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Sec a Yoel Sistema

Date post: 16-Dec-2015
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Sec a Yoel Sistema
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  • 1enredos de la Sociedad de la Informacin

    Sally BurchOsvaldo LenEduardo Tamayo

    Quito, julio 2004

    Se cay el sistemaEnredos de la

    Sociedad de la Informacin

  • 2"Se cay el sistema"

    Se cay el sistemaEnredos de la Sociedad de la Informacin

    Sally Burch, Osvaldo Len, Eduardo Tamayo

    Portada: Vernica Len BurchDiseo y diagramacin:Serafn Ilvay, ALAI

    Primera edicin digital:Quito, noviembre de 2003ISBN: 9978-43-372-4

    Primera edicin impresa(corregida y aumentada):Quito, julio de 2004ISBN: 9978-43-371-4

    Agencia Latinoamericana de InformacinCasilla 17-12-877, Av. 12 de Octubre N18-24 y Patria, Quito - Ecuador.Telf: (593-2) 250 5074 - 252 8716 - Fax: (593-2) 250 5073E-mail: [email protected] - URL: http://alainet.org

    Este trabajo se llev a cabo con la ayuda de fondos asignadospor el Centro Internacional de Investigaciones para elDesarrollo (CIID-IDRC), Ottawa, Canad

  • 3enredos de la Sociedad de la Informacin

    ContenidoPrefacio. ...................................................................................... 7Presentacin. ............................................................................... 9

    Nuevos desequilibrios y escenariosLa comunicacin en las disputas internacionales. ............... 19Tecnologas y poder imperial. .............................................. 35Los mastodontes mediticos . .............................................. 40El rol de las corporaciones. .................................................. 46Origen y expansin de la Internet. ....................................... 48La sociedad de la informacin. ........................................ 51De la teora a la prctica . .................................................... 55La informacin como factor de poder. ................................. 59Un paradigma en duda. ........................................................ 63Los nuevos escenarios . ....................................................... 67Todo puede ser privatizado. ................................................. 71Liberalizacin de las telecomunicaciones. .......................... 73La batalla por la comunicacin audiovisual . ...................... 77ALCA: Nuevos peligros a la vista . ..................................... 80

    Recuadros: Un solo mundo, voces mltiples. ...................................... 26

    Los dogmas del Consenso de Washington. ...................... 60La comunicacin, clave del nuevo orden internacional,Armand Mattelart. ............................................................... 85

  • 4"Se cay el sistema"

    Derechos Humanos y comunicacinEl camino recorrido. ............................................................ 96El debate en Naciones Unidas. .......................................... 101Derecho a la informacin ambiental. ................................. 102La visin de las mujeres. .................................................... 107Propaganda y discriminacin racial. .................................. 111Iniciativas ciudadanas:. ...................................................... 114La contribucin latinoamericana . ..................................... 114Cincuenta aos de la Declaracin . .................................... 117La Carta de Comunicacin de los Pueblos. ....................... 120Las nuevas iniciativas . ...................................................... 123

    RecuadroUna agenda comn, Osvaldo Len .................................... 125

    CMSI: Promesas, desencantos y visiones alternativasLos actores de la Cumbre. .................................................. 131

    Delegaciones gubernamentales. .................................... 132Sector privado. .............................................................. 133Sociedad civil. ............................................................... 135Organismos internacionales. ......................................... 137

    Puntos polmicos . ............................................................. 138Enfoque totalizador del mercado. ................................. 139Dominio pblico Vs. propiedad privada. ...................... 140Derecho a la comunicacin. .......................................... 141Desarrollo y financiamiento. ......................................... 143El entorno habilitador. ............................................... 145

  • 5enredos de la Sociedad de la Informacin

    Propuestas alternativas. ...................................................... 154Derechos Humanos. ...................................................... 158Desarrollo sustentable, equitativo y democrtico. ........ 162Informacin y conocimiento de dominio pblico. ........ 165Una esfera pblica dinmica, participativa y diversa. .. 171Educacin e investigacin para sociedades delconocimiento. ................................................................ 175Equidad en el acceso y reparto de recursos. ................. 178Marco regulatorio y gobernanza global de las TIC. ...... 182Enfoque de gnero y diversidad. ................................... 188Discriminaciones. .......................................................... 189

    RecuadrosQuin es quin en la Red?. ............................................... 146Derechos de Comunicacin en la Sociedad de laInformacin . ...................................................................... 149Derechos de la comunicacin. ........................................... 159Una sociedad sustentable. .................................................. 164Patentes, marcas y derechos de autor, Richard Stallman. .. 168Las brechas educativas . .................................................... 176Altos costos e inequidades . ............................................... 180Control y vigilancia. .......................................................... 184

    Lecturas complementariasPor qu los Derechos de Propiedad Intelectual importan a la Sociedad Civil? Campaa CRIS. ................. 191El sector corporativo y el control de la informacin,Campaa CRIS. ................................................................. 196

  • 6"Se cay el sistema"

    La brecha digital y la falta de credibilidad,Campaa CRIS. ................................................................. 201

    AdendaCumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin:Acuerdos mnimos y compromisos dbiles, Sally Burch. .. 209Construir sociedades de la informacin queatiendan a las necesidades humanas Declaracin de la Sociedad Civil en la CumbreMundial sobre la Sociedad de la Informacin. .................. 220Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informacin.Declaracin de Principios: Construir la Sociedad de laInformacin: un desafo global para el nuevo milenio. ... 267

    Bibliografa. ............................................................................ 289Autores. .................................................................................. 300

  • 7enredos de la Sociedad de la Informacin

    PrefacioDesde finales del siglo pasado, al comps del vrtigo de las

    innovaciones tecnolgicas, la esfera de la informacin y la co-municacin ha sido escenario de profundos cambios que reper-cuten en los diferentes rdenes del entramado social y mundial.Su impacto es tal que, desde la lgica del poder, se ha pretendi-do y pretende establecer que esos cambios son portadores deuna transformacin social que nos conducir al soado mundode las maravillas. Y ese mundo, por ahora, se llama: Sociedadde la Informacin. Formulacin oficialmente incuestionable,no solo porque bajo el imperio del "pensamiento nico" ha que-dado clausurado cualquier debate en serio, sino por lasconstataciones prcticas capitalizadas ideolgicamente. La prin-cipal: el deslumbramiento -real o inducido por el marketing-que en cada quien ha venido produciendo el despliegue de laplanopia de nuevos recursos e instrumentos tecnolgicos. Bajoesta onda, a cada quien slo le queda someterse y aprender en elda a da cmo lidiar con lo que ser la proyectada sociedad delfuturo. Ejercicio cotidiano que lo vivimos, por ejemplo, cuan-do vamos a una dependencia estatal o privada, por algn trmi-te, nos ponemos a la cola, esperamos, la espera se prolonga,hasta que un/a funcionario/a anuncia que no habr atencin,porque "se cay el sistema".

  • 8"Se cay el sistema"

    Cuando Naciones Unidas anunci la realizacin de la "Cum-bre Mundial de la Sociedad de la Informacin" (CMSI), unaserie de redes empeadas en la democratizacin de la comuni-cacin decidi agruparse e impulsar la Campaa por los Dere-chos de la Comunicacin en la Sociedad de Informacin (CRIS,por sus siglas en ingls). Si bien se trataba de una Cumbre con-vocada con una agenda circunscrita a las visiones tecnologistasde los poderes imperantes, no por ello dejaba de ser un espaciopara disputar y propiciar el debate. Bajo esta perspectiva, con-sideramos que era importante darle cara a esta cita, y es as comogermin la idea de este libro: "Se cay el sistema": enredos dela Sociedad de la Informacin.

    Este inicia con unas pinceladas sobre el largo proceso deconfrontaciones en torno a la informacin y la comunicacinregistradas en el escenario internacional desde el siglo XX, paraluego referirse a los nuevos escenarios que se han configuradoen los ltimos aos bajo la impronta de las polticas neoliberales.En el siguiente captulo se aborda el tema de la comunicacinen el marco de los Derechos Humanos, destacando iniciativasque han contribuido a impulsar la demanda en pro del Derechoa la Comunicacin. Con estos antecedentes, la segunda partede la obra reporta las preliminares y debates que antecedieron ala realizacin misma de la CMSI. En esta edicin impresa, co-rregida y aumentada (la primera versin -noviembre 2003- ni-camente se difundi en formato digital), incluimos un adendacon una valoracin de la CMSI, la Declaracin de la sociedadcivil y la Declaracin de Principios (documento oficial) adop-tadas en dicha Cumbre.

  • 9enredos de la Sociedad de la Informacin

    PresentacinSociedad de la Informacin es una de esas expresiones

    que da a da gana mayores credenciales, ms por su efecto deimpacto que por su claridad conceptual. Como van las cosas -yante el descrdito del trmino globalizacin-, parecera destina-da a convertirse en la marca de los tiempos que corren y delfuturo. Tan es as que la Asamblea de Naciones Unidas acorddedicarle una cumbre mundial que se realizar en dos fases, laprimera en Ginebra, del 10 al 12 de diciembre 2003, y la segun-da en Tnez, del 16 al 18 de noviembre 2005.

    El propsito de esta Cumbre es desarrollar una mejor com-prensin de la sociedad de la informacin y sus impactos en lacomunidad internacional. Como resultado se espera que adopteuna Declaracin y un Plan de Accin con los lineamientos delas polticas directrices que habrn de primar en dicha sociedad.

    Partiendo de un enfoque que ve a la sociedad de la infor-macin como un resultado de la revolucin tecnolgica re-gistrada en el plano de la informacin y comunicacin, esta citase presenta como destinada a ingenieros y expertos cibernticos,y a los grupos de poder que pisan fuerte en los negocios de estesector. Los primeros, para arreglar los asuntos de las caeras yconexiones; los segundos, para entenderse sobre cmo va a ope-

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    "Se cay el sistema"

    rar la mano libre del mercado. Pero resulta que el convidadode piedra, la sociedad civil organizada, pone sobre el tapete eltema de los derechos humanos. Y as, como pulga en la oreja,superando obstculo tras obstculo a lo largo de la fase prepara-toria de la cumbre, logra hacerse oir mnimamente -al punto quebien puede ser que algunos de sus planteamientos sean recogi-dos en la Declaracin-, pero, sobre todo, consigue tocar un ner-vio vital, el de la legitimidad, al colocar una definicin clave:la comunicacin es un rubro ms del mercado o un derechohumano fundamental?

