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p.a.u.s.e. nº2

Date post: 31-Mar-2016
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revista de cine | nº2 | un año de festivales sanfic | in edit | valdivia susana díaz | jem cohen | vincent moon | ezequiel acuña
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02 |(un año de festivales) >> revista de cine sanfic \ valdivia \ in-edit susana díaz \ jem cohen vincent moon \ siegfried ezequiel acuña p.a.u.s.e. >> || << m a g a z i n e >>||<<
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02 |(un año de festivales)

>> revista de cine

sanfic \ valdivia \ in-edit susana díaz \ jem cohenvincent moon \ siegfriedezequiel acuña

p.a.u.s.e. >> || << m a g a z i n e

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>> índice:>> editorial | 06

p.a.u.s.e. addicted >> vietnam discovery | 10>> salón cienfuegos | 12>> pablo mackenna (CC Amanda) | 14

p.a.u.s.e. cine>> susana díaz | 22>> vincent moon | 28>> ezequiel acuña| 50>> jem cohen | 70>> +reviews in-edit|valdivia|sanfic

foto portada: Susana Díaz, directora de Super-sordo, Historia y Geografía de un Ruido

02 | p.a.u.s.e. >> | | << m a g a z i n e

>> editorial:Los festivales de cine son una maravillosa ventana al mundo. También, una oportunidad para los cineastas na-cionales de promocionarse y encontrar fondos, y, para el público, de descubrir cintas que de otra manera no se exhibirían de manera comercial. Aquí, un recorrido por los eventos más relevantes en el cine en Chile, y el resultado de una cobertura exhaustiva e un año. La importancia de estas muestras es vital, ya que condensan una cantidad elevada de estrenos exclu-sivos (180 nada más que en Valdivia, una cantidad similar en SANFIC y otros tantos en In edit, segmentado hacia el área musical). Instancias de diálogo, de intercambio y de industria, los festivales son, también, una oportunidad para los direc-tores de tomar la palabra y de confrontarse a su públi-co, así como, para éste último, una ocasión de asistir a charlas inspiradas y, ciertamente, nutritivas en el ámbito artítico y espiritual. Los festivales son el momento de mayor goce y angustia del cinéfilo. Ansiedad porque muchas veces las opciones coinciden y uno debe decidir. Pero, más vale que éstas abunden, a que sean escasas, como el resto del año. Por-que, aunque la tecnología permita acceder a todo, nada remplaza la pantalla grande. ¡Larga vida a los festivales!

>>||<< p.a.u.s.e. staff | director, diseño, redacción: Rodolfo García M.

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música | libros | tendencias | sabores | downloads

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>> vietnam discovery: parís-saigón

Un francés (Thomas) y una vietnamita (Domi-nique), junto a un chileno (Mario), se unen hace un año en esta empresa innovadora. Más suave que la comida tailandesa, menos pesada que la china y más generosa que la japonesa, la carta de este excelente restorán vietnamita se nutre de pollo, cerdo y vacuno, además de camarones, con toques agridulces y de gengi-bre. A precios muy accesibles, el menú incluye ingredientes frescos comprados en la vega y el mercado, ya que el local se ubica a pasos de estos lugares, en plena calle Loreto. Los in-gredientes de fondo se acompañan con fideos o arroz en una festín orgiástico de sabores y texturas. Muy recomendable es el delicioso jugo natural de piña y naranja con toques de gengibre, así como las variedades de té ofre-cidas por la casa. Vietnam discovery vale con creces la aventura de adentrarse en sabores nuevos y exquisitamente sensuales.

Loreto 322/324 (Con Santa Filomena)Fonos: 56 2 737 20 37 - 56 9 9 224 62 26

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>> Salón Cienfuegos

Ideado como un largo pasillo en una casa anti-gua y refaccionada hasta en sus más mínimos detalles, el salón posee un restorán de alta cocina a la entrada, para luego dar paso al lo-unge con barra y dj ubicado al final.Un salón con cómodos sillones y un sushi-bar que incluye buenos tragos como el Sex on the beach (Vodka con arándanos y jugo de duraz-no), champaña en balde y rolls generosos, ésta es la piedra angular de un sitio que ha tenido privilegios como el de acoger la selecta fiesta privada de Radiohead tras su paso por el Es-tadio Nacional, que culminó con el cantante Thom Yorke en las perillas del disc jockey.

La agitada y joven productora Pía Sotomayor se ocupa de los eventos del cotizado y bai-lable Constitución 61. “Nos dimos cuenta de que ahí sí funcionaban ideas locas como una banda de rockabilly tributando a Roy Orbison. Además, de que al bar Constitución llegaba, a veces, un público mayor. Decidimos diferen-ciar productos, con un lugar más juvenil, por una parte, y, por otra, un salón más adulto”, declara Pía. “Esto para personas con un oído más maduro, que podrían escuchar soul, por ejemplo. Tuvimos un ciclo de jazz, también”, precisa Sotomayor. “Ello en algo que sea más creativo que lo tan obviamente dance”, con-cluye la productora.

Creado a un costado del concurrido bar Constitución 61, el salón Cienfuegos se impone como una propuesta más madura para paladares refinados en cuanto a música, teatro, cultura y gas-tronomía.

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>> pablo mackenna: En los brazos de Amanda

‘Hölderlin y Rilke’, contesta Pablo Mackenna respecto a sus poetas favoritos. A sus 40 años, este conductor de televisión participa del Cen-tro Cultural Amanda, ubicado en los Cobres de Vitacura. Una iniciativa colectiva y fundada en abril de 2009 por un equipo multidisciplinario. Su directorio lo integran, también, la publicis-ta Magdalena Leighton, los ingenieros Eduardo Córdova (comercial) y Peter Pollak (industrial), además de Javiera Silva (titulada en gastrono-mía). Las salas de lo que fue el multicine dan vida a un proyecto único en el área, poblada de pubs de dudoso gusto. Amanda ofrece teatro, gastronomía, talleres de canto y actuación, además de una buena

selección de música en vivo.‘No sólo tenemos fiestas’, dice Pablo frente al aspecto más cono-cido del local. ‘Amaya Forch dicta talleres de canto para niños y adolescentes, mientras que Julio Jung se encarga de los de teatro’, prosi-gue Mackenna. ‘Además, poseemos una muy buena carta a precios accesibles para lo que son los platos’,explica el conductor, mientras señala un bo-cado de avestruz agridulce. Su pasión por las letras (es columnista y escritor) la extrapola a todas las otras disciplinas artísticas. Como si la experiencia sensible quisiera expandirla lo más posible a todas las áreas de la percepción, ya sea el gusto, la visión o el oído.

