+ All Categories
Home > Documents > revistac49entera_pweb

revistac49entera_pweb

Date post: 03-Jan-2016
Category:
Upload: jpdiaznl
View: 59 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
Description:
Diario critica de la Argentina
Popular Tags:
68
Año 1. Nro. 49. C. actualidad a diario, se entrega gratuitamente con el diario Crítica de la Argentina del 1 de febrero 2009. Prohibida su venta por separado. Milanga sentimental Tour gastronómico por Mar del Plata, el reino de la pasta y la fritura. El último anarquista Juan Carlos Di Giovanni, de Lacan a Fidel Castro. La pasión de Carla Primero Lalola, ahora Los Pells. Peterson y su gran momento. + Bayly Cucurto Moda Tecno Viajes Symns actualidad a diario c 01-Tapa-010209.indd 1 28/01/2009 10:00:05 p.m.
Transcript
Page 1: revistac49entera_pweb

Año 1

. Nro

. 49.

C. ac

tualid

ad a d

iario,

se en

trega

gratu

itame

nte c

on el

diar

io Cr

ítica d

e la A

rgen

tina d

el 1 d

e feb

rero

2009

. Pro

hibida

su ve

nta p

or se

para

do.

Milanga sentimental Tour gastronómico por Mar del Plata, el reino de la pasta y la fritura.

El último anarquistaJuan Carlos Di Giovanni, de Lacan a Fidel Castro.

La pasión de CarlaPrimero Lalola, ahora Los Pells. Peterson y su gran momento.

+BaylyCucurtoModaTecnoViajesSymns

actualidad a diarioc

01-Tapa-010209.indd 1 28/01/2009 10:00:05 p.m.

Page 2: revistac49entera_pweb

aviso master.indd 1 23/10/2008 0:33:35

Page 3: revistac49entera_pweb

aviso master.indd 2 23/10/2008 0:34:48

Page 4: revistac49entera_pweb

04-12-Carla-010209.indd 4 28/01/2009 09:53:19 p.m.

Page 5: revistac49entera_pweb

Lalola fue el hit de 2008 y Los exitosos Pells, que protagoniza junto a Mike Amigorena, es lo más visto del verano. Asegura que lo que más le afectó en su vida fue la separación de sus padres, a los 12 años, y la muerte de su gran maestro de la actuación. La pareja, el trabajo y la fama. Reportaje a una de las actrices del momento.

“Es buenísimo no ver televisión”

Carla Peterson

04-12-Carla-010209.indd 5 28/01/2009 09:53:29 p.m.

Page 6: revistac49entera_pweb

Por enrique symns fotos leandro sánchez

A pesar de que el horario de nuestra entrevista habia sido fijado a las 11.30 de la mañana en los estudios de la calle Ravingnani donde se estaba grabando un capítulo de la rendidora comedia Los exitosos Pells, algunos problemas técnicos

fueron postergando el encuentro. Dos horas después, cuando finalmente nos encerramos en su camarín, ambos estábamos agotados, yo de la espera y ella del exceso de trabajo. Además, Carla estaba con prisa porque tenía una cita con su enamorado, así que la entrevista transcurrió en un tiempo nervioso y malhu-morado. Antes de encender el grabador, le dije: “Espero que no estés demasiado apurada, no sé muy bien qué es lo que voy a preguntarte y espero que vos tampoco te atengas mucho a las res-puestas correctas.” Carla tiene 34 años y parece sen-tirse muy segura en el manejo de su propia vida amorosa y laboral. Confiesa que su existencia no estuvo signada por el sufrimiento y los pesares, aunque el miedo al paso del tiempo y a su ineludible destino final eche algunas sombras sobre su habitual jovialidad.

–Según mi experiencia, de todos los integrantes de las distintas sectas de la cultura (plásticos, músicos, periodistas, intelectuales, escrito-res, directores de cine o de teatro), los que más eluden las res-puestas concretas y los que más mienten son los actores que trabajan en televisión…

–Yo no creo que sea tan así. Lo que sucede es que a veces una percibe que hay planes armados que se disfrazan de entrevista cuando en realidad lo único que se busca son ciertos lugares comunes. Los entrevistadores se repiten unos a otros. No te des-piertan ganas de hablar. Si se repite mucho la misma pregunta es evidente que yo voy a repetir la misma respuesta que ya di antes. A veces una intenta aportar algo nuevo a determinada respuesta que ya has dado docenas de veces….

–Es cierto. La mayor parte de las entrevistas están truncadas por los propósitos del entrevis-tador. ¿Tenés ganas de hablar de tu niñez?

–Nací en Córdoba pero no sería justo decir que soy cordobesa porque viví allí solamente los dos primeros años de mi vida. No tengo casi recuerdos. Apenas algunas imágenes del jardín de infantes. En realidad, soy porteña y pasé muchos años de mi vida en el barrio de San Cristóbal, frente al colegio de monjas del Huerto. En ese colegio se grabó una telenove-la de Andrea del Boca. Tuve una infancia dichosa, sin pesares, con hermanitos que me

traían regalos. Transcurría mi tiempo en mi casa con mis hermanos menores y en el colegio con mis compañeras.

–¿Y cuándo se produce el primer desgarro, la experiencia del dolor?

–A los doce años cuando mi mamá y mi papá se separaron. No estaba preparada para ese cambio y ellos no nos habían dado ninguna pista sobre eso que les estaba pasando. Fue una sorpre-sa muy poco esperada, un shock que no pude comprender. En el colegio yo veía a algunas compañeras que eran hijas de padres separados y me ponía recontenta por el hecho de que mis padres fueran tan unidos, que se quisieran tanto. Me sentía orgullosa de ellos. Era una época donde todavía no era muy común tener padres separados como pasa hoy. A mí la separación me dio inseguridad. Y cuestioné mucho a mi madre. Como madre y

también como compañera de mi padre. Fui una hija m u y c u e s t i o n a d o r a . Pensándolo desde hoy, en realidad no entiendo que personas tan distintas como eran ellos decidieran estar juntas. ¿Qué fue lo que los llevo a estar juntos y sobre todo a permanecer juntos? Ahora que se separaron son como amigos. Me acuerdo que me divertía mucho con mi padre, jugando con él. Era piloto de avión así que me la pasaba esperando que regresara de sus viajes.

–¿Y posteriormente, no sufriste traumas o grandes decepciones?

–Desconozco la angustia, conozco la tristeza. Esas tristezas que permanecen en tu fondo y que con el tiempo vas com-prendiendo qué es lo que expresan, qué es lo que te pasa. Creo que la tristeza te enseña. No he sufrido hasta el momento grandes trastornos traumáticos. Las pérdidas que pude sufrir fueron pacíficas, naturales, como la muerte de mi abuelo. Pero no he sufrido tragedias.

–Pero te tiene que haber afectado bastante el problema legal que sufrió tu padre como instructor de vuelos, cuando fue menciona-do como uno de los responsables del accidente de avión de Lapa

en el año 1999.–Cuando apareció la noticia en los diarios me

asusté mucho porque los titulares de los diarios están hechos para asustar. No tienen que ver con la verdad. Me asustó esa frase “pedido de 20 años de prisión”. Pero en realidad, conociendo la pro-fesión de mi padre, yo estaba preparada. Él nunca estuvo preocupado por sí mismo, le pre-ocupaba mucho cómo ese escándalo mediático podía afectar mi carrera como actriz. Para él ese juicio es algo que forma parte de su trabajo. Mi padre desempeñaba una función pública y es lógico que tenga que hacerse cargo. Estuvo en Malvinas y ya estaba acostumbrado a los cues-tionamientos. Por suerte es una persona muy instruida, con mucha preparación y además está

6

“A los doce años mi papá y mi mamá se separaron y yo no estaba preparada para ese cambio,

no nos habían dado pistas".

04-12-Carla-010209.indd 6 28/01/2009 09:53:42 p.m.

Page 7: revistac49entera_pweb

amor. "Nunca conviví con una pareja. Lo que pasa es que nunca encontré una persona con la que pudiera compartir".

04-12-Carla-010209.indd 7 28/01/2009 09:53:49 p.m.

Page 8: revistac49entera_pweb

8

interesado en lo que este juicio pueda aportar a nivel del concep-to de seguridad en la aviación. El juicio no terminó y él estuvo esperando muchos años a que llegara este momento. En el fondo no fue un dolor para mí.

–Entonces, ¿lo que más te afectó hasta el momento fue aquel divorcio entre tus padres?

–Te signa, te marca para siempre. Capaz que por ese recuerdo yo exageré durante todos estos años con la necesidad de formar una familia que no se rompiera.

–¡Nunca tuviste pareja convivencial?–Todavía no. No se trata de forzar una familia, el tema es cómo

hacer para dar o para darse a alguien, para abandonar la ocupa-ción completa del espacio existencial conmigo misma, para dar lugar a la presencia de otra persona. Es como tomar la decisión de dar la vida. Uno está esperando que suceda, pero durante todos estos años no sucedió y yo nunca quise forzar que me suce-diera porque me gusta mucho lo que hago, estoy muy bien con-migo misma.

–¿Cuántas horas diarias te ocupan estas grabaciones?–Nueve o diez horas.–Es mucho. Bueno, un portuario, un obrero de la construcción

y hasta un taxista trabajan hasta doce horas,, pero no por gusto. Estarás de acuerdo con que el trabajo de los artistas no se debería llamar trabajo…hay una tremenda diferencia económica…

–Llegado el momento, el dinero es muy importante. Estoy encerrada muchas horas , pero a mí me gusta estar encerrada aquí. Lo que no me gusta es no poder decir un día “hoy no quie-ro estar encerrada”, en ese sentido es como marcar tarjeta, es esclavizador, pero estoy satisfecha con los resultados.

–Estarás de acuerdo con que los Pells no es Kafka. Digo Kafka porque creo que vos lo interpretaste en el teatro.

–No soy muy lectora, no he leído mucho, me gusta leer pero me cuesta. Me cuesta concentrarme, necesito el tiempo y casi siempre no lo tengo. De Kafka leí solamente esa novela El casti-llo. Hice la obra solamente porque la dirigió Miguel Garveró, si no hubiese sido por él ni me hubiera acercado a ese texto. Yo no me considero de ningún modo una artista, Miguel era un artista. Yo tengo un oficio que me permite estar cerca de lo artístico. Vos observás la vida de Garveró y su vida fue siempre el teatro. También en la televisión tuve la fortuna de estar casi siempre rodeada de buenos actores y ellos me acercaron a la zona más artística. Porque yo vengo del mundo de la normalidad, vengo de un colegio, me gustaba ir, era una chica bien adaptada. Sin Garveró no me hubiera atrevido nunca a acercarme a Shakespeare. Pero mi trabajo es la tele, me pagan, mi imagen se vende y ese éxito de mi imagen me permite seguir trabajando, quizá necesite otros retos pero no en este momento.

–Entonces, no tenés mucha experiencia teatral...–Yo hice teatro diez años aunque fuera comercial. Hice cuatro

obras de Shakespeare, fui a Alemania donde por primera vez se hizo una obra de Shakespeare en español. Para hacer teatro hay que rodearse de artistas. En televisión es otra cosa, hay que pre-ocuparse en cumplir con los tiempos. Tuve la fortuna de estar siempre implicada en buenos proyectos.

–La tele tiene un prontuario grueso de envidias y competencias crueles….

–Supongo que hay. Mejor dicho: sí, hay esa envidia o esos celos y bastante. Pero yo tengo una conciencia de lo grupal que me aleja de esas zonas. Cuando estás en un elenco comprendés tarde o temprano que solo no sos nada, ni valés nada. En una obra o en

una novela televisiva está el tiempo de cada uno y hay un tiempo que es para todos. Yo siempre sentí la necesidad de estar bien rodeada. Para contagiarme. Porque cuando estás actuando se produce como una fiebre que se contagia. El teatro es esa fiebre contagiosa. Ojo, la mala actuación también es contagiosa. Yo trato de juntarme con buenos actores para actuar mejor. Pero por supuesto que se compite, competís por el éxito, por el rating, por los premios, a mí me gusta mucho ganarlos.

–¿No te parece que la premiación es una frivolidad?–Sí, yo no sé qué se premia, pero te mentiría si te dijera que no

me gusta recibir un premio, me encanta. Atención: si no los reci-bo no pasa nada; ahora me puede pasar que los reciba, pero nunca fui premiada antes. No trabajo para ganar premios. Pero si me ponen en una terna, lo que sentís es: “mejor que me lo den a mí”.

franca. "Trato de juntarme con buenos actores para actuar mejor. "

04-12-Carla-010209.indd 8 28/01/2009 09:53:56 p.m.

Page 9: revistac49entera_pweb

9

–¿Te has enamorado escandalosamente, con desesperación y lágrimas?

–Sí, pero yo no creo que sean amores, son como pruebas. En esas relaciones, cuando las pasás, aprendés algo de vos mismo; después que termi-nan descubrís cosas tuyas. A mí me pasaba que yo percibía que no prosperaba en algo más sereno y placentero que es lo que buscamos: la paridad, el par para poder compartir las cosas buenas y malas de la vida. Yo terminaba haciendo análisis y lo que resultaba de todo lo sucedido era que lograba entenderme más a mí, lloraba durante un par de meses, lloraba mucho y después me olvidaba.

¿Has tenido aventuras eventuales de puro ero-tismo y fascinación sensual?

–Sí, las he vivido, pero honestamente la he pasado bastante mal en esas aventuras. Te encontrás repentinamente en escenas y lugares que no reconocés ni tienen que ver con vos. Si intentás pasar tus limites para salir de vos misma y de tu propio mundo; te encontrás molesta, incómoda.

–Pero tampoco fuiste una mujer de buscar pareja...

–Lo que pasa es que nunca encontré una per-sona con la que pudiera compartir mucho. Nunca conviví. Ahora sí lo estoy intentando, pero me llevó mucho tiempo encontrar la con-fianza, ese dormir y despertar todos los días con la misma persona. “El de la Lalola era

un personaje muy improbable,

podría haber sido un fracaso enorme

para mí. Era interesante."

04-12-Carla-010209.indd 9 28/01/2009 09:54:02 p.m.

Page 10: revistac49entera_pweb

–Ahora, siguiendo los gustos de tu pareja hasta vas a un recital de Smog...

–Sí, me gusta mucho el disco de Callahan. Nunca fui rockera. Nunca me gustó ni escuché a García o Spinetta. Siempre me gustó el jazz antiguo, nada me conmueve más que Chet Baker, Charly Parker o Dizzi Gillespie. Tengo todos los discos de Duke Ellington. Me pasa algo parecido con el cine, me gustan las pelí-culas antiguas como Ladrón de bicicletas o La armada Brancaleone. Por supuesto que también me gusta David Lynch, pero no hay nada mejor que los actores de La Armada Brancaleone, es una de esas bandas de las que uno quiere formar parte, esa película concentra y expresa mis propias ideas. También es porque son cosas que tendría que haber conocido a los 17 años y las descubrí de grande. Cuando era más chica me hacía la moderna.

–No te obsesiona el paso del tiempo, la ineludible certeza de que el tiempo nos va acorralando hacia las puertas de la extinción….

–Conozco ese miedo y obviamente trato de evitarlo. Creo que desde hace tres o cuatro años después de un viaje que hice tomé conciencia de lo efímero que es existir, lo efímeros que son todos los momentos y que cada hecho que sucede por primera vez también sucede por última vez y esa sensación es muy angustiante. Creo que la muerte de uno produce miedo pero las muertes que nos hacen sufrir son las de los demás.

–¿Tenés esperanzas religiosas?–No, no tengo, quizá tener un hijo es como

dejar algo en el mundo. Un maestro deja algo en el mundo. Su paso por la tierra tuvo una razón de ser. La muerte más reciente y dolorosa fue la de mi maestro, Miguel Garveró, a los 67 años. Son las únicas muertes que conozco, la de mi abuelo

y la de Miguel, que fue hace un año y medio. Pero mi abuelo no fue un viejo que yo quisiera mucho. Miguel, en cambio, era mi mejor amigo y se murió además en forma sorpresiva. No fue un hecho que se anunciara. No era que él estuviera preparándose. Miguel decía que había que evitar el hospital, pero se murió ahí. Cuando le dijeron que podía llegar a ser un enfermo cardíaco dijo chau, les mando un beso. Fue todo muy breve. Llegó al hos-pital a la tarde de un día después de que le dio un paro, lo revi-saron, lo encontraron bien, todo normal y se murió la mañana siguiente. Yo sin saberlo me despedí de él. Esa noche vimos una película en la tele del hospital, vimos ¿Quién le teme a Virginia Woolf? y nos despedimos. La última broma me la hizo a las doce de la noche y a las siete de la mañana estaba muerto. Mientras lo acompañaba en el hospital, era algo casi obsceno porque yo sentía que la muerte nos estaba acechando. El estaba bien, no se daba cuenta de eso, me hacía chistes pero yo estaba como simu-lando porque presentía la muerte, a pesar de que los médicos no habían encontrado secuelas. Era nuestra primera escena de

hospital, lo nuestro eran los bares. A la mañana me llamaron y cuando supe me quedé aturdida, en silencio. Después lloré. Encima después viene el velorio y todos los espantosos trámites de la muerte. Cuando un ser tan hermoso se esfuma, el mundo cambia, pierde gracia. Fue mi gran compinche, nos encontramos y nunca nos pudi-mos separar.

–¿Tuviste malos desempeños, interpretaciones frustradas?

–No sé si malas, pero más ingenuas, sin estar preparada, con conceptos que no eran buenos. Un actor se va haciendo buen actor con el tiem-po y la experiencia; vos podés tener intuición, pero la vida te va haciendo buen actor. Por eso la importancia de buscar lo artístico en otro lado.

10

“He tenido aventuras, pero la

he pasado bastante mal. Te encontrás

en escenas y lugares que no tienen que

ver con vos".

Pareja. Junto a Mike Amigorena personifican un matrimonio que, además, conduce un noticiero.

04-12-Carla-010209.indd 10 28/01/2009 09:54:16 p.m.

Page 11: revistac49entera_pweb

estudio. La grabación de la tira le insume alrededor de 10 horas diarias de actuación.

04-12-Carla-010209.indd 11 28/01/2009 09:54:30 p.m.

Page 12: revistac49entera_pweb

Una actor se alimenta de las imágenes, de las experiencias, de lo que vas conociendo a la gente y sobre todo a vos mismo.

–Y en el cine, ¿tuviste experiencia en el cine?–No. Hice una película con Carlos Sorín, se estrena dentro de

poco, creo que en marzo. Se llama La ventana. Se trata de la historia de un día en la vida de un hombre que va a morir. Está esperando la visita de su hijo que es músico y que hace tiempo no ve. Yo interpreto el papel de la esposa del hijo. Una muchacha que se prepara para conocer a la familia de su pareja. Es el cine familiar, cotidiano, íntimo que le gusta a Sorín y que consigue plasmar tan bien. El cine se parece a la tele pero es más claro. En la tele yo hago 45 minutos diarios de estos libretos y en el cine toda la peli equivale a este libreto de un día en la tele.

–¿Cómo haces para memorizar todo esos textos diariamente?–Primero leo el libreto para ver cómo es y

qué hace mi personaje en la historia y con res-pecto a los demás personajes; la noche antes de grabar fijo las escenas que tengo que hacer al otro día. La letra se hace estricta, se puede vagabundear un poco, pero yo trato de ser exacta, no me gusta divagar sino concretar.

–¿Como juzgás a Los Pells? Yo no lo vi por-que no tengo tele.

–Es buenísimo no ver televisión, yo tuve épo-cas que no veía nunca y me hacía muy bien.

–Lo que te pregunto es si resulta posible hacer una telenovela buena...

–No es una telenovela, es una comedia romántica. No hay una heroína romántica. No es una tragedia. Son hechos más parecidos

a la realidad. A mí lo que más me gusta de la televisión es que me permite actuar todos los días y me encanta estar todos los días al borde de la actuación; no es narcisismo, es placer de trabajar, me encanta agruparme y en Los Pells estoy muy bien rodeada.

–¿Te gustaba también interpretar el fantasioso personaje que hacías en Lalola?

–Era un personaje muy improbable, podría haber sido un fracaso enorme para mí. Un hombre que se despertaba con el cuerpo de una mujer. Era interesante y de hecho hay varias películas con esa idea, que desarrollan el tema. Pero yo tenía que hacer 180 capítulos con esa idea. Era mucho. Cuando hiciste 120 chistes, ¿qué más podía hacer además de hacerlos con los zapatos que me apretaban o las polleras que no me

gustaban? Pero la repetición es la base de la televisión y si me niego a la repetición no debe-ría trabajar más.

–La televisión suele ser una achanchadora de cerebros, un antro perverso de proyecciones mediocres…

–Yo no me cuestiono. No me gusta hacer ciertas cosas y trato de no hacerlas. No me gus-tan los personajes con acentos porteños exa-gerados. Tampoco sería conductora. Cuido el uso de mi imagen, hasta ahora no hice publi-cidades, trato de no ir a los eventos donde me invitan porque soy conocida. Pero imaginate que si por plata he actuado en eventos para entretener a la gente, si me llamaban de la tele-visión ¿cómo me iba a negar? “No sé qué premian,

pero mentiría si dijera que no me gusta recibir un

premio, me encanta. Ojo, si no lo recibo,

no pasa nada".

cachondos. En la Lalola interpretó, junto a Luciano Castro, escenas con una buena carga erótica.

12

04-12-Carla-010209.indd 12 28/01/2009 09:54:31 p.m.

