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La enseñanza en los Institutos Superiores de Formación Docente

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Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina. Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE. Para más información consulte los sitios: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar Kent, Nilda Lidia La enseñanza en los Institutos Superiores de Formación Docente Tesis presentada para la obtención del grado de Especialista en Pedagogía de la Formación Director: Coscarelli, María Raquel CITA SUGERIDA: Kent, N. L. (2013). La enseñanza en los Institutos Superiores de Formación Docente [en línea]. Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.898/te.898.pdf
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Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina.Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5

Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorioinstitucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de laUniversidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE.

Para más información consulte los sitios:http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Kent, Nilda Lidia

La enseñanza en los InstitutosSuperiores de FormaciónDocente

Tesis presentada para la obtención del grado deEspecialista en Pedagogía de la Formación

Director: Coscarelli, María Raquel

CITA SUGERIDA:Kent, N. L. (2013). La enseñanza en los Institutos Superiores de Formación Docente [enlínea]. Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad deHumanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en:http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.898/te.898.pdf

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Secretaría de Posgrado

La enseñanzaen los Institutos Superiores de

Formación Docente

Nilda Lidia Kent

Trabajo Final Integrador

Especialización en Pedagogía de laFormación

Directora María Raquel Coscarelli, UNLP

La Plata, 28 de octubre de 2013

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

2

LA ENSEÑANZA EN

LOS INSTITUTOS SUPERIORES DE FORMACIÓN DOCENTE

“la formación docente tiene el honor de ser, simultáneamente,el peor problema y la mejor solución en educación”

(Fullan,1993)

Resumen

El presente trabajo intenta abordar la problemática de la enseñanza en la carrera de

Profesorado de Educación Inicial que se dicta en institutos superiores de formación docente,

en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina. Para ello, se realiza una breve

mención de los aportes de diferentes autores, presentando algunas consideraciones sobre el

estado del arte. Se prosigue analizando algunas categorías conceptuales: prácticas de

enseñanza, instituciones, docentes, alumnos, formación y conocimiento. Se continúa con la

presentación de una posible pedagogía de la formación. Y, a modo de conclusión, se abren

algunos interrogantes y se presenta de modo general una propuesta metodológica de

investigación pensada para intentar dar respuesta a dichos interrogantes.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

3

Identificación del tema

El trabajo realizado tiene como objetivo indagar sobre la problemática de la enseñanza en la

carrera de profesorado de educación inicial que se dicta en institutos superiores de

formación docente dependientes de la DGCyE de la provincia de Buenos Aires.

Ubicado dentro del campo temático de la educación superior, en el tema específico que se

recorta a partir de la propia experiencia como docente, subyace un supuesto: definir la

enseñanza en la carrera de profesorado de educación inicial de los ISFD como problema. Este

supuesto carácter problemático se sustenta – por una parte- en la propia experiencia laboral en

ese ámbito, donde aparecen en forma reiterada diferentes situaciones concretas, vinculadas a

las prácticas de enseñanza, cuyos resultados demandan una respuesta superadora: la

persistencia de formatos enciclopedistas y la presentación de saberes fragmentados, la escasa

relación entre contenidos areales/disciplinares y la práctica docente, la presencia de

metodologías de enseñanza basadas en la acumulación de saberes supuestamente neutros y las

concomitantes formas evaluativas que apuntan a la mera repetición de contenidos, la escasez

del trabajo interdisciplinario, etc.

Por otra parte, la propuesta curricular para la formación docente en esta jurisdicción podría

sintetizarse en la siguiente definición:

“Tomando distancia de las ideas de ‘competencias’, ‘perfil’ y ‘rol’ docente, el

Diseño incorpora en su Marco General la noción de horizontes formativos,

poniéndose énfasis en su dimensión histórico-prospectiva y constructiva. Se

presentan así tres horizontes formativos: el maestro como profesional de la

enseñanza, el maestro como pedagogo y el maestro como trabajador de la

cultura. Y se resalta como núcleo fundante de la Formación Docente a la

enseñanza, cuyo anclaje está en la dimensión histórica y sociocultural. También

se propicia, desde la integración y construcción interdisciplinaria en cada año

de la Carrera, la articulación práctica teoría (praxis). […] El diseño curricular

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

4

se sitúa en un paradigma articulador con centralidad sociocultural y con

intencionalidad político cultural.”1 (el resaltado es propio)

Es así que, en numerosas oportunidades, se pone de manifiesto la gran distancia entre lo que

sucede en las aulas y las propuestas de los últimos diseños curriculares de la jurisdicción, que

intentan dar respuestas formativas más acordes a las demandas actuales.

De esta tensión deriva el interés personal en indagar sobre la enseñanza en la formación

inicial docente y las dimensiones que forman parte de la misma, a través de la presentación de

distintos estudios vinculados a la temática de la formación docente para la educación básica:

algunos trabajos vinculados a otros contextos (por ejemplo, europeos), y otros llevados a cabo

especialmente en el ámbito latinoamericano y nacional. Este recorte de las producciones se

realiza con la intención de aportar teoría que facilite comprender lo que sucede en el contexto

de referencia.

Es necesario aclarar además, que el tema se recorta en relación a las asignaturas de los

distintos campos de formación, con exclusión de la práctica docente. Dada la complejidad y

especificidad de la misma, se deja fuera de este análisis pues requeriría otro tratamiento y

trabajo adicional.

Por lo expuesto, este trabajo se orienta a:

-indagar sobre algunas de las principales líneas de investigación y el estado actual de los

conocimientos sobre la problemática en cuestión,

- definir y analizar categorías teóricas que orienten una posible investigación futura en el

campo en el que se ha recortado el problema, y

- enriquecer las propias herramientas teórico/metodológicas para abordar procesos de revisión

y mejora de la enseñanza a futuros docentes

1 Huergo:2007

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

5

Sistematización de trabajos y categorías conceptuales

Dado que el presente trabajo es, básicamente, de investigación bibliográfica, se presentan

algunas consideraciones sobre el estado del arte en relación al tema y se desarrolla luego un

recorrido teórico sobre las categorías: las prácticas de enseñanza, los docentes, los alumnos,

la formación y el conocimiento y la pedagogía de la formación, siempre contextualizado en

los ISFD.

Consideraciones sobre el estado del arte

En relación a la formación de docentes se pueden rastrear aportes de orígenes diversos.

Por una parte, existe una vasta producción teórica en lengua francesa e inglesa, que se fue

desarrollando en la medida en que los estados, con la expansión masiva de la escolarización,

comenzaron a reconocer a la docencia como una profesión, superando su consideración

anterior como oficio artesanal. A partir de 1980, se han integrado aportes de la sociología, la

psicosociología de grupos, la psicología profunda, la pedagogía crítica, el análisis

institucional, entre otros.

Entre muchos autores, se pueden mencionar:

- los aportes de Marguerite Altet sobre los procesos de construcción de las habilidades y

conocimientos profesionales del maestro, a través del análisis y la reflexión sobre las

prácticas;

-los trabajos de Léopold Paquay, entre los que se destacan aquellos vinculados a la formación

inicial de maestros;

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

6

- la obra de Philippe Perrenoud quien retoma el concepto de habitus planteado por Bourdieu,

para incluirlo como categoría fundamental en los dispositivos de formación, afirmando que

“la acción pedagógica se moviliza constantemente bajo el control del habitus”2;

- la producción de Maurice Tardif sobre los saberes de los maestros;

- las investigaciones de Donald Schön que plantean el concepto de práctica reflexiva, que ha

sido introducido tempranamente en la teoría pedagógica de la formación en nuestro medio;

- la construcción de una actitud clínica durante la formación, propuesta que Mireille Cifali

plantea desde el psicoanálisis, incluyendo una dimensión ética, para quienes se forman en el

oficio de enseñar.

