ella: ar

tículo 10, 1, casi todos los arts . 15 a 30, art. 53, 1), postula^

un c r i te r io d is t in to y meno s j log má tico . -Lo sus tanc ia l de~ [

los valores constitucionales sería definir un espacio abierto

que haga posible el juego de las posibles alternativas, que

permita a cua lqu ie r idea o tendenc ia la oportun idad de l legar

a se r mayori ta r ia . Se r ía la expres ión de un «pensamien to

de pos ib i l idades» , de un «pensamien to de a l te rna t ivas» , que

de je"s iempre ab ie r to lo que

  BLOCH

  llamó «el principio esperan

za»,

  y evite la petrificación de una s ituación dada. Los dere

chos fund ame ntales serían los vehículos y los m ana ntial es

de las innovaciones y de las alternativas. Lo esencial de la

Cons t i tuc ión no se r ía una c ie r ta concepc ión mate r ia l de l

hombre , s ino cons tru ir la v ida soc ia l y po l í t ica como un

proceso indefin idamente ab ie r to ; é s te hab ía de se r , por tan to , ^

el crite rio inte rpr etati vo fund ame ntal. '•'—''

Esta sugestiva explicación alzaprima, en definitiva, a l plu

ra l ismo y a la democrac ia en tre todos los va lores cons t i

tuc iona les , en tend ida és ta como un proceso con t inuo de

hacer y deshacer compromisos ocas iona les y s iempre revo

cables . Es una opción válida, aunque obviamente (según su

propia tesis , en definitiva) no común ni general, pero con

cluye finalmente ofreciendo un suelo material axiológico,

por más que venga a concre ta rse en una c ie r ta es t ruc tura

formal que hace pos ib le e l idea l , p ropues to como superio r , ,

de una sociedad abierta . j 'PjLiede también opinarse —y es más

bien nuestra inclinación— que en la escala valorativa la con

cepción material y ética de la libertad, que parte de una idea

integral del hombre, parece lo sustancial y que es de ella

de donde der iva una soc iedad ab ie r ta ; por tan to , pa rece

erróneo e levar es ta ú l t ima a c r i te r io bás ico desde e l cua l

la l ibe r tad quedaría ins t rumenta l izada como un s imple a rb i

t r io técn ico .

102 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

iv. INTERPRETACIÓN CONFOR ME A LA CONSTITUCIÓN 103

Page 51: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 51/132

Resul ta innecesar io precisar que no in tentamos, con esas

s imples referencias , abordar aquí toda la completa temát ica

de la in terpre tac ión const i tuc ional , cuyos problemas nos l le

var ían ahora demasiado le jos .

C) CONSECUENCIAS DEL PRINCIP IO

Volviendo a nues t ro tema de la in terpre tac ión del orde

namiento conforme y bajo la d i rección de la Const i tución,

nos in teresa , ya para conclui r , des tacar a lgunas consecuencias

que se imponen del carácter precept ivo de ese modo de in

t e rp r e t a r .

Esquem á t i cam en te , nos l im i t am os a de s t aca r :

— H ay que en t ende r , com o ha no t ado   Z I P P E L I U S ,  que la

Const i tución const i tuye e l «contexto» necesar io de todas y

cada una de las Leyes y Reglamentos y normas del ordena

miento a efectos de su in terpre tac ión y apl icación, aunque

sea un contexto que a todas las excede en s igni f icado y en

rango; en es te sent ido, habrá que entender en adelante que

la indicación del ar t ículo 3 , 1 de nues t ro Código Civi l , que

ordena in terpre tar las normas «según e l sent ido propio de

sus palabras , en re lac ión con e l contexto» l lama, en pr imer

t é rm ino , pa r a depura r e se con t ex to , a l a no rm a cons t i t u

cional.

— El carácte r norm at ivo de la Const i tuc ión no impon e

sólo su prevalencia en la l lamada in terpre tac ión declara t iva ,

t am bién en l a ( i ndeb idam en te ) l l am ada i n t e rp r e t ac ión i n t e -

grativ a, que co lma insuficien cias de los textos-, lega les-a apli

ca r ; am bas func iones , aunque s i n e l c a r ác t e r j e r á rqu i cam en te

super ior que manif ies tamente presenta la Const i tución, es

tán hoy recogidos a l hablar de los pr incipios genera les del

Derecho por el artículo 1, 4 del Código Civil , como es bien

sabido.

— La in terpre tac ión con forme a la Cons t i tución de to da

y cua lqu i e r no rm a de l o rdenam ien to t i ene una co r r e l ac ión

lógica en la prohibic ión, que hay que es t imar impl íc i ta , de

cua lqu i e r cons t rucc ión i n t e rp r e t a t i va o dogm á t i ca que con

c luya en un r e su l t ado d i r ec t a o i nd i r ec t am en te con t r ad i c to r i o

con los valores const i tuc ionales .

— Las normas const i tuc ionales son, pues , «normas domi- /

nantes» f rente a todas en la concreción del sent ido genera l i

de l orde nam iento . ' - |

— La gene ra l i dad de l m an da to de i n t e rp r e t ac ión con fo rm e

a la Const i tución as igna, por s í solo , un valor preeminente

a la doct r ina legal que resul te de las Sentencias del Tr ibunal

Const i tucional f rente a cualquier o t ro cuerpo jur isprudencia l

de cualquier o t ro orden judic ia l , preeminencia que resul ta del

carácter de «intérpre te supremo de la Const i tución» que a

aquel Tr ib unal co rresp onde , según e l ar t ículo 1 de su Ley

Orgánica de 1979; en es te sent ido hay que entender la un

t an to so rp r enden t e a f i rm ac ión ( com o que e s e l p roduc to

de un proceso de redacción compl icado) del ar t ículo 161,

1,  a) ,  de la Const i tución, según e l cual « la declaración de

inconst i tuc ional idad de una norma jur ídica con rango de

Ley, in terpre tada por la jur i sprudencia , afec tara a és ta»,

declaración bas tant e obvia por s í mism a s i no fuese vis ta

como apl icación de ese pr incipio más ampl io de preemi

nencia .

— Por e l lo hay que conclui r que la misma preeminencia

de la jur isprudencia del Tr ibunal Const i tucional se produce

sobre l a de l T r ibunaL Supre m o o cua lqu i e r o t ro Tr ibuna l

sector ia l cuando e l Tr ibunal Const i tucional no declara la

inconst i tuc ional idad de la Ley pn cues t ión v-^eUimita a of re

cer^ de és ta un a in terp re tac ión en consona ncia con la Cons

t i tuc ión que_ permite m ante ner su . va l idez; es el pro ble ma de

las l lama das «Sen4£ncias .inJsr^eta t iv^as j> del Tr ibu nal Cons-

tíülcioriaL y--e¿~ particülá r en Ita lia  «'Sentence interpretative

di rigetto».  E¿tas_ Sen tenc ias no ten drá n val or. jgrgflL  alunes.,.

efecto que el artículo 164 limita a las que declaren la incons

t i tuc ional idad, y és tas la_rechazan, pero como ta l doct r ina

juri spr ude nci al," y no com o Ley ..o eíecior;geneTaL:: prevale

cerá sobre la del Tr ibu nal Sup rem o en cuan to haga refe

rencia a la compat ibi l idad const i tuc ional de la Ley in terpre

tada , es to es , en cuanto la in terpre tac ión del Tr ibunal Su

prem o supo nga una col i s ión con la Con st i tución —no, por

supuesto , en ot ro caso.

Page 52: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 52/132

mmmmm

N O TA B IB LIO G R Á FIC A

Si n a fá n d e o f re c e r u n a i n fo rma c i ó n c o mp l e t a , h a ré re fe re n c i a

a l a s fu e n t e s má s re l e v a n t e s q u e p u e d e n a mp a ra r o e x p l i c a r a l g u

nas de las opin iones que e l tex to propugna o las ind icaciones que

en é l se hacen .

Introducción y Apartado I

La d o c t r i n a d e l a fa l t a d e v a l o r n o rma t i v o d e l a s C o n s t i t u c i o n e s

espa ñolas h a s ido , an te s y desp ués de 1939, doc t r ina co mú n del

Tr i b u n a l Su p re mo , q u e h a re c h a z a d o l a i n v o c a c i ó n a n t e c u a l q u i e

ra d e su s Sa l a s c o mo d e re c h o a p l i c a b l e (a l o su mo c o mo p r i n c i

p i o s i n t e rp re t a t i v o s ) d e l o s p re c e p t o s c o n s t i t u c i o n a l e s , t r a d i c i ó n

q u e e s e n e s t e mo me n t o e n o rme me n t e g ra v e y n e c e s i t a d a d e u n a

enérg ica conmoción . La excepción más v is ib le en la fase preconst i -

t u c i o n a l h a s i d o l a v e rd a d e ra me n t e p o c o a fo r t u n a d a se r i e d e Se n

tencia s de la Sala 4 .* , a pa rt i r d e la de 1 de abri l d e 1977, sob re

l e g a l i z a c i ó n d e p a r t i d o s p o l í t i c o s , e n l a s q u e e l T r i b u n a l Su p re mo

negó la ap l icación de un Decreto-Ley sobre la base de su supuesta

i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d (n a d a me n o s q u e p o r n o re c o g e r e l p r i n c i p i o

d e l « c a rá c t e r re v i so r» d e l a j u r i sd i c c i ó n c o n t e n c i o so -a d mi n i s t ra -

t i v a , p r i n c i p i o q u e n o y a l a s a n t i g u a s Le y e s Fu n d a me n t a l e s , s i n o

n i s i q u i e ra l a Le y d e l a Ju r i sd i c c i ó n c o n t e n c i o so -a d mi n i s t ra t i v are c o g e e n l o s t é rmi n o s q u e l a s Se n t e n c i a s i n t e rp re t a n ) .

  Vid.

  so b re

esto M.  ARAGÓN:  « La Se n t e n c i a d e l T r i b u n a l Su p re mo so b re l a

legal ización del PCE (un caso de cont ro l jud ic ia l de la const i tu-

c ional idad de las Leyes)» , en

  Revista Española de Derecho Admi

nistrativo,  14, 1977, pp . 507 y ss.; po r ciert o que en este a rtí cu lo

p o d rá v e rse u n a re fe re n c i a d e j u r i sp ru d e n c i a mu y c o m p l e t a so b r e

la fa l ta de valo r norm at iv o de la Const i tuc ión des de 1862 a 1977,

a s í c o mo re fe re n c i a s d o c t r i n a l e s , q u e a q u í e x c u sa mo s .

A l i n i c i a r se n u e s t ro c o n s t i t u c i o n a l i smo , s i n e mb a rg o , s e a d

mi t i ó , c o n c i e r t o s ma t i c e s , e l c a rá c t e r n o rma t i v o d e l o s t e x t o s

c o n s t i t u c i o n a l e s , s i b i e n e s t a t r a d i c i ó n i n i c i a l s e p e rd e rá p ro n t o .

Cfr . , para e l caso más v is ib le , V.   FAIRÉN:  Las relaciones entre el

Poder Legislativo y el judicial y las infracciones a la Constitu

ción de 1812 (en torno al caso Fitzgerald),  en «Anuario de Dere

cho penal» , 1957, recog ido luego en la obr a recop i la t iva del a u to r

m

106

  LA

 CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

N O T A

  BIBLIOGRÁFICA

107

ritto,  XI (y  a h o r a  en sus  Scritti,  II, Mi l ano ,  1972, pp . 79 y ss.), y

Page 53: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 53/132

Temas  del  Ordenam iento Procesal,

  M a d r i d ,  I,  1969, pp . 171 y ss.

M á s a m p l i a m e n t e , a d u c i e n d o a l g ú n e j e m p l o

  más en el

  m i s m o

sen t ido , aunque qu i zás

  con

  conc lus iones gener a l es exces ivas ,

J. M.

  ROMERO

  MORENO:

  Proceso y derechos fundamentales en la

España  del  siglo  XIX,  M a d r i d ,

  1983, pp. 420 y ss.

S o b r e

  el

  p r in c i p i o m o n á r q u i c o ,  vid.

 O.  HINTZE:

  «Das monar -

ch i sche P r inz ip

  und die

 kons t i t uz ione l l e Ver f assung» ,

  en su

  ob r a

Staat  und  Verfassungs,

  2." ed.,

 Gó t t i ngen ,

  1962, pp . 359 y ss. H. O.

MEISNER:

  Die

  Lehre

  vom

  monarchischen Prinzip,

  r e p r .

  de 1913,

Aalen,

  1969. Th.

 ELLWEIN:  Das Erbe  der  Monarchie  in der  deuts-

chen Staatskrise,  M ü n c h e n ,

  1954. E.

  KAUFMANN:  «S tud ien

  zur

S t a a t s l e h r e

  des

 mon ar ch i sch en P r inz ips» ,

 en su

  ob r a r ecop i l a t i va

Autoritat

  und

  Freiheit. Gesam melte Schriften,  I,  Gó t t i ngen , 1960,

pp .  1 y ss. E. R.  HUBER:  Deutsche Verfassungsgeschichte seit

1789,

 I,  S t u t t g a r t ,  1957, pp . 651 y ss.

E l d i scu r so

  de F.

  LASALLE:  Ueber Verfassungswesen,

  1862, ha

s ido r eed i t ado va r i as veces ;

  se ha

 m a n e j a d o

  la

  r e i m p r e s i ó n

  de la

Wissenschaf t l i che Buchgese l l schaf t , Dar mstad t ,

  1958.

 S o b r e

  las

i deas cons t i t uc iona l es

  de

  MARX

 y los

  m a r x i s m o s ,

  vid.,

  en t r e t an t a

bibl iograf ía ,

  M.

 ADLER:  Die Staatsauffassung  des  Marxismus.  Ein

~^  Beitrag  zur  Unterscheidung  von  soziologischer  und  juristischer

Methode

  (1922) , repr . , Da rm sta dt ,

  1973.

 STOYANOVITCH:

  Marxisme

  et

Droit,

  Par í s ,

  1964,

 así

 c o m o

  el

  t o m o

  X II de los Archives

  de

  Philo-

sophie  du  Droit,  monogr á f i co sob r e

  el

  t e m a ,

 1967.

S o b r e el i u spub l i c i smo a l emá n has t a  KELSEN y su i dea r eba j ad a

de Cons t i t uc ión ,  E. W. BÓCKENFÓRDE et alt.:  « P r o b l e m e  des Kons t i -

t u t i o n a l i s m u s  im xix J a h r h u n d e r t » , en los «Beihef te»,  de la  r ev i s t a

Der Staat,  1, 1975. C.  SCHMITT:  Teoría

  de la

 Constitución,  t r aducc ión

españo la , Madr id ,  1935. Bas t e r e co r dar , p a r a i l u s t r ac ión  de lo que

se indica  en el  t ex to ,  que pa r a Geor ge  JELLINEK,  n a d a m e n o s ,  la

ún ica ca r ac t e r í s t i ca j u r íd i ca esenc i a l  de las L eyes cons t i t uc iona l es

es exc lus ivamen te  su  super l ega l idad f o r mal ;  por  e l l o , añade ,  la

Const i t uc ión   «no t i ene s ign i f i cac ión ju r íd i ca p r ác t i ca  en  aque l los

E s t a d o s  que no t i enen f o r mas espec i a l es pa r a  su  adopc ión  y  mod i

f icación.  Por  e l l o e s tos E s t ados , que no conocen n ingu na d i f e r enc i a

f o r mal en t r e  sus d i f e r en t es L eyes , son más c o n s e c u e n t e s c u a n d o

r e c h a z a n

  el

 r e s u m e n

  de una

 se r i e

 de

 de t e r m inac ione s l ega l es ba jo

e l n o m b r e  de  d o c u m e n t o c o n s t i tu c i o n a l » :

  Allgemeine Staatslehre,

-  3.

a

 ed., Ber l í n ,  1914,

 p .

 534 ( o t r a t r ad ucc ión ,

  en la

  ve r s ión españo la

de

 F.

 DE LOS  Ríos :  Teoría General

  del

 Estado,  r e impr es ión , Buenos

Aires,

  1954, p. 403). El

  t ex to ,

  que es la

  a l m e n d r a

  de la

  teor ía

ju r íd i ca

 de la

 Cons t i t uc ión

  de

  esta bibl ia del c o n s t i t u c io n a l i s m o

 ( )

clásico, vale por sí  solo  más que una l a r ga exp l i cac ión ; r epár es e

en   la  cal i f icación  de la  Cons t i t uc ión c omo  el  r e s u m e n  de una

se r i e  de  de t e r m inac ione s l ega l es  (Zusamm enfassung einer Reihe

von Gesetzesbestimmungen).

Sobr e San t i  ROMANO,  SUS obr as bás i ca s :  L'ordinamento giuri-

dico,

  1918, 2.

a

 ed.,

 F i r enze ,

  1945;

  Corso  di  Diritto costituzionale,

Padova ,

  1943, y

  Principi  di  Diritto costituzionale genérale,

  2.

a

  ed.,

Milano ,

  1946.

 S o b r e

  el

  concep to

  de una

  «cos t i t uz ione mate r i a l e» ,

MORTATI:

  voz

  «Cos t i t uz ione ¿e l l o S t a to» ,

  en  Enciclopedia

  del

  DI-

su s  Istituzioni

  di

 Diritto pubblico,

  8.

a

 ed.,  Padova, 1969, pp. 19

 y ss.

S o b r e  SCHMITT,  S U p r o p i a - a b r a c i t a d a ,

  de

 d o n d e

  se

  t o m a

  su

  f rase

s o b r e

  el

  E s t ad o como Cons t i t uc ión .

L os   dos c o n c e p t o s  de H.  HELLER  que se  u t i l i zan ,  en su  l ibro

Die Souveranitát,

  1927, aho ra recog ido en su

 Gesamm elte Schriften,

II,

  Recht, Staat, Macht,

  L e iden ,  1971, pp . 95 y 98.

La referencia a  MART Í NE Z MARI NA,  es a su obr a  Teoría de las

Cortes

  o

  grandes Juntas Nacionales

  de los

  Reinos

  de

  León

  y

  Cas

tilla, Monumentos  de su  Constitución política  y de la  Soberanía

del Pueblo,  M a d r i d , I m p r e n t a

  de D.

  Fer m ín V i l l a lpando ,

 1813,

3 t o m o s ;

  su

 d o c t r i n a

  es la que

 a p a r e c e r e s u m i d a

  en el

  «Di scu r so

Pr e l iminar »

  de la

  Cons t i t uc ión

  de

  Cádiz.

L a r e f e r enc i a

  de  MARAVALL

  s o b r e

  el

  p r oyec to cons t i t uc iona l

 co

m u n e r o  es a su  o b r a

  Las C omunidades  de  Castilla.  Una  primera

revolución moderna,

  M a d r i d ,  3.

a

 ed., 1979, cuyas con c lus iones hace

s u y a s J o s e p h  PÉREZ:

  La Révolution  des  «Comunidades»  de  Castille

(1520-1521), B o r d e a u x ,  1970, pp . 563 y ss. El  t e x t o  del p r o y e c t o de

L ey pe r pe tua ,  que r ecog ió  SANDOVAL  en su  Historia

  de la

  vida

  y

hechos

  del

 Emperador Carlos

  V,

 Am beres , 1681, pue de verse aho ra

pub l i cado como Apénd ice

  a la

 r eed i c ión

  de la

  ob r a c l ás i ca

  de

  J u a n

MALDONADO:

  La

  Revolución Comunera .

  El

  movimiento

  de

  España,

o

  sea,

 historia

  de la

  revolución conocida

  con el

  nombre

  de las

Comunidades  de  Castilla,

  ed. y

  p r ó logo

  de

  V a l e n t in a  FERNÁNDEZ

VARGAS,  E d ic iones

  del

  Cen t r o , Madr id ,

  1975, pp . 307 y ss.

S o b r e

  el

  cons t i t uc iona l i smo su i zo ,

  vid. el

  comp le to l i b r o

  de

F. RENNER:  Der  Verfassungsbegriff  im  staatsrechtlichen Denken

der Schweiz  im

 19.

 und.

 20.

 Jahrhundert.  Ein  Beitrag  zur  Dogmen-

geschichte,  Z ür i ch ,

 1968.

S o b r e

  el

 c o n c e p t o

  de

  Cons t i t uc ión ,

 vid. por

 t o d o s ,

 con sus

 refe

r enc i as , K. STERN:

  Das Staatsrechtder

  BRD.

  Band  I.  Grundbegriffe

und Grundlagen  des  Staatsrechts, Strukturprinzipien  der  Verfas

sung,

  M ü n c h e n ,  1977, páp . 51 y ss., así c o m o  el  vo lume n co l ec t i vo

Verfassung,  que an to log i za  una se r i e  de  t r aba jo s bás i cos ,  con in

t r o d u c c i ó n  de M.  FRIEDRICH,  Wissenschaf t l i che Buchgese l l schaf t ,

D a r m s t a d t ,

  1978. En

  nues t r a b ib l i og r a f í a , e spec i a lmen te ,  PÉREZ

SERRANO:

  Tratado

  de

  Derecho Político

  (1936), Ma dr id,

  1976, pp. 453

y siguientes, y M.  GARCÍA

  PELAYO:

  Derecho Constitucional compa

rado,

  3.

a

 ed.,

 M a d r i d ,

  1953, pp. 33 y ss.

La ci ta

  de

  ROUSSEAU,

  en

  Contrat social,

  Lib. I, cap. VI.

L a r e f e r enc i a

  de

 LOEWENSTEIN,

  en su

  Teoría  de la  Constitución,

t r a d u c c i ó n

  esp., 2.

a

 ed.,

 B a r c e l o n a ,

  1970, p p . 218 y ss.

Apartado  II

La ci ta

  en  KAEGI

  c o r r e s p o n d e

  a su

  o b r a  Die  Verfassung  ais

rechtliche Grundordnung  des  Staates,

  Z ür i ch ,  1945, pp. 41 y ss.

L a r e f e r enc i a

  de

  FLEINER,

  de sus

 Inztitutionen

  des

  deutschen

Verwaltungsrecht,

  8.

a

 ed.,

 T üb ingen ,

  1928, p . 3.

El l ibro  de J. W. GOUGH es el  exce l en t e

  The

  fundamental

  law

in english constitutional history,

  Oxford,

  1955.

r

108  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

La tesis

  de Me

 ILWAIN  a lude

  a su

  i m p o r t a n t e o b r a

  High Court

NOTA BIBLIOGRÁFICA

109

fassungsgericht,  Wien,

  1963.

  SPANNER:  Die richterliche Prüfung  von

Page 54: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 54/132

of Parliament  and its  Supremacy,

  Yale, 1910.

L as r e f e r enc i as s igu i en t es sob r e

  la

 f o r mac ión

  del

 Der echo no r t e

a m e r i c a n o p r o c e d e n ,  en lo esenc i a l ,  del p r o p i o  Me  ILWAIN:  Cons-

titutionalism ancient  and  modern,

  rev. ed.,

 I t h a c a ,

 New

  Yor k ,

 1958.

R.   POUND:  The  development  of  constitutional guarantees  of  liberty,

New Haven ,

  1957,

 y E. S.  CORWIN,  cuya ob r a  se  c i t a  en el  t ex to :

«T he "Higher  Law"  b a c k g r o u n d  of  Amer i can C ons t i t u t i ona l L aw» ,

o r ig ina r i amen te pub l i cado

  en la

 Harvard

  Law

 Review,

  X L I I ,

 1928-

1929,

  pp.

 149

 y ss., y

 365

 y

  ss. ,

#

y luego r e impr eso ;

  he

 u t i l i zado

  la

ed .

  de

  Corne l l Un iver s i t y P r e ss ,

  4.

a

 r e i m p r e s i ó n ,  1961. I g u a l m e n t e

la obra  de B.

  SCHWARTZ:

  A  commentary  on the  Constitution  of

the   U. S.,  T o m o  I, The  powers  of  Government,  New Yor k ,

 1963.

E .  V.  ROSTOW:  The  sovereing prerrogative:  The  Supreme Court

and the quest for Law,  New Haven, 1962. W. B.

  M U N R O :

  The Go

vernment

  of the U. S.,

 5.

a

 ed.,

 New

  Yor k ,

 1954.

S o b r e

  la

  Dec l a r ac ión

  de

  I n d e p e n d e n c i a

  y su

  filosofía, e specia l

m e n t e ,  BECKER:

  The  Declaration  of  Independence.  A  study  in the

history  of  political ideas  (1922),

 New

  Yor k ,

 1960.

La cita de Lord  ACTON  se toma de

  C O R W I N ,

 cit., p . 83.

S o b r e

  el

  p r inc ip io c ons t i t uc iona l i ng l és

  de la

  «sober an í a

  del

par l amen to» s igue t en i endo va lo r

  la

  clásica exposición

  de

  DICEY:

Introduction

  to the

  study

  of the law of the

  Constitution,

  9.

a

  ed.,

London, 1952, pp . 37 y ss. Sir I.  J E N N I N G S :

  The Law and the Cons

titution,  4.

a

 ed., L o n d o n ,

  1955,

 pp.

 136

 y ss.

Las ci tas  de

 W.  BLACKSTONE

  c o r r e s p o n d e n a sus Comentaries  on

the Laws  of  England,  lib . I,

 cap.

 II, § III (en la 6.

a

 ed., L ondon ,

1825,  T o m o  I, pp. 160-162).

La ci ta

 de

 HAMILTON  p u e d e e n c o n t r a r s e t r a n s c r i t a

  en la

 n o t a 117

de l o t r o t r aba jo i nc lu ido

  en

  es t e l i b r o ,

  La  posición jurídica  del

Tribunal Constitucional  en el sistema español: posibilidades  y  pers

pectivas,  inf ra.

E n  el cons t i t uc iona l i smo f r ancés pu ede ve r se  la  excelente expo

sición clásica

  de

  ESMEIN-NÉZARD:  Eléments

  de

  Droit Constitution-

nel,  8.

a

 ed.,  Par í s , 1927,  e s p e c i a l m e n t e T o m o

  I,

 pp. 304

 y

 ss.,

 y

 608

 y

siguientes.

S o b r e

  el

  s i s te m a e u r o p e o

 de

 j u s t i c i a cons t i t uc iona l pued e ve r se

la recopi lación

  de

  t r aba jos bás i cos en t r e  1929

 y

  1971  r ecop i l ados ,

co n

  una

  i n t r oducc ión

  por P.

 HAEBERLE,

  con el

  t í t u lo

  Verfassungs-

gerichtsbarkeit,

  D a r m s t a d t ,  1976,

 con

 amp l i a b ib l i og r a f ía .

E n pa r t i cu l a r ,

  las

 i deas f und amen ta l es

  de

 KELSEN  s o b r e

 el

  t ema ,

a d e m á s

  de en su

 Reine Rechtslehre  (2.

a

 ed.,  Wien, 1960),

 en

  Wesen

und Entwicklung  der  Staatsgerichtsbarkeit,  que fue su

  ponenc i a

en  la  r eun ión  de

 1929

 de la  Asociación  de  P r o f eso r es a l em anes de

Der echo púb l i co , pub l i cada  en el  Heft  5 de las  pub l i cac iones  de

esta Asociación, Ber l ín ,

  1929,

 pp . 30 y ss., y «La g a r a n d e j u r id i c -

t ionel le  de la  Cons t i t u t i on» , t r aducc ión  fr., en  Revue  de  Droit

Public,

  1928, pp. 197

 y ss.

E xpos i c iones va l i o sas  del s i s t e m a  y su  c o m p a r a c i ó n  con o t r os ,

en  G.  VOLPE:  L'ingiustizia delle leggl Studi  sui  modelli  di  gius-

tizia costituzionale,

  Mi l ano ,

  1977.

 R.

 MARCIC:

  Verfassung

  und Ver-

Gesetzen  und  Verordnungen. Eine rechtsvergleichende Untersu-

chung über  die  Hauptaujgabe  der  Verfassungsgerichtsbarkett

Wien, 1951.  CAPELLETTI:  El  control judicial  de la  constüucionalidad\

de  las  Leyes  en el  Derecho comparado,  t r a d u c c i ó n

  esp.

  M é x i c o ,

1966

 (Ed.

  i tal iana, Milano, 1973) . H. Fix ZAMUDIO:  Veinticinco anos}

de evolución

  de la

  justicia constitucional, 1940-1965, Méx ico ,

 1968.

S o b r e  el  p r oceso cons t i t uc iona l  de

 1932

 en el  Staatsgerwhthof

a l e m á n

  a

 que

 se

 a lude

 en el

  t ex to , v iv idamen te

  VOLPE,

 cit., pp. 165

 y

s igu i en t es .  . .

La alusión  a la  «per ver s ión  del o r den amie n to j u r íd i co»  se  hace

sobr e

  E.

  VON HIPPEL:

  Die Perversión  der  Rechtsordnungen,

  Tubin-

gen, 1955.

Par ece i nnecesa r io r ecoger t í t u los sob r e

  los

 s i s t e m a s a l e m á n

  e

i t a l i ano ac tua l es ; r e spec to

  al

  p r i m e r o v é a s e

  la

  r ecop i l ac ión

  de

HAEBERLE,

  ya

  c i t ada ,

  y su

  b ib l i og r a f í a ; sob r e

  el

  segundo , apa r t e

de l  ya  clásico  P.

  CALAMANDREI:

  L'illegittimita costituzionale delle

leggi  nel  processo civile,  P a d o v a ,

  1950,

 de un  ke l sen i smo cas i es

t r i c t o ,  el  r ec i en t e l i b r o de G. ZAGREBELSKY:  La  giustizia costituzio

nale,  Bo logna ,

  1977,

 con más r e f e r enc i as . Ú l t im amen te ,  A.  Pizzo-

RUSSO,

 G .  VOLPE, F.  SORRENTINO, R.  M O R E T T I :  Garanzie costitucionale,

en   la  ser ie  del  g r a n  Comm entario della Costituzione

  a

  cura

  di

G.

  BRANCA,

  Bologna, Roma, 1981.

S o b r e

  el

  s i s t e m a

  de

 T r i b u n a l

  de

 Gar an t í a s Cons t i t uc iona l es

  de

l a Cons t i t uc ión r epub l i cana españo la ,

  R.

  REYES:

  La  defensa cons

titucional,

  Madrid, 1934. N.

  ALCALÁ-ZAMORA

  Y

CASTILLO:

  «Significa

ción  y  f unc iones  del T r i b u n a l  de  Gar an t í a s C ons t i t uc iona l es» , en

s us  Estudios  de  Derecho Procesal civil, penal  y  constitucional,

Buenos Aires, 1944, p . 512. J.  TOMÁS VILLARROYA:  «El recurso de

i ncons t i t uc iona l idad   en el  Derecho español» (1931-1936), en  Revista

del Instituto

  de

  Ciencias Sociales,  B a r c e l o n a ,

  11,

 1968.  E spec i a l

men te l úc ido ,

  F.

  RUBIO LLÓRENTE:  «Del T r ibuna l

  de

  G a r a n t í a s

  al

T r ibuna l Cons t i t uc iona l» ,  núm.

 15 de Revista  de  Derecho Político,

U N E D .

 1982.

Las tesis  de  t o d o e s t e a p a r t a d o  se  e n c o n t r a r á n  má s  desa r r o

l l adas  y  a c o m p a ñ a d a s de más  r e f e r enc i as b ib l i og r á f i cas  en el si

gu ien t e t r aba jo  de  es t e l i b r o ,  La  posición jurídica  del  Tribunal

Constitucional

  en el

  sistema español,

  inf ra.

Apartado  III

Par ece i nnecesa r io o f r ece r aqu í  un católo go bibl iográf ico gene

r a l sob r e  la  Cons t i t uc ión  de

 1978. Vid.

  c o m o o b r a s  má s gener a l es

F  GARRIDO

  FALLA

  et alt.:

  Comentarios a la Constitución,

  Madrid,

1980.  Lecturas sobre  la  Constitución española,  de  valor desigu al ,

colección  de  t r a b a j o s c o o r d i n a d a  por T. R.  FERNÁNDEZ,  2.

a

 ed., Ma

dr id  1979 La  Constitución española  de  1978. Estudio sistemático,

obra colectiva dirigida por A.  P RE DI E RI  y E.  GARCÍA  DE ENTERRÍA,

2.

a

  ed., M a d r i d ,

 1981.

L os concep tos sob r e

  la

  «v incu lac ión

  más

  fuer te»

  se

  t o m a n ,

110  LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

l o s a me r i c a n o s  de E. S.  CORWIN, VOZ  «Judic ia l rev iew», en la  Ency-

NOTA BIBLIOGRÁFICA

111

m e j o r  su c o n t e n i d o

  que

 el f a m o s o  de  « n o r m a s p r o g r a m á t i c a s » , tan

Page 55: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 55/132

clopedia

  of the

 Social Sciences,  re p r . ,  1954,  T o m o VII, p. 457; y los

a l e m a n e s

  de V.

 HAAK:

  Normenkontrolle  und  verfassungskonforme

Gesetzesaúslegung. Eine rechtsvergleichende Untersuchung,  B o n n ,

1963,  p . 121. El concep to de

  diktaturfestige,

  en

  VOLPE,

  cit., p. 216,

La c i ta  de  BACHOF, de su  o b ra re c o p i l a t i v a  Wege  zum  Rechtsstaat.

Ausgewáhlte Studien

  zum

  óffentlichen Recht,  A t h e n á u m, R e g e n s -

b u r g ,

  1979,

 p . 179.

La fó rmu l a c o n s t i t u c i o n a l f ra n c e sa so b re

  el

  E j é rc i t o

  a que se

a l u d e en el t e x t o c o mo fu e rz a e se n c i a l me n t e  subordonnée

  et

  obéis-

sante

  ( s u b o r d i n a d a

  y

  o b e d i e n t e ) ,

 con la

  c o n se c u e n c i a

  de su

  i mp o

sib i l idad  de  d e l i b e ra r  y  a d o p t a r p o s i c i o n e s p ro p i a s , p ro c e d e de las

C o n s t i t u c i o n e s re v o l u c i o n a r i a s (C o n s t i t u c i ó n  de  1791, ar t. 12 del

Tí t u l o

  IV;

  C o n s t i t u c i ó n  del

 año III, ar t. 275;

  C o n s t i t u c i ó n  de

  1848,

a r t .

  104) y ha

  s i d o d e sa r ro l l a d a d e sd e  HAURIOU,  Précis

  de

  Droit

Constitutionnel,  2." ed., P a r í s ,

  1929,

 pp. 110 y ss. Cfr.  i g u a l me n t e

G.   DE VERGOTTINI:  Indirizzo político della difesa  e  sistema costitu-

zionale,  M i l a n o , 1971.

A los  c o n c e p t o s a l e m a n e s

 de Prüfungsrecht  y  Verwerfungskom-

petenz  en re l a c i ó n

  con

 la  fa c u lt a d j u d i c i a l  de e n j u i c i a r  las n o r m a s

a n t e s de su a p l i c a c i ó n , me he re fe r i d o ,

 con

  re fe re n c i a s ,  en mi  l ib ro

Legislación delegada, potestad reglamentaria  y  poder judicial,

2.

a

  ed.,

 M a d r i d ,

  1980, pp. 10

 y ss. (y en el

 Curso

  de

  Derecho Admi

nistrativo   r e d a c t a d o  en  c o l a b o ra c i ó n

  con

 T. R. FERNÁNDEZ,  T o m o I,

3.

a

  ed.,

 1980,

 pp.

 196

 y

 197),

 a lo que me

 b a s t a r á a h o r a r e m i t i r m e .

E l c a r á c t e r e s t r i c t a m e n t e n o r m a t i v o

  de

  t o d o s

  los

  p re c e p t o s

c o n s t i t u c i o n a l e s  (a los e fe c t o s i n v a l i d a t o r i o s  de n o r m a s  o de a c t o s

c o n t r a r i o s  a los  m i s m o s ,  así  c o m o  de  i n t e r p r e t a c i ó n  de  t o d o  el

ordenamiento) parece contradicho por F.  GARRIDO

  FALLA:  Comen

tarios,

  cit.,

  c o m e n t a r i o  al  a r t í c u l o

  53, pp. 579

 y

 ss.:

  « p a ra q ue una

d e c l a ra c i ó n c o n s t i t u c i o n a l t e n g a n a t u ra l e z a  de n o r m a j u r í d i c a no

b a s t a  con

 su

 i n c l u s i ó n

 en tal

 t e x t o (c o n s t i t u c i o n a l ) , s i n o que  re su l t a

n e c e sa r i o ,  además,

  que

  t e n g a e s t ru c t u ra l ó g i c a de n o r m a j u r í d i c a . ..

es   la e s t r u c t u ra l ó g i c a de la n o r m a  lo

 que,

 en defin i t iva , d i ferenc ia

e l D e re c h o

  de la

  re t ó r i c a » .

 En la

  mi s ma i d e a i n s i s t e

 en su

  t r a b a j o

«Las fuentes  del D e re c h o en la  C o n s t i t u c i ó n e sp a ñ o l a » , en la  o b ra

c o l e c t i v a p a t ro c i n a d a

 por la

  D i re c c i ó n G e n e ra l

  de lo

  C o n t e n c i o so

d e l Es t a d o ,

  La

  Constitución española

  y las

  fuentes

  del

  Derecho,

I n s t i t u t o  de  Es t u d i o s F i sc a l e s , M a d r i d ,  I,

 1979;

  e s p e c i a l m e n t e  en

p á g i n a s  45 y ss. N u e s t r a d i s c r e p a n c i a  es  c o m p l e t a .  Vid. s o b r e  la

a p l i c a c i ó n

  de las

  «cláusulas vagas»

 de la

  C o n s t i t u c i ó n

  lo

 que  preci

s a m o s  en el  s i g u i e n t e t r a b a j o i n c l u i d o  en  este l ib r o , especia l

m e n t e  §  V I I I .

La Se n t e n c i a  del T r i b u n a l S u p r e m o a m e r i c a n o ,  Trop  v.  Dulles,

1958,  se  t o m a  de E. V. ROSTOW:

  The

  sovereign prerrogative:

  The

Supreme Court  and the  quest  for law,

 cit.,

 p.

  138.

La c i ta

  de P.

  LERCHE,

  de su

  t rab ajo «St i l , Me thode , Ansich t» ,

1961,  a h o ra re c o g i d o  en el t o m o  Verfassung,  e d i t a d o  por HABBERLE,

y a

  cit.,

 p .

  201.

El c o n c e p t o  de  « d e t e r m i n a c i o n e s  de  f ines  del  Es t a d o » c o mo

c o n t e n i d o

 de

 c i e r t a s n o rm a s c o n s t i t u c i o n a l e s ,

 que

 e x p re sa b a s t a n t e

n e fa s t o p a ra n u e s t ro D e re c h o ,

 en U.

 SCHEUNER:  « St a a t sz i e l b e s t i m-

mu n g e n » , a h o ra re c o g i d o  en la  o b r a  del a u t o r  Staatstheorie  und

Staatsrecht. Gesammelte Schriften,  B e r l í n ,

  1978,

 pp .

 223

 y ss.

P a r a  la  i n t e r p r e t a c i ó n  del ar t. 1 de la  Grundgesetz,  del que se

i n d i c a  en el  t e x t o  que es el  mo d e l o v i s i b le  del art . 53,1 de  n u e s t r a

C o n s t i t u c i ó n , vid. MAUNZ-DUERIG-HERZOG:

  Grundgesetz. Kommen tar,

M ü n c h e n ,

  1970,

 c o m e n t a r i o  al ar t. 1, e s p e c i a lm e n t e n ú m s .

  103

 y ss.

S o b r e

  la

  d o c tr i n a a l e m a n a

  de la

  g a r a n t í a

  del

 «con tenido esen

cial»  de los  d e r e c h o s  en su  re g u l a c i ó n , c a p i t a l p a ra i n t e rp re t a r

n u e s t r o

  art.

 53,1, vid.,

 por

  t o d o s ,

 P.

  HAEBERLE:

  Die  Wesensgehalts-

garantie  des Art. 19 Abs. 2  Grundgesetz,  2.

a

 ed., K a r l s r u h e ,

 1972.

S o b r e  el  t e m a  de la  c l á u su l a d e ro g a t o r i a  de la  C o n s t i t u c i ó n ,

i m p o r t a n t e c o m o p o c o s , vid.

 G.

 TRUJILLO:  «Ju ic io

  de

 l e g i t i mi d a d

  e

i n t e rp re t a c i ó n c o n s t i t u c i o n a l : c u e s t i o n e s p ro b l e má t i c a s  en el ho

r i z o n t e c o n s t i t u c i o n a l e sp a ñ o l » ,  Revista  de  Estudios Políticos,  7

(nueva época), 1979. S.

  VÁRELA

  y M.

  S AT RÚS T E GUI :

  «Constitución

n u e v a  y  leyes v ie jas» ,  en  Revista  del  Departamento  de  Derecho

Político  de la  UNED,  4,

 1979,

 pp. 59 y ss. Y ya en  re l a c i ó n  con la

Se n t e n c i a

  del

  Tr i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l

  de 2 de

  f e b r e r o

  de

 1981,

vid .  los  c o m e n t a r i o s  de M.  ARAGÓN:  «La  Se n t e n c i a  del  Tr i b u n a l

C o n s t i t u c i o n a l so b re Le y e s re l a t i v a s  al  R é g i me n Lo c a l a n t e r i o r e s

a

  la

 C o n s t i t u c i ó n » ,

 en

 Revista Española

  de

 Derecho Constitucional,

1, 1981, pp . 185 y ss. L.  PAREJO:  «La Constitució n y las Leyes pr e-

c o n s t i t u c i o n a l e s . El p r o b l e m a de la d e ro g a c i ó n y la l l a ma d a i n c o n s -

t i t u c i o n a l i d a d so b re v e n i d a » ,

 en

 Revista

  de

 Administración Pública,

94,  ab ril de 1981. R.  MART Í N  MATEO:  «Autonomía y Régimen local

p re c o n s t i t u c i o n a l » ,  en  Revista Española

  de

  Derecho Administra

tivo,  29,

 j u n i o

  de

  1981. P a r a

  los

  c a so s a l e má n

  e

  i t a l i a n o p u e d e

v e r s e :  K.  HESSE:  Grundzüge  des  Verfassungsrechts  der BRD,

11.

a

  ed., Heidelb erg, 1978, p . 269.

  MAUNZ - DUE RI G- HE RZ OG:  Grund

gesetz Kommentar,  cit.,

 com.

 al art.

 123, n ú m s .  6-10.  ZAGREBELSKY,

cit .,

 p p. 42

 y

 ss.

 CRISAFULLI:  Lezioni  di Diritto costituzionale,

  4.

a

 ed.,

T o m o  II,  L'ordinamento costituzionale italiano,  Pa d o v a ,

  1976,

  pá

g i n a s  204

 y

 ss.  SANDULLI:  77

 giudizio sulle leggi.  La cognizione della

Corte costituzionale  e i  suoi limiti,  Mil ano, 1967,

 p p. 33

 y

 ss. C.

  MOR-

TATI:  Competenza esclusiva della Corte Costituzionale

  e

  dichiarare

l'invaliditá delle leggi anteriore alia Constituzione,

  1958,

 a h o r a

re c o g i d o  en su  Scritti,  M i l a n o ,

  1972,

 T o m o

  III, pp. 821

 y ss.

Es obvio

  que la

 r e t r o a c t i v i d a d

  de la

  d e c l a ra c i ó n

  de

  i n c o n s t i t u -

c i o n a l i d a d  de una Ley  p re -c o n s t i t u c i o n a l  no  p u e d e p ro l o n g a rse

má s a l l á de la v igencia  de la  C o n s ti t u c ió n m i s m a :

  vid.

 F. DELFINO:

La dichiarazione

  di

  illegitimitá costituzionale delle leggi. Natura

ed effetti,  N a p o l i ,

  1970,

 p . 140.

Apartado  IV

Aquí se han  u t i l i z a d o so b re t o d o fu e n t e s a l e ma n a s . La ya c i t a d a

m o n o g r a f í a

  de

  HAAK  s o b r e

  el

  t e m a

  de la

  i n t e rp re t a c i ó n c o n fo rm e

a la Constitución, y la de H.  B O G S :  Die Verfassungskonforme Aus-

legung

  von

  Gesetzen,

  S t u t t g a r t ,

  1966.

 H.

  EHMKE:

  « Pr i n z i p i e n

  der

112

  LA

 CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

Ver f assungsaus l egung» ,

  en las

 pub l i cac iones

  de la

  Vereinigung

  de

NOTA BIBLIOGRÁFICA

113

se p r ec i sa

  en el

  s igu i en t e t r aba jo

  de

  este l ibro,

  § III, 3.

 Rec i en t e

Page 56: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 56/132

Pr of eso r es a l emanes

  de

 Der echo Púb l i co , T omo

  20, 1963. R.

  ZIPPF.-

LIUS:  «Ver f assungskonf o r me Aus l egung  von  Gesetzen»,  en

 Bun-

desverfassungsgericht

  und

  Grundgesetz. Festgabe

  aus

  Anlass

  des

25 jahrigen Bestehen  des  Bundesverfassungsgericht,

  T o m o  II,

Tübingen, 1976,

 pp. 108 y ss. Y las

 ob r as gener a l es

  de STERN,

  c i t ada

ya, p p . 111 y ss., y de K.  H E S S E :  Grundzüge des Verfassungsrechts,

cit. ,

 pp. 31 y ss.

L as r e f e r enc i as sob r e

  el

  D e r e c h o n o r t e a m e r i c a n o

  se

  t o m a n

sobr e t odo  del c i t ado a r t í cu lo  de CORWIN,  sob r e  la

 Judicial review,

v

 de A. y S.

 TUNC:  Le sisteme constitutionnel  des Etats Unis d'Ame-

rique,  Par ís, 1954, To mo

  II, pp . 286 y ss.

La aludida f rase

  de

  S u m m e r  MAINE  dice

  así:

  «T an g r ande

  es

l a impor t anc i a  del s i s t e m a  de acc iones  en la  infancia  de los Tr ibu

nales de j u s t i c i a  que el Der echo sus t anc i a l apa r ece  a p r im er a v i s t a

c o m o  un p r o d u c t o g r a d u a l m e n t e s e g r e g a d o  por los  i n t e r s t i c ios del

pr oced imien to» . Ci t a según

  MAITLAND,

 The forms  of  action  in

 Com-

mon law,  ed. by

  CHAITOR Y

WHITTAKER, Cambr idge, 1954, p. 4. Mi p ro

pia ut i l ización

  de

  es tos co ncep tos ,

 en «La

 i n t e r d i cc ión

  de la

  arbi

t r a r i e d a d  en la po t es t a d r eg l amen ta r i a» , ahor a  en el l i b r o  Legisla

ción delegada,

  cit., p. 214.

L a r eva l idac ión ac tua l  del  c o n ce p t o s c h m i t t i n i a n o  de  Verfas-

sungsgrundordnungsentscheidungen

  ( dec i s iones cons t i t uc iona l es

f undamen ta l es )

  que

 « d e t e r m i n a n

  la

  t o t a l i dad

  de la

 un idad po l í t i ca

r espec to

  a su

  especial existencia»,

  en

  STERN:  Das Staatsrecht,

  pá

ginas

  93 y ss.

 MAUNZ-DUERIG-HERZOG,

  en el

  Comentario

  cit.,

  a r t í cu

lo

 79, § 29, y

 a l l í r e f e r enc i as . E s t as dec i s iones f unda men ta l es t i enen ,

por el lo ,  a los  efectos  de la  r e f o r ma cons t i t uc iona l ,  una  especial

«f i rmeza»  (Standfestigkeit),  son  no r m as «más f ue r t es»  (starke

Normen),  de  m o d o  que su  a l t e r ac ión supone  en  r ea l i dad  el  ejer

cicio  de un  nuevo poder c ons t i t uyen te ,  por  t an t o o r ig ina r io  y ya

no v incu l ado  por la  C o n s t it u c i ó n p r e c e d e n t e , d e t e r m i n a n d o  así el

s u r g i m i e n t o

  de una

 Cons t i t uc ión nueva

  y

  d i s t i n t a .

E l concep to

  de

  « n o r m a s

  de la

  Cons t i t uc ión incons t i t uc iona l es»

es

 de

 BACHOF

 y se

 r ecoge

  en el

 t r a b a j o

  de ese

  t í t u lo r ecog ido ahor a

en  Wege

  zum

  Rechtsstaat,

  cit., pp . 1 y ss., y es

  a d m i t i d o

  por

  t oda

l a doc t r i na

  en

 cuan to j e r a r q u i za c i e r to s p r inc ip ios cons t i t uc iona l ess o b r e

  los

  d e m á s . T a m b i é n

  lo

 a d m i t e

  la

 j u r i s p r u d e n c i a

  del

  T r ibuna l

Feder a l Cons t i t uc iona l :  STERN:

  Das

  Staatsrecht,  pp . 93 y ss.;  según

e l T r ibuna l ,  en una f amosa Sen tenc i a  de 1953, existe  una  vincula

ción  del «poder cons t i t uyen te cons t i t u ido»  o de  r e f o r ma cons t i t u

c iona l

  a

  c i e r to s «va lo r es j u r íd i cos su p r ao r de nados » —los

  que

expr esan esos p r inc ip ios

  o

  dec i s iones f undamen ta l es super io r e s

(ibídem,

  p . 95). En la

  doc t r i na co ns t i t uc iona l su i za t ambién

  se

d i s t i ngue  hóher—

  und

  minderwertiges Verfassungsrecht  (un Dere

cho  o  no r mas cons t i t uc iona l es  de  m a y o r  y de  men or v a lo r ) :

RENNER:

  Der

 Verfassungsbegriff

  im

  Staatsrechtlichen Denken

  der

Schweiz,  cit., pp. 496 y ss.  P a r a  la  pos i c ión aná loga  de la  j u r i s p r u

denc i a amer i cana , p r imando en t r e t odos

  (preferred position)

  a los

cua t r o de r echos f undamen ta l es

  de la

  P r i m e r a E n m i e n d a ,

  vid.

LOEWENSTEIN:  Teoría,

  cit., pp . 192 y ss., y lo que

  sob r e es t e ex t r emo

m e n t e t a m b i é n  el  Conseil Constitutionnel  f r ancés  ha  f o r mulado

una j e r a r qu i zac ión en t r e  los d i s t i n tos p r inc ip ios cons t i t uc iona l es ,

d e s t a c a n d o a  a lgunos i nc luso como de «va lo r s up r acons t i t uc iona l» ;

vid.  L.  PHILIP:

  La  decisión securité  et  liberté  des 19 et 20 jan-

vier

  1981, en

  «Revue

  du

  Droi t Publ ic», junio

  1981, pp . 681 y ss.,

e s p e c i a l m e n t e

  p .  684.

L a po lémica a l emana sobr e

  los

  m é t o d o s  de i n t e r p r e t a c ión cons

t i t uc iona l , puede segu i r se ,

  la de

  SMEND-FORSTHOFF

  en el

  c i t adot o m o :

  Verfassung,

  e d i t a d o

  por M.

  FRIEDRICH,

  donde recoge, ade

m á s  del t r a b a j o  de  FORSTHOFF

  (Die Umbildung  des  Verfassungsge-

setzes,

  1959-1976),  los de  qu i enes  le  r ep l i ca r on  (HOLLERBACH, LF.R-

CHE,

  e t c . ) . T ambién puede ve r se

  su

  reflejo final

  en las

 obr as gene

rales ci tadas

  de

  STERN

  y

  HESSE,

  así

 c o m o

  en la

 r ecop i l ac ión

  de

  t ra

bajos sobre el tema, dirigida por R.  DRE I E R  y F.  SCHWEGMANN:

Probleme

  der

  Verfassungs-interpretation,

  1976. La

  f rase

  de

  SMF.ND

qu e  se  t r a n s c r i b e ,  se  t o m a  de la  r e f e r enc i a  de  STERN,  cit., p.

  111,

per o puede ve r se  más  a m p l i a m e n t e d e s a r r o l l a d a  en su  i m p o r t a n t e

t r aba jo «Ver f assung  und  Ver f assungsr ech t» ,  1928, ahor a r ecog ido

en  sus

 Staatsrechtliche Abhandlungen  und  andere Aufsatze,

  Ber

lín,

  1955, pp. 119 y ss. Una

 exposición vál ida

  de su

  doc t r i na

  en

F.

  J.

  CONDE:  Introducción  al Derecho Político actual,  M a d r i d ,

 1953,

p á g i n a s

  135 y ss. La

  posición

  de

  HAEBERLE

  en su

  t r a b a j o

  de 1974,

«Ver f assungs theor i e ohne Na tu r r ech t» ,

  se

  r ecoge t ambién

  en el

Reader Verfassung,  c i t ado  en  p r i m e r t é r m i n o  y, a d e m á s ,  ha  sido

ob je to  de una  i m p o r t a n t e a m p l i a c i ón  en el  l i b r o r ec i en t e del  au to r ,

Verfassung

  ais

  óffentlicher Prozess. Materialen

  zu

  einer Verfas

sungstheorie  der  offenen Gesellschaft,

  Ber l í n ,  1978; el c o n c e p t o de

«soc i edad ab i e r t a»  se  ut i l iza  en el  sen t ido  de  POPPER,  cuyo l ibro

bás i co , The open society  and its  enemies,  Lond on, 1945, está t radu

cido

  al

  cas t e l l ano . T ambién

  lo

 es t á

  el

  l i b r o bás i co

  de

 E r n s t  BLOCH:

El principio esperanza,

  3

  vols. , Madr id,

  1978. La

  r e f e r enc i a

  de

ZIPPELIUS  a la  Cons t i t uc ión como «con tex to»  de las  Leyes singu

l a re s ,  en su  c i t ado t r aba jo  Verfassungskonforme Auslegung,  epí

grafe «Die Verfassung  ais K o n t e x t  der Gesetze»,  pp. 108 y ss.

E n  el  t r aba jo i nc lu ido segu idamen te  en  es t e l i b r o pod r á ve r se

l a mi sma po lémica  en el á m b i t o  del Der echo Co ns t i t uc iona l amer i

c a n o ,  según

  las

  r e f e r enc i as

  que

 a l lí m i sm o

  se

  hacen .

E l concep to  de  « n o r m a s d o m i n a n t e s »

  (Dominanznormen)

  p a r a

cal i f icar  la  f unc ión in t e r p r e t a t i va  de la  Cons t i t uc ión  en  relación

con

  el

  Der echo Admin i s t r a t i vo

  y

  o t r os sec to r es

  del

 o r d e n a m i e n t o ,

en  B O G S :  Die Verfassungskonforme Auslegung,  p . 23.

S o b r e

  el

  p r o b l e m a

  de las

 Sen tenc i as i n t e r p r e t a t i v as

  de

  r echazo

de incons t i t uc iona l idad ,  CRISAFULLI,

  cit., pp. 358 y ss., y

  al l í o t ras

r e f e r enc i as . Aná logo  el  c a s o a l e m á n :

  vid.,

 K. VOGEL:  «Rech t sk r a f t

und Gese t zesk r a f t  der  E n t s c h e i d u n g e n  des  Bundesver f assungs-

ger i ch t s» ,  en la  o b r a  Bundesverfassungsgericht

  und

  Grundgesetz,

cit., pp. 607 y ss., y, ú l t i m a m e n t e t a m b i é n  en el

 Conseil Constitution

ne l

  f r ancés :  L. PHILIP:

  La  decisión securité  et  liberté,

  ya cit., pá

g inas

  677 y ss.

 ( t r e s t écn i cas d i s t i n t as

  de

  dec i s iones i n t e r p r e t a t i

vas),

  lo

 cua l p a r ece

  aún más

  di f íci l dada

  la

 fal ta

  de

 ca r ác t e r j u r i s

d i cc iona l

  del

 ó r g a n o

  y la

  l im i t ac ión

  de su

  control legislat ivo

  a la

114 LA

 CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA

fase previa de elaboración de la ley. Vid. , en par t icular , sobre el

tema general , A.  PIZZORUSSO:

  Las sentencias «manipulativas» del

II

Page 57: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 57/132

Tribunal Constitucional italiano,

  en el vol . I de los estudios sobr e

El Tribunal Constitucional,  p r omov idos po r l a Di r ecc ión Gener a l

de lo Con tencioso del E stad o, Ma dr id, 1981, pp . 275 y ss.

~ LA POSICIÓN JURÍDICA

D EL TR I B U N A L C ON S TI TU C I ON A L

EN EL SISTEMA ESPAÑOL:

POSIBILIDADES Y PERSPECTIVAS

Page 58: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 58/132

SUMARI O:

INTRODUCCIÓN.

I. LA INVENCIÓN NORTEAMERICANA DE LA «JUD ICIAL R E-

VIEW» Y SU PAPEL CENTRAL EN EL SISTEMA.

I I .  EL RECHAZO INICIA L EN EUROPA DE LA JUSTICIA

CONSTITUCIONAL, SU RECONSTRUCCIÓN EN EL PRIMER

TERCIO DEL SIGLO XX A TRAVÉS DE LA OBRA DE KELSEN

Y EL RETORNO AL MODELO NORTEAMERICANO (CON DATOS

ESTRUCTURALES DEL SISTEMA AUSTRÍACO) EN LA ÚLTI

MA P O S G U E R R A ; A L E M A N I A E I T A L I A .

I I I . EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA CONSTITU

CIÓN ESPAÑOLA DE 1978 Y SUS PODER ES: 1.

  La

recepción del modelo alemán, pero con mati-

zaciones importantes. La amplitud de compe

tencias del Tribunal español es hoy la más ex

tensa entre las existentes. 2. La competencia

del control de constitucionalidad de las leyes.

3.

  La competencia de recurso de amparo de los

derechos fundamentales. La justificación de la

atribución al Tribunal Constitucional de la pro

tección de los derechos fundamentales en la con

dición de «valor superior» de éstos.  E x c u r s u s

sobre la doctrina jurisprudencial norteamericana

sobre la  p r e f e r r ed pos i t i on  de los derechos fun

damentales. La tutela del derecho «de conformi

dad con el contenido constitucionalmente decla

rado» como una tutela de la Constitución; el

problema de las leyes atentatorias a ese conte

nido en el recurso de amparo.  4.  La competen

cia de los conflictos constitucionales; en particu

lar, el conflicto por vía impugnatoria del artículo

161,2 de la Constitución y sus problemas.  5.  El

control preventivo de la constitucionalidad de

Tratados internacionales y proyectos de E statu

tos de Autonomía y de Leyes Orgánicas.

IV. LAS POSIBILIDADES Y LOS RIESGO S DE LA JUSTICIA

CONSTITUCIONAL:  1.

  Las objeciones tradicionales

a la justicia constitucional. 2. La crítica con-

SUMARIO

servadora:  C a r i  SCHMITT  y la  destrucción  del

sistema

  de

  Weimar

  en

  nombre

  de la

  defensa

  de

SUMARIO

119

la tesis  de  SCHMITT y la  normalidad  de un  conte

Page 59: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 59/132

la Constitución.  3.

  La

  crítica radical: jacobi

nismo  y  comunismo.  4.  Las  críticas  al  «activis

mo judicial»  en Estados Unidos  y en  Francia.

LA  R E S P U E S T A

  A LAS

OBJECIONES FORMULADAS CON

TRA  LA

J U S T I C I A C O N S T I T U C I O N A L :

  1.  La justicia

constitucional parte  de la  consideración  de la

Constitución como norma jurídica;

  los

  conflictos

constitucionales

  son

  conflictos políticos, pero

qu e

  se

  deciden jurídicamente.

  2. La

  considera

ción  de las consecuencias políticas  de las  decisio

nes jurídico-constitucionales.  La  tesis  de  Ot to

BACHOF.

  3.

  La experiencia de los Tribunales

Constitucionales. Sólo

  son

  aceptados

  si sus

  deci

siones están jurídicamente justificadas;  la ins-

trumentalización partidista  de la Constitución  y

el ajuste

  de los

  conflictos mediante

  el

  cambio

constitucional como única alternativa

  a la

  justi

cia constitucional;  la conquista  de un nuevo cam

po para  el  Derecho  y su  función pacificadora;  la

justicia constitucional

  ni

  intenta eliminar

  ni

  eli

mina

  a la

  política;

  la

 réplica

  al

 argumento «con-

tramayoritario»; insustituibilidad

  del

  Tribunal

para tutelar  los  derechos fundamentales, espe

cialmente aquellos

  que

  tientan

  a la

  mayoría

  a

cerrar  el  sistema  en su  beneficio.  4.  El  valor

cualificado  de  integración política  y  social  de la

justicia constitucional;

  los

  casos americano

  y

alemán.

LA  PO SI CI Ó N J U RÍ D I CA

  DEL

T R I B U N A L C O N S T I T U C I O

NAL

  COMO COMISIONADO

  DEL

PO D ER CO N STI TU Y EN TE

PARA

  LA

D EFEN SA

 DE LA

C O N S T I T U C I Ó N ; Ó R G A N O

  CONS

T I T U C I O N A L

  Y NO

SO BERA N O ;

  LA

LI BERTA D

  DEL

PODER

C O N S T I T U Y E N T E   PA RA REV I SA R

  LAS

I N T E R P R E T A C I O N E S

C O N S T I T U C I O N A L E S

  DEL

T R I B U N A L

  Y EL

A S E N T I M I E N T O

DEL

  PU EBLO CO MO Ú LTI M A FU EN T E

  DE

L E G I T I M A C I Ó N

DE

 ÉSTE.

LA  SIGNIFICACIÓN DEL  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

 EN

LAS

  CIRCUNSTANCIAS ESPAÑOLAS.

LA  CUESTIÓN

  DE LOS

 CRITERIOS

  DE

 FONDO

 QUE FUN

DAMENTAN

  LAS

  DECISIONES

  DEL

  TRIBUNAL  CONSTI

TUCIONAL:  1. Un tema central  en la  teoría  de la

justicia constitucional.  2. La  tesis  de  ELY.  3. La

tesis

  de

  HAEBERLE.  4.

 La

  situación

  del

  Tribunal

Constitucional  es la  misma  de  cualquier juris-

dición, interpretar  la  norma. Conceptos indeter

minados

  y

  cláusulas «vagas»

  en la

  Constitución.

«Concepto»  y  «concepción», según  DWORKIN. LOS

valores constitucionales prevalentes.  El  error  de

nido dudoso

  de la

 norma

  en

  todo

  el

 proceso apli-

cativo  del  Derecho.  La  trascendencia  de la  deci

sión jurídico-constitucional  y la  exigencia rigu

rosa

  de una

  motivación,

  de una

  justificación

  de

artesanía jurídica  y de la  crítica  en la  jurispru

dencia constitucional.

