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La Politica America Latina

Date post: 09-Jan-2016
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  • C E N T R O D E E S T U D I O S D E L D E S A R R O L L O

    95CUADERNOS DEL CENDES

    AO 24. N 65

    TERCERA POCA

    MAYO-AGOSTO 2007

    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    RECIBIDO: JUNIO 2007

    ACEPTADO: JULIO 2007

    ARTURO VALLEJOS R.

    AbstractThis paper proposes to observe Latin America from amodern, world-wide society differentiated byfunctions, with independent and non transparentsystems. Upon this, we offer a theoretical andmethodological delineation illustrating the otherside of its distinction: a peripheral modernity and itspolitical system, working under non differentiatedforms. We will then describe the operational generalframes of a peripheral modernity. What weunderstand by a world-wide society will beaddressed first, continuing with a theoreticalapproach suitable to observe a peripheral modernityand its political system. Then, we will outline thepolitical evolution and how it has operated in LatinAmerica through the distinction inclusion/exclusion.Finally we will describe some mechanisms acting asfunctional equivalents, to close with some finalreflections.

    Key wordsPeripheral modernity / Social systems / Latin America

    pp. 95-128

    ResumenEl artculo propone observar Amrica Latina desdeuna sociedad moderna, mundial, diferenciada porfunciones, con sistemas autnomos eintransparentes. Ante ella, haremos undelineamiento terico y metodolgico ilustrandohistricamente el otro lado de su distincin: unamodernidad perifrica y su sistema poltico, los queoperaran bajo formas no diferenciadas.Pretendemos describir tericamente sus marcosgenerales de operacin, exponiendo quentendemos por sociedad mundial, para pasar aalgunos lineamientos tericos que nos permitanobservar una modernidad perifrica y su sistemapoltico. Posteriormente esbozaremos la evolucinde la poltica y cmo ha operado en Amrica Latinaa travs de la distincin inclusin/exclusin.Delinearemos algunos mecanismos que fungencomo equivalentes funcionales, y terminaremos conalgunas reflexiones.

    Palabras claveModernidad perifrica / Sistemas sociales / AmricaLatina

    La poltica en la periferia de la modernidadEsbozos para su observacin en Amrica Latina

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    Introduccin

    A travs de la historia las teoras sociales han tematizado y problematizado Amrica Latina

    y su sistema poltico ancladas en formas de diferenciacin estratificadas o centro/periferia.

    Esta problemtica, con sus crticas correspondientes, ha sido tratada desde enfoques que

    nacen de la modernidad, es decir, teoras que se insertan en la produccin de pases cen-

    trales o desarrollados y otras que han nacido bajo el alero de un pensamiento local: para

    nuestro caso, las teoras del desarrollo.

    Las lneas que a continuacin se exponen se asientan en una sociedad que es moder-

    na y a la vez mundial; que en su interior ha visto nacer y fenecer todo tipo de autodescrip-

    ciones; que aunque en su prevalencia moderna apunte a sistemas autnomos, indepen-

    dientes e intransparentes entre ellos, tiende a mostrar en su interior realidades operativas

    que no son uniformes, que no son homogneas en su estructuracin. Es decir, pretendemos

    presentar la distincin modernidad central/modernidad perifrica en la sociedad moderna, y

    as intentar delinear cmo funcionan, primero, sociedades como la latinoamericana, y se-

    gundo su sistema poltico, los que estaran bajo el primado de la diferenciacin funcional,

    pero tenderan a operar bajo formas no diferenciadas.

    Lo anterior lo expondremos distancindonos de teoras que priman sobre distincio-

    nes secundarias, que obedeceran a una visin lineal, anclada en el progreso, y que han

    sido y siguen siendo parte fundamental de las visiones desarrollistas. El porqu de esta

    opcin tiene sus fundamentos en que tales teoras no tienen como marco terico la

    conceptuacin de una sociedad mundial que posibilita la operacin de los sistemas funcio-

    nales como la economa, la poltica, la educacin, etc., basndose ms bien en una

    visin asentada en componentes regionales.

    Este posicionamiento tendr como objetivo fundamental el describir tericamente

    los marcos generales donde se arraigaran las operaciones de una modernidad perifrica.

    Para ello iniciaremos dilucidando qu entendemos por una sociedad mundial, como refe-

    rente ltimo de todas las comunicaciones en la sociedad, para luego pasar a exponer

    algunos lineamientos generales de teora para la observacin y posterior tipificacin de

    una modernidad perifrica y su sistema poltico. A continuacin mostraremos la evolucin

    que ha tenido la poltica, para delinear luego su modo de operacin en Amrica Latina a

    travs de la distincin inclusin/exclusin. Posteriormente daremos cuenta de los mecanis-

    mos que fungen como equivalentes funcionales y esbozaremos algunas reflexiones finales

    sobre la forma como operan Amrica del Sur y su sistema poltico.

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    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    La sociedad del mundo

    La comunicacin, como posibilidad de articularse con otras comunicaciones, es plausible si

    tiene como sustento la sociedad mundial,1 dejando de lado la posibilidad de concebir un

    mundo con variadas sociedades en su interior.

    El mundo antiguo conceptualiz los sistemas como autrquicos y proveedores de

    todo lo necesario al ser humano. Bajo esta perspectiva el mundo se conceba [entenda] en

    trmino de cosas, y [estas] quedaron ordenadas conforme a los nombres, los gneros y

    las especies (...) o hasta como un gran y visible ser vivo que contiene en s a todos los

    dems (Luhmann, 2007:109), donde lo que era excluido y no estaba inserto en las tipo-

    logas conocidas se clasificaba como raro. Es en este tipo de concepciones donde se anclan

    las observaciones que actualmente se realizan de la sociedad, la cual comienza a concebir-

    se de forma distinta cuando entra en consideracin un horizonte de posibilidades, es decir,

    cuando se concibe el otro lado de cualquier determinacin, como espacio no marcado y no

    equiparable con el otro. Esto es as, expone Luhmann, por el descubrimiento del globo

    terrqueo como esfera cerrada de comunicacin con sentido... (ibd, p. 111), y da el

    sustento para pensar la posibilidad de una sociedad que sea mundial.

    El concepto de sociedad mundial es una idea del siglo XVIII. Como innovacin inte-

    lectual se refleja sobre la formacin de un sistema europeo de Estados en la temprana

    modernidad (Stichweh, 2000:7). A esto se suma desde la mitad del siglo XIX la exis-

    tencia de un tiempo nificado, donde es posible que simultneamente se pueda entablar

    comunicacin sin prdida de tiempo, producindose un vuelco hacia la diferenciacin y

    permitiendo que cada sistema tenga una funcin para s y que cumplir en la sociedad. Con

    ello se desvanecen los lmites territoriales y la referencia a los individuos que los habitan,

    pues ahora los lmites estn puestos en los sistemas funcionales y no entre espacios geo-

    grficos o entre individuos. Por lo tanto, toda comunicacin es posible slo en el interior de

    la sociedad y no en el entorno, encontrando medios que la han hecho no obedecer a

    lmites territoriales; como por ejemplo: el dinero, el poder, la verdad, etc. En este proceso

    evolutivo los sistemas funcionales han quedado posibilitados para realizar observaciones

    de segundo orden, perdiendo la sociedad la posibilidad de representar y poder vincular al

    mundo. De esta manera, el concepto de mundo relacionado con las cosas es cambiado por

    1 Niklas Luhmann plantea la exigencia, para la sociologa, de un trmino que exponga la unidad de la dimensin social en s misma, para locual propone el concepto de sociedad (1998:365-366). La sociedad sera un sistema autopoitico, clausurado en sus operaciones, y dondeuna red recursiva o circular incluye todas las comunicaciones y acciones en su interior. As, slo en la sociedad se podr ser capaz decomunicar y actuar. Como sistema omniabarcador incluira todo lo social y no tendra lmite social externo. Por lo tanto, esta unidad sera sucerradura, siendo un sistema social autopoitico, es decir, un sistema que tiene como su ultraelemento constitutivo a la comunicacin.

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    un mundo inobservable, donde todo depender del observador que observe, no pudiendo

    este observar la unidad.En esta lnea de argumentacin, los medios de comunicacin, como por ejemplo la

    televisin, han reducido a una bagatela el lugar, haciendo posible ver una noticia de la

    China sentado en el silln de cualquier casa en el sur de Chile. La insignificancia del lugary la simulteneidad que nos permiten las comunicaciones no ponen en duda lo que real-

    mente acontece, garantizando, desde el descubrimiento del globo terrqueo, la posibilidad

    de convertir todos los tiempos locales en un tiempo mundial. Podemos inferir de lo ante-rior la funcin gravitante, como dispositivo de integracin, que tendrn los medios de

    difusin, que en trminos sistmicos fungirn como un equivalente funcional a la escritura

    en las sociedades anteriores.2

    Ser el mundo, como horizonte de posibilidades, donde se podrn todo tipo de auto-

    descripciones, siendo el espacio total de toda la vivencia provista de sentido. Por lo tanto

    el mundo no se cierra con lmites sino con el sentido que en l se activa (Luhmann,2007:115), sirviendo como correlato de las operaciones que en l se llevan a cabo. Luhmann,

    siguendo a Spencer Brown, expresar que el mundo es el correlato de la unidad de todaslas formas; o bien, aquello que como unmarked state, se corta con la herida de la lnea quelimita a la forma, y que luego puede ser explorado slo en referencia a una distincin, solo

    en el movimiento que va de un lado de la distincin al otro (ibd.).Entonces, contrario a la visin marcada en la tradicin, donde el mundo como crea-

    cin de Dios era un secreto, un misterio, el mundo actual no puede ser concebido de esta

    forma, sino que puede ser observado, aunque en esta operacin el observador mismo sedesempea como el tercero excluido. La unidad del mundo, entonces, no es el secreto, sino

    la paradoja. Es la paradoja del observador del mundo: percatarse del mundo sin poder, en

    la observacin, observarse a s mismo (ibd, p. 116). Un observador, por lo tanto, deberser un observador de segundo orden. Si aceptamos la premisa anterior, no es posible

    concebir el mundo como un todo compuesto y articulado por partes, sino que debe ser

    tratado como una unidad inaprensible en su unidad y que slo puede ser observada dedistintas formas. Es decir, y teniendo como marco el globo terrqueo, puede darse una

    sociedad mundial donde son posibles y alcanzables todas las comunicaciones.

