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LA ETICA INGENIERIL NORTEAMERICANA: PROBLEMAS y ...

Date post: 07-Jan-2017
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Carl Micham LA ETICA INGENIERIL NORTEAMERICANA: PROBLEMAS y PROMESAS Surnmary: This essay traces the traditional engineering ethics of obedience to its military originsand the ideology of technological progress. I t then considers the rise of an alternative professional ethics of responsibility for the public welfare, and describes one of the key events in North American engineering experience (the Bay Area Rapid Transit case) that has led enginers to seek new ways to protect whistle blowers. There is also an annotated bibliography of recent literature on the new field o] engineering ethics. Resumen: Este ensayo sigue la huella de la tra- dicional ética ingenieril de la obediencia a sus orí- genes militares y a la ideología del progreso tecno- lógico.Investiga el ascenso de una ética profesional alternativa de responsabilidad por el bienestar pú. blico, y describe un caso importante en la expe· riencia de la ingeniería de Norte América, el caso de Bay Area Rapid Transit que ha guiado a los ingenierosen la búsqueda de modos nuevos de pro- tegera quienes' 'dan voz de alerta" respecto a algu- nosproyectos de ingeniería. También contiene una bibliografía de la literatura más reciente sobre la ética ingenieril. En los Estados Unidos, la necesidad de mas in- genieros es a menudo promovida por aquellas per- sonas interesadas en asuntos de defensa y competí- tividad. Japón y la Unión Soviética gradúan un mayor porcentaje de ingenieros que los Estados Unidos. También en los países latinoamericanos se hace a menudo un gran énfasis en la necesidad de más científicos e ingenieros para impulsar el desa- rrollo. En efecto, en América Latina la profesión de ingeniería es probablemente más prestigiosa que en los Estados Unidos, debido, precisamente, a la contribución que hacen los ingenieros al desarrollo técnico. Al mismo tiempo, sin embargo, se acusa a me- nudo a los ingenieros de contribuir a la contamina- ción ambiental, a los accidentes industriales (Isla de Tres-Millas, Bhopal, Cernobyl) y a muchos otros fracasos técnicos (los desastres de los De-lO y del Challenger). Del mismo modo, los ingenieros juegan roles controversiales en la cornputarización de la sociedad (irrupción de los "hackers" y el de- sempleo generado por la auto matización y en la de- fensa militar (la Iniciativa de Defensa Estratégica del Presidente Reagan). La educación ingenieril en los Estados Unidos está siendo transformada por tales presiones, no precisamente en sus aspectos técnicos por el cam- bió científico, sino en el auto-entendimiento yau- te-crítica profesional. Se están dando modificacio- nes en la definición profesional y en la expectativa ética, que son tan importantes, si no más, que aquellas entendidas normalmente como el centro de la educación técnica. Por cuanto los Estados Unidos son los líderes del actual desarrollo tecnológico, estos cambios son importantes también para otros países. En efecto, estas transformaciones emergentes en el concepto de profesión ingenieril, podrían muy bien ser más importantes que el cambio técnico. Sin embargo, para poder apreciar este fenómeno, se necesita conocer algo acerca del origen de los ingenieros y de lo que se ocupan. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica XXVI (63, 64), 57·63,1988
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Carl Micham

LA ETICA INGENIERIL NORTEAMERICANA: PROBLEMAS y PROMESAS

Surnmary: This essay traces the traditionalengineering ethics of obedience to its militaryoriginsand the ideology of technological progress.I t then considers the rise of an alternativeprofessional ethics of responsibility for the publicwelfare, and describes one of the key events inNorth American engineering experience (the BayArea Rapid Transit case) that has led enginersto seek new ways to protect whistle blowers.There is also an annotated bibliography of recentliterature on the new field o] engineering ethics.

Resumen: Este ensayo sigue la huella de la tra-dicional ética ingenieril de la obediencia a sus orí-genes militares y a la ideología del progreso tecno-lógico.Investiga el ascenso de una ética profesionalalternativa de responsabilidad por el bienestar pú.blico, y describe un caso importante en la expe·riencia de la ingeniería de Norte América, el casode Bay Area Rapid Transit que ha guiado a losingenierosen la búsqueda de modos nuevos de pro-tegera quienes' 'dan voz de alerta" respecto a algu-nosproyectos de ingeniería. También contiene unabibliografía de la literatura más reciente sobre laética ingenieril.

