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Revista del V Certamen Literario Intercepas

Date post: 16-Mar-2016
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Revista del V Certamen Literario Intercentros de Educación de Personas Adultas. Año 2011
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V CERTAMEN LITERARIO INTERCENTROS DE EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID 7 de Abril de 2011 http://certamenliterariocepa.blogspot.com/ Comunidad de Madrid CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN
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VC E R T A M E NL I T E R A R I O

INTERCENTROS dE EduCACIóN dE PERSONAS AduLTAS

dE LA COMuNIdAd dE MAdRId

7 de Abril de 2011http://certamenliterariocepa.blogspot.com/

Comunidad de MadridCONSEJERÍA DE EDUCACIÓN

Comunidad de MadridCONSEJERÍA DE EDUCACIÓN

SuMARIO

V CERTAMEN LITERARIO INTERCENTROS dE CEPAS dE LA COMuNIdAd dE MAdRId

Joseph Joubert.

Fragmento de la obra de diego doncel. Pág. 3

Acontecimientos literarios. Pág. 3

Organización y representación institucional. Pág. 4

Crónica del acto. Pág. 5

Relación de premiados. Pág. 6

Textos de los primeros premios. Pág. 7

Textos de los segundos premios. Pág. 22

Cierre del Acto. Pág. 34

Diego Doncel

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Al fondo del sendero, la niña de las piernas señaladas por la metralla está hablando sola. En realidad no habla, sólo emite algunos sonidos, parlotea un poco. desde hace unos días tiene la costumbre de venir hasta aquí para encontrarse conmigo. Su cuidadora de color ni siquiera advierte que la niña no está en el parque con los otros niños. Es una mujer gruesa y distraída a la que le gusta mantener conversaciones demasiado vehementes con sus compañeras de banco o aislarse bajo los cascos dejándose llevar por las mareas del hip-hop.

La niña de las piernas señaladas por la metralla es el bebé del que daba cuenta El País unos días después del atentado, el bebé que lloraba entre los hierros. desde entonces la he estado buscando. La he buscado siguiendo todas las pistas, la he buscado para saber si seguía viva o no. Era un anhelo demasiado poderoso. A veces, frente al

Hospital del Niño Jesús, sus iniciales (Add) ardían en mi cabeza mientras me preguntaba montones de cosas en esos callejones sin salida a los que me llevan mis pensamientos.

Ahora la tengo aquí, mirándome desde la estela que dejan sus ojos al moverse. Lleva una camiseta sobre tallada y una falda demasiado estrecha que le habrán proporcionado los Servicios Sociales. Es delgada y débil, porque la metralla también se ha hundido en su vientre como una piedra arrojada a un terreno pantanoso, y eso le impide aceptar cualquier tipo de alimentos. Pero sonríe incluso sin motivo para sonreír. Se sube al banco, se baja, llega hasta mí para hundir su cara entre mis piernas, se aleja corriendo, vuelve, y siempre sonríe. Tal vez fue esa sonrisa la que la salvo, la sonrisa de un bebé en una camita de la uCI, de un bebe sedado.

Mujeres que dicen adiós con la mano

En esta edición haremos un breve repaso a los ACONTECIMIENTOs acaecidos durante el presente curso. Efemérides, premios, actualidad lingüística…empezaremos por esta última:Actualidad lingüística (RAE).director: José Manuel Blecua por Víctor García de la Concha Presentación de la Nueva Ortografía.Nuevas académicas: - Soledad Puértolas: “Personajes secundarios de El Quijote” - Inés Fernández Ordóñez: “La lengua de Castilla y la formación del español” Sillones vacantes: Francisco Ayala, Miguel delibes y Valentín García YebraPremios Literarios:- Premio Nadal a Alicia Jiménez Bartlett por su novela “donde nadie te encuentre”.- Premio Plantea a Eduardo Mendoza por su obra “Riña de Gatos. Madrid 1936”.- Premio Nacional de Narrativa 2010 a Javier Cercas por “Anatomía de un instante”.- Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía a Francisco Brines. - Premio Cervantes por toda su obra a Ana María Matute.- Premio Novel de Literatura a Mario Vargas Llosa.En referencia a las efemérides, … Queremos recordar especialmente a la desaparecida Josefina Aldecoa, quién además de escritora fue maestra y una de las primeras impulsoras de la coeducación.Y también a José Antonio Labordeta, profesor, cantautor, escritor y político aragonés.

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Organización equipos directivos y profesorado de las CEPAs: CIudAd LINEAL, dISTRITO CENTRO, FuENCARRAL, HORTALEZA, LAS ROSAS, TETuÁN Y VILLAVERdE.

MEsA formada por: d. JOSÉ MAXIMINO GARCÍA: Subdirector General de Centros de Enseñanza Secundaria y Enseñanzas de Régimen Especial. dª BEGOÑA BERNABÉ SANTIuSTE: Jefe del Servicio de Educación de Personas Adultas. d. FRANCISCO ESCRIBANO MONTOYA: Jefe del Área Territorial Madrid Capital. d. MANuEL TROITIÑO PELAZ: Concejal Presidente de la Junta de Ciudad Lineal. dª REGINA dE BEdOYA PIQuER: directora del CEPA Ciudad Lineal.

Presentadores: Pilar Peralta domínguez y Jesús Yagüe Laseca

Escritor invitado:diego doncel

Músico invitado:Julio César Setién

Fotógrafo:Federico Ponte Chamorro

D. Diego Doncel

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Centro Príncipe de Asturias,siete de abril, dos mil onceGran Certamen Literario…ya se sienten las calores.

Lo organizan siete CEPAs:LAs ROsAs, CIUDAD LINEAL,VILLAVERDE Y HORTALEZA,CENTRO, TETUÁN, FUENCARRAL.

Autoridades presentes,Subdirector General,Jefes de Área y Servicios,y también el Concejalpresiden en alto estradogran Mesa presidencial

PILAR y JEsÚs resumencuantos hitos literarios(premios y fallecimientos…)ocurrieron en el año.

después con fruición oímosdos fragmentos de “DONCEL”:compromiso literario,vivencias, 11 M, ayer…

Entregan todos los premiostodos los jefes presentes.La sala responde al punto:suenan aplausos muy fuertes.

Saludos, besos y fotos,las palmas están calientes;se aprecia en toda la salamuy “caluroso” el ambiente.

Tras la foto colectivaautoridades hablando:saludan a los presentes,felicitan a premiados.

Y comenzamos a oírinteresantes relatos sobre “Un domingo cualquiera”,lo vivido y evocado:

- Aburrido, adormecido…el domingo de Fernando…

- Mañana fría y paseode Amparo, allá por el Rastro…

- domingo de ensoñación,activo o bien de descanso…

- Cajas que explotan y evocanflores, pájaros, el barrio…

- Breve evocación de ausenciaya no estás… lo recordado…

- Emotivo y frío recuerdo:pérdida de un ser amado…

- Búsqueda de compasión,a la paz un breve canto…

Y entre lectura y lecturaresonaban los aplausos:son el verdadero premiopor el trabajo logrado.

Tres piezas tocó sETIÉN(Chopin, Scriabin, Granados)música alegre, nocturnos,broche final de este acto.

dos mil once, siete CEPAs,GRAN CERTAMEN LITERARIO:pluma, expresión, creación…bellos relatos variados.

Arturo Santos CorderoCatedrático de Lengua Castellana y Literatura

CRÓNICAs DEL ACTO

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PREMIO1er

PREMIO2o

C.E.P.A CUIDAD LINEAL: Fernando López de Ceballos.C.E.P.A DIsTRITO CENTRO: Amparo González Quintairos.C.E.P.A FUENCARRAL: María Isabel del Arco Hernandéz.C.E.P.A HORTALEZA: Yolanda López Blanco.C.E.P.A LAs ROsAs: Noelia Cabrero urrea.C.E.P.A TETUÁN: Belén Catalá Sierra.C.E.P.A VILLAVERDE: Manuel Ramos Alonso.

