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Politica y Estrategia-Pestanha

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POLÍTICA Y ESTRATEGIA | VIGENCIAS Y HERENCIAS 1
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P O L Í T I C A Y E S T R AT E G I A | V I G E N C I A S Y H E R E N C I A S 1

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Juan Domingo Perón

POLITICA YESTRATEGIA

V I G E N C I A S y H E R E N C I A S

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1 Editor de esta Colección Liberación Nacional.Secretario General de la Federación Argentina de Trabajadores de Rentas y Horizon-tal (FATERYH). Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de Rentas yHorizontal (SUTERH). Presidente del Congreso del Partido Justicialista de la CapitalFederal. Coautor de “Salud SOS Sistema de Obras Sociales” (1992); “Buenos Aires:Una Constitución para todos” (1997) y “Consumidores: ¿Ciudadanos del siglo XXI?”(2000). Compilador de la colección Propuestas para Salir del Infierno. Presidente delCentro Cultural Caras y Caretas.

Proemio

Por Víctor Santamaría 1

En oportunidad de presentar el primer texto de esta colección que de-nominamos “La comunidad Organizada – Vigencias y Herencias”, sos-tuve que retomar el pensamiento estratégico, imponía postergar disi-dencias no sustantivas, concentrándonos en los acuerdos con madu-rez y con conciencia nacional.

El libro que hoy ponemos a consideración del público, Polí-tica y Estrategia, que como bien se señala, no fue concebido inicial-mente como un corpus integrado, sino que fue estructurado mediantela compilación de una serie de artículos y ensayos publicados por JuanDomingo Perón en el periódico Democracia y en otras publicacionesde menor circulación, contiene interesantes claves para retomar esetipo de formulación.

Hay que tener en consideración al momento de abordar lapresente obra, que los trabajos que la componen fueron concebidos yescritos en un período histórico posterior a la Segunda Guerra Mun-dial, donde en un contexto de bipolaridad, la denominada guerra fríaentre dos grandes bloques constituidos primaba en el orden geopolí-tico, y donde además las posibilidades de una nueva conflagraciónmundial, rodeaban todas las elucubraciones y los análisis políticos.

En tal contexto para Perón el mundo ofrecía dos alternativas;el Capitalismo y el Comunismo, cosmovisiones que –para el tres ve-ces presidente de los argentinos– carecían “de los valores sustanciales

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que permitan concebirlas como únicas alternativas histórico políticas”.El justicialismo así, aparecía desde la perisferia, como una alternativahumanista a ambas opciones materialistas, y al decir de ManuelUrriza, como expresión política de una epopeya liberadora equidis-tante de ambos imperialismos, formulando las bases de lo que cono-cimos como la tercera posición.

En ese marco el conductor del justicialismo plantea algunasideas que no obstante haber sido concebidas hace mas de 50 años, co-bran especial vigencia en la actualidad. A la ya mencionada tercera po-sición, podemos agregarle la idea de las confederaciones continentales,la cosmovisión de la comunidad organizada, y otras ideas de neto corteestratégico, que dan cuenta de la notable mirada anticipatoria que ca-racterizaba a quien fuera el más grande pensador y estadista argen-tino del siglo pasado.

Por último debo señalar que –como es lógico– lo táctico y es-tratégico estan presente en todo el itinerario intelectual del por enton-ces joven oficial Perón, quien incursiono en los clásicos como Alejan-dro Magno y Napoleón Bonaparte, pero muy especialmente en la obrade Colmar Freiherr Von der Goltz “Das Volk in Waffen”. Fermín Chá-vez, tal como se sostiene en el siguiente ensayo introductorio afirmaque Perón se apodero de dos ideas fundamentales de este último au-tor : el interior es la fuente de las fuerzas del ejército, y la política es eldestino, esta última, opuesta a la paradigma que determinaba que laeconomía es el destino.

En momentos en que el antiproyecto resiste a ser cambiado,esta obra constituye un aporte sustantivo a recuperar la visión geopo-lítica, revalorizando la política como destino.”

Con estas reflexiones recibo con profundo beneplácito la re-novada presentación de una obra que constituye uno de los clásicosdel pensamiento de la liberación, agradeciendo el aporte del profesorFrancisco Pestanha, quien como tantos militantes y pensadores argen-tinos, asume la herencia que ratifica la vigencia de un ideario que amodo de brújula nos guía para navegar los crispados mares de unmundo “global” que sigue negando a los pueblos que sean felices.Aporte que, anhelo, contribuya a los debates que nutran los conteni-dos de nuestro octavo proyecto nacional.

Octubre de 2009

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2 Co-directores de esta Colección Liberación Nacional.Oscar Castellucci dirigió, además, la colección JDP, los trabajos y los días que co-menzara a editar con la obra de Juan Domingo Perón la Biblioteca del Congreso de laNación (actualmente interrumpida); miembro de la Comisión Permanente Nacionalde Homenaje al Tte. Gral. Juan Domingo Perón (decreto PEN 1234/03); profesor ti-tular de la cátedra Identidad, Estado y Sociedad en Argentina y Latinoamérica en laFacultad de Bellas Artes (UNLP), y presidente de la Asociación Civil Martín Castellucci(ACMC).José Luis Di Lorenzo, por su parte, es presidente del Instituto para el Modelo Argen-tino (IMA), profesor de Derecho de la Seguridad Social, Facultad de Ciencias Sociales(UBA), asesor de la Ministro de Desarrollo Social y vicepresidente de la ACMC.3 El primer artículo de la serie, que corresponde a esa fecha -miércoles 24 de enerode 1951-, se titula “¿Tienen el mundo en sus manos y no saben qué hacer con él?” y,como los siguientes, aparece en la primera plana del diario.4 El último artículo -titulado “Nuevos rumbos”- apareció distanciado en el tiempo delresto: el jueves 30 de julio de 1953 (el penúltimo había aparecido el jueves 11 de se-tiembre de 1952), quizás, por eso, no aparece en algunas ediciones (por ejemplo enel tomo 16 de las Obras Completas de Perón de Editorial Docencia).5 El diario Democracia había sido fundado en 1945 y, casi en bancarrota, fue incorpo-rado a la cadena oficialista de Editorial ALEA (como La Razón y Noticias Gráficas) quese imprimía en los talleres del entonces modernísimo Edificio ALEA de la calle Bou-

Prólogo

Por Oscar Castellucci y José Luis Di Lorenzo 2

Tal como se da cuenta más adelante, en este nuevo volumen de la Co-lección Liberación Nacional, se reúnen los 89 artículos que, entre el24 de enero de 1951 3 y el 30 de julio de 1953 4, bajo el extraño seudó-nimo “Descartes”, fue publicando Juan Domingo Perón en el diarioDemocracia 5.

Una de las singularidades del caso es que en ese medio grá-fico, no era habitual que aparecieran artículos firmados, ni siquieracon seudónimo. Cosa que ocurrió sólo en dos oportunidades. Una lamencionada, el caso de Perón como “Descartes”, y la otra, la del seu-dónimo “Víctor Almagro”, que correspondiera a Jorge Abelardo Ra-mos. Los artículos de ambos fueron publicados, siempre, en la pri-mera plana.

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chard al 700, inaugurado en 1951 (que sería adquirido después por la multinacionalde la agroindustria Cargill y luego por IRSA, quien actualmente le alquila una parte aMicrosoft, actualmente se lo conoce, precisamente, como Edificio Microsoft). El di-rector del medio fue, en ese período, Américo Barrios (seudónimo de Luis María Al-bamonte) y, se decía que “era el diario de Evita”.6 Descartes: Política y estrategia (no ataco, critico), Buenos Aires, República Argen-tina, 1953, 458 p. (sin mención de editor).

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Ha habido varias ediciones contemporáneas al momento dela aparición de los artículos de “Descartes”, recopilados en forma delibro, siempre bajo el título Política y estrategia (no ataco, critico). Loque quizás pueda inducir a algún error respecto de la cantidad de estetipo de notas publicadas por Perón es que estas ediciones se fueronhaciendo progresivamente, a medida que los artículos se iban publi-cando. Por ejemplo, las hay que contienen 30 (124 páginas, 1951); 50(256 páginas, también de 1951); 60 y 70 artículos (ambas de 1952).

Para nuestra edición seguimos la que estimamos más com-pleta, la de 1953 –la más tardía de las contemporáneas–, en la que, sinmención de editor, aparecen los 89 artículos mencionados.6

En las primeras páginas de esa publicación puede leerse estaúnica referencia (la obra no tiene prólogo ni presentación):

En este folleto se reúnen los artículos que, sobre el tema “Políticay Estrategia”, se han venido publicado semanalmente en el diario“Democracia” de Buenos Aires, firmados con el seudónimo “Des-cartes”.

No hay en ella, absolutamente ninguna alusión ni sugerenciarespecto de la identidad de “Descartes”, aunque ya había trascendidoen la época y se fue popularizando con el tiempo, que el seudónimocorrespondía a la persona del presidente de la Nación, el general Pe-rón. Nunca en las ediciones oficiales hasta 1955 se mencionó ningunareferencia, y sólo posteriormente, a partir de las publicaciones mili-tantes de la década del ’60, aparecería invariablemente su nombrecomo autor.

• Perón fue “Descartes” porque Descartes fue Perón

En junio de 1966, durante el transcurso de una entrevista rea-lizada en Madrid con Tomás Eloy Martínez, en ese momento enviadode la revista Primera Plana, el mismo Perón reconocía públicamente

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7 “Perón: Tres horas con Primera Plana”, 30 de junio de 1966 (Entrevista de TomásEloy Martínez). El destacado es nuestro.

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que él había escrito bajo el seudónimo “Descartes” y daba una expli-cación de por qué lo había hecho:

(…) firmo Descartes porque el filósofo francés usaba el seudó-nimo Astrónomo Perón, y yo le devuelvo así la gentileza (…).7

Sonaba esto, simplemente, como una de las habituales humo-radas de Perón. Pero contenía algo de verdad, aunque “Perón” no hayasido, literalmente, un seudónimo al que recurriera el filósofo francés.

Si es cierto, por otra parte, que ninguna afinidad ideológicapuede hallarse entre el pensamiento del líder justicialista y René Des-cartes (1596-1650), el pensador racionalista que estableció la dudacomo método de análisis, ¿por qué eligió, entonces, Perón ese seudó-nimo tan atípico?

Rene Descartes perteneció a una familia de la aristocraciafrancesa y había nacido en La Haya, cerca de Touraine, Francia.Cuando falleció su madre heredó, junto con sus hermanos, unas tie-rras (“un señorío”) en la zona de Poitou-Charentes, llamado Le Pige-onnier du Perron (como se ve, no exactamente Perón, pero parecido).

De allí que con cierta fatuidad, en sus años jóvenes, el filósofofrancés se permitiera incorporar a su nombre el uso del título sieur oseigneur du Perron, para transformarse en Rene Descartes du Perron,y así firmó algunas de sus primeras obras, y así también lo reconocenvarios de sus biógrafos.

A pesar de que en 1622 vendió esas propiedades para mante-ner su nivel de vida en París, y con ellas se fuera el “señorío du Perron”,siguió utilizando por un tiempo esa denominación, que se transformócasi en nombre propio, a pesar de que no le correspondiera.

Algo de razón tuvo Perón, entonces, para elegir “Descartes”como seudónimo.

• Perón: Pienso, luego critico.

Los 89 artículos de Política y estrategia (no ataco, critico) es-tán escritos, entonces, entre 1951 y 1953. Corresponden al inicio dela segunda mitad del siglo XX. Son los tiempos del conflictivo mundobipolar de la “guerra fría”, el del sordo enfrentamiento, por el reparto

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del mundo, entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. “Descar-tes”, el Perón estratega, estaba señalando con esos textos la nueva ubi-cación ideológica de la Argentina en el nuevo mundo que se estabaconformando. Política y estrategia es, puede decirse, el libro de la Ter-cera Posición. Y nótese que no se limitó a escribir una obra para espe-cialistas y entendidos en estrategia: sus artículos aparecían en la pri-mera plana de un periódico masivo. Tenía muy en claro a quien se di-rigía con su pensamiento, cuál era “su” público.

Tomar solamente la fecha de aquellas publicaciones (1951/1953) puede permitir la suposición de que estamos frente a textos vie-jos, anacrónicos y desactualizados. Nada más equivocado. Basta concambiar los nombres de los personajes mundiales de entonces por losde ahora, y el análisis y las propuestas mantienen la vigencia y fres-cura que le otorga el pensamiento libertario y estratégico de su autor.

¿Por qué? Porque Argentina no ha terminado, todavía, de sa-lir del antiproyecto, al que junto a Gustavo Cirigliano denominamosde “Sumisión Incondicionada al Norte Imperial. Justamente continuarsometidos al imperium de ese “Norte Imperial” denuncia la vigencia yla irrenunciable herencia de tener que seguir luchando, como por en-tonces proponía, por la liberación.

Los países que todo lo confían a su poder poseen la política de sufuerza y suelen renunciar a la habilidad. Los débiles, generalmente,desde que carecen de poder, deben servirse de su habilidad y tie-nen sólo la fuerza de su política…

Palabras que releídas hoy desnudan por qué los fuertes atacan,desacreditan, cuestionan a la Política (con mayúsculas). Porque siquieranos quieren permitir ejercer la habilidad para defendernos, por si lle-gamos a ser capaces de convertir nuestra debilidad en fortaleza.

Atacar la “Política” es atacar el arte y la actividad de gobernarel Estado, impidiéndonos aplicar una “estrategia” dirigida a lograr elobjeto deseado. De lo que hablaba Perón hace más de sesenta años yque, mal que nos pese, sigue ocurriendo.

El carácter docente del autor, la circunstancia de tratarse deartículos periodísticos, generalmente breves, de divulgación, facilitanla lectura de las profundas enseñanzas que aporta. Porque, cabe su-brayar, Perón ha sido un enorme pensador nacional, adrede descono-cido como tal, además de vilipendiado por los voceros del poder do-minante. Porque los países centrales nunca pueden admitir que se les

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8 Fuente: Informe “La actitud argentina hacia las acciones de las Naciones Unidas yla defensa del hemisferio”, 7 de marzo de 1952 (secreto). Citado por Mario Rapoporty Claudio Spigel en Estados Unidos y el peronismo. La política norteamericana en laArgentina 1949-1955, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1984, p. 50-51).

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cuestione su supuesta superioridad para someternos a nosotros y a losque siguen considerando sus inferiores jerárquicos. Mucho menos quese pongan en juego sus ancestrales políticas coloniales. Por eso Perónes, para ellos, imperdonable.

Finalizada la “segunda guerra mundial”, sus planteos filosófi-cos se emparentan con los de Hanna Harendt. La comunidad organi-zada tiene puntos de contacto con el pensamiento de la alemana. Sinembargo, resulta tristemente ridículo que lo que se le aplaude a la pen-sadora, no se le reconoce al argentino.

La Tercera Posición que plantea constituye una instancia pro-pia y superadora de las ideologías de cuño europeo. Cuestiona simul-táneamente al capitalismo y al marxismo por carecer de valores sus-tanciales. Pensamiento que dará lugar al movimiento de los países noalineados, los del Tercer Mundo. Crítica y acción que le ha valido ladescalificación sistemática de unos y de otros.

Los artículos firmados por Descartes, que la embajada [norte-americana] de Buenos Aires cree que fueron publicados conel consentimiento de Perón, sino escritos por él, siempre di-fundieron la Tercera Posición, atacando más a los EstadosUnidos que a la Unión Soviética 8.

Lo que decía como “Descartes” recobró dolorosa y virulenta-mente vigencia. Efectivamente la desorganización del pueblo y del Es-tado que por entonces denunciaba, fue el objetivo buscado y logradopor el golpe (entrópico) de 1976, que desorganizó para someter y so-meternos.

Perón conductor (realizador) apelaba a “Descartes” como pre-dicador. Porque su convicción íntima y su hacer partían de la premisade que gobernar es persuadir, y a que a pesar de ser militar, como po-lítico asume y enseña que el arte de la conducción no está vinculadoal don de mando. El objetivo es obtener el consentimiento activo de lapoblación

… para que todos hagamos, simultáneamente lo que tenemos quehacer…

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El peronismo que inculca a través de los artículos en el diarioDemocracia es el que emerge a la vida del país como expresión de lasluchas anticoloniales de la época. Hoy escondidas bajo sofismas quebarnizan y encubren la vigencia del proyecto de no país, que se resistea ser cambiando.

Lucha que entonces y ahora demanda la unidad, nacional ysuramericana, porque

Unidos seremos inconquistables; separados indefendibles…

En un mundo en el que prevalece el derecho a la patente (delos laboratorios farmacéuticos) sobre el derecho a la vida, no quedaduda alguna, que sigue vigente lo que sostenía cuando decía:

…la codicia despiadada del imperialismo para sojuzgar na-ciones y la avaricia del régimen capitalista en la explotacióninhumana de los pueblos y de los hombres han sido las causasde todos los males que azotan al siglo XX, incluso del comu-nismo.

Como también tiene más vigencia que nunca su denuncia so-bre los diarios (hoy multimedios) y la “publicidad”.

Antes los diarios pobres pero honrados se elevaron moral-mente con su información leal y su prédica honorable.Cuando apareció la publicidad fueron poco a poco envile-ciendo su primitiva posición para servir los móviles de susavisadores y su propaganda…Hoy no hay quien no utilice lapublicidad para fines propagandísticos… Pero los imperialis-mos se sustentan en algo más serio que la simple publicidad…han creado todo un servicio… que comprende toda una or-ganización que involucra al que hace o inventa la noticia, laestudia, la explota, la depura, la distribuye y la reproduce

Si de un diario se puede hacer un chantaje a una persona,desde esta organización se lo puede hacer a toda una nación.Por este medio se puede llevar al descrédito a un gobierno y aun pueblo entero a la guerra.

La actualización, el aporte a realizar, es advertir que lo queahora se conocen como multimedios, además de defender el interésde sus anunciantes defienden los propios, de los que son dueños.

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Juan Domingo Perón fue un gran pensador, estratega, con-ductor, y además fue lo peor que le podía pasar a la oligarquía y a loscipayos, un gran docente de masas. Eso es lo que nunca se le pudo per-donar, que le dijera al pueblo cuáles eran las riquezas de todos, cuálessus derechos y obligaciones. Demostró que se podía construir con ar-monía una sociedad de hombres felices, lo que inexorablemente con-ducía a la grandeza de la patria.