El Centro Cultural Amanda se ha transformado en un panorama ineludible a la hora de disfru-tar del cine, el teatro, fiestas y música en vivo en Santiago. Pablo Mackenna integra su directorio y hace las veces de anfitrión para esta entrevista exclusiva sobre los encantos del lugar.

Mackenna contesta que no es periodista, aunque se le nota orgulloso del diario del Amanda -para el que escribe la editorial- y que condensa la cartelera, datos de tenden-cias y la carta. Sus estudios son de filosofía, y los cursó en Alemania. Prefiere poetas ger-manos y nórdicos a los franceses, y, a pesar de su aura bohemia, Baudelaire y Rimbaud nunca le llamaron la atención.La producción de eventos le corresponde a la publicista y disc jockey Fernanda Arrau. Grupos como Holden, Pánico, Astro y CHC, o solistas como la francesa Coralie Clément, se han presentado con éxito en Los Cobres y las fiestas del lugar ya son parte del circuito nocturno santiaguino. Amanda es una experiencia que se presenta desde ya como sofisticada y completa. ‘Un visitante puede ver una obra (como las de Teatro a mil, festival al que el local adhie-re), luego cenar, para finalmente ver una banda en vivo y terminar bailando hasta tarde, si está de ánimo’, comenta Pablo. ‘Tenemos un área para la familia, también, que son los talleres, y el teatro infantil de

los sábados en la mañana’, replica Macken-na. Él es padre de una niña, y busca que el fenómeno cultural sea una vivencia para to-das las edades. Una de sus mayores alegrías es grabar a su hija con una mini cámara que graba en HD (High definition), su último ju-guete. El Centro Cultural Amanda funciona como un punto magnético para quienes busquen algo más que el simple consumo en Vitacura. Su oferta supera con creces la de los centros nocturnos de la comuna y ha sido bien re-cibida por el público. Para este año, Amanda busca seguir proyec-tándose, aumentando la oferta de talleres y obras, además de potenciar otras disciplinas como el cine, o el diseño (realizan la feria Mandarina algunos fines de semana).Con una buena infraestructura, más auspi-cios de marcas de ropa, alcoholes y telefo-nía, la idea de sus fundadores es disfrutar de la cultura en las mejores condiciones.

“Un visitante puede ver una obra de teatro y luego cenar, para, finalmente, ver una banda en vivo y terminar bailando hasta

tarde, si está de ánimo”

amaya forchdirige el taller de canto

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{ruidos eternos}

>> interview : susana díaz

Durante 2006, la directora Susana Díaz empezó a interesarse en dejar testimonio de las dis-tintas corrientes subterráneas que ella misma experimentó dentro de la audiencia de una es-cena post dictadura en los ‘90, que abarcaba el hardcore, los sonidos de vanguardia electró-nica del colectivo Ojo de Apolo, y el indie rock de grupos como Congelador. Con el tiempo, la idea de hacer algo con Super-sordo comenzó a tomar forma, hasta que Díaz se decidió a llevar a cabo el proyecto. Susana se vínculo como público y fan a Supersordo, hasta que luego de recibirse en audiovisual decidió dejar testimonio de una banda que se había transformado en un mito.

A pesar de lo confidencial de su existencia, el cuarteto santiaguino influyó en casi todos los grupos que valdrían la pena en el rock inde-pendiente local: Mostro, Congelador, Guiso y Griz se declararían seguidores de su sonido, entre otros. Para Los Ex de Colombina Parra, Supersordo es un grupo de cabecera, y la revista Rolling Stone los catalogó dentro de los mejores 20 discos chilenos de la historia, tras encuestar a distintos músicos nacionales. Historia y Geo-grafía de un Ruido permite a las nuevas gene-raciones adentrarse en el sonido laberíntico de Supersordo, y muestra el impacto en vivo del conjunto, como un cataclismo sónico.

Con más pasión que medios, la joven realizadora Susana Díaz logra establecer un retrato fiel y tangible de una de las agrupaciones más enigmáticas, descarnadas e influyentes del Chile en democracia: Supersordo. Historia y Geografía de un Ruido documenta el paso en agitados torbellinos de esta rara avis de la escena nacional que surgió y cayó en la década pasada, con una intensidad y una electricidad avasalladoras.

versión web: www.super45.net

-¿Cómo se gestó el documental?-Este proyecto nació el 2006, mientras ela-boraba una trilogía de sonidos de los noven-ta. Fue en paralelo a un documental sobre el hardcore en Chile, el que abandoné por falta de archivos, o por lo precario del ma-terial. El 2007, lo de Supersordo tomó pro-tagonismo.

-¿El trabajo duró tres años, por qué?-En parte porque los músicos eran medios inaccesibles. Mi primer contacto fue con Claudio Fernández, el vocalista. El vivía en Valdivia, y hace dos años fui para allá, al festival de cine. Él ya se había mudado a Ancud. Fui con mi amigo Felipe Ramírez, y Claudio nos recibió en su casa. Él trabajaba en audiovisual y me entregó dos cintas mini dv con material de la banda, fue lo primero que tuvimos. Fue nuestra primera entrevis-ta, también, la que usé para investigación. Durante mucho tiempo fue lo único que po-seía, ya que nadie me quería pasar material.Recién cuando presenté el teaser de 7 minu-tos del documental en el festival de docu-

mentales musicales In-Edit 2008, comenzó a aparecer más gente interesada en pasarme archivos. Ahí estuvimos como Work in Pro-gress.

-¿Fue durante 2009 que pudiste trabajar más, entonces?-Sí, 2007 y 2008 fueron más años de inves-tigación. Como era un proyecto paralelo a Hardcore, a veces trabajaba en uno, y luego en otro. A través de un amigo en común que estuvo un tiempo en lo de Supersordo, tuve al fin acceso a Katafú, quien accedió a au-toentrevistarse en Barcelona, y conformar así gran parte de la narración del relato. Yo soy amiga de Jorge Cortés, pero nunca quiso hablar. Comegato tuvo mucha buena onda, y accedió al fin a la entrevista. Lo raro, es que ninguno guardaba material del grupo, ni los discos, ni tomas en vivo, nada.

-¿Cuál es el sonido que se escucha en au-dio, entonces?-Es el mismo sonido en vivo de las cintas VHS que me conseguí. Por alguna razón, gran

“Lo raro, es que ninguno guardaba material del grupo, ni los discos, ni tomas en vivo, nada.”

de los amigos de la banda, los que los re-gistraban en video, eran del mundo audio-visual, y se nota que era material en bruto para una edición a futuro, ya que está muy bien trabajado. Supersórdido me lo conseguí a través de Cristián Solar, quien lo remaste-rizó y subió a la red. Tzzzt me lo pasaron, y gran parte del audio corresponde al disco en vivo Un inmenso ruido de rock que sacó CFA.