    Nuevamente, he ah, cara a cara, la propuesta de un futurobasado en los intereses y la especulacin mercantiles -que es laque se cocina anualmente en Davos, en el Foro EconmicoMundial-, y la otra que considera que el mundo no es una mer-canca y, por lo mismo, que otro mundo es posible, que tieneal Foro Social Mundial (FSM) como su referente.

    Es precisamente en el marco del II FSM, en Porto Alegre(2002), que tiene lugar el lanzamiento de la Campaa por losDerechos de la Comunicacin en la Sociedad de la Informa-cin (CRIS), bajo el impulso de entidades de la sociedad civilque, desde una lnea de cuestionamiento al status quo corpora-tivo, apunta a la construccin de un mundo en el que otracomunicacin, por y para la gente, sea posible. El hecho dehaber sido la primera iniciativa colectiva de la sociedad civilque naci de cara a la CMSI -aunque aspira a no quedarse enella-, evidentemente contribuy a que desde este conglomeradose ponga por delante, como cuestin prioritaria, el tema de losDerechos de la Comunicacin.

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    De entrada, establece reparos a la denominacin misma dela Cumbre: sociedad de informacin. Y al hacerlo pone en evi-dencia que se trata de un trmino ambiguo, con una fuerte con-notacin ideolgica.

    En efecto, el que se haya acuado esta etiqueta para carac-terizar a la sociedad contempornea, como si se tratara de unanueva fase histrica, se debe a la orientacin tecnologista queprevalece en las esferas de poder. Esto es, una lectura de lahistoria cuyos hitos se presentan marcados por las innovacionestecnolgicas, atribuyendo a stas una lgica propia que no slolas coloca por fuera de las dinmicas sociales, sino como causaprimera del cambio social. Tal es el relato de la secuencia deartefactos especficos considerados como definitorios de la evo-lucin de la humanidad (mquinas, ferrocarriles, automviles,radios, televisores, etc., para no ir muy atrs), que hoy tienecomo mxima expresin a las llamadas nuevas tecnologas deinformacin y comunicacin (TIC).

    Con el vertiginoso desarrollo de las TIC, prcticamentequed abierto una especie de concurso para encontrar el nom-bre con el cual bautizar a la nueva sociedad que ellas estarangestando. Tal parece que, al menos oficialmente, la frmulaganadora es sociedad de la informacin (entre otras propues-tas se pueden anotar: sociedad red, sociedad internet, sociedadweb, era wired, sociedad virtual, sociedad digital, sociedadde la informacin y comunicacin, sociedad del conocimiento,etc.)

    En la base del acelerado desarrollo de las TIC se encuentrala digitalizacin, que da paso a lo que se ha dado en llamar con-vergencia tecnolgica, para sealar la convergencia de tres sec-tores que venan trabajando separadamente: informtica, tele-

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    "Se cay el sistema"

    comunicaciones y tecnologa de redes. Mas esta dinmica no sequeda en el plano tecnolgico, sino que repercute en el ordeneconmico, en tanto da pie a convergencias empresariales deestos tres sectores antes disociados, lo cual en poco tiempo setraduce en una indita concentracin de la propiedad de talesdominios, en beneficio de un puado de corporaciones.

    Las consecuencias de estos desarrollos, como todo pareceindicar, se presentan nada favorables para la humanidad. Msan para la mayora que vive en lo que se conoce como TercerMundo. Por decir algo, a la tradicional brecha histrica social yeconmica entre pases centrales y perifricos hoy se aade labrecha digital. La cual, en la versin ms difundida, aunquesimplista, es vista como un asunto de cables y conectividad,cuando en el fondo se trata de un problema mayor: el salto tec-nolgico dado por los pases centrales y las transnacionalesafincadas en ellos es de tal magnitud que toda perspectiva deacortar la brecha por parte de los dems pases resulta inviablebajo el marco existente.

    Tal como se presenta oficialmente, la sociedad de informa-cin estara llamada a ponderar la primera parte de la historia, laque tiene que ver con las tecnologas e infraestructuras, y even-tualmente, en el mejor de los casos, con aperturas tangencialesal entorno social de los usuarios. Su utilidad, por lo mismo, noradica tanto en lo que puede explicar, sino en lo que puede pro-pagar y, a la vez, ocultar.

    Para propagar, realmente no se necesita inventar nada puesexiste un conocido repertorio de promesas mesinicas de felici-dad, prosperidad, igualdad, armona universal, satisfaccin cul-tural y un largo etctera, que se ha repetido con cada innovacintcnica en comunicacin. Ahora se trata de capitalizar el des-

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    lumbramiento que han provocado las TIC, sobre todo la telefo-na mvil y la Internet, que de toda evidencia se han convertidoen la cara ms bonita y amable de la globalizacin.

    As, mientras ms se proyecte esta cara simptica de lamedalla, mejor para la otra, la de las grandes corporaciones, yaque podrn mantenerse de plcemes en sus negocios. Y es quela globalizacin neoliberal, con la promesa de mayor prosperi-dad, precipit una desregulacin catica del libre comercio -achicamiento del Estado mediante-, que se ha traducido, poruna parte, en una mayor exclusin social y, por otra, en unatremenda concentracin de capitales, de modo tal que ahora unpuado de transnacionales ha adquirido un peso decisivo en lavida econmica del planeta. Con la particularidad de que aque-llas vinculadas al negocio de la informacin, la comunicacin yla cultura han pasado a configurar el segundo segmento en im-portancia econmica, tras el sector financiero.

    En la perspectiva de estos poderes, la Cumbre Mundial dela Sociedad de la Informacin simplemente debera ser una oca-sin para establecer las reglas del juego que respondan a losdictamenes de quienes mandan en el mundo actual. Esto es,para consolidar y ampliar sus posiciones alcanzadas en los lti-mos tiempos (como las desregulaciones -privatizacin total-,concentracin de la propiedad, garantas para las inversiones ynuevas oportunidades para incursionar en la economa digital,especialmente en los pases del Sur), y a la vez proteger las ven-tajas adquiridas (por ejemplo, el sentido que se pretende dar altema de la propiedad intelectual).

    En el discurso promocional de la sociedad de informacin,es muy comn escuchar que con ella llegarn tiempos mejorespara la convivencia social y democrtica, cuando ms bien asis-

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    "Se cay el sistema"

    timos a una degradacin de la democracia. Las posibilidadesque ofrecen los recursos tecnolgicos de informacin y comu-nicacin hoy existentes, efectivamente permiten pensar en unademocracia participativa real, donde el derecho a participar enla toma de decisiones polticas sea ejercido por el conjunto de laciudadana. Estos recursos posibilitan no slo que cada conjun-to social est debidamente informado, sino tambin que puedainterrelacionarse tanto internamente como externamente paraparticipar en el proceso de decisiones que configuran el mundoy el futuro. Sin embargo, esta posibilidad queda anulada por elcarcter excluyente que imprime la globalizacin neoliberal ennuestras sociedades, donde las mayoras ven secuestrada su pa-labra, sin poder gravitar en lo que les concierne e interesa.

    Con la emergencia del capitalismo de las corporaciones, seha trastocado el sentido mismo de la poltica, en la medida questas han configurado un entramado para imponer sus interesesy decisiones por fuera de cualquier escrutinio pblico, pues elEstado y los gobiernos han pasado a convertirse en meros admi-nistradores de las polticas por ellas establecidas, va lacentralidad del mercado en la organizacin de la sociedad. Enla arquitectura de esta estructura de poder, los grandes conglo-merados vinculados a la comunicacin y la cultura han adquiri-do un indito peso e importancia, en tanto sector econmico depunta y puntal ideolgico de la globalizacin.

    En la tradicin del pensamiento liberal, la libertad de em-presa es vista como el fundamento de la libertad de expresin,asumiendo que el enfoque del laissez-faire para la actividad eco-nmica es la contraparte natural para la libertad individual depensamiento y expresin. Pero, a la vez, la libertad de prensa sepresenta asociada a la preservacin de la vida pblica ms all

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    del Estado. La libre expresin de opinin a travs de los rga-nos de una prensa independiente fue considerada como el prin-cipal medio para garantizar la expresin de la diversidad depuntos de vista, la formacin de una opinin pblica lcida y lavigilancia de los abusos del poder estatal. De ah que a la pren-sa libre e independiente se la catalogue como perro guardincrtico que no slo debe proyectar la diversidad de opiniones -de modo que enriquezca el debate pblico-, sino tambin expo-ner y criticar las actividades de quienes gobiernan y los princi-pios sobre los cuales toman sus decisiones. Para ellos, la prin-cipal amenaza para la libertad individual y la libertad de expre-sin era la amenaza que provena del Estado.

    Hoy en da, la realidad es que la principal amenaza a lalibertad de expresin y de opinin no proviene del poder esta-tal, sino de las organizaciones del sistema de informacin y co-municacin con intereses comerciales. El enfoque del laissez-faire para la actividad econmica no es necesariamente la mejorgaranta de la libertad de expresin, del momento en que unmercado desregulado puede abrir un camino que efectivamentereduce la diversidad y limita la capacidad de la mayora de indi-viduos para poder hacer escuchar sus puntos de vista... Dejadoa l mismo, el mercado no necesariamente preserva la diversi-dad y el pluralismo en la esfera de la comunicacin. Comootros dominios de la industria, las industrias de medios estnconducidas primeramente por la lgica de ganancia y acumula-cin de capital, y no hay necesariamente correlacin entre lalgica de la ganancia y la preservacin de la diversidad.(Thompson: 1999)

    Es as como hemos llegado al colapso del cuarto poder,que Ramonet (2003) lo expresa as: La mundializacin es tam-

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    "Se cay el sistema"

    bin la mundializacin de los medios de comunicacin masiva,de la comunicacin y de la informacin. Preocupados sobretodo por la preservacin de su gigantismo, que los obliga a cor-tejar a los otros poderes, estos grandes grupos ya no se propo-nen, como objetivo cvico, ser un cuarto poder ni denunciarlos abusos contra el derecho, ni corregir las disfunciones de lademocracia para pulir y perfeccionar el sistema poltico. Tam-poco desean ya erigirse en cuarto poder y, menos an, actuarcomo un contrapoder. Si, llegado el caso, constituyeran un cuar-to poder, ste se sumara a los dems poderes existentes pol-tico y econmico para aplastar a su turno, como poder suple-mentario, como poder meditico, a los ciudadanos. Ante estasituacin, propone crear Un quinto poder cuya funcin seradenunciar el superpoder de los medios de comunicacin, de losgrandes grupos mediticos, cmplices y difusores de laglobalizacin liberal. Esos medios de comunicacin que, endeterminadas circunstancias, no solo dejan de defender a losciudadanos, sino que a veces actan en contra del pueblo en suconjunto.