Esa ocupación y preocupación docente queda subrayada porFrancisco Pestanha, quien aporta a esta edición un capítulo introduc-torio que rescata la vigencia yla herencia del ideario nacional.

Concluida la segunda guerra mundial, la guerra fría, ocurridala reestructuración de la URSS y en medio de la crisis financiera “glo-bal”, sigue la terrible incertidumbre respecto del futuro de la humani-dad. Sin embargo, nosotros, igual que Perón creemos en que llegará lahora de los pueblos, cuya movilización gestará la liberación nacional.

Política (con mayúscula) y estrategia nutren y demandan pla-nificar y proyectar para conquistar el futuro.

Octubre de 2009

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Ensayo Introductorio

Por Francisco José Pestanha

A Antonia Evapor iluminar nuestros momentos.

A Gladis Pedraza y Alberto Rábanospor su compromiso con el País.

A Ernesto Adolfo Ríospor su eterno recuerdo.

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1 Armando Poratti: “La comunidad organizada: texto y gesto”, en Juan Domingo Pe-rón, La comunidad organizada. Vigencias y herencias, Colección Liberación Nacional,Bs. As., 2007

Ensayo Introductorio

Artículos de Descartes

Por Francisco José Pestanha

“Las crisis argentinas son primeroontológicas, después éticas, políticas,epistemológicas, y recién por último,económicas”

Fermín Chávez

“El que no tiene buena cabeza paraprever, ha de tener buenas espaldaspara aguantar”.

JJUUAN DOMINGO PERÓN

• Introducción -

Componer el ensayo introductorio a un libro de quien fuera tres ve-ces presidente de los argentinos no resulta tarea fácil. A las dificulta-des propias que presenta el análisis de la nutrida y compleja forma-ción teórica y vivencial de Juan Domingo Perón, se le adicionan la co-piosa labor exegética e interpretativa desarrollada durante décadas porseguidores y detractores y la formulación de ensayos académicos detoda laya. Puede añadirse, además, un obstáculo de cardinal jerarquía:“los textos de Perón nunca son meros textos sino momentos de una ac-ción”1

No obstante ello, he aceptado el convite, ya que comparto con losmentores de este proyecto editorial que aspira a publicar las obras fun-damentales de Juan Domingo Perón, la idea liminar que sostiene que

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los tiempos que corren nos desafían a ejecutar una verdadera laboranalítica sobre el itinerario teórico del compatriota que, a nuestro en-tender, supo interpretar como pocos los caracteres esenciales de unaArgentina que aún, a mas de treinta años de su fallecimiento, transitasenderos convulsivos.

El presente trabajo no pretende instituirse en un ensayo filosó-fico ni, menos aún, en un abordaje inédito sobre la producción con-ceptual de Juan Domingo Perón.

Anhela simplemente poder ayudar al eventual lector –labor re-constructiva mediante– a rememorar ciertas circunstancias vincula-das a la trayectoria del autor, intercalándolas con reflexiones propiasy de otros autores que emprendieron desde diversas, y a veces discor-dantes perspectivas, el análisis de algunos de los aspectos más signifi-cativos de su producción teórica.

La sobreabundancia de referencias y notas que posiblemente en-tumezcan la lectura no debe interpretarse como un recurso insustan-cial o presuntuoso. La hipertextualidad en el caso que nos ocupa as-pira ex profeso, y aunque en forma parcial, a poner en conocimientodel lector obras y autores que aún, permanecen en un anonimato nosiempre deseado. Aunque resulte llamativo a esta altura de las circuns-tancias, sobre la profusa obra del pensamiento nacional, recaen aúnmecanismos indirectos de censura que impiden al gran público tomarcontacto con una producción intelectual extraordinaria.

Efectuadas tales consideraciones, cabe a modo preliminar señalarque Política y Estrategia, no fue concebido originalmente comono fue concebido originalmente comoun corpus integradoun corpus integrado. El texto fue compuesto mediante una compi-lación de artículos y ensayos que Juan Domingo Perón publicó en elperiódico Democracia a partir del el 24 de enero de 1951, bajo el seu-dónimo de Descartes. Las obras aquí condensadas fueron paulatina-mente agrupadas e impresas desde el año 1951 por distintas editoria-les, algunas de ellas anónimas bajo diferentes títulos, entre otros: Artí-culos de Descartes, Política y Estrategia (no ataco, critico). No obstanteello, los textos referidos también fueron editados en revistas de distri-bución popular, como por ejemplo la PBT (alegre, política y depor-tiva), publicación que junto con noticias de orden político, conteníanotas del corazón, deportivas e información del turf, demostrándosede esta forma, que Perón aspiraba a llegar al gran público.

El periódico Democracia durante el decenio del primer pero-nismo fue un órgano periodístico que acompañó la labor del go-

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2 Jorge Abelardo Ramos: “Una conversación inconclusa con Jorge Abelardo Ramos”,por Jorge Raventos; en www.jorgeabelardoramos.com.ar .3 Jorge Abelardo Ramos: “Neo - académico embustero y embrollón”, en www.lapa-triagrande.com.ar .4 Fermín Chávez: Siete escolios sobre Perón, Ediciones Teoría, Bs. As., 2001.

bierno. La publicación fue clausurada por la Revolución Libertadora,pero volvió a editarse entre 1958 y 1962 durante el gobierno de Ar-turo Frondizi. El diario, asimismo, hizo una fugaz reaparición enmarzo de 1973.

Jorge Abelardo Ramos relató en alguna oportunidad que: “diri-gía el diario Américo Barrios y Perón escribía allí con el seudónimoDescartes. Éramos los dos únicos que firmábamos en el diario, losdos en la primera página”2. Señala además que: “cuando cayó Peróny se refugió en una cañonera paraguaya, se vio que el diario Demo-cracia iría a cambiar de manos. Algunos periodistas decentes -políti-camente peronistas- como Valentín Thiebaut, renunciaron. Otros,que por caridad no quiero nombrar, dijeron que eran profesionales–aunque también eran peronistas– y se quedaron. Hubo uno, un finoy laureado poeta, Santiago Ganduglia, que esa tarde me comentó: ¡Yome jubilo, me voy ahora mismo! ¡Ya estoy cansado de pasarme! Meexplicó que en su larga vida periodística, como editorialista, había te-nido que escribir opiniones diversas y aun opuestas, de acuerdo aldiario que le tocaba. Era una maldición gitana y ya no quería seguir.Yo no era redactor del diario Democracia sino colaborador externo,aunque asiduo, y solo escribía artículos firmados con un seudónimoque era Víctor Almagro”3.

En referencia al seudónimo Descartes empleado por Perón parafirmar sus escritos, se sostiene que en carta al periodista cordobés Mi-guel Pérez Gaudio, el Gral. afirmaría lo siguiente: “durante años es-cribí en el diario Democracia con el seudónimo de Descartes. Se de-bió a una circunstancia fortuita que yo eligiese ese nombre: resultaresultaque Descartes solía firmar con el seudónimo Perónque Descartes solía firmar con el seudónimo Perón (que era elapellido de un famoso geógrafo francés). Yo, sin tener nada que vercon ese apellido, y por consecuencia con Descartes, firmé Descartes(…) Pero ese seudónimo mío ha sido muy conocido en el País y si yolo volviera a emplear, no tengo la menor duda que todos los peronis-tas lo reconocerían”4.

Por otra parte en una entrevista realizada por la revista PrimeraPlana, el ex presidente confesó que: “hace poco escribí con seudónimo

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5 Revista Primera Plana: “Entrevista a Juan Domingo Perón. Perón: Tres horas conPrimera Plana”, 30 de junio de 1966. Fuente www.elhistoriador.com.ar.6 Fermín Chávez: Ibídem.

–firmó Descartes– porque el filósofo francés usaba el seudónimoporque el filósofo francés usaba el seudónimoAstrónomo PerónAstrónomo Perón y yo le devuelvo así la gentilezay yo le devuelvo así la gentileza”5.

Respecto al término astrónomo para Fermín Chávez pudo ser unaderivación de la voz geógrafo que sí utilizaba Descartes. Perón recu-rrirá al mismo distintivo en numerosas oportunidades para comuni-carse con su movimiento, en especial durante la década de 19606. Noobstante lo expuesto, puede hacerse referencia a lo consignado en elprólogo de esta obra, en relación a la denominación que utilizó efecti-vamente Descartes en algunos de sus textos.

La presente obra entonces reúne una serie textos de opinión tác-tica y estratégica en los que el líder justicialista, apelando a las ya clási-cas expresiones sentenciosas, indicaba sus pareceres respecto a la co-yuntura histórica y política, dejando entrever además posibles accio-nes o movimientos proyectados desde la conducción del estado. Si bienes cierto que los escritos están imbuidos de un inconfundible lenguajemilitar, no resulta menos cierto que contienen expresiones filosóficasindicativas de un agudo y meditado conocimiento de la disciplina, y ade-más se encuentran estructurados de forma tal, que no resulta dificul-toso inferir las cualidades que el autor poseía para la enseñanza.

Por su parte, debe tenerse presente que ellos fueron escritos entiempos históricos de post-guerra y de bipolaridad geopolítica, dondelos Estados Unidos emergían como potencia central, núcleo delmundo capitalista y nación dominante en América, y la Unión de Re-públicas Socialistas Soviéticas, como centro neurálgico del mundo co-munista y amenaza latente sobre este último. En cuanto a la situacióninterna, la elaboración de los artículos coincide con un período de no-toria intensificación de la oposición al peronismo que incluyó unapermanente actividad conspirativa contra su gobierno.

• Consideraciones preliminares

Como sostuve precedentemente, el conjunto de artículos que integranel texto en análisis, fueron elaborados por Juan Domingo Perón en elperíodo inmediato posterior a la culminación de la segunda guerramundial conocido como Guerra fría, ciclo en el que se desplegó unaenérgica confrontación entre dos bloques políticos que presuponían

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7 Citado por Miguel Contissa: “El General Perón expresaba así el concepto de Ideo-logía en su Proyecto Nacional”, en Peronismo: ¿Eje de un Movimiento de Liberación?http://miguelcontissa.wordpress.com .8 Juan Domingo Perón: “Política y Estrategia. (No ataco, critico)”. Articulo publi-cado en el periódico Democracia, el 8 de febrero de 1951.9 Juan Domingo Perón: “Política y Estrategia”. Ibídem.

cosmovisiones diferenciadas del hombre y su circunstancia: el capita-lismo y el comunismo.

En dicho marco, y desde una visión nítidamente periférica a talconflicto, un militar y político argentino asume el desafío teórico ypráctico de situarse en una “tercera posición”, planteando una equi-distancia conceptual y geopolítica de ambos bloques. El mandatario ar-gentino describiría la posición asumida de esta forma: “El mundo nosha ofrecido dos posibilidades extremas: el Capitalismo y el Comu-nismo. Interpreto que ambas carecen de los valores sustanciales que per-mitan concebirlas como únicas alternativas histórico políticas. Paralela-mente, la concepción cristiana presenta otra posibilidad, pero sin unaversión política suficiente para el ejercicio efectivo del gobierno”7. Ale-gaba además, que “el capitalismo se ha mostrado insensible a las justasreclamaciones de los pueblos e incapaz de comprender la evolución, yen tanto, resulta culpable de la penetración comunista (…) los avan-ces del imperialismo soviético se hacen sentir en dos campos: el inter-nacional y el interno (mediante la penetración)8”. En lo que atañe alsegundo campo (el interno), para él solo era posible evitar al comu-nismo “que es una doctrina con otra doctrina mejor”: el Justicialismo,que “ha demostrado ser una solución superando al capitalismo y al co-munismo, y sin embargo, ha sido y es combatido por ambos” 9..

En el contexto internacional expuesto, y en uno interno donde lasconsecuencias de dicha confrontación se manifestaban cotidiana-mente mediante expresiones, acciones y operaciones diversas (algu-nas de ellas de índole conspirativa), a las que se adicionaban las con-vulsiones propias de la dinámica política interna del país, aparecen enel periódico Democracia una serie de escritos que abordan un conglo-merado de circunstancias, variables, hechos y desafíos que se plantea-ban en el campo político y estratégico.

Teniendo en consideración la extensión asignada a este ensayo,cabe señalar que las referencias que consignaré a continuación versa-rán sobre ciertos textos seleccionados arbitrariamente, sin que ello sig-nifique desmedro respecto al contenido de otros que no constituyen

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10 Juan Domingo Perón: “Conceptos del ex–presidente de la república, general JuanDomingo Perón sobre la gestión Pública. “Acerca de los deberes y obligaciones delos funcionarios gubernamentales”. En www.gestionpublica.sg.gba.gov.ar .11 Juan Domingo Perón: “Conceptos del ex–presidente de la república, generalJuan Domingo Perón sobre la gestión Pública “Acerca de los deberes y obligacio-nes de los funcionarios gubernamentales”. En www.gestionpublica.sg.gba.gov.ar .

objeto del presente. Para tal objetivo, se hará breve referencia en formapreliminar a ciertos componentes de cosmovisión filosófico-políticade Perón, que resultan indispensables para comprender cabalmentelos textos contenidos en este libro.

• La doctrinaUna breve descripción de las condiciones en las que asumió el go-

bierno el primer peronismo, pueden orientarnos inicialmente en laindagación respecto a la idea de doctrina que lo nutrió. Quién mejorque el mismísimo Perón para hacerla: “En 1946, cuando nos hicimoscargo del gobierno, el panorama que se me presentó a mí, un hombreacostumbrado a realizar trabajos orgánicos fue pavoroso. Llegaba degolpe a un gobierno sin ninguna planificación y sin ninguna organi-zación. Como digo, yo era un hombre racionalmente acostumbrado aencarar la solución mediante estudios previos, estudios bases, planes,etc., y se me presentó el terrible dilema de planificar por realiel terrible dilema de planificar por reali --zarzar. Si hubiera planificado todavía estaría pensando que deberá ha-cerse en el primer plan quinquenal, aún después de haber terminadoel primer gobierno. Realizar sin planificar siempre resulta una tareaun poco irracional y hasta a veces anacrónica” 10.

Pero esto no es todo, en la misma oportunidad el mandatario se-ñaló que: “en cuanto a la organización, no puede nadie negar quenuestro pueblo estaba totalmente desorganizado. Las fuerzas natura-les de la organización (…)no se habían realizado en nuestro pueblo,sino alrededor de círculos o intereses que no es lo racional para la or-ganización de una Nación y menos de un Pueblo. El Estado estaba to-tal y absolutamente desorganizado como consecuencia de haber man-tenido una vieja organización que pudo haber respondido hace cienaños pero que ahora ya no respondía a las necesidades del momentoy menos en una época inminentemente técnica en la organización, enla administración, y en el gobierno. (...) Hubo que organizar el go-bierno y después el estado. Frente a ese problema se presentó, comoprevio a todo, organizar el gobierno; después organizar el Estado”11.

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12 Fermín Chávez: Perón y el peronismo, Editorial Oriente, Bs. As., 1971.13 Juan Domingo Perón. Conducción Política, Colección Obras fundamentales, ADRI-FER libros, Bs. As., 2001.14 Fermín Chavez: Historicismo e iluminismo en la cultura argentina. Ediciones Cen-tro Editor de América Latina. 1982.

A Perón no lo seducían las ideologías entendidas como formula-ciones teóricas de pretendida validez universal sin un anclaje com-probado en la realidad concreta. Prefería conformar una doctrina re-alizable que, inclusive, pudiera lograr cierta armonía entre opuestos12.Las condiciones históricas descriptas, sumadas a su propia experien-cia y formación, llevaron a Perón a concebir a las doctrinas como ““ex-posiciones sintéticas de grandes líneas de orientación”, que represen-tan “en sí, y en su propia síntesis, solamente el enunciado de innume-rables problemas; pero la solución de esos problemas, realizada porel examen analítico de los mismos, no puede formar cuerpo en esadoctrina sin que constituya toda una teoría de la doctrina misma”13.

Para el conductor del justicialismo, una doctrina sin la teoría quela fundamente resultaba incompleta, pero una teoría que no contemplararealizaciones concretas resultaba inútil. El círculo para él cerraba deforma tal, que la teoría se enseñaba, la doctrina se inculcaba, y el des-afío consistía en llevar a ambas a la práctica. La realidad nutre a la te-oría, y la teoría nutre a la realidad.

En ese orden de ideas, puede decirse que el entonces presidentese sitúa dentro de aquellos que sostienen que toda doctrina presuponede un fundamento anterior de orden filosófico, el que a la vez por supor suconexidad con la realidadconexidad con la realidad, viabiliza intervenciones plausibles y efi-caces sobre ella. Cabe entonces establecer una claro paralelismo entretal formulación y aquella máxima jauretchena que se planteaba partirdel siguiente interrogante: ¿especular sobre razones o razonar sobrerealidades?

Ambos se inclinan por la segunda opción, que es la que vinculaintrínsecamente la actividad cognoscente e intelectiva del sujeto conuna realidad exterior. Esta mirada filosófico–política distancia a Pe-rón de aquella concepción iluminista tan presente en las élites intelec-tuales de la época, ideología que para autores como Fermín Chávez,fue exportada por Europa y aceptada a libro cerrado por nuestras aca-demias. Para el autor, el iluminismo constituyó una verdadera ideoideo--logía a-histórica de la dependencialogía a-histórica de la dependencia ,, que llevó a muchos intelec-tuales argentinos a pensar un país nacido de la razón, a “imagen y se-mejanza de los modelos propuestos por las teorías europeas”14.

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15 Juan Domingo Perón: El modelo Argentino para el Proyecto Nacional, ColecciónJuan Domingo Perón, “Los trabajos y los días”, editado por la Comisión Ejecutora dela Ley 25.114, Honorable Senado de la Nación, Bs. As., 2005, bajo la coordinación deOscar Castellucci. Juan Domingo Perón: El Modelo… Ibídem16 Juan Domingo Perón: El Modelo Argentino… Ibídem.17 Juan Domingo Perón: El Modelo Argentino… Ibídem.