En los Estados Unidos, la necesidad de mas in-genieros es a menudo promovida por aquellas per-sonas interesadas en asuntos de defensa y competí-tividad. Japón y la Unión Soviética gradúan unmayor porcentaje de ingenieros que los EstadosUnidos. También en los países latinoamericanos sehace a menudo un gran énfasis en la necesidad demás científicos e ingenieros para impulsar el desa-

rrollo. En efecto, en América Latina la profesiónde ingeniería es probablemente más prestigiosa queen los Estados Unidos, debido, precisamente, a lacontribución que hacen los ingenieros al desarrollotécnico.

Al mismo tiempo, sin embargo, se acusa a me-nudo a los ingenieros de contribuir a la contamina-ción ambiental, a los accidentes industriales (Islade Tres-Millas, Bhopal, Cernobyl) y a muchosotros fracasos técnicos (los desastres de los De-lOy del Challenger). Del mismo modo, los ingenierosjuegan roles controversiales en la cornputarizaciónde la sociedad (irrupción de los "hackers" y el de-sempleo generado por la auto matización y en la de-fensa militar (la Iniciativa de Defensa Estratégicadel Presidente Reagan).

La educación ingenieril en los Estados Unidosestá siendo transformada por tales presiones, noprecisamente en sus aspectos técnicos por el cam-bió científico, sino en el auto-entendimiento yau-te-crítica profesional. Se están dando modificacio-nes en la definición profesional y en la expectativaética, que son tan importantes, si no más, queaquellas entendidas normalmente como el centrode la educación técnica.

Por cuanto los Estados Unidos son los líderesdel actual desarrollo tecnológico, estos cambiosson importantes también para otros países. Enefecto, estas transformaciones emergentes en elconcepto de profesión ingenieril, podrían muybien ser más importantes que el cambio técnico.Sin embargo, para poder apreciar este fenómeno,se necesita conocer algo acerca del origen de losingenieros y de lo que se ocupan.

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Origen de los ingenieros - Antecedentes de obe-diencia.

La ingeniería es hijastra de las antiguas profesio-nes. El concepto de profesión -formulado inicial-mente en relación a los médicos, abogados y minis-tros religiosos durante el auge de las universida-des- implica educación avanzada destinada a ofre-cer un servicio importante a la sociedad. Las profe-siones certifican a sus miembros y gozan de auto-nomía en su trabajo. En comparación con las pro-fesiones tradicionales, la ingeniería no sólo llegómás tardíamente, sino que carece del mismo presti-gio y autonomía que gozan éstas últimas. En NorteAmérica, por ejemplo, los ingenieros raramente ga-nan tanto dinero como los médicos y los abogados;asimismo, en Latinoamérica, no se respeta tanto alos ingenieros como a los sacerdotes.

Los ingenieros (del latín ingeniator, que se re-fiere a la persona que diseña y construye arietes,catapultas y otros "ingenios guerreros") fueronoriginalmente ingenieros militares, soldados. Porejemplo, en la obra de Shakespeare Troilus andCressida (1602), se denomina a Aquiles "a rareenginer"; el Diccionario de Samuel J ohnson, publi-cado en 1755, define al "ingeniero" como "el quedirige la artillería de un ejército". También en Es-paña se concibió desde sus orígenes al ingenierocomo el que diseña y construye "máq uinas y artifi-cios en la arquitectura militar, para defensa u ofen-sa de las fortalezas" (Diccionario de Autoridades,1732). El poeta español Don Luis Ulloa y Pereira(1584-1674), asocia la ingeniería, lo militar y eldeseo de riqueza en los siguientes términos:

Oh tu ingeniería sagazde las máquinas de Marte,hambre sagrada del oro,qué riesgo no p ersuades , (Poesías, 203)

