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Los niños y niñas del Ecuador a inicios del siglo XXI · 4 5 Los niños y niñas del Ecuador a...

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Una aproximación a partir de la primera encuesta nacional de la niñez y adolescencia de la sociedad civil, 2010 Los niños y niñas del Ecuador a inicios del siglo XXI
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Una aproximación a partir de la primera encuesta nacional de la niñez y adolescencia de la sociedad civil, 2010

Los niños y niñas del Ecuador a inicios del siglo XXI

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Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia - ODNAPlan InternacionalSave the Children UKSave the Children EspañaCARE International en EcuadorFondo de las Naciones Unidas para la Mujer - UNIFEMFundación Observatorio Social del Ecuador - OSEFondo de las Naciones Unidas para la Infancia - UNICEF

Con el apoyo financiero de:Save the Children-EspañaAECIDUNICEF

2010

Los niños y niñas del Ecuador a inicios del siglo XXI

Una aproximación a par tir de la primera encuesta nacional de la niñez y adolescencia de la sociedad civi l , 2010

El desafío es asegurar que el presente de cada uno de nuestros niños y niñas sea cada vez más cercano al

cumplimiento universal de sus derechos.

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Los niños y niñas del Ecuador a inicios del siglo XXIUna aproximación a partir de la primera encuesta nacional de la niñez y adolescencia de la sociedad civil, 2010

© 2010

Secretaría Técnica del Observatorio

Eloy Alfaro N39-81 y Portete

[email protected]

www.odna.org

+593 2 244 3516// 224 8051 ext. 116

Quito-Ecuador

Secretaría Técnica del ODNA: Margarita Velasco Abad y Alexandra Escobar García

Fundación Observatorio Social del Ecuador: Carolina Reed, Francisco Carrión Eguiguren

Equipo de investigación: Margarita Velasco, Alexandra Escobar, Fernando Carrasco, Eduardo Encalada, Jesús Tapia y

Santiago Zurita.

Instituciones participantes

Plan Internacional

Save the Children-UK

Save the Children-España

CARE-Ecuador

Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

Fundación Observatorio Social del Ecuador (OSE)

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

Los indicadores incluidos en esta publicación pueden ser reproducidos y difundidos en cualquier medio o forma

siempre y cuando se cite su procedencia de la siguiente manera: ODNA, Plan Internacional, Save the Children-UK,

Save the Children-España, CARE-Ecuador, OSE, UNIFEM, UNICEF. Encuesta nacional de la sociedad civil sobre la niñez y

adolescencia, enero 2010. Elaboración: Observatorio de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.

Autoras: Alexandra Escobar García y Margarita Velasco Abad

Diseño gráfico: Edward Cooper

Fotografías: Cristóbal Corral

Impresión: Noción

Noviembre 2010

Las opiniones expresadas en esta publicación son de los investigadores encargados de su producción y no necesaria-

mente representan el punto de vista de las instituciones que la auspician.

Primera encuesta nacional de la niñez y adolescencia de la sociedad civil

Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia (ODNA)

Margarita Velasco, Secretaria Técnica

Plan Internacional

Philips Groman, Director Nacional

Save the Children España

María Vérgez, Directora de País

Save the Children UK

Luis Stacey, Director de País

CARE International en Ecuador

Claudia Futterknecht, Directora de País

Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

Lucía Salamea, Representante

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

Cristian Munduate, Representante

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ÍndicePrólogo PresentaciónEsta publicación

I. La diversidad sociocultural Niñez mestiza, indígena y afroecuatoriana Lenguas de la niñez Origen de la niñez Regiones donde habita la niñez

II. La familia Familias de la niñez ecuatoriana Migración y niñez Cuidado diario Presencia de los padres en el hogar Actividades compartidas con los padres Trato de los padres Respeto a la voz de los niños y niñas en los hogares

III. El entorno social de la infancia Percepción de seguridad Trato de los profesores Trato entre pares en las escuelas/colegios

IV. La educación Educación inicial Primero de básica Educación básica Educación media Respeto a la voz de los niños y niñas en los establecimientos educativos Acceso a recursos de información y los espacios de recreación

V. La salud Control prenatal VIH/SIDA mujeres embarazadas Parto institucional Atención de salud Desnutrición de la niñez

VI. La protección Trabajo de los niños y niñas Tareas domésticas Distancia social

VII. La ciudadanía infantil Derecho al nombre Participación social Participación en el gobierno estudiantil Actividades de esparcimiento de los y las adolescentes

Apéndice: Tablas de indicadores

91011

1517182021

2325263031333639

41434548

51535456586061

656769707172

75777981

8587899092

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Prólogo

Partir de lo fundamental: conocer la realidad

Con mucho placer presentamos esta publicación que recoge gran parte de los resultados de la pri-mera Encuesta Nacional de Niñez y Adolescencia realizada por la sociedad civil ecuatoriana en el 2010. Este trabajo tiene algunas dimensiones de vital importancia:

La primera, sin lugar a dudas, es que será un do-cumento básico para la construcción, ejecución y exigibilidad de políticas públicas que nos permi-tan mejorar las condiciones de vida de la niñez y adolescencia en Ecuador.

La manera más adecuada de dar respuesta y so-lución a los problemas de los niños, niñas y ado-lescentes, tanto en intervenciones públicas como privadas, es partir de sus necesidades reales y más sentidas, y no de meras percepciones, mu-chas veces sesgadas por lecturas erróneas y por las propias visiones de quienes intervenimos en el desarrollo.

Por este motivo, en cualquier proceso de planifi-cación (más aún cuando de políticas de Estado se trata) el conocimiento de la situación: su magni-tud y condicionantes, nos permiten valorar a los actores sociales que intervienen en ella, y nos señalan dónde debemos mejorar la capacidad de gestión de los recursos mediante una adecuada focalización de las inversiones que realizamos.

La segunda dimensión tiene que ver con las po-sibilidades de articulación y de interrelación que podemos establecer con diferentes entidades. El propio proceso de acompañamiento en la reali-zación de esta encuesta nacional, mostró que el trabajo en red enriquece el debate, las propuestas de alternativas y potencia los impactos positivos de nuestras tareas y compromisos.

En este esfuerzo ejecutado por el Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia (ODNA), además de Save the Children, aportaron de ma-nera significativa Plan Internacional, CARE Ecua-dor, la Fundación Observatorio Social del Ecua-dor/OSE, UNIFEM y UNICEF. El trabajo en equipo desarrollado partió de los puntos que nos unen: nuestro interés común por la infancia y la adoles-cencia en el Ecuador sin perder de vista el interés superior del niño.

La tercera dimensión es la oportunidad que esta Encuesta Nacional tiene para tornarse en una herramienta a ser utilizada con responsabilidad por todos. Desde cada uno de nuestros mandatos y roles, tanto funcionarios y trabajadores de en-tidades públicas como representantes de institu-ciones privadas, tenemos la responsabilidad de convertir estos indicadores numéricos en alter-nativas concretas que permitan aportar a la cons-trucción del país que todos soñamos.

Save the Children en Ecuador cree firmemente en la posibilidad de “re-hacer” un nuevo pacto nacio-nal por la niñez y la adolescencia en el Ecuador, por lo cual aspiramos a que esta publicación abra espacios de debate desde diferentes ámbitos y ha-cia este propósito.

Ante todo esperamos que nuestras iniciativas es-tén dirigidas a solucionar de manera emergente los problemas urgentes que atraviesan a la niñez y adolescencia, sin perder de vista que el motivo final es llegar a cambiar las condiciones estructu-rales de inequidad que provocan que millones de niños, niñas y adolescentes ecuatorianos no pue-dan disfrutar y gozar de cada uno de sus derechos.

Confiamos en la voluntad y en la capacidad de cada uno y cada una de nosotros y nosotras para construir, en conjunto con los niños, niñas y ado-lescentes, un país del tamaño de nuestros sueños.

María Vérgez Muñoz

Directora de País

Save the Children

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Presentación

El Observatorio de los Derechos de la Niñez y Ado-lescencia (ODNA) es una instancia de la sociedad civil–convocada por iniciativa de UNICEF– que desde el 2002 monitorea el cumplimiento de los compromisos del Estado y la sociedad ecuatoria-na con sus niños y niñas. En el lapso de estos ocho años, contó con información sistemática, una en el 2000 y otra en el 2004, sobre la situación de la niñez y adolescencia. Esto fue posible porque el Estado ecuatoriano produjo dos encuestas na-cionales sobre niñez y adolescencia1. Los datos recabados en el año 2000 estuvieron dirijidos a conseguir, por primera vez, información especí-fica sobre los niños y niñas del país. La segunda ocasión, el objetivo fue levantar una línea de base –año 2004– que serviría como punto de partida del Plan Decenal de Niñez y Adolescencia 2004-2015, que se constituyó en la política de Estado a favor de este importante grupo humano.

Uno de los propósitos del ODNA es la utilización y producción de información para construir y co-municar indicadores con un mensaje a favor de la niñez y adolescencia. Esta tarea asumida por esta organización se apoyó en el marco constitucional ecuatoriano: las dos Cartas Magnas, 1998 y 2008,

que reconocen el acceso a la información como un derecho ciudadano.

El uso de la información pública, el generar infor-mación desde la sociedad, desde la óptica de la niñez, junto a un alto sentido de responsabilidad por la validez y consistencia de los datos produci-dos, es un aprendizaje que el Observatorio cum-plió a cabalidad en estos años.