C.E.P.A CUIDAD LINEAL: Patricia Lucas del Prado.C.E.P.A DIsTRITO CENTRO: Mariana de Jesús Palacios Vivar.C.E.P.A FUENCARRAL: Augusto Ángel Calleja Bermejo.C.E.P.A HORTALEZA: Carmen durán Pérez.C.E.P.A LAs ROsAs: Ana Belén Ramírez díaz.C.E.P.A TETUÁN: María Martínez Santos.C.E.P.A VILLAVERDE: Consuelo González Gregorio.

RELACIÓN DE PREMIADOs

Los Centros de Educación de Personas Adultas (CEPA) de la Comunidad de Madrid continuamos organizando un concurso de textos literarios con motivo del día del libro. Este curso académico 2010-2011 se ha convocado el V Certamen Literario Intercentros con el lema “Cualquier Domingo” en los que han participado los CENTROs: Ciudad Lineal, Distrito Centro, Fuencarral, Hortaleza, Las Rosas, Tetuán y Villaverde. El acto de la entrega de premios fue el 7 de abril en el Centro Cultural Príncipe de Asturias en el distrito de Ciudad Lineal.

Este año hemos contamos con el escritor invitado diego doncel que nos deleitó con la lectura de fragmentos de su obra y con el pianista Julio César Setién.

Nuestros protagonistas, los alumnos, recibieron el premio y leyeron sus textos.

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TExTOs PRIMER PREMIO

“Cualquier domingo”PREMIO1er

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Siento mucho decir que, en un domingo cualquiera sin importancia,

me despierto, ingiero los alimentos guisados por mi progenitora, hago pulir mi dentadura hasta que queda impoluta, y me vierto sobre la piltra de mi dormitorio acompañado de mi ordenador portátil.

Me entretengo a fondo en las famosas redes sociales de Internet para recapitular el fascinante fin de semana. Converso con mis mejores camaradas entregándome al máximo.

Es un día adecuado para ver varios filmes, manosear mi guitarra acústica para seguir componiendo música, si la inspiración me lo permite, y actualizar mi blog, si mi ingenio y mi mente soñadora me conceden ese permiso.

Los domingos son muy aburridos, a falta de surrealismo.

El tiempo dominguero se agota, y con él, se aproxima mi gran enemigo lunes.

El tiempo es creíblemente hipotético, ya que el momento correcto indescifrado de la fuente de su origen es incomprensible. Pasa, y sin saber la fecha precisa, seguimos aquí. Surgen reajustes en mi cabeza, en mis pensamientos utópicos, tal vez profundos, pero tal vez sean los más reclamados y especiales, los pensamientos alegres. Sin embargo, pensando demasiado te puedes quedar adormecido, tanto que puede ocluir el iris de forma natural. Me atonté indirectamente y viajé por la senda más oculta de mis pensamientos.

Me imaginé a mi mismo viendo estas nítidas percepciones imaginarias, y al mismo tiempo, puede que reales, en la infinita extensión del espacio y del tiempo. Pero, al despertar toda aquella fantasía, aquellas aventuras ilógicas se ausentan, se ocultan por algún fundamento comprensible y desaparecen, quitándote aquella hilaridad que te concedía una sonrisita o una lagrimita, que te permiten seguir viviendo día a día sin sus influencias descabelladas. Es solo un sincero despertar.

La incertidumbre de las personas transita el día a día. Solo una de ellas está guiada por el camino más adecuado. Muestran indiferencia ante su estado depresivo y melancólico, propio de los poetas románticos, sustituible por otro mejor, por un estado de larga duración que pueda mostrar futuros sucesos fascinantes.

C.E.P.A. CIUDAD LINEAL

PREMIO1er

Fernando López de Ceballos

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Nuestra dicha se basa en emociones: alegría, cariño, pero son manchadas por la amargura de la nostalgia de los acontecimientos pasados, inútiles para volver a ser vividos. Muchos quisieron dar ese impulso hacia el éxtasis, y empujar por la borda ese afecto derrochados del tiempo y de la vida, para enfrentarse a la aventura única y deleitosa del amor. Fuentes ficticias. dicen que el amor es la magia más poderosa, misteriosa y desconocida. Con excesiva inapetencia, procederé a preguntarme por la confianza en aquellas personas que no son capaces de dar otra oportunidad. La confianza es frágil, difícil de restablecer si se pierde, desacertada si no implica afecto por nadie y de nadie por ti. Pues yo digo: tomen ustedes pasteles, que yo seguiré con mi té chino, tumbado en mi habitación, pasando el rato en un domingo cualquiera.

(Educación Secundaria. Nivel I A).

Recoge el premio de mano de D. Manuel Troitiño PelazConcejal Presidente de la Junta de distrito de Cuidad Lineal.

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PREMIO1er

Amparo González Quintairos

C.E.P.A. DIsTRITO CENTRO

La mañana era fría y el sol no lucía demasiado pero, aún así,

el día se prometía agradable. decidida a dar un paseo me abrigué con ropa de invierno y me dirigí a El Rastro con la intención de mirar un poco entre los puestos de cachivaches. Nunca se sabe lo que una puede llegar a encontrar. Callejear por el rastro puede convertirse en una aventura muy entretenida, siempre que no te roben la cartera y es una buena idea para cualquier domingo.

Subí por la Ribera de Curtidores a pasa lento para no perderme ni un detalle de los puestos. descubrí desvaídos espejos que ya habían perdido su baño de azogue, vetustos muebles con señales inequívocas de las carcomas, hoy desahuciadas, que en otro tiempo los habitaron, restos que imaginé desvalijados de iglesias románicas, cuando no, recuerdos familiares que en otro tiempo tuvieron vigencia, presencia y prestancia. Todo un mundo girando en torno a un pasado: medallas y condecoraciones de guerras olvidadas, monedas, armas, escudos, joyas, vestimentas apolilladas… Algún puesto de gomas para tirachinas, libros viejos, gafas usadas de orillo, dentaduras postizas y muchas otras curiosidades y rarezas. Todo sin orden ni concierto, esta es la esencia, el encanto y la magia de El Rastro que hechiza a cuantos visitantes se acercan para descubrirlo.

Entré en una polvorienta y oscura tienducha, donde un tendero huraño y todavía más polvoriento y oscuro me malvendió, después del consabido regateo, un lagarto disecado con ojos de cristal del color del cobre que, según él, había traído un misionero de Finlandia. “Supongo que de Finlandia sería el misionero porque, lo que son lagartos, no me suena que haya muchos en la tierra de Odin”. Metí el acartonado reptil en una bolsa y me dispuse a buscar un sitio donde tomar una cervecita con tapa. Ya eran las doce y media de la mañana, la calle se había convertido en un hervidero y no cabía un parroquiano más en las tabernas y bodeguitas por lo cual entrar en una de ellas me pareció misión imposible.

El frío empezaba a hacer mella en mi ánimo y en mi nariz enrojecida. Tenía los pies helados y pensé en volver a casa junto con el lagarto, cuando un personaje captó mi atención. Se trataba de un enano con pinta de

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gnomo que llevaba un gorro de lana bajo el cual sobresalían unas enormes y rizadas patillas blancas y, entre unos pequeños ojos, una berenjena que parecía hacer las funciones de nariz. Tenía ante sí una esterilla zarrapastrosa cubierta de objetos diversos, a cual más estrafalario. Al ver que lo observaba con curiosidad me ofreció un escapulario de Santa Lucía de color púrpura que desprendía un olor a rancio harto desagradable. Lo rechacé con un gesto de la mano y me dispuse a seguir mi camino, cuando oí que murmuraba entre dientes:

-Hoy no es un domingo cualquiera, hoy has rechazado la suerte.

La suerte del enano, pensé y no le dí más importancia.

