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Pobreza de La Cultura

Date post: 16-Sep-2015
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pobreza de la cultura
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29
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    POBREZADE tA CUTTURA

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    vu^p -459oDr, Luciano Castillo

    Bibiioteca FrivadaArq. Vktor Menuel DwrqnNdncr

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  • POBREZA DE LA CULTURA

    Dr, Luciana Castillo

    PRESENTACION

    Este trabajo es el resu[tado de una serie de artfculos perio-dfsticos publicados por nosotros durante el afio 1983, en elprsstigioso diario ds circulaci6n nacional "El Sol'1, con el finde instruir y denunciar sobre lo que llamamos "pobreza cultu.ral" de una sociedad o cultura dsterminada, en particular ladominicana.

    Las taorias sobre la cultura, a nivel cientffico, son muchas.Los antrop6logos principalmente, han sostenido y defendidoteorfas especfficas culturalistas que se encuentran expresadasen artfculos, ensayos y libros.' E. B. Tylor desarroild, en al siglo pasado, el evolucionismocultural, mientras que Franz Boas al final del mismo siglo y co.mienzo dal presente se inclin6 haeia elenfoque hist6rice-cul.tural en su concepci6n de la cultura.

    En este siglo, podemos encontrar teorfas como la de inte.graci6n cultural de Ruth Bsnedicq la cultura como l0 supsror.g6nico y las pautas culturales de A. L. Kroeber; las ideas sobrela ecologfa cultural de Juli6n Steward; la teorfa de lo evoluci6ncultural (llamada por muchos neoevolucionismo) o teoria ener.g6tica de la cultura de Leslie White; la teoria funcionalista dela cultura de B. Malinowski;,la cultura de h pobrezade 0rcarLewis. . .

    N0s0tr0s hemos esbozado, sin que esto tsnga la osadfaprstencioss de una teorfa nueva de la cultura, una srie deideas sobrs la pobreta de una culturs determinadat$mandorl

    @rgaoEDITORA UNIVE RSITARIA

    _UASD-Aparrado posra i No. 1355u rudad Un ive rs i t a r i aTe i , 532 -4gq7

    l:n-t:. ?or'"no, Republ ica Domin icana? :6 ,C lO : r ; l a - . :C de lSmae l pan iagua

    r j r d f , cos de l ac D r I , r : ; " l i S , , " n A f a d e l a L r n r v ; r s i d a d

    , 1 ; i j , , \ . , , t i l a G c . \ - t ^ n r r ; _ , o o

  • mud6lo''.sultuml dsminicano, como contrapartida a la cultura'de la'pohreza ds Lewis

    No seguimos los lineamientos de E, sapir cuand' te'rizasobre las llamadas "culturas autEnticas 0 genuinas', lgrnrin,cultures) y

    .sus opuestas "curturas inautdnticas o es-purias;(spurious culturesl, sino, por el contrario, tratamos de enfocarel.problema de la pobreza ciiltural en un c0ntexto sociocultu.ral mds amplio donde est6n implicados factores como ladependencia econ6mico-polftica, fa contradicciOn de clasessociales. . .

    Planteamos, Bn c'nsecuencia,.la apFrtura hacia un debatetedrico- pr6ctico ssbre la cultura y sus diferentes interpreia.ciones.

    ItI

    I

    oscar Lewis desarroll6' junto. a ctros antrop6logos' 1o

    que 11am6 denuo ;ti;;;t; de la Anuopologia moderna'

    laul turc de Ia pobreza" ' . -- r^rno ner. hccsaEsta puede p"'*'e' en esta cita

    iarga' pero nccesana'

    "'l#I;XTJ'fiJ;*', que los,l*"' no tienen cuitura'

    el conceprg, d:,t"l ' t" i*"a de. la. pobreza puede parecer

    un a c ontr aai" i6 n' i u ; f *:::l n'ff f,f.t':T i:T":::ta dignidad y una cierta poslclon'-

    t

    En el uso anuopofogtto"Sl t6rmino cuitura supone' esen-

    cialmente' un p"'on'de vida qu:-P"u d; Sen;ral":':: g'

    neraci6n , to t"go";;i;:tt iamlliares La cuitura de la po-

    brezatiene sus modalidades propias y consecuencias distin-

    tivas de'orden ,oJ;i';;itotaiito 'n1t t1; *l:1T::' t'

    ;; ;;.aina*i'o q"i Jr"ii 1i ry'::tff;ff:Iil:lT:1nacional mis amPlia Y se convlerte

    si misma". . tM6s luego a'gtega""

    'la cu.ltura de la pobrr-'t?'tI1:'To t'

    define aqui' no;?t;i"y; a los puebios prinritivos' cu)io re-

    Easo es .t "'urt'io

    i;;;;iti'*itnto y de su tecnologia

    no desarroli'0", I c-uf"otitatd.en su.mayor l-tT:'::

    tt"

    esuatif icadt tn it"J' it l t ' puebios tienen una cultura re-

    i;;";*.n,.in,."j,TJ;,;'i'-r''.'*IJ#,H:Ti'iiii.'l;,f1il.' -^^^ la nr r ln t ra de la Pobreza es s

  • dora, proletariado I' campesinado, conglomerados que va-rian mucho en cuanto a siruaci6n econ6mica en el mundo.En los Estados Unidos, por ejemplo, la clase rrabajadora

    ' l'ive como una 6lite en comparaci6n con las clases trabaja-doras de los paises menos desarrollados. La c,lnrra de lapobreza s6lo tendrfa aplicaci6n a la gente que esri en elfondo mismo de la escala socio-econ6mica, ios trabaiado-res mis pobres, los campesinos mds pobres, los cultivaior.,de piantaciones 1' esa gran masa hererog6nea de pequenosartesanos y comerciantes a los que por Io general sealudecomo lumpenproletariado ".

    otro apartado, Lewis senala c6mo surge esta cultura;"La culfura o subcultura de la pobreza nace en una diversi-dad de contexros hist6ricos, es mis comrin que se desarro-lle cuando un sistema social esaatif icado y econ6micoatraviesa por un proceso de desintegraci6n o de sustituci6npor otro, como en la Eansici6n del feudalismo al capitalis-mo o en el transcurso de la revoluci6n indusaial". i,A u.-ces, dice, resulta de la conquista imperial en la cual los con-quistados son mantenidos en una situaci6n servil que pue-de prolongarse a lo largo de muchai gineracion.r. rr*tien

    .

    puede ocurrir en el proceso de destribalizaci6n, tar como elque ahora tiene lugar en Africa, donde por ejemplo losemigrantes tribales a las ciudades desarrolian ,,iulruras depatio" notablemente similares a las vecindades de la ciu-dad de [{ixico. Tendemos a considerar tal situaci6n de losbanios bajos como fases de transici6n o temporales de uncambio cuirurai drastico. pero

    ste no es neceiariamente elcaso' porque ia cuicura de la pobreza con frecuencia es unasituacion persistente atn en sistemas sociales estables. cier-tamente en N{6xico ha sido un fen6meno m6s o menos per-manente desde la conquista espanola en 1519, cuando co_menz6 el proceso de desuibalizaci6n y se inici6 el movi-mlento de los campesinos hacia las ciudades. s6lo han cam-ir;;*jc las cjimensiones, ia ubicaci6n y la composicion de los

    barrios bajos. Sospecho que en muchos otros Pai'sg: se hanestado operando pto..tot similares" (1965: 14 15)'

