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1Meta f í sca de l o jo
2RENEÉ ACOSTA
3Meta f í sca de l o jo
Metafísica del ojo
4RENEÉ ACOSTA
5Meta f í sca de l o jo
Metafísica del ojo
Reneé Acosta
S e r i e : P o e s í aC O L E C C I Ó N
S LAR
Instituto Chihuahuense de la CulturaChihuahua, 2012
Metafísica del ojo
Fotografía de portada: Raúl Ramírez “Kigra”Imagen: Piccicato Lánguido de Luis Y. Aragón
Primera edición: 2012
Instituto Chihuahuense de la Cultura
De la colección editorial de Gobierno del Estado 2010-2016
Lic. César Horacio Duarte Jáquez, Gobernador Constitucional
© Reneé Irene Acosta Díaz© Instituto Chihuahuense de la Cultura SE RESERVAN TODOS LOS DERECHOS
ISBN: 978-607-7788-85-0
Instituto Chihuahuense de la CulturaAvenida Universidad y División del Norte31170 Chihuahua, ChihuahuaTeléfonos: (614) 214 48 00Correo electrónico: [email protected]
Impreso y hecho en MéxicoPrinted and made in Mexico
Dedico este poemario a Rogelio Treviño
por la mirada esférica.
A Carolina Isabel, mi hermana;
y a mi padre René Acosta Romero
por todo lo que me dieron en vida.
Muy especialmente a Carmen Bernio por la amistad
y los lazos cósmicos, metafísicos.
A mi esposo Jorge Guerrero por su amory su apoyo en todo momento.
8RENEÉ ACOSTA
9Meta f í sca de l o jo
…Una multitud de vidas; todas sufren;
todas ligadas en el tenue y apretado círculo
de sí mismas, odiando, matando, engañando
y deseando la paz después de la victoria. Todos
éstos son los hijos, las enloquecidas figuras
del transitorio pero inagotable,
largo sueño universal del que Todo lo Mira…
Joseph Campbell
Metafísica del ojo
12RENEÉ ACOSTA
13Meta f í sca de l o jo
Historia de una mosca
En el hueco luminoso de la tarde sobrevuela una moscasólo su zumbido interpela la vulnerabilidad del silencioese sonido de motor que hay en sus alaslibera el ojo interiorla luz hexagonal se filtra en sus ojosel ruido de sus alas se apoderade la tarde y sus ventiladores eléctricos
14RENEÉ ACOSTA
Breve crónica del aire
La luz flotando a polvo en las fisurasuna ventanamás alláel camporumoroso
el viento y nadanada
la simple espesura del vientomeciéndose en la hierba luminosaque nadie mira
15Meta f í sca de l o jo
La lavandera y el aire
Monótono el sonido de la lavadora antiguagolpeando a brazadas, anchas, bobas, torpes
la luz de la mañana y el viento meciendotendederos, donde se tiende la pobre camisael pobre calcetín de la pobre gente
monótono sonido de la lavadoray la mujer del vientoy la mujer y el airela mujer mirando lo azuldonde avanzan las nubescomo barcos sobre las sábanasladeando el viento del nortebajo la índole de la luz
la mujer y la tardela mujer solamente
16RENEÉ ACOSTA
Retrato habladode unas palomas en la plaza
En medio de la plaza hay una cruzy en medio de la cruz hay una fuentecada mañana las palomas recogen granosque hacen al caer una música invisiblelas palomas la escuchan y revoloteanalas y más alasplumas descienden como coposníveos y pardossus torsos son delineados por la luzen ese momentoun chico juega con las campanas de la iglesia
17Meta f í sca de l o jo
Las palabras de Sofía
Sofía juega a palabrear el mundoy entre sus rizos sube una sílabaotra sílaba
los primeros vértices diamantinoshacen crecer un universo, los otroscomienzan a formar una palabra
Sofía tintinea con su varita de hada princesay estremece a un giganteque juega con ella a ser convertido en sapo
Sofía llora las despedidas en la puertacon las lágrimas limpias, simultáneasde sus tres años, de mis otros treinta y dosque no quieren despedirse
Sofía muestra su almanaque de palabras:una cuchada, un defante, una puma
un dobot
y nada más
18RENEÉ ACOSTA
Historia de un cepillo
En el centro de la caja hay un cepilloentre sus cerdas aún pasan y repasanlas memorias del pelo
sus suaves fibras silenciosasextienden sus recuerdos capilares:la muchacha del orientela joven madre de occidente
el cepillo aún conserva algunas canassigno silenciosode una nostalgia prolongada
19Meta f í sca de l o jo
Divertimento de una ráfaga de viento
Cruza el aire torbellinolevantando ámpulase lleva los sombrerosalzando faldasalborotando peinadosarrebatando papalotessiempre rápido y ligerose divierte el viento
20RENEÉ ACOSTA
Tao de un perro viejo
Un perro viejo descansa en el portalsus tiempos se anegan en el tapete felpadojunto a la puertalas torcazas resuenan en el ecode la tarde calurosa
si alguien pudiera vivir la tranquilidadde su descanso
el Tao y el centro invariablese posan en el hueco serenode la tarde
el perro reposa sus últimos momentos
21Meta f í sca de l o jo
Un hombre incompleto
En una banca de un parque silenciosoun hombre se observa, se alza, se reclinase inclina ante el pensamiento
de su propio pensamientoobserva que se observaimpávidoclínicoinmóvil
el hombre que se observase observa envuelto de sícomo está, absorto
en absoluta permanenciase reclina a mirar el ligerodescenso de una palomaaterrizando a sus piesen sus piesque son él
22RENEÉ ACOSTA
el hombre observa que tambiénél es sus piesse observamientras la paloma se aleja...