Page 13: revistac49entera_pweb

M uchachos hay un bondi por el cual vale la pena

sacarse el sombrero! ¡Y les digo más, hasta vale la pena pagar el aumento del 25 % del boleto! ¡Es el único bondi proletario de verdad!... No me vengan con el 60 que es una chantada total, no lo vamos a comparar con el 86 ni a palos... El 86 es un bondi populachesco, democrático (hasta te dan bola las minas), un piso sobre cuatro ruedas donde todos somos iguales. Los hombres todavía se levantan para darle el asiento a las embarazadas, los pungas se ubican y no le afanan a los laburantes. ¡Es un placer; hacemos patria cuando viajamos en el 86!

Y en especial el interno 35 que maneja el chofer Ángel Ramírez que me pidió que le mande un gran saludo... ¡Qué colectivero mi amigo Ángel Ramírez, un caballero del asfalto, un principito del freno y el embrague! ¡Se acerca al cordón para que suban las viejas! Con sólo decirles que si no tenés monedas te lleva gratis y no te anda preguntando con cara de botón “¿hasta dónde vas?”... Y cuando el bondi entra en el campo, con un gesto de complicidad total, te pone a Rodrigo a todo volumen y ya es un éxtasis, viajar mirando los campos con la música al palo...

Sin ir más lejos, señores, el 86 es hasta ¡cosmopolita!

Los turistas europeos gasoleros se lo toman en Ezeiza y se mezclan con la prole de esos pueblitos perdidos por donde pasa el famoso azul intenso con una línea blanca.

Si hasta mi amigo Pedro Lemebel lo conoce y lo tomaba, allá hace mucho, cuando todavía no era famoso y venía de su Santiago de Chile natal a vender baratijas al Obelisco. “¡Qué épocas, Cucu, qué lindo era Buenos Aires allá, por la primavera alfonsinista y no sabés cuántos collares y pulseritas vendíamos en la Feria Hippie del Obelisco! Cucu, yo me lo tomaba todos los días en el mismo horario porque estaba enamorado de un chofer gringuito santiagueño que pasaba a las diez de la mañana por Hipólito

Irigoyen y Castro Barros. Le levantaba mi manito mariposa y el cabrón me sonreía siempre. Y así, pasé mis mejores veranos encima de una liebre por culpa de un amor no correspondido, Cucu”, me decía mi querido amigo detrás de un suspiro y otro y otro... Y pensar que el güevón de Silvio Rodríguez me lo marginó aquella tarde memorable de su crónica del unicornio. ¡Que es obvio que el unicornio es una máquina de coger!... Yo les diría a más de un revolucionario que se pongan a laburar y dejen de pregonar tanto con ese chamuyo fidelesco que lo único que hace es separar a la gente.

Yo anduve una vez, cuando creía que era el hijo de Alcides, con una paraguaya del baile que

tenía predilección por este bondi. Y me decía: “Señor, si usted me quiere llevar a un hotel, tiene que ser uno que esté en el camino del 86. ¡Porque es el único colectivo que tomo en Buenos Aires! Y así íbamos con Clementina al famoso “Vos y yo” y un corazón en el medio de Flores, un clásico del singue mueblil suburbano. En fin, tengo tantas anécdotas en cuatro ruedas, pero no les cuento más, que se me excitan los perejiles que se metieron en el nuevo Plan Rombo kirchnerista y andan con el culo caliente detrás de uno de esos carros fabricados al tun tun, sin alma.

El 86 tiene espíritu tanguero y arrabal y calle de sobra, viejo.

Nos cruza por toda la capital, arranca a orillas del Riachuelo y no para el guacho; le mete derecho por Rivadavia, Plaza de Mayo, Once, Plaza Flores, hasta Liniers no para y sigue hasta allá al fondo, cerca de la Iglesia de los Mormones que dicen que la banca la Cia. ¡Qué sé yo, la gente dice cada pavada y yo las repito!... Muchachos, hoy es el día más triste, el 86 ya no existe más, se destiñó, desapareció, fundió, qué sé yo, se evaporó en un pobre 8. Ahora es sencilla y pobremente el “8” a Liniers. Y me quiero matar, no es lo mismo. ¡Por supuesto que no es lo mismo, le tocaron el patrimonio cultural a la Ciudad!

tras cartón

13

Como en el 86 Washington CuCurto

13-Cucurto-010209.indd 13 28/01/2009 09:09:47 p.m.

Page 14: revistac49entera_pweb

La India presente en

las calles de Buenos Aires. La tendencia marca que

el estilo etno chic,

que mezcla elementos de otras

culturas, se verá en

todo 2009.

moda real

La India La India presente en presente en

las calles de Buenos Aires. La tendencia

Hin

dú-m

enta

ria

foTos: leanDro sÁncHeZ

proDucciÓn: María fernanDa

Mainelli

YolanDa, 45 años, española.Vestido (70 euros) y sandalias (100 euros), todo comprado en Palma de Mallorca.

14-18-Moda real-010209.indd 14 28/01/2009 09:20:41 p.m.

Page 15: revistac49entera_pweb

ana, 30 años, Vestido ($75) comprado en una casa de Av. Santa Fé. Sandalias Uma ($300) y cartera Prüne ($250). Está leyendo Mujeres que corren con los lobos ($59), de Clarissa Pinkola Estes, y El paraíso en la otra esquina ($55), de Mario Vargas Llosa.

14-18-Moda real-010209.indd 15 28/01/2009 09:20:53 p.m.

Page 16: revistac49entera_pweb

paula, 33 años.El vestido se lo compró a $100 a una chica que lo trajo de la India. Sandalias Perugia ($280).

14-18-Moda real-010209.indd 16 28/01/2009 09:21:04 p.m.

Page 17: revistac49entera_pweb

florencia, 27 años.Vestido adquiri-do en una feria a $5. Los zapatitos se los compró a $20 a una ex jefa que los trajo de la India. Cartera ($25), también de feria.

14-18-Moda real-010209.indd 17 28/01/2009 09:21:15 p.m.

Page 18: revistac49entera_pweb

sofía, 20 años.Pollera-pareo tipo hindú que heredó de su mamá, remerita con volados de Rapsodia (unos $230). Las sandalias las compró en Brasil y cartera Louis Vuitton chiquita. Los anteojos los consiguió por la calle a $20.

14-18-Moda real-010209.indd 18 28/01/2009 09:21:23 p.m.

Page 19: revistac49entera_pweb

aviso master.indd 3 28/01/2009 10:38:31 p.m.

Page 20: revistac49entera_pweb

La singularidad del diseño de Mariana Dappiano pasa por las originales telas con

las que confecciona sus prendas, todas elaboradas a partir de la experimentación textil. Para cada nueva colección, explica la diseñadora, primero tiene que elaborar las telas que surgen de una minuciosa elección del hilado y que culmina con el tejido. Dappiano ha logrado un estilo que la distingue, sus prendas son asimétricas, envolventes y volumétricas pero gracias al diseño textil, único e irrepetible, las colecciones son bien diferentes entre sí y cada una conserva una identidad propia.

-¿Siempre trabajó a partir de las telas para cada propuesta?

-Durante muchos años diseñé las colecciones desde la silueta y el look final de cada equipo. Pero desde hace varias temporadas es la tela la que refleja el concepto de la colección. Igualmente, no descarto que la metodología de trabajo cambie, porque si me aburro empezaré a arrancar desde otro lugar. Lo que nunca pude hacer es empezar una colección desde la forma, necesito tener un tema, que por lo general está relacionado con la naturaleza; por ejemplo, para la colección de verano 06 fue el ADN; para el verano 07, fue el sistema circulatorio y muscular del cuerpo humano; pero para el invierno 06 la inspiración de las tramas vino de las muñecas rusas. Lo textil, en algunos

casos estuvo relacionado con las neuronas, las nervaduras que son venas, el magma, las algas marinas, ítems que son muy ricos en forma. El diseño textil y la tela en sí misma, el dibujo que tiene y el peso, es lo que me dan la forma de las prendas y el look total. Nosotros diseñamos cuatro o cinco telas que forman un caos visual, que a la vez están hechas con el mismo color e hilado para que se puedan ensamblar. Hay clientas a las que les encanta llevar la propuesta de pies a cabeza, pero para las que no se animan, diseño otras prendas que alivianan la propuesta.

-¿Para la nueva colección invernal siguió la misma línea?

-Lo que distingue a la colección de invierno 09 es una exacerbación total del tejido y las telas son grandes puntos de tejido.

-¿Producen las telas acá?-Sí. Diseñamos los dibujos,

los relieves, las fantasías y la mezcla de hilados y de colores. Por eso nuestras colecciones de invierno son más importantes, porque el tejido de punto es más protagonista. En verano es difícil, porque en el país no hay tecnología para hacer tejido liviano, algo que a mí me encanta. El verano se vuelve un poco más restringido para hacer lo que me gusta, que es tejer.

-¿Pone el ojo en lo que se usa?

-Jamás analizo la tendencia. Algunas clientas me piden los ítems de la tendencia, pero la

la creatividad y con un perfil más artístico. Esto era así, porque en realidad no se sabía bien para qué servía la carrera y los que estudiábamos en vez de dedicarnos al arte queríamos diseñar ropa. Ahora hay mucha gente cursando y el trato se ha despersonalizado. Está más dirigida a lo empresarial, con una visión muy puesta en el consumidor.

-¿Qué es el diseño de autor?-Es un concepto detestable.

Ahora todo es de autor, y no es así. Creo que esta fue la forma más fácil, que se usó todos estos años, para distinguir a los creadores de las marcas comerciales. La realidad es que también los diseñadores somos marcas, con nombre propio, que bajamos línea y ponemos énfasis

vidrieras

verdad es que yo ni loca hago un chaleco si se usa; o no utilizo el color pastel, ni hoy ni mañana. La tendencia que manejo no es moda. A veces me doy cuenta de que algo que se usa ya lo hice en otras temporadas pero de una forma más sutil.

–Cursó Diseño cuando la carrera recién comenzaba y hasta hace poco fue docente de la misma ¿Cómo era la carrera entonces y cómo es ahora?

-Yo formé parte de la segunda camada y fue un período muy experimental de la carrera. Nuestros docentes eran los que habían salido de la Bienal que impulsó Alfonsín: Sergio De Loof, Sergio Lacroix, Andrea Salzman, artistas plásticos que ahora pululan por el mundo. Fue un período de la carrera signado por

Cuando la experimentación es el ejeMariana Dappiano confecciona sus prendas con un estilo de diseño bien particular: primero elige el hilado y luego continúa el proceso con el tejido. Desafíos en un rubro cada vez más complejo.

20

Egresada. Dappiano integró una de las primeras camadas que egresaron de la carrera de Diseño de Indumentaria de la UBA.

20-21-Vidriera-010209.indd 20 28/01/2009 09:25:35 p.m.

Page 21: revistac49entera_pweb

21

La bikini salvadora

en todas las colecciones, que también salen de la cabeza gerenciadora. Yo sigo haciendo muchos esfuerzos para que la parte comercial funcione, porque es fundamental, pero es lo que menos me atrae de todo.

-¿Cómo piensa afrontar los cambios derivados de la crisis?

-Para vender más barato se debe crecer en volumen y para eso hay que crecer en inversión, algo que no es fácil en este contexto. Ante esto, mi propuesta para la temporada que viene no estará dirigida en ese sentido, sino en diseñar prendas que den muchas ganas de comprar. No estoy desorbitada en los precios y la apuesta es no bajar la calidad del producto, sino todo lo contrario, hacerlo más

sofisticado. El invierno pasado fue muy malo, en el verano repuntamos, y nuestro plan es producir lo mismo que el último invierno. Para este mostraremos la colección en Bafweek, que es mucho más chico, con más marcas y menos diseñadores. Ante la crisis decidimos mostrarnos y doblar la apuesta, porque retrocedés si te quedás detrás del mostrador o si bajás la calidad del producto.

–¿Piensa que los diseñadores argentinos han estado desconectados entre sí?

-Es muy difícil esa conexión porque tenemos realidades y personalidades diferentes. Nos hemos juntado en un momento pero duró poco. Tenemos la misma esencia de cómo pensamos el diseño pero se hace complicado encarar juntos un proyecto autogestionado, son demasiados egos juntos. Y además hay otro problema y es que en el país no hay subsidios de parte del Estado, que no entiende que el diseño es parte del patrimonio cultural y que es necesario estudiar cómo hacer del diseño un negocio. En Palermo los alquileres se fueron hasta las nubes, se hace muy difícil sostener los locales y los sostienen las marcas, que pagan casi lo mismo que en un shopping. Muchos de nosotros nos hemos conectado con el gobierno de la Ciudad para pedirle que regule los alquileres o para proyectar un predio donde no tengamos que pagar precios tan altos, pero la respuesta fue mandarnos a Barracas donde ofrecen alquileres a precios subsidiados. Además, a Barracas, por más de que se trata de un barrio muy lindo, el público no va.

E n cuestión de indumentaria, cada año se genera una situación decisiva para la mujer: elegir un traje de baño que resulte, a la vez, atractivo y contenedor. Como si fuera un buen novio.

La diseñadora de la firma de mallas Class Life, Ariana Pardo, propone un traje de baño según el cuerpo de cada mujer: “Para las que tienen poco busto lo mejor es el corpiño triángulo con taza soft o un corpiño corset con aro y push up, que también se puede sacar”, afirma. Pero para las que tienen mucho de arriba Pardo recomienda “un corpiño triángulo estilo Marylin o un top tipo bandó. Ahora, para las de caderas anchas lo mejor es “un culotte que nunca se debe atar en los laterales”. Y por último, para las que quieran esconder las nalgas “lo mejor es una bombacha de corte y laterales intermedios, nunca un culotte ni un bikini colaless”.

Este año además, volvió el traje de baño enterizo, una prenda elegante y que estiliza, pero que no es para cualquiera porque no siempre más es mejor. Pero sí, un enterizo bien elegido, puede ayudar a andar más suelta por la playa, como los que tienen frunces en los laterales, que tienen el mágico poder de disimular excesos a la altura de la cintura.

Como el verano ya está muy avanzado y las marcas están en plena liquidación, C salió de rotation en busca del traje de baño salvador. En Class Life una bikini con bombacha tipo culotte cuesta $105, otra pieza compuesta por corpiño con taza y short con cinturón está en $149 o una bikini lisa que viene con una bombacha sentadora, porque no ajusta, se consigue a $115. Pero además hay otros hallazgos: en Rapsodia todavía se puede conseguir una bikini floreada con pollerita en la bikini, que tapa toda la cola en $169 (ya en liquidación) o en la marca Uma, una bikini lisa (de las que quedan muy pocas) se consigue a $122 y tiene un corpiño que levanta y una bombacha que contiene sin permitir el tan poco deseado efecto morcilla.

Ya no hay excusas, a no ser que la opción sea pasar el verano con un pareo que cubra desde el cuello hasta los tobillos o adoptar un look tipo mujer árabe.

LeanDro sánChez

Egresada. Dappiano integró una de las primeras camadas que egresaron de la carrera de Diseño de Indumentaria de la UBA.

20-21-Vidriera-010209.indd 21 28/01/2009 09:25:52 p.m.

Page 22: revistac49entera_pweb

POR FEDERICO KUKSO

S i 2008 fue el año del iPhone, 2009 será, definitivamente, el año

de las netbooks. No es que estas minicomputadoras ultralivianas y hechas exclu-sivamente para vivir online hayan sido inventadas ape-nas se quemó el viejo calen-dario. Pero sí, de a poco y con tibieza, se están insta-lando en el vocabulario tec-nológico cotidiano al mismo tiempo que inflan las pági-nas de los suplementos de ciertos diarios que rebosan de publicidades y avisos lis-tos para ser olvidados.

Como ocurre con todo chiche que apenas atravie-sa el umbral de la novedad, por ahora estas máquinas relativamente baratas con las que se puede enviar emails, navegar por la web, ver videos, chatear y actuali-zar el perfil de Facebook despiertan más interrogan-tes que certezas en la mayoría de la población adulta y tecnologizada del mundo.

Es entendible: a primera vista parecen versiones gasoleras de computado-ras portátiles hace tiempo establecidas en el merca-do como lo estándar y sólo utilizadas por personas ultraviajeras, sin ataduras y obsesionadas con la movi-lidad.

Los nombres de las mar-cas tampoco ayudan. Si bien están la e-Nova de

BGH, la LG X110 y la Aspire One de Acer, también hay netbooks fabricadas por empresas no del todo cono-cidas para aquellos ajenos a la escena tech que exhi-ben a sus crías: la MSI Wind, Medion Akoya Mini, HP Mini 1000, Dell Inspiron Mini 9, Lenovo S10, Archos 10, Airis Kira, VIA NanoBook, Gdium, Fujitsu Siemens Amilo Mini y las Asus Eee PC 1000H y S101, por varios fanáticos consi-deradas las favoritas.

Más que nuevo giro del mercado, las netbooks —se dice y se repite— vinieron a llenar un nicho recientemen-te abierto: aquel espacio inexplorado que se extiende entre las computadoras por-tátiles convencionales y los supercelulares como el iPhone y las BlackBerry tan publicitadas —gratuitamen-te— por Obama.

Como si fueran extremos irreconciliables, ni unos ni

enjambre de dispositivos superfluos y poco utilizados que encarecen el producto y ocupan lugar en la mochila.

Pese a que en un principio fueron conocidas con varios nombres (Ultra Mobile PC, Origami, NettOp, Mobile Internet Device, Low cost PC), cada una de estas computadoras minis tienen un ancestro en común: la iniciativa —bastante más utópica que realizable— de OLPC (One Laptop Per Child), promovida por Nicholas Negroponte y que buscaba garantizarle —como dice su nombre— una laptop a cada chico.

Primero, iban a costar nada más que cien dólares. Los meses pasaron y los precios se multiplicaron tanto como se oscurecieron los propósitos del proyecto.

tecno

otros atraen a un público que desea viajar liviano pero que a la vez no se quiere volver loco tipeando en un rectán-gulo minúsculo y ultraportátil y equivocarse siempre en la tecla que aprieta.

Así, las netbooks —pro-ductos que borran con el tiempo toda significación lite-ral de su nombre— vienen para instalarse en un tercer puesto, nada despreciable detrás de las computadoras de escritorio —computadoras cada vez más vistas como dinosaurios— y notebooks.

Más precisamente, son computadoras reinventadas por Internet que los marketi-neros llaman “conectividad on-the-go” su principal característica.

Lo que para algunos son desventajas —una pantalla hiperreducida, baja capaci-dad de almacenamiento y ausencia de compactera— para otros es una ventaja: no tener que cargar con un

Computadoras peso plumaTodo indica que las netbooks están a punto de convertirse en las figuras de moda del ambiente tecnológico. Entre las computadoras portátiles y los super celulares, diferentes modelos para distintos gustos.

22

22-23-Tecno-010209.indd 22 28/01/2009 09:30:19 p.m.

Page 23: revistac49entera_pweb

23

No sin antes provocar un terremoto dentro del mundo notebook: las distintas ver-siones de la OLPC mostra-ron que era técnicamente posible fabricar en masa dis-positivos más baratos y efi-caces.

Fue como un ancla para las notebook que las obligó a bajar sus precios y a

optimizar la oferta. Todo esto sumado a un hecho no menos despreciable: la crisis económica mundial redefinió las necesidades de los usuarios, los empujó al minimalismo tecnológico y los obligó a repensar si realmente necesitaban una computadora sedentaria (una PC), una nómade (una

notebook) o una peso pluma.

Tanto acento en el peso no es casual. Así como se busca incansablemente rom-per con la barrera del poder de cómputo y lograr compu-tadoras cada vez más potentes, otra competencia está abierta: la de lograr construir la máquina más ligera. Hace unos días Sony redobló la apuesta con el debut de su VAIO P Series Lifestyle PC, un netbook de 630 gramos a 900 dólares.

Una reducción abrupta de peso si se tiene en cuenta que ayer nomás, en abril de 1981, salía a la venta la pri-mera computadora portátil de la historia: la Osborne 1, una especie de maletín que se abría en dos, pesaba 10,7 kilos y costaba, por entonces, 1795 dólares. Su

pantalla era mínima también —cinco pulgadas—, tenía dos unidades de disco de 5,25” y 184 Kb de capaci-dad y su teclado con boto-nes cuadradotes era muy parecido al usado por las computadoras de la Dharma Initiative de Lost.

Paradójicamente, apareció antes de la explosión de las computadoras de escritorio como la IBM PC que terminó por orillar al inglés Adam Osborne, fundador de la compañía de la primera notebook, a la quiebra en 1983.

Lo cual demuestra un hecho curioso: en tecnolo-gía, lo que se conoce como “progreso” no es lineal ni acumulativo. Se da, más bien, por saltos, sacudones y disrupciones muchas veces impredecibles.

22-23-Tecno-010209.indd 23 28/01/2009 09:30:25 p.m.

Page 24: revistac49entera_pweb

Qué lindo que es comer en Mar del Plata

24-31-Mar del Plata-010209.indd 24 28/01/2009 09:56:19 p.m.

Page 25: revistac49entera_pweb

Lejos de toda aspiración gourmet, en La Feliz se come a la antigua, burlándose de todo recuento de calorías y de las decoraciones fifí. Una recorrida por los lugares más tradicionales del balneario. De Havanna a la salsa golf.

Lejos de toda aspiración gourmet, en La Feliz se come a la antigua, burlándose de todo recuento de calorías y de las decoraciones fifí. Una recorrida por los lugares más tradicionales del balneario. De Havanna a la salsa golf.

Qué lindo que es comer en Mar del Plata

24-31-Mar del Plata-010209.indd 25 28/01/2009 09:56:25 p.m.

Page 26: revistac49entera_pweb

texto y fotos de silvina Pini, desde Mar del Plata

A esta altura, son pocas las cosas que no están captadas por el marketing y la comunicación, las ciencias estrellas de esta época. Uno de los latiguillos con los que acicatean los licenciados y creativos a los ejecutivos de las empresas es

el aspecto “aspiracional” del consumidor, y sobre él lanzan flechitas queriendo tocarle el punto débil en lo que aspira a tener o a ser. Pero algunas cosas parecen totalmente inmunes a los embates aspiracionales. Una de ellas es la gastronomía marplatense que no demuestra la menor aspiración gourmet y se muestra feliz tal cual es.

