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Para pensar acerca de la historia del pensamiento a …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de...

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examinar cómo se hace filosofía, cuáles son sus rasgos propios. Jímmy Washburn C. Para pensar acerca de la historia del pensamiento a partir de su enseñanza Abstract: This speech is about some ques- tions concerning teaching History of Philoso- phy. These questions address to Philosophy . itself: how ir is done, its limits, the hermeneuti- cal issues, the relations with current time and History of Philosophy as a path to Philosophy. This speech takes in doubts and suggestions from the experience of teaching History of Phi- losophy. Hegel used to say any discipline is its history, and then, teaching History of Philoso- phy implies the elaboration of the field of study and, at same time, the way to consider the main features of Philosophy. Key words: History of philosophy. Histo- riography of philosophy. Philosophy. Medieval philosophy. Hermeneutics. Resumen: La ponencia versa sobre pregun- tas que inspira la enseñanza de la historia de la filosofía (pensamiento). Las preguntas con- ducen a la disciplina misma: cómo se hace, el sentido de los límites, los problemas de interpre- tación, las relaciones con el tiempo presente, la historia de lafilosofía como camino para llegar a lafilosofía. La disertación recoge de las expe- riencias las dudas y sugerencias al respecto. Si una disciplina es su historia, como apuntaba Hegel, entonces, la enseñanza de la historia de la filosofía no solamente es la construcción de un campo de estudio -hacer de la filosofía un hecho histárico-, sino además es el modo de Palabras clave: Historia de lafilosofía. His- toriografia de la filosofía. Filosofía. Filosofía medieval. Hermenéutica. 1. Introducción (1). Lo que a continuación se expone es una ila- ción de apreciaciones acerca de la enseñanza de la historia del pensamiento. Se ensaya un análisis aproximativo de la idea de historia de la filosofía como asunto académico. Las ideas acá desa- rrolladas comparten su apoyo e inspiración en experiencias personales, por lo que una serie de preguntas y la organización de las ideas mismas obedecen a ese punto de partida. La experiencia acumulada se asocia con el estudio colectivo (docentes y estudiantes) de un período particular del pensamiento occidental, la filosofía patrística y medieval, por lo que es posible algunas ideas no puedan extrapolarse a otros momentos de la historia de la filosofía. Este estudio se apoya en la percepción de la historia de la filosofía como un compromiso con la dilucidación de una época, la que albergó a los pensadores en cuestión, la que presenció y nutrió un conjunto de ideas y propuestas, aunadas con patrones y prácticas de pensamiento, con prácticas políticas y movimientos sociales. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLVII (122), 19-28 Setiembre-Diciembre 2009 / ¡SS : 0034-8252
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examinar cómo se hace filosofía, cuáles son susrasgos propios.

Jímmy Washburn C.

Para pensar acerca de la historiadel pensamiento a partir de su enseñanza

Abstract: This speech is about some ques-tions concerning teaching History of Philoso-phy. These questions address to Philosophy .itself: how ir is done, its limits, the hermeneuti-cal issues, the relations with current time andHistory of Philosophy as a path to Philosophy.This speech takes in doubts and suggestionsfrom the experience of teaching History of Phi-losophy. Hegel used to say any discipline is itshistory, and then, teaching History of Philoso-phy implies the elaboration of the field of studyand, at same time, the way to consider the mainfeatures of Philosophy.

Key words: History of philosophy. Histo-riography of philosophy. Philosophy. Medievalphilosophy. Hermeneutics.

Resumen: La ponencia versa sobre pregun-tas que inspira la enseñanza de la historia dela filosofía (pensamiento). Las preguntas con-ducen a la disciplina misma: cómo se hace, elsentido de los límites, los problemas de interpre-tación, las relaciones con el tiempo presente, lahistoria de lafilosofía como camino para llegara lafilosofía. La disertación recoge de las expe-riencias las dudas y sugerencias al respecto. Siuna disciplina es su historia, como apuntabaHegel, entonces, la enseñanza de la historia dela filosofía no solamente es la construcción deun campo de estudio -hacer de la filosofía unhecho histárico-, sino además es el modo de

Palabras clave: Historia de lafilosofía. His-toriografia de la filosofía. Filosofía. Filosofíamedieval. Hermenéutica.

1. Introducción (1).

Lo que a continuación se expone es una ila-ción de apreciaciones acerca de la enseñanza dela historia del pensamiento. Se ensaya un análisisaproximativo de la idea de historia de la filosofíacomo asunto académico. Las ideas acá desa-rrolladas comparten su apoyo e inspiración enexperiencias personales, por lo que una serie depreguntas y la organización de las ideas mismasobedecen a ese punto de partida. La experienciaacumulada se asocia con el estudio colectivo(docentes y estudiantes) de un período particulardel pensamiento occidental, la filosofía patrísticay medieval, por lo que es posible algunas ideasno puedan extrapolarse a otros momentos de lahistoria de la filosofía. Este estudio se apoyaen la percepción de la historia de la filosofíacomo un compromiso con la dilucidación deuna época, la que albergó a los pensadores encuestión, la que presenció y nutrió un conjuntode ideas y propuestas, aunadas con patrones yprácticas de pensamiento, con prácticas políticasy movimientos sociales.