En esta publicación el ODNA ratifica su obligación con los niños, niñas y adolescentes ecuatorianos, documenta y difunde los avances y retrocesos en el cumplimiento de sus derechos en la primera década del nuevo milenio. Se ofrecen los resulta-dos más importantes indagados en la Encuesta Nacional de la sociedad civil que tomó informa-ción de 3.135 hogares ecuatorianos y que permite desagregar la información según regiones: Costa, Sierra y Amazonía, grupos étnicos y áreas urba-nas y rurales. El desatacar las brechas presentes en la garantía de los derechos de la niñez y adoles-cencia en los diversos campos de su vida, son un llamado de atención de los pendientes del Estado y la sociedad, con el fin de que éstos sean tomados en cuenta y atacados.

Algunos indicadores mejoraron en el transcurso de estos diez años. Es importante señalar y felicitar a los responsables estatales y gubernamentales, así como a la sociedad. Sin embargo, es fundamental definir acciones y políticas para trabajar consisten-temente sobre otros indicadores que señalan retra-sos, ritmos lentos o ausencias. Esta es una forma de renovar el compromiso con todos y cada uno de los niños y niñas ecuatorianos. La magnitud de la ta-rea que el Estado y la sociedad tienen es inmensa. Por tanto es imprescindible unir estos esfuerzos, buscar juntos salidas y no perder de vista que el ejercicio de rendimiento de cuentas abona a favor de la consolidación de la democracia, que es el me-jor espacio para el desarrollo propicio de la vida de nuestra población más joven.

El ODNA agradece el apoyo de las organizaciones que se aliaron a su proyecto, porque estas eviden-cias son las que nos permitirán exigir que se con-sideren los aspectos pendientes, se consoliden las mejorías logradas y se prevengan los riesgos que hoy se perfilan. Los niños y niñas nos lo exigen.

Observatorio de los Derechos

de la Niñez y Adolescencia

La encuesta nacional sobre la niñez y adolescencia de la sociedad civil– 2010

Esta publicación

La encuesta nacional sobre la niñez y adolescencia de la sociedad civil– 2010

La necesidad de contar con información siste-mática y de alta calidad para el monitoreo de los derechos de la Niñez y Adolescencia motivó la realización de la Primera Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia (ENNA), liderada por el Observatorio de los Derechos de la Niñez y Ado-lescencia. Dos encuestas nacionales previas reali-zadas por el Estado ecuatoriano en el 2000 y 2004 lograron posicionar el tema de niñez y adolescen-cia y facilitaron la formulación de la política de Estado a favor de este importante grupo humano. La tercera Encuesta debía y podía ser levantada en el 2007, sin embargo, prioridades y decisiones gubernamentales la detuvieron.

Esta ausencia de información motivó al ODNA a convocar en julio 2009 a varias organizaciones de la sociedad para apoyar, bajo su liderazgo, el levan-tamiento de la Encuesta. Las razones técnicas para hacerlo se basaban la participación directa directa del ODNA, con el Instituto Nacional Estadísticas y Censo (INEC) y el Consejo Nacional de Niñez y Ado-lescencia (CNNA), en el diseño y procesamiento de las dos encuestas previas. Este emprendimiento fue apoyado por Plan Internacional, Save the Chil-

dren, CARE, UNIFEM y UNICEF, organizaciones que se unieron a este llamado y lograron hacer reali-dad la ejecución de esta importante encuesta.

En el diseño de los instrumentos se puso especial cuidado en replicar –en gran parte- las pregun-tas formuladas en las dos encuestas previas con el fin de asegurar la comparació y registrar los avances o retrocesos de la situación de la infancia y adolescencia ecuatoriana en la primera década de este siglo, elemento fundamental en el segui-miento de las políticas públicas.

Los objetivos de la Encuesta fueron:

1. Evaluar el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas del Ecuador. 2. Monitorear la política pública de niñez y adolescen-cia a 20 años de la Convención de los Derechos del Niño 3. Medir el cumplimiento de la Agenda Social de Niñez y Adolescencia del CNNA 2007-2010.

La encuesta tuvo las siguientes características:

Unidades de análisis

La unidad de selección de la muestra fue la vi-

vienda. El hogar fue la unidad de observación, identificado a través de las viviendas particula-res ocupadas. La población de estudio fueron las personas de cinco años y más. En el registro de los miembros del hogar y en la medición de antropo-métrica, se consideró, además, a la población de menos de cinco años.

Cobertura geográfica

La encuesta recopiló información del país con-tinental. Para la conformación del marco o car-tografía de la muestra, todas las parroquias que conforman la división político-administrativa del país fueron divididas en sectores censales según la metodología utilizada por el INEC.

Universo de la muestra

El universo de la muestra fueron todos los hogares con niños menores de 18 años del Ecuador conti-nental (es decir, se excluyó a Galápagos).

Tamaño de la muestra

La muestra efectiva estuvo conformada por 3.135 hogares. En cada sector censal se investigaron aproximadamente 12 viviendas. La tasa de cober-

1 INEC et al., (2001). Los niños y niñas ahora, 2001. INEC et al., (2005). Los niños y niñas del Ecuador.

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tura de la muestra teórica fue del 97% en el área urbana y 96% en el área rural. Las unidades fina-les de análisis fueron los hogares y, en ellos, sus miembros –de distintas edades según las necesi-dades de información—.

Instrumento de investigación

El cuestionario estuvo compuesto de las siguien-tes secciones: (1) datos de vivienda y del hogar, (2) registro de los miembros del hogar, (3) empleo y uso del tiempo, (4) lengua y escolaridad, (5) niñez y adolescencia, (6) salud, (7) cuidado de los niños/as menores de 5 años, (8) vacunación, (9) lactancia materna y complemento alimentario, (10) salud reproductiva, (11) maltrato y tiempo comparti-do con los padres, (12) maltrato escolar y calidad educativa, (13) convivencia y participación en el gobierno estudiantil, (14) tiempo libre de la niñez, (15) distancia social y participación, (16) percep-ciones futuras, (17) antropometría.

Observaciones a la medición

La medición antropométrica (peso y talla) de los niños y niñas menores de cinco años cumplió con los protocolos establecidos y se realizó el proceso de estandarización. La muestra efectiva de niños y niñas de menos de cinco años para este indicador asegura la representatividad estadística de este grupo de población a nivel nacional, área de resi-dencia y región natural.

Dominios de representación

La muestra fue diseñada para que los resultados permitan inferencias confiables para los siguien-tes dominios o grupos de población:

• población de todo el país continental (se excluye Galápagos),

• población de las áreas urbanas y rurales de todo el país,

• población de las regiones Costa, Sierra y Ama-zonía,

• población de tres etnias: blanco/mestizo, indígena y afroecuatoriano –para algunos indicadores—.

Presentación de resultados

Las variables incluidas en la encuesta fueron transformadas a indicadores sociales para gra-ficar la información obtenida. La estructura del informe es muy parecida a los resultados de la Encuesta de Medición de Indicadores de la Niñez y los Hogares (EMEDINHO) del 2000 y la Encues-ta Nacional del Empleo y Desempleo (ENEMDUR) del 2004. Frente a cada indicador se presenta una reflexión a partir de los derechos de la infancia y adolescencia; asimismo, una breve visualización del indicador y varias anotaciones descriptivas

sobre los resultados. Donde ha sido posible, se compara lo encontrado en el 2010 con la situación de hace seis y diez años. De igual forma, la sección final exhibe tablas detalladas de cada indicador y de las variables que lo componen.

El propósito central de esta publicación es comu-nicar los progresos y las alertas más importantes a través de las cifras seleccionadas. Por ello, la visualización de los resultados, además, llama la atención sobre las brechas existentes entre los distintos grupos de población. En los casos en que no aparecen todas las comparaciones posibles, éstas se incluyen en las tablas del apéndice final. Para hacer ágil la lectura, las descripciones omi-ten referencias a las tablas estadísticas o a los as-pectos metodológicos del cálculo de indicadores.

Cabe anotar que, tratándose de una encuesta, las cifras están sujetas a errores provenientes del di-seño de la muestra y del proceso de recopilación de información. Hay varias consideraciones que deben ser tomadas en cuenta. En primer lugar, en algunas situaciones, los informantes son los pro-pios niños y niñas. Segundo, la descripción de las características de grupos minoritarios se dificulta por su baja presencia en la muestra. Por ello, en algunos casos, se omiten los resultados cuando el número de casos de los grupos comparados no son suficientes para permitir una inferencia adecuada. Tercero, la ENNA, utilizó varias pregun-tas iguales a la EMEDINHO 2000 y la ENEMDUR

2004. La comparación en el tiempo, sin embargo, también ha sido limitada a aquellos indicadores que, luego de un análisis, cumple la siguiente con-dición: que la comprensión de las preguntas (es-pecialmente en el caso de aquellas dirigidas a los niños) haya sido similar en todos los años.

Definiciones de los grupos de población

El recurso principal del informe es la comparación para develar las diferencias o semejanzas que exis-ten. La presentación de cada indicador compara la si-tuación de la niñez y de sus hogares según la región, el área residencia, el sexo y, para algunos casos, la condición étnica y la edad. No obstante es importan-te tomar en cuenta algunas observaciones. Primero, las categorías de comparación se basan en definicio-nes que son aproximaciones a realidades sociales y culturales diversas. Segundo, las definiciones adop-tadas dependen, a su vez, de cómo el instrumento de la investigación registró la información. Y, finalmen-te, las definiciones no se proponen estimar el tama-ño de los distintos grupos de población que tratan de caracterizar; su intención es permitir la comparación de las situaciones de vida de dichos grupos.

