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Libro Huella Ecologica

Date post: 24-Nov-2015
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  • MATHIS WACKERNAGELWILLIAM REES

    Nuestra huella ecolgicaReduciendo el impacto humano sobre la Tierra

    Ilustrada por Phil Testmale Traduccin de Bernardo Reyes

  • LOM PALABRA DE LA LENGUA YMANA QUE SIGNIFICA SOL

    LOM ediciones IEPPrimera edicin en espaol: octubre de 2001

    ISBN: 956-282-405-5

    Ttulo original: Our Ecolgica! Footprint. Reducing Human Impact on the Earth1996 by Mathis Wackernagel and William ReesNew Society Publishers,P.O. Box 189, Gabriolc Island, B.C., Canad VOR 1X0Canad ISBN: 1-55092-251-3 (paperback)Canad ISBN: 1-55092-250-5 (hardcover)

    Diseo, Composicin y Diagramacin:Editorial LOMConcha y Toro 23, SantiagoFono: 688 52 73 Fax: 696 63 88web: www.lom.cle-mail: [email protected]

    Ilustraciones: Phil Teslemale Traduccin: Bernardo J. J. Reyes O.

    Impreso en los talleres de LOMMaturana 9, SantiagoFono: 672 22 36 Fax: 673 09 15

    En Buenos Aires Editores Independientes (EDIN)Baldomcro Fernndez Moreno 1217Fono: [email protected]

    NUESTRO AGRADECIMIENTO A LA FUNDACIN HEINRICH BLL DE ALEMANIA,Y AL PROGRAMA CONO SUR SUSTENTABLE.

    Impreso en Santiago de Chile.

  • NDICE

    Presentacin 7Prefacio 11Introduccin 15

    Por qu preocuparnos por la sustentabilidad? 15 Qu esperamos alcanzar? 18 Una cuestin de perspectiva 19

    1. Huellas ecolgicas para principiantes 23

    Evidente pero profundo: dependemos de la naturaleza 23 Qu es una Huella Ecolgica? 25 Y ahora qu? El contexto global? 30 Planificando un futuro sustentable 43

    2. Huellas y sustentabilidad 47

    El debate sobre la sustentabilidad: 47Un concepto sencillo que lleva a estrategias contradictorias 47 La Huella Ecolgica:una herramienta para planear la sustentabilidad 61

    3. La bsqueda de estrategias sustentables 85

    Cuestionando las estrategias convencionales 87Desarrollando Sustentabilidad 96Esbozando una visin de sociedad sustentable 105

    4. Cmo evitar el sobre-exceso: Un resumen 115

    Creando conciencia pblica 117Desarrollando sustentabilidad - local y globalmente 121

    Anexo 127

    Divirtase con las huellas: Mtodos y aplicaciones reales 127Haciendo que funcione la idea de la Huella Ecolgica 127Mtodo de clculo La Huella en accin 130Adaptando el proceso del clculo a aplicaciones especficas. 152

  • PRESENTACIN

    Que las sociedades contemporneas desarrollen sus economas ignorando o no reconociendo los lmites biofsicos de la biosfera resulta sorprendente. Medir el desarrollo slo en trminos monetarios, es un juego de alto riesgo.

    La importancia creciente que han adquirido los indicadores macroeconmicos para los procesos de toma de decisiones en la formulacin de polticas pblicas, explica en parte la gran relevancia de un indicador agregado como el PIB. La definicin de polticas pblicas y una larga serie de decisiones polticas y de inversin se basan en el comportamiento de este indicador de actividad econmica. Sin embargo, no se reconoce que a la base de las decisiones productivas estn los ecosistemas que los sostienen y el capital de recursos no renovables y renovables del pas. Desgraciadamente el PIB, a pesar de importantes esfuerzos realizados por algunos economistas como El Serafy, Herman Daly y otros, por mejorarlo, an no da cuenta de la presin que el crecimiento econmico ejerce sobre los ecosistemas naturales, ni de la magnitud de los impactos de la actividad humana sobre el planeta que nos cobija.

    El desarrollo de una metodologa de clculo para un indicador biofsico como la Huella Ecolgica, es una importante contribucin para lograr una mejor comprensin de los impactos de nuestro consumo. Estamos consumiendo ya ms de lo que nos corresponde y con ello erosionando las bases del bienestar de las generaciones futuras? Ms all del agotamiento o disponibilidad de recursos para la actividad econ-mica, es factible que los ecosistemas del planeta sigan absorbiendo cantidades crecientes de contaminantes y residuos, y mantengan su capacidad de apoyo vital? Es factible medir cuntos recursos estamos utilizando con nuestro patrn de produccin y consumo y reorientarlo hacia un consumo ms sustentable y responsable con nuestros hijos y nietos? Esto es precisamente lo que la Huella Ecolgica intenta medir y responder. El Reporte de un Planeta Viviente 2000 publicado recientemente, seala que la presin de la humanidad sobre la Tierra ha incrementado en un 50 % en. los ltimos 30 aos, y que sta ya excede la capacidad de regeneracin de los ecosistemas del planeta y que estos ltimos han declinado en el mismo perodo en un 33%.

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  • Mathis Wackernagel y William Rees han hecho un trabajo que ha marcado el debate internacional sobre sustentabilidad. Al medir la Huella Ecolgica de la humanidad, y sobre todo de los pases ms industrializados, han demostrado que hoy da ya necesitaramos el rea equivalente a ms de cinco planetas Tierra para proporcionar los recursos y absorber los contaminantes si quisiramos alcanzar el estndar de consumo de un canadiense promedio. No hay en el planeta disponibilidad de suelo productivo para satisfacer la demanda de consumo de la poblacin, si nos propusiramos un consumo similar al de un canadiense, ni peces en el mar para alcanzar el consumo de pescado promedio de la dieta de un japons. Con las iniquidades actuales los ecosistemas planetarios ya comienzan a demostrar una creciente inestabilidad, tal y como se observa con el deterioro de la capa de ozono que protege la vida del planeta, y en el creciente agotamiento de los recursos pesqueros.

    El clculo de la Huella Ecolgica es un instrumento que ya ha comenzado a ser utilizado como instrumento de planificacin y educacin a nivel de regiones y pases. Un creciente nmero de organizaciones preocupadas de la planificacin territorial y de los problemas ambientales del sobreconsumo, usan regularmente este valioso indicador biofsico para generar mayor nivel de conciencia y a la vez estimular respuestas que consideren la cuestin crtica de vivir dentro de los lmites que establecen los ecosistemas, como nica forma de hacer sustentable la vida en el planeta. El ltimo estudio publicado por WWF, Redefining Progress, UNEP-WCMC y el Centre for Sustainability Studies (The Living Planet Report 2000), seala que las emisiones de dixido de carbono promedio por habitante de los pases de la OECD es ms de cinco veces que las de no miembros. Esto quiere decir que la Huella Ecolgica de los habitantes de pases ricos es superior a siete hectreas. En un planeta con recursos limitados y en pleno proceso de calentamiento climtico, es necesario hacer visible los lmites al crecimiento.

    La sustentabilidad de la Huella Ecolgica, en un planeta con menos de 1,3 hectreas de suelos eco-productivos por habitante, nos plantea la necesidad de revisar los indicadores macro econmicos y evaluar las oportunidades que las existencias de capital natural nos otorgan hoy y para el futuro. Que un nmero reducido de personas consuma de 4 a 10, hectreas niega efectivamente la posibilidad de desarrollo de quienes sobreviven con escasos recursos y medios, sin la posibilidad de acceder a la justa proporcin de recursos que les corresponden en este planeta. Ah surge tambin la dimensin tica que el debate de la sustentabilidad social no puede ignorar: el tema de la equidad que seala la Huella Ecolgica en un planeta con lmites

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  • biofsicos obvios y perentorios. La Huella Ecolgica vincula la eficiencia tecnolgica con la eficiencia ecolgica y el desafo de reducir nuestro consumo con el de mejorar nuestra calidad de vida. El complejo idioma del desarrollo sustentable y la sustentabilidad se transforman en un instrumento concreto para educar, provocar el debate y reorientar las decisiones de tomadores de decisiones y de comunidades locales. El desarrollo metodolgico del clculo y la introduccin de complejos con-ceptos como el de capacidad de carga, energa integrada a productos y servicios, disposicin y absorcin de residuos, entre otros, es clara y brillantemente explicada por los autores.

    Los autores plantean que no es sorprendente que haya tanta tensin entre numerosos intereses, en sus esfuerzos para definir la sustentabilidad, ni tanto desencanto pblico con el concepto. En nuestro mundo materialista y que apunta hacia cada vez ms crecimiento, lo polticamente aceptable es ecolgicamente devastador, mientras que lo ecolgicamente necesario es polticamente imposible. Por lo tanto, el desarrollar nuevas estrategias de sustentabilidad que sean consistentes con el mnimo ecolgico aceptable, depende de la convergencia de las lgicas ecolgica y poltica. Es aqu donde entra la Huella Ecolgica: que es una herramienta para la toma de consciencia que nos puede ayudar a desarrollar una comprensin comn del problema y explorar las implicancias de soluciones alternativas. Como tal, puede ayudar a traducir la sustentabilidad fuerte a la planificacin de la accin.

    Para el programa de Economa Ecolgica del Instituto de Ecologa Poltica, la traduccin de este texto y la difusin de la metodologa del clculo de la Huella Ecolgica recoge una demanda de un creciente nmero de organizaciones comunitarias, acadmicas y ecologistas que demandan nuevos indicadores que reorienten la bsqueda de una sustentabilidad, hasta ahora ignorada por los tomadores de decisiones.

    Mientras nuevos clculo y nuevas ediciones de la Huella Ecolgica siguen proliferando, este texto bsico atiende en parte la demanda del mundo hispano hablante y su rea de influencia.

    Agradecemos a los autores y a The New Catalyst, por la autorizacin para esta primera versin en espaol de la Huella Ecolgica, y el apoyo del equipo de Economa Ecolgica brind para la traduccin de este texto

    BERNARDO RUYES ORTIZPrograma de Economa Ecolgica

    Instituto de Ecologa Poltica

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  • PREFACIO

    Hace algunos aos le sobre una especie de abejorro muy pequeo de los bosques que vive en los hongos. Parece que cuando la hembra de esta especie encuentra en el bosque un hongo de cierta especie, deposita all sus huevos. Casi inmediatamente despus los huevos eclosionan y las pequeas larvas se comienzan a comer su propia casa. Las larvas crecen rpidamente, pero pronto algo muy raro pasa. Los huevos en los ovarios de las hembras comienzan tambin a eclosionar dentro de sus madres inmaduras. Esta segunda generacin de larvas partenognicas pronto consumen a sus padres desde adentro, entonces salen fuera de ellas y continan comindose al hongo. Este grotesco proceso se repite una vez ms. No pasa mucho tiempo y el hongo est repleto de pequeas larvas y la abundancia de sus propios desechos. La explosin de pequeos abejorros consume virtualmente todo su hbitat, lo cual es la seal para que los ms maduros y ms grandes cambien de etapa e inicien el estado de pupa. Los pocos individuos que se las arreglan para emerger como adultos maduros entonces abandonan su lugar de nacimiento, vo-lando e iniciando una vez ms el proceso.