En efecto, las primeras escuelas en ofrecer gra-dos en ingeniería estuvieron vinculadas a los milita-res, ejemplo de ello son la Ecole Polytechniquefrancesa (fundada en 1794, bajo la dirección delMinisterio de las Fuerzas Armadas) y la AcademiaMilitar de West Point (1802), primera escuela inge-nieril en los Estados Unidos. En 1711, las fuerzasarmadas españolas comenzaron también a organi-zar, a imitación francesa, sus propios cuerpos deingenieros, a los cuales se dió forma definitiva en1803, con la creación de la Academia. Los cuerposde ingeniería continúan siendo una rama importan-te de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

En tal contexto, el primer deber de los ingenie-ros era obedecer órdenes. Al igual que todos losmiembros de las fuerzas armadas, la conducta delingeniero estaba, a la larga, regida por el principiode la obediencia; su obligación terminante era se-guir órdenes.

En tiempos de paz, en términos retrospectivos,que se sepa, hasta la antigua Roma, los soldadoseran puestos a trabajar en la construcción de cami-nos, puentes y otra~ infraestructuras de transpor-te. No fue sino hasta el siglo 18 cuando el arqui-tecto de la Eddystone Lighthouse y otros "traba-jos públicos" John Smeaton (1724-1792) se auto-denominó por primera vez "ingeniero civil" -untérmino que ha venido a designar a aquel que dise-ña vías de transporte, represas, acueductos y siste-mas sanitarios, etc. Inicialmente, la creación de es-ta contraparte civil a la ingeniería militar, no diómotivo para alterar el significado básico de la obli-gación ingenieri!. La ingeniería civil no era mas queuna ingeniería militar de tiempo de paz, mientrasel ingeniero quedaba obligado a obedecer a su em-pleador, usualmente alguna dependencia del Esta-do. El desarrollo ulterior de la ingeniería mecánica,química, eléctrica, etc. transfirió simplemente laobediencia a las corporaciones.

Sin embargo, la segunda mitad del siglo XIX fuetestigo del surgimiento de las primeras organizacio-nes ingenieriles: la Sociedad Americana de los In-genieros Civiles (ASCE, siglas en inglés) en 1852, laSociedad Americana de los Ingenieros Mecánicos(ASME, siglas en inglés) en 1880, etc. Como hasido descrito en la rica y profunda historia deEdwin Layton The Revolt of the Engineers (1971,1986), este movimiento entrañó de inmediato laformulación explícita de la subordinación a los in-tereses corporativos y la creación de una ideologíade la ingeniería como la contribución decisiva alprogreso moderno -estableciéndose así una tiran-tez o contradicción que no ha llegado a ser aúntotalmente resuelta.

Los primeros códigos de ética ingenieril -desa-rrollados en los Estados Unidos en 1912 por elInstituto Americano de- Ingenieros Eléctricos (quemás tarde deviniera en Instituto de IngenierosEléctricos y Electrónicos o IEEE, siglas en inglés)y en 1914 por la ASCE- definen como la obliga-ción principal de los ingenieros el ser "agentes fie-les o depositarios" de alguna compañía emplea-dora. A diferencia de los médicos y los abogados,quienes profesan lealtad a determinados idealessubstantivos de salud y justicia, los ingenieros pare-cen no perseguir nada más que eficiencia. Sin em-

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bargo, la eficiencia es simplemente un medio -ha-cia un fin a ser determinado por otros.

En realidad, es precisamente esta visión de laingeniería lo que la hace una profesión "segura" enlas universidades soviéticas y es una razón de porqué la URSS produce muchos más ingenieros quelos EEUU. Se debe hacer notar, además, que comoresultado de ello, los ingenieros realizan muchasmás tareas de bajo nivel técnico y funciones deadministración de nivel medio que en Occidente.

¿De qué se ocupan los ingenieros? - La ideologíadel progreso.