    2 Estos medios mundializaron la informacin. Un ejemplo dramtico y prximo es el tsunami ocurrido en Tailandia, cuyo inters yrepercusiones pasaron las barreras locales y fueron parte de todos los noticieros del mundo y otros medios informativos. Un caso msalejado en el tiempo, pero no menos impactante, es la guerra del Golfo (Irak) a principios de la dcada de los noventa. Por primera vezasistimos a un tipo de evento como este desde el living de nuestra casa. A comienzos del siglo XXI la televisin nos mostr con lujo dedetalles uno de los mayores atentados del mundo contra los dos conos de la economa mundial: las torres gemelas de Nueva York. Latelevisin, manifiesta Luhmann, permite observar casi simultneamente los sucesos que ocurren en lugares muy lejanos.

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    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    Las descripciones de las sociedades pasadas tuvieron como base la jerarqua, dondeel orden era posibile a travs de los rangos y un centro. As tambin, de una maneraestable incluan a todos los humanos en ciertas posiciones sociales. En cambio la sociedadmoderna est organizada de forma distinta, pudiendo accederse a esta mediante cual-quier operacin que se realice en su interior. Una sociedad as deja de lado la inclusin yproduce consecuencias sobre el concepto de mundo, es decir, se vuelve autorregulable, porlo que puede cambiarse a s misma y exponerse a ser criticada. Uno de los indicadores delo anterior es la semntica modernidad/modernizacin y no como tesis de convergencia,sino precisamente porque permite representar a las regiones de la sociedad del mundocomo ms o menos modernizadas (desarrolladas) y hacer de esa distincin una descrip-cin total con referencias variables (ibd, p. 118).

    As, una sociedad moderna es una sociedad mundial donde en su interior todo lo quese produce y reproduce es social, posible de reflexionar, con caractersticas de autocon-tencin, autolgica y que puede observarse y preguntarse por s misma. Por este mecanis-mo la sociedad produce sus lmites diferencindose de su entorno y puede ver cmo operanlos sistemas en su interior, lo que nos permite observar que las distinciones que se realizanen la sociedad estn enmarcadas en un mundo real; realidad que puede ser observada yhace que los sistemas existan; operen.

    Si asumimos lo anterior, la sociedad no tiene referentes externos, sino que se auto-constituye internamente a travs de sus propias operaciones, no existiendo en su exteriornada que sea social. Toda observacin, toda crtica, etc. que se haga, es una operacin enella misma y toda autodescripcin que se realice es una observacin de la sociedad en lasociedad, habiendo realizado en su historia muchos tipos de descripciones que han comu-nicado sobre ella. Una sociedad mundial con estas caractersticas operara sin supuestos,partiendo siempre de donde se ha posicionado con sus operaciones, pues se presenta a smisma como sociedad que no presupone nada ms que no sea ella misma. En esta dinmi-ca elabora semnticas sobre las cuales concentra mltiples miradas, como por ejemplo lapoltica, sistema donde se legitiman las decisiones que vinculan colectivamente y al que sele pide un control poltico fuerte, como una gua en la sociedad. Se le pide mayor desarro-llo, mayor igualdad (equidad), etc., lo que hace que se presente como un orden jerrquico,donde la poltica pueda tomar el control y la direccin; peticiones que muchas veces se hanvisto truncadas y llevado a desilusiones por sus fracasos en el tiempo.

    Lo anterior nos posibilita decir que la sociedad no es el carcter de un programa, nimucho menos la naturaleza de un proyecto, ni termina o concluye tiempos o pocas. Enestas artificialidades producidas en las construcciones sociales de la realidad es don-de se concentra y se estabiliza su operar, produciendo igualdad como desigualdad, mayordesarrollo como menor desarrollo, ms poltica y menos control, siendo la simultaneidad

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    de estas dos partes de la distincin la que nos permite observar la modernidad de lasociedad moderna.

    Este tipo de afirmaciones se puede sustentar en la creciente complejidad que haalcanzado la sociedad moderna en el tiempo, y la forma de diferenciacin que se ha esta-bilizado ha llevado a un orden que ha tendido a la coordinacin de los sistemas en elinterior de la sociedad (De Giorgi, 1998:21). Luhmann ha distinguido cuatro formas dediferenciacin, habiendo un primado de la diferenciacin funcional.3 As, una sociedadmundial donde las comunicaciones son de tipo planetario y las funciones las cumplensistemas autnomos nos deja ver slo una sociedad del mundo, la cual no estara ligada aun territorio, a imagen de las sociedades estratificadas, sino de una sociedad mundialdonde son posibles todas las comunicaciones y donde se da un horizonte de todas lasposibles significaciones sociales (Luhmann, 2007:108ss; Stichweh, 2000).

    En este contexto, la sociologa se ha obstinado en poner obstculos4 para la acepta-cin de una sociedad mundial. Se habla de sociedad mexicana, chilena, brasilea, argenti-na, etc., aunque en una teora, por motivos metodolgicos, no debera hacerse. Hay autores,como Immanuel Wallerstein, que hablan de una teora de la sociedad mundial, pero suacercamiento no se ha deslindado de una conceptualizacin regional y refieren la socie-dad mundial a una interaccin entre regiones en la modernidad (v. Wallerstein, 1998).Otro autor, Anthony Giddens, desde la elaboracin de una teora para la sociedad, anclasus postulados, no en las regiones, sino en el Estado-nacin moderno, no tomando encuenta un concepto como el de sociedad mundo.5 Este ha sido uno de los obstculos delos cuales la teora de la sociedad difcilmente ha podido desprenderse.6 En la ciencia

    3 Sociedades segmentarias, centro-periferia, estratificadas y funcionalmente diferenciadas. Para el detalle, ver el captulo IV de su libro Lasociedad de la sociedad.4 Luhmann entiende obstculos epistemolgicos en el sentido en que los trata Gastn Bachelard. Para l habra cuatro obstculos queno dejaran avanzar a la sociologa: a) que la sociedad est compuesta de hombres; b) el consenso, donde los seres humanos pueden atravs de sus relaciones poder llegar a acuerdos y producir integracin en la sociedad; c) que la sociedad est compuesta por regiones,es decir, referida a territorios que se pueden fcilmente delimitar; y d) que la sociedad se puede observar desde fuera (Luhmann, 2007).5 Ver Giddens, 1985; 1993. Es interesante ver en este punto los aportes de estos dos autores confrontados a la teora de sistemaspropuesta por Luhmann. Decamos que en la sociedad mundo todo se da simultneamente, pero los autores nombrados hablaran deuna no simultaneidad. Stichweh, ante esa postura, argumenta que Esa estrategia conceptual que utiliza el argumento de la nosimultaneidad, (...) seran el ncleo comn de las teoras de la sociedad mundial, de las teoras del sistema mundial, como ha formulado,entre otros, Immnuel Wallerstein, y la teora de la dependencia, que ha sido representada desde los aos sesenta. Simultneamentellama la atencin que el concepto alternativo de globalizacin, el cual parece dominar el presente en la literatura sociolgica, de lasciencias econmicas y la geografa social, y que, entre otros, Anthony Giddens prefiere, en este aspecto elige una dbil pretensin deexplicacin, porque Giddens primariamente ve el momento gentico de la extensin o deslocalizacin hasta los limitados fenmenoslocales de ellas resultantes, pero no lo hace desde el ngulo de visin de sistemas creados simultneamente a un ms alto planosistmico, que utiliza los mecanismos de la globalizacin como parte de la propia construccin de estructuras. En esta medida siemprese dirige a la teora de la globalizacin la pregunta: globalizacin en contexto de cul sistema? (Stichweh, 2000:8).6 En una sociedad funcionalmente diferenciada, los sistemas parciales no obedecen a lmites regionales. Un sistema como el econmico notiene asiento en una regin del planeta, as como tampoco el arte, la ciencia, entre otros, sino que sus lmites rebasan las fronteras nacionales.Por ejemplo, sera contradictorio, ante los hechos consumados de una sociedad del mundo, apuntar a una ciencia local alemana, chilena o

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    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    poltica y las relaciones internacionales se tiene tambin como sustrato para su teorizacinal Estado-nacin, y cuando hablan de sociedad mundial lo hacen teniendo un sistemadiferenciado por segmentos (Estado-nacin) y no una sociedad moderna (mundial) y sussistemas funcionales. El seguir insistiendo en el uso de conceptos como las regiones hatenido sustento en las diferencias de grados de desarrollo, principalmente econmico. Perosi afinamos el lente de observacin, lo cual no quiere decir que se niegue lo anterior, seadvierte que cuando se compara regionalmente vamos a encontrar este tipo de diferen-cias, pero si se compara histricamente se pueden observar tendencias coincidentes comola disolucin, en todo el mundo, de las economas familiares, la dependencia mundial de latcnica, lo cual no era observable en tiempos pasados. Por lo tanto, depender del esque-ma de observacin que se use para dar cuenta de la discrepancia o la similitud del desarro-llo regional; en otras palabras, el esquema de seleccin que se utilice para observar de unlado o del otro de la distincin. Debido a esto, es necesario una teora que pueda darcuenta de estas diferencias y las pueda interpretar, lo cual no quiere decir que las discre-pancias desaparezcan, pues una sociedad mundo no es contradictoria con estas divergen-cias, siendo un argumento a favor de una sociedad mundial y sus especificidades regionales.

    Ante la clarificacin terica conceptual esbozada, hay quienes se apartan y observandesde una mirada territorial sustentada en Estados (poltica), donde se piensa y argu-menta que la sociedad es posible gracias a la globalizacin y no al revs, es decir, que paraque la globalizacin se expanda debe haber algo que la pueda contener en su expansin;una sociedad de tipo mundial. Este tipo de concepcin no es posible para aquellos queapoyan sus postulados en deslindes territoriales para dar cuenta de la sociedad. As,globalizacin y Estado-nacin definen a una sociedad en trminos espaciales y sociedadesnacionales, lo cual no quiere decir que las regiones no existan, pues nadie negara hoy da,por ejemplo, que Amrica Latina est en el imaginario de la Comunidad Europea paraestablecer tratados bilaterales (cientficos, culturales, econmicos, etc.). Pero si tomamoscomo eje primario lo geogrfico, y por lo tanto las regiones o los Estados-nacin, estara-mos hablando de una forma de diferenciacin secundaria, es decir, estratificada.

