+ All Categories
Home > Documents > Revista Argentina de Gerontología y Geriatría - SAGG · Órgano de la Sociedad Argentina de...

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría - SAGG · Órgano de la Sociedad Argentina de...

Date post: 13-Aug-2018
Category:
Upload: ngohanh
View: 215 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
46
Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2017 - Marzo 2018 Significado atribuido a la vejez por AM de ambos sexos del Municipio Chacao (Venezuela) Meaning attributed to old age by elderly people of both genders, living at the Municipio Chacao (Caracas, Venezuela) Centros libres de sujeciones físicas: un estandar de oro de calidad Physical restraints free facilities: a gold standard of quality Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACP Gerontology services assessment: a new model based on Person Centered Care Approach Guía de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidad Argentine Society of Gerontology and Geriatrics Guideline for the evaluation and management of malnourished community-dwelling elders Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto Mayor Review: Safety of Quinolones in the Elderly TOMO XXXII - AÑO 31 - Nº 3 ISSN 2525-1279
Transcript

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Significado atribuido a la vejez por AM de ambos sexos del Municipio Chacao (Venezuela)Meaning attributed to old age by elderly people of both genders, living at the Municipio Chacao (Caracas, Venezuela)

Centros libres de sujeciones físicas: un estandar de oro de calidadPhysical restraints free facilities: a gold standard of quality

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACPGerontology services assessment: a new model based on Person Centered Care Approach

Guía de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidadArgentine Society of Gerontology and Geriatrics Guideline for the evaluation and management of malnourished community-dwelling elders

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto MayorReview: Safety of Quinolones in the Elderly

TOMO XXXII - AÑO 31 - Nº 3ISSN 2525-1279

CONSEJO EDITORIAL

Editor en Jefe

Adriana M. A. AlfanoDoctora en Medicina, UBA.

Miembro del Consorcio Electrónico del Consejo de Certificación de Profesionales Médicos de la Academia Nacional de Medicina

José Ricardo JaureguiDoctor en Medicina. Profesor Adjunto Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de La Matanza.

Director y Fundador de la Unidad de Investigación en Biología del Envejecimiento (UIBE) del Hospital Italiano de San Justo Agustín Rocca. Director de Gestión Asistencial Nuevo Hogar Ledor Vador, Bs. As., Argentina

Matias ManzottiProfesor Adjunto en la Maestría en Gestión de Servicios de Gerontología de la Universidad Isalud.

Médico Coordinador del Área de Geriatría del Servicio de Clínica Médica del Hospital Alemán, Bs. As., Argentina

Margarita R. MurgieriDoctora en Medicina-Magíster en Gerontología Social Aplicada (Universidad de Barcelona).

Subgerente Operativa, Hogar Martín Rodríguez, dependiente de la DGSD de la Secretaría de Tercera Edad, Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de CABA, Bs. As., Argentina

Comité Editorial

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Significado atribuido a la vejez por AM de ambos sexos del Municipio Chacao (Venezuela)Meaning attributed to old age by elderly people of both genders, living at the Municipio Chacao (Caracas, Venezuela)

Centros libres de sujeciones físicas: un estandar de oro de calidadPhysical restraints free facilities: a gold standard of quality

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACPGerontology services assessment: a new model based on Person Centered Care Approach

Guía de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidadArgentine Society of Gerontology and Geriatrics Guideline for the evaluation and management of malnourished community-dwelling elders

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto MayorReview: Safety of Quinolones in the Elderly

TOMO XXXII - AÑO 31 - Nº 3ISSN 2525-1279

Objetivos, alcance y misión

La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría (R.A.G.G.) es el Órgano Oficial

de difusión de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (S.A.G.G.),

dedicada al estudio y actualización de la Especialidad.

La Revista se fundó en el año 1981 y su edición en papel continuó hasta el año

2016, momento en el cual se decidió seguir editándola electrónicamente en la

página web de la S.A.G.G.; se publica en los meses de abril, agosto y diciembre

de cada año, en idioma castellano y con sus respectivos resúmenes en idioma

inglés y portugués.

Esta publicación está dirigida a geriatras y gerontólogos y su objetivo es conseguir la difusión y actualización

de los conocimientos propios de la Especialidad, buscando un intercambio académico y científico con

profesionales de diversos países; otro de sus propósitos es permitir que el trabajo de los geriatras y

gerontólogos de toda la Región Latinoamericana puedan dar a conocer sus producciones científicas a nivel

internacional.

La Revista permite el acceso libre inmediato a su contenido (Acceso Abierto) con el fin de poner gratuitamente a

disposición de los profesionales información actualizada sobre la geriatría y gerontología nacional e internacional.

La R.A.G.G. adhiere a las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas y cumple los

Requisitos de Uniformidad para Manuscritos enviados a Revistas Biomédicas (documento disponible en:

www.icmje.org); en la actualidad es financiada por la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.

Julio BerretaProfesor Regular Adjunto De Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Jefe de Terapia Intensiva del Hospital Dr. Carlos Bonorino Udaondo, Bs. As., Argentina

María Inés PassananteDoctora en Sociología. Asesora del Instituto para el matrimonio y familia

de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) Bs. As., Argentina

Dr. José Luis AmoroneMédico especialista en Urología - Consultor de la Sociedad Argentina de Urología

Jefe del Servicio de Urología. Hospital Aeronáutico CentralMáster en Gestión Sanitaria. Universidad de Barcelona

Director del Programa de Actualización en Urología Oncológica, Departamento de Graduados, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.

Dra. Dorina StefaniDoctora de la Universidad de Buenos Aires (área Salud Mental), Facultad de Medicina. Licenciada en Sociología (UBA).

Investigadora Principal del CONICET. Jefa del Laboratorio de Psicología Social y Salud del ININCA/CONICET-UBA. Directora del Equipo de Investigación en Psicología Social y Salud del ININCA/CONICET-UBA

Dra. Paula Daniela HermidaLicenciada en Psicología, Facultad de Psicología, UBA. Doctora en Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, UBA.

Investigadora Asistente del CONICET - Instituto de Investigaciones Cardiológicas ININCA-UBA-CONICET Jefa de Trabajos Prácticos en la Facultad de Psicología, UBA.

Edgar Aguilera GaonaMedico Geriatra en Instituto de Previsión Social, IPS, Paraguay

Ricardo AllegriDoctor en Ciencias Médicas y Profesor de Neurología (UBA), Jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología (Fleni) Buenos Aires, Argentina

Haydeé AndrésPsicogeriatra. Profesora Consulta Adjunta del Dpto. de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA, Buenos Aires, Argentina

Antonio A. Burgueño TorijanoMédico especialista en Medicina Preventiva, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, España

Luis Manuel Cornejo AlemánProfesor Asociado. Departamento de Salud Pública y Medicina Comunitaria. Tufts University School of Medicine, Boston Massachussetts. Médico especialista, Servicio de Geriatría, Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos, Caja de Seguro Social, Panamá.

Carmen Lucía Curcio BorreroDoctora en Gerontología. Grupo de Investigaciones en Gerontología y Geriatría, Facultad de Ciencias para la Salud, Universidad de Caldas, Colombia

Gustavo DuqueDoctor en Medicina, Jefe Departamento de Medicina Interna y Director del Instituto Australiano de Ciencias Músculo-esqueléticas Universidad de Melbourne y Western Health, Australia

Fernando Gómez MontesProfesor Titular Sección de Geriatría Clínica, División de Medicina Interna. Departamento Clínico Quirúrgico. Programa de Medicina. Facultad de Ciencias para la Salud, Universidad de Caldas. Director grupo de Investigación en Gerontología y Geriatría, Grupo A Colciencias. Universidad de Caldas, Colombia

Luis Gutiérrez RobledoDoctor en Ciencias Médicas por la Univ. de Burdeos, Especialista en Geriatría por la Univ.de Grenoble y Director General Instituto Nacional de Geriatría de los Institutos Nacionales de Salud de México, México

Marianela F. de Hekman Médica Geriatra. Centro do Envelhecimento Hosp. Moinhos de Vento, Hospital São Lucas - PUC - RS, Brasil

Roberto KaplanDirector de la Carrera de Especialista en Geriatría, UBA - Médico Consultor, Clínica Médica, Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina

Rafael KohanoffDirector Técnico INTI - Centro de Salud y Discapacidad, Bs. As., Argentina

Roberto LourencoDoctorado, Instituto de Medicina Social, Universidad do Estado do Rio de Janeiro Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor (ALMA), Miembro del Comité Ejecutivo, Brasil

Juan Florencio Macías NuñezProfesor Director de la Cátedra Hipertensión y Riesgo Cardiovascular. Geriatría. Fundación Iberoamericana para la Prevención de las Enfermedades Renales y Cardiovasculares (FIIPERVA) Facultad de Medicina, Universidad de Salamanca, España

Carlos MussoDoctor en Medicina, Prof. de Fisiología Humana de Instituto Universitario del Hospital Italiano de Bs. As., Jefe de las áreas de diálisis peritoneal y fisiología clínica del Servicio de Nefrología del Hospital Italiano de Bs. As., Argentina

Clever R. Nieto FerreiraMédico geriatra. Miembro fiscalizador de la Soc. Uruguaya de Gerontología y Geriatría, Uruguay - Council Member IAGG

M. Julieta OddoneProfesora Titular de Sociología de la Vejez, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de la Carrera de Relaciones del Trabajo. Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Nación Argentina (CONICET) Buenos Aires, Argentina

Federico M. PérgolaProfesor consulto adj. de la Facultad de Medicina de Bs As, Argentina

Leocadio Rodríguez MañasDoctor por la Universidad Autónoma de Madrid Profesor Titular de Geriatría en la Universidad Europea de Madrid Jefe de Servicio de Geriatría, Hospital Universitario de Getafe, España

Comité Asesor Científico

Susana RubinsteinLicenciada en Terapia Ocupacional. Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores. Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Buenos Aires, Argentina.

Marcelo SchapiraDirector Carrera de Especialista en Geriatría, UBA. Jefe de la Unidad de Evaluación Funcional de Anciano - Sección Geriatría, Hospital Italiano, Bs As, Argentina

Enrique Vega GarcíaMáster en Salud Pública y Envejecimiento. Institución académica: Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Asesor regional de Envejecimiento y Salud, Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud, Cuba

José Manuel Ribera Casado

Catedrático Emérito de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina, España

Dra. María Florencia TartagliniDoctora de la UBA, Facultad de Medicina, en el área de Humanidades Médicas. Investigadora Adjunta CONICET. Coordinadora del Programa Acompañando al Cuidador, Fundación Ineba. Instituto de Neurociencias Buenos Aires – INEBA

Dra. Carolina FeldbergLic. en Psicología Facultad de Psicología, UBA. Especialista en Neuropsicología Clínica. Facultad de Psicología, UBA. Doctora en Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, UBA. Investigadora CONICET.Docente Facultad de Psicología, UBA

Lic. Paulina CzyzykLic. en Kinesiología y Fisiatría, UBA. Profesora titular Cátedra de Psicomotricidad y Neurodesarrollo, Carrera de Kinesiología, Facultad de Medicina, UBA

Prof. Dr. Néstor Rubén LagoMédico Patólogo Profesor Titular Regular Departamento de Patología

Prof. Dr. Hugo Norberto CatalanoJefe del Servicio de Clínica Médica, Hospital Alemán. Centro Afiliado Red Cochrane IberoAmericana. National partner of the MacGRADE Centre. Miembro

Grupo GRADE. Profesor Adjunto de Medicina Interna. SubDirector de la Carrera de Médico Especialista Universitario en Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Facultad de Medicina, UBA

Acad. Dr. Jorge Alberto Neira

Médico intensivista. Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Fellow del American College of Critical Care Medicine. Fellow de la American Association for the Surgery of Trauma. Consultor de la Unidad de Cuidados Intensivos, Sanatorio de la Trinidad Palermo. Presidente de la Fundación Trauma. Presidente del Consejo de Certificación de Profesionales Médicos de la Academia Nacional de Medicina

Lic. Mónica Gottschalk

Licenciada en Fonoaudiología (Univ. del Museo Social Argentino). Doctorado cursado (Universidad del Museo Social Argentino). A cargo del Servicio de Fonoaudiología y Clínica Fonodeglutoria en Centro “Hirsch” Internación - Rehabilitación Adultos y Adultos Mayores. Coordinadora Grupo Estudio y Capacitación “Trastornos Fono-respiratorio-deglutorios en Adultos”.

Prof. Dra. María Isolina Dabove

Investigadora del CONICET en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Profesora Titular de Derecho de la Vejez en la UBA, UNR y UNC. Directora de la Maestría en Derecho de la Vejez de la UNC. Titular de Derecho de la Vejez en la UBA, UNR y UNC. Directora de la Maestría en Derecho de la Vejez de la UNC

Dra. Diana Olga Cristalli

Dra. en Medicina Especialista Consultor en Neurología. Docente Investigador de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Ciencias Médicas U.N.L.P. Profesor Adjunto de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Ciencias Médicas U.N.L.P. Miembro del Grupo de Trabajo de Neurología del Comportamiento y Neurociencias Cognitivas de la Sociedad Neurológica Argentina.

Dra. Cynthia Mariñansky

Médica Geriatra de Planta de la Unidad de Geriatría del Hospital Durand. Directora Ejecutiva de International Longevity Center, Argentina. Directora de la Especialización en Geriatría de la Universidad Maimónides. Docente adscripta a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría se distribuye exclusivamente entre los profesionales de la medicina y será editada tres veces por año (Abril - Julio; Agosto - Noviembre; Diciembre - Marzo).Registro Nacional de Derecho de Autor Nº 247.102.Propiedad Intelectual perteneciente a la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría© 2017 Sociedad Argentina de Gerontología y GeriatríaReservados todos los derechos.Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones u otros sistemas de reproducción de información sin la autorización por escrito del titular del copyright.ISSN 2525-1279

Hecho el depósito legal.Impreso en la ArgentinaEl material publicado en la Revista Argentina de Gerontología y Geriatría representa la opinión de sus autores y no refleja indispensablemente la opinión de la Dirección o de la Editorial de esta revista. La Revista de la SAGG no se responsabiliza por las opiniones vertidas por el o los autores de los trabajos originales, ni de la pérdida de los originales durante su envío, ni de la exactitud de las referencias bibliográficas.

SOCIEDAD ARGENTINA DE GERONTOLOGÍA Y GERIATRÍAAv. Córdoba 1352 • C1055AAQ • Buenos Aires, Argentina. Tel. (54 11) 4372-1689 - (54 11) [email protected] www.sagg.org.ar

Propietarios y editores responsables:

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Diseño gráfico

ARTS & GRAPHICS

Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Comisión Directiva 2015 - 2017

Presidente Prof. Dr. José R. Jauregui

Vicepresidente Prof. Dra. Margarita R. Murgieri

Vicepresidente Gerontológico Prof. Dra. Julieta Oddone

Secretario General Dra. Sara Iajnuk

Tesorero Prof. Dra. Natalia Soengas

Secretario de Actas Dr. Julio N. Nemerovsky

Dr. Hugo A. Schifis

Lic. Héctor Larrea

Prof. Dr. Moisés Schapira

Mg. Jorge J. Schifis

Dra. Mg. Romina Rubin

Dr. Daniel Martínez

Dr. Roberto Gavazzi

Prof. Dra. Adriana M. A. Alfano

Dr. Ricardo A. Blanco

Dra. Patricia C. Casanova

Dr. Mariano Quezel

Vocales Titulares

Vocales Suplentes

Prof. Dr. Héctor D. Martínez Crossetto

Lic. Viviana Lugo

Dr. Carlos Engel

Consejo de Ex Presidentes

Prof. Dr. Federico Pérgola

Prof. Dr. Roberto Kaplan

Dr. Isidoro Fainstein

Dr. Hugo A. Schifis

Comisión de Ética 2012-2017

Prof. Dr. Federico Pérgola

Prof. Dra. Haydeé Andrés

Prof. Dr. Héctor A. Figini

Prof. Dr. Carlos M. Miguel

Prof. Dr. Julio A. Berreta

EDITORIAL Hacia el tercer dividendo demográfico Towards the third demographic dividend Rumo ao terceiro dividendo demográficoMurgieri Margarita

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):69-70 69

TRABAJO ORIGINAL Significado atribuido a la vejez por adultos mayores de ambos sexos, residentes en el Municipio Chacao (Caracas- Venezuela) Meaning attributed to old age by elderly people of both genders, living at the Municipio Chacao (Caracas, Venezuela)Significado atribuído à velhice por adultos idosos de ambos sexos, residentes no Município de Chacao (Caracas-Venezuela)Brandt A. Ana Corina, Guariento H. Mirenis G., Tirro A. Victoria I.

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):71-76 71 TRABAJO ORIGINAL Centros libres de sujeciones físicas: un estandar de oro de calidad Physical restraints free facilities: a gold standard of qualityCentros livres de contenções físicas: um standard de ouro de qualidade Burgueño Antonio A., Heras Carmen

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):77-82 77

ARTÍCULO DE INTERÉS Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la Atención Centrada en la Persona Gerontology services assessment: a new model based on Person Centered Care ApproachAvaliação dos serviços gerontológicos: um novo modelo baseado na atenção centrada na pessoa Martínez Rodríguez Teresa

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):83-89 83

COMUNICACIÓN Guía de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidadArgentine Society of Gerontology and Geriatrics Guideline for the evaluation and management of malnourished community-dwelling elders Guia da Sociedade Argentina de Gerontologia e Geriatria para o Manejo de Pessoas Idosas Malnutridas na Comunidade Jauregui José R., Manzotti Matías E.

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):90-95 90

ARTÍCULO DE REVISIÓN Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto MayorSafety of Quinolones in the ElderlySegurança do uso de Quinolonas em Adultos IdososNuñez, Mariano H.

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):96-101 96

ContenidosTomo XXXII - Vol. 31 - 3ra. Edición. Diciembre 2017 - Marzo 2018

69DIciembre 2017 - Marzo 2018

En el mes de Julio, algunos de nosotros tuvimos la

oportunidad de participar en el Congreso Interna-

cional de Gerontología y Geriatría en San Francisco,

cuya próxima versión en 2021 será en nuestro país.

Allí tuvimos ocasión de escuchar las palabras de Linda

Fried, la cual insiste en un concepto que pocas veces

tomamos como referencia en las organizaciones guber-

namentales o no gubernamentales relacionadas con los

derechos y el bienestar de las personas mayores.

Este concepto es el de “tercer dividendo demográfico”.

Se basa en cambiar la visión que se tiene de las per-

sonas mayores y no perder de vista que aquellos que

constituyen un creciente número año tras año, pueden

efectuar una contribución a la sociedad.

Los países deben adaptarse al envejecimiento de sus

poblaciones, reformar los sistemas de protección social

y de salud, que incluyen pensiones, atención sanitaria,

prestaciones sociales y de cuidados a largo plazo, fo-

mento del trabajo entre los que lo deseen y tengan ca-

pacidades, aumento de la participación en el mercado

laboral y la productividad, incluyendo iniciativas para el

aprendizaje durante toda la vida.

Llamamos dividendo demográfico a aquel rela-

cionado con el porcentaje de población activa y cómo

esa estructura afecta el crecimiento económico.

El primer y segundo dividendo demográfico tienen

tres mecanismos, uno es el aumento de población

en condiciones de trabajar, por ejemplo los hijos del

llamado “Baby Boom”, ocurrido en varios países post

guerra, entre 1945 y 1964, esta generación tiene mejor

salud y educación. El segundo mecanismo es el au-

mento de la capacidad de ahorro prejubilatoria. El

tercero es el aumento del capital humano.

El primer dividendo demográfico constituye un be-

neficio pasajero, se trata del aumento de la población

joven, el segundo consiste en mantener la producti-

vidad.

La proporción de personas entre 15 y 64 años (po-

blación en edad de trabajar) alcanzó su máximo en 2012

y actualmente está comenzando a descender.

La etapa posterior al segundo dividendo demográfico

consiste en el descenso de la tasa de fertilidad, debajo

de los niveles de reemplazo, ha disminuido el por-

centaje de población en edad de trabajar y el porcentaje

EDITORIAL

Hacia el tercer dividendo demográficoTowards the third demographic dividend

Rumo ao terceiro dividendo demográfico

Prof. Dra. Margarita Murgieri*

* Doctora en Medicina. Médica Geriatra. Máster en Gerontología Social Aplicada. Magíster en Género, Sociedad y Políticas. Directora de la Carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Morón. Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría. Subgerente Operativa del Hogar Martín Rodríguez de la Secretaría de Integración Social para Personas Mayores CABA.

70

Editorial

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

de los adultos mayores es de los más altos. si aumentan

sus niveles de ahorro e inversión, los países en esta

etapa, pueden aún cosechar el segundo dividendo de-

mográfico.

Según Linda Fried y otros renombrados investiga-

dores, es momento de plantearse el tercer dividendo

demográfico.

Éste se basa en el aporte de las personas mayores a

la sociedad, en cuanto a la seguridad de la familia, la

producción de alimentos, la crianza de generaciones de

menores, aumento del consumo, contribuciones tribu-

tarias, prestaciones sociales, voluntariado y transmisión

de valores, estas contribuciones son significativas si

bien son menos tangibles.

Estos investigadores efectuaron una experiencia de

Voluntariado en 19 ciudades (“Experience Corps”) donde

se incorporaron 700 personas mayores durante 4 años.

