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Septem Artes Liberales - abril 2011

Date post: 31-Mar-2016
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Revista de difusión cultura humanista y filosofía, teología, literatura, ciencia. Septem Artes Liberales - abril 2011
16
Artes liberales, Filosofía, Cultura, Literatura, Teología, Ciencia, Pensamiento, Humanismo, Renacimiento< La manifestación del espíritu Número 1 | año I | ejemplar gratuito de difusión cultural humanista | marzo 2011 | hecho en México Ubi spiritus ibi libertas | Una calurosa Bienvenida | Trascendencia de la argumentación en la actualidad | [Por Sebastián Gómez Sámano] La educación musical en la Polis | [Por Carlos Jiménez] Entre la dulce miel | [Por el doctor Ezequiel Téllez]
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Page 1: Septem Artes Liberales - abril 2011

Artes liberales, Filosofía,

Cultura, Literatura, Teología, Ciencia, Pensamiento, Humanismo,

Renacimiento<

La manifestación del

espíritu

Número 1 | año I | ejemplar gratuito de difusión cultural humanista | marzo 2011 | hecho en México

Ubi spiritus ibi libertas |

Una calurosa Bienvenida |

Trascendencia de la

argumentación en la

actualidad | [Por Sebastián

Gómez Sámano]

La educación musical en la

Polis | [Por Carlos

Jiménez]

Entre la dulce miel | [Por

el doctor Ezequiel Téllez]

Page 2: Septem Artes Liberales - abril 2011

Director – Editor

Ramón Ayala Vieyra

Consejo Editorial

Lic. Miguel Ayala Ortiz

Carlos Jiménez

Diseño editorial

Ramón Ayala Vieyra

Colaboradores

Dr. Ezequiel Téllez

Maqueo

Sebastián Gómez Sámano

Carlos Jiménez

Septem Artes Liberales – México

es una publicación mensual de

divulgación cultural, filosófico y

humanista, de distribución

gratuita por medios electrónicos.

El contenido de los artículos y

colaboraciones es responsabilidad

de los autores sin embargo

mantienen integridad con la

filosofía de la revista que persigue

la difusión de contenidos sanos y

propicios para el buen desarrollo

de las humanidades. Prohibida la

reproducción total o parcial del

contenido, imágenes y fotografías

por medios físicos o electrónicos

sin previa autorización del editor.

Teléfono: 044 (55) 2332 2578; e-

mail: [email protected]

Ubi spiritus ibi libertas

«¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el

filósofo?» Con estas palabras Basilio de Cesarea

pregunta por aquél que está dispuesto a dar la vida

por la verdad, sin encontrarlo; y hace un homenaje a

un hombre sencillo de nombre Barlaam que fue

capaz de sufrir tormentos antes de negar su fe en

Cristo, la verdad que él creía. Por eso Basilio

concluye su poema diciendo «Hoy, un hombre de

campo es para nosotros insuperable maestro de piedad».

Hoy se replica aquella inquietud con urgencia:

¿Dónde está el sabio, erudito, filósofo?

Las artes liberales, entendidas como las artes del

espíritu, pretenden reparar aquella falta donde el

sabio temió el compromiso y prefirió su vida antes

que perderla por la verdad.

Septem Artes Liberales es el medio del que nos

servimos para promover las artes del espíritu en sus

diferentes manifestaciones: filosofía, teología,

ciencia, artes, pensamiento, en sus múltiples

dimensiones. De igual modo, este medio es el que

ponemos a disposición de cada uno de los lectores,

colaboradores y simpatizantes con el único fin de

contribuir a la edificación de un mundo más

humano.

Page 3: Septem Artes Liberales - abril 2011

Una calurosa Bienvenida: Cuando la persona está preparada, la oportunidad aparece. No quisimos dejar pasar más tiempo, y lo que comenzó como un espacio personal, se convirtió en comunidad y compañerismo; lo que fue un deseo, ahora es un trabajo compartido. Septem Artes Liberales es la revista del portal Artes Liberales MX, que vio la luz hace apenas un mes –en marzo del 2011– y que recibió una buena acogida por parte de amigos, profesores, familiares y conocidos. Sin más preámbulo, nos interesa dar comienzo a la difusión de buen contenido, en la medida de nuestras posibilidades, pero que refleje el carácter propio de esta publicación y empresa: la resignificación de las humanidades clásicas en nuestro tiempo, con el fin de colaborar en la humanización del hombre nuevo. Ofrecemos, por tanto, la primera editorial que apareció en nuestro portal durante sus primeros días de vida. Sirva de enseñanza y de motivación para profundizar e interiorizar las herramientas que colaborar con la edificación del hombre que buscamos:

San Isidoro de Sevilla escribió en una ocasión: Omnis profectus ex lectione et meditatione procedit. Quae enim nescimus, lectione discimus; quae autem didicimus, meditationibus conservamus (Sententiarum III, VIII, 3).Todo el aprovechamiento procede de la lectura y de la meditación. Porque por la lección aprendemos lo que ignoramos y por la meditación conservamos lo que hemos aprendido.

Hoy, nosotros hacemos eco de aquellas palabras, y las completamos con aquellas otras que dan la clave del objetivo del aprendizaje mediante la lectura: Lector strenuus potius ad implendum quae legit, quam ad sciendum erit promptissimus. Minor enim poena est nescire quid appetas, quam ea quae noueris non implere. Sicut enim legendo scire concupiscimus, sic sciendo, recta quae didicimus implere debemus (Sententiarum III, VIII, 6). El lector diligente está prontísimo más bien para cumplir lo que lee, que para saberlo. Porque menos pena es no saber qué apetezcas, que el no cumplir lo que hayas conocido. Pues así como leyendo deseamos saber, así sabiendo lo que es recto, debemos cumplir lo que hemos aprendido.

Trataremos, pues, de ayudar a cumplir estos dos objetivos: la enseñanza de la buena lectura y la aplicación de lo aprendido.

Page 4: Septem Artes Liberales - abril 2011

“La naturaleza misma de la deliberación y de la argumentación se opone a la necesidad y a la evidencia, pues no

se delibera en los casos en los que la solución es necesaria ni se argumenta contra la evidencia. El campo de la

argumentación es el de lo verosímil, lo plausible, lo probable, en la medida en que este último escapa a la certeza

del c{lculo”.

Chaïm Perelman y Olbrechts-Tyteca en Tratado de la argumentación

La argumentación se encuentra presente

en nuestra vida cotidiana, constituye un

elemento de carácter esencial para

nuestros días; se argumenta en

múltiples escenarios y lugares, de

diversas formas, en distintos tiempos y

lugares. El pensador que argumenta de

la necesidad de un cambio social; el

legislador que se alza en tribuna para

solicitar la aprobación de una reforma;

el político que busca convencer a su

auditorio; el juzgador que resuelve un

determinado caso.

El hombre como un ser social por

naturaleza; al tener que vivir y convivir

con sus semejantes; al ser un animal

político –como diría el Estagirita–,

genera la necesidad de la comunicación

en el hombre. El ser humano se realiza

con y a través de sus semejantes y el

medio con el que convive con los demás,

es a través de la comunicación. La

comunicación a su vez descansa y se

encarna justamente a través de la

argumentación, pues cuando un sujeto

interactúa con otro, surge el diálogo

derivado de la aceptación o rechazo de

la tesis propuesta por uno de los

interlocutores, y es en ese preciso

momento cuando nace la

argumentación, ya que cada uno de los

sujetos en comunicación presenta

diversas tesis para sustentar su postura.

La importancia de la

argumentación se refuerza con el

advenimiento de la modernidad, y la

consecuente llegada de la democracia

como un régimen político en los estados

constitucionales y democráticos de

Derecho, pues esta forma de gobierno

opera a través de un incesante devenir

de argumentos. El ciudadano, en

términos ideales, vota por aquel

candidato que presente las mejores

propuestas –léase mejores argumentos–;

el legislador como representante

Dialéctica

Trascendencia de la argumentación en la

actualidad

Por José Sebastián Gómez Sámano

[Estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad

Panamericana]

Page 5: Septem Artes Liberales - abril 2011

popular discute con sus compañeros

para aprobar la ley más oportuna; el

ejecutivo aplica las leyes, y busca

convencer a los ciudadanos de que su

actuar es el mejor, y así sucesivamente.

En semejantes términos, con el

privilegio de la razón como un método

de progreso –como paradigma de la

modernidad–, ha producido igualmente

el resurgimiento de la argumentación.