Page 60: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 60/132

Page 61: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 61/132

I . La i nv e nc i ó n no r t e am e r i c ana de l a « J ud i c i a l Re v i e w»

y su papel central en e l s i s tema

El Tr ibunal Const i tucional es una pieza inventada de ar r iba

abajo por e l const i tuc ional ismo nor teamer icano y ree labora-

da, en la segunda década de este siglo, por uno de los más

g randes j u r i s t a s eu ropeos , H ans

  KELSEN  *.

  Su punto de par t i

da es , como se comprende, que la Const i tución es una norma

jur ídica , y no cualquiera , s ino la pr imera ent re todas ,

  lex

superior,

  aquel la que s ienta los valores suprem os de un or

denamiento y que desde esa supremacía es capaz de exigi r

cuentas , de er ig i rse en e l parámetro de val idez de todas las

demás normas jur íd icas del s i s tema.

Esta concepción de la Const i tución es e l la misma la gran

creación del const i tuc ional ismo nor teamer icano, la g igantesca

apor tac ión de es te const i tuc ional ismo a la h is tor ia universa l

de l D e recho

2

. Es tá b ien es tablecido que es ta concepción in

corpora , por una par te , la t radic ión del derecho natura l en

su vers ión pur i tana y la ica , la de   LOCKE,  com o

  lex legum

  y

1

  Sobre el tema de la justicia constitucional en general bastará remi

tir a algunas obras de referencia, como el tomo colectivo editado por el

Max-Planck-Institut,  de Heidelberg, que recoge el coloquio internacional

de esta ciu dad, 1961, con el título   Verfassungsgerichtsbarkeit in der

Gegenwart,

  Koln, Be rlín, 1961; y al dirigido po r P.  HAEBERLE,  que reco

pila una serie de trabajos sobre el tema con el t í tulo de   Verfassungs

gerichtsbarkeit,  Wissens chaftliche Buchgesellschaft, Da rm stad t, 1976;

este último con una bibliografía general. Toda la bibliografía ulterior

manejada en este trabajo se refiere al tema. Sobre la aportación de   KEL

SEN,  en particular, se precisa más adelante.

2

  Cfr. mi trabajo «La Constitución como norma jurídica» en la obra

colectiva  La Constitución española de  1978.  Estudio sistemático,  dirigido

po r A. PRE DIERI y E. GARCÍA DE ENTERRÍA, 2

a

  ed.,  Madrid,  1981, pp. 95 y ss.

(y antes en «Anuario de Derecho Civil», 1979, pp. 291 y ss.). En adelante

citaré este trabajo por la primera de esas publicaciones. [Ahora se

incluye en el presente l ibro.]

124

EL   TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

como  lex inmutabile

  3

. Pero, a la vez, aporta , para hacer efec

t iva esa superio r idad , e se superderecho , técn icas concre tas

I . LA

  «J UDICIAL REV IEW»

125

contrarias a los principios fundamentales del s is tema, consi

de rados como expres ión de l de recho na tura l

  (the common law

Page 62: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 62/132

propias del  common law,  concre tamente dos : la fo rmal izac ión

en un documento solemne de ese   fundamental law,  d o c u me n to

que es al que precisamente se va a reservar el término de

Constitución, y que viene de la experiencia pactis ta de las co

lon ias americanas , los l lamados  charters  o  covenants*;  y en

segundo término, y esto tiene especial relieve, el

  common law

es el que habilita una técnica específica en favor de esa supre

macía constitucional, la técnica de la  judicial review,  que

proviene del  common law  inglés , de su posición precisamente

central como «Derecho común», desde la cual el Derecho co

mún puede exigir cuentas a los  statutes,  a las leyes, como nor

mas puramente s ingula res o excepc iona les que son , que pe

ne tran en un Derecho común ya cons t i tu ido . Es ta técn ica de

predominio de l  common law  sobre las leyes o estatutos es lo

que todavía hoy en el s is tema inglés , que no conoce la técnica

de la constitucionalidad de las leyes, por motivos que inme

d ia tamente vamos a ve r , se s igue l lamando

  the control of the

common law over statutes,  es dec ir , e l p r inc ip io in te rpre ta t ivo

básico por virtud del cual el Derecho común sitúa dentro del

s is tema que é l represen ta , y normalmente con c r i te r ios res

trictivos, todas las normas s ingulares dictadas por el legis la

t ivo,

  pues to que e l

  common law

  en su esencia no es un dere

cho legis lado, como bien es sabido

5

. Desde esa posición de

superio r idad de l  common law  sobre los estatutos, sobre las

leyes del Parlamento, ya a principios del s iglo xvn el gran

juez

  COKE

  in ten tó p lasmar en a lgunas sen tenc ias , sobre todo

en la famosa del  Bonham's case,  de 1610, un control no ya

sobre el a lcance y la interpretación de las leyes parlamenta

r ias ,

  s ino sobre la validez misma de estas leyes, implicando,

por consiguiente, la eventual anulación de las mismas por

3

  E. S.

  C O R W IN :

  « T h e " H i g h e r l a w " b a c k g r o u n d o f A m e r i c a n C o n s t i t u -

t i o n a l L a w » , o r i g i n a r i a m e n t e p u b l i c a d o e n

  Harvard Law Review,

  1928-

1929,

  y luego reedi tado (Corne l l Unive r s i ty P ress , 1961) .

4

  Cf r . sobre la s ca r ta s y pac tos colo nia le s y su va lor pa ra la u l t e r io r

c o n s t r u c c i ó n c o n s t i t u c i o n a l e l c a p í t u l o I I d e B .  SCHWARTZ,

  The great

rights of mankind. A History of the American Bill of Rights,

  N e w Y o r k ,

1977,  pp . 26 y ss . y r e fe renc ias ; en concr e to , de la s

  Fundamental Orders

de Con nec t icu t de 1639 di jo

  BRYCE

  que e ra « la más v ie ja Const i tuc ión

v e r d a d e r a m e n t e p o l í t i c a d e A m é r i c a » .

5

  Cfr. C. K.  ALLEN:

  Law in the making,

  5.

a

  ed., Ox ford , 1951, p. 434 (y

antecedentes en pp. 421 y ss . ) .

will control acts of Páñiament and sometimes adjudige

them to be utterly  void;

  y en otro lugar de la misma sentencia

se hace una equ iparac ión expresa en tre

  common law y natu

ral equity,

  correlativa a su vez de

  iura naturae,

  que son

  inmu-

tabilia:

  son términos literales de este capital fallo, que cono

cen y u t i l izan los ju r is tas americanos de la independenc ia )

6

.

Pero esta tesis va a perecer en el Derecho inglés , en el des

a rro l lo pos te r io r cons t i tuc iona l , que va a hacer de l dogma de

la soberanía del Parlamento, forjado al hilo de la lucha entre

el Parlamento y el rey, un principio central de la Constitución

inglesa, de lo que concluirá derivándose la correlativa inmuni

dad judicial de las leyes

7

.

Los cons t i tuyen tes norteamericanos en lazan , de manera d i

rec ta , jus tamente con esa t rad ic ión de l juez   COKE,  que es

cons tan temente u t i l izada en la s fuen tes , como es b ien cono

cido

 8

.

La Constitución americana de 1787 formula en su artícu

lo VI, sección segunda, el principio de que la Constitución es

el supremo derecho de la tierra , y que en este sentido vincula

a los jueces , no obs tan te cua lqu ie r d ispos ic ión con tra r ia de

las constituciones o de las leyes de los Estados miembros; es

la básica  supremacy clause

9

.

La pr imera enmienda a la Cons t i tuc ión que se d ic ta dos

años después (pa ra es tab lece r e l  Bill of Rights  que faltaba en

* Cfr. E. S .  CORWIN:

  The doctrine of judicial review. Its legal and

historical basis, and other essays,

  1914, rep r. Glou cest er , Mas s., 1963.

7

  Vid.  J. M.

  GOUGH:

  The fundamental law

  in english constitutional

history,

  Oxf ord, 1955.

8

  C f r. C O R W I N :   The

  doctrine,

  cit . , p p. 27 y ss. y 68-9.

9

  R.  BERGER:

  Congress

  v.

  Supreme Court,

  Cam br id ge , Mass . , 1969,

pági nas 223 y ss . Sob re s i , en e fec to , e sa c láusula e s tá b ien in te rpr e tad a

c o m o f u n d a m e n t o d e l a s u p r e m a c í a c o n s t i t u c i o n a l ,

  vid.

  la crítica de

A. M.

  BICKEL,  The least dangerous branch. The Supreme Court at the

bar of Politics,

  Indi aná pol i s , 1962 (9 .

a

  r e impres ión, 1978) , pp . 8 y ss . ;

r épl ica en e l p lano h is tór ico en o t ra obra de l mismo R

  .BERGER,  Govern

ment by Judiciary. The transformation of the fourteenth Amendment,

Ha rva rd U nive rs i ty P ress , 1977, pp . 355 y ss . Lo que en tod o caso es tá

c la ro e s que la Const i tuc ión es «Law binding on judges in cour ts» (de re

cho que v incula a los jueces a l juzga r ) : Ch. L .  BLACK,

  The people and the

Court. Judicial review in a democracy,

  Wes tpor t , Con nec t icu t , 1960 ( rep r .

1977),

  p. 6.

126

EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

su texto or iginar io , como

  es

  s ab ido )

1 0

  se

  concibe

 ya

  com o

 un

l ímite al  poder legis la t ivo, al  deci r que «el Congreso no  podrá

I .

  LA

 «JUDICIAL REVIEW»

127

am er i cana en t e r a .  La  mi tología  de la  Cor t e sup rem a am er i

cana

  es

  i nacabab l e

  y

  ser ía

  muy

  fáci l acum ular referencias .

Page 63: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 63/132

hace r n inguna

  ley que

  t enga

  por

  obje to es tablece r

  una

  reli

gión

  o

  p roh ib i r

  su

  l ibre e jerc ic io , l imi tar

  la

  l i be r t ad

  de

  pala

b ra

  o de

 p r ensa ,

 o el

 de r echo

  de

  r eun i r s e pac í f icam en te ,

  o de

pre sen t a r pe t i c i ones

  al

  Gobierno».

 La

 idea

  de la

  Const i tución

como l ími te

  del

 pode r legis la tivo, pues ,

  es

 a b s o l u t a m e n t e

 ex

plícita.

Sin embargo, como  es  conocido, has ta 1803, en el  famoso

e his tór ico caso

  Marbury  v. Madison,

  ob ra

  del

 gran juez John

MARSHALL, el

  Tr ibuna l Suprem o

  no va a

  ex t r ae r

  de

 es tos pre

supues tos

  la

  doc t r i na

  del

 con t ro l

  de

 cons t i t uc iona l i dad sob re

las leyes

  de la

  Fede rac ión ( sob re

  las

  leyes

  de los

 E s t a d o s

  la

cues t i ón adm i t í a m enos dudas  y se  hab í an p roduc ido  ya va

r ias sentencias anter iores)

 u

. Por

 p r i m e r a

  vez en esa

  famosa

sentencia

  se

  anu l a

  una ley

  federa l , par t iendo

  de la

  observa

c ión e lementa l que hace

 el

 juez  MARSHALL

 de

 que cuand o

 una

ley

 se

  encuen t r a

  en

 con t r ad i cc ión

  con la

  Const i tución

  la

  alter

nat iva

  es muy

  s im p le :

  o se

  apl ica

  la ley, en

  cuyo caso

  se

inapl ica

  la

  Cons t i t uc ión ,

  o se

  apl ica

  la

  Cons t i t uc ión ,

  lo que

obliga

  a

  inapl icar

  la ley; él

  op t a

  por

  es ta seg unda solución,

n a t u r a l m e n t e ,

  que

 j uzga

  the  very essence  of  judicial duty

  n

,

sob re

 la

 b a s e

 de lo

 q u e

 ya

 a n t e s  HAMILTON,

 en

 The

  Federalist,

hab í a l l am ado , y va a  q u e d a r  en  adelan te es tablecido com o

un pr incipio capi ta l

  del

  D e recho púb l i co no r t eam er i cano ,

  la

obl igación

  más

 fuer te ,

  la

  vinculación

  más

 fuer te

  del

 juez

  a la

Const i tución

  (higher, superior obligation)

13

.

Desde entonces , desde

  esa

  capi ta l sentencia

  de

  1803,

 la

judicial review,  entendida como control judic ia l sobre

 la

 cons

t i t uc iona l i dad

  de las

  leyes,

 va a

  de sa r ro l l a r s e

  y va a

  conclui r

s iendo

  una

 pieza ce nt ra l

  del

  s i s tema, inc luso

  de la

  sociedad

10

 B.  SCHWARTZ:  The great rights,  cit., pp . 160 y ss.

11

 Vid.

 las  referencias  de E. S.  CORWIN:

  The

  doctrine

  of

  judicial

review,  pp. 71 y ss.

12

 Más adelante estudiarem os

  más

  despacio

  las

  bases técnicas

  del

fallo  Marbury v. Madison,  que continúan siendo relevantes para la  teoría

general  de la  justicia constitucional.

13

 Sobre  la  doctrina  de «la vinculación más fuerte»,  las referencias de

mi libro  Legislación delegada, potestad reglamentaria  y  poder judicial,

2.

a

  ed.,  Madrid, 1981, p. 10 (e  igualmente  el  texto  de  HAMILTON  en la

nota 117  infra).

¿Cómo expl icar

  la

  so rp r enden t e acep t ac ión gene ra l

  de una

i n s t i t uc ión cuya pos i c ión cen t r a l e s t á ba sada en t e r am en te

 en

una com pe tenc i a ,

  la de  judicial review,  que no ha

  s ido a t r i

bu ida exp re sam en te  por la  Cons t it uc ión , s i no p rop i am en te

«usu rpada»

  14

,

 o al

  m enos au toa t r i bu ida?

  Más que la

  explica

c ión ( aunque

  más

 ade l an t e

  nos

 co r r e spon de rá o f r ece r a l guna

desde nues t r a e s t r i c t a pe r spec t i va j u r í d i ca ,

  sin

  i n t en t a r

  en

t r a r

  en

 p r o b l e m a s

  de

  ps icología colect iva)

  nos

 i n t e r e sa aho ra

e l r e su l t ado :  el  T r ib u n a l S u p r e m o  es  r eve renc i ado  y  aca t ado

com o

  la

  r ep re sen t ac ión

  más

  a l ta

  de la

  ideología amer icana,

de

  la

 prop ia ident idad na cional .

 Hay

 incluso toda

 una

 mi tolo

gía religiosa:

  La

 Const i tución como texto inspi ra do

  por

 Dios,

los fundadores como

  los

  s an tos ,

  los

  j ueces

  del

  Tr ibuna l

 Su

prem o com o

  los

  sum os s ace rdo t e s

  que

  cu idan

  del

  cu l t o

  al

texto sagrado  en el  «Marbel Palace», en el palac io  de  M árm ol

donde t iene

  su

  sede

 y que

 ex t r aen

  de ese

  texto poco men os

qu e

  la

 infa l ib i l idad

  15

.

Sin per juic io

  de la

  expl icación

  más

  de t en ida

  que

  luego

a r r i e sga rem os , podem os

  ya

  ade l an t a r

  que

 e s t am os

  en

  presen

ci a

  de lo que C. L. BLACK  Jr., ha

  l l am ado j u s t am en te

  la

  fun

c ión «legi t imadora»

  del

  Tr ibuna l Suprem o , cap i t a l

  en la so

c i edad am er i cana ,  y  c i ta para expl icar la  la  del ic iosa anécdota

del in te lec tual f rancés

  que al

 d e s e m b a r c a r

  en

  Nueva York

 ex

c l am ó:

  «Es

 m arav i l l o so r e sp i r a r

  el

  dulce a i re

  de la

  legitimi

dad». Este in te lec tual sof is t icado cont ras taba

  la

  suces ión

  de

m onarqu í a s , im pe r io s

 y

 r epúb l i ca s

  en

 F ranc i a

  con la

  pe rdu ra

bi l idad

  de un

  r ég im en

  que las

  suces ivas generaciones habían

s i em pre s en t i do com o bueno ,

 en el

  pa sado

  y en el

  p r e sen t e ,

con

  el

  s en t i do

  de la

  l eg i t im idad pe rdu rab l e ;

  lo que

  r e sp i r aba

e ra

  the  sweet odour  of the  Supreme Court  of the  United

States,  el

  du l ce a rom a

  del

 Tr ibuna l Suprem o

  de los

  Es t ados

14

  Sobre la teoría de la «usurpación», cfr.  BICKEL,  p. 15;  BERGER, Go

vernment

  by

 Judiciary,  pp .  351 y ss.;  CORWIN:

  The

 doctrine,  pp. 1 y ss.',

y más adelante

  §

 V I I I ,

 4.

15

  Sobre todo ello puede verse el l ibro de A. S. MILLER:  The  Supreme

Court. Myth

  and

 reality,

  Westport, Connecticut, 1978, especialmente

 sus

dos primeros capítulos («The Supreme Court  in  american society», pá

ginas 3 y ss., y  «Some pervasive myths about  the  U.S. Supreme Court»,

páginas 11

 y

 ss.);

 en el

  segundo tipifica

  una

 serie

  de

 mitos sobre

 el

 Tri

bunal ; el  mito religioso  o  teológico, aludido en el  texto, en pp. 14 y ss.

128

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Unidos , autor pr incipal de ese consenso prolongado y cons

t an t em en te r enovado sob re l a Cons t i t uc ión

  16

. A su vez,

  BICKEL

Page 64: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 64/132

ha mat izado y ha hablado de una función mís t ica o s imból ica

del Tr ibunal : para los amer icanos e l s ímbolo de la nacional i

dad, de la cont inuidad, de la unidad y de la comunidad de

f ines es la Const i tución, s in más precis iones , como el ins t ru

mento que ha const ruido la t ie r ra de la l iber tad y ha asegu

rado su pervivencia . Es tos s ímbolos son necesar ios en toda

unidad pol í t ica ; en Ingla ter ra lo personi f ica la Corona; en

Estados Unidos , no e l pres idente , s ino jus tamente e l Tr ibunal

Supremo, «s ímbolo de la Const i tución». Pero «di f íc i lmente po

dr ía e l Tr ibunal personi f icar la Const i tución s i no tuviese la

autor idad de hablar f inalmente en nombre de e l la»

 17

.

La

  judicial review

  ha pasad o a ser , pues , la c lave de bóveda

de la formidable const rucción his tór ica que han s ido y s i

guen s iendo los Estados Unidos de América .

16

  C. L.  BLACK,  J r . :  The People and the Court,  c i t . , pp . 34 y s s . Tam

b i é n

  BICKEL:

  The least dangerous,  pp . 29 y ss.

17

  BICKEL, p p . 3 1 y s s .

II .

  El rechazo in icia l en Euro pa de la just ic ia const i tu

cional , su reconstrucción en el primer tercio del s i

g lo XX a través de la obra de Kelsen y el retorno a l

m o d e lo n o rtea m er ica n o ( co n d a to s e s tru ctu ra les d e l

s istema austríaco) en la ú lt ima posguerra; Alemania

e Italia

Es sorprendente que es ta concepción (que e l juez

  M A R

S H  ALL

  declaró en su sentencia que era «el pr incipio que debía

suponerse esencia l en todas las Const i tuciones escr i tas , que

una Ley que repugna a la Const i tución es nula»:

  «the princi

pie supposed to be essential to all written constitutions, that

a law repugnant to the constitution is void»)

  no penet rase en

Europa, donde tanto inf luyó la Revolución amer icana. La ex

plicación es sencilla.

La idea de Const i tución que manejan los revolucionar ios

f ranceses no es muy dis t in ta de la que manejan los const i tu

yentes nor teamer icanos , y as í luce , por e jemplo, en e l texto

bás ico de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciu

dadano de 1789

 18

. Pero esa doct r ina de la Const i tución como

18

  Bas te r eco rdar : 1 .°, que en e l Pr e ám bul o de la Decla r ación se es ta

b lece que la misma se hace «a f in de que los ac tos del

  poder legislativo

y l o s d e l p o d e r e j e c u t i v o , p u d i e n d o s e r c o m p a r a d o s a c a d a i n s t a n t e c o n

el f in de toda ins t i tuc ión po l í t i ca , sean más r espetados» , y «con e l f in de

q u e l a s r e c l a m a c i o n e s d e l o s c i u d a d a n o s , f u n d a d a s a p a r t i r d e a h o r a

s o b r e p r i n c i p i o s s i m p l e s e i n d i s c u t i b l e s , c o n d u z c a n s i e m p r e a l m a n t e n i

mi en t o de la Con s t i tució n» ; 2 .° , e l a r t í c u lo 2 .° dec lar a co mo ob je to de

t o d a a s o c i a c i ó n p o l í t i c a « l a c o n s e r v a c i ó n d e l o s d e r e c h o s n a t u r a l e s e

imprescr ip t ib les del hombre» , lo que af ecta , pues , a l l eg is la t ivo ; 3 . ° , e l

a r t í c u l o 5 . ° f o r m u l a e x p r e s a m e n t e l í m i t e s a l a L e y

  («La Ley no tiene

derecho a prohibir  má s que las accio nes per jud ic ia le s a l a socieda d») ,

como el ar t í cu lo 6 . ° , que p roh ibe leyes s ingu lar es y d i scr iminato r ias , y

el ar tículo 8.° («la

  ley no debe

  e s t a b l e c e r m á s q u e p e n a s e s t r i c t a y ev i

d e n t e m e n t e n e c e s a r i a s » ) , y c a s i t o d a l a t a b l a e n t é r m i n o s n o t a n e x p l í c i

tos,

  y 4.

u

, f i n a l m e n t e , e l a r t í c u l o 16 e s t a b l e c e c o m o u n c o n t e n i d o e s e n c i a l

d e l a C o n s t i t u c i ó n a s e g u r a r « l a g a r a n t í a d e l o s d e r e c h o s » , y p o r t a n t o

t a m b i é n d e l o s q u e s e f o r m u l a n c o n t r a l a L e y o i m p o n e n a é s t a l í m i t e s .

130

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

fundamental law,  como Derecho que puede exigir justificacio

nes a la legis lación ordinaria y en cuanto superior a ésta hacer

II .

  JUSTICIA CONSTITUCIONAL EN EUROPA 131

1920,

  y va a ser la obra pe rson al, como antes adv ertí, de un

jur is ta gen ia l , Hans  KELSEN.  Es truc tura lmente e l s is tema ke l-

sen iano in troduce un cambio bás ico , que es concre ta r la ju r is

Page 65: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 65/132

nula la que le sea contraria , va a perecer en Europa a raíz de

la Res taurac ión que subs igue a la aven tura napoleónica , por

los ataques concentrados de la derecha y de la izquierda. Por

la de recha , porque en ese momento la Res taurac ión monár

quica lleva a la consagración del llamado principio monár

qu ico por an tonomas ia , que hace de l monarca una fuen te p re -

constitucional del poder, y de la Constitución, por tanto,

apar te de a r t icu la r a l monarca con la represen tac ión bur

guesa , poco más que re tó r ica en su pa r te dogmática

  19

. Y, por

otra parte , por la izquierda; la izquierda hegeliana, a través

de Ferd inand  LASALLE  en su famosa conferencia en Berlín de

1862 «Sobre la esencia de la Constitución»

20

, concre ta p ron to

la idea de que la Constitución como tal es (términos literales

de   LASALLE)  una «mera ho ja de pape l» y que hay que a tender

si quiere uno conocer la realidad de las cosas al sustrato efec

tivo de poder que está por debajo de las declaraciones forma

les de la Cons t i tuc ión . Es te reducc ion ismo de la Cons t i tuc ión

a su fondo real, es ta desvalorización de la Constitución, como

una mera hoja de papel s in interés ninguno, cuya única fun

ción política sería precisamente ocultar las relaciones reales

de poder, es la que la izquierda va a mantener a través de las

formulac iones marx is tas , que exc luyen también todo va lor

espec íf ico a la Cons t i tuc ión como norma suprema.

La recepc ión en Europa de la doc tr ina americana de l con

trol judicial de las Leyes va a ser, por tanto, muy tardía, con

cretamente en la primera posguerra de este s iglo, en 1919-

B a s t e a ñ a d i r q u e j u s t a m e n t e s o b r e e s t e v i e j o t e x t o ( s o b r e l a b a s e d e l a

menc ión que de l mismo hace e l P reámbulo de la Const i tuc ión de 1958)

l a p r i m e r a , a u n q u e a ú n i n c o m p l e t a , j u r i s d i c c i ó n c o n s t i t u c i o n a l q u e h a

conoc ido Franc ia , la ac tua l de l

  Conseil Constitutionnel

  de la Const i tu

c ión de la V Repúbl ica , e s tá apoyando e l e fec t ivo contro l const i tuc iona l

de la s Leyes .

  Vid.

  F .  LUCHAIRE:

  Le Conseil Constitutionnel,

  Par ís, 1980,

en pa r t icu la r p p . 175 y ss . , sobre la u t i l izac ión de la Dec l a rac ión de 1789

c o m o p a r á m e t r o d e c o n s t i t u c i o n a l i d a d . A ñ a d a m o s q u e l a C o n s t i t u c i ó n

de 1791, en su t í tu lo I , e s tabl ec ía qu e e l pod er legis la t ivo no po dr ía hace r

ninguna ley «que a tentase y pus iese obs táculo a l e je rc ic io de los de re

c h o s n a t u r a l e s y c i v i l e s c o n s i g n a d o s e n e l p r e s e n t e t í t u l o y g a r a n t i z a d o s

por la Const i tuc ión».

19

  S o b r e e l « p r i n c i p i o m o n á r q u i c o » ,

  vid.

  la s r e fe renc i as de mi t r ab a jo

ya c i tado

  La Constitución como norma jurídica,

  p. 151.

20

  LASALLE:

  Ueber Verfassungswesen,

  1 86 2 ( r e i m p r e s i ó n , D a r m s t a d t ,

1958).

dicción de control de constitucionalidad de las leyes en un solo

Tribuna l y no , como es e l s is tema americano genuino , en to

dos los Tribunales , s i bien esta pluralidad de fuentes de deci

s ión sobre la constitucionalidad de las leyes se ordene sobre

e l p r inc ip io

  stare decisis,

  que vincula todos los Tribunales ala ju r isprudenc ia de la Corte Suprema. La fórmula ke lsen iana

consagra así lo que se ha llamado un s is tema de «jurisdicción

concentrada» frente al s is tema de «jurisdicción difusa», pro

p io de l cons t i tuc iona l ismo americano .

Pero este cambio estructural esconde en realidad una al

mendra bastante más profunda. Para  KELSEN el Tribunal Cons

titucional no es propiamente un Tribunal, porque un Tribunal

es un órgano que aplica una norma previa a hechos concretos

y el Tribunal Constitucional no enjuicia hechos concretos, sino

que se limita a controlar la compatibilidad entre dos normas

igualmente abstractas las dos: la Constitución y la Ley. No

es,  pues, un Tribunal porque no enjuicia situaciones concre

tas,  hechos espe cíficos, sino que limita su función a resolver

este problema de la   Vereinbarkeit de la compatibilidad entre

dos normas abstractas, eliminando la norma incompatible con

la norma suprema, pero haciéndolo   ex nunc no  ex tune.  Lo

que quiere decir que el vicio de inconstitucionalidad de la Ley

no es propiamente un vicio que genere una nulidad de pleno

derecho de esta última, sino constitutivo de una simple anu-

labilidad, anulabilidad que hace de la sentencia del Tribunal

Constitucional que la hace valer una sentencia constitutiva.

Por otra parte, este proceso de constitucionalidad de la ley

se aisla cuidadosamente del proceso donde la cuestión ha

sido suscitada, que es ya un proce so real y verdadero, relativo

a hechos concretos. Este aislamiento se propicia sobre la base

de atribuir el problema de la constitucionalidad de la ley a un

Tribunal único nacional, al que los demás Tribunales habrán

de remitir la resolución de ese problema como incidente pre

vio;  la decis ión del Tribunal Constituc ional, que versa única

mente sobre ese problema abstracto de compatibilidad entre

dos normas igualmente abstractas, será remitida al Tribunal

en el que ha surgido el incidente, y es aquí, fuera ya de la

132

EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

ju r isd icc ión y de l conoc imien to de l Tribuna l Cons t i tuc iona l ,

donde la decis ión vendrá a incidir sobre la solución de un

I I .  JUSTICIA CONSTITUCIONAL EN   EUROPA 133

Todo este s is tema pasa a la Constitución austríaca de 1920,

perfecc ionada en la refo rm a d e 1929, y va a ser un mo delo

Page 66: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 66/132

verdadero l i t ig io , re fe ren te ya a hechos concre tos .

Se ha querido pa l ia r a t ravés de es te s is tema tan cu idadosa

mente articulado el riesgo de un gobierno de los jueces, que,

además , en tonces e ra espec ia lmente pe l ig roso en Europa por la

v igenc ia , que en aque l momento la doc tr ina ju r íd ica acep ta , de

dogmas como los de la Escuela Libre del Derecho, la   libre re-

cherche  en Francia, la Volksgemeinschaft  o comu nidad de l pue

blo,  e l sen t imie n to co lec t ivo , e tc . , que pre ten de l ibe ra r en c ie r ta

manera a los jueces de la observancia de la ley. Este riesgo es

e l que e l s is tema ke lsen iano in ten ta ev i ta r

2 1

  es tab lec iendo como

postulado capital la sumisión de los jueces a todas las Leyes,

s in pe r ju ic io de que ún icam ente e l Tribuna l Cons t i tuc iona l pue

da e l iminar de l s is tema , s iempre

  ex nunc,

  como hemos no tado ,

las leyes supues tamente incompat ib les con la Cons t i tuc ión .

La consecuenc ia de es ta cons trucc ión enormemente su t i l e s

que e l Tribuna l Cons t i tuc iona l no se rá p rop iamente un órgano

jur isd icc iona l , una expres ión de l poder jud ic ia l , pues to que no

apl ica normas prev ias a hechos concre tos , s ino que en cuan to

que limita su función a declarar s i una ley es o no compatible

con la Constitución y a eliminar a las no compatibles , es un

órgano leg is la t ivo , un órgano que abroga Leyes has ta ese mo

mento pe rfec tamente e f icaces , e fec to abroga tor io que es e l

que asigna y explica la fuerza   erga omnes  de las senten cias

anula tor ias de los Tribuna les Cons t i tuc iona les , fue rza  erga

omnes  que t iene , pues , una na tura leza puramente leg is la t iva .

Es ,  en consecuenc ia , e l Tribuna l Cons t i tuc iona l un leg is lador ,

solo que no un legis lador positivo, s ino un legis lador negativo,dice

  KELSEN.

  El poder legis lativo se ha escindido en dos: el le

gis lador positivo, que toma la iniciativa de dictar y de innovar

las Leyes y el legis lador negativo, que elimina aquellas leyes

que no son compat ib les con la superio r norma cons t i tuc iona l

n

.

21

  Esto está certeramente visto en el agudo libro de G.  VOLPE:

  L'in-

?

iustizia delle leggi. Studi sui modelli di gtustizia costituzionale,   Milano,

977,  pp. 141 y ss.

22

  Vid.  H .  KELSEN:  «Wesen und Entwicklung der Staatsgerichtsbar-

keit»,  en el tomo V de las  Veroffentlichungen der Vereinigung der Deuts-

chen Staaísrechtslehrer,

  Berlín , 1929, pág. 30 y ss. (parc ialm ente recogid o

en el tomo dirigido por  HAEBERLE:  Verfassungsgertchtsbarkeit,  cit., pági

nas 77 y ss.) . Una versión distinta en «La garantie jurisdictionnelle de

la Constitution», en

  Revue de Droit Public,

  1929, pp. 197 y ss.;

  Reine

para todo e l cons t i tuc iona l ismo de la p r imera posguerra (en e l

Tribuna l de Garan t ías Cons t i tuc iona les de nues tra Cons t i tu

ción de 1931 influye decis ivamente, como ha demostrado

  CRUZ

VILLALÓN).  En es ta segunda posguerra vue lve a re to rnar esa

inf luenc ia , pe ro ya de una manera comple tamente d ife ren te .

Se ha vivido, sobre todo en los dos grandes países europeos

que adoptan el s is tema, Alemania e Italia , la trágica experien

cia , la enorme experiencia de que el legis lador pase a ser la

mayor amenaza pa ra la l ibe r tad , f ren te a la concepc ión t rad i

c iona l de l Es tado de Derecho , como un Es tado que se somete

a las leyes; la ley, hasta ahora vis ta como garantía , como es

cudo de la l ibe r tad , aparece aqu í , con un leg is lador a rb i t ra r io

dueño del poder de hacer leyes, como la posibilidad de intro

duc ir in jus t ic ias s is temát icas

  7i

,  de pe rver t i r e l o rdenamien to

jur íd ico , en la expres ión de una famosa in te rpre tac ión de l o r

den ju r íd ico nac iona lsoc ia l is ta

24

. Esta experiencia es la que

fuerza a los constituyentes de los dos países a fijarse otra vez

en la técn ica de los Tribuna les Cons t i tuc iona les , pa ra p reca

verse f ren te a una ac t iv idad leg is la t iva a rb i t ra r ia , una vez que

se ha concre tado en e l tex to cons t i tuc iona l un cuadro de va

lo res supremos y tendenc ia lmente ina l te rab les .

El p r imer re f le jo de es ta recepc ión , de es te re to rno a l tema

de los Tribuna les C ons t i tuc iona les , se ha r á acudiendo a l mode

lo ke lsen iano . Es e l mode lo que se t iene más a mano an te la

d if icu l tad de acoger e l s is tema americano or ig ina r io , l leno de

convenc iones , p rác t icas y sobreen tendidos , como produc to v i

vo de una h is to r ia pe rfec tamente s ingula r y p rop ia . Es ta pos

tu ra de adopta r pura y s implemente e l mode lo ke lsen iano es

represen tada por dos g randes ju r is tas en es tos pa íses , por P ie -

t ro  CALAMANDREI  en Italia , que es a estos efectos un kelseniano

cas i de es t r ic ta obse rvanc ia

2 5

, y por Hans  NAWIASKY  un discí

pu lo d irec to de

  KELSEN,

  que hace la misma propues ta en Ale -

Rechtslehre, 2.'

  ed., Viena, 1960, pp. 242 y ss. y 275 y ss. Una versión

de un kelseniano puro, R.  MARCIC:  Verfassung und Verfassungsgericht,

Viena, 1963.

23

  Una expresión certera de este hecho, en  LEIBHOLZ:  «Die Bedrohung

der Freiheit durch die Macht des Gesetzgebers», en la revista  Universi-

tas,  1959, pp . 459 y ss .

u

  F. VQN HIPPEL:  Die Perversión des Rechtsordnungen,  Tübin gen, 1955.

25

  P.  CALAMANDREI:  V Illegittimitá costituzionale delle leggi nel pjo-

cesso civile,  Milano, 1950. Cfr.  VOLPE:  L'ingiustizia,  cit., pp. 259 y ss.

134

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

ma n ia

2 6

. S in embargo , una y o tra p ropues ta son rechazadas .

No se acoge el modelo kelseniano del legis lador negativo, s ino

Page 67: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 67/132

e l americano de ju r isd icc ión , e l Tribuna l Cons t i tuc iona l como

verdadera ju r isd icc ión , aunque en la fó rmula es t ruc tura l de la

ju r isd icc ión concentrada . La base pa ra e l lo es la doc tr ina

americana de la supremac ía normat iva de la Cons t i tuc ión .

El s is tema es t ruc tura l de ju r isd icc ión concentrada , tomado

de l ke lsen ismo, implica a lguna consecuenc ia p rocesa l impor

tante, pero no ligada ya a las concepciones kelsenianas de base.

Así, la técnica de la   Organklage,  de la acción directa de cons-

t i tuc iona l idad , la leg i t imac ión para in te rponer la cua l se reco

noce en s imples ó rganos po l í t icos y no necesa r iamente en su

je tos pe rson if icados , fó rmula desconoc ida en e l s is tema ame

ricano, y, en segundo término, la fuerza general y

  erga omnes

de las sentencias anulatorias de las leyes, residuo de su con

cepción como decis ión legis lativa, pero, en realidad, único ins

t rumento técn ico pa ra a r t icu la r e l monopol io ju r isd icc iona l

concentrado en un Tribuna l ún ico y su re lac ión con la p lura

l idad de jueces y Tribuna les que mant ienen en te ras sus com

petencias de decidir litigios s ingulares . En este sentido se pue

de decir que el s is tema adoptado en Alemania y en Italia va a

se r e l nor teamericano de la supremac ía cons t i tuc iona l jun to

con a lgunos rasgos de l o t ro s is tema en cuan to ins t rumento

técn ico , te s is hoy ya común, sobre todo en la doc tr ina a lema

na. Así, por ejemplo, el libro de  DOLZER  sobre la s ituación ju-

r íd ico-cons t i tuc iona l  de l  Bundesverfassungsgericht,  el Tribu

na l Federa l Cons t i tuc iona l , a f i rma l i te ra lmente que se t ra ta

de l mismo s is tema

  qu e

  la Suprema Corte americana , só lo que

perfecc ionado

2 7

.

  ZAGREBELSKY,

  aunque  s in tanto énfasis , subra

ya igua lmente  la deuda explícita del  s is tema  italiano al mode

lo

  n o r t e a me r ic a n o

2 8

.

26

  R.

  DOLZER:

  Die staatstheoretische und staatsrechtliche Stellung des

Bundesverfassungsgerichts Berlín, 1972, pp, 37-8. K.  STERN:  Das Staats-

recht der Bundesrepublik Deutschland. B and II. Staatsorgane Staats-

funktionen etc. , Munich, 1980, p. 331.

27

  DOLZER,

  p. 39 . Pero aún las t e s is ke lsen ianas s iguen estando pre

sentes. Cfr.

  STERN,

  II, 949 y ss. e

  infra.

24

  ZAGREHELSKY:

  La giustizia costituzionale

Bolonia, 1977, pp.  320-1.

III.  El Tribunal Cons t i tuciona l en la Cons t i tución espa

ño la de 1978 y sus poderes

Llegamos así a la Constitución española de 1978.

1.  El mode lo que nues tr os cons t i tuyen tes adoptan , aqu í

como en tantos otros lugares del texto superior, es el modelo

alemán. Lo adoptan, pero, a la vez, introducen en él a lguna

varian te importan te .

En un reciente estudio sobre los modelos de justicia cons

titucional publicado en el tomo I del

  Homenaje al Tribunal

Constitucional federal alemán con motivo de su XXV aniver

sario

29

,  Ko n ra d  ZWEIGERT  afirma que el a lemán es , entre to

dos los modelos de Tribunales constitucionales , e l que tiene

una ju r isd icc ión más amplia , ind iscu t ib lemente ; la misma con

c lus ión hab ía también resu l tado de l importan te co loquio in

ternacional comparatis ta organizado en 1961 sobre el tema

La justicia constitucional en la actualidad,  por el Max-Planck

Ins t i tu í en He ide lberg

3 0

. La fórmula de   ZWEIGERT  es ro tunda :

«En conclusión, hay que decir que (los alemanes) tenemos la

justicia constitucional más amplia que exis te sobre la tie

r ra»

31

.

  Pues bien, dos años después de esta afirmación, su

tesis ya no podría ser sostenida, porque está claro que el mo

delo español excede en bastante el ámbito de competencias

a l Tribuna l a lemán.

29

  Bundesverfassungsgericht und Grundgesetz. Festgabe aus Anlass

des 25 jahrigen Bestehens des Bundesverfassungsgericht,

  he ra usg . vor i

K.

  STARCK,

  Tübin gen, 1976. El t r aba jo de

  ZWEIGERT:

  Einige rechtsver-

gleichende und kritische Bemerkungen zur Verfassungsgerichtsbarkeit,

en el tomo I , pp. 63 y ss.

30

  Verfassungsgerichtsbarkeit in der Gegenwart,

  c i t . En la in t ro duc

c ión de H.  MOSLER  a l coloquio y a l volumen, p . XI , se r e f ie re también

a l T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l a l e m á n c o m o « l a i n s t i t u c i ó n q u e e n e l m o

m e n t o a c t u a l g o z a d e l a s c o m p e t e n c i a s r e l a t i v a m e n t e m á s e x t e n s a s » .

31

  Einige rechtsvergleichende,

  cit. , p. 72.

136

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Concre t am en te ,  el  Tr ibuna l e spaño l t i ene  en  m e n o s  que el

Tr ibuna l a l em án  el  cont rol sobre  la  cons t i t uc iona li dad  de los

I I I .  EL

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

  Y SUS

  PODERES

  137

t u b r e  de 1979, cuáles  son las  com pe tenc i a s  de  es te órgano

const i tucional .

Page 68: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 68/132

par t idos pol í t icos ;

  es

  s ab ido

  que de

  e s t a im por t an t e com pe

tencia ,  que  e n t r a  en  j uego  a  in ic ia t iva  de  cua lqu i e r a  de las

Cám aras o del  Gobierno Federa l (o del G ob ie rno  de  cualquier

Lana,  por lo que hace a los  par t idos cuya organización  no ex

ceda de su  ám bi to t e r r i t o r i a l ) , ha hecho uso en  a lguna ocas ión

el Tr ibunal a lemán, para declarar

  la

  i ncons t i t uc iona l i dad

  y la

corre la t iva orden  de  disolución,  una vez del

  Sozialistische

Reichspartei

  (Par t id o Socia l i s ta

  del Reich,  de

  s igno

  de

  extre

m a de r echa ) y  o t r a  del  Pa r t i do Com uni s t a

3 2

. Pero tiene el  Tri

bunal Const i tucional español  en más  sob re  el  a lemán a lgo

sum am en te im por t an t e ,

  que es ser

  también Tr ibunal Const i

tucional  de los  s i s t em as j u r í d i cos au tonóm icos , cosa  que no

lo

 es el

  Tr ibuna l a l em án .

 En

 efecto ,

 en el

  s i s tema a lemán exis

te   en  cada

  Lana,

  en  cada uno de los  Es t ados m iem bros  de la

Fede rac ión ,  un  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l

  (Landesverfassungs-

gericht)  que  decide sobre  la  com pa t ib i l i dad  de las  Leyes  de

lo s  L'ánder

 con las

  Const i tuciones respect ivas

  de

 é s to s

  33

, pues

to

  que,

 com o

  es

  bien conocido,

 en el

  s i s tema federa l es t r ic to

coexis ten  con la  Const i tución  del  Esta do federa l C onst i tucio

nes propias

 de los

 Es t ados m iem bros . Es t e s i s t em a

  no

  rige

 en

el Derecho español , donde  la  e l iminación  del  mode lo federa l

ha l levado  en  es te caso, me  pa r ece  que con  absoluto ac ier to ,

po rque é s t a

  va a

  con t a r en t r e

  sus

 respon sabi l idad es cap i ta les ,

a concen t r a r  en el  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l ún i co t am bién  el

con t ro l

  de los

  s i s t em as j u r í d i cos au tonóm icos ,

  por

  re lac ión

t an to  con los  re spec t i vos Es t a tu tos com o con la  Const i tución

de  que  d i chos Es t a tu tos  son  concreción.

Repasem os sum ar i am en te sob re

 el

 texto

 de la

  Const i tución

y de la Ley Orgánica  del  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l ,  de 3 de oc-

33

  E.  FR IESEN H A H N :  « D i e V e r f a s s u n g s g e r i c h t s b a r k e i t  in der B. R.

D e u t s c h l a n d » ,   en el  t o m o  del  C o l o q u i o  de  H e i d e l b e r g  ya cit ., pp . 175 y

s i g u i e n t e s ;

  K.  STERN,

  t o m o

  I de su

  o b r a

  ya cit.

  (Grundbegriffe  und

Grundlagen  des  Staatsrecht. Strukturprinzipien  der  Verfassung,  M u n i c h ,

1977), p p. 171 y ss.; H.  LAUFER:

  Verfassungsgerichtsbarkeit

  und

  polistis-

cher Process,

  t ü b i n g e n ,  1968, pp . 480 y ss.  T a m b i é n c o n t r o l a  el  T r i b u n a l

la f inanciación  de los  p a r t i d o s .

33

  FRIESENHAHN,

  op. cit.,

  p p . 103 y ss. y en su

  t r a b a j o « Z u r Z u s t á n -

d i g k e i t s a b g r e n z u n g z w i s c h e n B u n d e s v e r f a s s u n g s g e r i c h t s b a r k e i t  und Lan-

d e s v e r f a s s u n g s g e r i c h t s b a r k e i t » ,   en la  o b r a c o l e c t i v a

  Bundesverfassungs-

gericht  und  Grundgesetz,  h o m e n a j e  a los  v e i n t i c i n c o a ñ o s  del  T r i b u n a l

F e d e r a l C o n s t i t u c i o n a l ,

  cit.,

  t o m o

  I, p p. 748 y ss.

Es ta s com pe tenc i a s pueden o rdena r se a l r ededor  de  cua t ro

ó rdenes

  de

  cues t i ones

34

. Vamos

  a

  r eco rda r l a s .

2.  E s t á n ,

  en

  p r im er t é rm ino ,

  los

  r ecu r sos sob re

  la

  cons

t i tuc ional idad

  de las

  leyes , tanto

  de las del

  Es t ado com o

  de

las leyes

  de las

  Com unidades A u tónom as , s egún

 ya

 h e m o s

 no

t ado  [art. 153, a), de la  Cons t i t uc ión ] , y  es to bien a  t r avés del

recurso di rec to , b ien  del  indi rec to  o  incidenta l ,  que en la Ley

Orgánica

  se ha

  l l am ado ,

 con

 opo r tunid ad discu t ib le , «cues t ión

de const i tuc ional idad». Es és ta la  com pe tenc i a nuc l ea r del Tri

b u n a l

  35

,

  la que

  p rocede d i r ec t am en te

  de la

  invención bás ica

am er i cana  de una

  judicial review

  sob re  las  decis iones  del le

gislativo.

El recurso di rec to

 no es

 conoc ido ,

 sin

 e m b a r g o ,

 en los Es

tados Unidos  y es  p r ec i s am en te , com o an t e s obse rvam os , un

r e s to

  del

  kelsenismo es t r ic to .

 Se

 t r a t a

  de un

  «control abs t rac

to  de n o r m a s »

3 6

, que se or igina  no en  función  de un  conflicto

de in tereses concre tos , para solucionar  el  cual  sea  m enes t e r

d i l uc ida r p r ev i am en te

  la

  n o r m a

  de

  decis ión, s ino s implemen

te  por una  d i s c r epanc i a abs t r ac t a sob re  la  i n t e rp r e t ac ión  del

texto const i tuc ional

 en

 re lac ión

 con su

 com pa t ib i l i dad

 con una

34

  F R I E S E N H A H N  (cit. por  STERN,  II, p. 938) ha precisado que existen

t r e s  Grundformen,

  o

  f o r m a s f u n d a m e n t a l e s

  de la

  j u s t i c i a c o n s t i t u c i o n a l :

c o n f l i c t o s c o n s t i t u c i o n a l e s , c o n t r o l

  de

  n o r m a s

  y

  r e c u r s o s

  de

  a m p a r o .

S i n g u l a r i z a m o s   un  c u a r t o t i p o p o r q u e , t a n t o  por su  c a r á c t e r p r e v e n t i v o

y  no  s u b s i g u i e n t e  o  r e p r e s i v o c o m o  por  r e f e r i r s e  a  t r a t a d o s ,  que  t i e n e n

s i n g u l a r i d a d s o b r e  las  n o r m a s i n t e r n a s ,  no  p u e d e s u b s u m i r s e  en las

t é c n i c a s

  del

  c o n t r o l n o r m a t i v o o r d i n a r i o .

  Al

  m a r g e n q u e d a n o t r a s f u n

c i o n e s p o s i b l e s m e n o s s u s t a n c i a l e s

  de los

  T r i b u n a l e s C o n s t i t u c i o n a l e s :

T r i b u n a l e s p e n a l e s

  de

  a l t o s a g e n t e s

  del

  E s t a d o

  (así, en

  I t a l i a ,

  ZAGRE-

BELSKY,  pp. 231 y ss.) ,  j u e z e l e c t o r a l ,  etc. El  c o n s t i t u y e n t e  ha  a c e r t a d o

d e s c a r g a n d o  a  n u e s t r o T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l  de  e s t a s f u n c i o n e s  sin

c o n e x i ó n d i r e c t a  con la  C o n s t i t u c i ó n .

35

  Kernbestand  der  Verfassungsgerichtsbarkeit,  s e g ú n

  FRIESENHAHN

( c i t .  por H.  S O E H N  en su  t r a b a j o « D i e a b s t r a k t e N o r m e n k o n t r o l l e » ,  en

Bundesverfassungsgericht,

  h o m e n a j e  a los  v e i n t i c i n c o a ñ o s  del  T r i b u n a l

F e d e r a l C o n s t i t u c i o n a l , c i t a d o , t o m o  I, p . 293).

30

  T e r m i n o lo g í a a l e m a n a .

  Cfr. el

  t r a b a j o

  de H.  S O E H N  que

  a c a b a

  de

c i t a r s e

  en la

  n o t a a n t e r i o r .

  FR IESEN H A H N :

  Verfassungsgerichtsbarkeit

in

  der

  B.R.D.,

  cit ., pp . 133 y ss.

  R e c u r s o

  que en

  A l e m a n i a

  no es

  d e m a

s i a d o u t i l i z a d o en la  p r á c t i c a ;  en  o c t u b r e  de 1975 (vein t ic inco a ños ) só lo

s e h a b í a n p r o d u c i d o 37 s e n t e n c i a s  en  e s t e t i p o de p r o c e s o s  (apud  SO EH N ,

p á g i n a  293, n o t a ) .

138

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Ley s ingular . Es te t ipo de discrepancia es lo que legi t ima a

s imples órganos genera les y no a suje tos que def ienden sus

III.

  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SUS PODERES 139

mas,  quiere deci rse prod ucido en e l seno de un l i t ig io o pro

ceso rea l y verdadero, de modo que aunque e l conocimiento

Page 69: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 69/132

propios in tereses personales . En la doct r ina a lemana se habla

por e l lo de un proceso «obje t ivo», donde los órganos que han

inic iado e l mismo no adoptan, en su ca l idad de t i tu lares de

intereses pol í t icos , la pos ic ión procesal es t r ic ta de recurren

tes,  pues to que no t ienen in tereses propios , s ino que ac túan

en c ier to modo como defensores abs t rac tos de la Const i tu

c ión " . En nues t ro s i s tema esos órganos habi l i tados a susci tar

el recurso son el Defensor del pueblo, el Presidente del Go

bierno, las Cámaras , de terminados órganos , también e jecut i

vos y legislativos, de las Comunidades Autónomas y, en fin, las

m inor í a s pa r l am en ta r i a s en núm ero de c incuen t a d ipu t ados

o senadores . Es to úl t imo es muy impor tante como técnica de

protección de minor ías , y aquí nues t ra Const i tución ha re

ducido e l módulo de su modelo a lemán, que requiere un ter

c io de cada una de las dos Cámaras .

Parece innecesar io expl icar e l mecanismo del recurso in

di rec to o cues t ión de const i tuc ional idad. Aquí e l problema de

la const i tuc ional idad de una ley surge como cues t ión inciden

ta l previa (que ha de resolver e l Tr ibunal Const i tucional ) a la

apl icación de dicha ley para la resolución de un proceso de

cualquier contenido abier to ante cualquier Tr ibunal . En e l

momento en que e l problema se plantea ante e l Tr ibunal Cons

t i tuc ional , por remis ión del Tr ibunal

  a quo,

  la verificación de

la const i tuc ional idad no es muy dis t in ta de la que se opera

en la técnica del recurso di rec to o cont rol abs t rac to de nor

mas.

  Pero aquí es tamos ya ante un cont rol «concre to» de nor-

37

  H.

  SOI-HN,

  cit., en

  Bundesverfassungsgericht,

  I, p. 304: «Das Ver-

fahren ist einseitig, njcht streit ig, kein kontradiktorisches Parteienver-

fahrcn und kcine (echtc) Verfassungsstreit igkeit , ejn Verfahren ohne

Beteiligte» (traducción: El procedimiento es unilateral, no de contienda,

no un procedimiento contradictorio entre partes; no es un verdadero

lit igio constitucional; es un procedimiento sin partes o l i t igantes); son

expresiones tomadas de la jurisprudencia del Tribunal alemán. ídem,

STERN,  II, pp. 985 y ss. Es de notar que esta posición está facilitada en

Alemania por la circunstancia de que este recurso directo no está some

tido a plazo. En España, donde la disponibilidad del recurso se l imita a

tres meses desde la publicación de la Ley (art. 33 de la Ley Orgánica

del Tribunal Constitucional), en la práctica se visibiliza un verdadero

conflicto interpretativo de la Constitución entre partidos o entre órga

nos,  aunq ue el conflicto no se refiera a interes es concr etos de los recu

rrentes; es una prolongación a la vía jurisdiccional de un conflicto

interpretativo que se habrá iniciado y debatido al elaborarse la Ley.

y decis ión de es te procesó no se remi ta a l Tr ibunal Const i tu

c ional en e l ju ic io de const i tuc ional idad que a és te correspon

de,

  pesará , inevi tablemente , la d ia léc t ica del caso concre to ,

que ent ra ya dent ro del caracter ís t ico cuadro menta l de la

jus t ic ia

38

.

Es impor tante notar que la deses t imación de un recurso

di rec to cont ra una Ley no es un obstáculo para que e l mismo

mot ivo de inconst i tuc ional idad pueda ser p lanteado ul ter ior

mente en una «cues t ión de const i tuc ional idad», af i rmación

que hacemos con conciencia de que cont radice e l texto l i te ra l

de los artículos 29,2 y 38,2 de la Ley Orgánica del Tribunal.

Es tos p r ecep tos , que i n t en t an ce r r a r e l pa so a p l an t eam ien tos

concre tos de inconst i tuc ional idad ya deses t imados una vez en

vía de recurso di rec to , inc iden en un er ror superado ya hace

largo t iempo en e l recurso contencioso adminis t ra t ivo cont ra

Reg l am en tos

  39

, aquí más grave aún, tanto por e l b loqueo que

supone a l l ibre acceso constante a la Const i tución ( f rente a la

cual se in tentar ía hacer prevalecer la doct r ina de una senten

c ia in terpre ta t iva de la misma) , como por obstacul izar una de

las funciones pol í t icas más impor tantes

  del Tribunal Consti-

38

  Cfr.

  K.

  A.  BETTERMANN:  «Die Konkrete Normenkontrolle und sons-

tige Gerichtsvorlagen», en  Bundesverfassungsgericht,  cit., I, pp. 323 y

siguientes.

39

  El artículo 39 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administra-

tiva de 1956, tras presentar la doble posibilidad de impugnar ante dicha

jurisdicción los Reglamentos, bien directamente, bien con ocasión de su

aplicación en actos concretos, añade en su apartado 4: «La falta de im

pugnación directa de una disposición o la desestimación del recurso que

frente a ella se hubiere interpuesto no impedirán la impugnación de

los actos de aplicación individual fundada en el supuesto previsto en el

párrafo 2» («fundada en que tales disposiciones no son conformes a

derecho»). Es una regla impuesta necesariamente por la razón de que

los Reglamentos ilegales son nulos de pleno derecho, nulidad que no les

convalida ni la ausencia de una impugnación directa en el momento

de su publicación ni la desestimación judicial de esa impugnación di

recta si se hubiese producido. Cfr. sobre el tema E.   GARCÍA DE ENTERRÍA

y T. R.  FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ:  Curso de Derecho administrativo,  tomo, I,

3.

a

  ed., Madrid, 1980, pp. 203 y ss. Sobre las consecuencias absurdas

de la posición contraria (que era la de nuestra jurisprudencia hasta la

citada Ley Jurisdiccional de 1956 y a la que a veces —contra ley— re

torna dicha jurisprudencia con error: cfr. el artículo de T. R.   FERNÁNDEZ:

«¿Desaparece el recurso contra Reglamentos?», en  Revista de Administra

ción Pública,  núm. 65), vid.  M.

  CLAVERO ARÉVALO:

  «El recurso contencio-

so-administrativo contra Reglamentos y Ordenanzas en la nueva Ley de

Régimen Local», en  Revista General de Legislación y Jurisprudencia,  1951.

140

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

tuc ional ,

 la de

 una  in terpre tac ión const i tuc ional evolut iva

 que

adap t e

  el

  texto

  de la

  Const i tución

  a las

 s i tuaciones his tór ica s

cam bian t e s , com o  por  i gno ra r  las  di ferencias substan cia les

I I I .

  EL

 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

  Y SUS

 PODERES

  141

mar c ier tas declaraciones

  de

  i ncons t i t uc iona l i dad

  que los re

c u r r e n t e s

  le

  ped í an r e se rva

  de

  ma nera expresa rea l izar esa s

mism as d eclaraciones s i "el mism o tem a

  se le

  p r e sen t a

  por la

Page 70: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 70/132

en t r e

  un

  cont rol «abst rac to»

  de las

 Leyes

  y un

  cont ro l «con

cre to»,

 con la

  r iqueza invent iva

  de la

 casuís t ica ,

  sin la

 cua l

 la

técnica jur íd ica

  se

  agota

  y se

  reseca; c omo,

  en fin, por la

inexis tencia

  de

  legi t imación individual

  en el

  recur so di rec to

que vedar ía ,

  en la

  hipótes is

  de que se

 p a r t e

  de una

 sentencia

dese s t im a to r i a p roduc ida

  en ese

 t ipo

  de

  r ecu r so ,

 a los

 c iuda

danos

  el

  acceso

  al

  con t ro l con s t i t uc iona l

  de las

 leyes , co nt ra

e l de r echo fundam en ta l

  del

 ar t ículo

  24, 1 de la

  Const i tución.

Por ello, bien

  por vía de

  declaración

  de

  i ncons t i t uc iona l i dad

de esos

  dos

 a r t í cu los

  de la Ley

 Orgánica , b ien

  por la de su

(di f íc i l ) in terpre tac ión «conforme  a la  Const i tución»,  la  nor

m a l com pa t ib i l i dad en t r e

  las dos

 vías

  de

  con t ro l

  de la

  cons-

t i tuc ional idad debe

  ser

  ené rg i cam en te a f i rm ada

4 0

. J u s t am en

te   en la  p r im e ra s en t enc i a d i c t ada  por el  Tr ibu nal Const i tu

c ional ,

  la de 2 de

  febrero

  de  1981

41

, en el

  r ecu r so p rom ov ido

p or

  un

  g rupo

  de

  senado res socia l i s tas con t ra

  la Ley de Ré

gimen Local ,

  así

 acaba

  de

  hacerse , escogiendo

  la vía de una

i n t e rp r e t ac ión cons t i t uc iona l

  del

 ar t ículo 38, 2

 de la Ley Or

gán i ca con t r a

  lo

 que pa r ece

  ser su

  tenor l i te ra l

  (y sin

 hace r se

cues t ión   del  ar t ículo 29,2) .

 En

 conc re to ,

 el

 Tr ibuna l

 ha

 dicho:

«...

 si en el

  futuro

  se

 p l an t ea r an ca sos conc re tos

  que

 pe rm i

t ieran apreciar nuevos mat ices

  en

 o r d e n

  a

  jus t i f icar

  la

 oposi

ción —o

 la

 d i s con fo rm idad—

  a la

  Const i tución

  de

 a lgunos

 de

los preceptos

  [de la Ley de

 Régimen L ocal ] cuya inc onst i tu

c ional idad  no se  dec la r a aho ra ,  el  juez  o Tr ibuna l co r r e spon

d i en t e pod r í a p rom ove r

  la

  cues t ión

  de

  i ncons t i t uc iona l i dad

con re lac ión

  al

  p r ecep to

  que le

  susc i t a r a duda ,

  de

  acue rdo

con

  lo

  d i spues to

  en el

  ar t ículo

  38,2 de la Ley

 Orgánica

 del

Tr ibuna l» . Q ueda

  así

 def ini t ivamen te c laro

  que el

  propio Tr i

buna l Cons t i t uc iona l

  al

  resolver

  un

  r ecu r so d i r ec to

  y

  deses t i -

40

 Las

 dos

  vías arguméntales,

  la de la

  inconstitucionalidad

  de los ar

tículos  29.2

 y

 39.2

 de la Ley

 Orgánica

  del

 Tribunal Constitucional,

 en

E.

  GARCÍA

 DE

ENTERRÍA

 y T. R.

  FERNÁNDEZ:  Curso de Derecho administra

tivo,  I,

 cit.,

 p.

 158;

 la de la interpretación «conforme  a la Constitución»,

en F.

  RUBIO LLÓRENTE

 y M.

  ARAGÓN:

  «La jurisdicción constitucional», en

La Constitución Española

  de

  1978. Estudio sistemático,  dirigido

 por

A.

  PREDIERI

 y E.

  GARCÍA

 DE

ENTERRÍA,

 cit., pp. 870 y ss.

41

  Boletín Oficial del Estado  de

 24

 de febrero  de 1981. La sentencia se

ha producido , pues,  con  posterioridad  a la  primera versión  de  este

estudio.

ví a de una «cues t ión  de i ncons t i tuc iona l i dad» ,  que por su ca

rác ter «concre to» pueden hacer v is ib le «nuevos mat ices». A

 la

ve z

  que se

  r i nde j u s to t r i bu to

  a la

  v i r t ud c r eadora

  de la

casuís t ica , queda es tablecido def ini t ivamente

  que la

  deses t i

m ac ión

  de un

  r ecu r so d i r ec to

  no

  im p ide

  el

  ul ter ior recur so

ind i r ec to con t r a  la  m i sm a n o rm a ,  que am bos r ecu r sos son,

pues ,

  pe r f ec t am en te com pa t ib l e s .

E n uno

 y

 o t ro

 de

 e s to s  dos  r ecu r sos

  las

 s en t enc i a s  del Tri

buna l Cons t i t uc iona l e s t im a to r i a s

  de la

  an t i cons t i t uc iona l idad

dec l a r an

  la

 nu l i dad

  de la ley

 i m p u g n a d a  (art. 39,1

 de la Ley

Orgánica

  del

  Tr ibuna l ) .