el hombre se descubre incompleto
23Meta f í sca de l o jo
Testimonial del ojo
IMirar las cosas simples bajo el registrode la luz que hay en el ojoojo celeste, ojo emblemáticoojo permanente en lo no permanenteojo santo
24RENEÉ ACOSTA
IIy en el momentola mirada habitahumildeen el rabillo del ojola mirada se vuelve iluminadase complace en las brumas de valles nunca vistos
cuando la mirada se inclinase vuelve al ojo primigeniopara mirar con el cenitla otra pupila altísimaque en un diamante heridoemana iridiscenciala herida del objetoque aparece frente al ojoen su humildad de cosa ya sin uso, abandonadase encarnade luz la iridiscencia
25Meta f í sca de l o jo
Testimonial de la luz
Fuentes de luzpozos de todas las oscuridadessólo la soledad que nos aguarda en el arcángel...lo triste y magnánimo del firmamento
26RENEÉ ACOSTA
Ante una pintura
Para Jorge San Miguel
Veo en la pintura el ojo de una ranael ojo de una paloma silenciosaun ojo de serpiente que aguarda el limbo
veo el ojo animalasí mirando sus ojoscomo lo humano y trémuloveo en la forma de los ojos galaxiasse vuelven espirales, universosveo en cada ojo un universo en formación
súbito silencio
27Meta f í sca de l o jo
La plaza
Un gorrión se detiene en la ventanaobserva con cuidado, sin concienciani juzga, ni habla, ni piensa
una paloma, se asienta a observarlala paz de los granos cae en la plaza
el hombre observa sin pensarel número de las palomasluchando por semillas en la acerani en la cantidad saltando fueraentre sus picos brillantesjunto a la fuentesus alas, sus plumastodo pasa en un instante
bullicio
en la esquina alguien observa al hombre meditabundoque ha descubierto en sus pies que está incompleto
28RENEÉ ACOSTA
La oración de Aurelia
IAurelia, sin más, en silenciosu mano cansada cubre a su hija–su única hija–y piensa que las cosasestán planificadas
porque todo es planificación de un Diosen su eterna crucifixión en la paredsobre los cuadros de aquel bisabueloGeneral, muerto en un fusilamientoy de la querida abuela Otomainezcuidadora de hierbas curativas
el edredón, el ropero, una llavede una generación en generacióncada objeto adecuadoen el lugar adecuado
29Meta f í sca de l o jo
IIAurelia en las nocheszurce la ropa de la niñasu cansancio entra y salepor el ojo de la agujay mira sus manos solastan trabajadoras, solas
cierra la puertahace una oraciónpor los hambrientoslos desempleados
Aurelia piensa que Dios la observay Dios puede mirar cómo rezay sabe que está pidiendo algoalgo que ya no puede creer
Aurelia piensa que ese Dios piensa:pobre Aurelia, tan cansada, tan humildeescucha a su hija llorándoleen el otro lado de la puertaya no le importa si hay un Dios que la mira
30RENEÉ ACOSTA
La fuente
ICanta, canta a las cosas del mundoyo represento la cosas que se manifiestanen el momento justo en que se manifiestanSoy el segundo sin profanación de la constanciaque perpetúa todas las entidadesMírameaquieta tu corazón y ven, siéntate a mi ladobebe de mis aguas más profundas y revélatecontra la explotación de tus propios pensamientosCuando yo me levanto emerge toda una posibilidadYo soy la verdadera razón de los acontecimientosquédate en ti o vuelve a la fuente, Yo soy la razónde todo suceso
31Meta f í sca de l o jo
IIninguna circunstancianinguna flormaletao polillaestá fuera de mí
he creado los mundospara que los existaspuedes manifestarte a través de míde la forma en que mejor lo prefierasestoy cantando en las aguas limpiasde las fuentes citadinas
nada puede alterarme
32RENEÉ ACOSTA
Historia de un árbol
Este muñónenclavado en la tierraera un árboleste pedazo de maderaesta sombraesta ruinasin techurani ventanasfue una casa donde vivióla familiaque plantó el árbol
aquí había una cocinapor acá estaba el pasillodonde arrastraban sus pasosenvejecidossus pasos sólidos, pasosde joven recién casado
aquí estaba el roperoaquí, donde atraviesan sus sombras
33Meta f í sca de l o jo
paseaban con sus largos abrigosy sus sombreros que ya nadie usa
todo ha pasado, es cierto,pero sigo mirando el balanceo de los niñoscolumpiándose en la llanta que cuelgade la rama más gruesa del árbolcuando su fronda era cuartelde cascabeles perdiéndose en la bruma
no hay nadie en la calle donde crecíamanece en la penumbralos gallos vuelven a cantarnadie lo venunca son los mismos gallos
34RENEÉ ACOSTA
Un buen hombre
Froilán era un hijo de Diosa su maneray no es que fuera un gran hombreo que sus manos llevaran el sellode la beatitud sin ignominianunca iba a la iglesia
Froilán era un buen hombreCuando hubo guerra fue a la guerraen tiempos de paz hacia su crisálida en las tabernasy cada día amanecía un patán nuevocon alas renacidasy siempre regresaban sus cuerdas de guitarraa su sin pena ni gloriapreguntando bajo las estrellas
una mañana de 1914 se fragmentócomo la luz de un rubí ensangrentadocaminó al paredón al lado del Generalque dejara viuda a la abuela Otomainez
35Meta f í sca de l o jo
unos dijeron que fue por mujeresotros recordaron el tuétano y la llagaen toda la resequedad de sus vocalestodos hablaron, pero nadiesolamente el ojo ecuacionalel ojo visor de pupilas dimensionalessupo que Froilán fue al paredónpor un hecho insignificante
36RENEÉ ACOSTA
Crónica de las fiestas de San Juan
Gritan los muchachosen el Día de San Juanen las noches de pleno plenilunio
¿Cuántos festejaronsu propia reintegración al firmamento?¿y qué más da?Las serpentinas, los silbatos, el jolgoriola consagración de los listones
¿A cuántos les dijo la bruja que las cartasmarcarían su destino? ¿A cuántoshabrá predestinado en esa nochecon un signo por su frentede pájaros y de agua?
Esa noche de festividadvinieron muchos ojos nuevos al mundo
37Meta f í sca de l o jo
El verano de Jane Marie River
En el verano de 1963
Jane Marie River de Rhode Islandmiraba las ballenas en las playassentada de frente al Golfo de Cortésy escribió una canción por la muertedel asmático Tom Wieland
no miró las gaviotas escapando entre las olasque se rompían en los farallones rumorosostampoco miró a un metro por debajo de la arenael anillo de bodas del matrimonio San Miguelperdido en el naufragio del veintitrésni tampoco miró el cardumenbrillando en los coralesde las generacionesde peces del setenta y seisni se quedó a mirar a don Isidroa trece kilómetros de la playaluchando contra la explotación
38RENEÉ ACOSTA
tampoco miró cuando en el sesenta y sietesu canción sonaba en la radio de un Cadillaccomprado con afán de hotel por un muchachode Rhode Island, que en el asiento traseroarrojaba al universo una posibilidadnadando en la inmensidad del vientrede una muchacha
Jane Marie River, de Rhode Islandjamás regresó a la playa de Méxicodespués de aquel verano de 1963
39Meta f í sca de l o jo
Historia verdadera del Hombre del Costal
Quien puede ver, puede saberlono es cierto, la causa eficientede la más simple esporaes incognoscible
¿Quién puede saber quién era el Hombre del Costal?que se acostó a dormir bajo el cielo de las cordillerasy embriagó las calles de Buenos Airesdando tumbos en España,de buen misionero del vodkaen las barcas de pescapara empresas internacionalescapturando salmones en Alaska?
¿Quién, verídicamente,conoce la historiadel Hombre del Costal que levantó un autocon sus propias manos, en la feria de pasoen la frontera de Tijuana, rebosante de alcoholácido como una ostra en salmuera?
40RENEÉ ACOSTA
¿Quién, por sus manos sucias, maltratadasnaturales, enfermaspor voluntad de amoralguna vez le tuvo instalado, en la comisura de los labioscomo una estrella?
¿Quién sabe todo eso? ¿y a quién le importa?