Perón, ubicado en una línea de razonamiento claramente histori-cista, concebía al iluminismo de importación como una fuga, ya quepara él la apelación a la utopía con frecuencia “es un cómodo pretextocuando se quiere rehuir las tareas concretas y refugiarse en un mundoimaginario; vivir en un futuro hipotético significa deponer las respon-sabilidades inmediatas”15. Consciente del fenómeno de importaciónideológica, enseñaba además que en nuestro país existió “una larga tra-dición en esto de importar ideologías, ya sea en forma parcial o total(…) es contra esa actitud que ha debido enfrentarse permanentementenuestra conciencia. Las bases fértiles para la concepción de una ideo-logía nacional coherente con nuestro espíritu argentino, han surgidodel mismo seno de nuestra patria. El pueblo, fuente de permanente cre-ación y auto perfeccionamiento, estaba preparado desde hacía ya mu-chos años para conformar una ideología nacional, social y cristiana”16.

Como fórmula contrapuesta al iluminismo de importación, Pe-rón planteaba un tipo de realismo político que enunciaba fervorosa-mente con aquella famosa máxima (“La única verdad es la realidad”),sentencia que presupone el principio de continuidad y preeminenciadel fenómeno socio-cultural e histórico. Hay “que llegar a la realidadde alguna manera y de allí afirmar las conclusiones”, sentenciaba Pe-rón advirtiendo además que “nuestro modelo político propone el idealno utópico de realizar dos tareas permanentes: acercar la realidad alideal y revisar la validez de ese ideal para mantenerlo abierto a la rea-lidad del futuro”17. El jefe del peronismo concibe además a la doctrinacomo un instrumento orientador hacia finesorientador hacia fines ,, a tal punto que ale-gaba que toda nación debe poseer una doctrinatoda nación debe poseer una doctrina ,, que es el puntoque es el puntode partida de la organización de una colectividadde partida de la organización de una colectividad.

En relación con los elementos que componen un compendio doc-trinario determinado, resulta particularmente sugestiva la siguienteafirmación extraída del libro Conducción Política: “Las doctrinas noson eternas sino en sus grandes principios, pero es necesario ir adap-tándolas a los tiempos, al progreso y a las necesidades (...) una doc-trina hoy excelente puede resultar un anacronismo dentro de pocos

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años, a fuerza de no evolucionar y de no adaptarse a las nuevas nece-sidades, y ello influye en la propia doctrina, porque una verdad quehoy nos parece incontrovertible, quizá dentro de pocos años resulteuna cosa totalmente fuera de lugar, fuera de tiempo y fuera de circuns-tancias”1818 .. De tal formulación se desprende que para Perón, ciertoscambios que se operan en la realidad pueden determinar la alteración,modificación, o adecuación de algunos componentes doctrinarios, sindejar de tener en cuenta que más allá de tal circunstancia, existen paraél ciertos principios inmutables se constituyen en verdaderosciertos principios inmutables se constituyen en verdaderoslímites filosóficos y políticos a las alteraciones que la realidadlímites filosóficos y políticos a las alteraciones que la realidaddeterminadetermina.

En sintonía con lo expuesto, bien cabe compartir entonces la re-flexión que sostiene que “el objetivo de lo que se ha llamado la doc-trina nacional ha sido el constituir una nación socialmente justa, eco-nómicamente libre y políticamente soberana. Ello supone que, en loexterno, se guíe por el principio de las nacionalidades, sostenga la au-todeterminación de los pueblos políticamente constituidos y postuleuna tercera posición que supere al capitalismo liberal y al comunismomarxista. En lo interno, a su vez, tiene como meta la felicidad del pue-blo y la grandeza de la Nación, lo que técnicamente se denomina elbien común general, al que se accede a través de la organización de laComunidad. ¿Qué quiere decir esto? Que no puede lograrse el biencomún de la nación si no se establece un régimen en el que todas lasunidades que la integran puedan conseguir su propio bien, su obje-tivo específico”19.

Surgen de los párrafos precedentes algunos de los principiosalgunos de los principiosinmutables de nítida orientación nacional y humanista, que seinmutables de nítida orientación nacional y humanista, que seconstituyen en verdaderos límites doctrinarios a las determiconstituyen en verdaderos límites doctrinarios a las determi--naciones que estipula la realidad.naciones que estipula la realidad. Tales principios emergen ade-más de las mismas palabras de Perón: “La Justicia social, la Indepen-dencia económica y la Soberanía del Estado no pueden ser negadaspor ningún argentino; y no solamente negadas ni discutidas, porquecuando se trata de la justicia, cuando se trata de la libertad y cuandose trata de la soberanía no puede haber discusión en contra de la Na-ción (…). Nosotros hemos cristalizado como doctrina nacional nues-

18 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem.19 Alberto Buela: Bosquejo de la comunidad organizada. www.redvertice.com

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tras tres banderas, que no pueden arriarse por otro que no sea un trai-dor a la Patria”20.

El proceso de elaboración e interpretación doctrinaria para Pe-rón, no puede quedar librado a la heterogeneidad de interpretacionesde los hombres en forma individual, sino, por el contrario, dicha la-bor debe constituirse en una empresa colectiva.. PPara el fundador deljusticialismo, las doctrinas no se constituyen exclusivamente con ex-presiones provenientes del saber o del genio del conductor o de unadeterminada élite. Para su formulación o reformulación se requierede instancias colectivas de debate e interpretación tendientes a obte-ner una unidad de concepción que, a la vez de forjar formulacionesdoctrinarias comunes, propugne acciones prácticas para operar sobrela realidad concreta.

Este mecanismo verdaderamente compuesto de elaboración doc-trinaria es enunciado por el conductor del justicialismo de la siguienteforma: “nosotros hemos concebido una doctrina y la hemos ejecutado,y después la hemos escrito y la hemos presentado a la consideraciónde todos los argentinos. Pero esa doctrina no está suficientemente des-arrollada. Es sólo el enunciado, en forma sintética, del contenido inte-gral de la doctrina. Será función de cada uno de los justicialistas ar-gentinos, a lo largo del tiempo, ir poniendo su colaboración perma-nente hasta desarrollar el último detalle de esa doctrina, para presen-tar también, finalmente, una doctrina más sintética que la nuestra,más completa que la nuestra”2121 –y además– “la doctrina nacionalpuede ser discutida, pero debe ser aplicada porque algo tenemos quehacer. Discutirla para perfeccionarla, pero aplicarla, porque el que noaplica una doctrina que se ha creado para la Nación está procediendoen contra de la Nación”22.

La tarea de adoctrinamiento para el fundador del justicialismo esfundamental. Pero el solo conocimiento de la doctrina resulta insufi-ciente: lo fundamental es “sentirla, y lo más importante es amarla (…)es menester tener una mística, que es la verdadera fuerza motriz queimpulsa a la realización y al sacrificio para esa realización”2323 .. He aquí

20 Juan Domingo Perón: Acerca de los deberes y obligaciones de los funcionarios gu-bernamentales…ibídem.21 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem.22 Juan Domingo Perón: “Acerca de los deberes y obligaciones de los funcionariosgubernamentales”. Ibídem.23 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem.

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una verdadera visión espiritualista y trascendente del saberverdadera visión espiritualista y trascendente del saberdoctrinariodoctrinario, y la validación de una verdadera dimensión sensitivadel conocimiento que para Perón resulta un constituyente estructuraldel universo de lo humano, y que se expresa claramente cuando sen-tencia: “una doctrina nacional es tan fundamental en el Estado, en laNación, como fundamentales son el alma y el pensamiento en unhombre. ¿Adónde va un hombre que no tenga sentimientos ni pensa-mientos? ¿Y adónde iría una Nación que no tuviese un pensamiento yun sentimiento comunes”24

Las circunstancias históricas y socioeconómicas en las que asumeel primer peronismo, y que lo desafían a impulsar desde las estructu-ras del estado un inminente impulso distributivo, determinan que Pe-rón plantee una verdadera formación en el hacer. La famosa sentenciamejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar no constituyeuna simple consigna para diferenciarse de la inacción de sus detracto-res. Desde nuestra perspectiva, compone también un mensaje diri-gido a las élites vernáculas formadas en un racionalismo de oratoria,a fin que tomaran conciencia de la magnitud de la obra que había querealizar para obtener una argentina integrada. Desde la otra, una claraadvertencia a sus seguidores respecto a la vocación de servicio, el com-promiso y el sacrificio que demandaba la hora. Es por tal cuestión, queel entonces presidente proclamaba a todas voces que debían formarsehombres capaces de decir y hombres capaces de hacer. Se trata de for-mar el mayor número de hombres y mujeres capaces de hacer.

Formar hombres y mujeres en un hacer, como sostuvimos, resultaun criterio íntimamente vinculado al inmediato desafío de impulsarun proyecto nacional que promovería: “una sociedad libre y un pueblono dependiente, dueño de su destino, que recuperó el dominio sobresus propios recursos y los desarrolló según planes intencionadosponiendo la economía al servicio del hombre; una sociedad justadonde el trabajador fue protagonista y obtuvo el reconocimiento desus derechos y los ejerció plenamente, donde se dio decisivavaloración al trabajo como instrumento de desarrollo personal”25.

En definitiva, Perón concibió a las doctrinas como modos de esmodos de es--peculaciónpeculación––acción en permanente contacto con la realidad,acción en permanente contacto con la realidad,

24 Juan Domingo Perón: “Acerca de los deberes y obligaciones de los funcionariosgubernamentales”. Ibídem.25 José Luís Di Lorenzo: El 17 de Octubre se plebiscitó el Proyecto de la Justicia So-cial. En: www.losocial.com.ar

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que se expresan a partir de grandes postulados orientativosque se expresan a partir de grandes postulados orientativos ,,los que a la vez responden a las aspiraciones, necesidades, ylos que a la vez responden a las aspiraciones, necesidades, yconveniencias nacionales y popularesconveniencias nacionales y populares .. Sólo los grandes principiosdoctrinarios son inmutables –y en tanto– las doctrinas deben ir adap-tándose a las circunstancias, requiriendo para mantener su vigenciaefectiva, un permanente régimen de actualización.

Desde el punto de vista funcional, la doctrina constituye un vecvec--tor de unidadtor de unidad ,, que permite analizar las circunstancias de maneraanáloga, y, en consecuencia, obrar en similar sentido.

• Unidad de concepción y de acciónEl principio general sobre el que deben asentarse las realizacio-

nes, es el de la unidad de concepción. Si embargo, este enunciado “sin-gularmente simple es realmente difícil de realizar en su conjunto y enforma acabada, porque no interviene en la vida misma de un movi-miento tan grande como el nuestro una concepción sino también unaacción”26. Este sostenido hincapié en la acción concreta debe enten-derse en un contexto histórico donde la prioridad del gobierno seprioridad del gobierno secolocaba en el campo de las realizacionescolocaba en el campo de las realizaciones. La unidad de concep-ción “está en la teoría y en la doctrina, y la unidad de acción está en labuena conducción de esta doctrina y de esta teoría”27. El núcleo cen-tral de este tópico es, entonces, poner en marcha la idea al mismotiempo que la fuerza motriz (acción), para que ella pueda ser reali-zada.

• Conducción PolíticaPara el tres veces presidente de los argentinos, el arte de la con-

ducción política no está vinculado al don de mando, sino al de la per-suasión. Mientras que para la doctrina castrense clásica, el señorío sesustenta en la imposición fundada en la jerarquía, para Perón la ver-dadera política se realiza mediante una actividad persuasiva, cuyo ob-jetivo es el de obtener el consentimiento activo de la población en elmarco de un método dialógico. Sostenía, en consecuencia, que en po-lítica, si uno “manda una cosa sin sentido no lo obedece nadie”. La per-suasión, por otra parte, es una insinuación que en el campo de lo po-

26 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem27 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem

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lítico puede lograrse además, mediante la denominada acción indi-recta, es decir, a través de la sugerencia.

Íntimamente vinculada al fenómeno de la persuasión, aparece larealización. En circunstancias políticas y sociales donde lo prioritarioera la obra, la ejecución en materia política aparece como un compo-nente esencial de la conducción. El ideal del conductor es para el fun-dador del peronismo aquel que reúne las dos virtudes: “Todos los mo-vimientos de acción colectiva, si necesitan de realizadores, necesitantambién de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mi-rar atrás. El predicador es el hombre que persuade para que todos ha-gamos, simultáneamente, lo que tenemos que hacer (...) Los dos sonindispensables para nuestro Movimiento (…) quien logre ser a la vezrealizador y predicador es el ideal que puede alcanzar un hombre”28

Un conductor es aquel individuo que se pone al servicio de esese pone al servicio de esesustrato vívido que es el pueblosustrato vívido que es el pueblo ,, quienquien a la vez le otorga legitimi-dad: “el respeto por las bases que se encuentran en el pueblo es la pre-misa a seguir para que el trabajo del conductor sea un fiel reflejo de loque necesita la gente, nuestros compañeros y toda la población. Laidiosincrasia de los pueblos determina el sentir que inspira el accio-nar del conductor”29. El conductor es un componente más de ese sus-trato cuya legitimación radica no en la fuerza, ni solamente en la inte-ligencia, ni el empleo mecánico de los métodos: “La conducción esuna concentración de circunstancias tan variables, tan difíciles deapreciar, tan complejas de percibir que la inteligencia y el racionalismoson a menudo sobrepasados por la acción del propio fenómeno. Y paraconcebirlo hay solo una fuerza superior, que es la percepción intuique es la percepción intui--tiva e inmediata y de la contra acción que de este fenómenotiva e inmediata y de la contra acción que de este fenómenovuelve a reprodvuelve a reproducirse como fenómeno en la colectividaducirse como fenómeno en la colectividad””30

Para Perón, un líder “nace”; nacimiento que no constituye unmero acontecimiento biológico, sino presupone un derrotero de inter-acción paulatina y sistemática con la comunidad a la que él pertenece.De ahí la máxima que determina que un líder “nace o se hace por eltrabajo”.

La conducción es un arte sobre el cual recaen teorías diversas.Pero el arte de conducir deviene de algo que la naturaleza da a loshombres, a todos en una medida diferente “La conducción política es

28 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem29 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem30 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem

29P O L Í T I C A Y E S T R AT E G I A | V I G E N C I A S Y H E R E N C I A S

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todo un arte, y ese arte está regido por principios, como todas las ar-tes (...) la ciencia se rige por leyes, leyes que dicen que a las mismascausas obedecen los mismos efectos, y el arte se rige por principiosque son comunes en su enunciación, pero que son infinitamente va-riables en su aplicación” 31.

La idea de equilibrio de las fuerzas, muy propia de la filosofía aris-totélica pero a la vez íntimamente presente en la tradición indoameri-cana, aparece constantemente en la obra del fundador del justicialismo,y se manifiesta también en su mirada respecto a la conducción polí-tica. El equilibrio y la armonía de las fuerzas son ejes centrales de ladoctrina peronista, y el conductor debe apuntar hacia tales finesconductor debe apuntar hacia tales fines.La adecuación (debida correspondencia de las partes respecto de untodo) del conductor que hace el conductor de la realidad de vida es unéxito personal con repercusión social (…) El conductor perfecto, debeser muy especialmente preparado para la vida, para la hermandad delos que trabajan, para la búsqueda de la unidad nacional conforme ladoctrina: En la conducción política ocurre lo mismo. No se conoce, nose aprende: se comprende” 32.

• El Movimiento

El carácter movimientista del peronismo, sobre el que la intelli-gentzia vernácula y también extranjera han fundado severos cuestio-namientos, debe ser analizado sin duda alguna desde las particularescircunstancias históricas y políticas imperantes en la época y, además,desde la propia tradición americana. Al respecto, se ha señalado acer-tadamente que “un presupuesto epistemológico básico para encararcorrectamente la consideración del Peronismo, y en general, de lospartidos y movimientos políticos en América Latina, es hacerlo a par-tir de la realidad contextual en que las experiencias concretas se pro-ducen y no, como frecuentemente se ha hecho, desde el marco de lateoría (que muchas veces es de origen extra latinoamericano), lo cualha sabido llevar a muy distorsionadas conclusiones; dicho de otromodo, creemos que el camino metodológico debe recorrerse en estecaso desde la historia hacia la teoría y no a la inversa”33.

31 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem32 Juan Domingo Perón: Conducción Política. Ibídem33 Manuel Urriza: Movimiento o Partido: El Peronismo. En www.nuso.org .

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Perón da su propia versión respecto a la conformación del movi-miento: “Nosotros no somos un partido político sino un gran movi-miento nacional, y, como tal, hay en él hombres de distinta extracción.Por mi parte, siempre cuento una anécdota de algo que me sucedió enla etapa inicial de nuestro movimiento. Cuando empecé a organizarlohabía hombres que tenían una proveniencia de la derecha y en reali-dad eran de la reacción de la derecha (...) Del otro lado, había algunosde izquierda y hasta un poquito pasados a la izquierda (...) Pues bien:un día vino un señor de la derecha y me dijo: `General, usted está me-tiendo a todos los comunistas`. No se aflija –le respondí–: yo pongo aésos para compensarlos con usted, que es reaccionario (...) Los movi-mientos populares y masivos como el nuestro no pueden ser sectarios.El sectarismo es un factor de eliminación y es poco productivo cuandoun movimiento de masas comienza a eliminar prematuramente aaquellos que no piensan como el que lo forma. Vale decir, resulta ne-cesario ver esa enorme amplitud sin ningún sectarismo. Los sectarissectaris--mos son para los partidos políticosmos son para los partidos políticos pero no para los movimientosnacionales como el nuestro”34.

Cabe recordar aquí, aunque escuetamente, algunas de las circuns-tancias políticas y sociales que rodearon la llegada del primer pero-nismo al poder, y que determinaron a Perón a concebir y cimentar unmovimiento integrado por hombres y mujeres prevenientes de distin-tas extracciones políticas e ideológicas y de sectores sociales diversos.Luego de los episodios que desembocaron en la histórica jornada del17 de octubre de 1945, Perón asumió la tarea de convocar a todosconvocar a todoslos sectores que compartían las grandes líneas orientadoraslos sectores que compartían las grandes líneas orientadorasque seguiría su futuro gobiernoque seguiría su futuro gobierno. De esta forma, radicales, nacio-nalistas, socialistas y conservadores, entre otros tantos, integrarán uncombinado que formará la infraestructura básica35 de un movimientopolítico que si bien se expresará formalmente primero a través del Par-tido Laborista y la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, luego bajola nominación de Partido único de la Revolución Nacional, y poste-riormente de Partido Peronista, presupuso algo más que una simpleestructura partidaria clásica.