Los ciudadanos, en términos generales,

ya no siguen las órdenes si no van

acompañadas de razones –léase

argumentos–; el comportamiento de los

hombres ya no se determina por la

imposición, sino por la convicción; los

sujetos se han quitado las cadenas del

imperio, para dar lugar a las alas de la

razón; la argumentación ha roto los

paradigmas de la fuerza. El hombre ha

dejado de ser un esclavo para

convertirse en un señor –racional–.

Sin ser exhaustivos en los

argumentos referidos puede advertirse la

importancia de la argumentación en

nuestros días; nótese que se ha

argumentado sobre la argumentación.

El hombre de nuestros días es un

ser argumentativo.

La tradición humanista dividió el estudio de

las artes en dos tipos principales: las artes

serviles, que se caracterizaban por ser

trabajos manuales y las artes liberales, que

eran las que buscaban hacer del hombre un

ser libre –de ahí su nombre– que ejercitara

su capacidad de pensar. Las artes liberales

se dividían, a su vez, en dos: las tres

primeras relativas a la lengua y las cuatro

restantes relativas a las matemáticas. De

este modo, se enunciaban como gramática,

dialéctica, retórica, aritmética, geometría,

astronomía y música.

Page 6: Septem Artes Liberales - abril 2011

INTRODUCCIÓN.

En el libro VIII de la Política

Aristóteles plantea que la legislación de

una polis ideal debe regular la

educación, tanto en la materia de la

misma como en su forma, es decir, cuál

debe ser ésta y cómo se debe

desarrollar.1 La música es una de estas

herramientas que propone y analiza

cuáles son razones por las cuales no se

puede educar por medio de la música –

dificultades que con base en la

experiencia son difíciles de refutar-,

pero también da razones de por qué la

música sirve para educar, sobre todo a

los niños, y ser un facilitador para vivir

la virtud.

Aristóteles defiende el estudio y la

ejecución de instrumentos, pero en lo

que no está de acuerdo es que se

dediquen a ella profesionalmente, sobre

1 Cfr. ARISTÓTELES, Política, Edición bilingüe, y traducción

de Julián Marías y María Araujo, Centro de Estudios

Constitucionales, Madrid,1989. 1337a 32-35.

todo aquellos que son hombres libres

(ya que dejarían de serlo); la música es

un pasatiempo que es bueno tener

cuando uno es joven y se debe

abandonar conforme la persona vaya

creciendo.2

Hoy en día podemos observar que

los estudios hechos por los clásicos

sobre la música han tenido una

repercusión enorme, sean concientes o

no, los músicos que han estado

implicados en este desarrollo. Algo que

es digno de hacer notar, aunque

Aristóteles no haya desarrollado esto, es

que el director de orquesta, el maestro,

es quien enseña a llevar la batuta, y si es

un buen músico y director también hará

que sus subordinados lleven el tempo

correcto y hagan sentir al público lo que

deben de sentir cuando sea oportuno.

Hasta ahora no hemos encontrado

alguna referencia histórica que haga

mención de la existencia de un guía o

líder de músicos, llámesele como se le 2 Cfr. Op. Cit. 1340b 25-40.

Música

LA EDUCACIÓN MUSICAL EN LA POLIS Y

EL PORQUÉ DE SU IMPORTANCIA

Por Carlos Jiménez

[Estudiante de la carrera de Filosofía en la Universidad

Panamericana]

Page 7: Septem Artes Liberales - abril 2011

llame. Pero en esta breve consideración

podemos ver que sí hay una influencia

en una especie de segundo nivel de

interpretación y experimentación de

musical no ya leída o escrita sino

interpretada.

En la primera parte de la

investigación exponemos brevemente y

sin entrar en grandes detalles las

doctrinas pitagórica y platónica sobre la

música en cuanto que son antecedentes

de la concepción aristotélica de la

música; no en cuanto a la constitución

misma de los sonidos o la fabricación de

los instrumentos musicales sino como

parte fundamental de la educación en la

edad temprana. Después entramos en

materia exponiendo la doctrina de

Aristóteles respecto a la música y su

papel en la polis, en concreto con su

influencia en la paideia. Y en tercer lugar

pasamos a explicar porqué sirve la

música como instrumento para educar

en las pasiones echando mano de teoría

musical que, funcionando como guía de

interpretación musical sobre las

palabras de Aristóteles, ayuda a

comprender de fondo las causas de las

emociones que el estagirita no comentó

precisamente porque él no era músico.