Dichas personas fueron capacitadas para ejercer como

voluntarios con niños, en temas como soporte aca-

démico, literario, transmisión de saberes , tradiciones y

valores, mediación de conflictos , etc.

En estos casos se observó mejoría psico-física y social

tanto en los niños como en los mayores, lo cual permite

ver el aumento de la expectativa de vida como una

relación “ganar-ganar” o “ganar-ganar-ganar” donde

también ganan las sociedades.

En las invitaciones a participar en este cuerpo de vo-

luntarios se leía “¿Tienes experiencia de vida para com-

partir? ¿Quieres hacer la diferencia?”

Estas experiencias y otras similares producen un au-

mento del Capital Social.

El Capital Social es un concepto que incluye recursos

tanto individuales como colectivos y estructurales como

contactos sociales y participación, sumado a aspectos

subjetivos ( soporte social y sentido)

Se asocia con salud mental y física y con disminución

del deterioro cognitivo, discapacidad y mortalidad.

Existe certidumbre acerca de que las intervenciones

sobre el Capital Social en salud son prometedoras.

Este tercer dividendo demográfico consiste en

presentar a las personas mayores no como un gasto

sino como una inversión que facilite el bienestar de

la sociedad.

Considerar de esta forma a las personas mayores es

crucial para que los responsables de las políticas pú-

blicas decidan las mismas.

En el Congreso mencionado, Jo Ann Jenkins acuñó

el término “Disrupt Aging” refiriéndose a la creación de

un movimiento para cambiar el relato sobre lo que sig-

nifica envejecer, para que el envejecimiento sea algo

para esperar y no algo que temer.

Es preciso que en cualquier lugar del mundo, las per-

sonas puedan envejecer en condiciones de dignidad

y seguridad, disfrutando de la vida gracias a la plena

vigencia de todos sus derechos humanos y libertades

fundamentales. Considerar tanto los desafíos como

las oportunidades es la mejor manera de asegurar un

mundo que envejece, menos desigual.

71Diciembre 2017 - Marzo 2018

Significado atribuido a la vejez por adultos mayores de ambos sexos, residentes en el Municipio Chacao (Caracas-Venezuela)

Brandt A. Ana Corina1, Guariento H. Mirenis G.2, Tirro A. Victoria I.3

1 Licenciada en Psicología. Universidad Metropolitana, 2 Licenciada en Psicología. Universidad Metropolitana, 3 Psicogerontóloga. Profesora Universitaria UCV- UNIMET

Correo electrónico: [email protected]

RESUMEN

Objetivos: Describir diferencias semánticas según género por hombres y mujeres con edades entre 65 y 74 años residentes en el Municipio Chacao (Caracas/Venezuela). Material y Métodos: Estudio descriptivo, no experimental, con 100 sujetos (50 mujeres y 50 hombres) seleccionados en un muestreo por conveniencia. Se empleó el instrumento de Diferencial Semántico, con 16 pares de adjetivos bipolares y tres reactivos (Adulto Mayor, Anciana y Anciano), y énfasis en las dimensiones: independiente-dependiente, productivo-improductivo, hábil-torpe. Resultados: Más del 70% atribuye al adulto mayor la categoría de independencia, productividad y habilidad. Las Ancianas son vistas como productivas y hábiles, con diferencias por género en la noción de independencia; tal diferencia también se atribuyó en el anciano con una tendencia positiva hacia los adjetivos: productividad y habilidad. Discusión: En la categoría de Adultos Mayores obtuvieron una visión positiva, atribuyéndose diversidad de polaridades en las categorías: Anciano- Anciana, siendo las variaciones principales en el grado de autonomía atribuido. Conclusión: El hombre realiza una elaboración más optimista en comparación con la mujer, porque las personas de sexo femenino asocian a la vejez con mayor pérdidas físicas y psicológicas, al igual que con la pérdida de los roles.

Palabras clave: vejez, significados, edad, género, adulto mayor

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):71-76

TRABAJO ORIGINAL

GERO

NTOL

OGÍA

Conflictos de interés: Las autoras no presentan conflictos de interés ni han recibido financiación para la realización del estudio.

Recibido el 29 de octubre de 2017; aceptado el 20 de noviembre de 2017

Meaning attributed to old age by elderly people of both genders, living at the Municipio Chacao (Caracas, Venezuela)

ABSTRACT

Objectives: To describe gender-specific semantic differences between men and women aged 65-74 living in the Chacao Municipality (Caracas/Venezuela). Material and Methods: Descriptive, non-experimental study with 100 subjects (50 women and 50 men) selected in a convenience sample. The instrument of Semantic Differential was used, with 16 pairs of bipolar adjectives and three reactives (elderly, old-man and old-woman), and emphasis on the dimensions: independent-dependent, productive-unproductive, skillful-awkward. Results: More than 70% attributed to the older adult the category of independence, productivity and ability. Old women are seen as productive and skillful, with gender differences in the notion of independence; such difference was also attributed in the old man with a positive tendency towards the adjectives: productivity and skill. Discussion: In the category of Older Adults they obtained a positive vision, being attributed diversity of polarities in the categories: old man/old woman, being the main variations in the degree of autonomy attributed. Conclusion: The man makes a more optimistic elaboration in comparison with the woman, because the female people associate the aging with greater physical losses and psychological, as with the loss of the roles.

Keywords: aging, meaning, age, gender, elderly

72

V. Tirro y cols.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Introducción

La vejez es una etapa de la vida en el que sobrevienen

una serie de cambios que se organizan en torno a cier-

tas características de orden físico, biológico, psicológico,

social y económico; estos aspectos parecieran influir

sobre los pensamientos, sentimientos, creencias, valo-

res, actitudes, conducta, personalidad y en la manera de

comportarse con los demás (Mishara y Riedel, 1999)1.

Desde la cronología, Neugarten (1982, c.p. Villamil y

Montañéz, 2004)2 establece dos categorías de vejez: “los

jóvenes viejos” que comprenden de 55 a 75 años y la de

“viejos viejos”, de 75 años en adelante; esta clasificación

según Zarebski (s.f., c.p. Villamil y Montañéz, 2004) se

fundamenta no en la edad en sí misma, sino en las carac-

terísticas sociales y de salud. Riley (1988, c.p. Neugarten,

1999)3 modifica estos criterios y propone tres grupos de

“viejos” en función de su edad: los “viejos-jóvenes”, en-

tre 65 y 74 años, los “viejos-viejos” entre 75-85 años, y

aquellos con 86 años y más, que son los “viejos-muy vie-

jos”. En esta investigación se trabajó con el primer grupo

que establece Riley llamado: “viejos-jóvenes” ya que son

personas que se encuentran entre la culminación de su

vida adulta y el comienzo de la vejez. Dicha etapa viene

acompañada de una serie de cambios de índole emo-

cional, familiar y laboral que afectan el significado que

estos sujetos construyen de la vejez.

El Municipio Chacao posee la mayor cantidad de po-

blación de adultos mayores en la ciudad de Caracas, el

cual está representado por el 23% total de los habitan-

tes, en cambio, el resto de los municipios del Distrito

Capital cuentan sólo con un 10% de ancianos (Alcaldía

del Municipio Chacao, 2003)4. Gracias a ello, se estudió

el significado de la vejez en hombres y mujeres residen-

tes en el Municipio Chacao de la ciudad de Caracas. En la

actualidad, hay escasa información sobre la visión que

tienen de la vejez los adultos mayores venezolanos.

La autopercepción, es un elemento que se encuentra

presente en todas las etapas del curso vital, incluyendo

la vejez, ya que condiciona la organización del propio

comportamiento, como vía de crecimiento y de integri-

dad personal (Domínguez-Guedea, 1999, c.p. Noriega,

Guedea, Alvarez, Albuquerque y Reabra, 2007)5. En lo

que se refiere a los adultos mayores, dichos autores

señalan que ante las pérdidas biológicas, psicológicas y

cambios sociales vividos, el autoconcepto sufre altera-

ciones que van a mediar la percepción que tengan sobre

la vejez como otra etapa de vida. Por esta razón, se con-

sidera relevante mencionar ambos conceptos, sin ahon-

dar en ellos, ya que dichas variables personales depen-

Significado atribuído à velhice por adultos idosos de ambos sexos, residentes no Município de Chacao (Caracas-Venezuela)

RESUMO

Objetivos: descrever diferenças semânticas segundo o gênero em homens e mulheres com idades entre 65 e 74 anos residentes no Município de Chacao (Caracas-Venezuela). Material e Métodos: estudo descritivo, não experimental, com 100 indivíduos (50 mulheres e 50 homens) selecionados a partir de uma amostragem feita de acordo com a conveniência do estudo. Foi utilizado o instrumento de Diferencial Semântico, com 16 duplas de adjetivos bipolares e três adjetivos reativos (“adulto idoso” [adulto mayor], “ancião” [anciano], “anciã” [anciana]) e ênfase nas seguintes dimensões: independente-dependente, produtivo-improdutivo, habilidoso-desajeitado. Resultados: mais de 70% atribui ao adulto idoso a categoria de independência, produtividade e habilidade. As anciãs são consideradas como produtivas e habilidosas, e existe uma diferencia de acordo com o gênero na noção de independência. A mesma diferença se registrou no caso do ancião, com uma tendência positiva em relação aos adjetivos: produtividade e habilidade. Discussão: na categoria de “adultos idosos” se registrou uma visão positiva, atribuindo uma diversidade de polaridades nas categorias “ancião-anciã”, sendo que a variação principal se registrou no grau de autonomia atribuído. Conclusão: o homem faz uma elaboração mais otimista em comparação com a mulher, porque as pessoas do sexo feminino associam a velhice com maiores perdas físicas e psicológicas, o qual ocorre também com a perda em relação aos papéis.

Palavras-chave: Velhice, significados, idade, gênero, adulto idoso

73

Significado atribuido a la vejez por AM de ambos sexos del Municipio Chacao

Diciembre 2017 - Marzo 2018

den del significado que atribuyen los “viejos-jóvenes” a

la vejez, estableciéndose entre éstos un ajuste continuo

mediado en la forma cómo se percibe el mundo y la rea-

lidad circundante.

Resulta evidente que las personas adultas mayores

emiten contenidos y opiniones sobre la vejez a sus coe-

táneos, lo cual pareciera ser una expresión de lo que la

sociedad atribuye constantemente al anciano. Tal hecho

se viene construyendo desde los primeros años de vida,

donde el individuo se enriquece de su entorno y expe-

riencias incorporando creencias y tradiciones que con-

ducirán sus actitudes a la interacción con el otro (Barlow

y Durand, 2012)6.

Como consecuencia, el problema radica en el des-

conocimiento del significado y las construcciones que

se hacen en torno a la vejez por parte de sus propios

protagonistas. Por ende, el rango de edad seleccionado

(“viejos-jóvenes”) coincide con el proceso de adaptación

a la jubilación; la cual es la etapa de ajuste, en donde se

evidencian ciertos cambios significativos e inquietantes,

además de ser objeto de estereotipos y valorizaciones.

Un entorno hostil limita el disfrute de los individuos

que se desenvuelven en él, es por ello que el bienestar

y la calidad de vida se ven afectados. Un consecuente

de esta situación es la percepción de satisfacción con

la vida y el rol que desempeña en los afectos de los in-

dividuos. Sin embargo, existen otras cualidades intrín-

secas del individuo que lo ayudan a sobrellevar estas

vicisitudes tanto físicas como sociales y psicológicas.

Esta vulnerabilidad, se ve compensada por las relacio-

nes vinculares, la educación, actividad y rendimiento

laboral, actividades recreacionales, etc. (Díaz, Buiza y

Yanguas, 2010)7.

El significado del envejecimiento que poseen los mis-

mos adultos mayores, ha sido tomado en consideración

escasas veces, sobre todo en el propio territorio vene-

zolano, donde se ha incrementado notablemente el

porcentaje de personas mayores. Según el último censo

realizado por el Instituto Nacional de Estadística (2001)8

el total poblacional es de veintitrés millones cincuenta y

cinco mil (23.055.000) habitantes, siendo la cantidad to-

tal de adultos mayores un millón quinientos quince mil

(1.515.000) de los cuales, los “viejos-jóvenes” (entre 65

y 74 años) representan seiscientos ochenta y cinco mil

(685.000) venezolanos; cifra importante a considerar.

De esta forma, se buscó conocer las diferencias por

género en las dimensiones: independiente-dependien-

te, productivo-improductivo, hábil-torpe ante la noción

de Adulto Mayor, Anciana, Anciano por parte de perso-

nas que ya están inmersos en la etapa de la vejez.

Materiales y métodos

El estudio realizado se llevó a cabo bajo una metodo-

logía cuantitativa, a través de la medición controlada y

objetiva para lograr la generalización de los resultados

obtenidos en la población capitalina venezolana.

En cuanto al tipo de investigación, consistió en un es-

tudio descriptivo para describir situaciones y eventos

que resaltasen las propiedades de personas, grupos,

comunidades o cualquier fenómeno que sea sometido

a análisis (Hernández, Fernández y Baptista, 2006)9. De

esta manera, se buscó conocer e identificar la forma

cómo las personas mayores construyen el significado

de la vejez, desde sus propias vivencias.

Por otro lado, el tipo de diseño que se llevó a cabo

fue un estudio no experimental, según Kerlinger y Lee

(2001)10 ya que el investigador se limitó a observar los

acontecimientos en su ambiente natural para después

analizarlos.

El procedimiento para seleccionar la muestra se reali-

zó a través del muestreo por conveniencia. Los sujetos

fueron elegidos al azar, basándose en el gran número

de residentes adultos mayores que habitan en el Mu-

nicipio Chacao. De esta manera, los investigadores se

situaron en una zona representativa de la localidad, al

igual que se realizaron visitas a distintos hogares, don-

de residen personas que poseen edades comprendidas

entre 65 y 74 años, para lograr la administración del ins-

trumento a través de un contacto cara a cara.

Tomando en cuenta todo lo anterior, se pudo esta-

blecer que los criterios necesarios para seleccionar la

muestra fueron: personas con edades comprendidas

entre 65 y 74 años, ambos sexos, residentes en el Muni-

cipio Chacao y sin alteraciones Cognitivas.

Para analizar el significado de la vejez fue necesaria

la aplicación del Diferencial Semántico “el cual, es un

procedimiento destinado a medir la significación que

tienen ciertos objetos, hechos, situaciones o personas

para los encuestados” (Carmona y Durán, 2006, p.1)11.

74

V. Tirro y cols.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

La herramienta mencionada, fue utilizada en el estudio

de Arnold-Cathalifaud, Thumala, D., Urquiza, A. y Ojeda,

A. (2007)12 “El significado de la vejez desde la mirada de los

jóvenes universitarios chilenos” y estuvo conformada por

16 pares de adjetivos dicotómicos, entre los cuales, se

marcó una distancia de siete 7 puntos generados a par-

tir de los estereotipos sociales establecidos en la vejez.

Así mismo, fue necesaria la aplicación del Mini Examen

Mental (MMSE), para descartar algún tipo de alteración

cognitiva en los sujetos pertenecientes a la muestra.

Para la aplicación de dicho instrumento, inicialmente

se les explicó el objetivo del estudio a los participantes,

luego, los investigadores expusieron detalladamente

las instrucciones para la aplicación del MMSE, el cual se

corrigió en el momento, para comprobar que los suje-

tos no padecieran alguna alteración cognitiva. Si la per-

sona lograba obtener 25 puntos o más, se proseguía a

explicar las instrucciones necesarias para el llenado del

cuestionario, donde se encontraban las variables demo-

gráficas, así como también, los pasos que debían seguir

para completar el Diferencial Semántico.

Resultados

De acuerdo con el instrumento aplicado, los sujetos

que pertenecieron a la muestra consideraron que en

el Item “Independiente-Dependiente” en el primer re-

activo (Adulto Mayor), existe una tendencia hacia el ex-

tremo positivo, considerándolos como personas “Inde-

pendientes” con una proporción del 73%. Es importante

señalar, que un 62% de los hombres concibieron a éstos

de una manera más positiva, igualmente, las mujeres

también marcan esta misma tendencia a la hora de

definir al Adulto Mayor, ya que obtuvieron un puntaje

superior al 80%. Por otro lado, se pudo observar un fe-

nómeno particular, en el caso de los reactivos de An-

ciana y Anciano, donde un 45% de los sujetos conside-

raron que las Ancianas son “Independientes” y un 46%

las consideró “Dependientes” Los hombres obtuvieron

una visión ambigua, al otorgarles 44% a la categoría de

independiente y el 42% a dependencia. Las mujeres, en

un 50% perciben a la anciana como dependiente. En el

caso de los Ancianos se obtuvo un 46% para el extremo

positivo y un 44% para el extremo negativo, oscilando

los resultados de forma ambigua. Las mujeres perciben

a los ancianos como dependientes (42%), mientras que

los hombres en un 50% le otorgan la categoría de inde-

pendientes.

En el par de adjetivos “Productivo-Improductivo” se

observó una tendencia alta en el reactivo de Adulto Ma-

yor hacia el extremo positivo, ya que se obtuvo un 83%

de manera general. Específicamente, en el caso de las

mujeres, se logró obtener un 92%, la cual, es una cifra

mucho más elevada a la que obtuvieron los hombres

(74%). De la misma manera, en el reactivo siguiente (An-

ciana) también se alcanzó un puntaje dirigido hacia el

extremo positivo. En relación a los Ancianos, se pudo

demostrar, que el 51% de los participantes considera-

ron que estos son “Productivos”. Las mujeres no logra-

ron obtener un puntaje realmente definido como ocu-

rrió en el caso de los hombres (56%), donde un 40% le

atribuyeron improductividad y un 46% consideraron la

cualidad de productividad.

En el par “Hábil-Torpe” un 75% de la muestra opinó

que los Adultos Mayores son “Hábiles”. En el reactivo

de Anciana se presentó una marcada tendencia hacia el

polo positivo, ya que más de 58% de hombres y muje-

res le atribuyeron la característica de “Hábil”. En el caso

del Anciano, se presentó un alto porcentaje de sujetos

(entre un 48% y 50%) que le atribuyen a éste, dicha ca-

racterística positiva.

Discusión

Para el par de adjetivos “Independiente-Dependien-

te”, en el caso del Adulto Mayor pareciese ser que la ma-

yor parte de la muestra los considera “Independientes”

ya que se asocia con un período de transición entre el

trabajo y la jubilación, preservándose las actividades

que se venían realizando (Hansen, 2003)13. En el reacti-

vo de las Ancianas, la posición general es ambigua con

relación a este par de adjetivos, lo cual podría deberse a

la importancia de seguir llevando las responsabilidades

de la familia a pesar de la edad y no representar una

carga para sus parientes (Papalia, 1990 c.p. Jiménez y

cols, 2001)14, acentuado aún más por el matricentrismo

o valoración femenina en el núcleo familiar venezola-

no. Los hombres mayores desde su posición protecto-

ra, asociada al género catalogaron a las ancianas como

dependientes. En el caso de los Ancianos, la muestra

75

Significado atribuido a la vejez por AM de ambos sexos del Municipio Chacao

Diciembre 2017 - Marzo 2018

general parece concebirlos como personas “Indepen-

dientes” debido a que los considerarían aún activos en

sus quehaceres diarios, sin embargo, los hombres le

atribuyen la posibilidad de autonomía mucho más que

las mujeres, quienes mostraron una posición poco defi-

nida, donde pareció prevalecer elementos peyorativos

asociados a la categoría. De esta forma, el hombre pue-

de mostrar mayor proceso empático con la población

mayor de su mismo género, entendiéndose como un

proceso de índole emocional que abarca el sentimiento

vicario o compartido frente a la experiencia emocional

de otra persona (Muñoz y Chávez, 2013)15.

Con respecto a los adjetivos “Productivo-Improducti-

vo” un gran porcentaje de la muestra consideró a los

Adultos Mayores como personas “Productivas” al aso-

ciarse con la posibilidad de un ingreso económico deri-

vado de la jubilación. En el caso de la Anciana, la mayoría

de las personas pertenecientes a la muestra la conside-

raron “Productiva”, lo cual se debería a que las mujeres

realizan labores que tienen que ver con los cuidados del

hogar que les permite mantenerse activas y parecieran

no experimentar un cese formal de sus actividades.

Aunque la mayoría de los encuestados opinaron que

los Ancianos son “Productivos”, las mujeres presentaron

posiciones encontradas entre ambos adjetivos, ya que

también le atribuyeron la característica de “Improduc-

tivos” asociado a la noción de no estar cumpliendo con

el rol de proveedor familiar que les asigna la sociedad

(Olavarría, 2009)16.

Al observar el par de adjetivos “Hábil-Torpe” en el re-

activo de Adulto Mayor, Anciana y Anciano se hizo evi-

dente una visión positiva, al considerarse el valor de la

experiencia y el aprendizaje que otorgan los años. Hubo

un porcentaje de hombres y mujeres que atribuyeron

torpeza en la ejecución del anciano, lo cual pareciera

vincularse con debilitamiento y cambios generales en su

desempeño. Tal como expresa Craig y Baucum (2009)17

puede haber disminución en las propiedades corpo-

rales como el peso, la materia ósea y la movilidad, así

como envejecimiento cerebral.

