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Pág.16 PARAULA Valencia,domingo10-II-2013...

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Valencia, domingo 10-II-2013 Pág. 16 PARAULA EDUARDO MARTÍNEZ La compatibilidad y el diálogo fe- razón, el arte y la belleza como me- dios que nos facilitan el conocimiento de Dios... son algunos de los temas que trató la filósofa alcoyana María Ángeles Vitoria, profesora de la Pon- tificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, en una reciente conferencia en Valencia. Antes de la sesión, ha- blamos con ella sobre las posibilida- des y riesgos de esos enriquecedores diálogos que, con creciente empeño, está promoviendo la Iglesia. - Díganos, profesora, en su opinión ¿en qué momento se encuentra el diálogo fe-razón y qué posibilida- des ve de que sea fructífero? - Estamos en un momento muy pro- picio. Por una parte, porque éste es uno de los temas más queridos de Be- nedicto XVI. De hecho, muchos han llamado al suyo como el “pontificado de la razón”. Y por otro lado, se ha visto claramente que ese concepto de “razón” que adoptó la modernidad, y que la reducía a lo que es empírica- mente verificable o lo que se puede calcular, se ha agotado, ha tocado ya sus últimas posibilidades como para- digma de lo que es racional. Ahora va tomando cuerpo un concepto de “razón” en un sentido más amplio: no solo como razón científica -como la entendió la modernidad en su con- cepción dominante-, sino también en cuanto estética, poética, intuición… Por parte de la Iglesia existe un inte- rés muy grande por impulsar todos los caminos a través de los cuales la razón puede llegar a la Verdad. - La Santa Sede, de hecho, está pro- moviendo desde el Pontificio Con- sejo para la Cultura diálogos con artistas, pensadores e incluso re- presentantes del ateísmo. ¿Cómo valora esas iniciativas? - Muy positivamente, y diría que ya hay frutos. Uno de ellos es que mucha gente, entre las cuales me in- cluyo, está multiplicando el número de conferencias que da al respecto de estos diálogos. Existe una sensibili- dad y expectación creciente hacia ellos. Diría también que desde la Santa Sede y desde otras iniciativas privadas se está potenciando la pre- paración de las personas que guían a los peregrinos y turistas por Roma, para facilitar que durante su visita por un lugar con tanta riqueza artís- tica puedan ahondar en su compren- sión de que muchas de esas obras nacieron como expresión de la fe. - Al establecer estos diálogos, ¿cree que puede verse comprometida la propia identidad o es posible man- tenerla y estar abierto a la vez? - Para poder dialogar uno ha de tener, primeramente, una identidad precisa. No hay que renunciar a ella. Pero, al mismo tiempo, ha de estar abierto, ya que siempre se puede llegar de un modo más perfecto a la Verdad. Desde ese punto de vista, no hay que temer al diálogo porque, además, el cristianismo encierra en sí toda la ri- queza de lo humano: lo humano re- sulta potenciado y llevado a sus máximas posibilidades por la fe. En la evangelización, por ejemplo, no se produce una introduccción por parte del cristianismo de algo ajeno a la cultura a la que se dirige (siempre que esa cultura sea auténtica, y lo es cuando más cercana está a la Verdad). Esas culturas lo que encuentran en su contacto con el cristianismo es una plenitud de aquello que con tanta fa- tiga estaban buscando. Esto es lo que sucedió con los filósofos griegos, que eligieron el camino de la razón para dar respuesta al sentido de la vida y a las realidades últimas, y su encuentro con el cristianismo no fue un introdu- cir en ella algo extraño. A partir de estas consideraciones, se puede decir que cualquier cultura verdadera debe estar abierta al diálogo. - Por tanto, como nos recuerda tantas veces Benedicto XVI, o como lo hizo Juan Pablo II, no hay -o no debe haber- incompatibilidad entre fe y razón... - Claro. Ni siquiera los cristianos podemos decir “ahora estoy pen- sando con la fe” o “ahora con la razón”. Siempre pensamos con la razón: o bien con la razón natural cuando reflexionamos sobre un mé- todo para hacer Matemáticas o Fí- sica o Filosofía, o bien con la razón iluminada por la fe. Pero la fe sin la razón no es la fe cristiana. - Al margen de estos encuentros o diálogos, ¿qué propondría para avanzar en la sintonía entre arte y fe, tan común hace siglos? - Creo que hay que despertar la sen- sibilidad para captar la belleza, que es el esplendor de la verdad y de la bondad. Cuando se educa esa faceta, el camino de la belleza y el arte es muy propicio para abrirse a la tras- cendencia. En ocasiones, los miste- rios de la fe encuentran una expresión más fuerte e intuitiva en el arte que en la reflexión filosófica. - En relación a la belleza, abundan también formas de entenderla y ac- titudes que no parecen precisa- mente sanas, como el culto al cuerpo. ¿Qué opina al respecto? - Hay que educar en un sentido de la belleza que remita a Dios, no al culto al cuerpo. Para ello se ha de ayudar a comprender lo corpóreo desde una di- mensión