Cualquiera que haya visto media hora de un programa de cocina en la tele se le ocurre, si no montar cuatro ravioles en torre en un plato playo, al menos decorarlo con un ramito de perejil. En Mar del Plata no. Todo estu-diante de la carrera de gastronomía sueña con ser como Narda y agregar un chorrito de leche de coco, un toque de jengibre ralla-do, unas semillas de sésa-mo. Quién no sabe, des-pués de tanta ilustración gourmet, que ya no corre la pirámide de comida sobre el plato, sino que la cosa pasa por acomodar dos o tres elementos pen-sando en los colores y volúmenes. Tampoco hace falta haber probado los platos hiperestéticos e hipocalóricos del último hotel gay friendly de San Francisco para enterarse de que ya no van las fritangas, las cremas y mantecas en las salsas, los ochocientos gramos de fideos en el plato hondo, el “sánguche” de milanesa que sobrevuela el pebete como alero de casa de millonario. Mar del Plata vive un universo gastronómico paralelo, con reglas propias que funcionan perfectamente y que prescinden de cualquier moda culinaria.

En la Perla del Atlántico la lógica es una: mucha pero mucha cantidad, por el menor precio posible y que aporte una considerable cantidad de calorías. Los tres requisitos son imprescindibles ¿Quién querría comerse una pirámide de saludable ensalada verde por seis pesos? Pasto comen las vacas. Ni que hablar de la ridiculez importada de comer pescado crudo con palitos.

La felicidad en Mar del Plata es lucir sin cul-pas una pancita lograda a base de pastas –sobre todo de sorrentinos, el plato inventado aquí–, mate dulce con facturas, sandwiches de todo tipo y tamaño, desde los de miga a los de pan lactal con salame y queso, pescaditos y otros bichos de mar fritos (pero con una dosis de

limón para engañar al hígado) y carne asada en cantidades siderales, idealmente acompañadas con papas fritas.

Basta dar una vuelta por el puerto para entender esto de una vez y para siempre. Se podría pensar que al lado del mar, alguno de la docena de restaurantes que rodean el estaciona-miento podría ofrecer un fresquísimo pescado vuelta y vuelta. Pero no, si hay filet de pescado –y es lo que menos pide la gente– es a la romana, o sea panado y frito. Rabas, cornalitos, calamarettis, fritatas mixtas de bichos de mar y buñelos de pastas marinas son los preferidos junto con las cazuelas donde están mezclados y nadando en salsa.

El ritual empieza a las doce cuando las promotoras salen a la puerta con sus uniformes llamativos y las bandejas de degustación donde ofrecen invariablemente algo panado y frito en forma de bolita, cono o bastón. Algunas, además de

los bocaditos que dan a probar, muestran en una tabla los productos que se pueden comer, cubiertos con papel film. La multi-tud deambula en círculo arrastrando los pies por-que están de vacaciones con todo el tiempo del mundo y prueba: cornali-t o s e n l a p u e r t a d e Chichilo, buñuelos de pes-cado en Puerto de palos, calamaretis en El nuevo timón, rabas en Caracola… algunos dan la vuelta dos o tres veces y se llenan la panza en esta calesita gra-tuita. Otros se deciden y entran. Toman una ban-deja y hacen la cola. Las

opciones se exhiben en el mostrador: mejillones a la proven-zal, cazuela de mariscos, filet de merluza romana, vermichelli vongole.

El más antiguo es Chichilo, abierto en 1950, que tiene dos locales y se come por 30 pesos unas rabas con gaseosa. El Centollón es un tenedor libre, que cobra 32 pesos a los mayo-res y 18 a los menores, donde Homero Simpson estaría en la gloria. Minipez ofrece una picada para dos a 52 pesos que

incluye ocho cazuelitas, cuatro frías y cuatro calientes. En Puerto gallego se comen rabas y papas fritas por 14 pesos y una parrillada de mariscos para compartir entre tres por 70.

La envidiable libertad con que hombres y mujeres cargan sus bandejas, impone una pre-gunta metafísica: ¿será esto la felicidad? ¿Y será por esto que a Mar del Plata le dicen La Feliz? Después todos dejan propina y se van a la playa a lucir sus trajes de baño sin que les importe, en apariencia, los rollitos bien gana-dos. En playa Varese, en la Brisol, en la Perla, las cinturitas de muñeca y las piernas de metro veinte son una rareza, algo para ver en las tapas de revistas que hablan de las olas y las ondas de Pinamar y Punta del Este.

26

“El Centollón es un tenedor libre que cobra 32 pesos a los mayores y en donde Homero Simpson estaría

en la gloria.

llenos. Renato le cocina a quienes se hospedan en sus cabañas.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 26 28/01/2009 09:56:32 p.m.

Page 27: revistac49entera_pweb

faMilia. Rabas, mariscos y mejillones, clásicos de clásicos.

a full. Al mediodía se hace difícil conseguir mesa en Chichilo, uno de los más tradicionales.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 27 28/01/2009 09:56:38 p.m.

Page 28: revistac49entera_pweb

28

Es sabido que el agua de Mar del Plata es distinta, excep-cional: se trata de agua de pozo con casi tres mil años de repo-so, naturalmente mineralizada. Hace pocos meses un grupo de geólogos españoles vinieron a estudiarla y se espantaron. “Hostia, que vosotros laváis el coche con agua mineral”. Las características son similares al agua de Villavicencio, Córdoba, sólo que esta sale de la canilla. Por eso las facturas y los pani-ficados son una perdición. La previa a la playa incluye la cola en la panadería. Muchas se apiolaron y se hicieron un lugar-cito para vender también fiambre y mayonesa en sobre. Pebetes, miñones, flauti-tas, caseritos se compran de a media docena junto con la paleta, el matam-bre, salame y queso. Para la tarde, las facturas y el mate.

Con esta agua también se amasa otra pasión mar-platense: las pastas. La gran cantidad de inmi-grantes italianos, multi-plicó los restaurantes dedicados casi exclusiva-mente a esta especialidad, como Montecatini y el ya cerrado Raviolandia. Montecatini, con cuatro sucursales gigantes en el centro, provoca colas en hora pico: por 26 pesos se accede a un platazo de sorrentinos u otra pasta con una bebi-da. Otro merecedor de cola para entrar es Manolo, con tres sucursales, famoso por sus churros, pero también por la sanw-dichería y comidas rápidas.

Solos contra la mareaA pesar de la preferencia masiva por esta cocina en la que el pescado no tiene la menor posibilidad de lucirse, algunos pocos hoteles y restaurantes empiezan a dar signos de cambio. Thierry Raolt, gerente de alimentos y bebidas del espléndido Costa Galana, admite, diplomáticamente, que conseguir pes-cado en óptimas condiciones no siempre es fácil. “Si bien en todas partes del mundo es más fácil conseguir buen pescado en las grandes capitales que en la ciudad por-tuaria –en París hay mejor pescado que en la costa–, yo he visto aquí a los pescadores cami-nando con botas sobre el pescado en los bar-cos. ¿A quién se le ocurriría caminar sobre manzanas?”

Raolt acaba de cerrar un acuerdo con Jean Paul Bondoux para abrir La Bourgogne en el hotel. Bondoux dirigie el único Relais & Gourmand del país, La Bourgogne en el Alvear Palace Hotel. Es exigente hasta el delirio con los productos, pero no por eso renunció a dedi-car la mitad de la carta en Costa Galana a los productos del mar. El restaurante está recién inaugurado y el dúo francés espera con ansia la respuesta de la gente.

El hotel Sheraton suma a sus servicios de cadena interna-cional y su impactante arquitectura de barco, una gastrono-mía que apunta a una cocina gourmet pero que lo toma como un desafío. Esteban Barrione, chef a cargo, con los pies sobre la tierra dice que “hay que poder sostener una gastronomía todo el año y al marplatense le sigue tirando los comedores populares”. Por eso combina en la carta de Las Barcas, el res-taurante principal, una ensalada de pato jugoso pero también un bife de chorizo con papas fritas. Y los pescados salen a la parrilla, una manera de satisfacer la necesidad argentina de

comer a las brasas.El pescado de mar es la

materia prima menos con-taminada de todas: no ha sido alimentada artificial-mente, ni vacunada, ni se le ha dado hormonas para acelerar su crecimiento, ni se cría en aguas de río, más fácilmente contami-nables. Todo lo que hay que hacer con él es pescar-lo y llevarlo con cuidado hasta las manos de un cocinero que, solamente con que sepa pelarlo, des-espinarlo y no lo pase de cocción, será suficiente. De otro modo el bicho habrá muerto en vano. Justamente para que

muchos cocineros se enteren de esto y valoricen lo que tienen tan cerca, la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata, machaca desde hace cinco años con un fes-tival gastronómico para jerarquizar la cocina local. El presi-dente de las jornadas ha sido siempre el catalán Joan Coll, un cocinero que nada más mira al pescado a los ojos y sabe hasta cómo lo llamaban en el barrio. Este invierno, en una fecha aun por definir, Coll irá invitado por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica a brindar unas charlas abiertas sobre técnicas para tratar y cocinar pescado.

Algunos intentos bien orientados no tuvieron éxito, como El ombú, que cerró en menos de un año y se convirtió en Fratelli, que también fracasó a pesar de la buena cocina.

Torres de cerchiara es de los pocos clásicos que, a pesar de conservar una presentación antigua, respeta los puntos de cocción. El matrimonio propietario de Marisquería Alito, frente al Casino, también apunta a una reva-lorización de los tesoros del mar y se preocupa por aquellos clientes que buscan alternar con la fritanga del puerto, una cocina más moder-na que no encuentran.

Salsa golf y dulce de lecheEsta ciudad ha sido sede de felices ocurrencias gastronómicas. Una de ellas es la salsa golf, hoy enfrascada y vendida en las góndolas de muchas ciudades del mundo y que, según cuenta la leyenda, fue inventada por el premio “La envidiable

libertad con la que hombres y mujeres cargan sus bandejas

impone una pregunta: ¿Será esto la felicidad?

bandeja. Los tenedores libres son los que más trabajan.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 28 28/01/2009 09:56:45 p.m.

Page 29: revistac49entera_pweb

Para varias generaciones, nadie volvía de Mar del Plata sin una caja de alfajores Havanna. La

caja amarilla fue sin dudas el producto que identificó a la ciudad durante déca-das. Pocos saben que entre los alfajores y el increíble Museo del Mar, hay una historia. De hecho, posiblmente nunca hubiera sido posible que tantos caraco-les llegaran a Mar del Plata si no se hubieran vendido tantos alfajores.

La historia empezó cuando Benjamín Sisterna, santafesino, primaria incom-pleta y noveno de once hermanos, vio sellado su destino al conseguir su primer trabajo, a los ocho años, en una panade-ría de su pueblo, Jobson Vera. A los 17 recibe por correo un regalo de su herma-no mayor que estaba haciendo el servicio militar en Comodoro Rivadavia: un caracol que lo impacta por su belleza.

A los 19 años Benjamín abre su primer local de venta de alfajores en Buenos Aires. Poco tiempo después, junto a su socio Luis Sbaraglini, dirige la exitosa fábrica de alfa-jores porteña Santa Mónica. Entre los clientes estaba el griego Demetrio Eliades que les compraba alfajores para venderlos en sus dos bombonerías de Mar del Plata. En 1947 y después de meses de trabajo con el maestro panadero Toribio González, llegan a la fórmula mágica del alfajor tal cual lo conocemos hoy. Sisterna, Sbaraglini y Eliades se asocian y el 6 de enero de 1948 se venden los primeros alfajores Havanna frente al Casino.

Benjamín tuvo que esperar a que se vendieran unas cuantas docenas más para retomar aquella pasión que le des-pertara su hermano: los caracoles. Entre las décadas del 50 y 90, en un mundo sin celulares, ni GPS, ni fax, ni correo elec-trónico, ni una industria del turismo como la actual, Sisterna realizó veinti-siete viajes a más de cincuenta países. Una vez al año partía rumbo a islas remotas como Zamboanga en el océano Indico, o a los mares de Banda sin más datos que un par de cartas intercambia-das a lo largo del año. No le atraía nave-gar ni la vida reproductiva de los molus-cos: lo suyo era un interés estético. ¿Cómo la naturaleza podía ser capaz de generar infinitas formas y colores, a cual más bella? En Mar del Plata quedaba su segunda esposa Azucena Biondi y su ter-cer hijo, el pequeño Pablo.

Para la década del 80 había juntado 30.000 piezas que tuvo que guardarlos

en un depósito, hasta que se le ocurrió en 1982 mostrarlos al público en un local en el centro. Benjamín Sisterna muere en 1995 y su familia, con su hijo Pablo al frente del directorio de Havanna, deci-den vender la empresa al grupo Excel en el 98. Parte de ese dinero se detinó a construir los 1650 metros cuadrados de los cuatro pisos del Museo del Mar que se inauguró en 2000. Allí toda la colec-ción de Benjamín encontró el lugar que se merecía: cuidadas vitrinas donde gente de todas las edades y de todas par-tes se pasa horas hipnotizados, obser-vando nautilus, epitonium, voluta musi-ca y otras especies de nombres rarísimos, pero asombrosas formas y colores. También hay peces y distintas experien-cias científicas para que los más chicos –y no tanto– conozcan entre otras cosas del mar, cómo se forma una ola.

Av. Colon 1114. Tel (0223) 451-9779 www.museodelmar.org

HAVANNA, DEL ALFAJOR AL CARACOL

Precursor. Sisterna fue el fundador en 1948.

Museo. Está expuesta la colección de caracoles.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 29 28/01/2009 09:56:50 p.m.

Page 30: revistac49entera_pweb

Nobel Luis Federico Leloir a mediados de 1920 en el Golf Club de Mar del Plata. El mito cuenta que Leloir pasaba el verano junto a sus amigos y se la pasaban comiendo langos-tinos con mayonesa. Uno de pronto preguntó al resto si no les aburría comer siempre lo mismo. Leloir, químico al cabo, le pidió al mozo que le trajera todos los aderezos que tuvieran en la cocina –vinagre, limón, mostaza, ketchup, tabasco, mayonesa– que iba a probar distintas mezclas. De todas las fórmu-las, la que más gustó fue la mezcla de ketchup y mayonesa. Tan ricos eran los langostinos con esa salsa que no sólo Leloir y sus amigos la adoptaron, sino que la receta se fue pasando de balneario en balneario. Era la salsa que hacían en el Golf, la salsa golf.

Durante décadas pensar dulce de leche era imaginarse el envase de cartón naranja con el triángulito blanco que decía: Chimbote. No hubo por años, otro dulce de leche como ese, que sufría leves variaciones de pote a pote, tan artesanal era. A veces podía estar más espeso y oscuro, otras

más liviano y claro. Muchos eran fanáticos de raspar el borde donde el dulce de leche se cristalizaba. Uno de los tantos descen-dientes de italianos de la ciudad, Juan Bellotti, y después su hijo “Tornillo”, fueron los creadores de este manjar. Los marplaten-ses que rondan los setenta años y los porteños que solían pasar

la temporada en La Feliz, recuerdan la vieja fábrica, un modesto galpón con chalecito en la avenida Jara, casi Constitución, en el parque Luro, a donde se acercaban en bicicleta para comprar el dulce y los caramelos sueltos.

Pocos saben que los sorrentinos, una pasta rellena similar al raviol pero más grande y con forma redondeada, no existe en Italia. Es un invento argentino nacido en el restaurante por-teño Sorrento en la década del 30 y que encon-tró en Mar del Plata su capital nacional: en nin-guna otra ciudad se venden tantos sorrentinos en las fábricas de pastas ni se sirven tanto en los restaurantes. El relleno más tradicional es el de ricota, jamón y muzzarella, pero con el tiempo fueron incorporándose más ingredientes.

30

“El ritual empieza a las doce cuando las promotoras salen a

la puerta con las bandejas

ofreciendo algo panado y frito.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 30 28/01/2009 09:56:58 p.m.

Page 31: revistac49entera_pweb

31

Hotel Costa Galana. Este hotel de lujo ubicado en playa Grande, cuenta con 186 habitaciones, un glamoroso

spa –se ve el mar desde las piscinas de hidromasaje–, el programa Vida Saludable con asesoramiento médico, gim-nasio, piscina externa climatizada, club de niños, dos res-taurantes, uno de ellos La Bourgogne, y dos bares. Las tarifas parten desde $730 la habitación doble con vista a la ciudad y

l Hotel Sheraton. La imponente arquitectura que imita un barco es el marco de este cinco estre-llas de cadena internacio-nal. Ubicado en playa Grande, junto al Mar del Plata Golf Club y cerca de la calle céntrica Alem, cuenta con 191 amplias habitaciones, una piscina terapéutica de agua salada, climatizada y cubierta y otra externa, club de niños Sheratoons con actividades dirigidas, dos restaurantes y un lobby bar. Para esta temporada ofrecen el Paquete Verano: $730 la habitación doble, con desayuno, almuerzo o cena para dos, acceso a spa, gimnasio y piscina y la posibilidad de compartir la habitación con un menor de 12 años. Mínimo de 7 noches, $5.115. Alem 4221.

l Hotel Las Rocas. Este hotel boutique cuatro estrellas identifica cabal-mente la arquitectura y e s t i l o m a r p l a t e n s e . Ubicado en playa Chica, desde todas sus habitaciones con balcón ubicadas sobre Alberti, puede verse y escucharse el mar. Por ser un hotel más chico, permite una atención más cálida y personali-zada, preferida por muchos a la hora de elegir. Cuenta con una pequeña piscina cubierta y descubierta, salones de juegos y una confitería sobre el boulevard a metros del mar. Tarifas desde $432 la doble, realizan descuentos del 20 por ciento para estadías de más de cinco noches y pago en efecivo. Alberti 9. Tel. (0223) 451-5362 www.hotellas-rocas.com.ar

DORMIR ES UN PLACER

Los nostálgicos extrañan las picadas en la rambla, pasare-la natural desde los primeros tiempos de la ciudad, para ver desfilar personajes de todo tipo. Una de las picadas más famosas eran las de la Jockey Club, en la bajada de la prime-ra escalinata de la Rambla: casi veinte platitos iban haciendo su aparición: pulpo a la gallega, mejillones a la provenzal, rabas, calamarettis fritos y a la lionesa, cornalitos fritos, mer-luza a la romana, empanaditas de atún, papitas fritas a la provenzal, cuadraditos de jamón y queso, salamín, aceitunas verdes, maníes salados, porotos pallares, mondongo, beren-jenas en escabeche y albóndigas en salsa de tomate, ciruelas envueltas en panceta, todo con mucho pan. Para acompañar, un Clericot, un Gancia o Cinzano con limón y soda. Hoy los locales de la rambla forman una feria con varios puestos de ropa, discos, artesanías, velas y otras chucherías, y la rambla funciona como escenario improvisado para artistas a la gorra de todo tipo.

Con la gastronomía de ayer, la de hoy y la que vendrá, Mar del Plata sigue siendo pasión de multitudes porque más allá de la modas de cualquier tipo, conserva una identidad y no se traiciona.

24-31-Mar del Plata-010209.indd 31 28/01/2009 09:57:10 p.m.

Page 32: revistac49entera_pweb

el canalla sentimental

ropa es un asunto que les proporciona placer y gratifi-cación inmediata en dosis nada desdeñables y cierta-mente no comparables con un beso mío en la mejilla, un abrazo o una palabra de aliento: esas cursilerías pater-nales son perfectamente prescindibles, no así la moda.

Mientras las espero en una banca o en un sofá de la tien-da o sentado en la escalera o hablando de política con algún espontáneo o leyendo las desgracias del día en el periódico, comprendo que el buen ejercicio de la paterni-dad consiste en subordinar tus deseos a los de tus hijas, en ser un leal empleado a su servicio, en rebuscar en tus genes los pequeños residuos de paciencia, humildad y generosidad que puedas hallar en beneficio de ellas.

M is hijas han elegido pasar diez días de sus vacaciones con-

migo. No estaban obligadas a pasar esos días conmigo. Podrían haber elegido que-darse en la playa con su madre, pero han decidido que prefieren subirse a un avión y arriesgarse a pasar diez días conmigo en Miami.

Es una halago y una rei-vindicación para mí. En julio me dijeron que no querían pasar sus vacaciones con-migo porque se aburrían, porque todo el día andaba durmiendo la siesta y tosien-do, porque las condenaba a una rutina tediosa, densa, a ver películas que no siem-pre les interesaban, y por eso me dijeron, con una franqueza que dolió pero agradecí, que preferían pasar sus vacaciones de julio enteramente con su madre en París. Ese mes descubrí que desde enton-ces y en adelante mis hijas eligen con quién pasan sus vacaciones, cómo las divi-den y cuánto tiempo dedi-can a sus padres. Ese mes, echándolas de menos, reparando en los errores que había cometido para perderlas, comprendí que tenía que competir amoro-samente con su madre para que ellas quisieran compar-tir al menos una parte de sus vacaciones conmigo.

Este mes de enero ha sido un pequeño triunfo en ese sentido. La victoria en realidad ha sido de su madre, como corresponde, pues las niñas decidieron pasar un mes y medio o más de sus vacaciones de

verano con ella, en la playa, y con sus amigas y amigos, en el mundo divertido y esti-mulante de las fiestas, los chismes sobre amores inci-pientes o imaginarios, los mensajes de texto que van y vienen a toda hora y las noches locas con tacos altos en esa discoteca o bar polvoriento llamado “Juanito”, un mundo con el cual yo naturalmente no puedo competir, un mundo que me derrota de antema-no. Pero al menos mis hijas me concedieron la alegría de regalarme diez días con-migo y se resignaron a pasarlos en Miami, una ciu-dad que antes les encanta-ba y ahora comienza a parecerles espantosa y cre-cientemente insoportable, cosa que no me ocurre a mí, lo que dice mucho de lo poco que soy.