41Meta f í sca de l o jo
Historia de las coles
Una mañanacuando los niños se columpiabanen ese árbol fuera de casay el aire del nortesobrevolaba las costas;Mandelbrot descubríaque las nubes no son esféricasni las montañas son conoselevándose sobre las casas
ese día, en una granja a pocoskilómetros de la ciudadun granjero cosechabauna generación de colesmatemáticamente repetidas por los siglos
perfectas
Ese día, un helecho de hojasigualmente regularesy perfectasfue arrancado a causa de la cosecha
42RENEÉ ACOSTA
En el helecho habían fructificadodos fuertes generaciones de plagaspero aquella fue la mejor siembra
Aquella mañana partió su mujercon el dueño de una refaccionaria
Un año después la cosechano volvió a ser tan buenaella abandonó a su amantey voló hacia América
Nacieron coles idénticas ynacieron nuevos helechosque tuvieron más pulgonesdiminutos y perfectos
43Meta f í sca de l o jo
Historias de tripulantes
Todos estamos dentro del ojo
en la mirada esférica.
Rogelio Treviño
ICreo que mi paso por el universoes el único paso que voy a daro al menos, es el único que tengo
miraba desde el interior del ojoel amanecer en los treneslos largos durmientescada vez más cercael camino navegantecada vez más lejoscreo en este momento, mi momento–decía pensando en sus hijos, dormidos–
44RENEÉ ACOSTA
nadie en esa penumbrase daba cuenta de aquel hombredejando su casay nadie veía en el interior del ojoporque nadie guarda en la maletael conocimiento de su devenir
45Meta f í sca de l o jo
II
Para el poeta José María Lugo
Pidió un boleto para Managua,quería ir a Méxicobuscando los altos cielos, serraníasde la Tarahumara
pero nonadie sabe realmente a dónde va;le salieron cuatro brotes de luz de su vientrey otros tantos círculos solares de la mollera
le nacieron amarras al viento y renació dos vecesen la vejez prematura de quien vive niñohasta la octava década
nació, murió, renaciódos veces mása la edad de ochenta y tresen las caderas amplias de muchachase invocó al cielo por las revolucionesinteriores,y construyó una casa de guitarras
46RENEÉ ACOSTA
entre las copas de bosques perennesy reventó en cólera contra los amasadoresde existencias por cincuenta la horay dio clases de iluminación tántricapara amantes con anhelos del Nirvanay lamentó la muerte de Nerudaacompañado con sotolde los habitantes de la villa de Creely pidió una beca para soñar despiertoen los últimos instantes de su vidaque nunca supoeran los últimos instantes de su vida
revivió mariposas con sus manoscon métodos que aprendió de las estrellasconjugadas con Quirón, y publicó librosque cuando los leen despiertan galaxias en las pupilas
pero nunca, nunca regresó a Managua
47Meta f í sca de l o jo
Historia de la planificación en un sauna
Entre sudor en los vaporesla jarra de agua cae y saltan chispasentre nubes incandescentes
uno dice: visitaré con mi esposa y mis hijoslas playas este verano
uno muerto en las luces de la carreteraa mano de un trabajador abrazado por el sueño
dos dice: yo haré un intercambio de negociosen Hong Kong antes de que llegue la primavera
un torbellino gélido venido del ártico arrasacon los naranjos de los campos de Californiabaja temperatura, baja de la bolsa
tres piensa mientras callasu falta de planes para el futuroy dice: yo sólo vengo acompañando a mi jefe
48RENEÉ ACOSTA
Genealogía de una idea
En la gran ciudad hay una estatuaerigida en 1610 en honor de los fundadoresa 250 kilómetros hay una ciudad pequeñaconstruida con muchas casas pequeñasdonde vive gente pequeña, de vidas sencillasentregadas a la cosecha de la manzana
en la pequeña ciudad hay un hombreque vive alejado de la estridencia
en la cabeza del hombreviven varias colonias de parásitosque crecen y proliferan gracias al ostracismodel hombre pequeño
en la colonia vive un pequeño parásitodedicado a la proliferación de los más pequeños
en la cabeza del más pequeño existe una coloniade parásitos
49Meta f í sca de l o jo
en la cabeza de uno de ellos tuvolugar, por un segundoalgo parecido a un pensamiento
50RENEÉ ACOSTA
Giro de suerte
Gira un diamante, un as, una cereza, dos cerezasgira nuevamente el azardos cerezas, una naranjaun diamante
un golpe, una mirada atentacauterizada por la frustraciónlos dedos tiemblanal sonido de las máquinas azarosas
si al menos fuera un diamante mássi fuera una cereza másuna nueva vuelta
se escuchan los dados y un crepitar de gritosde jugadoresluces de neón invierten la importancia de la cúpula celestela opacanvuelve a tirar los dados cuando gira en el monitoruna naranja y una hipoteca vuelve a la mesa
51Meta f í sca de l o jo
hay una cámara que todo lo observahay un ojo que ve la cámara, que todo lo observay hay más allá un ojo mirando las consecuenciasprecedentes y venideras
52RENEÉ ACOSTA
Historia íntima del mercado
El ambiente huele a guayabas, a vaporesde carnes recocidas, a verduras frescasa hierbas de olor
los gritos se trenzan en remolinos invisibles
los mercaderes son como hormigas, cargando cajasen los ‘diablitos’, donde se trepan los hijosdel verdulero
muy temprano llegan las ‘rejas’naranjas que llegan como soles metidos en cajas de maderacuando el olor de las tortillas avanza en la maquinariay caen, se condensa con los pescados que aún sangranen el hielo raspado
todo tiene su orden en el río de las circunstancias
perfectamente equilibradas las berenjenas–bajo orden de aparición– el tomate abolladoque se habrá de vender a primera hora
53Meta f í sca de l o jo
hasta en el mercado existe un orden de diferenciastodo se acomodauna pirámide de cebollasuna pirámide de hombres en el aparadorque viven de los maltratados que están atrássiempre atrás
54RENEÉ ACOSTA
Una buena vejez
Mientras la gente vive su vida como si fueradueña de su destinoen los mercados y las calles,en la plaza, un hombre viejo alimenta a las palomasobserva a un hombre meditabundo en una bancaque mira a otro cruzando la esquina
las carretas pasan sin cesar, llevan a los tripulantes de lasnuevasconstrucciones, a los mercaderes de otras décadasa los que habrán de perder sus próximas batallasy sin embargo ríen con entusiasmoporque ignoran cada mañana cómo será el atardecer
55Meta f í sca de l o jo
La casaca y el sombrero
Cuando un hombre se coloca en la mañana la casacay el sombrero, casaca y sombrerose vuelven parte del hombre
aunque no tenga por qué importarlesformar parte de alguienque se ve a sí mismo cada mañana frenteal espejo
¿Sabrá el hombre de la casaca y el sombreroquién es realmente el que está reflejándose?¿podrá mirarse como un conjuntode utilería disfrazadamerodeando las calles?¿les importa acaso, a estos utensilios,formar parte de esa partitura en la disolvencia?
