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Sobre partidos y democracia en la Argentina entre 1955 y 1966

Date post: 08-Dec-2015
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Source: Desarrollo Económico, Vol. 18, No. 71 (Oct. - Dec., 1978), pp. 409-431
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Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org Instituto de Desarrollo Económico y Social Sobre partidos y democracia en la Argentina entre 1955 y 1966 Author(s): Eugenio Kvaternik Source: Desarrollo Económico, Vol. 18, No. 71 (Oct. - Dec., 1978), pp. 409-431 Published by: {ides} Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466345 Accessed: 05-09-2015 17:57 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 66.7.210.88 on Sat, 05 Sep 2015 17:57:43 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions
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Instituto de Desarrollo Económico y Social

Sobre partidos y democracia en la Argentina entre 1955 y 1966 Author(s): Eugenio Kvaternik Source: Desarrollo Económico, Vol. 18, No. 71 (Oct. - Dec., 1978), pp. 409-431Published by: {ides} Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466345Accessed: 05-09-2015 17:57 UTC

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NOTAS Y COMENTARIOS

SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA ENTRE 1955 Y 1966

EUGENIO KVATEBNIK *

Quid quid delirant reges plectuntur achivi. (Las locuras de los reyes la pagan los aqueos)

HORACIO, Epistolae.

INTRODUCCION

El proposito de esta nota es desarrollar un analisis critico del trabajo de Guillermo O'Donnell: "Un juego imposible. Competicion y coaliciones entre 1955 y 1966" t. En el se ofrece, a traves de un enfoque "clasico", una argumentacion heterodoxa y provocativa sobre la crisis de la democracia en el periodo comprendido entre 1955 y 1966. "Clasico" porque en esta epoca de enfoques interdisciplinarios es extranio encontrar un trabajo que, salvo al- guna referencia minima e imprescindible a factores economicos, sociologicos, suministre, para decirlo en palabras de Jouvenel, una interpretacion poli- tica "pura", es decir una exolicaci6n suficiente del fenomeno desde el angulo de la teoria politica. Heterodoxo, porque contrario sensu a la creencia mais o menos difundida de que los politicos suelen tener alguna responsabilidad en el fracaso de la democracia. O'Donnell se encarga de demostrar que la democracia entra en crisis precisamente porque los politicos hacen lo que de ellos se espera: tratar de ganar elecciones y de formar las coaliciones que le permitan ganarlas.

El objetivo de cualquier politico es tratar de alcanzar el poder mediante la victoria electoral, negociando para ello las coaliciones y alianzas que le per- mitan alcanzarla. En aquellos paises donde no existen las restricciones que se senalan mas adelante, este comportamiento de los politicos consolida a las instituciones democraticas. Aqui, en cambio, la existencia de las restricciones enunciadas en las reglas hace que los politicos, al tratar de ganar elecciones y formar coaliciones, provoquen la crisis del regimen. Ese resultado no es culpa o responsabilidad de los politicos, ni de sus valores u orientaciones

* Carrera del Investigador Cientifico, CONICET. El autor agradece a la licenciada Laura V. Lemer los comentarios a una versi6n preliminar y tambi6n los de un lector an6nimo que le permitieron mejorar la presentaci6n de este trabajo.

1 El trabajo es el ultimo capitulo de su libro Moderizacidn y autoritarismo, Ed. Paid6s, Bs. As., 1972. P,blicado tambien en la Revista Latinoamericana de Sociologfa, 71 - 2/3, Instituto Torcuato Di Tella, y como Documento de Trabajo del CIAP, Bs. As., 1972. Las citas corresponden a esta il6tima versi6n.

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EUGENIO KVATERNK

motivacionales, como se empenan en demostrar las teorias o enfoques sobre el "caracter nacional" 2, sino de un contexto restrictivo en el que los politicos, cumpliendo con su rol institucional y aun contra su voluntad, conducen ine- vitablemente la democracia hacia su colapso.

O'Donnell concibe los acontecimientos entre 1955 y 1966 como un juego en el que los jugadores -partidos politicos- tratan de obtener ciertos be- neficios -cargos gubernamentales- en el marco de ciertas reglas, de cuyo cumplimiento se encarga el referee del juego -las FF. AA.-. A continua- cion se presenta sinteticamente el modelo de O'Donnell. Las restricciones o reglas de juego son 3:

1. No se permite a los peronistas ganar elecciones importantes. 2. Si por cualquier razon los peronistas ganan alguna eleccion impor-

tante, no se les permite ocupar los cargos para los cuales fueron electos.

3. Sea cual fuere el partido que este en el gobierno, debe tomar pre- cauciones para asegurar que los peronistas no ganen las siguientes elecciones importantes; si asi no lo hace se lo derroca.

4. Cualquier partido menor -salvo que sea explicitamente autorizado por el referee- que forme una coalicion con los peronistas, se interpreta como "fachada" del peronismo, en cuyo caso se le aplican todas las prohibiciones dictadas contra este ultimo. Definiciones: Un partido menor es uno que ha obtenido menos del 3 % del total de votos emitidos en las ultimas elecciones. Un referee del juego son los militares; pueden no haber creado las reglas pero estin dis- puestos a imponerlas y son capaces de hacerlo.

5. Cualquier partido que este en el poder debe adoptar politicas que, de acuerdo con el criterio del referee, satisfagan al modo antipero- nista y rechacen las demandas socioeconomicas de los peronistas. Si asi no lo hace se lo derroca.

6. A los peronistas se les permite votar en blanco o por cualquiera de los partidos "aceptables".

7. No se permite a los partidos cambiar las reglas. Si tratan de ha- cerlo cuando estin en el poder, se los derroca; si tratan de hacerlo mientras estan fuera del poder, se vuelven "inaceptables".

8. Un partido que haya sido derrocado del gobierno porque violo al- gunas reglas, se transforma en "inaceptable" para la pr6xima elec- cion importante.

9. El conocimiento de las reglas es imperfecto en la primera vuelta. Los jugadores no saben si el referee esta realmente dispuesto a hacerlas cumplir. De alli en adelante el conocimiento es perfecto; las reglas existen tal como se ban establecido.

10. Las negociaciones para formar coaliciones pueden ser secretas, pero cuando las coaliciones estan formadas se hacen pfiblicas de inme- diato.

2 O'DONNELL, ibid., pig. 45. O'DONNELL, ibid., pig. 10-12.

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SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

I. El electorado y los partidos estan distribuidos bimodalmente, entre un modo peronista minoritario y un modo antiperonista mayoritario. La existen- cia de varios partidos en el modo antiperonista hace del peronismo la primera pluralidad electoral 4.

La proscripcion del peronismo hace que con excepcion del partido anti-

peronista mayoritario, cualquiera de los restantes partidos antiperonistas que actfian racionalmente deba buscar una coalicion con el peronismo, si quiere asegurarse la posibilidad de ganar las elecciones y con ello los cargos guber- nativos "importantes" 5.

4 Transcribo aqui las definiciones de O'DONNLL sobre el capital de los jugadores y los premios en disputa (ibid., pags. 8-10).

"Capital de los participantes: 1. Aceptabilidad: Definici6n: consiste en haber sido autorizado por las reglas para presentar candidatos en elecciones importantes y, en caso de resultar victorioso, para ocupar los cargos disputados. Peronistas y comunistas carecen de este capital; los restantes partidos cuentan con 61 mientras no violen las reglas.

II. 2. Fuerza electoral: Definici6n: es la proporci6n estimada por los restantes participantes, del voto total que cada participante obtendrf en las pr6ximas elecciones. La fuerza electoral de los participantes es:

Peronistas (P) .................................. 35-40 % Radicales del Pueblo (RP) ........................... 20-25 % Radicales Intransigentes (RI) ..................... 15-25 % Conservadores Dem6cratas Progresistas I Comunistas 3-8 % c/u. Socialistas Dem6cratas Cristianos J

III. Definiciones: a) Un '?participante ganador" es uno que no ha entrado en una coalici6n y cuyos votos suman la primera pluralidad sobre cualquier otro partido o coalici6n en una elecci6n. b) Una "coalici6n ganadora" es un acuerdo entre dos o mas partidos que, habiendo convenido c6mo votarn sus seguidores y c6mo se distribuiran los beneficios, obtiene la priniera pluralidad de votos. c) Una "coalici6n probablemente ganadora" es cualquier acuerdo de este tipo, anterior a las elecciones, celebrado por dos o mas partidos que, de acuerdo con su fuerza electoral slmada, tiene una alta probabilidad de ganar elecciones. Por lo tanto:

i) si no se forma ninguna coalici6n, el peronismo gana ya que P> RP, RI, ......., n;

ii) si se forma una gran coalici6n en el modo antiperonista, el peronismo pierde, ya que P< (RP + RI .+ ........ + n).

iii) una coalici6n del peronismo con uno o mAs partidos es una coalici6n probablemente ganadora. Si (P + RP) o (P + RI) lo es en todos los casos. Si el acuerdo se realiza con otros partidos, s61o si los restantes partidos antiperonistas no forman una gran coalicion entre ellos.

IV. El ganador del prenrio presidencial promete o entrega pagos laterales a sus socios en la coalici6n. Estos premios son tangibles (gobernaciones) o intangibles (pro- mesas a ser cumplidas una vez en el gobierno; puesta en marcha de politicas o deci- siones preferidas por los conpaneros de coalici6n)."