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Debido a que las reflexiones acá contenidashan sido inspiradas por el trabajo académico decada ciclo lectivo, parece necesario proponer unlocus, es decir, ese sitio desde el cual se planteala historia de la filosofía. Este locus se componedel esfuerzo colectivo acordado entre profesory estudiantes, bajo el supuesto de una filosofíaentendida como profesión. Parte del acuerdoconsiste en una recreación en clase y fuera deella, del pensamiento de un conjunto delimitadode autores, unos sin conocerse entre ellos, otrosconociéndose, a través de lecturas de obras esco-gidas y de intentos de interpretación. Y posible-mente, sin pensarse a sí mismos como autores queserían luego estudiados como autores del pasado.Varios intereses se conjugan en el estudio colecti-vo, unos inmediatos como completar los créditosrequeridos por el plan de estudios, y aunado a esteinterés, esbozar un panorama del pensamientoque sirva a los y las estudiantes en su formación.Pero además, otros intereses median el trabajo,al margen del carácter utilitario del estudio, seproblematiza el estudio del pensamiento comohecho histórico, es decir, cómo se hace tal, yjunto a esto, la historización del pensamientohabría de alimentar y enriquecer el pensamientodel presente, lo cual conduce a otras derivacio-nes: la contemporarización de los autores delpasado, su identificación como autores con loscuales podríamos dialogar, la reconstrucciónde su pensamiento que es siempre una lectura einterpretación del mismo, por lo que se desmienteaquella presunción de clarividencia con la cual seenseña lo que efectivamente un pensador pensó.y para rematar, como hablamos de historia de lafilosofía, su estudio agrega la cuestión de qué esfilosofía para saber reconocerla en un determina-do período y asociada con el trabajo que deter-minados personajes llevaran a cabo, aun cuandono se pensaran a sí mismos como filósofos y sutrabajo más podría caer dentro del predio de lahistoria intelectual, noción que asimismo conlle-varía otras dilucidaciones y derivaciones.

Este locus se extiende a la historia de la filo-sofía como campo de investigación, es decir, esaintención de estudiar autores o temas con relativaindependencia de otros propósitos académicos(curriculares) y que impone pautas que le alejandel trabajo en el aula y las interlocuciones con los

autores pasados requieren otros tratamientos a losdados en el aula.

El trabajo de la historia de la filosofía conlle-va una extrañeza y hasta una cierta enajenación,ya que hay un ejercicio de apropiación, en lostérminos que uno dispone, de una serie de acon-tecimientos (el pensamiento es uno de ellos) y conlos cuales construir una versión de la filosofía,una vez que se ha intentado abandonar -tempo-ralmente, limitadamente- el tiempo propio paracolocarse en otras coordenadas. Con los riesgosdel caso: enlatamiento del conocimiento (lo queotros antes de nosotros han pensado como si supensamiento pudiera reducirse a unos cuantosasertos, bien hechos y ordenados), una interpreta-ción que no acerque a los autores ni a la época enestudio, un estudio doxográfico de una época (yla fijación de un canon de filosofía como el únicoe inmutable).

Con lo anterior se ha planteado un problemamedular, cómo se constituye la historia de lafilosofía si ésta consiste en el quehacer filosóficomismo. Esta interrogante, por supuesto, no tieneque ver únicamente con requerimientos curricu-lares, sino con la constitución viva del campo através de la investigación, animada por un interéspor alcanzar una palabra para nuestro tiempo.

2. De lo anterior unas premisas.

Ya se mencionaron algunas intenciones. Sehace necesario esgrimir con algo de detalle algu-nas razones para una reflexión sobre la historia dela filosofía. Desde cierta perspectiva, la historiade la filosofía se inscribe en una tarea mayor:historia del pensamiento, historia intelectual,historia de la cultura. Por lo tanto, la categoríaya es por sí sola una construcción I derivada deotras construcciones mayores. De esto se sigue,además, relaciones que la historia de la filosofíamantiene con diversos campos o prácticas. Esdecir, hay otras historias haciéndose al mismotiempo, como la historia de la ciencia. Ahorabien, es claro que las relaciones que los saberesmantienen con su pasado pueden diferir, así lafilosofía sin su pasado difícilmente puede avan-zar, mientras que las ciencias naturales admiten

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un desarrollo aún al margen de su pasado, esdecir, se puede estudiar física o química sin haberestudiado sus respectivas historias, suerte éstaque no corre la filosofía.

Los conceptos de la filosofía presentan unanaturaleza dinámica, es decir, ni pertenecen a unúnico predio ni sus fuentes son obligadamentefilosóficas. Una razón más para pensar que elestudio de la historia de la filosofía es una tareafilosófica, de construcción del campo de estudio.Los conceptos pasan de una generación a otra,otro rasgo de su carácter histórico, dicho pasetrae consigo un enriquecimiento semántico delos mismos, por problematizaciones, por nuevoscruces entre los saberes, por nuevas condicionessociales.