    Con el giro que desde el 11 de septiembre de 2001 se regis-tra en la poltica mundial, al colocar al centro de las decisionesla hiptesis de conflicto y lucha contra el terrorismo, no soloque se ha podido verificar la enorme capacidad de control de laopinin pblica por parte de estos conglomerados mediticos,sino tambin la orquestacin de un sistema de vigilancia quepasa por la exacerbacin del fantasma del miedo y recortes delos derechos civiles. En realidad, la Casa Blanca aprovech el11/S para implementar medidas que no haban podido salir a laluz por el rechazo ciudadano. Resulta as, que ahora, por ejem-plo, se ha transformado en poltica oficial el plan de manejo

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    estratgico de la informacin diseado en las esferas militares ainicios de los 90, cuya frmula es 4CISR (por sus siglas en in-gls), que se refiere a comando, control, comunicacin,computadoras, inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Bajoeste orden global marcado por fundamentalismos y segurida-des, en las sociedades se multiplica el virus de la intolerancia yla sospecha del diferente. Con acierto, Wolton (2003) llama aconsiderar seriamente la otra mundializacin. El otro, ayer,era diferente, pero alejado. Hoy tambin es diferente, peroomnipresente en el televisor del comedor como en el extremode las redes, anota, para luego acotar: Considerada durantemucho tiempo como un factor de emancipacin y de progreso,la informacin puede transformarse en un factor de incompren-sin, incluso de odio. La informacin ya no basta para crearcomunicacin, es incluso al revs. Al hacer visibles las diferen-cias culturales y las desigualdades, ella obliga a un esfuerzogigantesco de comprensin... El mundo se ha convertido enuna aldea global en el plano tcnico, no lo es en el plano social,cultural y poltico.

    Por la sobredimensin que los organizadores de la CMSIhan asignado a las tecnologas, lo ms probable es que un con-junto de temas sustantivos se queden fuera, ms all de las pre-siones y esfuerzos que puedan realizar las organizaciones de lasociedad civil. Sin embargo, el hecho de que stas hayan podi-do establecer un espacio para el intercambio, la reflexin y laelaboracin de propuestas consensuadas, constituye un pasopositivo que, necesariamente, precisa trascender la Cumbre paratrasladar el debate al conjunto de la sociedad.

    En esta perspectiva se inscribe la presente publicacin que,por una parte, se refiere a algunos hitos marcantes de los proce-

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    "Se cay el sistema"

    sos y luchas orientados a superar desequilibrios y lograr el avancede la democratizacin de la comunicacin; y, por otra, al debateque se ha dado en la fase preparatoria de esta Cumbre y laspropuestas alternativas formuladas desde la sociedad civil. Estoes, planteamientos que le apuestan a sociedades -en plural- defuturo, donde se respeten las diversidades culturales, tnicas,regionales y lingsticas; que tengan a los derechos humanos yal desarrollo sustentable como ejes centrales, y estn basadas enprincipios de transparencia, diversidad, participacin, justiciasocial y econmica, equidad de gnero y perspectivas cultura-les y regionales. De no ser as, nos queda una sociedad subordi-nada a los chips, cables, computadores, etc., y en la que, encualquier momento, nos podrn decir: se cay el sistema.

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    Nuevos desequilibriosy escenarios

    La comunicacin en lasdisputas internacionales

    Los temas relativos a la comunicacin y a la informacinhan impregnado los debates internacionales y han estado en elcentro de las controversias por lo menos en los ltimos cincuen-ta aos. Echemos una breve mirada al tema. Luego de la Se-gunda Guerra Mundial el mapa geopoltico experimenta drsti-cas modificaciones. En el campo capitalista, tras la devastacinde Europa Occidental, Estados Unidos se perfila como la po-tencia hegemnica de este bloque, en tanto que en el camposocialista, la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas (URSS)extiende su influencia a Europa Oriental. Hacia las dcadas delos cincuenta y sesenta, una serie de revoluciones y guerras deliberacin nacional en Asia, Africa y Amrica Latina, configu-ran un bloque de pases del Tercer Mundo que irrumpe en elescenario internacional con sus propias agendas, coincidiendoen varios temas con el campo socialista. En estos tiempos deGuerra Fra las dos principales potencias intentan minar elrgimen poltico del adversario sin llegar al empleo declarado

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    "Se cay el sistema"

    de las armas. En este contexto, el conflicto es llevado al planoideolgico en el que se concede prioridad a las armas de la pro-paganda, la diplomacia y la informacin.

    La libre circulacin de la informacin iba a devenir, pasa-da la Segunda Guerra Mundial, en un tema clave de la GuerraFra y constituir uno de los grandes contenciosos entre los Esta-dos. Ella era interpretada segn dos tesis fundamentales opues-tas. La de las democracias occidentales se fundaba en el Art. 19de la Declaracin Universal de Derechos Humanos. Ella pro-pona la eliminacin de todas las barreras que entraban la bs-queda, la recepcin y la difusin de informaciones y de ideas alinterior de los Estados, as como fuera de sus fronteras. Entretanto, la Unin Sovitica y las democracias populares encontra-ban sus orgenes en la teora comunista que define a los medioscomo instrumentos de educacin controlados por el Estado, conmiras a acelerar la edificacin del socialismo. Los medios cum-plen una funcin social y los periodistas, definidos como agita-dores de ideas, tienen una misin de informacin y formacin.Al principio de libre circulacin y sin trabas de la informacin,la Unin Sovitica y sus aliados oponan el del intercambio con-trolado de informacin efectuado sobre la base de acuerdosintergubernamentales, el respeto de la soberana y la no-inter-vencin en los asuntos de los Estados (UNESCO: 1997)

    Con los procesos de descolonizacin que se producen en-tre la posguerra y la dcada de los 60 no solo cambia la compo-sicin de las Naciones Unidas al incorporarse un importantecontingente de nuevos pases, sino que van surgiendo nuevaspreocupaciones relacionadas con las desigualdades econmi-cas, sociales, culturales y comunicacionales en el plano interna-cional. Segn el profesor holands Cess J. Hamelink (1995),

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    los nuevos estados de frica y Asia en su lucha por convertirseen entidades soberanas enfrentaron, adems de dependencia po-ltica y econmica, el legado cultural de las ex relaciones colo-niales.

    Los nuevos Estados se ven ante el dilema de seguir atadosa las antiguas potencias coloniales que despliegan toda una ofen-siva para colocarlos a su lado o ganar en independencia estable-ciendo relaciones horizontales con otros pases del Sur. En laconferencia de Bandung (Indonesia), en 1955, se produce unprimer intento de cooperacin poltica entre pases de Asia yfrica. La cooperacin Sur Sur, sin embargo, se ve reforzadaen la dcada de los 60 con la incorporacin a este proceso deAmrica Latina y El Caribe que plantea los temas econmicos,y con la conformacin del movimiento de pases No Alineadosy del Grupo de los 77. Los pases del Sur reivindican relacionesinternacionales menos injustas y logran que esta agenda sea re-conocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas que,en 1974, aprueba dos resoluciones importantes: la Declaracinsobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Econmico Inter-nacional y la Carta de Deberes y Derechos Econmicos de losEstados. Adems de demandar mejores precios para las mate-rias primas, los pases del Sur, preocupados por la creciente in-tervencin de las empresas transnacionales en sus asuntos inter-nos, proclaman la necesidad de reglamentar y supervisar susactividades, a fin de que stas se ajusten a las leyes de los pasesen donde operan y respeten las soberanas de los Estados.

    En una etapa posterior, los pases del Sur se preocupan porlos temas de la informacin y la cultura ya que la rama de con-glomerados de informacin / comunicaciones, como parte delcreciente sistema de comercio mundial, se convierte en uno de

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    los sectores de punta. Cada vez ms, la afluencia mundial denoticias y espectculos comenz a estar controlada por menoscompaas, con frecuencia entrelazadas entre s y con otros ca-pitales industriales y financieros. (Hamelink: 1995)

    Los pases del Sur constatan el enorme desequilibrio en losflujos de informacin entre el Norte y el Sur (el 80% de lasnoticias mundiales eran generadas en el Norte) y observan cmolos medios y agencias de informacin localizados en los pasesdesarrollados ofrecen una visin sesgada, deformada y hastamentirosa de sus realidades nacionales. Estos desequilibriostambin involucran a las infraestructuras de las comunicacio-nes controladas por corporaciones transnacionales del Norte. Aello se suma la grave inequidad en la reparticin mundial de lasfrecuencias de onda corta y el carcter tramposo de la transfe-rencia tecnolgica (en telefona, comunicaciones satelitales, te-levisin y radio) que se realiza en funcin de las necesidades ypara favorecer a los fabricantes, y no para satisfacer las necesi-dades bsicas de las personas y contribuir a los objetivos deldesarrollo de los pases del Sur. Estas constataciones precisa-mente echaban por tierra las tesis difundidas por los pases ricosque indicaban que la transferencia de las tecnologas -que leshaba permitido alcanzar niveles sin precedentes de riquezamaterial- a los pases pobres les iba a permitir salir del atraso, lapobreza y el subdesarrollo.

    Durante la reunin del Movimiento de Pases No Alinea-dos desarrollada en Argel, en 1974, stos ponen nfasis en el rolpreponderante de la informacin en las relaciones polticas yeconmicas internacionales. En 1976, durante la ConferenciaIntergubernamental de Polticas de Comunicacin, llevada a caboen Costa Rica, los pases latinoamericanos y del Caribe pro-

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    claman la necesidad de una ms equilibrada circulacin inter-nacional de informacin como una reivindicacin justa y nece-saria y para lo cual deba imaginarse y ponerse en prctica dis-posiciones nacionales legales que armonizaran con un nuevoorden (Gargurevich: 2002). Posteriormente, en un simposiosobre polticas de comunicacin, realizado el mismo ao enTnez, se argumenta con contundencia: es deber de los pasesno alineados cambiar esta situacin (el grave desequilibrio in-formativo mundial) y obtener la descolonizacin e iniciar unNuevo Orden Internacional de la Informacin, NOMIC.