  Es,

 p u e s ,

  un

  s i s t em a

  de

  nul idades ,

com o p rocede  por

 la

 apl icación  del p r i nc ip io

 de

 sup rem ac í a ,

 y

no

 de

 mer a anulab i l idad, según

 el

 s i s tema kelsen iano e s t r ic to .

Las sentencias anula tor ias t ienen fuerza

  erga omnes,  lo

  cual

p rocede t am bién

  del

 m ode lo k e l s en i ano , aunqu e a ho ra

  se

 j u s

t i f ique como

  un

  i n s t rum en to necesa r i o

  de la

  exclus ividad

  o

m onopo l io  del  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l pa r a dec l a r a r  la in

cons t i t uc iona l i dad  de las leyes y su nu l i dad co r r e l a t i va

4 2

.

3.  En

  s egundo t é rm ino ,

  el

  g r an b loque

  de

  com pe tenc i a s

del Tr ibunal Const i tucional

  lo

 cons t i t uyen  los  r ecu r sos

 de

 am

paro, es to

  es,

 r ecu r sos i n t e rpues tos

  por los

 pa r t i cu l a r e s , t r a s

habe r ago t ado

  las

 vías judic ia les ord inar ia s , para prote ger

 sus

derechos fundamenta les (sólo

  los

  calificados

  a

  estos efectos

según  el  ar t ículo 53, 2 de la  Const i tución, es to  es, los  enuncia

dos

 en los

 a r t í cu los

  14 a

 30).

 Es t a com pe tenc i a p rocede

 de la

t r ad i c ión i nm ed ia t a

  del

 Tr ibuna l

  de

 Garan t ías Const i tuciona

le s

  de la II

  Repúb l i ca , aunque p robab l em en te haya pesado

42

 «La

 razón

  de la

 monopolización

  de la

  competencia

  de

 rechazo

 re

side  en el  hecho  de que todos  los jueces  no  pueden e star habili tados

para rechazar  la  aplicación  de una

 Ley

 que se  presenta como un  acto

específico

 de la

  representación del pueblo

 y,

 más aún, que

 la

  declaración

de nulidad  de una tal Ley debe reservars e  al  Tribunal Constitucional,

qu e se sitúa en el  mismo nivel

 que

 el Parlamento y

 que, por

  o t ra parte ,

constituye

  un

  órgano constitucional»:  FRIESENHAHN:

  «Le

 controle

 des

normes jurid iques  en  Droit allemand», en la  obra colectiva  Actualité

 du

controle jurisdictionnel  des lois (Travaux  des sixiéme journées d'études

juridiques Jean Gabin),

  Bruselas, 1973,

 p.

 50.

142

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

m ás

  que esa

 t r ad i c ión p rop i a

4 3

  de

 nuevo

  el

  m ode lo

  del

 Tri

buna l Cons t i t uc iona l a l em án (m ode lo c r eado  en  e s t e pun to

inic ia lmente  por la Ley  — ord ina r i a—  del Tr ibuna l  de 1951,

I I I .

  EL

 TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

  Y

  SUS PODERES  143

que,

  en efecto ,  la eficacia  de la  Const i tución, dada  la  econo

m ía i n t e rna

  de la

  m i s m a

  que

 r e su l t a

  de

  esas calificacion es,

ha pasado  a ser en  p r im er t é rm ino  la  eficacia  de los dere

Page 71: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 71/132

pe ro  que se  const i tuc ional izó t ras  la  adic ión  de un  pá r r a fo

específico  al ar t ículo 93,14 de la Ley Fundam en ta l en la  refor

m a

  de

 és ta

  de

 29

 de

 ene ro

  de

 1969),

 y

 que

 es

 d i s t i n to

  en

 es te

p u n t o  del i ta l iano, por c ier to .

La jus t i f icación  de e s t a com pe tenc i a  ha s ido bas t ant e dis

cut ida , pero es tá , a mi ju ic io , c lara desde el lugar cent r a l q ue

los de r echos fundam en ta l e s p r e sen t an  en la  cons t rucc ión

const i tuc ional

  y en su

 s i s t em a

  de

 valores . Los a r t ículos

  1.° y

10 de la  Const i tución, como  es  bien conocido, e levan es tos

de rechos fundam en ta l e s  y  l i be r t ades púb l i ca s  a la  condic ión

de «valores super iores»  de nues t ro O rdenam ien to , f undam en

to m i sm o  del orden pol í t ico  y de la paz so cial. Esta califica

ción

  no es

 ba l ad í ,

 ni es

  t a m p o c o

  un

  s imple pru r i to es té t ico

de los jur is tas

4 4

, s ino que impl ica  el de s t acam ien to com o bá

sica  de es ta d ecis ión const i tuc ional ,  en el s en t i do  de C. SCH-

MITT,

 lo

 que revela

 en el

 p l ano e s t r i c t am en te t é cn i co

 el

 ar t ícu

lo 168 de la Const i tución, que eq uipa ra  la  a l terac ión  de es tos

«valores super iores»  a la  adopc ión  de una nueva Const i tu

c ión. El lo impl ica , forzosamente ,  una pos i c ión dom inan t e  y

de sup rem ac í a  de  es tos «valores super iores»  en la  i n t e rp r e

tac ión  de t odas  las dem ás no rm as cons t i t uc iona l e s , y aun la

posibi l idad,  no  sólo hipoté t ica ,  de calificar desd e  los m i sm os

como inconst i tuc ionales normas const i tuc ionales ac tuales  o

futuras , según  la  tes is b ien conocida  de

 B A C H O F ,

  qu e  ha h e

cho suya el Tr ibuna l Cons t i t uc iona l a l em án

45

. Sólo es to bas ta

a jus t i f icar que

  la

 Const i tución

  se

 haya cre ído ob l igada

  a

 dis

p e n s a r

  a los

  de r echos fundam en ta l e s

  una

  supe rp ro t ecc ión ,

com o base  que son del s i s t em a en t e ro ,  y a  im p l i ca r  en esa

protección reforzada  al  p rop io Tr ibuna l Cons t i t uc iona l, por-

45

  T r a d i c i ó n b a s t a n t e p o s i t i v a

  (a

  d i f e r e n c i a

  de la

  p r o d u c i d a

  en los

r e c u r s o s  de  i n c o n s t i t u c io n a l i d a d ) .  Cfr. J . L.  GARCÍA RUIZ:  El  recurso  de

amparo  en el  Derecho español,  M adr id, 1980.

44

  C o m o

  es la

  t e s i s

  del, por lo

  d e m á s , e x c e l e n t e , t r a b a j o

  de

  Si lv io

BASILE:

  « L o s " v a l o r e s s u p e r i o r e s " ,  los  p r in c i p i o s f u n d a m e n t a l e s  y los

d e r e c h o s  y  l i b e r t a d e s p ú b l i c a s » ,  en

 La

  Constitución Española

  de

  1978,

estudio dirigido por A.

  P R E D I E R I

  y E.

  GARCÍA

  DE

 E N T E R R Í A ,

  c it., p p . 261 y

s i g u i e n t e s .

45

 Cfr. mi

  t r a b a j o  La

  Constitución como norma,  p p .

 144

 y ss. y

  r ef e

r e n c i a s ,  e  infra  en el  t e x t o .

chos fundamenta les .

E n  el  D e recho cons t i t uc iona l no r t eam er i cano , com ple t a

m en te ex t r año  a la  cons t rucc ión s chm i t t i n iana , encon t r am os

una expl icación quizá más mat izada

  de la

 preferred position,

de  la  posic ión preferencia l  de las  l i be r t ades fundam en ta l e s

(o,

  más en  conc re to ,  de  aquel las l iber tades  que han de con

s iderarse «condic ión indispensable  de una sociedad abier ta»,

en términos del juez   FRANKFURTER,  concepto que has ta ahora

no se ha ex t end ido a la to ta l idad del ca tá logo con st i tuc ional ) *

d e n t r o  de la econom ía  de la Cons t i t uc ión .  Ya  MADISON  había

n o t a d o  en

 The Federalist

  que en un gob i e rno r ep re sen t a t i vo

o dem ocrá t i co cons t i t u i r á  un  pel igro m ayor  la  violación de

los derechos individuales por la mayo r ía que lo cont rar io . Tras

una época , a som brosam en te p ro longada du ran t e c i en to c in

cuen t a años ,

 en

 q ue

 el

 Tr ibuna l Sup rem o m os t ró una no t ab l e

falta  de  sens ibi l idad para  los derech os funda menta les d is t in

to s  del de p rop i edad  y de con t r a t ac ión  o de l i b r e em presa a

él v inculados

4 7

,  en  1938, en el  m o m e n t o m i s m o  en que ha

pe rec ido  en su l ucha con t r a  ROOSEVELT el modelo const i tuc io

na l  de la p rop i edad abso lu t a ,  el Tr ibuna l Sup rem o inaugura

es ta nueva tendencia

  con la

  famosa sente ncia U. S. V.  Caro-

lene Products

4

*.

46

  Apud

  TRIBE:

  American Constitutional

  Law,

  M i n e ó l a , N u e v a Y o r k ,

1978,

  p . 572 y las

  r e f e r e n c i a s

  de las

  n o t a s s i g u i e n t e s . E s t a m a t i z a c i ó n

i n t r o d u c e  una  j e r a r q u í a e n t r e  los  d e r e c h o s c o n s t i t u c i o n a l e s .

47

 Cfr. B.

 SCHWARTZ:

  The  Great Rights  of  Mankind.  A  History  of ihe

American Bill  of  Rights,

  cit.,

 e s p e c i a l m e n t e

  p p .

 202

 y ss.;

 c i t a

  (p . 208)

una f r ase  de sir H e n r y

  MAINE,

  el  f a m o s o h i s t o r i a d o r  del D e r e c h o , que a

f inales  del  siglo  x ix   ca l i f icaba  el  Bill

  of

  Rights  a m e r i c a n o c o m o  un

« c i e r t o n ú m e r o

  de

  e n m i e n d a s

  en

  p u n t o s c o m p a r a t i v a m e n t e

  sin

  i m p o r

t a n c i a » ,  así c o m o  la  a f i r m a c i ó n  de un  j u e z f e d e r a l h e c h a  en  1922, según

la cual ,  «de los  t r e s p r i n c i p i o s f u n d a m e n t a l e s  que son la  b a s e  del Go

b i e r n o [ = E s t a d o ]

  y por los

  c u a l e s

  el

  G o b i e r n o [ = E s t a d o ] e x i st e ,

  la

p r o t e c c i ó n   de la  v i d a ,  la  l i b e r t a d  y la  p r o p i e d a d ,  el más  i m p o r t a n t e

es   la p r o p i e d a d »  (p. 209); has ta 1925 el  T r i b u n a l S u p r e m o  no  e x t i e n d e  a

l o s E s t a d o s

  la

 v i n c u l a c i ó n d e l

  Bill

  of

  Rights

  (pp . 216-7) . Una a pas ion an t e

e x p l i c a c i ó n  de los  « m o d e l o s » c o n s t i t u c i o n a l e s  con que ha  o p e r a d o  el

T r i b u n a l S u p r e m o a m e r i c a n o ,  en

  TRIBE:

  American Constitutional

  Law,

cit . ,

  passim.  El

  m o d e l o

  de los preferred rights  es el V, y

  c o m e n z a r í a

en 1937, pp. 564 y ss.

48

  S C H W A R T Z ,

  p . 218.

144

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

La teoría de la  preferred position  no es puramente retó

rica o estét ica, sino que implica consecuencias fundamentales,

por de pronto dos: 1.° frente a la normal presunción en favor

I I I .  EL

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

  Y SUS

 PODERES

  145

Esta doctrina, que se abre camino poco a poco

 54

, concluye

siendo la base entera de la formidable acción jurisprudencial

que culmina el Tribunal  W A R R E N

  55

  y sigue siéndolo del actual

Page 72: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 72/132

de la constitucionalidad de las leyes

 49

, la sentencia  Carolene

observa certeramente que hay un margen estrechísimo para

hacer jugar dicha presunción cuando la legislación aparece

frente a una específica prohibición constitucional de interfe

rir una libertad básica, como ocurre, observa, con las diez

primeras enmiendas constitucionales

50

;  en realidad, la califi

cación constitucional de la libertad como obligación de abs

tención del Estado invierte la presunción: es la ley que inter

fiere la libertad fundamental la que se hace sospechosa de

inconstitucionalidad y la que necesita justificarse, por ello,

frente al reclamante

51

, y justificarse precisamente en la de

mostración de que la libertad presente un «claro e inminente

peligro» respecto del cual la medida legislativa constituya

  the

least restrictive alternative

52

;

  2.° lo cual quiere decir que fren

te a la  self restraint  ordinaria del Tribunal respecto a la vali

dez de la ley enjuiciada, en estos casos ésta

  is to be subjected

lo more exacting judicial scrutiny,  se encuentra sujeta a una

inquisición judicial rigurosa

53

. Se comprende que estas capi

tales consecuencias resultan aún más fácilmente aplicables

cuando lo que se enfrenta a la lib ertad fundamental son ac

tos no legislativos.

49

 Cfr. mi

 t rabajo

  La Constitución como norm a jurídica,  pp.

 142

 y ss.,

y P.  BREST:  Processes

  of

  Constitutional D ecisionmaking. Cases

 and Ma

terials,  Boston, 1975, pp .  1008 y ss.

50

  BREST, pp. 753 y ss. El  argumento resulta aplicable  al  caso español

a través de la  calificación  de las  l ibertades como inviolables  (art.  10, 1)

y

  la

  obligación

  del

  legislador

  de

  «respetar

  su

  contenido esencial»

 (ar

tículo 53, 1);

 es más

  fácil,

  sin

  embargo, aplicarla

  a

  aquellas l ibertades

que postulan abstenciones  del  Estado, como nota  TRIBE:  la  doctrina de

la

  preferred position  no

  inten ta definir lím ites

  al

  poder

  del

  Estado

 de

actuar  en la  materia, sino  excluir  ese  poder de las  esferas  de  l ibertad

de  que se  t ra ta  (ob. cit., p. 565). Pero véase luego en el  texto sobre la

extensión

 de la

  doctrina

 al

 ámbi to

 de las

  l ibertades necesitadas

 de

 accio

nes positivas  del  Estado .

51

 H. W

  CHASE

 y C. R.

  DUCAT:

  Constitutional ínterpretation. Cases.

Essays. Materials, 2.

a

 ed., St.  Paul, Minn., 1979, p. 62.

52

  CHASE  y  DUCAT,  ibídem.

53

 El  texto inglés es de la  sentencia  Carolene. La inaplicabilidad en el

caso de la self-restraint  (que pasó a ser la  actitud dominante en el  Tri

bunal post

  New

  Deal,  t ras  los  subjetivismos  de la  fase precedente), en

SCHWARTZ,  cit., p. 219, con una  expresiva cita  del  justicia  STONE, que

fue   el  redactor  de  Carolene.

B U R G E R

56

.

Importa notar que en esta teoría de la  preferred position

ha incidido la doctrina posterior de la

  equal protection,

  la

gran línea de desarrollo de la época

  W A R R E N ,

  que postula ya

no simplemente la abstención del Estado frente a las liberta

des individuales básicas, sino, especialmente, la obligación de

éste de proporcionar un  identificable quantum  de oportuni

dad real de libertad como un  constitutionally protected prere-

54

 Aun en 1954 en la  obra colectiva  Supreme Court  and  Supreme

Law,  dirigida por  Edmond  CAHN  (2.

a

 ed. en  Westport, Connecticut, 1968),

John  P.  FRANK,  que  examina  la  importancia  del  sistema  de  l ibertades

básicas en la  obra de la  Judicial review,  concluye  que  este sistema «no

ha tenido  una  gran significación para  las  libertades civiles  del  pueblo

americano»  (p. 136), afirmación  que hoy  resultaría escand alosa; entre

esa afirmación  y la  actualidad  ha  pasado  la  obra ingente  del  Tribunal

WARREN,

  al que

  inmedia tamente

  nos

  referiremos.

55

 El

  Tribunal  WARREN

  (es

  usual referirse

  a la

  historia

  del

  Tribunal

po r  el  nombre  de su  presidente;  en  este caso, Earl  WARREN)  cubre  el

período 1953-1969, y es ya  admitido considerarlo como  uno de los más

grandes períodos

 de la

  historia

  del

  Tribunal Supremo americano.

 Vid.

A. Cox: The Warren Court. Constitutional decisión  as an  instrument  of

reform,  Cambridge, Mass., 1971. F, B. KURLAND:  Politics,  the  Constitution

an d  the  Warren Court,

  Chicago, 1970. L.  LEVY, ed.:

 The  Supreme Court

under Earl Warren,  Nueva York, 1972. B. SCHWARTZ:  Los  diez mejores

jueces  de la  historia norteamericana,  t rad .  esp. de E.  ALONSO,  Madrid,

Cuadernos Civitas, 1980 pp. 85 y ss. R. H.

  SAYLER,

  B. B.

  BOYER

  y

R. E. GOODING, ed.: The  Warren Court. A critica analysis,  Chelsea House,

New York, 1980. En la  tipología de  TRIBE, el  Tribunal  WARREN  desarrolla,

además,  un  nuevo modelo,  el VI de su  catálogo,  el  modelo

  of  equal

protection  (op. cit., pp. 565 y 991 y ss.; en  part icu lar ,  pp. 1005 y ss.).

Sobre  la  personalidad  de WARREN, vid. (aparte de sus  Memoirs,  editadas

postumamente

  en

  1977),

 J.

  WEAVER:

  Warren:

  the man, the

  Court,

  the era,

1967.  J.  POLLACK:  Earl Warren,  the  judge  who  changed America,  1979.

B.  SCHWARTZ:  The  judicial Uves of  Earl Warren,  en  «Suffolk University

Law Review», 1981, 1 pp. 1 y ss. Más  adelante precisaremos algo más

sobre  la juri sprudencia  WARREN,  origen  de  todas  las  doctrinas jurídico-

constitucionales actuales.

56

 Cfr. R.  FUNSTON:  Constitutional counter revolution?

  The

  WaTren

Court and the  Burger Court: judicial policy making  in  modern America,

Cambridge, Mass., 1977, B. SCHWARTZ:  «Administrative  law and the Bur

ger Court»,  en  Hofstra

  Law

  Review,  vol. 8, núm. 2,  1980, pp. 325 y ss.

(quizás convenga notar  que la  personalidad  de  juri s ta  de  BURGER es de

administ ra t iv is ta :  SCHWARTZ:  Le Droit aux Etats Unis, p. 210). Es claro,

no obstan te , que el  Tribunal  BURGER es más  conservador  o  moderado

qu e el  Tribunal  WARREN. BERGER:  Government  by  judiciary,  cit., p. 338.

J. H. ELY:  Democracy and distrust.  A  Theory  of  judicial review,  Harvard

University Press, 1980, p . 3.

r

146 EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

quisite

51

,  esto es , que define obligaciones positivas de hacer

del Estado para que la libertad pueda ser real y efectiva. Esta

incidencia ha llevado por su parte a definir como «fundamen

III.  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SUS PODERES 147

Este pequeño  excursus  sobre la funcionalid ad de la liber

tad den tro de l  p r o c e s o . d e  defensa de la Constitución en el

s is tema americano nos s i rve pa ra corrobora r la jus t i f icac ión ,

Page 73: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 73/132

tales» o  preferred  a derech os (o prin cipale s o filiales de los

cons t i tuc iona lmente dec la rados : por e jemplo , e l de recho a no

ser esterilizado como medida de seguridad penal o, en formu

lación positiva, e l derecho a la procreación, a la integridad de

la ana tomía pe rsona l)

5 8

, cuya s ignificación efectiva está en

precaver o rectificar una discriminación individual en la rea

lidad o un abuso de dominación de la mayoría sobre las mino

r ías .

  De este modo la doctrina de la

  preferred position

  supera

su concreción inicial en el tipo clásico de la libertad-autono

mía (que pos tu la abs tenc iones de l Es tado) pa ra ex tenderse a

la l ibe r tad-par t ic ipac ión (que pos tu la una es t ruc tura demo

crática y abierta del Estado) y a la libertad-prestación (que

implica obligaciones positivas de hacer a cargo del Estado

para asegurar condiciones reales de vida libre a los ciudada

nos )

5 9

.

57

  Las f r a ses inglesas t r a nsc r i ta s lo son de la senten c ia bás ica

  San

Antonio Independent School District v. Rodríguez,

  1973; se anu la el sis

tema de f inanc iac ión de la s e scue las de Texas , porque de te rmina

  an

absolute denial of educational opportnnities to any of its chilar en

  (TRIBE,

página 1005).

  Vid.,

  en genera l , Cox:

  The Warren Court,

  cit. , p. 7: «E l

i m p a c t o d e l i g u a l i t a r i s m o d e l T r i b u n a l   [WARREN]  ha s ido e levado por la

c reenc ia c rec iente de que e l Gobie rno t iene un deber pos i t ivo pa ra e l i

m i n a r l a s d e s i g u a l d a d e s y q u i z á s p a r a p r o p o r c i o n a r o p o r t u n i d a d e s p a r a

e l e j e r c i c i o d e o t r o s d e r e c h o s h u m a n o s f u n d a m e n t a l e s . E l

  Bill of Rights

or ig ina l e ra e senc ia lmente nega t ivo . . . Expresaba la idea de que e l r e ino

d e l c i u d a d a n o n o t e n í a p r e t e n s i o n e s f r e n t e a l E s t a d o , ú n i c a m e n t e q u e l e

de jase so lo . Hoy la misma teor ía pol í t ica r econoce e l deber de l Es tado

d e p r o v e e r t r a b a j o , v i v i e n d a s , c u i d a d o s m é d i c o s , e x t e n d i e n d o l o s d e r e

c h o s h u m a n o s e i m p o n i é n d o l e u n a o b l i g a c i ó n d e p r o m o v e r l a l i b e r t a d ,

la igua ldad y la d ignidad». Fue és ta la base de la capi ta l «revoluc ión

igua l i ta r ia» , l levada a té rmino por e l Tr ibuna l y con la cua l ace r tó a

r o m p e r l a s e g r e g a c i ó n r a c i a l q u e m a n c h a b a a l a g r a n d e m o c r a c i a a m e

r icana (y no fue é s ta su únjca gran apor tac ión, con se r conside rable ) .

Vid.

  más ade lante § IV, 4 , sobre la obra de l Tr ibuna l

  WARREN

  y sus

c r í t icos .

58

  El e jemp lo es de la sentenc i a

  Skinner v. Oklahoma,

  1942.  TRIBE,

página 1010. Pa ra e s te autor , e s ta sentenc ia

  Skinner

  es el caso inicial

de e sa tendenc ia , «una nueva es t re l la que ha apa rec ido pa ra se r añadida

a l f i rmamento de la s

  preferred freedoms

  p o r e l m o t i v o p r i m a r i o d e q u e

conc ie rne a la d isc r iminac ión individua l y a la dominac ión de la mayo

r ía» (p . 1011) . La tendenc ia ha te nido luego un d esa r r o l lo e spec tacula r .

59

  Cf r . sob re e sos t r e s « t ipos idea les» de de rec hos de l ibe r tad y so bre

l a i m b r i c a c i ó n a c t u a l d e l a s t r e s t é c n i c a s e n p r á c t i c a m e n t e t o d o s l o s

d e r e c h o s f u n d a m e n t a l e s , l o q u e d e c i m o s e n E .

  GARCÍA

  DE

  ENTERRÍA

  y

T. R.  FERNÁNDEZ:

  Curso de Derecho administrativo,

  t o m o I I , 2 .

a

  ed., Ma

dri d, 1981, pp . 56 y ss .

dentro ya de nues tro p rop io s is tema , de que se haya a t r ibu ido

a l Tribuna l Cons t i tuc iona l una competenc ia d irec ta de p ro

tec tor de la l ibe r tad , a t ravés de l recurso de amparo . Tam

bién entre nosotros, según hemos vis to, la posición de la li

be r tad es

  preferred

  o prefere ncial respec to a otro s valores

(artículos 1.° y 10,1), de donde su protección es la protección

de los «valores superiores del ordenamiento» y correlativa

mente de la Constitución misma; y esto es predicable no sólo

de la clásica libertad-autonomía, dada la inclusión en el catá

logo cons t i tuc iona l de l ibe r tades to ta l o pa rc ia lmente de o tro

signo y, sobre todo , dada la cláusu la ge neral del ar tículo 9, 2,

que impone al Estado en general y a todos los poderes pú

blicos en particular una actuación positiva de hacer para ser

vir a todas las libertades y para hacer que las mismas, como

la igualdad, «sean reales y efectivas»

60

. La tutela solemne y

re forzada de l amparo cons t i tuc iona l e s , por tan to , una ex i

gencia s is temática del lugar que la libertad ocupa en el orden

cons t i tuc iona l mismo.

La Cons t i tuc ión ha querido que e l amparo se o torgue cuan

do se ha acreditado en el proceso una violación de la libertad

«de conformidad con e l con ten ido cons t i tuc iona lmente dec la

rado» (art. 55, 1,  b,  de la Ley Orgánica del Tribunal Constitu

cional), es to es , en los términos de cláusula general en que

las libertades están enunciadas en la Constitución misma, s in

las adherenc ias que a esa c láusu la genera l puedan advenir

por obra de las leyes o normas secundarias , o por actos o conductas u omisiones del titular de la libertad o de los poderes

públicos que con él se han enfrentado (exclusión en la tutela

de la libertad de los principios de acto consentido, caducidad

—fuera de la e s t r ic tamente p rocesa l de l mismo proceso de

amparo— o cualquier otro que excluya la eficacia de nulidad

rad ica l , pe rpe tua e insubsanable de cua lqu ie r ac to o norma

que desconozca o infrinja dicha libertad)

6 1

. Ello sólo podía

60

  Sobre la apl icac ión genera l de e se bás ico a r t ículo 9 .° , 2 , a todos los

de rechos fundamenta les , c f r . lo que dec imos en e l

  Curso de Derecho

administrativo,

  tom o I I , que acabam os de c i ta r , pp . 57-9.

61

  Cf r . sob re e s te ext r emo , de un a gran imp or ta nc i a en la prác t ica y

r

 

I 148 EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

encomendarse a l Tribuna l Cons t i tuc iona l , porque só lo é l ac

túa sometido exclusivamente a la Constitución (art. 1.°,   1  de

su Ley Orgánica), la cual no establece ninguna condición de

I I I .

  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SUS PODERES 149

admis ión pura y s imple de un amparo con tra la s leyes , ac to

del poder público cuya posibilidad de violación de un dere

cho fundamenta l e s incues t ionab le . E l Gobie rno suprimió esa

Page 74: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 74/132

| tutel a de ese cará cter ni som ete ningún derec ho a la disponi-

í bilidad del legis lador (ant es bien, obliga a éste a «resp etar el

contenido esencial» de dichos derechos, artículo 53,1). Sólo

también el Tribunal Constitucional puede resolver en el mis-

i mo mom ento de dec id ir e l amp aro , o subs igu ien tem ente , la

j incon stitucio nalid ad de la Ley en cuyos prec epto s se hubi ese

| justifica do el agravio al derec ho fund am ental de que se tra te

i (artícu lo 55, 2 de la Ley Orgán ica), técnica de tutela efectiva

j que no está al a lcance de los Trib unale s ord inar ios , que ha-

  br ían de suspender la t ramit ac ión de l p roceso de pro tecc ión

en tanto que se suscitaba, tramitaba y resolvía la «cuestión de

inconstitucionalidad» previa, con la consiguiente inefectividad

de la tutela inmediata .

Estas razones, que son más que procesales , porque a ellas

subyace la superioridad del bien jurídico de cuya protección

se trata y la consiguiente superioridad de protección, cons

tituyen razones especiales que se suman a las ya indicadas en

té rminos más abs trac tos pa ra jus t i f ica r de f in i t ivamente es ta

competenc ia necesa r ia de l Tribuna l Cons t i tuc iona l .

Inc iden ta lmente me permito l lamar la a tenc ión sobre cómo

esta vía del amparo constitucional y su prevalencia sobre le

yes que desconozcan el derecho fundamental protegido, al

abrir la declaración de inconstitucionalidad de dichas leyes,

ha ins taurado en la p rác t ica un s is tema de ve rdadero «recurso

d irec to» de incons t i tuc iona l idad en tregado a la leg i t imac ión

de los particulares agraviados, s i bien de una inconstitucio

nalidad limitada en su causa a los artículos 14 a 30 de la Cons

titución, únicos protegidos por la vía del amparo (artículo 41

de la Ley Orgánica del Tribunal). La Comisión redactora del

an teproyec to de Ley Orgánica de l Tribuna l Cons t i tuc iona l ,

s iguiendo en esto el modelo alemán

62

, hab ía p ropues to la

c o m o t é c n i c a d e p r o t e c c i ó n , l o q u e p r e c i s a m o s e n e l m i s m o

  Curso de

Derecho administrativo,

  to mo II , pp . 62-3.

62

  H a d e n o t a r s e q u e e n el s i s t e m a a l e m á n e s t o n o h a s u p u e s t o u n a

genera l izac ión de l r ecurso contra todas la s leyes ; la legi t imac ión se ha

l imi tado a aque l la s leyes

  mit unm ittelbare V ollzugswirkung,

  con e fec to

e j e c u t i v o i n m e d i a t o y a c t u a l , s i n a c t o i n t e r m e d i o d e e j e c u c i ó n o a p l i c a

c ión, que cause por e l lo una le s ión ac tua l e inmedia ta a l r ecur rente ( e s ,

previsión, supresión que pasó al texto aprobado por las Cor

tes,  y así puede verse que en el artículo 41,2 el recurso de

amparo se refiere a «violaciones de los derechos y liberta

des . . .  o r ig inadas por d ispos ic iones , ac tos ju r íd icos o s imple

vía de hecho de los poderes públicos», pero que en el artícu

lo 42, al tratar de las violaciones reprochables a las Cortes o

a las Asambleas de las Comunidades se han limitado ya a «las

decis iones o actos s in valor de ley» y que las disposiciones

quedan limitadas en el artículo 43 a las procedentes del Go

bierno o de los Ejecutivos autónomos. Es, pues, explícita la

vo lun tad de exc lu ir de l recurso de amparo inmedia to a la s

even tua les agres iones que a los de rechos pro teg idos puedan

proceder de la s leyes . E l lo no obs tan te , aunque no como un

amparo d irec tamente d ir ig ido con tra la ley , s ino con tra la

violación del derecho que pueda resultar de la aplicación de

una ley por pa r te de cua lqu ie r o t ro ó rgano públ ico d is t in to

de las Cortes o de las Asambleas autónomas, las «personas

afectadas» (art. 46,1) en cualquiera de los derechos fundamen

ta les suscep t ib les de amparo podrá in te rponer és te , con e l

resultado final, s i la violación se ha producido, de la elimi

nación de la ley inconstitucional a través de la s ingular

«au tocues t ión de incons t i tuc iona l idad» que e l Tribuna l Cons

t i tuc iona l puede p lan tea rse a s í mismo en los té rminos de l

artículo 55, 2 de su Ley Orgánica. Es una particularidad su

mamente importan te pa ra comprender la ampli tud de fun

c ionamien to de l s is tema .

4.

  El te rce r b loque de competenc ias lo cons t i tuyen los

conflictos constitucionales .

Aquí están, por una parte , los atañentes a la organización

te rr i to r ia l de l Es tado , en tre és te y la s Comunidades Autóno

mas o por éstas entre s í. Por otra parte , los conflictos entre

los p r inc ipa les ó rganos cons t i tuc iona les de l Es tado . Prev is i -

p u e s ,

  e l mism o con cept o de nu es t ro a r t ículo 39, 3 , de la Ley de la Jur is

d i c c i ó n C o n t e n c i o s o - A d m i n i s t r a t i v a a p r o p ó s i t o d e l r e c u r s o c o n t r a r e g l a

m e n t o s ) .

  Vid.

  F .

  STERN,

  II , p. 1010. H. J.

  PAPIER:

  «"Spez if isches Ver fas-

s u n g s r e c h t " u n d " e i n f a c h e s R e c h t " a i s A r g u m e n t a t i o n s f o r m e l d e s B u n -

d e s v e r f a s s u n g s g e r i c h t s » , e n

  Bundesverfassungsgericht und Grundgesetz,

cit. , I , pp. 432 y ss.

150

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

b le me n te  va a ser en los  p r ime ro s  de  estos conflictos dond e

e l Tribuna l Cons t i tuc iona l  va a  t e n e r  un  c a mp o  de  ac tuac ión

más delicada, dada  la  in d e te rmin a c ió n  que el  t í tu lo VIII  de

I I I .  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL  Y SUS  PODERES  151

na les con tenc ioso-admin is t ra t ivos . Reve la  esa  in tenc ión  de no

p e rd e r  la vía  específica  del  a r t ícu lo  161,2 el  hecho  de que

a lguna doc tr ina , no tando^ su  con trad icc ión  con el 153, hab ía

Page 75: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 75/132

la Constitución deja  al mo d e lo , hoy tan  d iscu t ido ,  del  E s ta d o

de Autonomías ,  que  n e c e s a r i a me n te  el  Tribuna l Cons t i tuc io

nal será llamado  a  p rec isa r  en sus  ap l icac iones concre tas .

La justificación

  de

  es ta competenc ia

  del

  Tribuna l Cons t i

tuc iona l pa rece c la ra : como  ha  n o ta d o  la  doc tr ina a lemana ,

todo confl ic to en tre ó rganos cons t i tuc iona les  (más que ór

ganos  en el  caso  de las  Comunidades Autónomas ,  por  cons

t i tu i r é s tas ve rdaderas «en t idades» po l í t icas , como prec isan

los artículos

  2.°, 137 y 152 de la

  Cons t i tuc ión , aunque en t ida

des «internalizadas»

  en el

  seno

  del

  E s ta d o

  y no

  —por dife

renc ia

 del

 federa l ismo es t r ic to— Es ta dos subs tan t ivos )

 es, por

s í mismo,

  un

  confl ic to cons t i tuc iona l ,

  que

  p o n e

  en

  cuestión

e l s is tema organ iza tor io

  que la

  Cons t i tuc ión , como

 una de sus

funciones básicas,

  ha

  es tab lec ido

6 3

.

  Por

  ello mismo, sólo

  el

Tribuna l Cons t i tuc iona l , donde ex is te , puede

  ser

  órgano ade

cuado para

  la

  reso luc ión

  de

  estos conflictos ,

  que

  afectan

  a la

esenc ia misma

  de la

  Cons t i tuc ión ,

  a la

  cu idadosa d is t r ibuc ión

de poder

  y de

  corre la t ivas competenc ias

  por

  ella operada.

La

  Ley

 Orgánica

  del

  Tribuna l Cons t i tuc iona l

  ha

  separado

del título

 IV, que

  t r a t a

  «de los

  conflictos constitucionales»,

 el

t í tu lo

  V,

  donde especifica

  la

  imp u g n a c ió n

  por el

  E s ta d o

  de

disposiciones

  sin

  fuerza

  de ley y

  reso luc iones

  de las

  Comuni

dades p rev is tas

 en el

  a r t ícu lo

  161,2 de la

  Cons t i tuc ión .

  Es, en

rea l idad ,

  un

  t ipo

  de

  conflicto s ingularizado

  por

  a d o p ta r

  la

fo rma impugna tor ia . Quizá

  la

  especificación

  ha

  es tado de te r

min a d a

  por la

  o p o r tu n id a d

  de

  s u b s ta n t iv a r

  una

  técnica espe

cífica prevista

 por el

  c i tado precep to

 de la

  Cons t i tuc ión

 y que

parece con tradec ir

  el

  repar to genera l

  de

  con tro les sobre

  las

Comunidades Autónomas ,

  que la

  p rop ia Co ns t i tuc ión d iseña

en

  el

  a r t ícu lo

  153;

 según es te ú l t imo,

 al

  Tribuna l Cons t i tuc io

nal sólo correspondería fiscalizar

  las

  «d ispos ic iones normat i

va s

  con

  fuerza

  de

  ley»,

  en

  t a n to

  que las

  disposiciones regla

me n ta r i a s

  y los

  ac tos correspondería en ju ic ia r los

  a los

  Tribu-

63

 D.  LORENZ:  « D e r O r g a n s t r e i t  vor dem  B u n d e s v e r f a s s u n g s g e r i c h t » ,

en

  Bundesverfassungsgericht

  und

  Grundgesetz,

  cit ., I, pp . 225 y ss., en

espec ia l  pp . 230 y ss. M.  GOESSL:

  Organstreitigkeiten innerhalb  des Bun-

des,

  Berl ín, 1961,

 p . 69.

pos tu lado convert i r aqué l la en un  recurso ex traord inar io an te

e l Tribuna l Cons t i tuc iona l con tra  las  sen tenc ias p rev ias  de los

Tribuna les con tenc ioso-admin is t ra t ivos

64

.

La pecu l ia r idad  de  este conflicto articulado  con  técnica

imp u g n a to r i a

  y

  como excepc ión

  a la

  regla

  del

  artículo 153,

 c),

es doble :  por una  p a r t e ,  la de  d isponer (como  lo ha  estable

cido  de  manera exp l íc i ta  el  artículo 161,2) el  ca rác te r suspen

s ivo inmedia to  de la  impugnac ión respec to  a la  eficacia  de la

dispos ic ión  o  reso luc ión recurr idas  (lo  cua l pa rece  que es un

c o n t ra p e s o

  al

  hecho

  de que no se

  hayan otorgado esas facul

tades suspens ivas d irec tamente

  al

  Gobie rno cen tra l , como

 no

es anómalo

  que

  o c u r ra

  en

  s is temas federa les

  o

  reg iona les ;

  la

gananc ia pa ra

  la

  a u to n o mía

  es que el

  conflicto quede desde

su inicio judicializado, remitido

  a una

  solución

  de

  Derecho

 y

no po l í t ica —como

 es, en

  a lgún supues to ,

 el

  caso ita liano—,

 lo

q u e re d u n d a

  en

  beneficio

  de la

  a u to n o mía c o mo

  un

  á mb i to

obje t ivo

  de

  desenvolv imien to ga ran t izado)

6 5

;

  en

  segundo

  lu-

64

 Así, T. R.  FERNÁNDEZ,  en su

  t r a b a j o

  «La

  o r g a n i z a c i ó n t e r r i t o r i a l

  del

E s t a d o  y la  A d m i n i s t r a c i ó n p ú b l i c a en la  n u e v a C o n s t i t u c i ó n » , en la  o b r a

colec t iva ,

  por él

  m i s m o d i r i g i d a ,

  Lecturas sobre

  la

  Constitución Espa

ñola,

  I, Madrid, 1978, p . 355. Últ imamente,  RUBIO LLÓRENTE  Y ARAGÓN,  en

s u t r a b a j o

  La  jurisdicción constitucional,  cit., pp .

 885-6 , pa rec en apu nta r

(a   mi  j u i c i o ,  sin  r azón se r ia , dada  la  c o b e r t u r a e x p l í c i ta  por el  a r t í c u

lo 161,

 2) a la

  p o s i b l e i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d

  el

  t í t u l o

 V de la Ley

 O r g á n i c a ,

p o r c o n t r a d i c c i ó n

  con el

  a r t í c u l o

  153. La

  a r t ic u l a c i ó n e n t r e é s t e

  y el

161,  2,  pa re ce senc i l la :  el 153  e s t a b l e c e  una  r egla genera l , ap l icable  a

t o d o s

  los

  s u j e t o s ;

  el 161, 2, una

  r egla e spec ia l , só lo u t i l izable

  por el Es

t a d o .  Vid.

  a  c o n t i n u a c i ó n  en el  texto .

65

 El  s i s t e m a i t a l i a n o  de  c o n t r o l  de las  leyes r egiona les  por el  E s t a d o

c o n s i s t e , s e g ú n

  el

  a r t í c u l o

  127 de la

  C o n s t i t u c i ó n ,

  en un

  v e t o d e v o l u t i v o

d e l G o b i e r n o  al  C o n s e j o R e g i o n a l ,  que  obl iga  a  é s t e ,  si  i n s i s t e  en  m a n

t e n e r

  la Ley

  o b j e t a d a ,

  a una

  r a t i f icac ión

  por

  m a y o r í a a b s o l u t a , t r a s

  de

lo cua l  el  G o b i e r n o p u e d e p l a n t e a r  la  c u e s t i ó n  de  l e g i t i m i d a d a n t e  el

T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l ,

  o

  b i e n

  de

  m e r a o p o r t u n i d a d ( c o n t r a s t e

  con los

i n t e r e s e s n a c i o n a l e s  o los de  o t r a R e g i ó n ) a n t e  las  C á m a r a s . S o b r e e s t e

m o d e l o ,  que los  c o n s t i t u y e n t e s c o n s i d e r a r o n ,  se  c o m p r e n d e  el  m a y o r

r e s p e t o a u t o n o m i s t a

  que se ha

  p l a s m a d o

  en

  n u e s t r o a r t í c u l o 1 6 1 , 2 ,

 que

s ó l o a d m i t e  el  c o n t r o l  de  l e g a l i d a d  y no de  o p o r t u n i d a d  y,  a d e m á s ,

d i r e c t a m e n t e p l a n t e a d o a n t e

  el

  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l ,

  sin

  exigenc ia

d e q u o r u m r e f o r z a d o  de  r a t i fi c a c i ó n p r e v i a .  El  c a r á c t e r s u s p e n s i v o  del

r e c u r s o ,

  por

  o t r a p a r t e ,

  es

  c o n s u s t a n c i a l

  a la

  t é c n i c a

  del

  conf l ic to :

  así

RUBIO LLÓRENTE  Y ARAGÓN,  cit., p . 886. Entiendo, p or ello, que ex agera

LEGUINA,  q ue ve en ese  c a r á c t e r s u s p e n s i v o  del  r e c u r s o  una  d i s c r i m i n a

c i ó n a n t i a u t o n o m i s t a :

  en su

  t r a b a j o

  Las

  Comunidades Autónomas,

  en

La Constitución Española  de 1978.  Estudio sistemático,

  d i r i g i d o  por

1 5 2  EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

gar , aunque  es ve rdad  que lo d i r ec t am en te im pugn ado  no es

m ate r i a cons t i t uc iona l , s i no adm in i s t r a t i va (Reg l am en tos  y

actos) , no es m enos c i e r t o que  su t r a scendenc i a p r ác t i ca pue

III .

  EL  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL  Y  SUS PODERES

  153

m inos d i chos ,  la  cues t ión revela  ser una ve rdade ra cues t i ón

cons t i t uc iona l , com o a t añen t e  a la  d i s tr i buc ión t e r r i t o r i a l del

pode r d i s eñada  por la C ons t i tuc ión  y a sus precisos l ími tes ,

a u n q u e  se  t r a t e  de una especie  de  r ecu r so

  per  saltum,

  que

Page 76: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 76/132

de l l am ar i nm ed ia t am en te  a la  cues ti ón cen t r a l  de los l ímite s

de  la au tonom ía , que hace en t r a r  en j uego n ecesa r i am en te al

pa rám e t ro cons t i t uc iona l  y  pa r acons t i t uc iona l  (cfr. art. 28,1

de  la  Ley Orgánica  del Tr ibuna l Cons t i t uc iona l)  de los Esta

t u to s

  y

  Leyes marco,

  de

  armon ización, delegación, e tc .

  A mi

ju ic io , el Es t ado no pod rá e jerc i tar es ta v ía impu gna tor ia m ás

que  por es ta especí f ica causa  de afectar  a los l ími tes const i

tucionales  de la  au tonom ía , ún i ca  en que el  Es t ado pa r ece

legi t imado para hacer lo  y  ún i ca t am bién  en que el  Tr ibuna l

Const i tucional , que no es juez de D e recho adm in i s t r a t i vo , pue

de fallar

  con la

  norm a cuya apl icación

  e

  i n t e rp r e t ac ión

  le

conc i e rne ,  la  Cons t i t uc ión .  No tend r ía sen t ido a lguno  que el

Es tado im pugnase  un  ac to adm in i s t r a t i vo  de una Com unidad

A utónom a an t e  el  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  por una s imple in

fracción  de la Ley de  P roced im ien to A dm in i s t r a t ivo  o de

cualquier o t ra cuya eventual inf racción carezca   de  toda rele

vancia sobre

  el

  si s t em a au tonóm ico co ns t i t uc iona l

  y sus

 l ími

tes.

  Esta solución  es la m i s m a  a la qu e  se ha l legado  en Ale

m a n i a  por vía j u r i sp rudenc i a l r e spec to  a los conf l ic tos ent re

Fede rac ión  y

  Ldnder

  sob re  un  texto legal,  el  a r t í cu lo 93 , 1 , 3

de  la

 Grundgesetz,

  qu e no con t en í a  esa  precis ión;  el Tr ibuna l

Cons t i t uc iona l  ha  conc re t ado , en efecto , qu e  la p r e t ens ión de

una pa r t e con t r a  la ot ra deb e es tar funda da  en una «concre ta

re lac ión jur íd ico-const i tuc ional»  y no

 «ausserhalb  des  Verfas-

sungsrechtskreises»,

  fuera  del  c í rculo  del Derecho const i tu

c ional

 66

.

En es te sent ido,

 y

  con

  esa

 necesar ia concreción,

  la

  a t r ibu

ción  de  e s t a com pe tenc i a  al  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  me pa

rece jus t i f icada .  Es ve rdad  que t am bién  los Tr ibuna l e s con-

tencioso-adminis t ra t ivos hubiesen podido —y debido— medir

la validez  de Reg l am en tos  y de ac tos  con el pa r á m e t ro cons

t i tuc ional

  67

, pero no es m enos c i e r t o que , en los e s t r i c t o s tér-

A.  P R E D I E R I  y E.  GARCÍA DE ENTERRÍA,  cit ., p . 826. Vid.  últimamente, L. To-

LIVAR ALAS:  El

  control

  del

  Estado sobre

  las

  Comunidades Autónomas,

Madr id , 1981 ,

 p p . 161 y ss.

 s o b r e

  los

  o r í g e n e s

  del

  p r e c e p t o

  y sus

  p r o

b l e m a s .

66

  Apud STERN,  II, p p . 998 y ss.

67

 Y así

  d e b e r á n h a c e r l o c u a n d o e n t i e n d a n

  con

  n o r m a l i d a d

  de

  e s t o s

pasa po r enc im a de l T r ibuna l o rd ina r i am en te com pe ten t e , que

ser ía  el  con t enc ioso -adm in i s t ra t i vo , pa r a p l an t ea r i nm ed ia t a

m e n t e  la cues t i ón com o u na cu es t i ón cons t i t uc iona l  a  resolver

como ta l . Como,

 a la

 vez,

 el

 conf l ic to pued e revelar

  la

  existen

ci a de leyes inconst i tu c ionales que am par en los ac tos o dispo

s i c iones im pugnados d i r ec t am en te , pa r ece t am bién ú t i l que

el propio Tr ibunal Const i tucional pueda resolver d i rec tamen

t e e s t e p rob l em a

  (a

  mi ju ic io , mediante

 la

 prom oción de of ic io

de l co r r e spond i en t e i nc iden t e  de con s t i t uc iona l i dad ,  o  «auto-

cues t ión   de incons t i tuc ional idad », según  la  técnica  de los ar

t ículos 67 y 55, 2 de la Ley Orgánica , que pe rmi te  al Tr ibuna l

dec l a r a r i ncons t i t uc iona l  en  s en t enc i a i ndepend i en t e  la ley

vic iada con  la q ue  se t opa  en sus t a r ea s  de decis ión  de  ot ros

t em as )

6 8

,

  c o n c e n t r a n d o

  así

 ú t i lm en t e

  la

  resolución

  de

 t odo

 el

prob l em a ,  que en o t ro ca so hab r í a  que dividi r ent re  los dos

Tr ibuna l e s , con

 el no

 conven iente re t ra so que es to impl icar ía .

5.  Y,

 f i na lm en te ,

  la

  cua r t a

  y

 ú l t im a

  de las

 com pe tenc i a s ,

es  el  cont rol previo  de i ncons t i t uc iona l idad , t an to p a r a  la ra

t if icación  de c ier tos Tr atado s , es to previs to en la  Const i tución

(ar t . 95, 2) , como para  la ap robac ión de p royec tos de Es t a tu tos

de A u tonom ía  o de Leyes Orgánicas , es to úl t imo inco rpora do

a  las  com pe tenc i a s  del Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  por su Ley

Orgánica ut i l izando

  la

  c láusula abier ta

  de

  com pe tenc i a

 del

a r t í cu lo

  161,1, d)

 de la C ons t i tuc ión .  No se t ra ta , b ien enten

d ido , de com pe tenc i a s m eram en te consu l t i va s , com o dem ues

t r a

  el

  ca r ác t e r v incu l an t e

  de la

 decis ión

  del

 Tr ibuna l

  en los

dos casos . Se t r a t a  en a m b o s de evi tar o la ra t i f icación  de un

r e c u r s o s i n t e r p u e s t o s  p or los  a d m i n i s t r a d o s ,  Cfr. mi  t r a b a j o  La  Consti

tución como norma jurídica,  p p .  121-2.

68

  R e s u l t a i m p r e s c i n d i b l e r e c o n o c e r  al  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l e s t a

p o s i b i l i d a d , a u n q u e  la Ley O r g á n i c a  (que la ha  p r e v i s t o  con  lucidez en

l o s s u p u e s t o s  de  c o n f l i c t o s c o m u n e s  y de  r e c u r s o s  de  a m p a r o , a r t íc u

lo s  67 y  55 , 2 ) haya o lv ida do aqu í  el  p r o b l e m a .  Los t é r m i n o s g e n e r a l e s

del ar t í cu lo 163 de la  C o n s t i t u c ió n ,  así  c o m o  el  s o m e t i m i e n t o e x c l u s i v o

d e l T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l  a la  C o n s t i t u c i ó n , s e g ú n  el  ar tíc ulo 1.° , 1,

de   su  L e y O r g á n i c a , así lo  i m p o n e n , p u e s d e s d e l u e g o lo que e s t á a b s o

l u t a m e n t e e x c l u i d o  es la  ú n i c a a l t e r n a t i v a p o s i b l e ,  que el  T r i b u n a l

C o n s t i t u c i o n a l   se  e n c o n t r a s e v i n c u l a d o  por la Ley o r d i n a r i a  en la que

a p r e c i a s e i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d , a l t e r n a t i v a t o t a l m e n t e a b s u r d a .

154

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

T ra ta d o ,  o la  aprobac ión re fe rendaria  de un  E s ta tu to ,  o la

p ro mu lg a c ió n  de una

 Ley

  Orgánica.

El mode lo pa rece haber s ido aqu í

  el del

 Consejo Constitu

III. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SUS PODERES  55

tucionales] como justificación  del incumplimiento  de un Tratado» (ar

tículo

 27 de la

 C onvención),

 con la

  excepción prevista

  en el

  artículo

 46

de  la  propia Convención (violación  de una disposición  de  Derecho in

Page 77: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 77/132

cional francés,

  que,

 en efecto, tiene

 una

  competenc ia p recep t i

va

  (en

  nuestro caso sólo facultativa)  y a n te r io r  a la  p romulga

ción en ma te r i a  de  Leyes Orgánicas

  (aun

 no s iendo equipara

bles a las

 que

  nuestra Constitución califica  de tales) y  faculta

tiva,

 a

  iniciativa

 de

 c ie r tos ó rganos

 o de

 p a r l a me n ta r io s ,

 en la

ma te r i a  de ratificación  de T ra t a d o s in t e rn a c io n ale s

6 9 y

 **

 bis

.

69

 Vid.  sobre  el  tema  F.  LUCHAIRE,

  Le  Conseil Constitutionnel,

  cit.,

p ág in as

  112 y ss. y

  225

 y ss.

*9

 b¡s

 L a

  ex

t ens ión

  de la

  técnica

  del

 control preventivo,

  que la

  Cons

titución sólo prevé para  los  Tratados  (art. 95.2),  a  Estatutos  y  Leyes

Orgánicas,

 fue

 decidida

 por la Ley

 Orgánica

 del

 Tribunal Constitucional

(ar t .  79), al  amparo  de la  cláusula abierta  del  artículo 161.l.d)  de la

Constitución,

  sin

  duda como

  una de las

  medidas adoptadas

  en

  aquel

momento para prepararse

  a la

  fase delicada

  de

  aprobación

  de los Es

ta tutos  de  autonomía.  Era  legítimo p lantearse dudas sobre  la  consti-

tucionalidad

  de esa

 extensión

  tan

  substantiva,

  que

 intercalaba

  un re

quisito nuevo,  y  facultativo,  en el  régimen  de la eficacia  de las Leyes

aprobadas

  por las

  Cortes

  tal

  como

  lo

  regula expresamente

  el

  artícu

lo

  91 de la

  Constitución; difícilmente

  la

  cláusula general

  del

  artículo161.l.d)

 de

  ésta podía justificar

  una

  adición

  tan

 relevante

 a un

  precepto

constitucional inequívoco

  por una

 simple

 Ley

  orgánica.

 Por

 otra parte ,

los problemas  del recurso previo eran pa tentes  (cfr. M  ALBA NAVARRO,

El recurso previo

  de

  inconstitucionalidad contra proyectos

  de

  Ley'or

gánica,

  en

  «Revista

  de

  Derecho Político»,

  16 pp. 89 y ss.; P.  CRUZ

 V I -

LLALÓN,

  El

  control previo

  de

  constitucionalidad,  «Revista

  de

  Derecho

Público», 82, 1981, pp. 100 y ss.; J.

  GONZÁLEZ

  PÉREZ,

  Derecho Procesal

Constitucional,

  Madrid,  1980 p. 250 y ss.). Una  proposición  de Ley  sur

gida

  del

 grupo pa rlamen tario socialista

  y que ha

  sido aprobada

  ya por

el Congreso

  (BOC de 20 de

 octubre

  de

  1984), pretende derogar

  esa ex

tensión

  del

  recurso previo

  a

  Estatutos

  y

  Leyes Orgánicas. Entiendo

justificada

  la

 medida.

  La

 técnica

  del

 recurso previo pod ría justificarse

sólo  si  éste pudiese solventarse  en  plazos mínimo s (como  es el  caso

francés, modelo

  de la

  técnica

  del

  control previo:

  un mes, e

  incluso

ocho días si el  Gobierno declara  la  urgencia); como  ese no es  nuest ro

caso,

 ni

  aproximat ivamente

  (la

  Sentencia LOAPA,

 por

 ejemplo,

 de 5 de

agosto

  de

 1983

 tardó

  más de un año en

  producirse desde

  su

  interpo

sición;  el  mismo patrón  se sigue  en  otra serie  de  recursos previos aún

pendientes;

  es

  verdad

  que en

  otros casos —Sentencias

  de 16 de

  mayo

de   1983 y de 14 de junio  de 1984 sobre elecciones locales  y  sobre in

compatibilidades

  de

 Diputados

  y

  Senadores, respectivamente—

  el

  plazo

fue

  más

  corto),

 su

  admisión equivale

  a un

  «veto suspensivo»

  de la mi

noría  por  largos períodos  de t iempo,  lo  cual resulta  de  imposible jus

tificación.

  No es

  justificación, desde luego,

  el que la

  suspensión evite

qu e  se  consoliden eventuales perjuicios  de  reparación difícil  o  impo

sible;

  el

  argumento vale plenamente para

  los

  Tratados, porque

  es sa

bido

  que, con

 arreglo

  a la

  Convención

  de

  Viena sobre

  el

  Derecho

 de

los Tratados  (de 23 de  mayo  de 1969 adhesión  de España  por Inst ru

mento

  de 2 de

 mayo

  de 1972 BOE de 13 de

 junio

  de

  1980), «todo tra

tado  en  vigor obliga  a las  par tes  y  debe  ser  cumplido  por  ellas de

buena

  fe» (art. 26 de la

 Convención),

 sin que una de las

 par tes pueda

«invocar

  las

 disposiciones

  de

  Derecho interno [incluyendo

  las

 consti-

terno relativa

  a la

  competencia para celebrar tratados, siempre

  que la

violación

  sea

 manifiesta

  y

  afecte

  a una

 norma

  de

  importanc ia funda

mental  en  Derecho interno);  de  este modo  una  eventual declaración

de inconstitucionalidad

  de un

  Tratado (salvo

 por la

  razón

  de

  incom

petencia)  no tendría fuerza p ara desh acer  la  fuerza vinculante interna

cional producida

  por la

  ratificación.

  En

  cambio,

  el

  efecto anulatorioen

  las

 Sentencias con stitucionales so bre

  las

 Leyes

 (y

 aquí

 no hay

 dife

rencia entre  las orgánicas y las ordinarias) produce plenos efectos. La

presunción

  de

  constitucionalidad debe jugar

  a

  favor

  de la Ley y no a

favor  del recurso, y así ocurre  en el  recurso co ntra Leyes ordina rias,

donde

 ni

 siquiera

  el

  Tribunal cuenta (como

 en

  otros países,

 con la

 sola

excepción

  de

  Alemania)

  con

 facultades

  de

  suspensión cautelar

  de la

Ley recurrida  (al margen  del supuesto  del art . 161.2 de la  Constitución

en cuanto

  a su

 aplicación

  a

  «disposiciones», supuesto

  en el

 cual

  se ha

hecho aplicación  de  técnicas conflictuales  más que de las de  impugna

ción

  de

  leyes).

Page 78: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 78/132

IV. Las posib i l idad es y los r iesgos de la just ic ia const i

tucional

El Tribuna l Cons t i tuc iona l queda ins t i tu t ido , pues , con un

formidable comple jo de competenc ias .

Su in troducc ión supone una innovac ión profunda y rad ica l

en nues tro s is tema ju r íd ico , una innovac ión como pocas ha

conoc ido tan importan tes nues tra h is to r ia de l Derecho —sim

plemente d icho—. Como todo cambio de ese ca rác te r y de esa

in tens idad , va a genera r , indudablemente , r ie sgos , y r ie sgos

cons iderab les .

Los riesgos de la justicia constitucional son bien conoci

dos .  Puede ser útil su examen inmediato y s in prejuicios. Al

h i lo de es te aná l is is , re su l ta rá a l f ina l más c la ro jus tamente

lo que de pos i t ivo quepa espera r ob je t ivamente —si a lgo—

del Tribuna l Cons t i tuc iona l .

1.

  La po lémica sobre la jus t ic ia cons t i tuc iona l se abr ió

en toda su rad ica l idad en Europa en e l momento de la recep

ción del s is tema, en la primera posguerra de este s iglo —mo

mento equ iparab le pa ra noso tros con e l que ahora es tamos

viv iendo , de pues ta en marcha de l Tribuna l c reado por la

Constit ución de 1978—. Desde entonce s esa polém ica p odr ía

es t imarse apagada , a l menos como cues t ión de pr inc ip io , pe ro

tan to en Europa como en América se enc iende de nuevo per ió

dicamente (como un viejo volcán al que se cree extinto y que

reanuda inesperadamente su ac t iv idad —y su deso lac ión—);

con una asombrosa capac idad de pe rmanenc ia , cada vez que

surge algún  judicial activism  o , inversame nte , un even tua l

desfallecimiento, de los respectivos Tribunales Constituciona

les.

  La responsabilidad de éstos en el s is tema jurídico y polí

tico es tan excepcional que cualquier deficiencia en su fun-

158

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

cionamiento viene a poner virtualmente en cris is el s is tema

ente ro .

Toda la polémica sobre los Tribunales Constitucionales

versa s iempre sobre las mismas dos cuestiones, bien conoci

IV. LOS RIESGOS DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL 159

2.  La pri me ra de esas dos cuestio nes, que pone en duda

la pos ib i l idad misma de una jus t ic ia cons t i tuc iona l , encontró

en el período de entregu'erras un sostenedor de calidad, Cari

S C H M I T T .

  En su brillante y apasionado trabajo de 1929   Das

71

Page 79: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 79/132

das.

  Por una part e , la cuestión de la tensión en tre política y

Derecho, que inquiere s i los graves problemas políticos que

se someten a la decis ión del Tribunal pueden resolverse con

los criterios y los métodos de una decis ión judicial. ¿Es, por

t an to ,

  e l Tribuna l , a pesa r de su nombre , una ve rdadera ju r is

dicción, o es más bien un órgano político, que decide política

mente bajo capa de sentencias? Y antes aún: ¿es que los pro

b lemas po l í t icos (y los p rob lemas de pr inc ip io , sometidos a

una presión social de tantas atmósferas) son susceptibles de

jud ic ia l iza rse , de reconduc irse a so luc iones ju r íd icas con pará

metros preestablecidos, como es lo propio de todo litigio

procesa l? Segunda cues t ión , ín t imamente l igada a la an te r io r :

¿de dónde ex trae e l Tribuna l Cons t i tuc iona l sus c r i te r ios de

dec is ión , supues to que é l in te rv iene jus tamente en e l momen

to en que se comprueba una insuficiencia del texto constitu

c iona l? , pues aunque pre tenda ap l ica r é s te , e s un hecho que

la h is to r ia demues tra que los Tribuna les Cons t i tuc iona les e je r

c i tan en la p rác t ica un verdadero   amending power,  en los tér

minos de l juez americano

  MARLAN

  70

,  esto es , un poder de en

mendar o rev isa r la Cons t i tuc ión , o a l menos de sup lemen

ta r ia , de cons tru ir p recep tos cons t i tuc iona les nuevos , que n i

pudie ron es ta r s iqu ie ra en la in tenc ión de l cons t i tuyen te . Y,

entonces, ¿cuál es la fuente de ese formidable poder y —más

grave aún— su leg i t imidad democrá t ica? ¿Dónde es tán la s

«fuentes del Derecho» de criterios tan relevantes y trascen

dentales , capaces de imponerse a la voluntad de las Cámaras,

que son la expresión de la voluntad popular?

Vamos a enfren ta rnos con esas cues t iones , que cons t i tuyen

desafíos dialécticos nada vulgares .

70

  E n u n f a m o s o v o t o p a r t i c u l a r e n l a s e n t e n c i a

  Oregon v. Mitchell,

1970:  «cuan do el Tr ib una l pasa por enc ima de la expre sa in tenc ión y

concepc ión de los const i tuyentes invade e l r e ino de la dec is ión pol í t ica

a la que el

  amending power

  h a s i d o e n c o m e n d a d o y v i o l a l a e s t r u c t u r a

const i tuc iona l , que e s su más a l to deber protege r»; c i ta de R .  BERGER;

Government by Judiciary,

  cit., p. 330.