Estas constataciones anuncian otra: la con-cepción de la filosofía (2) con la cual se hará lalectura del pensamiento o producción intelec-tual de una determinada época. Recuérdese quemuchos pensadores no ejercieron un pensamientofilosófico sino junto con otros pensamientos (teo-logía, ciencias naturales, literatura) o con ocasiónde ellos, por lo que la filosofía cuenta con variasformas de aparición a lo largo de la historia y elhistoriador se ve obligado a una labor interpreta-tiva, de filtro, de reelaboración, para llegar a esoque llama filosofía (3). Por lo tanto, el historiadorde la filosofía tiene una doble tarea: delimitar lafilosofía como ámbito de estudio histórico, y laconcepción de la filosofía para tal tarea, con lacual pretende establecer intercambios. Dos suge-rencias de lo indicado son la naturaleza diversa delos materiales de la filosofía, por no ser propia-mente filosóficos, o al menos no exclusivamentey consecuentemente, la segunda sugerencia es laconstrucción de la filosofía como tarea perma-nente, nunca clausurada y nutrida de todas lasfuentes de especulación que identifica. El trabajodel historiador de la filosofía consiste en lograrresultados: un significado de la filosofía para sutiempo.

La dilucidación conceptual y argumentativaes otro rasgo del trabajo filosófico, por lo quesupone tradiciones y versiones anteriores, a lascuales adeuda. De ahí que el pensamiento ya pen-sado es en todo momento el antecedente requeri-do de la filosofía(4). Por lo tanto, la delimitacióncronolágica y cultural exigida por la historia de

la filosofía no es indiferente de las cuestiones delas cuestiones teóricas y prácticas, se enfrenta ala idea de la continuidad/discontinuidad del pen-samiento, de desarrollos conceptuales mayores ymenores, centrales y periféricos; cuestiones éstasque se extienden a diferentes campos especula-tivos. Por lo tanto, la escogencia de derroteros oacontecimientos se torna cuesta arriba cuando loshechos sociales y los pensamientos aun cuandosigan caminos paralelos y entreverados, presen-tan prolongaciones e impactos incoincidentes.Piénsese en las nociones de pecado y de librealbedrío, las cuales acompañan algunos aconte-cimientos políticos (el episcopado monárquico dela Iglesia Católica, feudalismo, reforma luterana),pero siguen un ritmo diferente de los aconteci-mientos mismos.

A lo anterior se suma un riesgo permanente,consistente en los sesgos la historia de la filosofíapueda padecer en virtud de los prejuicios o erro-res que se inmiscuyan en su estudio. La idea deprogreso o evolución del pensamiento filosóficosería un claro ejemplo, ya que se ampara en laidea de considerar los alcances presentes como elresultado de errores o desaciertos propedéuticos(como sucedió con la filosofía analítica que veía aautores anteriores como acertados y preparatoriosde lo que debía venir después, y con ciertas versio-nes de la filosofía que deslegitiman la producciónfilosófica que se aparta de un acerbo conceptualcon visos dogmáticos). Que la filosofía presenteun progreso no se descarta del todo, lo relevantesería deslindar dicha idea de cualquier valoracióncomparativa del pensamiento pasado y presente(y claro del pensamiento futuro).

La relación entre el período de estudio yel tiempo presente es la tesitura constante de lafilosofía, a modo de un tejido elaborado con-ceptualmente, que remite a agentes involucrados(estudiosos, estudiantes, autores anteriores). En elfondo, la historia de la filosofía per se entraña unaconstrucción conceptual filosófica que posibiliteel campo de estudio, agregada por el historiador,nunca por los autores estudiados, aunque deestos vienen sus debates. Parece entonces, quela historia de la filosofía se asemeja a un diálo-go, y la racionalidad de ese diálogo consiste enestablecer puentes de comunicación, de maneraque ambas direcciones interactúan en un empeño

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comprensivo (téngase presente que los autoresausentes únicamente cuentan con lo que afirma-ron y nada pueden agregar a lo ya asentido, peroel ejercicio de lectura y análisis de sus obras seconvierte en una suerte de diálogo, con reglasque valgan para los estudiosos y para los autorespasados).

Finalmente, obliga la distinción entre histo-ria de la filosofía e historiografía de la filosofíapara continuar con el análisis. La historia de lafilosofía, como acá se sostiene, consiste en untrabajo de traducción al presente, a través de lainterpretación, de pensamientos pasados. Porende, su carácter filosófico, es decir, la historiade la filosofía se hace filosóficamente, entrañaestrategias hermenéuticas. La historiografía dela filosofía, en cambio, tiene a su cargo el trabajocon los materiales grises como la fijación críticade los textos, su versión a lenguas modernas, labiografía de los autores. Sin estos materiales noes posible la historia de la filosofía, pero hacerhistoriografía es un trabajo que no trae comoresultado una filosofía, aunque pueda hacer suge-rencias. Este pequeño estudio se aproxima más ala idea de historia de la filosofía que a la historio-grafía de la filosofía.