? O'DONNELL, ibid., pags. 12-13. "Los partidos y electores son maximiTadores y racionales. Los votantes son racionales: 1. Cuando enfrentados a varias posibilidades para votar -partidos- eligen la que mAs

prefieren. 2. Cuando si sus opciones se limitan a posibilidades que les disgustan profundamente

y a otras respecto de las cuales son indiferentes -o favorecen tibiamente- eligen una de las iltimas, siempre que en su evaluaci6n de probabilidades esa decisi6n aumente la probabilidad de que pierda/n la/s altemativa/s que le disgusta/n profundamente.

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EUGENIO KVATRN

El partido que logra la alianza se compromete -una vez en el gobier- no- a levantar las restricciones que impiden que el peronismo acceda al poder, y a desarrollar desde el gobierno politicas economicas favorables a los proscriptos.

Una vez en el poder y como las reglas prohiben cumplir lo pactado a riesgo de ser derrocado, decide permanecer en el poder y no cumplir lo pro- metido. Al decidir permanecer en el poder tiene que volver a su modo de origen, en busca de los votos que le permitan veneer al peronismo en la proxima eleccion "importante" 6.

La indivisibilidad de los beneficios -gobernaciones- impide una alianza entre el partido X y el partido mayor del modo antiperonista Y, que podria derrotar al peronismo. A ello se agrega que ambos poseen recursos que esti- man igualmente necesarios y suficientes para vencer al peronismo. El parti- do X el control de los recursos gubernamentales y el Y el brevet de la fide- lidad antiperonista. Frente a la amenaza del triunfo peronista, uno trata de convencer al electorado antiperonista en virtud de poseer el control del gobierno y el otro, en merito a ser el partido antiperonista mayor.

Si bien los votantes estarian gustosos de sacrificar sus preferencias par- ticulares y unir sus votos con tal de impedir el triunfo peronista, no logran discernir cual de los recursos es el mas importante, y de esta manera dividen su voto. Es asi como la division de los partidos y los electores antiperonistas garantiza el triunfo peronista. Pero como en el transcurso del juego ha quedado establecido que las reglas existen y seran cumplidas 7, a pesar de que la division del antiperonismo garantiza su triunfo, las reglas lo impiden.

"Despues de estas jugadas los peronistas tendrian una alta probabilidad de ganar, pero las reglas les prohiben hacerlo. Los dos partidos absorbentes garantizan su propia derrota ante el peronismo. Los otros partidos no pueden ganar si se quedan en el modo antiperonista y la unica coalicion que tiene sentido para los peronistas formar con ellos es para terminar el juego. A su vez, ni los votantes del modo peronista, ni los del modo antiperonista pueden votar racionalmente" .

Luego de estos movimientos es evidente para todos que han estado ju- gando un juego futil en "el que nadie puede ganar". Es asi que: "Hacia fines del periodo 1955-66 todos los partidos politicos que tenian mas del

3. Cuando si les disgustan profundamente todas las posibilidades se abstienen o votan en blanco.

Los partidos son racionales: 4. Cuando tratan de maximizar sus votos y sus posibilidades de ganar futuras elecciones. 5. Cuando una vez en el poder tratan de implementar politicas p6blicas que satisfagan

a una parte del electorado suficientemente amplia como para ganar las proximas elecciones.

6. Cuando una vez en el poder tratan de mantenerse en los cargos gubernamentales durante todo el periodo para el cual fueron elegidos." 6 Ibid., pAgs. 9-10. "Los partidos compiten para ocupar <puestos importantes,

mediante el triunfo en celecciones importantes,. Definici6n: cpuestos importantes. son la presidencia y las gobernaciones de las provincias mayores -las mAs pobladas-; .elec- ciones importantes. son aquellas en las que se decide qui6nes ejercerAn esos cargos".

7 Los militares son el referee que se encarga de que las reglas sean cumplidas. 8 O'DONNELL, ibid., pag. 24.

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SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

10 /o del voto total (peronistas, radicales intransigentes y radicales del pue- blo) habian sido derrocados por un golpe militar. Luego de la primera rueda iniciada con la eleccion de 1958, el juego se habia extendido hasta demostrar su imposibilidad al momento del golpe de 1962. Sin embargo, y por razones fundamentalmente militares, en 1963 tuvo lugar una (rueda)) final del jue- go' 9.

Cuando en 1965 tuvieron lugar elecciones parciales, en las que no estu- vieron en juego cargos "importantes", los peronistas demostraron que como siempre retenian la primera pluralidad de los votos. En 1967 debia reali- zarse una eleccion "importante" y el gobierno se vio enfrentado al eterno dilema de proscribir a los peronistas y lanzar la logica del modo vacante, o bien permitirles presentar sus propios candidatos, ganar y ser derrocado. Por ello en 1966 los militares derrocaron a los radicales del pueblo. "El agota- miento del conjunto de (jugadores)) de cierta fuerza electoral, mas la evi- dencia ultima de la imposibilidad del ejuego)), hacian su contribucion a un proceso mas vasto como consecuencia del cual, bajo ((reglas)) autoritarias, comenzaba un nuevo ajuego) en el cual se suponia que los partidos politicos no tendrian parte alguna" 10.

El modelo o juego se aplica a las dos vueltas o rondas del periodo 1955-66. Es decir, a los procesos politicos-electorales que llevan al poder a Frondizi e Illia, en 1958 y en 1963, y que culminan con su derrocamiento en 1962 y en 1966. El acuerdo o pacto de Frondizi con Peron en 1958 le permite ganar las elecciones con el concurso de los votos peronistas, pero una vez instalado en el poder, no cumple sus promesas. Hostilizado por los peronistas, intenta ganar las elecciones de 1962 mediante una estrategia de polarizacion, contando con atraer o usufructuar el temor del electorado antiperonista ante un eventual triunfo del peronismo.

La estrategia de polarizacion basada en la propuesta de que votar por el gobierno era la mejor manera de evitar el triunfo peronista fracaso porque el radicalismo del pueblo esgrimio, como recurso igualmente valido, su "fide- lidad" antiperonista. La division del electorado antiperonista posibilito el triunfo peronista en 1962 y sello la caida de Frondizi.

La interpretacion, valida para el primero de estos procesos -el ascenso al poder y la posterior caida de Frondizi-, no se ajusta, en cambio, a lo ocurrido entre 1962 y 1966.

HACIA UNA INTERPRETACION ALTERNATIVA

Juan Linz l ha elaborado, a partir de la experiencia de la Alemania de Weimar y de la Italia de Giolitti -regimenes democraticos que antece- dieron y fueron derrocados por el nazismo y el fascismo-, un modelo ge- neral de la crisis de los regimenes democraticos.

9 O'DONNELL, ibid., pig. 40. J10 ODoNNELML, ibid., pag. 40. 11 "The breakdown of democratic politics", trabajo presentado al Congreso Mundial

de Sociologia, Varna, 1969.

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EUGENIO KVATERNI

Entre las caracteristicas que nos interesa destacar -recuerdese que el analisis es una teoria suficiente de la crisis, a partir del comportamiento de los partidos politicos- este autor senala la existencia de un problema persistente, que ni el regimen politico en su conjunto ni ninguno de los sucesivos gobiernos son capaces de resolver: "un sistema de partidos frag- mentados", donde estos, si bien carecen de suficiente poder para gobernar, poseen un fuerte poder de veto, impiden que los restantes lo hagan, y dan

lugar al conocido fenomeno de paralisis gubernativa o "empate". Gobiernos y oposiciones irresponsables que no cumplen con lo prometido o formulan

requerimientos que no pueden ser tenidos en cuenta. La politica de sobre-

puja, de promesas irreales, se convierte en un componente endemico de este

tipo de regimenes. Estas maniobras de los partidos frente a este "proble- ma persistente" terminan por volverlo insoluble, dentro de los marcos del

regimen constitucional. Desacreditan a los politicos y a la democracia en su conjunto y abren la via a requerimientos de soluciones autoritarias.

Como puede apreciarse, estas notas estan presentes entre 1955-66. La "cuestion peronista", problema persistente, da lugar a una politica de sobre- puja en la busqueda de sus votos, de promesas y requerimientos irrealiza- bles, porque las reglas lo prohiben, y de paralisis o empate gubernativo porque "nadie puede ganar" y/o cumplir lo prometido.

A diferencia de las sugestiones de Linz, y basandose en lo ocurrido entre 1958 y 1962, O'Donnell nos persuade de que este sindrome de crisis y el

colapso posterior se deben a que los politicos intentaron resolver el "problema persistente", y no porque se hayan desentendido de e1.

Basandonos en los sucesos entre 1962 y 1966, trataremos de avanzar la hipotesis contraria. Intentaremos demostrar que con estas reglas y otras

que O'Donnell omite, la democracia era posible, es decir que:

1) La coalicion antiperonista era factible.

2) Con las condiciones o restricciones fijadas por las reglas, era posible una coalicion entre el peronismo y uno o varios partidos, en la que todos los participantes ganasen y sin que ello significase la caida del regimen institucional.

La ausencia de ambas y la consecuente crisis del regimen democratico no es el resultado del comportamiento de partidos "maximizadores" orien- tados a ganar elecciones y cargos electivos, sino de partidos que no estan interesados en ganar, orientados mas bien a impedir el triunfo ajeno que a asegurar el propio.