56RENEÉ ACOSTA
No lo sabenen una especie de imantaciónde ser en apariencia, en la apariencia de lo inerteno hacen sino ser sencillamente lo que vinieron a serdesde el momento de la hechura y el diseño
cada mañana se levantan una casaca y un sombreroy se colocan un hombre para que los lleve a pasear
57Meta f í sca de l o jo
En la biblioteca de Tokio
En la biblioteca de la escuela imperial de Tokiohay un libro donde un niño dejó en 1958una mariposa muerta en uno de los poemasde Saito Mokichi por la muerte de su madre
En 1962, una estudiante pidió de préstamoese mismo libro y colocó una flor juntoa la mariposa, dos días después de la muertede su madre
En 1968, un profesor de literatura japonesadel siglo XX, pidió el libro para impartirsu claseleyó solamente las primeras páginasporque tenía prisa y devolvió el libro
Ese mismo año un estudiante pidió el libroencontró la mariposa y se llevó la flormientras que la mariposa permanecióotros años más en los librerosindescifrada con los signos
58RENEÉ ACOSTA
Historia de la importancia
Toda la memoria de los pastos se imprimeen cada movimiento de los aconteceres
la memoria de los ríos se vuelca sobre las casasy las hormigas son testigos de mi revelación
los pulgones son un procedimiento más alto para laconveniencia de los hechos irrelevantes oimportantes de la mínima existencia
¿Por qué habrían de ser menos importantes las gotasde lluvia cayendo como hecatombe sobre los hormigueros?¿Por qué habrían de ser más importantesmis problemas que sus problemas?¿Por qué habría de ser más importante el movimientode los autos que el movimiento de las estrellas?¿Por qué no habría de haber una relación entre todas?
Me quedo callada...
59Meta f í sca de l o jo
Reiteración de las cosas
Los mismos ojoslos mismos labiosel mismo guiño
el padecimiento no tiene medidani las gratitudes del amor son cuantificablessomos las mismas ecuaciones repetidas
nadie en el acontecer de las cosas vecómo sus gestos, sus labios, ese guiño,pudieran ser los signos indescifrablesque determinen cruzar el rubicóno tener tres divorcios
ese algo, esa fascinaciónla lectura anticipadalas señales repetidasen los signos invisibles
Sócrates creía en los signosla mujer que murió de amor, creía en los signosdon Isidro el pescador conocía los signos de las aguas
60RENEÉ ACOSTA
y las nubesyo creo en la perseverancia de las redesen la insolación del águila, en los vagones perdidosen el tren de los actos y circunstanciasen lo no dicho
61Meta f í sca de l o jo
Historia de una fragmentación
Una voltereta repentinason las 12:16:24 segundosla llanta delantera de la motocicletaestalla
25 segundos a oposición del viento
Los manubrios se inclinan y el conductor equilibristafuera de control es arrojado de la motocicleta
26 segundos
El cuerpo da una volteretaen contra del viento que lo derribay da un giro por los aires
Segundo 27:28:29
Aparecen ojos en las nubesmira niños, carruseles, bofetadasvuela en arboledas sobre imágenesdonde la comisura despectivade una muchacha dice:No quiero volver a verte
62RENEÉ ACOSTA
El espejo fragmentándosesalta en pedazos de metal
Treinta segundos
El ‘yo’ del conductorcomienza a desintegrarse
63Meta f í sca de l o jo
Posibilidad
Pudo haber sido, pero no fuelas cosas son lo que son
pudiera haber tomado la izquierdaen lugar de la derechapero tomó la izquierda dondela virgen negra le dio dos palomasun águila y un niño muerto
pudo haber sido lo mejorviajar a la India o viajara las playas de Méxicoo no ir a ninguna parte
pero estar tiene también su propiareverberación en la telaraña de las cosas
64RENEÉ ACOSTA
habría sido mejor no comprar esa motocicletapudiera entre los altos techos celestes, darseuna mejor combinación de los acontecimientosla exactitud del mundo y la lectura de sus mutacionesindescifradaspudieran... pero no
65Meta f í sca de l o jo
Canción por la muerte de Tom Wieland
IQue el cielo se detenga, que detengan sus barcaslos pescadores, que nadie pueda ahora levantarseque dejen de brillar las anémonas y se apaguenlos faros celestes, porque ha muerto Tom Wieland
pero las barcas no se detienenni las olas arrancan de las rocas los percebesporque ha muerto Tom Wieland
nadie detiene su paso, nadie despierta ni duermela causa de la navaja no es la heridapero juntas rasgan las cuerdas que escribenla canción por la muerte de Tom Wieland
siguen los cangrejos su marcha retrógradacomo estrellas rojas cavando en la arenanadie se inmuta por la muerte del muchacho del nortey nadie se inmutará ante la muerte de todoslos que ya adelante vienen, con su cuerpocifrado de signos que hablan de su devastación
66RENEÉ ACOSTA
pero todo sigue su rumbo...no importa si hablamos del destino
67Meta f í sca de l o jo
IItodo ocupaba su lugartodo en su momento formó partede un vaivén de nubesnadie tocará sus bajos deslavesde muchacho pecoso sobre las laderas
habrá quien llore por sus labiosla última saliva, pero nadienadie volteará a los tactosde sus dedos, ni tomará sus recuerdospor bandera de iluminación
las barcas siguen su pescalas mujeres van a trabajar en las cafeteríaspensando en sus hijos que quedaron en casalas negociaciones en Hong Kong proseguirána menos que una ráfaga gélida las detenganada será diferente
quienes lo amaron dirán:si aún viviera Tom Wieland
no cantará bajo los cielos septentrionalescon los indios de sienes fractales
68RENEÉ ACOSTA
no cantarán los mismos hippies, buscandoel Nirvana, con hierba y alcoholescuchando a Jim Morrison,ni protestará en Tlatelolco
no estará cuando niños rubios pecososfestejen frente al televisor por la llegadadel hombre a la lunano estará para besar a Jane Marie Rivera la puesta del sol en las playas de México
no vivirá, en conclusión,las sombras de las marmotas presagiandoel hielo sobre las viejas calcetas olvidadasen el fogón
no se quedará, sin embargo, a mirarla devastación de su pueblo el 11 de Septiembreni tendrá un departamento de alquilerpara rentar jóvenes orientales con ansíasde cocaína en el estupor de las madrugadas
no tendrá ojos, vasos circunspectos,para quedarse a la luz de la imaginacióna ver llegar las señales del Big-Bang
69Meta f í sca de l o jo
en el telescopio Hubble, ni miraráel descubrimiento de las nuevas tecnologíascibernéticas
pobre Tom Wieland, débil, asmáticopecoso
sin embargo su muerte provocaráuna canción para seducir a una muchachaen el asiento trasero de un Cadillac enRhode Island, y nacerá un niño que tendrála vida que él no vivió
70RENEÉ ACOSTA
Nódulo en un restaurante
A las cinco de la mañana abríancomo todos los días, la cafetería del centroy mientras las cafeteras pulsaban al vapory los chasquidos del tocino hirvientese freían en la cocinauna mosca intentaba salirgolpeando el vidrio de la ventana
cuando el hombre visionario, que miró una construcciónen Hong Kong, dejó su casaca y su sombrerola mosca le miraba con sus ojos hexagonales y diversos
cuando la mujer que colocó el mantelpensaba en sus hijos, tomando la libreta del mostradorpensando en sus hijos, llevando la jarra de cafépensando en sus hijos, sirviendo la tazaque se derramó sobre el hombre del sombrero y la casacala mosca intentaba atravesar el vidrio
cuando el cocinero saltó de un golpey los trabajadores levantaban el diario y mojaban la rosquilladonde se posó la mosca, el hombre de las negociaciones en
71Meta f í sca de l o jo
Hong Kongregañaba a la mujer que no dejaba de pensar en sus hijosy la mosca seguía azotándose contra la ventana
los trabajadores, la mujer, el cocinerola mosca insistente en la ventana
ignoraban la red de todos los acontecimientosel acto en el instante, que se instalaba sobre las cosasla finalidad sin apariencia¿Quién conoce las causas de todas las causasy de ellas todas sus consecuencias?