    Escribimos este libro con el convencimiento de que el ciclo de este bizarro abejorro le pueda ensear una leccin a la humanidad. Esta rara estrategia reproductiva del pequeo abejorro ha evolucionado bajo una extrema presin competitiva. Buenos hongos, como los buenos planetas, son difciles de encontrar. La seleccin natural, por lo tanto, favorece a aquellos abejorros individuales que son ms exitosos en apropiarse de los recursos esenciales (los hongos) antes que la competencia llegue.

    No cabe duda de que los seres humanos tambin tenemos nuestro lado competitivo, y tanto la seleccin natural como la social han favorecido histricamente a esos individuos y culturas que han sido ms exitosos en apropiarse de los recursos y explotar la generosidad de la naturaleza. Tambin hay una amplia evidencia arqueolgica y evidencia histrica de que, como en la historia del hongo repleto de larvas, muchas

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  • culturas han colapsado por el peso de su propio xito. Culturas tan dismiles espacial y temporalmente como las de la Mesopotamia, los Mayas y de Isla de Pascua probablemente se arruinaron al expandirse ms all de la capacidad de su ambiente para sostenerlas. Como en los abejorros del bosque, ellas agotaron sus hbitats locales. La humanidad como un todo sobrevivi, sin embargo, gracias a que siempre hubo otros hongos figurativos en otras partes de la Tierra lo que permiti sostener la poblacin.

    Hoy da, por supuesto, la humanidad se ha transformado en una cultura global, una que est impulsada por el expansionismo competitivo, una que est poco a poco reduciendo y consumiendo a la Tierra. El problema es que, al contrario de los abejorros, an los ms gordos y ricos entre nosotros no tiene ningn medio para abandonar el cascarn del hbitat una vez que ste se consuma, ya que no hay evidencias an de otro hongo parecido a la Tierra en nuestro bosque galctico.

    La buena noticia es que -al contrario de los abejorros- los humanos tenemos el don del potencial de la autoconciencia y de la eleccin inteligente, y conocer nuestras circunstancias es una invitacin al cambio.

    El primer paso hacia reducir nuestro impacto ecolgico es reconocer que la crisis ambiental no es un problema ambiental y tcnico, sino un problema de comportamiento social. Este slo puede ser resuelto con la ayuda de soluciones sociales y de comportamiento. En un planeta finito, a capacidad de carga humana, una sociedad impulsada por el individualismo egosta tiene tanto potencial de sustentabilidad como una coleccin de escorpiones hambrientos en una botella. Ciertamente que los seres humanos somos seres competitivos pero tambin somos seres sociales que cooperan entre s. Y de hecho, no es una irona pequea (pero una que ha escapado al anlisis de muchos asesores de poltica actual), que una de las sociedades ms exitosas econmica y competitivamente han sido aquellas que han sido internamente ms cooperadoras, sas con el mayor stock de capital social y cultural.

    Nuestro primer objetivo con este libro es presentar el argumento de que los humanos no tenemos otra alternativa que no sea reducir nuestra Huella Ecolgica. Tambin esperamos que conlleve nuestra confianza esencial en los mltiples recursos del espritu humano. La gente tiene un gran potencial no canalizado para enfrentar el desafo colectivo de nuestra seguridad colectiva. Como dijo William Catton en su clsico de 1980 Sobrecarga: Si habiendo sobrepasado la capacidad de carga, no

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  • podemos evitar el choque, tal vez el entendimiento ecolgico, de sus reales causas nos permita mantener un comportamiento humano en circunstancias que nos impulsaran a ser bestias. Realmente nosotros creemos que confrontando juntos la realidad de la sobrecarga ecolgica nos forzaremos a descubrir y a ejercitar esas cualidades especiales que distinguen a los seres humanos. En este sentido, el cambio ecolgico global puede representar nuestra ltima oportunidad para probar que hay vida inteligente en la Tierra.

    WILLIAM REESGabriole Island, Verano de 1995

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  • INTRODUCCIN

    Los humanos estamos enfrentando un desafo sin precedentes: ya se reconoce ampliamente que los ecosistemas de la Tierra no pueden sostener los actuales niveles de actividad econmica y de consumo de materiales, menos an un incremento en los mismos. Al mismo tiempo la actividad econmica del planeta medida a travs del PIB global est

    1creciendo casi al 4% anual, lo que indica que se duplicar en 18 aos . Un factor que impulsa esta expansin es el crecimiento de la poblacin mundial: en 1950 haba 2,5 millones de habitantes, y hoy ya hemos sobrepasado los 6 mil millones. Se calcula en 10 mil millones los habitantes para mediados de este siglo. An ms significativo ha sido el incremento en el consumo de energa y materiales per cpita, el cual en los ltimos 40 aos ha crecido ms que la poblacin humana. Una economa imparable pareciera estar en la ruta de colisin con una ecsfera inamovible.

    Por qu preocuparnos por la sustentabilidad?El enfoque convencional de desarrollo ha sido muy exitoso en

    expandir la actividad econmica y el crecimiento econmico est al centro de la agenda poltica de la mayora de las naciones. La meta a largo plazo es integrar las economas locales en una economa global sin restricciones al comercio y al flujo de capitales. Se espera que esto sirva para impulsar la produccin industrial, lo que probablemente incrementar el consumo de recursos. Sin embargo, las debilidades de los modelos convencionales son ms y ms aparentes. Por ejemplo, el crecimiento de la produccin econmica no ha nivelado las diferencias en ingresos, ni haciendo a los que tienen ms felices, ni tampoco ha satisfecho las necesidades bsicas de ms de mil millones de pobres del

    El producto Mundial Bruto se elev de $ 3.8 trillones en 1950 a $ 19, 3 billones en 1993 (medido en U. S. S). WorldWatch lnstitute, Vital Signs 1994 (NY: w. w. norton, 1994).

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  • mundo. Mientras que el 20 % ms rico goza de una afluencia desconocida hasta ahora, el otro 20% permanece en condiciones de pobreza absoluta. De hecho, el 20 por ciento de ms altos ingresos se llevan a casa ms de 60 veces que lo que lleva el 20% ms pobre, y esta

    2brecha se ha duplicado en los 30 aos recientes . El desarrollo econmico convencional ha sido desafiado por esta impresionante inequidad social desde su reconocimiento con el Acuerdo de Bretton Woods despus de la Segunda Guerra Mundial. Hoy da, frente a las restricciones ecolgicas, las crticas son ms severas an. La tasa actual de explotacin de recursos y de generacin de residuos estn agotando la naturaleza a una tasa mayor que la de su regeneracin. El bilogo de la Universidad de Stanford Peter Vitousek y sus colegas, calculaban en 1986 que las actividades humanas ya entonces se haban apropiado, directa o indirectamente, del 40% de los productos terrestres de la fotosntesis en efecto, la humanidad estaba canalizando a travs de su economa 40% de la produccin biolgica terrestre de la naturaleza- y un trabajo ms reciente sugiere que una situacin similar est ocurriendo con las plataformas marinas. Si el uso humano de otras funciones de la naturaleza, tales como la absorcin de residuos por la tierra y el agua, y la proteccin de la peligrosa radiacin ultravioleta (por la capa de ozono estratosfrico), fueran incluidas en el clculo, no es difcil imaginarse que las actividades humanas estn utilizando al planeta ms all de su capacidad en el largo plazo.

    El acelerado consumo de recursos que ha sostenido el rpido crecimiento econmico, y el creciente estndar material de los pases industrializados en las ltimas dcadas al mismo tiempo ha degradado los bosques, los suelos, el agua, el aire y la biodiversidad del planeta. A medida que el mundo se sobrecarga ecolgicamente, el desarrollo econmico convencional actual sigue su paso autodestructivo y empobrecedor. Muchos estudiosos creen que de continuar en esta ruta histrica, nuestra propia posibilidad de sobrevivencia est en riesgo. Ciertamente hay pocas evidencias de que las iniciativas actuales de sustentabilidad puedan ser efectivas en revertir el deterioro ecolgico global. De hecho, la presin en los ecosistemas ecolgicos y en la salud social est creciendo. Se requiere de iniciativas de sustentabilidad ms efectivas, incluyendo herramientas que estimulen un involucramiento mayor del pblico en la evaluacin de estrategias y en el monitoreo del progreso.

    ?Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, Human Development Report (NY: Oxford University press, 1992, 1994).

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  • Por qu preocuparnos? A medida que el mundo queda sobrecargado ecolgicamente, el desarrollo econmico convencional se hace autodestructivo y empobrecedor y pone a la sobrevivencia humana en riesgo (tomado de Horst Haitzinger)

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  • Qu esperamos alcanzar?

    Este libro describe una herramienta de planificacin que puede ayudar a traducir las preocupaciones por la sustentabilidad en acciones pblicas: la llamamos anlisis de la Huella Ecolgica. El concepto de Huella Ecolgica es simple, y aun as es potencialmente comprensivo: Toma en cuenta los flujos de materiales y energa desde y hacia cualquier economa definida, y los convierte en su correspondiente rea de tierra/agua requerida por la naturaleza para sostener esos flujos. Esta tcnica es a la vez analtica y educativa. No solamente evala la sustentabilidad de las actividades humanas actuales, tambin es efectiva en crear conciencia pblica y asistir a los tomadores de decisiones. La Huella Ecolgica no se trata sobre cun mal andan las cosas. Se trata de la dependencia continua de la humanidad en los recursos de la naturaleza y qu podemos hacer para mantener esa seguridadad en la capacidad de la Tierra para apoyar una existencia humana digna y para todos en el futuro. Entender nuestras limitaciones ecolgicas hace que nuestras estrategias de sustentabilidad sean ms efectivas y aceptables. El anlisis de la Huella Ecolgica debe ayudarnos a elegir de una manera ms sabia, lo que es preferible a que la naturaleza nos imponga sus propias decisiones.