La principal falla del modelo no estriba en su inadecuacion a los acon- tecimientos, pues ningun modelo se ajusta exactamente a los hechos. Por ello, en su evaluacion, ademas del grado de ajuste, deben tenerse en cuenta atributos tales como su economia explicativa, simplicidad, isomorfismo, etce- tera.

En este caso especifico, mis objeciones apuntan mas bien a ciertas cues- tiones de orden epistemologico. A pesar de las afirmaciones de O'Donnell, el enfoque "economico" no es una alternativa a las explicaciones de indole "psicologista" del "caracter nacional" o de la "cultura civica". El enfoque

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SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

economico supone la existencia de una cultura politica de tipo "mercantil", donde actores y protagonistas operan acorde a los supuestos que comunmente se asocian con un mercado economico. Para ser epistemologicamente plau- sible, el modelo requeriria una cultura politica con esos rasgos, suposicion cuya inexactitud intentare probar.

Terminar6 el trabajo con una reflexion sobre las implicancias normati- vas o ideologicas del enfoque de O'Donnell y de mi posicion.

LA COALICION ANTIPERONISTA (I)

El argumento de O'Donnell se desenvuelve siguiendo los supuestos de la teoria de formacion de las coaliciones elaborada por Gamson 2. Segun este autor, los participantes en una coalicion tienden a que su participacion en los beneficios sea proporcional a los recursos aportados en su formacion. Esta es la 11amada "norma de paridad". Las diferencias en el capital elec- toral respectivo mas la indivisibilidad de la presidencia impiden en 1958 la alianza entre X e Y -o UCRI y UCRP-. En 1962, en cambio o ademias, cada uno de esos partidos cree que sus otros recursos son mayores; uno cree que es mas importante la presidencia y el otro su "fidelidad anti- peronista", lo cual impide nuevamente la formacion de la coalicion que evitaria el triunfo peronista.

Otras teoriasl13 -las de la "racionalidad estricta", como las llama Gam- son- sostienen que el reparto de los beneficios no debe guardar ninguna paridad con los recursos de los respectivos socios o aliados. El argumento es que en un caso de tres jugadores, quien quede excluido y no logre entrar en una coalicion, perdera ante la union de los otros dos. Cada jugador sabe que de no entrar en una coalicion, los otros dos se uniran en su contra y lo derrotaran. Por lo tanto, aun el mas d6bil de todos es tan fuerte como el mas fuerte, porque la coalicion con el mas debil es tan ganadora como la que incluye al mais fuerte. Los beneficios de la alianza deben entonces di- vidirse por igual, ya que cada miembro de la alianza es tan necesario como el otro, independientemente de la disponibilidad de recursos o de capital inicial.

La experiencia indica que en los juegos que se juegan varias veces, los jugadores tienden a abandonar el "criterio de paridad" por consideraciones de "racionalidad estricta" y a dividir los premios en partes iguales. Los participantes perciben que "la division de los beneficios debe ser menos ex- trema que la implicada en la norma de paridad porque todos los partici- pantes son hasta cierto punto iguales" 14.

Se puede demostrar que la segunda vuelta presenta condiciones que se

12 W. GAMSON: "A theory of coalition formation", American Sociological Review, 1961, pig. 26.

la W. GAMSON, ibid. 14 Esta es la evidencia que proporciona Csa-rtt eirot : "Socio-Psychological Theories

and Research on Coalition Formation", The Study of Coalition Behaviour, GROENNINGS Y OTROS, Holt, Rinehart y Winston, 1970.

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EUGENIO KVATEBNIK

aproximan a las enunciadas en los supuestos del modelo de la "racionalidad estricta" 16.

El antecedente de la eleccion de 1965 es que en 1963 la UCRP Ilega al poder sin acuerdo previo con el peronismo. Desaparece asi "el meollo de la situacion causada por la estructura del modelo y por la misma racionalidad de los actores". En terminos mas simples, mientras Frondizi, para mante- nerse en el gobierno debe gobernar en contra de la mayoria que lo llevo al poder, la UCRP para mantenerse en el poder (axioma 6) puede y debe gobernar a favor de la mayoria que le dio el poder (axiomas 4 y 5).

A diferencia de la UCRI, la UCRP no debe "retornar" al modo anti- peronista porque nunca lo ha abandonado. Su opcion no es "volver" sino expandirse dentro de su modo. Partido "confiable", que no se ha movido de su modo antiperonista y que ha sido el mayor en las uiltimas elecciones, cuenta ahora con el control del gobierno. "Gobernar para su modo" es la estrategia mas racional para ir mas alli del 23 %/ de la eleccion anterior y superar asl al peronismo en la proxima eleccion.

Como es obvio, esto modifica favorablemente las perspectivas del elec- torado antiperonista. En lugar de tener que optar, como en 1962, entre dos

15 Para el lector que no conozca el trabajo, transcribo los p6rrafos correspondientes al nudo o meollo, en que segun O'Donnell se enfrentan los partidos:

"En el presente modelo, la existencia de un modo 'prohibido' -el participante individualmente mas grande al que se le prohibe ganar- determina una fuerte proba- bilidad de ganar para el que pueda lograr el apoyo del primero. Para los peronistas, el ulnico pago lateral que puede interesar es la promesa del 'socio' en el sentido de que, cuando gane el premio mayor -la presidencia- adoptari politicas publicas que los prinleros prefieren y, en especial, que cambiara las reglas que le prohiben ganar. Sobre esta base, los dirigentes peronistas pueden convencer a sus seguidores para que en esa elecci6n voten a su socio en la coalici6n.

"Pero como las reglas tienen plena vigencia, los pagos laterales prometidos por el socio no pueden ser cumplidos. La promesa de adoptar politicas publicas gratas al modo prohibido viola la regla 5, en tanto que la promesa de cambiar las reglas viola la numero 7. Esto es un dilema para el participante que ha logrado apropiaiie del premio mayor gracias al apoyo del modo prohibido. Cumplir las promesas implica, segfin las mismas reglas, ser desposeido del premio ganado por medio 4e un golpe militar que lo derrocara de la presidencia (con lo cual ese cumplimiento viola el axio- ma 6). Pero no cumplir con los pagos laterales prometidos crea intensa hostilidad de los peronistas hacia el socio que los ha 'traicionado'.

"De manera que para el participante que en la primera vuelta gane el premio mayor, esto le implica, o bien cumplir y ser inmediatamente despojado del premio, o bien no cumplir y mtuy posiblemente (...) perder la pr6xima vuelta en manos de un modo peronista que ahora le es intensamente hostil. Esto ultimo es grave, en terninos de los axiomas 4 y 5, pero como sus efectos no son inmediatos (las pr6ximas elecciones importantes tendran lugar dentro de algunos anos y entretanto 'algo' puede pasar, sobre todo gracias al control de los recursos gubemamentales que el premio mayor trae apare- jado) esta decision es preferida al riesgo mucho mas inmediato de ser desposeido del premio mayor. Por lo tanto el axioma 6 prevalece sobre los axiomas 4 y 5 y los pagos laterales prometidos a los peronistas no son cumplidos.

"Este es el meollo de la situaci6n causada por la estructura del modelo y por la misma racionalidad de los actores. Un participante debe formar una coalici6n con los peronistas si quiere maximizar su posibilidad de ganar las elecciones. La inica forma de lograr la coalici6n es prometer a los peronistas pagos laterales intangibles, a entregar una vez lograda la presidencia. Pero el cumplimiento de esas promesas implica ser derrocado. Por lo tanto, los pagos laterales prometidos no se cumplen". (O'DO1NEhL, ibid., pags. 13-15).

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SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

partidos, cada uno de los cuales posee un atributo necesario pero no sufi- ciente para vencer al peronismo, se le ofrece ahora un partido que combina ambos atributos.

Sin embargo, y a pesar de que los votantes antiperonistas "estan dis- puestos a sacrificar su preferencia partidaria individual" votando al partido que tiene mejor probabilidad de derrotar al peronismo y de que, a diferen- cia de 1962, poseen una pauta de decision clara, no triunfa la UCRP sino el peronismo.

No es mi intencion cuestionar la validez de la interpretacion que con- duce a los sucesos de 1962 a partir de lo acontecido en 1965. En una de sus definiciones, el autor estipula que los partidos "compiten en elecciones importantes", es decir, en elecciones en las que estan en disputa la presi- dencia y las gobernaciones de las provincias mas pobladas. Una eleccion par- lamentaria como la de 1965 no es una eleccion importante. Ninguin mo- delo formal encaja exactamente con la realidad y ciertas definiciones eli- minan necesariamente ciertos hechos, a los efectos de que el modelo adquiera consistencia interna y ajuste con los fenomenos que considera relevantes. Por lo tanto, la distincion entre elecciones importantes y elecciones que no lo son puede aceptarse como valida. Se podria concluir, de alli, que los re- sultados de esta ultima eleccion coinciden con los de 1962 -a pesar de que la UCRP posee "las dos espadas"- porque los electores estan dispuestos a sacrificar sus preferencias partidarias individuales uinicamente en el caso de elecciones importantes. No estando en disputa las gobernaciones o la presi- dencia, los electores siguen votando a sus partidos. Ese seria el motivo del triunfo peronista en 1965.