Regiones

Las agrupaciones regionales siguen las conven-ciones nacionales. Las comparaciones se refieren sólo al territorio continental; es decir, no incluyen la provincia de Galápagos.

Residencia

Para el diseño de la muestra de la ENNA se consi-deraron áreas urbanas a todos los asentamientos que tienen 5.000 habitantes o más, sin considerar su condición administrativa. Las áreas rurales se refieren a la población dispersa y a todos los po-blados de menos de 5.000 habitantes. Ello permi-te la comparabilidad de, algunos resultados, con la encuesta EMEDINHO. Para resolver el problema de la definición urbana /rural que fue utilizada para la muestra de la ENEMDUR 2004, sin embar-go, se reconstruyó la variable urbana/rural con el mismo criterio de la ENNA y la EMEDINHO. Du-rante el texto, por otra parte, se utiliza de manera indistinta las palabras “campo” y “área rural”, al igual que “ciudades” y “área urbana”.

Condición étnica del hogar

La definición adoptada en el presente traba-jo toma como unidad al hogar. Y se inscribe en las definiciones que en su momento adoptaron la EMEDIHNO y la ENEMDUR 2004. Un hogar fue considerado “indígena” si cualquiera de sus miembros mayores de 15 años (con excepción de pensionistas o empleados domésticos) habla una lengua nativa de manera monolingüe o bilingüe o se autoidentificó como “indígena”. Asimismo, un hogar fue definido “afroecuatoriano” si alguno de sus miembros mayores de 15 años (con excepción de pensionistas o empleados domésticos) se au-

toidentificó como “negro” o “mulato”. También se estableció la definición “blanco/mestizo” siguien-do las mismas consideraciones de los dos grupos anteriores. Cabe resaltar que estas definiciones aglutinan a los individuos en una categoría sin diferenciarlas internamente. Las categorías “in-dígena”, “afroecuatoriano” y “blanco/mestizo” no representan grupos homogéneos; ambos inclu-yen una variedad de culturas, identidades, orga-nización social y económicas, prácticas religiosas, creencias y en algunos casos idiomas o dialectos. Es más, existe también claras diferencias econó-micas al interior de estos grupos.

Edad

Los riesgos que enfrentan los niños y niñas para su desarrollo físico, emocional e intelectual va-rían según su edad. De ahí que se han adoptado las consideraciones de las etapas del proceso de vida de los niños y niñas, que igualmente fueron consideradas en los informes anteriores. Los indi-cadores que se presentan en este trabajo se refie-ren a tres etapas: (i) los primeros años (0 a 5 años), la edad escolar (6 a 11 años) y la adolescencia (12 a 17 años). Sin embargo, no todos los indicadores han sido desglosados según los tres grupos de edad; el desglose depende de la población de refe-rencia adoptada para las preguntas.

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I. La diversidad sociocultural

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Niñez mestiza, indígena y afroecuatoriana

Una de las más grandes riquezas que tenemos los ecuatorianos y ecuatorianas es la diversidad cul-tural. A más de la cultura mestiza, que es la domi-nante, existen nacionalidades y pueblos indígenas y afrodescendientes, cuyas contribuciones simbo-lizan una incomparable riqueza de saberes ances-trales y respuestas cotidianas a las necesidades individuales y colectivas de nuestras sociedades. A pesar de ello, el racismo y marginalización hacia

estos pueblos y nacionalidades han desconocido la oportunidad y los valores que representa esta diversidad, de ahí que históricamente experimen-ten procesos de exclusión social y de discrimina-ción. Las oportunidades de desarrollo que tienen los niños/as y jóvenes ecuatorianos dependen, entre otros factores, de su herencia cultural. Para intentar retratar la diversidad cultural de la infan-cia ecuatoriana, la ENNA 2010 incluyó dos tipos de

información: la autoidentificación étnica-racial de las personas mayores de 15 años y la lengua de la actual y anterior generación. Con esta informa-ción, es posible describir la composición étnica de la niñez ecuatoriana.

• 83% de la infancia ecuatoriana vive en hoga-res blanco/mestizos. La mayoría de ellos y ellas se asientan en las urbes (89%) y en la Costa ecuatoriana (88%).

• El 16% de los niños y niñas del país pertenece a hogares indígenas o afroecuatorianos. El 10% de los niñas y niñas del país vive en hogares indígenas; es decir, donde uno o más de sus miembros hablan lenguas nativas o se auto identifican a sí mismos como indígenas. El otro 6% pertenece a hogares en los cuales, asimismo, uno o más de sus miembros se identifican como “negros” o “mulatos”.

• La niñez indígena se encuentra concentrada en las zonas rurales mientras que la niñez afroecua-toriana está en las ciudades. El 21% de los niños y niñas del campo vive en hogares indígenas, en comparación con el 4% de la niñez que reside en las ciudades. El 8% de la infancia que reside en las ciudades del país es afroecuatoriana.

• Las regiones con mayor proporción de niñez in-dígena son la Sierra y la Amazonía. La infancia in-dígena se asienta principalmente en el territorio amazónico (35%) y la región andina (17%).

• La niñez afroecuatoriana vive en su mayoría en la Costa. El 10% de los niños y niñas con ascenden-cia afroecuatoriana, habitan en la Costa, en con-traste, el 2% en la Sierra y el 4% en la Amazonía.

I. La diversidad sociocultural

0

20

40

60

80

100AfroecuatorianoIndígenaBlanco/mestizo

AmazoníaSierraCostaRuralUrbanoPaís

83

106

89

48

74

21

5

88

2

10

81

17

2

61

35

4• Niñez indígena y afroecuatoriana• Lenguas de la niñez• Lugar de origen de la infancia• Regiones donde habita la niñez

Indicador Porcentaje de menores de 18 años según condición étnica del hogar, 2010

Véase tabla 1

Nota. Se define a un hogar como “indígena” cuando uno o más miembros (i) habla una lengua nativa o (ii) se autoidentifica como “indígena”; y a un hogar como “afroecuatoriano” si uno o más miembros se identifica como “negro” o “mulato”.Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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Lenguas de la niñez

Los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecua-dor se identifican por un conjunto compartido de características culturales, sociales y residenciales. La lengua, especialmente la materna, es una va-

riable clave para identificar la pertenencia étnica de la niñez. En el país existen 12 lenguas ances-trales. Para retratar otra característica de la di-versidad cultural, la ENNA preguntó a los niños y

niñas de cinco años y más la lengua que hablan y la lenguas de sus padres. Así, podemos plasmar los cambios que ocurren en el perfil cultural de la infancia ecuatoriana.

• El 7% de los niños y niñas del país habla otro idioma además del español. El 1% de los niños/as de 5 a 17 años habla un idioma extranjero y el 6% habla una lengua nativa.

• La lengua indígena, entre la población infantil, se conserva de manera bilingüe. En el 2004 el 5% de los niños y niñas del país declaró hablar una lengua indígena de manera bilingüe, en el 2010 la cifra se incrementa ligeramente al 6%. En la actualidad, tan solo cerca del 1% de la población infantil habla la lengua indígena de manera mo-nolingüe, la mayoría de ellos y ellas pertenece a alguna nacionalidad indígena amazónica (1%).

• La concentración de los niños que hablan le-guas ancestrales continúa en la zona rural, la

región andina y la amazónica. El 6% de los ni-ños de 5 a 17 años habla una lengua indígena de manera bilingüe o monolingüe. Mientras el 13% de los niños/as residentes en el área rural habla lenguas nativas, ésta prácticamente ha desapare-cido en las zonas urbanas. Casi uno de cada cuatro niños y niñas amazónicos habla lenguas ances-trales, en tanto que en la Sierra es el 11%.

• Continúa la pérdida intergeneracional de las lenguas originarias. En relación a la medición anterior las proporciones de pérdida se mantie-nen igual entre generaciones, es decir que menos niños y niñas hablan lenguas indígenas con res-pecto a sus padres. En todo el país, el 8% de los ni-ños y niñas de 5 a 17 años tiene padres que hablan una lengua de manera monolingüe o bilingüe,

mientras que apenas el 6% de ellos lo hacen.

• La pérdida intergeneracional de las lenguas nativas ocurre principalmente en la región Ama-zónica. El 32% de la niñez en la Amazonía tiene padres que hablan de manera bilingüe o mono-lingüe una lengua ancestral, mientras que entre ellos solo cerca de uno de cada 4 lo hace.

• La oportunidad de que los niños y niñas ecua-torianos aprendan lenguas extranjeras se man-tiene restringida. En relación al año 2004 la cifra continúa igual, apenas 1% de la población entre 5 y 17 años habla un idioma extranjero. Los niños y niñas que hablan un idioma extranjero están asentados en las urbes del país (1%) y son adoles-centes (1%).