Regresé a casa y pasé una tarde muy tranquila, leyendo algunas novelas y viendo películas antiguas. después de cenar me acordé del lagarto pero, al sacarlo de la bolsa, descubrí contrariada que había perdido sus ojos cobrizos. ¡Vaya con el enano y el escapulario de Santa Lucía!

(Educación Secundaria. Nivel II ).

Recoge el premio de mano de D. Francisco Escribano MontoyaJefe del Área Territorial Madrid - Capital.

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PREMIO1er

C.E.P.A. FUENCARRAL

María Isabel del Arco Hernández

Cualquier domingo puede ser cualquier día, con sólo desearlo.

Es como una gota de esperanza, limpia y transparente de proyectos e ilusiones que se va llenando durante la semana y cuando llega el domingo cae rebosante, como una cascada de posibilidades por realizar; nos despierta y refresca con su libertad de hacer, lava nuestro automatismo y rutina semanal, para el lunes, empezar a formarse de nuevo. Domingo es sinónimo de fiesta, descanso, tiempo ganado a pulso; paro y respiro de nuestras obligaciones. El día esperado, porque él te hace sentir libre por unas horas.

Según el Libro de Génesis, dios creó el mundo en siete días: uno, noche y día; dos, cielo y mar; Tres, árboles; Cuatro, sol y día de la luna; Cinco, peces y aves; Seis, hombre y animales; y el último Siete, descansó y se llamó domingo. Si algunos domingos no los sentimos como tal, ¡los repudiamos y en paz! Los podemos suplantar sin pudor por cualquier otro día de la semana, lunes, jueves … Cambiar por esos otros, que quizás recordemos y fueron mágicos para nosotros: Por aquel, del concierto a finales de mayo que tanto nos divirtió, vibrante y caluroso en el que bailamos y gritamos desenfrenadamente; o por otro, único, el del primer beso, grabado con tintes azules, tierno y apasionado; y, por qué no cambiarlo por aquel día especial, donde se coló en nuestra memoria un paseo sencillo, único y maravilloso… Todos ellos podríamos coronarlos como domingos.

Pero el domingo no es igual para todos. Para unos es activo, día de abrir los ojos y disfrutar; para otros, de cerrarlos y poder soñar. Hay quienes se sienten huérfanos de domingo, toda su semana es plana, sin interrupción. No les llega el descanso, no dejan de madrugar ni tan siquiera pueden sentirse libres y disfrutar sin preocupaciones por unas horas; su vida diaria siempre es igual, rutinaria, anodina, llena de sacrificios… Los ganaderos por trabajo no pueden dejar de ordeñar y alimentar a sus reses por ser domingo; las personas dependientes no dejan de ser atendidas por otras que ya han olvidado el significado del domingo.

Algunos como José sólo cuentan el último día de la semana. Se levanta relajado después de haber dormido con la seguridad de que el maldito.

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despertador no sacudirá su mente y le avise para ir a trabajar. Como cada domingo, observa la vida pasar en ese descanso intermitente de siete días. Piensa y se deleita, qué sería si el lunes fuese un día como éste, sin obligaciones, sin prisas y, siempre así… Hoy, Como cada domingo está frente a la ventana, pero mañana será distinto, ya no irá a trabajar, se cumplirá ese deseo que lleva aguardando tanto tiempo a la espera de su jubilación. Piensa y siente un vacío inexplicable, “ya lo he conseguido” pero sus manos durante ese tiempo han dejado de ser fuertes y firmes, sus piernas acusan el cansancio y su cabeza ha ido desprendiéndose de sueños para dejar paso a la realidad.

Otros, intentan hacer ver que la vida no se compone sólo de domingo y fiesta, como Ángela, que persigue a su hija por la casa, pegada a ella. La música estridente le obliga a levantar la voz, y a gritos le aconseja, se duele, le recrimina, le argumenta: _Tu carácter y costumbres debes cambiarlas, ha llegado el tiempo de ser responsable y tus días dejen de ser siempre festivos ¿Te acuerdas de la fábula de “La Cigarra y la Hormiga”? No estás guardando grano en previsión de las lluvias y malos tiempos; vives, cantas, según el día amanece. Los amigos verdaderos, la familia, es sacrificado a veces mantenerlos a tu lado; es un trabajo constante porque implica estar siempre dispuesto, no cuando te venga en gana, sino cuando te necesiten. Los días fríos del invierno son más crudos si se viven en soledad; el domingo no puede prolongarse toda la semana. No puedes conducir tu “barca” pensando que siempre será domingo.

A veces, sólo es un estado de ánimo; tu día, el que esperas y te has ganado. domingo… ¡Siempre domingo! Los problemas se aparcan, el optimismo te asalta y la libertad aflora y se identifica; es día de no madrugar o, hacerlo sin obligación; de pasear, mirar cosas que otros días en su aceleración parece que no suceden; de meditar lo bueno e ignorar lo malo. En domingo lees el periódico que eliges y compras, no el gratuito de cualquier día “menor”, ése que “arrebatas al vuelo en la estación de Metro” sin apenas mirar ni dar las gracias por las prisas. Las noticias cambiantes te asaltan y las nuevas tecnologías continúan empujando y avivando nuestras quietas costumbres, a gentes que como yo nos cuesta seguir su voraz aceleración; y es entonces cuando se despierta nuestra nostalgia al comparar la vida de ayer y de hoy: Aquellos domingos antiguos, de misas tempranas; tardes de cine, en largas colas de espera mojadas por la lluvia; ayudar en casa antes de salir, yhacerlo vestida con galas de adolescente; y bailar bailes locos en guatequescon amigos, en donde las chicas no pagaban por ser chicas y esperaban que el

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chico elegido las “sacase” a bailar; excursiones organizadas por la parroquia, agotadoras, realizadas de ida y vuelta en el mismo domingo.

Aunque hay algo que no ha cambiado y es que la palabra “domingo”, sigue siendo la puerta que mentalmente se abre y nos conduce a unas horas dulces de encuentros deseados, de mirar al cielo y sentirnos libres, también con los ojos cerrados podemos liberar nuestra imaginación dejando que sueñe y navegue por lejanos lugares de infancia y juventud, de domingos nevados pero cálidos y siempre brillantes, siempre domingo.

(Taller literario).

Recoge el premio de mano de D. José Maximino GarcíaSubdirector General de Centros de Enseñanza Secundaria y Enseñanzas de Régimen Especial

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C.E.P.A. HORTALEZA

PREMIO1er

Yolanda López Blanco

Nadie me conoce mejor que tú. Durante años te he confiados mis

temores, dudas y sentimientos más íntimos, esos que sólo te cuento a ti con la intención de que sean un secreto entre tú y yo. Hoy quiero hacer todo lo contrario, lo que te voy a contar lo hago con la intención de que se quede grabado en tus hojas para que no se pierda en el olvido.

Se trata de una caja. Los humanos guardamos en la mente el recuerdo de experiencias y sensaciones pasadas y lo hacemos en cajas. de este modo en nuestra memoria tenemos cajas para el amor, para el odio, cajas para la risa, para el llanto, para soñar, cajas para el trabajo, para la familia, cajas para … todo, incluso para intentar olvidar. Cada caja está llena de una energía que llamamos emociones. Si coges un acontecimiento y lo conectas a una emoción, se plasma en tu memoria y podrás recordarlo para siempre, y de la misma manera que una caja se roza con otra, una emoción conecta con otra y un recuerdo te evoca otro recuerdo.

La fecha de mi cumpleaños está cercana y, quizás por ese motivo, se ha puesto en marcha ese mecanismo que ha hecho explosionar una de esas cajas, trayendo a mi memoria aromas, juegos, imágenes, sabores y vivencias que junto con los recuerdos y, sin yo saberlo, iban dejando huella y marcando mi vida.

Voy a empezar a abrir la caja despacito, saboreando lo que hay en ella y procurando describirte con cuidado lo que veo y lo que siento.