    Por tanto, el anlisis de la Huella Ecolgica refleja una realidad biofsica, es una buena noticia para un mundo mejor y un futuro ms seguro. Las malas noticias es el sueo convencional de que las empresas humanas pueden expandirse por siempre en un mundo finito. Esta visin expansionista puede sonar muy atractiva, pero est destinada a fracasar en su forma actual. Este fracaso ser muy doloroso. Daar primero a los pobres, a los ricos un poco ms tarde, y en su camino destruir a muchas de las especies que nos acompaan.

    La Huella Ecolgica reconoce que el conocimiento humano est enfrentando graves dificultades, las hace ms visibles y dirige la accin hacia una forma sustentable de vivir. Es obvio que reconocer el lado oscuro de la condicin humana es a veces doloroso, evitarlo es una tentacin dulce. Sin embargo, este libro toma la posicin de que negarlo har ms doloroso el futuro. Creemos que un primer paso para un mundo ms sustentable es aceptar nuestra realidad ecolgica y los desafos socioeconmicos que ello implica. Cualquier estrategia de seguir haciendo negocios a la manera usual y que perpete los estilos destructivos de hoy da, ser un dao al futuro de nuestros hijos.

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  • Una cuestin de perspectiva

    Para desarrollar modos de vida que sean satisfactorios y sustentables dentro de los lmites de la naturaleza, se requiere repensar nuestra relacin con los otros y con el resto de la naturaleza. Este libro trata de estimular este pensamiento. Hay, obviamente, muchos libros con propsitos similares pero esperamos que ste sea un poquito distinto.

    Para empezar, muchos escritores de este tema -aun los buenos- tratan el tema ambiental como algo distante y separado de la realidad de las personas y sus trabajos. Esto es, de hecho, una reflexin de nuestra tica cultural prevaleciente. A juzgar por nuestras acciones y lenguaje, los humanos tendemos a ver nuestra sociedad mas o menos independiente de la naturaleza. Por lo tanto, cuando la actividad econmica provoca determinados daos a algunos valores ambientales, las llamamos externalidades negativas, enfatizando la marginalidad del ambiente en la conciencia moderna. No es raro entonces que los enfoques modernos para el desarrollo traten al medio ambiente como un teln de fondo a las preocupaciones humanas! El medio ambiente puede ser estticamente grato, pero es transable si la presin econmica es fuerte. La prdida de valor ambiental es an vista como una cuestin desafortunada, pero un costo necesario del crecimiento econmico. El bien conocido adagio no podemos parar el progreso refleja bien la tica prevaleciente.

    Este libro comienza con una premisa distinta. Nosotros argumentamos que los emprendimientos humanos no pueden ser separados del mundo natural ni siquiera en nuestra mente, porque no existe tal separacin en la naturaleza. En trminos de energa y flujo de materiales, simplemente no existe eso all la economa humana es un subsistema totalmente dependiente de la ecsfera. Esto significa que debemos estudiar el rol de la humanidad en la naturaleza de la misma manera en que estudiaramos a cualquier organismo mayor que sea un consumidor. El hecho es que a travs del ciclo de produccin econmica-consumo-polucin, la humanidad se ha transformado en la especie mayor y a veces dominante- en virtualmente cada uno de los ecosistemas ms significativos del planeta.

    La premisa de que la humanidad es un subsistema de la ecsfera, de que los seres humanos estamos insertos en la naturaleza, es tan simple que es generalmente descuidada o desechada como demasiado obvia para ser relevante. Sin embargo, tomando seriamente esta visin obvia nos lleva a conclusiones profundas. Las implicancias de esta realidad ecolgica para las polticas, va mucho ms all que presionar

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  • Por mejores controles a la polucin y mejor proteccin ambiental, ya que las dos mantienen el mito de la separacin. Si los humanos somos parte del tejido de la naturaleza, el medio ambiente ya no es ms el teln de fondo, sino que es la obra misma. La ecsfera es donde vivimos, la humanidad depende de la naturaleza y no a la inversa. La sustentabilidad requiere que nuestro nfasis cambie de la gestin de los recursos a la gestin de nosotros mismos, para que aprendamos a vivir como parte de la naturaleza. Al final la economa se transforma en ecologa humana.

    La huella ecolgica es una medida de la carga impuesta por una poblacin dada, a la naturaleza. Representa el rea de tierra necesaria para sostener el actual nivel de consumo de recursos y la descarga de residuos de esa poblacin.

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  • Este libro muestra que podemos desarrollar modos de vida ms sustentables. Proponemos herramientas y marcos metodolgicos para entender los desafos, evaluando las estrategias y monitoreando el progreso, y proporcionando ejemplos de cmo funcionan estas estrategias. Lograr la sustentabilidad va a requerir mucho pensamiento y esfuerzo, pero cambiar el mundo puede resultar una propuesta muy excitante.

    Hemos tratado de llegar a una audiencia muy diversa, y esperamos ofrecer algo a los distintos interesados. El primer captulo describe e ilustra el concepto de Huella Ecolgica. El captulo dos la vincula con el debate sobre sustentabilidad. El captulo tres desarrolla una amplia discusin sobre las estrategias de sustentabilidad y el cuarto captulo presenta un resumen de lo que hemos aprendido. El anexo final explica detalladamente los procedimientos para el clculo de la Huella Ecolgica y discute 17 aplicaciones posibles de este concepto.

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  • 1HUELLAS ECOLGICAS PARA PRINCIPIANTES

    Nosotros vivimos mayoritariamente en ciudades donde es fcil olvidar que la naturaleza funciona en circuitos cerrados. Vamos al almacn para comprar alimentos con dinero del cajero automtico y luego nos deshacemos de la basura, ya sea depositndola en el basurero o tirndola al bao. Las grandes ciudades rompen los ciclos naturales de materiales y entregan poco sentido respecto de nuestra ntima conexin con la naturaleza.

    Evidente pero profundo: dependemos de la naturaleza

    Fig. 1.1: Somos parte de la naturaleza. La naturaleza nos proporciona los requerimientos bsicos para la vida, absorbe nuestros desechos y provee los servicios de soporte vital, como la estabilizacin climtica, todo lo cual vuelve al planeta habitable para los humanos.

    A pesar de esta alienacin, no estamos slo conectados con la naturaleza, somos la naturaleza. Cuando comemos, bebemos y respiramos, estamos intercambiando en forma continua energa y materia con nuestro medio ambiente. El cuerpo humano est constantemente usndose y renovndose de hecho, reemplazamos casi la totalidad de las molculas de nuestro cuerpo cerca de una vez al ao. Los tomos de los cuales estamos hechos han sido parte de muchos

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  • otros seres vivos. Partculas nuestras fueron alguna vez fragmento de un dinosaurio, y es probable que algunos lleven consigo tomos de Csar o Cleopatra.

    La naturaleza nos facilita una cantidad estable de lo que necesitamos para sobrevivir. Se necesita energa para cocinar y para calefaccionarnos, adems para el transporte; madera para el hogar, los muebles y la produccin de papel; as como alimentos de calidad y agua pura para vivir sanamente. A travs del proceso de fotosntesis, las plantas verdes convierten la luz del sol, el dixido de carbono, los nutrientes y el agua, en energa qumica (como por ejemplo, frutas y verduras); todas las cadenas alimentarias que sustentan la vida animal -incluso la nuestra- se basan en esta materia vegetal. La naturaleza tambin absorbe nuestros desechos y provee servicios fundamentales para la vida, tales como la estabilidad climtica y la proteccin contra las radiaciones ultravioletas. An ms, la naturaleza, es fuente de dicha e inspiracin. La figura 1.1 muestra como la vida humana est ntima-mente entretejida con la naturaleza, una conexin que a menudo olvidamos o ignoramos. Ya que la mayora de nosotros pasamos nuestras vidas en ciudades y consumimos bienes importados de todo el mundo, tendemos a experimentar la naturaleza meramente como una coleccin de atracciones o un lugar de recreacin, ms que la verdadera fuente de nuestra existencia y bienestar.

    Si queremos vivir en forma sustentable, debemos asegurarnos de que la productividad de la naturaleza no sea utilizada antes de que sta se pueda renovar, y que no se descarguen residuos ms rpidamente de lo que la naturaleza puede absorber. La creciente deforestacin, la erosin y contaminacin del suelo, el colapso de las pesqueras, la prdida de especies y la acumulacin de gases que provocan a su vez el efecto invernadero y deterioro de la capa de ozono, todos son fenmenos que nos indican que nuestras demandas actuales sobre la naturaleza estn comprometiendo nuestro bienestar futuro. A pesar de estas tendencias, la sociedad opera como si la naturaleza fuera una parte extensible de nuestra economa. Por ejemplo, la agricultura, la actividad forestal y la pesca son consideradas como meros sectores extractivos de la economa, y ya que tales actividades primarias contribuyen relativamente poco al Producto Interno Bruto (PIB) de la mayora de los pases industrializados, no son valorados como muy importantes. Esta perspectiva olvida que los productos de la naturaleza son indispensables para el bienestar humano, incluso si su importancia en la generacin de ingresos respecto del PIB es insignificante. De la misma forma, algunas personas reducen la conexin entre economa y ecologa a la

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  • contaminacin que amenaza directamente la salud humana (por ejemplo, la contaminacin atmosfrica). Sin duda, este problema es importante, pero el nfasis en la salud humana revela una comprensin ecolgica muy estrecha. Los requerimientos crecientes de la economa sobre la naturaleza ponen en peligro la capacidad del planeta en un nivel mucho ms fundamental. La sobreexplotacin y la generacin de desechos no slo reducen la productividad futura sino que pueden llevar a un colapso de los ecosistemas. Hasta el momento, este fenmeno ha sido confinado a niveles locales y regionales (ejemplos recientes de ello son la desertificacin en el Sahel africano y el deterioro de las pesqueras en el Atlntico Norte). Sin embargo, las crecientes evidencias de un cambio global representan una clara seal de alerta que nos indica que la actividad humana estara socavando los sistemas de soporte vital. La perspectiva de un cambio climtico significativo, con la amenaza potencial que representa para la produccin alimentaria y la seguridad de los asentamientos costeros, debera por s misma ser suficiente para forzar a la sociedad a adoptar una actitud menos negligente hacia el medio ambiente que nos sustenta (sin hablar de las 30 millones de otras especies).

    Qu es una Huella Ecolgica?

    Fig. 1.2: Vivir en un terrarrium. De qu tamao debe ser la semiesfera de vidrio para que la ciudad all contenida pueda sostenerse exclusivamente a partir de los ecosistemas all presentes?