0

5

10

15

20

25 Español e idioma extranjeroEspañol y lengua indígenaSolo lengua indigena

12 a 17 años5 a 11 añosAmazoníaSierraCostaRuralUrbano20102004

1

5

1 1

6

1 1 1 1

66

11

16

11

13PadresNiños/as

69

6 8

1 0 02

1417

11 1317

32

55

71

0

10

20

30

40

50

60

70

80

100

IndígenasAmazoníaSierraCosta RuralUrbanoPaís 2010País 2004

IndicadorPorcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años que declaran hablar (i) sólo una lengua nativa; (ii) lengua nativa y español o (iii) español e idioma extranjero

IndicadorPorcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años que declara hablar (i) una lengua nativa y (ii) que sus padres hablan o hablaban una lengua nativa

Véase tabla 2

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 2

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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Lugar de origen de la niñez Regiones naturales donde habita la niñez

La diversidad cultural en el país también resul-ta de los movimientos geográficos de sus pobla-ciones. Como resultado de las transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que atraviesan las sociedades, la movilidad humana emerge como una respuesta para hacer frente a

La diversidad cultural del país se expresa, igual-mente, en las distintas zonas geográficas que la componen. La Costa, la Sierra y la Amazonía, son las tres regiones naturales del Ecuador continental. En cada una de las ellas las formas de vida de sus poblaciones son diferentes y aportan a la diversi-

dichos cambios. La llegada y la salida de perso-nas de un lugar a otro modifican la vida de las sociedades receptoras así como las de origen por el continuo intercambio que existe a través de esos movimientos. Los niños y niñas también tie-nen un papel protagónico dentro de los procesos

dad cultural que caracteriza a la población ecuato-riana.

• La mayoría de la niñez del Ecuador es costeña. La mitad de los niños y niñas del país reside en la Costa del Ecuador continental. Cuatro de cada 10,

migratorios, a pesar de haber sido ignorados, lo experimentan y son afectados por transformacio-nes que la inmigración y emigración encierran. En un esfuerzo por plasmar la movilidad de la ni-ñez en el país, la ENNA indagó sobre el lugar de origen de la población infantil en el país.

• Casi tres de cada 10 niños y niñas en el país vive en un lugar distinto a su localidad de origen. 15% y 10% de la niñez del país es oriundo de otra pa-rroquia y otra provicia, respectivamente. De otra parte, el 1% de la población infantil es extranjera.

• La distribución de esta población retrata una aproximación, principalmente, de los patrones de movilidad interna del país. En la zona rural y en la Costa el 29% y 19%, respectivamente, de sus niños y niñas nacieron en una parroquia o cantón diferente a la que viven en la actualidad. Mientras que en las ciudades el 11% de sus niños provienen de otras provincias.

• La concentración de los niños y niñas oriunda de otros lugares distinta al de su actual residen-cia está en los hogares blanco/mestizos y afro-descendientes. Cerca del 30% de la niñez de estos hogares nació en otra parroquia o provincia.

• Los y las adolescentes experimentan mayor mo-vilidad que los grupos de edad escolar o prime-ros años. Tres de cada 10 adolescentes vive en otra parroquia, provincia o país diferente al que nació. En gran medida, la movilidad de los adolescentes podría asociarse con los estudios o el empleo.

en cambio, se encuentran en la región andina y el 6% en la Amazonía.

• La niñez rural reside principalmente en la re-gión andina. La mitad de los niños, niñas y ado-lescentes del campo se asientan en la Sierra ecua-toriana. El 39% de la niñez rural reside en la Costa y el 11% en la región amazónica.

• La niñez urbana sobretodo se asienta en la Cos-ta. Seis de cada 10 niños y niñas de las ciudades viven en la Costa. El 38% está en la Sierra y apenas un 3% en las zonas urbanas de la Amazonía.

• La niñez indígena puebla la región andina y la amazónica, en tanto que los niños y niñas afroecuatorianos están en la Costa. Nueve de cada diez niños y niñas indígenas se asienta en la Sierra y la Amazonía y tan solo uno de cada 10 vive en la Costa. A diferencia, ocho de cada 10 ni-ños y niñas afroecuatorianos viven en las costas ecuatorianas y uno de cada 10 en la región andi-na. La niñez blanco/mestiza se encuentra presen-te, principalmente, en la Costa y la Sierra del país.

Otro paísOtra provinciaOtra parroquiaNativo

0 20 40 60 80 100

Blanco/mestizo

Afroecuatoriano

Indígena

Mujer

Hombre

Amazonía

Sierra

Costa

Rural

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2010 74 15

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74

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10

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10

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11

9

AmazoniaSierraCosta

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blanco/mestizoafroecuatorianoindígenaRuralUrbanaPaís

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4

42

IndicadorPorcentaje de niños y niñas de 0 a 17 años según el lugar de origen, 2010

IndicadorPorcentaje de niños y niñas de 0 a 17 años según región natural, 2010

Véase tabla 3

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 4

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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II. La familia

II. La familia

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II. La familia• Familias de la niñez ecuatoriana• Presencia de los padres en el hogar• Migración y niñez• Cuidado diario• Actividades compartidas con los padres• Trato de los padres• Respeto a la voz de los niños y niñas en los hogares

Familias de la niñez ecuatoriana

La familia es una de las instituciones sociales tradi-cionales –quizás la más importante—en dejar hue-lla en el desarrollo de la infancia. Siendo el agente de socialización primaria es fuente de transmisión de valores. La seguridad en el seno de la familia y el compromiso de los padres hacia sus hijos son nece-sarios para garantizar el desarrollo emocional ade-cuado de los niños/as. En el actual entorno econó-mico y social –caracterizado por una exacerbación

de la concentración de ingresos—la presión que se ejerce sobre la familia para garantizar su reproduc-ción y sobrevivencia es cada vez más fuerte2. El he-cho de que los padres deban trabajar más deviene en un menor tiempo para compartir con sus niños. Por otra parte, las transformaciones sociales y cul-turales de la época nos presentan una diversidad de tipos de familia, en donde no solo está presente la familia tradicional nuclear.

En un esfuerzo por comprender los cambios que ha sufrido la familia de la niñez ecuatoriana en la última década, la ENNA indagó sobre los distintos tipos de familia que encontramos y cómo éstos se han modificado en el tiempo.

Las estructuras familiares de la infancia no han sufrido grandes transformaciones en la última década. En los últimos 10 años la mitad de los

CompuestoExtendido sin núcleoExtendido con núcleoMonoparentalNuclear

0

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Blanco/mestizoAfroecuatorianoIndígenaAmazoníaSierraCostaRuralUrbano2000 2004 2010

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54

IndicadorPorcentaje de niños/as menores de 18 años según tipología de hogares

Véase tabla 5

Nota: hogares nucleares: compuestos por jefe/a, cónyuge e hijos. Hogar monoparental compuesto por jefa o jefe e hijos. Hogar extendido con núcleo: jefe/a, cónyuge e hijos y otros parientes. Hogar extendido sin núcleo jefa o jefe e hijos y otros parientes. Hogar compuesto parientes y no parientes. Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

2Bustelo, E. (2007). El Recreo de la Infancia. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

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Presencia de los padres en el hogarLas presiones económicas sobre las familias, así como las transformaciones sociales han modifi-cado su composición. De ahí que las estructuras y arreglos que debe adoptar la organización familiar para garantizar su reproducción y supervivencia, no siempre permite que los padres puedan cum-plir con los roles o funciones asignados. Por tanto es necesario conocer con mayor detalle las distin-tas estrategias que adopta la organización familiar para asegurar el cuidado de los niños. Un grupo de niños/as cuya situación no es siempre analiza-da en el país, es aquel que no vive con sus padres biológicos. Los resultados de estas transformacio-nes impactan directamente sobre la vida de la ni-ñez. En el país, por ejemplo, el éxodo de miles de ecuatorianos a inicios de esta década resultó en separaciones geográficas –temporales o perma-nentes—entre padres e hijos que dieron paso en algunos casos a la conformación de las familias transnacionales. Asimismo, como parte de las transformaciones, otros niños han sido abandona-dos por sus padres. En estos casos, el acogimiento de los niños y niñas por otras familias, pariente o no, es una alternativa al cuidado institucional. Aún cuando continúa un vacío en el análisis sobre las consecuencias, en especial las cicatrices emociona-les, que estas situaciones tienen para la vida de los niños, la ENNA siguiendo la pista de estas trans-formaciones permite determinar cuántos niños y niñas no viven con su padre o madre y las razones que están detrás de ello.

En muchos hogares ecuatorianos, la figura paterna es la que mayores modificaciones ha sufrido al in-terior de las familias, sin embargo, la figura mater-na continúa con su rol fundamental en la vida fa-miliar. Tres de cada 10 niños/as del país no vive con sus padres en el hogar. Entre las razones para la au-sencia física del padre en el hogar está la separación (17%), seguido del abandono (8%), el fallecimiento

(3%) o la migración –interna o internacional—(3%). La ausencia de la madre en los hogares, en cambio, es baja: 8% de los niños y niñas no cuenta con la pre-sencia física de sus madres en su familia. El orden de las razones para su ausencia es similar a la del padre, salvo que los porcentajes son muy inferiores con respecto al padre: separación (3%), abandono (2%), migración (2%) y fallecimiento (1%).

La principal razón para la ausencia paterna o ma-terna es la separación/divorcio. Lo que diferencia este tipo de ausencia de los padres en el hogar es su incidencia. Uno de cada cinco niños/as menores de 18 años no vive con sus papás porque están separa-dos, en tanto que la ausencia de la madre por esta situación afecta al 3% de los niños/as. En el caso del padre y la madre ésta es una característica princi-

3

17

3

2

1 1 1

8

2

1

Madre

Fallecido Separado Migrante interno Migrante internacionalNunca lo conoció /

no vivió nunca en el hogar

Padre MadrePadre MadrePadre MadrePadre MadrePadre

niños/as del país continuó viviendo en hogares nucleares, uno de cada 10 en hogares monoparen-tales, el 35% en hogares extendidos –con núcleo o sin núcleo—y un 3% en hogares compuestos.