3. Exposición de problemas asociadoscon la enseñanza de la historia

de la filosofía

Pensar la historia de la filosofía pide unadistinción. Se la puede pensar como un productocurricular, es decir, la historia de la filosofíacomo parte de un plan de estudios animado porel afán de formar profesionales de la filosofía(noción ésta que requiere una discusión perma-nente sobre auto percepción del quehacer), por loque se requiere que los y las estudiantes aprendanun mínimo trabajo con autores pasados y ensayenestrategias de interpretación en las aulas. Y laidea de mínimo trabajo lleva a la adquisiciónde las herramientas de trabajo necesarias pararealizar investigaciones o pesquisas en el campo.Esto lleva a la otra cara de la historia de la filo-sofía, como campo de investigación, al margende los trabajos en el aula. En ambas situaciones,

se pueden encontrar algunas constantes comola necesidad de una estrategia de diálogo entreestudiosos y autores pasados, y para eso, otraconstante, el recurso hermenéutico con el cual sepuede articular dicha estrategia.

Arriba se indicó que la historia de la filo-sofía en cuanto materia de enseñanza y en cuantocampo de investigación mantienen un ligamenestrecho, sin embargo, acá se les distingue paraefectos de tratamientos más definidos para cadauno, por lo que algunas cuestiones resonarán enuno y otro tópico. A la par, las sugerencias acáexpuestas, no cierran la reflexión, antes son unainvitación a su continuación, porque hacer histo-ria de la filosofía es hacer filosofía.

3.1. La historia de la filosofía comocurrículum -----

Diseñar un curso de historia del pensamientoobliga a una selección, por lo que se estable-cen márgenes de relevancia. Son delimitacionesestablecidas por el docente, para los efectos deun plan de estudios, de acuerdo con lo que seentiende el trabajo de la filosofía y de la historiade la filosofía ... Estos márgenes consisten en unaescogencia de autores, obras y temas que se con-sideran importantes o pertinentes para su estudioy para la formación de un profesional de la filoso-fía. En otras palabras, el estudio de dichos autorescon sus obras muestra una idea de la filosofía queha de ser estudiada con miras a una idea de filo-sofía que corresponda con el presente. La selec-ción, en principio, no es ni aleatoria ni antojadiza.No debería serio. Aunque estos márgenes puedencoincidir con los márgenes que la investigaciónen historia de la filosofía establece, persiste unacuota de independencia de una respecto a la otra.Además de esa primera escogencia, se agrega ladelimitación temporal, cuándo comienza y con-cluye una época. Esta cuestión no es anodina poremparentarse con los desarrollos especulativosque la época ha conocido, cuyo tempo no se ajustanecesariamente al tempo de los hechos sociales.La naturaleza de esta delimitación es siempreartificiosa, introduce discontinuidades ajenas alos pensamientos, por lo que el trabajo histórico

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exige reconstrucciones del pensamiento pasadosin incurrir en mutilaciones.

El inconveniente consiste en el paso de ladelimitación temporal a una periodizacián delpensamiento (categorías, argumentos, controver-sias), materia ésta que tiene su tempo propio ydifiere del ritmo de los acontecimientos socialesy políticos, como ya lo hemos señalado(5). Ladelimitación temporal de una época trae variosinconvenientes: ¿se usan criterios de la historiasocioeconómica y política? ¿Se usan criteriosconceptuales, especulativos? El caso de la filoso-fía patrística y medieval es ilustrativo, ya que laprimera arranca con la aparición del cristianismoy con la fase tardía de la filosofía antigua y susintercambios con la religión naciente y otras prác-ticas religiosas (gnosis, religiones de misterio),aunque obligue en algunos momentos a retro-ceder en el tiempo (por ejemplo, para estudiar aFilón de Alejandría o para revisar cuestiones deteología veterotestamentaria), pero no cuenta conun final preciso: ¿disolución del imperio romano,la entrada de los vándalos en Roma, la obra deSan Agustín por ser sintética y monumental? Ypor lo tanto, también afecta la delimitación de laEdad Media: ¿comienza con el imperio carolin-gio, como sugiere H. Pirenne, comienza con lateología como ciencia, a partir de San Anselmo?y su final, ¿dónde queda? ¿Acaso con la reformaluterana y los viajes ultramarinos, con el nomi-nalismo ockamista y los movimientos espiritua-les, con la recepción del Corpus Academicum?Cualquiera delimitación exige una justificación,la cual apunta a un trabajo especulativo, filosó-fico, acerca del pensamiento de una determinadaépoca, con autores que compartieron estructurasconceptuales, intenciones y hasta un paradigma(T. Kuhn) o habitus conceptual (P. Bourdieu).Ni los hechos ni los géneros literarios proporcio-nan pistas suficientes, aunque tampoco puedendespreciárselas.

La pretensión de establecer vínculos conuna época determinada, con un autor o grupo deautores, se inscribe en una historia intelectual,es decir, que aún cuando se persigan propósitosfilosóficos, estos se tropezarán con otros trabajosespeculativos, por lo que necesariamente la filo-sofía aparece dentro una retícula de pensamientoy por ende, en una dinámica que da noticias de

cómo ese pensamiento ya pensado fue un pen-samiento vivo. Con estas consideraciones, esposible advertir de una historia de la filosofíaentendida como historia de problemas (filosó-ficos), ya que ésta versión de los pensamientospasados atentaría contra su historicidad misma,dejándola a un lado o al menos sacando el contex-to dentro de la textura de los problemas.