La mosca zumba insistente en la ventana
72RENEÉ ACOSTA
Testimonio post mortem
Ha crecido el pasto sobre las tumbasy digo esto: sigue creciendo el pasto
las entidades siguen su movimientola fractalidad multiplica sus brotesy sabe multiplicar las redes
he visto que han disminuido los peceshe visto el hambrepero no he visto la finalidad de todas las causas
he visto efectuarse en los jardineslas más grandes épicas de sobrevivenciaentre los insectosy he visto entre los hombresmultiplicarse las luchaspara vivir como insectos
nada es diferente
no son diferentes sus sufrimientos a los nuestrospudiera no tener ninguna relación con la piedra
73Meta f í sca de l o jo
que está en el pavimento, y sin embargo alteralas condiciones de mi llanta que ha estallado
no subestimo a la lluvia, y no subestimo a la piedraque no exista una relación aparente es sólo evidenciade mi falta de visión
74RENEÉ ACOSTA
Lectura del signo
Cada cosa desde siempre fue un signopero, ¿quién lee esa clase de circunstancias?No es la ilegibilidad de los actos y las consecuencias
basta con permanecer en un solo sitioinmóvil, calladopara mirar los mismos actos repetitivosy comprender la fuerza mítica de la reiteración
si pudiéramos vernos, con la mirada de lo altosabríamos el segundo exacto de nuestra retirada
75Meta f í sca de l o jo
Historia de una actriz mal pagada
Aquella mujer de labios nacaradosse llama Brenda o Estela o María
Brenda o Estela o Maríason todas budistasy jalan sin el hilo del ‘yo’por la costura histriónica
Brenda: por las mañanas tortuosasentre el café y la rosquilla
Estela, la del tranvíasilabeando deseo y cansancioen el checador de la cafetería
María, la del verídico nombrela mujer entre todas las mujeresla que piensa cada mañanapor sus hijos como una sombra
Brenda María llega a su casaLa máscara de todas se difumina
76RENEÉ ACOSTA
Un hombre muy rico
Éste, que se llama Abel,es un hombre muy ricocomo Abel y rico era su padre
Abel se llamará también su hijoy lapidará en las cantinasentre las francachelasque tiene un joven universitarioque es muy rico
para Abel trabajarán las manospor su nombre se levantarán nóminasy trizasse rebajarán los hombres al escuchar:Abelporque Abel es realmente rico
se dejarán fiestas, partidos de béisbolrecitales de baile, iniciacionesaniversarios
77Meta f í sca de l o jo
se rescatarán, después de todohipotecas, adeudos, franquicias
y todos le llamarán Abelcon la quijada tensacon la mirada irrealeclipsada por sonrisa
78RENEÉ ACOSTA
Diálogo aparte a la película El Padrino
Porque te dije ‘no’ y no regresasteporque dijiste ‘no’, como no queriendocomo queriendo susurrar frutales equinoccios
porque no querías decir ‘no’
detrás de ti, en blanco y negroen voz en off, fuera de tiempo
aún situado en el andén de la puertacomo un cuervo que regresapara subrayar que se marchaA un lado se escucha en el televisor:
Te voy a hacer una propuesta que
no podrás rechazar
te rechazopor mí, por los colegiospor la actriz que aún no soyy no he sido
soy yo quien te deja
79Meta f í sca de l o jo
Tranvía hacia ninguna parte
Los ojos en el vidrio lacrimalllorando por fuera, lo que el reflejopor dentro avisa, una profundatempestad de mares propiose impropios, no dichos
las manos en las bolsas vacíasotro roce de manos se mira distante
una bolsa de papel guarda el alcoholdel hombre que cada mañanase recicla
en el retrovisor sigiloso se escudriñaal hombre abandonado, el alcohólicoun perro con su ciegoy una mujer entrada en añosse acomoda una media ya sin liga
Siguiente bajada
un charco espera el mal paso
80RENEÉ ACOSTA
Perro guía
El perro es un solSun dog, una señal del cieloun paso adelantado
más adelante, un mar de gestosuna curva, un escalón deletreadoen Braille
el perro es un Moisésy abre las aguas de la Quinta Avenida
sus patas en la soledadse escuchan como hojarascapero el ciego sabe de soledadesy de hojas que van cayendoen la penumbra
81Meta f í sca de l o jo
Lamentación por la calvicie
En la tarde otoñalcaen las hojasy por cada hojacae un cabello
el tiempo que conoceel número de todas las hojasy la fracción de todos los cabellospuede mirar al hombreantes del inviernodeshojarse
82RENEÉ ACOSTA
Árbol marcado
Cicatriz de corazón y memoria a navajazosrecuerdo de un amor que nobajó las ramas, donde otro corazónpara otra década se clavótan uña, tan filo, tan guadaña
en el anciano corazón del troncomuchos corazones cicatrizadospor una Mariana, un Raúlun Alberto cualquierapodados de hastíopor el signo de una flechaque desde la savia ya apuntabaa desfibrarse
83Meta f í sca de l o jo
Lamentación de una solterona
Habría esperado, pero nohabía esperado tanto yael regreso del hombreel festín de los platos llenosla resonancia de las cumbres
acalladacon baños de agua fríacuyo ministerio flagelantereivindicó las horasde un san Antonio
se retorció virgen, comouna calabaza amarga, olvidadaen el estante en una diócesispolvorienta
habría levantado una manifestacióndel tedio, por un hombrede papel, de cartón, de plásticoun hombre
84RENEÉ ACOSTA
un salvador de sus nochesmacerándose
pero no, porque no, por lo incorrecto
da una respiración profunda en el camióny levanta con los dedos, discretamenteuna media ya sin liga
85Meta f í sca de l o jo
Pájaro de mal augurio
Murió en una carretera distantepero su madre no lo sabepor eso toma un coñacy baja el libro
en la distancialevanta la mirada
No quiero que use la motocicleta
piensa con escalofrío eficazmientras observa una señalcruzar por la ventana
un cuervo enceguecidocon campanas amarradasa las patascruza el jardín en ese momento
86RENEÉ ACOSTA
Tarde en el colegio
La tarde se rompey las muchachas salen de los colegiosse alborozan con los nuevos bríosde los veranos nacientesentre sus pechos de azúcar
sus piernas, sus brazossus mejillas de hadase van con las mochilasflirteando con espejos
87Meta f í sca de l o jo
Don Isidro pescador
Don Isidro pescador suelta sus redestrasuda sal de las aguas turquesinas
las nubes pasan rápido por el cieloporque están preñadas y tienen prisa
peces, corales, corcholatas, peces
separa la pesca antes de que terminede ocultarse el sol en las aguas
coloca los pescados sobre el hielopara mandarlos al mercado