completa, no parcial. Por ejemplo, Miguel Ángel pretendía que retratando al hombre, al ser imagen y semejanza de Dios, retrataba también una parte del Creador. El cuerpo para él es la exteriorización de la dimen- sión espiritual del hombre. Por eso en la capilla Sixtina retrató a través de los gestos del cuerpo las ansias del hom- bre, sus aspiraciones más profundas. Se trata, por tanto, de ayudar a tras- cender lo empírico. Es la misma idea de Juan Pablo II cuando decía que hemos de dar el paso del fenómeno al fundamento. Creo que en el arte esto se podría traducir por ayudar a ir más allá de lo corpóreo para ver el alcance que tiene como un reflejo de las di- mensiones espirituales, tocando así la verdadera belleza, que en su sentido más profundo remite a Dios. - En el caso del arte, existen tam- bién formas controvertidas, como aquellas en las que su elemento esencial -más allá de la belleza, la didáctica o la persuasión- es la mera provocación o la transgresión. ¿Cómo entiende usted el eterno de- bate del arte y sus límites? - Se puede decir con palabras; luego, como sucede con todas las cosas, en la realidad concreta no es tan sencillo determinar los límites. Puesto que la belleza es el resultado de la verdad y de la bondad de las cosas, un arte ver- dadero tiene que mostrar la bondad como bondad, y por tanto con be- lleza, y la maldad como maldad. Esto en los clásicos de la literatura, por ejemplo, se aprecia con claridad. Por- que claro que hablan de acciones in- justas, pero las muestran como algo no deseable. Pienso que eso es una manifestación de verdadero arte. - ¿Cómo definiría el impacto que produce la belleza en la persona? - Se ha dicho que la belleza y el arte son modos de conocimiento. En este sentido, hay artistas como Rafael y Leonardo que son, a la vez, filósofos porque a través de las formas buscan mostrar la verdad y el bien. La belleza es como el brillo de la verdad y de la bondad de las cosas. Pero no solo es conocimiento, sino que también pro- duce una cierta emoción en el alma. Es, por tanto, una conjunción de co- nocimiento y de afecto, se dirige a la voluntad y a los sentimientos. - Decía Dostoyevski que “la belleza salvará el mundo” y que “la huma- nidad puede vivir sin la ciencia, puede vivir sin pan, pero nunca po- dría vivir sin la belleza, porque ya no habría motivo para estar en el mundo”. ¿Cómo entiende estas citas que el famoso escritor ruso es- cribió en un tono tan radical? - Diría que el hombre ha sido lla- mado a la existencia para ser feliz eternamente. Está hecho para gozar de todo lo que es verdaderamente bello. Toda su estructura tiende hacia aquello: el máximo goce y felicidad en Dios. Así, la belleza que podamos captar aquí es como un adelanto de la futura. Por todo ello, es posible decir, en cierto modo, que no pode- mos vivir sin belleza. Mujer ‘de ciencias’ y apasionada de Michelangelo María Ángeles Vitoria nació en Alcoi y reside en Roma desde 1974. Es li- cenciada en Biología, así como en Teología Dogmática, y doctora en Filo- sofía. Actualmente es profesora de Filosofía de la Ciencia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma. Su labor docente y de investigación se orienta a las relaciones de las ciencias con la Filosofía y la Teología. Es autora de varios libros sobre este dialogo interdisciplinar, entre ellos ‘Mi- guel Ángel Buonarroti, pintor de la Sixtina’, que está a punto de publicar la editorial RIALP. “Lo he escrito primero con motivo del Año de la Fe, por- que la capilla es una representación pictórica de la Historia de Salvación y porque el 31 de octubre de 2012 se celebraron los 500 años del final de la bóveda”, explica la profesora. ¿Pero de dónde le viene a una mujer como ella, con una formación ini- cial ‘de ciencias’, una pasión por el arte que le lleva a dictar conferencias sobre las ‘Estancias de Rafael’ y la capilla Sixtina de Miguel Ángel por media Europa e Iberoamérica? “Yo no tenía un interés particular por el campo del arte”, recuerda. El punto de inflexión se produjo durante una vi- sita que realizó a la Sixtina. Ella ya había estado en dos o tres ocasiones en la capilla donde se celebran los cónclaves para la elección del papa. Pero aquella vez fue acompañada por “una colega profesora”, que le explicó la obra de tal manera que se dijo: “No es posible que yo haya estado delante de algo con una riqueza semejante y que no me haya enterado”. Desde en- tonce, María Ángeles profundizó en todo el universo del genio italiano hasta convertirse en toda una experta y divulgadora de su obra. “Hay que educaren un sentido de la belleza que remita a Dios, no al culto al cuerpo” La profesora, minutos antes de su conferencia en Valencia sobre las ‘Estancias de Rafael’. Entrevista a Mª Ángeles Vitoria, natural de Alcoi y profesora en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma “Siempre pensamos con la razón: o la natural o la iluminada por la fe. Pero la fe sin la razón no es la fe cristiana”
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Valencia, domingo 10-II-2013Pág. 16 PARAULA