Esta estipulacion no se aplica sin embargo al capital de los partidos, que lo establecen en una elecci6n "no importante". La estimacion del ca- pital al iniciarse en 1958 la primera vuelta se ha hecho sobre la base de los resultados de las elecciones de Constituyentes de 1957, en la que no hay en juego cargos "importantes". La elecci6n de 1965 evidencia que ni siquiera la posesion conjunta del gobierno y de la lealtad antiperonista es suficiente para vencer al peronismo. Frente a esta evidencia los partidos deberian re- visar su estimacion de 1957. En 1965 se hace patente que los recursos de cada partido tienen el mismo valor para formar una coalicion antiperonista ganadora. Partiendo de los mismos axiomas de racionalidad, a alguien in- teresado en la estabilidad democratica le quedaria el consuelo, la obligacion, o ambos, de explicar por que al repetirse el experimento y ante la evidencia de que los recursos de los dos partidos poseen el mismo valor, no se forma la coalicion antiperonista.

LA COALICION ANTIPERONISTA (II)

La racionalidad colectiva

El autor excluye la posibilidad de que exista alguna "racionalidad co- lectiva" por parte de los partidos antiperonistas, los que deberian tener in- teres en evitar que su comportamiento tuviese las consecuencias negativas

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EUGENIO KVATENIK

senaladas. Su conclusion es que los requisitos para ello son tan abrnmadores que no pueden ser lenados.

"Para ser efectiva, la racionalidad colectiva debe llenar las siguientes condiciones: 1) Todos los partidos deben tener el mismo valor de conserva- cion del juego, a la cabeza de sus escalas de preferencias. 2) Todos los par- tidos deben ser predictores perfectos -aun antes de la primera vuelta deben saber cuiles seran las consecuencias, si alguno se mueve hacia el modo pe- ronista-. 3) Cada partido debe poder confiar plenamente en los demas" 16.

Si consideramos que el conocimiento de las reglas es imperfecto solo en la primera vuelta, los requisitos cognoscitivos para la racionalidad colectiva son abrumadores. Pero hay otra dificultad insalvable. Imaginemos que por cualquier razon -prediccion erronea, desapego al juego- el partido W ha decidido moverse hacia el modo peronista; en ese caso, su interes se centra --para evitar otros opositores o poder obtener un trato mas barato con los peronistas- en ocultar sus intenciones a los otros partidos. Asi el partido W simularia aceptar el acuerdo de "permanecer en nuestro modo" hasta el momento en que pueda anunciar la formacion de su coalicion con los pero- nistas. Dadas estas circunstancias, ningun jugador racional puede estar se- guro de que todos los otros comparten la intencion de cumplir el acuerdo de "permanecer en nuestro modo".

iSobre que bases decidira cada jugador su propio comportamiento? Dada la situacion, se trata de una eleccion a ciegas, pero adviertase que la racio- nalidad colectiva exige un acuerdo unanime, mientras que una sola "defec- ci6n" desencadena el proceso arriba analizado. Esto es vilido para todos los jugadores y todos tienen que hacer una evaluacion subjetiva de la probabili- dad de defeccion.

Aun si todos los jugadores hubieran acordado sinceramente permanecer en su modo, es muy probable que sea alta la evaluacion subjetiva de la pro- babilidad de una defeccion, por lo menos de uno de ellos. En este caso, el jugador que llegue a esa estimacion subjetiva actuara sobre la base de que, de todas maneras, se destruira la racionalidad colectiva.

Como consecuencia de ello, una sola prediccion de alta probabilidad de violacion de la racionalidad colectiva condiciona a ese jugador a violarla, aunque hubiera estado sinceramente dispuesto a cumplir el acuerdo. Y como es muy probable que exista, por lo menos, uno de estos pronosticos, aun si todos los jugadores actuan de buena fe, es imposible llegar a un acuerdo, o si se logra, es imposible cumplirlo7.

16 El requisito 2 es exagerado. Para que la racionalidad colectiva opere, basta que los partidos sean predictores perfectos en la segunda vuelta, que es precisamente cuando lo son, pues conocen lor resultados de la primera. Saben que ocurrirA si uno de ellos forma coalici6n con el peronismo. 17 El presente anlisis es una extensidn del llamado "juego del prisionero" y de otros juegos como el de Tosca, de estructura similar. (RAPPAPORT: dPara que sirve la teoria de los fuegos?, Nueva Visi6n, Bs. As., sin fecha).

Dos prisioneros son interrogados separadamente por la policia. Si ambos resuelven callar obtienen penas menores. Si ambos confiesan reciben un castigo severo. Y si uno de los dos confiesa, el que ha callado carga con la pena de ambos. En esta situaci6n, a ambos les conviene no confesar. Pero, A piensa: "Ciertamente me conviene no confesar, pero si callo y B confiesa, recibo el castigo de ambos, por lo cual seria un

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SOBRE PATIDO)S Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

Puede demostrarse que en las condiciones de la segunda vuelta partidos racionales no deberian jugar como si el juego fuese "suma cero" y que la racionalidad colectiva es posible. Despues de los resultados de la primera vuelta y como nadie puede ganar, el juego no puede seguir, a no ser que se cambien algunas de las reglas. Los actores que son racionales, y se supone que el juez tambien lo es -O'Donnel no lo dice pero es facil inferirlo- deberian darlo por terminado, a no ser que decidan cambiar alguna de las reglas para que el juego continue.

El conflicto militar de 1962-63 entre azules y colorados puede enten- derse como un enfrentamiento entre grupos del Ejercito que sacan conclu- siones diferentes sobre los acontecimientos de la primera vuelta. Para los "colorados" las reglas no podian ni debian cambiarse. El juego era "impo- sible". Para los "azules" en cambio, mediante la alteracion de algunas de las reglas se podian crear las condiciones suficientes para el juego demo- cratico.

Luego de 1962 se modifican algunas reglas. Segiin O'Donnell, se in- troduce la regla 8: un partido que ha sido derrocado se torna inaceptable. Se introduce la regla 4: un partido menor -con menos del 3 o/o de los votos -puede, explicitamente autorizado por el juez, formar una coalicion con el peronismo.

A estas modificaciones deben agregarse otras que el autor no mencio- na: se anula la regla 5 18; es decir, se permite a los peronistas que los par-

tonto si no confesase. Si por el contrario, yo confieso y el no lo hace, todo el castigo va hacia 61. Por lo tanto, en cualquiera de los casos me conviene confesar'. B razona de la misma manera y el resultado es el peor de los posibles para ambos: ambos confiesan y obtienen la pena mas severa.

En el drama de Sardou y Puccini, las cosas son similares. Tosca se compromete a entregarse a Scarpia si este libera a su amante Cavaradossi. Ambos pactan, pero ninguno de los dos cumple. Tosca apuiiala a Scarpia y Cavaradossi es ejecutado. Si ambos cumplen, Tosca salva a su arante pero al costo de haberse entregado al jefe de policia y su alegria o gozo disminuye sensiblemente. Scarpia logra finalmente obtener a Tosca pero a costa de salvar la vida de un rival que odia. Si ambos se traicionan, pierden ambos, pero su perdida serA menor que en el caso de que el otro no hubiese perdido. Ai Scarpia, morir se le hace menos amargo si piensa en la muerte de Cavara- dossi, que si este hubiese logrado salvarse. La 16gica de la situaci6n es esta: Tosca piensa: "Si cumple con lo pactado me conviene traicionarlo pues obtengo a mi amante y evito tener que entregarme. Si no cumple y mne traiciona, tambi6n debo traicionarlo, asi que haga lo que haga, lo traiciono".

En ambos juegos, los jugadores han jugado un juego que poseia una soluci6n coope- rativa, como si fuese suma cero, como si las ganancias de uno fuesen las perdidas del otro y han perdido ambos. Esta es, multatis mutandi, la situaci6n de los partidos anti- peronistas. Al igual que en el juego del prisionero, la eventual comunicaci6n entre los actores no cambia su modo de razonar. Los partidos actian como Tosca y Scarpia pero sin haberse comprometido en un pacto previo. No hay ninguin intento de obrar colectivamente o de pactar un! compromiso que evite que el interes o el egoismo individual lleve al desastre colectivo, precisamente porque los partidos preven que ello no es posible. "Si pacto, igualmente no tcndria garantias de que mi partner no defeccionara. Cada uno traicionaria finalmente al otro. Por lo tanto, ni siquiera tiene sentido que perdamos tiempo en considerar la posibilidad de tal acuerdo."

18 Hablando de la campaiia electoral dice un autor, en 1963: "Poca atenci6n se dedic6 a las declaraciones preelectorales sobre cuestiones econ6micas, de politica exterior

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EUGENIO KVATERNI

tidos satisfagan sus preferencias economicas, pero se mantiene la prohibicion para que puedan aspirar a cargos importantes (regla 1). Se anula la re- gla 10. Esta decia que "las negociaciones para formar coaliciones pueden ser secretas". Este requerimiento de la linea militar vencedora en setiembre de 1962 estaba sintetizado en un documento del general Rattenbach, leido en la Secretaria de Guerra: "Hay quienes comparan este tipo de a]iarnza (el Frente) con el famoso pacto espurio de 1958, que dio por resultado el triunfo de Frondizi. Existe, sin embargo, una diferencia fundamental: aquel fue fraguado en secreto o a espaldas del pueblo y las FF. AA., con un par- tido politico proscripto. Los nuevos frentes o coaliciones, en caso de mate- rializarse seran concertados en forma limpia y publica, de frente al pueblo y a las FF. AA., con un partido reconocido en cuanto se ajuste a la pres- cripcion del estatuto vigente. Por eso creo que no solamente no debemos oponernos a la formacion de coaliciones sino que debemos aceptarlas exi- giendo solamente el recaudo de procedimientos claros y limpios" 9.