-¿Cómo realizaste el montaje?-Me ayudó Efraín Robles, quien uniformó todas las tomas, de fuentes distintas, en el blanco y negro que yo había pre-concebido, además de añadir transiciones y efectos de post producción que hacen del documen-tal algo cabal. Él trabajó plano a plano, mejorando la imagen, estructurando ma-temáticamente las secuencias, regulando los encuadres. En un trabajo en conjunto, quisimos hacer primar la energía en vivo de Supersordo. Hay muchas tomas que no sé de quiénes son, pero que estaban muy bien tra-bajadas. En algún momento, quise realizar un trabajo inspirado en el documental Ins-

trument que hizo Jem Cohen sobre Fugazi.

-¿Un trabajo sobre la atmósfera?-Sí, darle continuidad a través de acoples, los juegos con la luz y sombra, y las narra-ciones que se intercalan con las tomas en vivo. Todo esto fue autogestionado, sin apo-yo económico alguno, sino el trabajo des-interesado de muchos amigos, como Efraín. Reconstruimos un poco también lo que fue la movida de los ‘90, en su aspecto más ex-perimental. Ellos tocaban con bandas muy distintas en los conciertos, y venían de bac-kgrounds muy diferentes. Esto gatilló que luego todos siguieran haciendo música, con perspectivas radicalmente distintas, como es el caso de Jorge Cortés, quien, a pesar de ser reconocido como un enorme bateris-ta, dejó su instrumento para siempre, para dedicarse a la electrónica.

“Efraín Robles uniformó todas las tomas, de fuentes distintas, en el blan-co y negro que yo había pre-concebido, además de añadir transiciones y

efectos de post producción.”

susana díaz

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>> intvw : vincent moon

“Can you hear me now?…Oh, that’s a Shellac song”, bromea Vincent Moon mientras prue-ba su micrófono en la antesala de la charla que dará en unos minutos en Lastarria 90 con motivo de su calidad de invitado a la última versión del Festival In-Edit en Santiago. Moon, cuyo verdadero nombre es Matthieu Saura (34 años), es un parisino que un día se mudó a Nue-va York y descubrió su camino en la vida.El día en que llegó a Estados Unidos a vivir por un tiempo con su novia, ésta lo dejó. Ello le in-dicó que debía seguir en lo suyo, que estaba en lo correcto. ¿Qué era aquello? Las grabaciones (“my little movies”, como le gusta llamarlas) que le empezaron a encargar para el sitio La

Blogothèque. Con un olfato innegable y una verdadera adic-ción por la música, Matthieu-ahora-Vincent no sólo había visto cuanto concierto interesante se presentara en París. En NYC, siempre tuvo lo último entre sus manos.Para La Blogothèque, Vincent Moon estrenó una serie –que sigue hasta hoy- llamada Con-certs à emporter, o Take away shows. En ella, se dedicó a grabar bandas en la cresta de la ola de lo que estaba saliendo, en un contexto muy especial. Más allá de producir un clip, con escenografía, o edición de locaciones, o cual-quier producción artificial, Moon hizo tomas inmediatas con sonido directo, de artistas

El francés Vincent Moon es un artista de lo inmediato. Presente para la última muestra de In-Edit en Santiago, el cineasta parisino expuso varios de sus largometrajes y dio una charla sobre su trabajo en La Blogothéque. Moon ha trabajado con Arcade Fire, Animal Collective, The National y R.E.M, entre otros. En Chile, registró en Valparaíso a artistas nacionales como Camila Moreno y Goli.

versión web: www.super45.net

tocando en la calle, en un parque, en una iglesia o hasta un ascensor.Por sus manos, han pasado desde Arcade Fire –los del elevador- hasta nombres con-fidenciales como el de Marla Hansen, o más conocidos como Animal Collective, The Do-dos y The National. Lo último que prepara es el lanzamiento oficial previsto para marzo de Burning, un largo sobre tomas en vivo de Mogwai, buscando reflejar todo el poder de los escoceses, tal como lo hizo con The National en su documental sobre la elabora-ción de Boxer. En este último trabajo, Moon captura mucho el ambiente y la atmósfera, desde el barullo infernal del metro neoyor-quino, hasta las dudas de los integrantes du-rante los seis meses de grabación del disco que los consagró.“Llevo trece meses sin tener una casa fija, viajando, y he estado en este tiempo en los cinco continentes”, comenta Vincent. No sólo de indie rock vive este hombre, quien ha capturado, además, a artistas de África y Asia con la misma pasión que lo hace con los grupos que serán la próxima revelación

en Pitchfork. Ello incluye desde música tradicional japo-nesa, de Tanzania o flamenco. O, más re-cientemente, a Camila Moreno, Chinoy, Goli, Gepe, Kaskivano y Fernando Milagros, algu-nos de los chilenos que participaron en sus sesiones de grabación de Take away shows en su paso por Valparaíso. Cercano en cier-ta medida a Lars Von Triers, Matthieu Saura ocupa todo lo que ocurre en el momento, los detalles, la emoción y los transeúntes, con una cierta voluntad documental de la impresión estética. “Una vez me grabaron mientras rodaba un clip, y fue horrible, parecía como un insec-to, dando vueltas alrededor, contorsionán-dose de manera nerviosa y lleno de tics, era francamente repulsivo”, se ríe Moon frente a la especie de posesión que sufre mientras tiene una cámara en la mano.Vincent admite que lo suyo es compulsivo, y que es su momento en la vida para hecerlo. Ello lo ha llevado a trabajar con gente como R.E.M y a colaborar con películas como Mi-roir Noir, sobre Arcade Fire, aunque él no

“Una vez me grabaron mientras rodaba un clip, y fue horrible, parecía como un insecto, dando vueltas alrededor.”

arcade fire visto por vincent moon

haya querido aparecer en los créditos. A la salida de la charla en Lastarria 90, Moon se muestra afable, mientras camina con su ter-no gris y corbata.

-¿Cuándo empezaste a hacer tus películas?-Hace unos cuatro años, empecé a grabar conciertos, y luego conocí a este amigo que se llama Pat, que tenía La Blogothèque y me propuso hacer esto, un poco por azar.

-¿Comenzaste solo con los Concerts à em-porter?-Sí, luego se sumó más gente, y ahora hay varios que están subiendo material.

-¿Vives en Nueva York?-He pasado mucho tiempo ahí, porque me encanta esa ciudad y trabajar en ella, pero estoy establecido principalmente en París.

-¿Qué tal lo de Mogwai?-Es un documental de 45 minutos hecho a partir de material en vivo que otra persona y yo habíamos capturado, es bastante vio-

lento.