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  • El anlisis de la Huella Ecolgica es una herramienta contable que nos permite estimar los requerimientos en trminos de consumo de recursos y asimilacin de desechos de una determinada poblacin o economa, expresados en reas de tierra productiva. Por ejemplo, esta herramienta nos permite hacer las preguntas siguientes: cun dependiente es la poblacin estudiada de sus importaciones de recursos desde afuera y de la capacidad de asimilacin de desechos de los bienes comunes a nivel global? Tambin necesitamos saber si la productividad de la naturaleza ser la adecuada para satisfacer las expectativas materiales crecientes de una poblacin mundial en aumento, en el transcurso del prximo siglo. Desde hace veinte aos William Rees ha enseado este concepto bsico a estudiantes de planificacin; desde 1990 ha sido desarrollado por Mathis Wackernagel y otros estudiantes trabajando con Bill en la Brigada para Comunidades Sanas y Sustentables de la Universidad de British Columbia.

    Para introducir la reflexin que se encuentra detrs del anlisis de la Huella Ecolgica, vamos a observar cmo nuestra sociedad percibe la cspide del logro humano, la ciudad. Si uno pide una definicin de ciudad, la mayora de las personas hablarn de una poblacin concentrada o de un rea dominada por edificios, calles y otros artefactos humanos (este es el medio ambiente construido del arquitecto); otros se referirn a la ciudad como a una entidad poltica con lmites definidos que contienen el rea sobre la que tiene jurisdiccin el municipio; otros pueden percibir la ciudad como una concentracin de facilidades culturales, sociales y educacionales que simplemente no seran posibles en un asentamiento ms pequeo; y finalmente, las mentes econmicas ven a la ciudad como a un nodo de intensos intercambios entre individuos y firmas y como el motor de la produccin y del crecimiento econmico.

    Indudablemente las ciudades estn entre los logros ms espectaculares de la civilizacin humana. En cada pas las ciudades sirven de centros sociales, culturales, comunicacionales y comerciales de la vida nacional. Pero algo fundamental est ausente de la percepcin popular de la ciudad, algo que hasta ahora ha sido considerado como tan seguro que simplemente ha escapado de nuestra conciencia.

    Podemos vislumbrar este elemento faltante procediendo a un ejercicio mental basado en dos simples preguntas, diseadas para forzar nuestra reflexin ms all de los lmites convencionales. Primero, imaginemos lo que ocurrira a cualquier ciudad moderna o zona urbana -Vancouver, Filadelfia o Londres-, definida por sus lmites polticos, el rea de terrenos construidos, o la concentracin de sus actividades socioeconmicas, si sta fuera encapsulada en una semiesfera de vidrio

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  • o plstico que dejara entrar la luz pero impidiera el ingreso o salida de objetos materiales de cualquier tipo (como, por ejemplo, el proyecto de Bisfera II en Arizona) (figura 1.2). La salud e integridad del conjunto del sistema humano as encapsulado dependera enteramente de lo que inicialmente estaba dentro de la semiesfera. Resulta obvio para la mayora de la gente que una ciudad en estas condiciones dejara de funcionar y sus habitantes moriran dentro de unos pocos das. La poblacin y la economa contenidas en la cpsula habran sido seccionadas de sus recursos vitales y sumideros esenciales, murindose de hambre y ahogndose al mismo tiempo! En otras palabras, los ecosistemas contenidos dentro de nuestro terrarrium humano imaginario tendran una insuficiente capacidad de carga para soportar la carga ecolgica impuesta por a poblacin humana all encerrada. Este modelo mental de un hemisferio de vidrio nos recuerda en forma abrupta la vulnerabilidad ecolgica permanente de la humanidad.

    La segunda pregunta nos impulsa a contemplar la realidad escondida, en trminos ms concretos. Asumamos que nuestra ciudad experimental est rodeada por un paisaje diverso en el que cultivos y pastizales, bosques y humedales todos los tipos de suelos ecolgicamente product ivos es tuvieran representados proporcionalmente a su abundancia actual en el planeta, y que hubiera disponibilidad de una cantidad adecuada de energa fsil para soportar los niveles actuales de consumo, utilizando la tecnologa prevaleciente. Imaginamos por otra parte que nuestra semiesfera de vidrio es elstica y extensible. En tal caso la pregunta es, por lo tanto, la siguiente: En cunto debera crecer el hemisferio para que la ciudad en l contenida pueda sostenerse, en forma indefinida y basndose exclusivamente en los ecosistemas de suelo/agua y recursos energticos existentes dentro de la cpsula? En otras palabras, cul es el rea total de tipos de ecosistemas terrestres, necesarios en forma continua para soportar el conjunto de las actividades sociales y econmicas llevadas a cabo por los residentes de la ciudad en sus labores cotidianas? Recuerden que el suelo con sus ecosistemas es fundamental para producir recursos, asimilar desechos y mantener sus mltiples e invisibles funciones de soporte vital. Recuerden tambin que, con fines de simplificacin, la pregunta tal como se hace no incluye el rea de suelos ecolgicamente productivos necesarios para soportar otras especies, independientemente de cualquier servicio que stas puedan proveer a los humanos.

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  • Para cualquier conjunto de circunstancias especificadas el presente ejemplo asume el nivel actual de poblacin, estndares materiales prevalecientes, tecnologas existentes, etc. debera ser posible producir una estimacin razonable del rea de agua/suelo necesaria para que la ciudad en cuestin se sostenga a s misma. Por definicin, el rea ecosistmica total esencialmente necesaria para la supervivencia de la ciudad corresponde de facto a su Huella Ecolgica en el planeta. Evidentemente la Huella Ecolgica de una ciudad ser proporcional tanto a su poblacin como a su consumo de materiales per cpita. Nuestras estimaciones revelan que para las ciudades industriales modernas el rea involucrada es varias veces ms amplia que el rea fsicamente ocupada por la ciudad. Claramente, tambin, la Huella Ecolgica incluye todos los suelos requeridos por la poblacin estudiada, cualquiera que sea el Jugar del planeta donde est situada. Ciudades modernas y pases enteros sobreviven en base a bienes ecolgicos y servicios, ya sea apropiados a partir de flujos naturales, ya sea adquiridos por el intermedio de transacciones comerciales desde el resto del mundo. Por lo tanto, la Huella Ecolgica representa tambin la correspondiente capacidad de carga apropiada total de una poblacin.

    Al revelar cuntos suelos son necesarios para soportar un determinado estilo de vida en forma indefinida, el concepto de la Huella Ecolgica revela la continua dependencia material de los seres humanos con respecto a la naturaleza. Por ejemplo, la tabla 3 del anexo (pg. 1 56) muestra la Huella Ecolgica de un canadiense promedio, es decir, la cantidad de suelos requeridos de la naturaleza para soportar el consumo actual promedio de un individuo. Este alcanza las 4,3 hectreas. Esto es un rea superior a tres manzanas en una ciudad. La columna de la izquierda muestra varias categoras de consumo y los ttulos de las columnas corresponden a las categoras de uso de suelos.

    La categora de suelos Energa utilizada en la tabla representa el rea que sirve como sumidero de carbono, necesaria para absorber el dixido de carbono emitido por el consumo per cpita de energa fsil (carbn, petrleo y gas natural), asumiendo que la estabilidad atmosfrica es una meta deseable. Alternativamente, esta entrada podra ser calculada acorde al rea de cultivos necesaria para producir un combustible biolgico equivalente en la actualidad, como el etanol, como substituto del combustible fsil. Esta alternativa produce an ms requerimientos de suelos de la categora Energa. La categora Suelos degradados significa que stos ya no estn disponibles para la

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  • produccin natural, ya que han sido pavimentados o utilizados para edificaciones. Ejemplos de los recursos en la categora Servicios son: el combustible necesario para calefacconar los hospitales o el papel y electricidad usados para producir un estado de cuentas bancario.

    Para usar la tabla 3 del anexo y encontrar la cantidad de suelo agrcola necesario para producir, por ejemplo, el alimento de un canadiense promedio, tendran que leer la fila de Alimentacin bajo las columnas Cultivos y Pastizales. La tabla muestra que se necesitan, en promedio, de 0,9 hectreas de huertos, cultivos y pastizales para mantener a un canadiense promedio. Tomen en cuenta que ninguna de las entradas en la tabla corresponde a un rea fija, necesaria o recomendada. Son simplemente nuestras estimaciones de la demanda ecolgica a inicios de los aos 90 para el promedio de los canadienses. Las Huellas Ecolgicas de individuos y economas en su conjunto varan de acuerdo a ingresos, precios y a los valores personales y sociales prevalecientes que afectan el comportamiento de los consumidores, as como a la sofisticacin tecnolgica, por ejemplo, el contenido energtico y material de los bienes y servicios.

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    Fig. 1.3: Qu es una Huella Ecolgica?Piensen en una economa como en un organismo con un metabolismo industrial. En este aspecto se puede comparar a una vaca en una pradera. La economa requiere comer recursos y eventualmente toda esta ingestin se transforma en desechos y debe salir del organismo la economa de nuevo. Por lo tanto, la pregunta es la siguiente: "Qu extensin debe tener la pradera para soportar esta economa, para producir todo su alimento y absorber todos sus desechos? Alternativamente, Qu extensin de suelo sera necesaria para soportar, en forma sustentable, el nivel de vida material actual de una economa determinada?

  • Y ahora qu? El contexto global?

    Nuestra economa atiende crecientes demandas que, a su vez, compiten con ofertas menguantes de los elementos bsicos para la vida. La Huella Ecolgica de cualquier poblacin puede ser usada para medir su consumo actual y proyectado, Comparndolo con la disponibilidad de la oferta ecolgica y as identificar los probables desfases entre ambos. De esta manera, puede asesorar a la sociedad en implementar las necesarias opciones en trminos de nuestras exigencias para con la naturaleza. Para poner esto en perspectiva, el suelo ecolgicamente productivo disponible para cada persona en el planeta ha disminuido en el transcurso del siglo pasado (figura 1.5). Hoy, existen slo 1,5 hectreas de suelo productivo por cada persona, incluyendo las reas silvestres que probablemente no deberan ser utilizadas para otros objetivos. En contraste, el rea de suelo apropiada por los habitantes de los pases ms ricos ha aumentado en forma continua. La Huella Ecolgica actual de un norteamericano promedio (4 a 5 hectreas) representa 3 veces la parte que le corresponde de la generosidad del planeta. Esto significa que si todos los habitantes del planeta vivieran de

    Fig. 1.4: Tu Huella Ecolgica. La Huella de un norteamericano promedio mide entre 4 y 5 hectreas, osea el equivalente a 4 manzanas de una ciudad

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  • acuerdo a los estndares de vida de un canadiense promedio o norteamericano, necesitaramos por lo menos tres planetas Tierra para proveer todos los materiales y energa que estamos utilizando (figura 1.6). Evidentemente, si la poblacin mundial contina creciendo de acuerdo a las proyecciones, se calcula que para e! ao 2040 habr 10 mil millones de personas, y cada una tendr menos de 0,9 hectreas de suelo ecolgicamente productivo, suponiendo que no se produjera ms degradacin de suelos. Estos nmeros se tornan particularmente interesantes cuando se examinan, para comparar, regiones geogrficas seleccionadas con el suelo que realmente consumen. Por ejemplo, en el anexo 3, estimamos la Huella Ecolgica del Valle de Fraser, al Este de Vancouver, cuya poblacin es de 1,8 millones de habitantes con una densidad por hectrea de 4,5 personas/h. Esta rea es mucho ms

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    Fig. 1.5: Nuestra Huella Ecolgica sigue creciendo mientras nuestras porciones de planeta Tierra per cpita siguen encogindose. Desde el principio de este siglo, el suelo ecolgicamente productivo disponible ha disminuido desde ms de 5 hectreas a menos de 1,5 hectreas por persona en 1 994. En e mismo perodo, la Huella Ecolgica del estadounidense promedio se ha incrementado a ms de 4 hectreas. Estas tendencias contradictorias representan un conflicto fundamental: las demandas ecolgicas de los ciudadanos promedio de los pases ricos, exceden la oferta per cpita en un factor de 1 a 3. Esto significa que el planeta no podra soportar ni siquiera la poblacin actual de ms de 6 mil millones de personas, en forma sustentable, si stas adoptaran los estndares materiales de los norteamericanos.