Con el requerimiento de que la coalicion fuese materializada en forma "limpia y puiblica", ninguno de los partidos podia ofrecer a los peronistas cargos importantes y anular, en el futuro inmediato, la regla que les impe- dia obtenerlos.

Con la nueva regla es inutil que los partidos se embarquen en la sobre- puja de la primera vuelta 20. En las nuevas condiciones, ningun partido puede ofrecer mas que otro, y la conquista de la presidencia no depende mas del monto de las promesas. Si todos los partidos pueden y deben prometer exac- tamente lo mismo, la formacion de la coalicion esta librada al azar o a factores desconocidos para los partidos. Y como ninguno sabe cue debe hacer para lograr los votos peronistas, es irracional que vaya en pos de una alianza que no depende de las promesas rue se hacen, mas aun, si simultaneamente pierde los votos de sus propios electores21.

Supongamos empero que uno de los partidos menores, que en virtud de su infimo caudal electoral no tiene nada que perder y si mucho que ganar, ha decidido formar la coalicion, ,deberan los restantes partidos seguir su ejemplo? Si este movimiento es racional para un pequenio partido, que no tiene nada que perder, es irracional para los partidos mayores. Puesto que no pueden prometer ni mas ni menos que el partido menor, y dado que su excursion al modo peronista es castigada con la perdida de votos o capital originario, deben quedarse en su modo, precisamente cuando un partido me- nor logre o intente la coalicion con el peronismo.

y otras... Ademas existia una sorprendente similaridad entre los programas ofrecidos por la mayoria de los partidos y la atenci6n tendia a concentrarse sobre las relaciones de los partidos con los militares, los peronistas y los otros partidos". J. RowE: Argentina: an Election Retrospect. East Coast South America Series, Bs. As., 1964. 19 Primera Plana, 12-2-1963. Segunda Rep-tblica, 6-2-1963. Esto se reitera el 17-5-1963.

20 ODONELL, ibid., pig. 17. 21 ODONNELL: "Por lo tanto, luego de un movimiento fracasado hacia el modo

peronista, que es integramente ocupado por 6stos y por el partido que logr6 la coalci6n, el capital de votos de los partidos es sensiblemente menor que el que hubieran conser- vado si nunca se hubiesen movido de su propio modo antiperonista".

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SOBRE PARTIDOS Y DEMOCRACIA EN LA ARGENTINA

La primera vuelta ha mostrado que una coalicion del peronismo con un partido menor es una coalicion seguramente victoriosa. Para evitar la derrota, la unica alternativa de los partidos antiperonistas mayores -dado que por si solo ningiin partido esta en condiciones de veneer al peronismo- es la formaci6n de una coalicion antiperonista. En la segunda vuelta, la "defeccion" de un partido que no tiene nada que perder, debe desencadenar un proceso exactamente opuesto al predicho por el modelo.

Si de acuerdo con la regla 8, un partido derrocado pierde aceptabilidad, la formaci6n de una coalicion antiperonista deja de tropezar con las dificul- tades de la primera vuelta. La perdida de aceptabilidad le impide aspirar a la presidencia. Quedanl despejadas de este modo las dificultades que la indi- visibilidad del premio mayor ponia en 1958 a la coalicion antiperonista entre X e Y (UCRI y UCRP). Dada la inaceptabilidad de X, la presidencia co- rresponde automafticamente a Y. Por otra parte dada la desconfianza que sus vaivenes ha creado en el electorado antiperonista, cualquier solucion o arreglo en la alianza antiperonista que le garantice al menos una de las go- bernaciones, resulta conveniente para el partido "infiel".

De la misma manera, dada la importancia del premio mayor y la nece- sidad de conseguir el otro aliado para asegurarse el triunfo, al otro partido Y le convendria ceder todas las gobernaciones importantes.

Dentro de estos dos puntos existe, pues, todo un marco de alternativas, cuya viabilidad dependeria unicamente de la aptitud negociadora de ambos. De este modo, el obstaculo que representa la indivisibilidad del premio ma- yor, asi como la tentacion de una coalicion con el peronismo, quedan des- cartadas, y nada impide una coalicion antiperonista.

LA COALICION CON EL PERONISMO (III)

La coalicion antiperonista no era, sin embargo, la uinica carta de la estabilidad democratica. Supongamos que por razones que desconocemos o porque el peronismo le hace saber que posee uno de esos atributos desco- nocidos, alguno de los partidos con mayor cantidad de votos intenta la coa- licion con el peronismo. Supongamos que haya sido defraudado, y que un partido menor obtiene en su lugar la candidatura presidencial; no asi las gobernaciones mayores, que siguen sujetas a negociaciones entre los partidos.

Si un partido "mayor" ha fracasado en obtener la candidatura presi- dencial, no puede retornar a su modo norque ha perdido confiabilidad entre sus votantes. Dado que la coalicion recien formada es seguramente gana- dora y tratandose de un partido racional que quiere ganar elecciones y cargos, deberia quedarse para negociar los otros premios (gobernaciones mayores).

Sintetizando: a) una vez que las promesas no pueden pasar de cierto limite y conocida la inaceptabilidad del partido derrocado, deberia haberse formado la coalicion antiperonista; b) una vez producido el desplazamiento hacia el peronismo de cualquiera de los partidos "mayores", el retorno a su modo, aun cuando no haya obtenido la candidatura presidencial, carece de sentido.

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La importancia de la segunda coalicion radica en que el Ejercito no dejo de prestar su aval a una incorporacion del peronismo, que tuviese la garantia de la presencia de varios partidos aceptables para las FF. AA. Esta, contrariamente a lo que asevera el modelo, fracaso porque los partidos no se comportaron como actores "racionales" o ganadores.

Veremos seguidamente este ultimo punto.

DE SETIEMBRE DE 1962 A JULIO DE 1963

El fracaso de una solucion "asociada"

Luego de los acontecimientos militares de setiembre de 1962, el gobierno del presidente Guido inicio las gestiones necesarias para lograr un acuerdo con todos los partidos que serviria de garantia y almohadon para la reincor- poracion del peronismo a la vida politica institucional.

Existieron inicialmente dos propuestas. La primera, que consistia en una "gran coalicion" o gobierno de "unidad nacional" -oficiosamente denomi- nada GANA (Gran Acuerdo Nacional Argentino)-, naufrago ante las re- ticencias del radicalismo del pueblo a incorporarse a el. El otro andarivel lo constituia el lamado Frente Nacional y Popular, a cuya integracion, a prin- cipio de marzo de 1963, contribuyeron inicialmente la Union Popular, el Partido Conservador Popular, la UCRI, el Democrata Cristiano y otros grupos menores del socialcristianismo.

Fracasado el intento de incluir al radicalismo del pueblo en la solucion politica, los jefes "azules" se inclinaron hacia los politicos frentistas como eventuales aliados y beneficiarios, pero sobre todo garantes de la incorpora- cion del peronismo.

A fuer de la poca disposicion o prevencion de sectores de las FF.AA. y la opinion publica a una repeticion del pacto de 1958, entre Peron y Frondizi, las FF. AA. exigian, como hemos visto, que el Frente debia ser "constituido libremente y en forma abierta ante la opinion publica". En buen romance, esto significaba que la candidatura presidencial de la mencionada coalicion no debia ser hechura de ambos presidentes. Se esperaba que el candidato fuese "potable" para las FF. AA. y que la hegemonia frentista estuviese en manos de los partidos y sectores mas "aceptables" para ellas: UCRI alendista, democracia cristiana y grupos socialcristianos.

A su vez el peronismo debia renunciar a las candidaturas ejecutivas -gobernadores en las provincias "grandes", Buenos Aires, Cordoba, Men- doza y Santa Fe.

Sobrevino el filo de los comicios -45 dias antes- sin que se llegase a un acuerdo sobre estas condiciones. Ante esa situacion y en lugar de pro- piciar una solucion politica compartida con los partidos, las F.F. AA. op- taron por dejar que fuesen estos, dentro de las condiciones fijadas, quienes asumiesen el rol protagonico en la formaci6n del Frente. El 17 de mayo, el ministro del Interior, general Osiris Villegas, daba a conocer un decreto -4.046/63- por el cual impedia o vedaba a la Union Popular presen-

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tar candidatos a cargos ejecutivos y facultandose unicamente su concurrencia para diputados nacionales, concejales y otros cargos menores. El decreto daba asi forma legal al comunicado N? 15 del Comando en Jefe del Ejercito del dia 12: "A pesar de la proscripcion de ese regimen (peronista), el Ejercito estableci6 claramente el deseo de no colocar al margen de la solu- cion politica a sectores autenticamente argentinos. La reincorporacion de ese sector, a traves de un partido diferente de los tradicionales democraticos, reviste caracteristicas particulares". "Su incorporacion a la democracia con- tara con el seguro que proporcionan las limitaciones a los cargos electorales a los que podran aspirar". A la vez que agregaba que "el Ejercito no pro- picia frentes pero no habra oposicion a un Frente constituido libremente y en forma abierta a la opinion publica".