-¿Cómo lo haces para elegir la gente con la que trabajas?-No lo sé, voy a muchísimos shows en vivo, y luego, hay varios músicos de los cuales me hago amigo y termino rodando algo sobre ellos.

-¿Cuánto tiempo llevas viajando?-Hace trece meses que no he vuelto real-mente a casa para quedarme. A ver… ¡Ya di la vuelta al mundo! En noviembre 2008 estu-ve en Tanzania, luego Japón, Nueva Zelan-da, América del Norte y ahora América del Sur.

-¿Cómo abordas el instante, lo que pasa en el momento?-No me gusta aferrarme al pasado, y para mí el presente es lo que existe y lo que puedo captar, lo que tengo a disposición y sobre lo que puedo jugar.

“Hace trece meses que no he vuelto realmente a casa para quedarme. ¡Ya le di la vuelta al mundo! ”

vincent moon by nina mouritzen

{julien temple}

>> review : glastonbury

Julian Temple realizó este documental para la cadena BBC, y mira con ojos curiosos este bastión cultural. El cineasta recopila material desde los inicios en 1971 hasta ahora. Mucho más que un simple festival pop, Glastonbury es la expresión de un fuerte movimiento contra-cultural. En los setenta, Michael Eavis descu-brió el movimiento hippie y se apasionó con sus ideales de una sociedad distinta, en plena Inglaterra rural y conservadora, en el sudoeste de la isla.Eavis quiso copiar el modelo de Woodstock, con críticas al capitalismo y la búsqueda del dinero y el éxito, a los que acusa de estar des-truyendo el planeta. En las imágenes, concier-

tos con el público desnudo, alojados en carpas y en éxtasis y comunión con el hermoso entor-no de la campiña británica. Eran los años de la marihuana, el ácido, el amor libre, las protes-tas contra la guerra, el pacifismo y la ecología, unidos a ideales de izquierda.El dejarlo todo para volver a la tierra, al cul-tivo propio y la autarquía era la meta. El rock, el folk y la música africana presentes en este evento, la voz de una generación. En Glastonbury, no se le permitió entrar a la policía sino hasta hace pocos años. El público podía hacer lo que se le diera la gana sin res-tricciones, en una forma anárquica que termi-nó por generar su propio sistema de vida.

Ubicado al lado del valle de Avalon y del grupo de menhires y dólmenes de Stonehenge, Glas-tonbury es un lugar mítico en Inglaterra. Corre la leyenda de que ahí está el santo grial y que el mismo Jesucristo habría visitado esta zona. Hoy, gracias al tesón de un granjero, es también el sitio donde se realiza año a año uno de los festivales de música más grandes del mundo, alber-gando en la actualidad a unas 300 mil personas.

Lo que partió como una fiesta comunitaria fue creciendo como una bola de nieve.Durante los ochenta, Glastonbury agrupaba a gran parte de los opositores a la dama de hierro, Margaret Tatcher, que reprimía las revueltas producto del desempleo con una policía violenta, no muy lejana a la de una dictadura, golpeando descarnadamente a los ciudadanos. El libre mercado desarrollado al máximo en este experimento económico que fue Chile tras 1973 se convirtió en el modelo a seguir por la primera ministra -gran amiga de Au-gusto Pinochet tras su colaboración con Gran Bretaña durante la guerra de las Malvinas-, con efectos devastadores y recesivos para las clases populares. En el festival de Glas-tonbury, nació la consigna ‘No, Maggie, no’, coreada hasta por los niños.Eavis tuvo que luchar todo el tiempo con el ayuntamiento del pueblo, espantado por toda esta gente extraña que llegaba ‘sucia y maloliente’, por ahí hasta el festival. Cuan-do la represión llegó al máximo, los policías desalojaron un campamento de nómades es-

tablecidos en Stonehenge, a pocos kilóme-tros, durante 1985. En la época de la rece-sión, la opción para algunos para no vivir en la calle era vivir en un tráiler.El documental muestra el desalojo, con po-licías golpeando con lumas a mujeres en el rostro hasta dejarlas inconscientes y san-grando, sacando a los niños del pelo, aga-rrando entre varios a los hombres a patadas en el suelo. Eavis acogió a los nómades, e incluso simuló expulsarlos para que la poli-cía se quedara tranquila. Ellos empezaron a trabajar en el festival en labores menores, pero en 1990, organizaron una revuelta y se enfrentaron entre ellos por mujeres, dinero y drogas. El granjero no tuvo más que expulsarlos, se reforzó la cerca del evento y se pusieron cámaras en todos lados. Los músicos pro-testaron, diciendo que se había perdido el espíritu de Glastonbury. Joe Strummer (The Clash) aparece rompiendo cámaras en el es-cenario, e incluso, en su ira, le pega al lente de Julien Temple, su amigo, al que le pedirá disculpas luego.

“En el festival de Glastonbury, nació la consigna ‘No, Maggie, no’, corea-da hasta por los niños...”

los nómades y sus máquinas extrañas

Mucho más que pop, en Glastonbury apare-cen músicos negros tocando estilos tradicio-nales, gente de la India y árabes, haciendo del festival un lugar cosmopolita donde con-fluyen todas las culturas y colores. Si bien las drogas son un tema ahí, Michael Eavis fiscaliza y requisa los estupefacientes, al tiempo que declara que la continuidad de la fiesta se debe a que él mismo no consume sustancias. Aún así, éstas son ingeridas por algunos asistentes. Aunque, así como hay excesos, también hay familias que disfrutan con sus hijos, o gente de la tercera edad que acude al evento. En términos musicales, Julian Temple expo-ne sabrosos cortes. Da gusto cómo valoriza la música de su país, al mostrar en sobreco-gedoras actuaciones a Pulp, Primal Scream, Blur y David Bowie (quien declara haber es-tado ahí en los setenta). Hasta Coldplay sue-nan increíbles (de verdad) y con una energía fuera de lo común, así como Massive Attack y Björk (mostrada en sus inicios con un her-moso ‘Human Behaviour’).

Radiohead aparece con una versión que eri-za la piel de ‘Fake plastic trees’, mientras que Morrissey lo hace con ‘The boy with a thorn in his side’, Prodigy con ‘Firestarter’, además de Nick Cave & The Bad Seeds y The Chemical Brothers.El clima de carnaval que evoca el festival es reflejado en la cinta con tomas de los atuen-dos exóticos y hasta disfraces de la concu-rrencia, y de las distintas actividades (hasta fiestas gay) que incluyen los tres días que dura el evento en Glastonbury. Asimismo, el pasar de largo y no dormir, o la gente que trata de colarse por la cerca, siendo repelidos brutalmente por la policía (es fácil entender porque se les dice ‘the pigs’, los cerdos). También, lo que significa la experiencia para las personas que acuden al lugar, y lo que representa esto dentro de la contra-cultura británica.