    La cufrura de li pobreza, enlos planteamientos de Lewisy o,iot antrop6logts, puede estar-basada en rasgos especi'ii.o, ..on6micos,'sociales y psicol6gicos, 1.- Lucha cons'tante por la vida; 2.- periodos de.gcupaci6n y desocupa-ci6n; i.- bajos salarios; 4.- diversidad de ocupaciones nocalificadas; i.- trabajo infantil; 6.- ausencia de reservasalimenticias 6n h caia;7 .- sistema de hacer compras fre-cuenres en pequefras cantidades de productos alimenticiosmuchas u...t .t ait a medida que se necesita; 8'- empenarprendas personales; 9.- pedjr Prestado a prestamistas loca-i., , ,116 usurarias de inter6s; 10.- servicios crediucios es'pontineos e informales (tandas) organizados por vecinos;it.- uro de ropas y muebles de segunda mano;12'-vivirinc6modo, y tpt.ttdos; 13.- fdta de vida privada; 14'-sentido gregado; !5.- akaincidencia de alcoholismo; 16.-recurso ir..u.nt. a la violencia al zaniar dificultadesi 17.-uso frecuente de la violencia ffsica en la formaci6n de losninos; 18.- golpear a su esPosa, 19.- temPrana inicia-.ci6n en la vida sexual ;20.- uniones libres o matrimonlosno legalizados; 21.- incidencia relativamente alta de aban-dono de madres e hijos; 22,- tendencia hacia las familiascentrad'as en la madri y .ono.imiento mucho mds ampliode los parientes maternales ; 23.- predominio de la familianucleai; 24.- fuerte predisposici6n al autoriarismo; 25'-solidaridad familiar; 26.- fuerte orientaci6n hacia el tiem'po presente con relativamente poca capacidad de posponerius'd.reo, y de plane ar p$a el funrro; 27.- sentimiento deresignaci6n y di fatalismo basado en las realidades de la di'ficii siruaci6n de la vida; ZB.- creencia en la superioridadmasculina qu se cristaliza en el machismo (culto a la mas-culinidad); 29.- complejo de martires entre las mujeres;30.- gran tolerancia hacia la patologfa psicol6gica de todas

    D

  • clases; 31.- fuerte sentido de marginalidad, de abandono y'de dependencia;(Maestre Alfonso:

    32.- escaso sentido de la historia.r974t 243-244-245).

    , : J

    Eib[dGce PrivadaArQ. Vidsr Msnucl Dut m Mirrrr

    I I

    La aceptaci6n o el rechazo de la culrura de la pobrez-ai*pri.rr. iJ profundizar sobre la conceptualizaci6n del nris-mo t6rmino cuitura.

    Cuando Oscar Lewis afirma que el tarmino cultura "su-pone, esencialmente, un pau6n de vida qu P?sa d.e ge nera-il;.;-;;;.rr. i6n

    'a lo largo de tineas iamiliares", podria

    pensarse que es muy fic.il c,aPtar el significado del concep-to bisico de la Antopologiacomo ciencia' es decir' la cul'fura.

    Ahora bien, esto no es asi' La diversidad de f6rmuiasv concptos para delimitar el campo de la culrura es tani ltd.""ltai.,orio que. ha.heciio exclamar il i::i^"p":i"gi l-.'rf i. White, "qud seria de la fisica con una 'ariedad,ri d. concepciones oPuestas de la energia" (19.75 : 129)'si fuese .rt. ,iltirno concepto mane.;ado comb el de cuirura'

    En un contexto no antroPologico' la cultura se presenta.o*o . tg r raodeprepara t i6no fo rmac i6nde los ind iv i -duos en i i.rrr, 6reas especificas como los conocimientosfrlos6ficos, el dominio de ciertas artes pli.sticas l"musica'les . . . y entonces se habla inantropologicanlente. de persc'r-na culta o inculta, y hasta con mayor amplirud de puebloscuilos o incultos.

    Desde que Gustavo Klemn )/ otros estudiosos alemanespresentaron una visi6n historicista de la culrura' caemos

  • necesanamente en la apreciaci6n precedente, En ese senti-do, es que la encontramos en H. Rickert cuando planteaentender por cultura "la rotalidad de los objetos reales enque residen valores universalmente reconocidos" (7952:60),Sin embargo, la definici6n primaria de E. B. Tylorcuando sepala .que "culturq o civilizaci6n, en el sentido et-nogrdfico mis amplio, .s rqu.l rodo compl{o que incluyeel conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho,las costumbres y, cualesquiera otras capacidades y hibitosadquiridos por el hombre en cuanto miembro de la socie-dad" (1975:29), p lanrea una si tuaci6n di ferenre en cuantoal tratamiento del tdrmino.

    La conceprualizacion de la culruru para dicotomizarla enu4a presenuci6n definida como de la pobreza, y otra, co-mo sugieren algunos antrop6logos, de la riqueza, tendrfaque verse en su acepci6n mis genrica, y no en la formaenumerativa y parcial de Tylor,

    En su vertiente general, mis que las definiciones de R,Linton de que la "cuitura es la suma de los conocimientos,de las aprirudes de los modelos habituales de comporta-mientos que tienen en comrin y que transmiten los miem-bros de una sociedad particular" (en Mercierr L963:906) o

    la condu

    ia de Iudi v Rosental anando dicen que es "un conjunto devalores materiales 1' espirituales, asf como los procedimien-tos para crearlos, aplicarlos y uansmitirlos, obtenidos porel hombre en el proceso de la prictica hist6rico-social"(1965: 98), o la de Leslie White, denrro del marco del evo-lucionismo cultural moderno, que la define como "la clasede las cosas )' acontecimientos que dependen del simboli-

    zlr, en cuanto son considerados en un contexto exEasonri-t ico" ( 197 5: 139).

    Es decir, que para la acepraci6n o no de una cultura dela pobreza y su contrapartida, tendriamos que buscar lospuntos comunes de las m6ltiples definicionei propuestas apartir de Tylor en el siglo pasado, y mucho mis, despusde la recolecci6n de mis de cien definiciones v f6rmulasacumuladas por los anuop6logos A. L. tcroeber y C.Kluchhohn entre 1949-1952, nrimero este que ha aumen-tado luego en forma acelerada, a veces sin seguir ninguncriterio cientffico justificable, o por una apreciaci6n reduc-cionisu del tdrmino como esti sucediendo en el pais.

    parten y transmiten los miembros de una sociedad" (1971:45), aceptariamos.la definici6n de lt{. J. Herskovits cuandoerl una f6rmula brevfsima la preseyd como la "parts dgl

    .Lmbienre hecha por el hombre" K{g64, zg),y;*ho mlt

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    Indudablemente que'.el t6rmino cultura, en su sentidoantropol6gico o en el historicista, Plantea una concepruali-zaci6n holistica y formas especificas de visualizarla o com-prenderla,

    En ese doble sentido se encuentra en la definici6n deTylor m6s arriba citada, y anterior a 6sta' en Klemn cuan-do la concebfa como "costumbres, informaci6n y oficios,vida domdstica y priblica en la paz y en la guerra' religi6n,ciencia y arte . , , segun se manifiesta en la transntisi6n dela experiencia del pasado a la misma generacion" (lin Wi-nick 1969 | 176).

    El tratamiento del concePto culnrra, en consecuencia, seha ido adecuando a planteamientos te6rico-pricticos deuna manera metodol6gca, lo que ha permitido consuuiruna terminologia de valor relativo segun el cientffico quela utilice. Por ijemplo, el kulturkreis o cfrculo de culrurade los em6logos alemanes, basamento del difusionismo co-mo teoria antropol6gica, tuvo una vigencia parcial en cuan-to sostenfa que los rasgos culturales tenian un surgimientodeterminado y de aquf se difundfan a otras 6reas cultura-les.

    Este 0lt imo t6rmino "6rea cultural", l igado tambi6n aldifusionismo, ha sido uabajado constantemente, y arinmantiene una.vigencia convencional.

  • Ouos t6rminos como "6rea de edad culrural", "conver-gencia culrural", "paralelismo cultural", "relativismo cultu-ral". . . han formado parte del bagaje antropol6gico teorf-

    El ir lt imo de ellos, es ddiir, el ielativismo cultural que sedefine como "principio por el que la experiencia es inter'pretada segun .{ os an tecedentes, esquema de referecia y'normas sociales de cada uno, y segun el cual estos factoresdeterminan la percepci6n y Ia evaluaci6n, de modo que nohay una sola escala de valores aplicable a todas las socieda-des" (Winick: 1969' 536-537), o como los juicios que"esuin basados en la experiencia" y 6sta "es interpretadapor cada individuo a base de su propia endoculturaci6n"(A,farconi : 1977:7), ha tenido un gran augp, aunque.cues-tionado, debido a su posici6n palpabl. d. qrglgglut*sgn relativas por lq f}'e no existe una cultrr^ ""F"rior aotra. si no

    "ulgu'a" dif"rentes qUe debett .or cnrnrendi.taten su "siruagi6n cu_!slg!], planteamos.