34 Félix Luna: Reportaje imaginario a Perón. Compilación de su pensamiento. Enwww.magicasruinas.com.ar.35 Dirigentes como Hortensio Quijano, Juan I. Cooke, Atilio Bramuglia, Ángel Bor-lenghi, José María Freire, Alejandro Leloir, Carlos Maya y Juan Alvarado serán, entreotros, protagonistas en esa conjunción primigenia.

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El peronismo emerge a la vida del país como una expresión geexpresión ge--nuina de las luchas anticolonialistas de la épocanuina de las luchas anticolonialistas de la época36. Tal como loacreditaron entre otros Raúl Scalabrini Ortiz, José Luis Torres, o losHermanos Irazusta37 la Argentina previa al Peronismo se encontrabasujeta a ignominiosos lazos de dependencia económica con la coronaBritánica, vínculos que por su parte no se circunscribían exclusiva-mente al campo de las materialidades, sino que se extendían al ámbitode lo cultural y lo simbólico. En dicho contexto, un proceso de pro-funda reacción contra la anglofilia y la francofilia de las élites cultura-les de Buenos Aires, emergió en las nuevas generaciones de artistas,quienes se orientarán hacia la búsqueda de los rasgos principales denuestra identidad. A la vez, un notable componente de intelectuales ypensadores comenzaron a denunciar nuestra dependencia econó-mico-cultural.

El peronismo surgirá entonces como expresión política de esaepopeya liberadora y, en tanto, no adoptará las formas de una organi-zación política clásica38 (aunque deba recurrir a las estructuras for-

36 “El Peronismo surge en Argentina como una reacción popular contra el sistemaeconómico, social y político oligárquico que oprime a una sociedad en proceso detransformación, debido al desarrollo industrial y cuya modernización social es repri-mida por las edites tradicionales. Se inscribe, pues, en las características generalesde los movimientos populares, según lo hemos visto anteriormente, y se constituyeen alternativa al sistema”. En Manuel Urriza: Movimiento o Partido…. Ibídem.37 Respecto a la influencia Británica en nuestro país, pueden consultarse, entre otras,las siguientes obras: Julio y Rodolfo Irazusta, La Argentina y el imperialismo britá-nico. Los eslabones de una cadena; Julio Irazusta, Influencia económica británica enel Río de la Plata, EUDEBA, Buenos Aires, 1963; Carlos Malamud, Lisandro de la To-rre y el debate de las carnes“, Anuario IEHS, Nº 7, Universidad Nacional del Centro,Tandil, 1992; José Luis Torres, La década infame, Formación, Buenos Aires, 1945; RaúlScalabrini Ortiz, Política británica en el Río de la Plata, Editorial Reconquista, BuenosAires, 1940; Luis Alén Lascano, La Argentina ilusionada. 1922-1930, La Bastilla, Bs.As., 1975; José Luis Busaniche, Historia Argentina, Solar-Hachette, 1976; Atilio Gar-cía Mellid, Proceso al liberalismo argentino, Ed. Theoria, Bs. As., 1957; J. J. Her-nández Arregui, La formación de la conciencia nacional. 1930-1960; J. J. HernándezArregui, Imperialismo y cultura, Editorial Amerindia, Bs. As., 1957; Julio Irazusta,“Breve historia de la Argentina”, Editorial Independencia, Bs. As., 1981; Julio Ira-zusta, Ensayos históricos, La voz del Plata, Bs. As., 1952; Ernesto Palacio, Historiade la Argentina. 1515-1943, A. Peña Lilloeditor; J. A. Ramos, Las masas y las lanzas.1810-1862, Ediciones del Mar Dulce, Bs. As., 1981; José Luis Torres, Los perduellis,Editorial Freeland.38 “En términos generales, el tipo de partido actuante en la historia política latinoa-mericana, desde la última parte del siglo XIX y lo recorrido del siglo XX, puede defi-nirse como liberal oligárquico (o liberal burgués , según sea el grado de desarrollode las fuerzas de producción en cada caso) en cuanto ha estado concebido sobre lospresupuestos de la igualdad civil y la representatividad política, principios ambosque pertenecen al pensamiento liberal europeo, pero que son aplicados a sistemas

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males de los partidos para dar la batalla electoral) sino como un mo-vimiento más extenso, más amplio y más significativo, que aspirará ademoler los lazos de dependencia. Esas circunstancias determinaránque el peronismo sea difícilmente encuadrable en los cánones clásicosde la teoría política del viejo mundo.

El espacio donde operará el movimiento peronista será entoncesel de la comunidad integralmente concebida con una vocación totali-zadora, y el partido en tanto, una institución más, si bien –en deter-minadas circunstancias– adquirirá cierto protagonismo desde elpunto de vista funcional limitado a circunstancias coyunturales. Pe-rón hará especial hincapié en las organizaciones libres del pueblocomo formas de auto organización espontáneas de la sociedad que in-tegran el movimiento y le imprimen su dinámica.

El ideario anticolonialista y liberador39 que expresara el movi-miento peronista, dará cauce a la masas populares, pero no por den-

sociales oligárquicos dominados por edites económicas cuyo poder proviene de la re-laciones de producción de carácter casi feudal o, en sectores más modernos, del grancapital financiero con vinculación transnacional. Estos sistemas sociales producensistemas políticos a su hechura y semejanza destinados a complementar y reforzar elpoder de las oligarquías que alargan su brazo para dominar el poder político formal,para lo cual la élite económica genera una élite política subordinada que la expresay con la cual intenta legitimar la dominación, mediante la aplicación de sistemas po-líticos supuestamente reproducidos del ámbito europeo. El órgano institucional deactuación de esa élite política es un tipo de partido político cerrado, de clientelismopasivo, que aplica manipuladoramente el principio de representatividad reserván-dolo a la minoría pro-oligárquica, desmovilizante de las masas populares e ideológi-camente foráneo. En los momentos coyunturales en que alguna expresión de la vo-luntad popular hace peligrar la continuidad de esta organización, la misma no tre-pida en apelar directamente al fraude, encubierto o no echando al traste con todoslos tomos de la literatura política que supuestamente lo inspiran”. Manuel Urriza:Movimiento o Partido: El Peronismo. Ibídem.39 “El objetivo de liberación es ideológicamente definitorio dada la implantación his-tórica de estos movimientos en un continente estructuralmente dependiente y traecomo consecuencia que, como en toda empresa independentista nacional, los movi-mientos agrupen en función de la pertenencia a la nación más quede la pertenenciaa una clase. Esta circunstancia los hace policlasistas y, aunque predominantementese componen de los sectores populares y obreros, no están atados a dogmatismos declase; es decir, son más nacionales que clasistas. Precisamente, el contenido nacio-nalista que portan es criticado por ciertas perspectivas internacionalistas y esa ca-racterística, sumada mecánicamente a la circunstancia de que varios de los líderespopulares provienen de las fuerzas armadas, basta para que algunas versiones los til-den de “militaristas”, “nazis” o “fascistas”. Es de observar, sin embargo, que casitodas las experiencias movimientistas que llegan al poder son derrocadas por golpesmilitares, aún en los casos en que sus líderes provienen de ese sector (como, porejemplo, Perón, Arbenz o Velasco Alvarado), lo cual indica que los mismos no son, odejan de ser, expresión de los cuerpos armados mientras sí lo son de las masas popu-lares”. Manuel Urriza: Movimiento o Partido: El Peronismo.

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tro sino al margen del sistema partidocrático, “como un desafío a suscánones y reglas, en una heterodoxia deliberada y necesaria que la te-oría política ilustrada, obtusamente calificó de “bárbara”, “populista”,“fascista” o, como en el caso del peronismo argentino, de “aluvión zo-ológico”. Aunque el peronismo en su época se revistió de partido, lafuerza de la reivindicación popular que aspiraba a la liberación nuncarespetó estrictamente las formas”40.

Por último, cabe señalar que si bien no todos los movimientos na-cionales iberoamericanos estuvieron sujetos a una relación de lide-razgo como la que caracterizó al peronismo, dicha relación, que ennuestra región forma parte de una ancestral tradición política exten-dida hacia tiempos inmemoriales, imprimó una fortaleza inusitada almovimiento. Cabe aclarar en ese orden de ideas, que la citada forta-leza no aconteció como suele sostenerse exclusivamente por las espe-ciales dotes del líder, ya que los “líderes populares no generan los mo-vimientos políticos, porque no son hacedores sociales mágicos, sinoque tienen la facultad de detectar la insatisfacción de las masas, se con-vencen de la necesidad de su reivindicación, perciben la viabilidad his-tórica del cambio y tienen la capacidad de congregarlas, en una acti-tud histórica exactamente inversa a las de las élites oligárquicas”41.

• La Tercera Posición

Diario Democracia, 15 de noviembre de 1951Culminada la segunda guerra mundial, la formación de un blo-

que comunista conocido como la cortina de hierro, y de otro confor-mado por los pactos regionales del Atlántico Norte, Sur y Mediterrá-neo, dividieron el mundo. Para Perón “ni la cortina ni los pactos hantratado de persuadir ni de aunar voluntades, sino de imponer decisio-nes por la ocupación o por la presión de los intereses”42. Es en aquelcontexto geopolítico de bipolaridad que enfrenta al capitalismo y alcolectivismo, que el entonces presidente argentino formula lo que seconocerá como la Tercera posición planteando la equidistancia con-ceptual de ambos sistemas.

40 Manuel Urriza: Movimiento o Partido: El Peronismo. Ibídem.41 Manuel Urriza: Movimiento o Partido: El Peronismo. Ibídem.42 Juan Domingo Perón: “Tercera Posición”, artículo publicado el 15 de noviembrede 1951. En esta obra Artículos de Descartes. (No ataco, critico).

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El optimismo de la neutralidad lleva a Perón a sostener que:“nuestra comunidad tenderá a ser de hombres y no de bestias. Nues-tra disciplina tiende a ser conocimiento, busca ser cultura. Nuestra li-bertad, coexistencia de las libertades que procede de una ética para laque el bien general se halla siempre vivo, presente, indeclinable. Elprogreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por laconciencia plena de su inexorabilidad. La náusea está desterrada deeste mundo, que podrá parecer ideal, pero que es en nosotros un con-vencimiento de cosa realizable. Esta comunidad que persigue fines es-pirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar yser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo puede rea-lizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienve-nida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza: Sentimos,experimentamos, que somos eternos”43.

La equidistancia conceptual entre el absolutismo estatal y el indi-vidualismo remite, una vez más, a la noción de equilibrio graficadainsistentemente por el General en la sentencia que aclamaba que “sihay una derecha y una izquierda existe una posibilidad de equilibrioentre ambas”. Su propuesta es nítidamente armonizadora de lapropuesta es nítidamente armonizadora de laserie de fuerzas que componen la naciónserie de fuerzas que componen la nación respecto a las que hayque evitar que confronten, tratando de conciliarlas, de unirlas y de po-nerlas en marcha en forma paralela para poder conformar un Estado,en donde aquellas que corresponden al capital y al trabajo se combi-nan inteligente y equilibradamente, en pos de un destino común conbeneficio para todas y sin perjuicio para ninguna de ellas.

Con certeza, se ha afirmado que “la tercera posición supone enprincipio la alternativa a la opción individuo colectivismo, al capita-lismo individualista feroz y al estado totalizante sino totalitario. Es larealización del individuo en lo colectivo y de la comunidad como laperfección del individuo. Como se resume hacia el final de la confe-rencia, lo que la concepción justicialista intenta establecer al emplearel término “armonizar”, vincula necesariamente al “principio hege-liano de la realización del yo en el nosotros”, que apunta a la “necesi-dad que ese nosotros se realice y se perfeccione por el yo”44.

Esta doctrina integrativa –en el marco de un tercer mundo posi-ble y alternativo– fue pionera. Se constituyó en el desarrollo temprano

43 Juan Domingo Perón: La comunidad Organizada: Vigencias y herencias. Ibídem.44 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.

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de una cosmovisión periférica enmarcada en el denominado procesode descolonización, y bajo un diagnóstico casi único de las condicio-nes de los países del tercer mundo. El equilibrio y la armonización deintereses eran para Perón presupuestos indispensables para encauzarla gesta liberatoria que se proponía, y en tal sentido preconizaba: “ennuestro país persisten todavía muchos esclavos de la injusticia. Ni lajusticia social, ni la libertad –recíprocamente apoyadas– son compren-sibles en una comunidad integrada por hombres que no se han reali-zado plenamente en su condición humana”45.

• Política y estrategia

Diario Democracia del 1 de enero de 1951Una acepción corriente del término “política”, nos vincula al arte

y a la actividad de gobernar un estado, como así también con el con-junto de actividades y operaciones relacionadas con la lucha por el ac-ceso al gobierno46. Perón comparte la naturaleza artística de la polí-tica en cuanto disciplina humana, pero en su dimensión concreta laconcibe como acción siempre orientada hacia un fin último –en loparticular– hacia la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación. Lapolítica para él no constituye una disciplina sujeta a la pragmática in-dividual sino, por el contrario, una actividad interpretativa y cons-tructiva sujeta a una tradición histórica que determina su sentido. Ellopresupone una verdadera dimensión axiológica que determina lo po-lítico, dimensión que emerge de los valores sociales e históricos de lacomunidad y, además, que todo dirigente que se precie de tal debe su-jeción a ellos.

Por otra parte, para el líder justicialista la grandeza de la naciónpresupone su independencia en una situación de relativa o absolutadependencia: la necesidad histórica de la liberación trasciende al sis-tema institucional e inclusive el de partidos políticos. Este hecho, en-tre otros, determinó el carácter movimientista del peronismo.

La noción de estrategia, por su parte, nos enlaza con el arte de “di-rigir un asunto para lograr un objeto deseado”47. El Conductor com-parte la dimensión artística que comprende el universo de lo estraté-gico, campo que además nos vincula a “la composición y articulación

45 Juan Domingo Perón: El Modelo Argentino…Ibídem46 María Moliner: Diccionario de uso Español, Editorial Gredos, Madrid, 199747 María Moliner: Diccionario de uso Español. Ibídem.

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armónica de lo diverso en un sistema que tiende a conservar y a ampliarel poder (como capacidad de modificación de las circunstancias), y eldesarrollo del plan (que es una expresión de la propia iniciativa) a pesarde la oposición que realiza en sentido contrario la fuerza adversaria.”48.

A la vez de suponer acciones concretas, lo estratégico presupone“un estilo y un método de pensamiento acerca de la acción.”49. Vemos,entonces, que en la estrategia se entrelazan el pensar y el accionar,, yademás, en tanto dinámica de oposiciones, lo estratégico adquiere unadimensión dialécticadialéctica que se expresa entre otras circunstancias en::

- la “organización de la reflexión y el análisis de situaciones desdela perspectiva de la correlación de fuerzas de los actores”; - la “consi-deración de las relaciones entre actores sociales en sus vínculos de co-laboración, neutralidad, enfrentamiento u oposición de fuerzas”; - el“reconocimiento de la realidad como un conjunto complejo de inten-ciones, voluntades y actos diversos que producen una pluralidad deinterpretaciones y comprensiones (que explican su significado desdediversas posiciones y prácticas sociales).”50.

En el razonar estratégico se anticipan y elaboran acciones me-diante el cálculo hipotético de las fuerzas propias, adversas, contrariaso neutrales. De allí se deriva “el carácter consciente, adaptativo y con-dicional de la estrategia.”51.

Como referiremos posteriormente, Karl Von Clausewitz ejerciónítida influencia sobre el joven Perón. Clausewitz, uno de los másgrandes expertos en estrategia militar, señalaba que la serie de actosque conducirán a alcanzar los propósitos, en gran medida, “sólo pue-den ser determinados sobre la base de suposiciones, algunas de lascuales, no se materializan”, y además que “es evidente por sí mismo

48 Alfredo Osorio: Planeamiento Estratégico. Publicado por la Dirección de Planea-miento y Reingeniería Organizacional, Oficina Nacional de Innovación de Gestión eInstituto Nacional de la Administración Pública, Subsecretaría de la Gestión Pública.49 Alfredo Osorio: Ibídem.50 Alfredo Osorio: Ibídem.51 Alfredo Osorio: “(…) Es conciente porque surge de un análisis sistemático de laspropias fortalezas y vulnerabilidades y de su comparación con las oportunidades ydesafíos, (…) es adaptativa puesto que obliga a un ejercicio versátil del razonamientoque acompañe los cambios que se producen en las distintas coyunturas, produciendodesplazamientos de los centros de gravedad de la acción y, en consecuencia, de lasiniciativas y respuestas previstas por el actor social. Es condicional, por la relativapermanencia y la necesidad de adecuación de las hipótesis de trabajo derivadas dela confrontación entre la intencionalidad del plan y el cambio de las condiciones delos escenarios donde opera”.

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que la estrategia debe entrar al campo de batalla (...) para concertarsobre el terreno y hacer las modificaciones al plan general”52. Me-diante estas y otras consideraciones, Clausewitz resalta el valor de laoperación y el cálculo estratégico, pero sustentando que dicho cálculodebe ser ininterrumpido, mediante la constatación permanente de lashipótesis en el derrotero de los acontecimientos.

Bajo un titulado que articula las dos nociones previamente des-arrolladas, Perón publicará un interesantísimo texto el 1 de febrero de1951. Resulta evidente que el contenido de dicho escrito (y de otrosque se aparecerán insertos en el presente corpus), no apunta sola-mente a ilustrar a sus seguidores o a los eventuales lectores respecto aciertas circunstancias vinculadas a la coyuntura política. En este caso,como en otros, se expresarán mensajes nítidamente orientados hacialas direcciones políticas de otros estados extranjeros, en especial, la delos Estados Unidos.

Perón, plenamente consciente que uno los aspectos esenciales dela acción política es la elección de los ámbitos, las circunstancias y lasoportunidades del decir, indudablemente eligió esta forma del decir(mediante artículos publicados en un medio periodístico) para diri-girse a partidarios o en su caso a eventuales antagonistas. Informes dela C.I.A. recientemente desclasificados dan cuenta de numerosas refe-rencias a los dichos de Descartes53.