  • Fig. 1.6: Se busca: Dos planetas (fantasmas). Si cada uno de nosotros viviera como los norteamericanos de hoy, serta necesario tener al menos dos planetas adicionales para producir los recursos, absorber los desechos y en alguna forma mantener los servicios de soporte vital. Desafortunadamente, buenos planetas son difciles de encontrar....

    pequea que la extensin requerida para abastecer a la poblacin en recursos ecolgicos. Si una persona promedio en este valle necesita 4,4 hs (tabla 3.3), entonces el valle de Fraser depende de un rea 19 veces ms grandes que la que se encuentra dentro de sus lmites, para la produccin de comida, productos forestales, asimilacin de dixido de carbono y produccin de energa (figura 3.5). De la misma forma, Holanda tiene una poblacin de 15 millones de personas, o sea 4,4 personas/h, y aunque los holandeses consumen en promedio menos que los norteamericanos, requieren an 15 veces ms tierra que la que tienen dentro de su propio pas, para producir alimentos, productos forestales y energa (figura 3.8, recuadro 3.4). Dicho de otra forma, los ecosistemas que realmente soportan las regiones tpicamente industriales se extienden mucho ms all de sus fronteras polticas o geogrficas.

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  • Un mundo sobre el que cada uno de nosotros impone una Huella Ecolgica desmesuradamente grande no ser sustentable la Huella Ecolgica de la humanidad en su conjunto debe ser menor que la superficie ecolgicamente productiva del planeta. Esto significa que si cada regin o pas fuera estimulando su poblacin a seguir el ejemplo econmico del Valle de Fraser o de los Pases Bajos, utilizando la tecnologa existente, estaramos todos en peligro de tener que enfrentar un colapso global ecolgico. La nocin de que el estilo de vida de los pases industrializados no puede ser extendido en forma inclume, a cada uno de los habitantes del planeta, puede perturbar a algunos. Sin embargo, ignorar simplemente esta posibilidad perpetuando ciegamente los enfoques tradicionales respecto del desarrollo econmico, invita tanto a la catstrofe ecolgica como al caos geopoltico. Reconocer que no todos pueden vivir de la misma forma que los habitantes de los pases industrializados de hoy no es lo mismo que argumentar que los pobres deben permanecer pobres. Significa que debe haber ajustes en todas partes, y, si nuestro anlisis ecolgico es correcto, continuar en el camino actual del desarrollo implicar ms impactos para los ms pobres. Una fe ciega en el sueo expansionista de la abundancia no har que se realice este sueo al contrario nos aleja del camino del aprendizaje respecto de vivir de acuerdo a los medios de la naturaleza, y en ltimo trmino se vuelve ecolgica y socialmente destructivo.

    El doctor Pie de Pgina explicaVarios crticos han levantado objeciones razonables respecto de

    algunos aspectos del concepto de Huella Ecolgica. En esta seccin, el consejero en sustentabilidad, el Doctor Pie de Pgina, comenta algunos de estos temas.

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  • El poder de la cienciaCientfico analtico:La Huella Ecolgica pretende

    demasiado. Por ejemplo, a pesar de aos de investigaciones detalladas y sistemticas, an no sabemos cmo funcionan organis mos simples (ya sean bacterias o ballenas azules), y menos cmo in te rac tan . Noso t ros , los cientf icos, t rabajamos con modelos, pero stos a su vez son simplificaciones extremas, y nunca podemos comprobar que son adecuados. Lo mximoque podemos hacer es comprobar que no son adecuados. Como buenos cientficos, debemos reconocer nuestra inmensa ignorancia frente a la naturaleza. Debemos ser humildes. Por lo tanto, cmo pueden afirmar que es posible reducir las complejas interacciones entre las personas y la naturaleza a un asunto de hectreas?

    Doctor Pie de Pgina:Tiene razn. La Huella Ecolgica no cuenta toda la historia. Sin

    embargo, si bien es cierto que mucha gente tiene sed de verdad absoluta, es ms relevante preguntarse si el conocimiento que utilizamos es compatible con los fenmenos que estamos observando. El conocimiento debe ser apropiado a las tareas que nos proponemos. Por ejemplo, las leyes mecnicas de Newton fueron suficientes para permitirnos volar hacia la luna, a pesar de sus falencias respecto de la teora de la relatividad de Einstein. No conocer algo con certeza no debera detenernos para tomar acciones o contra-acciones. Hay que

    evitar la parlisis que surge del anlisis y mejor equivocarse del lado seguro. Tenemos que predicar precaucin donde surjan potenciales peligros, incluso si no conocemos la naturaleza exacta de ellos.

    El modelo de la Huella Ecolgica puede ser simple; como todo modelo ecolgico, no representa todas las posibles interacciones. Sin embargo, estima la cantidad mnima de suelos

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  • necesarios para proveer los flujos energticos y materiales requeridos por la economa. No miramos la contaminacin ms all del dixido de carbono. Ms bien, nuestros clculos actuales de la Huella Ecolgica subestiman la carga humana sobre la naturaleza.

    Incluso as, nuestros clculos muestran que los humanos han sobrepasado la capacidad de carga del planeta y que algunas personas contribuyen significativamente ms que otras en este proceso. Por supuesto, uno puede cuestionar incluso el hecho de que la Huella Ecolgica de la humanidad corresponda prcticamente al tamao del planeta Tierra. Slo una Huella Ecolgica ms chica otorga una cierta capacidad de resiliencia frente a cambios globales. En todo caso, el exceso ecolgico de hoy slo puede ser temporal y significa un costo alto para el futuro.

    En sntesis, posiblemente no sabemos exactamente cmo funciona la naturaleza, pero usando leyes fundamentales y relaciones conocidas podemos hacer clculos tiles (subestimaciones de las demandas humanas. Posiblemente no son lo suficientemente precisas para un buen manejo de la naturaleza pero proveen lneas de accin y desafos para lograr un buen manejo de nosotros mismos en una forma ecolgica y ms responsable socialmente.

    La sabidura del mercado El Empresario:Las tendencias son claras. El ingreso global est aumentando ms

    rpidamente que la poblacin humana. La produccin agrcola ha incrementado porque responde a una demanda creciente. La vida en el planeta nunca ha sido mejor. Si tenemos problemas ambientales, es slo porque existe una definicin muy pobre de los derechos de propiedad o que los precios no reflejan los costos verdaderos. Una vez que tengamos precios adecuados, la Mano Invisible se preocupar de estos problemas. Los precios son la forma ms efectiva de indicar a las personas qu es lo que hay que hacer y qu es lo que no hay que hacer y las interferencias del gobierno deben ser mnimas. Las necesidades de la sociedad sern as satisfechas en la medida que las personas persigan sus intereses individuales.

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  • Doctor Pie de PginaTiene razn hasta cierto punto. Cuando los bienes y servicios de la

    naturaleza son subvalorados, stos se sobreutilizan y sobreexplotan y la Mano Invisible, que supuesta-mente debera equilibrar el mercado, se transforma en el Codo Invisible desestabilizador. Por lo tanto, ajustar los precios por el intermedio de im-puestos al agotamiento de recursos y a la contaminacin, puede ser efectivo en reducir las actividades que son ecolgicamente destructoras. Sin embargo, la Mano Invisible a menudo depende de la Huella Ecolgica para hacer funcionar sus

    poderes mgicos. El anlisis de la Huella Ecolgica puede ayudarnos a tomar en cuenta los verdaderos costos sociales asociados al crecimiento porque hace visible muchos impactos frente a los que el anlisis monetario tradicional est usualmente ciego. Pero seamos realistas, el mercado libre no resolver todos nuestros problemas. No todo lo que tiene valor puede (o debe) ser privatizado y no todos los servicios de la naturaleza pueden ser cuantificados, menos an valorizados en trminos monetarios (Cul es el precio de mercado de un clima estable y predecible? Cunta capa de ozono es suficiente?). De hecho, muchas decisiones en torno a personas, recursos y la ecsfera seguirn basndose en una informacin cientfica parcial y juicios polticos. Incluso incentivos econmicos como los impuestos al agotamiento de recursos y derechos transables de contaminacin requieren la intervencin del gobierno en la economa.

    A propsito, no hay inconsistencia entre sus tendencias econmicas globales y el anlisis de la Huella Ecolgica. Mayores ingresos implican mayor acceso a los recursos y a su vez mayores Huellas Ecolgicas para la minora privilegiada. Sin embargo, la superabundancia de hoy no garantiza ni siquiera poseer lo adecuado para maana. Mucho de nuestro ingreso actual se deriva de la liquidacin de capital natural. Nuestras Huellas Ecolgicas se expanden incluso cuando el suelo sobre el cual estamos parados se encoge bajo nuestros pies.

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  • La doctrina del libre comercioEl piloto:Parec iera que la Huel la

    Ecolgica cuestiona el valor del comercio. No quiero volver a la Edad Media! El comercio beneficia a todos. Por ejemplo, en Amrica del Norte, no podemos cultivar caf ni pltanos, a su vez los exportadores de caf y pltanos probablemente no pueden producir computadores o cultivar trigo. Tambin es ms eficiente econmicamente si se produce en los lugares donde sea ms ecolgicamente eficiente. Por ejemplo, no es un disparate cultivar tomates de invierno en invernaderos calefaccionados en Canad en vez de importarlos desde California o Mxico.