Los hogares nucleares –padre, madre e hijos—son la organización familiar más importante en el país. Es, sobre todo, la forma de organización preponderante en las zonas rurales del país (58%), en la Sierra (57%) y entre los hogares indígenas (57%). En los últimos seis años, la importancia de estos hogares aumentó en el campo con respecto a la ciudad, pero perdió espacio en la Amazonía. En el 2004, el 56% y 54% de los niños rurales y amazónicos, respectivamente, vivían bajo el es-quema de la familia tradicional, actualmente, en el campo son casi el 58% y en la Amazonía el 47%.

Los hogares extendidos son, igualmente, otra forma de organización trascendental en la so-ciedad ecuatoriana. Tres de cada 10 niños/as del país vive en estos tipos de hogares, es decir, con otros parientes. Éstos tienen un peso mayor en las sociedades urbanas, cuatro de cada 10 niños/as del país vive con otros parientes, así como entre las sociedades costeñas y amazónicas (37% y 35%, respectivamente) o entre los hogares blanco-mes-tizos (34%) y afrodescendientes (37%).

Casi uno de cada 10 niños/as vive en hogares mono-parentales, es decir, vive con su madre o su padre. El 11% y 12% de la niñez serrana y amazónica vive, especialmente, en este tipo de hogares. Asimismo, es una característica de los hogares blanco/mestizos e indígenas, mas no de los afroecuatorianos.

IndicadorPorcentaje de niños/as menores de 18 años con padres que no viven en el hogar, 2010

Véase tabla 6

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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palmente compartida por los hogares de los niños/as blanco/mestizos (19% y 3%), afrodescendientes (16% y 3%), la niñez costeña (20% y 4%) y los adoles-centes (21% y 5%). Asimismo, esta situación la com-parte el doble de los niños/as de hogares urbanos (21%) que sus pares del campo (11%).

El abandono es la segunda causa para la no pre-sencia de los padres en el hogar. El abandono de

(2% y 1%, respectivamente). La convivencia con la práctica migrante internacional es similar en todos los grupos sociales y culturales analizados, sin embargo, tanto la ausencia del padre o la ma-dre por esta razón es más importante en la región Amazónica: 9% y el 3% de los niños y niñas de esta región no viven con sus padres porque emi-graron al extranjero. Cabe mencionar que esta re-gión no ha sido tradicionalmente conocida por la

los niños y niñas por parte de los padres es dos ve-ces mayor al que incurren las madres. El 8% y 2%, respectivamente, de los niños/as nunca conoció o vivió con su padre o madre. Esta ausencia no mues-tra diferencias por edad, condición étnica de los ho-gares o sexo de los niños. Sin embargo, la ausencia del padre por esta razón en la Costa (5%) es inferior que con respecto a los niños/as serranos y amazó-nicos (10% y 11%, en cada caso).

salida de sus miembros al exterior sino más bien por la migración interna. Por su parte, la migra-ción interna de los padres, también se evidencia como una razón, aunque menos frecuente en sus hogares. En la Costa, la Amazonía y la zona rural el 2% de sus niños no vive con sus padres porque migraron a algún otro lugar del país.

El 3% y el 1% de los niños y niñas del país son huér-

En el país, los efectos de la migración –sobre todo la internacional—en la organización familiar cobraron importancia durante esta década. La salida de padres y madres hacia el exterior para asegurar la supervivencia de la familia implicó que muchos niños y niñas del país tengan que separarse geográficamente de sus padres. En el caso de los padres su ausencia, por esta razón, es un tanto mayor que con respecto a las madres

fanos de padre o madre. Entre los y las adolescen-tes y la niñez indígena la orfandad paterna es un tanto mayor que sus pares en edad escolar (6 a 11 años), de primeros años (0 a 5 años), blanco/mesti-zos o afroecuatorianos.

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MadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadre

Blanco/mestizoAfroecuatorianoIndígena

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Fallecido Separado Migrante interno Migrante internacionalNunca lo conoció /

no vivió nunca en el hogar

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Fallecido Separado Migrante interno Migrante internacionalNunca lo conoció /

no vivió nunca en el hogar

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MadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadre

12 a 17 años6 a 11 años0 a 5 años

Indicador Porcentaje de niños/as menores de 18 años con padres que no viven en el hogar, según condición étnica, 2010

IndicadorPorcentaje de niños/as menores de 18 años con padres que no viven en el hogar, según grupo etario, 2010

Véase tabla 6

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 6

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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Migración y niñez Cuidado diario de los niños y niñas de los primeros años

El éxodo migratorio de finales de la década ante-rior y principios de la actual conllevó a la salida de miles de hombres y mujeres jóvenes en búsqueda de oportunidades para asegurar la supervivencia de sus hogares, muchos de ellos y ellas fueron pa-dres y madres. Así, su salida trajo consigo una se-rie de transformaciones en el espacio privado. Al interior de las familias otros arreglos familiares, otros roles sociales y otras formas de cuidado fue-ron establecidos para garantizar la reproducción de las familias. Dentro del proceso migratorio contemporáneo, uno de los efectos más complejos y poco visibilizado en el país ha sido el impacto que dichas transformaciones de la vida privada han tenido sobre la infancia ecuatoriana. Si bien al término de la década, la desaceleración de los flujos migratorios hacia el exterior, por la culmi-nación de procesos exitosos de reunificación fa-

miliar en destino o el retorno de migrantes al país deben haber afectado las cifras, la ENNA indagó el porcentaje de niños, niñas y adolescentes del país que convive con la práctica migratoria en sus ho-gares por la salida de uno o ambos padres.

• El 2% de la niñez del país menor de 18 años tiene a uno o ambos padres viviendo en el extranjero. La mayor concentración de niños y niñas cuyos padres están fuera se encuentra en la Amazonía, en esta región del país, el 7% de sus niños tiene padres migrantes. Los papas y mamas del 1% de los niños/as del país viven en el extranjero-

• Los hogares migrantes intentan mantener los roles tradicionales del cuidado, aunque las dife-rencias entre la salida de padres y madres son pequeños. A nivel nacional el 2% de los niños/as

del país tiene padre migrante y el 1% a su madre. Sobre todo en los hogares urbanos las diferencias entre tener al padre o la madre ya no existen. A diferencia, en los hogares serranos y costeños la salida del padre es una opción más frecuente que con respecto a la madre. Asimismo, la salida de la madre tiende a incrementarse cuando los niños y niñas avanzan en edad.

• En general, la migración de los padres es una opción para todos los hogares sin importar la condición étnica. A nivel nacional, la migración de los padres afecta más a los hogares blanco/mestizos que indígenas y afroecuatorianos. Asi-mismo, la participación de las madres en los pro-cesos migratorios es más importante en los hoga-res blanco/mestizos que en los otros.

Un elemento vital en el desarrollo físico, moral y afectivo de los niños/as es el cuidado y la edu-cación que reciben diariamente en sus familias. El cuidado diario de la niñez ecuatoriana en sus primeros años, tradicionalmente ha recaído so-bre sus padres, principalmente, sobre la madre. En el Ecuador contemporáneo, las transformacio-nes sociales y económicas, empero, han reducido

1 1 1 1 1 1 1 1

2

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2

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3

4 AmbosPadre

1 1

12 a 17 años6 a 11 años0 a 5 añosBlanco/mestizoAfroecuatorianoIndígenaMujeresHombresAmazoníaSierraCostaRuralUrbanoPaís

Madre y padre por igual

PadreMadre Abuelos Miembro del hogar de 10 años y más

Otros familiares

Otros no familiares

Guardería o centro de cuidado diario

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Blanco/mestizoAfroecuatorianoIndígenaAmazoníaSierraCostaRuralUrbano201020042000

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7975

la capacidad de muchos padres y familias para cuidar a sus niños/as pequeños durante los días laborables. Al término de la década del nuevo mi-lenio, el diseño de programas y actividades que apoyen a los padres en el cuidado diario –particu-larmente con actividades que incluyan educación inicial— continúa siendo un desafío pendiente en el país que sólo pudo ser resuelto parcialmente. La

ENNA, para dar continuidad a la medición ya rea-lizada en las dos encuestas nacionales de niñez y adolescencia previas, volvió a recabar informa-ción para captar las formas en la que los hogares responden al cuidado y educación de la infancia de los primeros años.

IndicadorPorcentaje de niños/as menores de 18 años con padres emigrantes, 2010

Indicador Porcentaje de niños/as menores de 5 años según quién los cuida durante la mayor parte del día laborable

Véase tabla 7

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 8

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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• El cuidado de los niños y niñas menores de cin-co años continúa siendo una responsabilidad fundamental de la familia. En el 2000, el 94% de los niños/as menores de cinco años del país permanecía la mayor parte de los días laborables al cuidado de sus madres, padres, tíos, abuelos u otros parientes. Una década más tarde, el 96% de ellos y ellas sigue bajo el cuidado familiar. Las atenciones familiares son paritarias entre las tres regiones del país y entre el campo y la urbe.