Cierro los ojos y veo una caja chiquitita, blanca y tan brillante que casi llega a deslumbrar. Está cerrada cuidadosamente con un lacito azul marino anudado con esmero que le da un aspecto delicado, exquisito; empiezo a abrirla con cuidado para no estropearla y con nerviosismo, pues no sé lo que guardo en ella.

Lo primero que veo es mi querido barrio de la infancia y sus habitantes. Cuando yo era pequeña los vecinos eran la segunda familia y en muchas ocasiones la primera: siempre se estaba dispuesto a ayudar y a colaborar en lo que hiciera falta: si surgía un problema, allí estaban ellos; siempre había un plato de comida caliente, una cama, una puerta abierta o un abrazo de amigo a cualquier hora para quien lo necesitara. Las mujeres pasaban muchas horas juntas; se reunían para comprar, cuando iban a la fuente a llenar de agua los botijos y cubos para el gasto de la casa o en los trayectos del colegio. Por las tardes se sentaban en las puertas de las casas en los poyetes o sillas, y mientras cosían o hacían jerséis de llamativos colores, nosotros correteábamos a su alrededor y saboreábamos la merienda de los domingos: mantequilla con azúcar o pan con chocolate.

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En las calurosas noches de verano se salía a tomar el fresco a la calle, pasábamos el tiempo intentando descubrir entre las estrellas el lucero del alba, la osa mayor y otras constelaciones, o simplemente observar la luna o contar estrellas fugaces y pedir deseos. Las noches de tormenta eran fantásticas; a la inocencia de la edad se le unía el miedo a la oscuridad, el ruido de los truenos y la belleza de los relámpagos.

En invierno, cuando hacía frío y los días se hacían largos solíamos reunirnos dentro de las casas y pasábamos las tardes con los juegos de mesa; así aprendí a hacer trampas y también a no dejarme engañar.

un poco más dentro están las excursiones al Parque del Retiro. Allí aprendí la variedad de colores con miles de tonalidades que la naturaleza nos regala: desde los verdes azulados y los marrones rojizos de los árboles, a los colores vivos y alegres de las flores. Supe que los árboles son como las personas, que tienen diferentes formas, colores, nombres y hasta su propia historia con iniciales y fechas que los enamorados grababan como si fueran tatuajes, para sellar una promesa de amor con la esperanza de que sea tan fuerte y duradera como sus troncos. diferenciaba fácilmente de otros árboles el eucalipto con su porte irregular y hojas finas todo el año y un aroma inconfundible; los álamos de gran altura y ramas extendidas; los pinos con sus hojas puntiagudas como alfileres y los cipreses con su silueta alargada como si no quisieran dejar la tierra pero sí tocar el cielo. También reconocía diferentes clases de pájaros por sus deliciosos trinos más que por su aspecto.

Mi madre, con su pasión por las flores, se encargaba de enseñarme su nombre: margaritas, rosas, jacintos, petunias, violetas, azucenas, dalias, jazmines, son algunas de las que yo recuerdo, aunque para mi madre la lista era interminable. Otras veces paseábamos en barca por el estanque, o simplemente dábamos de comer a las carpas que formaban un torbellino y abrían sus enormes bocas devorando el pan que guardábamos en una bolsa durante días para luego alimentarlas. Me asustaba pensar que me podía caer en el estanque y terminar dentro de sus estómagos. Visitas obligadas eran la Casa de las Fieras, La Rosaleda, El Palacio de Cristal o La Casita del Pescador; por supuesto siempre agarrada de la mano de mi padre que cuando me cansaba o fingía estarlo me subía encima de sus hombros. Durante el recorrido nos entreteníamos viendo los payasos, títeres, juegos malabares, músicos y por supuesto la parada en los puestos de golosinas que con el algodón de azúcar, almendras garrapiñadas y las llamativas manzanas caramelizadas hacían nuestras delicias.

Al fondo de la caja veo las tardes del domingo en familia. Nos reuníamos muy a menudo y los encuentros con los primos eran geniales, nos estaba permitido casi todo. En la escala de edades yo me encontraba en un lugar privilegiado, era la pequeña de los grandes y la grande de los pequeños, encajaba en cualquier edad. A los mayores me gustaba oírlos hablar: eran valientes, inteligentes, divertidos y sobre todo una cosa que yo envidiaba: “grandes”. Cuando me aburría, o me echaban, me pasaba al bando de los pequeños y entonces dejaba de ser la pequeña que siempre estorbaba para ser la prima mayor que los pequeños admiraban y .. eso también me gustaba.

Esas tardes de domingo solían terminar en la Casa de Campo. Estaba cerca y

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podíamos ir andando. Allí lo mismo corríamos detrás de un balón que saltábamos a la cuerda, jugábamos al escondite o terminábamos peleando por la bici o los patines, juguetes que nunca llegaban a mis manos, pues los mayores no me los dejaban y a los pequeños había que dejárselos, cosa que yo hacía con agrado porque nunca fui capaz de aprender a montar en ninguno de ellos.

Al final de la tarde, ya agotados, nos sentábamos a deshojar margaritas, o cogíamos una ramita de un árbol por la que deslizábamos los dedos índice y pulgar arrastrando sus hojas hasta el final para formar un ramito que luego soltábamos al aire entre risas. También intentábamos encontrar un trébol de cuatro hojas que nos trajera suerte y nos diera felicidad, sin saber que viajan con nosotros escondidas, ocultas y sólo cuando nos abandonan nos damos cuenta de que nos han acompañado.

Voy a cerrar la caja, anudar su precioso lacito azul y ponerla muy juntita con las demás, para que se pueda rozar, acariciar y tocar con otras. Tal vez se vuelva a poner en marcha el mecanismo y la caja que se abra no tenga sensaciones tan agradables. Puede que sea la de los malos recuerdos o la de las equivocaciones, que aunque los humanos nos empeñemos en olvidar forman parte de nuestra vida, y los errores del pasado son lecciones que debemos aprender para vivir el presente y afrontar el futuro.

(Taller Literario).

Recoge el premio de mano de Dª. Begoña Bernabé SantiusteJefa del Servicio de Educación de Personas Adultas.

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PREMIO1er

C.E.P.A. LAs ROsAs

Noelia Cabrero Urrea

Pasó un domingo cualquiera, un domingo como este en el que te

despiertas y piensas hoy va a ser un buen día o quizás puedes pensar que no es uno de tus mejores días. Lo que no piensas es que es uno de los peores domingos de tu vida. No se te pasa ni por un momento que te pueden dar una noticia así.

Pero ocurre, en un segundo puede ocurrir... Pasa todo tan rápido, demasiado rápido, el tiempo no esperó, no quiso esperar para nadie.

Sin darme cuenta, sin tiempo para asumirlo ya no estabas, ya no volverás.Ahora solo quedan todos los lamentos, todos los te quiero, sentirte, recordarte,

recordarte siempre.Ya no te tengo, eras parte de mi vida y ya no estás, y sé que ya no estás.Hoy me quedan tus momentos, tus palabras, tus sonrisas, todo lo que me diste...

Y es que tenerte cerca ha sido el premio más grande que jamás he podido alcanzar.Te echo de menos, no reconozco el sentir que es normal ya no verte. Extraño

las ganas necias de no querer perderte.Sin querer y por alguna razón tonta mis ojos se acostumbraron a no buscarte, por

alguna razón mi mente se acostumbró solo a pensarte, día y noche a extrañarte.Siempre pensaré que por muy lejos que estés, desde allí nos ayudaras como has

hecho siempre.Te llevo tan, tan dentro que es imposible olvidarte, ni el tiempo será capaz de

alejarte de mis pensamientos... Todo lo que vivimos no puede quedar en ese segundo en que todo ocurre, en ese maldito domingo.

( Educación Secundaria. Nivel I).

Recoge el premio de mano de D. Manuel Troitiño PelazConcejal Presidente de la Junta de distrito de Cuidad Lineal.