En el progreso tecnológico, sin embargo, hubouna ideología de liderazgo que contrasta con elcódigo de obediencia. Esto fue expuesto en 1895en un discurso desde la presidencia de la ASCE porGeorge S. Morrison, uno de los principales cons-tructores de puentes de los Estados Unidos, en unaosada visión de los ingenieros como el agente pri-mario del cambio técnico y la fuerza principal enel progreso humano. Como un pensador analíticolibre de las inclinaciones hacia los intereses particu-lares de los grupos, el ingeniero asegura que el cam-bio técnico redunde en beneficio humano. En pala-bras de Morrison,

Nosotros somos los sacerdotes del desarrollo material, deltrabajo que permite a otros hombres disfrutar los frutosde las grandes fuentes de poder en la Naturaleza y delpoder del pensamiento sobre la materia. Nosotros somoslos sacerdotes de la nueva época, sin su persticiones (Cita-do de Layton, pp. 58-59).

Hablando en los mismos términos ante la Aso-ciación de Ingenieros Civiles de Cornell en 1906,Henry Goslee Pr out, un ingeniero militar que llegóa ser director de la compañía Union Switch andSignal, expresó lo siguiente:

Los ingenieros, más que todos los demás hom bres, guiaránhacia adelante a la humanidad ... Sobre los ingenieros ...descansa una responsabilidad que los hombres nunca anteshabían tenido que enfrentar (Citado de Akin, p.8).

En el espacio entre las dos guerras mundiales,esta visión exagerada de la actividad ingenieril con-tribuyó a la elección de Herbert Hoover como elprimer presidente ingeniero - Jimmy Carter fue só-lo el segundo presidente ingeniero en la historiaamericana- y dió lugar al movimiento de la tecno-cracia, o sea, la idea de que se le debía dar poderpolítico y económico a los ingenieros.

Hasta tanto se pudiera asumir que los nuevosmedios irían a ser destinados a usos humanos porlas instituciones sociales existentes, los ingenierospodían sentirse contentos con ser obedientes a susrespectivos empleadores y simplemente continuarpromoviendo el progreso tecnológico. Sin embar-go, como 10 prueban las carreras tanto de Hoovercomo de Carter, inmediatamente bajo la piel delingeniero hay una fuerte tendencia a querer anularlas instituciones políticas y económicas. Ya en1921, por ejemplo, Thorstein Veblen argumentabaen su obra The Engineers and the Price System,que si los ingenieros pudieran ser liberados de lasubordinación a los intereses empresariales, sus pa-trones de 10 bueno y 10 malo, de 10 correcto y loincorrecto conducirían a la creación de una econo-mía más firme y de mejores productos de consu-mo.

La movilización que hizo la Segunda GuerraMundial de la ciencia y la ingeniería para propósi-tos nacionales y la recuperación social norteameri-cana de post guerra, contribuyeron a una supresióntemporal de la tirantez entre los objetivos técnicosy los económicos. Durante la guerra, los científicose ingenieros pusieron su conocimiento tecnológicoal servicio de la democracia para derrotar el fascis-mo, y en este proceso crearon el radar y los avionesde guerra, así como la bomba atómica. Pero elmovimiento anti nuclear de las décadas de los 50'sy 60's junto con los movimientos consumista yambientalista de los años sesenta y setenta, la pu-sieron en primer plano nuevamente, provocandoque algunos ingenieros desafiaran a la direcciónnacional, corporativa y empresarial.

Las semillas de esta reactivada tirantez fueronrealmente plantadas inmediatamente después de laguerra, cuando en 1947, el Consejo de Ingenierospara el Desarrollo Profesional (Engineers'Counsilfor Profesional Development o ECPD, siglas eninglés) elaboró el primer código ético ingenierütr ansdisciplinario y encomendó a los ingenieros"interesarse en el bienestar público". Una revisiónhecha en 1963 empleó un lenguaje un poco másfuerte. En una revisión ulterior, efectuada en1974, los veintiún acápites fueron reducidos asiete, el primero de los cuales plantea que, "losingenieros deben considerar como primario la segu-ridad, la salud y el bienestar del público ... ".