    Bajo el lente de observacin que planteamos, estas miradas deberan fundamentarsu observacin en un espacio como la sociedad mundial, donde lo que pueda suceder,cambiar u operar no tiene una base material, es decir, lmites geogrficos, sino que la

    mexicana que trabaje y tenga cdigos y programas especficos ( territoriales), y por necesidades internas un departamento de algunauniversidad tuviera que realizar un convenio de intercambio de investigadores: cmo podra hacerlo si funciona localmente? Qucdigos y programas debera usar para dicho convenio? Si se realizara el convenio, previo homogenizacin de lo anterior si fuerafactible hacer esto, dnde terminara la ciencia de un pas o regin delimitada y dnde comenzara la otra? Los nicos sistemasfuncionales, y de ah su relevancia para esta investigacin, donde encontramos diferencias regionales son el sistema poltico y el delderecho. Por sus particularidades deben ajustar su accionar a las conexiones de orden mundial.

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    diferenciacin funcional y el sistema mundo nos pone ante una situacin de lmites desentido. As tambin, teoras que tienen razn de ser en formas diferenciadas estratifi-cadamente (desarrollo, modernizacin, dependencia, etc.) no pueden ser tales si tienenasiento en las propuestas de modernizacin como referentes del progreso, de mejorar unasociedad en el futuro, es decir, de tener un afn teleolgico que apunta a llegar a sermodernos en un futuro no lejano (el desplazamiento de la mejora est puesto en el futu-ro). Si tales visiones siguen anclndose en los obstculos epistemolgicos mencionados, esdecir, si partimos de teoras como las de la globalizacin, la modernizacin, el desarrollo,que tienen anclaje en una base territorial y cuyo eje prioritario es el Estado-nacin, lasociologa, y en ella la sociologa poltica, se encuentra en dificultades para problematizaro tratar el fenmeno como una realidad independiente o autnoma a las regiones delimi-tadas fsicamente. Si trasladamos la solucin del problema al Estado como ente capaz dehacer la diferencia, nos encontraramos con la dificultad de ponerle lmites territoriales a laciencia actual, la economa, la educacin, etc.

    Aunque se pongan los mayores esfuerzos en teoras o propuestas que tengan suscimientos en formas de diferenciacin distintas a la actual, no sera posible hacer coincidirlos lmites fsicos con los lmites de la comunicacin de los sistemas funcionales. Estosltimos hacen imposible que la comunicacin tenga un carcter regional o territorial, aun-que existan dos sistemas que basen su operacin en estos deslindes fsicos: la poltica y elderecho. Por una razn poltico-administrativa de los Estados-nacin y para formalizar lasdecisiones vinculantes a travs del consenso poltico, nace en la evolucin social este tipode unidades que necesitan una diferenciacin regional. De no ser as, y ante las reglasdemocrticas actuales, si los comicios o elecciones que se dan en estas unidades territoria-les se extendieran al mundo, por proporcin de votos el Presidente del mundo siempresera chino. Ahora, esto no quiere decir que el medio de comunicacin y los cdigos de lapoltica tengan una identidad regional y fuera de ella se tenga otra, sino que el sistemapoltico, como sistema de la sociedad, funciona con base en un medio de comunicacinque es el poder y un cdigo que es superior/inferior o tener poder/no tener poder, lo queluego se recodificar en Gobierno/oposicin. Stichweh expresar que una poltica de tipomundial no es algo que haya nacido posteriormente a los Estados-nacin, sino que loimportante es, (...) que el sistema de la poltica mundial nace con la gnesis de los Esta-dos territoriales o de los Estados-nacin va naciendo el sistema de la poltica mundial(Stichweh, 2001). Lo relevante tiene que ver con la participacin de una poltica mundial,siendo necesario para ello adoptar una forma soberana de Estado, pues son estos, comoorganizaciones, los nicos que comunican polticamente en la sociedad. Ahora, dondeestas organizaciones no avalaran dicha comunicacin, se hacen visibles otras organizacio-nes con los cuales otros Estados puedan comunicar y entablar una relacin (ibd.). Es el

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    La poltica en la periferia

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    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    caso de los organismos internacionales como la Cruz Roja, la ONU, Mdicos sin Fronteras,en pases donde el Estado no es garante de lo anterior.

    Se desprende de lo dicho, por ejemplo, que los problemas del desarrollo/subdesarro-llo de las regiones en el globo deben ser tratados desde una teora que no mire slo losdistintos espacios regionales, sino a la sociedad como punto de partida; como unidad de ladiferencia.7 Las ventajas del desarrollo son asumidas de forma dispar entre las regiones acausa de la diferenciacin funcional, y cuando se generan desventajas los sistemas, como,por ejemplo, la economa y la poltica, en vez de generar posibilidades para superarlas seentrampan y se traban recprocamente para lograr este fin. Esto no nos debera llevar atener como punto de inicio las regiones o Estados-nacin, porque son precisamente lalgica de la diferenciacin funcional y la confrontacin no con otras sociedades sino conlas ventajas que se derivan de la plena realizacin de la diferenciacin por funciones, lasque hacen resaltar estos problemas (Luhmann, 2007:123).

    Metodolgicamente, partir de un concepto de sociedad mundial diferenciada porfunciones nos ofrece otros puntos de referencia a los problemas, pues al tener una lgicacircular, esta deja de lado los enfoques causales, tomndose causalidades que no estndeterminadas de antemano, sino que son ms bien sorpresivas. La abstraccin presentadapor la teora de sistemas puede ser de utilidad y de ventaja a la hora de problematizar unsistema complejo como la sociedad moderna, ya que si observamos lo anterior desde unpunto de vista distinto, diramos que usando el concepto regional no se va ms all de unaenumeracin o registro de especificidades, de demostrar la diversidad cultural, geogrfica,demogrfica, etc. As tambin, conceptos como el desarrollo se toman forzadamente pararealizar ciertas diferencias y dejar otras en el manto de la oscuridad. En el plano de unaobservacin de segundo orden, el proceso siempre puede ser de otra manera (contingen-te). As, la sociedad moderna esconde las contingencias del desarrollo, observndose (cadaobservador) en las distinciones preferidas por cada observador. En cambio en las socieda-des premodernas los contactos entre las regiones son cosa de familias (nobleza o grandescasas comerciales), generando una diferenciacin interna, una diferenciacin por segmen-tos de las economas familiares y subdivisiones como la de ciudad/campo o de los oficios.En la actualidad el contacto entre las regiones tiene su sustento en la coordinacin entrelas organizaciones, que estando diferenciadas se interponen a los sistemas funcionales dela sociedad.

    7 Luhmann ejemplifica este punto con la educacin y la formacin de los profesionales en escuelas y universidades. En estas organizacionesse hace carrera y son las que posibilitan para quienes estudian las oportunidades en el futuro. Pero es la movilidad que desarrolla laeducacin a travs de las organizaciones educacionales la que produce las diferencias globales y los efectos que llevan a la desigualdad(Luhmann, 2007).

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    A modo de ir esbozando algunas conclusiones, la sociedad no puede ser expresada

    en regiones ni es posible concebirla dividida en tipos de sociedades, pues toda forma que

    apuntara a una sociedad donde los lmites tomen rasgos geogrficos estara echando por

    tierra el primado de la diferenciacin por funciones de la sociedad moderna. Los nicos

    sistemas funcionales que estn acotados regionalmente, es decir, limitados por barreras

    ligadas al espacio, son la poltica y el derecho.8 Esto es as por su interdependencia y su

    relacin con otros sistemas funcionales de la sociedad. Cada especificidad regional acta

    sobre los sistemas funcionales que se enmarcan en un sistema mundial, pero no se po-

    dran entender, como especificidades o diversidades, si se enmarcan en sociedades regio-

    nales o en una diferenciacin regional. Slo si partimos de la idea de una sociedad mundial

    podremos explicar una sociedad regional, la cual no adopta formas diferenciadas de siste-

    mas. Se explican por la diferencia de participacin y por su reaccin a las estructuras

    dominantes del sistema de la sociedad mundial. De regin a regin esto tiene repercusio-

    nes muy diversas ... (Luhman, 2007:126).

    Una sociedad mundial, en este contexto, selecciona lo que le es provechoso, ya sea

    de la organizacin, de la estratificacin, etc. no encontrando variadas sociedades, sino

    slo las condiciones estructurales que se explican por la diferenciacin o los efectos que

    esta produce, o de las condiciones particulares de tipo regional. Las antiguas estructuras

    de la sociedad se van diluyendo y van sufriendo cambios a una metadistincin como la

    inclusin/exclusin; distincin y cambios que van generando repercusiones en la pobla-

    cin, siendo la organizacin (Estado) la que eterniza esta forma. Por lo tanto, la forma

    esbozada produce exclusin o integracin a niveles inferiores, ms que incluir e integrar a

    otros niveles, pues quien queda fuera del derecho difcilmente puede ser integrado en

    otros sistemas funcionales de la sociedad. En este sentido, todo apunta a observaciones

    ancladas en formas estratificadas; pero como sabemos, esta forma de diferenciacin es

    secundaria, prevaleciendo en la sociedad actual la diferenciacin funcional.