Lo que sería inadmisible es simplemen-te mencionar unos límites divorciados de suscorrelatos especulativos: qué modelos de pensa-miento, qué preocupaciones se asociaron con esemomento limítrofe, qué cambios (disoluciones,brotes) conceptuales acontecen y su coincidenciacon hechos relevantes. Es el caso de la categoríade teología que se gesta desde el comienzo delcristianismo pero alcanza su estatuto de cienciahasta entrada la Edad Media y posteriormente.La categoría de orden (ontológico, moral, social)sería otro ejemplo, ya que no es la misma catego-ría si se la entiende para la filosofía griega quepara el pensamiento medieval, además de ser unacategoría polivalente porque la encontramos en laliteratura y en las artes plásticas.

El otro aspecto sumado a lo anterior, a ladelimitación temporal de la historia de la filoso-fía, es el relativo a lo que un graduado de filosofíaha de conocer de historia de la filosofía. Otracuestión para nada aleatoria, por conjugar la ideade filosofía que se profesa y anima el estudio dela historia de la filosofía con la idea del profe-sional de la filosofía y los conocimientos que hade manejar para dichos efectos. A este respecto,pueden indicarse varias derivaciones. Una es pen-sar que ha de contar con conocimientos mínimosy suficientes de autores y pensamientos pasados,traducidos en una garantía de desempeño sufi-ciente. Pero las ideas de mínimos y suficienciaresultan imprecisas. La pregunta que cabe esrespecto de la suficiencia de dichos contenidosque capaciten a un profesional de la filosofíainteresado en investigar acerca de la historia dela filosofía. Otro aspecto es pensar la historia dela filosofía, la estudiada por estudiantes, comouna exposición de tendencias y problemas filo-sóficos, más o menos al margen de sus autoresy los avatares históricos que les acompañaron.Esta derivación ha contado con sus defensores ycríticos. Y la primera tiene el problema de fijar

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nueva fe y su victoria sobre el mundo pagano,sino los intercambios dados entre la herencia gre-colatina y la nueva religión. De manera tal que seestablezcan relaciones más claras entre la Filoso-fía Antigua tardía y la Patrística. Esta distinciónno evita el traslape, por lo que hay momentos deuna sensación de historias paralelas, y se requierede una diferenciación conceptual que justifique acada una.

Una historia de la filosofía entendida comorecuento de autores y sus ideas principales es via-ble, pero si la historia de la filosofía es tambiénhacer filosofía, el trabajo académico puja porrebasar los límites del simple recuento y se incli-na por una estrategia de estudio de esos autorespasados, a través de una selección de lecturas, dela definición de ejes transversales, de objetivosque animan todo el estudio y cada capítulo, queproblematiza el pensamiento ya pensado, conuna contextualización de los autores y sus ideas,a través de un análisis, puntual, somero, de esasideas que caracterizaron sus trabajos. Esta opciónamplía la idea de un trabajo completo, sin caer enla exhaustividad y enfatizando el carácter dialógi-co (dialéctico) de la filosofía: entre historiador yautores, entre docentes y estudiantes, con ocasiónde un pensamiento ajeno, de unos problemasque pueden diferir o no de los presentes, de unuso de las luces de la razón semejante al uso dehoy. Hacer historia de la filosofía consiste enfijar unas preferencias y unos modos de acerca-miento a esos autores pasados, de esa manera, launiversalidad de la filosofía no resulta de unoscuantos contenidos, sino de una tarea permanentemediante la cual se establecen lazos.

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unas delimitaciones que a la postre resultaríannocivas aún para la labor misma de la historia dela filosofía, ya que incurren en la falsa imagen delpensamiento como algo susceptible de comparti-mentalización, divorciado de su dinámica propia,la por el autor impuesta, y que es resumido ytransmitido de tal manera. Así, el pensamiento seasemejaría a un osario, ya que sería una colecciónde ideas y argumentos pasados.

La historia de la filosofía opera como unartificio conceptual agregado al pensamientopasado, a autores que no se pensaron a sí mismoscomo objeto de estudios futuros. Hay, entonces,una diferencia entre la autopercepción que esosautores tenían de sí mismos en sus condicionescorrespondientes y la percepción posterior, liga-da al trabajo histórico y en otras condiciones.Necesariamente el historiador trabaja con estaúltima a sabiendas que hay otra percepción, de lacual tiene noticia a través de los autores mismosy sus obras. Por lo que el punto de partida es unacorrespondencia entre el esfuerzo del historiadory los autores en estudio como un resultado delestudio mismo, como intención del historiador dela filosofía. Éste cuenta con una ventaja frente asus antecesores: la oportunidad de pasearse porla producción intelectual de una época, diversa,seguir pistas, establecer claves de interpretación.Por lo tanto, el valor de la historia de la filosofía,de las tareas específicas y concretas que tienea su cargo el historiador, reside en su aporte alpresente más que el pensamiento pasado; perosin el cual aquel no sería posible (6). Dos ejem-plos tomados del pensamiento patrístico son larevisión de los textos de los Padres del Desierto,quienes no se imaginaron enlazados con lastradiciones platónicas y estoicas, como hoy lasconocemos, y el conocimiento pastoral desarro-llado por ellos, categoría sugerida por los estudiosúltimos de M. Foucault.