    Cabe indicar que esta controversia mundial tuvo como es-cenario la Organizacin de Naciones Unidas para la Educacin,la Ciencia y la Cultura, UNESCO, un organismo creado en 1945con el objetivo de favorecer el conocimiento y la comprensinmutua de las naciones principalmente por medio de acuerdosinternacionales que apunten a facilitar la libre circulacin de lasideas a travs de la palabra y la imagen (UNESCO: 1997).Inicialmente se establece, en el sistema de Naciones Unidas,una divisin del trabajo: la Asamblea general se encarga de losaspectos polticos referidos al intercambio de noticias y a la li-bertad de informacin, mientras a la UNESCO se le delega latarea de asesoramiento tcnico en estas reas. Este rol, sin em-bargo, comienza a cambiar en los aos 50 y principios de los 60cuando se produce una transferencia de competencias desde laAsamblea general de la ONU hacia la UNESCO. Este pasoest ligado a los profundos cambios que afectan al sistema deNaciones Unidas luego de que los Estados recientementeindependizados dieran la mayora a los pases del Tercer Mun-do. Esta evolucin provee a la UNESCO la oportunidad deprofundizar las reflexiones y las investigaciones sobre los te-mas de la informacin y la comunicacin. A la luz de las nuevas

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    relaciones que son establecidas entre los pases desarrollados ypases en vas de desarrollo la Asamblea general difcilmentehabra conseguido concentrarse sobre esos temas. (Delahaie:1984)

    Hacia mediados de la dcada de los 70, las tesis del NOMICvan ganando terreno en la UNESCO, e incluso su Conferenciageneral introduce la tesis de la circulacin de informacin li-bre y equilibrada propuesta por los pases del Sur en reempla-zo de la frmula libre circulacin de informacin, defendidaardorosamente por Estados Unidos. En este contexto, la exi-gencia de los pases comunistas por un intercambio bajo controlde la informacin entre el Este y el Oeste y la reivindicacin delos pases en desarrollo para un re-equilibrio de los flujos deinformacin entre el Norte y el Sur fueron a la vez compatiblesy complementarias. Estos dos grupos de pases constituyeronun frente unido en el seno de las organizaciones inter-guberna-mentales concernidas, en primer lugar la UNESCO, para pro-clamar, al final de los aos 70, un Nuevo Orden Mundial de laInformacin y la Comunicacin (NOMIC) considerado comocomplementario del Nuevo Orden Econmico Mundial.(UNESCO: 1997)

    Hacia finales de la dcada de los 70, la UNESCO conformauna comisin para el anlisis de la comunicacin mundial pre-sidida por el irlands Sean MacBride, quien en su amplia carre-ra como defensor de los derechos humanos recibi a la vez elPremio Lenin y el Premio Nobel de la Paz. El resultado de lostrabajos de esta Comisin (ms conocida como la ComisinMacBride) fue el Informe Mltiples voces: un mundo (1980)que representa un cambio de visin y de perspectiva de la co-municacin mundial. Este documento, si bien reconoce la li-

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    bertad de prensa, se hace eco de las demandas de los pases endesarrollo de un nuevo, ms justo y equilibrado orden de lascomunicaciones; asimismo seala que la democratizacin de lacomunicacin comprende el acceso a los medios de comunica-cin y el suministro de medios ms numerosos y ms variadosal mayor nmero de personas. Tambin destaca que no hay unasino varias soluciones a los problemas de la comunicacin, de-pendiendo de los patrones econmicos, sociales y culturales decada sociedad, y que es preciso respetar la diversidad. A su vez,seala que no bastan los aspectos cuantitativos como los cuali-tativos: se trata de que las naciones, las fuerzas polticas, lascomunidades culturales y las entidades econmicas tengan po-sibilidades de intercambiar informacin en un plano de igual-dad, sin dominaciones ni discriminaciones contra nadie, y sinexcluir a los elementos ms dbiles.

    El intenso debate que se da en la UNESCO respecto alNOMIC, llega a sus definiciones ms importantes en la XXIconferencia general de ese organismo, realizada en Belgrado,en 1980, donde se establecen bsicamente estos seis principioscentrales:

    - Poner fin a los desequilibrios y desigualdades que ca-racterizan la situacin en materia de comunicacin.

    - Eliminar los efectos negativos de los monopolios p-blicos o privados y de la concentracin excesiva.

    - Suprimir los obstculos internos y externos a una cir-culacin libre y para una difusin ms amplia y mejorequilibrada.

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    - Salvaguardar la identidad cultural y el derecho de cadanacin a la opinin pblica mundial sobre sus intere-ses, sus aspiraciones y sus valores sociales y cultura-les.

    - Reconocer el derecho de todos los pueblos a partici-par en los intercambios internacionales de informa-cin, sobre la base de la equidad, la justicia y su inte-rs mutuo.

    - Respetar el derecho del pblico, de grupos tnicos ysociales, y de los individuos, a acceder a las fuentesde informacin y a participar activamente en los pro-cesos de la comunicacin.

    Un solo mundo, voces mltiplesMltiples voces: un mundo formula importantes planteamien-

    tos que merecen ser citados in extenso ahora que el pensamien-to dominante ha convertido al olvido y la desmemoria en susmejores armas. En el captulo de conclusiones y recomendacio-nes se seala lo siguiente:

    Nuestro estudio de la comunicacin en el mundo revela unavariedad de soluciones adoptadas en diferentes pases, en con-cordancia con sus diversas tradiciones, patrones de vida socia-les, econmicos y culturales, necesidades y posibilidades. Estadiversidad es vlida y debe ser respetada; no hay lugar para laaplicacin de modelos pre-concebidos. Todava es posible esta-blecer un amplio entorno, propsitos comunes y valores comu-nes en la esfera de la comunicacin basados en intereses comu-nes y en un mundo de interdependencias. El conjunto de la raza

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    Estas tesis fueron combatidas por Estados Unidos porquese mostraban poco favorables a su propuesta de libre flujo deinformacin que, valga recordar, tiene su origen a comienzosdel siglo pasado, cuando este pas intentaba romper el monopo-lio que detentaba Gran Bretaa en el plano de la comunicacininternacional a travs de sus cables submarinosintercontinentales. Igualmente, stas representaban un obst-culo para el proyecto de expansin de sus corporaciones en loscampos de la prensa, el cine, la radio, la televisin mundial y lastelecomunicaciones, rea en la cual realiz, sobre todo luego dela Segunda Guerra Mundial, gigantescas inversiones en investi-gacin, construccin y lanzamiento de satlites, la fibra pticay la informtica, desplazando a Gran Bretaa que controlaba lamayor parte de los cables submarinos. (Ortiz: 1999)

    humana est amenazado por la carrera armamentista y por lapersistencia de inaceptables desigualdades globales, ambos ge-neran tensiones y comprometen su futuro y su supervivencia. Lasituacin contempornea demanda un mejor, ms justo y msdemocrtico orden social, y la realizacin de los derechos huma-nos fundamentales. Estas metas pueden ser alcanzadas solo atravs de la comprensin y la tolerancia, conseguidas en granparte por comunicaciones libres, abiertas y balanceadas.

    El estudio ha demostrado tambin que la mxima importanciadebe ser dada a la eliminacin de los desequilibrios y disparidadesen la comunicacin y sus estructuras, en particular en los flujosde informacin. Los pases en desarrollo necesitan reducir sudependencia y reclaman un nuevo, ms justo y ms equilibradoorden en el campo de la comunicacin.

    Nuestras conclusiones estn fundadas en la firme conviccinque la comunicacin es un derecho individual bsico as como un

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    El ajuste de cuentas de Estados Unidos con la UNESCOvendr cuando ascienda al poder el ultraconservador RonaldReagan, quien dispuso, en 1984, el retiro de su pas del organis-mo. El Reino Unido, gobernado por Margaret Tatcher, ySingapur seguirn los mismos pasos al ao siguiente. La deci-sin estadounidense, ms que de tipo tcnico o diplomtico, fuede naturaleza poltica. Aunque reiter sus argumentos de siem-pre -libre flujo de la informacin y los excesos retricos dela UNESCO, la habilidad de la Unin Sovitica para seducira los pases para que acepten las tesis estatizantes en materia decomunicacin y cultura-, en el fondo lo que busc fue hacerretroceder al Movimiento de Pases No Alineados y evitar queel tema de la comunicacin trascendiera y tomara fuerza en otrosforos internacionales. De hecho, en instancias como la Unin

    requerimiento colectivo de todas las comunidades y naciones. Lalibertad de informacin y ms especficamente el derecho a bus-car, recibir e impartir informacin- es un derecho fundamental, y,por cierto un pre-requisito para muchos otros. La naturaleza in-herente a la comunicacin, su pleno ejercicio y potencial depen-den del entorno poltico, social y de las condiciones econmicas(...) . Es en este contexto que la democratizacin de la comunica-cin en los niveles nacional e internacional, as como el ms am-plio rol de la comunicacin en democratizar la sociedad, adquie-ren la mxima importancia.

    Para estos propsitos es esencial el desarrollo comprensivode polticas nacionales de comunicacin ligadas al conjunto delos objetivos del desarrollo social, cultural y econmico. Talespolticas deben prever amplias consultas con todos los sectoresinvolucrados y adecuados mecanismos para la participacin con-junta de grupos sociales organizados en su definicin e

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    Internacional de Telecomunicaciones, UIT, en el Centro de lasNaciones Unidas para el Estudio de las Empresas Multinacio-nales y en la Oficina Intergubernamental para la Informtica(IBI, por sus siglas en ingls), que no dependa de las NacionesUnidas pero que agrupaba a la mayora de pases del Sur, estosltimos haban planteando cuestiones relacionadas con el es-pectro radioelctrico y la rbita geoestacionaria, con el nuevoorden informativo aplicado a la informtica y particularmente ala transferencia de los flujos transfronterizos de datos.

    A la ofensiva contra el NOMIC se sumaron los propieta-rios de los medios de informacin, que argumentaron que esteera el resultado de una alianza de gobiernos dictatoriales delTercer Mundo y las repblicas de la rbita sovitica, y que, ade-ms, constitua un ataque intolerable a la libertad de prensa y la

    implementacin. Los gobiernos nacionales as como la comuni-dad internacional deben reconocer la urgencia de otorgar a lascomunicaciones alta prioridad en la planificacin y elfinanciamiento. Cada pas debe desarrollar sus patrones de co-municacin en concordancia con sus propias condiciones, nece-sidades y tradiciones, fortaleciendo as su integridad, su indepen-dencia y autoconfianza.

    Las consideraciones bsicas que estn desarrolladas a lo lar-go de nuestro Informe intentan dar un marco para el desarrollo deun nuevo orden de informacin y comunicacin. Nosotros vemossu implementacin como un proceso continuo de cambio de lanaturaleza de las relaciones entre y dentro de las naciones en elcampo de la comunicacin. Los desequilibrios en los sistemasnacionales de informacin y comunicacin son tan preocupantese inaceptables como las disparidades sociales, econmicas, cul-turales y tecnolgicas.