El problema para los ingenieros ha sido, sin em-bargo, cómo desarrollar la autonom ía profesionalque le permita poner en práctica este compromisomoral. A diferencia de los médicos y los abogados,los ingenieros raras veces se erigen en auto-emplea-

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dos; para su remuneración, ellos dependen de orga-nizaciones sociales ya establecidas -agencias delEstado o corporaciones privadas, Por contraste, losmédicos y los abogados son comunmente emplea-dos por individuos (personas enfermas, aquellos endificultades con la justicia, etc.) para que les ayu-den a lograr sus fines particulares. Por cuanto losfines de tales "empleadores" son diversos y desor-ganizados, los médicos y los abogados pueden fá-cilmente usar sus propias instituciones para defen-der ideales e intereses profesionales. Los ingenierosindividuales, por su parte, son empleados por orga-nizaciones previamente establecidas que tienen como algo dado un "grupo cabecilla". A los ingenie-ros individuales les resulta difícil compensar estadesventaja organizativa y expresar sus propios inte-reses profesionales y sus patrones morales.

La nueva ética ingenieril

En 1972 en los Estados Unidos, una cadena deacontecimientos condujo al surgimiento de una au-tocomprensión profesional que comenzó a ponerde manifiesto la debilidad que emana de la referidadesventaja, si bien su pleno potencial debe ser aúncomprendido. En el año 1972 se estableció laprohibición del DDT por parte de la Agencia deProtección Ambiental (Environmental ProtectionAgency) de Estados Unidos, la creación de la Ofici-na de Evaluación Tecnológica (Office of Technolo-gy Assessment) del Congreso y el establecimientodel programa para fondos de investigación en Eticay Valores en la Ciencia y la Tecnología (EVIST,siglas en inglés) de la Fundación Nacional deCiencia (National Science Foundation). Dos añosantes, el senado había votado en contra de la cons-trucción de un avión de pasajeros supersónico. Ca-da uno de estos eventos representa fuerzas impor-tantes que continúan aún los esfuerzos en pos de lareorientación de la ética ingenieril. Pero quizásel acontecimiento más importante fue lo que seha conocido como "el caso RART".

A finales de los años cincuenta, la ciudad deSan Francisco decidió crear el sistema Bay AreaRapid Transit (BART). BART estaba llamado a serel transporte más avanzado y rápido del mundo.En el mismo se eliminaría tanto a los conductorescomo a los revisores y sería operado y controladopor un sistema automático (Automated Train Con-trol o ATC). La construcción comenzó en 1963 ya finales de 1971, casi con tres años de retrasoy considerablemente sobrepresupuesto, BARTcompletaba finalmente su primera etapa.

Para esta fecha, sin embargo, tres ingenieros-Holger Hjortsvang, Max Blankenzee y RobertBruder (sus nombres merecen ser recordados)- te-nían, cada uno por su cuenta, serias preocupacio-nes acerca de la pertinencia del sistema de controlautomático (ATC), así como sobre la instalación ylos métodos de dirección del consorcio contratanteParson, Brinkerhoff, Tudor y Bechtel (PBTB). Porespacio de un año, los tres ingenieros expresaronsus preocupaciones al consorcio PBTB tanto enforma oral como escrita, pero siempre o se les ig-noró por completo o se les dió de lado.

En un esfuerzo mas por hacer oir sus quejas, losingenieros contactaron a un miembro de la JuntaDirectiva de BART y le entregaron una serie dedocumentos que daban más credibilidad a su caso.Estos documentos fueron luego distribuidos al to-tal de los miembros de la Junta y de la administra-ción de BAR T. La prensa se enteró de la contro-versia y a fmales de febrero de 197 2 se celebró unaaudiencia pública sobre el caso. El resultado fue,sin embargo, un voto de confianza para la gestiónde BART, el cual, luego de esto, se ocupó en iden-tificar las fuentes de ciertos documentos críticos yel 3 de marzo despidieron de sus puestos aHjortsvang, Blankenzee y Bruder.

Sin embargo, los ingenieros recurrieron a la So-ciedad de Ingenieros Profesionales de California(CSPE, siglas en inglés), alegando que ellos intenta-ban solamente vivir con arreglo al mandato de sucódigo ético que sugiere tomar "el bienestar públi-co como lo primario" y "notificar a las autorida-des correspondientes de cualquier situación anó-mala detectada que haga peligrar la seguridad pú-blica y la salud". El19 de junio la CSPE sometiólos resultados de una indagatoria sobre el caso alSenado del Estado de California, el cual respaldóabrumadoramente a los ingenieros. Luego, el 2 deoctubre de 1972, en una dramática confirmaciónde las preocupaciones de estos últimos, un tren deBAR T se saltó una estación, resultando heridoscinco pasajeros.