Bajo la advocación expresa del precepto que sostiene que la gue-rra es la continuación de la política por otros medios, y la implícita doc-trina del pueblo en armas de Van Der Goltz, Perón, en un ambienteinternacional donde una nueva confrontación mundial resultaba plau-sible, plantea una sagaz crítica hacia la actitud asumida durante esteperíodo por la dirección política de Estados Unidos, especialmente enlo referido a Iberoamérica. Cabe señalar al respecto que la relaciónentre el gobierno justicialista y el Departamento de Estado54 atravesó

52 Karl von Clausewitz: De la guerra, Ediciones del Ministerio de Defensa de España,dos volúmenes, Madrid, 1999.53 Cyntia Otaviano y Roberto Caballero: “Así espiaba la C.I.A a Perón y Evita”. Re-vista Veintitrés. Octubre de 2007.54 Fermín Chávez sostiene que: “Con relación a los Estados Unidos y su política agre-siva para con la Argentina, sobre todo en el campo económico, corresponde distin-guir dos etapas: una anterior y otra posterior a 1953. Durante la primera, el enfren-tamiento asumió características de lucha abierta entre el proyecto antiimperialistade Perón y los poderes de turno de Washington. La segunda, en cambio, correspondea una relación distinta, con un giro notable en la dirección de la política exterior deambas naciones. La visita de Milton Eisenhower, hermano del presidente norteameri-

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por diferentes períodos. Para tomar cabal noción del tenor que alcan-zaron dichas relaciones, basta referirse a la participación directa y ac-tiva del embajador de la nación del norte Spruille Braden (y en tantodel presidente Truman) en las instancias previas a las elecciones de fe-brero de 1946.

Al momento de publicar el texto en análisis, las relaciones entreambas naciones mantenían una expresa y tensa distancia, resultandopalmaria la prioridad que en los Estados Unidos se asignaba a las re-laciones con el viejo continente. Sin embargo, Perón aspira a que lanación del norte modifique su política respecto a la región, y a talesefectos ensaya un serio cuestionamiento hacia la conducción estraté-gica de dicho país, expresando una hipótesis que sostenía que una delas razones determinantes del carácter traumáticodel carácter traumático de las relacionesentre la nación del norte y el subcontinente, era la creciente influenla creciente influen--cia Británicacia Británica en la orientación de su Política internacional.

A tales fines, Perón enuncia textualmente: “Estados Unidos porporprimera vez desde la segunda guerra mundial, comienza a suprimera vez desde la segunda guerra mundial, comienza a su--jetar su conducta a los consejos de Londresjetar su conducta a los consejos de Londres (…) Londres sutil-mente, asegura la acción de conjunto en la Conferencia del Common-wealth, y extiende la influencia de su dirección política a numerosospaíses del mundo y los efectos comienzan a hacerse sentir. Divide elgobierno del Mundo occidental”55. Mediante tales afirmaciones, yotras acciones consecuentes, es probable que Perón anhelara introdu-cir una verdadera cuña en la relación entre Británicos y Norteameri-canos, y de esta forma, establecer un nuevo marco en las relacionesentre estos últimos y las naciones iberoamericanas.

cano, en la segunda quincena de julio de 1953, marca la crisis entre las etapas ante-dichas. El viaje había sido anunciado el 12 de abril por Dwight Eisenhower, quien de-seaba tener una “apreciación adecuada de los sucesos latinoamericanos”, logradapor conocimiento directo. Los trámites finales de la paz por la guerra de Corea impi-dieron que el viajero fuese el propio presidente. Eisenhower estuvo en Buenos Airesentre el 18 y el 20 de julio, tiempo suficiente, aun con agasajos, para el conocimientobuscado, ya que el enviado era un prestigioso universitario con experiencia diplomá-tica y en informaciones. Perón fue muy cortés con él, durante muchas horas de con-versación Y confió en que se produciría un sensible cambio en las relaciones con Was-hington. Por eso, meses después, durante su visita a Asunción del Paraguay ya men-cionada, el 5 de octubre, el presidente argentino hablaría bien de su colega yanqui,entre los periodistas que lo rodearon esa vez: Por suerte -manifestó Perón- tenemosen los Estados Unidos un Eisenhower que piensa como nosotros”. En Tercera posicióny Unidad latinoamericana. “Estudio Preliminar”. En www.pjbonaerense.org.ar.55 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. Ibídem.

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El ex presidente consideraba a la “política del garrote”, implemen-tada por los Estados Unidos para disciplinar a aquellas naciones peri-féricas que no se acoplaran a los mandatos surgidos del nuevo ordeninternacional establecido en la época, como un verdadero obstáculopara entablar una relación madura. Pero a la vez, la imaginaba unsigno de debilidad, ya que ese disciplinamiento a la fuerza llevó al paísdel norte a perder la amistad de naciones y pueblos.

Perón, un criollo más acostumbrado a los pactos (que presupo-nen un vínculo amistoso con el contratante) que a los contratos re-dactados por gélidos leguleyos, considera a la supranacionalidad jurí-dica instaurada en América con posterioridad a la gran conflagración(en especial la determinada por la OEA, Organización de EstadosAmericanos), insuficiente para formular acuerdos duraderos entre lasnaciones del continente, ya que a su razonar, un acuerdo o conveniono significa necesariamente una alianza de fondo. Para el conductordel justicialismo, “la verdadera amistad y fraternidad no es cosa detratados, sino de sentimientos y en los países alguna vez de inde sentimientos y en los países alguna vez de in--terésterés”, y en ese sentido consideraba que la política desarrollada por elDepartamento de Estado había “creado en muchos países un climaimpopular hacia los Estados Unidos (...) clima que por su parte limi-taba a muchos gobiernos y gobernantes anticomunistas en su decisióny en su actos (…), concluyendo que “para realizar una acción en con-junto no es suficiente que todos seamos anticomunistas; es menestertambién que seamos amigos leales, nos ayudemos y respetemos mu-tuamente y, por sobre todo que no seamos amigos a la fuerza”56.

Considerando que el futuro de los intereses del país del norte es-taba en su propio continente, Perón demanda a la dirigencia nortea-mericana una modificación sustancial en sus políticas, reconociendoque ello “implicaba el sacrificio de algunas acciones impulsadas acorto plazo, en especial, la prioridad asignada a la vinculación con Eu-ropa y particularmente con Gran Bretaña. De allí también la senten-cia: “Todo ello puede suceder cuando los hombres que dirigen la polí-tica tiene la sufriente sabiduría y prudencia para ser capaces de sacri-ficar los pequeños y secundarios objetivos a la fundamental necesi-dad del común objetivo principal”.

Con la llegada a la presidencia de los Estados Unidos en 1953 delRepublicano Dwight Eisenhower, las relaciones entre ambas naciones

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cambiaron radicalmente. El nuevo presidente resuelve enviar a su her-mano Milton a una gira por Iberoamérica, y a partir de allí impulsaruna distensión entre ambos estados. Devolviendo las gentilezas, en lasemana posterior a su visita, una nueva ley de inversiones será giradaal congreso, norma mediante la que se garantizaba a los inversores ex-tranjeros con capitales genuinos, extraer fuera del país hasta una ga-nancia máxima de 8% anual, y luego de diez años de operaciones, re-tirar su inversión en cuotas. La política de cuña diseñada por Perónhabía funcionado, pero Gran Bretaña no se quedaría de brazos cruza-dos ante tal circunstancia57.

Cabe señalar para finalizar, que el realismo político adoptado ental momento por Perón respecto a los Estados Unidos es justificadoen este texto bajo la siguiente premisa: “Los países que todo lo con-fían a su poder poseen la política de su fuerza y suelen renunciar a lahabilidad”, y ante tal circunstancia “los débiles, generalmente, desdeque carecen de poder deben servirse de su habilidad y tienen solo lafuerza de su política”58.

• Confederaciones continentales

Diario Democracia, 20 de diciembre de 1951Concluida la segunda Guerra Mundial, los acuerdos de Yalta de-

terminaron un nuevo orden internacional, ratificándose mediante elprotocolo de Potsdam, el dominio bipartito del mundo. La guerra fría,por su parte impuso una coexistencia pacífica entre los bloques domi-nantes, donde los conflictos operados mediante dispositivos militaresquedarían acotados a regiones determinadas. En lo que respecta alcontinente Americano, será a partir de la conferencia de Chapultepeccelebrada entre el 21 de febrero al 8 de marzo de 1945 en México,donde se establecerán los instrumentos básicos para consolidar el po-derío norteamericano en la región.

57 Sobre la participación directa Gran Bretaña en el golpe de Estado de 1955, existennumerosos indicios. Puede consultarse a tal efecto el artículo de Fernando Paolellapublicado en el Periódico Tribuna de periodistas: “Golpe de 1955: testimonios e laintervención británica”, en www.losocial.com.ar. Y la obra Estados Unidos y el Pero-nismo: La política norteamericana en la Argentina: 1949-1955, Grupo Editor Latino-americano, Bs. As., 1994, de Mario Rapopport. Por su parte, el Primer Ministro Britá-nico Winston Churchill declaraba al enterarse del golpe de estado que derrocó al go-bierno peronista: “La caída de Perón es la mejor noticia que he recibido después denuestro triunfo en la guerra mundial”.58 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. Ibídem.

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Entre los “acuerdos” arribados en tal oportunidad cabe resaltarcomo dato particular: la instauración de un verdadero poder persua-sivo y de intervención tendiente a prevenir ataques de un país ameri-cano contra otro (en el marco del conflicto bipolar). Ya no imperaránen América únicamente las doctrinas tendientes a rechazar conjunta-mente las agresiones extra-continentales, predominarán aquellas que,desafortunadamente, permitirían garantizar un disciplinado ordedisciplinado orde--namiento intra-continentalnamiento intra-continental basado en el uso de la fuerza.

Desde el punto de vista económico, no resulta llamativo que enaquella oportunidad se aprobara un instrumento que recomiende alas repúblicas americanas para que se empeñen “en prestar amplias fa-cilidades para el libre tráfico e inversión de capitaleslibre tráfico e inversión de capitales dando igualdando igualtratamiento a los capitales nacionales y extranjerostratamiento a los capitales nacionales y extranjeros. Se pedíatambién una política de cooperación destinada a eliminar los excesosa que puede conducir el nacionalismo económico. En rigor, los pro-yectos nacionales hispanoamericanos, iban a tener que luchar contraestas imposiciones del imperialismo norteamericano que representana nuestro desarme económico”.59

Bajo tales circunstancias geopolíticas, amenazas de aislamiento ybloqueo, Perón ordenó la aprobación del Acta y también de la Cartade las Naciones Unidas. El Senado consideró ambos instrumentos ylos aprobó en agosto de 194660, a pesar de la fervorosa oposición dealgunos agrupamientos de extracción nacionalista. Sin embargo, días

59 Fermín Chávez: “Estudio Preliminar” a Tercera posición y Unidad Latinoameri-cana. En www.pjbonaerense.org.ar.60 El Canciller Bramuglia se refirió al contenido de la Declaración de Principios Socia-les de América, compatible con el pensamiento de la Argentina. También señaló: EnMéxico no se formalizó tratado alguno. Todo lo acordado en esa Conferencia son re-soluciones, recomendaciones o declaraciones, pero nada de ello ha exigido ni exigeintervención del Congreso, sino cuando llegara el caso de que el Poder Ejecutivo tu-viera que solicitar la sanción de leyes especiales acordes con la defensa de los Esta-dos y del hemisferio, si así lo necesitara, e insistió: la soberanía de la Argentina noha sido tocada. Tampoco comprometida. La Carta de las Naciones Unidas y el Actade la Conferencia de México no tienen esa fuerza, y si la segunda no tiene limitacio-nes de plazo para su duración es porque no tiene ninguno, para agregar luego: no hayen América y para América, Estados que puedan ser carceleros de ninguno. Nadie nininguna de las naciones de América están tomadas y aprisionadas por las proyeccio-nes de ninguna Conferencia.9 Pero ajenos a la realpolitik, algunos nacionalistas gri-taron “traidores” y “vendepatrias” a los senadores. No sólo eso: cuando el 30 deagosto la Cámara de Diputados consideró el proyecto de ley recibido del Senado,hubo 5 parlamentarios peronistas y 2 laboristas que votaron contra la adhesión alActa famosa”. Fermín Chávez: “Estudio Preliminar” a Tercera posición y Unidad La-tinoamericana. En www.pjbonaerense.org.ar.

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antes, Perón impulsó el restablecimiento de las relaciones con la Uniónde Repúblicas Socialistas Soviéticas61. Ambas acciones indicarán lapolítica de equilibrio y de independencia que Perón intentó estimulardurante toda su gestión.

En el marco de la bipolaridad existente, y plenamente conscientede la necesidad de establecer profundos y duraderos vínculos con lasnaciones hermanas de Suramérica para fortalecer los proyectos nacio-nales e independentistas como el que conducía, el presidente argentinodiseñó una política de integración sobre la base de la unión de la Ar-gentina, el Brasil y Chile, el A.B.CA.B.C. En el artículo publicado en Demo-cracia puede leerse al respecto que: “El signo de la Cruz del Sur puedeser la insignia de triunfo de la América austral. Ni Argentina ni Brasilni Chile aisladas pueden soñar con la unidad económica indispensablepara enfrentar un destino de grandeza. Unidos forman, sin embargo,la más formidable unidad a caballo sobre los dos océanos de la civili-zación moderna. Así podrían intentar desde aquí la unidad latinoame-ricana con una base operativa polifásica de impulso indetenible.”62

A partir de este núcleo inicial –según Perón– podría erigirse ha-cia el norte del subcontinente una verdadera Confederación de Na-ciones sobre la base de los pueblos de origen latino, y bajo una pre-misa que adquiere hoy connotaciones proféticas: “Unidos seremos in-conquistables; separados, indefendibles.”63

Este escrito de Perón recorre un itinerario especial: fue enviadodirectamente por su expreso pedido a Getulio Vargas, entonces presi-dente del Brasil, a través del embajador Lusardo. Afirma Alberto Me-thol Ferré en tal sentido que: “Perón le envía el artículo con JuanDuarte, el hermano de Evita, y le dice Duarte (a Lusardo) de parte de

61 El 6 de junio de 1946, es decir, dos días después de asumir la presidencia, “Perón en-vió una comunicación al Congreso en la que anunciaba el restablecimiento de relacio-nes con la Unión Soviética, interrumpidas desde los tiempos del gobierno de Kerenski.Una importante delegación soviética, encabezada por Constantin V. Shevelev, habíaasistido a las ceremonias oficiales del 4 de junio, como un preanuncio de lo que sobre-vendría. Muy sorprendidos y aun desorientados quedaron muchos de los que venían ca-lificando de fascista al naciente justicialismo, y los que habían visto a los dirigentescomunistas locales del brazo y por la calle con la gente de la Unión Democrática Perono sería la única sorpresa, porque también ciertos simpatizantes del Eje iban a sufrirun golpe parecido en la segunda quincena de agosto. Fermín Chávez: “Estudio Preli-minar” a Tercera posición y Unidad Latinoamericana. En www.pjbonaerense.org.ar.62 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. (No ataco, critico). Artículo publicadoel 20 de diciembre de 1951.63 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. (No ataco, critico). Ibídem.

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Perón que “le manda este artículo porque aquí está su pensamientofundamental, y le ruega que se lo mande a Itamar Ortiz y a Vargas”64.

Para Perón, la unión suramericana se constituiría sobre un nú-cleo inicial: “La unidad empieza por la unión, y ésta por la unificaciónde un núcleo básico de aglutinación”65. El factor económico era parael presidente argentino, verdadera razón determinante en la necesi-dad de la integración: “El futuro mediato e inmediato en un mundoaltamente influido por el factor económico impone la contemplaciónpreferencial de este factor. Ninguna nación, ni ningún grupo de na-ciones, puede enfrentar la tarea que tal destino impone sin unidadeconómica”66. La autosustentabilidad de cada una de las naciones in-tegrantes, aparece aquí como dato relevante y novedoso para la época,pero a la vez, como pre-requisito indispensable para garantizar la per-durabilidad de la alianza.

A fin de impulsar concretamente este proyecto integrador, entreel 20 y el 26 de febrero de 1953, el entonces presidente realiza una his-tórica visita a la República de Chile, con el objetivo bajo el brazo deestablecer una serie de acuerdos vinculados a las áreas de energía, ali-mentos y minería. El acuerdo quedaría abierto a la suscripción deotras naciones de la región. El mandatario Chileno Ibáñez del Camporetribuyó la visita, y el 8 de julio de ese año, fue firmado en BuenosAires un Tratado de Unión Económica.

Respecto a la actitud futura de Chile y eventualmente de Brasilcon relación a los acuerdos, el fundador del justicialismo confesó pos-teriormente su cautela: “Yo no quería pasar a la historia sin haber de-mostrado, por lo menos fehacientemente, que pusimos toda nuestravoluntad real, efectiva, leal y sincera para que esta unión pueda reali-zarse en el continente. Vargas y el chileno estaban de acuerdo, pero(...) no me hacía ilusiones porque ellos hubieron prometido esto paradar el hecho por cumplido porque bien sabía que eran hombres queiban al gobierno y no iban a poder hacer lo que quisieran, sino lo quepudieran”67.

64 Alberto Methol Ferré: “Alberdi, Perón y la Unidad Sudamericana”. En www.dia-logica.com.ar65 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. (No ataco, critico). Artículo publicadoel 20 de diciembre de 195166 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia. (No ataco, critico). Artículo publicadoel 20 de diciembre de 195167 Joseph Page: Perón: Una biografía, Editorial Grijalbo, Madrid, 1984

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En octubre de 1953, Perón viaja a Asunción del Paraguay a fin defortalecer la hermandad entre ambas naciones. En dicha oportunidadexpresó: “Nosotros creemos que América es una gran patriaAmérica es una gran patria queno tiene límites desde el Ártico hasta el Antártico, que desdeno tiene límites desde el Ártico hasta el Antártico, que desdeCanadá hasta la AntártidaCanadá hasta la Antártida somos una sola tierra de promisión, so-mos una sola tierra del futuro del mundo”. Año después regresaría ala nación hermana, con el propósito de devolver algunos trofeos apro-piados durante la guerra de la Triple Alianza (banderas, armas y otrasreliquias). En el transcurso de la ceremonia, Perón manifestó: “Vengopersonalmente a cumplir el sagrado mandato encomendado por elpueblo argentino de hacer entrega de las reliquias que, esperamos, se-llen para siempre una inquebrantable hermandad entre nuestros pue-blos y nuestros países ”68.