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    libre circulacin de informacin. En Amrica Latina, la vozcantante en esta cruzada la llevaron la Sociedad Interamericanade Prensa y la Asociacin Interamericana de Radiodifusin. Paradesacreditar a quienes defendan los postulados del NOMIC,les bast acusarlos de ser instrumentos del comunismo interna-cional. Estos sectores empresariales no solo propugnaban elaislamiento de la UNESCO sino que atacaron a gremios de pe-riodistas, despidieron a comunicadores democrticos y alenta-ron el boicot publicitario de los peridicos progresistas.(Gargurevich: 2002)

    Luego de este perodo de turbulencias y presiones, la agen-da de la UNESCO fue cambiando poco a poco con el fin deapaciguar los nimos y lograr el retorno de las potencias que sealejaron con arrogancia.1

    Hacia finales de 1989, precisamente cuando caa el Murode Berln y Mijail Gorvachov anunciaba reformas en la URSS,la 25 conferencia general de la UNESCO adopt una nuevaestrategia de comunicacin en la que retom principios libera-les tales como alentar la libre circulacin de la informacin yreforzar las capacidades de comunicacin en los pases en de-sarrollo para acrecentar su participacin en los procesos de co-municacin. Este golpe de timn se confirm en 1992, cuandoel Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunica-cin de la UNESCO decidi modificar sus polticas definanciamiento, admitiendo los proyectos presentados por elsector privado. Se podra decir que el primer sacrificado de lafinalizacin de la Guerra Fra fue el NOMIC, pese a que algu-

    1 Este objetivo de la UNESCO fue conseguido el 1 de octubre de 2003 duranteotro gobierno ultraconservador, el de George W. Bush.

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    nos de sus principios seguan y siguen teniendo vigencia, entanto que las disparidades que dieron lugar a su origen todavase mantienen.

    La argumentacin que algunos aos despus ensayara laUNESCO para abandonar las discusiones estriles en torno alNOMIC fue que el mapa de las disparidades, con relacin a losaos 70 y 80, se haba modificado, pues si bien el Norte mante-na una extensa ventaja en materia de flujos de informacin, lospases en vas de desarrollo como Brasil, Mxico, Egipto y laIndia se haban convertido en productores, difusores y operado-res a escala regional y hasta mundial. Adems anotaba que ladoble dicotoma entre Norte y Sur, Este y Oeste, poco a pocodejaba lugar a una nueva subdivisin entre los grandes pasesque disponen mercados internos suficientemente grandes paracubrir los costos de sus producciones nacionales, y los peque-os pases tanto del Norte como del Sur. (UNESCO: 1997)

    Este tipo de anlisis, sin embargo, no sirvi para ocultar elhecho de que la disparidad informativa se mantena inalterableen la interaccin Norte-Sur en la dcada de los 90. En el reade aparatos de comunicacin, la mayora de los procesadores ytransportadores de informacin del mundo estn instalados enunos pocos pases. La tecnologa bsica para su fabricacin ymejoramiento es diseada, desarrollada y controlada por losprincipales comerciantes en Estados Unidos, Japn y EuropaOccidental. Los aparatos de comunicaciones se encuentrandiferencialmente distribuidos por el mundo. (Hamelink: 1995)

    El reordenamiento del escenario mundial (desaparicin dela Unin Sovitica y surgimiento de un mundo unipolarhegemonizado por Estados Unidos, nuevas tecnologas de lainformacin y las comunicaciones, transnacionalizacin de la

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    economa, mercado mundial de capitales especulativos, deudaexterna y sujecin de los pases pobres a los dictados del FMI ydel Banco Mundial, sustitucin de las materias del Sur por ma-terias elaboradas en el Norte), etc. no solo releg al Tercer Mundoa un lugar secundario, sino que comenz un proceso de re-colo-nizacin econmica, militar y cultural de los llamados pasesperifricos. En este contexto, las tesis de justicia econmicainternacional y equidad en el acceso a la informacin y a losconocimientos fueron desapareciendo de los foros internacio-nales, del lenguaje y de las agendas de los organismos interna-cionales, que comenzaron a asumir el pensamiento neoliberal,tambin conocido como pensamiento nico.

    El pensamiento nico ha jugado un rol determinante en latransformacin de la naturaleza, de la perspectiva, de los objeti-vos y de la accin de la ONU y de las organizaciones interna-cionales en general. Todos estn ms y ms sometidos a lasgrandes potencias e intereses del Norte. Su vocacin democr-tica se ha debilitado e incluso ha sido abiertamente cuestionada.Su tarea fundamental, consistente en preocuparse por losdesequilibrios y las desigualdades creadas entre los pases porla concentracin de los poderes y de las riquezas en el Norte eintentar (hasta cierto grado) remediarlos, ha perdido su impor-tancia. La misin que haba sido confiada a la ONU de estruc-turar y defender las aspiraciones de la gran mayora de la huma-nidad marginalizada por el orden econmico internacional, hasido en parte vaciada de sustancia. Las instancias onusianashan sido, de hecho, domesticadas` y la creacin de asociacio-nes con las grandes multinacionales del Norte no han hechoms que reforzar esta tendencia. La hegemona del pensamien-to nico ha conseguido dejar de lado, y a veces incluso descar-tar completamente reas enteras y elementos claves del progra-

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    ma de desarrollo. Este ha ayudado a neutralizar a los pases endesarrollo y marginalizar sus mayores preocupaciones en la es-cena internacional. Este les ha privado de argumentacin y dela base conceptual sobre los cuales se apoyaban sus programasde desarrollo nacional e internacional. Los discursos del Sur,que tiene su origen en las luchas de liberacin contra el colonia-lismo, no tienen cabida en el nuevo credo de condiciones igua-les para todos dominante en materia de desarrollo, que hastaaqu, prcticamente no es cuestionado. (Gosovic: 2001)

    Diversas lecturas e interpretaciones se han hecho de la ex-periencia del NOMIC. Unas nostlgicas, otras ms bien crti-cas. Entre estas ltimas se encuentra la de Armando Mattelartquien ya en 1982 apuntaba que el debate sobre el nuevo ordeninformativo ha sido pasional y no ha permitido poner en evi-dencia los problemas de fondo -a saber, la verdadera naturalezade la transnacionalizacin, las transferencias de modelos de co-municacin, la redefinicin del rol del Estado en los aos 80-.Esto precisamente porque los pases del Tercer Mundo, ence-rrados en un consenso demasiado extenso del tercermundismo,reunan regmenes autoritarios y democrticos, no estando casilistos para incursionar en tales direcciones. (Mattelart: 1982)

    El profesor Cess Hamelink (1998) seal que, entre los fac-tores que contribuyeron al fracaso del NOMIC, el ms crticofue la falta de participacin popular. Indic que el esfuerzo pordemocratizar la comunicacin en los 70 nunca fue un procesomuy democrtico. El debate era sobre todo un intercambio en-tre actores estatales y comerciales. La gente comn no estabainvolucrada en las discusiones. Todo el proyecto fue maquinadopor lites intelectuales y polticas. Haba poco o ningn pen-samiento sobre los intereses de la gente y menos an sobre la

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    necesidad de involucrar a la gente comn en el debate, afirm.

    El debate del NOMIC estaba firmemente enraizado en elparadigma realista de las relaciones internacionales. Y este con-ceba al mundo como un sistema centralizado por el Estado ydejaba de tomar en cuenta a los numerosos actores no estatalesque se haban convertido en fuerzas esenciales en la polticamundial. Como resultado, el NOMIC nunca promovi el deba-te explcito de que la efectiva proteccin de los derechos demo-crticos no poda estar garantizada bajo el sistema convencio-nal del Estado-nacin. El problema crtico fue que el paradig-ma realista evada la dimensin interna de la soberana de losEstados mientras se centraba en factores externos. Como resul-tado, el Estado nacin era visto como que protega las liberta-des de ciudadana contra los reclamos externos hechos por otrosEstados. Sin embargo, en este proceso, el Estado abiertamentesoberano tiende a apropiarse tambin del control soberano so-bre sus ciudadanos. Esta posicin ignora que la soberana delEstado representa algo ms que la emancipacin de los poderesde los emperadores, papas y nobles. El desarrollo de los Esta-dos soberanos legtimos se dio junto con el desarrollo deligualitarismo en el cual los sujetos se convirtieron en ciudada-nos. La Revolucin Francesa como la revolucin de EstadosUnidos dio nacimiento tanto a naciones independientes como aciudadanos con derechos civiles bsicos. Incluso la Revolu-cin Francesa reconoci la primaca de la soberana de los pue-blos. Este reconocimiento no fue asumido en el proyectoNOMIC. No era un movimiento popular. En tanto aspiraba aun orden democrtico era una democratizacin desde arriba.(Hamelink: 1998)

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    Desde el mbito latinoamericano, salvo pocas excepciones,una mayora de estudiosos coincide en que las tesis del NOMICno lograron una mayor difusin ni consiguieron un significati-vo respaldo en los mbitos acadmicos, sindicales o partida-rios, quedndose restringidas a los gabinetes ministeriales y aunos pocos crculos intelectuales. Adems de ello, prevalecie-ron visiones estatizantes que se concretaron en las polticasnacionales de comunicacin y la creacin de agencias naciona-les de informacin- que propugnaban la toma de los medios porarriba sin llevar a cabo procesos de participacin efectiva de lasociedad civil.

    Tecnologas y poder imperialOlvidado y boicoteado el NOMIC, la discusin internacio-

    nal sobre la comunicacin en la dcada de los 90 se desplazahacia lo que se conoce como la sociedad de la informacin,cuyos antecedentes hay que rastrearlos hacia el final de la Se-gunda Guerra Mundial, donde Estados Unidos alcanza una po-sicin hegemnica desplazando a Gran Bretaa y a las poten-cias europeas devastadas por la guerra. La hegemona estado-unidense reposa evidentemente en el podero financiero, comer-cial, militar y comunicacional, pero, adems, en el control de latecnologa de punta y el conocimiento.

