Sermones semana de gratitud 2013

Semana de Gratitud 20132

Unión Mexicana del Norte Dirección: Carretera Nacional km 205 Camino a Hualahuitas Col. Maranatha 67515 Montemorelos N. L. Mexico. Tel (826) 2634625 <unionmexicanadelnorte.org>

Diciembre de 2013

Apreciables predicadores y directores de mayordomía:

Es un grato honor saludarles por este medio y en una época maravillosa en la que vemos terminar un año mas. Increíble ya se fue el 2013.

Me place poner en sus manos un precioso material que contiene los ser-mones que Dios ha dispuesto para nuestra semana de gratitud al cierre de este año.

El pastor Misael Itamar Escalante Mazariegos quien trabaja para la Asocia-ción Azteca de la ciudad de México, acertadamente ha preparado una se-rie de reflexiones en torno a los motivos de nuestra gratitud. Amablemen-te las ha compartido con nosotros para la edificación de nuestra iglesia y la meditación en el abundante tema de la gratitud. Manifestamos gratitud por este medio al departamento de mayordomía de la unión mexicana central por compartir algunas buenas ideas en la implementación de este material, a la vez que oramos para que cada miembro de nuestra iglesia en esta grande unión sea fortalecido y consolidado en su relación con Dios.

La gratitud es un poderoso medio que Dios nos ha dado para expresar adoración, proveer sostén en las dificultades y ser cimentados en el co-nocimiento de nuestro Dios.

Aprendamos juntos a usar y desarrollar el canto en la adoración al crea-dor, sea personal o en compañía de nuestros hermanos, y como un olor agradable de gratitud suba al cielo en bálsamo de amor.

¡Bendiciones!

Ptr. Adan DyckDirector de Mayordomía UMN

Alabanza y gratitud 3

Carta de presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

Organizando la semana de gratitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

1er Sábado“Gratitud por su palabra” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

Domingo“Gratitud por su Espíritu” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Lunes“Gratitud por la revelación de su carácter” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Martes“Gratitud por los pioneros” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Miércoles“Gratitud por sus promesas” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Jueves“Gratitud por contestar nuestras oraciones” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

Viernes“Gratitud por la salvación en Cristo” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

2º Sábado“La Gratitud, fragancia del amor ” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Acerca del Ptr. Misael Escalante

El pastor Misael Itamar Escalante Mazariegos es Licenciado en Teología y tiene también una Maestría en Administración. Está casado con la Sra. Adela Olmedo Cardona, su matrimonio ha sido bendecido con una hija de nombre Priscila. Ha servido a la iglesia por más de treinta años como pastor de distrito, departamental y presidente de campo. Actualmente se desempeña como Secretario y Director de Mayordomía en la Asociación Azteca, de la Ciudad de México.

Índice


Sábado

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La semana de gratitud, es el tiempo de celebrar las bendiciones recibi-das durante el año que termina. Es necesario planificar cuidadosamente cada una de las actividades de esta semana, es nuestro interés que se convierta en una real experiencia de adoración y alabanza. Use su crea-tividad en la preparación de la misma. Aquí encontrará algunos linea-mientos que pueden ayudarle en su planificación:

1. Elija a su mejor predicador para la presentación de los temas (de preferencia un solo predicador para dar continuidad a la presentación de los mensajes). En caso de que sean varios, cuide que sean personas que tengan la facilidad de presentar con claridad cada mensaje.

2. Entregue con suficiente anticipación los temas, así el predicador tendrá tiempo suficiente para preparar su presentación.

3. Realice la promoción de las reuniones con por lo menos un mes de antelación, use el poster provisto por la Asociación/Misión. Ela-bore invitaciones personales por medio de una carta o una pequeña tarjeta. Coloque el anuncio en el boletín de la iglesia y anúncielo en los cultos regulares.

4. Planifique los detalles de cada culto: Música especial, acompa-ñantes, testimonios de gratitud y otros elementos (piense en cómo se organiza una campaña evangelística).

5. Presente un informe de cómo se utilizó la ofrenda de gratitud reci-bida el año anterior, y cómo será utilizada (consulte a su pastor o en la Asociación/Misión).

6. Distribuya los sobres con una o dos semanas de antelación (asegú-rese que cada persona reciba uno); explique cuándo y cómo serán depositados.

a. Los hermanos que han estado reuniendo su ofrenda todo el año en monederos o alcancías, colocarán esa ofrenda en el sobre co-rrespondiente.

b. Se animará a cada miembro de familia a que entregue su propio sobre.c. Anuncie en cada culto que la ofrenda será entregada el sábado al

final del sermón. Tenga siempre sobres disponibles.d. La ofrenda será entregada al final del sermón del segundo sábado,

el predicador dará la indicación. i. Designar un lugar especial para que las familias coloquen su

ofrenda en la plataforma –puede ser un altar, una canasta, el alfolí, etc.

la semana de gratitudOrganizando


ii. El predicador será el primero en colocar su ofrenda, después quienes le acompañan en la plataforma.

iii. Después se invitará a cada familia, mientras entonan el canto tema, a pasar a entregar su ofrenda de forma ordenada. (Tenga sobres disponibles para visitas o quienes lo hayan olvidado).

iv. Una vez que todos hayan entregado su ofrenda, los encarga-dos de la tesorería harán un conteo rápido de lo recibido (de-ben sumar la cantidad anotada en los sobres sin necesidad de abrirlos). En tanto esto se realiza, haga énfasis en que si alguien no pudo entregar su ofrenda, podrá hacerlo los siguientes sá-bados (21, 28) o en el programa de fin de año.

v. Informe a la iglesia cuánto fue el total de la ofrenda recibida esa mañana y eleve una oración de gratitud.

7. Planifique una comida para después del culto, en donde toda la iglesia participe, puede incluir testimonios de gratitud.

Programa de cada noche

Día Testimonio Tiempo de oración Música Especial

Sábado

Domingo

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

Sábado

Sugerencias Prepare un programa dinámicoInvolucre a toda la iglesia: niños, jóvenes y adultos. Organice un programa equi-librado. Haga lo posible para que participe el mayor número de familias.

Testimonios de gratitudAsegúrese de incluir cada noche a una persona que dé su testimonio de


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cómo Dios le ha bendecido –cuidado, sanado, oración contestada- du-rante el año que termina.Participaciones especialesAsegúrese que cada noche haya música especial, poesías, pensamientos alusivos, etc.Desafío de gratitudLa tendencia humana es la ingratitud. Invite a cada miembro a expresar su gratitud de forma intencionada. Es decir, el desafío consiste en ser personas agradecidas. No hablamos solo de la ofrenda, sino también de actos, palabras, etc.Ejemplo:• Llamar a los padres para manifestar gratitud. • Escribir una nota para el cónyuge o los hijos. • Expresar gratitud a los empleadores o empleados, maestros, pastores, amigos.• Por supuesto, a Dios.

Receptor de gratitudColoque una caja, una pizarra, una cartulina; en donde los asistentes puedan colocar sus motivos de gratitud (en esta ocasión dejen las peti-ciones para otro momento).Tiempo de oraciónNombre a una persona para que cada noche dirija un momento de ora-ciones de gratitud por asuntos específicos.Ejemplo:

Domingo – SaludLunes – Trabajo Martes – Familia Miércoles – Alimento Jueves – Perdón Viernes – Recursos

Puede dar oportunidad a que alguien comparta su testimonio en forma espontánea.

Fíjese un objetivo¿Cuánto desea que se reúna como ofrenda de gratitud este año? • Platique con su pastor para fijar un objetivo desafiante, pero alcanzable. • Revise cuánto ofrendaron el año anterior. • Analice el potencial de su iglesia.• Promueva que cada miembro dé por lo menos un peso por cada día

del año, el salario de una semana, el costo equivalente de un cordero o ¿tal vez de un becerro?

• Comparta su sueño con la hermandad.

Gratitud

“La gratitud se profundiza cuando la expresamos y el gozo que proporciona es vida para el alma y el cuerpo”

(Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 85).


1er Sábado

por su palabra

I. Introducción

No hablaré en esta hora de cosas nue-vas; sólo recordaremos juntos a través del estudio, lo que antes hemos oído, pero lo haremos de tal forma que po-damos comenzar una nueva experien-cia y una relación de amor por la Pa-labra de Dios. Un amor que nos lleve a la acción, y que promueva como

resultado una entrega total de nuestras vidas a Dios, y como dice Jesús: “Si vosotros permanecéis en mi Palabra, sois realmente mis discípulos”.

II. No se ama lo que no se conoce

Quiero comenzar diciendo que no se ama lo que no se conoce, por esa razón se nos invita a “conocer” (Juan 8:32).

El problema fundamental de nosotros como iglesia hoy, es que no co-nocemos la Biblia a pesar de tenerla; y esto parece extraño –podríamos decir, si cabe la expresión-, “existe un analfabetismo bíblico dentro de la iglesia”.

No conocemos a fondo: a) El sábadob) La ley de Diosc) El bautismod) Los siete sellose) El santuariof ) El plan de salvación, etc., etc.

a) La razón es que se le estudia sólo cuando se viene a la iglesia (con algunas excepciones).

b) Se tiene la Biblia como un libro de adorno en muchos hogares. Es cierto, ocupa un lugar especial en nuestra biblioteca, pero no se estudia y como consecuencia se pierde la bendición de su conoci-

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en

él: Si vosotros permaneciereis en mi Pala-bra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de na-die. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?”