    8 Aunque la poltica y el derecho tengan lmites regionales, la posibilidad de interaccin y comunicacin mundial es una realidad que seda simultneamente. Se concreta con ello la viabilidad de tener a la mano la interaccin con cualquier persona y punto cardinal delmundo. La gran mayora de los sistemas funcionales no conoce fronteras: estn universalmente difundidos. Es as como la ciencia y latecnologa tienen un alcance mundial, aunque surjan trabas o barreras idiomticas, polticas o de recursos. Basta ver como el magnatede la computacin, Bill Gates, hace esto posible al lanzar simultneamente su Windows XP, el 25 de octubre del 2001, en varios lugaresdel mundo. Similar situacin tiene el sistema econmico, pues aunque se produjeron intentos de hacerlo regional (Modelo ISI en AmricaLatina en los aos cincuenta, sesenta y setenta) no se dej encasillar en lmites, sino que hizo suyo el espectro mundial para sudesenvolvimiento. El objetivo de cierre, en un sentido de autarqua, traera problemas graves para el sistema econmico, sea este local,nacional o regional. Ilustrador es el caso de la Unin Sovitica, que va una centralizacin poltica hizo que la racionalidad econmica notuviera parte en su planificacin, produciendo una implosin dentro del bloque y desencadenando lo que todos pudimos ver en losmedios de comunicacin masiva.

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    Elementos generales para la observacin de las modernidades perifricas

    Una visin como la planteada ha encontrado resistencia en las ciencias sociales, en espe-cial en la sociologa. Se ha negado la posibilidad de tener un concepto omniabarcantecomo el de sociedad. En la sociedad mundial, la diferenciacin funcional no es una formaque cuadre perfectamente en toda la sociedad, existiendo ciertas estructuras que no estna tono con la operacin de la diferenciacin funcional y sus sistemas funcionales. Un ejem-plo, ya mencionado, es la relacin entre una poltica basada en la planificacin del idealiluminista y un sistema econmico supeditado a ella posteriormente a la Segunda GuerraMundial en Amrica Latina. As tambin, una correspondencia con caudillos que han pre-ado la poltica latinoamericana y redes de clientelismos que se han formado alrededor desus formas de gobierno. Esta manera de operar dista de las estabilizadas en una sociedaddiferenciada, haciendo que los caciques o caudillos dejen de lado los cdigos de los siste-mas funcionales (legal/ilegal en el derecho, pagar/no pagar en la poltica, etc.) y acten enformas que obedecen a modos premodernos o desdiferenciados en la periferia de la mo-dernidad. A este tipo de acciones se les ha denominado corruptas, clientelares, pero lasventajas que puedan obtenerse de esta clase de estructuras mediadas por redes persona-les o ventajas, ya sean dadas cara a cara o mediadas, no se han derrumbado. Del mismomodo, se observan prcticas caractersticas de nuestras modernidades dentro de las orga-nizaciones; por ejemplo, ser amigo del jefe; ser amigo de un amigo de alguien en la orga-nizacin, etc. Por lo tanto, el encuadre o relacin uno a uno de la diferenciacin funcionalen la sociedad mundial se puede cuestionar, pues, tomando un ejemplo que nos puedaclarificar este punto,

    Dnde colocar al tamborilero del frica Occidental que domina un gran nmero dediferentes ritmos y los sabe combinar a placer, aunque debe su prominencia a los me-dios de masas y a los intereses de exoticidad del pblico occidental? Cmo explicar laformacin de guetos observables mundialmente en grandes urbes ()?: por los movi-mientos migratorios forzados econmicamente?; por las diferenciaciones de los estra-tos sociales en el sistema escolar?; por los diferentes rdenes jurdicos?; por las fallasdel control poltico? (Luhmann, 2007:639).

    Es la diferenciacin funcional, y los efectos que se amplifican y entorpecen en ciertasregiones, la que produce formas de operacin distintas en lugares de la sociedad mundial.

    En Amrica Latina la planificacin se concibi como un diseo que diera frutos positi-vos en un tiempo futuro. Un proyecto cuyo objetivo era traer la emancipacin del hombre ycon ello igualdad, libertad y una mejor calidad de vida para la sociedad, pero que a lo largode la historia se ha visto truncado por su mismo ideal. La idea de modernizacin, de la cualnos habla Luhmann, fren la comprensin de una sociedad como la nuestra, pues al no

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    llegar a los estndares desarrollados, a Latinoamrica se la tipific como sociedad perifricacon resabios premodernos, pero sin notar o distinguir que la manera de estructurarseestaba anclada en una sociedad mundial. Al tomar las regiones del globo y al Estado-nacin como variable principal, se hacan distinciones ms bien basadas en diferenciacio-nes centro/periferia o estratificadas, primando en uno de sus lados las sociedades atrasadasy en el otro las desarrolladas, y donde la idea era alcanzar sus niveles de desarrollo.

    Estas autodescripciones hacan prevalecer anlisis econmicos (teoras del desarro-llo) y algunas trataron de matizar aspectos sociales en sus anlisis (teora de la dependen-cia). Un diagnstico superficial no niega que Amrica del Sur haya estado, y siga estando,en desventaja econmica frente a los pases de las modernidades centrales, pero en elloestaban implcitas miradas ms bien simples que no tenan en cuenta la complejidad so-cial, pues tomando algunas variables, en especial macros, ponan en marcha planes oplanificaciones a travs del Estado para propiciar el despegue econmico y social. Tenan,adems, una clara visin finalstica, ideolgica, donde el atraso era malo y el desarrollo lomejor para Amrica del Sur. Con este tipo de descripciones se haca notar un futuropredecible, que no poda ser de otra forma sino como lo haban presentado los escenariosavizorados por los expertos. Toda desviacin, toda cosa no deseada, todo lo que tuviera elcarcter desviante a lo planificado deba ser dejado de lado. En otras palabras, la contin-gencia y la complejidad, conceptos gravitantes en la modernidad, eran dejados fuera delos anlisis, pues se observaba una sociedad regional que se pona a la mano y se podaproyectar de acuerdo con los fines deseados por los propulsores del desarrollo.

    Este tipo de fracasos u observaciones adolecieron de miradas ms amplias; contex-tualizadas en una sociedad mundo, donde sociedades perifricas y centrales se producen yreproducen simultneamente. Por ello queda obsoleta la tendencia de hacer distincionesque aboguen por pases atrasados y desarrollados o hablar de pases del sur y pases delnorte. Podemos encontrar atrasos tanto en regiones, como en pases y ciudades, por lo queesta distincin estara desfasada y apuntara a visiones u distinciones que tendran refe-rencia a sociedades estratificadas, sociedades que privilegian indicaciones al territorio.Corsi, De Giorgi y Torres dirn que las caractersticas relativas a las periferias son proble-mas de la sociedad moderna ligados mucho ms a la estructura social (Corsi y otros,1998:13), es decir, no a un problema de organizacin, pues la sociedad mundial es paratodos y su diferenciacin primaria es que cada sistema cumple una funcin, sino dificulta-des de nivel estructural, es decir, que sus operaciones son distintas, ms plsticas (Maturana,1996:229-230), proclives a estructurase de maneras diferentes.

    Las teoras planteadas trataron de dar cuenta de esta problemtica a travs de laforma tradicin/modernidad para, a travs de la modernizacin, soltar los lastres tradicio-nales y alcanzar el ethos moderno. En Amrica Latina tanto los intentos de pensar en esta

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    lnea como las formas de intervenir fueron variados.9 As tambin se formaron lneas depensamiento contrarias, que abogando por la identidad latinoamericana, desde una carc-ter esencialista, se negaban y siguen negando a los intentos modernizadores anclados enla racionalidad europea.10

    Contrario a la anterior, una observacin que usa un lente distinto para comprenderlas formas operativas tanto de la sociedad mundial como de las modernidades perifricassera que los ptimos globlales y regionales no son homogneos sino divergentes.Luhmann fundamenta este punto aunque no afirmando tcitamente su respuestaexpresando que (...) quiz est condicionado por el hecho de que la sociedad global nose dirige a s misma mediante metas o normas cuya observancia regional pudiera ()servir de comprobacin para luego corregirse, sino por el hecho de que los centros de lasociedad mundial () producen fluctuaciones que llevan luego a las estructuras disipativasy a la necesidad de auto-organizacin (Luhman, 2007:640). Esta distincin hace imposi-ble observar el sistema mundial como algo causalstico o finalstico, sino ms bien comohistrico, pudiendo siempre actuar ante hechos que ya se han dado. As tambin, los lmi-tes geogrficos de los sistemas funcionales tendrn sentido slo para la diferenciacionessegmentarias (Estados polticos), por lo que en una forma primaria de diferenciacin estosno son pertinentes. Por lo tanto y a modo de ejemplo, la necesidad de establecer decisio-nes vinculantes por parte de la poltica lleva a que se crucen constantemente los lmitesterritoriales del pas para ejecutar tratados comerciales, culturales, crditos internaciona-les, educacionales, etc.

    Uno de los grandes intentos en Amrica Latina de operar autrquicamente, como untipo de sociedad que tuviera un visin endgena del crecimiento y lo potenciara a travs dela industrializacin (modelo de industrializacin por sustitucin de importaciones ISI), sederrumb a fines de la dcada de los setenta. Ms tarde tuvo las mismas connotaciones,tanto en su idea matrz como en su desmoronamiento, la URSS. Ni el modelo ISI en Am-rica Latina ni el de planificacin central de la URSS pudieron hacer frente a las crecientesdependencias econmicas, polticas, cientficas y de los medios de comunicacin. Les fueimposible cerrar sus fronteras, as como tampoco pudo su Estado planificador hacer frente

    9 Para un esbozo de estas tendencias ver el captulo III de la tesis doctoral del autor de este artculo: Las autodescripciones deldesarrollo. Las teoras latinoamericanas y la descripcin poltica de la sociedad en La poltica en la periferia de la modernidad. Lineamientosgenerales para su observacin en Amrica Latina, Flacso, Mxico, 2006.10 As como hay corrientes que no ven la identidad anclada en supuestos dados de una vez y para siempre, hay intelectuales que aboganpor una postura esencialista. Jorge Larran expone que estos creen en una clase de identidad cultural diferente, supuestamente original,de la que los latinoamericanos no siempre estn conscientes de manera total. Por lo general, aunque no siempre, la idea de originalidadinstrumental est acompaada por una crtica fuerte y amarga a la racionalidad instrumental occidental. (...) Entre las teoras queconciben una identidad original que ha sido abandonada y debe ser recuperada, sobresalen tres clases. La primera es el neoindigenismo() y, segundo, el pensamiento religioso de los intelectuales tradicionales () (Larran, 2004:176-177).