Conclusiones

Se confirma que la categoría adulto mayor es menos

peyorativa que la de anciano y anciana, atribuyéndole

adjetivos positivos por parte de personas que ya forman

parte de la etapa de vejez. Al momento de establecer el

significado de dicho reactivo los participantes del estudio

los consideraron como: “independientes”, “productivos”

y “hábiles”, debido a las diversas posibilidad existentes

entre las personas que se encuentran inmersos en el

ámbito laboral y aquellos que ya no cuentan con una

rutina de trabajo, aunque siguen teniendo recursos

para llevar una vejez activa.

Una anciana fue descrita como una persona: “produc-

tiva”, y “hábil” por estar a cargo de diversas funciones fa-

miliares informales que implican responsabilidad den-

tro del hogar. Sin embargo, se logra determinar que los

hombres las describieron como personas dependien-

tes, asociado al hecho de figurar como protector ante el

género femenino. Se logró observar además, que en el

momento en que la mujer establece un significado acer-

ca de ésta, la juzga de manera más severa, al atribuir

a la anciana cierta desvinculación con la posibilidad de

actuar de forma autónoma.

Los hombres percibieron al Anciano como: “hábil”,

“productivos” e “independientes”, fortaleciéndose ele-

mentos empáticos con su género. De manera contraria,

las mujeres los conciben como: “dependientes” e “im-

productivos”, por no estar cumpliendo con el rol que les

asigna la sociedad.

En resumen, se logró determinar que el hombre reali-

za una elaboración más optimista de esta etapa de vida

en comparación con la mujer, posiblemente porque las

personas de sexo femenino asocian a la vejez con dismi-

nución de habilidades físicas, psicológicas y cognitivas,

al igual que con la pérdida de funciones sociales.

Referencias

1. Mishara B, Riedel R. El proceso de envejecimiento. 1999 Madrid: Ediciones Morata.

2. Villamil C, Montañéz M. ¿Qué es la Gerontología? 2004 [En línea]. Recuperado el 15 de Diciembre de 2009 de http://weblog.maimonides.edu/gerontologia2004/archives/000130.html

3. Neugarten B. Los significados de la Edad. 1999 España: Editorial Herder.

4. Alcaldía del Municipio Chacao. Eliminada la palabra anciano del municipio Chacao. 2003 [En línea]. Recuperado el 14 de abril de 2009 de http://www.chacao.gov.ve/noticiasdetail.asp?Id=765

5. Noriega J, Guedea M, Alvarez J, Albuquerque F, Seabra M. Autoconcepto, locus de control y orientación al éxito: sus relaciones predictivas en adultos mayores del noreste brasileño. 2007 [En línea]. Recuperado el 11 de Noviembre de 2009 de http://scielo.bvs-psi.org.br/scielo.php?pid=S167851772007000100008&script=sci_arttext&tlng=es

6. Barlow D, Durand M. Psicopatología: un enfoque integral de la psicología anormal. 2012 (6ta ed). Cosegraf: CENGAGE Learning.

76

V. Tirro y cols.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

7. Díaz U, Buiza C, Yanguas J. Cognitive reserve: evidence, limitations and future research lines. Revista Española Geriatría y Gerontología. 2010; 45(3):150-155.

8. Instituto Nacional de Estadística. Población total, por área y sexo, según grupo de edad, censo 2001. 2001; Caracas. Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo.

9. Hernández R, Fernández C, Baptista P. Metodología de la Investigación. 2006 (4ta Ed). México: Mc Graw Hill.

10. Kerlinger F, Lee H. Investigación del comportamiento. Métodos de investigación en ciencias sociales. 2001 (4ta Edición). México: McGraw Hill.

11. Carmona J, Durán O. Diferencial Semántico. 2006 [En línea]. Recuperado el 16 de Abril de 2009 de www.espacioblog.com/myfiles/quirosleiva/Diferencial-semántico-por-Orozco-y-Roldán.

12. Arnold-Cathalifaud M, Thumala D, Urquiza A, Ojeda A. La vejez desde la mirada de los jóvenes chilenos: Estudio exploratorio. 2007 [En línea]. Recuperado el 02 de abril de 2009 de http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071822362007000200005&script=sci_arttext

13. Hansen B. Desarrollo en la Edad Adulta. 2003 México: Editorial El Manual Moderno.

14. Jiménez L, Cruz I, Medina C. La vejez. 2001 [En línea]. Recuperado el 07 de Diciembre de 2009 de http://vejez.galeon.com/index.html

15. Muñoz Zapata A, Chavez Castaño L. La empatía: ¿un concepto unívoco? 2013 Katharsis, (16):123-143.

16. Olavarría J. Ser Padre en Santiago de Chile. 2009 [En línea]. Recuperado el 25 Mayo de 2010 de http://www.diamundialdelhombre.com/index_archivos/jose_olavarria_pagina4.htm

17. Craig G, Baucum D. (2009) Desarrollo psicológico (9na Ed). México: Pearson educación.

77DIciembre 2017 - Marzo 2018

Centros libres de sujeciones físicas: un estándar de oro de calidadAntonio A. Burgueño1, Carmen Heras2

1 Director médico del Programa Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer España2 Coordinadora de Enfermería del Programa Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer-España

Correo electrónico: [email protected]

Conflictos de interés: Los autores no presentan conflictos de interés.

Recibido el 24 de septiembre de 2017; aceptado el 20 de octubre de 2017

TRABAJO ORIGINAL

RESUMEN

Los procesos de eliminación de sujeciones (desatar) enfocados a mejoras/adecuaciones medioambientales, ajustes organizativos, y capacitación especial en prevención de caídas y prevención y manejo de los SPCD, han desembocado en decenas de Centros libres de sujeciones comprobados, que se han visto totalmente transformados. Sólo los Centros que han ido suprimiendo todas las sujeciones, y se han tomado su tiempo para erradicarlas y han logrado los cambios necesarios, son los Centros que se han convertido en Centros libres de sujeciones. Por el contrario, hemos observado que los Centros que mantienen sujeciones sufren de un fuerte freno a las mejoras y adecuaciones, ya que las sujeciones resuelven aquellos casos más complejos, aquellos que para prescindir de las sujeciones obligan a hacer cambios. Nuestra primera conclusión es que desatar es un motor de mejora, con influencia en múltiples procesos asistenciales y que la suma de las mejoras conseguidas se traduce en que ser un Centro libre de sujeciones consolidado es cumplir un estándar de oro de calidad asistencial, más allá de todas las demás implicaciones, de carácter humano y ético, que puede haber en el esfuerzo de evitar usar sujeciones.

Palabras clave: Sujeciones; calidad de vida; residencias

GERO

NTOL

OGÍA

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):77-82

Physical restraints free facilities: a gold standard of quality

ABSTRACT

The processes of elimination of physical restraints, focusing to environmental improvements, organizational adjustments, and special training in fall prevention and prevention and management of BPSD have resulted in dozens of restraints free facilities, which have been totally transformed. Only the facilities that have gone “for all”, and have taken their time to eradicate them while they were achieving the necessary changes are the facilities that have become free of restraints. On the contrary, we have observed that the facilities that maintain restraints suffer from a strong brake to the improvements and adaptations. Our first conclusion is that untie is a drive to improvement, with influence in multiple care processes and that the sum of the improvements achieved translate that being a restraints free facility consolidated is to meet a gold standard of care quality, beyond all other human and ethical implications that may exist in the effort to avoid using restraints.

Keywords: Physical Restraints; quality of life; nursing homes

Centros livres de contenções físicas: um standard de ouro de qualidade

RESUMO

Os processos de eliminação das contenções (desatar) enfocados em melhoras/adequações ambientais, ajustes organizacionais e capacitação especial em prevenção de quedas e em prevenção e manejo dos Sintomas Comportamentais e Psicológicos da Demência (SCPD) desembocaram em dezenas de centros livres de contenções comprovados, que se viram totalmente

78

transformados. Somente os centros que suprimiram todas as contenções, que dedicaram o tempo necessário para erradicá-las e conseguiram as mudanças necessárias são os centros convertidos em centros livres de contenções. Contrariamente, observamos que os centros que mantiveram contenções sofrem um forte freio às melhoras e adequações, já que as contenções resolvem aqueles casos mais complexos; aqueles que, para prescindir das contenções, obrigam a realização de mudanças. Nossa primeira conclusão é de que desatar é um motor de melhora, com influência em múltiplos processos assistenciais, e que a soma das melhoras conseguidas se traduz em que ser um centro livre de contenções consolidado é cumprir um standard de ouro de qualidade assistencial, para além de todas as demais implicações, de caráter humano e ético, que podem estar no esforço de evitar as contenções.

Palavras-chave: Contenções, qualidade de vida, residências

A. Burgueño y col.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Introducción

España lideraba, ya en los ‘90, el ranking de prevalen-

cia de la utilización de sujeciones físicas entre aquellos

países que publicaban su propia información1,2,3. Esa fue

la razón principal para crear, en el año 2003, Programa

Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer en Espa-

ña. Hubo otras razones importantes como los efectos

psicológicos que pueden producir las mismas4,5 y las

consecuencias del uso diario en la salud de las personas

mayores6,7,8,9.

El objetivo del programa fue la de reducir el uso de su-

jeciones físicas hasta alcanzar valores semejantes a los

países de nuestro entorno; para ello se llevó a cabo una

revisión de la literatura científica existente sobre facto-

res relacionados con su utilización10,11,12,13,14,15,16,17,18,19, a

fin de diseñar estrategias aplicables a los centros espa-

ñoles. Las primeras ideas se plasmaron en experiencias

piloto de intervenciones en residencias voluntarias, has-

ta la aparición de los primeros Centros totalmente libres

de sujeciones, que permitieron comprender las claves

de esos resultados.

Los primeros Centros totalmente libres de sujeciones,

que mantenían su aplicación durante por lo menos un

año, permitió diseñar una nueva metodología para su

erradicación, cuyo resultado permitió que en la actuali-

dad existan decenas de Centros libres de sujeciones en

España.

Se observó que, al igual que los resultados arrojados

por estudios desarrollados en otros países, las encues-

tas a profesionales demostraron que las principales ra-

zones para aplicar sujeciones son, en primer lugar, evi-

tar el riesgo de caídas; en segundo lugar, el temor a las

acciones legales secundarias a las mismas, y, por último,

la necesidad de contar con más personal para que estas

puedan ser evitadas.

El Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de

Alzheimer tiene como objetivo crear un “escenario

propicio” para que, los Centros que se sumen al Proyecto

para erradicar las sujeciones, desarrollen su Proyecto de

manera más accesible.

Cuando se utiliza el término sujeción física, nos re-

ferimos a la conceptualización que hace Bleijlevens

MH y colab., quien sostiene que “Cualquier acción o

procedimiento que evita la libertad de movimiento de

una persona a la posición que elija y el normal acceso

a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método

aplicado sobre ella, o adyacente a ella, del que no puede

liberarse con facilidad”.20

El objetivo inicial del Programa Desatar evolucionó

desde la reducción de la prevalencia del uso de sujecio-

nes físicas en los Centros españoles, hasta lograr Cen-

tros totalmente libres de ellas. De hecho, las dos eta-

pas del “Programa Desatar” han permitido reconocer

las diferencias entre los Centros que buscaron desde

el principio erradicar las sujeciones y aquellos que sólo

buscaron reducir su uso manteniendo cierto grado de

tolerancia en la utilización de algunas de ellas, bajo cier-

tas circunstancias.

Material y métodos

El trabajo se realizó en Residencias de Ancianos en Es-

paña, que demostraron la voluntad de participar bajo

los términos propuestos. No se establecieron exclusio-

nes para la selección de los Centros ni por capacidad,

ubicación, grado de complejidad, o afán de lucro.

79

Centros libres de sujeciones físicas

Diciembre 2017 - Marzo 2018

El Programa Desatar consta de dos facetas diferentes

en cuanto a su metodología: una, buscar la reducción

parcial de las sujeciones, y la otra, lograr Centros total-

mente libres de ellas, desechando desde el principio lo-

gros menos ambiciosos. El trabajo directo y longitudinal

en todos los Centros, durante el desarrollo de ambas

facetas, permitió observar los cambios producidos en

unos y otros Centros.

Los Centros incluidos en la primera etapa fueron so-

metidos a un trabajo de campo para realizar un diag-

nóstico inicial de situación para efectuar posteriormen-

te las respectivas recomendaciones; a esto se sumó una

capacitación sobre la utilización de sujeciones. Luego,

los Centros desarrollaron sus propias estrategias obte-

niendo distintos resultados.

Los resultados observados en los Centros incluidos en

la primera etapa, dieron lugar a una etapa de transición

y cambios en la metodología utilizada. La clave de los

logros obtenidos se basó, fundamentalmente, en la acti-

tud determinante de las más altas esferas organizativas

de todos los centros, de manera tal que el inicio de la se-

gunda etapa se caracterizó por el claro compromiso de-

mostrado para desatar a los residentes y dar un apoyo

inequívoco a todas las acciones necesarias para lograr

un escenario libre de sujeciones.

En esa segunda etapa, y tras lo aprendido en cuanto

a aspectos a corregir se refiere, se incorporaron nue-

vas acciones de apoyo a los Centros que aceptaban

procurar una residencia libre de toda sujeción. El apoyo

brindado a los Centros mejoró la realización de un diag-

nóstico más preciso sobre las condiciones a reformar en

cada Residencia de forma individualizada. También se

reforzó el empoderamiento de cada equipo, que parti-

cipó activamente en el diagnóstico y recibió una forma-

ción práctica para prevenir eficazmente las consecuen-

cias más graves de las caídas y para prever y manejar las

conductas más desafiantes de las personas con demen-

cia en el contexto residencial.

El diagnóstico enfatiza la evidencia de deficiencias en

la seguridad física pasiva, especialmente en las habita-

ciones, donde se produce la mayor parte de las caídas;

en aspectos organizativos que influyen en una mayor

o menor incidencia de las mismas; en el conocimiento

de los perfiles conductuales más prevalentes de las per-

sonas con demencia, y en comprender las causas que

responden a las conductas reactivas más desafiantes.

Además, se indagó en cada Centro sobre el tipo de re-

lación con los familiares, dado que la aplicación final

de las sujeciones físicas siempre responde a una es-

pecie de negociación con ellos sobre la seguridad que

se pretende para la persona demente que es incapaz

de decidir. También se hizo hincapié en aspectos clave

tales como la metodología asistencial y la cultura de la

organización, la dinámica del equipo frente al uso de su-

jeciones y sus factores precipitantes, así como también

en la cultura de seguridad y de responsabilidad. La ob-

servación directa, las entrevistas con los profesionales

y la revisión de registros fueron los métodos aplicados

para hacer el diagnóstico.

Sobre la base del diagnóstico realizado, se elaboraron

propuestas que se discutieron con el equipo del Centro

en una reunión organizada a tal efecto, donde también

se decidió la formación que sería necesario impartir.

En resumen, los aspectos clave del éxito para lograr

Centros libres de sujeciones fueron la selección de Cen-

tros con líderes comprometidos, la no utilización de su-

jeciones desde el principio y el énfasis puesto en la pre-

vención de nuevas sujeciones, incluso desde el mismo

ingreso en muchos casos.

Las sujeciones existentes al inicio del proceso se

evaluaron y se clasificaron por prioridades para ir eli-

minándolas, caso por caso, de forma individualizada,

renegociando con las familias un nuevo plan de cuida-

dos, enfatizando la calidad de vida y la introducción de

nuevas medidas de seguridad física diferentes de las

sujeciones.

Finalmente, los resultados visibles en los Centros li-

bres de sujeciones fueron evaluados gracias a un siste-

ma de acreditación establecido por CEOMA (Confedera-

ción Española de Organizaciones de Mayores), entidad

promotora del Programa Desatar, que se comprometió

a acreditar a los Centros auditados por los técnicos del

Programa.

Resultados

Los resultados se clasificaron en directos e indirectos,

considerando como directo un único resultado: la pre-

valencia cero de sujeciones físicas sostenida en el tiem-

po, objetivo que se logró en los distintos Centros entre

80

A. Burgueño y col.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

los 6 meses y 2 años, con una tendencia promedio de 1

año. Todos los centros libres de sujeciones involucrados

son Centros privados, con o sin fines de lucro, que cuen-

tan entre 22 y 300 plazas.

Los resultados indirectos fueron fruto del trabajo ne-

cesario para lograr la erradicación de las sujeciones, y

son resultados en términos de adecuaciones, ajustes or-

ganizativos, y mejoras de conocimientos y experiencia

de los profesionales del Centro, cambios que permiten

intuir que la calidad asistencial mejora sustancialmente

y en diversos aspectos. Los indirectos no son resultados

finales desde el punto de vista asistencial, sino que son

cambios en los procesos asistenciales y en el contexto

en el que la asistencia se produce.

Hace ya 7 años que surgieron y se acreditaron Centros

libres de sujeciones, durante los cuales se acumuló un

número ya significativo en la actualidad, y que ha permi-

tido dejar asentados los cambios encontrados sistemáti-

camente en todos ellos, en cuanto a procesos se refiere.

Al tener en cuenta la importancia de las caídas en re-

lación con el uso de sujeciones en todos los Centros, se

realizó un pequeño estudio estadístico con datos agre-

gados de los últimos 12 meses. El agregado de todos los

Centros muestra los porcentajes de caídas, los lugares

y la franja horaria en los que las mismas se producen.

(Gráficos 1 y 2)

El trabajo directo con los Centros ha permitido obte-

ner otros resultados indirectos que responden al proce-

so del diagnóstico preliminar, que permitió reconocer

algunas características comunes entre aquellos Centros

en los que se acostumbraba a usar sujeciones y, en con-

creto, evidenciar deficiencias. Las deficiencias más co-

munes se describen en la Tabla 1.

Cabe destacar que muchas de esas deficiencias ha-

bían pasado desapercibidas a los profesionales de los

Centros, dando cuenta de que algunos problemas de

seguridad se manejan, en gran medida, con sujeciones.

El empeño en prevenir y eliminar todas las sujeciones

llevó a los Centros y a sus equipos asistenciales a corre-

gir esas deficiencias, lo que provocó una transformación

dramática al cabo del tiempo, que se advirtió al evaluar

cada nuevo Centro libre de sujeciones, en especial des-

pués de más de un año de lograrlo.

En los Centros en proceso de adecuación, se comenzó

a observar cómo los casos de sujeción o de posible su-

jeción, eran discutidos en las reuniones periódicas del

equipo, llegando a considerar factores relacionados más

directamente: que el equipo sintiera la necesidad de

aplicar una sujeción ante situaciones tales como el ries-

go de caídas, la aparición de conductas muy disruptivas

o de hiperactividad motora, el uso de fármacos psicotró-

picos, el uso de barandillas, o deficiencias organizativas

que llevaban a una escasa posibilidad de vigilar a resi-

dentes de más riesgo, o deficiencias en ayudas técnicas

o de estructura física de los lugares de uso común de

los residentes, que hacían temer que pudieran ocurrir

accidentes graves. Todo ello se tradujo en mejoras y ade-

cuaciones relacionadas, en mayor o menor grado, con

las deficiencias descriptas en la Tabla 1, siendo aquellas

más marcadas en los Centros que más tiempo habían

permanecido como Centros libres de sujeciones.

Discusión

El uso de sujeciones no sólo tiene efectos negativos

para la persona objeto de ellas, sino también para los

Gráfico 2. Caídas por franjas horarias

0   10   20   30   40   50   60  

08  -­‐  10  10  -­‐12  12  -­‐14  14  -­‐16  16  -­‐18  18  -­‐20  20  -­‐22  22  -­‐24  00  -­‐  02  02  -­‐  04  04  -­‐  06  06  -­‐  08  

CAÍDAS POR FRANJAS HORARIAS

Gráfico 1. Porcentaje de caídas por lugar

HABITACIÓN  51%  

BAÑO  GERIATRICO  4%  

PASILLOS  9%  

SALAS  COMUNES  26%  

COMEDORES  6%  

EXTERIOR  2%   GIMNASIO  

1%   ASCENSORES  1%  

CAÍDAS  POR    LUGARES  

81

Centros libres de sujeciones físicas

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Tabla 1: Deficiencias más comunes evidenciadas en los procesos diagnósticos de los centros

• Los problemas derivados del uso de sujeciones y de nuevas prescripciones de psicofármacos no se discuten en sesiones del equipo multidisciplinario.

• Déficits de seguridad física pasiva en las habitaciones, para que el residente realice el circuito cama-baño.

• Ningún sistema de cobertura de suelos duros en habitaciones.

• Cultura de seguridad que busca la inmovilidad como clave de seguridad.

• Cultura de la responsabilidad, que hace recaer la responsabilidad de los accidentes en los profesionales de atención directa.

• Las tareas de levantar y acostar al paciente no responden a criterios de seguridad y de necesidades de las personas con demencia, a pesar de que la mayor incidencia de caídas en residencias se da en esos horarios.

• Actitud defensiva a la hora de negociar con las familias la seguridad del residente.

• El registro de una caída responde más a la necesidad de informar a los familiares que a la necesidad de realizar un buen análisis causa-raíz.

• La respuesta dominante a los síntomas conductuales más desafiantes de las personas con demencia es farmacológica.

• Existencia de un sistema de megafonía, como sistema dominante de comunicación en el Centro.

• El grado de vigilancia en áreas comunes es bajo, ya que las personas de más riesgo están sometidas a sujeciones.

• La iluminación en las zonas en las que los residentes tienen que desenvolverse es, en general, deficiente y con grandes diferencias de intensidad entre espacios, especialmente en las habitaciones, que suelen carecer de iluminación nocturna adecuada a sus actividades.