    Doctor Pie de Pgina:El anlisis de la Huella Ecolgica no est en contra del comercio per

    se. Sin embargo, si se examina el comercio a travs de lentes ecolgicos y se revelan sus consecuencias ambientales. Cuando los economistas hablan de balances comerciales, se refieren slo a los flujos monetarios, no a los flujos ecolgicos. De hecho, algunas reas, en forma constante, renuncian a la productividad ecolgica, mientras otras exigen continuamente ms. Por ejemplo, Hong Kong, Suiza y Japn, que poseen balanzas comerciales en dlares positivas, proveen poca productividad ecolgica al mundo, a la vez que importan gran parte desde otros lugares del planeta para mantener sus altos niveles de consumo. Afortunadamente, no todos pueden ser importadores netos de bienes y servicios ecolgicos. A escala global, para cada importador debe existir

    un exportador. Esto implica que incluso si la mayora de los pases en desarro llo intentan seguir el desarrollo de lugares como Japn, Hong Kong o Suiza, es fsicamente imposible que todos ellos tengan xito.

    Extender el comercio mundial lleva a un incremento de los flujos de recursos globales, lo que a su vez estimula la produccin econmica to-tal y acelera el agotamiento de las riquezas naturales

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  • del planeta y hay otros problemas. Las personas que viven de bienes ecolgicos importados desde lejos (y de funciones ecolgicas comunes, tales como el control del clima, el que est compartido entre todos) estn espacial y psicolgicamente desconectados de los recursos que los sustentan. Pierden todo incentivo directo respecto de conservar sus propios recursos locales y no intervienen en el manejo de las fuentes distantes de recursos. De hecho, pueden permanecer tranquilamente inconscientes tanto de los efectos ecolgicos como sociales de los trminos prevalecientes del intercambio. Los mtodos modernos de produccin, debido a su carcter intensivo, no slo aceleran el agotamiento y contaminacin del campo y de los bosques, ms an los beneficios de los incrementos de productividad se distribuyen en forma inequitativa, en particular en los pases de bajos ingresos. Los que necesitan el ingreso suelen verse desplazados de sus tierras, cediendo el espacio para cultivos de exportacin, mientras que las ganancias fluyen hacia los que ya tienen ms que suficiente. En sntesis, en un mundo donde la economa global ya est ejerciendo una presin sobre los lmites ecolgicos y donde la pobreza azota a mil millones de personas, no necesitamos libre comercio, sino redefinir los trminos para que el intercambio incentive la rehabilitacin del capital natural y dirija los beneficios de las actividades exportadores hacia los que ms los necesitan.

    El futuro inciertoLa vidente:El anlisis de la Huella

    Ecolgica pretende leer el futuro. Pero las predicciones y las extrapolaciones s iempre son inciertas. Lo nico que sabemos sobre el futuro es que probablemente ser distinto de lo que pensamos que ser. Incluso yo tengo problemas para leer el futuro en mi bola de cristal .................

    Dr. Pie de Pgina:El anlisis de la Huella Ecolgica no es una herramienta predictiva.

    Es una cmara ecolgica que toma una foto de nuestras demandas actuales sobre la naturaleza. Extrapolaciones de lo que ser la poblacin mundial y los flujos de recursos en el ao 2040 sugieren que existen serias barreras biofsicas en el camino que estamos siguiendo hacia el desarrollo, pero los nmeros no predicen la forma en que van a ocurrir las cosas. Ms bien miden la brecha de sustentabilidad que la sociedad,

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  • de una forma u otra, tiene que cerrar para alcanzar un futuro estable. En sntesis, el anlisis de la Huella Ecolgica puede mostrar en cunto tenemos que reducir nuestro con-sumo, mejorar nuestra tecnologa o cambiar nuestro comportamiento para alcanzar la sustentabilidad. Puede revelar tambin y muy grficamente la desigualdad material crnica que persiste entre los pases de altos y de bajos ingresos hoy. Y

    ms importante an, el anlisis de la Huella Ecolgica sugiere algunas de las formas de iniciar el cambio hacia a sustentabilidad y cules de estas medidas proporcionan el mayor aliciente. Lo volvemos a repetir, esta herramienta no es un telescopio que lee en el futuro, sino una forma de visualizar las consecuencias de las tendencias actuales y valorar escenarios alternativos del tipo qu pasara si..., en el camino hacia una mayor sustentabilidad.

    La obsesin tecnolgica El Robot:Por miles de aos la gente ha estado preocupada por la posibilidad

    de quedar sin tierras o sin recursos. Pero no, la revolucin tecnolgica ha incrementado la abundancia y generado la disminucin de los precios de los bienes y servicios. Gracias a la tecnologa, un simple granjero produce ms que lo que producan 200 granjeros hace 200 aos. Gracias a la tecnologa, millones de personas en Norte Amrica viven una vida ms cmoda, son ms sanas, se sien-ten ms seguras y comen incluso mejor que lo que los reyes y reinas podran haber soado hace unos cientos de aos atrs.

    Quin podra haber anticipado la revolucin computacional? Quin puede anticipar los beneficios futuros de la ingeniera gentica? Durante los ltimos 200 aos, la tecnologa ha respondido

    La tecnologa lopuede arreglar.

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  • exitosamente a los desafos del crecimiento. Confrontados con problemas, los seres humanos siempre encuentran una solucin. Nuestro principal recurso es la mente humana y el potencial de innovaciones no tiene lmites. Basta pensar en los avances en el campo de la medicina, transporte y telecomunicaciones. Por qu no seramos capaces de resolver cualquier problema en el futuro?

    Dr. Pie de Pgina:El anlisis de la Huella Ecolgica no cuestiona la importancia de las

    innovaciones tecnolgicas. De hecho, la tecnologa tendr un rol mayor en el camino hacia la sustentabilidad. Si realmente queremos construir una economa 5 o 10 veces el tamao del actual (cono lo sugiere el Informe Brundtland), entonces necesitamos tecnologas que nos hagan de 5 a 10 veces ms eficientes en el uso de recursos. Algunos analistas ya se refieren a esto con el nombre de la economa del factor 10 (ver captulo 4).

    Claramente, es esencial mejorar nuestras tecnologas. Incluso cosas simples como calentadores de agua solares o un mejor aislamiento de las casas puede reducir nuestra Huella sin comprometer nuestros estndares de vida. Sin embargo, mantengan presente que muchas innovaciones tecnolgicas no han reducido nuestro uso de recursos, simplemente han sustituido el trabajo por ms capital (recursos y mquinas). Por ejemplo, mientras la agricultura moderna tiene una produccin mayor por granjero que la agricultura tradicional, necesita mucho ms energa, materiales y agua por unidad de cultivo producida (como en el ejemplo de los tomates descrito en el captulo 3). De la misma manera, en las circunstancias actuales, los beneficios que surgen a partir de una mayor eficiencia tecnolgica a menudo incentivan un incremento del consumo los automviles ms eficientes son ms econmicos y por lo tanto se usan ms a menudo. De hecho, a pesar de los incrementos en eficiencia, el consumo total de energa de la mayora de los pases industriales ha aumentado en los ltimos aos. En este contexto, la Huella Ecolgica puede ser una buena unidad para medir el progreso hacia la sustentabilidad. Las nuevas tecnologas aumentan o reducen la demanda que imponemos a la naturaleza? Depende; si las nuevas tecnologas reeducen nuestra Huella Ecolgica, deben verse

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  • acompaadas de medidas polticas de manera de asegurar que los aumentos en la eficiencia no sean redirigidos hacia formas alternativas de consumo.

    La mantra del optimismoEl optimista:El anlisis de la Huella Ecol-

    gica es deprimente. Pinta una imagen plomiza del futuro. tas personas como ustedes parecen tener una afinidad con las visiones apocalpticas. Estas visiones han existido a lo largo de la historia de la humanidad pero nunca han sido acertadas. Por qu no miran el lado bueno de la vida? Detnganse a oler las rosas y disfrutemos de un buen momento.

    Dr. Pie de Pgina:Reconocer que la naturaleza posee una capacidad finita no es ser

    pesimista, slo realista. Deja espacio para tomar decisiones ms sabias. Ignorar estas limitaciones bsicas sera poner en peligro el bienestar futuro. El anlisis de la Huella Ecolgica parte de la premisa de que la humanidad debe vivir dentro de su capacidad de carga. Tambin sostiene que si elegimos sabiamente incluso sera posible mejorar nuestra calidad de vida. Estamos preocupados porque la forma en que vivimos hoy en el planeta es autodestructora. La Huella Ecolgica es una herramienta que

    facilita el aprendizaje sobre las limitaciones ecolgicas y sobre cmo desarrollar un estilo de vida sustentable. Mientras antes empiece la humanidad a actuar frente a los nuevos desafos, ms fcil ser hacerlo.

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  • El crecimiento de los lmitesEl productor de energa:La energa es la fuerza motriz de

    la empresa humana. Si tenemos suficiente energa, podemos hacer lo que queramos: limpiar el medio ambiente, irrigar los desiertos, cons-truir redes de transporte rpido, energetizar invernaderos altamente productivos basta decirlo. La escasez ecolgica de hoy es slo temporal. No va a pasar mucho tiempo antes de que desarrollemos fuentes ilimitadas de energa. La energa de la fusin es promisoria y apenas hemos tocado el potencial del poderde la fisin convencional. Imaginen el potencial si llegamos a utilizar toda la energa de las mareas y la energa solar que siguen sin uso hoy.

    Dr. Pie de Pgina:Algunos esperan que la humanidad ser capaz de dominar fuentes

    ilimitadas de energa. De hecho, ya estamos dotados de una fuente gigantesca de energa: el sol manda el equivalente de 175.000 terawatts hacia nuestro planeta, comparado con los 10 terawatts apenas de la energa asociada al comercio, principalmente energa fsil, utilizada en la economa humana. Sin embargo, imaginen el impacto de una fuente ilimitada de energa, si no fuera utilizada sabiamente o restrictivamente. Ya hemos desgastado gran parte del planeta slo con 10 terawatts! Una energa barata e ilimitada slo servira para extender an ms las actividades humanas, depredando otros stocks de recursos naturales hasta toparse con un nuevo y probablemente ms severo factor

    limitante. Puede ser que esta vez no sean los recursos energticos sino la capacidad de asi milacin de desechos de nuestro planeta, la que llegue a ser limitante. Por ejemplo, antes solamos estar preocupados de quedar sin combustibles fsiles, sin embargo hoy los cientficos se dan cuenta de que los sumideros de CO 2son an ms escasos (ya estn llenos y no pueden absorber ms Co ).2

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  • 43

    Claro que, utilizada con las precauciones de rigor, la tecnologa puede ayudar a sobrepasar la escasez ecolgica. De hecho, trasladarse hacia una economa solar puede ser la estrategia ms promisoria para reducir nuestra Huella Ecolgica. La energa solar, como todo lo que requiere de equipamiento, ser ms cara, luego la utilizaremos mejor. No obstante, con una economa solar deberamos ser capaces de asegurar una mejor calidad de vida en el futuro.