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C.E.P.A. TETUÁN

PREMIO1er

Belén Catalá Sierra

Recoge el premio de mano de D. José Maximino GarcíaSubdirector General de Centros de Enseñanza Secundaria y Enseñanzas de Régimen Especial.

un frío desgarrador recorrió todo su cuerpo. un frío seco. un frío

penetrante. un frío que hubiese sido natural si hubiera sido enero. Pero no lo era. Ni tan siquiera era invierno. Era agosto. Era domingo. Pero no era cualquier domingo.

Apenas había dormido un par de horas y aquella gélida sensación la despertó con una crueldad implacable. Se sintió desconsolada, perdida, abatida, enojada.

Poco a poco fue amaneciendo. El sol de aquel domingo de verano reaparecía una vez más con todos los rigores de días anteriores. Con su tremenda osadía. Con su magnífica grandiosidad. Pero ella seguía temblando. Temblando de frío. Temblando de miedo. Temblando como nunca antes lo había hecho en su vida. Como un niño cuando ha tenido una pesadilla. Como un perrillo abandonado por su amo.

La gente comenzó a llegar. Oía sus palabras. Palabras vacías. Palabras sin sentido que ella no entendía. Pero ella tan sólo sentía soledad. una soledad que le arrancaba las entrañas. una soledad que siempre temió que llegara. una soledad con la que nunca aprendería a convivir. No. Sin duda no era cualquier domingo.

Perdida la noción del tiempo, una voz cálida, cercana, familiar, llena de dolor la sacó de sus pensamientos: “vamos, tenemos que despedirnos de ella”.

Y aquella niña desconsolada, perdida, abatida, enojada, desgarrada de dolor, temblando de frío, temblando de miedo se despidió de la persona que más la había querido. Se despidió de su compañera más leal. Se despidió de su confidente más fiel. Se despidió sabiendo que nunca volvería a sentir ese amor tan desinteresado. Sabiendo que nunca nadie podría quitarla ese frío desgarrador.

No. No era cualquier domingo.

Aquel domingo se quedó sin madre.

(Inglés Literario).

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Manuel Ramón Alonso Castro

C.E.P.A. VILLAVERDE

PREMIO1er

Hoy como cualquier domingo, me he despertado con la certeza inevitable

de una semana acabada y eclipsada por el paso del tiempo, igual que un fósforo cuando está encendido y el fuego lo acaba consumiendo.

Es otro eslabón roto en la cadena que marca nuestra vida, marcada por los golpes recibidos por el martillo que dirige nuestro destino. Es hermoso el despertarse cualquier domingo y ver la vida de una forma diferente, donde el hambre y las violaciones de derechos humanos sea un recuerdo perdido en lo más infinito del tiempo. Es bonito acostarse con la idea de un mundo nuevo, donde el amor incondicional y desinteresado por los demás, sea el primer propósito de todas las personas.

Es maravilloso pensar en una vida rebosante de paz y pasión por las cosas sencillas y sin las complicaciones de cada día, dejando fluir los sentimientos de amor por este mundo enloquecido y cambiante, preocupándote por los problemas del día a día, intentando ayudar en lo posible a quién más lo necesite en vez de mirar hacia otro lado.

un pensamiento pintoresco es llegar al convencimiento de que la vida es un cúmulo de alegrías y penas, sueños y cosas bellas que han hecho de este singular y hermoso planeta lo que es y lo que soy; siempre hay que pensar en darle una oportunidad sin pedirle nada a cambio, ya que sólo el hecho de vivir en él, supone un regalo para valorarlo cada segundo sin desperdiciarlo en problemas absurdos y sin sentido.

Cuánta inspiración para los sentidos sería el dar amor en vez de odio, paz en vez de ira, comprensión en vez de rencor y en lugar de venganza, perdón.

Cuando las personas nos liberemos de las cadenas de la venganza, perdonando y dejando claro que pertenecen a una sociedad inmadura y a un pasado lejano del que ya no tenemos nada que ver, empezaremos a crecer como personas que forman parte de una sociedad más preparada, culta e inteligente.

debemos entender que todos nosotros tenemos una cuenta abierta en el banco de la vida de la que toda persona tiene derecho por el simple hecho de haber nacido, hacemos uso de ella hasta que el saldo se acaba sin posibilidad de hacer ningún ingreso en ésta.

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del uso que hagamos durante la vida de nuestra cuenta dependerá si ha resultado una vida plena, o la hemos desperdiciado como el agua que corre por los cauces de los ríos, y acaba desembocando en el mar sin ningún provecho.

En un mundo globalizado y movido por el consumismo, se olvida a las personas que por circunstancias del destino acaban por las calles buscando ayuda y su sustento diario, es imposible un mundo justo sin concienciarse que las personas a las que hoy no ayudas pueden ser tus compañeros en tu lucha por sobrevivir mañana.

Qué maravillosa experiencia supone el despertar cada mañana con el cariño de las personas que te importan y están siempre a tu lado, como hacer entender a los demás que nunca habrá nada con más valor que el amor incondicional y desinteresado de tus seres más queridos, libre de la esclavitud de una soledad forzada, o cariños interesados por una posición social o económicamente acomodada. La unión de todos nosotros es la mejor manera de parar los golpes de la vida, y así los domingos que inevitablemente marcan el final de otra semana sea como cualquier domingo tranquilo. Hay quien no puede cambiar las vivencias del pasado, pero durante nuestra vida tenemos oportunidades para arreglar las equivocaciones futuras, y así huir de sus demonios y dar paz a su alma torturada.

(Educación Secundaria. Nivel I).

Recoge el premio de mano de D. Francisco Escribano MontoyaJefe del Área Territorial Madrid - Capital.

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PREMIO2o TExTOs sEGUNDO PREMIO

“Cualquier domingo”

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PREMIO2o C.E.P.A. CUIDAD LINEAL

Patricia Lucas del Prado

Hola, me llamo Olympia. Soy una chica normal de barrio, con ganas

de ser alguien en la vida. No como las de la tele, sino tener un trabajo que me guste, e ir contenta. Mi vida cambió hace unos tres años, perdí a mi madre en un accidente de tráfico, y todo dio un giro de 360 grados. Todos me apoyaron en esos momentos, demostrándome quienes eran amigos y quienes no. Eso me ayudó a comprender que la vida es breve y que la tienes que vivir intensamente. ¿Para qué vamos a discutir o disgustarnos? Para eso no hay tiempo, porque el tiempo es más importante que el dinero, la salud, o el amor.

Yo os quería contar que, cuando no tienes lo más importante de tu vida, lo demás es secundario, porque te pones a pensar en todo lo que has dejado de hacer con esa persona.

Os contaré cómo era mi madre. de lo que más me acuerdo es de su sonrisa, de su risa, porque te contagiaba y tenías que reírte con ella a la fuerza. Sus manos eran pequeñas y muy suaves.. Son tantos los recuerdos que me tiraría horas, pero os voy a contar lo que era pasar un domingo cualquiera con mi madre.

Por la mañana, me levantaba con la aspiradora haciendo ruido. En cuanto me veía, me preguntaba “¿Vas a venirte donde la abuela a comer?”, y yo le contestaba: “Sí, claro, mamá”, y me decía: “Vamos a desayunar”. Me encantaba escuchar eso. A lo mejor pensáis que son cosas cotidianas que pasan todos los días, sí, lo sé, pero cuando no te lo dicen, lo echas tanto de menos. Otra cosa que puede parecer una tontería: Cuando veníamos de donde mi abuela en autobús, yo siempre me sentaba a su lado y me quedaba dormida en su brazo, y me acuerdo perfectamente de su perfume, me encantaba olerlo mientras me dormía. Me gusta muchísimo recordar cosas tan simples como esas, simples pero al mismo tiempo, complejas.