    Es decir que, en este sentido, es que podemos hablar de"culturas nacionales", en un contexto mucho mis amplioque desborda las "culturas primitivas", campo de trabajocl6sico de los antrop6logos.

    Ya en otra vertiente, la especificidad de la culnrra ha he-cho posibie que hoy dia pueda hablarse tanto de una cultu'ra m6dica como de una medicina culrural, o de una culturaecon6mica como de una economfa cultural, de una culturapolit ica como de una polit ica cultural,

    Ouo concepto relativo a la culnra, es ei de "subcultu-ra".'Esta se ha definido como "variaciones denuo de unauadici6n culrural mls amplia" y que rePresenan "el estilode vida de importantes segmentos" (Wagley y Harris,1974:12) de una poblaci6n. "Harris ha senalado que "latotalidad de la cultura es un compuesto de subculturas so-brepuestas y con variaciones" (Kroeber y Kluckhohn:19rii, 308-309), es decir qr,re la culrura esri compuestaircr suhculnrras.

    Blb[ctccr lrivrdeArq. War Mtnucl OulooJWorr

    IV

    Como se ha ido senalJndo de que "el conjunto de cate-gorias bisicas para juzgar el mundo y el puesto que el hom-bre ocupa en 1, la religi6n, el lenguaje, los prfncipios 6ti-cos, econ6micos y poiiticos, estmcturas sociales y todoaquello que ha sido creado por el hombre y que forma par-te. del medio ambiente en el que cada individuo se mueve ,es lo que constituye la cultura" (Martfnez Cruzr 1975:51),plantea que asf como "la" culrura evoluciona, en su senti-do holistico, "una" cultura, en su forma especffica, cambia.

    Es decir que esta,apreciaci6n nqs coq.du,,g,qd q.a,.lpgLesrpdial6ctico del "cambio culmral it.conro'ceteg6rit,-aii'eopo"I 6gica y sociol6gica que h ace p os.rblcj-a;;pprnpfpnsi-641 del,,desarroi l o, e n . se n tid g ampl ig r,."{g,lgs s ocie$p de_s 'y., las; r,cu[tu-ras.,

    Ahora bien, hay diferentes perspectivas al enfocar el--^ento de cambio cultural, por ejemplo Roger Barrra,

    o mexicano, usando mis bien la f6rmula cambio' ltea que el t6rmino "ha sido usado para huir del

    ljetivo de los movimientos sociales", y luego su-: "detr6.s de este trmino se esconde un andamiajeue quiere reducir los procesos de cambio social aas; ls invenci6n y el contacto cultural" (sin fecha:

    t4 15

  • Ouos t6rminos como "6rea de edad cultural", "conver-gencia culrural", "paralelismo cultural", "relativismo cultu-ial". , . . han formado parte del bagajeantropol6gico teorf-co ,

    El filtimo de ellos, es ddiir, el ielativismo cultural que sedefine como "principio por el que la experiencia es inter-pretada segundlos antecedentes, esquema de referecia ynormas sociaies de cada uno, y segun el cual estos factoresdeterminan la percepci6n y la evaluaci6n, de modo que nohay una sola escala de valores aplicable a todas las socieda-des" (Winick: t969: 536-537), o como los juicios que"esfin basados en la experiencia" y 6sta "es interpretadapor'cada individuo a base de su propia endoculturaci6n"(A,larconi : 1977:7), ha tenido un gran augc, aunque.cues-tionado, debido a su posici6n palpabl. d. quglqsjglgrt

    Es decir que, en este sentido, es que podemos hablar de"culruras nacionales", en un contexto mucho mis amplioque desborda las "culturas primitivas", campo de trabajoclisico de los antrop6logos.

    Ya en otra vertiente, la especificidad de la culrura ha he-cho posibie que hoy dfa pueda hablarse tanto de una cultu-ra mEdica como de una medicina culrural, o de una culturaecon6mica como de una economfa culnrral, de una culturapolit ica como de una polit ica cultural.

    Otro concepto relativo a la cultura, es el de "subcultu-ra".'Esta se ha definido como "variaciones dentro de unauadici6n cuitural mis arnplia" y que.representan "el estilode vida de importantes segmentos" (Wagley y Harris:1974:12) de una poblaci6n. "Harris ha senalado que "latotalidad de la cultura es un compuesto de subculturas so-brepuestas y con variaciones" (Kroeber y Kluckhohn:19,',]: 308*309), es decir qt're la cuirura esri compuestalrci silheulfuras.

    Blbilchcr lr$vrdrArq. War Mtnacl Ou*o]Worr

    IV

    Como se ha ido senalindo de que "el conjunto de cate-gorias b6sicas para juzgar el mundo y el puesto que el horn-bre ocupa en 1, la religi6n, el lenguaje, los prjncipios iti'cos, econ6micos y poifticos, estructuras sociales y todoaquello que ha sido creado por el hombre y que forma par-te.del medio ambiente en el que cada individuo se mueve,es lo que constituye la cultura" (Martfnez Cruzr 1975:51),plantea que asf como "la" culfura evoluciona, en su senti-do holistico, "una" culrura, en su forma especffica, cambia.

    Esdecirquesta.apneciaci6n,nq$.-eg.q_dp.,gqa[:_E**t*5pj"enjgdid 6ctico del "c ambio cu.l nrlal ?k c;o.rns, ,cadriiilliiiiio,irol6glgrysociol6gic,?,qg.eh4cE,pqjAp,rlsLog_-obptq$tjon"raaldesarroll o, en se ntid g . arnpligi "$,g_ hl, sosladn{dss,y,,,hs;icultu-ra6..

    Ahora bien, hay diferentes perspectivas al enfocar el--^ento de cambio culnrral, por ejemplo Roger Bartra,

    o mexicano, usando mis bien la f6rmula cambio' rtea que el t6rmino "ha sido usado para huir del

    ljetivo de los movimientos sociales", y luego su-: "detris de este tdrmino se esconde un andamiajerre quiere reducir los procesos de cambio social aas: la invenci6n y el contacto cultural" (sin fecha:

    en su "sir,uaci6n cu_!!{{], planteamos,

    t4 l5

  • Charles Winick lo presenta de la siguiente manerar "Loscambios en una cultura pueden incluir la aculruraci6n, laasimilaci6n y difusi6n, El campo de la dinimica envuelve eleshrdio de la dimensi6n tiegnpo_.gn,la,gulrura", m6s luegolo liga a las principalestiirrientbs metodol6gicas d.el pensa-miento antopolpgicon 'l.los

    ,e.s,tu{rbt' de principiosldel sigloXIX carg*6ri eI acento en el aspecto evolutivo. A comien-zos del siglo XX predomin6 el criterio difusionista. Ent92A prevalecfa el aspecto funcional, y en 1930 se sinti6 elinflujo de la configuraci6n y psicodin6mica en el estudiode los cambios culturales" (1969 r 116),

    El estudio del cambio cultural, o como modernamentese considera mis adecuado, cambio sociocultural, ha esta-do conectado con el nacimiento de la antropologia'aplica-da, y mis pr{cticamente con la antropologia del desarrollo.Como se lee en elManual de Antropologfa de Beals y Hoijer"la antropologia del desarrollo, como su nombre implica,subraya el cambio sociocultural", o "la antropologfa deldesarrollo ve el cambio como un fen6meno caracterfsticode toda culrura en interacci6n dinimica con fuerzas estabi-lizadords"