Según Fermín Chávez, además de impulsar la integración entrelas naciones, Perón aspiraba a aglutinar a los trabajadores del conti-nente a través del ATLAS (Asociación de Trabajadores Latinoameri-canos Sindicalizados). El consejo ejecutivo de ATLAS “sesionó enBuenos Aires (ya muerta Evita) a principios de enero de 1953 bajo lasecretaría general de José G. Espejo y la participación de representan-tes mexicanos, chilenos, costarricenses, peruanos, cubanos y porto-rriqueños. La organización sindical justicialista no cesó en su accio-nar hasta la caída del peronismo”69.

• Algo más sobre las confederaciones continentales

Diario Democracia, 24 de enero de 1952Sobre los argumentos vertidos en el artículo anterior, Perón com-

plementará la idea confederativa en un nuevo artículo. La inminenteconflagración que aparecía en el horizonte colocaba a la cuestión ali-mentaria y de los recursos en el primer plano de análisis.

Para el entonces presidente de los argentinos, el más grave y difí-cil problema del mundo de aquel entonces era comer, y sostenía en talsentido, que “el futuro aún acrecentará las dificultades porque la po-blación del mundo aumenta y la vida del hombre se prolonga”, agre-gando que “los grandes imperialismos en pugna no se interesan en lasolución de este problema sino por la disputa del mundo hambriento

68 Fermín Chávez: “Estudio Preliminar” a Tercera posición y Unidad Latinoameri-cana. En www.pjbonaerense.org.ar.69 Fermín Chávez: “Estudio Preliminar”. Ibídem.

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(…) la solución tiene un solo camino: producir más alimentos”70. Enel contexto de una potencial nueva “gran guerra”, y ante la posibilidadque dicho conflicto se resolviera por el desgaste progresivo y en tantoen el largo plazo, la producción de materias primas y la posesión derecursos se tornarían vitales.

Ante tales circunstancias, Perón presidente exhorta a crear una“confederación latinoamericana de naciones, concebida no solo comouna unión estrictamente comercial a los fines de abastecimiento, sinosinocomo alianza defensiva.como alianza defensiva. Para él las demandas alimentarias de laguerra colocarán bajo la mirada de los países centrales a esta región, yen tanto, advirtió que la unión latinoamericana no sería obstáculopara una unión (posterior) de toda América, pero a la vez obraríacomo “una garantía para que nuestros estados la integraranuna garantía para que nuestros estados la integrarancomo pueblos libres y no como tristes despojos colonialescomo pueblos libres y no como tristes despojos coloniales”.

• Perón: militar apasionado por la filosofía y docente

Es sabido que Perón mantuvo a lo largo de toda su vida una afi-nada vocación militar, y la instrucción en dicha disciplina influyó no-toriamente en su cosmovisión del mundo. Respecto a las circunstan-cias y características de su adiestramiento en dicha materia, se ha di-cho con certeza que “estudiar la formación teórico-práctica del Coro-nel de 1945 no es tarea sencilla, sobre todo a partir de sus disertacio-nes políticas previas a la puesta en marcha de su movimiento. Descu-brir las lecturas de Perón en esa etapa decisiva de su carrera que puedesituarse entre 1930 y 1942 resulta una labor más ardua que determi-nar su experiencia político-social en el marco histórico correspon-diente al mismo período, con la carga fundamental de los hechos y dedeterminadas figuras en la cultura del líder en formación”71. Además,se señala que Perón “no era aficionado a las citas, por cuanto se carac-terizaba por comunicar ideas enteramente elaboradas o asimiladas, ensíntesis originales y en un lenguaje muy suyo”72.

No obstante ello, bien vale la tentativa de inmiscuirse en su etapaformativa desde la primera infancia, señalando en primer lugar que Pe-

70 Juan Domingo Perón: Política y Estrategia (No ataco, critico). Artículo publicadoel 24 de enero de 1952.71 Fermín Chávez: Perón y el Peronismo en la Historia Contemporánea, Oriente, Bs.As., 1975.72 Fermín Chávez: Perón y el Peronismo… Ibídem.

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rón transcurrió una parte importante de su niñez en el campo bonae-rense y en la Patagonia. De sangre vasca mezclada con escocesa e his-pano criolla, Perón se asienta en 1903 en la Ciudad de Buenos Aires.

Fermín Chávez73 citando declaraciones del mismísimo Perón re-seña que el ex presidente sentenciaba en 1965 “que el hombre se formahasta los 8 años en que actúa sobre el inconsciente. Después se pre-para… En mi vida la patagonia gravitó siempre… Cada vez que nece-sité al indio aquel de la niñez, lo tuve”. Cuando el muchachito Patagónllegó a la capital fue recibido por su abuela paterna, Doña DomingaDutey de Perón y por las hijas del primer matrimonio de esta últimacon un Martirena doña Vicenta Agapita y Doña Baldomero Marti-rena… “Ellas me enseñaron a leer el breviario (léase misal) en losclaustros de la iglesia de la Merced; aprendí con ellas las primeras le-tras y el catecismo. Recuerda Chávez que Perón expresó al concluir sudiscurso del 6 de diciembre de 1972 ante un grupo de sacerdotes. “Enfin señores, les agradezco profundamente que hayan llegado hastaaquí y me pongo absoluta e incondicionalmente a la orden de ustedescomo un fraile mercedario (así textual)”. Sus biógrafos además sostie-nen que resulta altamente probable que en todo ese trayecto el “NuevoTestamento”, el “Martín Fierro” de Hernández, la “Historia Univer-sal” de César Cantú y las “Vidas Paralelas de Grandes Hombres deGrecia y Roma” de Plutarco, entre otras, fueran las obras que ocupa-ron su atención. En el año 1911 ingresó en el Colegio Militar de la Na-ción, después de haber cursado tres años del secundario en el ColegioPolitécnico de Buenos Aires. En las aulas del Colegio Militar “recibióinfluencias notables, especialmente de sus profesores de historia, quelo fueron José Juan Biedma, enrolado en la corriente liberal, y JulioCobos Daract, partidario de la nueva escuela histórico argentina, sur-gida con Adolfo Saldías, Ernesto Quesada y Dardo Corvalán Mendi-laharsu. Las clases de Cobos Daract según testimonio de Raúl Agui-rre Molina (compañero de promoción de Perón), tenían un interés es-pecial para los cadetes, quienes allí descubrían datos poco trillados dela historia nacional y figuras condenadas como la de Rosas”74

73 Fermín Chávez: “Discurso Preliminar a las obras Completas de Perón”. En estediscurso Fermín Chávez sostiene que pueden reconocerse cuatro momentos en laformación del conductor; “su infancia (1900-1908; su fase militar tropera, entre 1915y 1925, su experiencia política preparatoria (1930-1943) y el resto hasta su muerte”.74 Fermín Chávez: “Discurso preliminar”. Ibídem.

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En la escuela superior de Guerra “tuvo como profesores a RicardoLevene y al Mayor Enrique Rottjer. Precisamente con este último rea-liza el trabajo Campañas al Alto Perú correspondiente al curso II deHistoria Militar”75. Otra influencia decisiva sobre él en esta etapa fuela del Coronel Lucio Cernadas “brillante profesor de táctica”76.

Catalina Pantuso señala que Perón “se inició como escritor en laRevista Militar (1928) al publicar Campañas del Alto Perú 1810-1814;en 1932 aparecen sus Apuntes de historia militar, parte teórica, y en1933, se edita La guerra ruso-japonesa parte práctica de los Apuntes (...)Su actividad como profesor de la Escuela Superior de Guerra comenzóen 1930, y en 1942 dirigió en Mendoza los cursos de Alta Montaña eInvierno. Su desempeño militar lo llevó a recorrer la Patagonia dondese familiarizó con el habla de los nativos, y registró el significado decada palabra o frase, solicitando a los indígenas que lo visitaban infor-mación sobre sus costumbres. Observó la realidad de personas, gruposy organizaciones que elaboran explicaciones desde su experiencia arrai-gados en un contexto determinado. De este modo surgió el Glosario deVocablos Toponímicos, que se difundió a través de una revista periódicadel Ministerio de Agricultura (1935-36) y que posteriormente se pu-blicó como libro con el título de Toponimia patagónica de etimologíaaraucana. El entonces Mayor Perón mostraba claramente su inclina-ción por las humanidades y su interés por la cultura nacional, insu interés por la cultura nacional, in--vestigando las raíces prehispánicas de su conformaciónvestigando las raíces prehispánicas de su conformación”77.

De los textos enunciados precedentemente hay uno que va a co-brar tiempo después, vital importancia. En 1932, “enclavado en la in-fausta década en la cual se proscribía electoralmente a la Unión Cí-vica Radical, y se suscribía el ominoso pacto Roca- Runciman, el en-tonces ignoto Capitán Juan Domingo Perón daba nacimiento a un li-bro titulado Apuntes de historia militar que marcaría a fuego las déca-das venideras. Bajo la liviana apariencia de una serie de clases dicta-das a los estudiantes de la Escuela Superior de Guerra, aquellas líneasdestilan una fina apropiación y relectura del más sustanciosouna fina apropiación y relectura del más sustanciosofilósofo de la guerra: Karl Vonfilósofo de la guerra: Karl Von ClausewitzClausewitz. Espectador atento dela Revolución Francesa y admirador de Napoleón Bonaparte, el pru-siano desarrolla una incisiva innovación conceptual destinada a enfa-

75 Fermín Chávez: “Discurso preliminar”. Ibídem.76 Fermín Chávez: “Discurso preliminar”. Ibídem.77 Catalina Pantuso: “La maldición de Malinche en la cultura política argentina”. Enwww.cepag.com.ar

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tizar hasta dónde y de qué manera la guerra es la continuación dela guerra es la continuación dela política por otros mediosla política por otros medios78.

Dos grandes militares y estrategas influirán en la obra de Perón:Napoleón Bonaparte y Alejandro Magno. Además, el concepto de“nación en armasnación en armas””7979 ,, concebido por Colmar Freiherr, barón von derGoltz, que verá “a los pueblos como ejércitos sociales, enjundiosos su-jetos colectivos que blandiendo las banderas de soberanía política, in-dependencia económica y justicia social, colisionar con minorías oli-gárquicas asociadas vilmente con los imperialismos de turno”80, seráotro de los puntales sobre los que asentará el general su cosmovisiónpolítico filosófica. Respecto a la obra de este último autor, Das Volk inWaffen, Fermín Chávez sostendrá que Perón se apoderó de dos ideasfundamentales: el interior es la fuente de las fuerzas del ejército, y lapolítica es el destino, esta última, opuesta al paradigma que determi-naba que la economía es el destino”81.

Las obras “Cómo acabó la gran guerra”, “La victoria Aliada” y “Eldominio del aire”, de Italiano Guilio Douet influirán en su pensa-miento, y posteriormente, en sus políticas respecto del desarrollo de lasFuerzas Armadas. Cabe señalar que en aquellas épocas, destacados mi-litares argentinos abordarán disciplinas y actividades que nítidamenteexcederán los meros asuntos castrenses. Son tiempos de Enrique Mos-coni, Manuel Savio, Ricardo Marambio, Alonso Baldrich, Luis ErnestoVicat, Ramón Molina, Segundo Storni y Juan San Martín, entre otros.

Por último, Perón experimentó la fortísima influencia dentro desu carrera militar del General José María Sarobe82, del Teniente Coro-

78 Juan José Gianni: “Perón, el persuasivo”. En www.lacapital.com.ar. Viernes 21de abril de 2006.79 Perón referirá en numerosas oportunidades a la esencia de esta doctrina. Axialpara él “Uno de los factores de poder militar en la naciones es el espíritu de sacrifi-cio, la decisión y valentía con que todos sus hijos la defiendan. Para que esto sucedaes menester que los ciudadanos estén resueltos a morir por la Patria, lo que no suce-derá si cada uno no esta persuadido de la necesidad de hacerlo y no siente profun-damente su causa. Para ello es indispensable que la razón por la cual se lucha se alaaspiración del pueblo, transformada en CAUSA DE LA NACION. Siendo así la GUERRASERA POPULAR.”. En esta obra: Juan Domingo Perón: Política y estrategia. Artículopublicado en Democracia el 23 de agosto de 1951.80 Juan José Gianni: “Perón, el persuasivo”. En www.lacapital.com.ar.81 Fermín Chávez: El Peronismo visto por Víctor Frankl. Ediciones Teoría, Bs. As.,1999.82 José Maria Sarobe. Militar e intelectual que ejerció una poderosa influencia sobrePerón. Autor de numerosas obres tales como: La educación popular en la Argentina;La Patagonia y sus problemas; Política económica argentina. Admirado por Socialis-tas e intelectuales de izquierda y sumamente admirado por Perón escribirá Ibero

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nel Bartolomé Descalzo, y del Coronel Juan Lucio Cernadas. En 1931cuando Cernadas prologó su libro El Frente Oriental de la GuerraMundial en 1914 que había dedicado a Descalzo, señalaba allí que “elCapitán Perón se ha superado a sí mismo, a su edad y a su propia je-rarquía”83. Enrique Rottjer, su profesor de historia militar, juzgó eltexto de Perón sobre las Campañas al Alto Perú como excelente. Deberesaltarse que Sarobe fue quien instó a Perón, entre otras recomenda-ciones, a acercarse al Justismo evitando que quedara del lado de la fac-ción perdedora84.

En lo que respecta a su afición por la disciplina filosófica, es sa-bido que Perón, desde edad muy temprana, mantiene probada incli-nación hacia los estudios en la materia. En tal sentido, se ha dicho concerteza que “la relación entre el fundador y conductor del justicialismoy la filosofía no entraña ninguna aproximación caprichosano entraña ninguna aproximación caprichosa ,,puesto que la mismapuesto que la misma,, se halla explícita en el discurso escrito yse halla explícita en el discurso escrito yoral de Juan Perón con anterioridad a 1949oral de Juan Perón con anterioridad a 1949 año de su conocidaaño de su conocidadisertación doctrinariadisertación doctrinaria ””85. Por su parte, don Enrique Oliva re-cuerda que conoció a Perón en 1941, en oportunidad que Edelmiro J.Farrell enviara a él y a su propio hijo a aprender a esquiar en Puentedel Inca. Dirá Oliva: “enseguida simpaticé con él. Era un hombre ser-vicial que hasta nos enseñó a ponernos y cuidar los borceguíes paraesquiar; inclusive se arrodilló para mostrarme cómo se ataban, es de-cir que lo tuve a mis pies”, dice riéndose de su propia broma. “Él nosrecomendó que leyéramos Vidas paralelas de Plutarco”86. Relata asi-mismo Oliva que el General poseía una vasta colección de libros clá-sicos, que guardaba celosamente en un arcón. Oliva personalmentepudo constatar la existencia en dicho arcón de numerosos ejemplaresde libros de historia, historia militar, estrategia militar y filosofía.

Fermín Chávez por su parte, señala la influencia de los presocrá-ticos sobre Perón. Para el autor esta influencia puede advertirse sin

América, mensaje a la Juventud Americana, obra señera del nacionalismo iberoame-ricano.83 Miguel Ángel Barrios: El Continentalismo de Perón en la Globalización. Centro Ar-gentino de Estudios Internacionales. En www.caei.com.ar.84 Carlos Piñero Iñiguez: “Perón; Génesis de su pensamiento”. Revista Caras y Care-tas, 2008.85 Fermín Chávez: Siete escolios… Ibídem86 Entrevista a Enrique Oliva: “El periodista mendocino que burló la censura”. Pe-riódico Los Andes. Mendoza, 10 de octubre de 2004.

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menor esfuerzo en algunas proposiciones genuinamente peronistaspor ejemplo:

“Todo en su medida y armoniosamente”.“No hay éxito que me entusiasme mucho, ni fracaso que

me aplaste demasiado”.“La naturaleza de las cosas que, al decir del dístico latino,

`no camina a saltos`, sino acompasadamente, señala el ritmo,muestra el encadenamiento lógico de los acontecimientos y,a cada vuelta, revela la suprema voluntad de Dios, orientadaa conseguir el equilibrio, la proporción y la armonía”.

“No puede usted elegir solamente los buenos, pues en-tonces se quedaría solo con 3 o cuatro elementos”.En los textos precitados halló Fermín influencias de Cleóbulo el

Líndico y Tales de Mileto.Esta verdadera inclinación hacia la filosofía que desarrolla desde

joven, fue posteriormente afirmada en su vida política, probablementeen razón que “en la experiencia americana, si el conductor ha sido asu manera filósofo, es porque se ha visto obligado a serlo ante la ca-rencia de un saber de élite que prepare o acompañe su acción”87.

Perón va construyendo su mirada filosófica en tiempos de pro-funda crítica hacia el liberalismo, y en el marco de una revolución enlos estudios sociológicos y antropológicos. La doctrina concebida porPerón puede entonces perfectamente enmarcarse en esa reacción con-tra el liberalismo, y en tal sentido, es probable que la obra completade Lugones que se encontraba en su biblioteca haya sido señera.

Respecto a su encuadramiento filosófico, existe cierta coinciden-cia respecto a que el General profesaba una heterodoxia propia delpensamiento filosófico mestizopensamiento filosófico mestizo88. Perón recoge así una fructíferatradición de pensamiento iberoamericano que va expresar en cadaoportunidad posible. Tal tradición, deviene del particular modo en elque se conformó nuestro pasado. Mientras la América Anglosajona“fue el fruto genéticamente puro de la modernidad, la reforma y elproyecto técnico apropiativo de la naturaleza (…) basado en una teo-

87 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto.Ibídem.88 Para Armando Poratti: “La presencia del pensamiento en la historia americana esnecesariamente una consecuencia del carácter mestizo del continente. Es un pensa-miento que no puede ignorar la categoría occidental, pero su actitud es radicalmenteotra, y por ello, la filosofía americana, vista desde afuera, parece a veces inexis-tente o a veces meramente subordinada e inferior”. En La comunidad organizada:texto y gesto. Ibídem.