Los principales acontecimientos desde el 17 de mayo hasta las eleccio- nes pueden sintetizarse asi:

- El 25 de mayo renuncio a su cargo de secretario del Consejo Coor- dinador, Raul Matera. El Frente y la Union Popular habian, en principio, aceptado los decretos proscriptivos; no asi Matera, que habia asumido una actitud beligerante y habia amenazado con la abstencion en caso de que el peronismo no pudiese concurrir con candidatos propios.

- El 24 de mayo, cuando expiraba el plazo para oficializar las candi- daturas, el Frente hizo conocer que su formula presidencial estaria integrada por Solano Lima -conservador popular- y Begnis -ucrista-. Inmediatamente Alende, cuya formula con Begnis ha- bia sido proclamada por la Convenci6n de la UCRI el 5 de mayo, se retir6 del Frente. La UCRI se dividio entre los adictos a Alende y los adictos a Frondizi.

- A mediados de mes, las 62 Organizaciones se pronunciaban en favor de la concurrencia v del Frente, sosteniendo que la abstencion solo podia beneficiar al ex presidente Aramburu. Al mismo tiempo, el gobierno completaba el dispositivo para asegurarse que la Union Po- pular no burlase las limitaciones que le habian sido impuestas. El 18 de junio da a conocer un decreto -4.874- complementario del 4.046, por el cual se extendian las mismas disposiciones que regian para la Union Popular a los partidos en los cuales figurasen los mismos electores para presidente o vice, de la Uni6n Popular u otros afiliados a esta. Con ello, el gobierno impedia o neutralizaba la posibilidad de que los electores de la Union Popular apareciesen en las boletas de otros partidos.

- En los iiltimos dias del mes se produjeron importantes novedades. Casi simultaneamente, el pais supo que Matera aceptaba la candi- datura presidencial que le ofrecia la democracia cristiana y que habia llegado una orden del ex presidente Peron, en la cual este ordenaba la abstencion electoral de sus partidarios y, en consecuencia, del Frente.

- Al cabo de algunos dias, Matera renuncia a su postulacion y luego de un ultimo intento de algunos dirigentes sindicales y politicos, en-

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cabezados por el metalurgico Rosendo Garcia, pidiendo la posterga- cion de la eleccion por una semana, el Frente confirma la absten- cion.

Asi se lleg6 a las elecciones que dieron la victoria a la UCRP, que con la f6rmula Illia-Perette obtuvo el 23 /o de los sufragios. El "fracaso" de los partidos en relacion a las expectativas iniciales del Ejercito explicaria en parte la decision militar de desarticular el Frente. No lograron conformar un Frente legalista, con hegemonia de los sectores no peronistas "aceptables". Solo un Frente con estas caracteristicas, especialmente en su aspecto de mo- rigerador de la influencia politica del sindicalismo -existian expresas dis- posiciones que prohibian a los dirigentes sindicales el acceso a los cargos electivos-, era viable para el Ejercito.

Los acontecimientos habian excedido los marcos dentro de los cuales era factible encontrar una garantia militar, sin que la misma afectase a la cohe- sion de la institucion.

El lugar del segundo piano habia sido reservado para la dirigencia sin- dical; esta emergia protagonicamente en respaldo del Frente. Procuraba asi- mismo forzar las limitaciones impuestas a la Union Popular, tratando de inscribir en las listas de electores presidenciales de los partidos y grupos aliados a afiliados de la Union Popular.

En lugar de un acuerdo, un compromiso de la clase politica con la solucion que contrapesare la presencia sindical del peronismo, se producia lo que de algun modo era la peor de las soluciones posibles, la formula con un Frente motorizado principalmente por los sindicatos. Last but not least, el acuerdo de que se nutria la f6rmula no disimulaba demasiado su semejanza con el pacto Per6n-Frondizi de 1958.

En la semana previa a la eleccion -dia 3-, el Gobierno impugna a 11 electores presidenciales del partido Conservador Popular por ser afiliados de la Union Popular, impidiendo de hecho que el Frente pudiese concurrir a los comicios con su formula. Frente a este hecho, la conduccion frentista decide abstenerse y decreta el voto en blanco.

Al dia siguiente, el gobierno aclar6, mediante un comunicado, que el decreto regia solo para esos 11 electores y no para la lista, como senialaba el decreto anterior. Esto no modific6 la decision de abstencion. Si bien el gobierno no proscribe en forma directa o neta al frentismo, toma los recaudos necesarios para impedir sus posibilidades de exito. Puesto que no puede prohibirlo despues de haberlo permitido, su estrategia consiste en admitir que vaya a elecciones pero desarticulado.

La conducta seguida por el Partido Democrata Cristiano y la UCRI alendista -dos partidos que junto con el Conservador Popular pretendian los votos peronistas e intentaban presuntamente coadyuvar a su incorpora- cion- se opone, en los hechos y los resultados, a una solucion "asociada". Ambos especularon con la circunstancia de que el Ejercito no deseaba una reedicion del pacto Peron-Frondizi. Descartada la posibilidad de un pacto como el de 1958 -con los mismos actores y secreto- apreciaron que su concurso era imprescindible. Al no obtener los cargos a que aspiraban, de- ciden concurrir a las elecciones por su cuenta, aun cuando ello puede deri-

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var en una virtual proscripcion y abstencion del peronismo y en su propia derrota.

Habiendose acercado al peronismo -a principios de 1963-, los parti- dos se "desenganchan" progresivamente del compromiso frentista. Tanto la UCRI como la DC desertan del Frente Nacional y Popular y al acercarse la fecha de las elecciones solo queda en el el Partido Conservador Popular.

Si se atiende al menor caudal electoral -caso UCRI- o infimo -caso DC- y a la evidencia de que una coalicion que incluyese al peronismo seria la ganadora virtual, el comportamiento senialado no demuestra la presencia de partidos "racionales que quieren ganar elecciones", sino todo lo contrario: partidos mas interesados en perjudicar o impedir el triunfo de los rivales que asegurar el suyo propio.

Teniendo en cuenta la imposibilidad practica de que fuese aceptada por el Ejercito, la candidatura de Matera resulta, en los hechos, mas una ma- niobra destinada a quebrar el Frente que una estrategia electoral "racional" y "ganadora".

Del mismo modo, el retiro de la UCRI alendista, dada su condicion de inico partido frentista organizado a escala nacional y presente en todos los distritos, implica no solo un serio golpe para materializar la concurrencia del Frente, sino que su abandono despoja a este de la ultima dosis de "acep- tabilidad" que le restaba ante los ojos militares22.

En resumen: Los acontecimientos de esa vuelta no muestran "partidos ganadores,

racionales o maximizadores" y que a tal efecto se acercan al peronismo, sino partidos que abandonan al peronismo y que usan de su poder y aceptabilidad, no para ganar, sino para impedir el triunfo del partido rival y de una solu- cion politica, en la que todos podian ser ganadores.

22 En su momento se compar6 la crisis polltica de ese periodo con la experiencia de la IV Republica Francesa. Segun esta comparacion, ambos regimenes exhibian un perfil partidario similar, debido principalmente a la fragmentacion de los partidos. En Francia, en cambio, una burocracia eficiente garantizaba una mayor estabilidad, a pesar del ir y venir de los gobiernmos.

Creo que comparando los partidos franceses con los argentinos, la interpretacion exagera el rol estabilizador de la burocracia francesa. Descuida, en consecuencia, ciertos rasgos de la dinamica partidaria francesa que tienen efectos claramente estabilizadores y que los distinguen de los argentinos. El regimen politico de la IV Republica es lo que Sidney Tarrow llam6 un caso de "estabilidad simbi6tica". (S. TARROW: "Political Dualism and Italian Communism", American Political Science Review, March 1967, pags. 40-41).

En este regimen/y en mpdo analogo a las relaciones simbi6ticas en el plano inter- personal, la existencia de una apreciable dosis de conflicto se combina con cierto nivel de consenso, que neutraliza al primero, nutre el vinculo -en este caso al r6gimen- y constituye su otra cara. En otras palabras, si en los partidos argentinos se perciben los mismos impulsos y fen6mienos de fraccionamiento, paralisis guberamental, ectetera, estan ausentes el "apparentement", asi como las "concentraciones", "uniones" y "ressem- blements" que caracterizaba al "consenso simbi6tico" frances.

Salvando las distancias y teniendo plena conciencia de lo forzado de una analogia que equipare "al eijrcito legalista" con la burocracia francesa, la comparaci6n indicaria que la inestabilidad polftica de ese periodo debe menos a la ausencia de un estrato semejante, que a la ausencia de un sistema de partidos con la propensi6n al acuerdo y al arreglo, como el que caracterizaba al franc6s de la IV Rep6iblica.

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4Unicamente los partidos? iY Peron?, se preguntara el lector. Tambip'n Peron. Las condiciones de la gestacion de la formula Solano Lima-Begnis -reedicion sin disimulo del pacto de 1958-, mas la movilizacion destinada a burlar los decretos que le impedian el acceso a las candidaturas ejecutivas, indican una estrategia dirigida a hacer naufragar el Frente. Ciertamente, "el jugador mas importante del juego" no queria ganar23. eAcaso porque no podia hacerlo?