“El clima de carnaval que evoca el festival es reflejado en la cinta con tomas de los atuendos exóticos -y hasta disfraces- de la concurrencia.”

björk

{brian wilson and the story of smile}

>> review : beautiful dreamer

El resultado será Pet Sounds (Capitol, 1966), un álbum de pop barroco, lleno de detalles y matices, muy visionario para su época.“Mi impresión la primera vez que me pegué una volada, fue que tras pedir un vaso de agua, sentí que era la primera vez que bebía agua en mi vida, sabía tan fresca y revitali-zante…”, indica el genio trastocado. Si bien las ventas no son fabulosas, el disco es visto por sus pares músicos como una obra de perfección avanzada. Brian recibe dos halagadoras llama-das telefónicas. La primera, de John Lennon; la segunda, de Paul McCartney. Los reyes del rock, en plena época de gloria, caían rendidos a los pies de Wilson.

Radicado en California, Brian es, ahora, un re-conocido productor que va diez pasos más ade-lante que cualquiera en Los Ángeles. La disco-gráfica Capitol reacciona entusiasmada frente a la aproximación naif de Wilson a la sicodelia, que es la de un niño que juega e intenta des-cubrir las facetas positivas de un mundo que se cae a pedazos entre la guerra de Vietnam y una polarización no tan fría como dicen los libros de historia. La reacción de Brian frente a la actualidad que enfrenta no es sino la del asombro frente a todo lo que ve. Capitol le en-carga producir el nuevo disco de Beach Boys, y componerlo. Esto lo realiza en interminables sesiones de grabación en el estudio que se

Corre 1966 y Brian Wilson, compositor para The Beach Boys, ha descubierto los encantos de la marihuana y otras drogas (LSD), que lo hacen reinterpretar totalmente los alcances de sus partituras. La experimentación en el estudio de sonoridades y texturas lleva a Wilson al universo sicodélico de Alicia en el País de las Maravillas y de Disney.

extenderán por más de seis meses, duran-te 1967, en un perfeccionismo inaudito para la época. Graba y regraba cien veces las maquetas, ensayando nuevas fórmulas, con la presión auto-impuesta de crear un “disco perfecto”. De aquí en adelante, todo se vuelve complejo y nebuloso, y ex-trae un sencillo de adelanto: “Good vibra-tions”, que llegará a ser número uno.Brian Wilson ha dado con una alquimia rara, que sabe está justo un poco más allá que sus contemporáneos. Le urge sa-car pronto el álbum, antes de que otros se le adelanten por la senda trazada por Pet Sounds. Su ánimo está radiante cuando llega el momento de exponerle su cuidado trabajo a la banda. Ha creado una de las piezas más complejas y osadas del pop, con aires revolucionarios. Pero, la ban-da termina por rechazar el disco, ya que encuentra sus letras y melodías demasia-do experimentales, inentendibles para el gran público.De ánimo jovial, Wilson comienza a verse atrapado en una espiral creciente de des-

ilusiones y presiones. De pronto, Beach Boys decide enjuiciar a su disquera por los términos de su contrato, y grandes colabo-radores de Smile, el anunciado disco por venir, se retiran. Entre ellos, el talento-so letrista Van Dyke Parks. En este punto, Brian no da más y abandona el proyecto, para caer en una espiral autodestructiva que durará hasta su matrimonio de 1995.Sus cercanos niegan que sea la droga. “Brian fumaba marihuana, pero eso era positivo para su trabajo. Él era muy obse-sivo, y la marihuana le permitía concen-trarse para trabajar muchas más horas de lo común, y satisfacer su creatividad com-pulsiva”, indica uno. En efecto, el break-down que sufre Wilson se debe mucho más a su desequilibrio emocional por el recha-zo que tuvo frente a lo que él considera como su obra maestra, y la mayor pieza de ingeniería pop que jamás se haya construi-do hasta entonces.

“ Brian Wilson graba y regraba cien veces las maquetas, ensayando nuevas fórmulas, con la presión auto-impuesta

de crear un “disco perfecto”...”

Pasa el tiempo, y The Beatles sacan Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band, en 1967, siguiendo los postulados de Pet Sounds y llevándolos un poco más lejos. Wilson sabe lo que tiene entre manos, di-namita pura, y le frustra que un disco que frente al suyo sería convencional, como lo es el de los fab four, reciba los aplausos como un álbum de vanguardia pop.El silencio durará no menos de 37 años, hasta que en 2003, apoyado por amigos y una banda que acaba de formar, Brian de-cide retomar la composición de un Smile inconcluso, y cerrar el asunto con una pre-sentación en vivo en Londres.Smile ve, al fin, la luz durante 2004. Wilson comprueba que su “catedral de sonidos” es bien recibida, a pesar de no ser muy ac-cesible. El documental narra su historia y las distintas fases por las que atraviesa en este proceso, el que termina siendo uno de sanación, cerrando las heridas abiertas por la prematura postergación del disco en pos de la industria. Brian se da cuenta de que siempre había estado en lo correcto y

queda en paz consigo mismo.Una historia similar vivirían dos grandes genios con una visión muy adelantada res-pecto a sus pares: Kevin Shields, quien to-davía, tras casi 19 años, no puede darle un sucesor al titánico Loveless de My Bloody Valentine, y Scott Walker, quien pasó 20 años sin firmar una canción propia tras el fracaso comercial de su disco más ambicio-so hasta entonces, Scott 4. Brian Wilson, eso sí, contó con una legión de seguidores, todos muy connaisseurs y preciosistas.Ello, con figuras particularmente intere-santes del indie y del pop, como lo son Jim O’Rourke, Stereolab, High Llamas, The New Pornographers, Ladybug Transistor, Yo La Tengo y Robert Wyatt, sólo por nom-brar algunos de sus fans más notables.

“El silencio durará no menos de 37 años, hasta que en 2003, Brian decide retomar la composición de un Smile inconcluso.”

the making of anton corbijn

>> review : shadowplay

Si bien comienza a principios de la década de 1970 a sacar fotos de recitales, es en 1979 que su carrera toma relevancia, al trasladarse a Londres y captar la bullente escena post punk de bandas como Public Image Limited (P.I.L.) y Joy Division. Su relación con estos últimos lo lleva a dirigir su primer largometraje, el biopic Control (2007, en la foto) sobre el conjunto de Manchester. Su pasión por el blanco y negro, el grano y una cierta visión purista sacada de los franceses lo llevan a destacarse dentro de la fotografía, en sus inicios, trabajando para revistas como Vogue y Rolling Stone. Su dislocada imaginación lo lleva a dirigir clips delirantes para Echo and the Bunnymen

y Depeche Mode (como “Personal Jesus”), sus principales clientes durante los años ‘80, con algunos trabajos para U2 y David Sylvian.Durante la década de los ‘90, Anton Corbijn se consolida como un artista visual reconocido, y el exigente Kurt Cobain le encarga el polémico y descarnado clip para “Heart shaped box”. Este ganará un premio MTV, aunque el videas-ta lo describe como uno de los trabajos más oscuros y complejos que él haya dirigido, al punto de que le solicitó a Cobain sacar algunos elementos por ser demasiado tétricos. Nick Cave and the Bad Seeds, Grant Lee Buffalo, Metallica, Mercury Rev, Coldplay y The Killers se sumarán a sus acreedores.