Con anterioridad al caso BART.la única formaen que las asociaciones profesionales de ingenieríahabían actuado para hacer cumplir sus códigos éti-cos había sido disciplinar a los ingenieros =usual-mente por medio de la expulsión de éstos de lasasociaciones profesionales, por haber sido deslealesa una compañía o empleador. El caso BART fue elprimero en el cual una asociación profesional inge-nieril ha respaldado a sus miembros al criticar auna corporación específica. Un reporte ulteriorpor parte de la IEEE, la mayor agrupación de inge-

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nieros del mundo, condujo a un amplio debate y,finalmente, a la creación de un Premio por ServicioSobresaliente al Interés Público, el cual fue otorga-do por primera vez en 1978 a Hjortsvang, Blanken-zee y Bruder.

La necesidad de más independencia para los in-genieros fue puesta nuevamente de manifiesto en1986, a raíz del desastre del transbordador Cha-llenger. Como salió a la luz un poco después, ya unaño antes, dos ingenieros -Allan McDonald y Ro-ger Boisjoly- habían planteado objeciones sobrelos anillos de los cohetes propulsore s, y el 26 deenero de 1986, ambos se opusieron abiertamenteal lanzamiento, señalado para el día siguiente. Co-mo resultado de su testimonio ante la comisiónpresidencial que conducía las investigaciones deldesastre, McDonald y Boisjoly fueron degradadospor su empleador Morton Thiokol. Las presionesde la comisión presidencial lograron que se le resta-bleciera su posición a McDonald y, debe destacar-se, que éste último ha pasado a ser el responsablede las modificaciones de los diseños, e incluso, elrepresentante ante la prensa de la compañ ía Thio-kol. Si bien se trata hasta ahora de un caso aislado-y la situación de Boisjoly no ha sido aún resueltasatisfactoriamente- el mismo apunta, no obstante,hacia un nuevo reordenamiento de fuerzas en elseno de la comunidad ingenieri!.

Posiblemente ningún otro ingeniero en los Esta-dos Unidos haya hecho más para promover estenuevo reordenamiento de fuerzas como StephenH. Unger, un ingeniero eléctrico egresado de laUniversidad de Columbia. Fue precisamente Ungerquien hizo el reporte sobre el caso BART para laIEEE y quien estuvo detrás de la creación del pre-mio de servicio público para ingenieros sobresalien-tes. En su libro Controlling Technology: Ethicsand the Responsible Engineer (1982), Unger pro-pone un conjunto de vías, a través de las cuales, lasasociaciones profesionales de ingenieros pueden ydeben respaldar la práctica ética de la ingeniería-especialmente "dando-voz-de- alerta" ("blowingthe whistle") sobre aquellas acciones y operacionesque no respondan a los elevados criterios de seguri-dad pública.

La forma más efectiva de instituir dicho respal-do, argumenta Unger, podría ser la de seguir lapráctica de defender la autonomía de los profeso-res universitarios, empleada exitosamente por laAsociación Americana de Profesores Universitarios(AAUP, siglas en inglés). Cuando los ingenieros sonsancionados por ejercer correctamente sus respon-sabilidades profesionales, las organizaciones inge-

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nieriles deben -al igual que hace la AAUP- prime-ramente, emprender una investigación, luego, pro-ceder a la publicación de los resultados de la mis-ma y finalmente, (si es necesario) a la condenapública de la compañía involucrada. Los ingenierosdeben además incidir en los reglamentos internosde las compañías, a fin de que en los mismos setraten adecuadamente los desacuerdos de carácterprofesional. y deben, por otra parte, rendir honora aquellos que han respondido a los más elevadosideales éticos, tomando en ello un gran riesgo pro-fesional.