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    a las crecientes irritaciones y variadas informaciones que provenan de su entorno, quedan-do al descubierto la frgil organizacin y estructura de tales modelos y haciendo gala ypreminencia la sociedad mundial. Tanto para la visin sovitica como para la latinoamerica-na, la tipificacin de estas regiones est mediada por la forma de una sociedad estratificada,donde la distribucin no es igualitaria y la modernizacin ir en pos de reducir las desigual-dades, pues en el concepto de moderno las desigualdades no tienen cabida y son imperfec-ciones que hay que eliminar. As, llegar a ser modernos a travs de la modernizacin eshacer posible la reduccin de las diferencias de clases, como la generacin de un bienestarcada vez mayor mediante el logro de excedentes econmicos que pueden ir en pos de losms desfavorecidos. Por lo tanto, en esta mirada, la diferenciacin funcional como primacade la sociedad moderna queda descartada, es decir, no es tomada en cuenta.

    Al primar en una sociedad mundial una forma diferenciada, la cual no le resta impor-tancia a la variable regional, esta sirve como punto inicial para la produccin de las diferen-cias. Este punto inicial seran las mermadas posibilidades evolutivas de la diferenciacin dela sociedad, pero existiran ciertas limitaciones en los grados de libertad, donde cada reginpodra tener injerencia facilitando u obstaculizando la diferenciacin. Pero tambin puedeesto no hacer posible la produccin y reproduccin de los elementos (autopoisis), porejemplo, del sistema del derecho, y que sea otro sistema, como el poltico, el que intervengaen los cdigos de operacin del sistema jurdico (Neves, 1994:2000). Este tipo de operacio-nes, tpicas en modernidades perifricas, produce bloqueamientos o desdiferenciaciones enel operar de los sistemas funcionales que los pueden llevar al estancamiento en sus formasorganizacionales. Al detenerse la autonoma autopoitica de los sistemas, entran a jugaroperaciones como redes ms laxas basadas en los individuos y que aumentado su utiliza-cin siguen produciendo y reproduciendo tales formas operativas.

    En modernidades perifricas como Amrica Latina, este tipo de limitantes(condicionamientos) en el nivel local puede llevar a procesos de modernizacin, pero tam-bin, y es lo ms frecuente, a paralizar y desdiferenciar la operaciones basales de lossistemas funcionales. As, la diferenciacin no es un principio dado, es decir, no es unaforma que no tenga matices o como forma dada sea observable en toda su definicin,tanto en modernidades centrales como en perifricas. Luhmann dir que ms bien

    Es atinado suponer que la diferenciacin prevaleciente en el plano de la sociedad mun-dial traza las estructuras que fijan las condiciones para condicionamientos regionales. Setrata, en otras palabras, de un condicionamiento complejo y precario de condicionamientos,de inhibiciones y desinhibiciones, de una combinacin de restricciones y oportunidadesdependiente de otras mltiples circunstancias. Vista as, la diferenciacin funcional noes condicin de posibilidad de las operaciones de los sistemas sino ms bien la posibili-dad de su condicionamiento (Luhman, 2007:643).

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    en Amrica Latina

    Es esto lo que lleva a las desigualdades en la sociedad mundo. La desigualdad, y noel equilibrio regional, lleva a potenciar identidades, oportunidades en el devenir de lasregiones, no siendo algo parcializado y local del proceso de diferenciacin funcional, por loque ningn pas o regin puede escapar a una sociedad mundial moderna y a su diferen-ciacin por funciones.

    Con esto podemos fundamentar que al elaborarse teoras que tengan la finalidad dedar cuenta de una sociedad moderna y funcionalmente diferenciada, estas debern teneren consideracin ciertos grados de abarcabilidad, as como tambin su diferenciacin in-terna, pues de lo contrario se tender a caer en los mismos problemas que nos muestranlas autodescripciones del desarrollo en Amrica Latina y la experiencia de pases que opta-ron por un rgimen de planificacin central (URSS y otros). La importancia de dejar claroqu se entiende por sociedad y por los sistemas funcionales que se encuentran en suinterior, especialmente el sistema poltico, es que dada la complejidad actual estos ayudana reducir y a seleccionar en su interior los problemas y conflictos de los cuales es posibledar cuenta. Si dejamos la solucin de estos problemas a la sociedad, nos percataremos deque la complejidad queda introducida en un mismo nivel, es decir, para cada problema delentorno habr una solucin en el sistema. Por lo tanto, no es posible, en la sociedadmundo actual, una relacin uno a uno de los problemas y conflictos que ella produce yreproduce. La sociedad diferenciada por funciones le otorga a cada sistema una funcin yun problema a resolver, teniendo en su interior organizaciones que a travs de ciertasformas darn cuenta de los problemas en la sociedad. Por lo tanto, esas organizaciones sehacen imprescindibles para reducir la complejidad a niveles ms bajos.

    Las autodescripciones del desarrollo11, a la luz de los presupuestos tericos esboza-dos, nos permiten observar que las propuestas presentadas no han podido hacer la dife-rencia entre sociedad mundo y sistemas de organizacin. Fue el caso de la URSS y hapasado en Amrica Latina, donde se han depositado las riendas del futuro en una organi-zacin: el Estado. La diferenciacin funcional, la cual lleva implcita que los sistemas aut-nomos y diferenciados solucionen un problema especfico de la sociedad por ellos mismos,no ha sido tal. En primer lugar, la organizacin ha tenido esa funcin a travs de redes,clientelas, entre otras, y segundo, otros sistemas han desdiferenciado la operacin de otrossistemas. Ya lo mencion Marcelo Neves con su teora de la constitucionalizacin sim-blica y la idea de que el sistema del derecho no era autopoitico sino alopoitico, y hapedido prestado al sistema poltico elementos para su operacin. Diferentes sistemas

    11 A grandes rasgos esta idea expresa que en Amrica Latina la sociedad se autodescribi como poltica. Es decir, no hubo una claraseparacin entre el sistema funcional de la poltica y el Estado, observndose siempre sta desde la sociedad (economa, salud, etc.) yno desde s misma.

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    funcionales de la sociedad no se han visto inmunes a esta dinmica, pues el sistemapoltico ha generado intervenciones que distan de hacerlos realmente autnomos.12

    La sociedad latinoamericana, que opera bajo la forma de una sociedad mundial dife-renciada funcionalmente, tiende a dinmicas desdiferenciadas, donde los grados de liber-tad haran que el sistema ms distanciado, en vez de ayudar a mantener el ritmo o unabuena articulacin o coordinacin de los sistemas funcionales, los desarticule, intervinien-do con sus propios cdigos en las operaciones de estos. Tal situacin propiciara que siste-mas como el poltico tiendan a ocupar un lugar central, dirigiendo y controlando los destinosde una sociedad que estara en proceso de llegar a ser moderna y que a travs del desarro-llo debe alcanzar los estndares de pases que ya han pasado a un nivel mayor, para conello llevar a una sociedad atrasada a los frutos de la modernidad.

    Estas son las formas en que ha operado y sigue operando, en mucho de sus sistemas,una modernidad perifrica. Pero cmo ha evolucionado y operado el sistema poltico enuna modernidad perifrica con esas caractersticas? Cmo en Amrica Latina, una socie-dad mundial que no escapa a la diferenciacin por funciones, el sistema poltico sigueestando en el centro, en el vrtice, por encima de los otros sistemas funcionales? Estaspreguntas orientarn el siguiente apartado, donde delinearemos la evolucin que ha teni-do el sistema poltico y su modo de operacin.

    La evolucin poltica en la periferia de la modernidad latinoamericana

    El hecho de que en Amrica Latina tienda a primar un sistema poltico tiene sus races enlos aires independentistas de la regin. Bajo la tutela espaola, desde su descubrimiento(1492), Amrica Latina fue producto de la implantacin de modelos de control que notuvieron los mismos inicios que las modernidades centrales (europeas). Cabe hacer notarque en Latinoamrica los Estados fueron implantados por la corona espaola y la portu-guesa, mientras que en Europa los Estados nacen como producto de la evolucin de lasociedad. Roberto Guimares dice al respecto que

    Mientras en la mayora de los pases europeos el Estado sigue a la existencia previa deuna sociedad ms o menos organizada, en Amrica Latina sucedi al revs. El Estado se

    12 Casos de la cotidianeidad poltica, legal, etc. hay muchos. Siguiendo con la relacin derecho y poltica, un ejemplo prctico es la comprade algunos jueces peruanos por el Gobierno de Alberto Fujimori en el Per. Concretamente, Vladimiro Montesinos compr al juez que llevabala causa del caso Luchetti, cuyo proyecto era instalar una fbrica en las cercanas de una zona protegida ecolgicamente, dando paso a suinstalacin aunque el proceso estaba transitando los cauces judiciales normales (Diario La Tercera, 2-10-2005). A modo de ilustracin, sesiguen defendiendo y expandiendo los clientelismos polticos en la Argentina. En las pasadas elecciones, el Clan Kichner gan, a travs dela esposa del actual Presidente (la seora Cristina Fernndez de Kichner), la senatura en Buenos Aires. En el justicialismo, actualmente haydos familias que ostentan las mayores redes clientelares: los Duhalde y los Kichner, pero con la eleccin de la seora Fernndez pasan aformar parte del grupo que mayores redes concentra en la capital. As, alargan cada vez ms sus nichos electorales a travs de redes quetoman formas distantes a las estipuladas en sociedad modernas (v. Diario La Tercera, 9-10-2005).

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    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    ha impuesto o precedido la formacin de una sociedad nacional. () Los Estados fue-ron impuestos por la colonizacin espaola, y se implantan en sociedades con caracte-rsticas complejas de organizacin social, y por qu no decirlo, del mismo nivel o msque la espaola. Uno de los casos en Amrica Latina es el imperio Inca en el Per. Lahistoria nos relata que en el rea portuguesa es lo mismo. En Brasil, Tom de Souza,gobernador general, llega en 1549 con una estructura de gobierno, leyes, normas yreglamentos, e incluso con una Constitucin preparada en Portugal. Espectculo queresulta paradjico, pues todo haba de aplicarse en un Brasil sin brasileos, todava(Guimares, 1990:46).