(Juan 8:31, 32).


1er Sábado - Unión Mexicana del Norte

miento, y no se sabe lo que se cree. “Se me ha mostrado que muchos de los que profesan conocer la

verdad presente, no saben lo que creen. No comprenden las eviden-cias de su fe… Cuando no se escudriña la Biblia por su cuenta, para asegurarse que poseen la verdad, habrá muchos, como en los tiempos antiguos, que se aferrarán a la tradición y adorarán lo que no conocen”. (Joyas de los testimonios t. 2, p. 312).

c) Necesitamos un conocimiento más claro de las Sagradas Escritu-ras. Como lo hemos comentado, no se ama lo que no se conoce, y esto es verdad en relación a la Sagrada Escritura.

d) ¿Qué es conocer? – Griego i. Sé ii. Una acción terminadaiii. No término medioiv. Conozco, sin lugar a dudas v. Entiendo

e) Definición del diccionario: “dominar”, “saber”, “distinguir”, “ser competente para juzgar”.

f ) “Conoceréis la verdad”, quiere decir: Saber en cuanto a la Palabra, o en relación a la Palabra; todo lo que está a nuestro alcance; conocer con propiedad la Palabra, de tal manera que la podamos entender y amar.

g) Esto se logra sólo por un estudio asiduo, diario y continuo de la Palabra. Significa más que leer y recordar. Es buscar, examinar, inquirir cuidadosamente hasta encontrar y descubrir. Por eso el Señor Jesús nos invitó a que la escudriñáramos.

h) Hermanos: Podemos conocer a medida que nos relacionamos con ella -La Palabra-, y como consecuencia, la amaremos.

III. ¿Por qué conocer y amar la Biblia?

1) Porque es la Palabra de Dios Se puede decir que cuando amamos y conocemos la Biblia, le da-

mos vocabulario al Espíritu Santo para que hable a nuestras vidas.


Gratitud por su palabra

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2) Porque en ella está el tema central del cristianismo “El tema central de la Biblia, alrededor del cual se agrupan todos los

demás, es el plan de la redención, la restauración de la imagen de Dios en el hombre”. (La educación, p. 121).

3) Para conocer el Plan de la Salvación - El amor de Dios por nosotros. - “De tal manera amó Dios al mundo…”. (Juan 3:16).4) Como Salvaguardia “Como salvaguardia contra esta degeneración, y como desarrollo (es-

piritual), nada puede igualar al estudio de la Palabra de Dios”. (La educación, p. 120).

- Un ancla del alma.

5) Se pone en contacto con su autor “El hombre creado para ser compañero de Dios, puede hallar su ver-

dadera vida y desarrollo únicamente en Dios. Aquel que con espíritu dócil y sincero estudia la Biblia, la Palabra de Dios, para comprender sus verdades, se pondrá en contacto con su autor, y a menos que sea su propia elección, no tienen límite las posibilidades de su desarrollo”. (La educación, p. 121).

6) Nos prepara para vida eterna “La Biblia contiene los principios que los hombres necesitan compren-

der, a fin de prepararse para esta vida, o para la venidera”. (La educa-ción, p. 119).

7) Para tener ideas más claras de Jesús “Necesitamos tener ideas más claras del Señor Jesús y una comprensión

más completa del valor de las realidades eternas. La hermosura de la santidad ha de saciar el corazón de los hijos de Dios, y para que esto suceda, debemos buscar las revelaciones de las cosas celestiales”. (El ca-mino a Cristo, p. 100).

8) Para sentirnos bien en el cielo “El que por medio de la Palabra de Dios ha vivido en compañerismo

con el cielo, se sentirá como en su casa en medio de la compañía celes-tial”. (La educación, p. 123).


1er Sábado - Unión Mexicana del Norte

IV. Resultados de amar y conocer la Biblia

Una serie de promesas:1) La verdad os libertará (de la esclavitud del pecado) (Juan 8:32). Vivimos en un mundo encadenado por el pecado. La promesa es:

“Seréis libres” ¿Cuándo? Al conocer y atesorar en el corazón la Biblia.

2) Tendremos la santificación de nuestras vidas “La fe es por el oír; y el oír por la Palabra de Dios”. Las escrituras

constituyen el gran agente en la transformación del carácter. Cristo oró: “Santifícalos en tu verdad: tu Palabra es verdad”. Si se estudia y obede-ce, la Palabra de Dios obra en el corazón, subyugando todo atributo no santificado”. (Palabras de vida del gran Maestro, p. 71).

“Santifícalos en tu verdad, tu Palabra es verdad”. (Juan 17:17).

“El estudio de la Biblia, producirá vidas santificadas”. (Joyas de los testimonios t. 2, p. 310).

3) Seremos verdaderos discípulos “Si vosotros permaneciereis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis

discípulos”. (Juan 8:31).

4) Caminaremos seguros “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. (Salmos

119:105).

5) Viviríamos ya la atmósfera del cielo “Si el pueblo de Dios apreciase su Palabra, la Biblia, tendríamos un cielo

en la iglesia aquí en la Tierra. La Biblia y únicamente la Biblia, pueden producir este buen resultado”. (Joyas de los testimonios t. 3, p. 238).

“Vosotros tendréis la vida eterna”. (Juan 5:39).

V. Conclusión

No es hora de desperdiciar las bendiciones que Dios quiere darnos a través del estudio de su Palabra. Por eso hermanos, les ruego a que como nunca antes, combatamos el “analfabetismo bíblico”; a que con oración nos dediquemos a conocer y amar este libro santo.


Gratitud por su palabra

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Que con gratitud en nuestros corazones por su Palabra Santa, hoy pro-metamos al Señor que dedicaremos tiempo a estar con Él a través del estudio de su Palabra.

¿Hay alguien que quiere decir al Señor: Gracias por tu Palabra, ayúdame a estudiarla todos los días? Por favor, póngase de pie.

Oración.

Nota para el predicador:Distribuir sobres para ser usados al entregar la ofrenda el próximo sábado. Mencionar que habrá un momento especial para que cada persona pueda entregar su ofrenda.

Alabanza y gratitud

Gratitud

“La gratitud se profundiza cuando la expresamos y el gozo que proporciona es vida para el alma y el cuerpo” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 85).

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Domingo

I. Introducción

Al iniciar hoy nuestro estudio, quiero recordarles que Dios está dispuesto a guiar nuestros pasos, si le solicitamos a Él que lo haga. Estoy seguro que muchos hemos hecho la decisión de estudiar su Palabra de todo corazón, y de desconfiar de nuestros deseos y de nuestras inclinaciones; pero esto no ha salido de nosotros. Es Dios quien nos ha estado hablando al corazón y a nuestra conciencia por susurros.

Cuando estudiamos su Palabra, damos vocabulario al Espíritu Santo para que hable a nuestras conciencias.

“Nada podemos hacer por nosotros mismos”. (El camino a Cris-to, p. 31).

Pero cuando aceptamos oír la voz de Dios, Él entonces interviene dán-donos poder para ser victoriosos; los susurros del Espíritu Santo enton-ces se vuelven audibles, y nuestras conciencias son vivificadas.

“Pero cuando el corazón cede a la influencia del Espíritu Santo (de Dios), la conciencia se vivifica y el pecador discierne algo de la profundidad y santi-dad de la sagrada Ley de Dios, fundamento de su gobierno en los cielos y la tierra. La convicción se posesiona de la mente y del corazón. Ve el amor de Dios, la belleza de la santidad y el gozo de la pureza. Ansía ser purificado y restituido a la comunión del cielo”. (El camino a Cristo, p. 24).

Este es el trabajo del Espíritu Santo, la tercera persona de la trinidad.

Hoy estudiaremos acerca de Él, de este poder misterioso que convence.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: Mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. No os dejaré huérfanos: Vendré a vosotros“

(Juan 14:15-18).

por su Espíritu


Gratitud por su Espíritu

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II. Lugar y circunstancias donde Jesús promete enviar al Espíritu Santo

La semana de pasión de Jesús está por terminar. Es jueves de noche y se encuentra en el aposento alto; sus discípulos le rodean. Judas ya abando-nó el lugar; ahora está sólo con los once. Mirándolos con amor divino y con la más tierna simpatía, Cristo les dice:

a) “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él”. (Juan 13:31).

b) Luego dirigiéndose a ellos en el término cariñoso de hijitos, de-clara:

“Hijitos míos, aún estaré un poco con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos, os digo a vosotros ahora: Donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros. Que os améis así como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros”. (Juan 13:33-35).

c) Elena G. de White dice lo siguiente:

“Los discípulos no podían regocijarse cuando oyeron esto. El temor se apoderó de ellos. Se acercaron aún más al Salvador, su amado instruc-tor y amigo, les era más caro que la vida. A él pedían ayuda en todas sus dificultades, consuelo en sus tristezas y desencantos. Ahora estaba por abandonarlos, a ellos que formaban un grupo solitario y depen-diente. Obscuros eran los pensamientos que les llenaban el corazón”. (El Deseado de todas las gentes, p. 617).