Con intención de conocer la producción teórica de distintos países de América Latina a partir

de 1990, se sigue a Denise Vaillant, quien reseña diferentes trabajos realizados sobre los

subsistemas de formación de docentes, y especialmente sobre la formación de formadores.

Algunas de las principales coincidencias que revelan los estudios analizados3 se enuncian a

continuación, añadiendo algunas menciones propias vinculadas a las condiciones concretas

del ámbito en cuestión:

- Una importante heterogeneidad de los marcos institucionales de formación para la

docencia. (Al respecto, la provincia de Buenos Aires se asemeja a la tendencia

reinante respecto al aumento de años de formación inicial, aunque mantiene la misma

en el nivel superior no universitario. En esta situación se encuentran, básicamente, la

formación docente para niveles inicial y primario.)- La baja eficacia de la formación docente inicial como instancia preparatoria para los

primeros pasos de los futuros docentes en el campo profesional, puesto que numerosos

estudios y frecuentes situaciones concretas revelan el peso de la propia historia escolar

y de la adaptación pasiva a los formatos y rituales establecidos en las escuelas donde

se inicia el desempeño profesional.- Una formación vinculada más a la teoría que articulada con la práctica. Esta situación

ha sido revisada en la jurisdicción, y los nuevos diseños curriculares están pensados

desde la práctica docente como eje vertebrador de la formación.

2 Paquay,Altet, Charlier, Perrenoud:2005:2693 Cfr. Vaillant:2002:21 y sigs.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

7

- Un área de vacancia en la formación pedagógica de los formadores, que se vincula a

los mecanismos de reclutamiento de los mismos, que han demostrado imperfecciones

de carácter estructural. (La jurisdicción intentaría mejorar esta situación a través de la

exigencia de titulación docente, aunque dada la heterogeneidad institucional -entre

otras cuestiones-, esto no sería garantía de saberes pedagógicos entre los formadores.)- Un acuerdo generalizado respecto a la necesidad de que los formadores posean un

conocimiento adecuado del contenido que han de enseñar y del contexto escolar para

el que están formando.- La necesidad de establecer acuerdos acerca de las competencias y capacidades que

debe poseer un formador que actúa en un dispositivo de formación. - La importancia del formador (y su formación) como variable significativa de la

transformación educativa. Se ha detectado en aquellos un escaso contacto con la

escuela y las innovaciones que en ella se producen, y con la investigación educativa.

(Las nuevas políticas para los ISFD intentarían responder a esas carencias.)

Por otra parte, en Alliaud (2009) aparecen coincidencias con lo expuesto, añadiendo su

informe que en muchos países del continente se advierte el aumento en la duración de las

carreras docentes equiparándose con la duración de cualquier carrera de grado superior

universitario, habilitando a los docentes para cursar estudios de posgrado, maestrías o

doctorados, tal como sucede en nuestro medio.

En nuestro país, es muy abundante el trabajo de investigación y la producción teórica sobre la

formación inicial de docentes. Parte importante de los autores destacados han sido la fuente

consultada en el presente trabajo.

Presentadas estas consideraciones generales, se conceptualizarán algunas de las dimensiones

de análisis sobre la problemática planteada, para una mayor comprensión sobre la misma.

Prácticas de enseñanza (las acciones e interacciones)

“Los docentes estamos en camino de superar una gran herida narcisista para la

que no nos habían preparado: las personas no sólo pueden aprender sin que les

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

8

enseñemos formalmente, sino que además podemos enseñarles sin que

aprendan”.4

En principio, podría decirse que la idea de enseñanza no es un término muy bien visto desde

algunas perspectivas renovadoras. La psicología del desarrollo sostiene más bien la idea de un

acompañamiento que de una transmisión; las pedagogías críticas han generado fuertes

sospechas sobre la reproducción y han propuesto las prácticas reflexivas como alternativas a

otras centradas en el control. 5

Sin embargo, en las aulas de los ISFD, cotidianamente, siguen produciéndose relaciones

interpersonales en torno a saberes: alguien que desempeña un rol docente asignado y

reconocido mediatiza -de alguna forma- el contacto con determinados saberes seleccionados

para que otros (quienes tienen la intención de convertirse en docentes) los apropien. Tratando

de resumir las características esenciales de una situación de enseñanza, Van der Maren (1990)

define así: “Una persona que supuestamente sabe está en contacto con un grupo de personas

que supuestamente deben aprender; la presencia de éstas es obligatoria para enseñarles un

contenido socialmente determinado por una serie de decisiones tomadas en situación de

urgencia.”6

En este trabajo, se hará referencia a cierto tipo de enseñanza- la que se realiza en contextos de

educación formal (como los ISFD), cuya práctica se ciñe a condiciones particulares:

- un espacio social especializado, recortado y separado del ámbito social más amplio,

-que supone la creación de un escenario en el que se enseña de modo descontextualizado,

precisamente por la especificidad organizativa e institucional de los establecimientos

educativos,

- la segmentación del tiempo en ciclos, períodos, jornadas, horas de clase, momentos. No se

enseña todo el tiempo ni en cualquier momento,

4 Hereñú:2007:15 Cfr. Feldman:2002:726 En Paquay, Altet, Charlier y Perrenoud:2005:368

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

9

- la tarea pedagógica es organizada a partir de una delimitación precisa de los roles de

docente y alumno, como roles asimétricos y no intercambiables,

- el desarrollo de las prácticas de enseñanza se produce en situación colectiva; con muchos

alumnos al mismo tiempo. Esta situación genera una serie de fenómenos de orden psicosocial

que condicionan los procesos de enseñanza y aprendizaje,

- la estandarización de los contenidos a transmitir. Lo que se enseña viene determinado por

una autoridad externa que lo comunica mediante los diseños curriculares,

-la enseñanza está vinculada a la evaluación y acreditación de los aprendizajes. La escuela,-

los IFD en este caso- certifica la posesión de saberes ante diversas agencias sociales por

medio de diplomas.7

Habiendo particularizado a qué enseñanza se hace referencia, y siguiendo a Davini, “como

síntesis del análisis de la prácticas de enseñanza, y cualesquiera sean las concepciones que

la orienten”8, la enseñanza siempre implica: intenciones de transmisión cultural, una

secuencia metódica de acciones, una mediación social y pedagógica, un sistema de relaciones,

comunicación e interacciones reguladas que conllevan una dinámica entre autoridad y

autonomía más o menos implícita.

Superando visiones tecnicistas, vinculadas a recetas acerca de cómo enseñar, e incorporando

la visión del docente como profesional reflexivo, la definición de enseñanza debería estar

incluida en la trama compleja de los fenómenos educativos, “para entender la complejidad de

la enseñanza, la macro y micro-política en las instituciones y la mediación del profesor en las

decisiones prácticas” 9 Coincidiendo con Davini, al desarrollar la problemática de la

enseñanza, siempre se incluyen cuestiones vinculadas al triángulo didáctico profesor-alumno-

conocimiento, pero también aparecen las “regulaciones”10 entre actores de ese sistema, y un

determinado ambiente de enseñanza que enmarca lo que sucede en las aulas.