  • t t tLd. l ta cul fura de los residentes en lc ha. i --r^ _d o er cam b-i; :,:: j: {j"fi 'r:rf l?:::l#ijjffJ;(Beais y Hoijer, I97B: ZiOtl,'{aeste proye.rf hrn riJ" ;.#' 't-us &crrtos y desaciertos det.' .o*o po' p..ronrr;i.ffi;H,:ilj: por los participan-Los cam bios c,rrlnrralJt u-g&ggre desarroil an de un amanera esponrine &, y&,.ffio dijimos, en una formai:i1i#lf3.H:il:'r;:no, i"'oJ *.'* ae sue

    ..,i;'rt?];ndo r"t *rg"l."iturares nuevos se inrodu-gue nos damos ^t: ::' cuitura y desp.laza" t r"r

    "i.ios, es: I y,:, n ;;,i ; jp':" i: ::;,':"1:l1o o,u n .'* ui o .n .,,;ffii :."'ff:;,r. por er arado JI:: ;:1'*,:J:.:H:recuerdo

    " "*;;j.T;lT j,iJ"t::"' v aqu6r pr,r', ,., unYto. d: la maquinirr a-. .r."ii, ,i"t

    un museo folkl6rico;eld e r a bu en, .llT?.r?l :; l,;ffi ;..""11p#, : 3T,liilducra currurai dr rr g.nr.;ros eniierros han ido cambiandode acu erd o al desan Jilo .ur turrr ;T: :::i::".1T-otpr o, er .;; ;"- ;"n du c,.n J o ;'i; ;:f :.ilff i:lLT ffn-la forma de conducirfo .n.oJ. iirrd" por caballos, mien-tras gue esu riltjma forma ,. ;;;j;pars por r, runci6n a..r..n Jil;ililT?lH?.',:H,de motor a comb'sti6", l;;;ir'l.,.r.inado un carnbioen el compo*amiento curruiar de r, .ornunidad o de raspersonas implicadas. en ese acto o ,.crisis de la vida,,, en el,.rpulj: anuopot6gico. \

    rodrramos citar una serje de ejemplos de cambio cultu-ral donde los element* rr"ar*;;;;1., de una cultura co_mo la economfa, ,?^otTT:,;,.*;., la retigi6n, ta edu_:acion, la recnologfa.

    . . est6n .n pi*ro de cambio, ya sea'ipido o lenro, ya"sea airlg,J" " "Tlrr,no".

    l8l 9

    Blbllotccr prlvrdeArq,Victor M:nacl Durn N&uz

    VI

    Como se ha sef,alado, en el capitulo IV de este rabajo,los cambios culnrrales pueden incluir la asimilaci6n, ia di-fusi6n y la aculturaci6n, Este riitimo concepto revela unagran importancia para comprender no la cultura de la po-breza disef,ada por Lewis, sino lo que llamamos pobreza dela cult-r"rra.

    En espafrol, el t6rmino aculturaci6n es una adaptaci6n yuna adopci6n de la palabra inglesa acculturation que fueacunada para designar de una manera general el contactode culturas diferentes.

    El fen6meno de la aculnrraci6n y su esardio alcanz6 unatrascendencia tal en la Anuopologia norteamericana de es-te siglo, que en la d6cada L930-+0, tres antrop6logos no-tables Robert Redfiel, Ralph Linton y Melville J. Hers-kovits, formando parte de una Comisi6n redactaron un Me-morandum donde propusieron la siguiente definici6n:"Aculturaci6n comprende aqullos fen6menos que resul-tan donde los grupos de individuos que tienen culnrras di.ferentes toman contacto contfnuo de primera mano, conlos consiguientes cambios en los patrones de la culnrra ori-ginal de uno'de los grupos o de ambos".

    Los comisionados especifican m{s luego: "Bajo esu de'finici6n Ia aculnrraci6n debe distinguirse de cambio culnr-

  • ral, del cuai no es m6s que un aspecto, y de asimilaci6n,laque es a veces, qp.a-fuqe;&Jalaculniraci6rt. Tiene asimismoque ser distinguida {g [a palaprp difusiQn, l,a cual mientrasse dae*1tgfoi,'tos {'A*ptbst.ia.ulnrta'iiail n6 es s6lo unfen6niino que con frecuencia tiene lugar sin que se produz-can los tipos de contactos entre pueblos especificados en ladefinici6n anteriormente dada, sino que constituyen asi-mismo un solo aspecto del proceso de aculturaci6n" (1936:1+9-t5o-151-152),

    Fernando Ortiz, la mdxima autoridad cubana en los es'nrdios aneopol6gicos, no encontr6 adecuado el uso en es-panol del t6rmino aculnrraci6n, y en su Contrapunteo cu-bano del tabaco y eLazitcar, propuso en 1940, el conceptoransculturaci6n para sustiarir a aqu6l. Decia Ortizr "Soyde opini6n que la palabra transcularraci6n expresa mejorlas diferentes fases del proceso de transici6n desde una cul-tura a otra, la causa de esto consiste meramente en la ad-quisici6n de otra cultura, que es lo que implica realmentela palabra inglesa aculturaci6n, sino que este proceso com-prende ta5nbi6n necesariamente la p6rdida o el aracar deniz una previa cultura, la cud serfa definida como decul-turaci6n. Adenu{s de esto lleva consigo la idea de la crea-c!6n, consiguiente de los nuevos fen6menos culturales, locual serfa llamado neoculilraci6h" (1973:134-13 5)'

    Ah.ora bien, tanto .l M.-orandum de Herskovits, Lin-ton y Redfield como la proposici6n de Ortiz han sido dilu'cidados, discutidos, tratando de conciliar PersPectivas dife-rentes no solamente lingiiisticas, sino tambi6n de conteni-do.

    Por ejemplo, Herskwits tan notable afroamericanisa co-mo lo fue Ortiz, esftdi6 la visi6n de este riltimo, y conside-r,6 que los.trminos pueden utilizarse indistintamente, y asilos enconuamos en la literatura manejada por la mayoriade los esnrdiosos de los problemas socioculnrrales, aunque

    algunos se aventuran caprichosamente a senalar diferenctasen"el uso de los concepros segun los grupos o los individuosque participan en el fen6meno, uanscultural.

  • VII

    Para comprender esa forma importantfsima del cambioculnrral qu. .s el fen6meno de la uansculturaci6n, pode-mos seguir tawmi*.tlrs,,{l#),ssspp ry#ffiMps que han ela-boradJdiferefites anuop6logos y que Beals y Hoijer for-

    " il "Siuaciones de superordinaci6n@eplantea qued\ln& auilttlral&)rn"ina*a F,o"tSb ebido al desarro-

    mulan en su texto de AnaoPologia'Se distinguen cinco variables que son;a ) ffi ado'rdi$rdifplcfirsis*slrl

    c]9p,q1 gX9is.og.sdiffi[, $tig s ;b)$,rrsl+Jll,,[a"asi.ar*m**agElnidadt:4-e.[*.$9.ffiu,m;t'&mgl

    p-|icg.;gue,,los'qontA:Gt9,stp.'trednu*sef ,'IL s..f,,llcsip.ip.llPl$qs.Q$;E

    llo de rdsgos culturales esPeclrlcos;Ld) Agenrcs del contacto, o sea los individuos que enuan

    en contacto pueden ser por ejemplo, comerciantes, misio'neros, funcionariot. .. .; I .

    '

    e) Direcci6n de la corriente cultural que puide ser ffii&receior,lal.'d rec f pro ca.