Lo más difícil de las vaca-ciones es comprender que mi tarea principal consiste en darles dinero ilimitada-mente y en llevarlas a tien-das de ropa y esperarlas también ilimitadamente, mientras ellas compran un número igualmente ilimitado de ropa. Está claro que no necesitan esa ropa, pero también lo está que son inmensamente felices com-prándola. Por consiguiente, no me cabe duda de que mi obligación como padre es darles el dinero que me piden, sentarme a esperar-las y no quejarme si la espe-ra se hace algo incómoda o prolongada. Aquí está la clave del correcto ejercicio de la paternidad: en saber esperar, en inventarse

cosas mientras uno espera. Por eso llevo libros, revistas y periódicos a las tiendas donde ellas compran ropa. De ese modo la espera se hace menos tediosa.

No siempre, sin embargo, consigo recibirlas con una sonrisa después de una espera prolongada y unas compras masivas que se adivinan en los bolsos volu-minosos que cargan al salir de la tienda. A veces me quejo y les digo que ya tie-nen suficiente ropa, que una persona no es lo que viste sino lo que piensa y lo que hace, que la ropa es una cosa tonta, sin importancia, que cualquier idiota puede andar lujosamente vestido, que no puedo comprender esa cruzada insaciable que las anima a salir en busca de más ropa que no necesi-tan pero que les procura una felicidad indudable. Cuando me quejo, después me siento mal. No tengo razón. Mi política es que lo que las hace felices a ellas es lo que debemos hacer. No tengo otra política o moral que ésa. Y si las hace felices comprar tanta ropa, y yo puedo pagarla, entonces debo aprender a esperarlas y no quejarme y no preten-der que ellas, unas adoles-centes inquietas y hermo-sas, se pongan todos los días la misma ropa vieja, como yo.

A mí, en realidad, nunca me interesó la ropa, ni siquiera cuando era adoles-cente, pero yo no soy mujer (ni quisiera serlo, como creen algunos) y tengo que entender que para ellas la

El padre que espera

32

32-33-Bayly-010209.indd 32 28/01/2009 09:31:24 p.m.

Page 33: revistac49entera_pweb

33

El padre que espera

No son, como es obvio, diez días míos. Son diez días de ellas. Ellas son las dueñas absolutas de esos días y de las decisiones que tomamos esos días. Yo me limito a cumplir humildemente (si podemos suponer que puedo hacer algo humilde-mente) sus deseos, capri-chos, apetencias y extrava-gancias, aun si no estoy de acuerdo con ellas.

Porque si quiero que vuel-van a pasar sus vacaciones conmigo, tengo que ver las películas que a ellas les pro-voca ver, no las que yo qui-siera ver, y tengo que llevar-las a esas tiendas de ropa que detesto y abomino y me dan mareos, y tengo que hablar con no pocos extra-ños que se me acercan y me preguntan qué diablos hago sentado en un sofá de

Nordstrom o en un sillón de cuero de Saks o en una silla plegable de Urban Outfitters (soportando una música satánica) o en una esquina del reluciente piso de made-ra de Abercrombie o entre los cojines de Anthropologie o en la dura banca de cemento a la salida de Forever 21. Alguna gente me pregunta si estoy bien, si me han despedido, si estoy deprimido o buscando tra-bajo, incluso me han pre-guntado si ahora trabajo en esa tienda en la que de pronto me encuentran sen-tado una tarde de enero, leyendo el diario, como si fuera una víctima más de la recesión. Luego entienden que estoy esperando a mis hijas y me felicitan, pero es una felicitación que tiene algo de pésame o condo-

lencia, como si supieran que el goce de la paterni-dad no está exento de una mínima cuota de sufrimien-to, si por sufrimiento enten-demos el desprendimiento de nuestro egoísmo y la subordinación al egoísmo de los otros o las otras, nuestros hijos.

Al final, en vísperas de volver a casa, y mientras ellas hacen las maletas, que como de costumbre no son pocas y van bien abultadas, me siento satisfecho de haber cumplido mi deber de entretenerlas tal y como ellas entienden el entreteni-miento, y no como lo entien-do yo. Porque si pretendía seguir imponiéndoles mi concepto del entretenimien-to a despecho del suyo, es seguro que no hubieran querido pasar estas vaca-ciones ni ningunas vacacio-nes conmigo, y eso ya lo aprendí en julio, cuando me dijeron sin rodeos que se aburrían conmigo en Miami o en cualquier ciudad.

No podría precisar si son más las horas que he pasa-do con ellas o esperándo-las estos días frescos de enero, pero da igual a estas alturas, porque lo que más me recompensa es sentir-las felices, eufóricas des-pués de un largo, duro y extenuante día de compras, llegando a la casa con tan-tos bolsos que a duras penas podemos cargarlos y sintiendo que ninguna chica de su ciudad tendrá ropa tan linda como la de ellas. Y eso, a su edad, es una cuestión de suma, vital importancia. Y creo que a

cualquier edad es de suma, vital importancia saber que tienes a un padre dispuesto a comprarte todo lo que le pides, incluso si no lo nece-sitas, especialmente si no lo necesitas, y dispuesto ade-más a esperarte leyendo alguna tontería mientras compras esas cosas que no necesitas pero que te hacen feliz. Supongo que el amor se demuestra preci-samente en esas circuns-tancias: esperando, pagan-do, cargando, entrando a otra tienda a la que no qui-sieras entrar, esperando un poco más.

Se podría decir que estoy educando a mis hijas equi-vocadamente en el lujo, el exceso y la frivolidad y que debería imponerles unos límites, una cierta discipli-na. Yo prefiero creer que la vida se encargará, con su previsible crueldad, de imponerles esos límites y esas inevitables decepcio-nes. Yo prefiero, mientras me quede algo de plata y de vida, seguir jugando el papel de padre dispendio-so, sumiso y cantinflesco, casi una mascota para ellas o un empleado doméstico más. Porque es así como quisiera que me recuerden cuando ya no esté: como ese hombre resignado y paciente que les daba plata y se sentaba a esperar sin apuro mientras ellas com-praban toda la ropa del mundo para ser las chicas más lindas del mundo. Yo, al menos, las recordaré siempre, lleven la ropa que lleven, como las chicas más lindas del mundo.

Por jaiMe bayly

32-33-Bayly-010209.indd 33 28/01/2009 09:31:25 p.m.

Page 34: revistac49entera_pweb

Ya no sólo el box, el atletismo o el básquet son dominados por deportistas de color. Al calor de la llegada del primer presidente negro al poder, deportes de elite como la Fórmula 1, el golf, el rugby y el tenis también están plagados de cracks con ascendencia africana.

presidente negro al poder, deportes de elite como la Fórmula 1, el golf, el rugby y el tenis también están plagados de cracks con ascendencia africana.

OBAMALOS DIOSES

Ya no sólo el box, el atletismo o el básquet son dominados por deportistas de color. Al calor de la llegada del primer

OBAMAOBAMADE LA ERA DE LA ERA DE LA ERA LOS DIOSES

34-40-Black Power-010209.indd 34 28/01/2009 09:32:52 p.m.

Page 35: revistac49entera_pweb

HAmilton. Es la nueva sensación dela F1.

34-40-Black Power-010209.indd 35 28/01/2009 09:33:02 p.m.

Page 36: revistac49entera_pweb

Por Andrés BurgoFotos FrAnce Press

Sucedió hace pocas semanas, en España: Idriss Kameni, el arquero de Espanyol de Barcelona, se acercaba al arco antes de que comenzara el partido cuando de pronto sintió un cuchicheo en las tribu-nas. Instintivamente levantó las manos para salu-

dar al público, pero de respuesta recibió el lanzamiento de una banana, chillidos guturales “i-i-i-i-i” y varios gritos “Mono, mono, mono!” Los ultras hacían aspavientos e imitaban a Chita, a King Kong, a Donkey Kong y a cualquier simio célebre o de zoológico, lo mismo les daba. Todo porque Kameni, que nació en Camerún, es negro y juega entre blancos. En ese mismo sentido, el delantero Samuel Eto’o, también camerunés aunque compañero de Lionel Messi en Barcelona, soltó una de las frases más interesantes del deporte en los últimos años. “Para ganar como un blanco voy a tener que correr como un negro. Pero igual no me puedo quejar: hace pocos años no tenía para comer, y ahora elijo qué como. Es increíble, elijo qué voy a comer”, repitió, tratándose de convencer de que era verdad lo que estaba diciendo.

Aunque todavía la sigan pasando mal en varias canchas (el mismo Eto’o estuvo a punto de irse del estadio del Zaragoza cuando los neardenthales de la tribuna empezaron a chillarle “i-i-i-i” en pleno partido), Kameni, Eto’o y el resto de los futbolistas negros ya conquista-ron un camino que felizmente no tiene marcha atrás. En el microcosmos deportivo, peor la pasan, por ejemplo, los automo-vilistas. Como en un apartheid no declarado, hasta finales de la década del 70 ningún negro había jugado en la Selección de fútbol de Inglaterra: el pionero fue un tal Viv Anderson, pero desde entonces se hizo normal la presencia de tipos como Sol Campbell, John Barnes, Ashley Cole, Paul Ince y Rio Ferdinand al lado de David Beckham, Paul Gascoigne y Gary Lineker.

Lewis Hamilton, en ese sentido, es un Quijote del automo-vilismo, un Barack Obama en la Casa Blanca, un abanderado de su raza. El inglés, campeón de la Fórmula Uno, había arran-cado el 2007 con un aura tal vez más impactante: ser el primer piloto negro de la categoría. Lo suyo fue un resplandor, un mojón en la historia. Y Hamilton es hoy, con solo 23 años, una figura tan venerada en Inglaterra que debió mudarse a Suiza, ese paraíso inmunológico en el medio de Europa, donde la plebe no lo reconoce.

“No hay manera de poder pasear en público en ninguna parte de Inglaterra sin que me reconozcan. Principalmente porque en todos las oficinas del banco Santander hay fotos mías. Mercedes Benz y Vodafone también tiene anuncios con

mi cara por todas partes. No puedo ir solo a ningún lado, siem-pre necesito ir acompañado, y por eso me fui a Ginebra, donde la gente no sabe quién soy y tengo más tiempo para vivir expe-riencias que muy poca gente puede tener. Por ejemplo, nunca había estado en un velero, e ir en el yate de Hugo Boss fue una de las experiencias más memorables de mi vida. Quizá me compre un velero en el futuro. El éxito abre muchas puertas. El año pasado asistí a cientos de actos y entregas de premios, conocí a muchas celebridades, estrellas, gente que son leyen-das. Es fenomenal, es una locura, estoy viviendo mi sueño. Desde los ocho años trabajo para alcanzar esto. Todo es muy emocionante”, reconoció Hamilton con esas palabras tan alti-vas, y tan suyas, que suelen exacerbar al resto de los pilotos de Fórmula 1, quienes no le tienen ninguna simpatía.

Pero la épica, el glamour, el talento y hasta cierta arrogancia del inglés sobresalen porque la F1 siempre había evitado a los negros. Michael Eboda, el director de New Nation, el sema-

nario más popular de la comu-nidad negra británica, cree que “Hamilton triunfó a pesar del sistema, y no gracias al sistema”. En medio de los festejos por lo que algunos anunciaron como el comienzo de otra era en la categoría, el periodista llamó a la cautela en The Times: “Elogiar a Lewis está bien, pero la Fórmula 1 también deberá demostrar que quiere el cambio y le da empleo a mecánicos e ingenieros negros”. Pero por ahora, y se cree que durante muchos años más, el llamado de Eboda será en vano: Hamilton sigue y seguirá siendo el aban-derado de su raza en la F1, algo así como Tiger Woods en el golf.

Ay, Tiger Woods, el polémico Tiger Woods. El golfista prime-ro fue aclamado como el tercer eslabón detrás de Mohamed Alí o Arthur Ashe, los tipos que pri-

mero cambiaron el color del boxeo y del tenis, y que después se convirtieron en dos iconos reivindicatorios en la lucha con-tra el racismo. Pero todo cambió el día en que Tiger visitó el programa de Oprah Winfrey y no se definió como negro a secas, sino como un “Cablinasian, o sea caucásico, negro, indio y asiático”. Fue decir eso y demoler la simpatía mesiánica que el mejor golfista de la historia había generado dentro de la comunidad negra. Ese ya famoso “cablianasian” fue interpre-tado como un rechazo a su identidad racial. Y ni hablar cuan-do en el año 2000, en medio de una polémica nacional porque la legislatura de Carolina del Sur se negaba a sacar de su más-til la bandera de la Confederación -el símbolo del esclavismo durante la Guerra de Secesión, en el siglo 19-, Woods se hizo el desentendido. Serena y Venus Williams, los basquetbolistas negros de los New York Nicks e infinidad de deportistas de todo el país iniciaron un boicot contra el gobierno estadual. El rechazo fue masivo, pero no unánime: Tiger puso cara de yo

36

"Hamilton es querido por todos, es uno de los nuestros. Es un típico joven negro, hasta te das cuenta cuando habla", asegura Michael Eboda, director de New Nation, el semanario más popular de la comunidad negra británica.

como Ali. Tsonga es hijo de un congolés. Brilla en el tenis actual.

34-40-Black Power-010209.indd 36 28/01/2009 09:33:14 p.m.

Page 37: revistac49entera_pweb

"Hamilton es querido por todos, es uno de los nuestros. Es un típico joven negro, hasta te das cuenta cuando habla", asegura Michael Eboda, director de New Nation, el semanario más popular de la comunidad negra británica.

trymAn. Habana fue considerado el mejor rugbier del último mundial.

monFils. Otra tenista francés descendiente de africanos.

34-40-Black Power-010209.indd 37 28/01/2009 09:33:23 p.m.

Page 38: revistac49entera_pweb

no fui y dio un paso al costado. “Yo soy golfista, esa es su causa, no es la mía”, respondió al pasar el golfista, desentendiéndose del tema, de sus raíces y de todo lo que podía elevarlo a los mitos de Alí y Ashe; hasta, incluso, despreciando el racismo que había sufrido su padre.

Porque el padre de Tiger, Earl Wood, un buen beisbolista de su época, no podía alojarse en los mismos hoteles ni viajar en los mismos colectivos que sus compañeros blancos de equi-po. Sin embargo, el mismo Earl defendió a su hijo cuando se negó a boicotear los eventos deportivos que se realizaban en Carolina del Sur. “Estoy de acuerdo con Tiger. La gente quie-re que mi hijo se sume a todas las causas, y eso no puede ser. Tiger no puede opinar sobre todo. Mohamed Alí fue una per-sona distinta, él no estudió en la Universidad de Stanford. Tiger tiene intelecto, piensa, es simpá-tico. No tiene que salir a la calle para gritarle a la gente y decirle qué tiene que hacer. Ojo, no estoy criticando a Alí, él siempre me gustó, y entiendo lo que sufrió. Yo también fui discriminado: era el único jugador negro de mi equi-po y fui muy humillado”, dijo el padre del golfista. Pero su protec-ción fue en vano. “Tiger nunca será un hombre de valores. Sus actitudes, sus compañías, su acento y hasta sus ademanes son de otra raza”, asegura Eboda, ratificando que la comunidad negra suele desconfiar de los negros que son muy populares entre los blancos. “En cambio, Hamilton es querido por todos, es uno de los nuestros. Es un típi-co joven negro, hasta te das cuen-ta cuando habla”, agrega el direc-tor de New Nation y columnista de The Times.

Habana dulceMenos conocido por los argenti-nos, Bryan Habana consiguió en el rugby una epopeya similar a la de Hamilton y Woods en el automovilismo y el golf. El año pasado, en el mismo Mundial de Francia en el que Los Pumas salieron terceros, Sudáfrica llegó y ganó la final liderado por un descendiente de los aborígenes que en el siglo XVIII había sido desplazado de sus tierras por los temibles Boers holande-ses. Lo extraordinario es que Habana, hasta 1995, sólo soñaba con ser lo que hoy es, por ejemplo, Carlitos Tevez: delantero de Manchester United. El rugby implicaba para él algo más o menos parecido a lo que ahora es para los chicos de Fuerte Apache: una cuestión de otra categoría social. Los negros de Sudáfrica ignoraban -despreciaban, mejor dicho- a ese depor-te de blancos hasta aquel Mundial de 1995, en el que los esta-dios de Johannesburgo, Ciudad del Cabo y el resto del país empezaron a llenarse bajo el carisma de Nelson Mandela. Y Habana, que estuvo en la final casi de casualidad, porque su padre había conseguido dos entradas en la reventa, se contagió

de aquellos días de reconciliación racial, se olvidó del fútbol y empezó a jugar al rugby, el deporte que al fin aceptaba negros tras la reciente caída del apartheid.

De todas maneras, doce años después, ya en 2007, Sudáfrica salió a conquistar el Mundial de Francia con trece jugadores blancos y solo dos negros en su equipo titular. Pero así como Messi vale por once en el fútbol, Habana vale por quince en su deporte. Para decirlo más sencillo: sin el negro, los blancos no habrían ganado. Y por eso fue que volvió a tener vigencia el pedido que Mandela había hecho en 1998, cuando mandó a crear una comisión para investigar a los dirigentes que toda-vía se resistían a integrar a los negros. Porque aunque cada vez menos, y aunque los jugadores canten el himno zulú (el que

durante décadas se cantó en las manifestaciones callejeras de negros contra blancos) con la misma entrega que Los Pumas, el rugby sudafricano todavía man-tiene algunas viejas políticas de discriminación.

Habana, en ese sentido, es el mejor antídoto para terminar de desterrarlas: con 24 años, ya es mucho más que el mejor wing izquierdo del planeta. Es también uno de los hombres más veloces del mundo, capaz de correr 100 metros en 11 segundos, a tal punto que en Sudáfrica le organizaron una carrera contra una chita (gue-pardo), el animal terrestre más rápido, el único que consigue una aceleración de 110 kilómetros por hora. En principio se trataba sólo de un espectáculo para concien-ciar a la población que los guepar-dos sufren peligro de extinción, pero Habana se lo tomó en serio, corrió como nunca y casi gana la competencia. Sólo un grande podía hacerlo. Pero además de todo lo visible, de esa mezcla de deportista mitad felino y mitad

Panzer alemán de Segunda Guerra Mundial, Habana también entró al terreno de lo sagrado: ser considerado el sucesor de Jonah Lomu, el Padre, Hijo y Espíritu Santo de la historia del rugby. De hecho, en 2007, el sudafricano igualó el récord de ocho tries en un Mundial, que hasta entonces sólo había sido conseguido por el célebre neocelandés, que corría los 100 metros en 10, 89 segundos. Y aunque suene exagerado, Habana es, a su modo, un pequeño Mandela dentro de la can-cha, un hombre cuyas corridas teledirigidas por la izquierda unen en gritos a blancos y negros.

Black powerTambién el apartheid fue clave para que Arthur Ashe, el único tenista negro que ganó los cuatro títulos de Grand Slam, mar-cara un camino indeleble en el circuito de tenis. En 1969, cuando ya había conquistado el Abierto de Estados Unidos, no lo dejaron participar en un torneo de Sudáfrica. Criticar la

38

mezclA. Tiger es uno de los pocos que no reivindica su raza.

34-40-Black Power-010209.indd 38 28/01/2009 09:33:33 p.m.

Page 39: revistac49entera_pweb

comPrometido. Lebron James presentó a Obama en un acto en Cleveland, donde juega.

34-40-Black Power-010209.indd 39 28/01/2009 09:33:38 p.m.

Page 40: revistac49entera_pweb

política interna de este país no estaba de moda, era una rareza, casi hasta una intromisión. Y ahí Ashe se terminó de configu-rar como héroe: pidió la expulsión de Sudáfrica del circuito profesional. Lo hizo con tanta pasión, que en 1985 fue arresta-do. Fue un precursor. Su estela facilitó la posterior consagra-ción de Yannick Noah, un tipo mucho más festivo que político, pero que a su vez personificó la inspiración para que miles de afrofranceses de generaciones futuras se volcaran al tenis. Y ahí llegan a escena los dos negros más espectaculares de los últimos tiempos: Gael Monfils y Jo-Wilfred Tsonga, un hijo de madre francesa y padre congolés al que en su país conocen como “Alí Tsonga”. Basándose en el poder de sus saques, tan fuerte que parecen cañones marca ACME, ambos lideran lo imposible: amenazar al poker establecido, Rafael Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray.

“Mi padre, que era jugador de handball de la selección de Congo, vivió en Kinshasa la fiebre del combate Alí-Foreman”, reconoció Tsonga, en referencia a una de las peleas de boxeo más legendarias de la historia, en 1974. “Y no puedo negarlo. De alguna manera, eso influyó en mí. Alí es mi ídolo, es mi ejemplo, es el deportista al que querría haber visto competir”, dice, con devoción, a quien justamente en el circuito llaman el Mohamed Alí del tenis, y que llegó en el sexto puesto del ran-king al Abierto de Australia que termina hoy. A su lado, Monfils, 13º del mundo antes del primer Grand Slam del año y amigo de Tsonga desde chicos, engrandece el orgullo racial

de los dos: “Siempre soñábamos con ser el nuevo Noah”.Justamente, el Abierto de Australia en Melbourne coincidió

con la asunción de Obama en Washington. Y Serena Williams, como ya había hecho en 2000, cuando se sumó al boicot con-tra la gobernación de Carolina del Sur, volvió a convertirse en una deportista comprometida. “Este es un momento increíble en la historia de Estados Unidos. Que en el mismo día del cumpleaños de Martin Luther King, llegue a la presidencia Obama, es para que a una se la ponga la piel de gallina. Intento ser neutral en el plano político, pero siendo negra, habría sido ciega en caso de no interesarme”, dijo la número 2 del circuito, en referencia al nuevo presidente de Estados Unidos, un faná-tico del básquet, especialmente de Ray Allen, escolta de Boston Celtics, y de Grant Hill, ala de Phoenix Suns, quienes partici-paron activamente en la recolección de fondos para la campa-ña de Obama. “Es un gran hombre”, dijo Allen, actual campeón de la NBA. Por su parte Lebron James, la megaestrella de Cleveland, presentó a Obama en un acto en esa ciudad.