Reichsgericht ais Hüter d er Verfassung   afirm a de mo do ca

tegórico: «Una expansión s in inhibiciones de la Justicia no

trans forma a l Es tado en ju r isd icc ión , s ino los Tribuna les en

instancias políticas . No conduce a juridificar la política, s ino

a politizar la justicia . Justicia constitucional es una contra

dicción en los términos»

  72

; y transpone aquí la conocida frase

de

  G U I Z O T

  sobre la justicia política (aunque el término se

utilizaba en el sentido de los tribunales de represión política):

«la justicia tiene todo que perder y la política nada que ga

nar».

P a ra  S C H M I T T  el Tribunal Constitucional no llega a cono

cer ni de verdaderos «conflictos constitucionales» ni tampoco

de un litigio verdadero, en el sentido procesal y técnico del

concepto . No hay confl ic to cons t i tuc iona l , porque para que lo

hubiese en sentido correcto «las partes en conflicto deben es

tar en una cierta relación a la Constitución de la que resulte

su papel de partes en función de su legitimación activa y pa

siva. Esta s ituación sólo podría darse cuando la Constitu

ción fuese considerada como un contrato. . . Pero la Consti

tuc ión no es un con tra to . . .» ; y aqu í recuerda su concepto de

Cons t i tuc ión como dec is ión fundamenta l , d is t in to de l de

Ley Constitucional, de modo que para él es obvio que «la

Constitución no puede ser objeto del proceso»

 7 3

.

Cuando el Tribunal Constitucional conoce de los que en

nues tro s is tema se l laman recursos de amparo , su func ión ,

dice

  S C H M I T T ,

  es la de una mera actuación de justicia admi-

71

  P u b l i c a d o ( p a r a d ó j i c a m e n t e ) e n el t o m o

  Die Reichsgerichtspraxis

in deutschen Rechtsleben. Festgabe der juristischen Fakultaten zum 50

jahrigen Bestehens des Reichsgerichts (I. Oktober 1929 ),

  Ber l ín un d Le ip

zig,

  tom o I , pp . 154 y ss . Rep rod uc id o —con una nota f ina l jus t i f ic a t iva

de su posic ión en la s c i r cu nsta nc ia s concr e tas de la época y un a ma t i -

zac ión sobre e l Tr ibuna l de la

  Grundgesetz

— en su obr a recopi l a t ivá

Verfassungsrechtliche Aufsatze atts den Jahren 1924-1954. Materialen zu

einer Verfassungslehre,

  Ber l ín , 1958, pp . 63 y ss . Recoge amp l ios ext rac

tos e l tomo

  Verfassungsgerichtsbarkeit,

  d i r i g i d o p o r

  HAEBERLE,

  ya c i tado,

pág ina s 108 y ss.

72

  C i to por la edic ión de los

  Verfassungsrechtliche Aufsatze,

  cit. , p. 98.

73

  Op. cit.,

  p p . 75 y 77. Sob re e l conc epto sc hm it t in iano de Con st i tu

c i ó n ,

  vid.

  s u o b r a

  Teoría de la Constitución,

  t r ad . e sp . , Mad r id , 1935.

160

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

nis t ra t iva

7 4

. Su segunda gran competencia que le hace «ins

tancia de decis ión de las dudas y de las diferencias de opinión

sobre la interpretación de las determinaciones de las leyes

constitucionales», no tiene nada de jurisdicción, s ino que es

IV. LOS RIESGOS DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL 161

c is ión normativo-cons t i tuc iona l sobre e l fundamento de e l la

misma no es materia de decis ión judicial, s ino de la decis ión

política del legis lador. Aunque se organice como un procedi

mie n to

  justizfórmig,

  lo que se organiza en verd ad es un a ins

Page 80: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 80/132

mater ia lmente « leg is lac ión ba jo fo rma de un proced imien to

más o menos  justizfórmig»,  judicializ ado o en form a judicial.

«Esto es legis lación, puesto que se trata de fijar de manera

de te rminante e l con ten ido de una Ley»

 75

. Que esto se haga

como ac t iv idad

  justizfórmig organisiert,

  organiz ada bajo «for

ma judicial» o procesal, es accidental; muchas decis iones

(como nombrar un tu tor o canoniza r un san to , d ice ) se adop

ta n

  justizfórmig

  y nadie las ha confund ido nun ca con decis io

nes de justicia . Justicia no es todo lo que un juez hace o dice;

juez sería entonces todo el que está en una posición indepen

diente e inamovible; esto sería una formalización total e inad

misible del concepto de justicia

76

.

Pues está claro, aclara

  S C H M I T T ,

  que lo que se encomien

da al Tribunal Constitucional no es en absoluto un conflicto

jurídico. «Una decis ión sobre el contenido de una Ley [para

S C H M I T T  lo que noso tros l lamamos Cons t i tuc ión] es , en su

sentido y en su fin, una decis ión manifiestamente dis tinta de

la decis ión de una pretensión conflictiva sobre el fundamento

de una ley. . . La decis ión judicial presupone una decis ión ge

neral ya adoptada por el legis lador. Sobre ello descansa la

posición s ingular del juez en el Estado burgués de Derecho,

su objetividad, su posición sobre las partes , su independencia

respecto a instrucciones y órdenes de servicio, su carácter

apolítico, pues la decis ión política está en la decis ión del le

gis lador y no en la del juez. Lo primero para que un caso sea

«justiciable» es que exis ta una norma general bajo cuyo su

puesto de hecho un caso pueda ser subsumido»

  77

. Pero aquí

estamos ante un conflicto en que «la Ley conflictiva [la Cons

titución] no puede ser el fundamento de la decis ión sobre su

propio contenido». «El conflicto sobre el contenido de la de-

74

 Op. cit.,  p. 77. Es claro que el autor utiliza un concepto material

v no formal de Administración, puesto que reconoce que el recurso

puede dirigirse contra cualquier «acto estatal» y no sólo de la Admi

nistración.

75

  Ibidem; SCHMITT  se apoya aquí en  KELSEN, con quien, por una vez,

está de acuerdo en este punto.

76

 Op. cit., p. 74.

77

 Páginas 77-78.

tancia legis lativa cuya función se apercibe como una  Cámara

Alta,  o bien de una  segunda primera Cámara»

  n

.

In te rpre ta as í e l pape l de l Tribuna l Supremo americano

como el de un «veto judicial» a las Leyes, como un «poder

judicial de censura», expresión, en la fórmula famosa de

  LAM-

BERT,

  de un «gobierno de los jueces», que a su juicio conduce

(y pone el e jemplo de la  patrum auctoritas  del Sena do ro

mano) al papel de un «defensor del

  statu quo».

  Pero quizá el

mode lo más adecuado para exp l ica r la pos ic ión de l Tribuna l

Constitucional sea la del Senado de la Constitución napoleó

n ica

79

. Citando a  E I S E N M A N N , S C H M I T T  sostiene que el Tri

buna l , en rea l idad , comple ta , de te rmina la Cons t i tuc ión más

que la aplica:  elle ne «dit» pas le droit, elle le «fait»

80

.

r

La naturaleza política de esa competencia básica del Tri

buna l Cons t i tuc iona l , añade

  S C H M I T T ,

  se comprueba con tra

poniendo la dec is ión jud ic ia l ca rac te r ís t ica , que presupone

una ley previa de la cual esa decis ión ha de deducirse, con

«ciertas decis iones que no pueden deducirse de una norma, lo

que constituye el e lemento "decis ionista" de toda decis ión.

Este "decis ionismo" vale, del modo más claro, para las deci

s iones políticas (en contradicción con las judiciales). Es mani

fiestamente imposible que el contenido de un acto de confi

guración política, como son los propios de la legis lación y del

Gobie rno , pueda deduc irse de l con ten ido de la s de te rminac io

nes constitucionales , las cuales se limitan a "regular" la le

gis lación y el Gobierno. Por el contrario, e l contenido de la

decis ión judicial es deducible del   contenido de la Ley  y ad

quiere exis tencia a través de la subsunción de supuestos de

hecho.. . La diferencia es de gran s ignificación para la cues

tión de la llamada justicia constitucional, porque la decis ión

78

  Página 78; subrayados del original.

79

  Páginas 78-79. Sobre el Senado napoleónico, expresión de una idea

de

  SIEYÉS

  sobre un cuerpo conservador de la Constitución,  vid.

 LUCHAI

RE:  Le Conseil Constitutionnel,  cit., pp. 8 y 10.

80

  Página 79, nota; se refiere al libro de

  EISENMANN:

  La justice cons-

titutionelle et la Ha ute C our Constitutionnelle d'Autriche, París, 1926;

la frase transcrita, en p. 216 de esta obra.

162

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

que resue lve la s dudas sobre e l con ten ido de una de te rmina

c ión cons t i tuc iona l no puede deduc irse de l p rop io con ten ido

dudoso. Por ello esta decis ión no es en su esencia una deci

s ión judicial»

8 1

. Por cierto, que aquí se encuentra el núcleo

del «decis ionismo» del autor, reelaborado y perfilado más tar

IV. LOS RIESGOS DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL 163

dójica, una brillante creación de un gran sofis ta; fue sobre

todo decis iva en el terreno de la práctica para ultimar el pro

ceso de d iso luc ión cons t i tuc iona l de l s is tema de Weim ar: H IT -

LER,

  ejercitando desde su acceso a la Cancillería , y más aún

una vez que fallece el viejo presidente  HINDENBURG,  los pode

Page 81: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 81/132

de como su doc tr ina po l í t ica fundamenta l

8 2

.

As í cons tru ido e l fundamento de su c r í t ica ,  S C H M I T T  con

cluye que «el Estado europeo actual, con sus luchas y contra

pos ic iones de in te reses (espec ia lmente e l Es tado indus tr ia l ,

con su es t ruc tura soc ia l de equ i l ib r io en tre burgues ía y p ro

letariado) no puede disolverse en jurisdicción s in que él mis

mo se disuelva. Es necesario proteger la Constitución contra

los abusos del legis lativo, pero en modo alguno con una ins

tancia de interpretación dotada de fuerza de ley. Contra el

abuso de la forma legis lativa se organizaría el abuso de la

forma jud ic ia l»

 8 3

.

Aunque en este trabajo inicial no lo expresa aún, su con

clusión final, dos años después

  M

, en su famoso libro  Der Hü-

ter der Verfassung,

  1931, será que quien en el s is tem a cons

titucional de Weimar asume el papel de «defensor de la Cons

titución» no es el Tribunal Constitucional, s ino el presidente y

prec isamente cuando concentra en su magis t ra tu ra todos los

poderes, cuando actúa la «dictadura constitucional» del fa

moso a r t ícu lo 48

 85

.  S C H M I T T  juega aquí con su concepto de

Constitución como decis ión fundamental, previa a la Ley

Cons t i tuc iona l p rop iamente d icha , que cons t i tuye a l pueb lo

en unidad política concreta . La tesis no es s implemente para-

81

  Op. cit.,

  pp. 79-80.

82

  Cfr . F. J.  CONDE:

  Introducción al Derecho Político actual,

  M a d r i d ,

1953,

  pp . 166 y ss. Cfr . H.

  RUMPF:

  Cari Schmitt und Thomas Hobbes,

  Ber

lín, 1972, y su artículo

  Cari Schmitt und der Faschismus,

  en la r evis ta

«Der Staat», 1978, pp. 233 y ss.

85

  Op. cit.,

  p p . 99-100. Tam bién a nte s (p . 89) ha d ic ho: «En t ie mpo s de

c r is is y de movimientos no debe la jus t ic ia in tenta r dec id i r los conf l ic

tos soc ia le s y pol í t icos» . Todavía hoy, en e l mismo sent ido , e l schmit -

t i n i a n o

  FO R STH O FF:

  El Estado de la Sociedad industrial,

  t r ad . e sp . Ma

drid, 1971, pp. 213 y ss.

84

  Antes lo ha apun tad o ya en su t r aba jo de 1929, pos te r i or a la obra

que hemos re sumido, publ icado en e l «Archiv des of fent l ichen Rechts» ,

16,

  2, pp. 161 y ss.

85

  De la obr a c i tada en e l texto hay u na s egun da ed . en Ber l ín , 1969.

Sobre la c r is is de l s is tema de Weimar , de que se habla a cont inuac ión

en e l texto ,

  vid.

  BRACHER:

  Die Auflosung der Weimarer Republik,

  Vil-

lingen, 1971.

res del artículo 48, no necesit ará s iq uiera d eroga r la Consti

tuc ión weimariana , que se rá as í an iqu i lada por qu ien invoca

el título de su defensor y en el acto mismo de su supuesta

defensa.

3.

  La ant erio r es la crítica conser vado ra al s is tem a de la

jus t ic ia cons t i tuc iona l ; no de un conservadurismo cua lqu ie ra ,

s implemente ine rc ia l o sos tenedor de l

  statu quo

  u t i l i ta r io y

sórdido, s ino de «la Revolución conservadora» y aris tocrática,

p re c i s a me n te

8 6

, que con su desdén altivo al orden burgués

(desdén desde la superio r idad a r is toc rá t ica , no desde e l popu

lismo proletario) y su caída final en el decis ionismo dictato

r ia l ,

  fa lsamente he ro ico (s implemente v io len to) , conc luye

ab ie r tamente en e l fa sc ismo (usado e l té rmino en su sen t ido

es tr ic tamente técn ico , s in la s connotac iones y adherenc ias de

preca tor ias que la h is to r ia ha pues to luego en e l concep to) .

Pero hay también una crítica «de izquierda» a la justicia

cons t i tuc iona l (aqu í se demues tra que la jus t ic ia cons t i tuc io

na l toca a los fundamentos mismos de l Es tado , de modo que

sobre e l tema no pueden menos de iden t i f ica rse la s doc tr inas

políticas de fondo)

87

. Esa crítica radicalis ta pone la decis ión

creadora no en la dictadura del Ejecutivo, s ino en la Asam

blea o en e l pa r t ido ; nada pa rece pos ib le s i tua r por enc ima

de esa ins tanc ia suprema y , por supues to , nada que pueda

in ten ta r leg i t imarse en un pre tend ido proceso neu tra l ap l ica -

t ivo de la Cons t i tuc ión , en tend ida como norma ju r íd ica abs

t rac ta e in tempora l . S i , a l cabo de muchas vue l tas d ia léc t icas ,

conc lu íamos que la c r í t ica conservadora podía ca l i f ica rse

86

  Según e l conoc ido l ibro de Armin  MO H LER :

  Die Konservative Revo-

lution in Deutschland (1918-1932),

 D a r m s t a d t , 1 97 2. E l a r i s t o c r a t i s m o e s

m á s b i e n d e s i d e r a t i v o , d e

  snobs

  y d e p e q u e ñ o - b u r g u e s e s

  en quéte d'ab-

solu

  soc ia l .

87

  W .

  KAEGI

  en

  Die Verfassung ais rechtliche G rundordnung des

Staates,

  Zür ic h , 1945, ha not ado ce r te r ame nte : «se pued e dec i r , aprove

chando una f ra se conoc ida : d jme lo que p iensas de la jus t ic ia const i tu

c i o n a l y t e d i r é q u é c o n c e p t o d e C o n s t i t u c i ó n t i e n e s . E s t a f r a s e , n a t u r a l

mente , va le también a l r evés» (p . 147, nota ) .

164

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

como fasc ismo, ahora podemos an t ic ipa r que la c r í t ica rad ica l

o de izquierda ha de calificarse de jacobinismo.

En el jacobinismo his tórico aparece, en efecto, e l mito de

la Asamblea (la «Convención», expresión absoluta de la volun

IV.  LOS RIESGOS DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL 165

que de sa réalité pour étre toujours légale; elle est l'origine

de toute légalité»;  no hay Derecho alguno al margen de ella

que pueda pre tender imponerle cua lqu ie r Tribuna l . E l la pue

de,  por tanto, como no se privó de hacer, fundar el «despotis

mo de la libertad»

9 0

. Es vis ible el contraste profundo entre

Page 82: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 82/132

tad general) como el lugar donde se posa el Espíritu Santo,

o en términos más secularizados, el espíritu colectivo infalible

y certero, en una suerte de unión mística lograda a través del

debate incesante y de la catarsis que éste procura. Es el jaco

b in ismo, sos ten ido en e l p r inc ip io represen ta t ivo abso lu to de

la voluntad general, e l que alimenta el dogma de la soberanía

parlamenta r ia en e l cons t i tuc iona l ismo de t ipo francés , que

prosc r ibe resue l tamente todo poder por enc ima de la Asam

blea y , por supues to , todo poder jud ic ia l , s imple ins t rumento

ejecutivo de las leyes de la propia Asamblea, instrumento que

e l la misma contro la es t rechamente a t ravés de la técn ica de l

refere  législatif

9

*.  Por o tra pa r te , en ese asamble ísmo, donde

se funde el espíritu y las aspiraciones profundas del pueblo,

es tá e l a rma revo luc ionaria por exce lenc ia , e l ins t rumento de

reforma y de revulsión de la sociedad, lanzada sobre los pri

vilegios y sobre el egoísmo individual; la Asamblea, pues, y

nadie por encima, es el órgano supremo de la justicia revo

luc ionaria

89

.  «La volonté nationale  —dijo  SIEYÉS—  ría besoin

88

  En la cé lebre Ley d e 16-24 de ag osto de 1790, sob re orga nizac ión

j u d i c i a l , q u e t a n t o s e c i t a c o m o i n s t r u m e n t o d e « s e p a r a c i ó n » e n t r e l a

A d m i n i s t r a c i ó n y l o s T r i b u n a l e s , s e c o n t i e n e o t r o p r e c e p t o a n á l o g o , e l

a r t íc ulo 10, r e la t iv o a l legis la t ivo y a los Tr i bu na l es :

  «Les tribunaux ne

pourront preñare directement ou indirectement aucune parí á l'exercice

du pouvoir  législatif,  ni empécher ou suspendre l'exécution des décrets

du Corps  Législatif,  santionnés par le Roi, á peine d e foriaiture»;  cfr .

CH. EISENMANN  y L.  HAMON:

  La jurisdicíion constitutionelle en Droit

f raneáis (1875-1961),  en la obra colec t iva ya c i tada  Verfassungsgerichtsbar-

keit in der Gegenwart,

  de l «Max-P lanck- In s t i tu t» , pp . 231 y ss . El s is t em a

d e

  référé

  législatif,

  i m p l i c a b a q u e e l j u e z d e b e r í a c o n s u l t a r a l a A s a m b l e a

c u a n d o l a i n t e r p r e t a c i ó n d e u n a L e y f u e s e d u d o s a ; s o b r e l o c u a l

  vid.

Y-L. HUFTEAU:  Le référé législatif et íes pouvoirs du juge dans le silence

de la loi,  Pa r ís , 1965. La técn ica de l  référé  e s t á i n s t i t u i d a p o r e l a r t í c u

lo 12 , t í tu lo I I de la misma Ley c i tada de 16-24 de agosto de 1790:   «lis

[ l o s T r i b u n a l e s ]  ne pourront point faire de réglements, mais ils s'adres-

seront au Corps législatif toutes les fois qu'ils croiront nécessaire, soit

d'interpreter une loi, soit d'en faire une nouvelle».  L a t é c n i c a n o e s u n a

i n v e n c i ó n r e v o l u c i o n a r i a , s i n o q u e v i e n e d e l a b s o l u t i s m o d e l A n t i g u o

R é g i m e n  (HUFTEAU,  p p . 9 y s s . ) ; d u r a n t e e l « G o b i e r n o r e v o l u c i o n a r i o » l a

t é c n i c a s e v a a e x a c e r b a r h a s t a c o n c l u i r h a c i e n d o d e l j u e z u n s u b o r d i

n a d o d e l a A s a m b l e a  (HUFTEAU,  pp . 50 y ss . ) . Tod o es to cond uc ir á f ina l

m e n t e a l a j u s t i f i c a c i ó n d e l r e c u r s o d e c a s a c i ó n , c o m o e s s a b i d o .

89

  E s t a e s , j u s t a m e n t e , la t é c n i c a d e l « G o b i e r n o r e v o l u c i o n a r i o » , q u e

c o n c l u y e e n e l T e r r o r . L o s t e x t o s p u e d e n m u l t i p l i c a r s e . C i t e m o s a   SAINT-

esta concepción que surge de la Revolución Francesa y la que

a l imenta la Revoluc ión de los puri tanos americanos

  91

.

E l p r inc ip io asamblear io jacobino ha sos ten ido duran te

mucho t iempo la negac ión de la leg i t imidad de un Tribuna l

que pudiese anu la r por incons t i tuc iona les los p roduc tos nor

mativos de la Asamblea. Al hilo de este argumento, y de una

esperanza en la conquis ta fu tura de esa a rma revo luc ionaria

abso lu ta , se han invocado a rgumentos accesorios : e l Derecho

es p reva len témente un ins t rumento de conservac ión y no de

trans formac ión ; e l Tribuna l Cons t i tuc iona l se p resen ta , en

nombre de una leg i t imidad superio r , como un d ique con tra

la mutac ión profunda que só lo la s Cámaras pueden empren

der ; e s un co leg io a r is toc rá t ico y f r ío opues to a unas Cámaras

pre tend idamente i r rac iona les , apas ionadas , improvisadoras ,

en desprec io de la ún ica leg i t imidad que una democrac ia to

le ra , la represen tac ión de la vo lun tad de l pueb lo .

Es tos concep tos han resonado en las Asambleas Cons t i tu

yentes de todos los países cuando se ha debatido el tema de

la jus t ic ia cons t i tuc iona l

92

.

JUST:  « E n l a s c i r c u n s t a n c i a s e n q u e s e e n c u e n t r a l a R e p ú b l i c a , l a C o n s

t i t u c i ó n n o p u e d e s e r e s t a b l e c i d a ; s e l a i n m o l a r í a a s í m i s m a . V e n d r í a

a s e r l a g a r a n t í a d e l o s a t e n t a d o s c o n t r a l a l i b e r t a d p o r q u e l e f a l t a r í a l a

v i o l e n c i a n e c e s a r i a p a r a r e p r i m i r l o s . . . E n t r e e l p u e b l o y s u s e n e m i g o s

n o h a y o t r a c o s a d e c o m ú n m á s q u e l a e s p a d a » .  ROBESPIERRE:  «II faut

organiser le despotisme de la liberté pour écraser le despotisme des

rois... le Gouvernement révolutionnaire est appuyé sur la plus sainte de

toutes les Lois, le salut du peuple, sur le plus irrefragable de tous les

titres, la necessité».  Cf r . e l exce le nte l ibro de  GODECHOT:  Les institutiones

de la France so us la Révolution et l'Empire,  Pa rís , 1951, pp . 239 y ss. y

r e f e r e n c i a s .

  GASTON-MARTIN:  Les jacobins,  Pa r ís , 1949, que es tu dia tam

b i é n l a s o b r e v i v e n c i a d e l o s d o g m a s j a c o b i n o s , p r e s e n t e s d e n u e v o e n l a

Commune  de 1871 y aun en la I I I y IV Repú bl ic as , has ta e l com un ism o

l e n i n i s t a , a q u e l u e g o n o s r e f e r i r e m o s .

90

  La c i ta de  SIEYES,  de su  Qu'est-ce que le tiers état?;  sobre «e l des

p o t i s m o d e l a l i b e r t a d » , l o s t e x t o s c i t a d o s e n l a n o t a a n t e r i o r .

91

  S o b r e e l t e m a y a h i z o o b s e r v a c i o n e s a g u d a s A . DE

  TOCQUEVILLE:

De la démocratie en Amérique,  Ed . de J . P .  MEYER,  Pa r ís , 1951,  passim,

y e s p e c i a l m e n t e t o m o I I , p p . 2 5 y s s . C f r . t a m b i é n S . M .

  LIPSET:  The first

new nation. The United States in historical and comparative perspec-

tive,  New Y ork, 1979, e sp ec ia lme nte pp . 224 y ss .

92

  E n F r a n c i a , r e f e r e n c i a s e n  EISENMANN  y  HAMON:

  La juridiction

166

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Son los mismos que , a  t ravés  del confesado influjo que el

j a c o b i s mo y sus dogmas revo luc ionarios e je rc ie ron sobre las

concepc iones  de Lenin  en  relación con  el P a r t i d o  y  s o b re su

idea

  de la

 d i c t a d u ra

  del

 p ro le t a r i a d o

9 3

,

  se

 oyen

  en los

 países

IV. LOS RIESGOS  DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL  167

ción  del pape l cen tra l  de la Asamblea  por el  ca r ismát ico del

Part ido , fuen te ú l t ima  de  leg i t imidad

9 5

.

4.  Pero sería un e rror pensa r que se t r a t a ú n ic a me n te de

pos ic iones p resen tes  en pa íses  que han r e h u s a d o  la  innova

Page 83: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 83/132

comunis tas pa ra jus t i f ica r una pos ic ión con tra r ia  a la jus t ic ia

cons t i tuc iona l ,  y  a un  a la  misma independenc ia  de  cua lqu ie r

jus t ic ia

9 4

, concep tos mat izados ,

  no

 o b s ta n te ,

 por la

  sustitu-

constitutionnelle,

  c i t . ,  p p . 239 y ss. P a r a I t a l i a ,  vid. G . ZAGREBELSKY:  La

giustizia costituzionale,

  Bol ogn a, 1977,  pp . 32 1  y ss.; má s  a m p l i a m e n t e

C.

  MEZZANOTTE:

  Giudizio sulle leggi

  e

  ideología

  del

  costituente,

  R o m a ,

1966.  En  A l e m a n i a ,  la  i n t r o d u c c i ó n  del T r i b u n a l e n c o n t r ó m e n o s r e s i s

t e n c i a , j u s t a m e n t e t r a s  la e x p e r i e n c i a  de la  «de fensa  de la  C o n s t i t u c i ó n »

r e a l i z a d a p o r

 el

 Führer;

  vid. así la

 a l u s i ó n e x p r e s a

  a

  la s te s is

 de  SCHMITT

q u e  se  h izo en la  A s a m b l e a ( c o n s t i t u y e n t e )  de  P a r l a m e n t a r i o s  de  1948,

a lus ión que juega con  la  s i m i l i t u d  de los n o m b r e s  de Car i  SC H MITT  y el

l íde r soc ia l is ta Car io

  SC H MID ,  que tan

 p o s i t i v o p a p e l j u g ó

  en las

  t a r e a s

c o n s t i t u y e n t e s ;  SC H MITT  la  r e c o g e  en la  r e e d i c i ó n  de  1958  que  h e m o s

u t i l i z a d o  de su Das

 Reichsgericht

  ais

  Hüter

  der

  Verfassung,

  p p .  105-106.

Vid.,

  a d e m á s s o b r e e s t a m i s m a p o l é m i c a ,

  DOLZER:  Die staatstheoretische,

c i t . ,

 p .

 42 ,

 y en

 g e n e r a l

 H. LAUFER:

  Verfassungsgerichísbarkeit

  und

  polis-

ticher Prozess,

  Tüb inge n, 1968,  p p . 50 y ss.  Se r ía f ác i l r eco ger text os

a n á l o g o s

  en

  n u e s t r o s r e s p e c t i v o s p r o c e s o s c o n s t i t u y e n t e s ;

  así , en el

ú l t i m o ,

 en

 n u e s t r o C o n g r e s o

  se

 h a b l ó

  del

 r i e s g o

  de

 c o n v e r t i r

  al

  T r i b u n a l

en   una « t e r c e r a C á m a r a , e s c a s a m e n t e c o n t r o l a b l e » ( D i p u t a d o  SOLÉ TURA,

en «Dia r io  de  S e s i o n e s  del  C o n g r e s o  de  D i p u t a d o s »  de 19 de  j u n i o  de

1978,  p .

  3448),

  de

  « g o b i e r n o

  de los

  j u e c e s » ( D i p u t a d o

  FRAGA IRIBARNE,

Ibídem p. 3449),  e t c . , a u n q u e ,  en  g e n e r a l , c o m o a r g u m e n t o s d i a l é c t i c o s ,

s i n v e r d a d e r o d e b a t e  de  f o n d o ,  por  t r a t a r s e  de  m a t e r i a  de  c o n s e n s o

e n t r e

  los

  p a r t i d o s .

93

 Cfr.  GASTON-MARTIN:  Les

  jacobins,

  ci t., p p . 106 y ss. El

  c a r á c t e r

e x c e p c i o n a l  del « G o b i e r n o r e v o l u c i o n a r i o » j a c o b i n o , s o b r e  el  q u e  ROBES-

PIERRE

  i n s i s t i ó c o n s t a n t e m e n t e  («le but du  G o u v e r n e m e n t c o n s t i t u ti o n -

n el

  est de

  c o n s e r v e r

  la

  R e p u b l i q u e ; c e l u i

  du

  G o u v e r n e m e n t r é v o l u t i o -

n a i r e  est de la  f o n d e r » :  vid.

  infra

  nota 137),  se  a d a p t a e x a c t a m e n t e  al

d o g m a m a r x i s t a  de la  d isolu c ión f ina l  del E s t a d o , o b j e t i v o f i n a l p a r a el

c u a l

  la

  d i c t a d u r a

  del

 p r o l e t a r i a d o s e r í a

  una

 s i m p l e e t a p a p r e v i a

  y

  t r a n

s i t o r i a , d e s t i n a d a

  a

  c r e a r

  las

  c o n d i c i o n e s p a r a

  que esa

  e tap a f ina l ,

  y

f i n a l m e n t e p a c í f i c a , d o n d e  se  h a b r á n r o t o t o d a s  las a l i e n a c i o n e s h u m a

nas,

  p u e d a e s t a b l e c e r s e .

  Cfr., por

  t o d o s ,

  K.  RADJAVI:  La

  dictature

  du

proletariat

  et le

  dépérissement

  de  l'Etat,  de

  Marx

  a

  Lenin,

  Par ís, 1975,

s i n e n t r a r  en las  su t i lezas teór ica s  de los  m a r x ó l o g o s .

94

  Cfr. P.

  B I S C A R E T T I

  DI

 R U F F I A

  y S.

  R O Z M A R Y N :  La Constitution comme

Loi fondamentale dans  les  Etats  de  l'Europe occidentale  et  dans  les

Etats socialistes,

  Par ís, 1966.

  L. N.  SMIRNOV:  La

  Cour Supréme

  de

l'U.R.S.S.,  en la o b r a c o l e c t i v a  La

 Cour judiciaire Supréme.

  Une

  enquéte

comparative,

  d i r i g i d a  por BELLET  y  TUNC,  París, 1978, pp. 373 y ss. (y en

l a m i s m a o b r a s o b r e

  el

  T r i b u n a l S u p r e m o

  de

  P o l o n i a ,

  p p . 399 y ss.) .

E x c e p c i ó n  a la  r e g l a  de la no  a d m i s i ó n  de una  j u s t i c i a c o n s t i t u c i o n a l

en   los  p a ís e s s o c i a l i s t a s ,  la de  Y u g o s l a v i a , d e t e r m i n a d a p r e d o m i n a n t e

m e n t e

  por la

  t e m á t i c a f e d e r a l m á s

  que por la de

 p r i n c i p i o s m a t e r i a l e s .

ción  de una ju r isd icc ión cons t i tuc iona l .  En  aquellos países

que conocen ésta , incluso  en el  pa ís que la ha inven tado , los

Estados Unidos  de América ,  las mism as voces resuenan pe

r iód icamente pa ra c r i t ica r

  la

 ac t iv idad de l Tribuna l Supr emo .

La tesis de un «gobie rno de  los jueces», como un gobie rno

s in leg i t imac ión democrá t ica ,  sin responsab i l idad ,  sin capaci-

95

 El  a r t í c u l o  6.° de la  C o n s t i t u c i ó n  de la  U R S S  de  1977 precisa:  «La

fue rza que d i r ige  y o r i e n t a  la  soc iedad sovié t ica , el n ú c l e o  de su  s i s t e m a

p o l í t i c o ,  de las  o r g a n i z a c i o n e s e s t a t a l e s  y  soc ia le s , es el  P a r t i d o C o m u

n i s t a

  de la

  Unión Sovié t ica .

  El

  PCUS exis te p a ra

  el

  p u e b l o

  y

  e s t á

  al

se rvic io  del p u e b l o . A r m a d o  de la  d o c t r i n a m a r x i s t a - l e n i n i s t a ,  el  P a r t i d o

C o m u n i s t a d e f i n e

  la

  p e r s p e c t i v a g e n e r a l

  del

  d e s a r r o l l o

  de la

  s o c i e d a d ,

la línea  de la  p o l ít i c a i n t e r i o r  y  e x t e r i o r  de la  U R S S , d i r i g e  la  g r a n o b r a

c r e a d o r a

  del

 pueb lo sov ié t ico , conf ie re

  un

  c a r á c t e r o r g a n i z a d o

  y

  c ient í

f i c a m e n t e f u n d a d o  a su  l u c h a  por la v i c t o r i a  del c o m u n i s m o . T o d a s las

o r g a n i z a c i o n e s

  del

 P a r t i d o e j e r c e n

  su

 a c t i v i d a d

  en el

  c u a d r o

  de la

 C o n s

t i t u c i ó n  de la  URSS». C i to  por la  e x c e l e n t e v e r s i ó n  de P. y M. LAVIGNE:

Regarás  sur la  Constitution soviétique  de  1911,

  París, 1978, y su  c o m e n

t a r i o ( p p .  100 y  ss . ) .  No  s o r p r e n d e r á q u e , d e s d e  la  t e o r í a m a r x i s t a del

D e r e c h o ,  los  j u e c e s  y  T r i b u n a l e s e s t é n s o m e t i d o s  a  d i r e c t i v a s  que, so

p r e t e x t o  de m a n t e n e r  la  u n i d a d  de la  j u r i s p ru d e n c i a , e m a n a  el  T r i b u n a l

S u p r e m o  a  r e q u e r i m i e n t o  del M i n i s t r o  de J u s t i c i a ,  del P r o c u r a d o r g e n e

ra l

 o del

 P r e s i d e n t e

  del

 p r o p i o T r i b u n a l ; i g u a l m e n t e

  los

 Tr ib una l es infe

r i o r e s d e b e n c o n s u l t a r  al T r i b u n a l S u p r e m o c i e r t a s d u d a s a n t e s de  f a l la r .

E s

  lo que

 r e s u l t a

  de la

  func ión

  que al

  T r i b u n a l S u p r e m o a s i g n a

  el ar

tículo 153 de la  C o n s t i t u c i ó n s o v i é t i c a

  («ejerce

  la

 vigilancia

  de la

  activi

dad judicial

  de los

 T r i b u n a l e s

  de la

  U R S S ,

 así

 c o m o

  la de

 l o s T r i b u n a l e s

d e  las R e p ú b l i c a s f e d e r a d a s » ) .  Vid. la  v iv ida desc r i pc ión  del s is tem a (co

m ú n

  al

  m o d e l o c o m u n i s t a )

  en el

  t r a b a j o

  de  PIASECKI  y  WASILKOWSKA:

La Cour Supréme

  de la

  Republique populaire

  de

  Pologne,

  en la  o b r a

colec t iva

  La  Cour judiciaire Supréme,

  cit. , pp . 402 y ss. En la  C o n s t i t u

c i ó n

  de

 C u b a

  de

  1976, vigente, ar tículo 122,

 se

  d e c l a r a : « L o s T r i b u n a l e s

c o n s t i t u y e n   un s i s t e m a  de ó r g a n o s e s t a t a l e s , e s t r u c t u r a d o s  con  i n d e p e n

d e n c i a f u n c i o n a l  de c u a l q u i e r o t r o  y  só lo

  subordinados jerárquicamente

a la Asamblea Nacional  del Poder Popular  y al  Consejo  de  Estado»

  ( q u e

es

  la

  C o m is i ó n p e r m a n e n t e

  de la

  A s a m b l e a

  y

  t i e n e

  los

  s u p r e m o s p o d e

res:  a r t í c u l o s  87 a  90; su p r e s i d e n t e  es el je fe  del Gob ie rno , a r t ícu lo 91) .

El a r t ículo 124 otorga

  al

  T r i b u n a l S u p r e m o P o p u l a r

  el

  p o d e r

  de

  « t o m a r

d e c i s i o n e s  y  d i c ta r n o r m a s  de  o b li g a d o c u m p l i m i e n t o  por t o d o s  los Tr i

b u n a l e s p o p u l a r e s ,

  y,

  s o b r e

  la

  b a s e

  de la

  e x p e r i e n c i a

  de

  é s t o s , i m p a r t e

i n s t r u c c i o n e s   de  c a r á c t e r o b l i g a t o r i o p a r a e s t a b l e c e r  una p r á c t i c a j u d i

c i a l u n i f o r m e

  en la

  i n t e r p r e t a c i ó n

  y

  a p l i c a c i ó n

  de la

  ley»; todos

  los

j u e c e s s o n d e s i g n a d o s p o r A s a m b l e a s , a n t e l a s q u e h a n   de r e n d i r c u e n t a s

(a r t ículo 128) y  q u e p u e d e n r e v o c a r l o s

  ad  libitum

  ( a r t ícu lo 129) . El  s o m e

t i m i e n t o  de los T r i b u n a l e s  al  p o d e r p o l í t i c o  es, p u e s , a b s o l u t o  y  explí

c i t o ,

  a lgo inconc i l iable con nues t ra idea de l Derecho y de la  J u s t i c i a

168

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

dad t am poco  de r e s p o n d e r a las d e m a n d a s  de las  sociedades

ac tua l e s ,  se  or iginó  en los Es t ados U n idos desde  que Theo-

do re   ROOSEVELT, en 1913, en répl ica  a  las pr im eras sentencia s

en  que el  Tr ibuna l Suprem o ap l i ca  lo que se ha  l l am ado el

«darwinismo jur ídico», es to  es, el  l ibera l i smo sa lvaje , que

IV. LOS RIESGOS

  DE LA

 JUSTICIA CONSTITUCIONAL

  169

duros t é rm inos :  «En t a n t o  que nac ión , e s t am os  en la  situa

ción en qu e es p r ec i so t om ar m ed idas p a r a s a lva r  la Const i tu

c ión de las garras del Tr ibunal» . Y e l lo porque «los Tr ibunales

han des t ru ido  el  equi l ibr io  de pode re s en t r e  las t r e s r am as

Page 84: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 84/132

condena toda in tervención legis la t iva en la vida econó mica ( in

c luso, como  en la  sentencia .

  Ivés  v.  South Buffalo  Ry. Co.,

1911,

  la

 a t r i buc ión

  al

 e m p r e s a r io

  de

 respo nsabi l id ad por acci

den t e s  de t r aba jo  de un o b r e r o , o, en

 Lochner

  v.

 New  York,

1905 —q ue es la que m arca p rop i am en te e s t a época—  la  fija

c ión de jornada legal de t r aba jo pa r a l o s panade ro s ) , im pugn ó

«el papel  de  l eg i sl ado r i r r e sponsab l e a sum ido  por el  juez,

pape l

  que los

 j ueces am er i canos

  se han

 a t r ibu ido uni la tera l -

m en te»

  %

. Sobre es ta base

  LAMBERT

  genera l iza poco más tarde

en Europa  la fó rm ula  de «gobierno  de los jueces» , con  su fa

m oso l i b ro  de  1921

97

. El t em a r e su rge pe r i ód i cam en te  en los

mismos Estados Unidos . Así , en  1932, Louis  B O U D I N  publ ica

un l ibro con

 un

  t í tu lo análogo  Government  by  judiciary

9

*.

Viene luego

 la

 gran cr is i s const i tuc ional q ue pone

 en

 m ar

cha  el  en f r en t am ien to ab i e r t o  del Tr ibuna l Suprem o  con el

New Deal

  del s egundo  R O O S E V E L T " .  En un  famoso discurso

de 1937, F. D.  ROOSEVELT  p r e s e n t a  su p royec to de reform a del

Tr ibuna l ( que t e rm ina r í a r echazando

  el

  Senado)

  10

°

 en

  es tos

96

 B. SCHWARTZ:

  Le  Droit  aux  Etats Unis,  une  création permanente,

t r a d u c c i ó n  fr .  Par ís, 1979, p .  125; sobre  el  « d a r w i n i s m o j u r í d i c o » ( q u e se

d e c l a r a c o m o

  tal

  e x p r e s a m e n t e

  en

  a l g u n a s e n t e n c i a ) ,

  la

  m i s m a o b r a

 en

p á g i n a s

  92 y ss., y R.  HOFSTADTER:

  Social darwinism

  in

  American

  Tho-

ught, (1860-1915),

 New

 York , 1945. So bre

  el

  p e r í o d o ( t a m b i é n l l a m a d o

«Lochner  e r a » ) ,

 vid.  TRIBE:

  American Constituíional Lavo,  cit . , pp. 434

 y

s i g u i e n t e s ,

97

  LAMBERT:  Le

  gouvernement

  des

  juges,  Pa r ís , 1921.

98

  Apud

  BERGER,

  cit., p .  V I I :  no  c o n o z c o  del  l i b r o  má s que e s t a re

f er encia .

99

 Un r e s u m e n , en B. SCHWARTZ:  Le

 Droit,

  pp. 128 y  ss . En 1935 y  1936

e l T r i b u n a l a n u l a

  la

  leg is lac ión bás ica

  de la

  p o l í t i c a e c o n ó m i c a e m p r e n

d i d a

  por  ROOSEVELT  por

  e n t e n d e r

  que

  i n t e r f e r í a

  la

  a u t o n o m í a

  de los

E s t a d o s ;

  la

  m i s m a i n t e r p r e t a c i ó n ,

  en

  1936, para

  la

  Ley f edera l

  de

  r eg la

m e n t a c i ó n

  del

 c a r b ó n , a n u l á n d o s e t a m b i é n

  el

  m i s m o a ñ o

  la

  f i j ac ión

 del

s a l a r i o m í n i m o c o m o c o n t r a r i o  a la  l i b e r t a d  de  c o m e r c i o .  En  t o t a l  se

anu laro n 12 Leyes del

 New

  deal  entre 1934

 y

 c o m i e n z o s

  de

  1937. Cfr . m ás

a m p l i a m e n t e  BAKER:

  Back

  to

  Back:

  the

  duel between

  F. D.

  Roosevelt

an d  the  Supreme Court,

  New

 Yo rk, 1967.

100

 Es el  f a m o s o

  Court-packing plan

  o  p l a n  de e m p a q u e t a d o  o  d e l i m i

t a c i ó n

  de la

 c o m p e t e n c i a d e l T r i b u n a l , p r o y e c t o e l a b o r a d o p o r

  FRANKFUR

TER, el

  g r a n j u r i s t a ( q u e ,

 a las

 p r i m e r a s v a c a n t e s

  en el

 T r i b u n a l ,

  ROOSE

VELT

 se

 a p r e s u r a r á

  a

  i n t r o d u c i r

  en

 é s t e ) , a y u d a d o p o r

 un

 b r i l l a n t e e q u i p o

del gobierno federa l , oponiéndose as í d i rec tamente a  los gran

des obje t ivos que  se hab ían f i jado  los r edac to r e s  de la Cons

t i tuc ión».

Jamás cr í t ica a lguna  se había di r ig ido con tan ta fuerza , y

con t an t a au to r i dad , con t r a  el  cen t ro m i sm o  del s i s t em a de

jus t ic ia const i tuc ional .

  En

 m arzo

  de

 1937,

 el

 p rop io Tr ibuna l

cede  y  cam bia  su j u r i sp ruden c i a : p r im ero  en  marzo, recono

ciendo  la  cons t i t uc iona l idad  de una Le y  de un  Es t ado sob re

salar ios mínimos, análoga  a la  que nueve m eses antes había

negado  el de r echo  de p r o m u l g a r ;  en ab r i l, s anc ionando  la v a

lidez

 de la

 bás ica Ley s indical  (National Labor Relations  Act).

Fue fác i l observar que  el Tr ibu nal cedía a nte  la  pres ión pol í

t ica di rec ta  con que ROOSEVELT  le  en f r en tó ab i e r t am en te

1 0 1

,

aunque pa r ece  ser q u e  la  del iberación  de la p r i m e r a  de esas

dos decis iones precedió

  en un

  m es

  a la

 p ub l i cac ión

  del

 p ro

yecto

 de

 Ley

 de

 r e fo rm a

  y su

 envío

 a

  la s Cám a ras . I nm ed ia t a

m e n t e  se p roducen una s e r ie  de ba j a s  en el Tr ibu nal (a lguna

c o m o  la jubi lac ión volun tar ia del juez  VAN DEVANTER,  es t imu

lada  por una Ley que au me ntab a los benef ic ios del re t i ro)

10 2

,

ba j a s que  ROOSEVELT  se a p r e s u r a  a colmar con jueces «l ibera

les»;

 en 1941 no que dab a ya más q ue un juez pre- roosevel t iano.

La crisis  se  r em o n ta sob re  la  ba se  de una  rec t i f icación

subs t anc i a l  de pos tura . Nadie jus t i f ica hoy los cr i ter ios ante-

d e j u r i s t a s ;

  la

  f ó r m u l a « s i m p l e »

  fue la de

  u t i l i z a r

  la

  f a c u l t a d c o n s t i t u

c i o n a l

  del

 C o n g r e s o , s e g ú n

  el

  a r t í c u l o I I I , s e c c i ó n

  2, § 2, de la

  C o n s t i t u

c i ó n ,  de  i n t r o d u c i r « e x c e p c i o n e s»  en la  « j u r i s d i c c i ó n  de  a p e l a c i ó n » del

T r i b u n a l S u p r e m o ;

  a la vez, se

  a l t e r a b a

  la

  c o m p o s i c i ó n

  del

  T r i b u n a l

a u m e n t a n d o

  a

  q u i n c e

  el

  n ú m e r o

  de

  j u e c e s

  y

  d i s p o n i e n d o

  la

  j u b i l a c i ó n

f o r z o s a

  a los

 s e t e n t a a ñ o s .  Vid.,  s o b r e

  el

  t e m a ,

  R.

  BERGER:  Congress  v.

Supreme Court,

  ya

  c i t a d o , e s p e c i a l m e n t e p p . 2 91

 y ss. C. L.

  BLACK:  The

people

  and the

  Court,

  cit., pp . 59 y ss.; la  r e f o r m a ,  no  d u d a  en  deci r

e s t e ú l t i m o ,  se  h u b ie s e p a g a d o  al  « p r e c i o  de c e s a r  de v i v ir b a j o  el D e r e

c h o C o n s t i t u c i o n a l c o m o n o s o t r o s  lo  e n t e n d e m o s »  (p . 67) , «hab r ía cam

b i a d o

  la

  e n t e r a e s t r u c t u r a a m e r i c a n a

  de

  g o b i e r n o »

  (p .

 68).

101

 El

  m i s m o

  ROOSEVELT  lo

  m a n i f e s t ó : « S e r í a

  una

 p r u e b a

  de

  i n g e n u i

d a d  no  q u e r e r r e c o n o c e r  la  e x i s t e n c i a  de una r e l a c i ó n e n t r e e s t a s s e n

t e n c i a s

  y la

  b a t a l l a d i r i g i d a c o n t r a

  el

  T r i b u n a l S u p r e m o » :

  SCHWARTZ,

p á g i n a 130.

102

  N O W A K , R O T U N D A  y  Y O U N G :  Handbook on Constituíional Law,

St . Pau l , Minn . , 1978 ,  p. 39.

170

EL   TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

riores

  del

 Tribunal (respecto

  de los

 cuales fueron ejemplares

dissenters  los

  importantes jueces

  HOLMES  y  BRANDÉIS,

  cuyos

votos particulares siguen haciendo autoridad frente

  a las

 sen

tencias

 de que

 discreparon)

  y

 pocos critican

  el

 duro juicio

 del

IV .  LOS RIESGOS DE LA  JUSTICIA CONSTITUCIONAL  171

constitucional, contra  las  críticas  que ya  conocemos,  no es

una institución defensora,  del statu

  quo,

  pues pocas veces  se

habrá realizado  tan  expeditiva  y  resueltamente,  y con  tanta

economía  de  medios,  una  «revolución legal»  tan  profunda  y

Page 85: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 85/132

luego gran juez  FRANKFURTER:

  «el

 Tribunal Supremo durante,

aproximadamente,

  un

  cuarto

  de

  siglo

  ha

  derivado

  el

  poder

de

  judicial review  en

  tina revisión

  de la

  política legislativa,

usurpando poderes

  que

  pertenecen

  al

  Congreso

  y a los

 legis

lativos

  de los

  distintos Estados»;

  ha

  sido

  un

  «largo camino

de abuso judicial»

 103

.

Esa crisis

  ha

  sido positivamente beneficiosa, porque

  ha

permitido depurar

  los

  límites

  de la  judicial review  y

  canali

zarla predominantemente hacia

  la

 protección

  de los

  derechos

fundamentales, abandonando

  el

  arbitrario terreno

  de las

 con

cepciones económicas.

Pero,

  una vez esa

  reorientación concluida,

  he

  aquí

  que la

extraordinaria labor

  del

  Tribunal

  WARREN, un

  ejemplo pocas

veces igualado

  de

  «activismo judicial», aunque

  en el

  mejor

sentido

  del

 término

  (con el

 cual

  se ha

 operado

  «la

 mayor

  re

volución social

  de

 nuestra generación»)

104

,

  ha

  suscitado cons

tantes

  y

  vivas objeciones. Aquí comprobamos

  que la

  justicia

103

  Frase

  de una

 carta

  a

  ROOSEVELT  escrita

  en el

  punto álgido

 del en-

frentamiento;  apud

  BERGER:

  Congress,

 p .

  292, nota;

  BRANDÉIS

  había dicho

ya

  en uno de sus

  votos particulares

  en

 1924

 que el

  Tribunal

  se

  había

convertido

  en una

 especie

  de

 «su perlegislatura».

  HOLMES

  dijo

  en

  otro

voto

  de

 1930

 que

 «difícilmente podía de scubrir otro límite

  que el

 cielo»

al poder  que se  atribuía  el  Tribunal; ambas referencias,  en  CORWIN:

The Constitution and what it means today  (rev. by

  CHASE

  y

  DUCAT),

14.

a

  ed., Princeton,

  1978

 p.

  223.

104

  BERGER:  Government by Judiciary,  p. 283. B.  SCHWARTZ,  en su

librito

 Los

 diez mejores jueces

 de la

 historia norteamericana,  p.

 91, dice

del Tribunal  WARREN que «ha llevado a cabo una  revolución sólo compa

rable

  a la

 realizada

  por el

  Parlamento inglés

  al

  elevar

  a

  Leyes

  el

  pro

grama  del  English Reform Movem ent»;  sus sentencias «han pasado  a

ser consideradas entre

  las

 más impor tantes

  de

 toda

  la

  historia

  del

 Tri

bunal Supremo.

 Su

  impacto

  en la

 vida social sólo puede compararse

 al

que produce  una  revolución política  o un  conflicto armado»

  (p. 91).

L.  FRIEDMANN,  en el prefacio a la obra colectiva ed. por  SAYLER, BOYER y

GOOBING:  The

  Warren Court. A critica analysis,

  ya

 cit.,

 p.

 VII, dice

 que

nunca

  el

  Tribunal S upremo h abía sugerido

  que

  pudiese

  ser por sí

mismo

  «un

  instrum ento principal

  de

  cambio,

  que

  pudiese establecer

nuevas metas para

  la

  nación, articular

  un

 nuevo sentido m oral pa ra

 el

pueblo

  y, en

  consecuencia, reorganizar

  la

  estructura política

  del

  país.

Pero

  el

  Tribunal  WARREN

  ha

  producido precisamente esta especie

 de

revolución».  Los juicios análogos po drían mulitplicarse.

  Vid.

 las  refe

rencias

  de

  nota  55,  supra.

certera como  la  realizada  por el Tribunal  WARREN.

Se comprende

 que el

 poderoso conservadurismo americano

se haya sentido afectado

  en una

  parte importante

  de sus

 con

vicciones.

  En las

 campañas electorales

  de

  NIXON,

  como

 en la

reciente

  de  REAGAN

  estos temas

  han

  sido abiertamente airea

dos

 m

.

  NIXON,  al fin y al

  cabo

  un

  abogado

  en

  ejercicio, com

pitió abiertamente

  con la

  jurisprudencia

  WARREN y

  prometió

llevar

  al

  Tribunal Supremo

  a

  jueces

  que

  fuesen

  lo que él

  lla

maba

  strict constructionisís,

  esto

  es,

  intérpretes estrictos

  del

texto constitucional

  y no

 inventores

  de sus

  supuestos precep

tos

 106

,

  a la vez que

  anunció programas legislativos para

  rec-

105

  Para  una  vivida exposición  del  contraste entre  NIXON  y el  Tribu

nal Supremo

 y

 las esperanzas del pr imero

 en el

 momento

 de la

 dimisión

qu e le presenta  WARREN a poco de ser él elegido, vid. el excelente reporta

je de Bob

  WOODWARD

 y Scott

  ARMSTRONG:

  The Brethen. Inside the Supre-

me Court,

 New

 York, 1979.

 La

 actuación

 de

 BURGER,

 que

 él

  designa com o

presidente (como antes había ocurrido con la de WARREN por  EISENHO-

WER)  frustró

  sus

 esperanzas

  de

 una regresión

  de

  doctrina; incluso  BUR

GER es el  presidente  del Tr ibunal  que en el  momento crítico  de Water-

gate

  le

  fuerza virtualmente

  a la

  renuncia, desestimando

  el

  «privilegio

del Ejecutivo»

  en que

  NIXON

 se

 había atrin cherad o. Sobre este extremo

en particular,

  pp. 286

 a

 347,

 con datos internos  de la deliberación  y de

las posiciones

  de los

 distintos jueces verdaderamen te sorpren dentes,

 al

menos para nuestros usos;  la  sentencia  Nixon

  v.

 U.S., de julio  de 1974

fue adoptada

  por

 unanimidad,

  con

 tres jueces n ombra dos

  por

 NIXON

(el cuarto

  se

 abstuvo,

 por

 haber t rabajado antes

  de ser

 nombr ado

 con

el propio

  NIXON en la

 preparación de

 su

 defensa en todo

 el

 largo proceso

Watergate),

 y fue

 redactado

  por

 BURGER

 en

 persona.

 Un

 resumen

  de su

doctrina, en  CHASE y  DUCAT:  Constitutional interpretation,  cit., pp. 304 y

siguientes;

 un

 comentar io ,

 en

  TRIBE:  American Constitutional

  Law, cit.,

páginas

 202

 y

 ss.

 Ya se ha

 notado

  (supra

  nota

  56) que

 el

 Tr ibunal

  BUR

GER

 es

  menos liberal

  que su

 precedente,.

106

 Vid., por

  todos,

  el

  fino análisis

  de

  estos conceptos

  de

  filosofía

legal conservadora  que hace Ronald  DWORKIN:  Taking rights seriously,

London, Duckworth, 2.

a

 ed., 1978, pp. 131

 y

 ss.

 En

  todo caso,

 el

  concepto

de   strict constructionism

  es

  común;

  cfr.

  BICKEL:

  The

 least dangerous

Branch,

  cit., pp .

 124

 y

 127,

 que lo  identifica  con la

  rule  of  clear mis-

take  (regla

  de la

  inconstitucionalidad manifiesta como condición

  de la

declaración  de  inconstitucionalidad)  o  doctrina clásica.  La  expresión

strict

  se

 opone

  a

  broad  (amplio) construccionismo

  o

  interpretación

 de

las palabras

 o

 conceptos

  de la

 Constitución  (BLACK, Jr.:

 The

 people

 and

the Court,

  p.

 71);

 se  habla también  de

  broad  or  liberal construction

(BLACK,

 p .

 96). Seg ún  ELY:  Democracy

  and

 Distrust.  A theory  of  judicial

review,

  cit., p. 1, nota, el término, que se equiparaba  a  «interpretativis-

mo »

 o

  literalismo

  en

 origen,

 ha

 pasado

 a

  significar, después

  de

 NIXON,

la filosofía política conservadora.

172

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

t inca r d irec tamente pos ic iones es tab lec idas  por el  Tribuna l

S u p r e m o .  REAGAN, a su vez, p ro me te en su p ro g ra ma p ro mo v e r

u n re to rn o  a los  traditional valúes,  lo que  implica  de  ma n e ra

explícita  una  a l te rac ión  de la  doctrina legal establecida  por

IV .  LOS  RIESGOS DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL  173

cuanto implica  un  d e s a p o d e ra mie n to  del  poder regu la t ivo  de

los Es tados . Con ta len to , y. con  ac r i tud  se  renuevan aquí todos

los v ie jos ca rgos : in te rpre ta r  el  tex to cons t i tuc iona l  en  dia

metra l opos ic ión  a la  in tenc ión or ig ina l de los  cons t i tuyen tes

(y esto  es lo que él  juzga más que  p ro b a d o  en el  caso de la

Page 86: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 86/132

el Tribunal  WARREN,  que el Tribunal nixoniano  BURGER  no

ha rectificado eficazmente,  y que se  p ro me te h a c e r  por vía

legis lativa.  La  l i t e ra tu ra ,  que  n u e v a me n te h a b la  de la  «usur

pación»

  de

  p o d e re s

  del

  T r ib u n a l ,

  la que da

  nuevo énfasis

  al

a rg u me n to  countermajoritarian  (esto  es, que el  c r i te r io  de

n u e v e h o mb re s n o mb ra d o s  «a  dedo» haya de  p reva lece r sobre

el criterio  de la  ma y o r í a  del  pueb lo , expresado  a  t ravés  de

represen tan tes e leg idos ) , es  a b ru ma d o ra

1 0 7

.

De en tre tan ta op in ión , qu izá merezca  la  pena des taca r  la

de Raoul  BERGER,  porque es te au tor  no es  p re c i s a me n te  un

panfle ta r io  de la  re tó r ica conservadora y más  bien  ha  con tr i

b u id o  con una  o b ra  que  hace au tor idad  a  leg i t imar  el  poder

de   judicial review  en el  s is tema cons t i tuc iona l  y en sus  orí

genes h is tó r icos

  108

. Pues bien,  BERGER  publ ica  en  1977 un  libro

que renueva ,

  con

  especial agudeza,

 el

  viejo cargo,

 que

  luce

 ya

en   su  t í tu lo :  Government  by  Judiciary

  m

,  gobie rno de los  jue

ces,  espec ia lmente ded icado  a  i m p u g n a r  la  ju r i s p ru d e n c ia

W A R R E N

  en  ma te r i a  de  segregación racial,  en  p a r t i c u la r  en

107

  Cfr. por  t o d o s ,  Ch.

  BLACK:  The

  people

  and the

  Court,

  cit. , y la

a n t o l o g í a  de  t e x t o s  que se  h a c e  en BREST:

  Processes

  of

  Constitutional

Decisionmaking,

  cit ., pp. 956 y ss.,  b a j o  el  e p í g r af e « T h e j u s t i f i c a t i o n s

for judic ia l r eview».  En  e spec ia l , sobre  la

  counter-majoritarian difficul-

ty ,

  BICKEL:  The

  least dangerous Branch,

  cit ., pp. 16 y ss.  E L Y ,

  op. cit.,

p á g i n a  4, ha  o b s e r v a d o  que  é s t e  es «el  p r o b l e m a c e n t r a l  de la

  judicial

review»:

  un  c u e r p o  que no es  e legido y que, por  o t r a p a r t e , t a m p o c o  es

p o l í t i c a m e n t e r e s p o n s a b l e  de  ma ner a s ignif ica t iva , d ice  a los  r e p r e s e n

t a n t e s e l e g i d o s  por el  p u e b l o  que no  p u e d e n g o b e r n a r c o m o q u i e r e n » ;

y

  en p . 8:

  « u n a m a y o r í a a c t u a n d o

  sin

  t r a b a s

  es,

  v e r d a d e r a m e n t e ,

  una

cosa pe l igrosa , pe ro hace fa l ta  una  c a p a c i d a d h e r o i c a  de  d e d u c c i ó n p a r a

p a s a r  de  e s t a o b s e r v a c i ó n  a la  c o n c l u s i ó n de que una  a d e c u a d a r e s p u e s

ta   en una  R e p ú b l i c a d e m o c r á t i c a  es  o t o r g a r  el  i m p e r i o  a una  " C o n s t i

t u c i ó n  no  e s c r i t a " i n t e r p r e t a d a  por  f u n c i o n a r i o s  no  e legidos»  (en  e s te

ú l t i m o m a t i z e n t r a  ya en  c u e s t i ó n  el  t e m a  de la  f u e n t e  de la  dec is ión

j u d i c i a l ,  de que  t r a t a r e m o s  más  a d e l a n t e ,  en  b u e n a p a r t e s o b r e e s t e

m i s m o a u t o r ) .

108

 R.  BERGER:

  Congress

  v. the

  Supreme Court,

  1969, ya  c i t a d o a n t e

r i o r m e n t e .

  En el

  m o m e n t o

  de

  W a t e r g a t e p u b l i c ó

  dos

  l i b r o s e s c a s a m e n t e

n i x o n i a n o s :

  Executive privilege:

  a

  constitutional myth,

  1974, e

  Impeach-

ment:

  the

  constitutional problem,

  1974 (los dos  e d i t a d o s  por   H a r v a r d

U n i v e r s i t y P r e s s , C a m b r i d g e , M a s s . ) .

109

 R.  BERGER:

  Government

  by

  Judiciary.

  The

  transformation

  of the

fourteenth Amendment,

  1977, ya  c i t a d o .

e n mie n d a  14.

a

) es  « reesc r ib ir  la  Cons t i tuc ión»

  n0

; ¿de  dónde

deriva  la a u to r id a d  del  Tribuna l pa ra rev isa r  la  Cons t i tuc ión? ;

según

  la

  e lementa l doc tr ina

  del

  gobie rno l imitado ,

  si ese po

d er

  no

  e s t á e n u me ra d o

  en la

  Cons t i tuc ión

  es

  a rb i t r a r io

  e in

cons t i tuc iona l ,

  es una

  «usurpac ión descarada»

  nl

; el

  Tribuna l

e s v e rd a d e ra me n te

  una

  «cont inua convenc ión cons t i tuyen te» ,

se

 ha

  colocado

 por

 e n c ima

 del

 Derecho .