Don Isidro silba una canciónque cantaron los negroshace mucho tiempoen esa misma bahía
88RENEÉ ACOSTA
Recuerdo apuntadoel día del estreno de Casa Blanca
a) Sentarme junto a ella
b) Respirar su cabello peinado a la Audrey Hepburn
c) Estirar mi brazo sobre el horizonte de la luzque pasa sobre su cabeza
Mensaje de retirada:El manoseo entre mis piernassólo busca las palomitas
El tiempo pasará
ella se inclina en sentido contrariohacia el hombro de mi amigoque busca el hombro de su amiga
Humphrey Bogart salva al esposode su amada y mira cómo se alejanen el aeropuerto
89Meta f í sca de l o jo
Vida y obra de la Mujer Barbona
Tenía por bello el vello de su barbaque la llevó de Rusia hasta París
disfrutó del vodkalas guitarras venecianas
incrustaba flores en la fronda de su peloy listones en los vellos de sus barbasy leía a Rousseau, profunda, silenciosa,peinando sus bigotes
tuvo un romance con el Hombre más Pequeño del Mundoque se columpiaba entre sus barbas
se cansó de él
huyó en Turquía con el Hombre más Fuerte del Mundoy tuvieron hijos como Hércules
fuertes y barbados
90RENEÉ ACOSTA
Nido de cuervos
Un día la madre no volvió al nidolos pequeños cuervos llorarondurante noches completas
durante varias noches completasel granjero no pudo conciliarel sueño
durante varios días golpeó a su mujerrompió los platos, la vasija antiguay su hija que quería ser actrizhuyó a la gran ciudad
de alguna maneraella siempre dijo que su familiaera un nido de cuervos
91Meta f í sca de l o jo
Carnicero
Porque desde siempre fue un cuchillode grande se hizo carnicero
la rosa sanguínea del filete deletreadoen un abecedario que nunca aprendió
la cabeza se deshuesala lengua rasposa que jamáspronunció majadería
el golpe mortal del cebolleroes el más jugoso en el coáguloque salpica saliva el silabearseso sin seso, chamorrocostilla, badajo de cerdoque los corta, los filetealos acuchilla
siempre tuvo vocaciónde carniceropero de niño respondióbombero cuando pensaba policía
92RENEÉ ACOSTA
Recuerdo en vigilia de una niña(que se quedó dormida en el circo)
La noche es un señor con sombreroy saco de lentejuelas que clamala procesión de elefantes, dromedariosgatos contorsionistas
el perro con tutú es también un saltoy el aro suelta sus listones en el escenario
el payaso enano se llama Cucharitada marometas
lentamente se pierde la gravedadde la pirueta en los trapeciosy los ojos de la niña se vuelvencada vez más pesados
93Meta f í sca de l o jo
se cierran los ojos:una mujer barbona
se abren los párpados:el Hombre más Fuerte del Mundo
se cierran una vez másy Juan Pestañas anuncia un trucode niños que saltan en pijama
los aplausos arrullan y despiertan a la niñajusto para ver el último acto:
un oso de tantos por cuantos kilossubirá a la cima de una torrehecha con cajas de gelatina
una luna sonriente acurruca a la niñaen su cama con campanas y edredones
el tambor resopla al despertarentre los aplausos con platillosy el oso ya está en la cima
94RENEÉ ACOSTA
Recuerdo de la niñera de la niña(que miró la función mientras ella dormía)
No, porque no es asíporque las leyes de la gravedadno lo ameritanporque los osos no trepanni las cajas de gelatinalos soportaríanporque en el mundofísico material formalde la materia...
no, te digo que nono seas necia
95Meta f í sca de l o jo
Metafísica del ojo
Vuelvo a transitarme en cada ciclo, en cada instante. Soy laluz del sol y la linterna del sereno dubitativo. Soy y no soy lalámpara del hombre que busca un sabio. Ni lo busco ni lorehuyo y me encuentro multiplicado.
Soy la ventana y la luz que traspasa una botella, me tomocon la mano y me bebo; colocando mi boca sobre mí, mesorbo y desafío. Soy silla y me siento sobre mí, mientras meveo servirme una copa. Me coloco sobre mí, distante la mi-rada; me caigo lágrima de mis ojos. Mi sombra azota la puertay viaja. Soy una estrella más adelante, fugitiva. Caigo.Sobrevuelo cientos de eones y millones de ciclos interes-telares. Mientras, zumbo con mis alas fascinado por mi luz,la luz gasificada de mi condensación que se ilumina. Mequemo en mis alas, absolutamente. Luz de luz, loto fractal,nirvana. Filtrado entre mis ojos poliédricos, afónicos, atóni-tos, ensimismados. Ascendiendo con mis alas me escucho,me lanzo a los brazos de mi amor, mi verdadero amor, losbrazos, mis brazos entrelazados.
Soy un vaso y me quiebro, me requiebro el seso pensando enlos naufragios de mis barcas. Me azoto contra el mar arras-
96RENEÉ ACOSTA
trando conchas y corales, me reproduzco. Brillante, anémo-na, liberado del zarpazo.
Soy el ojo y la luz que penetra el ojo, soy el pensamiento depensar la luz y sentirme iluminado. Soy un bicho que merasca el entrecejo. Soy un recuerdo de mí. Soy una sombradilatada. Yo soy mi mano.
Soy la plaza tintineante y soy los pasos y el zapato del hom-bre envejecido. Yo soy la juventud que besa en los labiosangelicales. Me intercambio, soy fluido. Soy un hombre fuer-te, liviano, alto, débil, noble, terrible. Yo soy mujer, maripo-sa nocturna sobrevolando los ramajes. Soy caballo en la ca-rreta y polvo en el sendero. Apacible como la furia de untorbellino. Incansable como el sueño de un bebé dormido.Despierto a cada instante, lleno de mí, dormido.
Me alzo y me inclino ante la inmensidad minúscula cargan-do granos sobre una hoja, me vuelvo un pozo profundo antela pregunta y me respondo en la carcajada absoluta de uncirco. Soy una carcajada tirada en la soledad de la penum-bra. Soy lodo, soy un charco, soy coágulo de inmensidad des-dentado, soy sangre, sangro. Me integro en la desintegraciónconstante en que me vuelvo trueno, relampagueo. Hago tem-blar la tierra en el asiento trasero de un Cadillac, me incen-
97Meta f í sca de l o jo
dio. Lucho trescientas mil millones de veces por una oportu-nidad, la alcanzo. De entre todos los trescientos mil espermas,lo logro. Entre todos los miles menos uno, me desintegro.
Soy una vela iluminando, velando mi cuerpo; me lloro, meembriago pensando en lo bueno que fui; me voy, me muero,me olvido, me oro. Me llevo lentamente al cementerio, rue-do mis ruedas y me bajo féretro, me cargo. Me cavo con lapala que me está cavando y me desciendo. Me digo una ple-garia, me olvido de mí. Me doy una palmadita. Estoy nacien-do... renazco.