Se trata, en definitiva, del Black Power. El que patentó Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, cuando puso en ridículo delante de Hitler la teoría de la superioridad aria; el que oficializaron los también estadounidenses Tommie Smith y John Carlos en México 1968, cuando reivindicaron los reclamos de las comunidades afroamericanas; el que hoy sus-cribe el arquero Kameni, cuando le tiran una banana antes de un partido y responde: “Estoy orgulloso de ser negro”.

"Este es un momento increíble en la historia del país. Que el mismo día del cumpleaños de Martin Luther King llegue a la presidencia Obama es para que se te ponga la piel de gallina". Serena Williams.

gigAnte. Bryant es, desde hace años, uno de los grandes atletas de color del mundo.

40

34-40-Black Power-010209.indd 40 28/01/2009 09:33:42 p.m.

Page 41: revistac49entera_pweb

L a humanidad se ha olvidado de los procesos, de los

caminos que nos conducen a la realización. Necesitamos cosas que no sabemos cómo se hacen y deseamos cosas que no necesitamos. Vivimos sentados y encapsulados en una autopista a toda velocidad que atravesamos inmóviles. Somos consumidores fatales y finales, el último eslabón de la evolución. Sin embargo, los consumidores son todos iguales aunque hay algunos más iguales que otros y también los hay, distintos. Conscientes. Saludables. Gente prolija que se toma tiempo y piensa antes de comprar. Porque se puede ser consumidor precoz, compulsivo, repulsivo, amarrete, precavido y ahora también, responsable. Sí, consumir se ha vuelto una disciplina que también puede hacer temblar los mármoles de la ética.

Porque mire usted el caso de los Locavores –la traducción sería algo así como devoradores de lo local–.

Son tan pero tan responsables consumiendo que han llegado a desarrollar algunas reglas

que, dicen ellos, lo ayudarán a sentirse mejor, a tratarse mejor, a penetrar las redes del sistema para poder atravesar los procesos y modificarlos, para consumir mucho mejor, cosas mejores, más puras, más sanas, más a tono con los mandatos quebrados de esta época.

Todo comenzó con una idea simple: la cheff Jessica Prestice se hizo una pregunta: ¿Cuánto se contamina una fruta que viaja en camión, o en avión? Descubrió que había una manera de medirlo a través de un índice raro que

compramos comida son actos políticos, que ayudan al medio ambiente, que mejoran nuestra economía y también nuestra salud”. La regla básica que rige la conducta dice que solo se pueden comprar alimentos que hayan sido producidos a 100 millas de su casa, algo así como 150 kilómetros.

Esta decisión genera, por si sola, un montón de cambios en los procesos: la comida llegará a su casa luego de absorver muchísima menos contaminación. Llegará más fresca y con mejor sabor. Saldrá más barata porque se bajan todos los costos. Se refuerzan las economías regionales. Se pasa tiempo cocinando y no mirando la tele. No se visitan los supermercados. Se trazan lazos con los mercados regionales y los agricultores que, incluso, plantan y cosechan a pedido. También, a favor, siempre se comen frutas de estación. Volvemos a los ciclos naturales.

el dato snob

se llama food miles. Y se respondió sola, sin investigar demasiado: se contamina mucho. Por los desperdicios derivados del combustible, por los conservantes que necesitan para soportar el acarreo y la necesidad de llegar rosagantes al supermercado y de ahí fresquito a su heladera.

Prestice se decidió a averiguar cuál era el lugar más cerca de su casa donde podían conseguirse alimentos frescos. Y así empezó a desorrallar, sin saber, lo que hoy el mundo conoce como Locavores, una palabra que hace dos años fue reconocida por el New Oxford American Dictionary.

Lo que parecía el capricho de una cocinera se transformó casi de inmediato en una sub cultura internacional. En la página de internet que aglutina a los participantes –www.locavores.com– dicen, a modo de manifiesto: "Creemos que las elecciones que hacemos cuando

Las huertas de la percepciónLos Locavores proponen alimentarse solo con productos que se cultiven a menos de 150 km de donde se consumirán. Y están haciendo una revolución.

41

41-Dato Snob-010209.indd 41 28/01/2009 09:34:50 p.m.

Page 42: revistac49entera_pweb

Por Nicolás Peralta

Q ué libros recomendaría?

—Nadie va a ir a comprar o se va a poner a leer un libro porque yo lo diga. La gente no lee y es algo grave. Hoy en día instrumentos de poder y control como la TV o la computadora hacen que el ser humano vaya perdiendo la capacidad de comprensión, de entender el mundo. Yo no hago chapa con lo que leí. Lo importante no es lo que yo leí, es lo que la gente no lee. Ahí tenés un título.

— Pero, a la hora de su lectura ¿se inclina por algún tipo de género?

— Me interesa la literatura fantástica y la romántica. Cuando hablo de romántica, me refiero a autores como Edgar Allan Poe, con su El foso y el péndulo, o Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley. En la literatura fantástica, gente como Howard Phillips Lovecraft me marcó mucho. Tengo mis otras dos vertientes que es leer mucho de ciencia y humanismo.

—¿Por qué leer ciencia y por qué le gusta el humanismo?

—Yo estudié biología durante algunos años. Me permitió tener una concepción diferente del mundo. La física me acercó a la filosofía. Mi vertiente humanista se divide en antropología y sociología, básicamente. La antropología nos corre del prejuicio, sólo comprende,

no califica como la psicología. Va desde Margaret Meel, Ernest Casidier y Adorno, que es fundamental, o también Breton, autor de Antropología de los sentidos. Un libro de sociología de Susan Sontag

que tengo para leer es La enfermedad y sus metáforas. Debo decir, en sociología, el gran clásico para mí son los libros de Ander Egg y Vigilar y castigar, de Foucault.

—¿Algún libro influyó en su música?

— Todo tiene que ver. ¿Algo está desconectado de algo? Cuando toco no te podría decir dónde está Edgar Allan Poe, pero está. Uno es lo que uno incorporó. Lo que estoy leyendo es más sobre música. Sobre todo análisis musical. Por ejemplo Introducción al análisis Schenkeriano, de Allen Forte

—¿Alguna rareza?— Como soy rata de

biblioteca, busqué y encontré, de mera casualidad, un libro de alquimia sobre la música:

Escritos sobre música, de Robert Fluud, de 1300.

—¿A qué autor le hubiera gustado conocer?

—Me hubiera gustado conocer a Bernard Shaw.

—¿De qué hablarían? —De mordacidades, fue

el escritor más mordaz que ha existido, me reconozco muy bernardshawdiano. Es muy retorcido en su particular humor. Pero no sería el único sin lugar a dudas. Un personaje maravilloso como lo es sir Arthur Conan Doyle, con Un mundo terrible o su Sherlock Holmes que es un personaje inteligente y sensible, debería haber sido músico no detective.

—¿Por qué le parece eso?–Porque es un

investigador, un buscador de la verdad y qué es eso si no es un músico.

*Músico y bandoneonista

los libros de

rodolfo mederos*

42

“Cuando toco, no sé dónde, pero está Poe”

“Adorno es un autor fundamental. Leo mucho de antropología y de sociología”.

Escritos Sobre música, de Robert Fluud del 1300. “Es increíble."

Introducción al análisis Schenkeriano. “Estoy leyendo sobre todo análisis musical. Es buenísimo”.

CLA

UD

Io H

ERD

ENER

42-Libros de-010209.indd 42 28/01/2009 09:35:39 p.m.

Page 43: revistac49entera_pweb

buscador

43

Chan, cover otra vez

Tras la buena aceptación de Junkbox (2008), Cat Power (seudónimo de Chan Marshal, cuyo The Greatest fue considerado uno de los mejores discos de 2007 a nivel mundial) vuelve a insistir, con acierto, con los covers. En Junkbox la bella cantante de voz suave intervenía temas notables de Bob Dylan, Sinatra y otros héroes de la música. En Dark in the end of the street (Matador, 2009) reversiona bella canciones de Aretha Franklin, Credeence y Otis Redding, entre otros.

Maquillaje para el amor

En La Manchada nada es lo que parece. Y lo que late, debajo de la risa o el llanto, no es más que la ambición, la corrosiva pretensión de conseguir algo a cuesta de todos. Los hermanos Valderrobles ponen a la venta el campo que pertenecía a su padre. Las relaciones gastadas generarán la locura. Con Luciana Caruso, Pablo Chao y elenco. Dirección: Christian García. Sábados a las 21, $ 20. Teatro Del Abasto, Humahuaca 3549 Tel. 4865-0014.

A 20 años de su desaparición, “Dalí, el surrealismo” es una muestra homenaje al genial artista catalán que desde

ayer, 31 de enero, se abrió en el salón Columnas del NH Gran Hotel Provincial de Mar del Plata. La exhibición incluye litografías originales, serigrafías y grabados –fotos inédi-tas–, como así también esculturas, platas y cerámicas.

El recorrido de la exposición se inicia con la reproducción del tríptico "El jardín de las deli-cias" en homenaje a El Bosco (1450-1516), cuyo original se expone en el Museo del Prado de Madrid.

También se exponen esculturas en bronce entre las que se destacan: “Alicia en el país de las maravillas”, "El Unicornio" y "Tercìcora", la musa de la danza.

Los grabados y serigrafías en plata, también expuestas en esta muestra, están representa-das por las series de medallas: "Los 10 manda-mientos”, “Los 7 días de la creación”, “Los 12 signos del zodíaco”, “Los 10 deportes” y las serigrafías de la colección “Las profesiones”.

La muestra está compuesta por obras, que pertenecen a una colección privada.

La muestra del gran artista catalán perma-necerá abierta hasta Semana Santa, inclusive.

Todos los días de 19 a 23, y los días nubla-dos de 17 a 21hs. Valor de las entradas $5.

Dalí, homenaje estival

43-Buscador-010209.indd 43 28/01/2009 09:36:33 p.m.

Page 44: revistac49entera_pweb

autos

44

U n nuevo amanecer parece llegar para los vehículos del

segmento deluxe. De la mano de una automotriz de origen japonés y con influencia francesa, como lo es Nissan, un lujoso sedan grande sube la apuesta. Es un modelo presentado recientemente en estas playas, que llega para competir contra rivales muy bien instalados, que por su costo están destinados a un público que busca altas prestaciones, y sin duda, pretenderá hacer valer su inversión. La competencia será directamente con sus paisanos: el Toyota Camry y los exitosos Honda Accord y Legend.

Una moderna silueta con fluidez de líneas elegantes, con un interior a puro confort y con detalles finamente acabados. Así, desde el imperio del sol naciente, se empieza escuchar el eco del largo y radiante Teana, el primer vehículo de alta gama de Nissan en la Argentina.

La firma es reconocida por sus potentes 4x4 o por su fuerte inversión en sponsoreo de eventos

deportivos. Es una empresa que se caracteriza por dar pasos cortos pero firmes — fiel al estilo japonés—, para llevar adelante un plan de acción que contempla la

presentación de una amplia variedad de productos para posicionarse mejor en nuestro mercado.

Los compradores locales podrán elegir entre dos

opciones de motor nafteras, ambas tras la furia de un V6. La primera opción es un 2.5 litros, 182 CV. El otro, más potente, es de 3.5 litros, 252 CV. Cabe

NissaN TeaNa

Rudo y sofisticado

44-45-Auto-010209.indd 44 28/01/2009 09:37:32 p.m.

Page 45: revistac49entera_pweb

45

destacar que ambos motores entregan el 80 por ciento de su empuje máximo a 1600 rpm, lo que les permite, aun a muy bajas revoluciones, tener una salida implacable. De transmisión automática —el caso del 3.5 tiene además la posibilidad de ser usada de modo secuencial—, combina la rudeza de un samurai con la sofisticación francesa en su sangre. El Teana está producido sobre la plataforma del nuevo Laguna, también integrante importante del grupo Nissan Renault.

Una vez en el interior, sorprende su confort de marcha y detalles de comodidad, como el

asiento con un reposa-piernas, que transforma a la butaca del acompañante en una especie de sofá masajeador. Tiene tecnologías que son pura coquetería como el botón de encendido electrónico, u otras con finalidades más específicas como el control dinámico del vehículo y el control de tracción con sistema de distribución electrónica del frenado. Glamour rutero para alcanzar los 100 km/h en menos de ocho segundos sin darse cuenta.

Aun no confirmado, su precio oscilaría entre 45.000 y 50.000 dólares, según la versión elegida por el cliente.

44-45-Auto-010209.indd 45 28/01/2009 09:37:36 p.m.

Page 46: revistac49entera_pweb

Por Silvina Pini

M endoza lucha contra un prejuicio: que es

para gente mayor a la que le gusta el vino. Pero no es así. Mendoza es vino, claro, y de los mejores del mundo. Alrededor de este noble producto de la tierra se ha construido una ruta y un turismo de lujo que incluye hasta uno de los tres únicos Relais & Chateaux del país, pero también hay hostels de menos de cincuenta pesos la noche, una vida nocturna agitada y un turismo aventura para los que prefieren las gaseosas.

El vino atrae extranjeros que caminan con revistas especializadas para probar tal o cual Malbec que recibieron puntaje alto. Para ellos y para los argentinos muchas bodegas han convertido la monótona visita técnica que se hacía hace una década, en una excursión donde hay galerías de arte, restaurantes, shows en vivo y hasta habitaciones para amanecer junto al viñedo.

Haciendo base en la ciudad, hay una docena de bodegas a no más de cincuenta kilómetros que pueden visitarse en el día. Se pueden elegir dos o tres —más ya cansa—

con un perfil muy distinto entre sí. Una debería ser algunas de las grandes: Familia Zuccardi, en Maipú, que cuenta con La Casa del visitante, un estupendo restaurante; o Bodega La Rural, también en Maipú, que tiene un museo muy interesante; o Terrazas, en Luján de Cuyo, donde se organizan degustaciones dirigidas. De las bodegas chicas y “boutique”, Pulenta, en Vistalba, es especial por su arquitectura, la proximidad de la cordillera y por su restaurante: La Bourgogne, del notable chef Jean Paul Bondoux. Otra encantadora es Domain St Diego, en Lunlunta. Su dueño y enólogo, Ángel Mendoza y sus hijos, muestran con orgullo sus viñas que trepan la ladera y desde donde se divisa la cúpula de la iglesia de las carmelitas descalzas.

La región del Valle de Uco, a 90 km al suroeste de la ciudad, es la más “nueva” y donde se han instalado colosales bodegas, muchas de capitales extranjeros: españoles como O. Fournier, franceses como Lurton, Cuvelier de los Antes, Monteviejo y Antucura, u holandeses como Salentein. Al estar más al oeste, está más próxima a la cordillera, la

con el museo Killka, con una colección de arte importante y un moderno restaurante de paredes vidriadas para no dejar de admirar los Andes.

Una opción muy interesante es dormir junto

viajes

Vino, sol y diversión

46

Mendoza es la tierra del vino, pero también de la aventura y de la noche agitada. Un recorrido por el circuito donde están las mejores bodegas.

altitud es mayor y es como si el sol duplicara su efecto. Los paisajes son increíbles y parece que las bodegas se hubieran propuesto competir en la arquitectura de sus edificios. Salentein cuenta

46-47-Viajes-010209.indd 46 28/01/2009 09:38:36 p.m.

Page 47: revistac49entera_pweb

47

al viñedo. No son muchas las bodegas que ofrecen alojamiento, pero las hay en todas las regiones y de todos los precios. Ver meterse el sol en la cordillera, sentado con una copa de vino y los

pies en el pasto, es un plan mejor que una hora de spa.

no todo es vinoMendoza también tiene aventura y naturaleza no alcohólica: rafting por los

ríos Mendoza, Diamante, Tunuyán y Atuel, distintos circuitos de cabalgatas de uno o varios días que recorren lagunas, valles y quebradas como las de Potrerillos, Cacheuta y el Cañón del Atuel y que invitan a dormir bajo las estrellas, excursiones de alta montaña —el Aconcagua es el pico más alto de América—, los más osados pueden tirarse en parapente en Uspallata, Villavicencio y Tupungato y hasta practicar buceo de altura en la laguna del Diamante, en Tunuyán, o en la Laguna de la niña encantada, en Malargüe.

El arte plástico de primer nivel —recordemos que grandes artistas argentinos como Julio Le Parc, Carlos Alonso y Fernando Fader son mendocinos— ocupa un lugar importante en espacios públicos, museos y hoteles. En el Park Hyatt en pleno centro de la ciudad hay varias obras de Le Parc y de Alonso y hace poco se inauguró Mucha, Museo de Chacras de Coria, dedicado al arte local.

La noche mendocina tiene su agite: la calle Arístides Villanueva arde de hostels, boliches para comer algo informal y tomar algo. Es la zona ideal para la previa a ir a bailar a Apeteco, en el centro, o a los boliches de la Panamericana como Al Sur y Diablo, o al boliche under La Reserva donde la drag Queen Herzigova presenta performances de travestis a las dos de la mañana.

BáSicoScóMo llegar:Lan vuela diariamente desde $429. www.lan.com 0810-9999-LAN (526). Andesmar cuenta con ocho viajes diarios, $350 ida y vuelta. Salidas desde Retiro, 6385-3031, www.andesmar.com DónDe DorMir:en la ciudad: Break Point Hostel. A. Villanueva 241, Mza, (0261) 423-9514 www.breakpointhostel.com.ar, $45 la cama con baño compartido. B & B La Escondida. Julio A. Roca 344, 5ta Sección, Mza, (0261) 425-5202 www.laes-condidabb.com. Desde $240 la doble. Park Hyatt. Chile 1124, Mza, (0261) 441-1234 www.mendoza.park.hyatt.com $1.107 la doble.en una bodega. Finca Baquero. Perito Moreno s/n. Coquimbito, Maipú, (0261) 481 3985 y cel. 15-560-2897 www.baquerowi-nes.com. $350 la doble. Posada Gaultallary. Calle Estacia Silva s/n (0261) 15-508-0261 www.altusdetu-pungato.com.ar. U$ 200 la doble con desayuno y cena. Posada Salentein. Ruta 89 S/N y Elias Videla, Los Árboles, Tunuyán. Tel: (02622) 429-090/91/92. www.bodega-salentein.com Desde U$ 250 la doble con media pensión, una cabalgata y acceso a Killka.excurSioneS: Karen Travel. Av. San Martin 54, Malargüe (02627) 47-0342 www.karentravel.com.ar. Cabalgatas, excursiones y turismo aventura. Almacén del sur. Zanichelli 709, Maipú, (0261) 497-5802 www.alma-cendelsur.com. Finca de pro-ducción de frutas y verduras.

46-47-Viajes-010209.indd 47 28/01/2009 09:38:44 p.m.

Page 48: revistac49entera_pweb

Estudio psicología con Lacan, estuvo detenido en la dictadura y se hizo amigo de Carlos Castaneda. Intelectual militante, Juan Carlos Di Giovanni es uno de los últimos anarquistas de raza, alguien que solo concibe la vida como un lugar

de compromiso, aun cuando para el mundo pueda resultar incomprensible.

Confesiones deun anarquista

Por CiCCofotos diego Paruelo

Para ser anarquista hoy en día, ¿cómo corno se hace? ¿Cómo se vive pensando que no hay poder que deba regular la vida de las personas? ¿Que si no hay policía, mejor, que si no hay presidente, ni jueces, ni ministros, ni legisladores, es mucho

mejor? ¿Se puede vivir así? “Mirá, nosotros nos regimos sólo por tres leyes: la ley biológica, la ley física y la ley de tránsito. A lo demás, no le damos ni cinco de pelota”. Este es Juan Carlos Di Giovanni riéndose. Tiene los ojos rasgados y chispeantes, la barba candado. Es una rara mezcla de Lenin y Lao Tsé. “Habiendo Estado en el medio –dice–, no creo que pueda exis-tir democracia. Se ha demostrado que ningún Estado ha deja-do de someter al hombre por el hombre. Nunca hay un Estado buenito. Siempre tenés que pagar derecho de pernada”.

Nunca lo va a encontrar a Juan Carlos, por ejemplo, ingre-sando a un local a comprarse zapatillas nuevas. Excepto los calzones, compra todo usado. La remera Lacoste a rayas que viste ahora, parece un modelo tan viejo que el cocodrilo debe-ría estar tomando la mamadera. “Y tiene un agujerito, Di Giovanni, en el pecho”, le apunta este cronista. “¿En serio? Ni me di cuenta, che”. Podemos intuir que la importancia que le da a Di Giovanni a la vestimenta, tiene una curiosa forma blanca y ovalada. Es decir, le importa un huevo.

Tampoco lo va a ver nunca a Juan Carlos hablando mal de alguien que no está. Ni siquie-ra señaló nunca jamás algo sobre su hijo, cuan-do él no estaba a la mesa. Para él, eso no signi-fica crítica. Para él, eso significa destrucción. Minutos atrás, atendió un llamado de una mujer en el celular –el modelo más viejo de mercado- y dijo cariñosamente: “Sí, amor, ¿estás bien allá? ¿Es lindo el lugar? Te quiero

mucho.” No hablaba ni con su amante, ni con su mujer: habla-ba con su ex. “Yo a mis ex las sigo queriendo a todas. Son como hermanas. ¿No es una locura que dos personas que se amaron tanto se terminen odiando? El hecho de estar separados no va a cambiar lo que yo siempre sentí por ellas”.