Shadowplay es un documental que explora la vida y obra de Anton Corbijn, uno de los princi-pales fotógrafos y videastas que ha plasmado en imágenes el mundo de la música desde hace más de tres décadas.

excursionesFICV 16

festival internacio-nal de cine de val-divia

un oceáno de acordes en eco

>> interview : ezequiel acuña

Ezequiel Acuña nada en olas de nostalgia y pop (entendido como un universo en el conviven Slowdive y Jem Cohen). Su nueva película Ex-cursiones (en funciones en MALBA, Buenos Ai-res, de enero a marzo) logra fundir con maes-tría la música incidental, un guión acertado y emotivo, además de una fotografía en blanco y negro tributaria de todo el horizonte indie tanto cinematográfico como de clips.En su mundo –el Buenos Aires actual, La Plata-, conviven personajes como una joven (Martina Juncadella) que anda siempre en patines, o el bajista de una banda (Ignacio Rodgers) que se agarra a golpes con el vocalista porque simple-mente no lo traga y porque “al muy estúpido”

se le ha ocurrido estudiar medicina y postergar los ensayos. Ello para luego embaucar a la chi-ca en cuestión con un discurso nulo sobre cómo el patinar sobre el hielo congenia elementos primigenios como el agua, la tierra y el aire.Ezequiel Acuña, de 33 años, plantea reflexio-nes en clave todo el tiempo, respecto a asun-tos como la amistad o la muerte. Marcos, egre-sado de teatro que se había dedicado a otra cosa, queda sin trabajo y le pide ayuda para montar una obra a Martín, al que no ve desde hace diez años. Éste es guionista y ha tenido éxito en programas de televisión, pero no se ven desde que murió Lucas, el tercero de la pandilla.

Con Excursiones, Ezequiel Acuña logra resumir simpleza, elegancia y emoción. Utilizando un mínimo de recursos, este astro lejano del nuevo cine argentino llega hasta los huesos con una mirada poética y cargada de nostalgia. Con espacio para el humor, la tragedia y los afectos, Acuña se aferra a un lenguaje audiovisual muy cercano al pop, mezclando a la perfección una música shoegaze con bellas imágenes en blanco y negro, a través de la historia de dos amigos.

Claro que la amistad, desde el punto de vis-ta del director, pasa por asuntos hilarantes como cuando uno le pide al otro que se sa-que la camiseta del concierto de Morrissey que anda trayendo, ya que lo acusa de ro-bársela, pero que ‘no importa’ y se la puede quedar (cuando la acusación huele a falsa y totalmente fuera de lugar).Acuña posee una mirada prístina sobre sus personajes, lo que alterna con bellos paisa-jes internos reflejados a través de la ban-da sonora que inunda los momentos claves. No cualquiera, en realidad. Ezequiel ofrece una oportunidad única gracias a su olfato de connaisseur de la activa escena rioplatense. Esta misma que tantas alegrías le ha dado al indie rock sudamericano con bandas como 107 Faunos, Jaime sin Tierra o El Mató a un Policía Motorizado. Acuña ha participado de ello apoyando a bandas, montando un sello y produciendo recitales.La música, y el indie rock en particular, del cual Acuña es fan -al punto de declarar: “ya no escucho a Slowdive, porque me basta con los días de lluvia, como los de Valdivia”- im-

buyen las cintas de Ezequiel. Ya en Nadar Solo (2003), aparecen múltiples referencias, ya que el personaje principal tiene un grupo con su mejor amigo (y Jaime sin Tierra apor-ta con temas originales). Luego, en Como un Avión Estrellado (2005), la melodía es el metrónomo de las emociones de los pro-tagonistas.Ahora, en Excursiones (tal vez el secreto mejor guardado del cine del otro lado de la Cordillera), los acordes son una marea que reverbera la luz de la proyectora. Desde que empieza, para un fan de shoegaze, o de noi-se pop, o de pop con saudade o lo que sea la mezcla de spleen y rock, la entrega es bien recibida, con aires de sentirse en casa.Resultó divertido que, tras ver una copia de Nadar Solo sobre la mesa en la última Feria del Libro de Santiago, Alberto Fuguet y Ray Loriga asumieran haber estado hace poco con Ezequiel, y que, también, sentían su mundo como su hogar. Acuña, en cuanto a él, se declara fan de Congelador.

“Ya no escucho a Slowdive, porque me basta con los días de lluvia, como los de Valdivia.”

excursiones

-¿Cuánto tiempo demoraste en hacer Ex-cursiones?-Un año, porque grabábamos tranquilos los fines de semana. Eso, y sin las presiones de tener que terminar el rodaje en dos meses o algo así. Algo muy relajado.

-¿Cómo relacionas la música y la imagen?-En las tres películas que he hecho me ha gustado mucho trabajar el soundtrack con canciones de una banda de rock, o ligadas a sonidos que me gustan. Me agradan las ban-das sonoras originales, pero también traba-jar con grupos y de ahí sacar material de las pistas de audio de sus temas. En Nadar Solo, tuve a Jaime sin Tierra, quienes de hecho aparecen tocando en la película, además de composiciones incidentales en piano. Luego en Como un Avión Estrellado salen Jack-son Souvenirs y Mi Pequeña Muerte, quienes comparten un integrante. En Excursiones, la música del soundtrack la hizo uno de los actores, que se llama, Santiago Pedrero, y el resto son cinco canciones de un grupo uru-guayo que se llama La Foca. El asunto de

los permisos y de los derechos de autor es costoso y complicado, así que agarro lo que tengo más a mano, aunque me encantaría tener temas de, por ejemplo, Congelador, en ciertas escenas. O de Sigur Ros, aunque eso es como muy flotante. Aparte, que así uno puede redescubrir lo local.