Ahora Jesús aparta los pensamientos de ellos del destierro terrenal al hogar celestial, y les dirige las palabras llenas de esperanza, y les promete tres cosas:

1. Primera Promesa – (Juan 14:1-4).

“No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a donde yo voy; y sabéis el camino”.


Domingo - Unión Mexicana del Norte

a) Voy a preparar lugar para vosotros.b) Sabéis a donde yo voy.c) Dirección – Casa de mi Padre.d) Voy al Padre para cooperar con Él en nuestro favor.e) Vendré otra vez.f ) Esta separación no significaba un final.g) Él edificaría mansiones, y ellos deberían edificar su carácter.

Los discípulos siguen perplejos y preguntan sobre la promesa – (Juan 14:5, 8).

“Dícele Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo pues, podemos saber el camino?”

“Dícele Felipe: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”.

Tomás - Jesús le dio toda la información para llegar al cielo.

Felipe - Jesús le confirmó que él era Dios.

2. Segunda Promesa – (Juan 14:13, 14).

“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

a) La clave para recibir respuesta a nuestras oraciones.b) La clave es orar en el nombre de Jesús.c) Lo que significa orar en el nombre de Cristo.

“Pero orar en el nombre de Cristo significa mucho. Significa que hemos de aceptar su carácter, manifestar su Espíritu, y realizar sus obras”. (El Desea-do de todas las gentes, p. 621).

“Mientras Cristo pronunciaba estas palabras, la gloria de Dios resplandecía en su semblante, y todos los presentes sintieron un sagrado temor al escuchar sus palabras con arrobada atención. Sus corazones fueron más decididamen-te atraídos a Cristo con mayor amor, eran atraídos los unos hacia los otros. Sentían que el cielo estaba muy cerca, y que las palabras que escuchaban eran un mensaje enviado a ellos por su Padre celestial”. (El Deseado de todas las gentes, p. 619).



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En estas circunstancias Cristo Jesús da su tercera y gran promesa, una promesa de amor, un regalo de Dios.

3. Tercera Promesa – (Juan 14:15-18, 26).

“Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de ver-dad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: Mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. No os dejaré huérfanos: Vendré a vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho”.

a) “Antes de ofrecerse como víctima para el sacrificio, Cristo buscó el don más esencial y completo que pudiese otorgar a sus seguidores, un don que pusiese a su alcance los ilimitados recursos de la gracia”. (El Deseado de todas las gentes, p. 622).

b) “Antes de esto, el Espíritu había estado en el mundo desde el principio de la obra de la redención, moviendo los corazones humanos. Pero mientras Cristo estaba en la Tierra, no habían deseado otro ayudador. Y antes de verse privados de su presencia, no sentían necesidad del Espíritu, pero entonces vendría”. (El Deseado de todas las gentes, p. 622).

c) “El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella”. (El Deseado de todas las gentes, p. 622).

III. Obra del Espíritu Santo

1) Consoladora) “Los animó de que en toda prueba estaría con ellos”. (El Deseado de

todas las gentes, p. 623). CITA DE ORO:

b) “En toda ocasión, lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos y nos sen-timos impotentes y solos, se envía el CONSOLADOR en respuesta a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo


Domingo - Unión Mexicana del Norte

terrenal, pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del CONSOLADOR celestial. Dondequiera que vayamos, está siempre a nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos”. (El Desea-do de todas las gentes, p. 623).

2) Instructor “Él os enseñará todas las cosas”. (Juan 14:26).

3) Recordador “Y os recordará todo lo que os he dicho”. (Juan 14:26).

4) Nos guía “A toda verdad”. (Juan 16:13).

5) Nos da poder “Para ser hijos”. (Juan 1:12). “Para testificar”. (Hechos 1:8).

6) Implora por nosotros “El mismo espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles”. (Roma-

nos 8:26).

7) Redarguye “De pecado”. (Juan 16:8).

8) Nos transforma – (2 Cor. 3:17, 18). “El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacri-

ficio de Cristo habría sido inútil”. (El Deseado de todas las gentes, p. 625).

“Por el Espíritu es purificado el corazón”. (El Deseado de todas las gentes, p. 625).

IV. Condiciones para recibir el Espíritu Santo

a) “Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo condiciones”. (El Deseado de todas las gentes, p. 626).

1) Condiciones:



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a) Entregar el alma para ser guiada y regida por los agentes di-vinos.

“Hay muchos que creen y profesan aferrarse a la promesa del Señor, hablan acerca de Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan su alma para ser regida y guidada por los agentes divinos… quieren manejarse a sí mismos”. (El Deseado de todas las gentes, p. 626).

b) No querer emplear al Espíritu.

“No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros… Pero muchos no quieren someterse a eso. ESTA ES LA RAZÓN POR LA CUAL NO RECIBEN EL DON CELESTIAL. Únicamente aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan por tener su dirección y gracia, se da el Espíritu”. (El Deseado de todas las gentes, p. 626).

c) Guardar los mandamientos.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos… El que tiene mis man-damientos y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él… Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le ama-rá, y vendremos a él, y haremos con él morada”. (Juan 14:15, 21, 23).

V. Conclusión

¡Qué don más maravilloso! ¡El mejor don! ¿No creen hermanos que es el momento de agradecer a Jesús por este maravilloso legado de su Espíritu, que nos convence de pecado, que nos guía, que nos fortalece, que pide por nosotros con gemidos indecibles, que nos consuela y que está con nosotros siempre? ¿Cuántos queremos decir: Señor: Gracias por tu Espíritu, queremos ser llenados de él?

Oremos.

Alabanza y gratitud

Gratitud


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Lunes

por la revelación de su carácter

I. Introducción

Ayer estudiamos que el amor de Dios es tan grande, que está presente cuando estamos tristes, cuando esta-mos afligidos, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos, cuando no tenemos ami-gos y nos sentimos solos, Él promete: Envío “El Consolador”, “El Espíritu de Verdad”, “No os dejo huérfanos”.

Vimos que debemos ser agradecidos por ese don, el mejor que el cielo po-dría darnos. Todo gracias a su gran amor para con nosotros.

Hoy estudiaremos sobre ese carácter amoroso de Dios, la revelación de su voluntad, para que tengamos un ca-minar exitoso.

Cada día debemos tomar decisiones, algunas muy pequeñas, casi imper-ceptibles y otras de gran magnitud, pero todas por igual afectan de una o de otra manera nuestra vida eterna.

Hay algo que debemos recordar, y es que Dios nos deja elegir libremente y nunca doblega nuestra voluntad; y en esta libre elección, es donde se muestra su gran amor por nosotros. Nunca podría demostrar ese amor usando la fuerza.

También veremos qué es lo que sucede cuando sabemos o tenemos la re-velación de su carácter y hacemos caso omiso siguiendo nuestros deseos.

“La ley de Jehová es perfec-ta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alum-bra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y reden-tor mío”

(Salmos 19:7-14).


Gratitud por la revelación de su carácter

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II. Revelación del carácter de Dios

Creo que ustedes ya saben de qué hablaremos en esta hora, después de la lectura bíblica que tuvimos. De los Diez Mandamientos.

a) El escenario en que fueron dados los Diez Mandamientos.

La sierva del Señor comenta que Dios se propuso presentar ante el pueblo lo sagrado de la Ley:

“Dios se propuso hacer de la ocasión en que iba a pronunciar su ley una escena de imponente grandeza, en consonancia con el exaltado ca-rácter de esa ley. El pueblo debía comprender que todo lo relacionado con el servicio de Dios debe considerarse con gran reverencia. El Señor dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos; y estén apercibidos para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sinaí”.

“Se hicieron los preparativos conforme al mandato; y obedeciendo otra orden posterior, Moisés mandó colocar una barrera alrededor del mon-te, para que ni las personas ni las bestias entraran al sagrado recinto. Quien se atreviera siquiera a tocarlo, moriría instantáneamente”.

“A la mañana del tercer día, cuando los ojos de todo el pueblo estaban vueltos hacia el monte, la cúspide se cubrió de una espesa nube, que se fue tornando más negra y más densa, y descendió hasta que toda la montaña quedó envuelta en tinieblas y en pavoroso misterio. Entonces se escuchó un sonido como de trompeta que llamaba al pueblo a encontrarse con Dios; y Moisés los condujo hasta el pie del monte. De la espesa obscuridad surgían vívidos relámpagos, mientras el fragor de los truenos retumbaba en las altu-ras circundantes. Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego: y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera. Y el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, ante los ojos de la multitud congregada. Y el sonido de la bocina iba esforzándose en ex-tremo. Tan terribles eran las señales de la presencia de Jehová que las huestes de Israel temblaron de miedo, y cayeron sobre sus rostros ante el Señor. Aun Moisés exclamó: Estoy asombrado y temblando. Entonces los truenos cesa-ron; ya no se oyó la trompeta; y entonces se oyó la voz de Dios. Rodeado de un séquito de ángeles, el Señor, envuelto en espesa obscuridad, habló desde el monte y dio a conocer su ley”. (Patriarcas y profetas, págs. 310-312).