Podríamos divagar de cómo la

música, incluso en nuestra idiosincrasia,

ha ayudado a educar a los ciudadanos,

pero la música mariachi –tan rica en

tradición, técnica, y bella arte- nos

desviaría mucho del tema haciendo

consideración de cómo es que se debe

sentir un hombre cuando ama su tierra o

quiere olvidar a una mujer. Pero

precisamente como es un tema

discutible y sumamente extenso sólo nos

limitaremos a dar un acercamiento

general para después, si se desea, seguir

con un análisis de esta teoría que se

propone en el caso concreto del

mexicano.

Hoy en día existen muchas fuentes

sobre filosofía de la música y

apreciación estética, pero se olvidan de

los orígenes de ésta y parten de una

concepción mucho más desarrollada y

compleja; pero la intensión de este

escrito es mostrar cómo la música es una

ciencia que puede ser a la vez noble y

dura –no sólo como piensa Aristóteles

que sirve para descansar y fomentar el

ocio tan importante para los hombres

libres- mostrando que la teoría musical

puede ir más a fondo en lo que

Aristóteles omite, pero que a su vez

puede tener cierto grado de complejidad

a pesar de explicar la música y sus

efectos a un nivel sumamente básico.

1. ANTECEDENTES PITAGÓRICO-

PLATÓNICOS.

Desde la consideración pitagórica

de la música como ciencia se ha hecho la

división de la misma como teórica (que

implicaba la música física y la técnica) y

Page 8: Septem Artes Liberales - abril 2011

práctica. En el primer rubro, es decir la

música teórica, se le estudiaba como

música de la naturaleza, o sea, números

de la música, proporciones que

determinaban intervalos en las escalas y

música sonora. Y la música física, siendo

parte de la teórica, trataba sobre la

constitución musical del universo, los

cuerpos y el alma. En la técnica se

estudiaba la producción humana y las

leyes que rigen el arte musical; esta se

dividía en armonía, rítmica y métrica.

Por otro lado, la música práctica era la

música que se utilizaba para la

educación. En efecto, en la música

práctica se incluían elementos que hacía

el autor con objetivos éticos. Estos

elementos éticos eran combinados entre

sí en el uso y expresión musical donde

lo ético se daba más a notar en la

composición poética, interpretación

vocal y representación escénica.3

Podemos decir que el objetivo de la

música práctica es la educación del éthos

mediante la utilización de las melodías

adecuadas. La división del alma en

racional (que se encarga de la sabiduría)

e irracional (que se ocupa del cuerpo)

que muestra Arístides Quintiliano nos

hace ver con mayor claridad que en la

parte irracional se da una tensión

3 Arístides QUINTILIANO, Sobre la música, introducción,

traducción y notas de Luis Colomer y Begoña Gil, Editorial

Gredos, Madrid,1996. pp.21-22. Este autor, de cuya fecha no

se tiene ninguna referencia certera en su cronología, se ha

vuelto una fuente imprescindible para la explicación de la

música como ciencia desde la concepción pitagórica. Su

tratado musical abarca en gran medida lo que era la música en

aquellos tiempos y lo que sigue siendo hoy en día.

desmedida o impulsiva que es justo la

que se educa con la música. Claro está

que a los niños no se les comienza

educando a través de la razón, pues su

naturaleza misma no los lleva a ser

educados por medio del hábito

intelectual, y para hacer eso hay que

educar primero al cuerpo, que incluso se

encuentra más inclinado al canto y a los

movimientos alegres. Por eso la música

es rectora ya desde la infancia de la éthe

por medio de las melodías y hace más

armonioso al cuerpo mediante los

ritmos.4 Esto lo tenían tan claro las

maestras de educación temprana –

hablamos con certeza sobre todo en

colegios de educación marista- que por

eso existía la materia de “cantos y

juegos”; materia que hoy en día

desconozco si se sigue impartiendo de

igual manera.

Aristóteles echa mano, claramente,

de la filosofía platónica respecto a su

teoría de educación en la polis. En la

República Glaucón es persuadido por

Sócrates de que la educación a los

jóvenes en las artes es de gran provecho,

y la educación musical es de suma

importancia por su ritmo y armonía;

estas son las que más penetran en el

alma y le afecta vigorosamente creando

gracia en la persona que está

debidamente educada, alabará las cosas

hermosas y se regocijará en ellas.5

4 Cfr. Op. Cit. pp.115-117.

5 Cfr. PLATÓN, República, introducción, traducción y notas de

Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos, Madrid, 2008. 401b-d.