• Política de vida nocturna restrictiva, tendiente a mantener a los residentes dentro de sus habitaciones.

• Uso sistemático de barandillas completas, con una alta proporción de uso con fines restrictivos.

• Escasa revisión de uso de tratamientos farmacológicos. Alta proporción de residentes altamente polimedicados (por encima de 8 medicamentos diferentes de efecto sistémico al día).

• Elevada proporción de residentes que pasan la mayor parte del día en silla de ruedas.

• Elevada incidencia y prevalencia de síntomas conductuales, especialmente agitación y apatía.

• Ausencia o deficiencia de camas regulables en altura. Ausencia o deficiencia de camas ajustables en altura que pueden quedar ultra-bajas (cota 0).

• Deficiencias en facilitadores de la orientación y en contraste de objetos. Ausencia de circuitos de vagabundeo seguros.

• Carencia de salas de estar diferentes para personas con demencia, según necesidades de actividad espontánea, control de estímulos o de vida social.

profesionales, que ven empobrecido su desarrollo pro-

fesional, de conocimientos y experiencia, a causa de que

las sujeciones no dejan trabajar en otras líneas posibles.

Lograr supuestas altas cuotas de seguridad mediante

sujeciones, anula la necesidad de mejorar la seguridad

física ambiental. La sensación de seguridad que da el

uso de sujeciones y la tranquilidad que producen, se tra-

duce en un menor tono de vigilancia en el Centro, con

las consecuencias lógicas de ello. Las caídas son la gran

preocupación de seguridad en los Centros y este trabajo

demuestra que, en aquellos donde se utilizan sujecio-

nes rutinariamente, se producen más caídas y con peo-

res consecuencias que en Centros libres de sujeciones.

Las deficiencias descriptas en los resultados, están

enmascaradas por el uso de sujeciones y sólo se las ha

reconocido cuando se puso empeño en trabajar sin su-

jeciones. El uso de sujeciones diarias encubre deficien-

cias, ya sean de capacidad profesional, ambientales, or-

ganizativas y muchas son las veces que se aplican para

evitar conflictos con familiares, pero no para beneficiar

más a la persona.

Las claves para lograr Centros libres de sujeciones

fue implementar todo al mismo tiempo, a pesar de

las dudas iniciales y del tiempo que se necesite para

llevarlo a cabo, contando con el inequívoco apoyo de

los líderes formales de las organizaciones, directivos y

administradores.

La tolerancia cero se transforma en un motor de me-

jora, ya que el uso rutinario de sujeciones es un freno

para el desarrollo profesional y para la continua adecua-

ción del Centro. Adquirir una actitud de tolerancia cero

obliga a enfrentarse a los retos que plantean cada día

las personas mayores, con más conocimientos, mejores

estrategias y más creatividad.

Cuando los profesionales de un Centro se empeñan

en mantener cierto grado de tolerancia a las sujeciones

82

A. Burgueño y col.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

consiguen reducir su uso, pero no pueden eliminarlas

totalmente, aun siendo posible, y además, después de

un tiempo se produce un aumento de su utilización que

provoca una prevalencia elevada y crónica, ya que sue-

len elegir como sujeción a tolerar, a las que no generan

conflictos con las familias, problema que alimenta nue-

vas sujeciones indefinidamente.

La búsqueda continua de la corrección de las deficien-

cias detectadas cuando se quieren evitar las sujeciones

físicas y los cambios que por ellos se van dando en los

Centros, permite deducir que aquellos que finalmente

logran ser libres de sujeciones y se mantienen libres en

el tiempo, obtienen mejores resultados asistenciales

que los Centros que siguen utilizando sujeciones. Cier-

tamente, para fundamentar esta afirmación con rigor

científico, sería necesario utilizar indicadores ad hoc du-

rante un período más extenso de tiempo.

Referencias

1. Ljunggren G, Phillips CD, Sgadari A. Comparisons of restraint use in nursing homes in eight countries. Age Ageing. 1997 Sep; 26 Suppl 2:43-7.

2. Burgueño, AA. Análisis del uso de restricciones físicas y químicas en personas mayores insti-tucionalizadas. Agathos: Revista de Atención Sociosanitaria y Bienestar. 2003; (1):14-25.

3. Burgueño Torijano AA, Iborra Marmolejo I. Prevalencia comunicada de sujeciones físicas. Agathos: Atención sociosanitaria y bienestar. 2008; 8(1): 4-11.

4. Gallinagh R, Nevin R, McAleese L, Campbell L. Perceptions of older people who have expe-rienced physical restraint. British Journal of Nursing. 2001; 10(13):852-859.

5. D. Evans and M. Fitzgerald, “The experience of physical restraint: a systematic review of qua-litative research,” Contemporary Nurse. 2002; 13(2-3):126-135.

6. Corey T, Weakly-Jones B, Nicols G, Theuer H. Unnatural deaths in nursing home patients. J Forensic Sci. 1992; 37:222-227.

7. Mohr WK, Petti TA, Mohr BD. , “Adverse effects associated with physical restraint,” Canadian Journal of Psychiatry. 2003; 48(5):330–337.

8. Evans D, Wood J, Lambert L. Patient injury and physical restraint devices: a systematic review. J Adv Nurs. 2003; 41:274–282.

9. Castle NG, Engberg J. The Health Consequences of Using Physical Restraints in Nursing Ho-mes. Med Care. 2009: 47(11):1164-1173.

10. Harrington C, Tompkins C, Curtis M, Grant L. Psychotropic drug use in long-term care facilities: a review of the literature. Gerontologist. 1992; 32:822–33.

11. Zaleon C, Guthrie S. Antipsychotic drug use in older adults. Am J Hosp Pharm. 1994; 51: 2917-2943.

12. Phillips CD, Spry KM, Sloane PD, Hawes C. Use of Physical Restraints and Psychotropic Medica-tions in Alzheimer Special Care Units in Nursing Homes. Am J Public Health 2000; 90: 92-96.

13. Capezuti E, Strumpf NE, Evans LK, Grisso JA, Maislin G.The relationship between physical res-traint removal and falls and injuries among nursing home residents. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 1998 Jan; 53(1):M47-52.

14. Capezuti E, Evans L, Strumpf N. Physical restraint use and falls in nursing home residents. Journal of the American Geriatrics Society 1996; 44:627-33.

15. Tinetti ME, Liu WL, Ginter SF. Mechanical restraint use and fall-related injuries among resi-dents of skilled nursing facilities. Ann Intern Med. 1992; 116: 369-374.

16. Tinetti ME. Factors associated with serious injury during falls by ambulatory nursing home residents. Journal of the American Geriatrics Society 1987; 35:644-8. 

17. Karlsson S, Bucht G, Eriksson S, Sandman PO. Factors relating to the use of physical restraints in geriatric care settings. Journal of the American Geriatrics Society. 2001; 49(12):1722-1728.

18. Sullivan-Marx E, Strumpf N, Evans L, Baumgarten M, Maislin G. Initiation of physical restraint in nursing home residents following restraint reduction efforts. Research in Nursing & Health. 1999; 22(5):369-379.

19. Castle N, Degenholtz H, Engberg J. State variability in indicators of quality of care in nursing facilities. The Journals of Gerontology Series A, Biological Sciences and Medical Sciences. 2005; 60(9):1173-1179.

20. Bleijlevens MH, Wagner LM, Capezuti E, Hamers JP. International Physical Restraint Work-group. Physical Restraints: Consensus of a Research Definition Using a Modified Delphi Tech-nique. J Am Geriatr Soc. 2016 Nov; 64(11):2307-2310.

83

RESUMEN

La Atención Centrada en la Persona (ACP) viene siendo objeto de un creciente interés en los cuidados de larga duración a personas mayores al considerarse un eje estratégico en la calidad de los servicios sociales y sanitarios. En la primera parte de este artículo se señalan los elementos nucleares de este enfoque insistiendo en la necesidad de hacerlos efectivos en los servicios gerontológicos. Se recomienda definir los componentes relevantes de la ACP en los diferentes servicios, no sólo para evitar aplicaciones fragmentadas de la ACP sino también para facilitar la evaluación de sus progresos. En una segunda parte se resumen las distintas estrategias que han sido desarrolladas hasta la fecha en la evaluación de la ACP en servicios gerontológicos (observación, autoinformes e indicadores de progreso) y se realizan algunas consideraciones al respecto. Finalmente se presenta y describe el modelo ACP-gerontología, compuesto por dos dimensiones (prácticas centradas en la persona y entorno facilitador) y un total de 10 componentes, presentándolo como un referente para orientar la aplicación de este enfoque en centros gerontológicos. Un modelo integrador que pretende superar la limitación que implica el uso de instrumentos aislados, incorporando tanto la opinión subjetiva de los diferentes actores en el cuidado (personas mayores, familiares, profesionales y directores) como la evaluación externa por parte de expertos/as.

Palabras clave: Atención centrada en la persona, residencias de personas mayores, evaluación de servicios gerontológicos, cuidados de larga duración

Gerontology Services Assessment: a new model based on Person Centered Care Approach

ABSTRACT

There has been a growing interest in the Person Centered Care (PCC) involving old people long term care as considered a strategic approach in social and sanitary services quality.Firstly, nuclear elements of this approach are described and it is emphasized the need of making them effective in gerontology services. It is recommended to define PCC relevant components in different facilities not only avoids fragmented applications of the model but allows progress assessment.Secondly, different PCC evaluation strategies developed to date are exposed (direct observation of care given, interviews and progress indicators).Finally, the PCC-gerontology model is described to be composed by 2 dimensions (personalized care and supportive surroundings) and an amount of 10 components. It is presented like a referent to guide the application of this approach in gerontology centers. An integrating model that pretends to overcome the limitations of isolated instruments use by incorporating both, different care actors opinions (recipients of care, families, professionals and directors/managers) and external evaluation carried by experts.

Keywords: Person centered care, nursing homes, gerontology service assessment, long term care

Avaliação dos serviços gerontológicos: um novo modelo baseado na atenção centrada na pessoa

RESUMO

A Atenção Centrada na Pessoa (ACP) vem sendo objeto de um crescente interesse nos cuidados de longa duração de pessoas idosas na medida em que considera um eixo estratégico na qualidade dos serviços sociais e sanitários. Na primeira parte deste artigo

DIciembre 2017 - Marzo 2018

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la Atención Centrada en la Persona Teresa Martínez Rodríguez

Consejería de Servicios y Derechos Sociales. Principado de Asturias (España).

Correo electrónico: [email protected]

Conflictos de interés: La autora no presenta conflictos de interés.

Recibido el 19 de octubre de 2017; aceptado el 20 de noviembre de 2017

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):83-89

ARTÍCULO DE INTERÉS

GERO

NTOL

OGÍA

84

T. Martínez Rodríguez

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

La atención centrada en la persona, una mirada crítica a los servicios gerontológicos tradicionales

Las sociedades actuales están experimentando un

rápido y creciente envejecimiento a nivel mundial, lo

que está llevando al menos a los países más desarro-

llados hacia un notable desarrollo de diferentes servi-

cios de cuidado profesional para las personas mayo-

res en situación de dependencia1,2. Todo ello conduce

a las administraciones públicas a controlar la calidad

dispensada y a los responsables de los servicios a im-

pulsar procesos que permitan mejorar la atención pro-

porcionada3.

Sin embargo, la mirada a la calidad de los servicios

no siempre ha estado orientada a conseguir logros

en la calidad de vida de las personas sino que en

ocasiones ha estado más vinculada a otros objetivos

relacionados con la gestión4. La consciencia de esta

desviación ha hecho que en estos últimos años dis-

tintos organismos internacionales apuesten por un

enfoque de Atención Centrada en la Persona (ACP)

como eje estratégico orientador de la calidad de los

servicios5, 6.

La ACP apuesta porque las personas sean el eje ver-

tebrador de los servicios y su auténtico fin. Parte del

reconocimiento de la dignidad de toda persona con

independencia de su estado físico, mental u otras cir-

cunstancias sociopersonales. Entre los elementos de-

finitorios suelen ser destacados el reconocimiento de

cada persona como ser global, singular y valioso junto

con su derecho a la gestión de la propia vida y a decidir

sobre sus cuidados7, 8, 9. Esta visión del buen cuidado

aporta elementos metodológicos innovadores como el

cuidado basado en la historia de vida10, la planificación

centrada en la persona11 o los profesionales de refe-

rencia12. Además, enfatiza el papel del entorno como

facilitador (o barrera) de la ACP, cobrando gran rele-

vancia elementos como una actividad cotidiana signifi-

cativa13, el diseño de espacios físicos hogareño14 o las

variables organizativas de los servicios15,16,17.

El origen de la ACP suele atribuirse a Rogers y a la

Terapia Centrada en el Cliente18, cuyos postulados han

transcendido al ámbito de la psicoterapia teniendo

gran repercusión y desarrollo en campos aplicados

como la educación, la salud o la discapacidad. En re-

lación a las personas mayores este enfoque ha sus-

citado un especial interés en la atención a las perso-

nas con demencia. Cabe destacar las aportaciones de

Tom Kitwood, fundador del grupo de Bradford, quien

precisamente acuñó el término “atención centrada en

la persona con demencia” al poner de manifiesto la

importancia en la expresión de la demencia, además

del daño cerebral, de factores como la personalidad,

la biografía o el entorno social19,20. También hay que

mencionar algunos trabajos que ponen de relieve el

gran potencial que encierra la ACP para el cuidado de

personas con una demencia severa 21.

A pesar del reconocimiento del gran valor de la ACP

como enfoque referencial del buen cuidado, no exis-

te una denominación única ni una definición consen-

suada, lo que en ocasiones se ha considerado como

una limitación22. Ello podría deberse a que estamos

ante un constructo complejo y multidimensional que

adopta matices diferenciales en función del ámbito

donde se ha desarrollado 23. No obstante, a pesar de la

diversidad conceptual de la ACP, es posible afirmar un

são assinalados os elementos nucleares deste enfoque, insistindo na necessidade de fazê-los efetivos nos serviços gerontológicos. Recomenda-se definir os componentes relevantes da ACP nos diferentes serviços, não somente para evitar aplicações fragmentadas da ACP, mas também para facilitar a avaliação de seus progressos. Na segunda parte são resumidas as diferentes estratégias que foram desenvolvidas até o presente momento na avaliação da ACP em seviços gerontológicos (observação, auto-observação e indicadores de progresso) e são realizadas algumas considerações a respeito. Finalmente se apresenta e descreve o modelo ACP-gerontologia, composto de duas dimensões (práticas centradas na pessoa e entorno facilitador) e um total de dez componentes, modelo que se apresenta como um referente para orientar a aplicação deste enfoque nos centros gerontológicos. Um modelo integrador que pretende superar a limitação que o uso de instrumentos isolados implica, incorporando tanto a opinião subjetiva dos diferentes atores no cuidado (pessoas idosas, familiares, profissionais e diretores) quanto a avaliação externa por parte dos expertos(as).

Palavras-chave: Atenção centrada na pessoa, residências de pessoas idosas, avaliação de serviços gerontológicos, cuidados de longa duração.

85

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACP

Diciembre 2017 - Marzo 2018

acuerdo en cuanto a los valores nucleares que acaban

de ser mencionados y que vienen sustentando tanto

los modelos como las intervenciones que se adhieren

a este enfoque.

Así pues la ACP viene siendo objeto de un creciente

interés en general en el campo de la salud y concreta-

mente en los cuidados de larga duración a personas

mayores se insiste en la urgencia de revisar los servi-

cios actuales analizando la visión subyacente de éstas

y el papel que en ellos les es otorgado24,25,26.

Según esta reflexión, los servicios gerontológicos

proceden de una mirada más centrada en la enferme-

dad que en las personas, de tal forma que la atención

se concibe desde necesidades asociadas a perfiles de

pacientes prestando una escasa atención a la diferen-

cia individual. De hecho, en lo que respecta a la toma

decisiones que afectan a la atención y vida de las per-

sonas, tienden a prevalecer criterios técnicos y organi-

zativos frente a la escucha de las preferencias, deseos

y voluntades de las personas27,28.

El recurso residencial institucional es el que ha re-

cibo mayores críticas en cuanto a su rigidez organiza-

tiva (muchas normas, poca flexibilidad), a la falta de

privacidad o a una visión uniforme de las personas

centrada en la enfermedad29. La atención en estos

centros tiende a ser altamente protocolizada según

tareas asistenciales programadas, horarios fijos y pro-

cedimientos uniformes. La historia y modo de vida de

las personas, sus ritmos y sus preferencias quedan en

segundo o plano, o directamente, son ignorados. Las

personas tienen que adaptarse y supeditarse a lo que

dicta la organización. Estas características afectan ne-

gativamente el bienestar de las personas en la medida

en que limitan su capacidad para tomar decisiones y

poder seguir viviendo de una forma acorde a sus hábi-

tos y preferencias 30.

De hecho en los países que se caracterizan por un

mayor avance en cuanto a políticas sociosanitarias

(Países nórdicos y centro Europa, Estados Unidos,

Australia, o Canadá) hace ya varias décadas que se

han puesto en marcha iniciativas para reorientar los

recursos tradicionales residenciales, apartándose de

modelos organizativos medicalizados e institucionales

hacia lo que algunos autores recientemente han deno-

minado como modelos Housing. Estos nuevos modelos

buscan ofrecer cuidados profesionales de calidad en

lugares que parezcan y funcionen como una casa, po-

sibilitando una vida cotidiana dirigida por las personas

que allí viven (31).

El enfoque ACP se reconoce como una estrategia es-

pecialmente válida para orientar el necesario cambio

en el modelo residencial, al abogar por la flexibilidad y

la personalización en los cuidados, un movimiento ya

iniciado en distintos países y considerado por muchos

como un cambio cultural dada la envergadura del

mismo. En Norteamérica se lo conoce como The Nur-

sing Home Culture-Change Movement, es decir, el mo-

vimiento por el cambio cultural en residencias. 32,33,34

Recientemente en España, así como en distintos paí-

ses latinoamericanos, está surgiendo un creciente inte-

rés hacia la ACP como referente capaz de guiar un ne-

cesario cambio de modelo en los servicios gerontoló-

gicos. Queda, por tanto, un largo camino por recorrer

con muchos retos pendientes, en el cual deben conju-

garse creencia y rigor. En este sentido, la evaluación de

los servicios incorporando la óptica del enfoque ACP

debe considerarse un requisito imprescindible.

Aproximaciones para evaluar la ACP en los servicios gerontológicos

El interés por avanzar hacia una atención centrada

en la persona como estrategia de mejora de la calidad

de los servicios gerontológicos viene acompañado por

la construcción de instrumentos que permitan evaluar

su implantación 35.

Hasta la fecha, son diversas las estrategias de eva-

luación que se vienen utilizando para conocer y medir

el grado de ACP dispensada en un centro o servicio.

Distintas revisiones publicadas en los últimos años

muestran los instrumentos diseñados a tal efecto

para ser aplicados en los centros gerontológicos que

ofrecen cuidados de larga duración, a la par de dar

cuenta de sus propiedades psicométricas33,34,35. En esta

línea cabe destacar el trabajo pionero de Edvardsson

& Innes34, la extensa revisión realizada por De Silva34

en el ámbito de los servicios sanitarios o la llevada a

cabo por Martínez, Suárez-Álvarez & Yanguas35 donde

se describen las principales estrategias junto con los

instrumentos de evaluación publicados en los últimos

86

T. Martínez Rodríguez

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

años en el campo de los cuidados de larga duración no

hospitalarios para personas mayores.

De Silva ha señalado que las tres aproximaciones

más utilizadas en cuanto a la evaluación de servicios

de salud desde el enfoque ACP vienen siendo la obser-

vación de la atención dispensada, las encuestas dirigi-

das a recoger la opinión de las personas usuarias de

los servicios y las encuestas a profesionales34.

En la revisión realizada por Martínez et al 35 se detalla

una gama diversa de instrumentos dirigidos a evaluar

la ACP en centros y servicios para personas mayores.

Unos se dirigen a observar la interacción profesiona-

les/personas mayores; otros permiten constatar la

adecuación ambiental del espacio físico para las per-

sonas con demencia, mientras que otros, la mayoría,

son medidas de autoinforme para recabar la opinión

de los distintos implicados en el cuidado.

También se han ideado estrategias más innovadoras

como la de Van Haitsma et al 36, la cual se dirige espe-

cíficamente a conocer el grado de cumplimiento de las

preferencias expresadas por las personas en cuanto

a cuidados personales y actividad cotidiana, conside-

rando este aspecto el elemento fundamental de la ACP

en un centro. Finalmente cabe señalar que también se

han creado indicadores para evaluar, bien mediante

la autoevaluación o desde una evaluación externa, el

progreso en el cambio de modelo asistencial, aunque

la mayoría de ellos no han sido objeto de estudios psi-

cométricos, circunstancia que limita su uso tanto en la

investigación como en la evaluación de servicios.

La complejidad y multidimensionalidad del modelo

ACP, como se ha señalado anteriormente, hace nece-

sario no perder de vista la restricción y el sesgo que

puede suponer la utilización de una única estrategia

de evaluación o instrumento de medida. En este sen-

tido, algunos autores recomiendan la combinación

de instrumentos: encuestas de opinión, técnicas de

observación e indicadores objetivos de progreso34,35.