7 Cfr. Camiloni:2007:108 Davini:2008:319 0b.cit.:73 10 “La noción de regulación es fértil para comprender que estos actores y estos componentes mantienen relaciones dinámicas ymutuamente influyentes. La regulación implica el permanente ajuste e influencia de cada parte, no sólo los aspectos visibles sino también lasintenciones educativas y las disposiciones internas. Así, el sistema se desarrolla en permanente equilibrio dinámico”. (ob.cit.:21)

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

10

En relación a ese marco, no se puede dejar fuera del análisis, el hecho de que los docentes

formadores son sujetos de la institución de formación docente, la cual de alguna manera los

configura y los hace agentes de una gramática particular. Desde esta trama compleja debe

analizarse el trabajo de ese colectivo heterogéneo, sus continuidades y rupturas.11

Colocando –por ahora- entre paréntesis este contexto institucional, resulta interesante la

propuesta de Feixas acerca de las distintas concepciones sobre la enseñanza en el nivel

superior, aunque la autora refiera al contexto universitario: “… el profesorado (universitario)

experimenta y comprende la enseñanza de distintas maneras, cada una con las

correspondientes connotaciones e implicaciones sobre cómo se espera que los estudiantes

aprendan.”12 Y luego describe cuáles son estas maneras.

En primer término y con mucha frecuencia, la enseñanza es entendida como transmisión de

contenidos o demostración de procedimientos. Quien posee el saber es el docente experto, que

deberá comunicar el máximo de información posible. La tradicional clase magistral es la

representación más acabada de este formato. Bajo esta teoría, los docentes atribuyen el

fracaso en el aprendizaje a los alumnos, “…probablemente porque no ha prestado suficiente

atención en clase, por falta de voluntad, pereza al trabajar un tema, poca capacidad para

absorber material nuevo, falta de preparación o formación previa.”13 En síntesis, todos los

problemas de aprendizaje son ajenos al docente, al programa o a la institución.

En otros casos, la enseñanza es comprendida como organización de la actividad del

estudiante. Este último pasa a ser el centro de atención, ya que se deben diseñar técnicas que

tiendan a asegurar que el alumno aprenda. La actividad es fundamental, pues se considera que

el aprendizaje se produce no por transmisión de saberes sino por interacción, a través de la

discusión, de la práctica, de los trabajos en grupo. El docente debe utilizar metodologías

variadas, tratando de que los estudiantes aprendan. “La mejora de la docencia tiene relación con

ampliar el repertorio de técnicas y estrategias del docente, más que cambiar sus concepciones de la

docencia.”14

11 Cfr. DGCyE:2007:2312 Feixas:2010:713 Ob.cit:714 Ob. cit.:8

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

11

Por último, una tercera teoría plantea a la enseñanza como la otra cara del aprendizaje.

Enseñar es provocar aprendizaje. “Enseñar implica conocer las dificultades e

incomprensiones de los estudiantes, intervenir para cambiarlas, crear un entorno de

aprendizaje que anime activamente a los estudiantes a implicarse en la materia.”15 Esta

última teoría supone el conocimiento como una construcción del estudiante a partir del

conflicto cognitivo, que se produce, en parte, por la intervención apropiada de quien enseña.

La buena enseñanza es la que habilita oportunidades para aprender.

Si bien esta caracterización no se encuentra en estado puro plasmada en las aulas, explica las

diversas formas de enseñar. Y también, según la autora, permite comprender muchos

“desencuentros” intelectuales, enfoques, valores, estrategias y criterios de evaluación muy

diversos y difíciles de compatibilizar, lo cual muchas veces va en desmedro de la calidad de la

enseñanza y de los aprendizajes.

“¿Por qué los docentes no nos entendemos unos a otros? ¿Por que a veces no nos

ponemos de acuerdo? ¿Por qué otorgamos tanta importancia a cosas distintas?

(…) cuando hablamos de enseñanza y aprendizaje es posible que nos estemos

refiriendo a cosas diferentes. Mientras unos hablan de “impartir la materia” y

“adquirir” conocimientos, entendidos como hechos factuales y procedimientos,

otros hablan de cambios conceptuales. Mientras unos creen que enseñar es

“mostrar”, otros creen, y actúan para, que enseñar signifique “hacer pensar”.

Mientras unos comprueban el aprendizaje mediante su fidelidad a las fuentes

autoritativas, el libro de texto y el profesor, otros creen que deben analizar los

significados que los estudiantes han construido durante el proceso. Mientras

algunos creen que la enseñanza y las emociones deben mantenerse alejadas una

de otra, otros creen que las emociones son muy importantes porque intervienen en

todo el proceso. Y así suma y sigue.”16

Resulta enriquecedor, al pensar las prácticas de enseñanza en sus diferentes versiones , el

concepto de configuración didáctica, entendido como “la manera particular que despliega el

docente para favorecer los procesos de construcción del conocimiento(…) que se expresa en

15 Ob.cit.:816 Ob cit:9

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

12

el tratamiento de los contenidos, su particular recorte, los supuestos que maneja respecto del

aprendizaje, la utilización de prácticas metacognitivas, los vínculos que establece en la clase

con las prácticas profesionales involucradas en el campo de la disciplina de que se trata, el

estilo de negociación de significados que genera, las relaciones entre la práctica y la teoría

que incluyen lo metódico y la particular relación entre el saber y el ignorar. Todo ello

evidencia una clara intención de enseñar [que se distingue de otras prácticas, de carácter no

didáctico, las que] “implican sólo la exposición de ideas o temas, sin tomar en cuenta los

procesos del aprender del alumno.”17

En numerosas situaciones, y a pesar de ciertas limitaciones y falencias enunciados, los

docentes de los ISFD reconocen que las nuevas culturas de aprendizaje demandan nuevas

prácticas, destinadas a que los estudiantes aprendan, apropiándose activamente del legado

cultural, ya no de manera reproductora, sino emancipadora.18

La complejidad del tema es mayor, por cuanto se intenta analizar los procesos de enseñanza

que suceden en la interacción entre quienes ejercen la función de enseñar a otros, cuando esos

otros, a su vez, están formándose para aprender a desempeñar esa misma función.

Siguiendo con la búsqueda de comprensión de las prácticas de enseñanza en los ISFD, es

fundamental conocer el contexto institucional particular en el que se producen.

Condiciones institucionales de los ISFD (dónde se enseña)

“El sistema de formación inicial en nuestro país no garantiza la adquisición de

los conocimientos y las competencias necesarias para desempeñarse eficazmente

en la profesión ni para analizar y adaptarse a los diferentes contextos en donde

los docentes desempeñan su tarea.

• Sobredimensionamiento de la oferta de formación docente

En la Argentina existen 1.170 Institutos de Formación Docente (IFD) (Consejo

Federal de Cultura y Educación, Resolución 251/04), muchos de los cuales no

17 Litwin:1997:9818 Cfr. Hereñú:2007:3

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

13

cumplen con los requerimientos mínimos para ofrecer una formación docente de

calidad”19.

Los institutos de nivel terciario para la formación de docentes aparecen en nuestro país en

1969, dejando atrás los largos años de formación de maestros en la orientación normal del

nivel secundario. Sin embargo, será recién en 1986 cuando se crea una dirección de gestión

específica para el nivel superior.

A pesar de la terciarización, que pretendió profesionalizar la formación por medio de una

prolongación en el tiempo, y de que -como consecuencia de la misma-, los alumnos pasaron a

tener mayor edad, no cambió significativamente la gramática escolar propia de la formación

para la docencia de niveles inicial y primario.