Page 9: Septem Artes Liberales - abril 2011

2. EDUCACIÓN DE LA POLIS CON

MÚSICA.

En concreto el filósofo señala cuatro

disciplinas que se suelen enseñar. Estas

son: lectura y escritura, gimnasia,

música, y a veces el dibujo. Estas deben

ser enseñadas en cierta medida, ya que

el exceso o el defecto en ellas puede

llevar a la persona libre a “descarriarse”

por decirlo de algún modo; es decir,

dejar de ser un hombre libre para

comenzar a ser alguien servil. Lo que

vale la pena resaltar es que no son

actividades del todo útiles, pero

tampoco es propio del hombre libre y

magnánimo el preguntares por la

utilidad de todo lo que hace.6

Aristóteles se da cuenta que la

música, como tal, muestra algunas

dificultades; esto es que no resulta fácil

saber cuál es su naturaleza ni tampoco

porqué debe cultivarse. Lo que nota

también el filósofo es que la música

incita de cierta manera a la virtud, es

decir, que repercute en el carácter

haciendo que la persona pueda

recrearse rectamente.7 Ya en los

Problemas, y concretamente aquellos

sobre la música8 se vislumbra que la

audición es una sensación que tiene

6 Cfr. Pol. 1337b 22 - 1338a 4.

7 Cfr. Op. Cit. 1339b24.

8 ARISTÓTELES, Problemas, Sección XIX, Relativos a la

música, 919b 26-35 – 920a 4-6.

carácter moral. Esto porque los ritmos y

las melodías se parecen a los estados

anímicos.9

La música tiene una característica

peculiar, esta es que resulta divertida.

Por eso Aristóteles ve dificultades, pues

la educación no debe ser el juego. No se

aprende jugando, sino que se hace con

dolor. Incluso para los niños no es

adecuada la diversión, pues no les

conviene un fin imperfecto.10 Empero,

también considera que todo aquel que

no canta por necesidad se divierte

cantando; incluso, cuando se cantan

temas de antemano conocidos se

disfrutan más, pues exige una especie

de meta, y los demás se complacen al

escuchar el canto logrado como una

superación de la persona en el arte que

practica.11

Resulta importante recalcar que en

los tiempos de Aristóteles no se

9 El libro de los Problemas son una fuente que muy pocos

filósofos confrontan por su carácter dudoso en cuanto a su

legitimidad. Dentro de la tradicional división de obras de

Aristóteles a ésta se le agrupa en el conjunto de memoranda

que son escritos en grupo de trabajo dentro del Liceo

encargados y bajo la dirección del propio Aristóteles. Los

problemas que citamos en el presente trabajo probablemente

no corresponden a él mismo sino a uno de sus discípulos. Pero

los demás problemas musicales que tienen un carácter

pitagórico, es decir, más matemático y melódico sí son

atribuidos al propio Aristóteles cuando éste se encontraba

estudiando en la Academia. Sin embargo, ni Aristóteles ni sus

alumnos son expertos en música, por lo que sus problemas se

enfocan más a una visión en conjunto de lo que era la música

griega. De cualquier manera, haya sido de la misma pluma de

Aristóteles o haya sido escrito por un discípulo suyo bajo la

dirección de éste no resulta relevante en esta cuestión ya que

no se sale de la doctrina que pregona el Estagirita (Cfr. Op.

Cit. Introducción, Ester Sánchez Millán, Editorial Gredos,

Madrid, 2008, pp. 9-30.). 10

Cfr. Pol. 1339a 25-30. 11

Cfr. Op. Cit. 920a 32-37.

Page 10: Septem Artes Liberales - abril 2011

entendía lo que hoy en día cuando se

habla de música, en aquél entonces

significaba mucho más. Como ya vimos

en la aportación de Arístides

Quintiliano, había imitación en la

música (característica que hoy en día

suele ser una excepción). Ésta se

representaba y tenía un carácter. El

Estagirita también habla de esto en la

Poética haciendo alusión a lo que expone

en su Política; a saber, que los artistas

(entiéndanse también aquí músicos)

imitan individuos en acciones buenas o

malas, haciendo al representado mejor,

igual o peor de como realmente es.12

El placer que proporciona la música

no es como aquellos nocivos que son

vergonzosos por su objeto de censura.