En referencia específica al uso de encuestas, De Silva

aconseja triangular las opiniones de personas usua-

rias, familiares y profesionales para así reducir el ries-

go de subjetividad que toda medida de autoinforme

conlleva34.

Por otra parte, cabe señalar, dada la ausencia de

una definición consensuada sobre qué es ACP y de

su variabilidad según el contexto aplicado donde se

pretende trasladar el enfoque, que es conveniente

partir de una descripción previa del modelo del que

se parte definiendo los distintos componentes que lo

componen y que, por tanto, se convierten en objetivo

de evaluación17.

Cabe subrayar de nuevo el creciente interés por par-

te del sector sociosanitario español hacia estos mode-

los, lo que pone de manifiesto la progresiva toma de

conciencia sobre la necesidad de transformación de

los servicios actuales. Para que este avance sea posi-

ble resulta imprescindible llevar a cabo evaluaciones

rigurosas en los centros que permitan conocer en qué

grado la atención dispensada está orientada a las per-

sonas, lo que permitiría informar del avance logrado

cuando se aplican estos nuevos modelos.

Sin embargo, el desarrollo de pruebas válidas para

este objetivo en población de habla hispana es muy

reciente. Cabe citar, en primer lugar, la validación en

población española del Dementia Care Mapping37 (Vi-

llar et al., 2015) instrumento diseñado por el grupo de

Bradford para la observación sistemática de personas

con demencia en instituciones y su interacción con sus

cuidadores. En segundo lugar, se dispone ya de dos

pruebas que miden el grado de ACP en Centros de Re-

sidencias y Centros de día a través de autoinformes

que registran la opinión de los profesionales: a) la ver-

sión española del Person-centered Care Assessment Tool

(P-CAT)38 (Martínez, Suárez-Álvarez, Yanguas & Muñiz,

2015) y b) la adaptación al español del Staff Assessment

Person directed Care Questionnaire (PDC)39 (Martínez,

Suárez-Álvarez, Yanguas & Muñiz, 2016). Ambas prue-

bas han sido objeto de validaciones en distintas po-

blaciones y sus versiones originales fueron publicadas

por Edvardsson, Fetherstonhaugh & Gibson40 y White,

Newton-Curtis & Lyons41, respectivamente. Estos ins-

trumentos pioneros en la ACP en España sólo permi-

ten medidas parciales del progreso de la implementa-

ción de la ACP en los servicios.

La constatación de estas limitaciones en la evalua-

ción de la ACP junto con la falta de instrumentos más

globales, adaptados y validados en población españo-

la, animan y justifican la creación de nuevos modelos e

instrumentos que permitan una valoración que incor-

pore distintas apreciaciones del progreso de los servi-

87

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACP

Diciembre 2017 - Marzo 2018

cios en la implementación de este nuevo enfoque de la

atención gerontológica.

El modelo de evaluación ACP-Gerontología

El modelo ACP-Gerontología nace con el propósito

de diseñar una propuesta que permita evaluar el gra-

do de ACP dispensado en los servicios gerontológicos

españoles nace el modelo ACP-Gerontología, buscan-

do una visión más integrada y más ajustada a la propia

realidad social que las propuestas existentes basadas

en instrumentos aislados diseñados en otros contex-

tos culturales.

El modelo ACP-Gerontología fue definido tras reali-

zar una revisión de las publicaciones técnicas y científi-

cas en el campo de la ACP en servicios gerontológicos,

tanto referidas a modelos de atención como a instru-

mentos de evaluación.

Este modelo propone dos grandes dimensiones y se

concreta en 10 componentes. La primera, denominada

Prácticas centradas en la persona hace referencia tanto

al conjunto de actuaciones profesionales organizadas

como a las diversas interacciones comunicativas in-

formales que los cuidadores formales mantienen en

el cuidado a lo largo del día. Incluye 5 componentes:

Conocimiento, Autonomía, Comunicación, Individuali-

zación/bienestar e Intimidad.

La segunda dimensión, Entorno facilitador de la ACP,

incluye un total de 5 componentes (Actividad cotidiana,

Espacio físico, Familia y amistades, Comunidad y Orga-

nización) al ser considerados elementos importantes

para facilitar, o en su caso obstaculizar, la aplicación de

prácticas centradas en la persona.

El modelo, en cuanto a sus dimensiones y compo-

nentes, ha sido validado por un grupo nacional de 17

expertos/as en gerontología y ACP de distintas especia-

lidades y campos de conocimiento (salud, servicios so-

ciales, ética, derecho, etc.). Todos, ellos y ellas, valora-

ron en una escala de 1 a 10 la pertinencia de cada uno

de los 10 componentes propuestos como integrantes

de explicativo de la ACP. Las puntuaciones medias en

pertinencia fueron altas para los 10 componentes,

oscilando entre un mínimo de 8,6 (Comunidad) y un

máximo de 9,9 (Conocimiento y Organización). Ningún

experto ni experta otorgó una puntuación inferior a 7 a

ninguno de los componentes. Las definiciones finales,

expuestas seguidamente, recogieron además las dis-

tintas aportaciones realizadas por este grupo.

Dimensión 1. Prácticas centradas en la persona

1. Conocimiento

Grado en que los/as profesionales del servicio cono-

cen los aspectos biográficos de las personas mayores

que atienden, sus valores, los hábitos y actividades

que les generan bienestar (o malestar) en la vida coti-

diana y sus preferencias en los cuidados, reconocién-

dolas y respetándolas como alguien singular y valioso.

2. Autonomía

Grado en que el centro y sus profesionales permiten

y apoyan que las personas mayores tomen sus propias

decisiones, participen en su atención y tengan control

sobre las elecciones y cuestiones de su vida cotidiana.

En el caso de personas con deterioro cognitivo avan-

zado, estas decisiones se toman teniendo en cuenta la

historia de vida, valores y observación del bienestar de

la persona.

3. Comunicación

Grado en que los/as profesionales se relacionan

con las personas mayores de una forma respetuosa

y potenciadora, logran comunicarse con ellas com-

prendiendo y teniendo en cuenta la perspectiva de

éstas incluso cuando tienen un importante deterioro

cognitivo.

4. Individualización/Bienestar

Grado en que la atención dispensada es flexible y se

adapta a las necesidades y preferencias de cada per-

sona mayor buscando tanto su bienestar físico como

emocional.

5. Intimidad

Grado en que se protege la intimidad de las per-

sonas mayores, tanto en las atenciones corporales

como en la protección de su información personal y

asuntos más íntimos (problemas de salud, ideología,

espiritualidad, afectividad, necesidades/orientación

sexual, etc.)

88

T. Martínez Rodríguez

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Dimensión 2. Entorno facilitador de ACP

6. Actividad cotidiana

Grado en que el centro y sus profesionales propo-

nen actividades estimulantes, agradables y significati-

vas para las personas mayores y ofrecen apoyos para

que éstas participen, si así lo desean.

7. Espacio físico

Grado en que el espacio físico del centro está orientado

a las personas mayores siendo accesible, seguro, persona-

lizado y ofreciendo un ambiente confortable y hogareño.

8. Familia y amistades

Grado en que las familias (o amistades muy allega-

das) pueden y son animadas a implicarse en la aten-

ción, colaborando en los cuidados y participando en la

actividad cotidiana del centro.

9. Comunidad

Grado en que el centro estimula el contacto social, la

presencia de personas de la comunidad en la vida coti-

diana del centro y ofrece apoyos para que las personas

mayores puedan utilizar servicios, acudir a actividades

del barrio y mantener relaciones sociales con personas

de fuera del centro.

10. Organización

Grado en que la organización explicita y lidera un

modelo ACP, forma y apoya a sus profesionales, utiliza

metodologías facilitadoras, es flexible y modifica su sis-

tema organizativo para que ello sea posible.

El modelo de evaluación ACP-G, teniendo en cuenta

estos diez componentes, integra distintos instrumen-

tos de medición diseñados para completar la visión

subjetiva de los agentes que participan en el cuidado

con una visión externa experta.

Incluye, en primer lugar, cuatro modelos de cuestio-

narios destinados a conocer la opinión de personas

mayores, familiares, profesionales de atención directa

y directores/as del propio centro. Ello permitirá cono-

cer y comparar, la opinión de cada grupo en relación a

cada unos de los componentes evaluados en un deter-

minado centro o servicio.

La opinión subjetiva de los diferentes agentes se ve

complementada con la información que proporciona

un instrumento de registro de indicadores que se di-

rige también a medir estos 10 diez componentes. Este

instrumento se aplica mediante la evaluación exter-

na realizada por expertos/as en cada Centro. De este

modo se constata el grado de cumplimiento de un con-

junto de 50 indicadores, combinando varias técnicas

(entrevista al responsable del Centro y, en su caso, a

otros profesionales, junto con la observación del espa-

cio físico y de distintos momentos de actividad e inte-

racción profesionales/personas mayores).

Estos instrumentos se encuentran actualmente en

fase de estudio y validación en una amplia muestra de

residencias españolas. Una vez analizados los datos, se

darán a conocer los principales resultados.

La combinación de estas medidas ofrecerá información

sobre el grado de extensión del enfoque ACP en el centro

evaluado identificando el desarrollo de cada uno de estos

10 componentes, lo que permitirá orientar el proceso de

mejora. Además se obtendrá un índice global ACP, dato

de interés no sólo para conocer la evolución de cada ser-

vicio sino también para poder establecer comparaciones

entre centros, consideración relevante en la toma de deci-

siones vinculadas a la gestión de los recursos.

Referencias

1. Kinsella K, Phillips D.R. Global Aging: The challenge of success. Population Bulletin 2005; 60(1):1-44.

2. United Nations. World Population Ageing 2013. ST/ESA/SER.A/348. New York: United Na-tions, Department of Economic and Social Affairs, Population Division; 2013.

3. Zubritsky C, Abbott K M, Hirschman K B, Bowles K H, Foust J B, Naylor M D. Health-related quality of life: Expanding a conceptual framework to include older adults who receive long-term services and supports. Gerontologist 2013; 53: 205-210.

4. Leturia M. Los sistemas de calidad y herramientas de evaluación de los servicios residenciales y su relación con el modelo de atención. Actas de la Dependencia 2012; 5: 43-66.

5. Institute of Medicine. Crossing the Quality Chasm: A New Health System for the 21st Century. Washington, DC: National Academy Press; 2001.

6. World Health Organization.WHO global strategy on people-centred and integrated health services. Geneva (Switzerland): WHO.Service Delivery and Safety; 2015.

7. Martínez T. La atención gerontológica centrada en la persona. Álava: Departamento de Traba-jo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco; 2011.

8. Martínez T. La atención centrada en la persona en los servicios gerontológicos. Modelos de atención y evaluación. Madrid: Fundación Pilares para la Autonomía Personal; 2016.

9. Rodríguez P. La atención integral centrada en la persona. Colección Papeles de la fundación, nº 1. Madrid: Fundación Pilares para la autonomía personal; 2013.

10. McKeown J, Clarke A, Ingleton C, Ryan T, Repper J. The use of life story work with people with dementia to enhance person-centred care. International Journal of Older People Nursing 2010; 5: 148-158

89

Evaluación de los servicios gerontológicos: un nuevo modelo basado en la ACP

Diciembre 2017 - Marzo 2018

11. Martínez T, Díaz-Veiga P, Sancho M, Rodríguez P. Modelo de atención centrada en la persona. Cua-dernos prácticos. Alava: Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco; 2014.

12. Sevilla J, Abellán R, Herrera G, Pardo C, Casas X, Fernández R. Un concepto de Planificación Centrada en la Personas para el siglo XXI. Fundación Adapta; 2009.

13. Sancho M, Yanguas J. Evidencias sobre el bienestar cuando se realizan actividades plenas de sentido para las personas. La influencia de los entornos significativos. En: Rodríguez P, Vila A, coordinadores. El modelo de atención integral y centrada en la persona. Teoría y práctica. Madrid: Tecnos; 2014. p.303-315.

14. Regnier V. Consideraciones críticas para el diseño de viviendas asistidas para personas mayo-res con fragilidad física o cognitiva. En: Rodríguez P, editora. Innovaciones en residencias para personas en situación de dependencia. Madrid: Fundación Caser para la dependencia; 2012. p. 123-153.

15. Bowers BJ, Nolet K, Roberts T, Esmond S. Implementing Change in Long-term Care. A practical guide to transformation. ARTIFACTS OF CULTURE (CHANGE website); 2009. Dis-ponible en: http://artifactsofculturechange.org/Data/Documents/Implementation_Ma-nual_ChangeInLongTermCare%5B1%5D.pdf

16. Bowman CS, Schoeneman C. The development of the Artifacts of Culture Change Tool. (AC-TION PACT webside); 2006. Disponible en: http://actionpact.com/assets/cache/artifacts.pdf

17. Martínez T. La atención centrada en la persona en los servicios gerontológicos. Modelos de atención e instrumentos de evaluación. [Tesis doctoral]. Oviedo: Facultad de Psicología. Uni-versidad de Oviedo; 2015.

18. Rogers C. On Becoming a Person: A Therapist’s View of Psychotherapy. London: Constable; 1961.

19. Kitwood T. Dementia reconsidered: the person cames first. Maidenhead-Berkshire: Open Uni-versity Press; 1997.

20. Brooker D. Person Centered Dementia Care: Making Services Better. London: Jessica Kingsley; 2007.

21. Edvardsson D, Winblad B, Sandman P O. Person-centred care of people with severe Alzheimer’s disease: current status and ways forward. The Lancet Neurology 2008; 7 (4):362-367.

22. Morgan S, Yoder L H. A concept analysis of person-centered care. Journal of Holistic Nursing 2012; 30 (1):6-15.

23. McCormack B. Person-centeredness in gerontological nursing: an overview of the literature. International Journal of Older People Nursing 2004; 13:31-38.

24. Díaz-Veiga P, Sancho M. Residencias, crisis y preferencias de las personas mayores. Revista Española de Geriatría y Gerontología 2013; 48(39):101-102.

25. Rodríguez P. Hacia un nuevo modelo de alojamientos. Las residencias en las que querremos vivir. Actas de la Dependencia 2012; 3:6-40.

26. Martínez T. Urge cambiar el modelo residencial. (ACPGERONTOLOGIA página web); 2010. Disponible en: http://www.acpgerontologia.com/documentacion/articulos%20prensa/urgecambiarmodelo.pdf

27. Martínez T. La atención personalizada en los servicios gerontológicos. En: Rodríguez P, Vila A, coordinadores. El modelo de atención integral y centrada en la persona. Teoría y práctica. Madrid: Tecnos; 2014. p.280-293.

28. Martínez T. La atención centrada en la persona. Algunas claves para avanzar en los servicios gerontológicos. Actas de la Dependencia 2013; 8:25-47.

29. Koren M J. Person-Centered Care for Nursing Home residents: The Culture-Change Movement. Health Aff 2010; 29 (2): 321-317.

30. Misiorski S, Kahn K. Changing the culture of long-term care: moving beyond programmatic change. Journal of Social Work in Long-Term Car 2005;3(3/4):137-146.

31. Diaz-Veiga P, Sancho M. Unidades de Convivencia. Alojamientos de personas mayores para vivir como en casa. Informes Portal Mayores, nº 132 Madrid: Imserso; 2012.

32. Brownie S, Nancarrow S. Effects of person-centered care on residents and staff in aged-care facilities: a systematic review. Clinical interventions in Aging 2013; 8: 1-10.

33. Edvardsson D, Innes A. Measuring person-centered care: A critical comparative review of pu-blished tools. Gerontologist 2010; 50: 834–846.

34. De Silva D. Helping measure person-centred care. London: The Health Foundation; 2014.

35. Martínez T, Suárez-Álvarez J, Yanguas J. Instruments for assessing Person Centered Care in Gerontology. Psicothema 2016; 28 (2):114-121.

36. Van Haitsma K, Curyto K, Spector A, Towsley G, Kleban M, Carpenter B et al. The preferences for everyday living inventory: Scale development and description of psychosocial preferences responses in community dwelling elders. Gerontologist 2012; 53: 582-595.

37. Villar F, Vila-Miravent J, Celdrán M, Fernández E. Assessing the well-being of patients with dementia: Validity and reliability of the Spanish version of the Dementia Care Mapping (DCM) tool. Studies in Psychology, 2015; 36(2):389-412.

38. Martínez T, Suárez-Álvarez J, Yanguas J, Muñiz J. Spanish validation of the Person-centered Care Assessment Tool (P-CAT). Aging Ment Health 2015; 26:1-9.

39. Martínez T, Suárez-Álvarez J, Yanguas J, Muñiz J. The Person Centered approach in Gerontolo-gy: New validity evidence of the Staff Assessment Person-directed Care Questionnaire. Int J Clin Health Psychol 2016; 16:175-85.

40. Edvardsson D, Fetherstonhaugh D, Nay R, Gibson S. Development and initial resting of the person-centered care assessment tool (PCAT). Int Psychogeriatr 2010; 22(1):101-8.

41. White D L, Newton-Curtis L, Lyons K S. Development and Initial Testing of a Measure of Person-Directed Care. Gerontologist 2008; 48(1):114-123.

90

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):90-95

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Guía de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidad José R. Jauregui1, Matías E. Manzotti 2

1 Presidente SAGG. Prof. Adj. UNLaM Medicina. Director Unidad de Investigación en Biología del Envejecimiento, Hospital Italiano de San Justo. 2 Jefe de la sección de Geriatría del Servicio de Clínica Médica del Hospital Alemán. Coordinador del Capítulo Investigación Biomédica en Geriatría de la SAGG.

Correo electrónico: [email protected]

Conflictos de interés: Los autores no presentan conflictos de interés ni han recibido financiación para la realización del estudio.

Recibido el 30 de septiembre de 2017; aceptado el 20 de octubre de 2017

COMUNICACIÓN

RESUMEN

La malnutrición en las personas mayores afecta el proceso de envejecimiento y su prevalencia se encuentra en aumento. La pérdida de peso involuntaria está asociada a un aumento, entre otros, del riesgo de mortalidad y de pérdida funcional. La misma se relaciona con condiciones como la ingesta dietética inadecuada, la pérdida del apetito (anorexia), la atrofia muscular (sarcopenia) o los efectos inflamatorios de la enfermedad (caquexia). La ingesta dietética inadecuada puede relacionarse con diversas causas, no sólo patológicas sino también a problemas sociales, psicológicos, médicos, fisiológicos y funcionales. Existen oportunidades de detección de malnutrición, como así también distintas herramientas para su detección y su manejo requiere de un abordaje holístico y del tratamiento de causas subyacentes como enfermedades crónicas, medicación inapropiada, depresión y aislamiento social. Los suplementos orales den ser considerados en pacientes de alto riesgo, en pacientes que, con la ingesta alimentaria, no alcanzan los requerimientos diarios recomendados.

Palabras Clave: Malnutrición, suplementos dietarios, adultos mayores, evaluación nutricional, sarcopenia

Argentine Society of Gerontology and Geriatrics Guideline for the Evaluation and Management of Malnourished Community-Dwelling Elders

ABSTRACT

Malnutrition in the elderly affects the aging process. The prevalence of malnutrition is increasing in this population. Involuntary weight loss is associated with an increased risk of mortality and functional loss among others. It is related to conditions such as inadequate dietary intake, loss of appetite (anorexia), muscle atrophy (sarcopenia) or inflammatory effects of disease (cachexia). Inadequate dietary intake can be related to various causes, not only pathological but also social, psychological, medical, physiological and functional problems. There are opportunities to detect malnutrition as well as different tools to detect malnutrition or risk of malnutrition. Management requires a holistic approach, and treatment of underlying causes such as chronic diseases, inappropriate medication, depression, and social isolation. Oral supplements should be considered in patients at high risk in patients when food intake does not meet the recommended daily requirements.

Keywords: Malnutrition, older people, anorexia of aging, sarcopenia, nutritional assessment

Guia da Sociedade Argentina de Gerontologia e Geriatria para o Manejo de Pessoas Idosas Malnutridas na Comunidade

RESUMO

A má-nutrição nas pessoas idosas afeta o processo de envelhecimento e a prevalência dela vem aumentando. A perda de peso involuntária está associada a um aumento no risco de mortalidade e de perda funcional, entre outros. A mesma se relaciona com condições como a ingestão dietética inadequada, a perda de apetite (anorexia), a atrofia muscular (sarcopenia) ou os efeitos

GERI

ATRÍ

A

91

Guía de la SAGG para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidad

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Introducción

La desnutrición entendida como deficiencia de ener-

gía, proteínas y otros nutrientes afecta a 1/3 de las

personas recientemente admitidas a instituciones de

larga estadía, 1/5 de personas admitidas en unidades

de salud mental, 1/5 personas atendidas en hospitales

y 1/10 personas que consultan a médicos generalistas,

según un trabajo realizado en el Reino Unido.

La pérdida involuntaria de más del 5 al 10 por ciento

del peso habitual de una persona mayor durante un año

es un signo clínico importante asociado con un mayor

riesgo de mortalidad. Por lo tanto, la pérdida de peso

debe ser atendida con preocupación y buscar su origen.

La pérdida de peso involuntaria generalmente se re-

laciona con una o alguna combinación de cuatro condi-

ciones: ingesta dietética inadecuada, pérdida del ape-

tito (anorexia), atrofia muscular (sarcopenia) o efectos

inflamatorios de la enfermedad (caquexia).