Se puede definir la gramática escolar “como el conjunto de normas, formas y reglas que

organizan el trabajo de enseñanza. Esta gramática organiza el significado del trabajo

escolar. Al igual que la gramática de la lengua, la de la escuela no necesita ser comprendida

conscientemente para funcionar. Por el contrario, su eficacia reside en su naturalización, en

su invisibilidad. Eso se condensa y es particularmente productivo en las instituciones que se

encargan de formar a los futuros docentes.”20

Según estos autores, la gramática escolar de los ISFD se consolidó como isomórfica a la de la

escuela para la que forman docentes. A lo largo de un extenso proceso histórico, la

modernidad construyó la visión del niño como ser incompleto, y creó el dispositivo necesario

para suplir esa carencia: la escuela. Se construyó un sujeto pedagógico, “el alumno”.

“Desde entonces, educar fue completar al niño para volverlo adulto, lo que llevó

a una infantilización de todo aquel que, en cualquier circunstancia ocupara el

lugar del alumno (por ejemplo el adulto analfabeto, o, en nuestro caso, el adulto

que se forma para trabajar como docente).”21

Aunque sea posible encontrar excepciones y esfuerzos renovadores- entre los que podemos

incluir las últimas reformas llevadas adelante en la jurisdicción de la provincia de Buenos

19 Mezzadra y Composto:2008:1020 Birgin y Pineau:1999:s/d21 Ob.cit.:s/d

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

14

Aires-, las condiciones de la escuela normalista sarmientina continuaron reproduciéndose en

los contextos institucionales de formación docente no universitarios: la regulación de los

tiempos (entradas, salidas, “horas” de 40 minutos, recreos, timbres, etc.), la disposición del

aula, ciertas formas de enseñanza y de evaluación, entre otras.

“Las instituciones de formación docente son producto de reglas y prescripciones

escritas y no escritas, consagradas por las costumbres, por la historia del sistema

educativo y por la historia particular que cada institución fue construyendo.”22

Se han acumulado históricamente formatos de una cultura institucional ampliamente

criticados por distintos autores. ( ver Birgin y Pineau y Diker y Terigi, entre otros). Como ya

se ha mencionado, uno de estos formatos es la infantilización del alumno, vinculada al hecho

de asimilar la formación de maestros con la formación de los niños y, como consecuencia,

desconsiderar a los estudiantes como adultos.

Reforzando esta situación, una gran mayoría de quienes estudian en los ISFD son mujeres. Y,

a pesar de múltiples conquistas, es innegable que perduran todavía ciertos prejuicios sociales

de desvalorización y sometimiento, resabios de siglos durante los cuales las mujeres fueron

sujetos legal y laboralmente subordinados.

Se naturaliza así una construcción histórica según la cual

“(…) las y los alumnos de profesorado aparecen como despojados de su presente

(como adultos, ciudadanos, trabajadores) y de su pasado (se desconoce su

experiencia y saberes construidos sobre la enseñanza y el aprendizaje en la

propia escolarización). Ese “despojamiento” es una continuidad que fortalece el

vínculo pedagógico tradicional, donde el docente es el que sabe y el alumno el

que no en términos absolutos.

Si bien en toda relación educativa hay necesariamente asimetrías que tienen que

ver con la transmisión de saberes, en el caso al que nos estamos refiriendo éstas

tienden a fijarse y absolutizarse, por lo que terminan convirtiéndose en el único

tipo de vínculo pedagógico posible. A su vez, esta asimetría se traslada al resto

22 Birgin-Braslavsky-Duschatzky:1992:84

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

15

de las relaciones que se establecen en la institución (políticas, personales,

organizativas, etc.)”23

A esto se le añade que -dada la estructura del puesto de trabajo docente en los ISFD-, y a

pesar de las últimas modificaciones curriculares, persisten la falta de articulación del trabajo

de los formadores de docentes entre sí y con la práctica para la cual forman, y la escasez de

contacto con la producción académica y científica que estimule una mayor actualización

disciplinaria.

La persistencia de estos formatos podría también atribuirse a que en la docencia – a diferencia

de otras profesiones- el pasaje de la formación al ejercicio se produce en contextos

institucionales/organizativos que forman parte de un mismo sistema: el de la educación

formal. Esta permanencia endogámica facilitaría el refuerzo de lo naturalizado durante largo

años de desempeño del rol de alumno, y dificultaría la posibilidad de desnaturalizar lo

establecido al asumir el rol de enseñante. Quedaría establecida una cierta marca o huella

institucional (que se verá reflejada en la actuación profesional docente) dada por la vida

transcurrida en la escuela, difícil de remover.

“La estructura escolar es fundamental porque puede ser concebida para

encasillar el trabajo educativo, para responder a los planteamientos y

necesidades de la organización formal del sistema, en muchas ocasiones puede

estar orientada a que ‘no pase nada’, o bien, a buscar en una especie de continuo

escolar que la dinámica cotidiana no se altere”.24

En coincidencia con los planteos de Diker y Terigi, y a pesar de los años transcurridos, sigue

vigente la necesidad de que los institutos asuman como propia la responsabilidad de

provocar un quiebre en

“los comportamientos circulares, que se retroalimentan a sí mismos, a partir de

la revisión de las prácticas pedagógicas del propio instituto y de las formas

organizativas que facilitan la reproducción, habida cuenta de que estudios

recientes muestran que en lugar de promover las innovaciones, la formación

23 Birgin y Pineau:1999:s/d24 Diaz Barriga e Inclán Espinoza:2001

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

16

docente actual tiende a absorber las rutinas escolares y a mimetizarse con ellas.

(Castro Silva, 1991)”25

Los formadores (los que enseñan)

Denise Vaillant emplea la categoría del formador de formadores – ampliamente

utilizada para designar a los docentes encargados de la formación inicial del

profesorado-, dentro de la cual es posible incluir a los profesores de los ISFD:

“ es quien está dedicado a la formación de maestros y profesores y realiza tareas

diversas, no sólo en formación inicial y permanente de docentes, sino también en

planes de innovación, asesoramiento, planificación y ejecución de proyectos en

áreas de educación formal, no formal e informal.(…)debe poseer una gran

experiencia docente, rigurosa formación científica y didáctica, ser conocedor de

las principales líneas de aprendizaje que la sustentan, apto para trabajar con

adultos y, en definitiva, preparado para ayudar a los docentes a realizar el

cambio actitudinal, conceptual y metodológico que está demandando el sistema

educativo.”26

El colectivo de quienes ejercen la docencia en los ISFD es relativamente heterogéneo. Sus

miembros acreditan formación terciaria y/o universitaria, ya sea proveniente del área de las

ciencias de la educación, de la psicología o de las áreas específicas de los saberes a

enseñar27 . Sin duda, las diversas tradiciones disciplinares, junto a diferentes enfoques acerca

de qué es enseñar (ver apartado anterior), complejizan la posibilidad de alcanzar el objetivo de

llevar adelante un trabajo articulado, interdisciplinario y coherente durante la formación

inicial.

En el discurso, el docente de los institutos superiores es un profesional: se trata de un trabajo

con énfasis intelectual, con reglas claras de funcionamiento, donde existen mecanismos claros

de ingreso a la profesión y tiene un cuerpo de conocimientos propios.