La pasión que despierta el músico va

acompañada de la acción de ejecutar su

instrumento. Tampoco el placer es un

bien en sí mismo, sino que a lo que

acompaña el placer de la música puede

llevar al bien. En el caso concreto de la

música vemos que sirve y es parte de la

educación, no porque alcance un fin

determinado sino porque son útiles los

descansos que nacen de ésta.13

12

Cfr. ARISTÓTELES, Poética, traducción, introducción y notas

de Salvador Mas, Editorial Biblioteca Nueva, S.L., Madrid,

2006, 1448a 1-15. 13

Cfr. Pol. 1339b 25-40.

3. DISTANCIAS TONALES Y SU EFECTO

EN LAS PASIONES.

Como ya habíamos dicho, a

Aristóteles no se le recuerda en especial

por ser un gran teórico de la música,

sino más bien por ser un filósofo

universal. La parte expositiva es clara

hasta donde llegan sus límites, pero la

pregunta obligada, que Nuestro filósofo

no contesta es ¿por qué mueve a la

persona a sentir alegría o tristeza la

música cuando no hay palabras en ella?

O ¿cómo es que sabemos que una

representación escénica o letra de una

canción concuerda con el estado de

ánimo que la melodía causa en quien la

escucha? La respuesta se limita a la

parte acústica de la música misma, es

decir, a un fenómeno meramente físico

que nos hace sentir un placer bastante

peculiar, pues no es del todo físico sino

que es más bien anímico, o tanto del

cuerpo como del alma.

Aún así la pregunta hasta ahora se

ha quedado sin responder, y todavía no

satisface nuestra inquietud. Podríamos

utilizar la elegancia de un caballero

como analogía con respecto a esta

situación. No es la simple ropa lo que lo

distingue de entre los demás, sino más

bien su porte y carácter que vienen

desde su interior que es expresado por

su actitud y transmite un mensaje con su

sola presencia. En la música lo que da el

carácter tonal en un acorde cualquiera es

Page 11: Septem Artes Liberales - abril 2011

la relación entre la primera nota con la

quinta haciendo énfasis en su distancia

con la tercer nota; estos son meros

intervalos en los que se resume el

carácter tonal de cualquier acorde; pero

precisamente estos intervalos entre

notas son lo que hace sentir la nostalgia

o la alegría por la tensión que se da

entre ellas. Los grados o notas de una

escala no guardan entre sí las mismas

distancias. La distancia mayor que hay

entre dos notas se le llama tono y a la

distancia menor se le llama semitono

(que equivale a la mitad de un tono).

En un acorde simple, es decir, un

acorde conformado por tres notas,

guarda una distancia tonal determinada

para sonar alegre o melancólico. La

relación tonal entre estas tres notas es,

como ya habíamos dicho, de primera,

tercera y quinta; por ejemplo, el acorde

de do está conformado por las notas do,

mi, sol. Para ser más precisos: lo que

hace que el acorde de do suene con mas

“luz”, es decir, alegre, o que suene

“opaco” o triste es la distancia tonal que

se da entre do y mi (léase con mayor

precisión primera y tercera). Cuando se

da un acorde do con carácter alegre la

distancia tonal do y mi está conformada

por un intervalo de dos tonos; pero

cuando se da el acorde de do menor la

distancia tonal entre la primera y tercer

se ve afectada en su distancia tonal –que

hará que suene distinto el acorde-, ya no

será de dos tonos sino de un tono y un

semitono, es decir, de un tono y medio,

do menor no estará conformado por do,

mi, sol, sino por do, re#, sol.

Pero la expresión musical y su

transmisión de emociones no se reduce

solamente a la teoría dura de armonía,

sino que el músico que esta relacionado

con la pieza debe sentir la emoción

también para poder transmitirla

fielmente. Federico Monjeau transcribe

una discusión que se da entre Arnold

Schoenberg y Ferruccio Busoni que

comenzó en 1909 cuando Schoenberg le

pide a Busoni dos composiciones para

piano para que este las dirigiera con la

orquesta de Berlín. En una parte de la

discusión le dice Busoni a su

interlocutor:

Mi música debe ser breve.