En mayo de 1986, Unger entregó al ingenieroRichard Parks el tercer Premio por Servicio Sobre-saliente al Interés Público. Durante las operacionesde limpieza después del accidente nuclear de la Islade Tres Millas, Parks criticó como inseguros unconjunto de procedimientos y fue por ello sub se-cuenternente degradado y cancelado. Sin embargo,según se especificó en la entrega del premio, "suvaliente apego a los más altos ideales de la éticaprofesional, merecen el respeto y la admiración detodos los profesionales de la ingeniería". En efec-to, según los propios términos de Parks al aceptarel otorgamiento del premio: "Los recientes aconte-cimientos relativos al desastre del Challenger, lerecuerdan al mundo que la integridad y dedicaciónal profesionalismo tiene que ser el concepto cen-tral en el proceso de toma de decisiones ... ".

La nueva ética ingenieril y la educación.

El premio por servicio público es, por supuesto,una manera de educar, tanto al público como a losingenieros. Pero la nueva ética ingenieril requiere,además, que estos ideales se conviertan en parte delas experiencias educativas en las aulas de los estu-diantes de ingeniería. De hecho, a lo largo de lasdos últimas décadas, un conjunto de escuelas inge-nieriles han establecido cursos que comienzan aconsignar esta necesidad.

A menudo, ello se ha hecho conjuntamente concursos más generales sobre la interacción entreciencia, tecnología y sociedad. Por ejemplo, la Uni-versidad de Stanford creó en los años setenta unprograma interdisciplinario sobre Valores, Tecno-logía y Sociedad (VTS) =-en la actualidad Valores,Tecnología, Ciencia y Sociedad (VTSS, siglas eninglés)- bajo la dirección de un ingeniero aeronáu-tico; y Worcester Polytechnic Institute comenzó arequerir un proyecto de diseño final que enfaticelas interacciones sociales. Recientemente, el Massa-chusetts Institut e of Technology ha comenzado

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también a incluir las cuestiones éticas en los pro-yectos de diseño finales. En Georgia Institute ofTechnology y en Rensselaer Polytechnic Instituteexisten cursos sobre políticas científicas y tecnoló-gicas. En otras escuelas, tales como BrookIynPolytechnic University y Cooper Union, existen enla actualidad cursos dedicados expresamente al es-tudio de la interacción entre ética y tecnología.Una contribución importante en Latinoamérica esla de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ma-yagüez, en donde un curso de ética ingenieril haservido de base para la publicación del primer tex-to en el área en idioma español. Se trata de la obrade la Dra. Elena Lugo Etica Profesional para la inge-niería (1985). Hasta el presente, los esfuerzos handependido ampliamente de iniciativas individuales,aunque, sin embargo, existen indicios de que estoestá cambiando. Recientemente, la Junta de Acre-ditación para Ingeniería y Tecnología (Acredi-tation Board for Engineering and Technologyo ABET) comenzó a pedir a las escuelas de in-geniería que identifiquen exactamente qué estánhaciendo en torno a la ética relativa a la inge-niería. Hay ya un fermento en el status quo educa-cional de la ingeniería, y en el futuro determinadoscursos de ética se habrán de convertir en requisitospara la obtención del grado de ingeniero. A la parde los cambios en el autoentendimiento profesio-nal de los ingenieros, es importante también uncambio en la educación ingenieril, como aquellosque demandan regularmente los avances técnicosdentro de la ciencia y la tecnología. Los cambiosque tienen lugar en Norte América en el camposeñalado, podrían ser de mucha importancia paralos ingenieros y otros profesionales en América La-tina y otras partes del mundo.

Nota: Este artículo es una versión revisada y am-pliada del artículo "Schools for Whistle Blowers:Educating Ethical Engineers", publicado en Com-monweal 114, No. 7 (April 10, 1987), pp.201-205.

--Traducido por César Cuello

Bibliografía

A continuación se ofrece un listado con anotacionesde todos los trabajos citados en el presente trabajo, com-plementado con otras obras importantes de ética ingenie-ril en Norte América.

Akin, William E. Technocracy and the American Dream.Berkeley: University ofCalifomia Press, 1977. pp. xiii,227.

Anderson, Robert M., Robert Perrucci, Dan E. Schendel,and Lean E. Trachtman. Divided Loyalties: whistíe-Blowing at BART. West Lafayette, IN: Purdue Univer-sity, 1980. Pp. ix, 398. Este es el vol. 4 en "Scienceand Society: A Purdue University Series in Science,Technology, and Human Values". Un Estudio definiti-vo del caso BART, con documentos y cronología.