Con esto, lo que quiero decir es que disfrutéis de la vida, de los amigos, de la familia, pero sobre todo de los padres que, aunque a veces nos saquen de nuestras casillas, nosotros sabemos que lo dicen por nuestro bien. Quiero decirle a mi madre que muchas gracias por todo lo que ha hecho por mí, que más o menos soy una persona educada, un poco loca, pero me sé comportar cuando tengo que hacerlo. un beso, mamá.

(Educación Secundaria. Nivel II B).

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PREMIO2o C.E.P.A. DIsTRITO CENTRO

Mariana de Jesús Palacios Vivar

Trabajo como interna, soy empleada de hogar y libro los días domingos.

Me levanto muy temprano, me ducho, me arreglo, cojo mi bolso, y salgo. Voy a un bar cercano a desayunar, espero que pase el tiempo para poder ir a clase de árabe. Salgo y me pongo a caminar, subo toda la calle Toledo, miro el movimiento de la gente que es mucho a pesar de que es domingo, pero ellos van para el rastro.

Llego a la Plaza Mayor, la cruzo y camino hasta llegar a la calle de Gran Vía, que hace poco que cumplió 100 años. Me gusta caminar por allí para mirar los escaparates. De vez en cuando tomo fotos de la parte alta de algunos edificios. Hay muchas esculturas, es como mirar un museo.

Sigo mi camino hasta llegar a la diosa Cibeles para coger un autobús que me deja en Alonso Martínez, cerca de ahí es donde tomo las clases de árabe. Llego hacia las diez menos cuarto, justo para las clases, saludo y me pongo a estudiar. Sin darme cuenta son la una de la tarde. Me despido y salgo. Enfrente queda un burguer. Tomo algo. Me voy a visitar a una amiga de mi país y mi ciudad (Cuenca del Ecuador) Ha salido el sábado por la noche y tiene un guayabo que da miedo, estoy un momento y me retiro. Ahora voy por la calle de Alcalá , pasó por la plaza de Toros de Ventas, hay mucho jaleo, yo sigo mi camino. Saco mi IPOd y mis cascos para escuchar música y mirar los escaparates, la mayoría cerrados. A mi memoria vienen las ideas de una década atrás: no tenía dinero para el autobús o metro y me daba vergüenza pedirlo a mis jefes, Tenía que salir a las 8 de la tarde y llegaba a las diez y media de la noche. Era un gran recorrido que hacía por necesidad. Hoy lo hago porque me gusta. Al alzar la mirada, veo que he llegado al parque del Retiro, entro un momento para relajarme, me gusta la naturaleza, camino como un autómata hasta llegar al castillo de cristal. Cerca del lago observo un banco vacío y voy a sentarme allí. Por todos lados hay familias relajadas, dando un paseo, enamorados jurándose amor eterno. Yo, en cambio, sola, muy sola. Miro hacia el agua del lago. Veo unos patos nadando y algunas hojas que caen sobre el agua y hacen unos movimientos rítmicos, como una danza. Me gustaría estar con mi familia pero no es así. Nuevamente me levanto y camino. Me gusta la soledad, mi eterna compañera, me gusta ver lo bonito de las cosas aún cuando están tristes. Estoy pendiente de la hora, me falta una hora que es primordial para mí, es la de llamar a mis hijos. Salgo a coger el autobús. Me quedo

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en embajadores y entro en un locutorio. Hay mucha gente, tengo que esperar. Cojo un periódico para leer noticias de mi país. La situación ahí también está igual. Se desocupa una cabina, entro, saco mi botellita de agua –sé que siempre se me hace un nudo en la garganta-. Estoy emocionada, sé que mis hijos también esperan esta llamada. Marco el número y, al otro lado, escucho la voz dulce de mi hija que me dice: deme la bendición, mamita, cómo está. En pocas palabras me cuenta los pormenores de sus hermanos, luego le pone a otro hijo y por último a Isaac. Ahí es cuando el corazón llora en silencio: hola viejita, como está, espero que bien, yo por acá mal, me hace mucha falta, a mi no me importa lo que tenemos, quiero que venga, ya es mucho tiempo que está por allá, usted sabe, mis hermanos están casados y yo estoy solo, pero sé que usted no vendrá hasta que termine mi carrera, por eso me esfuerzo mucho para que vea que no ha tirado su dinero, está muy bien empleado, hasta hoy no he perdido ningún año. Quiero terminar mi carrera para ponerme a trabajar y cuidarla como se merece mi viejita. Mamita la dejo, me voy a salir con unos amigos, vamos a tocar un poco la guitarra, espero su llamada la próxima semana, deme su bendición. de tanto contener el llanto parece que voy a explotar. Miro el tiempo que he hablado, es una hora, me despido, pago los 10 €. Necesito tomar aire para tranquilizarme. He quedado con una amiga en un bar Ecuatoriano. Nos ponemos a charlar, el camarero se acerca y me pregunta que voy a tomar, en broma le digo que un avión para ir a mi país y me río, le digo que por favor, un güisqui, pero fierro limpio (seco). Necesito tomar para cicatrizar una herida que tengo abierta, me tomo unos cuantos. Nos despedimos, ya son las doce. Tengo que ir al trabajo. Llego a mi trabajo hacia la una de la madrugada. Abro la puerta y sorpresa: Andrea no duerme, está viendo la tele, pero en cuanto me ve, se pone de pie y entra en la habitación, dejo apagado todo y entro junto a ella. Cierro las puertas para descansar y me digo: mañana será otro día. Son pocas las horas que salgo pero son las más largas para mí. Es muy triste estar solo, muy solo en un país. Enlazada como digo con mi amiga soledad, la que nunca me deja.

(Educación Secundaria Obligatoria. Nivel I).

C.E.P.A. FUENCARRAL

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Augusto Angel Calleja BermejoPREMIO2o

Por definición, el domingo es el día de descanso semanal; sin embargo,

a lo largo del tiempo, esta definición ha ido cambiando sustancialmente.

Si nos remontamos a mediados del siglo XX, el concepto de domingo era diametralmente opuesto a lo que es hoy en día; en aquella época primaba , sobre todo, la obligación de oír misa, aunque cada uno, según sus creencias y circunstancias, podía hacerlo o no.

La misa servía también como punto de referencia para, después de la misma, quedar con los amigos bien para ir a tomar “el vermú” en las distintas “estaciones” (bares o tabernas), y en las que pagaba una ronda cada uno de los que conformaban el grupo, o bien, para dar un paseo por la carretera y ver a las “mozas”, y al mismo tiempo dejarse ver por ellas, e intentar un acercamiento que no siempre terminaba con éxito. Generalmente se hacían las dos cosas, una a continuación de la otra, ya que por aquel entonces, las mujeres no solían entrar en los bares, por lo que el acercamiento a ellas había que hacerlo en el paseo.

Entretanto se hacía la hora de comer y cada uno se iba a su casa.

después de comer (no hacía falta quedar con nadie porque ya estaba estipulado), la cita era en el bar de costumbre para echar la partida, en la que fácilmente invertías un par de horas y en la que, generalmente, por parejas, se jugaban el café y la copa a cualquiera de los juegos de cartas (julepe, mus, cinquillo, tute, etc., o al dominó), y quienes perdían pagaban la consumición.

Ya por la noche se iba al cine, o si ese domingo había baile, se acudía al mismo, (el domingo reflejado corresponde a un pueblo relativamente pequeño, por lo que las posibilidades de elegir eran escasas), y a los sones de la orquesta formada por tres o cuatro músicos del pueblo, o pueblos cercanos, que se desplazaban en caballerías, o caminando, pues en esa época los coches eran muy escasos y fuera del alcance de casi todos, se desarrollaba la estrategia que se había planteado en el paseo de la mañana.

Las mujeres se sentaban en los bancos que había alrededor del salón de baile, y a los hombres nos tocaba acercarnos a la que queríamos cortejar, creyendo ingenuamente, que éramos nosotros los que elegíamos, lo que con el tiempo se ha visto que las que elegían eran ellas, ya que muchos de los intentos eran frustrados con unas magníficas “calabazas”.