    Ya en plena economa de guerra, el desarrollo cientfico ytcnico alcanz un nuevo impulso gracias a la aplicacin en elplano industrial, particularmente militar, de importantes descu-brimientos cientficos logrados en el curso de los aos prece-dentes (relatividad, rayos X, radioactividad, etc.) y que no ha-ban podido ser explotados debido a la depresin econmica,proceso que fue impulsado con un fuerte apoyo e intervencin

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    del Estado. La introduccin de estas nuevas tecnologas modi-fic considerablemente los procesos productivos: nuevos me-dios de transporte, de comunicacin, de transmisin de infor-macin; nuevas fuentes de energa; nuevas materias primas;nuevos procedimientos de fabricacin, etc. Y as, se estableceuna nueva relacin entre la ciencia, la tcnica y la industria encondiciones tales que las dos primeras se convierten en uno delos elementos motores de la tercera: los conocimientos y susaplicaciones pasan a ser elementos dominantes en la composi-cin y concentracin de capitales. Obviamente, la integracinsistemtica de los conocimientos a la produccin provoca unatendencia al control de stos, tanto en el mbito de su desarrollocomo de su aplicacin. De tal manera que las inversiones des-tinadas a lo que se ha dado en llamar Research & Development(Investigacin & Desarrollo) aseguran una nueva fuente de po-der. Por el mismo hecho que el desarrollo industrial precisa decapitales cada vez ms grandes, solamente los grandes mono-polios y/o el Estado estarn en medida de asegurar el control deR&D. (Len: 1980)

    En estas condiciones, el desarrollo capitalista (que toma laforma de una nueva ola de industrializacin) exigi la exten-sin del modo de produccin capitalista hacia esferas hasta en-tonces dejadas de lado: agricultura, comercio, seguros, etc., yhacia nuevas zonas geogrficas. Pero, adems, debido a su ca-rcter monopolista, se torna necesario el control de todo el pro-ceso econmico a escala amplia.

    As, la hegemona de los Estados Unidos ya no reposa en elcontrol de los circuitos comerciales y financieros, sino ms bienen la exportacin masiva del capital productivo que penetra laseconomas nacionales e internacionales en una estructura mun-

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    enredos de la Sociedad de la Informacin

    dial altamente jerarquizada. A medida que las corporacionestransnacionales de origen americano controlan la tecnologa depunta en el proceso de acumulacin, cuentan con los mediospara subordinar al conjunto de empresas (y por consiguiente, laeconoma de sus pases de origen) que no controlan dicha tec-nologa motriz.

    Al interior del proceso de expansin del capital, el sectorde la comunicacin y de la informacin se beneficia de una aten-cin particular en el plano de la implementacin tecnolgica.Ya porque tiene que responder a las exigencias de una produc-cin internacionalizada que requiere de un sistema internacio-nal de comunicacin; ya para contribuir a mantener y acelerarel consumo masivo cada vez ms artificial, puesto que la com-petencia ya no se da en el cuadro de la baja del precio, sino en elde la publicidad sobre el lanzamiento de nuevos productos; o yapara responder a las exigencias ideolgicas, polticas y milita-res de control y dominio de un sistema globalizado -cuanto msque estas exigencias se encontraban exacerbadas con el robus-tecimiento del bloque socialista y del movimiento socialista in-ternacional, como por las exigencias de los pases del TercerMundo-. En suma, este sector pasa a ser estratgico en el man-tenimiento de condiciones necesarias para la realizacin conti-nua de ganancias.

    La Segunda Guerra Mundial marca un hito en el desarrollotecnolgico de los medios de comunicacin, debido a las inver-siones estatales. Hasta que estos se convierten en un sector in-dustrial que requiere de grandes capitales, y de personal y tec-nologa cada vez ms especializados, que solamente las gran-des firmas de carcter multinacional estn en capacidad de pro-porcionar y consecuentemente de asegurar el monopolio y con-

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    trol de esta rama convertida en una de las mas dinmicas de laeconoma capitalista.

    El crecimiento de esta rama industrial implicar una ten-dencia a controlar la estructura comunicativa en su globalidad,no solamente en la produccin de medios y canales de comuni-cacin e informacin, sino tambin en la de mensajes y en laimplantacin de esquemas organizativos e ideolgicos, como labsqueda, la orientacin e introduccin de tecnologas cada vezms sofisticadas.

    Por las caractersticas mismas de este crecimiento, su via-bilidad pasar por una vinculacin estrecha con el Estado, elcual ya se ha convertido en un instrumento privilegiado al ser-vicio del capital multinacional a travs de la entrega de subven-ciones, donativos, prstamos, ventajas fiscales y aduaneras, ascomo tambin de la ayuda internacional y de los pactos mili-tares, etc. De esta manera, las comunicaciones se convierten enuno de los terrenos donde la sincronizacin y coordinacin delas estrategias de la industria y las del gobierno han funcionadode la mejor manera; ya sea en el financiamiento conjunto deproyectos de investigacin, programacin, planificacin o apli-cacin tcnica; ya en la utilizacin de expertos y cuadros admi-nistrativos; ya en la defensa ideolgica del sistema en su con-junto, etc.

    De esta vinculacin con el Estado resulta, entonces, la basetecnolgica financiera poltica militar del sistema de co-municacin transnacional que se constituye retomando las l-neas esenciales que asume el sistema capitalista, esto es, conuna acentuada concentracin, centralizacin e integracin endonde el punto nodal ser Estados Unidos.

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    As, el desarrollo tecnolgico y las nuevas formas y orien-taciones que asume la comunicacin no son, pues, un resultadonatural e ineluctable del curso de la historia, sino de requeri-mientos sociales, econmicos, polticos e ideolgicos muy de-terminados. Los enormes subsidios del gobierno de los EstadosUnidos para el desarrollo de la comunicacin va satlite y sumonopolizacin subsecuente, no resultan nada extraos a la ur-gencia de romper el control detentado por Gran Bretaa a nivelde la comunicacin internacional a travs de sus cables subma-rinos intercontinentales, situacin que requiere de la expansinde las corporaciones americanas; no lo es tampoco la produc-cin de artefactos de transmisin cada vez ms sofisticados,concebidos mediante los fondos de Research and Developmentque proporciona la alianza industrial-militar, respecto a la nece-sidad de asegurar el liderazgo de los Estados Unidos y mante-ner la estabilidad del sistema frente a la consolidacin del blo-que socialista y las exigencias del Tercer Mundo. Aparte,claro est, de la rentabilidad que todo esto significa para lascorporaciones privadas de comunicacin. No lo es, finalmente,el carcter altamente centralizado e integrado de las tecnologasde comunicacin frente al hecho de que estas sean gestadas ycontroladas por los monopolios.

    Ya no hay duda de que el dominio de Estados Unidos sobreel sistema de comunicacin internacional se consolid desde elmomento que comenz a explotar (en el terreno militar primeroy luego en el comercial) la tecnologa de los satlites desarrolla-da por la NASA en las exploraciones espaciales. El predomi-nio en el espacio y en las comunicaciones, que es una de lasllaves para dominar el espacio, se traduce hoy en da en el pre-dominio poltico, militar, econmico y social sobre todas las

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    naciones del mundo, sealaba en 1965, el General Sarmoff,presidente de la RCA.

    Desde el momento en que el predominio era una evidencia,devena precisa la conformacin de instituciones y laimplementacin de mecanismos encargados de mantener y ase-gurar ese dominio, as como de su reconocimiento y articula-cin a nivel internacional. En 1964, se constituye el INTELSAT(International Communication Satellite) a semejanza y bajo lagerencia de la COMSAT ( Comucation Satellite Corporation)creada dos aos atrs en los Estados Unidos, con el encargo deorganizar, administrar y comercializar la tecnologa de los sat-lites. De esta manera queda conformado el consorcio de la co-municacin comercial va satlite de los pases capitalistas, bajoel control de las principales potencias capitalistas y particular-mente de los Estados Unidos, puesto que el poder de decisin sereparta en proporcin al aporte de capital. (Len: 1980)

    Los mastodontes mediticosDesde que los inversionistas descubren que la informacin

    y el entretenimiento es un nicho que puede rendir enormes rdi-tos, comienzan a canalizar grandes capitales a la industria cul-tural y comunicacional. Muchos de ellos se apropian de cade-nas de televisin, editoras y distribuidoras de libros, portales deInternet, etc., sin tener relacin alguna con la profesin del pe-riodismo o con los mbitos culturales o artsticos. Ellos, msbien, provienen de reas como la distribucin del agua potabley el medio ambiente (como la francesa Vivendi), de la industrianuclear (la General Electric es duea de NBS/News) y del ne-gocio del armamento (como el grupo francs Lagardre), o sonpolticos populistas y oportunistas que se valen de los medios

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    para alcanzar el poder poltico y econmico (el caso ms em-blemtico es el del derechista italiano Silvio Berlusconi).

    Algunos autores atribuyen la concentracin en la industriacultural a la convergencia digital, que difumina las barrerasantes existentes entre los diferentes medios (radio, televisin yprensa escrita) e incluso entre diferentes sectores (telecomuni-caciones, informtica y comunicacin de masas), reduciendotextos, imgenes y sonido a un solo soporte digital: el bit. Estaexplicacin es parcial e insuficiente. La fuerza motriz de laactual concentracin meditica y cultural es la bsqueda ince-sante del lucro. Lo que impulsa a las grandes empresas a salirde sus marcos nacionales hacia la conquista de los mercadosglobales es el afn de obtener las mayores ganancias en el me-nor tiempo posible, sin meditar sobre los medios que han deemplear para conseguir sus fines.

    Cada vez ms el nmero de corporaciones mediticas se haido reduciendo, a tal punto que ahora es posible contarlas conlos dedos de las manos. Si a mediados de los ochenta del siglopasado estas transnacionales eran medio centenar, en 1993 sehaban reducido a 27, y a finales del 2000 eran apenas siete: laDisney, AOL-Time Warner, Sony, News Corporation, Viacom,Vivendi-Universal y Bertelsmann (primer grupo de comunica-cin alemn). Todas ellas tienen sede en los pases ricos: Esta-dos Unidos, Europa y Japn.