    Los procesos son seis que son:a) Sustinrtivo, cuando rasgos culturales nuevos sustitu-

    yen a los existentes y desempefran las mismas funciones;b)Aditivo, es decir son rasgos culturales que se a$egan

    a los existentes sin sustituirlos;

    ?3

  • cuai mediante la ,,cultura de la guena de rapina", han aten-rado contra la identidad cultural de las sociedades con "sul-turas subordinadas", penetrindolas hasta la saciedad'

    Airora bien, cuando se habla de cultura de la pobrezaysu posible contrapartida de cultura de la riqueza y. su Po-,.n.irl estudio nos ha movido a construir un andamiajeteorico que llamamos pobreza de la cultura, s decir no laculntra de los pobres al esti lo de Lewis, sino lo pobre quepuede ser una cultura con respecto a otra cultura, la cual

    iu.O. ser modificada y condicionada por rasgos culturalesertrafios, desarraigando u tut miembros de su ambienteculrural natural.

    forma mis sinrple otros primates han podid.o. tttt: rasgosculrurales eiementales, pero de un valor considerable desdeel punto de vista cientif ico.

    bebemos puntualizar que una culnrra subdesarrollada,para uril izah.un t6rmino denuo de la cultura econ6micacapiral ista, no necesar iamente es pobre Por.esa condic i6npeculiar. \ ' en sentido inverso, una cultura desarrollada nocs i lca por se r la economicamente'

    r l t ' , ' , : ' t - t r2s que, s iendo poDres v dependientes econ6-i r1, '1." . : i l l ic.strsr l una ior laleza cul tural en sus elemen-

    tos mis codiciables por ras curturas dominantes que [a-man la atenci6n, mienffas que otras se tornan de f6cil ma-nejo en diversos estamentos del espectro culturrl y susmiembros se identifican culruralmente mis con los rasgosexteriores que con los propios, salvo excepci6n de los gru-pos nacionalistas m6s conscientes que vatorizan su culturaetnoc6ntricamente en siruacion.s porit i.as especfficas,

    fii

    l o 27

  • I:

    ,'

    ; ii ' l

    IX

    Podria plantearse unaucorrelaci6n positiva entre una cul'tura pobre o rica, d6bil o fuerte y su envoltura geogrifrca.

    Sin caer en un "determinismo geogr6fico culrural" po-dria hablarse de que las "culruras islefras" serian cerradasen sf, y en consecuencia serfan fuertes y de dificil peneua-ci6n, ya que sus miembros debido al aislamienio geogrificomaritimo consolidarian sus rasgos culrurales vigorosamen-te, pero, podrfa plantearse lo contrario, los miembros de"culntras isleflas" que aspiran a conocer qu6 hay detrds dela inmensidad maritima como aspiran los pueblos conti-nentales aislados de saber qu6 existe detr6s de las monta-fras, o "mis alld del horizonte".

    Indudablemente que no hay reglas fijas para estipular siuna culnrra aislada se concentra en sus elementos o se pro-yecta hacia afuera, y por lo tanto, segun cuaiquiera de esusinraci6n, se clasifique como pobre o rica.

    Desde tiempos inmemoriales se habla del beneficio deaprender de otras culruras y tomar sus aspectos buenos.

    En una serie de cuentos indostinicos de los primeros si-glos de nuestra Era se lee, por ejemplo: "Quien no ha co'nocido las diversas lenguas, costumbres y dem6s cosas delos paises extrarios recorriendo la superficie de la tierra, noha recogido el fruto de su nacimiento", o "el hombre no

  • adquiere completamente ia ciencia, la riqueza ni el arte sino recorre la tierra admirando un pafs despu6s dei otro"(Pancharantra: 1 977 : 3-4).

    ,\{ucho mds aci, en nuestros dias, el profesor Jean Hier-nau.x afirma que "un puebio progresa m6s ripidamente siesui abierto al exterior. Todo contacto con culturas dife-rentes es un estfmulo poderoso que obliga a repensar laprop ia cu l ru ra" (L982: 81) .

    I luchas cul turas quc sc autoconsideran r icas, y por lotanto etnocntricamente superiores a otras culturas )' conderecho a imponer criterios culturaies a estas ri lt imas debe-rian repensar sus propias fundamentaciones culturales osus rique zas o purezas culcurales. Un buen ejemplo en estesentido, es el que de una manera pintoresca, pero que nodeja de ser sarc6sticamente realista, pone el antrop6logo R,Linton sobre Ia cuitura norteamericana donde le senala suconform acion cultural.

    Linton toma una serie de rasgos culrurales como el vesti-do, la alimentaci6n, las creencias religiosas, el uso del vi-drio. el uso del papel, de la moneda, y otros mis que uti l i-zan dtariamente los norteamericanos medios y va senalan-do de qu6 culturas mundiales han llegado a los EstadosUnidos, con lo cuai quiere demostrar que la cultura nortea-mericana no es tan pura y superior como pretenden losmismos ciudadanos de ese pafs (1968: 356-357-358).

    El proceso de tomar"rasgos de otra cultura diferei?i?de uno no es dafrino en sf, 1o peligroso es cuando una cul-tura que se considera superior, porque ha

    .desarrolladorasgos importantfsimos como el econ6mico, el polftico o elmilitar, se dispone a imponer criterios culturales a la culnr-ra "subordinada" o que considera pobre, o trau de indu-cirla a que la siga como modelo de desarrollo culnr

    puras, y si las hay, solamente podrfan encontrarse en lospueblos "primitivos" contemporineos que vivan completa-

    gado pacifico puede desembocar en un nuevo sistema cul-fural, o en un rasgo culrural "sincretizado", sin necesaria-mente denunciar la pobreza de una cultr-rra dada.

    En esras filrimas d6cadas se esri desarrollando, aunque

    mente aislados encerrados en si.ndo una cultura Dor un oceso oe anos

    9E3, Sr eSOS raSgOS Se mUeS-

    d cambiar o a ser sustitui otros extranos en un

    ofueza de una cultura.

    3r

  • rl*FF.--'-

    El doctor Andrs percz Cabral (Corpito), un agudo esnr_dioso de la sociedad y curnrra dominicanas, acrin6 el t6r-Tl"t

    'lcompleio de Guacanagarix" para referirse a la frui-gton .o' qu. ru* *iffilniiln@o,xl l

    La conducta culnrral hacia lo propio, hacia lo aut6cto-no, minimiz,ada con reqpecto a mirar hacia Io ajeno, hacialo extrafro, se manifiesta en muchos aspcctes de nuesuaculftra, y en especial en la forma que valorizamos a los do-minicanos en relaci6n a los exuanjeros.

    Muchos sectorcs sociales extranjerizantes en el pais pre-fieren.enaltecer a los ciudadanos extranjeros comq senal6Luper6n en el siglo pasado, mientras que a nuestros com-pauiotas no queremos reconocerles sus m6ritos en cual-quier aspecto que sea,

    Hace unas semanas (ano 1983), falleci6 el ingeniero Ra-miro Alfredo Manzano Bonilla, calificado como un domini-cano "honrado y patrioa" por sectores nacionaliStas domi-nicanos, el cual, cuando esnrdiante fue brillantisimo de talmanera que en la antigua Escuela Normal de Santiago (lue-go Liceo Ulises Francisco Espaillat), en una tarja dedicadaa estudiantes meritorios, aparege su nombre como,el esnr-diante mls brillante de su promoci6n al graduarse de bachi-ller; como esrudiante universitario obnrvo el lauro acad6-mico mis elevado al rccibirse de ingeniero civil; como pro-fesor universitario y cientffico fue uno de los mejores cn sutnea y como hombre ptblico fue un nacionalista rabioso,defensor de lo nacional y lo dominicano, 1o que est6 ex'

    34

    t mera mitad. del siglo que discurre, aunque de una formaf: *uy: general, en su ioda de un yo',, araca a los imitadoresf :l 1::t.. "N" i'it.il"@io,'"i.iginr. .r.r'r,J*urq,;

    ciertos aspectos de ra cultura, sobre todo en lo literario, aseguir modelos "raros".

    .L:TT.nto de roiialorei @t si-g@Sfdo, Gregorio Luper6n, la primera espada en la Gue-rra Restau\adora y nacionarista rabioso, en su obra ,,NoasAutobiogr{ficas y Apuntes Hist6ricos", en una apreciaci6nque podrfamos encuadrar en el marco,de la culrura polfticadominicana, escribi6: "En santo Domingo, aona. tis reyesson sumamenti liberales, los malos gobeinantes son crueles:on sul propios conciudadanos y generosos con los ex*an-jeros. En las colonias ingresas, aoia. t.r t.y., ,on un labe-rinro interminable de o\rravagancias y ,nonr*oridrd.r,Ios gobernanres respetan ra lib-ertad de sus .omprt ior"s,pero no los intereses de los extranjeros,' (1924: tO1).

    f::t_-d:.k: .,n nuesua culnrra oirt. una rendencia, por loI menos a nivel de crases sociales especificas (burguesfa anti-\ :..:onl y ciertos estamentos de la clase medla), a mirarI hac* afuera en lo referente a imitar mgdelos culalrales ex-I .1T::,I ::r? esas clascs dominan tos principales rasgosI y1 r.r,.ge ta cultural material como de la espirinral, induceI l^,:r Tterentes sectores de la clase explotada a acepurlosI como buenos y v4lidos.