• La madre permanece como la principal respon-sable del cuidado de la infancia tierna y su par-ticipación se incrementa a lo largo de la década. En el 2000, siete de cada diez niños y niñas me-nores de cinco años (70%) estaba la mayor parte de los días laborables al cuidado de sus madres, en contraste, sólo el 7% de los padres tenía esta responsabilidad. Luego de 10 años, ocho de cada 10 niños y niñas son cuidados por sus madres, y a penas 1% permanece bajo del cuidado del padre. Sin embargo, en esta ronda la ENNA incluyó una opción más para observar si tanto el padre como la madre comparten esta responsabilidad: solo el 3% de los niños son cuidados por sus padres y sus madres por igual durante los días laborables. El rol de las madres en el cuidado infantil acorta su diferencia entre el campo (80%) y las ciudades (78%). Por otra parte, la responsabilidad de las madres es mayor en la Costa (82%) y en los hoga-res afroecuatorianos (79%) y menor en la Sierra (75%), en los hogares blanco/mestizos (79%) e in-dígenas (73%).

• Los miembros de la familia extensa son la ayu-da más frecuente que tienen los hogares para garantizar el cuidado de los niños y niñas pe-queños. Principalmente, los abuelos y tíos son los responsables de asegurar el cuidado del 12% de los niños/as. El apoyo de estos parientes es más fre-cuente en los hogares de las urbes (13%), la Costa

(12%) y la Sierra (12%); que en los del campo (10%) y la Amazonía (11%). De otra parte, los miembros jóvenes del hogar prestan una colaboración me-nor: el cuidado del 1% de los niños/as incurre en miembros del hogar de 10 años y más de edad.

• Los hogares indígenas utilizan con más fre-cuencia la ayuda de centros de cuidado diario/guarderías. El 8% de los niños/as de hogares in-dígenas son atendidos en los centros de cuidado diario, con respecto a aquellos de hogares afro o blanco/mestizos. El incremento en la cobertura de los programas de atención infantil, con énfa-sis hacia estas poblaciones, podría ser una de las razones para que la participación de la infancia indígena sea mayor.

• El cuidado institucional de los niños/as peque-ños es cada vez menos frecuente. En el 2000, 3 de cada 100 niños/as que aún no tenían edad para iniciar su educación básica pasaba la mayor parte del día en guarderías o centros de cuidado de este tipo. La proporción de niños/as, en la actualidad, es apenas 1 de cada 100, la misma cantidad de ni-ños que se encontró en el 2004.

Actividades compartidas con el padre y la madre

Los afectos, el respeto y los lazos de confianza en-tre padres e hijos se construyen y recrean, entre otras, a través de las actividades que comparten en la vida familiar. La ENNA, al igual que las dos rondas anteriores de la encuesta de niñez y ado-

lescencia del 2000 y el 2004, registró los diferen-tes tipos de actividades que los padres y las ma-dres comparten con sus hijos. Esto permite dar seguimiento al comportamiento de las familias ecuatorianas en las relaciones padres-hijos. Este

indicador, además de alertar sobre los ámbitos en los cuales es preciso promover mayor interacción entre padres e hijos, ayuda a comprender las di-ferencias de género, territoriales y étnicas de la crianza de los niños y niñas ecuatorianos.

Juegos y deportes Ver TV o películasSalir de paseo

o compras Labores domésticas Dialogar, conversar Tareas escolares Actividades laborales Ninguna

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9

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86

3

IndicadorPorcentaje de niños/as de 5 a 17 años según las actividades que comparten con sus padres y madres (respuesta múltiple, dos principales).

Véase tabla 9 y 10

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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• En los últimos años se observa un descenso en el diálogo entre los niños y padres en el país. Mientras que entre el 2000 y el 2004, se incre-mentaba la proporción de niños y niñas que dia-logaba con sus padres. En contraste, en el 2010, las cifras para esta actividad disminuye para padres y madres. En la actualidad, apenas el 19% y el 23% dialoga con sus padres. En definitiva, sin importar la región, el lugar de residencia, la etnicidad del hogar, el sexo o el grupo etario; menos padres y madres conversan con sus niños/as.

• Permanece sin mayores cambios la forma en que padres y madres interactúan con sus niños y niñas. La interacción cotidiana con sus hijos es diferente para las madres y los padres. Los niños y niñas, por ejemplo, realizan labores domésticas con sus mamás y juegan deportes con sus papás. En el 2004, sin embargo, el papel de los padres en torno al juego/deporte era muy superior al de la madre. En la actualidad, las diferencias se han acortado: mientras el 32% de los niños/as juega o hace deportes con sus papás, el 24% lo hace con

• Algunas actividades que comparten padres e hijos mantienen diferencias marcadas en las ciudades y en el campo, sin embargo, con algu-nos matices en el último lustro. En las ciudades la actividad central que los niños/as comparten con sus padres de ambos sexos sigue siendo ver televi-sión y películas (33% padres y 35% madres); en tan-to que en el campo, la actividad más compartida dejó de ser el diálogo. En la actualidad, los juegos y deportes (27%) son la actividad que más realizan los niños/as del campo con sus papás; con las ma-dres, en cambio, las labores domésticas (40%). Adi-cionalmente, más niños y niñas de las ciudades que del campo tienden a jugar o hacer deportes y a salir de paseo o de compras con sus padres; asi-mismo, las madres de los centros urbanos tienen mayor involucramiento en las tareas escolares de sus hijos. En contraste, la niñez del campo realiza más actividades laborales con sus padres que sus pares urbanos. Por último, la ausencia de los pa-dres en las ciudades y el campo es diferente: el 11% de los niños/as de las ciudades no comparte activi-dad alguna con sus papás mientras que el 6% no lo

sus mamás. Se mantienen, por otra parte, las pe-queñas diferencias en otras actividades que invo-lucran la participación de padres y madres, tales como, ver televisión, salir de paseo o de compras o realizar actividades productivas.

• Las madres continúan como las principales responsables para ayudar a sus niños/as en la educación formal y escuchar sus inquietudes. En los útimos seis años, sin embargo, la propoción de niños/as que dialogan con sus madres sufrió un descenso considerable. Mientras en el 2004 el diálogo pasaba a ser la actividad que los niños y niñas más compartían con sus madres; seis años más tarde la interacción principal de madres e hi-jos es ver la TV o películas (33%), y muy cerana a ésta están las labores domésticas (30%), es decir, la primera actividad que compartían los niños/as con sus madres en el año 2000. Otro cambio im-portante, en torno al diálogo, es la disminución de la brecha entre el porcentaje de niños/as y niñas que dialogan con sus padres y madres. Mientras en el 2004, una proporción bastante más alta de

hace en las pequeñas poblaciones o áreas rurales.

• La cotidinianidad de la vida familiar entre ni-ños/as y padres varía también en las regiones y de acuerdo a la etnicidad del hogar. En la Costa, los niños/as siguen compartiendo más la televi-sión con sus papás que en las otras regiones; en la Sierra y en la Amazonía, en cambio, se distin-gue por los juegos y deportes. Asimismo, la TV, el paseo o las compras son las actividades que más comparte la niñez costeña con sus madres, mien-tras que en la región andina y oriental son las la-bores domésticas. Por su parte, los niños y niñas afroecuatorianos comparten con sus papás ver la TV/películas, en tanto que, los niños indígenas y blanco/mestizos se inclinan por los juegos y de-portes con sus padres. Con las madres, a diferen-cia de lo anterior, la niñez afroecuatoriana y blan-co/mestiza prefiere la TV/películas; y la infancia indígena comparte las actividades domésticas.

• Las actividades domésticas y laborales son un espacio importante de interacción de padres e

niños conversaba con sus madres que aquella, que conversaba con sus papás; en el 2010 las cifras acortan la diferencia (23% y 19%, respectivamen-te). Los deberes escolares siguen siendo un acti-vidade que los niños y niñas realizan típicamente con sus madres: mientras el 20% de los niños/as obtiene ayuda de sus madres en las tareas educa-tivas, apenas el 9% la obtiene de sus padres. Las madres de la Costa son las que más intervienen en las tareas escolares de sus hijos (25% frente al 16% y 14% en las otras regiones).

• Persisten las diferencias entre los varones y las niñas en cuanto a su interacción con sus padres y madres. En la actualidad, sigue una proporción mayor de varones (37%) que de niñas (27%) jugan-do o haciendo deportes con sus papás. Asimismo, más niñas (34%) que niños (27%) realizaba labores domésticas con sus mamás. De igual manera, más niños (9%) que niñas (5%) participan en las tareas productivas con sus papás. Continúa, también, un mayor número de niñas que varones dialogando con sus papás (22% y 16%, respectivamente).

hijos/as en los hogares indígenas. El peso de las tareas domésticas y laborales tienen más inciden-cia en las actividades en los niños/as que pertene-cen a estos hogares. Esta tendencia no se ha mo-dificado en los últimos años. Actualmente, más de la mitad de los niños/as de los hogares indígenas comparten tareas domésticas con sus madres y el 23% participa de las tareas productivas con sus padres; entre los niños de hogares blanco/mestizo y afroecuatoriano, ambas actividades caen al 28% y 4%, respectivamente.

• Las actividades que más comparten los niños y niñas con sus padres varían con su edad. Confor-me crecen los niños y niñas tienden a compartir menos las actividades recreativas, en tanto que aumentan sus responsabilidades en actividades instrumentales y sus oportunidades para dialo-gar con sus padres. En el 2010, la interacción de los niños en edad escolar con sus padres es el juego o deportes (39% ) y para los adolescentes, en cambio, las actividades laborales (11%) o el diálogo (24%).