Flores, Albert, and Robert J. Baum, eds. Ethical Problemsin Engineering. 2nd edition, 2 vals. Troy, NY:R en sselaer Polytechnic Institute, 1980. Vol. 1,Readings, by Flores, con 267 páginas, reimprime sietecódigos éticos ingenieriles diferentes y 53 artículosmás sobre la interpretación de los códigos, prácticascompetitivas, derechos, deberes y responsablidad so-cial. Vol. 2, Cases by Baum , with 222 pages, contienecuarenta y cinco estudios de caso.

Florman, Samuel C. The Civilized Engineer. New York:Sto Martin's Press, 1987. Pp. xii, 258. Una colección deensayos escritos por un ingeniero práctico. Tres de suscapítulos ofrecen una perspectiva crítica de las revisio-nes contemporáneas en ética ingenieril.

Layton, Edwin T., Jr. The Revolt oi the Engineers: SocialResponsibility and the American Engineering Proje-ssion. Baltimore, MD: Johns Hopkins University Press,1986. Pp. xxii, 286. First published, Cleveland, OH:Press of Case Western Reserve University, 1971. Elmejor estudio de la profesión ingenieril americana.

Lugo, Elena, Etica Profesional para la ingeniería. Maya-güez, Puerto Rico: Libreria Universal, 1985. Pp. 263.Un buen estudio de la literatura norteamericana en lamateria. Reimprime algunos códigos. Contiene unoscapítulos interesantes sobre filosofía y teología de latecnología.

McMahon, A. Michal. The Making of a Profession: A Cen-tury of Elec trical Engineering in America. New York:Institute of Electrical and Electronics Engineers Press,1984. Pp. xv, 304. Este volumen de conmemoracióncentenaria no menciona el caso BART en forma sufi-cientemente interesante, sin embargo, el último capí-tulo, sobre "The IEEE and the New Professionalism",trata sobre algunas cuestiones afines.

Martín, Mike W., and Roland Schinzinger. Ethics in Engi-neering. New York: McGraw-Hill, 1983. Pp. xiv, 335.Este texto, orientado a la filosofía analítica y escritopor un filósofo (Martin) y un ingeniero (Schinzinger),fue el resultado de una investigación auspiciada porEVIST.

Monsma, Stephen V., et al. Responsible Technology: AChristian Perspective. Grand Rapids, MI: Eerdmans,1986. Pp. x, 252. Es el primer libro en inglés en rela-cionar la ética ingenieril a los principios cristianos. Pro-pone una ética de diseño para ingenieros.

Schaub, James H., and Karl Pavlovic, eds. EngineeringProfessionalism and Ethics. New York: John Wiley,1983. Pp. xv, 559. Reimprime 71 artículos. Se trata deun texto de fuentes similar al de Flores y Baum.

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Unger, Stephen H. Controlling Technology: Ethics for theResponsible Engineer. New York: Holt Rinehart andWinston, 1982. Pp. x, 192. Es el mejor libro sobreética profesional ingenieril y el único escrito entera-mente por un ingeniero.

Veblen, Thorstein. The Engineers and the Price System.New York: B.W. Huebsch, 1921. Pp. 169. Phoro-mechanical reprint, New York: Augustus M. Kellev,1965. Es una colección de seis artículos publicados en1919.

El Centro para el Estudio de la Etica de las Profesionesdel Instituto de Tecnología de Illionis, en Chicago, tam-bién ha preparado una serie de módulos de enseñanza.Estos son:

Marcia Baron, The Moral Status of Loyalty (1984).

Rondo Comeron and A. J. Millard, Technology Assess-ment: A Historical Approach (1985).

Martin Curd and Larry May, Professional Responsibilityfor Harrnful Actions (1984)

Mark Sagoff, A Critical Examination of Risk-Benefit Ana-ly sis in Decisions Concerning Public Safety and Health(1985).

Prof. Carl MitchamPolytechnic333 Jay lt.Broolclyn, NY 11201U.S.A.


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