� EDUARDO MARTÍNEZLa compatibilidad y el diálogo fe-razón, el arte y la belleza como me-dios que nos facilitan el conocimientode Dios... son algunos de los temasque trató la filósofa alcoyana MaríaÁngelesVitoria, profesora de la Pon-tificia Universidad de la Santa Cruzde Roma, en una reciente conferenciaen Valencia. Antes de la sesión, ha-blamos con ella sobre las posibilida-des y riesgos de esos enriquecedoresdiálogos que, con creciente empeño,está promoviendo la Iglesia.

- Díganos, profesora, en su opinión¿en qué momento se encuentra eldiálogo fe-razón y qué posibilida-des ve de que sea fructífero?- Estamos en un momento muy pro-picio. Por una parte, porque éste esuno de los temasmás queridos de Be-nedicto XVI. De hecho, muchos hanllamado al suyo como el “pontificadode la razón”. Y por otro lado, se havisto claramente que ese concepto de“razón” que adoptó la modernidad, yque la reducía a lo que es empírica-mente verificable o lo que se puedecalcular, se ha agotado, ha tocado yasus últimas posibilidades como para-digma de lo que es racional.Ahora vatomando cuerpo un concepto de“razón” en un sentidomás amplio: nosolo como razón científica -como laentendió la modernidad en su con-cepción dominante-, sino también encuanto estética, poética, intuición…Por parte de la Iglesia existe un inte-rés muy grande por impulsar todoslos caminos a través de los cuales larazón puede llegar a la Verdad.- La Santa Sede, de hecho, está pro-moviendo desde el Pontificio Con-sejo para la Cultura diálogos conartistas, pensadores e incluso re-presentantes del ateísmo. ¿Cómovalora esas iniciativas?- Muy positivamente, y diría que yahay frutos. Uno de ellos es quemucha gente, entre las cuales me in-cluyo, está multiplicando el númerode conferencias que da al respecto deestos diálogos. Existe una sensibili-dad y expectación creciente haciaellos. Diría también que desde laSanta Sede y desde otras iniciativasprivadas se está potenciando la pre-paración de las personas que guían alos peregrinos y turistas por Roma,para facilitar que durante su visitapor un lugar con tanta riqueza artís-tica puedan ahondar en su compren-sión de que muchas de esas obrasnacieron como expresión de la fe.- Al establecer estos diálogos, ¿creeque puede verse comprometida lapropia identidad o es posible man-tenerla y estar abierto a la vez?