De acuerdo con las definiciones de O'Donnell gana solo aquel que con- sigue cargos "importantes" -presidencia y gobernaciones mayores-; pero si el peronismo, ademas de la eliminacion de las reglas, buscaba politicas econ6micas favorables, el levantamiento de esa restriccion indicaba que, si bien no podia aspirar a los cargos en igualdad de condiciones a los restantes partidos, "ganaba" o mejoraba su situaci6n respecto del cuatrienio 1958-1962. En este sentido amplio, el peronismo tambien podia "ganar" y el designio de Peron de torpedear al Frente revelaba que, al igual que a los restantes partidos, a el tampoco le interesaba que el peronismo ganase24.

"SENTIDO MENTADO", PARADIGMAS Y DEMOCRACIA

El autor contrasta su interpretacion con las orientaciones de raiz psico- logista o del "caracter nacional" que atribuyen el fracaso y la crisis de la democracia a las predisposiciones y valores "erroneos" de los politicos y las descalifica como o por "psicologistas". La distribucion pareceria ser una modificacion de la oposicion entre los enfoques "economicos" y "sociologi- cos" desarrollada por Brian Barry25, para quien entran en esta categoria aquellas interpretaciones y teorias que otorgan a los valores un papel impor- tante en el comportamiento de los actores politicos, como las derivadas de

23 OIDNNEL, ibid., pag. 38.

24 El analisis de la crisis del regimen requeriria un estudio de los acontecimientos que culminan con la caida de Illia. Hemos indicado al principio por que de acuerdo con nuestro criterio, luego de la elecci6n de 1965 partidos "racionales" interesados en "ganar elecciones" podrian haber formado una coalicion antiperonista, evitando asi el golpe que luego sobrevino. El hecho de que hayamos limitado nuestro anlisis a los acontecimientos seiialados obedece a razones te6ricas. Decia John Stuart Mill que la primera condicion para establecer una forma de gobiero es que sus miembros la quieran. Las circunstancias de ese aiio indicarian que los partidos no quisieron construir una soluci6n politica estable, cuando existian las condiciones propicias.

Sin que pueda asegurarse que la concurrencia del Frente o de algun tipo de acuerdo o compromiso entre los partidos, el Ej6rcito y el peronismo, garantizase y asegurase la estabilidad democrAtica en el futuro, no hay duda de que incrementaria grandemente sus chances.

La segunda condici6n que poiia este autor era que los goberantes y el pueblo "deben mostrarse inclinados y capaces de mantenerla en vigor" (J. STUART MILL: Consi- deraciones sobre el gobierno representativo, Herrero Hnos. Sucesores, MExico, pig. 8).

Si los miembros de un cuerpo politico quieren o estan dispuestos a establecer una determinada forma de gobierno, es bastante probable que en su momento tomen los recaudos necesarios para conservarla. Si por el contrario, no se muestran dispuestos a establecerla, es bastante esperable que no hagan nada para salvarla.

25 B. BARRY: Los socidlogos, los economistas y la democracia, Amorrortu, Ed. Bs. As.

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las "pautas variables" de Parsons, como el "First New Nation" de Lipset, o los enfoaues tipo "Civic Culture" de Almond y Verba.

Esta contraposicion entre enfoques "econ6micos" y enfoques "sociolo- gicos", o de "cultura politica" adjetivados como "psicologistas", no es muy feliz. Los trabajos de los teoricos economicos de la democracia, como An Economic Theory of Democracy, de A. Downs, o The Calculus of Consent, de Buchanan y Tullock, reflejan la experiencia politica norteamericana, donde los protagonistas conciben al proceso politico en terminos anilogos o simi- lares a los del mercado economico.

La analogia economica esti presente no solo en las teorias de la com- petencia partidaria, sino en las interpretaciones sobre los conflictos de inte- reses 26, donde las relaciones entre las organizaciones y grupos representativos de distintos intereses evocan explicitamente el toma y daca, el regateo y el acuerdo del mercado economico.

La cultura politica norteamericana es -4o ha sido?- una cultura poli- tica "economica" o "mercantil", y el paradigma "economico" refleja esa cultura politica.

No es este el caso de todos los regimenes politicos, ya que los simbolos y valores que constituyen el marco de referencia de los protagonistas cam- bian de pais a pais. En Italia, el elemento central en la formacion de las actitudes y posiciones politicas puede ser la ideologia. En Inglaterra, en cam- bio, habitos y valores tradicionales comandan el respeto y la "deferencia" de los ciudadanos y neutralizan asi la influencia ideologica o de clase en las actitudes civicas.

En lugar de una antinomia entre enfoques "economicos" versus inter- pretaciones "psicologistas", corresponde hablar de diferentes culturas politi- cas. Culturas politicas "mercantiles", "ideologicas" o "deferenciales".

Repetidamente se ha dicho que los criterios explicativos de las ciencias sociales difieren de aquellos vigentes en las naturales. Mientras que el com- portamiento de los atomos es independiente de cualquier evaluacion que estos hagan sobre la fisica atomica, los procesos sociales estan determinados por los juicios y "puntos de vista" que los individuos participantes poseen sobre esa realidad. Cualquier interpretacion de un fenomeno social o politico debe tener en cuenta el punto de vista del sujeto y la olausibilidad de una inter- pretacion dependera asi del grado de ajuste entre el paradigma "societal" y el paradigma "cientifico".

Por ello, toda una corriente epistemologica, de Schutz a Winch, ha sos- tenido que los conceptos e interpretaciones de las ciencias sociales son y deben ser reconstrucciones de las nociones del sentido comun. Como en las ciencias sociales ningun modelo se ajusta exactamente a los hechos, la remision a este canon epistemologico adquiere particular importancia en nuestro caso. A pesar de que el modelo concuerda con los episodios ocurridos entre 1958 y 1962, la evidencia empirica y el punto de vista de los actores no indica que haya existido en el pais un "mercado" politico. No lo revelan los trabajos empiricos que existen sobre el tema 27, y en lo que respecta al punto de vista

26 Th. Lowi: The End of Liberalism, Norton Co., N. York. 27 J. KCIRCPATRICK: Leader and Mass Vanguard in Mass Society, M.I.T. Press.

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de los sujetos es dificil imaginar que los politicos y restantes dirigentes ar- gentinos lograrian reconocer sus imagenes en un retrato que los exhibe ope- rando en un "mercado" politico de acuerdo con criterios "capital-beneficio".

Si existe alguna definici6n para la cultura politica argentina, quizas Natalio Botana 28 haya encontrado la mais acertada al decir crue el compor- tamiento de grupos e individuos ha dado lugar a una suerte de "pluralismo negativo", donde unos y otros apuestan a la derrota del rival antes que a su propio triunfo. El comportamiento de los partidos fue en ese lapso otro ejemplo de esa pauta.

Estas objeciones epistemologicas podrian obviarse con el argumento de que la formalizacion "econ6mica" no es mas que un artificio que permite reconstruir y articular mas elaboradamente la historia vivida por protago- nistas y observadores.

El protagonista es el politico "antiperonista" moderado o "filoperonista". El observador, el cientifico social 29 preocupado por la estabilidad democra- tica 3.

Segun esta vision compartida, la "cuestion peronista" constituia una pe- sada hipoteca para la eficacia y legitimidad del regimen constitucional, que de persistir acabaria por conducirlo a su colapso.

Un acuerdo con el peronismo redundaria en favor de la consolidaci6n de las instituciones. En su eficacia, al demostrar su capacidad para resolver ese problema, y en su legitimidad, al incorporar la primera pluralidad pros- cripta.

Pero el tenor de las demandas peronistas y su incumplimiento por el go- bierno condujo al triunfo electoral peronista, a su anulacion y a la caida del gobierno constitucional. Planeada para consolidar a las instituciones repre- sentativas, la estrategia logro el efecto opuesto.

Los acontecimientos no solo reducian a ilusion todas las tentativas de integrar o reincorporar al peronismo, sino que parecian dar razon a los grupos antiperonistas mas recalcitrantes, para quienes era precisamente el acuerdo con Peron y el peronismo la causa de la "corrupcion" de las instituciones y el descredito de la democracia.

Paradojalmente, el "punto de vista" del moderado termina al servicio del partidario de la dictadura, y el modelo exhibe de este modo un ajuste casi perfecto con los puntos de vista de los politicos y los restantes protago- nistas.

Si despojada de su ropaje "economico" esta vision de los acontecimien- tos cobra fuerza epistemologica, la seleccion de una de esas historias y la

28 N. BOTANA: "El orden politico en la Argentina Modema", Jornadas sobre el Futuro Politico de la Argentina, Instituto Torcuato Di Tella, Bs. As., 1977.

29 S. M. LIPSET: El hombre politico, Eudeba, Bs. As. a0 Esto es, por supuesto, una reinterpretaci6n sugerida por mi. Para O'Donnell, en

cambio, creo yo, es una elecci6n metodol6gica y te6rica definida. No se trata de una suerte de "paribola formal" mediante la cual el cientifico reconstruye en "segundo grado" la historia de los protagonistas, tal cual ellos la viven, sino que se trata de actores racio- nales maximizadores -strictu sensu- que operan de acuerdo con criterios de capital (votos y aceptabilidad) beneficio (votos y cargos), de acuerdo con los supuestos de una cultura politica "mercantil".