    Estos mastodontes -denominados conglomeradosmultimedia- controlan desde la radio y la televisin, hasta laInternet, la msica, el cine, los videojuegos, etc.; es decir, casitodo el engranaje de la industria cultural y de la informacin.La edicin y distribucin de libros no son una excepcin. Pormucho tiempo el libro ha sido considerado como un bien cultu-

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    ral que permita la expresin de la diversidad del pensamiento yla transmisin del conocimiento a las nuevas generaciones. Estoest cambiando. La lgica puramente mercantil se va impo-niendo tambin en la industria del libro que ahora est domina-da por algunas gigantes, para las cuales, el libro es un elementoms en su estrategia de control total de la cadena de la informa-cin. Hasta hace 20 aos las tasas de rentabilidad en la indus-tria del libro eran del 3% al 5%, hoy, estas grandes empresasexigen tasas superiores al 10%. El resultado de esto es que lalgica de la rentabilidad tiene una gran influencia en la natura-leza de los libros publicados. Algunos libros no se publicarnporque no son rentables. Otros no lo sern porque son demasia-do innovadores. Pero la mundializacin del libro no se traducesolamente en la dictadura de la rentabilidad. La injerencia delos servicios de marketing, combinada con la capacidad de in-fluencia de las multinacionales en la promocin y difusin dellibro, conduce a prcticas de manipulacin del consumidor delibros. (Brmond y Greg: s/f)

    Junto con los siete grandes conglomerados mediticos y enun segundo nivel, se encuentran otras 70 empresas que estndirecta o indirectamente relacionadas con las primeras. Estasempresas son potencias nacionales o regionales y controlannichos de mercado, como publicaciones administrativas o co-merciales. Entre un tercio y la mitad de estas corporaciones desegundo nivel son de Amrica del Norte; la mayora de las otrases de Europa o de Japn. Muchas de ellas -nacionales o regio-nales- fueron creadas en las orillas de los imperios editoriales ytelevisivos. Algunas de estas empresas de segundo nivel estnclasificadas entre las mil mayores empresas del mundo, con uningreso de un billn de dlares por ao. Entre las norteamerica-nas se puede mencionar a Tribune Company, Dow Jones,

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    Gannett, Knigh-Ridder, Hearst e Advance Publications; entrelas europeas: Kirch Group, Mediaset, Prisa, Reuters y ReedElsevier. Y entre las latinoamericanas estn Televisa de Mxi-co, O Globo de Brasil, Clarn de Argentina y Cisneros de Vene-zuela, que dominan sus propios mercados nacionales y regiona-les y vienen experimentando una rpida consolidacin.(McChesney: 2003)

    Europa y Amrica Latina tampoco escapan a esta tenden-cia oligoplica. El conglomerado alemn Bertelsmann, pri-mera editorial mundial, compr RTL Group, y ya controla enFrancia la Radio RTL y la cadena M6; Silvio Berlusconi es due-o de las tres principales cadenas privadas de Italia y, comopresidente del Consejo de gobierno, controla el conjunto de lascadenas pblicas; en Espaa, la firma Prisa controla el diario ElPas, la red de radio SER, el canal codificado Canal Plus deEspaa y el principal grupo de editoriales. (Ramonet: 2002a).

    La concentracin del poder meditico y cultural es frutode las leyes naturales o de la mano invisible del mercado? Lasevidencias indican que es un producto humano, y ms que hu-mano, es el resultado de las polticas neoliberales implementadaspor organismos internacionales como la OMC, la OMPI, la UITy por la mayora de gobiernos que han cedido a las presionesejercidas por las transnacionales para la eliminacin de las ba-rreras que impiden su expansin y consolidacin. En la mayo-ra de casos, la concentracin del poder meditico se ha realiza-do de espaldas a los ciudadanos, sin que medie un proceso de-mocrtico de discusin de las implicaciones y las consecuen-cias que esto tendr para la sociedad.

    El TLCAN y luego la OMC despejaron el camino para lasinversiones de las transnacionales en los mercados regionales y

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    mundiales. La ampliacin de los derechos de propiedad inte-lectual (TRIPs) ha sido un factor clave para la consolidacin delos oligopolios. Las megacorporaciones, a travs de los mediosde informacin que controlan, han creado el ambiente propiciopara que los gobiernos y parlamentos adopten decisiones a sufavor como la desregulacin y liberalizacin de los mercadosde las comunicaciones y de los medios.

    Hace 17 aos, en los Estados Unidos, regulaciones guber-namentales impedan que una compaa o individuo posea msde siete estaciones de televisin, siete estaciones de radio AM ysiete estaciones FM en el pas. Ahora, gracias a lasdesregulaciones realizadas por polticos elegidos con el apoyode donaciones electorales de la industria meditica, una solacompaa posee 1.200 estaciones locales. Esta compaa se lla-ma Clear Channel. (Cohen: 2002)

    Los numerosos e influyentes lobbies de las grandes cor-poraciones mediticas han lanzado una ofensiva para que laComisin Federal de Comunicaciones (Federal CommunicationsComisin, FCC, siglas en ingls), contine la desreglamentacinpara concentrar en una sola empresa todos los medios, incluidala Internet, en una ciudad o regin determinada. A principios dejunio de 2003, con una votacin de tres contra dos y pese a unaamplia oposicin de la sociedad civil, la FCC dio un nuevo pasoen esta direccin, permitiendo que las redes de TV puedan am-pliar su alcance hasta el 45% de la audiencia nacional, siendo ellmite anterior del 35%. Este organismo, igualmente, levant laprohibicin para que un mismo grupo econmico pueda ser pro-pietario de un peridico, y a la vez de un canal de televisin o deradio en un mismo mercado. Con estas nuevas normas se prevque las grandes cadenas de radiodifusin, como la News Corp/

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    Fox, General Electric /NBC, Viacom/CBS, y Disney/CBS ab-sorbern a los medios pequeos y locales, atentando as contrala libertad de los estadounidenses de recibir informacin plurale independiente (Len: 2003). Por la presin ciudadana se lo-gr que la Corte de apelacin suspendiera temporalmente lamedida, aunque ser la Cmara de Representantes la que tengala ltima palabra.

    El caso del Brasil ilustra tambin cmo las polticas toma-das por los gobernantes tienden a favorecer la concentracin dela propiedad en los sectores de la comunicacin y la informa-cin. Durante los dos perodos de gobierno de FernandoHenrique Cardoso (1995-2002), se reform la Constitucin yse dictaron algunas leyes que determinaron la quiebra del mo-nopolio estatal de las telecomunicaciones (Enmienda Constitu-cional No 8, de agosto de 1996), la penetracin del capital ex-tranjero en la telefona celular y las telecomunicaciones va sa-tlite (hasta en un 49% a julio de 1999) y la potestad del Ejecu-tivo de establecer los lmites de la participacin extranjera en elcapital de las proveedoras de servicios de telecomunicaciones.Esta nueva poltica favorece la concentracin de la propiedad,porque no impide la propiedad cruzada de los grupos empresa-riales de telecomunicaciones, comunicaciones de masas e in-formtica, y estimula la participacin creciente de los actoresglobales, directamente o asociados a los grandes grupos nacio-nales, en la medida en que elimina todas las barreras para laentrada del capital extranjero. (De Lima: 2001)

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    El rol de las corporacionesEn el marco de la mundializacin neoliberal, los conglomera-

    dos multimedia cumplen un doble rol: como agentes discursivosy como agentes econmicos. En tanto agentes discursivos, nosolo venden y legitiman el ideario global sino que tambin lo trans-forman en discurso social hegemnico, difundiendo visiones delmundo y modos de vida que transfieren al mercado la regulacinde las demandas colectivas. La llamada gran mdia fabrica el con-senso sobre la superioridad de las economas abiertas, insistiendoque no hay salida fuera de las recetas neoliberales (De Moraes:2003). Y actan de esta manera, tanto por su adhesin a laglobalizacin neoliberal, como por detentar la capacidad deinterconectar el planeta a travs de la infraestructura comunicacionaldesarrollada en las ltimas dcadas, que incluye satlites, redes defibra ptica y redes infoelctricas.

    La caracterstica integradora es algo intrnseco a la infra-estructura de difusin. No parece existir otra esfera en la vidacotidiana habilitada para interconectar pueblos, pases, socie-dades, culturas y economas. Pensemos en CNN, que distribu-ye por satlites y cable, a partir de su centro en Atlanta, noticiaslas 24 horas del da para 160 millones de hogares en 200 pasesy 81 millones en Estados Unidos, adems de 890 mil cuartos dehoteles suscritos. El mundo en tiempo real casi siempre bajo elngulo ideolgico norteamericano. (De Moraes: 2003)

    Como agentes econmicos, las corporaciones multimediase inscriben en una de las actividades econmicas de mayordesarrollo. Entre 1994 y 2000, los sectores de la informacin ydel entretenimiento fueron los de mayor crecimiento en Esta-dos Unidos. En Europa y Japn, las industrias culturales gene-ran alrededor del 3% del PIB y aproximadamente medio milln

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    de empleos en cada una de las sociedades ms desarrolladas.Pese a la recesin y la cada de las acciones en el sector de lasTIC, se prev que las inversiones en l seguirn aumentando amediano y largo plazo, convirtindose as en una de las activi-dades que mayor rentabilidad genera. La cifra de ganancias dela industria audiovisual es de aproximadamente 300.000 millo-nes de dlares anuales. Solo el mercado musical, dominado enun 90 por ciento por BMG, EMI, Sony, Warner y Poligram Uni-versal, aument sus ingresos, entre 1981 y 1996, de 12 mil a 40mil millones de dlares (Garca Caclini: 2002). Del sector de lainformacin y las comunicaciones han surgido losmultimillonarios que en estos tiempos de globalizacin han con-centrado un poder y una riqueza nunca antes conocidos.

    Los conglomerados multimedia adoptan los mismos obje-tivos, estructuras y formas de funcionamiento que cualquiertransnacional, y pretenden alcanzar iguales o mayores tasas derentabilidad. No hay distinciones relevantes entre filosofas,estructuras operativas y objetivos mercantiles. Durante la dca-da de los 90, la industria de la comunicacin se adecu a laslneas maestras de la corporacin red. As se ha ido configuran-do un sector multisectorial, explorando ramas conexas ysinergias2 capaces de racionalizar costos, bajar deudas, conju-gar el saber hacer y economizar en escala. (De Moraes: 2003).

    2 Sobre el proceso de sinergia, Ben Bagdjian escribe: En biologa este trminodescribe dos entidades cuya interaccin produce algo superior a la suma de susdos partes. En los mass media, resea cmo un medio puede ser usado parapromover la misma idea, producto, celebridad o poltico en otro medio, ambos depropiedad de la misma empresa. Cada uno de los nuevos gigantes globalesbusca el control de tantos diferentes medios como sea posible: peridicos, revis-tas, radios, televisin, libros, pelculas, sistemas de cable, canales de satlite,discos, videocasetes o redes de cine (Citado por De Lima: 2001)

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    Origen y expansin de la InternetDado el carcter estratgico que Estados Unidos ha dado al

    impulso de las tecnologas de la comunicacin en funcin desus intereses hegemonistas, no es casual que, en el seno de sucomplejo militar-industrial, se haya desarrollado, hacia finalesde la dcada de los 60 del siglo pasado, la Internet, una de lasinnovaciones tecnolgicas que ha tenido grandes repercusionesen los ltimos aos. Fue en el contexto del enfrentamiento conla Unin Sovitica, que el Departamento de Defensa encarg acentros de investigacin universitarios el diseo de un sistemade comunicacin descentralizado que sobreviviera a un even-tual ataque nuclear. El resultado de los primeros experimentosfue una red funcional (denominada Arpanet) que enlazaba lascomputadoras de 15 centros universitarios. Esta experienciaposteriormente se extendi al resto de la comunidad acadmicae interconect la primera red Arpanet con otras redes decomputadoras, con el objetivo de intercambiar informacin yconocimientos cientficos, incluyendo, por supuesto, aquellosdestinados a mejorar la propia herramienta. La posterior contri-bucin de cientficos europeos que laboraban en el Centro Eu-ropeo de Investigacin Nuclear, CERN, con sede en Ginebra -Suiza-, tambin fue decisiva para el desarrollo de la Internet.Este aporte consisti en el hipertexto, un programa informtico(software) que permita extraer e introducir informacin de y encualquier ordenador conectado a travs de Internet.