 No

 d iscu te

 que la

  doc

t r ina t rad ic iona l

  en la

  relación

  con el

  pueblo negro, «separa

dos,

  pero iguales»,

  sea

  d if íc i lmente compat ib le

  con la

  sensi

b i l idad

  del

 m u n d o

  de hoy,

 p e ro

 en

  Derecho como

 en

  mo ra l ,

 el

fin

  no

 jus t i f ica

  los

 me d io s ,

 el

  cos to

 del

  s is tema cons t i tuc iona l

de

 una tal

 u s u rp a c ió n

  es

 e n o r m e

 m

.  Y

añade : «¿Cuánto t iempo

podrá sobrev iv ir

  el

  r e s p e to

  del

  públ ico

  al

  T r ib u n a l ,

  del

  cual

e l poder

  de

  és te depende

  en

  ú l t imo e x t re mo ,

 si la

  gente llega

a da rse cuen ta

  de que el

  T r ib u n a l

  que

  c o n d e n a

  los

  ac tos

  de

los o tros como incons t i tuc iona les ac túa

  él

  mismo incons t i tu -

c iona lmente?»

  «La

  nac ión

  no

  to l e ra rá

  el

  espec tácu lo

  de un

T r ib u n a l

  que

  p re tende ap l ica r

  los

  man da tos cons t i tuc iona les

c u a n d o

  de

  hecho

  los

  es tá rev isando

  de

  a c u e rd o

  con la

  prefe

renc ia

  de una

  ma y o r í a

  de

  jueces

  que

  b u s c a n imp o n e r

  su vo

l u n ta d

  a la de la

 nac ión»

 113

.

Aún podemos c i ta r  el  caso francés.  Ha  b a s t a d o  que  aflo

rase  con  c ie r ta t imidez  aún,  p e ro  con  c la r idad ,  un  p r inc ip io

de ju r isd icc ión cons t i tuc iona l  en la  función  del  Conseil Cons-

titutionnel

  de la

  qu in ta Repúbl ica (sobre todo t ras

  la

  re forma

de   1974, que p e r m i t e  a  s e s e n ta p a r l a me n ta r io s  —y, por  tan to ,

a  la  opos ic ión— plan tea r denunc ias  de  incons t i tuc iona l idad

de   las  Leyes ante dicho Consejo), para  que ya  hayan comen

zado  a  d e s e n te r ra r s e to d o s  los  viejos recelos contra  el  poder

de   los  jueces  y a  p o n e r  a  p u n t o  los  nunca do rmido s re f le jos

jacobinos. Así, el  rec ien te a r t ícu lo de R. de  L A C H A R R I E R E .  «Las

110

 Op. cit.,  p . 407.

111

  Ibídem

  y p. 408;  ca s i t o d a s  las  f ra s e s e s t á n e x t r a í d a s  de  s e n t e n c i a s

q u e

  las han

  a p l i c a d o

  a

  o t r o s p o d e r e s p ú b l i c o s .

112

 Op. cit.,  pp. 4, 408-9.

113

 Op. cit.,  pp. 410 y 417.

174

EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

vis iones más locamente conservadoras no hubiesen l legado a

imaginar un poder supremo de censura confiado a nueve per

sonas to ta lmente i r responsab les , a rb i t ra r iamente des ignadas

y, por añadidura, escogidas las más de las veces según los

criterios amables del favor personal». «¿Cómo la voluntad

Page 87: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 87/132

nacional puede estar ligada por una de sus manifestaciones

anteriores con el pretexto de que ésta ha s ido inscrita en un

documento espec ia l denominado Cons t i tuc ión?» El lo es aún

más grave «si la Constitución contiene principios generales

susceptibles de las interpretaciones más diversas», pues en

tal caso «su aplicación entra plenamente en la competencia

legis lativa y ningún juez, incluso el que hasta ese momento

haya s ido tenido como serio y respetable, tendría título para

interferir sobre ese poder». Esto va contra toda «la tradición

democrática francesa», pues se trata de «sustituir, s in nin

guna duda, al poder legis lativo».

  LACHARRIÉRE

  habla, incluso,

de «usurpación» al legis lador, de «una censura suprema que,

s in ofrecer las garantías tradicionales de las altas jurisdiccio

nes,

  y a t r ibuyéndose poderes que los tex tos cons t i tuc iona les

no le atribuyen o le deniegan explícitamente, domina hoy el

conjunto de nuestro edificio político»; los representantes de

la nación son «desposeídos» por una «censura oligárquica».

«La lógica democrática ha caído en la ignorancia y en el ol

vido»

 114

.

114

  R.  DE LACHARRIÉRE:  «Opinión dissidente» , en el tomo de la revista

Pouvoirs,  núm. 13, 1980, dedicado monográficamente a  Le Conseil Cons-

titutionnel,   pp . 133-150.

V . L a resp u es ta a la s o b jec io n es fo rm u la d a s co n tra la

ju s t i c ia co n s t i tu c io n a l

Conviene, antes de seguir adelante, detenerse en esta ava

lancha de objeciones tantas veces airadas, e inquirir s i pue

den se r ob je t ivamente respondidas .

1.

  Nues t ro a rgum ento esenc ia l pa ra esa rép l ica es és te :

la cuestión ha s ido ya juzgada por el Tribunal de la Historia ,

ante el cual la justicia constitucional no sólo ha s ido absuelta

de tan graves cargo s, s ino que se ha afianzado definitivamen

te como una técn ica qu in taesenc iada de gobie rno humano.

Todo el problema de la justicia constitucional enraiza en

una cuestión de principio: s i se cojayiene o no en reconocer

a la Cons t i tuc ión e l ca rác te r de norma ju r íd ica . S i la res -

pjiesta es . .negativa, e llo implica una serie de consecuencias

y^_rjor_de pro nt o^ la s J?. igukntes: un a Constitu ción se rá con

ceb ida como jun comprom iso ocas iona l de g rup os po l í t icos ,

sus t i tu ib le en^ua lqu ie r mdmentp en que e l equ i l ib r io de és

tos a rro je un resu l tado d iverso ; lo cua l se t raduce en una

incitación positiva al cambio constitucional, por la vía del cual

cada grupo in ten ta rá mejora r sus pos ic iones y , s i le resu l ta

pos ib le , e l iminar a sus compet idores .

En cambio, s i a la jConstitución se le dota de los caracteres

de un a n or m a ju rídi cá~ que ha de pxé^sldir M J>J~pceso pol ític o

V-Ja vida, colecjjva de la comunidad de que se traite, la pers

pectiva "cambia eís lm cTál m^ será consi

de rada no ya como un s imple mecanismo de a r t icu lac ión más

o menos ocasional de grupos políticos más o menos relevan

tes y amenazados s iempre de cambio o desaparic ión" como

ta les g rupos (según es enseñanza e lementa l de la h is to r ia :

¿dónde es tán los g rupos que inven ta ron e l s is tema canovis ta

y edificaron en servicio del mismo la Constitución de 1876?,

176

EL   TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

¿o los que construyeron la Constitución republicana de 1931?,

etcétera), s ino como el estatuto básico de la vida común, lo

cual implica, por fuerza como hemos notado en otro lugar

  u5

,

una necesidad nueva, no presente en las Constituciones pura

mente mecanicistas, la necesidad_jle_clefinir, lírrtj.t¿s al„p.oder

V.

  RESPUESTA

A L A S

  OBJECIONES

177

Desde esta perspectiva, que debe ser retenida en su ele-

me nta lid ad, po F en'cjxoa^^ desQ jSstica c¿onés teó ric a^, la m ayo r

parte de jas ob jec iones con tra la jus t ic ia cons t i tuc iona l de

Estados Unidos; pero, felizmente, no tan intrincada proporcionalmente

a e se in te rés . Pa rece sólo necesa r io r econocer c ie r tos pr inc ip ios , su

p u e s t a m e n t e a n t i g u o s y b i e n e s t a b l e c i d o s p a r a d e c i d i r l a : q u e e l p u e b l o

tenga un de recho or ig ina l de e s tablece r pa ra su fu turo gobie rno ta le s

Page 88: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 88/132

por__relaciáíl_a los .c iuda dano s, o, en otro s t érm inos , derec hos

de éstos , tanto a una.yida privada exenta del poder corno_a

la dominac ión je ins t rum entac ión de és te , como, en f in , a j as

ac tuac iones pos i t ivas de l Es ta3o_para p romover la l ibe r tad

efectiva y la igualdad "

6

. Resulta obvio que s i a esta definición

de esferas de 'actuación (como la paralela de los órganos polí

ticos o de niveles territoriales del Estado) se la dota delibe

radamente de la condición de norma jurídica, su eficacia debe

se r asegurada ju r isd icc iona lmente . Es tá p robado que és ta fue ,

y no complicados y convencionales tecnicismos, la concepción

básica que condujo a los constituyentes americanos a la crea

ción de una justicia constitucional "

7

; fue también el argumen

to básico, y hasta hoy inconmovible, de la sentencia  Marbury

v. Madison,  de 1803, que es la pri me ra aplicación h is tóric a del

s is tema de

  judicial review

  m

.

115

  La Constitución como norm a jurídica,

  cit. , pp . 98 y ss.

116

  Cfr. el

  Curso de Derecho Administrativo,

  tom o I I , e sc r i t o por e l

autor en colaborac ión con T. R .

  FERNÁNDEZ,

  2.

a

  ed., cit. , pp. 56 y ss. , sobre

l o s d e r e c h o s f u n d a m e n t a l e s c o m o t é c n i c a s j u r í d i c a s c o n e s o s c o n t e n i d o s .

117

  P o r t o d o s ,  BERGER:

  Congress v. Supreme Court,

  cit. , pp. 170 y ss. ,

« T h e C o n s t i t u t i o n a s L a w » , e x a m i n a d o e n l o s c o n s t i t u y e n t e s y e n s u s

f u e n t e s . Q u i z á s m e r e z c a t r a n s c r i b i r s e el j u s t a m e n t e f a m o s o p á r r a f o d e

HAMILTON e n

  The  Federalist,

  n ú m . 5 8 : « T.n  i n t e r p re t ac i ón^ Derecho e s

la compe tenc ia propia y pecul ia r de los Tr ibuna les . Una Const i tuc ión £ . s ,

d e h e c h o , y d e b e s e r m i r a d a p o r l o s j u e c e s c o m o u n D e r e c h o f u n d a

men ta l . T por e l lo pe r ten ece a los juece s con cre t a r su s ignif icad o, ta nto

como e l s ignif icado de cua lquie r Ley pa r t icula r que proceda de l Cuerpo

L e g i s l a t i v o . S i o c u r r i e s e q u e h a y u n a d i f e r e n c i a i r r e c o n c i l i a b l e é n t r e l a s

dos,

  la que t iene v inculac ión y va l idez más fue r te

  (superior obligatíon

and validif'y)

  d e b e s e r p r e f e r i d a , e v i d e n t e m e n t e ; o , e n o t r a s p a l a b r a s , l a

Con st i tuc ión debe_ se r pre fe r ida a la Lev. l la in tenc i ón t jfil p"p brñ a la

in tenc ión de sus~agentes . No supone esa" cqnc l j j j s ióaJ lc jp jnsa jgra r¿ . . .una

sür5eTfórTaM~drí~pj0deT Judic ial s obre" el leg islat ivo, SáLa_sj¿p_g.ne„que,el

poder de l pueblo e s super ior a los dos , y que s i la voluntad- .d^Tjegjs-

lá t ivo , dec la rada en sus leyes , e s tuviese en oposic ión a la de l pueblo ,

d e c l a r a d a e n l a C o n s t i t u c i ó n , l o s j u e c e s d e b e n d e s e r g o b e r n a d o s , p o r j a

úl t ima más b ien que por la pr imera ; deben de regula r su dec is ión por

n

l D'iTlTho fnnrfam^anjni y no por aqu el que no es fun dam ent al.» Cfr .

E. S.  C O R W IN :

  Court over Constitution: a study of judicial review as an

instrument of popular Government,

  Glou ces te r , Mass . , 1963.

118

  T r a n s c r i b o a l g u n o d e s u s p á r r a f o s m á s s i g n i f i c at i v o s : « L a cu e s

t ión de s i una Ley que repugne a la Const i tuc ión puede l lega r a se r

" L e y d e l a t i e r r a " e s u n a c u e s t i ó n p r o f u n d a m e n t e i n t e r e s a n t e p a r a l o s

pr inc ip ios , que , en su opinión, le conduzcan a su propia f e l ic idad, e s

la base sobre la cua l la ente ra f ábr ica amer icana ha s ido e r ig ida . El e je r

c ic io de e s te de recho or ig ina l e s un muy grande esfue rzo; no puede n i

d e b e r e p e t i r s e f r e c u e n t e m e n t e . E n c o n s e c u e n c i a , l o s p r i n c i p i o s a s í e s t a

b l e c i d o s s o n p r o f u n d a m e n t e f u n d a m e n t a l e s . Y c o m o l a a u t o r i d a d d e l a

c u a l p r o c e d e n e s s u p r e m a y p u e d e a c t u a r r a r a m e n t e , t a l e s p r i n c i p i o s s e

c o n f i g u r a n p a r a s e r p e r m a n e n t e s . E s t a v o l u n t a d o r i g i n a l y s u p r e m a

organiza e l Gobie rno y a s igna sus poderes a los r e spec t ivos órganos .

Puede , o b ien pa ra r se ahí o e s tablece r c ie r tos l ími te s que no pueden se r

t r a n s c e n d i d o s p o r d i c h o s ó r g a n o s o r a m a s . E l G o b i e r n o d e l o s E s t a d o s

Unidos e s de los desc r i tos en ú l t imo luga r . Los poderes de l legis la t ivo

son de f in idos y l imi tados; y e sos l ími te s no pueden se r te rg ive r sados u

olvidados , pues la Const i tuc ión es e sc r i ta . ¿Qué obje to tendr ía l imi ta r los

poderes y consignar e sa l imi tac ión por e sc r i to s i luego ta le s l ími te s

p u d i e s e n e n c u a l q u i e r m o m e n t o s e r t r a n s g r e d i d o s p o r a q u e l l o s a q u i e

n e s s e i n t e n t a l i m i t a r ? L a d i s t i n c i ó n e n t r e u n g o b i e r n o d e p o d e r e s l i m i

t a d o s y o t r o d e p o d e r e s i l i m i t a d o s r e s u l t a r í a a b o l i d a s i d i c h o s l í m i t e s

no v inculasen a la s pe r sonas a la s cua les le s son impuestos y s i ac tos o

leyes prohibidas y ac tos o leyes pe rmit idas tuviesen igua l e f icac ia . Es una

p r o p o s i c i ó n d e m a s i a d o s i m p l e p a r a q u e p u e d a d i s c u t i r s e q u e o b i e n l a

C o n s t i t u c i ó n c o n t r o l a c u a l q u i e r a c t o l e g i s l a t i v o q u e l a c o n t r a d i g a , o

b i e n e l l e g i s l a t i v o p o d r á a l t e r a r l a C o n s t i t u c i ó n p o r u n a L e y o r d i n a r i a .

E n t r e e s a a l t e r n a t i v a n o h a y t é r m i n o m e d i o . O l a C o n s t i t u c i ó n e s u n

d e r e c h o s u p e r i o r o s u p r e m o , i n m o d i f i c a b l e p o r l o s m e d i o s o r d i n a r i o s ,

o e s tá a l mismo nive l que los ac tos legis la t ivos y , como cua lquie r o t ra

Ley, e s modif icable cuando a l Legis la t ivo le p lazca hace r lo . S i e l pr imer

t é r m i n o d e l a a l t e r n a t i v a e s v e r d a d e r o , e n t o n c e s u n a c t o l e g i s l a t i v o c o n

t ra r io a la Const i tuc ión no es Derecho; s i fuese ve rdad e l segundo té r

m i n o ,

  e n t o n c e s l a s C o n s t i t u c i o n e s e s c r i t a s s e r í a n i n t e n t o s a b s u r d o s , p o r

p a r t e d e l p u e b l o , d e l i m i t a r u n p o d e r q u e p o r s u p r o p i a n a t u r a l e z a s e r í a

i l i m i t a b l e . C i e r t a m e n t e , t o d o s l o s q u e h a n e s t a b l e c i d o C o n s t i t u c i o n e s

e s c r i t a s c o n t e m p l a n a é s t a s c o m o f o r m a n d o e l D e r e c h o s u p r e m o y f u n

d a m e n t a l d e l a n a c i ó n , y , c o n s e c u e n t e m e n t e , l a t e o r í a d e l o s r e s p e c t i v o s

gobie rnos debe se r que una Ley de l legis la t ivo ordina r io que contradiga ala Const i tuc ión es nula . Es ta teor ía e s tá e senc ia lmente v inculada a la s

C o n s t i t u c i o n e s e s c r i t a s y d e b e s e r , c o n s e c u e n t e m e n t e , c o n s i d e r a d a p o r

e s t e T r i b u n a l c o m o u n o d e l o s f u n d a m e n t a l e s p r i n c i p i o s d e n u e s t r a s o c i e

dad. . . ¿Es que s i una Ley de l legis la t ivo ordina r io contra r ia a la Const i

tuc ión es nula [puede dec i r se que ] no obstante e sa inva l idez v incula a

los Tr ib una les y le s obl iga a da r le e fec to? ¿O, en o t ra s pa lab ras , a un qu e

no sea Derecho const i tuye una regla ope ra t iva como s i fuese Derecho? . . .

Es de la compe tenc ia y de l deber de la r ama judic ia l , d icho con todo

énfas is , dec i r lo que es e l de recho. Quienes apl ican la norma a los casos

p a r t i c u l a r e s d e b e n n e c e s a r i a m e n t e e x p o n e r e i n t e r p r e t a r e s a n o r m a . S i

dos Leyes e s tán en conf l ic to ent re s í los Tr ibuna les deben dec id i r sobre

la e f icac ia de cada una . Así , s i una Ley es tá en oposic ión a la Const i tu

c ión; s i la s dos , la Ley y la Const i tuc ión, son apl icables a l caso concre to ,

e l Tr ibuna l debe dec id i r e l caso conforme a la Ley, inapl icando la Cons-

178

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

caen

  por sí

  so las . Nues tra Cons t i tuc ión

  ha

  elegido

  esa

  opción

de

  la

  Cons t i tuc ión como norma , según proc lama

  el

  a r t ícu

lo

 9.°,

 1

 e

  ins is ten o tros va r ios .

 Es, a mi

  ju ic io ,

 y —lo que im

porta bas tan te más—

 a

  ju ic io

 de los

  cons t i tuyen tes

 y del

  pue

b lo español ,

  que

  ratificó

  la

  Cons t i tuc ión

  por una

  inmensa

V. RESPUESTA  A LAS  OBJECIONES  179

V" r igurosa lóg ica ju r íd ica

  ,20

,

 o, en

  t é rmin o s

  del

  juez  FRANKFUR

TER,  es forzándose

  por

  a lcanzar  «the achievement  of  justice

between  man and man,  between  man and  state, through  rea-

son called law».

 (la

  realización

  de la

  ju s t i c i a e n t re h o mb re

  y

h o mb re , e n t re h o mb re

  y

  E s ta d o ,

  por

  me d io

  de la

  razón

 11a-

Page 89: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 89/132

mayoría ,

  una

  opc ión ce r te ra

  y

  cap i ta l .

  La

  creación.„del__Jri-

buna l Cons t i tuc iona l

  es

  r ig u ro s a me n te c o h e re n te

  con esa op

c ión bás ica^es

  su

  consecuenc ia ob l igada .

  "

  ———----•

Será c ie r to ,

 y sin

  d u d a

  lo es,

  que_los conflictos

  que

  h a b rá

,

 de

  reso lver

  el

  T ribu na l , Cons t i tuc iona l tendr án necesa r ia -

\\f   men ta j t^ § |an p ía po l í t ica como

 es lo

  común~en~todos Tos Tri

buna les

 de

  esta especie", supuesto

 que

  operan sobre

 una

  n o rma

p e n e t ra d a

  de esa

  subs tanc ia

  en su más

  noble expres ión .

  La

diferencia obvia entre

  un

  juez cons t i tuc iona l

  y el

  juez ordi-

, nario

  es que los

 va lores

  en que ha de

  b u s c a r

  su

  ju ic io

 el pri-

i mero

  son, en

  p r ime r t é rmin o ,

  los

  valores políticos decididos

/

  ¡J por el

  cons t i tuyen te

  en

  t a n t o '

 que el

  segun do son "simp les

1 valores civiles /"pena les ," TaborálesT

 efe".',

 TónTígür"actos"

  Jor el

^leg is lador o rd inar io

  y

  respec to

 de los

  cua les tan to

  su

  d is t in to

nivel

  de

  decis ión como

  el

  t rá f ico ord inar io

 en que se

  aplican

c o r r i e n te me n te

  han

  b o r ra d o

  ya su

  c a rá c te r

  de

  valores polí

t icos o r ig ina r ios pa ra convert i rse

  en

  p u ra me n te t é c n ic o s .

 Es,

pues ,

  c ie r to

  que,

 e l .Tri bunaL dec id e confl ic tos po l í t jcos .  pero

lo característico  es que la  resolución~delos mismos se^hace

1

  ~ iijrios  y_rn¿ínrir><;  jurídicos

  119

. y^esjo

  no

  sólo fnrmal-

_según la . fa m os a ob jec ión  de

  SCHJCÍITT

  (la  jus t ic ia

cons t i tuc iona l como po l í t ica  justizformig  o en  fo rma jud ic ia l ) ,

s i n o j u a t e r í a l m e n t e ,  administering  the law by  processes  of ri-

gurous legal logic,  admin is t rando_e l Derecho  por  cauces  de

titución,

  o

  conforme

  a la

  Constitución, inaplicando

  la Ley; el

  Tribunal

debe determinar cuál de las dos normas en  conflicto ha de  regir el caso.

Esto está

 en la

  verdadera esencia

  de la

  función judicial.»

La transcripción

  (que

  hago sobre

  el

  original

  que

  figura

  en

BREST:

Processes

  of

  Constitutional decisionmaking,

  cit., pp. 50 y ss.) ha  sido

larga, pero como podrá haberse notado, justificada.

  La

  excepcional cali

da d y  lucidez del  formidable juez que fue  John  MARSHALL  queda acredi

tada esplendorosamente.

119

 Par t iendo de la afirmación  de  TRIEPEL de que  «los conflictos cons

titucionales

  son

  siempre conflictos políticos», añade

  K.

  STERN:  «Pero

jurisdicción sobre materia política  no es lo  mismo  que  jurisdicción

política,

 en el

  sentido

 de

 jurisdicción

  que

 sigue

 el

  tipo

 y el

 método

 de la

decisión política. Continúa siendo jurisdicción según el  tipo y el  método

de

 la

  decisión judicial

 de

 litigios»  (Das Staatsrecht,

  II, p .

 957). Aquí, segu

ramente, está  el  equívoco central  de la  polémica.

mada Derecho)

12 1

.  ~~  " *

JS

  "°

T a mb ié n

  en

  c u a n to

  a lo que

  a c a b a mo s

  de

  dec ir puede

  y

debe mat iza rse .

  Por una

  p a r t e ,

  la

  genera l idad

  y la

  a mp l i tu d

de

  los

  concep tos normat ivos cons t i tuc iona les ,

  más

  generales

o c o n c e n t ra d o s n o rma lme n te

  que lo que es

  c o mú n

 en las

  nor

ma s o rd in a r i a s

  o

  de r ivadas ;

  en

  segundo té rmino ,

  la

  d is t in ta

func iona l idad normativa

  de la

  Cons t i tuc ión respec to

  de las

d e má s n o rma s o rd in a r i a s ;

  en fin, la

  t rascendenc ia misma

  de

las decis iones (decis iones

  de

  conflictos políticos

 y, por

  tan to ,

en

  una

  c ie r ta medida , dec is iones po l í t icas e l la s mismas ,

  sin

me n g u a

  de su

  ca rác te r ju r isd icc iona l)

  que el

  Tribuna l Cons

t i tuc iona l e s tá l lamado

  a

  a d o p ta r ,

  no

  hace com ple tam ente

equiparab les

  los

  métodos jud ic ia les

  de

  éste

 con los en uso por

los Tribuna les o rd inar ios .

Pero ,  sin

  pe r ju ic io

  de que

  h e mo s

  de

  volver sobre esas

 pe

cu l ia r idades

  más

  ade lan te , in te resa ahora p rec isa r

  que esa

s ingula r idad

  de

  c r i te r ios

 y de

  mé to d o s

  del

  juez cons t i tuc iona l

no cons t i tuye

  en sí

  mis ma n in g u n a ru p tu ra

  del

  s is tema ju r í

dico.

  T o d a ra ma

  del

  o rd e n a mie n to ,

  en

  cuan to es tá an imada

de principios institucionales específicos,

  ha de ser

  t a mb ié n

v*/oh je tn HP rpg las in te rp re ta t ivas

  y

  ap l ica t ivas p rop ias ,

  y

  esto

n o

  es,

 p u e s ,

 una

  excepc ión prop ia

  del

  Derecho cons t i tuc iona l .

2.  S o b re

  una

  obse rvac ión

  que

  c o n s ta n te me n te s u rg e

  al

paso ,

 y que

  n o s o t ro s a c a b a mo s

  de

  cons idera r ,

  la

  necesidacTde

q ue

  el

  juez cons t i tuc iona l

  no

  p ie rd a e ^ ^ i ^ ^ T j b o ^ e n t o

  de

/

vis ta  las_  c^r^e.oaenff aj^,prácticas

  (i. e.,

  po l í t icas l_de

  la

  deci

s ión

  que

  e g ^ J t o E d o . , eT di ct M,

  un

  p rec ioso t raba jo

  de

  Ótto

120

 M. SHAPIRO:  Law and

 Politics

 in the

 Supreme Court.

 New

  approach

to political jurisprudence,

  New

  York, 1964,

 p.

 328. Tam bién

 A. Cox:

  deci

siones  sanctioned  by  strict judicial tnethod  (en su  libro The  role of the

Supreme Court

  in

  American Government,  London, 1976,

 p.

  115).

 Etc. Vid.

el último apartado

  de

  este trabajo.

121

 Cit. por H.  WESCHSLER:  «Toward neutral principies  of  Constitu

cional Law», recogido

 en la

  obra antológica  American

  Law and the

 Cons

titutional order. Historical perspectives,  Harvard University Press, Cam

bridge, Mass. ,

 1978 p. 410.

18

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

B A C H O F ,  Der  Verfassungsrichter zwischen Recht  und  Poli-

tik   m

>

  «el  iuez const i tuc ional ent re  g l P^ i£ £ha ^ ._ia pol í t ica»,

ha fo rm ulado m a t i zac iones im por t an t e s , en  las_c

i

u^acaso _con-

v£nga_.dete_neise   _un_  momento para . por^ r_a_piujLej2aJa_¿r^po-

sición  que  a c a b a m o s  de  fo rm ula r  en el  apar tado ^precedente ,

V. RESPUESTA A LAS OBJ ECIONES 181

s o b r e s u s e n t e n c i a ? ¿ P u e d e ,  le es  pe rm i t i do  o  debe declarar

ineficaz  la  e jecución  de una ley  ap l i cada i ncó lum em en te  du

rante largos años declarando  una  nu l i dad  que  p r i va r á  de so

p o r t e  a  i nnum erab l e s ac tos j u r í d i cos ,  o  qu i zá de r r i ba r  a  sec

t o r e s en t e ros adm in i s t r a t i vos  o  económ icos  a  causa  de una

Page 90: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 90/132

•-que l a. justic ia, cons tituci ona l, siend o po lac a" py r" si i rrTaifcría,

e s e s t nc t am en te j u r í d i ca  por sus  m^J&d^g^y por sus  cr i ter ios

de fondo.  " "'""

La s i tuación  de i n t e r e se s  en  re lac ión  con el p r i nc ip io

  sum

mu m  ius  summa iniuria

  con que se  enfrenta  el  juez const i tu

cional, dice  B A C H O F ,  es, con  toda f recuencia , cont rar ia  a la

que  es  p rop i a  de  un i juez ordin ar io . Para es te ú l t imo  se  t r a t a

de  un  conf l ic to ent re  la  fidelidad  a la Ley y la  jus t ic ia  del

caso concre to , es to es, de la  jus t ic ia individual f rente  a la Ley,

en t an to  que  p a r a  el  juez const i tuc ional  la  s i tuación  es  fre

c u e n t e m e n t e  la  con t r a r i a :  una  s i tuación  en que la  n o r m a  sa

t isface  la  jus t ic ia individual , pero  que  am enaza  en su  es t r ic ta

consecuencia les ionar  los  «valores genera les». D icho  de  o t r a

m a n e r a :

  el

  conflicto

  no

  es tá en/e l cont ras te ent re f idel idad

  a

l a no rm a  y  jus t ic ia individual , s ino  en el  en f r en t am ien to  en

t re  el  m anda to j u r í d i co  y la  r ac iona l i dad  o la  neces idad pol í

t icas , ent re  el  r i go r  de la  n o r m a  y la  exigencia  del  b i en  ge

n e r a l

  12 3

/El lo  se  refuerza  si se  obse rva  que  c ier tas sentencias

del juez const i tuc ional t ienen efectos vinculantes genera les  o

fuerza  de Ley.  « E j t a ^ e n t e n t i a s ^ p u e d e n o c a s io n a r ,c a t ás t ro

fe s  no  sólo para  el  caso concre to , s ino para  un  invis ible  nú

m e r o  de  ca sos ; cuando__esas_sen t enci a s son j^ ^ í ^ j& a jn^ p i e

^ e x a c t a g

  ..o

  fa lsas"  (en el. s en t i do  de que  d e s b a r a t a n  las ta

rcas, polít icas legítimas  de la  di rección  del . Es t aco )  la  lesión

p u e d e a l c a n z a r ' a l a c o m u n i d a d p o l í t i c a e n t e r a . »  Así,  pues ,

«más

 que el

  juez

 de

  o t ro s ám bi to s

 de la

  j u s t i c i a , puede

 y

  debe

e l

  JH?.?. con stitu cio nal n o. pe rde r  (fr  yi f t

ñ

  }? x

rn

JJ£f.ai?r"

n

*

  —y

las f recuentemente consecuencias pol í t icas—   de sus  senten-

c

j ^

?

e r o

  —y és ta es la  cues t ión  a p l a n t e a r s e —

v

¿qué inf luen

c ia   le es  pe rm i t i do concede r  a  esas eventuales consecuencias

122

  O.  BACHOF:  « D e r V e r f a s s u n g s r i c h t e r z w i s c h e n R e c h t  und  Po l i -

t i k » , p u b l i c a d o i n i c i a l m e n t e  en la  o b r a c o l e c t i v a  Summum  ius  summa

iniuria Individualgerechtigkeit  und der  Schutz allgemeiner Werte  im

Rechtsleben,

  T ü b i n g e n ,  1963, pp. 41 y ss.;  r e p r o d u c i d o  en la  r e c o p i l a c i ó n

d e

  HAEBERLE:

  Verfassungsgerichtsbarkeit,  cit ., pp . 285 y ss.;  c i t o  por  e s t a

ú l t i m a e d i c i ó n .

123

  B A C H O F ,

  cit., p. 287.

i n f r acc ión cons t i t uc iona l t a rd í am en te de scub i e r t a?

  124

 ¿No se

124

  T o c a a q u í

  BACHOF  el

  t e m a

  de los

  e fe c t o s r e t r o a c t i v o s

  de las

s e n t e n c i a s

  que

  d e c l a r e n

  la

  i n c o n s t i t u c i o n a l i d a d

  de una Ley,

  ef ecto

  re

t r o a c t i v o  que es  c o n s e c u e n c i a  de la  d e c l a r a c i ó n  de  é s t a c o m o n u l a  de

p l e n o d e r e c h o ; e l l o  es  c o m ú n  al  s i s t e m a a l e m á n  y al  n u e s t r o  (cfr.  a r t í c u

lo s  39 y 40 de  n u e s t r a  Ley  O r g á n i c a  del  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l )  y una

d i f e r e n c i a  con el  s i s t e m a a u s t r í a c o - k e l s e n j a n o p u r o ,  que  h a c e  a las  sen

t e n c i a s c o n s t i t u t i v a s

  y

  r e d u c e

  sus

  e f e c t o s

  a

  a c t u a r h a c i a

  el

  f u t u r o ,  ex

nunc.  Sin  e m b a r g o ,  la  r e s u e l t a a d o p c i ó n  por el  T r i b u n a l S u p r e m o a m e r i

c a n o  de un  c r i t e r i o e v o l u t i v o  en su  j u r i s p r u d e n c i a , e s p e c i a l m e n t e t r a s

l a « r e v o l u c i ó n j u r í d i c a » i m p u e s t a  por el  T r i b u n a l  WARREN,  le ha  h e c h o

r e l a t i v i z a r  esa  r e g l a  de la  r e t r o a c t i v i d a d  de sus  s e n t e n c i a s a n u l a t o r i a s

( d e d o n d e  el  c r i t e r i o p r o c e d e ) , p e r m i t i e n d o  que el  p r o p i o T r i b u n a l  de

c l a r e  la  l i m i t a c i ó n  de  e f e c t o s  de la  s e n t e n c i a s ó l o p a r a  el  f u t u r o ;  es lo

q u e  se ha  l l a m a d o  la  j u r i s p r u d e n c i a

  prospectiva

  f r e n t e  a la

  retroactiva,

q u e r o m p e  uno de los  f r e n o s q u i z á s  más  e f i c a c e s p a r a  una  judicial  self-

restraint

  ( c o m o  el  t e x t o  de  BACHOF  p o n e  de  m a n i f i e s t o ) . S o b r e e s t a  in

n o v a c i ó n c a p i t a l ,

  que

  p o n e

  al

  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l c a s i

  en el

  p a p e ldel l eg is lador ,

  que

  i n n o v a

  el

  D e r e c h o

  p ro

  f u t u r o ,

  hay muy

  poca b ib l io

g r af ía ;  vid. las  r e f e r e n c i a s , a p e n a s d e s c r i p t i v a s ,  que  r e c o g e  BREST:  Pro-

cesses  of  Constitutional Decisionmaking,  cit., pp. 1129 y ss.,  b a j o  el  epí

g r a f e « T h e R e t r o a c t i v i t y  of new  d o c t r i n e » ,  que  p a r e c e o r i g i n a r s e  con la

s e n t e n c i a  Linkletter  v.  Walker  de 1965, que  r o m p e c o n s c i e n t e m e n t e  con

el

  «principie  of  absolute retroactivity invalidity»,

  por el  a r g u m e n t o p r a g

m á t i c o  de que tal  p r i n c i p i o a p l i c a d o  en el  c a s o  (una  p r e c i s i ó n s o b r e  las

g a r a n t í a s  del  p r o c e s o p e n a l , e s p e c i a l m e n t e s o b r e  la  p r u e b a c a p a z  de

j u s t i f i c a r  un  v e r e d i c t o  de  c u l p a b i l i d a d ) i m p l i c a r í a  una  g r a v e p e r t u r b a

c i ó n  de la  A d m i n i s t r a c i ó n  de la  j u s t i c i a .  Con  e l lo  se  p r e t e n d e

  «the  pur-

pose  to be  served  by the new  standards».  Vid.  las  c r í t i c a s  de M.

  WEL-

LINGTON  y de P.  M I S H K I N ,  que  resume  B R E S T ,  pp . 1139 y ss. B.  S C H W A R T Z :

« R e t r o a c t i v i t y , r e a l i b i l i t y  and due  p r o c e s s :  a  r e p l y  to  P r o f e s s o r M i s h

k in» ,

  en  University  of  Chicago  Law  Review,  33, 1966, pp. 719 y ss.

C f r . t a m b i é n ,  en  r e l a c i ó n  con el  a r t í c u l o  de  M I S H K I N  y a  p r o p ó s i t o

d e l c a m b i o s u s t a n c i a l

  de

  p o d e r

  que

  e s t a d o c t r i n a

  de la

  p r o s p e c t i v i d a ds u p o n e p a r a

  el

  T r i b u n a l S u p r e m o a m e r i c a n o ,

  que se

  d e s e m b a r a z a

  así

d e l v i e j o d o g m a ( f o r m u l a d o c l á s i c a m e n t e   en el  m u n d o a n g l o s a j ó n  por

BLACKSTONE:  vid.

  infra,

  n o t a  229) del  c a r á c t e r « d e c l a r a t i v o »  del  D e r e c h o

q u e  se ha  v i s t o s i e m p r e c o m o p r o p i o  de los  j u e c e s ,  el  i m p o r t a n t e t r a

b a j o  de A. S.  MILLER  (en  c o l a b o r a c i ó n  con A. W.  SCHEFLIN),  « T h e p o w e r

of  the  S u p r e m e C o u r t  in the age of the  p o s i t i v e S t a t e » ,  1967, a h o r a  re

c o g i d o  en el  l i b r o  del  p r i m e r o  ya  c i t a d o  The  Supreme Court. Myth  and

reality,  pp. 133 y ss. Una de las  c o n c l u s i o n e s  de  e s t e t r a b a j o  es que la

t e o r í a « d e c l a r a t o r i a »  del  D e r e c h o  es  p r o p i a  de los  s i s t e m a s j u r í d i c o s

prívate  law  oriented,  o r d e n a d o s s o b r e  el  D e r e c h o p r i v a d o  (lo que  e n t i e n

d e  que es  p r o p i o  de una  é p o c a  pr e  i n d u s t r i a l  y  a g r í c o l a ) , q ue es lo que

p e r m i t e c o n s i d e r a r  al  D e r e c h o c o m o  «un  s i s t e m a c e r r a d o  de  c o n c e p t o s » ,

p r o p i o  de una  s o c i e d a d e s t á t i c a , p e r o  que es  i n c o n c i l i a b l e  con la  é p o c a

a c t u a l ,  de  « p r o l i f e r a c i ó n  y  p r e d o m i n i o  del  D e r e c h o p ú b l i c o » ,  que  ex ige

v e r  al  D e r e c h o c o m o  un  « p r o c e s o » a b i e r t o  en  f u n c i ó n  de  f ines  y  o b j e -

1 8 2  EL TRIBUNAL CONSTITUCION AL

convert i rá aqu í  de hecho  el summum

  ius

 en  summa iniuria,

s in u t i l idad para nad ie  y daño para m uchos  o p a ra  la  en te ra

c o mu n id a d ? . . . Nu e s t ro o rd e n a mie n to p a re c e  no de ja r le o tra

elección. Así, pues,  ¿fiat justitia  et pereat mundus? »

  125

.

V. RESPUESTA  A LAS OBJECIONES

183

Pero ello  es lo p ro p io  del métod o ju r íd ico  y no una ru p

tu ra  o una ins t rumen ta l izac ión de l mismo . Y este mé todo , lle

vado  a su  perfecciónVes^ nos dice  B A C H  OF ,  e\ ún ico camino

par? solucionar esos conflictos . «Allí donde  la  aplicación es

t r ic ta  de un p recep to lega l —y espec ia lmente  un p re c e p to de

Page 91: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 91/132

B A C H O F  no  acep ta  que el  d r a m a t i s m o  de esa  a l te rna t iva

deba llevar  al juez  a q u e b r a r  el d iscurso ju r íd ico con el prin

c ip io puramente po l í t ico

  salus populi suprema lex

126

; in t ro

duc ir cons iderac iones puramente po l í t icas  en la  in te rpre ta

ción de las ampli as cláusu las gene rales de la  Constitución «se

r ía   ya  equ ivocarse desde  el comienzo» .  Es  c ie r to q ue , com o

indicó   T R I E P E L en su conoc ido d iscurso rec tora l

  127

,_el Derecho

I públ ico^njo^^^^c tuab le  sin  cons iderac ión  a la  política; con-

 

cej3tos_cgmo_Estado

  de

 Derec lib^ 'Es fado socf^7T OllfM Zlgy

a

^

d a d ^ i g n i d a d - h u m a n a . , e t e r n o P

u e

d e n in t e rp re t a r s e  sin re-

i¡ currjr  a las  ideas  o  conv iccio nes sociale s y ^QHticas_de~~la

I comunidad .

  El

  Derecho cons t i tuc ional^ como cua lqu ie r o t ra

• rama jujrídica,-exige  un métod o in te rp re ta t ivo específ ico, p a ra

se rv ir

  la

  función

  y la

 esenc ia

  de los

 valores ,, propio s

  de ese

á mb i to ju r íd i c o

  128

.

t ivos

  a

  a l c a n z a r ;

  «el

 D e r e c h o p ú b l i c o — a ñ a d e —

  es un

  p r o c e s o

  sin fin,

u n a i n d e f i n i d a s u c e s i ó n  de  s o l u c i o n e s p a r c i a l e s  a  c u e s t i o n e s p o l í t i c a s »

(págin a 160) . Merece n ota r se   que  e s t e c r i t e r i o « p r o s p e c t i v o »  ha  s i d o

a d o p t a d o c o m o t é c n i c a d e l i b e r a d a  por el T r i b u n a l E u r o p e o  de  D e r e c h o s

H u m a n o s ,  en su  i m p o r t a n t e s e n t e n ci a

  Marckx

  de 13 de  j u n i o  de  1979;

vid.  su resumen en la ob ra de E.  L I N D E ,  L.  ORTEGA  y M.  S Á N C H E Z M O R Ó N

( d i r i g i d a por E. GARCÍA  DE ENTERRÍA):  El

  sistema europeo

  de

  protección

de  los derechos humanos,

  Ma dri d, 1979, pp . 405 y  ss . , e spec ia lmente p . 413.

(E s  hoy a d m i t i d o  que e s t e T r i b u n a l t i e n e  una p o s i c i ó n a n á l o g a  a la de

l o s T r i b u n a l e s C o n s t i t u c i o n a l e s ;  por  t o d o s ,  M.  CAPELLETTI:  «El  " f o r m i

d a b l e p r o b l e m a "

  del

 c o n t r o l j u d i c i a l

  y la

 c o n t r i b u c i ó n

  del

 aná l is is com

p a r a d o » ,

  en

  Revista  de  Estudios Políticos,

  nuev a época , núm . 13, f ebre

ro 1980, p p . 61 y  ss . , en p a r t i c u l a r p p . 74 y  ss . ) .

125

  B A C H O F ,

  p p .

 287-8.

126

  BACHOF,

  p .  189. «Es ta m áxi ma ,  que es  p a r a  la  acc ión pol í t ica del

h o m b r e  de  E s t a d o  una m á x i m a d i g n a  de ser  t o m a d a  en  c u e n t a ,  no es,

p o r  el c o n t r a r i o , p a r a  el  j u e z n a d a m á s q u e  una r e g l a  de  i n t e r p r e t a c i ó n ,

y por e l lo pa ra

  él

  só lo

 es

 v á l i d a c u a n d o

  la

 L ey

 le

 de ja e s pac io pa ra e l lo .

Si  el  j u e z q u i s i e r a h a c e r j u g a r e s e p r i n c i p i o

  contra

  el  D e r e c h o p o s i t i v o ,

s e a p r o x i m a r í a p e l i g r o s a m e n t e

  a la

  t r i s t e m e n t e c é l e b r e i d e a

  de que «el

D e r e c h o  es lo que es  ú t i l  al  pueblo».

127

 H.  TRIEPEL:

  Staatsrecht

  und

  Politik,

  B e r l í n ,

  u.

  Leipzig , 1927 (t rad .

esp .  de J. L.  CARRO  en  1975,

  Cuadernos Civitas),

  M a d r i d .

128

  BACHOF,  p . 290. R e c u e r d a o p o r t u n a m e n t e  que por   e l lo  el

  Chief

Justicie

  MARSHALL

  s u b r a y ó e x p r e s a m e n t e

  en

 u n o

 de

 sus f a l los : «We mu st

n e v e r f o r g e t t h a t  is a

  Constitution

  we are  e x p o u n d i n g . »

f o rm a — am e n a c e ^ ^

•Colectivo, debe probarse  en  p r im er lugar  el  camino  de una

in te rpre tac ión s is témát íca7"para

  ver si se

  e n c u e n t ra n d e n t ro

d e l o rd e n a mie n to o t r a s n o rma s  de rango o va lor p red aminan -

t¿aZLr^és I3^uya /ap l icac ión ese^esTuTtadÓ dañoso se e x c lu y a /

Es to pa rece  una precis ió n tr ivial, pues t odo juez de be, evi

den temente , va lora r  las  leyes  a  ap l ica r  y su  s i tuac ión con

otras normas —sean  o no de rango superio r—. P ero  la  s itua

ción para el juez con s t i tuc iona l  es en este p unt o algo espe cial,

p o rq u e p a ra  él  mu c h a s  de las reglas  a  ap l ica r  no se  encuen

t r a n en una form ulac ión perfec ta  y p rac t icab le desde el punto

de vis ta  de la  técnica ju rídic a, s ino  que deben desa rro l la rse

a t ravés  de los p r inc ip ios ju r íd icos fu ndamenta les  o  del com

ple jo re lac iona l con jun to  de la  Cons t i tuc ión . . . Cie r tam ente ,

un resu l tado poco sa t is fac tor io

  de

 una dec is ión conceptua l

 da

lugar ,  en  c ie r ta m edida ,  a que el  juez cons t i tuc iona l busqu e

reg las correc toras  o a  que desa rro l le o p rofundice  la p r im e ra .

Pero  el  juez cons t i tuc iona l  ni p u e d e  ni  debe t ra ta r  de llegar •

a  una  cons trucc ión ju r íd ica  más o  menos co ns is ten te pa r

t iendo de un  resu l tado preconcebido»

  I29

. «El juez constitucio

na l puede y  debe enjuiciar —con  la mir ada f ija  en los efectos

de  su decis ión— si allí don de el summum  ius pa rece conduc ir

a  la  summa iniuria  no se  t r a t a  en ve rdad so lamente  de una

investigación  del ius  cuya indagac ión a decuada  y  comple ta

debe conduc ir  a  una correcc ión  de los resu l tados " in jus tos" ,

"dañosos pa ra

 el

 bien co mú n", "falsos política men te". No fue

ra , s ino den tro  del o rdena mien to ju r íd ico debe buscarse  la

ayuda»

  13

°.

En def in i t iva , /e l Tribuna l Cons t i tuc iona l  no p u e d e  ser  cie

go a  las consecuencias políticas  de sus decis io nes. «Perp esas

consecuencias sólo puede tr»m

?

Hg g  pn m e n t a  en el m a r c o de

l a j j j o s i b i l i d a d ^ a b i e r t ^ ^ p o r  el -o rdenamien to , pud iendo con

t r ib u i r  la  consmefac ión  de las po tenc ia les consecuenc ias de

129

  B A C H O F ,

  p p . 290-1.

130

  B A C H O F ,  p . 292.

184

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

su^sen tenc ia j í descubrir e l Derecho " jus to" y a cons tru irJn-

terprejtaciones jurídicas con una u otra corrección a las que

, np hubiese.-llegado 1.rno ^ijir3 tg§e lenid o^a la vis ta_ese resul-

 [

 -ladcu En ese sentido , exis te , s in duda, un cierto i nflu jo de las

' i -IT-P

P

i

rrl|

J  tí A 0 SiS nP"

11

  f

 

s

  de la sen tenc ia sobre la in te rpre tac ió n

V. RESPUESTA A LAS OBJECIONE S

185

que

T

_sólo el método jurídico más riguroso garantiza la objeti-

vidacTy el acierto

 u

™ .

Pues la superioridad de su función sólo como superioridad

de la Cons t i tuc ión misma puede se r acep tada por e l cuerpo

pol í t ico ; s i e sa conexión impresc ind ib le en tre Tribuna l cons

Page 92: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 92/132

¡I jur íd ica . P ero aqu í e stá a la_ vex  el^uite  J^ara la tom a en

cuenta de tales consideraciones. Contra el Derecho, el juez no

puede dec id ir jamás . . . E l juez puede en ju jc ia r , la ley só lo

] sobre e l pa r ám etr o ,d e Ja Cons t i tuc ión , qu izá inc lus ive sobre

J pjjiic irjiQs^ujidicps fund am entale s pres upu esto s por la Cons-

i titución. .pre o supe rcon stituc iona les; en todo casa,~sólo s ót re

*e l pa rámetro de un

  Derecho

  de rango superio r . Un Tribuna l

Constitucional no puede rehusar la validez de una Ley sólo

por las  consecuencias ,PglíÚ£ñ$.  inaplicadas. , .encella . .. Hac er

tfstb no es sólo facultad suya, s ino tambié n_su jiebe r; su doble

función como Tribunal y como órgano constituciona] se ha~ce

ciaro_j)j£cisanieiite aquí y aquí debe confirmarse/ En caso de

conflicto entre el Derecho

 ..y

  la. polí tica el juez est á sólo vin

culado al

  Derecho.

  Sin embargo puede esperáf~cTel legislador

que este conflicto le sea en lo posible evitado, no en atención

a él s ino en atención al Derecho^, son las palabras finales del

bello trabajo de  B A C H O F

1 3 1

,  que son suficientemente expre

sivas por s í mismas para que necesiten glosa alguna.

3.  En un orden pragm ático más e lementa l , e s ev iden te

que ni los Parlamentos, ni los partidos políticos, ni e l pueblo,

en de f in i t iva , acep ta r ían ja rpá^^j i j ín Tphnna l Cons t i tuc iona l

\  que decidiese las graves cuestione s consti tucion ales que le

es tán sometidas sobre la base__de_ cn t^ io ^s ^r ^ j em en te pe r

sonales ,  de.,  simpatía-,Q dé^opción política de. lojs.JuecesTTIsTos

só lo en cuan to ac ie r ten a aparecer como in té rpre tes de la

1 Constitución en cijpn JEg pued anim puta r razonáBTemerlte a la

I norm a suprem a, sus dec is iones s ing ulares , tendrán ^ aútoncTad

I

  p

2*

r

a

  s

?SUÍ

r

 gjg??¿ U£

e

Pt

a

dQS por J^

r

cpmunidad en e l e je rc ic io

¿^^^^^sjigjc^fíjídable pod er. Es, jus tam ent e, la enorm e trasce n

dencia de su función la que fuerza al juez constitucional a

renunc ia r a c r i te r ios s implemente po l í t icos pa ra motiva r sus

s e n t e n c i a s , l a Q n p _ l g _ _ o b 1 i g

a

  q h n s r . a r fip la C n r t s l i í u r . i n n c o m o

norma jurídica las soluciones de los casos, búsqueda de la

BACHOF,  p p .  302-3.  S u b r a y a d o s d e l o r i g i n a l .

t i tuc iona l y Cons t i tuc ión se qu iebra , aqué l , que no t iene o tro

título de legitimidad posible, no sería soportado un solo mi

n u t o .

  Sin hipérbole / pue de decirs e que la pervivencia como

institución básica de un s is tema político de un*Tribunal Cons

titucional depende exclusivamente de s í mismo, de su auten

ticidad y de su rigor/ Ningún otro órgano constitucional, nin

gún otro órgano político, se juega literalmente su vida día a

día como éste sobre el acierto de su función y, concretamen

te,

  de su función precisamente judicial en el sentido jurídico

más es t r ic to de l té rmino , de respe to y de p ro tecc ión de la

norma que ap l ica

  133

.

132

  E s , p o r e l l o , u n a e n s e ñ a n z a d e l a e x p e r i e n c i a c o m ú n q u e l o s j u e c e s

c o n s t i t u c i o n a l e s m á s m a r c a d o s e n e l m o m e n t o d e s e r n o m b r a d o s p o r

c o n n o t a c i o n e s p o l í t i c a s p r e c i s a s p i e r d e n é s t a s e n c u a n t o c o m i e n z a n s u s

f u n c i o n e s y s e c o n v i e r t e n i n m e d i a t a m e n t e a u n j u r i s m o e s t r i c t o , m u c h a s

veces contra r io en su expres ión concre ta a la s ignif icac ión pol í t ica or ig i

na r ia de l juez . El peso de la r e sponsabi l idad hac ia todo e l cue rpo pol í t ico

y hac ia todo e l pueblo rompe , por fue rza , la s f ide l idades pa r t id is ta s o

p e r s o n a l e s , s a l v o q u e s e s e a u n p e l i g r o s o i r r e s p o n s a b l e . C o x h a n o t a d o

que «en e l corazón de la for ta leza de l Tr ibuna l (Supremo amer icano) e s tá

la imparc ia l idad y la independenc ia y la l ibe r tad de los jueces r e spec to a

c u a l q u i e r f o r m a d e i n s t r u c c i o n e s o d e i n t e r e s e s p r o p i o s »

  (The role of the

Supreme Court,

  cit. , p. 107). Má s atrá s

  (supra

  not a 105) pud imo s ve r e l

c a s o d e l « T r i b u n a l N i x o n » e n f r e n t a d o a   NIXON  m i s m o . P e r o h a y c a s o s

a ú n m á s e s p e c t a c u l a r e s . C i t a r e m o s a l o s d o s i n d i s c u t i b l e s p r i m e r o s

Chiefs Justice

  d e l a h i s t o r i a a m e r i c a n a ,  MARSHALL  y  WARREN. MARSHAI.I.

f u e n o m b r a d o p r e s i d e n t e d e l T r i b u n a l e n 1 8 01 , c u a n d o a ú n e r a S e c r e t a r i o

d e E s t a d o d e l p r e s i d e n t e   ADAMS  y con un pasado pol í t ico muy ac t ivo ,

c a r e c i e n d o p r á c t i c a m e n t e d e e s t u d i o s j u r í d i c o s ( p a r e c e q u e s ó l o s i g u i ó

u n c u r s o d e f o r m a c i ó n j u r í d i c a d e s e i s s e m a n a s . G . E .

  W H I T E :

  The ame-

rican judicial tradition. Profiles of leading american judges,

  N ew York,

1976,

  p. 11).

  WARREN

  h a b í a s i d o u n p o l í t i c o r e p u b l i c a n o c a r a c t e r i z a d o

c o m o c o n s e r v a d o r q u e h a b í a l l e g a d o , i n c l u s o , a s e r g o b e r n a d o r d e C a l i

f o r n i a ; s u d e s i g n a c i ó n c o m o p r e s i d e n t e d e l T r i b u n a l p o r   EISENHOWKR

tuvo en és te e l s ignif icado inequívoco de in tenta r acentua r e l conse rva

d u r i s m o d e l T r i b u n a l ; m á s t a r d e ,   EISEN H O W ER  c o n s i d e r a r í a l a d e s i g n a

c ión de

  WARREN

  c ó m o e l m a y o r e r r o r d e s u p r e s i d e n c i a

  (ELY :

  Democracy

and distrust,

  p. 47).

133

  H a y u n a f a m o s a y c e r t e r a e x p r e s i ó n d e  FRANKFURTER,  c e l e b r a n d o

en 1955 el II cent en ari o de

  MARSHALL:

  «S i los jueces quie ren se r predi

c a d o r e s , d e b e r í a n d e d i c a r s e a l p u l p i t o ; s i p r e t e n d e n s e r p r i m a r i a m e n t e

c o n f i g u r a d o r e s d e u n a p o l í t i c a , e l P a r l a m e n t o e s s u l u g a r . L o s j u e c e s

o b s t i n a d o s s o n l o s m e n o s d e f e n d i b l e s e n t r e t o d o s l o s q u e a t a c a n a l i m

per io de l Derecho» (en su t r aba jo «Marsha l l and the judic ia l func t ion»,

186

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Ahora bien, la experiencia his tórica de la justicia constitu

cional, la americana, casi bicentenaria , la más reciente, pero

no menos conc luyente , de los pa íses europeos , demues tran

manif ies tamente que , cua lesqu ie ra que sean las pos ib les ob

jeciones teóricas al s is tema, éste no sólo funciona correcta

mente, s ino que de este funcionamiento obtiene ventajas polí

p

V. RESPUESTA A LAS OBJECIONE S

187

C á ma ra s ,  y la verdadera alternativa al sistema de justicia

constitucional.  El con tra s te en tre la decena de Cons t i tuc iones

en Francia y la pervivencia durante casi dos s iglos de una

única Constitución en Estados Unidos es suficientemente ex

presivo y parece claro que en este caso tal pervivencia no

hubiese s ido imaginab le s in la labor tu i t iva y adap tadora de l

Page 93: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 93/132

ticas de primera s ignificación. La exis tenria d   "n Tribuna l

Coa sütuc iona l afianza y arraiga. e l^apgl-reG tor• de la Cnn ¿titu-

/ción_^n_^ajbjt£aie social».extiende, por tanto, e l rol del Dere-

ch"o en la vida política y colectiva y de ello surgen capitales

beneficios par a . jos s is tem as poli ticos

  ..y.

  para laSu_sociedades

que den tro  áe

(

  ellos viven. Esto es un hec ho, por de p ron to,

que p or s í sólo refuta el convencionáTcáfaTógo* de objecion es

teóricas a la justicia constitucional que hemos expuesto. La

justificación misma de ese hecho como simple realidad no es

difícil.

Una Constitución s in un Tribunal Constitucional que im

ponga su interpretación y la efectividad de la misma en los

casos cues t ionados es una Cons t i tuc ión her ida de muerte , que

liga su suerte a la del partido en el poder, que impone en

esos casos, por s imple prevalencia fáctica, la interpretación

que en ese momento le conviene.  La Constitución pasa a ser

instrumentatizada políticamente por unos grupos o partidos

frente a otros.  El conflicto constitucional se convierte enton

ces en una fractura irrestañablc del consenso básico, que la

Cons t i tuc ión es tá l lamada a asegura r , y   la resolución de ese

conflicto queda remitida desde ese momento a ajustes cons

titucionales sucesivos, a cambios constituyentes constantes.

Es el modelo constitucional francés, correlativo a su jacobi

n ismo dogmático que consagra la soberan ía abso lu ta de la s

en la obra colec t iva

  Government under law. A conference held at Har

vard Law School on the occasion o f the bicentennial of John Marshall,

Cam br idg e , Mass . , 1956, p . 31) . En un hom ena j e a l p ropi o  FRANKFURTI:R,

u n s e n a d o r n o t ó c e r t e r a m e n t e : « E l c o n t r o l j u d i c i a l n o s e r á t o l e r a d o , a

menos que pueda jus t i f ica r se como una necesa r ia pur i f icac ión y re f ina

miento de la voluntad de l pueblo , y e s to no se rá a s í a menos que e l

r a z o n a m i e n t o j u d i c i a l r e f l e j e u n c o n j u n t o d e v a l o r e s i m p e r s o n a l e s y

obje t ivos» (c i t . en  CHASE  y  DUCAT:

  Constitutional interpretation,

  cit. , pá

gina 10). Sob re e s to ú l t imo ,

  vid.

  e l t r aba jo c lá s ico de Herbe r t

  WF.CIISLKR:

« T o w a r d n e u t r a l p r i n c i p i e s o f C o n s t i t u t i o n a l L a w » , e n

  Harvard Law

Review,

  1959, pp . 10 y ss . , ya c i t . en una ree dic ión más rec iente , t r ab a jo

que ha e je rc ido una gran inf luenc ia en la doc tr ina ;

  vid. infra

  en e l texto ,

también sobre e l tema .

Tribuna l Supremo; como ha no tado

  S C H W A R T Z ,

  esa notable

experiencia es una ilustración perfecta de «la dualidad propia

de todo s is tema ju r íd ico : e l Derecho debe se r e s tab le , pe ro

no puede , s in embargo , pe rmanecer es tá t ico»

  134

; es la formi

dable obra del Tribunal Supremo, s in el cual ni una cosa ni

o tra hubiesen s ido pos ib les .

No podría dec irse s in fa l ta r g ravemente a la ve rdad que

esa función capital la cumple el Tribunal Constitucional s im

p lemen te "cómo órgano po l í tfcp de s imple a rb i t ra je p ragm á-

JtifiQ.  « O u e e l T r i b u n a l S u p r e m o [ a m p r i r g n ^  pin   s i y f n n r i r m d e

Trib unal CóTistifucioñáTI'Tüega ' un pa pel político — que se

hace una po l í t ica ba jo la doc tr ina de la

  judicial review

— es

I tota lm en te oFvió~rque" est á vincuTádo_rx>rel tíerecíía.es.igual-

I me n te

  o^^j¡?fKcu^Q^Tá

  que Cümprend^ ja au tod isc ip l ina

j i de l método ju r íd ico» , ha no tado ce r te ramex^fia^x j

3 5

. Lo que

I la experiencia de la justicia constitucional ha revelado es , jus-

 tam ente , la apar ic ión de un re ino nuevo donde ex tender e l

imperio de l Derecho , un re ino has ta en tonces de jado a l ca

pricho y al arbitrio de los políticos, e l reino de la Constitu

ción, concebida no como una s imple decis ión existencial, con

sumada en un momento ún ico y remit ida en su suer te a todos

los avatares y las pasiones de la lucha política ulterior, s ino

como una norma ju r íd ica e fec t iva , que a r t icu la de manera

estable los elementos básicos del orden político y social y que

es capaz de func ionar normat ivamente como c lave de bóveda

de l s is tema ju r íd ico en te ro . E l s is tema de la jus t ic ia cons t i tu

c iona l ha conquis tado , pues , nuevas t ie rras a l imperio de l

134

  B .  SCHWARTZ:

  Le Droit aux Etats Unis,

  c i t . , p . 208, y añad e : «En

s u s g r a n d e s l í n e a s , n u e s t r o s i s t e m a c o n s t i t u c i o n a l h a p e r m a n e c i d o ' e l

m i s m o q u e e n s u o r i g e n , y l a e s t r u c t u r a d e n u e s t r a s i n s t i t u c i o n e s h a

h e c h o l a p r u e b a d e u n a c o n t i n u i d a d c o m p l e t a m e n t e e x c e p c i o n a l e n u n

m u n d o e n e v o l u c i ó n c o n s t a n t e . S i n e m b a r g o , e s t e s i s t e m a n o h a p e r m a

n e c i d o v i a b l e m á s q u e p o r q u e h a s a b i d o a d a p t a r s e c o n t i n u a m e n t e a l a

evoluc ión de la s neces idades durante dos s ig los .»

135

  A. Cox:

  The role of the Supreme Court in American Government,

cit. , p. 99.

Page 94: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 94/132

190

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

cons t i tuc iona l , inmune al poder leg isla t ivo ord in ar io , doc tr ina

v ir tua lmente genera l ,  con la  única excepción re levan te (hoy

ya p in toresca , como tan tos o tros t rad ic iona l ismos ing leses ) de

In g la t e r ra .  El Tribuna l Cons t i tuc iona l  es j u s t a m e n t e  el  guar

dián  de esa rigidez;  la Asamblea podr á p rom over ,  en t a n to la

Cons t i tuc ión  la  hab i l i te pa ra e l lo ,  la  rev is ión cons t i tuc iona l ,

pe ro deberá hacer lo como ta l , con observanc ia de los procedi

V. RESPUESTA

  A

 LAS O BJECIONES

  191

desde las posiciones individuales del conjunto  de c iudadanos ,

ev i tando  su  alienación  en  supues tos va lores t ransper sona les

que ins t rumenta l izan como s imples subdi tos  a  dichos ciuda

danos .