    Las colonias espaolas en Amrica Latina comienzan a liberarse de Espaa en losalbores de la revolucin industrial, es decir, en la modernidad europea (siglo XVIII), hacien-do suyas las ideas ilustradas nacientes (libertad, tolerancia, ciencia, progreso y razn). Laidea moderna y su concrecin fueron tal en el continente slo en un horizonte formal,cultural y discursivo [y no] en su prctica institucional poltica y econmica, donde pormucho tiempo se mantuvieron intactas las estructuras tradicionales y excluyentes (Larran,2004:20).

    En este contexto, las clases en el poder disearon un Estado-nacin y un tipo deeconoma para los pases que empiezan a tomar forma, aunque no libre de sesgos, puesincluye a una clase terrateniente, ligada al campo, y excluye a los que no pertenecen a eseestrato social (ibd., p. 100). En este contexto y diseo institucional, el Estado juega un rolgravitante y decisivo en la construccin de un imaginario nacional, siendo un referente deunidad para el proceso social que empezaba a surgir. La base del pensamiento de aquellosque impulsan la independencia de las florecientes repblicas no es la democracia repre-sentativa ni un sistema legal conforme a derecho, pues para intelectuales (Portales, Bolvar,Sarmiento, Alberdi, entre otros) de la poca esta forma de gobierno no era la ms adecua-da. Simn Bolvar consideraba que una democracia con instituciones representativas noera adecuada para los tipos de costumbres y el carcter de Amrica Latina (Bolvar,1815:15);13 por lo tanto, a una Latinoamrica carente de virtudes y talentos le deba co-rresponder gobiernos autoritarios, con autoridades fuertes que tiendan a eternizarse en elpoder y un electorado reducido que avale tal situacin. Diego Portales, en Chile, tena la

    13 Extensamente, el texto de Bolvar manifiesta que Y as como Venezuela ha sido la repblica americana que ms se ha adelantadoen sus instituciones polticas, tambin ha sido el ms claro ejemplo de la ineficacia de la forma democrtica y federal para nuestrosnacientes Estados. () En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las virtudes polticas que distinguen a nuestroshermanos del Norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina.Desgraciadamente, estas cualidades parecen estar muy distantes de nosotros en el grado que se requiere; y por el contrario, estamosdominados de los vicios que se contraen bajo la direccin de una nacin como la espaola, que slo ha sobresalido en fiereza, ambicinvenganza y codicia (Bolvar, 1815:15-16).

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    visin de que la democracia, predicada por aquellos soadores, era un absurdo en pases

    perifricos llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, por lo que deba

    asumirse un Gobierno republicano fuerte, centralizado y cuyos hombres sean modelos de

    virtud y patriotismo (De la Cruz y Feli, 1937).14 En cuanto al derecho y su procedimiento

    legal anclado en la Constitucin como eje gravitante, Portales expona que

    En Chile la ley no sirve para otra cosa que no sea producir la anarqua, la ausencia desancin, el libertinaje, el pleito eterno, el compadrazgo y la amistad. () De m sdecirle que con ley o sin ella, esa seora que llaman la Constitucin hay que violarlacuando las circunstancias son extremas. () A Egaa que se vaya al carajo con sus citasy demostraciones legales. Que la ley la hace uno procediendo con honradez y sin esp-ritu de favor (ibd., p. 379).

    As tambin, los cdigos morales con que cotidianamente se desdiferencia la polticase arrastran fuertemente desde tiempos en que para algunos el buen gobierno era poderdistinguir quin era el bueno y quin era el malo, y si se descubra a este ltimo, la recetaera palo y bizcochuelo. Estos, justa y oportunamente administrados, son los especficoscon que se cura cualquier pueblo, por inveteradas que sean sus malas costumbres (ibd.,p. 62). En otras palabras, es poder exponer hoy que quien se encuentre en un lado de ladistincin, sea de Gobierno o de oposicin, puede ser tildado como bueno o como malo.15

    Aunque las repblicas latinoamericanas son contemporneas al inicio del proceso demodernizacin en Europa, Amrica Latina no sigue los mismos planes que se llevaron acabo en el viejo continente. No se inicia en el sur de Amrica un proceso de industrializa-cin como en Europa, sino que se potencia un sistema exportador primario que lleva amantener un sistema hacendal, y a estancar en el atraso a los sectores productivos delcampo. En esta redefinicin poltica es vital el diseo que la nueva elite poltica le da alEstado y a sus rdenes jurdicos, que garantizan las condiciones para que se lleve a cabo laexportacin de materias primas y se cimiente un orden poltico centralizado en el Estado.

    14 Para profundizar el concepto de democracia en Portales, este se refiere a ella en su Epistolario de la siguiente forma: La democracia,que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo () La repblica es el sistema que hay que adoptar; pero sabe cmo yo la entiendo paraestos pases? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y as enderezar a losciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno completamente liberal, libre ylleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos (De la Cruz y Feli, 1937:176-177).15 En Amrica Latina suele encontrarse continuamente la tendencia a moralizar el sistema poltico a travs de la distincin bueno/malo.Lo anterior es comn en nuestras periferias, y puede fcilmente ilustrarse con las recientes pugnas presidenciales en Chile, donde en laconfrontacin de los presidenciables que quieren ser Gobierno, el candidato de derecha manifiesta que su programa se asienta en elhumanismo cristiano y el de su contrincante no. Extremando el argumento se ha llegado a decir que los partidarios de este bando sonhijos de Dios, y por lo tanto buenos, y los del bando contrarios son ateos o agnsticos e hijos del diablo, por lo tanto malos (RadioCooperativa, 28-12-2005).

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    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    Este patrn que se estabiliza en Amrica Latina trajo consigo avances, pero tambinmostr su lado desgarrador, excluyente, con un dejo de mal sabor para aquellos que creye-ron en los valores de la libertad, la autonoma, la tolerancia, la democracia, etc. Por lotanto, las desigualdades que se acrecientan y la mayor cantidad de crticas al avance de lamodernidad hacen que el Estado tenga que asumir un rol preponderante ante la crisis enque se entrampa la modernidad a principios del siglo XX. Ya a finales de siglo XIX, la nuevacuestin social marc el tono de la urgencia por parte del Estado de incluir a toda aquellamasa de la poblacin que vena del campo a la ciudad. El Estado se encarg de mseducacin, salud, seguridad social y un apoyo al empleo, principalmente en las ciudades. Elprimer tercio del siglo XX estuvo signado por una guerra mundial (1914-1919) y la crisiseconmica de 1929. Estos eventos marcaron un proceso recesivo y la sociedad entr en untipo de desorganizacin econmica, especialmente por el derrumbe del patrn oro inter-nacional en la dcada de los treinta. Despus de ese periodo nacen con gran fuerza losGobiernos populistas, los cuales elaboraron una poltica basada en el modelo ISI, ponien-do fin al modelo exportador. Estos Gobiernos instalan las bases de un modelo de seguri-dad social (legislacin) y un Estado social (de bienestar). En otras palabras ... en AmricaLatina era el sistema oligrquico y aristocrtico predominante, orientado hacia la exporta-cin, el que entraba en su fase terminal. Fue este desplome econmico el que precipit lacrisis poltica del antiguo sistema y (...) condujo a nuevos regmenes populistas y en parteexitoso modelo [ISI] (Larran, 2004:122).

    Ante el colapso econmico y el de la clase terrateniente, el cambio, propulsado porlos Gobiernos populistas, pasa polticamente por la incorporacin de la clase media emer-gente en la administracin del Estado, al que esta clase y la trabajadora vean como unfactor gravitante en el desarrollo de la sociedad latinoamericana. El Estado, segn Larran,asumi un papel cada vez ms significativo en el proceso econmico, y lleg a ser unimportante agente productivo que controlaba la mayor parte del proceso nacional de in-versiones. () trataba de compensar las debilidades de la incipiente burguesa (fuerza,capital o voluntad) para llevar a cabo el proceso de industrializacin por su cuenta (ibd.,pp. 121), lo cual era obviamente parte de la intervencin directa del Estado en los cdigos,autonoma y modo de operar del sistema econmico.

    Este rol predominante del Estado se acrecienta luego de la Segunda Guerra Mundial:bajo el rtulo de un Estado de bienestar en Europa y un Estado social (si as se puededenominar) para Amrica Latina comienza a ser el referente total de todos los problemasposibles en la sociedad, llegando a hacerse insostenible el gasto al que estuvo expuestopor largas dcadas y terminando en el colapso que se conoci entre la dcada de loscincuenta y finales de los setenta. Larran lo expresa claramente al exponer el contexto

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    internacional y lo gravitante de la poltica, a travs del Estado en las democracias occiden-tales, lo cual toca Amrica Latina.

    En primer lugar, este fue un periodo de floreciente capitalismo, dirigido de maneraactiva por el Estado. () Esta forma de intervencionismo lleg a ser aceptada amplia-mente y estuvo seguida por los primeros Gobiernos europeos de posguerra en apoyo deuna economa mixta. (), la introduccin del bienestar social, () la expansin de laeducacin y la propagacin de los ideales de desarrollo y oportunidades iguales paratodos constituyeron los principios hegemnicos ms importantes del nuevo consensoque se form a travs del Estado. () Asegurar el consentimiento popular a travs delEstado intervencionista fue ms que nunca antes la nica base de legitimidad (ibd., p.145; cursivas agregadas).