98RENEÉ ACOSTA
99Meta f í sca de l o jo
Índice
Metafísica del ojoHistoria de una mosca...........................................13Breve crónica del aire...........................................14La lavandera y el aire...........................................15Retrato hablado de unas palomas en la plaza...........16Las palabras de Sofía............................................17Historia de un cepillo.............................................18Divertimento de una ráfaga de viento.....................19Tao de un perro viejo.............................................20Un hombre incompleto.........................................21Testimonial del ojo...............................................23Testimonial de la luz.............................................25Ante una pintura...................................................26La plaza..............................................................27La oración de Aurelia............................................28La fuente.............................................................30Historia de un árbol...............................................32Un buen hombre...................................................34Crónica de las fiestas de San Juan..........................36El verano de Jane Marie River...............................37Historia verdadera del Hombre del Costal...............39Historia de las coles..............................................41Historias de tripulantes.........................................43Historia de la planificación en un sauna...................47Genealogía de una idea.........................................48Giro de suerte.......................................................50Historia íntima del mercado..................................52Una buena vejez...................................................54La casaca y el sombrero........................................55
100RENEÉ ACOSTA
En la biblioteca de Tokio.......................................57Historia de la importancia......................................58Reiteración de las cosas........................................59Historia de una fragmentación...............................61Posibilidad........................................................63Canción por la muerte de Tom Wieland..................65Nódulo en un restaurante.......................................70Testimonio post mortem.......................................72Lectura del signo..................................................74Historia de una actriz mal pagada..........................75Un hombre muy rico.............................................76Diálogo aparte a la película El Padrino...................78Tranvía hacia ninguna parte...................................79Perro guía............................................................80Lamentación por la calvicie...................................81Árbol marcado.....................................................82Lamentación de una solterona................................83Pájaro de mal augurio............................................85Tarde en el colegio................................................86Don Isidro pescador..............................................87Recuerdo apuntado el día del estreno de Casa Blanca...88Vida y obra de la Mujer Barbona............................89Nido de cuervos....................................................90Carnicero.........................................................91Recuerdo en vigilia de una niña(que se quedó dormida en el circo).........................92Recuerdo de la niñera de la niña(que miró la función mientras ella dormía)..............94Metafísica del ojo.................................................95
Colección Premios
Serie: Premio Chihuahua
Ángel del desierto, Ilya CazésBlind Sugar, Édgar TrevizoDetén mis trémulas manos, Mario LugoEl arte rupestre en Chihuahua, Francisco MendiolaEl jardín del colibrí, José Luis DomínguezFilosofía de la educación en Chihuahua, Ivonne Arroyo PicardLa democracia de los sentidos, Javier Contreras OrozcoLa mujer que no fui, Rogelio TreviñoLarvario, Lucía Mendoza CanoLos cuentos de la mujer perdida, Jaime Romero RobledoLos días sin Bárbara, Roberto RansomMigración de indocumentados mexicanos a Estados Unidos: Consideraciones económi-cas, Héctor Olea HernándezMujer alabastrina, Víctor BartoliTeatro y maroma. Chihuahua siglos XVIII y XIX, Alma MontemayorVida en otra parte, Liliana Pedroza
Serie: Premio Testimonio
Encuentro con un medio desconocido, César Francisco Pacheco LoyaCuando las banquetas fueron nuestras, Myrna PastranaLa casa de cartón, Luz María Montes de OcaLa ciudad imantada, vida de Milton Vidrio de Ernesto LumbrerasLa señal del burro, Luis Fernando Rodríguez TorresLos nombres del Arcoiris, Braulio PeraltaNotas desde la montaña, Guadalupe GuerreroTarahumara, una tierra herida, Carlos Mario AlvaradoTravesía. Crónicas Marineras, Mauricio Carrera
102RENEÉ ACOSTA
Colección Solar
Serie: Poesía
A la sombra del gigante, Ana Carolina Apodaca MongeArrecifes de sal, Martha Estela Torres TorresCampos ignotos, Antología del Taller Literario Pablo OchoaCasas enteras temblando, Jim BodeenEl arte de la circunstancia, Joaquín Lozano ChávezEl aire de las cosas, Alfredo EspinosaEl árbol de la aurora, Héctor Contreras LópezEspejo de fuego, Lilly BlakeEucaliptos en el viento, Aixa Hernández VargasExtinción de los atardeceres, Martín CampsHojas de magnolia, Martha Estela Torres TorresJardín de luna, Elko Omar Vázquez ErosaLos dedos en la llama, José Luis DomínguezLos infiernos de Lázaro, Leonardo Meza JaraMemoria de la piedra, Héctor Contreras LópezPara cantar después de la derrota, Gabriela BorundaParedes del insomnio, Susana Avitia Ponce de León y Alfonso Chávez SalcidoPuentes de Fuego, Rafael JuradoQuinteto para un pretérito, José Luis Domínguez, Andrés Espinosa Becerra, Juan MarcelinoRuiz, Dolores Guadarrama y Raúl ManríquezRomancero de Majalca, Abel Beltrán del Río y Enrique Amaya NeurdetSantuarios desierto mar, Juan Armando RojasTierra baja, José María LugoZero borderland, Mauricio Rodríguez
Serie: Narrativa
Asuntos de vida o muerte, Marisol Chávez CanoContar la vida, Isauro Canales MartínezCrónicas de naufragios, Alonso MenaCuentos para recuperar la cordura, Carmen Rodríguez Torija, Joel Horacio Orozco Gonzálezy José Alberto Díaz GodínezDeclaración de guerra, Isauro Canales MartínezDelincuentos. Historias del Narcotráfico, Arminé ArjonaDesierto sol, Martín CampsDon Nabor, Mario Góngora Hernández
103Meta f í sca de l o jo