Estos criterios previos han de animar laselección y organización de los contenidos delprograma de un curso. Algo de ello puede ilus-trarse con la Filosofía Patrística, la cual pasó deuna materia destinada al estudio del cristianismoy la teología, a un curso que toma la religión cris-tiana como un fenómeno cultural que aporta alquehacer filosófico y se sirve de él. Lo que ahorase considera relevante no es el surgimiento de la

3.2. La historia de la filosofía como campode investigación

Las ideas antes expuestas son correlativasa la historia de la filosofía entendida como uncampo de investigación, tenga ésta fines docenteso no (7). Pesan las diferencias entre una y otrahistoria de la filosofía, ya que la antes expuestase circunscribe a los propósitos formativos deun plan de estudios universitario. La segundaversión, libre de esas restricciones, establecesus propios parámetros de estudio, por lo que

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los resultados son variopintos, por ejemplo, lapreocupación por la delimitación cronológica sediluye considerablemente. No obstante, una y otraexigen una noción de filosofía justificadora delestudio, y la diferencia en este punto se deriva delos compromisos que el investigador sostenga consu campo de estudio. Para la historia de la filoso-fía vista curricularmente, se suma el compromisocon la formación de profesionales. Dos aspectosse siguen a este respecto, uno es el carácter her-menéutica antes mencionado, relacionado con laracionalidad que sigue la comprensión de autoresdel pasado, y el segundo aspecto, estrechamenterelacionado con éste, tiene que ver con la imposi-bilidad de la filosofía de pensarse sin su pasado.

No hay historia de la filosofía, por más sim-ple y acrítica que sea, que no traiga consigo unainterpretación (8) de los autores pasados, que nosiga un patrón de comprensión del pensamientopasado. Y los múltiples y diversos estudios encirculación lo confirman. Siempre al respecto dela Edad Media, los estudios por autor o por temá-tica de Etienne Gilson, los estudios panorámicosde Alois Dempf, los estudios omnicomprensivos,autor por autor y según clasificaciones ad hocde Guillermo Fraile. En cualquier caso, el afáninterpretativo es el mismo, sin embargo, desde laargumentación que han definido, consideran suinterpretación válida para entender esos autorespasados en el tiempo presente. Pero no han falta-do posiciones que atentan contra la comprensiónmisma de los autores pasados, como es el casode la historia de los problemas filosóficos que nosolo realiza di secciones eidéticas, sino ademásborra la historia de dichos problemas, como si eltejido mayor en el cual se inscriben fuera inexis-tente o prescindible.

Por lo tanto, si la lectura entraña preferen-cias del historiador, y no hay una historia de lafilosofía en la cual no se establezcan criterios deselección y relevancia, el propósito arqueológicoconsiste en abordar el pensamiento de un autor,ponerlo en relación con otros. El intercambiocomienza con razones justificantes de tales pre-ferencias de modo que se torne evidente la dis-tancia entre el tiempo presente y el pasado, cómoes el diálogo entre ese pasado y este presente, esdecir, hacer notar las exposiciones posibles alrespecto de un mismo problema, con base en la

articulación especulativa seguida en el pasado. Elestudio de un autor trae consigo la identificaciónde patrones epistemológicos y eidéticos recogidosen sus obras y alimentados por la cultura quecompartió, a través de la mirada del historiadorque determina lo que debió pensar. Lo más razo-nable, ante esta situación, es pensar que la discu-sión mantenida con los autores pasados se refierea contenidos no puestos por él, y que reclaman unanálisis que tome en cuenta la cultura ajena al his-toriador. De ahí que la fidelidad al pensamientode un autor pasado atraviesa el diálogo (lectura)que se establezca.

Además de los elementos historiográficos,los cuales imponen pautas al trabajo herrnenéu-tico (por ejemplo, una versión de un texto críti-camente establecida), otras pautas hermenéutica sson necesarias. Tan solo haremos una menciónde ellas. La primera condición es un diálogoque muestre diferencias y equiparaciones, esdecir, que ambos, el historiador y el autor pasa-do, reúnan condiciones para una interlocución,de modo que las diferencias no se traduzcanen silenciamientos forzados de la voz del autorpasado. En este punto, no solamente el historia-dor tiene unas ventajas que el autor en estudio noposee, sino también unas exigencias: una lenguadiferente, la contingencia de los textos conser-vados, son algunos requisitos necesarios si sequiere una comprensión justa. Una segunda pautaconsiste en no partir de problemas ya resueltos,mas si de luces que el pensamiento pasado puedeaportar al presente, por lo que los avances logra-dos no se animan por la idea de un progreso quesupera deficiencias anteriores y descarta modelosde pensamiento, sino por un intercambio másnutrido en el cual cada aporte posea un papelúnico. Una tercera pauta de interpretación con-siste en el reconocimiento de la historicidad delpensamiento filosófico, esto es que los desarro-llos siempre particulares, singulares, se rodeande circunstancias también particulares, por loque la interlocución abriga asimetrías puestaspor el historiador y por los autores pasados. Yuna cuarta pauta es el reconocimiento de unresultado, la traducción del pasado en presente,que conjuga el pensamiento pasado y el punto devista del historiador, sin agotar las posibilidades

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de otros puntos de vista, de otros tratamientos dela filosofía pasada.