- Para poder dialogar uno ha de tener,primeramente, una identidad precisa.No hay que renunciar a ella. Pero, almismo tiempo, ha de estar abierto, yaque siempre se puede llegar de unmodo más perfecto a la Verdad.Desde ese punto de vista, no hay quetemer al diálogo porque, además, elcristianismo encierra en sí toda la ri-queza de lo humano: lo humano re-sulta potenciado y llevado a susmáximas posibilidades por la fe. Enla evangelización, por ejemplo, no seproduce una introduccción por partedel cristianismo de algo ajeno a lacultura a la que se dirige (siempre queesa cultura sea auténtica, y lo escuandomás cercana está a laVerdad).Esas culturas lo que encuentran en sucontacto con el cristianismo es unaplenitud de aquello que con tanta fa-tiga estaban buscando. Esto es lo quesucedió con los filósofos griegos, queeligieron el camino de la razón paradar respuesta al sentido de la vida y a

las realidades últimas, y su encuentrocon el cristianismo no fue un introdu-cir en ella algo extraño. A partir deestas consideraciones, se puede decirque cualquier cultura verdadera debeestar abierta al diálogo.- Por tanto, como nos recuerdatantas veces Benedicto XVI, ocomo lo hizo Juan Pablo II, no hay-o no debe haber- incompatibilidadentre fe y razón...- Claro. Ni siquiera los cristianospodemos decir “ahora estoy pen-sando con la fe” o “ahora con larazón”. Siempre pensamos con larazón: o bien con la razón naturalcuando reflexionamos sobre un mé-todo para hacer Matemáticas o Fí-sica o Filosofía, o bien con la razóniluminada por la fe. Pero la fe sin larazón no es la fe cristiana.- Al margen de estos encuentros odiálogos, ¿qué propondría paraavanzar en la sintonía entre arte yfe, tan común hace siglos?- Creo que hay que despertar la sen-sibilidad para captar la belleza, quees el esplendor de la verdad y de la

bondad. Cuando se educa esa faceta,el camino de la belleza y el arte esmuy propicio para abrirse a la tras-cendencia. En ocasiones, los miste-rios de la fe encuentran unaexpresión más fuerte e intuitiva en elarte que en la reflexión filosófica.- En relación a la belleza, abundantambién formas de entenderla y ac-titudes que no parecen precisa-mente sanas, como el culto alcuerpo. ¿Qué opina al respecto?- Hay que educar en un sentido de labelleza que remita a Dios, no al cultoal cuerpo. Para ello se ha de ayudar acomprender lo corpóreo desde una di-mensión completa, no parcial. Porejemplo, Miguel Ángel pretendía queretratando al hombre, al ser imagen ysemejanza de Dios, retrataba tambiénuna parte del Creador. El cuerpo paraél es la exteriorización de la dimen-sión espiritual del hombre. Por eso enla capilla Sixtina retrató a través de losgestos del cuerpo las ansias del hom-

bre, sus aspiraciones más profundas.Se trata, por tanto, de ayudar a tras-cender lo empírico. Es la misma ideade Juan Pablo II cuando decía quehemos de dar el paso del fenómeno alfundamento. Creo que en el arte estose podría traducir por ayudar a ir másallá de lo corpóreo para ver el alcanceque tiene como un reflejo de las di-mensiones espirituales, tocando así laverdadera belleza, que en su sentidomás profundo remite a Dios.- En el caso del arte, existen tam-bién formas controvertidas, como

aquellas en las que su elementoesencial -más allá de la belleza, ladidáctica o la persuasión- es lamera provocación o la transgresión.¿Cómo entiende usted el eterno de-bate del arte y sus límites?- Se puede decir con palabras; luego,

como sucede con todas las cosas, enla realidad concreta no es tan sencillodeterminar los límites. Puesto que labelleza es el resultado de la verdad yde la bondad de las cosas, un arte ver-dadero tiene que mostrar la bondadcomo bondad, y por tanto con be-lleza, y la maldad comomaldad. Estoen los clásicos de la literatura, porejemplo, se aprecia con claridad. Por-que claro que hablan de acciones in-justas, pero las muestran como algono deseable. Pienso que eso es unamanifestación de verdadero arte.