La ingesta dietética inadecuada puede relacionarse

a diversas causas, que no sólo son patológicas sino

también a problemas sociales, psicológicos, médicos,

fisiológicos y funcionales. La depresión es la primera

condición asociada, siendo el cáncer la segunda causa

más frecuente.

Los grupos con más riesgo de desnutrición son:

• Personas con patología crónica: EPOC, enfermedad

oncológica, enfermedad inflamatoria intestinal, en-

fermedades gastrointestinales, enfermedad renal,

enfermedad hepática, síndromes demenciales, en-

fermedades neurológicas

• Persona con enfermedad aguda: cuando no consu-

men alimentos dueante 5 días o más

• Situaciones que generan fragilidad, inmovilidad,

edad avanzada, depresión, alta hospitalaria

• Causas sociales: falta de contención, soledad, inca-

pacidad de comprar o cocinar, pobreza

La desnutrición causa efectos orgánicos adversos

tanto estructurales como funcionales:

• Disminución de la respuesta inmunológica

• Disminución de la fuerza muscular

• Retardo en la curación de heridas

• Deterioro de la función psicosocial

• Disminución de la recuperación de enfermedades y

cirugías

Objetivos de la Guía

1. Conocer el manejo de ancianos ambulatorios malnu-

tridos y su detección

2. Manejo de personas con riesgo nutricional

3. Uso de los suplementos nutricionales orales

Asimismo el manejo de las personas malnutridas

implica mayores costos de salud (el doble que una

persona adecuadamente nutrida) puesto que ellos re-

quieren mayor número de internaciones con estadías

más prolongadas, mayor número de consultas, mayor

requerimiento de cuidados domiciliarios, aumento de

uso de recursos en salud.

Es por eso que, detectar y tratar personas malnu-

tridas o en riesgo de malnutrición, implica ahorro en

costos de salud puesto que el costo de manejar o

prevenir la desnutrición es menor al 2,5% de lo que se

gasta en personas malnutridas.

Oportunidades de detección de malnutrición

• Primer contacto con un área de cuidado

• Hallazgos clínicos: fragilidad, pérdida de peso, úlce-

ras de presión, alteraciones deglutorias

inflamatórios da doença (caquexia). A ingestão dietética inadequada pode se relacionar a diversas causas não somente patológicas, mas também a problemas sociais, psicológicos, médicos, fisiológicos e funcionais. Existem oportunidades de detecção de má-nutrição, como também diferentes ferramentas de detecção de má-nutrição ou do risco de má-nutrição. O manejo requer uma abordagem holística e tratamento de causas subjacentes, como doenças crônicas, medicação inapropriada, depressão e isolamento social. Deve-se considerar a administração de suplementos orais em pacientes de alto risco; em paciente que, com a ingestão alimentar, não atingem os requerimentos diários recomendados.

Palavras-chave: Má-nutrição, suplementos de dieta, adultos idosos, avaliação nutricional, sarcopenia

92

J. R. Jauregui y col.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

• Grupos de Riesgo

• Personas con detección previa de riesgo de des-

nutrición

La evaluación de la pérdida de peso debe incluir

medidas de peso en serie, evaluación dietética o del

apetito, antecedentes, examen físico y análisis de la-

boratorio.

El riesgo de mortalidad en personas mayores de 70

años no se vería significativamente afectado por un ín-

dice de masa corporal (IMC) elevado en el rango de 25.0

a 29.9.

Los consejos sobre la pérdida de peso para la persona

mayor con sobrepeso deben adaptarse a la misma, a la

evaluación del impacto del exceso de peso en su calidad

de vida, y debe incluir la necesidad de ejercicio regular.

Medidas antropométricas (peso y altura)

Las mediciones seriadas de peso corporal ofrecen la

visión más simple para un ajuste nutricional y el cam-

bio en el estado nutricional en adultos mayores.

La obtención de los pesos corporales periódica pue-

de ser un reto, especialmente en pacientes frágiles.

Para aquellos en que sea posible, el bajo peso corporal

se define como menos del 80% del peso corporal re-

comendado.

Cualquier paciente por debajo de estos pesos debe

ser considerado en riesgo nutricional.

Criterios clínicos para definir riesgo

Riesgo poco probable (Bajo): No luce delgado, peso

estable, sin alteraciones del apetito

Riesgo posible (Moderado): delgado por enferme-

dad, condición, o pérdida de peso no planificada en

los últimos 3-6 meses, reducción de apetito o de la ca-

pacidad de comer

Impresiona malnutrido (Alto): Delgado o muy del-

gado, significativa pérdida de peso en 3-6 meses pre-

vios, sin alimentarse en los últimos 5 días

Manejo de personas con riesgo nutricional

Siempre es necesario valorar barreras a la ingesta

(dentición, apetito, incapacidad de comprar, cocinar,

falta de recursos económicos). Conviene mejorar la ali-

mentación con comidas siempre q sea posible.

Se sugiere no tratar a los pacientes con estimulan-

tes del apetito (acetato de megestrol o dronabinol)

debido al beneficio marginal y los posibles efectos se-

cundarios.

La deficiencia de vitamina B12 afecta aproximada-

mente al 15% de las personas mayores de 60 años en

los Estados Unidos y más comúnmente se refiere a la

malabsorción de los complejos de alimentos-proteína-

B12. Los suplementos orales de vitamina B12, 1000

mcg al día, por lo general, puede corregir la deficiencia

de B12 en el adulto mayor. Se recomienda la ingesta

diaria de vitamina B12 de 10 a 15 mcg, por suplemen-

to o productos fortificados en la dieta, para individuos

mayores de 50 años.

La deficiencia de vitamina D también es común en

la población mayor. Los suplementos de vitamina D o

los alimentos enriquecidos deben suministrar 600 a

800 UI de vitamina D por día para los adultos mayores.

Además, se deben suministrar 1200 mg/día de calcio

elemental.

Uso de suplementos en individuos de alto riesgo

El tratamiento de la desnutrición debe dirigirse a la

causa subyacente, así como a su modificación dieté-

tica. Deben levantarse las restricciones nutricionales, y

Altura (cm)Peso (kg)

60-69 años 70-79 años 80-89 años

154,94 58-69 55-70 -

157,48 60-74 57-70 54-67

160,02 61-74 58-71 55-68

162,56 64-79 59-73 58-69

165,1 65-81 59-75 57-70

167,64 67-84 60-76 58-72

170,18 70-86 62-77 59-74

172,72 72-89 63-79 60-75

175,26 74-91 65-81 62-77

177,8 76-94 66-83 64-80

180,34 78-97 68-85 65-82

182,88 80-100 70-86 67-85

93

Guía de la SAGG para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidad

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Herramientas de detección de malnutrición o riesgo de malnutrición Mini Nutritional Assessment (MNA)CR

IBAJ

E

A ¿Ha perdido el apetito? ¿Ha comido menos por falta de apetito, problemas digestivos, dificultades de masticación o deglución en los últimos 3 meses? 0 = anorexia grave 1 = anorexia moderada 2 = sin anorexia

B Pérdida de peso en los últimos 3 meses 0 = pérdida de peso >3 kg 1 = no lo sabe 2 = pérdida de peso entre 1 y 3 kg 3= no ha habido pérdida de peso

C Movilidad 0 = de la cama al sillón 1 = autonomía en el interior 2 = sale del domicilio

D ¿Ha tenido una enfermedad aguda o situación de estrés psicológico en los últimos 3 meses? 0 = sí 2 = no

E Problemas neuropsicológicos 0 = demencia o depresión grave 1 = demencia o depresión moderada 2= sin problemas psicológicos

F Índice de masa corporal 0 = IMC <19 1 = 19 ≤ IMC <21 2 = 21 ≤IMC <23 3 = IMC ≥23

TOTAL = (Si el total es = 0 < 11 continúe con el cuestionario)

Evaluación del cribaje(subtotal máx. 14 puntos) • 12-14 puntos = estado nutricional normal • 8-11 puntos = riesgo de malnutrición • 0-7 puntos = malnutrición

EVAL

UACI

ÓN

G ¿Vive independiente en su domicilio? 0 = no 1 = sí

H ¿Toma más de 3 medicamentos al día? 0= sí 1 = no

I ¿Úlceras o lesiones cutáneas? 0 = sí 1 = no

J ¿Cuántas comidas completas toma al día? (equivalentes a dos platos y postre) 0 = 1 comida 1 = 2 comidas 2 = 3 comidas

K ¿Consume productos lácteos al menos una vez al día? Sí No ¿Huevos o legumbres 1 o 2 veces a la semana? Sí No ¿Carne, pescado o aves diariamente? Sí No 0 = 0 ó 1 síes 0,5 = 2 síes 1 = 3 síes

L ¿Consume frutas o verduras al menos 2 veces al día? 0 = no 1= sí

M ¿Cuántos vasos de agua u otros líquidos toma al día? 0 = menos de 3 vasos 0,5 = de 3 a 5 vasos 1 = más de 5 vasos

N Forma de alimentarse 0= necesita ayuda 1 = se alimenta solo con dificultad 2 = se alimenta solo sin dificultad

O ¿Considera que Ud. está bien nutrido? 0 = desnutrición grave 1 = no lo sabe o desnutrición moderada 2 = sin problemas de nutrición

P En comparación con las personas de su edad, ¿Cómo encuentra su estado de salud? 0 = peor 0,5 = no lo sabe 1 = igual 2 = mejor

Q Circunferencia braquial (CB en cm) 0 = CB <21 0,5 = 21 ≤ CB ≤22 1 = CB >22

R Circunferencia de la pantorrilla (CP en cm) 0 = CP <31 1 = CP ≥31

Evaluación del estado nutricional:• De 24 a 30 puntos = estado nutricional normal• De 17 a 23.5 puntos = riesgo de malnutrición• Menos de 17 puntos = malnutrición

94

J. R. Jauregui y col.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

en los pacientes con diabetes estos pueden controlar-

se bien con una dieta regular y un control adecuado.

Alimentos con alto contenido calórico deben ser pro-

porcionados dentro de la dieta.

Los suplementos son necesarios cuando la ingesta

alimentaria no es suficiente para alcanzar los

requerimientos nutricionales del individuo.

Se sugiere proporcionar suplementos nutricionales

orales para pacientes que no recuperan el peso con

ajustes en la preparación de las comidas.

Los suplementos no sólo aportan energía, sino tam-

bién proteínas y micronutrientes. Los suplementos

otorgan beneficios en diversos resultados clínicos:

• Reducción de complicaciones (úlceras por presión,

curación de heridas, infecciones)

• Reducción de mortalidad en adultos mayores agu-

damente enfermos (comprobado en personas hos-

pitalizadas)

• Reducción de admisiones y readmisiones hospitalarias

Existe una amplia variedad y tipos de suplementos

(ricos en proteínas, ricos en fibras, de bajo volumen).

Los que son ricos en proteínas son de elección en per-

sonas adultas mayores, con heridas, en postoperato-

rios y en algunos tipos de cáncer.

La mayoría provee ~300 kcal, 12 g de proteína y amplio espectro de vitaminas y minerales.

La mayoría de las personas pueden ser manejadas

con dosis standard (1.5-2.4kcal/ml).

Los beneficios suelen observarse con la administra-

ción de 300–900 kcal/día (1-3 suplementos diarios) y,

en individuos de la comunidad, se alcanzan general-

mente a los 2-3 meses, aunque en ocasiones pueden

administrarse por períodos más cortos o más prolon-

gados.

La alimentación con suplementos en enfermeda-

des agudas se implementa cuando el individuo no

puede alimentarse adecuadamente con comidas. Es

recomendable administrar 1-3 suplementos por día

adicionado a las comidas por 4-6 semanas y realizando

después de este período el primer control.

La administración de suplementos nutricionales en

condiciones crónicas debe realizarse a largo plazo (12

semanas) cuando los alimentos no resultasen suficien-

tes. La dosis usual es de 2 suplementos por día (rango

1-3 por día) además de la comida. Se debe monitorear

la adherencia a las 6 semanas y evaluar el objetivo bus-

cado a las 12 semanas.

Tanto en situaciones agudas como crónicas se con-

sidera meta lograda la salida de la condición de alto

riesgo. En esa circunstancia conviene considerar la po-

sibilidad de reducir la ingesta a 1 suplemento diario

por 2 semanas, siempre intentando optimizar la incor-

poración de alimentos.

En caso de no lograr la meta, se debe evaluar la ad-

herencia, aumentar las dosis de suplementos y dar in-

tervención al nutricionista.

La discontinuación de los suplementos debe rea-

lizarse cuando se alcanzan metas, exista restableci-

miento de la ingesta, el individuo se encuentre estable

y no esté en riesgo.

Conviene re-evaluación periódica, dadas las posibilidades de recaídas

Ejemplo de utilización clínica

Paciente adulto mayor evaluado en consultorios

externos, con reducción del apetito en los últimos

meses, se decide evaluar riesgo nutricional, no hay

peso comparativo, peso menor al 80% del recomenda-

do por edad, IMC de 22 y el MNA da 21 puntos. En este

paciente, además de evaluar clínicamente la causa de

su pérdida de apetito, debe considerárselo en riesgo

nutricional y se debe evaluar los criterios de fragilidad,

dado que esto de por sí conduce a la sarcopenia y a un

aumento de la morbi-mortalidad.

Se le indica SNO en dosis estándares, dos veces por

día, además de las comidas para evaluar tolerancia y

se realiza el control en 6 semanas. El objetivo a lograr

es recuperar peso por encima del 80% de su peso ideal

por edad a las 12 semanas y ver la causa de su menor

apetito.

Nota: Si los pacientes no están en plan de ejercicios, no es necesario suplementar con HMB (b-hidroxi-bmetilbutirato) o Vitamina D3. Si los pacientes además presentan sarcopenia, caídas, fragilidad, o dosaje

95

Guía de la SAGG para el manejo de personas mayores malnutridas en la comunidad

Diciembre 2017 - Marzo 2018

plasmático de Vit. D3 bajo, se debe suplementar con HMB, 3 gramos/día y Vitamina D3 en dosis de 1000-1200 UI/día, vía oral.

Bibliografía

1. The ‘MUST’ report. Nutritional screening for adults: a multidisciplinary responsibility. Elia M, editor. 2003. Redditch.

2. Stratton RJ et al. Disease-related malnutrition: an evidence-based approach to treatment. Oxford: CABI publishing; 2003.

3. Guest JF et al. Health economic impact of managing patients following a community-based diagnosis of malnutrition in the UK. ClinNutr 2011; 30(4):422-429.

4. Elia M et al. The cost of disease-related malnutrition in the UK and economic considerations for the use of oral nutritional supplements (ONS) in adults. A report by BAPEN. 2005.

5. Elia M and Stratton RJ. Calculating the cost of disease-related malnutrition in the UK in 2007 (public expenditure only) in: Combating Malnutrition: Recommendations for Action. Report from the advisory group on malnutrition, led by BAPEN. 2009.

6. Elia M and Russell CA. Combating Malnutrition: Recommendations for Action. Report from the advisory group onmalnutrition, led by BAPEN. 2009.

7. National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE). Nutrition support in adults: oral nutrition support, enteral tube feeding and parenteral nutrition. Clinical Guideline 32. 2006.

8. National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE). Cost saving guidance: http://www.nice.org.uk/usingguidance/benefitsofimplementation/costsavingguidance.jsp. Acces-sed 17.4.12

9. Stratton RJ and Elia M. Encouraging appropriate, evidence based use of oral nutritional supplements. Proc Nut Soc 2010; 69(4):477-487

10. Russell CA and Elia M. Nutrition Screening Survey in the UK and Republic of Ireland in 2011. A report by BAPEN.2012.

11. Stratton RJ et al. Malnutrition in hospital outpatients: prevalence, concurrent validity and ease of use of the ‘malnutrition universal screening tool’ (‘MUST’) for adults. Br J Nutr (2004):92, 799-808.

12. Collins PF et al. Prevalence of malnutrition in outpatients with chronic obstructive pulmonary disease. Proc Nut Soc 2010: vol. 69; Issue OCE2; E148.

13. Manual of Dietetic Practice. 4th ed. Blackwell Publishing Ltd; 2007.

14. National Prescribing Centre. Prescribing of adult oral nutritional supplements (ONS). Guiding principles on improving the systems and processes for ONS use. www.npc.nhs.uk/quality/ONS/resources/borderline_substances_final.pdf. Accessed 17.4.12

15. Gariballa S et al. A randomized, double-blind, placebo-controlled trial of nutritional supple-mentation during acute illness. Am J Med 2006; 119(8):693-699.

16. BMJ Group and the Royal Pharmaceutical Society of Great Britain 2011. British National For-mulary. http://bnf.org/bnf/index.htm

17. Stratton RJ and Elia M. A review of reviews: A new look at the evidence for oral nutritional supplements in clinical practice. Clinical Nutrition Supplements. 2007; 2:5-23.

18. Norman K et al. Three month intervention with protein and energy rich supplements improve muscle function and quality of life in malnourished patients with non-neoplastic gastroin-testinal disease - a randomized controlled trial. ClinNutr 2008; 27(1):48-56.

19. Baldwin C and Weekes CE. Dietary advice with or without oral nutritional supplements for disease related malnutrition in adults (review). Cochrane Database of Systematic Reviews [9]. 2011.

20. Cawood AL et al. Systematic review and meta-analysis of the effects of high-protein oral nutritional supplements. Ageing Research Reviews 2012: Vol 11(2):278-296.

21. Stratton RJ et al. Systematic review and Meta-analysis of the effects of oral nutritional supplements on hospital admissions. ClinNutrSupp. 2011;6(1):16

22. Nieuwenhuizen WF et al. Older adults and patients in need of nutritional support: review of current treatment options and factors influencing nutritional intake. ClinNutr 2010; 29(2):160-169.

23. Hubbard GP et al. A systematic review of compliance to oral nutritional supplements. Clinical Nutrition 31. 2012; 31:293-312.

24. Vellas B, Villars H, Abellan G, et al. Overview of the MNA - Its History and Challenges. J Nut Health Aging 2006; 10:456-465.

25. Rubenstein LZ, Harker JO, Salva A, Guigoz Y, Vellas B. Screening for Undernutrition in Geriatric Practice: Developing the Short-Form Mini Nutritional Assessment (MNASF). J. Geront 2001; 56A: M366-377.

26. Guigoz Y. The Mini-Nutritional Assessment Review of the Literature - What does it tell us? J Nutr Health Aging 2006; 10: 466-487.

96 Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 31(3):96-101

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto MayorMariano Héctor Nuñez

Médico Farmacológo e Internista. Director del Laboratorio de Farmacovigilancia. Instituto de Farmacología, Facultad de Medicina. UBA.

Correo electrónico: [email protected]

Conflictos de interés: El autor declara que no posee conflictos de interés para la escritura de este artículo.

Recibido el 16 de octubre de 2017; aceptado el 1 de noviembre de 2017

ARTÍCULO DE REVISIÓN

RESUMEN

El uso de quinolonas en pacientes ambulatorios se ha extendido en forma muy significativa en Argentina. Por otro lado, este aumento del uso de quinolonas permitió observar la aparición de nuevos efectos adversos, o mayor frecuencia de los efectos adversos serios ya conocidos. Una revisión de la Food and Drugs Administration (FDA), del beneficio del uso de quinolonas en ciertas patologías frecuentes de vías superiores o infecciones urinarias no complicadas en relación a los efectos adversos reportados, llevó a un cambio en las indicaciones de uso de este grupo de antibióticos. En este artículo, se hará una revisión del uso de quinonolas en Argentina, de los efectos adversos serios más frecuentes, y de la información más reciente sobre seguridad del uso de quinolonas en patología no complicada de vías aéreas superiores o urinaria, y como ésta nueva información puede modificar el cociente riesgo-beneficio del uso de las fluoroquinolonas en la población de adultos mayores.

Palabras Clave: Farmacovigilancia, Reacciones Adversas, Fluoroquinolonas, Seguridad, Ancianos

Safety of Quinolones in the Elderly

ABSTRACT

The use of quinolones in outpatient settings has spread significantly in Argentina. This increase in the use of quinolones allowed for observe the occurrence of new adverse effects, or increased frequency of known serious adverse effects. A review by the Food and Drugs Administration (FDA), of the benefit of using quinolones in respiratory upper-tract or uncomplicated urinary tract infections in relation to reported adverse effects, led to a change in the indications for use of this antibiotic group. In this article, we will review the use of quinonoles in Argentina, the most frequent serious adverse effects, and the most recent information on the safety of quinolones in uncomplicated upper airway or urinary tract infections, and how this new information may modify the risk-benefit ratio of the use of fluoroquinolones in the elderly population.

Keywords: Pharmacovigilance, adverse reactions, fluoroquinolones, safety, elderly

Segurança do uso de Quinolonas em Adultos Idosos

RESUMO

O uso de quinolonas em pacientes ambulatoriais estendeu-se de forma muito significativa na Argentina. Em contrapartida, este aumento do uso de quinolonas permitiu observar a aparição de novos efeitos adversos ou maior frequência dos efeitos adversos sérios já conhecidos. Uma revisão da Food and Drug Administration (FDA), sobre o benefício do uso de quinolonas em certas patologias frequentes de vias superiores ou infecções urinárias não complicadas em relação aos efeitos adversos informados, levou a uma mudança nas indicações do uso deste grupo de antibióticos. Neste artigo se fará uma revisão do uso de quinolonas na Argentina, dos efeitos adversos sérios mais frequentes e da informação mais recente sobre a segurança do uso de quinolonas em patologias não complicadas de vias aéreas superiores ou urinárias, e de como essa nova informação pode modificar o quociente “risco-benefício” do uso das fluoroquinolonas na população de adultos idosos.