Curioso, ¿no es cierto? Bien, debe ser por este tipo de curio-sidades y otras que sabrá en un rato, que Juan Carlos Di Giovanni, se ha convertido en el gran referente de los anar-quistas en Latinoamérica.

Al día de hoy, se dice que Severino Di Giovanni, el anarquis-ta más combativo que tuvo el país, fue su tío.

Juan Carlos estuvo ocho años preso. Inauguró la cárcel de Caseros –“estaba todo nuevito, no sabés”- y, por poco, lo fusi-lan en la cárcel de La Plata en 1978.

“A la distancia –dice– me doy cuenta de que no éramos delirantes. Éramos confusos. Y tal vez, muchos nos confundi-mos”.

Compartió en Devoto el pabellón con el ministro Jorge Taiana y con Juan Martín Guevara, el hermano del Che –“un tipo muy humilde, nunca se ponía en la posición de ‘hermano del Che’”-. Cuando Fidel Castro visitó la Argentina, al prime-

ro que saludó fue a él. El Hotel Hyatt donde se alojaba, estaba colmado de funcionarios en traje haciendo fila para estrecharle la mano. Juan Carlos entró con una remera con un agu-jerito similar al de ahora, unas zapatillas baqueteadas y unos jeans de segunda mano. Pasó por entre medio de todos, lo abrazó a Fidel y le dijo: “Traigo mis saludos del coman-dante Ricardo”. “El comandante Ricardo era el pelado Gorriarán que estaba detenido entonces”, apunta. “Yo tenía que darle ese mensaje a Fidel. Los allegados a Castro me habían ido a buscar a mi trabajo para que lo fuera a ver”.

Di Giovanni es delegado de propaganda del Partido Anarquista –sin cargos, sin listas, sin “Cuando Fidel

visitó la Argentina al primero que saludó fua a él. Pasó por entre

medio de todos y lo abrazó.

48

48-53-Anarquista-010209.indd 48 28/01/2009 09:42:24 p.m.

Page 49: revistac49entera_pweb

48-53-Anarquista-010209.indd 49 28/01/2009 09:42:32 p.m.

Page 50: revistac49entera_pweb

sede y con 40 militantes en todo el país-, pero es respetado más allá de toda frontera política. Tiene amigos en el PC, en el socialismo, entre las Madres de Plaza de Mayo y amigos fuera de la política.

“Juan Carlos tiene un concepto de la amistad cerca de los indios sioux y con una aceptación total del otro sin precon-ceptos”, dice Sergio Aisenstein, creador de la disco Nave Jungla, amigo de Luca Prodan e íntimo de Di Giovanni. “Que haya conocido a Lacan o a Castaneda para mí es secundario. Él está más despierto que mucha gente y eso es lo que vale”.

“Yo lo conozco a Juan Carlos a partir de la democracia”, dice Jorge Altamira, líder troskista del Partido Obrero. “Es un amigo muy generoso. Trabaja con los libros y si ve que se acerca a su negocio una persona con bajos recursos, sin que el otro se lo pida, le cobra prácticamente nada. Una vez lo vi entregar cuatro cajas de libros para una biblioteca en Villa Fiorito. Un tipo impresionante”.

Cuando Di Giovanni recibió, como todo preso político, un resarcimiento de 300 mil dólares del Estado, repartió el dine-ro por la mitad: una parte la donó a una organización de dere-chos humanos –la Liga Argentina por los Derechos del Hombre-, y con la otra mitad compró ropa, cuadernos, biro-mes y los mandó en avión a Cuba. No se quedó con un centa-vo. “No conozco a ningún preso político que haya hecho lo mismo”, explica Carlos Zamorano, miembro del PC, abogado de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, y uno de los impulsores de la ley 24.043, que otorgó las indemnizacio-nes. Además, es amigo de Di Giovanni, con quien compartió celda en Devoto. “Nosotros tramitamos 400 casos. El 15% ni siquiera nos pagó la tasa del 3% por el expediente. No, señor, Juan Carlos es un caso especial. Tiene toda la moral del anar-quismo y no la ha perdido jamás”.

La biografía de Di Giovanni está plagada de nombres famosos. Licenciado en psicología, estudió con Lacan en París y uti-

lizó su llegada al gobierno de Castro para permitir el ingreso al gran Carlos Castaneda, a quien conoció en el aeropuerto, como leerá más adelante, en extrañas circunstancias. Compartió largas veladas con Raúl Castro y se hizo muy amigo de su difunta mujer Vilma Espín. “Raúl fue siempre el rector ideológico de la familia. Tiene una formación impresionante en marxismo-leninismo. Pero, claro, es mucho más parco que Fidel”.

Jamás imaginarías que, con toda esa historia a cuestas, Juan Carlos Di Giovanni atiende un local de libros en Parque Rivadavia, frente a la heladería Pérsico. A tra-vés de Internet, vende ediciones únicas de Borges –una de Fervor de Buenos Aires se la compraron a 10 mil dólares- y de García Márquez –dos mil dólares por la primera impresión de Cien años de soledad-. Formó una cooperativa y lo que gana se distribuye en partes iguales entre los miembros. Cuando hay pedidos solidarios, la cooperativa dona biblio-tecas enteras a villas y ateneos políticos.

Estas son las delicias de todo anarquista. Haber estado en el ojo del huracán y ser un perfecto desconocido. “A mí me importa con-versar con vos, la nota es lo de menos”. Di Giovanni muerde una medialuna en un bar a tiro del parque Rivadavia. Cuando venga la

cuenta, él insistirá en pagarla en partes iguales, aun cuando este cronista insista en invitar. “No voy a claudicar, eh”, se resiste él. Para Di Giovanni, el perfecto anarquista tiene que

estar libre de codicia. “Los seres humanos tenemos bolsillos en nuestro interior. La codi-cia no es sólo el dinero. Abarca todos los aspec-tos: el emocional, el teórico, el intelectual. Se puede ser codicioso de muchas formas. Y eso es lo peor que le puede pasar a un anarquista. Hay compañeros que se manifestaban anar-quistas y dejaban a su esposa con los hijos en un conventillo y se escapaban con una mujer que militaba. Al final, su esposa para sobrevivir con sus hijos tenía que dedicarse a la prostitu-ción. ¿Y esa gente se llamaba anarquista? Es tremendo. De todos modos, es muy autoritario catalogarse de anarquista. Para serlo, hay que llegar a la perfección absoluta. Y eso es muy difícil”.

50

“Como todo preso político recibió un resarcimiento de 300 mil dólares.

Donó todo, a Cuba y a un organismo

de DD.HH.

Parque rivadavia. Allí vende libros, algunos de ellos incunables.

48-53-Anarquista-010209.indd 50 28/01/2009 09:42:38 p.m.

Page 51: revistac49entera_pweb

51

Se le pregunta entonces: en 1994, con 300 mil dólares en la cuenta bancaria –en bonos intercambiables en el Banco Creedicop-, fruto del resarcimiento del Estado por sus ocho años como preso político, ¿no se sintió mínimamente tentado?¿No va a confesar que hizo un cálculo rápido y enten-dió que 300 lucas equivalen a tres deptos en Capital y a vivir de rentas de por vida? No, señor. Di Giovanni no va a decir nada de eso. Es inquebrantable. “Yo estaba en pareja y con un hijo. Mi mujer me dijo: ‘Qué bien que nos viene, Juan Carlos, toda esa plata’. Yo le contesté: ‘Vamos a seguir vendiendo libros. Esa plata no se toca’. Ella no entendía. Al principio, hubo un debate entre los ex presos políticos. Se decía: ¿qué hacemos, cobramos o no cobramos? Los que no querían cobrar explica-ban: ‘Mañana te torturan de nuevo, total, con la guita lo arre-glan’. La plata venía de las Naciones Unidas. Para mí, lo impor-tante era el destino que se le daba a ese dinero”. Todos los anarquistas que cobraron la indemnización, dice Di Giovanni, la donaron. Mientras que prácticamente el 90% del resto de los presos políticos, se la donó a sí mismo".

Cuando su hijo Nahuel –también librero, con local cerca de Córdoba y Florida, pero registrado con otro apellido por su seguridad- era pequeño, Juan Carlos lo alentaba para que donara sus cosas. Una vez, le había regalado una bicicleta y una pelota nuevas. En ambos casos, Nahuel ya tenía bici y balón. Por eso, cuando vio pasar un niño por la casa, le entre-gó la vieja bici. Y después fue a buscar la vieja pelota. También se la dio. El padre le puso una mano en el hombro. “Y”, le dijo, “¿dolió?” El hijo negó con la cabeza. “Entonces está bien dado. Para dar bien, no tiene que doler”.

Di Giovanni se toca el agujerito de la remera mientras recuerda la historia, después sumerge la medialuna en el café con leche. Cada vez que se le cae una miga, la recoge con el dedo y la saca de la mesa. “Para mí, si te tentaste, te venció el sistema. A nosotros, desde chicos ya nos advertían: nunca aceptes cargos de jefatura, nunca manejes dinero de la orga-nización y jamás aceptes dinero de la organización. Muchos que no son anarquistas, no entienden esto. Es que si te pagan o tenés un cargo, te va a ser más difícil tener la libertad de

48-53-Anarquista-010209.indd 51 28/01/2009 09:42:44 p.m.

Page 52: revistac49entera_pweb

cuestionar ciertas cosas. Y además, vas a estar siempre rodea-do de sospechas”. Di Giovanni se encoge de hombros. Tiene cara de bonachón. Si lo conocieras jamás pensarías que, el día que lo detuvo la policía, allá en 1974, tenía escondidas diez armas largas y que, muchas de ellas, las había gatillado con sus propias manos. Dormía en su casa de Sarmiento y Uruguay. Cuando despertó, estaba esposado.

“Yo no voy a cuestionar a nadie. Hubo compañeros que fue-ron muy valientes en la tortura. Yo los tenía al lado y eran muy duros. Pero después aceptaban la plata porque tenían la familia destruida, y estaban sin casa. O están los que fueron también valientes y no contaron nada y, tiempo después, se dedican a escribir libros dando detalles y nombres de cada operativo. A mí, nunca me vas a escuchar hablar de esos temas”.

La comuna es la familiaDi Giovanni se crió entre anarquistas, en una comunidad en Tierra del Fuego llamada Ovejera del Sur: 250 personas con-viviendo en 600 hectáreas de tierras fiscales, en medio de las montañas, en la frontera con Chile. Su padre, Juan, era un panadero siciliano. Su madre, Rose, era de Borgoña, Francia, dedicada al trabajo en viñedos. Ambos eran anarquistas. Viajaron a la Argentina, escapando de la Segunda Guerra Mundial. Pero los verdaderos padres de Juan Carlos eran las 250 personas de la comuna.

Los niños vivían en un caserío, separados por edades. En invierno, permanecían guardados, jugando a todo lo que se podía jugar bajo techo, mientras el paisaje se iba transforman-do en un freezer inmenso y el lago Fagnano se cubría de una capa de cristal helado. Hasta el año iban a la guardería, donde las nodrizas amamantaban a todos sin distinción. De 2 a 5, les enseñaban a leer y escribir. De 6 a 10, hacían el primario. Y de 11 a 14, el secundario. Los maestros enseñaban con el progra-ma oficial bajo el brazo. Pero a cada oportunidad le bajaban línea ideológica. “Te decían: ‘San Martín cruzó los Andes con un caballo blanco. Esto es lo que dicen los libros y lo que uste-des deben responder cuando les preguntan. Sin embargo, San Martín cruzó enfermo, en camilla. Y lo del caballo blanco es una fantasía’. Así era con todo”.

Cada miembro de la comunidad tenía una función base, que le era permanente, y una función volante que rotaba cada 15 días. Por su pasión por los libros, a Di Giovanni hijo lo man-daron a la biblioteca, un lugar inmenso con 20 mil títulos. Esa era su función base. Luego, le podía tocar cocinar, el lavadero, la pesca de centollas, salir a cazar ciervos y conejos con perros y fusiles Máuser 909 de la comuna. O también le podían asignar el pas-toreo. La idea era que supieran hacer de todo. “Yo era malo como pastor. No podía mover más de 500 ovejas. Había chicos que te movían hasta cuatro mil. Lo mío fue siempre leer”.

Juan Carlos permaneció en la comuna hasta los 15. Llegó a Buenos Aires. Rindió los exáme-nes libre y se recibió de psicólogo en la UBA. Su padre regresó a Sicilia y lo balearon en 1970 en una pelea entre el gremio de los panaderos. Tenía 47 años. Cuando se enteró, a su hijo no se le cayó una lágrima. “Fue una trifulca de barrio. Era parte de la actividad política”.

A Juan Carlos lo detuvieron en 1974, acusa-

do de ser miembro del ERP. Tenía 10 documentos falsos. En ocho años, pasó por Devoto, Caseros, Sierra Chica, Rawson, Caseros, La Plata y Chaco. Dice que, la más rigurosa de todas es la de Rawson, un presidio construido especialmente para reprimir a los revolucionarios. “Todos estábamos ahí presos por causas políticas. Y, cuando había un castigo, en invierno te hacían ducha con agua fría y quedarte casi desnudo. Muchos compañeros de esa época quedaron destrozados. Los anularon físicamente. No se pudieron recuperar más. Sin embargo, no hubo más de diez suicidios en las cárceles. Hubo muy pocos militantes que no soportaron la presión. Hoy en día, el 90% de los que salimos sigue activo”.

Tendrá un mal recuerdo Di Giovanni de la prisión de Rawson, sin embargo, en donde la pasó peor fue en La Plata. Allí, por poco, no vive para contarlo. Una noche, en 1978, en pleno fervor del Mundial, lo fueron a buscar a la celda. “Lo tenemos que trasladar”, le informaron dos uniformados. “¿Y las cosas?”, preguntó él. A Di Giovanni le resultó extraño: un traslado sin sus cosas era de mal agüero. Para colmo, en La Plata, él era parte del llamado Pabellón de la muerte: el Pabellón 2, donde, se creía, estaban encerrados los jefes del ERP y el PRT. A cada rato, se llevaban a uno de noche sin sus pertenencias, y nunca volvía. Ahora, esa noche, le tocaba a él. Entre dos, lo esposaron, lo encapucharon y lo arrastraron hasta un jeep. A mitad de camino, uno le dijo: “A los comu-nistas como vos, sabés cómo le damos soga”. Di Giovanni no entendió: “Pero yo no soy comunista, soy anarquista”.

Los soldados se miraron entre ellos –es algo que él sospe-chó-. Uno dijo: “¿Y cuál es tu apellido?” “Di Giovanni, celda 74”. “Puta madre –exclamó uno–, nos equivocamos de tipo”. “Pero vos sos pelotudo. ¡Este no es! Te equivocaste”. “No, te equivocaste vos”. Parecía una escena de Woody Allen. Pero no era Woody Allen, era algo mucho más desopilante: eran las Fuerzas Armadas. “¿Y qué hacemos ahora?”, dijo el que mane-jaba. “Ya estamos lejos, perdimos mucho tiempo”, dijo el otro. “¿Por qué no le sacamos las esposas, lo matamos y decimos que se quiso fugar?” “Pero el general nos va a suspender”.

El que votaba por liquidarlo tenía que encontrarse con una mina en el camino. Se bajó del coche y le dijo al conductor: “Haceme caso, pegale un tiro y te ahorrás un problema”. El otro arrancó, dio media vuelta y le anunció a Di Giovanni: “Te salvaste. Te voy a entregar de vuelta a la cárcel. Y eso que ustedes no se lo merecen”.

“Por suerte”, dice hoy Di Giovanni. “El tipo no le hizo caso. Si no, la historia te la tenía que contar otro”.

El mito de SeverinoPero, ¿es o no es sobrino del gran Severino di Giovanni? Juan Carlos dice que, a pesar de lo que dicen en muchos círculos de izquierda, es un mito. “Cuando Osvaldo Bayer empieza a publicar sus investigaciones sobre Severino, como yo estaba metido en el anarquismo, se empezó a crear toda una fantasía. Pero la fami-lia de él venía del norte de Italia, la mía del Sur”.

Con sus libros sobre Di Giovanni y los suce-sos de la Patagonia Trágica, Bayer se ganó el corazón de los anarquistas. Sin embargo, en un momento, confesó que era marxista y el

52

“Di Giovanni iba esposado. Uno de sus captores dijo: "¿Por qué no lo

matamos y decimos que se quiso fugar?"

48-53-Anarquista-010209.indd 52 28/01/2009 09:42:44 p.m.

Page 53: revistac49entera_pweb

53

estandarte del movimiento para muchos se desmoronó. No para Juan Carlos. “Es que lo habían endiosado como un com-pañero de ideas y se sintieron defraudados. Para mí, es más positivo que un tipo marxista estudie con tanta seriedad sobre el anarquismo. Bayer lo dio todo. Para mí, el rescate que él hizo de nuestro movimiento es ejemplar”.

Para Juan Carlos, existe una diferencia clave entre el marxis-mo y el anarquismo. “El anarquismo no pelea en nombre del pueblo. Lucha por sus ideas y punto. Esa es la gran diferencia con el marxismo. Pero hay anarquistas que dicen que represen-tan al pueblo. Y están confundidos. A mí los marxistas me ense-ñaron a analizar la reali-dad. Y los peronistas me enseñaron a no ser gorila. ¿Sabés a qué se parece el anarquismo?” Como este cronista no sabe qué decir-le, también muerde una medialuna. “Al budismo zen. Una corriente espiri-tual que no necesita de maestros, ni rector. Es un camino hacia la perfección sin ser perfecto nunca. Así es el anarquismo”.

Para eliminar dudas, Di Giovanni escr ibe un manual sobre anarquismo que piensa acabar antes de fin de año. Cada capí-tulo, tendrá un prólogo escrito por alguien que está en las antípodas de su ideología. “La idea es poder polemizar. Y escri-bir un manual que quede abierto para que pueda ir modificándose como en Wikipedia, la enciclopedia en Internet. A los que escriben los prólogos no les toco ni una coma. El gueto es producto de la inseguridad ideológica y es parte de la codicia inte-lectual”.

Castanea y LacanAño 1994. Aeropuerto de Caracas. Di Giovanni mata el tiem-po en su camino a Cuba y se sienta al lado de un tipo cualquie-ra que sostiene un bolsito entre las patas. “Era tirando más a campesino que a un hombre de ciudad”. Di Giovanni le ofrece gaseosa. Y se quedan conversando dos horas. Él le habla de Cuba. El otro le habla de meditación. Di Giovanni le dice que él también meditaba –lo hacía hasta en la celda, aun cuando los otros presos lo miraban raro-. Antes de despedirse, el hom-bre le dice que le gustaría invitarlo a su país, en México. Le escribe sus datos en un papelito y partió.

Un día más tarde, Di Giovanni le contó a un amigo. “¿Sabés que me encontré con un tipo que hablaba de meditación y la

junaba muy bien?” Después abrió el papelito y lo que descubrió lo guardó para siempre. “Era Carlos Castaneda, yo había leído el Don Juan y me pareció muy bueno. Lo visité más tarde en Tula. Estuve una semana con él. Él tenía un lugar junto a 15 antropó-logos. Allí me dijo: ‘Es necesario actualizar las enseñanzas’. Y también me dijo: ‘Yo siempre todo lo que hago lo hago en equi-po’”. En 1995, el propio Di Giovanni movió los hilos diplomáticos en Cuba para que Castaneda pudiera dar una charla en la isla, tres años antes de que un cáncer lo fulminara.

En los ’60, Juan Carlos debía andar con cuidado cada vez que viajaba a Cuba. Por eso, jamás hacía un viaje directo a La

Habana desde Buenos Aires. Antes, pasaba por un lugar intermedio. Lo l l a m a b a n t i e m p o d e recreación. En 1969, antes de caer preso, Di Giovanni estuvo un mes en París y se anotó en un seminario de Psicología de Jacques Lacan, en tiempos en que el segundo padre del psi-coanálisis le daba vueltas a su teoría de los nudos. Di Giovanni le hizo una pre-gunta sobre el color de los nudos y Lacan le dijo, tajante: “Estoy hablando de nudos no de cristales”. Di Giovanni insistió con su pregunta. Hasta que Lacan exclamó: “¡Merde!” Y no se volvió a hablar del tema nunca más. “Lo veías con esos anteojitos y las orejas paradas y era como el diablo en persona: taca-ño, caprichoso, soberbio. Pero era la encarnación de la inteligencia más pura que conocía. Además tenía una profunda serenidad en la mirada. Nosotros, cuando vivíamos en comu-nidad en el sur, sellába-mos tratos sólo con la mirada. No era ni siquiera

la palabra ni estrecharse la mano. Para nosotros con la mira-da basta. En los ojos está todo. Podés operarte las manos para que se vean bien. Podés hacer un curso de oratoria. Pero con los ojos no hay nada que hacer. Te metés en esos balcones y ahí tenés el paisaje, la esencia de cada uno”.

El otro día, Nahuel, su hijo, que ya está grande, le dijo que desistiría de ser anarquista. “Tengo unas zapatillas de 300 mangos, papá, ¿cómo voy a ser anarquista?” Di Giovanni se rió y no dijo nada. Tenía la ropa con agujeritos, las zapatillas gastadas de todos los días pero sus ojos, esos dos balcones, brillaban con la intensidad de un lago donde anuncian siem-pre clima cálido y un cielo despejado. Y eso no tiene precio. Y menos aun ideología.

zen. Dice que el anarquismo se parece al budismo. "Un camino a la perfección".

48-53-Anarquista-010209.indd 53 28/01/2009 09:42:53 p.m.