  Cada  vez es  más c la ro  que es ta pe rspec t iva  de las li

b e r t a d e s  y  de rechos fundamenta les  no cubre só lo  la  lis ta tra

dicional  de los de rech os po l í t icos o activae civitatis,  s ino que

matiza dec is ivamente  el c o n ju n to  de los de rechos fundamen

Page 95: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 95/132

mie n to s ,  quorum  y  even tua les re frendos po pula res  que la

Cons t i tuc ión haya d ispues to , razón por

  la

 cua l

 no

 será válida

una Ley ord inar ia que in ten te a l te ra r  la  Cons t i tuc ión  (o que

la con trad iga ,  lo cua l es lo  mismo) fue ra  de esos cauces .

Pero hay aún o tro mat iz importan te  en el a rgum ento «con-

t r a ma y o r i t a r io » , y es el t e m a  de la  l ibe r tad . La l ibe r tad y los

derechos fundamenta les in ten tan de f in ir  un  l ímite  al  poder ,

p o r  de p ro n to , y en es te sen t ido consagran  un v e rd a d e ro

 ius

resistendi.  Si la Cons t i tuc ión  los consagra ,  es  obvio que una

mayoría pa r lamenta r ia ocas iona l que los desconozca o  lo s in

frinja, lejos  de  es ta r leg i t imada p ara e l lo  por el  a rg u me n to

mayori ta r io , e s ta rá reve lando  su a b u s o  de p o d e r ,  su  posible

in t e n to

  de

  pos trac ión

  o de

  exclusión

  de la

  min o r í a .

  La

  fun

c ión pro tec tora de l Tribuna l Cons t i tuc iona l f ren te  a  este abu

so,

  a n u la n d o  los ac tos leg isla t ivos a ten ta to r ios  de la  l ibe r tad

de todos o de a lgunos c iudadanos , es el ún ico ins t r ume nto e fi -

vaz frente  a ese a t e n ta d o ;  no hay a l te rna t iva pos ib le  si se

pre tende una ga ran t ía e fec t iva  de la liber tad, q ue haga d e ella

a lgo más que s imple re tó r ica de l documento cons t i tuc iona l . La

l ibe r tad , dec ía  R. M.  JACKSON

  139

, y es un ase r to  de común ex

per ienc ia ,  «no es un  p ro d u c to e s p o n tá n e o  de la  regla  de la

mayoría , ni un  inev i tab le subproduc to  de la expansió n tecno

lógica. Sólo puede alcanzarse por el imp erio del Derecho» .

Pero hay aún  un  segundo sen t ido  del concep to técn ico de

l ibe r tades  y  de rechos fundamenta les  en q ue  la pos ib i l idad de

su desconoc imien to  por decis iones  de las mayor ías pa r lamen

ta r ias es aún más de l icada ,  el  sen t ido  no de una s imple p re

tens ión de abs tenc ión y de respe to por e l Es tado de un ámb ito

persona l de l ib re de te rm inac ión , s ino de la p re tens ión  de pa r

t ic ipa r ac t ivamente  en el  gobierno colectivo, de dom inar és te

139

 R. M.  JACKSON:  The

  Supreme Court

  in the

  American System

  of

Government,

  Cam br idg e , Mass . , 1955,

  p. 76.

ta les  en su c o n ju n to

  14

°,  como tendremos luego ocas ión  de ex

poner . Pues b ien , toda

  la

 s ignificación

  de

 es te sen t ido

 de los

derechos fundamenta les es tá  en  d ir ig i rse de recha ment e con

t ra pos ib les abusos mayori ta r ios . De nuevo ún icamente un Tri

bunal Constitucional podrá ofrecer garantías eficaces frente

al riesgo notorio de un ap las tam ien to de la s minorías y de una

des trucc ión  de es tos de rechos ,  en los que rad ica  la  posibili

d a d mis ma  de la  democrac ia .

Algo análogo puede decirse  de la  responsab i l idad  del Tri

buna l Cons t i tuc iona l pa ra d ir imir confl ic tos en tre en tes u ór

ganos constitucionales; sólo  el  Tribuna l e s tá  en  condiciones

de impedir  las invas iones  de unos sobre  las competenc ias de

los o tros ,

  de

 a s e g u ra r

  con

 ob je t iv idad

  el

  ma n te n imie n to

 del

equi l ib r io  que la  Cons t i tuc ión  ha  e r ig ido como  una de sus

cons trucc iones p r inc ipa les (p iénsese  en  nues tr o s is tema  de

au tonomías te rr i to r ia les ,  o en el  repa r to func iona l en tre los

dis t in tos poderes  del Es tado ) . También aqu í , f ren te  a la ac

tualización  de los p re c e p to s  de la  Cons t i tuc ión  que corres

p o n d e  al  T r ib u n a l ,  a  t ravés  del  r igor  de la  razón ju r íd ica ,

nada puede s ignificar  el a rgum ento mecánico de que las Asam

bleas  se  benefician  del p r inc ip io represen ta t ivo popula r , ya

qu e  tal beneficio  no las hab i l i ta pa ra ro mp er  los l ímites que

la Cons t i tuc ión  ha as ignado a sus p o d e re s  de man era de l ibe

ra d a c o mo b a s e mis ma  del s is tem a político .

De es te modo,

 y

  sobre esas bases , puede

  y

  debe hab la rse

de l ca rác te r e s t r ic tamente democrá t ico

  de la

  ju r isd icc ión

cons t i tuc iona l , como des tacó ,

  en la

  línea originaria

  de

  MAR

S H

  ALL, un

 conoc ido t r aba jo

  de

 E. V .

  ROSTOW

  141

,

 ya

 clásico.

  ,

140

  Cfr. E.

  GARCÍA

  DE

  E N T E R R Í A

  y T. R.

  F E R N A N D E Z :  Curso de Derecho

administrativo,

  II,  c i t . , pp .  56 y ss.

141

 E. V.

 ROSTOW:

  « T h e d e m o c r a t i c c h a r a c t e r  of  judic ia l r eview», en

Harvard

  Law

  Review,

  193

  (1952) , r ep rod uc i do

  en su

  i m p o r t a n t e l i b r o

The sovereign prerrogative:

  The

  Supreme Court

  and the

  quest

  for Law,

Y a l e U n i v e r s i t y P r e s s ,  New  Haven, 1962.

192

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

4.

  Y , par a conclui r , un úl t imo y capi ta l argum ento en fa

vor de la jus t ic ia const i tuc ional . Es ta se ha revelado ser un

formidable ins t rumento de in tegración pol í t ica y socia l de la

sociedad a la que s i rve . En todos los países donde e l Tr ibu

nal funciona, ese efecto ha s ido inmedia tamente notado y des

tacado por la doct r ina .  R O S T O W  notó , con una f rase cé lebre ,

V. RESPUESTA A LAS OBJECION ES

193

al ternat ivo de a jus tes const i tuc ionales per iódicos y suces ivos

s iempre discut idos y s iempre en t rance de revis iones ul ter io

res ante la insa t i s facción que e l régimen exis tente en cada

momento produce a sectores enteros de la población y a sus

respect ivas fuerzas pol í t icas , que se s ienten ext raños a l mis

mo ,  no in tegrados en é l .

Page 96: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 96/132

que «la discus ión de los problemas y la declaración de am

pl ios pr incipios por los Tr ibunales es un e lemento vi ta l en

la exper iencia de la comunidad a t ravés del cual la pol í t ica

amer icana se hace/ El Tr ibunal Supremo amer icano es , ent re

ot ras cosas , un organismo educat ivo y los jueces son, inevi ta

blemente , maest ros de un seminar io nacional de vida»   }

42

.  E l

concep to

  a vital national seminar

  ha s i do desa r ro l l ado ' l uego

por un l ibro de es te t í tu lo , e l de Richard   FUNSTON

  143

, y comen

tado y jus t i f icado c ien veces .  BICKEL  notó también, s iguiendo

a

  BLACK,

  que el Tribunal realiza no sólo una función de con

t rol , s ino también una función legi t imadora , a la que   BICKEL

l lama «la función mística», como ya notamos al comienzo de

es te t rabajo

  m

,

  función que es un inevitable (aun si no deli

berado) subproducto del poder de cont rol .

En la anécdota con que es tos dos úl t imos autores i lus t ran

su tes is , la del in te lec tual f rancés que a l desembarcar en e l

puer to de Nueva York respi raba «el dulce a i re de la legi t imi

dad» (que e l los in terpre tan que era e l aroma del Tr ibunal

Supremo) , se nos aparece e l cont ras te que ya hemos avanza

do :  f rente a l s i s tema ame r icano , de hacer c onsta ntem ente

opera t iva una Const i tución inmutable y capaz de dar cabida

a las aspi rac iones cambiantes de todos los grupos y de todas

las épocas , genera l izando as í su aceptación por todos , como

un factor capital de integración de la vida polít ica y social,

cuyas bases esencia les no son contes tadas , antes b ien acepta

das (y es to es jus tamente la legi t imidad)

14 5

, el sistema francés

142

 E. V.  ROSTOW:  Th e sovereign  prerrogativa,  cit., pp. 167-8.

141

 R.  FUNSTON:

  A vital national

 seminar.

 The Suprema Court in ame-

rican political Life,

 Palo Alto, 1978.

144

 Cfr.

  Supra

 § I, notas 16 y 17.

145

  «La legitimidad, que es la estabilidad de un buen Gobierno a lo

largo del tiempo, es el fruto del consentimiento a acciones específicas o

a la autoridad de actuar; el consentimiento al ejercicio de la autoridad,

se apruebe o no en cada instante, de una población lo más unificada

posible, y, más importante, de una mayoría siempre presente»

  (BICKEL:

The least dangerous branch,

 p. 30). Análogamente:  BLACK:

  The people

and the Court,

  pp. 56 y ss.: «The legitimation work of judicial review

El Tr ibunal Supremo, a l colocar la Const i tución sobre los

intereses ocas ionales

  ¿¿LJOS^

  grupos" polít ic os, al hac er de la

misma e l té rmino común de^refgrencia para toaos los grupos

T_ lodos l o s c i udadanos , a l a^ seyura r s i i ^ ecüv idad com o l a

no jm a^ upe r i . o r_sob re

  la,,

  que _tqda la v ida colect iva descansa ,

espl ín órgano especia lmente apto para «generar consenso»

  146

,

de ta l modo que con tod a jus teza na ' deTléci rse qu e para los

americanos «el símbolo de la rjñrinnaliria4rdf

>

  ln cont inuidad,

de la unidad y del proyecto común es , evidentemente , la Cons

t i tuc ión, s in par t icular referencia a lo que exactamente s ig

nifica en esta o en aquella aplicación. La util idad de tal sím

bolo es un lugar común. Ingla ter ra (y quizá la Common-

vveal th) es la demost rac ión his tór ica más poderosa de la ef i

cacia de un s ímbolo, concre tado en la persona de quien os

tenta la Corona. El pres idente en nues t ro s i s tema s i rve en

algún sent ido esa función, pero sólo muy marginalmente , por

que la personi f icación de la unidad debe es tar por encima de

las bata l las pol í t icas y ningún pres idente puede cumpl i r su

of ic io permaneciendo por encima de la bata l la . Los pres iden

tes han s ido por neces idad hombres del poder y por e l lo han

tenido que dejar en una larga medida a l Tr ibunal Supremo

concretar e l s ímbolo de la Const i tución. . . El Tr ibunal no hu

biese s ido capaz de jugar ese papel s in su poder de

  judicial

review...

  Pues di fíc i lmente podr ía personi f icar a la Const i tu

c ión s i no tuviese f inalmente la autor idad de hablar en nom

bre de ella»

  ,47

.

t h r o u g h H i s t o r y » , f u n c i ó n l e g i t i m a d o r a q u e e s t i m a « d e u n a i n m e n s a

—quizá v i ta l— impor tancia par a la nación» (p . 66) ; l a obra de hacer de

l o s E s t a d o s U n i d o s u n a n a c i ó n h a s i d o , d i c e , e n u n a g r a n m e d i d a

  a judi

cial work,  una obra jud ic ia l ( p . 92 ) .

146

  BICKEL , p . 3 0 .

147

  BICKEL,  pp . 30-1. Las r ef er en cias sob re e l T r ib una l c om o  national

conscience for the American people,  c o m o  educator of publie opinión,

c o m o

  leader

  p a r a l a r e s o l u c i ó n d e l o s p r o b l e m a s s o c ia l e s t o r m e n t o s o s

d e l a s o c i e d a d a m e r i c a n a , c o m o  educational body,  p o d r í a n m u l t i p l i c a r s e

h a s t a e l i n f i n i t o ; e s , p a r a t o d o s l o s o b s e r v a d o r e s , d e s d e

  TOCQUEVILLE

  a la

f e c h a , u n l u g a r c o m ú n , p o r o t r a p a r t e c a d a v e z m á s c i e r t o .

Page 97: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 97/132

196 EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

ti_tucional retiene y  ac tual iza toda  su v i r t ua l i dad  y  eficacia

15 8

.

A unque no  se a la  panacea abso lu t a , po rqué es ley h u m a n a que

no exis tan panaceas , es el más  eficaz  de los  i n s t r u m e n t o s  de

in tegración pol í t ica

  y

  social

  que las

  sociedades avanzadas

 co

nocen, según  es  exper iencia común.

Page 98: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 98/132

158

 H.  BALL:

  Judicial craftsmanship

  or

  fiat? Direct overturn

  by the

United States Supreme Court,  W e s t p o r t , C o n n e c t i c u t ,

  1978, p. 142.

VI.

  La

  p o s ic ió n ju r íd ica

  del

  T rib u n a l C o n st i tu c io n a l

c o m o c o m i s i o n a d o  del  p o d er co n s t i tu y en te p a ra  la

d efen sa

  de la

  C o n st i tu c ió n ; ó rg a n o co n s t i tu c io n a l

  y

n o so b era n o ;

 la

 libertad

 del

 p o d er co n s t i tu y en te p a ra

rev isar  las  in terp re ta c io n es co n s t i tu c io n a les  del  Tri

b u n a l

  y el

  a s e n t i m i e n t o

  del

  p u eb lo co m o ú l t im a

fu en te

  de

  leg i t im id a d

  de

  éste .

¿H ay  que  conclui r entonces  que al  sob repone r se en sus de

cis iones

  a

  t odos

  los

  ó rganos cons t i t uc iona l e s

  y al

  pod er f i jar

f inalmente  el  pape l  y el  á m b i t o  de  desenvolvimiento  de  cada

u n o

 de

 ellos

 es

  ent re todos es tos órganos

 el

  Tr ibunal Const i tu

c ional

  el

  supe r io r ,

  del que, por

  tanto , podr ía deci rse

  que re

t iene  la  no t a  de la  sobe ran í a? A unque a lguna vez se ha  habla

do  en  e sos t é rm inos

  159

, n a d a l ñ e n o s ^ c i e r t o .  El  Tribunal Co'ns-

t i t uc iona l

  es

u n

^ 2 ^ ] ^ t ' ^

  neutre.  que se

  l imi ta

  a

  sos t ene r

  la

efectividad de.l"stema •CjQn.gtitucional.

160

, pero  que en  m o d o

alguno  le  conf igura  y,  m e n o s

  c>,<m

, ^mp^fí .S

11 nan

¡l j¡j°-  Es en

la facul tad

  de

 aco rda r e s t e cam bio donde j u s t a m en te

  hay que

v

gxUailota¿g Ja^Q^ejrajT^ia^To^aiie constituye el  l ím j j ^ in f r an

queable  de la  ju sti cia c on sti tuc ion al. ÉsJta_jao_iSIo_Jio_43iiede

im ped i r

  la

  revis ión '¿te

  fa

  (^onsTTfiíción^ sjqQL.que,. justamente,

com o ya  hem os no t ado  más  a t rás , v iene  a  ga r an t i za r  que esa

E n

  la

  c r í t i c a

  al

  a c t i v i s m o j u d i c i a l

  que más

  a t r á s h e m o s v i s t o

 IV, 2 y 4),

  e s t a c a l i fi c a c i ó n s u r g e f r e c u e n t e m e n t e c o m o

  un

  r e p r o c h e

g r a v e .  En  s e n t i d o  no  t é c n i c o ,  y  u s a n d o  un  c o n c e p t o  del  j u e z  HOLMES

( q u e h a b l a

  de que

  « l o s j u e c e s e s t á n l l a m a d o s

  a

  e j e r c e r

  la

  p r e r r o g a t i v a

s o b e r a n a  de  e leg i r»  el  c r i t e r i o  de  r e s o l u c i ó n  del c o n f l i c t o ,  sin que  s i r v a n

p a r a e l l o  la  lóg ica  u  o t r o s i n s t r u m e n t o s  de  s u p u e s t a c e r t i d u m b r e ) ,  él

l i b r o

  ya

  c i t a d o

  de

  E u g e n e

  V.  ROSTOW:

  The  sovereign prerrogative.  The

Supreme Court

  and the

  quest

  for Law,  1962, hace  del  t é r m i n o « s o b e r a n o »

u n a l í n e a a r g u m e n t a l .

160

  D O L Z E R :  Die staatstheoretische,  cit ., p . 30. K.  D O E H R I N G :  «Der

" p o u v o i r n e u t r e "  und das  G r u n d g e s e t z » ,  en  Der  Staat,  t o m o  3  (1964),

p á g i n a s

  213, 216, 218. G.  ROELLECKE,  en la

  o b r a c o l e c t i v a  Bundesverfas-

sungsgericht, Gesetzgebund

  und

  politische Führung,

  1981, p . 34.

198

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

revis ión tenga  que  hace r se  por los cauces que las J;écnicas de

rigidez constituciorTáT"lenre15eTv'ar~

E n  la  ar t iculación e nt re jus t ic ia cons t i tuc ional  y  revis ión

cons t i t uc iona l

  se

  hace pa t en t e ,

  en

 efecto ,

  la

  posic ión jur íd i

ca úl t ima  del Tr ibu nal . E s te def iende  la  Const i tución,  es su

verdadera «corporeización», tanto para

  su

 ga r an t í a

  y

  protec

V I.   POSICIÓN JURÍ DICA

199

sino  la  Const i tución»

  165

. Pero  ese equívoco  se  n u t r e  aún de

o t r a apa ren t e e spec i a l i dad

  de

  func ionam ien to

  y es que el

Tribunal Const i tucional es tá sólo vinculado como parámetro

de  sus decis iones  por la  Const i tución (como precisa  hoy el

ar t ículo  1.° de  nues t r a  Ley Orgánica  del Tr ibu nal Const i tu

c ional ) , p or exigencia es t r ic ta  de la función especia l  que se le

as igna;

  en tal

  s en t i do ,

  «el

 e l em en to de t e rm ina n t e

  de su ju

Page 99: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 99/132

ción como para  su  de sa r ro l l o  y  adap t ac ión  a lo  largo del

| t i empo

  161

.

 Es,

 en

 es te sent j jjn , im-yp rr fa /^m comis ionar lo

 ¿el

1 pode r cons t i t uyen t e pa r a , e l _ sos t en im ien to de_su ob ra d l a

i Const i tución, y p a r a  que  m an tenga  a  t odos  los pod eres cons-

I t i tuc ionales

  en su

  ca l idad es t r ic ta

  de

  pode re s cons t i t u idos ;

I es así el  ve rdade ro

  Hüter

  der

 Verfassung,

  gl  defensor  de la

i

  Const i tución

16 2

  >U42fír_-tan.to^  su  i n t é rp r e t e sup rem o , com o

f .dice

  el

  ar t ículo

  1.° de

  n u e s t r a

  Ley

  Orgánica

  del

  Tr ibuna l

Const i tucional ,  el  único órgano c onst i tuc ion al reduc ido sólo

a esa función,  a la que  pa r ece  por e l lo t ras lad arse  la  super io

r i dad  de la Const i tución mism a.

Como  ha  s eña l ado ce r t e r am en te  Q U A R I T S C H

  163

, «el Tr ibu

nal Const i tucional

  es un

  ó rgano

  de

  especia l i s tas es tablecido

p or

  el

  pueb lo sobe rano p a r a con t ro l a r

  a los

  genera l i s tas

 de

los o t ros órganos es tablecidos  la obse rvanc i a  del ám bi to ge

ne ra l  de  ac tuac ión  que la  Const i tución  les as igna,  una  idea

en  la que ya  fundó  su  com pe tenc i a  de  con t ro l  la

  Supreme

Court

  en

  Marbury

  v.

  Madison».

S o b r e  esa  especia l idad

  de

 función e s tá basad o

 el

 equívoco,

tantas veces repet ido, según  el  cual  el  Tr ibun al , como intér

p r e t e sup rem o y, por t an to , sup ues t am en te  no con t ro l ado , de

la Const i tución ser ía

  la

  Cons ti t uc ión m i sm a ,

  una

 idea exten

dida especia lmente

  en

  N or t eam ér i ca

1 64

. Como notó

  FRANCK-

FURTER,  «el

 pueb lo

  ha

  s i do enseñado

  a

  c r ee r

  que

 cuando

 el

Tr ibuna l Suprem o hab l a  no son los  jueces qu ienes hablan ,

161

 K.

  STERN,

 II, p. 950:

 Verkórperung  de r Verfassung im Sinne ihrer

Entfaltung

  und

  Bewahrung.

162

  C o n c e p t o d e s a r r o l l a d o  por C.

  SCHMITT,

  a u n q u e  en  s e n t i d o c r í t i c o ,

c o m o  ya  v i m o s  má s  a t r á s , p e r o  que es un  c o n c e p t o p l e n a m e n t e a c t u a l

p a r a  la  d o c t ri n a a l e m a n a  a la  h o r a  de  d e f i n i r  la  s i t u a c i ó n j u r í d i c a del

T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l .  Cfr., por t o d o s ,

  STERN,

  II, pp. 952 y ss.

163

 H. QUARITSCH:  « D e r f o r t s c h r e i t e n d e V e r f a s s u n g s t a a t » ,  en la  r e v i s t a

Der Staat,  1978, p .  428.

164

  « T h e S u p r e m e C o u r t  is the  C o n s t i t u t i o n » :

  OGG

  y

  RAY:

  American

Government,

  New

  Y o r k ,

  1948, p . 544.

r i sdicc ión  no es un

  pouvoir constitué,

  sino  el  pode r const i

t uyen t e

  del

  p u e b l o »

m

,

  del que se nos

  p r e sen t a

  así

  com o

comisionado di rec to .

Pero  esa cual idad  es j u s t a m e n t e  la  p rop i a  de los  órganos

const i tuc ionales

  en

  es t r ic to sent ido,

  la de su

  creación inme

dia ta  por la  Const i tución  y, por  t an to ,  la de  e n c o n t r a r  en

és ta (es to  es, en la obje t iv ización  de la voluntad const i tuyen

te )  sus  funciones

  y su

 pau t a no rm a t iva ,

  sin

 per juic io

  de

 o t r a s

no t a s aho ra m enos i n t e r e san t e s :  la  i ndependenc i a  de  ot ros

ó rganos ,  el  ca r ác t e r con f igu rador  del Es t ado conc re to cons

t i tu ido,  su  indefect ib i l idad den t ro  de ese  Es t ado

16 7

.  Que el

Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  es un  ó rgano  de esa especie supre

m a ,

  que son los que

 cons t i t uyen

  en

  rea l idad

  al

  E s t a d o

  y

sa lvagua rdan  su  un idad  y que, por tanto , par t ic ipa como los

d e m á s  de ese r ango  de las com pe tenc i a s  de sobe ran í a  que la

Const i tución

  les

  t r a s l ada d i r ec t am en te , adm i t e pocas d udas .

De  ahí pod r ía infer i rse , y no ha de j ado  de hace r se  en oca

s iones ,  que el  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l h ab r í a  de  considerar

se como

  un

  ve rdade ro «cua r to pode r» , m a t e r i a lm en te j u r i s

dicc ional , pero dis t in to  del  pod er jud ic ia l es t r ic to

1 68

, como

165

  Apud

  BF.RGP.R:

  Government

  by

  judiciary,  cit., p . 292,  n o t a .

"*  K.  S T E R N ,  II , p . 954.

167

 Cfr.,

 con

 más

  r e f e r e n c i a s , s o b r e

  el

 c o n c e p t o

  de

 ó r g a n o c o n s t i t u c i o na l

  y su

  a p l i c a c i ó n

  al

  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l ,

  STERN,  II , p p . 342 y ss.

S o b r e e s a s o t r a s n o t a s  se  c o n s t r u y e  la  d i f e r e n c i a e n t r e ó r g a n o s c o n s t i

t u c i o n a l e s e s t r i c t o s  y  « ó r g a n o s  de  r e l e v a n c i a c o n s t i t u c i o n a l » ( é s t a  ya es

t e r m i n o l o g í a i t a l i a n a ) .  Cfr. M.

  ANGELICI:  La

  giustizia costituzionale,  I,

M i l a n o ,  1974, pp. 172 y ss. SANDULLI:  «Su l la pos iz ione del la Cor te Cos t i tu

z ionale  nel s i s t e m a d e g l i o r g a n i s u p r e m i d e l l o S t a t o » ,  en Rivista trimes-

irale

  di

  Diritio Pubblico,  1960, pp. 718 y ss.

 BARILE:

  «La  C o r t e c o s t i t u z i o

n a l e c o m o ó r g a n o s o v r a n o ; i m p l i c a z i o n i p r a t i c h e » ,

  en

  Giurisprudenza

Costituzionale,  1957. Ú lt imament e, M.  GARCÍA PELAYO:  «El "status" del

T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l » , en Revista Española

  de

 Derecho Constitucional,

1,

  1981,  pp. 11 y ss.

168

  E s t e t e m a  ha  s i d o e s p e c i a l m e n t e d e b a t i d o  en  A l e m a n i a , d e s d e  el

m o m e n t o m i s m o  de los  t r a b a j o s c o n s t i t u y e n t e s  (en los que se  decid ió

f i n a l m e n t e   la  i n c l u s i ó n  del T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l e n t r e  el  P o d e r j u d i -

2 EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

nues t r a Cons t i t uc ión ,

  por los

  dem ás , pa r ece acep t a r

  al re

gular  al  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  en un  t í tu lo dis t in to , el IX,

de l

  que

  dedica

  al

  Poder judic ia l ( t í tu lo

  VI), de

  cuya organi

zación es tá to ta lmente exento  y al que, en  ú l t im o ex t r em o ,

fiscaliza (arts.  44, 59-3 y 73 de la Ley  Orgánica  del  Tr ibuna l

Const i tucional ) .  Se  de s t aca  de una  m ane ra convenc iona l  la

«independencia»  de los  órgan os const i tuc ionales super iores ,

VI.

  POSICIÓ N JURÍDICA

  201

i ap.arez.oa_en  SIL J o r n i a  de  « no d er c ^ s f ^ t ^ e n t ^ ^ ^ n s í ^ ^ d o »

| o  dg  reforma, cons- t iü i r ionaL emcuanto  la  Const i tución regu

le   sus  fo rm as  de  em anac ión , r e spec to  a la  obse rvanc i a  de

es tas formas , para evi tar

  que sin

  ellas

 el

  legis la t ivo ordinar io

U nueda usu rpa r . , pode r cons t i t uyen t e )  y, por  o t r a pa r t e ,  que

/li',  el

  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l e s t á e s t r i c t am en te som e t ido

  a di-

c

Page 100: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 100/132

su ausencia

  de

  sumis ión respecto

  de

  o t ro s ó rganos ,

  la

  l iber

t ad

 de su

  organización

  y aun de su

  p roced im ien to , sub rayada

ya

  por  GIERKE

  169

, pero

  no

  pa r ece

  que la

  conclus ión pueda

l legar  más  allá  e  i n se r t a r s e  en la  t em á t i ca p rop i a  de la  divi

sión  de los  pode re s ,  que  obedece  a  r azones com ple t am en te

di ferentes . Nuest ra Const i tución  —y  e s t i m a m o s  que  justifi

cadam en te—   ha  c r e ído opor tuno s i ngu l a ri za r o rgán i cam en te

al Tr ibunal Const i tucional  del  Poder Judic ia l  en  s en t i do es

t r ic to  y  o rd ina r i o , s epa rándose  con  ello  de los  p r eceden t e s

am er i cano

  y

  a l em án ( aunque

  ha de

  no t a r se

  que en

  es tos

s i s t em as  la  s ingular idad  de  func ionam ien to  y de  organiza

ción

  del

  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l

  es

  completa) para segui r

aqu í j il  m ode lo aus t r í a co  y hoy  i t a l i ano . ^ N o__puedehabe r

11 así  com o  su  r e g u l a c i ó n e s p e H n c a g x p r e s a n  la  voluntad cons-

tj j i iygnte

  de

  reduci r _su papel

  a una

  función m ater ia lmen te

;, jurisdiccional  y  Oflu-política,  en el  sent ido  de una  función

t v inculada  a la  i n t e rp r e t ac ión  y  apl icación  de una  no rm a p r e

via,  la  Cons t i t uc ión m i sm a

  17

°.

D onde ún i cam en te r ad i ca

  la

  sobe ran í a ,

  en su

  sentido clá

sico  de  poder l ibre , radical  e  i ncond i c ionado  (no en el  par

cial  de  pode re s conc re tos d i s t r i bu idos  a los  órganos super io

re s  por la  Const i tución) ,  es en el  poder const i tuyente mis

m o

 m

, al

  cual

  es más que

  evidente

  que el

  Tr ibunal Const i

tucional

  no

  puede con t ro l a r ,

  por una

  par t e (sa lvo cu ando

cia l ) has ta  hoy, ya en un  p l a n o a b s t r a c t o .  Cfr.

  LAUFER:

  Verfassungsge-

richtsbarkeit,

  cit., pp . 293 y ss. K.  STERN,  II, pp. 330 y ss. La

  c u e s t i ó n

es tá l igada  a la  c o n c e p c i ó n k e l s e n i a n a  de la  j u s t i c i a c o n s t i t u c i o n a l c o m o

leg is lac ión negat iva ,  que aún  c u e n t a  con  a p o y o s s e r i o s  (cfr.  STERN,  II,

p á g i n a s

  949 y ss.), y al

  t e m a

  de la

  c u a l i d a d

  del

  T r i b u n a l c o m o ó r g a n o

c o n s t i t u c i o n a l .

  De un

  « c u a r t o p o d e r » ( a u n q u e n e u t r o ) h a b l a e x p r e s a

m e n t e  K.  DoEURiNG,  loe. cit.  en  n o t a  160

  supra.

w

'

  Referencias en

LAUFF.R,  op. c it.,

  pp. 303 y ss.

170

  Cfr. K.  S TI -RN,  II, p . 950.

171

 Cfr. K.  STI-RN,  I, p p. 118 y ss., y  a l l í , r ef er encias .

i / hQ poder. Este som_etimiento_jrK^^actúá..¿ólcTpoF  la  vía. nor-

1  n ai ae q ue  F r T

J

' " p o d e ^ r . o ñ s J j j f i i j e n í P ^ . - P

n

. C U f l pt n « r . o m p p t p n r i a

de"Tás competencias»  o  «poder dejk>s poderes»

 m

,

  según  la

expre'síva~TÓrmüla alemana, pueda alterar  las  com pe tenc i a s

de l T r ibuna l  e  incluso supr imir las todas ,  con el  p rop io  ór

gano, s ino también  en un  s en t i do  más  preciso , como l ími te

de

  la

  especí f ica potes tad in terpre ta t iva

  de la

  Const i tución

qu e  el  Tr ibunal t iene como propia . Es to  es  im por t an t e , po r

que del imi ta

  con

  exact i tud

  la

  re lac ión ent re

  el

  Tr ibuna l

  y

la Const i tución  y  p r ec i s a  su  función como es t r ic tame nte

apl ica t iva  de  ésta.

En efecto ,

  si en su

  función in terpre ta t iva

  de la

  Const i tu

ción

  el

  pueb lo , com o t i t u l a r

  del

  pode r const i tuy ente , enten

diese

  que el

  Tr ibunal había l legado

  a una

  conclus ión inacep

table  (o  p o r q u e  se  t r a t a se  de una  consecuencia impl íc i ta  en

la Const i tución

  de que el

  cons t i t uyen t e

  no

  hubies e ten ido

conciencia c lara  y que al  ser le expl ic i tada  no  adm i t e ,  o  bien

— hipó t e s i s  no  r echazab l e com o r ea l— porque en t end i e se que

la decisión  del  Tr ibunal excede  del  mar co co nst i tuc iona l ) ,

pod rá pone r  en  m ov im ien to  el  p o d e r  de  revis ión const i tuc io

na l

  y

  definir

  la

  nueva no rm a

  en el

  s en t i do

  que el

  const i tu

yente decida , según  su  l iber tad incondic io nada.

Es t e m ecan i sm o

  ha

  funcionado

  en

  A m ér i ca j u s t am en te

  en

es tos t é rm inos

  en

  cua t ro ocas iones ,

  en que se ha

  u s a d o

  el

amending power,  el  p o d e r  de  enm ienda  o de  revis ión cons

t i tuc ional , para «pasar  por  enc im a»

  (override)

  de  ot ras tan

tas sentencias  del  Tr ibuna l Suprem o

1 7 3

. C i e r t am en te  no son

172

  STERN,  I, p. 120:

  « d i e G e w a l t

  der

  G e w a l t e n » .

  La

  e x p r e s i ó n « c o m p e

t e n c i a s  de las  c o m p e t e n c i a s »

  (Kompetenz-Kompetenz)

  se  suele u t i l i zar

p a r a

  el

  t e m a

  de la

  d i s t r i b u c i ó n t e r r i t o r i a l

  del

  p o d e r :

  STERN,

  Ibídem,

  pá

g ina

 490.

173

 He  a q u í  los  c a s o s ,  que  t o m o  de  TRIBE:

  American Constitutional

Law,  pp. 50-1, y  E L Y :  Democracy,  p . 46:  E n m i e n d a  XI, de 1798, que

l i m i t ó

  la

  j u r i s d i c c i ó n

  de los

  T r i b u n a l e s F e d e r a l e s , c o n t r a

  la

  a m p l i a i n t e r

p r e t a c i ó n d a d a i n i c i a l m e n t e p or la  s e n t e n c i a

  Chisholm

  v.

 Georgia

  de 1793;

Page 101: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 101/132

2 4

EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

La lucidez, rara  vez d e s me n t id a ,  de

  TOCQUEVILLE

  lo  hab ía

visto  así en el  mo me n to mis mo  en que el  s is tema comenzaba

su func ionamien to

  en

  América .

  «El

  T r ib u n a l S u p re m o a me

r icano —dice— es tá s i tuado

  más

 alto

  que

 n ingún o tro Tribu

nal conocido, tanto  por la  na tura leza  de sus  de rechos como

po r  el  ca rác te r  de sus  jus t ic iab les» ,  y  es to has ta  tal  p u n to

que  «en las  ma n o s  de  s iete  [hoy nueve ] ju eces fe derales  re

V I.

  POSICIÓN JURÍDICA

2 5

t r a n q u i l a  y, sin  e mb a rg o , t o d a  la  soc iedad americana ,  con

escasas  y  localizadas excepciones, admitió  al  final  la  opor

tu n id a d

  de esa

  imp re s io n a n te r e fo rma ,

  su

  jus t ic ia in t r ín

seca,

  su

  exac ta adecuac ión

  a los

  va lores cons t i tuc iona les

s u p re mo s  de la  g ran Repúbl ica

  179

. Es un  e jemplo  de  sensi

b i l idad jud ic ia l excepc iona l  y de  gen ia l idad ju r íd ica .

Page 102: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 102/132

posan incesan temente  la paz, la  p ro s p e r id a d ,  la  exis tencia

mis ma

  de la

  Unión .

  Sin

 ellos

  la

  Cons t i tuc ión se r ía

  una

  obra

mu e r t a . . .  Su p o d e r  es  inmenso ; pe ro  es un  poder  de  opinión.

Son todopoderosos  en  tanto  que el  pueblo consienta  en  obe

decer  la ley; pe ro no pueden nada desde  el m o m e n t o  en que

la desprecie.  Sin  e mb a rg o ,  el  poder  de  opinión  es el más

difícil

  de

  utilizar.  Es a  m e n u d o  tan  pe l ig roso quedarse cor

to como excederse». Por ello, /«los juece s fed erales  no  deben

ser so lamente buenos c iudadanos , hombres ins t ru idos

  y

probos , cua l idades necesa r ias

  a

  todos

  los

  ma g i s t r a d o s .

  Es

necesa r io encontra r  en  e l los hombres  de  E s ta d o ;  es  necesa

ri o  que  sepan d isce rn ir  el  esp ír i tu  de su  t iempo, a fron ta r  los

obs tácu los  que p u e d a n  ser  vencidos, desviarse de la  corr ien

te cuando

  su

  imp u l s o a me n a c e a r ra s t r a r t a n to

  a

  ellos mis

mos como  a la  soberan ía  de la  Unión y a la  obed ienc ia de

bida  a las  l e y e s »

m

.  Dif íc i lmente pueden prec isa rse mejor ,

casi siglo  y  me d io  más  t a rd e ,  el  c a rá c te r  y las  condiciones

de  la  ju r isd icc ión cons t i tuc iona l .

La experiencia  del T r ib u n a l  WARREN  ha  s ido ,  en  este sen

t ido,

  decis iva. Pocas veces  se  habrá v is to  una  revolución

jur íd ica cumplida  con  tan ta reso luc ión  y con  tan ta cohe

renc ia ,  una  re forma po l í t ica  más  p rofunda  y  espec tacu la r

en   los punto s dec isivos  de la  in tegrac ión soc ia l y po l í t ica de

una soc iedad

  tan

  comple ja como

  la

  a m e r i c a n a

m

.

  Hubie ra

sido difícil

  que

 e x a c ta me n te

  ese

  p rog ram a hubiese podido

ser llevado adelante como

  el

  p r o g r a m a

  de un

  p a r t id o

  o de

un pres iden te ,  o  rea l izado  por una o  sucesivas legis laturas .

El Tribuna l  lo  hizo  en  me d io  de una  t o r m e n t a  de  críticas ,

de p re ju ic ios  y de  in te reses le s ionados ;  no fue una  ta rea

de nuestra tradición jurídica  y una de las  fuentes principales  de pres

tigio

 del

 Tribunal»,

 en Law

 and

  Polines

  in the

 Supreme Court,

  cit.,

 p.

  31.

177

 A.  DE  TOCQUEVILLE:  De la démocratie en Amérique,  ed. J. P.  MAYER,

cit., tomo I, pp. 1524.

171

 Cfr.  supra

  nota 104

 y

  texto correlativo.

Sobre e jemplos  de  es te tenor  se han h e c h o  su vía, y so

brev iven

  con

  buena sa lud ,

  los

  Tribuna les cons t i tuc iona les ,

los cuales fundan  su  leg i t imidad ú l t ima  (y e s t r i c t a me n te de

mocrá t ica , obv iamente ) «sobre  la  agudeza  de la  pe rcepc ión

de l Tribuna l respec to  a  esta especie  de  v o lu n ta d c o mú n  y

s o b re  la  hab i l idad ú l t ima  del  Tribuna l , expresando  esa  per

cepc ión para genera r  un  consenso»

  18

°.

P o rq u e ,  en  ú l t imo e x t re mo ,  el  éxito de la  ins t i tuc ión  ra

dica en la  au ten t ic idad  y el  r igor  de sus jueces .  TOCQUEVILLE

dijo  del T r ib u n a l a me r i c a n o  que si en a lgún m om ento l lega

se   a  c o mp o n e rs e  de  h o mb re s imp ru d e n te s  o  c o r ro mp id o s

la un ión americana  se  s u me rg i r í a  en la  a n a rq u ía  o en la

guerra c iv i l

18 1

.

  Ese es el

  ú l t imo l ímite

  de los

  in s t ru me n to s

jur íd icos .

179

 El Tribunal

  WARREN

  «ha tenido un enorme éxito, quizá el  éxito ma

yo r  de  toda  la  historia  del Tribunal»,  sin  duda porque  «ha  sido capaz

de traducir

  en

  mandatos constitucionales alguno

  de los

  ideales

  de la

Constitución que habían permanecido dormidos durante mucho tiempo»:

MILLER:  The Supreme Court. Myth  and reality,  cit., pp. 206

 y ss.

180

 A. Cox:  The role,  p. 118.

181

 TOCQUEVILLE:  De la  démocratie  en Am érique,  cit,, p.  154. No  sería

lo mismo, dice, si  fallasen  el  presidente o el Congreso.

w

I

1

VII.  La s igni f ica ción del Tribun al Con st i tucion al en las

c i r c uns t anc i as e s paño l as

Page 103: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 103/132

I

I

J

Puede ahora ser ú t i l cont ras tar esa funcional idad gene

ra l de l s i s tema de jus t ic ia const i tuc ional con las par t iculares

c i rcunstancias de nues t ro país .

Desde esa perspect iva , podemos af i rmar s in reservas que

el establecimiento de dicho sistema en la Constitución de 1978

se presenta con una especia l í s ima opor tunidad. Esta Const i

tución, por d i ferencia notable con todas las demás de nues t ra

his tor ia

18 2

, ha s ido una obra colect iva , f ru to del compro

miso ent re todas las fuerzas pol í t icas re levantes , de l con

senso, como ha venido a ca l i f icarse , no s in ac ier to , aceptada

vi r tualmente por todos los par t idos con representación par

lamentar ia y ra t i f icada por una aplas tante mayor ía del cuer

po e lec tora l . El Tr ibunal Const i tucional puede, con sus sen

tencias , cont r ibui r de manera decis iva a que ese consenso

inic ia l se reactual ice permanentemente , preservando a l texto

const i tuc ional de las in terpre tac iones y la ins t rumenta l iza-

c ión par t id is ta que puedan pre tender los d is t in tos Gobier

nos y cent ros de poder , manteniendo su supremacía efect iva

sobre las fuerzas pol í t icas y sus productos jur íd icos ocas io

nales , asegurando su papel como regla de juego obje t iva

para pres idi r la pugna y la ar t iculación de dichas fuerzas

y como es ta tuto supremo de nues t ra sociedad.

No es baladí es ta pos ibi l idad ni escasa la responsabi l idad

que e l Tr ibunal va a asumir ante nues t ro pueblo . En una

par te fundamenta l , la suer te de nues t ra Const i tución y la

posibilidad del arraigo definitivo de la democracia y de la

l iber tad en nues t ro suelo van a es tar en sus manos .

182

  Vid.  d a t o s e n

  MARTÍNEZ

  CUADRADO:  La Constitución española en la

historia del constitucionalismo español,  e n  La Constitución española

de 1978,

  dirigida

  p o r A. P REDIE RI y E. GARCÍA DE ENTE RRÍA, c i t ., p p . 2 4 y

s igu ien tes . Sobre e l va lo r po l í t i co y socia l de l compromiso , cf r . W. A .

J O E H R :  Der Kompromiss ais Problem der Gesellschafts-, Wirtschafts-

und Staatsethik,  T ü b i n g e n , 19 59 ; t a m b i é n E L Y :  Democracy,  pp . 63 y

s i g u i e n t e s , s o b r e e l v a l o r c o n s t i t u c i o n a l d e l c o n s e n s o .

Page 104: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 104/132

2 1 0

  EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de la Const i tución l levada a término por la jur i sprudencia

W A R R E N

18 5

:  ¿qué c r i t e r i o s puede usa r e l T r ibuna l pa r a una

innovación jur ídica tan t rascendenta l s in perder la legi t i

midad de su función?

2.  En un br i l lante y rec iente l ibro , e l profeso r de Har

vard, John H.

  ELY

  esquemat iza las d i ferentes respuestas a ese

VII I . LA CUESTIÓN DE LOS CRITE RIOS DE FONDO

  2 1 1

mos invi tan a mirar más a l lá de los l ími tes del documento,

has ta l legar a las c láusulas

  open-ended

  o ab i e r t a s

  189

, «un len

guaje capaz de crecimiento»

1 9 0

] .

E l no i n t e rp r e t a t i v i sm o co loca en p r im er t é rm ino com o

fuente de la decis ión del Tr ibunal Supremo, ya que no e l

texto l i te ra l de l documento const i tuc ional , los famosos «va

Page 105: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 105/132

prob l em a sob re una p r im era d i co tom ía : « in t e rp r e t a t i v i sm o»

y «no in terpre ta t iv ismo»

1 8 6

  (o l i te ra l i smo y no l i te ra l i smo) .

La tes is pr imera «indica que los jueces que deciden los casos

const i tuc ion ales deben conf inarse e l los mism os a e jecuta r

las normas que son manif ies tas o bien c laramente impl í

c i tas en la Const i tución escr i ta» . La segunda, por e l cont ra

rio,

  pre te nde que «los Tr ibu nales vayan más a l lá de ese

conjunto de referencias l i te ra les y que e jecuten normas que

no pueden s e r de scub i e r t a s den t ro de l o s cua t ro l i nde ros

del documento» const i tuc ional . Lo que, en úl t imo ext remo,

«dis t ingue a l in terpre ta t iv ismo de su cont rar io es su ins is

tencia en que la obra de las ramas pol í t icas (del Estado)

sólo puede ser inval idada de acuerdo con una deducción

cuyo punto de par t ida , cuya premisa fundamenta l es c lara

mente descubr ible en la Const i tución»

18 7

.

Ser ía apas ionante segui r por menudo toda la exposic ión

de es te l ibro , uno de los más br i l lantes y penet rantes que

pueden leerse hoy sobre e l tema en cualquier b ibl iograf ía .

ELY

  jus t i f ica fác i lmente «la imposibi l idad de un in terpre ta

t iv ismo vinculado a l texto»

  188

  y e l lo resu l ta fác i lm ente de

m os t r ab l e sob re l a j u r i sp rudenc i a am er i cana , adem ás de

sobre razones es t r ic tamente técnicas que jus t i f ican esa jur is

prudencia [ la imposibi l idad de pet r i f icar las in tenciones co

noc idas de unos fundadore s que con t em pla ron una soc i edad

pat r iarcal y que murieron hace cas i dos s ig los , la indetermi

nación de muchos preceptos const i tuc ionales que por s í mis-

185

  Así,

  TRIBE:

  American Constitutional Law,  p . 47 ; es te es « the

c e n t r a l p r o b l e m o f c o n s t i t u t i o n a l L a w . . . t h e c o r e o f m u c h o f c o n t e m -

p o r a r y c o n s t i t u t i o n a l d o c t r i n e » .

186

  E l l ib ro es e l ya c i tado ,

  Democracy and distrust. A theory of judi

cial review,  1980, p . 1.

187

  E L Y ,  pp. 1-2.

188

  ELY,  pp . 11 y s s . Par a A . S .  MILLER

  (The Supreme Court. Myth and

reality,  c i t . , pp . 28 y s s . ) l a idea de que las decis io nes del T r i bun al l a s

o b t i e n e d e l t e x t o c o n s t i t u c i o n a l e s s i m p l e m e n t e u n o m á s d e l o s m i t o s

s o b r e l o s q u e s e a s i e n t a e l T r i b u n a l .

l o r e s f undam en ta l e s» p ropues tos con t oda b r i l l an t ez po r

BICKEL

  y a los que, por su inf luencia , la propia doct r ina del

Tr ibunal Supremo se ha refer ido a lguna vez

19 1

. ¿Qué cosa

son ta les valores y dónde encontrar los?

La pr imera respuesta ser ía la de la famosa Escuela rea

l i s ta , que dominó la teor ía del Derecho amer icano durante

el segundo terc io de es te s ig lo

 192

: en la propia apreciac ión

del juez , cuyos cr i ter ios son los únicos cr i ter ios «reales»

del Derecho. ELY cr i t ica exp edi t ivam ente e s ta idea , nega-

dora de la obje t iv idad y la cer teza del Derecho —y, por

tanto , de l Derecho mismo como ins tancia socia l— so capa

189

  S o b r e e s t a s c l á u s u l a s

  open-ended,

  o a b i e r t a s ,

  ELY,

  pp . 13 y s s .

  BER-

GER:  Government by judiciary,  c i t . , pp . 99 y s s . ( en sen t ido c r í t i co ) .

E s p e c i a l m e n t e a g u d o ,

  DWORKIN:

  Taking rights seriously,  cit . , pp . 133 y

s i g u i e n t e s , s o b r e l o s

  standards

  « v a g os » c o n s t i t u c i o n a l e s , d i s t i n g u i e n d o

e n t r e « c o n c e p t o » ( a b i e r t o ; p o r e j e m p l o : h o n e s t i d a d , i g u a l d a d , t r a t o s

c r u e l e s ) y « c o n c e p c i ó n » ( c o n t e n i d o c o n c r e t o ) . S o b r e e s t a c o n s t r u c c i ó n

d e

  DWORKIN

  v o l v e r e m o s l u e g o e n e l t e x t o . E s u s u a l t a m b i é n h a b l a r d e

« c l á u s u l a s d e i f i c a s » , t é r m i n o é s t e q u e s e a d o p t a s o b r e l a e x p r e s i ó n

« o r á c u l o d e D e l f o s » , c o m o f ó r m u l a s v a g a s , o s c u r a s y m i s t e r i o s a s , p e r o

p r e ñ a d a s d e s i g n i f i c a c i o n e s p o s i b l e s ; c f r .

  MILLER:

  The Supreme Court.

Myth and reality,  c i t . , p p . 3 , 7 . E n d e f i n i t i v a , e s t a p o l é m i c a e s t r a s l a d a b l e

a l a y a f a m i l i a r e n t r e n u e s t r o s a d m i n i s t r a t i v i s t a s r e f e r e n t e a l o s « c o n

c e p t o s j u r í d i c o s i n d e t e r m i n a d o s » ; c f r . E .  GARCÍA DE ENTERRIA:

  La lucha

contra las inmunidades del poder en el Derecho Administrativo,  2." ed. ,

Madrid,  1980, p p. 32 y ss . , y E. GARCÍA DE EN TER RÍA y T. R. FERN ÁND EZ:

Curso de Derecho A dministrativo,  I , 3.

a

  ed. , cit . , pp. 385 y ss. ; F.

  SAINZ

MORENO:

  Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad adminis

trativa,  M a d r i d , 1 97 6 [ L a p r i m e r a s e n t e n c i a d e c o n s t i t u c i o n a l i d a d d e

nue s t ro T r ibu nal C ons t i tuci onal , l a de 2 de f eb rero de 1981 , sob re la Ley

d e R é g i m e n L o c a l , u t i l i z a r e s u e l t a m e n t e e s t a t é c n i c a d e l o s c o n c e p t o s

j u r í d i c o s i n d e t e r m i n a d o s : « L a a u t o n o m í a — d i c e e l T r i b u n a l — e s u n c o n

c e p t o j u r í d i c o i n d e t e r m i n a d o , q u e o f r e c e u n m a r g e n d e a p r e c i a c i ó n m u y

a m p l i o » ] .

190

  E s t a e s u n a f r a s e d e  BICKEL,  q u e c i t a  ELY,  p . 30 . Las r ef e r enci as del

T r i b u n a l S u p r e m o a m e r i c a n o e n e l p r o p i o

  ELY,

  p. 43.

191

  A.  BICKEL:

  The least dangerous Branch,

  c i t . , esp ecia lme n te pp . 236

y s i g u i e n t e s , y  The Supreme Court and the idea of Progress,  1970.

192

  Cfr . J .  PAUL:

  The legal realism of Jerome N. Frank. A study of

factskepticism and the judicial process,  The Ha gue , 1959. L .

  RECASÉNS

SIC H ES:

  Panorama del pensamiento jurídico en el siglo XX,  Mé xico , 1963,

pág inas 619 y s s .

212

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

de rea l ismo incomprometido y adogmático

  m

,  y que es com

ple tamente i r reconc i l iab le con la teor ía bás ica de la demo

cracia, según la cual el Derecho es la obra del pueblo

  m

  y

no la invenc ión imagina t iva de unos cuan tos ju r is tas .

La segunda respuesta sería que esos «valores fundamen

tales» que han de rellenar los conceptos  open-ended  de la

Cons t i tuc ión se r ían los que proporc iona e l Derecho na tura l .

VII I. LA CUESTIÓN DE LOS CRITERIOS DE FONDO  2 1 3

ticularidad del caso enjuiciado y s irven para tratar casos

semejan tes , en una suer te de «compromiso de fu turo» . O

bien, la razón (tesis de   BICKEL:  «el método de la razón fami

liar al discurso de filosofía moral»)

  197

, que ELY equipara ,

con cierta malignidad, a una invitación a seguir a los escri

to res mora les con temporáneos y espec ia lmente a  RAWLS

  m

,

como si la Constitución, dice, tuviese que seguir al   New

Page 106: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 106/132

Prec isame nte ELY nota que en la Dec la rac ión de Ind epen

dencia se emplean términos derivados de esa concepción,

pero obse rva que nada permite t ras ladar esa conc lus ión a

la Constitución misma. Mucho más difícil sería hacerlo

ahora , cuando ya nues tra soc iedad es p rofundamente escép-

tica sobre el modelo de la naturaleza y más aún sobre una

verdad ética absoluta. En fin, la propia ambigüedad y vague

dad de los preceptos de ese Derecho, añade, que ha hecho

del Derecho natural el soporte de todo tipo de causas (unas

dignas y otras inicuas), a veces en los dos lados del mismo

problema, como el de la esclavitud, los hace difícilmente

tecnificables

  195

.

En tra r ían en juego , en te rce r té rmino , los famosos «prin

cipios neutrales» que  WECHSLER  p ropuso en un au tor izado

trabajo de 1959

 196

; es to es , principios que trascienden la par-

1.3

  Hoy es ta te s is ha reve rdec ido en la teor ía de un sec tor de jur is ta s

i t a l i a n o s d e l « u s o a l t e r n a t i v o d e l D e r e c h o » , q u e h a e n c o n t r a d o s o r p r e n

d e n t e m e n t e u n a a c o g i d a e n t u s i a s t a e n a l g u n o s d e n u e s t r o s f i l ó s o f o s d e l

Derecho y que anima a l juez pa ra que se e r i ja en cor rec tor o en suplente

d e l a s d e m á s f u n c i o n e s d e l E s t a d o , e n

  dominas

  de la soc ieda d, que le

h a i n v e s t i d o , o b v i a m e n t e , d e u n p a p e l d e l t o d o d i v e r s o y q u e , a d e m á s ,

d i f íc i lmente puede exigi r le r e sponsabi l idad. Cf r . , por todos , P .

  BARCELONA,

et alt., L'uso alternativo del diritto, 2

  tomo s, Ba r i , 1973, y en se nt ido

c r í t ico , por todos , P . M.

  C H IER C H IA :  L'interpretazione sistemática della

Costituzione,

  Pado va , 1978, pp . 10 y ss . Es t as te s is , apa ren tem ent e pro

g r e s i s t a s y en r e a l i d a d p r o f u n d a m e n t e r e a c c i o n a r i a s , a l e s t i m u l a r l o s

« p r o n u n c i a m i e n t o s » p e r s o n a l e s i n s o l i d a r i o s c o n t r a l a v o l u n t a d g e n e r a l

expresa en la Ley, pa r ten de da tos c ie r tos ( e l ca rác te r abie r to y evolut ivo

de la in te rpre tac ión, e l inf lu jo de la pe r sona l idad de l in té rpre te , e tc . ) ,

pe ro los l levan a la exagerac ión y a la ru ina segura ; como dice b ien   ELY,

e l supuesto lengua je «rea l is ta» e s en rea l idad un lengua je de «des t ruc

c i ó n » , q u e a r r i e s g a l a d e s t r u c c i ó n d e l a m i s m a C o r t e S u p r e m a , p o r r a

z o n e s q u e n o s o t r o s m i s m o s h e m o s e x p u e s t o m á s a t r á s :

  op. cit.,

  p. 47.

1.4

  E L Y ,  pp. 44 y ss.

1.5

  E L Y ,

  pp. 48 y ss.

196

  H .  WECHSLER:

  Toward neutral principies of Constitutional law,

  y a

c i tado. Cf r . también  MILLER  ( en colaborac ión de R . F .  HOWELL):  «The

m y t h o f n e u t r a l i t y i n c o n s t i t u t i o n a l a d j u d i c a t i o n » , r e c o g i d o e n e l y a

York Review of Books,  que o torga los mar cham os y p res

t ig ios en e l mundo cu l tu ra l americano

  199

. Otro criterio sería

la t rad ic ión , también pos tu lado por  B I C K E L

20 0

,  aunque sea

d if íc i l encontra r en unas t rad ic iones convenc iona lmente es -

pecificables «respuesta suficiente e inequívoca que justifi

que dejar s in efecto el juicio contrario de un cuerpo legis

lativo»

 201

. En f in , quedarían como ú l t imos c r i te r ios pos ib les

e l consenso («va lores ampliamente acep tados o pa r t ic ipa

dos») ,

  aunque en tre los Tribuna les y los Par lamentos pa rece

que son los ú l t imos qu ienes es tán mejor s i tuados pa ra re

flejar el consenso social

20 2

, y el «progreso predictible», otra

idea propues ta también por  BICKEL

 203

,  s i bien «ninguna razón

permite suponer que los jueces es tán b ien cua l i f icados pa ra

predecir el desarrollo futuro de la opinión pública» y que

puedan contradecir a la mayoría legis lativa de hoy con el

mito de los «valores de la mayoría de mañana»

20 4

.

c i t a d o l i b r o

  The Supreme Court. Myth and reality,

  pp . 51 y ss . , en polé

mica  co n  WE C H S L E R .

197

  A.  BICKEL:

  The Supreme Court and the idea of progress,

  cit. , p. 87.

198

  E l l i b r o d e J o h n

  RAWLS:  A theory of Justice,

  Oxfo rd, 1972 (hay tra

d u c c i ó n e s p a ñ o l a e n F o n d o d e C u l t u r a E c o n ó m i c a , M é x i c o ), h a e j e r c i d o

u n a e x t r a o r d i n a r i a i n f l u e n c i a e n e l m u n d o a n g l o s a j ó n . P u e d e v e r s e , e n t r e

o t r o s m u c h o s , B .

  BARRY:

  The liberal theory of Justice. A critical exami

naron of the principal doctrines in A Theory of Justice by John Rawls,

Oxfo rd, 1975, R. P.

  WOLFF:

  Understanding Rawls. A reconstruction and

critique of a theory of Justice,

  P r in ce to n, 1977.

199

  E L Y ,

  p. 58.

200

  BICKEL:  The least dangerous branch,

  cit. , p. 236: «La func ión de los

j u e c e s e s i n t r o d u c i r s e e l l o s m i s m o s e n l a t r a d i c i ó n d e n u e s t r a s o c i e d a d

y e n l a d e l a s s o c i e d a d e s e m p a r e n t a d a s a l a n u e s t r a q u e n o s h a n p r e c e

d i d o ,

  en la h is tor ia y en e l sedimento de la h is tor ia que es e l Derecho.»

201

  E L Y ,

  pp . 60 y ss .

202

  E L Y ,

  pp. 63 y ss.

203

  BICKEL:

  The Supreme Court and the idea of Progress,

  ya c i tad o.

EL Y

  conc luye (pp. 71-72) comentando «la odisea de Alexander

  BICKEL»,

« p r o b a b l e m e n t e e l t e ó r i c o c o n s t i t u c i o n a l m á s c r e a d o r d e l o s ú l t i m o s

ve inte años», odisea que v iene a se r una sue r te de «mic rocosmos que

a c r e d i t a l a i n e v i t a b l e f u t i l i d a d d e b u s c a r r e s p u e s t a a u n a p r e g u n t a

e r r ó n e a » .

  Vid.

  en seguida en e l texto .  ELY,  pp. 71-2.

204

  ELY,

  pp. 69-70.

214

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Ninguna de es tas respuestas es , pues , concluye

  ELY,

  acep

table y ni s iquiera mínimamente sa t i s fac tor ia , quizá porque

no cabe respuesta vál ida a una pregunta er rónea , la que for

m u ló a s í  B I C K E L :  «¿Q ué va lo r e s en t r e aque l l o s adecuadam en te

neut ra les y genera les han de ca l i f icarse como suf ic ientemente

impor tantes o fundamenta les , o lo que sea , para ser re ivin

dicados por e l Tr ibunal Supremo contra ot ros valores af i r

mados por los ac tos legis la t ivos?»

20 5

. La cues t ión,

VII I . LA CUESTIÓN DE LOS CRITERIOS DE FONDO  2 1 5

desde la perspect iva de la garant ía de los individuos; la

cual i f icación de los e lec tores y la formación de dis t r i tos e lec

tora les —especia lmente en cuanto és tos pre tendían inf ra

valorar los votos negros o de sectores marginales de la po

blación—; f inalmente , las cues t iones a tañentes a l t ra to igual

para los habi tualmente des iguales de la sociedad: minor ías

racia les sobre todo, pero también ext ranjeros , perseguidos

Page 107: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 107/132

  d i ce 'ELY,

no t iene sent ido, porque no es ésa , la de def ini r e imponer

valores , la tarea propia del Tr ibunal Supremo

2 0 6

.

Tras esa cr í t ica ,  ELY  expone su propia posic ión, pos ic ión

que comienza por notar que se presenta in ic ia lmente como

dif íc i l , pues to que «un enfoque in terpre ta t iv is ta —al menos

el que considera los términos de la Const i tución como uni

dades au toence r r adas o conc lusa s— se dem ues t r a en e l aná

l i s i s que es incapaz de mantenerse ante e l manif ies to espí

r i tu de a lgunos de esos términos . Sin embargo, cuando bus

camos una fuente externa de valores con la cual l lenar los

textos abier tos de la Const i tución —una fuente que no con

cluya s implemente en er ig i r a l Tr ibunal en una cámara de

revis ión legis la t iva—, buscamos en vano. No obstante la

aceptación usual de que esas dos son las únicas opciones ,

es un hecho que no es as í , desde e l momento que la impo

s ic ión de valores no es la única respuesta posible a l hecho

de que tengamos una Const i tución que neces i ta ser re l le

nada . Un enfoque c om pleta men te dis t in to es pos ible y para

discerni r sus rasgos no neces i tamos mirar más le jos que

a l T r ibuna l  W A R R E N . . .  Las decis iones const i tuc ionales del

Tr ibuna l

  WARREN

  dem ues t r an una p ro funda e s t ruc tu r a s i g

ni f ica t ivamente di ferente del enfoque del cr i ter io de los va

l o r e s pa t roc inado po r l o s com en ta r i s t a s académ icos»

20 7

. Así,

pues , la pos ic ión de  ELY  no p r e t end e s e r una cons t rucc ión

imaginat iva propia , s ino que se presenta ante todo como una

exp l i cac ión o i n t e rp r e t ac ión de l a j u r i sp rudenc i a   WARREN.