    Planificando un futuro sustentable

    La Huella Ecolgica es una herramienta que nos ayuda a planificar la sustentabilidad. No slo discute preocupaciones globales, como el deterioro ecolgico y la desigualdad material, tambin vincula estas mismas preocupaciones a la toma de decisin individual e institucional. Es necesario afinar esta herramienta para utilizar su completo potencial en la toma de decisiones diarias de los planificadores. Sin embargo, ya ha sido aplicada a ms de 20 situaciones distintas, incluyendo las que se presentan como ejemplos en este libro. En estas aplicaciones, que se extienden desde la educacin ambiental en terreno para nios hasta proyectos para municipios, el anlisis de la Huella Ecolgica ya est ayudando, en Canad y en otros pases, a encarar los temas de la sustentabilidad y sus soluciones.

    El deterioro ecolgico y la injusticia social pueden ser revertidos, si existen miles de herramientas conceptuales y de ideas inspiradoras sobre cmo planificar un mundo ms resguardado y ms seguro. La Huella Ecolgica es una de tales herramientas. Nos ayuda a entender tanto la situacin presente como las implicancias de nuestras opciones de polticas.

    El anlisis de la Huella Ecolgica ayuda a visualizar las cosas desde una amplia perspectiva. Volviendo a una imagen que hemos utilizado previamente, interpretamos la Huella de una ciudad como el rea total que debera estar encerrada con la ciudad bajo una cpsula de vidrio, de manera de poder sostener los patrones de consumo de los habitantes de esta ciudad. Incluso sin datos actualizados, esta imagen mental ilustra una realidad importante: como resultado de las altas densidades de poblacin, el rpido aumento en el consumo per cpita de energa y material, as como la creciente dependencia respecto del comercio (todo lo cual se ve facilitado por la tecnologa,), los emplazamientos ecolgicos de los asentamientos humanos ya no coinciden ms con sus emplazamientos geogrficos. Las ciudades modernas y las regiones industriales dependen para su supervivencia y crecimiento de un amplio

  • y progresivamente ms global conjunto de suelos, compuestos de tierras ecolgicamente productivas.

    Lo irnico en esto es que muchos autores de ciencia ficcin han evocado tambin la imagen de una ciudad encapsulada pero en ciencia ficcin, usualmente este elemento es necesario para aislar y proteger el hbitat humano de un medio ambiente externo hostil. Al contrario, nuestro experimento enfatiza, que sin acceso libre al medio ambiente, es el hbitat humano, as aislado, que se vuelve hostil a la vida humana!

    Pensar en aquella ciudad encapsulada nos obliga a considerar no slo todas las formas en que seguimos dependientes de la naturaleza, sino tambin en todos los modos de reducir el impacto negativo de los humanos sobre los sistemas que nos sustentan. Por ejemplo, asuman por un momento que su ciudad o comunidad est confinada en un terrarium humano, tal como fue descrito anteriormente. Eso es, la semiesfera que contiene su ciudad est adecuada justamente para sostener a la poblacin presente, dado los estndares materiales prevalecientes. Ahora pregntense a qu se parece el proceso de planificacin y los reglamentos de uso de suelos en esta cpsula urbana? Qu clase de procesos de toma de decisin habra y quines estaran involucrados? Qu costos del desarrollo que hoy estamos ignorando, en la actualidad se vuelven repentinamente importantes? Qu criterios podran prevale-cer para decidir entre los intereses privados y el bien comn? Para hacer de esta reflexin un ejercicio realmente interesante y ms concreto, comparen el proceso de planificacin deseado y el rgimen legal con el que se est planificando hoy da en su comunidad. Por qu son diferentes? Estas diferencias tendrn ms sentido si consideramos que la ecsfera no es sino una gran cpsula que contiene el conjunto de la familia humana? Los captulos siguientes parten de estas preguntas para explicar cmo el concepto de la Huella Ecolgica contribuye a construir una sociedad ms sustentable.

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  • Fig. 1.7: Caminos que podemos elegir. Qu tipo de futuro les gustara y cmo podemos alcanzarlo?

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  • 2 HUELLAS Y SUSTENTABILIDAD

    La confusin sobre el significado de sustentabilidad y su importancia han obstaculizado el progreso hacia su logro. Esta confusin no es totalmente inocente, a veces refleja la voluntad de desdibujar ciertos temas y conflictos de intereses, mientras que otras veces es producto de temores genuinos. En este captulo, intentamos desenredar esta confusin; argumentamos que la sustentabilidad es un concepto sencillo, al menos conceptualmente, y sugerimos que evaluar las implicancias del modelo de la Huella Ecolgica nos ayuda a entender al menos las demandas ecolgicas en pro de una sociedad sustentable.

    El debate sobre la sustentabilidad: Un concepto sencillo que lleva a estrategias contradictorias

    El desafo de la sustentabilidadDesde que se public La primavera silenciosa (Silent Spring) de

    Rachel Carson en 1962, una literatura en aumento ha expresado la preocupacin de que la ecsfera, nuestro sistema de soporte vital, est siendo depredada a una tasa acelerada. La lista de amenazas al sistema de soporte vital al que estamos arraigados es abrumadora: los desiertos estn avanzando hacia las reas ecolgicamente productivas, a una tasa de 6 millones de hectreas por ao; la deforestacin reclama anualmente ms de 17 millones de hectreas; la oxidacin y erosin de los suelos exceden la formacin de suelos por 26 mil millones de toneladas por ao; las pesqueras estn colapsando; la disminucin y contaminacin de las aguas subterrneas se acelera en muchos lugares del mundo; hasta 17.000 especies desaparecen cada ao; a pesar de las acciones correctivas, el ozono estratosfrico contina deteriorndose; las sociedades industriales han aumentado las emisiones de dixido de carbono atmosfrico en 28 por ciento. Todas estas tendencias son el resultado de ya sea la sobreexplotacin (el consumo excesivo) o la

    1generacin excesiva de desechos . Como todo lo que consumimos en

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  • algn momento alimenta el flujo de desechos, simplificando al extremo, podemos decir que el transflujo de energa y material de la economa humana est ms all de sus lmites seguros.

    Al mismo tiempo, muchas personas ni siquiera pueden satisfacer sus necesidades ms bsicas. Como lo vimos en la Introduccin, un 20 por ciento de la poblacin humana disfruta de una riqueza sin precedentes, incluyendo la mayora de la gente del Norte. Sin embargo, el 20 por ciento que percibe 1,4 por ciento de los ingresos globales padece condiciones de desnutricin recurrente. Esta segregacin, acentuada de acuerdo al gnero y la etnia, va ms all del ingreso. El hecho de que en 1990, slo 3,5 por ciento de los ministros del mundo eran mujeres y que 93 pases no tenan ministros mujeres, son

    2sntomas de una desigualdad social mucho ms profunda .Personas preocupadas por el tema han recomendado un uso ms

    responsable y equitativo de la ecsfera a lo largo del siglo XX; sin embargo, no fue hasta el ao 1987 que el informe de La Comisin Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas (CMMAD) (tambin conocido como Informe Bruntland), Nuestro futuro comn, populariz la idea del desarrollo sustentable. Los efectos sociales y ecolgicamente destructivos del enfoque de desarrollo prevaleciente han llegado finalmente a representar un tema serio en la agenda poltica.

    El punto de partida del trabajo de la Comisin Brundtland fue su reconocimiento de que el futuro de la humanidad estaba amenazado. Nuestro futuro comn comienza con esta declaracin:

    La Tierra es una, pero el mundo no lo es. Todos dependemos de una sola Biosfera para el mantenimiento de nuestras vidas. Pero cada comunidad, cada pas, intenta sobrevivir y prosperar sin prestar mucha atencin a los impactos que genera sobre los dems. Algunos consumen los recursos de la Tierra a una tasa que poco dejar a las generaciones futuras. Otros, muchos ms en cantidad, consumen demasiado poco y viven con la perspectiva del hambre, la miseria, la enfermedad, y la

    3muerte prematura.

    Para una discusin ms detallada de estas tendencias, consultar el anual State of the World y Vital Signs del Worldwatch Institute (NY: W.W. Norton) o el bianual World Resources del World Resources Institute, UNEP y UNDP (NY: Oxford University Press).?Worldwatch Institute, Vital Signs (NY; W.W. Norton, 1995)?The World Commision on Environment and Development (WCED) fue presidida por el Primer Ministro Noruego Gro Harlem Brundtland. La declaracin de apertura es de la pgina 27 y la definicin de desarrollo sustentable, de la pgina 43 de su informe, Our Common Future (NY: Oxford University Press, 1987).

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  • Para enfrentar los desafos del sobreconsumo por un lado y la pobreza por el otro, la Comisin hizo un llamado en pro de un desarrollo sustentable, definido como ....un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

    Fg. 2.1: Uso Sustentable: La Analoga del Balde de Agua.Imagina un balde que est siendo llenado con agua a un flujo constante. El agua en el balde son las existencias de capital que pueden ser retiradas tan rpidamente como el balde est siendo llenado. Este balance de la cantidad de extraccin es una forma de renta sustentable. De manera similar, la naturaleza es un balde que est continuamente rellenndose por el sol: la fotosntesis produce material vegetal, las bases para todo el capital biolgico de casi todas las otras formas de vida; y los ciclos climtico, hidrolgico y otros biofsicos son tambin alimentados por el sol. La sustentabilidad implica que el capital natural debe ser usado no ms rpidamente de lo que pueda ser regenerado (derecha). No obstante, el comercio y la tecnologa han posibilitado a la humanidad explotar progresivamente la naturaleza ms all de los lmites sustentables, as es que el consumo presente excede la renta natural (el inters de nuestro capital). Esto deja a la siguiente generacin con el capital degradado y un potencial productivo menor, a pesar de que las expectativas de poblacin y material aumentan (izquierda).