Lunes - Unión Mexicana del Norte

b) Leer los Diez Mandamientos

“Tales fueron los sagrados preceptos del Decálogo, pronunciados entre truenos y llamas, y en medio de un despliegue maravilloso del poder y de la majestad del gran Legislador. Dios acompañó la proclamación de su ley con manifestaciones de su poder y su gloria, para que su pueblo no olvidara nunca la escena, y para que abrigara profunda veneración hacia el Autor de la ley, Creador de los cielos y de la tierra. También quería revelar a todos los hombres la santidad, la importan-cia y la perpetuidad de su ley”. (Patriarcas y profetas, p. 318).

c) Ley - copia del carácter de Dios

“Dios exige que sus hijos sean perfectos. Su ley es una copia de su propio carácter, y es la norma de todo carácter. Esta norma infinita es presentada a todos a fin de que no haya equivocación respecto a la clase de personas con las cuáles Dios ha de formar su reino. La vida de Cristo sobre la tierra fue una perfecta expresión de la ley de Dios, y cuando los que pretenden ser hijos de Dios llegan a ser semejantes a Cristo en carácter, serán obedientes a los mandamientos de Dios”. (Palabras de vida del gran Maestro, págs. 255, 256).

En los mandamientos encontramos:

1) La guía para hacer elecciones que nos libren de la miseria, la cul-pabilidad, el temor, la enfermedad y la muerte (segunda muerte).

2) La guía para conocer el amor de Dios que es abundante para ser felices, para gozar de salud y para tener paz; en ellos está el secreto, para que todo esto sea así.

Con justa razón el Salmista decía: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que ale-gran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón”. (Salmos 19:7-11).


Gratitud por la revelación de su carácter

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III. Guardando los Mandamientos de Dios

¿Qué sucede cuando se hace caso omiso a la ley de Dios? ¿Qué sucede cuando no aceptamos su carácter?

El resultado es:

- Tristeza- Intranquilidad- Miedo- Desdicha- Pecado

Pensemos como ejemplo en el caso de Adán y Eva. (Génesis 3).

Tal vez nos preguntamos si conocían la Ley de Dios, y la respuesta es Sí.

“Satanás hizo creer a la santa pareja que ellos se beneficiarían violando la ley de Dios. ¿No oímos hoy día razonamientos semejantes? Muchos hablan de la estrechez de los que obedecen los mandamientos de Dios, mientras pretenden tener ideas más amplias y gozar de mayor libertad. ¿Qué es esto sino el eco de la voz del Edén: El día que comiereis de él, es decir, el día que violareis el divino mandamiento, seréis como dioses?”. (Patriarcas y profe-tas, p. 38).

¿Qué sucede cuando guardamos los Mandamientos?

a) Son una salvaguardia, un resguardo contra el pecado.b) Nos convertimos en mayordomos fieles.c) Somos libres del temor.d) Tenemos paz.

Y lo más importante: Jesús nos promete 4 cosas (Juan 14: 21, 23):

- Seré amado de mi Padre.- Yo le amaré.- Me manifestaré a él (tendremos una revelación clara de Jesús).- Haremos con Él morada.


Lunes - Unión Mexicana del Norte

IV. Conclusión

¿Habrá mayores bendiciones que éstas? Que Cristo se manifieste a noso-tros, que seamos amados de Él y que el Padre nos ame también.

Ojalá que con regocijo podamos decir hoy:

- Gracias Señor por la revelación de tu carácter a través de tu Santa Ley.- Gracias por este cerco amoroso de protección.- Gracias porque tus Mandamientos alumbran mis ojos.- Gracias porque esta guía segura alegra el corazón.- Gracias porque tu Ley hace sabio al sencillo.

Cuántos queremos decir: Señor, te agradezco tanto por la revelación de tu carácter y las bendiciones que trae, quiero que me ayudes a nunca apartarme de tu Ley.

Oremos.

Gratitud




Martes

por los pioneros

I. Introducción

Cuando vemos hacia el pasado y cómo Dios ha permitido que su obra se desa-rrolle, encontramos hombres y mujeres de fe que con empeño, devoción, entre-ga y amor, pusieron todo lo que poseían para que hoy podamos gozar del cono-cimiento de este bendito mensaje.

Gente que sufrió pobrezas, angustias, maltratos -en algunos casos-, enfermedades y privaciones; podemos de-cir de los cuales el mundo no era digno; todos ellos nos han dejado un ejemplo, el cual podemos imitar y agradecer a Dios.

II. Los pioneros – fundadores del mensaje

El movimiento adventista que se despertó en Estados Unidos, fue con-cebido por hombres sinceros que estaban dispuestos a recibir la verdad cuando llegó a ellos. Con franqueza la aceptaron y vivieron de acuerdo a ella, esperando ser trasladados al reino de los cielos en poco tiempo. Después de la gran desilusión todos quedaron en tinieblas y en medio de la confusión surgieron personajes de fe y de carácter, dos hombres y una mujer. Ellos como en el pasado, Moisés, Aarón y María que sacaron a los hijos de Israel de la servidumbre egipcia; llevaron al pueblo de Dios de las tinieblas de la desilusión y desesperación, a la luz de una fe estable. Estos tres personajes: José Bates, Jaime White y Elena G. de White, que se vieron pronto acompañados de otros. Pero el núcleo que se formó tuvo que trabajar en medio de la pobreza y la penuria.

José Bates – Pionero de los pioneros de los adventistas del Séptimo Día

Nació el 8 de julio de 1792 en Rochester, estado de Massachusetts, no lejos de donde desembarcaron los peregrinos. Mientras José era un niño, su padre se trasladó a New Bedford y allí vivió hasta 1858 cuando se trasladó a Michigan.

“¡Hombres de los cuales el mundo no era digno! Erran-

tes por los desiertos y montes, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos éstos, aun-que aprobados por el buen testimonio de su fe, no recibieron el cumplimiento de la promesa; porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, para que ellos no lle-garan a la perfección aparte de nosotros”

(Hebreos 11:38-40).


Martes - Unión Mexicana del Norte

Desde que era niño sintió el deseo ardiente de ser marinero y en 1807 se cumplió su deseo cuando su padre le consiguió el puesto de grumete en un barco que iba para Europa. En ese primer viaje casi perdió la vida al caer del puente al mar. José Bates tuvo muchas experiencias y aventuras mientras navegaba en los siete mares.

Se casó el 15 de febrero de 1818 con la señorita Ney.

En 1821 fue ascendido a capitán de un barco que iba a Sudamérica. En ese viaje se convenció de su error de tomar bebidas alcohólicas.

Al transcurrir el tiempo, llegó a ser Capitán sobrecargo y Capitán Socio propietario del barco. Pero a pesar de su éxito se sentía perturbado. Al ini-ciar su viaje en 1824, su esposa puso en su baúl un Nuevo Testamento que leyó en la soledad del mar y le hizo cambiar. Y cuando volvió del viaje fue bautizado y se unió a la iglesia cristiana de la que su esposa era miembro.

El 20 de junio de 1828, 21 años después de haber salido como grumete hacia Europa, se retiró del mar a la edad de 36 años con una fortuna regular para esa época.

En 1839 fue a una reunión en donde oyó del segundo advenimiento de Cristo, cosa que le impresionó profundamente. Cuando volvió a su casa le dijo a su esposa que esa era la verdad, e inmediatamente consiguió un tomo de las conferencias de Guillermo Miller y aceptó el mensaje. En el año de 1840 fue uno de los 16 que firmaron la invitación a asistir a una Conferencia General de los Adventistas.

En 1841 por invitación de José Bates, Miller comenzó una serie de reunio-nes en Fairhaven. En 1842 asistió a los congresos como delegado en diferen-tes lugares. En 1843 vendió su casa y la mayor parte de sus propiedades y se dedicó de lleno a salir al campo para predicar el mensaje de amonestación.

Durante los días sombríos de la desilusión ocurrida en el otoño de 1844, buscó luz con diligencia y visitaba constantemente a los hermanos para animarlos.

En 1845, en la primavera, en una visita a los adventistas de Washington y New Hampshire, encontró la verdad del sábado y en marzo de 1845 fue el primero de los dirigentes adventistas que aceptó el sábado. En 1846 publicó el primer folleto sobre el sábado de la Iglesia Adventista.


Gratitud por los pioneros

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La historia de José Bates, podría resumirse así:

En viajes muchas veces, con breves intervalos en su casa y en continuo servicio como presidente de sesión y de los Congresos Generales. Fue lo que llamaríamos, nuestro primer presidente de la Asociación General.

José Bates gastó todo lo que poseía en favor de la obra que tanto amaba. Murió a los 80 años el 19 de marzo de 1872, en Battle Creek. Aunque en sus últimas horas sufrió dolores como pocos hombres han sufrido, manifestó en todo su fe en Cristo Jesús.

Jaime White – El padre de la obra de las publicaciones

Nació en Palmira Maine, el 4 de agosto de 1821. Hijo de los padres peregrinos que llegaron a América en el barco Mayflower.

Enfermizo de niño, a los 19 años salió de su casa para estudiar. Al termi-nar sus estudios caminó 60 kms. para llegar a un aserradero y pedir tra-bajo. Mientras estaba allí se cortó el tobillo izquierdo, lo cual le impidió sostener su peso sobre dicho talón el resto de sus días.