    El Estado como centro en la sociedad no es una peculiaridad solamente de AmricaLatina, pues un Estado intervencionista a travs de un Estado de bienestar muestra quetambin en las sociedades europeo-occidentales la poltica busc la representacin de launidad del todo social (Habermas,1985; Luhmann, 1993). La diferencia radica en que enlas sociedades europeo-occidentales el derecho oper como una estructura de interme-diacin entre la poltica y otros sistemas parciales, de modo tal que logr establecerse, atravs del derecho, lo que Helmut Willke denomina civilizacin del poder. Por lo tanto,en las modernidades centrales los sistemas funcionaron acopladamente, mientras que enLatinoamrica todas las acciones se realizaron y se realizan en pos de las inclinaciones delGobierno, que, aunque no siempre, no pasan por el procedimiento legal vigente. Si pudi-ramos hablar de evidencia emprica para esta tesis, dos ejemplos podran ser orientadores.El primero es la crisis argentina del ao 2001 y la intervencin del cdigo del poder ante elsistema del derecho y el econmico. Aldo Mascareo lo expone de la siguiente forma: Porsensible que sea un orden constitucional a los intereses polticos, lo sucedido en Argentinano puede entenderse precisamente como una resolucin legal-procedimental deinterregnum; se trat ms bien de una solucin derivada de la facticidad del poder antesque de la pertinencia constitucional de la accin poltica (Mascareo, 2004:64). El segun-do ejemplo lo podemos observar en el caso venezolano, donde se ignora lo que establecela Constitucin y orden jurdico, por lo tanto la procedimentalidad legal, y el presidenteHugo Chvez llama a una asamblea constituyente para validar su mandato; o en ese mis-mo ao (2002), dando por destituido al mismo Presidente, Pedro Carmona no duda endisolver el Congreso y desconocer la Constitucin de Chvez.16

    16 Segn Seligman, citado por Mascareo, esta es una prctica poltica acostumbrada en Amrica Latina: cuando se planean cambios enel marco constitucional, ellos no son tematizados en la contingencia del sistema legal precedente, como lo exigira la reflexividad de un

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    En la dcada de los setenta el modelo ISI comienza a tocar fondo; la economa em-pieza a decrecer y los ndices del empleo, el comercio y otros a bajar bruscamente. Luegode 1974 la economa mundial entra en severos ajustes y los pases del continente latino-americano comienzan a verse envueltos en dictaduras. El rgimen de acumulacin rgidoinstaurado en el mundo luego de la Segunda Guerra Mundial es cuestionado por los decli-ves econmicos y se pone en marcha un modo ms flexible. Surgi un modelo basado enlos servicios financieros, nuevos mercados y un cambio o reingeniera en el mbitoorganizacional y tambin tecnolgico. Por lo tanto, el dinamismo que se vena producien-do desde mediados de la dcada de los cuarenta se paraliza y desemboca fuertemente enlos aos ochenta, especialmente en la recesin del ao 1982, que permite, a travs de losorganismos internacionales (Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo Monetario Inter-nacional, Banco Mundial, etc.), imponer un rgimen capitalista fuerte en la regin, paten-tndose esos aos como la dcada perdida.

    Lo anterior potencia un proceso de autonomizacin del sistema econmico que ir arepercutir en la autonoma y autopoisis del sistema poltico. Tal situacin se profundizaren la dcada de los noventa, cuando Amrica Latina se estabiliza democrticamente, sien-do un grave detonador de este proceso la mayor independencia ganada por el sistemaeconmico y las propuestas ortodoxas del neoliberalismo en la regin. Desde fines de lasltimas dos dcadas la poltica comienza a observarse y tematizarse, ya no desde la socie-dad, sino desde s misma, emprendiendo lentamente su despegue a la autonoma. Estaafirmacin tiene su ilustracin, como lo hemos esbozado, en la sociedad latinoamericana,pero vemos tambin cmo la poltica, en sus incipientes avances de autonoma, se niega aperder el rol central que por antonomasia ha tenido en la historia del continente latino-americano.

    Los problemas y todo acto para solucionar las crecientes dificultades de la sociedadlatinoamericana (pobreza, exclusin, marginalidad, dictaduras, atraso, etc.), la crisis enque siempre se han visto envueltas las modernidades perifricas estuvo enmarcada en unaautoobservacin y autodescripcin de la propia sociedad, observada principal y nica-mente desde el sistema poltico, por lo tanto no haciendo distincin entre poltica y socie-dad. En este contexto el sistema poltico, mediante el Estado, perdi su capacidad deobservarse a s mismo y se observ desde la sociedad, desde todos los problemas queaquejaban a otros sistemas y organizaciones, pero no desde s mismo. Valenzuela y Cousio,observando Amrica Latina, expresan con respecto al sistema poltico ... En vez de refor-zar [su] autonoma respecto de una sociedad () cada vez ms compleja y diferenciada,

    derecho autnomo, sino que se convoca a una asamblea constituyente especial para cambiar la totalidad del orden legal (v. Mascareo,2004:83).

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    la poltica pretendi absorber toda aquella complejidad y resolver el proceso de diferencia-cin social, vale decir, se situ a s misma en el punto de vista de la totalidad. [Sern] lostiempos de la sobre ideologizacin y de las planificaciones totales (Valenzuela y Cousio,1994:135).

    Cuando la poltica opera como centro de la sociedad y se observa desde esta hacien-do suyos todos los problemas, no hay una reduccin de la complejidad, y los restantessistemas sufren las consecuencias de los embates totalitarios de la poltica. En esta situa-cin no funcionan u operan los acoplamientos que ha ganado la sociedad en la evolucin(Constitucin, impuestos, etc.), echando por tierra los procedimientos democrticos; su-friendo las mermas en una modernidad perifrica que tiene al sistema poltico como ga-rante del orden de la sociedad, no dejando a ningn otro sistema operar transparente yautnomamente.

    Si toda regin o Estado-nacin est empotrado en una sociedad mundial, observarAmrica Latina y abordar sus problemas teniendo como premisa las formas estratificadaso centro/periferia sera un error, pues ms bien son problemas que tienen que ver con unacomunicacin que no tiene barreras regionales sino que opera en una sociedad moderna ymundial. Si esto es as, Amrica Latina no debe escapar a este tipo de distinciones y todolo que se produzca en su interior debe tener como sustrato la modernidad diferenciada porfunciones y no una diferenciacin estratificada.

    Las teoras del desarrollo, la dependencia, entre otras, apoyadas en una teora quetenga como sustrato una sociedad mundial, nos permiten observar que las autodescripcionesde Amrica Latina fueron construidas por el sistema poltico. La poltica no permiti, debi-do a su hegemona, la diferenciacin y autonoma propia de los dems sistemas funciona-les. Fue la poltica, a travs de este tipo de textos, la que se observ desde la sociedad, y noa s misma, como la unidad de la sociedad, perdiendo autorreferencialidad. En otras pala-bras, estando cimentado el proceso de desarrollo latinoamericano, en tiempos del modelohacia adentro y tambin del modelo neoliberal, en un plano netamente econmico, lapoltica se ha observado principalmente desde la economa, por lo que no se ha cerradooperacionalmente para ganar autonoma, ni tampoco ha dejado que otros sistemas pue-dan operar autnomamente. Ahora, los proceso de cierre operativo de la poltica comien-zan a vislumbrase cuando, segn Valenzuela y Cousio, la economa monetaria (polticaeconmica) hace su aparicin y la economa poltica pierde relevancia.17

    17 Valenzuela y Cousio (1994:137) aclaran este punto a travs del concepto de monetarizacin, manifestando que no es ms quela autonomizacin funcional del sistema econmico: monetarizar significa neutralizar tica y polticamente el espacio econmico. Es laeconoma que gana en indiferencia respecto a otros sistemas.

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    Lo anterior lleva a plantear ciertas interrogantes. Si en una modernidad perifricacomo Amrica Latina se vive permanentemente en crisis, con altos grados de miseria, conun alto reclamo social hacia la poltica para intervenir en la solucin de problemas como lapobreza, falta de educacin, trabajo, etc., cmo es posible que la poltica siga observn-dose desde la sociedad, especialmente desde el sistema econmico? Cmo es posibleque la poltica siga interviniendo en las operaciones basales de otros sistemas funciona-les? Cmo es posible que no lleve a amenazas que puedan paralizar la dinmica total deun pas? La respuesta se esboza cuando concebimos que en una modernidad perifrica,segn su forma de operar, los grados de libertad que existen entre los sistemas funcionalesson mucho ms laxos y no hay una conformacin de dependencias fuertes para que cadasistema pueda cumplir una funcin y pueda ofrecer prestaciones para el desarrollo deotros sistemas. No ha sido plenamente posible que a travs de acoplamientos o laintermediacin del derecho se pueda, procedimentalmente, generar formas de operacindonde cada sistema dependa del otro sin afectar su propia autorreferencialidad e inte-rrumpir sus operaciones autnomas. En Amrica Latina los condicionamientos que poneuna sociedad funcionalmente diferenciada provocan limitantes locales, en este caso mslaxos, propiciando por lo tanto un aumento en los grados de libertad de los sistemasfuncionales. As, se producen y reproducen formas estratificadas que llevan a que la polti-ca se posicione en la cima y se observe desde la sociedad cual director de orquesta. Por elcontrario, la poltica ganar indiferencia frente a los otros sistemas cuando deje que losprocedimientos dados en otros sistemas funcionales operen libremente, como por ejem-plo, que los impactos o externalidades negativas contra el entorno natural se institucionalicenva procedimientos legales (sistema jurdico) o extrajudiciales o alternativos (mesas deexpertos, de deliberacin), etc. La poltica con ello se relajara, es decir, se deshipertrofiaray dejara, por ejemplo, de observarse desde la sociedad.

    Es de importancia, poniendo atencin a otro de los obstculos que propone Luhmann,observar que cuando un sistema como el poltico tiende a su autonomizacin, deja de ladola referencia al individuo, pues el nivel donde este opera es distinto. Para la sociedad y sussistemas funcionales los seres humanos, como los sistemas de interaccin, conformarn suentorno. El sistema poltico operara basado en sus propios cdigos y los temas que le sonvitales para su reproduccin autopoitica tienen que ver con la comunicacin poltica,principalmente el poder. Su relacin con el entorno se producir teniendo en cuenta suautorreferencialidad, y todo lo que sea pertinente para l ser llevado a cabo a travs deacoplamientos que permitan hacer posible su funcin para la sociedad y las prestacioneshacia otros sistemas sociales y la sociedad en general. Cuando esto no es como lo plantea-do y se opera bajo formas distintas, se dan casos como los esbozados en modernidadesperifricas como Amrica Latina. Casos en que los individuos, las relaciones o redes

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    clientelares, las influencias, los compadrazgos, ganan importancia y el procedimientoformal pasa a un segundo plano. Esto no quiere decir que el procedimiento no funcione ose paralice, sino que ambas formas operan paralelamente, haciendo que una prime msque la otra, permitiendo que algunos sistemas introduzcan en sus operaciones cdigosque no les son propios y, por ejemplo, se politice el derecho, se judicalice la poltica,se politice la economa, etc.