Contar con más libertades no trae consigoexenciones. El trabajo en el aula contiene una exi-gencia de racionalidad para las preferencias de unprograma de curso, cuando se trata de investigaracerca de un autor o época, estas preferencias sedestilan aún más, por comportar, además de loseñalado antes, compromisos más detallados conla filosofía presente, su debida justificación y uninvolucramiento del tiempo pasado con el presen-te a través del trabajo especulativo que se remontapor encima de las épocas. Y posiblemente seaésta la idea de universalidad que pueda sostenerseal respecto de la historia de la filosofía: los lazosque se establezcan entre el pensamiento pasadoy presente, la intención de interlocución entreautores presentes y autores ausentes. Necesaria-mente hay una tendencia: entender el pasadopara traerlo al presente, para que ocupe su lugaren el tiempo presente, para que arroje luces a estemomento y sus encrucijadas.

En este punto, la tesitura en la cual seencuentra el historiador de la filosofía le haceenfrentarse con el pensamiento y no solamentecon la filosofía, es decir, asume una doble tareade construcción conceptual, el pensamiento deuna determinada época, de un perímetro mayor,y la idea de filosofía que se desprende de dichopensamiento, articulada con dicho pensamiento.En el caso de la Edad Media, la gran cazuela depensamiento era la teología cristiana, de la' cualse ha extraído -tarea del historiador- la idea defilosofía que los autores sostuvieron, alimentarony discutieron. El trabajo del historiador en estasituación consiste en la propuesta de filosofemascon base en las evidencias que arrojan los auto-res pasados. Ejemplo de ello es la obra ética dePedro Abelardo, apoyada en la pesquisa sobreel acto pecaminoso, dirige sus desarrollos a unateoría (teología) moral como materia con reglaspropias (el examen dialéctico de argumentos)y menos como una materia pastoral. Con lasdistancias del caso, algo semejante sucede conTomás de Aquino, cuya metafísica de lo concretole aleja de la metafísica de las esencias de corteagustiniano-platónica.

Se han expuesto razones para sacar de todaconsideración una fórmula única de historia de la

filosofía. El trabajo del historiador se orientapor compromisos con el presente, a través deenlaces, de preocupaciones inteligibles paraeste tiempo. Ese compromiso comienza conla comprensión del propio tiempo para luegocomprender el tiempo pasado. La historiade la filosofía es un campo de aplicación dela filosofía presente. Es decir, el estudio deun período de la historia del pensamiento seconvierte en un medio en el cual se prueba lanoción de filosofía con la cual se aborda eseperíodo. Es una noción para pensar el tiempopasado en estudio, a la vez, para alcanzar unapalabra para el tiempo presente.

4. Cierre del estudio

Lo anterior no pasa de ser un manojo deideas inspiradas por el trabajo realizado conestudiantes en el aula por varios años. Recogenpreocupaciones o inquietudes aparecidas con eldesarrollo de temas específicos, con la distanciainsalvable entre el pensamiento pasado y lascondiciones presentes. Como esa distancia nohay esfuerzo especulativo que pueda borrarla,entonces, pasa a formar parte de la historia dela filosofía como insumo primario. Ahora bien,lo acá expuesto admite varios desarrollos, unoscurriculares, otros investigativos, y en amboscasos, la responsabilidad de dar con una filosofíapara el presente.

Posiblemente sea el estudio de la historia dela filosofía el medio por el cual se caiga en cuentaen el carácter histórico de la filosofía misma, esdecir, que es siempre un saber haciéndose, y auncuando se pueden contabilizar ganancias, ello noatenta contra su carácter histórico, ya que cadageneración se encarga de la validación de dichasganancias y con la validación considerar la peren-nidad de la filosofía como un diálogo constante,en el cual los autores pasados perviven comointerlocutores legítimos.