A los 15 años fue bautizado en la iglesia cristiana, pero a los 20 años, estaba más empeñado en educarse y adoraba la educación más que al Dios del cielo. Por esos días llegó un predicador de Boston a la Escuela donde él enseñaba y predicó el mensaje del Segundo Advenimiento, cosa que él consideraba como fanatismo. Pero al escuchar el mensaje, se convenció de su condición apóstata y renovó su consagración a Dios. Inmediatamente sintió el deber de visitar su comunidad y hacer obra personal por sus alumnos y el vecindario.

Jaime White después de asistir a un Congreso en la parte oriental de Maine en octubre de 1842, preparó 3 conferencias e hizo arreglos para predicarlas. En 1843 en medio de un invierno frío, bajo una lluvia de bo-las de nieve que una turba enfurecida le lanzaba, predicó un sermón tan elocuente que más de 100 personas con lágrimas en los ojos aceptaron el mensaje. Al terminar la reunión la turba subyugada le vio pasar, alguien lo tomó del brazo y lo guió a través de la muchedumbre. Él no conocía a la persona. Cuando hubo atravesado la turba, echó de menos a su com-pañero y nunca descubrió la identidad de ese protector enviado del cielo.En la primavera de 1843, fue ordenado al ministerio en la iglesia cristia-na de Palmira y allí sufrió con otros adventistas la desilusión de 1844.


Martes - Unión Mexicana del Norte

En el año de 1846 el 30 de agosto, se casó con Elena Harmon, quien le acompañó hasta su muerte.

En el año de 1848 en el mes de noviembre, la Sra. White le dijo: Tengo un mensaje para ti: “Debes empezar a imprimir un pequeño periódico y enviarlo a la gente, será pequeño al principio, pero a medida que la gente lo lea, te mandarán recursos con qué imprimirlo y tendrá éxito desde el princi-pio”. (Testimonios selectos, t. 1, p. 126).

Así se concibió el primer periódico que habrían de imprimir los adven-tistas observadores del sábado.

En Rocky Hill Connecticut nació el primer periódico “The Present Truth” Después la “Review and Herald” y posteriormente “Youth Ins-tructor”.

El 6 de agosto de 1881 murió Jaime White pionero en la obra de publi-caciones, constructor, organizador y líder. Predicó el sermón fúnebre de Urías Smith, quien estuvo asociado con él por 30 años en la redacción de la Review and Herald.

Elena G. de White – Mensajera de Dios

De entre todos los pioneros la persona que ha ejercido mayor influencia permanente sobre el pueblo adventista, ha sido Elena G. de White, que nació juntamente con su hermana melliza el 26 de noviembre de 1827 en Gorham, estado de Maine. Perteneció a una familia de 8 hijos de padres cristianos que vivían en circunstancias moderadas en lo que se refiere a bienes de este mundo.

Dedicó 70 años de su vida al servicio de la iglesia. Escribió más de cien mil páginas de consejos y orientación. Viajó intensamente por Europa, Australia y Estados Unidos.

Fue una esposa amante, que siempre se mantuvo en su lugar. Una ma-dre firme y amorosa que con fidelidad y lealtad ayudó al hombre a quien prometió amar y honrar. En los años ulteriores después de la muerte de su esposo, pasó más al primer plano en la conciencia de la denomi-nación. Predicaba más a menudo y aunque nunca asumió el puesto de dirección, su palabra era universalmente respetada y escuchada.


Gratitud por los pioneros

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Aunque murió el 16 de julio de 1915, su espíritu de aliento y optimismo siguen viviendo en sus escritos para ayudar en el camino de la victoria.

III. Conclusión

Parafraseando las palabras del apóstol podemos decir: Tiempo nos fal-taría para hablar de: Josué V. Himes, J. N. Loughborough, Juan Nevins Andrews y muchos más, todos ellos alcanzaron buen testimonio me-diante la fe, pero no recibieron lo prometido, los cuales deben ser para nosotros un ejemplo de dedicación y de servicio; que pusieron todo lo que tenían en gratitud a Dios, para que su obra progresara. Gente co-mún, intrépida, llena del Espíritu Santo, que compartía el evangelio con valentía, dedicando tiempo, talentos y dinero; lo que fuera necesario -hasta ellos mismos-, porque amaban al Señor.

Hoy podemos decir: ¡Gracias Señor, por el espíritu de los pioneros de nuestra iglesia! Ayúdanos a ser como ellos en fe, entrega, compromiso y amor. ¿Queremos ser como ellos? Oremos al Señor para que así sea. Que Dios bendiga a cada uno de nosotros.

Alabanza y gratitud

Gratitud


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por sus promesas

Miércoles

I. Introducción

Es conocido de todos que vivimos en una época donde el temor reina casi en cada país de nuestro mundo. Todos los días hay noticias que hacen estremecer el corazón, y ante esta situación, son muy alentadoras las promesas que se desprenden de la Palabra de Dios.

Promesas que se cumplieron, se cumplen y se cumplirán.

Cuando alguien promete, puede que no tenga importancia. Muchas veces prometemos sin tener la intención de cumplir; pero cuando Cristo promete, “Él sí cumple”. Todo lo que Él ha prometido hacer, puede y quiere cumplirlo, y lo hará.

II. Preciosas y grandísimas promesas (2 de Pedro 1:4).

1) No puedo encontrar ningún versículo en la Biblia donde él prometa hacer algo, que no se haya hecho ya o que se hará.

2) La expresión de amor y compasión inefable del Padre Infinito, fue la primera promesa:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. (Génesis 3:15).

3) Grandísima Promesa: “La primera venida de Cristo”.

4) Dios prometió restauración y de nuevo eternidad en Cristo.

5) “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley”. (Gálatas 4:4).

“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturale-za divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concu-piscencia”

(2 de Pedro 1:4).


Gratitud por sus promesas

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6) Las promesas de parte de Dios, son verdaderas.

7) “Todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”. (2 Corintios 1:20).

III. Hay promesas para cada tiempo, circunstan-cias, anhelos y necesidades

1) La felicidad está en las promesas de Dios. El año tiene 365 angustias, el día 24 desencantos y la hora 60 in-

quietudes. (Autor desconocido)

2) ¿Estás con temor? ¿Estás afligido?

“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”. (Isaías 35:10).

3) ¿Tienes pesar y dolor? “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios;

porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de jus-ticia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas”. (Isaías 61:10).

4) ¿Tienes temor a la muerte? “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Om-

nipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; mi Dios en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro, escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará”. (Salmos 91:1-7).

5) ¿Te preocupa el porvenir? “Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de

toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las


Miércoles - Unión Mexicana del Norte

cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”. (1 Crónicas 29:10-12).

IV. Canción de gratitud

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Ben-dice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”. (Salmos 103:1-5).

1) David alaba a Dios porque:

a) Sus beneficios (promesas) son ciertas.b) Perdona todas nuestras iniquidades.c) Sana nuestras dolencias.d) Rescata del hoyo nuestras vidas.e) Nos corona de favores y misericordias.f ) Nos sacia de bien.

2) Cuando David vio todo lo que Dios había hecho por él, exclamó:

“Clemente es Jehová, y justo: Sí, misericordioso es nuestro Dios”.

¿Qué pagaré por todos sus beneficios para conmigo? (Salmos 116:5).

3) La promesa del perdón de sus pecados, era una realidad en su vida.

4) Había sido en él restituido el gozo de la salvación.

5) Las promesas de Dios para él eran verdaderas y se habían cumplido. Por eso ante la pregunta: ¿Qué pagaré?

Por sus beneficios decidió dar una gran ofrenda de gratitud al Señor: “Desde los mismos comienzos del reinado de David, uno de sus planes

favoritos había sido el de erigir un templo a Jehová. A pesar de que no se le había permitido llevar a cabo este propósito, no había dejado de ma-nifestar celo y fervor por esa idea. Había suplido una gran abundancia de los materiales más costosos: oro, plata, piedras de ónix y de distintos colores; mármol y las maderas más preciosas. Y ahora estos tesoros de va-


Gratitud por sus promesas

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lor incalculable, reunidos por David, debían ser entregados a otros; pues otras manos que las suyas iban a construir la casa para el arca, símbolo de la presencia de Dios. Viendo que su fin se acercaba, el rey hizo llamar a los príncipes de Israel y a hombres representativos de todas las partes del reino, para que recibieran este legado en calidad de depositarios…”. (Patriarcas y profetas, págs. 812, 813).

“Nuevamente David se volvió a la congregación y le dijo: A solo Sa-lomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehová Dios. Y continuó diciendo: Yo empero con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, y procedió a enumerar los materiales que había reunido. Además dijo: A más de esto, por cuanto tengo mi gusto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he aprestado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios; a saber, tres mil talentos de oro, de oro de Ophir, y siete mil talentos de plata afinada para cubrir las paredes de las casas. Y preguntó a la congregación que había traído sus ofrendas voluntarias: ¿Quién quiere hacer hoy ofrenda a Jehová? La asamblea respondió con buena voluntad. Entonces los príncipes de las familias, y los príncipes de las tribus de Israel, tribunos y centuriones, con los superintendentes de la hacienda del rey, ofrecieron de su voluntad; y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos de oro y diez mil sueldos, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil talentos de metal, y cinco mil talentos de hierro. Y todo el que se halló con piedras preciosas, diólas para el tesoro de la casa de Jehová… y holgóse el pueblo de haber contribuido de su voluntad; porque con entero corazón ofrecieron a Jehová volunta-riamente”. (Patriarcas y profetas, págs., 814, 815).