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omision de las restantes posee ciertas implicancias normativas, que intentare demostrar a continuacion.

Sheldon Wolin31 ha sugerido que la actividad de los sistemas politicos es similar a la de los paradigmas cientificos de T. Kuhn. El paradigma guia a los cientificos en la selecci6n de los problemas y la tarea del cientifico consiste en ir resolviendo los "enigmas" que le plantea el paradigma. Kuhn llama a esta actividad "ciencia normal". Los problemas de la "ciencia nor- mal" son al paradigma lo que las piezas son a un rompecabezas. La solu- cion existe pero debe ser encontrada. Mientras un paradigma sea aceptado, la responsabilidad por un enigma no resuelto no recae sobre el paradigma, sino sobre la inhabilidad del cientifico.

Cuando surgen fenomenos y descubrimientos que no pueden ser recon- ciliados con el paradigma vigente y que erosionan la confianza de la comu- nidad cientifica en las bondades del paradigma, nos hallamos frente a lo que Kuhn llama una "anomalia".

En ese momento, la ciencia normal cede su lugar a la "extraordinaria". Surge un nuevo paradigma, una nueva forma de mirar al mundo, que ademis de generar sus propios enigmas, convertira la antigua anomalia en acertijo.

Para Wolin los sistemas politicos operan como los paradigmas. Para los regimenes liberales censitarios del siglo pasado, el sufragio universal surgio como un enigma. Si el paradigma liberal se ajusto satisfactoriamente al nuevo fen6meno, para otro paradigma, como el de las instituciones po- liticas de la Rusia zarista, el mismo hecho fue una anomalia. En otros casos, sugiere Wolin, los hechos no llegan a impugnar la validez del paradigma, sino la habilidad de los cientificos. Las reivindicaciones de los grupos opri- midos y otras minorias agrupadas en los movimientos norteamericanos en favor de los derechos civiles, impugnaba la habilidad o competencia de los politicos y no el paradigma constitucional norteamericano, garante de esa pro- testa. La culpa, en ese caso, es de los "cientificos, quienes se revelan in- capaces de resolver un enigma para el cual hay una solucion prevista".

Podemos aplicar algunas de estas analogias al caso que nos ocupa. Esta parabola formal nos sugiere que el "enigma" peronista se convirti6 en una anomalia, precisamente porque los politicos trataron de resolverlo.

Dentro del paradigma democratico y para la realidad acotada por las reglas, no existian soluciones para un enigma o fenomeno como el de la exclusion politica de la primera pluralidad electoral. ^Por cue?

Segin O'Donnell, porque "dadas las altas tasas de activacion politica del sector popular, caracteristicas de la alta modernizacion, una abierta com- peticion entre partidos y un abierto acceso al poder politico aparecen como condiciones necesarias para la supervivencia y consolidacion de la democracia politica (subrayado E. K.). Pero una paradoja fundamental es que ese mis- mo nivel de activacion popular, unido a la dependencia y al pobre creci- miento que tambien caracterizan a la alta modernizacion, suele llevar a los sectores mas establecidos a concordar, en momentos cruciales, sintiendo que

al S. WOLIN: "Paradigmas and political theories", en Politics and Experience, Cam- bridge University Press, 1968, ed. Parehk and King.

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sus intereses no pueden permitirse los riesgos implicados en una competicion politica mas abierta". Por lo tanto, "bajo estas o analogas restricciones, la competicion y las coaliciones entre partidos politicos, contribuyen a la inau- guracion de autoritarismos que buscan cerrar definitivamente todos los ca- nales populares de acceso politico"32.

Las "condiciones necesarias" o los propios requerimientos del paradigma democratico generan la anomalia. La "paradoja fundamental" hace que la anomalia sea la solucion y que la solucion sea una anomalia. Nadie se ex- traine, pues, si haciendo lo que de ellos se espera los politicos no pudieron resolver el "enigma" peronista.

Tomando como eje de la interpretacion la otra de las historias -la que sucede entre 1962-1966- y partiendo de una definicion mas compleja de lo que es un paradigma democratico, se pueden extraer, creo yo, conclusiones diferentes.

Ninguno de estos requisitos, "competencia abierta entre partidos" y "ac- ceso abierto al poder politico", han sido condiciones necesarias para la super- vivencia y consolidacion de los regimenes democratico-constitucionales. En rigor de verdad lo opuesto ha sido lo cierto. El mantenimiento de la demo- cracia en naciones con conflictos v clivajes intensos en el pasado, ya sean de clase, etnicos o religiosos, o con una endemica tradicion de inestabilidad

politica, esta ligado a otros requisitos. Estos han sido y son la morigeraci6n de la competencia abierta y de la alternancia y su reemplazo por "grandes coaliciones", "gobiernos de unidad nacional", "frentes nacionales", a traves de alguna regla de oroporcionalidad nara la distribucion de los cargos publicos. Estos diferentes mecanismos han servido para fortalecer el consenso y neu- tralizar los "asuntos" y cuestiones mas conflictivos.

Mais que ningun otro regimen politico, la democracia requiere de un alto grado de consenso basico de grupos e individuos para poder operar sa- tisfactoriamente. Si este existe, la competencia plena es la practica institu- cional corriente. Si por el contrario el consenso peligra, o se trata de crear y construir el consenso democratico donde este no existe previamente, las condiciones requeridas son las que hemos senalado. Esta ha sido, entre otras, la experiencia de Venezuela y algunas pequenfas democracias europeas. Son, como las denomina un autor, democracias "asociadas" 33.

El requerimiento de condicion tal como "competicion abierta" y "acceso abierto al poder" despoja a la democracia de los medios institucionales para hacer frente a este tipo de situaciones. El propio paradigma democratico genera anomalia y los politicos haciendo lo que su rol institucional les pres- cribe, se convierten, malgre eux, en sepultureros competentes de las institu- ciones republicanas. La consecuencia incomoda de estas exigencias es que, de este modo, el autoritarismo emerge como el unico paradigma capaz de transformar la anomalia en enigma y unicamente sus "cientificos" -mili- tares v tecnocratas- emergen con la competencia necesaria para brindar la solucion que este si tiene prevista.

32 O'N,NEL, ibid., pAg. 49. 38 AREND IaPTHARTT: "Typologies of democratic systems" en Comparative Political

Studies, 1968, abril, I.

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Desde nuestra optica, el regimen o paradigma democratico proveia una "solucion" para el "enigma" peronista, en la forma de un regimen "aso- ciado", capaz de reconstruir un consenso deteriorado, otorgar garantias reci- procas a sus actores principales y asegurar la continuidad de un proceso que posibilitaba la eliminacion de las restantes restricciones.

Partidos desinteresados en ganar impidieron esta solucion. Sobre los "cientificos" y no sobre el "contexto" recae, pues, la responsabilidad por no haber encontrado la solucion que el paradigma tenia prevista.

CONCLUSI6N

Si los partidos hubiesen sido realmente "racionales" podian y debian haber formado entre 1962 y 1966 las coaliciones requeridas para mantener la democracia. No deja de causar perplejidad que alguien como O'Donnell, genuinamente interesado por el destino y las posibilidades de la democracia, haya pasado por alto esas oportunidades. No menos extraneza suscita la afir- macion de que las practicas de las democracias consolidadas son vilidas y necesarias para las democracias fragiles o por consolidar. Es posible que el autor tenga in mente otro tipo de democracia, ya sea preliberal o posliberal. En todo caso, la experiencia y la teoria de la democracia liberal considera a las grandes coaliciones, a los entendimientos amplios y a las practicas soli- darias como los medios mas apropiados para enfrentar diferentes crisis. Creo, sin embargo, que estos deslices no dependen tanto de los valores del autor como de una perspectiva que, quizas involuntariamente, le ha sido impuesta por los propios fenomenos que estudia. En una sociedad estable, en la que suelen predominar los paradigmas consensuales, el estudioso corre el riesgo de que su explicacion enmascare una ideologia que sacraliza el orden existente. En una sociedad pretoriana corre el peligro opuesto, como lo revela esta interpretacion, en la que el autor ha quedado atrapado en la madeja del pretorianismo que estudia. A pesar de que pretorianismo es por defi- nicion un estado de descomposicion de los habitos politicos y la gente no recibe educacion politica, no por ello deja de socializarse. La socializa- cion pretoriana engendra peculiares formas de falsa conciencia, que mis- tifican la relacion del ciudadano con su ciudad: el academico pretoriano ter- mina afirmando que las condiciones necesarias para salir de ese estado son aquellas que lo perpetuan; el canibalismo politico se convierte en un ejer- cicio de virtuosismo institucional en condiciones desfavorables, y la respon- sabilidad de la historia, contrariamente a lo que decia Hamlet, no recae sobre los protagonistas, sino sobre las estrellas, sean estas el "contexto", las "reglas" o la "dependencia".

La lectura del pasado es util para la educacion politica en el presente. Se trata de saber que interpretaciones de la crisis argentina constituyen el medio mas apropiado para lograrla. El lector juzgara cual de estos dos ana- lisis, el que revela las posibilidades desaprovechadas o el que dice que estas no existieron, sirve mejor a los fines de una educacion politica que pretenda promover los valores de tolerancia, civilidad y acuerdo.

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