¡Concisa! En dos notas: ¡¡no

construir, sino expresar!! Y el

resultado que yo espero: nada

de emociones estables,

estabilizadas y estériles. Eso

no existe en las personas: es

imposible que una persona no

experimente más de una

emoción a la vez14

Incluso hoy en día, aunque el

sistema musical occidental sea distinto

al oriental, se han mantenido las teorías

14

SCHOENBERG-BUSONI/ SCHOENBERG-KANDINSKY, 1995: 35,

Apud. Federico MONJEAU, La invención musical. Ideas de

historia, forma y representación, progreso, Paidós, Buenos

Aires, 2004, p.19.

Page 12: Septem Artes Liberales - abril 2011

griegas de los modos de las escalas. Es

así, pues, que podemos decir sin temor a

equivocarnos que cuando Aristóteles

habla de las melodías y sus modos

musicales, acierta al distinguir que el

modo mixolidio es más triste (y más

grave) y que el modo frigio inspira el

entusiasmo. 15

Habiendo visto la relación tonal

que se da en un acorde simple podemos

ahora imaginar lo que sucede con el

tiempo que se lleva en una melodía que

también influye en la exaltación del

espectador. Los tiempos (que se miden

en bits por minuto bpm) incluso llegan a

tener el nombre de la emoción que se

quiere trasmitir, independientemente de

las notas que se ejecuten. Ejemplos de

ello son los tiempos andantino, larghetto,

andante, allegretto, etc.

En estos elementos de la música

reside el secreto del cómo y el porqué

exalta la música o tranquiliza, de cómo

alegre o entristece. Por eso es que

contribuye de algún modo a la

formación del carácter y del alma. Por

eso comenta Aristóteles que las

melodías de Olimpo entusiasman a las

almas16

CONCLUSIÓN.

Es un sentir común el que

compartimos con el Estagirita cuando

15

Cfr. Pol. 1340b 1-5. 16

Cfr. Op. Cit. 1340a 5-10.

sostiene que la música es agradable y

que en sus ritmos y melodías se dan

imitaciones fieles de la verdadera

naturaleza de las pasiones, por lo que es

un buen instrumento de la educación

pues enseña a la persona a juzgar con

rectitud y padecer con la intensidad

debida según el estímulo recibido por

parte de la música.17

Aristóteles tiene una concepción de

la educación como dura y es

precisamente por eso que pone en duda

si la música, precisamente por ser

placentera y parecerse al juego por ser

divertida, puede ser parte de la

educación. Pero precisamente por tener

una influencia clara en el alma se puede

utilizar para la recreación y el

esparcimiento, como un pasatiempo,

para poder seguir con la educación

ardua.

Las melodías tienen una especie de

carácter imitativo de las pasiones de un

modo muy fiel; es casi idéntica a la

pasión misma que evocan, pero esto se

da por la naturaleza del sonido que se

da entre notas por la distancia tonal que

existe en los acordes que se tocan con

algún instrumento.

Conforme más sepa una persona

de música irá adquiriendo gusto por

melodías más complejas e irá

modelando mejor sus pasiones para

sentir con la intensidad que y de la

17

Cfr. Op. Cit. 1340a 15-25.

Page 13: Septem Artes Liberales - abril 2011

manera correspondiente al carácter al

que invita la música en ejecución.

No podemos reducir a una parte

meramente armónica la trasmisión de

pasiones, ya que si esto fuera así, el solo

hecho de ver una partitura haría que la

gente tuviera una experiencia estética y

sólo muy pocas personas tienen acceso a

ese grado de conocimiento musical. Sin

embargo se debe considerar también la

ejecución, el tempo, el ánimo mismo del

intérprete y el contenido musical para

poder asegurar que se enseña en la

virtud por medio de esta bella arte.

BIBLIOGRAFÍA

Arístides QUINTILIANO, Sobre la música, introducción, traducción y notas de Luis

Colomer y Begoña Gil, Editorial Gredos, Madrid, España, 1996.

ARISTÓTELES, Poética, traducción, introducción y notas de Salvador Mas, Editorial

Biblioteca Nueva, S.L., Madrid, España, 2006.

ARISTÓTELES, Política, Edición bilingüe, y traducción de Julián Marías y María Araujo,

Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, España, 1989.

ARISTÓTELES, Problemas, Sección XIX, Relativos a la música, Introducción, Traducción y

notas por Ester Sánchez Millán, Editorial Gredos, Madrid, España, 2008.

Federico MONJEAU, La invención musical. Ideas de historia, forma y representación,

Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2004.