-¿Cómo partió esto?-No lo sé, vengo trabajando en ello hace un tiempo. Para la época de Nadar Solo, produ-je un par de eventos con Interamas, y con una banda que se llamaba Bauer. Había un asunto con el diseño, también. Ahí salió la idea de montar un pequeño sello, y empecé a editar material de estos grupos. Se llamó Nadar Solo Discos y editamos tres discos. Algo muy lindo, tipo post rock, y muy poco comercial. Luego, sacamos las canciones de Nadar Solo, la película, en un compilado de bandas que iban por la misma línea. Después de un tiempo, con Excursiones, llegamos a un acuerdo con el cantante de La Foca en que los dos pusimos plata para el tiraje de unas mil copias del disco, Vos Lejos de Vos.

“Grabábamos tranquilos los fines de semana. Eso, y sin las presiones de tener que terminar el rodaje en dos meses o algo así.”

excursiones

-¿Cómo incorporas la música que te gusta a tus imágenes?-No lo sé, es un proceso muy intuitivo. Aho-ra, por ejemplo, me traje un I-pod donde tengo desde Congelador hasta Camera Obs-cura, más pop español como Los Planetas. Y bueno, hay lugares que te generan una idea, una emoción, y luego tienes una banda de la que te gustó una canción de algún disco, y luego ves cómo va. Ahora, por ejemplo, con Excursiones, elegí unas cinco canciones y fui seleccionando pedazos. Por ejemplo, dices: “esta parte de guitarra está buena y la po-dría usar”, y ahí fui trabajando de acuerdo a estos extractos.

-¿Has trabajado en clips?-Sí, junto a músicos como Fidel Nadal, un tipo de Mano Negra y de Todos Tus Muertos, con cosas por encargo. Pero, ello lo mezclo con una estética muy parecida a la de Como un Avión Estrellado. También, he trabajado con una banda que se llama Ojas. Y después, hice unos videos para La Foca, que salen en su disco, y luego para un grupo que se llama

Nubes en mi casa. No es un laburo constante pero lo hago de vez en cuando.

-¿Con qué elementos contaste para Excur-siones?-Tenía seis actores, para dos personajes principales, dos secundarios y dos más que aparecen. Las locaciones fueron mínimas, básicamente la misma casa, desde distintos ángulos para hacerla parecer sitios distin-tos, que es el hogar de uno de los actores, muy amigo mío.

-¿Muy lo fi?-Totalmente, sale mi casa, mi habitación, lugares que aparecen dados vuelta para convertirse en otra cosa…No es tan obvio, pero se puede jugar con los planos y los ob-jetos. A veces, es difícil arrendar un lugar, o sacar a la gente, o poner extras. Si no te lo consigues, bueno, haces con lo que tienes a mano. Importa mucho más la finalidad de una escena que si tienes a alguien pasando por ahí o no, sobre todo si queda bien en términos visuales.

“Las locaciones fueron mínimas, básicamente la misma casa, desde dis-tintos ángulos para hacerla parecer sitios distintos.”

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{siegfried}

>> review : kinogamma I & II

Le Sig, como se hace apodar, viaja por todo el mundo (en sentido literal y dando la vuel-ta) capturando imágenes de personas: rostros y miradas de niños, mujeres, ancianos y hom-bres. “Soy un adicto, no puedo dejar la cámara descansar”, comenta en un castellano marca-do por el acento galo. Tiene un largometraje de ficción que se desarrolla en 17 países entre Europa, África, Asia y América, y, en la mues-tra Armonías, música y audiovisual, proyecta su serie Kinogamma, compuesta de 2 películas.Además de personas, Siegfried capta paisajes, ciudades, cielos, aviones, metros, en una su-cesión frenética de situaciones ritmadas por la música que el mismo compone, o extrae de

compositores como Debussy y Shostakovich. Ki-nogamma 1 (East) retrata la ex Unión Soviética de una forma actual y urgente, aunque sin las pretensiones de un documental histórico-na-rrativo.Entre la nieve, Moscú, Estonia, conser-vatorios, aeropuertos y trenes, Le Sig realiza un montaje impresionista, de mucha luz, como una sucesión de imágenes con una riqueza fo-tográfica intensa, que se articulan gracias a la melodía. En el segundo episodio, Far East, la audiencia traspasa las fronteras para inter-narse en un universo cada vez más lejano (en atuendos, costumbres, cultura y raíces), hacia Uzbequistán y Mongolia.

El francés Siegfried se ha convertido en un personaje en esta 16ª edición del Festival Interna-cional de Cine de Valdivia. Reconocible de inmediato por su look tipo Manu Chao, con el pelo largo y rubio sostenido por un turbante y su ropa de viajero errante, como una suerte de Arthur Rimbaud, tras internarse en el desierto. Su estilo de vida sale de lo común.

{carlos saura}

>> review : fados

El verdadero valor del fado emerge tras las imágenes intrigantes de Carlos Saura (uno de los herederos de Buñuel en España y una de las figuras del cine de ese país en los 1970). El fado, visto a través de chromas (pantallas de un color, como el damasco o el violeta), emerge como la raíz de la saudade. Aquel vital componente de ese gran estilo que es la bossa nova aparece aquí.Si se quiere, al igual que el melting pot hu-mano brasileño que ocurre del encuentro de negros, europeos (y nativos), el bossa nova no es más que el cruce del inmemorial fado con los ritmos africanos y algo de jazz (otra raíz negra). Pero claro, el fado es la versión anti-

gua, a escuchar con los padres y abuelos. Aun-que, a través de los distintos artistas expuestos por Saura, aparecen actualizaciones, como ese grupo de hip hop que lo mezcla con el fado, con un resultado muy similar (y original), simi-lar al de bandas como Bajo Fondo Tango Club, que mezclan el tango y la electrónica.En otras palabras, el fado es lo que le queda a Blonde Redhead si le sacas el hardcore y las guitarras eléctricas. Si le quitas el ritmo urba-no del siglo XXI. Para muchos, esto es insopor-table, para otros, es tan bello como disfrutar de un paseo por un museo de cuadros antiguos, o por una ciudad tranquila y hermosa como Valdivia. Es cuestión de principios.

Escuchar fado es una vuelta al pasado. Es una suerte de antropología musical en la cadena de distintos estilos que parecen entrelazarse hasta hoy de manera insospechada.Existe un aire de algo etimológicamente antiguo en este estilo proveniente de Portugal, que posee una raíz me-dieval pagana que alterna con el trance. También, un aire cálido, del Mediterráneo, y moderno en sus acordes complejos.