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logía protestante, en especial calvinista con énfasis en la predestina-ción y elección divina” y en tanto, “impulsó su conquista basada en elexterminio absoluto y en la sustitución de la población”89 (los nativosno fueron integrados ni conservados ni siquiera como mano de obraesclava, y por ello se recurrió al negro como esclavo), el carácter pre-moderno de la conquista ibérica, fundó una historicidad particularciertamente rapaz en lo que refiere a la extracción y apropiación derecursos, pero integradoraintegradora ya que el mestizaje forzado tantas veces yconsensuado otras, “configuró una base poblacional específica que sibien puede determinarse como inarmónica configuró un novum his-tórico nutrido de fuentes diversas y en tanto un espacio de síntesis “nodialéctica y de síntesis originaria, esto es que no proviene de un pro-ceso, sino que surge desde ya como poder de síntesis”90.

En el contexto de ese novum histórico, un Perón mestizo va edi-ficando un marco teórico en el que convergen distintas vertientes fi-losóficas. Desde una visión crítica –y no como un intelectual sumiso–cuestiona los paradigmas consagrados del conocimiento formal, cos-mopolita y doctrinal, que operan como verdaderos imperativos cate-góricos, y en los que todo está resuelto y dotado de prestigio. No seaísla del mundo, lo analiza desde su experiencia y formula una nuevapropuesta”91.

Juan Domingo Perón se forma teóricamente en tiempos de pro-funda crítica al positivismo europeo y de una revitalización de la filo-sofía iberoamericana. En lo que atañe a nuestro país, cabe resaltar quedurante las primeras décadas del siglo pasado, todo el pensamientofilosófico es atravesado por la pregunta respecto a la Argentina quesuponía un interrogante vinculado a nuestra identidad colectiva, nosólo como un impulso para la búsqueda de una tradición (en el sen-tido de indagación respecto a la configuración ontológica de nuestropasado) e inscribirse en ella, sino como una delimitación de un uni-verso de pertenencia y de sustento para el futuro. No puede obviarseen este proceso el acercamiento de la Iglesia Católica a los militares, ysobre todo la influencia que ideólogos de dicha extracción ejercieronsobre los jóvenes cuadros del ejército. La revista Criterio se constituirá

89 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.90 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.91 Catalina Pantuso: “La maldición de Malinche en la cultura política argentina”. Enwww.cepag.com.ar .

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en el órgano de difusión de este ideario, hecho al que se sumará la cre-ación de cientos de capellanías castrenses. Monseñor Miguel de An-drea ejercerá notable autoridad sobre el joven Perón92, y probable-mente Jacques Maritain, influirá sobre su pensamiento, en especial enlo que refiere a la liberalización de ciertas prácticas.

Ese espíritu crítico que la vez asume posiciones propias es repre-sentado nítidamente por Perón. Para Alberto Buela esta actitud se re-trata cuando, por ejemplo, “los postulados de libertad, justicia y soli-daridad (que propone Perón) vienen a reemplazar a los viejos idealesliberales sostenidos por la Constitución de l853 tomados del lema dela Revolución Francesa de Libertad, Igualdad y Fraternidad”. ParaBuela hay coincidencia en uno de los ideales –que es el de la libertad–pero su interpretación es completamente distinta.. La concepción dela libertad según la Constitución de 1853 (que es en definitiva la con-cepción de la libertad liberal) la define: “como poder hacer lo que sequiere, la libertad se va a presentar como una actitud, una cualidaddel individuo más allá de su condicionamiento o de su vinculación so-cial.. Por su lado, la libertad de la concepción justicialista, va a ser en-tendida como libertad en situaciónlibertad en situación es decir, un hombre no puedeser libre en una comunidad que no lo es”93.

Como señalamos anteriormente, las remisiones filosóficas estánpresentes en Perón desde sus primeros textos orales o escritos, pero esquizás en la Comunidad Organizada donde expresa por primera vez,y en forma más acabada, su posición.

El 9 de abril de 1949, y en su condición de Presidente de la Na-ción clausura las deliberaciones del Congreso Nacional de Filosofíacon una conferencia que luego se conoció como la Comunidad Orga-nizada. Para Alberto Wagner de Reyna94, dicho congreso “en el esce-nario internacional del mundo del espíritu modificado por la guerra,significó una revelación de la nueva Argentina como potenciauna revelación de la nueva Argentina como potencia,no competidora sino co responsable y factor de singular empuje”95.

92 Cfr. Fermín Chávez: El peronismo visto por Víctor Frankl. Ed. Theoria, Bs. As., 199993 Alberto Buela: Notas sobre el peronismo. Bosquejo de la Comunidad Organizada,Editorial Grupo Abasto, Bs. As., 2007.94 Alberto Wagner de Reyna: Reconocido filosofo católico-existencialista y ex emba-jador del Perú.95 Alberto Wagner de Reyna: “La fiesta de la Filosofía”, en La comunidad Organi-zada, ADRIFER Libros, Bs. As., 2001.

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Sin perjuicio del análisis puntual que luego realizaremos sobreuno de los textos que obran en Política y Estrategia, escrito el 29 denoviembre de 1951 bajo el título Una comunidad organizada, coinci-dimos en que la obra expuesta fragmentariamente en aquel renom-brado Congreso,“no es más ni menos que la enumeración taxativa–enunciada, a veces, con citas farragosas de la factura filosófica vario-pinta– de principios vitales esenciales, recogidos de la sabiduría va-rias veces secular de raíz greco romana-hispana, que propone las pro-pias fuentes, las propias connotaciones y las propias conclusiones deuna manera de ser de los argentinos”96. Esta manera de ser de los ar-gentinos, se ve expresada según un “marco teórico donde se sitúa laidea de la comunidad dentro del objetivo nacional interno”97.

Nótese que la presencia del objetivo nacional entraría en aparentecontradicción con una disciplina como la filosofía, que reconoce ho-rizontes universales. No obstante ello, tal como se refiriera a la de Co-riolano Alberini98, la obra de Perón presupone una “axiogenia nacio-nal, porque aun cuando se diga que la filosofía no tiene patria, el filó-sofo, como hombre, concretamente considerado la tiene aun cuandose empeñara en no tenerla, pues no cabe vivir fuera de la historia, lacual, a pesar de la unidad de lo humano, se manifiesta en forma hete-rogénea, esto es, de nacionalidades. El filósofo (decía Alberini) “nopuede prescindir en absoluto de la experiencia moral vivida por lascolectividades humanas, máxime de la nación a la que pertenece”. Lanacionalidad en tal sentido adquiere relevancia en el pensamiento fi-losófico a punto de sostener que: “La Argentina es un pueblo que, porsu vitalidad, debe necesariamente reaccionar sobre los elementos deorigen extranjero, de tal suerte que inevitablemente resulta la forma-ción de un carácter propio”99.

Más allá de la presencia notoria de componentes de tradición gre-colatina y de otros clásicos en las formulaciones filosóficas de Perón,

96 Ernesto Adolfo Ríos: “La vigencia Histórica de la Comunidad Organizada”, en Lacomunidad Organizada, ADRIFER Libros, Bs. As., 200197 Alberto Buela: “Bosquejo de la idea de comunidad organizada”. En www.red-ver-tice.com.98 Coriolano Alberini, importante filósofo argentino, fue uno de los mentores inte-lectuales del Primer Congreso Argentino de Filosofía realizado en Mendoza en 1949.99 Alberto Gonzáles Arzac: “Pensamiento endógeno y exógeno en la formación dela Constitución Nacional Argentina. Reflexiones del filósofo Coriolano Alberini”. Enwww.nomeolvidesorg.com.ar.

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resultan también evidentes en su pensamiento –probablemente portradición materna y el propio interés– inferencias propias de una cos-movisión indoamericana, proveniente de esa “dimensión intuitiva”que de manera brillante Rodolfo Kusch señalara como fuente de co-nocimiento, y que requiere forzosamente una verdad interior, serequiere forzosamente una verdad interior, se--gún dicho autorgún dicho autor. En sintonía con esta reflexión, se señala que “la ca-tegoría básica del pensamiento del general Perón es la Comunidad Or-ganizada. Desde aquí pude verse la profundidad americana de susprofundidad americana de susraícesraíces. La “comunidad organizada” es la búsqueda de un equilibrio,de una armonización de fuerzas entre elementos distintos, que en elplano sociológico son los diferentes sectores sociales”100.

Cabe hacer referencia aquí a la segura influencia que dicha tradi-ción ancestral ejerció sobre algunos integrantes de la generación a laque perteneció Juan Perón. Raúl Scalabrini Ortiz101 alegaba, comoejemplo, en aquel tiempo que “la inmensa distancia que nos separa denuestros orígenes (europeos) nos acerca en espíritu a las civilizacio-nes autóctonas que estuvieron aquí y que fueron aniquiladas por elhombre blanco, porque el tiempo es equivalente a la distancia en ac-ción y la distancia no es nada más que el tiempo que está acostado” yademás “que la amalgama de aportes inmigratorios y de elementosprimigenios de la tierra se acelera en esa inusitada unidad en que sefunden sin esfuerzo el residente de larga fecha y el recién venido queasiste con azoro a la transmutación de sus intimidades más celosas (...)Para las doctrinas racistas esa heterogeneidad de origen es una tarainamortizable que se expresa en palabras de resonancias ofensivas:Pueblos mestizos. Pero en esa pluralidad de origen reside justamenteuna de las firmes esperanzas de la grandeza Argentina”102.

Ahondando en una cuestión de vital importancia cabe señalar queScalabrini Ortiz formula en su época una verdadera teoría sobre lo na-cional. Refiriéndose a los paradigmas nacionalistas europeos vigentesen la época sostenía: “El producto de procreaciones sucesivas de seresidénticos tiende a conformar seres especializados en que las cualida-des no fundamentales se relajan hasta desaparecer. El monógeno es pornaturaleza incomprensivo, intolerante, y por tanto, específicamente ne-gado a la política y al ingenio que su realización requiere y el ingeniode la política es la manifestación más alta de la inteligencia humana.”

100 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto”. Ibídem.101 Raúl Scalabrini Ortiz: Yrigoyen y Perón, Editorial Plus Ultra, Bs. As., 1972.102 Raúl Scalabrini Ortiz: Yrigoyen y Perón, Ibídem.

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En cuanto a nuestra composición nacional mestiza afirmaba que parael multígeno (mestizo), “…el ser de orígenes plurales, tiene brechasabiertas hacia todos los horizontes de la comprensión tolerante. Encada dirección de la vida, hay un antecedente que le instruye en unabenigna coparticipación de sentimientos. Nada de lo humano le esajeno. Nada humano le sorprende y asiste al espectáculo de la vidacomo si todo hubiera sido suyo. El arquetipo del argentino es el hijoprimero de nadie que tiene que prolongarlo todo (...) Los pueblos quese caracterizaron por su ingenio político fueron multígenos (...) Losmonógenos son técnicos y los técnicos estuvieron siempre en subordi-nación de los políticos. La grandeza del hombre no se mide por su ca-pacidad técnica, se mide por su aptitud para sentir e interpretar la ma-yor suma de almas, base de toda acción política”. El carácter multígenode una nación para Scalabrini lo determina el nivel de mixtura racial ycultural. Dicho fenómeno se erige en el componente más significativoy relevante de nuestra nacionalidad, y sobre tal evento, depositó susmayores expectativas. He aquí una muestra más de la lucidez de donRaúl quien en su tiempo, no sólo visualizó los desafíos cada vez máscomplejos a los que deberá enfrentarse el ser humano, sino además,advirtió sobre las potencialidades que presupone la existencia en elseno de nuestra comunidad de componentes plurales, para la compren-sión y resolución de dichos desafíos. Cabe interrogarse cuál fue la ra-zón por la que desde diversos sectores de la vida argentina esta confor-mación plural fue y es vista en la actualidad como signo de debilidad.Para responder a dicha incógnita debe entenderse que aún hoy, desdeciertos sectores de nuestra intelligentzia, emerge una postura racistaque, aunque no lo suficientemente explícita, presupone la preeminen-cia de ciertas razas sobre otras. El modelo de nación pan - germánicadesarrollado durante el siglo pasado por ejemplo –y aún a pesar de laderrota del eje– sigue siendo puesto como modelo de nación exitosa.Formulaciones similares se esbozan sobre Sajones y Nipones. Ambastienden a identificar la homogeneidad con la fortaleza y el mestizajecon la debilidad. La vindicación del componente plural de nuestra razano resulta una enunciación original de Scalabrini. Ya a principios delsiglo pasado, el mexicano Vasconcelos en su Raza Cósmica definía unatesis sobre la multigenidad 103.

103 En Francisco José Pestanha: ¿Existe un Pensamiento Nacional?, Ediciones Fabro,Bs. As., 2007.

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Puede sostenerse, por otra parte y sin lugar a dudas, que en la for-mación integral de Juan Domingo Perón convergieron, además, unaserie de acontecimientos históricos y experiencias personales. La he-rencia materna, la revolución rusa y las tensiones sociales posteriores,su experiencia en Chile y Europa, la revolución estético cultural ope-rada durante las décadas de 1920 y 1940 en el país, los postulados delnacionalismo argentino y latinoamericano –en especial– la herencianacional y popular de raíz forjista, el sindicalismo, el antiimperia-lismo, y la renovación de doctrina social cristiana confluirán en su vi-sión conceptual.

A la vocación militar y a su afición por la filosofía, Perón incor-porará una tercera: la docente. Así se alega con certeza que: “Perón secaracterizaba a sí mismo como un docente y predicador, tuvo desdeun primer momento su modo propio de expresión, muy flexible parasus propósitos y en el que llegó a enunciar pensamientos de una ver-dadera profundidad filosófica”104. En perfecta sintonía Fermín Chá-vez afirma que “para ser justos, hubo quienes se ocuparon contempo-ráneamente, del Perón pensador. Ya en 1968, por ejemplo, el inglésGeorge Pendle, un especialista en asuntos latinoamericanos y adelan-tándose a la biografía que de él estaba realizando dijo en un reportajepoco conocido: “Perón no fue un militar ni un político; fue un estu-diante, y luego un profesor que enseñaba a sus estudiantes en la Es-cuela Superior de Guerra. No solamente temas militares, sino tambiénla historia de la Argentina. Fue profesor y cuando llegó al poder siguióenseñando, a su manera, dando conferencias a la gente”105.

Sus biógrafos coinciden además que sobre el pensamientosdel ex mandatario habían influido; Alejandro Magno (profundamenteadmirado por Perón), Jacques Maritain, Gustave Le Bon, E. Bunge,Leopoldo Lugones y Carlos Ibarguren.

• La comunidad organizada

Diario Democracia, 29 de noviembre de 1951En la edición del 29 de noviembre de 1951, Perón escribe en De-

mocracia un texto que titula: “Una Comunidad Organizada”. Recorde-mos que los orígenes de la obra que se conoce bajo ese nombre, se re-

104 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.105 Fermín Chávez: “Discurso preliminar”. Ibídem.

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montan a aquel memorable discurso del entonces Presidente de la Na-ción en oportunidad de la clausura del Primer Congreso Nacional deFilosofía acontecido en el año 1949 en la provincia de Mendoza, y cuyaversión completa, “fue publicada posteriormente, ya que en la exposi-ción hecha en tal oportunidad no fue leída en su totalidad106. Según laopinión de Oscar Castellucci, los primeros 16 capítulos del texto pu-blicado en el primero de los tres tomos que recogieran las “Actas” delencuentro, son una inserción posterior, realizada ex profeso en la edi-ción oficial de 1950.

Más allá de tales circunstancias, resulta indudable que aquellapieza contuvo ciertos principios de una verdadera doctrina, “dentrode una amplia exposición del pensamiento filosófico de todos lostiempos”107 En tal sentido, se afirma que “en su pensamiento, estuvie-ron fundadas la idea de democracia, de justicia social y el principio defunción social de la propiedad que consagró la Constitución de 1949,adaptados a la realidad argentina y enunciados en un marco de adhe-sión popular”108. No hubo, en oportunidad de presentar la obra, in-tención por parte de Perón de esbozar una pieza filosófica, sino másbien la de exponer una idea sintética de base filosófica respectoexponer una idea sintética de base filosófica respectoa lo que representaba sociológicamente la tercera posicióna lo que representaba sociológicamente la tercera posición”109.

Al presentar dicho esbozo, alegó el fundador del justicialismo:“No tendría jamás la pretensión de hacer filosofía pura, frente a losmaestros del mundo en tal disciplina científica. Pero, cuanto he deafirmar, se encuentra en la República en plena realización. La dificul-tad del hombre de Estado responsable, consiste casualmente en queestá obligado a realizar cuanto afirma”110. En el discurso, señaló ade-más una cuestión de cardinal importancia en lo que atañe a la cues-tión doctrinaria: “El movimiento nacional argentino que llamamosjusticialismo en su concepción integral, tiene una doctrina naciotiene una doctrina nacio--nal que encarna los grandes principios teóricosnal que encarna los grandes principios teóricos de que os ha-

106 Oscar Castellucci: Comunidad organizada. Texto y gesto. Ibídem.107 Alberto Gonzáles Arzac: Pensamiento exógeno y endógeno en la formación cons-titucional argentina. En www.nomeolvidesorog.com.ar.108 Alberto Gonzáles Arzac: Ibídem.109 Juan Domingo Perón: “Conferencia del Excmo. Señor Presidente de la Nación,General Juan D. Perón”, en Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Men-doza, Argentina, Marzo 30, Abril 9, 1949, Tomo I, Bs. As., 1950 (Edición al cuidadode Luis Juan Guerrero, Secretario de Actas del Congreso).110 Juan Domingo Perón: Conferencia… Ibídem.

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blaré en seguida y constituye a la vez la escala de realizaciones, hoy yafelizmente cumplidas en la comunidad argentina”111.