0

5

10

15

20

25

30

35

40

MadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadre

Juegos y deportes Ver TV o películasSalir de paseo

o compras Labores domésticas Dialogar, conversar Tareas escolares Actividades laborales Ninguna

RuralUrbano33

2925

23

3228

3531

26

17

33

22

26

25

40

19 19

2521

9 8

22

16

2

15

3

9 11

63 2

Juegos y deportes Ver TV o películasSalir de paseo

o compras Labores domésticas Dialogar, conversar Tareas escolares Actividades laborales Ninguna

Blanco/mestizoIndígena Afroecuatoriano

3226

32

20 18

25

16

32

17

3136

2124 23 23

3429

73 3

53

2428

17 1620 22

2823

127 9

1421 21 23

4 5

20

2 4 5

17

92 4 3

31

0

10

20

30

40

50

60

MadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadreMadrePadre

IndicadorPorcentaje de niños/as de 5 a 17 años según las actividades que comparten con sus padres y madres, por área de residencia (respuesta múltiple, dos principales), 2010

Indicador Porcentaje de niños/as de 5 a 17 años según las actividades que comparten con sus padres, por condición étnica del hogar (respuesta múltiple, dos principales), 2010

Véase tabla 9 y 10

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 9 y 10

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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36 37

Trato de los padres

El maltrato encarnado en diferentes manifesta-ciones como son las agresiones físicas y psico-lógicas, la violación o el abuso sexual; continúa siendo una realidad masiva, habitual y subdecla-rada que afecta a toda la sociedad ecuatoriana y, de manera especial, a los niños y niñas. El Código de la Niñez y Adolescencia demanda de manera explícita el derecho a la protección contra toda forma de abuso físico, sexual o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación. A pesar de ello, el maltrato infantil ocurre en el seno

familiar y sigue reproduciéndose intergeneracio-nalmente. Por lo general, los principales agentes agresores suelen ser los familiares próximos: el padre, la madre u otro miembro adulto del hogar.

En 1990, las primeras encuestas dirigidas a los niños y niñas del país, alertaron sobre este pro-blema: más de la mitad de los niños/as entrevis-tados declaró recibir golpes de sus padres por lo menos una vez a la semana. Como respuesta a ello, desde el movimiento de la infancia, se pro-

movió la “cultura del buen trato”, como parte del mejoramiento de la calidad y calidez de las rela-ciones entre los niños/as y adultos en los espacios cotidianos. La ENNA, al igual que las encuestas del 2000 y 2004, retrata –a partir de las voces de los mismos niños—una diversidad de comporta-mientos de crianza que dejan entrever los adelan-tos, retrocesos o estancamientos de la sociedad ecuatoriana en torno a cómo los adultos consoli-dan las relaciones de poder para relacionarse con sus niños y niñas.

20102000 2004

5753

31

73

80

71

23

34

11

5 5

40 40 41

53 3

5 41

4651 53

35

44 44

20

10

20

30

40

50

60

70

80

Solo violento**No violento**Encierro, baños, expulsión,

privar comida

Insultos o burlas

GolpesNo hacen casoPrivar de gustosHablar o regañarDialogar, ayudar

Blanco/mestizoIndígena Afroecuatoriano

32

2631

6872 72

1013 12

2 1

46

3841

63 3 2 1 1

46

53 5449

4043

10

10

20

30

40

50

60

70

80

Solo violento**No violento**Encierro, baños, expulsión,

privar comida

Insultos o burlas

GolpesNo hacen casoPrivar de gustosHablar o regañarDialogar, ayudar

AmazoníaCosta Sierra

2932 33

69

75

66

12 11 10

1 2

39

45

38

3 3 51 2 1

5550

55

41

47

39

10

10

20

30

40

50

60

70

80

Solo violento**No violento**Encierro, baños, expulsión,

privar comida

Insultos o burlas

GolpesNo hacen casoPrivar de gustosHablar o regañarDialogar, ayudar

Indicador Porcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años según el trato que reciben de sus padres cuando no obedecen o cometen una falta (respuesta múltiple, tres más frecuentes)

Indicador Porcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años según el trato que reciben de sus padres cuando no obedecen o cometen una falta, por condición étnica del hogar (respuesta múltiple, tres más frecuentes), 2010

Indicador Porcentaje de niños y niñas de 5 a 17 años según el trato que reciben de sus padres cuando no obedecen o cometen una falta, por región (respuesta múltiple, tres más frecuentes), 2010

Véase tabla 11

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.Se preguntó: Cuando no obedece o comete una falta, ¿qué te hacen tus padres (o tutores)? Se registraron hasta tres respuestas.** La encuesta registró los tres comportamientos paternos más frecuentes. “Solo tratos no violentos” se refiere a niños/as que mencionan regaños, privaciones, conversaciones u ofertas de ayuda; “solo tratos violentos” se refiere a niños/as que declaran recibir golpes, insultos, encierros, baños en agua fría, expulsión de la casa o privación de comida.

Véase tabla 11

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 11

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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38 39

• Los niños y niñas del país están expuesto a una gama de comportamientos paternales para resolver los conflictos. Actualmente, las reaccio-nes más frecuentes de los padres ante las faltas o desobediencia de sus niños son el regaño (71%), los golpes (41%), el diálogo (31%), la privación de gustos (11%) o los insultos (3%).

• Al cierre de la década la tendencia de los pa-dres a ser castigadores y violentos con sus niños y niñas aumenta. En el 2000, el 35% de los niños/as de 5 a 17 años entrevistados declaró que, cuan-do cometían algún error o no obedecían, sus pa-dres utilizaban con mayor frecuencia solo malos tratos –golpes, insultos, encierros, baños en agua fría, expulsión de la casa o dejarlos sin comer—. En la actualidad, en cambio, el 44% de ellos y ellas declaró experimentar maltrato por parte de sus padres, cifra similar a la que se reportó el año 2004, es decir que no ha existido ningún cambio en la forma de abordar los conflictos al interior de las familias ecuatorianas. En general el uso de los castigos violentos se reproduce con mayor fre-cuencia en el campo (48%); en la Sierra (47%) y en los hogares indígenas (49%).

• La otra mitad de niños y niñas (51%), declaró que las respuestas frecuentes de sus padres eran únicamente no violentas –regaños, privaciones, conversaciones u ofertas de ayuda—. En general, el uso de castigos no violentos tiende a ser más frecuente en los hogares de la Costa y en las ciu-dades (56%).

• Las reacciones no violentas para la resolución del conflicto son cada vez menos utilizadas en

el ámbito privado de las familias ecuatorianas. Preocupa sobre manera que haya disminuido la gama de comportamientos paternales no violen-tos, especialmente el diálogo. Entre el 2000 y el 2010, la proporción de niños y niñas que declara que el comportamiento más frecuente de sus pa-dres ante una falta o error es conversar con ellos bajó del 57% al 31%. Asimismo, El diálogo es un recurso menos utilizado en los hogares afrodes-cendientes (26%); en la Costa (29%) y aquellos con niños de edad escolar (25%).

• El castigo violento dejó de variar ampliamen-te en los hogares ecuatorianos y los golpes como recurso para resolver los problemas aumentaron ligeramente. En el 2010, para cuatro de cada 10 niños/as de 5 a 17 años de todo el país (41%) los golpes son el segundo de los tres comportamien-tos más frecuentes de sus padres cuando cometen faltas o desobedecen. Otros comportamientos violentos son menos utilizados. Por ejemplo, el 1% de los niños/as tiene padres que recurren a en-cierros, baños en agua fría, expulsión de la casa o privación de comida y el 3% a insultos o burlas. Las marcadas diferencias encontradas en el 2004, en los hogares ecuatorianos, alrededor de la inci-dencia del castigo violento están desapareciendo. Por ejemplo, Los golpes son un recurso paternal utilizado con similar frecuencia en todas las re-giones del país, los grupos étnicos, las ciudades y el campo; para con las niñas y los niños.

• El castigo violento va en aumento en la vida cotidiana de la infancia en edad escolar. Los ni-ños/as en edad escolar están más expuestos a los

golpes que los adolescentes: el 58% de los niños y niñas en edad escolar (5 a 11 años) son castigados con golpes, en comparación con el 22% de los ado-lescentes (12 a 17 años).

• El regaño permanece como la medida correctiva más frecuente en los hogares del país. En el 2010, para siete de cada diez niños y niñas de 5 a 17 años, la reacción más frecuente de sus padres ante sus faltas es el regaño o reprimenda. La incidencia de este comportamiento es muy similar en el campo y las urbes y para los niños y las niñas de todas las edades; pero muestra algunos matices en las regiones y los grupos étnicos. Más niños y niñas afroecuatorianos (72%) y serranos (75%) reciben esta reacción de sus padres que sus pares indíge-nas (68%), costeños (69%) y amazónicos (66%).

• Las privaciones son una forma de castigo me-nos frecuente en la actualidad, empero, conti-núan siendo una medida más habitual en las ciudades. En el 2010, menos de la mitad de los ni-ños y niñas del país, con respecto al 2004, declara que son castigados con frecuencia por sus padres privándoles de algo que les gusta. Esta forma de castigo es más frecuente en las ciudades (14%) que en el campo (8%); sin embargo ya no se encuen-tran diferencias regionales.

• En general, los varones y las niñas reciben los mismos castigos. Sin embargo, sí se observa una frecuencia mayor de castigos violentos hacia los varones que con las niñas, lo que seguramente in-cidirá en futuros comportamientos violentos por parte de ellos cuando alcancen su vida adulta.