Dunas radiactivas, María del Rosario García BurrolaEclipse, Antonio Villegas FloresEl final I, Marco Jesús López MoralesEl último canto de los lirios, Isauro Canales MartínezHistorias de humo y viento, Elko Omar Vázquez ErosaLa casa movediza, Jorge de la BarreraLuna Hiena, Ea PozoblockMás allá del Conchos, Concepción López Valles y Humberto Payán FrancoMuseo marino, Roberto RansomObra negra, Alfredo EspinosaPar / ten, César Silva Márquez y Édgar Rincón LunaPasión literaria, Martha Estela Torres TorresPescador, Eduardo Sáenz CasavantesPoemática de la naturaleza, Eduardo Sáenz CasavantesPoetry fashion boutique, Gabriela Borunda y Edgar GorrochateguiPrograma de mano, Luis Antonio Zamora AguilarRaiyah-Nai (Bodhisattva), Miguel Alcaraz del CastilloReflexiones sin remedio, Rodrigo Pérez Rembao y Javier Mariano RubioRelatos de la Hacienda de Santa Gertrudis, Baltazar Ruiz Barroterán.Si te cuento, Flora Isela Chacón FloresValle de Cardos, Simitrio Quezada MartínezVolver a la tierra, Luis Arturo Chavarría Camargo
Serie: Dramaturgia
Agua es el insomnio. Negra es la vigilia, Elman TrevizoAndar es cantar es..., Teresa Camou GuerreroChihuahua para niños, Antonio ZúñigaHistorias ordinarias de gente extraña, Georgina G. Ayub ChávezLa puerta negra: la invención de Delgadina, Felipe Ángel Nájera ArreolaLas bodas de Merchant, Georgina Ayub ChávezObras clásicas. Adaptaciones, Eva Castro PérezRumbo a vacío, Raúl VallesVoces sin sombra, Georgina G. Ayub Chávez
Serie: Ensayos
Aires del pasado. Reporteros de ayer y de hoy, Carlos Murillo De la CruzAsí enseñaban nuestros profesores, Fernando Sandoval Salinas y Ramón Gutiérrez Lozano
104RENEÉ ACOSTA
Ciudad Juárez: Una frontera en crisis, Jorge Humberto Chávez Ramírez, Gabriela MinjaresBaltazar, Bertha Ramírez Acosta, Cinthia Camacho Contreras, Sergio Arturo Duarte Méndez,Rubén Terrazas Sáenz, Lorena Patricia Figueroa Hernández, Raúl Gómez FrancoChihuahua: el sitio, herencia monumental, Rigoberto Holguín GonzálezDiagnóstico sociocultural de los Pimas del estado de Chihuahua, Horacio AlmanzaEntre el mundo rural y el trabajo industrial, Denisse Ariadna Salazar GonzálezEscuela modelo.., Fernando Sandoval GutiérrezEscuela albergue, poder y negociación, Lorena Gallegos RenovaEstética, filosofía y sabiduría, Jorge Alberto Ordóñez BurgosHegemonía y educación bilingüe-bicultural en la Sierra Tarahumara, Alejandro ArrecillasHistorias cercanas, David Pérez LópezHacer la impostura, Juan Cristóbal Pérez ParedesInforme Natorp, Esteban A. Gasson LaraInstrumentos de participación ciudadana en Chihuahua, Roberto Sáenz HuertaLa poesía órfica y la sabiduría antigua, Jorge Ordóñez BurgosLos costos de la modernidad, Victoria Granados PérezLos olvidados, Antonio Vilanova FuentesMuerte de Villa, Antonio Vilanova FuentesMujeres, antros y estigmas en la noche juarense, Jorge BalderasMujeres y fronteras: Una perspectiva de género, María Socorro Tabuenca CórdobaOñate: Conquistador de Nuevo México, Concepción López de Valles y Humberto Payán FrancoPolíticas indigenistas, Eugeni Porras CarrilloPotencial de desarrollo y desequilibrio regional en Chihuahua, Luis Enrique Gutiérrez CasasPrincipios de sensibilidad, Federico Corral VallejoRalámuli Ra’ichábo! ¡Hablemos el tarahumar!, Enrique ServínRarámuri: el lugar de la vida y la muerte, Jesús Vaca CortésRegiones de desemejanza, Roberto RansomReporteros de ayer de hoy... de siempre, Carlos Murillo De la CruzRevolución en el panteón, José Carlos Hernández AguilarSan José Baqueachi: Historia de un ejido tarahumara, Mayra Mónica Meza FloresSanta Cruz, antigua región de los tapacolmes. Historia de la Villa de Rosales, Eduardo A.Esparza TerrazasSanto niño. El barrio... Mi barrio, Mario López MoralesSemana Santa en Norogachi. Una aproximación a la cultura rarámuri. Rosario OrdóñezVillagránTeoría de la imagen fográfica, Jorge Alberto Arreola BarrazaValle de Allende: Patrimonio cultural de Chihuahua, Federico Mancera Valencia, RaúlGarcía Flores, Alonso Domínguez Rascón y Cecilia Calderón PuenteVivimos para morir, morimos para vivir, Ana L. Prieto Valdés
105Meta f í sca de l o jo
Colección Especiales
Arte letal: Vida, pasión y milagros de José Alfredo Jiménez, Lupita D’Alessio y JuanGabriel, Alfredo EspinosaAventuras de coctel, Jesús Chávez MarínCien años de cine en Chihuahua, Alma MontemayorEl canto del Quetzaltótol, Manuel Talavera TrejoImpactos culturales del plan maestro Barrancas del Cobre, Federico Mancera, AlonsoDomínguez y Arturo HerreraTeatro de los Héroes. XXV aniversario, Alma MontemayorMemoria I Encuentro de narradores del noreste
Colección Libros de Arte
Águeda Lozano. Unidad abstracta y naturalBenjamín Domínguez: el cuerpo en la mirada, Benjamín DomínguezEscultomurales y Mundos oníricos de Luis Y. AragónEsplendor y decadencia del antiguo Teatro de los Héroes, Alma MontemayorUn faro de luz en la pintura, Alberto Carlos
Colección Infantil
El pequeño mago, Alma MontemayorJuegos infantiles en Chihuahua, María Sánchez Portillo y Raúl Balderrama MontesLa coneja estéril, Paulino Arreola ArreolaRehilete: Antología literaria para niños, Maricela Duarte
Colección Rayénari
Antes del ayer, Joaquín-Armando ChacónDemiurgo de una teatralidad sin fronteras, Víctor Hugo Rascón Banda
Colección Autores Chihuahuenses
Canción y diálogos de amor, Mario Arras RodríguezLuz de luna en los aduares, Virgilio Gastélum
Colección Coediciones
A veces la soledad (y no queda más remedio), Guadalupe GuerreroArquitectura de Al-Andalús (herencia de un arte), Sergio Chávez DomínguezAntología, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus ChihuahuaCarta a Juárez y a sus amigos y Los informes de Reubén Creel, Félix Pyat y Víctor OrozcoCarta del Apóstol San Blas a los Parralenses, Blas García FloresChihuahua Hoy 2005-2011. Tomo III al IXDías de septiembre, Raúl ManríquezDandismo y asesinato estético, Agustín García DelgadoDe los niños para los niños, varios autoresDe plumas y huesos, Federico Corral VallejoEl Barrio Viejo de mis recuerdos, José Luis DomínguezEl verdadero Pancho Villa, Ángel Rivas LópezEn la frontera norte. Ciudad Juárez y el teatro, Enrique MijaresGramática Tarahumara, Abel Rodríguez LópezInfierno grande, Alfredo EspinosaLa hora del desierto, Arturo Rico BovioLa lámpara en el granero, Rogelio TreviñoLa memoria del cuerpo.Salvador Elizondo y su escritura, Francisco Serratos.Los poemas de Tsin Pau, Carlos MontemayorLos prodigiosos pergaminos de Alejandría, Carlos Rodrigo de la Rosa ArroyoNacimiento de un reino: La Nueva Vizcaya, Zacarías MárquezObra reunida, Enrique MacínPeregrino, José Vicente AnayaPubis al cielo, Ramón Gerónimo OlveraTarahumara. Una antigua sociedad futura, María Elena OrozcoUn estudio sobre el actor, Raúl Valles e Inet SimentalX y Contando, María Cruz León Pineda (compiladora)
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Metafísica del ojo,
se terminó de imprimirel 27 de septiembre de 2012
en Impresos Grafimagen S.A. de C.V.,
Ave. Francisco Villa 3117
San Felipe Quinta EtapaChihuahua, Chihuahua
Teléfonos: (614) 414 54 86 y 414 54 24
La edición consta de 1 000 ejemplares
Coordinador editorial: Gonzalo García Terrazas
Edición y diseño: Leticia Carrillo Girón
Corrección de estilo: Claudia Saldaña León
Mesa de redacción: Ana María Amézaga Domínguez, Claudia Saldaña Leóny Lilia Esperanza Sierra Pérez Rodríguez
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