    Lo interesante de estas nuevas tecnologas es que comen-zaron a desarrollarse en un espritu de colaboracin tanto porredes acadmicas como ciudadanas, y con independencia tantode las aplicaciones militares como de los circuitos comerciales,

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    que en principio no le vean mayor futuro al nuevo instrumento.Ya hacia la dcada de los 80 del siglo XX, esta tecnologa fueacogida por organizaciones ciudadanas que utilizaron el poten-cial que sta ofreca para comunicarse y compartir informacinrompiendo las barreras geogrficas y temporales. Sin embargo,es a principio de los 90 que aparece Internet como una red mun-dial de redes interconectadas, y a mediados de esta misma dca-da, la World Wide Web, que se populariza gracias a la invencinde los navegadores de fcil uso a disposicin de los usuarios(Netscape e Internet Explorer), los cuales permiten la conexinde las redes informticas desde cualquier parte del mundo me-diante un protocolo universal (el TCP-IP). (Castells: 2001).

    Cabe destacar entonces que la Internet es el resultado de unconjunto de descubrimientos e innovaciones desarrollados enlas ltimas dcadas en los campos de las telecomunicaciones, lainformtica y la microelectrnica, conocidas comnmente comotecnologas de la informacin y la comunicacin.

    La principal novedad que traen las TIC es la convergenciadigital. Anteriormente a su aparecimiento haba por lo menostres sistemas de signos diferentes para comunicarnos e inter-cambiar informacin: la escritura, el sonido y la imagen. Cadauno de ellos reciba un tratamiento diferenciado e independien-te. Con la revolucin digital todos esta clase de datos, inde-pendientemente de su tipo u origen, pueden manipularse e inte-grarse a una base comn de informacin. La digitalizacin po-sibilita traducir todo tipo de informacin datos, texto, sonido,imagen, vdeo, cdigos y programas informticos- al lenguajede computacin, con un sistema de codificacin basado en unasecuencia binaria de paquetes de 0 y 1, o bit. Junto a ladigitalizacin se desarroll, de manera extraordinaria, la

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    miniaturizacin en la industria de las computadoras (siendo par-ticularmente importante el microchip), las redes de fibra ptica,las comunicaciones satelitales, la telefona celular, etc., todo locual ha dado lugar a la posibilidad de transmitir cada vez mayo-res paquetes de informacin en tiempo real.

    La Internet se presenta como uno de los instrumentos demayor desarrollo y penetracin de los ltimos aos, si se com-para con el tiempo que tard en expandirse el telfono, la radioo la televisin. La red de redes tejidas por todo el mundo enlazaa millones de computadoras que intercambian informacin gra-cias a una serie de protocolos comunes, introduciendo un nuevomodo de comunicacin la comunicacin multimedia- en el queconvergen textos, imgenes y sonido, y que, adems, est dis-ponible las 24 horas del da.

    La aparicin de un nuevo sistema de comunicacin elec-trnico, caracterizado por su alcance global, su integracin detodos los medios de comunicacin y su interactividad poten-cial, est cambiando nuestra cultura y lo har para siempre,sostiene el investigador cataln Manuel Castells (2000).

    Globalizacin y nuevas tecnologas de la comunicacin yla informacin van de la mano, a tal punto que los analistas nose ponen de acuerdo si la primera es consecuencia de las segun-das, o viceversa. Por su carcter de ubicuidad, las TIC estnpresentes en todas las facetas de la globalizacin. Primero, fa-cilitan los intercambios comerciales y los flujos financieros quese desplazan a la velocidad de la luz sin respetar tiempos o ba-rreras geogrficas. Segundo, posibilitan nuevas formas de pro-ducir y de organizar las empresas, y el desarrollo de la econo-ma transnacionalizada, que permite la deslocalizacin de las

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    actividades productivas de los pases desarrollados hacia loslugares ms recnditos de los pases perifricos donde encuen-tran mano de obra ms barata. Finalmente, las TIC han dadolugar al establecimiento de un sector econmico especfico li-gado a la informacin, los medios, las telecomunicaciones y lacultura de masas que, sobre todo en los pases industrializados,ocupa un lugar importante y es uno de los de mayor crecimientoen los ltimos aos.

    Desde el punto de vista social, ciudadanos y organizacio-nes del ms variado tipo se han apropiado de las TIC para tejerun entramado de redes que configuran una sociedad civil mun-dial emergente, cuyo vasto campo de accin va desde la preser-vacin del medio ambiente, hasta el respeto a los derechos hu-manos, los derechos de las mujeres, las reivindicaciones de lospueblos indgenas y un largo etctera. Estas redes de la socie-dad se han convertido en un actor fundamental en el escenariomundial, pues de alguna manera inciden en las agendas interna-cionales y, en algunos casos, limitan el espacio de maniobra delos Estados y de las transnacionales.

    La sociedad de la informacinVarios escritores, comuniclogos, filsofos y polticos han

    teorizado, desde hace ms de medio siglo, sobre el sentido delos cambios que provoca en la sociedad industrial la introduc-cin de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologas de lacomunicacin y la informacin, acuando trminos como al-dea global, era tecnotrnica, sociedad post-industrial o erade la informacin.

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    La teora de la informacin en realidad se configura en elsiglo pasado3. Sus propsitos fueron medir estadsticamente latransmisin de un mensaje, independientemente de su signifi-cado, y resolver problemas de calidad y fiabilidad de transmi-sin de mensajes entre mquinas (en su momento, telgrafo yradiotransmisin), eliminando el ruido, la redundancia, etc. Estateora permiti dar cuenta de la organizacin, transmisin y al-macenamiento de la informacin y, en tal medida, contribuysignificativamente a la ingeniera e informtica, pero fracascuando se pretendi extrapolarla para dar cuenta de los proce-sos sociales de comunicacin. Toda vez, la tendencia a asimilarla informacin a un trmino salido de la estadstica (datos) ysituarla como un elemento derivado de un dispositivo tcnicono slo que se ha mantenido, sino que se ha acentuado, ganandoterreno el componente puramente instrumental de la informa-cin. (Mattelart: 2002)

    La idea de la sociedad de informacin aparece de la manodel socilogo estadounidense Daniel Bell, quien en 1973 publi-ca El advenimiento de la sociedad post-industrial, donde for-mula que el eje principal de sta ser el conocimiento terico4 y

    3 Los padres de esta teora son los estadounidenses Shannon y Weaver, quienesen 1949 publican La teora matemtica de la comunicacin -posteriormenteencuadrada como teora de la informacin-, la cual, apoyndose en la termodi-nmica, formula la ley de la probabilidad y establece como medida de la informa-cin el bit o seal binaria.

    4 Para Bell, a diferencia de la sociedad industrial, donde las innovaciones partieronde pensadores inspirados y talentosos que, en general, eran indiferentes a laciencia y a las leyes fundamentales que sustentaban sus investigaciones, en laactualidad las innovaciones se dan a partir de premisas tericas. Y esto, porquese ha tornado factible codificar los principios cientficos del conocimiento. De ah,sostiene, que la primaca del conocimiento prevalecer no slo respecto a lainnovacin tecnolgica, sino tambin a las cuestiones sociales y polticas.

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    advierte sobre la transicin de una economa de produccin ha-cia una economa de servicios, en la cual los servicios basadosen el conocimiento habrn de convertirse en la estructura cen-tral de la nueva economa y de una sociedad apuntalada en lainformacin, donde las ideologas resultarn sobrando5.

    Pero no es sino en el curso de los aos 90 que el trminosociedad de informacin reaparece con fuerza en los crculosque buscan decantar las repercusiones del vertiginoso desarro-llo de las TIC, y de la Internet en particular, en los diversosmbitos del convivir social.

    Paralelo a estas aproximaciones, se ha desarrollado una vi-sin etapista de la sociedad de la informacin, segn la cualla humanidad ha transitado por varios estadios, pasando de lasociedad agraria a la sociedad industrial, y de esta, a la sociedadpostindustrial o postmoderna. Esta evolucin estara asociadaal trnsito progresivo de la economa basada en el sector prima-rio (agricultura, silvicultura, minera), al sector secundario (in-dustria manufacturera), y finalmente al sector terciario (comer-cio y servicios) en el que la informacin constituye la materiaprima fundamental. Desde el punto de vista de los ciclos eco-nmicos, se seala que la invencin de la mquina de vaporimpuls la expansin econmica de Europa y Amrica (laseEstados Unidos) durante la revolucin industrial, que la electri-cidad y el motor ocasionaron el espectacular crecimiento eco-nmico de los aos 50, y que ahora le toca el turno a las tecno-logas de la informacin y las comunicaciones. (Moore: 1997)

    De acuerdo a esta visin lineal, solo sera cuestin de tiem-po la integracin de los pases perifricos al progreso y a los

    5 Esta tesis ya la haba sustentado Bell en 1960 en su libro El fin de las ideologas.

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    beneficios de la sociedad de la informacin, la cual es asumi-da como un proyecto neutro, apoltico, puramente tecnolgico,y que est por encima de los conflictos sociales, de las diferen-cias culturales y de los sistemas polticos. Un informe de laUNESCO, por ejemplo, seala que en todos los pases, la infor-macin juega un papel creciente en la vida econmica, social,cultural y poltica, y que el objetivo que persigue la creacin dela sociedad de la informacin es el mismo para los pases ca-pitalistas de Amrica del Norte que para los estados comunistasde China o Vietnam (Moore: 1997). Sin embargo, si escarba-mos un poco en la historia de las ltimas cuatro dcadas, sepuede apreciar que la nocin de la sociedad de la informacines un concepto geopoltico que se viene empleando en funcinde garantizar el reacomodo geoeconmico del planeta en tornoa los valores de la democracia de mercado y de un mundounipolar. (Mattelart: 2001)

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