“Pero sólo Dios era el que había impartido esa disposición a su pueblo. Sólo él, y no el hombre, debía ser glorificado. Era él quien había provis-to al pueblo con las riquezas de la tierra, y su Espíritu les había dado buena voluntad para traer sus cosas preciosas en beneficio del templo. Todo era del Señor, y si su amor no hubiese movido los corazones del pueblo, los esfuerzos del rey habrían sido en vano y el templo no se habría construido. Todo lo que el hombre recibe de la bondad de Dios sigue perteneciendo al Señor. Todo lo que Dios ha otorgado, en las cosas valiosas y bellas de la tierra, ha sido puesto en las manos de los hombres para probarlos, para sondear la profundidad de su amor hacía él y del aprecio en que tienen sus favores. Ya se trate de tesoros o de dones del intelecto, han de depositarse como ofrenda voluntaria a los pies de Jesús y el dador ha de decir como David: “Todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos”. (Patriarcas y profetas, págs., 816, 817).


Miércoles - Unión Mexicana del Norte

V. Conclusión

Entonces, confiemos en el Dios de las promesas, abramos nuestras ma-nos y corazones y recibamos las santas promesas de Dios y confiadamen-te traigamos nuestra vida a Él. Y con corazones llenos de gratitud, como lo hizo David, traigamos también nuestras ofrendas de amor y gratitud. Recuerde que este próximo sábado tendremos un momento especial para entregarlas en el culto de adoración. Oración.

Nota para el predicador:Distribuir sobres para ser usados al entregar la ofrenda a quienes no hayan recibido.

Gratitud




Jueves

por contestar nuestras oraciones

I. Introducción

Vivimos en un mundo en donde la comunicación es esencial. Podríamos decir que en cada llamada telefónica, casi invariablemente, se recibe una

respuesta, las excepciones son pocas.

Cuando no podemos comunicarnos, nos sentimos frustrados y si nues-tra llamada es de larga distancia o de mucha importancia, con mayor razón.

Sin embargo, hay una comunicación que nunca tiene problemas con la línea, a no ser que quien llama no lo haga de la manera correcta, porque el que prometió responder, está listo para hacerlo las 24 horas del día y los 365 días del año (366 si es año bisiesto).

II. La promesa de Jesús

1) Es hecha el jueves de noche después de la Santa Cena.

2) “Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré”. (Juan 14:13).

3) Él les dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. Expli-có que el secreto de su éxito consistiría en pedir fuerza y gracia en su nombre. Estaría delante del Padre para pedir por ellos. La oración del humilde suplicante es presentada por él como su propio deseo en favor de aquella alma. Cada oración sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez; pero si procede del corazón ascenderá al santuario donde Jesús ministra, y él la presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el incienso de su propia perfección”. (El Deseado de todas las gentes, p. 620).

4) “En mi nombre”, ordenó Cristo a sus discípulos que orasen. En el nom-bre de Cristo han de permanecer siguiéndole delante de Dios”. (El De-seado de todas las gentes, p. 621).

“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré,

para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”

(Juan 14:13, 14).


Jueves - Unión Mexicana del Norte

III. ¿Qué es orar en el nombre de Cristo?

1) “Orar en el nombre de Cristo significa mucho. Significa que hemos de aceptar su carácter, manifestar su espíritu y realizar sus obras”. (El Deseado de todas las gentes, p. 621).

2) “Orar en el nombre del Señor Jesús es más que hacer simplemente men-ción de su nombre al principio y al fin de la oración. Es orar con los sentimientos y el espíritu de Él, creyendo en sus promesas, confiando en su gracia y haciendo sus obras”. (El camino a Cristo, p. 101).

III. Condiciones para que sean contestadas nues-tras oraciones

1) Hay ciertas condiciones de acuerdo con las cuales podemos esperar que Dios oiga y conteste nuestras oraciones.

Condiciones - (El camino a Cristo, págs. 95-98).a) Sentir la necesidad que Él puede dar.b) El corazón debe estar abierto a la influencia del Espíritu.c) Buscar al Señor para que obre en nosotros.d) No tolerar el pecado en nuestro corazón.e) Confesar nuestros pecados.f ) Creer que el Señor oye y contesta nuestras oraciones.g) Tener un espíritu de amor y perdón en nuestro corazón.h) “Aprovechad toda oportunidad de ir adonde se suela orar. Los que

están realmente procurando mantenerse en comunión con Dios asistirán a los cultos de oración, serán fieles en cumplir su deber, y ávidos y ansiosos de cosechar todos los beneficios que puedan al-canzar. Aprovecharán toda oportunidad de colocarse donde pue-dan recibir rayos de luz celestial”. (El camino a Cristo, p. 98).

V. Confiar en la sabiduría de Dios

1) “Dios es demasiado sabio para equivocarse, y demasiado bueno para negar un bien a los que andan en integridad. Así que no temáis con-fiar en Él, aunque no veáis la inmediata respuesta a vuestras oraciones. Confiad en la seguridad de su promesa: “Pedid, y se os dará”. (El cami-no a Cristo, p. 97).

2) “Clamen a Dios todos lo que son afligidos o tratados injustamente. Apartaos de aquellos cuyo corazón es como el acero, y haced vuestras


Gratitud por contestar nuestras oraciones

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peticiones a vuestro Hacedor. Nunca es rechazado nadie que acuda a él con corazón contrito. Ninguna oración sincera se pierde. En medio de las antífonas del coro celestial, Dios oye los clamores del más débil de los seres humanos”. (Palabras de vida del gran Maestro, p. 137).

VI. Conclusión

“Si la bondad amante de Dios provocase más agradecimiento y alabanza, tendríamos más poder en la oración. Abundaríamos más y más en el amor de Dios, y Él nos proporcionaría más dádivas por las cuales alabarle”. (La Oración, p. 107).

¿Quisiéramos agradecer al Señor porque siempre está listo para contes-tar nuestras oraciones?

¿Le pediremos que nos ayude a cumplir las condiciones para que la res-puesta a nuestras oraciones sea una realidad en nuestras vidas?

¿Queremos alabar el nombre del Señor y traer las dádivas que Él nos da y decir: “De lo recibido de tu mano, te damos”?

Oremos.

Alabanza y gratitud

Gratitud


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Viernes

por la salvación en Cristo

I. Introducción

Quiero que en esta hora estudiemos las escenas finales del calvario.

La sierva del Señor dice:

“Muchos asisten a los servicios religiosos, y se sienten refrigerados y consolados por la Palabra de Dios; pero por descuidar la meditación, la vigilancia y la ora-ción, pierden la bendición, y se hallan más indigentes que antes de recibirla. Con frecuencia les parece que Dios los ha tratado duramente. No ven que ellos tienen la culpa. Al separarse de Jesús, se han privado de la luz de su presencia. Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contempla-ción de la vida de Cristo. Debiéramos tocarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Y mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuidos de su Espíritu. Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender la lección de peniten-cia y humillación al pie de la cruz”. (El Deseado de todas las gentes, p. 63).

Nótese por favor, es el plan del Señor, que la meditación, la vigilancia, la oración y la contemplación de la vida de Cristo, reavive nuestro amor y seamos llenos de su Santo Espíritu y por ende, no dejemos de alabar y agradecer al Señor por una salvación tan grande.

“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se lla-ma Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sen-taos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebe-deo, comenzó a entristecerse y a angustiar-se en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discí-pulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega”.

(Mateo 26:36-45).


Gratitud por la salvación en Cristo

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II. Algunas escenas importantes en el contexto de nuestra salvación

1) “Mi alma está muy triste hasta la muerte”. (Mateo 26:37).

2) “Angustia…”. (Lucas 22:43).

3) “Sudó grandes gotas de sangre, que caían al suelo…”. (Lucas 22:43). 4) “Los pecados de los hombres descansaban pesadamente sobre Cristo, y el

sentimiento de la ira de Dios contra el pecado abrumaba su vida. Miré-mosle contemplando el precio que ha de pagar por el alma humana. En su agonía, se aferra al suelo frío, como para evitar ser alejado más de Dios. El frío rocío de la noche cae sobre su cuerpo postrado, pero él no le presta atención. De sus labios pálidos, brota el amargo clamor: “Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso.” Pero aun entonces añade: “Empero no como yo quiero, sino como tú”. (El Deseado de todas las gentes, p. 638).

5) “El Hijo de Dios volvió a quedar presa de agonía sobrehumana, y tam-baleándose volvió agotado al lugar de su primera lucha. Su sufrimiento era aún mayor que antes. Al apoderarse de él la agonía del alma, “fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.” Los cipreses y las palmeras eran testigos silenciosos de su angustia. De su follaje caía un pesado rocío sobre su cuerpo postrado, como si la naturaleza llorase sobre su Autor que luchaba a solas con las potestades de las tinieblas. Poco tiem-po antes, Jesús había estado de pie como un cedro poderoso presintiendo la tormenta de oposición que agotaba su furia contra él. Voluntades tercas y corazones llenos de malicia y sutileza habían procurado en vano confun-dirle y abrumarle. Se había erguido con divina majestad como el Hijo de Dios. Ahora era como un junco azotado y doblegado por la tempestad airada. Se había acercado a la consumación de su obra como vencedor, habiendo ganado a cada paso la victoria sobre las potestades de las tinie-blas”. (El Deseado de todas las gentes, págs., 640-641).