25 Diker y Terigi:1997:22926 Vaillant:2002:827 Tal la expresión con que son designadas en el Diseño Curricular para la Educación Superior las áreas de Matemática, Prácticas del Lenguaje y Literatura, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

17

Sin embargo, en muchos casos, es posible identificar que se burocratiza el trabajo docente,

sobre todo teniendo en cuenta la vinculación que tiene la tarea con los proyectos del Estado:

el docente actúa en función de un proyecto estatal, con independencia de que su labor la lleve

adelante en una institución de gestión estatal o privada. No existe un ejercicio liberal de la

profesión, el docente recibe una serie de prescripciones sobre su desempeño: tiempos,

horarios, programas, acciones administrativas. Y por todo ello recibe un salario.

“En estas condiciones, con frecuencia el docente ha internalizado el rol de

empleado, esto es de quien debe cumplir —a veces con el mínimo esfuerzo o con

un comportamiento rutinario— con las obligaciones contractuales que tiene

asignadas. El docente actúa como empleado y lamentablemente podemos afirmar

que internaliza este rol. Empíricamente podemos observar cómo en América

Latina, se ve obligado a defender su salario como los demás obreros: marchas,

plantones, movilizaciones (…) El problema de fondo es que el sentido intelectual

y profesional de su labor ha quedado marginado, la dimensión profesional sólo se

ha reducido a un discurso.”28

La imagen “mítica” y “mística” de la docencia, propia de los orígenes de nuestro sistema

educativo, al igual que su consideración artesanal, hoy se ven cuestionadas. El sentido de

misión civilizadora del maestro ya no es tal en una sociedad que ha ampliado notablemente el

acceso de los segmentos más populares de la población a la escuela. Esta situación, junto al

crecimiento del sistema y su burocratización, entre otros elementos, dieron lugar a una

estructura organizativa en la que se va produciendo una ruptura entre los que piensan la

educación y los que la ejecutan.

Es así que, junto a la descalificación simbólica de la tarea, se va produciendo una

descalificación profesional y una proletarización de los docentes, que no ha podido revertirse

totalmente, a pesar de cambios favorables en las políticas educativas nacionales de estos

últimos años. Estos procesos, en muchos casos, provocan cierta desensibilización ideológica

entre los docentes, caracterizada considerar que la responsabilidad propia sobre los resultados

del trabajo educativo es escasa o nula, lo que llevaría a evitar plantear y plantearse fines o

cuestiones morales y sociales de importancia.29

28 Diaz Barriga e Inclán Espinoza:2001:s/d29 Cfr.Davini:1995:59 y sigs.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

18

Se ha instalado una tensión entre la supuesta condición profesional por un lado, y la del

trabajador/empleado/ ejecutor, por otro. La actividad cotidiana en los institutos de formación

se ve atravesada por esta cuestión, que, sin lugar a dudas, impregna el desempeño de todos los

actores institucionales.

Por otra parte, para poder dar cuenta de lo que sucede en la actualidad hay que tener presente

que la propia formación docente inicial se constituyó a lo largo de un proceso, que estuvo

conformado por marcas cuya improntas perduran. No son tanto momentos históricos, sino

más bien significados - a veces contradictorios- que conviven como referentes.

“Normalismo, terciarización [tecnicista] y constructivismo, pueden

comprenderse como hitos constitutivos de la formación docente en Argentina en

tanto marcas instituyentes que dejaron sus huellas en el presente. Concebidos al

modo de estratos que se superponen, aportan marcos teóricos que atraviesan la

significación que los docentes otorgan a algunos significantes.”30

Al analizar el saber didáctico de estos profesores resulta interesante la distinción entre la

didáctica ordinaria o de sentido común, la pseudoerudita y la erudita .31

La primera está basada en mitos arcaicos relativos al ser docentes, ser alumno, qué es enseñar.

Tiende a hacer generalizaciones y afirmaciones categóricas muchas veces contradictorias,

empleando el lenguaje cotidiano, algunas veces de carácter normativo, y sus concepciones se

acumulan ‘arqueológicamente’.

La llamada didáctica pseudoerudita, en cambio, sigue las modas pedagógicas, es de tipo

dogmática, va sustituyendo una teoría por otra y usando el lenguaje propio de cada una. Es

fácil de encontrar en discursos de docentes y autoridades educativas, programas de enseñanza,

documentos oficiales y libros de texto.

Por último, la didáctica erudita es “la disciplina que se apoya en fuentes serias y rigurosas”.

La reconocemos toda vez que en el saber didáctico “el conocimiento, el interés y la

intervención en la práctica, así como la pluralidad teórica y el carácter normativo pueden

conjugarse sin contravenir principios epistemológicos.”32

30 Tenutto:s/f:331 Cfr. Camilloni:2010:45 y sigs.32 Ob. Cit.:50

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

19

Estas variantes del saber didáctico, ponen de relieve que la formación de formadores es

bastante deficitaria.33 Mejorarla es una tarea complicada. Más allá de la calidad de su

competencia académica disciplinar, es necesario atender su idoneidad didáctica. Además, una

gran mayoría no cuenta con experiencia directa en el nivel educativo para el que están

formando docentes. “Es conocido el problema de que los formadores de formadores enseñan

teóricamente a ser buenos prácticos, enseñan a través de clases frontales la necesidad de la

clase interactiva y refuerzan el modelo pedagógico que traen los alumnos-futuros-profesores

de entrada.”34

A pesar de todas las reformas llevadas adelante en las últimas décadas, la capacitación de los

formadores de formadores no ha sido prioritaria en la jurisdicción. Es una tarea que demanda

tiempo, continuidad, una estructura apropiada y, por tanto, asignación de recursos suficientes.

Los cursos y talleres aislados o esporádicos no alcanzan para modificar formatos instalados y

transmitidos una y otra vez.

“el proceso de formación, actualización y práctica profesional de la enseñanza se

ha encargado de reproducir un modelo curricular y pedagógico tradicional y

pasivo donde la memorización, el ensayo y el error, los premios y castigos, la

subordinación y la disciplina son los ingredientes principales de la tarea docente.

Torres afirma que: Promueve conocimientos, habilidades, valores, actitudes y

visiones de la enseñanza y el aprendizaje anquilosados, funcionales al viejo

modelo educativo y al viejo papel docente que se pretende superar: el educador

entrenado en la obediencia y en la sumisión antes que en el desarrollo de la

creatividad y de la autonomía; preparado para implementar, no necesariamente

para comprender lo que hace, por qué lo hace y el contexto en el cual trabaja;

equipado para la reproducción de un modelo de enseñanza y aprendizaje

bancario, memorístico, pasivo y enciclopédico”35

33 Cfr. Vaillant:2002:534 Aguerrondo:2002:11435 Mercado Cruz:2007:490

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

20

Lejos está la realidad, en muchos casos, de esa figura del profesional del aprendizaje cuya

gestión podría generar algunas rupturas en la transmisión de los viejos modelos mencionados.

Los alumnos (los destinatarios de la enseñanza)

Al igual que lo que sucede con los docentes, no es posible comprender quiénes son los

estudiantes de profesorados para educación inicial sin hacerlo de manera contextualizada.