    35

  • no es propio del drea solamente, una especie de mezcla cul-aual entre el ingl6s de los Estados Unidos y el espanol deM6xico, lo cual se conoce como "spanglish". El desarrollode este hfbrido culnrral lingtifstico esti preocupando acientfficos de diferentes disciplinas por las connotacionesque tiene que van desde lo acadmico a lo politico.

    El "spanglish" no solamente lo encontramos en procesode formaci6n en la frontera mocicano-estadounidense, si-no tambi6n en los n{rcleos urbanos de este irltimo pais don-de existen grandes bolsones de hispanoparlantes que apren-den solamente, a pesar de los afros de residencia alli, unprecario vocabulario compuesto por las palabras de m6s f6-cil pronunciaci6n en ingl6s, mezcl4ndolas con el vocabula-rio materno espaiol.

    Aunque se est6 discutiendo acaddmicamente si el span-glish dari nacimiento a una nueva lengua, sobre todo en lafrontera de M6xico y los Estados Unidos, su uso es sola-mente unidireccional en el sentido de la uansculnrraci6n,ya que son los hispanos que lo utilizan.

    Es corriente el uso de t6rminos como "ruy pritti" (muybonito), "nluy nais" (mul simpitico), "muy maney" (muycaro). . . de parte de los hispanoparlantes, pero es muy di-ffcil oir a un norteamericano que diga "u.ry bonito", "ve-ry simp6tico" o "u.ry caro". Si lo precedente sucediese co-rrientemente, entonces se po&fa hablar, de comunicaci6nde elementos culturales recfproca dentro del fen6menoaculnrrativo que esti efecnr6ndose en los Esados Unidos.

    En el caso anterior, cpodrfa hablarse de una orlarra po-bre tonnapuesta a una culnrra rica? Por el momento es di-ficil predecirlo, pues debe esperarse el resultado transcul-tural demostrativo.

    XI

    Indudablemente que son los hombres que crean latura, asf como en el feh6meno de la ydnsculruraci6n,gun lo ha seflalado apropiadament;;{quien fue nuestrorector de tesis en la Universida Paris, el desapareciprofesor Roger Bastide, "no nunca las culniras quetan en contacto. slnoque, en consecuencia,

    i l{dividuos" (1971: 49'), por Iocultura es pobre cuando su

    miembros son permeables a recibir los rasgos culturaies queconsideran "superiores" o "rnodernos", diferentes a losuyos, que califican de "tradicionales" o "atrasados"utilizando una expresi6n eufemistica "ajustar su culturalos avances de la civilizaci6n"

    telectuales del pais, los miembros de nuestra culrura, sobretodo los de determinadas clases sociales. tienden a imiurlos rasgos culnrrales extranjeros.

    cul.rse-

    izuiendo el hilo de las id

    anos. en

    imitados circulos in.

    27,

  • aofes) ,

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    XII

    La conducta cultural hacia lo propio, hacia lo aut6cto-no, minimrzada con reqpecto a mirar hacia lo ajeno, hacialo extrano, se manifiesta en muchos aspectqs de nuestraculrura, y en especial en la forma que valorizamos a los do-minicanos en relaci6n a los extranjeros.

    Muchos sectores sociales extranjerizantes en el pafs pre-fieren'enaltecer a los ciudadanos extranjeros como senal6Luper6n en el siglo pasado, mienaas que a nuestros com-patriotas no queremos reconocerles sus m6ritos en cual-quier aspecto que sea,

    Hace unas semanas (ano 1983), falleci6 el ingeniero Ra-miro Alfredo Manzano Boni,lla, calificado como un domini-cano "honrado y patrioa" por sectores nacionaliSus domi-nicanos, el cual, cuando esnrdiante fue brillantisimo de talmanera que en la antigua EscuelaNormal de Santiago (lue-go Liceo Ulises Francisco Espaillat), en una tarja dedicadaa esnrdiantes meritorios, apareqe su nombre como,el esnr-diante m6s brillante de su promoci6n al graduarse de bachi'ller; como estudiante universitario obnrvo el lauro acad6-mico mis elevado al recibirse de ingeniero civil; como pro-fesor universiurio y cientifico fue uno de los mejorcs cn sufuea y como hombre ptblico fue un nacionalisa rabioso,defensor de lo nacional y lo dominicano, lo que estl ex-

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    35

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    ,*i mera mitad del siglo que discurre, aunque de una forma

    ciertos aspectos de la culnrra, sobre todo en lo literario, aseguir modelos "raros".

    El doctor An&6s P&ez Cabral (Corpito), un agudo esnr-dioso de la sociedad y culnrra dominicanas, acufr6 el t6r-

    do, Gregorio Luper6n, la primera espada en la Gue-rra Resuuradora y nacionalista rabioso, en su obra "NotasAutobiogrificas y Apuntes Hist6ricos", en una apreciaci6nque podrfamos encuadrar en el marco,de la culrura polfticadominicana, escribi6: "En Santo Domingo, donde las leyesson sumamentd liberales, los malos gobernantes son cruelescon sus propios conciudadanos y generosos con los extran-jeros. En las colonias inglesas, donde las leyes son un labe-rinto interminable de extravagancias y monsauosidades,los gobemantes respetan la libertad de sus compatriotas,pero no los intereses de los e,xtranjeros" (1974: 101).

    -

    Es decir, en nuestra culnrra existe una tendencia, por loI menos a nivel de clases sociales especfficas (burguesia anti-\ nacional y ciertos estamentos de la clase media), a mirarI hacia afuera en lo referente a imitar mgdelos culnrrales ex-I uanos, y como esas clases dominan los principales rasgosI yr r.r de la culilral material como de la espirinral, induceI a los diferentes sectores de la clase explotada a aceparlosj como buenos y vdlidos.

    XII

    Laconductaculnrralhacialopropio,hacialoaut6cto-no, minimuadi. con resPecto a mirar hacia lo ajeno' hacialo extrano, se manifiesta en muchos asPectqs de nuestraculntra,yenesPecialenlaforma-quevalorizamosalosdo.minicanos en relaci6n a los exuanjeros'

    Muchos sectores sociales extranjerizan&s en el pafs pre'fieren.enaltecer a los ciudadanos Lxtranjeros como senal6Luper6n en el sigfo pasado, mienuas que a nucsros com'patriotas no qu.r.tos reconocerles sus m6ritos en curl'quier aspecto que sea.

    Hace unas semanas (ano 1983), falleci6 el ingeniero Ra'miro Alfredo Manzano Bonilla, calificado como un domini-cano ,.honrado y paEiota" Por sectorcs nacionaliStas domi'nicanos, el cual, cuando esnldiante fue brillantisimo de tal,ri.r.'q". .n i, antigua Escue]1N.ormal de Santiago-.(lue-lo ii..oUlises Franclsco Espaillat), en una ..rja dedicadaa esnrdiantes meritorios, apaieqe su nombre como 'el csnr-diante mis brillante de su promoci6n al graduarse de bachi'ti.i, .o,,'o esildiante universitario obnrvo el lauro acad6',ni.o ,it elevado al recibirse de ingeniero civil;como Pro"fesor universitario y cicntffico fue uno de los mejorcs-en suiri y como hom'bre pirblico l. :n nacionalista rabioso,defensor de Io nacioni y lo dominicano' 1o que estt ex'

    3q 35

  • presado te6ricamente en los peri6dicos del desaparecidoMovimiento Revolucionario 14 de Junio y patria, este ri l t i-mo publicado durante la revoluci6n de abril de 1965,-

    Ahora bien, posterior al deceso del ingeniero Manzano,las resenas periodisticas y los espacios pagados para expre-sar condolencias priblicas en la prensa fueron casi nulos, ysolamente el diario El Sol,. que sepamos, editorializ6 esadolorosa crisis vital para nu6'sna sociedad.