- ¿Cómo definiría el impacto queproduce la belleza en la persona?- Se ha dicho que la belleza y el arteson modos de conocimiento. En estesentido, hay artistas como Rafael yLeonardo que son, a la vez, filósofosporque a través de las formas buscan

mostrar la verdad y el bien. La bellezaes como el brillo de la verdad y de labondad de las cosas. Pero no solo esconocimiento, sino que también pro-duce una cierta emoción en el alma.Es, por tanto, una conjunción de co-nocimiento y de afecto, se dirige a lavoluntad y a los sentimientos.- Decía Dostoyevski que “la bellezasalvará el mundo” y que “la huma-nidad puede vivir sin la ciencia,puede vivir sin pan, pero nunca po-dría vivir sin la belleza, porque yano habría motivo para estar en elmundo”. ¿Cómo entiende estascitas que el famoso escritor ruso es-cribió en un tono tan radical?- Diría que el hombre ha sido lla-mado a la existencia para ser felizeternamente. Está hecho para gozarde todo lo que es verdaderamentebello. Toda su estructura tiende haciaaquello: el máximo goce y felicidaden Dios.Así, la belleza que podamoscaptar aquí es como un adelanto dela futura. Por todo ello, es posibledecir, en cierto modo, que no pode-mos vivir sin belleza.

Mujer ‘de ciencias’y apasionada deMichelangeloMaría Ángeles Vitoria nació en Alcoi y reside en Roma desde 1974. Es li-cenciada en Biología, así como en Teología Dogmática, y doctora en Filo-sofía. Actualmente es profesora de Filosofía de la Ciencia en la PontificiaUniversidad de la Santa Cruz de Roma. Su labor docente y de investigaciónse orienta a las relaciones de las ciencias con la Filosofía y la Teología. Esautora de varios libros sobre este dialogo interdisciplinar, entre ellos ‘Mi-guel Ángel Buonarroti, pintor de la Sixtina’, que está a punto de publicar laeditorial RIALP. “Lo he escrito primero con motivo delAño de la Fe, por-que la capilla es una representación pictórica de la Historia de Salvación yporque el 31 de octubre de 2012 se celebraron los 500 años del final de labóveda”, explica la profesora.

¿Pero de dónde le viene a una mujer como ella, con una formación ini-cial ‘de ciencias’, una pasión por el arte que le lleva a dictar conferenciassobre las ‘Estancias de Rafael’ y la capilla Sixtina de Miguel Ángel pormedia Europa e Iberoamérica? “Yo no tenía un interés particular por elcampo del arte”, recuerda. El punto de inflexión se produjo durante una vi-sita que realizó a la Sixtina. Ella ya había estado en dos o tres ocasiones enla capilla donde se celebran los cónclaves para la elección del papa. Peroaquella vez fue acompañada por “una colega profesora”, que le explicó laobra de tal manera que se dijo: “No es posible que yo haya estado delantede algo con una riqueza semejante y que no me haya enterado”. Desde en-tonce,María Ángeles profundizó en todo el universo del genio italiano hastaconvertirse en toda una experta y divulgadora de su obra.

“Hay que educar en un sentido de la bellezaque remita a Dios, no al culto al cuerpo”

La profesora, minutos antes de su conferencia en Valencia sobre las ‘Estancias de Rafael’.

� Entrevista a Mª Ángeles Vitoria, natural de Alcoi y profesoraen la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma

�“Siempre pensamos con la razón:o la natural o la iluminada por la fe.Pero la fe sin la razón no es la fe cristiana”

PARAULA Pág. 17Valencia, domingo 10-II-2013

� E.M.La conferencia pronunciada por María Ángeles Vitoria en Valencia giró en torno al ‘Diálogoentre la razón y la fe a través del arte’, tal como tituló su intervención. En concreto, la profe-sora de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma realizó una explicación formal dela ‘Estancia de la Firma’, una de las ‘Estancias de Rafael’, pintadas por el genio italiano en elprimer tercio del siglo XVI, durante el pontificado de Julio II, en lo que hoy son los MuseosVaticanos. Para la docente alcoyana, esta obra maestra de la historia delArte es “posiblementela mejor representación pictórica que hay de la relación entre la fe y la razón”.