“Son como chicos”: con esta expresión Birgin y Pineau titulan su artículo sobre el vínculo

pedagógico en los ISFD. La infantilización (ver apartado anterior) condiciona de formas más

explícitas o más encubiertas el lugar de estos alumnos, y tiene “un alto poder formativo en el

futuro desempeño profesional docente”.36

Pero, previo a este formato construido al interior de los institutos, hace falta conocer quiénes

son los sujetos que ingresan hoy a los mismos. Al respecto, en cada inicio de ciclo lectivo se

pone de manifiesto, a través de los discursos de los docentes, un fenómeno particular:

“Ocurre que las instituciones presuponen para cada caso un tipo de sujeto que no

es precisamente el que llega. Siempre ocurrió que lo esperado difiere de lo que se

presenta, pero hubo un tiempo histórico en que la distancia entre la suposición y

la presencia era transitable, tolerable, posible. No parece ser nuestra situación.

Hoy, la distancia entre lo supuesto y lo que se presenta es abismal. Por su

conformación misma, la institución no puede más que suponer el tipo subjetivo

que la va a habitar; pero actualmente la lógica social no entrega esa materia

humana en las condiciones supuestas por la institución.”( Ignacio Lewkowicz)37

Tal como plantea Birgin, “cuando se vuelve sistemáticamente sobre la pregunta ‘quiénes

eligen ser docentes hoy en América Latina’, [se constata] que la carrera docente no está

atrayendo en los últimos años a los jóvenes más talentosos y motivados de la sociedad”38

36 Birgin y Pineau:1999:s/d37 En Tello:2006:1 38 Birgin:2002:3

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

21

Realizando un brevísimo recorrido histórico, se reconocen fuertes modificaciones en las

características de los aspirantes a la formación docente, concomitantes a los procesos de

modificación de la representación social de la figura del maestro (ver apartado anterior). Sólo

una condición permanece a través del tiempo: la feminización.Yendo a los inicios del normalismo, los/las aspirantes al magisterio provenían de sectores

sociales bastante homogéneos, de jóvenes (mujeres en mayoría casi absoluta) que eran las

primeras de su familia en acceder al nivel medio de enseñanza en las escuelas normales. Por

tanto, convertirse en ‘maestra’ significaba movilidad social ascendente y perspectiva de

progreso. A lo cual, después de algunas décadas, se añade la estabilidad en el cargo, que suma

otro atractivo más. Es así que la docencia fue, durante mucho tiempo, una carrera en

crecimiento cuantitativo continuo.

“Hoy el panorama muestra significativas diferencias. Se ha reducido la

heterogeneidad de la población que accedía a las carreras de magisterio, con un

peso creciente de los sectores más pobres y más empobrecidos. Un indicador

claro de esta situación es que, en un contexto en que se amplió la cobertura del

nivel medio a partir de mediados de este siglo, grupos considerables de quienes

hoy ingresan a la docencia constituyen la primera generación de la familia que

llega al nivel medio o superior. Esto implica un “descenso social” relativo en los

sectores que aspiran a trabajar en la docencia.”39

Si bien hoy las condiciones del mercado laboral han cambiado, y las de los trabajadores de la

educación no son las deseables, todavía la docencia aparece como un ‘puerto seguro’, en

palabras de Birgin. La estabilidad en el cargo y otras condiciones laborales mantienen

algunos rasgos característicos del empleo público, que son difíciles de encontrar en los otros

sectores de un mercado laboral flexibilizado, exigente, competitivo e inestable, propio de

tiempos de neoliberalismo. Es así que “el trabajo docente aparece como una estrategia en

ciertos grupos sociales para pilotear un futuro cada vez más incierto y angustiante.”40

Estas razones explicarían en parte los cambios entre los sectores sociales que se forman

actualmente para la docencia. Se trata de jóvenes que provienen de sectores sociales pobres o

empobrecidos, que en muchos casos han transitado una escolarización en los segmentos más

39 Ob.cit.:540 Ob.cit.:6

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

22

deteriorados del sistema, con pobreza en los saberes académicos y en estrategias de

aprendizaje.

Distintos estudios realizados demuestran una tendencia caracterizada por

“un fuerte descenso cuantitativo en los aspirantes a estos estudios en las áreas

urbanas más dinámicas, y un perfil socio-cultural correspondiente a sectores que

no podrían acceder a carreras más largas o exigentes, sea por los costos

económicos que ellas implican, sea por déficits de formación previa o hábitos

culturales necesarios para arriesgarse a carreras ‘fuertes’.”41

En ciertos ámbitos institucionales, ante el ingreso de estos grupos se construye un discurso a

partir del déficit: no sólo por los bajos rendimientos académicos sino también porque, en las

representaciones de algunos profesores, se alejan de un patrón cultural y social que

tradicionalmente fue considerado el apropiado para el ejercicio de la docencia. Así, se corre el

riesgo de considerarlos sujetos deficitarios porque sus saberes, experiencias y tradiciones

culturales no se reconocen como legítimos, y por lo tanto, esa falta debe ser compensada. “Lo

que se dibuja aquí es la tensión entre identidad y diferencia, dada por la discontinuidad entre

el habitus normalista y el de estos jóvenes pobres que quieren ser docentes.” 42

Esta consideración se suma a que, como ya mencionáramos, se trata de un perfil de

estudiantes con escaso hábito de lectura, serias falencias en sus aprendizajes a causa del

deterioro general de la enseñanza ( en particular, del nivel secundario), y una autovaloración

poco confiada en sus propias competencias intelectuales para afrontar carreras más extensas o

complejas.43

Cuando la relación pedagógica es construida con estas características desde sus propios

actores, claramente se ven afectadas las expectativas y por ende las prácticas, tanto de quienes

enseñan como de quienes quieren aprender. Y muchas veces, en el camino, queda pendiente la

calidad de la formación profesional.

Por todo lo planteado, es posible sintetizar que la categoría de alumno

“es una categoría extendible a todo sujeto que cumple dicho rol, en cualquier

momento de la vida, pero que adquiere una contextualización particular para

41 Davini-Alliaud:1996:2742 Birgin:2002:843 Cfr. Davini:1995:67

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

23

cada situación histórica y para cada situación institucional a partir de la cual se

define – aunque sólo en mínima parte – lo que ser alumno/a significa. Se es

alumno/a dentro de un cierto contrato.”44

Entre est(as) alumnas/estudiantes se continua sosteniendo una vieja imagen de maestro ideal,

fuertemente sujeta al deber ser, atravesada por la vocación, el gusto y amor hacia los niños,

definida por atributos personales antes que profesionales. Junto a estas tendencias

modelizadoras, respecto a su formación el reclamo fuerte pasa por el ‘saber hacer’ y la

‘tiranía de la práctica’. De esta manera se estaría reforzando una reducción de la complejidad

de la práctica docente al solo acto de enseñar y cuidar, simplificando y descontextualizando el

proceso de formación profesional.45

El conocimiento y la formación (qué saberes circulan, qué se transmite, quése adquiere)

Todo conocimiento es un producto social. En el ámbito de la educación formal, en cualquiera

de sus niveles, se lleva a cabo un recorte particular del conocimiento acumulado, tanto en

contenidos como en formas de transmisión.

Como ya se ha planteado, con cierta frecuencia en los ISFD se manifiesta un modelo lineal

del conocimiento,

“que responde más al “tipo recetario” que a un ejercicio del pensamiento con

sólidas categorías conceptuales que le permitan al futuro docente adaptar su

estructura de conocimiento a las realidades que tendrá que afrontar. Pero los

alumnos reclaman ese tipo de formación y los formadores responden a los

patrones. Desplegando una circularidad de repitencia de recetas y formulismo.”46

Por eso, más allá de las novedades en didáctica y psicología educacional, muchas prácticas de

enseñanza permanecer como inertes frente a la cambiante realidad de los alumnos. Haría falta

44 Steiman:2005:8445 Cfr. Davini-Alliaud:1996:77-7846 Tello:2006:s/d

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

24

un cambio de actitud entre los actores institucionales, si lo que se pretende realmente es la

formación de un docente más autónomo, reflexivo y transformador de la realidad.