Es ta j u r i sp rudenc i a s e de sa r ro l l ó p r im ord i a lm en te en t r e s

cam pos : p roced im ien to c r im ina l y o t r a s ac tuac iones j ud i c i a

les y adminis t ra t ivas ( l ibre expres ión, asociación) , va loradas

205

  BICKEL:

  The least dangerous p. 55.

206

  E L Y ,  pp. 71-2.

207

  E L Y ,  p. 73.

e «i legales», pob res . En los t res casos ELY inte rpre ta que

el Tr ibunal lo que ha in tentado es asegurar e l proceso pol í

t ico ,

  m an ten i éndo lo ab i e r t o pa r a t odos . Los dos g r andes

des ignios del Tr ibunal  WARREN  han s ido «l impiar los cana

les del cambio pol í t ico», por una par te , y , por o t ra , corregi r

c ier tos t ipos de discr iminación pol í t ica cont ra las minor ías ;

con los dos se forma una coherente teor ía de la representa

c ión pol í t ica , que impl ica una f inal idad «par t ic ipat iva», de

un am pl io acceso a l proceso y a los benef ic ios del gobierno

representa t ivo. A lgo, añade, completamente di ferente a la

p roc l am ac ión de que unos de t e rm inados va lo r e s o b i enes

debían ser protegidos o impuestos socia lmente f rente a l legis

la t ivo

 208

.

ELY

  expl ica con lucidez , seguidamente , dónde es tá la esen

c ia del gobierno representa t ivo. Frente a la d icotomía pre-

r r evo luc iona r i a en t r e gobe rnan t e s y gobe rnados , e l concep to

de representación in tenta una asociación de los in tereses de

los dos grupos . Los representantes son «ciudadanos» que,

no obstante su capacidad y carácter , provienen del pueblo

y a é l re tornan, a l cuerpo de gobernados , s in que puedan

eximirse del imper io de la ley común. Las e lecciones y la

duración temporal del cargo, con más e l in terés en conseguir

la ree lección, son los ins t rumentos que en e l ánimo de los

fundadore s ga r an t i zaban e sa com un idad de i n t e r e se s . Pe ro

lo que e l s i s tema no asegura es la efect iva protección de

las minor ías cuyos in tereses di f ieren de la mayor ía

20 9

. Sobre

las fuentes his tór icas , in tenta probar que la Repúbl ica de

seada por los fundadores no era la del s i s tema

  winner-take-

208

  ELY,  pp . 74-5 . En no t a en pá g ina 75 p r eci sa qu e s i se ins i s t iese en

q u e e s a s f i n a l i d a d e s s o n p r e c i s a m e n t e « v a l o r e s » , e n t o n c e s h a b r í a q u e

c o n c r e t a r q u e s e t r a t a r í a d e v a l o r e s p r e c i s a m e n t e « p a r t i c i p a t i v o s » q u e

c o n c i e r n e n d i r e c t a m e n t e a l a C o n s t i t u c i ó n , y c u y a « i m p o s i c i ó n » n o s e

h a c e p a r a l i m i t a r , s i n o p a r a t o d o l o c o n t r a r i o , p a r a a p o y a r e l s i s t e m a

d e m o c r á t i c o r e p r e s e n t a t i v o a m e r i c a n o .

209

  E L Y ,  pp. 77-8.

216

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

al l

  (el ganador coge todo), según el cual el gobierno sirve

sólo a los in tereses de unos pocos pr ivi legiados o aun de

aquel los grupos que laboran conjuntamente en una coal ic ión

mayor i tar ia , s ino más bien un s is tema en e l que los repre

sentantes gobernar ían en e l in terés de todo e l pueblo . Todo

ciudadano deber ía ser v is to con un respeto equivalente y

la igualdad e ra , por e l lo , un va lor esencia l , aunqu e en la Cons

t i tuc ión se le pres tase una a tención poco expl íc i ta

21 0

.

VI H. LA CUESTIÓN DE LOS CRITE RIOS DE FONDO 21 7

minor ías , y los mecanismos de plura l i smo, formales o infor

males , no son s iempre seguros

21 3

. Si, no obstante, el ideal

repub l icano del gobierno^ en in terés del pueblo e ntero fue

mantenido, en una época especia lmente sens ible a la fe repu

bl icana en e l carácter esencia lmente homogéneo del pueblo

y de sus in tereses , e ra necesar io un asa l to f ronta l a l pro

blema de la t i ranía de la mayor ía . La teor ía exis tente de

la representación tenía que ser extendida para asegurar , no

Page 108: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 108/132

En los documentos de 1789 y

  1791

211

  en n ingún pun to

se invoca e l concepto de igualdad, pero no obstante se arbi

t ran dos es t ra tegias para proteger los in tereses de las mino

r ías de la voluntad potencia lmente des t ruct iva de a lguna

coal ic ión mayor i tar ia . La más obvia es la es t ra tegia de «l i s ta»

em pleada po r e l

  Bill of Rights,

  conc re t ando cosas que no

pueden ser hechas a nadie , a l menos por e l Gobierno federa l .

La es t ra tegia or iginal de la Const i tución y la más penet rante ,

s in embargo, puede ser esquemat izada como la es t ra tegia

del p lura l i smo, de modo que se garant izase una var iedad

de voces y que ninguna coal ic ión mayor i tar ia pudiese gober

n a r .

  MADISON

  fue absolutamente expl íc i to en e l lo

21 2

.

Los ins t rumentos const i tuc ionales para proteger las mi

nor ías fueron, senci l lamente , insuf ic ientes . N inguna l i s ta l imi

tada de esferas pr ivadas protegidas (derechos) puede cubr i r

todos los modos en que las mayor ías pueden t i ranizar a las

210

  E L Y ,  p. 79.

211

  C o n s t i t u c i ó n y

  Bill of Rights

  ( d i e z p r i m e r a s e n m i e n d a s ) , r e s p e c t i v a

m e n t e .

212

  ELY,

  pp. 79-80; texto de

  MADISON

  {The Federalist,  51) , en p. 80: «Es

d é l a m á s g r a n d e i m p o r t a n c i a e n u n a R e p ú b l i c a n o s o l a m e n t e g u a r d a r

a l a s o c i e d a d c o n t r a l a o p r e s i ó n d e l o s g o b e r n a n t e s , s j n o t a m b i é n g u a r

d a r a u n a p a r t e d e l a s o c i e d a d c o n t r a l a i n j u s t i c i a d e l a o t r a p a r t e . . .

S i u n a m a y o r í a s e u n e e n u n i n t e r é s c o m ú n , l o s d e r e c h o s d e l a m i n o r í a

q u e d a r á n i n s e g u r o s . H a y d o s m é t o d o s p a r a p r e v e n i r s e c o n t r a e s t e p e l i

gro:

  u n o e s c r e a r u n a v o l u n t a d e n l a c o m u n i d a d i n d e p e n d i e n t e d e l a

m a y o r í a . . . ; e l o t r o , i n c l u i r e n l a s o c i e d a d t a n t a s c l a s e s s e p a r a d a s d e

c i u d a d a n o s q u e h a g a m u y i m p r o b a b l e , s i n o i m p o s i b l e , u n a i n j u s t a

c o m b i n a c i ó n d e u n a m a y o r í a d e l c o n j u n t o . E l p r i m e r m é t o d o p r e v a l e c e

e n l o s G o b i e r n o s q u e p o s e e n u n a a u t o r i d a d h e r e d i t a r i a o a u t o d e s i g n a -

d a . . . , a u n q u e s e a u n a s e g u r i d a d p r e c a r i a . . . E l s e g u n d o m é t o d o s e r á e j e m

p l i f i c a d o e n l a R e p ú b l i c a F e d e r a l d e l o s E s t a d o s U n i d o s . » E s t a t e s i s

j u g ó u n p a p e l c r u c i a l p a r a l l e v a r l a C o n f e d e r a c i ó n h a c i a u n G o b i e r n o

c e n t r a l m á s f u e r t e , n o t a   ELY.  P a r a  MADISON,  a un n ivel local , e r a pos ib le

una « f acción» que t i r an izase a los demás , pero en e l n ivel nacional n in

g u n a f a c c i ó n o g r u p o d e i n t e r e s e s p o d r í a c o n s t i t u i r u n a m a y o r í a c a p a z

d e e j e r c e r e l c o n t r o l .

s im p lem en te que l o s r ep re sen t an t e s no apa r t en su i n t e r é s

del de la mayor ía que los ha des ignado, s ino también para

que no apar ten e l in terés de la coal ic ión mayor i tar ia de los

intereses propios de las d is t in tas minor ías . La

  Equal protec-

tion clause,

  la c láusula de igual protección de la XIV enmien

da de la Const i tución amer icana, fue , obviamente , la más

d ram á t i ca i nco rpo rac ión de e se i dea l

21 4

.

  ELY

  s igue la suer te

de esa idea en e l pensamiento pol í t ico amer icano, y aun en

la jur isprudencia del Tr ibunal Supremo, incluso desde antes

de la ra t i f icación de la XIV enmienda.

El l ibro re interpre ta desde esa perspect iva «la natura leza

de la Const i tución amer icana», que ident i f ica con una téc

nica «procesal» de gobierno

21 5

. La justicia y la felicidad no

se asegurar ían mejor in tentando def ini r las de una vez por

todas , s ino más bien a tendiendo a los

  governmental proces-

ses,  a los proce dimie ntos de gobierno, a la demo cracia , rápi

damente dicho. El cuerpo de la Const i tución es tá dedicado

cas i enteramente a es t ructurar , exponiendo cuál ent re los va

r ios ac tores —Gobierno federa l , Gobiernos de los Estados ,

Congreso, Poder judic ia l— t iene autor idad para hacer lo

que sea y l legando has ta un par t icular ismo deta l l i s ta sobre

cómo sus respect ivos agentes han de se leccionarse y deben

conduci r sus asuntos . Aun los preceptos que en una pr imera

impres ión parecen vis tos pr imar iamente con e l des ignio de

asegurar o exclui r c ier tos valores sus tant ivos , s i se ref le

xiona resul tan ser preceptos que afectan pr incipalmente a

lo s p roced im ien tos

2 1 6

.

ELY

  hace un anál i s i s pormenor izado, que nos cos tar ía un

poco (dados los f ines de nues t ra exposic ión) segui r . Su con-

213

  E L Y ,  p. 81.

214

  E L Y ,  p. 82.

215

  E L Y ,  pp. 88 y ss.

216

  E L Y ,  p. 90.

218

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

clusión es neta: «La Constitución originaria fue principal

mente (y debería dec ir , en rea l idad , abrumadoramente ) de

d icada a la s cues t iones de p roced imien tos y es t ruc turas y no

a la identificación y preservación de valores substantivos

específicos»

21 7

. ELY se esfuerza en m ant ene r este p ostu lado

incluso respecto al

  Bill of Rights

  subsiguiente a la Constitu

ción. Así, los derechos de la primera enmienda (libertad de

expres ión , de p rensa , de reun ión y de pe t ic ión) in ten taban

VII I. LA CUESTIÓN DE LOS CRITERIOS DE FONDO

  2 1 9

que el proceso de aplicación individual no sea manipulado

de forma que permita re in troduc ir en la p rác t ica la c lase

de discriminación que está"prohibida en la teoría . . . La Cons

t i tuc ión americana ha s ido de es te modo, y en una gran par te

cont inúa s iendo , una Cons t i tuc ión prop iamente d icha , que

trata de cuestiones constitutivas. Lo que la ha dis tinguido,

como a los Es tados Unidos mismos verdaderamente , ha s ido

un proceso de gobernar, no una ideología de gobierno»

  22

°.

Page 109: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 109/132

f ron ta lmente aux i l ia r a l t raba jo p roced imenta l de gobernar ,

asegurando la d iscus ión ab ie r ta e in formada de los temas

políticos y controlar que el Gobierno no se excediese de sus

límites; la libertad religiosa, formulada en la misma enmien

da , represen ta también «una func ión es t ruc tura l o de sepa

ración de poderes»

21 8

. El mismo anális is , con análoga con

clusión, lo extiende, una por una, a todas las enmiendas

cons t i tuc iona les .

El tóp ico de a f i rmar que la Cons t i tuc ión ha t ra tado subs -

tancialmente de la libertad es equívoco, porque la cuestión

es cómo ese objetivo intenta lograrse. Y «la respuesta prin

c ipa l e s que a t ravés de un con jun to enormemente amplio

de pro tecc iones p roced imenta les y median te un s is tema aún

más e laborad o y configurado para a segura r que en la real i

zación de opciones substantivas el proceso de decis ión estará

abierto a todos sobre la base de una consideración igual y

con la declaración de que los que deciden tienen el deber

de tomar en cuenta el interés de todos aquellos a quienes

la decis ión afecta»

  m

.

  «La estrate gia general no ha s ido por

e l lo implan ta r en e l documento un con jun to de de rechos

subs tan t ivos con t í tu lo suf ic ien te pa ra una pro tecc ión per

manente . En lugar de e l lo , la Cons t i tuc ión ha pa r t ido de

la convicción obvia de que una mayoría efectiva no amena

zará excesivamente sus propios derechos y que lo que debe

asegura r es que ta l mayoría no t ra te s is temát icamente a los

otros menos bien de lo que se trata a s í misma, y ello

estr uct ura nd o el proce so de decis ión a todos los niveles

para in ten ta r a segura r , p r imero , que e l in te rés de cua lqu ie ra

es té ac tua l o v ir tua lmente represen tado (normalmente ambas

cosas) en el nivel de la decis ión substantiva; y segundo,

E L Y ,

  p. 92.

E L Y ,

  p. 94.

E L Y ,

  p. 100.

ELY

  obse rva

22 1

, ex tremando qu izá e l a rgumento , que rea l

mente podría dec irse que los ún icos va lores mate r ia les que

la Cons t i tuc ión l legó en a lgún momento a encarnar han s ido

la esclavitud (art. IV, Sec. 2, § 3) y la abstención alcohó

lica (Ley seca y enmienda XVIII, de 1919, derogada en 1933

por la enmienda XXI) , y que en ambos casos la experienc ia

ha demos trado sobradamente la comple ta inadaptac ión de

va lores mate r ia les de ese ca rác te r como precep tos cons t i

tucionales . Los valores materiales que la sociedad necesita

des taca r e imponer corresponde e leg ir los a l leg is lador o rd i

na r io ,

  y otra cosa sería bloquear el desarrollo de una socie

dad l ib re y cambian te .

Sobre es ta base ,  ELY  concluye que ese «argumento» cen

t ra l de la Cons t i tuc ión es e l que ayuda a in te rpre ta r la mayor

parte de los p recep tos cons t i tuc iona les ab ie r tos u  open-

ended.  De lo cual, a su vez, deduce, primero, que a diferencia

del enfoque propio de la teoría de la imposición judicial

de «valores fundamentales», esta tesis (a la que llama  repre-

sentation-reinforcing orientation,  teor ía de l re forzamien to

represen ta t ivo

2 22

), no sólo no es inconciliable con el s is tema

220

  ELY,  p p .  100-101.

221

  ELY,

  pp . 93, 98 , 99 y 100: «dr amá t ico s e jem plos», d ice de am bos .

C o m o e s s a b i d o , l a e s c l a v i t u d n o s e p r o h i b e h a s t a l a e n m i e n d a X I I I ,

en 1865. A esos dos « va lores sub stant ivos », añad e  EL Y  c o m o v a l o r e s c o n s

t i t u c i o n a l e s s i t u a d o s f u e r a d e l á m b i t o d e l p r o c e s o p o l í t i c o e l d e r e c h o a

l l e v a r a r m a s ( e n m i e n d a I I ) y e l p r i n c i p i o d e l i b e r t a d d e c o n t r a t o ( d e r i

v a d o p r i m e r o d e l a p r o h i b i c i ó n d e l e y e s

  ex post jacto

  —art. I , secc. 9,

§ 3— y má s ta rd e de la enm iend a XIV ) , los dos , quizá por e l lo , «abroga

dos» por s imple in te rpre tac ión judic ia l (p . 100) ; e l de recho a l leva r a rmas

s e h a o r d e n a d o e n e l s e n t i d o d e q u e p r o t e g e ú n i c a m e n t e e l d e r e c h o d e

l o s E s t a d o s a o r g a n i z a r m i l i c i a s y a a r m a r l a s , l o q u e y a e s u n p r i n c i p i o

p o l í t i c o e s t r u c t u r a l

  (ibídem,

  pp . 94-5); so bre la

  contract clause,

  a d e m á s

d e  ELY,  pp. 91-2, cfr.  TRIBE:

  American Co nstitutional Law,

  cit. , pp. 327 y

s i g u i e n t e s .

222

  E L Y ,

  p. 101.

22

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

americano de democrac ia represen ta t iva , s ino que aparece

como un soporte completo de dicho s is tema. Pues, en efecto,

es una tesis que reconoce como inaceptable que los jueces

v i ta l ic ios y nombrados «a dedo» puedan se r ó rganos más

adecuados para la expresión de valores convencionales que

los representantes electivos, s i bien los dedica a   policing,

a l impia r , a mantener en orden los mecanismos por los cua

les e l s is tema in ten ta asegura r que los represen tan tes repre

sen ten e fec t ivamente .

VII I. LA CUESTIÓN DE LOS CRITER IOS DE FONDO 22 1

la de te rminac ión de va lores debe se r hecha por nues tros

represen tan tes e lec t ivos , y de hecho muchos de noso tros d i

sentimos de dicha determinación al no votarles en la elec

ción s iguiente. La mala constitución, o la constitución para

un mal func ionamien to de l s is tema po l í t ico , ocurre cuando

el   procedimiento  frus tra la confianza, y ello es así cua ndo :

1.° Los iniciados (los  ins)  obs truyen los cana les de l cambio

pol í t ico pa ra asegura rse que e l los pe rmanecerán en e l mando

Page 110: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 110/132

Por o tra pa r te , e s ta teor ía  representation-reinforcing,  con

tra lo que ocurre en la tesis de los «valores fundamentales»,

asigna a los jueces un papel para cumplir e l cual están mani

f ie s tamente b ien s i tuados . No se t ra ta p r inc ipa lmente de un

problema de pe r ic ia . Los ju r is tas son expertos o pe r i tos

sobre los pequeños procesos, los procesos en los cuales los

hechos son inves t igados y la s pa r tes con tendien tes p resen

tan sus respec t ivas p re tens iones . Y en un c ie r to g rado son

también expertos en los procesos más complejos en los cua

les las soluciones de interés general se determinan: los juris

tas parecen tener un instinto, que a veces no se dis tinguede los otros valores que tienen, por las técnicas de ase

gura r que cada uno pueda dec ir lo que qu ie ra . Pe ro más

que de pe r ic ia se t ra ta p rop iamente de un prob lema de pe rs

pec t iva

  22i

.

El enfoque que  ELY  p ropone para la in te rpre tac ión cons

titucional, dice él mismo, es análogo a lo que en los asuntos

económicos puede se r l lamado or ien tac ión   antitrust,  como

opuesto a la puramente «regulativa», en el sentido de que

la in te rvenc ión se p roduce ún icamente cuando e l «mercado»

(en este caso el mercado político) está mal constituido, cons

t i tu ido para un mal func ionamien to . Una ana log ía sobre e l

papel del arbitro en un juego no está fuera de lugar: e l

a rb i t ro in te rv iene só lo cuando uno de los equ ipos es tá adqui

riendo ventajas desleales , no porque el equipo «malo» esté

ganando . El gobie rno no puede dec irse hones tamente que

está mal constituido (en el sentido de constituido para un

mal func ionamien to) s implemente porque genere p roduc tos

con los cuales nosotros estemos en desacuerdo, incluso fuer

temente en desacuerdo . En una democrac ia represen ta t iva

223

  E L Y ,

  p. 102.

y que el resto de los ciudadanos (los

  outs)

  con t inuarán es tan

do fuera; o bien, 2.° aun que n adie esté hoy priv ado de voz

o de voto, s i los representantes actúan en favor de una efec

t iva mayoría que es té s is temát icamente pe r jud icando a a l

guna minoría por s imple hos t i l idad , o denegándoles e l reco

noc imien to de que sus in te reses en tren en e l ámbito de los

intereses comunes y, en consecuencia, deniegan a dicha mino

r ía la p ro tecc ión reconoc ida a o tros g rupos en un s is tema

represen ta t ivo .

En ta les h ipó tes is e s obvio que las ú l t imas pe rsonas en

que pensar íamos para remover cua lqu ie ra de esas s i tuac io

nes es en los propios representantes . Frente a ellos , los jueces

des ignados son  outsiders  po l í t icos . «Es to no les p roporc iona

un espec ia l  pipeline,  un especial cond ucto , con los valores

genuinos de l pueb lo americano . . . , pe ro le s co loca en una

pos ic ión ob je t iva pa ra va lora r la s que jas de que , b ien por

obs tru ir los cana les de l cambio , o por ac tua r como ins t ru

mentos de la t i ran ía de una mayoría , nues tros represen tan

tes e lec t ivos no es tán represen tando de hecho los in te reses

de aque l los que e l s is tema presupone que represen tan»

  m

.

Esta es la explicación final que  ELY  p ropone para exp l i

car la inserción de la   judicial review  en el s is tema, su función

propia y los c r i te r ios ú l t imos con que debe ac tua r

22 5

.

3.  Quizá merezca no ta rse inc iden ta lmen te que una exp li

cac ión cas i r igurosamente pa ra le la , tan to en e l t iempo

  m

  como

224

  E L Y ,  p. 103.

225

  En e l r e s to de l l ibro ana l iza más en de ta l le , y , sobre la base de la

j u r i s p r u d e n c i a

  WARREN,

  l o s s u p u e s t o s t í p i c o s q u e o r i g i n a n l a d e s c o n f i a n

za en e l s is tema y cuya remoc ión es la r e sponsabi l idad espec í f ica de l

T r i b u n a l S u p r e m o , l l e v á n d o l e a « d e s p e j a r l o s c a n a l e s d e l c a m b i o p o l í

t ico» (pp. 105-135) y a «fac i l i ta r la r epresentac ión de la s minor ía s» (pá

ginas 135-180).

226

  Las te s is de ELY fue ron avan zada s en a r t ículo s d e revis ta desde

222

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

en el argumento, es la ofrecida en Alemania por Peter

  HAE-

BERLE,  y conforme a la cual, frente a la tesis substancialis ta

con la que, tras la experiencia nazi, quiso explicarse la Ley

Fundamenta l de Bonn según módulos iusna tura l is tas , é l p ro

pone una  Verfassungstheorie ohne Naturrecht,  una teor ía

de la Constitución s in Derecho natural

2 27

, vocada jus tamente

hacia la explicación de la Constitución como un s is tema

formal y de técn icas p roced imenta les que pe rmiten e l fun

cionamiento de una sociedad abierta , en la cual la alternativa

VI II. LA CUESTIÓN DE LOS CRITER IOS DE FONDO 22 3

Y desde esa perspectiva de la s ignificación de los criterios

in te rpre ta t ivos y ap l ica t ivos de los Tribuna les Cons t i tuc io

nales ,

  que es la re levan te -para noso tros , lo que vemos c la

ramente es que, bajo unas u otras explicaciones técnicas,

lo que hacen esos Tribu nales es utiliza r de una ma ner a

explícita , y desde luego inequívoca en cuanto a su manera

de proceder , e l mé todo ju r íd ico más es t r ic to , mé todo ap l i

cado para extraer del texto constitucional que es , a la vez,

Page 111: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 111/132

y la rectificación política estén s iempre aseguradas. Los

derechos fundamenta les no se r ían s ino técn icas ins t rumen

ta les o aper tu ras pa ra mantener e l s is tema ab ie r to , más que

va lores subs tan t ivos . De nuevo , aunque con una c imentac ión

conceptua l ge rmánica , e s en la es t ruc tura democrá t ica donde

se identifica la esencia del s is tema constitucional y, por

ende ,

  el punto central de actuación de la justicia constitu

cional

 228

.

4.  S in emba rgo , la cues t ión subs tan t iva pa ra noso t ros

no es la búsqueda de una explicación global (como las que

nos proponen las tesis expuestas) de los criterios que hande aplicar en sus sentencias los Tribunales Constitucionales

o cualquiera de ellos , s ino precisamente sobre la s ignifica

ción misma de esos criterios . El problema ha tenido en la

l i te ra tu ra rec ien te americana una v ivac idad , y aun un drama

t ismo espec ia les , como consecuenc ia de la e spec tacu la r ju r is

p ru d e n c ia

  WARREN

  y de su adopc ión s is temát ica de un nuevo

«modelo» de Constitución, que es lo que ha venido a poner

sobre la mesa la justificación misma de la   judicial review

tras sus casi dos s iglos de funcionamiento y la fuente de su

legitimidad; por eso nos ha parecido necesario recoger el

es tado ac tua l de es ta po lémica , s i tuada en e l cen tro neurá l

gico de la teoría general de la justicia constitucional.

1974;  vid.

  la s r e fe renc ias que é l mismo inc luye en la s notas de su l ibro

(y , por e jemplo , r e fe renc ias en   TRIBE:

  American Constitutional Law,

  pá

gina 118). Es la mism a fecha de l t r ab a jo de

  HAEBERLE.

227

  P.

  HAEBERLE:

  « V e r f a s s u n g s t h e o r i e o h n e N a t u r r e c h t » , 1 .

a

  ed., en el

Archiv des Offentlichen Rechts,

  99 , 1974, pp . 437 y ss . Una re im pres ión ,

c o n u n a p é n d i c e , e n l a o b r a a n t o l ó g i c a

  Verfassung,

  d i r i g i d a p o r M .

  FRIED-

R IC H :  Da rms tad t , 1978, y en la ob ra más am pl ia de l propi o  HAEBERLE:

Verfassungs ais offentlicher Process. Materialen zu einer Verfassuns-

theorie der offenen Gesellschaft,

  Ber lín , 1978, pp . 93 y ss.

228

  Vid.

  la s r e fe renc ias en mi t r aba jo

  La Constitución como norma

jurídica,

  cit. , pp. 146 y ss.

su único y necesario parámetro, los criterios de decis ión de

sus sen tenc ias . E l p rob lema par t icu la r en la ap l icac ión

de ese método general viene de dos causas: por una parte ,

de la amplitud de las fórmulas utilizadas por la Constitu

c ión , de su ca rác te r de l ibe radamente ab ie r to , de su es t ruc

tu ra técn ico-ju r íd ica como «conceptos ju r íd icos inde te rmi

nados», o como «principios generales del Derecho», de la

neces idad de re l lenar esas fó rmulas con c r i te r ios mate r ia les

a veces a l tamente po lémicos y nunca aprob lemáticos ; por

o tra pa r te , de la c i rcuns tanc ia de que todo ese razonamien to

jur íd ico se hace prác t icamente «s in red» , enfren tándose d i

rec tamente a l p roceso po l í t ico y a los ó rganos supremos que

lo protagonizan, y con efectos colectivos espectaculares , con

el riesgo implícito de la ruptura del propio s is tema que esos

Tribuna les d icen defender .

La pr imera no ta es , en e fec to , inmedia tamente iden t iñ -

cab le pa ra un ju r is ta mín imamente avezado . Toda la po lé

mica sobre e l ca rác te r exces ivamente c reador de la ju r ispru

dencia constitucional, sobre su actuación efectiva como poder

paracons t i tuyen te o de rev is ión o enmienda cons t i tuc iona l ,

que es de donde surge la grave cuestión sobre su legitimidad,

no es más que la transposición de la polémica común sobre

el carácter creador y evolutivo de la jurisprudencia en gene

ral,

  sobre su e fec t ivo despegue de una ac t iv idad meramente

exegética de textos o códigos legales supuestamente cerra

dos,  sobre la no adecua ción del juez al papel que le reser

vaba la ingenua teoría de la legalización completa del Dere

cho como s imple  bouche qui prononce les paroles d e la loi,

en la conocida fórmula de   MONTESQUIEU

  229

.

229

  MONTESQUIEU:

  L'Esprit des lois,

  XI , 6 . Es to e s a lo que l lama la

d o c t r i n a n o r t e a m e r i c a n a l a « t e o r í a d e c l a r a t o r i a » d e l D e r e c h o c o m o f u n

c ión propia de l juez (c f r .

  supra

  not a 124) con base en es te texto de

BLACKSTONE:

  e l juez «es tá l imi tado a dec id i r no según su propio ju ic io

Page 112: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 112/132

226 EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

ese método puede ven ir de l hecho de que e l tex to normat ivo

a ap l ica r sea p rec isamente una Cons t i tuc ión , e s to es , una

norma por su p rop ia na tura leza ex traord inar iamente con

centrada, breve en su extensión, pues no puede tener «la

prolijidad de un Código, que sería difícilmente alcanzable

por la mente humana» (en frase de l juez   M A R S H A L L )

2 3 2

,  ambi

ciosa, no obstante, en su intención configuradora, de base

y cimiento de una sociedad y de un Estado y, por tanto, de

VII I. LA CUESTIÓN DE LOS CRITE RIOS DE FONDO 22 7

Detengámonos un momento en es ta d is t inc ión de   DWOR

KIN.

  El la i lus t ra de una manera convincen te , a t ravés de

un e jemplo de l lengua je "ord inar io . Supongam os , d ice , que

yo digo a mis hijos que yo espero de ellos que no traten a

los demás incorrec tamente , deshones tamente  (unfairly).  No

es dudoso que al decir eso yo tengo en la cabeza ejemplos

de conduc ta que in ten to d isuad ir , pe ro yo no acep ta r ía que

mi «sentido» de la honestidad fuese limitado a esos ejem

Page 113: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 113/132

la to ta l idad de l o rden ju r íd ico

2 33

, y que por todo ello no

puede de ja r de u t i l iza r concep tos ab ie r tos , fó rmulas supues

tamente vagas , pe ro en rea l idad perfec tamente in tenc ionadas

y cargadas de s ignificado específico. Esas fórmulas tienen

que se r por e l lo normalmente de l t ipo de la s que Rona ld

DWORKIN   llama «conceptos» (abiertos , a lusivos a un  standard

va lora t ivo abs trac to que corresponde a los des t ina ta r ios re

llenar en cada aplicación), por diferencia de las «concepcio

nes» (concre tas , re fe ren tes a una rea l idad perfec tamente

señalada e identificada desde el momento en que se for

m ula )

23 4

.

232

  E n s u f a m o s a s e n t e n c i a

  M'Culloch v. Maryland,

  1819: «A Con stitu -

t ion , to conta in an accura te de ta i l of a l l the subdivis ions of which i t s

grea t powers wi l l admit . . . would pa r take of the prol ix i ty of a lega l

c o d e ,

  a n d c o u l d s c a r c e l y b e e m b r a c e d b y t h e h u m a n m i n d » ( c i t . s e g ú n

BERGER:

  Government by judiciary,

  p. 110). En ot ra sen ten cia de 1884

(Legal Tender Case),

  l a C o r t e d i c e t a m b i é n c o n a g u d e z a : « A C o n s t i t u t i o n ,

e s t a b l i s h i n g a f r a m e o f g o v e r n m e n t , d e c l a r i n g f u n d a m e n t a l p r i n c i p i e s ,

a n d c r e a t i n g a n a t i o n a l s o v e r e i g n t y , a n d i n t e n t e d t o e n d u r e f o r a g e s

and to be adapted to the va r ious c r ises of human a f fa i r s , i s not to be

i n t e r p r e t e d w i t h t h e s t r i c t n e s s o f a p r í v a t e c o n t r a c t . T h e C o n s t i t u t i o n

o f t h e U . S . , b y a p t w o r d s o f d e s i g n a t i o n o r g e n e r a l d e s c r i p t i o n , m a r k s

t h e o u t l i n e s o f t h e p o w e r s g r a n t e d t o n a t i o n a l l e g i s l a t u r e ; b u t i t d o e s

not under take , wi th the prec is ión and de ta i l of a code of laws, to enu

méra te the subdivis ions of those powers , or to spec i fy a l l the means by

w h i c h t h e y m a y b e c a r r i e d i n t o e x e c u t i o n » ( t r a d u c c i ó n : « U n a C o n s t i t u

c i ó n , a l e s t a b l e c e r u n a e s t r u c t u r a d e g o b i e r n o , a l d e c l a r a r p r i n c i p i o s

f u n d a m e n t a l e s y a l c r e a r u n a s o b e r a n í a n a c i o n a l , e n c u a n t o i n t e n t a

p e r d u r a r a t r a v é s d e l a s é p o c a s y h a d e s e r a d a p t a d a a l a s d i f e r e n t e s

c r i s i s h u m a n a s , n o p u e d e s e r i n t e r p r e t a d a c o n e l c a r á c t e r e s t r i c t o d e u n

c o n t r a t o p r i v a d o . L a C o n s t i t u c i ó n d e l o s E s t a d o s U n i d o s , c o n s u p r o

p e n s i ó n a p a l a b r a s i n d i c a t i v a s o d e d e s c r i p c i ó n g e n e r a l , m a r c a l o s p e r

f i le s de los poderes o torgados a l legis la t ivo nac iona l ; pe ro no in tenta

enumera r , con la prec is ión y e l de ta l le de un código de leyes , la s subdi

v is iones de ta le s poderes , n i e spec i f ica r todos los medios por los cua les

l o s m i s m o s h a n d e s e r e j e c u t a d o s » ) .

  Apud

  C h.

  BLACK:

  The people and

the Court,

  pp . 83-4.

233

  Cf r . mi t r ab a jo

  La Constitución como norma jurídica,

  pp . 98 y ss .

234

  R.  DWORKIN:

  Taking rights seriously,

  cit. , pp . 134 y ss.

plos ,

  y e l lo por dos razones . Pr imero , porque espero que

mis h i jos ap l iquen mis ins t rucc iones a s i tuac iones que yo

no he pensado n i pod ido pensar . Segundo , porque es toy d is

pues to a admit i r que a lgún ac to pa r t icu la r que yo habría con

s ide rado correc to y hones to en e l momento en que yo hab lo ,

fuese de hecho incorrecto o deshonesto, o viceversa, s i uno

de mis hijos es capaz de convencerme de ello; en este caso

yo querr ía dec ir que mis ins t rucc iones cubren e l caso que

él cita , no que he cambiado mis instrucciones. «Yo puedo

decir que lo que intento es que la familia sea guiada por

el   concepto  de correcc ión u hones t idad  (fairness),  no por una

específica

  concepción

  de hon estid ad que yo tuve en la me nte

en un momento dado»

23 5

.

Pues bien, ese tipo de concepto abierto es el normal en

las fó rmulas cons t i tuc iona les , obse rva e l p rop io

  DWORKIN

 236

.

Cuando la Constitución utiliza un concepto, por ejemplo (con

venc iona l) , e l mismo de  fairness  u hones t idad , e s tá dando

ins trucc iones a los des t ina ta r ios de obra r hones tamente , pe ro

lo caracterís tico es que para ello  «carga a aquellos a quienes

dirige esa instrucción con la responsabilidad de desarrollar

y aplicar sus propias concepciones de honestidad con oca

sión de casos controvertidos. Esto no es lo mismo, por su

puesto, que confiarles una libertad de actuar como quieran;

se les propone un

  standard

  que e l los deben in ten ta r —y pue

den fracasa r en e l lo— encontra r , porque s ign if ica que una

de te rminada concepc ión es superio r a o tra»

23 7

. La diferencia

235

  DWORKIN,  p . 134. Es t a d is t in c ión, d ice un poco an tes , «es un a d is t in

c ión que han hecho los f i lósofos , pe ro que los jur is ta s no han aprec iado

todavía» .

236

  L a d o c t r i n a e x p u e s t a s e e n c u e n t r a d e n t r o d e l c a p í t u l o d e s u o b r a

que l leva e l epígra fe

  Constitutional cases

  (pp . 131 y ss.) y se for mu la

a l h il o , j u s t a m e n t e , d e l p r o b l e m a i n t e r p r e t a t i v o d e l o s d e r e c h o s c o n s t i

t u c i o n a l e s , d e n t r o d e l a p r o b l e m á t i c a n o r t e a m e r i c a n a   (DWORKIN,  a u n q u e

p r o f e s o r e n O x f o r d , e s n o r t e a m e r i c a n o ) .

237

  D W O R K I N , p . 1 35 .

228

  EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

e n t r e e s t a m a n e r a  de  p r o c e d e r  y la de  p r e c e p t u a r  una  c o n

d u c t a s i n g u l a r

  y

  p r e c i s a , c o m o e x p r e s i ó n

  de una

  « c o n c e p

c i ó n » c o n c r e t a  de  q u i e n i m p a r t e  la  o r d e n ,  es  c l a r a .  «No e s t á

l a d i f e r e n c i a p r e c i s a m e n t e  en el

  detalle

  de las  i n s t r u c c i o n e s

d a d a s , s i n o

  en el

  tipo

  de

  i n s t r u c c i o n e s

  que se dan.

 C u a n d o

y o a p e l o  al  " c o n c e p t o "  de  h o n e s t i d a d , h a g o a p e l a c i ó n  a lo

q u e  la  h o n e s t i d a d s i g ni f ic a , p e r o  no doy una v i s i ó n  del  t e m a

e n

  mi

  e s p e c i a l s i t u a c i ó n . C u a n d o

  yo

  d e c l a r o

  una

  " c o n c e p

c i ó n "  de h o n e s t i d a d , d e c l a r o  lo que e n t i e n d o  por  h o n e s t i d a d

VIII.  LA CUESTIÓN  DE LOS CRITERIOS  DE FONDO  229

t o s

  o

  e s q u e m á t i c o s

  de

  e x p r e s a r " c o n c e p c i o n e s " p a r t i c u l a r e s .

P e r o  si las  t o m a m o s c o m o a p e l a c io n e s  a  " c o n c e p t o s " m o r a

les,  e n t o nc e s c o m p r e n d e m o s  que no  p o d r í a n  ser má s  p r e

c i s a s

  por ser más

 d e t a l l a d a s »

 241

.

E s a  es la  r a z ó n  de q ue si los T r i b u n a l e s i n t e n t a n  ser  fie

le s  al  t e x t o  de la  C o n s t i t u c i ó n  se  e n c o n t r a r á n f o r z a do s  a de

c i d i r e n t r e « c o n c e p c i o n e s » c o m p e t i t i v a s s o b r e

  la

  m o r a l

 po

l í t i c a . « Po r e l l o  es un  e r r o r a t a c a r  al  T r i b u n a l  WARREN, p or

Page 114: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 114/132

y  mi  v e r s i ó n  es  j u s t a m e n t e  el  c e n t r o  de la  c u e s t i ó n . C u a n d o

y o a p e l o

  a la

 h o n e s t i d a d , p l a n t e o

  una

 c u e s t i ó n m o r a l ; c u a n d o

d e c l a r o  mi  " c o n c e p c i ó n "  de  h o n e s t i d a d ,  yo  i n t e n t o r e s p o n

d e r  a esa  c u e s t i ó n »

 238

.

S o b r e e s t a b a s e r e s u l t a f á c i l c o n c l u i r

  que las

  c l á u s u l a s

c o n s t i t u c i o n a l e s « v a g a s »

  o

  i n d e t e r m i n a d a s r e p r e s e n t a n

  una

a p e l a c i ó n  a los  « c o n c e p t o s »  en  e l l a s e m p l e a d o s , c o m o l e g a l i

d a d , i g u a l d a d , c r u e l d a d .  El  T r i b u n a l S u p r e m o p u e d e d e c i d ir

i n m e d i a t a m e n t e ,

  p or

 e j e m p l o ,

  que la

  p e n a c a p i t a l

  es

  « c r u e l »

d e n t r o  del  s e n t i d o  de la  c l á u s u l a c o n s t i t u c i o n a l  que  p r o h i b e

l a s « p e n a s c r u e l e s

  e

  i n u s u a l e s »

  239

. S e r í a

  un

  e r r o r

  que el

  T r i

b u n a l S u p r e m o

  se

  d e j a s e i n f l u i r d e m a s i a d o

  p or el

  h e c h o

  de

q u e c u a n d o

  la

  c l á u s u l a

  se

  a d o p t ó ,

  la

 p e n a c a p i t a l f u e s e o r d i

n a r i a  e  i n c u e s t i o n a d a . « E s t o s e r í a d e c i s i v o  si los  f u n d a d o r e s

h u b i e s e n q u e r i d o d e c l a r a r  una  p a r t i c u l a r " c o n c e p c i ó n "  de

c r u e l d a d , p o r q u e d e m o s t r a r í a

  q ue esa

  " c o n c e p c i ó n "

  no se

e x t i e n d e

  tan

  l e j o s . P e r o

  el

  a r g u m e n t o

  no es

  d e c i s i v o a n t e

  la

d i f e r e n t e c u e s t i ó n  con que se  e n f r e n t a  el  T r i b u n a l ,  que es

l a s i g u i e n t e : ¿ p u e d e  el  T r i b u n a l , r e s p o n d i e n d o  a la  a p e l a

c i ó n h e c h a

  por los

  f u n d a d o r e s

  al

  " c o n c e p t o "

  de

  c r u e l d a d ,

d e f e n d e r a h o r a  una  " c o n c e p c i ó n "  que no  c o n s i d e r e c r u e l  a

l a m u e r t e ? »

2 4 0

.

P o r e l l o  es un  e r r o r l l a m a r « v a g a s » , en un  s e n t i d o p e y o

r a t i v o ,

  a

  e s t a s c l á u s u l a s . « L a s c l á u s u l a s s e r í a n v a g a s s o l a

m e n t e

  si las

  t o m a m o s c o m o i n t e n t o s c h a p u c e r o s , i n c o m p l e -

238

  DWORKI N,  ibídem.

239

  Aquí alude  DWORKIN  a la  enmienda VIII ,  que prohibe infligir

cruel and  unusual punishments.  Sobre estos conceptos

  se

 discute

 en los

Estados Unidos  la  constitucionalidad  de la  pena  de mu e r t e . Cfr.,  sobre

el problema,  TRIBE:  American Constitutional Law,  p . 1097; P.  BREST:

Processes  of  Constitutional Decisionmarking,

  pp. 161 y ss. y 895.

240

  DWORKI N, pp. 135-6.

e j e m p l o [ a ñ a d e

  DWORKIN,

  y e n d o

  ya al

  p u n t o c o n c l u s i v o ] ,

p o r

  la

  r a z ó n

  de que ha

  t r a t a d o

  a la

  C o n s t i t u c i ó n c o m o

  a un

t e x t o  no  v i n c u l a n t e . Por el  c o n t r a r i o ,  si  d e s e a m o s t r a t a r con

f i d e l i d a d e s t e t e x t o c o m o

  un

  t e x t o

  que

 p r e v a l e c e s o b r e c u a l

q u i e r i n t e r p r e t a c i ó n c o n s t i t u c i o n a l , e n t o n c e s

  es la

  c r í t i c a

c o n s e r v a d o r a   al  T r i b u n a l  WARREN  la que cae en  f a l t a , p o r

q u e

  su

  f i l o so f í a i g n o r a

  la

  m a n e r a

  de

  a f r o n t a r

  las

  c o n s e c u e n

c i a s

  del

 p r i n c i p i o m o r a l

  que la

  l ó g i c a

  del

 t e x t o e x i g e »

2 4 2

.

P o r e l l o

  h a

  p o d i d o d e c i r

  el

 j u e z

  HUFSTEDLER

2 43

:

« N o

  es con

  i ro n í a c o m o

  yo

  ca l i f ico

  los

  t é r m i n o s

  del

Bill

  of

  Rights  de

  " a m b i g ü e d a d e s g l o r i os a s " .

  La

  n a t u r a l e z a

i n a s i b l e

 de su

 s u b s t a n c i a

  ha

  h e c h o p o s i b l e

  la

  d e t e r m i n a c i ó n

y  la  r e d e t e r m i n a c i ó n  de la  d o c t r i n a c o n s t i t u c i o n a l  de ma

n e r a  que  sa t i s fa g a  las n e c e s i d a d e s  de una  so c i e d a d l i b re ,

p l u r a l i s t a  y en  e v o l u c i ó n . M i e n t ra s  que la  p re c i s i ó n o c u p a

u n a p l a z a  de  h o n o r  en la  re d a c c i ó n  de un  R e g l a m e n t o  de

l a a u t o r i d a d l o c a l

  de

  pol ic ía ,

  es

  m o r t a l c u a n d o

  se

  t r a t a

d e

  una

  C o n s t i t u c i ó n

  que

 q u i e r e

  ser

  viva.»

A ú n  se nos p e r m i t i r á  una n u e v a c i t a ,  p or su  p e r t i n e n c i a ,

a l r e f e r i r s e  a una de las más t í p i c a s c l á u s u l a s c o n s t i t u c i o n a

l e s « v a g a s » ,

  y por su

  p r o c e d e n c i a ,

  p or

  v e n i r

  del

  v o t o p a r

t i c u l a r

  del

  j u e z  FRANKFURTER,

  q ue

 u n i ó

  su

  n o m b r e

  a la

  judi

cial self-restraint

  c o m o p o l í t i c a

  a

  s e g u i r

  por el

  T r i b u n a l

S u p r e m o t r a s  los  e x c e s o s  que  c u l m i n a r o n  en el  e n f r e n t a -

m i e n t o

  con el

 New  Deal

  de

  ROOSEVELT

  244

.

  La

  c i t a d i c e

 así:

241

  DWORKI N,

 p. 136.

242

  Ibídem.

243

 Cit. por M.  CAPELLETTI:

  «Quelques observations

  sur la

 nécessité

 et

la légitimité  de la  protection  des droits fondamen taux  par les juridic-

tions constitutionnelles», ponencia

  al

  Colloque International  organizado

po r  la Universidad  de  Aix-Marseille sobre  ese tema  en febrero  de  1981,

páginas

  17-18 del

 texto provisional.

244

  Sobre la  judicial self-restraint,  cfr . H. W.

  CHASE

  y C. R.  DUCAT:

23

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

«Nos en f r en t amos aqu í  con la  exigencia  del due

  pro

cess  of  La w

24S

  ...la exper i enc i a  ha  c o n f i r m a d o  la  sab idu r í a

de nues t r os p r edeceso r es

  al

 r e h u s a r

 dar una

  f inal idad r ígida

a  esa  f r ase . E s t a expr esa  una  exigencia  de

  standards

  civi

l izados  de  de r echo»

24 é

.

E n c u a l q u i e r c a s o ,  lo que  d e b e m o s r e t e n e r  es, c o m o an

t e s h e m o s n o t a d o ,

  que los

  T r i b u n a l e s C o n s t i t u c i o n a l e s o p e

r a n

  con los

  c o n c e p t o s c o n s t i t u c i o n a l e s c o m o « c o n c e p t o s »

VIH.

  LA

 CUESTIÓN

  DE LOS

 CRITERIOS

  DE

 FONDO

  231

p r o c e s o i n t e r p r e t a t i v o c o m ú n ,  y es el  h e c h o  de que en  d i c h a

n o r m a  se  d i s t i n g u e n p r i n c i p i o s j u r í d i c o s  de d i s t i n t o r a n g o  y

v a l o r ,  de  m o d o  que los  < Ju e t i e n e n c a r á c t e r p r e v a l e n t e p r e

s i d e n

  y

  o r d e n a n t o d o

  el

  p r o c e s o i n t e r p r e t a t i v o

  de los

  d e m á s

p r e c e p t o s c o n s t i t u c i o n a l e s .

E s a p a r t i c u l a r i d a d ( a u n q u e t a m p o c o ,  en  r i g o r ,  una es

t r u c t u r a a n á l o g a ,  de una  a r t i c u l a c i ó n  de  p r i n c i p i o s  de  d i s

t i n t o v a l o r  y  j e r a r q u í a ,  sea  d e s c o n o c i d a p a r a  las  o t r a s  ju

Page 115: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 115/132

e n

  el

  s e n t i d o

  de

  D W O R K I N ,

  O

 c o m o « c o n c e p t o s j u r í d i c o s

  in

d e t e r m i n a d o s »  de  v a l o r ,  en el  s e n t i d o e u r o p e o  del  t é r m i n o ,

e n f o r m a p e r f e c t a m e n t e p a r i f i c a b l e  con la  u s u a l p a r a  los

j u e c e s

  de

  c u a l q u i e r j u r i s d i c c i ó n .

  El

  p r o b l e m a

  es

  c o n o c i d o

e n t é r m i n o s p r á c t i c a m e n t e i d é n t i c o s

  en

  t o d a s

  las

  j u r i s d i c

c i o n e s ( a u n q u e v a r í e , o b v i a m e n t e ,  la  t r a n s c e n d e n c i a  de las

d e c i s i o n e s  en uno y  o t r o s c a m p o s )  y es uno de los  t e m a s

c e n t r a l e s

  de la

  t e o r í a

  y de la

  p r á c t i c a

  del

  D e r e c h o .

N a d a

 de ese

 p r o b l e m a ,

  por

  s u p u e s t o , a p a r t a

  al

  j u e z

  de su

p a p e l

  de

  i n t é r p r e t e

  y

  a p l i c a d o r

  de una

  n o r m a ,

  en

  n u e s t r o

c a s o  la  C o n s t i t u c i ó n ,  ni  n a d a  le  l i b e r a  de esa v i n c u l a c i ó n  ni

l e p e r m i t e a l z a r s e , a b i e r t a

  o

  s u b r e p t i c i a m e n t e ,

  con el

  p a p e l

d e l e g i s l a d o r ,

  o, aún más

  g r a v e ,

  de

  p o d e r c o n s t i t u y e n t e

  o

d e r e v i s i ó n c o n s t i t u c i o n a l .

U n a ú n i c a p a r t i c u l a r i d a d , f u e r a  de la  d e r i v a d a  de la ma

t e r i a m i s m a  de la  n o r m a  a  a p l i c a r , p u e d e o b s e r v a r s e  en ese

Constitutional interpretation,

  cit., pp. 8 y ss.  Concepto generalizado.

Vid.,

  por

 ejemplo,

  en

  Alemania,

  A.

 Frhr .

  v. d.

  HEYDTE:  «Judicial

  Self-

Restraint  des V erfassungsgerichts  im  freiheitlicher Rechtsstaat?»,  en el

Festschrift  für W. Geiger,  Tübingen, 1974,

 pp.

 909 y

 ss.

 En Italia, S.

 P.

 PA-

NUNZIO:

  «Self-restraint della Corte Costituzionale

  a

  proposito della

repressione  del comp ortame nto an tisindicale dello Stato», en  Giurispru-

denza Costituzionale,

  1980

  fase.

  6, pp. 822 y ss.

  Sobre  FRANKFURTER,

G.

 E.

 WHITE:  The

 American judicial tradition. P rofiles

 of

  leading Ameri

can Judges,  Nueva York, 1976,

 ya cit., pp. 325 y ss., y el

 reciente

 y

 agudo

libro de H. N. HIRSCH:  The enigma  of  Félix Frankfurter,  Basic Books,

Inc.,

  New

 York,

  1981

 (sobre

 la

  judicial self-restraint,

  pp. 128 y ss.),

 aun

que abuse de la  explicación psicológica (para  el autor ,  FRANKFURTER, sin

mengua

  de su

  real grandeza,

  fue «un

 caso

  de

  manual

  de

  personalidad

neurótica», p. 5).

245

  «Debido procedimiento

  de

  Derecho», literalmente, como exigencia

de  las enmiendas V y XIV  nor teamer icanas para  que  cualquier Estado

pueda privar

 a una

  persona

 de la

 vida,

 de la

 propiedad

 o de la

  libertad.

Es  una  cláusula constitucional  de la más fértil  y  general aplicación,

distinguiéndose  due process  de procedimiento y un due  process  sustan

tivo.  Capital  en el  Derecho administrativo,  por cierto.

246

 Cit. por

 ELY:  Democracy,

  p. 189.

r i s d i c c i o n e s )

  es

  c o n o c i d a

2 4 7

  y

  p r o c e d e

  de la

  c i r c u n s t a n c i a

d e

  que la

  C o n s t i t u c i ó n i n c o r p o r a o p c i o n e s b á s i c a s

  que

  sin

g u l a r i z a n

  y

  c o n f i g u r a n

  el

  s i s t e m a p o l í t i c o e n t e r o , a d e m á s

  de

o t r o s p r e c e p t o s o r d i n a r i o s .  Es el  e s f u e r z o  p or  l o c a l i z a r  y

d e s t a c a r e s a s o p c i o n e s b á s i c a s ,  q ue h an de  u n i f i c a r  con su

m á s « e n é r g i c a p r e t e n s i ó n c o n f i g u r a d o r a » t o d o  el  p r o c e s o

i n t e r p r e t a t i v o c o n s t i t u c i o n a l ,

  por

  p a r t i c u l a r i s t a

  que sea el

p r o b l e m a c o n c r e t o

  a

  r e s o l v e r ,

  lo q ue

  e x p l i c a

  y

  s i t ú a

  en su

l u g a r s i s t e m á t i c o p r o p i o

  a

  p o s i c i o n e s c o m o

  la

  a c t u a l

  de la

d o c t r i n a n o r t e a m e r i c a n a ,  que h e m o s e x p u e s t o d e t e n i é n d o n o s

e s p e c i a l m e n t e  en las  t e s i s  de  E L Y , O las  a l e m a n a s , e n t r e v i s

t a s

  en

  d o c t r i n a s c o m o

  las

  t a m b i é n a l u d i d a s

  de

  SMEND

  y de

H A E B E R L E .

R e c o r d e m o s  que en  n u e s t r o D e r e c h o e s o s v a l o r e s s u p r e

m o s s u p e r c o n s t i t u c i o n a l e s e s t á n d e s t a c a d o s  por el  p r o p i o

t e x t o c o n s t i t u c i o n a l ,  sin  p e r j u i c i o  de que el  i n t é r p r e t e p u e

d a i n t e n t a r

  aun

  e s t r u c t u r a r l o s

  en un

  s i s t e m a i n t e r i o r m e n t e

a u n o r d e n a d o

  y

  h a s t a i n t r a j e r a r q u i z a d o .

  Ese

  d e s t a c a m i e n -

t o e x p r e s o p r o c e d e

  de

  tr e s f u e n t e s :

  del

 P r e á m b u l o ,

  q ue de

c l a r a  la  « v o l u n t a d » c o n s t i t u y e n t e  de la  « n a c i ó n e s p a ñ o l a »  y

l o s o b j e t i v o s  y  f i nes  que la  m u e v e n ;  del  a r t í c u l o  1.°, 1, que

p r o c l a m a e x p r e s a m e n t e  los  « v a l o r e s s u p e r i o r e s  de su  orde^

n a m i e n t o j u r í d i c o »

  (la

  l i b e r t a d ,

  la

  j u s t i c i a ,

  la

  i g u a l d a d

  y el

p l u r a l i s m o p o l í t i c o )

2 4 8

;

  y, en fin, del

 b á s i c o a r t í c u l o

  168,  que

247

 Yo  mismo la he notado  en La Constitución como norma jurídica,

cit.,

  pp. 144 y ss. La

  tesis procede

  de

  SCHMITT

  y es hoy

 pacífica

 en

Alemania .Cfr. K.  STERN: Das Staatsrecht,  I, pp. 93 y ss.

En Francia,

  al

  margen

  de

  esta tradición,

  el

  Conseil Constitutionnel

acaba  de  llegar  a la  misma conclusión, destacando algunos principios

incluso como  de  «valor supraconstitucional»:  L.  PHILIP:  La

  decisión

securité  et  liberté  des 19 et 20 janvier  1981,  «Revue  du  Droit Public»,

junio 1981, pp. 681 y ss., especialmente  p. 684.

248

 Cfr.

  BASILE

 en su

  trabajo «Los "valores superiores",

 los

 principios

fundamentales  y los  derechos y  libertades públicas», en La  Constitución

232

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

equ ipa ra  a  una «revis ión to ta l  de la Const i tución» cualquier

reforma «parc ia l» ,  por m í n i m a  que sea, «que afecte  al Tí

t u lo p r e l im ina r ,  al  capí tu lo  II, sección  1.

a

 del t í tu lo  II, o al

t í tu lo

  II» del

  prop io texto const i tuc io nal , es tableciendo

  a

ese efecto  una  superr ig idez const i tuc ional  (lo que  pe rm i t e

c l a r am en te , s egún  la  cons t rucc ión  de  BACHOF,  dec l a r a r in

const i tuc ional cualquier reforma  de la  Const i tución que,

produc i endo

  una

 cualq uiera «afección»

  a

  esas par tes super-

VII I . LA CUESTIÓN DE LOS CRITERIOS DE FONDO

  233

fundam en to  de una  l ey» sup ues t am e n te c l a r a  e  inequívo

ca

25 0

.

Ese apa ren t e  y b r i l l an t e con t r a s t e ca r ece  de  sent ido, no

to r i am en te .  No es c i e r t o ,  en abso lu to , no lo  es , ni  que toda

sen t enc i a cons t i t uc iona l p roceda s i em pre  de una i nde t e rm i

nación  del  texto  de la  Cons t i t uc ión , i nde t e rm inac ión  que

tenga  que conc re t a r  el  Tr ibuna l

25 1

,  ni  m ucho m enos que en

l o s p rocesos o rd ina r i o s  el  conf l ic to es té s iempre  en los he

Page 116: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 116/132

pro t eg idas ,

  aun

  c u a n d o

  no

  fuese

  en

  fo rm a

  de

  revis ión

 di

r ec t a  de los  co r r e spond i en t e s a r t í cu los ,  se  haya rea l izado

p o r  el  p roced im ien to  de r e fo rm a s im p le  del artí cul o 167

  249

).

Ent r e t odos e sos va lo r e s debe rá busca r nues t ro Tr ibuna l

Const i tucional   los  c r i t e r i o s i n t e rp r e t a t i vos bá s i cos  con los

que pres idi r toda apl icación  de cualqu ier precep to const i tu

cional.

Es t ab l ec ida

  la

  an t e r i o r p r ec i s ión , sum am en te im por t an t e

en  el  o rden s i s t em á t i co ,  la de que la  posic ión  del  Tr ibuna l

Const i tucional f rente  a la  Cons t i t uc ión , com o pa rám e t ro de

sus sentencias ,

  es

  exac t am en te

  la

  m i s m a

  que la de

  cual

qu i e r o t ro Tr ibuna l  de D e recho an t e  la nor ma q ue es tá l la

m a d o

  a

  apl icar ,

  sin

  ningu na may or l iber tad , antes b ien ,

qu i zá s ,  con la  mayor vinculación  y  fidelidad  que al  texto

s u p r e m o  se le  exige  por el  ca r ác t e r c en t r a l  y  supe r io r que

és t e p r e sen t a  en el  o rdenam ien to com o c l ave  de  t odo  el

s i s t em a ,  que sólo  el  pueb lo fundador ,  en su  función cons

t i tuyente , puede modif icar ,  se c o m p r e n d e  de golpe  el  grave

error del concepto de Car i   S C H M I T T  que más a t rás se expuso,

aquel según  el cua l  «la decis ión  que resuelve  las d u d a s so

b re  el  con t en ido  de una  de t e rm inac ión cons t i t uc iona l  no

puede deduci rse del propio contenido dudoso; por e l lo , es ta

decis ión

  en su

  esencia

  no es una

 decis ión judic ia l» ,

  la

  cual

supone

  «la

  decis ión

  de una

 pre ten s ión conf l ic tiva sobre

 el

Española,  de A.  P R E D I E R I  y E.  GARCÍA DE ENTERRÍA,  p p . 261 y ss. Aun cuan

d o i n i c i a l m e n t e d e s v a l o r i c e

  esa

  c a l i f ic a c i ó n c o m o « p r o f e s o r a l » , a c e p t a

q u e

  en

  e l l a p u e d e

  el

  T r i b u n a l C o n s t i t u c i o n a l e s p a ñ o l r e c i b i r

  «un

  f u e r t e

a p o y o » en el  «caso  de q u e q u i s i e s e s e g u i r  al  T r ib u n a l a l e m á n  en el  t e m a

d e  la  j e r a r q u í a  de los v a l o r e s c o n s t i t u c i o n a l e s » ,  y  c o n c l u y e : « p e r o n a d a

m á s » ; ¡ n a d a m e n o s , p r e c i s a m o s n o s o t r o s .

m

  BACHOF:

  « V e r f a s s u n g s w i d r i g e V e r f a s s u n g s n o r m e n ? » ,

  en su

  l ib ro

Wege

  zum

  Rechtsstaat,  Reg ensb urg , 1979,

 p p . 1 y ss. , y mi

  t r a b a j o

  La

Constitución,

  p . 145.

chos

  y

  n u n c a

  en el

  con t en ido

  y

  s en t i do

  de la ley, que se

im ponga  por ello  al  juez con  el a p r o b l e m a t i s m o  de un a evi

dencia .  No se  c o m p r e n d e  que un  j u r i s t a  de la  ca l idad de

S C H M I T T

  se  haya dejado l levar de su  pa s ión im pugn adora

has t a de sconoce r  que en  t odo p roceso , ne cesa r i am en te , hay

s i em pre

  un

  p r o b l e m a

  de

  i n t e rp r e t ac ión

  de la ley y, por

t an to ,  de p r ec i s a r  el con t en ido  de és ta .  No existen leyes de

con t en ido  tan  obvio  que no  r equ i e r an i n t e rp r e t ac ión ;  la

de t e rm inac ión  de un  pa r t i cu l a r s en t i do  de la  ley, aun  en el

de  su  supues t a c l a r i dad  es  s i em pre ,  y no  puede de j a r  de

m

  Cfr.

 supra,

  en el  t e x t o ;  las dos c i t a s , en la  o b r a  de

  SC H MITT:

 Das

Reichsgericht

  ais

  Hüter

  der

  Verfassung,  cit . , pp . 115

 y

  113.