En esta página, mostramos los dos frescos principales que decoran la ‘Estancia de laFirma’ (o del Sello): por un lado, ‘La escuela de Atenas’ y, por otro, ‘La disputa del Santí-simo Sacramento’. Entre ambas, se establece una suerte de diálogo pictórico entre la fe y larazón en su búsqueda de la Verdad, cada una de ellas con su propio método. La sala es com-pletada por otros frescos que representan las virtudes y la belleza.

La conferencia de María Ángeles Vitoria fue organizada en el Centro Cultural Bancaja deValencia por la asociación de alumnos del IESE, la escuela de negocios de la Universidadde Navarra.

Las ‘Estancias de Rafael’: un diálogo pictóricoentre la fe y la razón a la búsqueda de la Verdad

‘La disputa del SantísimoSacramento’

Frente al fresco de ‘La escuela deAtenas’se ubica el de‘La disputa del Santísimo Sacramento’, como queriendosignificar a través de esa disposición espacial el diálogo

que se entabla entre la fe y la razón. En el caso de estefresco, Rafael quiso representar la fe y la religión, como

uno de los modos de alcanzar ese objetivo común quetiene con la razón: el conocimiento de la Verdad.

En la obra, se significa la Verdad suprema, esto es, laSantísima Trinidad, mostrada en las figuras del Padre

(con el mundo en sus manos), del Hijo (con las llagasgloriosas, resucitado y junto a la Virgen y san Juan) y

del Espíritu Santo. Esa Verdad es adorada por la Iglesiatriunfante (en la parte superior) y la Iglesia militante

(abajo), todos en torno a la Eucaristía, el SantísimoSacramento.

Entre otros personajes de la Iglesia triunfante, estántambién san Pedro, Adán, el rey David, san Esteban

Protomártir, san Mateo, san Pablo (con la espada y ellibro con las epístolas), Abraham (con el cuchillo del sa-

crificio) o Moisés (con las tablas de la ley).

En la parte de abajo, a la izquierda, llama la atenciónun grupo de personajes que están mirando un libro

pero, al mismo tiempo, su cuerpo está girado hacia laEucaristía. Representan a aquellos que están interior-

mente divididos, de modo que por una parte son racio-nalistas y parece que solo confían en la ciencia y la

razón (el libro) para alcanzar la Verdad, pero no dejande mirar, aunque sea de reojo, hacia el mundo de la fe

(el Santísimo Sacramento).

Otros personajes de la Iglesia militante señalan directa-mente a la Eucaristía, reconociendo en ella la Verdad,

Dios mismo sacramentado.

‘La escuela de Atenas’Se trata de la pintura más conocida de la ‘Estancia de laFirma’. El programa pictórico de toda la sala fue dirigidopor el propio papa y los teólogos de la corte pontificia, quequisieron mostrar gráficamente los caminos principalespara alcanzar el conocimiento de la Verdad: la fe, la razón,la belleza y la bondad.

‘La escuela de Atenas’ representa, en concreto, el camino dela ciencia y de la razón. Para ello, Rafael pintó a los filóso-fos de la Grecia clásica, presididos por Sócrates, así comoPlatón y Aristóteles (ambos en la parte central de la obra, elprimero de rojo y el segundo de azul). Los filósofos son ro-deados por sus discípulos y por algunos científicos.

En la parte izquierda, a mitad de altura, aparecen Protágo-ras y Gorgias, dos representantes del sofismo, una corrienteque daba más importancia al convencer que al conocer,hasta el punto de ser acusados de introducir en sus plantea-mientos premisas falsas para ajustar sus conclusiones no ala realidad, sino a sus prejuicios. Otro personaje, Apolo-doro, con la mano alzada, los está expulsando del escenariode los filósofos, reprochándoles que no les interese la Ver-dad, sino persuadir a los demás acerca de sus propias ideasaunque no se ajusten a la realidad. La profesora María Án-geles Vitoria los asocia a los relativistas de nuestros días,aquellos que se desentienden de la Verdad porque, segúnsostienen, ésta no existe.

En otros frescos secundarios de la ‘Estancia de la Firma’ serepresenta la bondad a través de unos frescos alegóricos delas virtudes, así como la belleza, para la cual se eligió un as-pecto relacionado con la mitología: el Parnaso.


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