PLATÓN, República, introducción, traducción y notas de Conrado Eggers Lan, Editorial

Gredos, Madrid, España, 2008.

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ENTRE LA DULCE MIEL

POR EL DOCTOR EZEQUIEL TÉLLEZ MAQUEO

Ovidio dijo alguna vez que “A veces los venenos m{s letales se esconden

entre la miel m{s dulce”. Sus palabras son m{s vigentes que nunca. Todos tenemos

la experiencia de no saber con seguridad si las cosas son tal como las pensamos o si

estaremos haciendo lo correcto. Esto es así porque en un mundo de contrastes, en

que se mezclan dolor y alegría, fortuna y miseria, el bien cohabita con el mal y no es

tan sencillo «coger la flor, las cosas, sin clavarse las espinas». Dios mismo ha

querido dejar que el trigo conviva con la cizaña, y pudiendo remover el mal lo ha

permitido. ¿Qué esperabas? ¿Un mundo perfecto? Permíteme decirte que un mundo

en el que sólo hubiera espacio para el bien sería el más imperfecto de los mundos.

Las imperfecciones han sido divinamente decretadas, para que los buenos, se hagan

buenos entre los malos y para que aprendamos a percatarnos que detrás de muchas

cosas inofensivas por su apariencia, se ocultan cosas perjudiciales en la realidad.

¿Sabía acaso Sansón que al enamorarse de Dalila, perdería su cabellera y con ella la

fuerza que brotaba de ésta? ¿Sabía acaso la mujer de corazón sencillo, que detrás de

la «prueba de amor» que le pidió su amado, se ocultaba la perversa intención de

abandonarla, como aquel que disfruta una naranja, cuya pulpa hoy se disfruta y

mañana se desecha? Los ejemplos abundan. Pero de cada uno cabe extraer una

enseñanza: que la bondad sin inteligencia es desastrosa. Por eso previno Cristo a sus

apóstoles diciendo: «sean sencillos como palomas, pero prudentes como serpientes»

(Mt 10 16).

Las buenas obras no quitan la necesidad de actuar con inteligencia, algo

especialmente difícil de aplicar si continuamos suponiendo como bajo un

sentimentalismo ramplón y blandengue que «el corazón tiene siempre la última

palabra». El corazón es necesario, pero no es criterio de verdad, y la verdad es la que

guía la acción, es el termómetro de la caridad, y donde hay más verdad hay más

amor. Más aún, sin verdad, de poco serviría amar (también el avaro ama el dinero

ajeno y el drogadicto su narcótico). Porque el corazón humano fue hecho para la

blandura y la cabeza humana fue creada para la dureza. Pero si los cerebros se

ablandan, nuestros corazones se endurecerán. Y entonces con el pretexto de tener un

gran corazón, y de amar a nuestros hijos sin corregirlos, sin buscar la verdad sobre

cómo educarlos, acabaremos fabricando seres inútiles y desgraciados. Cristo dijo

que nos amáramos los unos a los otros, pero también dijo que la verdad nos haría

libres (Jn 8 32).

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La verdad convive silenciosamente con el error. Y por eso el mal nunca se presenta

“con bombo y platillo”: es algo m{s bien discreto. Procede con cautela, sabe

disimular; incluso sabe cómo anidar en el bien hasta nutrirse a expensas de él. De

hecho eso es el mal, según Tomás de Aquino: un parásito del bien. El mal entra por

los sentidos, ejerciendo una fascinante seducción sobre ellos. Por eso la publicidad es

tan poderosa y el cultivo de la imagen es hoy tan apreciado: porque se presenta

exhibiendo los ropajes de algo aparentemente bueno, bello y verdadero, que nos atrae

gradualmente y que si no se rechaza desde el principio, puede tomar fuerza y

conducirnos por caminos de extravío y perdición. Por eso gusta tanto lo prohibido:

porque si el mal se presentara en sus peores fachas, desgarbado y maloliente como es

realmente todo lo feo, nadie lo cometería. Pero sólo el verdadero sabio percibe las

cosas tal como son, sin dejarse deslumbrar por «falsos silogismos de colores», sin el

engaño de los sentidos incapaces de detectar que tras un instante de opereta, viene la

desolación y el desconsuelo. Como decía Publio Siro, un gran romano: «fortuna

vitrea, cum splendet frangitur»: la fortuna es de vidrio, cuando brilla, se rompe.

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Abril 2011


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