Page 54: revistac49entera_pweb

Por Silvina Pini

Entrar en un hotel cinco estrellas es como darse un baño de glamour,

pero en especial cuando se pisa el Palacio Duhau, per-teneciente a la cadena Hyatt. Se trata de un autén-tico palacete afrancesado de arquitectura neoclásica construido en la década del 30 para la familia Duhau. Se puede entrar por la ave-nida Alvear, la original, o por la calle Posadas. Los jardines, diseñados por Carlos Thays en 1913, sal-van el desnivel entre ambas entradas y es justamente en el centro que está el res-taurante Gioia, desde donde puede admirarse las terrazas, el jardín y el pala-cio en lo alto.

El interior del restaurante es sin embargo moderno: vidrio, madera, algunas mesas bajas para comer en sillones y un increíble cua-dro de Macció que termina de imprimirle un estilo con-temporáneo.

Como aquí desayunan los huéspedes, está abierto desde muy temprano. Todos los mediodías, a excepción del domingo que hay brunch, arman una gran mesa con un antipasti y otra de postres. También hay algunos platos calien-tes a la carta, que van variando cada semana, pero que siempre incluye una sopa, un risotto, una pasta rellena y una seca, un pescado, un pollo y una carne. El estilo que impuso el sous chef Máximo López May es de clara inspiración italiana. El antipasti ofrece siempre las mismas esta-ciones, que cambian míni-mamente: ocho ensaldas, algunas con frutos de mar, otras con carne; fiambres italianos –salames, morta-dela con pistachos, un jamón cocido natural corta-do a cuchillo, riquísimo, y quesos–; panes, tejas cro-cantes de parmesano y gri-sines; fritata de vegetales –la versión italiana de la tor-tilla–; verduras grilladas;

langostinos saltados con oliva y limón y una última que se renueva siempre y que pueden ser terrinas y patés o una selección de bruschettas.

Los principales de la sema-na que viene serán un risotto de arvejas y habas con chipi-rones, langostinos y tomates ($60), una cotoletta di vitello alla valdostana, lomo de ter-nera con huevos fritos, papi-nes andinos y salsa ($65) orecchiette Pugliese, orec-chiete con brócoli, alcapa-rras, chilli y pecorino romano ($59), entre otros.

La mesa de postres es la perdición para los amantes de lo dulce. El pastelero Román Dombrowski logra una variedad novedosa y de excelente calidad: inolvi-dable el budín húmedo de pomelo y la torta de choco-late. Para volver varias veces.

platos

Máxima elegancia

54

El restaurante del Palacio Duhau, Gioia, permite imaginar la Belle Epoque porteña mientras se disfruta de platos de inspiración italiana.

CLA

uD

io H

ERD

EnER

GioiaPúblico: Políglotas, europeos y norteamericanos. También esplén-didas señoras como la refinada cocinera Alicia Berger y su esposo y colega Maurice Lacharme.Maccio: Cada vez que vaya y vuel-va a la mesa de fríos o de postres, mire la obra de Rómulo Macció, verá que para el café sentirá que le habla. Centro derecha: Desde la mesa del centro a la derecha se tiene la mejor vista de los jardines y el palacio. Ademés, tiene silloncitos en lugar de sillas. Desayuno: Si es una home diva o un dandy, cambie el mate amargo en su cocina por un desayuno en Gioia. No sólo el día, el mundo le parecerá otro.Terraza: Si no hacen dos mil gra-dos, coma en la terraza con el arrullo de la fuente.Estado de ánimo al pagar: Si pien-sa que, además de los platos, se lleva puesto una capa hasta el piso de glamour, pagó casi nada.

54-55-Resto-010209.indd 54 28/01/2009 09:43:44 p.m.

Page 55: revistac49entera_pweb

Máxima elegancia

A la noche los platos se vuelven más complejos. Las entradas son a la carta y man-tienen el estilo italiano como lo demuestra la Sfromata di rico-tta, ricota casera asada con tomates cherry, ajo, parmesa-no, tomillo, huevo y mascarpo-ne ($40), o la pasta e fagioli, clásica sopa de alubias y orecchiette con vegetales y pollo ($50). Los principales se destacan por los risotti y las pastas caseras.

Hay una carta de vinos por copa con mucha variedad (entre los $25 y $85) y el ser-vicio es cinco estrellas.

Gioia combina la elegancia del ambiente con una cocina italiana fácil de comer y de entender, una mezcla de lo más inteligente.

DatosPalacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires, Av. Alvear 1661. Tel. 5171-1330 www.buenosaires.park.hyatt.com.

–¿Cuántas empanadas se come la gente, promedio?

–Es difícil de decir, porque algu-nos se mandan una docena o catorce con dos litros de vino, pero se calcula que con cuatro o cinco comés bien.

–¿Y cuál es la que más piden?–La de carne suave o pincante,

hecha con morrón, aceituna y huevo. La salteña lleva cebolla de verdeo y papa.

–¿Se mancha mucho la gente cuando come?

–Sí, por algo en cada mesa hay sal, para que se tiren en la ropa.

–¿Vos ya te cansaste de comer empanadas?

–Para nada, ¿no se me nota que las llevo puestas? Me gustan todas, pero prefiero las de carne también.

–¿Hubo alguna empanada que se dejó de hacer u otras que se incorporaron?

–Sí, la caprese, de muzzarella,

tomate y albahaca, es reciente y había una que se llamaba sésamo, pero que no me acuerdo qué tenía, que ya no la hacemos.

–¿Qué famosos vienen a comer empanadas?

–El Beto Alonso, a Orteguita y

varios músicos que venían a comer antes de tocar en Mix, el boliche que estaba en frente y que ya cerró.

–¿Y tomaban vino?–Ah, eso es secreto profesional.El fortín salteño, Cabildo 4702,

Saavedra.

55

Dormir y comer en el Delta

Muchos confunden el Delta con el Tigre. Una cosa es el mercado de frutos y el renovado Museo de Arte Tigre y otra adentrarse en las islas por los ríos y arro-yos. En las islas del delta no todo son recreos para ir con la heladerita o preparar un asado. Hay algunas propuestas gourmet como la de Alpenhaus. Se llega depués de una hora de viaje con la lancha interisleña que parte de la Estación Fluvial de Tigre. Alpenhaus es una hostería y restaurante de tradición alemana. Para almorzar no hace falta reservar, pero sí para quedarse a dormir en cualquiera de los tres bungalows o de las dos cabañas para cuatro personas. Las mesas están junto al río, en un deck, ideal para tomar cerveza tirada con tabla de fiambres alemanes ($65 para dos), una ensalada de arenque ($35) o unas auténticas salchichas alemanas con chucrut o papas. Ni que hablar de las tortas típicas como el strudel de manzana ($25), la selva negra ($22) o la sachertorte ($22) con un excelente café de Lavazza y dejarse llevar por el runrún del río. Si no hay muchos huéspedes, se puede usar la piscina ($50) o tomar un masaje ($65 con reserva previa). Otra opción refrescante si el calor apreta es zambullirse en el río que no está contaminado a esa altura. Sus dueños Suzanne y Guillermo Krieg, vienesa ella, hijo de alemanes él, están atentos a todo. Una curiosidad: la cabaña de madera que usaba el guionista de Tato Bores César Bruto hecha museo. También se alquila y retrata el estilo típico y encantador de las casitas del Delta.Las lanchas colectivas parten cada hora entre semana y cada media los fines de semana desde las 10 a las 19. Cuesta $19 ida y vuelta. Una cabaña para dos, desde el viernes a la tarde al domingo a la tarde, con desayuno y un masaje, cuesta $1.100. No hospedan menores de 12 años. Hay paquetes especiales para el 14 de febrero. Reservas al 4728-0422 www.alpenhaus.com.ar

DiE

Go

PA

Ru

ELo

escapada gourmet

el mozoDaniel Soria, 44 años, veinticinco en El fortín salteño

54-55-Resto-010209.indd 55 28/01/2009 09:43:55 p.m.

Page 56: revistac49entera_pweb

Por ElisabEth ChECa

Con la resurrección de los blancos y la apari-ción de cepajes poco

frecuentados en Argentina– Pinot Gris, Viognier, Tocai Friulano- plus la reivindica-ción del Semillon, el auge absoluto del Sauvignon Blanc y la eterna presencia del Chardonnay, más el telú-rico Torrontés, redescubierto por el mercado externo, el espectro y las posibilidades que se le presenta a los enó-logos a la hora de mezclar variedades blancas son cada vez más amplias. Se puede jugar- ensamblar dife-rentes varietales es un juego y un arte a atenuar exhube-rancias en aromas (Torrrontés), con añadido de Chardonnay para otorgarle sutileza, como hace Bodegas Etchart desde hace unos años , experimen-tar con ese corte que tan bien puede darse por acá, originario de la zona de Burdeos como Semillon- Sauvignon Blanc. De hecho el corte que en su versión podredumbre noble, es decir con las uvas atadas por un hongo sacrosanto que las diseca adquiriendo entonces características espacialísi-mas y únicas, es el que caracteriza a los grandes vinos de Sauternes, cuyo representante máximo es Château d’ Yquem. Entre los blends blancos de alta Gama brilla el Gala 3 de Luigi Bosca, uno de los blan-cos más asombrosos que

hayan surgido en esta parte del mundo. Tiene 40% Viognier, 40% Chardonnay y 12% de Riesling, esta última uva una histórica especiali-dad de la bodega. Rarito. Tiene estructura y personali-dad, es complejo, elegante y equilibrado y no le falta fres-cura. ($52). Lo sigue otro exotismo presentado a mediados de 2008: Gran Lurton Corte Friulano 2007, elaborado con dos varieda-des típicas de la región italia-na del Friuli: Tocai y Pinot Gris, con algo de chardon-nay y una pizca de torrontés no de los valles calchaquíes, sino del Valle de Uco. Sin lugar a dudas entre los blan-cos más interesantes del año pasado. Otro corte top que sigue encabezando el ran-king de los entendidos: Finca Blanco de Finca La Anita, (alrededor de $90) equilibrado blend de Chardonnay y Semillon por partes iguales. Ambos son cepajes de guarda. Si encuentra una botella con

algunos años, ni dude. Uno de los primeros cortes blan-cos y de la primera bodega en utilizar Stelvin, a tapa a rosca, sin alardeos, es Magna de Bodega Familia Zuccardi ($45), corte de viognier, chardonnay y sau-vignon Blanc, en el que solo fermentó en roble una parte del Chardonnay. Un blanco fresco pero para nada sim-ple. Está lleno de vericuetos. De esta misma bodega, pre-sentado a fines del 2007 un Serie A Chardonnay- Viognier, $53, realmente inte-resante, con recuerdos de peras y damascos. Y un paladar seco pero no abs-tracto, bien placentero.

De sabor complejo, de los Valles Calchaquíes, Bodega

La Rosa, está apareciendo en estos días CXV Cientoquince Blanco cose-cha 2007, un blend de alta gama que armoniza 60% de chardonnay, 25% de sauvig-non blanc y 15% de viognier. En cuanto a los vinos para cotidianeidades veraniegas, hay mucho para elegir, con virtuosa relación calidad pre-cio: entre los patagónicos, Infinitus, corte Chardonnay - Semillon de la bodega del Alto Valle de Río Negro del francés Hervé Joayaux ($25). Del neuquino San Patricio del Chañar, Postales de Fin del Mundo, blend de Sauvignon Blanc y Semillon, delicioso y Picada 15, de Bodega NQN con el mismo corte, a menos de $ 20. Y como siempre, siempre a mano, en boliches de playa, restos de la costa y la parri-lla de la esquina el histórico Rincón Famoso Blanco (Chardonnay, Chenin) y el López Blanco (no se especi-fican sus uvas pero es segu-ro que tiene Semillon y algo más), que tantos disfrutes nos deparó toda la vida a la hora de los calamaretti y cornalitos fritos de la playa. Como Dios, López está en todas partes, siempre idénti-co a sí mismo.

Blancos de corte

copas

56

bodega santiago GraffignaGraffigfna Grand reserve Malbec 2005 $80The New York Times eligió al Graffigna Grand Reserve como uno de los diez mejores Malbec de la Argentina y el único con origen en San Juan. Lo probé de manos de Gerardo Danitz, enólogo de la bodega, reconocido como Enólogo Revelación en 2006. Fue hace un tiempo, aun no se había presentado al mercado local y me deslumbró por sus aromas profundos, su

textura sin taninos fuleros que desasosieguen el paladar Las uvas que componen los vinos Graffigna Grand Reserve provienen del Valle de Pedernal, en San Juan, de viñedos a 1.400 metros. A este Valle recu-rren las mejores bodegas argentinas para sus vinos de alta gama. En este Malbec se siente el milagro pedernal. Y es un ejemplo del nuevo estilo de esta antigua bodega, ahora perteneciente a Pernod Ricard.

Una de las tendencias del consumo, aunque no se haya agotado el varietalismo, es el interés por los cortes. Es el momento de los assemblage blancos.

la botella

56-Vinos-010209.indd 56 28/01/2009 09:45:03 p.m.

Page 57: revistac49entera_pweb

T an rápido como el hombre se transformó en el más fotografiado

de Estados Unidos, los frikis de la relojería empezaron a debatir, en decenas de foros, cuál es el reloj de Barack Obama. Es que, en su campaña electoral, a principios de 2007, el candidato se exhibió por todo el país con ese aspecto casual que, en los tours veraniegos por los distintos estados, lo mostró invariablemente con las mangas de su camisa arremangada, en plan hombre de acción, decontracté y dispuesto al trabajo duro por su país. Entonces saltaron los colmillos de los aficionados y los coleccionistas se dedicaron a diseccionar cada fotografía para sumarla al debate. ¿Por qué tanto revuelo? Porque en lugar del previsible modelo de plástico a pila made in Japan, se encontraron una pieza de estilo, un deportivo suizo cuya sola presencia señalaba a su dueño como un inequívoco watch guy, un tipo al que la elección de su reloj, única joya que se permite o le permiten, le importa, un sujeto que no usa cualquier cosa que dé la hora.

Así comenzaron a desempolvarse imágenes anteriores, de los 90,

cuando Obama aparecía como un senador preocupado por las cuestiones sociales y acompañado siempre por su TAG Heuer, probablemente un modelo de la serie 1500, esa que se destaca por los triángulos en relieve en su bisel. Un reloj deportivo de una marca que en ese tiempo se posicionaba como “para profesionales” (del deporte, claro). Obama aparece con su TAG en tantas imágenes de esa década que no hubo lugar para otra conclusión: este watch guy es, además, un sujeto fiel a sus objetos queridos.

Pero en 2007, un año decisivo, la muñeca del candidato volvió a sorprender y la comunidad relojera se volvió loca: algunos expertos vieron un Panerai, otros un Royal Oak, aunque finalmente triunfó la versión de que se trataba de un Carrera, siempre dentro de la misma marca, con cuadrante negro. Un reloj súper elegante, automático, modelo aggiornado –con segunda zona horaria en el

cuadrante, ideal para los que se mueven de costa a costa– de una colección creada en 1963 en honor al argentino Juan Manuel Fangio, campeón de la Carrera Panamericana de 1953, de la que toma el nombre.

Las cosas cambiaron otra vez, porque en su cumpleaños 46, el 4 de agosto de 2007, Obama recibió un regalo de los agentes del servicio secreto encargados de protegerlo: un gran cronógrafo de cuadrante negro con el escudo de ese organismo, comprado en la tienda exclusiva para

sus empleados, en Washington. Es un reloj de acero de Jorg Gray, una marca privada a la que sólo acceden los funcionarios y que en el catálogo disponible online aparece como modelo 6500. Un crono fabricado en China con movimiento japonés y el escudo en las 12 horas, con forma de estrella. El presidente llevó este reloj durante varios actos importantes: el 4 de Julio, en Berlín, el 28 de agosto durante el discurso de su nominación demócrata, en los debates con John McCain entre septiembre y noviembre, en la firma de su primera proclamación como presidente y el 22 de enero último, firmando el desmantelamiento de Guantánamo, el trámite que les llevará todo otro año.

tiempo

El reloj del presidenteEn el inicio de su campaña, Barack Obama lució un Tag Carrera, cuyo nombre rinde homenaje a Juan Manuel Fangio. Pero luego el Servicio Secreto le regaló un reloj de acero made in China.

57

57-Relojes-010209.indd 57 28/01/2009 09:45:47 p.m.

Page 58: revistac49entera_pweb

Un porrazo tras otro

Sucedáneo de Telematch, aquel programa que emitía Canal 11 los sábados a la mañana en los 70 y 80, Hombre al agua (lunes a las 22.30, Canal 13), con la

conducción de los hermanos Weinbaum, se convirtió en lo más visto de la TV del verano. Lo curioso es que los bajos costos determinaron que sus productores decidieran filmar aquí las distintas versiones del ciclo para el resto del mundo.

58-65-Agua-010209.indd 58 28/01/2009 09:47:56 p.m.

Page 59: revistac49entera_pweb

58-65-Agua-010209.indd 59 28/01/2009 09:48:06 p.m.

Page 60: revistac49entera_pweb

Por Pablo TaranToFoTos leandro sánchez y diego Paruelo

“Jump, Nancy, jump!”

Es una orden. El vozarrón de María, una grandota rubia y sargentona, productora ejecutiva, rompe el incómodo silencio de camarógrafos, sonidistas y demás técnicos,

todos argentinos. Nancy Rumora no fue Miss Yugoslavia, dice, porque no quiso acostarse con el presidente del jurado, aun-que después de la guerra fue Miss Croacia, pero de eso hace muchos años; ahora es una gigantesca valquiria platinada de tetas enormes, con una panza no menos pródiga que le asoma por debajo del chaleco salvavidas. Ya tragó barro, se pegó dos o tres piñas antológicas y se pregunta qué carajo está hacien-do ahí, sucia, exhausta, a trece mil kilómetros de Zagreb. “Jump!” María grita en inglés. Todos hablan en inglés en esta zona de Benavídez, partido de Tigre, porque es la única forma de hacerse entender. Por fin, Nancy salta tímidamente desde un trampolín a ocho metros de altura hacia la primera de cuatro inmensas bolas de goma espuma de alto impacto, rebo-ta, se desbarata en el aire como una marioneta y cae redonda al agua. “Uy”, suelta un flaco de rastas con una camiseta que dice “Crew Wipeout”. No hay musicalización ni replay desde otros ángulos. Cuando lo pasen por RTL Televizija se van a reír, pero in situ, tan crudo, presenciar la grabación de un programa de porrazos puede resultar penoso.

“Je si dobro, Nancy?” María es perversa en inglés y cariño-sa en croata. “Da”, alcanza a susurrar, hecha sopa, la ex miss; dice que sí, que está bien, pero su vía crucis aun no acaba. Le lleva un par de minutos nadar hasta la plataforma final y otro par más treparla; desde allí debería arrojarse aferrada a una soga, pero no le quedan energías ni para imaginarse hacién-dolo. Los técnicos ya están podridos: son las cinco de la tarde del día más caluroso del año y todavía no terminaron de gra-bar el primer juego. Y Nancy, la última de los participantes croatas, la celebrity clase B del contingente, se empaca. María grita. Nancy duda. Todos putean por lo bajo. Así un buen rato, hasta que la señora empuja la soga a un lado y se deja caer a la pileta como una bolsa de papas, extenuada. “Tanto quilom-bo para eso, lechona”, dice un camarógrafo en cueros. Nancy no entiende un pomo, pero en un arrebato de dignidad mira a cámara y gruñe: “Fuck you all”.

Esa es la parte tortuosa de Wipeout, el programa de tevé que aquí se llama Hombre al Agua, que se emite los lunes por Canal 13 y conducen los hermanos Weinbaum, los de MdQ. Por lo demás, debe ser muy divertido, más allá de los inevitables magullones. Y un éxito: los más de 20 puntos de rating que midió en sus primeras emisiones lo convirtieron en la sensación del verano. Wipeout es un remedo monumental del Telematch alemán de los setenta; falta el Achtung! Drei, zwei, eins, pero está la corneta de gas que da inicio a cada juego, además del agua y las caídas aparatosas. El parque, mon-tado en unas diez hectáreas que pertenecían al Patronato de la Infancia, a metros del cruce entre la vieja ruta 9 y la 27, supuso una inver-sión de más de tres millones de euros. Y la

escala de los juegos es colosal: es, aseguran, el “parque extre-mo” más grande del mundo. Demasiado para la tevé local. Ocurre que el show no está hecho exclusivamente para argen-

tinos, sino por argentinos y para todas las cadenas de tevé del planeta que quieran habi-tar, por unos cuantos días, el suelo argentino. De ahí que esa zona de Benavídez sea, desde hace meses, una modesta Babel en la que se habla en inglés pero se piensa, se festeja y se maldice en croata, en sueco o en turco.

El programa fue, en principio, una produc-ción de Endemol USA, rodada en el valle de Santa Clarita, California, y presentada por la cadena ABC en junio del año pasado. El pri-mer episodio fue visto por diez millones de espectadores, y de inmediato surgió el proyec-to de vender el formato a todo el mundo. Los bajos costos (del aluminio, del hule, de las bombas hidráulicas, de los salarios) y la ido-

60

“Vinieron a filmar de

Alemania, Inglaterra, Australia,

Escandinavia, Bélgica y Holanda.

cornisa. Los participantes deben atravesar un muro embarrado. Caer es inevitable.

58-65-Agua-010209.indd 60 28/01/2009 09:48:11 p.m.