El desconocimiento de los niños, niñas y ado-lescentes como actores transformadores de los diversos escenarios donde se desarrolla su vida cotidiana –la familia, la escuela, los espacios pú-blicos— deja sin significado su reconocimiento como sujetos capaces de participar en la toma de decisiones de esos contextos que impactan sobre

sus vidas. Es en el día a día de la vida familiar don-de los niños y niñas aprenden a respetar a los de-más y a esperar respeto para sí mismos. Todo ello dependerá de cómo se desarrollen las relaciones familiares entre sus miembros. Escuchar sus vo-ces en las decisiones importantes del hogar es un elemento fundamental para fundar su identidad

y seguridad personal como actores sociales de la vida colectiva. La ENNA, siguiendo la línea de la encuesta del 2004, registró la percepción que tie-nen los niños y niñas sobre cuán frecuente consi-deran que su opinión es tomada en cuenta en sus hogares.

• Más niños y niñas en el país sienten que sus padres toman en cuenta su opinión. En el 2004, la mitad de los niños y niñas encuestados consi-deraba que su voz era tomada en cuenta en todo momento en sus hogares. Seis años más tarde este porcentaje asciende al 62%.

• Cuatro de cada 10 niños, sin embargo, considera que su opinión no suele o no es tomada en cuen-ta por sus padres. El 32% sentía que sus opiniones cuentan solo en ciertos momentos y el 6% de los niños y niñas manifestó que su voz no es respeta-da de manera alguna en sus hogares.

• El respeto a la voz de los niños/as es una cuali-dad que comparten los hogares. La percepción de respeto a sus voces no depende de su sexo, sin em-bargo, sí de su edad y algunas diferencias sociales asociadas al la condición étnica de los hogares.

• El respeto a las opiniones de sus hijos e hijas varía según la edad y la etnia de los hogares. Si bien las diferencias no son pronunciadas, la proporción de niños y niñas que sienten que sus voces siempre cuentan en sus hogares es mayor entre los adolescentes (65%) que en entre los es-colares (60%). De igual forma, los hogares blanco/mestizos (63%) tienden a respetar más la voz de los niños que aquellos indígenas o afroecuatoria-nos (57% y 55%, respectivamente).

0

20

40

60

80

100

Blanco/mestiza

AfroecuatorianaIndígena12 a 17 años

5 a 11 años

AmazoníaSierraCostaRuralUrbana20102004

NuncaSiempre A veces

8

43

50

6

32

62

5

31

64

6

35

60

5

32

63

6

32

62

5

38

57

8

32

60

32

66

9

34

57

7

38

55

5

31

63

Respeto a la voz de los niños y niñas en los hogares

IndicadorPorcentaje de niños/as de 5 a 17 años según la frecuencia de respeto a su opinión en sus hogares, 2010

Véase tabla 12

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.Se preguntó: En tu casa, ¿tus papás toman en cuenta su opinión: siempre, a veces o nunca?

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40 41

III. El entorno social de la infancia

III. El entorn

o social

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42 43

Percepción de seguridad

Las últimas décadas en el Ecuador contemporá-neo, al igual que en América Latina, estuvieron caracterizadas por una multiplicidad de cambios que agravaron la desigualdad social y económica de sus ciudadanos. Ello ha impactando directa-mente sobre el tejido social de sus sociedades que generaron un incremento de la violencia.

Los niños, niñas y adolescentes no son ajenos a las situaciones de violencia que suceden en las

sociedades, es más su condición, los vuelve aún más vulnerables. No solo están expuestos a situa-ciones violentas al interior de sus hogares o en las escuelas, sino también en los espacios públicos. En un esfuerzo por retratar su percepción sobre los espacios públicos donde ocurren sus vidas; el indicador que se presenta a continuación busca reflejar –a partir de las experiencias de los propios niños/as—su sentimiento de seguridad frente a diversos lugares como: el camino hacia la escuela,

fuera y dentro de su barrio/comunidad, la escue-la/colegio y los buses/transporte público. Los sen-timientos de inseguridad que expresan los niños y niñas son un elemento nodal para cuestionar y replantear el actual modelo al que responden las sociedades contemporáneas, que día a día se muestran más débiles para garantizar la seguri-dad de sus ciudadanos y ciudadanas.

III. El entorno social de la infancia

Blanco/mestizoIndígena Afroecuatoriano

0

10

20

30

40

50

60

InseguroSeguroInseguroSeguro

Buses o transporte público Fuera del barrio o comunidad

60

41

46

35

55

5053

44

51

47

54

48

• Percepción de seguridad• Trato de los profesores• Trato entre pares en las escuelas / colegios

IndicadorPorcentaje de niños/as de 8 a 17 años según percepción de seguridad en (i) buses o transportes públicos; (ii) fuera del barrio o comunidad, 2010

Véase tabla 13

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

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44 45

• En general, los niños y niñas se sienten más seguros en sus entornos cercanos que en aque-llos más ajenos. Más del 70% de los niños y niñas de 8 a 17 años se siente seguro caminando hacia su escuela/colegio, en su escuela y en su barrio o comunidad. En los espacios menos familiares, en contraste, su sensación de seguridad disminuye. Por ejemplo, la mitad de la niñez encuestada no se siente segura cuando debe caminar fuera de su comunidad/barrio o si debe utilizar los buses o transporte públicos para transportarse.

• El barrio o la comunidad, así como la escuela o colegio son los espacios públicos donde los niños y niñas se sienten más seguros. El 85% y 88% de

los niños encuestados, respectivamente, declaró sentirse seguro en estos espacios. La institución es-colar es considerada un espacio más seguro para la niñez amazónica y costeña que para la serrana. A diferencia, para la infancia indígena y rural su co-munidad/barrio es percibido como un espacio más seguro que con respecto a los niños y niñas de ho-gares blanco/mestizos, afroecuatoriana y urbanos.

Los mayores sentimientos de inseguridad, por parte de los niños y niñas del país, se experimen-tan cuando deben salir de su comunidad/barrio y utilizar el transporte público. La mitad de los en-cuestados, para ambos casos, manifestó sentirse inseguro cuando debe transitar en estos espacios.

• Las percepciones de inseguridad fuera del barrio o comunidad y en el transporte público retratan ciertas diferencias sociales. Cinco de cada 10 ni-ñas, niños/as de hogares afroecuatorianos y de la Costa respondieron sentirse menos seguros cuan-do deben dejar su comunidad. En el caso de la ni-ñez afroecuatoriana, la exposición a situaciones de racismo y discriminación podría sugerir un te-mor mayor, que sus pares de otros grupos étnicos. Asimismo, más niñas (52%) que niños (45%) perci-be mayor inseguridad fuera de ésta. Por su parte, el transporte público es descrito como un lugar inseguro para la niñez afroecuatoriana, y blanco/mestiza, así como para las niñas, los niños y niñas que residen en las urbes o en la Costa.

Hombre Mujer

81

12

18

88

52

4547

5456

4240

54

0

20

40

60

80

100

InseguroSeguroInseguroSeguroInseguroSeguro

Buses o transporte público Fuera del barrio o comunidad Dentro del barrio o comunidad

2000 2004 2010

21 21

26

42

47

3230

37 36

9

16

1210 11 10

35

7

0

10

20

30

40

50

60

IndiferenciaViolento o castigadorNo violentoInsultos, burlasGolpesCastigo sin recreoBajar notasMandar por el representante

Dialogar con el niño/a

47

5658

20

2730

33

17

12

Trato de los profesores/as

La segunda institución social que deja huella en el desarrollo de la infancia, luego de la familia, es la escuela. En ella, los niños y niñas pasan gran parte de su tiempo y aprenden a socializar con sus pares y otros adultos que no son sus familiares. Los maestros, junto a los padres, constituyen los patrones referenciales del comportamiento adul-to que tiene un niño y que servirán para forjar su propio modelo cuando alcance la adultez.

Siendo que en esta sociedad, las relaciones adul-to-niño han estado marcadas por un sistema asi-métrico; la violencia históricamente ha estado presente. El sondeo “Mi opinión sí cuenta” , en 1995, develó que los niños y niñas habían recibido golpes por parte de sus maestros. Según esta en-cuesta, cuatro de cada 10 niños/as entrevistados manifestó que sus profesores les habían pegado. Si bien este hecho logró que el tema de la violen-cia escolar se instale como preocupación en la

sociedad ecuatoriana, todavía las transformacio-nes culturales necesarias para alterar la relación asimétrica del poder que ejercen los maestros en el acto pedagógico o en su relación con los niños no han dado pasos importantes. Para dar segui-miento a la calidad del vínculo que existe entre los maestros y sus niños /as, la ENNA –siguiendo la medición de las encuestas de infancia y adoles-cencia anteriores—preguntó a los niños/as acerca de las reacciones hacia ellos de sus profesores den-tro de la comunidad educativa.

IndicadorPorcentaje de niños/as de 8 a 17 años según percepción de seguridad en (i) buses o transportes públicos; (ii) fuera del barrio o comunidad y (iii) dentro del barrio o comunidad, 2010

IndicadorPorcentaje de niños/as de 5 a 17 años según el trato que reciben de sus profesores cuando no cumplen con sus deberes o cometen una falta (respuesta múltiple, dos más frecuentes)

Véase tabla 14

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.

Véase tabla 14

Fuente: ODNA, Save the Children, CARE, Plan Internacional, UNIFEM, UNICEF, Encuesta Nacional de la Niñez y Adolescencia de la Sociedad Civil (ENNA), 2010. Elaboración: ODNA 2010.


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