6) “Pero Dios sufrió con su Hijo. Los ángeles contemplaron la agonía del Sal-vador. Vieron a su Señor rodeado por las legiones de las fuerzas satánicas, y su naturaleza abrumada por un pavor misterioso que lo hacía estremecerse. Hubo silencio en el cielo. Ningún arpa vibraba. Si los mortales hubiesen per-cibido el asombro de la hueste angélica mientras en silencioso pesar veía al Pa-dre retirar sus rayos de luz, amor y gloria de su Hijo amado, comprenderían mejor cuán odioso es a su vista el pecado. Los mundos que no habían caído y


Viernes - Unión Mexicana del Norte

los ángeles celestiales habían mirado con intenso interés mientras el conflicto se acercaba a su fin. Satanás y su confederación del mal, las legiones de la apostasía, presenciaban atentamente esta gran crisis de la obra de redención. Las potestades del bien y del mal esperaban para ver qué respuesta recibiría la oración tres veces repetida por Cristo. Los ángeles habían anhelado llevar alivio al divino doliente, pero esto no podía ser. Ninguna vía de escape había para el Hijo de Dios”. (El Deseado de todas las gentes, págs., 642-643).

III. El triunfo

1) Padre: “Hágase tu voluntad…”. (Mateo 26:39).

“Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso, empero no como yo quiero, sino como tú”.

“Oraba ahora no por sus discípulos, para que su fe no faltase, sino por su

propia alma tentada y agonizante. Había llegado el momento pavoroso, el momento que había de decidir el destino del mundo. La suerte de la humanidad pendía de un hilo”. (El Deseado de todas las gentes, p. 641).

“Las palabras caen temblorosamente de los pálidos labios de Jesús: Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu vo-luntad. Tres veces repitió esta oración. Tres veces rehuyó su humanidad el último y culminante sacrificio… Si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”. (El Deseado de todas las gentes, p. 642).

¿Qué estaba diciendo Jesús con esto? Padre, tu plan me parece difícil de seguir, no puedo entenderte, pero confío en que tú eres sabio, que me amas y por lo tanto -aunque no entiendo-, “hágase tu voluntad”. Cuan-do Jesús pronunció estas palabras, aseguró para nosotros la vida eterna.

IV. La respuesta de los discípulos ante esta sal-vación tan grande

1) “¿Duermes? ¿No has podido velar una hora?”. (Marcos 14:37).

2) “Los halló durmiendo, y no sabían qué responderle…”. (Marcos 14:40).

3) “Basta, dormid ya, la hora ha venido: El Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores…”. (Marcos 14:41).


Gratitud por la salvación en Cristo

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4) “Habiendo hecho la decisión, cayó moribundo al suelo del que se ha-bía levantado parcialmente. ¿Dónde estaban ahora sus discípulos, para poner tiernamente sus manos bajo la cabeza de su Maestro desmayado, y bañar esa frente desfigurada en verdad más que la de los hijos de los hombres? El Salvador pisó solo el lagar, y no hubo nadie del pueblo con él”. (El Deseado de todas las gentes, p. 642).

V. Conclusión

“El Señor quería ser tan generoso con su familia humana que no pudiera decirse que él habría podido hacer más. En el don de Jesús, Dios dio el cielo entero… Pero la propiciación para un mundo perdido había de ser plena, abundante y completa. La ofrenda de Cristo era sumamente abundante para enriquecer a toda alma que Dios había creado. No debía restringirse de modo que no excediera al número de los que aceptarían el gran Don. No todos los hombres se salvan; sin embargo, el plan de redención no es un desperdicio porque no logra todo lo que está provisto por su liberalidad. Debía haber sufi-ciente y sobrar”. (El Deseado de todas las gentes, págs. 518-519).

El Apóstol San Pablo ante este don inefable dice: En primer lugar: “Gra-cias a Dios por su Don Inefable”. (2 Corintios 9:15).

En segundo lugar: “Abundéis para toda buena obra”. (2 Corintios 9:8).

En tercer lugar: “Que seréis ricos en toda generosidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios”. (2 Corintios 9:12).

Ojalá que esta noche al contemplar todo lo que el cielo hizo por noso-tros, agradezcamos a Dios por el don inefable de Cristo. Y si el cielo dio todo en Cristo ¿no debiéramos también nosotros abundar en generosi-dad y demostrarlo, primeramente entregándonos plenamente a Jesús y en segundo lugar trayendo una gran ofrenda de gratitud?

Mañana sábado, entreguémosla con gozo y alegría, alabando al Señor por su don inefable.

¿Lo haremos para honra y gloria de Dios?

Oremos.

Alabanza y gratitud


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2º Sábado

I. Introducción

Este es el último tema de esta semana de gratitud, y no podemos terminar sin ha-cernos la pregunta: ¿Está llenando nues-tra vida la excelencia del amor de Cristo?

Al estudiar en esta hora lo que el Pa-dre hizo por nosotros, ojalá que po-damos llegar a tener corazones llenos de gratitud, como una fragancia de nuestro amor por Dios. Y como dice el siguiente pensamiento:

“Cuando atesoramos el amor de Cristo en el corazón, así como una dulce fragancia, no puede ocultarse”. (El Camino a Cristo, p. 77). Y si nosotros lo tenemos, indudablemente tendrá que manifestarse.

Los mayordomos fieles llenos del amor de Cristo, estarán dispuestos a dar. No serán sólo espectadores; serán parte de los que se gozan en servir, en dar, siguiendo el ejemplo del cielo –del Padre.

II. El ejemplo del Padre

1) “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”. (1 Juan 4:8).

2) Cuando Adán falló, se puso de inmediato en acción el plan de ma-yordomía del cielo - DAR

a) La promesa de dar a un Salvador. (Génesis 3:15).

b) Hechos y no palabras. Dios dio algo que Adán y Eva podían ver para ratificar la promesa. (Génesis 3:21).

3) Los años pasaron y la Biblia dice:

a) Dios envió a su Hijo. (Gálatas 4:4).

“El que no ama, no ha cono-cido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”

(1 Juan 4: 8-10).

fragancia del amorLa Gratitud,


La gratitud, fragancia del amor

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4) La profundidad del ejemplo de dadivosidad celestial.

a) Jesús se dio hasta la muerte. (Filipenses 2:4-11).

b) “En Cristo está el sacrificio mayor jamás hecho: El don de sí mismo en propiciación por un mundo perdido. El Señor quería ser tan ge-neroso con su familia humana, que no pudiera decirse que él habría podido hacer más. EN EL DON DE JESÚS, DIOS DIO EL CIELO ENTERO”. (El Deseado de todas las gentes, p. 518).

5) La motivación para dar

a) Juan 3:16 - AMOR

b) Efesios 5:2 - AMOR

c) 2 Corintios 8:9 - POR AMOR

d) 2 Tesalonisenses 2:16 - CONSOLACIÓN POR AMOR

e) “Dios es amor, está escrito en cada capullo que se abre y en cada tallo de la naciente hierba”. (El camino a Cristo, p. 8).

f ) “Mientras más estudiamos el carácter divino de la cruz, veremos más misericordia, ternura y perdón unidos a la equidad y justicia y más claramente discerniremos innumerabes evidencias de un amor infinito, y una tierna piedad que sobrepasa la compasión de una madre para con su hijo descarriado”. (El camino a Cristo, p. 22).

III. ¿Cómo damos nosotros?

El cielo, –El Padre- y Jesús dieron y siguen dando por amor. “Dios dio todo el cielo”.

Estudiaremos ahora el ejemplo de dos mayordomos. Y la pregunta es: ¿Cómo estamos dando?

1) Un hombre llamado Judas

- “Tenía un elevado concepto de su propia capacidad administrativa”. (El Deseado de todas las gentes, p. 514).


2º Sábado - Unión Mexicana del Norte

- Se consideraba muy superior a sus condiscípulos como hombre de finanzas, y los había inducido a considerarlo de la misma manera.

- Había ganado su confianza y tenía gran influencia sobre ellos.- La simpatía que profesaba por los pobres los engañaba, y su artera

insinuación los indujo a mirar con desagrado la devoción de María.- Era el encargado de las finanzas de los apóstoles y de Jesús.- No era un mayordomo fiel (Ver Juan 12:4-6).- Estaba frente a Jesús al igual que María.- Dio su regalo, usó mal su mayordomía y dio todo lo que tenía en su

corazón.

a) Fue a los sacerdotes para entregarlo. (Marcos 14:10).

b) Igual que los discípulos, pensaba que dar algo a Jesús era un desperdicio. (Mateo 26:8).

c) Vendió a Jesús por 30 piezas de plata. (Mateo 26:14-16).

2) Una mujer llamada María

- No podía comprender perfectamente lo que le pasaba, pero decidió hacer algo muy especial.