    Un ejemplo claro de esta dinmica en Amrica Latina han sido y siguen siendo loscacicazgos o lderes locales (caudillos), que basan su accin poltica en las redes clientelaresancladas en la presencia. Es este lder el que representa la unidad y sin l no existira elpopulismo o los liderazgos, cumpliendo actualmente el rol que tenan los patrones quecimentaban la relacin patrn/cliente o amo/siervo de las sociedades antiguas. Este tipode carismas, anclados en el lder cercano y meditico, inflaciona la palabra, la que como eldinero, si existe en abundancia, deja de tener valor. Esta relacin cara a cara llevada a cabopor el lder y las personas que hacen poltica es la caracterstica esencial de la polticalatinoamericana.

    En este tipo de formas populistas y de redes clientelares, basadas en la presenciacara a cara, las normas o los procedimientos que se han estabilizado en la sociedad, esdecir, una civilizacin de expectativas (Zamorano, 2003a; 2003b), son pasadas por alto,instaurndose dinmicas sociales basadas en las relaciones personales, que se tipificancomo redes clientelares. Estas formas dejan atrs las relaciones dadas por el compadraz-go (Adler Lomnitz, 1996), cobrando relevancia en la actualidad las clientelas que se en-cuentran ubicadas, ya no en las familias, sino en las organizaciones, cuyas formas de operarestn ancladas en niveles cara a cara, y en las personas influyentes en la organizacin quepuedan estar para reproducir los favores. Esto no quiere decir que los procedimientos onormas legales sean eliminados de las organizaciones, por ejemplo, el concurso pblico enuna organizacin para obtener un cargo, sino que tanto formalidad como informalidadoperan paralelamente, donde la red es pilar para alcanzar ciertos beneficios que por laoficialidad sera posible obtener. Es lo que usualmente, al pasar por el procedimiento for-mal, se denomina corrupcin, pero, como lo argumenta Luhmann, no es una cosa de mso menos dinero, sino que para reproducir la red de relaciones clientelares y quedar incluidohay que cumplir las promesas para seguir reproduciendo la red, por lo tanto, una red derelaciones y confianzas (Luhmann, 1998a:183) que sern usadas en cualquier momentopara las cosas que se estimen convenientes.

    Lo expresado tiende a enfatizar que Amrica Latina o una modernidad perifrica noha tendido a superar el segundo obstculo epistemolgico que menciona Luhmann en unasociedad de tipo mundial: el de los individuos. El basar las redes informales y el influyentismo

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    en las personas y las relaciones cara a cara lleva a que la poltica quizs se mire menos enla sociedad, sino que lo haga desde los individuos. La informalidad, las redes clientelaresancladas en formas de lderes que inflacionan por medios demaggicos sus ofertas polti-cas, dejan de lado la efectividad de operacin de la funcin poltica, es decir, establecerdecisiones que puedan vincular colectivamente, propiciando una desvalorizacin de esta, yprivilegiar formas particulares e informales.

    Formas para operar en Amrica Latina: la distincin inclusin/exclusin

    Si tenemos como sustento los fundamentos planteados, en modernidades perifricas comoAmrica Latina no es posible slo mirar y tematizar un lado de la distincin que podamosrealizar, es decir, que si el proyecto modernizador tena como fin la igualdad, el desarrollo,entre otros, no se incluya tambin la desigualdad y el subdesarrollo. Por lo tanto, cuandohablamos de formas, para la produccin y reproduccin de Amrica Latina, resulta crucialun tipo de distincin como la inclusin/exclusin, pues la sociedad mundial a travs de sussistemas funcionales produce inclusin, pero tambin exclusin. As, se incluye y se exclu-ye, hay igualdad y hay desigualdad, hay pobreza y hay riqueza, hay desarrollo y hay subde-sarrollo, no siendo el lado derecho de la distincin algo externo a la sociedad, algo que sepueda desechar, que pueda ser tratado como desviante, anmico y no ser tomado encuenta o eliminado porque es un error.

    Si observamos una modernidad central, por ejemplo Europa Occidental, aparece tam-bin el otro lado de la forma, una modernidad perifrica como Amrica Latina. Pero comolo exponemos en el texto, la diferenciacin funcional como forma primaria de la sociedadactual no es una estructura que cuadre completamente con un tipo de regin comoLatinoamrica, presentando esta ltima un modo de operar distinto a la modernidad cen-tral que observa Luhmann. Las formas que prevalecen y son fundamento para la operacinde Amrica Latina tienen sus bases en una diferenciacin secundaria (centro/periferia,estratificadas) donde los sistemas de la sociedad estaran condicionados por sistemas queactuaran como vrtice. Esto establece que una modernidad perifrica tiene una forma deoperar que le es propia, diferente, y la cual se ha caracterizado en su evolucin por tenerplanos distintos de operacin. En esta dinmica, los sistemas funcionales en Sudamricahan servido de oposicin, de limitacin, de restriccin o condicionamiento para el libreoperar de otros sistemas funcionales, lo cual ha producido desdiferenciaciones, dondesistemas particulares han intervenido las operaciones de otros sistemas haciendo opacossus lmites con los de su entorno, obstaculizando su operar autnomo y caracterizndose(Amrica del Sur) por estar estructurada en torno a un sistema que hara las veces decontrolador o direccionador de este tipo de modernidad.

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    Ejemplos de lo anterior pueden existir de diversa ndole y la historia de los pases deAmrica Latina as lo seala.18 Entre estos, y donde la distincin inclusin/exclusin sehace difana a la hora de operacionalizarla y deja a la luz el segundo obstculo episte-molgico que es el individuo, encontramos las redes que funcionan como formas de inclu-sin ante las desigualdades del continente. En este tipo de redes se pone nfasis en elprotagonismo del individuo y no de los sistemas sociales y organizacionales. Luhmann lopresenta diciendo que Las estrategias de reparticin de las ventajas (del aseguramientodel futuro, del influyentismo) muchas veces se orientan por redes de recomendacionespersonales directas o mediadas; y eso aun ah donde las relaciones de clientelismocondicionadas por la situacin agraria se han derrumbado y las organizaciones han retomadolos reductos (Luhmann, 2007:639). Los efectos que producen los sistemas funcionales secombinan, amplifican, se estorban, en razn de condiciones que slo se presentanregionalmente y que, por consiguiente, producen estructuras sociales muy diferentes.

    Si los sistemas funcionales operan a escala mundial y dejan carentes de sentido loslmites espaciales o geogrficos, no quiere decir que las regiones pierdan importancia,pues Luhmann explicar que el modelo dominante de la diferenciacin funcional pareceprecisamente ofrecer el punto de partida para producir las diferencias (ibd., p. 642). Laproduccin de estas diferencias, por ejemplo modernidades centrales/modernidadesperifricas, nos permite decir que las dependencias merman las posibilidades para que laevolucin de la diferenciacin funcional sea tal en Amrica Latina. De esto se puede inferirque una dinmica como la planteada no siempre lleva una direccin definida por quienesquieren o imaginan un tipo de sociedad, pues esta no tiene fines ni obedece a un plan quela oriente hacia algo mejor en un futuro. Por ello, ciertas caractersticas de una moderni-dad, sea central o perifrica, ayudan a la evolucin, as como pueden no ayudar y ms bienser una traba. Pueden, por ejemplo, ayudar a la separacin o la diferenciacin entre polti-ca y derecho, pero tambin pueden impedir que el derecho y la poltica se autonomizen yque la poltica pueda interferir en sus operaciones. Puede llevar a que los sistemas sociales,como el poltico, se corrompan y pase lo que en Amrica Latina es frecuente: intervencionismoelectoral por los Gobiernos de turno, la compra de votos, el nepotismo, etc. Luhmannenfatizar que esto puede detener a tal grado el funcionamiento de la infraestructuraorganizativa de los sistemas funcionales (desde universidad, hospitales, hasta oficinas de

    18 En el sistema poltico los ejemplos de desdiferenciacin se ejemplifican en los continuos Estados de excepcin en la regin. El sistemaeconmico tambin ha sufrido este tipo de violacin con la instauracin de un modelo planificado de industrializacin por sustitucin deimportaciones que fue sometido y dirigido por y desde el sistema poltico, y cuyo fin era la integracin al desarrollo de la poblacin urbanaexcluida. La educacin, bajo la distincin civilizacin/barbarie del Estado positivista, quiso transformar la barbarie en civilizacin, comotambin el Estado docente del siglo XX, que tuvo como fin la unidad estatal frente a la diversidad cultural (Mascareo, 2000a). El arte en elsiglo XIX, a travs de la pintura, fue utilizado para la promocin del espritu revolucionario de las nuevas naciones (Mascareo, 2000).

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    La poltica en la periferia

    de la modernidad

    Esbozos para su observacin

    en Amrica Latina

    administracin pblica) que llega a ser racional apoyarse en vez de en ellos en las redesflexibles de las relaciones personales las cuales a pesar del constante reemplazo de per-sonas se regeneran utilizndolas (ibd., pp. 642-643).

    Las limitaciones o las restricciones al operar de la diferenciacin funcional se combi-nan con las posibilidades que esta produce, haciendo, posibilitando situaciones para queuna modernidad perifrica pueda operar y no implosionar o dejar de operar. O, en otraspalabras, este tipo de restriccin seran los grados de libertad que pueden tener los siste-mas sociales en sociedades que funcionan diferenciadamente y aquellas que operan conbase en estructuras estratificadas, lo cual permitir que puedan resolver de manera dife-rente los problemas que produce la diferenciacin funcional.

    Lo anterior puede ser operacionalizado a travs de la distincin inclusin/exlcusin ypresentar cmo las teoras expuestas y las formas de operar en Amrica Latina han


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