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  • En otras palabras, la Comisin reconoci que el imperativo econmico convencional de maximizacin de la produccin econmica ahora debe estar restringido o quizs, debemos decir aumentado por un imperativo ecolgico de proteccin de la ecsfera y un imperativo social de minimizacin del sufrimiento humano, hoy y en el futuro. Por primera vez, el medio ambiente y la equidad se transformaron en variables explcitas en la ecuacin del desarrollo. El desarrollo sustentable, por lo tanto, depende tanto de la reduccin de la destruccin ecolgica (principalmente limitando el transflujo energtico y material de la economa humana) como del mejoramiento de la calidad de la vida material de los pobres del mundo (mediante la liberacin del espacio ecolgico necesario para mayor crecimiento de los pases en vas de desarrollo y asegurando que los beneficios fluyan donde ms se necesitan).

    Partiendo de la definicin Brundtland, argumentamos que, conceptualmente, la sustentabilidad es un concepto sencillo: implica vivir en forma cmoda en trminos materiales y en paz unos con los otros dentro de los lmites de la naturaleza. A pesar de esta simplicidad aparente, sin embargo, no existe consenso sobre las implicancias polticas del concepto (vase el Recuadro 2.1). Algunas personas no estn convencidas de que haya efectivamente una crisis de sustentabilidad, mientras que otras temen lo que podra implicar reconocer que s la hay.

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  • RECUADRO 2.1:

    Sustentabilidad y Desarrollo Sustentable: Algunas 4Aclaraciones

    La necesidad que posee la humanidad de vivir con equidad dentro de los lmites de la naturaleza, subyace en la mayora de las definiciones de desarrollo sustentable, empezando con el llamado, ampliamente aceptado, de la Comisin Brundtland, de ...[satisfacer] las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Sin embargo, a pesar del amplio reconocimiento de los sntomas ecolgicos y sociales del problema, las interpretaciones del desarrollo sustenlable y sus implicaciones son contradictorias, incluso dentro del mismo informe de la Comisin Brundlland.

    Una de las razones que motiva la existencia de interpretaciones contradictorias del mensaje fundamental de la sustentabilidad, es obvia el trmino desarrollo sustenlable es por s mismo engaoso y ambiguo. Muchas personas se identifican ms con la parle sustentable y escuchan un llamado hacia la transformacin social y ecolgica, un mundo de estabilidad ambiental y justicia social. Otras se identifican ms con desarrollo y lo interpretan como un crecimiento ms sensible, una versin reformada del estatus quo. Sharachchandra Ll escribe que las varias interpretaciones del desarrollo sustentable se deben no a la mala comprensin, sino a las diferencias ideolgicas y renuencia de muchos en reconocer las implicaciones del mensaje subyacente. La imprecisin intencionada del concepto, an definido por Brundtland, es un reflejo de la poltica del poder y el regateo poltico, y no una manifestacin de una dificultad intelectual inalcanzable. Michael Redclift comenta que ...si no estamos preparados para cuestionar nuestros supuestos, tanto sobre desarrollo como sobre medio ambiente y dar efecto

    (Contina en Pg. siguiente)

    ?Definiciones de Sustentabilidad son discutidas en Sharachchandra M. Ll, Development: Critical Review Vol. 19, N 6 (1991): 607-621; en el anexo de David, Anil Markandya y Edward Barbier, Blueprint for a Green Economy (London: Earthscan Publications, 1989); y en William E. Rees, Defining Sustainable Development (The University of British Columbia, Vancouver: Centre for Human Settlements Publications, 1989). Adems ver Hermas E. Daly, Elements of Environmental Macroeconomics en Robert Costanza, ed., Ecological Economics: The Science and Management of Sustainability (NY: Columbia University Press, 1991) Lester W. Milbrath, Envisioning a Sustainable Society: Learning Our Way Out (Albany, NY; State University of New York Press, 1989); y Michael Redclift, Sustainable Development: Exploring its Contradictions (London: Methuen & Co., 1987).

    Sustainable World Development

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  • poltico a las conclusiones a las cuales llegamos, se mantendr la realidad de un desarrollo no sustentable....

    Como se sugiere anteriormente, parte de la confusin en torno al desarrollo sustentable surge del fracaso generalizado para distinguir entre desarrollo real y mero crecimiento. El economista Hermn Daly aclara esta diferencia definiendo el crecimiento como un incremento en tamao mediante el aumento material, mientras que el desarrollo es la realizacin de un potencial ms amplio y completo. En resumen, el crecimiento significa llegar a ser ms grande mientras el desarrollo significa llegar a ser mejor. Para Daly, entonces, el desarrollo sustentable es un mejoramiento social progresivo sin crecer ms all de la capacidad de carga ecolgica. Este autor considera el crecimiento sustentable como una contradiccin que carece de sentido. Buscar sustentabilidad puede realmente requerir de una reduccin del transflujo econmico agregado, mientras otorga ms posibilidades de consumo a los ms pobres.

    Hay otras ambigedades escondidas en el desarrollo sustentable. El trmino se refiere a: a) las condiciones necesarias para vivir sustentablemente (una meta o un estado); b) la forma sociopoltica de lograr la meta (un proceso de planificacin); o c) estrategias especficas para resolver problemas presentes (soluciones parciales). La inhabilidad de clarificar cmo el trmino est siendo usado en un contexto especfico, puede producir un malentendido infructuoso. A algunos odos, el trmino desarrollando sustentabilidad es menos ambiguo y se prefiere al trmino desarrollo sustentable.

    Por supuesto, si los cientficos estn en lo correcto (y creemos que lo estn), las consecuencias de no reconocer los lmites materiales de la economa son ms aterradoras que cualquiera otra transformacin involucrada por el cambio hacia una real sustentabilidad. Nuestro estilo de vida cada vez ms global y consumista viviendo corno si la naturaleza no tuviera factores biofsicos limitantes, no solamente socava las funciones globales de soporte vital sino que amenaza tambin la estabilidad geopoltica. En este contexto, la buena noticia es que en la actualidad son muchas las personas que aceptan el desafo de la sustentabilidad como el primer paso hacia un futuro ms seguro. La mala noticia es que la corriente poltica y econmica muestra pocas seales de reconocer la existencia de cualquier lmite biofsico. As, las instituciones oficiales de desarrollo mundial parecen ms con-vencidas que nunca de que la ruta ms corta a la sustentabilidad se lograr por medio de la expansin econmica sin restricciones.

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  • En sntesis, la existencia de conflictos de intereses, perspectivas mundiales contradictorias, anlisis incompatibles, as como crecientes expectativas materiales junto al temor al cambio, han generado una cadena de interpretaciones de la sustentabilidad y de cmo lograrla, que termina por desorientarnos. No resulta sorprendente en estas condiciones la lentitud de cualquier progreso en ese sentido! El problema es que no todas las interpretaciones de la sustentabilidad pueden ser igualmente vlidas. Los supuestos, y los hechos sobre los cuales cada uno de ellos est basado, deben ser sometidos a un escrutinio lgico y a frecuentes chequeos de realidad apoyndose en la evidencia emprica acumulada, antes de que sus prescripciones sean aceptadas. En este sentido, examinemos con ms cuidado nuestra propia premisa de que los humanos tienen que aprender a vivir los unos con los otros dentro de los lmites de la naturaleza.

    RECUADRO 2.2:

    5 Sobre el capital natural

    El capital natural se refiere a cualquier stock de recursos naturales que produce un flujo de bienes y servicios valiosos para el futuro. Por ejemplo, un bosque o un stock de peces puede proveernos un flujo o cosecha que es potencialmente sustentable ao tras ao. El bosque o el stock de peces son el capital natural, y la cosecha sustentable es el ingreso natural. El capital natural tambin tiene funciones como la asimilacin de los residuos, control de la erosin e inundaciones, o la proteccin de la radiacin ultravioleta (la capa de ozono es una forma de capital natural). Estos servicios de soporte vital son tambin considerados corno ingreso natural. El flujo de servicios de los ecosistemas, a menudo requiere que stos funcionen como sistemas intactos, la estructura y diversidad del sistema pueden ser un componente importante del capital natural.

    Generalmente los investigadores consideran que hay tres categoras de capital natural: renovable, de posible reposicin, y no renovable. El capital natural renovable, como las especies vivas o los

    (Contina en Pg. siguiente)

    ?Adaptado libremente por Robert Costanza y Herman E Daly, Natural capital and sustainable development, Conservation Biology Vol.l (1992): 37-45 y William E. Rees, Achieving Sustainability: Reform or Transformation?, Journal of Planning Literature Vol. 9, N4 (1995)

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  • ecosistemas, generan su propia produccin y mantenimiento, utilizando la energa solar y la fotosntesis. El capital natural de posible reposicin incluye el agua subterrnea o la capa de ozono. No es capital vivo, pero se va renovando o reponiendo en forma continua, a menudo gracias a otro tipo de mecanismo solar. Al contrario, las formas no renovables de capital natural, tales como los combustibles fsiles o los minerales son anlogos a sus existencias. Cualquier uso de ellos implica eliminar parte del stock. La presencia de existencias adecuadas de capital natural, que se produzca a s mismo y se reponga en forma continua, son esenciales para las funciones de soporte vital (y generalmente no son sustituibles), consideramos que estas categoras de capital natural son ms importantes para la sustentabilidad que sus formas no renovables.

    Debera ser obvio con respecto a lo anterior que el capital natural de la Tierra es ms que un inventario de recursos industriales: incluye todos los componentes de la ecsfera, as como las relaciones estructurales entre ellos, cuya integridad organizadora es esencial para la autorregulacin y la autoproduccin continua del sistema mismo. De hecho, es esta integracin funcional y estructural altamente evolucionada la que hace de la ecsfera el medio ambiente habitable y nico que es. En efecto, la ecsfera est produ-cida en parte por los mismos organismos de los cuales est compuesta. Adicionalmente, los ciclos ecolgicos, hidrulicos y geoclimticos no slo transportan y distribuyen nutrientes y energa, sino son parle de los mecanismos homeostticos y autorreguladores que estabilizan las condiciones en la Tierra para todas las formas contemporneas de vida, incluyendo a la humanidad. Todos stos, tambin, son formas de capital natural.

    La sustentabilidad fuerte:condicin ecolgica mnima aceptable para la sustentabilidad

    Mientras la Tierra siga siendo el nico hogar de la humanidad, la sustentabilidad requiere que vivamos dentro de la capacidad productiva de la naturaleza. Para usar una metfora econmica, la humanidad tiene que aprender a vivir de la renta generada por las existencias remanentes de capital natural. El capital natural incluye no solamente todos los recursos naturales y la capacidad de asimilacin de residuos necesarios para mantener la actividad econmica humana, sino tambin aquellos procesos biofsicos y relaciones entre componentes de la ecsfera que proporcionan servicios esenciales para las funciones de soporte vital (vase el Recuadro 2.2).

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  • Si con


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