- Sentía una gratitud, que la llenaba toda.- Comenzó a buscar algo para regalar, que fuera digno, un gran regalo,

no importaba el precio.- Buscó en las tiendas cercanas, pero no encontraba lo que anhelaba, así

que prosiguió su búsqueda.- Cierto día, después de haber recorrido y buscado en casi todas las

tiendas, encontró un lugar que le atrajo la atención. En la entrada se leía el anuncio: “Perfumes aromáticos para toda ocasión de varios precios”.

- Prestamente entró y le preguntó al encargado por un buen ungüen-to; al juzgar por su apariencia el encargado le trajo uno para que lo examinara. Le dijo las ventajas y sobre todo el precio, muy cómodo. María lo examinó, lo olió, pero no le gustó; el encargado le dijo: Para usted sólo son 10 denarios, quedará muy bien con un regalo así, no cualquiera regala algo de este valor, son 10 días de sueldo. María dijo no; yo quisiera saber si tiene otro mejor. El empleado dijo sí. Aquí tiene uno mejor y el precio también es superior, éste sólo vale 50 de-narios (el equivalente de 50 días de trabajo), pero después de exami-narlo, María dijo no; quisiera saber si tiene uno mejor. El empleado



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buscó entre todos y presentó a María uno de mayor calidad y precio. Dijo: Este vale 150 denarios y María después de examinarlo, decidió que tampoco era lo que ella deseaba. Así que preguntó al empleado por otro mejor; el empleado un poco intrigado al ver a María –que no representaba alguien que tuviera tanto dinero-, le preguntó por qué quería uno mejor. María le contestó que lo hacía por inmenso amor y gratitud y que deseaba saber si tenía uno mejor, así que el empleado le dijo: Voy a buscar uno que tenemos guardado de una manera muy especial, que sólo se usa para ocasiones especiales como presente a personas muy distinguidas y su precio es el mayor de to-dos. Le presentó a María un vaso de alabastro, conteniendo nardo líquido de mucho valor. María lo vio, lo examinó, no podía destapar-lo, pero confió que aquel ungüento sería lo mejor, así que preguntó por el precio y se le dijo 300 denarios, eso era el sueldo de casi un año de trabajo, pero María decidió comprarlo. Le pidió al empleado que lo guardara mientras ella iba por el dinero, buscó todo lo que tenía, hasta que completó la suma indicada. Cuando lo compró, lo guardó con sumo cuidado.

“A costa de gran sacrificio personal había adquirido este vaso de alabas-tro de nardo líquido”. (El Deseado de todas las gentes, p. 513).

“Pronto supo el momento apropiado para dar este regalo”. (Juan 12:1-7).

“María no podía explicar por qué había escogido esa ocasión para ungir a Jesús. El Espíritu Santo había pensado en lugar suyo, y ella había obe-decido a sus impulsos. Dio todo lo que tenía en su corazón”. (El Deseado de todas las gentes, p. 515).

Pregunto: ¿Cómo estamos dando nosotros, como María o como Judas?

IV. Al dar - al usar su mayordomía ¿en dónde estuvo la diferencia?

¿Tendría mayores ventajas María? ¿Jesús le ayudó más a ella que a Judas? Examinemos a los dos:

1) Judas

“La historia de Judas presenta el triste fin de una vida que podría haber sido honrada por Dios. Si Judas hubiese muerto antes del último viaje a Jerusalén, habría sido considerado como un hombre digno de un lugar entre



los doce y su desaparición habría sido muy sentida”. (El Deseado de todas las gentes, p. 663). - Vio a los cojos y ciegos acudir a Jesús y ser sanados.- Vio los moribundos ser puestos a los pies de Jesús y ser sanados.- Presenció las poderosas obras del Salvador al echar los demonios.- Sintió un deseo de ser transformado en su carácter y en su vida, y

esperó obtenerlo relacionándose con Jesús.- Reconoció la enseñanza de Cristo como superior a todo lo que hu-

biese oído.- Amaba al gran Maestro y deseaba estar siempre con Él.- Cuando fueron alimentados los cinco mil, Judas ayudó a distribuir el

alimento a la hambrienta multitud.- Sintió la satisfacción que proviene de dar y servir a Dios.- Jesús le dio un lugar entre los doce; le confió la obra de evangelista;

le dotó de poder para sanar a los enfermos y echar a los demonios.- ¿Por qué Judas criticó el acto de María, dando pruebas de su verda-

dero carácter?- “Pero Judas no llegó al punto de entregarse plenamente a Cristo. No re-

nunció a su ambición mundanal o a su amor al dinero. Aunque aceptó el puesto de ministro de Cristo, no se dejó modelar por la acción divina. Creyó que podía conservar su propio juicio y sus opiniones, y cultivó una disposición a criticar y acusar”. (El Deseado de todas las gentes, p. 664).

2) María

- Escuchaba fervientemente cada palabra que salía de labios de Jesús. (Lucas 10:39).

- Jesús amaba a María. (Juan 11:5).- Era pecadora. (Lucas 7:37).- Vio la resurrección de Lázaro, su hermano.- No tenía nada de especial.

Pero notemos:

“En su misericordia Jesús había perdonado sus pecados, había llamado de la tumba a su hermano, y EL CORAZÓN DE MARÍA ESTABA LLENO DE GRATITUD. Había oído hablar a Jesús de su próxima muerte, y en su profundo amor y tristeza había anhelado honrarle”. (El Deseado de todas las gentes, p. 513).



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- María había aceptado a Jesús como su Salvador, era feliz sabiendo que Jesús era su libertador.

- María había aceptado la influencia del Espíritu Santo.- María tenía fe en Jesús.- “En las Escrituras se menciona el ungimiento de Jesús por María, para

distinguirla de las otras Marías. Los actos de amor y reverencia para con Jesús son una evidencia de la fe en él como Hijo de Dios”. (El Deseado de todas las gentes, p. 517).

- María dio porque amaba a Jesús.- “El deseo que María tenía de presentar este servicio a su Señor, era de

más valor para Cristo que todo el ungüento precioso del mundo, porque expresaba el aprecio de ella por el Redentor del mundo. El amor de Cris-to la constreñía. Llenaba su alma la sin par excelencia del carácter de Cristo. Aquel ungüento era un símbolo del corazón de la donante. Era la demostración exterior de un amor alimentado por las corrientes celes-tiales hasta que desbordaba”. (El Deseado de todas las gentes, p. 517).

IV. Conclusión

La pregunta importante es: ¿Ha llenado nuestro corazón el amor de Cristo? ¿Cómo estamos respondiendo a ese amor? ¿Será que no lo te-nemos?

Hoy es el día de demostrar ese amor si lo tenemos. María dio una gran Ofrenda de Gratitud pues “la fragancia del amor, es gratitud”.

“La misma necesidad es evidente en nuestro mundo hoy. Son pocos los que aprecian todo lo que Cristo es para ellos. Si lo hicieran expresarían el gran amor de María, ofrecerían libremente el ungüento, y no lo considerarían un derroche. Nada tendrían por demasiado costoso para darlo a Cristo, ningún acto de abnegación o sacrificio personal les parecería demasiado grande para soportarlo por amor a él”. (El Deseado de todas las gentes, p. 518).

“Aquella que había caído, y cuya mente había sido habitación de demonios, fue puesta en estrecho compañerismo y ministerio con el Salvador. Fue Ma-ría la que se sentaba a sus pies y aprendía de él. Fue María la que derramó sobre su cabeza el precioso ungüento y bañó sus pies con sus lágrimas. María estuvo junto a la cruz y le siguió hasta el sepulcro. Fue María la primera en ir a la tumba después de su resurrección. Fue María la primera que pro-clamó al Salvador resucitado”. (El Deseado de todas las gentes, p. 521).



¿Quisiéramos nosotros como María, que Cristo sea lo primero, lo mejor y lo último en nuestras vidas y que llenos de este amor tan inefable en Cristo, como lo estaba María que dio como Cristo dio, nosotros hoy pasemos y depositemos nuestra ofrenda de gratitud y llenemos nuestra iglesia del perfume de nuestro amor?

Este es el momento de hacerlo, y que nuestro amor a Cristo desborde en gratitud.

Oremos.

Nota para el predicador:Es el momento de dar las indicaciones para la entrega de la ofrenda. Usted, como predicador, y los oficiantes sean los primeros en colocar-la en el lugar destinado para ello. Después anime a cada persona a entregar su sobre, pueden pasar juntos como familia. Tenga sobres disponibles para quien no tiene uno. Asegúrese de hacerlo en forma ordenada y al final presente un informe de la cantidad recibida. Invi-te a quienes no pudieron entregar su ofrenda a que lo hagan durante los siguientes sábados (22, 28) o en el programa de fin de año (31).

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Producción:Unión Mexicana del Norte

Autor:Ptr. Misael Escalante Mazariegos

Corrección:Ptr. Jorge Alberto García Pérez

Xochiquetzal Olmedo C.

Diagramación y Diseño:L. C. V. Jorge Díaz Ortiz

Impreso en México por:Editorial Montemorelos

Tel. (826) 263 3619Montemorelos, N. L.

Date post:	07-Feb-2017
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Sermones semana de gratitud 2013

Spiritual