    Sin embargo, hace unos dias (ano 19g3), muri6 el senorcharles Bludh orn, un austr faco nacionarizado norreameri-cano, que no tiene nada que ver con nuestra sociedad vculhrra y su formaci6n hist6rica, sino en su condici6n deser el principal propietario de la transnacional Gulf & wes-terl, e-mporio econ6mico que ha saqueado las riquezas delpafs, devolvidndole migajas econ6miias ridfculas, y en estasinraci6n las expresiones pirblicas de condolencias por laprnsa llovieron por centenares durante varios dfas ipid-micamente, y peor arin el gobierno dominicano le coniedi6p6stumamenre en un aero parad6jico la orden que lleva elnombre de los Fundadores de la Naci6n dominiiana: JuanPablo Duarre, Francisco del Rosario Sinchez v Matfai Ra-m6n Mella.

    P?tf? argiiirse que factores ideol6gicos primaron paraque hubiese un comportamienro culruial diferente, a nivelde los sectores sociales que se manifestaron en ios doscasos citados, sin embargo, hace unos meses falleci6 el dis-tinguido ciudadano don Manuel Fern{ndez M6rmol. vice-presidente de la Reptblica Dominicana, y las."pr.rion.,d.e co-ndolencias por medio de la pr.n* no fu.ron ,rnabundantes como en el caso del iefror Bludhorn quienprdcticamente sobrepas6 en poder politico-so.iri rf r{*,n-do mandatario de la naci6n.

    De los ejempios anteriores, se puede colegir que muchos,miembros de nuesfta cultura la empobrecen de maneraconsante, sin importaries para nada los valores humanosnacionales ni sus hechos.

    X I I I

    conducta cuirural dei dominicano secon los seres humanos, sino umbidndecir , a los sfmbolos, emblemas I ' ob-de nuestra patria o nuestra nacionali-

    No solamente lapuede correlacionarfrente a las cosas, esjetos representativosdad.

    Se podria senalar como un factor de empobrecimiento.ultural ia p6rdida acelerada de la prlctica en el uso de 1abandera nacional, rePresentaci6n de ia patria, en los diasfestivos que recuerdan efem6rides patri6ticas )' nacionalis-tas.

    Se podria aducir como factor declinanre de esra practt-ca, el ur.o .o*pulsivo que durante los anos uemendos delpoder rruji l l ista, qu. obligrba a los ciudadanos a la u-trl iza-cion de los simbolos palrios, Pero' por el contrario' lapr i l , i . t espont inea con resPecto a estos s imboios debfa...n,uurr. al pasar cie un rgimen de opresion unipersonala otra forma de opresion mis fle'xible v blanda'

    Por otro lado, hav otra correlaci6n entre los nombres delos hombres y los monuntentos, p lazas, cal les, avenidas. ' .donde estos fi l t imos deber(an enaltecer y recordar los he'chos de aqu6i ios.

    En el mundo en que viv imos l tan exist idr-r hombres des-tacados como opresores o corno rei 'o lucionar ios, conlo sa-

  • bios o como mecenas. . . y generalmente tratamos de recor-darlos con el fin de educar a las generaciones j6venes, plas-mando sus nombres en los sitios priblicos sefreros de lasciudades y puebios.

    A grandes rasgos, hay sectores dominicanos extranjeri-zantes y dominantes que prefieren recordar y educar a lajuventud, ponidndoles nombres a calles, avenidas, plazas ymonumentos de personas extranas a nuestra cultura. Porejemplo, las principales avenidas de Santo Domingo llevannombres de extranjeros: Av, George Washington, Av. Wins-ton Churchill, Av. John F. Kennedy, Av. Charles de Gau-llb, Puente Juan Carlos I, Av. Abraham Lincoln. ,, mien-tras gue a h6roes, escritores y revolucionarios dominicanoslos ignoramos o tratamos de opacarlos con esos nombressonoros y extranos que tienen valor para ia historia univer-.sal, pero para nuestra historia particular, la dominicana, noio tienen, o lo tienen relativamente.

    Lo mismo'pasa con las plazas de la ciudad donde lo ex-tranjero prima sobre lo nacional, o con las estatutas dehombres famosos que se destacaron en ciertas ireas de lavida publica donde hay mis represenraciones de excranje-ros que de dominicanos.

    En nuestra historia pasada y presenre hay tantos pro-hombres que de una manera u otra la han forralecido, quedesignando con sus nombres, calles, plazas )' avenidas ayu-duia a completar la educaci6n formal de nuestra 1uv9nftdy a enriquecer al mismo tiempo nuestra culwra. 9,/

    38

    XIVcuando don Juan V alerujuzg'las poesias rubendarianas,

    las consider6 como impregnadas de "galicismo mental",que no era lo mismo esiribirias como un hibrido lingtifsti't'o, llenas de tdrminos franceses y castellanos'

    A pesar de las ideas enconuadas al respec.to, como sefra'la Maurice Houisr "el lenguaje es una parte de la culrura, esdecir 61 es uno de sus aspectos", pero ademis senala qu: esun producto y una condici6n de ella, y P91Ent3:^"la len'gua como sistema particular de signos" (1968: 1393), tam'bi6n lo es.

    un atentado a unaempoDrece

    Efi-lf,6poca pre-revolucionaria cubana, el poeta de esepais, Alvaro de Villa, escribi6 un Poema "La Habana deiloy", interpretado magisualmente por el maisro de la de'clamaci6n afroamericana, Luis Carbonell, lna el

    de

    amEiicano"

    Effit*. siruaci6n de la cuba pre-revolucionaria diri'gida por personas de mentalidad extranjerizante y anti-na'

    39

    3s de anam r Ia

  • cionalisa se ha movido geogr|ficarnenre de aquel pais ha-cia el nuestro como un remedo cularal imperialista de malgusto para,los "buenos y verdaderos dominicanos', de losque habl6 el prototipo de la culnrra politica nacionalistadominicana, Juan Pablo Duarte.

    Enue los sitios "sanos" de diversi6n para la juventud en-contramos los llamados Discos-mrisicao discotecas dondela mrisica y baile norteamericanos han suplanrado desgra-ciadamente el merengue y otros aires musicales latinos, ypara hacer mis extranjerizantes y anactivos esos lugares seatenta contia la lengua nacional con nombres como ,,Loveand Kisses", o peor "Disco Club Yo Amar" donde se tratade extranjerizar hasta la gram6tica castellana, utilizando unverbo en infinitivo en la primera persona del indicativo co-mo lo hacen los norteamericanos que ensayan de hablar es-panol.' A,hora bien, si lo antecedente se considera un peligrocularral, mucho mis grave lo es el hecho de que un ClubDeportivo y Cultural de Villa Francisca, y lo peor es quefunciona en.el Centro Obrero;6'Uame "One fray", cuan-do se sabe que el nacimiegt6 dffinrvocomo uno de sus \bj,gdfos fundamenrales la defensa denuesua identidad cuhrral, y en esta defensa debe incluirse ,si somos honestos, nuestra lengua.

    outique, fashion, discothique, boite, car wash, rent-a-car, watchman, gift-shop, pizzsria., self-service, guest-house, .taxi, snack-bar, entrance, exit, stop, autobus yotros innumerables tdrminos mis que tienen sus correspon-dientes en espafrol o en la lengua popular dominicanacorno el caso de "guagua" qu. ahora se conoce sofisticdda-rnente como autobfs, son un fndice de penetraci6n cultu-ral y de la pobreza culrural de quienes creen que utilizandopalabias extrafras pueden explotar mejor sus comercios.