{josé luis torres leiva}

>> review : trance

En la serie Trance, el concepto radica en la reacción de las personas frente a las melodías, y busca reflejar el mundo interno de cada par-ticipante. En el capítulo dedicado a Diego No-guera, el tema noise, experimental y pegado de un norteamericano -en la senda de Merz-bow- hace crujir los dientes con su electricidad avasalladora, como una pared de ruido blanco, en el que la imagen grabada con night shot aparece áurea. Es fácil perderse en los planos, y todo se vuelve saturado, por momentos, de una manera extenuante.Un momento emotivo es el que muestra en toda simplicidad a Macarena Teke con el hijo que tuvo con Néstor Cantillana. Un instante

casi sagrado y sobrecogedor. Otro que quita el aliento es el que incluye a Low, que deja a la audiencia en un silencio, ensimismada. El de Dirty Three resulta intrigante, con un fuerte dejo de nostalgia en la mirada, mien-tras que el de Quasi es urbano y sincopado.Animal Collective se suma al proyecto con una canción sicodélica y lo-fi. Pocos directores en Chile (y en el ámbito indie, en general, en el globo), se han dado el gusto de trabajar con artistas de esta categoría, y con un resultado tan prístino y personal.

Con un corte radical, el chileno José Luís Torres Leiva expone Trance, una suma de 10 corto-metrajes trabajados con el excelente director de fotografía Inti Briones. En ellos, Torres Leiva se aboca a retratar a personajes cercanos con una técnica particular, que incluye imágenes donde lo contemplativo supera a la acción, o bien ésta pasa en cámara lenta, ganando en intensidad y fuerza.

{victor jiménez}

>> review : nicanor parra (retrato de un antipoeta)

Entre los múltiples aspectos del poeta, en la cinta de Victor Jiménez, destacan el parti-cular sentido del humor de Parra, su afición por Shakespeare y sus encendidos discursos. También, su relación con sus hijos, Barraco y Colombina, y su nieto, en la intimidad de sus casas de La Reina y Las Cruces. Resulta esencial descubrir su influencia en los poetas beatnicks, una de las vanguardias lite-rarias más importantes del siglo XX. Su editor en Estados Unidos era quien poseía la librería que frecuentaban escritores como Allen Gins-berg y Jack Kerouac, y la antipoesía de Nicanor les era familiar. Ello según la investigación del cineasta Jiménez, quien obtuvo estos datos de

una profesora de literatura en Cambridge. El mismo Parra alojó a Ginsberg tras conocerlo en la visita que hizo a Chile con motivo del en-cuentro de poetas americanos organizado por Gonzalo Rojas en la universidad de Concepción en los sesenta. Su influencia iría aún más allá, al haber sido publicado en Inglaterra, siendo conocido entre los poetas de Liverpool, de cuyo círculo emergieron The Beatles. Retrato de un antipoeta ahonda en detalles como la relación de Nicanor con las mujeres, o con su hermana Violeta. También, su profunda vocación ecológica y su relación ambigua con los premios literarios.

Retrato de un antipoeta es un documental que muestra muy bien la personalidad del físico, ar-tista y escritor Nicanor Parra. Expuesto en todas sus facetas, tanto la pública como la privada, la película funciona como un fiel reflejo de uno de los personajes más interesantes de las letras chilenas y latinoamericanas.

Gabriela SandovalSebastián LelioCarlos Nuñez

SANFIC

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>> interview : jem cohen

Presente en Sanfic 5 con una retrospectiva a su trabajo en la sección Shoot the shooter, el cineasta independiente Jem Cohen expuso su particular visión del cine (y del mundo) junto a trabajos colaborativos con músicos como Patti Smith, Fugazi y Elliott Smith. Sus evocadoras imágenes de Nueva York y Ciudad de México revelan una fuerte tendencia a tratarlas como una pieza musical.“Me considero un pescador de imágenes”, ex-plica Jem Cohen en el cine arte Normandie, poco antes de comenzar su montaje Ciudad de México por azar (2009). El norteamericano na-cido en Kabul, Afganistán, está presente con una retrospectiva a su trabajo en Sanfic 5, en

la sección Shoot the shooter, con muestras y clases magistrales, más este trabajo grabado y mostrado en marzo en la capital mexicana.En principio llamado Manifiesto DF, este re-corrido por parte del centro histórico de la ciudad cuenta con imágenes de Cohen, músi-ca en vivo de Todd Griffin, Dj Rupture, Andy Moor (The Ex) y Guy Picciotto (Fugazi), y, para la versión chilena, la narración de Juan Pablo Bastarrachea, uno de los gestores “in situ” del proyecto. De inmediato, la visión de Cohen a través del lente difiere del formato narrativo “tradicional”. Se suceden situaciones, perso-najes y objetos, como el Mercado de Sonora; obreros trabajando en El Zócalo, esa enorme

Con una contundente muestra de material, el cineasta Jem Cohen fue tal vez la figura más rele-vante del Sanfic 5. Su mezcla de documental, video arte y cine experimental lo confirma con uno de los grandes talentos independientes de las últimas décadas, llamando la atención de artistas como Patti y Elliott Smith, Fugazi, The Ex y REM.

plaza al medio del epicentro de la urbe que creció sobre Tenochtitlán; personas bailando cumbia en la calle, una adolescente rezán-dole a la santa Muerte, una prostituta senta-da, y transeúntes.Todos caen bajo la cámara de Cohen, quien les agradece en los créditos y los encuentra en su paseo guiado por Bastarrachea y sus amigos del Festival de México en el Centro Histórico. Ellos lo contactaron en BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) y le propusieron la idea de capturar el DF con su óptica particular. Esta incluye tomas en 8 y 16 milímetros, con pla-nos largos, que se apuran o se vuelven más lentos según la subjetividad del cineasta, ahora expuesta en SANFIC.

Otra música

“No me importa”, replica Cohen frente a sus colaboraciones con REM. Sus vinculaciones con la música son de larga data y abarcan algo más que retratar la historia que apare-ce en una canción.

“Cuando comencé a hacer películas justo nacía MTV, que redujo las enormes posibili-dades de la relación imagen-audio a térmi-nos obvios (bikinis) y publicitarios de hacer un spot (clip) para un producto (álbum). Yo no quería eso”, aclara Jem, al día siguien-te en su clase magistral “La otra música”, ofrecida en la cineteca del Centro Cultural Palacio de la Moneda.

-¿A qué te refieres con “otra música”?-A hacer música con las imágenes: cómo moldeas un sonido, y, también, cómo po-drías escuchar una pieza de Shostakovich, la que atraviesa distintos estados. Puede ser a que va mucho más allá del concepto de banda sonora con canciones, donde hay una escena, sube la música, luego baja para el diálogo y vuelve a subir.

“La película que ustedes verán terminará de completarse en sus cabezas, entre sus ojos”, indica Jem, antes de exhibir sus cor-tos en la cineteca.

“Nacía MTV, que redujo las enormes posibilidades de la relación imagen-audio a términos obvios (bikinis) y publicitarios de hacer un spot (clip)

para un producto (álbum). Yo no quería eso”

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