Si el conocer, al decir de Zemelman, es la capacidad que tiene un sujeto de colocarse en su

mundo, de interpretarlo y comprenderlo, no puede quedar reducido a la capacidad de repetir

explicaciones ajenas.

“Y esto es importante, porque si ese problema no lo tenemos claro, vamos a

creer que (…) un alumno va a crear o definir su relación con el mundo

simplemente por la cantidad de insumos teóricos que tiene almacenados en la

cabeza. Y a medida que más códigos maneje, provenientes de distintas

disciplinas, va a tener una relación con su mundo más compleja. Pero […] puede

tener una gran información sin tener una relación de conocimiento con su mundo

y ser un gran desadaptado (…)

(…)Un buen alumno es aquel que sale de la escuela con la capacidad de

‘construir’ su propia relación de conocimiento, cualquiera sea el grado de

conocimiento que tenga en el sentido formal de la palabra.”47

Ese colocarse frente al mundo (o conocerlo) requiere estímulos gnoseológicos, vinculados a

los lenguajes, sin reducir éstos al único lenguaje de la ciencia, en el sentido dado desde el

positivismo.

En ciertos casos, durante el proceso de formación docente se bloquea en los futuros maestros

la capacidad de pensar la realidad. Se da una situación de subalternidad en la que el

estudiante “sólo ve lo que se le permite ver”.48

Por otra parte, durante las clases, los profesores emplean un discurso indirecto narrativizado

procurando dar cuenta de lo que los autores han producido. Entonces, se hacen cargo de las

palabras dichas/escritas por ellos y las integran en su propio discurso.49

Otra situación que empobrece el conocimiento que se produce en la formación docente, es el

carácter no auténtico que muchas veces asume el discurso pedagógico.

47 Zemelman:2006:8748 Cfr. Tello:2006:s/d49 Tenutto: s/f:4

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

25

“La ficción se observa en dos aspectos. Por una parte, en que las preguntas que

formula el profesor no son tales (en tanto sólo las plantea porque conoce las

respuestas), y en que los problemas por resolver que plantea pueden considerarse

como problemas de juguete (…) no presentan ni la complejidad ni el juego de

variables o determinaciones que pertenecen al mundo de la vida real” 50

“El docente hace preguntas cuyas respuestas conoce, y evalúa las respuestas del

alumno sobre la base de lo esperado. En este interjuego de significantes se

construye un significado que pretende ser compartido.”51

En la actualidad, numerosos estudios abordan el análisis de la narrativa en la enseñanza con

el objetivo de mejorar esta práctica.

“Gran parte del tiempo del aula es un tiempo de relatos. Los docentes

presentamos los contenidos a través de relatos y, en consecuencia, los alumnos/as

pasan ese tiempo escuchando relatos. Los propios alumnos/as plantean relatos.

En el escenario del aula, la voz de los relatos públicos en la voz de los

alumnos/as disminuye notablemente en los cursos superiores, pero las estructuras

narrativas, imbricadas en la voz de los docentes no se abandona nunca.”52

Según Jackson, los relatos en las aulas cumplen dos funciones. Una, epistemológica, ligada a

conocimientos socialmente considerados válidos y útiles, que el docente debería enseñar y el

alumno debería aprender. La otra, de carácter transformador, excede los conocimientos y se

liga con atributos que se espera transmitir al alumno:

" lo que queremos que los estudiantes sean como seres humanos, es decir, con los

atributos que esperamos que posean cuando terminen de estudiar, por encima y

más allá de los que podamos querer que sepan" (Jackson, 1988) y por

consiguiente, cargados de valores, visiones del mundo, rasgos de personalidad,

50 Litwin:1997:10451 Tenutto:s/f:652 Steiman:2005:3

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

26

que resultan para el propio docente, deseables de ser incorporados por los

alumnos/as.”53

Como plantean los autores, pocas veces se pone en discusión la necesaria distinción entre el

saber y la opinión, entre aquello que se presenta como verdad neutral y lo que es provisorio y

parcial.

 “Y sin embargo, en estos relatos carentes de relatos está transitando buena parte

de nuestro tiempo de las aulas.”54

Aparece en el discurso pedagógico la importancia de aquellos saberes tácitos del docente, el

conocimiento práctico-personal del profesor -al decir de Pérez Gómez y Gimeno Sacristán-,

con carácter semiconsciente, escasamente reflexivos y dependientes de afectos e historias

personales. A pesar de estas características, con frecuencia son presentados sin discriminación

alguna ante los alumnos, mezclados con la materia científica que se pretende transmitir.

Es bastante difícil entonces que una formación con estas características estimule

adecuadamente al estudiante para conocer en el sentido que le atribuye Zemelman, es decir,

para comprender y afrontar las incertidumbres de la cotidianeidad escolar.

Hacia una pedagogía de la formación

En el recorrido bibliográfico aparecen las numerosas cuestiones que han llevado al análisis y

la investigación acerca de la enseñanza a los futuros docentes en los ISFD entendida como

problema. Sería ilusorio pretender abarcar la complejidad que entretejen las múltiples

dimensiones que son parte de la problemática.

A modo de cierre (provisorio) del presente trabajo, se incluyen algunas propuestas, de

diferentes autores, que buscan pensar alternativas de mejora de la realidad en este campo.

Podrían sintetizarse, más allá de matices particulares, en una pedagogía de la formación,

entendida como un conocimiento en construcción, como un “proyecto pedagógico

53 Ob.cit:354 Ob.cit.:4

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

27

compartido que supere la reproducción acrítica, la rutina y el espontaneísmo”55, cuya

construcción requiere “la definición de condiciones adecuadas para la profesionalización de

todos los formadores de docentes.”56

Siguiendo a Davini, es necesario pensar la tensión que se instala entre las teorías y la

práctica: la falta de una teorización que se convierta en herramienta para leer y revisar la

práctica. Tal como planteara Terigi, “la formación inicial eficaz debería reunir al mismo

tiempo dos características aparentemente contradictorias: debería ser resistente a la práctica

y debería ser permeable a ella.”57 Una formación que, frente a las rutinas y prácticas vacías

de sentido y sedimentadas que siguen presentes en muchas instituciones escolares de todos los

niveles del sistema (incluidos los ISFD), ayude a comprender para desnaturalizar, rescatar lo

valioso y descartar lo obsoleto.

En las aulas de los institutos, sigue vigente el reclamo estudiantil de la “bajada al jardín”.

Podría traducirse como una demanda de “teoría aplicada” (si es que cabe el término). Pero,

cuando el vínculo teoría-práctica queda tan restringido, se corren varios riesgos que oscilan

entre la escisión entre ambas, o una simplificación tal de la teoría que termina

desnaturalizando su carácter científico para convertirla en mera receta (por ejemplo, el uso y

abuso hecho en relación a la epistemología genética piagetiana).