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A través del tiempo los domingos han ido cambiando adaptándose a las costumbres de cada época.

Hasta hace muy poco tiempo se habían mejorado sustancialmente las condiciones laborales, pasando a tener libres los sábados, por lo que el domingo a su vez, perdió su esencia de día único de descanso semanal, para pasar a ser dos días.

En la actualidad, el domingo cada vez se asemeja más a otro día cualquiera de la semana, ya que las condiciones laborales están cambiando vertiginosamente, y en las que el domingo está pasando paulatinamente, a ser otro día laborable más.

(Taller Literario).

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Carmen Durán Pérez

C.E.P.A. HORTALEZA - MAR AMARILLOPREMIO2o

Nuestros protagonistas de esta historia son unos jóvenes llamados

Mario y Teresa. desde muy pequeños estudiaron en el mismo colegio, hasta que cumplieron los catorce años. Junto a ellos también cursaron sus estudios los hermanos de Teresa.

Estos jovencitos se llevaban muy bien.

Al final de esta etapa, cada uno tuvo que dejar el colegio para escoger un oficio. Él estudió en el Colegio de la Paloma y ella trabajó en una sastrería importante. Y, aunque vivían en el mismo distrito de Peñagrande, uno lo hacía en una punta y el otro en la otra. Por lo tanto, dejaron de verse durante unos años.

En este barrio de Peñagrande se solían celebrar las fiestas el 15 de agosto. Las organizaban siempre los mismos: el párroco de la iglesia y los comerciantes. Sacaban a la Virgen de la Paloma en procesión. Al principio de los festejos solían escoger a la Reina de las fiestas y dos damas de honor. En este año de 1961 escogieron a Teresa como Reina y, como era muy vergonzosa y la gustaba pasar siempre desapercibida -tenía sólo 18 años-, le costó trabajo aceptarlo. La Reina de las fiestas tenía que presenciar todos los acontecimientos, como los partidos de fútbol, de baloncesto, el tiro con arco, etc., por lo que, desde entonces no podrían pasar sin conocerla nunca más.

Ese primer domingo tuvo que asistir al partido de fútbol para hacer el saque de honor. Cuál fue su sorpresa cuando allí volvió a encontrarse con su amigo Mario. A los dos les dio mucha alegría verse, pues habían pasado ya cuatro años desde la última vez. Quedaron para otro día y contarse qué era de sus vidas. Se encontraban muy a gusto juntos y sentían algo especial.

Mientras duraron las fiestas se vieron todos los días, pero las vacaciones llegaron a su fin. Ambos debían cumplir con su trabajo, por lo que sólo se podían ver un domingo sí y otro no. Siempre cuando jugaban el partido en su campo. Mario seguía jugando al fútbol y lo hacía muy bien. del Peñagrande pasó al Talavera de la Reina, por lo que dejaron de verse de nuevo. Teresa no estaba dispuesta a quedarse todos los domingos en su casa esperándolo con sus diecinueve años nada más. Y a ella, además, no le gustaba tanto el fútbol como a él.

Cuando se terminó la temporada y llegaron las vacaciones, Teresa se fue a veranear con sus padres a Arenas de San Pedro. Mario, no obstante, la seguía buscando en el barrio sin encontrarla.

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Volvieron a perderse la pista otros cinco años más por culpa del dichoso partido de los domingos al que él no quería renunciar.

Teresa seguía trabajando en la sastrería. una tarde, al salir del taller y en la parada del autobús se volvieron a encontrar. Ninguno de los dos se atrevió a decirse nada. Teresa, cuando salía de este trabajo, se iba a casa de una modista para seguir aprendiendo el oficio y llegó a ser buena “oficiala” en su profesión.

Mario seguía jugando en el Talavera y además era mecánico de coches. Este equipo era ya de Segunda división y ganaba dinero con ello.

En el año 1970, mi amiga Teresa se casó con otro muchacho, con el que tuvo cuatro hijos. Y el mismo año también se casó Mario, y también tuvo un hijo.

Al cabo de treinta y ocho años de casada, Teresa se quedó viuda. Su marido estuvo catorce años enfermo de los pulmones y ella se dedicó a cuidarlo todo este tiempo, con gusto, pues le quiso mucho, aunque sin poder disfrutar todo lo que ella hubiese querido este matrimonio.

No había pasado ni un mes de la muerte de su marido y el mismo día que le ofrecían una Misa, recibió una llamada de teléfono que resultó ser de Mario. Otra vez Mario. Se había enterado por casualidad de la muerte del marido de Teresa –según dijo él- pues había hablado con su hermano. Éste le dio el número del móvil de Teresa pensando que sólo quería darle el pésame.

después de mucho hablar con ella, y ahora que tenía todo el tiempo del mundo, quería tenerla como amiga.

Tras mucho insistir, pues la llamaba todos los días nada más levantarse, Teresa estaba terriblemente agobiada. Mario, después de tantos años no había logrado olvidarla. Teresa pensó en hablar con él en persona para que entendiera que sólo le quería como amigo. Comieron juntos, tomaron café en la Plaza Mayor, fueron paseando hasta el Metro de Goya y todo esto sin parar de hablar. Él decía que sólo quería que fueran amigos, pero la seguía llamando todos los días. A pesar de que Teresa le prohibió que la llamara, él insistía y seguía agobiándola. Estaba dispuesto a divorciarse de su mujer, pero ella no lo consintió.

Teresa decidió entonces cambiar su número de teléfono e incluso sus hijos estaban dispuestos a llamar a su mujer si él seguía molestándola.

La mujer de Mario le quería mucho y tras el encuentro que tuvieron le había encontrado raro y distinto.

(Taller Literario).

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Ana Belén Ramírez DíazPREMIO2o C.E.P.A. LAs ROsAs

Al principio, dios creó los cielos y la tierra... Comienza el día, comienza

la vida, otro nuevo regalo más para disfrutar, descubrir y seguir aprendiendo. de eso se trata, ¿no?

El descubrir, el aprender es como el infinito: nunca tiene fin.

Nunca cesa. Con cada comienzo, con cada día hay algo más que nos espera a nosotros. Y es que cada uno de nosotros embellecemos y completamos la historia de nuestra sagrada tierra, nuestro hermoso planeta en el cual a lo largo de los 4400-5100 millones de años que tiene de existencia, toda persona que ha llegado a existir, ha plantado su pie sobre la misma arena, ha caminado sobre el mismo desierto, le ha alumbrado la misma luna y nuestra piel ha sido bronceada por el mismo sol.

Por más que ha avanzado el hombre, se ha industrializado, liberado e informatizado, no puede ni podrá desprenderse del maravilloso y grandioso ciclo natural de la vida, que no hace más que recordamos nuestros orígenes, nuestro principio y final.

Todos y cada uno de nosotros al mirar a nuestro lado nos encontramos con otra expiración y exhalación... con otra vida que sigue arrancando hojas de “su calendario” y nos reencontramos compartiendo esta vida. unidos por el ritmo natural de la vida, tenemos que unir nuestras fuerzas, queramos o no, para continuar aprendiendo y viviendo. . .

En la era de la globalización, más que nunca, somos conscientes de que hay otros colores, otros sabores y diferentes ventanas que se abren mirando otro mar y horizonte.

Al mismo tiempo se están viviendo diferentes domingos, diferentes historias, paralelamente se van arrancando 6.775.235.741 “páginas de calendario”.

Cada abuelo puede alzar su voz y decir a su nieto cualquier domingo, “on any Sunday” , “n’importe quel dimanche” diferentes lenguas, diferentes culturas con un principio y un final en común.

Con un ritmo natural en común, que nos une y nos hace iguales.