Palavras-chave: Farmacovigilância, reações adversas, quinolonas, fluoroquinolonas, segurança, idosos

GERI

ATRÍ

A

97

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto Mayor

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Introducción

Las fluoroquinolonas han sido una clase popular de

antibióticos para el uso en una variedad de infecciones.

Se han desarrollado nuevos fármacos en esta clase con

un espectro de actividad más amplio que incluye una

mejor cobertura de organismos gran-positivos y, para

algunas fluoroquinolonas, anaerobios. Sin embargo, en

los últimos años se han asociado toxicidades potencial-

mente severas con el uso de este grupo de antibióticos

que requieren reevaluar la seguridad de su uso en la

población general, y especialmente en el adulto mayor.

Su amplio espectro que cubre una variedad muy am-

plia de gérmenes causantes de infecciones habituales

en la práctica ambulatoria y sus características farma-

cocinéticas, acompañadas por la gran promoción que

se ha llevado a cabo sobre las mismas, ha llevado a que

en nuestro país sean uno de los grupos farmacológi-

cos más utilizados en la práctica ambulatoria, inclusive

para infecciones leves o sin indicación clara de trata-

miento antibiótico (Ej: patología infecciosa de vías aé-

reas superiores).

Si se revisan los datos de mercado de quinolonas

en nuestro país (figura 1), claramente se observa el

crecimiento del uso de este grupo de antibióticos en

nuestro medio. Asimismo, si se analizan las diferentes

quinolonas en particular (figura 2), vemos que la ten-

dencia al uso de la Levofloxacina ha ido en aumento

en los últimos años, acompañado seguramente por su

extensión en el uso para patologías de las vías aéreas

(neumonía de la comunidad, bronquitis aguda, sinusi-

tis, otitis, reagudización de EPOC).

A continuación haremos una breve revisión de los

efectos adversos más comunes de las quinolonas.

Reacciones adversas con el uso de quinolonas

Los primeros datos sobre la seguridad del uso de

quinolonas, y de sus efectos adversos provinieron de

los estudios clínicos controlados que llevaron a la apro-

bación de las indicaciones de uso de las mismas, don-

de los pacientes son cuidadosamente seleccionados y

controlados. Posteriormente, dada la amplia extensión

de su uso se pudieron observar la aparición de efectos

adversos adicionales o con mayor frecuencia de la que

se había establecido en los trabajos clínicos. Esto lle-

vó a la necesidad de una revisión de la seguridad y los

efectos adversos serios relacionados con el uso de qui-

nolonas. En la tabla 1 se resumen los efectos adversos

serios más comúnmente observados.

Como se puede observar en la tabla, a los ya cono-

cidos efectos adversos musculo esqueléticos y de piel,

se han sumado efectos a nivel del sistema nervioso

central y periférico que se describirán en mayor deta-

lle a continuación:

Sistema nervioso central y periférico

La toxicidad del sistema nervioso central es la más

frecuente luego de los efectos adversos gastrointesti-

nales, observándose en el 0,9 al 11% de los pacientes.

Predominan los síntomas de cefalea y mareos leves,

seguidos de insomnio y alteraciones del estado de

ánimo. Las alucinaciones, delirios y convulsiones son

poco frecuentes pero potencialmente muy severas.

Figura 1: Unidades vendidas de quinolonas en el período 2013-2016 (fuente IMS Health1).

Millones deunidades

Figura 2: Unidades vendidas de cada fluoroquinolona en el período 2013-2016 (fuente IMS Health1).

Millones de unidades

98

M. H. Nuñez

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

Otra toxicidad potencial de las fluoroquinolonas es la

neuropatía periférica. En un estudio de casos y contro-

les de hombres de 45 a 80 años de edad, los pacientes

que utilizaron fluoroquinolonas tuvieron un riesgo más

alto de desarrollar neuropatía periférica que los contro-

les (riesgo relativo [RR] 1,83; IC del 95%: 1,49 a 2,27 (3). En

2013, la Administración de Drogas y Alimentos de los Es-

tados Unidos (FDA) (y luego la ANMAT también) requirió

cambios en los prospectos para describir mejor el ries-

go de neuropatía periférica asociada con las fluoroqui-

nolonas administradas por vía oral o por intravenosa. Si

un paciente desarrolla síntomas de neuropatía periféri-

ca mientras recibe una fluoroquinolona, la fluoroquino-

lona debe ser detenida y el paciente debe ser cambiado

a un antibiótico de una clase diferente, a menos que el

beneficio de continuar con la fluoroquinolona supere el

riesgo. La neuropatía periférica puede ocurrir en cual-

quier momento durante el tratamiento con una fluo-

roquinolona y puede durar de meses a años después

de que el medicamento se suspende o también puede

durar en forma permanente. En los casos reportados, el

inicio de la neuropatía periférica fue rápido, frecuente-

mente a los pocos días. No se han identificado factores

de riesgo específicos para el desarrollo de la neuropatía

periférica en pacientes que reciben fluoroquinolonas; el

riesgo parece no estar relacionado con la duración de la

terapia o la edad del paciente.

Las fluoroquinolonas también tienen actividad blo-

queante neuromuscular y pueden exacerbar la debilidad

muscular en individuos con miastenia gravis. Los infor-

mes post-comercialización han incluido muerte e insufi-

ciencia respiratoria que requieren asistencia respiratoria

mecánica en pacientes con miastenia gravis que recibie-

ron fluoroquinolonas. Por lo tanto, las fluoroquinolonas

deben evitarse en individuos con miastenia gravis.

Sistema musculo-esquelético

Tal vez el efecto adverso más típico y recordado del

uso de quinolonas. Se ha reportado que la tendinopatía y

ruptura del tendón son infrecuentes en adultos a los que

se les han administrado fluoroquinolonas, pero se han

reportado casos con la mayoría de las fluoroquinolonas

(3). Aunque estos efectos adversos han involucrado el

tendón de Aquiles en la mayoría de los casos, también

se ha reportado que ocurren en el manguito rotador,

mano, bíceps, pulgar y otros tendones (4).

En un estudio de base de datos de 6,4 millones de

pacientes, se identificaron 28.907 casos de tendinopatía

de Aquiles y 7685 casos de ruptura de tendinosa (5). El

uso de una fluoroquinolona se asoció fuertemente con

la tendinopatía de Aquiles (odds-ratio [OR] 4,3; IC del

95%: 3,2 a 5,7) y ruptura tendinosa (OR 2,0; IC del 95%:

1,2 a 3,3). La asociación con la tendinopatía de Aquiles

fue más fuerte entre los individuos que tenían >60 años

de edad (OR 8.3 versus 1.6), los no obesos (OR 7.7 versus

2.4) y los que usaban glucocorticoides orales (OR 9.1

versus 3.2). El sexo femenino se asoció significativamente

con la ruptura del tendón (OR 4.0 versus 1.1). La

duración mediana del uso de fluoroquinolona antes de

la aparición de la lesión tendinosa es de ocho días. El

riesgo de tendinopatía puede estar relacionado con la

exposición; las dosis deben ajustarse según la función

renal para evitar la posible acumulación de la quinolona

que favorezca la aparición de la tendinopatía.

SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO Y SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO 

Tendinitis/rotura de tendón

Dolor muscular

Debilidad muscular

Dolor articular

Inflamación articular

Neuropatía periférica

SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Psicosis

Ansiedad

Insomnio

Depresión

Alucinaciones

Ideas suicidas

Confusión

OTRAS REACCIONES ADVERSAS

Exacerbación de la miastenia gravis

Prolongación del intervalo QTc

Reacciones de hipersensibilidad/anafilaxia

Fotosensibilidad / Fototoxicidad

Alteraciones de la glucosa plasmática

Diarrea asociada a Clostridium difficile

Tabla 1: reacciones adversas serias más comunes con el uso de fluoroquinolonas(2)

99

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto Mayor

Diciembre 2017 - Marzo 2018

Se recomienda que a la primera señal de dolor, in-

flamación o hinchazón del tendón, los pacientes dejen

de tomar la fluoroquinolona, eviten el ejercicio y el uso

del área afectada, y que se comuniquen para la eva-

luación del tendón y la transición a un antibiótico sin

fluoroquinolona.

Prolongación del intervalo QTc

La prolongación del intervalo QTc debido a la in-

hibición de los canales de potasio codificados por el

gen KCNH2 (antes llamado gen HERG) se ha descrito

con una variedad de fluoroquinolonas y otros fár-

macos (6). La prolongación de la QTc se asocia con un

mayor riesgo de una arritmia cardíaca característica

potencialmente mortal, conocida como torsades de

pointes.

El grado en que las fluoroquinolonas bloquean los

canales de potasio cardíaco y por lo tanto causan pro-

longación de la QTc varía según el fármaco del grupo.

Dentro de las fluoroquinolonas disponibles en nuestro

país para uso por vía oral, la moxifloxacina tiene un

efecto inhibidor moderado en los canales de potasio,

mientras que levofloxacina, ciprofloxacina y ofloxacina

tienen efectos relativamente menores (7).

En un análisis de casos y controles que incluyó

605.127 pacientes que recibieron tratamiento para

afecciones respiratorias, se identificaron 1838 ca-

sos de arritmia grave (8). La tasa de arritmia grave se

elevó con el uso de fluoroquinolonas (riesgo relativo

[RR] 1,76; IC del 95%: 1,19 a 2,59), particularmente

con el uso actual (RR 2,23; IC del 95%: 1,31 a 3,80).

Si bien hay varios estudios que muestran que con al-

gunas fluoroquinolonas (Ej: ciprofloxacina, norfloxacina)

puede ser mucho menor el riesgo de arritmias graves,

se recomienda evitar este grupo de antibióticos en pa-

cientes con riesgo elevado de arritmias por uso de otros

fármacos prolongadores del QTc o factores de riesgo

(género femenino, cardiopatía estructural, adminis-

tración de otros fármacos que prolongan el intervalo

QTc, patologías o interacciones farmacológicas que

lleven a disminución de la eliminación del fármaco, hi-

pocalemia e hipomagnesemia, bradicardia, intervalo

QTc prolongado antes del tratamiento y Síndrome del

QTc prolongado congénito)(9).

Fotosensibilidad/fototoxicidad e hipersensibilidad

Se han presentado reacciones alérgicas y cutáneas

en 0.4 a 2.2% de los pacientes que tomaron fluoroqui-

nolonas. Las reacciones de fototoxicidad también ocu-

rren en algunos pacientes después de la exposición a

la luz UVA (320 a 400 nm) (10). La luz en la gama UVA

no es bloqueada por muchos protectores solares, que

a menudo contienen sólo bloqueadores UVB. Los pro-

ductos que contienen bloqueadores de UVA como el

octocrileno o Parsol 1789 pueden proporcionar cierta

protección, aunque el valor de estos agentes en la pro-

tección contra la fototoxicidad por fluoroquinolonas

no se ha evaluado sistemáticamente.

Por otro lado, los dos tipos más comunes de reac-

ciones de hipersensibilidad a las fluoroquinolonas son:

• Erupciones cutáneas maculopapulares de inicio re-

tardado: Tales erupciones ocurren en el 2 al 3% de

los pacientes tratados con fluoroquinolonas y es

probable que estén mediadas por células T especí-

ficas para el fármaco o el grupo (11). Estas reacciones

son autolimitadas y generalmente benignas y no

presentan urticaria, angioedema, fiebre, síntomas

sistémicos, compromiso de las membranas mucosas

u otros órganos, o descamación de la piel.

• Reacciones inmediatas: se caracterizan por urticaria,

prurito, rubor, angioedema, sibilancias, náuseas, ca-

lambres abdominales o diarrea, y/o hipotensión y/o

shock anafiláctico. Las reacciones inmediatas se ca-

racterizan por síntomas que comienzan dentro de la

primera hora de la primera dosis administrada. Las

reacciones inmediatas resultan de la activación de

los mastocitos y basófilos (12).

Estos dos tipos de reacciones de hipersensibilidad in-

ducidas por fluoroquinolona son relativamente comu-

nes, y en algunos estudios, la incidencia de reacciones

retardadas debido a las fluoroquinolonas es compara-

ble con la que se produce debido a los beta-lactámicos.

Alteraciones de la glucosa plasmática

Las fluoroquinolonas se han asociado tanto con hipo-

glucemia como con hiperglucemia. El riesgo de disgluce-

mia debe ser considerado al recetar fluoroquinolonas,

particularmente en pacientes diabéticos. Entre la moxi-

100

M. H. Nuñez

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3

floxacina, la levofloxacina y la ciprofloxacina, la moxi-

floxacina parece conferir el mayor riesgo de hiperglu-

cemia e hipoglucemia entre los pacientes diabéticos (13).

La Gatifloxacina sistémica fue retirada del mercado

en los Estados Unidos y Canadá en junio de 2006 por-

que se encontró que estaba asociada con hipogluce-

mia sintomática e hiperglucemia durante el período

posterior a la comercialización (14).

Posteriormente, otras fluoroquinolonas también se

han asociado con la disglucemia en pacientes diabéti-

cos y no diabéticos (14). Por ejemplo, un estudio de casos

y controles(12) identificó adultos mayores de 66 años de

edad que fueron tratados en el hospital por hipogluce-

mia (788 pacientes) o hiperglucemia (470 pacientes) des-

pués de un tratamiento ambulatorio con un macrólido,

una cefalosporina de segunda generación o una fluo-

roquinolona respiratoria. En comparación con el trata-

miento con macrólidos, la gatifloxacina y la levofloxaci-

na se asociaron con un mayor riesgo de hipoglucemia

(OR 4,3; IC del 95%: 2,9-6,3; y 1,5; IC del 95%: 1,2-2,0;

respectivamente). Los riesgos eran similares indepen-

dientemente de la presencia o ausencia de diabetes.

¿Cómo han impactado los nuevos datos de seguridad para su uso en pacientes ambulatorios?

Como se ha podido observar en los párrafos ante-

riores, las fluoroquinolonas han tenido un aumento

muy significativo en su uso, en particular por la amplia

utilización en patologías de vías aéreas superiores e in-

fecciones del tracto urinario.

La aparición de un mayor número de notificaciones

de efectos adversos con el uso de quinolonas llevó a la

FDA a realizar una revisión de su base de datos de far-

macovigilancia así como una revisión de los estudios

clínicos del uso de antibióticos en patología de vía aé-

rea superior y urinaria sin complicaciones (2).

La revisión de los estudios consistió en el análisis de

los resultados de estudios clínicos controlados con pla-

cebo de varios medicamentos antibacterianos que se

habían realizado en pacientes con sinusitis bacteriana

aguda (ABS), exacerbación aguda de la bronquitis cró-

nica (ABECB) e infecciones del tracto urinario sin com-

plicaciones. Muchos de los estudios de ABS y ABECB no

mostraron un beneficio por sobre el placebo. Algunos

estudios mostraron un beneficio en el tratamiento de

ABS y ABECB, y la mayoría de los estudios mostraron

un beneficio de tratamiento para las infecciones del

tracto urinario sin complicaciones, pero muchos pa-

cientes que recibieron un placebo obtuvieron una re-

solución clínica de su infección.

Por otro lado, la búsqueda en la base de datos de

Farmacovigilancia se realizó desde noviembre de 1997

a mayo de 2015, e identificó 178 casos en E.E.U.U. de

pacientes aparentemente saludables que tomaron

fluoroquinolona por vía oral para el tratamiento de

ABS, ABECB o infecciones del tracto urinario sin com-

plicaciones y desarrollaron reacciones adversas disca-

pacitantes y potencialmente irreversibles. En la evalua-

ción solo se incluyeron los pacientes que reportaron

reacciones adversas con una duración mayor a un mes

y que involucraban dos o más sistemas del cuerpo (por

ejemplo, musculo-esquelético, sistema nervioso peri-

férico, neuropsiquiátrico, los sentidos, cardiovascular

y la piel). La mayoría de las reacciones adversas princi-

palmente afectó al sistema musculo-esquelético, al sis-

tema nervioso periférico y al sistema nervioso central.

La mayoría de los casos (74%) ocurrieron en pacien-

tes de 30 a 59 años. Muchos pacientes describieron

cuán seriamente la discapacidad afectó sus vidas, in-

cluyendo la pérdida de empleo, altos costos de trata-

miento, tensión familiar o disolución de la familia.

La mediana de la duración de las reacciones adver-

sas discapacitantes al momento que se recibió el re-

porte en la FDA era de 14 meses y la mayor duración

informada fue de 9 años. Varios casos informaron que

las reacciones adversas seleccionadas se resolvieron

o bien mejoraron; otros casos informaron que las re-

acciones empeoraron o continuaron. En alguno de los

casos es posible que las reacciones adversas puedan

ser permanentes.

El dolor persistente de cualquier clase fue el síntoma

que se reportó con más frecuencia. El 97% de todos los

casos reportó dolor asociado con reacciones adversas

musculo-esqueléticas. Se encontró que las reacciones

adversas neuropsiquiátricas continuas eran angustian-

tes y afectaban el empleo y la calidad de vida.

Aunque con menor frecuencia, notificaciones simila-

res se han reportado en Canadá y en Argentina (15-16).

Las notificaciones de efectos adversos a la ANMAT son

101

Seguridad del uso de Quinolonas en el Adulto Mayor

Diciembre 2017 - Marzo 2018

escasas y existe un alto grado de sub-notificación, en

los últimos tres años (2014 – enero 2017) se han regis-

trado 134 notificaciones de sospechas de reacciones

adversas con Fluoroquinolonas, incluyendo 2 reportes

de dolor tendinoso, 11 de tendinitis, 3 de dolor/males-

tar/lesión de tendón de Aquiles, 4 de tendinitis aquilea-

na, 6 de rotura del tendón de Aquiles, 5 de mareo, y 2

de confusión/estado confusional.

A partir de estos hallazgos, la FDA en julio del 2016

realizó cambios en las indicaciones aprobadas de los

prospectos, incluyendo nuevas limitaciones de uso

para reservar las fluoroquinolonas para pacientes que

no tienen disponible otras opciones de tratamiento

más seguras para sinusitis bacteriana aguda, exacer-

bación aguda de la bronquitis crónica e infecciones del

tracto urinario sin complicaciones (1). 

¿Cómo influye esta información en su uso en el adulto mayor?

La revisión de las reacciones adversas con el uso de

fluoroquinolonas permite concluir que son fármacos

eficaces, pero la potencialidad de efectos adversos gra-

ves e incapacitantes no puede ser ignorada.

La población de pacientes adultos mayores se carac-

teriza por la presencia de polifarmacia y co-morbilida-

des que la exponen a un mayor riesgo de aparición de

interacciones farmacológicas o menor tolerancia que

lleven a un aumento del riesgo de toxicidad. Asimismo,

por ser una población más propensa a la aparición de

infecciones respiratorias y urinarias presentan mayo-

res posibilidades de requerir el uso de un antibiótico

por vía oral.

El gran aumento en el uso de este grupo de antibióti-

cos en los últimos años, y en especial de Levofloxacina,

no se encuentra claramente sustentado en necesida-

des terapéuticas, siendo en muchos casos el resultado

de una inadecuada elección del tratamiento antibiótico,

ya sea por utilizarse sin una indicación clara, o por dis-

poner de antibióticos alternativos de menor espectro y

mayor seguridad para su uso en este grupo etario.

Como conclusión de ésta revisión, se podría afirmar

que los médicos que traten pacientes adultos mayo-

res, deberían tener muy presente los efectos adversos

potencialmente serios que pueden darse con el uso

de quinolonas, y reservar su uso sólo para situaciones

donde la severidad actual o potencial de la patología,

o el gérmen involucrado requiere el uso inevitable de

una fluoroquinolona. Solamente bajo estas circunstan-

cias, el balance riesgo-beneficio se vuelve favorable

para el uso de fluoroquinolonas en patologías infec-

ciosas bacterianas de vías aéreas o del tracto urinario.

PUNTO CLAVE PARA LA PRÁCTICA

Las fluoroquinolonas no deberían utilizarse en el adulto mayor para tratar infecciones de vías aéreas

superiores no graves o infecciones urinarias no complicadas, porque su cociente riesgo-beneficio

no es favorable en estas circunstancias

Bibliografía

1. Fuente IMS Health sumistrado por el Instituto de Farmacología de la Facultad de Medicina. UBA.

2. Food and Drugs Administration: Drugs Safety Fluoroquinolones (FDA web site); actualizado 2016, visitado octubre 2017: https://www.fda.gov/Drugs/DrugSafety/ucm514275.htm.

3. Etminan M, Brophy JM, Samii A. Oral fluoroquinolone use and risk of peripheral neuropathy: a pharmacoepidemiologic study. Neurology. 2014;83(14):1261. 

4. Khaliq Y, Zhanel GG. Fluoroquinolone-associated tendinopathy: a critical review of the litera-ture. J Clin Infect Dis. 2003;36 (11):1404. Epub 2003 May 20. 

5. Wise BL, Peloquin C, Choi H, Lane NE, Zhang Y. Impact of age, sex, obesity, and steroid use on quinolone-associated tendon disorders. Am J Med. 2012;125(12):1228.e23.