Coincidiendo con aquellos autores que sostienen que algunacierta ambigüedad que se desliza en el texto, “se enraíza en una largatradición de la filosofía como tal, y del pensamiento americano en es-pecial”112, y además que sin lugar a dudas, la Comunidad Organizadaes “el punto de partida obligatorio de cualquier lectura de la obra dePerón113, y en tanto, el alfaalfa de la doctrina peronista114, compartimostambién la idea de que la primera eficacia de la comunidad organi-zada reside en su valor de gesto, esto es, “en la posición de la filoen la posición de la filo--sofía como base de una acción de gobierno y de institución desofía como base de una acción de gobierno y de institución deun proyecto en forma explícita y públicaun proyecto en forma explícita y pública”. Es esta íntima relaíntima rela --ción entre pensamiento y acción la que en mayor o menor meción entre pensamiento y acción la que en mayor o menor me--dida representara al primer peronismodida representara al primer peronismo: “trasciende (la Comuni-dad Organizada) de ser un mero discurso de circunstancia, cuandoinforma las transformaciones profundas que el Justicialismo, en lo es-piritual y en lo material, ha traído a la Patria”115.

La relación pensamiento-acción es, en Perón, de raigambre vital.Quien fuera tres veces presidente de la Argentina es esencialmente unhombre público que asume sobre sus espaldas el desafío y la respon-sabilidad de conducir la profunda transformación de un país en el que,durante décadas anteriores, se había operado una profunda revolu-ción estética, cultural y científica116, que estuvo atravesada por el inte-rrogante respecto a la identidad colectiva, y en tanto, por la cuestiónde la nacionalidad.

Durante las primeras décadas del siglo pasado, una profunda re-volución artística, ética y estética comenzaba a producirse en todo el

111 Juan Domingo Perón: Conferencia… Ibídem.112 Armando Poratti: La comunidad organizada: Vigencias y herencias. Ibídem.113 Para Armando Poratti: Perón, “en tanto estadista y conductor, tiene algo que bienpuede llamarse filosofía , no espontánea sino largamente meditada, una concepciónsobre el hombre, la naturaleza la historia, el estado, el poder, las relaciones con latrascendencia que va desarrollando-oralmente y por escrito, sobre todo en los añosde exilio”. En La comunidad organizada: Vigencias y herencias.114 Oscar Castellucci: “lo que no nos resultaba fácil, en el caso de este texto inaugu-ral al que en otro lugar denomine alfa del peronismo (si aceptamos que el modeloargentino para el proyecto nacional es su omega)”. En: Comunidad organizada y li-beración.115 Ernesto Adolfo Ríos: “La vigencia Histórica de la Comunidad Organizada”, en Lacomunidad Organizada, ADRIFER Libros, Bs. As., 2001.116 Juan W. Wally: Generación de 1940, Grandeza y frustración. Editorial Dunken,Bs. As., 2007.

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país. Era la protagonizada por la llamada “Generación Décima”, quereaccionó agudamente contra el coloniaje y se propuso la búsqueda deun sentido colectivo. Se afirma, en tal sentido, que “la revolución esté-tica y el nacionalismo cultural se expresarán a través de una innume-rable cantidad de artistas y autores, en todos los campos del quehacerestético-cultural”. En este sentido resulta emblemático mencionar eneste ensayo, ya que resultaría imposible hacer honor a todos los que selo hubieran merecido, Los bellos paisajes de La Boca de Benito Quin-quela Martín y los motivos camperos de las caricaturas de FlorencioMolina Campos que conectarán la belleza visual con el sentimiento po-pular. Esta nueva sensibilidad de minorías y mayorías se verá reflejada,también, en el desarrollo de la música popular argentina (…) la men-ción de Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, AzucenaMaizani, Rosita Quiroga, Esteban Celedonio Flores, Francisco Canaro,Pascual Contursi, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, entretantos otros, nos exime de mayores comentarios. El teatro nacionaltuvo a Armando Discépolo, Alberto Vacarezza, Samuel Eichelbaum,Luis Arata, entre otros destacados cultores. Juan Alfonso Carrizo y Car-los Vega hurgarán en las raíces de nuestro folklore. Carlos Gilardi, LuisGianneo y Juan José Castro seguirán la línea de las dos generacionesanteriores en la expresión del llamado nacionalismo musical.

Ese verdadero cauce cultural generado por las progenies anterio-res, más las condiciones materiales de exclusión117, y la acción Britá-nica en el Río de la Plata, confluyeron allí, determinando una epopeyaque alteró sustancialmente la vida de los argentinos. En ese precisomarco es en el que Perón, “conecta sus incursiones en la filosofía con

117 En ese orden de ideas, cabe recordar que durante las primeras décadas del siglocomienzan a converger en las orillas de la gran ciudad tres sectores marginados pordiferentes razones, convergencia que, con el tiempo, va a producir un intercambiosumamente trascendental. Confluirán en las orillas de Buenos Aires en primer lugarlos orilleros desplazados por la política de progreso indefinido impulsado a partir de1870: El gaucho y en menor medida el indio. En segundo lugar los orilleros prove-nientes de las corrientes inmigratorias provenientes del exterior del país y privadosde la promesa de tierras. En tercer lugar los orilleros desplazados del trabajo rurala causa de la caída del modelo agro-exportador. Estos tres factores van a convergerfísicamente y a convivir intercambiando experiencias, expectativas, conocimientosy tradiciones, y naturalmente, desarrollando una serie de conceptos, de ideas quevan a ser recogidos por el ideario Forjista. Este factor es clave, ya que FORJA con-vive y analiza todas y cada una de estas experiencias, articulándolas con algunaselaboraciones provenientes del pensamiento nacionalista de principios de siglo y conel Revisionismo Histórico. Surge así el nacionalismo popular incorporando definitiva-mente al pueblo en el concepto de Nación.

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su destino de hombre público y con la originalidad de la doctrina cuyabase filosófica pretende exponer, no como filósofo profesionalno como filósofo profesionalsino como realizador políticosino como realizador político”118. Y lo hace en plena conciencia de“que la dificultad del hombre de estado responsable consiste casual-mente en que está obligado a realizar cuanto afirma”119.

La “comunidad organizada” es concebida en un clima epocal ca-racterizado por antagonismos de sistemas opuestos y de clases, yemerge como una propuesta de armonización entre los intereses indi-viduales y colectivos en el marco de una organización estadual queasegure la dignidad de todos, y de una democracia real, donde el únicoverdaderamente soberano y protagonista es el pueblo. Pero además,dicha “comunidad organizada”, emerge como respuesta y propuesta aotra antítesis de la época, ya que “evidenció una exacta comprensióndel conflicto latente que se establecía por entonces, entre el adelantocientífico-tecnológico por un lado, y la preservación y exaltación delos valores de la dignidad del hombre, por el otro”120.

La Comunidad Organizada a la que refiere Perón constantementeconstituyeconstituye ,, a la vez, una Nacióna la vez, una Nación cuyo concepto presupone indepresupone inde--fectiblemente la inclusión delfectiblemente la inclusión del pueblo concretopueblo concreto. Cabe señalar alrespecto, que una de las fuentes sobre las que abreva Perón es la pro-ducción teórica de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argen-tina (F.O.R.J.A). Como quedara asentado en publicaciones anterioressobre el tópico121, las ideas de F.O.R.J.A.122 nunca fueron ajenas a Pe-rón, y los textos de Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis Torres123,editados por la agrupación, se constituyeron en lectura corriente deciertos cuadros de la logia militar impulsada por Perón (el G.O.U.).

118 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.119 Armando Poratti: La comunidad organizada: texto y gesto. Ibídem.120 Alberto Gonzáles Arzác: Pensamiento exógeno y endógeno en la formación cons-titucional argentina. En www.nomeolvidesorog.com.ar.121 Francisco José Pestanha: “F.O.R.J.A. De las catacumbas al poder”, en ErnestoAdolfo Rios (compilador), F.O.R.J.A. 70 años de Pensamiento Nacional (“El Gobiernoy el derrumbe”), Corporación Buenos Aires Sur, Bs. As., 2007.122 Para comprender cabalmente la labor forjista, pueden consultarse entre otros:Miguel Ángel Scenna: F.O.R.J.A.: Una aventura argentina (De Yrigoyen a Perón),Oriente, Bs. As., 1972; y los tres volúmenes de F.O.R.J.A. 70 años de PensamientoNacional, editados por la Corporación Buenos Aires Sur y la Comisión Nacional Per-manente de Homenaje a F.O.R.J.A., durante los años 2006 y 2007.123 Si bien es cierto que José Luis Torres no estuvo formalmente afiliado a F. O. R.J. A., alguno de sus textos fueron difundidos en los legendarios cuadernos de la agru-pación, del mismo modo que el sótano de la calle Lavalle lo contó entre sus habitua-les conferencistas.

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Una de las grandes conquistas conceptuales de FORJA, en espe-cial de Raúl Scalabrini Ortiz, es aquella que plantea la incorporacióndel pueblo concreto –las mujeres y los hombres corrientes– al con-cepto de Nación.

Respecto a la cuestión nacional, Perón sostenía: “En la nociónclásica se ha entendido a la Nación como la entidad integrada por po-blación, territorio y gobierno, y al Estado como la Nación jurídica-mente y políticamente organizada. Pareciera ser, por lo tanto, quebastan estos conceptos para calificar a la comunidad organizada enel sentido que estamos considerándola. No es así. La diferencia esen-cial se da en el hecho de que la concepción liberal califica, por unlado, al individuo, y por el otro, a la organización superior. Además,sólo reconoce, prácticamente, el papel de las organizaciones interme-dias denominadas partidos políticos. En la acción concreta las orga-nizaciones intermedias que responden a grupos sociales o profesio-nales han sido calificadas como correspondientes a una concepcióncorporativista del Estado. (...) La configuración política de esta co-munidad organizada implica la creación de un sistema de institusistema de institu--ciones políticas y sociales que garanticen la presencia del pueciones políticas y sociales que garanticen la presencia del pue--blo en la elaboración de las decisiones y en el cumplimientoblo en la elaboración de las decisiones y en el cumplimientode las mismasde las mismas”124.

El lo que refiere estrictamente al texto incluido en esta obra, cabeseñalar que algunos autores sostienen que el artículo publicado en De-mocracia es el que fija incontrastablemente la idea de “comunidad or-ganizada”. A tal efecto, se sostiene que la comunidad organizada apa-rece aquí como “una comunidad de familias, entendida como la pri-mera organización social del hombre”125. En sintonía, se afirma que la“comunidad está fundada en la proximidad, que es al mismo tiempoproximidad física y espiritual. Es un agrupamiento espontáneo y na-tural, anterior al individuo en el que encuentra el sentido y la realiza-ción de los valores de un Pueblo. No puede crearse una Comunidad,simplemente se pertenece a ella126. Esta definición traza, en primerainstancia, un alejamiento conceptual entre comunidad y sociedad, yaque esta última “constituye un agrupamiento voluntario, fundado en

124 Juan Domingo Perón: “El Modelo Argentino…”. Ibídem.125 Alberto Buela: “Bosquejo de la Comunidad Organizada”. En www.red-vertice.com.126 Catalina Pantuso: “La maldición de Malinche en la cultura política argentina”.En www.cepag.com.ar.

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un contrato por la adhesión voluntaria de sus miembros, para prote-ger los “intereses” comunes y las “ventajas” que se puedan obtener alpertenecer al grupo societario”127.

Perón concibe a la comunidad organizada como un todo orgátodo orgá--nico y espontáneonico y espontáneo,, donde la misión común que persiguen el Estadoy el Pueblo, se constituye en el objetivo central; debe, por tanto, esta-blecerse previamente, para en un acto posterior poder organizar losdiversos componentes en función de ese fin. El establecimiento de lade la““comunidad organizadacomunidad organizada”” es consecuencia de su fin último.es consecuencia de su fin último.

Por otra parte, dicha Comunidad, para Perón, es un agrupa-miento humano sujeto a valores. La preocupación por la cuestión delos valores humanos es esencial para un Perón que escribe este textoen un marco histórico plagado de antagonismos y pérdida de valoresclásicos, sosteniendo que “los valores morales han de compensar laseuforias de las luchas y las conquistas, y oponer un muro infranquea-ble al desorden”128.

Dentro de la escala, con reminiscencias claramente evangélicas,el amor al prójimo ocupa el primer lugar: “el amor entre los hombreshabría conseguido mejores frutos en menos tiempo del que ha cos-tado a la humanidad la siembra del rencor”. Al respecto, se indica concerteza que Perón consideraba al Hombre como portador de valoresmáximos, como células del bien general, y que era la hora de devolverleal hombre la fe en su misión, inserto en “La Comunidad Organizadaa la que debemos aspirar, donde la libertad y la responsabilidad soncausa y efecto, en que exista una alegría de ser, fundada en la persua-sión de la dignidad propia”129.

Un tópico sumamente interesante, lo constituyen las reflexionesque Perón realiza respecto a la libertad. Al concepto de libertad indi-vidual que sustenta el liberalismo clásico, el conductor del justicia-lismo le contrapone la libertad situacional130, una concepción verda-deramente comunitaria de dicho valor. La libertad del individuo pre-supone anteriormente la libertad del conjunto. No hay sujetos verNo hay sujetos ver--daderamente libres en una comunidad que no lo esdaderamente libres en una comunidad que no lo es. De estaforma, Perón “interpretaba con razón que es muy dificultoso para la

127 Catalina Pantuso: “La maldición de Malinche…” Ibídem.128 Juan Domingo Perón: La Comunidad Organizada… Ibídem.129 Robeto Baschetti Roberto: “El Primer Congreso Nacional de Filosofía en la Ar-gentina”. En www.labiblioteca.edu.ar .130 Alberto Buela: Bosquejo de la Comunidad Organizada. En www.red-vertice.com .

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persona lograr cierta plenitud o realización en un ámbito inhóspito,refractario o simplemente indiferente. Esa idea la plasmó en una fraseque hasta hoy se repite como un acierto de su pensamiento: `Es muydifícil que un hombre pueda realizarse en una comunidad que no serealiza´”131.

En el artículo publicado el día 3 de febrero de 1951 en el diarioDemocracia, Perón ahonda en su visión respecto a este valor de ca-rácter situacional, señalando que: “Entiendo que hay dos clases de li-bertad: la libertad de las naciones, basada en la libre determinaciónde los pueblos, en la soberanía política y en la independencia econó-mica, y la libertad del hombre, consistente en el respeto de sus dere-chos y el cumplimiento de sus deberes. Hay, pues, una libertad esen-cial: la colectiva, y otra que es su consecuencia: la individual. Ello esindiscutible, desde que nadie puede presuponer hombres libres enuna nación esclava. Precisamente de ahí parte el Justicialismocuando, por extensión, afirma que la libertad del hombre en un régi-men de explotación, como el comunismo o el capitalismo, es simple-mente una ficción. El hombre sólo puede ser libre si se desenvuelveen un mundo libre. Algunos pretenden que los hombres pueden serlibres en una colonia de dominio político o económico. Tesis impe-rialista tan falaz como cuando el comunismo sostiene que las nacio-nes satélites detrás de la cortina son también pueblos libres de hom-bres libres”132.

En una comunidad organizada, el rol del Estado es fundamental.Es un Estado actor y protagonista, no reducido a un simple agente quegarantice el funcionamiento de las leyes del mercado, y menos aún,que responda a intereses sectoriales. Pero a la vez, se rechaza el Estadoomnipotente, represor de las iniciativas de los individuos y de las or-ganizaciones. Perón, al respecto, sostenía lo siguiente: “No aceptamosla explotación del hombre por el hombre y menos aceptamos la explo-tación del hombre por el Estado. Creemos, sí, que la sociedad moder-namente organizada debe ser una colectividad en la que el hombre seaatendido y ayudado por el hombre y los hombres atendidos y ayuda-dos por el Estado”133.

131 Robeto Baschetti Roberto: El Primer Congreso Nacional de Filosofía… Ibídem132 Juan Domingo Perón: “La Libertad”. Articulo publicado en el periódico Democra-cia el 3 de febrero de 1951.133 Juan Domingo Perón: “Disertación en el VII Congreso Internacional de Cirugía,agosto de 1950”. Citado por Catalina Pastuso, La maldición de Malinche… Ibídem

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• La hora de los pueblos

Diario Democracia, 25 de octubre de 1951La segunda guerra mundial, con sus tremendas secuelas, dejó una

terrible impronta de incertidumbre respecto al futuro de la humani-dad. La guerra fría y la potencial amenaza de una confrontación engran escala que ella presuponía, puso en tela de juicio toda la escalade valores sobre las que se había erigido la civilización occidental.

Perón había aprendido durante su gira por Europa todo lo que nodebía hacerse. Tratando de interpretar ese momento histórico, señalaque “mientras la guerra fría determinó que los gobiernos establecie-ran dos formidables bloques, los pueblos cansados de guerrear soloanhelaban trabajar en paz. Sus gobiernos suponen conformarlos conlas promesas de paz, pero las aeronaves, los tanques, las bombas ató-micas ¿serán instrumentos para la paz? ¿Creerán los pueblos?”.

Convencido del protagonismo histórico de los pueblos, de suintuición y de su percepción, el General advierte en este artículo que“detrás de la cortina de hierro se mueven los sentimientos popularesahogados por la sangre”, y “detrás de la cortina del dólar, se muevenlos pueblos frenados por los gobiernos amenazados por la presión dela miseria ¡pero se mueven!¡pero se mueven! En esa movilidad de la que el mismomovilidad de la que el mismoes protagonista en tanto su movimiento es consecuencia dees protagonista en tanto su movimiento es consecuencia deuna gesta popular inédita cuanto menos en nuestra regiónuna gesta popular inédita cuanto menos en nuestra región,, ci-fra Perón las esperanzas del futuro advirtiendo que la opresión, la re-lativización de los valores, y la permanente amenaza confrontativa,convergerán en la “hora de los pueblos”, gesta universal que deberáimponer “la liberación y la dignificación del hombre, con la partici-pación de todos –hasta los más humildes- en la tarea del gobierno co-mún. Pero eso no puede llegar mediante el capitalismo ni el comu-nismo que son sistemas de explotación humana”.

El justicialismo, así, surgido de un país periférico y pacífico, aus-pició, en palabras de Perón, una liberación, una dignificación y unaparticipación, por instauración en el mundo de la verdadera Justicia yde la auténtica Libertad. Y eso se obtendría, pura y exclusivamente, silos gobiernos hacen lo que el pueblo quiere en un mundo organizadode manera tal que cada pueblo sea justo, libre y soberano.

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