    XV

    En su l ibro "Las culRrras tradicionale s y los cambios t6c-nicos", el antrop6logo G, M. Foster nos habla de los valo-res culturales re'lativos, y nos pone un ejempio: "{..rn t6cni'co que trabajaba en una aldea de la lndia, Pregunto a. un ia-briego qu6 li parecia el nuevo trigo que habian venido prebanio experimenulmente durante los 6lt imos anos, El al 'deano le contest6 que tenia mejor asPecto, r 'alia mis co-mercialmente y era m6s resistente a la i iur, ' ia y a la helada.pero aiadi6, ;,Sin embargo, la clase nuestra tiene

    'melor

    gusto' ". Y termin6, ',Para la salud, no hay conlo el nues-tro" ( 1966t 78).

    La cita anterior recuerda el dicho corriente en muchospueblos de que "nuestro vino es agrio, pero es nuesuo" -vtuos similares, donde lo propio, lo aut6ctono se enaltecea pesar de las cualidades negativas que pueda tener, y re-cuerda tambi6n el ctnocenuismo de muchas culLuras, peroen su forma positiva,

    Ahora bien, mientras otras culturas defienden como losmejores sus rasgos culturales, nosorros los apocanros, losminimizamos y hasta los denigramos, consideri.ndolos co-mo los peores o de escaso vaior'

    La piopaganda oficial y privada' desde luego poco planrficada, aii lgiaa a los dominicanos para que canrbien de ac-

  • rJ, ,

    titud frente a su posici6n de minimizar los elementos cul-turaies propios, ha sido d6bil, tfmida, y a veces sin sentido.Por ejemplo, en ese gran esfuerzo que se le llam6 Festivalde la Cultura, donde se ensayaron aspectos culnrrales espe'cificos, en la presentaci6n coreogri,f.ica y artistica de laHistoria Dominicana, en la 6poca indigena de la Isla, la mri-sica que acompan6 el baile, era tipicamente indfgena-an-dina, y mis tarde, en la 6poca post-muerte de Truji l lo, elcambio polf uco dentro de la misma estrucnrra sociocultu-ral, lo celebr6 el pueblo segun el montaje, con un son cuba-no, Facundo, y alguien anot6 que parecia que se quer(a re-cordar la influencia de la Revoluci6n cubana en el procesopolit ico dominicano en esos afros.

    En el aspecto de la producci6n industrial nadva es quenotamos un desprecio mayrisculo hacia 1o nuestro. La propaganda "consuma lo que el pafs produce" tiene su riplicaen que lo que producimos es de baja calidad o muy malo, yen consecuencia,'los productores directos son poco capaci-tados para producir algo bueno que sea dominicano.

    Es verdad que existen a veces razones justificadvas de es-te fen6meno que tiene su soporte en el espirinr competiti-vo del capitalismo, pues uno no se explica por qu6 una ba-terfa de carro hecha en el extranjero tiene una vida mediade tres aflos, mientras que la baterfa producida aquf sola-mente se le garantiza seis Deses; o por qu6los pali l los paradientes producidos en el pafs se rompen tan ficilmente,mientras que los extranjero6 son tan resistentes. Sin embar-go, considerar los productos criollos como malos y comoincapaces sus productores depende de la percepci6n de laspersonas sobre las cosas y de juicios de valor condiciona-dos culturalmenre.

    Un informante nos contaba que.un amigo suyo compr6en Miami una camisa que le cost6 muy cara en d6lares y laponcieraba como de excelente calidad y de una alta confec-ciCrn. pero un dia descubrio que el seilo de la camisa indica-

    ,l "'t' ] L 43

    ba que habia sido confeccionada en La Romana, RepfbliLaDominicana, y al instante le perdi6 estima y no la us6 mis.

    El ejemplo precedente nos indica que valorar lo exuafloy lo aut6ctono como bueno o malo depende de la conduc-ta cultr.rral de los individuos de una cultura dada, y alaveznos puede instruir sobre la riqueza o la pobreza cultural deuna sociedad determi nada.

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    {i.

    XVI

    Hemos senalado oue al minimizar los valores culiosempobrecem@

    a tomar.como nuestros. rasgos culRtrnos Que conamlnan n

    . s mrisicos noJreamericanos. *> tnt ',.-#&!f.,.r

    Ya escribimos sobre la tendencia en nulstra cuirura a-iHl

    ;tE iffi-o-eses. la Drensa diaria recosi6 la decllraci6nde un grupo de j6venes mfisicos dominicanos, en la cualanunciaban orgullosos "la formaci6n {el primer grupo mu-sical dominicano de Rock que no tocar6 rnerengue", nosotros, al leer l-a declq ndo,surgii/E losEstados Unidos el ori

    saparecer festividades uadicionales como la celebraci6n delos Santos Inocentes coti su "pregunta errada" y su res-puesta "inocente mariposa", o el dia de San Andr6s, Peronotamos que cada dia m6s se acentua la predisposici6n cul-nrral a tomar festividades exrrafras con escasa incidencia ennuestra sociedad y sin sentido cultural para los dominica'nos como la Halloween o Fiesta de las Brujas que se cele-bra en los Estados Unidos, la vispera de la fiesta de Todoslos Santos.

    Ahora bien, cuando un Presidente de un pais considera-do legalmente independiente desde el punto de vista poli

  • ii,,i,i'il:ii'iWi

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    XVII

    En este trabajo hemos ensavado de esbozar una situa-ci6n culnrral real en nuestra sociedad, nuestra crrlrura espob,re en muchos de sus aspectos fundamentales.

    La culnrra de la pobreza explicitada por Oscar Lewis yotres no es lo mismo que la pobreza de la culrura, la cualhemos tratado de analiz,ar objetivamente.

    Es un hecho incontrovertible que los rasgos culnrralesmanifiestos de nuesua culnrra y de un contenido suma'mente rico vienen de la creaci6n {gil de la clase exploada,los pobres, pero tambin es un hecho cierto que en une so'ciedad clasista como la nuestra, esos rasgos son manipula-dos po5 la clase arplotadora, la cual al hacer esta acci6naliena culnrralmente a aqu6lla.

    Ahora bien, cuando hablamos de pobreza cultural debe',\pot sefralar apropiadamente causas )t causanles de ella.4pna de las gaulgf+,oincipales de nuestra pobreza cultural

    / esrit en la di{6sici6n f6cil de sectores socigles bien defini-dos de aceptar rasgos cgllurales e4traiyda nuestra culuracomo si fuesen propio(/jta serid*frnclinaci6n de apocarnuestros elementos q*ldrrales, considerindolos inferioresa los de ouas cularras. . .

    Por ouo lado, los ceusantes de nuestra pobreza cultuririserian en primer t6rmino: la sinraci6n de dcp:'r:dencia de

  • nuestro pais con respecto d imperialismo norteamericano,y en consecuencia el bombardeo sistemitico por 6ste de loselementos cultr.rrales norteamericanos, con el fin de conta-minar nuestra cultura, plantelndole consecuencialmente elseguimiento del modelo cultural estadounidense como elmejor e invalidando de inmediato los rasgos culturales au-t6ctonos como "atrasados" u "obsoletos".

    Otro causante importante de esta siilaci6n de pobrezaculrural es la flexibilidad de la clase alta antinacional y laclase media tepadora que busca modelar su existencia cla-sista a imagen y semejanza de aqu6lla.

    Tangencialmente muchos individuos de la clase explota'da alienados, por medio de la,imitaci6n, mecanismo impor-tantfsimo en la endoculnrraci6n, proceso que nos hace ap'tos para desenvolvernos adecuadamenrc en una orlntra,empobrecen nuesra culntra, renegando de los rasgos pro-pios por ellos mismos creados.

    f- Ahora bien, como contrapartida a esta siaracion de po-I breza culnrral de miembros especificos de nuestra cultura,f existen los se*ores nacionalisus dominicanos que valoran

    apropiadamente todos los elementos fundamenales de lacultura dominicana y los defienden con tes6n sin caer en uncirginismffpulruri cegato,- utitizanjp obietivameeulocentnsmo como mecanrffiidensryo para In4llsner

    ffiEnffisft una cuestionable cultura de los po-bres, en el sentido antropol6gico de Lewis, tambin existeuna pobreza. de la cultura y su contrapartida, una riquezaculnrral.

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