251

  P i é n s e s e , s e n c i l l a m e n t e ,  en el  s u p u e s t o , p e r f e c t a m e n t e n o r m a l , de

q u e

  la

  a m b i g ü e d a d

  se

  e n c u e n t r e

  en la Ley que hay que

  c o n t r a s t a r

 con

l a C o n s t i t u c i ó n ,

  y no en

  é s t a ;

  o en

  t o d o s

  los

  c a s o s

  en que

 h a y a

 que

a p r e c i a r h e c h o s c o n t r a d i c h o s ( l o q u e s e r á n o r m a l  en t o d a a p r e c i a c i ó n de

« c o n c e p t o s j u r í d i c o s i n d e t e r m i n a d o s » u t i l i z a d o s p o r

  la

 C o n s t i t u c i ó n ),

 sin

c o n t a r  el  s u p u e s t o n o r m a l  de los r e c u r s o s  de a m p a r o , en que la

  questio

facti

  se

  p r e s e n t a r á o r d i n a r i a m e n t e c o m o p r i m o r d i a l .

  El

  c a s o

  de la

  ap l i

c a c i ó n

  de

  c o n c e p t o s j u r í d i c o s i n d e t e r m i n a d o s

  es

  e s p e c i a l m e n t e s i g ni f i

c a t i v o , y b a s t a p a r a c o n d e n a r  la  c a li f i c ac i ó n k e l s e n i a n a  de la  j u r i s d i c c i ó n

c o n s t i t u c i o n a l c o m o

  una

  j u r i s d i c c i ó n

  sin

  a c c e s o

  a los

 h e c h o s , l i m i t a d a

a l j u e g o p u r a m e n t e a b s t r a c t o

  de la

  c o m p a t i b i l i d a d l ó g i ca e n t r e n o r m a s .

E n e s t e s e n t i d o , r e s u l t a i n a d m i s i b l e  la  c r í t i c a  a la  j u r is p r u d e n c i a c o n s

t i t u c i o n a l i t a l i a n a

  que

  h a c e

  VOLPE:

  L'ingiustizia delle Leggi. Studi  qui

modelli

  di

  giustizia costituzionale,  Mil ano , 1977,

 ya cit. Cfr.

 s o b r e c ó m o

l o s c o n c e p t o s j u r í d i c o s i n d e t e r m i n a d o s  han de p r e c i s a r s e s o b r e s u p u e s

t o s

 de

 h e c h o c o n c r e t o s :

  F.  SAINZ MORENO:

  Conceptos jurídicos, interpre

tación

  y

  discrecionálidad administrativa,  cit . , pp . 213

 y ss. H. E.  HENKE:

Die Tatfrage.  Der  unbestimmte Begriff  im  Zivilrecht  und  seine Revisi-

bilitat,  Ber l ín , 1969 ( t r a d . esp .

 en

 Bu en os A ires, 1979).

 Por

  e l l o a c i e r t a

 la

L e y O r g á n i c a  de  n u e s t r o T r i b u n a l C o n s t i t u ci o n a l  al  p r e v e r  con  c a r á c t e r

g e n e r a l

  la

 p o s i b i l i d a d

  de

 a b r i r

 el

 p r o c e s o c o n s t i t u c i o n a l

  a

  p r u e b a , a r t í c u

lo

  89.

 P a r a

  la

  p r á c t i c a n o r t e a m e r i c a n a

  de

  a p r e c i a r

  los

  constitutional

facts,

  v é a s e ,  por t o d o s ,  P.  BREST:

  Processes

  of

  Constitutional Decision-

making,

  cit ., p p . 89 y ss. En

  A l e m a n i a ,

  F.  OSSEWBUEHL:

  « D i e K o n t r o l l e

v o n T a t s c h e n f e s t e l l u n g e n

  und

  P r o g n o s e e n t s c h e i d u n g e n d u r c h

  das Bun-

d e s v e r f a s s u n g s g e r i c h t » ,   en

  Bundesverfassungsgericht

  und

  Grundgesetz,

ci t . ,

  I,

  pp. 458

 y

  s s .

 Es

 u n a o b j e c i ó n i m p o r t a n t e

  a la

 « p u r e z a »

  de la

 c o n s

t r u c c i ó n k e l s e n i a n a .

Page 117: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 117/132

236

EL

  TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Se t ra ta ,  en  definitiva,  en la  expres iva dicotomía  del li

b ro  de  H ow ard

  BALL,

  de  p r e s e n t a r  al  pueb lo  las  decis iones

const i tuc ionales como  un  p r o d u c t o  de la  «ar tesanía» jur í

dica ,  a  p a r t i r  de los  pr incipios const i tuc ion ales ,  y no  com o

ukases,

  como decis iones  de  p o d e r  que  sólo podr ían apoyar

se   en las  incl inaciones personales  de los  jueces const i tu

c ionales , inc l inaciones i r re levantes para  el  pueb lo  y que

carecen  de  cualquier legi t imidad para er ig i rse  en  mot ivos

25 8

V I I I .

  LA CUESTIÓN DE LOS CRITERIOS  DE FONDO  237

Sólo

  así sus

  s en tenc i a s cu m pl i r án

  la

  alta función

  de

 in te

gración  a que  es tán l lamad as , sólo  así  p o d r á n  ser  acepta

das  y obedec idas .  En  ot ro caso, si el  Tr ibunal decidiese por

r e so luc iones au to r i t a r i a s  no  jus t i f icadas  en la  Const i tución,

si hiciese gala  de un  «imper ia l i smo judic ia l»

26 1

, pondr í a  en

r iesgo  al  s i s t em a en t e ro .  «Un Tr ibuna l Suprem o  de  pa r t i do

es   un  pel i g ro fundam en ta l pa r a  la  es tabi l idad  de  nues t r a

sociedad. . .  El  s i s tema const i tuc ional  no  p o d r í a d u r a r  si

Page 118: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 118/132

ú l t im os

  de

  dichas decis iones .

  El

  a r t e

  o la

  ar tesanía jur í

dica  es  j u s t a m e n t e  esa de  p a s a r  de la  n o r m a  a la  aplica

c ión,  y  nacer lo med iante «expl icación, persua s ión  y  justifi

cación razonada»,  no  dec id i endo s im p lem en te  por un  crite

r i o pe r sona l  de  apreciac ión  ad hoc del  caso

25 9

. Es to úl t imo

puede  ser lo  p rop io  de los  legis ladores ,  del  Ejecut ivo,  de

quienes deciden pol í t icamente . Pero  el  Tr ibunal sólo puede

fallar  on the

  legal foundations,

  sob re fundam en tos j u r íd i cos ,

no como «ot ro ac tor pol í t ico  o de pa r t i do»  o  com o  un  «gru

po ideológico», s ino naciendo  de  cada decis ión «una obra

de ar te», «con razones  que son genera les y que son p a r t e de

la fábr ica jur íd ica  de la  sociedad». Esto obl iga  a los  jueces ,

pa r a m an tene r se

  en

  es te «al to plano»,

  a

  sacr i f icar

  sus

  inte

reses  o  ideas  o  incl inaciones personales ,  a  esforzarse  en

se r ó rganos pu ros

  de la

  Const i tución, capaces

  de

  exp re sa r

su s is tema super ior  de valores

 260

.

lo 51,2, del  Convenio Europeo para  la  Protección  de los Derechos Hu

manos.

258

 H. BALL:  Judicial crajtmanship  or  fiat,  cit., pp . X y ss. y  passim.

P. BREST  ha  notado  que esta exigencia especial  de  justificación  en las

sentencias constitucionales

  es la

  única manera

  de

  superar

  el  counter-

majoritarian argument,

  el argumento que pone

 en

 cuestión

 la

 legitimidad

de

  un

  Tribunal

  que

  decide contra

  la

  mayoría popular expresada

  en el

voto de las  Cámaras. Crit icando  la  excesiva concisión  de las  decisiones

del   Conseil Constitutionnel  francés,  A. GROSSER  ha  notado  la  superiori

da d

 de los

  sistemas norteamericano

  y

  a lemán

 de una

 motivación

 más

extensa

 y de la

 publicación conjunta

  de las

 opiniones disidentes

 o

  votos

particulares; dice: «Las consideraciones detalladas de la mayoría y de la

minoría contribuyen  a  desdramat izar  el  enfrentamiento  en la  medida

misma  en que la  relatividad  de las conclusiones aparece claram ente, y

en

 la

  medida también

 en

 q ue

 la

 ponderación

 de la

 argumentación

  se

 sus

ti tuye

 a la

 vehemencia del de bate

 de

 opinión. Y las palabras de los jueces

tienen más ocasión de  concentrarse sobre los argum entos serios que las

justas ora torias  de los  parlamentarios»  (en su  artículo «Cours constitu-

tionnelles  et  valeurs  de  référence.  Apropos  de  décisions  sur  l'avorte-

ment», en la  revista  Pouvoirs,  dedicada monográficamente  a Le Conseil

Constitutionnel,  nú m . 13, 1980 p. 130.

259

 H.  BALL, p. XH.

260

  H.  BALL,  pp. XII-XIII.

los jueces mismos

  no

  hacen honor

  a sus

  prece ptos bás i

cos»

 262

.

Archibald  Cox ha  no t ado ce r t e r am en te  que  j u s t am en te

en  ese di f íc i l p unto exacto e s tá  la  fuente  del p o d e r  del  Tri

buna l Suprem o am er i cano :

  «la

  capac idad

  de

  rac ional izar

un ju ic io const i tuc ional  en  t é rm inos  de  pr incipios refer ib les

a  las  fuentes  del  D e recho acep t adas  es un  e lemento esen

cial y el más i m p o r t a n t e  de la  apl icación  de la  Const i tución.

E s  una de las  úl t ima s fuentes  de  p o d e r  del  Tr ibunal» .  El

p o d e r  de  és te  de  gene ra r consenso depende  «en un  g r ado

i m p o r t a n t e  de la  fue r za pe rm anen t e  del  rule

  of law,

 del im

pe r io

  del

 D e recho ,

 de la

  creencia

  en que el más

  im por t an t e

e l em en to  en las  dcis iones judic ia les  no es

  fiat, ukase

  o de

cis ión desnuda, s ino pr incipios  que  vinculan  a los  jueces

a  la vez que a los  l i t igantes  y que se  apl ican consis tente

m en te en t r e t odos  los  h o m b r e s  hoy, com o t am bién  se  hizo

ayer  y se  h a r á m a ñ a n a .  Yo no  puedo p roba r e s t o s pun tos

—concluye Cox—, sino sólo decir  que son la fe que los

j u r i s t a s p ro f e sam os»

26 3

.

D en t ro  de esa  exigencia cualificada  de  jus t i f icación  de

las decis iones  del  Tr ibuna l Cons t i t uc iona l  se  s i túa  el  papel

de  la  c rí t i ca . Com o pa ra n inguna o t r a j u r i sp rudenc i a ,  es

261

 La expresión  es de  VEDEL en su  t rabajo  «Le Droit administratif,

peut-il étre indéfiniment jurisprudentiel?»,

  en Etudes  et  Documents  du

Conseil d'Etat,

  núm . 31, Parí s, 1980, p. 37. Hab lando del Derecho juris pru

dencial en general y de por qué el mi smo no viola el  principio democrá

tico, dice: «Lo esencial es que la regla de derecho de origen jurisp ruden

cial no sea una manifestación  de  imperialismo judicial», que el juez no

se presente como «detentador  de un  derecho natural a él revelado y que

prevalecería sobre

 y

 cont ra

  las

 masas

 o

  cont ra

  las

 potestades»,

  que «la

regla

 de

 derecho»

 que él

 enuncia

  sea

  «descubierta»

 o,

  mejor, «nacida

 de

un parto» y no  «inventada».

262

 H.  BALL,  pp. XII-XIV.

263

 A. Cox: The  Warren C ourt. Constitutional decisión  as an  instru-

ment  of  reform,  cit.,  pp. 21-2.

Page 119: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 119/132

Page 120: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 120/132

SU M A R IO :

I. INTRODUCCIÓN: LA SITUACIÓN PRECONSTITUCIONAL

DE

 NUESTRO

DERECHO ADM INISTRA TIVO SANCIONATORIO

Y LA INCIDENCIA DE LA CONSTITUCIÓN .

I I . L A S E N T E N C I A D E 3 0 D E E N E R O D E 1 9 8 1 Y L A C O N

S A G R A C I Ó N  DEL PRINC IPIO «NON BIS IN ÍDEM» Y DE LA

INTERDICC IÓN DE LA DOBLE SANCIÓN, ADMINISTRATIVA

Y PENAL, POR LOS MISMOS HECHOS. L.A RESERVA DE LA

SENTENCIA   SOBRE LA POTESTAD DISCIPLINARIA COMO

«OBITER DICTA» Y, POR TANTO, CUESTIÓN NO RESUELTA.

I I I . L A S E N T E N C I A D E 8 D E J U N I O D E 1 9 8 1 Y L A C O N

DENA

  DE LA IMPOSICIÓN DE SANCIONES ADMINISTRATI

VAS «DE PLANO» O SIN PROCED IMIENTO. EL PRIN CIPI O

DE APLICABILIDAD A LAS SANCIONES ADMINISTRATIVAS

DE LOS CRITERIOS PROPIOS DEL ORDEN PENAL. LA APLI

CACIÓN DEL ARTÍCULO 24 DE LA CONSTITUCIÓN A LA

ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA SANCIONATORIA Y SU

TRANSCENDENCIA. LA JUSTIFICACIÓN SUBSTANCIAL DE

ESA APLICACIÓN EN LA PERSPECTIVA DE LA LIBERTAD

DEL CIUDADANO (LIBERTAD FÍSICA O DE ACTUACIÓN LÍ

CITA, PRESUNCIÓN DE INOCENCIA); EL «CONTENIDO

ESENCIAL» DEL ARTÍCULO 24. LA SUPERIORIDAD DE LOS

DERECHOS FUNDAMENTALES SOBRE LOS PRIVILEGIOS AD

MINISTRATIVOS Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS.

IV. CONCLUSIÓN.

Page 121: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 121/132

I

En e l momento inmedia tamente an te r io r a la Cons t i tuc ión ,

en un a r t ícu lo publ icado en es ta   REVISTA,  p r i m e r o

  (El pro

blema jurídico de las sanciones administrativas,  en el nú m. 10

de «REDA», 1976, pág. 399 y sigs.), y luego en la primera edi

ción del tomo II del

  Curso de Derecho Administrativo

  que

es tamos publ icando conjun tamente T . R.  FERNÁNDEZ  y yo

(1977,

  pág. 147 y s igs .), intenté demostrar que «el capítulo de

la actividad sancionatoria de la Administración es uno de los

más imperfec tos de nues tro ac tua l Derecho públ ico» , por

«contra r ia r ab ie r ta men te pos tu lados e lementa les de l Dere

cho»;  «una de las imperfecciones más graves de nuestro Es

tado de Derecho», «sin paralelo posible en ningún otro país

de nuestra área cultural», en la «que reaparece, en su expre

sión más pura, la vieja doctrina absolutis ta . . . según la cual,

en té rminos de

  DOMAT,

  Vadministration de la pólice renferme

l'usage de l'autorité de la justice».

  Obse rvaba, en fin, que

«frente al refinamiento de los criterios y de los métodos del

Derecho Pena l , e l Derecho sanc iona tor io admin is t ra t ivo ha

aparec ido duran te mucho t iempo como un derecho repres ivo

primario y a rca ico , donde seguían ten iendo cab ida la s an t i

guas y groseras técnicas. . . ; s in hipérbole puede decirse que

e l Derecho Adm inis t ra t ivo sanc ionario es un derecho repres ivo

pre-beccariano».

La incidencia de la Constitución de 1978 sobre esa reliquia

h is tó r ica in jus t i f icada ha ten ido que implica r necesa r iamente

244

APÉNDICE: UNA APLICACIÓN

un revuls ivo de sus supuestos de base , y , por tanto , una t rans

formación substancia l de la ins t i tuc ión. En la 2 .

a

  edición del

c i tado

  Curso de Derecho Administrativo,

  tomo I I (Edi tor ia l

Civitas, Mad rid, 1981, pág. 147 y sigs. , en e special pág. 152 y

s iguientes : «Lími tes const i tuc ionales» a las sanciones admi

nis t ra t ivas de protección del orden genera l ) , as í lo notamos ya

sus autores . Si b ien la norma suprema ha const i tuc ional izado,

CONSTITUCIÓN Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS 24 5

I I

La p r im era

  Sentencia es la de 30 de enero de 1981,

  una de

las pr imeras producidas por e l Tr ibunal Const i tucional ( su

texto, en el «Boletín Oficial del Estado» de 24 de febrero de

1981), con la cual la Sala 1.

a

  del Tr ibunal , en ponencia del

Magis t rado D. Manuel  DÍEZ DE VELASCO,  resuelve un recurso

de amparo. El recurso planteaba abier tamente e l tema cono

cido del  bis in idem  es to es , que e l recurrente había s ido ob

Page 122: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 122/132

en c ier to modo, la potes tad sancionator ia de la Adminis t ra

c ión (ar t . 25) , la ha , por una par te , l imi tado substancia lmente

y, por o t ra , la ha somet ido, expl íc i ta o impl íc i tamente , a todo

el cor te jo de pr incipios de l iber tad y de Estado de Derecho

que proclama como «valores super iores de su Ordenamiento

jur ídico» su ar t ículo 1 . ° En esa exposic ión in tentamos preci

sar e l grado de esa incidencia , aunque sobre la base de argu

m en tos pu ram en te deduc t i vos , en t é rm inos , po r t an to , po l é

micos e inseguros .

Tiene por e l lo e l mayor in terés notar que a lgunas de las

conclus iones a l l í avanzadas sobre la radical t ransformación

que impone la Const i tución sobre la ins t i tuc ión de las san

c iones adminis t ra t ivas ta l como ha venido funcionando en

nuest ro Derecho han dejado de ser s imples opiniones subje

t ivas para conver t i r se ya en doct r ina const i tuc ional f i rme y

def ini t iva , formulada por e l Tr ibunal Const i tucional en dos

Sen t enc i a s que e s t im am os de p r im era im por t anc i a pa r a nues

t ro Derecho Públ ico.

Esta doct r ina , como imputada a la Const i tución misma, de

la que e l Tr ibunal Const i tucional es e l « intérpre te supremo»

(art . 1.° de su Ley orgánica de 3 de octubre de 1979), prevalece

a par t i r de ahora incluso sobre formulaciones legales (y , por

supuesto , reglamentar ias) cont rar ias , as í como sobre la doc

t r ina legal del Tr ibunal Supremo. Ha de notarse que, en

efecto, existen leyes, reglamentos y sentencias de las Salas de

lo Contencioso-Adminis t ra t ivo del Tr ibunal Supremo en gran

número que quedan, como consecuencia de las declaraciones

del Tr ibunal Const i tucional , a fec tadas de inconst i tuc ional idad,

reconducible a l momento mismo de la ent rada en vigor de la

Const i tución ahora in terpre tada .

je to de una doble sanción por los mismos hechos , una ad

minis t ra t iva (mul ta del Tr ibunal Provincia l de Contrabando

de Madr id por haber s ido considerado encubr idor de una in

f racción de cont rabando) y ot ra penal (mul ta por la Sala de

lo Penal de la Audiencia Nacional , por autor en grado de ten

ta t iva de un del i to monetar io) . El recurso de amparo argüía

la inconst i tuc ional idad del pr incipio

  bis in idem,

  o de redu

pl icación de sanciones , no obstante su consagración legal y

ju r i sp rudenc i a l m ú l t i p l e .

La Sentencia deses t ima e l recurso, pero es muy impor tan

te notar que no lo hace por entender que la técnica de la

doble sanción, adminis t ra t iva y penal , por los mismos hechos

sea posible admit i r la en e l s i s tema de la Const i tución; por e l

cont rar io , declara de manera expl íc i ta que dicha técnica no

cabe ya t ras la Const i tución, pero que en e l caso del recurso

la Adminis t rac ión y e l Juez habían sancionado hechos dis t in

tos (aquél la , la impor tac ión c landest ina de diamantes ; és te , e l

pago en pesetas , s in autor ización adminis t ra t iva , de dicha

m ercanc í a ) .

La Sentencia proclama, pues , que la Const i tución ha abro

gado def ini t ivamente e l ext raño e in jus t i f icado s is tema de

que unos mismos hechos pudiesen dar lugar a dos sanciones

dis t in tas e independientes ( independientes incluso, según de

c laraciones legales y jur isprudencia les b ien conocidas , en e l

sent ido de que cada esfera sancionator ia podía es t imar de

manera completamente di ferente la rea l idad de los mismos

hechos , su ca l i f icación y la culpabi l idad de su autor) .

En nues t ro c i t ado

  Curso de Derecho Administrativo,

  II ,

2.

a

  ed. , pág. 170 y sigs. (igualmente en

  Lecciones de Dere

cho Urbanístico,

  en colaboración con L.  P A R E J O ,  tomo I I , Ma-

2 4 6 A PÉN D IC E : U N A A PLIC A C IÓ N

d r i d , 1 9 8 1 , p á g . 40 2 , c o n t ra e l t e x t o l i t e r a l d e l a r t . 2 25 d e l a

L e y d e l S u e l o ) , a s í l o h a b í a m o s s o s t e n i d o e n b a s e a u n o s a r g u

m e n t o s q u e n o t i e n e i n t e r é s r e c o r d a r a h o r a . E l r a z o n a m i e n t o

d e l T r i b u n a l e s m á s s i m p l e y m á s c o n t u n d e n t e q u e e l q u e a l l í

p r o p u s i m o s . P a r a l a S e n t e n c i a , l a f ó r m u l a

  non bis in idem

  e s

u n « p r i n c i p i o g e n e r a l d e l D e r e c h o » , q u e t i e n e h o y r e s p a l d o

c o n s t i t u c i o n a l , a u n q u e n o f i g u r e e x p r e s a m e n t e i n c l u i d o e n l a

t a b l a d e d e r e c h o s d e l o s a r t í c u l o s 1 4 a 30 d e l a C o n s t i t u c i ó n ,

q u e s o n l o s t u t e l a d o s p o r e l r e c u r s o d e a m p a r o .

C O N S T I T U C I Ó N Y S A N C I O N E S A D M I N I S T R A T I V A S 2 47

c o n c l u i r l o , u t i l i z a n d o e l m é t o d o l i t e r a l d e i n t e r p r e t a c i ó n m á s

s i m p l e ; u n a d e t e r m i n a d a - a c t u a c i ó n , a c t i v a u o m i s i v a , p o d r á

s e r t i p i f i c a d a c o m o d e l i t o , c o m o f a l ta o c o m o i n f r a c c i ó n a d

m i n i s t r a t i v a , p e r o n o c o m o t o d a s o v a r i a s d e e s a s f i g u r a s a

l a v e z . E l t e x t o d e l a r t í c u l o 2 5 i m p o n e e s t a c o n c l u s i ó n e l e m e n

tal.  L a i n f r a c c i ó n a d m i n i s t r a t i v a h a d e j a d o d e s e r c o n e l l o u n

t i p o s u p e r p u e s t o a u n t i p o p e n a l y m u c h o m e n o s u n t i p o d e

f u n c i o n a m i e n t o i n d e p e n d i e n t e a l p e n a l y h a s t a c o n t r a d i c t o r i o

c o n é l ( « a u t ó n o m o » , s e l l a m a b a a e s t a e x t r a ñ a f i g u r a ) . U n a

Page 123: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 123/132

E s a o m i s i ó n , s i n e m b a r g o , n o t i e n e e l s i g n i f i c a d o d e u n a

e x c l u s i ó n d e l p r i n c i p i o , p u e s

« c o mo e n t e n d i e ro n l o s p a r l a me n t a r i o s e n l a C o mi s i ó n d e

A su n t o s C o n s t i t u c i o n a l e s y L i b e r t a d e s Pú b l i c a s d e l C o n g re so ,

a l p res c ind i r de é l en la redac ción del art ícu lo 9 .° del Ante

p ro y e c t o d e C o n s t i t u c i ó n , v a í n t i ma me n t e u n i d o a l o s p r i n

c ip ios de legal idad y t ip ic idad de las infracciones recogidos

p r i n c i p a l me n t e e n e l a r t í c u l o 2 5 d e l a C o n s t i t u c i ó n » .

E n e s t e s i m p l e r a z o n a m i e n t o q u e d a j u s t i f i c a d o e l v a l o r

c o n s t i t u c i o n a l d e l p r i n c i p i o  non bis in idem  c o m o i n c l u i d o

e n l a t a b l a f u n d a m e n t a l d e d e r e c h o s .

E n e f e c t o , l a r e f e r e n c i a a l o s t r a b a j o s c o n s t i t u y e n t e s e s

e x a c t a . E n e l A n t e p r o y e c t o c o n s t i t u c i o n a l ( « B o l e t í n O f i c ia l d e

l a s C o r t e s » d e 5 d e e n e r o d e 1 97 8) s e h a b í a m e n c i o n a d o d e

m a n e r a e x p r e s a , e n t r e l o s p r i n c i p i o s p r o c l a m a d o s p o r e l a r

t í c u l o 9 . ° d e l a C o n s t i t u c i ó n , e l d e

«exclusión de la doble sanción por los mismos hechos» .

E n e l d e b a t e e n l a C o m i s i ó n d e A s u n t o s C o n s t i t u c i o n a l e s

y L i b e r t a d e s P ú b l i c a s d e l C o n g r e s o s e e l i m i n a r á e l t e x t o , a u n

q u e s i n q u e n a d i e p o n g a e n d u d a ( a n t e s b i e n , r e a f i r m á n d o l o

e x p r e s a m e n t e ) l a j u s t i f i c a c i ó n d e l p r i n c i p i o ( « D i a r i o d e S e

s i o n e s d e l C o n g r e s o d e l o s D i p u t a d o s » , s e s i ó n d e l 1 6 d e m a y o

de 1978).

L a i n c l u s i ó n d e l

  non bis in idem

  e n l o s p r i n c i p i o s d e t i p i c i

d a d y l e g a l i d a d d e l o s d e l i t o s , f a l t a s « o i n f r a c c i ó n a d m i n i s

t r a t i v a » q u e s e e n u n c i a e n e l a r t í c u l o 2 5 p a r e c e c l a r a . L a c o n

j u n c i ó n d i s y u n t i v a « o » e m p l e a d a p o r e l p r e c e p t o a s í i m p o n e

d e t e r m i n a d a a c c i ó n u o m i s i ó n e s t a r á i n c l u i d a e n u n t i p o p e n a l

o e n u n t i p o d e i n f r a c c i ó n a d m i n i s t r a t i v a , n u n c a s i m u l t á n e a

m e n t e e n a m b o s , y e s a i n c l u s i ó n , e n t o d o c a s o , t e n d r á q u e s e r

o b ra d e l a Le y .

L a c o n c l u s i ó n e s t r a n s c e n d e n t a l p a r a e l f u n c i o n a m i e n t o d e

n u e s t r o s i s t e m a r e p r e s i v o y , p o r t a n t o , p a r a d e t e r m i n a r e l

á m b i t o d e l o l í c i t o , o , m á s s i m p l e m e n t e , d e l a l i b e r t a d . N u e s t r o

D e r e c h o A d m i n i s t r a t i v o q u e d a c o r r e g i d o e n u n p u n t o e s e n

c i a l , e s p e c i a l m e n t e n e c e s i t a d o d e r e c t i f i c a c i ó n .

L a S e n t e n c i a d e c l a r a l u e g o q u e « p a r a q u e r e s u l t e o p e r a t i v a

l a p r o h i b i c i ó n q u e r e p r e s e n t a e l p r i n c i p i o   non bis in idem»

e s i m p r e s c i n d i b l e u n a « c o i n c i d e n c i a f á c t i c a » , q u e e l T r i b u n a l

n o a p r e c i a e n e l c a s o d e l r e c u r s o , c o m o y a s e h a n o t a d o . I n

t e r e s a d e s t a c a r l a e x p r e s i ó n e n t r e c o m i l l a d a p o r q u e d e e l l a r e

s u l t a q u e e l p r i n c i p i o i n d u c i d o d e l a C o n s t i t u c i ó n « p r o h i b e »

p o s i t i v a m e n t e l a d o b l e s a n c i ó n , e f e c t o e n é r g i c o y p r e c i s o .

E s i m p o r t a n t e n o t a r q u e i n c l u s o c o n p o s t e r i o r i d a d a l a

C o n s t i t u c i ó n s e h a n d i c t a d o l e ye s q u e h a n s e g u i d o p r o c l a m a n

d o e l p r i n c i p i o d e c o m p a t i b i l i d a d d e l a d o b l e s a n c i ó n ; a s í , l a

L e y d e P r o t e c c i ó n d e C o s t a s d e 1 0 d e m a r z o d e 1 9 80 , a r t í c u

lo 2.°, 1.

O b s e r v e m o s , e n f i n , q u e d e e s a f o r m u l a c i ó n g e n e r a l l a

S e n t e n c i a p a r e c e e x c l u i r e l s u p u e s t o d e l a s s a n c i o n e s a d m i n i s

t r a t i v a s d i s c i p l i n a r i a s u o r i g i n a d a s e n « u n a r e l a c i ó n d e s u p r e

m a c í a e s p e c i a l d e la A d m i n i s t r a c i ó n — r e l a c i ó n d e f u n c i o n a r i o ,

s e r v i c i o p ú b l i c o , c o n c e s i o n a r i o , e t c . — » . E s t a l i m i t a c i ó n m e

p a r e c e d i s c u t i b l e ( v é a s e s o b r e e l t e m a e l

  Curso,

  c i t . , p á g i

n a s 1 71 -1 72 , y e s p e c i a l m e n t e e l e x c e l e n t e l i b r o d e E .  OCTAVIO

D E   TOLEDO:  La prevariación del funcionario público,  M a d r i d ,

248

APÉNDICE: UNA APLICACIÓN

1980,

  pág. 263 y s igs . ; en el debate constituyente justificaba la

l imitac ión e l d ipu tado  M E I L A N G I L ,  en tan to que e l d ipu tado

PECES-BARBA   o frec ía una fórmula mucho más ce r te ra : «Dia r io

de Sesiones del Congreso de los Diputados», sesión del 16 de

m ayo) ,  pero debe notarse que, al no darse en el caso del pleito

esa «relación de supremacía especial», la indicación de la sen

tencia es aquí s imple  obiter dicta  y, por tanto, no vinculante

como doc tr ina pa ra e l fu turo . Es ta cues t ión queda , pues ,

ab ie r ta .

CON STITUCIÓ N Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS 249

La cuestión que se plantea y resuelve la sentencia es , pues,

la de la constitucionalidad de la imposición de sanciones «de

plano», esto es , s in procedimiento alguno y s in audiencia del

sanc ionado , s is tema prev is to pa ra la mate r ia de l o rden públ ico

en el artículo 137, 2, 5 del antiguo Reglamento de Procedi

mien to Adminis t ra t ivo de l Min is te r io de la Gobernac ión , de

31 de enero de 1947, que una inter pret ació n fo rzada de la

c láusu la de roga tor ia de la Ley de Proced imien to Adminis t ra

t ivo,

  desarrollada por el Decreto de «vigencias» de 10 de octu

bre de 1958 (y reiterada por el Estatuto de Gobernadores

Page 124: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 124/132

I I I

La segunda Sentencia es la bien reciente  de 8 de junio

de 1981  («Boletín Oficial del Estado» de 16 de junio), tam

bién dictada por la Sala 1.

a

  del Tribunal Constitucional en un

recurso de amparo s iendo ponente D. Rafae l   GÓMEZ-FERRER.

Los recurren tes e ran cua tro func ionarios de Correos y d ir i

gentes del Sindicato independiente CSUT que habían s ido

sancionados disciplinariamente con ocasión de una huelga del

servicio de correos en julio de 1979, sanción que dio lugar a

var ias asambleas en la s que asumieron un c ie r to pape l que

de te rminó que e l Gobernador c iv i l de Barce lona , a l amparo

de la Ley de Orden Público, s in seguir ningún procedimiento,

les sancionase con multas de 100.000 pesetas a cada uno «por

organ iza r asambleas s in au tor izac ión» .

El recurso (que se formuló tras haber agotado sin resul

tado la vía contencioso-administrativa ante la Audiencia Te

rr i to r ia l de Barce lona) p lan teaba va r ias cues t iones sobre de re

chos constitucionales (el art. 21 de la Constitución consagra

el derecho de reunión s in autorización previa, represión del

derec ho sindical segú n el art. 18, concep to de orden público

manif ies tamente con tra r io a la Cons t i tuc ión) , pe ro e l Tribuna l

planteó de oficio, a l amparo del artículo 84 de su Ley orgánica,

la posible exis tencia de otro motivo no alegado capaz de jus

tificar la pretensión de amparo, el motivo de que el acto de

imposición de las multas había podido infringir el artículo 24

de la Cons t i tuc ión . Es , f ina lmente , e s te motivo propues to de

oficio el que retiene el Tribunal para anular las sanciones y

o torgar e l amparo .

civiles de 1958 y por un Decreto de 16 de junio de 1965) había

dado por v igen te , con conformidad re i te rada de la ju r ispru

dencia (el libro de Lorenzo  MARTÍN-RETORTILLO:  Las sanciones

de orden público en el Derecho español,  I, M adr id, 1973, pá

gina 315 y s igs . , criticó vigorosamente esa jurisprudencia; s i

gue su línea nuestro citado  Curso,  II, págs. 175-6, que en la

edición última utiliza ya el argumento del artículo 24 de la

Cons t i tuc ión) .

Es te importan te tema l leva a l Tribuna l a p lan tea rse s i

«los principios establecidos en el artículo 24 de la Constitu

ción» son o no aplicables a la Administración en materia

sancionadora. El tribunal concluye que s í y esta conclusión

nos pa rece t rascendenta l , exced iendo en mucho de l supues to

concreto de la imposición de sanciones «de plano».

La Sentencia comienza notando que «la Constitución incor

pora un s is tema de va lores cuya obse rvanc ia requ ie re una

in te rpre tac ión f ina l is ta de la norma fundamenta l» , a f i rmac ión

de principio de un gran relieve general, que le permite llevar

el anális is por encima del texto literal del artículo 24, que

formula ga ran t ías c la ramente re fe r ib les a l p roceso y no a la

Adminis t rac ión (obs tácu lo donde se hab ían de ten ido e l Min is

terio Fiscal y el Abogado del Estado para excluir la aplicación

a l caso de d icho precep to) . E l Tribuna l t raza e l puen te en tre

e l supues to p rocesa l y e l admin is t ra t ivo a t ravés de es te ra

zonamien to :

«Ha de recordarse que los principios inspiradores del

orden penal son de aplicación, con ciertos matices, al Dere

cho sancionador, dado que ambos son manifestaciones del

Ordenamiento punitivo del Estado, tal y como refleja la

25

APÉNDICE: UNA APLICACIÓN

propia Constitución (art. 25, principio de legalidad) y una

muy reiterada jurisprudencia de nuestro Tribunal Supremo

(Sentencias de la Sala 4.

a

  de 29 de septiembre, 4 y 10 de

noviembre de 1980, entre las más recientes), hasta el punto

de que un mismo bien jurídico puede ser protegido por téc

nicas administrativas o penales.»

La consagración const i tuc ional de es te pr incipio , que ha

b í a a l um brado una j u r i sp rudenc i a con t enc ioso -adm in i s t r a t i va

especia lmente lúcida ( jur isprudencia «que cuenta con jus t ic ia

CONSTITUCIÓN Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS 251

Aunque acaso no se expl ic i ten suf ic ientemente en la Sen

tencia , me parece que -hay mot ivos substancia les para esa

t ras lac ión, por debajo del pr incipio a ludido de la ident idad

de la ac tuación puni t iva del Estado que obl iga a apl icar «con

cier tos mat ices» los «pr incipios inspi radores del orden penal»

al Derecho adminis t ra t ivo sancionador , pr incipio formal y un

tanto apodíc t ico s i hubiese de quedarse en esa s imple formula

c ión genera l . Esos mot ivos mater ia les , como ya hemos ex

pues to en o t ro l uga r  (Curso,  cit., págs. 153-4, 163-4, 176 y 184),

Page 125: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 125/132

ent re las mejores reacciones de nues t ro contencioso-adminis-

t ra t ivo», habíamos dicho en

  Curso,

  cit . , pág. 162), me parece

de la mayor impor tancia genera l para todo e l tema del Dere

cho adminis t r a t ivo sa nciona dor . A par t i r de ahora y por der i

vación del mandato supremo const i tuc ional que e l Tr ibunal

in ter pre ta sobe ranam ente , e l «Derecho repres ivo pre-becca-

r iano» que ha venido s iendo nues t ro Derecho sancionator io

adminis t ra t ivo pasa a es t ructurarse en bloque con las técni

cas af inadas por la gran const rucción jur íd ico-penal , sa lvo

«cier tos mat ices» —los «mat ices» permi ten adaptaciones fun

c ionales , no derogaciones substancia les (volveremos sobre es te

ext remo) . La t ranscendencia de es ta declaración de nues t ro

Tr ibunal Const i tucional me parece de pr imer orden, en una

mater ia de re levante impor tancia para la l iber tad de los c iu

dadanos .

Sobre ese pr incipio de la t ras lac ión a l Derecho adminis

t ra t ivo sancionador de «los pr incipios inspi radores del orden

penal» y en base a la « interpre tac ión f inal i s ta», e l Tr ibunal

concluye que:

«Los principios esenciales reflejados en el artículo 24 de

la Constitución en materia de procedimiento han de ser aplicables a la actividad sancionadora de la Administración en

la medida necesaria para preservar los valores esenciales

que se encuentran en la base del precepto y la seguridad

jurídica que garantiza el artículo 9.° de la Constitución.»

Se t ras ladan resuel tamente , pues , no sólo los pr incipios

penales mater ia les , s ino también los referentes a l proceso pe

nal , y en concre to los enunciados como bás icos en e l ar t ícu

lo 24 de la Constitución, si bien «no se trata de una aplicación

l i tera l» , precisa .

resul tan c laramente de la conf iguración del ar t ículo 24 de la

Const i tución como una garant ía de la l iber tad del c iudadano,

l iber tad en la que ocupa un lugar cent ra l su bás ica «presun

ción de inocencia» y , por tanto , los cauces es t r ic tos que en e l

precepto se precisan para su des t rucción. Desde esa perspec

tiva, que es la del artículo 24 de la Constitución («todas las

personas t ienen derecho», « todos t ienen derecho») , la de su

lugar s i s tem át ico, de nt ro de la Sección 1 , de l Capí tulo I I de l

Tí tulo I («De los derechos fundamenta les y de las l iber tades

públ icas») , se comprende que ese ámbi to de l iber tad indivi

dual ha de ser ef icaz f rente a todas las ins tancias públ icas

repres ivas . Ser ía una bur la ( la bur la en que t radic ionalmente

se ha venido basando, por lo demás, la supuesta «autonomía»

del Derecho Adminis t ra t ivo sancionator io) pre tender que ese

ám bi to de l i be r t ad t an cu idadosam en te d i s eñado po r l a no r

ma const i tuc ional y que ocupa un lugar cent ra l en la pos ic ión

jur ídica del c iudadano, pues to que def ine su ámbi to genera l

de ac tuación l íc i ta , e l que es tá protegido por e l lo f rente a las

actuaciones repres ivas del Estado, lo que suele l lamarse la

«l iber tad f í s ica» de obrar , ser ía una bur la , decimos, que esa

l iber tad cent ra l de jase de ser operante f rente a la Adminis

t rac ión precisamente . La f i sura en e l s i s tema de l iber tades

ser ía i r reparable s i ta l consecuencia se admit iese . La ac tua

c ión repres iva de la Adminis t rac ión sobre los c iudadanos no

puede benef ic iarse de esas fac i l idades respecto a la que apl i

can los Tr ibunales , como se comprende; de exis t i r jus t i f ica

c ión para una di ferencia de t ra to ent re una y ot ra repres ión,

es más que obvio que todas las razones mi l i tan en favor de

una presunción favorable para la super ior obje t iv idad de la

cumpl ida por los Tr ibunales , o , inversamente , sobre e l mayor

r iesgo de arbi t rar iedad y la mayor sospecha de parc ia l idad y

de ins t rumenta l ización pol í t ica (especia lmente en la mater ia

Page 126: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 126/132

254

APÉNDICE: UNA APLICACIÓN

la culpabi l idad de és te y de los demás requis i tos condic ionan

tes de la l ic i tud de la medida repres iva; la norma has ta ahora

apl icada para es tos casos , e l a r t ículo 137 del ant iguo Regla

mento de Procedimiento Adminis t ra t ivo del Minis ter io de la

Gobernación de 1947, refiere, en efecto, el supuesto de la «san

c ión de plano» a los casos en que «de la denuncia o antece

dente apareciere comprobada la inf racción o ext ra l imi tac ión»;

ese ju ic io de comprobación, que es e l que vendr ía a hacer in

necesar io e l procedimiento cont radic tor io , es , pues , no sólo

uni la tera l de la Adminis t rac ión, s ino secre to , pues to que se

CONSTITUCION Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS 25 5

ciones con ocasión de su ejercicio [de los derechos funda

mentales] sin observar las garantías de procedimiento antes

expuestas. Pues lo contrario incidiría en la esfera misma de

tales derechos y libertades, ya que su ejercicio puede verse

influido por el temor de ser objeto de una sanción en base

a razones y pruebas que se desconocen y que no pueden

ser objetadas en el procedimiento inicial, con la carga de

recurrir y los posibles gastos consiguientes.»

Es una razón de «refuerzo», como la Sentencia dice expre

samente , de modo que, aunque no es la que expl ica la v incu

Page 127: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 127/132

forma s in oí r a l inculpado, s in que és te sea «informado de la

acusación formulada» cont ra é l —en términos del ar t . 24 de

la Const i tución— y de dar le la opor tunidad de defenderse

tanto en cuanto a los hechos (por e jemplo: demost rando que

la pol ic ía le ha confundido con su hermano, o que en e l mo

mento de los hechos se encontraba a 500 ki lómetros del su

ceso o en la cama de un hospi ta l ) , como en e l derecho ( jus t i

f icando que los hechos , aun s iendo c ier tos , no son i legales , no

per turban e l orden públ ico, no le es reprochable culpa a lguna

en e l los o se rea l izaron con a lguna causa de jus t i f icación,

e tcé tera) . Por e l lo , contundentemente , la Sentencia concluye

su razonamiento as í :

«procede declarar la nulidad de los actos aquí impugnados

por haberse dictado sin observar los principios de la Cons

titución que están en la base de su artículo 24».

La

  ratio decidendi

  es tá , pues , aquí , en la v iolac ión por la

Adminis t rac ión de las garant ías mínimas del ar t ículo 24 de

la Const i tución, que vinculan a aquél la de manera posi t iva y

di rec ta .

Sobre es te fundamento decisor io , la Sentencia añade a

mayor abundamiento («la conclus ión anter ior se refuerza , s i

cabe», d ice) o t ro adic ional : que la sanción se impuso con

ocas ión del e jerc ic io de un derecho fundamenta l , e l de re

un ión . Recue rda opor tunam en te e l c a r ác t e r c en t r a l que en e l

s i s tema const i tuc ional («ent re los valores que incorpora la

Const i tución», son sus términos) de los derechos fundamen

ta les , invocando los ar t ículos 10 y 53,2 .

«Esta relevancia —concluye— conduce a la conclusión

inequívoca de que la Administración no puede imponer san-

lac ión a la Adminis t rac ión del ar t ículo 24, s i rve para des tacar

la

  preferred position

  (en la terminolog ía del Tr ibu nal Supre

m o no r t eam er i cano ; c f r . m i t r aba jo

  La posición jurídica del

Tribunal Constitucional en el sistema español: posibilidades

y perspectivas,

  en e l núm ero 1 de «Revis ta Españo la de Dere

cho C onstitu cion al», abr il de 1981, pág. 53 y sigs. [ah ora in

c luido en es te l ibro]) de la l iber tad en e l s i s tema const i tu

c ional y su prevalencia resuel ta sobre los t radic ionales pr ivi

legios de funcionamiento de la Adminis t rac ión. Doct r ina , en

es te sent ido, impor tante en vis ta de ot ras muchas posibles

apl icaciones . Observemos, en todo caso, que e l ar t ículo 24

formula por s í mismo un derecho fundamenta l , de modo que

no precisa refer i rse a l e jerc ic io mater ia l de ot ro derecho fun

damenta l segundo para os tentar por s í sola esa «posic ión pre-

ferencia l» sobre la t radic ional prevalencia de la Adminis t ra

ción.

El desarrol lo de esa preferencia de posic ión jur íd ica no

es de es te lugar y podr ía l levarnos muy le jos de nues t ro tema.

Destaquemos sólo e l ne to rechazo, que formula la Sentencia

en dos ocas iones , de la técnica del desplazamiento de la «car

ga de recurr i r» , que es t radic ional en e l modo de ac tuación de

la Adminis t rac ión (autotute la declara t iva , e jecutor iedad de

sus ac tos) como una técnica suf ic iente de garant ía , exigiendo

e imponiendo la Sentencia de manera resuel ta que esa garan

t ía se produzca con carácter «previo» (se condena e l s i tuar a l

c iudadano «s in posibi l idad de defensa previa a la toma de

decis ión») . A mi ju ic io , y aunque la Sentencia no lo precisa ,

ese pr incipio , junto con e l substancia l de la v inculación de la

Adm inis t rac ión a l ar t ículo 24, ha de l levar nece sar iam ente en

la mater ia sancionator ia adminis t ra t iva a la regla del carácter

suspensivo del recurso contencioso-adminis t ra t ivo, como par-

 

256 APÉNDICE: UNA APLICACIÓN

cia lmente ha aceptado ya e l ar t ículo 7 . ° , apar tado 5 , de la Ley

de Protección Jur isdicc ional de los derechos fundamenta les ,

de 26 de diciembre de 1978 (así ya en

  Curso,

  cit. , pág. 183 y

s iguientes) , para hacer efect iva la garant ía judic ia l que dicho

ar t ículo 24 enuncia . Por ú l t imo, esa prevalencia o preferencia

des tacadas de los derechos fundamenta les como «valores su

per iores del ordenamiento jur íd ico» respecto de los v ie jos

pr ivi legios funcionales de la Adminis t rac ión ha de conduci r

necesar iamente también a ca l i f icar como una nueva y especí

f ica causa de nul idad de pleno derecho de los ac tos adminis

CONSTITUCION Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS 25 7

t ig iosos) pr iv i legios de la Adminis t rac ión, señalando con e l lo

una resuel ta l ínea de progreso de nues t ro s i s tema de Derecho

Públ ico.

El Tr ibunal Const i tucional , que ha l legado a esas conclu

s iones mediante una impecable deducción de pr incipios , dado

que los proclamados no se encuentran en e l texto const i tu

c ional , comienza as í a hacer expl íc i tas las formidables vi r

tual idades de la jus t ic ia const i tuc ional para e l desarrol lo y

el perfeccio namien to de nue s t ro s i s tema jur ídico .

Page 128: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 128/132

t ra t ivos la inf racción por és tos de dichos derechos fundamen

ta les , con todas las impor tantes consecuencias que de e l lo se

der ivan (as í también en e l mismo   Curso,  II, cit. , pág. 54 y si

guientes , especia lmente págs . 62-63) .

IV

He intentado jus t i f icar la t ranscendencia de las dos Sentencias es tudiadas del Tr ibunal Const i tucional . Podemos de

c i r , s in énfas is re tór ico, que pocas Sentencias en la h is tor ia

de nues t ro D e recho Púb l i co podr í an p r e t ende r una im por t an

c ia mayor que las que aquí hemos des tacado.

La impor tancia de es ta nueva doct r ina legal , d i rec tamente

conectada a la Const i tución, y benef ic iada de la «pr imacía» o

super ior idad propia de és ta (ar t . 27,

 1

  de la Ley Orgánica del

Tr ibunal Const i tucional ) , que por ende se impone a ot ras ju

r i sprudencias cont rar ias y aun a Leyes y Reglamentos que

contradigan sus declaraciones , se manif ies ta , en efecto , en que

no se l imi ta a ac larar un s imple problema de conceptos , a

p r ec i s a r cua lqu i e r

  technicality

  de jur is tas , sino que opera y

const ruye sobre e l fondo mismo de la l iber tad del c iudadano

(su l iber tad f í s ica o ámbi to l íc i to de ac tuación no somet ido a l

r iesgo repres ivo, su presunción de inocencia , su l iber tad de

no ser sancionado s ino a t ravés del «debido procedimiento

legal») , un valor substancia l de pr imera impor tancia para la

vida colect iva y no s implemente un tema técnico de especia

l i s tas . Para hacer lo ha tenido es ta jur isprudencia que oponer

un l ími te resuel to a v ie jos (y por e l lo respetados y has ta pres-

ÍNDICE DE N OMBR ES CITADOS *

Page 129: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 129/132

* Los números remiten a las páginas.

r

Aarnio, A., 29.

Acton  (Lord), 52, 108.

Adams, 51, 185.

Adler,

  M., 106.

Alba

  Navarro, M., 154.

Branca, G., 109.

Brandéis, 170.

Brest,

  P., 144, 172, 178, 181, 228,

233,

  234, 235, 236.

Bryce, 124.

Page 130: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 130/132

Alcalá-Zamora  y Castillo, N., 109.

Alonso, E., 145.

Alzaga,

  15.

Alien,

  C. K., 124.

Angelici, M., 199.

Aragón, M., 16, 105, 111, 140, 151.

Armstrong, S . , 171.

Ayala, F. , 23.

Bacon, 224.

Bachof,  O., 65, 99, 110, 112, 118,

142,  180, 181, 182, 183, 184, 232,

238.

Baker,  168.

Ball, H., 196, 234, 235, 236, 237.

B a r c e l o n a ,

  P., 212.

Barile, 199.

Barry, B. , 213.

Basile, S. , 142, 231.

Becker,  108.

Bellet,  166.

Berger,  R., 125, 127, 145, 158, 168,

169,

  170, 172, 176, 199, 202, 203,

209,  211, 225, 226.

Bet termann, K. A. , 139.

Bickel, A. M., 125, 127, 128, 171,

172,  192, 193, 211, 213, 214.

Biscaretti

  d i

  Ruff ia ,

  P., 166.

Black,  Ch. L., 125, 127, 128, 169,

171,

  172, 192, 202, 226.

Blackstone, W., 51, 53, 108, 181,

223.

Bloch, E., 101, 113.

Bóckenfórde, E . W. , 106.

B o g s ,  H., 111, 113.

Boudin, L., 168.

Boyer,  B. B., 145, 170.

Bracher,  162.

Burger,  145, 171, 172.

Cahn, E„ 145.

Calamandrei, P. , 59, 109, 133.

Camden  (Lord) , 52.

Capelletti, M., 109, 182, 229.

Carro, J. L. , 182.

Clavero  Arévalo, M., 139.

Coke, 51, 52, 124, 125.

Colmeiro, 21.

Conde, J., 23, 113, 162, 194.

Corwin, E. S., 52, 53, 108, 110,

112,  124, 125, 126, 127, 170, 176,

189.

Cox, A., 145, 146, 179, 185, 187,

202,  203, 205, 237.

Crisa fulli , 111, 113.

Cruz  Villalón, P., 15, 133, 154.

Chaitor,  112.

Chase, H. W., 144, 170, 171, 186,

229.

Chierchia, P. M., 212.

Dahl, R. A., 28.

D e S m i t h , véase  Smi th , De .

De Vergot t ini , G. ,

  véase

 Vergot-

t in i ,  G. De.

Delfino, F. , 111.

Dicey, 108.

Diez  Picazo, L., 28, 225, 252.

Diez  de Velasco, M., 245.

Doehring, K., 197, 200.

Dolzer,  R., 134, 166, 195, 197.

Domat, 243.

D r a t h ,

  M., 238.

Dreier,  R., 113.

r

262

Í N D I C E D E N O M B R E S C I T A D O S

Ducat,  C. R., 144, 170, 171, 186,

229.

Duerig, 111, 112.

Duguit,  20.

Duverger,  26, 27.

D w o r k i n ,  R ., 29, 118, 171, 211,

226, 227, 228, 229, 230.

Ehmke, H. , 111 .

Eisenhower,  171, 185.

E i s e n m a n n ,  Ch., 161, 164, 165.

Ely, J. H, 118, 145, 171, 172, 185,

201,

  207, 210, 211, 212, 213, 214,

215,

 216, 217, 218, 219, 220, 221,

Gooding, R. E., 145, 170.

Gough ,

  J. W., 51, 107, 125.

Grosser,  A., 236.

Guizot,  159.

Haak,  V., 110, 111.

Haeberle, P, 100, 101, 108, 109,

110, 111, 113, 118, 123, 132, 159,

180, 188, 194, 222, 231, 235.

H a m i l t o n ,  A., 54, 108, 126, 176.

H a m o n ,  L., 164, 165.

H a u r i o u ,   20, 110.

Heller,

  H., 43, 107.

Henke, H. E. , 233 .

Í N D I C E D E

  N OMBR E S C IT A D OS

263

Lavigne, M, 167.

Lavigne, P., 167.

L egu ina ,  J., 151.

L eibho lz ,  133.

L en in ,  166.

Lerche, P., 68, 110, 113.

Levy,  L., 145.

Linde  P a n i a g u a ,

  E., 77, 182.

Lipset,  S. M., 165.

Locke, 51, 52, 123.

L o e w e n s t e i n ,  47, 107, 112.

Lorenz, D., 150.

Lucas  V e r d ú ,  P., 17.

Luchaire, F., 130, 154, 161.

Octavio  de Toledo , E. ,  247.

Ogg, 198.

Olbr ech t s - T y teca ,

  L., 29.

O r t e g a ,  L., 182.

O s s e n b u e h l ,  F., 233.

Otis, J., 51.

Panunzio , S. P. , 230 .

Papier,  H. J., 149.

Pa re jo, L., 111, 245.

Pau l , J . , 211 .

Peces- Bar ba ,  G., 235,

 248.

P e r e l m a n ,

  28, 225.

Pérez, J., 107.

Page 131: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 131/132

230,

 231.

E l lwe in ,  Th., 106.

E s m e i n ,  108.

Fai r én ,

  V., 15, 105.

F a v o r e u ,  L., 31.

Fernández  Carvajal, R., 26, 27.

Fernández  Rodr íguez ,  T. R., 109,

110, 139, 140, 146, 151, 176, 191,

211,  225, 243.

Fernández  Vargas, V. , 107 .

Fix Zamudio , H. , 109 .

Fleiner,

  50, 107.

Forsthoff,

  100, 113, 162, 195.

Fraga  Ir ibarne , M., 166 .

Frank,  J. P., 145.

Frankfurter,  143, 168, 170, 179,

185,  186, 198, 229, 230, 235.

F r i e d m a n n ,

  L., 170.

Fr i ed r i ch ,  M, 107, 113, 222.

F r i e s e n h a h n ,  E., 136, 137,  141,

235.

F u n s t o n ,  R., 145, 192.

Gadamer,  H. G., 29.

García  d e  E n t e r r í a ,  E., 28, 109,

123,  139, 140, 142, 146, 152, 182,

191,

  207, 211, 225, 232, 234.

García  Pelayo, M., 107, 199.

García

  Ruiz, J. L., 142.

Garrido  Fa l l a ,  F., 109, 110.

Gaston- Mar t in ,   165, 166.

Gierk e , 200 .

Godechot,  J., 165, 189.

Goessl, M., 150.

Golding, M. P., 234.

Gómez-Ferrer,  R., 248.

González  Pérez, J., 154.

Herzog, 111, 112.

Hesse, K., 111, 112, 113.

Heydte , 230 .

H i n d e n b u r g ,  163.

Hintze, O., 106.

H i r s c h ,  H. N., 230.

Hitler,  24, 163.

Hofstadter,  R., 168.

Holmes, 170, 197.

H o l l e r b a c h ,

  113.

Howell, R. F., 212.

Huber,  E. R., 106.

Hufstedler,

  229.

H u f t e a u ,  Y. L., 164.

Ih e r i n g , 4 9 .

I lwa in ,  M e ,

  véase

  M e  I lwa in .

J a c k s o n ,  R. M., 190.

Jellinek,  G., 106.

Jennings, Si r I . , 108 .

Jéze, 20.

Joehr,  W. A., 207.

Ju s t i n i a n o , 5 3 .

Kaegi, W., 17, 49, 107, 163.

K a u f m a n n ,  E., 106.

Kauper,

  P. G., 235.

Kelsen ,  H., 42, 56, 57, 58, 59, 106,

108,

  117, 123, 129, 131, 132, 133,

160, 188.

Kurland,  F. B., 145.

Lacharriére , R. de , 173 , 174 .

Lambert,  161, 168.

Larenz, K., 234.

Lasalle, F., 42, 106, 130.

Laufer,  H., 136, 166, 195, 200.

M a d i s o n ,  143, 216.

Maine, S., 97, 112, 143.

Maitland,  97, 112.

Maldonado, J . , 107 .

Maravall , 44, 107.

Marcic, R., 108, 133.

M a r l a n ,  158.

Marshall, J., 55, 126, 129, 178, 182,

185,  191, 226.

Martín  Mateo, R., 111.

Mart ín-Retort i l lo , L. , 249 .

Martínez

  C u a d ra d o , 2 0 7 .

Martínez  M a r i n a ,

  44, 107.

Marx, 30, 42, 106.

Maunz, T., 21, 111, 112.

Mayer,  J. P., 165, 204.

M e  I lwa in ,  51, 108.

Meilan  Gil, 248.

Meisner,  H. O., 106.

Mezzanot te , C, 166 .

Miller,  A. S., 127, 181, 205, 210,

211,

  212, 224, 225, 238.

M i s h k i n ,

  P., 181.

Mohler,  A., 24, 163.

M o n t e s q u i e u , 223.

Moretti , R., 109.

Morta t i , C, 106 ,  111, 235.

Mosler,  H., 135.

Munro , W. B. , 108 .

N a p o l e ó n ,  41, 224.

N a w i a s k y ,  H., 133.

Nézard,  108.

N i x o n ,

  171, 185.

Nowak,  169.

Pérez  Serrano , 22 , 107 .

Ph ilip, L., 113, 231.

Phi l l ips , 21 .

Piasecki, 167.

Pizzorusso , A. , 109 ,  114, 238.

Pollack,  J., 145.

Popper,  29, 113.

P o s a d a ,

  A., 21.

Pound,  R., 108.

Pr edi eri , A., 33, 109, 123, 140, 142,

152, 207, 232.

Prieto  Sanchiz , L. , 77 .

Q u a r i t s c h ,  H., 198.

Radjavi, K., 166.

Ramiro

  Rico, N., 26, 27.

Rawls, J . , 213 .

Ray, 198.

R e a g a n ,  171, 172.

Recaséns

  Siches, L. , 211 .

Renner,

  F., 107, 112.

Reyes, R., 109.

Ríos, F. de los, 106.

Rivero , 20 .

Robespierre, 165, 166, 189.Roellecke, G., 197

Romano, S. , 43 , 106 .

Romero  Moreno, J. M., 15, 106.

Roosevelt,  F. D., 143, 168, 169,

170, 229.

Roosevelt,

  T., 168.

R o s t o w ,  E. V., 108, 110, 191, 192,

197.

R o t u n d a ,  169.

R o u s s e a u ,

  46, 107.

R o z m a r y n ,  S., 166.

264

ÍNDICE DE   NOMBRES CITADOS

Rubio  Llórente, R, 22, 91, 92, 93,

109,

  140, 151.

Rumpf,

  H., 162.

Saint-Just,  164, 165.

Sáinz  M ore no, F. , 211, 233.

Sánchez  Morón, M., 182.

Sandoval , 107.

Sandulli, 111, 199.

Santamaría  de Par edes , 21 .

Satrústegui , M. , 111.

Savigny , 25.

Sayler,  R. H., 145, 160.

Scheflin, A. W., 181.

Tomás  Vi l l a r r oya ,

  J., 109.

Tr ib e, 143, 144, 145, 146, 168, 171,

201,  202, 210, 219, 222, 228.

Triepel, 178, 182, 188.

Trujillo, G., 111.

Tune, A., 112, 166.

Tune, S., 112, 166.

Ulshoefer,  O., 235.

V a n  Devanter,  169.

Várela, S. , 111.

Vattel, 189.

Page 132: La Constitución Como Norma

8/10/2019 La Constitución Como Norma

http://slidepdf.com/reader/full/la-constitucion-como-norma 132/132

Scheuner,  U., 111.

Schmid,  C , 166<

Schmitt,  C , 23, 24, 25, 43, 98, 106,

107,  118, 119, 142, 159, 160, 161,

162,  166, 178, 195, 198, 209, 231,

232, 233.

S c h w a r t z ,

 B., 21, 55, 108, 124, 126,

143,  144, 145, 168, 169, 170, 181,

187.

Schwegmann, F . , 113.

Sel igman, 235.

Shapiro, M., 179, 203.

Shar p , 51 .

Sieyés, 45, 161, 164, 165.

Smend,  R., 100, 113, 194, 195, 231.

Smirnow, L . N. , 166.

Smith, De, 21.

Soehn, H., 137, 138.

Solé  T u r a ,

  166.

Sorrent ino, F . , 109.

Spanner,  109.

Starck,  K., 135.

Stein, E., 22.

Stern, K., 20, 107, 112, 113, 134,

136,  138, 149, 152, 178, 194, 195,

198,

  199, 200, 201, 231, 235.

Stone, 144.

S t o y a n o v i t c h ,

  106.

Tocqueville, A. de, 165, 193, 204,

205.

Tolivar  Alas, L., 152.

Vedel, 20, 237.

Vergot t ini , G. de, 110.

Viehweg, T., 28, 225.

Vile ,  M. J. C, 28.

Vogel, K., 113.

Volpe, G., 58, 108, 109, 110, 132,

133,  233.

Von Hippel, E. , 109.

Von Hippel, F. , 133.

Von Papen, 59.

Wad e, 21.

Warren, E., 145, 146, 170, 171, 172,

181,  185, 202, 204, 205, 210, 214,

215,

 221, 222, 225, 229.

Wasi lkowska, 167.

Waever,  J., 145.

Wechsler,  H., 179, 186, 212, 213,

234.

We ll ington, M. , 181.

Werner,  20.

White, G. E., 185, 230.

Whittaker,  112.

Wolff,  R. P., 213.

Woodward,  B., 171.

Young, 169.

Zagrebelsky, C, 109, 111,  134,

137,

  166, 238.

Zippelius, R., 102, 112,  113.

Zweigert,  K., 135.

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

6402421866


Recommended