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Cada pueblo y nación tiene su “cualquier domingo”. de hecho yo recuerdo contar a mi abuelo como nos hablaba una y otra vez de cómo habían cambiado las cosas, lo diferente que era la vida antes, de que cualquier domingo las familias se vestían con sus mejores ropas: “la ropa de los domingos” marchaban a la iglesia y al salir compraban el periódico y se tomaban un vermouth.

Irremediablemente, el ritmo de la vida va cambiando generación tras generación.

A nuestra generación ahora le toca contar, cuanto la vida ha cambiado ahora.... lo que nos toca contar, es que no importa cuanto la vida cambie, el principio y el final es siempre el mismo y nosotros aunque ahora llevemos “jeans” con “tanga”, el corazón del hombre no importa que lengua hable, ni en que siglo haya nacido, siempre estará sediento de Amor y de Paz.

Nuestra mayor lección, a lo largo de nuestra vida, es aprender a AMAR.

(Educación Secundaria. Nivel II).

María Martínez Santos

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un domingo cualquiera, de un año cualquiera, de un mes cualquiera,

de una semana cualquiera, a una hora cualquiera…

La gran pantalla deja ver un cielo oscuro, casi negro, espeso.

un punto luminoso va creciendo, acercándose a gran velocidad. La imagen se agranda, es clara, perfecta. Sin temblores ni distorsiones atmosféricas. El planeta Tierra llena la pantalla.

K10, un guardián planetario. Su imagen es poco atractiva, botones, cables, luces parpadeantes, lleva toda una eternidad visitando nuestro sistema solar. Su tarea de hoy no es vigilar, es destruir.

Maneja el comunicador.– Objetivo en pantalla, posición de disparo. Espero orden…– ¿Cambiarán las costumbres de los nativos?– No señor, inteligencia poco evolucionada. Tecnología embrionaria, orgullo

desmedido, voluntad de entendimiento nulo. Luchan entre ellos sin piedad, matan a sus propias crías, envenenan el aire, las aguas de mares y ríos. No aprecian el maravilloso regalo que se les hizo. Solo desean el poder sobre sus propios semejantes, acumulan riquezas un tanto extravagantes, algo que ellos llaman “dinero”… papeles impresos sin ningún valor.

– Procede.

K10 se dirigió al cuadro de mandos.– Vida orgánica, acciono con suavidad la palanca.

una tormenta de polvo, espesa como una cortina amarilla oscureció la imagen. un temblor frío, sepulcral agitó violentamente la nave.

– Misión cumplida.

En algún lugar, al borde de una galaxia cualquiera, yace un planeta muerto. Se encenderán los candelabros del tiempo para alumbrar a los venideros.

Esto podía suceder un domingo cualquiera, de un año cualquiera, de un mes cualquiera, a una hora cualquiera…

(Taller Literario).

C.E.P.A. TETUÁNPREMIO2o

Consuelo González Gregorio

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Como cualquier domingo, dejé que el tiempo pasara apaciblemente.

No tenía prisa alguna en levantarme, para eso era domingo. Y empecé a recordar cómo transcurría la vida en aquel pueblo cercano a la capital, recordé que allí vivía María, la mayor de tres hermanos y la única hembra. Era viuda desde hacía años, tenía dos hijos: Carlos y Sara, los cuales al casarse marcharon a la ciudad en busca de prosperidad. María, a pesar de quedarse sola, se las ingenió para no echar de menos su compañía. Lo logró cosiendo, cocinando y gracias a la lectura. A pesar de la época en la que le tocó vivir, era una adelantada a su tiempo. Recuerdo con añoranza cuando me contó cómo aprendió a leer y escribir, en un medio en el que la mayoría de niños de su edad no se lo podían permitir.

Fue gracias a su padre, que era maestro y por las noches en su casa daba clases a los niños que de día iban de pastorcillos con las ovejas y no podían acudir a la escuela.

María se colaba en sus clases y como no molestaba, la dejaban quedar. Así fue como también aprendió las cuentas.

Sus hijos: Carlos y Sara, cada vez que la visitaban le llevaban libros y revistas, pero lo que más le gustaba a María era leer el periódico. Al pueblo llegaba todos los días la prensa, aunque solo al Ayuntamiento. Ella iba diariamente a por el periódico, pero se llevaba el del día anterior con la excusa de que lo usaba para no pisar el suelo cuando lo fregaba, o para cuando hacia jabón, y forrar con él, el cajón donde se solidificaba… no estaba bien visto que una mujer supiera leer, y así lo disimulaba…

un verano, a su hija Sara, no le concedieron las vacaciones hasta septiembre, por lo que decidió llevar a sus niños al pueblo y pasaran el verano con su abuela. Sara y su marido irían a visitarles todos los fines de semana.

Tras la primera semana de agosto, cuando fueron a visitar a los niños, notaron que María estaba extraña, decaída y muy seria. Preguntaron a los niños si habían hecho alguna travesura que hubiera enfadado a la abuela. Los niños, contestaron negativamente, pero contaron que la abuela hacía cosas raras, que se le olvidaba algunos días de hacerles la comida a no ser que ellos se lo recordaran, y que por las noches cuando se acostaban y la abuela les contaba cuentos, entremezclaba la historia de varios cuentos a la vez.

El domingo por la mañana, Sara tomó la decisión de que todos, incluida la abuela,

C.E.P.A. VILLAVERDEPREMIO2o

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Se cierra el acto con la actuación musical organizada por la Junta Municipal del distrito de Cuidad Lineal: LíNEA ARTEs.

Concierto de piano a cargo de: Julio César setién.

Repertorio:E. Granados (1867 - 1919) A. scribian (1872 - 1915) F. Chopin (1810 - 1849)

se trasladaban a la ciudad. María protestó, pero Sara la convenció diciéndoles que ya tenía vacaciones y que la ciudad en agosto era más tranquila, que se lo iban a pasar muy bien yendo al cine, a los museos, al zoo o de compras.

donde quería llevarla su hija era al médico, cosa que hizo el mismo lunes por la mañana. Tras un examen exhaustivo y tras muchas preguntas, el médico confirmó a Sara lo que ésta temía: su madre tenía alzheimer. El médico le explicó que tenían que tener paciencia con María y tratarla con cariño, puesto que la única medicina existente lo único que hacía era retrasar el proceso de la enfermedad, pero no curarla, y que estaba demostrado que el cariño y la comprensión eran fundamentales en esta dolencia.

Pasaron los meses y estando Sara cuidando de su madre, la anciana volvió la cabeza hacía su hija y se la quedó mirando fijamente, con un gesto raro como de odio, mientras ésta sorbía con avidez una taza de chocolate. Sara miró a su madre y comprendió aquella mirada. Se levantó y preparó otra taza de chocolate y acercándose a ella le dijo: “nos vamos a tomar este chocolate como buenas amigas” a lo que María sonrió. Sara sabía que a su madre no le gustaba el chocolate ni nada dulce pero intuía que en ese momento era como una niña, sabía que esta situación iba a llegar y lo que había que hacer era quererla mucho.

Como cualquier domingo había empezado el día buscando recuerdos que me reconfortaban tanto…

(Taller literario).

CEPA Ciudad LinealC/ Hermanos García Noblejas, 70. 28017 Madrid. Tfno. 91 754 52 06

CEPA Distrito CentroC/ Beneficencia, 4. 28004 Madrid.Tfno. 91 532 99 59

CEPA FuencarralC/ Braille,10. 28034 Madrid.Tfno. 91 736 46 48

CEPA HortalezaC/ Mar Amarillo, 21. 28033 Madrid. Tfno. 91 763 77 90

CEPA Las RosasC/ Arcos de Jalón, 9. 28037 Madrid.Tfno. 91 306 58 16

CEPA TetuánC/ Pinos Alta, 63. 28029 Madrid.Tfno. 91 733 38 37

CEPA VillaverdeC/ Villalonso, 10. 28021 Madrid.Tfno. 91 796 28 20


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