Mas bien, siguiendo la propuesta de Le Boterf (1979) “se trata de una química simple: de los

hechos a los problemas, de los problemas al estudio de sus dimensiones y a la definición de

los criterios de cambio y las propuestas de acción.”58

En este sentido, se superaría la receta mecánica con pretensión de universalidad, para incluir

como parte de la formación la reflexión sobre la “buena receta”, una saludable recuperación

del conocimiento legítimamente acumulado en las experiencias del aula, tratando de generar

criterios de acción contextualizables y revisables, una verdadera praxis transformadora.

55 Davini:1995:12356 Diker y Terigi:1997:21757 Terigi en Diker y Terigi:1997:138

58 En Davini:1995:125

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

28

Al plantear la reflexión sobre la práctica desde las distintas teorías con la intención de

interrogar e interrogar-se sobre la acción, se puede generar “una revisión y reestructuración

de los esquemas subjetivos que se ponen en juego en [la] interpretación.”59

Entendiendo las prácticas educativas como relaciones entre sujetos, es posible pensar una

formación que incluya las subjetividades, que permita explicitar lo tácito, examinar saberes

espontáneos e intuitivos, ponerlos en discusión, comunicar y confrontar para avanzar en la

construcción de un conocimiento más pertinente.

“En la medida en que una pedagogía enseña no sólo por lo que dice que enseña sino,

también, por el modo como lo enseña”60, esta propuesta formativa necesariamente debe

incluir el trabajo colectivo, la construcción de conocimiento compartido, la revalorización de

espacios de aprendizaje comunes, aunque entendamos que el aprendizaje es un resultado

individual.

Como todo lo naturalizado tiene una enorme resistencia al cambio, las reformas impuestas

muchas veces fracasan. Hace falta que los actores institucionales se involucren en cambios

orientados, sobre todo, a construir otros vínculos pedagógicos que recuperen la condición

adulta de los alumnos de los profesorados, conformando los institutos como espacios más

democráticos de producción subjetiva. Sin perder la asimetría propia de las relaciones

pedagógicas, poder situarse como iguales en algunos planos permitiría romper posiciones

rígidas, que muchas veces se tornan injustas.61

Aceptar además que enseñar requiere, en primera instancia y para cualquier docente, estar

dispuestos a desaprender y a volver a aprender. Sin perder de vista que

“La formación no debe reducirse a una acción ejercida por un formador sobre un

“formado” maleable que reciba de forma pasiva la configuración que le imponga

el formador. El proyecto insensato de moldear al otro, de crear un ser a su

imagen, de infundirle vida, que es el fantasma del animador, lo único que puede

hacer es infringirle la muerte ( Ferry, 1990:53).” 62

59 Ob.cit.:12660 Ob.cit.:13161 Cfr. Birgin y Pineau(1999)62 En Mercado:2007:9

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

29

Producen una saludable expectativa de mejora los fundamentos de los actuales Diseños

Curriculares para la Educación Superior en la jurisdicción, que proponen un horizonte

formativo para futuros maestros entendidos como profesionales de la enseñanza, pedagogos y

trabajadores culturales. El desafío es el pasaje de la letra de la norma a la gramática de la

acción pedagógica cotidiana.

Algunos interrogantes

El buceo bibliográfico realizado permite afirmar que existen más coincidencias que

discrepancias teóricas acerca de las deficiencias en la formación y, más específicamente en la

enseñanza para los futuros docentes.

Desde los ’90 en América Latina y en Argentina se viene cuestionando seriamente la

formación docente, cuestionamiento que en otras latitudes había comenzado tiempo atrás.

Bajo distintos signos políticos – incluso abiertamente opuestos -, en nuestro país se llevaron a

cabo sucesivas reformas, cuyos objetivos siempre incluyeron (al menos a nivel discursivo) la

necesidad de mejorar lo existente.

Desde la propia experiencia en ISFD de la provincia de Buenos Aires, la última reforma

curricular pareciera haber recogido las principales propuestas presentadas por los teóricos:

centralidad de la práctica, necesidad de trabajo interdisciplinario en la formación, vinculación

con la labor docente, cierta autonomía institucional para determinar talleres formativos según

propias necesidades, entre otras.

Sin embargo, siguen abiertas numerosas cuestiones frente a la realidad concreta:

Las prácticas de enseñanza que se registran en las aulas: ¿qué coincidencias guardan

con las concepciones que sostienen los nuevos diseños curriculares? ¿Qué

discrepancias presentan con estas concepciones? ¿Qué concepciones sobre la

enseñanza y la formación docente subyacen a las mismas?

¿Qué significados se construyen sobre el rol docente en los procesos de enseñanza que

se llevan adelante en los institutos? ¿Desde qué supuestos se enseña a los futuros

docentes?

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

30

¿Cómo inciden las condiciones estructurales del sistema y las culturas institucionales

sobre la implementación de las propuestas de los nuevos diseños curriculares?

¿Qué participación real tienen los docentes en la implementación de nuevos diseños?

¿Qué consecuencias trae que esa implementación se realice sin una

formación/actualización previa de los docentes encargados de trasladar a la práctica de

enseñanza dichos diseños?

¿Qué tipo de actualización/formación continua realizan los formadores de formadores?

¿Cuál es su impacto sobre las prácticas de enseñanza?

Claramente, muchas de estas preguntas exceden el tema seleccionado. Pero se acercan a la

demanda de la realidad y provocan interés por investigarla.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

31

Posible metodología de investigación

A partir de la investigación bibliográfica se abre la posibilidad de proyectar un diseño de

investigación que avance en el campo educativo concreto de los institutos formadores.

El carácter subjetivo y complejo de los fenómenos educativos, requiere una metodología de

investigación que respete esa naturaleza. Los indicadores externos y observables de lo que

ocurre en las aulas no son suficientes a la hora de intentar comprender la complejidad. Hace

falta utilizar procedimientos que además, permitan la comprensión de los significados

construidos.

Por otra parte, se considera que la investigación educativa debería hacer un aporte a la mejora

de la práctica. Es decir, superar la disociación entre teoría y práctica y la descontextualización

de los saberes producidos. El proceso de investigación podría ser también parte de un proceso

de aprendizaje para la transformación de la práctica.63

La propuesta sería entonces de carácter cualitativo, ya que el objetivo fundamental apuntaría a

la descripción y comprensión de la problemática en ámbitos institucionales específicos. Esa

línea ideológica y metodológica se sostiene ya desde la selección bibliográfica previa y los

objetivos planteados. En especial, desde la necesidad de vincular el trabajo investigativo a la

comprensión del sentido de las prácticas de enseñanza en los profesorados y de la

construcción de significados que subyace a dichas prácticas, en orden a incluir también a

quien investiga.

Indagar sobre los sujetos, sus interacciones y el ámbito institucional en el que se materializan

desde una propuesta de carácter etnográfico, requiere el trabajo sobre una población acotada

al ámbito local (en los tres ISFD de la ciudad de Bahía Blanca).

Se realizaría el trabajo de campo a través de las siguientes herramientas:

- Observación documental de material enviado por la jurisdicción, de planificaciones de

los docentes, de consignas de trabajo para alumnos, de instrumentos de evaluación

utilizados- Registros de observación de clases, de carácter no participante.- Entrevistas en profundidad a docentes y directivos de ISFD.

63 Cfr. Gimeno Sacristán y Pérez Gómez:1994:116

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

32

La contrastación entre las diversas fuentes a través de la triangulación metodológica,

favorecería la profundización en el análisis de la comprensión de los significados que los

distintos actores institucionales -y la propia investigadora- otorgan a las prácticas de

enseñanza en los ISFD.

La enseñanza en los ISFD – Nilda Lidia Kent

33

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