Con estos aspectos en claro y con base en lasugerencia de estrategia hermenéutica, se puedeesbozar un esquema de trabajo de la historia de lafilosofía como sigue:

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLVII (122), 19-28, Setiembre-Diciembre 2009 / ISSN: 0034-8252

PARA PENSAR ACERCA DE LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO A PARTIR DE SU ENSEÑANZA 27

a) La definición de autores y obras de un perío-do determinado se realiza con base en unaconcepción de la filosofía, la cual se exponeoblicuamente, es decir, con el tratamiento delos pensamientos pasados.

b) El estudio de pensamientos pasados es hacerfilosofía, por lo que es un resultado persegui-do. Por lo tanto, la filosofía que se desarrollaes dialógica.

e) El estudio de autores pasados sigue estrate-gias hermenéuticas, las cuales ya se ejecutandesde el momento que se establecen prefe-rencias. Todas las estrategias que se sigansuponen, además de la selección intenciona-da, una lectura de obras a través de la cualse muestre el pensamiento pasado con unamirada actual.

d) El resultado del estudio de la historia de lafilosofía es la filosofía misma. Nunca otracosa. Es el resultado luego de un periplo através de lo que en otros momentos se hadicho que es la filosofía. La mirada al pasa-do, entonces, es un esfuerzo por el cual llegara una filosofía para nuestro tiempo.

Notas

1. La palabra construcción acá usada se refiere ala idea que los campos de estudio se elaboranartificial mente de acuerdo con una serie de pro-pósitos de los agentes a cargo. Así, la historia dela filosofía ha contado con diversos desarrollossegún los intereses de los historiadores, yesosdesarrollos son indicadores de construccionesdiversas. A eso le llamo construcción. Por lotanto, mantengo una distancia prudencial deaquella idea de construcción que hace de loshechos conocidos unos productos del conoci-miento y sostengo que el conocimiento espe-culativo, como el de la filosofía, tiene unosanclajes sociales que se hacen presentes en suselaboraciones eidéticas y su estudio exige deli-mitaciones y abordajes: el marxismo se explicamejor gracias al conocimiento del apogeo de laburguesía europea, el comienzo de la filosofíaantigua griega resulta más comprensible conla lectura de Hesíodo. La idea de construcciónusada no riñe con la existencia de unos textos

y registros históricos relativos a unos autores yépocas pasadas. Estos últimos existen o existie-ron en independencia de las posteriores historiasde la filosofía que se han escrito.

2. El trabajo cuenta también con apoyo bibliográ-fico, el cual consiste en la colección de ensayosrecogidos en el volumen de R. Rorty, J. B. Sch-neewind & Q. Skinner (1990). El ensayo tuvouna versión inicial, conocida por Juan DiegoMoya, en una sesión de la Sección de Historia delPensamiento de la Escuela de Filosofía. Mi agra-decimiento por su generoso apoyo y por instarmea una elaboración mayor.

3. Un asunto nada baladí, ya que hay una íntimaconexión entre la concepción de la filosofía quese defienda y el modo de entender la historia dela filosofía. Cf. J. L. Cañas, 1999.

4. Precisamente para realizar ese trabajo requierede una idea, aunque sea provisional, de la filo-sofía como punto de partida, como dispositivointerpretativo.

5. " ... el tipo de análisis que necesitamos a fin dehallamos en mejores condiciones para asumir laposición debida, exige que recuperemos formula-ciones anteriores; ... " (Ch. Taylor, p. 32).

6. Con la afirmación de diferencias entre los hechossociales y políticos y el pensamiento no se afirmaindependencia de unos y otros, sino que cada unotiene su naturaleza propia.

7. Claro que habría que aclarar que es un trabajocolectivo, si pensamos curricularmente la historiade la filosofía, es decir, de estudiantes y profeso-res, por lo que las agregaciones que mencionamosno son exclusivas del docente, sino también los ylas estudiantes.

8. Es imposible pensar que las investigaciones noincidan y enriquezcan la labor docente, pero larelación directa e inmediata no es implícita.

9. Cuando se habla de interpretación se puedenentender varias cosas, una es una estrategia delectura a sabiendas que lo que se entienda de lostextos será siempre el fruto de un diálogo entrelector y autor, por lo que sería desatinado y hastaengañoso pensar que toda lectura consiste enuna exposición objetiva y fiel del pensamientode un autor. Otra acepción de interpretaciónconsiste precisamente en esa visión que se hacedel pensamiento de un autor, en la cual se hacenselecciones y disecciones y además se optapor una presentación de su pensamiento queno corresponde con el proceder seguido por elautor.

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4. Bibliografía consultada

Cañas, José Luis. "Sobre historiografía filosófica yfilosofía de la historia de la filosofía." En Analesdel Seminario de Historia de la Filosofía, N° 16,Servicio de Publicaciones, Universidad Cornplu-tense, Madrid, 1999, pp. 249-257.

León Florido, Francisco. "Una estructura filosófica enHistoria de la Filosofía." En Anales del Semina-rio de Historia de la Filosofía, N° 17, Servicio

de Publicaciones, Universidad Complutense,Madrid, 2000, pp. 195-216.

Rorty, R.; 1. B. Schneewind & Q. Skinner (compilado-res, 1990). La filosofia en la historia. Ensayos dehistoriografía de la filosofía. Barcelona: PaidósBásica.

Vegas González, Serafín. "La revisión neohistoricistadel significado de la historia de la filosofía." EnAnales del Seminario de Historia de la Filosofía,W 10, Editorial Complutense, Madrid, 1993, pp.11-42.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLVII (122), 19-28, Setiembre-Diciembre 2009/ISSN: 0034-8252


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