Page 61: revistac49entera_pweb

neidad técnica trajeron el show a estos pagos, y así fue como Endemol Argentina construyó en el país una réplica mejora-da del parque de Santa Clarita, y fueron tantos los interesados en comprar el programa que ahora los parques son dos: esta semana, por ejemplo, mientras los croatas graban su show en el Parque 1, la cadena saudita Middle East Broadcasting Center graba el suyo en el 2, con participantes de todo el mundo árabe, desde Marruecos hasta Siria. Desde septiem-bre del año pasado, cada semana arriban a Ezeiza grupos de unas treinta personas (los concursantes más un puñado de productores y el conductor) de las más diversas nacionalida-des: de ahí al hotel, de ahí a Benavídez donde se rompen alegremente la crisma durante dos días de grabación, de ahí un rato a San Telmo o a La Boca y otra vez a Ezeiza. Ya vinie-ron de Alemania (los primeros), Inglaterra, Australia, Escandinavia (un mix de noruegos, suecos y daneses), Bélgica y Holanda, España (allá el programa se llama ¡Guaypaut!) y Turquía. Árabes y croatas están çgrabando por estos días. Por el conflicto de Gaza, la televisión israelí postergó su rodaje,

croacia. Marina Jerkovic, modelo y conductora de Wipe Out versión croata.

58-65-Agua-010209.indd 61 28/01/2009 09:48:25 p.m.

Page 62: revistac49entera_pweb

pero en su lugar vendrán los chilenos y, luego, los canadienses, que harán un ciclo para angloparlantes y otro para el Québec, y los franceses, los griegos, los colombianos…

"Good nights and... big balls" El juego es más o menos lo que se ve por televisión. Aunque por televisión parece más fácil. Hacerse pomada es una posi-ble traducción de la expresión “wipeout”, término que usan los surfers para designar los palos que se pegan. Y la verdad es que los participantes quedan de cama, y algunos bastante rotos. “Tenemos el récord histórico de hombros dislocados en la zona norte. Del hospital de Benavídez ya nos dijeron que no les mandemos más gente —cuenta Gastón Moguilevsky, pro-ductor ejecutivo de las versiones for export—. Graves, por suerte, ninguno. Tuvimos uno con una reducción quirúrgica del hombro y otra con la cadera complicada, no me preguntes de qué país porque no me acuerdo, pero en un par de días se curó y se fue”. El segundo episodio argentino fue el más acci-dentado: un hombro sacado de lugar y dos dedos con rupturas ligamentarias. (El ganador de ese día fue un tal Nico, sobrino de María Amuchástegui, quien apareció en el set para felici-tarlo y al parecer es yeta en el cruel ambiente de la tevé, porque todos se tocan un huevo cuando la nombran.)

¿Cuál es la gracia de Wipeout? Las piñas, desde luego, el blooper inducido, el mono que, por la plata, baila y se cae. Nada nuevo, por supuesto. Bien temprano, la tevé supo armo-nizar en un mismo show los dos grandes entretenimientos de masas de la historia del hombre: la destreza olímpica y el escarnio público, el circo y el suplicio. Y le sale cada vez mejor. “Este es un programa de humor, no de destreza”, dice Moguilevsky. Juan Barale, productor ejecutivo de Hombre al Agua, la versión argentina, agrega: “Funciona porque nos encanta reírnos cuando un tipo se da un golpe. Vas caminan-do por la calle, un tipo se cae de manera aparatosa y te reís. Yo no soy medida, pero a mí me pasa”. Parece que los japoneses son los precursores en esto de hacerse de goma por tevé. La cadena TBS (Tokyo Broadcasting System) ya demandó a ABC: dicen que Wipeout es una copia flagrante de Sasuke y El Castillo de Takeshi, dos programas nipones. En Endemol Argentina no saben ni les importa. El negocio les cierra por todos lados.

Y golpes, sobran. Hay una primera ronda clasificatoria que incluye una caída por una rampa-cascada —antes de largar, los concursantes gritan alguna consigna para darse ánimos, por ejemplo: “¡Soy de Berisso y me las piso!”, escuchada en un episodio local—; la “escalera envaselinada” o alguna variante con obstáculos de goma espuma que terminan indefectible-mente en el barro; el “paredón de Tyson” —una suerte de palestra de la que emergen unos martillos hidráulicos con guantes de box, o sea, más piñas, más caídas, más barro—; las cuatro bolas gigantes, que propician los más grotescos chapuzones —y que son, por lo menos en la versión yanqui, el alma del show: el presenta-dor, parafraseando a Edgard R. Murrow, el de Good night and good luck, se despide diciendo: “Good night… and big balls”—; y un salto final con soga a través de la pileta hasta una plata-forma alejada. Los doce mejores tiempos pasan

al “reloj asesino”: una pileta circular, doce pilares de tres metros de altura y un segundero, digamos, aunque gira más rápido que un segundero, que hay que saltar para no pegarse

un violento clavado. Todo eso se graba de día. Los cuatro últimos en caer pasan a la final, de noche. Y ahí sí, con cientos de focos, una bruta escenografía montada sobre una pileta que carga un millón de litros y hasta una ristra de llamaradas al fondo, la estética es otra, más yanqui, más hollywoodense. El juego final tiene un enorme tobogán desde el que los par-ticipantes se tiran sentados sobre un gomón (sobre una “dona”, dicen los conductores), una rampa por la que ruedan barriles de goma espuma que hay que saltar, una palestra con cascada, la “batidora” (una superficie giratoria erizada de columnas de hule, a las que hay que aferrarse para no salir volando), un caño tam-bién giratorio y dos trampolines elásticos que

62

“Un cartel dice: "Lüften kirli

havlulari buraya atiniz". Significa "Por favor ponga las toallas sucias aquí". En turco.

58-65-Agua-010209.indd 62 28/01/2009 09:48:30 p.m.

Page 63: revistac49entera_pweb

llevan hasta la meta. El que lo hace en menos tiempo se lleva 10.000 pesos.

Ese es el juego que vemos aquí, conducido por Eugenio y Sebastián “Culini” Weinbaum. Las cadenas extranjeras com-pran la variante que más les gusta: más participantes, menos (participantes); otros dos juegos (que aquí, por el momento, no se verán); la cantidad de episodios; la participación de famosos, etcétera. Existe lo que todos llaman sin mayor pudor “La Biblia”, un instructivo escrito por los creadores del forma-to con especificaciones técnicas y estéticas que deben cum-plirse. Lo que no está ahí no es palabra santa y, por lo tanto, puede cambiar. Las modalidades de conducción también difieren. El formato norteamericano, que la mayoría replica, tiene una suerte de “notera” al lado de la pileta y dos tipos de traje que comentan a posteriori, editados sobre una toma aérea de los juegos, pero que nunca pisaron la Argentina. Acá, ese esquema resultaba frío. Por eso llamaron a los Weinbaum, que conducen en vivo y desde la orilla.

Les costó convencerlos. De movida, dijeron que no; des-

Pruebas. Invariablemente, los concursantes terminan en el agua... o en el hospital.

cuidados. Hay controles permanentes.

58-65-Agua-010209.indd 63 28/01/2009 09:48:44 p.m.

Page 64: revistac49entera_pweb

pués, cuando vieron el parque, se entusiasmaron, pero pusie-ron condiciones. “Vimos el programa yanqui, donde los con-ductores se burlan de la gente, y dijimos: eso ni en pedo lo hacemos, nos parece aberrante, queremos reírnos con la gente”, explica Eugenio. Gente de principios, los Weinbaum se aseguraron de eso y de otros detalles (querían saber, por ejemplo, qué se hace con toda esa agua; les dijeron que se reutiliza en un sistema de riego por aspersión), y el programa lleva su sello: divertido pero sin golpes bajos. “¡Qué julepe, Giuseppe!”, dice Culini, o Eugenio habla de “un clavadito al mejor estilo Acapulco”, y hasta ahí. Ellos, que además son muy macanudos, están chochos, y sólo se quejan de que no los dejan probar los juegos, para que no se lastimen y, calculan, porque el programa mide demasiado bien (20 puntos) como para correr riesgos.

El casting que hace Endemol para el programa local comul-ga con el tono amable de Eugenio y Culini: es heterogéneo (hombres y mujeres, jóvenes y viejos, altos y petisos), aunque se privilegia cierta condición atlética, gente que pueda llegar a la final y completarla. Los participantes están asegurados y hay junto al set dos ambulancias súper equipadas, pero ade-más es necesario cumplir con un apto físico y, sobre todo, saber nadar. Sin embargo, a los productores extranjeros les pinta el morbo: “Quieren que la gente sufra, que se rompan, que se lastimen. Traen, por ejemplo, un gordo de 160 kilos, para mofarse del gordo revolcándose en el barro”, dice Barale. “Los turcos trajeron un enano de circo. Yo pensaba —dice Moguilevsky—: que no llegue al reloj porque le va a dar el palo en los dientes. No llegó.”

¡Okolada!Hay otros padecimientos, y de esos no escapa nadie. Los preparativos para el “reloj” pueden ser una tortura en sí misma. A los concursantes los izan hasta los pilares, en medio de la pileta, con una grúa muy sofisticada, y ahí, en preca-rio equilibrio (las tarimas oscilan notoriamen-te), se sientan a esperar. Cuánto, es difícil pre-decirlo. Si falla un micrófono o una cámara o la presentadora le pifia al copete y hay que vol-ver a grabarlo, puede ser media hora. Y una vez parados, por hache o por ve, la corneta no suena, una bandera que no está en su lugar, una gota en una lente. Y después hay que sal-

tar, claro. Es la tevé, y grabar un programa —que para cada participante significa, a lo sumo, cinco o seis minutos de aje-treo— insume un día entero o dos. Los inconvenientes pueden multiplicarse cuando las directivas se entrecruzan en inglés, en porteño y en, por ejemplo, croata.

Pero todos vienen y se van contentos, como si hubieran pasado un fin de semana en Disneylandia. El predio es impo-nente. Más bien del estilo del Parque de la Ciudad, por lo enorme de los juegos, por lo distantes entre sí y por el baldío desaliño que reina en los vastos sectores “ciegos” entre una pileta y la otra. Después de todo, es televisión. Lo que entra en cuadro tiene, detrás, arboledas y altos taludes revestidos de pasto sintético que ocultan la ruta. El resto es campo. De día, a mediados de enero, ir de un juego a otro es como atravesar el desierto de Gobi. De noche, es la boca del lobo. Por lo demás, en el centro del predio hay una aldea superpoblada de carpas, hangares y containers, en el que pululan, los días que se graba en los dos parques, hasta 350 personas entre técnicos, parti-cipantes, productores, conductores, mozas de catering, per-sonal de movilidad y demás. El soberbio set de filmación de Wipeout es una factoría en funcionamiento permanente, a la que acuden hombres y mujeres de todo el mundo con el pro-pósito de entretener o entretenerse, una Babilonia suburbana que construye torres nada más que para que la gente se caiga al agua desde una altura considerable.

No es un paisaje extraño en la Argentina de este siglo. De un tiempo a esta parte, el tipo de cambio y la competitividad a nivel técnico le han permitido a la televisión argentina no

sólo exportar programas y formatos a merca-dos antes inimaginables (desde los Estados Unidos hasta Moldavia o Vietnam), sino tam-bién producirlos enteramente aquí para otros países. Casos testigo son Survivor, que lleva veintidós versiones producidas por Promofilm, y Fear Factor, un show que mezcla pruebas de asco y destreza física y que Endemol Argentina produjo para diecinueve países en los últimos seis años. Wipeout, también, se ve en todas partes pero se hace acá.

El desafío es organizar la llegada de toda esa gente a Buenos Aires (los vuelos, las escalas, las visas, el hospedaje, el talle de los trajes de neoprene) y la convivencia en Benavídez. La cartelería del predio es oligofrénica: en el “"Vimos la versión

yanqui y los conductores se ríen

de la gente. No queríamos eso. Es aberrante", dice

Eugenio Weinbaum.

locales. Seis participantes de la versión argentina del programa. equiPo. Trabajan en un predio gigante de Benavídez, partido de Tigre.

64

58-65-Agua-010209.indd 64 28/01/2009 09:49:04 p.m.

Page 65: revistac49entera_pweb

comedor, "No alimente a los perros" está en español e inglés, pero en las carpas donde se acomodan los participantes, la cosa se vuelve profusa y compleja: "Lüften kirli havlulari bura-ya atiniz” significa, asegura una productora, “Por favor, ponga las toallas húmedas y sucias aquí. Gracias”. En turco.

Los Weinbaum recorrieron el mundo con MdQ y hasta vivie-ron, cuentan, con las mujeres-jirafa de Indonesia, pero confie-san que no cazan una en inglés. Igual, en el comedor se las arreglan para romper el hielo con la conductora libanesa, que es puro culo y bótox, "demasiado tuneada" a juicio de Eugenio, aunque como él es "culero", dice, le pone un siete. Como sea, un buen porrazo es univer-sal, "no necesita traduc-ción", sentencia Culini. Salvo un par de chicas que concursan con el velo puesto y algunos festejos desmedidos (tres vueltas a la pileta y oraciones a Alá), los árabes de la tele están indefectiblemente occi-dentalizados. Pero la que está buena en serio es Marina Jerkovic, la conductora del Wipeout croata, 23 años, gana-dora de un reality de modelos en su país, aunque cuando llegó no podía mantenerse en pie, pobre: partió de Zagreb con veinte grados bajo cero y Buenos Aires es un horno, treinta y cinco a la sombra.

Los concursantes croatas también están medio boleados, entre el calor y lo poco que durmieron. Nancy, la ex miss Croacia, dice que todo le chupa un huevo, que si gana va a donar la plata a los pobres y que vino a divertirse; no sabe lo que le espera. Hay uno con la camiseta de Carlitos Tevez; se llama Ognjen, tiene 37 años y habla español, porque en los 90 trabajó como pintor en Santander y recogiendo limones en Valencia. Ahora es cocinero en Split. Tiene dos estrellas tatua-das en los hombros y, mientras no compite, usa pantalones de camouflage. Sirvió en el ejército durante la guerra, pero pre-fiere no abundar sobre el tema. Hay, también, una pendejita

hermosa, un par de flacos altos y musculosos que no pueden perder, un señor muy mayor que la va a pasar mal, y está Tony Drazenovic, que es muy gordo y que está enamoradísimo de una tal Anamaria, que lo mira por tevé; de hecho, se ha dibu-jado con cinta una A grandota en el salvavidas.

Marina ya está mejor y atrae todas las miradas. Blanca como la nieve, se cubre con una sombrilla negra mientras se come una empanada. Todavía falta para el tormento de Nancy. El que está parado en la rampa ahora es Tony, que grita algo incomprensible, señalando la A: una declaración de amor, se supone. Pero la corneta no suena: un ejecutivo

holandés, que fiscaliza todo para Endemol Internacional, manda acomodar mejor los obstáculos de goma espuma. Dos buzos patovicas con cara de pocos amigos, que supuestamente están para que nadie se aho-gue, ponen todo en su lugar, embarrándo-se hasta las tetas. El calor arrecia. Falta sombra en este lugar. Corneta. Nadie espera que Tony se lleve los 50 mil kunas del pre-mio, lo importante es c o m p e t i r . B a j a l a

rampa como un bólido y se hace pelota. Se queja, se incorpo-ra, sigue. Marina, bellísima en su trajecito blanco, lo alienta a los gritos. Ahora el gordo se pega un palo tremendo y le entra barro hasta por las orejas. Ya no ve, no conoce, no sabe para dónde ir. Reina un silencio monstruoso en el set, sólo atravesado por un par de risitas para adentro y algún grito destemplado de la productora croata. No mercy, hay que seguir. Por fin, entre lamentos, Tony encuentra el camino, pero enseguida liga un uppercut furibundo al mentón y come más barro. Más silencio. Dan ganas de esconderse. Pero Marina, que, ya se dijo, es hermosa, los redime a todos. “¡Okolada!”, grita. Chocolate, ja, ja. Tony Drazenovic se levan-ta y va hacia las bolas.

noche. El equipo no descansa, ya que se filma para varios países. vesTuario. Las carpas ofician de zona de "boxes", para cargar energía.

PoligloTas. En el backstage se mezcla el croata, el inglés y el alemán, entre otras lenguas.

65

58-65-Agua-010209.indd 65 28/01/2009 09:49:30 p.m.

Page 66: revistac49entera_pweb

m i v i d a y y opor carolina balducci

Tarde de amigasYa de vuelta en Buenos Aires, no entien-

do por qué me fui. La ciudad está tan sola y tranquila que por primera vez

me da placer volver a la oficina. Habíamos cerrado por las fiestas, pero todavía casi todos, incluido el jefe, están de vacaciones. Sólo esta-mos Mariana y yo, y a mediodía ya no tenemos nada qué hacer. Nuestras jornadas se reducen a contestar emails simulando respuestas tipo, porque el auto reply no funciona. Después comemos, después hacemos una breve siesta en el futón escondido detrás de la biblioteca, después nos vamos. Una de estas tardes iba rumbo a mi departamento con unas cuantas bolsas pesadas del Día y vi a mi ex amiga Vicky parada en la puerta de mi edificio. Me quedé en la vereda a unos cinco metros de ella y habría corrido a esconderme detrás de algún tacho de basura si no fuera porque las bolsas pesaban mucho. ¿Qué hacía Vicky a esa hora del día en mi edificio? ¿A quién mierda le habría robado ese bronceado?

Vicky se dio vuelta y yo quise hacer lo mismo pero para entonces ya me había visto. Se quedó paralizada, muda. Yo hablé: “Hola”, dije. Está bien, tampoco fui muy locuaz. Ella se acercó, me saludó con un beso dirigido a la mejilla, pero que se le cayó en el aire. Bajó la cara, cuando vio las bolsas me dijo que si me ayudaba, yo se las di todas y fui a abrir la puerta. Vicky me siguió, subimos en el ascensor calladas, entramos al departamento, desempacamos el mercado en la cocina.

–¿Querés café? –le dije.Ella asintió pero después dijo que no, no, mejor no.–¿No tenés algo más fuerte? –me preguntó.Entonces adiviné lo que había pasado. Que se había

peleado con su novio–rana y había venido a decirme que tenía razón, que todo había salido para la mierda y otra vez tenía el corazón roto. Yo, por desgracia para ella, no tenía por el momento ninguna historia para amortiguar su caída, salvo la huída de David y la reaparición del imbé-cil de Juan Pablo, y mi salida airosa de ambas situaciones. Me saqué los zapatos, busqué una botella de fernet que había en la heladera y me dispuse a escuchar a mi amiga sin caer en la tipicidad de mal gusto de recordarle que yo se lo había advertido y que ella me había ignorado.

Vicky se tomó un sorbo sin fruncir la cara.–Carito… –empezó.–Tranquila, boluda, no tenés que decirme nada, embo-

rrachémonos, para eso están las amigas. Le serví más, me serví yo. El departamento hervía,

saqué un ventilador, abrí las ventanas, alguien estaba coci-

nando remolacha, olía a sopa de tierra. Vicky iba por el tercer trago de fernet y la expresión de su cara, que inicialmente parecía de susto, se había suavizado. Le pregunté si quería comer algo.

–No, no tengo hambre.–Yo me voy a hacer un sánguche, no almorcé

bien.Ella dijo que me acompañaba. Fuimos de

vuelta a la cocina, prendió un cigarrillo.–¿Desde cuándo fumás? –le pregunté.

–Desde hoy –dijo. La cosa se estaba tornando depresiva. Unté una rodaja de mayonesa, ella me pasó el ketchup.

–¿No me vas a decir que no le ponga ketchup, que se me van a manchar las tripas? –dije y puse sobre el pantano de salsas una feta gruesa de queso, otra de jamón.

–Ponele lo que se te cante.Salimos al living, Vicky se asomó a la ventana. Puse la

radio. Julieta Vanegas cantaba esa de “qué lástima pero adiós…” Yo tararée.

–¿A qué huele? –dijo Vicky.–A remolacha –dije yo, masticando mi sánguche. Apagó

el cigarrillo, se sirvió más fernet y se sentó. –Tengo que decirte algo, Carolina.–Tranquila, Vicky, ya te dije que…–Me voy a casar.Abajo una alarma de coche se disparó. La bola de comi-

da que transitaba mi esófago se infló y sentí que me aho-gaba. Imaginé a Vicky vestida de blanco, casándose con ese advenedizo; me imaginé a mí, a su lado, llevándole los anillos, o la cola del vestido, oliéndole los pedos, tragán-dome mi miseria para parecer feliz. Me imaginé vieja, gorda, fea, tocando la puerta de Vicky y su marido para cenar. “Hola Carito, ¿venís sola?” Pensé en las miradas de lástima que tendría que soportar de ella el resto de mis días, por creer que eso que tenía ahora –una pija de tiem-po completo que le pagaba las sesiones de solarium– era lo mismo que yo querría tener. Tuve que levantarme de la silla y correr al baño.

–¿Caro, estás bien? –Vicky venía detrás. Apuré el paso, casi corrí y no me di cuenta de que la puerta estaba cerra-da. El golpe en la cara me dejó ciega, pero le mandé la mano al picaporte y me lancé al inodoro a vomitar. Ya sé, es lo que habría pasado en una película pedorra, pero cada vez me convenzo más de que mi vida es eso… Cuando volví a saber de mí, estaba en la bañera desnuda, cubierta de espuma olorosa a manzana. Mi amiga Vicky me lavaba el pelo que me había vomitado y afuera sonaba una canción triste vaya a saber de quién. Vicky tarareaba.

ilu

str

ac

ion

fid

el s

cla

vo

c. actualidad a diario, es una publicación propiedad de Papel 2.0 s.a. Maipú 271. ciudad de Buenos aires. director: Jorge lanata. registro de la propiedad intelectual: 722.212. impresión: Kollorpress s.a. uruguay 126 - avellaneda.

66-Balducci-010209.indd 66 28/01/2009 09:51:51 p.m.

Page 67: revistac49entera_pweb

aviso master.indd 3 20/11/2008 0:54:42

Page 68: revistac49entera_pweb

aviso master.indd 3 20/11/2008 0:53:05