6. Ball P. Quinolone-induced QTc interval prolongation: a not-so-unexpected class effect. J Anti-microb Chemother. 2000;45(5):557.

7. Kang J, Wang L, Chen XL, Triggle DJ, Rampe D. Interactions of a series of fluoroquinolone anti-bacterial drugs with the human cardiac K+ channel HERG. Mol Pharmacol. 2001;59(1):122.

8. Lapi F, Wilchesky M, Kezouh A, Benisty JI, Ernst P, Suissa S. Fluoroquinolones and the risk of serious arrhythmia: a population-based study. Clin Infect Dis. 2012;55(11):1457. Epub 2012 Aug 3.

9. Stahlmann R, Lode HM. Risks associated with the therapeutic use of fluoroquinolones. Expert Opin Drug Saf. 2013 Jul;12(4):497-505.

10. Rubinstein E. Fluoroquinolone photosensitization: A review of clinical and laboratory studies. J Antimicrob Chemother. 1996;37 Suppl A:145.

11. Schmid DA, Depta JP, Pichler WJ. T cell-mediated hypersensitivity to quinolones: mechanisms and cross-reactivity. Clin Exp Allergy. 2006 Jan;36(1):59-69. 

12. Scherer K, Bircher AJ. Hypersensitivity reactions to fluoroquinolones. Curr Allergy Asthma Rep 2005; 5:15.

13. Aspinall SL, Good CB, Jiang R, et al. Severe dysglycemia with the fluoroquinolones: a class effect? Clin Infect Dis 2009; 49:402.

14. Park-Wyllie LY, Juurlink DN, Kopp A, et al. Outpatient gatifloxacin therapy and dysglycemia in older adults. N Engl J Med 2006; 354:1352.

15. Novedades Internacionales y Nacionales en Seguridad de Medicamentos, Boletín de nove-dades ANMAT. Enero 2017. http://www.anmat.gov.ar/farmacovigilancia/Novedades_FVG_Enero_2017.pdf

16. Health Canada. Drugs and Health Products MedEffect Canada Safety Reviews. January 23, 2017. https://www.canada.ca/en/health-canada/services/drugs-health-products/medeffect-canada/safety-reviews/summary-safety-review-fluoroquinolones-assessing-potential-risk-persistent-disabling-effects.html.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3102

La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría (RAGG) es el órgano de difusión de la Sociedad Ar-gentina de Gerontología y Geriatría (SAGG).

Desde el año 2016, la RAGG adoptó el formato digital y publica contribuciones originales que se relacionan con el ámbito de la Medicina Geriátrica, la Gerontología y temas relacionados. Acepta trabajos redactados en español y, eventualmente, en inglés o portugués. La edición electrónica de la Revista Argentina de Geronto-logía y Geriatría se encuentra en la siguiente dirección: www.sagg.org.ar/ragg

Para información más detallada, consultar el REGLA-MENTO DE PUBLICACIONES DE LA S.A.G.G. en la si-guiente dirección: www.sagg.org.ar/ragg

Notas Preliminares

Ética Editorial

La decisión de aceptar o rechazar un trabajo se basa estrictamente en un proceso de revisión por pares o colegas (peer review), árbitros (referees) o revisores (re-viewers). La revista adhiere a las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas y cumple los Requisitos de Uniformidad para Manus-critos enviados a Revistas Biomédicas (documento dis-ponible en: www.icmje.org).

Responsabilidades del autor

1. Carta de Presentación

Todo manuscrito deberá estar acompañado por una carta de presentación firmada por todos los autores en la que se especifique a qué categoría pertenece el ar-tículo.

Si alguna parte del manuscrito ha sido publicada o remitida a otro medio (por ejemplo, tablas o ilustra-ciones), esta información deberá ser consignada y los autores tendrán que presentar los permisos de publi-cación correspondientes.

2. Financiación y Conflicto de Intereses

Los autores deben indicar cualquier interés finan-ciero directo o indirecto que puedan tener relación

con el manuscrito presentado, debiendo autorizar a la Revista Argentina de Gerontología y Geriatría la pu-blicación de dicha información si así lo consideran los editores. A los autores que declaren algún interés fi-nanciero se les pedirá que firmen una Declaración de Conflicto de Intereses.

3. Bioética

Los autores deben garantizar que toda investigación experimental realizada con humanos en el trabajo se haya obtenido con consentimiento informado y que se hayan respetado las pautas éticas de la institución a la que pertenecen y de la Declaración de Helsinki de 1975, con la revisión de octubre del 2000 (disponible en: http://www.wma.net/e/policy/b3.htm - versión en inglés y español). En caso de ensayos clínicos contro-lados, deberá seguirse la normativa CONSORT, dispo-nible en: http://www.consortstatement.org; mientras que, si se trata de una evaluación de performance diag-nóstica, hay que seguir la normativa STARD, disponible en: http://www.stard-statement.org/. Si se presentan trabajos de experimentación con animales, deberán explicitarse las condiciones de trabajos con los mismos y la autorización o pautas de manejo de los animales emanados por una institución oficial o privada, o bien las pautas de leyes internacionales o del país/estado de origen del trabajo.

4. Originalidad

El envío de un trabajo a la RAGG para su evaluación implica: a) que dicho trabajo no haya sido publicado pre-viamente (excepto en forma de resumen o como parte de una tesis); b) que dicho trabajo no se encuentre bajo consideración de publicación en ninguna otra revista o medio de divulgación científica; y c) que su publicación haya sido aprobada por todos los autores y coautores del trabajo, así como también por la institución en la que se ha desarrollado.

5. Plagio

Todos los manuscritos recibidos en la RAGG se pro-cesan de forma automática a través de un programa ad hoc antes de someterse a la revisión por pares.

REGLAMENTO DE PUBLICACIONES DE LAREVISTA ARGENTINA DE GERONTOLOGÍA Y GERIATRÍA

REGL

AMEN

TO

Diciembre 2017 - Marzo 2018 103

Reglamento de Publicaciones

Requisitos para la publicación

6. Copyright

Una vez aceptado el artículo, se solicitará al autor responsable que complete un «Acuerdo de publicación en la revista. Se le enviará un mensaje de correo elec-trónico confirmando la recepción del manuscrito y ad-juntando el documento de dicho Acuerdo. La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría es de acceso libre (Open Access).

El autor transferirá el copyright a la Sociedad. Si se incluyen pasajes de otros trabajos con copyright,

el/los autor/es debe/n obtener la autorización por es-crito de los titulares del mismo y mencionar la/s fuente/s del artículo.

Preparación

7. Envío de manuscritos

Los manuscritos deben enviarse por e-mail a [email protected] en formato Word.

8. Normas específicas para cada Sección

El Comité Editorial de la RAGG considerará para su publicación trabajos relacionados con Medicina Ge-riátrica, Gerontología y temas afines a la Especialidad. Los autores deberán adecuar los trabajos remitidos, de acuerdo con sus objetivos, a las siguientes categorías:

a) Originalesb) Revisión de temac) Comunicaciones d) Monografíase) Informe de Caso o Serie de casosf) Carta Científicag) Cartas al Editor y Respuesta

a) OriginalesLos trabajos deberán presentar nueva información

relevante basada en la descripción y/o evaluación es-tadística de casos propios a partir de investigaciones originales. El cuerpo del trabajo no debe superar las 4500 palabras, no puede contener más de 20 figuras y el número máximo de autores será de 6 gerontólogos y/o geriatras.

La organización del manuscrito es la siguiente:I. Resumen:Debe ser lo suficientemente claro e informativo para

permitir la comprensión del trabajo; ser estructurado,

con un máximo de 250 palabras y estar dividido en 5 partes: Objetivo; Materiales y Métodos; Resultados; Discusión y Conclusión; presentar de 3 a 5 palabras clave; y no utilizar abreviaturas ni citas bibliográficas. En todos los casos deberá elaborarse un resumen en inglés (abstract) de similar extensión e idéntica segmen-tación a la versión en español. Es decir, debe dividirse en: Objective (Purpose); Materials and Methods; Results; Discussion y Conclusion; y presentar de 3 a 5 keywords.

II. Introducción:Consta de tres partes. La primera define el problema,

la segunda hace un breve recuento de lo que se conoce respecto del problema y en la tercera parte se exponen los objetivos del trabajo, teniendo en cuenta lo desarro-llado en los párrafos anteriores.

III. Materiales y Métodos:Se indican claramente los criterios de selección de los

sujetos incluidos en el trabajo. El protocolo debe ser ex-puesto claramente, teniendo en cuenta los datos que son útiles para el trabajo. Si se trata de un trabajo no clínico, deben describirse las características completas de los sujetos en estudio, ya que la experiencia debe poder ser reproducida en su totalidad.

IV. Resultados:Todos los resultados en relación con el trabajo se

exponen de manera clara y lógica, comprendiendo también los resultados negativos. Si se utilizan tablas, éstas y el texto no deben repetir la información. Se utiliza el tiempo pasado. En esta Sección deberán in-cluirse las ilustraciones pertinentes a la casuística ana-lizada/estudiada.

V. Discusión:Se discuten tanto los materiales como los métodos, y

se examina la validez de los resultados. VI. Conclusión:Se resumen brevemente los resultados del estudio y

sus consecuencias. Estos deben desprenderse riguro-samente de la casuística analizada.

VII. Bibliografía:No puede superar las 50 citas bibliográficas. (Con-

sultar apartado Citas Bibliográficas)

b) Revisión de TemaActualización de un tema o técnica que abarque los

últimos conceptos referentes a aspectos clínicos o ge-rontológicos. Es un artículo basado en la descripción de la experiencia del autor en un tema determinado, fundamentado en una sólida revisión bibliográfica. Además, integran esta categoría los trabajos sobre temas anexos (legislación, ejercicio profesional, etc.). El resumen no debe estar estructurado y no puede su-perar las 250 palabras. En él se plantean el objetivo y

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3104

Reglamento de Publicaciones

las partes esenciales. Es necesaria la elaboración de un resumen en inglés (abstract). Deben presentarse hasta 5 palabras clave (keywords) y el cuerpo del trabajo no debe superar las 3000 palabras.

Las citas bibliográficas no excederán las 70 y sólo se podrán incluir hasta 15 figuras. El número máximo de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

c) Comunicaciones Hallazgos diagnósticos, observaciones epidemioló-

gicas, resultados terapéuticos, efectos adversos, tra-bajos preliminares o cualquier otro evento que por su importancia ameriten ser comunicados. El material debe organizarse de la siguiente manera: resumen no estructurado o estructurado (máximo: 250 palabras), y entre 3 y 5 palabras clave (en castellano e inglés), in-troducción, descripción sintética de las observaciones y discusión breve. No es necesaria una conclusión. Las figuras no deben superar las 6. Las referencias biblio-gráficas no deben ser más de 15. El cuerpo del artículo no debe superar las 2000 palabras y el número máximo de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

d) Monografías Descripción y tratamiento especial de determinada

parte de la Medicina Geriátrica y/o de la Gerontología y/o de algún tema en particular, referido a la Especia-lidad. Las referencias bibliográficas y los textos deben ser relativamente breves. Hay que elaborar un resumen no estructurado en castellano e inglés de hasta 250 palabras, y se deben incluir de 3 a 5 palabras clave/ke-ywords. El cuerpo del trabajo no debe superar las 3000 palabras y no puede contener más de 15 figuras. Se per-miten hasta 50 citas bibliográficas y el número máximo de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

e) Informe de caso o serie de casosContendrán título (en español e inglés, en los que no

se indicará el diagnóstico final), autores, resúmenes (no más de 150 palabras) en español e inglés, palabras clave en ambas lenguas y estarán compuestos por presen-tación del caso, discusión clínica, justificando la pre-sentación del mismo por infrecuencia, valor etiológico, pronóstico, diagnóstico, terapéutico, por la importancia del diagnóstico diferencial. No podrán superar las 2.000 palabras, hasta dos tablas o figuras y no más de 15 refe-rencias. Resumen no estructurado.

f) Carta CientíficaNarración no estructurada de un caso clínico o ge-

rontogeriátrico, dirigida al Editor. Debe contener una introducción donde conste el objetivo, un desarrollo

corto y la evolución del caso. No incluirá resumen, conclusión o tablas, ni tampoco palabras clave. La ex-tensión del manuscrito no podrá superar las 1000 pa-labras. Se aceptarán hasta 4 figuras y las citas biblio-gráficas no deberán superar las 10. El número máximo de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos. Ante la recepción de un caso clínico, el Editor podrá reco-mendar esta modalidad de presentación cuando lo considere oportuno.

g) Cartas al Editor y RespuestaTrabajo relativamente breve que expresa el juicio

personal del/los autor/es sobre un determinado tópico controvertido, o bien críticas o discrepancias con artí-culos publicados en la RAGG, elaboradas de manera constructiva, objetiva y educativa. Las cartas deberán aclarar, en el marco del derecho a réplica, los puntos controvertidos del artículo o tema en cuestión. Este tipo de artículo no lleva resumen ni palabras clave y el cuerpo del texto no puede superar las 700 palabras. Puede contener hasta 2 figuras y 5 citas bibliográficas. El número máximo de autores será de 3 geriatras y/o gerontólogos.

• Presentación de Caso (Case Report): relatos de casos raros por su forma de presentación, escasa frecuencia o asociación inusual con otra entidad.

9. Estructura de los Trabajos

I. Página de Título (Primera Página)Esta página debe incluir el título del artículo (en cas-

tellano y en inglés), los nombres de los autores y la dirección (incluyendo código postal) de la institución donde se desarrolló el trabajo. A su vez, deberá identi-ficarse al autor para el envío de correspondencia indi-cando dirección, teléfono y e-mail. En este documento deberá incluirse el texto relativo a la Contribución de Autoría y especificar si existe Conflicto de Intereses y/o Financiación. Los Reconocimientos a personas, por colaboración en el estudio o la preparación del manuscrito, así como a Centros o Entidades que hayan apoyado la elaboración del trabajo, podrán incluirse en esta página.

II. Página de Título “Ciega” (Segunda Página)El texto del manuscrito deberá comenzar por el

nombre de la sección a la que corresponde y el título del trabajo sin el nombre de los autores, a fin de ser usada en el proceso de revisión por pares (peer review).

El texto del manuscrito deberá organizarse de acuerdo a la categoría a la que este corresponda.

Diciembre 2017 - Marzo 2018 105

Reglamento de Publicaciones

III. Resumen – AbstractExcepto la Carta al Editor y la Carta Científica, todos

los artículos deberán incluir un resumen/abstract. En el caso de los originales, dicho resumen deberá segmen-tarse acorde con lo expuesto anteriormente en este Reglamento, en el apartado de Originales. En las otras categorías, el resumen/abstract correspondientes no requieren segmentación (es decir, no habría que divi-dirlo en Objetivo, Materiales y Métodos, etc.).

IV. Palabras Claves – KeywordsExcepto en la Carta al Editor y la Carta Científica todos

los artículos deben incluir entre 3 y 5 palabras clave, en español e inglés, e incluirse en la Página de Título “Ciega”.

V. Citas BibliográficasLas citas deben escribirse a doble espacio comen-

zando en página separada y tienen que estar numeradas consecutivamente de acuerdo con el orden en que apa-recen en el texto. Todas las citas que aparezcan listadas en las citas bibliográficas deben indefectiblemente estar incluidas como referencia en el texto. Dichas citas deberán escribirse en superíndice (por ejemplo,21) y apa-recerán al final de la frase que contenga información a referenciar. En caso de citarse los nombres de los au-tores, la cita deberá incluirse inmediatamente después de estos (por ejemplo, Fustinoni, O. et al.4).

Las referencias deben numerarse en forma con-secutiva, en el mismo orden en que son citadas por primera vez en el texto. En las referencias donde se citan seis o menos autores, deben figurar todos ellos con apellido e inicial del nombre. En caso de ser siete o más autores, sólo los seis primeros deben identifi-carse y luego deben ir seguidos de et al. El título de las revistas citadas deberá abreviarse acorde al Index Me-dicus MEDLINE (disponible en: http://www.ncbi.nlm. nih.gov/pubmed. A manera de ejemplo, suministramos las maneras correctas de citar:

• Artículo de RevistaJosé Gutiérrez Rodríguez, Marta Alonso Álvarez,

Carmen Varela Suárez, Juan José Solano Jaurrieta. Fac-tores de riesgo asociados a deterioro funcional en el an-ciano tras su consulta en un servicio de urgencias. Rev Mult Gerontol 1999; 9:139-146.

• Capítulo de LibroHenrich, WL. Diálisis. México McGraw-Hill Intera-

mericana; 2001. P94 Chamoles N, García Erro, M. Los errores congénitos del metabolismo. En Sica REP, Mu-chnik S. Clínica Neurológica. Buenos Aires: La Prensa Médica; 2003. p 173-202.

• Libro CompletoRisgven MK, Bond D. Gerontology and leadership

skills for nurses. 20 ed. Albany (NY): Delmar Publishers; 1996.

• Las citas de resúmenes bibliográficos, editoriales y cartas al editor deben aclarar su origen: Spargo PM, Manners JM. DDVAP and open heart surgery (letter). Anaesthesia. 1989; 44:363-4. Fuhrman SA, Joiner KA. Binding of the third component of complement 3 by To-xoplasma gondii (abstract). Clin Res. 1987;35:475ª

• Cita de Revista OnlineFriedman SA. Preclamsia: a review of the role of pos-

taglandins. Obstet Gynecol (serial online). January 1988; 71:22-37. Available from: BRS Information Technologies, McLean VA. [consultado Dec 1990]

• Cita de Base de DatosEARSS: the European Antimicrobial Resistance Sur-

veillance System [Internet].Bilthoven (Netherlands): RIVM. 2001 - 2005 [cited 2007 Feb 1]. Available from: http://www.rivm.nl/earss/

• Cita de Página WebGostin LO. Drug use and HIV/AIDS (JAMA HIV/AIDS we-

bsite) June 1, 1996. Updated (Actualizado): june 26, 1997. Para más información en relación con otras fuentes

citables (por ejemplo: actas de conferencia, artículo presentado en conferencia, etc.), se recomienda con-sultar las Normas de Vancouver (pueden consultarse en http://www.icmje.org)

VI. TablasDeben asociarse con un breve título descriptivo y nu-

merarse en el orden en el que aparecen en el texto.Las abreviaturas deben aclararse en una nota al pie.

Deben ser “autoexplicativas” y no duplicar datos suminis-trados en el texto o las figuras. Las referencias bibliográ-ficas deben numerarse en secuencia con las del texto. Si se utilizan datos procedentes de otra fuente, publicada o inédita, hay que solicitar la autorización por escrito a la revista o editorial fuente y reconocer su origen.

VII. Figuras o IlustracionesSe aceptarán las figuras o ilustraciones indicadas en

cada categoría. El número de la figura debe coincidir con el número asignado en el texto y se asigna de forma correlativa.

Las fotos, figuras o ilustraciones deben ser enviadas mediante soporte digital. Las mismas tendrán que contar con una resolución igual o mayor a 800x600

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 31, Nº 3106

Reglamento de Publicaciones

píxeles (300 dpi), en formato JPG. La medida mínima de ancho es de 8.5 cm y el máximo de 17.5 cm.

Dentro del Word se pueden incluir las imágenes para ver la ubicación en el trabajo, pero tendrán que ser enviadas también por separado ser de excelente reso-lución y uniformes en tamaño.

VIII. EpígrafesCada figura deberá acompañarse de su respectivo

epígrafe, deben escribirse en la misma hoja del manus-crito, a doble espacio como el resto del texto. En caso de referencias bibliográficas en las leyendas de las fi-guras, deben numerarse en secuencia con las del texto.

IX. EstadísticaDescribir los métodos estadísticos con detalle su-

ficiente para que el lector, versado en el tema y que tenga acceso a los datos originales, pueda verificar los resultados presentados. En lo posible, cuantificar los hallazgos y presentarlos con indicadores apropiados de error o incertidumbre de la medición. Analizar la elegi-bilidad de los sujetos de experimentación y dar los de-talles del proceso de aleatorización.

Presentación de los trabajos

I. TextoEl texto debe estar escrito a doble espacio (incluidas

las citas bibliográficas, tablas/gráficos, pies de figuras y

comentarios a pie de página). Si se utilizan abreviaturas o iniciales, estas deben estar previamente explicadas en el texto. Las páginas deben numerarse desde la portada. El nombre de los autores debe aparecer sólo en la primera página.

Las drogas y sustancias químicas deben referirse por su nombre genérico y no por su nombre comercial.

II. Abreviaturas y AcrónimosDefina las abreviaturas y acrónimos al comienzo del

texto, empleando primero la palabra completa seguida de la abreviatura entre paréntesis: por ejemplo, Valo-ración Geriátrica Integral (VGI).

Después de aceptado el trabajo

Pruebas de autor Se enviará un conjunto de pruebas de página (en ar-

chivos PDF) por correo electrónico al autor encargado de la correspondencia. Si no desea utilizar la función de anotaciones en PDF, puede enumerar las correcciones (incluidas las respuestas del formulario de dudas) y en-viarlas a la RAGG por correo electrónico. En esta fase solamente se considerarán cambios significativos en el artículo que fue aceptado para su publicación con el permiso del Director. Es importante asegurarse de que todas las correcciones se nos envían de vuelta en una comunicación: compruébelo minuciosamente antes de responder.


Recommended